Está en la página 1de 4

ENFOQUE

Es fundamental tener en cuenta a la hora de realizar la evaluación del individuo la


concepción psicodiagnóstica que se ha de tomar, integrando en esta concepción
tanto metodología como aquellos procesos diagnósticos realizados con
anterioridad.
Dentro de las variables importantes que se van a evaluar, deberemos mostrar
especial atención al análisis de la conducta delictiva de cada caso, así como a las
variables personales biográficas y sociales teóricamente relevantes en la vida
delictiva del individuo.
Como finalidad de todo enfoque evaluativo tenemos:
1. La clasificación: debe tomar en cuenta no sólo la personalidad y el historial
individual, familiar, social y delictivo del interno; sino también la duración de
la pena y medidas penales en su caso, el medio al que probablemente
retornará y los recursos, facilidades y dificultades existentes en cada caso y
momento, para el buen éxito del tratamiento.
2. La programación del tratamiento más adecuado para cada caso.
3. La evaluación periódica del tratamiento y la revisión del grado penitenciario.
4. El informe pronóstico final para el otorgamiento de la libertad condicional.
5. Otros fines como: informes de personalidad y de conducta solicitados por
los Tribunales, Jueces, Fiscales y Juez de Cumplimiento.

PATOLOGIAS
Dentro de los estudios y tratamientos del delincuente están las patologías que el
individuo padece por ciertas condiciones pre-existentes. Podemos entonces
referirnos en este caso a Psicopatologías que no son mas que aquellos trastornos
psicológicos que desencadenan conductas desviadas o criminales. Es pues a
través de la Psicología forense que se estudian de las causas, síntomas, evolución
y tratamiento de los trastornos mentales en relación a la conducta delictiva o
criminal.
Desde de la perspectiva clínica y en relación a la psicología forense, los trastornos
mentales más propensos a perpetrar un delito son aquellos que están
relacionados con un alto grado de impulsividad.
A continuación vemos algunos ejemplos de trastornos de conducta.
Trastorno Antisocial
Las personas que padecen trastorno antisocial de la personalidad tienden al
desprecio y a la violación de los derechos. Entre sus rasgos destaca una dificultad
continua para adaptarse a las normas sociales. Asimismo, su conducta se asocia
a la impulsividad, deshonestidad, mitomanía, irritabilidad, agresividad y ausencia
de remordimiento.
Trastorno Explosivo Intermitente
El patrón de este trastorno es una impulsividad caracterizada por una excesiva
irritabilidad e ira incontrolables. Los delitos que pueden estar ligados esta
conducta están relacionados con la propiedad y la integridad física. Se trata de un
trastorno incluido dentro del grupo de control de los impulsos. Un área donde
también destacan otras afectaciones como la piromanía o la cleptomanía. En
estos casos, la falta de control de los impulsos puede desencadenar episodios
agresivos sin premeditación con posterior remordimiento.
Esquizofrenia Paranoide
La esquizofrenia paranoide y otras psicosis también pueden asociarse a actos
delictivos. Además, sus características como la pérdida de la realidad, el delirio de
persecución y la suspicacia hacia el resto, desencadenan en muchos casos un
trastorno antisocial añadido.
Trastorno Límite de la Personalidad (TLP)
Se trata de una conducta marcada por una fuerte inestabilidad emocional y
pensamientos polarizados que dan lugar a relaciones caóticas e inestables. La
desproporcionada impulsividad que caracteriza al TLP puede llevar a cometer
varios tipos de delitos como los hurtos, el tráfico de drogas o la conducción
temeraria, entre otros. Sin embargo, estos sujetos suelen comprender y reconocer
la ilegalidad de sus acciones.
Según el DSM–V los trastornos de personalidad se clasifican en 3 grupos:
Grupo A
Paranoide, Esquizoide, y Esquizotípico
Sujetos excéntricos, extraños o extravagantes, asociales y que piensan de forma
extraña.
En este grupo se incluye a personas con poca capacidad para establecer y
mantener relaciones interpersonales debido a:
 Su acusada introversión
 Su falta de sintonía y calidez
 Su dificultad para aprender habilidades sociales elementales
Grupo B
Límite, Histriónico, Narcisista y Antisocial
Sujetos inmaduros, dramáticos e inestables. De gran inestabilidad emocional y
elevada impulsividad.
En este grupo se incluye a personas que poseen:
 Una gran labilidad afectiva.
 Una peculiar y ambivalente emotividad.
 Conductas descontroladas o socialmente inadaptadas.
 Coloquialmente se les etiqueta como malcriados, déspotas o caprichosos.
 Resultan poco fiables por su dificultad para comportarse según las reglas y
normas sociales.
Grupo C
Por evitación, Dependiente, y Obsesivo-compulsivo
Sujetos en los que destaca la sintomatología ansiosa y de temor.
En este grupo las características más comunes son:
 Experimentan un miedo patológico que determina y marca su biografía
 Temen ir a la escuela, hacer el ridículo, relacionarse con los demás,
fracasar en sus cometidos y o cualquier incertidumbre o novedad.
 Son extraordinariamente sensibles a las señales de castigo.
 Sus miedos provocan reacciones emocionales que interfieren en su
aprendizaje y llegar a desorganizar su conducta.
 La falta de estrategias de afrontamiento provoca conductas explosivas y
mal dirigidas que se alternan con retraimiento e inhibición.

EL TRATAMIENTO DE LOS DELINCUENTES CON TRASTORNOS DE


PERSONALIDAD
Tratamiento farmacológico
 Útil en el manejo de cierta sintomatología y apoyo para la psicoterapia.
 Antidepresivos y ansiolíticos para sujetos con trastornos del grupo B o C.
 La hostilidad extrema del trastorno antisocial de personalidad puede ser
tratada con ansiolíticos y estabilizadores del humor (litio o carmabazepina).
 Las ideas extrañas de las personas con trastornos del Grupo A con
antipsicóticos.
Tratamiento psicosocial
Rice y Harris (1997) las intervenciones de tipo cognitivo conductual han resultado
ser las más eficaces.
 Habilidades sociales en pacientes del grupo A (con dificultades de relación).
 Habilidades de vida (life skills) para pacientes del grupo B (impulsivos y
asociales).
 Manejo de emociones y cogniciones para pacientes del grupo C (ansioso-
depresivos).

También podría gustarte