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Los hijos de Dios aman a sus enemigos

Mateo 5:43-44

Vivimos en una época de ira y odio en el ámbito de las relaciones y


normas políticas. Lo experimentamos este verano, cuando algunas
personas fueron más allá de las protestas pacíficas y se involucraron en
comportamientos destructivos. Lo vemos en algunas campañas
actuales para ocupar cargos públicos. Desafortunadamente, algo de
esto se ha extendido a declaraciones políticas y referencias hirientes en
las reuniones de la Iglesia.

En un gobierno democrático, siempre tendremos diferencias en cuanto


a los candidatos y las normas propuestas. No obstante, como
seguidores de Cristo, debemos renunciar a la ira y al odio con que se
debaten o condenan las decisiones políticas en muchos casos.

Veamos una de las enseñanzas de nuestro Salvador, que


probablemente sea muy conocida pero que rara vez se practica:

Durante generaciones, se había enseñado a los judíos a odiar a sus


enemigos y, en esos momentos, sufrían bajo la dominación y las
crueldades de la ocupación romana. Sin embargo, Jesús les enseñó:
“Amad a vuestros enemigos” y “haced el bien a los que os aborrecen”.

Es na parte esencial en la vida del cristiano amar a nuestros enemigos


ya que es parte de los dos grandes mandamientos de nuestro Señor.
Mateo 22:37-49

Amar a nuestros enemigos y a nuestros adversarios no es fácil. “La


mayoría de nosotros no ha llegado todavía a ese estado.

Si consideramos esto que ciertamente es difícil hacerlo, leamos Mateo


7:7-8

¿Cómo guardamos estos mandamientos divinos en un mundo donde


también estamos sujetos a las leyes del hombre? Afortunadamente,
contamos con el ejemplo del propio Salvador sobre cómo equilibrar
Sus leyes eternas con los aspectos prácticos de las leyes hechas por el
hombre. Cuando Sus adversarios buscaron atraparlo con la pregunta
de si los judíos debían pagar impuestos a Roma, Él pidió que le
mostrarán leamos lucas 20:21-25.

Como podemos ver esos textos nos alientan a que a amemos a nuestros
enemigos a pesar de que aún en las circunstancias en las que se
encuentran favorecidos ya sea por la ley y sus leyes debemos
esforzarnos y amarles y respetar las leyes mientras no nos prohíban
adorar y seguir a nuestro Dios. Pero también llega el momento en el
que diario vivimos diario escuchamos ofensas diario trabajamos diario
nos estresamos nos cansamos y al acumular estrés viene el enojo o la
ira pues somos humanos y aún así Dios nos ama y nos tiene paciencia
porque también nos da un texto cuando llegamos a perder la paciencia,
Leamos romanos 4:26-27 airamos pero no pequéis no se ponga el sol
sobre vuestro enojo ni deis lugar al diablo ya al momento que ya te
enojaste enfureciste pero no ofendas no humilles no digas groserías y
no saques a la luz los problemas de los demás o sus fallas no no los
resaltes en tu enojo por lo mismo para que no peques y ya tienes el
enojo pero busca luego amistarte con el que te enojaste porque este
mismo versículo dice no se ponga el sol en vuestro enojo no dejes
pasar el día con quien haya salido mal no dejes que el día termine si no
vuelve con esa persona y hagan las paces lo más pronto posible. Para
no dar lugar al diablo y utilice esta situación para para enemistar y
alejarse de las personas aislarse perder un amigo no volver a hablar
con un familiar no volver a dirigirse la palabra con alguien en el
trabajo eso es lo que busca el enemigo hacernos quedar mal y al final
ellos digan y es cristiano.

Ya que hemos analizado los Dos grandes mandamientos el de amar a


Dios y amar a nuestros a nuestro prójimo, ¿de qué manera le mostraré
el amor de Dios a mi prójimo que me aborrece? Leamos Lucas 6:31-32

Para terminar Lucas 6:35-36

Acerquémonos al altar oremosle a Dios que ponga ese amor en


nosotros hacia nuestros enemigos hace todo aquel que nos ofende
hacia todo aquel que nos ultraja que nos humilla que nos persigue que
no solamente amemos a los que nos aman a nuestros hermanos en
Cristo sino también aquellos que me odian solo por seguir a Cristo por
ellos tenemos que orar pero también oremos para que nosotros
amemos a todos como Dios nos ama a nosotros.

Pero veamos qué nos dice en este mismo capítulo Lucas 6:27:-30

Nos dice que amemos a nuestros enemigos que hagamos el bien a los que nos aborrecen que
le demos la bendición a los que nos maldicen y que oremos por los que nos calumnian y
levantan falsos que si nos lastiman en una mejilla que presentemos la otra y todavía dice y al
que te quite la capa ni aún la túnica le niegues a cualquiera que te pida dale y al que tome de lo
que es tuyo no pidas que te lo devuelva estas últimas dos cosas es lo más difícil de cumplir
porque cuando nos quitan algo que nuestro no peleamos renegamos por qué me van a quitar
lo mío.

Aquí son manifiestas los frutos de la carne cuando nos hacen todas estas cosas porque
amamos nada más a los que nos aman y a los que nos aborrecen mejor ni los buscamos los
ignoramos no hacemos nada bien para ellos y a los que nos maldicen queremos que el señor
les haga algo en vez de orar por misericordia hacia ellos a los que nos calumnian queremos
siempre contestarles de frente ponernos al mismo nivel diciéndole también sus verdades y al
que nos golpea pues le devolvemos El puño no es más que fruto de la carne.

Ya que acabamos de leer los versículos anteriores de este capítulo pues el señor quiere que
hagamos estas cosas que amemos a nuestros enemigos, leer Lucas 6:31-34 estos versículos nos
indican qué cosas hacen los pecadores normalmente y que no deberíamos de hacer nosotros
nosotros deberíamos de ser hijo de Dios debemos ser hijos de Dios cada día y compartir el
amor de Dios con todos aquellos que nos ofenden con nuestros enemigos por qué usted dirá
cuáles quiénes son mis enemigos pues todos aquellos que no han aceptado al Señor Jesús en
su corazón ni han transformado su vida a él por medio de su palabra todos esos son nuestros
enemigos porque sus frutos sus obras son manifestaciones de la carne, y sabemos que
tenemos tres enemigos el principal que se nos olvida nuestra carne verdad pero también
tenemos a los del mundo que se dejan guiar por sus pasiones por su carne por sus deseos por
sus pensamientos por sus ideas y por enemigo se dejan guiar porque entre más buscan de sus
pecados más se llenan de malos espíritus y el otro enemigo pues el que nos cuidamos es el
diablo de sus asechanzas debemos de cuidarnos no solamente del enemigo de nuestras almas
y no solamente de nuestros enemigos en el mundo sino de nosotros mismos orando y leyendo
La Biblia y teniendo al Señor Jesús en nuestros corazones pues entonces quiénes son mis
enemigos o los del mundo nosotros debemos de amarlos y compartirles ese regalo que hemos
recibido transmitirles el amor de Dios. Lucas 6:35-36

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