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Estas son algunas notas tomadas de los apuntes de clases del taller de dramaturgia con Daniel
Lemahieu. Lamentablemente las fotocopias no tienen referencia biliográfica!
Elijo un tema, si es que una obra tiene un tema. Si elijo Medea, Fausto o Hamlet, me siento
liberado del trabajo ingrato de las preparaciones, de todo ese trabajo de la exposición que, a lo
largo de los siglos, tuvo que caminar un escritor de teatro.
Si no hay comienzo, y no hay fin, tampoco hay propiamente dicho, un medio entre uno y otro
¿Qué necesidad tengo de un conclusión, de un desenlace? No es un drama en miniatura, es
una parte del drama convertida en totalidad. No contentarse de imitar servilmente o
inconscientemente modelos ancianos.
Una obra breve es como el ojo de bife, de una vaca se sacan sólo un par de kilos y no tiene
desperdicio. Se usa todo.
Llevar un drama a escena significa respetar las “obras bien hechas” que obligan a “escenas que
hay que hacer”, algo de lo que la forma breve se libera. Una obra breve escapa a toda escena
obligada.
La obra breve propone un teatro vivo, vibrante. Es una acción potente en una brevedad
extrema.
Strindberg propuso obras de 15 minutos, es lo que más conviene al hombre moderno (120
años antes de microteatro!)
La aniquilación en el teatro del conflicto orgánico interpersonal, interindividual, que para llegar
a su resolución exigía cinco actos, o al mínimo tres actos. El teatro breve es una dramaturgia
del montaje en el que no hay desenlace pero sí apoteosis, ya sea en un cuadro único, o en una
sucesión de cuadros. Son motivos breves, resúmenes ridículos, fragmentos, indicios. El clímax
constante y agotador. Tiene conflictos fuertes y confusos, dinámicos, discretos, espectaculares
pero claros. Ofrece variaciones: juegos de las repeticiones y las diferencias
Antecedentes de formas breves en la historia del teatro: Las farsas, los sermones alegres, los
actos de Lope de Rueda, las habladurías de Ruzzante, las obras en un acto de Marivaux, las
tramas de la Commedia dell’Arte, los proverbios dramáticos , Musset,…
Tal vez lo que se perdió es simplemente el objetivo de la forma dramática, válido de Aristóteles
a Hegel, de escribir un drama “en” la vida. Quiero decir un episodio dramático completo,
formando una totalidad, incluyendo un revés de la fortuna, tal como es la norma del “Bello
animal” de la Poética de Aristóteles. Se abre la posibilidad de escribir el “otro drama”
Danan
En nombre de la imitación se escriben obras con todo lo que pueda haber de falso y artificial.
La brevedad misma, por fuera de las normas del teatro no tiene que adaptarse a nada de lo
que le precede. Una obra que no es lo suficientemente larga como para constituir, ella sola, el
programa entero de una representación.
Las obras breves son irrepresentables. Experimentan con el tiempo y el espacio. Trabajan una
acción dramática en unos pocos instantes incandescentes, en línea directa con las obras de 15
minutos de Strindberg.
Como son un laboratorio, son retomadas por las vanguardias. (de Kandinsky a ALIS)
Nos deja entrever nuestra relación con un mundo que él mismo es fragmentado y no es un
todo unido. Prestarle atención a la fragmentación, a lo inacabado. Algunas son un todo
perfectamente acabado, otras un fragmento de una totalidad que se les escapa.
La forma breve es un teatro en libertad: teatro político, cabaret, sátira, sketch, intervención
efímera, happening, burlesque, una forma moderna de la comedia del arte
La forma breve es un síntoma de la crisis del drama y de las formas de representación. Heiner
Muller escribió obras de no teatro escritas para el teatro.
Escribir como si la escena no fuera la prueba última de la verdad de la obra teatral, no escribir
para el teatro sabiendo por adelantado para qué teatro se escribe. Reinventar el teatro
constantemente. Dar material a los puestistas.
La ineptitud del modelo dramático para rendir cuenta global del mundo