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Generalmente nuestras emociones, impulsan nuestras acciones.

De hecho, la obediencia a Dios nace en el corazón (Pr 3:1). Cuando amamos


profundamente a Jehová, nos sentimos felices.
Sin embrago, como bien se predijo la alegría no garantizaría que nos amarían. El
mismo Jesús, advirtió que sus todos seguidores sufrirían, porque serian objetos de
odio (Mat. 10:23).
Incluso, el apóstol Pablo aun que se alegraba “a acusa del señor” (Fil. 4:4) dijo que
tenía “una gran tristeza y un dolor constante” por los judíos que negaban en ese
momento a Jesucristo (Rom. 9:1-3).
Esto nos da una enseñanza de suma importancia: que al predicar quizás nos
traten de una forma que no es correcta.
Por eso es importante que nos preguntemos:
‘Cuando las personas nos traten mal ¿cuál va ser nuestra reacción en la predicación?
¿Seremos positivos o negativos?’

Analicemos el consejo de Salomón en Pr. 25:21,22.


Al momento que Salomón escribió este capítulo, él quería destacar características
que debían imitar los judíos. Por lo tanto, uso paralelismos que fueran fácil de
entender para ellos y que logramos aprender al relacionarlo con la predicación.

BUSCAR LECTOR: Proverbios 25:21,22

“21Si tu enemigo tiene hambre, dale pan para que coma, y, si tiene sed,
dale agua para que beba, 22porque así amontonarás brasas ardientes
sobre su cabeza y Jehová te recompensará.”.

PREGUNTAR:

“¿Debemos responder mal en la predicación si nos tratan mal?”.


- esperar comentarios -
(Mostrar imagen 1 durante la explicación)
[Imagen fusiona de la atalaya edición de estudio de Julio 2018 págs. 27-29 y la
atalaya edición de estudio de Diciembre de 2020 pág. 28]

EXPLICACIÓN
Como menciona la parte ‘a’ del versículo 22, tenemos que metafóricamente “amontonar
brasas ardientes” sobre la cabeza de las personas que se opongan a nuestro ministerio de
reino.
Esto se refiere a una antigua técnica de fundición de metales en el que no se limitaban a
colocar el metal duro en el fuego; sino que amontonaban brasas ardientes para que se
calentar por arriba y abajo. Pocos metales tan duros no se derretían ante ese enorme calor,
de la misma manera pocos corazones hay tan duros que no se derritan ante el enorme calor
que irradia un amor paciente, abnegado y ardiente. Como si fueran “brasas ardiente”, los
actos de bondad pueden ablandar el corazón de una personas e incluso derretir su hostilidad
en la predicación.
Por eso, no nos debemos rendir ante la oposición de las personas en el ministerio por
teléfono.

PREGUNTAR DE FORMA ADICIONAL:

“¿Qué puede pasar si respondemos mal en la predicación?”.

(Pregunta abierta que se centran en que:


vamos a dar un mal testimonio del nombre de
Jehová si contestamos mal de forma irrespetuosa).

PREGUNTAR:

“¿Qué vamos a conseguir en la predicación si respondemos bien?”.


- esperar comentarios -

EXPLICACIÓN
Además de conseguir dar un excelente testimonio, como dice la parte ‘b’ del versículo 22
‘Jehová promete que nos recompensa’. Es decir, que cuando aguantamos al momento que
una persona nos trate de manera incorrectamente si demostramos autocontrol y somos
positivos Jehová nos va a bendecir con su espíritu santo.
De hecho, en la carta a los Romanos 12:20 el apóstol Pablo volvió a repetir las palabras de
Salomón que debían amontar brasas ardientes los cristianos en la predicación ante la
persecución de ese momento. Por qué sabía que si demostraban amor ante el odio de sus
enemigos, Jehová los iba a ayudar animar con su fuerza activa.

(Mostrar imagen 2 después de leer la explicación)


[Imagen de la atalaya edición de estudio de Marzo 2021 págs. 20-25]

Fijémonos en el ejemplo de Yasmín, que vive en Oriente Medio. Cuando se hizo


testigo de Jehová, su esposo pensó que la habían engañado e intentó que dejara
de servir a Dios. La insultó y les pidió a sus familiares, a un líder religioso y a un
hechicero que la amenazaran y la acusaran de dividir a la familia. Hasta se
presentó en una reunión y se puso a gritarles barbaridades a los hermanos.
Yasmín lloraba muchas veces por lo mal que la trataba.
En las reuniones, los hermanos y las hermanas la consolaron y la fortalecieron.
Incluso los ancianos la animaron con textos de la Biblia.
Yasmín cuenta: “No fue fácil hacer lo que la Biblia dice, pero le pedí a Jehová que
me ayudara y me esforcé al máximo. Así que, cuando mi esposo ensuciaba a
propósito el piso de la cocina, yo lo limpiaba; cuando me insultaba, yo reaccionaba
con calma, y, cuando se enfermaba, yo lo cuidaba”.
Yasmín explica que el amor que le mostró a su esposo dio buenos resultados:
“Empezó a confiar más en mí porque sabía que yo nunca miento. Comenzó a
escucharme con respeto cuando hablábamos de religión y estuvo de acuerdo en
mantener la paz en casa. Ahora hasta me anima a ir a las reuniones. Nos
llevamos muchísimo mejor y disfrutamos de verdadera paz. Tengo la esperanza
de que algún día acepte la verdad y podamos servir juntos a Jehová”.

Este ejemplo nos enseña que si mostramos amor, podemos hacer que las
personas cambien de actitud. El odio es poderoso, pero el amor lo es más. El odio
puede causar heridas, pero el amor se gana el corazón de los demás. Además,
que cuando mostramos amor, hacemos feliz a Jehová. Aunque los opositores
continúen odiándonos, nosotros podemos seguir siendo felices amontonado
brasas la cabeza al predicar.

“Esta reunión debe tomar de 5 a 7


minutos, e incluso menos si se realiza
después de una reunión de
congregación.”
(od 67) (km 3/15 3)

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