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ESPÍRITU SANTO?
INTRODUCCIÓN
En la iglesia del Señor, no existe gente que no sirva. En Cristo, todos somos útiles, unos de una
forma y otros de otra.
La Biblia dice que somos un cuerpo, y un cuerpo está formado por diversos miembros. Un
cuerpo tiene: cabeza, columna vertebral, brazos, pies, manos, dedos, coyunturas, uñas, piernas,
corazón, intestinos, hígado, riñones, páncreas, cerebro, venas, nariz, boca, dientes, lengua,
tráquea, amígdalas, ojos, cejas, orejas, cabellos, rodillas, talones, nervios, cartílagos, tejidos,
células, etc. y cada parte del cuerpo tiene una función distinta.
Todas sus partes trabajan las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 30 días del mes, y
los 365 días del año. Cuando uno de estos miembros se enferma, todo el cuerpo se duele
porque hay una interdependencia entre ellos.
Así también es la iglesia. Somos un solo cuerpo, con muchos miembros y cada uno tiene su
propio trabajo.
El ojo se encarga de transmitir a todos, lo que ve. El corazón, bombea la sangre a todo el
cuerpo, las venas se encargan de llevar la sangre a todos los tejidos y células del cuerpo.
Notemos que en el cuerpo ningún miembro está de ocioso, todos trabajan para fortalecer y
mantener con vida a todo el cuerpo.
En el aspecto espiritual es igual, la iglesia es un solo cuerpo y todos sus miembros debemos
estar trabajando.
En Cristo, todos hemos sido capacitados para trabajar.
Dios nos ha equipado con ministerios y dones desde que nos entregamos a Él.
Pero ¿por qué es que no todos los miembros de la iglesia estamos trabajando?
2. ¿Qué hay que hacer para que un órgano enfermo sane y no dañe a los demás?
(atenderlo o curarlo).
Eso mismo se tiene que hacer con un miembro espiritualmente enfermo. Detectar su
enfermedad: desaliento, cansancio, pereza, conflictos, soledad, conformismo, etc.
La Biblia dice: A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la
plenitud de Cristo. Ef. 4:12-13
2. Otros tenemos la idea de que nuestra única responsabilidad es venir al templo a adorar,
orar, ofrendar, escuchar la predicación y regresar a casa. Esto es sólo una parte del
trabajo que como miembros del cuerpo de Cristo nos corresponde hacer.
3. Otros pensamos que con uno o dos trabajos que desarrollamos ya cumplimos con
nuestra función. Sin duda que todo lo que hagamos para el Señor está bien, pero es
bueno darnos cuenta de las capacidades que Dios nos ha dado para trabajar. Al que
más capacidad le ha dado, más espera de él o de ella.
La Biblia dice:
Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y
les entregó sus bienes.
A uno dio cinco talentos y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y
luego se fue lejos. Mt. 25:14-15.
Desde que nos entregamos a Cristo, él puso en cada uno capacidades para que le sirva y
le recompense todo lo que haga para él con esas capacidades. Esas capacidades se
llaman: dones y ministerios.
Algunos creyentes tienen más dones y ministerios que otros. Hay cristianos que sí saben
los dones y ministerios que Dios les ha dado y los ejercen, otros los ejercen a medias y
hay quienes sabiendo que tienen dones y ministerios, no los están ejerciendo, los tienen
enterrados. Mt. 25:18; 25:24-30.
También hay hermanos que tienen dones y ministerios del Señor, pero ellos mismos no
se han dado cuenta de esto.
III. ¿CÓMO DESCUBRIR LOS DONES Y MINISTERIOS QUE DIOS NOS HA DADO PARA
TRABAJAR EFICAZMENTE PARA ÉL?
Dones de sanidades (Lc. 9:6, 9:9; 1 Co. 12:4).- Ore por los enfermos si Dios lo impulsa
a ello y si sanan, déle gloria a Dios.
Don de liberación (Lc. 9:1, 10:17-20).- Ore por endemoniados o cautivos y si son
liberados, déle gloria a Dios.
Don de Profecía (1 Co. 12:28-29; Hch. 15:32, 21:9-16).- El mensaje profético debe:
edificar a la iglesia, consolarla y exhortarla.
Don de Servicio (Ro. 12:6-7; 2 Ti. 1:16-18; Ro. 16:1-2).- Identifica necesidades en la
iglesia y busca su solución.
Don de Enseñanza (1 Co. 12:28-29; Hch. 13:1, 5:42; 1 Ti. 3:1-7).- ¿Le gusta enseñar?
¿Le agradaría enseñar?
Don de Exhortación (Ro. 12:6-8; 1 Ti. 5:1; Hch. 8:23, 27:22, 27:33).- Consolar,
confortar y animar.
Don de dar (Ro. 12:8; Ef. 4:28; Hch. 12:1-2, 20:35; Fil. 4:15).- Es aquel que ayuda con
sus recursos a la obra de Dios.
Don de Liderazgo (Ro. 12:8; Tit. 3:8-14; Neh. 2:13-20).- Capacidad para dirigir grupos:
Damas, jóvenes, caballeros, niños, células de crecimiento, etc.
Don de Palabra de Ciencia (1 Co. 12:8; Hch. 13:1-2).- Descubre, acumula y transmite
los conocimientos descubiertos (el maestro).
Don de Fe (Hch. 3:16; 1 R. 18:36; 1 Co. 12:9).- Capacidad para hacer que lo que se
pide a Dios se cumpla.
Don de Operación de Milagros (1 Co. 12:10, 12:28, 14:4-5, 14:22).- Poder para
ejecutar hechos extraordinarios.
Don de Discernimiento de espíritus (1 Co. 12:10; Hch. 13:6-12, 16:18, 5:1-11).-
Capacidad para discernir y someter todo espíritu de origen satánico.
Don de Lenguas (1 Co. 12:10; Hch. 2:2-8; 1 Co. 14:26-28, 14:39-40).- Capacidad para
hablar otras lenguas bajo la dirección del Espíritu Santo, trayendo mensajes a la iglesia.
Don de Interpretación de Lenguas (1 Co. 12:10; Hch. 2:4-8; 1 Co. 14:26-28, 14:39-40;
Dn. 5:25-28).- Capacidad divina para interpretar o traducir las lenguas del Espíritu Santo.
Don de Ayudas (1 Co. 12:28; Fil 4:15-16, 4:18-19).- Capacidad para ayudar a la obra
de Dios con recursos económicos, tiempo, profesión, oficio, auto, talento, etc.
Don de Administración y Liderazgo (1 Co. 12:28, Lc. 14:28-33; Gn. 41:38-49; Ex.
18:15-27).- Capacidad para dirigir grupos y administrar proyectos a corto, mediano y largo
plazo.
Ministerio de Evangelista (Ef. 4:11; Hch. 21:8; Ro. 16:19, 16:21; Fil. 4:21-22).-
Capacidad para evangelizar y ganar almas. Este ministerio es respaldado por varios
dones del Espíritu Santo.
Ministerio de Pastor (Ef. 4:11; 1 Pe 5:2-4; Tito 1:5-9; Jn 21:15-17; 1 Ti. 3:1-12.-
Capacidad y vocación divina para pastorear una iglesia.
Don de Hospitalidad (Ro. 12:13; 1 Ti. 3:2; Ti. 1:8; He. 13:2).- Capacidad para proveer
hospedaje y sustento a hermanos en estas necesidades.
Don de Intercesión (Ro. 8:26-27; Jn. 17:1-26; Col. 1:9-12; Dn 9:3-23).- Capacidad y
deseo de interceder en oración.
Don de Canto (1 Co. 14:15; 2 Co. 5:12; 1 Cr. 15:22).- Capacidad de cantar con unción
del Espíritu Santo, produciendo resultados positivos.
Don de Canto (1 Co. 14:15; 2 Co. 5:12; 1 Cr. 15:22).- Capacidad de cantar con unción
del Espíritu Santo, produciendo resultados positivos.
2. Tome en cuenta lo que el Espíritu Santo le testifica a su espíritu. ¿Se siente feliz al
desarrollar ese trabajo? ¿Le produce gozo y satisfacción desarrollar ese trabajo?.
3. Acepte el punto de vista de la iglesia hacia el trabajo que está haciendo. La iglesia que
nos ve, se da cuenta de los resultados del trabajo que estamos haciendo. ¿Habla bien la
iglesia de los resultados del trabajo que estamos haciendo?.
CONCLUSIÓN
El Señor nos ha dado a cada uno diferentes capacidades para que todos le sirvamos como
miembros de su cuerpo que es la iglesia.
Para poder servirle es necesario descubrir qué don, ministerio o capacidad nos ha dado para
servirle, al descubrir nuestro don o ministerio, debemos pedir al pastor mayor información
para desarrollar lo mejor que se pueda, el don que tenemos; luego comenzar a ejercitar
tomando en cuenta las cinco cosas que nos ayudarán a saber si estamos en el don o
ministerio correcto.
¿Cuántos de los que estamos aquí ya sabemos qué dones o ministerios hemos recibido de
Dios por el Espíritu Santo?.
¿Cuántos de los que tenemos dones y/o ministerios los estamos desarrollando?.
¿Cuántos de los que estamos aquí no sabemos qué dones y/o ministerios tenemos, pero
estamos dispuestos a esforzarnos para poderlos descubrir y envolvernos en el trabajo del
Señor, de acuerdo al don que descubramos en nuestra vida?.
Entonces dediquemos unos momentos al Señor para darle gracias por el don o ministerio
que nos ha dado, para pedirle que nos ayude a descubrir los dones y ministerios que ya nos
dio, pero que nosotros no hemos descubierto.
Para pedirle que nos perdone por no estar ejercitando correctamente los dones y ministerios
que hemos recibido de él.