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Derecho Médico y Responsabilidad Penal del Médico.

Primeramente, debemos conocer el maro regulatorio del ejercicio de la


Medicina en Venezuela que regula y establece los derechos, deberes y
obligaciones de los médicos, encontrándose primero la Constitución Nacional,
seguidamente la Ley del Ejercicio de la Medicina y el Código de Deontología
Médica. La Ley del Ejercicio de la Medicina en su primer artículo establece que el
ejercicio de la medicina se rige por dicha ley y las disipaciones emitidas por el
Ejecutivo Nacional, mientras que por su parte el Código Deontológico va orientado
a fortalecer la ética y los valores médicos, sirviendo de ayuda a los profesionales,
ya sea individual o colectivamente en el mantenimiento de un alto nivel de
conducta ética, determinando lo que debe considerarse como una conducta
apropiada en relación con los pacientes, con colegas, con los miembros de
profesiones afines y con la sociedad
Entendiendo entonces el maro regulatorio del ejercicio propiamente de la
medicina, podemos hablar entonces de su relación con la responsabilidad legal. El
ejercicio médico está ligado de manera estrecha con la responsabilidad de su
ejercicio, encontramos pues en la doctrina varias opiniones al respecto como el
doctrinario Nelson Hernández (1999, De la responsabilidad jurídica del médico), el
cual establece que queda a cargo del juez, en cada caso, determinar cuándo
alguien debe ser considerado responsable de un acto cometido en el ejercicio de
su profesión, así mismo, para que haya responsabilidad civil no es necesario
buscar si existió intención; basta que haya habido negligencia, imprudencia,
impericia para acreditar la responsabilidad legal de cualquier persona que haya
cometido un daño en el ejercicio de su profesión. Este mismo autor establece que
desde el momento en que los hechos por los que se acusa a un médico salen de
la esfera de lo que por su naturaleza atañen a las discusiones científicas y desde
el momento en que ellos se complican con negligencia, ligereza o ignorancia
acerca de cosas que debe saber el profesional, se incurre en responsabilidad de
derecho común y ya compete la actuación de la justicia.
Entendiendo esto, según el Principio de la Responsabilidad el cual establece
para todas las personas la obligación de responder por los daños que ocasionen a
un tercero, en virtud por una acción u omisión que jurídicamente le es imputable
por estar conexionada a él voluntaria y moralmente, lo cual en ningún momento
excluye a los médicos en ejercicio, entendiendo que la responsabilidad jurídica de
responder por dichas conductas se materializa y existe en concordancia con los
elementos del delito, cuando esa acción típicamente antijuridica se materializa en
el mundo exterior y genera un daño por el cual se debe responder. Ahora bien,
orientando dicha responsabilidad al ejercicio médico, Nelson Hernández (1999, De
la responsabilidad jurídica del médico), nos establece que es la obligación para los
médicos de sufrir las consecuencias de ciertas faltas por ellos cometidas en el
ejercicio de su arte, faltas que pueden comportar una doble acción, civil y penal,
aun sin que haya habido la intención de causar un daño, es responsable de su
acción u omisión, y como tal puede caer en dichas responsabilidades legales,
penalmente tratándose de un delito y por ende pasible de una pena; civilmente
hablando es un daño físico, con perjuicio económico, exista o no delito penal, y el
médico debe pagar al paciente una reparación en dinero.
Con esto en mente, se debe de entender entonces ese vinculo entre medico y
paciente, del cual nacería la acción que sería posteriormente objeto de
responsabilidad penal. Sobre esto Rafael Aguiar-Guevara (2008, Tratado de
Derecho Médico), nos define la relación médico-paciente como la relación jurídica
civil, libremente establecida entre el médico y su paciente, mediante la cual,
conformado un consentimiento legítimamente manifestado por ambos, se
consagra el cumplimiento de obligaciones orientadas a la prestación de servicios
encaminados a la conservación, fomento, restitución de la salud, a través del
diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, dentro de los parámetros
establecidos en las leyes que la regulan y fundamentado, tal vínculo jurídico, en el
respeto y cumplimiento de los derechos y obligaciones de cada una de las partes
de dicha relación, es decir, tanto del médico como del paciente.
Si bien dicho autor entiende dicha relación como un vínculo civil,también tiene
en sus entrañas aspectos del Derecho Penal, por cuanto se reconoce que la
relación médico-paciente es también una acción jurídica responsable; es jurídica
porque está de acuerdo al Derecho, y es responsable, porque el médico tiene la
obligación de sufrir las consecuencias de las fallas cometidas en el ejercicio de la
profesión. Esto es esencial para hablar de responsabilidad penal en el ejercicio de
la medicina, ya que para que la misma exista, deben concurrir 3 elementos: 1) La
existencia de la relación médico-paciente, ya sea directa o indirecta, contractual o
extracontractual; 2) La falta o infracción del médico o médica, es decir, una
conducta culposa; 3) la relación de causalidad entre la conducta y el daño
producido.
Siguiendo, se debe de entender que un elemento que ésta casi siempre
presente en los delitos relativos con el ejercicio médico es la culpa, debido a que
no fueron cometidos con la intención de realizarlos, sino fueron producto del
ejercicio médico que desemboco en una conducta típicamente antijuridica, por lo
cual es importante entender el significado de lo que es la mal praxis médica o
mala práctica del ejercicio de la medicina. Alberto Arteaga Sánchez (1986, La
Responsabilidad Penal del Médico), define la mal praxis médica como la actuación
incorrecta en el ejercicio de la profesión médica, capaz de provocar daños al
paciente.
Lo que respecta a la responsabilidad penal que se deriva del delito de mal
praxis médica, éste solamente podría encuadrarse en las conductas tipificadas en
las disposiciones de la parte especiales del Código Penal en los artículos 409 en
cuanto al homicidio culposo, y en el artículo 420, en cuanto a las lesiones
personales, ya que nuestro ordenamiento legal no prevé figuras específicas
propias de la mal praxis médica. El delito en cuestión consiste en causar por culpa
un daño en la salud y a la integridad física, bienes jurídicamente protegidos, donde
el bien jurídico tutelado es la salud física y psíquica.
Como se estableció, la principal base legal que establece la responsabilidad
penal del médico en Venezuela en relación a la Mala Praxis, la podemos encontrar
en el Código Penal, específicamente en el artículo 420, el cual establece que “El
que por haber obrado con imprudencia o negligencia, o bien con impericia en su
profesión, arte o industria, o por inobservancia de los reglamentos, ordenes o
disciplinas, ocasione a otro algún daño en el cuerpo o en la salud, o alguna
perturbación en las facultades intelectuales será castigado: 1. Con arresto de
cinco a cuarenta y cinco días o multa de cincuenta unidades tributarias (50 U.T.) a
quinientas unidades tributarias (500 U.T.); 2. Con prisión de uno a doce meses o
multa de ciento cincuenta unidades tributarias (150 U.T.) a un mil quinientas
unidades tributarias (1.500 U.T.); 3. Con arresto de uno a cinco días o con multa
de veinticinco unidades tributarias (25 U.T.)”.
Por su parte, el artículo 409 del Código Penal establece que “El que, por haber
obrado con imprudencia o negligencia, o bien con impericia en su profesión, arte o
industria, o por inobservancia de los reglamentos, ordenes e instrucciones, haya
ocasionado la muerte de alguna persona, será castigado con prisión de seis
meses a cinco años. En la aplicación de esta pena los tribunales de justicia
apreciaran el grado de culpabilidad del agente. Si del hecho resulta la muerte de
varias personas o la muerte de una sola y las heridas de una o más, con tal que
las heridas acarreen las consecuencias previstas en el artículo 414, la pena de
prisión podrá aumentar hasta ocho años”.
En el ejercicio profesional de la medicina, en concordancia con la legislación
penal, civil y de acuerdo a la Ley del Ejercicio Médico, se responde a
consecuencia de: 1) La Acción: Obrar y proceder a realizar la actividad médica
como derecho por estar autorizado para ello; pero en el desarrolló de la misma se
cometió un delito o un hecho ilícito; 2) La Omisión: No hacer o realizar una acción
cuándo se tenía la obligación de hacer, es decir, es abstenerse de hacer algo que
estaba obligado a hacer y que ello generó un daño; 3) La Impericia: Ejecutar actos
sin la preparación necesaria, el no tener, ni el conocimiento, ni la práctica que
exige el ejercicio de la profesión, es decir, es la falta de destreza, de habilidad, de
propiedad de hacer una cosa, generando una condición de ineptitud para el
ejercicio de una profesión, arte o industria; 4) La Imprudencia: Es el hacer actos
que una persona previsiva no los hace, generando una inobservancia de principios
y reglas predeterminadas, es decir, es la falta de previsión, que puede producir
consecuencias que desembocan en responsabilidad penal, según Luis Jiménez de
Asúa (1980, La ley y el delito), la imprudencia supone obrar, emprender actos
inusitados, fuera de lo corriente y que, por ello, pueden causar efectos dañosos; 5)
La Negligencia: Es la omisión en el cuidado que debe ponerse en el ejercicio de la
profesión, donde el médico responde por abstenerse, por negligencia de realizar
actos que la previsión aconseja hacerlos para evitar resultados funestos, por
ejemplo si el médico necesita lentes para operar y al momento de practicar una
intervención, la realiza sin contar con ellos, por haberlos olvidados, es una falta de
previsión y por tanto una conducta negligente, censurable penalmente a la hora de
atribuirle un hecho dañoso.
Siguiendo refiriéndonos a la Ley del Ejercicio Médico, el médico puede
responder penalmente cuando: En primero lugar, por no asumir el riesgo,
conforme al artículo 26 de la Ley de Ejercicio de la Medicina, es obligatorio para
todo médico, excepto en los casos de comprobada imposibilidad, prestar sus
servicios cuándo se trate de un accidente o de cualquier otra emergencia, cuándo
no hubiere otro profesional en la localidad, o cuándo la solicitud de servicios
provenga de un enfermo que está bajo su cuidado. Entendiendo esto, el médico
esta obligado por dicha ley a prestar sus servicios en esos casos, por lo que su
negativa puede acarrear responsabilidad.
Así mismo los médicos, solo bajo motivo justificado podrá dejar de atender a un
enfermo o enferma cuando ello no acarree un perjuicio a la salud del paciente, que
comunique su decisión con suficiente anticipación, o que suministre la información
necesaria para que otro médico o médica continúe la asistencia. Fuera de estos
supuestos, un medico no puede dejar de a tener, así como así a un paciente, más
si está en estado crítico, donde de lo contrario a estos supuestos, traería consigo
responsabilidad penal.
Otro aspecto, esta vez del código penal, en el que se pudiese establecer
responsabilidad penal al médico sería la violación del secreto profesional, según el
artículo 189 del Código Penal “El que, teniendo por razón de su estado, funciones,
profesión, arte u oficio, conocimiento de algún secreto cuya divulgación pueda
causar algún perjuicio, lo revela, no obstante, sin justo motivo, será castigado con
prisión de cinco a treinta días”. Esto se concatena también con la obligación de
denunciar, ya que todo médico o medica en ejercicio que conozca de algún delito,
incluyendo su fue de otro médico, esta obligado a denunciarlo, a menos que una
disposición especial de la ley lo releve de dicha obligación (Art 271 Código
Procesal Penal).
Así mismo los artículos 364 y 367 nos hablan sobre la falsificación, adulteración
y venta de sustancias medicinales, que perfectamente se puede relacionar con el
ejercicio de la medicina, estableciendo lo siguiente:
“Artículo 364: El que corrompiendo o envenenando las aguas potables del uso
público o los artículos destinados a la alimentación pública, ponga en peligro la
salud de las personas, será penado con prisión de dieciocho meses a cinco años”.
“Artículo 367: El que estando autorizado para vender sustancias medicinales
las hubiere suministrado en especie, calidad y cantidad diferentes de las
prescritas por el médico o diferentes de las declaradas o convenidas, será penado
con prisión de seis a dieciocho meses”.

Criterio Jurisprudencial

Sentencia 0467 de la Sala de Casación Penal del 14 de junio de 2001:


Establece dicha sentencia que en cualquier juicio por mala praxis médica cualquier
sentencia, condenatoria o absolutoria, debe haber analizado el Reglamento del
Servicio de Quirófanos, ya que tal reglamento contiene las reglas y preceptos que
han de presidir el servicio médico quirúrgico, cuyo mandato tiene un ascendiente
legal y legítimo porque el reglamento fue dictado por la autoridad competente
estatal, que a su vez tiene autoridad científica porque se trata del Ministerio de la y
por lo tanto aquellos mandatos del Reglamento del Servicio de Quirófanos son de
obligatorio cumplimiento, incluyendo y regulando el control o conteo del material
quirúrgico empleado en una cirugía.

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