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1. Teoría del consumo.

1. TEORÍA DEL CONSUMO.

En el área de la Economía, los modelos se emplean para fundamentar las teorías


que explican el comportamiento de diversos agentes económicos como son los
consumidores y los productores, tanto en forma individual como agregada.

La conformación de modelos simples más la aceptación de algunos supuestos


de conducta razonables, permiten predecir la forma como reaccionará un agente
económico cuando es sometido a determinadas acciones y de ese modo es posible
construir modelos más elaborados para abordar situaciones cada vez más complejas.

Iniciaremos este tema definiendo a un consumidor como un individuo o grupo


de ellos (familia, asociación, etc.) que adquiere bienes o servicios para consumirlos,
utilizarlos o usarlos. Un bien o servicio a su vez, es todo aquello cuyo consumo,
utilización o uso genera satisfacción en el consumidor. Por satisfacción puede
entenderse el bienestar o agrado que experimenta el consumidor.

Para facilitar la exposición, convengamos en referirnos a los bienes y servicios


simplemente como bienes y al consumo, utilización y uso, como consumo. Aunque la
satisfacción que genera el consumo de un bien, va decreciendo para cada unidad del
mismo conforme aumenta el número de unidades consumidas, se considera que
siempre es positiva, de acuerdo con una interpretación rigurosa de la definición de bien
y, por lo tanto, para todo bien, siempre es preferible tener más del mismo.

La necesidad de hacer comparaciones entre las satisfacciones generadas por


diversos bienes, sugiere la idea de medir estas satisfacciones. La medición de la
satisfacción puede hacerse cardinal u ordinalmente y su magnitud se llama utilidad.
Una medición cardinal requiere del establecimiento de una unidad de medida de la
satisfacción o utilidad a la que se puede denominar útil. De acuerdo con esta forma de
medición, el consumo de un bien determinado genera en el consumidor una utilidad o
grado de satisfacción de cierto número de útiles; por ejemplo, consumir una pieza de
pan produce una utilidad de 4 útiles; una manzana, genera 8 útiles; un vaso de leche,
12 útiles, y así sucesivamente. Con este tipo de medición, un útil obtenido por el
consumo de un bien, es equiparable al obtenido mediante el consumo de cualquier otro.

Sin embargo, el empleo de una medición cardinal presenta algunos


inconvenientes, que van desde la definición de la unidad de medida, hasta el
procedimiento a seguir para medir la utilidad que producen cada uno de los bienes
considerados en el análisis. En este sentido, si se establece que consumir una unidad
del bien A produce un útil de satisfacción, ¿cómo se fundamenta que el consumo de
una unidad del bien B produce 2 útiles? esto es, ¿cómo se puede asegurar que la
utilidad producida por B es el doble que la generada por A? ciertamente, no parece una
tarea fácil de realizar.

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1. Teoría del consumo.

Además de la medición cardinal, algunas teorías previas a la actual, sostenían la


independencia y la aditividad de las utilidades generadas. De acuerdo con esto, si
consumir separadamente una pieza de pan y un vaso de leche producen una utilidad de
4 y 12 útiles respectivamente, entonces consumirlos conjuntamente, debe proporcionar
una utilidad de 16 útiles.

Es difícil sostener el concepto de independencia de las utilidades, cuando es


comúnmente aceptado que consumir pan y leche en forma conjunta, es más
satisfactorio que consumirlos por separado, uno después del otro. Por el contrario, para
otros bienes, el consumo conjunto es menos deseable que por separado. Es claro
entonces, que la interdependencia de las utilidades, afecta la aditividad de las mismas.

La teoría actual del consumo se fundamenta en una medición ordinal de la


utilidad, soportada por la consideración de que el consumidor es racional. Una medición
ordinal de la utilidad es mucho más flexible que la cardinal y se reduce a ordenar los
diversos bienes o combinaciones de ellos de acuerdo a los gustos y preferencias del
consumidor, del mismo modo que en una carrera a los corredores se les ordena
conforme van arribando a la meta, sin que se tome en consideración el tiempo
transcurrido entre uno y otro; sólo interesa quién llegó antes y quién después.

Para precisar, se entenderá por combinación de bienes cualquier vector de


números reales no negativos con dimensión igual al número de bienes que se manejan
y cuyas componentes indican cantidades de cada bien. Por ejemplo, si se tienen
naranjas y peras, la combinación (2, 1) está formada por 2 naranjas y 1 pera; (2, 4)
consiste en 2 naranjas y 4 peras y (0, 1) se refiere a solamente una pera. Si se tienen
naranjas, peras y manzanas, (3, 1, 2) denota a la combinación formada por 3 naranjas,
1 pera y 2 manzanas, y (0, 0, 1) consiste en sólo una manzana.

Postulado de racionalidad.

La consideración de racionalidad del consumidor se establece formalmente


mediante el denominado postulado de racionalidad. Este postulado se enuncia en la
forma siguiente:

Si A, B y C son combinaciones cualesquiera de bienes y P,N son relaciones de


preferencia e indiferencia respectivamente, un consumidor es racional si

1. Dadas A y B, el consumidor es capaz de decidir si prefiere a A, a B o si es


indiferente entre ambas; esto es, siempre es posible una y sólo una de las siguientes
posibilidades:

APB BPA o ANB

2. Dadas A, B y C, si el consumidor prefiere a A sobre B y prefiere a B sobre C,


entonces debe preferir a A sobre C; esto es,

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1. Teoría del consumo.

Si APB y BPC entonces APC

Esto último es igualmente válido para la relación de indiferencia, o sea

Si ANB y BNC entonces ANC

Con base en su racionalidad, un consumidor es capaz de ordenar de acuerdo a


sus preferencias, cualquier conjunto de combinaciones de bienes. Efectuada esta
ordenación, se procede a asignar a cada combinación un número que proporcione
información acerca de la posición de la combinación en la ordenación realizada.

Una asignación lógica de números sería la de otorgarle el número 1 a la


combinación más preferida por el consumidor, el número 2 a la que le sigue y así
sucesivamente, lo que daría como resultado una ordenación en la que las
combinaciones con números menores serían las más preferidas.

Sin embargo, resulta más conveniente una ordenación en sentido opuesto a la


anterior, porque permite establecer una relación directa entre la preferencia por la
combinación y el número que se le asigna: entre mayor es el número que le
corresponde a una combinación, ésta es más preferida. Por otra parte, en la medición
ordinal se pueden asignar números reales no negativos en lugar de números naturales,
con la ventaja de que a cualquier conjunto ordenado de combinaciones se le pueden
agregar más combinaciones sin necesidad de reasignarles números a las primeras; por
ejemplo, si las combinaciones A y B están ordenadas con números 10 y 9 y a ellas se
agregan las combinaciones C, D y E tales que C P A, A P D, D P E y E P B, la
ordenación queda C, A, D, E y B y los números asignados pueden ser 20, 10, 9.6, 9.3 y
9 respectivamente.

Como en una medición ordinal sólo interesan los valores relativos de los
números asignados, otras asignaciones válidas para las combinaciones anteriores
pueden ser

10.1, 10, 9.9, 9.8 y 9 1000, 10, 9.02, 9.01 y 9

y en el caso de que se renumeren las iniciales,

100, 99, 1, 0.5 y 0.1 20, 19.99, 19.98, 0.02 y 0.01

y así sucesivamente.

Función de utilidad.

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1. Teoría del consumo.

El ordenamiento de bienes con su correspondiente asignación de números,


constituye la denominada función de utilidad, la cual reúne toda la información acerca
de las preferencias del consumidor, de modo que una vez elaborada, ya no es
necesaria la participación del consumidor en los análisis subsecuentes.

La función de utilidad por lo tanto, modelando al consumidor, asigna un número a


todas y cada una de las combinaciones de bienes. Este número, llamado índice de
utilidad señala el grado de preferencia que el consumidor tiene por cada combinación
de bienes.

Si f denota a la función de utilidad y n es el número de bienes que se están


considerando, entonces

f : Rn → R tal que f (x) = U

donde x = (x1,……. x2) es una combinación de los n bienes,


xi es la cantidad del bien Xi y
U es el índice de utilidad de x

De aquí que, si A y B son combinaciones cualesquiera de bienes, entonces

A P B ⇔ f (A) > f (B) y A N B ⇔ f (A) = f (B)

Aunque la función de utilidad puede ser discreta, como es el caso de la que se


ha venido comentando, en las discusiones subsecuentes, para mayor facilidad, se
considerará que dicha función es continua, con primera y segunda derivadas continuas.
Así mismo, el número de bienes que se manejará será solamente dos, lo cual también
facilita la descripción y el planteamiento de los problemas y permite representar en
forma gráfica los procedimientos empleados y los resultados obtenidos. De ser
necesario, estos pueden ser generalizados para considerar cualquier número de
bienes.

Por lo anterior, la función de utilidad se representará como

U = f (x) = f (x1, x2)

donde la combinación de bienes (x1, x2) está formada por las cantidades x1 y x2 de los
bienes X1 y X2 y U es el índice de utilidad que corresponde a (x1, x2)

El tener combinaciones de dos bienes permite representarlas en un plano


cartesiano, en el que además, por ser x1, x2 ¿ 0 sólo se emplea el primer cuadrante, al
que se denomina espacio de bienes. La representación de cada combinación va
acompañada de la utilidad que genera; así, por ejemplo, si

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1. Teoría del consumo.

f (4, 2) = 20 y f (3, 5) = 24

su representación en el espacio de bienes es como se muestra en la figura 1.1

X2

(3,5) 24

(4,2) 20

X1

Figura 1.1

Por ser f continua, a toda combinación de bienes (en R2) le corresponde un


índice de utilidad (en R) Así mismo, por la definición de bien, a medida que x1 o x2
aumentan, también lo hace la utilidad, esto es,

∂U ∂f
∂ xi = ∂ xi = f i > 0

Obviamente, la utilidad aumenta aún más, cuando ambos bienes se incrementan


conjuntamente (figura 1.2)

X2

U
Aumenta

U
Aumenta

U
Aumenta

X1

Figura 1.2

Curvas de indiferencia.

Sea A = (x1, x2) una combinación de bienes que genera la utilidad U0; es decir,

f (A) = f (x1, x2) = U0

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1. Teoría del consumo.

Si a partir de A, representada en la figura 1.3 por su punto correspondiente, se


disminuye la cantidad x2, se llega a B = (x1, x2-) cuya utilidad es U1, o sea

f (B) = f (x1, x2-) = U1

donde U1 es menor que U0, ya que en B la cantidad de X2 es menor que en A.

X2

A (X1,X 2) U0

C
B (X1+,X 2- ) U0
(X1,X 2- ) U1

X1

Figura 1.3

Ahora, si a partir de B se aumenta la cantidad x1, la utilidad también se


incrementará. Por ser f continua es posible, a medida que aumenta x1, alcanzar un
punto o combinación C = (x1+, x2-) para el cual se consigue nuevamente el valor de la
utilidad original U0,

f (C) = f (x1+, x2-) = U0

Por generar la misma utilidad, el consumidor es indiferente entre ambos puntos A


y C (A N C) Repitiendo el procedimiento, se obtendrán más puntos o combinaciones de
bienes que generan la misma utilidad U0.

El conjunto de todos los puntos o combinaciones de bienes que generan una


misma utilidad recibe el nombre de curva de indiferencia, por la forma que tiene su
representación en el espacio de bienes (figura 1.4)

Como la utilidad se incrementa al aumentar la cantidad de uno de los bienes o de


ambos, entre más alejada del origen se encuentre una curva de indiferencia, le
corresponde un nivel de utilidad mayor (figura 1.5). La condición o ecuación que deben
satisfacer todos los puntos de la curva de indiferencia con utilidad U0 se expresa como

f (x1, x2) = U0

X2

U0
X1

Figura 1.4

1. Teoría del consumo.

La pendiente de una curva de indiferencia se obtiene derivando su ecuación con


respecto a x1, con lo cual se tiene que

dx 2 f1
dx 1 = - f 2

y como fi > 0 la pendiente de la curva de indiferencia es negativa.

X2

U2

U1

U0
U 2>U 1>U 0

X1

Figura 1.5

Otra característica de las curvas de indiferencia es la de que por cualquier punto


del espacio de bienes pasa una de ellas, lo cual se justifica por el hecho de que a todo
punto le corresponde un índice de utilidad y a partir de dicho punto se puede construir
una curva completa como se indicó antes.

Así mismo, las curvas de indiferencia nunca se intersectan porque de hacerlo, el


punto de intersección de dos de ellas tendría dos índices de utilidad diferentes,
creándose de esta manera inconsistencias y ocasionando que la función de utilidad
deje de ser función.

Finalmente, las curvas de indiferencia pueden ser convexas o cóncavas; sin


embargo, se establece el requisito de convexidad para poder aplicar los procedimientos
de optimización que se desarrollarán posteriormente.

Relación de sustitución de bienes.

Al pasar de un punto a otro de una curva de indiferencia se modifican las


cantidades de bienes, pero permanece constante la utilidad (figura 1.6). Por la
pendiente negativa de las curvas de indiferencia, las variaciones en las cantidades de
bienes se dan en sentidos opuestos: una aumenta y la otra disminuye.

X2


RSB = - 7



X1

Figura 1.6
1. Teoría del consumo.

La relación de sustitución de bienes (RSB) es el número de unidades de un


bien (X2) que se pueden intercambiar por cada unidad de otro bien (X1), permaneciendo
constante la utilidad. La RSB se obtiene como

Δx 2
RSB = - Δx 1

y como los incrementos en los bienes son de signos contrarios, la RSB siempre es
positiva. Cuando las variaciones en las cantidades de bienes son muy pequeñas, la
RSB se puede expresar como el negativo de la pendiente de la curva de indiferencia en
el punto inicial,

dx 2 f1
RSB = - dx 1 = f 2 > 0

Derivando la RSB con respecto a x1 se obtiene

∂ ∂ f1 1 2
( f 1 f 22 + f 22 f 11 −2 f 1 f 2 f 12 )
∂ x 1 RSB = ∂ x 1 f 2 = f 2
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Como se verá más adelante, por requerimientos de optimización el valor del


paréntesis debe ser negativo y como f2 > 0, entonces


∂x 1 RSB < 0

esto es, la RSB debe disminuir su valor a medida que se toman puntos cada vez más a
la derecha sobre una curva de indiferencia, por lo que este requisito sólo puede
satisfacerse si las curvas de indiferencia son convexas.

Por otra parte desde un punto de vista empírico, al moverse a la derecha a lo


largo de una curva de indiferencia que tiene pendiente negativa, el consumidor tiene
cada vez menos X2 y más X1, por lo que resulta lógico que esté dispuesto a dar más
unidades de X1 a cambio de una de X2, disminuyendo así el valor de la RSB.

Renta del consumidor y recta de balance.

Si el consumidor adquiere las cantidades de bienes x1 y x2 y los precios son p1 y


p2 respectivamente, entonces la cantidad de dinero y que eroga en la compra es

y = p1 x1 + p2 x2
donde y recibe el nombre de renta del consumidor.

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1. Teoría del consumo.

Cuando el valor de la renta es constante, la expresión anterior queda

y0 = p1 x1 + p2 x2

donde y0 es una renta fija. Para precios de los bienes constantes, la ecuación resultante
recibe el nombre de recta de balance y es el conjunto de todas las combinaciones de
bienes que tienen el mismo costo de adquisición.

La gráfica de la recta de balance para una renta y0 y precios p1 y p2 se muestra en


la figura 1.7; su pendiente es
p1
m = - p2

y sus intersecciones con los ejes x1 y x2 son

y0 y0
p1 y p2

respectivamente, las cuales representan la cantidad del bien X1 o del bien X2 que se
pueden adquirir cuando toda la renta se gasta en un solo bien.

X2

y0
p2

y0 = p1x1+p2x2

p1
m=-
p2

y0
p1
X1

Figura 1.7

Si varía uno de los precios, permaneciendo constante la renta y el otro precio, la


recta de balance modifica su intersección con el eje del bien cuyo precio cambia,
manteniendo sin modificación la otra intersección. En la figura 1.8 se muestran dos
y0
casos: en el primero p1 aumenta, p 1 disminuye y la intersección se acerca al origen; en

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1. Teoría del consumo.

X2 X2

p 1 Aumenta p 2 Disminuye

X1 X1

Figura 1.8

y0
el segundo, p2 disminuye, p 2 aumenta y la intersección ahora se aleja del origen.
Cuando se modifica la renta, permaneciendo sin cambio los precios, la recta no
varía su pendiente y se acerca o aleja del origen, según que la renta disminuya o
incremente su valor (figura 1.9)

Maximización de la utilidad sujeta a una renta fija.

Generalmente el consumidor destina una cantidad fija para la adquisición de


bienes y si los precios son también constantes, la recta de balance representa las
diversas opciones que quiere y puede adquirir.

Introduciendo el supuesto de conducta de que el consumidor, siendo racional,


siempre desea obtener la mayor utilidad posible, de todas las combinaciones de bienes
con igual renta que forman la recta de balance, seleccionará la que le proporcione la
máxima utilidad.

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1. Teoría del consumo.

Si en una gráfica del espacio de bienes se representan la recta de balance para


la renta y0 y algunas curvas de indiferencia, se puede analizar el comportamiento del
consumidor (figura 1.10) Los puntos A y B por estar en la recta de balance tienen el
mismo costo (y0) para el consumidor; igualmente, le proporcionan la misma utilidad (U0)
por pertenecer a la curva de indiferencia correspondiente.

X2

y0
A

E
U1

D
U0 B
X1

Figura 1.10

Debido a la convexidad de las curvas de indiferencia, entre A y B existen puntos


con el mismo costo que A y B pero que pertenecen a curvas de indiferencia con mayor
utilidad, por ejemplo C y D, que proporcionan una utilidad U1 > U0.

Nuevamente, debido a la convexidad, entre C y D existen puntos mejores que


ellos y así sucesivamente; el único punto que no puede ser superado es E: cuesta lo
mismo que todos los puntos anteriores, pero alcanza a la curva de indiferencia con la
mayor utilidad posible.

El punto óptimo está definido por dos condiciones: pertenece a la recta de


balance y en él, la recta es tangente a una curva de indiferencia que resulta ser la de
mayor utilidad; esto es, sus pendientes son iguales. Como las pendientes de la curva de
f1 p1
indiferencia y de la recta de balance son - f 2 y - p2 el punto óptimo queda definido por

f1 p1
y0 = p1 x1 + p2 x2 f2 p2 (A)
=

El punto óptimo también se puede encontrar numéricamente. El consumidor


desea alcanzar el máximo valor posible de U, pero observando que y tome el valor
particular y0. Como U y y dependen de x1 y x2, el problema consiste en hallar el máximo
valor de U = f (x1, x2) sujeto a la condición de que y = g (x1, x2) = p1 x1 + p2 x2 = y0. Para ello
se construye la función

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1. Teoría del consumo.

V = f (x1, x2) + ( y0 - p1 x1 - p2 x2 )

de la cual se obtienen las derivadas correspondientes e igualándolas a cero se llega a

f1 - p1 = 0 f2 - p2 = 0 y0 - p1 x1 - p2 x2 = 0

que son las condiciones de primer grado para la maximización de la utilidad.


Eliminando  de las dos primeras y ordenándolas, se consiguen, precisamente, las
ecuaciones (A), de las que se obtiene el punto óptimo.

Para asegurar que el punto óptimo obtenido es el de máxima utilidad, éste debe
satisfacer la denominada condición de segundo grado la cual, se puede escribir como

f 11 f 12 − p1
| f 21 f 22 − p2 |
D =
− p1 −p 2 0 > 0

2 2
que desarrollada se convierte en D = 2 f 12 p1 p2 −f 11 p2 −f 22 p1 > 0 y en
f1 p1
2 2
2 f 12 f 1 f 2−f 11 f 2 −f 22 f 1 > 0 dado que f 2 = p2

Minimización de la renta sujeta a una utilidad fija.

Un problema inverso al anterior se presenta cuando el consumidor desea


alcanzar una utilidad determinada; en este caso, y de acuerdo con su comportamiento
racional, el consumidor seleccionará de entre todas las combinaciones que le
proporcionen la utilidad deseada, la que le signifique el menor costo o renta posible.

La representación gráfica de este problema requiere de una curva de indiferencia


con la utilidad deseada U0 (figura 1.11).

X2

A
C

E y1
y0
y2 D B U0

X1

Figura 1.11
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1. Teoría del consumo.

Los puntos A y B proporcionan la utilidad U0 y por estar en la misma recta de


balance, tienen rentas iguales (y0). De nuevo, por la convexidad de la curva de
indiferencia, entre A y B existen puntos como C y D que proporcionan la utilidad U0 pero
con una renta menor (y1), dado que pertenecen a una recta de balance más próxima al
origen. Se puede ver que E es el punto que requiere la menor renta (y2) de todos los
que proporcionan la utilidad U0.

El punto óptimo buscado, por pertenecer a la curva de indiferencia indicada y


estar en el sitio de tangencia entre ésta y la recta de balance de menor renta, cumple
con las condiciones

f1 p1
U0 = f (x1, x2) f 2 = p2 (B)

La obtención numérica del punto óptimo requiere de encontrar el mínimo valor de


y = g (x1, x2) = p1 x1 + p2 x2 cuando U = f (x1, x2) iguala al valor dado U0, para lo cual se
plantea la función

W = p1 x1 + p2 x2 +  [xU0 - f (x1, x2)]

Las correspondientes derivadas de esta función, igualadas a cero, llevan a

p1 -  f1 = 0 p2 -  f2 = 0 U0 - f (x1, x2) = 0

que son las condiciones de primer grado para la minimización de la renta.


Eliminando de las dos primeras y ordenando, se llega a las ecuaciones (B) de las que
se obtiene el punto óptimo.

La condición de segundo grado para asegurar que el punto obtenido lleva a la


mínima renta, desarrollada y simplificada, se puede escribir también como
2 2 2 2
D = 2 f 12 p1 p2 −f 11 p2 −f 22 p1 > 0 o 2 f 12 f 1 f 2−f 11 f 2 −f 22 f 1 > 0

Aunque las condiciones de segundo grado para la maximización de la utilidad y


para la minimización de la renta se plantean de manera diferente, su desarrollo lleva al
mismo resultado final, el cual implica la convexidad de las curvas de indiferencia,
requisito para ambas optimizaciones.

Funciones de demanda.

La obtención de la combinación de bienes que maximiza la utilidad se realiza


para una renta y precios dados; igualmente, para la minimización de la renta se
consideran fijos la utilidad y los precios. Lo anterior significa que si unos u otros

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1. Teoría del consumo.

cambian, es necesario volver a realizar la optimización para adaptarla a los nuevos


valores.

Alternativamente, se puede llevar a cabo la optimización de manera general,


considerando que la renta y los precios en un caso, o la utilidad y los precios en el otro,
son fijos pero implícitos y una vez concluida la misma, se les asignan los conjuntos de
valores que se desee, para obtener sus correspondientes combinaciones óptimas de
bienes.

Procediendo de la segunda manera, se establece una dependencia entre la


combinación óptima y la renta y los precios o, entre la combinación óptima y la utilidad y
los precios, que se expresa a través de las denominadas funciones de demanda.

Las funciones de demanda ordinarias indican la combinación de bienes que


adquirirá el consumidor para maximizar su utilidad, en términos de su renta y los
precios de los bienes. Se expresan como

x1 = x1 (y, p1, p2) x2 = x2 (y, p1, p2)

y se obtienen de las condiciones de primer grado para la maximización de la utilidad.

Por su parte, las funciones de demanda compensadas, indican la combinación


de bienes que adquirirá el consumidor para minimizar su renta, de acuerdo con la
utilidad que desea alcanzar y los precios de los bienes. Tienen la forma siguiente:

x1 = x1 (U, p1, p2) x2 = x2 (U, p1, p2)

y se obtienen de las condiciones de primer grado para la minimización de la renta.

Curvas de demanda.

De acuerdo con las funciones de demanda, las cantidades de bienes que


adquirirá el consumidor, dependen de varias variables. Cuando todas éstas, con
excepción de una, asumen valores explícitos, la cantidad de cada bien queda
exclusivamente en función de la variable que permanece implícita. Esta relación recibe
el nombre de curva de demanda y por el tipo de función que expresa, puede
representarse en un plano coordenado.

Algunas curvas de demanda son las siguientes:

Curva precio-consumo para x1:

x1 = x1 (y0, p1, p2C) = x1 (p1) con y = y0, p2 = p2C constantes

Curva renta-consumo para x1:

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1. Teoría del consumo.

x1 = x1 (y, p1C, p2C) = x1 (y) con p1 = p1C p2 = p2C constantes

Curva utilidad-consumo para x1:

x1 = x1 (U, p1C, p2C) = x1 (U) con p1 = p1C p2 = p2C constantes

De acuerdo con su función de demanda de procedencia, las curvas de demanda


pueden ser también ordinarias y compensadas. Aunque es clara la diferencia entre una
función de demanda y una curva de demanda, es frecuente referirse a ambas con la
denominación genérica de función de demanda.

Elasticidad de la demanda.

La elasticidad es un concepto de aplicación general que se puede establecer


para cualquier relación entre dos variables.

La elasticidad de una variable dependiente respecto a una independiente se


define como el cociente de sus respectivas variaciones porcentuales.

De este modo, la elasticidad ε de y con respecto a x se expresa como

Δy
y
Δx x Δy
ε yx = x = y Δx

Para variaciones muy pequeñas la elasticidad, denominada elasticidad-punto,


puede obtenerse como

x dy
ε yx = y dx

Por el contrario, cuando las variaciones entre ( x1 , y 1 ) y ( x 2 , y 2 ) no son pequeñas,


los valores de x y y que se acostumbra emplear son los promedios,

1 1
x = 2 ( x1 +x 2 ) y = 2 ( y 1+ y 2 )

y en este caso, el valor de la elasticidad, denominada elasticidad-arco, se obtiene


como:

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1. Teoría del consumo.

( x 1 + x 2 ) ( y 2− y 1 )
ε yx = ( y 1 + y 2 ) ( x 2−x 1 )

Suponiendo variaciones muy pequeñas, la elasticidad de la demanda de xi


respecto al precio pj queda como

p j ∂ xi
ε ij = x i ∂ p j

dado que como ya se vio, xi depende de varios argumentos, entre los que se encuentra
pj.

La elasticidad de la demanda de un bien es directa cuando se obtiene respecto


a su propio precio (i = j) y cruzada cuando el precio es el de otro bien (i ¿ j). La
elasticidad de la demanda también puede ser ordinaria o compensada, según la
función de demanda que se emplee para calcularla, denotándose por ε a la primera y
por ξ a la segunda:

p j ∂ xi p j ∂ xi
ε ij = x i ∂ p j ordinaria
ξ ij = x i ∂ p j compensada

Así mismo, las elasticidades de las cantidades respecto a la renta se denotan por
la letra η

y ∂ xi
η = xi ∂ y

El conocimiento de las elasticidades tiene diversas aplicaciones; una de las más


comunes es apoyar la toma de decisiones de un productor-vendedor relativas al precio
y a la cantidad de su producto, que debe ofrecer en el mercado.

Supongamos que el vendedor tiene cierto control sobre su mercado; un ejemplo


extremo de ello, sería el de un vendedor único. Para este caso, el vendedor puede
manipular el precio o la cantidad del producto, pero no ambos, debido a la
interdependencia que existe entre estas dos variables.

El ingreso que recibe el vendedor por x unidades del producto a un precio p es

I = px

16
1. Teoría del consumo.

Para incrementar su ingreso, el vendedor puede optar por tomar la decisión que
parece más obvia: incrementar el precio. Sin embargo, generalmente un incremento en
el precio ocasiona una disminución en la cantidad que se puede vender, de modo que
dependiendo de las magnitudes relativas de estos movimientos, el resultado final puede
ser efectivamente un aumento en el ingreso, pero igualmente, puede presentarse una
disminución en el mismo.

Dado que la variable de interés es el ingreso, se analiza su comportamiento


respecto al precio, derivando como sigue:

dI d dx p dx
x+ p x(1+ )
dp = dp ( px ) = dp = x dp

El segundo término del paréntesis es la elasticidad directa del producto, la que


denotada por ε permite tener

dI
dp = x(1+ε)

dI
Como x > 0, entonces dp será mayor, igual o menor que cero, según que ε sea
mayor, igual o menor que -1.

dI
Cuando ε > -1, dp > 0, lo que indica que el ingreso y el precio guardan una
relación directa, por lo que un incremento en el precio produce un aumento en el
ingreso. En este caso, se dice que el producto tiene una demanda inelástica.

dI
< -1, entonces dp < 0, revelándose una relación inversa
Por el contrario, si ε
entre I y p, por lo que para obtener un incremento en el ingreso, es necesario disminuir
el precio. En esta situación, se dice que el producto tiene demanda elástica.

dI
Cuando ε = -1, dp = 0, y por lo tanto el ingreso es independiente del precio,
por lo que si éste aumenta o disminuye, el ingreso no se modifica.

Si las variaciones porcentuales de la cantidad y el precio se expresan como %x y


%p, la elasticidad puede escribirse como

17
1. Teoría del consumo.

%x
ε = %p y %x = ε %p

o sea, el porcentaje de variación de la cantidad x es igual al valor de la elasticidad por el


porcentaje de variación del precio p.

Cuando la demanda es inelástica, ε > -1, por ejemplo ε = -0.6 y en este caso,

%x = (-0.6) %p

de modo que a un aumento del 10% en el precio, le corresponde una disminución del
6% en la cantidad vendida: %x = (-0.6)(+10%) = - 6%

En una demanda inelástica, |ε| < 1 por lo que el efecto de la variación del
precio (+10%) se amortigua al determinar la variación en la cantidad (-6%)

Ambos movimientos a su vez, repercuten en el ingreso, consiguiéndose en


términos gruesos, un aumento de +10% - 6% = +4% en el mismo.

Por el contrario, si la demanda es elástica, ε < -1, por ejemplo ε = -1.8 y

%x = (-1.8) %p

Con un aumento de 10% en el precio, se obtiene una disminución de 18% en la


cantidad: %x = (-1.8)(+10%) = - 18%

Como ahora, |ε| > 1, el efecto de la variación en el precio (+10%) se amplifica


en la variación de la cantidad (-18%).

Con ello el ingreso, en términos gruesos, observa una disminución de +10% -


18% = -8%.

Para este último valor de la elasticidad, conviene más bajar el precio, porque una
disminución de 10% ocasiona un aumento en la cantidad de %x = (-1.8)(-10%) =
+ 18% con lo que el ingreso aumenta alrededor de un 8%.

En términos prácticos, un vendedor conocedor de su mercado debe estar


enterado del tipo de demanda que se presenta en el mismo. Una demanda inelástica es
propia de un mercado con consumidores fieles al producto, que asimilan casi
pasivamente los incrementos de precios.

18
1. Teoría del consumo.

Por el contrario, en un mercado con demanda elástica, los consumidores son


muy susceptibles a las variaciones en los precios y disminuyen fuertemente sus
compras, aún con pequeños incrementos en los precios.

La elasticidad de la demanda está determinada en general por los siguientes


aspectos o factores:

Existencia de sustitutos. Si en el mercado en cuestión existen productos que


pueden suplir apropiadamente al que se analiza, los consumidores tienen la posibilidad
de disminuir las compras de éste último, sustituyéndolo por alguno de los primeros y la
demanda en este caso, tiende a ser elástica. Cuando para el producto no existen
buenos sustitutos, la demanda es inelástica. El agua y la gasolina son productos con
este último tipo de demanda.

Porcentaje de la renta gastado en el producto. Un producto para cuyo


consumo se destina una pequeña porción de la renta tiene una demanda inelástica. Un
incremento en el precio de la sal para cocinar o en el del agua, por lo regular no
ocasiona disminuciones apreciables en su consumo. En el otro extremo se encuentran
el alquiler de casas y departamentos o la adquisición de automóviles, a los que se
destina una porción considerable de la renta y, por ello, su demanda es elástica.

Tiempo. Aunque es indudable que este factor incide en la elasticidad, puede


hacerlo en ambos sentidos, inclusive en un mismo producto.

Considérese el caso de la gasolina; cuando se presenta un aumento en su


precio, un sector de los consumidores reacciona elásticamente, disminuyendo
bruscamente sus compras del producto. Para proveerse del servicio que éste les
proporcionaba, se organizan con sus vecinos y compañeros de labores para
desplazarse conjuntamente a sus centros de trabajo, turnándose en el empleo de
alguno de los vehículos disponibles, permaneciendo sin usar el resto.

Con el tiempo va resultando cada vez más difícil y complicado sujetarse a la


disciplina requerida para cumplir con este esquema y los participantes terminan
abandonándolo para regresar a sus anteriores consumos, tornándose inelástica la
demanda.

También puede suceder que, por el contrario, los consumidores no reaccionen


inmediatamente ante el incremento del precio, comportándose inelásticamente y
modificando poco sus hábitos de consumo. Con el tiempo, y después de un cuidadoso
análisis de la situación, pueden optar por cambiar sus vehículos por otros de menor
tamaño y consumo y concluir así con una demanda elástica.

Ecuación de Slutsky.

En las condiciones de primer grado para la maximización de la utilidad

19
1. Teoría del consumo.

f 7 − λp1 = 0 f 2−λp 2 = 0 y− p1 x 1 −p 2 x 2 = 0

las variables que intervienen son x 1 , x 2 , y , p1 , p2 y λ

Cualquier variación de alguna de estas variables, ocasiona que las demás se


modifiquen para ajustar sus valores a las nuevas condiciones. Una variación de todas
ellas se representa diferenciando las tres ecuaciones anteriores, obteniendo

f 11 dx 1 +f 12 dx 2 −p 1 dλ = λdp 1
f 21 dx 1 + f 22 dx 2 − p2 dλ = λdp 2
− p1 dx 1 −p 2 dx 2 = −dy +x 1 dp1 + x 2 dp 2

Esta forma de representar las expresiones resultantes permite obtener los


valores de dx 1 , dx 2 o dλ como las incógnitas de un sistema de ecuaciones lineales,
donde el determinante del sistema es

f 11 f 12 − p1
| f 21 f 22 − p2 |
D = − p1 −p 2 0

De acuerdo con esto, el valor de una incógnita por ejemplo dx 2 , se obtiene como

D dx2
dx 2 = D

donde
Ddx 2 es el determinante que se obtiene al sustituir en D el vector de términos
independientes, en lugar del vector de coeficientes de dx 2 ; o sea

f 11 λ dp 1 − p1
| f 21 λ dp 2 − p2 |
Ddx 2 =
− p1 −dy +x1 dp1 +x 2 dp2 0

Para desarrollar este determinante, se multiplican los elementos de la segunda


columna por sus correspondientes cofactores, que coinciden con los del determinante
D de modo que

20
1. Teoría del consumo.

1
dx 2 = D [ λ dp 1 D12+ λ dp 2 D 22+(−dy + x 1 dp1 + x 2 dp 2 ) D32 ] (A)

donde
Dij es el cofactor del elemento localizado en el renglón i y la columna j de D .
Este valor de dx 2 supone que hay movimientos en todas las variables.

Si p2 y y son constantes, dp 2 = dy = 0 y la expresión (A) se reduce a

D 12 D 32
∂ x2 = λ ∂ p1 +x 1 ∂ p1
D D
por lo que

( )
∂ x2
∂ p1 y0
=
λ
D 12
D
+ x1
D32
D (B)

Si p2 y U son constantes, dp 2 = dU = 0; pero esto último ocasiona que

dU = f 1 dx 1 +f 2 dx 2 = 0 y p1 dx 1 + p2 dx 2 = 0

por lo que en el sistema original se tiene que

−dy +x 1 dp1 + x 2 dp 2 = 0

y la expresión (A) queda

D12
∂ x2 = λ ∂ p1
D

de donde

( )
∂ x2
∂ p1 U0
=
λ
D12
D (C)

Finalmente, si p2 y p1 son constantes, dp 1 = dp 2 = 0 y la expresión (A) se


escribe como

21
1. Teoría del consumo.

D32
∂ x2 = - D ∂ y

de donde

( )
∂ x2
∂y p0 =- D
D32
(D)

Combinando las expresiones (B), (C) y (D) se tiene que

( ) ( )
∂ x2
∂ p1 y0
=
∂ x2
∂ p1 U0
-
x1 ( )
∂ x2
∂y p0

Generalizando para
∂x i y ∂ p j se llega a

( ) ( )
∂ xi
∂ pj y0
=
∂ xi
∂ pj U0
-
xj ( )
∂ xi
∂y p0

expresión que se conoce como ecuación de Slutsky.

La ecuación de Slutsky indica que el efecto total


( )
∂ xi
∂ pj y0
de una variación del
p x
precio j sobre la cantidad i cuando la renta y los demás precios son constantes, es
igual a la composición de dos efectos: el efecto sustitución y el efecto renta. Se obtiene
de las funciones de demanda ordinarias.

El efecto sustitución
( )
∂ xi
∂ pj U0
es el efecto de una variación del precio
p j sobre
la cantidad
x i cuando la utilidad y los demás precios son constantes. Se obtiene de las
D ji
λ
funciones de demanda compensadas y equivale a D

Por su parte, el efecto renta -


xj ( )
∂ xi
∂y
es el efecto de una variación de la renta
p0
D
x x j 3i
y sobre la cantidad i cuando todos los precios son constantes y equivale a D

22
1. Teoría del consumo.

X X
Los bienes i y j son sustitutos, cuando una disminución en el consumo de
uno de ellos induce un aumento en el consumo del otro, para mantener constante la

utilidad. En este caso, el efecto sustitución entre ambos bienes es positivo


( )
∂ xi
∂ pj U0
> 0,
lo que revela una relación directa entre el precio
p j y la cantidad x i : cuando p j
x x
aumenta, generalmente j disminuye y debido a la sustitución, i aumenta.

Los bienes
X i y X j son complementarios, cuando el consumo de uno de ellos

requiere del consumo del otro. Ahora, el efecto sustitución es negativo


∂ xi
( )
∂ pj U0
< 0,
p x p x
para indicar una relación inversa entre j y i : cuando j aumenta, generalmente j
x
disminuye y por la complementariedad, i también disminuye.

De manera particular, con la ecuación de Sluysky se analiza el efecto que sobre


una cantidad produce una variación en su propio precio, por ejemplo para i = j = 1.
Para este caso se tiene que

( ) ( )
∂ x1
∂ p1 y0
=
∂ x1
∂ p1 U0
-
x1 ( )
∂ x1
∂y p0

El efecto sustitución se puede calcular como

( )
∂ x1
∂ p1 U0
=
λ
D11
D

De las condiciones de primer y segundo grado para la maximización de la utilidad


D 2
se tiene que λ > 0 y D > 0. Por su parte 11 = − p2 < 0, por lo que el efecto sustitución
es siempre negativo

( )
∂ x1
∂ p1 U0
=
λ
D11
D < 0

23
1. Teoría del consumo.

Por otra parte, un bien normal es aquel cuya cantidad guarda una relación

( )
∂ x1
directa con la renta ∂ y p 0 > 0: a mayor renta, mayor consumo, como sucede con la
mayor parte de los bienes (figura 1.12)

X1

Bien Normal

( 
y
p0
>0

Figura 1.12

Por el contrario, una relación inversa indica que el bien es inferior ∂ y p 0 < 0,
( ) ∂ x1

como es el caso de algunos bienes como los frijoles, papas, retazo de carne, etc.
preponderantes en la alimentación de los consumidores con rentas bajas, pero cuyo
consumo disminuye a medida que la renta aumenta (figura 1.13)

Con base en lo anterior, se obtienen las siguientes conclusiones:

Si el bien es normal y dado que x 1 > 0, el efecto renta es negativo - ∂ y p0 < 0.


x1 ( )
∂ x1

La composición de dos efectos negativos da como resultado un efecto total negativo

( )
∂ x1
∂ p1 y0
< 0, generando una relación inversa entre la cantidad y el precio (figura 1.14)

24
1. Teoría del consumo.

p1

Bien Normal

(  p

 1
y0
<0

X1

Figura 1.14

X1

Bien Inferior

( 

y
p0
<0

Figura 1.13

Cuando el bien es inferior, el efecto renta se vuelve positivo - ∂ y p0 > 0. La


x1 ( )
∂ x1

composición de dos efectos de signo contrario puede resultar en un efecto total


negativo o positivo, según prevalezca uno u otro.

Si el efecto sustitución supera al efecto renta, el efecto total es aún negativo y la


relación cantidad-precio es todavía inversa (figura 1.15).

p1

Bien Inferior

(  p

 1
y0
<0

X1 25

Figura 1.15
1. Teoría del consumo.

Si por el contrario, el efecto renta prevalece, el afecto total es ahora positivo

( )
∂ x1
∂ p1 y0
> 0, y la relación cantidad-precio se torna directa (figura 1.16). En este último
caso, el bien recibe el nombre de bien Giffen.

p1

Bien Giffen

(  p

 1
y0
>0

X1

Figura 1.16

Función de demanda total o agregada.

Hasta el momento se ha estudiado la disposición de compra de un consumidor


respecto a los diversos bienes a los que tiene acceso, quedando plasmados sus deseos
e intenciones de compra en sus correspondientes funciones de demanda,

x i = x i ( y , p1 , p2 )

donde i se refiere a alguno de los bienes a los que tiene acceso el consumidor, 1 o 2
en este caso, pero puede generalizarse a n bienes.

La disposición de compra del bien Xi respecto a su propio precio, se expresa


mediante la curva de demanda

x i = x i ( y o , pi , pCj≠i ) = x i ( pi )

p
donde todos los argumentos son fijos con excepción de i Cuando se analiza un bien
determinado, éste se especifica explícitamente y se vuelve innecesario el empleo de
subíndices, quedando la curva de demanda como sigue:

x = x (p)

26
1. Teoría del consumo.

Ahora bien, la curva anterior muestra la disposición de compra de un consumidor


en particular. Introduciendo nuevamente subíndices, pero ahora para denotar
consumidores, la curva de demanda individual se expresa como

xi = xi ( p )

e indica la disposición de compra del i ésimo consumidor respecto del bien que se
analiza, en términos de su precio.
La función de demanda total o agregada de un conjunto de consumidores
expresa la disposición de compra del total de esos consumidores respecto a un bien
determinado y se obtiene como la suma horizontal de las curvas de demanda
individuales de cada uno de los consumidores,
n

D
∑ xi( p )
D= x = i = xD (p) = D (p)

Como ya se vio, las curvas de demanda individuales tienen por lo general,


pendiente negativa, transmitiendo esta propiedad a la función de demanda total; esto
es, generalmente, D’(p) < 0. En forma gráfica, la función de demanda total se obtiene
como se muestra en la figura siguiente.
p p p

A A
D
X1 (p)
+ D
X2 (p)
= B+C
D
X (p)
B C
D
D E D+E
X1 X2 X

Consumidor 1 Consumidor 2 Consumo Total

Figura 1.17

27

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