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LA LEYENDA DEL TEKE TEKE

 Teke Teke , en japonés) es una leyenda urbana japonesa relacionada con el


espíritu de una mujer joven o adolescente que tras caer a las vías del ferrocarril,
fallece seccionada por la mitad tras ser arrollada por un tren.1
Como espíritu vengativo (Onryō) o espíritu maligno (Yōkai), se desplaza
arrastrándose con la ayuda de sus manos o codos mientras que su torso hace el
característico sonido que le da nombre tras rozar con la superficie. En caso de
encontrar una víctima por la noche, esta se abalanza sobre el desafortunado y le
secciona por la mitad a la altura del tronco.2

Leyenda[editar]
La leyenda cuenta que el Teke Teke es el fantasma de una joven que murió
trágicamente en una estación de tren. En vida la chica era introvertida, y eso la
hacía blanco frecuente de bromas pesadas por parte de sus compañeros. Hasta
que un día una de las bromas se les fue de las manos. Un día de verano
(temporada de cigarras en Japón), sus compañeros, viéndola que esperaba el tren
con la mirada perdida, se acercaron sigilosamente por atrás y le colocaron una
cigarra en el hombro. Cuando lo vio, comenzó a saltar para quitárselo, y acabó
cayendo sobre las vías del tren, donde un veloz Shinkansen (tren de alta velocidad)
la partió en dos. Sus compañeros estaban tan ocupados riéndose de su broma que
no notaron que el tren se acercaba, y para cuando lo hicieron ya era muy tarde. Los
chicos juraron no decirle nada a nadie de lo sucedido e hicieron pública la versión
de que, como era una chica rara, no soportó su vida y decidió arrojarse delante del
tren cuando pasaba.
Pero una noche la joven regresó por su venganza. Los tres amigos iban caminando
en la noche cerca del lugar, cuando comenzaron a escuchar un sonido demasiado
extraño que cada vez parecía estar más cerca. Cuando se dieron vuelta, allí estaba:
la chica sin piernas y con sus tripas colgando que los miraba fijamente. Intentaron
huir, pero fue inútil. El fantasma se dispuso a cortarlos por la mitad a los tres
amigos con una guadaña, y de esa forma dejarlos en mismas condiciones.
Desde entonces, el fantasma Teke Teke ronda las estaciones de tren por Japón,
arrastrando con las manos la mitad superior de su cuerpo y acabando con la vida
del que se cruza en su camino; siempre en busca de nuevas víctimas para
satisfacer su necesidad de venganza.
Otra versión de la leyenda cuenta que un joven estudiante que regresaba a casa
por la noche contempló a una joven apoyada en su ventana sobre sus codos. Por
un momento, ambos se sonrieron, sin embargo, cuando este le preguntó qué hacía
en un colegio masculino, esta dio un salto revelando así que le faltaba la parte
inferior. Aterrorizado, el muchacho trató de huir, pero antes de que tuviera
oportunidad, la joven le partió por la mitad.3
Leyenda alternativa[editar]
Otras versiones apuntan a otra joven: Kashima Reiko, fallecida tras ser arrollada
por un tren. Su nombre es una abreviación de las palabras: "Kamen", "Shinin", "Ma"
(Máscara, Persona muerta, Demonio). El espíritu de Kashima ronda los aseos
públicos de la estación. Una vez que esta sorprende al ocupante, le pregunta dónde
están sus piernas. Si el ocupante responde incorrectamente, Kashima le cercena de
cintura para abajo.
Para salvarse, la persona preguntada debe responder que se encuentran en las
vías de la Estación de Meishin. En ocasiones también suele preguntar por su
nombre, el cual es una pregunta trampa puesto que al responder "Kashima Reiko",
esta puede abalanzarse sobre la víctima. En tal caso, el sujeto tiene que responder:
"Kamen", "Shinin", "Ra".

En una ciudad de Japón, vivía una joven estudiante de secundaria, que todos los días para ir a
la escuela tenía que pasar al lado de las vías de un tren. Al ir a casa volvía por el mismo
camino, siempre teniendo cuidado de no acercarse mucho a los rieles pues los ferrocarriles
pasaban constantemente. Lamentablemente, la jovencita sufría mucho de Bull ying en el
colegio pues era muy tímida y retraída. Las chicas de su salón la señalaban y se reían a sus
espaldas, sin que el profesor interviniera. Y es que en la institución los maestros tenían
prohibido involucrarse en los asuntos personales de sus alumnos. Así que todos se
aprovechaban de esta pobre chica, incluso delante de los mayores. Un día, al salir del colegio,
unas muchachas la empezaron a perseguir para cortarle el cabello. Asustada, echó a correr
por el camino de vuelta a casa contanto ímpetu, que resbaló en las vías. Un pie se le atoró
entre las tablas, impidiéndole escapar de una muerte terrible. Justo en ese instante un tren le
pasó por encima, cortándola en dos desde la cintura y matándola al instante. Sus restos
fueron retirados ante la consternación de los vecinos, quienes por mucho tiempo consideraron
la posibilidad de cerrar ese acceso para los ferrocarriles. Al final cuando la conmoción se
calmó, el asunto quedó olvidado y todo volvió a la normalidad. O casi. Un día, las chicas que
solían acosar a la joven fueron encontradas aterrorizadas en la zona. Afirmaban haberla visto y
ser perseguidas hasta el cansancio. Decían que la muchacha solo tenía su torso, la cabeza y
sus brazos, con los que se desplazaba rápidamente mientras su hombros hacían un sonido
muy particular:
teke teke, teke teke, teke teke…
 Las muchachas se encontraban en tal estado de psicosis, que fue necesario trasladarlas a
un hospital para poder sedarlas. Lo cierto fue que nunca se las volvió a ver por el vecindario.
Mientras tanto, otras personas afirmaron haber visto a la chica muerta de la misma manera
que ellas habían descrito. La llamaron Teke Teke, por el espantoso ruido que hacía al caminar
sobre sus brazos. Hubo quienes no dieron crédito a estos avistamientos, pero de cualquier
manera no tardó ella en convertirse en una leyenda nacional. Cada vez eran más los
individuos que afirmaban haberla encontrado no solo en las calles de Tokio, sino en tantas
otras ciudades y prefecturas del país. Se dice que en la actualidad, Teke Teke sigue
apareciendo para espantar a los incautos. Es un ánima en pena que se siente muy sola y se
ha dejado arrastrar por el resentimiento. Cuando alguien se cruza en su camino, lo persigue
por suelo y paredes moviéndose como una araña encima de sus dos brazos. Si logra atrapar
al desafortunado, lo parte por la mitad para volverlo como ella y vengarse del sufrimiento por
el que pasó en vida.

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