Serie 4 Monsters Love Curvy Girls Michele Mills

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Portada
Martes, 22 de febrero de 2022

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Disclaimer

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Créditos

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His Human Organizer

Monsters Love Curvy Girls #4
Michele Mills

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Sinopsis
Un jefe alienígena malhumorado contrata a una adorable y

curvilínea humana para que organice su desorden, ¡y jura no
dejarla ir nunca!
Estoy comprometida con el mismo tipo aburrido desde hace
cuatro largos años, y todavía no hay fecha de boda a la vista.
Grrr. Estoy completamente harta de esta farsa, así que le digo a
mi “prometido” que voy a aceptar un trabajo fuera del planeta,
con la esperanza de que este escandaloso comportamiento le
permita romper finalmente nuestro ridículo compromiso. No lo
hace. Así que me voy y me convierto en asesora de organización
de un terrorífico alienígena.
Mi malhumorado jefe es Skoll Strikestone, un soldado de
aspecto satánico que escupe fuego y tiene una profunda cicatriz
que le atraviesa la cara. Dudo de mi propia cordura al aceptar
este puesto, pero este tipo realmente necesita ayuda para poner
orden. Es un hombre rudo que recibe clases de resolución de
conflictos por orden judicial y me ha contratado para que
arregle el desorden que ha creado en su cabaña en las tierras
salvajes.
Uf.
Pronto empiezo a darme cuenta de que este demonio de mal
genio tiene un interior de malvavisco suave. Y los abdominales
más duros que he visto nunca. Esos largos colmillos, las garras
dentadas y la cola con púas hacen que mi corazón se estremezca.
Un gran problema: técnicamente estoy comprometida con
otra persona, y también lo está Skoll. Y como cada uno de
nosotros sigue comprometido con estos antiguos compromisos
—falsos—, no puede haber entre nosotros más que miradas
acaloradas y conversaciones emocionales.
*Llora*
Oh, diablos, creo que me estoy enamorando de un hombre
que no puedo tener.
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Capítulo 1
Ariana
—Me llamo Ariana González, quinta y no voy a aguantar esta

mierda.
Esta declaración tiene menos fuerza de la que debería,
teniendo en cuenta que la estoy proclamando en voz alta ante
una oficina vacía, pero expresar mis intenciones me hace sentir
mejor al instante. Me echo el pelo oscuro por encima del
hombro, levanto la barbilla y me pongo de pie.
Soy una González de una larga estirpe de González conocida
por su actitud de no tomar prisioneros.
Mi madre disparó al sheriff. La abuela se enfrentó sin ayuda a
los Hurlians que intentaron arrebatarle a su familia. La bisabuela
González dirigía una próspera red de contrabando en el mercado
negro. Y mi tatarabuela, Ariana González la primera, fundó el
pueblo en el que vivimos.
Por mis venas corre la sangre de estas mujeres fuertes, de
mentalidad independiente y compleja, y sé que ha llegado el
momento de tomar las riendas. Basta de esta mierda en la que
otros manejan mi propia vida. Estoy comprometida con un
hombre al que sólo le importa el dinero que tengo en mis
cuentas y la ventaja que puedo aportar a su carrera. Es
realmente ridículo. He estado comprometida durante cuatro
largos años y... ya es suficiente.
Mi padre instigó esta mierda, pero falleció hace poco: su
funeral fue la semana pasada. Y ahora tengo veintidós años.
Una mujer adulta. Se acabó.
Abro la puerta de golpe y salgo al pasillo.

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Hoy voy a dejar a mi falso prometido.

Antonio ni siquiera sabe que trabajo en el nuevo edificio del
gobierno. Es una locura. ¿Cómo puede no saberlo? Recorro los
pasillos en su busca y finalmente encuentro a mi prometido en la
rotonda iluminada por el sol. Es alto y fantásticamente guapo. Es
fácil distinguir sus anchos hombros, su elegante traje oscuro y su
corbata roja. Espero en la cola, como todos los demás, la
oportunidad de hablar, aunque sea brevemente, con José
Antonio Flores Sánchez, el alcalde de nuestra ciudad. "Toño",
como le llaman las chicas, suspirando soñadoramente, es
carismático y extremadamente popular, y la cola, que avanza
lentamente, está llena de mujeres que se ríen y coquetean
fingiendo que tienen asuntos reales que atender. ¡Gracias a
Dios!, he tenido la precaución de llevar mi tableta.
Cuarenta minutos después, llego a la parte delantera de la
cola. Antonio me mira con confusión, claramente sin saber quién
soy. Un empleado le susurra algo al oído y su cara se ilumina: —
¡Oh, hola, señorita Fernández González, me alegro de verla de
nuevo!
—Ariana—le recuerdo—. Y he dejado de lado mi apellido
paterno. Ahora sólo soy Ariana González. Soy tu prometida,
¿recuerdas?
Hay jadeos de sorpresa a nuestro alrededor y voces que
murmuran preguntas:— ¿Es su prometida? No puede ser. ¿Por
qué estaba esperando en la cola con nosotros? ¿Por qué no sabía
que el alcalde estaba comprometido?
—¡Huh! —Me coge la mano con su fría palma, muy poco
impresionado.
De cerca, veo los dientes blancos y la perfección de sus labios.
El pelo negro y brillante y los ojos oscuros y brillantes son

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hipnóticos. Su voz es profunda y melodiosa. Tiene una ligera

barba en la mandíbula que le da un toque varonil a su pulido
exterior. Debería estar tan asombrada como los demás, pero la
magia no funciona conmigo. Soy inmune a sus encantos.
Me mira de arriba abajo. Su sonrisa inicial desaparece y sus
labios se curvan con disgusto.
Uf. Sé exactamente lo que está pensando: aquí está de nuevo
esa "chica gorda". La chica con la que se obliga a casarse porque
mi riqueza y mi nombre le darán la presidencia algún día. Nos
casaremos y él me dejará atrás y utilizará mi dinero para
impulsar su carrera política en Singapur: "Mi esposa es la última
mujer de la línea González", dirá con orgullo a sus electores,
aunque rara vez me vea.
Ese sería mi futuro con este hombre. Lo veo claramente y me
horroriza.
¿Por qué querría pasar mi vida con un marido que cierra
los ojos y fantasea con otras mujeres para follarme? ¿Por qué
querría eso para mí? Y también, ¿por qué Antonio querría eso
para sí mismo? ¿No puede encontrar otra manera de
conseguir lo que quiere de la vida que incluya la vida con una
pareja que realmente ame? Esto es terrible para los dos.
—Ariana...—repite con resignación—. Ha pasado mucho
tiempo.
Sí, ha pasado mucho tiempo. Han pasado tres años, diez
meses, ocho días y cinco horas, para ser exactos, desde la última
vez que hablamos en persona: —Voy a aceptar un trabajo fuera
del planeta—Le anuncio.
Vuelve a poner cara de confusión: —No, no lo harás.
—Sí, lo voy a hacer.

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Mira a todas las personas que están escuchando

descaradamente nuestro intercambio. Les dedica una sonrisa
falsa y se inclina hacia delante como si estuviéramos teniendo
una conversación agradable, pero me agarra con fuerza la mano
y sisea: —No te vas, joder.
—Me voy—insisto—, he intentado enviarte un mensaje para
decírtelo, pero nunca respondes a mis mensajes. Hago citas y las
cancelas—Así que aquí estoy, contándole esta importante
noticia en una sala abarrotada de gente, con montones y
montones de personas escuchando mientras hablamos, pero eso
es culpa suya y no siento ningún remordimiento.
—Nos vamos a casar—Dice—. No te vas a ir.
Me quito su mano de encima:— ¿Cuándo? No hay fecha fijada
para esta boda. Llevamos cuatro largos años comprometidos. No
nos amamos. No quieres casarte conmigo. Nunca nos hemos
besado ni hemos tenido una conversación real. Somos extraños.
Esto es ridículo. Rompe el compromiso y cásate con otra.
La ira aparece en sus perfectas facciones antes de que pueda
ocultarla: —No voy a romper el compromiso.
Claro que no. Maldita sea. Hay mucho en juego. En el
momento en que mi padre le propuso la idea, se lanzó de cabeza
a coger mi dinero y salir corriendo: —Bueno, deberías romperlo,
porque no quiero casarme contigo. Me voy y no vuelvo nunca.
Esta es la única manera. No puedo romper nuestro
compromiso yo misma. Estoy legalmente obligada a casarme con
este hombre hasta que decida que no me quiere. Un equipo de
abogados ha tratado de sacarme de esto y no pueden. Antonio
Flores tiene que romper él mismo nuestro compromiso o
efectivamente nos casamos cuando él quiera. O me caso con él
en el momento y lugar que él elija o pierdo mi herencia y me

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quedo sin dinero y sin casa. Por eso es tan indiferente. Cree que
estoy atrapada. La mayor parte de mi dinero está en
fideicomiso hasta que me case. Papá se aseguró de que sólo
pudiera heredar si me casaba con el hombre que había elegido
para mí.
Antonio no ha necesitado mi dinero o mi nombre todavía, así
que me ha mantenido en su bolsillo trasero. Pero el gobernador
se retira pronto, y Antonio necesitará mi dinero para llenar las
arcas de su campaña. Tengo que salir de este aprieto ahora
mismo, antes de que sea demasiado tarde.
— ¿Te vas? —Me pregunta—¿A dónde vas?
—Me voy a Tarvos a tomar un puesto como organizadora
profesional.
Enarca una ceja:— ¿Tarvos? ¿Dónde diablos está eso?
—Es un planeta muy, muy lejano—declaro, porque realmente
tampoco sé dónde está. Acabo de aceptar este trabajo hace dos
horas, justo después de haber visto las imágenes granuladas que
alguien envió de Antonio teniendo sexo sudoroso con su
asistente semidesnuda contra la pared de su despacho de
alcalde. Qué asco. Son veinte segundos de mi vida que nunca
recuperaré—. Deja que me vaya—me enfurezco—. Y puedes
casarte con otra persona que te haga más feliz—Miro fijamente a
cierta asistente de aspecto familiar que está justo detrás de él y
que tiene la gracia de sonrojarse de vergüenza.
—No—responde con firmeza—. Las líneas González y Flores
se unirán para crear una dinastía política. Esa fue la última
voluntad de tu padre en su testamento.
Pongo los ojos en blanco. Todo esto es tan ridículo. ¿Como si
me importara que nuestras líneas se unieran? La política y el
poder no son lo mío. Sería más feliz si me contratara para

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organizar sus oficinas en lugar de hacerme su esposa. Además,

no tiene ni idea de la rabia que le guardo al hombre que me crió.
Javier Fernández García no se tomó bien la muerte de su mujer.
Mi madre murió al dar a luz y, con los años, mi padre pasó de ser
el hombre que mi madre admiraba a ser un hombre mezquino y
verbalmente abusivo que, sospecho, me culpó de su muerte.
Cuando llegué a la edad adulta, vivía en el ala más lejana, lo más
alejada posible de él y, sin embargo, cada vez que nos
cruzábamos, se aseguraba de lanzar otro comentario negativo.
"Si no estuvieras tan gorda, Antonio se casaría contigo
inmediatamente", le encantaba despotricar. "¡Es tu culpa que
esté alargando este compromiso! ¿Por qué querría casarse con
una chica fea? Adelgaza un poco".
Grrr.
Hice todo lo que pude para crearme una vida que no incluyera
el juicio de papá y el falso compromiso que había establecido.
Fui a la universidad, trabajé duro y empecé una carrera
incipiente. Papá siempre pensó que la obsesión de su hija por la
educación era una estúpida pérdida de tiempo, considerando
que si me casaba con quien él quería estaba lista para la vida.
Pero yo sabía que era mi boleto de salida. Y ahora estoy
preparada para sobrealimentar esos planes y dar un paso hacia
mi futuro.
—Nunca seguiré los deseos de Javier —proclamo—. Esos eran
sus deseos, no los míos. No me voy a casar contigo. Entiendo las
consecuencias y acepto el resultado.
Antonio se queda boquiabierto. Tanto él como yo sabemos
que si no me caso con él, nunca heredaré mi fondo fiduciario. Es
cierto que, sobre el papel, este matrimonio suena muy bien: es
increíblemente guapo y el soltero más codiciado de Mumbai. Y

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es el maldito alcalde. Mi padre, en algún nivel, pensó que estaba

haciendo lo correcto para mí. Entonces, ¿por qué no querría
casarme con Antonio Flores? ¿Tal vez porque no le importo
nada y me considera de su propiedad?
Cuando nos conocimos, yo era una adolescente tranquila. A
los dieciocho años escuché a Antonio despotricar con sus amigos
sobre cómo no sabía cómo iba a "levantársele" cuando
finalmente tuviera que acostarse con esa "gorda de González"
con la que estaba comprometido y que sólo había dicho que sí
por el dinero. Corrí a mi habitación y lloré hasta que no me
quedaron lágrimas y... de alguna manera conseguí levantarme
del suelo y seguir adelante.
Ahora que mi padre ha fallecido, tengo dos caminos: aceptar
el futuro elegido para mí o declarar mi libertad. Elijo la
libertad. Ganaré mi propio dinero y eventualmente recuperaré
mi herencia. Esos dos no pueden ganar. Yo decido mi propio
destino.
—Vamos a mi despacho para discutir los asuntos en privado
—Dice el alcalde, haciendo un gesto para que salgamos de la
sala—. Estoy seguro de que podemos resolver esto juntos y
encontrar una solución.
Resoplo. ¿Ahora quiere una cita? ¿Ahora quiere hablar?
Apuesto a que le encantaría acorralarme en privado: —No—Doy
un paso atrás—. Es demasiado tarde para eso—De ninguna
manera voy a estar a solas con él. Eso no me augura nada
bueno. ¿Tal vez Antonio pensó que la sangre González se
había saltado una generación? Está a punto de aprender lo
equivocado que está.
—Ariana—Su voz tiene un toque de ira—. Ven conmigo ahora
mismo...

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—No voy a ninguna parte contigo—Anuncio y vuelvo a mirar

a la multitud. Es hora de que todos sepan la verdad sobre cómo
me ha estado tratando—. ¿Por qué querría resolver esto
contigo? —Proclamo en voz alta, asegurándome de que todos
puedan oírme—Me voy del planeta y rompo contigo porque
durante todo el tiempo que hemos sido novios te has acostado
con docenas de mujeres. Y todo el tiempo me has hecho asistir a
las exploraciones corporales mensuales del personal médico,
asegurándote de que seguía siendo virgen para tu noche de
bodas. Ya es suficiente. No voy a aguantar esta mierda ni un
segundo más.
Jadeos de horror surgen de la multitud:— ¿Te hizo examinar...
mensualmente? ¿Durante los últimos cuatro años?
—¡No puedo creerlo, carajo!
—Siento mucho que te haya pasado eso—me dice una mujer
mayor de amables ojos azules desde mi lado.
—¡Gracias! —respondo con voz áspera. El personal médico
nunca me tocó y sólo me hizo simples escaneos de todo el
cuerpo mientras estaba completamente vestida; ésta es la única
razón por la que pude dejar que esta parodia continuara durante
tantos años. Pero el recordatorio constante de que mi valor
estaba vinculado a si me habían penetrado o no, y que mientras
tanto Antonio podía tener sexo con quien quisiera, era
enloquecedor. Mi padre y mi prometido intentaban enseñarme
que sólo dos cosas medían mi valor: mi inocencia y mi aspecto,
y nada más; ambas cosas se guardaban para mi futuro marido. Y
como mi apariencia era deficiente, se me despreciaba, se me
relegaba al final de la fila y no era digna de ser amada... Supongo
que me habría creído esta mierda si no me hubiera enterado de
que en otros planetas y en otras especies, las hembras no son

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tratadas así. En algunas especies las mujeres son las que

mandan.
—¡Oh, vaya! —Exclama una voz cercana—Eres una verdadera
González. Antes no estaba seguro... ¡pero ahora lo sé!
La cara de Antonio se pone de color rojo oscuro. Sus labios se
curvan y me señala con un dedo:— ¿Qué truco estás haciendo
aquí? Nada de esto es nuevo. Sabes que puedo tener la mujer
que quiera en este pueblo—gruñe—, cualquier mujer, pero aun
así he estado dispuesto a rebajarme y casarme con tu gordo
trasero. Quiero asegurarme, como mínimo, de que voy a tener
una virgen y no las sobras de otro hombre. ¿Te das cuenta de lo
embarazoso que será tener que mostrarte como mi esposa?
¡Mírate! —Señala—Te estoy haciendo un favor. Me merezco una
medalla por haberte aceptado. Si intentas abandonar este
planeta, vivirás para lamentarlo. Nunca podrás conseguir algo
mejor que yo.
Hay un silencio en la multitud. Están sorprendidos de que
haya dicho la parte silenciosa en voz alta. A mí no. Este es el
verdadero Antonio, exponiéndose para que el mundo lo vea.
Levanto la barbilla, pongo las manos en las caderas y doy un
paso más. Sí, tengo sobrepeso, pero también soy guapa y sé
que en realidad soy un gran partido. Soy inteligente,
divertida y leal. Tengo buen pelo, piel y... y... este gilipollas no
puede definirme: —¡No! —Le grito—Antonio, tienes suerte de
tenerme. Me importa una mierda tu aspecto o tu posición.
Rompo contigo porque me has tratado como una mierda y no me
acostaría contigo ni aunque fueras el último hombre de la Nueva
Tierra. Ya no somos novios porque sé que puedo hacerlo mejor
que tú. De hecho, mírame.

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—¡Vamos, chica!—Dicen las voces— ¡Dale caña! —Silbidos,

gritos y aplausos estallan alrededor, junto con amplias sonrisas
y pulgares levantados con ánimo. Las mujeres sostienen tabletas
en alto. Oh, vaya, ¿este intercambio va a salir en directo? —
¡Ya es tendencia! —grita una mujer.
El comportamiento de Antonio cambia al instante. Suelta las
manos y pone distancia entre nosotros, luego vuelve a pegar una
sonrisa falsa y se vuelve hacia las tabletas: —Mi prometida y yo
hablaremos de este asunto en privado—declara con voz
tranquila—. Seguimos comprometidos y nos casaremos en la
próxima rotación planetaria.
¿Nos casaremos? Oh, diablos, no. Me muerdo el labio y
decido dejarle creer que ha ganado, por ahora. Le enviaré un
mensaje más tarde desde Tarvos.
—Sal del vestíbulo y abandona planeta—me susurra una
mujer al oído—. Lo mantendremos a raya por ahora. Ponte en
marcha y toma tu libertad.
La humedad arde en mis ojos. Esto es tan dulce que no puedo
soportarlo.
—¡Deprisa!
Asiento con una inclinación de cabeza, giro sobre mis talones
y salgo rápidamente del edificio.
—¡¿Ariana?! —Antonio grita desde atrás mientras las mujeres
ruidosas e iracundas se acercan y lo acorralan bajo la rotonda—
¡Ariana, vuelve!
Hago un gesto grosero con el dedo corazón por encima del
hombro y sigo adelante, con un poco de descaro en el
movimiento de mis caderas. No necesito esta basura negativa en
mi espacio mental, nunca más.
Me voy de aquí.

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Un coche me espera en la puerta y me lleva a la nueva

estación de transporte de Mumbai. Es la segunda estación de
este tipo que se construye en la Nueva Tierra y tengo la suerte
de que está en mi ciudad.
Durante el trayecto empieza a llover de forma intempestiva.
Miro por la ventanilla la lluvia, que aumenta rápidamente, y mi
mente se llena de acontecimientos en la rotonda: lo que dijo
Antonio, lo que yo dije a cambio y cómo respondió la multitud.
Pienso cada vez menos en el molesto prometido que dejé atrás y
más en las encantadoras mujeres que me apoyaron. La
amabilidad que me ofrecieron esas señoras, todas ellas
desconocidas, fue increíble.
De repente, me siento animada. ¿Quizás todo este
arriesgado proyecto funcione al final?
Mi maleta está lista. El personal de la casa está preparado
para cuidar la enorme mansión de nuestra familia mientras yo
no esté. Pero ¿quién sabe si alguna vez volveré y la heredaré?
Los bienes de papá están gestionados por un equipo de
abogados despiadados que insisten en que sólo puedo vivir en la
casa de mi infancia si sigo comprometida, de lo contrario me
echan y la venden en una subasta.
Muy duro.
Mientras tanto, los abogados que contraté para que me
ayudaran a salir de este lío dijeron que mi única baza contra
Antonio era mudarme fuera del planeta y establecer mi
residencia en algún lugar de los cuatro sectores donde las leyes
de sucesión fueran más amables con las mujeres, así que estoy
siguiendo el consejo legal y me voy a la porra fuera de este
planeta.

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El puesto que acepté ya se lo habían ofrecido primero a otro

hombre de mi equipo de trabajo, pero conseguí que cambiaran
nuestros nombres para que el puesto fuera para mí. Me encogí
de hombros y me mordí el labioinferior. Sin embargo, le
conseguí un buen aumento de sueldo por sus problemas, así que
ahí está. Yo necesitaba este trabajo más que él.
Y de repente, algo brillante atraviesa la carretera lluviosa.
Respiro. ¿Era un gatito? No puede ser.
—¡Detenga el vehículo! —grito.
El coche se acerca a la acera y se detiene por completo. El
cielo es gris y el tiempo ha pasado de ser una llovizna a una
verdadera tormenta. Las calles ya están inundadas de agua. Es
genial. La puerta se abre y al instante me arrepiento de no haber
traído una chaqueta. Nueva Tierra es semiárida y normalmente
no llueve a estas alturas de la temporada, así que no estoy
preparada. Me muevo alrededor del vehículo y llego al borde de
la carretera.
No es uno, sino dos pequeños gatitos están encogidos en la
cuneta. Los dos son pelusas blancas y anaranjadas. ¿Por qué
están aquí solos?
—¡Oooh, bebés! —canturreo. Adoro a los gatos tanto como
cualquier otro ser humano de la Nueva Tierra. Son uno de los
pocos animales que vinieron con nosotros desde el planeta
original. Miro a mi alrededor y no veo ni una sola persona cerca,
ni siquiera una casa de la que hayan podido salir estos gatitos.
Estamos en un tramo de campo abierto. Me resulta inconcebible
que estos dos bebés desaliñados estén aquí solos. Hay una gran
variedad de depredadores en la Nueva Tierra que consideran a
los gatos una excelente fuente de alimento. No puedo dejarlos
atrás—Ustedes dos vienen conmigo—anuncio.

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Sueltan un coro de pequeños maullidos mientras me agacho y

los cojo en brazos, sin importarme lo más mínimo que me
ensucien la camisa. Los meto en el vehículo conmigo y le ordeno
que siga su camino. Así es como acabo en la estación del
transportador con una camiseta blanca cubierta de huellas de
patas sucias, sosteniendo mi maleta con una mano y dos gatitos
maullantes en el otro brazo.
El personal del transportador intenta quitarme los gatitos
para "ayudarlos y limpiarlos", pero conozco este juego y no caigo
en él. Los agarro con más fuerza. El personal solo quiere mis
queridos gatitos para ellos: "Uy, mira, se ha olvidado de estos,
supongo que tendré que quedármelos".
Ni hablar.
Beso la parte superior de sus preciosas cabecitas y hago saber
al personal que no necesito ninguna ayuda.
Enumeran las normas y reglamentos de transporte y repasan
lo que ocurrirá y lo que hay que esperar. Tengo que admitir que
estoy un poco aterrada. Nunca he utilizado un transportador,
pero es esto o subir a un transatlántico espacial, que tardará un
ciclo lunar completo en llegar al otro lado de los cuatro sectores.
Así que, transportador será.
Antonio no puede casarse conmigo si no estoy en la Nueva
Tierra y se niega a seguir con la ceremonia real. No podré
casarme con nadie más si él no rompe el compromiso, pero eso
está bien por ahora. Prefiero estar arruinada y sola que casada
con ese hombre. No más escáneres médicos. Nadie vigilando
todos mis movimientos. Puedo trazar mi propio futuro y tomar
mis propias decisiones.
— ¿Preparada? —pregunta el asistente.
—Lista.

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La secuencia comienza y siento el cosquilleo de los átomos

que se separan en mi vientre. Los gatitos se acomodan,
probablemente aturdidos en silencio.
Me voy y no tengo ni idea de adónde, así de desesperada
estoy. ¿Cómo será este planeta misterioso? ¿Cómo será mi
nuevo cliente, o en realidad mi nuevo jefe? Todo lo que he
sabido hasta ahora es que voy a ayudar a un soldado a organizar
su vivienda. Hmm. Espero que le gusten los gatitos.

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Capítulo 2
Skoll
Llego tarde.
Miro la hora en el panel del vehículo, aprieto la mandíbula y
conduzco más rápido. El cierre de una carretera cercana ha
obligado a tomar una ruta más larga hacia la ciudad, lo que ha
duplicado mi tiempo de llegada. He llamado antes para avisar al
personal del retraso, pero sigo muy agitado, como si presintiera
el peligro.
El ser que contraté para organizar mi armamento se está
transportando a Tarvos esta tarde. No necesito nada de esta
supuesta "ayuda" con la organización, pero la acepto para
conservar mi puesto en el equipo Molten Lava. Las clases de
resolución de conflictos ordenadas por el tribunal son
obligatorias, y me han dicho que ponga mi "casa en orden", o
estoy fuera del equipo. Estas órdenes vienen directamente de
Cap y Hannibal, así que sé que van en serio.
El gobierno me dio una lista corta de profesionales aprobados
para dirigir el Proyecto de Desarme de Strikestone. El primer ser
que entrevisté me desagradó. El segundo era un varón altanero
al que descarté tras nuestra primera charla en vídeo... y ahora
me encuentro a regañadientes con el tercer ser de la lista
aprobada, porque no hay nadie más.
Esta vez la agencia envía a un humano. No estoy seguro de por
qué era necesario un humano, pero tengo que ir con quien los
tribunales han elegido. Los humanos son raros en este lado de
los cuatro sectores y nunca he conocido a un macho de esta
especie. Lo único que me importa es que este humano trate mi

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colección con respeto, porque si no lo hace, le arrancaré las

entrañas mientras grita de dolor y alimentaré con sus vísceras a
los pájaros cenizos del lugar.
Me río y sonrío ante esa maldita imagen.
Voy a tener que controlar mi ira y mi agresividad naturales
para esta tarea. Tengo que permitir esta "auditoría" de mi
propiedad porque los militares están dispuestos a arrasar mi
cabaña y destruir toda mi colección. La consideran insegura.
Esto es ridículo, pero es lo que se ha decidido, así que necesito la
ayuda de este humano. Este ser tiene la capacidad de firmar mi
propiedad como "segura" y hacer que todo esto desaparezca. Y si
dice que es irreparable, mi colección será eliminada al instante y
el pabellón de caza de mi familia será condenado. El gobierno
me quitará la tierra y la venderá en el mercado abierto. Y yo
estaré fuera del equipo.
No puedo dejar que eso ocurra.
Aparco, salgo de golpe de mi vehículo y me precipito por el
vestíbulo de la estación -sin importarme a quién derribo con mis
prisas- y atravieso la puerta de la sala del transportador.
Llego al caos total.
Maldita sea. ¿Qué está pasando aquí? Una mujer humana
está de pie sobre un disco transportador, gritando. El personal
está en semicírculo a su alrededor. Y dos pequeñas criaturas de
aspecto extraterrestre están dando vueltas por la habitación.
¿Una mujer?
Me detengo y miro atónito. Oh, diablos, esto es
completamente inesperado, pensé que la agencia enviaría a un
hombre humano. Pero no hay duda de sus exuberantes curvas.
Lleva una especie de tela blanca que le cubre el torso y le rodea
el cuello y la parte superior de los brazos. La ropa es muy

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extraña y, sin embargo, sigue siendo agradable a la vista. Tiene

los mismos folículos extraños que tienen todos los humanos en
la parte superior de la cabeza, pero los suyos son mucho más
largos. Carece de cuernos, garras o cola, pero no es tan incolora
como los otros humanos que he conocido. Esta hembra es
frondosa y suave en todos los lugares correctos. De hecho, es
extremadamente hermosa.
He tenido el placer de aparearme un par de veces en el
pasado, pero fue hace tantos años que lo he olvidado. A menudo
me he preguntado si no tengo el deseo sexual de otros machos, si
hay algo malo en mí. Mi compañero de equipo, Aníbal, se ha
acoplado con placer a todas las hembras no apareadas en
nuestras instalaciones de trabajo. Pero cada hembra se lo
propuso primero. Mientras tanto, ni una sola hembra no
apareada de nuestro personal ha solicitado mis "servicios".
Tiendo a asustar a las hembras. La cicatriz irregular que me
atraviesa el lado derecho de la cara y el cuello no ayuda.
Lilith Hearthstone, mi prometida, es la única mujer de Tarvos
que me ha aceptado por mi forma de ser y parece disfrutar de mi
compañía. La invité como mi cita oficial al Baile Real del Fuego, y
la he llevado a muchas comidas caras, y ni una sola vez me ha
mirado con miedo o disgusto. Hace diez ciclos lunares le pedí
que me acompañara a la corte y se convirtiera en mi enlace. Ella
aceptó, pero no hemos concretado la fecha exacta, ni siquiera
hemos celebrado una ceremonia de declaración de vinculación
real. No importa, pronto será mía.
Ya he encontrado a mi futura vinculada, así que ¿por qué mi
mente está cautivada por esta humana?
Esto no tiene sentido.

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La hembra vuelve a gritar. Un gruñido bajo retumba en mi

pecho al oír su angustia. ¿Hubo un error? ¿La agencia ha
enviado al ser equivocado? ¿Es por eso por lo que está
disgustada? Avanzo para ofrecerle consuelo y rápidamente me
doy cuenta de que la multitud que rodea a mi humana no ayuda.
Las indicaciones que le dan la asustan. Necesita espacio.
—Fuera. ¡Ahora! —Les grito por encima del pandemónium—
Salgan todos de aquí. Me encargaré de esto solo.
Se vuelven hacia mí con distintos niveles de "¿quién se cree
que es?". Algunos de los miembros del personal dan un paso
atrás, pero la mayoría permanece beligerantemente inmóvil.
¿Estos Hyrrokin están cuestionando mi autoridad? Soy un
miembro del equipo Molten Lava. Soy un Strikestone de una
antigua línea de lanzallamas. Seguirán mis instrucciones o
pagarán las consecuencias. Levanto la cabeza, abro mis
poderosas mandíbulas y lanzo un estruendoso y llameante
rugido de Strikestone que resuena en el espacio cerrado. El
fuego se dispara sobre sus cabezas y chamusca el techo.
Chillan y gritan, y se produce un ajetreo posterior mientras el
personal se apresura a salir de la habitación. La puerta se cierra
detrás de ellos con un golpe satisfactorio.
Je, je. A veces mi aspecto rudo resulta útil.
Miro a la mujer. Se ha arrinconado en un rincón y las lágrimas
corren por su suave rostro. Esto es inaceptable. También es
totalmente culpa mía. Si hubiera llegado antes, habría sido el
primer ser que hubiera visto. Atravieso una serie de discos
transportadores inactivos y me pongo delante de ella.
Ella chilla y llora más fuerte.
¿Qué es esto? ¿Por qué sigue asustada? —Mujer... mujer,
mírame—La agarro por los hombros.

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Empieza a agitarse, como si intentara escapar.

—Estás a salvo—le explico—, estás en Tarvos. Soy tu nuevo
empleador, Skoll Strikestone. He llegado para recogerte. Siento
haber llegado tarde.
—¡¿Qué?! —Jadea ella, escuchando por fin mis palabras— ¿Tú
eres... tú eres mi...? —Niega con la cabeza—. No, no puedes serlo.
—Sí, lo soy. Soy Skoll Strikestone, tu nuevo jefe.
Me mira a la cara y gime. Sus ojos recorren mis rasgos,
observando mis colmillos excepcionalmente grandes y mis
cuernos negros. ¿No ha visto nunca otra especie?
—¡¿Es una pesadilla?! —grita.
Mi ceño se frunce: —No.
— ¿Estoy muerta y esto es el infierno?
Supongo que se refiere a un infierno: —No. Estás viva y a
salvo—Aunque posiblemente sufra una locura inducida por el
transportador—. Esto es Tarvos —repito—. Soy un Hyrrokin.
¿Por qué estás alterada? ¿Ocurrió algo que te causó angustia?
—Llegué y miré a mi alrededor y todos ustedes parecen... —
Agita sus pequeñas manos en el aire, como si eso lo explicara
todo—¡Y respiran fuego!
Espero que diga algo más, pero se muerde el labioinferior y
sigue mirándome fijamente a la cara. Sus luminosos ojos oscuros
siguen la cicatriz dentada y fruncida a lo largo de mi mejilla, bajo
la mandíbula y por la garganta. Y... se calma. Esto es inusual. Mi
cicatriz suele hacer retroceder a las mujeres.
Ella mira el techo carbonizado de la sala del transportador y
exhala: —Bueno... no eres realmente mi jefe, ¿verdad? En
realidad eres mi nuevo cliente.
Entorno de ojos:— ¿Hay alguna diferencia?
Se encoge de hombros.

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¿Por qué huele tan bien? ¿Y por qué sus dos pequeñas
manos agarran ahora mi cinturón negro, cerca de la hebilla,
y rozan mi piel desnuda? Mi vara se agranda en el pantalón.
Respiro con fuerza y doy un paso atrás. Entonces casi tropiezo al
evitar pisar algo pequeño.
—¡Oh, no! —Extiende la mano— Lo siento mucho... ¿estás
bien?
Me enderezo y miro hacia abajo a tiempo de ver dos pequeñas
criaturas blancas y anaranjadas que corren por mis pies:— ¿Qué
son? —Pregunto y hago una pausa para mirarlos más de cerca—
¿Trajiste un bocadillo para comer después de tu viaje?
—¡¿Qué?! —Jadea—¿Has dicho "bocadillo"?
—Sí—Señalo a la pequeña criatura que está pacientemente
sobre mi pie—. Este es un bocado perfecto. ¿Vas a sacrificar y
cocinar a los dos después, o sólo los comes crudos? —pregunto,
con verdadera curiosidad por conocer estas costumbres de la
Nueva Tierra.
—No. No, esos son mis gatitos y no son comestibles. Son
mascotas.
— ¿Mascotas? —Los humanos tienen extrañas mascotas. Me
agacho y recojo uno de estos "gatitos" en mi garra y luego
también levanto el otro para examinarlo más de cerca. Los
pongo a la altura de los ojos y me complace observar sus
diminutos colmillos, garras y colas. Ambos me sisean y luego se
acomodan en mis manos y aceptan mi contacto.
—Son crías de gato —explica—. Los llamamos gatitos cuando
son pequeños. Encontré a estos dos abandonados en la cuneta
justo antes de dejar Nueva Tierra y no podía dejarlos allí solos.
Necesitaban ayuda, así que los traje conmigo. Espero que esté
bien...

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Un gruñido bajo retumba en mi pecho mientras pienso en su

petición. ¿Quiero a estas dos bestias como compañeras
mientras trabajo con esta hembra? Tendré que viajar con ella,
así como con estas criaturas, y tenerlas cerca durante un tiempo
indeterminado. Paso suavemente una garra por sus pequeños
lomos peludos y miro sus grandes ojos azules. Parecen bastante
inocentes: —Lo permitiré—respondo finalmente.
Ella suelta un suspiro: —¡Gracias! —Luego me regala una
sonrisa deslumbrante y genuina. Sus lágrimas finalmente se han
evaporado— Siento mucho... todo lo que ha pasado hasta ahora.
No sé qué me pasó. Me llamo Ariana González, encantada de
conocerle, Señor Strikestone.
—Llámame Skoll.
Me mira tranquilamente con una expresión de perplejidad en
su precioso rostro.
—Vamos—ordeno, con voz ronca. No importa el aspecto
adorable y exótico de esta mujer -o las interesantes criaturas
que ha traído-, sigo detestando la idea de que me ordenen
eliminar mi colección de armas. Además, esta humana parece
hacer que mi cuerpo se inflame de lujuria y no sé por qué. Estoy
vinculado al honor de mi intención y no me comportaré con
deshonor. Mi lealtad está con Lilith.
La humana extiende la mano como si quisiera recuperar sus
mascotas. Sacudo la cabeza: —Bien—se ríe ella—. Sujétalos tú
—Entonces agarra el asa de su maleta. Le pongo una garra en la
parte baja de la espalda y la guío hacia la puerta lateral del
aparcamiento público.
Los dos "gatitos" y la humana se acomodan conmigo en el
asiento delantero de mi todoterreno. Las pequeñas bestias
colocan sus cálidos cuerpos junto al mío y se quedan dormidas al

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instante. Arranco el vehículo, salgo de la bahía y comenzamos el

largo viaje de vuelta a mi cabaña en la naturaleza.
—Mira, se están acurrucandojunto ti—ríe el humano—. Les
gustas.
Su risa es como el tintineo de la música en el viento. ¿Por qué
todo en ella es tan agradable?
— ¿Adónde vamos? —pregunta.
Me muevo en mi asiento. Su cercanía en este vehículo está
empeorando las cosas. Ya he encontrado mi límite, Lilith debería
ser la única hembra que me causara esta atracción instantánea.
Excepto que nunca he sentido esto por Lilith. Todavía no nos
hemos apareado. Ella sólo ha permitido un beso casto,
prefiriendo que guardemos nuestra primera vez para después
de nuestros votos.
La humana me mira con unas pestañas imposiblemente largas
y unos ojos oscuros y preciosos, esperando mi respuesta. Mis
garras se tensan sobre el volante. ¿Tal vez debería parar y
pedir un sustituto?
—Te llevaré a mi cabaña en las tierras salvajes—respondo,
sellando mi destino. Soy miembro del equipo Molten Lava. Tal
vez esta elección sea de esperar. A menudo me gusta vivir al
borde del peligro, sólo para ver lo que hay al otro lado—. Esta es
la propiedad que requiere tu habilidad organizativa —explico—.
Es el lugar donde vivo y donde tendrás tus aposentos mientras
completas tu proyecto.
— ¿"Tierras salvajes"? ¿Vamos a dejar esta ciudad y salir a la
selva?
Respondo con un gruñido.
Ella se encoge de hombros, aceptando tranquilamente la
lejanía de mis alojamientos, lo cual es bueno porque esta cabaña

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ha estado en mi familia durante generaciones. Es literalmente lo

que soy. Heredé el domicilio como hijo mayor de la línea
Strikestone. Algún día se la pasaré a mi familia ampliada o a mi
propio hijo o hija, si es que tengo la suerte de tener mi propia
descendencia. Debe permanecer en la familia Strikestone.
Lilith no ha estado en mi cabaña, pero ha visto fotos. Planea
visitarla. Es entonces cuando sé que verá el valor de llevar a
nuestra futura descendencia allí. Esto es lo que importa.
Las dos pequeñas bestias que trajo el humano dejan escapar
suspiros. La hembra extiende la mano y acaricia su suave pelaje.
— ¿Has puesto nombre a tus mascotas? —pregunto.
— ¿A los gatitos? ¿Que si he puesto nombre a los gatitos? No,
todavía no. Acabo de verlos. Todavía no los conozco lo suficiente
como para ponerles nombre.
Asiento con la cabeza porque esto tiene sentido. Y entonces
empiezo a pensar en posibles nombres para sus criaturas.
— ¿Has trabajado antes con un organizador? —pregunta.
—Sí, me emparejaron con otros dos para este proyecto.
—Oh. ¿Cómo fue eso?
—Desastroso. Eres mi tercera opción.
Sus labios se fruncen:— ¿Soy tu tercera opción?
—Eras la última ser de la lista —aclaro—. Un varón era el
último, pero me enviaron una mujer en su lugar. No entiendo
por qué hubo un cambio de planes—La miro—. Y tú pareces
muy joven para un ser con la experiencia que requiero.
Niega con la cabeza, murmura algo en voz baja y mira por la
ventana. Luego coge su tableta y pulsa la pantalla: —Pido
disculpas por no ser el ser que esperabas. Hubo un conflicto de
agenda de última hora y me enviaron a mí en su lugar. Le envío
mi currículum y mi historial de trabajo para que sepa con quién

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está trabajando. También he adjuntado mis credenciales,

certificaciones y pruebas de mi pertenencia a la Asociación de
Organizadores Profesionales Intergalácticos. Soy joven, pero le
aseguro que tengo exactamente las mismas cualificaciones que
necesita para completar este proyecto que el ser que esperaba
en un principio.
Gruño en señal de acuerdo: —Estás aquí para aprobar la
seguridad de mi colección de armas—le digo—. No necesito que
hagas que mi cabaña parezca "bonita".
—De acuerdo. Las armas... —Ella asiente—Puedo ayudar con
eso.
Heh. Eso fue más fácil de lo que esperaba. Este fue un punto
de fricción con los últimos seres que despedí. En cuanto los otros
descubrieron que estaban trabajando con un coleccionista de
armas, se erizaron de miedo y aversión.
La hembra se acomoda en su asiento para mirar por la
ventana. Salimos de la ciudad y nos dirigimos a los espacios
abiertos y salvajes: —Es la primera vez que salgo del planeta —
admite—. Es hermoso aquí. Tarvos es un planeta precioso.
Asiento con la cabeza porque es cierto, mi planeta es hermoso.
Esta mujer no tiene el mismo tipo de personalidad que los otros
dos organizadores que entrevisté. Los otros seres parecían más
interesados en el diseño y el estilo, lo cual me importa un bledo.
Y las armas eran su línea dura. Espero que esta hembra esté de
acuerdo en que no hay nada malo en la colocación actual de mi
armamento y firme rápidamente para que este proyecto quede
atrás.
—Estoy deseando trabajar contigo y ayudarte a ordenar tu
colección —Dice con voz somnolienta. Finalmente, sus ojos se
cierran. Se apoya en la puerta, le cuesta ponerse cómoda. La

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agarro de la muñeca y la acerco, decidiendo que puede dormir

contra mí. Se apoya en mi costado, una sonrisa se dibuja en sus
labios y se queda dormida al instante. Y yo lo disfruto en secreto.
Su pelo huele de maravilla.
Conduzco con una garra en el volante y la otra rodeando a mi
nueva organizadora profesional, hasta que llegamos al bache de
la entrada de mi tierra. La adorable humana parpadea despierta
y se sienta. Se frota las manos sobre su suave rostro mientras el
vehículo rebota a izquierda y derecha: —¡Oh, no!—Dice
roncamente—Siento mucho haberme quedado dormida contra
ti.
—No te preocupes—le digo.
Ella niega con la cabeza: —No, estuvo mal que te hiciera eso
otra vez. Ser tan... tan...
Y entonces giramos en la entrada y la humana contempla mi
cabaña por primera vez. Se queda con la boca abierta:— ¿Aquí es
donde vives?
—Sí—respondo con orgullo en mi voz—. Esta propiedad ha
pertenecido a mi familia durante generaciones.

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Capítulo 3
Ariana
Estoy literalmente tratando de averiguar qué estructura se

supone que es habitable.
—Es un antiguo pabellón de caza—sigue explicando mi
cliente con una voz profunda y sexy mientras aparca su robusto
vehículo todoterreno en una pequeña y desvencijada bahía. La
luz del sol se cuela a nuestro alrededor por las grietas del techo.
Hago todo lo posible por seguir siendo profesional y mantener la
mente abierta sobre este lugar, pero es difícil.
—Esta no es mi residencia principal—Dice mientras recoge
suavemente a mis dos gatitos con sus súper afiladas garras
plateadas. Los gatitos permanecen tranquilos y dóciles, y no les
importa en absoluto que este alienígena de aspecto satánico los
manipule. No puedo creer cómo estos dos bebés se han
vinculado tan fácilmente con este temible demonio de color rojo.
Estoy un poco celosa. Me arañaron mucho, tratando de escapar
de mis brazos mientras estábamos en el coche.
Supongo que lo entiendo porque yo también me siento atraída
por él. Este tipo parece una criatura de mis pesadillas más
oscuras, respira fuego y está obviamente molesto por tener a
una organizadoraimpuesta por la corte en su medio ambiente.
Estaba gritando en la sala del transportador porque me pilló
desprevenida descubrir que los Hyrrokin parecían demonios,
pero cuando él empezó a hablarme, me calmé inmediatamente.
Hay algo extrañamente relajante en su voz y en su aroma.
—No vivo aquí a tiempo completo—Dice mientras abre la
puerta del coche—, pero me quedo a menudo entre misiones...

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Después de que la cabaña y las dependencias fueron asaltadas

en el último ciclo lunar, me ordenaron organizar este lugar o el
gobierno lo cerrará y subastará —Luego sale y cierra la puerta
tras de sí.
Mis ojos se agrandan:— ¿Después de que asaltaran tu cabaña?
—murmuro para mis adentros. ¡Dioses!, es obvio que tengo
que dedicar tiempo esta noche a leer detenidamente su
expediente. ¿En qué me he metido? Sí, antes admitió que tenía
una colección de armas fuera de control, pero... ¡mierda!
¿Qué tan grave es?
Cojo mi maleta y Skoll abre la puerta del pasajero. Es tan
grande y tiene el pecho desnudo que juraría que tiene un
paquete de ocho abdominales duros. Nunca he visto nada igual.
Ninguno de los hombres Hyrrokin que he visto hasta ahora
llevaba camisa. Todos ellos, incluyendo las mujeres, estaban
descalzos. Las mujeres llevaban camisetas estilo tubo, pero para
los hombres las camisas y los zapatos parecen ser opcionales en
este mundo. Y todos son tan grandes y musculosos. Me siento
pequeña, blanda y menuda en comparación con los Hyrrokin.
—Mi cabaña fue allanada por el Departamento de Armas y
Fuego—responde cuando salgo, como si me hubiera oído
hablar—, no entiendo todo el alboroto. Mi colección no tiene
nada de malo. Pero tengo muchas instalaciones externas...
Me pongo a su lado. Huele a jabón limpio, a sol y a tierra
fresca. Me distrae un poco. Sus cuernos, su cola y sus garras
brillantes no son tan aterradores como lo eran hace una hora:—
¿Tu cabaña no está clausurada ahora mismo? —Pregunto.
Mi malhumorado jefe extraterrestre me lanza una mirada
aguda: —No. Es perfectamente habitable —gruñe—. Sólo es muy
vieja. El interior es mejor que el exterior.

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—Vale... ¿puedo tener recepción aquí fuera? —pregunto,

haciendo un gesto a mi tableta mientras salimos juntos de la
bahía del vehículo. Él sostiene a los gatitos y yo arrastro mi
maleta detrás de mí.
—Sí. Hice instalar la baliza de red 100G la temporada pasada.
También añadí un techo solar completo con batería de respaldo
de largo alcance y un sistema de filtración de agua.
—¡Oh, bien! No tenía ni idea de que iba a trabajar en el
desierto—admito mientras me escabullo lentamente por el
barro negro y me pongo de puntillas alrededor de una serie de
charcos de color turquesa. Mis zapatos blancos aún están
húmedos por la extraña tormenta de la Nueva Tierra y ahora
están manchados con este barro oscuro. Uf. Hice la maleta como
si fuera a trabajar en una casa u oficina en una ciudad. Esto es
totalmente diferente.
De repente siento la necesidad de explicarme con él: —Señor
Strikestone... Skoll... ¿puede oírme? Quiero disculparme de
nuevo por cómo grité antes en la estación del transportador—
Realmente me molesta que me haya comportado de forma tan
poco profesional. Realmente tengo la intención de empezar una
vida más allá de la Nueva Tierra y este trabajo tiene que
funcionar. Después de que este proyecto termine necesitaré una
buena referencia de Skoll para ayudar a crecer mi base de
clientes o para ser contratada por otra agencia gubernamental.
Trabajos como este son raros. Este proyecto es mi única
oportunidad para demostrar mis habilidades y convertirlo en
algo más grande y mejor. No puedo desaprovecharla—. Es que
no sabía cómo eran el Hyrrokin—intento explicarle.
Skoll se detiene y mueve la cola, dándome tiempo para
alcanzarlo. Me mira con las facciones ensombrecidas: —Los

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Hyrrokin son conocidos por su fuerza y poder. Somos una

especie antigua y orgullosa.
Trago nerviosamente y trato de responder: —Oh, por
supuesto que sí. Es que...
—Sólo... ¿qué?
—Bueno, no lo sé.
¿Cómo puedo decirle que toda su especie parece mi peor
pesadilla? Como una criatura que se arrastró desde las fosas del
infierno. Se eleva sobre mí ahora, como un vengador oscuro. Piel
roja, cuernos negros y colmillos afilados... Skoll parece una
recreación exacta de Satán, la raíz de todo mal. Sólo con ver el
equipo de Hyrrokin que estaba cerca en la sala del transportador
me hizo gritar como una niña. Y cuando Skoll sopló esa llama
sobre las cabezas de todos, me meé un poco en los pantalones.
Por un momento me confundí y pensé que me estaba atacando.
No suelo asustarme tan fácilmente, pero resulta que las criaturas
de aspecto satánico y que escupen fuego son mi perdición. Pero
no puedo decirle nada de eso a mi nuevo cliente, así que cambio
de tema.
—Dime, ¿qué implica mi trabajo? —Todavía no hemos llegado
a los detalles de este encargo. Todavía hay muchas cosas que no
sé.
Gruñe y continúa caminando: —Voy a impedir que destruyas
mi colección de armas. Y luego vas a aprobar esta cabaña y nos
iremos por caminos separados.
Le sigo y trato de ocultar mi sonrisa. Habla totalmente en
serio cuando dice que no quiere que toque sus preciadas
posesiones. Sin embargo, eso forma parte de mi trabajo,
consolar a los clientes y ayudarles a entender que la
reorganización es en realidad una forma de cuidar mejor lo que

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aprecian. No es la primera vez que me encuentro con alguien

que atesora algo que no quiere que sea tocado por extraños.
Pero una colección de armas... eso va a ser complicado.
— ¿Qué tipos de armas tienes? —Pregunto, tratando de
aprender más—¿Hay blasters y bombas? —Mi ceño se frunce—
¿Es seguro este lugar?
—Por supuesto, es seguro—gruñe Skoll Strikestone—. Soy un
soldado. El terreno aquí es denso en cuanto a follaje. La selva
está llena de depredadores mortales. Las bestias de fuego pasan
cerca de aquí en su migración anual. Un volcán activo está cerca.
Es un lugar maravilloso. Hace mil años, éste era el principal
pabellón de caza del palacio real. Pero ahora el coto está
dividido en tierras privadas y públicas. Ninguna de estas
propiedades es ya propiedad de la familia real Hyrrokin. La
poseo yo.
Me quedo atónita en silencio. ¿Bestias de fuego? ¿Un volcán
activo? Y... nunca respondió a mi pregunta original sobre si tiene
bombas en la propiedad. Genial.
—Vamos a entrar —ordena—. Les mostraré dónde van a
dormir.
Hay tres estructuras, así como otros edificios bajos distantes.
No puedo averiguar cuál de ellas es la vivienda principal porque
ninguna parece habitable. Skoll comienza a moverse de nuevo y
esta vez mis ojos recorren su cuerpo desnudo. Sólo lleva unos
pantalones negros largos que parecen tener varios bolsillos, y
nada más. Veo la perfección de las ondulaciones a lo largo de su
musculosa espalda y esos hombros imposiblemente anchos
mientras camina por el sendero embarrado y lleno de baches. Sí,
es aterrador, pero debajo de los cuernos, la piel roja y las garras,

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Skoll está construido como el hombre más fuerte y sexy que he

visto nunca.
Nos dirigimos hacia un edificio alto cubierto de vegetación
verde brillante. Tras una inspección más detallada, es obvio que
se trata del albergue principal. Trozos de piedra gris y vigas de
madera de ébano conforman el exterior. Unos peldaños
conducen a una entrada en ruinas. La puerta, desgastada, chirría
al abrirse y, una vez que cruzamos el umbral, parece una
residencia real. Dentro hay una chimenea rústica de casi dos
pisos de altura. Las gruesas vigas de ébano se elevan por encima.
Grandes sillas de madera, un largo sofá, algunas mesas y una
pequeña y funcional cocina conforman el espacio. Un pasillo
conduce a la parte trasera de la cabaña. No es muy grande, pero
servirá. Paso por encima de un montón de flechas. Hay espadas y
lanzas ornamentadas por todas partes... armas que debieron ser
utilizadas por su especie en la antigüedad.
Skoll deja a los gatitos en el suelo. Ellos merodean
adorablemente. No puedo soportar lo lindos que son.
—Tenías razón—le digo—, este lugar se ve mejor por dentro.
¿Puedo hacerle una pregunta?
Mi temible jefe responde con un gruñido.
— ¿Qué trabajo han hecho ya los otros organizadores? ¿Por
qué espacio han empezado? Lo pregunto para saber qué se ha
empezado y poder continuar donde ellos lo dejaron.
—Todavía no se ha hecho nada, nadie ha estado aquí más que
yo desde la incursión.
— ¿Ninguno de los otros organizadores vino a esta cabaña?
—No, eres la primera en llegar hasta aquí. Entrevisté a los
otros vía holo vídeo y cancelé nuestras citas durante las
discusiones iniciales. No resultaron bien.

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Mi corazón se calienta. ¿Por qué me gusta que haya

cancelado a los dosanteriores y se quede conmigo en su
lugar? Aunque a decir verdad, Skoll tuvo que aceptarme como
su tercera opción porque no había nadie más, ¿no? Además,
pensó que se quedaría con Nate, pero terminó conmigo en su
lugar. Aun así, es agradable saber que soy su "primera". ¿Pero
soy la organizadora que realmente quiere? Le di mis
referencias, pero es importante que el cliente se sienta cómodo
con la organizadora con la que trabaja. Sin esa base, nada más
funcionará. Así que le pregunto:— ¿Te parece bien que sea tu
organizadora profesional? —Le miro fijamente, esperando
nerviosa su respuesta. Realmente necesito este trabajo, pero no
tanto como para empezar mi nueva carrera endosándome a un
cliente que no está dispuesto a ello.
De las fosas nasales de Skoll sale humo: —Todavía lo estoy
decidiendo—responde.
¿Todavía lo estoy decidiendo? Vaya.
Entonces mira por segunda vez un anticuado reloj mecánico
en la pared.
— ¿Pasa algo?
Su mandíbula se aprieta: —Mi clase es dentro de un cuarto de
hora.
— ¿Tu clase?
—Mi clase de resolución de conflictos por orden judicial—
responde con sinceridad.
¿Clase de resolución de conflictos por orden judicial?
Queridos dioses. ¿Este hombre acapara armas y además tiene
problemas de control de la ira? En serio, ¿en qué me he
metido? ¿Rechazó a los otros dos organizadores
profesionales, o ellos lo rechazaron a él?

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Vuelvo a mirar todo el armamento escondido en los rincones,

expuesto en la pared y en las estanterías, o bien colocado en
pilas, que ahora parece mucho más amenazante. ¿Se trata de un
ciudadano normal Hyrrokin que colecciona pero que se le
escapóde las manos, o estoy trabajando con un extremista
loco que está tramando en secreto una insurrección desde su
cabaña en las tierras salvajes?
—No hace falta que te quedes aquí conmigo si necesitas unirte
a una clase de holo-suite—le digo con cuidado—, puedo buscar
por mi cuenta al principio si necesitas ausentarte.
—No, puedo empezar tarde. Me quedaré. Me quedaré para
decirte qué hacer con mi armamento.
Coloco mis palmas hacia afuera: —Vale, has lo que quieras—
Respondo, tratando de no prejuzgar el estilo de vida de este
hombre. Dado que el Departamento de Armamento y Fuego de
los Hyrrokin ya estaba aquí y no lo metió en la cárcel al instante,
puedo asumir con seguridad que no lo consideran una amenaza,
pero la desorganización de su armamento es definitivamente
una amenaza de seguridad a largo plazo. Todavía no sé lo
suficiente como para tomar decisiones sobre lo que hace aquí,
así que es mejor que espere mi momento y deje que nos
acostumbremos el uno al otro. Sin embargo, el armamento es
amplio.
El aire de la cabaña huele bien, lo cual es una buena señal. No
parece haber nada que se esté pudriendo, y no hay pelos de
mascotas acumulados, ni orina, ni ningún otro tipo de hedor.
Esto hace mi trabajo diez veces más fácil y también alivia mis
preocupaciones de que este hombre tenga problemas de nivel
superior. A pesar de todo el desorden, sus condiciones de vida
reales están razonablemente limpias. Un robot de limpieza está

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ocupado puliendo las huellas de barro de Skoll, así que el lugar

tiene un nivel básico de limpieza. He visto situaciones de
acaparamiento mucho peores cuando trabajé en la oficina de
vivienda de Mumbai.
¿Quizá pueda conseguir que se abra más a mí? Me vuelvo y
señalo una reluciente espada grabada con ondas de fuego,
montada sobre la chimenea: —Es interesante—digo, intentando
darle una oportunidad para que hable de lo que le enorgullece—
, ¿hay alguna historia detrás de esa espada?
Mi jefe sacude la cabeza y aprieta las garras: —No sabes nada
de la historia de los Hyrrokin—gruñe.
Mis hombros se desploman: —No lo sé —admito—. Pero me
gustaría aprender.
—No tengo tiempo para esto—vuelve a gruñir, esta vez más
fuerte—. Todo lo que quiero es que me dejen en paz.
¡Oh, oh! Está escalando y no sé cómo desactivarlo.
—YO... YO...
Todo su cuerpo se vuelve rojo magenta y su pecho se expande.
Su cola golpea el aire detrás de él y una pequeña llama sale de su
boca.
Doy un grito, retrocedo un paso y tropiezo con una estantería.
Y se desata el infierno. Una avalancha de lanzas se desprende de
la pared y llueve sobre mi cabeza.
—¡Ariana! —grita Skoll.
Un poste choca con otro y entonces caigo hacia atrás y me
deslizo por el suelo, enterrada en los ejes. Se estrellan contra el
suelo y chocan contra mí. Por suerte, no son tan pesados y no me
siento herida, pero acabo de culo, aturdida. Los gatitos me
olfatean los pies.

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Skoll tira las lanzas a un lado, desenterrándome. Me levanta

en sus brazos y me acuna contra su pecho:— ¿Estás bien?
Me quito el pelo de la cara y le doy una sonrisa trémula: —
Estoy bien—respondo porque estar en sus brazos y saber que, a
pesar de su arrebato y su anterior comportamiento gruñón,
realmente le agrado, me hace sentir mucho mejor—. Siento
haber hecho tanto lío—le digo—. Prometo que lo limpiaré más
tarde.
—No te preocupes—responde entrecortadamente, y luego
entierra su nariz en mi cuello e inhala profundamente.
—¡Oh! —respiro, poniendo una mano tentativa en la subida y
bajada de su enorme y musculoso hombro. ¿Qué es esto?
Levanto la barbilla para darle un mejor acceso y evitar las
puntas de sus brillantes cuernos. Su piel es tan suave y a la vez
tan dura como una roca. Es hipnotizante... y... ¿qué está
haciendo? espero oler bien.
Finalmente, gruñe, levanta la cabeza y me pone bruscamente
de pie. En cuestión de segundos vuelve a su anterior
comportamiento de jefe alienígena malhumorado, vuelve a ser el
macho que no va a permitir que nadie cambie nada de su forma
de vida. El macho que niega que haya algo malo.
Y como si no me hubiera tenido en sus brazos segundos antes.
Ni siquiera sé de qué iba todo eso: ¿qué es lo que hay entre
nosotros? Parpadeo, tratando de recuperar la calma. Luego paso
con cuidado por encima del gigantesco desastre que he hecho.
Vaya.
— ¿Qué son todas estas armas? —Pregunto rápidamente,
tratando de seguir adelante, como si no hubiera pasado nada
malo—¿Puedes contarme más sobre lo que son y por qué son
tan importantes para ti?

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Él suspira, permaneciendo molesto por mi falta de

conocimiento: —Pido disculpas por mi descontrolada rabia
anterior, estoy tratando de mantener la calma. Pero me resulta
difícil tratar con un ser que no cuida estos artefactos como yo.
Sin embargo, tiene razón, no sé nada de lo que es importante
para él, lo que está mal. ¿Cómo puedo entender lo que debe
quedarse o irse o cómo almacenar adecuadamente su
colección si no entiendo su historia y de qué materiales están
hechos? En ese momento decido que voy a convertir en mi
misión en la vida el aprender todo lo que pueda sobre la historia
y el armamento de los Hyrrokin. Ya lo verá.
—Llevo coleccionando armas antiguas desde que recibí mi
primera paga del ejército—me cuenta—. Cuando heredé la
cabaña de Strikestone empecé a traer mis armas aquí para
almacenarlas.
Recorro el salón principal, observando todo con detenimiento,
tratando de no mirar el espectacular pecho desnudo de Skoll:—
¿Llevas toda la vida viniendo aquí?
—Esta cabaña ha estado en mi línea durante cientos de años.
Cada año, durante el solsticio de fuego, todo el clan Strikestone
se reúne aquí.
¿Qué tan grande es su familia? Deben acampar fuera porque
esta cabaña es muy pequeña. ¿Qué tan peligroso puede ser este
lugar si toda su familia se reúne aquí una vez al año? Esto es
realmente una buena noticia:—¿Y quién es esta? —Pregunto,
señalando la foto de una Hyrrokin femenina en la repisa de la
chimenea, tratando de conocerle mejor— ¿Es tu hermana?
—No, es mi pretendida. Ella me la envió e insistió en que la
pusiera aquí.
— ¿Tu pretendida? ¿Qué significa eso?

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Hace una pausa: —Es mi futura compañera. He declarado

públicamente a esta hembra como mi pretendida, por lo tanto
estoy vinculado a ella por honor, aunque aún no hayamos
realizado nuestra ceremonia.
—¡¿Estás comprometido?! —Chillo, sintiendo que todo mi
mundo se derrumba.
Él cambia de postura y mira hacia otro lado: —Sí —
retumba—. Lilith será la madre de los futuros Strikestone.
¿Lilith? ¿Se llama Lilith?
Me quedo ahí, mirando al sexy demonio con cuernos que
incluso, ahora mismo, está acunando a mis dos gatitos. El macho
que me tuvo en sus brazos, dos veces, que estaba oliendo mi
cuello como si su vida dependiera de ello. ¿Este tipo está
comprometido? Skoll está a punto de casarse y tiene la foto de
esta mujer en un lugar destacado de su chimenea. Está
enamorado de otra persona. Enamorado de otra persona. Mi
mente repite cada interacción que hemos tenido desde que nos
conocimos y estoy tan avergonzada que casi me duele.
Supongo que pensé... ¿qué? ¿Qué pensé? No tengo ni idea de
lo que nuestras interacciones significaron para Skoll, somos dos
especies diferentes. ¿Tal vez todos los Hyrrokin son
sensibleros y se tratan así? ¿Quizás les gusta mucho el olor
del otro?
¿Por qué estaría interesado en mí como algo más que...? Es
una estupidez. Una tontería. ¿Por qué un hombre tan viril
estaría soltero? Por supuesto que alguna mujer inteligente ya
se lo ha zampado, hace tiempo.
Doy un paso atrás y trago con fuerza, tratando de superar mi
humillación y seguir con el asunto en cuestión:— ¿Va a llegar

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pronto tu prometida? Estoy segura de que querrá dar su opinión

sobre este proyecto. Esta también va a ser de su propiedad.
Él se encuentra con mi mirada: —No, no va a venir. Todavía
no ha visitado mi cabaña.
Parpadeo:— ¿Ella nunca ha estado en tu cabaña?
—No. Nunca.
Eso es raro. ¿Están comprometidos pero su prometida no
ha estado aquí? ¿Y aún así quiere que su foto esté expuesta en
la repisa de la chimenea para que todo el mundo la vea?
Vale... miro a mi alrededor...
—Entonces, ¿esto significa que vives aquí solo? ¿Sólo vamos a
estar tú, yo y los dos gatitos, trabajando juntos en tu cabaña
mientras dure este proyecto?
—Sí.
¡Oh, diablos!

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Capítulo 4
Ariana
Estoy sola en una cabaña el desierto con un hombre sexy...

más allá de la creencia y él está "comprometido". Dios mío, esto
va a ser una tortura. ¿Cómo voy a ignorar su pecho
perfectamente cincelado, su culo firme y esos grandes
muslos? Tengo que ignorarlo todo y, de alguna manera, actuar
con total profesionalidad, como si nada de eso me distrajera lo
más mínimo.
Es decir, técnicamente esto no debería ser difícil; la mayoría
de las mujeres huirían gritando de Skoll Strikestone. Pero, por
alguna razón, su cercanía hace que mi corazón se agite y mi
cuerpo se caliente con una lujuria no correspondida.
Apenas lo conozco y, sin embargo, desearía estar entre sus
enormes brazos rojos con mi lengua en su boca mortal.
Esto es terrible.
Mi comprometido jefe interrumpe nuestra conversación, se
dirige a la pequeña cocina y en unos minutos está alimentando
tiernamente a los dos gatitos con pequeños cuencos de algún
tipo de carne triturada blanda que les encanta. Le sigo, porque
no sé qué más hacer. Nos quedamos uno al lado del otro,
observando en silencio cómo comen los bebés.
¿Qué se puede hacer o decir después de descubrir que mi
sexy jefe está comprometido? ¿Después de haber coqueteado
con él toda la tarde?
Respiro profundamente. Va a ser difícil, pero puedo hacerlo.
Ni en un millón de años me lanzaría sobre un hombre que no
quiere, ni me insinuaría a un hombre que está comprometido.

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Manos fuera. Ojos fuera. Skoll es mi cliente, mi última

asignación de trabajo, y nada más. Me deslomaré para completar
este proyecto lo mejor que pueda y luego... pasaré a otro
trabajo.
Los dos gatitos terminan de comer -con aspecto somnoliento
y contento con sus barriguitas sobresalientes- y entonces Skoll
los recoge: —Síganme —Dice—. Les mostraré sus habitaciones
para que puedan descansar.
¡Gracias a los dioses! Me vendría muy bien un tiempo a solas.
Cojo mi maleta y caminamos juntos por un corto pasillo. Me abre
una puerta y entro: —Quiero que los gatitos estén en la
habitación conmigo—anuncio, acercándome a ellos.
Skoll aprieta la mandíbula, pero accede y pone a los bebés en
mis brazos: —No abras los armarios ni muevas ningún arma sin
mi permiso—ordena, y luego cierra la puerta tras de sí,
dejándome sola.
Hmm. Seguramente se ha ido a ver su clase de resolución de
conflictos.
Dejo a los gatitos en el suelo y les permito que merodeen,
olfateando. La habitación es pequeña y está llena de escudos y
manojos de flechas, pero es útil. Una ventana da a un muro de
densas enredaderas de la selva y altos árboles. La verdad es que
es una vista muy bonita. Hay un montón de armas misteriosas
de Skoll aquí y no hay mucho espacio en el suelo.
Sé que me dijo que no lo hiciera, pero... el hecho de que me
diga que no debo abrir nada me asegura que abriré un armario.
Abro con cautela un armario cercano y unas enormes espadas
empiezan a tambalearse como si estuvieran a punto de caer.
Cierro rápidamente la puerta y giro la cerradura. Bien, tenía
razón.

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Hay más lanzas, espadas y -¿son instrumentos de tortura?-

apilados en el suelo. No puedo creerlo. Tiene que haber una
forma mejor de organizar todo este armamento en lugar de
dejarlo a la vista para que alguien lo toque o tropiece. Puede que
tenga que empezar el proceso de organización desde aquí
porque este desorden me va a volver loca. Soy el tipo de persona
que no puede asentarse y relajarse hasta que la zona que me
rodea está ordenada. La falta de desorden visual me despeja la
mente. De ahí la profesión que he elegido.
Pero todavía estoy en la fase de investigación de este
proyecto, así que todavía no puedo mover ni tirar nada. Un
fastidio.
Me siento en la estrecha cama, intentando ignorar el
desorden, y cojo mi tableta para solicitar el expediente del
"incidente" de Skoll. Necesito saber por qué el Departamento de
Armas y Fuego allanó su cabaña en primer lugar. Aprieto los
labios y golpeo con los dedos en el muslo porque el archivo
tarda una eternidad en descargarse. Finalmente, una luz roja de
"clasificado" empieza a parpadear. Maldita sea. El gobierno de
Hyrrokin ha añadido un retraso de un día a mi solicitud mientras
verifican mi autorización. Pongo los ojos en blanco y tiro la
tableta a un lado.
Bien.
Ha sido un día de locos.
Ese vídeo sexual me fue enviado de forma anónima, lo que fue
la gota que colmó el vaso en mi búsqueda de la libertad durante
años. Lo vi y luego marché y rompí públicamente con mi falso
prometido. Luego adopté dos gatitos y dejé el planeta. Y ahora
estoy aquí. Miro otro reloj mecánico anticuado, esta vez

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colocado en una mesilla de noche. ¿Hace sólo unas horas que

ocurrió todo eso? Parece que fue hace días.
Me acerco a mi maleta y la abro, decidiendo que es un buen
momento para quitarme la camisa y los zapatos sucios. Saco
todo y le doy un nuevo lugar. Hay una cómoda vacía en la
habitación, así que enrollo ordenadamente mi ropa interior y la
alineo según el color y la talla. Mis otros dos pares de zapatos
están en una bonita fila en el suelo junto a unas lanzas rojas y
moradas. La verdad es que parece interesante. ¿Desde cuándo
me gusta ordenar las armas junto a mis objetos personales?
Qué raro.
Hoy he renunciado a mi suite de habitaciones en la mansión
de mi padre y en su lugar estoy aquí. He renunciado a mi
vehículo de lujo, a mis amplios armarios y al cuarto de baño tipo
spa. Pero definitivamente vale la pena. Soy libre.
LIBRE.
Me quito los zapatos sucios y salgo descalza al tranquilo
pasillo para acceder al único baño de la cabaña. Es viejo y sin
tecnología punta, pero útil y limpio. De hecho, tiene un cierto
encanto rústico. Soy una auténtica "chica de ciudad", así que esto
es un buen cambio de ritmo para mí. Es una buena experiencia
para mí.
El robot de limpieza aparece y empieza a pitar mientras
refresca la zona, lo cual es agradable de ver. Me alejo del bot y
uso las instalaciones, luego me lavo la cara, las manos y los pies,
y vuelvo al dormitorio para cambiarme.
Abro otros cajones, intentando decidir qué ponerme a
continuación, y es entonces cuando encuentro una camisa de
mujer olvidada en el cajón inferior. Es el mismo tipo de camiseta
de tubo que todas las mujeres de Hyrrokin llevaban en la calle

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en la ciudad principal. Me gusta mucho el color verde brillante

de ésta y parece súper cómoda, así que decido probármela. Me
queda bien y creo que queda bien con mis vaqueros. El tiempo
es realmente bueno, así que esta ropa más ligera me parece
perfecta. No hay un espejo en esta habitación, pero creo que me
veo bastante bien. Mi cintura es más pequeña en comparación
con mis caderas anchas y mis muslos gruesos, así que me gusta
cómo este top acentúa mi torso curvilíneo y muestra mis
mejores rasgos. Me pongo un par de zapatillas rosas y estoy
contenta con el conjunto. No suelo llevar ropa que muestre tanta
piel, pero me gusta.
Me muerdo el labio y pienso en Skoll. Otra vez.
Nunca he tenido una sola cita, ni siquiera me han besado. Es
una tontería. Tengo veintidós años y soy una virgen que nunca
ha sido besada. Patético. Me miro a mí misma, y me encanta
cómo se ven mis brazos y hombros regordetes con la camiseta
sin mangas. Me veo suave y elegante con la piel dorada. Cuando
termine este trabajo, necesito seriamente un novio. ¿Es por esto
que me siento tan atraída por Skoll? ¿Porque por fin soy libre
y quiero tirarme al primer tío disponible? ¡Pero Skoll
Strikestone no está disponible! Y yo ni siquiera estoy
técnicamente disponible.
Y justo en ese momento los dos gatitos empiezan a llorar
pidiendo atención: —Bebés—Me siento y coloco a los dos en la
cama y me río de sus travesuras. Me encantan sus pequeñas
patas y sus colas ondulantes, y son tan suaves. Parece que ya
tienen personalidades distintas. El gatito más oscuro es atrevido
y el más claro parece más tranquilo y tímido. Me siento con ellos,
dejando que se abalancen sobre mi estómago y corran sobre mis
piernas. Encantador.

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Debería ponerme en contacto con la gente ahora que tengo un

momento para mí, pero tengo el cerebro demasiado muerto.
Cojo la tableta y envío una alerta de "seguridad" a los amigos y
compañeros de trabajo de la Nueva Tierra, luego me pongo las
dos manos en el estómago e intento relajarme un momento. Los
gatitos se acurrucan a mi lado. Dulces bebés. Alargo la mano y
empiezo a acariciar sus pequeñas cabezas. La verdad es que
estoy muy contenta de haberlos traído.
—Quería comerse a los dos—les recuerdo—. Sé que les gusta
mucho, pero Skoll pensó que ustedes eran comida.
Probablemente se los habría metido en la boca si yo no hubiera
estado allí.
Todavía no sé qué nombre ponerles. Pero son tan
malditamente lindos.
Sigo soñando con el demonio en el que no debería pensar. El
diablo que se va a casar pronto. Es monstruosamente alto, con la
piel roja y una brillante cabeza calva. De su frente salen dos
cuernos negros, sus labios son negros, tiene grandes colmillos
blancos y una enorme cola negra con una especie de punta en el
extremo. Y por si fuera poco, sus manos y pies están provistos de
garras plateadas.
Y respira fuego y a menudo sale humo de sus fosas nasales.
Y, sin embargo, lo encuentro cautivador. ¡Lo estaba tocando!
Estaba hablando conmigo en el disco transportador y, de alguna
manera, mis manos acabaron en la hebilla de su cinturón,
rozando esos apretados abdominales. Hablando de lo
inapropiado, nunca me había comportado así con otro ser en
toda mi vida. Tengo que volver a disculparme por ello. ¿O
simplemente sigo adelante con mejores límites? Este hombre
está comprometido con otra mujer Hyrrokin y necesito que este

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puesto de trabajo funcione. Es una oportunidad para mostrar

mis habilidades a un nuevo mercado.
Pero... me encanta esa cicatriz en el lado de su cara. Es tan
profunda que atraviesa su labio superior e inferior y tira del lado
de su cara un poco hacia abajo. Incluso llega hasta el cuello. Todo
lo que puedo pensar mientras la miro es lo fuerte que es este
soldado condecorado para haber sobrevivido a eso. Me hace
respetarlo al instante, a pesar de su actitud gruñona y de que
continuamente intenta robarme mis gatitos.
De repente llaman a la puerta: —Ariana, ¿tienes hambre? —
pregunta una voz áspera.
Me encanta cómo dice mi nombre.
—He hecho la cena—gruñe Skoll a través del portal.
¿Cena? ¿Skoll sabe cocinar? Al instante recojo a los gatitos,
me acerco y abro la puerta: —Me encantaría comer. ¡Gracias!
Me mira de arriba abajo y su mandíbula se abre, dejando al
descubierto dos pares de colmillos blancos y nacarados:— ¿De
dónde has sacado ese top?
¡Oh, oh! Me pongo una mano en el pecho: —Um, lo encontré
en la cómoda... Dijiste que tu prometida nunca había estado en la
cabaña, así que supe que no era de ella. Me imaginé que lo
habían dejado para los invitados... Lo siento. Debería haber
preguntado primero. Puedo cambiarme—Empiezo a cerrar la
puerta.
—No—Apoya una enorme garra en el marco de la puerta—.
Déjatelo puesto —Dice con rudeza—. Era de mi madre. El verde
era su color favorito. Te queda bien.
Mi cara se calienta: —Oh —¿Qué puedo decir a eso?
Y entonces mis ojos se desvían hacia abajo -sé que no
deberían, pero parece que no puedo contenerme- y veo el

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contorno de una gruesa erección que se extiende por la parte

delantera de sus pantalones. El estómago se me revuelve en
respuesta. Su paquete es enorme.
—Cenaremos y luego nos acostaremos —Dice con voz
ronca—. Mañana por la mañana te llevaré a la propiedad para
visitar las dependencias. Ya está oscuro y no quiero que salgas.
Trago con fuerza, obligándome a mantener los ojos en su cara
e ignorar el hecho de que él también se siente atraído por mí.
Esto es un desastre. Pensé que tal vez todo esto era unilateral,
pero no lo es. Y el hecho sigue siendo... que es mi nuevo cliente
que está comprometido para casarse: —Oh... de acuerdo,
mañana haré una auditoría completa antes de decidir lo que hay
que cambiar—Skoll se tensa ante mis palabras, así que suavizo
mi tono—..Lo que tú decidas que hay que cambiar—corrijo.
Él hace un gesto de aprobación. Un músculo se mueve en su
mandíbula:— ¿Dónde están Snack y Morsel? —pregunta.
— ¿Quiénes? ¿Qué?
—Los gatitos de la Nueva Tierra que trajiste, ¿dónde están?
Y justo en ese momento, dos pequeñas bolas de pelusa pasan
corriendo por mis pies al oír su voz. Creo que les gusta más Skoll
que yo.
—Este—señala al gato naranja más oscuro que se frota contra
su tobillo—se llama Snack. Y este—señala al de rayas más
blancas—es Morsel.
No puedo creerlo. ¿Ha puesto nombre a mis gatos? ¿Cuándo
ha ocurrido esto?
— ¿Le pusiste nombre a mis gatos?
—Sí—sonríe, y luego coge a los dos en brazos.
Me quedo con la boca abierta al ver lo guapo que está. El
miedo disminuye cuando sonríe y, de hecho, parece

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desvanecerse en profundas líneas de sonrisa, o incluso en un

hoyuelo. Sus ojos negros brillan y su lengua bífida hace una
aparición perversa—. Yo también he hecho la cena para los
dos—les dice a los bebés mientras les frota la mejilla contra la
barriga y empieza a llevarlos de vuelta al pasillo.
Ronronean con fuerza en sus brazos.
Sacudo la cabeza y le sigo.
Nos sentamos juntos en la mesa del salón. En la chimenea
arde un fuego que desprende el calor perfecto. ¿Ha limpiado un
poco por aquí mientras yo estaba en el dormitorio? Se ve
mejor...
—Prueba la carne—me dice Skoll—. Eres demasiado
pequeña. Tienes que comer más de nuestra comida Hyrrokin y
tomar nuestro sol para estar más sana.
—¿Más sana? ¿Crees que soy demasiado pequeña? —
respondo, asombrada. Ni una sola vez en mi vida nadie ha
pensado que soy demasiado pequeña.
—Sí, y necesitas más músculo.
—¿Músculo? Normalmente me regañan por tener
sobrepeso—murmuro mientras doy un pequeño bocado,
probando la comida del Hyrrokin. Vaya, la carne está deliciosa.
Es picante y dulce al mismo tiempo.
La confusión está claramente estampada en sus horripilantes
rasgos. Sus cuernos negros brillan a la luz del fuego: —¿Qué
significa "sobrepeso"? —pregunta Skoll.
Dejo el trozo de carne en el plato y me quedo mirándolo
durante un minuto entero, asimilando este extraño giro de los
acontecimientos. ¿Este hombre ni siquiera sabe lo que
significa la palabra "sobrepeso"? ¿Cree que soy demasiado
pequeña y que necesito ganar músculo? Finalmente, sonrío

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ampliamente. Le gusto tal y como soy: —Es sólo un término que

significa que debería ser más pequeña. En la Nueva Tierra se me
considera grande para una mujer humana.
— ¿Grande? Eres demasiado delicada—Resopla una bocanada
de humo y continúa comiendo.
Observo con atención cómo Skoll come ferozmente su carne,
desgarrándola con sus colmillos. Utiliza su lengua bífida para
lamer la salsa de las puntas de sus garras. Me muevo en mi
asiento, el calor entre mis muslos se vuelve ligeramente
incómodo. Se detiene, me mira fijamente e inhala
profundamente. Sus ojos se oscurecen. Juro que sabe cómo
reacciona mi cuerpo ante él, pero no puede saberlo. ¿Verdad?
—Mi intención se llama Lilith Hearthstone—me recuerda—.
Le pedí que fuera mi vinculada hace diez ciclos lunares porque
es la única mujer con la que he salido que nunca me tuvo miedo.
¿Nunca le tuvo miedo? Sus palabras me rompen el corazón.
Me encojo de hombros: —Sólo te tuve miedo al principio,
cuando estaba confundida sobre dónde estaba y qué especie
estaba viendo. Pero no te tengo miedo en general... Además, yo
también estoy comprometida—Por alguna razón quiero que
Skoll sepa todo sobre mí. ¿Y tal vez saber que yo también estoy
comprometida ayude a las cosas entre nosotros? A diferencia
de Antonio, no tomaré amantes mientras esté técnicamente
comprometida. Creo en la institución del matrimonio. Debe ser
por eso que me duele tanto, la idea de cómo Antonio y mi padre
hicieron una parodia de nuestra unión. Algún día planeo
casarme con un hombre al que ame y formar una familia.
Skoll se pone rígido y me mira con sus ojos rojos. Sus garras
rozan la mesa: —¿Estás comprometida? —Gruñe, mientras el
humo vuelve a salir de sus fosas nasales— ¿Hay un macho

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humano en tu mundo natal que es tu pretendido? ¿Tienes

pareja?
Aprieto los labios. ¿Cuál es el problema? ¿Por qué está tan
molesto?
—Bueno, en realidad no. Mi padre me tendió una trampa para
que me casara con el hijo de una poderosa familia política. Mi
padre tenía una gran riqueza, aunque no lo sabías porque se lo
guardaba todo para sí mismo. Pero mi padre falleció hace poco y
me lo dejó todo en herencia...—Miro a Skoll y decido contarle
toda la historia. Él y yo estamos aquí solos y espero que se abra
conmigo. Me ha permitido entrar en su vida. Supongo que
también puedo darle esto sobre mí para que me conozca
mejor—. Sin embargo, estoy a punto de renunciar a toda mi
herencia, porque dejé Nueva Tierra y rompí con mi prometido.
—Entonces, ¿no estás comprometida?
—No, técnicamente sigo comprometida. He intentado romper,
pero no puedo. Mi prometido y yo somos esencialmente
extraños y no nos amamos. Nunca nos hemos "apareado por
placer". No tiene ningún interés en mí más que como alguien que
tiene suficiente dinero para ayudarle a ganar poder político. No
quiero casarme con él. Pero, legalmente, mi única salida -en la
que puedo evitar casarme con Antonio y seguir ganando mi
herencia- es que él mismo rompa el compromiso. Pero si no lo
hace, entonces estoy atrapada en esta zona gris en la que nunca
podré tener acceso a mi herencia. Y tampoco puedo casarme con
otra persona porque su reclamo sobre mí tiene prioridad. No
puedo casarme legalmente en la Nueva Tierra hasta que su
reclamo sobre mí se aclare, o se case con otra persona.
—¿Dejaste tu planeta natal y tu herencia, y aceptaste este
trabajo para alejarte de él?

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—Bueno... ya había estado buscando un trabajo fuera del

planeta, pero este puesto llegó en el momento adecuado. Me
habían enviado un vídeo de mi prometido y su asistente, um...
apareándose por placer. Esto hizo que me fuera el mismo día
que lo hizo. Decidí que había tenido suficiente, y que era hora de
irme y empezar de nuevo en algún lugar nuevo.
Sus garras vuelven a raspar la mesa:—¿Tu prometido se ha
apareado con otra hembra mientras ustedes nos estaban
destinados? —Gruñe—Esto es ilegal.
—Bueno, no es "ilegal" en la Nueva Tierra, pero sigue siendo
moralmente incorrecto.
—En Tarvos es ilegal. Me he comprometido verbalmente con
Lilith. Ni ella ni yo podemos aparearnos por placer con otro
Hyrrokin hasta que nuestro acuerdo verbal se termine. El
apareamiento por placer fuera de una relación comprometida o
fuera de un acuerdo verbal es ilegal. Un Hyrrokin que hace tal
cosa es inmediatamente desterrado al Anillo de Fuego para toda
la eternidad.
¡Oh, vaya! Ya veo lo que está tratando de decirme. Los
Hyrrokin se aparean para siempre y no cometen adulterio de
ninguna manera, ni siquiera los Hyrrokin comprometidos. Él y
yo no podemos estar juntos, ¿verdad?

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Capítulo 5
Skoll
A la mañana siguiente me despierto, cojo mi tableta e

inmediatamente intento enviar un mensaje a Lilith. Anoche le
envié un mensaje y no recibí ninguna respuesta, así que lo
vuelvo a intentar.
Necesito oír su voz y ver su cara.
Me gustaría poder inhalar el aroma de Lilith, porque estoy
confundido.
La constante excitación de esta organizadora humana me
llena los pulmones y me enciende una intensa necesidad que
cada vez es más difícil de ignorar. ¿Cómo es posible? Ariana
González quiere aparearse conmigo; lo ha hecho desde el
momento en que nos conocimos en la sala del transportador. Y
yo he descubierto que quiero lo mismo a cambio. La quiero en
mis brazos y mi lengua bífida en su boca.
¿Cómo puede ser esto? Siempre he disfrutado del agradable
aroma de Lilith. Asumí que esto se debía a que ella era mi pareja.
Las parejas emparejadas se quedan atrapadas en el olor de la
otra. Y sin embargo, deseo a otro ser, después de haber conocido
a la hembra que creía que era mi pareja. ¿Es porque esta
hembra es humana? ¿Su olor alienígena interfiere con mis
feromonas Hyrrokin?
¿O simplemente soy débil y deshonroso?
No lo sé.
Mi pretendida no responde a mi ping. Exhalo y tiro la tableta a
un lado.

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No he hablado con Lilith desde antes de la temporada de

lluvias. Está de viaje con su mejor amiga, esta vez para visitar
Perth y navegar junto a las famosas corrientes de lava del Anillo
de Fuego. Ella y yo nos reuniremos en el Palacio de Justicia para
hacer nuestros votos de compromiso a su regreso. El día exacto
en que esto sucederá es desconocido para mí.
He hecho todo lo posible para ignorar mi feroz deseo por esta
humana. Ignorar el olor de su excitación emparejada. Le he
dejado claro que, a pesar del evidente engrosamiento de mi eje,
estoy vinculado al honor de otra y no romperé ese vínculo legal.
Protegeré mi honor tanto como el de ella. Porque ella también
está prometida.
Por primera vez en los últimos diez ciclos lunares, me
encuentro cuestionando mi propuesta a Lilith. Las parejas
prometidas ocasionalmente rompen la finalización de sus votos.
Es raro, pero ocurre.
Me siento y me froto las garras en la cabeza. Hay mucho caos
en mi vida. Mi propiedad está siendo auditada y podrían
quitármela. Estoy trabajando con una tentadora mujer humana y
sus dos adorables "gatitos". Frunzo el ceño porque Snack y
Morsel no están en la habitación conmigo. Ariana exigió que
durmieran con ella.
Me levanto de mi gran cama, en la que dormían mis padres
cuando yo era joven, antes de su prematura muerte en un
accidente de tráfico. Esta habitación es lo suficientemente
grande para una pareja unida. En mi juventud compartía la
habitación del otro lado del pasillo con mi hermana, la que
Ariana utiliza como habitación de invitados. Ahora sólo hay una
cama allí, pero podría cambiarse fácilmente para acomodar
camas apiladas, suficientes para al menos cuatro vástagos.

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Mi armario está medio lleno de mazas y material para

encender fuego. Lo he convertido en un almacén porque sólo mi
escasa ropa llena un lado. No tengo una vinculada y no quiero
que me lo recuerden, por lo que he llenado esta zona de armas.
Pero éstas podrían quitarse fácilmente para crear espacio de
nuevo para una compañera.
¿Por qué mis pensamientos se desvían en esta dirección?
Necesito permanecer fuerte y no intentar aparear a esta hembra.
No puedo dejar que mis pensamientos vaguen hacia la idea de
ella en mi cama. En mi habitación, su maleta en mi armario.
Estoy legalmente atado a otra, y la humana también está
legalmente atada a un macho en su planeta natal. Ambos
estamos atados a compromisos futuros. Esta humana y yo no
podemos darnos placer mutuamente. Ninguno de los dos puede
romper estos lazos sin el permiso verbal o escrito del ser con el
que nos comprometimos.
¿Por qué me enfada el hecho de que ella también tenga una
intención? ¿Por qué me sigue molestando esto?
Salgo y entro en el baño del pasillo, con la intención de utilizar
la unidad de limpieza antes de que Ariana se despierte. Cierro la
puerta, me quito los pantalones del pijama y los meto en la
antigua unidad de pared, la misma que he utilizado desde la
infancia. Se pone en marcha y comienza el ciclo de lavado. La
naturaleza rústica de esta cabaña y la historia de la familia
Strikestone incrustada en cada piedra y viga me aportan calma y
disfrute. No quiero cambiar nada de la estructura.
Entro en la unidad de limpieza y me lavo el pecho. Mi eje
endurecido está apuntando hacia mi estómago, listo para
reproducirse. Y quiere a Ariana. Lo único en lo que puedo
pensar es en la humana de al lado y en el estado de mi constante

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polla semidura. ¿Qué me pasa? ¿Cómo puedo desear a esta

hembra tan salvajemente cuando estoy destinado a otra? No
tiene sentido. Es como si pudiera ver a Ariana de pie junto a mí
en la unidad de limpieza, ambos desnudos y bañándonos.
Dejo escapar un gemido bajo, queriendo bajar la mano para
frotar mi eje y aliviar la insistente presión. Su cuerpo es
exuberante. Sus tetas tienen el tamaño perfecto para encajar en
mis garras. Su cintura y sus muslos son gruesos. No tiene
cuernos ni garras, y carece de cola, pero aun así, no puedo
apartar mis pensamientos de ella.
Mi polla sigue palpitando entre mis muslos, dura y lista para
aparearse. Un gruñido retumba en mi pecho. No puedo aliviarme
porque ¿a quién voy a imaginar mientras me acaricie?
¿Gritaré el nombre de mi pretendida cuando me corra, o el de
la humana a la que quiero dar placer?
Esto es un error.
Me he dado cuenta de que Ariana también intenta negar la
reacción de su cuerpo ante mí. Yo haré lo mismo. Si le hago saber
lo que siento, ella puede ayudarme a evitar el contacto piel con
piel. Podemos ayudarnos mutuamente a mantener el honor
dentro de las líneas de nuestros compromisos legales. Un
Hyrrokin honorable nunca se aparearía por placer fuera de un
compromiso previsto. Ariana es una humana de honor, y quiere
lo mismo.
Trabajaremos juntos y luego ella se irá. Es así de simple.
Mantendré mi compromiso con Lilith y me imprimiré en mi
atadura y esta extraña obsesión por esta humana desaparecerá,
para no volver a pensar en ella.
Llego al final del ciclo de limpieza y el soplador se apaga,
dejándome mojado. Maldita sea. Esto pasa a veces. Salgo y

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descubro que la unidad de pared se ha detenido, por lo que mi

ropa no está lista. Estoy mojado, desnudo y frustrado y sólo hay
una pequeña toalla blanca disponible.
Salgo del cuarto de baño a toda prisa y me encuentro con mi
humana de pie, con los ojos muy abiertos, en el pasillo.
Su mirada se desvía hacia abajo y se queda con la boca
abierta. Estoy desnudo excepto por la toalla que apenas me
cubre las caderas. Puede ver claramente el contorno de mi
erección, desbordada. Aspira con fuerza.
—Hembra—gruño—, hazte a un lado.
Sus mejillas se ruborizan y retrocede contra la pared: —Lo
siento mucho—Dice—..No sabía que estarías...
—Puedo oler tu excitación y me excito en tu presencia.
— ¿Tú... qué? —Se ahoga— ¿Puedes oler mi...?
Cierro los ojos y respiro profundamente para calmarme,
concentrándome en mantener mis garras para mí. Su olor no se
parece a nada que haya encontrado antes: —Tu constante
excitación. Puedo olerla —confirmo—. Pero no te tocaré—Y
entonces piso con fuerza el pasillo y cierro de golpe la puerta del
dormitorio tras de mí.
Una hora más tarde estoy en la cocina, completamente

vestido, cuando llega Ariana. Entré en su habitación, recogí a los
gatitos y los llevé conmigo a la zona de cocina mientras ella
estaba en la unidad de limpieza: —He dado de comer a Snack y a
Morsel—le digo con voz uniforme y espíritu abierto, intentando
utilizar las técnicas de calma que aprendí en mi clase de
resolución de conflictos—, y he preparado nuestra comida de la
mañana para que podamos terminar el ayuno juntos.

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Ella asiente y se muerde el labio. Lleva de nuevo la camisa

verde de mi madre y esos pantalones que se ajustan tan bien a
todas sus curvas. Me distrae mucho.
— ¿Quieres que me vaya y vuelva a la Nueva Tierra? —
Pregunta ella, con una voz melodiosa que hace que el calor se
extienda por mi pecho—Podemos contactar juntos con la
agencia y hacerles saber que esto no funciona. Pueden enviar a
otra persona que encaje mejor.
—¡No! —suelto. La rabia se apodera de mi corazón al pensar
que ella se ha ido, quebrantando mi exterior antes calmado. Me
niego a trabajar con alguien que no sea Ariana. Al principio me
enfadaba la idea de entregar este proyecto a una extraña, pero
ya no la considero una desconocida. Percibo compromiso y
cariño en el corazón de Ariana. Esta mujer solitaria podría ser un
ser con el que puedo contar en esta situación. Estoy dispuesto a
abrirme a ella. No está disgustada por mis cicatrices, ni por el
estado de lo que ha visto hasta ahora en mi ciertamente
desordenada cabaña. Estoy dispuesto a mostrarle más—Hoy vas
a acompañarme a recorrer mi propiedad.
—Pero dijiste... y estás comprometido... bueno, ambos
estamos comprometidos... así que...
Aprieto las garras y me centro en sus suaves rasgos: —Ambos
ignoraremos nuestra inapropiada atracción por el otro y
terminaremos este proyecto. Eres la tercer ser de la lista y el
plazo se acerca rápidamente. El gobierno me ha dado un ciclo
lunar para tenerlo hecho. Si no firmas a tiempo, perderé mi
colección, la cabaña será arrasada y la propiedad vendida.
Perderé la tierra que ha sido de mi familia durante los últimos
quinientos años. También seré expulsado del equipo Molten
Lava.

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—¡Oh, vaya! No tenía ni idea de que había tanto en juego en

tan poco tiempo. Bien, estoy aquí para ayudar. Hagamos esto.
Gruño en respuesta y señalo la mesa: —Primero, comemos.
Ella sonríe, se sienta en el asiento y coge un trozo de carne.
Una Hora más tarde coloco a la hembra en la parte trasera de

mi todoterreno de tres ruedas. La he alimentado a ella y a sus
gatitos y ahora está conmigo, explorando mi propiedad. Me
encuentro ansioso por mostrarle lo que es mío.
Sus suaves brazos me rodean por la cintura y avanzamos por
caminos llenos de baches a través de la densa selva. Snack y
Morsel están con nosotros, seguros y protegidos en una cesta
cubierta sujeta al manillar delantero. Les di a los dos el
"mordisco para animales" que mi especie suele dar como
golosina tranquilizadora a nuestras propias mascotas. Los dos
gatitos se lo comieron rápidamente y parecen felices mientras
viajan con nosotros.
El sol brilla en lo alto y el cielo es de un azul brillante. Me
encanta el sonido de las risas de Ariana y sus jadeos de sorpresa
y gritos de "¡Esto es increíble!" y "¡Esto es precioso!". El viento
hace volar sus largos cabellos y sus ojos están brillantes y
animados. Es preciosa.
Disfruto presentándole la propiedad que es sinónimo de los
Strikestone del Condado de Firestarter: —Hay muchas
dependencias cerca de la cabaña—respondo por encima del
hombro—, pero son principalmente habitaciones para el
solsticio de fuego y las reuniones de los Strikestone. Te voy a
llevar al cobertizo donde guardo mi principal alijo de armas.
—¡De acuerdo! —Grita ella—No puedo creer lo cerca que está
el volcán. Es espectacular.

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Sonrío y sigo conduciendo. Finalmente llegamos al cobertizo.

Me detengo y ayudo con cuidado a mi hembra y sus gatitos a
bajar de la moto: —Mi tatarabuelo construyó esta estructura—
intento explicar.
—Es enorme. No puedo creer que siga en pie.
Ella no tiene ni idea.
La mitad está cubierta por la selva. Este es el nivel que es
visible por encima del suelo. Los Strikestone originales eran
contrabandistas y escondían aquí sus almacenes de cerveza de
fuego del mercado negro durante el oscuro siglo de la
prohibición. Este antiguo contrabando explica la persistente y
prolongada animosidad entre los Strikestone y nuestros vecinos,
los estirados Ashmoor.
Cierro las cerraduras y abro las pesadas puertas. Entramos
juntos y enciendo las luces de los pasadores, que se encienden
hasta el fondo, iluminando el vasto espacio. Ariana echa un
vistazo por primera vez a mi colección. Su verdadero trabajo
está aquí.
Un sonido de asfixia sale de su garganta. Cae de rodillas,
gimiendo, completamente abrumada.
Me pongo a su lado y saco a los gatitos para que le sirvan de
consuelo. Ella coge a Morsel, lo moquea y frota contra su mejilla.
Yo sigo sosteniendo a Snack y acariciando sus pequeñas orejas.
No quiero que anden por aquí. Hay demasiados lugares
polvorientos para que se escondan y se metan en problemas.
—¡Es demasiado! —gime. Me mira fijamente—Vamos a
necesitar ayuda. Mucha ayuda. No puedo hacer esto sola. Tú y yo
no somos suficientes.
—No.

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Ella se pone de nuevo en pie y levanta la barbilla, sus ojos

brillan de ira: —Sí—responde con tono firme—. Tienes que
dejarme contratar un equipo de Hyrrokins. No puedo hacer esto
sola. Antes estaba tranquila cuando estábamos recorriendo tu
cabaña porque no sabía el alcance de la misma, pero ahora veo
por qué estoy aquí y este es un trabajo enorme y aterrador y no
estoy segura de estar a la altura de la tarea.
Respiro profundamente para calmarme, sabiendo que debo
permitir el ingreso de extraños. Ella tiene razón. Mi mentor de
mi clase de resolución de conflictos ya me ha hablado de esta
eventualidad y de cómo voy a manejarla. Tengo que confiar en
esta humana, o todo me será arrebatado.
—Háblame de este objeto—me pregunta, con aspecto muy
agitado— ¿Y qué es ese de ahí? ¿Por qué hace tictac?
—Es muy antiguo. No tiene nada de malo.
—¡Está haciendo tic-tac! —grita.
—Cálmate, mujer. No es una bomba, es un reloj.
Entonces sale fuera corriendo.

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Capítulo 6
Skoll
Suspiro, recojo a los gatitos en la cesta y los sigo. Encuentro a

Ariana sentada en un tronco caído muy, muy lejos. Me acerco,
me siento con cuidado a su lado y coloco en mi regazo la cesta
con los dos gatitos que maúllan. El tronco cruje bajo mi peso.
—Cuéntame lo que ha pasado —Dice mi hembra, señalando el
lejano cobertizo—. Y no llames a ese lugar "cobertizo". No es un
simple cobertizo, es un almacén en ruinas. Dime por qué el
gobierno hizo una redada en este lugar. Intenté conseguir el
archivo anoche, pero aún no estaba desclasificado. Necesito
saberlo para poder ayudarte adecuadamente.
Exhalo un suspiro y miro hacia el claro donde jugaba al fuego
cuando era joven. Al humo lejano del volcán ceniciento. Y las
crestas de los manantiales de fuego rocosos donde cazaba peces
resbaladizos con mi padre y mis tíos. Tengo que salvar este lugar
-toda mi estirpe cuenta conmigo para que sea el cuidador de esta
propiedad para esta generación de Strikestone- así que decido
contarle todo. Más de lo que he contado a nadie hasta ahora: —
Un día estaba transportando una antigua cabeza flamígera de
Almec creada durante la edad de fuego que encontré en una
venta de bienes. Quería utilizar la cabeza como centro de mesa
para el solsticio de fuego de este año. Después de arrastrarla al
interior, empecé a limpiarla y golpeé por error un interruptor
interno. Empezó a hacer tic-tac y supe que era una bomba, una
bomba de verdad y no un reloj mecánico. No pude desactivarla,
así que me deshice de ella según mi plan preestablecido.
— ¿Lo planeaste de antemano?

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Me encojo de hombros y froto distraídamente la pequeña cola

de Snack entre mis garras: —Cualquier cosa puede pasar cuando
se recuperan armas y mecanismos antiguos. Sabía que había
muchas posibilidades de que hubiera sorpresas porque los
almecs están programados originalmente para liberar llamas
intermitentes. No estaba seguro de que la mecánica milenaria
siguiera funcionando, pero lo hacía. De hecho, esta fue mejorada
como bomba furtiva, lo que significa que sólo puede ser
desactivada en el agua. Rápidamente la acoplé a un dron y la
hice volar hasta un profundo estanque cercano. El dron está
programado para lanzar bombas en un área desprovista de vida
sensible. Normalmente, la bomba se colocaría por encima de las
nubes para que pudiera explotar de forma inofensiva en la
atmósfera, pero esta bomba tenía que explotar en el agua para
contener la liberación de veneno. Un gran cuerpo de agua era el
único antídoto. Esta resultó ser la piscina reflectante de mi
vecino.
—¡Oh, no! ¿También has preacordado eso con tu vecino?
Aprieto la mandíbula: —No. Su estanque explotó y avisó a las
fuerzas de paz. Los militares hicieron vigilancia y luego llegaron
a mi propiedad.
—¡Uh, oh!
—Llegaron en caliente e intentaron confiscar mi colección de
armas. No sabían lo que estaban tocando ni cómo tratarlo. Tengo
que admitir que entré en una furia de fuego de proporciones
épicas. No fue mi mejor momento.
— ¿Qué hiciste? No te ordenarían tomar clases de manejo de
la ira y resolución de conflictos por un simple desacuerdo...
—Primero, los llevé fuera, lejos de mi almacén. Luché cuerpo
a cuerpo, luego me retiré y me agazapé en esa cresta de ahí con

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munición suficiente para todo un ciclo lunar. Tuvieron que traer

refuerzos debido al enfrentamiento. Finalmente, trajeron a Cap y
a Hannibal, quienes me ordenaron que me retirara. Esto fue lo
único que atravesó mi niebla de rabia. Al final le costé a los
militares millones en armamento gastado y herí a otros cinco
Hyrrokins. La única razón por la que pude librarme sólo de una
fuerte multa, de una clase ordenada por el tribunal y de esta
limpieza es porque nadie murió ni resultó gravemente herido, y
yo soy miembro del equipo Molten Lava. Si alguien hubiera
muerto o hubiera quedado discapacitado por culpa de mi rabia,
estaría en la cárcel el resto de mi vida. Lo cual sería justo.
—Te agradezco que me digas la verdad y también que asumas
la responsabilidad de tus actos.
—Te mereces la verdad —digo con voz ronca.
—Intento imaginarme que luchas contra todo un equipo de
pacificadores. ¿Cuántos eran? Dijiste que habían enviado
refuerzos...
—A cincuenta.
— ¿Luchaste contra cincuenta agentes Hyrrokins fuertemente
armados?
—Sí, eso fue cuando llamaron al Cap.
— ¿Quién es el Capitán?
—Bergelmir Touchstone, le llamo Cap porque fue mi capitán
cuando servimos juntos en el ejército. Ahora es técnicamente mi
jefe porque trabajo para Molten Lava Security. Pero seguimos
siendo un equipo. Si el Capitán me dice que me retire, me retiro.
Él fue el único que fue capaz de romper mi rabia de fuego.
Negoció en mi nombre con el Departamento de Armas y Fuego.
—Parece un buen amigo.
—Lo es.

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El suelo vuelve a temblar y yo tropiezo, pero consigo

mantener a la hembra contra mi pecho mientras me alejo del
borde. Y entonces un rugido llena el aire y me quedo
boquiabierto cuando el líquido sale a borbotones del sumidero.
Un géiser de oro líquido, más alto que las copas de los árboles,
brota de la grieta en el suelo.
—¡Oh, dioses míos! —escupe Ariana. Una cálida lluvia dorada
cae sobre los dos. El mineral más raro de los cuatro sectores,
sólo superado por el Illibrium o sub Illibrium. Gotea por su
cuerpo de la cabeza a los pies. La hembra que tengo en mis
brazos está cubierta de oro y brilla como una diosa hyro. Su ropa
está pegada a ella como si estuviera desnuda. Puedo ver sus dos
duros pezones perfectamente delineados.
Levanta las manos para examinarse los dedos y los brazos: —
¡Oh, dioses míos! —Repite— ¡Estoy cubierta de oro! —Me
mira— ¡Y tú también!
Entonces el suelo vuelve a temblar. Resbalo y caigo en el
líquido resbaladizo. Ariana y los gatitos salen volando de mis
brazos. Ahora todos resbalamos en el oro líquido. Intento
levantarme, pero vuelvo a caer. Esta vez caigo sobre Ariana. Me
apoyo en los brazos y clavo las rodillas en el barro dorado,
asegurándome de no caer encima de ella. Ella ensancha las
piernas y acabamos con mis caderas entre sus muslos, mi pecho
presionado contra el suyo y nuestros labios a un suspiro de
distancia.
Los dos nos damos cuenta de las implicaciones en el mismo
momento y nos quedamos paralizados. Mi pene ya está duro y
atraviesa dos capas de ropa, justo en su entrada. Un gemido se
escapa de sus labios carnosos. Un gruñido retumba en mi pecho.

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Me rodea el cuello con los dos brazos. Miro sus labios y empiezo
a...
Y entonces dos gatitos dorados y húmedos caen junto a
nosotros, chillando de miedo. Gruño y me levanto de mi hembra
y agarro a Snack y Morsel.
¿Mi hembra?
Ariana se sienta, apoyándose en los codos: —¡Eres rico!—
Dice, con asombro en su voz— ¡Ahora eres multimillonario!
Supongo que lo soy.
Minutos más tarde, nos he alejado del borde del géiser y tengo
mi tableta entre las garras. La lluvia dorada sigue cayendo, pero
ha disminuido de tormenta a llovizna.
— ¿Hay que llamar a alguien para que se encargue de esto? —
pregunta Ariana mientras patina bajo la lluvia, riéndose.
Miro fijamente su culo perfecto, que quiero estrechar con mis
garras. Sus pezones siguen siendo dos puntos duros bajo el oro
brillante. Casi he besado a esta diosa de oro. Sacudo la cabeza,
tratando de despejar mis pensamientos deshonrosos: —No,
pronto se pondrán en contacto conmigo. Molten Lava ha vigilado
por satélite todos mis movimientos desde el incidente.
Y justo en ese momento la tableta hace ping. Golpeo la
pantalla, dejando atrás un rayo de oro.
—Skoll Strikestone, ¿qué está pasando en tu propiedad? —
Cap gruñe—Se ha sentido un terremoto en todo tu condado. Se
ha registrado a cientos de kilómetros de distancia. Tienes que
explicarlo rápidamente antes de que la secretaria fije tu
ubicación y te haga desaparecer.
—Envía esto en directo—grita Ariana—, para que sepan lo
que es.

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Asiento con la cabeza y pulso el vídeo en directo: —Es un

fenómeno natural—le digo a Cap mientras el vídeo se conecta a
mi canal de Intelgram, fija mi ubicación y comienza a transmitir
la imagen del géiser—. Un derrame de minerales. ¿Lo ves?
—¡Oro líquido! —grita Ariana mientras gira en la niebla
dorada. Inclino la pantalla para mostrar a mi preciosa hembra
dorada bailando en esta extraordinaria lluvia.
—¡Hembra, mantente a una distancia segura del géiser! —
grito, con los labios crispados. No puedo dejar de mirarla. Su
deleite es contagioso.
— ¿Quién es esa? —Cap se ríe.
—Mi nueva organizadora por orden judicial.
— ¿Te han dado una humana?
—¡¿Una humana?! —grita una voz desde detrás de Cap—
¿Dónde? Déjame ver—La pantalla de Cap se agita mientras
cambia de manos. Oigo un chillido de alegría y luego una ráfaga
de discusión acalorada.
Vuelve la voz de Cap:— ¿Ha descubierto un alijo de oro
líquido hasta ahora desconocido en su propiedad? —confirma.
—Sí—respondo.
—Estamos en camino.
¿Nosotros?
—No firmes ningún acuerdo de derechos mineros hasta que
llegue allí. Aegir y Avery están investigando esto por ti.
¿Entendido?
—Sí—respondo, distraído por las travesuras de la hembra.
Y entonces la pantalla se oscurece.

Página 71
Capítulo 7
Ariana
Realmente pensé que me iba a besar.

Skoll aterrizó justo encima de mí y nuestros labios estaban
taaan cerca. Tan. Cerca. Le rodeé con mis brazos, preparada
para mi primer beso. ¿Se dio cuenta de esa parte?
Volvemos a subir al vehículo de tres ruedas para el viaje de
vuelta al albergue, y todo el tiempo me quedo mirando al dios
dorado en el asiento del conductor. Está tan cubierto de oro
líquido como yo. Vuelvo a estar sentada detrás de él en su moto,
con mi propio cuerpo pintado de oro apretado contra el suyo. Mi
diablo rojo es ahora un ídolo sexual de cuernos dorados. Los
musculosos y venosos brazos dorados sostienen el manillar. Sus
pantalones son brillantes y están pegados a su cuerpo,
delineando perfectamente el grueso eje que descansa sobre su
muslo. Cuando estaba encima de mí, esa erección se frotaba
directamente sobre mi clítoris. Juro que tuve un mini orgasmo
sólo por ese momento de contacto.
No puedo creer que sólo conozca a este hombre desde hace un
día; han pasado muchas cosas en tan poco tiempo. Me siento
como si fuéramos viejos amigos que se conocen desde hace años.
Apoyo mi mejilla en su espalda desnuda y sonrío. Es tan cálido,
duro y suave al mismo tiempo. Una trifecta de perfección
masculina.
Es mi héroe y ni siquiera lo sabe.
Este Hyrrokin literalmente me salvó la vida. Me caí en un
sumidero y él saltó inmediatamente tras de mí, nos cogió a mí y
a mis gatitos en sus enormes brazos y luego, de alguna manera -

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en un salto gigantesco- nos devolvió a todos a la superficie justo

a tiempo. Segundos después, el oro líquido empezó a brotar de
esa grieta abierta en el suelo. ¿Qué habría pasado si no hubiera
saltado para atraparme? Realmente no creo que hubiera
salido con vida.
Volvemos a su cabaña y Skoll insiste en que use primero la
unidad de limpieza. Él utiliza una manguera exterior para
enjuagarse, y luego entra en la unidad después de que yo salga
del baño. Ambos nos cambiamos de ropa y arrojamos nuestras
prendas empapadas de oro en la unidad de pared.
Finalmente, tengo la oportunidad de comprobar mi propia
tableta. ¡Oh, no!
—¡Skoll! —grito desde la habitación de atrás.
— ¿Qué pasa, mujer?
Corro a la cocina, sin aliento:— ¿Recuerdas cuando te dije que
grabaras el géiser en directo? Cuando pasé corriendo, me bañé
en oro y se está volviendo viral—Asiente con la cabeza, me hace
un gesto para que me acerque y me da un gatito mojado. Snack
se contonea en mi agarre mientras continúo—. No me di cuenta
de que mi ropa estaba pegada al cuerpo y que básicamente
parecía desnuda. Estaba muy emocionada por ti y quería
demostrar al gobierno lo que estaba pasando. Y a veces me
excito con las cosas...
—Estuviste maravillosa —Dice Skoll con sencillez, mientras
estamos uno al lado del otro lavando gatitos siseante en el
fregadero de la cocina. Nos hemos insensibilizado a tanto oro
que sale de su mina que ambos dejamos que este raro mineral se
deslice por el desagüe sin intentar atraparlo—. No hay nada de
qué avergonzarse—continúa mientras me entrega a Morsel para
que lo seque con una toalla—. ¿Cómo puedo estar enfadado

Página 73
porque una hermosa hembra, cubierta de oro líquido, se mostró

en mis alrededores en los canales de vídeo?
El calor recorre mis mejillas. ¿Cree que soy guapa?
—Pero Skoll, se está mostrando en los cuatro sectores.
Una deliciosa sonrisa se extiende por sus horripilantes rasgos.
Me encojo de hombros: —Bueno, mientras no te moleste...
porque, quiero decir, tú eres el que está comprometido. No me
importa que mi prometido vea un vídeo en el que aparezca
bailando semidesnuda para otro hombre, porque toda nuestra
relación es falsa, pero... ¿y si tu prometida ve eso en los canales
de vídeo? ¿Entenderá que eres honorable y te tomas tus votos en
serio y que sólo somos compañeros de trabajo? ¿Has tenido la
oportunidad de comunicarle las buenas noticias sobre el oro
líquido?
Hace una pausa y me mira fijamente, atónito, como si nada de
esto se le hubiera ocurrido. Sacudo la cabeza. Este tipo.
— ¿Están realmente comprometidos? —Pregunto con
valentía. Porque este es el hombre que me salvó la vida. Que casi
me besó y que, en medio de toda esa adrenalina, pinchó
descaradamente su erección contra mi clítoris. ¿Cómo puede
estar comprometido con otra persona? Si este compromiso es
real, no es justo para él, ni para ella—Tengo que decirte que a
veces no lo parece. De hecho, es fácil para mí olvidar que estás
comprometido. Ella nunca está aquí. Nunca la mencionas...
Porque, si estuviera comprometida con Skoll, estaría atada a
su lado con mi mano permanentemente pegada a su culo,
haciendo saber a todas las demás hembras que es mío. ¡Atrás,
perras! No tendría ni un momento para considerar la idea de
otra persona, porque así de a menudo tendría mi boca en la
suya...

Página 74
—Mi pretendida está en la otra punta del planeta, en Perth, de

vacaciones con su mejor amiga —Dice—, intenté mandarle un
mensaje anoche y también esta mañana pero no pude localizarla.
Le he mandado varios mensajes en este último ciclo lunar sin
respuesta.
Enarco una ceja. ¿No ha hablado con su prometida durante
todo un mes? ¿Sin otra razón que "está de vacaciones"? Tengo
la sensación de que este compromiso no es tan real como Skoll
cree. Su compromiso suena tan falso como el mío. Pobre tipo. Sé
exactamente lo que se siente.
Entonces llaman a la puerta.
Giro la cabeza:— ¿Quién es?
Se encoge de hombros: —Todos.
— ¿Todos?
—Las compañías mineras se están peleando por quién va a
trabajar en esta mina para mí. Un equipo técnico de emergencia
va a tapar el géiser. El gobierno quiere un estudio de impacto
ambiental. Y un equipo de Lava Fundida está en camino.
Se seca las garras y se acerca para abrir la puerta y,
efectivamente, una multitud de Hyrrokin muy grandes y muy
ruidosos entra en tropel en la sala principal de la cabaña. Me
alejo, un poco nerviosa al ver a tantos demonios en un solo
lugar. Estoy acostumbrado a Skoll, pero una multitud de ellos es
otra historia.
Skoll sale para consultar con los técnicos de la mina.
Y de repente veo a alguien que reconozco entrar por la puerta
principal. No puedo creerlo. ¿Cómo es posible?
—¡Dios mío!, ¿es Chloe Chang? —exclamo.
La joven humana se gira y me mira. Una amplia sonrisa se
extiende por su hermoso rostro, dejando al descubierto un

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hoyuelo. Chloe no me conoce en absoluto, pero siento que la

conozco porque sigo su canal de vídeos en Intelgram. Incluso he
comprado algunas de sus piezas de restauración. Es increíble.
—Sí, soy yo. Aunque ahora estoy casada y me conocen en
Tarvos como Chloe Touchstone.
Me apresuro a acercarme a ella y le doy la mano: —Me alegro
mucho de que estés aquí. Me llamo Ariana González, quinta.
Skoll Strikestone es mi nuevo cliente. Soy su organizadora
profesional por orden judicial.
Sus ojos se abren de par en par: —¡Oh, vaya! ¿La quinta? ¿Eres
la última mujer González? Es un placer conocerte. Conocí a tu
abuela una vez, por un momento. Yo era una niña y ella estaba
en la ciudad para la primera Conferencia de la Mujer y mi madre
me hizo fotos dándole la mano mientras pasaba entre una
multitud de curiosos. Me entristeció mucho saber que había
fallecido.
—¡Gracias, yo también estoy triste! —admito—No tuve la
oportunidad de conocerla muy bien, murió cuando yo era
pequeña. Y mi madre murió al dar a luz, así que no he conocido a
las otras mujeres González de las que tomo el nombre.
—Oh, lo siento mucho. Yo...
Y entonces un enorme y con entrecejo fruncido Hyrrokin se
acerca a ella. Sus cuernos son más altos que los de cualquier otro
que haya visto, y su cola es más brillante con un pico de aspecto
mortal en el extremo.
Chloe le echa un vistazo, le rodea la cintura con un brazo y le
dice: —Ariana, ¿conoces a mi marido, Bergelmir Touchstone?
Este Hyrrokin da casi más miedo que Skoll, sin la cicatriz.
Trago con fuerza: —No, no lo he conocido—digo en voz baja—.

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Encantada de conocerle, señor Touchstone—agrego, intentando

superar mi miedo.
—No pasa nada—se ríe Chloe—. Lo entiendo perfectamente.
Yo también tenía miedo de los Hyrrokin al principio.
Una sonrisa suaviza los rasgos ásperos de Bergelmir
Touchstone: —Por favor, llámame Berg. Y sí, entiendo que a los
humanos les demos miedo al principio. A mí me divierte.
Chloe le da un codazo: —Antes te hacía gracia.
Y entonces entra otra humana por la puerta principal y yo
grito de felicidad. Somos unas completas desconocidas, pero el
mero hecho de ver a otra joven en medio de tantas colas y
cuernos me hace extasiarme.
—¡Hola! —Exclama con entusiasmo—, me llamo Avery
Hellstone. Estoy aquí con...
—Avery—la interrumpe Chloe—, esta es Ariana González, la
quinta. ¿Te lo puedes creer? Ariana es la organizadora
profesional de Skoll por orden judicial.
—¡Dios mío!, ¿en serio? ¿La quinta? Yo... era una gran fan de
tu madre, de tu abuela... bueno, de todas ellas. Me alegro mucho
de conocerte.
Sonrío, encantada de escuchar esto. Nunca pasa de moda
escuchar lo mucho que otras mujeres querían y admiraban a mi
familia. Siempre me entristece no haberlas conocido y no haber
tenido la suerte de crecer con mi madre y mi abuela a mi lado.
Pero pienso hacer que se sientan orgullosas.
— ¿Skoll ha tenido suerte o qué? Tiene a la Ariana González
de esta generación a su lado.
Esto siempre me pasa. La gente cree que sólo por mi nombre
voy a ofrecer algo espectacular en medio de circunstancias
simplemente ordinarias. Como si pudiera sacar magia de mi

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culo: —Chicas, no sé nada de eso... Estoy empezando mi carrera

y estoy aquí para hacer mi trabajo y...
—Chica, estoy segura de que eres el mejor regalo que este
hombre podría recibir.
— ¿Verdad?
Me muerdo el labio y decido permitirles esta pequeña fantasía
sobre las González. ¿Quién soy yo para romper su burbuja?
— ¿Tú también estás casada con un Hyrrokin? —pregunto,
tratando de cambiar de tema.
—Sí—responde Avery—, básicamente, me contrataron como
asistente de Hannibal Hellstone y luego me casé con él y ahora
me quedé por aquí—Se coloca una mano en su vientre
hinchado—. Y estoy embarazada de cinco meses.
—¡Felicidades, es una noticia maravillosa! —No puedo creer
cómo estas mujeres están casadas con Hyrrokins y son tan
obviamente felices.
—Aníbal, mi marido Hyrrokin, está en casa cuidando a
nuestro hijo mayor y llevándolo a una competición de
lanzamiento de llamas. Estoy aquí para echar un vistazo e
informar, pero también para aconsejar a Skoll. Aegir también
está aquí... —Y otro imponente varón Hyrrokin se acerca y se
une a nuestro pequeño grupo—. Ariana, te presento a Aegir
Touchstone, él y Bergelmir son hermanos. Aegir esta es Ariana
González, es la organizadora de Skoll por orden judicial. Ella está
aquí para convencerlo de desarmar este lugar.
Él se ríe: —Tiene el trabajo más difícil de todos nosotros.
Sonrío, feliz de ver que comprenden la enormidad del
proyecto. Además, todos estos seres son amigos de Skoll, lo cual
es agradable. Es obvio que todos se preocupan mucho por él,

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teniendo en cuenta que hicieron el largo viaje hasta aquí en

tiempo récord en cuanto supieron que necesitaba ayuda.
Skoll regresa y se queda con nosotros. Y entonces miro a mi
alrededor y me doy cuenta de que estamos solos en la sala
principal, sólo nosotros seis:— ¿Dónde se han ido todos los
demás? —Pregunto.
—El equipo se fue a tapar el géiser.
—Traje a mi mujer porque pensé que sería útil en esta
situación—le dice Berg a Skoll.
—Es cierto, si alguien entendería tu afición por el armamento
antiguo, son estos dos —Dice Avery.
—Lo mío no son las armas—ríe Chloe—, pero me encanta
restaurar cosas antiguas.
—A mí me encanta organizar colecciones—le digo a Chloe.
—Creo que nuestras hembras se han mejores amigas al
instante—comenta Berg.
—Ariana González no es mi hembra—responde Skoll
bruscamente.
Todos nos quedamos en silencio por un momento. Desvío la
mirada, tratando de ocultar la vergüenza que se apodera de mis
mejillas ante esta denuncia pública.
Berg deja escapar un suspiro:— ¿Sigues vinculado a Lilith
Hearthstone? —Pregunta— ¿Sigue siendo tu pretendida?
—Sí. No he podido ponerme en contacto con ella. No responde
a mis llamadas.
Berg frunce el ceño: —Sospecho que pronto tendrás noticias
de ella.
—Todo el mundo sabe lo que pasó, está en todas las redes de
vídeo—confirma Avery—. Los seres están empezando a
musicalizarlo y a utilizarlo en sus propios canales de vid.

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Mis mejillas se calientan aún más al recordar que todos me

han visto bailando con la ropa pegada al cuerpo. Era tan
divertido que no podía evitarlo.
—No te preocupes —Dice Chloe, notando mi malestar—, te
ves adorable. Va a todas partes porque a todo el mundo le
encanta. Además, el hecho de que Skoll haya encontrado un raro
alijo de oro líquido en su propiedad y haya surgido un géiser que
los ha cubierto a los dos de oro líquido y hayas bailado bajo la
lluvia y todo el mundo pueda oír su profunda voz... es genial.
—Vamos, quiero verlo de verdad —Dice Avery—. Quiero ver
este mítico géiser de oro líquido con mis dos ojos, antes de que
lo tapen.
Los seis subimos al vehículo todoterreno de Skoll para el
viaje. Tres hembras humanas y tres machos Hyrrokins. Skoll
insiste en llevar a nuestros gatitos recién limpiados con
nosotros. Siempre es así, nunca quiere dejarlos atrás.
Avery y Chloe gritan de alegría cuando ven a los dos gatitos
bebés. Están alucinando con el hecho de que haya rescatado a
dos gatitos en mi camino fuera del planeta.
— ¿Por qué les has puesto esos nombres? —Chloe se ríe—
Suena como si estuvieras a punto de comértelos.
Me encojo de hombros y señalo al diablo que los está
colocando suavemente en una cesta: —Yo no puse les puse esos
nombres, lo hizo Skoll.
—Este es Snack porque es un ser diminuto—explica Skoll con
paciencia—y este es Morsel porque tiene un aspecto delicioso.
Chloe y Avery se quedan mirando con asombro los
movimientos de Skoll.
— ¿Estás sacando fotos de este macho cuidando tiernamente
a estos gatitos? —Avery me susurra al oído—Por favor, dime

Página 80
que estás documentando esto y que estás lista para empezar a

publicarlo en Intelgram.
—No lo he hecho, pero lo haré ahora.
—Gracias: todas las mujeres de los cuatro sectores te lo
agradecerán.
Suelto una rosa que más bien parece un ladrido.
Y entonces intento subir al asiento trasero con Chloe y una
enorme garra me agarra de la muñeca, intentando redirigirme a
la parte delantera: —Tú vas conmigo—gruñe Skoll.
Parpadeo sorprendida. ¿Por qué demonios quiere que vaya
delante? Especialmente después de haberle recordado a todo el
mundo que no soy su mujer y que está comprometido con otra.
¿Por qué me hace esto, cambia de humor de tan caliente y
frío?
Avery se encuentra con mi mirada preocupada y luego le dice
a Skoll:— ¿Puedo ir delante también? —Pone una mano sobre su
redonda barriga— Me encantaría sentarme junto a Ariana.
Skoll asiente con la cabeza y yo le doy una sonrisa de
agradecimiento. En unos minutos estoy en el asiento delantero
entre Avery y una cesta de gatitos. Skoll me pone a su lado y
luego coloca la cesta entre los dos. Permanece en silencio
durante todo el accidentado trayecto mientras el resto de sus
pasajeros charlan. Y de vez en cuando me quedo mirando su
perfil, observando el fuerte agarre que tiene en el volante. ¿Qué
le pasa?
Finalmente, llegamos al géiser. Todo un equipo de técnicos
mineros ha establecido ya un perímetro de equipos. El géiser
sigue escupiendo en todo su esplendor. Skoll camina a mi lado
mientras inspeccionamos la zona, con su garra tocando
ligeramente la parte baja de mi espalda. Mira a la tripulación y

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actúa como un gruñón. Y me avergüenza admitir que me encanta

que esté tan cerca. Pero está comprometido. Está tomado. ¿Por
qué me toma el pelo así?
Entonces dejamos al equipo con su trabajo y nos dirigimos al
almacén.
— ¿Eso es una catapulta? —pregunta inmediatamente Aegir.
—Sí, es de las Cruzadas del Fuego.
Y pronto los tres varones se apiñan alrededor de la máquina
de guerra de dos pisos. Me alegra que Skoll tenga la oportunidad
de mostrar esta colección a sus amigos. ¿Por qué no lo ha hecho
nunca antes?
Mientras tanto, Chloe y Avery siguen atascadas en la entrada,
tan horrorizadas como yo por todo el trabajo que tenemos
delante.
—Skoll ha estado intentando rescatar artefactos que nadie
más quería—intento explicarles mientras les doy a cada una un
gatito para que se acurruquen. Comprendo lo duro que es, al ver
por primera vez la inmensa colección—. Pero se le fue de las
manos y ahora sólo tiene cosas que se desmoronan aquí y ni
siquiera sabe realmente lo que posee. La buena noticia es que
ahora tiene los recursos para conservar y almacenar
adecuadamente su colección de armamento antiguo.
Avery exhala un suspiro: —Aegir y yo nos aseguraremos de
que consiga el mejor trato con la compañía minera. Además, nos
pondremos en contacto con la principal agencia de limpieza
medioambiental de los cuatro sectores, para que la mina no
destruya su propiedad ni el entorno local. También remitiré a
Skoll a Gravian Wealth Management para que pueda gestionar
adecuadamente su dinero.
—¡Gracias!

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—Y te pondré en contacto con la sociedad histórica de los

Hyrrokins —añade Chloe—y con cualquier otra persona que
conozca que pueda ayudar a contratar al equipo de seres que
necesitarás para auditar y restaurar su colección en el momento
oportuno.
—No es mi propiedad también, ni mi colección—, les
recuerdo en voz baja—es de Skoll y su futura vinculada. Es suyo
y yo sólo soy la organizadora ordenada por el tribunal que
intenta ayudar a poner este lugar al día para poder firmar como
terminado y pasar a mi siguiente trabajo.
—Oh sí, tiene una prometida. ¡Uuups!, lo siento, sigo
olvidándolo. Está tan interesado en ti que es confuso.
—Es confuso —admito—. Y lo peor es que yo también estoy
comprometida.
—¡No! —jadean.
—No se preocupen, es totalmente falso. Es un matrimonio que
mi padre planeó para mí y que yo nunca quise. Mi prometido y
yo somos esencialmente extraños y tengo un equipo de
abogados trabajando para sacarme del contrato. Pero es raro
que ambos estemos técnicamente comprometidos con otras
personas... Skoll dijo al principio que estaba comprometido y yo
pensé que estaba enamorado de ella y que era de verdad, pero
ahora no estoy tan segura. ¿La han visto alguna vez?
Ambos sacuden la cabeza: —No. Nunca. Me olvido la mayor
parte del tiempo de que está comprometido.
Hmm.
—Pero —Dice Chloe—, sé que Berg la odia en secreto porque
cree que Lilith sólo le está utilizando, aceptando convertirse en
la futura vinculada de Skoll para poder presumir de que un

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miembro del equipo Molten Lava es su pretendido y eso hace

feliz a su poderoso padre.
—Pero ahora te tiene a ti, así que...
—Me gusta, probablemente demasiado. Pero está
comprometido.
Avery frunce los labios: —Sabes, Skoll y otro miembro del
equipo, Fenrir, me salvaron la vida durante la última temporada
de lluvias. Más tarde se descubrió que si no fuera por ellos dos,
retrasando a los mercenarios que intentaban matarme, no
habría habido tiempo para que Aníbal me avisara. Los
mercenarios aún pudieron bombardear nuestra residencia, pero
no en la medida en que pretendían hacerlo en un principio, sólo
fue media carga. Pude poner a nuestro hijo en la sala de
seguridad secundaria a tiempo y salvar su vida también. Estoy
en deuda con Skoll. No voy a quedarme de brazos cruzados y
dejar que una chica mala se aproveche de él.
Oigo un ruido y todos nos giramos y vemos cómo los tres
machos Hyrrokins de cuernos negros se suben a la catapulta y
empiezan a turnarse para sentarse en la parte superior, riéndose
del artilugio. Skoll me saluda desde la distancia.
Mi corazón se derrite, una vez más: —Él también me salvó la
vida —digo—. Y tienes razón, nunca permitiría que alguien se
aprovechara de él.
Jamás.

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Capítulo 8
Skoll
Finalmente, todos ellos abandonan mi propiedad.

La compañía de mis amigos y sus hembras es agradable, y
agradezco su ayuda, pero me alegro de que se vayan. Quiero a
Ariana para mí. Ha estado charlando sin parar con las otras dos
hembras humanas. El equipo minero mira con demasiada
atención sus deliciosas curvas. Y ni siquiera quiero que Aegir y
Cap estén demasiado cerca.
El impulso de echar la cabeza hacia atrás y rugir a la luna es
fuerte. Quiero arrastrarla a la selva y follarla hasta dejarla ciega,
como un Hyrrokin salvaje de antaño. Quiero prenderles fuego a
todos y sacarlos a toda prisa de mi propiedad.
Pero los necesito, así que guardo mi rabia, como he aprendido
en mis sesiones de control de la ira, y me las arreglo para
parecer un Hyrrokin razonable mientras los demás están aquí.
Disfruto mostrando a los hermanos Touchstone mi almacén.
Nunca se lo he enseñado a nadie más que a los Strikestone que
llegan dos veces por rotación planetaria durante las reuniones. Y
siempre son despectivos. Además, la mayor parte de mi
colección llegó esta última temporada, cuando compré la
herencia de un duque fallecido. Esencialmente rescaté esta
armería y colección de armas que se remonta a la edad de la lava
y la almacené aquí.
— ¿Por qué estás tan malhumorado hoy? —me pregunta mi
mujer.
Hemos terminado nuestra cena. Me gusta cocinar para ella.
Ella ya ha admitido que no sabe cocinar y que "no sabe ni

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encender un dispensador de comida", así que soy el macho que

nos da de comer. Esto no es ninguna molestia. Me gusta preparar
la comida para ella y ver cómo come y se deleita con lo que he
cocinado. Ahora mismo, ambos hemos terminado las tartas de
llama y Ariana se está chupando los dedos. Normalmente, hago
comidas para el equipo o sólo para mí. Sólo ha pasado poco más
de un día, pero me gusta este ritmo en el que planifico y hago
nuestro desayuno, almuerzo y comida, así como la comida que
consumen Snack y Morsel.
— ¿Gruñón? No lo estoy—Le doy a Morsel otro pequeño trozo
de carne y lo veo devorar su comida con feroz determinación. Es
cierto que no puedo conciliar el hecho de saber que es mía, con
el hecho de estar legalmente atado a otra. Estos dos
pensamientos opuestos chocan en mi mente. Esta mañana he
pensado que podría trabajar junto a esta mujer y mantenerme
profesionalmente distante y dejarla marchar cuando terminara
con este proyecto. Volvería a mi intención y seguiría hasta el
juzgado con Lilith, y Ariana González se alejaría de mí, para
siempre.
Ahora sé que esa posibilidad es ridícula. Mi deseo por ella
sigue aumentando al igual que su propia excitación, que incluso
ahora llena el aire entre nosotros. Tengo que poner fin a mis
vínculos legales con Lilith Hearthstone para poder reclamar a
esta humana. ¿Pero cómo? No puedo ponerme en contacto con
Lilith para realizar la disolución de nuestros lazos, lo que
significa que no puedo dejar que nadie sepa que Ariana es mía.
Sigue siendo la hembra de mi corazón, pero no la compañera
que puedo declarar al mundo. Así que sí, estoy en un estado
constante de rabia a fuego lento.

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—Mira el humo que sale de tu nariz. Has estado actuando de

forma extraña durante casi todo el día. ¿Cómo puedes estar
enfadado cuando acabas de descubrir que estás a punto de
convertirte en multimillonario?
—Los machos te estaban mirando—admito.
— ¿Qué machos?
—La tripulación minera...
Ella pone los ojos en blanco: —No, no lo hacían. Ni siquiera sé
de qué estás hablando. ¿Por qué los machos Hyrrokins me
mirarían? Esto no tiene sentido. Ni siquiera somos de la misma
especie.
Mis garras raspan la mesa: —Te quieren como su atadura o
simplemente como compañera de placer.
Ella deja escapar una risa nerviosa: —No, no lo quieren.
—Sí lo quieren. Eres muy sexy.
— ¿Sexy? ¿Crees que soy sexy?
La miro fijamente, permitiéndole ver en mi mirada, sólo por
un momento, la lujuria épica que siento por ella y sólo por ella.
Se queda boquiabierta: —¡Oh, vaya!
Termino lo último de mi tarta y dejo el bol a un costado para
el robot de limpieza: —Mis sentimientos por ti están a punto de
deshonrarnos a los dos—admito.
Ella deja escapar un pequeño gemido de consternación:—
¿Por eso has estado malhumorado? ¿Porque me deseas, pero no
puedes tenerme? Skoll, yo también te he deseado desde que te
conocí, y tampoco puedo tenerte, pero me las he arreglado para
seguir siendo agradable.
—Yo soy el que toma clases de resolución de conflictos.

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Una sonrisa se asoma al borde de su boca: —Buen punto.

Entonces, ¿quizás sea más difícil para ti que para mí? Pero... —
Cruza las piernas— Eso no significa que te desee menos.
Ella no tiene ni idea. Me doy la vuelta en la silla y separo las
piernas: —Me haces esto.
Ella mira la carpa de tela en mi entrepierna y se muerde el
labio.
—No me mires así.
—No puedo evitarlo—susurra—. Me gustaría poder
desabrochar esos pantalones ahora mismo.
Me levanto tan rápido que golpeo la mesa: —Me voy a la
cama—Salgo de la habitación a toda prisa—. ¡Y cuida de los
gatitos! —Grito—Y cierra la puerta con llave—Luego cierro de
golpe la puerta del dormitorio tras de mí y echo el cerrojo.
A la mañana siguiente, vuelvo a preparar el desayuno para mi

hembra.
Me abstendré de tocarla.
Lo haré.
—Hoy vamos a reunirnos con tu vecino, y vas a hacer las
paces—anuncia.
—No.
¿Lleva una blusa más ajustada esta mañana? Juro que está
más guapa cada día. Mi polla ya se está engrosando en mis
pantalones.
—Por fin pude leer tu expediente anoche —Dice con esa voz
musical—. Necesitamos que tu vecino, Lord Ashmoor, firme el
proyecto de desarme. Yo tengo que firmar y tu vecino también.
Golpeo un puño sobre la mesa. Una cuchara suena en la taza
de Ariana: —No voy a negociar con un Ashmoor—aporreo.

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—Sí lo vas a hacer.

Me pongo en pie, con el fuego agitándose en mi vientre, y me
inclino hacia delante, raspando mis garras sobre la mesa: —Los
Strikestone no hacen la paz con los Ashmoor.
Ella también se levanta y se pone delante de mí: —¡Deja de
exagerar! —Me grita, con la ira brillando en sus ojos— ¿Quieres
perder esta propiedad? ¿Has oído lo que he dicho? Lord
Ashmoor tiene que firmar. Tienes que ir allí y negociar
adecuadamente algún tipo de acuerdo con él y hacer las paces o
vas a perder este lugar. ¿Quieres que el gobierno tome los
derechos de tu mina de oro líquido? Porque lo harán, seguro que
lo harán.
Vuelvo a sentarme pesadamente. Dioses santos, es soberbia.
— ¿Paz? —Se me escapa el aire— ¿Con un Ashmoor?
—Con un Ashmoor.
Un gruñido retumba en mi pecho.
La humana se sienta y toma mi mano en su diminuta mano y
me mira con ternura: —No te preocupes, Skoll, vamos a salvar tu
propiedad... juntos. Estaré allí contigo. Puedes conseguirlo.
Yo subo a Ariana y a nuestros gatitos al asiento delantero de

mi vehículo, que es donde deben estar. Ayer intentó sentarse
atrás. Le exigí que volviera a la parte delantera, conmigo.
Arranco el motor.
—Cuéntame más sobre la catapulta a la que subiste ayer—
pregunta mi mujer con auténtica curiosidad.
—Puedo hablar de este tema durante horas y horas—le
advierto.
—Está bien—ríe ella—, realmente quiero aprender.

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Salgo de mi propiedad y me dirijo a la carretera principal para

acabar entrando en la finca de Ashmoor, mientras le explico los
entresijos de la guerra de la Edad del Fuego.
Pasamos por una cantidad ridícula de jardines cuidados. A lo
lejos, la mansión Ashmoor descansa en lo alto de una colina, con
un aspecto tan exagerado como de costumbre: —¡Oh, guau! —
Ariana respira—Es una casa preciosa. Y el paisaje es exquisito.
No puedo creer lo verde y exuberante que es tu planeta.
—Espera a que experimentes la temporada de lluvias—
refunfuño.
—Ya estás otra vez, haciéndote el gruñón.
Suelto un bufido: —No soporto a este rico engreído. Lord
Ashmoor es mi mayor némesis—Y eso es decir mucho teniendo
en cuenta que soy un soldado que pasó la última década como
miembro de un equipo de ataque militar de élite.
—Sabes que mi familia también es rica, ¿verdad? Crecí rica y
viví en una mansión casi tan grande como esta a la que estamos
llegando.
Aprieto la mandíbula.
—Y ahora que has descubierto oro en tu propiedad, también
eres rico—señala, yendo a por el tiro de gracia—. Y actúas como
si no te importara.
¿Honestamente? No me importa.
—Hay una diferencia entre presumido y rico—respondo.
Ella sonríe:—¿Esto significa que no crees que sea presumida?
—No, claro que no lo eres.
—¡Gracias!, intento no serlo... oh, ya hemos llegado.
Me meto en el camino de entrada curvo y empedrado y ambos
salimos del vehículo. Yo sostengo la cesta de gatitos y Ariana
sostiene algo que llama "cesta de regalo". Levanto la

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ornamentada cerradura y golpeo tres veces la pesada puerta de

entrada.
Un mayordomo que lleva una cinta formal con el sello de los
Ashmoor abre el portal y me mira con desdén:— ¿Puedo
ayudarle? —pregunta.
—Estoy aquí para ver a Ashmoor.
—Lord Ashmoor no acepta visitas hoy, él...
—Dile que Strikestone está aquí—le interrumpo.
El macho frunce los labios y sus ojos se dirigen a mi humana.
Ella le devuelve una brillante sonrisa y levanta su cesta: —
Tenemos un regalo para él —Dice.
— Huh —el macho resopla—. Se lo diré.
Luego nos cierra la puerta en las narices.
—Bueno, eso ha ido bien—responde Ariana. Luego se da la
vuelta y procede a bajar los amplios escalones de la entrada
hacia los jardines formales. La sigo y nos sentamos juntos en un
banco que da a la gran extensión de césped. Puedo ver
claramente en la distancia el agujero negro en el suelo que solía
ser...
—Has hecho explotar mi piscina reflectante —Dice una voz
grave detrás de mí.
No puedo evitar la sonrisa que se dibuja en mis labios. Me
pongo en pie y me giro lentamente: —Ashmoor—Lleva unos
pantalones negros y una cinta negra sobre el pecho. No puedo
soportarlo.
—Strikestone.
Señalo a Ariana: —Esta es mi hembra—explico—. Ella es
humana pero es honorable.
Ariana se aclara la garganta: —Bueno, en realidad no soy su
hembra. ¡Hola, Lord Ashmoor! Soy la organizadora ordenada por

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la corte. Estoy aquí, por mandato de los tribunales, para

asegurarme de que se cumpla plenamente el Proyecto de
Desarme de Strikestone. Mi nombre es Ariana González. Anoche
leí el expediente completo y descubrí en la letra pequeña que
para que el Señor Strikestone finalice este periodo de prueba y
se le devuelvan todos los derechos sobre su propiedad, es
necesario que ambos firmemos la finalización de este proyecto.
Ashmoor echa la cabeza hacia atrás y se ríe:— ¿Strikestone
necesita que le dé el visto bueno para poder tener pleno acceso a
su oro líquido?
Imbécil.
Me sonríe: —Voy a tener que avisar a mi hermano. Le va a
encantar esto. Por fin tenemos un Strikestone en el punto de
mira.
Un gruñido retumba en mi pecho porque posiblemente odie a
su hermano menor más que a él: —Tienes lo que te mereces—
digo.
—Nadie se merece que le explote una bomba venenosa en su
patio delantero.
—Deja de quejarte, nadie resultó herido.
—¡Destruiste la piscina reflectante de mamá! —grita
Ashmoor, con saliva saliendo de su boca mientras señala el
agujero negro en el suelo.
Aprieto los labios. Maldito sea el infierno hyro. Su madre era
la única Ashmoor buena. De hecho, me preocupó la noticia de su
fallecimiento... y él lo sabe porque estuve en su funeral: —Tu
abuelo voló nuestro muelle—le recuerdo.
—Tu bisabuelo incendió nuestro granero.
—Tu...

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—¡Oh, vamos ustedes dos! —Interrumpe mi mujer— ¿Esto es

sobre cosas que sucedieron hace cientos de años? ¿No pueden
dejar el pasado atrás y hacerse amigos? Ustedes son vecinos.
¿No pueden arreglar esto entre los dos y hacer las paces?
—No—contestamos los dos al mismo tiempo.
—Apártate, hembra—le advierte Ashmoor a Ariana.
Gruño y me pongo delante de ella.
Ashmoor abre sus fauces y lanza una llama de precisión que
chamusca la punta de mi oreja izquierda.
— ¿Quieres jugar a ese juego? —Pregunto, dando un paso
adelante— Vamos a jugar—Y entonces le devuelvo una llama
Strikestone y el suelo que pisa arde, así como sus pantalones.
—¡Skoll! —Grita mi mujer desde atrás—Detente. Para.
Esta pelea ha tardado mucho en llegar. Le doy otro puñetazo
en la cintura y él me da un buen golpe en la espalda. Entonces le
ataco y ambos rodamos por la colina rocosa. Ashmoor es el
primero en recuperar el equilibrio y me devuelve una llamarada
que me chamusca el brazo derecho.
Thayne Ashmoor pasó por la Academia Firepoint y se retiró
anticipadamente del ejército. Aunque es un oficial presumido,
admito que sigue siendo un enemigo digno. Le arranco la cinta y
la arrojo al suelo: —¡Esto es por aquella vez que prendiste fuego
a mi cama! —grito mientras le doy un puñetazo que conecta con
su mandíbula.
Él se recupera y abalanza sobre mí y luego me da una patada
en los pies: —Y esto es por la vez que me robaste todos mis
pájaros de fuego premiados.
Me levanto de un salto. ¿De qué está hablando?
—Thayne, yo no robé tus pájaros de fuego.
—Lo hiciste.

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— ¿Crees que no me jactaría de eso? No fui yo.

Baja los puños:— ¿No fuiste tú?
—No.
—Heh.
Y entonces estamos los dos sentados, uno al lado del otro en el
fondo de la colina, sangrando y tratando de calmar la
respiración.
—Todos estos años, pensé que habías sido tú... —murmura—
Desde el solsticio de fuego del noventa y nueve.
Asiento con la cabeza, recordando la celebración de todo el
condado ese año: —Hiciste un trabajo increíble con esos pájaros
de fuego—admito—. Te merecías ganar el gran premio.
Thayne Ashmoor, el decimotercer Señor del Fuego de
Ashmoor se gira hacia mí y me tiende una mano: —Si pagas por
la restauración completa de mi piscina reflectante, estaré en paz
y firmaré tu desarme —Dice con aspereza.
Asiento con la cabeza y me inclino hacia él. Juntamos las
manos y las estrechamos.

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Capítulo 9
Ariana
No puedo creer la épica batalla entre Ashmoor y Skoll.

Dos machos Hyrrokin muy duros luchando mano a mano,
golpeando y quemándose mutuamente. Podría vender entradas
para esto. Sus brillantes cuernos negros centellean a la luz del
sol y sus mortíferas colas golpean el aire tras ellos. Los brazos
musculosos se tensan en ángulos gigantescos y mueven sus
puños colosales. Básicamente, se trata de la fantasía de cualquier
mujer: hombres sudorosos con el torso desnudo revolcándose
juntos en la tierra. Skoll es más alto y Ashmoor es más grueso y
pesado. Me sorprende que este Señor del Fuego esté tan
igualado con un poderoso soldado como Skoll.
Sus llamas iniciales me asustaron mucho y le grité a Skoll que
se detuviera, pero finalmente me rendí y ahora estoy sentada
con los gatitos, esperando que terminen. Esta pelea parece ser
algo más que un solo tema: la mala sangre entre sus dos
familias se remonta a varias generaciones.
Snack y Morsel se retuercen de angustia, como si sintieran
que su "papá" está en problemas. Los saco a ambos y los acaricio
en mi regazo mientras observamos y esperamos. Finalmente, la
pelea entre Ashmoor y Skoll concluye y los dos se sientan a
charlar, como si no hubieran estado dándose una paliza
momentos antes. El extraño ritual de unión masculina termina
con un firme apretón de manos y los dos se levantan y regresan.
Lo más trascendental es que Ashmoor va a firmar el proyecto
terminado. Esto es lo importante. Ahora sólo tengo que esbozar
y formalizar un plan de acción y ponerlo en marcha.

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—Tu intención ha sido muy paciente durante nuestra

charla—comenta Ashmoor mientras pasa cojeando a mi lado.
¿Su charla? Sonrío y sacudo la cabeza mientras vuelvo a
colocar los gatitos en su cesta. Si eso es lo que estos dos
consideran una charla agradable, ¿cómo sería su discusión
real?
—Te equivocas, Ariana no es mi intención —Dice Skoll,
tratando de ocultar su propia cojera mientras volvemos hacia la
entrada—. He hecho votos verbales con otra hembra Hyrrokin.
Estoy legalmente atado a otra.
Se me calienta la cara. ¿Cuántas veces ha pasado esto? Los
seres creen que somos pareja, y Skoll les dice sin rodeos que
definitivamente no es así.
— ¿Esta humana no es oficialmente tu intención? —Ashmoor
me mira y me guiña un ojo—Strikestone es más estúpido de lo
que pensaba.
Parpadeo y entonces una sonrisa se extiende por mi cara. ¿El
Señor del Fuego de la Mansión Ashmoor acaba de guiñarme
un ojo? Es genial.
Skoll suelta un gruñido estruendoso y me rodea la cintura con
un brazo.
— ¿Muy posesivo? —murmuro. Consigo separarme de Skoll el
tiempo suficiente para entregarle mi cesta de regalos a Lord
Ashmoor.
—¡Buena suerte con eso! —Grita Ashmoor por encima del
hombro mientras se aleja cojeando en dirección contraria,
sosteniendo la cesta con una mano—Asegúrense de invitarme a
su ceremonia de declaración de unión, después de que
Strikestone se saque la cabeza del culo.
—¡Imbécil! —gruñe Skoll.

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Me concentro en llevar a los gatitos y en asegurarme de que

mi falso novio malhumorado consigue volver a su coche sin
caerse. Llegamos al todoterreno de Skoll y es obvio que el
orgulloso macho va a intentar llevarnos a casa.
—Deja que conduzca yo—le digo.
El humo sale de sus fosas nasales.
—Estás herido—agrego, señalando lo evidente.
—No lo estoy—gruñe, con la sangre goteando de su nariz y
sus colmillos.
Toco mi tableta e inclino la pantalla para mostrarle mi carnet
de conducir galáctico de clase C y mi perfecto historial de
conducción.
Skoll responde con un gruñido y se acerca cojeando al asiento
del copiloto.
Salto al asiento del conductor, coloco a los gatitos entre
nosotros y arranco el vehículo, mareada por el hecho de que me
confíe su preciado todoterreno en estos caminos agrestes.
Los dos estamos callados durante el viaje de vuelta, perdidos
en nuestros propios pensamientos.
Principalmente pienso en la idea de que Skoll Strikestone sea
mi posible novio. No sólo mi jefe, o un cliente, o un amigo al que
intento proteger y ayudar, sino un novio de verdad. He estado
tan concentrada en salir de mi compromiso con Antonio y en
prepararme para un futuro independiente, que no he pensado
mucho en tener un novio. Quiero decir, por supuesto que lo
quiero para mí. Quiero experimentar mi primer beso y
abandonar esta molesta virginidad eventualmente. Dejé atrás
todos mis juguetes sexuales, lo cual estoy empezando a darme
cuenta de que fue un error fatal. Lo sé todo sobre el
apareamiento por placer, pero nunca lo he experimentado en la

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vida real con una pareja. Estoy abierta a la idea de un novio, pero
ni en un millón de años pensé que el próximo varón que
conocería fuera del planeta sería un hombre que me gustaría...
¿Qué deseo con Skoll?
Ayer me encontré a dos jóvenes que conocieron a sus futuros
maridos en Tarvos. Chloe y Avery están ahora felizmente
casadas y piensan quedarse aquí porque les gusta mucho Tarvos
y los Hyrrokins.
Golpeo con los dedos el volante, recordando lo que sentí
cuando Skoll me afirmó tajantemente, más de una vez, que no
soy suya. Debería seguir mis propias reglas, esperar a ver si
consigo que Antonio renuncie oficialmente a nuestro falso
compromiso antes de buscar un novio o un... marido.
Pero me estoy enamorando de este diablo comprometido, y
sus lazos son aún más sólidos que los míos. Todo esto empieza a
parecer la historia de mi vida: Un hombre que no quiere
reclamarme públicamente. A veces mi mente se atasca,
pensando que Skoll es mío, pero no lo es.
¿No merezco una relación con un hombre que me desee de
todo corazón, sin reservas?
Y no debería ser capaz de dar ese tipo de devoción a cambio,
sin que mi propio prometido falso aceche como un fantasma en
el fondo.
Pero entonces recuerdo lo que dijo Avery: que no iba a
permitir que una "chica mala" se aprovechara de Skoll. Esto no
es simplemente una cuestión de que Skoll esté comprometido
con alguien a quien ama y yo tenga que hacerme a un lado.
Está siendo utilizado.
Además, este hombre me ha salvado la vida.

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Miro a Skoll y veo que los dos gatitos se han subido a su

regazo y se han acurrucado haciéndose bolitas y, de alguna
manera, a pesar del camino lleno de baches, él se ha quedado
dormido.
Pobrecito.
En el momento en que aparco el vehículo en la bahía,
despierto al enorme y sangrante soldado y conseguimos entrar
en el albergue. Entonces le ordeno a Skoll que se acueste. Se
desplaza por el pasillo y se deja caer en su enorme cama. Recojo
un botiquín de primeros auxilios Hyrrokin, le sigo y entro con
valentía.
Nunca antes había estado en su espacio privado y miro
disimuladamente a mi alrededor. Me gusta este lugar, más de lo
que debería. Me imagino literalmente durmiendo a su lado bajo
esa enorme espada que tiene montada en la pared sobre su
cama. Limpiaría las lanzas de ese rincón y movería el... Uf. ¿Qué
me pasa?
—Mujer, puedo hacerlo yo mismo. Estoy acostumbrado a
atender mis propias heridas.
—No, quiero ayudarte—Me siento a su lado y hago un
inventario de sus quemaduras y cortes, luego lavo suavemente
su áspera cara, deteniéndome cuidadosamente en sus cicatrices.
Él las odia, pero yo las veo como una insignia de honor. Le paso
un paño húmedo por la mandíbula y me paso demasiado tiempo
mirándole la boca.
— ¿Ariana? —Skoll me agarra la mano y se encuentra con mi
mirada. Su cola se levanta del borde de la cama y se curva
alrededor de mis caderas—Quiero que sepas... que un macho
honorable no deja que nadie piense erróneamente que su
pretendida es otra persona que la que él solicitó formalmente.

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Me mordisqueo el labio inferior: —Lo entiendo.

Me suelta la muñeca y se sienta, haciendo una mueca. Apoya
la espalda en el cabecero de ébano y ahora estoy en la cama
junto a un varón con el pecho desnudo, la piel roja y músculos
forjados a lo largo de muchos días. Alargo la mano y le extiendo
crema cicatrizante en la quemadura de su antebrazo venoso.
Sisea al contacto, sus afilados colmillos y su lengua bífida hacen
acto de presencia. Sus manos son tan enormes y ásperas y esas
afiladas garras plateadas en la punta...
—No puedo creer la cantidad de quemaduras que eres capaz
de...
— ¿Ariana?
— ¿Sí?
—Quiero que sepas que soy incapaz de contactar con Lilith...
Está al otro lado del planeta y no responde a mis llamadas. He
tratado de enviarle un mensaje desde el primer momento en que
te conocí.
Mis hombros se suavizan:— ¿Lo has hecho?
—Lo he hecho. Ahora, mujer, ¿quieres...?
— ¿Sí? —Mi corazón late en mis oídos. Me inclino más cerca,
sin aliento por la anticipación.
— ¿Me entregarás los gatitos?
¡Oh, Dios!
Mi propia habitación está ahora demasiado silenciosa. Vuelvo

a cruzar el pasillo y sólo puedo pensar en el hombre que he
dejado atrás. Tardé años en atender cada uno de los cortes y
quemaduras del enorme cuerpo de Skoll. De acuerdo, tal vez más
de lo estrictamente necesario, y sí, probablemente lo estaba
torturando, si su persistente erección era un indicio. Pero esta

Página 100
era mi única oportunidad de acariciar esa cálida piel y sentarme

demasiado cerca, y de ninguna manera iba a perderla.
Le he dejado a él y a nuestros gatitos y la litera individual de
esta pequeña habitación de invitados es triste y solitaria. El
desorden está más organizado, y he añadido una hilera de lanzas
brillantes a lo largo de una pared y dos espadas brillan ahora
sobre la cama. Skoll me dijo esta mañana durante nuestro viaje
en coche que esta era la habitación en la que él y su hermana
habían dormido de niños. Y, por supuesto, mi mente se desplaza
a la idea de que esta habitación albergue a nuestros propios
hijos medio humanos, medio Hyrrokin.
Me siento pesadamente en la cama y hago un ping a mi amiga
Claire.
Tal vez el trabajo me haga olvidar las ganas que tengo de
volver allí y acurrucarme junto a Skoll y...
—¡Ariana! —exclama.
Sonrío porque es agradable ver una cara conocida. Claire tiene
el pelo largo y rubio, los ojos azules y una personalidad
burbujeante. Nos conocimos en el mismo programa en la
Universidad y más tarde ambas tuvimos puestos de prácticas en
la junta de vivienda de Mumbai. Ella está a punto de irse a la
escuela de diseño, pero yo quiero seguir en este campo y
aprender más sobre la psicología entre especies y ahora... la
historia del armamento Hyrrokin. Sí, es un poco vergonzoso, me
he vuelto súper interesada en lo mismo que Skoll.
—Te vi en las noticias—me dijo.
— ¿Lo hiciste?
—Ariana, todo el mundo te vio. Está en todos los cuatro
sectores.
Hago una mueca, porque sé que es verdad.

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—¡Estás preciosa! ¡Y tus pequeños gatitos dorados! ¿Quién es

ese tipo con la voz grave? ¿Es cierto que se parece al diablo?
Cuéntamelo todo, tengo que escuchar toda la historia.
Cruzo las piernas, me pongo cómoda y le cuento cómo
reaccioné cuando conocí a Skoll. Y le explico la épica situación de
acaparamiento de su armamento, pero omito la parte en la que
fue allanado por el Departamento de Armas y Fuego.
—Mi cliente tiene un almacén en ruinas donde ha volcado su
descontrolada colección de armas antiguas propias de su
herencia. Algunas de ellas eran realmente aterradoras e incluso
posiblemente inseguras, con enormes caras de dragón talladas
en los lados. Era tan vasto y abrumador. La rehabilitación del
edificio y la restauración de las piezas tienen un coste
prohibitivo—Entonces le explico cómo me caí en el sumidero y
Skoll Strikestone saltó y me rescató—. Me salvó la vida, Claire.
Realmente creo que no habría salido viva cuando el oro líquido
empezó a brotar.
—¡Dios mío, Ariana, podrías haberte matado!
— ¿Verdad? Como puedes imaginar; ese hombre es mi héroe
ahora. Y, lo más importante es que gracias a esa mina de oro,
ahora puede permitirse el lujo de organizar todo de primera.
—¡Oh, eso es genial! —Se ríe—, algo así como la fantasía de
todo organizador profesional: fondos ilimitados para hacer
todas las cosas que imaginamos y un cliente que está dispuesto a
cumplir.
—Exactamente—Claire trabaja para la misma agencia que yo,
así que conocemos a la misma gente—. Oye Claire, ¿puedo
hacerte una pregunta?... ¿Está Nate enfadado conmigo por
robarle el trabajo? Es un buen hombre y me siento un poco mal
por eso.

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—No, no lo está, no te preocupes. Le he suavizado las cosas.

Hablé con él y le expliqué por qué este trabajo en particular era
tan importante para ti y cómo no tuviste tiempo de avisarle.
Consiguió ese aumento... y resulta que se sentía incómodo por
aceptar un trabajo fuera del planeta de todas formas porque su
mujer está cerca de dar a luz. Creo que siente que le hiciste un
favor. No todo el mundo es tan aventurero y está dispuesto a
cambiar como una mujer González.
Resoplo una carcajada: —¡Oh, estaba asustada! Grité como
una niña cuando llegué y vi el aspecto de los Hyrrokins.
—No puedo creer que trabajes con seres que se parecen a
Satanás.
—Yo tampoco puedo creerlo, pero en realidad son muy
agradables. Es fácil llevarse bien con mi cliente.
—Skoll Strikestone parece un gran hombre.
—Lo es—suspiro soñadoramente—. Si puedes superar los
colmillos, la lengua bífida, los cuernos, las garras y la cola negra.
¿Sabes que ninguno de los machos de aquí lleva camisa o
zapatos?
Claire enarca una ceja: —Chica, estás técnicamente
comprometida—me recuerda—. Ese vídeo en el que le echas la
bronca al alcalde, tu prometido, en el nuevo edificio
gubernamental también se hizo viral. Mi favorita es la parte en la
que le echas la bronca al salir por la puerta. Los memes de eso
son divertidísimos.
Uuups.
—Skoll también está comprometido—le digo—, aunque
sospecho que su compromiso es tan falso como el mío, pero aun
así... está legalmente tomado bajo la ley de Hyrrokin. Así que sí,
aquí no pasa nada. Nada más que pura profesionalidad.

Página 103
—Cierto... distancia profesional—está de acuerdo.

Yo suelto un suspiro: —Oye, ¿tienes algo de tiempo extra?
¿Podemos hacer una lluvia de ideas juntas sobre cómo elaborar
un plan para organizar esto? Me encantaría tener a alguien con
quien hablar, con quien intercambiar ideas. Además, eres
increíble en los detalles de diseño.
—Claro... Me encantaría escuchar más y ayudar. Tu proyecto
suena súper interesante.
—¡Genial, gracias! —Me tumbo boca abajo y saco mi segunda
tableta y nos ponemos a trabajar.

Página 104
Capítulo 10
Skoll
A la mañana siguiente, pongo la primera comida en la mesa

para mi hembra.
Snack y Morsel están en el suelo devorando ruidosamente su
propia carne de caza que asé y desmenucé para ellos con mis
propias garras.
Gracias a las cuidadosas atenciones de Ariana anoche, ahora
sólo me quedan unos cuantos moratones de color púrpura
intenso en la mandíbula y un único corte en el labio. Sonrío,
imaginando las heridas que Thayne Ashmoor está tratando de
atender, sin el consuelo de una compañera.
Se lo merece ese imbécil.
Me detengo en seco. ¿Compañera...? ¿Mi mente ha divagado
y ha etiquetado a mi ordenada organizadora como mi
compañera... mi vinculada? Sacudo la cabeza. Lo llevo mal.
Ariana entra en la cocina como un rayo de sol: —¡Buenos días!
—anuncia.
Me preocupa que no haya comido lo suficiente anoche, cuando
yo no estaba bien, así que le doy una taza humeante de una
bebida de la Nueva Tierra que sé que le gustará.
Toma un sorbo y suspira de placer:— ¿Es un café del planeta
original?
—Sí, he aprendido que los humanos lo prefieren al Traq.
Sus ojos, del color de la lava que se enfría, se llenan de agua.
Mira a su alrededor, como si tuviéramos compañía, y luego se
inclina y susurra: —Sssh, no le digas a nadie que he dicho esto,

Página 105
pero eres mejor cocinero que la señora Wilson, nuestra chef

personal. Y ella solía ganar premios por su repostería.
La miro por debajo de mi nariz torcida:— ¿Tu padre contrató
a un ser para que preparara personalmente todas las comidas de
tu casa?
—Sí. Nunca he tenido que cocinar una sola comida en toda mi
vida. ¿Ahora me odias?
Me río y le doy una palmadita en la cabeza: —No, no te odio,
humana. Entiendo perfectamente tu falta de habilidades en este
campo y haré que mi misión en la vida sea mantenerte
alimentada.
Una brillante sonrisa se extiende por su rostro: —Estaré
encantada de comer cualquier cosa que hagas—responde.
Entonces se agacha, coge a Morsel y le da un desordenado beso
matutino.
—Se te ve feliz—le digo.
— ¿Lo estoy? Bueno, ¿por qué no? Me he derrumbado ante la
enormidad de tu proyecto de desarme y todos los obstáculos
que conlleva, pero entonces un géiser de oro líquido sale de un
sumidero cualquiera de tu propiedad y lo resuelve todo. Y tú
hiciste la paz con Lord Ashmoor. Tu armamento se va a salvar,
Skoll. Tengo un plan preparado.
— ¿Plan? ¿Qué plan?
Saca su tableta de cristal y empieza a mostrármela: —Anoche
trabajé en esto con una colega mía. Tengo una propuesta lista
para presentar al Departamento de Armas y Fuego. No te
preocupes, es sólo una propuesta, no se convierte en el
verdadero plan de desarme hasta que hagamos los cambios, y tú
le des el visto bueno...
—Gracias—le digo con toda la sinceridad de mis antepasados.

Página 106
—Oh, bueno, estoy feliz de ayudar—balbucea—, he pasado los

últimos cuatro años o bien bajo el pulgar de mi padre o bien
teniendo a mi falso prometido dictando mi vida y mi futuro. Y
ahora estoy aquí, en Tarvos, para ayudar a alguien que me
importa e incluso tengo dos gatitos. Siempre he querido tener
mascotas, pero mi padre no lo permitía...
— ¿Qué has dicho?
— ¿Hmm? Dije que estoy aquí por un trabajo...
—No, has dicho que estás aquí para ayudar a alguien que te
importa.
— ¿Lo dije?
— ¿Te estás sonrojando?
—No—balbucea—, no... es que...
Miro hacia abajo y me aclaro la garganta. Su pecho sube y baja
rápidamente, y no puedo apartar los ojos del contorno de sus
perfectas tetas bajo la ajustada camiseta Hyrrokin que lleva:—
¿De dónde has sacado esa camiseta?
—Oh, Chloe me regaló esta. En realidad, me dio una bolsa
entera de ropa tradicional Hyrrokin.
Reprimo el gruñido de mi garganta, la imagen de ella
desfilando ante mí con la ropa habitual de mi especie tiene más
atractivo sexual del que puedo soportar: —Come—le digo con
voz ronca, luego relleno la bebida de Ariana y me siento a comer
junto a ella. E intento no mirar la curva de su redondo culo, sus
fascinantes dientes romos o su diminuta cintura.
Termino mi comida, me lavo las manos y le hago un último
ping a Lilith. Intento poner fin a nuestros vínculos de acuerdo
con las directrices legales. Me he enterado de que la declaración
formal para poner fin a los vínculos debe hacerse en público,
delante de testigos, en un tercer día de un ciclo de luna nueva, y

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al mismo tiempo ser entregada en forma impresa, por un juez

imparcial tercero cuyos honorarios sean pagados por
adelantado directamente en el juzgado del condado. O, si una
pareja está de acuerdo por un error de juicio, una rápida ruptura
verbal es también una anulación legalmente vinculante. Sigo
esperando que Lilith y yo podamos acabar con esto
rápidamente, por eso sigo intentando enviarle mensajes, con la
esperanza de que podamos llegar a una rápida anulación verbal.
Le explicaré mis fallos: que pedí un compromiso a una mujer
que en realidad no era mi vinculada.
Ariana termina su comida y coloca dos tabletas de distintos
tamaños:— ¿Qué tal si repasamos la propuesta ahora mismo?
Podemos asegurarnos de que estás contento con todas las
partes. Recuerda que podemos añadir o eliminar lo que desees,
siempre que el resultado final sea que tus armas estén bien
guardadas y quele reembolses Lord Ashmoor el coste de la
reconstrucción de su piscina reflectante.
Snack y Morsel juegan en el suelo con un juguete que les hice
con un trozo de tela en el extremo de un palo. Me siento cerca de
Ariana, con mi muslo presionado contra el suyo y mi cola
enredada en la pata de su silla.
—Tenemos que trasladar todo esto: tu armamento está
almacenado demasiado cerca de la mina de oro líquido—
explica—, ahora tu propiedad necesita tener tres cosas: una
zona para extraer el oro líquido, una nueva instalación para
almacenar tus armas y espacio para las reuniones. Podemos
hacer todo esto, sólo se necesita trabajo y planificación.
—Esta cabaña debe permanecer intacta—proclamo—, guarda
demasiados recuerdos.

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—Estoy de acuerdo —Dice ella—, está bien como está. Me

gusta el encanto rústico. Lo único que necesita este lugar es que
trabaje personalmente contigo en la exposición y organización
de las armas que tienes aquí.
—En el pasado sólo tenía suficiente dinero para acumular
armamento antiguo, pero carecía de recursos para almacenar
adecuadamente mi colección.
—Sí, ese era exactamente el problema. Pero Skoll, ahora
puedes construir un museo si quieres. Puedes construir
armerías. Puedes contratar un conservador y asistentes.
Acabamos teniendo una reunión por videoconferencia con
Aegir y Avery y un representante de Gravian Wealth
Management. Finalizo un contrato con una empresa minera
Hyrrokin. Y hasta encajamos una entrevista inicial con un
hombre de la Sociedad Histórica que me agradó al instante.
—La compañía minera dijo que se necesitarán cinco
rotaciones planetarias para extraer todo el oro líquido y que
cuando terminen parecerá que nunca estuvieron aquí—me
recuerda Ariana—. Y las normas medioambientales son...
— ¿Quieres pescado fresco para cenar esta noche? —
Interrumpo.
—Um... ¿supongo?
—Bien, esto significa que tenemos que irnos y buscar nuestra
cena en el arroyo de fuego—cierro las tabletas—. Hemos
terminado aquí.
—Pero... pero...
Recojo a los gatitos, la agarro de la mano y los arrastro a todos
hacia el sol de Hyrrokin.

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—Soy una débil. Estos peces están nadando en círculos a mi

alrededor.
—No eres una debilucha.
—No puedo hacer esto tan bien como tú.
—Es tu primer día.
La combinación de esta hembra incolora que carece de garras,
cola o cuernos junto a mis propios brazos y piernas de piel roja
es fascinante.
Ambos estamos de pie en una afluente de agua corriente,
atrapando peces con las manos desnudas y las llamas de los
destellos. Fuego y agua. Snack y Morsel están haciendo cabriolas
a lo largo de las orillas del río, con sus pequeñas colas en el aire.
Levanto la cara para empaparme más de los saludables rayos de
nuestros dos soles: —Este es uno de mis lugares favoritos de la
propiedad—le digo—. De joven venía aquí a menudo con mi
padre y mis tíos. Es un rito de paso de los Strikestone.
Otro pez se desliza entre sus suaves manos: —¡Soy pésima en
esto! —Hace un mohín—Saben que no soy un gran macho
Hyrrokin.
Lanzo otro pez de fuego rojo y negro a la cesta: —No tiene
nada que ver con ser macho o hembra. Mi hermana es la mejor
cazadora de peces del condado.
— ¿Tu hermana? ¿De verdad? ¿Por qué no la he conocido
todavía? ¿Viene de visita aquí a menudo?
Un destello de dolor entra en mi pecho: —No, no ha estado
aquí desde que murieron nuestros padres. Trabaja en una
estación espacial.
—¡Qué pena! Seguro que la echas de menos. No tengo
hermanos ni hermanas, soy hija única. Tal vez la próxima vez
que pidas ayuda... —mete la mano en el agua para agarrar una

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cola de pescado—...podrías presentármela... ¡Oh! —y entonces se

resbala y chapotea en el arroyo.
Sacudo la cabeza, me acerco y tiro de la hembra, que está
agitada, para que se ponga de pie: —Amplía tu postura y ponte
de pie como te he dicho—le digo—, Agáchate más y permanece
en aguas más profundas. Agárralos por la cola y evita las
espinas. Ya te he mencionado todo esto.
Se aparta un mechón de pelo mojado, con la cara rosada y
sudada. Y ahora su ropa está pegada a su exuberante cuerpo y
puedo ver sus duros pezones a través de la tela de su camisa
morada. ¿No se acabarán nunca las tentaciones?
—No me gusta que me digan lo que tengo que hacer—me
informa—, apenas puedo soportar seguir las órdenes de la gente
que realmente manda y sólo si sus órdenes tienen sentido.
Me pongo en pie hasta alcanzar mi máxima altura:— ¿No me
consideras "al mando"?
Una sonrisa se dibuja en las comisuras de su boca: —Supongo
que no.
— ¿Cuestionas constantemente las órdenes directas?
—Sí. Tengo una vena independiente. Creo que lo heredé de mi
madre, mi abuela y mi bisabuela.
—Como soldado, doy órdenes y espero un cumplimiento
ciego—Le advierto.
Ella hace un gesto hacia los peces que pasan por delante de
sus dedos romos en el claro arroyo: —Bueno, ¿cómo vamos a
resolver este entrenamiento de captura de peces entre nosotros
entonces?
Hago una pausa y luego digo:— ¿Puedes seguir órdenes si
tienen sentido para ti? Muy bien, te explicaré la lógica detrás de
mis órdenes, para que entiendas las razones para cumplirlas.

Página 111
—Creo que eso funcionará... ¿Pero qué pasa si explicas tus

razones y sigo sin estar de acuerdo?
—Entonces recurriremos a la prueba de fuego.
Ella suelta una carcajada:— ¿De qué estás hablando?
—Ya verás... ¿y si te ordeno que te deshagas de tu pretendido
humano?
Se queda paralizada y me mira fijamente: —He intentado
librarme de él. Mi mayor deseo es salir de ese falso compromiso.
¿Por qué me preguntas esto?
Me muevo hacia aguas más profundas.
—Skoll... contéstame. ¿Te estás dando cuenta por fin de que tu
propio compromiso es totalmente falso?
—No, el compromiso no es "falso". Se lo pedí a Lilith
Hearthstone de buena fe—respondo, incapaz de contarle
directamente mis intenciones. No puedo decirle a Ariana, ni a
nadie, lo que quiero hasta que no esté libre de esta atadura.
—Estoy segura de que lo hiciste—responde ella con
cuidado—. Skoll, ¿todo esto te ha pasado y ni una sola vez tu
pretendida volvió para estar contigo? ¿Ni siquiera te llamó
después del asalto? ¿Sabe ella lo cerca que estuviste de perder
este lugar? ¿Te apoyó de alguna manera en estos duros
momentos?
—No.
— ¿Por qué te quedas con ella?
Miro a los dos soles: —No lo sé—respondo.
Eventualmente, pesco suficientes peces para alimentar a todo

un ejército. Siempre pesco más de lo que necesito y congelo el
resto. Ariana atrapa dos peces de fuego y yo alabo su esfuerzo,

Página 112
como hacía mi propio padre cuando yo era joven y estaba

aprendiendo.
Me dispongo a subir a Ariana a mi vehículo de tres ruedas. Los
gatitos están en su cesta en el manillar.
¿Realmente me quiere para siempre? El olor de su constante
excitación impregna el aire, pero cuando me libere de Lilith y
pueda comprometerme con otra, ¿querrá esta hembra
convertirse en mi atadura o simplemente quiere un
compañero de placer? Es muy joven, tal vez demasiado joven
para un soldado a punto de retirarse. Tengo mis garras en sus
caderas, listas para subirla a la parte trasera de mi moto: —
Tengo quince rotaciones planetarias más que tú—le advierto.
—No pareces tan mayor.
Resoplo.
—Probablemente porque no tienes pelo.
Levanto la mano y atrapo un largo mechón de sus folículos
entre mis garras:— ¿Qué tiene eso que ver?
—Cuando sea mayor, este pelo mío se volverá gris. El pelo de
los humanos pierde su color a medida que envejecemos.
—Siempre he querido tener descendencia, pero estaba
ocupado salvando el mundo con el equipo Lava Molten—le digo.
— ¿Quieres tener hijos? —chilla.
Miro fijamente su estómago, deseando que ya esté hinchado
con mi semilla: —Me alisté en el ejército nada más salir de la
academia, y he estado allí desde entonces. Soy el miembro más
antiguo de mi equipo—Extrañamente, nunca había pensado en
la descendencia con Lilith. Sí, técnicamente ella iba a ser la
madre de los futuros Strikestone, pues ese es el objetivo de una
pareja vinculada: crear una descendencia y una unidad
familiar. Pero nunca me la había imaginado hinchada con mi

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descendencia, ni tampoco el aspecto que tendrían, ni cómo sería

como madre. Pero puedo ver todo esto tan claro como el día con
mi humana.
Sus brazos me rodean la cintura y siento el contacto de su fría
mejilla contra mi pecho:—¿Me deseas, pero no puedes actuar
según tus pensamientos o incluso decir tus deseos en voz alta
hasta que puedas liberarte de tu falso compromiso?
Me quedo quieto, sin corresponder a sus palabras ni a su
abrazo, pero amando la sensación de tenerla tan cerca. Esto es lo
correcto. Esto estaba destinado a ser. Ella es mía.
—Tienes que saber algo —Dice.
— ¿Hmm? —Retumbo.
—Estoy comprometida desde los dieciocho años y he estado
atada a ese falso compromiso durante los últimos cuatro años.
Esto significa que todavía soy virgen. Si alguna vez pudiera... ya
sabes... contigo... serías mi primero.
Se me hace un nudo en la garganta:—¿Eres virgen? —
Carraspeo.
—Sí... y además, nunca me han besado.
Durante todo el viaje de vuelta estoy sujetando el manillar con

un agarre que casi dobla el metal. Mi polla está dura de nuevo.
No deseo nada más que la libertad de detener mi moto y tumbar
a esta humana en el suave suelo, separar sus muslos gruesos y
hundirme dentro de ella.
Dejo escapar un gemido bajo.
Entonces llego a la bahía de mi vehículo y mi cuerpo se enfría
al instante.
—¡Buenos días, Skoll!—Dice Lilith.
Mi intención está de pie en mi entrada.

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¡Oh, demonios!
Desciendo con cuidado, ayudo a Ariana a bajar y le entrego la
cesta de gatitos. Mientras tanto, Lilith me dedica una brillante
sonrisa y corre hacia mí como una amante perdida hace tiempo.
Descartando por completo la idea de que he estado intentando
localizarla durante los últimos ciclos lunares. Ni una sola vez ha
respondido a un solo ping.
No siento nada ante su llegada. Sólo es una amiga a la que me
alegra ver, porque me da un golpe fuerte: somos amigos y eso
es todo lo que fuimos.
Me doy cuenta de pistas que nunca antes había visto. Siempre
me ha molestado que retrase nuestra ceremonia de enlace. Me
hace sentir que no está comprometida, pero sigue declarando
que lo está, y siempre tiene buenas razones para el retraso.
¿Pero son buenas razones?
¿Y por qué no ha venido antes a la logia?
Miro a mi humana. La hembra que ha estado conmigo estos
últimos días, escuchando todas mis historias, ayudándome en
cada paso del camino. La "virgen" que nunca ha sido besada y a
la que vergonzosamente quiero dar placer. Está ahí, mirándonos
a Lilith y a mí, con una mirada de asombro.
—He oído que te has hecho con una fortuna—canta Lilith.
—Sí, ahora soy multimillonario—me encojo de hombros, sin
preocuparme realmente por el aumento real de dinero en mis
cuentas. Antes tenía mucho dinero. Esta nueva riqueza significa
que puedo cuidar esta propiedad indefinidamente y mantenerla
en mi familia y crear un museo para las generaciones futuras. No
es más que una herramienta.
Lilith se gira y observa a mi hembra con una mirada
evaluadora:— ¿Hay una humana viviendo contigo?

Página 115
—Sí, ella es Ariana González, es mi organizadora por orden

judicial. Está aquí para...
—Estoy lista para convertirme en tu vinculada, Skoll—
interrumpe Lilith.
¡Oh, diablos! He estado tratando de llegar a ella sobre esto.
Cap me advirtió que iba a necesitar la ayuda de un equipo de
abogados para librarme de mis pretendidos votos con esta
hembra. Por suerte, ya he comenzado el proceso. Pero, me siento
vinculado al honor de esta mujer que yo quería para mí. No la
quiero como mi vinculada, pero a Lilith le agradé a pesar de la
cicatriz. Ella me quería cuando nadie más lo hacía, y no sólo por
mi dinero. Ella siempre dice que le gusto por mí y que somos
mejores amigos.
Pero los amigos se hacen caso entre sí, ¿no es así? ¿Es Lilith
realmente mi amiga?
— ¿Recibiste mis pings? —Le pregunto—Te envié muchos
mensajes en estos últimos ciclos lunares.
Ella agita una garra en el aire: —¡Oh, lo siento! Me robaron la
tableta cuando estaba en Perth, que ya sabes que no tiene
tecnología. Finalmente compré una nueva tableta y pude
conectarme a las redes cuando salí de Perth, que fue ayer. Vi tu
emocionante vídeo sobre el géiser de oro líquido y vine aquí
enseguida. Decidí sorprenderte con mi llegada en lugar de
responder a los antiguos mensajes.
—¡Oh, sí que estoy sorprendido!
—Mi padre está aquí y también Eyeliss.
Echo un vistazo y veo a otros dos Hyrrokins saliendo de un
vehículo de lujo: —¡Perfecto! —murmuro.

Página 116
— ¿Verdad? Estaban tan emocionados por ti que también

querían venir a sorprenderte. Estamos aquí para ver tu oro
líquido.
—Skoll—me gruñe su padre.
—Rayfard—le respondo.
—¿Dónde está el resto de este lugar? —La mejor amiga de
Lilith resopla— ¿Es aquí donde vives? Creía que eras
multimillonario.
Levanto una garra y me froto la nuca.
No siento nada por Lilith Hearthstone, pero la trataré con
respeto. No es culpa de Lilith que yo haya cometido un error y
haya solicitado a la hembra equivocada como mi vinculada. Me
precipité en mi petición. Ahora que está frente a mí y puedo
inhalar su aroma, es obvio que no es mi hembra.
¿Por qué pensé que lo era?

Página 117
Capítulo 11
Ariana
La prometida de Skoll está aquí.

Técnicamente, esto no debería molestarme lo más mínimo. Es
mi jefe, o mi cliente -como él quiera verlo-, y somos dos
personas unidas por motivos de trabajo. Le estoy ayudando con
este proyecto y me pagan por ello. Y él está consiguiendo que se
firme e implemente un plan de desarme y que el gobierno se
quite de encima.
Obviamente, quiero más que eso. Vale, quiero
desesperadamente mucho más que eso, pero no está nada claro
si eso va a ocurrir o cuándo, y lo acepto. Puede que nos
queramos, pero ambos estamos técnicamente comprometidos
con otros seres y sólo podemos compartir conversaciones
emocionales, miradas ardientes y el roce de piel contra piel.
Aunque, creo que Skoll estaba tratando de decirme hoy que
quiere eventualmente hacerme su vinculada y tener bebés
conmigo... Pero primero tiene que romper su compromiso. No
tengo ni idea de cómo se hace eso entre los Hyrrokin, pero tengo
la sensación de que es casi tan complicado como salir de mi
propio compromiso falso.
Básicamente, Lilith descubrió lo rico que es, y ahora lo
quiere. Además, se enteró de que estoy aquí y se apresura a
reclamarlo.
Perra.
Intento superar mi sorpresa y forzar una sonrisa en mi cara.
Este es el problema de Skoll, no el mío. Yo tengo mis propios
problemas de falso prometido. No puedo lidiar con los suyos y

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los míos. Este tipo necesita resolverlo por sí mismo. Es obvio que
está siendo utilizado. Necesita ver la luz.
Pero saber objetivamente que alguien está tratando a Skoll
como una mierda es una cosa y verlo con mis propios ojos es
otra.
Ella pasa mucho tiempo diciéndole lo que va a hacer con su
dinero.
—Podríamos hacer una ceremonia oficial de declaración de
lazos en el salón de baile Royal Fire.
— ¿Crees que podría tener un nuevo vehículo de lujo?
— ¿Qué tal si hacemos construir un nuevo domicilio en la
comunidad donde viven los Touchstone?
—Deberíamos unirnos al Club del Fuego de Tarvos.
—Skoll —Dice el padre de Lilith—, he concertado una cita
para que te reúnas con algunos de mis inversores la semana que
viene.
—Quiero mi propia suite de invitados en cada una de tus
residencias—añade, la mejor amiga de ella—, remodelada a mi
gusto, por supuesto.
Seguimos de pie frente al muelle de vehículos y sólo han
pasado... ¿quince minutos desde que llegaron? ¿Quiénes se
creen estos seres? Vaya, Lilith, su padre y su amiga tienen el
dinero de Skoll gastado y su vida planeada para él. ¿Se dan
cuenta de que es un soldado? Sólo conozco a Skoll desde hace
unos pocos días y hasta yo sé que no es del tipo que disfruta
gastando dinero y socializando. Es una persona bastante
hogareña a la que le gusta juguetear con su colección o salvar y
proteger a otros seres a través de su trabajo con Molten Lava
Security. No le importa el dinero más allá de tener lo suficiente

Página 119
para pagar sus necesidades esenciales. A mí tampoco me

importan esas cosas...
Es entonces cuando empiezo a darme cuenta de que este
Hyrrokin y yo nos parecemos más de lo que pensaba. Puede que
parezcamos totalmente diferentes por fuera, pero tenemos los
mismos valores fundamentales, ¿no?
A él no le importa en absoluto que yo pueda ser ruidosa,
mandona y "frondosa". Conoce todas mis malas cualidades y le
gusto de todos modos.
¡Oh, joder! ¿A quién quiero engañar? Por supuesto, le estoy
ayudando.
Envío un ping grupal a Chloe y Avery con un simple mensaje:
Lilith está aquí.
¡Oh, diablos! Avery responde inmediatamente. Estamos en
camino... Aníbal dice que vamos a tomar el aerodeslizador.
Tiempo estimado de llegada: treinta minutos.
Sonrío y miro la parodia que se despliega ante mí.
—Uy, ¿qué es eso? —Lilith jadea— ¡Huele fatal!
—Pescado fresco—resopla Skoll mientras descarga la pesada
cesta de la parte trasera de la moto.
Y entonces caminamos todos juntos hacia la cabaña principal.
Rayfard Hearthstone camina junto a Skoll e inicia una
conversación. Lilith y su amiga aminoran la marcha y se unen a
mi paso, asegurándose de estar a ambos lados de mí.
—Escucha tú... tú... humana... —susurra Lilith, mostrando
unos afilados colmillos blancos—He visto ese vídeo, como todos
los demás. Sé que tu especie se aparea fuera de los votos y estás
tratando de atraer a mi futuro vinculado al apareamiento por
placer, para que me deje y se aparee contigo en su lugar. Estoy
aquí para reclamar lo que es mío. Skoll es mío, esta propiedad es

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mía y el oro líquido es mío. No puedes tener ese oro para ti

porque él ya me hizo su pretendida. ¿Qué tal si hacemos un
trato? Tú lo dejas para mí y yo te doy un millón de créditos.
Dios mío, ¿está tratando de sobornarme? Pensé que no
podía caer más bajo en mi estimación, y entonces lo hace.
— ¿Lo amas? —Le pregunto.
— ¿Amor? ¿Qué tiene que ver el amor con esto? —Resopla su
amiga y sacude la cabeza— ¿Los humanos son estúpidos? ¿Son
duros de oído? Coge el dinero y vete de aquí.
—Va a ser legalmente mi vinculado, eso es lo único que
importa—confirma Lilith—. Padre está aquí para asegurarse de
que obtengo la mitad de esa mina de oro líquido. Puedo tomar a
Skoll como mi vinculado y mientras no tengamos nunca sexo, y
si no me pillan haciendo trampas, puedo anular esto y aún así
salir con la mitad de sus beneficios de por vida de esa mina. Así
que no te preocupes, no importa lo que quieras puedo pagarte.
¡Oh, estos timadores y estafadores! Se están hundiendo.
—No puedo irme—me las arreglo para decir con una voz
nivelada—. Soyla organizadora profesional de Skoll por orden
judicial. Estoy aquí para un trabajo específico y el trabajo aún no
está completo.
— ¿Por qué necesita Skoll un organizador por orden judicial?
—Elise gruñe— ¿Por qué estás aquí? No lo entiendo.
Lilith me agarra la muñeca y empieza a clavar sus garras
plateadas en mi piel: —Más vale que tu trabajo esté terminado
más rápido que cualquier otro en toda la historia de Hyrrokin o
me aseguraré de que tu vida sea un infierno.
Skoll se detiene y se vuelve:— ¿Lilith? Hay algún problema.
Me suelta el brazo, pegando una enorme sonrisa en su cara. Su
voz se vuelve dulce como el almíbar: —No Skoll, no hay

Página 121
problema, sólo estaba preguntándole algo a tu organizadora —

Entonces se precipita hacia él y se pone de puntillas, intentando
darle un beso. Skoll prácticamente se cae de culo mientras se
contorsiona para alejarse. Parece realmente horrorizado ante la
idea de que sus labios toquen los de ella.
Una sonrisa perversa se dibuja en mi cara.
Menos de treinta minutos después, una aeronave aterriza en

el exterior.
— ¿Qué es eso? —pregunta Lilith.
Su peor pesadilla.
Se abre una puerta y salen Chloe, Avery y sus maridos. La
banda está aquí. Vamos a acabar con estas perras.
El padre de Lilith está obviamente impresionado por la
llegada de estos otros miembros del equipo Molten Lava. Abro la
puerta para que entren los amigos de Skoll y Rayfard se
precipita hacia ellos:— ¿Bergelmir Touchstone y Hannibal
Hellstone...? —exclama, estrechando las manos de ambos.
— ¿Por qué han venido antes? —escucho que Skoll le gruñe
en voz baja a Hannibal.
Hannibal dice algo en respuesta y me señala. Entonces Skoll se
encuentra con mi mirada, con el humo saliendo de sus fosas
nasales. ¡Oh, oh! Ahora viene hacia mí y su cola mortal está en el
aire detrás de él. ¿Y lo peor? Esta versión enfurecida de Skoll
Strikestone es muy sexy.
Skoll me arrastra por el pasillo hasta su dormitorio. Cierra la
puerta de golpe, sin importarle en absoluto que todo el mundo
nos haya visto salir así de la habitación principal. Apoya sus
poderosos brazos en la pared sobre mi cabeza y se inclina hacia
mí:— ¿Qué haces? —gruñe.

Página 122
Levanto la barbilla, intentando ignorar la flexión de sus

bíceps, el destello blanco de los colmillos y la presión de su
enorme miembro contra mi estómago: —Eres mío y lucho por lo
que es mío. No dejaré que ella te trate así.
Se levanta y me tapa la cara con una enorme y áspera garra:
—Ariana... —su voz se suaviza—, deja que me encargue de esto,
de la manera adecuada. No puedo humillarla en público, está
mal. Ella no se merece...
—No entiendes lo perra que es realmente —siseo—. Eres
demasiado bueno y ella se va a aprovechar de ti.
— ¿Skoll? —Una voz asquerosamente dulce grita desde la
habitación delantera— ¿Dónde estás, cariño?
Aprieto los puños: —Deja que me ocupe de esto por ti—le
digo—. La acabaré.
—No. No es culpa de ella que me haya enamorado de otra. La
culpa es mía por proponerle matrimonio a una mujer que,
obviamente, no era de mi agrado. Su padre está aquí, al igual que
su mejor amiga. Permíteme tiempo para terminar legalmente
nuestro compromiso de una manera que le cause la menor
cantidad de angustia o vergüenza.
¿Se ha enamorado? Mis dedos se apoyan en su pesado
cinturón, rozando la piel caliente de sus apretados
abdominales:— ¿Me amas? —Me ahogo.
—Ariana, te he amado desde el momento en que te conocí.
¡Oh, este macho! ¡No tiene ni idea de lo que ha desatado!
Ahora nunca lo dejaré ir.

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Capítulo 12
Skoll
—Tratarás a Lilith con respeto—le ordeno a mi preciosa

hembra.
Pone los ojos oscuros y expresivos en blanco, pero asiente con
la cabeza.
—Es una orden directa—advierto, porque sé que puede ser
difícil—, y espero que se cumpla o habrá un infierno que pagar.
—De acuerdo... de acuerdo.
Entonces abro la puerta y me obligo a alejarme de ella. Salgo
de la habitación primero y Ariana me sigue unos minutos
después, y vamos en direcciones opuestas.
Las técnicas de calma de la clase de resolución de conflictos
me ayudan a ralentizar la respiración y a frenar el fuego en mi
estómago. ¿Cómo puedo volver a reunirme con los huéspedes
que han llegado a mi alojamiento sin que me dé un ataque de
ira por la constante negación de mi explosiva lujuria por esta
humana? Todo lo que quiero es mi hembra, desnuda, en mi
cama. ¿Por qué es tan difícil?
Agarro la cesta de pescado y salgo a toda prisa.
Aníbal se une a mí en la hoguera. Evisceramos y asamos el
pescado usando las antiguas técnicas Hyrrokins: —Todo esto
terminará mañana—me dice—. Todo está listo. Sólo tienes que
esperar un ciclo diurno más... a menos que...
Mi garra aprieta el cuchillo ensangrentado que sostengo: —A
menos que... ¿qué?
—A menos que invoque el periodo de espera.

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Mi mandíbula se aprieta:— ¿Qué puto periodo de espera? —

Aprieto los dientes.
—Mantén la calma. Rara vez se utiliza—explica Aníbal—,
puede que ella no sepa que la opción existe.
Miro a Rayfard Hearthstone, que está conversando con Cap
sobre el valor de mercado exacto del oro líquido: — ¡Oh, estoy
seguro de que lo sabe! Pero, mientras esté aquí, todos
trataremos a Lilith con respeto. Yo soy el Hyrrokin que pidió a la
hembra equivocada como mi vinculada. Esto será difícil para ella
y quiero protegerla de una mayor vergüenza.
— ¿Y si Lilith quiere dormir en tu cama esta noche? —Aníbal
lo incita— ¿Y si te pide que te aparees con ella? ¿Qué harás
entonces?
Un reflejo nauseoso involuntario obstruye mi garganta. La
idea es repugnante.
Aníbal echa la cabeza hacia atrás y se ríe a carcajadas.
Echo un vistazo a mi alrededor para descubrir el paradero de
esa hembra que quiero evitar y veo que las tres humanas se
apiñan alrededor de Lilith y Eyeliss y mantienen una animada
conversación. Agradezco que mantengan a estas dos hembras
ocupadas. ¿Y si Lilith intentara besarme de nuevo?
Hago una pausa para destripar otro pez espinoso: —Sé que
nunca pensaste que Lilith fuera la adecuada para mí—comento.
Aníbal asiente: —No lo hice, pero era tu decisión. La humana
que trabaja y vive contigo será una buena compañera. Es fuerte
y valiente.
—Lo es—estoy de acuerdo.
—Chloe y Avery tienen una buena opinión de ella.
Miro a mi hermosa humana. El sol se ha puesto y estamos
todos fuera, en el patio trasero de mi cabaña. Su rostro

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resplandece a la luz parpadeante de la hoguera. Tengo suerte de

tenerla.
Finalmente, la comida está lista y todos se sientan a comer en
la gran mesa de piedra que los Strikestone utilizan para las
reuniones. Hace muchas rotaciones planetarias que no recibo a
nadie aquí que no sea de la familia. Cuando empiezo a sentarme,
oigo un revuelo a mi alrededor y veo que Lilith chisporrotea
mientras Ariana se agolpa y se sienta audazmente a mi lado.
Luego veo a Avery a mi otro lado. Lilith y Eyeliss refunfuñan y se
colocan en el lado opuesto de la mesa al mío.
Nunca en mi vida he sido tan popular entre las mujeres.
—Este es el pescado más delicioso que he comido en mi vida
—murmura Ariana, metiéndose más comida en la boca— ¿Cómo
has aprendido a cocinar tan bien?
Ojalá pudiera subirla a mi regazo y alimentarla directamente
de mi garra. Necesita comer más: —Mi madre me enseñó.
Cocino para el equipo en las misiones fuera de casa—le
explico—, soy el que se asegura de que tengamos provisiones,
un dispensador de comida móvil o auténtica comida local.
Depende de dónde estemos destinados.
—Me encanta cómo has asado este pescado—comenta Avery
desde mi lado—y esta salsa es increíble.
—Es una receta secreta de Strikestone—respondo con
orgullo.
Eyeliss escupe una espina: —Eh, está bien, he comido cosas
mejores.
Lilith pica la comida en su plato: —Odio el pescado—
murmura.

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Tres horas después llego por fin a la antigua dependencia en

la que mi hembra va a dormir esta noche. Es el lugar preferido
de mis primos hermanos para dormir. El Equipo Molten Lava y
sus compañeras utilizaron la nave voladora para regresar a sus
propios domicilios por la noche. Mañana es el tercer día de un
ciclo de luna nueva, el momento exacto en que regresarán para
que podamos implementar la anulación de mis vínculos.
Poco después de que se marcharan, Lilith montó en cólera y
declaró que las habitaciones de la cabaña eran para ella, su
padre y su amiga, por lo que mi hembra está durmiendo en una
dependencia. Yo pienso dormir en el altillo de la nave.
Pero antes, tengo que visitar a Ariana para asegurarme de que
está a salvo y segura.
Llamo a la puerta y el portal se abre rápidamente para
mostrar la cara de sorpresa de mi hembra: —Skoll, ¿qué haces
aquí fuera? —Ella mira detrás de mí— ¿Dónde está Lilith?
—Ella, su amiga y su padre han descubierto mi alijo de fino
alcohol Hyrrokin—explico.
—¡Uh, oh!
—Sí. Se lo dejé a ellos y salí con los gatitos. Creo que nadie se
dio cuenta. Las dos hembras pusieron música a todo volumen y
empezaron a retarse a chupitos. Rayfard está ocupado bebiendo
mi cerveza de lava de cien años y repasando la letra pequeña del
contrato que firmé con la compañía minera. ¿Puedo entrar?
— ¿Crees que es prudente?
Levanto los brazos para mostrarle mejor lo que tengo en la
mano: —No. Pero he traído a Snack y Morsel conmigo. Te echan
de menos. Están cansados de esconderse en mi habitación
mientras tenemos compañía.

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Nos miramos fijamente hasta que finalmente, ella se aparta.

Sobre todo porque he traído a los gatitos.
La puerta se cierra tras nosotros. El espacio es pequeño.
Ariana me mira con avidez el pecho, el culo y la silueta de mi
polla dura bajo la tela del pantalón. Puedo oler su potente
excitación en este pequeño espacio y me está volviendo loco. La
cama es lo suficientemente grande para los dos y está demasiado
cerca para ser cómoda. Le doy un gatito: —Salgamos al patio—
gruño.
Ella asiente y salimos juntos.
—También he traído un poco de cerveza Lava.
—¡Oooh!
Acabamos sentados en sillas uno al lado del otro, jugando con
los gatitos bajo la luna llena y una amplia extensión de estrellas.
Enciendo la hoguera y le doy una botella fría y abierta: —Estoy
orgulloso de cómo has sido capaz de ser educada con Lilith esta
noche.
Ella toma un sorbo de cerveza: —¡Gracias por darte cuenta!
Me merezco una medalla por esa actuación. Esa mujer y su
amiga saben hablar mejor que cualquier otro ser de los cuatro
sectores. Sólo por ti haría gala de tal autocontrol.
Sonrío y bebo mi propia cerveza de lava.
Hablamos durante horas.
Me cuenta todo sobre su difícil relación con su padre. Yo le
hablo de la muerte de mis padres y del dolor de la insistencia de
mi hermana en permanecer distante.
Entonces le confieso algo que no le he contado a nadie.
—Sospecho que mi furia de fuego durante el "incidente" fue el
resultado de la ira contenida de una misión anterior incompleta.
En la última temporada de lluvias, Fenrir y yo debíamos

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proteger a la vinculada del Capitán y a su hijo y, en lugar de ello,

unos mercenarios hicieron explotar nuestro vehículo y ambos
sufrimos fracturas. El laboratorio médico me curó la pierna
rápidamente, pero seguía enfadado por haber sido vencido por
mercenarios de poca monta que luego llegaron a Avery. Era mi
trabajo protegerla, y no lo hice.
— ¿Cap o alguien de tu equipo te culpó por eso? ¿Culparon a
Fenrir?
—No.
— ¿Pero te culpaste a ti mismo?
—Sí.
—Si te hace sentir mejor, Avery me mencionó este incidente.
Ella lo ve completamente diferente. Avery te considera uno de
los hombres que le salvó la vida. Ella dijo que tú y Fenrir fueron
la razón por la que los mercenarios no pudieron poner tantas
bombas como estaban planeadas. Ella pudo salvar al hijo de
Hannibal. Ella te considera uno de los hombres que le salvó la
vida también... al igual que yo. Me salvaste la vida, Skoll, y te
estaré siempre agradecido. Eres mi héroe, ¿no lo sabes?
Nuestras sillas están muy cerca. Alargo la mano y rozo mis
garras contra las puntas de sus dedos romos.
Ella respira agudamente.
Puedo ver el rápido ascenso y descenso de su pecho a la luz
del fuego. Me encanta la forma de sus piernas y la curva de sus
anchas caderas. Me reconforta saber que no romperé a esta
hembra con mi furiosa lujuria Hyrrokin:— ¿Es esto lo que
quieres para ti? —Le pregunto.
— ¿Puedes soportar la compañía de un viejo soldado
Hyrrokin con problemas de control de la ira que atesora

Página 129
armamento antiguo? No muchas mujeres han querido

enfrentarse a mí.
—Creo que puedo soportarlo—confirma.
Mi voz se hace más profunda: —Pronto... —Le digo—muy
pronto.
—Lo sé.
— ¿Ariana?
— ¿Sí? —respira.
— ¿Vas a cuidar a los gatitos esta noche? —Le pregunto.
Ella echa la cabeza hacia atrás y se ríe: —Por supuesto, lo haré
—responde—. Por supuesto.
A la mañana siguiente, vuelvo a mi alojamiento y encuentro

un enorme desorden dejado por Lilith y su séquito. El domicilio
huele como un bar de soldados. Los vasos de chupito vacíos se
alinean en la mesa. Toda mi estantería de alcohol ha sido
vaciada, gran parte de ella destrozada y derramada por el suelo.
La comida está esparcida por las sillas y el sofá.
Ariana vuelve a entrar silenciosamente en la habitación.
—¡Oh, no! —Hace un mohín—Mira lo que han hecho. ¡Qué
asco!, el suelo está pegajoso. Y eso es... oh cielos... ¿es vómito? —
Se tapa la boca con una mano, se acerca, me da unas palmaditas
en el antebrazo y me entrega los gatitos—Está bien Skoll, esto se
puede arreglar. No parece que hayan tocado ninguno de tus
artefactos. Puedes empezar a preparar el desayuno y yo
programaré el robot de limpieza y tendremos esto limpio en
poco tiempo.
Suelto un suspiro de cansancio y llevo a Snack y a Morsel
conmigo a la cocina. Los coloco en el suelo y sueltan un coro de
delicados maullidos y se frotan contra mis tobillos mientras

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desmenuzo la carne y les doy de comer. Snack come de su típico

cuenco rojo y Morsel tiene su propio cuenco morado. Luego
preparo café de la Nueva Tierra para mi hembra y programo una
infusión de Traq para mis visitantes, que supongo que será muy
necesaria.
Para cuando me doy la vuelta con dos platos de carne
matutina para mi hembra y para mí, toda la sala delantera tiene
el mismo aspecto que antes. El aire huele a fresco y el robot de
limpieza se afana en pulir los suelos. Ariana ha organizado toda
mi colección de flechas en una serie de contenedores por altura
y peso.
— ¿Ves? Todo arreglado—me dice.
Nos sentamos juntos y comemos. Aprecio cómo devora todo
lo que le sirvo en el plato, amando cada bocado: —Eres muy
bueno cocinando—me dice siempre. Mi mujer se lava las manos
y mira el reloj—. ¿Te importa si hago algo de trabajo mientras
esperamos a que se despierten?
Asiento con la cabeza y nos sentamos juntos frente al hogar.
Soplé una llama para encender un fuego reconfortante y termino
sacando una lanza que había querido repasar. Ariana teclea en
su tableta de cristal. Trabajamos codo con codo. Snack y Morsel
se suben a las piernas de mi pantalón y se aferran a mis brazos.
Son adorables.
A media mañana, los tres invitados salen a trompicones de sus
habitaciones.
—¡Buenos días, cariño!—Dice Lilith, inclinándose para darme
un beso en la mejilla.
Hago una mueca y me alejo, evitando el persistente olor a
alcohol de su aliento. Miro el reloj. Iba a dar a Lilith, a su padre y
a su mejor amiga una visita a la mina de oro líquido tapada esta

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mañana, pero ahora que se han acostado tan tarde eso no va a

suceder.
En ese momento, la aeronave aterriza en el exterior.
Los ojos de Ariana se iluminan:— ¿Es la hora? —pregunta.
—Es la hora—acepto.
— ¿Hora de qué? —pregunta Rayfard.
Ariana abre la puerta principal y Hannibal y Cap entran.
Y justo entonces Lilith y su mejor amiga tropiezan con los
gatitos. Snack y Morsel intentan huir y esconderse bajo una silla,
pero no son lo suficientemente rápidos.
—¡¿Qué son estas criaturas?! —Grita Eyeliss con asco—
¿Cómo han entrado aquí? ¿Intentan morderme?
—Estas plagas son atroces—sisea mi intención—, me
encargaré de ello—Y entonces coge a Snack por la cola y
empieza a golpearlo contra la pared.
La agarro del brazo.
—¡¿Qué estás haciendo?! —Lilith grita— Déjame ir.
Le quito a Snack con un arañazo de sus garras y acaricio
suavemente su pequeño cuerpo, asegurándome de que no está
roto o herido por el duro trato de Lilith. Levanto la mirada y
apunto a la hembra con un gruñido ahumado. Un destello de
llama brota de mis labios.
Ella da un paso atrás:— ¿Skoll? ¿Qué pasa? Sólo me estaba
ocupando de esa plaga por ti...
Acuno suavemente a la pequeña bestia contra mi pecho: —
Lilith, ya no eres mi pretendida —entono—. Declaro inválida
nuestra intención de vincularnos. Ahora ambos somos libres de
encontrar otra pareja.
Lilith no me ama; nunca me ha amado. Y ahora que sé lo
que es realmente el amor, sé que yo tampoco la he amado nunca.

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Lamentablemente, estaba dispuesto a conformarme con la

primera hembra que me tratara medio decentemente; ahora lo
veo.
— ¿Estás rompiendo conmigo? ¿Quién demonios te crees que
eres? —chilla mi antigua pretendida.
—Yo soy el macho que no aguantará más tu comportamiento.
¡Sal de mi propiedad!
—¡No puedes hacer esto! —grita su padre, con una débil
estela de humo saliendo de sus fosas nasales—Lilith es la
hembra que vas a llevar al juzgado.
—Puedo y lo estoy haciendo.
Y justo en ese momento Cap da un paso adelante y le entrega
a Lilith Hearthstone la notificación legal. Se le ha anunciado
verbalmente y al mismo tiempo se le ha entregado una copia
impresa de la declaración de disolución: —Soy un juez imparcial
ante notario, y mis honorarios fueron pagados por adelantado
en el juzgado del condado—explica Cap.
—Y hoy es el tercer día de un ciclo de luna nueva—añado.
Rayfard coge la notificación legal de Lilith y escanea el texto.
Sus hombros se desploman: —Se acabó—le dice a su hija—. La
disolución de su vínculo se ha hecho de acuerdo con la ley.
—¡Maldita sea! —grita Eyeliss y da una patada a una silla.
Lilith estrecha los ojos hacia mí: —Bien —Dice—, me has
pillado. Pero declaro un período de espera de seis semanas.
Aprieto la mandíbula y asiento bruscamente. Es su
prerrogativa. Tengo que aceptar el resultado.
—¡Vamos! —Grita Rayfard Hearthstone a las dos mujeres que
ha traído consigo—Suban al vehículo. Nos vamos.

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Lilith sonríe, recoge sus maletas y se dirige al muelle del

vehículo. Minutos después, todos han cargado. Su lujoso
vehículo recorre la carretera llena de baches y se pierde de vista.
Ella se ha ido.
Ya no tengo ninguna intención.
Pero aún no puedo hacer mía formalmente a Ariana hasta
dentro de seis semanas. Lilith tiene derecho a declarar un
período de espera.
—¡Maldición, estoy tan feliz de que Lilith Hearthstone esté
libre para hacer a alguien más miserable! Y se ha llevado a su
presumido padre y a su perra mejor amiga con ella—comenta mi
mujer.
No puedo estar en desacuerdo.

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Capítulo 13
Ariana
Skoll se acerca a la chimenea, coge la foto enmarcada de Lilith

de la repisa y la arroja al fuego ardiente.
Me encuentro con su oscura mirada.
—¡Eres mía! —Me dice, con una voz cargada de emoción—,
pero debemos permanecer castos durante las próximas seis
semanas, hasta que se agote el período de espera que Lilith ha
invocado. Si rompo este voto, ella gana. Puede demandarme
legalmente por la mitad de todo lo mío y ganará.
—Es cierto, no puedes tocar a tu humana y debes comportarte
como si estuvieras comprometido con otra—Dice Hannibal—, tu
honor será puesto a prueba durante este episodio de privación
extrema. Pero prevalecerás.
¡Oh, diablos! ¿Skoll y yo tenemos que esperar seis semanas
más antes de poder estar juntos? ¿Cómo voy a sobrevivir?
Chloe y Avery me miran como si fuera una muerta andante.
Levanto la barbilla: —Puedo hacerlo—declaro, porque de
ninguna manera va a ganar Lilith.
De ninguna manera.
Una semana después...

Admisión: esta mierda de "esperar" es mucho más difícil de
lo que pensé en un principio.
Skoll y yo nos despertamos en habitaciones separadas, luego
nos encontramos en la cocina y desayunamos juntos. Estamos
constantemente juntos y estar a su lado mientras trabajamos, ir
a todas partes con él y que siga refiriéndose a mí simplemente

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como su "organizadora por orden judicial" me está volviendo

loca.
Lo peor es la noche.
Quiero dormir en la misma cama que el hombre que amo y
acurrucarme con él por la noche, pero Skoll insiste en que
permanezcamos en habitaciones separadas porque si estoy en
su cama me va a "follar hasta dejarme ciega". Cada vez que
pienso en esa afirmación mis pezones se ponen en punta y me
mojo al instante entre los muslos.
Pedí dormir en la dependencia mientras durara el período de
espera, sólo para facilitar las cosas a los dos. Skoll se puso
furioso ante esa sugerencia, así que no pudo ser. Así que... cada
noche vamos por caminos separados.
—Yo me llevaré a Snack a mi habitación —Dice la primera
noche—y tú te llevas a Morsel a la tuya, así cada uno tendrá un
gatito con el que dormir.
—Pero entonces los bebés estarán separados y llorarán el uno
por el otro—comento imaginando que estarán tan tristes de
estar separados el uno del otro como yo de Skoll.
—No creo que se den cuenta.
—¡Claro que sí!
—Mujer... —suspira.
—Skoll—hago un mohín.
Y entonces me daa los dos gatitos, me mete en la estrecha
cama de la habitación de invitados, me besa en la frente y se va,
cerrando la puerta tras de sí. Y lo hace todas las noches.
¡Maldita sea!
Dos semanas después...

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Descubro a Skoll usando sus garras plateadas para hacer una

serie de marcas en un tronco que ha colocado junto a la
chimenea.
— ¿Qué es todo eso? —Pregunto.
—Estoy marcando los días hasta que pueda tenerte.
—¡Oh! —respiro.
La tercera semana de infierno...

Se está volviendo más gruñón.
¿O soy yo la gruñona ahora?
No lo sé.
— ¿Por qué me miras así? —Me quejo. Vuelve a mirarme el
pecho y el culo.
Sale al pasillo y me empuja contra la pared:— ¿Por qué me
tomas el pelo así todos los días? —me pregunta Skoll.
— ¿Bromear contigo? Sólo llevo el mismo tipo de ropa que
llevan todas las mujeres Hyrrokins.
Se inclina y utiliza su larga y bífida lengua para lamerme
cuidadosamente el hombro: —Las demás hembras no llevan ese
tipo de ropa. Tú estás haciendo algo diferente. Todo lo que
quieres es aparearte conmigo, pero no quieres ser una
Strikestone.
— ¿Y tú? Tú eres el que pidió a Lilith ser una Strikestone.
Dijiste que iba a ser la madre de los futuros Strikestone.
¿Significa eso que el año que viene conocerás a alguien nuevo
que te darás cuenta de que es tu "verdadera “vinculada y me
dejarás a mí también?
— ¿Qué te pasa? —grita.

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—¡No puedo tenerte, eso es lo que me pasa! —Le grito—, he

estado viviendo de miradas robadas y de algún que otro roce de
piel con piel. Me está matando.
—Bueno, ahora eres tú la que sigue comprometida. Yo salí de
mi falso compromiso, ¿por qué tú no puedes salir del tuyo?
—¡Lo estoy intentando! Sabes que lo estoy intentando. Tú
eres el que tiene este maldito "período de espera" sin el cual
podríamos estar teniendo sexo ahora mismo.
—No, no podríamos, porque todavía estás tomada y es
deshonroso.
Aprieto los dientes porque tiene razón y odio cuando tiene
razón.
—Toma, coge los gatitos —Dice, empujando los bebés en mis
brazos.
—De acuerdo—resoplo.
—Te quiero—me dice.
—Yo también te quiero—le mando un beso y cierro la puerta
de mi habitación.
Semana número cuatro...

Han pasado cuatro semanas desde que esa zorra de Lilith me
hizo la vida imposible. Todavía no puedo tocar a Skoll, ni un solo
beso... nada. Pero al menos siempre estamos juntos y estoy
empezando a aprender que eso es lo más importante.
Estoy en una reunión semanal con Skoll, así como con un
representante de la Sociedad Histórica Hyrrokin, el jefe del
equipo de minería y el nuevo conservador de armas que hemos
contratado. Estamos todos sentados en la mesa de la cocina de la
cabaña.

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—El almacén del Señor Strikestone va a tener que convertirse

en el cuartel general de la operación minera—nos dice el minero
rudo—. Todas esas viejas armas están demasiado cerca de la
mina abierta y pueden verse comprometidas por la operación.
¡Oh, oh! Miro a Skoll para ver su reacción, que es
sorprendentemente tranquila. Debe haberlo visto venir.
—Tendremos que trasladar la colección a una nueva
ubicación —Dice la mujer de la sociedad histórica—. Aquí están
los planos arquitectónicos para un nuevo museo en la ciudad
principal...
Un ping sacude mi tableta.
Esta reunión es súperimportante, pero decido seguir adelante
y coger este mensaje porque parece aún más importante.
Susurro una rápida excusa al oído de Skoll y salgo a contestar el
vid.
Toco la pantalla y mi némesis o "falso prometido" parpadea.
—Te he encontrado —Dice Antonio Flores con tono de
suficiencia.
Suelto una carcajada. ¿Esta es la emergencia? ¿Cree que ha
hecho algo increíble? Sus abogados siempre han sabido dónde
estoy.
— ¿O tal vez me has encontrado—digo—porque salí en los
cuatro sectores en ese vídeo que se hizo viral?
Se encoge de hombros: —La cuestión es que te encontré y
ahora te ordeno que dejes esta tontería y vuelvas a casa. He
fijado la fecha de nuestra boda. Es la semana que viene.
— ¿Me lo ordenas? —Je. El único ser que puede darme
órdenes es Skoll, y aun así, sólo en circunstancias especiales—
Antonio, tienes que dejar pasar esto y seguir con tu vida. Se

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acabó. Nunca, nunca volveremos a estar juntos—No es que

estuviéramos realmente juntos en primer lugar, pero aún así.
—Si no regresas a Nueva Tierra y te casas conmigo la semana
que viene, confiscaré la casa de tu familia y despediré a todos los
empleados, dejándolos sin referencias ni asignaciones de
jubilación.
Ahora me está haciendo enojar:— ¿Estás tratando de
chantajearme?
Se cruza de brazos.
— ¿Esto es lo que quieres para ti? ¿Un matrimonio sin amor?
—Quiero la liquidez y el poder que me prometieron.
—No te prometí eso. Hiciste esos planes con mi padre y ahora
está muerto. Nunca quise nada de esto. No vas a conseguir ese
dinero y supongo que yo tampoco. Esto no significa que tu
carrera esté acabada, sólo que te llevará más tiempo conseguir
lo que quieres. Y al final, será más satisfactorio porque sabrás
que lo hiciste tú mismo.
Entorna los ojos: —He puesto un candado a tu estatus de
ciudadana en la base de datos intergalácticos, declarándote
legalmente mi pareja.
— ¿Qué es esta mierda? Antonio, no importa con qué me
amenaces, te digo que no nos vamos a casar. Estoy enamorada
de un varón Hyrrokin. Se llama Skoll Strikestone y en cuanto
pueda salir de este falso compromiso contigo, me casaré con él.
Parece horrorizado:— ¿Te vas a casar con el diablo rojo del
vídeo? ¿El que encontró oro líquido en su propiedad?
Dejo escapar un suspiro soñador: —Sí.
—Si no te casas conmigo no tendrás acceso a tu herencia—
gruñe—, pero supongo que no te importa porque de cualquier

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manera te llevas una fortuna... Debe ser bonito. Los demás

tenemos que trabajar por lo que queremos.
—No estás trabajando por lo que quieres, estás usando la
extorsión.
Los dos nos detenemos, mirándonos fijamente.
—Antonio, no me voy a casar con Skoll porque sea
multimillonario. La verdad es que no. Me caso con él porque le
quiero y es un buen hombre. Voy a ser afortunada de tenerlo
como esposo y padre de mis hijos. Cuando dejé Nueva Tierra,
sabía que dejaba la herencia y esperaba no recuperarla nunca
porque no iba a casarme contigo. Si eso significaba perder el
dinero, que así fuera.
—¡¿Qué?! —Espetó— ¿Qué va a pasar con el dinero si no lo
heredas y yo tampoco lo recibo?
Sonrío porque esta es la mejor parte: —Está todo preparado
para ir al Fondo de Mujeres y Niños de la Nueva Tierra. Voy a
ejercer la opción nuclear.
—¡Nooo! —grita.
—Sí. Renuncia a este Antonio. Sigue adelante. Ninguno de los
dos va a conseguir nunca ese dinero. De hecho, ¿por qué no te
casas con esa chica con la que te vi?
—¿De quién estás hablando?
—Me enviaron un video de ti y tu asistente teniendo sexo en
tu oficina. No tengo ni idea de quién me lo envió, pero por eso
me fui cuando lo hice.
—¿Hay un vídeo sexual de Rosa y yo circulando por las redes?
Hago una mueca:—¿Aparentemente? Si te hace sentir mejor,
lo borré enseguida.
Sacude la cabeza: —Las mujeres de aquí me odian ahora.
Ariana, has puesto a la mitad de mi electorado en mi contra.

Página 141
—Oye, eso te lo has hecho tú mismo. Todo lo que hice fue

decirle a todo el mundo la verdad sobre la forma en que me
trataste. No hice que me llamaras "gorda" delante de todos.
Hace una pausa: —Me disculpo por eso, Ariana. Mi ayudante...
Rosa... me tomó la palabra por eso. Estaba enfadada por la forma
en que te he tratado. Ha sido muy duro para mí desde que se
publicó ese vídeo en la rotonda. Por eso necesito ese dinero y tu
buen nombre más que nunca. No puedo...
—Oye, ¿qué tal si hacemos un trato? —Pregunto.
— ¿Un trato?
Sonrío: —Sí, tengo una idea que puede beneficiarnos a los
dos...
Una semana después...

—Antonio Flores, el alcalde de Bombay, ha cancelado
formalmente nuestro falso compromiso—anuncio.
Quiero cantar canciones. Quiero limpiar un armario.
Quiero... besar a mi novio. Me apresuro a abrazar a Skoll, me
pongo de puntillas y...
—¡Mujer! —gruñe, apartándome.
Sólo consigo darle un rápido beso en su mejilla llena de
cicatrices. Pero bueno, aceptaré lo que pueda.
Mi futuro marido me da una taza de café caliente y humeante:
—Pareces muy feliz esta mañana—comenta.
— ¿Me has oído? Ya no estoy comprometida. Me he librado de
mi falso compromiso. Soy libre.
Una sonrisa de comprensión aparece en sus duros rasgos,
suavizando sus cicatrices. Mira su "cuaderno de bitácora" con
todos los días que ha marcado, y cuántos nos quedan por

Página 142
cumplir. Yo uso un simple calendario en mi tableta para llevar la

cuenta, pero Skoll prefiere su antiguo método.
—Una sincronización perfecta—gruñe—, porque en una
semana más iba a ir personalmente a la Nueva Tierra a través
del transportador y a flamear a ese humano en el suelo.
— ¿Ibas a hacerlo? —pregunto, encontrando esto
imposiblemente sexy.
—Sí—gruñe con una voz que podría moler piedras—. Nada se
interpondrá en mi camino para hundir mi polla dentro de tu
coño virgen el día señalado.
Mi vientre se revuelve placenteramente ante sus obscenas
palabras. De hecho, quiero más de estas palabras lascivas.
Quiero todo lo libidinosas.
— ¿Cómo lo hiciste?
— ¿Eh? ¿Hacer qué?
— ¿Cómo lo convenciste de cancelar el compromiso?
—¡Oh...! —Tomo un sorbo de café, tratando de calmar mi
lujuria furiosa por un momento para poder sacar mi historia—
Sucedió algo sorprendente. Mi falso prometido dejó embarazada
a su asistente y él... realmente dio un paso adelante y asumió la
responsabilidad y se casó con ella. Y ahora estoy libre de culpa.
Se acabó, ya no estoy comprometida y soy libre de casarme con
quien quiera. Bueno, y también llegué a un acuerdo con él y su
nueva esposa de que si se concentraban en apoyar los derechos
de las mujeres, siempre podrían contar conmigo como partidaria
y principal donante de su campaña. También decidí hacer un
reparto de beneficios con todos los empleados más leales de mi
padre. Cedí los derechos de la mansión y un fondo fiduciario a
una prima lejana que parece un ser humano responsable y que
además tiene el apellido González, lo cual es perfecto. Josie

Página 143
González se encarga ahora del honor de nuestra familia. El resto

de mi fortuna se destinará al Fondo de la Nueva Tierra para
Mujeres y Niños. Es lo que se merece mi padre.
Me levanta sobre la mesa de la cocina: —Abre los muslos—me
ordena.
Se me escapa un gemido. No puedo creer que esto esté
sucediendo. Antes de esto, este hombre no había permitido ni
una sola caricia sexual entre nosotros. Menos mal que hoy llevo
una falda corta y un top rosa. Fácil acceso.
Baja la cabeza y me encanta ver su cara roja y sus cuernos
negros entre mis muslos. Un gruñido salvaje retumba en su
pecho mientras entierra su nariz directamente encima de mis
bragas. Inhala y gime de placer:— ¿Qué estás haciendo? —Me
río—espero oler a fresco...
—Hueles a flores de fuego en flor.
Veo que su gruesa erección vuelve a cubrir sus pantalones.
Los anchos hombros rojos y los anuncios planos me hacen la
boca agua. Entonces se levanta de nuevo y me lame lentamente
el cuello con esa perversa lengua bífida, y creo que me voy a
morir de lo bien que se siente. Me imagino esa lengua entre mis
piernas, lamiéndome allí. Estoy perdiendo la cabeza. Estoy
temblando de necesidad: —¡Por favor! —le ruego.
—¡Tócate! —me ordena.
¡Oh dioses!, me encanta cuando me dice lo que tengo que
hacer. Y me encanta la forma en que me mira, como si no tuviera
suficiente. Nunca se ha fijado en mis rollitos ni en mi celulitis.
Sus manos, con forma de garra, me acarician el hueco de la
espalda donde se me clava el sujetador y... no le importa lo más
mínimo.

Página 144
No puedo creer que esté haciendo esto, pero deslizo la mano

por mi suave vientre y por debajo de las bragas y sumerjo los
dedos en mi montículo.
Baja su frente contra la mía, con los ojos totalmente
concentrados en lo que hace mi mano.
—Mueve los dedos más adentro y empieza a tocar tu clítoris.
¿Skoll me está explicando cómo masturbarme? ¿Me está
enseñando un hombre Hyrrokin a masturbarme? No puedo
evitar la sonrisa que se me dibuja en la cara. ¿No conoce la
palabra "sobrepeso", pero sí "clítoris"? ¡Oh, diablos, sí! Este
Hyrrokin es mío.
— ¿Estás mojada? —respira contra mi oído.
Incluso yo estoy un poco sorprendida por lo mojada que
estoy: —Muy mojada—le digo en voz baja—, toda para ti—
meneo los dedos ahí abajo, permitiéndole oír el chapoteo de mis
jugos.
—Empieza a frotarte el clítoris. Quiero ver cómo te corres. Yo
no puedo tocarte, pero tú puedes hacerlo.
Hago exactamente lo que me dice, mientras él está ahí mismo
y me habla: —Más rápido, quiero que estés lo suficientemente
resbaladiza como para recibirme. Quiero follarte con mi enorme
polla.
Mi cabeza cae hacia atrás y gimo de desesperación. Si no me
corro pronto, podría morir de la agonía.
—Quiero tus tetas en mis garras. Después, voy a chupar tus
pezones y a morderlos.
¡Oh, vaya!
—Quiero hacer lo mismo con tu culo—Se acerca y me coge el
culo— ¡Diablos, me encanta tu culo! Es tan grande.

Página 145
Hago una pausa y giro la cabeza, tratando de ocultar mis

mejillas rojas.
— ¿Qué pasa?
—Nada... —Miento.
—Continúa—me ordena—, algún día voy a follarte este culo.
Te voy a follar la boca, y el coño y me voy a correr encima de ti y
te voy a llenar de mi semilla.
Bien, vuelvo al juego. Empiezo de nuevo en serio, metiendo
los dedos en mi propio coño, buscando la liberación. Creciendo...
creciendo... jadeo porque estoy muy cerca. Su cola se enrosca en
mi tobillo y se abalanza sobre mi muslo. Me meto los dedos más
rápido... más rápido.
—Ahora—me dice.
Y entonces me golpea, y caigo contra él mientras grito,
montando la ola de todo ese gozo. Mi orgasmo es tan agudo e
intenso que me asusta un poco lo que será más tarde, cuando
tengamos sexo de verdad. ¿Cómo puede mejorar esto?
Skoll gruñe y se estremece contra mí mientras se corre en sus
propios pantalones. Parece durar una eternidad, como si este
macho estuviera liberando frustraciones reprimidas, pudiendo
finalmente descargar lo que ha retenido durante tanto tiempo.
Hay tanto semen que puedo sentir literalmente el calor húmedo
que se extiende a través de la tela contra mi muslo. Y me
encanta.
Nuestras respiraciones se ralentizan y nos quedamos quietos,
con los brazos alrededor del otro.
—No vamos a volver a hacer eso esta semana—jadea Skoll—.
No vamos a deshonrar nuestra pretendida unión. Esperaremos
para ir más allá.
¿Lo haremos?

Página 146
—Una semana más, hembra. Siete ciclos diurnos más y

entonces serás mía.
No se puede decir que no nos hayamos conocido antes de
hacer nuestros votos.

Página 147
Capítulo 14
Skoll
Me despierto en medio de la noche.

Mi temporizador ha sonado, haciéndome saber que ha pasado
la medianoche, y que el nuevo ciclo diurno ha comenzado. Por
fin ha llegado la hora. Han pasado seis semanas y esta farsa ha
terminado. Puedo pedirle formalmente a Ariana González que
sea mi vinculada. Somos libres de declarar nuestro amor mutuo
y de unirnos legalmente como uno solo. Ya no hay barreras.
Abro de golpe la puerta de mi habitación, atravieso el pasillo y
cojo a mi hembra en brazos y la llevo a mi cama, donde debe
estar. Luego vuelvo a coger a Snack y Morsel y los llevo también
a la habitación. Se pasean por la cama mientras mi hembra
murmura, medio despierta:— ¿Qué pasa?
—Nada—le respondo, besando la parte superior de su
cabeza—, vuelve a dormir.
Ella cree que la planificación de nuestra ceremonia de
declaración de matrimonio y nuestro eventual viaje al juzgado
comienza hoy. Pero lo he planeado de antemano con la ayuda de
las otras humanas de Tarvos y hoy es el día en que ella y yo nos
convertiremos públicamente en compañeros legales. La voy a
sorprender con este regalo.
Me despierto más tarde en la mañana porque el sol brilla
ahora a través de la ventana, apuñalando justo contra los
párpados de mis ojos. Snack maúlla y me pisa el pecho. Miro a mi
destinada aún dormida y acurrucada contra mí. Levanto
tranquilamente a los dos gatitos que lloran entre mis brazos,

Página 148
dejando que mi hembra siga descansando. Pronto habrá mucho

follar y poco tiempo para dormir.
Doy de comer a los gatitos y luego vuelvo con una bandeja de
desayuno.
Mi hembra finalmente se despierta. La observo atentamente,
absorbiendo el momento en que descubre lo que está
sucediendo. Jadea y se incorpora: —¡Dios mío, estoy en tu
habitación! —Mira hacia abajo—Estoy en tu cama.
—Esta es nuestra habitación ahora y esta es tu cama—le
respondo, entregándole una taza de café de la Nueva Tierra.
Ella parpadea y me mira con asombro, luego toma un sorbo de
café:— ¿Puedo limpiar las armas de tu armario hoy?
—Sí—me río—, pero puede que estés demasiado ocupada.
Quizá quieras esperar y hacerlo mañana o pasado.
Arquea una ceja, luego su mirada baja por mi pecho y se da
cuenta de la creciente erección que cubre mis pantalones de
pijama. Ariana deja su taza, se adelanta e inmediatamente
intenta besarme.
Vuelvo la cabeza hacia otro lado.
—¡Skoll! —gime.
Coloco una sola garra sobre sus labios carnosos: —Todavía
no.
Deja escapar un resoplido de irritación y se levanta de la
cama, luego procede a despojarse de su ropa y se queda desnuda
ante mí:— ¿A qué estamos esperando? —pregunta.
¿Ha sufrido alguna vez un varón tanta tentación en toda la
historia de las relaciones entre Hyrrokins? La contemplo de
pies a cabeza, las pesadas tetas y las exuberantes curvas
incoloras y la erótica visión de ese "vello" humano en su

Página 149
montículo, y de alguna manera, todavía consigo mantener mis

garras para mí.
Lo haré bien o no lo haré.
Esto me recuerda... Echo un vistazo al reloj mecánico y veo
que se acerca nuestra hora señalada. Nuestros invitados se están
por llegar a la reunión.
Me pongo en pie y me dirijo al armario para coger la ropa que
llevará hoy: —Toma, usa la unidad de limpieza y luego ponte
esto—le digo—. He planeado una sorpresa para ti. Tus nuevas
amigas humanas dijeron que esto era lo que querías llevar hoy.
Se supone que tiene un significado especial para los humanos.
Se le humedecen los ojos: —Skoll, es un vestido de novia.
Me encojo de hombros.
Ambos utilizamos individualmente la unidad de limpieza y

nos vestimos con ropa formal.
Mi hembra se queda callada con una amplia sonrisa. Sospecha
lo que estamos a punto de hacer, pero no tiene ni idea del
alcance de la celebración que está prevista. Se acerca a mí y
coloca las palmas de las manos sobre mi pecho: —Estás muy
guapo—suspira.
Le doy una palmada en el culo con una garra abierta: —Y me
gusta cómo esa ropa humana te ciñe el culo.
Ella chilla de placer y entonces estamos los dos en la
motocicleta todoterreno de tres ruedas, con los gatitos en su
cesta, recorriendo la espesa selva.
—¡¿Adónde vamos?! —grita.
—Ya lo verás—respondo.
La compañía minera tiene una pequeña comunidad de
refugios y equipos temporales, suficiente para justificar la

Página 150
instalación de un nuevo camino para vehículos a través de la

selva desde el oro líquido hasta la carretera principal, evitando
así mi alojamiento. Así es como pude colar a una gran multitud
en la propiedad sin que Ariana se diera cuenta.
Aparco la moto junto a una hilera de densas enredaderas y
saco la cesta de gatitos del manillar. Es un día espectacular. Los
dos soles están en lo alto del cielo y la luz se tiñe de azul, rosa y
naranja.
Hace seis semanas, le hice un ping a la destinada de Cap y le
pregunté si podía organizar una ceremonia secreta para esta
fecha. Ella chilló con fuerza a través del vídeo y aceptó al
instante. Las tres hembras humanas se unieron para planificar la
ceremonia e invitar a los participantes. Les agradezco su
planificación porque, al echar un vistazo a mi alrededor, puedo
ver que se trata de una celebración elegante que estoy seguro de
que mi hembra disfrutará.
La multitud estalla en aplausos a nuestra llegada.
Todos los Hyrrokins de los que Ariana se ha hecho amiga en
Tarvos, incluidos el imbécil de Ashmoor y su hermano pequeño,
están aquí, así como los amigos humanos de Ariana y sus
antiguos compañeros de trabajo de la Nueva Tierra. Todos los
empleados de Seguridad de Molten Lava han llegado. Los
mineros y técnicos de la empresa minera que procesan
incansablemente mi oro líquido también están aquí.
Básicamente, todos los que hemos conocido han llegado. Es un
grupo muy numeroso.
—¡Oh! ¿Cómo habéis llegado todos y yo no lo sabía? —Mi
hembra rompe a llorar y abraza a numerosos individuos, de uno
en uno. La dejo y me dirijo a estrechar la mano de los ocho
miembros del equipo Molten Lava.

Página 151
Me abro paso entre muchos otros apretones de manos y

mantengo suficientes "conversaciones triviales" paraque me
duren toda la vida, y luego me acerco, tomo la mano de Ariana y
la alejo de un grupo de mujeres que charlan y la subo a una
plataforma improvisada. Se ríe nerviosamente y se pone en
posición de firmes.
Hay antorchas encendidas a nuestro alrededor. Espero a que
la multitud se calme.
Entonces me arrodillo, como he visto en las otras ceremonias
humano-Hyrrokin a las que he asistido. He aprendido que la
flexión de las rodillas y el intercambio de anillos es importante
para los humanos y quiero que Ariana tenga todo lo que desea.
Saco una pequeña caja negra de mi bolsillo y le entrego a mi
hembra un brillante anillo de diamantes. Avery, Chloe y Riley me
ayudaron a identificar este anillo en particular para que lo
comprara. Nuestro esfuerzo de grupo se ve recompensado con el
grito de alegría de mi hembra.
Tomo su mano en mi garra y digo: —Ariana González, declaro
hoy, delante de mi familia y amigos, que no sólo eres mi mejor
amiga, sino la hembra con la que deseo pasar el resto de mis
días. Eres valiente, leal y muy sexy—Hago una pausa para que el
público se ría, y luego continúo—. Te agradezco que seas capaz
de soportar a un soldado mayor con problemas de ira. ¿Quieres
hacer el honor de convertirte no sólo en mi "vinculada", sino
también en la madre de los futuros "Strikestone"?
De repente, mi hembra también lleva un anillo en la mano.
Esto es totalmente inesperado. Se inclina y toma mi mandíbula
marcada con una mano pequeña: —Skoll, compré este anillo
para ti hace seis semanas, esperando el día en que pudiera
colocarlo en tu garra. Te quiero... tanto... y tengo la suerte de

Página 152
tener un hombre en mi vida que me quiere exactamente como

soy. Te admiro por tu fuerza, tu valentía y tu honor. Me
encantaría tenerte como marido y ser la madre de los futuros
Strikestone.
Y entonces me pongo de pie y deslizamos los anillos en los
dedos del otro.
La tomo en mis brazos y la beso delante de todos porque
quiero marcarla como mía. Este es el primer beso de mi hembra
y me aseguro de que sea el que siempre ha deseado. Primero,
coloco la punta de una garra plateada bajo su suave barbilla.
Empiezo con un beso suave y explorador, un simple roce de
labios. Ella gime y abre la boca y eso es toda la invitación que
necesito. Mi lengua bífida está en su boca. Ella chupa mi lengua.
La beso con todo el amor y la pasión que he acumulado por ella
durante las últimas siete semanas.
Finalmente, rompo el beso y la sujeto por los brazos mientras
se tambalea por un momento con las piernas temblorosas.
El público estalla de nuevo en aplausos y Ariana y yo
volvemos a meternos entre la multitud de personas que nos
felicitan.
De alguna manera, acabo quedándome solo por un momento,
en la cola del bufé, junto a Thayne Ashmoor: —Eres el
siguiente—le digo—. Es hora de que sigas adelante y lo intentes
de nuevo.
Su mandíbula se aprieta: —No —responde—. Nunca volveré a
vincularme.
—Nunca digas nunca.
Y entonces los humanos empiezan una especie de "música" y
Ariana me agarra de la garra y me arrastra a un baile que
supongo que es muy significativo para ella porque sus ojos están

Página 153
húmedos de lágrimas no derramadas mientras nos balanceamos

juntos al son. La beso de nuevo y le agarro el culo y... ya está. Mi
control se ha roto.
—Tengo que tenerte ahora—le gruño al oído—. Voy a llenarte
con mi semilla. Quiero que te hinches con mi descendencia.
Quiero tomarte en la cama que los Strikestone han usado
durante siglos. Quiero follarte donde dormiremos, junto a la
habitación donde descansará nuestra futura descendencia.
Ella tiembla en mis brazos.
Agarro la mano de Ariana y pasamos por un recodo de la
carretera y el terreno salvaje se abre a un claro pintoresco con
una vista increíble del volcán humeante en la distancia. Este es el
lugar donde los Strikestone han realizado ceremonias de
Declaración de Hermandad durante siglos. Mis padres fueron
declarados en este mismo lugar. Me doy la vuelta y entrego los
gatitos a Avery y Hannibal: —Cuiden de Snack y Morsel—les
digo—. Volveré a recogerlos en dos ciclos diurnos.
Aníbal asiente, comprendiendo la enormidad de esta
responsabilidad.
Entonces saco a Ariana de la pista de baile. La tomo en brazos
y la alejo de la multitud.
—Tomen, que alguien coja el ramo—grita mi vinculada. No
tengo ni idea de lo que es un "ramo", pero lanza el manojo de
flores que llevaba y una hembra Hyrrokin cercana lo coge y grita
de alegría.
Sacudo la cabeza, obsesionado con llevarla a mi cama.
Lanzo a Ariana a la parte trasera de mi moto y dejamos a
todos atrás. Atravieso las tierras salvajes con mi destinada
humana detrás de mí. Sus oscuros folículos ondean al viento y su
extraño vestido blanco ondea a los lados.

Página 154
—Esta es nuestra luna de miel —Dice, refiriéndose a una

antigua tradición humana.
Aparco justo delante de la entrada principal de la cabaña. Me
pongo de pie y vuelvo a cogerla en brazos, abro la puerta
principal de una patada y la llevo al otro lado del umbral. Ella
suelta una carcajada mientras yo paso pisando fuerte por el
pasillo, abro otra puerta de una patada y la dejo caer sobre la
cama.
No puedo esperar. Le hurgo en todas las capas blancas que
cubren la mitad inferior de su cuerpo. Finalmente, consigo
levantarle las faldas y dejar al descubierto sus exuberantes
muslos. Arranco la tela que cubre su montículo y vuelvo a
contemplar su coño, que está cubierto de ese mismo "vello"
oscuro que tiene en la parte superior de la cabeza.
La agarro por sus carnosos muslos y los separo. No puedo
creer lo perfecta que es. Está tan mojada para mí. Le beso los
muslos y la parte superior del estómago.
—¡Por favor, Skoll! —Suplica— ¡Te necesito!
Y entonces uso mis garras para separar cuidadosamente los
labios de su montículo y la lamo por dentro de esos eróticos
rizos. Ella se agacha y me agarra los cuernos, atrayéndome más
cerca. Dedico un tiempo desmesurado a introducir mi lengua
bífida en todos sus espacios privados. Su sabor es increíble.
Aprieto los labios en su clítoris, chupo con fuerza y la escucho
gritar de deseo. Escucho los sonidos que emite y sigo el agarre
que hace de mis cuernos, y a partir de estas pistas empiezo a
entender que quiere que mi lengua se mueva justo al lado de su
clítoris. Empiezo a concentrarme justo donde mi hembra me
necesita.

Página 155
Su cabeza se mueve de un lado a otro: —¡Sí, sí, no pares! —

Entonces se quiebra y su espalda se inclina sobre la cama
mientras se deja llevar por el orgasmo.
—Tu turno —jadea.
Y de repente mi destinada se ha deslizado sobre sus rodillas:
—Levántate—ordena—. Tengo que verte.
Gruño en respuesta y me pongo de pie frente a mi vinculada.
Sus pequeñas manos se dirigen a la hebilla de mi cinturón. Me
abre los pantalones y coge mi gruesa y ardiente erección con la
mano. Suspira con deleite ante lo que ve e inmediatamente abre
su pequeña boca y toma todo lo que puede de mi roja longitud.
Me impresiona su habilidad innata para chuparme la polla. Le
cojo el pelo con la garra y le digo: —Más rápido, más profundo—
gruño. Ella obedece.
Entonces la detengo porque me siento cerca y quiero que la
primera vez que me corra con mi vinculada sea dentro de su
vientre, haciendo crecer a nuestro hijo.
La levanto y la arrojo de nuevo a la cama. Mis dos rodillas
están sobre la cama y apoyo un codo mientras vuelvo a levantar
las faldas. Ella separa sus muslos y yo guío mi polla hasta su
empapada entrada: —Esta vez será más rápido porque no puedo
esperar. La próxima vez será más lenta—advierto.
Ella asiente bruscamente e inmediatamente me rodea la nuca
con una mano y me atrae para que la bese.
Es la primera vez de mi hembra, así que entro con cuidado.
Ella gime contra mis labios y yo empiezo a deslizarme hacia
adelante y hacia atrás con pequeñas caricias. Entonces no puedo
esperar más y la introduzco hasta el fondo, hasta la raíz, con
toda mi longitud dentro de mi vinculada.

Página 156
Su espalda se arquea, pero entonces exclama "más" y empiezo

de nuevo.
Está más apretada y caliente de lo que nunca imaginé y no voy
a durar mucho. Menos mal que ya se lo advertí. Me agacho y
froto contra su clítoris mientras bombeo dentro y fuera porque
necesito que se corra enseguida.
Se retuerce debajo de mí mientras la follo con fuerza.
Finalmente, rompe nuestro beso, echa la cabeza hacia atrás y
grita mientras se corre de nuevo, apretando mi polla mientras
una ola tras otra la golpea. Y entonces yo también llegó al clímax.
Le muerdo el hombro y la sostengo con fuerza mientras sigo
dentro de ella y eyaculo mi semilla.
Después, nos quitamos el resto de la ropa formal y volvemos a

la cama, desnudos y sudados, con los brazos y las piernas
entrelazados.
Y oigo un molesto ping.
— ¿Qué es eso? —Pregunto, porque estoy dispuesto a follar
de nuevo con mi vinculada. No habrá demora. Empiezo a
acariciar mi polla desde la raíz hasta la punta, preparándome
para plantar mi semilla dentro de ella de nuevo. Básicamente la
quiero llena de mi aroma y mi semilla.
Ella revisa su tableta: —¡Oh, guau! El Secretario de Defensa
me ha enviado un mensaje para agradecerme personalmente
que haya aceptado el "proyecto de desarme Skoll Strikestone"—
Se ríe—. Al parecer, esto les preocupaba mucho—Me mira
acusadoramente—. Muchos Hyrrokins intentaron que limpiaras
y organizaras tu armamento para que fuera más seguro, pero yo
fui el única que pudo llegar a ti...
Sonrío: —Sólo tú.

Página 157
—Me imagino que es porque sabías que venía de un lugar de

amor.
Hago una pausa y lo pienso: —Sí—acepto, besando su
estómago—, es exactamente por eso.
—Pero ahora, el gobierno quiere contratarme. Supongo que
después de este proyecto se me considera alguien especializada
en organizar armamento. Hice una cantidad ridícula de
investigación, aprendiendo a identificar y almacenar
correctamente todos esos tipos de armas, así que supongo que
tiene sentido. Molten Lava también quiere que les ayude en
futuros proyectos. Voy a estar ocupada. Y lo raro es que esto me
parece muy divertido. Me parece fascinante. Me encanta la idea
de profundizar y convertirme en una experta en esto.
—Son inteligentes al contratarte—respondo, ahuecando sus
preciosas tetas en mis garras.
—Quiero que sepas que estoy orgullosa de todo el trabajo que
has hecho —me dice— y no me refiero sólo a los cambios que
has permitido, sino a cómo has dejado entrar en tu propiedad a
completos desconocidos y les has confiado tu colección y tus
derechos minerales. Sé que eso fue difícil para ti.
—Lo fue —acepto y entonces muerdo uno de sus deliciosos
pezones.
—¡Oooh! —jadea— ¿Y sabes qué es lo gracioso? Cuando nos
conocimos, entendí mal y me preocupaba que todo este
armamento significara que estabas planeando tomar el gobierno
o algo así.
Levanto la cabeza:— ¿Pensaste que era un insurrecto? —
Gruño— ¿Que estaba aquí para cometer una traición? Mi trabajo
consiste en acabar con seres así. Protejo al público de seres así.
Eso no es lo que soy.

Página 158
Se ríe: —Lo siento, claro que no lo eres. Eres un hombre de

honor y tengo suerte de tenerte.
Entonces me tumbo de espaldas y tiro de ella para colocarla
sobre mi dura polla.
—¡Oooh! —Suspira, mientras se hunde lentamente— ¡Te
quiero! —jadea.
—Yo también te quiero, hembra—le respondo mientras
acaricio su generoso culo—. Yo también te quiero...

Página 159
Epílogo
Skoll
Cinco años después...
Mi destinada levanta su mano delicada y sin garras y pasa la

punta suave de sus dedos romos por los bordes de mi cicatriz. La
recorre desde debajo de mi ojo, bajando por mi mejilla, pasando
por mis labios y bajando hasta donde termina en la parte
superior de mi clavícula. Luego se inclina y deja un rastro de
besos en todos los lugares que ha tocado antes.
Esto nunca pasa de moda.
Vivimos a tiempo parcial en un domicilio en la misma
comunidad en la que habitan los Touchstone y a la que muchos
miembros del equipo Molten Lava llaman hogar. Está a la vuelta
de la esquina de Hannibal y cerca de las nuevas amigas humanas
de Ariana.
Nuestra hija de cinco años, Ariana González-Strikestone, está
dormida en la otra habitación. Su hermano de dos años, Skolter
Strikestone, también sigue durmiendo.
—No puedo creer que se hayan quedado dormidos esta
mañana —Dice mi esposa.
—¡Date prisa! —Le digo—, pronto estarán todos despiertos.
Mi destinada está muy embarazada de nuestro tercer retoño y
está muy necesitada. Ya la he lamido hasta el orgasmo en la
unidad de limpieza, pero ahora quiere que la folle por detrás.
Estamos juntos en la cama, con su pierna retirada sobre mi
muslo para facilitar el acceso. Hemos aprendido por ensayo y
error que esta es la posición más cómoda para los dos durante
sus últimas semanas de embarazo.

Página 160
—¡Más rápido! —me pide.

Bombeo con más fuerza, haciendo que sus tetas reboten
tentadoramente: —Tócate—le ordeno porque sé que le encanta
que se lo diga.
Ella obedece y trabajamos juntos, acercándonos cada vez más
y entonces grita. Me aferro a ella mientras termino con unas
últimas caricias y me corro con un gruñido bajo, lanzando mi
semilla dentro de mi hembra.
Su respiración se ralentiza y se levanta y me palmea el
hombro: —¡Gracias, cariño!
Le doy un beso en la cabeza y me corro.
Abro la puerta de la habitación y veo que los gatos nos
esperan en el pasillo. Snack y Morsel son ahora gatos grandes y
adultos, ya no son los pequeños gatitos que eran antes. Me
siguen escaleras abajo, listos para ser alimentados.
Entro en la cocina, dispuesta a dar de comer a mis gatos, a mi
vinculada y también a mis crías.
Entonces suena un ping en mi tableta.
— ¿Quién es? —pregunta mi atada.
Lo compruebo y suelto una risita: —Es Dagr, el hijo de Aníbal.
— ¿Qué quiere?
—No lo sé—respondo—, pero lo averiguaré.
Toco la pantalla...
Fin

Página 161
Contenido
Disclaimer .............................................................................................................. 2
Créditos ................................................................................................................... 3
Sinopsis .................................................................................................................... 5
Capítulo 1 ............................................................................................................... 6
Capítulo 2 ............................................................................................................. 20
Capítulo 3 ............................................................................................................. 31
Capítulo 4 ............................................................................................................. 44
Capítulo 5 ............................................................................................................. 56
Capítulo 6 ............................................................................................................. 65
Capítulo 7 ............................................................................................................. 71
Capítulo 8 ............................................................................................................. 84
Capítulo 9 ............................................................................................................. 94
Capítulo 10 ........................................................................................................ 104
Capítulo 11 ........................................................................................................ 117
Capítulo 12 ........................................................................................................ 123
Capítulo 13 ........................................................................................................ 134
Capítulo 14 ........................................................................................................ 147
Epílogo ................................................................................................................ 159

Serie 4 Monsters Love Curvy Girls Michele Mills

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Martes, 22 de febrero de 2022

Martes, 22 de febrero de 2022

Martes, 22 de febrero de 2022

His Human Organizer

Martes, 22 de febrero de 2022

Un jefe alienígena malhumorado contrata a una adorable y

—Me llamo Ariana González, quinta y no voy a aguantar esta

Martes, 22 de febrero de 2022

Hoy voy a dejar a mi falso prometido.

Martes, 22 de febrero de 2022

hipnóticos. Su voz es profunda y melodiosa. Tiene una ligera

Martes, 22 de febrero de 2022

Mira a todas las personas que están escuchando

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Martes, 22 de febrero de 2022

organizar sus oficinas en lugar de hacerme su esposa. Además,

Martes, 22 de febrero de 2022

es el maldito alcalde. Mi padre, en algún nivel, pensó que estaba

Martes, 22 de febrero de 2022

—No voy a ninguna parte contigo—Anuncio y vuelvo a mirar

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tratadas así. En algunas especies las mujeres son las que

Martes, 22 de febrero de 2022

—¡Vamos, chica!—Dicen las voces— ¡Dale caña! —Silbidos,

Martes, 22 de febrero de 2022

Un coche me espera en la puerta y me lleva a la nueva

Martes, 22 de febrero de 2022

El puesto que acepté ya se lo habían ofrecido primero a otro

Martes, 22 de febrero de 2022

Sueltan un coro de pequeños maullidos mientras me agacho y

Martes, 22 de febrero de 2022

La secuencia comienza y siento el cosquilleo de los átomos

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colección con respeto, porque si no lo hace, le arrancaré las

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extraña y, sin embargo, sigue siendo agradable a la vista. Tiene

Martes, 22 de febrero de 2022

La hembra vuelve a gritar. Un gruñido bajo retumba en mi

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Empieza a agitarse, como si intentara escapar.

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Martes, 22 de febrero de 2022

Un gruñido bajo retumba en mi pecho mientras pienso en su

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instante. Arranco el vehículo, salgo de la bahía y comenzamos el

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ha estado en mi familia durante generaciones. Es literalmente lo

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está trabajando. También he adjuntado mis credenciales,

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agarro de la muñeca y la acerco, decidiendo que puede dormir

Martes, 22 de febrero de 2022

Estoy literalmente tratando de averiguar qué estructura se

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Después de que la cabaña y las dependencias fueron asaltadas

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—Vale... ¿puedo tener recepción aquí fuera? —pregunto,

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Hyrrokin son conocidos por su fuerza y poder. Somos una

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aprecian. No es la primera vez que me encuentro con alguien

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