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Clasificación de los pronombres

Los pronombres constituyen una clase compleja, conformada por la subclase de


los pronombres personales, que es clase sintáctica pronominal por excelencia. Por
ejemplo, son pronombres ella y lo en “Ella ya lo estudió”, al igual que te y las en “Te
las traeré más tarde”.
A los personales se agregan ciertas clases transversales, algunas de cuyas
unidades solo se desempeñan como pronombres o pueden desempeñarse como tales
en determinados usos: los demostrativos, los indefinidos, los relativos, los
interrogativos y los exclamativos.
No incluimos los posesivos puesto que estas formas, para funcionar como núcleo
de un grupo nominal, necesitan sustantivarse, es decir, ir precedidos por el artículo, lo
mismo que sucede con los adjetivos. Por ejemplo, en los enunciados “¿Qué novedad
hay de lo mío?” y “Prefiero los tuyos”, consideramos que mío y tuyos no son
pronombres sino adjetivos posesivos sustantivados.

Pronombres personales

Se denominan pronombres personales porque poseen flexión de persona.


Designan a los participantes en el discurso y, en general, a las personas, animales o
cosas a las que nos referimos en el habla:
- Primera persona: es la que el hablante (o emisor) emplea para referirse a sí
mismo;
- Segunda persona: es la que el hablante usa para designar al oyente (o
receptor);
- Tercera persona: es la que el hablante utiliza para designar a las personas
que no intervienen en la comunicación o las cosas de las que se habla.

Muestran, además, otros rasgos gramaticales, como género


(masculino/femenino/neutro), número (singular/plural), caso (recto/oblicuo;
acusativo/dativo) y reflexividad. Aunque en cada acto de discurso pueden cambiar de
referente, los pronombres personales poseen un significado constante y unívoco.
El sistema de los pronombres personales está formado por las siguientes
unidades:

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Personas gramaticales Primera Segunda Tercera Función
Caso Número persona persona persona sintáctica
él, ella,
Singular yo tú / vos
Nominativo o ello Formas
Sujeto
recto nosotros, vosotros, ellos, tónicas
Plural
nosotras vosotras ellas
Singular me te lo, la, se
Acusativo los, las, Complemento
Plural nos os Formas
se verbal sin
átonas
Singular me te le, se preposición
Dativo
Plural nos os les, se
él, ella,
mí, ti / vos,
Singular ello, sí, Complemento
Preposicional conmigo contigo Formas
consigo verbal con
u oblicuo tónicas
nosotros, vosotros, ellos, preposición
Plural
nosotras vosotras ellas

Para la segunda persona se utiliza también la forma de respeto usted, que


concuerda en tercera persona con el verbo y con los pronombres.
En algunos usos, las formas de la primera persona del plural presentan la
referencia singular del pronombre yo, e incluso la que corresponde a tú o vos:
a) Plural mayestático. Uso arcaizante restringido hoy a la monarquía o a altas
jerarquías eclesiásticas: “Llega a nosotros la noticia de...”.
b) Plural de modestia y de autor. Usado para atenuar juicios categóricos: “En este
libro nos planteamos...” (dicho por un solo autor).
c) Plural sociativo o asociativo (también llamado empático). Lo usa el hablante para
referirse al oyente, al cual se dirige de manera afectiva. “¿Qué tal estamos, amigo?”
d) Nosotros genérico. Con un sentido cercano al de ‘cualquiera, la gente en general’:
“Cuando viajamos en avión, vemos las nubes por debajo de nosotros”.

El caso es una manifestación de la flexión cuyas formas se asocian con las


funciones sintácticas. En español, el pronombre personal es la única clase de palabras
en la que se ha mantenido la flexión latina de caso y, aun así, con caracteres propios y
ciertas restricciones.
En el pronombre es posible diferenciar cuatro casos. Dos se asocian a formas
tónicas (el recto o nominativo y el oblicuo o preposicional), mientras que los otros dos
(el acusativo y el dativo) se asocian a formas átonas: “Lo reclaman”, “Se lo dijo”.
El caso recto o nominativo es prototípico de la función sujeto (“Yo soy el nuevo
profesor”, “Ellas lo saben”). Las formas del caso oblicuo siempre van precedidas de
preposición: “Lo hicieron por vos”. Estas formas pueden aparecer en numerosas
funciones (objeto directo, objeto indirecto, complemento de régimen, complemento
circunstancial, etc.). Las formas del caso acusativo se asocian a la función de objeto

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directo (“Lo leyeron”), mientras que las del caso dativo se hallan estrechamente
unidas a la función de objeto indirecto (“Les leía cuentos”).
Los pronombres átonos, al carecer de acento, se apoyan fonéticamente en el
verbo, por lo que se llaman pronombres clíticos. Son proclíticos los que preceden al
verbo (“Lo leí”, “Se la robaron”) y enclíticos los que se le posponen (“leerlo”,
“dándosela”). Los proclíticos se escriben separados del verbo, mientras que los
enclíticos van unidos gráficamente a él.
En el español actual, aparecen pospuestos cuando se adjuntan a los infinitivos
(“comprarlo”), a los gerundios (“comprándolo”) y a los imperativos afirmativos
(compradlo), incluso cuando estos últimos coinciden formalmente con el subjuntivo
(cómprenlo). Se anteponen al resto de las formas verbales: “Lo compró”, “Se fue”, “No
se lo digas”.

Pronombres demostrativos

Los pronombres demostrativos permiten ubicar un referente en el espacio,


señalando la distancia que mantiene con respecto al hablante y al oyente. En la
interpretación clásica, este denota proximidad al hablante; ese, proximidad al oyente, y
aquel, lejanía respecto a ambos.
Hemos señalado que los adjetivos demostrativos funcionan como determinante
del núcleo del grupo nominal (estos parques), es decir, cumplen una función adjetiva.
Pero las formas este (con sus variantes esta, estos, estas), ese (con sus variantes
esa, esos, esas) y aquel (con sus variantes aquella, aquellos, aquellas) pueden
desempeñar, en otros contextos, la función de núcleo de un sintagma nominal (función
sustantiva). Por ejemplo, en el enunciado “Aquellas son de plata, esta es de oro”, las
formas aquellas y esta se consideran pronombres demostrativos.
Son pronombres demostrativos propiamente dichos –ya que no pueden funcionar
como adjetivos– las formas neutras esto, eso, aquello: “Esto es fantástico”, “Eso no me
gusta”, “Aquello ocurrió hace mucho tiempo”.
Como pronombres, los demostrativos desempeñan las funciones sintácticas
características de un sintagma nominal, a veces precedido de preposición: sujeto
(“Este tiene sabor a chocolate”), objeto directo (“Carmen prefiere esa”), objeto indirecto
(“Dale a aquel el libro”), predicativo subjetivo obligatorio (“Rocío es aquella”),
complemento de régimen (“Fijate en estas”) y complemento circunstancial (“Con esos
no hablo”).
Cuando los demostrativos este y aquel se refieren a grupos nominales ya
aparecidos (uso anafórico), aquel se vincula al más lejano y este, al más cercano:

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“Tengo que hablar con el carpintero y con el electricista. Con este he quedado a las
cuatro y con aquel a las cinco”. Aquí, este se refiere al electricista y aquel, al
carpintero. Si, por el contrario, hacen referencia a grupos nominales pospuestos (uso
catafórico), se utiliza el demostrativo este (Los componentes del agua son estos:
hidrógeno y oxígeno).

Pronombres indefinidos

Son pronombres indefinidos –es decir, no pueden tener función adjetiva– las
formas:
 alguien, nadie, invariables, referidos a personas: “Alguien parará”, “Nadie es
perfecto”;
 algo, nada, invariables, referidos a cosas: “Comprá algo para comer”, “No
sucedió nada”;
 quienquiera, quienesquiera, que va seguido de una cláusula adjetiva:
“Quienquiera que sea debe cumplir el reglamento”.

En ciertos contextos, muchos indefinidos pueden desempeñar la función de núcleo


de un sintagma nominal:
 uno (una, unos, unas): “Uno hace lo que puede”, “Unos bailarán tango”;
 alguno (alguna, algunos, algunas): “¿Alguno lo quiere?”, “Algunas están
verdes”;
 ninguno (ninguna), que no presenta formas de plural: “Ninguno fue a la
reunión”, “No conozco a ninguna de sus hijas”;
 otro (otra, otros, otras): “Dáselo a otro”, “Traeme otra”;
 todo (toda, todos, todas): “Ya llegaron todos”, “Todo terminó bien”;
 varios (varias): “Varios lo comentaron”, “Traete varias”.
 Los indefinidos mucho, poco, demasiado, bastante, tanto (con sus variantes
respectivas) también pueden funcionar como pronombres: “Se vendieron
muchas”, “Pocos lo saben”, “No comprés bebidas: hay demasiadas”, “Líos ya
tenemos bastantes”, “Yo no quería tantas”.
 El indefinido cualquiera es pronombre en oraciones como “Cualquiera puede
hacerlo”, “No tenés que confiar en cualquiera”.

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Pronombres relativos

Los pronombres relativos son palabras átonas que presentan un valor referencial
de carácter anafórico, desempeñan una función sintáctica y ejercen, además, un papel
relacional similar al de las conjunciones de subordinación.
Con respecto al valor anafórico, podemos señalar que uno de los rasgos
esenciales de los relativos es el de poseer el mismo referente que una expresión
previa o implícita en el contexto, su antecedente. En el enunciado “la felicidad que te
desea”, la felicidad es el antecedente del relativo que. Existen contextos en los que el
antecedente del relativo no está expreso: “Quien (es decir, ‘el que, la persona que’) lo
probó lo sabe”.
En cuanto a su función sintáctica, los pronombres relativos contraen una función
sintáctica, normalmente dentro de la cláusula que introducen. Esta función es la misma
que desempeñaría su antecedente si estuviera en su lugar: “la casa que compró”
(objeto directo de compró, como en “Compró la casa”).
Por último, en relación con su valor subordinante, los relativos subordinan la
cláusula que introducen. Cuando tienen antecedente expreso, la cláusula se comporta
como un modificador nominal, por lo que recibe el nombre de cláusula adjetiva: “una
imagen que deprime” ~ “una imagen deprimente”. Cuando el antecedente no está
expreso, se denominan subordinadas de relativo sin antecedente o relativas libres, y
se asimilan a los grupos nominales o preposicionales: “Quien lo ha visto lo ratifica” ~
“La persona que lo ha visto lo ratifica”.
Los pronombres relativos son:
 que, forma átona (sin acento), invariable en cuanto al género y al número: “El
taxista que nos llevó era cordobés”, “Las plantas que están al sol necesitan
más agua”. Cuando no lleva antecedente expreso, va precedido por el artículo,
que le confiere las marcas de género y número (el que, la que, los que, las que
y el neutro lo que): “El que acaba de llegar se llama Martín”, “Las que buscás
están en el cajón”, “Preguntame lo que quieras”;
 el que, la que, los que, las que, también en construcciones con un antecedente
expreso: “Mi hermana, la que vive en Buenos Aires, es bióloga”;
 quien, quienes, referidos a personas: “Es la actriz de quien todos hablan”, “Los
estudiantes con quienes compartía departamento eran salteños”;
 el cual, la cual, los cuales, las cuales, referidos a personas o a cosas, siempre
precedidos de artículo: “Es un barrio en el cual hay muchos comercios”, “Son
personas con las cuales es fácil tratar”. También posee género neutro (lo cual):
“Come muy poco, lo cual me preocupa”;

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 cuanto, cuanta, cuantos, cuantas, referidos a personas o a cosas: “Imitaba a
cuantos veía”.

Pronombres interrogativos y exclamativos

Son pronombres interrogativos o exclamativos propiamente dichos, nunca


adjetivos:
 quién, quiénes (referidos a personas): “¿Quién conoce la respuesta?”,
“¿Quiénes vendrán mañana?”, “¡Quién lo diría!”;
 cuál, cuáles (referidos a cosas): “¿Cuál te gusta?”, “¿Cuáles son mis libros?”
 Las formas cuánto (con sus variantes) y qué pueden cumplir la función de
núcleo de un sintagma nominal en ciertos contextos. Son pronombres
interrogativos en “¿Qué te dijo?” y “¿Cuánto necesitás?”; son pronombres
exclamativos en “¡Qué le vamos a hacer!” y “¡Cuántos lo han ayudado!”.

Los pronombres interrogativos pueden funcionar, además, como nexo introductor


de cláusulas sustantivas interrogativas indirectas: “No sé a quién decírselo”.

Bibliografía consultada

Di Tullio, Á. y Malcuori, M. (2012). Gramática del español para maestros y profesores


del Uruguay. Montevideo: ANEP, ProLEE.
Gutiérrez Araus, M. L.; Chacón Berruga, T.; Cuesta Martínez, P.; Esgueva Martínez,
M.; García-Macho, M. L; García-Page Sánchez, M.; Gómez Manzano, P. y Martínez
Martín, F. M. (2010). Curso básico de lengua española. Madrid: Centro de Estudios
Ramón Areces.
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2010).
Nueva gramática de la lengua española. Manual. Buenos Aires: Espasa.
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2011).
Nueva gramática básica de la lengua española. Buenos Aires: Espasa.

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