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1.2 Millon, T. (1998) - Trastornos de La Personalidad. en Trastornos de La Personalidad, Más Allá Del DSMIV.
1.2 Millon, T. (1998) - Trastornos de La Personalidad. en Trastornos de La Personalidad, Más Allá Del DSMIV.
contextual en el sistema multiaxial. Componen uno de los dos ejes necesarios del trastorno mental. El formato
multiaxial revisado requiere que el conjunto de los síntomas no se evalúe como una entidad clínica separada del
contexto más amplio del paciente, que incluye el estilo de relacionarse, comportarse, pensar, sentir y afrontar
dificultades (su personalidad).
Los rasgos de personalidad son el sustrato y el contexto en el que podemos comprender mejor las formas más atípicas
y variadas de la psicopatología. Las ansiedades normales, los conflictos personales menores y las dificultades en las
relaciones sociales son precursores de los problemas mentales graves. Con la personalidad como base contextual, los
especialistas son más capaces de comprender la dinámica y el procedimiento a través del cual se presentan los
síntomas clínicos, sean sutiles o espectaculares.
Los trastornos de la personalidad están inmersos en un pluralismo conceptual que contrasta de forma notable con la
epistemología intrínsecamente integradora del mismo constructo de la personalidad. La totalidad de la personalidad se
conceptualiza cada vez más a través de perspectivas particulares. Los sistemas de pensamiento que tienden a la
cohesion son los que mejor permiten comprender el fenómeno de la personalidad y sirven además como fundaqmento
para la taxonomía de sus trastornos.
Perspectiva integradora
Busca una síntesis entre las otras dos perspectivas. Ambos aspectos de nuestra ciencia deberían integrarse de forma
que no solo poseyésemos un conocimiento exhaustivo de cada constructo de la personalidad y su relación con otros,
sino también un conocimiento profundo del universo de mecanismos transaccionales a través de los cuales las
personalidades individuales se transforman durante su desarrollo. Es necesario un punto de partida para comprender al
individuo, y las verdades universales y las particulares no pueden reconciliarse completamente, pues en última
instancia el individuo es un fenómeno singular que solo es accesible parcialmente a la ciencia y a sus métodos.
Sistema
Este concepto ofrece un nivel óptimo de precisión y alcance si se pretende crear un puente entre las dos
perspectivas.
Constructo integrador que contiene elementos estructurales y funcionales. La parte y el todo se unen mediante
procesos autorreguladores.
La unidad de análisis apropiada en los sistemas es la limitación, algo que actua para disminuir el número de
estados o configuraciones que pueden asumir otras partes del sistema. Algunas son más severas que otras en el
sentido de que excluyen más posibilidades.
Si la personalidad como ciencia informa sobre el caso individual, se debe luchar contra las formulaciones en las que
las diferentes construcciones nomotéticas pueden integrarse como un todo orgánico. La estructura del campo debe
reflejas su materia de estudio.
La esencia de la personalidad reside en su holismo implícito. No todos los mecanismos de defensa funcionan igual de
bien en todos los estilos interpersonales. Aunque las necesidades, motivos, mecanimos, rasgos, esquemas y defensas
forman parte de la personalidad, nunca constituyen la historia completa. Como constructo, la personalidad busca
englobar la matriz entera de la persona con el fin de diferenciar del remolino de comportamientos algunos principios
subyacentes, lógicos y organizadores que engloban precisamente el funcionamiento individual. La personalidad nos
lleva a observar los comportamientos manifiestos en conexión uno con otro como medio por el cual inferir algun tema
o unidad de propósito subyacente con el cual cada aspecto del todo es de algun modo numerable. Como constructo, la
personalidad nos lleva más allá de la superficie, para sacar conclusiones e integrar las diversidades manifiestas
basadas en principios lógicos latentes.
Estos principios nomológicos se basan en actividades adaptativas desde el punto de vista evolutivo que son aplicables
a todo organismo vivo como un sistema biopsicosocial: existencia (placer-dolor), adaptación (activo-pasivo),
replicación (Yo, otros) y abstracción (pensamiento-sentimiento). Cada actividad va asociada a una polaridad o
bipolaridad que confiere contenido al sistema.
La idea de un sistema es una unidad de análisis más consistente desde el punto de vista estructural que un rasgo o una
categoría, aunque estas últimas unidades pueden ser convenientes para la comunicación clínica. Las implicaciones y
los beneficios de los conceptos de sistemas para los trastornos de la personalidad se han traducido en principios
intrínsecamente conectados desde un punto de vista lógico.
CARÁCTER
Características distintivas que constituían la “marca” de la persona. Al emplear las etiquetas “estructura del carácter” y
“trastornos del carácter”, los teóricos analistas se refieren a las características del comportamiento y del pensamiento
que están muy arraigadas y se mantienen relativamente imperturbables a lo largo de la vida.
Es la forma habitual en que se armonizan los elementos relacionados con las demandas internas y el mundo exterior,
es una función de una parte de la personalidad constante, organizada e integradora, que es el Yo. Esta concepción
excluye al Ello y al Superyó.
Otra concepción es que cuando hablamos del carácter de una persona, aplicamos probablemente una forma moral de
juzgar el comportamiento, tomando características asociadas al superyó.
TEMPERAMENTO
La atención está sobre el Ello. El sustrato biológico del que emerge la personalidad. Refleja todo lo que tiene que ver
con lo más constitucional, la bioquímica, endocrinología, y la estructura neurológica que subyace a la tendencia a
responder a la estimulación en determinadas áreas.
Estado de animo habitual de la persona, su periodicidad y su intensidad. El término se ve restringido a la disposición
constitucional de un individuo para la actividad y la reactividad emocional.