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LAICOS MERCEDARIOS DE LA CARIDAD

Tema N° 32: Jesucristo / cristianismo (promesa de recibir este espíritu de siervo QUE
REALIZA AL HOMBRE: AMOR AL ENEMIGO)

ORACIÓN DE INICIO:
Señor, dame claridad y luz para no ser indiferente ante la injusticia y ante el dolor.
Que pueda desde el amor ayudar y comprender las necesidades de mi prójimo.
“Crea en mí un corazón nuevo” para que siempre pueda hacer el bien.
Ayúdame Señor a encontrar tu luz, para reconciliarme con los que me encuentro
distanciado por circunstancias personales, laborales y políticas;
para que pueda desplegar en mi vida, ese amor con que nos amas,
aun cuando no resultó ser tan fiel con tu proyecto de fraternidad con todos,
como hijos tuyos. Amén.

ESPÍRITU DE SIERVO DE DIOS: ISAÍAS 42:1-4

He aquí mi Siervo, a quien yo sostengo, mi escogido, en quien mi alma se complace. He


puesto mi Espíritu sobre Él; Él traerá justicia a las naciones. No clamará ni alzará su voz,
ni hará oír su voz en la calle. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo
mortecino; con fidelidad traerá justicia. No se desanimará ni desfallecerá hasta que haya
establecido en la tierra la justicia, y las costas esperarán su ley.

Cristo es el mejor ejemplo de cómo ser un buen siervo de Dios, entregado y obediente a
la palabra del Padre; Dios se complace de todo aquel que cumple su palabra y obedece a
sus mandatos, todos somos sus elegidos para llevar su mensaje de amor y entrega,
estamos llamados a la Santidad desde el servicio y el amor al prójimo

LA PROMESA

La Biblia está llena de promesas, especialmente promesas de Dios para nosotros, pero
la promesa que encontramos en esta porción de la Escritura es para Cristo. Es una
promesa de quién es Cristo y lo que Él hará.

En primer lugar, se refiere a Cristo como el siervo de Dios, una promesa que se cumplió
a cabalidad. Cristo mismo dijo que Él no vino a ser servido sino a servir (Marcos 10:45).
Su vida de servicio es un ejemplo para todos nosotros. Además, Dios dice que Él lo
sostiene y eso sucedió en todo momento durante el ministerio de Cristo. Su sustento
estuvo con Él en la cruz y en la resurrección, demostrando que Él era su escogido para
la obra de redención. Emmanuel “Dios con nosotros” se hizo hombre y sufrió muerte
de cruz, pero al tercer día resucitó y la tumba quedó vacía venciendo la muerte para
siempre.

AMOR AL ENEMIGO

El Evangelio de Mateo (5, 38-48) y el de Lucas (6, 27-36) dan esta enseñanza en labios de Jesús de Nazaret:

 Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a
vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial,
que hace salir el sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Pues si amáis a los que os
aman, ¿qué recompensa váis a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis
más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los
gentiles?
Evangelio de Mateo 5, 43-47
LAICOS MERCEDARIOS DE LA CARIDAD

 Pero yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien,
bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen.
Evangelio de Lucas 6, 27-28

La conclusión a la que Jesús lleva es que seamos como nuestro Padre


Celestial que es perfecto y misericordioso. Esa palabra perfecta puede
hacernos encoger debido a nuestra humanidad. Solo Dios es perfecto. Pero
la palabra perfecto en el griego original significa completo. Proviene de una
palabra primaria que significa establecer un punto u objetivo definido. Jesús
nos está diciendo que hagamos nuestra meta amar como ama nuestro
Padre Celestial.

Jesús dio ejemplos de amor y misericordia repetidamente. Todos quieren


piedad. La Biblia nos dice que la misericordia triunfa sobre el juicio. Dar
misericordia nos exige renunciar a la venganza y entregar el juicio a Dios.
Amar a nuestros enemigos no significa permitirles continuar haciéndonos
daño. Sería un fracaso amarnos a nosotros mismos como Dios nos ama.
Podemos hacer lo que está bajo nuestro control para protegernos mientras
confiamos en que Dios intervendrá.

Siempre podemos rezar por nuestros enemigos. Orar es un acto de


misericordia. Orar es amar como nuestro Padre Celestial. Orar cambia
nuestros corazones y nos acerca a Dios.

RESPONDE LAS SIGUIENTES PREGUNTAS:

¿Cómo puedo comprometerme a ser un buen siervo de Dios?

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¿Cómo puedo amar a mis enemigos?

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Menciona el acto más grande que hizo Jesús para demostrar su amor a sus enemigos:

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ORACIÓN FINAL: Dios Padre bondadoso, que das tu sol a buenos y malos, haznos
semejantes a ti para que reflejemos tu amor a todos. Nos cuesta mucho hacer el bien
a quien nos quiere mal, perdona a quien nos ofende y haznos olvidar agravios
pasados. Fecunda con tu palabra y tu gracia nuestro corazón, para que se manifieste
tu reino en nuestro mundo. Padre, que no me canse de mirarte. Sólo mirándote me
veo y solo viéndome soy capaz de Ver la Vida que me has dado: Vida en abundancia
para todos. Solo mirándote soy capaz de ver el Amor del cual estoy hecho. Amor que
vence todos los miedos y que no lleva en cuenta las faltas de mi hermano. Amén

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