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LIBRO I Somes LA reLicioaD 1. Introduccién: toda actividad humana tiene un fin ‘Todo arte y toda investigacién e, igualmente, toda accién y libre eleccién parecen tender a alguin bien; por esto se ha manifestado, con razén, que el bien es aque- Io hacia lo que todas las cosas tienden'. Sin embar- go, es evidente que hay algunas diferencias entre los fines, pues unos son actividades y los otros obras apar- te de las actividades; en los casos en que hay algunos fines aparte de las acciones, las obras son naturalmente preferibles a las actividades *. Pero como hay muchas Acciones, artes y ciencias, muchos son también los fi- nes; en efecto, el fin de la medicina es la salud; el de Ja construccién naval, el navio; el de la estrategia, Ia victoria; el de la economia, la riqueza. Pero cuantas de ellas estén subordinadas a una sola facultad * (como la 7 Como es costumbre en Areitles, el autor empieta ese trata ‘do dterminando, ante todo, el abjeto de su investigaion.Apoyandose fen exon de Pltn extablece ua claslficactn dels aclones more: ies par legara ls afrmacion general de un fin supremo de la vida 7 fratteles se eafuerza en eslarece que una cosa ea accion, otra ln atvidad y otra In produccion. En general, el producto es me yor que la actividad, pues esta ene como fin a agut 1 cnpacidad de atune raferido, ul, 0 130 ICA NICOMAOUEA fabricacion de frenos y todos los otros arreos de los caballos se subordinan a la equitacion, y, a su ver, ésta y toda actividad guerrera se subordinan a la estrategia, 3 del mismo modo otras artes se subordinan a otras “iferentes), en todas ellas los fines de las principales * 1s son preferibles a los de las subordinadas, ya que es con vistas a los primeros como se persiguen los segun- dos. Y no importa que los fines de las acciones sean las actividades mismas o algo diferente de ellas, como ‘ocurre en las ciencias mencionadas. 2. La ética forma parte de la politica Si, pues, de las cosas que hacemos hay algiin fin que queramos por si mismo, y las demas cosas por causa de él, y lo que elegimos no esta determinado por otra 20 cosa —pues asi el proceso seguiria hasta el infinito, de suerte que el deseo seria vacio y vano—, es evidente {ue este fin sera Jo bueno y lo mejor. .No es verdad, Entonces, que el conocimiento de este bien tendra un fran peso en nuestra vida y que, como aquellos que fapuntan a un blanco, alcanzariamos mejor el que 25 debemos aleanzar? Si es asi, debemos intentar deter- minar, esquematicamente al menos, cuil es este bien y a cual de las ciencias o facultades pertenece. Parece- ra que ha de ser la suprema y directiva en grado sumo. tose Esta es, manifiestamente, la politica’, En efecto, ella cs Ia que regula qué ciencias son necesarias en las cit- dades y cudles ha de aprender cada uno y hasta qué extremo, Vemos, ademds, que las facultades més esti rmadas le estan subordinadas, como la estrategia, la eco- © nel texto sciencas aruitectnicas, metfora tomas del ar te de a constrctin, en que Ts clencia dl argitecto se dstingue foarte manual de Tos obreros. Ene sentido mae noble yeevado del tri, ex det, In cew cin que ene como fin far ls norms peerales de Ta accion gue gure el bien de ls chudadanony, en defini de a ciudad upRo 1 1st omia, la retorica. Y puesto que la politica se sirve de Jas demas ciencias y prescribe, ademas, qué se debe ha- 5 cery que se debe evitar, el fin de ella incluira los fines Ge las demés ciencias, de modo que constituira el bien del hombre. Pues aunque sea el mismo el bien del indi \viduo y el de la ciudad, es evidente que es mucho mas grande y mas perfecto alcanzar y salvaguardar el de la Ciudad; porque procurar el bien de una persona es algo deseable, pero es mas hermoso y divino conseguirlo pa- ra un pueblo y para ciudades. A esto, pues, tiende nuestra investigacién, que ex 10 una cierta disciplina politica 3, La ciencia politica no es una ciencia exacta Soc cron ser seen saat sis presentada tan claramente como fo permite la ma teria porgue no se ha de busca el mismo rigor en todos Ios razonamientos, como tampoco en todos los trabajos ranusles, Las cosas nobles justas que son objeto Ge ls politica presentan santas diferencias y desvaci. nes, ste parecen existr slo por onvencionY no Por faturalez. Una inestabiidad tei la tenen tare los Bienes a causa de los perjulcios que causan a muchos, pcs algunos han preci a causa de su riquera Y otros or su coraje. Hablando, pues, de tics cosas» partion 2 Go de tales premisas, hesnos de contentarnos eon mos. ‘rar la verdad de un modo tosco y coquomatic.¥ cu do tratamos de cosas que ocurren generalmente y so parte de tales premisas, es bastante con llegar a conc sons srs, el mismo moose ha de cepa Cada uno de nuestros razonamientor; porque es propio del hombre insruido buscar Ta exacttud en cada mate hia en la medida en que la admit la-naturaleva del asunto:evidentemente tan absurda seria aeepar a in mmatemético empleara Ia persuasion como euigit de un retérico demostraciones 132 fica wicomKoue nko 1 30 tot Por otra parte, cada uno juzga bien aquello que tienen conciencia de su ignorancia admiran a los que conoee, $ de estas cosas es un buen juez; pues, en cada dicen algo grande y que esta por encima de ellos Pero juga bien el instruido en ella, y de uno mane- Slgunos ereen que, aparte de toda esta multitud de bie. ra absoluta, el insiruido en todo. Asi, cuando se trata nes, existe otro bien en si y que es la causa de que to. de ta politica, el joven no es un discipulo apropiado, dos aquellos sean bienes*. Pero quiz es indtil exami. ya que no tiene experiencia de las acciones de la vida, far a fondo todas las opiniones, y basta con examinar Ylos razonamientos parten de ella y verson sobre ellas; fas predominantes o que parecen tener alguna razon 5 demas, siendo décil a sus pasiones, aprender en vano No olvidemos, sin embargo, que los razonaniientos 30 y sin provecho, puesto que el fin de la politica no es aque porten de los prineipioe differen de los que cond. 21 conocimiento, sino la accion, Y poco importa si es Gen a ellos, En efecto, tambien Platon suscitabe, con joven en edad 0 de carscter juvenil; pues el defecto no avon, este problema e inquirfa si la Investigacion ha Tadica en el tiempo, sino en vivir y procurar todas las de partir de lor principios o remontarse hacia ellos, cosas de acuerdo con Ia pasidn. Para tales personas, el SS. Tomo, en el estadio, uno ha de contr deede es ane Conocimiento resulta initil, como para los incontinen- Joeces hacia la meta o al revés, No hay dade de doc totes; en cambio, para los que orientan sus afanes y se ha de empezar por las cosas mas files de conocer: aceiones segn la'razén, el saber acerca de estas cosas pero éstas lo son en dos sentidos: unas, para nosotros ser muy provechoso fas otras, en absoluto, Debemos, pues, qulza, emperar Y baste esto como introduecion sobre ef discipulo, por las ms faciles de conocer para nosotros, Por eves } modo de recibir les ensefanzas y el objeto de nuestra para ser capaz de ser un competente discipulo de las investigacién, fosas buenas y jusias y, en suma, de la politica, es 5 ‘enester que haya sido bien conducido por sus costum. 4. Divergencias acerca de la naturaleza de Ia felicidad bres. Pues el punto de partida es el qué, y si esto esta suficientemente claro no habré ninguna necesidad del porqué. Un hombre asi tiene ya o puede fécilmente ad: Auirir los principios. Pero aguel que no posee ningune de estas cosas, escuche las palabras de Hesiodo Puesto que todo conocimiento y toda eleccidn tien- den a algtin bien, volvamos de nuevo a plantearaos la 15 cuestiGn: cual es la meta de la politica y cual es el bien supremo entre todos loz que pueden realizarse. So- bre st nombre, casi todo el mundo esta de acuerdo, pues 1 mejor de todos los hombres es ef que por si mismo ve tanto el vulgo como los cultos dicen que ex la felicidad, Tee et ate por si wisno Y piensan que vivir bien y obrar bien es lo mismo que ser es bueno, asimismo, el que hace caso al que bien le acon aw fein. Pero sobre To que es Ia felicidad diseuten y no econ lo explican del mismo modo el vulgo y los sabios. Pues ero el que ni comprende por si mismo ni lo que esc tnos creen que es alguna de las cosas tangibles y mani ‘eae esc fests come cl placer ola riguera, oles honors: oe. retiene en su mente, ste en cambio, es un hombre init tra cosa; muchas veces, incluso, una misma persona ee ‘pina cosos distintas; si esté enferma, piensa. que Ia se ali es tn de Pt eter mimes 2s felicidad es la salud; si es pobre, la riqueza; Jos que Soubeoe y Dat 290 134 rica scoMAouea 5. Principales modos de vida Pero sigamos hablando desde el punto en que nos desviamos. No es sin razén el que los hombres parecen entender el bien y la felicidad partiendo de los diveres ‘géneros de vida. Asi el vulgo y los mas groseros los iden- tifican con el placer, y, por eso, aman la vida voluptuo- sa —Ios principales modos de Vida son, en efecto, tres: la que acabamos de decir, la politica y, en tercer lugar, la contemplativa—. La generalidad de los hombres se ‘muestran del todo serviles al preferir una vida de bes- tias, pero su actitud tiene algdn fundamento porque muchos de los que estén en puestos elevados compar. ten los gustos de Sardanapalo’. En cambio, los mejor dotados y los activos ereen que el bien son los honores, pues tal es ordinariamente el fin de la vida politica, Pe- ro, sin duda, este bien es mas superficial que lo que buscamos, ya que parece que radica mas en los que conceden ios honores que en el honrado, y adivinamos que el bien es algo propio y dificil de arrebatar. Por otra parte, esos hombres parecen perseguir los honores para persuadirse a si mismos de que son buenos, pues buscan ser honrados por los hombres sensatos y por los que los conocen, y por su virtud; es evidente, pues, que, en opinién de estos hombres, a virtud es superior. Tal vex se podria suponer que ésta sea el fin de la vida politica; pero salta a la vista que es incompleta, ya que puede suceder que el que posee la virtud esté dormido 6 inactive durante toda su vida, y, ademas, padezca ‘grandes males y los mayores infortunios; y nadie juzga- ‘Monarca asiro, famoso por lear una vida de pacers sensu les La Antal Palin (II 125) nos ha conservado un epitatio s- bre la ama de este rey que hae referencia + su enero dev is Dada Ouira se trate de Aaurbanipal rey de Ninive (67 87 pro 1 135 a feliz al que viva asi, a no ser para defender esa tesis. Y basta sobre esto, pues ya hemos hablado suficien temente de ello en’ nuestros escritos enciclopédicos " Eltercer modo de vida es el contemplativo, que exami naremos mas adelante. En cuanto a la vida de negocios, 5 algo violento, y es evidente que la riqueza no es el bien que buscamos, pues es util en orden a otro. Por tlio, uno podria considerar como fines los antes men: Cionados, pues éstos se quieren por si mismos, pero es ‘evidente que tampoco lo son, aunque muchos argumen: tos han sido formulados sobre ellos. Dejémoslos, pues. 6, Refutacién de la idea platénica del Bien Quiza sea mejor examinar la nocién del bien univer- saly preguntarnos qué quiere decir este concepto,aun- aque esta investigacign nos resultedifieil por ser amigos fhuestros los que han introductdo las ideas, Parece, sin Tmbarge, que es mejor y que debemoe sacrificar incl 50 lo que nos es propio. cuando se trata de salvar la verdad, especialmente siendo fildsofos: pues, siendo fambas cosas queridas, es justo preferir Ia verdad ‘Los que introdujeron esta doctrina no formularon ideas sobre las cosas en las que se establecia un orden de prioridad y posterioridad (y, por eso, no crearon una idea de los niimeros): pero el bien se dice en la sus- tancia y en In cualided y en In relacién; ahora bien Jo que existe por sf mismo y es sustancia es anterior por naturaleza a la relacién (que parece una ramifica- in y aecidente del ent), de modo que no podré haber tuna idea comin a ambas © No eth claro aise refere a esritos de vlgarizacion,o bien a verdadero debates Hlosfios. Qua, la expesion tiene un aleance ‘nie generale indica, simplemente, que estaba en ctculcion, una Vida de Artes Aricur Plat, sed mais amice veritas, 136 ‘erica NIcomAauEA ‘Ademés, puesto que la palabra «bien» se emplea en 25 tantos sentidos como la palabra «ser» (pues se dice en la categoria de sustancia, como Dios y el intelecto: en Ja de cualidad, las virtudes; en la de cantidad, la justa ‘medida; en Ia de relacién, lo util; en la de tiempo, la ‘oportunidad; en la de lugar, el habitat, y asi sucesiva- ‘mente, es claro que no podria haber una nocién comin universal y niea; porque no podria ser usada en so todas las Categorias, sino sélo en una. Por otra parte, uesto que de las cosas que son segin una sola idea hay una sola ciencia, también habria una ciencia de to- dos los bienes. Ahora, en cambio, hay muchas ciencias, incluso de los bienes que caen bajo una sola categoria; asi, la ciencia de Ia oportunidad, en la guerra es la 3s estrategia, y en la enfermedad, la medicina; y la de la justa medida, en el alimento és la medicina, y en los Cjercicios fisicos la gimnasia. Uno podria también preguntarse qué quiere decir con teh «cada cosa en si mismas; si, por ejemplo, la definicién de hombre es una y la misma, ya se aplique al hombre en si mismo ya a un hombre individual; pues en cuanto hombre, en nada difieren; y si es asi, tampoco en cuan- to a bien. Ni tampoco por ser eterno seria mas bien, pues un blanco que dura mucho tiempo ao lo es mas, que el que dura un solo dia. Los pitagoricos parece que dan una opinién més rosimil sobre esta cuestion, al colocar lo uno en la sei de los bienes, y Espeusipo parece seguirlos ". Pero de Jemos esta materia para otra discusién. "Alganos pitagérios reconocian que habia der pares de princ ps conrarios que colocaban en dr clumnas: en una lar coeds co flderadas como buenas y en la otra las no tan buenas 0 als. El Uno se encuentra en la misma columna que el Bien pero ex ditto de ly anterior Espeusipo, sobrino de Plata y auceaoe de len la ‘Academia, soctenla gue lor primeron principon som tadetenminados imperfectos,y que el Bien In Belle sparecian en eh cureo dela tupno 137 Se puede suscitar una duda acerca de lo dicho, por {que Tos argumentos (de los platénicos) no incluyen todos los bienes, sino que se dicen segiin una sola espe: ‘Ge los que se buscan ¥ aman por st mismos, mientras @ue los bienes que los producen o los defienden de al: jgin modo o impiden sus contrarios se dicen por refe: rencia a éstos y de otra manera. Es evidente, pues, que los bienes pueden decirse de dos modos: unos por si mismos y los otros por éstos. Separando, pues, de los bienes utiles los que son bienes por si mismos, conside rremos si éstos se dicen segiin una sola idea. Pero cqué bienes hay que colocar en la clase de bienes por sf mis- mos? cAcaso cuantos buscamos, incluso aislados, como cl pensar y el ver y algunos placeres y honores? Pues todos éstos, aunque los busquemos por otra cosa, po- drian considerarse, con todo, como bienes por si mismos. {0 sblo se ha de considerar como bien en sf la Idea ‘(del bien ) ? En este caso las especies de bienes existi- rian en vano, Si, por otra parte, aquéllos son bienes por ‘si mismos, aparecera por necesidad en todos ellos 1a ‘misma nocién del bien, como la nocion de la blancura fen la nieve y en la cerusa. Pero las nociones de honor, pprudencia y placer son otras y diferentes, precisamen- te, en tanto que bienes; por lo tanto, no es el bien algo comin en virtud de una idea. Entonces, cen qué manera estas cosas son llamadas bienes? Porque no se pparecen a las cosas que son homénimas por azar. 2Aca So por proceder de un solo bien o por tender todas al mismo fin, o més bien por analogia? ®. Como la vista ‘olucin del mando. De abi que, tanto Ios pitagricos como Espeust fo etaban mas cen del punto de vista de Astteles que del de Patn, S"espues de establecer que la nocion del Bien no es term: ro univoco, se pregunia sino sera un termina euivace, es dei, un {Ermine que, bajo un mlsto nombre, desgnarealidades dstintas. Pre ‘aando ma ene coneepeo expasto yao bs Tops di Notley ies tpos de eguivoce que enumers sumarameat 138, ‘erica micomAauea cen el cuerpo, la inteligencia en el alma, y ast sucesivs 30 mente. Pero acaso debemos dejar esto por ahora, por- ‘que una detallada investigacién de esta cuestion seria més propio de otra disciplina filosofica. Y lo mismo podriamos decir acerca de la Idea, pues si el bien predicado en comiin de varias cosas es real mente uno, 0 algo separado que existe por si mismo, ss el hombre no podria realizarlo ni adquirirlo; y lo que bbuscamos ahora es algo de esta naturaleza. Pero, quizés, alguien podria pensar que conocer el tom bien seria muy util para alcanzar los bienes que se pueden adquirir y realizar, porque poseyendo este mo- delo conoceremos también mejor nuestros bienes, y co: nociéndolos los lograrems. Este argumento tiene, sin duda, cierta verosimilitud; pero parece estar en desa- s cuerdo con las ciencias; todas, en efecto, aspiran a algain bien, y buscando lo que les falta descuidan el conoci- rmiento del bien mismo. Y, ciertamente, no es razonable ‘que todos los tdenicor desconozcan ana ayuda tan im portante y mi siquiera la busquen. Ademés, no es facil ver qué provecho Sacarén para su arte el tejedor 0 el carpintero de conocer el Bien en sf, o como podria ser mejor médico o mejor general el que haya contemplado lo esta idea. Es evidente que el médico no considera asi la salud, sino la salud del hombre, o, mas bien aun, la de este hombre, ya que cura a cada individuo ". Y bas: te con Jo dicho sobre estas cosas > emende igualdad de relacion, (Sobre esta cuttin, véase EE Te yvn2) ‘0 Sin negar In necesidad para el médico dl concepo univers de sala Arintscles cree con todo, mas necesaria ls experiencia ve le proporciona el estudio de le casor partclares, Por otf part ese Bn transcendent, sino ue sea ese nt Hes umRo 1 139 1. El bien del hombre es un fin en si mismo, perfecto 1 suficiente Pero volvamos de nuevo al bien objeto de nuestra idaguemos que es. Porque parece ser distinto en cada actividad y en cada arte: uno es, en efecto, en la medicina, otro en Ia estrategia, y asi suce Sivamente. 2Cual es, por tanto, el bien de cada una?

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