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R.·.L.·.

ANDRES BELLO N° 186


VALLE DE SANTIAGO

LA FIESTA DEL TRABAJO

A.·.L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.

Leonardo Cáceres V.
Grado Tercero
08 de mayo de 2019 e.v.
Tabla de contenido

1. Introducción....................................................................................................3
2. Concepto masónico de trabajo......................................................................4
3. Conclusiones..................................................................................................9
Bibliografía..........................................................................................................10

2
1. Introducción

¿Por qué una fiesta del Trabajo Masónico?

Uno de los elementos que caracterizan a nuestra Orden y que constantemente


se señala en la cotidianeidad del quehacer masónico es que además de
enseñarnos a considerar el trabajo, como una necesidad y como el proceso
fundamental en el devenir humano, lo exalta y dignifica.
He aquí porqué la masonería otorga un momento especial de conmemoración
a aquella actividad que permite que la vida sea posible. Si somos hijos de
antiguos constructores, es evidente que hoy continuamos en la tarea de la
construcción mediante el trabajo intelectual y espiritual en función de los
principios que nos sustentan.

Desde el punto de vista más puro del concepto, el trabajo, dignifica al ser
humano, le da su sentido social y conforma su naturaleza. Sin embargo, es
preciso desentrañar la naturaleza y la real dimensión del concepto masónico y
distinguirlo del trabajo común o profano.

La masonería rinde homenaje al trabajo como idea y preponderante creación


humana y supra humana (esto, para muchos). No nos confundamos (como
muchas veces lo hacemos) cuando hablamos – en esta fecha – de las
condiciones laborales en el actual sistema capitalista y que hacen del mercado
del trabajo una situación muchas veces indigna y explotadora. Se trata en
verdad, del trabajo como concepto y por ende como aquella actividad donde la
voluntad se hace concreta y otorga materialidad a las cosas.

En la presente plancha se pretende develar brevemente cuál es el significado


del concepto de trabajo para la masonería. Es decir, de lo anteriormente
señalado, se puede incluso pensar o sostener, que la Orden posee una
semántica propia, un lenguaje propio que como tal, estructura una concepción
de mundo y que está pletóricamente compuesta por símbolos que deben ser
develados, aprehendidos y puestos en práctica en el ámbito social donde nos
desarrollamos.

3
2. Concepto masónico de trabajo
2.1 Perspectiva histórica

Los orígenes de nuestra Orden, como bien sabemos, se encuentran en los


gremios medioevales y en sus prácticas concretas, establecidas sobre la base
de la voluntad de proteger los conocimientos del arte y preservarlos para el
beneficio de cada uno de sus miembros. No solo se trataba de obtener los
medios para vivir, logrados a través del salario, sino que también se trataba de
dignificar el rol que cumplían individual y colectivamente en bien de la
sociedad, a través del resultado de sus obras.

La construcción que cada gremio debía realizar era una labor colectiva, de
individuos que debían cumplir con un deber profesional, en un espacio de
convivencia que, para que funcionara adecuadamente, necesitaba de un
comportamiento concreto, que no tuviera elementos que afectaran el desarrollo
de los trabajos, es decir, un conjunto de definiciones éticas que ordenaran las
conductas de los integrantes dentro y fuera de la comunidad gremial.

Tales definiciones éticas debían ser distintivas en cada miembro de la cofradía,


por lo cual, no solo había que conocer los contenidos de las normas, sino
también, era necesario que cada cual las expresara en su actuar, es decir,
debía haber una manifestación virtuosa del ser y hacer en cada uno de los
integrantes de la comunidad gremial.

Es allí donde nace la capacidad especulativa del trabajo de nuestros


precursores masónicos, toda vez que fueron capaces de crear una reflexión
valórica que importaba para la finalidad del gremio, introduciendo conceptos y
prácticas que aún tienen un valor y un determinismo estructural para la
masonería en el siglo XXI. Recordemos que no todos los artesanos que
trabajaban en la construcción eran miembros de la cofradía, sino solo aquellos
que eran capaces de adaptarse a un proceso de reconocimiento y, a través de
él, acceder a los conocimientos necesarios que solo se impartían en la
comunidad gremial, los cuales estaban establecidos sobre conductas morales
concretas.

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Los esbozos de los cargos u obligaciones morales de aquellos constructores
han quedado evidenciados en distintos documentos medievales, tales como los
Manuscritos Regius y en el Manuscrito de Coke, como en las previas
Ordenanzas de York.
Bajo esa antigua impronta los masones de hoy, también se proponen realizar
un trabajo constructivo. Y la primera obra que cada cual debe hacer es una
construcción interior. Es el primer paso en la Gran Obra que tiene como
objetivo el perfeccionamiento del ser humano, en un plano individual, que le
toca en lo personal y familiar, y en un plano colectivo, que toca la comunidad
logial, la comunidad masónica, las comunidades extramurales en que se
desenvuelve, y por esa vía tocan o impactan a la sociedad, y en un sentido
último a la Humanidad toda.

2.2 Perspectiva simbólica

En nuestro ritual de iniciación se señala que: “nuestra Orden elige hombres, los
educa, los organiza y disciplina; esto es, corrige en los, cuanto es posible, los
defectos de herencia; les enseña a seleccionar los elementos útiles del
ambiente en que se desenvuelven, y les indica el rumbo de las evoluciones que
han de llevarlos a su destino. Purifica al hombre, se purifica a sí misma, por el
propio esfuerzo, sin intervenciones extrañas. Purifica por medio del estudio, por
el ejercicio de la justicia y por la actividad del trabajo”1.

De aquí se colige que el trabajo del aprendiz masón y su significación simbólica


y esotérica consiste en el camino de “desbastamiento de la piedra bruta, a fin
de despojarla de sus asperezas y de acercarla más a la forma que esté en
relación con su destino.”2

Como sabemos, el concepto de trabajo está definido como la “Actividad que


requiere un esfuerzo físico o intelectual; actividad que realiza una persona de

1
Gran Logia de Chile. Ritual de Iniciación. REAA
2
Wirth, OscarEl libro del Aprendiz, pág. 163

5
manera continuada para ganar dinero; producto resultante de una actividad
física o intelectual; esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza…” 3

Por otra parte, el Diccionario Enciclopédico de la Masonería, en su tomo II,


página 8614 señala respecto del trabajo: “elemento fundamental que la
Francmasonería impone a sus afiliados como deber ineludible, por lo que les
distingue con el nombre característico de obreros y lo simboliza por la colmena.
El trabajo es la grande idea de la Institución de la Francmasonería y el
pensamiento dominante en todas las partes del ritual, que constantemente
recomienda el cumplimiento de este supremo deber”.

Desde la perspectiva de la masonería, el trabajo tiene una connotación que va


más allá de lo material. Desde lo simbólico de sus herramientas, traza una
línea de acción que dice relación con una tarea trascendente, esto es: “Trabajar
sobre las herramientas de la masonería es reunir lo esparcido: razón, intuición,
imaginación sin aceptar jamás las certidumbres, los dogmas, las ideas
preconcebidas o la uniformidad”5.

En el grado de Aprendiz, su tarea, su misión es el trabajo en sí mismo. El


desbastamiento de su piedra como se ha dicho latamente. Al respecto, “ese
desbastado y pulimento es justamente el símbolo del trabajo del masón
consigo mismo, lo cual lleva a cabo con las primeras herramientas que la
Orden le ofrece tras recibir el influjo espiritual en el rito de iniciación: el mazo y
el cincel, símbolos respectivos de la voluntad y la recta intención. La obra de
regeneración no puede llevarse a cabo sin una voluntad firme y perseverante
que la desee, es decir sin una fuerza interior que influya y transmita su poder
creativo a la "materia informe" de la psique desordenada y caótica, simbolizada
por la piedra bruta. Pero esa fuerza interior necesita ser dirigida y orientada por
la inteligencia, o mejor, por el "rigor intelectual", que "distingue" aquello que en
el ser es conforme a la realidad esencial de su naturaleza (lo que ese ser es en
sí mismo), de lo que no son sino sus añadidos superfluos e ilusorios” 6.

3
Diccionario El Pequeño Larousse, 2003, pág. 991
4
Citado por Baeza, Carlos. En: El trabajo y su significación simbólica y esotérica en el grado de aprendiz
5
Plancha sobre trabajo masónico. Sin fecha y autor.
6
Ariza, Francisco. El simbolismo masónico. Re

6
Asociando trabajo en grupo, trabajo personalizado, pedagogía e introspección
(tratando de visualizar las distintas perspectivas del trabajo), la vía masónica
conduce teóricamente a una transformación ontológica: un ser humano libre,
abierto al mundo, tolerante hacia los demás, imaginativo y activo. 

El trabajo, que es condición fundamental de la existencia humana, debe ser


para el masón un mecanismo creador de vida espiritual y material. Elemento
sine qua non de su propia naturaleza. Al decir de Varela y Maturana, se trataría
de una verdadera autopoiesis: “una máquina autopoiética es una máquina
organizada (definida como una unidad) como una red de procesos de
producción (transformación y destrucción) de componentes que: (i) a través de
sus interacciones y transformaciones continuamente regeneran y realizan la
red de procesos (las relaciones) que los han producido, y (ii) la constituyen (la
máquina) como una unidad concreta en el espacio en el que ellos (los
componentes) existen especificando el dominio topológico de su realización
como tal de una red”.

En este sentido y desde el punto de vista de la masonería, el trabajo significa


que a través de él, en todos los ámbitos donde se desarrolle y tome lugar, el
ser humano hace concreta y real la propia auto-regeneración y autorrealización
de sus condiciones de existencia.

No se trata por cierto de cualquier trabajo y sin una finalidad ética definida.
Aquí la masonería nos enseña a través de sus símbolos. Los símbolos se
proponen para invitar a la reflexión con el fin de descifrarlos. En esto, reside
precisamente el trabajo masónico y lo que lo distingue de una concepción que
podríamos llamar “tradicional” o profano.

En este sentido y de acuerdo a lo anteriormente dicho, el trabajo, entendido


como el camino de perfección, estará siempre presente en la vida del masón ya
que éste simboliza el primer deber del ser humano y la fuente de todos los
bienes. En este sentido, el trabajo en nuestros talleres nos lleva al largo e
infinito camino de la rectitud, de la verdad, la tolerancia y la fraternidad y que
por cierto, debemos realizar en la sociedad en que vivimos.

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En definitiva, el trabajo que todo masón emprende y ejecuta consiste, en
primer lugar, en una labor consigo mismo, en construir un templo viviente,
que es su propia personalidad. En hacer de su yo un templo espiritual donde
rompa las cadenas que lo subyugan a la ignorancia y el prejuicio y que una
vez conquistado esto, trabaje por el bien de la Humanidad y por tanto en la
superación de sus propias imperfecciones y en todas aquellas lacerantes
manifestaciones de orden político, social, cultural y económicas que
envilecen la condición humana.

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3. Conclusiones

El trabajo masónico comienza con el proceso de la Iniciación. Punto de


inflexión que significa una ruptura con nuestra vida profana, un verdadero
renacimiento que nos lleva a abrazar nuevas visiones, conductas y principios.
Se puede realizar un contrapunto con las concepciones diversas del trabajo
pero que aquí simplemente podemos arbitrariamente clasificar, entre la
concepción (y práctica) profana y la concepción masónica.
En el mundo laboral profano, existe a menudo la crítica negativa, por cierto,
muchas veces justificada, acerca de su disconformidad y rechazo. Esto puede
tener como causa malas relaciones laborales, explotación, poco
reconocimiento, etc.
Para los masones, el trabajo es más que el mero esfuerzo físico o intelectual
destinado a una retribución monetaria. La retribución producto de nuestro
trabajo es el mejoramiento constante, es la certeza de que el ser humano es
perfectible y que nos esmeramos en responder a la pregunta de cómo vivir más
dignamente y en armonía.
Al trabajo en Logia vamos felices, vamos con la convicción de que la catedral
individual que construimos es una condición indispensable para el desarrollo y
creación permanente de la masonería universal. El trabajo en logia nos
prepara, nos forma para llevar los ideales masónicos al mundo profano, a
nuestras familias, a nuestro país y porqué no, a la sociedad mundial.

Al respecto, cito las palabras de un antiguo Maestro: “De ahí que podemos
decir que la Masonería es la escuela del Trabajo, porque en el Templo es
donde aprendemos a conocer su importancia para nosotros mismos y su
finalidad como bien común a todos los hombres.
El trabajo masónico es el medio, el vehículo mediante el cual nos reconocemos
como masones, como parte de una comunidad de hombres que buscan los
ideales más nobles de que el hombre es capaz de crear y construir.
Trabajando en perfeccionarnos, extendemos la esfera de nuestras ideas y
contribuiremos a aumentar el bienestar social.

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Trabajemos pues QQHH en consecuencia, de forma consciente,
comprometida y constante dentro de nuestros templos y así, como resultado
natural las obras que la masonería se propone en la sociedad profana, serán
más colosales, sublimes y fructíferas.

Siempre debemos presente que el trabajo posee un valor positivo y


benéfico, y que por esta razón tiene un lugar preponderante en nuestra
escala de valores y quehacer humano.

“El trabajo guiará nuestro camino hacia el perfeccionamiento…”

Labor omnia vincit!

S.·.F.·.U.·.

Bibliografía

 DIESEL F., Werner. La fiesta del trabajo. R.:L.: Río Loa N° 111, 1985.
 CORREA G., Federico. El trabajo. R.: L.: Hermes N° 52, 1999.
 BAEZA G., Carlos. El trabajo y su significación simbólica y esotérica en
el grado de aprendiz. R.: L.: Pedro Lagos Marchant N° 138, 1981.
 Diccionario El Pequeño Larousse Ilustrado. Ediciones Larousse,
Colombia, 2003.
 WIRTH, Oswald. El libro del Aprendiz: Manual de Instrucción Iniciática
para el uso de los Francmasones del Primer Grado, 1894.
 HIDALGO V., Irving Tammie. El trabajo del aprendiz masón, (sin fecha).
 Gran Logia de Chile. Ritual de Iniciación. REAA.

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