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Mariano Rodríguez de Ledesma 1

Mariano Rodríguez de Ledesma


Rodríguez de Ledesma, Mariano Nicasio (Mariano de Ledesma) (Zaragoza, 14 de diciembre de 1779 - Madrid,
28 de marzo de 1847). Compositor, cantante y director. Está considerado el primer músico romántico español y uno
de los músicos españoles más importantes de la primera mitad del XIX.
Rodríguez de Ledesma debe ser considerado también uno de los primeros músicos románticos europeos que cultiva
conscientemente esa nueva estética en la búsqueda de nuevos recursos expresivos, formales o armónicos.
Acertadamente Rafael Mitjana dice que "en su concepto de orquesta, completamente diferente de la de los maestros
italianos, Rodríguez de Ledesma tiene en España un papel iniciador y es el primero que adopta las vías del arte
moderno, orientándose hacia nuevos horizontes", lo cual para sus contemporáneos (que destacaban el valor
expresivo de su declamación, el avance de su armonía y, sobre todo, el colorido de su orquestación) apenas cuenta,
ya que estas novedades las plasma en obras religiosas que tienen poca difusión fuera de la Real Capilla ya que lo que
el público demandaba entonces, ante todo, era ópera y fundamentalmente italiana. Este panorama y el hecho de que
"el romanticismo musical español fue ignorado o acaso tomado a broma", como escribe Gomez Amat, le ocasionaron
al músico aragonés la incomprensión, la marginación y el olvido.

Vida
Aclaración de los diferentes nombres
Su nombre original era Mariano Nicasio Ledesma y así figura en su partida bautismal, tomo 5º, folio 61, de la iglesia
parroquial de San Gil Abad de Zaragoza:
“En quince de diciembre de mil setecientos setenta y nueve, Don Pascual Argente, beneficiado y regente de esta
iglesia parroquial de San Gil de Zaragoza, bautizó en ella a Mariano Nicasio, que nació en el día antecedente, hijo de
Antonio Ledesma, natural de Barcarrota, diócesis de Badajoz, en la Extremadura, y de Josepha Agustín, natural de
Laqueruela, de esta diócesis, conniuges, parroquianos de San Gil: fue su padrino el Licenciado don Francisco
Antonio Lain, natural de Bailo, parroquia de las Cinco Villas, diócesis de Jaca, a quien advirtió el parentesco
espiritual y demás obligaciones - Pascual Argente, Regente”.[1]
No se sabe con certeza las causas ni el momento de este cambio de apellidos pero, según los documentos
investigados hasta el momento presente, la primera vez que aparece completo el nombre de ‘Mariano Rodríguez de
Ledesma’ es en el visto bueno de un recibo presentado a la casa de Benavente-Osuna el 29 de septiembre de 1808 a
cuenta del ensayo para la celebración de Vísperas en San Felipe Neri al día siguiente . Sin embargo, días más tarde,
en otras celebraciones religiosas para los mismos nobles aparece con el nombre de Mariano de Ledesma en el puesto
de tenor del primer coro y director, y más adelante con el nombre completo de Mariano Rodríguez de Ledesma en el
visto bueno de las cuentas. En el nombramiento como miembro de la Academia Nacional de Ciencias y Bellas Artes,
en diciembre de 1821, figura como ‘Rodríguez de Ledesma’, así como en la Guía de forasteros para el año 1823, de
Madrid, en el apartado ‘Academia Nacional, sección de Literatura y Artes’, donde vienen reflejados todos los
miembros de dicha institución. En todas las canciones que publicó en Londres aparece como ‘Mariano Ledesma’, sin
embargo en la publicación del método de canto en torno a 1827, tanto en Londres como en París, figura ‘Rodríguez
de Ledesma’, así como en todas las obras que compuso desde su definitivo regreso a España en 1834. A pesar de que
él ya solo utilizará este nuevo nombre, sus contemporáneos le llaman indistintamente de las dos maneras, lo cual ha
creado cierta confusión. Mitjana apunta que tal vez añadió este apellido para que no se le confundiera con Nicolás
Ledesma; sin embargo, este motivo es poco consistente, ya que en aquella época Mariano era muy conocido no sólo
en España sino en varios países europeos y Nicolás comenzaba por entonces su andadura por diferentes Capillas
musicales hasta recalar en Bilbao.
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Formación musical
Al cumplir los cuatro años sus padres le envían a estudiar a la Escuela Pía de Zaragoza; a los ocho, en 1787, ingresa
en el Colegio de Infantes de la Metropolitana Iglesia de La Seo y allí comienza a estudiar música, latinidad, moral,
matemáticas y filosofía, y será Infantillo de Coro durante ocho años. En 1797, siendo ya infante mayor es propuesto
para ocupar una plaza de contralto en la Capilla musical de La Seo:
“Se leyó dictamen de Dn. Francisco Xavier García Maestro de Capilla de La Seo en la que expone que la plaza que
ha dejado Marcuello es sujeto muy del caso Mariano Ledesma, infante mayor, pués en el día tiene famosa voz de
tiple y se le bajará regularmente a la de contralto, que es del todo diestro y serviría para tañer el órgano, violón,
contrabajo, y que no está en edad de continuar infante”.[2]
Su primer maestro de música fue precisamente El Españoleto, Francisco Javier García Fajer, aunque también recibió
lecciones de José Gil de Palomar, Maestro de Capilla de la Basílica del Pilar. Ledesma llamaba la atención en el coro
de La Seo, por lo que el Cabildo, para no contribuir a las distracciones de los fieles, prohibió que cantara solos.
A los catorce años de edad es propuesto por El Españoleto para concurrir a la oposición del Magisterio de Capilla de
Daroca, que ganaría ; sin embargo, no llega a desempeñar el cargo por no abandonar sus estudios musicales. Por
idénticos motivos no aceptaría, dos años después, el Magisterio de Santo Domingo de la Calzada, Borja, o
Santander, que le ofrecieron. Con 17 años Ledesma obtiene la plaza de racionero de la Catedral de Zaragoza y al año
siguiente, con 18 años y medio, gana por oposición el Magisterio de Capilla y organista de Vinaroz, donde durante
tres años desempeñará tales cargos.

Primera estancia en Madrid


Tras abandonar Vinaroz, Ledesma viaja a Sevilla, en 1804, entrando como Maestro compositor y director, además de
tenor, en la compañía de ópera de Calderi que llevaba la empresaria y primera dama Ana Sciomeri. Esta compañía
llevaba ya varios años representando ópera en Sevilla y parece ser que con ella recorrería Ledesma varias ciudades
andaluzas . En 1804 dieron 33 funciones operísticas y la obra más representada fue La locandiera de A. Salieri,
sobre texto de Goldoni (traducida al castellano como La posaderita y denominada ópera cómica española), con la
que inauguraron la temporada el 5 de mayo dando 10 representaciones hasta el 7 de agosto y alternando la ópera con
“tonadillas, arias, cuartetos [se supone que vocales], y bailes según el minucioso diario de González de León”. Otras
óperas que representaron en esta temporada de 1804 fueron La dama soldado de G. Gazzaniga, La Isabella de
Comella, Nina, loca por amor de G. Paisiello y El preso de Della-María. A causa de la epidemia se suspendieron las
representaciones de ópera en septiembre y se reanudaron el 20 de enero de 1805. Pero en esta fecha parece que
Ledesma deja la compañía, marcha a Madrid y el 26 de abril debuta como primer tenor en el Teatro de la Cruz, que
era el más concurrido de la ciudad, cantando una tonadilla posiblemente de Blas de Laserna, que entonces figuraba
como compositor-director de dicho teatro y al que parece ser sustituyó, posteriormente, como director (en ese
momento el tenor principal de los Caños del Peral era el célebre Manuel García, con quien Ledesma iniciaría una
larga y profunda amistad). Según Mitjana (y otros anteriormente), Ledesma fue también primer tenor del Teatro de
los Caños del Peral actuando indistintamente en los dos, pero según las plantillas de reparto de ambos teatros el
músico aragonés sólo figura en el Teatro de la Cruz durante dos temporadas y nunca se le cita en el de los Caños del
Peral. Por Real Orden del 13 de septiembre de 1806 es nombrado tenor supernumerario, con diez mil reales de
sueldo, de la Real Capilla de Carlos IV. Interesado también en la base científica de la educación de la voz, Ledesma
se matriculará en la clase de anatomía de la Facultad de Medicina.
Es en estos primeros años en Madrid, 1805 o 1806, que Ledesma dirige la que parece ser la primera interpretación
del Réquiem de Mozart en España. Según cuenta un artículo que publicó el periódico alemán de Leipzig Allgemeine
Musikalische Zeitung en su nº 37 del 14-IX-1814:
“Ledesma conoce, honra y aprecia la música alemana, admirando sobre todo a Haydn y a Mozart. El Réquiem de este
último le entusiasma de tal manera que siendo aún maestro de capilla (!) en Madrid no quedó satisfecho hasta haber
conseguido hacerlo ejecutar, no obstante las dificultades que le promovieron los cantantes y los instrumentistas.
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Primero lo hizo oír en sociedades privadas y después en algunas iglesias de la corte, logrando siempre excitar el
entusiasmo delirante del auditorio”.[3]
José Teixidor, en su Historia de la música española, da también noticias de una interpretación, por la misma época,
del Réquiem de Mozart sin concretar fecha:
“de la Misa de Difuntos compuesta por el célebre Mozart cantada en Viena en las exequias del mismo profesor
hemos oído decir a sujetos que la oyeron que todo el auditorio lloraba; y en Madrid cuando se ejecutó en las Honras
del Real Cuerpo Guardias Valonas celebradas en la iglesia de (los) Padres Capuchinos de la Paciencia, sucedió lo
mismo en no pocos oyentes; y a nosotros nos hizo todo el efecto posible con especialidad la Secuencia”.[4]
En los meses de septiembre y octubre de 1808 colabora como tenor y director de música con la casa de
Benavente-Osuna en diferentes funciones religiosas, especialmente las dedicadas a San Francisco de Borja en San
Felipe Neri. Esta casa nobiliaria tan aficionada a la música, que anteriormente tuvo como asesor musical a Tomás de
Iriarte y en otro momento director de música a Luigi Boccherini, desarrollaba una incesante actividad musical regida
por esa gran mecenas del arte que fue María Josefa de la Soledad Alonso y Pimentel, Duquesa-condesa de Benavente
por herencia y Duquesa de Osuna por su matrimonio. Viuda en 1807, organizaba sobre todo, a partir de entonces,
grandes funciones religiosas con música dedicadas a San Francisco de Borja, patrón de la casa Benavente-Osuna. Un
ejemplo de esa gran actividad la vemos en esos días de septiembre y octubre de 1808, en los que colabora Rodríguez
de Ledesma, en que se realizan: en San Felipe Neri, Vísperas el 30 de septiembre, Misa Grande de A. Rosetti el 4 y
5 de octubre, Misa de G. Paisiello los días 8 y 9, Misa de G. Brunetti el 10, Misa ‘chica’ de J. Haydn el 11, en las
Capuchinas misa el 12 y, otra vez en San Felipe Neri, misa el 13, todo ello completado con los correspondientes
ensayos que se pagaban aparte.
En diciembre de ese fatídico 1808, con los franceses invadiendo la capital, se distingue Ledesma en la defensa de
Madrid contra Napoleón luchando bajo las órdenes, y con carácter de ayudante de campo, del Teniente General
Vizconde de Gant, confiscándole sus bienes el gobierno intruso “por haberse batido sin ser su carrera la de militar” ,
según lo expresaba la Gaceta de dicho gobierno. El 21 de diciembre del mismo año se presenta en Sevilla al gobierno
legítimo marchando después a Cádiz donde le es preciso dar lecciones de música para subsistir. Seguramente, es en
esta estancia en Cádiz cuando Ledesma conoce al militar y poeta Francisco de Laiglesia y Darrac, a la sazón director
de la Escuela de Equitación de Cádiz, del que utilizará varias poesías para canciones: Los cantos del trovador, quizás
la más antigua de las canciones que conocemos de Ledesma y El sueño de mi amor, perteneciente a las Seis
Canciones Españolas.

Primeras estancias en Inglaterra


En 1810 Ledesma se traslada a Inglaterra. Mitjana dice que pasó por Italia y Francia pero no existe ninguna
evidencia al respecto; el músico aragonés en un exhaustivo currículo de su puño y letra detallado anualmente y que
presenta años después en la Real Capilla, no menciona tampoco esos países. En 1812 realiza un breve viaje a Madrid
vía Lisboa con objeto de ver si podía recuperar algo de lo confiscado por el gobierno invasor, cuya pérdida en
metálico ascendía a catorce o quince mil duros, pero a los 14 días tiene que dejar la capital porque el enemigo volvía
sobre ella, marchando otra vez a Cádiz a reembarcarse de nuevo para Inglaterra con una licencia especial concedida
en diciembre de ese mismo año. En este segundo viaje de Cádiz a Londres, realizado ya a principios 1813, lleva
pliegos secretos, a su costa, de la 1ª Secretaría de Estado para el embajador de España en aquella capital.
Durante las estancias gaditanas, Ledesma compone dos himnos patrióticos de los que sólo nos ha llegado el texto: en
1810 El día de la nación española o el dos de mayo, sobre una canción de F. De Laiglesia y Darrac y en 1812 En tan
infausto día, sobre un poema de Juan Nicasio Gallego . Ya en Londres, Ledesma alcanza gran notoriedad como
músico y maestro de canto; ese año de 1813 es designado por el Príncipe de Gales (el futuro Jorge IV) Maestro de
perfección en el canto de la princesa Carlota. También a partir de ese año Ledesma participa activamente en los
conciertos de la Philarmonic Society; sin embargo, en contra de lo que se ha creído hasta ahora, no forma parte de
dicha sociedad ni como fundador ni como miembro asociado. La Philarmonic Society, que años después encargaría a
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Beethoven la 9ª sinfonía, tenía su sede en Regent st. (Argyll Place) y los conciertos los celebraban en Old Argyll
Rooms. La participación de Ledesma en estos conciertos es la siguiente:
- En el año 1813
3-V (4º concierto), director: Salomon, piano: J.B. Cramer, trío Tu mi dividi de Bach (¿J. C.?), solistas: Mrs Moralt,
Mss Rovedino, Ledesma.
17-V (5º concierto), director: Viotti, piano: Clementi, 1ª parte: cuarteto Benedictus de Mozart, solistas: Mrs Moralt,
C. Evans, Ledesma, C. Smith; 2ª parte: cuarteto Caro da voi de Cherubini, solistas: Mrs Moralt, Ledesma, C. Smith,
G. Naldi.
21-VI (8º concierto), director: Vaccari, piano: J.B. Cramer, 1ª parte: cuarteto de Idomeneo, Andrò ramingo, de
Mozart, solistas: Mrs Bianchi-Lacy, Mss Hughes, Mrs Moralt, Ledesma; 2ª parte: trío de Idomeneo, Pria di partir,
de Mozart, solistas: Mrs Moralt, Mrs Bianchi-Lacy, Ledesma.
- En el año 1814
14-II (1º concierto), director: Salomon, piano: Clementi, 1ª parte: cuarteto Dove sono de Cimarosa, solistas: Mrs
Lacy, Catalani, Ledesma, Naldi; 2ª parte: quinteto Che tremore de Mozart, solistas: Mss Naldi, Catalani, Ledesma,
Smith, Naldi.
18-IV (5º concierto), director: Salomon, piano: Clementi, cuarteto de Don Giovanni, Non ti fidar, de Mozart,
solistas: Mrs Moralt, Lacy, Ledesma, Naldi.
- En el año 1815
27-II (2º concierto), director: D.F. Cramer, piano: J.B. Cramer, sexteto de Così fan tutte, A la belle Despinetta, de
Mozart, solistas: Mrs Dickons, Mrs Moralt, Mss Griglietti, Ledesma, Kellner, Naldi.
17-IV (5º concierto), director: Vaccari, piano: Clementi, trío O lieti di de Sacchini, solistas: Mrs Salmon, Ledesma,
Naldi.
Todos estos conciertos eran completados con las obras más famosas del momento, como sinfonías y oberturas de
Beethoven, Mozart, Haydn y otros muchos. Como se ve por el repertorio interpretado, Ledesma estuvo desde el
principio de su carrera en contacto con la mejor música europea del momento, lo que se refleja posteriormente en la
calidad de sus composiciones. Aunque no se ha encontrado por el momento documentación al respecto, ya que por
ahora sólo se ha podido estudiar la correspondiente a los conciertos de la Philarmonic Society, no es descartable la
idea de que Ledesma participara también en algún otro tipo de conciertos con oratorios de Händel o en alguna
representación de óperas de Mozart, Händel u otros.
También en estos años Ledesma publica varias canciones en castellano y arietas en italiano. Según Mitjana fue
requerido en 1808 por el editor T. Mollo para participar en la colección de lieder alemanes sobre el poema de
Carpani In questa tomba oscura, que pusieron en música compositores como Beethoven, Czerny, F. X. Mozart,
Pavesi, Paer, Salieri, etc, sin embargo el nombre de Ledesma no figura en ninguna de las ediciones completas que se
realizaron en Viena, aunque Ledesma publicó años después una canción sobre este célebre poema. Sí se publican, en
cambio, en Leipzig y Berlín Seis Canziones Españolas, con acompañamiento de pianoforte o harpa, dedicadas a las
damas españolas amantes de la música por M. de L., con su traducción alemana como Sechs Spanische Lieder (en la
BN de Madrid se conserva una colección similar sólo en castellano) y la editora de Leipzig Breitkopf und Härtel
publica entre1814 y 1816 varias obras instrumentales: VI Walses para piano solo; Bolero favori du divertissement
espagnol: le troubadour; Zapateado, danse espagnole y Divertissement martial livre 1 y 2, estas últimas para flauta
y piano. En Londres publica también en Monzani & Hill el Divertissement martial livre 1 y varias canciones en
italiano. Como se ha comentado más arriba, en 1814 la gaceta musical de Leipzig Allgemeine Musikalische Zeitung
publicaba un estudio biográfico de Ledesma donde se tributaban grandes elogios a sus Sonatas (debe referirse a las
de flauta y piano), así como a sus Romanzas y Canciones:
[...] las Sonatas y otras composiciones para piano, y las Canciones (Canzonetas, Romanzas, etc.) se hacen notar por
la bizarra originalidad que en ellas campea, y aún más si cabe por su expresión vehemente y apasionada. La linda
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Romanza que reproducimos en nuestro suplemento, demostrará, no obstante su pequeñez, la exactitud de nuestro
juicio.[5]
Este estudio biográfico iba acompañado de la canción El Pescador en castellano y alemán con acompañamiento de
piano y guitarra, donde los alemanes señalaban las llamativas particularidades armónicas de un compositor del sur.
Este periódico musical también le dedicará en los años siguientes, noviembre de 1815 y diciembre de 1816, varias
reseñas a las publicaciones de las obras de flauta y piano.

Regreso a España e ingreso en la Real Capilla


Repuesto Fernando VII en el trono, declara en 1815 vacante la plaza de tenor que tenía Ledesma “por no dar señales
de vida”. Éste presenta dos solicitudes para que se le reponga en su destino y a ninguna accede el rey por estar ya
cubierta la plaza; sí, en cambio, le nombra Profesor de música de su Real Cámara ‘en clase de voz’ con doce mil
reales, que a efectos de jubilación le reconocen la fecha de 1 de junio de 1815, abonándole las mesadas atrasadas
como había ocurrido con otros músicos que habían estado apartados por culpa de la invasión francesa; a lo que
Ledesma regresa a Madrid en noviembre de ese mismo año a servir su plaza.
Todavía en Londres, Ledesma, que también había servido como músico de cámara en la casa de Benavente-Osuna,
envía una carta el 18 de julio de 1815 a la Duquesa-condesa, con la que debió enemistarse anteriormente de mala
manera, pidiéndole perdón y solicitando su antiguo puesto:
Muy Señora mia: No habiendo olvidado nunca que hubo un tiempo en que V. E. me dispensaba su gracia, y que los
hombres sin mundo obran a las veces de un modo contrario a sus intereses, no por maldad de su corazón sino por
atolondramiento, ha llegado el tiempo en que conociendo que, yo no debia jamas haverme indispuesto con V. E. la
suplique se digne volverme a su gracia y me permita ofrezca a sus Pies el destino de Musico de Camara con que S.
M. me ha agraciado ultimamente como hasi mismo quanto dependa de mi para el agrado de V. E.
Pienso ponerme en camino por Paris para esa, luego que arregle mis cosas que siempre se tardaran un mes, ó mes y
medio; si entre tanto quiere V. E. Dispensarme sus ordenes, tendra el mayor honor en cumplirlas su sego. servidor
Q. S. P. B.
Mariano de Ledesma[6]
Pero la Duquesa-condesa de Benavente-Osuna, mujer de regio y fuerte carácter, le contesta con gran dignidad el 11
de agosto a Londres :
Celebro qe. Vm. se halle con la satisfaccion de qe. el Rey N. S. le haya nombrado musico de su Rl. Camara; y
aunque aprecio las ofertas qe. Vm. me hace, nada se me ofrece en qe. molestarle.[7]
En febrero de 1816 queda vacante una plaza de contralto de la Real Capilla por la muerte del 1º, un presbítero;
Ledesma solicita encarecidamente al rey esta plaza arguyendo, entre otras cosas, lo poco que gana “mientras en
Londres disfrutaba de ochenta mil reales anuales”. El Patriarca de las Indias (obispo que regía la Real Capilla)
contrario a esta pretensión de Ledesma elabora un informe en el que dice:
“es costumbre avanzar en la plaza según se producen las vacantes, con lo cual solo se queda libre la de 4º contralto;
debido a que antes (Ledesma) sirvió de tenor con crédito de su profesión y que su voz de tenor acontraltado se
maneja mejor por la de contralto que por la de tenor que desempeña, y que por su habilidad y destreza se presta a
cualquier examen, debido a los méritos anteriores y a tener plaza efectiva en la Real Cámara, se rebaja en este caso la
oposición pública a un examen privado por la calidad de la cuerda a que aspira, y se le concede la 4ª plaza de
contralto”.[8]
En agosto de ese mismo año, Ledesma solicita sin conseguirlo ser profesor de música de la reina, para lo cual
presenta un informe del embajador en Londres, D. Pedro Ceballos Conde de Fernán Núñez, en el que se dice que:
“es reconocido generalmente por un eminente profesor, no sólo en la clase de música vocal sino también en la de
compositor consumado, y de un gusto poco común. Su raro talento le ha granjeado la mayor consideración entre la
más distinguida clase de esta corte. Goza de buena posición y fama”.[9]
Mariano Rodríguez de Ledesma 6

En 1817 compone Ledesma una de sus grandes obras por encargo del rey, los Responsorios de Reyes, magna obra
que comprende ocho responsorios divididos en tres nocturnos, y en febrero de ese año compite con Ducassi, Maestro
de la Encarnación, por la plaza de Maestro supernumerario de la Real Capilla por ausencias y enfermedades de José
Lidón, Maestro titular, con el problema de estar nombrado vice-maestro F. Federici. En una carta al Rey, Ledesma
dice haberle presentado varias obras de su composición:
“sujetas a la censura de los distinguidos y célebres maestros de Europa. Encargado por V.M. de hacer el delicado y
penoso trabajo de los Maitines de Reyes no se ha podido tocar porque los copistas no quieren hacer las copias”.[10]
En el dictamen para cubrir la plaza se informa:
“...Ledesma aunque es notoria la habilidad en su profesión, dudan si su composición para el canto eclesiástico (que
necesita penetrar el sentido y la expresión de la letra) será conforme a lo que la Liturgia exige, y si podrá disonar a
los presbíteros cantores el ser regidos en los destinos de sus plazas por un profesor que sirvió algunos años en el
teatro”.[11]
El rey no accede en ese momento a la solicitud de Ledesma, sin embargo más tarde, el 29 de agosto, sería nombrado
por Orden Real y en decreto especial Maestro supernumerario sin sueldo de la Real Capilla, sin abandonar las plazas
anteriores.
Puede que en ese dictamen informativo anterior esté la clave de porqué Ledesma nunca compuso ópera. Parece
evidente que el músico aragonés siempre pretendió conseguir la plaza de Maestro titular de la Real Capilla, uno de
los puestos más prestigiosos y mejor pagados de la España de entonces, y su vinculación al teatro sólo podría traerle
problemas en este sentido.
El 4 de enero de 1818 accede a la plaza de contralto 3º con un sueldo de catorce mil reales y este mismo año el
infante don Francisco de Paula le nombra profesor de canto de su esposa, la infanta Luisa Carlota , a quién dedicaría
más tarde la Colección de Quarenta ejercicios o estudios progresivos de vocalización. En 1819 José Lidón comunica
en un informe a Palacio que Ledesma está casado con la cómica Vicenta Laporta, la cual moriría poco más tarde sin
dejar descendencia.
Ese año el músico aragonés compone una de sus más importantes obras y la que es el primer gran oratorio romántico
de la música española, el Oficio y Misa de Difuntos para las honras fúnebres de la Reina María Isabel de Braganza,
segunda esposa de Fernando VII, que había muerto en Madrid el 26 de diciembre de 1818 a causa de un parto con
cesárea, siendo enterrada, junto con la infanta, días después en El Escorial; componiendo también por este motivo la
Canción Fúnebre a la grata memoria de la Reyna Doña María Isabel de Braganza.
El rey determina que las honras fúnebres se realicen el 1 y 2 de marzo de 1819 en la iglesia de San Francisco el
Grande y encarga la dirección y composición musical a Mariano Rodríguez de Ledesma, entonces Maestro
supernumerario de la Real Capilla, que en dos meses compone esta magna obra que también causó admiración y
asombro. Para su interpretación se utilizaron además de los cantantes e instrumentistas de la Real Capilla, unas 15
voces y 30 instrumentistas, otras 17 voces y 40 instrumentistas más según la lista existente de los músicos
convidados que costaron 16.490 reales de vellón: en total más de 100 músicos. La obra necesita 4 solistas vocales, 2
coros (principal y de ripieno), coro de sochantres o salmistas gregorianos y orquesta con maderas y metales a cuatro
(doblados) y timbal.
Cuando Rodríguez de Ledesma compone esta obra en 1819, llena de nuevas ideas románticas en el Oficio y basada
la Misa en el Réquiem mozartiano, es un músico que ha vivido cinco años en Londres, donde ha conocido las
sinfonías y oberturas de Beethoven y ha interpretado numerosas obras de Mozart y otros compositores alemanes
importantes.
Tal impresión debió causar el Oficio y Misa de difuntos entre los asistentes que ese mismo año el rey le encarga
también la dirección musical de las honras por las víctimas del 2 de Mayo de 1808 que se celebraban en la Colegiata
de San Isidro desde 1814, acto al que asistieron todos los músicos de la Real Capilla y Cámara contratándose
también otros de fuera. En agosto de este 1819, a raíz de una indisposición de Carlos Marinelli por problemas de
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vista, solicita hacerse cargo de las funciones de la Real Cámara: “ensayar las voces, arreglar las piezas concertantes,
y determinar el orden de las obras de música vocal que se ejecutan”, atendiéndose la solicitud “por ser un sujeto de
acreditado mérito en su profesión”.
En marzo del año siguiente, 1820, Federici y Rodríguez de Ledesma se enfrentan ante la necesidad de sustituir
definitivamente a Marinelli en la función de acompañar al piano en la Real Cámara. En este enfrentamiento el
aragonés hace mención a su patriotismo y nacionalidad española frente al extranjero, a que sirvió en la guerra y llevó
documentos secretos a Londres.
Ese año de 1820, el Consejo Municipal de Madrid, en uno de los primeros actos del trienio liberal, organiza las
honras anuales en honor de las víctimas del 2 de Mayo con objeto de entregar las medallas y asignar las pensiones a
los familiares de dichas víctimas; este magno acontecimiento lo oficia el cardenal primado de Toledo en la Catedral
de San Isidro, asistiendo el rey muy a su pesar. El ayuntamiento encarga la dirección musical a Rodríguez de
Ledesma “acompañado por 71 profesores vocales e instrumentales de los mejores que se conocen en esta corte. Se
tocará una Misa de Réquiem del Maestro Ledesma y en los intermedios sinfonías arregladas a las circunstancias”.
Mitjana, como otros que le citan posteriormente, cree que Rodríguez de Ledesma compuso una Misa de Réquiem
expresamente para la función del 2 de Mayo de 1820, hecho que no figura en ningún documento relativo a esa
función, y al no hallarla la da por perdida. Lo más probable es que la Misa de Réquiem que se interpretó en dicha
función sea la misma que el músico compusiera en 1819 para las honras fúnebres de la reina, obra magnífica de
grandes proporciones; es poco probable que después de componer una obra de estas características abordara otra
similar en menos de un año.
Días después de este acto en la catedral de San Isidro, Rodríguez de Ledesma presenta el presupuesto musical al
ayuntamiento por un importe de 10.920 reales y este organismo lo devuelve argumentando que es demasiado caro
con respecto a otro similar organizado en 1814 de 6.400 reales. El músico aragonés protesta airadamente; en una
carta que envía al ayuntamiento manifiesta que le han encargado contratar a los mejores cantantes e instrumentistas
de la corte y que los mejores cuestan ese dinero, que si no lo quieren pagar que no lo paguen pero que no organicen
lo que no pueden costear. El ayuntamiento, indignado, decide al final pagar dicha suma, pero “a partir de ahora todas
las próximas funciones religiosas se ejecutaran en órgano y canto llano por la escasez de fondos”.
A pesar de que años antes Rodríguez de Ledesma se había enemistado con la Duquesa-condesa de Benavente y ésta
había rechazado el ofrecimiento del músico de volver a trabajar a sus órdenes, en 1820 encontramos al músico
trabajando otra vez para la gran mecenas de la música que en 1821 le encarga la educación musical de su hijo mayor
nombrándole maestro de música del Duque heredero.
También en 1821 se interpretan, por fin, sus Responsorios de Reyes y es nombrado por el rey miembro de la
Academia Nacional de Ciencias y Bellas Artes, una corporación “a la cual no podían pertenecer más que 48
individuos de los que disfrutaban más opinión en todos los ramos del saber que abrazaba aquella institución”, lo que
demuestra la reputación del músico aragonés ya que es el único músico nombrado para esta institución. En febrero
de 1822, José Lidón, Maestro titular de la Real Capilla, pasa a Rodríguez de Ledesma a la voz de tenor “en atención
a la falta de voces que hay en esta cuerda y por ser esta su voz natural” y en junio de ese año, a pesar de la buena
situación que disfruta en Madrid, solicita licencia por un año para ir a Londres por asuntos propios:
“...abandoné en Inglaterra algunos intereses, habiéndolos dejado al cuidado de un comisionado, pero no habiendo
correspondido éste a la confianza que en él había depositado, y siendo necesario, para no sufrir una perdida que sería
mucho más sensible en las circunstancias actuales, pasar a Londres con el objeto de hacer el arreglo final de lo que
me pertenece”.[12]
Esta licencia se le concede el 14 de julio y Rodríguez de Ledesma parte para Inglaterra por tercera vez.
Mariano Rodríguez de Ledesma 8

Tercera estancia en Inglaterra


Cuando al año siguiente se termina la licencia, el músico no regresa a Madrid bien porque no ha resuelto sus
problemas o por miedo a la represión desatada por Fernando VII tras el trienio liberal; el rey, el 19 de noviembre de
1823, dicta una orden separándolo de sus destinos en Palacio “por adicto al sistema constitucional”.
Instalado de nuevo en la capital británica, Rodríguez de Ledesma se convierte en una de las personalidades más
interesantes del exilio liberal español en Inglaterra; tras la excelente reputación adquirida durante su primer exilio,
entre 1810 y 1814, su prestigio irá en aumento en esta tercera estancia londinense. El lunes 7 de agosto de 1826, la
dirección de la Royal Academy of Music formada por sir Georg Clert Bart, presidente, sir A. D. Barnard y sir John
Murray Bart, nombran profesor de canto a Rodríguez de Ledesma en sustitución de Madame Bonini que dejaba el
país; más adelante es nombrado director de la clase de canto, en la que figuraban otros profesores como Liverati y
Crivelli. Una de las actividades que realizaba esta Academia, donde estaba también de profesor el célebre flautista
español José María del Carmen Ribas, era la de montar óperas de representación pública con sus alumnos; no sería
extraño, pues, que Rodríguez de Ledesma estuviera involucrado en ello, aunque no existe documentación al respecto.
En Londres tiene oportunidad de conocer la obra de C. M. Von Weber y el nuevo movimiento romántico que está
surgiendo en Europa, cuya influencia dejará una profunda huella en sus grandes composiciones sinfónico-corales
posteriores donde culminará el estilo emprendido tiempo atrás en esta nueva estética romántica. Mitjana sugiere, y
no es descabellado, que pudo conocer personalmente al compositor alemán, pues éste fue alojado por sir G. Smart,
compositor inglés y profesor de la Royal Academy como el músico aragonés, y asistir al estreno londinense de Der
freischütz y al posterior estreno de Oberon.
Son años estos, también, de numerosos conciertos en beneficio de los exiliados liberales españoles y de la apoteósica
presentación en Londres en junio de 1825, antes de su viaje a América, de Manuel García y su hija María Malibran,
amigos del músico aragonés. Otros músicos españoles, como J. M. Gomis y S. de Masarnau, también pasan por
Londres y contactan con Rodríguez de Ledesma, pero parece ser que surgen fricciones entre ellos. J. M. Gomis
estrena su cantata L’invierno en la capital británica el 23 de abril de 1827 en el 5º concierto de la temporada de la
Philarmonic Society junto a la 5º sinfonía de Beethoven y otras obras de Mozart, Haydn, Rossini y Weber.
La actividad de Rodríguez de Ledesma en Londres debió ser intensa, sobre todo, como profesor de canto, dedicando
especial atención a los géneros vocales de salón como había hecho años antes otro compatriota, Fernando Sor; las
ariettas y canzonettas italianas eran uno de los géneros preferidos de los salones londinenses y los compositores
españoles escribieron diversos grupos de este tipo de piezas. En la British Library se encuentran casi todas estas
obras compuestas por Rodríguez de Ledesma con diferentes denominaciones: arietta, ariette, arietts, ariettes,
canzonetta, notturnos, todas en italiano a una y varias voces con acompañamiento de piano, la gran mayoría de ellas
sobre textos de Metastasio; obras que fueron publicadas en Londres entre 1823 y 1833. En 1827 Rodríguez de
Ledesma pide un nuevo pasaporte a la embajada española en Londres con intención de realizar un viaje a Bruselas;
enterado el rey, ordena hacer un informe acerca de la conducta política en Londres del músico. En una reseña
biográfica sobre Ledesma publicada en la Gaceta Musical después de su muerte se dice que:
“en 1827 hizo un viaje de recreo a Sajonia, estuvo en Dresde, en donde fue invitado y rogado para que admitiese la
plaza de maestro compositor, que por fallecimiento dejaba el célebre Weber”.[13]
Datos que no se han podido verificar. Según un documento de la policía francesa , Rodríguez de Ledesma llega a
Calais el 14 de agosto de 1828 con destino a Boulogne; el pasaporte está expedido por la embajada de España en
Londres, el visado lo ha obtenido el día anterior en la embajada de Francia de la misma ciudad y figura como
profesor de música.
Es en este viaje, según el propio Rodríguez de Ledesma, que Rossini (entonces Inspector General del Conservatorio
parisino) lo propone para dirigir la clase de vocalización del Conservatorio de Música de París “ofreciéndole
triplicado sueldo que el que disfrutan los que dirigen clases en este Conservatorio”, pero el músico aragonés no
acepta la plaza por hallarse más ventajosamente establecido en Londres. Y también es durante estos años de profesor
que seguramente Rodríguez de Ledesma concibe y escribe la Colección de Quarenta ejercicios o estudios
Mariano Rodríguez de Ledesma 9

progresivos de vocalización con algunas observaciones sobre el canto y la parte orgánica y material de la voz
dedicada a la infanta Luisa Carlota. El autor comenta en el prólogo de la obra:
“Desde que la Ilustre junta de govierno de la Real Academia de Música de Londres me honró nombrándome Profesor
de este Real Establecimiento, confiándome la dirección de una de las clases de Canto de él, me pareció necesario
poner por escrito los elementos y progresos del arte del canto para el uso de mis discípulos dándoles de este modo un
conjunto sistemático conforme a los principios que muchos años de esperiencia me han hecho ver que son útiles, los
cuales puedo considerar esclusivamente como el fruto de mis observaciones sobre este ramo en el discurso de mi
carrera,(...). A solicitud de mis discípulos me he resuelto a publicar este corto trabajo,(...). No ha faltado quien me
excite a escribir un Metodo de Canto; pero como mis ideas para emprender una obra de esta naturaleza difieren
mucho de sus deseos, me he reducido solamente a formar estos exercicios. El hacer un metodo general de canto que
pueda llamarse exactamente tal con justicia, casi toca lo imposible...”.[14]
Esta obra fue publicada hacia 1827-28 en París por Launer, Richaut y Schlesinger en edición bilingüe
español-francés y hacia 1830-31 en Londres por S. Chapell en edición bilingüe inglés-francés, anunciándose su venta
en algunas revistas musicales importantes de París y Londres en 1831. La lista de suscriptores que figura en la
primera página de esta edición inglesa está encabezada por la Duquesa de Kent y entre otros muchos figuran los
españoles: Mujer de Cea Bermúdez, B. Iraizoz, embajador español, Orense y Dña. Juliana de Medina y Córdova.
El 13 de abril de 1830, Rodríguez de Ledesma envía una solicitud desde Londres para presentarse a las oposiciones
de Maestro de la Real Capilla que se habían convocado ese año, solicitud que es rechazada por hallarse fuera de la
península; entonces, a través de un tal Juan Vilela, presenta otra instancia en la que dice hallarse en camino para
realizar la oposición, pero este viaje a España no lo llega a realizar en 1830 sino en 1834 y las oposiciones las gana
Francisco Andreví.
Entre la poca correspondencia privada que se conserva de Rodríguez de Ledesma está una carta que envía desde
Londres a su amigo Manuel García, que entonces vivía en la calle de Trois Frères nº 9 de París, el 22 de junio de
1830. En ella le dice que piensa ir a París en agosto; le pregunta por la salud de Pepe León (compositor y violinista) ,
que se hallaba en ese momento en París; reseña la calle donde vive en Londres (Charlotte Street 6, inmediata a
Portland Place) y adjunta un extenso y divertidísimo cuento en verso dirigido a Paulina García, la hija pequeña que
más tarde tomaría el nombre de Paulina Viardot y que entonces tenía 9 años:
Paulina de mis entrañas
Dicen que te has enfadado
Con esta alcachofa frita
Que es tu amigo Mariano.
Por Dios niña no te enfades,
Que te lo estoy suplicando
Puesto delante de ti,
De rodillas y llorando.
¿Quieres que te cuente un cuento?
Dame luego pues la mano,
Dime que somos amigos,
Que todo ya se ha acabado,
Y entonces con mucho gusto
Voy desde luego a contarlo.
(sigue un largo cuento que termina con los siguientes versos)
Además, que hay una niña
Que en París está cantando
En la calle des trois frères
Unos cánones muy guapos
Mariano Rodríguez de Ledesma 10

Que nos pidió por favor


Cuando por allí pasamos,
Que jamás en nuestras danzas
Usaremos de zapatos,
Porque suelen resbalar
Los pies, cuando están calzados.
Y hay (sic) tienes Paulina hermosa
Todo mi cuento acabado.
Espero que me dispenses
Por haber sido tan largo;
Y manda cuanto gustes
A el alcachofa Mariano.
Londres veinte y dos de junio
Ya sabes que es de este año
De mil ochocientos treinta,
Que hace un pésimo verano.
En Charlotte Street yo vivo,
A Portland Place inmediato,
Número seis en la puerta
De la casa que habitamos.
A Dios Pauline, vida mía,
Nuestro enfado se ha acabado;
Y en llegando el mes de agosto
Te he de dar dos mil abrazos.

Regreso definitivo a España


Se supone que hasta 1834 Rodríguez de Ledesma, al margen de viajes esporádicos, vivió de manera estable en
Londres. Ya de camino a España ese año, el músico se ve obligado a permanecer en París a causa del embarazo de su
esposa, dirigiendo una carta a la reina regente el 7 de Junio en la que expone sus méritos adquiridos en Londres y
dice:
“Al advenimiento al trono de su hija me apresuré a ponerme en camino con mi esposa española en cinta. La
circunstancia del alumbramiento de ésta y su grave enfermedad consecuencia de él, que está padeciendo hace cinco
meses, han imposibilitado, e imposibilita al exponente, de realizar su vivo anhelo de presentarse y ofrecerle sus
servicios. Suple por lo tanto en el modo que puede a este deber dirigiendo a V. M. esta reverente exposición.
Humildemente suplica: se digne reponerle en los destinos que tuvo la honra de desempeñar en la Real Capilla y
Cámara”.[15]
Rodríguez de Ledesma se refiere en esta carta a su segunda esposa Damiana Bachiller que moriría en París poco
después de dar a luz un hijo, Mariano Salvador, que se dedicó a la carrera militar. En noviembre de ese año llega, por
fin, a Madrid sin que su petición sea cumplida. En febrero de 1835 ofrece a S.M. una Sinfonía a toda orquesta, que
acaba de componer en 1834, rogando se digne permitir que la dedique a la reina Isabel II. Este ruego es complacido
y así se expresa posteriormente, pero existe la duda de que la Sinfonía fuese entregada ya que no hay ningún
documento en Palacio que lo acredite ni está tal obra en el Archivo General ni en la biblioteca. El 30 de agosto de
ese año está fechada otra de sus importantes obras, la Misa grande en Re menor, para cuatro solistas, coro y orquesta
(maderas a 2, cuatro Trompas, dos Clarines, tres Trombones, Oficleide, Timbales y Cuerda) conservada en el legado
de la infanta Carlota. Ese mismo año recibe el nombramiento de adicto facultativo del Conservatorio de Música y
Declamación de Madrid, encargándole el ministro de la Gobernación, Moscoso de Altamira, estudios sobre las
mejoras en la administración y en la parte artística que se podrían hacer en el Conservatorio de María Cristina. El 30
Mariano Rodríguez de Ledesma 11

de noviembre solicita nuevamente ser repuesto en sus antiguos puestos en una patética carta, haciendo gala de su
postura liberal, y argumentando
“ser padre de familia que tiene que sustentarla y sustentarse, pues de otro modo se verá en la dura necesidad de irse a
vivir a un pueblo pequeño en donde las necesidades de la vida sean menos costosas, con el sentimiento de verse
humillado un profesor que se ha distinguido por su aplicación”.[16]
Al año siguiente, 1836, a raíz del extraño cese de F. Andreví como Maestro de la Real Capilla (en realidad huye de
Madrid por su filiación carlista), es nombrado a su vez Rodríguez de Ledesma el 7 de junio, sin pruebas de oposición
y debido a sus méritos, Maestro Director de música de la misma con veinte mil reales de sueldo anual, tomando
posesión al día siguiente. Esta etapa de Maestro de la Real Capilla del músico aragonés estará marcada por una lucha
constante contra los recortes presupuestarios sucesivos que diezmarán esta Real Capilla poco a poco hasta llevarla a
una lamentable decadencia; por contra será la época de mayor esplendor en la labor creativa de Rodríguez de
Ledesma componiendo no sólo música religiosa, su mayor producción, sino también para el concierto y para el baile
de Palacio. Los efectivos que se encuentra en la Real Capilla al tomar posesión constan de:
“dos Tiples (castrati), dos Contraltos, dos Tenores, y dos Bajos; dos primeros Violines, dos segundos Violines, una
Viola, un Oboe, dos Clarinetes, una Flauta, un Fagot, un Violoncello, un Contrabajo, un Organista, un ayudante de
organista, y dos Trompas”.[17]
Dotación de voces e instrumentos que fue decretada en octubre de 1834, pudiendo contratar para las grandes
solemnidades músicos de fuera. Una de las primeras medidas que toma al mes siguiente de su nombramiento es pedir
que se ceda a los músicos de la Real Capilla para su uso los instrumentos de primer orden que hay en Palacio
pertenecientes a la infanta María Luisa Fernanda. Así la petición inicial de tres Violoncellos y un Contrabajo se
convierte en una inspección que saca a la luz un número mayor de instrumentos abandonados en dependencias
palaciegas: “un Contrabajo con muelles de afinar en la cabeza, dos Violoncellos en dos cajas con sus arcos, un
Violoncello sin caja ni arco, cinco Violines en tres cajas, dos de ellos con arco, un Violín sin caja y dos Timbales”.
1837 será un año de gran creatividad para el músico aragonés. Entre otras obras compone el Salmo 3º de Nona para
la Ascensión, para 5 solistas, coro y orquesta, y durante el verano las magistrales Lamentaciones de Miércoles y
Jueves Santo, para 4 solistas, coro y orquesta. Es nombrado maestro de los infantes e infantas, hijos de S.A.R.
Francisco de Paula y Luisa Carlota; vicepresidente, junto a Pedro Albéniz, de la 5ª sección (de Música) del Liceo
Artístico y Literario de Madrid, nombrándole presidente en la siguiente junta, y presidente del comité Lírico de los
Teatros de Madrid junto a músicos como Carnicer, Francisco Quijano Villalba, Reart, Gallego y Saldoni. Sin
embargo, a finales de ese año la reina Regente dicta la orden que entraría en vigor en 1838 y que supondría el inicio
de la decadencia de la Real Capilla:
“...todas la funciones de la R. C. Música se harán con solo los individuos que hay en ella, debiendo arreglarse a esa
plantilla todas las obras de música”.[18]
A pesar de este penoso recorte presupuestario su prestigio es reconocido, distinguiéndole S.M. con la Cruz de
Caballero de la Real Orden Americana de Isabel la Católica el 3 de diciembre de 1838.
En marzo de 1839 Rodríguez de Ledesma dirige una carta a la reina Regente protestando por la situación de la Real
Capilla:
“Cuando empecé a servir mi destino el año 1836, se me dijo en Mayordomía Mayor que para las grandes
solemnidades de la R. Capilla hiciese presente los individuos que de fuera de ella pudiera necesitar para la mejor
ejecución de las obras que se ejecutan en ciertas solemnidades, y que V.M. me concedería lo necesario para
obtenerlos. Así sucedió hasta el punto, que en la Semana Santa y Pascua de Resurrección del año 1837, V.M. me
concedió el poder convidar a 18 individuos de fuera de la R. Capilla. En dicha Semana Santa observé que V.M. se
había dignado asistir a la tribuna a la hora de Maitines en la que se ejecutan las Lamentaciones, y desde luego me
propuse escribir todas las del Miércoles y Jueves Santo para el año siguiente de 1838, y en el verano de 37 emprendí
y concluí seis particiones de esta clase de trabajo árido y severo para poner en Música con acierto y buenos
Mariano Rodríguez de Ledesma 12

resultados artísticos por la clase de conceptos que encierran las palabras. Cuando escribí hice uso de los medios que
por la bondad de V.M. estaban a mi alcance, pero habiéndose comunicado a fines de 1837 una orden para que todas
las funciones de la R. Capilla Música se hicieren con solo los individuos que había en ella, me abstube de dar mis
seis particiones en la Semana Santa de 1838, porque con solo los que había no podían ser ejecutadas, ni tener efecto
alguno, y desde luego traté de reducir mis composiciones a menor número. Así lo he hecho Señora, pero a pesar de
haberlas reducido todo lo posible, no pueden tener buen efecto por falta de algunos instrumentos como son, dos
trompas, dos clarines a pistón, un oficleide, una segunda viola, un segundo oboe, y una voz, que son ocho individuos
a quienes con mil reales podría yo satisfacer para las varias asistencias que tendrían en toda la Semana Santa de este
año de 1839; y para poderlos convidar. (...) me conceda esta nueva gracia para presentarla en el Miércoles y Jueves
Santo de este año una obra que aunque árida y severa en el género de la música sacra, confío haber llenado los
deberes de un artista estudioso que emplea todo su conato en hacer cuanto está a su alcance, (...)”.[19]
A raíz de esta carta, la reina ordena un informe “sobre el estado actual y las necesidades de la R. Capilla”, y en dicho
informe, entre otras cosas, el músico realiza una exhaustiva exposición de los diferentes significados que tienen las
voces y los instrumentos tanto en la música religiosa y como en la profana; el problema de la voz de contralto en los
hombres “algo contra-natural, es escasa y generalmente endeble”; las diferencias, dentro de las voces agudas, entre
los castrati, niños colegiales y mujeres:
“Los tiples debieron ser mujeres, pero no habiendo sido así, lo han sido castrados, por la razón de que su voz es
duradera para toda la vida, pero los colegiales aunque necesarios e indispensables en la Capilla, (...), no pueden ser
tiples...”[20]
y la necesidad indispensable de contar con determinados instrumentos. La reina resuelve ordenando contratar
aumentos cuando se necesiten y dejar la ampliación para “épocas de menos penuria”. Rodríguez de Ledesma, por fin,
puede interpretar en la Semana Santa de 1839 las Lamentaciones que había compuesto dos años antes, pudiendo en
los años sucesivos contratar los aumentos necesarios para seguir reponiéndolas al menos hasta 1844. A finales de
1839, con 60 años, contrae nuevo matrimonio con Ana María del Carmen López, hija mayor de D. José Venancio
López, primer Contrabajo de la Real Capilla, y alumna interna que fue del Real Conservatorio de Música, naciendo
al año siguiente una niña de nombre Julia Sofía Rosa.

Últimos años
A partir de 1840 comienzan a agravarse los problemas de salud que habían comenzado en 1820, diagnosticándole el
médico “debilidad nerviosa particularmente en el sistema digestivo”. Al año siguiente el diagnóstico es más grave:
“Hipocondría (entonces afección típica del romanticismo, llamada ‘enfermedad del espíritu’). Vértigos, ansiedad,
tristeza profunda, abatimiento general tanto en lo físico como en lo moral, vida sedentaria y próxima a la soledad”,
recetándole los médicos para combatir estos males tomar aguas en diferentes balnearios. En 1842 Rodríguez de
Ledesma notifica a sus superiores la necesidad de habilitar un lugar adecuado “para conservar y custodiar las
partituras, instrumentos y otros útiles del archivo de la Real Capilla, pues se están deteriorando”, lo que consigue
después de algunas disputas. Ese año compone el Stabat Mater para cinco voces y pequeña orquesta y completa las
Nonas de la Ascensión con una Introducción y el Salmo 1º de Nona. En 1843, también a instancias suyas, la
contaduría de Palacio propone asignar un gasto fijo a la Real Capilla, treinta reales por servicio, para aumentos de
músicos, determinando con anterioridad las solemnidades necesarias; esta formalidad se autoriza en agosto de ese
año con la asignación de 5.760 reales anuales. Y ese mismo año termina su serie de Lamentaciones componiendo las
pertenecientes a Viernes Santo, interpretándose todas ellas en la Semana Santa de ese año. Días después, en la revista
musical Anfión Matritense se dice:
“El Viernes Santo se ejecutaron en la Real Capilla Las Siete palabras de Haydn. Igualmente tuvieron lugar el
Miércoles, Jueves y Viernes Santo las magníficas Lamentaciones del Sr. Ledesma, Maestro de la misma Capilla. Las
del Miércoles y Jueves se habían cantado ya el año pasado, habiendo compuesto dicho Sr. tres Lamentaciones
nuevas en el presente que fueron las que se cantaron el Viernes. En todas ellas sobresale notablemente el carácter
Mariano Rodríguez de Ledesma 13

religioso, propio de esta clase de composiciones y que con tanto tino sabe desempeñar el Sr. Ledesma. La ejecución
dio lugar a que se luciesen el Sr. Cajiola en la 1ª del Miércoles, y el Sr. Reguer en la 1ª del Jueves”.[21]
El protagonismo absoluto de la ópera extranjera y la tendencia en exclusiva al estilo italiano que la mayoría de los
compositores españoles del momento tienen, van alejando poco a poco a Rodríguez de Ledesma, más proclive hacia
el romanticismo alemán, de toda actividad social y musical que no fuera la de Palacio. Aunque su música es
apreciada y valorada no cuenta apenas en el ambiente musical; su producción es básicamente música religiosa y ésta,
aunque considerada arte supremo, interesa poco al gran público o le es totalmente indiferente; Rodríguez de
Ledesma es un músico al margen de lo que sucede en España en esos momentos y quizás esta situación tiene mucho
que ver con la hipocondría que padeció, a fin de cuentas una neurosis de mala adaptación a la realidad. En una
pequeña nota de La Iberia musical y literaria correspondiente al domingo 7 de abril de 1844 referente a la
interpretación en la Real Capilla de las Lamentaciones de Rodríguez de Ledesma y Las siete palabras de Haydn, se
dice: “...cuyo desempeño ha satisfecho a los inteligentes”.
No es de extrañar, por tanto, que en estas circunstancias se sintiera aislado, incomprendido o minusvalorado y se
fuera acentuando su hipocondría. En este año de 1844 compone la que quizá es su última gran obra, la austera y
sobria Misa de Cuaresma, para 4 solistas vocales, coro y fagot, ya que no hay indicios, por ahora, de que
posteriormente compusiese alguna obra más. En junio el médico comunica a Palacio:
“...hace tres meses que está padeciendo una afección hipocondríaca que le ha trastornado, y para su curación necesita
salir de Madrid a cambiar de aires y aguas”.[22]
Y en abril de 1845:
“Rodríguez de Ledesma fue acometido en febrero del año pasado de un accidente apoplético de cuyas resultas quedó
con tartamudez en la lengua y torpeza en los movimientos musculares. Fue a su país nativo a cambiar de aires y
aguas con lo que se portó algunas ventajas, pero habiéndose manifestado en marzo pasado nuevos síntomas, hemos
dispuesto vuelva este año por tres meses”.[23]
A la vuelta de este viaje a Aragón continúa enfermo de nervios y no puede asistir a la Real Capilla. En 1846 persiste
la gravedad de su enfermedad:
“...padece más de dos años una hemiplejía o parálisis incompleta de la mitad del cuerpo con entorpecimiento de las
facultades intelectuales de resultas de los amagos de accidentes apopléticos que repetidas veces ha sufrido”.[24]
siendo sustituido en la Real Capilla por Hilarión Eslava que ya ejercía de Maestro supernumerario.
En diciembre, el Patriarca de las Indias comunica a la reina que:
“Rodríguez de Ledesma se halla imposibilitado para seguir desempeñando sus funciones de Maestro de la Real
Capilla no solo por su avanzada edad, sino por sus dolencias, las que hace ya cerca de dos años le tienen en una
grande postración y enajenación mental, sin ofrecer posibilidad alguna de volver a desempeñar sus funciones”.[25]
En enero de 1847 un último informe médico dice:
“...padece hace muchos años de una irritación crónica del hígado, (...), además existe una hemiplejía del lado derecho
..., que llegan a constituir apoplejías leves, cuyas resultas, además de la parálisis, han sido el trastorno de las
funciones sensoriales, la debilidad de las ideas, y aún hasta la imposibilidad de formar juicios, siendo en nuestro
entender incurable dicho estado y mucho más a los 69 (!) años en que se halla el paciente. Declaramos que se
encuentra totalmente imposibilitado para el desempeño de su destino”.[26]
Así en febrero se comunica al músico que S. M. ha decidido jubilarle, concediéndole un retiro de 13.161 reales y 24
maravedís por 32 años, 10 meses y 26 días de servicios; poco después muere Mariano Rodríguez de Ledesma a los
67 años siendo enterrado en el cementerio de San Isidro. Según Mitjana y algunos documentos de Palacio su muerte
fue el 28 de Marzo; en otro documento posterior, también de Palacio, relativo a la pensión de viudedad de su mujer
se dice que ha muerto el 29; y en la partida de defunción: el 31 de Marzo, a la edad de 66 (!) años, de apoplejía.
Mariano Rodríguez de Ledesma 14

Obra
Rodríguez de Ledesma consiguió su fama en Europa sobre todo por su faceta de maestro de canto y compositor de
canciones. Publicó en Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y España numerosas canciones, canzonetas y nocturnos
para 1, 2 y 3 voces con acompañamiento de guitarra, arpa y piano; obras para flauta y piano; valses para piano solo y
un método de canto titulado Colección de cuarenta ejercicios o estudios progresivos de vocalización. Su música
comprende además sinfonías-oberturas para orquesta y sobre todo música sacra: grandes misas y oratorios religiosos
para solistas, coros y orquesta.
Esta producción se puede dividir en dos períodos: el primero iría hasta su tercera estancia en Londres (1834) y en el,
a pesar de que la formación italiana adquirida con García Fajer en Zaragoza está presente, es cada vez más notoria e
importante la influencia de Haydn y Mozart, manifestándose ya en 1818-19 las primeras inquietudes del nuevo
romanticismo. De esta época son dos grandes obras: los Responsorios de Reyes y el Oficio y Misa de Difuntos. El
segundo, puramente romántico, parte de su definitivo regreso a España (1835) y se percibe la influencia de Weber y
del Rossini más romántico. Este segundo período está caracterizado por una rica orquestación y una gran fuerza
expresiva producto de la riqueza armónica. La influencia romántica se aprecia también en el tratamiento formal
(sucesión de pequeñas estructuras sin o con muy poco desarrollo unidas por transiciones muy elaboradas
armónicamente), en la importancia que concede a los instrumentos de viento y sobre todo en su peculiar visión de la
función de la orquesta en el contexto de la obra, en muchas ocasiones verdadera protagonista, lo cual le distingue del
estilo italiano y le distancia de la mayoría de los músicos españoles. Las grandes obras de esta época son: Misa
grande en Rem, Nona de la Ascensión, Completas a 4, Lamentaciones de Semana Santa, Stabat Mater y su última
obra Misa de Cuaresma.

Catálogo de obras
La catalogación y numeración de las obras de Rodríguez de Ledesma fue realizada por el musicólogo Tomás Garrido
como trabajo de D.E.A. en la Universidad Complutense de Madrid.
RL: corresponde a la catalogación moderna de las obras
s.a.: sin año

OBRAS VOCALES

MÚSICA RELIGIOSA

OBRAS PARA LA MISA


Misa a 4 con ripieno en Re M, 1816?, RL 1
Misa a 4 breve en Sib M, 1818, RL 2
Misa de difuntos, 1819, RL 3
Misa a grande orquesta, 1835, RL 4
Misa a cuatro a pequeña orquesta en Do M, 1836, RL 5
Misa a 4 en Sol M, 1838, RL 6
Misa de Cuaresma, 1844, RL 7
Benedictus a 4, 1819, RL 8
Benedictus, (s.a.), RL 9
Mariano Rodríguez de Ledesma 15

OBRAS PARA EL OFICIO


Completas a 4 con ripieno a pequeña orquesta, 1839, RL 10
Primera Lamentación del Miércoles Santo, 1838, RL 11
Segunda Lamentación del Miércoles Santo, 1838. RL 12
Tercera Lamentación del Miércoles Santo, 1838, RL 13
Primera Lamentación del Jueves Santo, 1838, RL 14
Segunda Lamentación del Jueves Santo, 1838, RL 15
Tercera Lamentación del Jueves Santo, 1838, RL 16
Primera Lamentación del Viernes Santo, 1843, RL 17
Segunda Lamentación del Viernes Santo, 1843, RL 18
Tercera Lamentación del Viernes Santo, 1843, RL 19
Libera me Domine, (s.a.), RL 20
Nona de la Ascensión, 1837-1842, RL 21
Oficio de difuntos, 1819, RL22
Parce mihi, 1819, RL 23
Responsorio de reyes, 1817, RL 24
Salve a 4 y a 8, 1818, RL 25
Stabat mater, 1823, RL 26
Stabat mater a 5 voces, 1842, RL 27

OBRAS EN LENGUA VULGAR


O! Admirable sacramento a 4, 1836, RL 28
O! Admirable sacramento a 5, 1836, RL 29

CANCIONES

EN ESPAÑOL
Canción fúnebre, (s.a.,1819?), RL 30
Los cantos del trovador, (s.a., 1809?), RL 31
Delio a la ausencia de su amada Nise (Nach Nise’s abschied), (s.a., 1810?), RL 32
O sí o no (Ja und nein), (s.a., 1810?), RL 33
El pescador (Der Fischer), (s.a., 1810?), RL 34
El pescador (Der Fischer, (s.a., 1814?), RL 35
La persuasión, s.a., 1831?), RL 36
El propósito inútil (Eitler Vorsatz), (s.a., 1810?), RL 37
Las señas de amor, (s.a.), RL 38
El sueño de mi amor (Liebchens Schlaf), (s.a., 1810?), RL 39
Ya tengo dueño (Schon Versagt), (s.a., 1810?), RL 40

EN ITALIANO
Amo te solo, te solo amai, (s.a., 1825?), RL 41
Aria e vocalizzio, (s.a., 1827?), RL 42
Il capriccio (Der Entschluss), (s.a., 1815?), RL 43
Ch’io mai vi possa, (s.a., 1825?), RL 44
Clori mia bella Clori, (s.a., 1815?), RL 45
Da quel sembiante appresi, (s.a., 1825?), RL 46
Dov’e il mio bene, (s.a.,1825?), RL 47
Mariano Rodríguez de Ledesma 16

Un fanciullin tiranno, (s.a., 1815?), RL 48


La felicità (Der Glückliche), (s.a., 1815?), RL 49
In te spero o sposo amato, (s.a., 1825?), RL 50
La nebbia, (s.a., 1815?), RL 51
Pensiero, (s.a., 1826?), RL 52
Più non si trovano fra mille amanti, (s.a., 1825?), RL 53
Se mai turbo il tuo riposo, (s.a., 1825?), RL 54
Se tenero seme, (s.a., 1815?), RL 55
Tarde s’avvede d’un tradimento, (s.a., 1825?), RL 56
Three italian arietts, (s.a., 1822?), RL 57
Three italian notturnos for two voices, (s.a., 1830?), RL 58
Trova un sol mia bella Clori, (s.a., 1825?), RL 59
Vorrei di te fidarmi, (s.a., 1815?), RL 60

OBRAS PEDAGÓGICAS
Colección de cuarenta ejercicios o estudios progresivos de vocalización, (s.a., 1827?), RL 61

OBRAS INSTRUMENTALES

MÚSICA SINFÓNICA
Gran sinfonía a grande orquesta, 1835, RL 62
Obertura ‘La jeunesse’, 1820, RL 63
Tanda de rigodones y vals, 1840, RL 64
Tanda de rigodones y vals, 1840, RL 65

MÚSICA DE CÁMARA
Bolero favori, (s.a., 1815?), RL 66
Divertimento marcial nº 1, (s.a., 1814?), RL 67
Divertimento marcial nº 2, (s.a., 1815?), RL 68
Zapateado, (s.a., 1815?), RL 69

MÚSICA PARA PIANO


VI valses, (s.a., 1814?), RL 70

OBRAS NO LOCALIZADAS
Brilla nel seno un ginbilo, (s.a.)
Cuartettino (s.a.)
El día de la nación española o el Dos de Mayo, 1810
En tan infausto día, 1812
Himno al duque de Wellington, (s.a.)
Obertura en Re, (s.a.)
Pieza obligada de contrabajo, 1839
Pieza obligada de violoncello, 1840
Renovando la augusta memoria, (s.a., 1814?)
Salve a 4, (s.a.)
Te Deum; (s.a.)
Mariano Rodríguez de Ledesma 17

Referencias
[1] Mitjana (1909)
[2] González Valle (2000)
[3] traducido y publicado por Mitjana (1909)
[4] B. Lolo (1996)
[5] Mitjana (1909) y Carreras López (1988)
[6] Osuna-cartas
[7] Osuna-cartas
[8] Expediente personal
[9] Expediente personal
[10] Expediente personal
[11] Expediente personal
[12] Expediente personal
[13] Gaceta musical nº 16
[14] Colección de Cuarenta...
[15] Expediente personal
[16] Expediente personal
[17] Expediente personal
[18] Expediente personal
[19] Expediente personal
[20] Expediente personal
[21] Anfión matritense, 16 de abril de 1843
[22] Expediente personal
[23] Expediente personal
[24] Expediente personal
[25] Expediente personal
[26] Expediente personal

Bibliografía
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Mariano Rodríguez de Ledesma 18

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• Gómez Amat, Carlos: Historia de la música española- Siglo XIX. Madrid: AM 1984.
• Rodríguez de Ledesma, Mariano: Oficio y misa de difuntos, edición de Tomás Garrido, Música Instrumental 15,
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• Rodríguez de Ledesma, Mariano: Obra religiosa de Cámara de Mariano Rodríguez de Ledesma (1779-1847),
Estudio, revisión y edición: Tomás Garrido. Polifonía Aragonesa XII. Zaragoza: Institución ‘Fernando el
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• Rodríguez de Ledesma, Mariano: Canciones, arietas y nocturnos con acompañamiento de piano, guitarra y arpa,
Revisión, edición y estudio: Tomás Garrido. Zaragoza: Institución ‘Fernando el Católico’, 2002.
• Rodríguez de Ledesma, Mariano: Obras para flauta y piano y piano solo, Piezas de Música IV. Revisión y
edición: Tomás Garrido. Zaragoza: Institución ‘Fernando el Católico’, 2002.
• Rodríguez de Ledesma, Mariano: Colección de cuarenta ejercicios o estudios progresivos de Vocalización (París,
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• Subirá, José: Rodríguez de Ledesma, Mariano, en Historia de la música española e hispanoamericana.
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Barcelona: Labor, Tomo II, 1954.
• López Calo, José: Rodríguez de Ledesma, Mariano, en The New Grove Dictionary of Music and Musicians.
Londres: OUP, 1980, vol. 21, pp. 504-505.
• Garrido, Tomás: Rodríguez de Ledesma, Mariano Nicasio [Mariano de Ledesma], en Diccionario de la Música
Española e Hispanoamericana. Madrid: ICCMU, 2002, vol. 9, pp. 293-301.
• Llorens Castillo, Vicente: Liberales y románticos: una emigración española en Inglaterra, 1823-1834, Valencia:
3ª ed. Castalia, 1979.

Enlaces externos
• Biografía y catálogo de obras: (http://www.tomasgarrido.es/Rodriguez_de_Ledesma_-_biografia.html)
• Las fuentes literarias en la obra cancionística: (http://www.tomasgarrido.es/www.tomasgarrido.es/
Obra_cancionistica_de_Rodriguez_de_Ledesma.html)
• Rodríguez de Ledesma, Mariano Nicasio, en la Gran Enciclopedia Aragonesa, en: (http://www.
enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=10951&tipo_busqueda=1&nombre=Mariano Rodríguez de
Ledesma&categoria_id=&subcategoria_id=&conImagenes=)
• Música Romántica para flauta y piano, en: (http://www.source-project.com/ribas/BioJoseMaria1.htm)
• Rodríguez de Ledesma: Oficio y Misa de difuntos (http://www.opusmusica.com/028/ledesma.html)
Fuentes y contribuyentes del artículo 19

Fuentes y contribuyentes del artículo


Mariano Rodríguez de Ledesma  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?oldid=54130692  Contribuyentes: Durero, Ecelan, Escarlati, Garridof, Super braulio, Toolserver, Urdangaray,
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