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LAS ASAMBLEAS DE DIOS DEL PERÚ

LA MUJER Y SU SEXUALIDAD

SESIÓN 3

Pastora: Magda Tapia de Díaz

III.- LA BIBLIA Y LA SEXUALIDAD HUMANA

Aunque la Biblia no es un libro de sexo, contiene una teología completa de la


sexualidad, la cual incluye los propósitos del sexo, las advertencias contra su mal uso y un
bello retrato de la intimidad física ideal (ver especialmente el Cantar de los Cantares). A
continuación, presentamos algunas de las enseñanzas más importantes de la Biblia en cuanto
a la sexualidad humana.
Propósitos de Dios para concedernos el regalo del sexo
➢ Conocimiento (Gn. 4:1)
➢ Unidad íntima (Gn. 2:24)
➢ Consuelo (Gn. 24:67)
➢ Procreación (Gn. 1:28)
➢ Gozo y placer (Cnt. 2:8-17; 4:1-16)
Prevención de tentaciones extramatrimoniales (1 Co. 7:2-5)
➢ Mandamientos de Dios para el marido (Ef.5:25)
➢ Debe encontrar la satisfacción en su mujer (Pr. 5:19)
➢ Debe encontrar el gozo en su mujer (Ecl. 9:9)
➢ Debe preocuparse de satisfacer las necesidades específicas de su mujer
(Dt. 24:5; 1 P. 3:7)
Mandamientos de Dios para la mujer
➢ Debe estar sexualmente disponible para su marido (1 Co. 7:3-5)
➢ Debe prepararse para cautivar el corazón de su marido (Cnt. 4:9-15)
➢ Debe mostrar interés sexual en su marido (Cnt. 4:16; 5:2)
➢ Debe ser sensible a las necesidades específicamente masculinas (Gn.
24:67)

Principios bíblicos que gobiernan el sexo

➢ Las relaciones sexuales dentro del matrimonio son santas y buenas. Dios las
alienta y advierte del peligro de su cese (1 Co. 7:5).
➢ El placer en las relaciones sexuales es saludable y lo que debe esperarse. El
cuerpo de cada cónyuge le pertenece al otro (Pr. 5:15- 19; 1 Co. 7:4).
➢ El placer sexual debe ser guiado por el principio de que la sexualidad de cada
uno debe orientarse hacia el otro. En el matrimonio, entregamos a nuestra
pareja los «derechos» sobre nuestro cuerpo (Fil. 2:3-4).

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LAS ASAMBLEAS DE DIOS DEL PERÚ

➢ Las relaciones sexuales deben ser normales y habituales. No se


prescribe ningún número concreto de veces a la semana, pero el
principio bíblico es que ambas partes provean para la adecuada
satisfacción sexual del otro, de modo que se eviten tanto el
«quemarse» (deseo sexual) como la tentación de encontrar
satisfacción fuera del matrimonio (1 Co. 7:9).
➢ El principio de satisfacción significa que cada parte tiene que proveer
el gozo sexual (que se le «debe» al otro en el matrimonio) tan
frecuentemente como la otra parte lo requiera. Otros principios
bíblicos (la moderación, buscar agradar al otro en vez de a uno
mismo, etc.) también deben jugar su papel. Nuestra solicitud de
relaciones sexuales siempre debería tener en consideración el
bienestar del cónyuge.
➢ Conforme al principio según el cual entregamos nuestros «derechos»,
las relaciones no pueden ser objeto de regateo entre personas casadas
(«No tendré relaciones contigo a no ser que…»). Ninguna de las dos
partes tiene derecho a imponer condiciones. Esta es una forma de
«prostitución marital» y, por lo tanto, debe evitarse.
➢ Las relaciones sexuales deben ser equitativas y recíprocas. La Biblia
no otorga a los hombres más derechos sobre la mujer, ni a las mujeres
un mayor derecho sobre el hombre. El objetivo es el servicio mutuo.
➢ Todo lo que sea seguro, agradable, placentero y satisfactorio para
ambos es aceptable. El cuerpo de cada uno le pertenece al otro (1 Co.
7:4), pero no debemos demandar a nuestra pareja nada que le resulte
doloroso, dañino, degradante o desagradable.

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