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Consideración 36
Consideración 36
“21Si tu enemigo tiene hambre, dale pan para que coma, y, si tiene sed,
dale agua para que beba, 22porque así amontonarás brasas ardientes
sobre su cabeza y Jehová te recompensará.”.
PREGUNTAR:
EXPLICACIÓN
Como menciona la parte ‘a’ del versículo 22, tenemos que metafóricamente “amontonar
brasas ardientes” sobre la cabeza de las personas que se opongan a nuestro ministerio de
reino.
Esto se refiere a una antigua técnica de fundición de metales en el que no se limitaban a
colocar el metal duro en el fuego; sino que amontonaban brasas ardientes para que se
calentar por arriba y abajo. Pocos metales tan duros no se derretían ante ese enorme calor,
de la misma manera pocos corazones hay tan duros que no se derritan ante el enorme calor
que irradia un amor paciente, abnegado y ardiente. Como si fueran “brasas ardiente”, los
actos de bondad pueden ablandar el corazón de una personas e incluso derretir su hostilidad
en la predicación.
Por eso, no nos debemos rendir ante la oposición de las personas en el ministerio por
teléfono.
PREGUNTAR:
EXPLICACIÓN
Además de conseguir dar un excelente testimonio, como dice la parte ‘b’ del versículo 22
‘Jehová promete que nos recompensa’. Es decir, que cuando aguantamos al momento que
una persona nos trate de manera incorrectamente si demostramos autocontrol y somos
positivos Jehová nos va a bendecir con su espíritu santo.
De hecho, en la carta a los Romanos 12:20 el apóstol Pablo volvió a repetir las palabras de
Salomón que debían amontar brasas ardientes los cristianos en la predicación ante la
persecución de ese momento. Por qué sabía que si demostraban amor ante el odio de sus
enemigos, Jehová los iba a ayudar animar con su fuerza activa.
Este ejemplo nos enseña que si mostramos amor, podemos hacer que las
personas cambien de actitud. El odio es poderoso, pero el amor lo es más. El odio
puede causar heridas, pero el amor se gana el corazón de los demás. Además,
que cuando mostramos amor, hacemos feliz a Jehová. Aunque los opositores
continúen odiándonos, nosotros podemos seguir siendo felices amontonado
brasas la cabeza al predicar.