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EL pastorcillo MENTIROSO

(fábula)

Un día, un joven pastor se encontraba en la cima de la montaña con su


rebaño de ovejas. Él era el responsable de cuidarlas y vigilarlas.
Al pie de la montaña, los campesinos trabajaban la tierra.
El pastorcillo los vio y pensó: «Me apetece
burlarme de ellos, voy a engañarlos».
Entonces, chilló:
—¡Un lobo, un lobo!
Los campesinos prestaron atención y
oyeron los gritos:
—¡Socorro, socorro! ¡Es el lobo, el lobo!
—Vamos —dijo uno. Y todos subieron
a la cima de la montaña para
auxiliar al pastor.
Cuando llegaron, lo encontraron
carcajeándose.
—¡Ja, ja, ja! Aquí no hay ningún lobo.
¡Ja, ja, ja!
Los campesinos, enfadados, dijeron:
—¡No nos vuelvas a engañar!
Dieron media vuelta y se fueron montaña abajo para seguir trabajando.
Aún seguía riendo el pastorcillo cuando, de repente, el lobo asomó su
enorme hocico a través de los setos. Temblando de miedo gritó:
—¡Socorro! ¡Ayuda! ¡El lobo! Y corrió con todas sus fuerzas para escapar
de allí.
Los campesinos, que habían oído los gritos, comentaban:
—Otra vez ese pastor, siempre nos está engañando. Y continuaron como si
nada ocurriese.
El lobo se comió, una a una, todas las ovejas
del rebaño.
El pastorcillo, siempre mintiendo y
engañando, al final tuvo su merecido.

Recuperado de http://www.cervantesvirtual.com/portales/
biblioteca_literatura_infantil_juvenil/222454_pastorcillo/
(adaptación)
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