EL PODER

DE LA SANTA
CENA

Este pequeño devocional diario trata
acerca de la Santa Cena y el poder que hay
en ella. Recuerda que todos, absolutamente
todos, podemos participar de la Santa
Cena todos los días y a cualquier hora.
Dios nos ha dejado este bello regalo para
recordar el sacrificio de Jesús en la cruz, y
todos los beneficios que nos ha dado por
medio de él.
Para tomar la Santa Cena, necesitarás dos
elementos: Pan y vino; en representación
de ellos, puede ser un pedazo de galleta,
jugo de uva, agua o cualquier líquido que
tengas en casa. Lo importante es ser
conscientes de lo que estos elementos
representan: El cuerpo y la sangre de
Jesús, entregados por ti.
Al tomar este tiempo de Santa Cena,
puedes hacerlo por ti, por alguna amiga o
familiar, puedes hacerlo a solas o junto a
tu familia.
Espero que estas enseñanzas, que han
sido una revelación personal en mi vida
a través de una temporada donde luché
contra el cáncer, puedan ser también una
revelación para ti de lo que es la Santa
Cena, su verdadero significado y todos los
beneficios que Dios nos da a través de ella.
Con amor,
Karyn Barriger
 ÍNDICE
Capítulo 1: Hay poder en la Santa Cena ..................................................................... 6
Capítulo 2: Somos libres del juicio y la condenación .......................................... 8
Capítulo 3: Jesús se llevó nuestros pecados y enfermedades ................... 10
Capítulo 4: El pan y la copa .............................................................................................. 12
Capítulo 5: Dios anhela que lo busquemos ............................................................ 14
Capítulo 6: El verdadero significado de la Santa Cena .................................... 18
Capítulo 7: Jesús nos hace una invitación ............................................................. 20
Capítulo 8: El pan, el cuerpo de Cristo ..................................................................... 22
Capítulo 9: Bebe, siéntate y descansa ..................................................................... 24
Capítulo 10: Una salvación tan grande ..................................................................... 26
Capítulo 11: Un acto de fe y alabanza ....................................................................... 30
Capítulo 12: Dios es amor y él te ama ....................................................................... 32
Capítulo 13: Intercedamos unos por otros ............................................................ 34
Capítulo 14: Recuerda su sacrificio ............................................................................. 36
Capítulo 15: Jesús fue a la cruz por amor a ti ....................................................... 38
Capítulo 16: Un amor perfecto ...................................................................................... 42
Capítulo 17: Cuando tenemos a Jesús, lo tenemos todo .............................. 44
Capítulo 18: Jesús se entregó para darnos vida ................................................. 46
Capítulo 19: Jesús, el verdadero héroe de la historia ....................................... 48
Capítulo 20: Bendiciones físicas y espirituales ................................................... 50
Capítulo 21: No tienes que hacer algo, él ya lo hizo todo ............................. 54
Capítulo 22: Jesús conquistó nuestra salvación ................................................ 56
Capítulo 23: El testimonio que derrota al enemigo .......................................... 58
Capítulo 24: Acerquémonos con toda confianza .............................................. 60
Capítulo 25: Tenemos vida en abundancia ............................................................ 62
Capítulo 26: Disfruta de lo que Dios ha ganado para ti ................................. 66
Capítulo 27: Alaba y recuerda sus beneficios ...................................................... 68
Capítulo 28: Fijemos nuestra mirada en Jesús .................................................... 70
Capítulo 29: La grandeza de la salvación ................................................................ 72
Capítulo 30: La Santa Cena es sobre todo, gratitud ........................................ 74
Capítulo 31: Un regalo de Dios para nosotros ...................................................... 76
 HAY PODER
EN LA
SANTA CENA
Capítulo 1
Me doy cuenta de que hay confusión
por las diferentes formas en las que
algunas veces se enseña sobre la Santa
Cena. Realmente creo que muchas de las
enseñanzas equivocadas sobre la Santa
Cena vienen del mismo enemigo.
¿Por qué digo esto? Porque el enemigo
ha venido a robar la bendición de la Santa
Cena que Dios ha dejado establecida para
bendecir a su pueblo. Esto me da mucha
pena, porque Dios nos dejó la Santa
Cena como una bendición especial para
nosotros.
Muchas veces tenemos problemas con
“palabras” que están en los versículos que
hablan de la Santa Cena, algunas palabras
como: “pruébese cada uno a sí mismo”,
6
o la palabra “examínate para no ser
juzgado”. Esto nos provoca miedo porque
de hecho no queremos equivocarnos, no
queremos hacer algo en contra de Dios,
no queremos recibir una maldición sobre
nuestras vidas. Hemos sido enseñados que
si tomamos la Santa Cena sin examinarnos
o si no estamos lo suficientemente puros,
recibiremos algún tipo de castigo.
Pero yo quiero hablarles acerca de esto.
En primer lugar, tenemos que entender
que hay diferentes definiciones para una
misma palabra. Por ejemplo: Si yo pienso
acerca de la palabra “amor”, puedo decir:
“Yo amo a mi esposo, amo a mi hijo”; pero
también puedo decir: “Amo comer helado”,
evidentemente me refiero de diferente
forma a cada una de ellas.
Sucede lo mismo con la palabra “pruébate”, salud para nosotros; y al participar de la
que viene de la palabra en griego δοκιμάζω copa aceptamos que él murió por todos
(dokimazō) que significa: probar con el fin nuestros pecados: los presentes, pasados
de aprobar, aprobar o considerar digno. y futuros.

¿Qué quiere decir esto? Significa que Entonces, si decimos que no somos dignos
cuando nos examinamos a nosotros de recibir la Santa Cena, estamos negando
mismos, podemos tener la certeza de que la buena obra que Jesús hizo en la cruz por
es Dios quien nos está aprobando para nosotros.
participar de su mesa, y esto es debido al
sacrificio de Jesús en la cruz. Significa que
hemos sido aprobados para recibir sanidad
por causa de que su cuerpo fue roto por
nuestras enfermedades; significa que
entendemos el propósito de la Santa Cena.

Cuando participamos del pan, aceptamos

que Jesús tomó consigo todas nuestras
enfermedades para intercambiarlas por

7
 A veces pensamos que no somos tan
buenos o dignos para tomar la Cena del
Señor, y tienes razón, no lo somos, y nunca
hemos sido lo suficientemente dignos en
nuestros propios esfuerzos para hacerlo.
DEL JUICIO Y LA
SOMOS LIBRES

CONDENACIÓN

La Santa Cena es para que podamos recibir

de Dios todo lo que Jesús conquistó para
nosotros en la cruz. Cuando tomamos
la Santa Cena estamos participando por
invitación y aprobación directa de Dios.

Si aún tienes temor, te invito a pensar lo

que la Biblia dice en 1 Juan 4:18 (RVR1960):
Capítulo 2

“En el amor no hay temor, sino que el

perfecto amor echa fuera el temor; porque
el temor lleva en sí castigo. De donde el
que teme, no ha sido perfeccionado en el
amor”.

8
Entonces, cuanto más nos concentremos
en el amor perfecto que proviene
de Jesús y de lo que hizo por
nosotros, el temor irá desapareciendo.
Sabemos que estamos viviendo en un
mundo caído y que esta tierra está bajo
condenación después de que Adán pecó,
bajo la cual existe envejecimiento, muerte,
dolor y enfermedades.
Pero el plan de Dios nunca fue que
nosotros sufriésemos, su plan siempre
fue darnos vida eterna y en abundancia.
Por esta razón envió a su Hijo Jesús, para
llevarse nuestros pecados y enfermedades
y ofrecernos una vida en los cielos con él.
Dios ha provisto de la Santa Cena para
que podamos recordar que estamos libres
de juicio y condenación. La Santa Cena
es un canal sobrenatural que trae salud
total a nuestro cuerpo y cada vez que
participamos de ella, estamos recibiendo
más y más de Dios para nosotros.
Algunos pueden decir: “quizás sea la
voluntad de Dios que yo esté enfermo”,
“quizás Dios quiere enseñarme algo por
medio de la enfermedad”. Pero yo te
pregunto: ¿Por qué Dios te enviaría alguna
enfermedad si él ha provisto todo para que
tengas salud?
En 3 Juan 1:2 (RVR1960) dice:
“Amado, yo deseo que tú seas prosperado
en todas las cosas, y que tengas
salud, así como prospera tu alma”.
El deseo de Dios es que todos tengan
salud. Dios no usa la enfermedad para
traernos enseñanza o para ayudarnos a
crecer en paciencia, tenemos la Santa
Cena para despertar y activar nuestra fe, y
al participar de ella, nos alineamos con su
voluntad, con su Palabra y con su poder.
9
 JESÚS SE LLEVÓ
NUESTROS PECADOS
Y ENFERMEDADES
Capítulo 3

Salmos 103 1-5 (NTV):

“Que todo lo que soy alabe al Señor; con
todo el corazón alabaré su santo nombre.
Que todo lo que soy alabe al Señor; que
nunca olvide todas las cosas buenas que
hace por mí. Él perdona todos mis pecados
y sana todas mis enfermedades. Me redime
de la muerte y me corona de amor y tiernas
misericordias. Colma mi vida de cosas
buenas; ¡mi juventud se renueva como la
del águila!”.

Si te das cuenta, la mesa del Señor

realmente ha sido preparada desde
los cielos para nosotros. Sabemos que
tenemos un Dios que ha preparado todo
un plan de antemano; esto no ha sido
hecho de manos que fallan, ni de manos
que engañan, sino de manos que son
perfectas.

10
En la Santa Cena, mientras tomamos el
pan, el cual representa a Jesús, entramos
en un momento sobrenatural pues nos
identificamos con quien él es y todo lo que
hizo por nosotros.
Jesús murió en la cruz y recibió todas
nuestras enfermedades sobre su cuerpo,
en fe reconocemos que es nuestro
Salvador y nos apropiamos de la promesa
de que por sus llagas fuimos sanados.
Al tomar y beber de la copa, que representa
vida, recordamos que fuimos perdonados
de todo pecado; por su sangre también
obtenemos la protección y la justicia de
Dios. Todo esto nos es dado como un
regalo de Dios para nosotros.
La Biblia nos enseña que cada vez
que compartimos la Cena del Señor,
proclamamos la victoria de Jesús en la cruz
sobre nuestro enemigo.
Tomar la Santa Cena es un acto de fe y
alabanza, donde declaramos a nuestro
enemigo que estamos protegidos por toda
la obra de Jesús en la cruz, todo esto no
hace más que provocar gratitud y alabanza
a nuestro Dios.
11
 Juan 6:53-58 (RVR1960):
“Por eso Jesús volvió a decir: «Les digo

EL PAN la verdad, a menos que coman la carne

del Hijo del Hombre y beban su sangre,

Y LA COPA no podrán tener vida eterna en ustedes;

pero todo el que coma mi carne y beba mi

Capítulo 4 sangre tendrá vida eterna, y yo lo resucitaré

en el día final. Pues mi carne es verdadera
comida y mi sangre es verdadera bebida.
Todo el que come mi carne y bebe mi
sangre permanece en mí y yo en él. Yo vivo
gracias al Padre viviente que me envió; de
igual manera, todo el que se alimente de mí
vivirá gracias a mí. Yo soy el pan verdadero
que descendió del cielo. El que coma de
este pan no morirá—como les pasó a sus
antepasados a pesar de haber comido el
maná—sino que vivirá para siempre»”.

Luego de esto, los discípulos se apartaron

a un lado y murmuraban entre sí, porque
no entendían esta palabra. Y aún hoy,
hay muchos que siguen sin entender a
profundidad la significancia del pan y la
copa.

12
Jesús dijo: “Este pan es mi cuerpo, y el que
coma de este pan, tendrá una vida (en el
presente) que vale la pena vivir, y una vida
mejor en la eternidad (futuro)”. Jesús desea
ser parte de tu presente y de tu futuro, él
desea estar con nosotros por la eternidad.
Así como Dios proveyó a Moisés y a su
pueblo pan del cielo (maná) en el desierto,
ahora nos ha dado a Jesús para saciar
nuestra hambre espiritual. Por eso no
debemos vivir por el pan diario provisto por
el hombre que sacia nuestra hambre de
manera temporal, mejor vivamos por el pan
que bajó del cielo, el pan que nos promete
vida eterna, es decir: Jesús.
proviene del mismo Dios. Jesús nos enseña
que si bebemos de su copa, estaremos
unidos a él, así como Dios está unido a
Jesús.
Como vemos en el versículo 57 de Juan
capítulo 6, la Santa Cena nos muestra la
perfecta unidad entre Dios Padre y su Hijo
Jesús, unidad a la que somos invitados a
participar cada vez que tenemos el pan y la
copa en nuestras manos.

Este pan es el símbolo del cuerpo de Cristo

y también representa la nueva vida que nos
ha dado.

Cuando Jesús habla de la copa y la sangre

que ésta contiene, se refiere a aceptar
todos los beneficios que obtenemos por
su sacrificio, pues este plan de salvación

13
 DIOS ANHELA
QUE LO
BUSQUEMOS
Capítulo 5

2 Crónicas 7:14 (RVR1960):

“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi
nombre es invocado, y oraren, y buscaren
mi rostro, y se convirtieren de sus malos
caminos; entonces yo oiré desde los cielos,
y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”.

En estos versículos Dios nos dice: “Si oran

y buscan mi rostro”. ¿Puedes imaginar
que Dios nos está llamando a buscar su
rostro? En estos versos Dios está diciendo:
“Mírame, búscame, porque si me buscas,
me hallarás.” Sabes, si lo buscamos de todo
nuestro corazón, él no se esconderá.

¿Puedes imaginarlo? Si buscas el rostro

de Dios, ¿qué piensas que verás cuando
lo encuentres?, ¿cómo crees que será ese
rostro? Estoy segura de que ese rostro
será un rostro lleno de amor y bondad hacia
nosotros, un rostro que refleje e imparta
paz.

14
Si lo pensamos bien, ¿acaso no es amor y
paz lo que sentimos cuando participamos
de la Cena del Señor?, ¿acaso no recibimos
esperanza y miramos con expectativa el
futuro al recordar que él nos salvó y liberó
de nuestros pecados?
Si la Biblia nos dice que lo busquemos,
tengo la certeza de que Dios siempre
tendrá algo bueno para darnos y yo no me
lo quiero perder, no quiero perder ninguno
de sus beneficios.
Tristemente, he tenido que escuchar a
algunos decir que Dios es un Dios que
castiga a sus hijos, nada más equivocado
que eso, justamente la Santa Cena nos hace
recordar que Cristo, de forma voluntaria, se
entregó a sí mismo, para recibir el castigo
que nosotros merecíamos.
Cuando busques su rostro, te darás cuenta
que no será el rostro de un Dios que está
enojado con este mundo con el ceño
fruncido y un rayo en la mano buscando
a quién castigar, sino el rostro de un Dios
lleno de amor. Tenemos un Dios que nos
amó lo suficiente como para enviar a su Hijo
a rescatarnos.
En este amor de Dios por nosotros,
celebramos la Cena del Señor, celebrando
lo que Cristo hizo posible en la cruz con su
cuerpo y su sangre.
15
 A veces tenemos pensamientos
equivocados acerca de la Santa Cena, y
creo que es el enemigo el que ha querido
robarnos el verdadero significado y
SIGNIFICADO DE
LA SANTA CENA
EL VERDADERO

propósito de Dios al invitarnos a compartir

la mesa.

Algunas personas me han preguntado:

¿Qué pasa si tomo de la cena indignamente?,
¿qué quiere decir la Biblia con esto?

Pues la verdad es que, cuando Pablo

estaba escribiendo estos versos, la
Capítulo 6

instrucción de la Cena del Señor era nueva

por aquel entonces, por lo cual los nuevos
creyentes la estaban realizando de una
manera ligera, sin entender el profundo
significado y poder que tenía. Ellos no

18
estaban recordando a Jesús y su sacrificio,
solo estaban saciando su apetito físico.
Lo que Pablo está tratando de decir, es
que si hay enfermos entre nosotros, eso
se debe a que no sabemos aprovechar
la sanidad que Dios ya nos ha provisto a
través del sacrificio de Jesús.
1 Pedro 2:24 (NBV):
“Cristo mismo llevó en su cuerpo nuestros
pecados a la cruz, para que muramos al
pecado y llevemos una vida justa. Cristo fue
herido para que ustedes fueran sanados”.
No tenemos un Dios que castiga, lo que
tenemos son personas que desconocen
o no entienden la salvación tan grande
que Dios ha conquistado para nosotros,
personas que no saben que su sanidad,
libertad y perdón de pecados, pasados,
presentes y futuros ya fueron ganados por
Jesús en la cruz.
Participar indignamente de la Cena del
Señor, significa hacerlo sin tomar en cuenta
todo lo que Dios ha hecho por nosotros, sin
expresar nuestro agradecimiento por cada
uno de los beneficios que ya ha provisto
para nosotros en la cruz.
19
 JESÚS
NOS HACE UNA
INVITACIÓN
Capítulo 7

Salmos 23:1-6 (NBV):

“El Señor es mi pastor, nada me falta. En
verdes pastos me hace descansar, y me
guía junto a arroyos tranquilos. Me infunde
nuevas fuerzas. Me guía por sendas de
justicia, por amor a su nombre. Aun cuando
atraviese el negro valle de la muerte, no
tendré miedo, pues tú irás siempre muy
junto a mí. Tu vara de pastor y tu cayado
me protegen y me dan seguridad. Preparas
un banquete para mí, en presencia de mis
enemigos. Me recibes como invitado tuyo,
ungiendo con perfume mi cabeza. ¡Mi
copa rebosa de bendiciones! Tu bondad e
inagotable generosidad me acompañarán
toda la vida, y después viviré en tu casa
para siempre”.

20
Me encanta saber que Dios nos ha Es triste saber que mientras algunos
extendido una invitación para sentarnos aceptan con gozo esta invitación, otros
en su mesa. Y además de esto, él mismo deciden rechazarla.
es quién ha preparado el banquete para
nosotros delante de nuestros enemigos. Debes saber que Dios nunca nos forzará
Este banquete no ha sido preparado por para que aceptemos sus regalos, sus
manos humanas o manos que fallan, sino bendiciones o la salud que tiene para
por las perfectas manos de Jesús. nosotros. Dios no fuerza la salvación sobre
nadie, aunque la salvación es un regalo
Cuando él nos invita a cenar y participar para nosotros, ella no llega de manera
con él de su cuerpo roto y de su sangre automática cuando nacemos; la recibimos
derramada, estamos ejercitando nuestra cuando decidimos aceptarla y así mismo
fe. Porque fe, para explicarlo de una con cada bendición que Dios tiene
manera sencilla, simplemente es venir preparada para nosotros.
a Jesús. Y cuando lo hacemos, cuando
nos acercamos a él, recibimos todas las Al participar de la Cena del Señor,
bendiciones que están disponibles para necesitamos saber que esta es una obra
nosotros. Una vez que recibimos a Jesús, de redención, por lo cual, este acto se
nuestra alma va siendo prosperada. convierte en algo sobrenatural.

21
 EL PAN,
Juan 6:35 (NTV):
“Yo soy el pan de vida. El que viene a mí
nunca volverá a tener hambre; el que cree
EL CUERPO en mí no tendrá sed jamás”.

DE CRISTO Juan 6:32-33 (NTV):

“Les digo la verdad, no fue Moisés quien les

Capítulo 8
dio el pan del cielo, fue mi Padre. Y ahora él
les ofrece el verdadero pan del cielo, pues el
verdadero pan de Dios es el que desciende
del cielo y da vida al mundo”.

Juan 6:51 (NTV):

“Yo soy el pan vivo que descendió del cielo.
Todo el que coma de este pan vivirá para
siempre; y este pan, que ofreceré para que
el mundo viva, es mi carne”.

22
Me encanta que Jesús nos dice: “Haz
esto en memoria de mí”. El solo saber
que Jesús me pide hacer algo, me da la
seguridad de que esto será bueno para mí.
Los elementos para participar de la Cena
del Señor son dos, los cuales simbolizan el
cuerpo y sangre del Señor son el pan y el
vino.
La verdad, no es relevante si participas de
la Cena del Señor con: galletas, pan, jugo,
agua o vino; lo importante es que lo puedas
hacer como un acto de fe. Este pedazo de
pan o galleta, representa el cuerpo de Jesús
que fue roto para que nosotros tengamos
sanidad.
Si te fijas bien, para conseguir pan, este
debe ser previamente amasado, golpeado
y aplastado, para luego ser puesto en el
fuego. La Biblia dice que Jesús soportó
sobre su cuerpo todo tipo de sacrificio,
él cargó sobre sí nuestro pecado, nuestra
enfermedad y toda maldición sobre su
cuerpo. Entonces, cada vez que estamos
participando de la Cena, al comer el pan,
estamos comiendo de todo quien es Jesús
en ese momento y estamos recibiendo su
sanidad, su fuerza y su vitalidad.
23
 BEBE,
SIÉNTATE
Y DESCANSA
Capítulo 9

Efesios 1:7 (NBV):

“Gracias a que él derramó su sangre,
tenemos el perdón de nuestros pecados.
Así de abundante es su gracia”.

Al igual que con el pan, para obtener

vino, se debe seguir un proceso. Las uvas
deben ser aplastadas, molidas, pisadas y
finalmente, puestas en un lugar oscuro; lo
cual, una vez más, representa el tremendo
sacrificio que Jesús hizo por nosotros.

Quiero que pensemos por un momento en

la copa que simboliza la sangre de Jesús.
Esta no es cualquier sangre ¿sabes por
qué? Porque en lo natural, es imposible que
la madre transmita de su sangre al bebé
que está en su vientre, esto solo puede ser
transmitido por el padre. Por esta razón, la
copa representa la sangre de Dios mismo,

24
sangre de los cielos que hace milagros,
tiene poder y es sobrenatural. Es su sangre
la que logró la exoneración y remisión de
nuestros pecados.
El participar de la Cena del Señor no se
trata de rogar por el perdón de nuestros
pecados (pues es algo que ya recibimos en
la cruz); más bien se trata de agradecer a
Dios porque ya perdonó nuestros pecados.
Al beber de la copa, declaramos que hemos
sido perdonados de nuestros pecados y
que somos aceptados a los ojos de Dios,
que somos la justicia de Dios y que somos
protegidos por él.
Muchas veces hacemos fiesta luego de
obtener algún logro o triunfo y cuando la
dificultad ha pasado. Pero lo que ahora
quiero proponerte es, que la próxima
vez que participes de la Cena del Señor,
hagas una fiesta y dances sobre tus
circunstancias. Y aunque quizás no te
sientas bien, estés en medio del caos o
tengas miedo por alguna cosa, bendice
al Señor porque su gracia es abundante
sobre nosotros y más que suficiente.
Yo te animo a que extiendas tu fe, pues
él es tu salvación y él te está invitando
a compartir todo lo que él es contigo, él
quiere que tu vida sea abundante, él te
dice: “Bebe, siéntate y descansa, pues yo
voy a pelear y derrotar a tu enemigo”.
25
 UNA
SALVACIÓN
TAN GRANDE
Capítulo 10

Hebreos 2:3 (RVR1960): Obviamente, si nos ponemos a examinar

“¿Cómo escaparemos nosotros, si nuestra vida, todos nos encontraremos en
descuidamos una salvación tan grande? falta. Debemos reconocer que en algunas
La cual, habiendo sido anunciada ocasiones, sabiendo que algo estaba
primeramente por el Señor, nos fue mal, no nos comportamos del todo bien,
confirmada por los que oyeron”. y en otras ocasiones cometimos errores
involuntarios y sin mala intención.
El apóstol Pablo habla acerca de no olvidar
esta salvación, una salvación grande. A veces nos ponemos a pensar y nos
cuestionamos: ¿Por qué dije esto o
A veces cuando participamos de la Santa aquello?, ¿qué estaba pensando en ese
Cena algunos se sienten condenados, momento? Si somos honestos, podemos
especialmente cuando leen este verso que decir que no somos perfectos y que
dice: “Examínese cada uno a sí mismo”. vivimos en un mundo lleno de pecado.
Pareciera que nos olvidamos demasiado
rápido de que Jesús conquistó con su
cuerpo y su sangre nuestra salvación.

26
Esto me hace recordar lo dicho por Isaías, A esto se refería Pablo cuando decía: “Una
un gran profeta de Dios que declara en salvación tan grande”. En otras palabras,
Isaías 6:5 (NBLA): “Entonces dije: «¡Ay necesitamos un salvador.
de mí! Porque perdido estoy, pues soy
hombre de labios inmundos y en medio Así como Pablo, debemos darnos cuenta
de un pueblo de labios inmundos habito, que tenemos un gran Salvador. Y cuando
porque mis ojos han visto al Rey, el Señor nos damos cuenta de que se trata de él,
de los ejércitos»”. que es perfecto, y no de nosotros que
tenemos faltas, podemos participar con
Si nos examinamos a nosotros mismos libertad de la mesa del Señor.
siempre nos encontraremos en falta. Por
esto, lo que realmente Dios está diciendo
es que, examines todo lo que él ha hecho
por ti. Examina o date cuenta que has sido
aprobado por Jesús; en otras palabras, no
se trata de nosotros, se trata de lo que él
hizo por nosotros.

27
 UN ACTO
DE FE Y
ALABANZA
Capítulo 11
La Santa Cena es un acto de fe, es un acto
de alabanza. Y lo que más me gusta es que
nos permite poner nuestro enfoque una
vez más en él y no en las cosas alrededor
de nosotros o en las cosas difíciles que
podemos pasar.
No hay nada mejor que alinear nuestra vida
a la palabra de Dios, alinear nuestra mente
y nuestro corazón con él.
Participar de la Cena del Señor es un acto
de fe, a través del cual declaramos que
Jesús es nuestro Salvador, declaramos que
confiamos en todas sus promesas para
nosotros y que él ya ha hecho todo por
nosotros.
30
Al comer el pan, que representa su cuerpo
durante la Cena del Señor, declaramos que
él llevó todas nuestras enfermedades y las
clavó en la cruz para darnos sanidad; por lo
cual, depositamos toda nuestra confianza
en él, confesando que ya hemos sido
sanados. A través de la cena aceptamos
toda la bendición que él quiere darnos para
nuestro bienestar.
Y al tomar la copa, que representa la
sangre de Jesús derramada por nosotros,
entendemos que ahora estamos limpios
delante de Dios, ahora Dios nos ve sin
pecado, exactamente así como ve a Jesús,
es decir: justos, santos y limpios.
¿No es maravilloso esto? Lo más maravilloso
de todo es saber que para participar de
la Cena del Señor no necesitamos de un
pastor que nos guíe, estar en la iglesia o
esperar a un domingo, lo podemos hacer
en nuestras casas cada día si lo deseamos.
Incluso podemos hacerlo por otras
personas.
1 Tesalonicenses 5:25 (NBV):
“Hermanos, oren también por nosotros”.
Te animo a que tengas una lista con
nombres de personas por las cuales
puedas interceder. Te animo a que declares
la protección de Dios sobre tu vida y la de
los que amas.

Efesios 6:18 (NBV):

“Sobre todo, oren a Dios en todo tiempo.
Y cuando lo hagan, sean dirigidos por el
Espíritu. Manténganse bien despiertos y
vigilantes, y no dejen de orar por todo el
pueblo santo de Dios”.

31
 1 Juan 4:8 (RVR1960):
“El que no ama, no ha conocido a Dios;
porque Dios es amor”.

Dios es amor y él te ama. Esta verdad es

una de las primeras que escuchamos y
aprendemos desde que somos niños,
pero a pesar de haberlo escuchado tantas
veces, aún hay muchos que creen que
DIOS ES AMOR

no son dignos de recibir el amor de Dios,

y por esta razón se pierden de todos los
Y ÉL TE AMA

beneficios que él tiene para nosotros.

Ellos piensan que su corazón no está

preparado y no está en la condición
correcta para recibir la mesa del Señor.
Pero recuerda, esto no depende de ti,
Capítulo 12

depende de Dios.

32
La realidad es, que ninguno de nosotros
somos dignos y nadie en este mundo es
digno. Y aquel que cree que es digno, se
está engañando a sí mismo porque todos
necesitamos un salvador.
Como leímos en el versículo de 1 Juan, Dios
es amor y la máxima expresión del amor es
dar.
Esta verdad demuestra la existencia
misma de la Santa Trinidad (Dios Padre,
Hijo y Espíritu Santo). Porque para que
el amor pueda existir, este necesita ser
compartido. La esencia misma del amor se
demuestra dando.
Y Dios amó de tal manera a la humanidad
que entregó a su Hijo para nuestro rescate.
Juan 3:16-17 (DHH):
“Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a
su Hijo único, para que todo aquel que cree
en él no muera, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo
para condenar al mundo, sino para salvarlo
por medio de él”.
Dios es amor, y no solo por el hecho de
haber creado al hombre, Dios es amor por
toda la eternidad.
La Santa Cena muestra de manera gráfica
la salvación que ha provisto para nosotros
y su deseo de mantenerse conectado a
nosotros.
33
 INTERCEDAMOS
UNOS POR OTROS
Capítulo 13
Efesios 2:13 (NTV):
“Pero ahora han sido unidos a Cristo Jesús.
Antes estaban muy lejos de Dios, pero
ahora fueron acercados por medio de la
sangre de Cristo”.
Ya sea que tú mismo estés pasando por
algún momento difícil, por una enfermedad
en tu cuerpo o una situación complicada,
o ya sea que algún familiar o conocido
tuyo esté atravesando por pruebas y
dificultades, creo que apartar un momento
en el día para meditar en el amor de Dios y
su sacrificio por nosotros es algo que nos
ayuda a re-enfocarnos en Dios.
34
Apartar un momento del día para participar
de la Cena del Señor es algo que Dios
mismo nos pide realizar.
Al tomar la Santa Cena, no solamente
podemos ser beneficiados nosotros
mismos de su sanidad, sino que también
podemos interceder por otros, teniendo la
confianza de saber que Dios bendecirá a
todos aquellos por quienes intercedemos.
Filipenses 1:19 (NTV):
“Porque sé que la oración de ustedes y
la ayuda del Espíritu de Jesucristo darán
como resultado mi libertad”.
1 Timoteo 2:1 (NBLA): La Santa Cena es el intercambio de salud
“Exhorto, pues, ante todo que se hagan que Jesús otorga a cada uno que está
plegarias, oraciones, peticiones y acciones dispuesto a creer en esa cruz, donde no
de gracias por todos los hombres”. escatimó pagar un alto precio por cada
uno de nosotros.
Al participar de la mesa del Señor,
decidimos pararnos en sus promesas y Participamos de la Santa Cena entendiendo
creer que esa sanidad que necesitamos que es como un canal de bendición a través
nosotros, nuestra familia o amigos, ya nos del cual podemos recibir todo lo que Jesús
fue dada en la cruz. tiene para darnos. Recibimos sanidad y
protección que fluye de su sangre hacia
Al participar de la mesa del Señor, nosotros.
accionamos nuestra fe y declaramos que
Jesús vino desde los cielos con el único
propósito de traernos salvación, libertad,
sanidad y muchas más bendiciones para
nosotros.

35
 Gálatas 5:6 (NVI):
“En Cristo Jesús de nada vale estar o no

RECUERDA estar circuncidados; lo que vale es la fe que

actúa mediante el amor”.

SU La fe es acercarnos a Jesús. Y creo que

SACRIFICIO esta es la razón por la que Jesús nos

dijo: “Hagan esto en recuerdo de
mí”. Simplemente para que podamos

Capítulo 14 acercarnos a él.

Al ponernos a reflexionar y recordar

sobre su sacrificio, de seguro nuestra
fe aumentará y recibiremos poder para
enfrentar nuestras enfermedades. Hay
poder detrás del conocimiento, hay poder
detrás de la revelación; se desata poder
cuando entendemos todo lo que Jesús
hizo por nosotros.

Si piensas detenidamente en la palabra

“recuerda”, te darás cuenta que esta no es
una palabra pasiva. No se refiere a evocar
algo desde el punto de vista sentimental,
no se refiere a algo liviano, sino todo lo
contrario. Esta palabra se refiere a algo

36
que lleva mucho peso, ¿por qué? Porque Por esta razón, no es tan importante
hay poder detrás de la idea de visualizar, cómo hacemos la Santa Cena ( jugo, vino,
de imaginar o más específicamente de pan o galleta); lo importante es por qué
“recrear”. Según el diccionario “recrear” la tomamos. Y lo hacemos en obediencia
significa: revivir una imagen lo más a Dios, recreando en nuestra mente
fiel posible de algún acontecimiento o y corazón su sacrificio por nosotros.
personaje del pasado. Al participar de la Cena del Señor nos
alineamos a su Palabra y a sus promesas.
Dicho de otra manera, la Santa Cena,
nos ayuda a revivir lo que Jesús hizo por
nosotros. Debemos recrear en nuestras
mentes las diferentes escenas que nos
muestra la Biblia. Escenas que nos hablan
de su sacrificio por nosotros. Recordemos
cuando recibió látigos llenos de odio de
soldados romanos y hasta una corona de
espinas para darnos un intercambio de
salud a nuestro favor.

Recordemos que Jesús derramó su sangre

por nosotros con el fin de cubrir todos
nuestros pecados ante el Padre y hacernos
totalmente aceptados delante de Dios.
Todo esto fue como un sello del nuevo
pacto que estaba estableciendo a nuestro
favor.

37
 JESÚS
FUE A LA CRUZ
POR AMOR A TI
Capítulo 15

1 Pedro 2:23-24 (NBV):

“Cuando lo insultaban, él no respondía
con insultos. Cuando lo hacían sufrir, no
los amenazaba, sino que se entregaba a
Dios y dejaba que él juzgara con justicia.
Cristo mismo llevó en su cuerpo nuestros
pecados a la cruz, para que muramos al
pecado y llevemos una vida justa. Cristo fue
herido para que ustedes fueran sanados”.

Cuando Jesús fue a la cruz, recibió castigo

y dolor en cada parte de su cuerpo. Sus
manos y pies fueron clavados, su frente
sangraba por la corona de espinas que
pusieron sobre su cabeza, su espalda fue
lastimada con cada latigazo que recibía, su
rostro se hizo irreconocible por los golpes
recibidos y una lanza atravesó su costado.

38
Isaías 53:3-7 (RVR1960): Jesús soportó todos estos dolores sin una
“Despreciado y desechado entre los sola queja por amor a nosotros.
hombres, varón de dolores, experimentado
en quebranto; y como que escondimos Yo creo que cada vez que él recibía un
de él el rostro, fue menospreciado, y no lo golpe, estaba pensando en ti y en la
estimamos. Ciertamente llevó él nuestras sanidad que tú recibirías. Cada gota de su
enfermedades, y sufrió nuestros dolores; sangre nos hace justos delante de Dios,
y nosotros le tuvimos por azotado, por pues llevó sobre su cuerpo la maldición del
herido de Dios y abatido. Mas él herido pecado, la condenación y la culpabilidad.
fue por nuestras rebeliones, molido por
nuestros pecados; el castigo de nuestra
paz fue sobre él, y por su llaga fuimos
nosotros curados. Todos nosotros nos
descarriamos como ovejas, cada cual
se apartó por su camino; mas Jehová
cargó en él el pecado de todos nosotros.
Angustiado él, y afligido, no abrió su boca;
como cordero fue llevado al matadero; y
como oveja delante de sus trasquiladores,
enmudeció, y no abrió su boca”.

39
 La red de hombres cristianos tienen un
dicho: “Hombría y semejanza a Cristo son
sinónimos”.

Hay muchos que al escuchar este dicho no

lo entienden, debido a que probablemente
no han tenido una buena imagen de lo
que es un verdadero padre; y es que en el
mundo hay muchos padres que se portan
PERFECTO

de manera abusiva con sus hijos. Existen

UN AMOR

hombres que abusan de mujeres y niños

con la fuerza física que Dios les ha dado.
Capítulo 16

Pero cuando decimos que hombría y

semejanza a Cristo son sinónimos, tiene
que ver con lo que la Biblia dice en Génesis.

Mientras Adán y Eva estaban en el jardín,

la serpiente (Satanás) estaba en la rama de
un árbol buscando tentar a Eva. Me hubiera
gustado que la historia dijera que Adán
apareció de entre las ramas y al ver que su

42
mujer estaba siendo tentada, se enfrentó
a la serpiente diciéndole: “Apártate de mi
esposa y mi casa”; y sacando su machete
cortó la cabeza de la serpiente. Pero la
historia no fue así.
Como vemos en Génesis 3, Adán también
estaba allí y no hizo nada.
Génesis 3:6 (NTV):
“La mujer quedó convencida. Vio que
el árbol era hermoso y su fruto parecía
delicioso, y quiso la sabiduría que le daría.
Así que tomó del fruto y lo comió. Después
le dio un poco a su esposo que estaba con
ella, y él también comió”.
En otras palabras, cuando el enemigo
atacó a Eva, el primer Adán simplemente
se quedó sin hacer nada. Pero gracias
a Dios hubo un segundo Adán y este se
llama Jesucristo. Este segundo Adán, sí
se enfrentó a su enemigo (Satanás) para
rescatar a su esposa (la iglesia) y estuvo
dispuesto a entregar su vida en la cruz,
aplastando a la serpiente y obteniendo de
esta manera una victoria para nosotros.
Colosenses 2:15 (NTV):
“De esa manera, desarmó a los gobernantes
y a las autoridades espirituales. Los
avergonzó públicamente con su victoria
sobre ellos en la cruz”.
Esto es lo que celebramos cada vez que
participamos de la Cena del Señor. Se trata
del sacrificio de amor incondicional que
Jesús hizo por nosotros.
Jesús estuvo dispuesto a darlo todo para
nuestro rescate y protección. Este es un
amor perfecto.
43
 CUANDO
TENEMOS A JESÚS,
LO TENEMOS TODO
Capítulo 17

Lucas 22:19 (NBV):

“Entonces tomó el pan, dio gracias por él,
lo partió, se lo dio a ellos y les dijo: Este
pan es mi cuerpo, que es entregado por
ustedes. Hagan esto para que se acuerden
de mí”.

Al participar de la Cena del Señor, muchas

veces lo hacemos para buscar u obtener
un resultado, beneficio o bendición para
nosotros. A veces necesitamos pedir por
alguna enfermedad, por provisión o un
milagro. Y de hecho él puede hacer todo
esto y aun más.

Pero en este versículo de Lucas 22:19,

quiero reflexionar sobre la última frase, la
parte que dice: “Hagan esto para que se
acuerden de mí”.

44
Quiero que pongamos nuestros ojos y
expectativa no en la sanidad, sino en el
sanador; no en el milagro, sino en el que
hace posible los milagros; no en la provisión,
sino en el proveedor; no en la bendición,
sino en el que es bendito. Porque cuando
tenemos a Jesús, lo tenemos todo.
Me encanta saber sobre los nombres de
Dios. Por ejemplo, Jehová Rafa, quiere
decir: El Señor sana. Lo que Dios está
diciendo es que él es la sanidad, él es
la salud. Por eso, cuando te acercas
a Jesús estás tocando la sanidad.
Lo maravilloso de todo esto es que Jesús
desea darse a sí mismo a ti. Por eso
decimos que cuando lo tienes a él, lo tienes
todo.
Jeremías 29:13-14 (NTV):
“Si me buscan de todo corazón, podrán
encontrarme. Sí, me encontrarán—dice
el Señor—. Pondré fin a su cautiverio y
restableceré su bienestar. Los reuniré de
las naciones adonde los envié y los llevaré
a casa, de regreso a su propia tierra”.
45
PARA DARNOS VIDA

¿Te has preguntado por qué Jesús usó

la figura del pan y del vino como una
representación de su cuerpo y su sangre?
Yo creo que es porque es algo simple de
entender, porque es algo práctico, es algo
muy visual, son símbolos que trascienden
SE ENTREGÓ

la época y aun los diferentes lugares del

mundo.

Tanto el grano de trigo como la uva deben

pasar por un proceso de pulverización
antes de convertirse en pan y en vino.
JESÚS

Capítulo 18

Por ejemplo, la uva debe ser pisoteada,

aplastada y puesta en un lugar oscuro
donde pueda fermentar antes de
convertirse en vino.

46
El trigo, en primer lugar debe ser cortado,
golpeado y aplastado hasta obtener el
grano. Luego debe pasar por una piedra
de molino donde será triturado para
convertirse en harina, para finalmente
ser mezclado con agua, ser amasado y
golpeado antes de ser puesto en un horno
caliente y convertirse en pan.
Todo esto es un cuadro perfecto para
describir todos los procesos por los que
Jesús tuvo que pasar para convertirse en
el pan de vida para nosotros. Jesús fue
cortado y golpeado en cada parte de su
cuerpo, su rostro llegó a ser irreconocible.
Quizás nunca lleguemos a entender la
tortura que Jesús soportó por nosotros,
pero me admira saber que él mismo
escogió de forma voluntaria hacer esto
con gozo con el solo propósito de darnos
vida.
Eso es amor, no me refiero a que él tiene
amor, me refiero a que él es amor.
1 Pedro 2:24 (NBV):
“Cristo mismo llevó en su cuerpo nuestros
pecados a la cruz, para que muramos al
pecado y llevemos una vida justa. Cristo fue
herido para que ustedes fueran sanados”.
47
 JESÚS,
EL VERDADERO HÉROE
DE LA HISTORIA
Capítulo 19

Al caminar por las calles de la ciudad a

veces nos encontramos con monumentos
en algunos parques o plazas. Estos
monumentos evocan a personajes o
héroes que hicieron algo digno como para
ser recordados en esas plazas.

Un monumento es un memorial. Cada

vez que vemos el monumento de algún
personaje de la historia estamos siendo
testigos de lo que a una generación pasada
le pareció importante. Fue tan importante
que decidieron levantar un homenaje con
el fin de que la siguiente generación lo
pueda recordar.

Es un mensaje que nos dice: ”Queremos

que las siguientes generaciones recuerden

48
lo que pasó, que no olviden lo que este
personaje hizo o logró”. Y esto mismo es lo
que Jesús nos pide hacer.
Por lo general, en las iglesias tenemos el
hábito de tomar la Cena del Señor cada
mes, en algunas iglesias lo hacen cada
semana. Pero en el Nuevo Testamento
encontramos que para los primeros
cristianos era una práctica diaria. ¿Por qué
razón? Porque querían recordar lo que
Jesús había hecho cada día.
¿Qué recordamos durante la Cena del
Señor? Que Jesús fue el más grande
héroe de la historia, pues se enfrentó al
más grande villano y lo venció dándonos
libertad, sanidad y vida eterna.
1 Corintios 15:57 (NTV):
“¡Pero gracias a Dios! Él nos da la victoria
sobre el pecado y la muerte por medio de
nuestro Señor Jesucristo”.
¿Por qué debemos participar de la Cena
del Señor todos los días? Para dejar un
mensaje a las siguientes generaciones,
a nuestros hijos e hijas; un mensaje que
diga que Jesucristo es el verdadero héroe
de toda la historia; y porque además
necesitamos cada día de él.
49
 Juan 6:35, 51, 55, 56 (NBV):
“Jesús les dijo: Yo soy el pan que da vida. El
que viene a mí no volverá a tener hambre,
y el que cree en mí no volverá a tener sed…
Yo soy el pan vivo que bajó del cielo. El
que coma de este pan vivirá para siempre.
Este pan es mi carne, que daré para que el
mundo viva… Porque mi carne es comida
verdadera y mi sangre es bebida verdadera.
El que come mi carne y bebe mi sangre
vive unido a mí y yo vivo unido a él”.

La palabra “vida”, del verso 35 de Juan 6,

en griego es (ζωή) zoe, y significa: salud,
ESPIRITUALES
BENDICIONES

vitalidad y totalidad.

La palabra “coma”, del verso 51 de Juan

6, en griego es (φάγω) fágo y significa:
FÍSICAS Y

comer, devorar, consumir; y puede tomarse

de forma literal o figurativamente, física o
espiritualmente.
Capítulo 20

Pero en el verso 56 del mismo capítulo,

la palabra “come” en griego esta vez es
(τρώγω) trógo, y quiere decir: roer, morder,
mordisquear, masticar de manera lenta.

50
La enseñanza aquí es, que comer el pan en
la Cena del Señor también se trata de una
acción física. Dios nos está diciendo que
además de bendecirte espiritualmente, él
también quiere traer un bienestar físico
para ti.
Al ser algo físico, esto me lleva a pensar y
recordar que mucha gente con solo tocar a
Jesús fue sanada. Hay tanto poder y tanta
salud en él.
En su cuerpo hay salud y poder divino. Al
comer este pan de vida durante la Cena del
Señor estamos recibiendo todo ese poder
en nosotros. Y el participar de la copa, que
contiene su sangre, sangre de los cielos,
sangre del Padre mismo, es como recibir
una inyección de vida en nuestros cuerpos.

Lucas 8:45-47 (NBV):

“Jesús preguntó: ¿Quién me tocó? Como
todos negaban haberlo tocado, Pedro
le dijo: Maestro, es mucha la gente que
te aprieta y empuja. Jesús respondió:
Pero alguien me ha tocado; lo sé porque
de mí ha salido poder. La mujer, al verse
descubierta, fue temblando y se arrojó a los
pies de Jesús. Y allí, frente a toda la gente,
le contó por qué lo había tocado y cómo en
ese mismo momento había quedado sana”.

51
 NO TIENES
QUE HACER ALGO,
ÉL YA LO HIZO TODO
Capítulo 21
En algunas oportunidades se me acercan
personas a preguntarme sobre la fe. Es
que a veces declaran que no tienen la
suficiente fe y dudan sobre los resultados
que esperan de sus oraciones.
En primer lugar, quiero decir que las
emociones en nuestras vidas son como un
sube y baja. Las emociones son increíbles
y creo que Dios nos las ha dado, pero no
como algo sobre lo que podamos pararnos
para estar firmes, porque siempre seremos
decepcionados si basamos nuestras
decisiones en las emociones.
54
Pero en cuanto a la fe, aunque a veces
pensamos que no tenemos suficiente,
quiero que sepas que nuestra fe en Dios
está basada en todo quien es él y en todo
lo que él ya hizo por nosotros. Podemos
descansar tranquilos sabiendo que no se
trata de lo que tú o yo tenemos que hacer.
Se trata de que él es fiel, de que él es la
verdad y que él es la Palabra.
Entonces nuestra confianza no está
puesta sobre algo que no existe, no está
puesta sobre algo que podría pasar o no.
No, nuestra confianza está puesta sobre
las promesas que fueron dadas por Dios
para nosotros.
Entonces no debemos dudar si seré sano o
no, o si Dios me perdonará o no; porque él
ya lo hizo. Lo único que debemos hacer es
acercarnos a Jesús y descansar en él, tan
solo un minuto en su presencia es mejor
que toda una vida intentando obtener
resultados con nuestras propias fuerzas.
Al entrar en su presencia encontraremos
todo lo que necesitamos en la vida, allí
encontraremos todo el poder necesario
para cambiar cualquier situación.
Hebreos 12:2 (NBV):
“Mantengamos fija la mirada en Jesús, pues
de él viene nuestra fe y en él es quien la
perfecciona. Él, por el gozo que le esperaba,
soportó la cruz y no le dio importancia a
la vergüenza que eso significaba, y ahora
está sentado a la derecha del trono de
Dios”.
Juan 11:40 (NBV):
“Jesús le respondió: ¿No te dije que si
crees verás la gloria de Dios?”
55
 Hechos 12:2-3:
“Apartemos la mirada del reino natural y
fijemos nuestra mirada en Jesús, que dio a
luz la fe dentro de nosotros, y que nos lleva
a la perfección de la fe. Su ejemplo es este,
debido a que su corazón se centró en la
NUESTRA SALVACIÓN

alegría o el gozo de saber que serías suyo,

soportó la agonía de la cruz y conquistó
JESÚS CONQUISTÓ

su humillación, y ahora está exaltado a la

diestra del trono de Dios”.

No sé si alguna vez has pensado en la

Santa Cena como un acto de celebración.
¿Por qué menciono esto? Porque la Biblia
dice que Jesús fue a la cruz con gozo. Estos
versos hablan del gozo que tenía Jesús por
haber conquistado nuestra salvación en la
cruz.

Aunque para lograrlo tuvo que recibir

Capítulo 22

castigo, sufrimiento y dolor. Todo dolor

era como nada para él. Y soportó todo
este sacrificio porque estaba pensando
en nosotros y en los beneficios que
recibiríamos.

56
Para que podamos recibir todos sus
beneficios, él tuvo que llevar sobre su
cuerpo todo lo malo de nosotros, todas
nuestras enfermedades, todos nuestros
pecados, toda maldición, toda culpabilidad,
toda la vergüenza por nuestros pecados,
aquellos que nos alejaban de Dios, e
intercambiarlos por salud, prosperidad,
libertad y perdón.
Todo lo que nosotros merecíamos
recibir por causa de nuestra conducta
pecaminosa, Jesús lo pagó con su sangre,
para que nosotros podamos gozar de la
salvación.
Romanos 6:23 (NBV):
“Porque si bien la paga del pecado es
muerte, el regalo que nos da Dios es vida
eterna a través de Jesucristo nuestro
Señor”.
En aquellos tiempos, morir en la cruz era
una de las formas más vergonzosas y
humillantes que podrían existir, él sufrió
de una manera terrible, pero aún así
había gozo en su corazón porque estaba
pensando en aquello que nosotros íbamos
a recibir.
Cuando tengamos el pan y la copa en
nuestras manos, pensemos en el gozo
que Jesús tenía por haber obtenido esta
salvación tan grande para nosotros.
¡Celebremos!
57
 EL TESTIMONIO
QUE DERROTA
AL ENEMIGO
Capítulo 23
Apocalipsis 12:11 (RVR1960):
“Y ellos le han vencido por medio de la
sangre del Cordero y de la palabra del
testimonio de ellos, y menospreciaron sus
vidas hasta la muerte”.
Me encanta leer el libro de Apocalipsis
porque encuentro muchos versículos que
hablan del amor de Dios sobre nosotros.
En el libro de Romanos encontramos que
somos más que vencedores en Cristo
Jesús; y en estos versos de Apocalipsis
encontramos que obtendremos la victoria
sobre nuestro enemigo. Estos versos nos
adelantan cómo terminará la historia. Es
decir, estamos leyendo el final de la historia
antes de que ésta se produzca.
58
Cuando la Biblia dice: “ellos han vencido”, se
está refiriendo a ti y a mí, nos está diciendo
que hemos vencido a nuestro enemigo, a
Satanás mismo. ¿Cómo es que lo hicimos?,
la respuesta es con la sangre del Cordero y
por el testimonio de ellos.
Yo sé que todos tenemos un testimonio
que contar, yo tengo mi propio testimonio
de cómo fui antes y cómo fui cambiada
por el amor de Cristo. Estoy segura de que
Dios ha hecho lo mismo o mayores cosas
con tu vida, por lo cual, tú también tienes
un testimonio.
Pero por un momento quiero reflexionar
sobre un testimonio en particular, y me
refiero al testimonio de Jesús.
¿Puedes imaginar a Jesús contando
su testimonio?, diciendo: “Yo fui
carpintero, hice algunos milagros, luego un
buen día uno de mis amigos con engaños
me vendió a las autoridades, me apresaron,
me juzgaron y luego me crucificaron. Todo
esto fue de manera injusta, pero yo acepté
todo eso porque era parte del plan que
Dios tenía para salvar a la humanidad. Lo
hice. Y acepté hacerlo por el profundo
amor que tengo por la humanidad”.
El pan y el vino de esa copa, representa
un un testimonio suficientemente poderoso
como para derrotar a tu enemigo, el diablo.
Derrotar la enfermedad, el dolor, la falta de
perdón, la pobreza y cualquier cosa que se
levante contra nosotros. El testimonio de
Jesucristo produce vida plena a nuestro
favor.

¿Te imaginas lo poderoso de ese

testimonio? Ese es el testimonio que vence
al enemigo. Y ese poderoso testimonio es
el que tenemos en nuestras manos cada
vez que participamos de la Cena del Señor.

59
 El libro de Lucas capítulo 8, nos cuenta la
historia de una mujer que llevaba enferma
más de 12 años. Ella padecía un constante
flujo de sangre durante todo ese tiempo.
La Biblia nos dice que gastó todo cuanto
tenía en doctores y remedios para tratar
CON TODA CONFIANZA

de obtener sanidad, pero nada de lo que

probó sirvió, por eso que no pudo encontrar
solución o remedio a su enfermedad.

Hasta que un día escuchó acerca de un

ACERQUÉMONOS

hombre que estaba sanando, así que se

atrevió a salir de su casa para buscar a
ese hombre del que todos hablaban. Y
se atrevió, porque en aquellos tiempos,
no estaba permitido que una mujer en tal
condición saliera a la calle y se mostrase en
público. Y mucho menos estaba permitido
que una mujer tocara a un rabino.

Pero ella solo pensaba: “Si tan solo pudiera

Capítulo 24

tocarlo a él, sería sanada”. Hizo su mayor

esfuerzo y a pesar de la multitud que
rodeaba a Jesús, estiró su mano lo más
que pudo hasta que lo logró.

60
Lo más sorprendente de todo es, que
Jesús sintió su toque. Y eso era porque de
él salió poder. Pero además de eso, Jesús
la buscó entre la multitud, la miró a los ojos
y hasta le habló. Esta mujer fue sanada de
forma instantánea con solo tocar a Jesús.
A veces pensamos: “Cómo me hubiera
gustado estar allí y tocar a Jesús, tocar al
Mesías hubiera hecho toda la diferencia, de
seguro yo también sería sanada”.
Pero quiero decirte que cuando Jesús
estaba en la tierra tuvo limitaciones físicas,
pues no podía estar en todos los lugares a
la vez. En la Biblia dice que cuando él murió
y resucitó, antes de subir a los cielos, nos
dejó una promesa.
Mateo 28:20 (NBV):
“Y enséñenles a obedecer los
mandamientos que les he dado. De una
cosa podrán estar seguros: Estaré con
ustedes siempre, hasta el fin del mundo”.
Por lo cual hoy tenemos la certeza de que
su presencia está aquí y todo el poder de
Jesús es accesible para nosotros.
Por nuestro lado, nuestra tarea es
acercarnos a Jesús, así como esta mujer
lo hizo, con total audacia, con certeza y así
podremos recibir su misericordia, su gracia
y su ayuda.
Esta mujer fue sanada por tocar la ropa de
Jesús. Ahora, solo imagina toda la sanidad
que recibiremos si tocamos su cuerpo.
La Santa Cena es el lugar donde hoy en día,
de una manera tangible, tenemos acceso al
cuerpo y a la sangre de Jesús.
61
 TENEMOS VIDA
EN ABUNDANCIA
Capítulo 25

La Santa Cena da vida, la Santa Cena

imparte vida a todos aquellos que la
consumen.

Cuando Jesús murió en la cruz, él derramó

su sangre por nosotros y a través de su
sangre nos dio vida por cuanto estábamos
muertos debido al pecado del cual éramos
presos. Sin ninguna duda, nuestro destino
sin la intervención de Jesús era la muerte.

Efesios 2:4-5 (NBV):

“Pero Dios es tan rico en misericordia y
nos amó tanto que, aunque estábamos
muertos a causa de nuestros pecados, nos
dio vida con Cristo, pues solo por su gracia
somos salvos”.

62
No solo Jesús nos dio vida, sino que
una vida santa, justificada, pura y en
abundancia.
La ciencia dice que la vida de cada criatura
está en la sangre, los científicos dicen que
la sangre no es vida, pero lleva la vida.
Todo el alimento que nuestras células
necesitan para sobrevivir, para crecer,
aun para repararse y reproducirse, es
transportado a nuestro cuerpo a través
de la sangre. Y eso es lo que exactamente
hace la sangre de Jesús en nosotros, nos
hace nuevas criaturas.
2 Corintios 5:17 (RVR1960):
“De modo que si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas”.
Y si hablamos sobre el cuerpo de Cristo,
el cual es representado a través del pan,
la Biblia menciona a este pan como el pan
de vida, un pan que lleva vida a nuestros
cuerpos necesitados.
Me encanta pensar que, mientras el pan
alimenta nuestra vida, la sangre es como
una transfusión de vida disponible para
todo aquel que lo necesita.
63
 Salmos 23:4-6 (NTV):
HA GANADO PARA TI

“Aun cuando yo pase por el valle más

oscuro, no temeré, porque tú estás a mi
lado. Tu vara y tu cayado me protegen y
me confortan. Me preparas un banquete
DE LO QUE DIOS

en presencia de mis enemigos. Me honras

ungiendo mi cabeza con aceite. Mi copa se
desborda de bendiciones. Ciertamente tu
bondad y tu amor inagotable me seguirán
todos los días de mi vida, y en la casa del
Señor viviré por siempre”.
DISFRUTA

La mayoría de nosotros tiene por

costumbre celebrar con fiesta y comida
Capítulo 26

cuando vemos resueltos algunos de los

problemas que nos afligen, o cuando
sentimos que hemos logrado vencer
alguna prueba que el enemigo ha puesto
en nuestras vidas.

66
Pero Dios desea que nosotros nos
sentemos, descansemos y comamos. Eso
es lo que Dios nos está diciendo en estos
versículos del Salmo 23.
Jesús nos está diciendo que él se encargará
de pelear contra tu enemigo, él nos dice
que solamente vengamos y disfrutemos,
pues ha preparado una mesa, ha preparado
un banquete para nosotros delante de la
presencia de nuestros enemigos.
Y sabes, esta mesa ha sido preparada por
Dios desde los cielos para ti. Yo considero
esto algo sobrenatural.
El verso 6 del Salmo 23 dice: “Ciertamente”,
que significa: en verdad, sin duda alguna.
Sin duda alguna ya tenemos la sanidad que
buscamos.
Sin duda alguna él estará con nosotros
todos los días.
Sin duda alguna podemos celebrar que él
ha vencido a todos nuestros enemigos.
Y todo esto es porque Dios está actuando
sobrenaturalmente en nuestras vidas.

Y así mismo es con la Santa Cena. Cada vez

que nosotros comemos algo sobrenatural
está ocurriendo en nuestro cuerpo, mente
y vida.

67
 ALABA
Y RECUERDA
SUS BENEFICIOS
Capítulo 27

Me encanta saber que las alabanzas y la

Santa Cena están tan conectadas entre
sí. De hecho la Santa Cena es un acto de
alabanza en sí misma.

En ambos casos dirigimos todo nuestro

enfoque hacia Jesús, depositamos nuestra
mirada en él. Tanto en las alabanzas como
en la Santa Cena, declaramos su poder y
ponemos todo nuestro ser en recordar lo
que Jesús hizo por nosotros en la cruz.

Salmos 103:1-2 (NBV):

“Alaba, alma mía al Señor; alabe todo mi ser
su santo nombre. Alaba, alma mía, al Señor,
y no olvides ninguna de las cosas buenas
que él te da”.

68
La Santa Cena es un acto de alabanza donde
podemos recordar lo que él ha hecho por
nosotros y donde podemos enfocarnos en
declarar todo lo bueno, grande y poderoso
que es Dios.
Podemos recordar que él se entregó por
nosotros para que seamos libres del pecado,
sanos de todas nuestras enfermedades.
Podemos recordar que nos rescató del
sepulcro, que nos rodeó de tierno amor y
misericordia. Él es el que llena nuestra vida
de un sin número de bendiciones. Y la Biblia
nos dice que hasta nos rejuvenece como las
águilas.
Isaías 40:31 (NVI):
“Pero los que confían en el Señor renovarán
sus fuerzas; volarán como las águilas:
correrán y no se fatigarán, caminarán y no
se cansarán”.
Recordar y declarar de su amor y su poder
es lo que hacemos cada vez que entonamos
una alabanza. Y lo mismo sucede cada vez
que participamos de la Cena del Señor,
ambos son un acto de fe, porque decidimos
poner nuestro enfoque y confianza solo en
Jesús.
69
 En el tiempo de la Santa Cena no es sabio
poner expectativa en nuestra propia fe,
porque nuestra fe puede fallar.

Si tú eres de las personas que dicen: “No

FIJEMOS tengo la suficiente fe para participar de

la Cena del Señor, siento que no tengo

NUESTRA la suficiente fe como para recibir lo que

necesito”.

MIRADA EN Quiero decirte que estás en lo correcto. ¡Y

JESÚS
qué bueno que no depende de tu esfuerzo
y sacrificio! ¡Qué bueno que no tenemos
que descansar en nuestros logros para

Capítulo 28
recibir algo de Dios!

Si Jesús hizo algo poderoso en la cruz, es

justamente porque nosotros no podíamos
hacerlo.

Quiero que entiendas que si aun uno de

nosotros decidiera poner en sacrificio
su propia vida por la de alguien más, ese
sacrificio no contaría para Dios debido al
pecado con el que nacimos.

70
Para que el sacrificio de la cruz fuera A través de la Santa Cena recordamos
aceptado por Dios, un inocente libre de a Jesús como el libertador que estuvo
pecado tenía que morir en esa cruz, alguien dispuesto a sacrificarse para que nosotros
cuya sangre fuera totalmente pura. recibamos todos sus beneficios.

Hebreos 9:12 (TLA): Cuando tomamos la Santa Cena estamos

“Cristo no entró a ese santuario para poniendo toda nuestra vista, nuestro
ofrecer a Dios la sangre de animales, sino enfoque y nuestros pensamientos en él.
para ofrecer su propia sangre. Entró una
sola vez y para siempre; de ese modo, de Por eso quiero animarte para que cada
una vez por todas nos libró del pecado”. vez que estés participando de la Cena
del Señor, quites tu enfoque de ti y tus
De tal forma, que no se trata de nosotros limitaciones, y pongas tu confianza en
ni de nuestros esfuerzos, no hay nada Jesús.
que podamos hacer en nuestras propias
fuerzas. Solo debemos aceptar y agradecer
que Jesús ocupó nuestro lugar por amor a
nosotros.

De eso se trata la Santa Cena, de

recordarnos a nosotros mismos que en
nuestras propias fuerzas es imposible
obtener victorias.

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 LA GRANDEZA
DE LA SALVACIÓN
Capítulo 29
Hebreos 2:3 (RVR1960):
“¿Cómo escaparemos nosotros,
descuidamos una salvación tan grande?
La cual, habiendo sido anunciada
primeramente por el Señor, nos fue
confirmada por los que oyeron”.
Estaba meditando en este versículo, y en
especial en estas palabras: “Una salvación
tan grande”. Si tan sólo pudiéramos
entender la grandeza de esta salvación.
Si pensamos por un momento, la verdad es
que Jesús no tenía que morir en la cruz.
En Romanos 6:23 dice que la paga o
consecuencia del pecado es la muerte. Pero
Jesús nunca pecó, así que él no debería
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haber ido a la cruz. Somos nosotros los que
si debimos haber recibido todo el castigo por
nuestro mal comportamiento.
Desde el principio, Dios le dio al hombre
la oportunidad de elegir y junto con esa
decisión, también le dejó una instrucción:
la de no tomar el camino equivocado,
porque al hacerlo la consecuencia sería la
muerte y vivir alejado de él.
Ahora bien, Dios no puede mentir, porque
si lo hiciera perdería su autoridad.
La Biblia dice en los Salmos que él puso
su nombre por encima de su palabra. Su
palabra es poderosa, con el poder de su
palabra creó los cielos y la tierra y todo lo
que nuestros ojos ven. Y él ha puesto su
nombre aun por encima de su palabra.
Entonces, si Dios dice algo y luego no lo
cumple, eso le daría argumentos al diablo
y aun a cualquier persona para decir que
Dios no es digno de confianza.
Por esta razón, la salvación que tenemos
es tan grande porque sabiendo Dios que
tenía que cumplir con su palabra y el
hombre debía recibir una pena o castigo
por su desobediencia, decidió pagar él
mismo esa deuda por el gran amor que
tiene a la humanidad.
El amor se demuestra dando, y Jesús
estuvo dispuesto a dar.
Juan 3:16 (RVR1960):
“Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna”.
De esta manera abrió una puerta de acceso
al cielo para cada uno de nosotros.
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 Cada vez que tomamos la Santa Cena
estamos reconociendo lo que Dios hizo
por nosotros. Y lo que él ha hecho no solo
es perdonarnos y darnos acceso a la vida
eterna, al cielo mismo. Sino que, además,
a través de la instrucción que nos dejó, ha
hecho algo que considero espectacular.

Y es que, participar de la Cena del Señor

ES SOBRE TODO,

juntos en casa trae unidad espiritual en la

LA SANTA CENA

familia. Y como extra bendición, también

nos une a una familia muy especial: la
familia de la fe.

Si meditamos por un momento, nos

daríamos cuenta de que Dios no nos ha
GRATITUD

creado para vivir esta vida solos. ¿Qué sería

de nuestras vidas si nos privamos de la
bendición de estar con nuestras familias?
Capítulo 30

Te imaginas, ¿si no hubiera alguien que

orase por ti?, ¿si no pudiéramos orar unos
por los otros?, ¿si nos privamos de estar
conectados con nuestros amigos? Hemos
sido creados para vivir en comunidad.

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Por lo mismo, no perdamos la oportunidad
de agradecer a Dios por cada miembro de
nuestra familia, la natural y la espiritual.
Salmos 133:1 (TLA):
“¡No hay nada más bello ni más agradable
que ver a los hermanos vivir juntos y en
armonía!”
Cuando Jesús estaba con sus discípulos
en el aposento alto, tomó el pan (el cual
hasta ese momento era una sola masa) y lo
partió, lo rompió en muchos pedazos, los
cuales luego compartió con cada uno de
sus discípulos. Cada pedazo provenía de
una sola masa.
Cuando compartimos la Cena del Señor,
cada pedazo de pan que tenemos en
nuestras manos es una pequeña parte de
los cientos y miles de otros pedacitos de
pan en distintas casas a lo largo de todo
el mundo. Todos esos pequeños pedazos
son parte de un solo cuerpo, el de Jesús.
El cuerpo de Cristo fue dividido para
constituir una gran familia espiritual. Por
eso digo que la Santa Cena es sobre todo
gratitud.
Cada vez que compartamos la Cena del
Señor, demos gracias por ser miembros
de una familia tan grande como la que
veremos en los cielos.
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 UN REGALO
DE DIOS
PARA NOSOTROS
Capítulo 31
Romanos 6:23 (PDT):
“El pecado da como pago la muerte, pero
Dios da como regalo la vida eterna en
unión con nuestro Señor Jesucristo”.
Dios nunca tuvo la intención de que el
hombre sufriera enfermedad o malestar, ni
siquiera que recibiera la muerte. Ese nunca
fue el plan de Dios, su plan para nosotros
siempre ha sido que vivamos una vida en
abundancia con él.
El punto es que en el jardín del Edén,
Adán y Eva no confiaron en Dios, ellos
quitaron su confianza en él. Y por un acto
de desobediencia y falta de confianza en
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Dios, comieron de aquella fruta prohibida;
y de alguna manera esto soltó un poder
destructivo sobre sus vidas, trayendo
enfermedad y muerte. Lo curioso es que
todo esto sucedió por el acto de comer.
Pero en esta versión de Romanos 6:23,
Dios nos da la oportunidad de tener el
regalo de la vida eterna. Al participar de la
Santa Cena, tenemos la oportunidad de
recibir ese regalo.
En Juan 6:48 (RVR1960) Jesús dijo: “Yo
soy el pan de vida”. Y luego nos pide que
comamos de ese pan.
Juan 6:51 (RVR1960):
“Yo soy el pan vivo que descendió del cielo;
si alguno comiere de este pan, vivirá para
siempre; y el pan que yo daré es mi carne,
la cual yo daré por la vida del mundo”.
Entonces, el pecado y la maldición entraron
en el mundo a través del comer. Pero
ahora, Dios ha hecho algo increíblemente
poderoso al darnos el pan de vida, para que
podamos comer de él y obtengamos toda
la bendición que preparó para nosotros.
Todo lo que Jesús ha hecho en el calvario
es un regalo de Dios para nosotros.
Durante la Santa Cena estamos comiendo
de su cuerpo y con ello, recibimos todo este
intercambio. Jesús llevó todas nuestras
enfermedades. Y él hace este intercambio
de salud, de vida y de perdón de pecados
a favor nuestro.
Salmo 34:8 (PDT):
“Saboreen al Señor y vean lo bueno que es
él. Afortunado el que confía en él”.
Somos dichosos por tener la oportunidad,
a través de la Santa Cena, de probar lo
delicioso que es el Señor.
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CO N F E R E N C I A E L L A S . CO M