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LIBRO III [ACCIONES VOLUNTARIAS £ INVOLUNTARIAS 1. Responsabitidad moral: acto voluntario e involunta- ime Dado que la virtud se refiere a pasiones y acciones, y que, mientras las voluntarias son objeto de alabanzas © reproches, las involuntarias 1o son de indulgencia y, 1 veces, de compasién, es, quizs, necesario, para los que reflexionan sobre la virtud, definir lo voluntario y lo involuntario, y es también util para los legisladores, con tas a los honores y castigos * wm Parece, piles, que cosas involuntarias son las que se hhacen por fuerza o por ignorancia; es forzoso aquello ceuyo principio es externo y de tal clase que en él no participa ni el agente ni el paciente; por ejemplo, si uno fe llevado por el viento © por hombres que nos tienen fen su poder. En cuanto a lo que se hace por temor a ss mayores males 0 por alguna causa noble (por ejemplo, Son laudables los efuerzs de Arstles para profundiar en a doceina de I responsabilidad que, de unn manera muy sumari, ‘Sc encomtrabs en la base dl deesho penal ateniense. A una ocion| {Slvin conf dele libcred pceligica a muscle una noon: mo eno confusa ela responsabilidad tor, ys) ator pass sin case en aspect al tr. lupe mt 179 siun tirano que es duefo de los padres e hijos de al {juien mandara a éste hacer algo vergonzos0, amenazdn- dole con matarlos si no lo hacia. pero salvarlos «i In facia) es dudoso si este acto es voluntario o involunta tio. Algo semejante ocurre cuando se arroja el carga. tnento al mar en las tempestades, nadie sin mas lo hace on agrado, sino que por su propia salvacion y la de fos demas io hacen todos los’ sensatos. Tales acciones son, pues, mixtas, pero se parecen més alas voluntarias, ya que cuando se realizan son objeto de leccidn, yl fin de la accion depende del momento ‘st, cuando un hombre actoa, ha de mencionarse tanto Jo voluntario como lo involuntario; pero en tales accio- nes obra voluntariamente, porque el principio del movi. mniento imprimido a los miembros instrumentales esta fenel mismo que las ejecula, y shel principio de ellas std en el, también radica en él el hacerlas 0 no. Son, pues, tales acciones voluntarias, pero quiza en sentido $isoluto sean involuntarias, ya yue nadie elegiria nin guna de estas cosas por si mismo, A veces los hombres Son alabados por tales acciones, cuando soportan algo ‘ergonzoso 0 penoso por causas grandes y nobles; o bien, al contrario, son censurados, pues soportar las mayo- zs vergienzas sin un motivo noble o por uno mediocre 5 propio de un miserable. En algunos casos, un horn bie, si bien no es alabado, es, con todo, perdonado: (tal sueede ? cuando uno hace lo que no debe por eau: sas que sobrepasan la naturaleza humana y que nadie podria soportar. Hay, quiz cosas a las que uno no pue- de ser forzado, sino que debe preferir la muerte tras terribles sufrimientos: asi las eausas que obligaron al Alemeén de Euripides a matar a su madre resultan rid culas. A veces, sin embargo, es dificil decidir cual de SFr 9 Naver Aa rey de Argos. se ocuts para no tomar rte en a expdicon conta Toba. Tali oe "Tebar.Tralclonado por su espoea Eni » 180 frica NICOMAOUEA las dos alternativas ha de elegirse y cudl se ha de sopor. tar, pero es més dificil alin permanecer en la decisién tomada, porque casi siempre lo que esperamos es dolo- oso, pero aquello a To que se nos quiere obligar, ver gonz0so, y, en virtud de esto, se alaba o censura a los fue se han sometido o no a la violencia, ius Qué clase de acciones, entonces, han de lamarse forzosas? ;No son en sentido absoluto aquellas cuya cau. sa es externa y el agente no participa en nada? Mas las que por s{ mismas son involuntarias, pero en clertos, momentos son clegidas para evitar ciertas consecuen- Clas y el principio esté en el agente, si bien son involun- s tarias en s{ mismas, en ciertos momentos y para evitar ciertas consecuencias son voluntarias. Con todo, se pa- recen mas a las voluntarias, porque las acciones radi- can sobre actuaciones particulares, y en estos casos son voluntarias. No es facil, sin embargo, establecer cudl de las alternativas ha de elegirse, porque se dan mu- to chas diferencias en los casos particulares, Pero si al guien dijera que las cosas agradables y hermosas sori forzosas (pues siendo externas nos compelen), todo seré forzoso para él, ya que por esta causa todos hacen to- das las cosas. Y aquellos que actian por la fuerza y ‘contra su voluntad Io hacen dolorosamente, y los que factuan a causa de lo agradable y hermoso, lo hacen con placer; y es ridiculo culpar a la causa externa, y no a hosotros mismos, cuando hemos sido tan faciimente 1s cazados por estas cosas, y atribuimos las acciones her- ‘mosas, pero imputar las vergonzosas al placer. Parece, ‘que lo forzoso es aquello cuyo princi externa, sin que el hombre forzado intervenga en nada. ‘Todo lo que se hace por ignorancia es no voluntario, pero, si causa dolor y pesar, es involuntario. En efecto, Te eave que partie y percié em Ia lucha Su hijo Alemedn mata se fmadre, pare bo ingurrt en lar maldcioes paternas rao 181 cel que por ignorancia hace algo, cualquier cosa que ello 20 Sea. sin sentir el menor desagrado por su accion, no hha obrado voluntariamente, puesto que no sabia lo que hacia, pero tampoco involuntariamente, ya que no sen. tia pesar. Asi, de los que obran por ignorancia, el que siente pesar parece que obra involuntariamente, pero el que no lo siente, ya que es distinto, ( digamos que ha realizado un acto} al que llamaremos «no voluntario»: pues, ya que difiere (del otro >, es mejor que tenga 25 tun nombre propio. Ademds, obrar por ignorancia pare- ce cous distinta del obrar con ignorancia: pues el ett. briagado o el encolerizado no parecen obrar por igno- rancia, sino por alguna de las causas mencionadas, no ‘ sabiendas sino con ignorancia. Pues todo malvado des- conoce 10 que debe hacer y de lo que debe apartarse, y por tal falta son injustos y, en general, malos, Ahora, 1 ¢ término «involuntarios tiende a ser usado no cuando alguien desconoce lo conveniente, pues la ignoran In cleccién no es causa de lo invaluntario sino de la mal dad, como tampoco lo es la ignorancia universal (pues ésta es censurada), sino la ignorancia con respecto @ las circunstancias concretas y al objeto de la accidn. Pues en ellas radica tanto la compasion como el per. don, puesto que el que desconoce alguna de ellas acta involuntariamente. No estaria mal, entonces, determi nar cuales y cudntas son, quién acta y qué y acerca dde que 0 en que, a veces tambien con qué, por ejemplo, con qué instrumento y por qué causa, por ejemplo, de la salvacion, y como actia, por ejemplo, serena o vies Ahora bien, nadie podria ignorar todas estas circuns- tancias, ano ser que estuviera loco, ni tampoco, eviden: "Bn la reterics greg y lating, a clu cin el suscin capereta que earactertan el caso single. Lor elementos de la situa "Sim que constluyen la circuntanta som see a persona To oss ‘instrument, el lugar, el Wempo, la manera y a cats, 182 ‘rica pacoMAouEA temente, quién es el agente, pues zeémo podria ignorar. sea s{ inismo? En cambio, puede uno ignorar lo que ‘hace, por ejemplo, cuando aiguien dice que se le eseaps tina palabra o que no sabia que era un secreto, como to Esquilo com los misterios°, 0 que, queriendo solo mos trar su funcionariento, se le dispar6, como el de la ca tapulta, Tambien podria uno creer que su propio hijo es un enemigo, como Mérope 0 que la punta de hie fro de la lanza tenta un botén; o que una piedra cual ‘quiera era piedra pomer; 0 dando una bebida a alguien ws pau sulvarly, aatarlo por el contrario; o queriendo ting darle una palmadita, noquearlo como en el pugila- to. Puesto que uno puede ignorar todas estas cosas en las que esta implicada la accion, el que desconoce cual: aquiera de ellas, especialmente las ms importantes, Pensa que ha obrado involuntariamente, y por las mas importantes se consideran las circunstancias de la ac ‘ion y del fin. Ademas, una accién hecha segtin se dice 2» involumtariamente, por causa de esta clase de Ignoran cia debe ir seguida de pesar y arrepentimiento Siendo involuntario Io que se hace por fuerza y por ‘gnorancia, lo voluntario podria parecer que es aquello cuyo principio esta en el mismo agente que conoce las circunstancias concretas en las que radica la accion, Pues, quiza, no esta bien decir que son involuntarias 2s las cosas que se hacen por coraje 0 apetito. En electo, primero, ninguno de los otros animales haria nada vo- Tuntariamente ni tampoco los niios: segundo, cno reali 2zamos voluntariamente ninguna de las acciones por ea Sa del apetito 0 del coraje, o es que realizamos las ‘buenas voluntariamente y las vergonzosas involuntaria- oqilo fue acusado ante el Arcopago de haber revelado los imisterios de Elewsa en una de sus tragedies, pero Tue sbsuelo. “Sen el cresfones de Buapicr, pss per, a capone de re {ones estaba a punto de mata © Su hij por error, pera lo reonoie pmo 183 mente? ¢No seria Ia alternativa ridicula siendo una % ola Ia causa? Pero seria, igualmente, absurdo lamar Involuntarias las cosas que dehen decearse Al contra to, debemos irritarnos con ciertas cosas y desear otras, como la salud y la instruccién, Parece tambien que lo jnvoluntario es penoso y lo apetecible agradable. Ade- més, gen que se distinguen, siendo involuntarios, los ye- fros calculados de los debidos al coraje? Ambos deben 4 evitarse; y las pasiones irracionales no parecen menos hhumanas, de manera que las acciones que proceden de Iu ira y el apetito también son propias del hombre, Ei tonces es absurdo considerarlas involuntarias. 2. Naturaleza de la eleccién Habiendo definido lo voluntario y lo involuntario, de- s hemos tratar ahora de la eleccién, ya que parece ser ‘mas apropiado a la virtud y mejor juzgar los caracteres aque las acciones. Es evidente que la eleccién es algo oluntario, pero no es Io mismo que ello, dado que lo voluntario tiene més extensién; pues de lo voluntario participan también os nifios y los otros animales, pero no de la eleccidn, y a las acciones hechas impulsiva- 10 ‘mente las lamamos voluntarias, pero no elegidas. Los que dicen que la elecci6n es un apetito, © impulso, 0 deseo, © una cierta opinion ®, no parecen hablar rec: tamente. En efecto, la eleccién no es comin también a los irracionales, pero si el apetito y el impulso; y el 15, hombre incontinente acta por apetito, pero no por elec: nnoserd menos vountario; pues, en el caso de un home bre malo, tambien sus reaclones estan causadas por El aun euando no lo sea el fin, Ast ps, como se ha dich. si las virtudes son voluntaria (en efecto, noso- tros iomos somos coneausantes de nuestros modos de sory, por ser pervonas de una cieta indole, nos Propo temos un fin determinado, tambien los viios fo eran, 27 Hemos tratad, pus, en general, de modo esauems tio, al enero de ls srtudes, que sn terminos me doe y mos de ser que, por st mivmon,tenden prac. Gear las acclones que lar producen, que dependen de nosotros yson volutarias, que actoan como drgias por recta raz. Con todo, as sccfones no son volun” feria del mismo modo que los modos de ser, pues de tuestras accones somos duehos desde el prcpio hes vo tae fin, ni conocemor la circunstancias particulates supno 1 193 ‘en cambio, de nuestros modos de ser somos duefios 56. To del principio, pero su incremento no es perceptible, ‘camo en el caso de las dolencias. Sin embargo, ya que 1 festa en nuestro poder comportarnos de tuna manera ‘otra, son, por ello, voluntarios # 6. Examen acerca de varias virtudes: la valentia Tomando ahora las virtudes una por une, digamos aut son. 8 ae cosas te refieren y cama, Al Meme + tempo se-diucidard el aspecto de’ cues Vamos a empezar con la valentia, Ya ha quedado de manifesto que es un termino medio entre el miedo ¥ In temeridad. Est claro gue tememos las oes ter. bles y que esas 40m, absclutamente hablange, males por exo. tambien se define el miedo como ta capecta: {ian de un mal Tememos, pues, todas las cosas alas, 0 oe ln nfo a pobre le enfermedad Ta falta de Simigor la muerte pero el valente no parece sero en telacin con todas esas cota pues alguna han de te Imerae yes noble temerla,y no hacerle, es vergonzos, tor ejemplo, la infamia, el que la teme es honrado 9 decent; el que no la tome, desvergonaado. Yes solo tm antido metaforico, or lo que algunos llamar a Este fda, ya que tiene ago semejante al Valiente, pues el 5 = Despues de eta larga dscusion sobre el proceno del de lo det acto humano, uno puede preguntarce sk Aristteles crea en libre ari, Las opiniones dels eomenarstas son muy diverse ‘entrar unos le atribuyen no ale a eveenci em sno tambien [a rca mctasiea desu existencla, ots allman que Aristteles nu { crye en a libre abitrio. A ete tespecto,quish, parece ms rw ‘ene opine, con Ros, que Aistselee compart la fe del hombre oF ‘Snario ene bre arbi, pero o examina la cuestién mya fondo, In tampoco sea expreaado de manera coherente (W. D. Rows, Ait: tle'S" ed, Londves, 1908, pp. 282) 198 ‘erica NIcOMAOUEA vvaliente es un hombre que no teme. Quiz no se deberia emer la pobreza ni la enfermedad ni, en general, log males que no provienen de un vicio ni los causados por tuno mismo. Pero tampoco e$ valiente el que no teme estas cosas (lo llamamos asf, en virtud de una analogia) 2 pues algunos, que son cobardes en los peligros de la guerra, son generoses y tienen buen dnimo frente’a la pérdida de su fortuna. Tampoco es uno cobarde, si te ime los insultos a sus hijos o a su mujer, o teme la envi dia o algo semejante; ni valiente, si se muestra animoso cuando van # azotarlo. as. Ahora bien, ccudles son las cosas temibles que so porta el valiente? cAcaso las més temibles? Nadie, en efecto, puede soportar mejor que él tales cosas. Ahora bien, lo mas temible es la muerte: es un término, y na da parece ser ni bueno ni malo para el muerto. Sin em- bargo, ante Ia muerte no parece que el valiente lo sea fen toda ocasién, como, por ejemplo, en el mar o so en as enfermedades, 22m qué casos, entonces? ¢Sin dduda, en los més nobles? Tales son los de la guerra, pues aqui los riesgos son los mayores y mas nobles; y Tas honras que tributan las ciudades y los monarcas son proporcionadas a estos riesgos. Ast se podria llamar va- jente en el més alto sentido al que no teme una muerte sloriosa ni las contingencias que lleva consigo, como son, por ejemplo, las de la guerra. Y no menos osado es el Valiente en el mar que en las enfermedades, pero no de la misma manera que los marinos: pues mientras ‘aque desespera de su salvacin y se indigna de una tal ‘muerte, los marinos, en cambio, estan esperanzados gra: cas a su experiencia. Y podemos aftadir que un hombre también muestra su valor en los casos en que se requie- sre valentia o es glorioso morir; pero en tales desgra- cias no se da ninguna de estas circunstancias. 195 7, Continuacién del examen sobre la valentia: cobardia vy temeridad Lo temible no es para todos lo mismo, pero habla- ‘mos, incluso, de cosas que estén por encima de las fuer. zas humanas. Estas, entonces, son temibles para todo hhombre de sano juicio. Pero las temibles que son a la medida del hombre difieren en magnitud y en grado, y:asimismo, las que inspiran coraje. Ahora bien, ei 10 ‘eliente es intrépido como hombre: temers, por tanto, {ales cosas, pero como se debe y como la razon lo per. mita a la vista de lo que es noble, pues éste es el fin de la virtud. Sin embargo, es posible temer esas cosas ins 0 menos, tambien temer ls no tembles como silo fueran. De este modo, se cometen errores al temer 1s Jo que no se debe 0 como no se debe 0 cuando no se debe oencircunstanciassemejantes, y lo mismo en las cosas que inspiran confianza. As! pics, el que soporta, y teme lo que debe y por el motivo debido, yen la ‘manera y tiempo debidos, y confia en las mismas condi. ciones, es valiente, porque el valiente sufre y actua de acuerdo con los méritos de las cosas y como la razén lpordena Ahora, lin de toda setividad est de cuer: 9 Jo con el modo de ser, y para el valiente la valentia ts algo noble, yal lo seit in correspondiente poe ‘que todo se define por su fin. Es por esta nobleza, en. tonces, por lo que el valiente soporta y realiza acciones Ge acuerdo con la valent. los que se exceden, el que se excede por falta 25 de temor carece de nombre (a hemos dicho ates que ‘muchos de estos modos de ser no tienen nombre), pero seria un loco o un insensible, sino temiera nada, ni los terremotos, ni las olas, como se dice de los cel. 196 fica ICOMAQUEA tas" El que se excede en audacia respecto de las eo- so sas temibles es temerario. Este parece ser también un Jactancloso con upuriencias de valor; al menos quiere Imanifestarse como un valiente frente a lo temible ¥, por tanto, Io imita en lo que puede. Por eso, la mayoria son tunos cobardes jactanciosos, pues despliegan temeridad fn tales situaciones, pero no soportan las cosas temi- bles. El que se excede en el temor es cobarde; pues te- ime lo que no se debe y como no debe, y todas las otras ss calificaciones le pertenecen. Le falta también coraje, ppero lo mas manifiesto en él es su exceso de temor en Ths situaciones dolorosas. El cobarde es, pues, un de- We sesperanzado, pues lo teme todo, Contrario es el caso del valiente, pues la audacia es la caracteristica de un hombre esperanzado. E] cobarde, el temerario, el v Tiente, entonces, estén en relacion con las mismas co- ‘sas, pero se comportan de diferente manera frente a s ellas. Pues los dos primeros pecan por exceso 0 por de- fecto, mientras que el tercero mantiene el justo medio y como es debido. Los temerarios son, ante el peligro, precipitados y lo desean, pero ceden cuando llega; los to valientes, en cambio, son ardientes en la-accién, pero tranguilos antes de ella. ‘Como hemos dicho, pues, a valentia es un término ‘medio en relacién con las cosas que inspiran confianza DS temor, 7 en las situaciones establecidas, y elige y so porta el peligro porque es honroso hacerlo ast, y ver ‘onzoso no hacerlo. Pero el morir por evitar la pobreza, fl amor 0 algo doloroso, no es propio del valiente, sino, ‘més bien, del cobarde; porque es blandura evitar lo pe- 15 noso, y no sufre la muerte por ser noble, sino por eve tar un mal, TW Sepin el testimonio de Esteasdn en su Geografia (VEE 3, 08 alts, ate Tos aren dejan sumerpe 0s casas en as ola pare ‘Seretarse en ta impanhlided ‘amo at 197 8. Diferentes formas de valor El valor es, pues, algo de esta indole, pero el térmi- no se aplica también a otras cinco formas. Ante todo, el valor civico, que es el mas parecido (al verdadero valor ). En efecto, los ciudadanos se exponen, a menudo, 2 alos peligros para evitar los castigos establecidos por las leyes, 0 los reproches, o para obtener honores, y por ‘eso parecen ser los més valientes aquellos en cuyas ciu {dndes los cobardes son deshonrados y lus valientes hon rados. Homero considera valientes @ hombres tales co- ‘mo Diomedes y Héctor: Polidamante serd el primero en echarme reproches™. ¥ Diomedes: Héctor un dia dird arengando a los troyanos: «El hijo 28 Ide Tideo buys de mi..s Este género de valentia es Ia que més se parece a la descrita anteriormente, porque nace de una virtud: «s,en efecto, resultado del pudor y del deseo de gloria (esto es, del honor), y de rehuir Ia infamia, por ser ver- onzosa, En la misma categoria se podrian colocar tam- %0 bin los que son obligados por sus gobernantes; pero som inferiores, por cuanto no obran por vergdenza sino por miedo, y no rehuiyen Jo vergonzoso, sino lo penoso Pues los sefiores los obligan, como Héctor: Aquel a quien yo encuentre zaféndose de la batalla no le quedard esperanza de escapar a los perros. i 2 TEP cae on om sep el tm ee 198 fica NICOMAOUEA 4s Lo mismo hacen los que colocan sus tropas y azotan vse busdonan le pst. fos gue stan ms tins hombres delante de tincheras o cosas anlogas:todor ies Sligan_ Pero uno no debe ser valiente por neces dag, sino porgue es hermoso. La eaperiencia dels cose particuares también pa s rect ser una ceria valent, de abl que Socrates op Tara que la Valenia es cincia, Todo hombre difiere por fener aperiencia en diferentes campos ast To slda Soci denen en as ons ei pcre levee seta guerra hay segin parece, muchos temores vanos, She ls soldador reconocen mejor que nade, de suerte {NE aparecen como valientes porque los demas no cono- vw kp cuales son, Ademds, gracias st experiencia, son sels cectivos en el ataque yen la defensa, ya que saben tera dels armas yponen a mejores tanto Para Siku como para defenders, 9, sl. luchan come arma- Sei Santeinermes o como alletas contra aficionados. fuse, en tales contends, no soa os mais valentes los js gue mejor hichan, sino los ds fuertesy 1 que tenen ‘ee mejores cucrpos, Mas los soldados se vuelve cobar se Tees i peligro es excesivoo son inferiores em sinero.o en armiamento,pucs son Tos primeros en hui, IMlentras los eludadanos mucren en Sus puestos, como 2 eden el tomplo de Hermes %, poraue, para ellos SIRES ctgonsaso y la muerte es prefeible a seme Same aalvaion, Los profesionals, en cambio, se aries saevsl principio creyendo ser mds fuertes, pero cuando Stlcabten suinfercridad buven, porque temen I mer ‘eopae que la verguenta; peo ef vaienteno es de tal indole Sn Goronea enol curso de a guereasagrada (35 a i os rmerceaatie uyeron lot clidadanor de Coronen. en cambio, resisic von hasta la muerte sumso 1 199 El coraje también se toma por valentia, pues pare. 2 cen, asimisme,valints los ave arrebatadarents clam. {an como las Heras contra los quc los han herd, poe ue es un becho que los valientes on foposos a ec {Xcorajees lo mas audas Frente alos peligro) Por sac tice Homero: sinfundio vigor su animen ndespete Suardorycorajes, xy exbalando fiero vigor por ase se toes, le hiro Ta sangre, Todas estan capers 0 tes. en efecto. parecenindiar Ia exettacion y aonere {Int coraesAbora bien, los hombres valence chee Sausa dela nobleza, pero su corje Coopers; pero ls fierasatacan con el dolor cando las ha hero poe due denen miedo, ya que cuando estén en a elmo oe Serean. AS cuando las fleras empujadas por el dolor 5 Ye coraje se laan hacia el peligro sin prevesr nada treo son valle, po ave aa ambien os ‘sos seran vallentes cuando tiene hambre, ye que 9 tos golpes los apartan del pasto. Tambien los adulteros tine 2 causa del deseo realzansmuchas audacias, La len tsa mas natral parece ser la ispiada por el corde undo se le afaden elecciony finlida. Lax hone tn efecto, sufren cuando estan ttritados 9 at slegron steno ean peo fv qe chan por ete casts 5 Son combativos, no walerose, porque lachan no por uae Causa noble y sep la rao ce Io dt. sino or apa Sfonamiento; con todo, se parccen ls valerosos a animosos tampeco son valent, pues muta io corse frente alos peligro por haber vencido muchas seces y a muchos: pero son muy semeentes Ios wa lentes, porgue ambos on inrepides sin embargo, loc talents To on por las razones antes dichas; los ores, Dor ereer que son los mae fueres au no les paced Sepuramente,Areételscita de memoria y a moray algunas expres. ‘ms no coinelden con nuestro testo actual de Homtns (lade Xi th RIVISL Vato, XV 232; Oises XXIV 318) 200 erica NIcOMAOUEA ts nada. (fs actan también los que se emborrachsa, pues e'vuelven animosos) Pero, cuando las cosas no suce en como esperaban, lnyes, em cambio, eo propio del Caliene afrontar los peigrostemibles para un hombre, Ja sean reales o aparentes, porque es bonroso hacerlo Ui "ergnoso no haceria: En vista de ell, parece 2er distintivo del hombre que sobresale en valentia no ‘ther temor y mostrarse mas imperturbable en los pei epentinos que eh ls previsbles, porque esta act Sides resultado dl modo de ar antes que de Ia prepa a» fabio pues las acclones previsiles pueden decgiac For ediculoy razonamiento, pro las subltas se deciden Begun el cardcter Los ignorantes del peligro parecen también valle tex no ettan lejos de fos animoros, pero soo infeiores for cuanto no ienen ninguna dignidad, aquellos 3h Por eso Tos animosos resisten durante algin tempo, ss mentras que les que van engafiados huyen cuando saben NGapechan que las cieanstanci son otra. Es To ae fer uedié a los argivos en su encuentro con los espa tanos a quienes fomaron por sicionigs Hemos dicho, pues, que clase de hombres son los valigtes y quienes son considerados vaenes 9, Relacién del valor con al placer y el dolor so El valor tiene relacién con la confianza y el temor, pero no se refiere a ambos de a misma manera, sino, mas bien, a las cosas que inspiran temor. Pues el que Se muestra imperturbable ante ésta y se porta como es ddebido es mas valiente que el que obra asi frente a co- sas que inspiran confianza. Se les Ilama, pues, valientes 8 los hombres por soportar lo que es penose, como he Sogn nos cuenta Jesoronrs en las Helnicas WV 410, ‘BRo 201 sos do. De ah qv a valent sn algo pono y pai, el abe poc os mis dl oforar 1s Zar ata ano ta Cae au racer que el fn de lena agree Rave ue nrc porlo que deals ‘nes cotamens gino, pc dea ache Stun por fo que Isha ce araatle “i eo $c hares pero resi fon eles ov dees Jesots mio hones deere ty i too ee ery eano entrees Son maces y tc po» ‘hv lotuea pun parte os ee on gus tier ttt cr sen dl vio a mace pe Mota crn pena pre el we comet Id peo lt spore pore rhea c er foot haere catenins wed Incrday is lr se tanto us pean aca it mere, pws arn be else Seis ato ex arn is Emlarto ng ene 5 ale’ nage nd porque en i guerra peer Tile los ator ros Bench at poo te isto ente un sled agredable so ok tla on que alan al fn Lis merc eles toon portant fos hambres cones Caden 9 tolongte on neon valent, pera gus wo paces ais fin oto ben: pie sos eke dogusas afene o Stevo s# srcognt side For pou aranc sobre el ain baste onl cy Dotted ro edie cmprende au stain al mene en 10. La moderacton Después de esto, vamos a hablar de la moderacién, dado que éstas parecen ser las virtudes de las partes irra: 202 rick NICOMAQUEA 2s cionales. Ya hemos dicho que la maderacién es un tér- ‘mino medio respecto de los placeres, pues se refiere a los dolores en menor grado y ns del mismo modo; y fen los placeres se muestra también la intemperancia. Especifiquemos ahora a qué placeres se refiere. Distingamos, pues, los del cuerpo y los del alma, co- ppor ejemplo, la aficién a los honores y el deseo de 1 aprender: pues cada uno se complace en aquella hacia 10 cual siente aficién sin que el cuerpo sea afectado en nada, sino, mAs bien, su mente. 4 os que estén en rela tidn con estos placeres no se les llama ni moderados fi licenciosos, Tampoco, igualmente, a los que buscan 4 todos los demas placeres que no son corporales: pues, ft los que son aficionados a contar historias o novelas (0a pasarse los dias comentando asuntos triviales, los lamamos charlatanes, pero no licencioso:, como tam- poco a loz que se afligen por pérdidas de dinero o ami- os. ta. La moderacton, entonces, tendria por objeto los pla: ‘ceres corporales, pero tampoco todos ellos; pues a los fue se deleitan con las cosas que conocemos a través dde'la vision, como los colores, las formas y el dibujo, no los Tlamamos ni moderados ni licenciosos; aunque ten esto podria parecer que puede gozarse como es debi- do, 0 con exceso o defecto. 5 "ast, tambien, con los placeres del ido. A los que se delcitan con exceto en las melodias o las representa: ciones escénicas nadie los llama licenciosos, ni modera: ddos a los que lo hacen como es debido. Ni a los que isfrutan con él olfato, salvo por accidente: a los que s¢ deleitan con los aromas de frutas, rosas 0 incienso, 10 no los lamamos licenciosos, sino, mas bien, a los que se deleitan con perfumes o manjares. Pues los licencio- sos se deleitan con éstos, porque esta les recuerda el objeto de sus deseos. Se podris también observar a los demas que, cuando tienen hambre, se deleitan con el sro a 203 clr de is omia:pero dlitarse con exascone ex Br dl eso orgs, ar Son bj Se Es los dems animals, tampoco hay places en estas seaclones excep por acento, pelos pte no Spermentan pacer a or ls cre, sino a come Ine peo el lr produc Ia sensacintampocs len tin imide del Say. sin al dreary prose a Caenta de qu est cerca po el mpd. pore pe rec enpertmentar placer con igeaimente tno por serean cero 0 una cabra noses sas ee tendra comida. ve pores Tambien ts moderaié yl intemperance estén en 2 rlacon con sos acres de los ate paripas oe Iisa fv deme armas, y pres oe plates fr teen servis beste y Cao so es el tree Tso. Pere dl gue parece ware owe o nade po fue lo propo del gancsiscerni ls sabres to gue tee ls catadores dite os qu soma fon oy ine, pro no experimentan pace cm laf ene ls Tcencues, ino en el gue qe tne Iga por ee tero mediante cio, tanto can comida, Some po Bebid'yom lo paste seus. Pores ope peda alos doves gue se gua several See a de une gril, cejendo ur swpermentatero Placer con 2! contacto, foes cl mat comin de for senios es el ue delneedesenenn,ycon razon see censure, ortee loposcemor no casino hombres, sin en oan tor Ian El omplacers on sot cosa aman sabe ede prop de Bests ecepdanIs Bie de lon pacres de acto cone cs uc se pears ‘eles pionsior mediante feioesy clea pee aT to propo el Heenioo no sera «toda oor penn Gers partes, ade tt 29 208 fick wicousouea 11, Continuacién de la moderacién: apetitos comunes y peculiares oes peas nye a ots» bn sng etn ee oi Ce ears al es secieaiga is rtrd wt et re pom wissehenetars me oe ieee ere mrs SRS aalte cl Pen cea aah te iota en it ls Se oes nen pin muri pcre 1 a at ace an ach et esr co a SRLS he inert nl wt ea soar it een caro onc vn ea de espns, mb wa sal trea mares Pistons cao Bee sr so hn Sesh Smeaton cr Tod, XXIV 128, pro 205 continencia y resulta censurable. En cuanto a los do- 30 ores, uno no es llamado —como en el caso de la valentia— «moderado- por soporterlo, ni cincontinen: te» por ne soportarlo; sino que el incontinente lo es por alligirse mas de lo debido cuando no alcanza los place- res es el placer el que le produce el dolor), y el mode- ado lo es porque no se aflige por la falta y abstinencia de lo placentero. | licencioso, pues, desea todos los placeres © los ‘mas placenteros y es conducitlo por este apetito a pre- Terir unos en vez de otros; y de ahi que se aflija por no conseguirlos y por el mero hecho de apetecerlos (por- aque el apetito va acompanado de dolor, aunque parezca absurdo sentir dolor a causa del placer). Personas que s se quedan atrés respecto de los placeres y se compla- cen en ellos menos de lo debido, apenas existen, porque tal insensibilidad no es humana; pues incluso los ani males distinguen los alimentos, y se complacen en unos ¥ no en otfos. Asi, si para alguien no. hubiera nada 10 agradable y ni diferencia alguna entre una cosa u otra, cstaria lejos de ser un hombre. Tal persona no tiene nombre, porque dificilmente existe. E] moderado ocupa el término medio entre estos ex: ‘tremos, porque no se complace en Jo que mas se com- place el licencioso, sino que, mas bien, le disgusta, ni se complace. en general, con lo que na dehe, ni en nada con exceso, y cuando estas cosas faltan no se aflige ni las desea, 0 s6lo moderadamente, y no més de lo que 1s debe o cuando no debe, ni, en general, ninguna de estas ‘cosas; y cuantas cosas agradables conducen a la salud ‘ol bienestar, las deseara con medida y como se debe, ¥y lo mismo, las restantes cosas agradables que no impi- den aquellos bienes © no son extrafias a lo noble ono fexceden de aus recursos. Porque el que no tiene tal dis: 30 Posicién ama mis esos placeres que la dignidad, y el ‘moderado no es asf, sino que su guia es la recta razén, 206 ‘erica nicomsouea 12, La intemperancia La intemperancia parece ms voluntaria que la co- bardia; pues la primera surge a causa del placer, la se- gunda a causa del dolor, y mientras uno se elige, el otro 2s se rehuye. Ademds, el dolor altera y destruye la na- turaleza del que lo tiene, pero el placer no hace nada de esto. Es, por tanto, més voluntario y, por eso, tam- bign més censurado. Y es mas facil acostumbrarse a estas cosas, pues hay muchas asi en la vida y ningtin peligro existe para los que se acostumbran a ellas, mien- tras que con las cosas temerosas ocurre lo contrari sa Podria parecer que la cobardia es voluntaria no como ‘sus manifestaciones coneretas, porque la cobardia en si misma no es dolorosa mientras que aquélla nos alte- aa causa del dolor hasta el punto de arrojar las armas y cometer otras acciones vergonz0sas; ¥, por 50, pare- en ser forzosas. Por el contrario, para el Intemperante, las acciones concretas son voluntarias (pues las apetece y desea), pero, en cardcter general, lo son menos, ya ‘que nadie desea ser intemperante. tim Aplicamos también el nombre de intemperancia a las faltas de los nios, y tienen, en efecto, cierta seme janza, Cudl ha dado nombre a cual no nos importa aho- ra, pero es evidente que el posterior lo ha recibido del anterior. La transferencia de nombre no parece haberse verificado sin motivo: hay que contener, en efecto, al ' que tiende a cosas feas y tiene mucho desarrollo, y tal apetito se da principalmente en los nifios; porque los niiios viven segin el apetito yen ellos se da, sobre todo, cl deseo de lo agradable. Asi, si este deseo no se encau- za somete a la autoridad, iré muy lejos: porque el de 20 do lo placentero es insaciable y absoluto para el ‘que no tiene uso de razén y el ejercicio del apetito to aumenta la tendencia natural, y silos apetitos son gran- upon 207 dese intensos desalojan el raciocinio. Por eso, los apeti: tos han de ser moderados y pocos, y no oponerse en eda a la razén —nosntros lamamos a esta ser cbediente q refrenado—, y, asi como elnino debe vivir de acuerdo {ton Ia direccién del preceptor, también los apetitos de seuerdo con la razén. Por ello, los apetitos del hombre moderado deben estar en armonia con la razén, pues tlfin de ambos es lo bueno, y el hombre moderado ape- tece lo que debe y como y cuando debe, y esa es la max nera de ordenarlo la razén. ‘sta 5, pues, nuestra exposicién sobre la moder: ion ® “La concepcion aistotlice de In moderacion se basso le se parociéa de los placeres el alma y del cuerpo, Frente ln ducting Fleonfics dela union de alma y del everpo que Aresteles expone fret watado Acer del alma

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