Desde que te levantas, para poder caminar, bañarte,
saltar, arreglar tus cosas, e incluso pensar necesitas de la energía. ¿Sabías que la fuente de energía que utilizas para realizar estas actividades es la comida?
Los primeros hombres y mujeres de nuestro continente
cazaban, pescaban y hacían sus casas utilizando su propia energía. Después al domesticar a los animales se dieron cuenta de que podían ayudarse de la fuerza de estos para cargar cosas, arrastrar o mover objetos pesados de un lugar a otro. Tiempo después se inventaron máquinas que funcionaban con otro tipo de energía que provenía del subsuelo, que les permitieron realizar más cosas en menos tiempo y con mayor calidad. Estas fuentes de energía que no son renovables son el carbón, el petróleo y el gas natural.
Actualmente, gracias a estas grandes fuentes de
energía, el hombre cuenta con electricidad, puede ir de un lugar a otro en motos, autos, aviones, barcos, etc.; Energía solar contar con agua caliente para bañarse y preparar sus alimentos. Pero, ¡cuidado!, nos dicen los investigadores que las estamos acabando, debido a las industrias y al uso indiscriminado que hacemos de ellas, por lo que corremos el riesgo de quedarnos sin estas fuentes de energía y no volverlas a tener en miles de años.
También contamos con otros tipos de energía
que no contaminan y que no se agotan: la energía hidraúlica (de las caídas de agua), la energía solar y la eólica (del viento) que producen electricidad.
La energía es indispensable en nuestras vidas. Comencemos a ahorrarla.