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Jesús y La Ejemplaridad (La Vanguardia, Culturas), 120328
Jesús y La Ejemplaridad (La Vanguardia, Culturas), 120328
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En busca del
, . . . fieolli
Jesús histórico
JAVIER .-...AIAIIZÓII tigiosos hombres de letras {Tácito, cando hombres; en lugar de ello, el intentÓse oponía una sobreestruc-
a-.la es ensayista Hubo un profeta pobre, ágrafo, sin Luciano o Celso), perSeguida por acento estaba en la segunda perso- tura de interpretación heredada
y autor de estudios, alejado de las esferas de un estado hostil, se divulgara rá- na de la trinidad, logos eterno pre- en forma de dogmas, magisterio,
'Imitación y
experiencia', influencia, que, tras predicar la ve- pidamente por las civilizadas ur- existente al mundo, verdadero tratados teológico-filosóficos, pie-
'Aquiles en el nida inminente del reino de Dios bes romanas y acabara como reli- Dios y verdadero hombre, dos na- dad popular, religión estatal y mo-
gineceo', durante un periodo de entre uno y gión oficial del imperio más orgu- turalezas en una misma persona y nopolio de la educación. Fue una
'Ejemplaridad tres años - sobre la duración de su lloso de sí mismo que habían visto otras ,proclamaciones especulati- expresión señera de la lucha ilus-
pública' y de
'Ingenuidad vida pública discuten los estudio- los siglos. vas similares surgidas de la polémi- trada por la emancipación de la ...
aprendida'. Acaba sos-, fue ejecutado en Jerusalén Esa iglesia naciente, al principio ca contra la heterodoxia. conciencia individual respecto a la
de publicar 'Todo a de una manera que los judíos consi- una comunidad perseguida, va pro- autoridad eclesiástica y política
mil' (Galaxia deraban vergonzante, reservada a duciendo una literatura que le ayu- DeiiiÍitiiÑSIIID . . . aistanáll En ese volver a la escritura había
Gutenberg)
esclavos. Unos días después una daba a tomar conciencia de ella En la Edad Media se dio todavía también un impulso típicamente
parte al principio minoritaria de misma. En ese delicado proceso de un paso más. Porque el ocaso del protestante (sola scriptura) en riva-
esos judíos afirmaron que lo ha- construcción de identidad, mucho Imperio Romano fue una suerte de lidad con el histórico predominio
bían vuelto a ver, 'viviente, indivi- más peligrosos que los p~ganos paganismo cristianizado, mientras de la Roma meridionaL El Renaci-
dual y corporal como antes, y rin- -con quienes dialogan los apologis- que ese milenio entre los siglos V y miento del sur. había compartido
dieron culto al resucitado. Ese pre- tas- eran las doctrinas heréticas de XV creó una civilización original protagonismo cultural con la Re-
dicador de' Galilea, abandonado los propios cristianos desviados: sobre bases exclusivamente cristia- forma del norte, pero ahora Roma
por todos y fallecido prematura- adopcionismo, docetismo; gnosti- nas: un derecho, una ética, una es- veía con angustia cómo con la Ilus-
mente, fue proclamado el Cristo, el cismo, arrianismo, etcétera. Para tética, una teoría política, en fin, tración el centro del mundo se des-
Hijo de Dios, el Señor, títulos que combatirlas, la patristica cristiana un cosmos cristiano de nueva plan- plaza!;la hacia arriba.
presuponen su divinidad. En la an- asume sin sentir el universo simbó- ta, presidido por el Cristo Panto- Y así se inició una de las más
tigüedad grecolatina hubo casos lico de los adversarios, el cosmos crátor que bendice a los fieles en admirables contribucíones de la
de apoteosis de héroes mitológi- helenistico y su tendencia a la espe- los pórticos de las catedrales. ciencia moderna al espíritu occi-
cos, como Hércules, o de grandes culación !lbstracta, lo que acaba La filosofia y la teología a partir dental, el método exegético-critico
caudillos militares, como Alejan- configurando la imagen premedie- del siglo XU representan el mo- aplicado a unos textos que hasta
dro Magno o Julio César, elevados val de Cristo. En el siglo IV, la reli- mento de máxima autoconciencia entonces habían permañecido
también a un rango dívino. Nada gión perseguida adviene religión del cristianismo, el cual en ese mo- exentos de análisis por considerar-
especial en el seno de las religio- del imperio, y las controversias an- mento muta en cristiandad, es de- los inspirados por Dios, cuando no
nes politeístas. Lo extraordinario cir, en poder temporal y político
en el caso del galileo reside en que Lo extraordinario en en competencia con otros agentes Desde muy pronto,
fue divinizado por quienes, como
judíos piadosos, educados en el ho-
el caso de Jesús es que ytual con pretensiones de tutela espiri-
sobre ellos.
la
en definición de los
rror a la idolatria, profesaban un fuera divinizado por Con el Renacimiento experi- dogmas quedaba lejos
monoteísmo acérrimo, casi histéri- menta un desarrollo espectacular
co. A ese contemporáneo suyo,
judíos educados en la filología - la crítica textual y los
la narratividad
con quien hablan convivido y reco- el horror a la idolatría análisis de telrto- de los documen- histórica del galileo
rrido caminos juntos, se atrevían a tos antiguos: literarios, jurídicos y
ponerlo en "comunidad·de trono" teriores, limitadas a los dominios bíblicos. Respecto a la Biblia, la escritos por su mano. H .S. Rei-
con el mismísimo Yahvé, creador de lo retórico y eclesiástico, se con- ciencia al principio estuvo limita- marus (cuyos .e scritos publicó
del mundo. vierten ahora en gravísimo asunto da al Antiguo Testamento, pero en póstumameilte G.E. Lessing en
Lo segundo que, de los inicios de estado, porque la unidad religio- el siglo XVIII algunos empezaron 1774-78), D.F. Strauss. autor de Vi-
de la religión cristiana, llama la sa es una prioridad para el empera- a atreverse con los sagrados Evan- da de Jestls (1835-36), y el progra-
atención al historiador de las ideas dor. Este convoca los primeros con· gelios. En los laberintos de la filolo- ma de desmitologización de R.K.
es el elrtraño éxito social que cono- cilios ecuménicos que establecen gía se libró una épica batalla cultu- Bultmann (1884-Í976) marcan el
el
ció ese culto tan singular. Eljudais- los artículos fundamentales de la ral entre posiciones tradicionalis- . principio, el medio y final de esa
mo antiguo, una subcultnra margi- cristologÍa imperial: Nicea (~25), tas y progresistas. Los ilustrados primera investigación sobre el
nal y sometida dentro del vasto Im- Éfeso (431) y Calcedonia {451). Ya querían aplicar al Nuevo Testa- Jestis histórico, ·
perio Romano, era bastante plural entonces algunos obispos recono- . mento Jos métodos modernos de la Esta ciencia, en origen de nacio-
y admitía sin sobresaltos una nue- . cieron que en la definición de Jos ciencia histórica, a emulación de lo nalidad alemana, combina una
va variedad en su seno. Más sor- dogmas no se había procedido pis- que los fisicos (CopérnÍco, Galileo) ai;ombrosa variedad de conoci-
prendente es que una secta recien- catorie sino aristotelice; en otras pa- habían hecho en el ámbito de la na- mientos: filológicos por supuesto,
te, bastante exótica por cierto, de labras, que en dichos dogmas que- turaleza. Había en esa empresa un pero'también teológicos, literarios,
tintes mistéricos y orientalistas, re- daba lejos la narratividad histórica aliento genuinamente evangélico arqueológicos, históricos, juridi-
chazada por el propio judaísmo de ese profeta judío que apareció a porque se trataba, en suma, de vol- cos, sin excluir las aportaciones de
institucional, ridiculizada por pres- las orillas del lago de Galilea pes- ver a leer los Evangelios, pero a ese la historia de las ideas y del estu- ~
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• dio de las religiones compara-
das. El punto de partida es el si-
guiente: Jesús murió en torno al
glo puso en marcha una renova-
ción de las investigaciones exegéti-
cas que aumentó el número de da-
dencia de recuperar terreno para
la historicidad de Jesús, un punto
extremo lo representa J.D.G.
por tanto sería ahora el tiempo de
edificar una cristología desde aba-
jo, teniendo en cuenta los resulta-
año 30 y los evangelios fueron re- tos sobre Jesús contenidos en los Dunn,Redescubrir a Jesús de Naza- dos historiográficamente más segu-
dactados entre Jos años 70 (el más evangelios que la ciencia podía con- ret (Sígueme, 2006), quien sostie- ros aunque sin perder de vista las
temprano: Marcos) y lOO (el más siderar suficientemente seguros (a ne que Jos evangelios son en suma- orientaciones de la cristología des-
tardío: Juan); en ese periodo inter- partir de ahora se ofrecerá alguna yoría fidedignos porque reflejan lo de arriba que muestran una direc-
medio de 40-70 años se formó una indicación bibliográfica de las tra- sustancial del impacto que Jesús ción más que una verdad literal. Se-
espesa tradición sobre el Jesús re- ducciones). Suele citarse como produjo en sus discípulos. ría deseable que ese proyecto se
sucitado, el Cristo, que poco o na- punto de inflexión de ese movi- La investigación sobre el Jesús completara algún día, porque con-
da tiene que ver con el Jesús real. miento pendular la resonante con- histórico, que llevaba desde el prin- tnbuiria a cerrar la brecha abierta
Por tanto, los Evangelios, la única ferencia de E. Kliseman de 1953 El cipio la impronta del cristianismo en la modernidad entre ciencia y
fuente histórica disporuble para co- problema del Jesús histórico (en Es- protestante, Uegó tarde al catolicis- fe, tan desgarrada y dolorosa para
nocer a Jesús, no contienen en ri- tudios exegéticas, Sígueme, 1977). mo. La postura eclesiástica oficial muchos, y a superar ese cierto in-
gor información sobre este, sino fue negativa al método histórico- fantilismo intelectual que la creen-
que reflejan la imagen de Cristo Continuidad~ crítico hasta la encíclica Divino cia ha exigido al hombre moderno
creada inventivamente por la co- Comparado por ejemplo con Bu- ajJ/ante Spiritu de 1943, pero inclu- deseoso de elevarse a las realida-
munidad cristiana primitiva da, Confucio o Lao-Tsé, Jesús es so después se vio con reticencia a des espirituales, pero no al precio
La critica de las fuentes aborda con mucho la figura religiosa de la quien la practicaba con demasiada · de rendir su conciencia.
la cuestión sinóptica -la interde- antigüedad de la que más datos se hbertad. Es interesante observar la Sin olvidar las aportaciones en
pendencia de los tres primeros conservan. No parece tampoco ra- ambivalente posición expuesta el ámbito protestante -desde O.
evangelios- y propone la tesis de zonable atribuir a la comunídad por el actual Papa, Benedicto XVI, Cullmann o J. Jeremias hasta M.
las dos fuentes: Marcos y la fuente primitiva el inverosímil genio reli- en el prólogo a su Jesús de Nazaret Karrer-, curiosamente fue en ella-
Q, hoy perdida pero en buena me- gioso que supone inventarse una fi- 1 (Esfera de los Libros, 2007). En do católico donde se produjeron
dida reconstruida. La historia de gura tan original como la de Cristo su selecta bibliografia cita la exce- las primeras reconstrucciones cris-
las fonnas examina cómo una tradi- sin pensar que en ese proceso crea- lente monografia de J. Gnilka tológicas post-críticas: en 1974 co-
ción oral se fue insertando en dife- dor haya que residenciar parte del Jesús de Nazaret (Herder, 1995), y incidieron E. Schillebeeckx, Jesús.
rentes formas literarias (milagros, impulso en la personalidad del pro- con respecto a Un judío marginal La historia de un Viviente (Cristian-
parábolas, paradigmas, leyendas, pio Jesús. Además, los evangelis- (Verbo Divino, varios tomos, des- dad, 1981), H. Küng, Ser cri.stiano
historia de la pasión, mandamien- tas se muestran mucho más fiables de 1997), la monumental obra de (Trotta, 1996) y W. Kasper, Jesús,
tos, dichos sapienciales) depen- de Jo que pudiera suponerse por- J .P. Meier, dice Ratzinger: "Esta el Cristo (Sigue me, 2002), este últi-
Un posible eslabón
intermedio es la idea
de la ejemplaridad
única de Jesús, que lo
rescata de la muerte
tos interesantes pero autónomos, o
se adivina una conexión íntima en-
tre ellos? Si se admitiera un nuevo
eslabón intermedio, entonces toda
la cadena a'dquh;ría una necesidad
interna. Me refiero al hecho de
que, según sus seguidores, Jesús,
tras morir, se les apareció viviente,
individual ycorporal. El encadena-
miento congruente de todos Jos es-
labones, antes piezas sueltas, discu-
rriría así: al ser de una ejemplari-
dad única, Dios lo rescató de la
muerte; la resurrección convence-
ría a sus discípulos de su condición
extrahumana; dada esta condición
- que manifiesta una voluntad de
Dios respecto del mundo-, nada
más natural que la expansión uni-
versal del culto.
Algunas de las modernas biogra-
fías, como la de Gnilka, interrum-
pen su narración sobre el Jesús his-
tórico después de la crucifixión y
la sepultura porque lo que viene
después, las apariciones del resuci-
tado, no son tanto una cuestión de -
hecho como de fe y remiten a una
decisión personal. También yo
pondré fin aquí a mi exposición de-
jando abierta y sin decidir la pre-
gunta por el eslabón intermedio. 1