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El Contrapunto en la Composición

– Felix Salzer y Carl Shachter –


Leopold Mannes In Memoriam
Agradecimientos

Los autores desean agradecer afectuosamente la generosa y desinteresada Press, Cambridge, Mass. (ejemplos 6-46, 6-53 y 7-28); Prentice-Hall, Inc.,
ayuda del catedrático William J. Mitchell, quien leyó el manuscrito y ofreció Englewood Clifs, NJ (ejemplos l-20a y 1-21.f); G. Schirmer, Inc., Nueva York
sugerencias muy valiosas. Deseamos agradecer también a Thames Hickman la (ejemplos 6-29 y 7-42); Boosey and Hawkes, Nueva York, representantes nor­
hábil y artística autografía de las ilustraciones musicales. Hedi Siegel fue de teamericanos de M. P. Belaeff, Leipzig (ejemplo 10-20); Smith College Music
gran ayuda en los estadios finales para la preparación del manuscrito, y tam­ Archives, Northhampton, Mass. (ejemplo 6-26); Barenreiter, Kassel (ejemplos
bién deseamos expresarle nuestro agradecimiento. 1-84d, 2-26g, 3-41g y 5-2l g y h); Theodore Presser, Bryn Mawr, representan­
Mostramos nuestro agradecimiento a las siguientes casas editoriales, que tes norteamericanos de Universal Edition, Viena (ejemplos 1, 2, l -21a, 2-26f,
nos concedieron amablemente permisos de reproducción: Harvard University 2-31e, 3-45e, 4-16g y h, 4-47e y 9-60b y .f).

Felix SALZER
Carl ScHACHTER
Prefacio a la edición Morningside 1

EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN no tuvo su origen específico corno libro, oído. El contrapunto a tres voces, sin embargo, plantea dificultades mucho mayo­
sino corno una recolección de ejemplos del repertorio musical. El doctor Salzer y res, y sólo son capaces de superarlas al comienzo de sus estudios (por medios que
yo la reunirnos para mostrar las conexiones existentes entre los procedimientos no se basen en seguir reglas mecánicamente) los alumnos de cierto talento. De
simples del contrapunto de especies y las complejidades de la composición; este hecho, a menudo resultan problemáticos hasta para los alumnos de segundo cur­
es un modo de enfocar el contrapunto que se deriva de la obra de Heinrich so, y especialmente para los intérpretes de instrumentos de «una sola voz». Mu­
Schenker. Finalizarnos tal recolección en 1963, y se utilizó en las clases de teoría chos profesores preferirán, por tanto, posponer el estudio del contrapunto a tres
de segundo curso (universitario) en Mannes College of Music, centro pionero en voces hasta que sus alumnos estén preparados.
la enseñanza del análisis y teoría schenkerianos en los Estados Unidos. El hecho Casualmente, este libro es perfectamente utilizable en aquellas clases en las
de que fuese tornando forma corno una recolección de ejemplos condicionó con­ que se cubra todo el contrapunto a dos voces antes de adentrarse en el de tres.
siderablemente su organización interna; en particular, la decisión de presentar Desde hace algunos años en Mannes College of Music se imparte el contrapunto
cada una de las especies de Fux a dos y tres voces antes de proceder a la siguiente a dos voces en las clases de primer curso. También pueden enseñarse las dos o
se debió a nuestro deseo de citar ejemplos musicales lo antes posible, puesto que tres primeras especies a dos voces, y después aplicar lo aprendido a tres (esto es
algunos de ellos presentaban técnicas características de la escritura a tres voces. lo que se hace en algunas clases en Aaron Copland School of Music y Queens
EL CONTRAPUNTO EN LA coMPos1c1óN fue probablemente el primer texto en organi­ College, y yo mismo también lo he enseñado así en años recientes). No sé de nin­
zar los elementos del contrapunto de especies de este modo, pero la idea no fue gún profesor que se haya topado con la más mínima dificultad al reorganizar el
del todo nuestra, ya que Milton Babbitt ya había sugerido algo similar años atrás orden de presentación que aquí ofrecemos. Los ejemplos analíticos del capítulo 6
en su recensión del libro de Salzer Structural hearing. 2 requerirán explicaciones más extensas si se introducen en un estadio temprano,
Durante los más de veinte años transcurridos desde la aparición de este li­ pero esto no presenta mayores inconvenientes.
bro en 1969 e1 campo entero de la teoría de la música ha sufrido cambios de Muchos programas de teoría combinan el estudio de la armonía y el contra­
cierta importancia, y algunos de ellos quedan reflejados en el modo en que se punto en un solo curso. EL CONTRJ\PUNTO EN LJ\ COMPOSICIÚN puede ajustarse per­
enseñan estas materias. Uno de ellos es la creciente tendencia a introducir el fectamente a este tipo de enfoque combinado, y de hecho se diseñó teniendo
contrapunto de especies en un estadio temprano de los estudios, normalmente este propósito en mente. Corno se indica en la página x, su estudio no debe em­
en el primer curso o incluso en el primer trimestre. En vista del papel absolu­ prenderse antes de haber comenzado una educación básica del oído, ni antes de
tamente fundamental que posee e1 contrapunto en la estructura tonal, la perti­ dominar las bases de nomenclatura y notación musicales. La experiencia me ha
nencia de impartirlo casi al principio o al principio mismo de los programas de llevado a la conclusión de que se logran resultados más efectivos cuando se
teoría también es absoluta; a pesar de todo, el introducir el contrapunto a tres enseñan los principios básicos de la conducción de 1as voces a partir del contra­
voces demasiado pronto puede resultar problemático. Los principiantes con punto a dos en lugar de a cuatro. Sugiero, por tanto, que inmediatamente dz<­
buen oído no encuentran excesivas dificultades para escuchar ejercicios a dos pués de que se hayan aprendido los elementos básicos se estudien el canrus fir­
voces; en realidad, éstos forman una parle indispensable de la educación del mus y las dos primeras especies a dos voces (tal como está esbo:7.ac.io en la
págüia x). La posterior aplicación de técnicas de conducción de las voces en el
( 1
Se refiere a la edición realizada en los Estados Unidos por Columbia Univcrsity Prcss contrapunto a cuatro no planteará excesivas dificultades a�1donales, puesto que
Morningside Edition en 1989. (N. del E.) el alumno ya se habrá habituado a escuchar linea}JJí:rente, y no sólo a percibir
e Existe traducción en español: Audición estructural, Barcelona, Labor, 1990. (N. del T.) meras verticalidades.
VIII EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Se estimulará la audición si la clase de teoría permite un máximo de Con el paso de ios años, y especialmente desde la muerte de Felix Salzer
oportunidades para cantar contrapunto. Todos los ejercicios vistos en cla­ en 1986, mucha gente me ha preguntado cómo distribuim03 nuestra colabora­
se deberán cantarse regularmente por todos los alumnos. Se debe animar a ción durante la elaboración de este libro. Pues bien, comenzamos por dividir el
los alumnos a que toquen y canten sus ejercicios, como se sugiere en la pá­ trabajo: el doctor Salzer se encargó de los capítulos analíticos (6, 7, 8, la últi-
gina 20, y parte del tiempo de clase debe reservarse a la improvisación vocal . ma parte del 9, y el 1 O) y yo de los teóricos (los primeros cinco y la primera
de contrapunto. Al principio el profesor puede inventar un «mini-cantus» de parte del 9). Durante esta actividad nos encontramos con regularidad durante
cuatro o cinco notas y pedirle a un alumno que lo cante y a otro que impro­ unos cuatro años para solucionar las inevitables diferencias y realizar las co­
vise por encima o por debajo. Los demás deberán escuchar con actitud crí­ rrecciones necesarias; nos intercambiábamos los bocetos y cada uno reescribía
tica y señalar cualquier error. Los cantus firmi pueden extenderse gradual­ el trabajo del otro. El resultado final fue una verdadera colaboración, e incluso
mente; los alumnos que vayan a improvisar deberán estudiar uno o dos nosotros mismos no podíamos saber siempre a ciencia cierta quién había escri­
minutos el cantus antes de cantarlo, pero no deberán escribir ninguna de sus to tal o cual parte. Al comenzar este trabajo el doctor Salzer se encontraba en
soluciones. El contrapunto improvisado a tres voces es obviamente una im­ lo que podría llamarse la etapa más prolífica de su larga carrera, mientras que
posibilidad a menos que se impongan métodos de control cuyo resultado no yo llevaba enseñando unos pocos años y había escrito todavía muy poco;
sería una improvisación en todo su significado. A pesar de todo, el que los como compañero menor tendía a condescender, pero él era muy meticuloso a
alumnos canten realizaciones tipo faux-bourdon a tres voces, nota contra la hora de considerar mis ideas en su integridad. Puedo decir que esta colabo­
nota, puede resultar extremadamente· beneficioso, y cantar series de suspen­ ración fue verdaderamente una de las experiencias más enriquecedoras de mi
siones entre tres alumnos (intercambiándose las voces de vez en cuando) vida, y me inició como escritor en el campo de la teoría de la música. Al
puede ser también productivo para agudizar la audición. Los ejercicios de presentar esta nueva edición de EL. CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN quisiera
contrapunto a dos y tres vocés, dicho sea de paso, constituyen un material rendir homenaje a mi gran maestro, colaborador y amigo, cuya obra marcó
excelente para el dictado,: la inclusión momentánea e intencionada de errores tantas vidas y ejerció influencia tan beneficiosa sobre el estudio de la música,
ayuda a mantener al alumno en una actitud absolutamente despierta. en este país y en el-mundo entero.

Carl ScHACHTER
Prefacio

Al presentar este libro en este momento, los autores creen que es preciso este parecer. Para el profesor, no obstante, el mantener y reforzar este contacto
algún tipo de explicación. ¿Por qué ha de ser necesario dedicar tiempo y es­ no es algo tan simple como podría parecer a primera vista, ya que inmediata­
fuerzo a aprender los principios de un lenguaje musical que ya no emplea casi mente aparecen ante él varios obstáculos; uno de ellos es desgraciadamente el
ningún compositor? En realidad, mucha de la música que se compone hoy en propio alumnado que se encuentra en casi todos los conservatorios. Ante todo,
día tiene poca o ninguna conexión con cualquiera de las fases anteriores de la existe un creciente número de admisiones de alumnos que no pueden expresar­
música. se musicalmente ni con un instrumento ni con su propia voz, que poseen una
Aunque nuestro término actual música contemporánea haya tenido sus audición musical defectuosa y que carecen, por muy contradictorio que parez­
equivalentes en distintas épocas (ars nova, nuove musiche, Zukunftsmusik), ca, de un verdadero interés por la música. Sin embargo, puede observarse in­
éstos estaban mucho menos justificados que hoy en día; ya que, aunque nadie cluso entre los mejores alumnos una pérdida perceptible de lo que podríamos
ponga en duda las marcadas diferencias existentes entre, por ejemplo, Machaut denominar instinto musical. En el terreno del análisis, y también en el de la inter­
y Dunstable, Palestrina y Monteverdi, o Mendelssohn y Wagner, éstas se des­ pretación, muchos de estos jóvenes músicos de talento parecen pasar por alto las
vanecen en una relativa insignificancia comparadas con las diferencias entre relaciones más fundamentales y obvias de una partitura e intentan imponer una
Bartók, Schoenberg, o incluso Webern, por un lado, y John Cage y Stockhau­ interpretación excesivamente personal, y consecuentemente artificial. Pod1ía de­
sen por el otro. Desde este punto de vista el lenguaje tonal de épocas pasadas cirse que la música ya no corre por sus venas, y se convierte para ellos en una
puede considerarse muerto del mismo modo que decimos que el latín es una especie de juego intelectual.
lengua muerta. Puede que muchos entiendan esa lengua y que algunos la utili­ Este tema resulta aún más confuso a causa de métodos de enseñanza que
cen por razones específicas, pero nadie la emplea para hablar, escribir un poe­ parecen olvidar la relación efectiva que debe existir entre la abstracción teóri­
ma, una obra de teatro o un tratado científico. ca y la experiencia musical concreta. Si se trata sólo con abstracciones, el re­
En otro sentido, sin embargo, ia música de épocas pasadas está lejos de estar sultado será una teoría seca e infructuosa; la teoría como un fin en sí mismo.
muerta. Sigue viva, en primer lugar por la interacción entre el intérprete y el Si se excluye completamente la abstracción, el alumno queda huérfano de los
oyente con capacidad para sentir. Siempre hay, además, un considerable número medios para organizar y articular sus experiencias musicales, lo que le va a
de jóvenes intérpretes deseosos de profundizar sus conocimientos sobre esa músi­ conducir a esa verborrea sin objeto acerca de la música tan corriente hoy
ca que al fin y al cabo constituye la mayor parte de su repertorio. en día. Para conseguir resultados, todo método de enseñanza debe encontrar
Por añadidura, esta música continúa teniendo un sentido para aquellos un equilibrio entre estas dos perspectivas, puesto que se da con demasiada
compositores que admiten que un entendimiento de su mecanismo interno frecuencia un excesivo énfasis sobre una con el consecuente detrimento
puede ser de inestimable ayuda a la hora de adquirir cierto oficio, sin tener en de la otra.
cuenta su modo de expresión particular. Algunos de ellos tratan de establecer Las consecuencias de esta situación saltan a la vista. Por un lado está el
sus propias conexiones con épocas pasadas y creen que algunos aspectos de alumno que no es capaz de escribir 1 una frase de coral como es debido o im-
música anterior podrían resurgir transformados en un lenguaje musical aún por
conocer.
1
Téngase en cuenta que los verbos to write o to set que como en este punto utilizan los auto­
res para designar la tarea constructiva del compositor en sus obras o del propio alumno en sus tra­
Estos puntos de vista coinciden con los nuestros, ya que los músicos debe­ bajos y que pueden traducirse por escrihir, armonizar o también por realizar, que es como normal­
rían mantenerse en contacto con la música de épocas anteriores, lo que ha he­ mente va a aparecer en este libro, deben tomarse (tal como puede inferirse ya desde esta
cho que escribamos este libro para los profesores y alumnos que compartan

introducción) en un sentido más amplio que el de la mera sucesión de sonoridades verticales en el

..)
X EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

provisar un acompañamiento sencillo a un tema popular. A pesar de todo ha Por lo tanto, no hemos vacilado en incluir en un estadio relativamente tempra­
aprendido a recitar con confianza las características del clasicismo o del len­ no ejemplos en los que se encuentran acordes que el alumno quizá no pueda
guaje musical del período tardío de Beethoven, sin conocer más que un puña­ denominar. Al estudiar estos ejemplos, sin embargo, puede que el alumno ob­
do de sus obras. No sólo se queda sin conocer las técnicas musicales como tenga esa profunda noción sobre el origen que tales acordes tienen en la con­
tales, sino que también se le aboca a creer que un examen superficial de algu­ ducción de las voces, una noción que es más significativa par� la comprensión
nas obras de un compositor puede autorizarle a generalizar acerca de su estilo. musical que el mero etiquetado.
Al final de todo, el alumno es el resultado del olvido e ignorancia general de Los capítulos 1 al 5 tratan sobre el contrapunto elemental, esto es, con
las técnicas musicales, ahora denominadas con excesiva condescendencia ha­ ejercicios en las cinco especies en texturas a dos y tres voces. El lector adver­
bilidades. tirá que nos hemos. desviado del método habitual, puesto que presentamos
Por otro lado está el alumno que aprende a escribir interminables ejercicios cada especie a dos y tres voces antes de proceder a la siguiente. Esto quizá
de armonía, posiblemente en cuatro claves diferentes, siguiendo reglas tan com­ tenga corno irremediable consecuencia que el primer capítulo pueda hacerse
plicadas como arbitrarias, o capaz de confeccionar sobre el papel algo parecido un tanto denso, ya que introduce un gran número de conceptos fundamentales.
a una fuga; pero al final, ese alumno no llega nunca a una compresión de la or­ Creemos, no obstante, que el alumno adquirirá de este modo una comprensión
ganización contrapuntística o armónica de una invención de Bach o un vals de más segura e inmediata de los rudimentos que la que obtendría por el proceso tra­
Schubert. Este es el producto de la armonía académica y de las clases de contra- dicional de estudiar todas las especies a dos voces antes de pasar a tres. No hemos
. punto impartidas con un mínimo absolutamente exiguo de pertinencia sobre la incluido ejercicios de especies a cuatro o más voces, puesto que no ofrecen pro­
música de la que se supone que tratan. blemas radicalmente nuevos excepto los relacionados con la duplicación, dispo­
Los autores esperan que este libro, pese a los errores que pueda contener, sición y cruzamiento de las voces. Estos problemas, en nuestra opinión, se pue­
contribuya a contrarrestar esas discutibles actitudes y que ayude a señalar el den estudiar mucho más fructíferamente a través de la armonización de corales
camino a otros profesores para que encuentren sus propias soluciones a eso (cap. 8) y de los ejercicios de imitación (cap. 9).
que se ha convertido en un problema verdaderamente serio. Una presentación estrictamente lógica requeriría que procediésemos directa-·
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN está diseñado para utilizarse en un progra­ mente del contrapunto elemental a la combinación de especies. Creemos que este
ma global de teoría que abarque estudios de annonía, contrapunto y análisis. Tra­ procedimiento es, sin embargo, pedagógicamente inadecuado. El posponer el es­
ta el contrapunto no sólo como una materia autónoma, sino también en su rela­ tudio de la combinación de especies hasta el capítulo 9 nos ha ofrecido la posibi­
ción con otros aspectos del diseño musical. Puesto que presupone unos lidad de presentar este difícil apartado en su relación con la composición. Los
conocimientos previos (véase más adelante), su estudio comenzará nonnalmente ejercicios de combinación de especies fom1an u.rn faceta esencial de la educación
en el segundo curso; no obstante, si los alumnos estuvisen inusualmente bien pre­ teórica, pues presentan sistemáticamente ciertos procedimientos muy imp011antes
parados, podría comenzarse en el segundo trimestre del primer curso. de conducción de las voces. Si se emprenden antes de que el alumno haya apren­
El alumno debe haber adquirido la suficiente experiencia en la educación dido a relacionar las abstracciones teóricas con el tejido de la composición, su
básica del oído como para ser capaz de escuchar relaciones musicales simples apropiada significación musical se pierde a menudo en una enmarañada red de
en texturas a dos y tres voces. Deberá conocer los rudimentos de notación y detalles bastante complejos y sin relación alguna.
nomenclatura musicales, incluyendo claves, escalas, armadura de la clave, in­ Por lo tanto, al contrapunto elemental le siguen dos capítulos (6 y 7) que
tervalos y acordes en su aspecto gramatical elemental (construcción de tríadas muestran la importantísima conexión existente entre los procedimientos contra­
y acordes de séptima, símbolos de bajo cifrado y acordes. construidos sobre puntísticos básicos .y la música viva. En el momento en que se comienza a tratar
cada grado de la escala). En cuanto a la gramática armónica un tanto más el contrapunto de la composición se hace esencial considerar la organización ar­
avanzada, nos gustaría hacer la siguiente observación: a causa de los métodos mónica, puesto que la textura compositiva muestra la influencia mutua entre con­
de enseñanza aún prevalecientes, muchos alumnos se sienten incómodos si no trapunto y armonía. Hemos seguido tal procedimiento en ambos capítulos.
pueden asignar un nombre o símbolo a cada combinación vertical de sonidos. El capítulo 8 trata de la conducción de las voces en el coral. En este apar­
Esperamos poder mostrar que la comprensión musical de la función arquitec­ tado el alumno aprenderá por sí mismo a aplicar sus conocimientos de conduc­
tónica de una sonoridad antecede en importancia a su ctit.1uetado gramatical. ción de las voces en un contexto musical en el que los elementos contrapun­
tísticos y armónicos mantengan una estrecha relación. 2 Este capítulo ofrece un
caso de la simultaneidad, o el de la mera sucesión de sonidos individuales cuando se trate de «es­
cribir» («realizar») una línea melódica. El libro conforme avance irü revelando y clarificando ese 2
Esta es la razón por la que, para sorpresa de algunos lectores, hemos incluido un capítulo
sentido más amplio. (N. del T.) sobre el coral en un texto sobre contrapunto.
PREFACIO XI

estudio de la conducción de las voces en los corales de Bach. En nuestra opi­ El profesor advertirá la ausencia de ejercicios dedicados específicamente
nión, los corales de Bach presentan un microcosmos de estructura musical. al canon, contrapunto invertible y fuga. Su omisión refleja nuestro deseo de
Las técnicas que en otros estilos requerirían una considerable cantidad de contrarrestar la creencia habitual de que tales ejercicios sean la meta de los
tiempo para su desarrollo se presentan aquí en cuestión de unos pocos compa­ estudios de contrapunto. Las supuestas formas contrapuntísticas no son en ab­
ses; más aún, estos corales cuentan con técnicas características de la música soluto formas, sino procesos; más aún, la mayoría son tanto armónicas como
anterior al igual que de la posterior. Tanto su concentración como la amplia contrapuntísticas. Y las técnicas contrapuntísticas pueden estar tan presentes
aplicación de sus procedimientos hace de estos corales una parte esencial en el en una sonata, unas variaciones o una mazurka, como en una fuga. Las técni­
estudio de la conducción de las voces. Por supuesto, si el profesor quiere que cas polifónicas asociadas al canon y a la fuga forman por supuesto un estudio
el comienzo del estudio de este capítulo coincida con el 7, ello es perfecta­ verdaderamente importante y fascinante. Como libro de referencia le recomen­
mente válido y posible. Del mismo modo puede comenzarse el capítulo 6 mien­ damos al lector el excelente trabajo de Alfred Mann The study of fuge (New
tras que el estudio del contrapunto elemental esté todavía en fase de desarrollo. Brunswick, NJ, Rutgers University Press, 1958).
No obstante, recomendamos que se inicie el capítulo 6 sólo después de haber fi­ _El enfoque analítico, evidente a lo largo de este libro, está basado en la
nalizado la tercera especie. El lector advertirá una ligera reiteración en los capítu­ obra de Heinrich Schenker. Las ideas analíticas están proyectadas en forma de
los 7 y 8; esto se debe a nuestro deseo de que fuesen lo más autónomos posible, análisis gráficos. En estos gráficos aparecen símbolos derivados de la notación
para que el profesor los pueda presentar en el orden que mejor le parezca. musical para poner de manifiesto la función de notas y grupos de notas en re­
El capítulo 1O es principalmente analítico. En esta sección final del libro lación a su contexto inmediato, a contextos mayores y por último a una com­
hemos procurado despertar la conciencia del alumno sobre la evolución histó­ posición como una totalidad. Estos diversos niveles contextuales -o niveles
rica de las técnicas fundamentales del contrapunto. estructurales- están indicados de varios modos. En algunas ocasiones em­
En circunstancias ideales debería dedicarse un período de tres años para el plearemos los términos schenkerianos primer plano, plano medio y plano de
estudio de este libro (por supuesto, junto a otros aspectos de la teoría de la mú­ fondo; 4 en otras ocasiones emplearemos los términos equivalentes niveles
sica). Tales circunstancias se dan con muy poca frecuencia en nuestras univer­ de estructura inmediato, intermedio y remoto. En algunas ocasiones bastará
sidades y conservatorios. Sin embargo, si se omiten algunos de los ejercicios e un solo gráfico para explicar la conducción de las voces, aunque para los pasa­
ilustraciones analíticas, bastarán dos años. jes un tanto más complicados ofreceremos unas cuantas reducciones progresi­
A lo largo del libro se harán frecuentes referencias a otras obras cuyo con­ vas; normalmente éstas conducirán desde el primer plano (base de la superfi­
tenido complementa el del presente trabajo. Nos referimos notablemente a cie), el nivel inmediato, hasta el plano de fondo (base subyacente).
Elementary Harmony de William Mitchell, tercera edición (Prentice Hall, Presentamos el siguiente glosario como aclaración de los símbolos em­
Englewood Cliffs, NJ, 1965), y a Audición estructural de Felix Salzer (Bar­ pleados: 5
celona, Labor, 1990). 3 La indicación de altura es la misma que en la notación musical normal. En
algunas ocasiones se han simplificado los registros.
3 Entre nuestros ejemplos del contrapunto de especies hemos incluido algunos de obras de
otros autores: Las figuras, por lo general, indican el nivel estructural en lugar de una re­
J. J. Fux, Gradus ad Parnassum, Nueva York, W. W. Norton, 1943; edición rústica, 1965. lación rítmica. Se emplean las siguientes figuras: blancas, negras con plica de
Heinrich Bellermann, Der Kontrapunkt, Berlín, Julius Springer, 1862.
Heinrich Schenker, Kontrapunkt, 2 vols., Viena, Universal Edition, 1910 y 1922. variados tamaños, notas sin plica y, ocasionalmente, corcheas.
Hermann Roth, Elemente de Stimmführung, vol. 1, Stuttgart, Carl Grueninger Nachf. Ernst
Klett, 1926.
Erich Hertzmann y Cecil B. Oldman (eds.), Thomas Attwoocl' s Theorie uncí Kompositionsstu­
dien hei Mozart, en la Neue Ausgahe siimlicher Werke de Mozart, X:30-31, Kassel, Barenreiter,
1965. 4
Tal como se puntualizó en el prólogo, recuérdese que los términos plano de fondo, plano
En lo concerniente a los dos ejemplos de Mozart tomados de los estudios de Attwood nos medio y primer plano son equivalentes (con esas posibles diferencias conceptuales de matiz) a los
gustaría hacer las observaciones siguientes. El ejemplo 5-21g podría parecer una variación de rux, que aparecen en la traducción del lihro de Forte y Gilhert. lntrod11r-cirí11 al análisis schrnkeriano
fig. 82 (v. Alfred Mann, The Study of Cou11terpoi111, p. 64). Las cifras que denotan intervalos ver­ (Barcelona, Labor, I 991) como hase subyacente. hase media y base generatriz de la supe1jkie y
ticales en los ejemplos 5-21g y h parecen contar con errores. En el compás 8 del ejemplo 5-2lg que corresponden a los términos ingleses background, middleground y Joreground respectivamen­
hemos corregido un 3, obviamente un error, por un 7. En nuestra opinión el compás 9 debería estar te, relativos a su vez a los términos schenkerianos de origen Hintergrund. Mittlengrund y Vonder­
también cifrado como 7-6, como era práctica habitual en tiempos de Mozart el cifrar las suspensio­ grund. (N. del director de la colección.)
nes disonantes más que los adornos. En el ejemplo 5-2 lh, compás 8, creemos que la última cifra 5 Para un glosario más completo, véase The M11sic Forum, J. Mitchell y Felix Salzer (eds.).
debería interpretarse como una quinta disminuida para mostrar la nota de paso. vol. 1, Nueva York, Columbia University Press, 1967, pp. 260-268.
XII EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Las blancas indican el plano de fondo estructural. Las flechas cortas y curvadas indican relaciones de dominante aplica­
da.
Las negras indican niveles intermedios; las distinciones entre los distintos Las flechas rectas de trazo continuo por debajo de la voz inferior
niveles intermedios están indicadas por la longitud de las plicas; cuanto más indican un movimiento de paso.
elevado sea el nivel, mayor será su longitud. X Las aspas indican notas intercambiadas.
CE Un acorde derivado contrapuntísticamente en un nivel estructural
Las notas sin plica representan acontecimientos del primer plano. elevado (acorde contrapuntístico-estructural).
FD Un acorde de función doble o suoerpuesta: estructural al igual que
Al analizar secciones fragmentadas, las blancas se omiten frecuentemente de prolongación; armónica al igual que contrapuntístich.
y las negras a menudo sirven para indicar el plano de fondo estructural del Ad Una n.ota o acorde de adorno.
contexto bajo observación. B Una nota o acorde de bordadura.
p Una nota o acorde de paso.
Las corcheas se pueden emplear para representar apoyaturas, bordaduras y B
p Un acorde de bordadura y de paso.
notas de adorno. 6 CV Una nota o acorde empleado por razones de conducción de las
voces, como por ejemplo evitar quintas u octavas.
Las notas entre paréntesis indican notas de la conducción fundamental de Ble Una bordadura incompleta.
la voz que se sobrepasan o sustituyen en la composición en cuestión. Blf Una bordadura inferior.
BSp Una bordadura superior.
Las conexiones estructurales entre las diferentes notas se pueden indicar 32 1 Los números arábigos con circunflejo denotan los grados de la es­
por ligaduras y barrados continuos. Estas indicaciones se emplean en todos los cala de los que consta la estructura melódica fut,damental de una
niveles estructurales. composición.

Las ligaduras y barrados de tr<:1.zo discontinuo indican la retención estructu­ Aclararemos los demás símbolos a medida que vayan apareciendo en el texto.
ral de una sola nota.

r, Recordemos que el término adorno corresponde al término inglés embellislunelll y que aquí
no significa un simple elemento añadido (como un mordente por ejemplo), ni es el término que
aglutina a todas las notas «extrañas» como aparece en algunos tratados de armonía tradicional, sino I
que para nosotros va a designar siempre a un elemento constructivo particular de elaboración me­ 'J
lódica (o armónica) como la bordadura o la nota de paso, y que se refiere al que en el libro de Forte
y Gilbert aparece designado como consonan! skip (salto consonante). En la traducción castellana
del libro de Salzer Audición estructural se traduce literalmente por emhellecimiento. Así pues,
adorno (Salzer y Schachter), embellecimiento (Salzer) y saito consonante (Forte y Gilbert) son tér­
minos equivalentes. (N. del director de la colección.)
Indice

Prefacio a la edición Morningside vn l. Contrapunto a dos voces 87


2. Contrapunto a tres voces 95
Prefacio 1x

Agradecimientos xm SEGUNDA PARTE. TÉCNICAS DE CONTRAPUNTO PROLONGADO

Introducción. Finalidad y significado del estudio del contrapunto xv 6 El contrapunto en la composición, I 101

PRIMERA PARTE. TÉCNICAS DE CONTRAPUNTO ELEMENTAL 1. Aplicación directa del contrapunto de especies 1 O1
2. Dos influencias importantes sobre la textura contrapuntística 120
1 El cantus firmus y la primera especie 3
7 El contrapunto en la composición, 11 131
1. El cantus firmus 3
2. Contrapunto a dos voces, primera especie 1O 1. Prolongaciones melódico-contrapuntísticas 131
3. Contrapunto a tres voces, primera especie 20 2. Contrapunto dentro de acordes prolongados 146
3. Evolución de la disonancia 154
2 La segunda especie 34 4. Repetición y articulación 163
5. Influencias armónicas sobre la conducción de las voces 171
1. Contrapunto a dos voces 34 6. Cromatismo; acordes contrapuntísticos de sensible 177
2. Contrapunto a tres voces 44 7. Quintas y octavas 190

3 La tercera especie 48 8 El coral 213

1. Contrapunto a dos voces 48 1. Elementos de la armonización de corales 213


2. Contrapunto a tres voces 60 2. Realización de una sola frase 237
3. Tres notas contra una 64 3. Realización de grupos de dos o más frases 255
4. El coral completo 262
4 La cuarta especie 67
9 La combinación de especies; contrapunto imitativo 286
1. Contrapunto a dos voces 67
2. Contrapunto a tres voces 77 1. Combinación de dos segundas especies 285
2. Combinación de segunda y tercera especies 290
5 La quinta especie 87 3. Combinación de segunda y cuarta especies 297
XVI EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

4. Combinación de tercera y cuarta especies 300 Binchois, Ockeghem, Josquin, Isaac, Palestrina, Victoria, Gibbons,
5. Combinación de dos quintas especies 303 Purcell, Bach, Beethoven, Schubert, Chopin, Wagner, Brahms, Fauré,
6. Progresiones de especies combinadas en la composición 306 Scriabin

10 Las técnicas de conducción de las voces desde una perspectiva histó­ Índice de ejemplos musicales 407
rica (ca. 1450 - ca. 1900) 343
Índice analítico 409
INTRODUCCIÓN

Finalidad y significado del estudio del contrapunto

Durante un extenso período, aproximadamente un milenio, los composito­ nombre. A menudo -quizá habitualmente- se le da al contrapunto un papel
res occidentales aprendieron a controlar y a dar forma a combinaciones sono­ periférico en lugar de central en nuestros programas de estudios. O bien queda
ras simultáneas al igual que sucesivas. Para entender esta música debemos ser aislado estilísticamente en la música del siglo XVI -y además, incluso a una
capaces de asimilar la coherencia, orden y belleza contenidos en estructuras sola fase de ésta- o se concibe como una materia que debe conducir o que
\ 1
tonales de cierta complejidad. En el curso de su historia la música occidental consta únicamente de estudios sobre la invención, canon, fuga, etc. En el aná­
ha sufrido muchos y profundos cambios; bastará una simple ojeada a cualquier lisis musical, al menos en el practicado con mayor frecuencia, se desatiende el
buena antología histórica para poner de manifiesto una multitud de estilos di­ papel del contrapunto en aquella música que carezca de procedimientos tales
vergentes. Sería incorrecto, sin embargo, considerar esta historia como una como la imitación o el intercambio de las partes; tal música se denomina «ar­
mera acumulación de modos de expresión en continuo cambio. A este respecto mónica». La estrechez de miras de este modo de enfoque se pone de manifies­
la Música es comparable a una lengua. El castellano de la época de Gonzalo to por la reticencia de algunos académicos incluso hoy en día a admitir la
de Berceo, por ejemplo, difiere notablemente del de hoy en día. A pesar de importancia de la organización contrapuntística en obras de Chopin o de Schu­
ello, un estudio lo suficientemente exhaustivo pondría de manifiesto una cierta bert. No es del todo sorprendente, por lo tanto, que para muchos profesores y
relación fundamental. Hasta hace poco lo mismo se consideraba válido tam­ alumnos de teoría de la música el contrapunto parezca ocupar una posición de
bién en la Música. Al profundizar nuestros conocimientos sobre música de importancia secundaria.
épocas pasadas comenzamos a darnos cuenta de que se pueden encontrar los Esperamos que el presente libro contribuya a la solución de tales proble­
mismos principios de organización musical -principios, por supuesto, de un mas. Nuestra intención es presentar el contrapunto de tal modo que se subraye
alto grado de generalización- en funcionamiento en música de estilos marca­ su papel central en la música culta occidental, y, en particular, hemos procura­
damente divergentes. Bajo la superficie del cambio estilístico se puede perci­ do presentar conceptos de amplia aplicación en lugar de comenzar con los
bir el desarrollo, en ocasiones veloz, otras vacilante, de un lenguaje musical. detalles específicos de un único estilo musical --detalles que podrían o no re­
En principio se podría pensar que, al estar este lenguaje cada vez más rela­ sultar relevantes en otros estilos también-. Dicho de otro modo, tratamos de
cionado con épocas pasadas, su esludio se hubiese facilitado, ya que se puede presentar una lengua en lugar de un dialecto.
examinar con mayor facilidad un producto acabado que no un proceso en con­ ¿Cómo se podría lograr tal objetivo? Creemos que el enfoque de las espe­
tinuo cambio. El pasado, sin embargo, no es una especie de almacén del cual cies para el contrapunto, codificado por J. J. Fux, sigue siendo la mejor intro­
se puedan extraer experiencias ya confeccionadas, sino que, por el contrario, ducción al lenguaje de la música, ya que a través de éstas se manifiestan los
debe revivirse y completarse constantemente, a la luz del conocimiento y pun­ elementos y procesos de la conducción de las voces. No obstante, este enfoque
tos de vista actuales. Sólo conseguiremos mantener una tradición viva a través debe constituir un punto de partida más que un fin en sí mismo. Se debe mos­
de esfuerzos constantes para ensanchar y profundizar nuestros conocimientos, trar la relac�ón existente entre el contrapunto de especies y la composición, y,
pues aún queda mucho por conocer y comprender. lo que es aún más importante, la enseñanza del contrapunto debe poner de
El contrapunto representa un ejemplo oportuno. Para muchos profesores la manifiesto las casi ilimitadas posibilidades de la conducción de las voces en el
instrucción del contrapunto continúa planteando un problema molesto, ya que tejido de la música viva, ya sea de Wagner o de Josquin.
en estos momentos existe una desconcertante diversidad de modos de enfoque El tratado Gradus ad Parnassum de Fux, publicado por vez primera en
tanto en cuanto al contenido como al método. Cursos etiquetados como «con­ 1725, disfrutó de un éxito virtualmente sin precedentes. Como es bien sabido,
trapunto» pueden muy bien no poseer nada en común a excepción de eso, el Fux sistematizó la enseñanza del contrapunto al organizar las materias en térmi-
XYlll EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

nos de cinco categorías o «especies». Su método fue todo un modelo de trapunto --el contrapunto de Palestrina-. Los ejercicios de Fux, no obstante,
ingeniosidad pedagógico. Las dificultades se introducen gradualmente, y cada muestran algunos elementos estilísticos característicos del siglo xvm más que
sección nueva está basada sobre lo ya aprendido y dominado. Aclamada como del xvr. Desde un punto de vista estilístico, por lo tanto, el Gradus no presenta
una obra extraordinaria por músicos del siglo xvrn, el Gradus fue empleado y un idioma estilístico puramente palestriniano. Heinrich Bellerman (1862) pre­
muy considerado por Haydn, Mozart y Beethoven, y, de hecho, estuvo recono­ tendió alcanzar este último objetivo, pero sólo lo consiguié Knud Jeppesen en
cido como el texto básico sobre contrapunto hasta bien entrado el siglo x1x, su Counterpoint, the Polyphonic Vocal Style of the Sixteenth Century (1931 ).
puesto que la mayoría de los tratados de finales del siglo xvm y el xrx (como los Jeppesen ideó ejercicios bastante palestrinianos en apariencia. Las similitudes
de Cherubini, Albrechtsberger y Bellerman) están basados en él. Cuando Fétis en la superficie entre estos ejercicios modales y la música de Palestrina con­
tradujo al francés los estudios de Beethoven con Abrechtsberger en 1833, apa­ venció a muchos profesores de que se había hallado una solución a antiguos y
recieron los siguientes nombres en la lista de suscritores: Cherubini, Berlioz, molestos problemas. La presentación de Jeppesen del enfoque de las especies
Meyerbeer, Chopin, Rossini, Auber, Paganini, Moscheles, Hummel y Liszt. 1 pareció haber elevado el «ritual académico» a una teoría de la composición.
Más aún, Mendelssohn, Brahms y muchos otros eminentes compositores de los Para muchos de los profesores y alumnos confundidos en cuanto al método a
siglos XIX y xx aprendieron música con el método de Fux. seguir, un libro como el de Jeppesen tuvo que suponer un profundo alivio.
Después de este período de aceptación incuestionada este método comen­ El punto de vista de Jeppesen -y el de sus seguidores- puede resumirse
zó a perder su atractivo general, y su valor se ponía en tela de juicio cada vez del siguiente modo: el contrapunto debe estudiarse en conexión con un estilo
más a menudo. A finales del siglo x1x algunos académicos de la música co­ musical específico en el que los problemas contrapuntísticos se hayan resuelto
menzaron a expresar sus dudas, señalando las aparentes grandes contradiccio­ satisfactoriamente� debe existir la mayor correspondencia posible entre los
nes entre los ejercicios de especies y la composición, y entre ellas la «artifi­ ejercicios escritos y la composición. Sólo dos estilos cumplen estos requisitos,
cial» rigidez rítmica de estos ejercicios. Muchos profesores ya no creían los de Palestrina y Bach. .Jeppesen escoge Palestrina por varias razones. El
completamente en lo que ensefiaban, pero continuaron haciéndolo a falta de un enfoque de Fux deberá emplearse sólo cuando los detalles de vocabulario (tra­
método «mejor». Los alumnos debieron haber experimentado una sensación tamiento de la disonancia, relación entre contorno melódico y ritmo, etc.) se
de inutilidad en sus trabajos; cuando señalaban las discrepancias existentes aproximen lo suficiente a la música de Palestrina.
entre las reglas de Fux y las progresiones de la composición se les apaciguaba Estamo::; convencidos de que esta opinión proviene de algunos malentendi­
con explicaciones carentes de sentido acerca de la necesidad de una disciplina dos básicos que se han desarr0llado y anquilosado desde los tiempos en que
mental antes de embarcarse en la composición libre. grandes compositores estudiaban y alababan el tratado de Fux.
De hecho, se desarrolló una escisión total entre teoría y práctica --entre Cualquiera que fuese el propósito de fux, el contrapunto de especies no
contrapunto «estricto» y «libre»-. El contrapunto estricto, o de especies, se puede servir como método de composición en ningún estilo, como tampoco
aceptaba cada vez más como un mero ritual académico; parecía no existir co­ puede hacerlo ningún otro enfoque al contrapunto. El no hacer esta distinción
nexión alguna entre las reglas y limitaciones de Fux por un lado y cualquier es, en nuestra opinión, el principal defecto de esta obra de Jeppesen, de otro
obra de Chopin o de Beethoven por el otro. Hugo Riemann era sin duda porta­ modo admirable. Éste identifica virtualmente el «contrapunto del siglo xv1»
voz de un gran número de teóricos y musicólogos cuando proclamó que el con la composición del siglo XVI, mientras que, por el contrario, el contrapunto
método de Fux estaba anticuado desde el mismo momento de su publicación. 2 es sólo uno de los elementos de la composición. Para hacer que el contrapun­
Ya en tiempos de Riemann la enseñanza del método de Fux había degenerado to sirva su verdadero propósito primero debe separarse, por así decirlo, de la
casi por completo en ese ritual aburrido y carente de sentido en que se había composición. Esta idea encontró su primera expresión en Kontrapunkt, I, de
convertido el «contrapunto académico». Heinrich Schenker. 3 A partir de las ideas de Schenker y de nuestra propia ex­
Otra consecuencia de la obra de Fux, el llamado «contrapunto del siglo xv1», periencia en la enseñanza hemos desarrollado un enfoque para el contrapunto
surgió como un intento de retomar a su propósito original. Es bien sabido que que expondremos en los capítulos siguientes. Este modo de enfoque está basa­
Fux diseñó su método como un medio di: expandir lo que él y ciertamente do en varias consideraciones fundamentales:
muchos otros músicos del barroco consideraban como la forma ideal de con-
l. El estudio del contrapunto es ante todo el estudio ele la conducción ele
Véase Alfred Mann, The Study of Counterpoint, ed. rev., Nueva York, 1965, p. XIV.
1
las voces. Allá donde haya conducción de las voces, donde exista movimiento
2 Hugo Riemann, Geschichte der Musicktheorie, Leipzig, 1898, p. 415. Véase también Ernst
Kurth, Grundlagen des linearen Kontrapunkts, Berlín, Max Hesse, 1922, pp. 128-133. Éstas y y dirección de las voces, al margen del estilo o período, existe contrapunto. La
otras críticas similares de Fux han llevado a algunos autores y catedráticos clel siglo xx a prescindir
por completo de las especies. 3 He inri ch Schenker, Kontrapunkt, 2 vols., Viena, 191O, I 922. Vol. I, pp. 15 y ss.
INTRODUCCIÓN XIX

opinión de que los estudios contrapuntísticos conducen únicamente al entendi­ consistirán en ejercicios simples y limitados, pero aun así coherentes y con
miento y a la escritura de polifonía del siglo XVI, o de invenciones, cánones y sentido. Por supuesto, tales ejercicios no deben considerarse como composi­
fugas, es limitada y engañosa, e ignora completamente la penetrante influencia ciones; no obstante, si son el resultado de una enseñanza imaginativa, inclui­
del concepto contrapuntístico, tan característico de la música occidental tanto rán los principios básicos de movimiento dirigido tan fundamentales a la mú­
tonal como modal. sica occidental, y por tanto reforzarán la capacidad del· alumno para la escucha
2. Dentro del desarrollo del lenguaje tonal se pueden hacer tres subdi­ de relaciones musicales. Al enseñarle cómo pensar y proyectar, los ejerci­
visiones principales, aunque por supuesto se superponen considerablemente. El cios de especies ayudarán al joven músico a organizar y a controlar sus ideas
primer período muestra un tejido musical que nace de las consonancias perfec­ musicales. Como resultado, estos ejercicios proporcionan unos inestimables
tas y en gran parte basado en la sonoridad de � (alrededor de los siglo xn al XIV). cimientos para sus posteriores trabajos en la teoría y la composición.
La segunda se desarrolla gradualmente a partir de ésta, no obstante con un em­
pleo cada vez mayor de la tríada como matriz. Este período abarca desde el si­ El segundo propósito del estudio del contrapunto de especies puede resu­
glo xv hasta el x1x. En la música tonal de finales del siglo XIX y especialmente en mirse del siguiente modo: existe una conexión significante -aunque indirec­
el xx (la tercera subdivisión), las sonoridades disonantes ya no dependen defini­ ta- entre las progresiones de cada especie y la conducción de las voces en la
tivamente de la tríada; como consecuencia, los acordes disonantes pueden asu­ composición. El contrapunto, tal y como se manifiesta en la composición, es
mir las funciones estructurales mantenidas por el acorde � medieval o la tríada la elaboración de las progresiones básicas presentadas en el método de Fux.
de tiempos posteriores. En este libro tratamos la música del período central, la Esta conexión tuvo su primera expresión en Heinrich Schenker. En su
tonalidad triádica (alrededor de 1450-1900). Una vez que se hayan establecido Kontrapunkt, vol. 1, p. 268, se lee lo siguiente:
unos cimientos sólidos en esta literatura musical, muchos de los principios mos­
trados podrán aplicarse también a música anterior y posterior a este período.4 Por tanto los contenidos siguientes (v. ej. 1) remiten a una definida realización a dos voces
3. El presente libro hace una distinción entre los conceptos contrapuntístico (v. ej. 2).
y armónico; los presenta como contrastantes, pero de ningún modo mutuamente A esto Schenker añade una afirmación cargada de sugerencias:
exclusivos. Al distinguir entre progresiones contrapuntísticas y armónicas inclui­
mos dentro de la primera mucho de lo que habitualmente se considera como ar­ [ ...] la verdadera conexión entre realizaciones estrictas y libres puede encontrarse en derivaciones
mónico. De estas dos fuerzas organizativas el contrapunto es la más antigua y similares.
globalizadora. La polifonía medieval está dominada por el pensamiento contra­
puntístico. Las progresiones de una terminante naturaleza armónica hacen su apa­ El ejemplo anterior y las palabras de Schenker indican claramente que la
rición ya en el siglo x1v, pero no obtendrán una importancia real hasta la segunda pertinencia del contrapunto de especies a la composición no depende de simi­
mitad del xv. El crecimiento de la organización armónica influye pero no dismi­ litudes en la superficie. Esta es, en nuestra opinión, una razón apremiante por
nuye el papel del contrapunto; la mayoría de las obras muestran una cooperación la cual la enseñanza del contrapunto de especies no debería estar restringida
e influencia mutua entre ambas fuerzas organizativas. a la explicación de una sola fase de la música del siglo xvr.
4. El contrapunto de especies -mucho más allá de su limitada aplica­ La relación entre el contrapunto de especies y la conducción de las voces
ción a cualquier período determinado de la historia de la música- puede for­ en la composición se asemeja a la conexión entre un concepto filosófico o
mularse de modo que constituya una introducción ideal a los principios bási­ científico fundamental y sus múltiples elaboraciones y desarrollos. Por lo tanto
cos de la conducción de las voces subyacentes en obras de la mayoría de los la habitual distinción entre contrapunto «libre» y «estricto» -a menos que sea
períodos estilísticos y en la mayoría de los compositores. en los términos de Schenker, el uno conduciendo al otro- es confusa y ha
5. Específicamente, el contrapunto de especies contribuye de dos maneras creado numerosos malentendidos. Pues no hay nada «estricto» acerca de una
bien diferenciadas, y su estudio posee por lo tanto dos propósitos. El primero es el idea fundamental, y los desarrollos y transformaciones de tal idea no quedan
de enseñar al alumno -preferentemente durante las primeras etapas de su apren­ caracterizados de ningún modo al llamarlos «libres». Contrapunto elemental
dizaje- a elaborar ejemplos de escritura puramente contrapuntística. Éstos frente a contrapunto prolongado o elaborado servirán como términos más apro­
piados. El término contrapunto prolongado y el más general de prolongación
4
El contrapunto en música tonal medieval y del siglo xx se trata en Felix Salzer, Audición deben entenderse como una ampliación conceptual y no necesariamente como
estructural, Barcelona, Labor, 1990. Un estudio más amplio del contrapunto de principios de la
Edad Media puede hallarse en Salzer, «Tonality in Early Medieval Polyphony», The Music Forum, una extensión temporal. Estos son términos globales que incluyen ideas tales
vol. I, Nueva York, 1967, pp. 35-98. Este artículo contiene un intento de tratar pedagógicamente el como la elaboración, desairnllo, manipulación y transformación de principios
contrapunto del siglo x111 (v. pp. 71-81 ). subyacentes.
XX EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Aunque el contrapunto de la composición, o prolongado, se presente como diferentes. Esta es la razón principal por la cual el análisis no se puede desunir
el desarrollo y expansión de principios fundamentales, no debe por ello enten­ del estudio del contrapunto. ¿Cómo puede lograrse el propósito de los estudios
derse sólo como la expresión de una supuesta liberación del confinamiento a contrapuntísticos si su aplicación a la música viva no se convierte en parte in­
un método académico, sino que, por el contrario, pone de manifiesto la signi­ tegral del modo de enfoque? La separación del análisis del contrapunto -se­
ficativa y fascinante elaboración artística de las ideas básicas de continuidad y paración demasiado frecuente hoy en día- s0lo conducirá a un aislamiento
coherencia musicales. El segundo propósito del estudio del contrapunto de es­ que embote la sensibilidad; el método se separa del arte mismo. Debe hacerse
pecies es por lo tanto comprender la relación entre los principios fundamenta­ hincapié por lo tanto en las técnicas específicas del contrapunto prolongado.
les de la conducción de las voces y su compleja y sutil manipulación e El discernimiento conseguido permitirá al alumno no sólo entender la mani­
individualización en composiciones de períodos estilísticos divergentes. El re­ festación del contrapunto prolongado en la composición, sino también expre­
conocer esta conexión conduce a un entendimiento de la rica y fascinante vida sar estas técnicas en sus propios trabajos escritos.
que late bajo la superficie sensual de la música. Esta comprensión ofrece mu­ El método de Fux alude a las fuentes de la continuidad musical. Nos en­
cho más al intérprete, compositor, teórico o historiador de lo que puede ob­ contramos en este caso con un notorio acontecimiento en la historia de la teo­
tenerse por medio de imitaciones estilísticas superficiales. ría de la música y el análisis. Fux -mucho más allá de sus fines inmediatos­
Creemos, por lo tanto, que un libro sobre contrapunto debería ofrecer pri­ creó un enfoque básico para el contrapunto de toda una era que abarca va­
mero los principios esenciales de la con.ducción de las voces basados en una rios siglos. Esta debe ser la razón por la cual los grandes maestros de los si­
ligera modificacion del método de Fux.5 Después de que se haya establecido glos xvm y XIX admiraron tanto el Gradus. Éstos debieron sentir intuitiva­
esta sólida base, el libro de texto debe mostrar entonces la extraordinaria gama mente que Fux trataba principios básicos de la conducción y dirección de la
de aplicaciones de estos principios en las obras maestras de muchos estilos voz que, trascendiendo los confines• de una expresión estilística específica,
mantenían una conexión con su propio trabajo. ¿Cómo, si no, podríamos ex­
plicar que un libro escrito en 1725 con una comprensión limitada del estilo de
5 Se recomienda al lector que compare esta modificación con el tratado original, traducido al Palestrina fuese consultado para su propio estudio o enseñanza por composito­
inglés por Alfred Mann, op. cit. res de puntos de vista realmente contrastantes?

EJEMPLO l Brahms, Variación sobre un tema de Haendel, Op. 24 EJEMPLO 2

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PRIMERA PARTE

Técnicas de contrapunto elemental

1
1. El cantus firmus y la primera especie

l. El cantus firmus RITMO Y DURACIÓN

CONSIDERACIONES GENERALES El cantus firmus constará de notas del mismo valor rítmico para poder así
combinarse con contrapuntos de distintas especies. La consiguiente ausencia
El estudio del contrapunto supone el estudio de la conducción de las vo­ de diferenciación rítmica -en realidad, de organización rítmica- posee un
ces. Su finalidad es desarrollar la capacidad de escuchar, entender y controlar importante valor pedagógico, puesto que resalta los factores puramente linea­
las relaciones fundamentales que surgen cuando dos o más líneas melódicas se les. El carácter de la línea melódica debe resultar del contorno melódico por sí
combinan para formar un todo coherente. La conducción de las voces consta solo, sin la ayuda de la variedad rítmica. Al no existir un agrupamiento en
de dos aspectos principales: la organización de cada una de las líneas que la tiempos fuertes y débiles, todas las notas reciben el mismo énfasis; por lo tan­
componen y su combinación en un tejido musical inteligible. Una vez domina­ to lo mejor es escribir el cantus en redondas, ya que figuras de menor duración
do el primer aspecto, la escritura de líneas individuales, el alumno estará pre­ sugerirían casi inevitablemente una organización métrica, la alternación perió­
parado para la escritura a varias voces, de mayor dificultad. Comenzaremos, dica de tiempos fuertes y débiles.
pues, por la construcción del cantus firmus, la línea melódica a la que más tar­ El cantus no debe ser tan extenso como para que la homogeneidad de las
de se le agregará un contrapunto. Las reglas principales que rigen la escritura figuras resulte molesta, pero sí lo suficiente como para constar de un principio,
de los cantus firmi son fundamentales para el estudio del contrapunto, y preva­ un punto culminante y un final. La duración puede variar, y como norma el
lecen a lo largo de las cinco especies. cantus constará de entre ocho y dieciséis notas.
En el cantus firmus encontramos la forma más simple de organización meló­
dica. El significado de una nota cualquiera depende por completo de sus relacio­
nes contextuales en la dimensión horizontal. Para lograr la mayor concentración ELEMENTOS TONALES; ÁMBITO MELÓDICO
posible sobre los factores puramente lineales se eliminan implicaciones armóni­
cas, perfil rítmico y diseño motívico. El cantus finnus no es, por lo tanto, una me­ La sencillez también prevalece a la hora de escoger los elementos melódi­
lodía propiamente dicha -al menos no en el sentido habitual-, sino una abstrac­ cos. Ésta resulta en parte del carácter vocal del contrapunto elemental; el cantus
ción de ésta en la cual el elemento lineal está separado de otros aspectos del firmus, y de hecho todas las líneas melódicas de los ejercicios de especies, están
diseño melódico. concebidos en términos de la voz. La expresión vocal constituye tanto histórica
A pesar de esta simplicidad, los cantus firmi no tienen por qué carecer de como lógicamente una base, un punto de partida para las técnicas de la escritura
calidad estética. En realidad, un cantus firmus bien construido pone de mani­ instrumental, más especializadas y diferenciadas. Algunos intervalos, fáciles de
fiesto embrionariamente muchas de las características patentes en organismos ejecutar en un instrumento, resultan difíciles de cantar. Por io general, los inter­
musicales más desairnllados; entre éstas, dirección, continuidad, variedad, valos de poca envergadura son más fáciles de cantar, como los consonantes más
equilibrio y compleción. Estos factores estéticos serán discutidos en secciones que los disonantes y los diatónicos más que los cromáticos.
posteriores de este capítulo. Específicamente, el cantus firrnus no debe contar con intervalos que sobre­
pasen la octava, y tampoco saltos disonantes o semitonos cromáticos. Los saltos
disonantes incluyen todas las séptimas y todos los intervalos disjuntos aumen­
tados y disminuidos. Incluimos en este grupo el intervalo de segunda aumenta-
4 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

da, ya que, aunque se origine por la alteración de un movimiento por grados cies el único factor que cuenta es el punto álgido melódico en relación al co­
conjuntos, resulta más disjunto que conjunto. Por semitono cromático entende­ mienzo y al fin del ejercicio.
mos el «unísono aumentado», como Fa natural-Fa sostenido o Si natural-Si be­ Comparemos las tres líneas melódicas del ejemplo 1-1. En el primer ejem­
mol; este intervalo cromático no aparece en ninguna escala diatónica. Por el plo, la nota inicial Do domina toda la línea, y las notas Re y Si son notas de
contrario, el semitono diatónico, o segunda menor, por ejemplo Re natural-Mi ornamentación. No hay ningún punto álgido ni objetivo de movimiento aparte
bemol, aparece en cualquier escala, y no tiene por qué ser el resultado de una del punto de origen. (Los movimientos de ornamentación desempeñan por
inflexión cromática; por lo tanto puede incluirse libremente. supuesto un papel importante como parte de un todo más amplio. En la tercera
Los intervalos utilizables son, pues, los siguientes: segundas y terceras mayo­ especie estudiaremos esta posibilidad.)
res y menores, cuartas y quintas justas, sextas mayores y menores, y octavas El ejemplo 1-lb muestra ya un tipo rudimentario de dirección. Las tres
justas. Por lo general deben tomarse mayores precauciones con los intervalos de primeras notas llevan la línea hasta Fa, y las últimas cuatro la hacen descender
cierta envergadura. La estabilidad de un intervalo en la dimensión horizontal de­ hasta la reaparición de Do. Sin embargo, la repetición de la nota más aguda,
pende tanto de su envergadura como de su grado de consonancia o disonancia; Fa, y la consecuente inmovilización de la línea en mitad del ejercicio impiden
una décima melódica, por ejemplo, posee mucha más tensión que una tercera que este ejemplo establezca, como un todo, un sentido de dirección satisfac­
melódica. (En la dimensión vertical, por el contrario, la distancia abarcada por un torio.
intervalo afecta a su ·estabilidad sólo en circunstancias especiales. Por lo general El último ejemplo es, naturalmente, el mejor construido de los tres. La
una décima vertical no es menos estable que una tercera.) quinta nota, La, forma un punto álgido claramente definido, y la melodía se
Las consideraciones vocales también afectan al ámbito melódico del cantus mueve en dos grandes curvas, de Do a La y de La a Do. La nota más aguda es
firmus, ya que la de la voz es, por supuesto, más limitada que la de muchos ins­ al mismo tiempo el objetivo del primer movimiento y el punto inicial del se­
trumentos. El cantus se restringirá por tanto a un área más reducida. Una décima gundo. El alumno podrá advertir las desviaciones de la dfrección principal
entre las notas más aguda y más grave deberá ser el ámbito máximo. En realidad, tanto en los segmentos ascendentes como en los descendentes. Dichas desvia­
la mayoría de los cantus firmi se desenvuelven dentro de límites más cerrados, ciones, aunque de por sí sean objetivos secundarios, ni disminuyen el sentido
muchos dentro de la extensión de una quinta o sexta. de dirección ni privan al punto culminante de su efecto, puesto que, como ve­
remos más adelante, éstas desempeñan una función necesaria para la cons­
trucción del cantus.
DIRECCIÓN En resumen: todo cantus firmus debe contar con un punto álgido o culmi­
nante. Esta nota servirá como objetivo del movimiento procedente de la pri­
Cuando escuchamos una línea melódica experimentamos más que una mera nota, y al mismo tiempo como comienzo de la segunda curva melódica
mera sucesión de notas; percibimos un movimiento tonal. El hecho de que la descendente a la nota final. La nota culminante no debe repetirse.
música sea un arte cinético, que implica movimiento, forma parte de la expe­ Es posible construir una línea melódica en la cual la nota culminante sea la
riencia de toda persona musicalmente sensible; la analogía entre música y más grave en lugar de la más aguda; dichas líneas son generalmente más
movimiento se encuentra en escritos que se remontan a los tiempos más anti­ efectivas en el registro grave. Una línea descendente en el bajo se aleja de la
guos. Un movimiento musical tiene dirección si muestra un comienzo y un fin neutralidad de la tesitura media y en consecuencia se percibe como un aumen­
claramente definidos. En la composición, con su intrincada red de relaciones, to de tensión. Sin embargo, debido a que un buen cantus debe funcionar bien
la dirección como cualidad resulta de varios factores -melódico, contrapun­ en todos los registros, no emplearemos el punto grave hasta que comencemos
tístico, armónico y rítmico-. En el limitado mundo del contrapunto de espe- el contrapunto a dos voces.

EJEMPLO 1-1
a) b) e)
o
11 11 11 1
e
e I:! e 11! e 11 e e 11
H e n I! e 11 e 11 e e 11
11 e 11
n e 11 e
EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 5

CONTINUIDAD saltos. En la sección siguiente explicaremos con mayor detalle cómo hacer uso
de los saltos sin destruir la continuidad de la línea.
El cantus firmus puede resultar insatisfactorio aunque cuente con un prin­ Todos los cantus firmi cambian de dirección varias veces. Estos cambios
cipio, un punto álgido y un final. Esto ocurrirá inevitablemente si no existe entre movimiento ascendente y descendente provienen de las curvaturas de la
una conexión clara y lógica entre los puntos de partida y los objetivos del dirección principal de la línea antes mencionadas.
movimiento. Consideremos el ejemplo 1-2; la línea melódica cuenta con un En resumen: cada cantus contará entre dos y cuatro saltos, y la dirección
punto elevado y no carece completamente de dirección, pero aun así resulta de la línea melódica deberá cambiar en varias ocasiones durante el curso del
inservible para nuestros propósitos. Las notas entre el comienzo y el punto ele­ ejercicio.
vado en la primera parte, y entre éste y el final en la segunda, no conducen la
línea hacia adelante de un modo convincente, y cada nota parece actuar inde­
pendientemente en lugar de formar parte de un todo más amplio. EMPLEO DE SALTOS
Si comparamos el ejemplo 1-2 con el 1-lc, advertiremos en seguida que este
último está compuesto principalmente de movimiento conjunto, mientras el pri­ En la última sección vimos que un cantus firmus debe contar con saltos
mero se mueve predominantement� por salto (movimiento disjunto). Generalizar por razones de variedad. Anteriormente aprendimos, no obstante, que los sal­
a partir de una sola observación no es muy sensato, pero la práctica musical de tos pueden interrumpir la continuidad melódica. ¿ Como podemos emplearlos
muchos siglos confirma la conclusión de que la continuidad melódica está rela­ de modo que su efecto resulte beneficioso? Ante todo; no debemos disponer
cionada con una predominancia de movimiento conjunto._ En los capítulos 6 y 7 de muchos de ellos seguidos; aunque establecer un límite preciso es imposible,
advertiremos que incluso los saltos de envergadura pueden ser ampliaciones o in­ podemos afirmar que más de tres (o posiblemente cuatro) saltos es un máximo
versiones de progresiones conjuntas subyacentes. razonable para un cantus de duración normal. Obviamente, los saltos de una
En resumen: En interés de la continuidad, el cantus firmus constará predo­ cierta envergadura interrumpen más la continuidad. Como norma el cantus
minantemente de movimiento conjunto. firmus no deberá contar con más de dos saltos mayores de una cuarta.
El número de saltos no es lo único a tener en, cuenta, ya que el modo en que
se presentan es incluso más importante. Consideremos el ejemplo 1-4; en el
VARIEDAD l-4a los saltos están seguidos de movimiento en la misma dirección, y en el l-4b
están seguidos de un cambio de sentido. El primer procedimiento origina una lí­
Consideremos otro ejemplo (véase 1-3); la línea melódica no carece de direc­ nea segmentada y discontinua, puesto que el oído reúne las notas de cada extremo
ción o continuidad, pero resulta demasiado homogénea e indeferenciada; no satis­ del salto y separa las notas de los intervalos disjuntos. En el segundo ejemplo la
face una necesidad estética fundamental -la variedad-. Comparemos los ejem­ continuación en sentido opuesto «rellena» el salto y ayuda a integrarlo dentro de
plo 1-3 y 1-1 e; el 1-lc muestra mayor variedad y consecuentemente un perfil la línea contribuyendo a la unidad de ésta, y por lo tanto resulta en un grado de
melódico más diferenciado, siendo responsables de ello los dos factores siguien­ continuidad más elevado. Como norma general, por tanto, los saltos deberán estar
tes: el empleo de saltos y los cambios momentáneos en la dirección de la línea. seguidos de un cambio de sentido.
En el ejemplo 1-3 no encontramos ningún salto, y la dirección melódica cambia Por razones obvias los saltos de una cierta envergadura requerirán mayores
sólo una vez, después del punto elevado. En el ejemplo 1-1 e encontramos tres precauciones. Los saltos de tercera pueden continuarse en el mismo sentido; el
saltos, y la línea cambia de sentido en cinco ocasiones. cantus firmus del ejemplo 1-5 (de Schenker) ofrece una ilustración de ello. Un
Por lo tanto, en interés de la variedad deberemos emplear de vez en cuan­ movimiento conjunto descendente desde el punto álgido hasta la tónica final
do movimiento disjunto. La mayoría de los cantus firmi cuentan con dos o tres ofrecería poca variedad melódica; después de tanto movimiento conjunto la

EJEMPLO 1-2 EJEMPLO 1-3

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6 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

línea necesita un cierto cambio. El lector advertirá que la nota omitida es Fa, excesivo movimiento en una misma dirección, tensiones melódicas no resuel­
que ya había aparecido dos veces en el curso de la melodía. Un tercer Fa des­ tas y repeticiones de la misma nota o de grupos de notas.
equilibraría la línea melódica (véase más adelante). Ya hemos visto cómo un cambio de sentido ayuda a crear variedad_, y que
Cuando el salto es mayor de una tercera deberá estar seguido de un cambio un salto de cierta envergadura requiere un cambio de sentido. A estas observa­
de sentido; en la mayoría de los casos este cambio se realizará por movimiento ciones podemos añadir una tercera: el alumno tratará de no proceder demasia­
conjunto. Este tipo de movimiento, con su tensión mínima, contrarresta la do tiempo por movimiento conjunto en la misma dirección. Somos conscientes
fuerza disgregadora del salto mejor que el movimiento disjunto (v. ej. 1-4b). de la vaguedad de esta última afirmación; un cantus firmus extenso puede asi­
Además, el movimiento disjunto a continuación de un salto tiende a aislar la milar mejor una progresión conjunta extensa que un cantus corto, no siendo
segunda nota del salto. Si el contexto predominante es de movimiento conjun­ posible establecer por tanto una limitación de val.idez universal. Cinco notas
to, en ocasiones es posible continuar un salto con otro en el sentido contrario parecen ser el límite en la mayoría de los casos. Compárense las tres líneas
sin romper por ello la continuidad (v. ej. 1-6, un cantus de J. J. Fux). El melódicas del ejemplo 1-7; las dos primeras son satisfactorias, mientras que la
alumno deberá evitar la colocación de dos saltos en la misma dirección o más tercera, que extiende la escala un grado más, resulta poco elegante. La escala
de dos saltos consecutivos aun con un cambio de sentido. descendente ocupa una parte demasiado grande de la línea completa, y en con­
En resumen: los saltos mayores de una tercera deberán continuarse con un secuencia, el final resulta bastante abrupto.
cambio de sentido, preferentemente por movimiento conjunto. Evítense dos Un movimiento clemasiado extenso en la misma dirección puede estar de­
saltos consecutivos en la misma dirección, así como más de dos saltos conse­ rivado también de una combinación de intervalos conjuntos y disjuntos. Com­
cutivos en general. párense los fragmentos melódicos del ejemplo 1-8. En el ejemplo I-8a la octa­
va ascendente continúa el sentido de las notas precedentes; en el 1-8b la
octava cambia de sentido, y resulta más proporcionado. En general se deberá
EQUILIBRIO cambiar de sentido después de un salto igual o mayor de una quinta; de hecho,
saltos incluso menores funcionan con la máxima efectividad cuando cambian
Un cantus firmus se encuentra en estado de equilibrio cuando ningún ele­ el sentido de la dirección precedente.
mento individual predomina hasta el punto de poder perjudicar la estabilidad El ejemplo 1-9 muestra un aspecto 1rnfa de este problema. El primer frag­
de su totalidad. El desequilibrio puede resultar de alguno de estos factores: mento presenta una combinación de varios saltos pequeños y de movimiento
EJEMPLO 1-4
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EJEMPLO 1-5 EJEMPLO 1-6
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EJEMPLO 1-7
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EJEMPLO 1-8 EJEMPLO 1-9

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etc.
EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 7

conjunto que perfila una octava. En su totalidad la línea melódica nos da una REPETICIÓN DE UNA SOLA NOTA
impresión de algo más bien fortuito. Parece representar un movimiento con­
junto ascendente con algunas notas omitidas arbitrariamente. El ejemplo 1-9b Las exigencias del cantus firmus excluyen la repetición inmediata de una
es más adecuado, ya que aquí el cambio de sentido efectuado por el primer nota (v. ej. 1-11). En primer lugar esta repetición extiende el valor de la nota y
salto de quinta y la subsiguiente curvatura de la línea crean una melodía mu­ consecuentemente interfiere con la necesaria igualdad rítmica del cantus; al
cho más equilibrada. mismo tiempo la nota repetida recibe un énfasis excesivo y se crea un punto
En resumen: evítese un excesivo movimiento en la misma dirección, tanto estático que desequilibra 1a línea melódica en su totalidad.
el originado por una progresión por grados conjuntos exclusivamente, por una El ejemplo 1-12 muestra un problema en cierto modo distinto. Aquí no se
progresión por grados conjuntos seguida de un salto considerable, o por da una repetición inmediata, pero la frecuente aparición de Do crea un estado
una progresión por grados conjuntos entremezclada con varios saltos pe­ de desequilibrio extremo. Una nota no debe aparecer con una frecuencia tal
queños. como para dominar la totalidad del ejercicio. La nota más aguda no debe repe­
tirse, mientras que la más grave es menos perceptible y puede hacerlo en oca­
siones. (Si la tónica inicial es la nota más grave debe repetirse al final del
TENSIÓN MELÓDICA SIN RESOLVER ejercicio. Véase más adelante.) Las notas precedidas de saltos de cierta en­
vergadura reciben un cierto énfasis, siendo su repetición más inadecuada que
Estúdiese el ejemplo 1-10; los corchetes en a, b, y e indican que los intervalos la de las precedidas por movimiento conjunto.
disonantes están formados por la primera y última notas de un movimiento en la
misma dirección. Las notas que empiezan y acaban un movimiento son más pro­
minentes que las notas intermedias. De este modo las disonancias peifiladas por REPETICIÓN DE GRUPOS DE NOTAS
tales notas ocasionan una tensión melódica para la cual el contrapunto elemental
no puede aportar un contexto lo suficientemente significativo. 1 En el ejemplo La repetición de un grupo diferenciado de notas produce un efecto redun­
1- lüd la línea alcanza su punto álgido en la sensible. El oyente espera una conti­ dante. En el ámbito de la composición, con su amplio marco de referencia, la re­
nuación hacia la tónica y no acepta el séptimo grado como un punto culminante petición motívica constituye un recurso valioso y realmente esencial, pero el limi­
adecuado; consecuentemente, el equilibrio lineal resulta afectado. Lo mismo es tado mundo de los ejercicios de especies no ofrece un campo suficiente para el
válido para el séptimo grado alterado ascendentemente en el modo menor. empleo efectivo de la repetición. Considérese el ejemplo 1-13, en el que la línea
melódica es tan corta que la repetición de tan sólo tres notas resulta molesta.
1
Cuanto mayor es el número de notas que intervienen, menor es la impresión de intervalo La repetición crea además un efecto de ruptura de la continuidad de ia lí­
disonante perfilado. nea melódica. Es como si el cantus interrumpiese su curso después de la quin-

EJEMPLO 1-10
b)

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8 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

ta nota, comenzase de nuevo en la sexta nota, y llegase por fin a su conclusión. censo a la tónica final, si se cumplen las demás condiciones, constituye el final
Dichas rupturas en la continuidad de la superficie son muy recomendables en más estable. La mayoría de los textos sobre contrapunto, aunque varíen mu­
la composición, contexto en el que, como veremos, es posible establecer mo­ chísimo en otros aspectos, recomiendan que los cantus firmi finalicen con la
vimientos subyacentes que unifiquen esos modelos articulados de la superfi­ progresión descendente 2-1. Sin embargo, por razones de variedad o equili­
cie. El contrapunto de especies carece de estos medios. (Véase, sin embargo, brio, en ocasiones puede ser beneficioso llegar a la tónica desde abajo; en este
capítulo 7, sección 4, «Repetición y articulación».) caso el movimiento hacia la nota final debe ser de semitono. Sólo este inter­
El alumno deberá evitar por razones similares el empleo de las llamadas valo diatónico puede producir un efecto conclusivo en dirección ascendente;
secuencias. Una línea como la del ejercicio 1-14 no sigue los preceptos del por lo tanto en el modo menor deberá alterarse el séptimo grado.
contrapunto de especies. Desde nuestro punto de vista esta línea aparece frag­ La penúltima nota estará generalmente precedida por 'grados conjuntos.
mentada en varias unidades casi independientes; dentro del estrecho ámbito Ésta no debe seguir nunca un salto' mayor de una tercera, puesto que de otro
del ejercicio, no podemos crear un contexto más amplio que pueda dar sentido modo el final resultará desconectado del resto del cantus. La progresión 6-7-1
a dichos detalles. (8) en menor requiere la alteración ascendente del sexto grado, de acuerdo con la
fo1ma melódica de esta escala. Esta alteración previene la aparición de una se­
gunda aumentada (ej. 1-17).
PRINCIPIO Y FIN

Para que el cantus firmus forme un todo autónomo -en otras palabras, CANTUS FIRMI MODALES
para que posea la cualidad de lo completo- deberá comenzar y finalizar en la
tónica. Después de la nota inicial la línea puede continuar por grados conjun­ Muchos autores, siguiendo la práctica del siglo XVI, presentan el contrapunto
tos o por salto, y la aproximación a la nota final será siempre por grados sobre una base modal. Este no es el enfoque del presente libro: puesto que cree­
conjuntos. La razón es obvia; después de un salto el oído espera un movimien­ mos que el propósito de la instrucción del con�apunto elemental debe ser el estu­
to de compensación en sentido opuesto. Considérese el ejemplo 1-15; la línea dio de los problemas fundamentales de conducción de las voces, y no la imitación
melódica finaliza abruptamente, y no podemos aceptar la nota Mi como un de un estilo musical específico. Puesto que nos desviamos de la práctica del
final satisfactorio, ya que esperamos una continuación que rellene el salto. En siglo XVI -o al menos de la palestriniana- en algunos detalles de tratamiento de
el ejemplo 1-16 encontramos dicha continuación; los dos Mi marcados con la disonancia y de progresión melódica, creemos apropiado mostrar los elementos
asteriscos poseen la misma altura, pero cada uno de ellos desempeña una función de conducción de las voces en un marco tonal y no modal. La mayoría de los ejer­
distinta; el primero es un desvío momentáneo dentro del movimiento descendente cicios y ejemplos reflejan por tanto el sistema de tonalidad mayor-menor.
de La a Mi, y el segundo es el objetivo claram�nte establecido. Aunque no sean centro de nuestros propósitos, no excluimos tales ejerci­
Al concluir el cantus firmus es preferible llegar a la tónica final descen­ cios modales. La aplicación de los conceptos aprendidos en este libro a un
dentemente. Como regla general el movimiento ascendente produce un incre­ contexto modal es perfectamente factible. Al hacerlo el alumno estará abrien­
mento de tensión, mientras el descendente produce lo contrario. Así, un des- do su oído y su mente a posibilidades melódico-contrapuntísticas que de otro

EJEMPLO 1-13 EJEMPLO 1-14

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EJEMPLO 1-15 EJEMPLO 1-16 EJEMPLO 1-17

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2+
11
EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 9

modo podría pasar por alto, y se encontrará consecuentemente en mejores con­ general, el natural se emplea en las líneas ascendentes y el bemol en las
diciones de entender y apreciar los grandes tesoros musicales del Renacimien­ descendentes. El ejemplo 1-18 muestra algunas posibilidades.
to. En secciones posteriores de este libro --especialmente en el capítulo 1 O­ El modo frigio está construido sobre Mi. El semitono entre el primer grado
el lector encontrará un buen número de citas musicales de la polifonía modal y el segundo produce un equivalente en dirección descendente a la sensible as­
del Renacimiento. cendente en el modo jónico (mayor). En líneas melódicas en el modo frigio el
Al escribir cantus firmi modales, el alumno debe tener en cuenta: segundo grado desempeña por tanto una función de sensible; el séptimo, Re,
se altera rara vez a Re sostenido. En la música polifónica el modo frigio em­
l. En relación con la conducción de las voces, los modos jónico y eolio plea el Si bemol sólo ocasionalmente; esta alteración produciría una quinta
(en Do y La, respectivamente) pueden considerarse corno equivalentes a los disminuida o una cuarta aumentada con respecto a Mi, la nota central. El
modos mayor y menor. ejemplo 1-19 muestra algunos cantus firmi en modo frigio.
2. La distinción entre modos plagales y auténticos se complica en la El Sol es la nota principal del modo rnixolidio. Corno en el dórico, el sép­
música polifónica; el alumno puede por tanto hacer caso omiso de esa distin­ timo grado se altera cuando se desea una sensible. El Si bemol se da con fre­
ción. cuencia en las progresiones descendentes en este modo (ej. 1-20).
3. En texturas polifónicas el modo lidio (en Fa) utiliza regularmente el Si Aquel lector que desee más información sobre los modos puede consultar
bemol; este modo es, por tanto, equivalente a un jónico transportado. obras de referencia clásicas e historias de la música. Counterpoint de Jeppesen
cuenta con mucha información valiosa al respecto, presentada de modo claro y
La eliminación, para nuestros propósitos, de los modos plagales y del conciso. Sin embargo, la aplicación compositiva de los modos a la música polifóni­
eolio, jónico y lidio corno distintivos de mayor y menor nos deja con tres ca plantea un buen número de problemas, ya que la teoría modal se desarrolló prin­
modos: dórico, frigio y rnixolidio. cipalmente en términos de música de una sola línea. En años recientes, los acadé­
El modo dórico sin transportar gravita en tomo a Re. Cuando el séptimo micos de la música han incrementado significativamente nuestra comprensión de
grado desempeña la función de sensible se altera a Do sostenido. El sexto gra­ la polifonía modal, pero queda aún bastante para que lleguemos a comprenderla del
do se da de varias formas, en ocasiones corno Si natural y otras corno Si�. En todo.

EJEMPLO 1-18

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a) (con si bemol) b) (con si natural)
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EJEMPLO 1-19
a) (J. J. Fux) b)
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EJEMPLO 1-20

a) (Jeppesen) b) (Si bemol opcional) b

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10 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLOS 2. Contrapunto a dos voces, primera especie


El ejemplo 1-21 presenta un buen número de cantus fim1i en distintas tonalidades
mayores y menores. Algunos de ellos se han extraído de otros textos más antiguos CONSIDERACIONES GENERALES
sobre contrapunto; los demás son nuestros. El lector puede utilizarlos como modelos
para sus propios cantus firmi, y también para posteriores ejercicios en el contrapunto a La elaboración de cantus firmus nos ha permitido adquirir práctica en or­
dos y tres voces.
ganizar y da.: forma a líneas individuales. Ahora estamos preparados para co­
menzar el estudio del contrapunto a dos y tres voces. En el contrapunto a dos
EJERCICIOS voces le agregaremos al cantus firmus una segunda línea melódica, que recibi­
rá el nombre de contrapunto. Este contrapunto muestra en cada una de las
l. Critíquense y corríjanse los cantus firmi del ejemplo 1-22. cinco especies una relación rítmica específica con respecto ai cantus, y éstas a
2. Escríbanse al menos doce cantus firmi en varias tonalidades mayores y meno­ su vez crean varias posibilidades de conducción de las voces. En la primera
res; varíese la longitud entre ocho y dieciséis notas, y colóqnese el punto álgido en especie la voz añadida se desenvuelve en redondas, como el cantus firmus; la
distintas posiciones dentro de la línea melódica. textura contrapuntística es por lo tanto de nota contra nota.

EJEMPLO 1-21

a) (Schenker) b)
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EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 11

El carácter melódico de la línea añadida o contrapunto se asemeja al .del una textura contrapuntística cada línea debe preservar su integridad. Pero no
cantus firmus. Al escribir contrapunto a dos voces deberemos emplear por tan­ podemos dar forma a la nueva voz en un vacío musical; debemos considerar
to los mismos principios generales de construcción melódica que aprendimos siempre su relación con el cantus firmus.
en la sección sobre el cantus firmus. La presencia de otra voz añade, como
veremos, algunas consideraciones.
CONSONANCIA Y DISONANCIA VERTICALES

LAS DOS DIMENSIONES: HORIZONTAL Y VERTICAL La capacidad de combinar dos o más voces para crear un todo lógico de­
pende en gran medida del control de la consonancia y disonancia verticales.
Cuando escribimos una sola línea nos desenvolvemos sólo en la dimensión Este control representa uno de los principales fines del contrapunto elemental,
horizontal de la música, con el despliegue temporal de una sucesión de notas. y en cada especie nos enfrentaremos con un nuevo aspecto de este importante
En el contrapunto a· dos voces añadimos una segunda dimensión: la vertical. problema. La primera especie nos enseñará cómo desplegar las consonancias
Debemos aprender a organizar combinaciones de sonidos sucesivas al verticales. En las especies posteriores expondremos varios tipos de tratamiento
igual que simultáneas. La dimensión horizontal es la principal, puesto que es de la disonancia.
el movimiento de las dos líneas el que produce los intervalos verticales del En un intervalo consonante los sonidos se mezclan en una sonoridad estable,
contrapunto a dos voces. Al mismo tiempo las relaciones verticales desempe­ que tiende a mantenerse en estado de reposo. Por otro lado, en un intervalo diso­
fian un papel vital, pero secundario. Un buen contrapunto no es una mera adi­ nante la combinación de sonidos da lugar a una tensión que exige una continua­
ción de una voz a otra, sino que las dos se deben fusionar en un todo con ción; las disonancias sirven por tanto para intensificar el movimiento musical. En
sentido propio. Esto no puede lograrse sin el control de la dimensión vertical, la música tonal, hasta el siglo xx, las consonancias proporcionan el armazón es­
puesto que una textura contrapuntística lógica no podría ser nunca el resultado table que posibilita el movimiento de las disonancias. El sentido de la disonancia,
de una colisión casual de las voces que la componen. La realización del con­ por muy prominente o llamativamente que se use, depende de su relación inme­
trapunto requiere un continuo ajuste mutuo de las dos dimensiones. Debemos diata o fundamental con un contexto determinado por consonancias; las conso­
esforzamos en hacer la voz añadida lo más perfecta y lógica posible, ya que en nancias representan la sonoridad primaria que puede crear mayores contextos,

EJEMPLO 1-22

a) b)

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12 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

mientras que las disonancias son los elementos transitorios y dependientes Los INTERVALOS CONSONANTES: DISTINTOS GRADOS DE ESTABILIDAD
-aunque vitales- que activan y avivan estos contextos.
Consonancia y disonancia no son cualidades absolutas, puesto que los di­ Como mencionamos anteriormente, los distintos intervalos consonantes
ferentes intervalos consonantes poseen varios grados de estabilidad, y las poseen diferentes grados de estabilidad, y las disonancias, de tensión. En las
disonancias, de tensión; y, por supuesto, el contexto puede ejercer una influen­ especies posteriores aprenderemos que las diferencias entre los intervalos
cia modificadora sobre un intervalo dado. Más aún, los conceptos de conso­ disonantes tienen poca repercusión sobre el tratamiento contrapuntístico; una
nancia y disonancia han pasado por un desarrollo histórico. En la polifonía nota de paso, por ejemplo, cumple la misma función tanto si forma una cuarta,
medieval temprana la combinación de octava y quinta, � , dominaba la textura una segunda o una séptima. No obstante, el tratamiento de las consonancias
musical; la cuarta era también una consonancia favorecida, mientras que las varía considerablemente dependiendo del grado de estabilidad de los diferen­
terceras y sextas se consideraban disonantes. Más tarde la cuarta se convirtió tes intervalos.
en un intervalo equívoco, unas veces consonante y otras disonante, y las terce­ En general debemos tratar con mayor precaución las consonancias con un
ras y sextas adquirieron condición de consonancia. alto grado de estabilidad. Tales intervalos, al poseer un fuerte equilibrio verti­
Estos cambios tuvieron lugar antes del siglo xv. Durante un período de cal, despiertan pocos deseos de continuar el movimiento. El empleo excesivo
casi cinco siglos -hasta bien entrado el XIX- los compositores siguieron es­ de estos intervalos puede impedir el fluir de las líneas melódicas. De todos los
tando de acuerdo sobre la identidad de los intervalos consonantes. Durante intervalos, el unísono es el más estable, el más absolutamente consonante.
este período el lenguaje musical sufrió muchos y profundos cambios estilís­ Como veremos, la gran estabilidad del unísono limita su uso, en la primera
ticos, pero el armazón consonante -los cimientos del contrapunto- se man­ especie, al principio y fin del ejercicio, donde la cualidad de completa estabi­
tuvo constante. La práctica de los compositores pone de manifiesto los inter­ lidad es la más apropiada.
valos siguientes como consonantes: unísonos, quintas y octavas, y terceras y La octava supone el siguiente grado de estabilidad después del unísono. El
sextas mayores y menores. La cuarta justa, como ya hemos mencionado, es un contraste de registro, sin embargo, crea una cierta diferenciación entre los que de
intervalo equívoco; funciona como disonancia en una textura a dos voces, pero otro modo serían sonidos equivalentes. Por tanto la octava puede utilizarse con
se convierte en consonante en algunas configuraciones a tres o más voces. mayor libertad que el unísono; sin embargo, demasiadas octavas producen una
Todos los intervalos consonantes surgen de las tríadas mayores y menores. textura hueca y tienden a detener el movimiento hacia adelante de las líneas.
Desde el siglo xv la tríada ha sido la matriz de las combinaciones verticales de El próximo en nuestra escala de consonanc:ias es la quinta. La quinta cons­
la polifonía occidental; por lo tanto nos referimos a este período como música ta de dos notas diferentes, y es el intervalo más estable de los que poseen un
triádica. (Los alumnos de Historia de la Musica recordarán que los composito­ contraste entre sus sonidos componentes. La quinta juega un papel primordial
res emplearon la tríada mucho antes de ser reconocida como unidad funcional en la música triádica, puesto que es el intervalo definitorio de la tríada. Do­
por los teóricos.) Sol, por ejemplo, define una tríada con el Do como fundamental. La quinta es
Las consonancias antes mencionadas --excluyendo la cuarta justa, inter­ también, por tanto, un factor muy importante en cuanto a la definición de la
valo de cierta ambigüedad- constituyen los intervalos verticales disponibles tonalidad en el período de la tonalidad triádica. Do-Sol, por consiguiente, no
en el contrapunto de primera especie a dos voces. Despues de aprender a utili­ sugiere meramente una tríada én Do, sino, por extensión, la tonalidad de Do.
zar estos elementos en un contexto simple estaremos preparados para tratar Por supuesto, la quinta aislada no puede sugerir una cualidad mayor o menor;
con estructuras más complejas originadas por los distintos usos de la diso­ para ello se requiere también una tercera. La fuerza vertical de la quinta es tal,
nancia. La primera especie nos provee de un marco de referencia para nuestros que, como en el caso de la octava, un uso excesivo podría impedir el fluir
posterio más avanzados trabajos de contrapunto. melódico. Sin embargo, el contraste entre los dos sonidos hace de la quinta un
En resumen: En el contrapunto de primera especie sólo se emplean intervalos intervalo en cierto modo menos llamativo que la octava.
cons es: Éstos son: unísonos, quintas y octavas justas, y terceras y sextas ma­ Las consonancias restantes, las terceras y sextas mayores y menores, son
yores y menores. No aparecerán disonancias; los intervalos disonantes son: todas menos estables que las consonancias perfectas antes enumeradas. Todos estos
las segundas y séptimas, todos los intervalos aumentados y disminuidos, y, en el intervalos (incluyendo por supuesto las décimas, que son terceras ampliadas
contrapunto a dos voces, la cuarta justa. en registro) ponen de manifesto una mayor tendencia hacia el movimiento que
los unísonos, octavas o quintas. Al poseer una menor estabilidad vertical, las
terceras y sextas son más capaces de promover una corriente lineal, horizontal.
Por lo tanto estos intervalos predominarán en una textura contrapuntística a
dos voces excepto al principio y final del ejercicio, donde se desea 1a mayor
EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 13

estabilidad posible. Dentro de este grupo de consonancias imperfectas las ter­ relación con respecto a la quinta; en todos los demás casos se interpretará
ceras son más estables que las sextas, y las terceras mayores más que las me­ como un intervalo inestable con una marcada tendencia a resolver en la terce­
nores. Ambas aparecen en relación al sonido fundamental de una tríada; la tercera ra, por medio del descenso de un grado en la voz superior. La cuarta es
mayor en la tríada mayor, y la menor en la tríada menor, de algún modo menos disonante cuando aparece en una textura a dos voces, o con respecto a ese bajo
consonante. Las sextas, por otro lado, resultan de la inversión de las terceras, y crucial en el contrapunto a tres o más voces. Como intervalo en la voz superior
son intervalos derivados más que fundamentales. La sexta mayor, por supuesto, de una tríada, � , o de un acorde de �, su relación con la quinta es evidente; el
resulta de la inversión de la tercera menor, y la sexta menor de la tercera mayor. intervalo es consonante. (En el contrapunto prolongado de la composición es
La sexta mayor es ligeramente más inestable que la menor; ambas sextas son posible crear contextos en los que la cuarta -incluso aislada, o con respecto
intervalos considerablemente más activos que las terceras. De todas las conso­ al bajo- sea consonante. Cuando el bajo arpegia una tríada, por ejemplo, si
nancias, las sextas son las que más se aproximan a la cualidad de la disonancia, y, aparece una cuarta, se escucha en relación al acorde desplegado y resulta con­
de hecho, en la Alta Edad Media fueron los últimos intervalos en ser aceptados sonante. Tales posibilidades no aparecen en el contrapunto elemental.)
como consonantes por los compositores. A diferencia de las demás consonancias,
las sextas, nonnalmente, nunca se han utilizado para finalizar una composición
triádica. MOVIMIENTO RELATIVO

La presencia simultánea de dos voces genera cuatro tipos de movimiento


LA CUARTA JUSTA relativo:

Expusimos anteriormente que la cuarta justa actúa como disonancia en el l. Movimiento directo, en el que las voces proceden en la misma direc­
contrapunto a dos voces, y por lo tanto no aparecerá en la primera especie. La ción sin mantener la misma distancia entre ellas (ej. 1-24).
cuarta es el intervalo más ambiguo y problemático. En algunos contextos se 2. Movimiento paralelo, en el cual las voces se mueven en la misma di­
manifiesta con la estabilidad característica de la consonancia, mientras que en rección a una distancia real o virtualmente constante. (Las terceras y las déci­
otros genera la suficiente tensión como para hacerlo disonante. Es disonante mas consecutivas se consideran paralelas aun cuando cambie su cualidad
cuando aparece en una realización a dos voces, o entre el bajo y una voz supe­ interválica. Véase el ejemplo 1-25.)
rior en una textura a tres o más voces. La cuarta es consonante en una realiza­ 3. Movimiento contrario, en el cual las dos voces se mueven en direccio­
ción de más de dos voces cuando se da entre dos de las notas superiores de la nes opuestas (ej. 1-26).
tríada, de un acorde de t o de un � (ej. 1-23). 4. Movimiento oblicuo, en el cual una voz se mueve y la otra no (ej. 1-27).
La cuarta es por supuesto la inversión de la quinta; al ser una inversión su­
pone un intervalo derivado, mucho más inestable que la quinta que representa. Como veremos más adelante, la primera especie ofrece pocas oportunida­
El contraste de estabilidad entre la quinta y la cuarta es mayor que entre las des para el empleo del movimiento oblicuo.
sextas y sus formas fundamentales, las terceras mayores y menores. Es más
fücil, por tanto, escuchar las sextas como representativas de las terceras que la
cuarta como sustitución de la quinta. A menos que el contexto sugiera lo INDEPENDENCIA DE LAS VOCES
contrario, nos inclinamos más a escuchar la cuarta como una nota de figura­
ción melódica que tiende a resolver descendentemente hacia una tercera. (Esta En un ejercicio bien realizado cada una de las voces debe mantener su
explicación está en concordancia con pruebas históricas. En la polifonía propia integridad; ninguna de ellas debe limitarse a ser una mera duplicación o
pretriádica · de la Alta Edad Media, la cuarta era una consonancia inequívoca. acompañamiento de otra. No debe interpretarse el término independenóa en
En esta música la tercera no se utilizaba como consonancia, y por lo tanto la sentido absoluto, como si cada voz pudiera llevar su propio camino sin tener
cuarta no podía tender a resolver en ella. Al carecer de atracción hacia la terce­ en cuenta las demás. Para una mayor claridad e inteligibilidad de la realización
ra, la cuarta carecía de ambigüedad, y sólo podía escucharse en relación a la contrapuntística se hace necesario un control de las relaciones verticales,
quinta. Cuando la tercera adquirió una posición consonante, la cuarta comenzó control que ha de ser compatible con un mantenimiento de contornos distinti­
a actuar como un intervalo con tendencias disonantes; esta inversión de pa­ vos e individuales en cada línea.
peles es ya claramente evidente en la música italiana del siglo x1v.) De los distintos tipos de movimiento relativo el contrario es el que más fa­
La cuarta será por tanto consonante sólo cuando el contexto clarifique su vorece la independencia de las voces, puesto que las voces se mueven en di-
14 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

recciones opuestas y los intervalos entre ellas cambian constantemente. (Véase QUINTAS, OCTAVAS Y UNÍSONOS PARALELOS
ejemplo 1-28.)
El movimiento oblicuo, aunque es también un notable promotor de indepen­ El movimiento paralelo en unísonos y octavas da como resultado la dupli­
dencia, en la primera especie sólo se permite en aquellos casos en los que el con­ cación de la misma voz en lugar de dos partes independientes. La duplicación
trapunto liga una redonda. de un compás al siguiente. Las otras especies del es total con los unísonos, mientras las octavas ofrecen, por lo menos, un cam­
contrapunto -no basadas en la textura de nota contra nota- hacen uso más bio de registro. Sin embargo, esta diferencia de registro no es suficiente para
frecuentemente del movimiento oblicuo. compensar el efecto de duplicación y producir así una conducción de las voces
En el movimiento directo las voces muestran menos independencia, ya que independiente. (Véase el ejemplo 1-31.)
ambas voces se mueven en la misma dirección (ej. 1-29). La duplicación en octavas aparece con frecuencia tanto en la música ins­
El movimiento paralelo supone no sólo la misma dirección general, sino trumental como en la escrita para teclado como medio de subrayar una voz
también el mismo contorno específico (ej. 1-30). El movimiento paralelo bien concreta. Tales duplicaciones no contradicen la norma que prohíbe octavas
empleado es una técnica muy valiosa de conducción de las voces, pero incluye paralelas, sino que están más en relación con la disposición instrumental (o
algunas relaciones verticales problemáticas que están excluidas por tanto de vocal) que con la conducción básica de las voces.
los ejercicios de contrapunto. Las quintas paralelas presentan un problema algo distinto al de los unísonos y
octavas. Al constar de dos notas distintas, la quinta no produce una mera duplica­
ción. Por otro lado, este intervalo es único entre todas las consonancias por su ca­
pacidad de definir una tríada y, por extensión, sugerir así una tonalidad. Las notas

EJEMPLO 1-23 EJEMPLO 1-24 EJEMPLO 1-25

4 �)

dis.
1 !� 1
dis.
ii)
cons.
1 !> 1 i) 1
cons. cons.
4 e
-e-
H 1 f .a: 8 a 1
EJEMPLO 1-26 EJEMPLO 1-27 EJEMPLO 1-28

f : ¡ H
11 4 il
1
-&-.._--e-
11
1 11 a
3
:6
: 8
11

-e-
10
1 etc.

4
EJEMPLO 1-29

4
EJEMPLO 1-30

e
-&
H � etc.
: � � � � etc.

5 3 6 6 6 6 6 6

EJEMPLO 1-31 EJEMPLO 1-32

4 : : :
a) b)

ee IMI ee 11 1 �= qJ 11
.a.
= lJ o

1 1 1 8 8 8
EL CANTOS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 15

Do-Sol sólo pueden pertenecer a la tríada de Do (mayor o menor), y este intervalo INTERVALOS PERFECTOS ALCANZADOS POR MOVIMIENTO DIRECTO
sugiere por tanto la nota Do como tónica. Por otra parte, una tercera puede perte­
necer a dos triadas distintas: Do-Mi forma parte a la vez de los acordes de Do La estabilidad vertical de los intervalos perfectos puede interrumpir el
mayor y la menor. (Véase el ejemplo 1-32.) empuje de la conducción de las voces incluso en ausencia de movimiento pa­
Por lo tanto, en una sucesión de terceras (o sextas) los intervalos no poseen ralelo .. Si introducimos los intervalos· perfectos de quinta, octava o unísono por
un carácter tan definitorio de la tonalidad como las quintas, y, por la ausencia movimiento directo, producimos el efecto mostrado en el ejemplo 1-35. Este
de una fuerte estabilidad vertical, el oído percibe con facilidadel fluir horizon­ tipo de conducción de las voces se denomina a menudo quintas y octavas
tal de las dos voces. (Véase el ejemplo 1-33.) «ocultas». El origen de este término recae en la suposición de que el oyente
Sin embargo, una sucesión de quintas en movimiento paralelo resulta mucho rellena mentalmente el salto melódico, creando así la prohibida sucesión para­
más difícil de escuchar en términos de movimiento hmizontal. La estabilidad ver­ lela (ej. 1-36). De hecho, tales «rellenos» eran ejecutados por el intérprete en
tical de cada quinta es tan grande que el movimiento se detiene, por así decirlo, en períodos estilísticos en los que las improvisaciones adicionales a la partitura
cada intervalo, y como cada sonoridad vertical posee un carácter tan definitorio escrita eran cosa común.
de una nueva tonalidad, se pone en duda la tonalidad global (ej. 1-34). La conducción hacia intervalos perfectos por movimiento directo es bas­
La norma que excluye las quintas y las octavas paralelas ha permanecido tante menos problemática que por movimiento paralelo. Como veremos más
como principio fundamental de conducción de las voces desde el Renacimien­ adelante, las texturas a más de dos voces pueden emplear esta conducción bajo
to hasta la mayor parte del siglo x1x. Gran número de destacadas técnicas de la ciertas circunstancias. Sin embargo, la claridad y susceptibilidad de la textura
composición han evolucionado a partir de este principio. En las secciones sobre a dos voces requiere mayores precauciones en cuanto al uso de quintas y octa­
contrapunto prolongado el alumno aprenderá que las aparentes infracciones de vas. En los ejercicios a dos voces se evitará la conducción a los intervalos
esta n01ma en la música del período mencionado no están en contradicción funda­ perfectos por movimiento directo.
mental con dicho principio, sino que representan más bien una extensión y mani­
pulación del mismo, bajo la influencia de factores compositivos distintos de los
relacionados directamente con la pura conducción de las voces. Las quintas y TERCERAS, SEXTAS Y DÉCIMAS PARALELAS: VARIEDAD DE RELACIONES VERTICALES
octavas aparecen frecuentemente en la música medieval y posromántica, pero
analizar los principios de conducción de las voces de dichos períodos queda fuera El principio de variedad, tan importante en la dimensión horizontal, posee el
de los límites del presente capítulo. mismo peso en la esfera de lo vertical. La aplicación de este principio precisa de
En resumen: deberá evitarse el movimiento paralelo en quintas, octavas o una. distribución razonablemente equitativa de los diversos intervalos consonan­
unísonos. tes. Por lo tanto debemos restringir en cierto modo el empleo de terceras, sextas y

EJEMPLO 1-33 EJEMPLO 1-34

4
b)

8 1 : 1 :: ¡ :: 1
¿Fa? ¿Sol? ¿La?

EJEMPLO 1-35 EJEMPLO 1-36

: H 1 :
=
--5--.----....
16 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

décimas paralelas, y en general no deben aparecer más de tres de cada uno de MÁS RESTRICCIONES EN CUANTO A INTERVALOS PERFECTOS
estos intervalos en sucesión; en el caso de un cantus fümus inusualmente extenso,
puede permitirse una sucesión de cuatro. Recuérdese que la mayoría de los cantus El empleo de intervalos compuestos (intervalos mayores que una octava) po­
fümi constan de nueve a doce notas, y es fácil observar que series de cuatro o más sibilita una sucesión de quintas u octavas por movimiento contrario (ej. 1-38). Es­
intervalos iguales ocuparían la mitad, o más, del ejercicio y privarían de variedad tas quintas u octavas, denominadas antiparalelas, deben evitarse en el contrapun­
a la textura contrapuntística. to a dos voces. La simultaneidad de los dos saltos es problemática en sí misma
En interés de la variedad, trátese de hacer uso de todos los tipos disponi­ debido a la dependencia de las voces. En este caso los saltos enfatizan también los
bles de movimiento relativo. El movimiento contrario predominará ligeramen­ intervalos perfectos, de modo que ponen de manifiesto su calidad definitoria de la
te debido a su facultad de promover independencia, aunque su empleo cons­ tonalidad. Por esta misma razón se deberá evitar la progresión de un unísono a
tante puede resultar monótono e inconveniente, y deberá evitarse en lo posible. una octava (o viceversa), con prioridad a la restricción general de los unísonos
(ej. 1-39).
La alternancia de quinta y octava puede demostrar, sin embargo, una con­
UNÍSONOS EN PRIMERA ESPECIE ducción de las voces perfectamente lógica y útil (ej. 1-40).
El contrapunto de la primera y última notas del cantus firmus deberá cons­
El uso del unísono en la textura de nota contra nota de la primera especie com­ tar siempre de consonancias perfectas; la estabilidad vertical de éstas ayuda a
p011a ciertas dificultades. Este intervalo es conveniente al comienzo y al final del establecer la tonalidad y refuerza tales puntos de definición estructural. En la
ejercicio, los lugares más apropiados dada su extrema estabilidad. (Debido al dise­ mitad del ejercicio deben predominar terceraf,, sextas y décimas. Las quintas y
ño de la mayoría de los cantus el unísono aparece con mayor frecuencia al principio octavas, aunque no excluidas por completo, no deben presentarse con tanta
y final del contrapunto grave que en el agudo.) Un unísono en mitad del ejercicio frecuencia como las consonancias imperfectas.
produciría la sensación de la súbita desaparición de una de las voces y, de ser ese Si comparamos los ejemplos 1-41a y 1-41b, observaremos cómo el em­
unísono en la tónica, un efecto conclusivo (v. ej. 1-37). Por tanto, el unísono deberá pleo de intervalos imperfectos da como resultado una progresión horizontal
situarse sólo al comienzo y final de los ejercicios de primera especie. más fluida.

EJEMPLO 1-37
?
a) b)

11 5
fe',
etc.
11
---e O
& .ee,. 8-

EJEMPLO 1-38 EJEMPLO 1-39 EJEMPLO 1-40

f f f:
a) b) a) b)

1 11 1 11 :: : 11
Q
e n n

1:1
IBI ee � H
-e- -e- -e-
u u-
5 12 8 15 1 8 1 8 5 3 5 8 10
EL CANTUS FlRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 17

SALTOS SIMULTÁNEOS DISPOSICIÓN

El énfasis creado por el movimiento disjunto puede ser un elemento per­ La disposición más natural para la escritura vocal a dos voces se halla en­
turbador cuando se da en ambas voces al mismo tiempo (v. ej. 1-38). Además, tre dos voces adyacentes --es decir, entre soprano y contralto, contralto y te­
la presencia de saltos simultáneos desequilibra la independencia de las voces, nor, y tenor y bajo-. En general la distancia entre las voces no debe exceder
y por esta misma razón los saltos por movimientos directos son peores que los de una décima, y se permitirá una disposición más amplia sólo por razón de un
que proceden en direcciones opuestas. Por razones de continuidad, los saltos acontecimiento melódico importante, y aun así sólo provisionalmente. Si, por
de una cierta envergadura presentan mayores problemas. Evítense siempre que ejemplo, la voz superior asciende a su punto álgido por movimiento contrario
sea posible los saltos simultáneos, especialmente aquellos que incluyan inter­ al cantus firmus, el límite de una décima puede sobrepasarse justificadamente.
valos melódicos mayores que una cuarta. Después del punto álgido, sin embargo, debe restablecerse la disposición nor­
mal. El alumno descubrirá que una disposición demasiado amplia -particu­
larmente en la descamada textura de los ejercicios de especies- resulta más
ENTRECRUZAMIENTO DE LAS VOCES ( �a(!, tti f'i:><_i;c..,1,.;r,>) bien vacía y desnuda.

En caso de que, sin que haya cruzamiento de las voces, la voz más grave
Uso
se mueve a una nota más aguda que la nota anterior de la voz superior, o si la
DE NOTAS LIGADAS

voz superior desciende a una nota más grave que la nota previa de la voz infe­
En el cantus firmus no aparecen notas ligadas (o repetidas). No obstante,
rior, se dice que existe un entrecruzamiento entre las voces. El ejemplo 1-42
servirá de ilustración. En este tipo de conducción de las voces es difícil seguir en la primera especie es posible emplear ligaduras ocasionalmente. La elabo­
la progresión de cada una de las partes, y por tanto la evitaremos por razones ración de un contrapunto completamente consonante comporta dificultades
mayores que la construcción de una sola línea melódica. En algunos casos el
de claridad.
alumno descubrirá que el uso de notas ligadas representa la mejor medida para
evitar intervalos disonantes, paralelos, etc. Las notas ligadas son más útiles
que convenientes, ya que producen un área estática en la línea melódica. No
deben ligarse más de dos redondas consecutivas, y evítense más de dos liga­
CRUZAMIENTO DE LAS VOCES

El cruzamiento de las voces, es decir, el desplazamiento provisional de la duras en un ejercicio de extensión media. El uso de ligaduras produce auto­
máticamente movimiento oblicuo.
voz inferior por encima de la superior, o viceversa, es una valiosa y legítima
técnica compositiva. A pesar de ello, los propósitos pedagógicos de los ejerci­
cios de especies nos obligan a posponer los tipos más complejos de conduc­ CóMO COMENZAR L�L EJERCICIO
ción de las voces hasta que los más sencillos hayan sido comprendidos a fon­
do. Por esta razón es mejor excluir por el momento el cruzamiento y mantener Consideremos los ejemplos 1-43 y 1-44. La primera nota del contrapunto
constantes las posiciones relativas de las voces a lo largo de todo el ejercicio. debe confirmar la tonalidad del cantus firmus y servir como punto de partida

EJEMPLO 1-41 EJEMPLO 1-42

: : : 4.
a) b)

,� cf !
8
!!
5 8 10
11
etc.
ü I: :
8 6 6 10
11
etc.
H 11
H 9 11
18 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

del desarrollo melódico de la línea añadida. En el contrapunto superior la pri­ práctica que en la mayoría de los casos conduce a concluir el contrapunto su­
mera nota debe situarse una octava o quinta por encima del cantus. Ambos perior más en octava que en unísono. El contrapunto inferior, por razones de
intervalos establecen y confirman la tonalidad. (La mayoría de los cantus firmi disposición, finaliza frecuentemente en unísono.
comienzan con un movimiento ascendente, y por tanto se hace difícil comen­ El penúltimo compás debe contar con la sensible y el segundo grado de la
zar el contrapunto superior con un unísono -v. ej. l-43d-. A menos que el escala, uno en el cantus y el otro en el contrapunto. Puesto que la mayoría de
cantus descienda, el unísono producirá un entrecruzamiento o quizá un cruza­ los cantus firmi descienden a la tónica final, la sensible aparecerá en el con­
miento de las voces. De todos modos, el unísono en sí mismo es un intervalo trapunto. El modo menor precisa la alteración ascendente del séptimo grado en
perfectamente válido para el comienzo.) la cadencia; si la sensible está precedida por el sexto grado de la escala, esta
El contrapunto inferior deberá empezar con un unísono o una octava. No nota deberá alterarse también ascendentemente para evitar la formación de una
es posible disponer una quinta bajo la tónica, ya que dispondrá el ejercicio segunda aumentada. (A excepción del final, los ejercicios en modo menor
fuera de la tonalidad. El unísono y la octava son igualmente adecuados, y su emplearán principalmente la escala menor natural, ya que la presencia en la
elección dependerá del contorno de la línea melódica y el emplazamiento del mitad del ejercicio de los grados sexto y séptimo tendería a producir un efecto
punto álgido. cadencia!.)

PUNTO ÁLGIDO ( C-.,,c,t.&f2f) NOTACIÓN DE LOS EJERCICIOS DE CONTRAPUNTO

El contrapunto superior, al igual que el cantus, debe moverse hacia una El cantus y el contrapunto deberán escribirse en pentagramas separados.
nota aguda para alcanzar el punto álgido. El contrapunto inferior puede em­ Cuando se escriban varios contrapuntos a un solo cantus firmus, el cantus se
plear tanto un punto álgido grave como agudo indistintamente. (Véase la sec­ puede escribir en la mitad de la página y colocaremos los c<:mtrapuntos sobre y
ción sobre el cantus firmus, pp. 4 y 5.) El hecho de que el punto álgido del bajo el cantus, evitando así tener que reescribirlo cada vez. (En este caso la
contrapunto no coincida con el del cantus favorece la independencia. escritura del cantus en rojo facilitará su lectura.) Muchos textos de contrapun-
to requieren el empleo de claves de Do.
Los alumnos familiarizados con estas claves se beneficiarán de una buena
CóMO FINALIZAR EL EJERCICIO práctica adicional al utilizarlas en los ejercicios de contrapunto. Todos los
alumnos deben emplear como mínimo la clave de contralto, junto a la de so­
El fin del ejercicio precisa de la estabilidad de la tónica tanto en el contra­ prano y la de bajo. La combinación de contralto y soprano, o de contralto y
punto como en el cantus. El intervalo final deberá ser por lo tanto una octava bajo facilitan el mantenimiento de una mejor disposición que la combinación
o un unísono. La mayoría de los cantus firmi descienden a la tónica final, de soprano y bajo.

EJEMPLO 1-43

a) b) e) d)

O 11
etc.
1 � �- 1 =n � 11
etc.
1• 80
� : 19 «ti
mal
1 ::::1 1
EJEMPLO 1-44
a) b)
cf
=:::
�,1¡::;::1,==:;;:;::., :===+=
, ::=-=+=":::::::::�ñ etc. ¡::::j == ==�o ::;:::�[��11 etc.
===+===ee=:=::::¡ ==

-==+1\1
e

-&
EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 19

PROCEDIMIENTO QUE SE HA DE SEGUIR ocasiones es necesario hacer numerosos cambios para resolver incluso un solo
compás problemático. Ocasionalmente deberemos comenzar todo el ejercicio
Los ejercicios de especies proporcionan una práctica muy efectiva para la de nuevo. El principiante se hallará quizá desconcertado por el número aparente­
audición mental. La capacidad del alumno para escuchar y comprender la con­ mente inagotable de normas y restricciones; especialmente en la primera especie
tinuidad melódica y las relaciones de conducción de las voces crecerá gradual­ --con diferencia la más limitada de las cinco--, resultará en ocasiones difícil
mente si éste procede del modo adecuado. Las siguientes sugerencias pueden escribir un ejercicio sin infringir alguna de estas reglas. El alumno debe asumir la
ser de utilidad: existencia de una solución ideal, y tratar de conseguirla por todos los medios. Este
esfuerzo no habrá sido en vano, ya que desarrolla la capacidad para el pensamien­
l. En caso de que el cantus no sea del todo familiar, cántese varias veces. to y escucha musicales. Obsérvese que algunas normas son absolutamente obliga­
Si es posible, deberá memorizarse antes de empezar a realizar el contrapunto. torias -las concernientes al tratamiento de la disonancia, quintas u octavas para­
Estúdiese el contorno del cantus en cuanto al emplazamiento del punto álgido, lelas, etc.-. Otras -las referentes a la repetición de una misma nota, demasiado
la situación de saltos, etc. movimiento conjunto, etc.- expresan tendencias. Léase el texto meticulosamen­
2. No deberán realizarse nunca los ejercicios con la ayuda del piano. te para distinguir entre estos diferentes grados de severidad.
Debe hacerse todo lo posible por escuchar mentalmente la estructura con­ 6. El establecer los focos importantes del contrapunto antes de comenzar
trapuntística; pruébese la calidad melódica del contrapunto cantándolo. Una ayuda a desarrollar la capacidad de anticipar y escuchar mentalmente gran par­
vez finalizado el ejercicio podremos comprobar la precisión de nuestra audi­ te del ejercicio. Deberán, pues, esbozarse primero el principio, el punto culmi­
ción mental tocándolo. Puede ser de ayuda para la audición interna tocar una nante, y el final antes de la elaboración de los detalles. A menudo se hará
voz y cantar la otra, en vez de tocarlas a la vez. (Y en este caso puede que sea necesario revisar nuestro plan original. En el curso de la escritura podemos
necesario transportar el ejercicio a una tesitura apropiada.) darnos cuenta de que un emplazamiento distinto de la nota más aguda produ­
3. Al escribir piénsese principalmente en términos de dirección y conti­ ciría un mejor resultado, o que si la primera nota estuviese situada a distancia
nuidad horizontales. No debe escribirse nunca nota por nota, sino planificar de quinta en lugar de una octava sobre el cantus supondría un mejor punto de
como mínimo tres o cuatro antes de escribirlas. Con la suficiente práctica el partida, etc. Uno no debe sentirse obligado a mantener el plan original en to­
alumno será capaz de realizar mentalmente todo un ejercicio a dos voces antes dos los casos, sino que debe utilizarse con flexibilidad como un medio de
de escribirlo. Es muy importante tener esta meta presente, aunque pueda pa­ guiar las ideas.
recer distante, incluso en las primeras etapas de estudio, ya que debe comen­
zarse a desarrollar inmediatamente la capacidad de escucha y planificación El ejemplo 1-45 ilustra un esbozo preliminar, con el contrapunto debajo
musical de las relaciones contrapuntísticas. del cantus; debemos comenzar en la octava inferior, y dirigirnos al punto álgi­
4. Tras haber escrito todo o buena parte del ejercicio, pero antes de to­ do en el compás 6.
carlo al piano, compruébese cuidadosamente que no contenga errores. Escri­ Nuestra primera solución (ej. 1-46) se relaciona correctamente con el
bir los intervalos verticales debajo del ejercicio puede ser beneficioso. Préstese cantus firmus, pero forma una línea melódica muy poco satisfactoria, puesto
particular atención a las quintas disminuidas y a las cuartas (horizontalmente) que la nota más aguda, aislada a ambos lados por saltos, no forma parte inte­
aumentadas. Estos intervalos sobre el papel son iguales que sus complementa­ gral de la línea. En particular, la continuación del punto culminante presenta
rios perfectos. Una aparición frecuente del trítono disonante indica que el una sexta descendente poco elegante, sin ningún movimiento ascendente que
alumno procede de modo mecánico, sin escuchar lo que escribe. la compense después.
5. Cuando se encuentre un error, corríjase cuidadosamente, ya que en El ejemplo 1-47 está mejor realizado, pero al modificar el compás 7 hemos

, cf
EJEMPLO 1-45

....
.,.
-
20 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

producido inadvertidamente un modelo secuencial de dos notas (véanse los cor­ 3. Contrapunto a tres voces, primera especie
chetes).
El ejemplo 1-48 elimina el modelo repetido, pero ahora debemos admitir ÜBSERVACIONES GENERALES
un mayor número de consonancias perfectas de las que había en el ejemplo
Cuando procedemos a añadir dos voces en primera especie a un cantus
1-47, número que sin embargo no es lo suficientemente alto como para estro­
firmus se comienzan a examinar los procedimientos elementales de la escritura
pear el ejercicio, por lo que tras todas estas consideraciones el ejemplo 1-48 a tres voces. La combinación de tres voces crea un tejido musical de bastante
es la mejor solución disponible.
complejidad incluso en el restringido marco de la primera especie. En primer
El ejemplo 1-49 cuenta con más ejemplos de contrapunto de primera es­
lugar ahora contamos con el contraste entre las voces exteriores y la voz me­
pecie.
dia. En la escritura a dos voces, la superior e inferior son más o menos de la
misma importancia; por el contrario, en la escritura a tres partes !a voz supe­
EJERCICIOS
rior y la inferior, debido a su posición en la textura, destacan sobre la voz
media. Dicha primacía de las voces exteriores, aunque no reduce la voz media
l. Antes de proceder a la realización de ejercicios de primera especie, practí­ a un mero relleno, hace que las relaciones entre las voces exteriores sean más
quense los ejs. 1-48 y 1-49 del modo siguiente: importantes que aquellas entre cada voz exterior y la voz media.
Primero cántese el cantus y tóquese el contrapunto al piano, y después inviértase Ahora podemos combinar además dos tipos de movimiento relativo. Por
dicho procedimiento. (Selecciónese el registro más apropiado para la voz propia.) ejemplo, las voces exteriores pueden moverse de modo directo o paralelo,
2. Selecciónense cuatro cantus firmi, dos en mayor y dos en menor, y escríbanse mientras que el movimiento de la voz interior puede ser contrario a ambas
dos líneas melódicas de primera especie encima y debajo de cada uno. (ej. 1-50).

EJEMPLO 1-46 ... cf


V

1
...
L,.

-·-- ...... cf
EJEMPLO 1-47
,.

------
cf
EJEMPLO 1-48 La
V

.....
- •• , 11
I
.,
,._
EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 21

Aquí disponemos además de un mayor número de sonoridades verticales En el contrapunto a tres voces el cantus firmus puede aparecer en cual­
que en el contrapunto a dos voces, sonoridades que pueden darse por otra quiera de estas tres posiciones: como voz superior, media o inferior, siendo así
parte en una amplia gama de disposiciones. Las tres voces pueden moverse posibles las tres permutaciones siguientes:
juntas o dispersarse más o menos uniformemente, o dos voces muy juntas
pueden contrastar con una tercera alejada del registro de ambas (véase el CF 1 1
ejemplo 1-51). 1 CF 1
Es más difícil escribir un buen ejercicio a tres voces que a dos, debido a 1 1 CF
que su textura algo más compleja precisa de una mayor capacidad de audición
y planificación. La presencia de otras dos voces obstaculiza además el desplie­ (CF: cantus firmus, 1: primera especie)
gue de una única línea; ahora cada voz debe regular su movimiento con res­
pecto al otro contrapunto y también con el cantus. Lo mejor es asumir, mien­
tras se escriba el ejercicio, que existe una solución ideal y musicalmente DIMENSIONES HORIZONTAL Y VERTICAL
válida, y que un trabajo inteligente y cuidadoso la puede poner de manifiesto.
También es importante que el alumno escuche, piense y planifique concen­ En el contrapunto a tres voces, como en la escritura a dos, la dimensión
trándose ante todo en la continuidad horizontal.. Un relleno mecánico de nota primaria es la horizontal. La energía propulsora, el impulso generador, corres­
por nota nunca desarrollará la capacidad musical del alumno. ponde al flujo melódico y lineal; las consideraciones verticales pueden limitar

EJEMPLO 1-49
a)
"
tJ
cf

b)
-·--
-·�-
ef
-- n - ., -- ... _, -- ....

..
- ....
'-

I
A -e- "' il.
..- -- � -... -- �-& .o.

e)
"

cf
22 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

y controlar, pero no determinar completamente el curso de las líneas melódi­ La combinación de dos voces da pie a intervalos verticales, mientras que tres
cas. Si en esta sección nos centramos más en la dimensión vertical es sólo de­ producen acordes. En una realización puramente contrapuntística, el movimiento
bido a que los principios de construcción melódica aprendidos en conexión de las voces reguladas por las leyes sobre consonancia y disonancia, paralelismos
con el cantus firmus y el contrapunto a dos voces se pueden aplicar, con muy prohibidos, etc., produce una sucesión de acordes. El contrapunto organiza suce­
pocas modificaciones, también a la escritura a tres voces. Es en la dimensión siones de acordes pero no en base a funciones armónicas, que, por supuesto, per­
vertical donde se encuentran las mayores discrepancias con respecto a la escri­ tenecen a la armonía. La presencia o ausencia de relaciones funcionales entre los
tura a dos voces. acordes es irrelevante al propósito en los ejercicios de especies. En consecuencia,

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EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 23

afirmaciones como «el acorde de II a menudo conduce al V» no pertenecen al CONSONANCIAS VERTICALES


dominio del contrapunto.
Por lo tanto, el alumno no debe tener en cuenta las relaciones entre los acor­ Como ya sabemos, el contrapunto de primera especie utiliza sólo sono­
des o la dirección annónica al escribir sus ejercicios. Este hacer de lado, este «po­ ridades consonantes. Del mismo modo que en la escritura a dos voces sólo
ner entre paréntesis» a la armonía puede hacer que el alumno entienda el hecho de podían aparecer intervalos consonantes, en la escritura a tres voces todos los
que «acorde» y «annonía» no sean sinónimos, y que las sucesiones de acordes acordes deben ser consonantes. Los acordes consonantes, al igual que los in­
pueden producirse por medios puramente contrapuntísticos. Tales progresiones tervalos consonantes, poseen inherentemente la suficiente estabilidad como
contrapuntísticas de acordes se pueden encontrar en música de todos los estilos para mantenerse por sí solos, para servir como objetivos del movimiento, y de­
-incluso aquellos en los que el elemento armónico es el predominante-. terminar aquellos contextos en los que puedan funcionar las disonancias. Al
Sólo se pueden comprender estas progresiones y los contextos en los que apare­ igual que los intervalos, los acordes consonantes constan también de varios
cen si se conocen sus orígenes contrapuntísticos. grados de estabilidad. Todos los acordes consonantes poseen en común que
La ausencia tle organización armónica permite modelar cada voz en base a
consideraciones melódicas y lineales.· En una estructura musical condicionada
pueden ser tríadas (completas o incompletas) o bien inversiones de éstas O
El alumno descubrirá fácilmente por sí mismo que, entre los acordes de
n.
por relaciones armónicas la voz inferior consta de más saltos y menos conti­ tres notas (excluyendo duplicaciones), sólo son consonantes las tríadas, ya que
nuidad melódica que las voces superiores, ya que la función del bajo en la las demás sonoridades cuentan con una segunda, séptima o novena. Por esta
composición es esclarecer la organizacion armónica de la textura musical. En misma razón todos los acordes de cuatro o más notas (no conteniendo duplica­
nuestros ejercicios puramente contrapuntísticos no es necesario diferenciar la ciones de octava) son disonantes. Por lo tanto todos los acordes consonantes
voz inferior de este modo. La línea del bajo puede y debe poseer un carácter son triádicos; sin embargo, lo contrario no es válido, puesto que no toda tríada
tan melódico como las voces superiores. o sus derivados son consonantes. Examinemos las distintas posibilidades:
Del mismo modo, la voz media del ejercicio debe constituir una línea me­ La combinación de quinta justa y tercera mayor (o sus formas compuestas,
lódica lógica y coherente. Hemos mencionado ya la importancia relativa de las duodécima justa y décima mayor) forma una tríada mayor (ej. 1-52).
voces exteriores con respecto a la voz interior. Sin embargo, la voz media no La combinación de quinta justa y tercera menor forma una tríada menor
debe estar tan camuflada como para perder su perfil melódico. El alumno debe (ej. 1-53).
crear una textura equilibrada en la que cada voz mantenga su integridad. En La combinación de quinta disminuida y tercera menor forma una tríada
realidad, la capacidad para escuchar y perfilar una voz media activa representa disminuida (ej. 1-54). Puesto que la quinta de esta tríada es disonante, al me­
un aspecto importante de la técnica musical. Incluso en la textura denominada nos en su posición fundamental, no debe emplearse en el contrapunto de pri­
melodía y acompañamiento, donde la voz superior supone el foco de atención mera especie.
y la voz (o voces) media queda relegada a un segundo plano, existe a menudo A diferencia de la tríada disminuida, la tríada aumentada (que consiste en
más actividad contrapuntística en las voces interiores de lo que se puede per­ una quinta aumentada y una tercera mayor) no aparece en los modos mayor y
cibir en una primera escucha. ¿Con qué frecuencia escuchamos Mazurcas de menor natural. Podría aparecer si se alterase la sensible en el modo menor,
Chopin o Irnpromptus de Schubert ejecutados sin una plena conciencia de su pero contiene una quinta aumentada, disonante, y por tanto queda también ex­
diseño contrapuntístico? cluida (v. ej. 1-55).

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EJEMPLO 1-50 EJEMPLO 1-51 EJEMPLO 1-52 EJEMPLO 1-53 EJEMPLO 1-54

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24 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Si combinamós una tercera menor y una sexta menor obtenemos un acorde res de un acorde disminuido �. Cualquier otro trítono vertical o melódico si­
de sexta ( �1 ). Esta sonoridad corresponde a la primera inversión de una tríada gue siendo incorrecto. Por otro lado nos gustaría llamar la atención sobre la
mayor; adviértase, no obstante, que ambos intervalos sobre el bajo son meno­ idea, errónea pero prevaleciente, de que en texturas a tres voces cualquier
res (ej. 1-56). En el primer acorde del ejemplo 1-56 el alumno advertirá una disonancia es permisible siempre que aparezca entre las voces superiores; esto
cuarta justa entre las voces superiores, intervalo que aparece siempre que la es válido sólo en el caso de un acorde �. El acorde del ejemplo 1-59, aun sin
sexta se halle en la voz superior. Entre las voces superiores del acorde � la cumta contar con ningún intervalo disonante con respecto a la voz inferior, es
se convierte en un intervalo consonante. El bajo esclarece y fortalece la relación disonante y no está permitido. Las disonancias de segunda y séptima 3011 de­
de dicha cuarta con la quinta. Sin cambiar el carácter fundamental de este acorde masiado fuertes como para estar neutralizadas por la mera presencia de una
(es decir, los intervalos entre la voz superior y el bajo), podemos producir la nota pilar en la voz inferior; la sonoridad resultante es además una sonoridad
forma que muestra el segundo acorde del ejemplo 1-56; consecuentemente la no triádica.
cuarta no suena como si fuese una apoyatura. El acorde de sexta es sin duda La combinación de tercera mayor y sexta menor da lugar a una tríada au­
menos estable que cualquier acorde mayor o menor en posición � . Como vere­ mentada en posición �. En este caso la disonancia también se da sólo entre las
mos, el � no puede ser el primero o último acorde de un ejercicio, ya que allí voces superiores. Sin embargo, la tríada aumentada y su primera inversión re­
se requiere la mayor consonancia posible. Al no ser de una estabilidad absolu­ sultan casi siempre de una alteración cromática. Dichos acordes no están pre­
ta, y sin llegar a ser disonante, el acorde de sexta posee un carácter fluido y sentes en el sistema diatónico y por lo tanto no son apropiados en los ejerci­
móvil muy apropiado para el grueso del ejercicio. cios del contrapunto elemental, concebidos para introducir al alumno en los
El acorde menor � posee el mismo carácter de fluidez. Está formado por la procedimientos de la conducción de las voces de carácter más fundamental y
combinación de una tercera mayor y una sexta mayor. La cuarta aparece aquí general (v. ej. 1-60).
también siempre que la sexta se halle en la voz superior (v. ej. 1-57). El acorde de �, segunda inversión de la tríada, resulta de la combinación
La primera inversión de la tríada disminuida consta de una tercera menor, de una sexta y cuarta por encima de una nota dada. En dicho acorde la cuarta
una sexta mayor y un intervalo disonante, la cuarta aumentada o quinta dismi­ se encuentra entre la nota más grave y una de las voces superiores, y, puesto
nuida (v. ej. l -58). En este acorde, a diferencia de la tríada disminuida en su que el bajo participa en ella, la cuarta y el acorde entero serán disonantes. El
posición fundamental, la disonancia se encuentra entre las voces superiores, y acorde de � también está exclujdo del contrapunto de primera especie, que se
libera así a la nota más grave de toda relación disonante. En consecuencia, la limita a tratar con sonoridades consonantes (ej. 1-61).
inversión � del acorde disminuido es considerablemente más estable que su El ejemplo 1-62 servirá de muestra y resumen de todos los acordes conso­
posición fundamental, y de hecho sólo ligeramente menos estable que los nantes disponibles en la escritura de primera especie.
acordes de sexta mayores o menores. El acorde disminuido � se considera a
menudo entre los acordes consonantes. Esto no es estrictamente cierto, ya que
cuenta con un intervalo disonante inequívoco; no obstante, el hecho de que la voz CONSONANCIAS VERTICALES: ACORDES INCOMPLETOS
inferior no participe en la disonancia, y su similitud en el grado de tensión con los
demás acordes �, permite que se emplee como una consonancia. En una textura de tres o más voces la sonoridad formada por una nota tri­
El alumno deberá recordar que el único caso en el que puede emplearse el plicada o dos notas distintas más una duplicación en unísono u octava recibe el
trítono -cuarta aumentada o quinta dismin'lida- es entre las voces superio- nombre de acorde incomp!elo. Este término es sólo válido en rela! ·ión con la

EJEMPLO 1-55 EJEMPLO 1-56 EJEMPLO 1-57 EJEMPLO 1-58 EJEMPLO 1-59

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EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 25

música triádica en la cual la tríada constituye la norma vertical; en la música plo 1-63a muestra un empleo incorrecto de dicha combinación; el 1-63b uno
pretriádica -como por ejemplo en la polifonía medieval temprana- acordes correcto.
tales como � u � no se consideraban de ningún modo incompletos; podemos La quinta más una duplicación cuenta sólo con consonancias perfectas (la
emplear dicho término, puesto que aquí tratamos con el contrapunto de la mú­ cuarta entre las voces superiores, como en el ejemplo 1-64, aquí es consonan­
sica triádica. te, como el caso del � ). En consecuencia, esta sonoridad posee una gran esta­
Comparados con la tríada completa, � o �, los acordes incompletos dan una bilidad pero un sonido menos lleno y poca tendencia a moverse hacia adelan­
impresión más descarnada, más vacía; empléense por tanto acordes completos te; al igual que la nota triplicada, aunque en menor grado, tiende a impedir el
siempre que sea posible. No obstante, una exclusión total no es ni necesaria ni curso del movimiento precedente, y por lo tanto debe reservarse para el com­
deseable, puesto que la consideración principal deberá seguir siendo el conservar pás inicial o final y no debe aparecer en medio de un ejercicio. Muy ocasional­
la integridad melódica de las voces. En consecuencia a veces resulta necesario mente, y para conseguir una buena conducción de las voces, podemos em­
sacrificar la densidad sonora para conseguir un efecto melódico específico en plearlo aparte de los compases primero y último.
una de las voces. El alumno deberá asegurarse de no emplearlos excesivamente La tercera más una duplicación es la más versátil de este grupo (véase
y sin motivo (un límite de dos de ellos en sucesión inmediata es una buena regla el ejemplo 1-65), y con la tónica duplicada puede aparecer al principio o al
general). Éste deberá procurar emplear las sonoridades incompletas más apropia­ final del ejercicio. Aunque la tercera no posea el carácter definitorio de la
das al lugar en que aparezcan en el ejercicio. tonalidad que posee la quinta, es lo suficientemente estable como para pro­
Prescindiendo de las diferencias en duplicación o de la cualidad de ma­ porcionar un principio o final sólidos cuando aparece en combinación con
yor o menor de los intervalos, existen cuatro tipos de sonoridades incomple­ la tónica duplicada; actúa con fluidez en mitad del ejercicio, ya que la con­
tas: una nota triplicada y la quinta, tercera y sexta con una nota duplicada. La sonancia impe1fecta da a un tiempo riqueza de sonido y tendencia al movi­
nota triplicada es la que plantea más dificultades, ya que supone tal énfasis miento hacia adelante.
que tiende a interrumpir y detener el fluir contrapuntístico precedente. Debe­ La sexta más una duplicación es mucho menos estable y no nos sirve para
rá emplearse por lo tanto sólo en los puntos de articulación, es decir, el pri­ comenzar o finalizar un ejercicio (ej. 1-66), siendo, sin embargo, perlectamen­
mero y último compases, donde es recomendable enfatizar la tónica. El ejem- te admisible en mitad de éste.

EJEMPLO 1-60 EJEMPLO 1-61 EJEMPLO 1-62

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26 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

ÜNÍSONOS Y DUPLICACIÓN Las dos normas siguientes, sin embargo, deben considerarse como absolutas:
primero, la sensible no debe duplicarse en ningún caso. (Esto se refiere tanto a la
En la escritura a tres voces los unísonos resultan ligeramente menos pro­ sensible de la escala mayor como al séptimo grado alterado en la menor, pudien­
blemáticos que en la escritura a dos. Sin embargo, la diferencia no es lo sufi­ do permitirse la duplicación del séptimo grado de la escala menor natural, puesto
cientemente pronunciada como para permitir su empleo a excepción del pri­ que no actúa como sensible.) Y, si empleamos un acorde incompleto en el prime­
mero o último compases. (En texturas a cuatro voces la presencia de dos notas ro o último compases, la nota que hay que duplicar será la tónica.
adicionales compensa suficientemente el unísono, permitiendo así su empleo
ocasional.) El ejemplo 1-67 muestra posibles usos del unísono al comienzo o
final del ejercicio; adviértase que el unísono sólo aparece como duplicación de DISPOSICIÓN; POSICIONES ABIERTA Y CERRADA
la tónica.
La duplicación, por supuesto, se da sólo en conexión con acordes incom­ El incremento del número de voces produce generalmente un mayor espa­
pletos, existiendo así dos posibilidades: duplicación de la nota inferior del in­ cio entre las voces exteriores. Por consiguiente las voces exteriores en la textu­
tervalo matriz, o la duplicación de h\ nota superior. Esta última posibilidad ra a tres voces se hallarán en general más separadas que en el contrapunto a
produce una octava entre las voces superiores. El lector recordará que los dos, aunque no tanto como en la escritura a cuatro. A excepción del primero y
unísonos sólo pueden aparecer al principio o al final del ejercicio. La octava último compases, que sí pueden incluir unísonos, la quinta es el intervalo más
entre las voces superiores representa una disposición bastante extrema y se reducido posible entre las voces exteriores. (En el contrapunto a dos voces
empleará con poca frecuencia. Por lo tanto, la duplicación rutinaria de la nota dicho intervalo era la tercera, que seguirá siendo la distancia más reducida
inferior del intervalo parece absolutamente razonable, ya que al reforzar el entre dos voces adyacentes en el contrapunto a tres.)
bajo producimos una sonoridad mejor equilibrada que la algo más inestable y ex­ Por lo general, las voces exteriores no deben estar sep�radas por más de
cesivamente pesada como resultado de la duplicación entre las voces superiores. dos octavas, ya que tres notas no serían suficientes para llenar una distancia
Más aún, en aquellos acordes que cuentan con la tercera y la quinta, la nota más más amplia, y se crearía una materia sonora inconexa y débil. En realidad, las
grave es también el componente más estable del intervalo. En la sexta más una voces exteriores deberán permanecer considerablemente más juntas, y la dis­
duplicación la situación reviste mayor dificultad, ya que la nota más grave no tancia entre ellas variará generalmente entre el límite de un mínimo de una
es ya el elemento más estable. Con todo siguen en vigencia la importancia del quinta o una sexta, a un máximo de una duodécima o decimotercera. La dé­
bajo y las consideraciones en cuanto a disposición. Puesto que la sexta y sus cima constituye la distancia media entre las voces exteriores. Una disposición
acordes derivados forman la combinación consonante menos estable, la duplica­ más amplia sólo estará justificada cuando la voz superior ascienda o la inferior
ción de la nota más inestable no efectúa ningún cambio fundamental y no des­ descienda a un punto culminante.
equilibra dicho acorde, permitiéndose así la duplicación de la nota inferior corno Cuando las voces exteriores se encuentren a distancia de una octava o más,
en los dos tipos anteriores. El ejemplo 1-68 muestra algunas posibles duplicacio­ la voz media deberá permanecer generalmente más cerca de la superior que de
nes; adviértase que las formas recomendadas son preferencias más que normas fé­ la inferior. Las voces muy próximas en el registro grave producen una
rreas, puesto que si ocasionan una conducción de las voces convincente, hasta las sonoridad opaca y difusa. Escúchense los acordes del ejemplo 1-69 prestando
duplicaciones menos deseables encuentran una justificación. atención a la claridad sonora.

EJEMPLO 1-65 EJEMPLO 1-66 EJEMPLO 1-67 EJEMPLO 1-68


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EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 27

Como regla general las voces superiores deberán situarse dentro del ámbito que la abierta, especialmente cuando la voz media (como es a menudo el caso)
de una octava, pero las voces inferior y media pueden superar dicho límite. Las se halla cerca del límite superior de su tesitura. La posición abierta crea un
voces superior y media ocasionalmente pueden moverse en direcciones opuestas, sonido más equilibrado y por ello puede ocupar un período algo más extenso
la superior ascendentemente y la media descendentemente. Este tipo de conduc­ que la cerrada; por lo tanto la abierta deberá ser la predominante.
ción de las voces puede producir distancias inusualmente grandes entre las voces
superiores. Puesto que la conducción de las voces precede en imp01tancia a la so­
noridad vertical, una progresión melódica correcta y lógica justificará provisio­ RELACIÓN ENTRE LAS VOCES EXTERIORES
nalmente una disposición pobre. Sin embargo, debe restablecerse la disposición
normal lo antes posible (considérese el ejemplo 1-70). Las voces exteriores del contrapunto a tres voces, prescindiendo del hecho
El alumno se habrá encontrado alguna vez con los términos posición cerrada de poseer una disposición más amplia, deben formar un contrapunto perfecto a
y ahierta. Cuando las voces superiores de un acorde están tan juntas que no se dos. El requisito de variedad interyálica en la textura a dos voces tiene parti­
puede introducir entre ellas ninguna otra nota del acorde, se dice que éste está en cular relevancia en las voces exteriores de la escritura a tres. En el ejemplo
posición cerrada. (En la escritura a tres voces la posición cerrada produce una ter­ 1-72 la considerable variedad de acordes no basta para suavizar o aligerar el
cera o una cuarta entre las voces superiores, mientras que la posición abierta da excesivo empleo de décimas entre las voces exteriores.
lugar a una quinta o a otro intervalo mayor.) El ejemplo 1-71 ilustra ambas posi­ El ejemplo 1-73 presenta varios intervalos, en su mayor parte consonan­
ciones. cias perfectas. Como en la escritura a dos voces, las voces exteriores deben
Pueden emplearse ambas posiciones, y su combinación producirá variedad mantener un equilibrio entre el uso de intervalos perfectos e imperfectos, con
sonora. La posición cerrada produce una sonoridad más intensa y compacta el predominio de estos últimos. La presencia de demasiados intervalos perfec-

EJEMPLO 1-69 EJEMPLO 1-70 EJEMPLO 1-71

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EJEMPLO 1-73

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28 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

tos en las voces exteriores impide también un movimiento fluido hacia adelan­ El movimiento paralelo en las tres voces al mismo tiempo está permitido
te. En el ejemplo 1-73 el alumno advertirá también el excesivo número de sólo en una serie de acordes �. La sexta del acorde debe hallarse en la voz su­
acordes incompletos producidos en gran medida por las numerosas octavas perior, ya que de otro modo se formarían quintas paralelas (ej. 1-76).
entre las voces exteriores.
CóMO COMENZAR EL EJERCICIO

MOVIMIENTO RELATIVO
El primer compás debe contar con la tónica en la voz inferior para definir
la tonalidad. Las voces superiores pueden duplicar la tónica al unísono u octa­
En general, las reglas del contrapunto a dos voces siguen vigentes. Las
va, o pueden contar con la tercera o la quinta sobre la tónica. No debe dupli­
quintas, octavas y unísonos paralelos (y antiparalelos) siguen siendo incorrec­
carse ninguna nota aparte de la tónica.
tos en el contrapunto a tres voces por las mismas razones ya expuestas. Se
Si el cantus se encuentra en la voz inferior, el primer compás podrá constar
mantiene también la prohibición de más de tres intervalos consecutivos de la
de un acorde de tónica completo. Si el cantus se halla en una de las voces su­
misma clase entre dos voces cualesquiera.
periores, el acorde inicial seni por necesidad incompleto, ya que se deberá du­
Sin embargo, la adición de una voz intermedia modifica ligeramente la
plicar la tónica del cantus en la voz inferior. La sonoridad incompleta en el
norma que regula la aproximación a una quinta u octava por movimiento di­
primer compás puede ser de uno de los tres tipos siguientes: tónica triplicada,
recto. La regla del contrapunto a dos voces para las voces exteriores continúa
tónica duplicada con quinta y tónica duplicada con tercera. La voz superior no
prevaleciente (v. p. 15). Podernos llegar a una consonancia perfecta por movi­
tiene por qué restringirse a la quinta y la octava� puede emplearse también la
miento directo entre la voz media y una de las exteriores si se cumplen las si­
tercera. Esto muestra una ligera desviación de los procedimientos que normal­
guientes condiciones:
mente rigen las relaciones entre las voces exteriores en el contrapunto a dos
voces. (Véase el ejemplo 1-77.)
l. La voz exterior restante debe moverse en sentido contrario para com­
pensar el movimiento directo (ej. 1-74).
2. Si el movimiento directo se da entre las voces superior y media, la supe­ CóMO FINALIZAR EL EJERCICIO
rior no deberá moverse por salto, ya que un salto aquí constituiría un aconteci­
miento tan prominente que subrayaría el intervalo alcanzado por movimiento di­ Como en el contrapunto a dos voces, el penúltimo compás debe contar con
recto (ej. 1-75). dos notas adyacentes a la tónica: la sensible (séptimo grado alterado en el

EJEMPLO 1-74 EJEMPLO 1-75


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EJEMPLO 1-76 EJEMPLO 1-77

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EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 29

modo menor) y el segundo grado de la escala. Estas dos notas poseen las rela­ ciéndose una quinta duplicada. Dicha nota puede descender también a la terce­
ciones melódicas más estrechas con la tónica y forman parte indispensable de ra, y crear entonces una tercera duplicada. La quinta resulta más estable verti­
cualquier cadencia contrapuntística consistente. Nuestra nueva labor será dis­ calmente, pero se podría preferir la tercera por razones melódicas. El salto de
poner dichas notas en un acorde que sustente e intensifique su impulso meló­ tercera es generalmente preferible en la voz media y no en la superior, pero su
dico hacia la tónica. Dicho acorde debe cumplir los requisitos siguientes: presencia en esta última puede justificarse si evita una repetición excesiva del
quinto grado de la escala.
l. Debe ser una sonoridad completa de tres notas, ya que la duplicación Si tanto el segundo como el séptimo grado se encuentran en las voces su­
podría generar octavas paralelas, y, en cualquier caso, la presencia de un acor­ periores, la única solución disponible es que formen la tercera y quinta de una
de incompleto debilitaría la cadencia. tríada. En este caso la voz inferior debe moverse al compás final forzosamente
2. Este acorpe debe ser consonante. El segundo y séptimo grado deberán por un salto de cuarta o quinta. Desde un punto de vista estrictamente contra­
formar una parte integral si se quiere que la sonoridad vertical respalde sus puntístico dicha progresión melódica es menos conveniente que el movimiento
tendencias melódicas. (Como se recordará, consideramos el acorde � dismi­ conjunto mostrado en los ejemplos 1-78 y 1-79. De todos modos, en ocasiones
nuido como consonante.) En cualquier caso la primera especie requiere el es imposible prescindir de esta forma cadencial sin perjudicar el diseño de una
empleo de consonancias. El acorde de sensible será consonante aún en las res­ de las voces superiores. El lector observará que dicho final corresponde a la
tantes especies, donde se introducirán disonancias. cadencia armónica V-I. En los ejercicios contrapuntísticos no hay ninguna
razón que apunte específicamente a tal progresión armónica, pero no debe por
Hay varios acordes que reúnen estas condiciones, como el � disminuido ello excluirse si surge naturalmente de la conducción de las voces y representa
mostrado en el ejemplo 1-78. Este es el único acorde posible en aquellos ca­ el resultado de movimientos melódicos lógicos. En realidad el origen histórico
sos en que el segundo grado se encuentre en la voz inferior. En consecuencia, de esta progresión debió haber sido similar. De hecho, originalmente surgió de
este acorde aparecerá generalmente cuando el cantus se encuentra en la voz la interacción de varias líneas melódicas antes de que los músicos hubieran
inferior. adquirido conciencia de la relación dominante-tónica como tal. Ésta será em­
El ejemplo 1-78 ilustra la continuación apropiada del acorde � disminuido pleada por compositores posteriores como un elemento en sí mismo que marca
que conduce al compás final. Tanto el séptimo como el segundo grado se mue­ las pautas para dirigir el fluir contrapuntístico. El ejemplo 1-80 muestra su uso.
ven hacia la tónica. La voz restante muestra una tendencia (más marcada en el Las notas adyacentes a la tónica se mueven de nuevo hacia ella por grados
modo mayor que en el menor) a descender al tercer grado de la escala. Si esta conjuntos, y la dominante, por salto de cuarta o quinta. El movimiento directo
nota se da en el soprano, debe descender, como en el ejemplo l-78a; en la voz hacia la octava aquí es aceptable incluso .entre las voces exteriores. El énfasis
media puede descender como en el ejemplo 1-78b, aunque en esta posición, en la sonoridad vertical de la octava es apropiado en este caso, pues resalta la
menos destacada, también puede ascender a la quinta de la escala, como en el tónica final.
ejemplo l-78c.
Si la sensible se encuentra en la voz inferior, el único acorde posible es el
�, ya que el j contiene una quinta disminuida y no cumple el requisito de con­ FALSA RELACIÓN
sonancia. El eje:rp.plo 1-79 muestra su continuación hacia el compás final. De
nuevo las dos notas adyacentes a la tónica se mueven hacia ella en direcciones Al emplear la sensible al final de un ejercicio en menor, debe evitarse el
opuestas. La nota restante puede ligarse (o repetirse) al último compás, produ- séptimo grado natural en el compás precedente, ya que una progresión cromática

EJEMPLO 1-78 EJEMPLO 1-79

a) b) e) a) b) e) d)
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30 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

directa en la misma voz, por supuesto, está excluida. Si la sucesión cromática Escribir un ejercicio con el piano es desaprovecharlo en su mayor parte. El
está distribuida entre dos voces -si en sol menor, por ejemplo, un Fa natural piano debe emplearse sólo para revisar el ejercicio una vez acabado y verificar así
en la voz superior está seguido por un Fa sostenido en el bajo del compás si­ nuestra imagen mental. La escritura con el piano puede parecer al principio más
guiente-, el resultado recibe el nombre de falsa relación. Esta conducción de fácil y rápida, pero la base de la técnica contrapuntística reside en el desarrollo de
las voces puede ser lógica y estética; no obstante, al ser cromática no es apro­ la audición mental. El objetivo definitivo debe ser escuchar el ejercicio en su to­
piada en los ejercicios de especies. talidad antes de pasarlo al papel. Sin duda muy pocos, si es que alguno, son capa­
ces de realizar esto al comienzo de su estudio del contrapunto. Sin embargo, el fin
de todo alumno debe ser incrementar constantemente su comprensión y ser así
PROCEDIMIENTO QUE SE DEBE SEGUIR capaz de concebir segmentos de la textura cada vez más extensos al tiempo que
adquiere experiencia en la escritura.
Para algunos alumnos resultará un tanto difícil la audición y seguimiento Al realizar el ejercicio el alumno debe planificar del mismo modo que lo
de tres voces sin ayuda del piano, y efectivamente esto representa una tarea hacía a dos voces. Es aconsejable comenzar con una idea aproximada del con­
nada fácil. En el contrapunto a tres voces memurizar el cantus por completo torno general de las dos voces añadidas, y será útil también anticipar la loca­
antes de comenzar el ejercicio es todavía de mayor ayuda que en el de a dos. lización de los puntos álgidos. Estos planes preliminares experimentarán mo­
Esto simplifica enormente el problema de la audición, ya que nos permite cen­ dificaciones en el curso de su elaboración en un mayor grado que en el
tramos en las voces añadidas sin la distracción de tener que verificar continua­ contrapunto a dos voces; debe recordarse, sin embargo, que su propósito es
mente el cantus. el de incrementar nuestra concentración y no el de propo�cionar un marco in­
Un estudio apropiado de los ejemplos de este libro ayudará a desarrollar la necesariamente rígido.
capacidad de escuchar a tres voces. Estos ejemplos pueden servir como ejer­ Al pasar de la planificación a la realización, el. alumno no debe proceder
cicios de audición sin la ayuda del piano. Más aún, el alumno debe hacer lo nunca compás por compás, sino idear y escribir continuidades de un mínimo
mismo con sus propios ejercicios. Si fuese necesario, éste podría construirse de tres o cuatro compases. Lo ideal sería que planificase ambas voces añadidas
gradualmente un cuadro mental sonoro de la textura a tres voces, partiendo de para este grupo de compases antes de pasarlas al papel. Si esto resultase muy
dos solamente. Supongamos, por ejemplo, que el cantus se encuentra en la voz difícil al principio, puede escribirse una voz en tres o cuatro compases, y aña­
inferior. El alumno debe hacerse primero una imagen mental del cantus y la dir luego la segunda. Escribir primero una voz en su totalidad antes de haberse
voz superior; después, del cantus y la voz media y finalmente de las tres. (El ocupado de la otra resulta procedimiento demasiado pobre, pues aunque la prime­
centrarse en las dos voces superiores sin la voz inferior no es conveniente, ya ra voz sea probablemente aceptable, la segunda demostrará ser inadecuada.
que las cuartas requieren el soporte de la voz inferior si han de servir como La combinación más sencilla se produce cuando el cantus se encuentra en
consonancias. El tratar de escuchar las voces superiores por sí solas produciría la parte inferior. Pocos alumnos encontrarán dificultades al tratar de percibir
una visión distorsionada del contrapunto.) las relaciones sobre un bajo dado; además, las voces añadidas serán una ex­
El tocar dos voces y cantar la restante es extremadamente útil. El alumno terior y una media. Si el alumno ha de escribir las dos voces alternativamente,
deberá cantar cada una d� las voces tocando las otras dos en el piano. Si es encontrará más conveniente empezar por la superior y a continuación añadir la
necesario; el alumno podrá comenzar de nuevo con dos voces y construir gra­ media. Si el cantus se halla en la voz superior el procedimiento será similar;
dualmente el tejido a tres. En ocasiones necesitará cambiar el ejercicio de oc­ dicho de otro modo, el alumno prestará atención primero a la voz inferior du­
tava (o transportarlo) para acomodarlo a su tesitura. rante un grupo de compases y añadirá luego la voz media. Esta segunda com-

EJEMPLO 1-80

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EL CANTUS FlRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 31

binación reviste una dificultad algo mayor, ya que las relaciones deben calcu­ Continuemos el esbozo del ejemplo 1-81 como ejercicio modelo. El cantus
larse por debajo de la voz dada. se encuentra en la voz media y debemos añadir las dos voces exteriores.
El cantus en la voz rmedia constituye con diferencia la disposición más di­ Obsérvese que el punto culminante en la voz superior y el punto álgido
fícil. En este caso, el alumno debe añadir dos voces exteriores, y pensar en las grave en el bajo se encuentran cerca de la tesitura de la nota inicial y de la
dos al mismo tiempo se convierte en una virtual necesidad. No obstante, el final. Moviéndonos en redondas contra un cantus firmus tan corto no podemos
foco de atención deberá ser primero el bajo y después elaborar la voz superior esperar conseguir líneas melódicas de mayor amplitud o recorrido. No obstan­
sobre la base de lo previamente pensado o ligeramente esbozado para el bajo. te, podemos tratar de evitar que resulten excesivamente encorsetadas. El ejem­
Esta difícil disposición es quizá la de mayor provecho y no debe descuidarse. plo 1-82 completa este ejercicio de acuerdo a nuestro plan inicial.
Realmente el alumno debería trabajar las tres permutaciones con cada cantus El resultado no es en absoluto plenamente satisfactorio: ni la voz superior
firmus; de hecho deberían escribirse varios ejercicios en cada una de ellas. ni la inferior contienen un salto mayor de una tercera. El comienzo de la voz
El siguiente resumen será de utilidad para el alumno: superior es además demasiado estático debido a los pares consecutivos de no­
tas ligadas. Podemos mejorar notablemente su contorno si sustituimos el Sol
l. Memorícese y cántese varias veces el cantus firmus. inicial por un Mi. El ámbito global de la línea es ahora mayor, y hemos elimi­
2. Hágase un esbozo del contorno básico. Rel1énense el primer compás, nado también todas las ligaduras. (El empleo del Mi en el compás final no es
los puntos álgidos planificados y la cadencia final. (Téngase presente que ta­ recomendable, ya que produce dos saltos descendentes de tercera, Do-La y
les planes preliminares pueden modificarse o incluso abandonarse.) El ejem­ Sol-Mi, innecesariamente demasiado próximos.)
plo 1-81 muestra un caso de tal esbozo preliminar. Podemos mejorar también el bajo si sustituimos el La por un Re en el
3. Escnoase el ejercicio siguiendo dicho plan, nunca menos de tres compa­ compás 4, añadiendo así ímpetu a la nueva línea melódica con el salto de quin­
ses a un tiempo, y a ser posible en ambas voces. De tener que escribirse una sola ta. Hemos eliminado también una nota que aparecía de nuevo en los compases
voz, esbócese la voz exterior antes que la voz media, y si son las dos voces exte­ 6 y 7, y por lo tanto hemos conseguido un bajo con mayor variedad y equili­
riores las que se añaden, esbócese el bajo antes que el soprano. No se debe escri­ brio. El Re forma además un acorde completo. El ejemplo 1-83 muestra la
bir nunca una voz por completo antes de añadir la segunda voz. Después de de­ versión revisada y corregida.
linear tres o cuatro compases de la primera voz, añádase la segunda sobre los El ejemplo 1-84 nos puede servir de ilustración de la primera especie a tres

.
mismos. Corríjanse los errores en las tres voces antes de proseguir. voces.

EJEMPLO 1-81
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EJEMPLO 1-82 - ji\

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EJEMPLO 1-83 --.


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I
32 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 1-84

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1
Fux
EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 33

EJERCICIOS (Selecciónese el registro más cómodo de acuerdo con la propia tesitura; si el


transporte a primera vista reviste demasiada dificultad, escríbase el ejercicio
l. Antes de proceder a la elaboración de ejercicios a tres voces, deberán practi­ en la nueva tonalidad.)
carse los ejemplos 1-83 y 1-84 de la siguiente forma:
2. Selecciónense dos cantus firmi, uno mayor y otro menor, y escríbanse con
Cántese una voz mientras se tocan las restantes al piano. Comiéncese por ellos ejercicios en cada una de las tres pennutaciones posibles.
cantar la voz inferior, después la superior y finalmente la voz media.
2. La segunda especie

l. Contrapunto a dos voces LA NOTA DE PASO DISONANTE

ÜRGANIZACIÓN RÍTMICA Mientras la primera especie se ocupa sólo de las relaciones consonantes,
la segunda especie introduce el empleo de la disonancia. Todas las disonan­
En la segunda especie se colocan dos blancas contra cada redonda del cantus cias de la música tonal surgen de tres tipos fundamentales: la disonancia creada
firmus. A pesar de la uniformidad de los valores rítmicos de cada voz, esta por razón de movimiento (nota de paso); la disonancia creada por la ornamenta­
especie consta de dos elementos de diferenciación rítmica: el contraste entre ción de una nota estacionaria (bordadura); y la producida por desplazamiento
redondas y blancas entre las dos voces, y el consiguiente efecto de tiempos rítmico (suspensión). En la tercera y cuarta especies estudiaremos los dos úl­
fuertes y débiles. Ambas voces se mueven de un compás al siguiente, y el oído timos tipos, mientras en la segunda nos centraremos en la nota de paso diso­
percibe dos sucesos distintos. En la segunda mitad del compás el contrapunto nante.
se mueve frente a la nota tenida del cantus, percibido por el oído como un solo El ejemplo 2-1 compara una posible progresión de primera especie con un
acontecimiento. El tiempo fuerte recae por lo tanto en la primera mitad del fragmento de segunda especie que emplea notas de paso disonantes. En ambos
compás y el débil en la segunda. fragmentos, el contrapunto inferior se mueve en todo momento por grados
El contrapunto puede comenzar con dos blancas o con un silencio de blan­ conjuntos por movimiento contrario al cantus. A pesar de dichas similitudes,
ca y una blanca, siendo preferible la segunda posibilidad al producir una mayor los dos ejemplos producen una impresión muy distinta: en el ejemplo de segunda
independencia entre las voces. especie el contraste·. de valores rítmicos crea un grado de independencia con­
La tónica final resultaría inconclusa si recayese en el tiempo débil, por lo siderablemente mayor entre las voces. Además las notas de paso disonantes
que el último compás del contrapunto deberá constar siempre de una redonda. favorecen la sensación de movimiento dirigido. Los compases 2 y 3 comien­
El penúltimo compás consta normalmente de dos blancas, pero con bastante zan con intervalos estables; la tensión de las notas de paso disonantes crea
frecuencia la construcción del cantus firmus o consideraciones de conducción la expectativa de un movimiento continuado hacia un nuevo punto estable, esta
de las voces requieren el empleo de una redonda en dicho compás. El resto del expectativa se cumple al comienzo del siguiente compás.
contrapunto deberá constar siempre de dos blancas por compás. La disonancia crea así un punto de tensión entre dos puntos estables. La

EJEMPLO 2-1

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1
LA SEGUNDA ESPECIE 35

segunda blanca del compás, al ser menos estable que la primera, constituye el diseño melódico) emplear la nota de paso disonante. En estos casos la segunda
emplazamiento lógico para la disonancia. La nota de paso no solamente aparece mitad del compás será también consonante.
entre dos consonancias, sino que además las conecta. A diferencia de las notas disonantes, las consonantes pueden alcanzarse tanto
La segunda nota consonante sirve como objetivo del movimiento precedente, por salto como por grados conjuntos. El ejemplo 2-2 muestra las notas conso­
al tiempo que se convierte en el punto de partida de la continuación de la línea nantes disponibles por encima y por debajo del Do intermedio. Adviértase que
melódica. Para asegurar la conexión más estrecha posible entre la disonancia y las las únicas consonancias adyacentes que comparten una nota son la quinta y la
dos consonancias, la nota de paso debe alcanzarse y continuarse por grados con­ sexta. Dentro de un compás, por lo tanto, sólo es posible el movimiento por
juntos. grados conjuntos de una consonancia a otra entre los intervalos de quinta y sexta.
En la música occcidental (hasta aproximadamente finales del siglo x1x), la De un compás al siguiente todas las progresiones interválicas de la primera
disonancia sirve como elemento dependiente en un contexto determinado fun­ especie siguen aquí disponibles (v. ej. 2-3). Para conseguir una mayor varie­
damentalmente por notas consonantes. En la segunda especie la disonancia dad no deben comenzarse más de tres compases consecutivos con el mismo
desempeña la función de nota de paso --como conexión por grados conjuntos intervalo, principio aplicable también a las especies siguientes.
entre dos notas consonantes que distan una tercera-. Puesto que el movimiento
dirigido es una característica fundamental de la música occidental, la nota de
paso --creada por el movimiento- se convierte en un tipo de disonancia bá­ lNTERVALOS PERFECTOS
sico.
En la primera especie los unísonos aparecían sólo al comienzo y al final de un
ejercicio. En una textura de nota contra nota, la súbita aparición de un unísono
CONSONANCIA EN LA SEGUNDA ESPECIE puede dar la sensación de conclusión o dar la impresión de que una de las voces
haya desaparecido súbitamente y sin motivo aparente. Esto no se producirá en la
La nota de paso disonante se da siempre en el segundo tiempo; en canse­ textura de dos notas contra una cuando el unísono recaiga en la segunda blanca y
. cuencia, el primer tiempo de cada compás es consonante. A menudo es impo­ esté seguido por movimiento conjunto en sentido opuesto al que fue alcanzado
sible (por razones de conducción de las voces) o inconveniente (por razones de (v. ej. 2-4).

EJEMPLO 2-2

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EJEMPLO 2-3

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EJEMPLO 2-4

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36 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Los unísonos en la primera blanca producirán el mismo efecto que en la En el ejemplo 2-7a, la aproximación inmediata a la segunda quinta es
primera especie, y deben excluirse, a excepción del comienzo y el final del por movimiento contrario, y está precedida y seguida. por una progresión
ejercicio. conjunta en la misma dirección. La segunda quinta recibe tan poco énfasis que
La división del compás en tiempos fuertes y débiles aporta algunas consi­ el paralelismo no es tan patente. Las octavas acentuadas del ejemplo 2-7b están
deraciones al problema de las quintas, octavas y unísonos paralelos, ya discu­ presentes exactamente del mismo modo, pero la cualidad de las octavas hace
tido en el capítulo sobre la primera especie. Examinemos los tres casos posibles: que dicha progresión sea más difícil de emplear de un modo convincente que
intervalos perfectos en tiempos adyacentes, en primeros tiempos consecutivos la de quintas. El alumno deberá utilizar las octavas acentuadas sólo en aque­
y en segundos tiempos consecutivos. llos ejercicios que no cuenten con muchas octavas en tiempos fuertes. Su
El ejemplo 2-5 muestra quintas y octavas paralelas en tiempos directamen­ empleo puede producir mayores beneficios lineales no obtenibles por otros
te adyacentes. Este caso es análogo a las quintas y octavas prohibidas en la pri­ medios.
mera especie, y por tanto debe excluirse. El ejemplo 2-8 muestra un caso de intervalos perfectos en segundos tiempos
En el ejemplo 2-6, las quintas y octavas paralelas se hallan en primeros tiem­ sucesivos. Ya que la función de la segunda blanca es conectar los dos primeros
pos consecutivos. Al ser una sola nota la que separa los dos intervalos perfectos tiempos adyacentes, existe una débil relación entre los segundos tiempos conse­
(y dicha nota recae sobre el tiempo débil), la impresión de movimiento paralelo cutivos. Podemos por tanto emplear libremente dichas octavas y quintas en
sigue todavía presente. Como norma estas progresiones --también denominadas tiempo débil mientras no formen secuencias.
quintas y octavas acentuadas- deben evitarse, aunque en ocasiones su empleo El ejemplo 2-9 muestra varias situaciones en las que se llega a una octava
está justificado (ej. 2-7). por movimiento contrario. En la última progresión (2-9e), una combinación de

EJEMPLO 2-5 EJEMPLO 2-6

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EJEMPLO 2-7

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EJEMPLO 2-8

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13 12 8 etc.
11
LA SEGUNDA ESPECIE 37

factores hace a las octavas más obvias que en los cuatro casos precedentes. La El mayor número de notas en el ejercicio, comparado con la primera especie,
octava está enfatizada por el salto en el soprano, la voz más destacada, por el hace más conveniente planificar como mínimo un punto álgido secundario antes
contraste entre el movimiento disjunto en el soprano y el movimiento conjunto o después del principal, que, como en la primera especie, no debe repetirse.
en el bajo, y también por la progresión rítmica de un tiempo débil a uno fuerte.
Tal octava se denomina ottava batutta (octava batida) y debe evitarse.
Aunque el caso similar de la quinta (quinta battuta) está prohibido por algu­ DISTINTAS FUNCIONES DE LA SEGUNDA BLANCA
nos teóricos, este intervalo es menos sensible que la octava, y el empleo ocasional
de este tipo de conducción puede estar justificado por consideraciones melódicas. La elaboración de ejercicios de segunda especie nos brinda la oportunidad
La aproximación a la quinta y la octava por movimiento directo no presen­ de aprender muchos tipos básicos e importantes de progresión melódica, y
ta nuevos problemas en esta especie. empezar así también a entender cómo un detalle del movimiento puede actuar
dentro de un contexto más amplio. Podemos aguzar esta comprensión _tratando
de ser conscientes de los distintos modos en los que la segunda blanca de un
ÜRGANIZACIÓN MELÓDICA compás puede dar empuje a la línea melódica de un tiempo fuerte al siguiente.
Estas posibilidades de movimiento representan prototipos en miniatura de im­
En general, los principios de organización melódica estudiados en el capí­ portantes técnicas compositivas.
tulo dedicado al cantus firmus y la primera especie prevalecen también en la Hemos visto ya el papel más típico desempeñado por la segunda blanca, es
segunda especie. decir, la nota de paso disonante. La nota de paso puede aparecer también en for­
Comience o no el ejercicio con un silencio, la nota inicial ha de situarse a ma consonante cuando las consonancias adyacentes, la quinta y la sexta, aparecen
distancia de octava o quinta del cantus en el contrapunto superior, y de unísono consecutivamente (v. ej. 2-3). Por supuesto, no es siempre posible emplear notas
u octava en el inferior. de paso, y aun cuando sea posible, no siempre es conveniente, ya que la presencia
La segunda especie aporta muchas más posibilidades de conducción de las de demasiado movimiento conjunto puede privar a la línea melódica de variedad
voces que la primera especie, y en consecuencia ya no es necesario el recurso y diferenciación. Examinemos por tanto otras posibilidades.
de repetir o ligar una nota. Algunas veces una única nota intermedia conecta una cuarta melódica en­
Como en la primera especie, la nota precedente a la tónica final .debe ser la tre dos primeros tiempos. Dicho movimiento no puede, por supuesto, ser en su
sensible. Si el penúltimo compás consta de una redonda, dicha nota deberá ser totalidad conjunto, debiendo incluir un salto de tercera, intervalo que aunque
la sensible, y si consta de dos blancas, la sensible será la segunda de ellas. El no ofrece la continuidad absoluta del movimiento conjunto, es un salto tan
modo menor requiere la alteración ascendente del séptimo grado para que la pequeño que produce la impresión de un movimiento de paso manipulado. El
tónica resulte conclusiva. Si la sensible sigue a la submediante, aquél también ejemplo 2-11 muestra cómo el movimiento de una tercera en cierto modo re­
deberá alterarse ascendentemente (v. ej. 2-10). presenta una progresión por grados conjuntos que emplea figuras más peque-

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EJEMPLO 2-10

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partir
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38 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

ñas. (Esta progresión por grados conjuntos será posible cuando empleemos notas Un salto de envergadura del primero al segundo tiempo produce un cam­
de distintos valores rítmicos, en la quinta especie.) En el ejemplo 2-lla, el salto bio de registro dentro del compás. Este tipo de saltos debe emplearse con cier­
aparece entre los tiempos primero y segundo; en el 2-1 lb, después del segun­ ta moderación, ya que demasiados producen una línea melódica rota y
do tiempo. Como norma general, diremos que el primer tipo es el preferible. discontinua. Sin embargo, un cambio de registro ubicado en su lugar apropia­
Un salto «a través de la barra del compás», de tiempo débil a fuerte conlleva el do añade variedad y perfil a la línea. Sabemos desde el primer capítulo que un
riesgo de dejar el tiempo débil sin continuación, como si dijésemos, suspendi­ salto de envergadura debe cambiar el sentido precedente, es decir, una línea
do en el vacío. Sin embargo, un salto tan pequeño como una tercera no puede descendente debe continuarse por un salto ascendente y viceversa. Evítense
ser perjudicial si está seguido por un cambio de sentido, preferiblemente por demasiados saltos consecutivos, aunque incluyan cambios de sentido. Un cam­
grados conjuntos. Esta técnica, la nota de paso saltada, se emplea con frecuencia bio de registro es más efectivo cuando está seguido por -y parece así moti­
en la composición, donde la nota intermedia puede ser tanto disonante como var- una línea continua de varias notas por movimiento conjunto y opuesto.
consonante. En nuestros ejercicios de contrapunto la nota en tiempo débil de­ Este cambio puede producirse por medio de los intervalos de quinta, sexta y
berá sin embargo ser consonante si, como es aquí el caso, se alcanza o es se­ octava. Por supuesto, cuanto mayor sea el intervalo, mayor será el contraste de
guida por salto. registro, aunque el mayor de ellos -la octava- contiene un alto grado
Por razones de variedad y equilibrio, es decir, para proporcionar descanso de continuidad, ya que las dos alturas se escuchan como variantes de regis­
del excesivo movimiento conjunto, en ocasiones es aconsejable extender un in­ tro de la misma nota. En este caso podemos hablar de transferencia de re­
tervalo melódico mayor que una cuarta sobre tiempos fuertes consecutivos. Estos gistro, ya que la misma nota parece moverse de un registro a otro. Dicha
intervalos de mayores dimensiones pueden subdividirse en dos saltos más pe­ técnica, la de la transferencia de registro, tiene gran importancia en el contra­
queños como en el ejemplo 2-12. En estas progresiones la nota de subdivisión punto prolongado de la composición. (Véase el ejemplo 2-13.)
crea un cambio más gradual de registro que el que realizaría un solo salto de Hemos visto que los saltos de tercera representan a menudo movimientos
mayor envergadura. El intervalo subdividido no debe ni ser disonante ni ma­ de paso con una nota omitida, mientras que los saltos mayores de quinta, sexta
yor de una octava, y el punto culminante debe ser continuado por movimiento y octava efectúan un cambio de registro y no pueden pensarse como una
contrario, y a ser posible conjunto, ya que de otro modo aparecería una serie progresión por grados conjuntos abreviada. ¿ Y qué podemos decir sobre el salto
arbitraria de saltos sin objeto. de cuarta? La cuarta, cuando está seguida por movimiento conjunto en la mis-

EJEMPLO 2-12
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EJEMPLO 2-13
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1 1
LA SEGUNDA ESPECIE 39

ma dirección, resume también un movimiento conjunto de paso. Cuando la El movimiento conjunto, en lugar de ir de una blanca a la siguiente, puede
cuarta se emplea como en el ejemplo 2-14, debería cambiar la dirección pre­ retardarse de modo que la frecuencia del movimiento sea la de un compás
via; si aparece dentro de un movimiento en la misma dirección, provocará un completo en lugar de la mitad. En estos casos, la función de la segunda blanca
vacío arbitrario e injustificado en la línea melódica (ej. 2-15). será ayudar a retrasar la progresión melódica de un modo lógico. El ejem­
Otro empleo común de la cuarta nos lleva a otra técnica importante. Para plo 2-18 muestra dos posibilidades, ambas con salto de tercera. El salto en el
obtener una mayor variedad, es decir, para evitar la excesiva repetición de una primer caso se halla después del tiempo fuerte, y es generalmente el más útil.
misma nota, el salto de cuarta puede sustituir una progresión directa por gra­ En el segundo, el salto atraviesa la barra del compás, y la melodía debe conti­
dos conjuntos. La sustitución, como otras funciones de la segunda blanca, es nuar preferentemente en el sentido contrario al salto. En general, los saltos de
una técnica compositiva importante y con gran variedad de aplicaciones. El tiempos débiles a fuertes deben efectuar un cambio de sentido melódico.
ejemplo 2-16 muestra cómo un salto de cuarta puede sobrepasar -pero seguir La progresión melódica puede retardarse aún más con el empleo de la bor­
manteniendo su relación con- una progresión por grados conjuntos subyacente. dadura consonante. (Recuérdese que la bordadura disonante está reservada para
El recurso de la sustitución puede ejercer otras funciones además de pro­ la tercera especie, y no aparece en la segunda.) El uso de la bordadura conso­
porcionar variedad melódica. En el ejemplo 2-17 vemos cómo el salto de cuar­ nante no es en sí incorrecto; sin embargo, empleado con excesiva frecuencia
ta evita las quintas paralelas que aparecerían si empleásemos una progresión conlleva el rie·sgo de producir una línea melódica estática. Las progresiones de
conjunta. La sustitución puede utilizarse por tanto para mejorar la conducción bordadura y de adorno son más apropiadas al movimiento de negras de la ter­
de las voces. cera especie, más rápido; la naturaleza general de la segunda especie es el mo-

EJEMPLO 2-14
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EJEMPLO 2-15
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5 5
40 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

vimiento directo de una nota a la siguiente. Al igual que la nota de paso conso­
nante, la bordadura consonante hace uso de las consonancias adyacentes, la quinta
y la sexta (ej. 2-19). Empléese la bordadura consonante para conseguir una mayor
variedad melódica y prevenir la impresión de una línea melódica excesivamente
EJEMPLO 2-19 agitada y activa. Tómense precauciones contra las repeticiones monótonas como
a) b) las mostradas en el ejemplo 2-19b.
El ejemplo 2-20 resume las distintas funciones desempeñadas por la segunda
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-- blanca del compás. A la hora de evaluar sus actividades, el analizar sus ejercicios
en términos de esta lista de funciones será de ayuda para el alumno. Subrayamos
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que estos ejercicios están diseñados para ayudarle a comprender los detalles
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EJEMPLO 2-20

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5 5
LA SEGUNDA ESPECIE 41

PROCEDIMIENTO QUE SE DEBE SEGUIR El ejemplo 2-24a presenta una línea satisfactoria, con ambos errores corre­
gidos. En el compás 5 hemos cambiado el Do por un La; por medio de esta
Elaboraremos ahora un ejercicio de segunda especie, partiendo de un esbo­ sustitución, hemos obtenido tm salto y un cambio de sentido en la melodía. El
zo preliminar (ej. 2-21). La segunda especie es más flexible que la primera y final aún precisa ciertos ajustes. Podemos movernos a la redonda sensible en
ofrece muchas más posibilidades alternativas. Al bosquejar el compás de la el compás 9 si colocamos un Fa al comienzo del compás 8, y así eliminamos
sensible, hemos dado dos soluciones posibles: dos blancas o una redonda. Sólo también la repetición. Este cambio requiere una modificación en el compás 7,
más adelante podremos escoger entre ellas. y entonces ya no podemos emplear una disonancia; debemos encontrar una nota
El ejemplo 2-22 rellena el ascenso hacia el punto álgido de la melodía. Ad­ consonante que retarde la progresión melódica y permita un movimiento
viértanse las quintas acentuadas en los primeros tiempos de los compases 2 y descendente conjunto desde el primer tiempo del compás 7 al del compás 8
3. Debido a la continuación no secuencial por grados conjuntos de la quinta, (nota de retardación melódica). Hemos escogido el Do como la más adecuada
dichas quintas aquí son admisibles. de las distintas opciones. (Véanse los ejemplos 2-24h, e y d.)
El ejemplo 2-23 completa el ejercicio, pero hay dos puntos débiles que están Durante la realización del ejemplo 2-24, damos todavía con otra solución:
por corregir. Entre los compases 3 y 8 el movimiento es exclusivamente conjunto, si modificamos el plan original, podemos llevar la línea melódica hasta el punto
y por tanto la línea melódica carece de variedad; por otro lado, los corchetes en álgido, Fa, en el compás 6 (ej. 2-25). Esta es una versión interesante. En la
los compases 7-1 O señalan un modelo repetido de tres notas. La prefiguración de segunda especie no es demasiado aconsejable el movimiento a lo largo de toda
la cadencia en los compases 7 y 8 da al final una sensación redundante. una octava por grados conjuntos, ascendente o descendentemente. Sin embar-

EJEMPLO 2-21
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42 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

go, en el ejemplo 2-25, la octava ascendente no es inadecuada, ya que sus pri­ es mejor emplear en la primera ocasión que tengamos el intervalo más redu­
meras notas compensan el salto descendente del segundo compás, y el salto cido posible. El movimiento conjunto produciría aquí una redundancia meló­
descendente de octava en el compás 6 equilibra el movimiento ascendente con­ dica aún peor que la del ejemplo 2-23, siendo en este caso el salto de tercera
junto. Adviértase también que hemos preferido un Si bemol a un Do como la solución más adecuada. El ejemplo 2-26 ofrece algunas ilustraciones adi­
segunda nota del compás 7, ya que después del salto de octava del compás 6 cionales.

EJEMPLO 2-24
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EJEMPLO 2-26
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LA SEGUNDA ESPECIE 43

EJEMPLO 2-26 (continuación)


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44 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJERCICIOS La combinación de un cantus firmus, una voz de primera especie y otrn de


segunda especie resulta en las siguientes permutaciones:
l. Antes de proceder a la escritura de ejercicios de segunda especie, practíquense
los siguientes ejemplos del modo siguiente: CF CF 2 2
Cántese primero el cantus firmus y tóquese el contrapunto al piano. Inviértase 2 cp· CF 2
después el procedimiento. (Selecciónese el registro más adecuado para la propia voz.)

2.
2 2 CF CF
Selecciónense cuatro cantus firmi --dos mayores y dos menores-. Escríban­
se dos líneas melódicas de segunda especie encima y debajo de cada cantus.
(CF: Cantus firmus. 1: primera especie. 2: segunda especie.)

Si la voz en segunda especie comienza con un silencio, la primera mitad


2. Contrapunto a tres voces del compás inicial constará de dos voces solamente. En este caso -como en
el contrapunto a dos voces-, los intervalos de octava, unísono y quinta supe­
CONSIDERACIONES GENERALES; CÓMO COMENZAR EL EJERCICIO rior proporcionan el comienzo más estable. El empleo de la tercera o décima
superior es también aceptable si ayuda a conseguir una buena conducción de
La adición de una tercera voz en redondas aporta pocos problemas al alumno la voz (ej. 2-27).
ya familiarizado con la segunda especie a dos y con los principios básicos de La sexta inferior, sin embargo, carece de la estabilidad necesaria para ser­
la escritura a tres. Sin embargo, debemos discutir algunas consideraciones im­ vir como intervalo inicial. La cuarta inferior es una disonancia, y como tal debe,
portantes. por supuesto, excluirse (ej. 2-28).

EJEMPLO 2-26 (continuación)


Mozart
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EJEMPLO 2-27 EJEMPLO 2-28


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LA SEGUNDA ESPECIE 4.)

CADENCIAS pleto, y esto obviamente excluye el empleo de la sensible cadencia! como nota de
paso disonante en la línea melódica en segunda especie. El ejemplo 2-29 muestra
La sensible puede aparecer en las tres posiciones siguientes: algunas posibilidades.

l. Como segunda blanca del penúltimo compás de la voz en segunda es- lNTERV ALOS PERFECTOS
pecie.
2. Como redonda del penúltimo compás de la voz en segunda especie. Cuando la voz en segunda especie es la intermedia, las quintas y octavas
3. Como redonda del penúltimo compás de la voz en primera especie. acentuadas entre ésta• y una de las exteriores son más permisibles que en la
escritura a dos voces. (Recuérdese que las quintas y octavas acentuadas se
En todos los casos la sensible debe formar parte de un acorde consonante com- producen entre primeros tiempos sucesivos.) Véase el ejemplo 2-30.

EJEMPLO 2-29

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46 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

CONSONANCIAS IMPERFECTAS dos voces. Estos acordes muestran funciones contrapuntísticas equivalentes a
las de los intervalos del contrapunto a dos voces. El alumno descubrirá sin di­
En interés de la variedad debe evitarse una abundancia de sextas, terceras ficultad los acordes de paso, aquellos que mejoran la conducción de las voces,
y décimas paralelas entre el cantus y la línea melódica en primera especie. Como etcétera, que aparecen en el ejemplo 2-31.
en el contrapunto a dos voces, no deben escribirse más de tres de dichos inter­
valos en sucesión.
EJERCICIOS

FUNCIÓN DE LA SEGUNDA BLANCA l. Antes de proceder a la elaboración de ejercicios de segunda especie a tres voces
practíquense los ejemplos anteriores del modo siguiente:
Si la primera mitad del compás consta de un acorde incompleto, la segun­ Cántese una voz mientras se tocan las otras dos al piano. Comiéncese con
da puede completarlo. Con este procedimiento se atenúa el efecto un tanto la voz inferior, después la superior, y finalmente la voz media. (Selecciónese
descamado que ofrece el acorde incompleto. La segunda blanca siempre debe el registro más adecuado a la propia voz.)
desempeñar además una función melódica clara y lógica.
La actividad melódica de la segunda blanca en el contrapunto a tres voces 2. Selecciónense dos cantus firmi, uno en mayor y otro en menor, y escríbanse
da lugar naturalmente a acordes y no a intervalos, como en el contrapunto a sobre ellos ejercicios en cada una de las combinaciones posibles.

EJEMPLO 2-31
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LA SEGUNDA ESPECIE 47
EJEMPLO 2-31 (continuación)

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3. La ter_cera especie

l. Contrap1.1:nto a dos voces DISONANCIA EN LA TERCERA ESPECIE: CONSIDERAC.IONES GENERALES

ÜRGANIZACIÓN RÍTMICA Al igual que en la segunda especie, la primera nota de cada compás debe
ser consonante con el cantus, y las restantes pueden ser disonantes. A diferen­
La tercera especie consiste en una textura rítmica de cuatro notas contra cia de la segunda especie, que permitía un solo tipo de disonancia, la tercera
una; la voz en esta especie coloca cuatro negras contra cada redonda del cantus especie nos permite combinar varios tipos. Además de la nota de paso, dispo­
firmus. El contraste rítmico entre el cantus y el contrapunto es más pronuncia­ nemos también de la bordadura o nota auxiliar. La velocidad relativamente
do que en la segunda especie. rápida permite el empleo de usos idiomáticos ornamentales como la hordadurn
El alumno debe entender las negras de la tercera especie a una velocidad superior-inferior o doble bordadura, y la nota cambiata. Tra�aremos por sepa­
doble que las blancas de la segunda especie; dicho de otro modo, el cantus rado cada uno de estos tipos de disonancia.
firmus se mueve más o menos a la misma velocidad en ambas especies. Un
tempo demasiado lento es inadecuado para los movimientos melódicos de or­
namentación característicos de la tercera especie. LA NOTA DE PASO DISONANTE EN LA TERCERA ESPECIE
La presencia de cuatro negras crea dos niveles de diferenciación rítmica en
el contrapunto. La primera negra es el tiempo fuerte del compás; la segunda y La nota de paso, cuando aparece en la cuarta negra, difiere sólo en dura­
la cuarta son los tiempos débiles, y la tercera negra ocupa una posición inter­ ción de la disonancia de la segunda especie (ej. 3-1).
media: es más débil que la primera pero más fuerte que las restantes. Denomi­ Cuando la nota de paso aparece en la segunda negra, la consonancia a la
naremos a la tercera negra relativamente fuerte o relativamente acentuada. que se mueve es la mISma nota del cantus, en lugar de una nueva; el hecho de
Al igual que en la segunda especie, la nota final del contrapunto será una que no varíe el cantus crea un buen número de progresiones intcrválicas nuevas e
redonda; el penúltimo compás constará de cuatro negras; el contrapunto puede importantes (v. ej. 3-2).
comenzar tanto con cuatro negras como con un silencio de negra y tres negras; La nota de paso puede aparecer también en esa tercera negra relativamente
como en la segunda especie, es preferible comenzar con un silencio. acentuada. Esta configuración constituye la aproximación más cercana del con-

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EJEMPLO 3-1

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LA TERCERA ESPECIE 49

trapunto de especies a la nota de paso acentuada del contrapunto prolongado. distintas, la bordadura representa la ornamentación por grado conjunto de una

,•.
Al no moverse el cantus a una nueva nota contra la nota de paso, la tercera sola nota. El ejemplo 3-5 ofrece varias ilustraciones que comparan ambos ti­
negra disonante es más débil de lo que sería dicha disonancia si se hallase en pos de disonancia.
/f�

la primera negra. Esta última -una verdadera nota de paso acentuada- no La bordadura, al igual que la nota de paso, se da en composiciones de es­
puede incorporarse a los ejercicios de especies, ya que recibiría una excesiva tilos muy divergentes. Ambos tipos de disonancia pueden aparecer en forma
('. prominencia. El ejemplo 3-3 muestra varias posibilidades para el empleo de la
nota de paso en la tercera negra.
La nota de paso disonante se da como siempre entre dos consonancias. El sis­
ampliada o en las progresiones elementales de los ejercicios de especies, como
trataremos en el capítulo 6. Nuestra experiencia con la segunda especie nos ha
demostrado que es posible diseñar líneas musicales (si bien muy simples) em­

tema diatónico, sin embargo, requiere necesariamente la presencia de una quinta pleando solamente disonancias de paso. Igualmente sería imposible construir
(-
disminuida en cada tonalidad. En Do mayor, por ejemplo, todas las quintas son buenas líneas melódicas empleando sólo bordaduras, ya que carecerían de di­
l­ justas a excepción de Si-Fa; ocasionalmente, esta quinta disminuida debe prece­ rección y continuidad; sin una conexión por grados conjuntos entre las dife­
.11
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der o seguir a una cuarta justa. En este caso, por supuesto, existe una segunda rentes notas, la melodía se convertiría en una serie discontinua de puntos está­
disonancia en lugar de una consonancia siguiendo a la nota disonante. En el ejem­ ticos y saltos.

plo 3-4 ambas disonancias representan notas de paso que rellenan el espacio de El alumno no debe deducir que la bordadura carece de una genuina im­
,fl1 una cuaita. La función de estas notas disonantes es bastante clara, de aquí que
podamos emplear esta forma que puede considerarse una extensión de la disonan­
portancia, ya que desempeña una función fundamental tanto en la tercera es­
pecie como en la composición: retardar la progresión melódica esencial sin

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cia de paso. interrumpir por ello la actividad melódica local. En el ejemplo 3-6, el empleo
de la disonancia de bordadura nos permite cubrir el espacio melódico de una
tercera, en vez del de una quinta requerido con el uso exclusivo de disonancias
LA BORDADURA DISONANTE de paso.
Una bordadura sobre la segunda negra vuelve no sólo a la misma nota sino
La tercera especie añade a la nota de paso el segundo tipo fundamental de también al mismo intervalo vertical de la primera negra. El ejemplo 3-7 mues­
disonancia -la bordadura-. Este nuevo tipo de disonancia proviene de un im­ tra algunas progresiones típicas.
pulso melódico muy distinto de aquel que produce la nota de paso, puesto que Cuando se halla sobre la cuarta negra, la bordadura regresa a la misma nota
mientras la nota de paso forma una conexión por grado conjunto entre dos notas de la melodía pero a un distinto intervalo vertical (ej. 3-8).

EJEMPLO 3-2

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EJEMPLO 3-3 EJEMPLO 3-4

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so EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

En la tercera negra la bordadura crea la misma progresión interválica que LA BORDADURA CONSONANTE
sobre la segunda. Sin embargo, el contexto rítmico es muy distinto, puesto
que la bordadura aparece en un pulso más fuerte que los dos en los que apa­ La alternación de las dos consonancias adyacentes -la quinta y la sexta­
rece la nota fundamental que ornamenta. Esta bordadura relativamente acen­ produce tanto bordaduras consonantes como notas de paso consonantes. La
tuada debe emplearse con moderación. La nota de paso -una disonancia que bordadura consonante, debido a su estabilidad vertical con respecto al cantus,
ofrece empuje a la línea melódica- es más apropiada en posiciones relativa­ puede situarse libremente en cualquiera de las tres últimas negras del compás
mente acentuadas que la bordadura esencialmente decorativa. En interés de (ej. 3-10).
la variedad podemos emplear la bordadura disonante sobre la tercera negra
ocasionalmente (v. ej. 3-9).

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EJEMPLO 3-5 EJEMPLO 3-6

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EJEMPLO 3-7

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EJEMPLO 3-8

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LA TERCERA ESPECIE 51

LA NOTA DE ADORNO Aquí los tiempos segundo y tercero presentan disonancias separadas por una
tercera. Parecemos violar un principio fundamental del contrapunto: la introduc­
Empleamos el término nota de adorno para indicar la decoración de una ción y continuación de la disonancia por grados conjuntos. En realidad, dicha in­
nota cualquiera por grados disjuntos. Dicha función melódica representa por lo fracción es más aparente que real, ya que ambas disonancias son bordaduras de la
tanto un tipo de movimiento disjunto análogo a la bordadura por grados con­ primera nota del compás; la línea melódica se desplaza de una bordadura a la otra
juntos. Al estar precedida o seguida de un salto, la nota de adorno debe ser antes de regresar a la nota principal. El oído percibe con facilidad la relación de
consonante en el contrapunto de especies. Un salto demasiado grande aislaría ambas disonancias de bordadura a la nota que decoran. Al enmarcar dicha nota
la nota de decoración del contorno principal de la línea. El salto más apropia­ las dos bordaduras, no recibimos la impresión de saltar de una disonancia a otra.
do es el de tercera, y en ningún caso mayor que una cuarta. En las progresiones El ejemplo 3-13 explica la conducción de las voces de esta importante progresión
d y e del ejemplo 3-11, la nota de adorno está seguida de movimiento conjunto melódica.
hacia la nota principal. La combinación de las bordaduras superior e inferior representa un uso idio­
mático ornamental presente en composiciones desde la Edad Media. Los ejem­
plos 3-14 al 3-16 muestran su empleo directo en obras de los siglos XIV, xvI
COMBINACIÓN DE BORDADURA SUPERIOR E INFERIOR (DOBLE BORDADURA) y XIX. 1
El objetivo fundamental del enfoque de las especies es el familiarizar al
alumno con las técnicas básicas de la conducción de las voces -técnicas que 1
Debido a que la doble bordadura se evitaba en parte del repertorio del siglo xv1 (y principal­
aparecen también de forma ampliada en composiciones de diversos estilos-. En mente en la música de Palestrina), se ha excluido de la mayoría de los libros de texto sobre «Contra­
su mayoría, los ejercicios de especies por sí mismos no incluyen ampliaciones punto del siglo xv1». Esta exclusión empieza con Fux, quien no obstante basa su tratado únicamente
o prolongaciones de los principios contrapuntísticos básicos. En el contexto de sobre la música de Palestrina y por tanto no lo caracteriza como representativo de toda la producción
de un siglo entero. Como muestra el ejemplo 3-15 (y esta es sólo una de las muchas ilustraciones
los ejercicios de especies pueden introducirse, aunque hasta un cierto punto, posibles) este uso idiomático era ya conocido y empleado por compositores del siglo xv1. Es impor­
algunos aspectos del contrapunto prolongado. Consideremos la progresión del tante observar que Mozait, que estudió a Fux, parte de su enseñanza contrapuntística para introducir
ejemplo 3-12. la doble bordadura en la tercera especie. Véase Mozart, Atwood Papers, pp. 53 y 56.

EJEMPLO 3-11

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EJEMPLO 3-12 EJEMPLO 3-13

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52 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

La combi1wci611 de las bordaduras superior e inferior puede darse con una Es preferible que una de las bordaduras esté a un semitono (segunda me­
u otra como primera disonancia (ej. 3-17). nor) de la nota principal; si ambas se hallasen a un tono de ésta podrían debi­
Como norma, dicho uso idiomútico será más suave si la bordadura superior litar en cierto modo la conexión melódica (ej. 3-18).
precede a la inferior. En esta configuración, la nota más aguda, más penetrante, Este uso idiomático comporta el riesgo de convertirse en un área estática,
se encuentra en el tiempo más débil. separado de la unidad de la línea melódica. Dicho riesgo disminuye si conti-

EJEMPLO 3-14 Landini, Per servar umilta


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EJEMPLO 3-15 Heare the voyce and prayer

EJEMPLO 3-16 Chopin, Estudio, Op. 10, núm. 4

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EJEMPLO 3-17 EJEMPLO 3-18 tono

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LA TERCERA ESPECIE 53

nuamos la última nota con una progresión conjunta siguiendo el sentido me­ LA NOTA CAMBIATA
lódico precedente. El ejemplo 3-19 compara la continuación más apropiada
(a y b) con ilustraciones de movimiento disjunto (e) y un cambio de sentido La nota cambiata (nota cambiada), al igual que la doble bordadura, es un
melódico (d). uso idiomático compositivo que se ha abierto camino en los ejercicios de espe­
La última progresión (d) pone de manifiesto un hecho interesante e impor­ cie. Esta figura ha venido formando parte tradicional de la tercera especie des­
tante. Las notas primera, tercera y quinta forman un movimiento conjunto que de los tiempos del Gradus de Fux, en el cual recibió su primera descripción
rellena una tercera descendente. Este diseño melódico resulta muy prominente, teórica.
tanto que el oído tiende a registrarlo como el impulso básico del movimiento Aunque la nota cambiata no se halla con tanta frecuencia y variedad en el
de la progresión. Oímos en consecuencia un movimiento conjunto descenden­ repertorio como la doble bordadura, constituye, no obstante, una progresión fa­
te adornado con échappées (o bordaduras incompletas), en lugar de una nota vorita de los grandes maestros de los siglos xv y xv1 y ha sido empleada tam­
dada prolongada por las bordaduras superior e inferior. Este representa un cla­ bién como arcaísmo por compositores posteriores.
ro ejemplo de la importancia del contexto a la hora de determinar un significa­ El ejemplo 3-22 muestra (a) y explica (b) la nota cambiata. Este uso
do musical. idiomático surge de la decoración de una figura de dos notas formada por la
Las mismas cuatro notas adquieren un nuevo significado cuando alteramos primera y ultima notas, de un diseño, en este caso Re y Do son esas dos notas.
su continuación (ej. 3-20). La decoración se compone de dos movimientos engranados, Re-Do-Si y La­
Esta particular configuración idiomática debe iniciarse en el primer tiempo Si-Do, que convergen sobre la quinta y última nota.
del compás, ya que de otro modo no se percibirá como la decoración de una En el ejemplo anterior la segunda nota es disonante. La continuación con­
única nota. No es necesario que tanto la segunda como la tercera negra conten­ junta de esta disonancia no queda eliminada por el salto siguiente, sino sólo
gan disonancias. A menudo una de estas notas es consonante con el cantus pospuesta hasta la cuarta negra. La tercera nota de esta figura debe ser conso­
firmus (v. ej. 3-21 ). nante ya que forma el principio de la segunda progresión melódica subsidiaria.

EJEMPLO 3-19
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EJEMPLO 3-20 EJEMPLO 3-21

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54 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

La quinta nota, meta de ambos movimientos, ha de ser por supuesto consonan­ Citaremos ahora tres fragmentos extraídos de la polifonía renacentistí:l.. Los
te. El salto que sigue a la disonancia debe ser una tercera. ejemplos 3-25 al 3-27 ilustran la diferencia entre la nota cambiata y el uso idio­
Algunos libros basados en la práctica del siglo xv1 permiten la nota cambiata mático muy similar de la nota de paso saltada. El primero de ellos, de Dufay,
sólo en la dirección descendente mostrada én 'el ejemplo 3-22. El movimiento contiene una nota cambiata, y el segundo, procedente de un Magnificat anóni­
ascendente no altera, sin embargo, el significado fundamental de esta progre­ mo del siglo xv, muestra la nota de paso saltada, ya que la nota siguiente al
sión. La dirección ascendente del ejemplo 3-23, por tanto, también puede em­ salto no inicia una progresión melódica subsidiaria. El tercer ejemplo, proce­
picarse. dente de un Magníficat de Antaine Busnois, contiene ambas figuras. Obsérve­
El uso idiomático de la nota cambiata debe comenzar en un tiempo acentua­ se su diferenciado perfil rítmico; en la composición la nota cambiata no está
do. En general, la primera negra del compás forma un mejor comienzo que la ter­ restringida a valores regulares. El empleo de la imitación produce una destaca­
cera. Cuando la;progresión empieza en la tercera negra, la nota producto del salto da disonancia en la cuarta negra del segundo compás. Al final del ejemplo la
va a estar en el primer tiempo del compás siguiente. El consecuente énfasis en voz inferior acompaña al soprano a la sexta, y sólo la nota final se desplaza a
esta nota la convierte más en una meta que en una interpolación, y el oído tiende la octava inferior para conseguir una cadencia estable. Debido a que es parale­
de este modo a registrar las tres primeras notas como representantes de un mo­ la a la nota cambiata de la voz superior, interpretamos la voz inferior como
vimiento conjunto dentro de la distancia de una cuarta, con una nota de paso una nota cambiata modificada. Tales progresiones a medio camino entre la nota
omitida (v. ej. 3-24 ). cambiata y la nota de paso saltada son bastante frecuentes.
EJEMPLO 3-22 EJEMPLO 3-23
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EJEMPLO 3-25 Dufay, Hymn

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EJEMPLO 3-26 Anónimo (siglo xv), Magnificat EJEMPLO 3-27 Busnois, Magnificat
LA TERCERA ESPECIE 55

EL UNÍSONO presencia de una sola nota entre dichos intervalos no basta para compensar el
efecto de quintas u octavas paralelas. Con dos notas intermedias (de los tiem­
Al igual que en la segunda especie, el unísono no ·debe aparecer al princi­ pos segundo al primero) debemos procurar no enfatizar dichos intervalos por
pio del compás, a excepción del comienzo o el final del ejercicio. No obstante, medio de un salto (ej. 3-30).
el unísono puede darse libremente en la segunda, tercera o cuarta negra. Cuan­ Las octavas y quintas con tres notas intermedias (de la primera negra a
do se halle en la segunda o tercera negra se podrá aproximar y continuar por la siguiente primera negra) están permitidas, ya que la presencia de tres no­
movimiento oblicuo. Esto representa un detalle de conducción de las voces tas entre los dos intervalos perfectos anula considerablemente el efecto de
imposible en la segunda especie (v. ej. 3-28). octavas y quintas paralelas. No obstante, el alumno debe tomar precauciones
en cuanto al empleo excesivo de quintas u octavas acentuadas; el mismo inter­
valo perfecto no puede aparecer en más de dos primeros tiempos consecutivos.
QUINTAS, OCTAVAS Y UNÍSONOS También resulta problemático enfatizar uno o ambos de dichos intervalos per­
fectos por medio de grandes saltos, a través de una progresión secuencial, etc.
Las quintas, octavas y unísonos inmediatamente consecutivos --es decir, (v. ej. 3-31).
aquellos que van de la cuarta a la primera negra- por descontado deben ex­ Las quintas y octavas en tiempo débil --es decir, las progresiones donde
cluirse (ej. 3-29). ninguno de los dos intervalos perfectos recae en el primer tiempo-- pueden
Las quintas y octavas con una nota intermedia también son incorrectas� la darse aun cuando haya menos de tres negras intermedias (ej. 3-32).

EJEMPLO 3-28 EJEMPLO 3-29


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bueno bueno pobre
56 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

SALTOS MELÓDICOS mediata sólo cuando cambie el sentido. El cambio de dirección reduce la ampli­
tud del movimiento total y crea una línea melódica más suave (b).
La tercera especie sigue por lo general los mismos procedimientos melódi­ Finalmente, el alumno debe tomar precauciones también en cuanto a saltos
cos de la segunda. No obstante, su movimiento más rápido impone algunos melódicos que continúan la dirección del movimiento conjunto inmediatamen­
cambios, cambios que en general se refieren más al movimiento disjunto que te precedente. En general, los saltos deben coincidir con un cambio de sentido,
al conjunto. incluso después de un movimiento conjunto. Después de dos � tres notas con­
En primer lugar los saltos de envergadura -de quinta o mayores- en esta juntas son posibles los saltos en la misma dirección sin que esto sea causa de
especie deben emplearse con mayor moderación. En una línea melódica con­ mal efecto. Tras un grupo de más de tres notas conjuntas un salto en la misma
cebida vocalmente estos saltos aparecen más frecuentemente en valores largos dirección produce, sin embargo, el mismo efecto desequilibrador que dos sal­
que en cortos. Los súbitos cambios de registro son más sencillos de ejecutar y tos consecutivos. Este desequilibrio es aún mayor si el salto queda resaltado
más apropiados en la escritura instrumental que en la vocal. No es ni necesario por la posicion métrica de la primera negra cuando proviene de la cuarta negra
ni conveniente imponer normas precisas sobre el número de grandes saltos que precedente, como ilustra el ejemplo 3-34.
pueden aparecer sin peligro en un ejercicio. Si el alumno canta los ejercicios,
descubrirá rápidamente dónde ha sobrepasado los limites del estilo vocal.
En la tercera especie es mejor evitar la técnica de la subdivisión -es decir, el EQUILIBRIO DE LA LÍNEA MELÓDICA
empleo de dos saltos pequeños en la misma dirección como sustitución de un sal­
to mayor-. Este tipo de progresión es más apropiado para el movimiento algo Una buena línea melódica en la tercera especie supondrá un empleo
más lento de la segunda especie. Consideremos el ejemplo 3-33. La línea melódi­ equilibrado de los distintos tipos de movimiento melódico. Particularmente,
ca en negras cubre demasiada distancia en un tiempo demasiado c0110, y su efecto las progresiones ornamentales deben hallarse de modo que retarden pero sin
puede resultar algo torpe (a). Dos saltos pequeños pueden darse en sucesión in- detener el empuje hacia adelante de la línea melódica. En el ejemplo 3-35 el

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EJEMPLO 3-32

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LA TERCERA ESPECIE 57

empleo excesivo del adorno melódico ocasiona una línea inactiva y estática. pal. No obstante, se puede decorar el punto culminante con una bordadura, ya
El ejemplo 3-36 muestra otro tipo de defecto. En este caso encontramos que esto no representa esa repetición prohibida del punto álgido, puesto que lo
movimientos de uno a otro punto que son, sin embargo, demasiado pequeños; que registra el oído son dos expresiones de una misma nota prolongada y no
en vez de un amplio arco melódico producen una sucesión de fragmentos me­ dos notas distintas. Véase el ejemplo 3-37.
lódicos, de los cuales no podemos deducir ninguna dirección global.
Ya hemos llamado la atención sobre el efecto de desequilibrio causado por
un movimiento excesivo en la misma dirección durante un período corto. IMPLICACIONES PARA EL ANÁLISIS

Una melodía de tercera especie representa un organismo contrapuntístico


EL PUNTO ÁLGIDO más complejo que un ejemplo de primera o segunda. De hecho, la mejor ma­
nera de entender muchas progresiones características de la tercera especie es
La nota más aguda o grave producirá su efecto máximo si recae en un tiempo como elaboraciones o prolongaciones de progresiones subyacentes de primera
fuerte del compás. Tanto la primera como la tercera negra servirán para este o segunda. En general, los casos de movimiento de ornamentación pueden re­
propósito. En la tercera especie es esencial organizar la línea melódica en su ducirse a la primera especie, mientras las progresiones entre dos notas distin­
totalidad a través de la planificación de uno o dos puntos álgidos subsidiarios, tas derivan de la segunda. Será muy beneficioso para el alumno analizar cuida­
antes o después del principal. En vista del gran número de notas en el ejercicio dosamente sus ejercicios, así como las ilustraciones de este capítulo, pues con
de tercera especie, cualquier otro procedimiento llevará casi inevitablemente a ello obtendrá una mayor profundización que le ayudará en esa tarea más difícil
una cadena de notas informe y sin dirección. Los puntos grave y agudo subsi­ del análisis melódico de las obras del repertorio. El ejemplo 3-38 presenta al­
diarios, por descontado, no deben repetir (o anticipar) el punto álgido princi- gunas ilustraciones características; la primera o segunda especies subyacentes

EJEMPLO 3-36
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EJEMPLO--3-37
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58 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

están colocadas en el ejemplo debajo de las prolongaciones de la tercera espe­ Si aparece antes deberá repetirse en la última negra. El ejemplo 3-41 ilustra la
cie. El alumno debería comparar estas progresiones. escritura de tercera especie.
No todas las amplias progresiones de la tercera especie pueden reducirse a
una realización satisfactoria de primera o segunda especie, como muestra el co­
EJERCICIOS
mienzo del ejercicio del ejemplo 3-39, cuya reducción ofrece una línea meló-
dica de segunda especie un tanto pobre.
l. Tóquese y cántese el ejemplo 3-41 del modo sugerido en los capítulos 1 y 2.
2. Selecciónense cuatro cantus firmi, dos en mayor y dos en menor, y escríbanse
dos líneas melódicas de tercera especie encima y debajo de cada uno.
CóMO FINALIZAR EL EJERCICIO 3. Como ejercicio complementario escnbase una voz en redondas correspondiente
al cantus firmus y dispóngase contra ella una línea melódica de tercera espe­
El ejemplo 3-40 presenta un buen número de fórmulas cadenciales. cie. En lo posible, el alumno debe tratar de formarse una imagen mental de
AdvitSrtaSL' que la sensible debe ocupar la cuarta negra del penúltimo compás. ambas voces antes de escribirlas.

EJEMPLO 3-39
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LA TERCERA ESPECIE 59

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60 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

2. Contrapunto a tres voces modo que fluya con facilidad. Debido a su comparativamente mayor número
de notas, _la tercera especie recorre generalmente un ámbito más extenso que
ÜBSERVACIONES GENERALES: CRUZAMIENTO DE LAS VOCES las demás especies. Las consideraciones de disposición entre las voces impi­
den frecuentemente que la voz media obtenga el suficiente espacio para abar­
En el contrapunto a tres voces de la tercera especie, como en la segunda, car ese ámbito más amplio. Por lo tanto ahora sí podemos presentar la técnica
existen seis combinaciones posibles para la disposición del cantus, la voz de del cruzamiento de las voces de modo apropiado. Si la voz media cruza a la
primera especie, y la de tercera-especie; por supuesto, el alumno deberá adqui­ voz inferior, la primera debe desempeñar la función del bajo; el descuidar este
rir experiencia en cada una de esas combinaciones. Cuando la voz en tercera hecho puede acarrear errores de conducción de las voces. El ejemplo 3-42
especie se encuentre en la voz media, a veces resultará difícil darle forma de muestra el cruzamiento de las voces.
EJEMPLO 3-41 (continuación)

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LA TERCERA ESPECIE 61

CóMO COMENZAR EL EJERCICIO l. Como la cuarta negra en el penúltimo compás de la voz de tercera es­
pecie, si la sensible aparece antes en dicho compás, debe repetirse en la cuarta
La tercera especie sigue exactamente los mismos procedimientos que la se­ negra.
gunda en relación al comienzo del ejercicio. Si la voz de esta especie comien­
za con un silencio de negra, la primera negra constará generalmente de una oc­ 2. Como redonda en el penúltimo compás de la voz de primera especie.
tava, unísono o quinta superior; aquí la tercera y décima superior son también
posibles (ej. 3-43). La sensible debe formar parte de un acorde completo consonante, como en
las dos especies precedentes. El ejemplo 3-44 muestra algunas posibilidades.

CóMO FINALIZAR EL EJERCICIO El ejemplo 3-45 ilustra algunos ejercicios completos.

La sensible puede aparecer en las dos posiciones siguientes:

EJEMPLO 3-43

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62 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

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LA TERCERA ESPECIE 63
EJEMPLO 3-45 (continuación)

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64 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJERCICIOS puede introducirse simplemente por razones de variedad. Si emprendemos su


estudio en la segunda especie, las disonancias estarán restringidas a las notas
l. Tóquese y cántese el ejemplo 3-45 del modo sugerido en los capítulos 1 y 2. de paso, mientras la tercera especie ofrecerá además la posibilidad de las
2. Selecciónense dos cantus firmi, uno mayor y otro menor, y escríbanse ejerci­
bordaduras disonantes.
cios en cada una de las seis permutaciones cada cantus.
3. Como ejercicio complementario, escríbanse dos voces en redondas frente a la Podemos escoger un compás � o ¡ . El primero constará de redondas con
línea de tercera especie, y prescíndase así del cantus firmus. puntillo y el segundo de blancas con puntillo.

3. Tres notas contra una TRATAMIENTO DE LA DISONANCIA; QUINTAS Y OCTAVAS

ÜBSERV ACIONES GENERALES Como acabamos de mencionar, la bordadura disonante puede aparecer jun­
to a la nota de paso. No podemos escribir disonancias en el primer tiempo del
El propósito de los ejercicios del contrapunto de especies no es el de ofrecer compás, pero podemos situarlas tanto en el segundo como en el tercero. (En la
experiencia en el tratamiento de ritmos diferentes per se, por lo que, excepto para métrica ternaria, ambos tiempos son débiles.) El ejemplo 3-46 muestra algunas
la quinta especie, esos ejercicios están diseñados en figuras uniformes. El elemen­ posibilidades características.
to rítmico se mantiene deliberadamente lo más simple posible para permitir la con­ Los usos idiomáticos ornamentales de la tercera especie -la nota cambiata
centración en las cuestiones de la línea y de la conducción de las voces. El alum­ y la doble bordadura- requieren cuatro notas por compás y consecuentemen­
no encontrará en otras ramas de sus estudios teóricos la oportunidad de profundizar te aquí no podrán emplearse. Las normas reguladoras de las octavas y las quintas
en las múltiples combinaciones rítmicas posibles en diversas medidas. siguen los procedimientos de la segunda especie. Las quintas y octavas acen­
La textura de tres notas contra una no forma una parte esencial del estudio tuadas (en primeros tit:mpos sucesivos) pueden aparecer ocasionalmente, pero
del contrapunto elemental, puesto que no aporta conceptos nuevos relaciona­ no tan libremente como en la tercera especie, donde intervenían tres notas, una
dos con la conducción de las voces. No obstante, el contrapunto en métrica triple de ellas relativamente acentuada.

EJEMPLO 3-45 (continuación)

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LA TERCERA ESPECIE 65

CóMO COMENZAR Y FINALIZAR EL EJERCICIO tas, la tercera de las cuales deberá ser la sensible. Aunque la sensible aparez­
ca en el primer tiempo del compás, deberá repetirse en el último tiempo. En
El ejercicio puede comenzar con un silencio de un tiempo y dos notas en el contrapunto a tres voces la sensible puede aparecer también en 1a voz de
el primer compás. El ejemplo 3-47 muestra varias posibilidades a dos y tres primera especie. El ejemplo 3-48 ilustra algunas fórmulas cadenciales carac-
voces. terísticas.
El penúltimo compás en el contrapunto a dos voces constará de tres no- Sirva el ejemplo 3-49 de ilustración general.

EJEMPLO 3-47

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66 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

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4. La cuarta especie

l. Contrapunto a dos voces difieren entre sí en que una resulta de una conexión entre dos notas diferentes,
y la otra de la decoración de un punto estacionario; no obstante, ambas están
ÜBSERVACTONES GENERALES causadas por una actividad melódica. El origen de la suspensión, sin embargo,
es puramente rítmico. Si una nota se desplaza o se alarga, su última parte for­
En la cuarta especie la voz añadida consiste en blancas ligadas. El contra­ ma una suspensión, y puede dar lugar a una disonancia. (Una suspensión pue­
punto coloca.dos blancas contra cada redonda del cantus firmus, la primera de de resultar también de la repetición de una nota, procedimiento tan similar
las cuales está ligada desde el compás precedente y la segunda al siguiente. La al alargamiento que no necesita considerarse como un caso especial.) El ejem­
primera mitad del compás inicial estará ocupada siempre por un silencio. plo 4-2a muestra una progresión interválica consonante, en la que podemos
La segunda blanca del penúltimo compás (la sensible) no debe ligarse nunca, producir una suspensión disonante a través de: desplazamiento (b), alarga­
y el último compás constará de una redonda. El ejemplo 4-1 muestra este tipo miento (e) y repetición (d).
de organización rítmica por suspensión. En la cuarta especie, por supuesto, las suspensiones se producirán sólo a
La voz de esta especie se diferencia claramente de la división rítmica nor­ través del primero de dichos procedimientos, es decir, por medio de un despla­
mal de las especies precedentes. La actividad se da ahora sólo en el segundo zamiento o sincopación. El ejemplo 4-3 ilustra el proceso por el cual la
pulso, y el primer tiempo sirve simplemente para alargar la nota ya presente. sincopación produce suspensiones disonantes. El ejemplo 4-3a muestra una
Por lo tanto, la actividad rítmica y melódica que se encontraría normalmente progresión típica de primera especie; el b desplaza la voz superior medio com­
en la primera mitad del compás aparece aquí desplazada. De hecho, si compa­ pás originando así la suspensión disonante de cuarta especie. No todas las
ramos el ejemplo 4-1 con una línea de primera especie, vemos que las blancas progresiones de primera especie pueden transformarse en una de cuarta; sólo
ligadas corresponden a las redondas de primera especie desplazadas medio aquellas que cumplan los requisitos de resolución pueden servir como base
compás. para el contrapunto sincopado de la cuarta especie.
El proceso que resulta del desplazamiento de parte de la textura -u oca­ De los tres tipos básicos de disonancia la suspensión es indudablemente la
sionalmente de toda- de modo que el énfasis rítmico se enc!Jentre en con­ que produce el efecto más contundente. Las disonancias de paso y de bordadu­
flicto con la métrica prevaleciente se denomina sincopación. Por tanto, el ra se originan por un movimiento melódico; la actividad melódica atrae la
contrapunto de cuarta especie se caracteriza por el ritmo sincopado. (Como atención del oyente, y la disonancia es claramente un subproducto de dicha
veremos más adelante, en ocasiones se hace necesario abandonar el ritmo actividad. En el caso de la suspensión, sin embargo, no existe movimiento
sincopado en el curso de un ejercicio, procedimiento que caracterizará sólo melódico en la voz que causa la disonancia. Por lo tanto el foco de atención se
una pequeña parte de éste, y no anulará la naturaleza esencialmente sincopa­ desvía hacia la acción recíproca entre las dos voces, alternando disonancia y
da de esta especie.) resolución. La presencia de la disonancia en el tiempo fuerte del compás indu­
dablemente también contribuye a su impacto.
El lector habrá pensado quizá acerca de la posibilidad de un desplazamien­
LA SUSPENSIÓN DISONANTE to en el sentido opuesto: es decir, anticipando en lugar de retrasando.
En el ejemplo 4-4 la disonancia recae en la parte débil del compás, antici­
La suspensión, el tercer tipo básico de disonancia, difiere marcadamente pando así la consonancia que le sigue. La disonancia de anticipación no apare­
de las notas de paso y de la bordadura. Las disonancias de paso y de bordadura ce en la cuarta especie, y es por tanto un tipo de disonancia menos fundamen-
68 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

tal que la suspensión. En la composición aparece generalmente como figura­ La continuación por grados conjuntos de la suspensión disonante no preci­
ción de 18 superficie v pertenece particularmente al contrapunto prolongado sa aclaración. puesto que representa un principio fundamental compartido por
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El ejemplo 4-3b ilustra los principios básicos que rigen el empleo de las movimiento descendente es exclusiva de la cuarta especie y la disonancia por
suspensiones disonantes en la cuarta especie: suspensión. ¿Qué razones justifican tal restricción?
El movimiento ascendente en general se asocia con un incremento de la
l. La disonancia resulta al ligar úna nota consonante. Esta nota ligada tensión melódica, y el descendente con una disminución de ésta. La suspen­
recibe el nombre de preparación de la suspensión. sión, al ser la de mayor repercusión entre los tipos básicos de disonancia, pre­
2. La disonancia aparecerá sólo en la primera blanca del compás; la se­ cisa generalmente de unaresolución lo más eficaz posible. Si continuamos una
gunda blanca deberá ser siempre consonante. suspensión disonante con movimiento ascendente a una consonancia, resolve­
3. La resolución de la disonancia debe ser siempre descendente y por remos la disonancia pero seguirá presente un residuo de tensión en el movi­
grado conjunto. miento melódico. Como resultado, las dimensiones horizontal y vertical llevarían

EJEMPLO 4-1
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EJEMPLO 4-2
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LA CUARTA ESPECIE 69

a cabo acciones opuestas, que se contradicen entre sí, ya que la resolución de la l. La segunda blanca de cada compás debe ser consonante con el cantus
disonancia coincidiría con un incremento de tensión melódica (ej. 4-5). firmus
Si la suspensión resuelve descendentemente, las dos dimensiones se corre­ 2. La primera blanca puede ser tanto disonante como consonante. Si es
lacionan. Es decir, la resolución de la disonancia coincide con una relajación disonante deberá ser una suspensión, y deberá estar ligada a una consonancia
de la tension melódica (ej. 4-6). del compás anterior.
De todas formas, las suspensiones de resolución ascendente se dan en compo­ 3. La suspensión disonante debe resolver por grados conjuntos y descen­
siciones de los más variados estilos. Incluso donde aparecen con mayor frecuen­ dentemente en una consonancia. Una consonancia en el primer tiempo es libre de
cia --en la música del siglo x1x, por ejemplo--, son menos abundantes que las moverse por salto o grados conjuntos, y ascendente o descendentemente a otra
suspensiones con resolución descendente. Este tipo de resolución caracteriza a la nota consonante.
mayoría de las suspensiones y de hecho a apoyaturas, notas de paso acentuadas y
en general a toda clase de disonancias resaltadas métricamente; por lo tanto la res­
tricción a la resolución descendente es lógica y apropiada. Los modelos de sus­ SUSPENSIONES DISONANTES EN EL CONTRAPUNTO SUPERIOR
pensión de cuarta especie constituyen una parte importantísima del vocabulario
de la ·música tonal, presentes en la composición desde el comienzo del Renaci­ En la voz superior son teóricamente posibles cuatro suspensiones diso­
miento hasta el siglo x1x en forma tanto inalterada como transformada por varios nantes: una séptima que resuelve en una sexta (7-6), una cuarta en una terce­
tipos de prolongación. ra (4-3), una novena en una octava (9-8) y una segunda en un unísono (2-1 ).
Antes de pasar a un tratamiento más detallado de problemas específicos (El ejemplo 4-7 ilustra estas posibilidades.)
resumamos lo que hemos aprendido sobre el tratamiento de la disonancia en la Estas cuatro posibilidades no son en absoluto igualmente buenas. Las sus­
cuarta especie: pensiones 7-6 y 4-3 son con mucho las más útiles, ya que la resolución en una

EJEMPLO 4-4 EJEMPLO 4-5

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EJEMPLO 4-6

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70 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

consonancia imperfecta crea una textura a un tiempo sonora y fluida. La sus­ de registro. Al encontrarse las voces tan próximas, la suspensión 2-3 represen­
pensión 9-8, por el contrario, al resolver en una octava origina un impulso ta, por así decir, una fricción un tanto más palpable que la, 9-10. La suspen­
menor y una sonoridad vertical menos densa. Como veremos más adelante, este sión 2-3 es por tanto uno de los elementos más vivos y efectivos del vocabula­
tipo de suspensión en serie puede conducir a octavas prohibidas. Una suspen­ rio contrapuntístico.
sión 9-8 incluso aislada deberá darse sólo cuando esté justificada por razones me­ La suspensión 4-5 en serie es incorrecta, puesto que origina quintas conse­
lódicas. La progresión 2-1 es aún más insatisfactoria, ya que el unísono carece del cutivas, e incluso una 4-5 aislada tampoco es del todo recomendable debido a
contraste de registro que otorga substancia vertical a la octava; por lo tanto deberá lo perfecto, cualitativamente hablando, de ese intervalo consonante. Sin em­
excluirse o a lo sumo reservarse para casos extremos. bargo, como era el ca.so de 9-8 en el contrapunto superior, su empleo ocasional
El ejemplo 4-8a muestra un tipo especial de 4-3, con la cuarta aumentada. puede estar justificado por consideraciones melódicas.
No existe ninguna razón para excluir esta suspensión, como hacen algunos La suspensión 7-8 está también excluida de los ejercicios a dos voces. La
autores, y es perfectamente adecuada cuando se da en conexión con una pro­ nota de resolución ya está presente en la voz superior, y por tanto el efecto de
gresión melódica convincente en la voz de especie. Lo mismo se mantiene la resolución no resulta del todo conclusivo. En general el anticipar la nota
para la quinta disminuida del ejemplo 4-8b. de resolución en otra voz constituye un procedimiento arriesgado. Este riesgo
se reduce al mínimo sólo cuando la voz inferior anticipa la nota de resolución
(como en la suspensión superior 9-8).
SUSPENSIONES DISONANTES EN EL CONTRAPUNTO INFERIOR Obsérvese que disponemos de menos posibilidades en el contrapunto infe­
rior que en el superior. Los dos tipos preferidos de síncopa disonante son esen­
Aquí las posibilidades teóricas son 2-3, 4-5, 7-8 y 9-10 (v. ej. 4-9). cialmente similares, mientras en el contrapunto superior las suspensiones 7-6 y
De estas suspensiones inferiores las preferibles son 2-3 y 9-10, que son las 4-3 diferían marcadamente. Por esta razón el contrapunto inferior -en mayor
únicas que resuelven en consonancias imperfectas. Estas dos formas de sus­ medida que el superior- necesitará de las sincopaciones consonantes para ob­
pensión son muy parecidas, diferenciándose esencialmente sólo en términos tener una mayor variedad de intervalos verticales.

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EJEMPLO 4-7

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EJEMPLO 4-8
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LA CUARTA ESPECIE 71

LA SUSPENSIÓN CONSONANTE notas de paso y de bordaduras consonantes. Exactamente igual, estos intervalos
pueden producir síncopas consonantes idóneas para una continuación por grados
Las suspensiones consonantes no conllevan restricciones en cuanto a con­ conjuntos. Existen cuatro posibilidades: las sucesiones 5-6 ascendente y 6-5 des­
tinuar descendentemente o por grados conjuntos. Por lo tanto las únicas posi­ cendente en el contrapunto superior, y las sucesiones 5-6 descendente y 6-5 as­
bilidades para el movimiento ascendente o para el disjunto surgirán cuando el cendente en el inferior (v. ej. 4-10).
compás dé comienzo con una consonancia. La sincopación consonante no Tales progresiones no revisten mayor dificultad si se dan en un solo com­
debe aparecer con excesiva frecuencia, y no debe ser en modo alguno el ele­ pás. Sin embargo, tan pronto como las extendemos en serie a lo largo de dos o
mento predominante del tejido contrapuntístico. El papel principal de la sínco­ tres compases dan lugar a quintas consecutivas cuestionables. Si el alumno
pa consonante es en realidad, dar variedad al movimiento melódico, ya que sin toca las progresiones del ejemplo 4-1 O observará probablemente que las quin­
ella no habría alivio posible de esa continua progresión descendente por gra­ tas resultan algo más acusadas en la progresión 6-5 que en la 5-6. El ritmo sin­
dos conjuntos requerida por las suspensiones disonantes. copado recalca la segunda blanca del compás; este énfasis se atenúa si ambos
Quizá las más significativas de estas síncopas consonantes son aquellas· que intervalos son consonantes, pero sigue presente a pesar de todo. Las sucesio­
incluyen la alternativa entre la quinta y la sexta. Ya hemos aprendido por nuestro nes 5-6 pueden por tanto emplearse libremente, mientras que las progresiones
estudio sobre la segunda y tercera especies que la quinta y la sexta forman las úni­ 6-5 requieren una mayor precaución. Debido a ese ligero énfasis sobre la quin­
cas consonancias
, adyacentes, y cómo éstas sirven también para la formación de ta estas últimas progresiones no deben aparecer, por ejemplo, en contextos

EJEMPLO 4-9

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EJEMPLO 4-10

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72 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

donde de algún modo este intervalo perfecto se pusiera de relieve. No obstan­ QUINTAS Y OCTAVAS
te, no es necesario excluir por completo las series de 6-5.
Antes tocamos brevemente el problema de las quintas y octavas; lo trata­
mos en relación con las sincopaciones consonantes 5-6 y 6-5. Discutamos esta
SUSPENSIONES EN SERIE cuestión en mayor detalle. El proceso de sincopación evita obviamente la apa­
rición de quintas y octavas inmediatamente consecutivas; siempre habrá como
Las progresiones 5-6 y 6-5 no son de ningún modo las únicas sincopa­ mínimo un intervalo entre dos expresiones de una quinta u octava. Además, el
ciones que pueden darse en serie ininterrumpida; las síncopas consonantes res­ hecho de que las dos voces no se mueven al mismo tiempo significa que los
tantes aparecen en raras ocasiones -todas ellas producen saltos, y debemos intervalos verticales son resultado más del movimiento oblicuo que del parale­
evitar más de dos saltos en la misma dirección por razones melódicas-. Sin lo o el contrario.
embargo, las suspensiones 4-3 y 7-6 en el contrapunto superior, así como las Hemos aprendido por la segunda especie que dos quintas u octavas pueden
2-3 y 9-1 O en el inferior, aparecen frecuentemente en serie. Para conseguir una originar una conducción de las voces pobre aun cuando se encuentren separa­
mayor variedad es preferible no permitir que un mismo tipo de suspensión se das por un intervalo; esto es válido también en la cuarta especie, pero con un
presente más de tres veces seguidas, norma correspondiente a la que nos decía criterio diferente. Si dos quintas, octavas o unísonos aparecen en compases
que se deben evitar más de tres intervalos paralelos en primera especie, o tres consecutivos separados por una suspensión disonante, la conducción de las
intervalos del mismo tamaño en primeros tiempos consecutivos en segunda y voces resultante no es satisfactoria. La disonancia depende de las consonancias
tercera especies. que la enmarcan para esclarecer su significado. Ésta carece de una estabilidad in­
Una serie o cadena de suspensiones constituye la aproximación más permisi­ dependiente, y por lo tanto no separa los dos intervalos perfectos, sino que los
ble posible a una secuencia en el contrapunto de especies. Es un hecho importan­ reúne y acentúa. Las progresiones 8 9-8, 5 4-5 y 1 2-1 dan lugar a octavas, quintas
te, aunque poco conocido, que la mayoría de las progresiones secuenciales de la y unísonos consecutivos muy poco encubiertos (v. ej. 4-1 Ia-d).
composición se derivan en definitiva de una serie de síncopas consonantes o diso­ Se sigue claramente por lo tanto que las suspensiones 9-8 y 4-5 nunca de­
nantes. Las series empleadas más frecuentemente en el repertorio son las de 5-6 y berán aparecer en serie; las series 2-1 y 7-8 caen dentro de la misma prohibi­
7-6 con las suspensiones en la voz superior, y las de 2-3 y 9-10 con las suspensio­ ción, además de que en general resulten inapropiadas en sí mismas.
nes en el bajo. Curiosamente, la suspensión superior 4-3 aparece en serie con Si las quintas, octavas y unísonos en compases consecutivos están separados
relativa poca frecuencia, aunque se da muy frecuentemente como suspensión por un intervalo consonante, su efecto es completamente diferente, ya que esta
aislada. La serie 4-3, aunque sea absolutamente correcta, no posee la misma consonancia intermedia es lo suficientemente estable como para interponer su
fluidez que las de 7-6 o 2-3 incluso en los ejercicios de especies. Una serie de peso entre los dos intervalos perfectos. Por lo tanto las progresiones de los ejem­
7-6 transcurre más suavemente que una de 4-3 debido a la cualidad menos plos 4-11 e y f pueden aparecer libremente, pero préstese atención, ya que la
estable de la sexta comparada con la de la tercera. La serie de 2-3 deriva su aproximación a un intervalo perfecto por salto en una de las voces conlleva cierto
fluidez del hecho de que la fundamental nota inferior aparece en la voz énfasis. Por ello es preferible evitar más de dos de tales intervalos en compases
sincopada, y la resolución es por tanto menos terminante que cuando la tercera consecutivos. Las progresiones 5-6 y 6-5, al estar en relación conjunta, son las
resulta de movimiento en la voz superior. únicas que pueden aparecer apropiadamente en series de tres.

EJEMPLO 4-11

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LA CUARTA ESPECIE 73

El ritmo sincopado de la textura a dos voces sólo produce movimiento <lucir una buena línea melódica, y debe valerse en particular de los primeros
oblicuo, y por tanto el problema de las quintas y octavas «ocultas» (la conse­ tiempos consonantes. Es difícil proporcionar a una línea melódica de cuarta
cución de un intervalo perfecto por movimiento directo) aparece sólo cuando especie la flexibilidad y variedad del contrapunto de segunda y tercera, pero
las sincopaciones se abandonan momentáneamente. no obstante debe tratar de construirla lo mejor que se pueda.

UNÍSONOS INTERRUPCIÓN DE LA SINCOPACIÓN

Los unísonos pueden aparecer más libremente en la cuarta especie que en Un recurso para mejorar una línea melódica que de otro modo resultaría
cualquiera de las precedentes. La razón de ello estriba en la conducción oblicua pobre consiste en interrumpir el ritmo sincopado. En lugar de ligar la segunda
característica de la sincopación. Las dos voces no se mueven al mismo tiempo, y blanca del compás, existe la posibilidad de dejar que se mueva hacia una nue­
por lo tanto el unísono no puede ocasionar el efecto perturbador de un final o de va nota al comienzo del compás siguiente. Esta técnica constituye efectiva­
la desaparición repentina de una voz. A ser posible deben evitarse los unísonos mente la introducción provisional de la segunda especie y recibe el nombre de
como intervalos de resolución, es decir, en relación con la suspensión 2-1. No hay ruptura de la especie. Mientras sean las blancas no sincopadas las que estén
otras restricciones generales sobre su empleo. El ejemplo 4-12 muestra algunas en acción, las normas de la cuarta especie se dejan de lado y prevalecen las de
progresiones típicas que hacen uso de unísonos. la segunda.
En el contrapunto inferior los unísonos aparecen frecuentemente en el se­ Desde un punto de vista pedagógico lo mejor es restringir la ruptura de la es­
gundo tiempo como preparación de una suspensión 2-3, como es el caso del pecie al mínimo. En la medida que empleemos este procedimiento nos veremos
ejemplo 4-12a. privados de práctica en la cuarta especie. Es difícil dar normas precisas sobre la
extensión durante la que podemos abandonar la sincopación, ya que esto depende
de cada ejercicio. Este procedimiento puede ser adecuado para los objetivos si­
LÍNEA MELÓDICA guientes:

La naturaleza de la cuarta especie limita en gran medida las posibilidades l. Para cercenar una serie de suspensiones en la que su intervalo se reite­
para el desarrollo melódico. En particular, el requisito de resolución descen­ re en más de tres ocasiones.
dente convierte a menudo la continuación de una progresión melódica más en 2. Para proporcionar un alivio melódico a un constante movimiento des­
una cuestión de necesidad que en una elección entre varias alternativas. Como cendente.
resultado, las líneas de cuarta especie tienden a constar básicamente de movi­ 3. Para evitar errores que de otro modo podrían producirse.
mientos conjuntos descendentes, diversificados ocasionalmente por saltos me­
lódicos ascendentes. En el ejemplo 4-13 existe la amenaza de una sucesión errónea de suspen­
El alumno debe aprovechar cualquier ocasión que se le presente para pro- siones 9-8, y sólo la ruptura de la especie puede solucionarla.

EJEMPLO 4-12
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74 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

La progresión del ejemplo 4-14 es interesante: la cuarta de la primera mi­ yamos efectuado una ruptura de la especie), mientras la segunda no recibirá ya
tad del compás 3 resolvería en una qui11ta disminuida. Debido a que la segun­ la suspensión. La segunda blanca deberá ser por supuesto la sensible. En gene­
da blanca debe incluir una consonancia, la quinta disminuida es obviamente ral el final más efectivo se da cuando la sensible constituye la resolución de
incorrecta. La voz inferior, por otro lado, no puede saltar ni ascender desde la una suspensión disonante. En el contrapunto superior esta suspensión es la 7 -6
disonancia, por lo que debemos interrumpir el ritmo sincopado. y en el inferior la 2-3 o 9-10. La aproximación a la sensible a través de una
suspensión disonante incrementa su impulso motriz hacia la tónica. Incluso
una rápida ojeada al repertorio musical pondría de manifiest� cuán general era
CóMO COMENZAR Y FINALIZAR EL EJERCICIO el empleo de la suspensión hacia la sensible en la música que va desde el Re­
nacimiento hasta el siglo x1x. Los cantus firmi que terminan con los grados de
El comenzar el ejercicio no ofrece nuevas complicaciones. La voz añadida la escala 4 2 1 no permiten la suspensión hacia la sensible en el contrapunto
Jebe empezar siempre coH UH sileHt:Íu Je lJlallLil pum sulm1ym lil irnporwnciu infrriori y por lo rnnto e.� pr eferible evitarlos en la cuarta especie. El ejem­
de la segunda blanca en el compás inicial. Como en el resto de las especies del plo 4-15 muestra cómo finalizar el ejercicio. En el ejemplo 4-15b la.continua­
contrapunto a dos voces, debemos emplear la octava o la quinta en el contra- ción del salto de quinta en la misma dirección es correcto. La nota que sigue al
1111111,, s11p1'ri11r v ,,¡ 1111íso110 11 octavn en el inf<.'rior. salto -la sensible- posee un marcado impulso ascendente hacia la tónica;
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1 •:11 l'I l',il·111plo 4-16 podemos ver algunas ilustraciones adicionales de esta
p11·vv1k11t1:.-. (11 IIH'llll,"i q1H• 1111 l'Sf ll"L'IL',

E.11. (G(. C,c.,�c.. C<fto-', C.O"-'o (2.11\ -l..:i,c•? l•S d.( 111,/"S' " <.oLoC"" IA\C.. tC,�ll'l.Jc. e"' ,J.,
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LA CUARTA ESPECIE 75

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EJEMPLO 4-16

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76 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 4-16. (continuación)


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LA CUARTA ESPECIE 77

EJERCICIOS Las normas 2 y 3 ocasionalmente entran en conflicto. A veces al intentar


resolver una disonancia con una de las voces en redondas provocamos una di­
1. Tóquese y cÍlntcsc el ejemplo 4� 16 del modo sugerido en los cnpít11los nntcrio­ sonancia con ta otrn. Et ejemplo 4-17 muestra esta posihle situación prohlemá­
res. tica; obviamente deben evitarse las combinaciones �, � y � en la cuarta espe­
2. Selecciónense cuatro cantus firmi, dos en mayor y dos en menor, y escríbanse cie a tres voces.
dos líneas melódicas de cuarta especie encima y debajo de cada cantus.
3. Escríbase como ejercicio complementario una voz de cuarta especie contra
una línea melódica en redondas de composición propia.
SUSPENSIONES DISONANTES EN LA VOZ SUPERIOR

2. Contrapunto a tres voces Las suspensiones disonantes del contrapunto de cuarta especie a tres voces
simplemente añaden una tercera nota a las ya familiares progresiones a dos
ÜBSERV ACIONES GENERALES voces.
Cuando las sincopaciones se dan en la voz superior las suspensiones resul­
La adición de una tercera voz en redondas lleva a un número mayor de tan principalmente de la interacción con el bajo; la nota complementaria se
consideraciones nuevas en la cuarta especie que en la segunda o en la tercera. halla en la voz media. El ejercicio se hace por lo tanto más difícil cuando el ·
Los requisitos básicos son sin duda los de la cuarta especie a dos voces y las cantus se halla en la voz media; entonces el concebir ambas voces exteriores
consideraciones fundamentales de la textura de tres voces en general. Estos re­ simultáneamente se convierte en una necesidad. Las suspensiones en sí mis­
quisitos pueden formularse del modo siguiente: mas, sin embargo, adoptan la misma forma independientemente de la posición
del cantus.
l. La voz en primera especie deberá ser consonante con el cantus. Determinemos ahora las posibles notas añadidas para cada una de las sus­
2. La segunda blanca de la voz de cuarta especie debe formar una combi­ pensiones disonantes del contrapunto a dos voces. A ser posible es preferible
nación consonante tanto con el cantus como con la voz en primera especie. permitir que la suspensión resuelva en un acorde completo; y allá donde esto
3. Si la primera blanca crea una suspensión disonante con una o ambas no sea posible, por razones de conducción de las voces, las notas añadidas
de las voces en redondas, esta disonancia debe resolver descendentemente por pueden duplicar el bajo. Sin embargo, no debe duplicarse nunca la resolución
grados conjuntos. de la suspensión. El alumno recordará, por su estudio de la cuarta especie a

EJEMPLO 4-16 (continuación)

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78 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

dos voces, que la duplicación y anticipación de la nota de resolución perjudica ta, que producirá un acorde � ; la quinta, aunque menos apropiada, no está exclui­
el efecto de la suspensión. Adviértase el ejemplo 4-18. da por completo, y generará un acorde � . La duplicación del bajo es incorrecta,
La suspensión 7-6 debe estar acompañada por una tercera o décima sobre ya que la resolución sería una misma nota triplicada (ej. 4-21).
el bajo para originar un acorde consonante completo. Es menos conveniente
que el bajo esté duplicado a la octava, puesto que da lugar a un acorde incom­
pleto. No son posibles ni la quinta ni la sexta sobre el bajo, ya que la quinta no SUSPENSIONES DISONANTES EN LA VOZ MEDIA
permite una resolución consonante y la segunda duplica a la nota de resolu­
ción (ej. 4-19). Las suspensione� en la voz media, al igual que las de la voz superior, ac­
La suspensión 4-3 puede estar acompañada de dos notas: una quinta o una túan esencialmente con respecto al bajo; en consecuencia. aparecen en esta
sexta sobre el bajo. La primera produce una resolución en un j; la segunda re­ disposición exactamente los mismos tipos de suspensión que cuando éstas se
suelve en un �. Esta última posibilidad representa casualmente la primera apari­ dan en la voz superior. Sin embargo, en este caso las notas complementarias
ción en el contrapunto de especies de la sonoridad 1 en el primer tiempo del com­ se dan en la voz superior, por encima de las suspensiones en lugar de debajo.
pás. El 1, por supuesto, no es un acorde que disponga de una identidad vertical Si comparamos las progresiones del ejemplo 4-22 con las correspondientes de
independiente, sino que resulta por completo del desplazamiento rítmico. El ¡_3 los tres ejemplos precedentes, advertiremos que son iguales salvo en cuanto a
contiene un empuje más enérgico que el t3 , debido a que el primero contiene dos la posición relativa de las sincopaciones y redondas añadidas.
disonancias y el segundo sólo una. Insistimos que es posible, aunque no especial­ Aunque las suspensiones en sí mismas y las notas que las acompañan no
mente deseable, duplicar el bajo. La duplicación de la nota de resolución es, claro sean nuevas, el efecto global difiere marcadamente del que resulta de suspen­
está, incorrecta (ej. 4-20). siones en la voz superior. En esta permutación la voz media se convierte en la
La suspensión 9-8 en la escritura a tres voces debe resolver en un acorde in­ más activa tanto rítmica como contrapuntísticamente, y por lo tanto asume mayor
completo. La nota más adecuada a añadir es la tercera o la décima sobre el bajo, importancia de la que se le confiere generalmente. Al mismo tiempo las notas
ya que da lugar a una resolución en un � . También podemos hacer uso de la sex- añadidas se hallan en la voz superior, que es la más prominente, y adquieren tam-

EJEMPLO 4-17 EJEMPLO 4-18


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bueno menos bueno malo pobre bueno bueno menos bueno pobre
LA CUARTA ESPECIE 79

bién mayor importancia que la que poseen cuando aparecen en la voz media. sonante 2-3 con el bajo, mientras la voz superior forma una consonante 5-6.
Cada voz desempeña un papel diferenciado pero equivalente, y la textura contra­ En la segunda progresión las relaciones entre consonancia y disonancia están
puntística resulta extremadamente equilibrada. Es quizá por esta razón por la que invertidas.
las suspensiones en la voz media (generalmente en la voz más cercana a la supe­ La sincopación disonante básica de la voz inferior es 2-3, o su expansión,
rior si hay más de tres voces) son frecuentes en composiciones de estilos muy 9-1 O. En el ejemplo 4-23 esta suspensión está acompañada de una sexta sobre
diversos. la nota de resolución, y por lo tanto el acorde producido es un � . En el ejem­
El ejemplo 4-22 precisa poco comentario. Al igual que en el caso de las plo 4-24 la nota añadida está a distancia de quinta sobre la nota de resolución.
suspensiones en la voz superior, las formas más adecuadas son aquellas que Aquí encontramos dos suspensiones disonantes: 2-3 o 9-10, y 4-5. La 2-3
resultan en acordes de resolución completos. Adviértase que algunas suspen­ constituye con mucho la más fuerte, y por consiguiente la primaria. Adviértase
siones presentan dos relaciones disonantes: una suspensión 2-3 con respecto a que la presencia de esta suspensión 2-3 o 9-10 suprime el efecto un tanto po­
la voz superior así como la relación primaria con el bajo. Estas suspensiones, bre de la de 4-5, que resuelve en una consonancia perfecta. La suspensión 4-5
particuh!fmente la t3 , cuentan con un impulso cinético excepcionalmente es aceptable si se presenta como secundaria en la textura a tres voces.
fuerte. Por otro lado la suspensión 7-8 no es tan adecuada a tres voces; la duplica­
ción anticipada de la nota de resolución es tan problemática aquí como en
cualquier otro contexto. Los acordes de resolución incompletos son en general
SUSPENSIONES DISONANTES EN EL BAJO menos satisfactorios cuando la suspensión se halla en el bajo que cuando la
sincopación aparece en una de las voces superiores. La mejor de las posibilida­
Como vimos anteriormente, cuando la suspensión se encuentra en una de des es la duplicación de una tercera sobre la nota de resolución (ej. 4-25a). La
las voces superiores, la relación primaria se establece con el bajo. Cuando es progresión mostrada en el b es bastante pobre, ya que al no disponer del acompa­
éste mismo el que contiene· la suspensión, la relación principal involucra la ñamiento de una consonancia imperfecta la suspensión 4-5 nos remite directa­
voz superior con la cual forma una disonancia. En el ejemplo 4-23 la relación mente al contrapunto a dos voces; la quinta duplicada se suma a este efecto débil
principal en la primera progresión es con la voz media, y en la segunda con la y estático; e duplica la nota de resolución por medio de una suspensión 7-8 secun­
voz superior. En la primera progresión la voz media forma una suspensión di- daria, que no es nada recomendable.

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EJEMPLO 4-21 EJEMPLO 4-22

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EJEMPLO 4-23 EJEMPLO 4-24 EJEMPLO 4-25


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80 EL CONTRAPUNTO liN LA COMl'OSICION

SINCOPACIÓN CONSONÁNTE La suspensión 5-6 puede estar acompañarla por una tercera o décima so­
bre la nota de resolución. No obstante, esta nota forma una suspensión diso­
Las sincopaciones consonantes 5-6 y 6-5 son más adecuadas en las voces nante 2-3 o 9-1 O con el bajo; es la suspensión disonante que percibimos
superior o media. Para producir un acorde completo la nota añadida deberá ser como principal; la suspensión consonante 5-6 queda relegada a un segundo
una tercera o décima sobre el bajo; la duplicación del bajo da lugar a una so­ plano (v. ej. 4-29).
noridad menos satisfactoria (v. ej. 4-26). Las sincopaciones consonantes disjuntas son posibles en cualquiera de las vo­
Si intentamos emplear las suspensiones 5-6 y 6-5 en el bajo, advertiremos ces. No existen nuevas consideraciones, excepto que es preferible situar el acorde
que es imposible obtener acordes consonantes y completos. Si duplicamos la completo en la primera blanca que en la segunda. Esto debe considerarse más
voz superior los acordes serán obviamente incompletos. La conducción de las como una preferencia que como una norma. El ejemplo 4-30 muestra algunas. de
voces no es incorrecta, pero la sonoridad resultante es pobre, como demuestra estas posibilidades.
el ejemplo 4-27.
La suspensión 6-5 no puede originar acordes completos. Es obvio que
ambas tentativas del ejemplo 4-28 poseen errores de conducción de las voces. QUINTAS, OCTAVAS Y UNÍSONOS EN COMPASES CONSECUTIVOS
En la primera solución propuesta hallamos una cuarta disonante en el primer
tiempo seguida incorrectamente de movimiento ascendente. En la segunda en­ En el contrapunto a tres voces, las octavas y unísonos en compases conse­
contramos una disonancia en el segundo tiempo del compás, donde, por su­ cutivos precisan del mismo tratamiento que en el de dos. Son incorrectos si
p.uesto, debe haber siempre una consonancia. resultan de la resolución de una suspensión disonante (ej. 4-31 ), mientras que

EJEMPLO 4-26

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LA CUARTA ESPECIE 81

se permiten los que estén separados por una consonancia. Es preferible evitar (En el ejemplo 4-34 vemos una serie de suspensiones 7-6 en la voz supe­
más de dos intervalos perfectos en serie (ej. 4-32). rior con la tercera o décima en la media, y con quintas que aparecen sobre la
Una serie de suspensiones 4-5 entre las dos voces superiores forma una primera mitad de cada compás. Estas quintas están separadas por cuartas con­
importante y característica progresión. Este es un tipo de· conducción de las sonantes, por lo que su validez es incuestionable.)
voces bastante distinto de todo cuanto hemos visto en la cuarta especie a El característico movimiento oblicuo de la cuarta especie no hace factible
dos voces. Considérese el ejemplo 4-33; cuando aparece una serie de suspen­ la posibilidad de recurrir al movimiento contrario para evitar quintas y octavas
siones 7-6 entre la voz media y el bajo, la voz superior acompaña al bajo en ocultas en las partes en redondas. Por lo tanto, a ser posible deberá evitarse la
décimas, con lo cual da lugar a acordes completos. El lector advertirá las sus­ aproximación a la quinta o a la octava por movimiento directo. No obstante,
pensiones secundarias 4-5 entre la voz superior y la media; éstas producen la síncopa disonante en la cuarta especie mitiga en cierta medida el efecto· de
quintas debido a la resolución de una disonancia en compases consecutivos. A los intervalos perfectos. Por consiguiente, si resultase necesario hacer uso de
pesar de todo esta progresión es correcta, ya que la atención se centra en el este tipo de conducción de las voces, la voz de la cuarta especie deberá contar
acontecimiento principal, la serie de 7-6, y no en la de 4-5. con una suspensión disonante para evitar errores más graves (v. ej. 4-35.)

EJEMPLO 4-31

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82 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

SUSPENSIONES EN SERIE añadida es incorrecta debido a las quintas paralelas resultantes (ej. 4-39).
Por otro lado, una continuación de quintas y sextas sí es posible (v. ej. 4-40).
La mejor manera de acompañar una serie de suspensiones 7-6 es, como vi­ Una serie 2-3 o 9-10 en el contrapunto inferior puede acompañarse por
mos anteriormente, por terceras o décimas paralelas entre las voces en redondas sextas por eucima de las notas de resolución. La serie t� generada así es apro­
(ej. 4-36). piada sólo cuando las voces superiores formen cuartas, como muestra el ejem­
Una serie de suspensiones consonantes 5-6 o 6-5 deberá acompañarse de plo 4-41 a; de otro medo daría lugar a una serie de quintas paralelas. Las cuar­
modo similar. Como vimos anteriormente, estas series serán sólo posibles tas del ejemplo 4-4 la son consonantes debido al soporte qu� les ofrece la nota
cuando las síncopas aparezcan en la voz media o en la superior (ej. 4-37). de resolución. Sus ritmos contrastan mucho más que en el caso de un contexto
Como muestra el ejemplo 4-38, la serie 4-3 puede acompañar al bajo en no sincopado. El bajo sincopado tiende a acentuar las cuartas, y por ello con­
sextas paralelas, dando así lugar a una serie de progresiones t,, . viene no prolongar el diseño de esta serie más de dos veces.
\ 11111 Heril� <k progrcsirn1cs � _1 <..:011 u11:.t quinta sobre el bajo <.:orno voz Como en la serie 4-3 en las voces superiores, es posible alternar quintas y

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EJEMPLO 4-35 EJEMPLO 4-36

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LA CUARTA ESPECIE 83

sextas sobre las notas de resolución (v. ej. 4-42). Esto producirá progresiones CóMO COMENZAR Y FINALIZAR EL EJERCICIO
alternantes de tg y iJ . Por supuesto, el empleo de progresiones t� consecuti­
vas no es posible debido a las quintas. La voz sincopada deberá comenzar con un silencio, como en el contrapun­
to a dos voces. Las notas restantes del primer compás seguirán el habitual pro­
cedimiento del contrapunto a tres voces.
LA VOZ DE PRIMERA ESPECIE Como en la escritura a dos voces, una suspensión disonante hacia la sensi­
ble incrementa su empuje hacia la tónica y produce una cadencia muy enérgi­
Las exigencias de esta combinación hacen difícil construir una voz de ca. La sensible misma deberá formar parte de un acorde consonante y comple­
primera especie ideal. La necesidad de evitar la duplicación de las notas to, como siempre en la escritura a tres voces. El ejemplo 4-43 muestra las
de resolución y el deseo de obtener acordes completos de resolución limitan formas cadenciales típicas; adviértase que la progresión armónica V-1 se da
las posibilidades\ A pesar de todo. debe tratarse de crear la mejor línea posi­ necesariamente cuando la voz de primera especie se encuentra en el bajo y la
ble; ocasionalmente la ruptura de especies en la voz sincopada demostrará voz sincopada realiza una suspensión disonante hacia la sensible.
ser de gran utilidad. Evítese una incesante duplicación del cantus en terceras Si deseamos un bajo por grados conjuntos en la cadencia se hará necesario
o décimas. renunciar a la suspensión disonante. El ejemplo 4-44 muestra la solución más

EJEMPLO 4-41 EJEMPLO 4-42


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84 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

adecuada. La disonancia sobre la segunda mitad del compás es posible sólo por­ LA CUARTA LIGADA
que la nota no está ligada, lo que de hecho nos remite efectivamente a la segunda
especie. Esta cadencia, aunque correcta, carece. de esa fuerte direccionalidad que Existe otra progresión del contrapunto prolongado que a menudo encuen­
sugiere la suspensión disonante que resuelve hacia la sensible. tra su lugar en los libros de texto. Como muestra el ejemplo 4-46, esta técnica
consiste en una ligadura de una cuaita con respecto al bajo; dicha técnica re­
quiere que éste mantenga la misma nota dos compases. Aquí la cuarta actúa
RESOLUCIÓN EN UNA TRÍADA DISMINUIDA como bordadura superior de la tercera; la bordadura se suspende sobre el si­
guiente compás antes de resolver. La suspensión de una bordadura combina dos
Algunos tratados sobre contrapunto recomiendan la resolución en una tipos de disonancia, y como tal constituye una prolongación del procedimiento
tríada disminuida en estado fundamental en el penúltimo compás. Este acorde contrapuntístico fundamental. Un segundo aspecto del contrapunto prolongado se
en posición cerrada (con la quinta en la voz superior) permite un movimiento pone de manifiesto en �sta progresión: la función de la disonancia se esclarece en
conjunto hacia el último compás de la voz superior. Por otro lado, la resolu­ el ámbito de dos compases, y la escala temporal del ejercicio, por lo tanto, resulta
ción en un � requiere una continuación disjunta o una ligadura (v. ej. 4-45). ampliada de un compás a dos.
La tríada disminuida es relativamente una disonancia suave; su presen­ Esta cuarta ligada recibe en ocasiones el nombre de cuarta consonante.
cia, siguiendo a la suspensión disonante de segunda, representa una casi re­ Este término es incorrecto, ya que aunque la cuarta no sea una disonancia tan
solución de una disonancia fuerte en una más suave en lugar de una verda­ fuerte como la segunda o la séptima, y sea más suave comparada con la sus­
dera resolución de una disonancia en una consonancia. Esta extensión del pensión disonante entre las voces superiores en el segundo compás, sigue sien­
principio de resolución representa al contrapunto prolongado y no al elemental. do disonante a pesar de todo.
El empleo de esta progresión está justificado si el alumno comprende esto. El ejemplo 4-47 ilustra la escritura de cuarta especie a tres voces.

EJEMPLO 4-45 EJEMPLO 4-46


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LA CUARTA ESPECIE 85

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86 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJERCICIOS 3. Como ejercicio complementario escríbase una realización a tres voces que
consista en una voz de cuarta especie y dos voces en redondas de composición
l. Tóquese y cántese el ejemplo 4-47 del modo sugerido en capítulos anteriores. propia.
2. Selecciónense dos cantus firmi, uno mayor y otro menor, y escríbanse sobre
cada uno ejercicios en cada una de las seis permutaciones posibles.
5. La quinta especie

l. Contrapunto a dos voces VALORES RÍTMICOS IGUALES EN UN MISMO COMPÁS

ÜBSERVACIONES GENERALES En la quinta especie aparecen, frecuentemente una mezcla de valores rít­
micos en un mismo compás. Hasta cierto punto también es posible continuar
La finalidad de la quinta y última especie no es presentar conceptos funda­ un valor dado -por ejemplo, blanca o negra- durante un compás entero o
mentalmente nuevos de conducción de las voces y de tratamiento de las una extensión aún mayor. Cuanto más se extienda un mismo valor sin cam­
disonancias, sino' más bien combinar los elementos y procedimientos de las es­ biar, más drástico será el efecto de un cambio. Más de dos, o a lo sumo dos
pecies precedentes de un modo lógico y coherente. En la quinta especie pue­ compases y medio, de un mismo valor rítmico destruirían el equilibrio rítmico
den combinarse los valores rítmicos de la segunda, tercera y cuarta de varias de la línea. En particular, una porción demasiado prolongada de blancas creará
formas; es decir, podrán aparecer blancas, negras y blancas ligadas en un mis­ una sección rítmicamente estática dentro del ejercicio.
mo ejercicio. Estos valores estarán regidos por los procedimientos de la espe­ Incluso si se utilizan valores rítmicos iguales dentro del límite de dos com­
cie a la que pertenezcan: las blancas a la segunda, las negras a la tercera, etc. pases, su empleo deberá ser esporádico. Construir una línea melódica que conste
En esta especie se incluye también la corchea; sólo se excluye la redonda de de dos compases de blancas, dos de negras y dos de síncopas supone una frag­
primera especie o, mejor dicho, queda relegada al último compás del ejercicio. mentación de la línea en pequeños segmentos. Demasiada uniformidad dentro
Una redonda al comienzo del ejercicio inhibiría el desarrollo del impulso rít­ de cada grupo de dos compases crea un constraste excesivamente marcado entre
mico, y en medio de él, tendería a detener el movimiento. ellos, con lo cual en lugar de fluir con suavidad obtenemos una serie de deten­
El empleo de valores rítmicos contrastantes permite la construcción de lí­ ciones y arranques (v. ej. 5-1).
neas melódicas de mayor diferenciación, complejidad y calidad estética que en
cualquiera de las especies precedentes. Si la aspiración es únicamente conse­
guir una mera corrección de la voz en relación al cantus, es más sencillo lo­ VALORES RÍTMICOS MEZCLADOS EN UN MISMO COMPÁS
grarlo en esta especie que en las anteriores; el alumno deberá centrar su obje­
tivo en lograr una línea melódica que fluya con suavidad, y para ello es necesario El ejemplo 5-1 demuestra que la combinación de valores rítmicos debe
aprender a organizar esa variedad de valores rítmicos ahora disponibles. 1 preponderar sobre la utilización continuada de un mismo valor. Ahora debe­
Antes de proceder a una discusión sobre los detalles específicos de organi­ mos determínar qué combinaciones de valores son más adecuadas para la crea­
zación rítmica, examinemos los principios generales sobre los que se basa el ción de líneas continuas y fluidas. Dicho del modo más general posible, la so­
tratamiento del ritmo en el contrapunto de quinta especie. Nuestro objetivo debe lución reside en la correlación justa de dos factores: duración y énfasis métrico.
ser producir una continuidad rítmica lo menos fragmentada posible. Al igual Examinemos esta correlación primero en relación a las negras y blancas, y más
que evitábamos las secuencias melódicas y la repetición motívica, debemos adelante a las síncopas y corcheas.
evitar todo modelo rítmico que tienda a producir una línea fragmentada y Cuando aparecen notas de valores cortos y largos en proximidad, las notas
articulada. de mayor duración reciben por naturaleza un mayor énfasis. Si estas notas lar­
gas y cortas se despliegan dentro de un contexto métrico --es oecir, contra un
1
Debido al carácter decorativo de los valores rítmicos mezclados, la quinta especie recibe fre­ segundo plano de tiempos fuertes y débiles periódicos-, los valores largos
cuentemente la denominación de contrapunto florido. coincidirán naturalmente con los tiempos fuertes y los cortos con los débiles.
88 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSlClÓN

En el ejemplo 5-2 vemos una blanca en el primer tiempo fuerte seguida de dos Si modificamos el ritmo del ejemplo 5-4 ligando la blanca al compás si­
negras en la segunda mitad del compás, más débil. La nota más larga encaja guiente, restablecemos la libertad de la corriente rítmica. Ahora el movimiento
perfectamente debido a que el énfasis de duración coincide con el de posición. no se detiene de modo abrupto en el tiempo :;ierte siguiente, sino que la sínco­
En el ejemplo 5-3 la blanca está situada en la parte débil del primer tiempo, y pa transporta el impulso a través de la barra del compás. Por tanto, dos negras
su longitud interrumpe la corriente rítmica; por lo tanto se percibe una contradic­ podrán preceder a una blanca en un compás si se halla ligada al compás si­
ción entre el énfasis de duración y el de posición. Al recaer en un lugar «equivo­ guiente (ej. 5-5).
cado» llama demasiado la atención y destaca sobre sus alrededores; no está tan Más adelante en este capítulo estudiaremos en mayor detalle el empleo de
bien integrada dentro de la Jínea melódica como la blanca del ejemplo 5-2. la sincopación en la quinta especie. Por el momento será suficiente indicar que
La blanca situada en la segunda negra del ejemplo 5-3 crea un problema más: una blanca puede estar ligada tanto a una negra como a una blanca, como en la
constituye una sincopación dentro del mismo compás. Tal sincopación implica un cuarta especie.
pulso rítmico de negras, cuando en la quinta especie, al igual que en las demás, lo El empleo de corcheas es exclusivo de la quinta especie y representa el valor
que debe cm·acterizar al ejercicio es un pulso de blancas. La síncopa dentro de un más corto disponible en el contrapunto de especies. Deben emplearse escasamen­
compás produce por tanto una súbita aceleración del contexto métrico -procedi­ te y con precaución, puesto que el carácter de la línea no debe resultar instrumen­
miento demasiado complejo para el ejercicio de contrapunto elemental-. Consi­ tal. El uso de corcheas está regido por tres normas: deben presentarse de dos en
guientemente deberá excluirse el ritmo del ejemplo 5-3. dos cada vez, con sólo un par en cada compás; deben aparecer sólo en lag�gllnda
El ejemplo 5-4 muestra una blanca en la segunda mitad del compás precedida o cuarta n_�gra; y deben moverse por grados conjuntos. El requisito de más de ·dos
de dos negras. Este modelo rítmico también interrumpe la corriente; la segunda �en sucesión evita sobrecargar la textura de notas cortas 'y protege su ca­
mitad del compás debería conducir al tiempo fuerte siguiente, mientras que aquí rácter vocal. El movimiento conjunto también ayuda a evitar que el carácter de la
constituye un punto estático y bloquea la corriente procedente de las dos negras línea melódica se vuelva instrumental. Un salto melódico en valores rápidos pue­
anteriores en lugar de canalizarla. El movimiento se detiene y reanuda con una de ejecut[u-se fácilmente con un instrumento, mientras que el mismo salto no re­
sacudida en el tiempo fuerte siguiente. Por lo tanto el ritmo de este ejemplo no sulta natural ni fácil cuando se ha de cantar. Además, las cor�heas son general­
debe emplearse, puesto que es inapropiado para el tipo de corriente ininterrumpi­ mente notas de decoración, y por ello el tipo de movimiento más lógico es el
da que deseamos lograr. conjunto. Muy de cuando en cuando la primera de dos corcheas puede estar pre-

EJEMPLO 5-1
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EJEMPLO 5-2 EJEMPLO 5-3 EJEMPLO 5-4 EJEMPLO 5-5

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LA QUINTA ESPECIE 89

cedida de un salto pequeño; no obstante, no debe darse nunca un salto procedente de blancas a negras es relativamente fácil, mientras que lo opuesto reviste
de una corchea. mayores dificultades. Las suspensiones proporcionan el mejor medio de aumen­
La norma que restringe las corcheas a las segunda y cuarta negras se sigue tar los valores rítmicos sin detener abruptamente el movimiento hacia adelante
del principio general por el cual los valores largos deben ocupar posiciones (v. ej. 5-8).
métricas más enérgicas que los cortos� Dicho de otro modo, las corcheas os­ Las corcheas se emplean para decorar e intensificar el movimiento de las
tentan la misma relación con respecto a las negras que éstas con respecto a las negras, por lo tanto su empleo no constituye un cambio de valor rítmico signi­
blancas. El ejemplo 5-6 resume todos los ritmos disponibles que cuentan con ficativo en cuanto al límite de dos compases.
blancas, corcheas y blancas ligadas. Todos los modelos del ejemplo 5-6 pue­
den darse con la primera nota ligada al compás precedente.
Estos modelos no deben llegar a convertirse en motívicos. La repetición TRATAMIENTO DE LA DISONANCIA
inmediata o el empleo excesivo del mismo modelo rítmico comporta un riesgo
de segmentación. El ejemplo 5-7 muestra lo que debe evitarse a este respecto. El tratamiento de la disonancia en la quinta especie no aporta considera­
Por supuesto, la reaparición de un modelo después de varios compases inter­ ciones fundamentalmente nuevas y no plantea dificultades mayores que aque­
medios no entra dentro de esta restricción, como tampoco la continuación du­ llas que ya hemos examinado cuidadosamente en las especies precedentes. El
rante dos compases de un ritmo neutro e indiferenciado que consista en un solo tratamiento de la suspensión disonante es lo único que experimenta alguna ela­
valor. boración con respecto a lo ya estudiado. La mezcla de valores rítmicos permite
Por lo general se produce una continuidad más suave si el valor rítmico la decoración de la resolución de la suspensión. La preparación de la suspen­
prevaleciente cambia en la mitad en lugar del principio del compás. El cambio sión sigue siendo una blanca, como en la cuarta especie, y la resolución recae

EJEMPLO 5-6

EJEMPLO 5-7
90 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

en la segunda mitad del compás. No obstante, ahora nos es posible acortar la cutivas frecuentemente imperan sobre las relaciones entre notas consecutivas.
nota disonante a una negra e insertar entre la disonancia y la nota de resolu­ Algunos autores permiten que la suspensión disonante resuelva en la se­
ción una negra o un par de corcheas de decoración. gunda negra del compás. Este procedimiento, aunque válido en sí mismo, tien­
El ejemplo 5-9 muestra las posibilidades más importantes para la decora­ de a cambiar el pulso de blanca a uno de negra, por lo que no lo recomenda­
ción de la resolución. Éstas consisten en: pares de corcheas en dos configura­ mos en la quinta especie. No obstante, se puede acortar la nota de resolución
ciones por grados conjuntos .(la primera pasa por la bordadura inferior de la sin acelerar la corriente métrica. Este procedimiento puede mostrarse cte gran
nota de resolución, mientras la segunda pasa por la bordadura superior de utilidad (ej. 5-10). Una sincopación consonante no despierta una expectativa
la suspensión); bordadura inferior de la nota de resolución; la bordadura supe­ definida de continuación, por lo cual se puede acortar sin mayores restriccio­
rior de la nota de suspensión; anticipación de la nota de resolución y salto des­ nes (ej. 5-11).
cendente hacia una consonancia. Un salto ascendente entre la suspensión y la La regla fundamental para otras disonancias aparte de las síncopas es la si­
nota de resolución no encajaría tan apropiadamente dentro de la línea como uno guiente: cada valor rítmico está regido por los procedimientos de la especie a
descendente, por lo cual se prefiere este último. Debe advertirse que todas las la que pertenecen. Una blanca, por ejemplo, debe ser consonante si aparece en
decoraciones de negras son notas consonantes, puesto que una interpolación de el primer tiempo del compás; si aparece en el segundo, puede ser disonante,
una negra disonante entre la suspensión y su resolución oscurecería la resolu­ pero sólo como nota de paso. Una n�gra debe ser también consonante si apare­
ción. No obstante, la tercera y la última notas de tales progresiones constan de ce en el primer tiempo del compás, y las notas de paso, de bordadura, etc.,
saltos desde la suspensión disonante. Debido a la naturaleza transitoria y deco­ pueden darse en los tiempos rítmicamente adecuados. Las corcheas no presen­
rativa de la nota que sigue al salto, el oído percibe una continuidad esencial tan mayores problemas en el tratamiento de la disonancia: deben darse sólo en
entre la suspensión y la nota de resolución a través de la nota intermedia. El los tiempos débiles, y el requisito de movimiento conjunto por sí solo garanti­
principio es el mismo que regía sobre la nota cambiata y la doble bordadura za su corrección. Tanto la primera como la segunda de cada par puede ser di­
de la tercera especie. Este principio representa, en miniatura, una de las pre­ sonante. El ejemplo 5-12 muestra varios tipos del tratamiento de'la disonancia
misas básicas del contrapunto prolongado: las relaciones entre notas no conse- que atañe a blancas, negras y corcheas.

EJEMPLO 5-9

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EJEMPLO 5-10 EJEMPLO 5-11

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LA QUINTA ESPECIE 91

MOVIMIENTO PARALELO, UNÍSONO, ETC. co conjunto. Esto ocurrirá únicamente en conexión con una progresión 5 6-5
(v. ej. 5-14). Cuando está precedido de un salto, el segundo intervalo perfecto se
· Otras consideraciones de conducción de las voces, como las concernientes al pone de relieve; tales progresiones deben evitarse (ej. 5-15).
tratamiento de la disonancia, dependen del valor rítmico y reflejan los procedi­ Los unísonos en la quinta especie no suponen nuevas consideraciones, y
mientos de la especie a la que pertenece dicho valor. Las octavas y quintas en pri­ están permitidos en el primer tiempo sólo por medio de la suspensión. Pueden
meros tiempos sucesivos (octavas y quintas acentuadas) son válidas cuando se darse también en el resto del compás si están ligados al siguiente compás o
hallan separadas por tres negras, como en la tercera especie. Cuando medie sólo seguidos por movimiento conjunto.
una blanca (segunda especie) las octavas están excluidas, y las quintas no deben
resaltarse, etc. Un ritmo mezclado de blanca, negra, negra presenta un caso límite.
Las quintas y octavas acentuadas están permitidas excepto en el caso en que di­ CORRELACIÓN DE MOVIMIENTO MELÓDICO Y RÍTMICO
chos intervalos perlectos reciban un énfasis melódico fuera de lo normal. En cir­
cunstancias normales las dos negras de la segunda mitad del compás separarán La quinta especie, con su mezcla de valores rítmicos, nos brinda la ocasión
suficientemente los intervalos perlectos. El ejemplo 5-13 sirve de ilustración. de dar forma y controlar la frecuencia del movimiento melódico por medio de
Una suspensión consonante de una negra nos lleva al caso de las quintas y la diferenciación rítmica. El ejemplo 5-16 muestra una progresión melódica que
octavas en tiempo débil, separadas sólo por una negra. Las quintas en tiempo dé­ recorre una sexta ascendente a lo largo de dos compases. Vemos en primer lugar
bil son correctas cuando el segundo intervalo lo produce un movimiento melódi- cómo podríamos efectuar dicho movimiento con la segunda o tercera especies.

EJEMPLO 5-12

EJEMPLO 5-13 EJEMPLO 5-14 EJEMPLO 5-15

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EJEMPLO 5-16

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92 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

A continuación mostramos algunas posibilidades con la quinta. Varias notas 5. Es preferible permitir que el impulso melódico-rítmico se desarrolle uni­
del ascenso pueden acentuarse por medios rítmicos; la trayectoria ascendente forme y gradualmente. Por esta razón el comienzo del ejercicio consistirá ge­
puede acelerarse o vacilar a lo largo de su curso. Ninguna de estas posibilida­ neralmente en movimiento conjunto y valores largos. El comenzar el ejercicio
des es en sí misma preferible a las restantes y debemos determinar cuál es la con notas cortas o saltos deja poco espacio para aumentar la intensidad. Sin
más apropiada para cada ejercicio basándonos en el contexto. embargo, al aproximarse al punto álgido a menudo es conveniente acelerar el
Las siguientes indicaciones ayudarán a dar forma al contorno melódico por valor rítmico de las notas. Lo mejor es comenzar el ejercicio con blancas y
medios rítmicos: suspensiones.

l. Es preferible confiar un movimiento conjunto demasiado extenso a va­


lores rítmicos predominantemente pequeños. Demasiadas blancas disminuirán
el movimiento hasta hacerlo pesado (ej. 5-17). CóMO COMENZAR Y FINALIZAR EL EJERCICIO
2. Los movimientos que decoran una nota estacionaria deberían realizar­
se con negras y corcheas. Las blancas producirán un efecto estático incluso cuan­ Lo más apropiado es comenzar con blancas, por la razón que acabamos de
do lleven a cabo un tratamiento de la disonancia correcto (ej. 5-18). mencionar. Como en las demás especies, es preferible comenzar con un silen­
3. El movimiento melódico total recorrido por una serie de suspensiones cio. La posibilidad de emplear'negras no debe excluirse por completo. De nue­
disonantes es bastante reducido, por lo cual es preferible decorar las resolucio­ vo es preferible comenzar con un silencio de negra que preceda a la� primeras
nes de la mayoría de las suspensiones. Debe variarse la decoración para preve­ tres negras.
nir la aparición de secuencias melódicas (ej. 5-19). Una suspensión disonante hacia la sensible proporciona, como en la cuarta
4. Como norma la nota precedente a un salto melódico de envergadura especie, la mejor conclusión posible. Sin embargo, ahora podemos decorar la
debe ser una blanca y no una negra. Por supuesto pueden darse excepciones, resolución. La progresión del ejemplo 5-20 constituye una excepción de la re­
siendo esta sugerencia una guía más que una norma férrea. No obstante, una gla que prohíbe el empleo de valores cortos que precedan a blancas no liga­
gran frecuencia de saltos de envergadura en valores cortos pertenece más a la das. El enérgico impulso melódico de la sensible hacia la tónica evita cual­
escritura instrumental que a la vocal. El cantar un salto requiere un cierto tiempo quier efecto de movimiento interrumpido como produce generalmente este
de preparación. La nota siguiente al salto puede ser corta, pero la precedente tipo de ritmo.
será generalmente de mayor duración. El ejemplo 5-21 ilustra varios ejercicios completos.

EJEMPLO 5-17 EJEMPLO 5-18

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mejor
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EJEMPLO 5-19 EJEMPLO 5-20

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LA QUINTA ESPECIE 93

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94 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

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2 Véase el prefacio, p. XI.
LA QUINTA ESPECIE 95

EJERCICIOS incorrectas (ej. 5-22). A menudo es preferible esbozar las suspensiones sin ador­
nos, dejando la decoración de las resoluciones hasta haber concluido la voz en pri­
l. Tóquese y cántese el ejemplo 5-21 del modo sugerido en capítulos anteriores. mera especie.
2. s�Jecciónense cuatro cantus firmi, dos en mayor y dos en menor. Escríbanse
dos líneas melódicas de quinta especie encima y debajo de cada cantus.
3. Escobase como ejercicio complementario una realización a dos voces que cuen­
te con una línea melódica de quinta especie y una en redondas de composición MOVIMIENTO PARALELO
propia.
En este caso tampoco surgen nuevas dificultades con respecto a las quin­
tas, octavas y unísonos paralelos, acentuados, en tiempo débil y ocultos. La con­
2. Contrapunto a tres voces centración sobre la línea en quinta especie y la falta de atención sobre la de
primera especie llevan frecuentemente a un número excesivo de terceras o dé­
ÜBSERYACIONES GENERALES
cimas paralelas entre las voces en redondas. A este respecto aconsejamos cier­
ta precaución.
Para el alumno ya familiarizado con los principios de la quinta especie a
dos voces y con práctica en la escritura a tres voces en las especies prelimina­
res, el contrapunto de quinta especie a tres voces no debería presentar proble­ CóMO COMENZAR Y FINALIZAR EL EJERCICIO
mas. En este estadio de sus estudios el alumno debería haber adquirido ya la
suficiente técnica como para realizar con facilidad un ejercicio correcto. Su El mejor principio es, como en el contrapunto a dos voces, un silencio de
esfuerzo debe estar ahora encaminado a conseguir que sus ejercicios sean lo blanca seguido por una blanca. También es posible formar el compás inicial
mas estéticos posible. Es importante adquirir experiencia en todas las per­ con un silencio de negra seguido de tres negras. El comenzar con una nota en
mutaciones entre cantus, primera y quinta especies. En particular las combina­ vez de un silencio, aunque produzca menos independencia, no es incorrecto.
ciones más difíciles, como aquellas en las que el contrapunto florido se halla La elección de notas en el compás inicial seguirá los procedimientos habitua­
en la voz media, han de recibir una cuidadosa atención. les del contrapunto a tres voces.
La cadencia más enérgica posible es la que resulta de una suspensión hacia
TRATAMIENTO DE LA DISONANCIA la sensible en la voz en quinta especie. El alumno puede remitirse a las fórmu­
las para cadencias del capítulo sobre la cuarta especie; por supuesto, es posible
La adición de una tercera voz no aporta nuevas consideraciones al tratamiento y conveniente la decoración de la resolución. Si es necesario, pueden darse otros
de la disonancia. No obstante, debemos aseguramos de que las disonancias sean tipos de cadencia, aunque ninguna posee el impacto de aquellas que cuentan
coJTectas tanto con la voz en primera especie como con el cantus. En relación con con la suspensión hacia la sensible. El ejemplo 5-23 presenta algunas posibili­
las resoluciones decoradas de las suspensiones disonantes, deben re'cibir especial dades alternativas.
atención. Es muy fácil esbozar una línea de quinta especie correcta con respecto El ejemplo 5-24 sirve de ilustración de varios ejercicios completos de quinta
al cantus y añadir después una voz en primera especie que produzca disonancias especie a tres voces.

EJEMPLO 5-22

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96 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

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LA QUINTA ESPECIE 97
EJEMPLO 5-24 (continuación)

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EJERCICIOS

l. Tóquese y cántese el ejemplo 5-24 del modo sugerido en capítulos anteriores. 3. Como ejercicio complementario, realícese una línea de quinta especie contra
2. Selecciónense dos cantus firmus, uno mayor y otro menor, y escríbanse sobre dos voces de composición propia en redondas.
cada uno ejercicios en cada una de las seis permutaciones.
SEGUNDA PARTE

Técnicas de contrapunto prolongado


6. El contrapunto en la composición, I

l. Aplicación directa del contrapunto de especies en cuestión. Además, éstas sólo ofrecen explicaciones parciales de tales frag­
mentos. Por el momento nos concentraremos solamente en un aspecto: la co­
ÜBSERVACIONES GENERALES nexión entre los ejemplos y las progresiones del contrapunto de especies. Sólo
más tarde, después de haber explorado las técnicas específicas de prolongación,
Tras haber adquirido un conocimiento de los principios básicos del contra­ quedará claro el sentido de ciertos detalles melódicos, acordes y ritmos. Para
punto, gracias al estudio de las cinco especies, nos encontramos ya en condi­ una explicación de los símbolos de los análisis gráficos de la mayoría de los
ciones de entender su aplicación en la composición; ya podemos comenzar a ejemplos de este libro, véase el glosario de notación analítica (p. xn).
acceder al amplio campo del contrapunto prolongado. 1 El contrapunto prolon­
gado nace de la elaboración y manipulación de las progresiones básicas con
las que ya nos hemos familiarizado. Por supuesto, el alcance y complejidad de PROGRESIONES DE PRIMERA ESPECIE
esta elaboración compositiva puede variar considerablemente incluso en el
ámbito de una misma pieza. En algunas ocasiones las progresiones fundamen­ En los ejemplos 6-1 al 6-4 las voces exteriores muestran relaciones
tales se encuentran cerca de la superficie y por lo tanto la relación con el con­ interválicas características de la primera especie. Estúdiense los gráficos de las
trapunto de especies se evidencia con facilidad; no obstante, la frecuente utili­ voces exteriores; éstos indican la conducción de las voces básica despojada de
zación de ciertos recursos compositivos, de técnicas de prolongación, tiende a los rasgos rítmicos y de textura particulares de la composición en cuestión. Su
empujar estas progresiones básicas hacia el plano de fondo.2 En tales casos la conexión con la primera especie es evidente; ciertamente, estas reducciones bien
conducción de las voces fundamental se manifiesta con menos inmediatez. Su podrían aparecer en ejercicios de primera especie. Tóquense en sucesión inme­
importancia, sin embargo, no disminuye en modo alguno, pues es la conduc­ diata el fragmento y su reducción. Considérese hasta qué punto el contrapunto
ción de las voces subyacente la que da impulso y coherencia a los detalles del de las voces exteriores da dirección al contorno musical y determina las
primer plano musical. sonoridades verticales y su sucesión.
Comenzaremos con ejemplos de texturas simples en las que la conexión El ejemplo 6-5 presenta una textura de superficie muy diferente. Las voces
con el contrapunto de especies sea cercana e incluso obvia. Procederemos gra­ exteriores ya no se encuentran en relación de nota contra nota, ya que la línea
dualmente hacia pasajes en los que el contrapunto básico se encuentre amplia­ del soprano cuenta con diez notas frente a las cuatro del bajo. Las diez notas
do y modificado por varias técnicas de prolongación. Para desvelar la relación de la voz superior, sin embargo, no son equivalentes en significación. El oído
entre los ejemplos del repertorio y las progresiones de especies hemos alterado percibe de un modo bastante intuitivo la progresión melódica Re-Mi-Fa soste­
los valores de las notas en los gráficos para que se ajusten los de las especies nido como el movimiento esencial de este fragmento. Esta progresión dirige y
dadas. Se sobreentiende que estas reducciones son únicamente análisis da forma a la línea melódica; las otras notas constituyen figuraciones o prolon­
contrapuntísticos y no pretenden reflejar la corriente rítmica de la composición gaciones subordinadas al movimiento básico de una tercera ascendente. Estas
figuraciones melódicas decoran el Re repetido de los dos primeros compases y
separan el Mi del Fa sostenido de los dos últimos. Sin embargo, esta separa­
1
Véase la explicación del término, p. x1x.
2
Recuérdese que plano de fondo corresponde al término inglés background, traducido tam­ ción no ocasiona en absoluto una pérdida de contacto entre las notas básicas.
bién como base subyacente en el libro de Porte y Gilbert Introducción al análisis schenkeriano. Si éstas forman una estructura melódica estable, el oído percibe fácilmente su
(N. del director de la colección.) fuerza de conexión aunque estén separadas por la interpolación de otras notas.
102 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 6-1 Bach, Coral 142

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 103

Si las notas de la melodía son de diferentes grados de significación, tam­ El ejemplo 6-6 también presenta una melodía con figuración como contra­
bién lo son los intervalos entre la melodía y el bajo. Los intervalos formados punto a un bajo de movimiento más lento. El gráfico a procura indicar, con
por la línea melódica principal constituyen la progresión contrapuntística bási­ negras, la dirección básica de las voces exteriores; las corcheas y las notas sin
ca 5-6-8-1 O; esta progresión, por supuesto, pertenece a la primera especie. Este plica hacen referencia a las notas de figuración o prolongación (la suspensión
simple ejemplo conduce a una conclusión de gran importancia para la compren­ La bemol, la bordadura Mi, la nota de adorno Mi bemol y la apoyatura Re
sión de la conducción de las voces: la relevancia del contrapunto de especies bemol). El gráfico b, una reducción más, relaciona el movimiento de las voces
en la composición no depende en modo alguno de semejanzas superficiales entre exteriores con el contrapunto de primera especie.
ésta y una especie cualquiera. En el ejemplo 6-5 las voces exteriores no se
encuentran en relación de nota contra nota, y aun así el contrapunto subyacen­ 3 Para los aparentes movimientos paralelos del compás 1 véase, en el capítulo 7, «Quintas y
te está relacionado con la primera especie. 3 octavas», página 189.

EJEMPLO 6-5 Haendel, Chacona en Sol mayor (var. 6)

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104 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

El ejemplo 6-7, un fragmento más extenso y complejo, está extraído del tratac de asimilar las progresiones subyacentes de primera especie separando
comienzo del segundo movimiento de la Sonata para Piano Op. 31 núm. 1 de la progresión contrapuntística básica, con su movimiento hacia adelante, de esas
Beethoven. En el capítulo siguiente trataremos de aclarar la función y natura­ notas con capacidad de detener propias de la prolongación melódica. Los am­
leza de prolongaciones melódicas como las que se encuentran en esta frase. En plios arabescos de los movimientos de prolongación posibilitan la lenta mar­
este punto de nuestras indagaciones el aprender a distinguir entre notas princi­ cha de la progresión melódica fundamental de los compases 1-4. En el com­
pales y de figuración es más importante para el lector que el tratar de encon­ pás 5 la figuración cesa casi por completo; sólo los mordentes a la octava inferior
trarle una explicación a las funciones específicas de estas últimas. Éste debe reproducen las escalas ascendentes de los compases 2 y 4; esta ausencia de

EJEMPLO 6-7 Beethoven, Sonata para piano, Op. 31, núm. 1, 2.º movimiento

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 105

figuración acelera el movimiento de las notas básicas de la melodía. Como PROGRESIONES DE SEGUNDA ESPECIE
refleja el ejemplo 6-5, un oído musicalmente capacitado percibe la continuidad
de la línea ascendente Do-Re-Mi aun con la interpolación de las notas de figu­ Al presentar ejemplos relacionados con la segunda especie procederemos
ración. de nuevo desde fragmentos simples y obvios hasta aquellos en los que la pro­
En resumen,. podemos afirmar que la música de estos tres últimos ejem­ gresión contrapuntística básica esté incrustada en los niveles más profundos de
plos puede interpretarse como la individualización motívica y rítmica de las pro­ la estructura musical. Nos concentraremos principalmente en el rasgo más ca­
gresiones básicas estudiadas en el contrapunto de primera especie. La relación racterístico de la segunda especie, la nota de paso disonante. Los ejemplos 6-8
con la primera especie no depende de la presencia literal de una textura musi­ y 6-9 requieren poco comentario. El lector advertirá que aparecen progresiones
cal de nota contra nota en la música en cuestión. Al reducir el contrapunto de de primera y segunda especies alternadas. Tal mezcla de elementos de las dife­
las voces exteriores a su movimiento esencial llegamos a progresiones de nota rentes especies aparece frecuentemente en la composición.
contra nota similares a las de la primera especie, de gran importancia para la La nota de paso disonante presentada en los ejemplos precedentes también
dirección musical del pasaje. tiene un papel importante en el ejemplo 6-1O.
Al ir adquiriendo experiencia en el análisis contrapuntístico, el lector des­ En el ejemplo 6-11 las notas de paso disonantes aparecen entre el bajo y la
cubrirá que las progresiones de las voces exteriores de este tipo se dan frecuen­ voz superior alternativamente. La distribución de la actividad melódica entre
temente en muchas composiciones de estilos y texturas de suferficie amplia­ las voces contribuye al justo equilibrio de esta textura.
mente variados. Como vimos anteriormente, las progresiones del contrapunto elemental pue-

EJEMPLO 6-8 Bach, Coral 103

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EJEMPLO 6-9 Bach, Coral 353

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106 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

den servir como conducción de las voces básica de los fragmentos del repertorio. En el ejemplo 6-12 el movimiento básico de la parte de la mano derecha
Las múltiples posibilidades de prolongación ofrecen a esa conducción de las vo­ consiste en una tercera descendente, Fa-Mi bemol-Re. Este movimiento apare­
ces básica individualidad y calidad estética. Los ejemplos siguientes nos muestran ce en nuestra reducción analítica final, el gráfico e. Bach prolonga esta progre­
que estas mismas técnicas de prolongación están también basadas frecuentemente sión del modo siguiente: transfiere·e1 Fa·inicial a una octava más grave y lue­
en nuestros procedimientos familiares de los ejercicios de especies. En la segunda go se mueve ascendiendo una séptima hacia Mi bemol. La octava descendente
especie, por ejemplo, aprendimos que los saltos de .una cierta envergadura efec­ y la séptima ascendente son desvíos secundarios que prolongan el movimiento
túan cambios de registro y por, esta razón añaden variedad a la línea. En los ejem­ del Fa agudo hacia la nota de paso Mi bemol. Por lo tanto sería erróneo inter­
plos 6-12 al.6-14, Ja transferencia de registro se emplea para elaborar movimien­ pretar esa séptima perfilada como una infracción de alguna regla contrapuntística
tos melódicos de paso. o como un ejemplo de contrapunto «libre>>. Más bien representa una de las

EJEMPLO 6-10 Brahms, Intermezzo, Op. 76, núm. 7

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EJEMPLO 6-11 Beethoven, Sonata para piano, Op. 2, núm. 1, 3,cr movimiento
(Aliegretto)
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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 107

muchas expansiones posibles del principio de la nota de paso, presentado por Concluimos esta sección con otro ejemplo extraído de un recitativo de la
primera vez en la segunda especie. Pasión según san Juan (ej. 6-15). Aquí vislumbramos una nueva técnica de gran
En el ejemplo 6-13, de un recitativo de la Pasión según sanluan de Bach,, importancia. Ahora el lector no debería encontrar dificultad alguna para com­
la transferencia de registro influye radicalmente en el contorno de esta frase. prender la progresión melódica principal, de Do sostenido a Mi por medio del
En el pasaje anterior, la transferencia de registro estaba aplicada de modo que Re sostenido y luego hacia el Do sostenido a través del Re natural. Una audi­
no modificase la relación entre las notas principales Fa-Mi bemol-Re. En el ción atenta revela que esta melodía contiene una continuidad lineal secunda­
ejemplo 6-13, sin embargo, no se recupera el registro inicial. La primera nota ria: La-Si-Do sostenido. Por tanto la línea vocal en sí misma expresa una rea­
de la melodía, Fa sostenido, está transferida a un registro más grave, que se lización subyacente a dos voces. Nos abstendremos de dar una explicación
mantiene durante el resto de la frase; la línea principal Fa sostenido-Mi-Re, por detallada de las figuraciones melódicas, excepto para señalar que el Si en el
lo tanto, comienza y finaliza en registros diferentes. que finaliza el compás 1 anticipa la nota de la voz interior del acorde de sexta
Las variaciones ofrecen excelentes ilustraciones de prolongación melódi­ de Mi mayor siguiente.
ca. El tema presenta a menudo un movimiento simple y directo que se elabora­
rá y prolongará en las subsiguientes variaciones. El ejemplo 6-14 se cita como
prueba de que las progresiones melódicas que perfilan séptimas (como en el PROGRESIONES DE TERCERA ESPECIE
ejemplo 6-12) o novenas (como en el ejemplo 6-13) constituyen a menudo in­
versiones o expansiones de movimientos de paso por grados conjuntos. En las El lector recordará que la tercera especie engloba varios tipos de movimien­
Variaciones sobre Lison dormait de Mozart la primera frase está variada como tos melódicos; se alternan progresiones directas entre dos notas diferentes con
en el ejemplo 6-14. movimientos de bordadura y adorno. Los procedimientos característicos de, la
El lector observará que la tercera descendente de la voz superior en el tema tercera especie se dan con frecuencia en composiciones de numerosos estilos;
(ej. 6-14a) aparece en la Variación II (compases 2-4) en la indicada forma pro­ estúdiense de nuevo los ejemplos 6-5, 6-11 y 6-15 y adviértase el empleo
longada (ej. 6-14b). El oyente perspicaz relacionará esa séptima perfilada con compositivo de técnicas de adorno similares a las de la tercera especie. Vemos
aquella progresión simple por grados conjuntos de tema. de nuevo que el contrapunto de especies presenta una abstracción de procedi-

EJEMPLO 6-12 Bach, Clave bien temperado I, Preludio XI

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108 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

mientos compositivos y nos ayuda a entender la conducción de las voces en de segunda especie; adviértase que la tercera ascendente Do sostenido-Mi está
música cuya apariencia externa puede no asemejarse a las progresiones de es­ respondida por Re-Si, el mismo intervalo en dirección descendente. El gráfi­
pecies. co e suprime las terceras de adorno y pone de manifiesto la cqnducción de las
Los ejemplos 6-16 y 6-17 son simples y no requieren comentario alguno. voces básica del pasaje en cuanto a su relación con la primera especie. Si se
El ejemplo 6-18 aplica reducciones sucesivas a una frase de Brahms. El quiere obtener una profundización verdaderamente significativa, este proceso
gráfico a muestra el contrapunto «de superficie» de las voces exteriores, que de reducción analítica no debe aplicarse al azar o de un modo arbitrario. La
demuestra características de tercera especie en compás de ¡. El gráfico b omi­ primera reducción omite notas de importancia puramente local, notas que de­
te la bordadura incompleta Fa sostenido del primer compás y la nota de paso penden por completo de su contexto inmediato para cobrar su sentido y aclarar
Re del segundo. Esta reducción muestra una progresión similar al contrapunto su función. Esto revelará un diseño algo más amplio, en el que de nuevo debe-

EJEMPLO 6-13 Bach, Pasión según san Juan, Recitativo n.Q 16

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 109
EJEMPLO 6-14 Mozart, Variaciones sobre Lison dormait (continuación)

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110 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

remos distinguir entre notas principales y dependientes. La reducción final no figuraciones pianísticas expresan una conducción de las voces de gran economía
contendrá necesariamente las notas más prominentes del primer plano musi­ y fuerza. Como en el ejemplo 6-18, un análisis detallado requiere varias reduccio­
cal; en el ejemplo 6-18 la nota más alta, Fa sostenido, es claramente una nota nes. El contrapunto inmediatamente aparente entre las voces exteriores se aseme­
subordinada de figuración. El propósito de la reducción final es más bien el mos­ ja a una realización de tercera especie en compás de.. � (gráfico b); esta realización
trar aquellas notas que entran dentro de las conexiones más amplias y trascenden­ prolonga a su vez una progresión de segunda especie que determina el movimien­
tales en el contexto bajo observación. El procedimiento de reducción sucesiva se to esencial de la voz superior (gráfico e). La audición musical depende de la con­
hace mucho mas difícil cuando se aplica al análisis de continuidades musicales cepción de la textura del primer plano como una prolongación imaginativa de la
más extensas y complejas, pero el principio básico sigue siendo el mismo. conducción de las voces subyacente. Sugerimos al lector que toque en sucesión
Los ejemplos 6-19 y 6-20, también de Brahms, están reducidos a pro­ inmediata los gráficos e, b, a y que después toque o escuche la frase de Chopin.
gresiones similares a las de la tercera especie expandidas rítmicamente (seis y
ocho notas contra una). Estos ejemplos in,dican también la posibilidad de des­
tacar notas disonantes en un marco compositivo. Adviértase en particular la PROGRESIONES DE CUARTA ESPECIE
cualidad acentuada de las notas de bordadura y de paso.
El ejemplo 6-21 presenta el comienzo del Estudio Op. 25 núm. 12 de Chopin. Las progresiones sincopadas de la cuarta especie (y las resoluciones decora­
Los acordes arpegiados nQ son un mero vehículo para el despliegue pianístico. das y retardadas de la quinta especie) aparecen frecuentemente en todos los esti­
Como tan a menudo en Chopin -un contrapuntista de osada originalidad-, las los compositivos desde el siglo xv hasta el XIX. Las téc!licas de la cuarta especie

EJEMPLO 6-16 Schütz, Cantata sacra


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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I
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EJEMPLO 6-18 Bramhs, Trío, Op. 114, 3.er movimiento

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EJEMPLO 6-19 Bramhs, Concierto para piano núm. 2, 3.er movimiento

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112 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

-incluso en sus formas prolongadas- son a menudo más fáciles de reconocer Un pasaje de la Sonata núm. 44 de Haydn (ej. 6-23) muestra una versión
que las progresiones de primera, segunda y tercera. En capítulos posteriores pre­ más elaborada de esta misma progresión de conducción de las voces. Ad­
sentaremos fragmentos en los que la presencia de la sincopación no es inmediata­ viértanse las transferencias de registro en la voz superior así como las notas de
mente aparente. No obstante, los ejemplos de esta sección no deberían ofrecer decoración -similares a las de la quinta especie- interpoladas entre las quin­
ninguna dificultad al alumno. Como en anteriores ejemplos de este capítulo, no tas y las sextas de la voz media. El lector advertirá un acorde disminuido en el
trataremos de definir las técnicas específicas de prolongación, aunque los gráficos tercer tiempo.del segundo compás. Observaremos frecuentemente el empleo de
de la conducción de las voces añadidos las indiquen. Nuestra intención aquí es acorde� disminuidos en pasajes secuenciales del repertorio, especialmente donde
solamente mostrar las diferentes categorías de sincopación que aparecen en la com­ se requiera un impulso de sensible, como aquí.
posición. Algunos de los análisis muestran reducciones sucesivas, y sus gráficos El ejemplo 6-24, de: la Quinta Sonata Prusiana de C. P. E. Bach, expresa
finales presentarán las progresiones sincopadas subyacentes. el contrapunto a tres subyacente en sus dos voces (compárese con el ejem­
Nuestros primeros cuatro ejemplos presentan una técnica de gran impor- plo 6-15). Las sextas de la progresión 5-6, a través de técnicas que se describi­
tancia, la serie ascendente de síncopas consonantes, 5-6 5-6. En el contrapun- rán en el capítulo 7, se transforman en acordes disonantes de � (véase el grá­
to a tres voces aprendimos que la mejor forma de acompañar las progresiones fico a); ésta es una técnica importante que se da con relativa frecuencia.
5-6 es con terceras o décimas paralelas con respecto al bajo. En el ejem­ En el ejemplo 6-25 las dos voces escritas expresan de nuevo tres. Aquí el
plo 6-22 las voces exteriores se mueven en décimas y la voz media adorna cla­ bajo está prolongado; los corchetes en los gráficos a y b indican que las notas
ramente una progresión 5-6 con respecto al bajo. Adviértase que las quintas a Si bemol y Do en los primeros tiempos de los compases 9 y 10 anticipan las
la cabeza de cada compás, aunque definitivamente implicadas por el contexto, terceras de los acordes siguientes. Esas notas del bajo no son las «fundamenta­
no están realmente presentes; en la reducción, por lo tanto, hemos escrito las les» de acordes de séptima, pues es la nota del bajo y no la séptima de la voz
notas implícitas entre paréntesis. superior la que crea la disonancia.

EJEMPLO 6-20 Bramhs, Cuarteto para piano, Op. 60, 2.º movimiento
(Allegro)

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 113
EJEMPLO 6-21 Chopin, Estudio, Op. 25, núm. 12

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114 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

�Al estudiar la cuarta especie aprendimos que las progresiones descendentes En el ejemplo 6-29 la progresión predominante es absolutamente evidente. En
6-5 6-5 destacan las quintas más de lo que lo hacen las 5-6. Por esta razón, tal este ejemplo el alumno debería tratar de explicar las funciones de todas las notas
vez, las progresiones 6-5 aparecen con mucha menos frecuencia en el reperto­ de adorno de la voz superior hasta el compás 26. Los corchetes señalan el parale­
rio. Presentamos dos ejemplos muy divergentes en estilo y textura. El ejem­ lismo entre el amplio descenso melódico de los compases 21-26 y su breve eco
plo 6-26 constituye una expresión literal de la progresión y no requiere comen­ en el 27.
tario alguno. En el ejemplo 6-27 la sucesión de 6-5 aparece literalmente sólo en ·El ejemplo 6-30 posee un gran interés rítmico. Aquí la posición métrica
la voz interior. El oído, sin embargo, también conecta el primer tiempo de la voz normal de la suspensión aparece invertida. Por lo tanto la .agrupación rítmica
superior con el segundo tiempo de la voz media, como muestra el gráfico a. contradice la métrica subyacente; como resultado, la disonancia aparece en la
Ahora procedemos a ilustrar sincopaciones disonantes con sus característi­ tercera negra acentuada y no en la primera, como sería lo habitual. Los casos
cas resoluciones descendentes. En el ejemplo 6-28 vemos un uso muy caracte­ de manipulación o prolongación rítmica se· encuentran con frecuencia en el
rístico de una serie 7-6, en el que las. voces exteriores se mueven en décimas. repertorio. Las líneas cruzadas en el gráfico a señalan el conocido recurso de
La primera séptima está preparada con una sexta ligada que a su vez se origina Stimmtausch o intercambio de voces (v. cap. 7).
a partir de una quinta. Muy a menudo, como aquí, se introduce una serie 7-6 En el ejemplo 6-31 la progresión 7-6 subyacente está interrumpida por las
por una única progresión 5-6. Adviértase la transferencia de registro de la voz terceras de adorno de la voz superior y del bajo. Adviértase de nuevo el em­
superior en los compases 3 y 4. pleo de la tríada disminuida en el compás 3.

EJEMPLO 6-22 Couperin, Ordre núm. 5, Les Agréments

Gracieusement, sans lenteur

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, 1 115

EJEMPLO 6-23 Haydn, Sonata para piano núm. 44, i.er movimiento

(Moderato)

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116 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 6-24 C. P. E. Bach, Sonata prusiana núm. 5, Finale


(Allegro assai)
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EJEMPLO 6-25 Bach, Pequeño preludio núm. 8

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 117

EJEMPLO 6-26 Arcadelt, Amour ha pouvoir

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118 EL CONTRAPUNTÓ EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 6-27 Brahms, Intermezzo, Op. 117, núm. 3

(An d ant e con moto)


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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 119
EJEMPLO 6-28 Haendel, Chacona (Trois Le�ons, núm. 3), var. 9
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EJEMPLO 6-29 Scarlatti, Sonata núm. 7 (Kirkpatrick, vol. 1)


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120 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Como conclusión a esta sección presentamos fragmentos de obras de aparecen continuidades más extensas y comienza a ser evidente la presencia
Mattheson y Bach. El ejemplo 6-32 muestra el empleo de la sincopación 11-10 de una dirección musical con un cierto propósito. Una vez que se dirige la
(o 4-3)� el ejemplo 6-33 muestra la importante sincopación del bajo 9-10 (o 2-3). voluntad artística hacia la creación de unidades de continuiaad musical mayo­
res se hace necesario un concepto de organización musical más elevado y
globalizador. En su afán por conseguir un todo orgánico -por la organización
2. Dos influencias importantes sobre la textura contrapuntística tonal de secciones de una pieza completa- los compositores comenzaron a ex­
plotar y a adquirir conciencia de un factor arquitectónico que llamaremos prolon­
PROLONGACIÓN DE ACORDES gación de acordes. (Éste servirá como el equivalente en castellano del término
Auskomponierung eines Klanges de Heinrich Schenker.) Siglos más tarde, y
Hemos estudiado ya un buen número de ejemplos de procedimientos del con­ concebiblemente a partir de la prolongación de acordes, se desarrolló un segundo
trapunto de especies y su funcionamiento en fragmentos del repertorio. Como concepto, el de progresión armónica. Seguiremos esta secuencia histórica comen­
mencionúbamos anteriormente, las reducciones a progresiones de contrapunto ele­ zando por el acorde prolongado.
mental no pretendían ser explicaciones analíticas completas de aquellos fragmen­ El concepto básico de prolongación de acordes es la elaboración temporal
tos. Y, ciertamente, antes de que podamos profundizar nuestra comprensión sobre de una sonoridad vertical rectora -un acorde o un intervalo-. Esto se puede
el contrapunto prolongado de la composición debemos explorar dos principios com­ lograr por medio de varias técnicas. La más significativa es la horizontalización
positivos que han tenido una gran influencia sobre las texturas contrapuntísticas. de intervalos pertenecientes al acorde que se prolonga. Cuando se horizontaliza
Ya en el siglo xu los compositores debieron sentir la imperiosa necesidad un intervalo sus notas se despliegan contra un fondo determinado verticalmen­
de ir más allá del concepto de movimiento contrapuntístico como un fin en sí te por la sonoridad gobernante de la cual forma parte. Por lo tanto, la hori­
mismo, del movimiento de líneas reguladas por el deseo de la consonancia y zontalización relaciona lo vertical y lo horizontal, las dos dimensiones de la
del predominante movimiento contrario. En la música de estos compositores música.

EJEMPLO 6-30 Haydn, Sonata para piano núm. 51, Finale

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(8) 7 6 7 6 7 6 7 6
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 121

EJEMPLO 6-31 Schumann, Waltz (Albumblatter, Op. 124, núm. 4)

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122 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 6-32 Mattheson, Minuet

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 123

EJEMPLO 6-33 Bach, Clave bien temperado I, Preludio 11

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124 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Las melodías a menudo horizontalizan los intervalos de la sonoridad recto­ de Do a Mi mientras que el bajo efectúa el movimiento complementario Mi­
ra, y por tanto la prolongan. Estudiemos las frases que abren tres melodías co­ Do. Esto ilustra la técnica de intercambio de voces referida anteriormente.)
rales (ejs. 6-34 al 6-36) .. El lector percibirá con facilidad que estas líneas meló­ La prolongación de acordes se lleva a efecto también aunque sólo sea una
dicas se mueven dentro de intervalos dé las triadas rectoras Fa-mayor, Sol-mayor de las voces exteriores la que rellene el intervalo horizontalizado con una pro­
y La-mayor. No hace falta decir que las notas pertenecientes a las tríadas no gresión de paso por grados conjuntos. En el ejemplo 6-39 el La del bajo, que
tienen por qué aparecer en sucesión inmediata, sino que pueden estar conecta­ sustenta la nota de paso Do de la voz superior, es una bordadura incompleta
das por notas de paso o decoradas por bordaduras. del Si bemol siguiente. El acorde que sustenta resulta a un tiempo de notas de
El proceso de horizontalizadón no se limita de ningún modo a una sola bordadura y de paso; por lo tanto lo llamaremos acorde bordadura-de paso den­
línea melódica. En texturas a dos, tres o más voces, los intervalos horizon­ tro de la tríada prolongada de Si bemol. Bordaduras incompletas como la del
talizados pueden desplegarse simultáneamente en varias voces. En este caso la ejemplo 6-39 sustituyen con frecuencia a la nota de paso, má·s directa; en este
prolongación de acordes da origen a una sucesión de intervalos o acordes, todos sentido el La del ejemplo 6-39 puede interpretarse como una sustitución del
ellos subordinados a la sonoridad gobernante y globalizadora. Los ejemplos 6-37 Do. El lector recordará por la segunda especie que el salto de cuarta sustituye
y 6-38 presentan prqlongaciones de la tríada de Do mayor; la prolongación de los a menudo a la progresión directa por grados conjuntos.
acordes está indicada por corchetes debajo de las progresiones. En estos ejemplos En el ejemplo 6-40, como en el 6-39, la voz superior rellena los intervalos
las voces exteriores horizontalizan los intervalos de este acorde, expandiéndolo del acorde rector mientras el bajo perfila un intervalo del acorde sólo con su
temporalmente. El segundo acorde de cada ejemplo resulta de las notas de paso primera y última notas. El bajo desciende una sexta, La-Do sostenido, que está
en las voces exteriores; son por lo tanto acordes de paso dentro de la tríada de subdividida en una tercera más una cuarta por medio del Fa sostenido del ter­
Do prolongada. (En estos ejemplos las voces exteriores se intercambian entre cer tiempo. La tercera La-Fa sostenido aparece rellenada por una nota de paso.
el primero y último acordes. Por tanto en el ejemplo 6-38 el soprano se mueve Ya conocemos la técnica de subdivisión interválica, así como la de sP.stitución,

EJEMPLO 6-34 Bac:;h, Coral 6 EJEMPLO 6-35 Bach, Coral 54

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EJEMPLO 6-36 Bach, Coral 63 EJEMPLO 6-37

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, 1 125

por la segunda especie. En el e3emplo 6-40 los acordes del segundo y tercer Los ejemplos 6-44 al 6-46 no requieren más explicaciones escritas.
tiempos son el producto del movimiento contrario del bajo con respecto a la Los ejemplos precedentes que ilustraban la técnica de prolongación de acor­
voz superior. des eran cortos y simples. Cómo veremos más adelante, los compositores em­
Los acordes de bordadura y de adorno tienen un papel significativo en la plearon esta técnica para crear contextos mucho mayores y unificar espacios
prolongación de acordes: El lector recordará por la tercera especie que las no­ mucho más amplios que los ofrecidos en esta sección. De hecho esta utiliza­
tas de bordadura y de adorno, a partir de las cuales se originan estos acordes, ción ampliamente generalizada de la prolongación de acordes representa uno
extienden el dominio y realzan el valor de las notas principales que prolongan. de los factores más significativos que diferencian el contrapunto de la compo­
La conducción de las voces del ejemplo 6-41 está determinada por bordaduras; sición de las técnicas abstractas de las cinco especies. En el contrapunto de
en el gráfico se h_a suprimido la transferencia de registro descendente entre la especies se estudian los elementos de la conducción de las voces: las caracte­
bordadura inferior Fa sostenido y la superior La para esclarecer la cogducción rísticas y comportamiento de los intervalos consonantes, los tres tipos funda­
de las voces básica. mentales de disonancia, y aspectos generales de movimiento lineal y de la com­
En el ejemplo 6-42 los acordes de subdominante resultan de la bordadura binación de las voces. En los ejercicios de especies --especialmente en. algunos
de la voz superior y de la de adorno del bajo; por consiguiente esta subdominante de los movimientos de adorno de la tercera especie- encontramos en ocasio­
desempeña la función de un acorde bordadura-adorno ( l3ct ). nes progresiones que podrían parecer prolongaciones de acordes rudimentarias.
El acorde Do6 en el ejemplo 6-43 es también un acorde bordadura-adorno, Sin embargo, esta técnica utilizada a gran escala contradiría el propósito del
con la diferencia de que la bordadura aparece en el bajo y la nota de adorno en contrapunto de especies; por lo tanto las progresiones de adorno deben apare­
la voz superior. cer en el lapso de un solo compás o de un primer tiempo a otro. El importantísimo

EJEMPLO 6-38 Scheidt, Das


Gorlitzer Tabulaturbuch (1650),
núm. 95 EJEMPLO 6-39 Bach, Coral 27 EJEMPLO 6-40 Bach, Coral 35
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EJEMPLO 6-41 Bach, Partita núm. 6, Toccatá


126 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

problema de la dirección en el contrapunto de especies debe resolverse en tér­ nivel.es de percepción. El acorde subyacente, aunque no siempre acústicamen­
minos de movimiento desde y hacia puntos álgidos; aparte de estos factores te presente, ejerce la función de un fondo contra el que se despliegan otras notas
ningún amplio principio organizativo se muestra evidente. y sonoridades.
Al tomar conciencia de la prolongación de acordes comenzamos a estudiar
los elementos de la conducción de las voces en su entorno compositivo. En to­
dos los ejemplos precedentes las técnicas del contrapunto de especies eran evi­ PROGRESIONES ARMÓNICAS
dentes, y en algunos de ellos el movimiento interválico estaba íntimamente li­
gado a los procedimientos de éstas. Estos procedimientos, sin embargo, toman Un segundo elemento, considerablemente posterior a la aparición de prolon­
un sentido más amplio cuando se desenvuelven dentro de la prolongación de gación de acordes, surgió de la conducción de las voces contrapuntística que ha­
acordes. El oyente atento relaciona el acontecimiento inmediato -el acorde bía evolucionado a través de siglos de rica experiencia. Este nuevo elemento fue
de paso, adorno o bordadura- con la sonoridad rectora; al hacer esto escucha la armonía. Las progresiones armónicas comenzaron a aparecer en la música de la
dos acontecimientos al mismo tiempo pero, como si dijésemos, en diferentes Baja Edad Media y principios del Renacimiento, pero sólo se desarrollaron hasta

EJEMPLO 6-42 Schein, Die Nacht ist kommen EJEMPLO 6-43 Scheidt, Das Gorlitzer Tabulaturbuch, núm. 43 EJEMPLO 6-44 Scheidt, ibíd., núm. 28

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EJEMPLO 6-45 Palestrina, Motet, Salvator mundi EJEMPLO 6-46 Gastoldi, Balletto

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EL CONTRAPUNTO. EN LA COMPOSICIÓN, I 127

to de convl;!rtirse en un valioso elemento organizativo durante. los posterio­ La progresión fundamental I-V-I se elabora frecuentemente a través de la
iglos xv y XVI. interpolación de otro acorde entre el I y el V; por su frecuente asociación con
En este momento debemos exponer solamente los principios básicos de la las relaciones de tónica-dominante aceptaremos tales acordes intermedios como
onía; ejemplos posteriores iluminarán particulares influencias armónicas armonías. El ejemplo 6-49 presenta algunas de estas progresiones armónicas
;bre la conducción de las voces (véanse los capítulos 7 y 8). La armonía y el expandidas. La horizontalización o arpegiación de la tríada completa resulta en
ntrapunto representan las fuerzas arquitectónicas fundamentales de nuestra la progresión I-III-V-I. La conocida progresión I-IV-V-I combina las relacio­
úsica; éstas actúan y reaccionan la una sobre la otra, y en ocasiones aparecen nes de quinta inferior y superior de la tónica en una sola progresión armónica.
uy estrechamente interconectadas. No obstante, los conceptos contrapuntístico En la progresión I-II-V-I el V está precedido por su propia quinta superior, y
armónico difieren marcadamente en sus características esenciales, y sólo en la progresión I-VI-V-I se nos ofrece la oportunidad de alcanzar el V por
compren deremos las diferentes formas en que su cooperación y fusión organi­ encima. 4
zan las texturas musicales si tenemos clara la naturaleza esencial de cada una. A pesar del carácter armónico de las progresiones del ejemplo 6-49 no deben
El concepto armónico está basado esencialmente en la relación existente entre menospreciarse las implicaciones contrapuntísticas de los movimientos por
acordes con fundamentales que distan una quinta entre sí. Esta relación encuen­ grados conjuntos del IV al V, del I al II, y del VI al V. 5 El contrapunto resulta
tra su expresión más completa, dentro del marco de la tonalidad, en la progre­ incluso más patente al introducir el II6, el II615 o con menor frecuencia el IV6, entre
sión I-V-1 (ej. 6-47). El bajo de esta progresión despliega la fundamental, la quin­ el I y el V. La ausencia de una relación de quinta en el bajo debilita la función
ta y la octa va del acorde de tónica, siendo por lo tanto una horizontalización par­
cial de la tríada o una completa del acorde � , la sonoridad principal de la música 4
Para más información sobre el concepto armónico véase Felix Salzer, Audición estrucTural,
medieval y progenitora de la tríada (ej. 6-48). La progresión I-V-I aparece cuando Barcelona, Labor, 1990, 2.ª parte, cap. 4.
las tríadas se cristalizan sobre estas notas del bajo. 5
Véase Schenker, Der Freie Satz (Viena, 1935), vol. 1, pp. 55-77.

EJEMPLO 6-47 EJEMPLO 6-48


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EJEMPLO 6-49
a) b) e) d)

I 111 V I I IV V I I 11 V I I VI V I
128 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

annónica del acorde intermedio, pero. por razón de su movimiento esencial hacia carácter contrapuntístico de la sonoridad que sustentan (acorde de bordadura,
el V aceptamos estos acordes como miembros de las progresiones armónicas UI6 adorno o paso). El ejemplo 6-50 contrasta una progresión armónica con otra
o Il615-V-I y I-IV6-V-I. que contiene un acorde-bordadura de dominante. Los acordes de II, III, IV y
El principio básico de tónica-domimante puede aplicarse también a otros VI han de considerarse como armónicos sólo si se emplean en conexión con la
acordes aparte del de tónica; es decir, dominantes momentáneas pueden prece­ relación de tónica-dominante, como en el ejemplo 6-49; es decir, si•forman parte
der o seguir a tales acordes. Llamamos a estas dominantes momentáneas do­ de la progresión del I al V. Si aparecen entre dos tónicas predominará su papel
minantes aplicadas o secundarias. 6 Las progresiones armónicas incompletas contrapuntístico como acorde de bordadura o de adorno. I-Ad-I y I-B-I indican
tales como II-V-I o como la I-IV-V están relacionadas con las dominantes apli­ una progresión contrapuntística, mientras que I-V-I indica una armónica.
cadas. El bajo es el elemento crucial a la hora de decidir la presencia o ausencia
La naturaleza armónica de una progresión -ya sea ésta la fundamental I­ de funciones armónicas. Si el bajo muestra un movimiento de bordadura o de
V:.. I o cualquiera de sus elaboraciones o derivadas- depende esencialmente del adorno, como en el ejemplo 6-51, la progresión es contrapuntística; si por el
uso del V en. posición fundamental. Sólo así la. relación de quinta, el funda­ contrario éste indica una progresión armónica, el movimiento de adorno o de
mento de la textura musical, se expresa directamente en el bajo. Cuando el V bordadura en la voz superior no cambia la función armónica de los acordes
aparece en inversión generalmente manifiesta una función de paso o de borda­ (ej. 6-52).
dura, y es por tanto una dominante contrapuntística en lugar de armónica. El lector habrá advertido que la perspectiva sobre la armonía expresada en
Empleamos las siglas B, Ad y P debajo de las notas del bajo para indicar el esta sección difiere de las generalmente mantenidas, puesto que no considera­
mos todas las sonoridades verticales como acordes, ni toda sucesión de tales
6
Véase Mitchell, Elementary Harmony (3.ª ed.), Englewood Cliffs, 1965, cap. 17. También sonoridades como progresiones armónicas. De acuerdo con nuestro punto de
Salzer, Audición estructural, ejemplos 292-303. vista el contrapunto es el principio más globalizador y la armonía el más res-

EJEMPLO 6-50
B
B

B B
contrapuntístico

I V I I B I 1 Ad I 1 Ad I I Ad I 1 B I
EJEMPLO 6-52

I IV V I I V I
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 129

trictivo de la organización musícal. El elemento armónico en una progresión imitación del comienzo sirve para prolongar el acorde de tónica hasta el com­
es la relación que existe entre los acordes como tales. Si se ha de considerar pás 6. (En el capítulo 1 O veremos que la imitación constituye un valioso medio
una progresión armónica en términos sonoros debe tenerse en cuenta la con­ de prolongación de acordes.) En el compás 6 el bajo comienza un breve movi­
ducción de las voces. Por lo tanto las progresiones armónicas sólo pueden dar­ miento de paso que desciende al V (indicado por la flecha recta); el V aparece
se en contextos musicales si cuentan con la participación del contrapunto. cómo un acorde menor que sustenta una nota de adorno en la voz superior. El
V menor aparece frecuentemente en el repertorio modal y se encuentra tam­
bién en música posterior. La carencia de sensible aminora el empuje hacia la
PROLONGACIONES DE ACORDES CONTRAPUNTÍSTICAS tónica; esto debilita pero no· perjudica completamente la función armónica de
DENTRO DE ARMAZONES ARMÓNICOS este acorde.
A continuación presentamos tres extractos de la obra de Beethoven: todos
Al tiempo que las progresiones armónicas entraron a formar parte del teji­ ellos muestran una prolongación del acorde de tónica inicial de una progresión
do contrapuntístico, los compositores comenzaron a emplear una variada gama armónica. El final de una prolongación de un acorde recae frecuentemente en
de medios para integrar los procedimientos contrapuntísticos y los armónicos. el tiempo débil del compás, como en estos ejemplos, y esto ayuda a· conec­
De estos medios de fusión, uno de los más importantes es el empleo de una tar el acorde prolongado a la sonoridad siguiente. Ert el ejemplo 6-56 la melo­
progresión armónica como armazón estructural dentro de la cual toma su for­ día prolonga claramente la tónica en los dos primeros cb�pases, con el bajo
ma la textura contrapuntística. Comenzamos con un ejemplo antiguo de movi­ como contrapunto con un movimiento de octava descendente Do-Do. Conse­
miento contrapuntístico dentro de un armazón armónico I-V-1 (ej. 6-53). La cuentemente los acordes de los compases 1 y 2 son acordes de paso dentro de
EJEMPLO 6-53 Févin, Agnus Dei a partir de Missa Mente tota
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EJEMPLO 6-54 Beethoven, Sonata para violín y piano, Op. 96, 2.2 movimiento EJEMPLO 6-55 Beethoven, Trío, Op. 97, 3.er movimiento
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I 116 p V
130 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

la tónica prolongada; la técnica de acordes � consecutivos aos es familiar, por preocupa del etiquetado de cada simultaneidad de acuerdo con los intervalos
supuesto, por el contrapunto a tres voces. Estructuralmente hablando la tónica que la componen y con su posición respecto de la escala. La función depende
es de un grado más elevado que los acordes de paso que se mueven dentro de ante todo del valor estructural o de prolongación dentro del contexto bajo ob­
ella; como sonoridad gobernante crea el espacio musical dentro del cual se servación. La función también resulta de la actividad contrapuntística; un acorde
mueven los acordes de paso. La tónica prolongada procede hacia el Il6- V7 y al de paso es significativamente diferente de un acorde de bordadura o de uno de
I; por lo tanto el armazón estructural de este breve ejemplo consiste en la pro­ adorno aun cuando cuente con las mismas notas y mantenga la misma denomi­
gresión I-II6-V-l. Al escuchar todo esto hacemos una distinción no sólo entre nación gramatical.
acordes armónicos y contrapuntísticos sino, lo que es ai.ln más importante, en­ La función de los acordes está influida también por procedimientos contra­
tre las notas que forman la dirección básica o la estructura y aquellas que ela­ puntísticos tales como la subdivisión interválica y las técnicas de suspensión y
boran o prolongan esta estructura. (Como veremos en los capítulos 7 y 8, las anticipación. Por último, la función resulta de relaciones armónicas y de in­
progresiones armónicas pueden desempeñar también funciones de prolongación.) fluencias ármonicas sobre la conducción de las voces.
Como ejemplo final mostramos la realización de un coral de principios del Este capítulo ha supuesto una breve introducción al contrapunto prolonga­
siglo xvm (v. ej. 6-57). Las técnicas contrapuntísticas dentro de la tónica pro­ do. En esta etapa en la que nos encontramos la introducción de ejercicios es­
longada están indicadas en el gráfico a. Las notas pequeñas ofrecen una reali­ critos de naturaleza casi compositiva sería prematura. Tales ejercicios serán úti­
zación del bajo cifrado. les sólo después de que el alumno haya obtenido un conocimiento mayor de
La discusión precedente nos permite formular una concepción de la fun­ las técnicas específicas de prolongación. Después de los capítulos 7, 8 y 9 se
ción del acorde distinta de la meramente gramatical, es decir, de la que sólo se presentarán ejercicios escritos de varios tipos.

EJEMPLO 6-56 Beethoven, Concierto para piano, Op. 15, i.er movimiento
(Allegro scherzando)

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EJEMPLO 6-57 Freylinghausen, Coral con bajo cifrado, Lobe den Herren

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I V
7. El contrapunto en la composición, II

l. Prolongaciones melódico-contrapuntísticas claridad admirable la posibilidad de incorporE dos líneas distintas en una sola
melodía. Nos referiremos a melodías tales como las del ejemplo 7-1 como me­
MELODÍA POLIFÓNICA (DESPLIEGUE DE INTERVALOS; lodías pohfónicas. La polifonía implícita resulta de la oscilación entre los
MOVIMIENTOS DESDE Y HACIA NOTAS DE LAS VOCES INTERIORES) componentes grave y agudo de la melodía. Los intervalos verticales de la rea­
lización subyacente a dos voces se han desplegado en la dimensión horizontal.
En el capítulo precedente hemos observado el empleo de progresiones del Este despliegue de intervalos puede producir aparentes disonancias melódicas.
contrapunto de especies en composiciones de estilos y texturas variados. Adviértanse las séptimas del ejemplo 7-lb y e (véanse los asteriscos) que re­
Nuestro principal objetivo era desvelar la conducción de las voces básica; sólo sultan de suspensiones en el contrapunto subyacente a dos voces. Las suspen­
tocamos ligeramente los procesos por los que el perfil contrapuntístico llega a siones están preparadas y resueltas normalmente (la resolución de la primera
convertirse en música viva. En este capítulo seguiremos el procedimiento séptima en una décima se explicará con respecto a la combinación de espe­
complementario. Nos concentraremos en las técnicas de prolongación emplea­ cies). Las melodías polifónicas son mucho más organizadas, más complejas y
das para manipular las progresiones del contrapunto elemental. Cada ejemplo más diferenciadas que las simples líneas melódicas del contrapunto elemental.
ha sido escogido para ilustrar una técnica específica. No obstante, el lector Su empleo de saltos disonantes constituye una evolución más que una viola­
debe hacer algo más que reconocer meramente cada técnica. Debe tratar de ción de los principios de los ejercicios de especies. Dicho sea de paso, el con­
establecer contacto con la textura total de la conducción de las voces de cada trapunto de especies presagia vagamente la melodía polifónica en los saltos de
ejemplo; sólo así comenzará a entender las múltiples posibilidades del contra­ adorno de la tercera especie y en las resoluciones decoradas de la quinta.
punto prolongado. El ejemplo 7-2, de una de las Canciones sin palabras de Mendelssohn,
Algunos de los contrastes más obvios entre el contrapunto elemental y el muestra un uso de la melodía polifónica más sutil y refinado que las simples
prolongado se encuentran en la esfera de la melodía. Entre los atributos más ilustraciones de Mattheson. A primera vista la textura parece asemejarse a una
importantes de la melodía compositiva está su capacidad de sugerir dos o mezcla ligeramente elaborada de primera y segunda especies (gráfico a). En
más voces moviéndose como contrapuntos unas de otras; tal melodía ya no térmimos de contrapunto elemental, sin embargo, se podría cuestionar natural­
está confinada a la dimensión horizontal solamente, sino que cuenta además mente el salto de quinta disminuida del primer compás de la melodía. Estas
con implicaciones verticales. En el capítulo 6 presentamos un ejemplo que quintas disminuidas, como las séptimas de los ejemplos de Mattheson, resul­
mostraba cómo una.sola melodía (un recitativo de La Pasión según san Juan .tan deLdespliegue de un intervalo esencialmente vertical; las dos notas que lo
de Bach) puede englobar dos continuidades lineales (v. ej. 6-15). Investigue­ componen· pertenecen a las diferentes «voces» de la polifonía implícita. El
mos este recurso compositivo en mayor profundidad. gráfico b hace ver el carácter polifónico de la melodía. Los componentes supe­
Nuestro primer ejemplo proviene de una obra teórica del siglo xvm, Der riores proceden de La a Fa sostenido a través de Sol, mientras que los inferio­
volkommene Capellmeister (1739) de Johann Mattheson. Mattheson presenta res comienzan en Fa sostenido, saltan a Do sostenido y de ahí se mueven
una corta realización a dos voces y muestra cómo se puede transformar en ascendentemente por grados conjuntos hasta que ambas «voces» coinciden en
varias melodías individuales. Mostramos aquí el modelo de Mattheson y dos Fa sostenido. Aquí la melodía polifónica está sustentada por un bajo; el seg­
de sus derivadas; se han corregido unas cuantas erratas obvias (ej. 7-1). mento inferior de la melodía desempeña de este modo la función de voz inte­
Los ejemplos de Mattheson, por supuesto, están diseñados para servir un rior de la realización a tres voces subyacente (gráfico e) que prolonga el acor­
propósito pedagógico más que artístico; estos ejemplos demuestran con una de de Re mayor.
132 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

El ejemplo 7-3 presenta en abstracto algunas de las posibilidades para el Pasemos a una frase de Mendelssohn en la que los intervalos desplegados
despliegue de una sucesión de intervalos. La notación de las terceras horizon­ se encuentran parcialmente rellenados (ej. 7-6). Este ejemplo indica también
talizadas en el ejemplo 7-3c y d indica no sólo la existencia de dos voces im­ que los intervalos desplegados pueden aparecer en el bajo y en las voces inte­
plícitas. sino también la forma en que se conectan. En e el movimiento proce­ riores. La quinta del acorde de dominante, Sol, aparece antes de la verdadera
de de la voz superior a la interior y viceversa. En d vemos un modelo menos nota del bajo, Do, en· 1a parte de la mano izquierda, compás 4.
frecuente; la melodía comienza con dos notas de la voz interior antes de volver El despliegue de intervalos, se mueva la melodía desde o hacia el área de las
a la voz superior de la realización subyacente. voces interiores, crea una jerarquía de significación tonal. Todas las notas de los
Examinemos varios fragmento� de gran diversidad que ilustran la técnica intervalos desplegados pertenecen a la melodía, pero no todas poseen la misma
del despliegµe. Uncorto pasaje de una Sonata de C. P. E. Bach (ej. 7-4) mues­ significación. Debemos distinguir las notas principales que forman la dirección
tra el grado de implicación polifónica que puede existir en una figuración que melódica básica de las prolongaciones que las separan. Esto es especialmente
se mueve con cierta rapidez. cierto cuando la melodía, después de completar el primer despliegue, comienza el
En el ejemplo 7-5 los intervalos desplegados dan forma al contorno meló­ segundo con una nota de una voz interior de un nuevo acorde antes de volver al
dico básico. Adviértase ese claro mantenimiento implícito del Mi bemol como área de la voz superior. Aquí la separación de las notas principales crea tensiones
nota inicial de la voz interior en el compás 3. que deben observarse cuidadosamente en el análisis y en la ejecución. Téngase

EJBIPLO 7-1 Mattheson, del Der vollkommene Capellmeister


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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, 11 133

esto presente cuando se estudie el ejemplo 7-7, el tema inicial del Andante del para convertirla en una séptima disonante. En lugar de resolver la séptima
Concierto para Piano K. 467 de Mozart. descendentemente por grado conjunto permite que salte a la nota de la voz inte­
En esta frase de.Haydn, ejemplo 7-8, una bordadura disonante La salta a Re, rior Sol. Desde Sol la melodía asciende a la nota de la voz superior Do.
una nota del área de la voz interior. A continuación, un ascenso por grados con­ Adviértase que el movimiento desde la voz interior emplea notas que aparece­
juntos conduce al Sol del compás 2, la resolución retardada de la disonancia rían en las resoluciones decoradas de la quinta especie (véase el ejemplo 7-9c).
Una progresión melódica sorprendentemente similar al ejemplo de Haydn se Ambos ejemplos ilustran el empleo de la prolongación de la disonancia, un
encuentra en este extracto (v. ej. 7-9) de un tratado de contrapunto de un compo­ asunto que será discutido más adelante en este capítulo.
sitor y teórico del siglo xv1, Vincenzo Galilei. 1 Galilei suspende la bordadura Re El carácter polifónico de una melodía puede indicarse por dos términos:
despliegue y movimiento desde y hacia la voz interior. Estos términos se sola­
1
Citado en Claude V. Palisca, «Vincenzo Galilei's Counterpoint Treatise», Journal of the
American Musicological Society, vol. 9, núm. 2 (1956), p. 90. La explicación analítica es nuestra y pan hasta un cierto punto. En general emplearemos la expresión despliegue
no de Galilei. para denotar una sucesion de dos o más intervalos, mientras que los saltos in-

EJEMPLO 7-2 Mendelssohn, Canción sin palabras, Op. 85, núm. 4


(Andante sostenuto)

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EJEMPLO 7-3
134 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

dividuales y movimientos de relleno en los intervalos horizontalizados se de­ manipulación de registro sobre la, melodía --especialmente sobre melodías
nominarán movimientos desde y hacia la voz interior. instrumentales, con su amplia tesitura y a menudo rugosos contornos-. Como
recordará el lector (repásense los ejs. 6-12 al 6-14), una transferencia de regis­
tro se da cuando se coloca una nota en yuxtaposición significativa con su oc­
MANIPULACIÓN DE REGISTRO (TRANSFERENCIA DE REGISTRO; tava superior o inferior (o, en ocasiones, con su octava múltiple). La inversión
SUPERPOSICIÓN DE NOTAS DE LA VOZ INTERIOR) de un movimiento de segunda en una. séptima y la expansión en una novena
están íntimamente ligadas a la técnica de transferencia de octava. El ejemplo
La manipµlación de registro constituye un recurso compositivo de impor­ 7-10 ilustra esquemáticamente estas técnicas y muestra su relación con la
tancia; ,el contraste de registro puede ayudar a modelar tanto el detalle. corno transferencia de octava.
la secci ón extensa. Nuestra presente empresa es indagar acerca del efecto de la Las transferencias de registro varían en dimensión y en significación. En

EJEMPLO 7-4 C. P. E. Bach, Sonata prusiana núm. 4, 1.er movimiento


(Allegro)

EJEMPLO 7-5 Haydn, Trío núm. 29, 1.er movimiento


Poco Allegretto
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I IV--- V I I IV V---- I
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, Il

algunas ocasiones crean meramente un fugaz juego de color; en otras forman A continuación ofrecemos un fragmento de Haemdel que presenta amtx�
la base de extensos desarrollos musicales. Más adelante --especialmente en procedimientos, inversión y expansión (ej. 7-12). Las progresiones invertid�\�
los capítulos 8 y 1O- tendremos ocasión de observar transferencias de regis­ (las séptimas) están rellenadas con notas de paso; por otro lado las novem,s �"(.'
tro a gran escala. En esta sección nos concentraremos en detalles algo más manifiestan directamente. Estos considerables saltos jlscendentes enfatiz�,n h,
pequeños. En un contexto cerrado las transferencias de registro --en particular dirección de la línea melódica, básicamente ascenderme. Esta progresión dt.' h,�
la inversión y expansión ·de intervalos- pueden conducir a disonancias meló­ voces en su totalidad expresa la tríada de La mayor :por medio de la fami l hu·
dicas directas o ligeramente elaboradas. En el ejemplo 7-11 la inversión técnica 5-6 de la cuarta especie.
interválica es responsable de la séptima melódica; la quinta disminuida resulta El ejemplo 7-13 es también de Haendel. Aquí urna progresión básk'n en
de un despliegue por encima de la línea básica de la melodía. segundas (mostrada en el Aire) en la variación se comvierte en novenas �lle -

EJEMPLO 7-6 Mendelssohn, Canción sin palabras, Op. 85, núm. 1

Andante espressivo ------

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I V I
136 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

nadas. Un intérprete sensible proyectará la progresión fundamental a través de Se puede observar un empleo más directo de la inversión interválica en el
esa cascada de fusas. ejemplo 7-16. El gráfico b omite el cambio de registro para poner de manifies­
Pasemos a dos ejemplos de las Sonatas prusianas de C. P. E. Bach. En el to la progresión fundamental. Al comparar esta reducción con la composición
primero, ejemplo 7-14, la cercana juxtaposición de dos registros (compa­ advertimos que la progresión invertida entre el Mi agudo y su bordadura, Fa,
ses 3-4) produce una sexta como inversión de una tercera; esto a su vez motiva está subdividida por un despliegue melódico, Mi-Sol, y un movimiento de
otra inversión interválica que produce el salto de séptima. adorno, La-Fa. La segunda inversión interválica también se encuentra subdivi­
En el ejemplo 7-15, de la Quinta Sonata Prusiana, un movimiento de bor­ dida, pero apunta más directamente a su objetivo. Adviértase 1a bellísima repe­
dadura aparece expresivamente manipulado. tición en el compás 4 del motivo Sol-Sol sostenido-La del compás 2. El signi-

EJEMPLO 7-7 Mozart, Concierto para piano, K. 467, 2.º movimiento


(Andante)

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I V I
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 137

EJEMPLO 7-8 Haydn, Sonata para piano núm. 40, i.er movimiento
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EJEMPLO 7-9 Vincenzo Galilei, Discorso intorno all'uso delle dissonanze

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EJEMPLO 7-10

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A. Expansión del intervalo

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con
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en •
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con

B. Inversión del intervalo


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convierte
en
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se
convierte
en

/.
relacionado
con a?•
138 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-11 Pasión según san Juan, núm. 41

EJEMPLO 7-12 Handel, Sonata para violín, 1.er movimiento

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10 10 lO
La
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 139

EJEMPLO 7-13 Handel, Suite V, Air

Conclusión del Air (voces exteriores) Conclusión del Double 5

represen ta 1 O 8 6

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EJEMPLO 7-14 C. P. E. Bach, Sonata prusiana núm. 6, 1.er movimiento


Allegro

se
convierte
en
140 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-15 C. P. E. Bach, Sonata prusiana núm. 5, 2.º movimiento

Andante

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EJEMPLO 7-16 Haydn, Trío núm. 27, V" movimiento

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 141

ficado del grupo repetido de notas cambia de acuerdo con el contexto; en el de su combinación. Dicho sea de paso, la conducción de las voces de este
compás 4 el La es una bordadura incompleta y disonante. ejemplo está relacionada con el contrapunto de especies combinadas y se trata­
El lector debe recordar que no todas las séptimas y novenas melódicas rá de nuevo en el capítulo 9.
generan transferencias d� registro dentro de una única continuidad Itneal. Mu­ En el ejemplo 7-18, como en el fragmento de Corelli, la superpostción re­
chas surgen del despliegue de intervalos en una .melodía concebida polifónica­ sulta del cruce de las voces. Aquí los traslados de las voces interiores están
mente (compárese con el ejemplo 7-Í). logrados por medio de transferencias de registro, ya que las segundas se am­
Los ejemplos siguientes introducen una nueva técnica, la superposición de plían a novenas. En el compás que precede a este fragmento el acorde de Re
notas de la voz interior, que consiste en el traslado de una nota de la voz inte­ aparece con el Re en la voz superior; esto lo muestran las notas entre parénte­
rior por encima de la nota previa de la voz superior. La superposición, en su sis al comienzo de los gráficos a y b. El gráfico b ofrece la progresión conjun­
forma más simple, obvia y probablemente más original, resulta cuando una ta fundamental; el e omite la nota pedal para esclarecer la relación con la se­
voz interior independiente2 se cruza por encima de la voz superior. Esto es lo gunda especie.
que ocurre en el ejemplo 7-17, de una Trío sonata de Corelli. En el primer El ejemplo 7-19 presenta un fragmento corto pero- complejo de la introduc­
compás el segundo violín está situado por encima del primero; pero después ción del último movimiento de la Sonata para Piano Op. 1O1 de Beethoven. A
de resolver la suspensión el primero salta por encima del segundo. Este proce­ diferencia de los ejemplos de Brahms y Corelli, no existe un cruzamiento de
so continúa, y cada voz inferior se traslada por encima de la anteriormente voces independientes; no obstante, los saltos melódicos resultan del traslado
más aguda hasta que el segundo violín culmina en el La agudo. Este entrecru­ de notas de la voz interior, una octava en dirección ascendente. Hemos indica­
zamiento de las dos voces genera una continuidad melódica más amplia, y el do el Si como nota de la voz superior en el gráfico a, la progresión básica tal
oído percibe el ascenso melódico Do-Re-Mi-Fa-Sol-La, movimiento que, por como debería aparecer sin la superposición; lo hemos hecho así ya que el Si da
supuesto, no pertenece a ninguna de las voces individualmente, sino que surge comienzo al citado fragmento. Si el lector consulta la partitura observará que
el Fa agudo entra en una amplia conexión melódica con un Mi en el mismo
registro cuatro compases más tarde.
2
La locución actual/y notated que aparece en este punto en el original se aproxima a algo Pasemos a un extracto de la Cuarta Sonata Prusiana dé C. P. E." Bach
parecido a escrita realmente, que hubiera resultado un tanto críptico. Se refiere simplemente a una
voz individual, escrita como tal con su propio trazado melódico, es decir, no formando parte en
(v. ej. 7-20). Aquí la superposición tiene lugar entre tas voces implícitas de
este caso de una melodía polifónica; una voz, desde el punto de vista de la escritura, realmente una melodía polifónica. El gráfico b muestra el despliegue de la melodía, pri­
independiente. (N. de T.) mero en su forma más simple y después transformada por la superposición. En

EJEMPLO 7-17 Corelli, Sonata da Camera, Op. 4, núm. 1, Allemanda

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5 4
142 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-18 Brahms, Romanze, Op. 118, núm. S

b)

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3

EJEMPLO 7-19 Beethoven, Sonata para piano, Op. 101, Introducción del último movimiento

Langsam und sehnsuchtsvoll


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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 143

EJEMPLO 7-20 C. P. E. Bach, Sonata prusiana núm. 4, t.er movimiento

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b)
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convierte
en
144 EL CONTRAPUNTO EN LA - COMPOSICIÓN

este ejemplo los saltos melódicos no están originados por notas realmente pre­ de especies, los saltos están seguidos por movimiento por grados conjuntos en
sentes en la voz interior, sino que se derivan de notas implícitas por el contex­ sentido opuesto. Adviértanse las transferencias de registro.
to y latentes en estas sonoridades (véanse las notas entre paréntesis, gráfico a). El traslado ascendente de notas de la voz interior origina a menudo progre­
Este traslado ascendente pone de relieve un motivo de dos notas; estas super­ siones. de adorno en la voz superior. En este fragmento del Quinteto Op. 111
posiciones secuenciales aparecen frecuentemente en el repertorio. Obsérvese de Brahms (v. ej. 7-21) hay dos acontecimientos melódicos que se superpo­
la dirección descendente de esta figura de dos notas; como en el contrapunto nen. La voz superior (parte del primer violín) comienza con un descenso Re-
EJEMPLO 7-21 Brahms, Quinteto, o'p. 111, 3.er movimiento
Un poco Allegretto

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 145

Do-Si bemol que concluye en el compás 4; pero el traslado escendente del Sol ve hacia la tercera del acorde de tónica. En un sentido casi literal, este es un
de la voz interior enturbia esta conclusión. Este traslado, conseguido por una movimiento que sale de la voz interior hacia el bajo.
transferencia .de registro, inicia un segundo acontecimiento melódico: un mo­ El importante efecto de las transferencias s.obre el tratamiento de la diso­
vimiento de adorno desde· el Sol agudo que desciende a Re. nancia se verá más adelante en este capítulo. Concentremos nuestra atención
ahora sobre otra técnica por la cual dos voces pueden asumir .una estrecha re­
lación. Esta técnica es el intercambio d� voces, a menudo referida por el térmi­
MOVIMIENTOS TRANSFERIDOS DE UNA VOZ A OTRA; INTERCAMBIO DE VOCES no alemán Stimmtausch. Hemos citado esta técnica en el capítulo precedente
(v. p. 114); a continuación presentamos dos ejemplos adicionales.
En el ejemplo 7-17 observábamos cómo una línea melódica -una progre­ El intercambio de voces es una técnica muy antigua y se da en música que
sión ascendente por grados conjuntos- puede resultar de la combinación de se remonta hasta el siglo xm. En la polifonía medieval las notas intercambia­
dos partes de violín. Este ejemplo nos conduce a un importante principio gene­ das se encuentran frecuentemente en el mismo registro; en música posterior
ral: una progresión lineal no tiene por qué confinarse a una sola voz, sino que están con mayor frecuencia en registros diferentes. El ejemplo 7-23 es de una
puede migrar de una parte de la textura a otra. En el ejemplo 7-22, de un Lied Bagatela de Beethoven. El soprano despliega dos terceras, Re-Si bemol y Mi
de Schumann, el Si sostenido del bajo es una nota de paso cromática que con­ bemol-Do. El bajo efectúa los movimientos complementarios Si bemol-Re y
tinúa un movimiento originado en el Do sostenido de la voz interior y se mue- Do-Mi bemol.

EJEMPLO 7-22 Schumann, In der Fremde, Op. 39, núm. 1

(Nicht schnell)

a - ber Va ter und Mut ter sind

ge tot, es kennt mich dort kei ner mehr.


146 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

El bajo, al intercambiar notas con el soprano, ayuda a evitar acordes in­ 2. Contrapunto dentro de acordes prolongados
completos en la segunda y cuarta negras; el primer despliegue del bajo tam­
bién evita quintas paralelas con el alto. Las líneas diagonales cruzadas, aquí y En la primera sección de este capítulo mencionábamos la estrecha relación
en cualquier otra parte de este libro, señalan la técnica del intercambio de vo- existente entre la melodía polifónica y la prolongación de acordes; una melo­
ces. día extiende el acorde subyacente al desplegar en intervalos de éste. En esta
El Stimmtausch puede darse entre cualquier par de voces. En el ejem- sección examinaremos en mayor detalle la interconexión existente entre las di­
plo 7-24, de. un cuarteto de Haydn, la viola ejecuta un movimiento comple­ mensiones horizontal y vertical de la composición. Observaremos cómo los
mentario al descenso Si bemol-La bemol-Sol del primer violín. Aquí el inter­ acordes prolongados definen un espacio tonal dentro del cual se mueven las
cambio de voces está prolongado por medio del 6/4 de paso del tercer compás. líneas melódicas; éstos forman un fondo estable que guía y dirige los detalles
En algunas ocasiones dos voces intercambian un grupo de notas en lugar de de la melodía. Y, por otro lado, las líneas melódicas proporcionan e.l · impulso
una s�la (v. ej. 7-66). motriz con el que los acordes pueden extenderse en el tiempo.

EJEMPLO 7-22 (continuación)

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V I I V I

EJEMPLO 7-23 Beethoven, Bagatela, Op. 119, núm. 11

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( Andante, ma non troppo)
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 147

En el siguiente grupo. de ejemplos se emplean movimientos por grados es importante, ya que puede explicar muchas conexiones a gran escala. En los
conjuntos para rellenar intervalos de acordes. Estas progresiones conjuntas se gráficos a y h las líneas de trazo discontinuo indican la retención estructural
derivan en definitiva de los movimientos de paso del contrapu�to de segunda del Mi bemol. 3
y tercera especies. Pero en estas realizaciones compositivas los movimientos La melodía se mueve entre la fundamental y la quinta del acorde de La
de paso están desplegados dentro de intervalos de sonoridades verticales sub­ bemol, con el bajo como contrapunto, que desciende de La bemol a Do, la ter­
yacentes. Los principios y. finales de los movimientos están estrechamente re­ cera del acorde. Juntas, las voces exteriores le dan a la tríada de La bemol una
lacionados, pues ambos pertenecen a un mismo acorde. La influencia estabili­ expresión horizontal. El bajo requiere un cierto comentario; la progresión di­
zadora de la prolongación de acordes permite que las líneas melódicas se recta de La bemol a Do recorrería una tercera ascendente a través de Si bemol
hagan más extensas y complejas sin perder su cualidad direccional. (véase el gráfico b, notas entre paréntesis); en cambio Mozart desciende una
Nuestro primer fragmento, el ejempio 7-25, es de la Sonata para Violín sexta, con Fa como soporte de Re bemol, la nota de paso de la voz superior.
K. 481 de Mozart. El despliegue de la quinta Mi bemol-La bemol y el ascenso Este acorde de sexta definido por Fa y Re desempeña varias funciones contra­
gradual por grados conjuntos de la voz interior a la superior no precisan más puntísticas; es un acorde de paso, puesto que sustenta una nota de paso de la
comentarios. El ascenso conjunto rellena y equilibra el arpegio descendente de voz superior, y ésta, Re bemol, es una disonancia con respecto a un entorno
un modo familiar para nosotros por el contrapunto de especies. El oído conec­ más amplio, la tríada de La bemol. El uso de Fa en el bajo hace del Re bemol
ta el objetivo del ascenso, Mi bemol, con la nota inicial de la melodía, y perci­ una nota consonante. La transformación de una nota de paso disonante en una
be las notas intermedias en relación a los dos Mi bemol que las encuadran. consonante es una técnica muy significativa de conducción de las voces, pues­
Dentro de un contexto amplio, por lo tanto, el Mi bemol desempeña la función to que otorga una estabilidad provisional a las notas activas de la melodía; tra­
de voz superior del acorde de La bemol subyacente y mantiene su importancia taremos esta técnica en el contrapunto de especies combinadas. Dentro de la
estructural hasta el final de la prolongación. Por lo tanto nos referimos al Mi
bemol como una nota retenida; con esto llamamos la atención sobre su senti­ 3 Compárese esta melodía con la que aparece en Salzer, Audición estructural (Barcelona,
do estructural y no sobre su duración particular. El principio de nota retenida Labor, 1990), ejemplo 203.

EJEMPLO 7-2-' Haydn, Cuarteto, Op. 17, núm. 4, 1.er movimiento

(Moderato)
148 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

propia línea del bajo el Fa desempeña una función melódica, ya que subdivide interior de la tónica rectora antes de que la conducción de las voces proceda al
la sexta La bemol-Do en una tercera y una cuarta. Por lo tanto, este acorde II6; una hábil transferencia de registro traslada este movimiento por encima del
puede llamarse también acorde de subdivisión, además de su cualidad de paso. Do de la voz superior. La progresión principal de la voz superior es una quinta
El lector recordará que la subdivisión de un intervalo de cierta envergadura en descendente Do-Si bemol-La-Sol-Fa; el Do está separado del Si bemol por el
dos menores constituye una de las funciones de la segunda blanca en la segun­ movimiento hacia la voz interior antes mencionado. El Si bemol está precedi­
da especie. do por un movimiento descendente en terceras desde Fa. En el último compás
En el ejemplo 7-26 las transferencias de registro dificultan la escucha de la las notas principales de la melodía aparecen en la segunda semicorchea de
continuidad melódica subyacente. Por esta razón el lector debería consultar cada grupo; en realidad, la segunda semicorchea inicia acon.tecimientos meló­
primero el gráfico b, en el cual los acontecimientos melódicos principales es­ dicos importantes en todo momento (véase el gráfico a). En este ejemplo el
tán situados en un solo registro. Hacemos hincapié además en la importancia Do retenido se mueve hacia su continuación sin aparecer de nuevo. Esto supo­
de escuchar una progresión melódica a gran escala en construcciones que su­ ne una exigencia sobre nuestra capacidad para escuchar conexiones a gran es­
pondrán desafíos mayores. Las semicorcheas no deben escucharse --o tocar­ cala, pero no debilita la significación estructural del Do.
se- como meros pasajes, puesto que a través de esta figuración pianística se Se puede encontrar un ejemplo muy instructivo en el principio del Dúo,
puede percibir una línea melódica. Esta línea melódica se mueve hacia la voz número 11, de La flauta mágica (véase el ejemplo 7-27). Aquí la prolongación

EJEMPLO 7-25 Mozart, Sonata para violín, K. 481, 2.º movimiento


Adagio

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, 11 149

EJEMPLO 7-26 Haydn, Sonata para piano núm. 47, l."' movimiento

(Moderato)

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I V I
150 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-2r, (continuación)

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EJEMPLO 7-27 Mozart, La flauta mágica, núm. 11
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I V I V
EL CONTRAPUNTO. EN LA COMPOSICIÓN, 11 151

principal del acorde de tónica se logra por un movimiento conjunto por enci­ En los ejemplos 7-25 al 7-27 la prolongación de acordes surge -al menos
ma de la nota principal de la melodía, Mi. El despliegue por grados conjuntos en parte- por medio de movimiento por grados conjuntos dentro de uno de
hacia el Sol está seguido de un despliegue descendente, un salto a Do. La con­ sus intervalos. En los dos ejemplos siguientes vemos cómo dos progresiones
tinuación estructural del Mi es el Re del compás 6. Como contrapunto a estas de bordadura y de adorno también pueden servir para prolongar acordes... Pre­
evoluciones melódicas encontramos una sexta descendente en el bajo; todas sentaremos primero dos frases de una chanson de Lassus (ej. 7-28), en las que
las sonoridades entre el compás 2 y la mitad del 4 son acordes de paso dentro la segunda es una variación de la primera. En la. primera aparecen dos pro­
de la tónica prolongada. La melodía comienza en seguida a desplegar un inter­ gresiones de bordadura contraídas en una sola; en la segu11:da, la inserción del
valo del acorde de dominante, Si-Re, con Re-Do-Sol como soporte en el bajo La en la voz superior conlleva el empleo del acorde de Re mayor como sopor­
en los compases 4-5. El acorde de Sol del compás 2 hace consonante a la nota te, lo que origina una progresión armónica I-IV-V-1. Las implicaciones contra­
de paso Re, de otro modo disonante; el Sol mismo sustituye a la nota de paso puntísticas siguen presentes, por supuesto, particularmente en los acordes de
directa, Si. Obsérvense los paralelismos de las dos terceras descendentes Mi­ bordadura La y Fa.
Re-Do; adviértase también cómo la tercera ascendente Si-Do-Re de los com­ En el ejemplo 7-29 el acorde de Re de los compases 5-8 surge de una bor­
pases 5-6 hace eco del Mi-Fa-Sol de los compases 2-4. La bordadura en la voz dadura en la voz superior, y cuenta con una progresión de adorno como con­
media al principio del compás 3 es un bello detalle bellísimo que crea una trapunto en el bajo. La duración de este acorde es, por supuesto, considerable­
sonoridad fugaz de La menor. mente mayor que en el ejemplo de Lassus. La inflexión cromática de Fa a Fa

EJEMPLO 7-28 Lassus, Bonjour, mon coeur

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152 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-29 Beethoven, Bagatela, Op. 33, núm. 3

All egretto

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--------- ---- -------------------------- Ad Ad


EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 153

sostenido crea un llamativo contraste de sonoridad. El uso prolongado de la por otro lado, los acordes quebrados aparecen frecuentemente como una con­
progresión armónica 1-V-I en la primera frase se verá de nuevo en el capítulo 8. secuencia de la prolongación de acordes. En un fragmento de la primera Par­
Como cierre de esta sección presentamos un ejemplo que ilustra la prolon­ tita para Clave de Bach (ej. 7-30) la voz superior despliega la sexta entre La y
gación de los acordes a través de un movimiento arpegiado. Se recordará que Fa ascendente y descendentemente. Dentro del despliegue se dan arpegiacio­
en el contrapunto de especies el empleo de acordes quebrados se restringe a la nes a dos niveles, indicados en el gráfico a por negras con plica y sin ella.
subdivisión de un intervalo grande en dos más pequeños. En la composición, Podemos tocar aquí otro aspecto del tratamiento de la disonancia, ya que está

EJEMPLO 7-30 Bach, Partita I, Sarabande

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154 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

relacionado con la sección siguiente de este capítulo. El salto de Do a Fa, se­ Un desarrollo simple de la disonancia pero no por ello carente de impor­
gundo compás, segunda negra, podría parecer en principio un salto desde una tancia· es la nota de paso saltada --el empleo de una sola nota de paso en lugar
disonancia. En realidad la disonancia la origina la nota de paso Re del bajo. El de dos- dentro del intervalo de una cuarta. En el contrapunto de especies esa
Do forma parte de un arpegio de tónica y debe considerarse como una nota nota de paso -alcanzada o abandonada por un salto-- debe ser, por supuesto,
estable y consonante. En los dos primeros compases el acorde de tónica que­ consonante. En el contrapunto prolongado esa nota puede ser disonante, pues­
brado de la mano derecha es equivalente a una sola nota de un cantus fumus to que se puede confiar en que el oído imagine la nota que falta. En el ejem­
en un ejercicio de especies (véase el gráfico e). plo 3-26 mostrabamos el empleo del movimiento de paso abreviado en una
composición del siglo xv. El ejemplo 7-31 presenta ahora un fragmento de
una composición de Chopin en el que la nota de paso Mi está liger�ente or-
3. Evolución de la disonancia. namentada. '\
Otra manipulación simple de la disonancia nos lleva a los distintos tipos
En el contrapunto prolongado de la composición el tratamiento de la diso­ de bordadura incompleta. En éstos la bordadura posee sólo una conexión por
nancia sufre un proceso de evolución que conduce a una gran cantidad de usos grados conjuntos con la nota principal en lugar de dos, como es el caso en la
diferenciados y a menudo complejos. Los simples procedimientos de los ejer­ progresión de bordadura completa. Nuestra familiar apoyatura puede interpre­
cicios de especies ofrecen él mejor punto de referencia para la prolongación de tarse como una bordadura incompleta acentuada. En todo este capítulo y el
la disonancia en la composición. La comparación con el contrapunto de espe­ siguiente se encontrarán fragmentos del repertorio que ilustran bordaduras in­
cies nos ayudará a darnos cuenta conscientemente de detalles que en principio completas.
podríamos dar por sentados. Además, los usos más complicados y singulares El ejemplo 7-9, de una obra teórica de Vincenzo Galilei� mostraba un mo­
sólo se pondrán de manifiesto cuando se escuchen en relación a las formas, de vimiento desde la voz interior como sustituto de la resolución normal de una ·
menor complejidad, a partir de las cuales se desarrollaron. suspensión. Nuestra siguiente ilustración, el ejemplo 7-32, nos presenta un tra-

EJEMPLO 7-31 Chopin, Balada, Op. 38

Andantino
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EJEMPLO 7-32 Marco da Gagliano, Alma mia, dove t'en vai

en
lugar
de
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN. II 155

tamiento de la suspensión aún más audaz. Aquí las suspensiones de las voces disonancia:s de nota contra· nota. Las disonancias forman acordes de séptima
superiores incluyen notas del �corde desplegado de la menor; en lugar de re­ en varias posiciones. El origen de la séptima como acorde se encuentra habi­
solver por grados conjuntos, éstas saltan hacia, las notas principales La y Do. tualmente en tales movimientos de paso é'ontraídos en aquellos casos en los
Este ejemplo también nos enseña el uso -f�eéuente en las caqencias- de la que la séptima no sea una nota de paso, una bordadura o una suspensión nor­
anticipación disonante. Aquí la anticipación ·de la voz superior coincide con la males.
resolución de la suspensión 4-3 en la voz media, y da lugar a segundas parale­ Eh el ejemplo 7-34 el acorde i resulta de una contracción. Aquí la omi-
las. Estas disonancias consecutivas son el resultado de una prolongación y· no sión del Fa «original» permite que el bajo descienda uniformemente y realza
atañen a la conducción de las voces básica. la cualidad direccional del movimiento descendente de Fa a Do.
En la composición las disonancias se dan frecuentemente en realizaciones Los dos ejemplos siguientes casi no requieren comentario. En el ejem­
de nota contra nota. Tales disonancias resultan a menudo de la contracción de plo 7-35 el impacto de la disonancia recalca aún más la segunda negra del
un movimiento de paso, al omitirse su primera nota. Esta técnica era muy bien compás. En el Menuet, ejemplo 7-36, el acorde quebrado de la parte de la
conocida por los teóricos del bajo continuo del período barroco. Nuestra mano derecha se encuentra decorado por apoyaturas.
próxima ilustración, el ejemplo 7-33, se ha extraído de un tratado de Johann La frase que inicia la Sonata para Piano Op. 110 de Beethoven (v. ejem­
David Heinichen que muestra cómo la elisión de las consonancias desde las plo 7-37) contiene varias disonancias verticales que requieren una cierta expli­
cuales se moverían las notas de paso en una realización más simple da lugar a cación. En el compás 3 el tenor tiene un Si bemol en la segunda mitad del se-

EJEMPLO 7-33 Heinichen, del Der Generalbass in der Composition

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156 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

gundo tiempo que, además de ser ajeno a la armonía de subdominante prevale­ aumento de la tensión. Los corchetes en el gráfico a señalan los paralelismos
ciente, es disonante con respecto al La bemol del alto. Como indica el gráfico melódicos que causan el adorno de la disonancia. Un ejemplo anterior, del
b, esta disonancia se origina por una contracción, ya que el La bemol, punto de Concierto para Piano K. 467 de Mozart (ej. 7-7), también presentaba la pro­
partida de un movimiento de paso ascendente a Re bemol, está elidido. Este mo­ longación de una disonancia, de nuevo la séptima dominante.
vimiento de paso en su integridad requeriría el uso de algunas semicorcheas y Un importante uso compositivo de la contracción produce una sucesión
podría perturbar la tranquila corriente rítmica. La contracción, como aquí, se em­ interválica de quinta perfecta-quinta disminuida-tercera (ej. 7-38).
plea a menudo para mantener un movimento rítmico consistente. La elisión del Los ejemplos 7-39 y 7-40 están basados en la progresión del 7-38. La pro­
La bemol, que permite que el Si bemol ocupe una corchea entera, da lugar a una gresión contrapuntística que subyace en la frase de Mozart puede verse en el
sucesión de décimas paralelas entre el tenor y el soprano. gráfico a. El acorde disonante del segundo compás, como indica el gráfico b,
En los compases. 1 y 2 los despliegues simultáneos en la voz superior y el resulta de la suspensión de la nota del bajo, Re; esto crea una novena contra el
bajo product;n un intercambio de voces. La conducción de las voces básica es alto y una undécima contra el Sol del soprano. En el compás 3 la novena re­
una serie de décimas paralelas; el verdadero bajo de los tres primeros compa­ suelve en una décima, de acuerdo con los procedimientos de la cuarta especie,
ses es La bemol-Si bemol-Do. En el compás 2 hay un salto aparente hacia la pero la cuarta (undécima) de la voz exterior cede el paso a una quinta dismi­
nota disonante del bajo Re bemol. Esta nota es el resultado de un despliegue y nuida. El �, más disonante, efectúa una casi resolución sobre el �, menos di­
no pertenece a la conducción fundamental de las voces. Además está prepara­ sonante, antes de establecerse la consonancia en el cuarto compás. La prolon­
da, en un registro más agudo, por el Re bemol de la voz superior. gación de la quinta disminuida en el compás 3 está relacionada con la séptima
En el compás 4 la nota de paso disonante Re bemol de la melodía ha sido adornada del anterior ejemplo de Beethoven.
prolongada, con el consiguiente retraso de su resolución a Do y un breve La comparación de los gráficos a y b pone de manifiesto que las suspen-

EJEMPLO 7-35 Bach, Libro de Anna Magdalena, Marche


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EJEMPLO 7-36 Bach, Libro de Anna Magdalena, Menuet

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 157

EJEMPLO 7-37 Beethoven, Sonata para piano, Op. 110, 1.er movimiento

Moderato cantabile molto espressivo

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158 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

siones en este fragmento se derivan de movimientos de paso contraídos. Apro­ Como hemos visto, la contracción de un movimiento de paso puede permi­
vechamos la ocasión para mencionar que Heinrich Schenker mantuvo que el tir que la nota de paso disonante ocupe un mayor espacio de tiempo al supri­
origen de la suspensión disonante recae en tales movimientos de paso contraí­ mir la nota inicial. Esta técnica, por lo tanto, influye a menudo en el movi­
dos (véase Kontrapunkt /, p. 342). Esto, sin embargo, no debe tomarse como miento rítmico. En algunas ocasiones una nota estará desplazada por entero de
una descripción de la evolución histórica de la suspensión, que surgió de Ja su posición original en la textura; nos referiremos a tal acontecimiento como
manipulación rítmica de finales de la Edad Media (ars nova). un desplazamiento rítmico o traslación de notas. La traslación puede ocurrir
Aquí vemos un fragmento de Bach (ej. 7-40) que presenta la misma pro­ en el contrapunto de especies como consecuencia de la combinación de dos
gresión básica. Bach escribe 'dos voces diferenciadas en el pentagrama supe­ especies de valores rítmicos diferentes; volveremos a esta técnica, por lo tanto,
rior. Las dos líneas, con sus dos bellísimas terceras entrelazadas, se mueven en el contrapunto de especies combinadas. En el próximo capítulo discutire­
alternándose y no al mismo tiempo. Estas terceras crean así la impresión de mos el empleo del desplazamiento rítmico en realizaciones corales. Aquí pre­
una sola línea polifónica. sentaremos sólo tres ejemplos.

EJEMPLO 7-39 Mozart, Ave verum Corpus, K. 618

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 159

En este fragmento de Bach (ej. 7-41) el La del alto duraría normalmente 1


sonata de Scarlatti, la resolución de una suspensión en la voz superior coincide
hasta la cuarta negra. La extensión del La está elidida; como consecuencia, el con la aparición de una nota de paso en el bajo (véase el gráfico b). El segundo
Sol se traslada de la quinta a la cuarta negra. Tanto el Sol como el Fa sosteni­ compás manifiesta un desplazamiento de otro tipo. Adviértase la plica inferior
do ocupan una negra completa en lugar de una corchea como lo harían si pro­ del Si en el gráfico b, que indica que es una nota activa de la voz media que se
vinieran de una conducción de las voces menos evolucionada:. ha. trasladado para aparecer en el segundo tiempo a la vez que la nota de paso
La traslación resulta en algunas ocasiones del empleo de figuración en dos La en el bajo. La progresión descendente del bajo está ornamentada por
o más voces simultáneamente. En el primer compás del ejemplo 7-42, de una bordaduras incompletas. Adviértase el empleo de la bordadura consonante Si

EJEMPLO 7-40 Bach, Clave bien temperado 11, Preludio IX

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160 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7D41 Bach, Suite francesa númº 5, Loure

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EJEMPLO 7-42 Scarlatti, Sonata núm. 37 (Kirkpatrick, vol. 11)


(Allegro)

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 161

como decoración del La disonante (segunda negra, segundo compás). Estas colocar las notas desplazadas en su contexto contrapuntístico normal. Si
consonancias fugaces prolongan a menudo disonancias cuando éstas forman Schumann hubiese continuado el modelo rítmico del bajo del primer compás,
parte de conexiones musicales a gran escala. los desplazamientos no se habrían llevado a efecto; este dato proporciona la
El ejemplo 7-43 es de .un Lied de Schumann. La conducción de las voces clave para comprender el sentido de los compases 9-14. En el compás 17 las
es compleja y de difícil de comprensión, pero es de una belleza tan sumamente disonancias surgen a través de una fusión de los acordes de tónica y de domi­
imaginativa que un estudio cuidadoso gratifica con creces. La textura es muy nante. El bajo entra «prematuramente» con el salto motívico de una quinta
disonante; de hecho desde la segunda mitad del compás 1O al 14 no hay una descendente Mi-La mientras las voces superiores expresan todavía la armonía
sola sonoridad completamente consonante. Algunas de ellas se originan por la de dominante.
nota pedal Do de la voz interior (tenor); pero la mayoría resulta de la trasla­ El gráfico b, una nueva reducción, pone de manifiesto el contrapunto sub­
ción. El gráfico a omite la nota pedal y esclarece la textura de superficie al yacente a dos voces de la línea vocal. Esto nós conduce argráfico e, que indica

EJEMPLO 7-43 Schumann, Auf einer Burg, Op. 39, núm. 7

(Adagio)
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162 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-43 (continuación)

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5 - 6 5 - 6 5
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 163

que los compases 9-14 constituyen una serie de suspensiones 5-6 transformada 4. Repetición y articulación
por técnicas de prolongación.
Concluimos esta sección con un aspecto más del uso de la disonada pro­ En el contrapunto de especies el movimiento dirigido adopta la forma de
longa da de la disonancia. Con anterioridad en el presente capítulo aprendimos progresiones que emplean elementos básicos de la conducción de las voces.
que ciertas conexiones musicales significativas pueden transferirse de una voz Tales progresiones aparecen en un estrecho marco de referencia, puesto que la
a otra. En relación al tratamiento de la disonancia, esto quiere decir que una distancia entre los principios y objetivos de los movimientos es relativamente
nota disonante puede moverse desde o hacia otra que pertenezca a otra parte corta. Dentro de este restringido contexto el principio de repetición pueqe ope­
de la textura. Al igual que la contracción de los movimientos de paso, esta téc­ rar en un grado muy limitado, ya que de lo contrario resultaría en monotonía.
nica aparece citada en las obras de teóricos del bajo cifrado. El ejemplo 7-44, Por lo tanto sólo pueden aparecer dos o tres intervalos . idénti.cos en sucesión
de J. D. Heinichen, está extraído del mismo tratado que el 7-33. Este ejemplo inmediata; lo mismo es válido para las sucesiones interválicas de progresiones
indica claramente que el Si bemol de la voz superior está resuelto por el La del como las distintas series de suspensiones. La brevedad de los ejercicios hace
bajo. imposible el uso de desarrollos motívicos, que, por suspuesto, están basados
Un fragmento de la Fantasía a cuatro voces número 7 de Purcell (v. ejem­ en la repetición. Similarmente, el articular el flujo musical en secciones de di­
plo 7-45) ilustra el ejemplo de Heinichen. Aquí el Fa suspendido de la voz su­ mensiones variables se evitará conscientemente.
perior está seguido de un salto de quinta descendente. Sin embargo, la resolu­ La composición expande el ámbito del movimiento. Los principios y me­
ción no está omitida del todo como en el ejemplo 7-32. Las dos voces tas están más ampliamente separados. Esfe marco, más extenso, crea un pro­
interiores ofrecen la expectativa del Mi bemol, pero en un registro más grave. blema compositivo: cómo organizar de modo convincel}te el movimiento ha­
Los corchetes señalan la repetición motívica que causa la suspensión irregular. cia una meta distante. Es fascinante observar cómo una posible fuente de
La influencia de la repetición sobre la conducción de las voces se retomará en monotonía en el contrapunto de especies, en una realización compositiva, se
la sección siguiente. convierte en una importante herramienta de dirección ,musical. Además, los

EJEMPLO 7-44 Heinichen, del Der Generalbass in der Composition

EJEMPLO 7-45 Pureen, Fantasía a cuatro voces, núm. 7

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164 El CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

compositores aprendieron a aplicar la repetición -y la articulaLioo originada ¿ Qué es lo que hace este bellísimo tema y su convincente realización
por la repetición- de manera que produzca intencionadamente movimiento contrapuntística tan diferente del contrapunto de especies, a pesar de que re­
con dirección musical. sulte de sus propios principios básicos? En primer lugar, en el contrapunto de
Los ejemplos siguientes ilustran la relación y el contraste entre el contra­ especies una serie de siete décimas, cinco de ellas consecutivas, carecerían
punto de especies y la composición. El primer fragmento es de la Sinfonía en de sentido. Segundo, un ejercicio de especies no contaría el movimiento direc­
Do mayor, núm. 9, de Schubert (ej. 7-46). to hacia la quinta entre el bajo y la voz media en los primeros tiempos de los

EJE1\1PL.O 7-46 Schubert, Sinfonía núm. 9 en Do mayor, 2.º movimiento


Andante• con moto
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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, 11 165

compases 2 y 3. Y, finalmente, una progresión específica (7-46c) que aparece plo i-46e; el resultado, no obstante, habría debilitado el impulso rítmico, pues­
repetida en dos alturas diferentes (hay una sexta interpolada en la segunda cor­ to que no todas las voces se hubieran movido en corcheas. Para establecer un
chea del compás 3) no se daría en el contrapunto de especies. paralelismo con la tercera desplegada al principio del compás se podría haber
En la composición, sin embargo, la repetición de los intervalos de décima adoptado la solución del ejemplo 7-46f Sin embargo, al emplear el·acorde de
entre las voces exteriores aparece en un contexto más amplio; la serie descen­ Re Schubert imprimió un énfasis extra de ritmo y color al Fa de la melodía; su
dente de décimas desempeña una función precisa dentro· de tal totalidad. Las solución es indudablemente la más bella. Denominaremos tales sonoridades
décimas crean acordes de paso que despliegan y prolongan la tríada de Fa como acordes de énfasis melódico.
mayor. La ilustración del Estudio op. 25 número 9 de Chopin (ej. 7-47) muestra
Las décimas paralelas, como detalles de una totalidad más global, ya no una marcada identidad estructural con el fragmento de Schubert. Una vez que
producen monotonía. Las décimas repetidas, junto con la alternancia 5-6 en las se reconocen las grandes semejanzas entre las dos frases, su diferente «apa­
dos voces inferiores, forman una progresión secuencial de acordes. El diseño riencia» se torna absolutamente fascinante. A diferencia de Schubert, Chopin
resultante puntúa ligeramente el descenso hacia el 16 y atenúa el impacto del cubre la segunda, cuarta y sexta décimas pm medio del motivo cromático de
movimiento directo hacia las quintas. En el contrapunto de especies cada in­ adorno de la voz superior. En el gráfico a hemos indicado estas décimas cu­
tervalo o acorde aparece al descubierto por la austeridad del contexto; el modo biertas colocándolas entre paréntesis.
en que se conectan, por lo tanto, es un factor muy delicado. En la frase de La misma técnica contrapuntística se encuentra en acción en el ejem­
Schubert, sin embargo, las sonoridades verticales ya no se sostienen por sí so­ plo 7-48. De nuevo, algunas de las terceras y décimas aparecen cubiertas por
las; son detalles dentro de un todo mayor. La repetición de la misma progre­ el motivo recurrente de sextas ascendentes.
sión en diferentes alturas aporta un cierto ímpetu al impulso cinético del movi­ El ejemplo 7-49 nos ofrece una variante interesante del mismo principio
miento descendente hacia el acorde de sexta (16); esta clase de organización de conducción de las voces. Aquí las décimas se producen entre el bajo y la
contrasta, por supuesto, con el contrapunto de especies. No obstante, y esto es voz media, mientras que la alternancia de 5-6 tiene lugar entre la voz superior
absolutamente significativo, el origen contrapuntístico del movimiento en dé­ y el bajo. El contrapunto subyacente en este ejemplo es el mismo que en los
cimas está en el movimiento de paso de la segunda especie (ej. 7-46d); el bajo precedentes, pero la voz más aguda y la media han intercambiado posiciones.
hace consonantes las notas de paso disonantes de un modo explicado con ante­ El salto hacia la quinta se hace ligeramente más prominente, puesto que ahora
rioridad. aparece en la voz superior.
El lector debería advertir también el gran contrapeso que representa la or­ En movimientos de paso a gran escala de esta clase encontramos frecuen­
ganización rítmica de Schubert para cualquier impresión de monotonía que de temente progresiones en las que todos los acordes aparecen en posición j . El
otro modo podría haber surgido por el empleo de tantas décimas consecutivas. ejemplo 7-50 muestra que tales progresiones tienen su origen en la misma téc­
En los dos primeros compases la melodía y su bajo como contrapunto se mue­ nica contrapuntística que los cuatro ejemplos que acabamos de presentar. A
ven uniformemente en negras; los celos sincopados proporcionan una discreta través de una especie de intercambio, los acordes � del ejemplo 7-50a se
subdivisión en corcheas. En el tercer compás todas las voces irrumpen en cor­ transforman en los i del 7-50b. Esto da como resultado una progresión menos
cheas; esto conduce a las semicorcheas ornamentales del cuarto compás. El conjunta y ofrece la posibilidad de algún movimiento contrario.
empuje hacia el objetivo de la conducción de las voces es así realzado por una Denominar el segundo, cuarto y sexto acordes como dominantes de los
especie de accelerando rítmico. acordes que les siguen no tendría sentido. Desde el punto de vista de la gramá­
¿ Qué funciones ejercen los acordes de la segunda y cuarta corcheas del tica armónica esta denominación es correcta, pero hace caso omiso de la fun­
compás 3? El primero resulta de bordaduras incompletas y sirve para preparar ción principal de estos acordes. Éstos son el resultado del contrapunto que re­
el subsiguiente ascenso de la melodía y la sonoridad de sexta. El acorde de Re ciben las notas de paso de la voz superior que de este modo se convierten en
de la última corchea tiene un significado diferente. Al determinar la función de consonantes. En el ejemplo 7-51 la mencionada progresión está decorada por
un acorde, nos podemos encontrar con sonoridades contrapuntísticas que no suspensiones en la voz media�
son ni acordes de paso, ni de bordadura, ni de adorno. Algunos de ellos se re­ Tomamos un ejemplo un tanto complejo pero realmente instructivo de la
quieren por razones de conducción de las voces -por ejemplo, para evitar Cadencia del primer movimiento del Concierto para Piano K. 450 de Mozart
quintas u octavas-. Otras actúan como . soporte de 1ma nota .melódica para (ej. 7-52). Una reducción gradual hacia los elementos esenciales de este pasaje
añadir color armónico, o actividad rítmica, o ambos. El acorde de Re en fa fra­ nos conduce primero al gráfico a. Entonces advertimos que los saltos de octa­
se de Schubert pertenece a esta última categoría. No lo exige la conducción de va amplían una línea esencialmente conjunta. Las semicorcheas del bajo dan
las voces, puesto que el compositor podría haber procedido como en el ejem- expresión al ascenso desde Si bemol a Do, subdividido en sextas. El gráfico b
166 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-47 Chopin, Estudio, Op. 25, núm. 9

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, 11 167

EJEMPLO 7-49 Mozart, La flauta mágica, núm. 5

a) b)
décimas en voces exteriores, 5-6 entre bajo y voz interior. 5-6 en voces exteriores, décimas entre bajo y voz interior.

EJEMPLO 7-50

a) b) e)

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168 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

indica que la línea melódica conjunta llena una octava descendente, y que el ayudan al oyente a orientarse en la dirección básica del movimiento descendente.
amplio ámbito del bajo, que reaparece en la composición como una novena ' En esta sección hemos mostrado casos de repetición de intervalos y de
ascendente más una octava, supone la inversión de la elaboración de una sép­ progresiones; estas repeticiones pueden conducir a la articulación interna
tima descendente expresada como un movimiento en terceras de Si bemol a de un movimiento sin por ello perturbar en lo más mínimo la continuidad del
Do. La séptima en sí misma representa por supuesto la inversión de un ascen­ flujo del movimiento. En los capítulos 8 y 1 O discutiremos la repetición motí­
so conjunto de Si bemol a Do. En ambas, voz superior y bajo, vemos por lo vica y seccional, tanto en su forma directa como encubierta.· Y en ambos capí­
tanto una manipulacion de registro a una escala mayor que en cualquiera de tulos --especialmente en el 8- procuraremos mostrar que la continuidad a
los ejemplos precedentes de este capítulo. El lector se habrá dado cuenta de gran escala de la conducción de las voces no tiene por qué resultar debilitada
que el gráfico bes idéntico al ejemplo 7-50b. Para finalizar citamos otro frag­ por la fuerte articulación que aparece al final de frases o incluso de secciones,
mento de Mozart (v. ej. 7�53). Aquí una progresión subyacente en décimas y que una continuidad subyacente se puede hacer sentir a través de las divisio­
recibe una elaboración verdaderamente imaginativa. Los intervalos repetidos nes de la superficie.

EJEMPLO 7�51 Monteverdi, Si ch'io vorrei morire, Madrigales, Libro 4

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 169

EJEMPLO 7-52 Mozart, Concierto para piano, K. 450, Cadencia del l.er movimiento

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170 EL CON1RAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-53 Mozart, Fantasía, K. 396

(Adagio)

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, 11 171

s. Influencias armónicas sobre la conducción de las voces mismo tiempo la voz superior, al moverse de Mi bemol a Re, adopta la forma
(prolongaciones armónicas) de un movimiento de paso conjunto también como séptima ascendente. La se­
gunda, cuarta y sexta notas de esta progresión tienen como soporte acordes de
En la mayoría de los ejemplos mostrados hasta ahora en este capítulo, las dominante aplicada.
progresiones armónicas actuaban como armazones estructurales que influían Cuando las dominantes aplicadas aparecen en inversión en lugar de en
en el movimiento a gran escala de las líneas melódicas. La influencia de la ar­ posición fundamental su impacto armónico se debilita pero no se extingue ne­
monía se puede percibir también a nivel de prolongación. Las prolongaciones cesariamente. En el ejemplo 7-56 los saltos en el bajo a un tiempo surgen y
armónicas actúan directamente sobre los detalles de la conducción de las vo­ enfatizan las implicaciones armónicas de las dominantes aplicadas. Dos de es­
ces, y sólo indirectamente sobre la amplia corriente contrapuntística. tos saltos adoptan la forma de una disonancia m�lódica, la �uarta disminuida.
El tipo más simple de prolongación armónica resulta del empleo de un En el contrapunto prolongado las disonancias melódicas distintas de las que
acorde de dominante de efecto puramente local (v. ej. 7-54). Cuando tales resultan del despliegue o manipulación del registro a menudo surgen de una
acordes se relacionan a la tónica los llamamos dominantes de prolongación; inflexión armónica. Tales disonancias no se deben a la infracción de una regla
cuando se refieren a acordes distintos del de la tónica empleamos el término contrapuntística, sino a la adición de un nuevo elemento -la armonía-. En este
dominante aplicada ( � ) ya introducido en el capítulo 6, sección 2. fragmento de Beethoven el origen contrapuntístico.de las dominantes aplicadas se
El impulso armónico de la dominante aplicada añade énfasis al acorde que puede ver en el ejemplo 7 -56b. Estos acordes, como los del ejemplo precedente,
prolonga. Además de esta función armónica, las dominantes aplicadas pueden ayudan a prevenir paralelismos problemáticos. Los movimientos conjuntos del
realizar un buen número de tareas contrapuntísticas; estos acordes muestran bajo (Fa sostenido-Sol, Re-Mi bemol, etc.) constituyen una serie de bordaduras
por lo tanto una superposición de funciones o una función doble.4 En el ejem­ incompletas que se mueven a sus notas principales.
plo 7-55 las dominantes aplicadas otorgan un soporte armónico a las notas de Si el bajo es enteramente conjunto, el etiquetado de algunos acordes se
paso de la voz superior; consecuentemente son también acordes de paso. Ade­ convierte en nada más que un ejercicio de gramática armónica, pues la función
más ayudan a producir una buena conducción de las voces al evitar unísonos contrapuntística, de paso, de tales acordes es inconfundible. Tal es el caso en
en primeros tiempos sucesivos entre el segundo violín y la viola. En este frag­ el ejemplo 7-57, donde una progresión a tres voces subyacente aparece «di­
mento nos enfrentamos a dos movimientos de paso en diferentes niveles es­ suelta» en arabescos en forma de escala. Las inversiones y transferencias de
tructurales. El movimiento de paso principal se da en el bajo y conduce registro juegan aquí un papel importante.
descendentemente del I al V (véanse los gráficos by e). Dentro de esta progre­ A continuación citamos el pasaje que concluye la Pavana Lord Salisbury
sión la segunda de Do a Si bemol está invertida en una séptima ascendente; al de Orlando Gibbons (ej. 7-58). Como en el ejemplo precedente, un análisis
gramatical de algunos de los acordes como dominantes aplica.dos sería correc­
4
Para más infomación sobre la doble función véase Salzer, op. cit., pp. 176-182 de la edición to en sí mismo, pero esencialmente irrelevante para los contenidos musicales
en español. de este fragmento. Aquí una dominante de prolongación aparece extendida por

EJEMPLO 7-54

I 11 V I
172 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-55 Mendelssohn, Cuarteto, Op. 44, núm. 3, 2.º movimiento

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 173

medio de un movimiento de paso a gran escala; dentro de este movimiento las prominentes a pesar de la intervención de las sextas (progresión a). En la pro­
progresiones secuenciales 8-9-10 evitan octavas consecutivas. gresión b las suspensiones 7-6 eliminan las quintas. La progresión e muestra
Una segunda técnica armónica muy usada es una serie de quintas ascendentes una serie de quintas descendentes interpuestas en este bajo fundamentalmente
o descendentes en el bajo; no hace falta decir que las quintas pueden expresarse conjunto. Las séptimas suspendidas ahora se mueven a las décimas en lugar de
como cuartas, ascendentes o descendentes. Mientras la esencia del movimiento a las sextas; al mismo tiempo el bajo disjunto crea disonancias en la voz supe­
contrapuntístico recae en la progresión conjunta, la base del movimiento armóni­ rior; la textura entera consiste en sonoridades disonantes entre las consonan­
co es la relación de quinta, expresada por el sálto de quinta o de cuarta. Un bajo cias del principio y del objetivo. El realce del sentido direccional y el enrique­
que se moviera contrapuntísticamente de Sol a Si bemol, por ejemplo, procedería cimiento de color armónico conseguido en la progresión e son bastante
a través de La. Como muestra el ejemplo 7-59, se puede lograr el mismo objetivo evidentes.
por medio de quintas ascendentes, o cuartas descendentes, o una mezcla de am­ Ahora ofrecemos tres ejemplos del repertorio, ejemplos 7'"61 al 7-63. En
bas. (Las quintas ascendentes de la progresión e se dan con mucha menos fre­ ellos la fusión entre armonía y contrapunto es obvia. Ahora el lector debería
cuencia; véanse, sin embargo, los ejemplos 8-106 y 8-107.) ser capaz de comprender todas las explicaciones directamente de los gráficos
La técnica de quintas ascendentes aparece frecuentemente en la composi­ de conducción de las voces, lo que hace superfluo cualquier comentario añadi­
ción como medio de enriquecer un movimiento de paso conjunto. En el ejem­ do. Debería estudiar detenidamente los gráficos para poder utilizar estas pro­
plo 7-60 encontramos un movimiento conjunto que va desde la sonoridad de gresiones en los ejercicios que encontrará al final de este capítulo.
Sol menor a Do. Las quintas acentuadas entre las voces inferiores son bastante En esta sección hemos visto técnicas de conducción de las voces origina-

EJEMPLO 7-56 Beethoven, Sonata para piano, Op. 31, núm. 3, 1.er movimiento

(Allegro)

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174 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-57 Mozart, Sonata para piano, K. 576, 2.º movimiento

(Adagio)
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICl'"'' 11 175

EJEMPLO 7-57 (continuación)

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176 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-58 Gibbons, Pavana Lord Salisbury

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 177

das por relaciones armónicas. En algunas ocasiones los modelos resultantes de cuentemente de usos puramente contrapuntísticos. La mayoría de las notas altera­
conducción de las voces ponen claramente de manifiesto su origen contrapun­ das cromáticamente se dividen en dos categorías: inflexión y sustitución. Una
tístico; en otras, el elemento armónico se subordina a la corriente contrapuntís­ nota está inflexionada si precede o sigue a la forma diatónica del grado melódico
tica. En el capítulo siguiente veremos aún otra técnica significativa de prolon­ que lleva su mismo nombre; en Fa mayor las progresiones Do-Si natural-Si be­
gación armónica. Observaremos que ciertas progresiones armónicas completas mol y Sol natural-Sol sostenido-La muestran inflexiones cromáticas de Si bemol
o incompletas pueden desempeñar la función de prolongaciones de una sonori­ y Sol natural. Una nota es una sustitución cromática cuando reemplaza la nota
dad de un orden estructural más elevado: diatónica normal con el mismo nombre. Por tanto en Sol mayor las progresiones
Si-Do sostenido-Re y Mi-Fa natural-Mi contienen sustitucJon<!s cromáticas; el Do
I-II-V-I IV-V-I sostenido reemplaza al Do natural y el Fa natural reemplaza al Fa sostenido.
� o � etc. La inflexión y la sustitución producen frecuentemente riotas de paso y
de I de VI bordaduras. En el ejemplo 7-64, del Cuarteto K. 428 de Mozart, se observan
ambas. El Do bemol de la viola parece a primera vista una nota principal, la
séptima de un acorde de séptima disminuida. Pero finalmente resuelve en el Si
6. Cromatismo; acordes contrapuntísticos de sensible bemol del compás 17 y es por lo tanto una bordadura superior cromática de esta
nota. El Mi natural del segundo violín es una nota de paso cromáticamente in­
Los acordes de dominante aplicada requieren generalmente el uso de notas flexionada; adviértase el intercambio de voces entre el celo y el segundo violín.
alteradas cromáticamente, algo que hacen a menudo las series de quintas ascen­ La tercera cromáticamente rellenada del segundo violín prepara la misma idea,
dentes o descendentes. El cromatismo, sin embargo, no aparece de ningún modo pero expandida, en el primer violín en los compases 16-17. Estos expresivos as­
siempre asociado con la expresión de relaciones armónicas; éste se origina fre- censos cromáticos se derivan de la parte del celo de la frase inicial del movimien-

EJEMPLO 7-59

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EJEMPLO 7�60

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178 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-61 Couperin, Ordre núm. 8, Gigue

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 179

EJEMPLO 7-62 Mozart, Overture, K. 399

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180 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-63 Bach, Partita ntim. 1, Allemande


EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, 11 181

to, compases 2-4 (esta frase inicial aparece citada en el ejemplo 9-70). en el bajo. Aunque la estructura interna del acorde de sexta aumentada es si­
La alteración cromática produce en algunas ocasiones acordes que funcio­ milar a la del acorde mostrado en el ejemplo 7-67, su función considerada en
nan como equivalentes contrapuntísticos de la dominante aplicada. Las triadas un contexto más extenso es diferente. Este fragmento se centra sobre Sol; esta
(habitualmente en primera inversión) y los acordes de séptima sobre las sensi­ nota primero hace de soporte a una tríada menor y luego a una séptima de do­
bles consiguen un empuje similar al del acorde de dominante aplicada pero sin minante que conduce a Do menor. (El Do menor no ha sid9 incluido en la ilus­
un carácter explícitamente armónico; nos referiremos a ellos, por lo tanto, tración.) A grandes rasgos el La en el bajo del compás 3 es una bordadura que
como acordes contrapuntísticos de sensible. En una frase de la Balada en Sol decora el Sol; la progresión de· Sol a La está invertí.da en una séptima, y la
menor de Chopin (ej. 7-65) el acorde disminuido aplicado, que resulta de la séptima aparece subdividida en tres terceras. La inflexión del La en La bemol
contracción y de la sustitución cromática, conduce a la dominante del acorde (compás 3) añade el impulso de un movimiento de paso hacia la reaparición
de Si bemol. El perfü contrapuntístico de la frase es una cuasiprogresión de del Sol; el uso del La bemol también refuerza la cualidad de «dominante» del
segunda especie 8-10-8-7-10. acorde de Sol del compás 4 y sugiere el Do menor que. está por llegar.
En el ejemplo 7-66, de la Sonata para Piano Op. 6 de Mendelssohn, hay En un pasaje muy conocido del Till Eulenspiegel de Strauss (ej. 7-69) el
dos acordes de séptima disminuida que intensifican un movimiento de paso intervalo de sexta aumentada da carácter a un acorde bordadura que decora
hacia el V. (Para más información sobre el acorde disminuido aplicado, véanse el acorde de tónica. A diferencia de la mayoría de los acordes que contienen
los ejemplos 8-40 y 8-41.) una sexta aumentada, éste posee una tercera menor en lugar de mayor. Cada
Al igual que la séptima disminuida aplicada, los distintos acordes de sexta nota del acorde se mueve por semitono hacia una nota de la tónica. La función
aumentada pueden ejercer la función de homólogos contrapuntísticos de la de bordadura de este acorde, su penetrante atracción hacia el acorde de tónica
dominante aplicada. Habitualmente, aunque no siempre, éstos se mueven ha­ y la pujanza de su combinación interválica, todo esto es más significativo que
cia y enfatizan la armonía de dominante. En el ejemplo 7-67 la sexta aumenta­ cualquier etiqueta gramatical. Aquellos que gusten hurgar en busca de funda­
da resulta de la sustitución del Fa natural diatónico «original» por el Fa soste­ mentales de acordes probablemente considerarían que éste es un acorde de
nido. séptima disminuida en posición 1 con la sexta elevada cromáticamente.
El ejemplo 7-68 se ha extraído del prólogo de Die Gotterdii.mmerung de El cromatismo surge a menudo de la mezcla de modos, es decir, el uso de
Wagner. Aquí la sexta aumentada tiene su origen en una inflexión cromática los dos modos -mayor y menor- en un solo contexto que se centra en una

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EJEMPLO 7-64 Mózart, Cuarteto, K. 428, segundo movimiento
(Andante con moto)
182 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

tónica cualq uiera. Un empleo sorprendente de esta mezcla contribuye a la in­ mol por medio de una serie de terceras mayores descendentes, Mi bemol-Do
tensidad trágica de nuestro siguiente fragmento, la conclusión de un preludio bemol-(Si natural)-Sol-Mi bemol. El movimiento subyacente es claramente
coral de J. S. Bach (ej. 7-70). Tanto el Il6 de la cadencia final como la una octava descendente (véase el gráfico a); pero las manipulaciones de regis­
submediante que le precede aparecen en la forma caracterí stica de Mi bemol tro en arnbas partes, vocal y bajo instrumental, desvían el Mi bemol del com­
menor. (El símbolo «M» por debajo del II6 en el gráfico detallado significa pás 7 hacia un área más aguda y motiva el consiguiente descenso hacia el V.
mezcla.) El calmado retomo al modo mayor en el 1 cadencia! aparece después El subdividir una octava en intervalos iguales (o enarrnónicarnente equivalen­
de un detalle melódico de una belleza extraordinaria. El Fa, voz superior del tes) crea un ambiente tonal impregnado de cromatismo. Aunque parezca plau­
II6, se mueve al Mi bemol por medio de una nota de paso, Fa bemol; la progre­ sible justificar el Do bemol del compás 3 corno una sustitución del Do natural,
sión del Fa bemol a Mi bemol aparece interrumpida por la interpolación del la evidencia auditiva no confirma tal construcción teórica, puesto qu� registra­
Re, bordadura inferior de Mi bemol. rnos las pro_gresiones interválicas simétricas sin referirlas a un \supuesto
El uso de la mezcla en la cadencia se vislumbra en el Sol bemol que inicia diatonismo original. Esta. pasajera carencia de un marco de referencia diatóni­
la l nea cromática ascendente en el bajo. Este ascenso del bajo señala un as­
í co crea, por así decirlo, una suspensión de la gravedad tonal. Dos rasgos adi­
pecto obvio del cromatismo pero a menudo pasado por alto. La progresión cionales del ejemplo 7-71 son dignos de mención. Adviértase la escala de to­
cromática añade notas entre el principio y el objetivo de un movimiento de nos enteros en el bajo que resulta de los tonos enteros de paso dentro de
paso. El cromatismo, por lo tanto, puede retrasar el movimiento tonal sin por las terceras mayores. Y obsérvese el efecto completamente sorprendente de las
ello amainar el impulso rítmico. En comparación con una progresión diatóni­ triadas menores sobre Do bemol (Si natural), Sol y el segundo Mi bemol,
ca, una cromática que se mueva con la misma velocidad recorre aproximada­ puesto que un bajo que se moviera cromáticamente en terceras haría habitual­
mente la mitad de espaéio, y consecuentemente se altera la perspectiva tempo­ mente de soporte a triadas mayores.
ral del oyente. El ejemplo 7-72 también contiene una progresión cromática en terceras.
El ejemplo 7-71 ilustra una técnica cromática muy utilizada por los com­ Aquí, sin embargo, las terceras son menores en lugar de mayores (una de ellas,
positores del siglo XIX. El bajo de los compases 1-7 extiende la tónica Mi be- Fa-Sol sostenido, aparece expresada como una segunda aumentada). Y la pro-

EJEMPLO 7-65 Chopin, Balada, Op. 23

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 183

EJEMPLO 7-66 Mendelssohn, Sonata para piano, Op. 6, 1.er movimiento

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184 EL CONIRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-66 (continuación)

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, 11 185

gresión se despliega dentro de una octava ascendente en lugar de descendente. persistente de décimas entre las voces exteriores relaciona este ejemplo con
Las triadas en los primeros tiempos están conectadas por dominantes aplica­ algunos de aquellos que estudiamos anteriormente en este capítulo (véanse los
dos que, al actuar como soportes de notas de paso en la voz superior, desem­ ejemplos 7-46 al 7-48).
peñan además la función simultánea de acordes de paso. Las dominantes apli­ A continuación presentamos un célebre fragmento de Die Walküre de
cadas proporcionan conexiones inmediatas más suaves que en el fragmento de · Wagner. En el ejemplo 7-73 el movimiento de las voces exteriores está tam­
Schubert, donde se yuxtaponen acordes sin relación armónica alguna. El uso bién organizado como una progresión cromática de terceras. Este movimiento

EJEMPLO 7-67 Beethoven, Sonata para piano, Op. 10, núm. 1, Finale

Prestissimo

EJEMPLO 7-68 Wagner, Gotterdammerung, Prologue

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EJEMPLO 7-69 Strauss, Till Eulenspiegel
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186 EL CON1RAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-70 Bach, O Mensch bewein' dein' Sünde gross (Orgelbüchlein)

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, 11 187

EJEMPLO 7-71 Schubert, Misa en Mi bemol mayor, Sanctus

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188 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-71 (continuación)

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mayor I menor V

EJEMPLO 7-72 Chopin, Mazurca, Op. 50, núm. 3

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 189

no se ·despliega, sin embargo, en el espacio de una octava como en los dos confirma por el cambio en la orquestación (la madera deja paso a la cuerda) y
ejemplos previos. El movimiento fundamental es una cuarta disminuida (terce­ por la reanudación de un registro grave en el bajo. El gráfico d muestra esas
ra mayor) de La bemol a Mi descendentemente (gráfico a). Esta progresión notas de paso que rellenan las terceras de la voz superior; estas notas tienen
aparece-�xpandida en una undécima disminuida, que a su vez se subdivide en como soporte notas del bajo que sugieren acordes de dominante aplicada. En
dos se.xfus menores, La bemol-Do-Mi (gráfico b). Cada una de estas sextas se el gráfico e, que muestra el registro del bajo original de Wagner, los movi­
subdivide de nuevo en terceras descendentes La bemol-Mi-Do-Sol sostenido­ mientos de paso de la voz superior están enriquecidos por notas de paso
Mi; Do es el eje del movimiento (gráfico e). La importancia crucial del Do se cromáticas; las progresiones cromáticas resultantes tienen como contrapunto

EJEMPLO 7-73 Wagner, Die Walküre, Acto 111

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190 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

en el bajo movimientos desde la fundamental hasta la tercera de los acordes de cromáticamente, produciendo sensibles hacia Do, Re, Mi y Fa sostenido (grá­
dominante aplicada. Los acordes de paso al principio de los compases 2, 4, 6 y fico e). El gráfico d muestra movimientos de prolongación de una tercera des­
8 (véanse los asteriscos) están enfatizados por la posición rítmica y consecuen­ cendente (véanse los corchetes) primero en la voz inferior y luego en el área
temente debilitan la fuerza armónica de las dominantes aplicadas dentro de las de las voces medias. La presencia de notas de prolongación por debajo de la
que se mueven y refuerzan su significación contrapuntística. línea principal del bajo crea una textura densa y opaca. Esta textura se compli-
En esta sección sólo hemos podido explicar e ilustrar unas pocas de las ca todavía más por la contracción de la figura descendente de tres notas en un
múltiples posibilidades del contrapunto cromático. En los capítulos 8 al 1O se grupo de dos debido a la elisión de la primera nota; las disonancias así produ­
discutirán ejemplos adicionales de cromatismo. 5 Antes de proceder a la sec­ cidas dificultan concreces la escucha de la progresión subyacente 1�_6 \º a tra­
ción siguiente, mencionemos brevemente otra técnica cromática. Los compo­ vés de esa superficie enturbiada (gráfico e).
sitores desde el barroco hasta el periodo romántico fueron capaces de producir En el capítulo 1 O presentaremos varios ejemplos que muestran la cromati­
progresiones coloristas y sorprendentes, aunque lógicas y coherentes, al zación de una serie de suspensiones. Véanse en particular los ejemplos 10-13
inflexionar cromáticamente una o más voces en una serie de suspensiones. Un al 10-17.
pasaje de la Kreisleriana de Schumann (ej. 7-74) asciende de Si bemol a Fa
sostenido; el movimiento aparece organizado en dos terceras mayores, Si be­
mol-Re-Fa sostenido (gráfico a). La voz superior y el bajo progresan en déci­ 7. Quintas y octavas
mas paralelas; la voz media muestra la familiar serie de suspensiones conso­
nantes 5-6 (véase el gráfico b). La línea del bajo aparece inflexionada La comprensión de la distinción entre contrapunto elemental y prolongado
ayuda a aclarar el sentido de las quintas y octavas paralelas que aparecen en el
5
Véase también Salzer, op. cit, ejemplos 350-386. repertorio. Éstas se citan a menudo erróneamente como violaciones de reglas

EJEMPLO 7-73 · (continuación)


EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 191
EJEMPLO 7-74 Schumann, Kreisleriana, Op. 16, núm. 2

a) b) e)
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
192

contrapuntísticas. En realidad las reglas contrapuntísticas sobre �ui�tas Y oct�­ En el último movimiento de la Sonata para Piano K. 576 de Mozart encon­
vas mantuvieron su relevancia en la composición }lasta el termmo _del si­ tramos mi ejemplo más complejo (v. ej. 7-76). La conducción de las voces
glo XIX. Las quintas y octavas pueden resultar en ocasiones de un descmdo por subyacentes consiste en una serie de sincopaciones 5-6. Esta progresión apare­
parte del compositor. En general, sin embargo, son debidas a distintas técnicas ce caracterizada por las notas de paso cromáticas y por los desplazamientos
de prolongación; pertenecen a la superficie más que a la realización básica y rítmicos, que conducen aJas quintas.
representan una conducción de las voces válida y convincent�. En la superficie las octavas aparecen menos frecuentemente que las quintas;
En el ejemplo 6-5 aparecen quintas (Do-Sol y Si-Fa sostemdo) entre la voz por supuesto no nos referimos al caso de la duplicación de una de las voces. En el
media y la superior en el primer compás. El oído musical advierte con facili­ fragmento de un Irnpromptu de Schubert (ej. 7-77) el Fa del soprano es una nota
dad que el Si de la voz media aparece figurado por t,ordaduras, Y las quintas de adorno. que refuerza la dominante del bajo. De nuevo, la conducción de las
surgén de esta figuración. En el fragmento del Preludio Coral de Brahms, voces fundamental tampoco presenta aquí paralelismos prohibidos.
ejemplo 7-75, la primera cita es una variación de la �egunda. Las terceras de En el Rondó K. 494 de Mozart aparentemente surgen octavas. En este
prolongación en el alto producen quintas con las notas de bordadura repetidas punto de la composición la mano izquierda no es una sola línea sino una pro­
en el soprano. gresión a tres voces en acordes quebrados. Por lo tanto la sucesión Fa-Mi be-

EJEMPLO 7-75 Brahms, Es ist ein Ros' entsprungen (Preludio coral)

véase
el c. 2

EJEMPLO 7-76 Mozart, Sonata para piano, K. 576, Finale

11

(5) 6 5 6 5
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, 11 193

rnol (segundo compás) resulta de la alternación de las dos voces implícitas, y y la densidad de textura. El modo más frecuente de evitar quintas es por medio
no debería escucharse como una progresión melódica. Las octavas son por lo de sextas de paso o suspendidas; las octavas se evitan normalmente por me­
tanto ilusorias. (El contraste rítmico entre las manos ayuda a aclarar la conduc­ dio. de la interpolación de décimas. A lo largo de este libro se pueden encon­
ción de las voces.) trar ejemplos de la técnica de suspensión 5-6 5; para ver sextas de paso repá­
Recordamos al lector que las prolongaciones mejoran a menudo la con­ sense los ejemplos 7-46 al 7-49. Para ver el empleo de décimas para evitar
du cción de las voces al separar quintas y octavas paralelas que de otro modo octavas véase el ejemplo 7-58.
se darían en niveles más profundos de la estructura. Los compositores han en­ En el ejemplo 7-79 aparecen quintas entre las voces exteriores al principio
contrado muchas maneras de impedir paralelismos erróneos; la eficacia de es­ de cada grupo de dos compases. Las quintas, comenzando Do (tercer compás),
tas técnicas depende en gran medida de aspectos tales como el ritmo, el tempo aparecen anticipadas en la última negra de cada grupo. El bajq muestra un

EJEMPLO 7-77 Schubert, lmpromptu, Op. 142, núm. 3 EJEMPLO 7-78 Mozart, Rondó, K. 494
(Andante) (Andante )

a)

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EJEMPLO 7-79 Schubert, Sonata para piano en Si bemol mayor, D. 960, Finale

( Allegro, ma non troppo)


194 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

empleo interesante de inversión interválica; las segundas descendentes adop­ éxito (gráfico a). Sin la manipulación de registro del bajo la progresión hubie­
tan la forma de séptimas ascendentes, y las séptimas aparecen subdivididas en se tomado la forma mostrada en el gráfico b; éste a su vez se manifiesta como
tres terceras. Las triadas en posición fundamental construidas sobre estas notas una serie de suspensiones consonantes manipulada (gráfico e).
de subdivisión del bajo interponen su peso entre las quintas y las mitigan con El problema de las quintas y octavas se continuará en el siguiente capítulo.

EJEMPLO 7-79 (continuación)

a)

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b) e)
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 195

EJERCICIOS terior;. esto separa el Sol del compás 2 de su continuación, Fa sostenido, pero el oído
percibe su conexión fácilmente. Elaboramos ligeramente el bajo en los compases 3-4.
A. EJERCICIOS DE PROLONGACIÓN MELÓDJCO-CONTRAPUNTÍSTICA En lugar del Re mantenido del modelo, que hubiera producido un efecto estático si se
mantuviese por dos compases, introducimos una progresión en el bajo complementaria
Como base para los ejercicios siguientes presentamos un buen número de de la del soprano. Por medio de este intercambio evitamos una octava vacía al princi­
progresiones, muchas de ellas basadas en ejemplos del repertorio que ya hemos discu­ pio del compás 3 y nos beneficiamos de la sexta, contrapuntísticamente preferible.
tido. En todos los casos el modelo dado es una reducción del original, despojado de su La solución A-lb es similar; aquí, sin embargo, trasladamos el Fa sostenido de la
textura y ritmo individuales. Las progresiones cuentan con tres voces; las dos superio­ «voz interior» sobre el La invirtiendo la tercera inicial en una sexta. Al hacer esto
res deben disolverse en una sola línea polifónica a través del empleo del despliegue. efectuamos un cambio de registro; el Fa sostenido final se encuentra una octava por
La transferencia de registro y la superposición se pueden emplear también. En cierto encima del del modelo.
modo estos ejercicios están basados sobre el principio de variación -el fundamental Otra posibilidad es rellenar la tercera inicial con una nota de paso (solución A-le).
principio constructor de la música-. Desde luego, el punto de partida es una progresión En el segundo compás producimos un modelo similar por medio de la arpegiación. La
abstracta en lugar de un tema individual. En los primeros ejercicios el alumno debería tercera final del modelo no aparece desplegada. Sólo el Fa sostenido está realmente
restringirse a modelos claros y simples y debería evitar el empleo de complejidades rítmi­ presente; a pesar de que el Re de la voz interior .no está presente,. está implícita por el
cas, motívicas y de textura. Para algunos de estos ejercicios presentamos modelos de so­ contexto. Los despliegues del bajo no requieren comentario alguno; la novena contra
luciones a los que el alumno debería añadir algunos propios. El alumno debería ser ca­ la voz superior (segundo compás, segunda negra) resulta de una nota de paso que se
paz de definir los diferentes tipos de prolongación que emplee y explicar la función de mueve contra un acorde quebrado.
cada nota. Estos ejercicios, dicho sea de paso, son similares en concepto a la ilustra­ El alumno debe procurar escribir al menos tres variantes adicionales del ejemplo A-1.
ción de Mattheson de melodía polifónica presentada en el ejemplo 7-1. A-2. Nuestra segunda progresión permite el empleo de un bajo armónico, o de
uno contrapuntístico que diera lugar a un acorde de bordadura-paso. (La quinta dis­
A-1. Esta simple progresión se presta con fácilidad a la técnica del despliegue. minuida Mi-Si bemol resulta de una contracción.) Desde luego, un despliege en el
Intentemos una solución modelo. Desplegamos los dos primeros intervalos sin relle­ bajo puede emplear ambos Mi y Do. Nuestra primera solución no requiere comentario
narlos, comenzando con la voz superior (vease la solución A-la). Por otro lado re­ alguno.
llenamos el tercer intervalo con un movimiento de paso que sale del área de la voz in- En la siguiente variante, solución A-2b, la tercera rellenada en el primer compás

EJEMPLO A-1

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196 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

tiene un eco en el segundo. ¿Cual es la función del Re disonante (segundo compás, cendente del principio. El impulso del bajo crece en el tercer compás; explíquese la
segunda negra)? disonancia que aparece en el segundo tiempo.
Otra posibilidad es colocar el Do inicial en la octava inferior y desplegar ascen­ Escn'banse al menos tres variantes adicionales de esta progresión.
dentemente (solución A-2c). A-3. Esta es una progresión· algo más extensa y compleja. Ofrecemos solamente
La solución A-2d es ligeramente más elaborada. Adviértase la correspondencia una solución modelo. En el ultimo compás las dos voces implícitas de la melodía polifó­
motívica entre los compases 1 y 3: la quinta ascendente del compás 3 contesta la des- nica se han convertido en voces diferenciadas para reforzar la cadencia.

EJEMPLO A-2

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EJEMPLO A-3 SOLUCIÓN A-3

I V
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, 11 197

A-4. La progresión del ejemplo A-4 puede prolongarse por medio de una arpe­
giación en la melodía. Presentamos tres soluciones; las dÍsonancias resultan de la pre­
sencia simultánea del bajo de paso y de la voz (o voces) superior arpegiada. El alumno
debería inventar soluciones adicionales.

EJEMPLO A-4

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198 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

A-5. La progresión del ejemplo A-5 puede expandirse empleando la técnica de


la superposición. Se ofrecen dos soluciones.

EJEMPLO A-5

SOLUCIÓN A-5
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, 11 199

A-6. Presentamos sólo una variante de esta progresión. Gomo en el ejemplo A-5,
se emplea la técnica de la superposición, que aquí conduce a una secuencia ascendente
basada en una figura de dos notas.

EJEMPLO A-6

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I V

SOLUCIÓN A-6
200 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

No ofrecemos ninguna solución modelo para las progresiones restantes (ejs. A-7 monótono de la voz superior debido a su limitado radio de acción. Si el despliegue se
al A-11). Escnbanse al menos tres variantes de cada una. La última progresión se divi­ utiliza correctamente se desplazarán las octavas entre el bajo y la voz media (compa­
de en dos frases. Empléese el despliegue y la superposición para eliminar el ·efecto ses 4-5), y la conducción de las voces resultará correcta.

EJEMPLO A-7 EJEMPLO A-8

EJEMPLO A-9

I V I

EJEMPLO A-11
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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 201

B. EJERCICIOS BASADOS EN VOCES EXTERIORES DE CORALES B-1. Ofrecemos una variante de esta progr�sión. Los intervalos de «primera es­
pecie» del modelo se han expandido por medio del despliegue y de la superposición.
Se pueden derivar ejercicios interesantes, un tanto diferentes de los del grupo pre­ Deberían advertirse también las suspensiones.
cedente, de progresiones adaptadas a partir de la voz exterior de los corales de Bach. El alumno debería es:ribir variantes adicionales de la progresión del ejemplo B-1,
Los modelos siguientes se prestan a prolongaciones melódico-contrapuntísticas de va­ y debería intentar soluciones similares para los ejercicios siguientes (ejemplos B-2
rios tipos, y se pueden transformar en realizaciones que difieran considerablemente de al B-4).
los corales propiamente dichos.

EJEMPLO B-1

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SOLUCIÓN B-1

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202 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPpSICIÓN, 11 203

C. EJERCICIOS CON MODELOS SECUENCIALES C-1. Las variantes dadas emplean técnicas de desarrollo melódico que el alumno
debería ser capaz de identificar. Adviértase el empleo prolongado de la disonancia.
Los simples modelos secuenciales de los ejercicios siguientes se derivan de técnicas Los ejercicios C-2 y 3 son similares y no requieren comentario alguno.
contrapuntísticas elementales. Estos modelos forman la base para ejercitarse con técni­ Los ejercicios restantes aparecen sin soluciones modelo.
cas específicas de prolongación. El alumno debería tocar o escribir las soluciones dadas
en varias tonalidades; aquellas que hayan quedado sin terminar deberán completarse. Las
progresiones dadas deberán utilizarse como modelos para nuevas variaciones.

EJEMPLO C-1

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SOLUCIÓN C-1

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204 EL CONTEAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO C-1 (continuación)

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EJEMPLO C-2

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, 11 205

SOLUCIÓN C-2 (continuación)

EJEMPLO C-3 SOLUCIÓN C-3

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206 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

SOLUCIÓN C-3 (continuación)

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EL CON1RAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 207

SOLUCIÓN C-3 (continuación)

EJEMPLO C-4 EJEMPLO C-5

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208 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

D. EJERCICIOS DE CROMATISMO De nuevo, encuéntrense posibilidades alternativas.


Los ejemplos D-3, 4 y 5 deberían expandirse y variarse del mismo modo.
Los ejercicios siguientes están diseñados para proporcionar experiencia en algunas El ejemplo D-6 muestra un movimiento de paso reminiscente de la segunda espe­
de las técnicas fundamentales de cromatismo: las progresiones cromáticas han apareci­ cie. Esta progresión se puede transformar en realizaciones cromáticas a dos, tres y cua­
do sólo en un número limitado en los ejercicios anteriores. tro voces.
El ejemplo D-1 muestra una progresión de bordadura consonante que se encuentra a El alumno debería encontrar soluciones alternativas.
menudo en la tercera especie. Se pueden derivar muchos acordes de bordadura cromá­ Para los ejemplos D-7 y 8 no se han ofrecido soluciones modelo. El alumno debe­
ticos de esta progresión. Las soluciones dadas indican varias de las posibilidades. rá proceder como en el ejemplo D-6.
El alumno· debería descubrir derivaciones cromáticas adicionales, escribirlas a Los ejemplos D-9, 10, 11 y 12 contienen una progresión cromática en una de las
cuatro voces y tocarlas en varias tonalidades. voces exteriores. Complétese la realización contrapuntística a dos, tres y cuatro voces.
El ejemplo D-2 muestra una bordadura inferior disonante. Como en el ejemplo Ofrecemos una solución modelo.
anterior, esta progresión puede servir como punto de partida para el descubrimiento qe
acordes de bordadura cromáticos.

EJEMPLO D-1 SOLUCIÓN D-1 EJEMPLO D-2 SOLUCIÓN D-2


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EJEMPLO D-3 EJEMPLO D-4 EJEMPLO D-5 EJEMPLO D-6 SOLUCIÓN D-6

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, 11 209

EJEMPLO D-7 EJEMPLO D-8 EJEMPLO D-9 SOLUCIÓN D-9


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EJEMPLO D-10

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EJEMPLO D-12
210 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Los ejemplos D-13, 14 y 15 prolongan un acorde subyacente por medio de progre­ cuatro voces. Se puede inflexionar cromáticamente y adornar melódicamente cualquie­
siones cromáticas en las voces exteriores que se mueven a través de una octava com­ ra de las voces. En el ejemplo D-16 las sextas pueden realizarse como acordes � . En el
pleta en direcciones opu_estas: �� soluc,ió� que sigu� al ejempl� D-13 añade dos v?ces ejemplo D-17 se deberían realizar al menos tres diferentes versiones de la voz supe­
pre que sea posible y emplear progresiones po:
interiores anotadas en d1spos1c1on techsuca. Lo meJor es repetir notas comunes siem­
grados c�njumos. Es?s saltos apaie�te­
mente grandes tienen su origen en transferencias de registro necesanas para la realiza-
rior. Empléense notas cromáticamente inflexionadas al menos en una de las soluciones
de la voz superior. El ejemplo D-18 deberá continuarse hacia el III descendentemente.
Transfórmese este diseño en una progresión de quintas descendentes y cromatícense
ción pianística. . ,. las voces superiores tal como se indica. Hemos ofrecido una solución para el ejem­
Los ejemplos D-16, 17, 18 y 19 se basan en suspensiones. Estas pueden transfor- plo D-19 que muestra prolongaciones gradualmente más complejas de la serie de sus­
marse en progresiones cromáticas en toda una variedad de realizaciones a dos, tres y pensiones subyacente.

EJEMPLO D-13 SOLUCIÓN D-13

EJEMPLO D-14 EJEMPLO D-15 EJEMPLO D-16

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EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 211

EJEMPLO D-17 EJEMPLO D-18 SOLUCIÓN D-18

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212 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

E. EJERCICIOS DE MOVIMIENTOS DE PASO Y PROLONGACIONES en los ejemplos E-1 al 4, que presentan tanto movimientos de paso como prolongacio­
CONTRAPUNTÍSTICAS DE ACORDES nes contrapuntísticas de acordes. El alumno debería realizar los bajos encontrando la
métrica, ritmos, acordes y conducción de las voces apropiados a sus ideas melódicas y
El empleo de un plan para el bajo como base para los trabajos improvisados o es­ a la función contrapuntística o armónica del bajo. Además debe dársele la libertad de
critos es un antiguo y valioso método de instrucción.6 Hemos adoptado este principio añadir más prolongaciones al bajo siempre que lo haga dentro del armazón estructural
dado.
6 Vé se C. P. E. Bach, Essay on the True Art of Playing Keyboard Instruments, trad. al inglés
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y ed. por William J. Mitchell, Nueva York, 1949.

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8. El coral

Elementos de la armonización de corales


Cuando realizamos una melodía coral la empleamos como cantus finnus;
no podemos cambiarla sino para añadir ocasionalmente detalles de ornamenta­
LA ARMONIZACIÓN DE CORALES Y EL ESTUDIO DEL CONTRAPUNTO ción. La melodía coral, sin embargo, representa un tipo de cantus firmus muy
diferente a la simple y abstracta línea dada en los ejercicios de especies. La
En los capítulos precedentes nos hemos ocupado principalmente de las melodía coral no es puramente lineal, sino que posee fuertes implicaciones
técnicas contrapuntísticas básicas y de las prolongaciones específicas de éstas verticales, y debemos escuchar grupos de notas como la expresión hori­
tal y como aparecen en fragmentos del repertorio musical. Todavía no hemos zontalizada de acordes subyacentes. 1 Estos acordes entran a menudo en asocia­
tenido la oportunidad de observar la interacción entre el contrapunto y otras ciones armónicas; debemos, por lo tanto, darnos cuenta de las implicaciones
fuerzas musicales en el contexto de la realización de una obra entera o una armónicas al igual que de las contrapuntísticas de la melodía. Además, muchas
sección de mayor extensión. La armonización de corales nos permitirá progre­ melodías corales poseen un distintivo perfil individual; en nuestras realizacio­
sar gradualmente hacia ese estadio. nes debemos respetar el diseño motívico y el carácter expresivo de la meloqía
En este capítulo nos concentraremos en los problemas de la conducción de Finalmente, una cuestión estilística: seguimos el procedimiento de Bach y
las voces en realizaciones de corales. Por lo tanto nos referiremos sólo super­ otros maestros del barroco al situar la melodía coral en el soprano. En las rea­
ficialmente al desarrollo histórico, interpretación del texto, ejecución histórica lizaciones corales más antiguas el cantus firmus estaba generalmente situado
y demás asuntos afines. El repertorio del coral abarca cuatro siglos, pero, a en el tenor.
pesar de que muchos otros compositores hayan escrito excelentes corales, nos Las realizaciones más elaboradas de Bach, tales como los preludios cora­
concentraremos en las realizaciones a cuatro voces de J. S. Bach. Los corales les para órgano, muestran en ocasiones el cantus firmus en el bajo o en una
de Bach están considerados universalmente como los ejemplos supremos de voz interior; en sus corales vocales a cuatro voces Bach siempre lo sitúa en el
este género, y muchos de ellos son verdaderas obras maestras cuya riqueza soprano.
de contenido y profundidad de expresión se contraponen a su brevedad.

RITMO Y MÉTRICA
LA MELODÍA DEL CORAL
En tiempos de Bach el ritmo del coral ya era eminentemente métrico; el mo­
Las melodías del coral provienen de los himnos de la Iglesia luterana. vimiento rítmico aparece contra un fondo de grupos métricos, de pulsos fuertes Y
Algunas de ellas fueron escritas especialmente para el servicio luterano por débiles en sucesión regular y periódica. Los acontecimientos estructurales apare­
compositores de los siglos XVI al xvrn; las restantes son adaptaciones de melo­ cen a menudo en los pulsos fuertes; el acorde final de tónica, por ejemplo, recae
días seculares o religiosas más tempranas, algunas de gran antigüedad. Existe virtualmente siempre en el tiempo acentuado. Por otra parte también es posible
por supuesto una gran variedad en cuanto a estilo y calidad; algunas de las que un tiempo métricamente débil actúe como punto focal, tanto al comienw
más antiguas son modales, mientras que otras pertenecen al sistema mayor/ como al final de un movimiento importante. Muchos corales comienzan en
menor. Unas son melodías bellísimamente construidas mientras que otras han anacrusa, que a menudo presenta el acorde inicial de tónica y forma el punto de
sobrevivido más por su asociación con lo sacro que por su intrínseco valor
musical. 1
Como se estudió en los capítulos 6 y 7.
214 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

partida de todo el coral; tales anacrusas no deben escucharse como meras prep,a­ del 1 cora\ en 3/4 corresponden a un solo compás de 4/4; las blancas del 316 re­
raciones del subsiguiente tiempo fuerte (v. ej. 8-l 2). presentan a las negras acentuadas del 6.
Bastará una ojeada a través de los corales de Bach para indicar que la ne­
gra representa el pulso o tiempo métrico normal. Son muy pocos los corales
(por ejemplo, los números 179 y 194) en los que la blanca representa la unidad REALIZACIONES AGURADAS Y DE NOTA CONTRA NOTA
métrica. Casi todos los corales están en métrica binaria y en compás de 4/4. La
primera y tercer� negras pueden actuar como tiempos fuertes, y la tercera ne­ Bach emplea en sus corales una variedad de textura que va desde realiza­
gra contiene con bastante frecuencia el acorde final. ciones simples de nota contra nota hasta la escritura figurada de alta compleji­
Hay relativamente pocos corales en métrica ternaria y la mayoría de ellos dad. Esto aparece ilustrado en la yuxtaposición de los dos fragmeqtos en los
está en compás de 3/4. Estos corales se caracterizan a menudo por un ritmo ejemplos 8-3 y 8-4 (corales 108 y 198). En algunas ocasiones una dt/\estas tex­
de blanca-negra (véanse los números 1, 93 y 193). En los corales en com­ turas prevalece a lo largo de un coral completo. El coral 106, por ejemplo,
pás de 3/4 normalmente cada compás contiene un solo tiempo fuerte. La com­ muestra predominantemente una textura de nota contra nota; el coral 61, otra
paración de los corales 6 y 316 mostrados en el ejemplo 8-2 -ambos son rea­ realización de la misma melodía, aparece altamente figurada. En otras ocasio­
lizaciones de la misma melodía- es instructiva. El número 6 posee una métri­ nes Bach varía la densidad de la figuración en un mismo coral.
ca de 4/4; el número 316 está compuesto en 3/4. Adviértase que dos compases El alumno debe limitarse en sus trabajos a las divisiones binarias del pul­
so. Bach utiliza libremente el movimiento de corcheas. Lo más característico
2 La numeración de los corales sigue la edición Riemenschneider (Nueva York, 1941), que es que las corcheas aparezcan en grupos de dos (ej. 8-5); sin embargo, Bach
retiene la numeración tradicional que se encuentra en la mayoría de las ediciones previas. llega a escribir hasta catorce corcheas consecutivas en una sola voz (ejem-

EJEMPLO 8-1 Bach, Coral 5

EJEMPLO 8-2 Bach, Coral 6, 316

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EL CORAL 215

plo 8-6). Bach emplea las semicorcheas con mucha menos frecuencia; sólo de ral 151, puede servir de ejemplo: a través de la eliminación de las notas de fi­
vez en cuando escribe más de dos semicorcheas consecutivas en una sola voz. guración llegamos al perfil mostrado en el ejemplo 8-8.
Las sincopaciones -habitualmente corcheas ligadas- aparecen a menudo
(véase el ejemplo 8-4).
En este punto se sugiere que el alumno reduzca algunas frases corales fi­ TRATAMIENTO DE LA DISONANCIA: ASPECTOS RÍTMICOS
guradas a sus perfiles de nota contra nota (véanse los ejercicios números A-1
al A-5, páginas 269-270). Al comparar estos bocetos con las realizaciones de Si el alumno redujese frases corales figuradas a realizaciones de' nota con­
Bach comprenderemos mejor el empleo que hace de las prolongaciones meló­ tra nota, como se recomendaba anteriormente, observaría la desaparición de
dicas al igual que su tratamiento de la disonancia. El ejemplo 8-7, del co- algunas -pero no todas- las disonancias. Podemos por lo tanto establecer

EJEMPLO 8-3 Bach, Coral 108

EJEMPLO 8-4 Bach, Coral 198

EJEMPLO 8-5 Bach, Coral 68


216 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSfCIÓN

una distinción entre dos tipos de disonancia: figurada, habitualmente en valo­ Las disonancias mantenidas no aparecen en el coral; sin embargo, el empleo
res de corchea o semicorchea, y de nota contra nota, habitualmente en valores de la ,disonancia de nota contra nota marca un avance en complejidad sobre el
de negra. La duración de la disonancia a veces se extiende más allá de la ne­ contrapunto de especies.
gra: para excepciones, véase el coral 216, compás 2, y el coral 316, compa­
ses 6-8. Esta distinción sólo pretende ser una guía preliminar; como veremos,
las disonancias, .de nota contra nota representan figuraciones manipuladas o DISONANCIA FIGURADA
prolongadas.
El tratamiento de la disonancia en el coral se encuentra a medio camino El ejemplo 8-9 muestra la aplicación simple y directa de los tres tipos bá­
entre la rigurosa simplicidad de los ejercicios de especies y la textura -a ve­ sicos de disonancia a la escritura coral: la nota de paso, la bordadura y la sus­
ces altamente disonante- de la música instrumental. Una de las grandes lec­ pensión. En estos fragmentos el tratamiento de la disonancia se asemeja al del
ciones del contrapunto de especies es el hecho de que la disonancia surge a contrapunto de especies y no requiere comentario alguno. El movimiento de
través de un movimiento contra un fondo de estabilidad consonante. El origen paso 8-7 es de gran importancia; Bach lo utiliza a menudo en las cadencias
horizontal y la rnüuraleza transitoria de la disonancia caracteriza toda la músi­ sobre la armonía de dominante (ej. 8-9b).
ca de la tonalidad trÍádica; no obstante, especialmente desde el período barro­ En el ejemplo 8-1O vemos disonancias de ornamentación similares a las
co, los compositores han sido capaces de controlar la disonancia por otros del contrapunto de quinta especie. El empleo de semicorcheas es característi­
medios aparte de los puramente rítmicos. Cuando sea necesario, las notas co; como las corcheas de la quinta especie, las semicorcheas en el coral se
disonantes podrán ser de mayor duración sin perder su carácter dependiente. emplean generalmente por razones decorativas.

EJEMPLO 8-6 Bach, Coral 45

EJEMPLO 8-7 Bach, Coral 151 EJEMPLO 8-8


EL CORAL 217

En los ejercicios de especies no hemos empleado anticipaciones disonan­ característicamente en el soprano. A menudo la tónica melódica está anticipa­
tes. La anticipación, al igual que la suspensión, resulta de una manipulación da en puntos cadenciales; algunas veces Ba�h añade anticipaciones de la tóni­
rítmica; sin embargo, no representa un tipo de disonancia fundamentalmente ca a las melodías corales, y debe permitírsele al alumno obrar del mismo
importante, como lo es la suspensión. Normalmente la anticipación aparece en m.odo. El ejemplo 8-11 presenta una tónica anticipada en el soprano.
una posición métrica más débil que la del sonido que anticipa; a ese respecto Enel ejemplo 8-12 vemos la anticipación de la penúltima nota de una fra­
es la antítesis de la suspensión. En los corales las anticipaciones se dan más se, también en el soprano.

EJEMPLO 8-9 Bach,.Corales 224, 1, 18, 168

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EJEMPLO 8-10 Bach, Corales 27, 43

EJEMPLO 8-11 Bach, Coral 207 EJEMPLO 8-12 Bach, Coral 57

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218 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

El ejemplo 8-13, del mismo coral, muestra un uso de la anticipación algo tas, es decir, bordaduras con una sola conexión por grados conjuntos en lugar
más infrecuente. Aquí aparece una corta cadena de dos anticipaciones en el de las dos normales. En el ejemplo 8-15 la disonancia está conectada con la
curso de un movimiento de paso en el tenor. nota precedente per9 no con la siguiente; este tipo de bordadura incompleta se
La tercera nota en el soprano del ejemplo 8-14 puede interpretarse como denomina a menudo nota.escapada o note échappée.
una anticipación indirecta; no es una nota repetida en la misma voz, sino que ·El empleo más apropiado de la nota escapada es en el soprano, habitual­
forma parte del acorde siguiente. Aunque sea disonante con respecto a su con­ mente en las cadencias. En algunas ocasiones, como en el ejemplo 8-16, está
texto inmediato, la nota Do pertenece al acorde gobernante de Do menor, den­ acompañada por terceras en el alto.
tro del cual se desenvuelven los cuatro primeros compases de este coral. En los corales de Bach la note echappé aparece típicamente como borda­
El alumno encontrará en algunas ocasiones otras notas de figuración pre­ dura superior. La mejor explicación de este uso idiomático es como resultado
cedidas o seguidas de un salto. La mayoría de éstas son bordaduras incomple- de la elisión de la nota de resolución normal (ej. 8-17).

EJEMPLO 8-13 Bach,, Coral 57 EJEMPLO 8-14 Bach, Coral 149

EJEMPLO 8-15 Bach, Coral 28 (coral con bajo cifrado)

EJEMPLO 8-16 Bach, Coral 156 EJEMPLO 8-17 Bach, Coral 156

a
partir
de
EL CORAL 219

Un segundo tipo de bordadura incompleta es el precedido de un salto y suspensión por parte de Bach se asemeja mucho a la de los ejercicios de espe­
seguidp por un movimiento por grados conjuntos. Mientras la escapada está' cies, familiares para nosotros. Y, ciertamente, en sus corales Bach general­
conectada más cercanamente a la nota precedente, este segundo tipo (en algu­ mente utiliza las suspensiones de manera simple y sin mucha prolongación. Se
nas ocasiones confusamente llamada cambiata) pertenece principalmente á la entiende, por supuesto, que la suspensión puede aparecer por medio de la re­
nota siguiente. Las disonancias como las del ejemplo 8-18 resultan de la con­ petición al igual que a partir de una ligadura; la diferencia es de articulación
tracción de un movimiento de paso; al hacer elisión la nota que le hubiese pre­ más que de sentido contrapuntístico. Ocasionalmente Bach introduce suspen­
cedido normalmente, transformamos la nota de paso en una bordadura incom­ siones más complejas. En el ejemplo 8-20a, por ejemplo, una quinta disminui­
pleta. da disonante aparece repetida. La resolución aparententemente ascendente de
Como se ve en el ejemplo 8-18, Bach introduce frecuentemente séptimas la suspensión en el ejemplo 8-20b es, sin embargo, engañosa. En realidad la
como bordaduras incompletas cuando el movimiento de paso 8-7 (ejem­ suspensión resuelve descendentemente de acuerdo con los procedimientos
plo 8-9b) es impracticable; tales séptimas aparecen habitualmente en una de nonnales; la nota ascendente es una interpolación decorativa.
las voces interiores más que en el soprano. El ejemplo 8-21 muestra una sucesión 4-3 muy atípica en la que la cuarta
En el ejemplo 8-19 vemos un tipo de disonancia de adorno más inusual. ha sido introducida por salto. Esta bordadura incompleta acentuada (o apoya­
Aquí la figuración decora la quinta de un acorde � --en este contexto una tura) aparece raramente en los corales; al aparecer el Fa en el acorde previo, la
nota disonante- por un salto de tercera ascendente seguido de un descenso nota recibe una preparación indirecta.
por grados conjuntos que vuelve a la nota principal. El alumno recordará por sus ejercicios de especies que los tipos primarios
En los ejemplos 8-9 y 8-1O vimos que el tratamiento de la disonancia por de disonancia, la nota de paso, la bordadura y la suspensión, tienen sus análo-

EJEMPLO 8-18 Bach, Coral 210 EJEMPLO 8-19 Bach, Coral 191

a partir
de

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EJEMPLO 8-20 Bach, Corales 352, 9

3
220 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

gos consonantes. No es necesario añadir que las figuraciones consonantes se el movimientd hacia adelante. Esas notas ayudan a _mantener (o a evitar)
dan también en el coral. Además de los tipos antes mencionados, el alumno modelos rítmicos repetidos y por consiguiente contribuyen al diseño motívi­
encontrará también saltos entre notas de un mismo acorde. Tales saltos apare­ co de la pieza. La traslación rítmica sitúa a menu90 notas de paso o de bor­
cen frecuentemente en combii?-ación con otras figuras. El ejemplo 8-22 es ins­ dadura disonantes en la parte fuerte del tiempo; estas disonancias enfáticas
_tructivo. La presencia simultánea de un salto de este tipo en el bajo y figu­ . tienden a crear una textura densa y masiva y, ocasionalmente, una calidad de
raciones de bordadura, de paso y de anticipación en las voces superiores da pie expresión punzante.
i.
a un aparente acorde de En realidad este acorde, como muchos otros, es so­ En el ejemplo 8-23 el bajo contiene una nota de paso disonante y acentua­
lamente el producto del movimiento lineal. da en el segundo tiempo del primer compás. Esta disonancia acentuada resulta
de un desplazamiento; en una realización contrapuntística_ no prolongada la
disonanciá recaería en la segunda mitad del primer tiempo.
LA 1RASLACIÓN RÍTMICA; ºDESPLAZAMIENTO DE NOTAS La bordadura disonante y acentuada del ejemplo 8-24 forma parte de la
resolución decorada de una suspensión. Lps valores normales para tal decora­
. El desplazamiénto o traslación rítmica de algunas notas constituye una ción son las semicorcheas; la relación contrapuntística. básica entre las voces
técnica importante del contrapunto prolongado. Como veremos, esta técnica se muestra en el ejemplo 8-24b. El empleo de la traslación rítmica hace posi­
se da incluso en el ámbito de los ejercicios de especies cuando dos especies ble mantener un movimiento en corcheas hasta el último acorde de la frase.
diferentes aparecen en combinación (v. cap. 9). En sus corales Bach emplea Las realizaciones contrapuntísticas del ejemplo 8-25 muestran desplazamien­
frecuentemente el desplazamiento, y habitualmente la traslación rítmica pro­ tos similares a los de la segunda y tercera especies combinadas (v. cap. 9). Para
ducida es de corchea. Al desplazar notas de su realización contrapuntística mantener la corriente de las corcheas Bach hace que las bordaduras resuelvan
normal el compositor puede realzar el interés de la conducción de las voces. en el tiempo siguiente. En este punto entra un nuevo acorde, creando una diso­
Dependiendo de cómo se utilizan, las notas desplazadas aceleran o retardan nancia. Los tiempos tercero y cuarto del ejemplo 8-24b presentan otro tipo de

EJEMPLO 8-21 Bach, Coral 256 EJEMPLO 8-22 Bach, Coral 209

EJEMPLO 8-23 Bach, Coral 63

a
partir
de

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EL CORAL 221

traslación. La nota de paso disonante Mi bemol está suspendida y por consi­ presenta un movimiento de adorno. dentro de la tercera Re-Fa de la tríada de
guiente retrasa su resolución a Re. La suspensión de notas de paso y de Re menor. Las bordaduras en las, dos voces superiores coinciden con la nota
bordaduras disonantes es algo menos frecuente en los corales que en otros ti­ de adorno Fa; el retorno de las notas principales en las voces superiores crea
pos de contrapunto prolongado. una disonancia con la nota de paso acentuada Mi del bajo.
En los ejemplos 8-23 a 8-25 los desplazamientos aparecen en una voz con­ La técnica del desplazamiento conlleva, aún otro� medios ,de obtener diso­
tra el fondo de un movimiento de negras en las voces restantes. En una realiza­ nancias inmediatamente consecutivas. Algunas veces una nota de paso en una
ción que presente figuración en varias voces el desplazamiento produce una voz coincide con la resolución decorada de una suspensión en otra €ej. 8-28a).
textura más densa y compleja. El ejemplo 8-26, del coral 315, muestra dicho Otras veces una voz presenta notas de paso acentuadas cuyas resoluciones
caso. El ejemplo 8-26a ofrece la realización básica; el b añade las figuraciones aparecen contra disonancias no acentuadas en una o varias de las voces restan­
de la voz superior; el e ofrece la introducción de movimiento por grados con­ tes. El ejemplo 8-28b presenta el caso en cuestión. Las notas de paso acentua­
juntos entre el Sol y el Do en el bajo; el d presenta la realización específica de das en el soprano crean expresivas, disonancias con respecto a la línea del te­
Bach. El mantener el movimiento de corcheas en el bajo hace que el Do se nor; las realizaciones más simples de Bach sobre el mismo coral no presentan
desplace desde la primera a la segunda mitad del segundo tiempo y crea dos las notas de paso acentuadas (véanse los corales 88 y 99). El lector debe ad­
sonoridades disonantes (* *). Por añadidura, el dominio del acorde inicial de vertir el Mi mantenido en el alto; al retrasar, el salto al. La, Bach evita una se­
tónica se extiende medio tiempo, y el acorde de Do (IV) aparece reducido a un gunda con el soprano. Por añadidura, la retención de una nota perteneciente al
acorde de paso entre el I y el V. acorde de tónica señala el carácter transitorio y pasajero del acorde de Fa en el
También surgen disonancias sucesivas cuando una bordadura en una voz segundo tiempo.
hace de contrapunto a una nota de adorno en otra. En el ejemplo 8-27 el bajo La traslación de notas puede producir consonancias al igual que disonan-

EJEMPLO 8-24 Bach, Coral 25


a) b)

a
partir
de
J

EJEMPLO 8-25 Bach, Coral 25, 19


a) b)

a
partir
de
222 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

cías. En el ejemplo 8-29 (también del coral 123) la corchea Si en la voz supe­ cuatro. Tanto la contracción como el desplazamiento son evidentes en este
rior es una bordadura que decora la progresión melódica básica Re-Do-Si. Por ejemplo.
lo tanto la segunda negra del compás no contiene un acorde de Si menor �; el La contracción también da pie a realizaciones de nota contra nota. En el
acorde de Re mantiene su fuerza a lo largo de los dos primeros tiempos. ejempio 8-3 la, esta técnica extiende el Mi bemol disonante intensificando así
el movimiento de paso. En el b la técnica de la contracción da forma al propio
comienzo del coral, produciendo ese expresivo acorde 1 inicial y recalcando
CONTRACCIÓN: DISONANCIA DE NOTA CONTRA NOTA el'amplio diseño rítmico de esta pieza (cada frase comienza con una blanca).
En e la contracción produce tres acordes 1 en sucesión.
La importante técnica de la contracción se explicó en el capítulo 7, pági­ Una realización de nota contra nota intensifica contundentemente el im­
nas 154 y posteriores. Este tipo de contrapunto prolongado aparece frecuente­ pacto de una nota disonante; por añadidura, la nota disonante ocupa entonces
mente en las realizaciones de corales. En el ejemplo 8-30, el acorde i en la tanto tiempo como los miembros consonantes del acorde. Por estas razones
primera corchea resulta de la elisión de la fundamental del acorde de Do. La muchos teóricos han incurrido en el error de asignar un origen vertical a algu­
sucesión de cinco notas Do-Si bemol-La-Sol-Fa aparece contraída en una de nas de estas combinaciones. Los acordes de séptima, y en particular sus inver-

EJEMPLO 8-26 Bach, Coral 315

EJEMPLO 8-27 Bach, Coral 13

-- -
a
part ir
de
- - -- -
-- ,..
,..

1 1 1
EL CORAL 223

siones, se explican como un ensamblaje de terceras superpuestas. En realidad, de la disonancia proporciona la clave para una comprensión de su comporta­
estos acordes son el resultado de la actividad melódica; están originados en miento. 3
elementos contrapmitísticos tales como fa nota de paso, la bordadura y la sus­ Como conclusión de esta sección ofrecemos una frase del coral 26 (ejem-
pensión. Algunas veces el procedimiento contrapuntístico es inmediatamente
evidente, como la disonancia de paso del ejemplo 8-32. En otros casos el ori­ 3 El origen lineal del acorde disonante : y el de los acordes de séptima y novena recibe una
gen de la disonancia aparece velado como·· consecuencia de técnicas tales explicación clara y convincente en Elementa,y Harmony de William Mitchell, caps. 12, 15 y 16.
como la contracción o la transferencia de registro. Tanto en los trabajos escri­ Antes de proceder a la armonización de corales, el alumno debería leer estos capítulos y evaluar la
tos como en el análisis, el conocimiento del origen contrapuntístico específico información contenida en ellos a la luz de su experiencia con el contrapunto de. especies.

EJEMPLO 8-28 Bach, Corales 1, 123

a
partir
de

'v

EJEMPLO 8-29 Bach, Coral 123


224 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 8-30 Bach, Coral 311

EJEMPLO 8-31 Bach, Corales 8, 10, 279


a) ♦----compárese-----.♦ b) ----compárese--....

e)
/':'.

n n
a
partir
de
1 1
-",••1
1
\:,,/
6 6 6 6 6 5 6 5 6 5
5 5 5
EJEMPLO 8-32 Bach, Coral 191

EL CORAL 225

plo 8-33). De las siete sonoridades sólo dos -la primera y la última- son las relaciones melódicas más simples. La disonancia entre sonidos sucesivos
consonantes. Las reducciones analíticas muestran que la mayoría de las diso­ de una sola línea, por lo tanto, cae dentro del dominio del contrapunto prolon­
nancias de nota contra nota están asentadas sobre procedimientos contrapun­ gado. La naturaleza y el alcance de la disonancia melódica varía según el con­
tísticos familiares. Los factores determinantes más significativos son el movi­ texto y el estilo. La música instrumental ofrece generalmente mayores oportu­
miento de paso en el bajo de Fa hacia la dominante de Sol y su contrapunto en nidades para su empleo que la vocal. En el lenguaje más bien austero del coral
el soprano -un movimiento desde el área de la voz interior, que prolonga la las disonancias melódicas aparecen relativamente poco. A pesar de todo, en
progresión melódica Do-Si bemol (véanse los gráficos a y b)-. El gráfico e determinados contextos su empleo es permisible o incluso necesario.
indica la traslación y las bordaduras interpoladas que incrementan la densidad Para asegurar un registro favorable a veces es necesario sustituir una sépti­
de la disonancia.4 ma por una segunda. Esta técnica de la inversión del intervalo aparece princi­
palmente en la línea del bajo; Bach la utiliza en contadas ocasiones en las vo­
ces interiores (no obstante, véase el ejemplo 8-34c). Un procedimiento afín
DISONANCIA MELÓDICA -la expansión de una segunda a una novena- es muy poco frecuente. En d
aparece este tipo de novena. Con toda probabilidad este coral nos ha llegado
En el contrapunto de especies no se permiten los saltos disonantes, ya que con el bajo del acompañamiento instrumental en lugar de la parte del bajo
el carácter abstracto de los ejercicios de especies requiere la utilización de sólo vocal. En la música instrumental de Bach aparecen frecuentemente líneas
disjuntas de este tipo, pero no son características de las partes vocales de sus
4
Véanse los ejercicios números B-1 al B-6, p. 271. realizaciones corales (ejemplo 8-34).

EJEMPLO 8-33 Bach, Coral 26

e)

1 11

11 11
226 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Una segunda causa de disonancia melódica es el deseo de obtener una sen­ corales Bach utiliza en raras ocasiones las formas aumentadas y excluye por
sible. Los saltos de quinta disminuida aparecen con mucha frecuencia; las completo una de ellas -la segunda aumentada. 5
cuartas y séptimas disminuidas son también características del estilo coral. El ejemplo 8-35 se ha extraído del coral 201; en esta pieza el salto de quin­
Típicamente, la segunda nota del intervalo actúa como sensible; el salto diso­ ta disminuida aparece repetidamente y asume una significación motívica. (La
nante descendente va a ser seguido por lo tanto de un movimiento ascendente fuente de este coral no ha llegado a nosotros y no sabemos con qué verso del
de semitono. Este cambio de dirección después del salto disonante aparece himno iba asociado. Es posible -aunque no pueda asegurarse- que estas
sólo en intervalos disminuidos y no en sus inversiones en cuartas, quintas y
segundas aumentadas. Gracias al cambio de dirección los intervalos disminui­ 5
Sólo existe un ejemplo de segunda aumentada en los 371 corales; véase Mitchell, Elementa­
dos pueden integrarse más suavemente en la línea que los aumentados; en sus ry harmony, pp. 187-188.

EJEMPLO 8-34 Bach, Corales 58,346,339,131

d)
EL CORAL LLI

quintas disminuidas sean representativas de las palabras gran pecado, a las el salto disonante ayuda a evitar las quintas paralelas que resultarían del movi­
que hace alusión el título.) Adviértase que la segunda nota, la inferior, de la miento por grados conjuntos en todas las voces.
quinta disminuida es una sensible que sustenta un acorde de dominante aplica­ En esta sección hemos procurado discutir todos los contextos en los que
da. Aunque estas dominantes locales estén en estado invertido, el hecho de ser aparecen las disonancias melódicas en los corales de Bach; hemos querido
alcanzadas por salto las pone de relieve y añade una definitiva implicación restringirnos a los usos más típicos. En los ejercicios al final de este capítulo,
armónica a la progresión contrapuntística por grados conjuntos, de la sensible números C-1 al C-4, el lector se encontrará con algunos ejemplos que difieren
a la tónica provisional. ligeramente de los discutidos hasta ahora. Al intentar comprender y explicar la
La cuarta disminuida surge de la yuxtaposición del tercer grado y la sensible conducción de las voces de esos ejemplos el lector debería guiarse por los pro­
de una escala menor. El ejemplo 8-36 presenta el uso más común de este interva­ cedimientos que hemos adoptado en este capítulo, y relacionar siempre el caso
lo; aquí la sensible aparece entre la tercera y la fundamental del acorde de Re particular de la conducción de las voces con los principios contrapuntísticos
menor. Esta progresión tiene su origen en la técnica de sustitución del contrapun­ generales, cuando estos aparecen modificados por otras fuerzas compositivas.
to de la segunda especie; el Do sostenido sustituye a la nota de paso Mi.
El ejemplo 8-37 ilustra un uso típico de la séptima disminuida. Este gran
salto efectúa un cambio de registro y destaca la implicación armónica del CROMATISMO: INFLEXIÓN CROMÁTICA; RELACIÓN CRUZADA
acorde de dominante aplicada. (RELACIÓN FALSA)
Los saltos disminuidos, como los de séptima, se producen generalmente en
el bajo; no obstante, pueden encontrarse ocasionalmente en una voz interior. En general el cromatismo en Bach presenta menos complejidad en los co­
El ejemplo 8-38 muestra el salto de quinta disminuida en el tenor. En este caso rales que en otras de sus composiciones. A pesar de todo, algunos corales (ta-

EJEMPLO 8-35 Bach, Coral 201 EJEMPLO 8-36 Bach, Coral 213

EJEMPLO 8-37 Bach, Coral 108


228 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

les como los números 216 y 279) son bastante cromáticos, y muchos de los En las líneas descendentes la inflexión cromática resulta a menudo de una
más simples presentan técnicas cromáticas. Quizá el caso más frecuente de contracción. En el ejemplo 8-41 la contracción elimina los cambios de direc­
una sucesión cromática sea la inflexión ascendente de una nota diatónica para ción del bajo, y de este modo refuerza la conducción hacia la dominante. En el
producir una sensible. En el ejemplo 8-39 la línea cromática añade un cierto segundo compás de este ejemplo se observa otro uso contrapuntístico del acor­
ímpetu a la prolongación del V; la conducción de las voces básica dentro de de de séptima disminuida, a saber, como acorde de bordadura cromático que
esta sonoridad consiste en un movimiento de adorno (Re-La-Si bemol-Do-Re) decora la resolución del· 1 hacia el i sobre la dominante.
en efbajo, como contrapunto al Fa sostenido del soprano decorado por sus Los ejemplos 8-39 al 8-41 han presentado inflexiones cromáticas, es decir,
bordaduras superior e inferior. En el ejemplo 8-6 las notas de paso cromáticas la sucesión inmediata de dos variantes cromáticas de una sola nota. En el
se mueven· dentro de una octava ascendente. ejemplo 8-41 entra en juego un segundo tipo de cromatismo. El acorde de sép­
Las sensible's cfomáticamente inflexionadas también aparecen en valores tima de bordadura posee una nota cromática, Do sostenido, como bajo. El Do
métricos de mayor duración. El ejemplo 8-40 presenta el comienzo de un mag­ sostenido no está precedido ni seguido por el Do natural diatónico, y por lo
nífico coral de la Pasión según san Mateo. La tónica inicial aparece transfor­ tanto no es una inflexión, sino una sustitución de la nota diatónica. Esta susti­
mada en un acorde aplicado 1 al IV; el IV se mueve al V a través de un acorde tución de la versión diatónica por la cromática a menudo sirve para crear acor­
de paso cromático sustentado por el Mi sostenido del bajo. El acorde de paso des de dominante aplicada, realmente tan a menudo que no es necesario nin­
es una séptima disminuida, un acorde empleado frecuentemente para conectar gún ejemplo.
el IV con el V en el modo menor. La sustitución cromática también se da frecuentemente en relación con la

EJEMPLO 8-38 Bach, Coral 271

en lugar de

EJEMPLO 8-39 Bach, Coral 19 ----------

se deriva de

V T V
EL CORAL 229

mezcla de modos, es decir, con el empleo de una o varias notas de un modo después del Sol natural del alto. El lector ª?vertirá que la nota cromá�ica
en un contexto principalmente determinado por el otro. En el ejemplo 8-42a involucrada en la relación cruzada produce un impacto mucho mayor que s1 se
vemos la sustitución de Re natural por Re bemol; esto produce el acorde de introduce su diatónica original en la misma voz. Por lo tanto, al emplear rela­
Fa menor II � en un contexto de Fa mayor. En el ejemplo 8-42b una prolon­ ciones cruzadas la textura resulta menos suave. La suavidad, sin embargo, de
gación del V de La mayor emplea primero la versión menor y luego la ver­ ningún modo es un requisito constante; y,, prohibir las. :elaciones cruzada_s en
sión mayor normal del acorde de Mi (véase la sección sobre la prolongación este punto sería una comple�a ��dantena. La rela�10n cruzada del eJem­
armónica). plo 8-43 resulta del súbito y chmatlco empleo del registro agudo, que subraya
En el ejemplo 8-42b el Sol sostenido del tenor aparece poco después del la aparición de la tónica Do. Si Bach hubiese deseado proporcionar mayor sua­
S natural del soprano. Cuando la inflexión cromática aparece en dos voces
ol vidad a esta parte, podría haber procedido como en el ejemplo 8-43b, pero el
en lugar de una sola el resultado se llama relación cruzada (o relación falsa). resultado hubiera sido tan insustancial como suave.
Como vimos anteriormente, la relación falsa o relación cruzada no es apropia­ No existen reglas para determinar por adelantado cuándo emplear y cuán­
da al contrapunto de especies (véase contrapunto a tres voces, primera espe­ do evitar las relación cruzada. Sólo podemos ofrecer una guía general; uti­
cie). No obstante, la composición ofrece muchas oportunidades para el empleo lícese la relación cruzada cuando sea musicalmente apropiado enfatizar y cen­
de este tipo de conducción de las voces. En el ejemplo 8-43 vemos una rela­ trar la atención sobre la nota inflexionada. Cuando se desee una transición
ción cruzada ininterrumpida e inmediata. El Sol sostenido en el bajo aparece suave y uniforme, manténgase la sucesión cromática en la misma voz.

EJEMPLO 8-40 Bach, Coral 105

EJEMPLO 8-41 Bach, Coral 23 (coral con bajo cifrado)

a
partir
de r l 1r e
6

' gr 6 4
2'

t.§- 1 r 11
230 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

CARACTERÍSTICAS MELÓDICAS DE CADA voz; NOTAS REPETIDAS del bajo. El alumno observador también advertirá cuán a menudo Bach rellena
contrapuntísticamente el intervalo entre dos nota.s de una progresión armónica.
Muchos textos de armonía presentan un «estilo coral» en el que el bajo Véase el ejemplo 8-13 con su movimiento de. paso desde el V hasta el I. La fre­
contiene tantos saltos que hacen imposible la continuidad melódica y en el que cuencia con la que Bach emplea dominantes aplicadas en inversión en lugar de la
el alto y el tenor están tan restringidos en el movimiento que pierden todo per­ posición fundamental, más explícitamente armónica, también señala la cualidad
fil linea1. Nada podría estar más lejos de la práctica de Bach. melódica y contrapuntística de sus bajos.
Sin duda, el bajo del coral cuenta generalmente con más saltos que las voces Las voces interiores de Bach no poseen nada en común con los «rellenos»
superiores. En algunas ocasiones éstos tienen su origen en la necesidad de expre­ inertes y carentes de dirección del estilo coral de los libros de texto. A menudo
sar (o implicar) relaciones armónicas; en otras resultan del empleo de la arpegia­ las voces interiores tienen un papel individual e importante. Adviértase el alto
ción. Sin embargo, Bach siempre dispone sus saltos de modo que mantengan la del ejemplo 8-35 que da tanta vida rítmica a la frase; o el tenor del ejem­
continuidad. En el ejemplo 8-35 las quintas disminuidas están seguidas por movi­ plo 8-33, cuyas sextas paralelas con el soprano subrayan por contraste el im­
miento contrario conjunto. Lo mismo es válido para la cuarta disminuida del portante descenso del bajo. Aunque Bach permita frecuentemente que una voz
ejemplo 8-,:36; y los saltos grandes del ejemplo 8-34 decoran una progresión por interior se mueva en terceras, sextas o décimas paralelas con una de las voces
grados conjuntos- subyacente. En todos estos fragmentos las notas repetidas y el exteriores, evita cualquier posible monotonía por medio de progresiones con­
movimiento conjunto en las voces superiores compensan el ámbito más amplio trastantes en las otras voces.

EJEMPLO 8-42 Bach, Corales 6, 2

EJEMPLO 8-43 Bach, Coral 217


a) b)

sin relación cruzada


EL CORAL 231

Las notas repetidas se dan con frecuencia en las voces superiores y menos ción del débil precedente. La única situación en la que Bach repite frecuente­
frecuentemente en el bajo. Estas notas repetidas a menudo resultan de la reali­ mente una nota en el bajo de un tiempo débil a uno fuerte es cuando el coral
zación silábica del texto del coral en cuestión; es decir, cada sílaba recibe ha­ comienza con una anacrusa. Bach refuerza a menudo la tónica inicial repitién­
b itualmente una negra. Puesto que cada voz debe acomodarse a un número fijo dola de la cuarta a la primera negra (véanse los corales 26, 27, etc.) .6 Ocasio­
de sílabas se hace necesario utilizar notas repetidas en lugar de notas manteni­ nalmente, como en el ejemplo 8-35, Bach repite o liga una nota del bajo de
das. Estudiemos el ejemplo 8-44; los cinco Re consecutivos en el alto repre­ una parte débil a otra fuerte en medio de una frase. Por supuesto, el Do ligado
sentan una variante de textura de una redonda ligada a una corchea; esá única del ejemplo 8-35 no es una suspensión. El posible efecto estático se evita aquí
y larga nota está dividida en cinco valores más cortos para enunciar las prime­ por medio del vigoroso movimiento de las voces superiores, en particular del alto.
ras cinco sílabas del texto. Las notas repetidas (como las mantenidas) actúan
como un elemento integrador en el tejido tonal y como un contrapeso estable
para el movimiento de las otras voces. Se recomienda al lector que cante la CRUZAMIENTO DE VOCES
parte del alto del coral 29, del cual está extraído nuestro ejemplo. A pesar de
las muchas repeticiones la línea posee un distintivo perfil melódico; adviértase En general Bach mantiene cada voz en su posición normal dentro de la
en particular el efecto vitalizador de las suspensiones. textura. No obstante, en algunas ocasiones peITQite el cruzamiento de dos vo­
Como ya hemos mencionado, las notas repetidas aparecen menos frecuen­ ces adyacentes. En el ejemplo 8-45, un fragmento que muestra una inusitada
temente en el bajo que en las voces superiores. Bach no duda en repetir una cantidad de imitación, el tenor cruza por encima del alto para completar una
nota en el bajo de un tiempo fuerte a uno débil (véase el coral 113), pues tal segunda exposición del motivo de quinta ascendente; dos compases más tarde
repetición recalca la pauta de acentuación de la métrica. Bach tiende a evitar se vuelven a cruzar y asumen sus posiciones habituales.
la repetición (o mantenimiento) en el bajo de una nota de un tiempo débil a
uno fuerte, excepto en el caso de las suspensiones. Una repetición débil-fuerte 6
Para más información sobre repeticiones débil-fuerte en el bajo, véase Mitchell, op. cit.,
en el bajo contradice la métrica al hacer del pulso fuerte una mera continua- páginas 90-93 y 160-161.

EJEMPLO 8-44 Bach, Coral 29

sin repetición

EJEMPLO 8-45 Bach, Coral 358


232 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

El cruce de voces mejora el contrapunto en ciertas ocasiones al prevenir octava más grave. Esto-haría desaparecer los acordes 1; a pesar de todo, la in­
paralelismos prohibidos. En el ejemplo 8-46 el cruce del tenor y el alto (con cursión del bajo vocal en el área de la voz interior debilita ciertamente la esta­
mucho las voces más frecuentemente intercambiadas) evita octavas paralelas. bilidad del acorde.
El empleo del cruce para evitar paralelismos no es de ningún modo un mero
truco visual. En una realización donde cada voz esté ejecutada por un grupo
separado de cantantes e instrumentistas, el oyente puede distinguir fácilmente lNTERVALOS PERFECTOS CONSECUTIVOS
cómo progresan las diferentes voces. En un instrumento de tecla, por otro
lado, es mucho más difícil proyectar el curso de cada voz individual, y la im­ En el ejemplo 8-46 advertimos las quintas entre el soprano y el tenor origina­
presión de octavas paralelas puede surgir con facilidad. Adviértanse las quin­ das por el movimiento del acorde desplegado Re sostenido-Si-Fa sostenido en el
tás entre el tenor y el soprano en el punto donde se vuelven a cruzar. Discuti­ tenor contra el salto Fa sostenido-Do sostenido del soprano. Este es un ejemplo
remos las quintas causadas por notas de figuración ( en este caso por el salto inusual; los corales de Bach en raras ocasiones contienen quintas que involucren
dentro del acorde de Si hacia esta nota en el tenor) en la sección siguiente. sólo notas consonantes de la textura. En este caso el Si del tenor es obviamente
Si se cruzan el tenor y el bajo la posición del acorde cambia, al menos en una figuración; el que el Do sostenido del soprano -aunque sea una negra­
lo que concierne a la realización vocal. En algunas ocasiones, como en el actúe como una decoración es posiblemente menos obvio, pues forma parte de un
ejemplo 8-.47, el cruce de las voces inferiores da lugar a unos aparentes acor­ movimiento que surge de la voz interior, prolongando la progresión básica Fa
des 1- El lector deberá recordar, sin embargo, que Bach concibió sus corales sostenido-Mi (v. ej. 848).
con acompañamiento y no como composiciones a capella. En la mayoría de Por otro lado, la conducción de las voces del ejemplo 8-49 aparece con
los casos podemos asumir que el bajo instrumental estuviese duplicado en una bastante frecuencia. Aquí las quintas surgen del uso simultáneo de una nota de

EJEMPLO 8-46 Bach, Coral 4 EJEMPLO 8-47 Bach, Coral 156

el cruce evita

EJEMPLO 8-48 Bach, Coral 4 EJEMPLO 8-49 Bach, Coral 121

representa

\!J
\!J
V I
EL CORAL 233

paso y una anticipación disonantes. El oyente puede percibir fácilmente la En la compacta y densa textura del estilo coral de Bach el movimiento
conducción de las voces fundamental; es igualmente evidente que no existe paralelo de octavas y unísonos sería inapropiado incluso producido por notas
ninguna relación vertical inherente entre las notas de la segunda quinta. Esta de figuración; la duplicación momentánea causada por tal movimiento origina
coincidencia de nota de paso y anticipación es probablemente responsable del una pérdida de· una hebra de la conducción de las voces y debilita el tejido
mayor número de quintas aparentes en los corales de Bach. tonal.
En las colecciones impresas de sus corales en ocasiones se encuentran Hemos visto que la figuración da pie en algunas ocasiones a quintas con-
q uintas entre notas de la conducción de las voces básica. Muchas de es­ secutivas; sabemos, por el capítulo 7, que las texturas más difusas de la música
tas quintas anómalas parecen ser erratas. En el ejemplo 8-50a la tercera y instrumental permiten en algunas ocasiones que las octavas surjan de modo
cuarta notas del tenor deberían corregirse como Si y La; el ejemplo 8-50b, similar. Existe, sin embargo, un segundo aspecto del problema de los movi­
extraído de una realizacion virtualmente idéntica en Si bemol, contiene la que mientos consecutivos prohibidos: a saber, ¿hasta qué punto es posible eyitar
nos parece que es la versión correcta, como se muestra en algunas ediciones. quintas u octavas en la conducción de las voces básica a través del uso de figu-
Las quintas antiparalelas o por movimiento contrario funcionan más convin­ ración?
centemente en la textura a cuatro voces, más densa, que en la escritura a dos o a En los corales de Bach los paralelismos se encuentran a menudo separados
tres. En los corales a veces aparecen en las cadencias; el ejemplo 8-51 muestra por una mera figuración de corchea. Debe recordarse, sin embargo, que la muy
antiparalelismos entré las voces exteriores. entrelazada textura del coral otorga un cierto peso y sustancia incluso a las

EJEMPLO 8-50 Bach, Corales 64, 256

EJEMPLO 8-51 Bach, Coral 114


234 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

corcheas. Bach siempre interpola una nota disjunta entre dos octavas; entre Desafortunadamente a menudo se le aconseja que determine primero las ca­
dos quintas basta una simple anticipación (v. ej. 8-70). En Elementary dencias, y sólo después que «rellene» el resto, como si el final de una frase no
harmony de Mitchell, capítulos 13 y 14, el lector encontrará un buen número fuese una consecuencia lógica de lo ya acaecido y la preparación de lo que
de ejemplos que ilustran el papel de las notas de figuración en evitar quintas y está por ocurrir. No todas las cadencias son igualmente definitivas. Algunas
octavas. Añadimos a los ejemplos de Mitchell un solo fragmento, en el que las son meras pausas de respiración; otras son más fuertes y cristalizan el fluir
quintas no se evitan por medio de una sola nota sino de un silencio (ej. 8-52). precedente en una estructura armónica lo suficientemente estable como para
En el ejempló 8-52 el lector advertirá también que las quintas aparecen entre servir de punto de partida para el siguiente impulso cinético. Son precisamente
el bajo y el te'nor en primeros tiempos sucesivos. Estas quintas se mitigan por estas cadencias, más conclusivas y explícitas, las que discutiremos en esta
medio de movimiento de adorno que producen una progresión 5-10-5. Esta sección.
progresión surge a su vez de la prolongación de una serie de suspensiones sub­ Una cadencia armónica completa requiere una progresion V-1 con ambos
yacente 5..'.6 a través del intercambio de las dos voces inferiores. acordes en posición fundamental. Bach normalmente elabora contrapuntística­
mente la dominante. Ya mencionamos el movimiento de paso 8-7 (véase el
ejemplo 8-9b); esta progresión contrapuntística sobre la dominante da origen
CONDUCCIÓN DE LAS VOCES EN LA CADENCIA; LA SUSPENSIÓN CADENCIAL al así llamado acorde de séptima de dominante (ejemplo 8-53).
El ejemplo 8-54a se ha extraído del mismo coral. Bach añade una progre­
Los calderones encontrados en las melodías de los corales indican el final sión de conducción de las voces extremadamente significativa: la sensible apa­
de una línea del texto. A menudo, aunque no siempre, éstas también reflejan rece retardada por una suspensión disonante 4-3 en el tenor. Sabemos por el
una articulación en la línea melódica y con eso nos muestran dónde finali­ contrapunto de la cuarta y quinta especies que una suspensión hacia la sensible
za una frase musical. Hacemos hincapié en que no todos los calderones mar­ realza fuertemente el empuje hacia el objetivo del movimiento. Muchos len­
can el final de una frase; más aun, allá donde la melodía por sí sola pueda su­ guajes compositivos, en el coral y en cualquier otro contexto, surgen de esta
gerir un final ·de frase Bachº hace un puente frecuentemente por encima de la suspensión cadencia!. Cuando la frase finaliza con su movimiento 2-1, como
articulación en su realización para evitar una excesiva segmentación. No hace en el ejemplo 8-54a, con el 2 ocupando dos tiempos, una suspensión en una de
falta decir que en una realización coherente incluso la frase más articulada for­ las voces interiores crea la frecuente progresión ¡_3 . En el ejemplo 8-54b el Do
ma parte de una totalidad más extensa; exactamente de la misma forma en que repetido en el soprano permite la misma progresión con la suspensión 4-3 en
en la escultura de una figura humana, una cabeza o una mano, a pesar de cuán la voz superior. Cuando la sensible aparece en una voz interior, frecuentemen­
complejas seán en su· organización interna, deben funcionar dentro del diseño te salta a la quinta del acorde de la tónica (ejemplo 8-54a); cuando aparece en
completo. el soprano casi siempre resuelve con normalidad (ejemplo 8-54b).
Mencionamos esto a modo de precaución, pues el alumno debe aprender a La suspensión cadencia! aparece a menudo en una voz interior contra una
escuchar a través de la art! �t1!ªfión de la superficie la continuidad subyacente. progresión melódica 3-2-1 (el 3 acentuado) en el soprano. Esta conducción de
_

EJEMPLO 8-52 Bach, Coral 143

se
convierte
en

5 6 5 6 5 5 10 5 lo 5
EL CORAL 235

las voces produce la importante y característica progresión V t� . Adviértase ta especie con la segunda (cap. 9), como se indica en el ejemplo 8-56. La_ ten­
también en el ejemplo 8-55a el empleo de anticipaciones del acorde de tónica. sión contrapuntística de esta conducdón de las voces junto con la presencia de
Aunque Bach generalmente introduce la cuarta de un acorde cadencia! de 6/4, una relación de quinta entre el II y el V hace de ella una progresión muy fuer­
como una suspensión, en algunas ocasiones la presenta como una nota de· paso te. Lo más caraterístico es que el 11 � cadencia! aparezca contra una progre­
acentuada (ej. 8-55b). La cuarta, a su vez, queda suspendida sobre el segundo sión melódica 2-1, y con el 2 durante dos tiempos. Adviértase en el ejerpplo 8-
tiempo en lugar de acompañar a la melodía en terceras. 57 esa cuarta descendente tan expresiva en el tenor, una idea melódica
Sabemos por los capítulos 6 y 7 que las progresiones armónicas completas generada por la conducción de las voces de la progresión 11 � -V-1.
a menudo expanden el 1-V -1 básico a través del uso de un acorde intermedio El ejemplo 8-58 muestra el IV7 como un acorde cadencia!. En este caso la
entre el I inicial y el V. Estos acordes interpuestos -II, ID, IV o VI- no ne­ séptima resulta de la repetición del La del soprano; es por lo tanto una suspen­
cesitan aparecer inmediatamente antes de la dominante; de hecho el ID y el VI sión. Cuando el IV7 se mueve directamente al V a menudo surge el peligro de
rara vez lo hacen. Sin embargo, el IV e incluso más a menudo el II aparecen quintas paralelas. Adviértase cómo Bach evita las quintas a través del empleo
inmediatamente antes del V, y por tanto forman parte de la cadencia. De estas del desplazamiento rítmico.
cadencias expandidas armónicamente la más importante es II � -V-1. Como el En el ejemplo 8-59 hemos reunido tres fragmentos de particular interés
V ¡ y el V � , el II � resulta del uso de la suspensión cadencia!; el origen con respecto a la conducción de las voces interiores. En a el tenor hace de
contrapuntístico de esta progresión se encuentra en la combinación de la cuar- contrapunto a una suspensión 4-3 con un uso idiomático muy común desde el

EJEMPLO 8-53 Bach, Coral 90 EJEMPLO 8-54 Bach, Corales 90, 277

5--
3 4 3
I I I V I
EJEMPLO 8-55 Bach, Corales 271, 17
\
a) b)
236 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Renacimiento. El salto Jl la disonancia con el Fa del alto representa una con­ El modo más directo de conectar una tercera descendente en la segunda espe­
ducción de las voces que se encuentra en la combinación de tercera y cuarta cie �s por medio de una simple nota de paso. Ese. mismo movimiento global de
especies. El ejemplo muestra una manera más de evitar quintas en una progre­ tercera puede lograrse en la tercera especie por medio de una desviación orna­
sión IV7-V. Adviértase que la séptima sobre la dominante viene de la quinta en mental de aquella línea recta del movimiento de paso subyacente.
lugar de la octava. Esta conducción de las voces, nada infrecuente, supone una En el ejemplo 8-6la vemos un simple y claro descenso de La, voz superior
prolongación de esa forma más simple mostrada en el ejemplo 8-18. El ejem­ del Il6, a Fa sostenido, la voz interior del V mientras el La actúa como una nota
plo 8-59c: presenta un acorde cadencia! 6/4 manipulado por el empleo de la retenida Las notas de paso Si bemol y Sol producen un � sobre la dominante. El
sensible como una bordadura acentuada que precede a la cuarta ( véase tam­ ejemplo 8-6b es ligeramente más complejo. Aquí el II6 aparece prolongado por un
bién el ejemplo 8-33). movimiento.de adorno en el baj9. La nota.de paso Sol aparece dentro de este des-
Los ejemplos siguientes il��tran una técnica melódica importante. A me­ pliegue del Il6, y después se su�nde para crear el II � . \.
nudo la progresión cadencia! tJ aparece prolongada por un movimiento hacia La conducción de las voces del ejemplo 8-6 lc puede explicp.rse ·por etapas.
la voz interior del acorde del V. Estructuralmente hablando, el segundo grado El gráfico a presenta el habitual movimiento hacia la voz interior entre el II6 y
melódico queda retenido; acústicamente hablando éste se encuentra sustituido el V mientras el Re actúa como una nota retenida. El gráfico b muestra. el so­
por la sensible. Esta progresión aparece en .gran parte del repertorio, y en rea­ porte contrapuntístico del Do melódico, con el Fa sostenido dando -origen a un
lidad se da más a menudo eh la música de algunos compositores posteriores acorde de paso cromático. El gráfico e introduce la anticipación del Do que
-Mozart por ejemplo-- que en los corales de Bach. Las raíces de esta técnica llega al final del primer compás completo; el bajo, como soporte contrapuntís­
se encuentran en el contrapunto de especies, como lo muestra el ejemplo 8-60. tico, se mueve hacia el La de la voz interior del siguiente acorde g , que enton-

EJEMPLO 8-56 EJEMPLO 8-57 Bach, Coral 271

/
. \
-- � - --- ,1\

Cf
-.. ,_
1
- ---
-
1 1
t.• 1
� 4: esp.
4 3 se convierte en 6 5
5 3
- --
2: esp.
,.�
.
,_
. -
-·-- 1 . -

I II!
EJEMPLO 8-58 Bach, Coral 47

1-
el desplazamiento evita quintas

l.:,/ IV7 vs-1


IV7 V7 I
EL CORAL 237

ces aparece. en el alto. De este modo, los movimientos de anticipación en el realización contrapuntística de la melodía y el bajo, y también observar las
bajo y en la voz sup�rior explican el acorde de La del tercer tiempo. La co­ influencias constructivas de la prolongación de acordes y de la armonía. Una
nexión estructural sigue siendo, por suspuesto, de Fa a Sol a través dei Fa sos­ explicación sobre los principios del bajo cifrado está fuera del ámbito de este
tenido. libro; debemos advertir al alumno, sin embargo, que el cifrado no debe pensar­
se de la forma mecánica y literal sugerida en la mayoría de los libros sobre
armonía. Afortunadamente están a nuestro alcance un buen número de obras
2. Realización de una sola frase excelentes que tratan sobre el bajo cifrado.7 Sugerimos su consulta al lector,
pues el estudio del bajo cifrado, correctamente emprendido, forma una faceta
Antes de intentar escribir las tres voces inferiores se recomienda fehacien­ esencial de la educación de todo músico serio.
temente al lector que primeramente se ejercite en añadir las voces medias a un Después de haber realizado un buen número de corales con bajo cifrado el
bajo y soprano dados. Los corales con bajo cifrado de Bach nos proporcionan
inigualables oportunidades para el estudio de la conducción de las voces, tanto 7
Como librn de consulta práctico sugerimos Hermann Keller, Thoroughbass Method, trad. al
al teclado como en los trabajos escritos. Un buen número de ellos los vamos a inglés por Carl Parrish, Nueva York, 1965; para los alumnos avanzados, F. T. Amold, TheArt of
Accompanimentfrom a Thoroughbass, Londres, 1931 (reimpreso en facsímil, Nueva York, 1965).
encontrar en los ejercicios del final de este capítulo (D-1 al D-7); la edición Muchas fuentes originales están siendo reimpresas, algunas en inglés. Essay on the True Art of
completa es fácil de obtener y debería estar en la biblioteca de todo alumno. Playing Keyboard Instruments, de C. P. E. Bach, de tina importancia capital, trad. y ed. por
Al realizar estos corales el alumno debería efectuar un análisis detallado de la William J. Mitchell, Nueva York, 1949.

EJEMPLO 8-59 Bach, Corales 26, 14, 15

a) b)

e)

EJEMPLO 8-60

J JJ = 1 11
5 4 3 6
238 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

alumno puede comenzar a construir una melodía coral sin él. Le sugerimos como una totalidad coherente en todos sus detalles puede resultar bastante di­
que lo intente primero con frases individuales. Este es quizá un procedimiento fícil. 8
artificial, puesto que la frase, como recalcamos en la sección anterior, toma su El primer paso para realizar uria frase es determinar las principales prolon­
sentido completo solamente en el contexto del coral entero. No obstante, es gaciones de acordes y el armazón armónico más extenso que la melodía impli-
pedagógica.mente ortodoxo comertzar con unidades pequeñas y proceder gra­
dualmente a · las mayores. Al · comienzo, inchiso el escuchar una sola frase 8 Véase el grupo de ejercicios E.

EJEMPLO 8-61 Bach, Corales 53, 203, 217


a)

representa

5
3 I

b)

I
,
t
ca. Así estableceremos un marco de referencia para los detalles específicos de
organización armónica y contrapuntística. En nuestros ejercicios de contrapun­
to hemos desarrollado la capacidad de planificar de antemano, de asimilar
EL CORAL

delinear el armazón armónico en su relación con la melodía (véanse los ejem­


239

cada nota de la frase (v. ej. 8-62a). Una vez que se haya hecho esto, podremos

plos 8-62b y e). Incluso esta simple y breve frase admite una considerable va­
mentalmente continuidades en lugar de trabajar localmente, nota por nota. El riedad de interpretaciones. Dejando de lado las diferencias de pequeño detalle,
reconocimiento de las relaciones armónicas globales y especialmente de las hay dos posibilidades principales. La primera consiste en prolongar el acorde
prolongaciones de acordes nos permitirá aplicar tal capacidad a la tarea algo de tónica, Do mayor, hasta el primer tiempo del tercer compás (ej. 8-62b). La
más complicada de realizar una melodía coral, dado que en el coral, como en segunda supone el empleo de un armazón armónico de I-II6-V-I (8-62c). En
la música tonal en general, el acorde prolongado, con sus asocicaciones armó­ los bocetos preliminares hemos indicado algún movimiento de las voces me­
nicas, es la matriz a partir de la cual se originan las líneas melódicas. dias, incluyendo la suspensión cadencia!. Recomendamos muchísim? est� pro­
La mayoría de las frases corales se prestan a varias interpretaciones que cedimiento. Por supuesto, la mayoría de los alumnos se concentraran pnmero
pueden considerarse válidas; el alumno se beneficiaría considerablemente si en el bajo; y, a menos que posean poderes excepcionales de audición mental,
comparase las distintas realizaciones de Bach de frases melódicas que se repi­ están haciendo lo correcto. Incluso al comienzo las voces medias deben recibir
ten en un mismo coral y sus diferentes realizaciones de melodías corales com­ alguna atención; entonces será más fácil el desárrollarlas de un modo intencio­
pletas. Al realizar frases aisladas el alumno debería preparar siempre varias nado y consecuente. Los ejemplos 8-63 y 8-64 muestran varias soluciones al
versiones contrastantes que contengan distintas interpretaciones contrapuntís­ esbozo del ejemplo 8-62b.
ticas y annónicas de la melodía. Presentamos unos cuantos ejemplos que ilus­ Realicemos primero contrapuntísticamente la prolongación de Do. Layro­
tran sugerencias en cuanto al procedimiento a seguir, todos ellos utilizan la gresión de adorno de la voz superior se mueve dentro de unos límites más bien
última frase de la melodía coral Lobe den Herren, o meine Seele. Nuestra pri­ angostos; a modo de compensación intentamos lograr un mayor recorrido en el
mera preocupación es, por supuesto, tomar conciencia de las funciones de bajo. Por lo tanto aplicamos la transferencia de registro a Do, la nota retenida;

EJEMPLO 8-62

-1 1 1 -1 -h -J -1 ---_,.1 .. -� --1 -1 -1 --�-1 -h -J -...-1 -_,.1 - -�.


b) e
..- - �-- - -
1\ 1 1

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1

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V �
I V I I V I
o II6 V
240 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

esto le dará al bajo espacio para moverse. El ejemplo 8-63a esboza una octava ejempló ·s-63a. las voces exteriores del ejemplo 8-64 presentan principalmente
descendente; el modelo rítmico otorga un soporte consonante a las notas de la un movimiento paralelo en sextas. El ejemplo 8-64b ofrece la realización com­
melodía. El ejemplo 8-63b añade voces medias moderadamente figuradas. pleta. Adviértanse las sextas paralelas encubiertas entre el bajo y el tenor en el
Adviértase especialmente el incremento de actividad en el segundo compás segundo compás.
para compen�ar las notas con puntillo de las voces exteriores. Adviértase tam­ El armazón esbozado en el ejemplo 8-62b gfrece la posibilidad de muchas
biéñ el eII1pleo .de la sensible, Do sostenido, dentro del despliegue· del acorde más realizaciones que los dos que hemos mostrado. El alumno debería tratar
de Re menor. de encontrar más soluciones utilizando un bajo de adorno en lugar de uno de
Las figuraciones que o,cupan la última corchea del segundo compás son paso. Volvamos ahora al segundo plan mostrado en el ejemplo 8-62c. En este
necesarias para evitar las quintas y octavas con el bajo. El uso de la sensible, esbozo cada compás contiene uno de los acordes de la progresión estructural.
Si, añade también un ci�rto empuje hacia el acorde de Do que pone fin a la Será por lo tanto difícil crear una l�nea para el bajo con un ámbito tan amplio
prolongación. En Ja mayoría de las prolongaciones del I, contrapun-tísticas al como la de los ejemplos 8-63 y 8-64. A pesar de todo debemos seguir esfor­
igual que armónicas, la sensible precede a la tónica final. Como deducirá el zándonos en obtener una buena relación contrapuntística entre el bajo y el so­
lector, las quin� entre el soprano y el alto en la tercera negra del tercer com­ prano (ejemplo 8-65).
pás son correctas, pues son el resultado de la combinación de una nota de paso El ejemplo 8-66a muestra una realización simpl�, figurada sólo ligeramente.
y . una anticipación. Adviértase el constante empleo de los ritmos con puntillo y notas repetidas en la
En el ejemplo 8-64a hemos intentado un procedimiento similar. Aquí, por melodía El ejemplo 8-66b ofrece una figuración un tanto más compleja. No exis­
supuesto, el bajo se mueve ascendentemente en lugar de descender una octava; te mucha repetición literal; a pesar de todo se llega a un resultado consistente por
el armazón armónico ahora es I-II� -V-I. En contraste con la solución del medio del uso motívico de las bordaduras y del intervalo de tercera.

EJEMPLO 8-63

I V I
EL CORAL 241

PROLONGACIONES CONTRAPUNTÍSTICAS DE ACORDES: Frecuentemente encontramos prolongaciones de acordes distintos del de la


MOVIMIENTOS DE ADORNO Y DE BORDADURA EN LA VOZ SUPERIOR Y EL BAJO tónica. En el ejemplo 8-69a un movimiento de adorno dentro del I aparece se­
guido de un despliegue del II � . En el ejemplo 8-69b el V es prolongado por
En la sección anterior discutimos los procedimientos a seguir para l.a .r�ali­ acordes producidos por las bordaduras superior e inferior del bajo.
zación de una frase. En ésta y en las que le siguen presentaremos. un buen El despliegue de la cuarta· en el ejemplo 8-70 ayuda a crear el acorde de
número de ejemplos de los corales de Bach que ilustran sus soluciones parti­ bordadura del primer compás; el movimiento de adorno hacia el 16 es una pro­
culares a diferentes problemas técnicos que plantea la realización del coral. El longación secundaria. Al moverse del IV7 al V, Bach evita fas quintas entre el
lector debería estudiar dichos ejemplos y relacionarlos con sus propios traba­ tenor y el soprano por medio de la anticipación del La.
jos escritos. En el fragmento siguiente el principal acontecimiento de prolongación es
En el ejemplo 8-67 vemos cuatro fragmentos de corta duración que contie­ el acorde de Sol menor, que está enfatizado por la duración, posición rítmica y
nen progresiones de bordadura y de adorno. el uso de la sensible, Fa sostenido. Los acordes de subdominante sustentan fre­
El ejemplo 8-68 presenta una progresión de adorno en el bajo en el contex­ cuente y característicamente las bordaduras en la voz superior. Obsérvese tam­
to de una frase completa. El bajo hace de contrapunto al ascenso del soprano bién la relación motívica entre los compases 1 y 3 en el bajo; adviértanse las
de· Re a La con un movimiento de adorno alrededor de la tónica. La segunda suspensiones en el alto y el expresivo salto del tenor al Re agudo; Los ejem­
mitad de esta prolongación comienza un movimiento de impulso ascendente plos anteriores han presentado principalmente movimiento contrario entre las
que motiva la subsiguiente progresión de paso del II al V. voces exteriores. En algunas ocasiones, sin embargo, el bajo y el soprano eje-

EJEMPLO 8-64

I IU V I
242 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 8-65

V I

EJEMPLO 8-66

EJEMPLO 8-67 Bach, Corales 103, 29, 206, 231


EL CORAL 243

EJEMPLO 8-68 Bach, Coral 44

n--.. V

EJEMPLO 8-69 Bach, Corales 149,176

EJEMPLO 8-70 Bach, Coral 297

\:,,/
I V I
244 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

cutan progresiones de adorno similares en movimiento paralelo. En el ejem­ Los ejemplos no pretenden formar una recopilación exhaustiva; ilustran algu­
plo 8-72 las voces exteriores se mueven en décimas, adornando el Sol del bajo nos de los usos típicos y deberían estimular al alumno a encontrar otros.
y el Si del soprano. Adviértanse esas repeticiones poco habituales del bajo de
los tiempos tercero al primero.
Movimientos de tercera y de sexta dentro de un acorde

MOVIMIENTOS DE PASO ENTRE Y DENTRO DE ACORDES En el coral -y ciertamente en la música tonal en general- la progresión
del bajo entre la fundamental y la tercera del acorde subyacente forma un tipo
Uno de los objetivos más importantes en el estudio de la escritura de acor­ de prolongación importante. Los movimientos de tercera aparecen tan frecuen­
des es la capacidad de formar un bajo lo suficientemente fluido, que posea di­ temente, y los hemos mostrado tantas veces en ejemplos anteriores, que nos
rección lineal al igual que armónica. Para lograr tal bajo debemos pensar y es­ bastará aquí con una sola ilustración (ej. 8-73).
cuchar en términos de movimiento dirigido y progresar lógicamente del punto La tercera a menudo se invierte en una sexta para proporcionar espacio a
de partida a su objetivo. Sabemos por la segunda especie que el prototipo de un mayor movimiento de paso. En el ejemplo 8-74 vemos este tipo de movi­
progresión lineal dirigida es el movimiento de paso. En esta sección veremos miento dentro de una tónica de Do mayor prolongada. Los movimientos de
cómo Bach aplica este movimiento musical básico a los bajos de sus corales. una sexta a menudo hacen de contrapunto a progresiones más cortas en la voz

EJEMPLO 8-71 Bach, Coral 207

-----------
EJEMPLO 8-72 Bach, Coral 1

I V
EL CORAL 245

superior; aquí, por ejemplo, el soprano sólo se mueve una cuarta. Las notas Movimientos de cuarta y quinta; movimientos de paso entre acordes
repetidas de la melodía hacen posible conseguir estos dos movimientos en el
mismo lapso de tiempo. El ajuste entre las progresiones de las dos voces,�xte­ En los ejemplos 8-73 al 8-75 todos los movimientos de paso tienen lugar
riores está relacionado con el contrapunto de primera y segunda especies, dentro de. un solo acorde prolongado. Los siguientes ejemplos muestran movi­
puesto que las consideraciones que determinan el ritmo del bajo son esencial­ mientos de paso en el bajo de una nota de un acorde a otra de otro. A diferen­
mente contrapuntísticas. El acorde de Fa que precede a la tónica final es una cia de los movimientos que recorren terceras y sextas, los movimientos de
sonoridad contrapuntística compuesta de una bordadura en el bajo y notas de paso de cuartas y quintas se mueven habitualmente entre dos acordes; éstos
paso en las voces interiores. forman a menudo una conexión lineal entre los miembros de una progresión
Los movimientos de paso también aparecen dentro de sextas ascendentes. armónica. En el ejemplo 8-76 vemos un movimiento de paso entre el II y el V.
En ejemplo 8-75 la línea del bajo asciende de la tercera a la fundamental del
el En las cadencias se dan frecuentemente progresiones similares, habitualmente
acorde de tónica Sol mayor, y la figuración del Fa sostenido decora la pro­ como contrapunto al movimiento desde el cuarto al segundo grado de la escala
gresión. en la voz superior.

EJEMPLO 8-73 Bach, Coral 179 EJEMPLO 8-74 Bach, Coral 239

...
1 1 1

r
_, -r,
""" ..,,
-'
-,-,

a
partir
1
de
J _[j_J- _J_
r, .... n
1

------6v·------'
6,
f\!I
J ......;..

I I
I

EJEMPLO 8-75 Bach, Coral 183

a
partir 10
de

I I
246 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

El ejemplo 8-77 muestra una cuarta descendente que conecta el I con el V. po en que está teniendo lugar el movimiento de paso al Il6• Esta frase m
El empleo del Si bemol parece indicar un inminente Sol menor, pero Bach se por lo tanto una prolongación de la tónica dentro de un movimiento d
mueve a la forma mayor normal de la dominante. más extenso hacia. el II � .
Muchas frases de los corales se mueven dentro de un armazón armónico I­ El ejemplo 8-79 muestra una quinta ascendente en el bajo; este movi
Il6-V-I o con la suspensión cadencia! I-II� -V-I. El bajo se mueve frecuente­ to lineal unificado abarca tres armonías. El � sobre Re no es un mero
mente una quinta descendente, conectando así las notas del bajo del I al Il6 o de paso; éste funciona claramente como un II6 de significación tanto ann
II� . En el ejemplo 8-78 podemos ver ese movimiento de paso de una quinta como contrapuntística. (El lector recordará por el capítulo 6 que un baj
descendente. Adviértase el acorde 1 en el cuarto tiempo; ¿por qué emplea grados conjuntos en una progresión II6- V resulta de la cooperación· de fu
Bach este acorde en lugar del � , que normalmente sería la sonoridad ideal para armónicas y contrapuntísticas.)
el movimiento paralelo, pero que no es nada convincente en este contexto? El El ejemplo 8-80 muestra una progresión similar ejecutada de una m
1 prepara la suspensión cadencia!, pero posee un segundo significado aún más algo más compleja. Adviértase la prolongación inicial del I con sus rnovi
importante. El oído lo conecta al acorde de Fa menor del primer tiempo; esta tos de adorno de una tercera en el bajo. El empleo motívico de la tercera
conexión produce, por así decirlo, una atmósfera de Fa menor durante el tiem- cendente genera el acorde de Re del tercer tiempo, un acorde que tambié

EJEMPLO 8-76 Bach, Coral 217 EJEMPLO 8-77 Bach, Coral 223

11 -------- V '..:,/
1 V

EJEMPLO 8-78 Bach, Coral 8 EJEMPLO 8-79 Bach, Coral 146

1-----------
EL CORAL 247

ve para evitar las octavas [! y �¡ entre las voces exteriores. Aquí el V aparece un V prolongado. Al enfatizar el Fa natural, Bach debilita la implicación de la ar­
precedido por una dominante aplicada en lugar de ún II diatónico' como en el monía de la dominante dentro de la prolongación del Sol, y crea una fuerte expec­
ejemplo 8-79. Incluimos el primer acorde de la frase siguiente para mostrar tativa de la tónica, Do mayor, que aparece en la frase siguiente.
esa conexión melódica más extensa, La-Si-Do sostenido, de la voz superior.

Movimientos de séptima
Movimientos de octava
El lector recordará que las séptimas melódicas resultan a menudo de la
Los movimientos de paso de una octava representan transferencias de re­ inversión de segundas. La séptima, que cubre un gran espacio, puede estar re­
g istro extendidas. Este tipo de movimientos son útiles a menudo para frases en llenada por un movimiento de paso bastante extenso. En el ejemplo 8-83 ve­
las que la melodía contenga muchas notas repetidas o adornos extendidos. El mos la segunda ascendente, Fa-Sol, invertida en una séptima descendente. La
ejemplo 8-81 muestra el movimiento de una octava descendente en dos con­ inversión produce un movimiento contrario en la voz superior y da origen al
textos característicos. acorde de Re menor, al 1 de paso sobre Do y a la breve prolongación
En el ejemplo 8-82 vemos un movimiento de octava ascendente dentro de del acorde de Sol menor. El gráfico a muestra que el acorde de Sol resulta de

EJEMPLO 8-80 Bach, Coral 189

EJEMPLO 8-81 Bach, Corales 167, 158


a) b)

I V I IV V I
248 EL CON1RAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

un movimiento de paso prolongado de Fa a La; en b vemos que este movi­ MOVIMIENTOS DISJUNTOS DEi'lTRO Y ENTRE ACORDES:
miento de una tercera parcialmente invertida pertenece a una quinta ascenden­ l,:\CORDES DE PASO Y DE SUBDIVISIÓN
te del I al V que lo engloba.
El ejemplo 8-84 muesta una séptima descendente en el contexto de una Como sabemos, el movimiento melódico se desenvuelve esencialmente
progresión armónica I-IF-V7 -I. Aquí la inversión melódica proporciona espa­ por grados conjuntos; por lo tanto la cualidad melódica de una línea del bajo
cio a una amplia línea como compensación a las notas repetidas de la melodía. depende en gran medida de progresiones por grados conjuntos como las discu­
E acorde de Mi menor, fugazmente prolongado, resulta del contrápunto de las tidas en la sección anterior. Sin embargo, sería incorrecto asumir que los saltos
voces exteriores y no posee significación armónica alguna. Antes de moverse al frecuentemente encontrados en los bajos de los corales de Bach resultan en
IL el bajo toca el 16; este movimiento de paso contiene por lo tanto una activa todos los casos por causas armónicas, puesto que, incluso en términos pura­
prolongación de la tónica En la última mitad del primer compás un desplaza­ mente melódicos, se hace necesario un cierto movimiento disjunto para crear
miento traslada la nota del acorde, Si, a la última corchea, creando un empuje variedad y contraste. En esta sección discutiremos progresiones melódicas
ininterrumpido a través del I prolongado hacia el II7. disjuntas, reservando las de origen armónico para la siguiente.

EJEMPLO 8-82 Bach, Coral 268

EJEMPLO 8-83 Bach, Coral 303


EL CORAL 249

Subdivisión interválica dentro de acordes prolongados meja mucho a una combinación de dos segundas especies; véase el capítulo 9
para una explicación sistemática:) El ejemplo 8-85b9 muestra el mismo bajo
En la segunda especie aprendimos que una nota en la segunda. mitad del con una melodía diferente; adviértase, no obstante, la semejanza entre el tenor
compás puede subdividir un intervalo de cierta envergadura en dos más peque­ del 8-85b y el soprano del 8-85a. El ejemplo 8-86 ilustra una forma de subdi­
ños; aprendimos cómo se utiliza esta técnica compositivamente en el capítu­ visión empleada con menor frecuencia; la octava descende11te aparece dividida
lo 7. En las progresiones del ejemplo 8-85 encontramos un importante y carac­ en una quinta y una cuarta. Como en. el s..:85a, la nota subdivisora sustenta una
terístico tipo de subdivisión; el bajo divide una sexta descendente del I al 16 en nota de paso ascendente en el soprano.
una tercera y una cuarta. La conducción de las voces del ejemplo 8-85a mues­
tra el empleo. más frecuente; el bajo subdividido hace de contrapunto a una
melodía que efectúa su ascenso. por grados conjuntos de la tercera a la quinta
del acorde tónica. El contrapunto de la voz exterior produce un acorde de �
9 El catedrático David Loeb (Mannes College of Music, Curtis Institute) descubrió después de
sobre la nota de subdivisión del bajo; la ligereza de este acorde concuerda de la publicación de este libro que la realización del coral 1�3 en realidad deqiera �tribuirse a J. Pa­
forma ideal con la función conectiva y transitoria que desempeña. (La relación chelbel (Choralpartiten, núm. 2). Véase Selected Organ Works IV, Kassel, Basdea, Tours, Lon­
contrapuntística precisa entre el bajo y el soprano en el ejemplo 8-85a se ase- dres, Barenreiter, 1916, p. 12. (N. del T.)

EJEMPLO 8-84 Bach, Coral 151


---------

EJEMPLO 8-85 Bach, Corales 106, 153


a)
!':'\

� v
IIg V I I IV I
250 EL CONTRAPl INTO EN LA COMPOSICIÓN

Progresiones disjuntas entre dos acordes da ,estructuralmente; su progresión . básica hacia el Do sostenido estructural
está retardada por un movimiento hacia la voz ·interior. La submediante de
Las progresiones disjuntas aparecen en ocasiones en el curso de la transi­ paso hace de contrapunto a este descenso melódico momentáneo. El acorde
ción de un acorde a otro. Como norma, estas progresiones se organizan en ter­ de Fa sostenido que precede a la submediante evita las quintas entre el bajo y
ceras. Los saltos de tercera resultan a menudo de la omisión de una nota de el alto (véase el gráfico a) y al mismo tiempo ofrece un soporte consonante a
paso, com o en el ejemplo 8-87. En consecuencia, cuando esa� progresiones la nota de paso Do sostenido� de otro modo disonante.
aparecen en el bajo, los acordes que sustentan los hemos denommado acordes El ejemplo 8-90 contiene dos'submediantes .de pa�o de diferente peso y
de paso, reservando el término acordes de subdivisión para aquellos que significación. La prolongación inicfal del I se logra gracias. a un movimiento
involucren saltos mayores. arpegiado; los dos acordes desplegados prolongan e invierten una progresión
El más importante de estos acordes de paso por terceras es la submedia11te básicamente descendente (gráfico a). Esta progresión del bajo hace de contra­
que conduce del I al Il6 (II g ). �n el ejemplo 8-88a encon�os un movimiento punto a un movimiento melódico hacia la· voz interior de la melodía, con lo
de paso conjunto del I 3!- Il6• El eJemplo 8-8�b es bastante ��ar, except� �n que cual· prolonga el acorde de tóni.ca; el acorde de Si menor en el compás 1 fun­
aquí no aparecen conexiones por grados conJuntos; la func1on contrapuntísttca de ciona como un acorde de paso dentro de esta prolongación. En el compás 3 la
la submediante es la misma en ambos fragmentos. voz superior vuelve a la nota retenida, Re. Al mismo tiempo el bajo se mueve
El ejemplo 8-89 muestra un uso algo más complejo de la subdominante hacia el Si como un acorde de paso en su camino hacia el Sol (II g ). El Sol
contrapuntística de paso. El punto álgido de la melodía, Re, es una nota reteni- sustenta la segunda nota estructural de la melodía, Mi. El acorde de Si antes

EJEMPLO 8-86 Bach, Coral 232 EJEMPLO 8-87 Bach, Coral 234

I
EJEMPLO 8-88 Bach, Corales 185, 184
a) b)
EL CORAL 251

mencionado es por tanto un acorde de paso de un orden estructural más eleva­ tan sus respectivos papeles en cooperación, tanto a nivel estructural como a
do que el del compás 1, puesto que se mueve entre dos acordes estructurales. nivel de prolongación. JO

PROLONGACIONES ARMÓNICAS Progresiones armónicas completas

Hasta ahora nuestras discusiones sobre la armonía se han centrado en el En el ejemplo 8-91 encontramos progresiones armónicas a dos niveles. La
e mpleo de progresiones armónicas para crear armazones estnJcturales en los progresión estructural globalizadora es un movimiento del I al V. El I por sí
que se desenvuelve el contrapunto. También es posible prolongar un. acorde solo se encuentra prolongado por una progresión completa (I-II� -V-I) que sus­
armónicamente, es decir, por medio de una progresión armónica subordinaqa a tenta un movimiento de adorno alrededor del Do sostenido .en el soprano. La
la sonoridad gobernante. En los corales de Bach las relaciones armónicas im­ prolongación armónica también ejerce una función lineal, puesto que ayuda a
pregnan el tejido musical desde la estructura de la totalidad hasta �a configura­
ción de muchos detalles. Lo hacen, sin embargo, sin obstaculizar la corriente 10 Véase
el capítulo sobre prolongación armónica en Salzer, op, cit., vol. 1, pp. 162 y siguien­
contrapuntística y melódica de la textura. La armonía y el contrapunto consta- tes en la traducción española.

EJEMPLO 8-89 Bach, Coral 62

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EJEMPLO 8-90 Bach, Coral 334
b)

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252 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

efectuar la transferencia ascendente de una nota del bajo, La. y por tanto mo­ En algunas ocasiones los impulsos armónicos y los contrapuntísticos se
tirn el subsiguiente movimiento de paso que desciende hacia el V. Si hacemos fusionan tanto que se solapan porcompleto. En el ejemplo 8-93 la octava des­
caso omiso de la cualidad armónica de la prolongación del I. veremos que las cendente por grados conjuntos parece dominar completamente la prolongación
voces exteriores se asemejan a una progresión de primera especie. (En el del I. Sin embargo, el V del compás 3 subdivide la octava armónicamente, y
ejemplo 8-91 hemos indicado los acordes estructurales y de prolongación con no debe escucharse como un acorde de paso puramente contrapuntístico.
números romanos grandes y pequeños.)
El ejemplo 8-92 muestra una superposición entre una prolongación contra­
puntística y otra armónica, ambas como,sustento de un movimiento de adorno Progresiones armónicas incompletas
alrededor de Mi. Las prolongaciones se superponen porque el acorde final del
movimiento contrapuntístico es al mismo tiempo el comienzo de la progresión En el ejemplo 8-94 se nos ofrece la oportunidad de observar una técnica
armónica. La prolongación armónica de nuevo· da pie a una transferencia de característica de la música tonal: la prolongación de un objetivo cadencia! por
registro; el Do· recupera su registro grave original en preparación del Sol grave una progresión armónica incompleta. Al mismo tiempo, estos fragmentos ilus­
de la dominante estructural. tran la posibilidad de aplicar prolongaciones armónicas a acordes distintos del

EJEMPLO 8-91 Bach, Coral 169 EJEMPLO 8-92 Bach, Coral 298

IIR v_____
V I ......,
de 1 V I V I

EJEMPLO 8-93 Bach, Coral 90

I V I
EL CORAL 253

de la tónica. En el ejemplo 8-94a, compás 1, el bajo cuenta con dos notas de plQ 8-90. La línea del bajo ahora procede ascendentemente a la submediante del
adorno; el Sol pertenece al Mi precedente y el Do pertenece al Mi siguiente. El compás 2, que ahora forma parte de la pro�sión estructural I-VI-V-1.
alumno debe considerar cuidadosamente las oportunidades para estabilizar, en
sus propias realizaciones, acordes distintos del de la tónica a través de
progresiones armónicas completas e incompletas. Dominantes aplicadas; prolongaciones de dominante de la tónica
Las progresiones incompletas pueden seguir o preceder a los acordes que
prolongan. Tales progresiones aluden retrospectivamente en lugar de señalar Hemos encontrado acordes de dominante aplicada en un buet1 número de
hacia adelante, como las progresiones incompletas del ejemplo 8-94. En el ejemplos anteriores. Estos acordes representan la forma más simple ge progre­
ejemplo 8-95 el IV y el V de prolongación se refieren retrospectivamente al I ini­ sión armónica incompleta; en la mayoría de los casos ,se refier�n al acorde si­
cial; esta armonía estructural procede al II al comienzo del compás siguiente. guiente y con menor frecuencia al acorde anterior. En algunas ocasiones una
El ejemplo 8-96 presenta la misma melodía del ejemplo 8-90 pero en me­ sola tónica aparece precedida o seguida por una dominante. Estos acordes V
tro 4/4. Al cambiar una nota del bajo, empleando Re en lugar de Sol en el cuarto de significación puramente local e inmediata se �emejan .a las dominantes
tiempo, Bach consigue una construcción radicalmente diferente a la del ejem- aplicadas; sin embargo, el término dominante aplicada obviamente no es una

EJEMPLO 8-94 Bach, Corales 138, 18

V
v v
I oflll I

EJEMPLO 8-95 Bach, Coral 309 EJEMPLO 8-96 Bach, Coral 14

,r v rv v,
,I IV V 1...-/ VI V I
11 V I
254 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

descripción lógica de estos acordes. Los llamaremos dominantes de prolonga­ ficado un tanto diferente; éste hace consonante la nota d� paso Si de la voz
ción o prolongaciones de dominante de la tónica. En muchos estilos musicales las superior, de otro modo disonante. El V estructural está prolongado por un
anacrusas iniciales contienen prolongaciones de dominante del tiempo fuerte si­ acorde �- que resulta de una bordadura en el bajo como contrapunto del movi­
guiente. En los corales encontramos esta progresión menos frecuentemente, pues­ miento hacia la voz interior de la melodía; el La de la voz superior es una nota
to que la anacrusa del coral lleva la primera palabra del texto y por lo tanto nor­ retenida (v. ej. 8-61). En el compás 3 vemos una dominante aplicada al V de
malmente · contiene el acorde que indica la tonalidad (para un coral que comienza prolongación del compás 4; esta dominante aplicada aparece decorada por una
con una prolongación de dominante, véase el número 364). suspensión cadencial del Re. Por último. los compases iniciales muestran una
Si la dominante de prolongación sigue a la tónica y no retoma a ella, tene­ prolongación del I al tiempo que la melodía comienza su ascenso hacia la pri­
mos un movimiento armónico similar al del ejemplo 8-95. El ejemplo 8-97, mera nota estructural, Re.
del coral 102, contiene tal dominante retrorreferente en el compás 4. Este El calderón subdivide la sección de ocho compases en dos frases de cuatro
ejemplo contiene muchos otros acontecimientos de interés para nosotros. El cada una. Las dos frases, sin embargo, son completamente interdependientes.
acorde de Sol después del calderón del compás 4 es una dominante aplicada al Al comparar la realización de Bach con el gráfico de la conducción de las vo­
IV; aJ mismo tiempo evita las octavas y quintas entre los primeros tiempos de ces vemos que la prolongación principal --el movimiento hacia la dominante
los compases 4 y 5. En consecuencia este acorde posee una función contrapun­ de prolongación- forma la primera frase. Esta prolongación genera una ten­
tística al igual que armónica. 11 El, acorde de Sol del compás 5 posee un signi- sión que se resuelve en la segunda frase; entonces la melodía: emprende su
descenso estructural desde Re con la progresión armónica IV-V :..J como sopor­
11
Para los acordes de función doble, véase Salzer, op. cit., vol. 1, 176 y siguientes en la tra­ te. Esta progresión continúa la tónica de los compases 1-3 y une las dos frases
ducción española. en una totalidad más extensa.

EJEMPLO 8-97 Bach, Coral 102

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V

I IV V I
EL CORAL 255

En el ejemplo 8-97 hemos comenzado a ver. S€?cciones de dos fras�s, y a Al construir un grupo de frases, la planificación se hace a la vez más difí­
ver c ómo una fras e individual se convierte en parte de una totalidad coherente cil y trascendente. No haremos nunca suficiente hincapié en que un procedi­
más extensa. Continuaremos con este proc.edimiento en la sec.ción sigui�nte; miento de acorde por ac orde, aunque probablemente dé como resultado una
demostraremos nuevas técnicas contrapuntísticas y armónicas como parte de conduc ción de las voces correc ta, no conduce nunca a una significativa textura
este estudio. musical coherente. Al realizar corales el alumno debe tratar de desarrollar al
máximo posible su capacidad para la audición interna. Nunca avanzará en este
sentido si adopta un enfoque puramente vertical que deje al margen la direc­
3. Realización de grupos de dos o más frases cionalidad, donde la elección de los a cordes. esté basada en considera.ciones
seudoes tilísticas más que en técnic as y procedimientos compositivos.
Antes de proceder a la escritura de corales completos, es una buena prác ti­ A menudo la construcción de una frase aislada se convierte en algo nada
ca realizar grupos. de dos (o quizá tres) frases cortas y relativamente indepen­ convincente cuando se escucha en un contexto más amplio. Por es ta razón
dientes. Muchas melodías corales están construidas en la llamada ba,form, debemos comenzar por esbozar las relaciones más globales . antes de tomar
AAB. 12 La sección A de estas melodías (en las realizaciones de Bac h normal­ decisiones con respecto a los detalles . Estudiemos el ejemplo 9-98, una reali­
mente antes de la primera doble barra) es a menudo lo suficientemente com­ zación que mues tra la primera frase del coral Freu' dich sehr, o meine Seele.
pleta como para permitir una realización lógica y coherente. Hemos incluido La realización no es mala en sí misma, pero resulta insatisfactoria en rela-.
un buen número de estas secciones en los ejercicios de este capítulo; el lector ción con la realización de la segunda frase (ejemplo 8-99). No hay suficiente
puede suplementarias fácilmente con melodías adicionales. variedad ni suficiente des canso del constante én fasis sobre el acorde de tónica.
Comparemos una de las realizaciones de Bach de los mismos cuatro compases
12
Este término, de origen alemán, no tiene equivalente en español. (N. del T.) ( ejemplo 8-100). Bach ha interpretado el final de la primera frase como parte

EJEMPLO 8-98
256 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

del dominio de la dominante. Esta resonante prolongación armónica del V progresión subyacente puede dividirse en dos partes interdependientes. La pri­
hace de la segunda frase una expresión poderosamente afirmativa de la tónica. mera sección, la de preinterrupción, está incompleta; termina por lo tanto en
un estado de tensión. La segunda parte, la de postinterrupción, comienza una
vez más, y en esta ocasión completa la progresión y resuelve la tensión. Estu­
LA TÉCNICA DE INTERRRUPCIÓN; INTERDEPENDENCIA DE DOS FRASES diemos un caso de esta técnica en el ejemplo 8-101. El punto de interrupción
está indicado por el signo 11.
La técnica de interrupción constituye uno de los procedimientos más im­ Estas frases muestran la división de una progresión estructural melódica y
portantes pata la construcción formal de la música tonal. Gracias a ella una armónica en dos partes (ejemplo 8-102).

EJEMPLO 8-100 Bach, Coral 64

EJEMPLO 8-101 Bach, Coral 217

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I 11 V I Ili V I
(D)
EL CORAL 257

El primer período de la melodía finaliza en la supertónica, una nota con completa lo que ha sido iniciado por el primero. La letra D debajo del pri­
una marcada tendencia a proceder hacia la tónica. Esta nota está sustentada mer V denota la dominante de división o divisor; este acorde efectúa la divi­
por el V, un acorde con un fuerte impulso armónico hacia la tónica. En el se­ sión estructural. La técnica de la interrupción puede aplicarse también a
gundo período tanto la línea melódica como la progresión armónica comien­ progresiones que muestren una quinta descendente en la voz superior (véase el
zan de nuevo; sin embargo, en esta ocasión se mueven hacia una conclusión ejemplo 8-111 ). 13
definitiva sobre la tónica. No se debería interpretar la primera supertónica Al construir un grupo de dos frases el alumno debe considerar las implica­
melódica del ejemplo 8-102 como una bordadura del Mi, pues su tendencia es ciones de la melodía para determimar si existe la posibilidad de. una interrup­
seguir moviéndose hacia el Do más que volver al Mi. La interrupción impide ción. Como podemos ver en los ejemplos 8-101 y 8-103, la correlación
el movimiento inmediato hacia el Do; con el Re, un movimiento específico motívica entre las dos frases no precisa ser absoluta; puede existir una consi-
toca a su fin, aunque sea sólo provisionalmente. Cuando se reanuda la melodía
con el Mi, la línea estructural comienza de nuevo y se mueve hacia su conclu­ 13 Para más infonnación sobre la interrupción véase Salzer, op. cit., pp. 160-161 de la traduc­
sión. Los dos períodos son interdependientes precisamente porque el segundo ción española.

EJEMPLO 8-102

3 2 1

se
convierte
en

I V I I V I V I
(D)

EJEMPLO 8-103 Bach, Coral 1 ---------------


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I V I IIE V I
(D)
258 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

derable variación en el detalle, siempre que la línea estructural cumpla las con­ sustentado por una prolongación armónica de la tónica, una progresión I-V-I.
diciones necesarias. A menudo, sin embargo, en otros estilos, la parte de la El final de esta prolongación aparece en el tiempo fuerte del compás 3, des­
postinterrupción repite detalladamente el comienzo de la unidad. pués del primer calderón. Este .ejemplo nos muestra que una prolongación
puede llegar más lejos que el final de la frase y puede fusionar dos frases en
un todo orgánico.
L-\S PROLONGACIONES PUEDEN UNIR DOS FRASES EN UNA SOLA SECCIÓN El ejemplo 8-105 presenta una superposición de las dos frases incluso más
fuerte que la ilustración anterior; en este fragmento el V estructural llega al
Dos frases pueden fusionarse en una unidad si se continúa una prolonga­ primer calderón y aparece prolongado durante la mayor parte de la segunda
ción en la segunda sección que haya comenzado en la primera. En el ejem­ frase. Obsérvese la inversión de la segunda ascendente, Si bemol-Do, en una
plo 8-104 la melodía asciende desde Sol, una nota del área de la voz interior, séptima descendente en los compases 1-2.
al Mi bemol, la primera nota estructural. Este acontecimiento melódico está En los ejemplos siguientes la coherencia entre frases, o incluso su fusión,

EJEMPLO 8-104 Bach, Coral 244

V I
EL·CORAL 259

es evidente. Por añadidura estos ejemplos presentan· una técnica muy impor­ quintas ascendentes (o cuartas descendentes) aparecen con mucho menor fre­
tante, el empleo de la mediante como acorde contrapuntístico de adorno.> El cuencia. En el ejemplo 8-106 sirven para conectar la sonoridad del Ad con
lector recordará por el capítulo 6 que los acordes secundarios II, III, IV y VI el I. Adviértase de nuevo la fusión entre las dos frases.
. cumplen una función armónica sólo dentro del armazón de la relación tónica­ No hace falta decir que la mediante también aparece en el repertorio del
dominante. En los ejemplos 8-106 y 8-108 la mediante constituye un adorno coral como acorde armónico. El fragmento del coral 41 presentado en el ejem­
de la tónica, puesto que se mueve entre dos acordes del I, en lugar de entre el plo 8-107 muestra el uso armónico de la mediante al igual que una explicación
I y el V. Indicaremos esta progresión contrapuntística por los símbolos I-Ad-I. diferente de la técnica de las quintas ascendentes. Aquí las quintas ascendentes
Estas progresiones aparecen más frecuentemente en los corales que en la ma­ ocurren de tal modo que elaboran armónicamente una progresión contra­
yor parte del resto de la música del siglo xvm; poseen una larga historia que se puntística. La línea principal del bajo entre el III y el V consiste en un movi­
remonta a la tonalidad modal de la Edad Media. miento de paso, Do-Re-Mi; el Re actúa como soporte de un acorde ·ae paso­
En el capítulo 7 observábamos una serie de quintas descendentes. Las bordadura, puesto que su voz superior es la bordadura incompleta Re.

EJEMPLO 8-105 Bach, Coral 252

I V I

EJEMPLO 8-106 Bach, Coral 31

rri___v I quintas ascendentes


._____________ ____.
I Ad I
I V I
260 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Volvamos ahora al uso contrapuntístico, de adorno, de la mediante. Un aparece al comienzo mismo de esta composición; el Ad funciona como una
ejemplo realmente original aparece al principio del coral 249 (véase el ejem­ cuasianacrusa extendida que lleva a la tónica. 14 En ambos fragmentos el g al
plo 8-108). La idea básica de prolongación es la inversión de una tercera en final del compás 2 actúa como dominante aplicada de la subdominante. Un
una sexta que se mueve en dirección descendente. La sexta aparece subdividi­ estudio cuidadoso de los gráficos, sin embargo, pondrá de manifiesto por qué
da por el acorde de Mi menor. Posteriormente el bajo vuelve a Sol, en esta la subdominante pertenece al armazón armónico en el coral 61, mientras
ocasión como una sexta ascendente que aparece subdividida del mismo modo, que en el coral 83 ejerce una función contrapuntística. En el coral 61 la sub­
llevando la progresión I-Ad-I a su conclusión. La sexta descendente de la pri­ dominante se mueve hacia el V; en el coral 83 es un acorde ·� dentro de la
mera frase se encuentra prolongada por lo que es básicamente una serie de prolongación contrapuntística del I.
cuartas descendentes (véanse los gráficos e y a). De nuevo una sola prolonga­ Con referencia a estos dos fragmentos deseamos recordar primero al lector
ción .. I-Ad-I, une dos frases melódicas en una totalidad más extensa. que las letras FD debajo del IV en el coral 61 indican lafunción doble de esta
Como conclusión citamos dos fragmentos, de los corales 61 y 83, que nos sonoridad. El IV posee un sentido estructural como parte del armazón armóni-
ofrecen realizaciones diferentes de la misma melodía (ejemplo 8-109). Aquí
hacen su aparicion varias técnicas nuevas. En el coral 83 la sonoridad del Ad 14
Este tipo de comienzo sin la presencia de la tónica se remonta al siglo x1v.

EJEMPLO 8-107 Bach, Coral 41

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I
6

-- --- - -- -- - V I
B
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1
----. III
1 1� - V
l 111 V I
EL CORAL
261

co global; y puesto que sustenta una nota de prolongación en la voz superior, más allá de la duración escrita. Hoy en día los intérpretes tienden a ignorar
también posee un sentido de prolongación. completamente los calderones, tratán dolns como signos de convención que
El signo 11 indica el acorde de énfasis armónico que aparece a menudo en:. marcan el final de una línea del texto y que quizá ayudan a orientar a los can-
tre el III y el V, el IV y el V, o el VI y el V. Este acorde actúa como un refuer­ tantes.
zo armónico adicional del V que está por aparecer; no hace falta decir que no Este no es el lugar adecuado para discutir detalles que pertenecen a la
es una dominante aplicada puesto que carece de sensible. práctica interpretativa. Sin embargo, podemos hacer_ una observación general:
En ambas secciones del ejemplo 8-109 el carácter de dominante aplicada es de la máxima importancia que los ejecutantes entiendan que algunos calde­
de los acordes � ayuda a fusionar las dos frases melódicas en una totalidad rones marcan defi nitivamente el final de una idea musical; esto haría la
polifónica unificada. Los acordes � aparecen en los calderones y propulsan observanción del calderón al menos lógica. En otras situaciones (véase el
enérgicamente el movimiento hacia la frase siguiente. Esto nos lleva a la cues­ ejemplo 8-109) los procedimientos comp�1sitivos_ de Bach �ac�n de los �alde­
tión del sentido musical de los calderones en los corales de Bach. Las genera­ rones símbolos sin signifi cación musical; cualqmer mantemm1ento o articula­
ciones más antiguas de intérpertes tendieron a tomarlas al pie de la letra como ción muy marcada interrumpiría la continuidad e interferiría la dirección musi­
una indicación conclusiva de frases musicales, y generalmente los mantenían cal en su camino hacia los objetivos del movimiento.

EJEMPLO 8-108 Bach, Coral 249

-�------------------ ---------,

I Ad I

I V I

b)

e)

1
I Ad I
262 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

4. El coral completo y coincide con el final de la prolongación del I. Aunque esta tercera frase re­
presenta una repetición Íntensificada, a la distancia de una tercera superior de
En esta sección vamos a presentar los análisis de un buen número de rea­ la idea melódica inicial, la realización de Bach no es el eco de la realización
lizaciones completas de Bach. El lector debería consultarlos y relacionarlas de la primera frase. El bajo, que abandona la tónica después de sólo una negra
con sus propias realizaciones de melodías corales completas. El estudiar cui­ (contrastando con la prolongación de tónica de dos compases en la primera
dadosamente la inagotable inventiva de Bach nos estimula a desarrollar nues­ fase), se mueve al II y de ahí al V por medio de dominantes aplicadas. El II
tras propias capacidades al máximo. En particular debemos esforzamos por representa la meta del movimiento armónico y contrapuntístico anterior; es
entender sus procedimientos menos habituales. Nada puede resultar más as­ claramente un acorde estructural. Como está indicado en el gráfico, el II sus­
fixiante para el desarrollo musical que el confinar al alumno a los usos más tenta una nota de prolongación, una bordadura incompleta, en la voz superior,
típicos y frecuentes. de ahí la designación FD (función doble). Las dos frases finales muestran la
Comenzamos con el coral 217, una realización del coral Ach Gott, wie técnica de interrupción (véase el ejemplo 8-101). Escuchada dentro de la tota­
manches Herzeleid (ejemplo 8-110). Ya hemos citado fragmentos de este coral lidad del coral, la interrupción no divide la estructura básica, sino que más
en los ejemplos 8-43, 8-61c, 8-76 y 8-101; el lector debería remitirse a estos bien efectúa una ampliación del movimiento hacia el objetivo melódico, Do.
ejemplos. Adviértase cómo la realización de Bach subraya y sustenta el am­ La melodía del coral 44 permite una interesante y nada habitual aplicación
plio ascenso melódico Do-Re-Mi de los compases 1-9; éstos aparecen fusiona­ de la interrupción (véase el ejemplo 8-111). La referencia al gráfico mostrará
dos en una sección unificada por medio de una prolongación armónica a gran que el descenso preliminar, incompleto del La al Mi, es expresado dos veces,
escala. El Mi del clímax, repetido tres veces, en el compás 9 corona el ascenso en la primera y tercera frases. Bach trata la tercera frase casi como una varia-

EJEMPLO 8-109 Ba'.ch, Corales 61, 83

a)
------ ----------

I IV V I I V I
DF
EL CORAL 263

ción de la primera; ambas poseen la misma línea esencial del bajo y de la voz en el bajo en el comienzo mismo; este motivo consiste en un movimiento circular
superior. La primera frase sirve como un interludio que prolonga la dominante de tercera, que se aleja y vuelve al punto de origen. Los corchetes en el gráfico
de división del compás 2, y prepara en la melodía el registro agudo culminante señalan las posteriores apariciones de este motivo. En la realización de Bach hay
del movimiento de adorno por encima del La en la tercera frase. Un Re agudo dos expresiones de ese diseño que son de especial interés y que emergen de la
aparece en dos ocasiones, en los compases 3 y 5. En la primera aparición, sin propia melodía coral. Toda la segunda frase presenta esa idea de tercera en valo­
embargo, Bach lo presenta como bordadura superior del Do sostenido; el Re res ampliados y decorada por la bordadura Re; por supuesto, aquí el movimiento
del compás 5, por el contrario, pertenece al acorde de tónica subyacente, lo de adorno aparece por encima en lugar de por debajo de la nota principal como
que realza su importancia estructural. ocurría en su primera exposición. En la frase final los movimientos de prolonga­
El coral 44 muestra la familiar y característica repetición de la sección inicial. ción desde y hacia el área de la voz interior emplean esta figura, en esta ocasión
Algunas repeticiones de naturaleza menos obvia impregnan este coral, cuya apa­ en su dirección descendente original.
rente simplicidad es engañosa. Adviértase el motivo presentado por vez primera El ejemplo 8-112, del coral 151, también contiene la primera sección repe-

EJEMPLO 8-110 Bach, Coral 217


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I V I
264 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 8-111 Bach, Coral 44

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A A A A A
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I 11 V 11 IV6 V I
(D) (D)
EL CORAL 265

tida y el consiguiente diseño AAB. La forma individual de esta pieza, sin em­ es crear una totalidad integrada a partir de esas dos partes autónomas. Bach
bargo, difiere muchísimo de la del coral 44. Aquí la interrupción no tiene lu­ resuelve este problema aplicando el principio de variación. Como menciona­
gar; a grandes rasgos la melodía consiste en dos movimientos completos y mos anteriormente, el perfil melódico de las dos secciones es el mismo. Bach
autónomos de Si a Sol. El problema para realizar una melodía de este calibre sustenta las dos exposiciones de la· línea básica con el mismo amplio movi-

--------------
EJEMPLO 8-112 Bach, Coral 151

I 6 IJ7 I I 6

I V I

I ni V I

b) e)

I I I ni VI
266 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

miento del bajo y la misma progresión de acordes. Ambas secciones poseen Un aspecto importante de la realización de corales completos es el trata­
por lo tanto la misma estructura fundamental. Por añadidura existen muchas se­ miento de frases y grupos de frases repetidas. En general Bach evita la repeti­
mejanzas de detalle que sirven para subrayar la relación estructural más amplia. ción exacta de secciones y frases completas (por supuesto, no nos referimos a
La más obvia es la idéntica conducción de las voces de las dos cadencias finales; la repetición de la primera sección de los corales que muestran una construc­
adviértase también la repetición motívica del bajo en la segunda y tercera frases, ción AAB). El alumno debería tratar de ejercitar su ingenio para encontrar
y -un pequeño pero importante detalle- el efecto unificador de todas esas sus­ variantes a sus soluciones. Los ejemplos'8-115 y 8-116, del coral 327, ofrecen
pensiones del sonido Sol que resuelven en el Fa sostenido, principalmente en el un tratamiento particularmente ingenioso y nada habitual de un grupo repetido
alto. Los gráficos detallados de los compases 6-8 indican cómo Bach fusiona las de dos frases. El ejemplo 8-115 muestra el inicio de dos frases. Bach crea un
dos últimas frases en una sección unificada a través de la variación de un movi­ movimiento de paso en el bajo del I al V; los grados mélodicos de este movi­
miento subyacente en décimas consecutivas. miento son las notas Re-Do natural-Si-La en décimas paralelas con la melodía
Concluimos este capítulo con unos cuantos consejos acerca de la realiza­ (gráficos a y b). El Do natural reemplaza al Do sostenido para evitar la tríada
ción de melodías corales completas. En sus propios trabajos el alumno debería disminuida del séptimo grado. La primera frase tiene su cadencia en este D,o
analizar la melodía en términos de los movimientos amplios y globales y de natural. Como esta es claramente una nota de transición entre Re y La, la ca­
las relaciones armónicas que éstos implican. También debería tomar concien­ dencia no marca ninguna articulación; las dos frases están fusionadas en una
cia de repeticiones y paralelismos explícitos o latentes, pues podría desear sola sección. Aun así, es inusual efectuar una cadencia en Do mayor en la pri­
subrayarlos en su propia realización. Estos análisis no tienen por qué escribir­ mera frase de un coral que está en Re mayor. El significado de esta cadencia
se en detalle, pero esbozarlo a grandes rasgos a menudo puede resultar de uti­ -su relación con el contexto más amplio-- desafía cualquier explicación en
lidad. términos puramente armónicos. Solo un conocimiento pleno del impulso lineal
El ejemplo 8-113 muestra un esbozo preliminar para realizar una de las -del contrapunto-- nos ayudaría a comprenderla. Dicho sea de paso, el uso
melodías corales incluidas en los ejercicios que siguen a este capítulo (véase el enfático de la tríada en el séptimo grado rebajado, como la mediante de adorno
ejercicio G-6). En el ejemplo 8-114 presentamos dos realizaciones, una ligera­ descrita anteriormente, representa una reliquia del período modal. Composito­
mente figurada, la otra más densa (ejemplos 8-l 14a y b). En el proceso que res más tardíos, sobre todo Schubert, redescubrieron y explotaron procedi­
lleva del primer boceto a la realización final las soluciones alternativas se irán mientos de esta clase. El gráfico a indica que la estructura melódica consiste
sugiriendo por sí solas. Adviértase, por ejemplo, que la prolongación de la tó­ en Fa sostenido-Mi-Re; la tercera descendente Mi-Re-Do sostenido de los
nica inicial es más reducida en el ejemplo b que en el boceto. Un cambio más compases 2 y 3 es un movimiento hacia la voz interior del V. En este ejemplo
radical se da en el ejemplo a; la tercera frase termina con el acorde de Sol los acordes de dominante aplicada también desempeñan la función contrapun­
como dominante retrorreferente de Do. tística de evitar quintas y octavas (gráficos b y e).

EJEMPLO 8-113

de 1 de 111 V I 11� V I
EL CORAL
267

EJEMPLO 8-114 (a)

EJEMPLO 8-114 (b)

'-'
268 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

En el ejemplo 8-116 vemos cómo Bach construye la misma línea melódica A causa de la extensa prolongación del acorde de Si, la nota Mi de la me­
al final del coral. Aquí interpreta la tercera desplegada Fa sostenido-Re del lodía ya no actúa como conexión entre el Fa sostenido y el Re final. En su
primer compás como si en lugar de la tónica implicase la submediante Si me­ lugar, la primera y última notas de la línea melódica están conectadas por el
nor. Tambien lleva la prolongación del VI hasta el segundo tiempo del tercer Do sostenido, la sensible. Dentro del marco de la estructura melódica más
compás, de nuevo fusionando las dos frases en una totalidad y también retar­ amplia, este Do sostenido ejerce la función de sustituir al Mi; el lector recor­
dando hasta el último momento posible la progresión V-I, con su efecto de fi­ dará por la segunda especie que el .salto de una cuarta puede sustituir a una
nalización y reposo. progresión por grados conjuntos.

EJEMPLO 8-115 Bach, Coral 327

e)

se se
convierte convierte
en en

I V I
I V I I V I
EL CORAL 269

EJEMPLO 8-116

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B
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VI V I VI V I
270 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJERCICIOS

A. Redúzcanse los ejemplos A-1 al A-5 a realizaciones de nota contra nota.


Compárese la reducción con la realización original y analícense las funciones de todas
las notas de figuración disonantes y consonantes.

EJEMPLO A-1 Bach, Coral 65

EJEMPLO A-2 Bach, Coral 296

EJEMPLO A-3 Bach, Coral 166


EL CORAL 271

EJEMPLO A-4 Bach, Coral 101

EJEMPLO A-5 Bach, Coral 319


272 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓ�

B. Analícese el uso del desplazamiento rítmico y de la contracción en los ejem­


plos B-1 al B-6.

EJEMPLO B-1 Bach, Coral 328 EJEMPLO B--t Bach, Coral 182

EJEMPLO B-2 Bach, Coral 267 EJEMPLO B-5 Bach, Coral 339

EJEMPLO B-3 Bach, Coral 322 EJEMPLO B-6 Bach, Coral 123
EL CORAL 273

C. Explíquese el empleo de disonancia melódica en los ejemplos C-1 al C-4.

EJEMPLO C-1 Bach, Coral 336 EJEMPLO C-3 Bach, Coral 107

EJEMPLO C-2 Bach, Coral 314 EJEMPLO C-4 Bach, Coral 113
274 EL CONlRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

D. Realícense los siguientes corales con bajo cifrado: E. Realícense las frases corales Je los ejemplos E-1 al E-11 a cuatro voces. Sí­
1. Schemelli, núm. 48 ganse los procedimientos preliminar� tal como se vio en los ejemplos 8-62 al 8-66.
2. » núm. 39 Prepárense al menos dos rea.lizaóon� de cada frase, variando la cantidad y los tipos
3. » núm. 65* de figuración. No todas estas frases hai sido extraídas de melodías corales construidas
4. » núm. 55* por Bach, pero todas ellas están deriv.ldas de himnos luteranos auténticos.
5. » núm. 22*
6. » núm. 53*
7. » núm. 47*

* Compárense las realizaciones de Bach a cuatro voces de estos corales con las propias. Los
corales de Schemelli están incluidos en la edición de Riemenschneider, aunque también están pu­
blicados por separado.

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EJEMPLO E-1 EJEMPLO E-2 EJEMPLO E-3

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EJEMPLO E-4 EJEMPLO E-5 EJEMPLO E-6

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EJEMPLO E-7 EJEMPLO E-8 EJEMPLO E-9


p J Ir J J r Ir r r 1 11

EJEMPLO E-10 EJEMPLO E-11

Pr Ir f J IJ. 1 11 1
EL CORAL
275

F. Realícense los grupos de dos y tres frases dados en los ejemplos F-1 al F- 14.
No todos ellos son fragmentos; los que tienen título son melodías corales completas y
cortas. La mayoría de estas melodías no han sido realizadas por Bach. Prepárense al
menos dos realizaciones para cada melodía dada.

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EJEMPLO F-1

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J J J 1J J J 1 r F 1E F i] J
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EJEMPLO F-2

J .J ILJF r F id j Ir r E J ¡.J r J 1 e 11
EJEMPLO F-3
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EJEMPLO F-4

J1 º 1- d IJ J Ir J IJ J le 11

EJEMPLO F-5

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J ·J J r 1 11
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1
276 EL cor-.TRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO F-6

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1 F (J J J 1F F 11

EJEMPLO F-7

Danket dem Herren r.'\ l":"i

' • 1 J J J I J J J f I F F J J I E E E E I F F J J I J J F J 1 ° 11
EJEMPLO F-8

EJEMPLO F-9

J F Ir L
Den Himmels-Vorschmack

r r F Ir r F IF
r.'\ r.'\

'► J I F J JIJ F J J J I J J 11
EJEMPLO F-10

r r I r r J J I J r r r I r #r r qr I r J J r I r J J 11
Wir waren krank . r.,. r.'\ r.'\

,; J I J J
EJEMPLO F-11

4; J u
Heiliger Geist Herre Gott

J J J IJ J ; 1r rrr
r.'\ . r.,.

IJ J J IJ J J J IJ J 11
EL CORAL 277

EJEMPLO F-12
H liger Geist, du Triister mein r.,
i
ir J r n1J nJ 11

r 1 ur r r I r· JJ J ,11 nJ
EJEMPLO F-13

»
4 # .s•JJJ J I rr
Morgenglanz der Ewigkeit

u r I J. J,J 1 J. J�J 11
EJEMPLO F-14
Heiliger Geist, du TrBster mein (Melodía antigua compuesta sobre el mismo texto que la del F-12)

2 J r I r � 1 r , 1i I r r I r t I r r I r· 1 r r I a J IJ,J I J.
ro, ro, f':\

'►

1
11

G. Realícense esas melodías corales, todas ellas completas, de los ejemplos G-1 corales están aproximadamente ordenados en términos de menor a mayor duración
al G-30. La mayoría de ellas no han sido realizadas por Bach; unas cuantas fueron es­ y dificultad. Prepárense al menos dos realizaciones del mayor número de melodías
critas después de su muerte por J. J. Quantz, y por su hijo Carl Philipp Emmanuel. Los posible.

EJEMPLO G-1

Christus ist erstanden

j 1r r r r l •r f' l'JJJJ)¡J, 11

EJEMPLO G-2

Unser Jesu in der Nacht

feJJ rFlrr1 IFf 'EElr r ¡J F r r Ir r d Ir r 1 I':',

F F id J 11
278 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO G-3

4 r lrJJJ1J rrr lrrJ r 1J


r., r., r., r., r., r.,

J r lrr·rr 1ccrrJ1Jrur1r r 11
EJEMPLO G-4

f r
Ach wann kommt die Zeit heran

I
J r E r Ir· � I E r F J I J. J> J IJ F F E I r· Ji] 1 J J J F I J. J J 11
EJEMPLO G-5

Vom Himmel hoch, da komm' ich her

¡ F Ir J r J IJ r F F I F J J DIJ J J J I
r.-
J L� r I E! � J F Ir J J •1 S J J 11
r.,
r.- � r., �

,�
EJEMPLO G-6

F F c:r -�r . r r r J �
E2r 1 � �� -r 1 r r r
/7'.
1 1
11

EJEMPLO G-7

4 � J J J J I pJJJ i
J esu, meine Sonne

I J J J J I J. ; I JJ r· � 1 J w 1 1 r· � J J I J. Ji T 11
EL CORAL 279

EJEMPLO G-8

YI'�# J I F S J JI J J J JI J J J I F F E F I rr F E I r J J I F J J J I J J J 11
f':',. • f':',.
f':',. f':',. f':',.

EJEMPLO G-9
O Traurigkeit

1 F I U F F ,J I J J ,J F I F F f E! 1 r f' 1 r F E E I E F r 1 ; r F U I r J 11
f':',.
f':',. f':',. f':',. f':',.

EJEMPLO G-10

1# r �;. JiI n J J
Die Himmel, Herr, preisen sehr

E E ;� E I t1 F 1; 1 J I E E J E I UF r I F E E" � 1 U F r 11
f':',. . f':',. f':',.

EJEMPLO G-11

Jesu, komm doch selbst zu mir

EJEMPLO G-12

Wie schmeckt es so lieblich


280 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO G-13

s
Besitz ich nur ein ruhiges Gewissen
r.,
r
r., r.,

' �er1JJJr1rrrr1r rr1 rrr1rrrr1r J.1 1 JJJ1ruJJ1J 11

s
EJEMPLO G-14

Auferstehn, ja auferstehn
r., r., r., . r., r.,

'
rrrr1rrrr1rrrr1•UJJ1JJ, 1Jhrr1ru 1rrJ rlv - 11
EJEMPLO G-15
Die Himmel rühmen des Ewigen Ehre
r., r., r., r.,

'
� r1rrtalrEJJJ1dJJ1rJJJ1J nr1raru1JhJ 1w J rJI n j 11
EJEMPLO G-16

Ach wie nichtig, ach wie flüchtig


' r., r.,

JrrrI rr r r I r r r rI r ;J I r r rrI r r r r I r r r rI r r r r I r r r uI rr J J 11
r., r., r., r.,

'

EJEMPLO G-17

Gedanke, der uns Leben gibt

4rlrFFrlfFfr1rJJrlrrJ 11wrr1rJJJ1Jrrr1ru 1i 11
EL CORAL 281

E.TEMPLO G-18

nr r Ir r 1 J J ,11 I n .J J n I u J J J
Christ lag in Todesbanden

f4 J 1 ,a w J iJI n w
f':'.

1 .J i

EJEMPLO G-19

4 •# J r.o u I r Et J I r n r 1 2 J J I r· � r I r r
Welt packe dich !
f':',

J I r· > J
f':', . f':',

i i i

f ## J J .J I J J J I F F J I F F J I J. .Jl J I J J 11
EJEMPLO G-20

O Herr, mein Gott

4 �J l r F
r., r., r., -=-
r i,JJr1rrfd1J 1 J1rcr Prrr1rru1
11
282 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO G-21

Als Christus mit seiner Lehr

1 tj r. 1 f1 F 1 J #J 1 J. 1 r F 1 V j 1

J I J. 1 j J I J J I d J I J. 11

EJEMPLO G-22

Als Christus mit seiner Lehr

1 J r I r r I d ,J I J. 1 r r I v J 1
r.\

j I J.
r.\

J I J. 1 j J I J J I d J I J. 11

EJEMPLO G-23

4� j 1 ª
Das alt' Jahr ist vergangen

1r F 1 J. J, j 1 r =11 F 1 r r 1 f?
/":\

j 1 r· J)
\,,

F 1J J

' r r 1r j 1 r· � r 1
l
/":\

t� j 1 J J #J IJ r 1 �- jj 1�
r.\

11
EL CORAL 283

EJEMPLO G-24

Wie schon leuchtet der Morgenstern


. .
1
>p J I r J · J · r I r r r r I r r r r I r r r • 1 r r r I J J =11
l':I l':I r.,
1

f , 1 F ,J I F ,J I J
l':I l':I

D• J J J I J J J J I f J J I J E E I E F f J I J J 11
l':I l':I

l':I
EJEMPLO G-25

Wohl dem, der bess 're Schatze liebt


r.,

r Ir 1r I E F I r ;J IJ J I J J I A ,J 1 ° 1 J r Ir 'L I E F Ir d I J J
l':I

,�

1• r J Ir r 1 .. 1 J r Ir r I r J I J J I d , 1 J J I r J I J a
r., r.,

l':I �
I J 11
l':I

EJEMPLO G-26

f
Wachet auf, ruft uns die Stimme

9b
& J j Ir- F Ir r I o I e 1 - r Ir r I E E r I r r Ir r I e 1- r 1

f
r.'\ r.'\

r Ir· J I J J I 1 - r I r' J I J J I 1
r.'\

V r IV J I J J J I =11
P
l':I
� ¡, e - e e

f
ro,
1 - r I V r I F . E E 1 ; r Ir r I E r I F J I � J J I
r.,
I
V& - A IJ J I e �
e 11
284 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO G-27

4, r I rM r-
. Go tt , verlas,_, mich nicht
Mem
,..., 17"1 r.,.

p IJ J I J r r J I J j r I r r r· p I J. qr I J r Pr I r- r 1
f":\

,, J J t Jl I J J I J J J J I J J f I F E r· p 11 r I F E J J I J. 11

= ===t =l::3: �=��c�= l"':"I�. ==f=��


EJEMPLO G-28

4 ::;:=: :=;:==
Auf, auf, du Chrisl, t1 nv'olk

== += ;;=
l"':"I. ===;:==t±± :t:: E E:: :::E
J I J � r r I r i J I J J1 J J. j l J * F I E r r E I F i E � :E �.
l"':"I �
f.\, lf.\,

4r uf=
r.,.

1 1 J J F Ir F Apl º
1
EJEMPLO G-29

4J ur
Mein' Augen schl1t1 ld ich jetzt

I r- a ªr J I J �r J I J r J I J J J 1 ·
• j:j

J�� 1 �r rd I J
,..., '-' '-'

r r 1 �r
r.,

1r
r.,

,...,
o 11
EL CORAL 285

EJEMPLO G-30

:4 ,b,, w , J J mJ F r , 1,J J J w J , JgJ ; r , r ,J


J J =1
O Mensch, bewein dein' Sünde gross

, J gJ 1 J J ,
� r. � �
4 � 1,r Ir r r r Ir r J r I r r r Ir r F n, r r r J I J J J
b

4 p1¡, J J F r 1 3 J J r Ir EFE Ir r r J IJ J J IJ J 1
1

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9. La combinación de especies; contrapunto imitativo

Observaciones generales Examinaremos las cinco combinaciones siguientes:

El lector podría preguntarse por la razón que nos ha llevado a separar este l. Dos segundas especies.
capítulo sobre especies combinadas de los concernientes al contrapunto ele­ 2. Segunda y tercera especies.
mental a dos y tres voces. Sin duda, desde cierto punto de vista los ejercicios 3. Segunda y cuarta especies.
que combinan varias especies constituyen una extensión del contrapunto ele­ 4. Tercera y cuarta especies.
mental, puesto que hacen uso del cantus firmus y las características rítmicas de 5. Dos quintas especies (con imitación).
las distintas especies. Nuestra razón es doble; en primer lugar, el contrapunto
de especies combinadas ofrece al alumno dificultades mucho mayores que los Después de haber estudidado especies combinadas, el alumno se encontra­
ejercicios de contrapunto elemental y, en segundo lugar, la yuxtaposición de rá en condiciones de emprender el estudio del contrapunto imitativo sin cantus
varias especies en un solo ejercicio introduce un tratamiento ampliado de la firmus.
disonancia que sitúa a las especies combinadas, al menos en parte, en la esfera
del contrapunto prolongado.
Creemos que antes de dar paso a estos ejercicios, más complejos, el alum­ l. Combinación de dos segundas especies
no debería adquirir una cierta experiencia en el contrapunto tal como se pre­
senta en la composición; así advertirá que los procedimientos del contrapunto En esta combinación, y de hecho en todas, debe mantenerse la integridad
de especies ofrecen un inigualable marco de referencia para juzgar cuestiones de las especies. Cada voz mantendrá una relación con el cantus firmus confor­
tan vitales como el tratamiento de la disonancia, continuidad melódica y movi­ me con la segunda especie. La primera blanca de cada compás será consonante
miento musical dirigido. con respecto al cantus firmus y la segunda, de ser disonante, será una nota de
En los capítulos 6 al 8 hemos tratado de proporcionar al estudiante un co­ paso. Las tres voces se unirán en un acorde consonante al principio de cada
nocimiento de la aplicación compositiva del contrapunto de especies. El alum­ compás.
no estará en situación de beneficiarse de los complejo� y Jifíciles ejercicios de La relación que mantienen entre sí las dos voces en segunda especie está
las especies combinadas sólo después de haber aprendido a relacionar las abs­ determinada esencialmente por el hecho de formar una textura de nota contra
tracciones teóricas a la composición. nota. El único medio que posee el contrapunto de especies para clarificar la
No ha sido sin razón que nos concediéramos un plazo precisamente en este función de una nota de paso o de una bordadura disonantes es relacionarla con
punto en la digresión anterior. Nuestra presente empresa --el estudio de las una nota de mayor duración en otra voz. A excepción de la suspensión, todas
especies combinadas- se considera a menudo como uno de los aspectos más las disonancias requieren la presencia de una nota mantenida y estable. Puesto
áridos y menos provechosos del estudio contrapuntístico. Esto es cierto que las voces en segunda especie se mueven en notas del mismo valor, se si­
solamenrte cuando los ejercicios de especies combinadas aparecen en un vacío gue como consecuencia natural que deberán ser siempre consonantes la una
teórico exento de relevancia en cuanto a los genuinos problemas musicales. con la otra. En realidad, ambas forman un cuasicontrapunto de primera especie
Una vez que el alumno tome conciencia del lugar que ocupan estos ejercicios a dos voces. En esta combinación no deben aparecer conducciones de la voz
dentro del contrapunto, estas dificultades serán estimulantes en lugar de te­ tales como las del ejemplo 9-1.
diosas. Debe hacerse hincapié en que estos ejemplos no son defectuosos en sí mis-
LA COMBINACIÓN.DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 287

mos. Ambos podrían aparecer --el primero más que el segundo- en armazo­ l. Dos consonancias por compás en las dos voces en especies.
nes compositivos de contrapunto prolongado. El alumno debería ahora ser ca­ 2. Notas de paso disonantes en las dos voces en especies.
paz de analizar la conducción de la voz de los ejemplos 9- la y b. Una inter­ 3. Una disonancia en una voz frente a una consonancia en la otra.
pretación correcta indicará lo inadecuado de estas progresiones para nuestros
propósitos actuales. A continuación examinaremos la primera de ellas (v. ej. 9-2).
En los ejemplos a, h, e y d, las dos segundas blancas se combinan para exten­
der o completar el acorde del primer tiempo, y por tanto representan casos rudi­
CONSONANCIAS EN AMBAS VOCES EN ESPECIES mentarios de prolongación de acordes. Los ejemplos e,f y g presentan las impor­
tantes sucesiones interválicas 5-6 y 6-5. En g la sucesión aparece compartida
La conservación de la consonancia entre las voces en especies constituye entre las dos voces en lugar de producirse en el interior de una sola; este procedi­
el principal principio de esta combinación. Dentro de este marco delimitado se miento es perfectamente válido siempre que resulte de movimientos melódicos
dan tres situaciones básicas de conducción de las voces: convincentes. Los ejemplos restantes ilustran las diferentes posibilidades para lo-

EJEMPLO 9-1

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288 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

grar dos acordes distintos por compás -acordes originados únicamente por la NOTAS DE PASO DISONANTES EN AMBAS VOCES EN ESPECIES
conducción de las voces-. Estudiemos la última progresión, la del ejemplo 9-2k
(ej. 9-3). La exigencia de que las dos voces en especies permanezcan consonantes la
El segundo acorde del ejemplo 9-2k, como indica el ejemplo 9-3, mani­ una con la otra no impide en absoluto emplear la nota de paso disonante en
fiesta una función de paso. En el ejemplo 9-3a vemos un contrapunto de pri­ relación al cantus finnus. Ahora estudiaremos varias posibilidades para utili­
mera especie a tres voces. En el ejemplo bel salto del soprano aparece llenado zar la nota de paso disonante en ambas voces simultáneamente. En el ejem­
por una nota de paso; esta progresión, por supuesto, pertenece a la escritura a plo 9-4 las notas de paso disonantes forman intervalos consona...r1tes las unas con
tres voces de la segunda especie. El ejemplo final (equivalente al 9-2k) presen­ las otras (terceras, sextas, décimas y octavas). Las consonancias imperfectas pue­
ta décimas paralelas como contrapunto de soprano, y como consecuencia des­ den resultar tanto del movimiento contrario como del paralelo; las octavas, por
truye la cualidad disonante de la nota de paso, pero no perturba su función en supuesto, sólo podrán producirse por movimiento contrario, la quinta no puede
lo más mínimo. El dar un soporte consonante a una nota disonante, como ya producirse entre dos notas de paso disonante; el alumno observador podrá deter­
advertimos.anteriormente, es una técnica importante con implicaciones de ma­ minar con facilidad el porqué. Pero, ¿qué hay de la cuarta entre las voces superio­
yor alcance para la composición (pp. 148 y 162-168). res? ¿Podemos utilizar la conducción de las voces del ejemplo 9-5?

EJEMPLO 9-3
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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 289

No. La segunda cuarta no cuenta con una tercera o una quinta por debajo cantus. Los casos menos problemáticos se producen cuando la nota conso­
de la voz media, y por tanto sigue siendo disonante. Esto contradice la condi­ nante del segundo tiempo continúa o completa el acorde del primero (ejem­
ción fundamental de esta combinación: que las voces en especies, al consistir plo 9-7).
en una textura de nota contra nota, deben ser consonantes en todo momento Cuando la nota consonante es ajena al acorde inicial la conducción de las
una con otra. Insistimos eri que no hay por qué excluir las cuartas paralelas por voces es a menudo menos satisfactoria (ej. 9-8). Aquí la disonancia ya no se
sí mismas. En el ejemplo 9-6 las dos cuartas reciben un apoyo consonante y la mueve contra un fondo estable y relativamente neutro. El impacto de la nota
progresión es completamente aceptable. «nueva» que aparece en el mismo tiempo de la nota de paso disonante produce
una impresión parecida a la disonancia de nota contra nota. Algunos autores
-sobre todo Heinrich-Schenker- prohíben el uso de este tipo de conducción
UNA CONSONANCIA EN UNA VOZ CONTRA UNA DISONANCIA EN LA OTRA de las voces en el contexto del contrapunto de especies. Sin embargo, bien se
podría hacer una excepción si a una quinta en la voz superior le sigue una sex­
Aquí encontramos situaciones de conducción de las voces algo más com­ ta en la voz media. Aquí la impresión de un cambio de acorde es mucho más
plejas que cuando las dos voces móviles mantienen una relación similar con el débil, como lo muestra el ejemplo 9-9.

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problemático
290 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

MOVIMIENTO PARALELO Y OTRAS CONSIDERACIONES Como en la combinación anterior, aquí debe preservarse la integridad de
DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES c ada voz en especies. Cada voz debe seguir los proc edimientos específicos
apropiados a su especie en relación al cantus. La relación entre las dos voc es
En esta combinación se hace bastante difíc il evitar el uso exc esivo de ter­ en especies --que ya no es de nota contra nota- es ahora de gran compleji­
ceras, sextas y décimas paralelas. No obstante, el alumno debe hacer todo lo dad. Las posibilidades para el tratamiento de la disonancia son múltiples, ya
posible por evitar más de tres (o a lo sumo c uatro) de estos intervalos en suce­ que esta combinación ofrece un espec tro de progresiones contrapuntísticas que
sión c on motivo de mantener la independencia de las voces. El llegar a la abarca desde un c ompás enteramente consonante a otro con tres negras
quinta o la octava por movimiento directo del primero al segundo tiempo es disonantes. Algunas de las progresiones más complejas parecen c aer dentro
una nueva posibil idad (v. ej. 9-60a, compases 6-7). Cuando aparece en el del ámbito del contrapunto prolongado; sin embargo, es difícil trazar una línea
tiempo débil el intervalo perfecto recibe menos énfasis, y por consiguiente ya divisoria .clara y tajante entre lo que es posible en el ejercicio y lo que debería
no se precisa el auxilio del movimiento contrario en la restante voz. Las quin­ reservarse para la c omposic ión. Demostramos las distintas posibilidades e in­
tas y oc tavas «ocultas» entre fas voces exteriores no deben aparecer inc luso en dicamos nuestras propias preferenc ias. Otros podrían quizá adoptar un modo
esta nueva configuración métrica. Nos abstenemos de presentar ejemplos rel a­ de enfoque más restrictivo o más incl usivo que el nuestro.
tivos a c omienzos y c adencias, pues éstos se rigen por los principios expuestos Comenzaremos por indagar las situaciones en la conducción de l as voc es
en l os capítulos 1 al 5. El ejemplo 9-60, páginas 306-309, ilustra ejercicios que resultan cuando la segunda especie contiene dos consonancias por com­
compl etos en especies combinadas. pás. Entonces proc ederemos a l as situaciones más complicadas, producto del
Escríbanse ejercicios en todas las permutaciones de esta combinación so­ uso de la nota de paso disonante en la segunda especie. Finalmente discutire­
bre varios cantus firmi. mos el uso de las figuras de la nota cambiata y de la doble bordadura en la
tercera especie.
2. Combinación de segunda y tercera especies
Dos CONSONANCIAS EN LA voz EN SEGUNDA ESPECIE
Aquí combinamos dos especies diferentes en un único ejercicio. Por lo
tanto existen seis permutaciones posibles en lugar de tres, como en la combi-
Cuando la segunda especie sólo c uenta c on consonancias la densidad de la
nación anterior. Las permutaciones son l as siguientes: disonancia se mantiene claramente baja, puesto que las disonancias aparecerán
CF CF 2 3 2 en las negras, de valor rítmico relativamente fugaz. La voz en tercera especie
2 3 CF CF 3 2 puede contener notas de paso disonantes en la segunda y cuarta negras (ejem­
3 2 3 2 CF CF plo 9-10).

EJEMPLO 9-10

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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 291

Las bordaduras también pueden aparecer junto con las notas de paso obtiene un mayor relieve que en el contrapunto simple a tres voces, debido a la
(ejemplo 9-11). presencia de la segunda blanca en la voz en segunda especie. Por lo tanto usa­
La nota de paso puede ocupar también la tercera negra, ya que su posición remos esa bordadura relativamente acentuada con cierta moderación; su apari­
relativamente acentuada la pone de mayor relieve pero no altera su función de ción ocasional es, no obstante, permisible. El ejemplo 9-13 ofrece una ilustra­
paso. En el ejemplo 9-12 se puede observar un caso simple de una importante ción al respecto.
técnica de prolongación discutida en los capítulos 7 y 8: la traslación rítmica o En esta combinación surgen frecuentemente situaciones en las que apare­
desplazamiento. El ejemplo 9- l 2b muestra la conducción de las voces básica cen dos disonancias consecutivas, en la segunda y tercera negras. En el ejem­
de este pasaje, que nos resulta familiar por el estudio de la combinación de dos plo 9-14 ambas disonancias son notas de paso, y la conducción de las voces
segundas especies. Aquí el Do (voz superior) aparece al mismo tiempo que el responde a un desarrollo un tanto más complejo de progresiones tales como
Do en la voz media. En a la nota de paso Si desplaza al Do para que aparezca las del ejemplo 9-12a. (Véanse los ejemplos 9-14c y d, que reducen las pro­
en la cuarta negra. (En lo concerniente al aparente salto hacia una disonancia, gresiones de a y ba la conducción de las voces subyacente; compárense con el
véase la sección siguiente.) ejemplo 9-12.) Puesto que ambas disonancias muestran la misma función
La bordadura puede aparecer también de forma relativamente acentuada contrapuntística, y ya que la dirección melódica es la misma, el oído puede
en la tercera negra. A diferencia de la nota de paso la bordadura no conduce la percibir fácilmente el camino hacia la consonancia de la cuarta negra a través
línea hacia adelante, sino que decora un punto estacionario. Debido a su carác­ de las dos notas de paso. Por consiguiente recomendamos la inclusión de pro­
ter ornamental, el emplazamiento más natural de este tipo de disonancia es una gresiones como éstas.
posición rítmica no acentuada. En la combinación de especies la tercera negra El ejemplo 9-15 pone de manifiesto un entramado de relaciones contra-

EJEMPLO 9-11

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292 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

puntísticas algo más complicado. En a la disonancia en la segunda negra pare­ SALTOS MELÓDICOS
ce ser una bordadura. El retorno hacia la nota original en la tercera negra, sin
embargo, conlleva una disonancia. Si interpretamos la segunda negra como Como sabemos, la introducción y abandono de la disonancia por grados
una bordadura, la tercera nota debe ser consonante; si interpretamos la tercera conjuntos representa uno de los principios más importantes del contrapunto
negra como una nota de paso, la segunda debería ser consonante. Como ningu­ elemental. Esto no implica nada realmente nuevo, pero a muchos alumnos la
na de estas interpretaciones es posible, la función de las notas disonantes es aplicación de este principio a la relación entre las dos voces en especies les
difusa. En el ejemplo b la situación es similar; aquí la cuasibordadura aparece puede resultar confusa. En particular los saltos de la segunda especie a menu­
en la tercera negra en lugar de en la segunda. Aquí las disonancias también do parecen infringir esta importante regla. En el ejemplo 9-17, la voz media
carecen de claridad de función. Estas progresiones se pueden explicar sin duda parece saltar desde una novena con respecto al soprano. (Véanse también los
por medio de,.una extensión del concepto de desplazamiento rítmico (véanse ejemplos 9-10 al 9-12, donde las aparentes violaciones suponen saltos desde y
los ejemplos 9-l 6a y b, que muestran la conducción de las voces básica de los hacia disonancias.)
ejemplos 9-15a y b). El grado del desplazamiento es, sin embargo, mayor que Estos saltos son perfectamente válidos; siguen principios contrapuntísticos
en los ejemplos 9-12 y 9-14; somos de la opinión de que estos ejemplos perte­ básicos. Las disonancias en el contrapunto de especies surgen del movimiento
necen al contrapunto prolongado. Por lo tanto, como procedimiento general la de una voz en valores rítmicos cortos contra otra más lenta. El agente de las
bordadura (cuando sea disonante) debe estar emmarcada por consonancias a disonancias es siempre la voz que se mueve en valores más pequeños. El
ambos lados. ejemplo 9-18 retorna al contrapunto de segunda especie a dos voces. Nadie

EJEMPLO 9-14
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B? P? P? B?
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 293

osaría acusar al cantus firmus de «saltar desde» la séptima disonante; la res­ El ejemplo 9-20 contiene saltos empleados incorrectamente en ambas vo­
ponsable de la disonancia es la voz en segunda especie y la que debe abando­ ces en especies.
narla por grado conjunto. Ahora la relación entre las voces de tercera y segun­
da especie en el ejemplo 9-17 se · asemeja a la que existe entre la voz en
segunda especie y el cantus del ejemplo 9-18. En la tercera especie no se debe UNA NOTA DE PASO DISONANTE EN LA VOZ EN SEGUNDA ESPECIE
alcanzar o abandonar por salto ninguna disonancia con respecto tanto a la voz
en segunda especie como al cantus. (En la sección siguiente examinaremos los El uso de la nota de paso disonante en la voz en segunda especie incre­
casos especiales que se asocian con la cambiata y la bordadura superior e infe­ menta sobremanera la concentración de la disonancia en el compás. La tercera
rior.) La voz en segunda especie mantendrá un tratamiento conjunto de la di­ y cuarta negras normalmente contendrán disonancias; si la segunda nota de la
sonancia en relación al cantus; las aparentes infracciones, como las de los voz en tercera especie es disonante, tres cuartos del compás estarán en un esta­
ejemplos 9-17 y 9-12, de hecho no lo son en absoluto. do de tensión disonante. Algunos teóricos --especialmente aquellos que si­
El ejemplo 9-19 demuestra diferentes posibilidades correctas para el uso guen la práctica de Palestrina- prohíben el uso de la disonancia de blanca en
de saltos en la voz en tercera especie. combinación con el movimiento en negras. Por lo tanto en esta combinación

EJEMPLO 9-17 EJEMPLO 9-18

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294 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

de especies exigían que la voz en segunda especie se restringiese a consonan­ tus y disonante con la otra voz en especie. El oído es capaz de desenredar las
cias. Tal restricción es solamente apropiada cuando el objetivo principal del diferentes hebras de este tejido contrapuntístico; la naturaleza de paso de
estudio contrapuntístico sea la imitación del estilo de Palestrina. Dentro las disonancias no permite dudar con respecto a la función de las distintas no­
del contexto de nuestro planteamiento, el eliminar la blanca como nota de paso tas (ejemplo 9-22).
disonante sería un sinsentido, puesto que nos forzaría a ignorar un buen núme­ En algunas ocasiones la tercera negra será consonante con el cantus y di­
ro de interesantes y sugerentes posibilidades de conducción de las voces usa­ sonante con la segunda especie (ejemplo 9-2lb); y muy ocasionalmente será
das en estilos que no sean el palestriniano. disonante con ambas voces y la cuarta negra será disonante también con am­
Por primera vez en nuestro estudio del contrapunto encontramos disonan­ bas (ejemplo 9-21c). Ninguna de estas posibilidades ofrece problemas nuevos.
cias que se mueven en dos niveles distintos simultáneamente. La línea de se­ La disonancia en la línea en segunda especie impone ciertas limitaciones a la
gunda especie crea una disonancia relativamente extensa contra el cantus; la libertad de la tercera especie para moverse por salto. Es fácil usar un intervalo
tercera especie, más rápida, puede disonar contra ambos, el cantus y la segun- disjunto de la primera a la segunda negra --cuando la segunda especie sea conso­
. da especie. Examinemos algunas de las posibilidades. nante (v. ej. 9-21)--. La presencia de la nota de paso disonante en la segunda
En todas las progresiones del ejemplo 9-21 la voz en tercera especie es especie disminuye el número de posibilidades de saltos melódicos en el resto del
disonante sólo en la segunda mitad del compás. El descubrir en esas segundas compás; por supuesto, tales saltos sólo pueden aparecer entre dos notas consonan­
mitades del compás las relaciones entre consonancia y disonancia resulta ins­ tes tanto con el cantus como con la nota de la segunda especie. El ejemplo 9-23
tructivo. En muchos casos la tercera negra será disonante con el cantus, y al indica algunas de las posibilidades.
mismo tiempo consonante con la segunda blanca de la voz en segunda especie. Volvamos ahora a progresiones con una mayor concentración de disonan­
La cuarta negra mostrará la relación inversa, es decir, consonante con el can- cia. Aquí la línea en tercera especie emplea la nota de paso disonante en la

EJEMPLO 9-21

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EJEMPLO 9-22
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seg unda negras al igual. que en la tercer a y cuart a. Respecto ·• l


• a tercera y cuar- tan fácilmente inteligible que el significado contrapuntístico de las notas diso­
,. .
ta negras, una ser a h a bitualmente disona,.n te. con el cantus v e
· · ,. . ' , 0nsonante con J a nantes nunca se pone en tela de juicio; estas progresiones no contienen ninguna
v_oz en se�und� ,especie, la ? tra 1;1ostr�a 1 a re 1 a�1on mver�u. En est . _ de las ambigüedades encontradas en el ejemplo 9-15. La claridad de la función es
as progre
s10nes la s1tuac10n se complica aun mas· por la disonancia (.'n 1,,\ segu más significativa que la densidad de la disonancia.
,. nd,. a negra.
So'I o· 1 a pnmer
· a negr a d el campas cont iene un a consonan ,'in. . · de las
· 1 a tens10n En nuestro próximo ejemplo la densa satur ación de la disonancia a parece
. tmtas d.1sonanci· as se acumu 1 a hasta el pnmer
d1s · ·
t iempo sigu en combinación con una ambigüedad de función. En estas progresiones una
i, n te d0nde a pa
rece una nueva consonancia.
. . En algunos aspectos la cond�i c":ó
.
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'" t n de 1 as voces
- bordadura disonante sigue o precede a una disonancia . Tales progresiones, in­
d e estas progres10nes (e1emplo 9-24) pone de manifiesto h' � ta compleJ.. d
ida cI uso más que las del ejemplo 9-15, pertenecen al dominio del contrapunto
como las progresiones excluidas del ejemplo 9-15. Creemos· • �.. m prolongado. Sugerimos que el alumno evi te utilizarlas en sus ejercicios (v. ej.
· embargo que
hay una distmc1on
· ,. importante
· entre los dos tipos
· de progrt'�ión que . 9-25). Se puede hacer una excepción en aquellos casos en los que e.1 alumno
J ustifi'ica la
inclusión del ejemplo 9-24 (y casos similares). La función de 1 i\ nota
d e paso es demuestre una correcta comprensión de la conducción de las voces dando una

EJEMfLO 9-23
a) b)

EJEMPLO 9-24

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a) b) d)
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296

1
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

explicación sobre la función de las diferentes notas. (Véase ejemplo 9-26 para que consiste en nota principal, bordadura superior, bordadura inferior y nota
una posible manera de presentar tal explicación.) principal (véase el capítulo sobre la tercera especie). Estos usos idiomáticos
En general la bordadura disonante no aparecerá en el mismo compás que pueden aparecer en el contexto de la combinación de especies, aunque se de­
la nota de paso disonante de la voz en segunda especie. Se puede hacer una ben cumplir una serie de condiciones.
excepción en casos como el del ejemplo 9-27, donde la nota que sigue a la En el grupo de la cambiata la tercera nota comienza una progresión meló­
bordadura es consonante tanto con el cantus como con la nota de paso de dica subsidiaria interpolada entre una nota de paso y su objetivo melódico.
la segunda especie. Para permitir que las notas pongan de manifiesto su función melódica, es im­
portante que la tercera nota sea consonante. De otro modo, la progresión desde
la segunda a la cuarta nota quedaría oscurecida. En el ejemplo 9-28c vemos
LA NOTA CAMBIATA· Y LA DOBLE BORDADURA una correcta utilización de la cambiata, y en b una incorrecta.
Por supuesto, el uso idiomático de la doble bordadura representa la deco­
Como sabemos, la tercera especie ofrece oportunidades para el uso de dos ración de una sola nota. En el contrapunto simple a dos y tres voces tanto la
figuras ornamentales: el grupo de la nota cambiata y el grupo de cuatro notas tercera como la segunda negras pueden ser disonantes. En la combinación de

EJEMPLO 9-25
a)
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EJEMPLO 9-26 EJEMPLO 9-27

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EJEMPLO 9-28
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1
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 297

especies, sin embargo, el impacto de la segunda blanca de la segunda especie sencia de estabilidad consonante, debemos evitar el uso de disonancias en una
añade un énfasis a la tercera negra; por consiguiente es mejor usar esta figura de las voces en especies. Bastará un momento de reflexión para convencemos
sólo cuando la tercera negra sea consonante con la segunda blanca de la voz de que es en la voz en segunda especie donde debemos sacrificar el uso de la
en segunda especie. El alumno debería comparar los ejemplos 9-29a, by c. En disonancia. Una línea en cuarta especie sin la suspensión disonante supone
los dos primeros la tercera negra es consonante con la segunda blanca; en el virtualmente una imposibilidad. Para producir una línea así, tendríamos que
tercero es disonante. recurrir a la ruptura de la especie tan a menudo que la voz estaría más en se­
A primera vista el ejemplo 9-30 podría parecer correcto. Sin embargo, un gunda que en cuarta especie.
ex amen lo suficientemente cuidadoso pone de manifiesto que el salto en el Por consiguiente, el primer tiempo del compás la voz en cuarta especie
bajo se efectúa hacia una nota disonante con respecto a Do, la nota principal puede ser disonante con el cantus, con la voz en segunda especie o con ambas.
en el soprano. En efecto, el bajo salta hacia una disonancia, puesto que la lí­ La voz en cuarta especie debe resolver (descendentemente, por grado conjun­
nea en tercera especie representa la elaboración de un Do mantenido. to, por supuesto) en una nota consonante con ambas voces en el segundo tiem­
Escríbanse ejercicios en todas las permutaciones de esta combinación so­ po. La voz en segunda especie debe ser con�onante con el cantus en el primer
bre varios cantus firmi. Para consultar ilustraciones de esta combinación véase tiempo, y debe combinarse con las otras dos voces en un acorde consonante en
el ejemplo 9-60. el segundo tiempo.
La mayor dificultad de esta combinación estriba en crear una línea en se­
gunda especie con la suficiente proporción de movimiento conjunto como para
3. Combinación de segunda y cuarta especies asegurar la continuidad melódica. El alumno debe aprovechar toda oportuni­
dad que se le presente para conseguir movimiento conjunto en el compás sin el
En esta combinación introducimos juntas por primera vez dos voces móvi­ uso de la nota de paso disonante. Las consonancias adyacentes --quinta y sex­
les de diferente progresión rítmica, es decir, la una sincopada y la otra en pro­ ta, y, entre las voces superiores, tercera y cuarta con soporte- serán de gran
gresión rítmica normal. Esta yuxtaposición crea un problema interesante en la ayuda. Las dificultades de esta combinación requieren que seamos un poco
distribución de la consonancia dentro del compás. La voz en segunda especie tolerantes en cuanto a las progresiones secuenciales en la voz en segunda es­
debe ser consonante con el cantus en el primer tiempo, mientras que la voz pecie.
en cuarta debe ser consonante en el segundo. Como sabemos, la disonancia de
cuarta especie aparece en el primer tiempo; la de segunda especie aparece
(como nota de paso) en el segundo. Si se les otorga a ambas especies una li­ LA VOZ EN SEGUNDA ESPECIE EN EL BAJO
bertad sin restricciones en el tratamiento de la disonancia, muchos compases
no contendrán consonancia alguna, puesto que la primera mitad constará de Las dos permutaciones con la segunda especie en el bajo producen las
una suspensión disonante y la segunda estará ocupada por la nota de paso di­ progresiones de conducción de las voces más interesantes de esta combina­
sonante de la voz en segunda especie. Si deseamos conseguir la necesaria pre- ción. Muchas de estas progresiones aparecen o bien en su forma directa o bien

EJEMPLO 9-29 EJEMPLO 9-30

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a) b) e)

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problemático malo
298 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

decorada en composiciones de varios estilos. Estudiemos algunas de las posi­ familiar cadencia II � -V-I; en otras ocasiones. como aquí, resulta puramente
bilidades. de fuerzas contrapuntísticas.
Las progresiones del ejemplo 9-31 representan elaboraciones de la suspen­ No confeccionaremos una lista de todas las posibles conducciones de la
sión �-� del contrapunto simple a tres voces; nuestra próxima ilustración se de­ voz de esta (o cualquier otra) combinación. Será valioso que el alumno haga
riva de la progresión ¡_3 (v. ej. 9-32). algunos descubrimientos por sí mismo. En particular, las progresiones que re­
También es posible elaborar una suspensión 7-6; sin embargo, aquí la ter­ sultan de sincopaciones consonantes combinadas con blancas ofrecen proble­
cera voz (el cantus) debe duplicar la primera nota del bajo. Si el cantus estu­ mas nuevos. Ilustramos sólo un ejemplo, la decoración de la serie de suspen­
viese a distancia de tercera o décima por encima del bajo, la segunda nota de siones consonantes 5-6. La progresión resultante (v. ej. 9-35) también aparece
la segunda especie supondría una disonancia alcanzada por salto (ej. 9-33). con frecuencia en la composición. Esta ilustra el hecho de que un acorde en
En los ejemplos precedentes el acorde en suspensión del primer tiempo era posición fundamental (en la escritura a tres voces representada por el � ) pueda
una sonoridad familiar para nosotros desde nuestro trabajo en el contrapunto derivarse de una inversión; en la mayoría de los libros de texto de armonía
simple a tres voces. El interés de nuestro siguiente ejemplo estriba en que nos sólo se presenta lo contrario como posibilidad.
ofrece un acorde � en el primer tiempo, un acorde del que hasta ahora no ha­
bíamos podido disponer; en el contrapunto simple hubiese dado como resulta­
do una progresión defectuosa hacia un acorde �. (Véase ejemplo 9-34c.) La EL CANTUS O LA VOZ EN CUARTA ESPECIE E.'J EL BAJO
progresión del ejemplo 9-34a es particularmente significativa por la frecuencia
con la que aparece en la composición. A menudo esta progresión de conduc­ Las cuatro permutaciones restantes representan, en general, un menor
ción de las voces aparece en combinación con el impulso armónico de nuestra cambio con respecto de los modelos de escritura simple a tres voces que cuan-

EJEMPLO 9-31 EJEMPLO 9-32

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e) a) b) e�
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EJEMPLO 9-33 EJEMPLO 9-34

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5 5 4
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 299

do es la segunda especie la que ocupa la voz más grave. No obstante, aquí Uso EXCEPCIONAL DE LA TRÍADA DISMINUIDA
también encontramos algunos acordes en suspensión que no eran obtenibles
anteriormente. En ambas progresiones del ejemplo 9-36 se requiere la presen­ Evitar por completo la nota de paso disonante dificulta con creces conse­
cia de una segunda voz móvil para evitar que la suspensión «resuelva» en una guir una línea de segunda especie satisfactoria. Podemos por lo tanto justificar
disonancia. El alumno advertirá que el I y el � del ejemplo 9-36 al igual que el uso ocasional de la quinta disminuida co.mo nota de paso en la voz en se­
el � del ejemplo 9-34 se asemejan a acordes incompletos de séptima en posi­ gunda especie. En combinación con el cantus y la nota de resolución la quinta
ción fundamental o en inversión. Esta semejanza es algo más que una coinci­ disminuida produce una tríada disminuida en posición fundamental. A pesar
dencia, puesto que la disonancia del acorde de séptima resulta de la conduc­ de que el acorde sea por supuesto disonante, la disonancia se produce única­
ción de las voces. A menudo el agente causal es una nota de paso; con mente entre la segunda especie y el cantus, y es de paso; no involucra la nota
frecuencia, como aquí, es una suspensión. de resolución de la cuarta especie, que es consonante con las otras dos voces.
Las progresiones del ejemplo 9-37 no requieren ningún comentario especial. Esta progresión representa por suspuesto al contrapunto prolongado más que
al elemental. El uso ocasional de progresiones del contrapunto prolongado es
permisible, como hemos mencionado, siempre que el alumno sea completa­
ACERCA DE LA ANTICIPACIÓN DE LA NOTA DE RESOLUCIÓN mente consciente de las implicaciones de la conducción de las voces de la pro­
gresión en cuestión. El ejemplo 9-39 aparece con considerable frecuencia en la
El alumno ha aprendido en el contrapunto simple a tres voces de la cuarta composición.
especie que el anticipar la nota de resolución en cualquier voz distinta del bajo Escríbanse ejercicios en todas las permutaciones de esta combinación so­
debilita la resolución de la suspensión. El mismo principio prevalece en la bre varios cantus firmi. Para ilustraciones de ejercicios completos, véase el
combinación de especies. El ejemplo 9-38 ilustra las progresiones a evitar. ejemplo 9-60.

EJEMPLO 9-35

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EJEMPLO 9-36
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imposible en escritura
simple a tres partes
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3 2 3 3
300 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

4. Combinación de tercera y cuarta especies lución de las disonancias de la voz en cuarta especie. La voz en tercera espe­
cie, al ser de movimiento más rápido, no necesita sacrificar en absoluto el uso
Como en la última combinación, la presencia de la voz sincopada requiere de las disonancias de paso y de bordadura.
la consecución de un acorde consonante en la segunda mitad del compás. La
línea en tercera especie deberá ser por lo tanto consonante con el cantus en la
primera negra y consonante tanto con el cantus como con la voz en cuarta es­ CONSONANCIA EN LA TERCERA NEGRA
pecie en la mitad restante del compás. (Como veremos, esta consonancia pue­
de aparecer en la tercera negra o bien en la cuarta.) El ejemplo 9-41 ilustra un buen número de posibilidades en las que la par­
El ejemplo 9-40 compara algunos compases que combinan segunda y te consonante del compás aparece en la tercera negra. Esta es la distribución
cuarta especie con un pasaje similar que emplea la tercera en lugar de la se­ más habitual (aunque no la única) de consonancia y disonancia en esta combi­
gunda. El alumno se dará cuenta en seguida de la facilidad con que la línea en nación. La segunda y cuarta negras de la voz en tercera especie pueden conte­
tercera especie puede conseguir movimiento conjunto sin interferir en la reso- ner notas de paso disonantes y bordaduras.

EJEMPLO 9-37 EJEMPLO 9-38


a) e) d) e) f)

10 12 6 6 5 -4 6 5 10
-9 8 8 3 3 2 3 2 3
EJEMPLO 9-39

posible posible
EJEMPLO 9-40
a) b)
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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 301

CONSONANCIA EN LA CUARTA NEGRA En el ejemplo 9-45 la bordadura aparece después de una nota de paso diso­
nante o vuelve a una nota disonante con la. resolución de la suspensión. Al
La voz en tercera especie puede situar una nota de paso acentuada en la igual que la progresión similar discutida en la combinación de segunda y ter­
tercera negra. Entonces el acorde consonante aparecerá en la cuarta negra. Al cera especies, este pasaje pertenece propiamente al contrapunto prolongado.
igual que en la combinación de segunda y tercera especies, aquí también apa­ (Véanse los ejemplos 9-15 y 9-25.) Recomendamos de nuevo su uso solamen­
rece el concepto de traslación o desplazamiento rítmico. El ejemplo 9-42 te en el caso de que el alumno pueda demostrar su comprensión de la conduc-
muestra unas cuantas posibilidades; la reducción analítica indica que la con­ ción de las voces.
ducción de las voces fundamental de estas progresiones está representada por
una combinación de segunda y cuarta especies.
El alumno debe procurar asegurar la presencia de un acorde consonante en SALTOS EN LA LÍNEA DE TERCERA ESPECIE
la cuarta negra. El ejemplo 9-43 es incorrecto, ya que carece del necesario
acorde consonante. Los saltos aparecen con facilidad en la parte posterior, la parte consonante
Al igual que en la combinación de segunda y tercera especies, la bordadu­ del compás. La línea en tercera especie no saltará desde o hacia ninguna nota
ra acentuada (en la tercera negra) debe aparecer con poca frecuencia (ej. 9-44). disonante con respecto a las voces restantes mantenidas. (En la p. 302 discutí-

EJEMPLO 9-41
a)

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EJEMPLO 9-43 EJEMPLO 9-44 EJEMPLO 9-45

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incorrecto
302 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

remos los usos idiomáticos de la cambiata y de la bordadura superior e infe­ Algunos libros de texto permiten un tipo excepcional de salto en esta combi­
rior.) El ejemplo 9-46 indica algunas de las múltiples posibilidades. nación. La voz en tercera especie puede saltar desde o hacia una nota consonante
Los saltos no ofrecen dificultad alguna en la primera parte del compás con la suspensión disonante de la cuarta especie si representa la duplicación del
siempre que la voz de la cuarta especie contenga una nota consonante. Las cantus al unísono o a la octava. La nota involucrada en el salto refuerza la nota
progresiones del ejemplo 9-47 ilustran algunas de las posibilidades y no re­ estable del cantus y no añade una nueva disonancia. Por lo tanto se dice que la
quieren comentario alguno. disonancia con respecto a la cuarta especie aparece cubierta por el proceso de
Si la voz sincopada contiene una suspensión disonante, la línea en tercera duplicación; Jeppesen y otros denominan esta conducción de las voces disonan­
especie tiene menos oportunidades de efectuar saltos. Los saltos tendrán lugar cia cubierta. La nota en cuestión sólo puede aparecer en la segunda negra del
solamente entre notas consonantes tanto con el cantus como con la voz en compás. El ejemplo 9-49 sirve como ilustración.
cuarta especie, y no deben añadir una nueva disonancia a la sonoridad diso­ El ejemplo 9-50 lleva la prolongación a un punto incompatible, en nuestra
nante prevaleciente (ejemplo 9-48). opinión, con los objetivos del contrapunto de especies. Por supuesto es un

EJEMPLO 9-46

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EJEMPLO 9-47 EJEMPLO 9-48


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a) b) e) a)
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EJEMPLO 9-49 EJEMPLO 9-50

a) b)
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1
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 303

ejemplo excelente de contrapunto prolongado. Aquí la voz en tercera especie de la nota de resolución en cualquier voz a excepc10n del bajo. El ejem­
presenta una arpegiación; la disonancia se produce por una colisión entre una plo 9-52 ilustra unas cuantas de estas progresiones.
nota del acorde quebrado y la suspensión. Escríbanse ejercicios en todas las permutaciones de esta combinación so­
bre varios cantus firmi. Para ilustraciones de ejercicios completos, véase el
ejemplo 9-60.
Los usos IDIOMÁTICOS DE LA CAMBIATA y DE LA DOBLE BORDADURA

El proéedimiento correcto en esta combinación se asemeja al de la segun­ 5. Combinación de dos quintas especies
da y tercera especies combinadas. En la figura de la cambiata la tercera nota
ha de ser consonante tanto con el cantus como con la voz en cuarta especie. En En esta combinación llegamos a la culminación de nuestro estudio del
el uso idiomático de la bordadura superior e inferior la tercera nota ha de ser contrapunto a tres voces de especies combinadas. La realización de dos líneas
consonante con la voz en cuarta especie, aunque no necesariamente con el en quinta especie sobre un cantus firmus supone el uso de todas las técnicas de
cantus. La cuarta nota deberá ser por supuesto consonante con las otras dos conducción de las voces aprendidas en las cuatro combinaciones precedentes
voces. (Véase ejemplo 9-51.) más unos pocos procedimientos nuevos. Antes de discutir esta combinación en
detalle nos gustaría explicar nuestras razones para omitir un buen número de
combinaciones teóricamente posibles.
ACERCA DE LA ANTICIPACIÓN DE LA NOTA DE RESOLUCIÓN La combinación de dos terceras especies podría ser realmente practicable.
La textura de nota contra nota, sin embargo, requeriría que siguiésemos las
Como en la combinación precedente (y de hecho en toda la escritura a tres mismas reglas que en la combinación de dos líneas en segunda especie, y no
voces que implique suspensiones disonantes) deberá evitarse la anticipación aprenderíamos nada realmente nuevo. Por otro lado, la combinación de dos

EJEMPLO 9-51
a) b) e) d)
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EJEMPLO 9-52
304 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

voces en cuarta especie no es practicable. La inflexibilidad de la disonancia g�s en una voz aparecerán contra valores cortos en la otra. El uso ocasional de
sincopada con su resolución descendente obligatoria nos forzaría a una depen­ valores similares en las dos voces móviles no es de ningún modo incorrecto.
dencia excesiva en terceras, sextas y décimas paralelas entre las dos voces en La independencia de las voces, sin embargo, queda más fácilmente asegurada
especies. No hace falta decir que el lector debe tener en cuenta que las suspen­ si la mayor parte del ejercicio contiene ritmos complementarios. El ejem­
siones dobles en movimiento paralelo aparecen frecuentemente en la composi­ plo 9-53 lo ilustra.
ción. Para conservar la independencia deberíamos acudir frecuentemente al En el contrapunto simple de quinta especie usábamos valores más largos
recurso de la ruptura de la especie, y por tanto transformaríamos esta combina­ que la blanca sólo en forma de notas sincopadas. Ligábamos blancas a negras
ción en una de segunda y cuarta especies. Combinar una voz en segunda, ter­ o a blancas del compás siguiente; sin embargo, no empleábamos blancas con
cera o cuarta especies con una en quinta resultaría infructuoso. Al contener la puntillo o redondas (exceptuando por supuesto la redonda final) en un solo
quinta especie en sí misma elementos de las otras, estas combinaciones no nos compás. Esta restricción de notas largas asincopadas surge de la necesidad de
presentarían ninguna situación en la conducción de las voces que no se en­ mantener una cierta propulsión rítmica. Esta propulsión o impulso requiere
cuentre en la combinación de dos quintas especies. Y además, las cualidades un movimiento melódico, al menos en una de las voces, en cada tiempo de
estéticas de esta última combinación son mucho más gratas que cuando el rit­ blanca.
mo flexible de la quinta especie se despliega contra los valores uniformes de Puesto que ahora contamos con dos voces en contrapunto florido podemos
cualquiera de las otras. hacer uso de notas largas asincopadas sin obstruir el fluir rítmico. Sólo tene­
mos que procurar que aparezcan notas más rápidas en otra voz que marquen
las pulsaciones que quedan dentro del valor de esa nota· más larga. Podemos
CONSIDERACIONES RÍTMICAS emplear la blanca con puntillo seguida de una negra o dos corcheas (véase
ejemplo 9-54.)
La presencia de ótra voz en contrapunto florido modifica ligeramente la Obviamente, la blanca con puntillo sólo puede aparecer en el primer tiem­
construcción rítmica de cada línea en quinta especie. En general cada línea en po del compás. La parte de la nota simbolizada por el puntillo (es decir, la ter­
la combinación de dos quintas especies mostrará menor densidad rítmica que cera negra del compás) no debe ser disonante con ninguna de las voces restan­
en el· contrapunto simple a dos o tres voces. El principio de complementarie­ tes. La disonancia en la tercera negra creará una impresión de suspensión
dad rítmica debe prevalecer en la mayoría de las voces. Esto es, las notas lar- irregular dentro del compás (v. ej. 9-55).

EJEMPLO 9-53
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EJEMPLO 9-54 EJEMPLO 9-55


LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 305

La blanca con puntillo funciona particularmente bien cuando la negra (o podemos utilizar bordaduras simultáneas (ejemplo 9-56a); la bordadura diso­
corcheas) siguiente introduce valores rápidos en el compás siguiente. Las no­ ·nante en una voz puede aparecer contra una nota de paso en la otra (ejemplo 9-
tas cortas se introducen siempre con mayor suavidad en un pulso que no sea el 56b); el uso idiomático de la cambiata se puede combinar también con figura­
primero del compás. ciones disonantes (ej. 9-56c).
El uso idiomático de la bordadura superior e inferior también puede co-
existir con otros tipos de disonancia (ej. 9-57).
CONSONANCIA Y DISONANCIA En una textura a tres voces cada vez que se use la sincopación es mejor
hacerlo en una sola voz. Si dos voces contuviesen acentuación desplazada y
La línea en quinta especie resulta de una amalgama de elementos de las sólo una voz mostrase acentuación normal, el equilibrio rítmico podría resen­
otras especies. Una combinación de dos de estas líneas introduce a la vez los tirse. Lo más apropiado es emplear las suspensiones dobles en texturas de cua­
tipos de conducción de las voces de todas las combinaciones de especies que tro o más voces. (Por supuesto, estas observaciones se refieren a los ejercicios
hemos estudiado anteriormente. Los problemas de tratamiento de la disonan­ contrapuntísticos y no a la composición, donde las suspensiones dobles a tres
cia deben remitirse a la combinación de especies que corresponda al valor rít­ voces pueden tener una finalidad expresiva válida.) Cuando aparezcan suspen­
mico en cuestión. Si ambas voces se mueven en blancas, por ejemplo, entran siones dobles han ser consonantes entre sí, y deben resolver (por grado con­
en juego las reglas para la combinación de dos segundas especies; las negras junto y descendentemente) en acordes consonantes. Se sigue por lo tanto que
contra las suspensiones están regidas por los requisitos de la tercera especie en las suspensiones disonantes dobles consistirán necesariamente en terceras,
combinación con la cuarta. sextas o décimas paralelas.
No hemos considerado la combinación de dos terceras especies. Como se La mezcla de valores rítmicos en un mismo compás no crea problemas
mencionó anteriormente (véase la página precedente), la textura de nota contra nuevos. La conducción de las voces ha de compararse con la combinación (o
nota requiere que sigamos las mismas reglas que en la combinación de dos combinaciones) de especies asociada con los valores de notas dados. En el
segundas especies. En otras palabras, las negras han de ser consonantes entre ejemplo 9-58a la voz superior es claramente incorrecta. La nota ligada en la
sí aunque una o ambas pueden ser disonantes con respecto al cantus. Ahora voz media requiere un acorde consonante en la segunda mitad del compás; las

EJEMPLO 9-56

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EJEMPLO 9-57 EJEMPLO 9-58


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306 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

disonancias del soprano frustran este requisito. El ejemplo 9-58b demuestra imitadora puede mostrar variaciones con respecto a la original. Ésta puede
una conducción de las voces correcta. denominarse imitación libre. En algunas ocasiones las cualidades de los inter­
valos cambian para conservar la unidad tonal; por ejemplo, una tercera mayor
por una menor. Tales cambios ocurren casi invariablemente cuando la imita­
CONTRAPUNTO IMITATIVO ción es a intervalo de segunda, tercera, sexta y séptima; pero puede darse tam­
bién en imitaciones a otros intervalos.
La combinación de dos quintas especies puede comenzar de una de las dos En imitaciones a la quinta superior o cuarta inferior el quinto grado de la
maneras siguientes: o bien ambas voces en contrapunto florido comienzan en escala frecuentemente recibe como respuesta el primer grado, de acuerdo con
el primer compás o bien una comienza en el primer compás y la otra poco los principios de la respuesta tonal. Esto conducirá por supuesto a que el salto
después. Si se adopta esta segunda manera, las dos voces deben aparecer en de una cuarta aparezca como respuesta al de una quinta, y posiblemente a
imitación; esto es, la segunda voz repetirá la idea iniciada por la primera. Lo otros cambios en el tamaño de los intervalos.
único que se exige es repetir lo que haya hecho la primera voz antes de entrar Para ilustraciones de quintas especies en combinación, véase el ejem­
la segunda. No es en absoluto incorrecto, sin embargo, el llevar la imitación plo 9-60.
más allá si el cantus lo permite. La imitación que lleva a cabo esa segunda voz Escnoanse ejercicios en todas las permutaciones de esta combinación.
no tiene por qué ser al unísono o a la octava; de hecho esto será rara vez posi­ Para ejercicios sobre contrapunto imitativo, véanse las páginas 328-341.
ble. Se dice que la imitación aparece a un intervalo dado -octava, segunda,
quinta, etc.- cuando este intervalo separa a las notas correspondientes de las
dos voces. Ahora debería estudiarse el ejemplo 9-59. Adviértase la superposi­ 6. Progresiones de especies combinadas en la composición
ción y las suspensiones alternadas.
La imitación no ha de confundirse con la secuencia. Esta última aparece en COMBINACIÓN DE DOS SEGUNDAS ESPECIES
una sola voz; la primera entre dos voces diferentes. Debemos seguir mante­
niéndonos en guardia contra el uso de las repeticiones próximas, la secuencia La técnica de conducción de las voces más significativa de esta combina­
y el motivo rítmico en una sola línea. ción es el uso de una nota en una voz para proporcionar un soporte consonante
El contrapunto imitativo forma una de las ramas más importantes de la a una nota de paso de otra voz que de otro modo sería disonante. El repertorio
escritura polifónica. Procedimientos tales como el Canon y la Fuga son los musical ofrece incontables casos de esta técnica, y ya hemos ofrecido un buen
sucesores directos de las técnicas imitativas. Es más, la imitación, en algunas número de ejemplos que la ilustran. El lector debería reexaminar los ejemplos
ocasiones encubierta, a menudo desempeña un papel vital en dar forma al di­ del capítulo 7, sección 4, a la luz de su experiencia en esta combinación.
seño de composiciones que habitualmente no se considernn polifónicas. La técnica antes mencionada aparece frecuentemente en texturas que
En algunos casos la imitación constituye una duplicación exacta de la idea muestren décimas o terceras paralelas entre las voces móviles. Sin embargo,
original. Tal imitación puede denominarse estricta. En otros casos la voz una línea disjunta puede desempeñar la misma función. Las progresiones sub-

EJEMPLO 9-59

a) Imitación a la segunda

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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 307
EJEMPLO 9-60

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308 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 9-60 (continuación)

d) 2 +3 con uso de disonancia más prolongado


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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 309

EJEMPLO 9-60 (continuación)

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31 Ü EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 9-60 (continuación)

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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 311

divisoras del bajo discutidas en el capítulo 8 hacen consonante una nota de El ejemplo 9-62, de una Sonata para piano de Mozart, es ligeramente más
paso en el soprano frecuentemente; estas progresiones por lo tanto están tam­ complejo. En la prolongación de la tónica de los compases 1-4, los dos La del
bién relacionadas con la combinación de dos segundas especies. bajo hacen consonantes los Do de paso en la voz superior. Adviértase el
En los ejercicios de especies el cantus firmus ofrece un fondo estable a las accelerando rítmico del movimiento básico de las voces exteriores.. El movi­
voces móviles. En la composición, por supuesto, habituairnente es un acorde miento es primero en compases enteros (compases 1-2), luego en mitades de
prolongado en lugar de una sola nota el que asume esta función. En el reperto:.. compás (compás 3) y finalmente en cuartos de compás (compás 4).
río musical encontramos frecuentemente progresiones dentro de acordes pro­
longados que están íntimamente relacionados con esta combinación. No es ne­
cesario que esperemos citas literales; encontraremos bordaduras al igual que COMBINACIÓN DE SEGUNDA Y TERCERA ESPECIES
notas de paso, y prolongaciones extensas podrán contener más de dos notas
que se mueven contra un fondo estable. La aplicación más característica de esta textura contrapuntística es el uso
Ofrecemos dos ejemplos en estilos diferentes. Nuestro primer ejemplo de la traslación o desplazamiento rítmico. Hemos ilustrado esta técnica en
consiste en la segunda frase de una composición para virginal de The Woods los capítulos 7 y 8. Serán raras las ocasiones en que el analista se encuentre
so Wild de William Byrd (ejemplo 9-61). La melodía implica un movimiento con tramos musicales extensos que se relacionen directamente con esta com­
desde un acorde de Fa a otro de Sol; tanto la prolongación de Fa como el binación. Sin embargo, desde sus propios términos pueden comprenderse
movimiento hacia Sol reflejan una combinación de dos segundas especies. En muchos detalles de conducción de las voces que se encuentran en los estilos
este ejemplo, a diferencia de la mayoría de los restantes, la conducción de las más diversos. A menudo la prolongación de un acorde presentará movimien­
voces consiste solamente en sonoridades consonantes. tos de adorno en una voz contra un movimiento de paso más lento; tales

EJEMPLO 9-61 Byrd, The Woods so Wild

a)
312 EL CONTRAPUNTO EJ:',l LA COMPOSICIÓN

progresiones a menudo se asemejan a la combinación de la segunda y la ter­ COMBINACIÓN DE SEGUNDA Y CUARTA ESPECIES
cera especies.
Ofrecemos tres fragmentos que se suman a los citados en el capítulo sobre el En el repertorio encontramos frecuentemente extensas series de suspensio­
coral. El primero, ejemplo 9-63, es de un madrigal de Monteverdi y no precisa nes contrapunteadas por otra voz móvil. Estos pasajes a menudo están relacio­
comentario alguno. nados directamente, obviamente incluso, a la cuarta especie combinada con la
El siguiente es de la Partita en Sol mayor de Bach (ejemplo 9-64). Adviértase segunda. Como indican los ejemplos siguientes, las progresiones de esta com­
que la voz superior, que corresponde a la segunda especie, se mueve en valores binación pueden estar englobadas en las más variadas texturas y ritmos. El
rítmicos más rápidos que el bajo, que corresponde a la tercera. Las semicorcheas ejemplo 9-66 se ha extraído de una pieza para clavecín. de Fran<;ois Couperin.
de la voz superior adornan el La y el Sol, y no ejercen influencia alguna sobre la La parte de la mano derecha es una melodía polifónica; ésta implica dos lí­
marcha subyacente de la melodía. neas, de las cuales la más aguda contiene disonancias por suspensión. En com­
Para finalizar citamos el inicio del Preludio individual en La bemol mayor binación con el bajo, la mano izquierda da lugar a una importante progresión
( 1834) de Chopin. La conducción de las voces está tan meticulosamente tejida de cuarta y segunda especie combinadas. En el bajo las corcheas Re, Do (pri­
como la de un coral de Bach, pero aquí se vislumbra a través de un velo de mer compás) y La (segundo compás) añaden un impulso armónico a esta pro­
figuración pianística (ejemplo 9-65). gresión contrapuntística.

EJEMPLO 9�62 Mozzart, Sonata para piano, K. 570, 3.er movimiento

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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 313

EJEMPLO 9-63 Monteverdi, E cos1 poco a poco, Madrigales, libro 5

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EJEMPLO 9-64 Bach, Partita V, Sarabande

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EJEMPLO 9-65 Chopin, Preludio múm. 26

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314 EL CON"IRAPUNTO EN LA COMPOSICI
ÓN

A continuación, el ejemplo 9-67 presenta una bellísima serie de suspensi?- plo anterior; la voz más grave de la mano derecha presenta una progres
nes de 1 a Fug a en Mi mayor, del volumen II del Clave bien temperado. El baJo ión
, 4 ; por cons1g· Uiente adicional de «segunda especie» (gráfico d). En este ejemplo la parte del
descansa desde el compás 38 hasta la entrada del compas tenor
. 0 . . · es poco corriente; esta voz lleva la línea que habitualmente representaría
la func10· , n de voz inferior ha sido asurmda por el tenor.., En este eJemplo las «cantus firmus», el elemento estable de la textura (gráficos a-d). Sin embarg
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voces
· extenores producen una serie 9-1 O con. .la progres10n de «segunda espe- ·, la voz se convierte en sincopada (gráfico e); el gráfico f presenta un plan
glo­
c1e» de1 alto· como contrapunto· Como mdica el. gráfi1co b, la progres1on bal de la conducción de las voces.
contrapuntística aparece dentro del acorde de dommante �rolongad?. En el ejemplo 9-69 encontramos una progresión que muestra una conduc
Volvamos de nuevo (ej. 9-68) a una º?.ra de Fran��1s Coupenn; en esta ción de las voces básica similar. Aquí la línea estable del «cantus» -también­
·, un pasaJ·
ocas10n, . e de mucho mayor compleJ1dad que el eJemplo 9-66. La rela- en el tenor- está acompañada por terceras en el alto.
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c1on en tre las voces exteriores es fundamentalmente la misma que en e1 eJem-
· En la ilustración siguiente -también de Mozart- encontramos un uso

EJEMPLO 9-66 Couperin, Ordre núm. 1, La Milordine

Gracieusement, et légérement

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EJEMPLO 9-67 Bach, Clave bien temperado 11, Fuga IX


LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 315

diferente de las terceras paralelas, en esta ocasión entre las partes del primero voz más rápida hace de contrapunto a una serie de suspensiones. Además en­
y segundo violines (ej. 9-70). En este caso la voz superior conduce y forma la contramos técnicas específicas tales como el desplazamiento de notas (como
serie básica de suspensiones. En la parte del bajo, en este caso conducido por en la c.ombinación de segunda y tercera especies) y la llamada disonancia cu­
el celo, la línea corresponde a la segunda especie; como es normal al sustentar bierta. Ofrecemos dos ejemplos; el primero es de· la Sinfonía en Mi bemol
una serie de suspensiones 4-3 o de 11-1O, la línea básica la lleva la segunda mayor, subtitulada El filósofo, de Haydn. Aquí la parte de la viola añade una
nota de cada grupo, la nota que sustenta la resolución de la suspensión. Véanse cuarta voz a las suspensiones de los violines segundos, las progresiones en ter­
los gráficos b y c. cera especie (con cambios de registro descendentes) en el bajo y la progresión
En el ejemplo 9-71 vemos una notable aplicación de cuarta y segunda es­ a la manera de un «cantus» de los primeros violines (véase ejem'plo 9-72).
pecies combinadas en la sección del desarrollo del primer movimiento de la El ejemplo 9-73 corresponde a una gran construcción coral, el Dúo para
Sonata para Piano op. 53 de Beethoven. La progresión subyacente se asemeja dos hombres armados de La flauta mágica de Mozart. Adviértanse las in­
a la del ejemplo 9-67, aquí transformada por medio de las cuartas motívicas flexiones cromáticas de la voz superior y fas· «disonancias cubiertas»· de la voz
desplegadas y las transferencias de registro de la melodía. más grave.

COMBINACIÓN DE TERCERA Y CUARTA ESPECIES COMBINACIÓN DE DOS QUINTAS ESPECIES

En cuanto a las técnicas básicas de conducción de las voces, esta combina­ Puesto que la quinta especie contiene todas las posibilidades de conducción
ción no añade nada nuevo a la precedente. Dentro del repertorio encontramos de. las voces de segunda, tercera y cuarta especies, todos los ejemplos preceden­
situaciones análogas a la combinación de tercera y cuarta especies cuando una tes, de algún modo, también ilustran la combinación de dos quintas especies. Un

EJEMPLO 9-67 (continuación)


a)

10 9 10 9 etc.
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-------------

V
316 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 9-68 Couperin, Ordre núm. 6, Les Baricades Mistérieuses

(Vivement)
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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 317

EJEMPLO 9-68 (continuación)

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318 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 9-68 (continuación)

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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 319

EJEMPLO 9-69 Mozart, Misa en Do menor, Et incarnatus est

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320 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 9-70 Mozart, Cuarteto, K. 428, 2.º movimiento

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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 321

EJEMPLO 9-71 Beethoven, Sonata para piano, Op. 53, 1.er miovimiento

( Allegro con hrio)


322 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 9-71 (continuación)

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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 323

EJEMPLO 9-72 Haydn, Sinfonía núm. 22, 1.er movimiento


(Ad ag io)

a)

etc.

EJEMPLO 9-73 Mozart, La flauta mágica, núm. 21

* disonancia cubierta
324 EL CONfRAPUNT0 EN LA COMPOSICIÓN

rasgo único de esta combinación consiste en el uso de suspensiones en alterna­ En el ejemplo 9-76 vemos una célebre aplicación de esta progresión en el
ción y entrecruzadas. Ofrecemos unos cuantos ejemplos. Recordare del Requiem de Mozart. Como en nuestro modelo, el ejemplo 9-75,
Primero vemos un caso de suspensiones en alternación con imitación caracte­ la imitación tiene lugar a la segunda superior. Adviértase la bellísima melodía
rística a la cuarta inferior. En esta progresión -un uso idiomático frecuente del polifónica de la parte del celo.
período barroco- el modelo imitativo implica un fondo armónico de quintas as­ El ejemplo 9-77 muestra la misma progresión transformada por un cambio
cendentes. En el ejemplo 9-74 estas quintas aparecen rellenadas con pro­ de registro. En lugar de suspensiones 2-3 con las voces cruzadas� aquí vemos
gresiones de paso semejantes a la tercera especie. Las séptimas en el bajo repre­ alternaciones entre progresiones 2-3 y 7-6 sin cruzamiento.
sentan por supuesto inversiones de segundas ascendentes debidas a la necesidad Para finalizar observemos una imaginativa prolongación de esta idea con­
de conservar un registro grave consistente. trapuntística (ejemplo 9-78). En este caso la progresión se encuentra distribui­
Las suspensiones entrecruzadas aparecen en su fonna más típica cuando un da entre las tres voces, produciendo expresivos clusters disonantes que repre­
par de voces adyacentes muy próximas presentan una serie 2-3 en alternación. La sentan gráficamente el erotismo del texto. En los tres ejemplos precedentes las
suspensión aparece por supuesto en la voz más grave de las dos y después de re­ voces entrecruzadas se combinaban para producir progresiones ascendentes
solver cruza por encima de la voz originalmente superior y el procedimiento se conjuntas (compárese con el ejemplo 7-17).
repite en alternación (ej. 9-75).

EJEMPLO 9-74 Bach, Clave bien temperado I, Preludio XXIV


LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 325

EJEMPLO 9-75

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EJEMPLO 9-76 Mozart, Requiem, Recordare

EJEMPLO 9-77 Bach, Variaciones Goldberg, Var. 6

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326 EL CON1RAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 9-77 (continuación)


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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 327

EJERCICIOS pueden prolongar ahora a través de técnicas aprendidas en las especies combinadas.
Adviér-tase el empleo de terceras y décimas paralelas en los ejemplos. adjuntados
(combinación de dos segundas especies) y los desplazamientos rítmicos (seg9nda y
A. ETERCICIOS SECUENCIALES. Los ejercicios secuenciales escritos y tercera). Si el alumno quiere, puede emplear progresiones armónicas o decidir evitar­
para el teclado presentados después del capítulo 7, y otros ejercicios similares, se las conscientemente.

EJEMPLO A-1

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SOLUCIÓN A-1
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328 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO A-2

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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 329

B. ESPECIES COMBINADAS SIN CANTUS FIRMUS. La combinación de Hemos adjuntado unas cuantas soluciones modelo (ejemplos B-1 al B-4).
ciertas especies sin el cantus firmus da Jugar a posibilidades interesantes de conduc­ Escríbanse al menos cinco ejercicios adicionales. Los ejercicios que combinen dos
ción de las voces. Estos ejercicios suponen también una conveniente introducción a quintas especies deberán contener imitación. Esto conducirá a un estadio más avanza­
estadios más avanzados de contrapunto a dos voces. Sugerimos las combinaciones si­ do de contrapunto imitativo.
guientes:

l. 2 y 4.
2. 3 y 4.
3. 5 y 5.

EJEMPLO B-1
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EJEMPLO B-2

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330 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO B-4

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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 331

C. EJERCICIOS DE IMITACIÓN. El alumno ya debe encontrarse en condicio­ también los acordes de paso de tres notas contra una nota mantenida. Al principio el
nes de escribir ejercicios de contrapunto imitativo a tres o más voces. Un buen punto ejercicio debería confinarse a la imitación de una sola idea melódica.
de partida para tales ejercicios es combinar tres o más voces en quinta especie. Las Se han ofrecido soluciones modelo no necesariamente completas (ejemplos C-1 al
voces, por supuesto, comenzarán en momentos diferentes con la misma idea melódica C-3). El lector advertirá, especialmente en el C-3, el empleo de la repetición de moti­
inicial. La imitación puede darse a cualquier intervalo; y la imitación a diferentes in­ vos y de notas repetidas, al igual que la articulación de frases y un armazón armónico.
tervalos puede darse en un mismo ejercicio. La imitación por inversión, aumentación, Se recomienda una inclusión gradual de las técnicas de prolongación, puesto que la
y disminución también demostrarán ser de utilidad. Incrementar el número de voces a naturaleza de estos ejercicios es casi compositiva.
más de tres posibilita también la aparición de suspensiones dobles. Pueden utilizarse

EJEMPLO C-1
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332 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO C-3
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 333

D. EJERCICIOS DE IMITACIÓN A PARTIR DE LA ELABORACIÓN DE UNA que el alumno debería consultar y relacionar con sus propios trabajos escritos. En
ERIE DE SUSPENSIONES. En la literatura musical nos encontramos frecuente­ muchos casos es posible y deseable añadir una o más voces a las que se mueven en
mente con pasajes de imitación muy cercana cuya conducción de las voces subyacente imitación; la adición de un bajo es particularmente provechosa. Al efectuar estos ejer­
consiste en una serie de suspensiones. Por supuesto, el efecto imitativo o de canon está cicios el alumno no tiene por qué continuar la imitación más allá de los compases ini­
conseguido por la similar decoración de la voz con suspensiones y de la voz en la for­ ciales. No obstante, si la imitación se hace de forma continuada dará como resultado
ma de «cantus firmus» estable. Los siguientes ejercicios están clasificados por el inter­ un canon. Se han adjuntado unas cuantas soluciones modelo (no necesariamente com­
valo de la imitación; las referencias al repertorio señalan pasajes imitativos similares pletas).

l. Imitación a la cuarta superior o quinta inferior. Elabórese la progresión dada Compárese con el primer movimiento del Cuarteto Op. 1 número 3 de Haydn
para que se transforme en una imitación a la cuarta superior o quinta inferior. Se sugie­ (compases 15 y posteriores).
re el bajo siguiente.

EJEMPLO D-1

SOLUCIÓN D-1
334 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

2. Imitación a la tercera inferior o sexta superior. Elabórese la serie de suspen­ Compárese con la número 18 de las Variaciones Goldberg de Bach. Véase la so­
siones dada hasta convertirla en imitación a la tercera o sexta; encuéntrese un bajo lución que aparece debajo.
apropiado.

EJEMPLO D-2

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SOLUCIÓN D-2

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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 335

SOLUCIÓN D-2 (continuación)

3. Imitación a la séptima inferior. El esbozo que aparece debajo puede expandir­


se en forma imitativa. Este modelo se deriva de suspensiones 7-6; las suspensiones
aparecen transformadas por las quintas desplegadas.

EJEMPLO D-3

a partir
de
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7 7 7 7

SOLUCIÓN D-3

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336 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

4. Imitación a la quinta superior o cuarta inferior con suspensiones· en alterna­


ción. La conducción de las voces que vemos debajo aparece en una combinación de
dos voces en quinta especie; se puede expandir en una construcción imitativa. Como
ilustración véase el ejemplo 9-74.

5. Imitación a la segunda superior o séptima inferior con suspensiones super­


puestas o entrecruzadas. Como en el ejercicio 4, la conducción de las voces está deri­
vada de una combinación de dos voces en quinta especie. Como ilustraciones véanse
los ejemplos 9-76 al 9-78 al igual que la solución D-5.

EJEMPLO D-5

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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 337

SOLUCIÓN D-5

Imitación canónica en la 2. ª superior con bajo


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338 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

E. EJERCICIOS EN IMITACIÓN BASADOS EN SUJETOS DEL REPERTORIO de la tercera. Estos puntos de imitación pueden concebirse en varias combinaciones
MUSICAL. El alumno puede intentar ahora escribir realizaciones imitativas a dos, instrumentales o vocales y pueden servir como preparación para estudios posteriores
tres o más voces basadas en motivos o temas tomados del repertorio. Por lo tanto ofre­ sobre la Fuga. Desde esta perspectiva, adviértase que algunos de los fragmentos pre­
cemos un buen número de ellos que puedan desarrollarse a partir de una serie de pun­ sentan la utilización de la respuesta tonal.
tos de imitación. Hemos indicado la localización de la segunda entrada y en ocasiones

EJEMPLO E-1
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EJEMPLO E-3
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LA COMBINACIÓN DE ESPECIES,• CONTRAPUNTO IMITATIVO

EJEMPLO E-4
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EJEMPLO E-5

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EJEMPLO E-6 EJEMPLO E-7


Sweelinck
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340 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO E-9 EJEMPLO E-10

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11
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 341

EJEMPLO E-14

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EJEMPLO E-15

EJEMPLO E-16

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EJEMPLO E-17

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342 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

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EJEMPLO E-18

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EJEMPLO E-19

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EJEMPLO E-20
Brahms
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1 O. Las técnicas de conducción de las voces
desde una perspectiva histórica (ca. 1450-ca. 1900)

En este capítulo final vamos a intentar mostrar una variedad de técnicas de BINCHOIS: CHANSON, ADIEU M' AMOUR
conducción de las voces tal y como aparecen en obras alrededor de 1450-
1900. A diferencia de los capítulos precedentes, organizados en base a proce­ Este bellísimo Rondeau (ejemplo 10-1) es un ejemplo excelente de la
dimientos específicos, este se ha organizado en base a una secuencia histórica polifonía de principios del Renacimiento. La armadura2 parcial es característi­
aproximada. Esperamos mostrar de este modo cómo algunas de las técnicas de ca de este período y conduce a la relación cruzada del compás 2 y a la intere­
la conducción de las voces pueden estar c0ntenidas en personalidades estilís­ sante cadencia de los compases 9-1O. El modo es por supuesto el lidio; el fre­
ticas diferentes y contrastantes. A excepción de los corales, los ejemplos ante­ cuente empleo del Si bemol hace de éste a tal efecto un jónico transportado. El
riores sólo mostraban pasajes o secciones. Continuaremos presentando este superius (parte superior) posee el perfil melódico más distintivo. Sin embargo,
tipo de ejemplos, aunque ahora nos será posible añadir también un buen núme­ las voces inferiores muestran una considerable integridad y vida melódicas;
ro de análisis de composiciones completas a través de los cuales el lector será ambas participan activamente en la conducción de las voces. En realidad la
capaz de observar las funciones que desempeña el contrapunto dentro del ám­ conducción de las voces es el resultado de la cooperación entre el tenor y el
bito de una composición completa (o una sección de extensión considerable). contratenor. En el gráfico las líneas del contratenor aparecen conectadas por
Una vez hecho esto será capaz de relacionar el detalle con la totalidad del teji­ barras.
do musical -ciertamente la meta de toda actividad teórica seria. La referencia a los gráficos indicará que los puntos estructurales estables
Si el lector ha procedido cuidadosamente en las secciones previas de este se sirven principalmente de consonancias perfectas. Sin embargo, el cuerpo
libro no debería tener ningl.Ín problema en comprender los distintos símbolos principal de la textura de la conducción de las voces hace un bellísimo y ca­
empleados en los gráficos analíticos. Debe hacerse hincapié en que el núcleo racterístico uso de las consonancias imperfectas, especialmente de las sextas.
de los análisis recae en el gráfico más que en el comentario. Por lo tanto sólo El tratamiento de la disonancia se caracteriza por una sutileza e imaginación
emplearemos la palabra escrita para señalar algunos rasgos salientes de los considerables. Los desplazamientos rítmicos in.dicados en los gráficos por lí­
análisis. La mayoría de las obras aquí analizadas pertenecen o bien al reperto­ neas diagenales entre las voces son particularmente dignos de mención. El lec­
rio común o bien pueden encontrarse en antologías de fácil acceso; por lo tan­ tor debería advertir los interesantes efectos producidos por la anticipación y
to nos hemos abstenido de citar la partitura exceptuando aquellos casos en los retardación de ciertas notas. (El uso extensivo del desplazamiento comienza
que el fragmento o la partitura en cuestión fuesen difíciles de localizar. La con el ars nova del siglo x1v.)
música de los ejemplos 10-1, 10-2 y 10-5 puede encontrarse en Carl Parrish y El control rítmico de la disonancia es característico de la polifonía rena­
John F. Ohl Masterpieces before 1750 (Nueva York, 1951); véanse las páginas centista; el lector podrá observar que las notas disonantes son de corta dura­
48, 51 y 86. La música de los ejemplos 10-3, 10-6, 10-7 y 10-8 aparece en ción (en esta pieza la más prolongada es la mínima, aquí representada por la
Archibald T. Davidson y Willi Apel Historical Anthology of Music, 2 vols., negra). En contraste con gran parte de la escritura del siglo xv1 las disonancias
Revised Edition (Cambridge, 1949 y 1950); véanse las páginas 92, 163 y 206 aparecen en ocasiones en los pulsos fuertes. En esta pieza la explotación de
del volumen I y la página 144 del volumen II. 1 relaciones armónicas al igual que contrapuntísticas es bastante obvia. Adviér-

a este capítulo, la partitura musical de esas obras o fragmentos específicos que se ha creído de una
1
Considerando que para el lector en castellano, todo lo qué se refiere al acceso a las obras dificultad mayor de localización. (N. del director de la colección.)
antiguas (que van a suponer aquí los siete primeros análisis) no resulta nada fácil, como tampoco 2
Las dos partes inferiores (tenor y contratenor) tienen distinta armadura que el superius (o
lo es el acceso a esas antologías referidas, hemos decidido incluir en esta traducción, como anexo cantus). (N. del director.)
344 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-1

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I III V 1-----------------------------
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 345

tase no obstante que la cadencia final --en una manera característica de los Ockeghem de las posibilidades del sistema de notación mensura}, véase Reese,
primeros estadios de la influencia armónica- superpone el V del contratenor Music in the Renaissance, páginas 133-135. 3 Nuestro interés de ahora se cen­
sobre la típica cadencia contrapuntística 6-8 del tenor y el superius. tra más bien en la manera en que este compositor es capaz de conseguir una
textura musical coherente y fluida: tanto es así que el oyente puede satisfacer­
se de la audición sin siquiera saber que la imitación está teniendo lugar a una
ÜCKEGHEM: SANCTUS DE LA MISSA PROLATIONUM escala tan amplia.
El lector atento advertirá que se han asignado diferentes sentidos estructu­
La primera sección del Sanctus de la Missa Prolationum de Ockeghem rales a pasajes homólogos; en realidad se puede afirmar que, como norma ge­
(ej. 10-2) lleva el sobrenombre Fuga pausarum ascendo per sextam. Después neral, las exposiciones transportadas de un sujeto o nuevas relaciones contra-
de los silencios el superius y el tenor imitan en canon al contratenor y al bajo
a la sexta superior. Para una explicación sobre el ingenioso uso que hace 3 Gustave Reese, Music in the Renaissance, Nueva York, W. W. Norton, 1954.

EJEMPLO 10-1 (continuación)

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VI V I
346 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-1 (continuación)

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I III V I - V I

I VI V I

e) Cadencias decoradas (véase el c. 2)

se
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j • J se
convierte

f
en en
LAS TÉCNICAS DE CONDUCClÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRlCA ( c'I\. 1450-CA. 1900) 347

puntísticas en composiciones en canon y fugadas adquieren un sentido musical algunos casos similares de adaptación mutua entre las voces e indicará el ad­
diferente, y se han de escuchar y entender de formas distintas. Una «consisten­ mirable grado de maestría mostrado por este compositor. Adviértase particu­
cia» mecánica puede contradecir todo el sentido artístico de una composición. larmente la evidencia de planificación a gran escala. Mientras que la sonoridad
Un ejemplo oportuno es la sección que comienza con el compás 13; aquí dos de tónica sólo se insinúa dentro de la dominante introductora (compases 1-4),
nuevos contrapuntos hacen su aparición en el contratenor y en el bajo, mien­ aparece perfilada claramente desde los compases 4-7. A partir de ahí un arpe­
tras que el superius y el tenor presentan la respuesta en canon a la sexta de la gio en el bajo, Fa-La-Do-Fa, otorga a Ockeghem la oportunidad de llevar a
realización anterior a dos voces del contratenor y del bajo. El sentido estructu­ cabo fascinantes desarrollos tonales (véase el gráfico b). La progresión Fa-La,
ral de la realización original cambia drásticamente, puesto que ahora la reali­ expresada como una sexta descendente, es en sí misma prolongada por un ar­
zación de respuestas en canon aparece en conjunción con las otras dos voces. pegio interno, Fa-Do-� por lo que la prolongación de Do sugiere el impor­
Mientras que, por ejemplo, el Mi del contratenor en el compás 4 es claramente tante La al movel'Se una sexta hacia esta nota. Esto le da a la prolongación de
una nota de adorno, el Do correspondiente en el 16 es, como preparación del Do el efecto de oscilar entre estas dos sonoridades. Todas las dudas quedan
Do estructural del 19, una nota de un orden estructural más elevado" Esta in­ aclaradas cuando las cuatro voces entonan el acorde de La en el compás 13.
terpretación distinta de la conducción de las voces no está condicionada sólo Esto completa el primer segmento de la extensa arpegiación Fa-La-Do-Fa. El
por el movimiento terminante del bajo hacia Do, sino también por la siguiente movimiento de La a Do aparece prolongado de nuevo por una arpegiación in­
prolongación de la sonoridad de Do en los compases 16 y 17 que preparan la terna: La-Fa (expresada como sexta ascendente)-Do, compases 14-16. La do­
entrada de la tónica estructural con el Do como nota de la voz superior (com­ minante en los compases 16-17 con el Do como voz superior conduce inexora­
pases 16-19). En estos cambios de interpretación de la conducción de las vo­ blemente a la tónica del compás 19, que sirve como conclusión a la
ces el nuevo bajo es por supuesto un elemento absolutamente decisivo. Lo que arpegiación que dio comienzo en el compás 4. Las cuartas descendentes del
actuaba como bajo en los primeros doce compases es ahora la voz interior, superius en los compases 22-23 son movimientos hacia la voz interior mien­
esto repercute sobre toda la conducción de las voces. Con todo, esta voz media tras el Do actúa como la nota retenida estructuralmente. El descenso final
por sí misma es todavía capaz de expresar su individualidad. Destacada aten­ omite el Si bemoI y el Sol., una alusión a los movimientos arpegiados anterior­
ción merece también el La grave del bajo del compás 9, que sustituye a un mente. Obsérvese_ no obstante, el bellísimo contrapunto efectuado por el te­
esperado Fa; esta nota se convierte en un Fa estructuralmente necesario en la nor, que en los compases 21-25 imita y elabora el curso de la voz superior.
imitación en canon (compás 21); el compás 21, uno de los compases culmi­ Éste presenta una quinta descendente por grados conjuntos que compensa y,
nantes de esta sección, pide la tónica. El La del compás 9, aunqµe inesperado, por así decirlo, rellena el movimiento de acorde perfilado del superius. En la
está sirviendo un propósito compositivo: preparar la cadencia en La, compa­ polifonía renacentis� con mayor frecuencia que en la música posterior, las
ses 12-13. voces aparte de la más alta participan de forma característica en la expresión
Un estudio detenido de esta pieza y de los gráficos pondrá de manifiesto de la estructura melódica fundamental (véase también el ejemplo anterior).
348 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSIOÓN

EJEMPLO 10-2

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hacia Do cs. 16-17 y Fa cs. 18-19


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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 349

EJEMPLO 10-2 (continuación)

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II V
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I V I
350 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-2 (continuación)

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JOSQUIN: TU PAUPERUM REFUGIUM y 34-69. El análisis estructural pone de manifiesto que la segunda sección es
una imaginativa variación de la primera. Cada sección se divide en cinco fra­
El ejemplo 10-3 analiza la segunda parte de un motete que generalmente ses: los compases 1-5 corresponden a los 34-37; los 6-11, a los 38-46; los
se le atribuye a Josquin y que sin lugar a dudas representa la obra de un gran 11-20, a los 46-56; los 20-27, a los 56-60; y los 27-33, a los 60-69. Presenta­
maestro. Esta secunda pars forma una totalidad inteligible y autónoma, y pue­ mos un gráfico del primer plano de la obra en su totalidad y un gráfico del
de examinarse por separado. Consta de dos extensas secciones, compases 1-33 plano medio de la primera sección.
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 351

COMPASES 1-5 = 34-37 de la primera sección, el final «provisional», y la realización completa a cuatro
voces con la que concluye esta obra. La segunda sección, como expresión de
La relación entre las dos frases es obvia por el gráfico y no requiere co­ inquietud: Ne unquam obdormiat in marte anima mea, introduce un nuevo
mentario alguno. motivo (compás 60) que aparece en imitación primero a la sexta y luego (con
cambios) a la cuarta, para que el Do de adorno también aparezca en la voz
superior. Además, otra desviación del primer final, el superius, aparece ahora
COMPASES 6-11 = 38-46 como voz superior estructural, restableciendo así el registro inicial de la com­
posición. En una corta coda el alto aparece como una expresiva reminiscencia
El principal acontecimiento melódico de los compases 6-11, la progresión del movimiento de bordadura inicial Si-Do-Si de la voz interior,Jograda por
Sol-Do-Si-La, aparece expandido en la variación de seis a nueve compases. medio de un motivo que se repite va1fas veces en la voz inferior a partir del
Además, dentro de la prolongación de la tónica aparece una anticipación del compás 44.
f� con una cuarta descendente y una bordadura en la voz superior. La mayoría de las ideas melódicas remiten a los primeros cuatro compa­
ses. Adviértase particularmente el empleo de la figura de adorno Sol-Do-Si­
La-Sol. La cuarta descendente que cierra esta figura impregna la obra en su
COMPASES 11-20 = 46-56 totalidad, y aparece en un número variado de configuraciones melódicas y rít­
micas. Por tanto las técnicas de variación sirven como base del tratamiento del
El contenido melódico de los compases 11-20 configura una sexta descen­ detalle al igual que del diseño total.
dente, Do-Mi. Los compases correspondientes de la segunda sección tratan Esta pieza es un destacado ejemplo del uso polifónico del modo frigio.
por supuesto con la misma progresión, la sexta descendente. En la primera Este modo, al contar con una quinta disminuida sobre Si, es incapaz de gene­
sección la sexta está subdividida en una cuarta y una tercera; la cuarta deriva rar una dominante armónica a menos que se eleve el Fa a Fa sostenido; por
por supuesto de la voz superior de los compases 3-5. En la variación Josquin supuesto, esto le privaría de su rasgo más característico. En ambas secciones
insiste sobre este motivo de cuarta antes de presentar la sexta descendente. Josquin sustenta la nota de la voz superior estructural Fa con Re en el bajo,
Adviértase además que la sexta muestra cuartas de prolongación en el curso de generando por tanto la típica progresión contrapuntística-modal I-J¡1 -I. El uso
su descenso. El gráfico e presenta una explicación detallada del contenido frecuente de la subdominante es también característico de las composiciones
de los compases 50-56. La progresión mostrada es ahora bien conocida por el en el modo Frigio.
lector (v. cap. 7, pp. 167-169).

ISAAC: ASPERGES ME DOMINE DEL CORALIS CONSTANTINUS


COMPASES 20-27 = 56-60
Comparado con la densidad de textura del ejemplo de Ockeghem este frag­
Los contornos irregulares de la realización a dos voces de los compa­ mento del Chora/is Constantinus de Heinrich Isaac (ejemplo 10-4) muestra un
ses 21-27, posiblemente una expresión de las palabras «vía del error» ( vía alto grado de transparencia y ligereza. Esta obra data de principios del siglo XVI y
errantium ), perfilan una sexta ascendente seguida de una cuarta descendente. es típica de este período en cuanto a su realización imitativa. La estructura consi­
Esta clase de realización no hubiera sido apropiada para la intensa súplica de derada en su totalidad muestra, sin embargo, rasgos que se remontan a siglos atrás
la frase final del texto, por lo que el ascenso gradual de sexta en la variación se en la Edad Media. Nos referimos específicamente a la estructura de cuarta ascen­
reduce drásticamente a un solo salto, compases 56-57. La cuarta descendente dente de la voz superior, Re-Do-Si bemol-La. Esta línea surge de la sonoridad �,
se nos ofrece como contraste en una amplia realización que abarca cuatro la forma del acorde básico de la Edad Media y el antecesor de la tríada. Este des­
compases. censo de la voz superior tiene como contrapunto una progresión Re-La-Sol-Re en
el bajo. El consecuente uso de la dominante (como acorde menor) seguido de una
subdominante es característico de la era modal, y es una de las muchas
COMPASES 27-33 = 60-69 progresiones idiomáticas de la tonalidad contrapuntístico-modal. Puesto que la
función principal de estos acordes es la de sustentar la progresión de la voz supe­
Si se comparan los grupos de compases de cada sección se puede ver que rior, hemos empleado el término general CE en lugar de Ad o B, que indican fun­
el compositor hace una distinción muy precisa entre la realización a dos voces ciones contrapuntísticas específicas.
352 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-3

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353
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900)

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354 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 355

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356 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-3 (continuación)

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 357

EJEMPLO 10-3 (continuación)

e)
358 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Las ligaduras y corchetes en el gráfico a señalan las dos configuraciones la imposibilidad de entender a este compositor en términos puramente
motívicas principales. Adviértase cómo la imitación, tanto aquí como en otros contrapuntísticos (v. ej. 10-5), puesto que la pieza en su totalidad está basada
ejemplos, se encuentra al servicio de la prolongación del acorde y resulta de en un armazón armónico I-IV-V-1 a gran escala. Los compases 14-31 están
un amplio despliegue de la tónica Re menor y su acorde de Sol subsidiario. enteramente basados en una extensa prolongación del IV; este aparece seguido
Adviértase el cambio de textura cuando aparece el acorde de La (compás 12), por un V estructural de tan sólo un compás de duración. El resultante énfasis
estructuralmente importante, y la consecuente implicación de un agrupamiento sobre el IV en esta pieza mixolidia es característico del concepto modal de
rítmico temario. organización tonal.
Los elementos melódicos se derivan de la antífona de canto llano que da
nombre a la Misa (Liber usualis, página 1214). El gráfico indica el libre uso
p ALESTRINA: AGNUS I DE LA MISSA VENI SPONSA CHRISTI de imitación; sólo el soprano introduce la significativa nota de prolongación
Mi bemol del compás 5 (que no aparece en el canto) que después desempeña
Las composiciones de Palestrina se consideran a menudo como el epítome un papel tan expresivo (compases 26-30). Es también el soprano el que en los
de la escritura contrapuntística. Sin discutir en modo alguno su maestría en el compases 8-12 anticipa la quinta descendente estructural de la pieza entera. El
contrapunto exponemos aquí un ejemplo que, como muchos otros, demuestra alto y el bajo imitan los cuatro primeros compases del soprano, pero en con-

EJEMPLO 10-4 Isaac, Choralis Constantinus, Asperges me Domine

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 359

EJEMPLO 10-4 (continuación)

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360 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 361

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traste con él comienzan y finalizan en la misma nota. El tenor presenta sólo un primeros doce compases no cuentan siquiera con una sola cadencia; el movi­
fragmento y continúa libremente. Los corchetes en el gráfico e señalan la sección miento hacia el Si bemol del compás 14 aparece diluido por la entrada del
de la melodía empleada por las cuatro voces. Como en ejemplos anteriores, la soprano del compás 13 antes de la resolución de la suspensión 4-3 y de la lle-
textura imitativa se utiliza para prolongar varios acordes contrapuntísticamente. gada del Si bemol en el bajo.
Estas sonoridades se despliegan progresivamente en lugar de exponerse de una Como es ya habitual, el gráfico a expone la conducción de las v oces en
vez. Adviértase la relación temática entre los compases iniciales y el <<Miserere», detalle. En él se presentan también íncipits de las tres ideas melódicas princi­
compases 19 y siguientes. pales tal como se encuentran en el canto. Los corchetes indican citas comple­
El lector debe observar la ausencia de articulaciones muy marcadas. Los tas o incompletas de estas ideas.
362 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-5

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363
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900)

EJEMPLO 10-5 (continuación)

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364 EL CON1RAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 365

EJEMPLO 10-5 (continuación)

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366 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-5 (continuación)

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 367

VICTORIA: Ü VOS OMNES Esta obra, como indica el diagrama, se divide en dos secciones principales,
cada una de las cuales se divide a su vez en dos subsecciones. Las subseccio­
Esta espléndida construcción sobre las palabras de Jeremías (Lamentacio­ nes h y b' tienen en esencia la misma música y están construidas sobre las
nes 1:12) apareció en 1572 (v. ej. 10-6). . mismas palabras.
La referencia a los gráficos pondrá de manifiesto el carácter eminentemen­
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te lineal de la conducción de las voces. La idea melódica más importante la
qui transitis per viam subsección a (compases 1-16) expone primero el tenor; éste no sólo da comienzo a la composición, sino que
attendite, et videte su línea posee el perfil rítmico y melódico más prominente. Adviértase que la
melodía del tenor aparece de forma variada, pero con el salto característico al
si est dolor similis
sicut dolor meus } subsección b (compases 17-33) Fa estructural en el soprano de los compases 34 y siguientes justo al principio
de la segunda sección formal. Esta nueva presentación de la idea inicial del
tenor en el registro más agudo posible forma el clímax de esta composición,
motiva el consiguiente descenso estructural y coincide deliberadamente con
B Attendite universi populi } subsección e (compases 34-51) las palabras culminantes Attendite universi populi, etc. Mientras que ambas
et videte dolorem meum subsecciones de la primera parte finalizaban en el V, la subsección correspon­
diente de la segunda parte presenta el final estructural de la pieza; lo que sigue
si est dolor similis } subsección b' (compases 52-68) es una repetición de los compases 17-33 con el final alterado. Adviértase el
sicut dolor meus cambio de significado y de cualidad expresiva de esta subsección cuando vuel-
368 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-6

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 369
EJEMPLO 10-6 (continuación)

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370 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 371

EJEMPLO 10-6 (continuación)

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372 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA P\�RSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 373

ve a aparecer después del lamento del soprano y del descenso estructural en el con un movimiento de la voz superior de La a Do y de nuevo a La. La segunda
registro agudo. Ahora el proceso de escucha es diferente e incluso las mismas sec,'ión impulsa la voz superior hasta Mi, compás 23 (que actuará posterior­
notas muestran una cambio de función puesto que la historia principal ya ha me1ae como nota estructural). Este Mi actúa como nota de adorno entre los
sido contada. El efecto de los compases 52-68 por lo tanto es como el de una dos Do sustentados por una dominante de prolongación. La tercera sección
coda. Hemos incluido estos compases sólo en el gráfico b. --después del acorde de adorno de Do mayor- se mueve de nuevo al Mi so­
bre el V del compás 40 y, con un notable paralelismo con la segunda sección,
repite de forma variada la sexta descendente Mi-Sol sostenido. Pero entonces
GIBBONS: PAVANA LORD SALISBURY por medio de un rápido ascenso se llega al Mi por tercera vez, aunque ahora lo
hace sobre el I (compás 48), y la progresión estructural emprende su curso si­
Las tres secciones de esta obra (véase el ejemplo 1 O-7) podrían parecer en gukndo una prolongación del V que lleva al Mi a la octava inferior (véase el
una pimera escucha más bien inconexas. Sin embargo, están admirablemente gráfico a).
bien conectadas y se recomienda al lector que se concentre primero en el grá­ La progresión estructural muestra una increíble y maravillosa distribución
fico b, que ofrece una orientación general. La primera sección prolonga el I de las voces. Al comparar la realización d� Gibbons con el final del gráfico a

EJEMPLO 10-7 (continuación)

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374 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-7 (continuación)

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 375

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376 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 377

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378 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

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voces, que hubiera supuesto el tenor de Gibbons como voz superior y la voz mora, reciben un significado adicional.
superior real como tenor, finalizando en Do sostenido. En el compás 53 tiene Al estudiar el gráfico deberíamos darnos cuenta del penetrante empleo de
lugar un intercambio de voces -que vela el descenso estructural que sirve de la imitación en el primer plano musical. Los distintos corchetes ofrecen una
base a estos compases, y permite a la tercera mayor aparecer de un modo pro­ clara indicación de esta técnica.
minente. Gibbons es también un maestro de la intensificación del movimiento por
La pieza en su totalidad se caracteriza por tanto por un ascenso muy gra­ medio de la introducción de intervalos sucesivamente mayores. Esto puede obser­
dual al Mi estructural (compás 48); las dos primeras secciones preparan y se varse especialmente al comienzo de las secciones 2 y 3 (véase el gráfico e).
ocupan de puntos importantes de este ascenso y de la estructura tonal como un
todo. Mucha de la tensión interior se crea por el hecho de que el Do de la voz
superior, alcanzado y estructuralmente retenido desde los compases 5-10, se PuRCELL: EL LAMENTO DE Dmo
retoma y continúa hasta el Mi en los compases 47-48. Una vez que esta «inte­
rrupción» del ascenso hacia la nota estructural Mi (La Si Do Do Re Mi) ha En El lamento de Dido (véase el ejemplo 10-8), como en bastantes otros
sido asimilada, los procesos que intervienen dentro del V prolongado con sus números de Dido y Aeneas, Purcell emplea su procedimiento favorito del

EJEMPLO 10-8

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 379

EJEMPLO 10-8 (continuación)

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380 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-8 (continuación)

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I
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA ( CA. 1450-CA. 1900) 381

EJEMPLO 10-8 ( continuación)

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I
382 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

basso ostinato. El lamento está precedido de un recitativo que anticipa el des­ riores conduciendo a una exposición culminante en los primeros violines, co­
censo cromático de ese bajo repetido. La progresión del bajo dura cinco com­ menzando en el Sol agudo (compás 38). Los movimientos desde y hacia Sol
pases, comenzando en anacrusa y finalizando en tiempo fuerte. Para prevenir ya fueron presagiados en la parte vocal (compases 31-33).
un diseño excesivamente segmentado Purcell hace que las voces superiores
sobrepasen las articulaciones del bajo en algunos puntos. Véase en particular
el compás 13, donde la línea vocal se acerca a un final de frase en el medio de BACH: Dos FRAGMENTOS DE OBRAS PARA VIOLÍN Y CELO SOLOS
una progresión del bajo. El descenso de la voz superior desde Re está anticipa­
do por la línea del segundo violín que comienza en el compás 5, originando así Como suplemento a nuestros anteriores ejemplos de J. S. Bach, presen­
todavía otra superposición de frases. Préstese particular atención al postludio tamos ahora dos fragmentos de sus obras para violín y celo solos (ejem­
orquestal en el cual el descenso del bajo aparece imitado por las voces supe- plos 10-9 y 10-10). Para entenderlos debemos ser capaces de escuchar el fon-

EJEMPLO 10-9 Bach, Partita para violín núm. 1, Double del Courante

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 383

EJEMPLO 10-9 (continuación)

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384 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 385

EJEMPLO 10-10 (continuación)

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I ---------------v I V
386 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

do contrapuntístico, que aparece disuelto en el primer plano en un número de de desarrollo deben enfocarse dentro del contexto de la totalidad. Por lo tanto
configuraciones horizontales de lo más imaginativo y complejo. Descubrir las se recomienda al lector que estudie el movimiento completo del cual está ex­
sugerencias verticales detrás de esa aparente pura horizontalidad de este estilo traído el ejemplo 10-11. Ya el propio comienzo de este desarrollo ofrece un
no es tarea fácil. problema de audición. El compositor «finge» un retorno a los compases inicia­
les. Sin embargo, el acorde de Mi mayor resulta ser una dominante aplicada al
acorde de La menor g del compás 65, que a su vez forma parte de un movi­
BEETHOVEN: SONATA PARA PIANO OP. 14 NÚMERO 1; miento de paso a gran escala originado en el acorde de Si mayor que cierra la
DESARROLLO DEL PRIMER MOVIMIENTO exposición. Este movimiento de paso asciende al Sol de los compases 73-74,
la dominante aplicada al acorde de bordadura Do. El acorde de Do es el obje­
El análisis de las secciones de desarrollo exige mucho de la musicalidad y tivo de todo el movimiento anterior y el eje estructural de la sección del desa­
de la perspectiva del analista. Debido a su naturaleza transitoria las secciones rrollo. Este desarrollo, como muchos otros, es esencialmente una prolongación

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA ( CA. 1450-CA. 1900) 387

EJEMPLO 10-11 (continuación)

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388 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 389

EJEMPLO 10-11 (continuación)

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390 EL CONIRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

de la dominante a través de un movimiento de bordadura. Adviértase el uso este Si por medio de dos quintas descendentes, la primera de ellas disminuida
del movimiento de bordadura Si-Do natural-Si, que impregna varios estra­ y subdividida en dos terceras menores: Do-Mi bemol-Sol bemol. La nota del
tos de la textura. Los gráficos detallados de los compases 61-65 ofrecen un bajo Do sustenta un Mi en la voz superior. Cuando reaparece el Do en el com­
meticuloso estudio de la prolongación contrapuntística en su evolución paso a pás 153 la voz superior comienza un descenso de Mi a La. Este La se encuen­
paso. tra retenido desde el compás 127. Como consecuencia de ese Do en el bajo, el
final de esa dominante de interrupción ampliamente prolongada es un acor­
de � en lugar de la posición fundamental habitual. Schubert resuelve la nota
SCHUBERT: SONATA PARA PIANO EN RE MAYOR: Truo DEL ScHERZo disonante del bajo por medio del habitual descenso por grados conjuntos; la
elección de un acorde de Si mayor al comienzo de la sección A (en lugar de
El rasgo más notable de este Trío, ejemplo 10-12, es el amplio marco de uno de tónica 1 ) es ciertamente inusual. El lector advertirá las quintas parale­
referencia determinado por técnicas contrapuntísticas básicas: el movimiento las entre los acordes de Do, Mi bemol y Sol bemol en los compases 140-145.
de paso y la nota de bordadura. En la primera sección Schubert alcanza la do­ Estas quintas son por supuesto producto de la prolongación y no afectan a la
minante de interrupción (divisor) y la prolonga armónica y contrapuntística­ conducción de las voces básica.
mente (adviértase el bello acorde de bordadura cromático de los compa­
ses 131 -132) hasta la doble barra. La sección que sigue a la doble barra está
subdivida en dos segmentos como es característico de la construcción binaria CHOPIN: VALS OP. 63 NÚMERO 2; COMPASES 65-81
con reexposición. El primero de estos segmentos es de transición: el bajo
muestra (en su último análisis) un movimiento de paso que desciende del V Con respecto al ejemplo 10-13 el lector debería concentrarse primero en la
al I. El rasgo más significativo de este movimiento de paso es la atrevida pro­ dirección básica de la voz superior. A esta altura no debería encontrar dificul­
longación de la nota de paso Do. Como indica el gráfico, el Do aparece pro­ tad alguna en reconocer el movimiento de paso desde la tónica inicial hasta la
longado fundamentalmente por su bordadura inferior, Si. Schubert alcanza dominante, a la que se llega en el compás 78. En una primera audición la voz

EJEMPLO 10-12

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 391

EJEMPLO 10-12 (continuación)

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392 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-12 (continuación)

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superior parece consistir en una serie de movimientos ondulatorios ascenden­ bajo asciende la misma tercera, cromáticamente elaborada, que la voz superior
tes y descendentes; a partir de estos movimientos un grupo de tres notas, Fa­ ha llevado a cabo entre los compases 65 y 73; nos enfrentamos aquí con imi­
Sol bemol-La bemol, emerge claramente como la dirección melódica principal tación en un nivel estructural intermedio. Finalmente llamamos la atención so­
hasta el compás 73; estas notas poseen como soporte un bajo ascendente en bre el gráfico e, que indica las bellísimas manipulaciones melódicas y rítmicas
una serie de décimas consecutivas. Después del compás 73 el bajo continúa utilizadas por Chopin para añadir ímpetu a la secuencia de la voz superior.
ascendiendo mientras la voz superior «marca el tiempo» al ejecutar una pro­ Adviértase la relación establecida con la idea melódica que abre el vals.
longación melódica del La bemol altamente expresiva. En un sentido estructu­
ral el La bemol es una nota retenida, y la conducción de las voces es la elabo­
ración del movimiento oblicuo que nos es familiar desde el contrapunto de CHOPIN: SONATA PARA PIANO OP. 35;
especies (véanse primero los gráficos e y d). La progresión 5-6 entre bajo y DESARROLLO DEL PRIMER MOVIMIENTO, COMPASES 137-161
tenor y las transferencias de registro de la voz superior emergen claramente de
los gráficos a y b. Como contrapunto a las transferencias de registro el bajo y El pasaje analizado en el ejemplo 10-14 representa el clímax del desarrollo
el tenor efectúan un «dueto» casi imitativo que surge de las notas de paso del primer movimiento de la segunda Sonata para Piano de Chopin. El bajo
cromáticas que alternan en ambas voces (véase el gráfico a). Un paralelismo desciende de Si bemol (que sustenta un acorde de sexta de Sol menor) a Mi
más oculto se pone de manifiesto en el gráfico d; después del compás 73 el bemol antes de volver al V estructural del compás 161. Este movimiento de
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 393

EJEMPLO 10-13

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394 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-13 (continuación)

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Compárese:
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 395

paso sustenta una elaborada serie de suspensiones 6-5 cromatizadas de un de Fa menor; dentro de este acorde el bajo efectúa un descenso por grados
modo no secuencial; cada par de acordes es único. Adviértase que no se alcan­ conjuntos de Do a Mi natural (el Do en el compás 15 resulta de la entrada de
za el objetivo, la dominante, hasta el compás 161. El acorde de Fa mayor del una nueva voz, en la orquestación dada a las violas). La voz superior decora la
compás 151 forma parte de la serie 6-5. serie de suspensiones; el gráfico a reduce la figuración melódica para mostrar
la progresión esencial. La notación enarmónica (usando sostenidos en lugar de
bemoles) de los compases 13-14 tiene como fin facilitar la lectura, pero no
WAGNER: TRISTÁN E IsoLDA, 1NTRODucc1óN AL ACTO III posee mayor significación musical; por lo tanto en el gráfico a se restablece la
notación «correcta» para aclarar el significado de la conducción de las voces.
Este fragmento (v. ej. 10-15) ilustra la cromatización de una serie de sin­ Como vemos, se trata de una serie 7-6 con el bajo inflexionado cromática­
copaciones, en este caso de suspensiones 7-6. La sonoridad gobernante es el V mente y la voz superior rebajada cromáticamente. El gráfico b muestra el bajo

EJEMPLO 10-14

a)

b) La realización diatónica sería:

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396 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

diatónico que subyace y controla la progresión crómatica; el gráfico e nos está reproducido sin modificación alguna o con ligeras modificaciones rítmi­
muestra cómo sería la voz superior sin la cromatización descendente. Un aná­ cas en las partes del acompañamiento. La voz superior orquestal (en algunas
lisis «armónico» de este pasaje --es decir, un análisis que trate de etiquetar ocasiones representada por ese corno inglés que se encuentra entre bastidores)
cada acorde en base a una supuesta fundamental- no tendría sentido. es una melodía polifónica; como se indica en el gráfico a, la guía es el estrato
superior de la línea polifónica. El bajo se mueve en décimas contra esa línea
algo encubierto por el desplazamiento rítmico. Este desplazamiento le da al pri­
WAGNER: TRISTÁ.c"-i, ACTO III, ESCENA l (DURCH ABENDWEHEN) mer plano un efecto de sincopaciones 9-10 con respecto a la voz superior (gráfi­
co a); pero la voz que guía y controla la conducción de las voces consiste en una
El ejemplo 10-16 representa una especie de fantasía sobre el solo de corno serie de 7 -6 encubiertas por la alteración cromática y el desplazamiento (gráfi­
inglés sin acompañamiento del principio del acto; la mayor parte de este solo co b). El armazón armónico, en relación al contexto global, es una progresión

EJEMPLO 10-15 Wagner, Tristán e Isolda, acto 111, introducción

( Massig langsam)
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! 397
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA ( CA. 1450-CA. 1900)

EJEMPLO 10-15 (continuación)

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398 EL CON'IRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

I-II61-V51 dentro de Do menor, que ejerce la función de V de Fa menor. El empleo observará que este ejemplo, como el vals de Chopin, está basado en una pro­
de un V con la quinta rebajada resulta de las frecuentes y características quintas gresión 5-6. A diferencia del fragmento de Chopin, Wagner construye una su­
disminuidas del solo de como inglés. cesión 5-6 sobre cada nota del ascenso cromático hasta el compás 17. El cro­
matismo está por lo tanto mucho más integrado en el tejido compositivo que
en el caso del fragmento de Chopin. Adviértase que la progresión 5-6, iniciada
WAGNER: TRISTÁN, ACTO II, ESCENA II por la voz superior orquestal y vocal, encuentra su continuación en la región
de la voz media a partir del compás 13 (violas, segundo grupo del divisi).
Nuestro último fragmento de Tristán (v. ej. 10-17) ha sido extraído del Adviértanse las indicaciones de superposición en el gráfico b, pentagrama su­
gran dúo de amor del segundo acto. Como los otros dos ejemplos de Wagner, perior, compases 13 y siguientes. Esta superpocisión resulta de cruzamientos
también está basado en una serie de suspensiones manipuladas cromáticamen­ de las voces entre las violas divididas.
te. Nos orientaremos mejor concentrándonos primero en el gráfico b. El lector El gráfico a ofrece más de ese detalle contrapuntístico tan complejo. En

EJEMPLO 10-16 Wagner, Tristán e lsolda, acto III, escena 1

(Massig langsam)

Durch A bend - we hen drang sie bang� als einst dem Kind des
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 399

EJEMPLO 10-16 (continuación)


400 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-16 (continuación)

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 401

este fragmento casi todas las sonoridades tienen su origen en la conducción de aparece en los once últimos compases. El armazón armónico básico es por lo
las voc�s; las únicas implicaciones armónicas surgen de las dominantes aplica­ tanto una progresión incompleta V-1; la prolongación contrapuntística del V
das denvadas de las sextas de la progresión 5-6. Adviértase la aceleración ocupa la mayor parte de ]a pieza. El V aparece prolongado por un acorde de
rítmica del pasaje considerado en su totalidad. Las dos primeras sucesiones de bordadura Sol menor (final de la primera sección), el cual se mueve a través
5-6 están contenidas en dos frases de seis compases cada una. Al llegar el de un acorde de paso cromático (inmediatamente antes de la doble barra), Sol
compás 13 las progresiones de 5-6 se comprimen en tres grupos de dos com­ bemol. Este Sol bemol sustenta un í con un Mi bemol como voz superior. En
pases. Observado en su totalidad, el movimiento del bajo debería escucharse y el compás 21 el Mi bemol (voz interior) se encuentra desplazado por una bor­
entenderse como un ascenso a Mi bemol como nota de una voz media de una dadura superior, Fa bemol. Sin embargo, el Mi bemol reaparece (compás 31)
tónica La bemol extensamente prolongada. para preparar la séptima sobre el V del compás 32.
Las notas pedales de la voz interior desempeñan un importante papel en
esta pieza. Adviértanse los extensos pedales sobre Mi bemol (compases 1-11 ),
BRAHMS: lNTERMEZZO OP. 76 NÚMERO 4 Fa bemol (21-28) y Mi bemol (31-42).
El final de esta pieza muestra un descenso dela séptima de la voz superior,
A diferencia de la mayoría de las composiciones que empiezan con la tóni­ Mi bemol, a Re; sobre este descenso se superpone un segundo movimiento de
ca o con una corta prolongación que conduce a ella, este intermezzo comienza bordadura Sol bemol-Fa como eco y resumen en el soprano del significativo
con una extensísima prolongación del V (ej. 10-18). El acorde de tónica sólo movimiento del bajo Sol bemol-Fa.

EJEMPLO 10-17 Wagner, Tristán e Isolda, acto 11, escena 2

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402 . EL CON1RAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-17 (continuaÓÍq)

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 403

EJEMPLO 10-17 (continuación)

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404 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-17 (continuación)

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA ( CA. 1450-CA. 1900) 405

EJEMPLO 10-17 (continuación)

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406 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

El V7 del comienzo tiende claramente hacia el Si bemol. La llegada de esa FAURÉ: APRES UN REVE
tónica esperada se retrasa por medio de expertas progresiones contrapuntísti­
cas dentro del V; por estos medios Brahms consigue un suspense fascinante. A diferencia de otros fragmentos de este libro, este fragmento de Fauré
El armazón básico es por supuesto armónico, y existe una breve prolongación (véase ejemplo 10-19) lo presentamos en la dirección del plano de fondo de la
armónica del acorde de Sol menor. No obstante, el tejido musical por entero, conducción de las voces hacia el primer plano compositivo. El gráfico a indica
con sus bordaduras, movimientos de paso y suspensiones, es abrumadoramen­ la realización básica: décimas entre las voces exteriores. Esta serie aparece en­
te contrapuntístico; incluso la progresión del V al I se va a rellenar con un riquecida (gráfico b) por las suspensiones de la voz media. La cadena de sus­
movimiento de paso cromático. pensiones contrapuntísticas se encuentra prolongada por la actividad de las

EJEMPLO 10-18

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 407

EJEMPLO 10-18 (continuación)

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408 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-18 (continuación)

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LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 409

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410 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

quintas descendentes en el bajo (gráfico e) que añaden un momentáneo ímpetu SCRIABIN: PRELUDIO OP. 39 N.º 2
armónico a esta progresión básicamente contrapuntística. El empleo de quintas
descendentes en conexión con suspensiones 7-6 es característico de composi­ Esta pieza de Scriabin (ejemplo 10-20) se ha elegido para ilustrar técnicas
ciones de muchos estilos a partir del siglo xvn. La nota estructural de la melo­ de conducción de las voces empleadas con frecuencia por los compositores del
día, Re, de la cual la voz superior toma su punto de partida, aparece pospuesta siglo xx pero que podrían remontarse incluso hasta el barroco (véase ejem­
para que no coincida con su bajo «original», Si, sino con Mi, la quinta de pro­ plo 7-44, Heinichen). Esta pieza se desarrolla dentro del armazón de una pro­
longación. Todo esto puede apreciarse en el gráfico d junto con la decoración gresión incompleta IV-V-I en Re mayor. El V se encuentra inmediatamente
cromática de las líneas del soprano y el alto. El gráfico e indica las cuartas precedido por un II frigio, un acorde de énfasis armónico. La progresión de los
motívicas descendentes de la melodía y el gráfico f completa los detalles de las compases 2-3, con su movimiento en el bajo Sol bemol-Mi bemol-La, prefigu­
voces interiores que se suman a la riqueza de la sonoridad y encubren pero no ra el sendero estructural del bajo hasta la tónica final. Los principales aconte­
cambian fundamentalmente la serie de suspensiones 7-6. cimientos de prolongación tienen lugar entre el IV y el II frigio. Este movi-

EJEMPLO 10-19

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411
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900)

EJEMPLO 10-19 (continuación)

d)
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412 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

miento consiste esencialmente en una serie de décimas paralelas cromáticas de esos cruces cromáticos de las aparentes interrupciones de los acordes en
entre las voces exteriores. Scriabin transfiere las líneas cromáticas entre el so­ blancas. El uso de acordes de sensible y del intercambio enarmónico no re­
prano y el bajo para que las amplias continuidades puedan escucharse a través quiere comentario alguno.

EJEMPLO 10-20 Scriabin, Preludio, Op. 39, núm. 2

Elevato
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 413

EJEMPLO 10-20 (continuación)

cresc.

L--3---1

@
414 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-20 (continuación)

a)

V)
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6

IV

b)

.,,--- - .....

(II Frigio)
V I
LAS Tl�CNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 415

EJEMPLO 10-20 (continuación)

(II Frigio)
V I

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1 1
(II Frigio) (II Frigio)

IV V I N V I
416 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Anexo
EJEMPLO 10-1 Gilles Binchois, Chanson. Adieu m'amour et ma maistresse

1.4.7. A dieu m'a -mour et ma mai-strais - se. -


3.J'ay grant de- sir de prendre a- dres - �
S. Sou -ven- gne vous, bel le de- es se_ -

A­ dieu mon suu- ve


Pour­ quoy vous pui- se
De moy qui SUÍ VO,

rain - de
re ve
fail
-e-
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 417

EJEMPLO 10-1 (continuación)

28.A- dieu celle a qui veul ser -


6.En vo -lon- te de re ve -

J.

vir, A­
fllit Pen-

dieumon con-fort et li- es - se.


sant a vo bel- le jou -nes - se.
418 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-2 Johannes Ockeghem, Sanctus (primera sección) de la Misa Prolationum

rr r r r

San

r rii=
v-W-
f r r

ctus. San
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 419

EJEMPLO 10-2 (continuación)

r'-1
- - - ctus. rr

L Do mi nus
San
420 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-2 (continuación)

mi nus
- ctus,

mi -nus De

rsa
. r-=�- r r

us. De - - us.

oth.

- mi- nos.

Sa oth.
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 421

EJEMPLO 10-3

Tu pau- pe- rum re- fu- gi- um, tu

rum re-

quo- rum

re- me- di- um,
lan-
quo - rum re ---- - di- um, spes ex- su-

quo- rum. re me - di- um,


ti- tu- do la- bo- ran - - ti-

ti- do la- bo- ran


lum, for- la- bo-

ti- tu- la- .bo- ran


422 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-3 (continuación)

um, vi a

ti- um,
rrrr - Vl er ran
r
ran - ti- um,

ti- um.

r v=- r- r- rti- uro..

ve-- ri- tas et vi


LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 423

EJEMPLO 10-3 (continuación)

ta. Et nunc re- demp- - tor Do- - mi-

ta.

te -
ne, ad te so- lum con- fu- gi- te ve- rum - De-

con te ve - rum
424 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-3 (continuación)

r vrr ad o te spe- ro,


um ad- o

De um ad o- ro.

sa- lus Ad va

sa- lus vame,


Je- su - Chri- ste
- - do, sa -lus me- a,
Ad- ju - va
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 425

EJEMPLO 10-3 (continuación)

me. at in mor - - ... te

ne un- quam ob- -


rrcr r =
d:Jnni -at - - - k r- r
mor-Íe a- ni-
me. ne un- quam ob- dor- mi- at inmor - - - te

at in mor te

- ni.. ma me a.

mame - a a- ni- ma me
-
r- r �-u-
a.
ni ma me-

a- ma me a.
426 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-5 Palestrina, Antífona Veni sponsa Christi

J 1
Ve-nispon-saChri-sti ac- ci- peco- ro11am, quamti- bi Do-mi·n�rae-pa-ra- vit in ae-ter- num.

Ve-nispon-saChri-sti ac"(.i.-peco-ro-nam, quam ti- biDo-mi-nusprae-pa-ra-vit inae-ter- num.

Palestrina, Agnus Dei de la misa Veni Sponsa Christi

A- gnus De- 1, A

A- gnus De l, A
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 427

EJEMPLO 10-5 (continuación)

gnus De- 1 A
A- gnus De

j J
A- gnus De
gnus De-

- gnus de - 1,
rrr
gnus De
gnus De

l. A - - - gnus - De- 1,
428 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-5 (continuación)

lis ca ta mun - - - cti,

'
qui tol- lis pee- ca �ta mun- dL pee-
L -

qui tol -lis pee- ca ta

ta mun dí;

1--1_
lis pec- ca- ta mun- di mi- se- re- re
J j J _j_ _j_ _j_

mun- di:
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECrIYA HISTÓRICA (CA. J45Ü-CA. 1900) 429

EJEMPLO 10-5 (continuación)

Mi- se- re- re

se- re- re no bis, lill -se


bis. mi- se-
} _.J_ J
re- re no bis,

re- re no -bismi- se- re- re no- bis


re- re no- bis. mi- se- re- reno bis. mi- se- re- re

j I-J)J �11 1
mi- se- re -re no
430 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-5 (continuación)

bis, mi- se -re- re no bis.

mi- se- re- re no bis.


-- - - - - - - -
n 1.
no
J.
bis,- - - - mi- se- re- re no- bis.

EJEMPLO 10-6 Tomás Luis de Victoria, O vos omnes

o vos o- mnes, qui

o vos o- mnes� qm
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 431

EJEMPLO 10-6 (continuación)

tran- si- tis at- ten

si- tis pe1 vi- am, ten- di-

tran- si- per vi· am, at- ten- di-

di -te et de- si

te et vi- de S1

te

te et vi- de- te: S1 est do-

est do- lor mi- lis cut

lor SJ_- mi- lis


432 EL CONTRAPUNTO F.N LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-6 (continuación)

do- lor me- us, Sl. cut- cut-

cut

si- me-

at- ten- di- te

. .
u- m-ver -s1 po- pu- li et v1- de-
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECilVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 433

EJEMPLO 10-6 (continuación)

rem me- um rem me do-


�J
do- do- lo- um
um.do- r

te do- lo- rem me- um, lo-

lo- rem me um Sl

me- est do-

est do- lor si- mi- lis

lor

lor si- mr· lis


434 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-6 (continuación)

cut do- lor me- US, S1· cut-

si- cut do- lor me-

s1- cut..

cut do- lor us.


LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 435

EJEMPLO 10-7 Orlando Gibbons, Pavane Lord Salisbury


436 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-7 (continuación)

r rrrr

1J
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA ( CA. 1450-CA. 1900) 437

EJEMPLO 10-7 (continuación)


438 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-7 (continuación)

r crr v
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. l 450-CA. 1900) 439

EJEMPLO 10-8 Henry Purcell, De Dido y Aeneas. Thy Hand, Belinda

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bo som let me rest more I would, but Death - in-


440 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-8 (continuación)

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vades me; Death 1S now a wel come guest.


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LAS TÉCNICAS DE CO'.'JDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 441

EJEMPLO 10-8 (continuación)


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earth. may my ere- ate no trou ble, no

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1 1
442 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-8 (continuación)

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trou - ble in thy breast; Re·

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1 1 1 1 1

mem- be1 me,. Re- mem- ber me, but


LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 443

EJEMPLO 10-8 (continuación)

ah! for - get my fate. Re- mem- ber me. but

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ah! - - - - for - get my - fate.

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444 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-8 (continuación)

J. 1 J
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1
1
1 1
Indice de ejemplos musicales
/

Anónimo (s. xv ): 44, 242,264 189, 240 28, 218


Magnificat, 54 45, 215 191, 219,224 53, 102
Arcadelt: 47, 236 198, 215 Suite francesa núm. 5, Loure, 160
Amour ha pouvoir, 117 53, 238 201, 227 Variaciones Goldberg, núm. 6, 325
54, 124 203, 238 Pequeño preludio núm. 8, 116
Bach, libro de Anna Magdalena 57, 217,218 206, 242 O Mensch bewein' dein' Sünde gross (Or­
Marche, 156 58, 226 207, 217,244 gelbüchlein), 186
Menuet, 156 61, 262 209, 220 Partíta núm. 1:
Bach, C. P. E.: 62, 250 210, 219 Allemande, 180
Sonata prusiana núm. 4, 1 _er movimiento, 63, 124,220 213, 227 Sarabande, 153
134,143 64, 233,256 217, 230,246,256,263 Partita núm. 5, Sarabande, 313
Sonata prusiana núm. 5: 68, 215 223, 245 Partita núm. 6, Toccata, 125
2.º movimiento, 140 83, 262 224, 217 Partita para violín núm. 1, Double del Cou­
Finale, 116 90, 235,252 231, 242 rante, 379
Sonata prusiana . núm. 6, 1 _er movimiento, 102, 254 232, 250 Pasión según san Juan:
139 103, 105 234, 250 Núm. 16, Recitativo, 108
Bach, J. S.: 105, 228 239, 245 Núm. 41, Recitativo, 138
Corales: 106, 249 244, 258 Núm. 43, Recitativo, 109
1, 217, 222, 244, 257 108, 215,227 249, 261 Suite para cello, núm. 3, Preludio, 381
2, 250 114, 233 252, 252 Clave bien temperado I:
4, 232 121, 232 256, 220,233 Preludio II, 123
5, 214 123, 222,223 268, 248 Preludio XI, 107
6, 124,155, 214, 230 131, 226 271, 228,235,236 Preludio XXIV, 324
8, 224,240 138, 252 277, 235 Clave bien temperado II:
9, 218 142, 102 279, 222 Preludio IX, 159
10, 224 143, 234 297, 243 Fuga IX, 314
13, 222 146, 240 298, 102,252
14, 236,253 149, 218,243 303, 248 Beethoven:
15, 236 151, 215,248,265 309, 253 Bagatela, Op. 33, núm. 3, 152
17, 235 153, 249 311, 223 Bagatela, Op. 119, núm. 11, 146
18, 217,252 156, 219,232 315, 222 Concierto para piano, Op. 15, 1.ermovimien­
19, 221,228 158, 248 316, 214 to, 130
25, 220,221 167, 248 327, 268,269 Sonata para piano, Op. 2, núm. 1, 3_er movi­
26, 224,236 168, 217 334, 251 miento, 106
27, 125,217 169, 252 346, 226 Sonata para piano, Op. 10, núm. 1, Finale,
29, 231,242 176, 243 352, 219 185
31, 259 179, 245 353, 105 Sonata para piano, Op. 14, núm. 1, ¡_er movi­
35, 125 183, 245 358, 231 miento, 386
41, 260 184, 250 Corales con bajo cifrado: Sonata para piano, Op. 14, núm. 2, 2.º movi­
43, 217 185, 250 23, 229 miento, 102
446 EL CON1RAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Sonata para piano, Op. 26, 1.e, movimiento, Ordre núm. 5, Les Agréments, 114 Motet, Tu pauperum refugium, 150, 421 Purcell:
103 Ordre núm. 6, Les Baricades Mistérieuses, Dicto y Aeneas, núm. 37,378,439
Sonata para piano, Op. 31, núm. l, 2.º movi­ 316 Landini: Fantasía a cuatro voces, núm. 7, 163
miento, 104 Ordre núm. 8, Gigue. 178 Per servar umilta, 52
Sonata para piano, Op. 31, núm. 3, l!' movi­ Lassus: Scarlatti:
miento,173 Dufay: Bonjour, mon coeur, 151 Sonata núm. 7 (Kirpatrick, vol. I), 119
Sonata para piano, Op. 53, 1 _e, movimiento, Hymn, 54 Sonata núm. 37 (Kirpatrick, vol. II), 160
321 Mattheson: Scheidt:
Sonata para piano, Op. 1O1, Introducción del Fauré: del Der volkommene Capellmeister, 132 Das Gorlitzer Tabulaturbuch:
último movimiento, 142 Apres un reve, 406 Minuet, 122 Núm. 28, 126 ·
Sonata para piano, Op. 110, 1.er movimiento, Les Berceaux, 110 Mendelssohn: Núm. 43, 126
157 Févin: Sonata para piano, Op. 6, 1.er movimiento. Núm. 95, 125
Sonata para piano y violín, Op. 96, 2.º movi­ Agnus Dei de la Missa Mente tota, 129 183 Schein:
miento, 129 Freylinghausen: Canción sin palabras, Op. 85, núm. 1, 135 Die Nacht ist kommen, 126
Trío, Op. 97, 3.er movimiento, 129 Coral con bajo cifrado, Lobe den Berren, 130 Canción sin palabras, Op. 85, núm. 4, 133 Schubert:
Binchois: Cuarteto, Op. 44, núm. 3, 2.º movimiento. Impromptu, Op. 142, núm. 3, 193
Chanson, Adieu m'amour, 343, 416 Gagliano, Marco da: 172 Misa en Mi bemol mayor, Sanctus, 187
Brahms: Alma mia, dove t'en vai, 154 Monteverdi: Sonata para piano en Re mayor, D. 850, 3_c,
Es ist ein Ros' entsprungen (Preludio coral), Galilei, Vincenzo: E cosl poco a poco, Madrigales, Libro 5, 313 movimiento, 390
192 del Disorso intomo ali'uso delle dissonanze, Si ch'io vorrei morire, Madrigales, Libro 4. Sonata para piano en Si bemol mayor, D.
Intermezzo, Op. 76, núm. 4, 401 137 166,326 960, Finale, 193
Intermezzo, Op. 76, núm. 7, 105 Gatoldi: Mozart: Sinfonía núm. 9 en Do mayor, 2.º movimien­
Intermezzo, Op 117, núm. 3, 118 Balletto, 126 Ave Verum Corpus, K. 618, 158 to, 164
Concierto para piano núm. 2, 3.e, movimien­ Gibbons: Fantasía, K. 396, 170 Schumann:
to, 111 Pavana Lord Salisbury, 176, 373, 435 La flauta mágica: Auf einer Burg, Op. 39, núm. 7, 161
Cuarteto para piano, Op. 60, 2.º movimiento, Núm. 5, 167 In der Fremde, Op. 39, núm. 1, 145
112 Haendel: Núm. 11, 150 Kreisleriana, Op. 16, núm. 2, 191
Quinteto, Op. 111, 3.°' movimiento, 144 Chacona en Sol mayor (Var. 6), 103 Núm. 12, 166 Vals (Albumblatter, Op. 124, núm. 4), 121
Romanze, Op 118, núm. 5, 142 Chacona (Trois Lec;ons, núm. 3), Var. 9, 119 Núm. 21,323 Schütz:
Trío, Op 114, 3.C' movimiento, 111 Suite V, Air, 139 Misa en do menor, Et incamatus est, 319 Cantata Sacra, 110
Variaciones sobre un tema de Haendel, Op Sonata para violín XIII, 1.C' movimiento, 138 Overture, K. 399, 179 Scriabin:
24, XX Haydn: Concierto para piano, K. 450, Cadencia del Preludio, Op. 39, núm. 2, 410
Busnois: Sonata para piano núm. 40, 1.er movimiento, 1.er movimiento, 169 Strauss:
Magníficat, 54 137 Concie110 para piano, K. 467, 2.º movimien­ Till Eulenspiegel, 185
Byrd: Sonata para piano núm. 44, 1!' movimiento, to, 136
The Woods so Wild, 311 115 Sonata para piano, K. 570, 3.e, movimiento, Tallis:
Sonata para piano núm. 47, 1.cr movimiento, 312 Heare the voyce and prayer, 52
Chopin: 149 Sonata para piano, K. 576, 2.º movimiento.
Balada, Op. 23, 182 Sonata para piano núm. 51, Finale, 120 174 Victoria:
Balada, Op. 38, 154 Cuarteto, Op. 17, núm. 4, l ."' movimiento, Finale, 192 Motet, O vos omnes, 367, 430
Estudio, Op 1O, núm. 4, 52 147 Requiem, Recordare, 325
Estudio, Op. 25, núm. 9, 166 Sinfonía núm. 22, l _e, movimiento, 323 Rondó, K. 494, 193 Wagner:
Estudio, Op. 25, núm. 12, 113 Trío núm. 27, 1. cr movimiento, 140 Cuarteto, K. 428, 2.º movimiento, 181, 320 Gotterdammerung, Prologue, 185
Mazurca, Op. 50, núm 3, 188 Trío núm. 29, l ."' movimiento, 134 Variaciones sobre Lison dormait, 108 Tristán e Isolda:
Sonata para piano, Op. 35, I ."' movimiento, Heinichen: Sonata para violín, K. -+81, 2.º movimiento, Acto II, Escena 2, 398
392 del Der Generalbass in der Composition, 148 Acto III, Introducción, 396
Preludio, núm 26, 313 155, 163 Acto III, Escena 1, 396
Vals, Op. 63, núm. 2, 390 Ockeghem: Die Walküre, Acto III, 189
Corelli: Isaac: Missa prolationum, Sanctus, 345, 418
Sonata da Camera, Op. 4, núm. 1, Alleman­ Choralis Constantinus, Asperges me Domi- ·
da, 141 ne, 358 Palestrina:
Missa Veni Sponsa Christi, Agnus I, 358
des Prés: Motet, Salvator mundi, 126
Índice analítico

acorde de adorno, 125, 126,128 al armonizar corales, 255 tercera especie, 48,58,60-61,64 cuartas paralelas en combinación de especies,
acorde de dominante aplicado: auskonponierung (véase Prolongación armóni- cuarta especie, 67,74,77,83 288-289
en el coral, 227,246, 253-254 ca) quinta especie, 87,92,95
equivalentes contrapuntísticos, 181 conceptos armónicos: Davidson, Archibald T., 343
en inversión, 171,173 Bach, Carl Philipp Emanuel, 212 n., 237 n. en conjunción con conceptos contrapuntísti­ décima, mayor y menor, 11,12,17 (véase tam­
acorde de énfasis armónico, 261 bajo cifrado, 237 cos, 236-237,246,251,253 bién Terceras paralelas)
acorde de énfasis melódico, 165 Bmform, 255 en contraposición a conceptos contrapuntísti­ décimas paralelas, 15, 16,46,95
acorde de floreo, 125,126,128 basso ostinato, 372 cos, XVIII-XIX, 126-128,130 en especies combinadas, 290,306-311
como séptima disminuida, 227 Bellermann, Heinrich. xn n., xvm conexión de notas no consecutivas, 51, 53, 89- desplazamiento rítmico, 158,343
acorde de floreo-de adorno, 125 blanca con puntillo en la combinación de quin­ 90,101,104-105 en el coral, 219-223
acorde de floreo-de paso, 124 tas especies, 304 consonancia, 11-12,22-26,35, 36 en especies combinadas, 292, 301,311
acorde de paso, 46, 124, 126, 128, 130, 146- consonancias, adyacentes, 35,36,37,50-51,71 despliegue, 131-135, 136, 145-146, 147, 151,
151 cadencia: contextura armónica, 129-130,239 156
en el coral, 227,247-252 contrapuntística, 343 contracción, 154,156-160,190 dimensión horizontal, 11, 12, 23, 24, 70, 124,
acorde de sensible, 29,177-192,412 en el contrapunto de especies ( véase Cómo en el coral, 218-219,222-225, 228 131,146
acorde de séptima disminuida aplicado, 181 finalizar el ejercicio) contrapunto del s. xvr, xvn, 51 n., 53, 54, 294 dirección melódica, 4
acorde de sexta aumentada, 181-190 armónica: en el coral, 234 contrapunto elemental, definición, XIX dimensión vertical, 10, 11-12, 20-21, 23, 70,
acorde de sexta y cuarta, 24-25 expandida armónicamente, 236-237 contrapunto florido, 87 n., 304 124, 131,147
aparente, en el coral, 231,232 conducción de las voces, 234-237, 245- contrapunto prolongado, 49,83-84,90 disonancia:
cadencial, en el coral, 235 246 definición, XIX (véanse también los capítulos salto aparente desde y hacia, 51,90,291,292
acorde de sexta y tercera, 23,24,26,27,29,83- calderón, su significado en los corales de Bach, 6-10) cubierta, 302,303, 315
84 234,261-262 contraste rítmico, 34,48 resolución retrasada de, 133-135
acorde de subdivisión, 148,247-252 cambiata (véase Nota cambiata) corales, bajo cifrado, 237 adorno de, 156
acorde incompleto, 23,24-27,29,46,79-80 cambio de dirección melódica: corcheas: su evolución en la composición, 154-163
a evitar, 146 después de saltos grandes, 6, 7 en el coral, 214 con figuración, en el coral, 215-220
acordes de sexta y tercera paralelos, 28, 130 por razones de variedad, 5, 6 en quinta especie, 88,89 niveles de, 293-294
Albrechtberger, Johann Georg, xvm cantus firmus, 3-11 cromaticismo, 177-192 dependencia en el contexto para cobrar senti­
alternación de 5-6, 163-170 duración, 3,4 en el coral, 227-231 do, 11-12
anacrusa, al comienzo del coral, 214 tesitura melódica, 4 retardando el movimiento tonal, 182 melódica, 4, 131, 132, 134-135, 171, 225-
anticipación, 68, 90,130,154-155 ritmo, 3,4 cruce de voces, 15,60,141,231,232 227
en el coral, 216-217,232-233 Cherubini, Luigi, xvn cuarta consonante, 84 de nota contra nota, en el coral, 215-216,
indirecta, 217-218 cómo comenzar el ejercicio, 8 justa, 11-13,24 222-225
anticipación de la nota de resolución, 71,77 primera especie, 16-19, 26, 28 ligada, 84 (véase también Cuartas paralelas) control rítmico de, 343
en especies combinadas, 299-300, 302-303 segunda especie, 34,35, 44 cuarta especie, 67-86 en el contrapunto de especies, 48, 67-71, 77-
Apel, Willi, 343 tercera especie, 48, 60-61, 65 aplicación en la composición, 110-121 79,89,90,95
apoyatura, 69, 155,219-220 cuarta especie, 67, 74, 77, 83 en combinación con segunda especie, 297- los tres tipos fundamentales de, 34,35
· arpegiacíón, 127, 153-154 quinta especie, 87,92,95 300 disonancias sucesivas: en el coral, 221,222
articulación, 161-170 cómo finalizar el ejercicio, 8 aplicación en la composición, 312-322 en combinación de especies, 291-292
Attwood, Thomas, x11 n., 51 n. primera especie, 16, 18, 19,25,29, 30 en combinación con tercera especie, 299-304 disposición, 17,26
audición mental, 19, 30, 31 segunda especie, 34, 35-37,44-45 aplicrción en la composición, 315 doble flore9, 48, 5n . .:::, (;5
448 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

en combinación de especies, 295-297, 303, Keller, Hermann, 237 n. movimiento de floreo, 136-141, 151, 240-243 octava, 11-12,13,16-18
305 Kurth, Ernst, xvm n. a gran escala, 390, 406 octavas antiparalelas, 16,28
dominante, como . acorde menor en la música usado para prolongar la dominante, 383-386 octavas paralelas, 14-15,16,28,36,55,56,64,
qiodal, 355 manipulación de registro, 134-135 (véase tam- movimiento directo, 13-16, 17, 20-21, 28, 29- 72,80-82, 91,95
dominante de prolongación, 171,253-254 bién Transferencia de registro) 30 causadas por figuración en el coral, 234
dominante de subdivisión (divisor), 254 manipulación rítmica, 114 movimiento oblicuo, 13, 14,19, 72 a evitar: por medio de figuración en el coral,
dominante secundaria (véase Acorde de domi- Mann, Alfred, XI n., XI, xvm n., xx n. movimiento paralelo, 13-15, 20-21, 28 (véase 234,235
nante aplicado) mediante, 259,260 también Quintas paralelas; Cuartas paralelas; a evitar: por medio del cruce de voces, 231-
duplicación, 14,24-27,29,78,83 ritmo comr,lementario, 304 Octavas paralelas; Sextas paralelas; Décimas 232
echapée (véase Nota escapada) melodía del coral, 213 paralelas; Terceras paralelas; Unísonos para­ en la composición, 190-192, 194
éjercicios, 10,20,33,44, 46,58,64,77,95,97, melodía polifónica, 107, 112, 131-135, 136, lelos) aparentes violaciones de prohibiciones de,
195-212,270-285,327-342 312,324 Mozart, Wolfgang Amadeus, estudios de Att- 15-16
elisión (véase contracción) método a seguir, 19-21,29-30,41,42 wood, XI n.,51 n. Ohl, John F., 343
entrecruzamiento de las voces, 17 realizaciones de coral, 236-240, 255-257, Oldman, Cecil B., XI n.
equilibrio melódico, 6, 56-57 263-268 nivel estructural inmediato, xn organización melódica, 37, '38, 57, 58, 73,
esbozo preliminar: métrica, binaria, ternaria, en el coral, 213, nivel estructural intermedio, XII 87
de realizaciones de coral, 239,240,255,266 214 nivel estructural remoto, xu organización rítmica:
de ejercicios de contrapunto, 19, 30,31 Mitchell, William J.,
XI, XI n., 128 n., 212 n., nota cambiara, 48,53-55, 64-65 en el coral, 213-215
expansión de intervalos, 107,!34-135,225 223 n.,226 n.,231 n.,234, 237 en especies combinadas, 295-297, 303, 305 en la combinación de quintas especies, 303-
modo dórico, 9 nota de adorno, 50-51 304
función armónica, 130 modo eolio, 9 nota de floreo: en el contrapunto de especies, 34,48,67,87-
función doble, 171,260, modo frigio, 9, 355 acentuada, 220 90
Fux, Johann Joseph, XI n.,XVII-XX, 51 n.,53 modo jónico, 9 cromática, 177 ottava hattuta, 37
modo lidio, 9,343 consonante, 39,40-41, 50-51, 71
gráficos de conducción de las voces, xn modo mixolidio, 9,358 disonante: en el coral, 215-216 Palestrina, Giovanni Pierluigi da, xvm, 51 n.,
gramática armónica, x, 130 modos,8-10,266,343,355,358-361 en especies combinadas, 295-296 293,294
glosario, XII movimiento arpegiado, 154,347 en la composición, 107-110 Palisca, Claude V., 133 n.
movimiento contrario, 13-17,20-21,26-27 en el contrapunto de especies, 34, 48, 49, Parrish, Carl, 237 n., 343
Hertzmann, Erich, XI n. movimiento de adorno, 107,145,151,241,244 50-51,60-61,64-65,67 perfilar intervalos disonantes, 6-7
horizontalización, 120,121,127,131-135 movimiento de paso, 147-148, 165, 171, 390- suspendida, 221 planificación:
392, 401,406 incompleta, 53,107-108, 154,158-159 de realizaciones de coral, 239,255
imitación, 129,306 entre acordes en el coral, 241-248 en el coral, 215-219 de ejercicios de contrapunto, 19,30,31
en canon, 346 contracción de (véase Contracción) relativamente acentuada. 50, 51,291,301 plano de fondo (véase Nivel estructural remoto)
ocasiona prolongación armónica, 355, 358- 8-7, en el coral, 215-217,234 simultáneas, en especies combinadas, 305 plano medio (véase Nivel estructural interme�
363 a gran escala, 383-386 nota de paso, 34,35, 37, 48-49, 64,65,67 dio)
libre, 306 movimiento del bajo: acentuada, 48-49,69-70, 219-221 posición abierta, 26
estricta, 306 arpegiado, 126-129, 346 cromática, 177,227-228 posición cerrada, 26
independencia de las voces, 13, 14, 17,18, 34 por quinta: ascendente, 173, 259, 315-324 consonante, 35,36,37-38, 71 primer plano (véase Nivel estructural inmedia­
inflexión cromática, 177,227-229 descendente, 173 disonante: en el coral, 215-216,231-232 to)
influencias armónicas sobre la conducción me­ con suspensiones 7-6, 173, 406-410 en la especies combinadas, 288-289, 292- primera especie, 10-33
lódica, 171-177 por salto en el coral, 229-230,247-251 296 progresión armónica, 120, 126-130
intercambio de las voces, 114, 124, 145-147, por grados conjuntos, f/j en la composición, 105,106-107, 153-155 completa, 177, 251-252
156, 372,410 subdivisión de la octava en intervalos igua­ pasa a ser consonante, 147-148, 163, 165, expandida, 126-127
intercambio modal, 182-189,228 les, 182-189 288, 306-311 incompleta, 147,177,251-254
interrupción, 256-257,262 por terceras, cromfüicamente, 182-189 suspendida, 221 progresión contrapuntística de acordes, 23,126-
intervalos consonantes, 11-12, 13, 15-18,23 movimiento dirigido, 34,35, 244 relativamente acentuada, 49, 290 127
intervalos melódicos, 4 movimiento di�junto (véase Saltos, melódicos) saltada, 37,38, 54-55, 153-155 prolongación, x
inversión interválica, 107, 133-134, 141, 165- movimiento melódico, en correlación con mo- nota escapada, 53,218 (véase también Nota de armónica, 171-177
166 vimiento rítmico, 91,92 floreo incompleta) en el coral, 250-255
en el coral, 225,226, 245-246,248 movimiento relativo, 13, 15-16, 20-21,28 nota retenida, 146,148 prolongaciones dominantes de la tónica,
movimiento rítmico en correlación con movi­ nota de subdivisión, 38,124, 130, 248-249 253-255
Jeppesen, Knud, xvm, 9,302 miento melódico, 91,92 notas repetidas, 7,8, 17, 37-38, 230,231-232 como mejora de la conducción de las voces,
movimientos trnnsferidos, 144-147 192
ÍND!CE ANALÍTICO 449

mclocontrapuntís1ica, 131-147 (1·éanse ram­ motívica, 7, 88, 89 interrupción d,�, 73-74 entrecruzada, 306, 324
hién los capítulos 6- IO) de frases en el coraL 266, 268 Stimmtausch (véase Intercambio de las voces) sustitución, 38-39,124
prolongación annónica [chordalJ. 120-126, secuencial. 8 superposición, 133-145 cromática, 177,227-229
129-130, 146-155, 244 tolerada en la combinación de segunda y superposiciones secuenciales', 141-144
c11 el coral, 238-239 cuarta especies, 297 suspensión: técnica de variación, 350-351
cor11rapuntística, 239-244 respuesta tonal, 306 cadencia!, 74, 83-84,92, 95 tercera, mayor y menor, 11-13, 17 ( véase tam­
casos rudimentarios de, en especies combina­ retraso melódico. 38 en el coral, 234,235, 245-246 bién Décimas paralelas)
das. 286-287 Riemann, Hugo, xvm. xvm n. consonante, 71, 72, 79-80,89-91 tercera especie, 48-66
prolongación y estructura, 130 ritmo complementario. 303-304 suspensión 5-6, 67, 79-80 aplicación en la composición, 107-110, 146-
punto ;ílgido o culminante, melódico, 4, 5,18, Roth, Hermann, XII n. en serie, 71-72, 81-82, 112-114, 133- 147
26, 31, 37, 57, 92 ruptura de la especie, 73, 83-84 138, 161, 190-194, 234, 390-392, en combinación con cuarta especie, 299-304
en la sensible, 7 398 aplicación en la composición, 315
subsidiario .. 37-38 saltos: suspensión 6-5, 71, 79, 80 en combinación con segunda especie, 290-
melódicos, 3-4, 5, 37, 38, 56, 72, 92 en serie, 71, 72, 82, 112, 113, 391 297
quinta. 11-12,13,16-18 en el bajo, 173, 229-230 disonante, 34, 67-71, 77-79, 77-79, 88-90, aplicación en la composición, 311, 312
como intervalo definitorio de la tonalidad. en el coral, 225-227,230 92 implicaciones para el análisis, 57, 58
14, 16, 25-26 ( dase también Consonan­ en especies combinadas, 292-293 en el coral, 215-216, 219-223 tesitura melódica (véase Cantus firrnus)
cias adyacentes) entre notas de un mismo acorde, 219 en especies combinadas, 312 textura de nota contra nota:
quinta especie, 87-97 simultáneos. 16 en la composición, 110-114, 153-155, en el coral, 214-216
aplicación en la composición, 110 Salzer, Felix. XI. XI n., x1x n., 127 n., 128 n., 156-161 en especies combinadas, 286-287, 303-305
combinación de dos, 303-305 147 n., 171 n., 251 n., 254 n., 257 n. con resolución decorada, 89-90, 92, 95, en el contrapunto de especies, 10-33
quima haltuta, 37 Schenker, Heinrich, xm., xvm, x1x, 120, 127 n., 110,221 tiempo fuerte relativo, 48-66
quintas antiparalelas, 16,28, 232 158,289 tipos interválicos de: suspensión 2-1, 69- transferencia de octava, 134
quintas paralelas, 14-15,28,35,55, 56, 64, 72, segunda especie. 34-47 70, 72-73 transferencia de registro, 38, 106-107,112,114,
80-82, 91, 95 aplicación en la composición, 105-109, 131. suspensión 2-3, 70, 72-73, 74, 78, 114 134-141, 145,148
aparentes, en el coral, 232-233 141,147,148,244,249 en serie, 82,114,324 resolución transferida, í63
causadas por figuración en el coral, 233 en combinación con cuarta especie, 298-300 suspensión 4-3, 69-70, 72, 77-80, 114, traslado de notas de las voces interiores (véase
a evitar: por medio de figuración en el coral, aplicación en la composición, 312-322 298 Superposición¡
233-234 en combinación con tercera especie, 290-297 en serie, 82, 315 tratamiento de la disonancia:
por medio del cruce de voces, 145, 231- aplicación en la composición, 311,312 suspensión 4-5, 70,72, 78 expandido, en especies combinadas, 286
232 combinación de dos segundas especies, 286- en serie, 80-81 aspectos rítmicos de, en el coral, 215 (véase
en la composición. 190-194,390 290 suspensión 7-6, 69-70, 74, 77 también Disonancia)
aparentes violaciones de su prohibición, 15- aplicación en la composición, 306-311 en serie, 72, 80-81, 82,114,120,298, tríada aumentada, 23
16 semicorcheas en el coral, 214 391, 393, 401-403 trítono, 23, 24
aplicación en la composición, 315-326 sensible, 18, 26-27, 29, 37, 38, 44-46, 58, 60- suspensión 7-8, 70,72, 78
ascendentes, en el bajo, 173,259, 324 suspensión 9-8, 69-70,72, 76, 77, 298
e_:
64,65, 83-84, 112, 226-227 unísono, 12, 16-17, 26, 35, 55, 73 (véase tam­
descendentes, en el bajo, 173 inflexionada cromáticamente, 228 (réase suspensión 2-3) bién Unísonos paralelos)
con suspensiones 7-6, 173, 410 suspensión hacia, 73, 92, 95 (véase también en serie, 514 (véase también suspen­ unísonos paralelos, 14, 15, 28, 35, 55, 56, 72,
quintas y octavas acentuadas, 35-36, 45-46, 54- Suspensión cadencia!) sión 2-3 en serie) 80-82, 91,95
56, M, 91,95 séptima: suspensión 11-10 (véase suspensión 4-3) en el coral, 233-234
quint�s y octavas encubiertas, 15-16,28,36-37, en el coral, 215-216, 218, 220 de una nota de floreo, 220-221
72, 81-82,95,290 armónica [chordal]. resultante de la conduc­ origen, 156-159 variedad melódica, 4-5
quintas y octavas en tiempo débil, 36-37, 56, ción de las voces, 154-155,222-223, 299- de una nota de paso, 220-221 de relaciones verticales, 15, 16, 26, 71
91; 95 300 suspensiones: voces exteriores, 20, 27-28
melódica (,·éase Inversión interválica) en alternación, 306,324 voces interiores, 20
realización con figuración, en el coral, 213, 220 sexta, mayor y menor, 10, 12-13 (véase tam­ inflexión cromática de, 190, 390-391, 398- movimientos desde y hacia, 131-135
reducción analítica, 109, 110, 112 bién Consonancias adyacentes; Sextas para­ 401 trasladadas, superpuestas, 14 J -144
Rccse. Gustave, 346-349 lelas) doble, 305
relación cruzada. 29-30, 229, 230 sextas paralelas. 15-16, 45-46
relación de quinta (véase Progresión armónica) en especies combinadas, 290
relleno del intervalo de un acorde por grados silencios, 34, 44, 48, 60-61, 67,74,92, 95
conjuntos, 146-151,154-160 sincopación, 67-86, 87-89, 110, 112, 114, 120,
};�
repetición, 163-170 214-215
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