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ODISEA

La odisea es un poema épico griego compuesto por 24 cantos atribuidos al poeta griego
Homero. Se cree que fue compuesta en el siglo VIII a.C. en los asentamientos que tenía Grecia
en la costa oeste del Asia Menor (actual Turquía asiática). Según otros autores, la odisea se
completa en el siglo VII a.C. a partir de poemas que sólo describen parte de la obra actual.
Fue originalmente escrita en lo que se ha llamado dialecto homérico. Narra la vuelta a
casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Odiseo (al modo latino Ulises). Además de haber
estado diez años fuera luchando, Odiseo tarda otros diez años en regresar a la isla de Ítaca,
donde poseía el título de rey, período durante el cual su hijo Telémaco y su esposa Penelope han
de tolerar en su palacio a los pretendientes que buscan desposarla ( pues ya creían muerto a
Odiseo), al mismo tiempo que consumen los bienes de la familia.
La mejor arma de Odiseo es su metis o astucia. Gracias a su inteligencia, además de la
ayuda provista por Palas Atenea, hija de Zeus Cronida, es capaz de escapar de los continuos
problemas a los que ha de enfrentarse por designio de los dioses. Para esto planea diversas
artimañas, bien sean físicas, como pueden ser disfraces, o con audaces y engañosos discursos de
los que se vale para conseguir sus objetivos.
El poema es, junto a la Ilíada, uno de los primeros textos de la épica grecolatina y por
tanto de la literatura occidental. Se cree que el poema original fue transmitido por vía oral
durante siglos por aedos que recitaban el poema de memoria, alterando consciente o
inconscientemente.
Era transmitido en dialecto de la Antigua Grecia. Ya en el siglo IX a. C. con la reciente
aparición del alfabeto, tanto la Odisea como la Ilíada pudieron ser las primeras obras en ser
transcritas aunque la mayoría de la crítica se inclina por datarse en el siglo VIII a.C. El texto
homérico más antiguo que conocemos es la versión de Aristarco de Samotracia (S. II a.C.).

Estructura y argumento
La obra consta de 24 cantos. Al igual que muchos poemas épicos antiguos, comienza en
mitad de la historia, contando los hechos anteriores a base de recuerdos o narraciones del propio
Odiseo. El poema está dividido en tres partes.
En la telemaquia (cantos del I al IV) se describe la situación de Ítaca con la ausencia de
su rey, el sufrimiento de Telémaco y Penélope debido a los pretendientes y cómo el joven
emprende un viaje en busca de su padre. En el regreso de Odiseo (cantos del V al XII) Odiseo
llega a la corte del rey Alcimoo y narra todas sus vivencias desde que salió de Troya.
Finalmente, en la venganza de Odiseo (cantos del XIII al XXIV) se describe el regreso a la isla,
el reconocimiento por alguno de sus esclavos y su hijo y cómo Odiseo se venga de los
pretendientes matándolos a todos. Tras aquello, Odiseo es reconocido por su esposa Penélope y
recupera su reino. Por último se firma la paz entre todos los itacenses.

Resumen de los cantos.


Canto I: Concilio de los dioses. Exhortación de Atenea a Telémaco.
Homero comienza la Odisea invocando a la musa para que cuente lo sucedido a Odiseo
después de destruir Troya. En una asamblea de los dioses griegos. Atenea aboga por la vuelta
del héroe a su hogar. Odiseo lleva muchos años en la isla de la ninfa Calipso. La misma Atenea,
tomando la figura de mentes, rey de los Tafios, aconseja a Telémaco que viaje en busca de
noticias de su padre.
Canto II: Telémaco reúne en asamblea al pueblo de Ítaca.
El palacio de Odiseo se encuentra invadido por decenas de pretendientes que creyendo
que él ha muerto, buscan la mano de su esposa Penélope. Gracias a la ayuda de Atenea,
aparecida ahora en forma de Méntor, el joven convoca una asamblea en el ágora para expulsar a
los soberbios pretendientes de su hogar.
Finalmente, Telémaco consigue una nave y emprende viaje a Pilos en busca de noticias
sobre su padre.
Canto III: Telémaco viaja a Pilos para informarse sobre su padre
La siguiente mañana, Telémaco y Atenea, que continúan en la forma de Mentor, llegan
a Pilos. Allí, invitados por Néstor, participan en una hecatombe para Poseidon. El rey Néstor les
relata el regreso de otros héroes desde Troya y la muerte de Agamenón, pero no tiene
información específica de Odiseo. Les sugiere que vayan a Esparta con Menelao, quien acaba
de regresar de largos viajes. Atenea pide a Néstor que uno de sus hijos acompañe a Telémaco a
Esparta y desaparece milagrosamente. Impresionado por que un joven esté escoltado por una
diosa, Néstor ordena el sacrificio de una vaca en honor de ella y arregla que su hijo Pisístrato
acompañe a Telémaco a Esparta.

Canto IV: Telémaco viaja a Esparta para informarse sobre su padre.


Continúa el viaje hasta Esparta, donde lo reciben Menelao y Elena. Menelao le cuenta
acerca de su conversación con Proteo, quien le informó acerca de la suerte que había corrido
Odiseo encontrándose éste retenido en una isla por Calipso.
Mientras tanto, los pretendientes, sabiendo del viaje del joven, preparan una emboscada
que le esperara a su regreso.

Canto V: Odiseo llega a Esqueria de los feacios


En una nueva asamblea de los dioses, Zeus toma la decisión de mandar al mensajero
Hermes a la isla de Calipso para que este deje marchar a Odiseo. La ninfa promete a Odiseo la
inmortalidad si se queda, pero el héroe prefiere salir de la isla. Tarda cuatro días en construir
una balsa y emprende el viaje al siguiente dia, pero es hundido por Poseidon, enfadado con
Odiseo desde que el griego cegó a su hijo Polifemo.
Odiseo es ayudado por la mereida Leucótea quien le da una manta con la que debe
taparse el pecho y nadar hasta la isla de los feacios.

Canto VI: Odiseo y Nausícaa


Atenea visita, en un sueño, a la princesa Nausícaa, hija de Alcínoo, rey de Esqueria y la
conmina a hacerse cargo de sus responsabilidades como mujer en edad de casarse. Al despertar,
Nausícaa pide a su padre un carro con mulas para ir a lavar ropa al río. Mientras ella y sus
esclavas descansaban y otras jugaban a la pelota. Odisea despierta, las ve y pide ayuda a la
princesa. Nausícaa, impresionada por su forma de hablar, acoge al héroe y le brinda alimentos,
le dice que la siga hacia la casa del rey y le indica cómo pedirle a su madre, la reina,
hospitalidad.
Le señala un bosque consagrado a Atenea, situado en las afueras de la ciudad y donde
podrá descansar. Odiseo aprovecha la ocasión para implorar a la diosa que le reciban y lo
ayuden a llegar a su isla patria.

Canto VII: Odiseo en el palacio de Alcínoo


Guiado hasta allí por Atenea, Odiseo es recibido en el palacio por Alcimoo, rey de los
feacios, que lo invita al banquete que se va a celebrar. Odiseo cuenta todo lo acaecido hasta el
momento, con lo que el rey quedó impresionado y le ofrece la mano de su hija, mas Odiseo no
acepta, por lo que el rey cambia su ofrecimiento por ayudarlo a llegar a su isla.

Canto VIII: Odiseo agasajado por los feacios.


Se celebra una fiesta en el palacio en honor del huésped, que aún no se ha presentado.
Tras una competición de atletismo, en la que Odiseo asombra al público con un gran
lanzamiento de disco comienza el banquete. El aedo Demódoco ameniza la comida con un canto
sobre la guerra de Troya. Al hablar del episodio del caballo, Odiseo rompe a llorar. El rey
manda al aedo que deje de cantar y pregunta al huésped sobre su verdadera identidad.

Canto IX: Odiseo cuenta sus aventuras.


Los cicones, los lotófagos, los cíclopes. Odiseo se presenta y comienza a relatar su
historia desde que salió de Troya. Primero destruyeron la ciudad de Ismaro (donde estaban los
cicones) y allí perdió a bastantes compañeros.
Más tarde llegaron a la isla de los lotófagos. Allí tres compañeros comieron el loto y
perdieron el deseo de regresar, por lo que hubo que llevarlos a la fuerza. Posteriormente,
llegaron a la isla de los cíclopes. En una caverna se encontraron con Polifemo, hijo de Poseidón,
que se comió a varios compañeros de Odiseo. Estaban atrapados en la cueva, pues estaba
cerrada con una enorme piedra que les impedía salir a ellos y al ganado de Polifemo. Odiseo,
con su astucia, emborrachó con vino a Polifemo, mandó afilar un palo y cegaron con él al
cíclope mientras éste dormía. Ya ciego y para asegurarse de que no escaparan los prisioneros, el
cíclope tanteaba el lomo de sus reses a medida que iban saliendo de la cueva para ir a pastar
pero cada uno de los marinos iba vientre con vientre con una res y agarrado al vellón de ella.
Luego de escapar, Odiseo le grita su nombre a Polifemo y este le pide a su padre,
Poseidon, que castigue a Odiseo.

Canto X: La isla de Eolo.


El palacio de Circe la hechicera: Odiseo sigue narrando cómo viajaron hasta la isla de
Eolo, que trató de ayudarles a viajar hasta Ítaca. Eolo entregó a Odiseo una bolsa de piel que
contenía los vientos del oeste. Al acercarse a Ítaca sus hombres decidieron ver lo que había en la
bolsa, se escaparon así los vientos y se desencadenó una tormenta que hizo desaparecer la
esperanza del regreso al hogar. Tras seis días de navegación llegaron a la isla de los lestrigones,
gigantes antropofagos que devoraron a casi todos los compañeros de Odiseo.
Huyendo de allí, llegaron a la isla de Circe. La hechicera se enamoró de Odiseo y logro
retenerlo allí un año, pero nunca se vio correspondida y finalmente le dejó marchar, no sin antes
decirle que antes de regresar a casa tendría que pasar por el inframundo para pedir consejos al
ya difunto adivino Tiresias.
Canto XI: Descenso al Hades.
Tras llegar al país de los cimerios y realizar el sacrificio de varias ovejas Odiseo visitó
la morada de Hades para consultar con el adivino Tiresias, quien le profetizó un difícil regreso a
Ítaca. A su encuentro salieron todos los espectros que quisieron beber la sangre de los animales
sacrificados. Odiseo se la dio en primer lugar a Tiresias, luego a su madre, Anticlea y también
bebieron la sangre varias mujeres destacadas y algunos combatientes que habían muerto durante
la guerra de Troya.

Canto XII: Las sirenas. Escila y Caribdis.


La isla de Helios. Ogigia. De nuevo en ruta Odiseo y sus compañeros lograron escapar
de las sirenas, cuyo canto hacía enloquecer a quien las escuchara. Para ello siguieron los
consejos de Circe. Odiseo ordenó a sus hombres taparse los oídos con cera exceptuando a él que
mandó ser atado en el mástil. Escaparon también de las peligrosas Caribdis y Escila,
consiguieron llegar a Trinacria (nombre griego de Sicilia), la isla del sol. Pese a las advertencias
de no tocar el ganado de Helios, los compañeros sacrificaron varias reses, lo que provocó la
cólera del dios. Al hacerse de nuevo a la mar, Zeus lanzó un rayo que destruyó y hundió la nave
y sólo sobrevive Odiseo, que arribó a la isla de Calipso (lugar donde se encuentra al principio de
la historia).

Canto XIII: Los feacios despiden a Odiseo.


Llegado a Ítaca: Cuando el héroe termina de contar su viaje, su regreso al hogar es
dispuesto por el rey. Acompañado por navegantes feacios, Odiseo llega a Ítaca. Atenea lo
disfraza de vagabundo para que no sea reconocido. Por consejo de la diosa Odiseo va a pedir
ayuda a su porquerizo, Eumeo.

Canto XIV: Odiseo en la majada de Eumeo.


Odiseo no revela su verdadera identidad a Eumeo, quien lo recibe con comida y manta.
Se encuentra con la diosa Atenea y juntos preparan la venganza contra los pretendientes.

Canto XV: Telémaco regresa a Ítaca.


Atenea aconseja al joven Telémaco salir de Esparta y regresar a su hogar. Le advierte
que los pretendientes quieren ponerle una trampa para matarlo y le dice que viaje de noche.
Mientras tanto, Eumeo relata su vida y sus orígenes al mendigo y de cómo llegó al
servicio de Odiseo.

Canto XVI: Telémaco reconoce a Odiseo.


Gracias a la ayuda de la diosa el joven consigue eludir la trampa que los pretendientes le
habían preparado a la entrada de la isla. Una vez en tierra, se dirige por consejo de la diosa a la
casa de Eumeo, donde conoce al supuesto mendigo, cuando Eumeo marcha a casa de Penélope a
darle la noticia del regreso de su hijo, Odiseo revela su identidad a Telémaco, asegurando que
en verdad es su padre, a quien no ve desde hace veinte años. Tras un fuerte abrazo, planean la
venganza, con la ayuda de Zeus y Atenea.

Canto XVII: Odiseo mendiga entre los pretendientes.


Al día siguiente, Odiseo, de nuevo como mendigo, se dirige a su palacio. Solo es
reconocido por su perro Argos, que, ya viejo, fallece frente a su amo. Al pedir comida a los
pretendientes, Odiseo es humillado e incluso golpeado por ellos.

Canto XVIII: Los pretendientes maltratan a Odiseo


Aparece un mendigo real, llamado Iro, quien solía pasarse por el palacio. Riéndose de
Odiseo, lo reta a una pelea, los pretendientes aceptan que el ganador se junte a comer con ellos.
Le dan dos trozos de pan a Odiseo, que, tras quitarse su manta y dejar ver sus músculos, gana
fácilmente al mendigo. A pesar de la victoria ha de seguir soportando los maltratos de los
orgullosos pretendientes.

Canto XIX: La esclava Euriclea reconoce a Odiseo


Odiseo, ocultando su verdadera identidad, mantiene una larga conversación con
Penélope, quien ordena a su criada Euriclea que lo bañe. Euriclea, que fue nodriza del héroe
cuando era niño, reconoce una cicatriz que a Odiseo, en su juventud, le hizo un jabalí cuando se
encontraba cazando en el monte Parnaso.
La esclava, pues, reconoce a su amo, que le hace guardar silencio para no hacer fracasar
los planes de venganza.

Canto XX: La última cena de los pretendientes


Al día siguiente, Odiseo pide una señal y Zeus lanza un trueno en medio del cielo azul.
Este gesto es entendido por uno de los sirvientes como una señal de victoria sobre los
pretendientes. Odiseo aprovecha para ver quien es fiel al desaparecido rey y por tanto habrá de
conservar la vida. Un profeta, un amigo de Telémaco, avisa a los pretendientes de que pronto
los muros se mancharán de sangre de ellos. A pesar de que alguno de ellos dan crédito a la
profecía y huyen, la gran mayoría de ellos se ríe de ella.

Canto XXI: El certamen del arco.


Aparece Penélope con un arco que Odiseo dejó en casa a su marcha a Troya, promete a
los pretendientes que se casara con aquel que consiga hacer pasar la flecha por los ojos de doce
hachas alineadas. Uno tras otro los pretendientes lo intentan, pero ni siquiera son capaces de
tensar el arco. Odiseo pide participar en la prueba, pero los pretendientes se lo niegan. Tras la
insistencia de Telémaco, le es permitido intentarlo. Con suma facilidad Odiseo tensa el arco y
consigue hacer pasar la flecha por los ojos de las hachas, ante el asombro de los presentes. A la
señal de su padre, Telémaco se arma, preparándose para la lucha final.
Canto XXII: La venganza
Antinoo, jefe de los pretendientes, se encuentra bebiendo cuando Odiseo le atraviesa la
garganta con una lanza y le da así muerte. Ante las quejas de los demás, Odiseo responde con
amenazadoras palabras y los pretendientes temen por sus vidas, se inicia la feroz lucha, con los
numerosos pretendientes por un lado y Odiseo, su hijo y sus dos fieles criados por otro.
Melantio, infiel cabrero de Odiseo, consigue armas pero gracias a la ayuda de Atenea, todos
aquellos que traicionaron van muriendo uno por uno. Las esclavas son colgadas del cuello en el
patio del palacio, mientras que Melantio es cortado en pedazos para que se lo coman los perros.
Odiseo manda a Euriclea que haga fuego y limpie el patio con azufre. La esclava avisa a las
mujeres que fueron fieles al héroe, que llegan y abrazan a su amo.

Canto XXIII: Penélope reconoce a Odiseo.


Después de matar a los pretendientes que se hospedan en su casa, Odiseo manda a los
presentes que vistan sus mejores trajes y bailen, para que los vecinos no sospechen lo ocurrido.
Con la ayuda de Euriclea, el héroe se presenta a Penélope. Como el aspecto de Odiseo es
distinto al que conocía Penélope, que además está casi convencida de que él ha muerto, el héroe
no es reconocido por su esposa. Entonces, Odiseo describe el lecho conyugal y como lo hizo el
mismo de un olivo, Penélope convencida ya, abraza a su esposo, que le narra sus aventuras.
Finalmente le cuenta que aún tendrá que hacer otro viaje antes de terminar su vida en una
tranquila vejez.

Canto XXIV: El pacto.


Las almas de los muertos viajan al Hades, donde cuentan lo ocurrido a Agamenón y
Aquiles, compañeros del héroe en la expedición de los Aqueos a Troya. Odiseo marcha a casa
de su padre, Laertes, que se encuentra trabajando en la huerta. El hombre se encuentra
envejecido y apenado por la larga ausencia de su hijo. Para ser reconocido, Odiseo le muestra la
cicatriz y recuerda los árboles que en su infancia le regaló a su padre.
Mientras los familiares de los pretendientes se juntan en asamblea y piden venganza por
la muerte de los suyos. Odiseo, su hijo y su padre, que se encuentran en la casa de éste, aceptan
el reto y da comienzo la lucha. Laertes dispara una lanza que mata al padre de Antinoo, pero en
ese momento cesa la lucha. Interviene la diosa Atenea, que anima a los itacenses a llegar a un
pacto, para que juntos vivan en paz durante los años venideros.

Análisis de la obra
Técnica in media res
En La odisea se emplea este procedimiento literario, que consiste en iniciar la narración
a mitad de la historia. Es decir, este poema arranca cuando la mayoría de los acontecimientos ya
han ocurrido o se encuentran en evolución.
Después, el relato retrocede y se pasa a explicar el inicio de la historia, donde aparecen
acontecimientos como la salida de Troya o la isla de los latófagos, entre otros.
Temas que trata La odisea

Motivo del viaje


Esta obra está inspirada por el motivo del viaje, tema tradicional de la literatura
occidental, en el que el héroe se enfrenta a mil peligros, de los cuales sale fortalecido y
transformado, con un conocimiento más profundo del alma humana, para finalmente lograr su
objetivo, que, en este caso, es el deseo de Odiseo de volver a estar con los suyos.
Amor incondicional
También se ha solido leer en La odisea una profunda historia de amor, en la que Odiseo
y Penélope, separados durante veinte años por las guerras y las desventuras, tendrán que superar
las tentaciones a las que son expuestos para estar juntos nuevamente. En este sentido, es
también una historia sobre la importancia de la fidelidad.
Valor de la familia
Asimismo, en La odisea existe la historia de la búsqueda de Telémaco de su padre, a
quien prácticamente no conoce, pero en cuya vuelta confía, para poder recuperar el honor
familiar y expulsar a los pretendientes que consumen su patrimonio. Asimismo, es una historia
sobre el amor filial y la importancia de los vínculos familiares para darle sentido a nuestras
vidas.
La patria y el hogar
El objetivo principal del protagonista es regresar a Ítaca, su lugar de origen. Allí se
encuentra su familia, a la que no ve desde que se marchó a la guerra de Troya.
De este modo, durante el viaje de vuelta a casa experimenta la soledad. Este sentimiento
lo lleva a extrañar continuamente su hogar y llegar hasta allí se convierte en una necesidad.
La venganza
Este tema aparece claramente reflejado en la historia de los pretendientes de Penélope.
La mujer vive acosada desde que su marido se marchó de Ítaca. Sin embargo, a su regreso,
Odiseo descubre que los cortejadores de su esposa pretenden sustituirlo y tomar el control de
sus riquezas. Entonces, el protagonista decide tomar represalias y planea una cruel venganza
que supone el asesinato de todos ellos.
La omnipotencia de los dioses
En La odisea, al igual que en la Ilíada, el devenir de los humanos es voluntad de los
dioses. En este caso, la diosa Atenea cobra especial importancia en el poema. Ella controla los
movimientos de Ulises y le alerta de los posibles peligros que puede correr durante su viaje.
Asimismo, Zeus es quien decide marcar el final de la disputa entre Ulises y los familiares de los
pretendientes de su esposa.

Personajes de La odisea
Odiseo
Odiseo o Ulises es un personaje que aparece tanto en la Ilíada como en La odisea de
Homero. En el segundo poema aparece como protagonista.
Es el hijo de Leartes y Anticlea. Asimismo, es el rey de Ítaca y el esposo de Penélope,
con la cual tiene un hijo llamado Telémaco.
Entre sus características principales cabe destacar su ingenio y su destreza como buen
guerrero. Su presencia en la guerra de Troya es decisiva, ya que idea el plan del Caballo de
Troya.
Tras marcharse de su patria para participar en la guerra, regresa veinte años después.
Para ello, tiene que hacer un viaje lleno de aventuras. A su vuelta, encuentra a su hijo y a su
mujer Penélope asediados por los pretendientes. Entonces, Ulises decide vengar esta afrenta.
Penélope
Es la esposa de Odiseo. Homero la describe como una mujer hermosa y fiel. Durante
veinte años no pierde la esperanza de volver a ver a su marido con vida.
Tiene innumerables pretendientes que quieren sustituir a Odiseo, aunque ella no está de
acuerdo y teje un sudario con la promesa de que, cuando lo acabe, tomará una decisión. Sin
embargo, durante las noches desteje lo hecho durante el día.
Telémaco
Es el hijo de Odiseo y Penélope. Harto de los pretendientes que consumen y deterioran
el patrimonio de su padre, marcha de Ítaca en su búsqueda, alentado por su madre.
Carece de la valentía y la experiencia de su padre para enfrentar la adversidad al
principio del poema. Sin embargo, hacia el final, cuando Odiseo regresa, Telémaco lo ayuda a
urdir su venganza contra los pretendientes, por lo que demuestra una actitud más fuerte.
Circe
Es una maga, hermosa y sabia. Ofrece hospedaje a Odiseo y a los suyos. Los deleita y
agasaja. Advierte a Odiseo de los peligros en su viaje de regreso a Ítaca.
Poseidón
Es el dios del mar, también conocido como Neptuno. Odiseo deja ciego a su hijo,
Polifemo, por lo cual se desata la ira del dios del océano, que dificulta grandemente el viaje de
regreso a su patria.
Polifemo
Hijo de Poseidón. Es un gigante terrible y muy fuerte que posee un solo ojo. Odiseo y
sus hombres tienen que enfrentarse a él y provocan su ceguera cuando tratan de escapar de la
cueva para evitar ser asesinados. Entonces, Polifemo maldice a Odiseo, lo que desata la ira de su
padre, quien hace del viaje de vuelta a Ítaca una aventura llena de adversidades.

Calipso
Es una ninfa de gran belleza, que hospeda a Odiseo durante un largo tiempo. Le ofrece
la inmortalidad a cambio de que se quede con ella, sin embargo, este extraña a Penélope y
decide seguir su camino a Ítaca.
Atenea
Es la diosa de la sabiduría. En La odisea su papel principal es la de proteger a Odiseo y
ayudarle a volver a su patria.
ILÍADA
La Ilíada es una epopeya griega, atribuida tradicionalmente a Homero, consta de 15.693
versos, divididos en 24 cantos o rapsodias y su trama radica en el cólera de Aquiles. Narra los
acontecimientos ocurridos durante 51 días en el décimo y último año de la guerra de Troya. El
título de la obra deriva del nombre griego de Troya, Ilión.
Tanto la Ilíada como la Odisea fueron consideradas por los griegos de la época clásica y
por las generaciones posteriores como las composiciones más importantes en la literatura de la
Antigua Grecia y fueron utilizadas como fundamentos de la pedagogía griega.
Este poema épico narra la cólera de Aquiles, hijo del rey Peleo y de la nereida Tetis, su
causa, su larga duración, sus consecuencias y su posterior cambio de actitud. La ira del pelida
Aquiles termina junto con el poema, cuando se reconcilia con Priamo, padre del enemigo
Héctor, momentos en que se celebran los funerales de este.

Estructura:
La cólera de Aquiles tiene una causa que se expresa en el canto primero y unas
consecuencias que llevan a la muerte a Héctor y a su posterior sepelio. Las acciones que se
derivan de las diversas decisiones se van encadenando en una relación lógica hasta llegar al
final.
Preparación o anticipación y retardación son palabras clave para explicar la unidad de la
obra.

Resumen de los cantos

Canto I: La peste y la Cólera


Después de nueve años de guerra entre aqueos y troyanos, una peste se desata sobre el
campamento aqueo. El adivino calcante, consultado sobre ello, vaticina que la peste no cesará
hasta que Criselda, esclava de Agamenón, sea devuelta a su padre Crises.
La cólera de Aquiles se origina por la afrenta que le inflige Agamenón, quien al ceder a
Criselda, arrebata a Aquiles su parte del botín, la joven sacerdotisa Briseida. Al haberse
producido todo esto Aquiles se retira de la batalla y asegura que solo volverá a ella cuando el
fuego troyano alcance sus propias naves. Le pide a su madre Tetis, que convenza a Zeus para
que ayude a los troyanos. Este acepta, ya que tetis lo había ayudado cuando sus hermanos
divinos se lo revelaron.

Canto II: El sueño de Agamenón y la Beocia


Zeus, inquieto por la promesa que le había hecho a Tetis, aconseja por medio de un
sueño a Agamenón que arme a sus tropas para atacar Troya. Sin embargo, Agamenón, para
probar a su ejército, propone a los aqueos regresar a sus hogares, pero la propuesta es rechazada.
A continuación se enumera el catálogo de las naves del contingente aqueo y el de las fuerzas
troyanas.
Canto III: Los juramentos y Helena en la muralla
El jefe de las tropas troyanas, Hector, increpa a su hermano Paris por esconderse ante la
presencia de Menelao. Ante ello, París decide desafiar a Menelao en un combate singular.
Helena, el rey Príamo y otros nobles troyanos observan la batalla desde la muralla, donde
Helena presenta a alguno de los jefes aqueos. La batalla se detiene para la celebración del duelo
singular, con la promesa de que el vencedor se quedaría con Helena y sus tesoros. Menelao está
a punto de matar a París pero este es salvado por Afrodita y es enviado junto a Helena.

Canto IV: Violación de los juramentos y revista de las tropas.


Tras una pequeña asamblea de los dioses, estos deciden que se reanuden las
hostilidades, por lo que Atenea, disfrazada, incita a Pándaro para que rompa la tregua lanzando
una flecha que hiere a Menelao y tras la arenga de Agamenón a sus tropas, se reanuda la lucha,
en la que Ares y Apolo por una parte y Atenea, Hera y otros divinidades ayudan
respectivamente a los troyanos y a los aqueos.

Canto V: Principalía de Diomedes.


Entre los Aqueos destaca en la batalla Diómedes, asistido por Atenea, que está a punto
de matar a Eneas y llega a herir a Afrodita. Mientras, Ares y Héctor comandan a las tropas
troyanas y también destaca Sarpedón, caudillo de los licios, que mata entre otros al rey de
Rodas, Tlepólemo. Luego Diómedes, amparado nuevamente por Atenea, hiere a Ares.

Canto VI: Coloquio de Héctor y Andrómaca


Ante el empuje de los Aqueos, Heleno, también hijo de Príamo y adivino, insta a Héctor
a que regrese a Troya para encargar a las mujeres troyanas que realicen ofrendas en el templo de
Atenea. Mientras en la batalla Diomedes y el licio Glauco reconocen sus lazos de hospitalidad y
se intercambian las armas amistosamente, Héctor, tras realizar el encargo de su hermano
Héleno, va en busca de París para increpar para que regrese a la batalla y se despide de su
esposa Andromaca.

Canto VII: Combate singular de Héctor y Áyax


Tras el debate entre Atenea y Apolo, interpretado por Heleno, Héctor desafía en duelo
singular a cualquier aqueo destacado. Los principales jefes aqueos, dirigidos por Néstor, aceptan
el desafío y tras echarlo a suerte, Áyax Telamonio es el elegido.
El duelo singular tiene lugar pero la llegada de la noche pone fin a la lucha entre ambos
y se intercambian regalos, Héctor entrega una espada (con la que Áyax luego se suicidara) y
Áyax un cinturón púrpura. Néstor insta a los aqueos a contruir una muralla y una fosa que
defienda su campamento. Los troyanos en asamblea debaten si deben entregar a Helena y su
tesoro (postura defendida por Antenor) o solo su tesoro (postura defendida por París), Príamo
ordena que se traslade a los aqueos la propuesta de París.
La propuesta es rotundamente rechazada, pero se acuerda una tregua para incinerar los
cadáveres.

Canto VIII: Batalla interrumpida


Zeus ordena al resto de los dioses que se abstengan de intervenir en la contienda. Los
troyanos, animados por Zeus, avanzan en la batalla y hacen retroceder a los aqueos. Por parte de
los aqueos, Teucro causa graves daños en las filas troyanas con sus flechas. Atenea y Hera
tratan de ayudar a los aqueos pero Iris les envía la orden de Zeus de que no intervengan. Al
llegar la noche los troyanos acampan cerca del campamento aqueo.

Canto IX: Embajada a Aquiles


Felix, Ayax Telamonio, Odiseo y dos heraldos son enviados como embajada, por
consejo de Néstor, donde dan a Aquiles disculpas por parte de Agamenón (ofreciéndole regalos,
la devolución de Briseida y a cualquiera de sus hijas como esposa) y le suplican que regrese a la
lucha, pero este se niega a pesar del consejo de Fenix.

Canto X: Gesta de Dolón


Diomedes y Odiseo, nuevamente por consejo de Néstor, realizan una misión de
espionaje nocturna, en la que matan al troyano Dolón, que igualmente había sido enviado en
misión de espionaje por Héctor. Luego, con la información conseguida a través de Dolón
asesinan a soldados tracios y a su rey Reso mientras duerme y se llevan sus caballos.

Canto XI: Gesta de Agamenón


Amanece, se reanuda la batalla y los aqueos empiezan llevando la iniciativa. Destaca
entre ellos Agamenón, hasta que resulta herido por Com y debe retirarse. Entonces toman la
iniciativa los troyanos. Los aqueos contraatacan pero Diomedes, Euripilo y el médico Mecano
son heridos por flechas de Paris. Mientras el troyano Soco muere a manos de Odiseo, pero
consigue herirle, Patroclo es enviado por Aquiles a la tienda de Néstor para enterarse de las
noticias de la batalla.

Canto XII: Combate en la muralla


Los troyanos, siguiendo primero los consejos de Polidamante, atraviesan el foso previo
al muro de los aqueos pero luego desoyen su consejo de no asaltar el muro. El licio Sarpedón
abre una brecha en el muro que es atravesado por las tropas troyanas con Héctor a la cabeza, a
pesar de la resistencia de Áyax y Teucro.

Canto XIII: Batalla junto a las naves


Poseidon se indigna al ver el favoritismo de Zeus hacia los troyanos y toma la forma de
calcas para animar a los aqueos. Se desata un combate en el que Poseidon ayuda a los aqueos y
Zeus a los troyanos. Poseidon acude a la batalla para animar a los aqueos a resistir las cargas de
los troyanos. Entre los aqueos se destaca Idomeneo, rey de Creta. Heleno y Deifobo deben
retirarse tras ser heridos por Menelao y Meridianos, pero Héctor prosigue en su avance hasta
que se le opone Ayax.

Canto XIV: Engaño de Zeus.


Hera concibe un plan para engañar a Zeus y con la ayuda del cinturón de Afrodita
seduce a Zeus y con la ayuda de Hipnos lo hace dormir. Después encarga a Poseidos que
intervenga en favor de los aqueos. Ayax Telamonio hiere de gravedad a Hector que es retirado
del combate por sus compañeros y llevado cerca de la ciudad. A pesar de la resistencia de
Polidamante y su hermano Acamante, los aqueos toman una breve iniciativa en la batalla.

Canto XV: Nueva ofensiva desde las naves


Zeus descubre el engaño del que ha sido objeto y ordena a Posidonia a través de Iris que
deje de ayudar a los aqueos. Luego insta a Apolo a que infunda nuevas fuerzas a los troyanos.
Ares tiene el propósito de ir a combatir al lado de los aqueos para vengar la muerte de su hijo
Ascálafo pero Atenea le advierte que será objeto de la ira de Zeus.
Héctor recobra las fuerzas y los troyanos llegan combatiendo hasta las naves de los
aqueos. Incluso Ayax Telemonio tiene que retroceder.

Canto XVI: Gesta de Patroclo


Héctor logra prender fuego a una de las naves de los aqueos. Patroclo pide permiso a
Aquiles para tomar sus armas y repeler el ataque y al mando de los Mirmidones, hace huir a los
troyanos , que creen que en realidad se trata de Aquiles. Mata entre otros a Sarpedón, rey de
Licia e hijo de Zeus. Pero Apolo acude en ayuda de los troyanos y golpea a Patroclo, que
después es herido por Euforbo y rematado por Héctor.

Canto XVII: Gesta de Menelao


Menelao consigue matar a Euforbo y defiende el cuerpo sin vida de Patroclo, en torno al
cual se entabla un duro combate. Los troyanos lo hacen retroceder y Héctor despoja a Patroclo
de sus armas. Después acuden refuerzos aqueos al combate y consiguen llevar su cuerpo a las
naves.

Canto XVIII: Fabricación de armas


Antíloco da a Aquiles la noticia de la muerte de Patroclo y éste decide volver a la lucha
para vengar su muerte. Cae la noche y los troyanos se reúnen, Polidamante es partidario de ir a
Troya a refugiarse tras sus muros pero prevalece la opinión de Héctor de seguir peleando en
campo abierto. La nereida Tetis consigue que Hefestos fabrique armas nuevas para su hijo
Aquiles.

Canto XX: Combate de los dioses


Zeus da permiso al resto de los dioses para que intervengan en la batalla y ayuden a
quien prefieran. Aquiles inicia un furioso ataque en el cual lucha con Eneas, el cual finalmente
es salvado por Poseidon. Mata a Polidoro, hijo de Priamo y se le enfrenta Héctor, pero Atenea
ayuda a Aquiles y Apolo aleja a Héctor del combate.

Canto XXI: Batalla junto al río


Aquiles mata, entre otros, a Licaón, hijo de Priamo y a Asteropeo, que consigue herirlo
levemente. El dios del río Escamandro lo rodea con sus aguas y está a punto de ahogarlo, pero
Hera acude a su hijo Hefestos para que aleje las aguas del río con las llamas. El resto de los
dioses pelean entre ellos, unos a favor de los aqueos y otros al de los troyanos. El rey Priamo
ordena abrir las puertas de Troya para que sus tropas se refugien tras sus muros. Apolo
consigue, mediante un ardid, alejar momentáneamente a Aquiles de los muros de Troya.

Canto XXII: Muerte de Héctor


Las fuerzas troyanas se refugian en la ciudad pero Héctor queda fuera, con ánimo de
pelear contra Aquiles. Una vez los dos guerreros están frente a frente, Héctor huye y da varias
vueltas alrededor de la ciudad, pero luego aparece Atenea y se hace pasar por Deifobo
engañando así a Hector. Este al creer que será una batalla de dos contra uno se enfrenta por fin
cara a cara a Aquiles, quien lo mata, ata su cadáver a su carro de combate y subido en él vuelve
a su campamento.

Canto XXIII: Juegos en honor Patroclo


Se celebran los juegos fúnebres en honor a Patroclo con las siguientes pruebas: carreras
de carros, pugilato, lucha, carrera, combate, lanzamiento de peso, tiro con arco y lanzamiento de
jabalina.

Canto XXIV: Rescate de Hector


Priamo y un viejo heraldo se dirigen hacia el campamento aqueo, en el camino
encuentran a Hermes (enviado por Zeus), que los ayuda a pasar inadvertidos hasta la tienda de
Aquiles. Priamo ruega a Aquiles les entregue el cadáver de Héctor y ofrece regalos, que Aquiles
conmovido acepta. Luego Priamo pide a Aquiles un lecho para que lo acoja el sueño y el hijo de
Peleo ordena que se dispongan dos lechos; uno para Priamo y otro para su heraldo. Después de
eso, Aquiles da, a petición del anciano Priamo, once días para los funerales de Héctor, de modo
que el duodécimo día los troyanos volverían a pelear.

Análisis de La Ilíada

Estructura
Es un poema dividido en 24 cantos con 15.693 versos hexámetros, forma métrica propia
de la literatura clásica griega y latina.
Narración omnisciente
En La Ilíada el narrador es de tipo omnisciente, pues relata hechos ajenos a él de manera
objetiva, es decir, describe lo que sucede en tercera persona.
Griego homérico
A la variante del griego que utiliza Homero en La Ilíada se le conoce con esta
denominación. En esta epopeya se emplea una lengua artificial, ya que no existe ningún dialecto
de ninguna época o región determinada que se asemeje a la empleada en este poema.
Temas
Es un texto de tipo militar, en que se pone de manifiesto el valor y la fuerza. Asimismo,
presenta una concepción pesimista del hombre, visto como un ser miserable que no puede
escapar de la voluntad de los dioses. El poema se inicia con la cólera de Aquiles y termina con
la muerte de Héctor.
Asimismo, esta epopeya está cargada de temas universales, estos son los principales:
La cólera
Es el asunto en torno al cual se desarrolla el conflicto. La ira de Aquiles se percibe en el
primer canto, sentimiento provocado por los actos de Agamenón, quien toma a su esclava
Briseida. Entonces, Aquiles decide mantenerse al margen de la guerra contra los troyanos.
Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles; cólera funesta que causo infinitos males a
los aqueos (…)

La guerra
Este tópico aparece como telón de fondo a lo largo de la epopeya. En ella no solo los
héroes luchan en el campo de batalla, también los dioses intervienen en el conflicto para
favorecer a un bando u otro.
Asimismo, la Ilíada pone de manifiesto los horrores de la guerra y los efectos
colaterales. Esto se puede ver, por ejemplo, en el sufrimiento de los familiares que ven partir o
morir a sus seres queridos en la guerra, como Andrómaca que se despide junto a su hijo de su
marido Héctor.
Andrómaca, llorosa, se detuvo a su lado (el de Héctor) y asiéndole de la mano le dijo:
Tu valor te perderá. No te apiadas del tierno infante ni de mí, infortunada, que pronto
seré tu viuda.
Honor y orgullo
Aquiles, ejemplo de héroe griego, es la representación del orgullo en el poema. Como
héroe busca conservar su honor y lo pone por encima del interés de los suyos. Cuando
Agamenón rapta a su esclava, Aquiles siente que ha perdido el honor. Entonces su arrogancia lo
hace retirarse de la guerra y, en consecuencia, tienen lugar las muertes de muchos de sus
compañeros en manos del ejército troyano.
La humanidad
La mayor parte de los acontecimientos que se narran en La Ilíada son crueles. Sin
embargo, existe un momento en que aparece la consideración. El final de esta epopeya podría
considerarse un ejemplo de piedad, de tregua, entre dos héroes pertenecientes a dos bandos
rivales.
Aquiles y Príamo dan una pausa al conflicto para llorar la muerte de Patroclo y Héctor.
Este hecho demuestra un pequeño gesto de humanidad en medio del horror.
La voluntad de los dioses y el destino
Este tema está relacionado con el poder que tienen los dioses en el devenir del conflicto
y en el destino de los héroes en el mismo.
En algunas ocasiones, las deidades, lideradas por Zeus, intervienen en la guerra y están
divididas para apoyar a un bando u otro. De alguna forma también intervienen en el azar de los
héroes. Por ejemplo, Atenea se inmiscuye para que Aquiles no asesine a Agamenón y, en otra
ocasión, Afrodita rescata a Eneas cuando está a punto de morir en manos de Diomedes.
La muerte
La muerte está presente a lo largo de toda la epopeya. Los héroes no son inmortales.
Pueden ser invencibles, como Aquiles, pero ninguno se puede librar de la muerte.
En palabras de Glauco, cuando se encuentra frente a Diomedes, la vida de los mortales
se ve equiparada a la de las hojas cuando son arrastradas por el viento:
Cual la generación de hojas, así la de los hombres. Esparce el viento las hojas por el
suelo, y la selva, reverdeciendo, produce otras al llegar la primavera: de igual suerte, una
generación humana nace y otra parece.

Personajes
En la Ilíada aparecen infinidad de personajes carentes de profundidad psicológica, en
medio de una acción que transcurre sin descanso, donde prima la descripción y abundan las
enumeraciones y reiteraciones.
Los personajes de esta epopeya podrían clasificarse en tres grupos: aqueos, troyanos y
dioses.
Aqueos: Es el nombre con el que se conoce a los griegos. De este grupo, los personajes
más destacados son Aquiles, guerrero griego, y Agamenón, el líder del ejército aqueo. Sin
embargo, existen otros nombres relativos a este bando:
Aquiles: es uno de los personajes principales de la Ilíada. Hijo de Peleo y de la ninfa
Tetis, es considerado como uno de los mejores guerreros aqueos y uno de los más rápidos. De
esta forma, es conocido en los poemas homéricos como “el de los pies ligeros”.
Agamenón: es hijo del rey Atreo de Micenas y Aéroe, también el hermano de Menelao.
Es uno de los aqueos más distinguidos, el jefe del ejército griego. A menudo tiene
enfrentamientos con Aquiles.
Patroclo: Es el hijo de Meneceo y el fiel amigo y compañero de Aquiles. Muere
durante la guerra en una disputa con Héctor.
Menelao: es el rey de Esparta y el hermano de Agamenón. Es el punto central por el
que se desencadena la guerra de Troya. Los aqueos pelean por su honor cuando Helena, su
esposa, es raptada por el príncipe troyano Paris.
Helena: es hija de Zeus y Leda, asimismo es la esposa de Menelao. Es descrita como
una mujer muy bella. Su huida con Paris a Troya supone el detonante de la guerra.
Áyax el Grande: también conocido como Ayante, es hijo de Telamón y Peribea. Es uno
de los aqueos más fuertes y temidos de su ejército. Lucha con Héctor, a quien casi mata en una
ocasión.
Diomedes: es uno de los héroes más representativos y poderosos del bando aqueo,
quien consigue enfrentarse con éxito a un buen número de troyanos.
Odiseo o Ulises: es un guerrero aqueo que destaca por su astucia. Su protagonismo
cobra importancia en La Odisea, cuyo argumento se centra en su regreso a Ítaca tras la guerra.
Néstor: es un guerrero del ejército aqueo y proporciona sabiduría, ya que debido a su
avanzada edad no puede luchar en el frente.
Tersites: es un guerrero aqueo, cuyo papel no sobresale en La Ilíada. Homero lo
describe como un griego poco agraciado, vulgar y ridículo.
Idomeneo: es el nieto del rey Minos, uno de los pretendientes de Helena. Asimismo, es
uno de los soldados más valerosos en el ejército aqueo durante la guerra de Troya.
Fénix: es uno de los consejeros de Aquiles durante la guerra. Forma parte de los
mirmidones que apoyan a los aqueos durante la guerra de Troya.
Tetis: es la madre de Aquiles y en La Ilíada tiene la función de proteger a su hijo.
Troyanos Asentados en Troya, este bando lucha para proteger la ciudad bajo el
mandato del rey Príamo. En este grupo destaca el personaje de Héctor, enemigo directo de
Aquiles, después de provocar la muerte de su mejor amigo.
Héctor: es hijo del rey Príamo y la reina Hécuba. Es otro de los personajes principales
del poema. Su misión es la de salvaguardar la seguridad de la ciudad de Troya hasta su muerte
en manos de Aquiles, uno de sus principales enemigos.
Paris: también denominado Alejandro en la mitología, es el hermano de Héctor.
Asimismo, es el causante de la guerra de Troya, ya que rapta a Helena, la esposa del rey
Menelao.
Príamo: es el rey de Troya, padre de Héctor y Paris. Su edad le impide participar en la
guerra, sin embargo, lucha por recuperar el cuerpo de su hijo cuando muere. Para ello, se
adentra en el campo enemigo y habla con Aquiles.
Andrómaca: es hija del rey Etión y la esposa de Héctor. Durante la guerra es testigo de
la muerte de su marido junto a su hijo Astianacte.
Eneas: es uno de los héroes más audaces del ejército troyano. Durante la guerra queda
herido por culpa de Diomedes, aunque Afrodita, su madre, consigue salvarlo.
Casandra: es la hija del rey Príamo y Hécuba. Su papel durante la guerra es el de
vaticinar la destrucción de Troya y otras desgracias del conflicto, aunque nadie la cree.
Hécuba: es la reina de Troya, esposa de Príamo, y la madre de Héctor, Casandra y
Paris.
Astianacte o Escamandro: es el hijo de Héctor y Andrómaca.
Glauco: es un soldado del bando troyano. Lucha junto a Héctor y muere por culpa de
Áyax Telamonio.
Deífobo: es el hermano de Héctor e hijo de Príamo y Hécuba.
Pándaro: es un arquero que participa en la guerra y defiende a los troyanos. Durante el
conflicto hiere a Menelao con una flecha, así rompe la tregua establecida entre bandos.
Dolón: es el hijo de Eumedes y participa en la guerra en el bando troyano. Es el
encargado de llevar a cabo la labor de espionaje en el campamento enemigo pero, finalmente, es
raptado por Odiseo y Diomedes para ser interrogado, lo que le conduce a la muerte.
Antenor: es el consejero del rey Príamo.
Polidamante: es un guerrero troyano encargado de dar consejos a Héctor en varias
ocasiones, aunque este los rechaza.
Euforbo: es un joven guerrero troyano poco experimentado en el campo de batalla. Su
suerte lo conduce a la muerte en manos de Menelao.
Agénor: es el primer troyano que se atreve a enfrentar a Aquiles y después es salvado
por Apolo, quien extiende una espesa niebla para distraer al ejército griego.
Dioses Desde el Olimpo, las deidades controlan la suerte de los hombres que luchan en
la guerra y cambian, incluso, el transcurso de los acontecimientos para ponerse a favor de un
bando u otro.
Zeus: es el dios de los dioses y juega un papel fundamental en la guerra.
Afrodita: es la diosa de la belleza y el amor. Durante la guerra se mantiene a favor del
ejército troyano.
Hefesto: es el dios del fuego y la forja que se encarga de fabricar la armadura de
Aquiles y le salva la vida durante la batalla con el dios del río.
Ares: es el dios de la guerra. Hijo de Zeus y Hera. Pelea para ambos bandos, primero
para los aqueos y después para los troyanos.
Artemisa: es la diosa de la caza, hija de Zeus y Leto, y hermana de Apolo. Actúa a
favor de los troyanos durante la guerra y se enfrenta a Hera.
Hermes: es el dios mensajero del Olimpo. Durante la guerra de Troya se posiciona a
favor del ejército griego.
Eris: es la diosa del caos y la discordia. En La Ilíada es la hermana de Ares y la hija de
Zeus y Hera.
Atenea: es la diosa de la sabiduría y de la guerra que se posiciona con el bando aqueo.
Apolo: es el dios del sol, la lógica y la razón. Hijo de Zeus y Leto. Es el encargado de
extender la peste en el campamento aqueo.
Hera: es la diosa protectora del matrimonio y la familia. También es la esposa de Zeus
y madre de Ares y Hefesto.
“EDIPO REY” POR SÓFOCLES
Es una obra de teatro que narra la historia de Edipo, un desventurado príncipe de Tebas,
hijo de Layo y de Yocasta. Poco antes de que Layo y Yocasta se casaran el oráculo de Delfos
les advirtió de que el hijo que tuvieran llegaría a ser el asesino de su padre y esposo de su
madre.
Layo tuvo miedo y en cuanto nació Edipo, encargó a uno de sus súbditos que matara al
niño, pero dicha persona no cumplio con la orden de matar a Edipo, solo perforó los pies del
bebe y lo colgó con una correa de un árbol situado en el monte Citerón, faltando a su lealtad al
rey Layo y también por el horror que le produce la orden que le había dado.
Por ese lugar pasó Forbas, un pastor de los rebaños del rey Corintio, escuchó los
grandes lamentos y llanto del bebe y lo recogió entregandoselo para su cuidado a Polibio. La
esposa de Polibio, Peribea, se mostró encantada con el bebe y lo cuido con cariño en su casa,
dándole por nombre Edipo, que significa “el de los pies hinchados”. Edipo creció bajo el
cuidado de Polibio y Peribea y al llegar a los catorce años ya era muy ágil en todos los juegos
gimnásticos levantando la admiración de muchos oficiales del ejército que veían en él a un
futuro soldado. Uno de sus compañeros de juegos, con la envidia que le producían las
capacidades de Edipo, lo insultó y le dijo que no era más que un hijo adoptivo y que no tenía
honra. Ante todo lo que había escuchado y atormentado por las dudas, Edipo preguntó a su
madre si era adoptivo o no, pero Peribea, mintiendo, le dijo a Edipo que ella era su auténtica
madre. Edipo, sin embargo, no estaba contento con la respuesta de Peribea y acudió al oráculo
de Delfos, quien le pronosticó que el mataría a su padre y se casaría con su madre y además le
aconsejo que nunca volviera a Corinto, lugar donde nació. Al oír esas palabras Edipo prometió
no volver jamás a Corinto y emprendió camino hacia Fócida.
En su viaje se encontró a un horrible monstruo, la esfinge. La esfinge tenía cabeza, cara
y manos de mujer, voz de hombre, cuerpo de perro, cola de serpiente, alas de pájaro y garras de
león y desde lo alto de una colina detenía a todo aquel que pasara junto a ella y le hacía una
pregunta y si no le contestaban, la esfinge les provocaba la muerte.
Creonte el rey de Tebas tenía una hermana llamada Yocasta. Creonte prometió dar la
mano de su hermana y el trono de Tebas a aquel que consiguiera descifrar el enigma de la
esfinge. Dicho enigma era “¿Cuál es el animal que por la mañana tiene cuatro pies, dos al
mediodía y tres en la tarde?”
Edipo que deseaba la gloria más que nada, dio respuesta al misterio de la esfinge
diciendo que era el hombre, pues en su infancia anda sobre sus manos y sus pies, cuando crece
solamente sobre sus pies y en su vejez ayudándose de un bastón como si fuera un tercer pie. La
esfinge, enormemente furiosa porque alguien hubiera dado la respuesta correcta, se suicidó
abriéndose la cabeza contra una roca.
Entonces Edipo se casó con Yocasta y vivieron felices durante muchos años teniendo
varios hijos cuyos nombres fueron; Eteocles, Polinice, Antigona e Irmene. Un día hubo una gran
peste que arrasó a toda la región sin que tuviera remedio alguno y el oráculo de Delfos informó
que tal calamidad solo desaparecería cuando el asesino de Layo fuese descubierto y echado de
Tebas. Edipo animó concienzudamente las investigaciones como buen rey que era, pero éstas
descubrieron lo que realmente había ocurrido; había matado a Layo, su padre y se había casado
con Yocasta, su madre.
Según otras versiones, el asesinato se descubrio porque Edipo le enseño a Yocasta el
cinturon del anciano al que habia matado y que Edipo robo por su valia. Yocasta después de
este descubrimiento se suicidó y Edipo abrumado por la gran tragedia, creyó no merecer más
ver la luz del día y se sacó los ojos con su espada. Sus dos hijos lo expulsaron de Tebas y Edipo
se fue al Ática donde vivió de la mendicidad y como pordiosero, durmiendo en las piedras. Con
él viajaba Antígona, que le facilitaba la tarea de encontrar alimento y le daba el cariño que
requería. Una vez, cerca de Atenas, llegaron a Colono, santuario y bosque dedicado a las
Erinias, que estaba prohibido a los profanos. Los habitantes de la zona lo identificaron e
intentaron matarlo pero las hermosas palabras de Antígona pudieron salvar su vida. Edipo pasó
el resto de su vida en casa de Teseo, quien lo acogió misericordiosamente. Otra versión afirma
que murió en el propio santuario pero antes de expirar Apolo le prometió que ese lugar sería
sagrado y estaría consagrado a él y sería extremadamente provechoso para todo el pueblo de
Atenas.

“LOS TRABAJOS Y LOS DÍAS” POR HESÍODO

Si la Teogonía es el poema de los dioses, los Trabajos y Días es el de los hombres. El


tema de conexión entre ambos es la justicia de Zeus. El contenido de sus poco más de 800
versos es también variado, pero menos que en la Teogonía: aparecen mitos referidos a la raza
humana (las edades, Prometeo y Pandora), se introduce la primera fábula de la literatura
occidental (el halcón y el ruiseñor), y encontramos catálogos, con tono personal y didáctico. Al
contemplar la realidad humana, la concepción de Zeus como garante de la justicia plantea al
poeta la responsabilidad de la existencia del mundo; surgen así los tres mitos que explican que
el origen del mal radica en la propia naturaleza humana.

La primera parte, los Trabajos, es una relación de las labores que debe efectuar el
agricultor durante el año. A ella sigue un calendario relativo a la navegación y algunos consejos
de administración familiar y conducta social y religiosa. El poeta canta las excelencias del
trabajo como único medio de superación de las dificultades de la vida humana además de la
gloria de Zeus. Es una síntesis de mitos, experiencias personales, tradiciones agrícolas y
sabiduría popular, ligado con los procedimientos más antiguos de composición (la asociación de
ideas y la estructura de anillo), que será primordial para autores posteriores, como los filósofos
presocráticos.
Una situación real parece estar tras el planteamiento del poema: Perses, hermano de
Hesíodo, pretende entablar un juicio contra él para quitarle su herencia, y el poeta decide
disuadir advirtiéndole de la necesidad de trabajar como único medio legítimo para eludir la
pobreza y el hambre.
Algunos críticos niegan que el final, los Días y la parte de contenido mágico que los
precede, sean de la mano de Hesíodo. Sin olvidar que sería excesivo negar cualquier creencia
supersticiosa a un campesino del siglo VII aC, por muy racionalista que lo consideremos, las
evidencias parecen apoyar la creación única del autor.
A continuación, el resumen de la obra. Su contenido es en ocasiones ciertamente
innecesario para un lector contemporáneo, y la calidad literaria es a nuestro entender inferior a
la de la Teogonía; si bien mantiene ese estilo popular que lo caracteriza, al añadirle el tema
tratado la combinación es excesivamente mediocre. Se salva la parte inicial, donde encontramos
varios mitos que serán retomados por otros autores, y donde se introduce una fábula, por
primera vez en la literatura occidental.
Proemio: Dedicado a las musas de la Pieria, región tracia donde se encuentra el Olimpo.
Introducción al tema: Existencia de dos Érides (Discordia), la envidia que hace trabajar
al hombre, y la inquina amarga. Advertencias a Perses, que no conseguirá la herencia
lisonjeando a los jueces.
¡Necios, no saben cuánto más valiosa es la mitad que el todo ni qué gran riqueza se
esconde en la malva y el asfódelo!
Justicia - mitos y fábula: Mito de Prometeo y Pandora (como venganza por el robo del
fuego, que Prometeo entrega a los hombres, Zeus decide crear a la mujer, encargando a Hefesto
crear una figura de doncella semejante a las diosas, a Atenea le ordenó que le enseñara sus
labores, a Afrodita que la rodeara de gracia y sensualidad, y a Hefesto que la dotara de una
mente cínica y un carácter voluble).
Le infundió habla el heraldo de los dioses y puso a esta mujer el nombre de Pandora
porque todos los que poseen las mansiones olímpicas le concedieron un regalo, perdición para
los hombres que se alimentan de pan.
Será este personaje quien abra la tapa de la jarra que contenía los males, obligando así al
hombre a trabajar y a sufrir.

Mito de las Edades, según el cual se sucedieron cinco estirpes de humanos: Una dorada
estirpe de hombres mortales, que existió en tiempos de Cronos; plácidos y felices, no
envejecían, sino que morían como en un sueño; se convirtieron por voluntad de Zeus en
démones benignos, protectores de los hombres. Una segunda estirpe de plata, cuyos niños
crecían durante cien años junto a sus madres, para pasar luego a una breve vida de sufrimientos
debido a su impiedad y violencia; Zeus los hundió, irritado porque no honraban a los dioses.
Una tercera estirpe de aguerridos seres de bronce, nacidos de los fresnos; «víctimas de sus
propias manos, marcharon a la vasta mansión del cruento Hades, en el anonimato». Creó luego
Zeus la estirpe divina de los héroes, los semidioses que precedieron al hombre actual; la guerra
en Tebas y Troya aniquiló a muchos, y otros pasaron a las Islas de los Afortunados, donde reina
Cronos. Por último, ahora existe una estirpe de sufridores de hierro, cuya civilización acabará
por caer, víctima de su propia envidia y falta de justicia.
Es entonces cuando Aidos y Némesis, cubierto su bello cuerpo con blancos mantos, irán
desde la tierra de anchos caminos hasta el Olimpo para vivir entre la tribu de los Inmortales,
abandonando a los hombres; a los hombres mortales sólo les quedarán amargos sufrimientos y
ya no existirá remedio para el mal.
Fábula del halcón y el ruiseñor (como contraposición a la justicia agonal de los
animales, la de la fuerza bruta, el poeta solicita confianza en la justicia de Zeus).
Atiende tú a la justicia y no alimentes soberbia; pues mala es la soberbia para un
hombre de baja condición y ni siquiera puede el noble sobrellevarla con facilidad cuando cae en
la ruina, sino que se ve abrumado por ella.
Introducción al tema del trabajo: Expresa la idea de que la maldad es fácil y muy dura la
virtud; concepto que luego aparecerá en Simónides, Parménides y Empédocles. Explica también
que el trabajo no es deshonroso, sino todo lo contrario: la inactividad es comparada a la actitud
de los zánganos. La areté (valía o virtud) es así un bien que puede conseguirse, no una cualidad
especial de la clase aristocrática (al contrario de lo que vemos en los textos homéricos). Las
acciones injustas son castigadas por la justicia divina, y así se exponen una serie de consejos
para una buena conducta.
Una vergüenza denigrante embarga al necesitado, una vergüenza que hunde
completamente a los hombres o les sirve de gran provecho, una vergüenza que va ligada a la
miseria igual que la arrogancia al bienestar.
Calendario del labrador: Introducción con exhortación a Perses. Trabajos de otoño
(cortar madera y construir el arado, comprar los bueyes, sembrar en el tiempo correcto),
invierno (protegerse de las heladas y el frío Bóreas), primavera (podar las viñas, segar) y verano
(aventar, obtener el vino).
Calendario de la navegación: Aconseja guardar la nave con mal tiempo. Luego, y
aunque se confiesa inexperto en la materia (en este pasaje es donde podemos encontrar más
detalles sobre su vida: el traslado de su padre, empobrecido, desde Cime a Ascra, y el éxito en
un concurso en Calcis), repasa las épocas benignas para los viajes por mar: al acabar el verano,
y al despuntar las hojas en primavera.
Consejos de administración familiar: Sobre la elección de esposa, la fidelidad al amigo,
y la moderación en las relaciones. Algunas prohibiciones de carácter ritual.
Nunca pases a pie el agua de bella corriente de los ríos de flujo continuo antes de orar
mirando a las bellas ondas, con tus manos purificadas en la deliciosa y transparente agua.
Conclusión: Sobre cuidar la reputación.
Los Días: Un repaso a los días del mes, con las tareas para las que son propicios.

“FÁBULAS” DE ESOPO
Poco se sabe de Esopo e, incluso, hay quien pone en duda su existencia. La primera
referencia al escritor fue hecha por Heródoto, quien relata que este contador de fábulas había
sido esclavo.
Nacido supuestamente entre los siglos VII o VI a. de C. en Asia Menor, Esopo fue un
narrador de inmensa cultura, capturado y llevado a Grecia para servir como esclavo.
Su influencia en Grecia llegó a ser tal que el escultor Lisipo erigió una estatua en su
honor. El fabulador tuvo un final trágico al ser condenado a muerte por un crimen que no
cometió.
Heráclides Póntico, sabio de la época alejandrina, relató el proceso de condena y pena
de muerte de Esopo. Se le acusaba de haber robado un objeto sagrado, delito que conllevaba una
pena fatal.
Aristófanes también confirmó esta historia contada por Heráclides y dio más detalles de
lo ocurrido: Esopo, al visitar Delfos, provocó a sus habitantes al declarar que éstos no
trabajaban y vivían sólo de las ofrendas dedicadas al dios Apolo. Furiosos, los habitantes
implantaron en la maleta de Esopo una copa sagrada para incriminarlo. Cuando el "robo" fue
descubierto, Esopo fue condenado fatalmente a ser arrojado desde un despeñadero.
Conocemos el trabajo de Esopo gracias al griego Demetrio de Falero (280 a. de C.),
quien recopiló las historias contadas. El monje bizantino Planudio también recopiló otras
historias atribuidas a él.
¿Qué son las fábulas?
La fábula es un género literario narrativo que deriva del cuento, pero se diferencia de
éste en que el narrador da una lección moral a través de la historia contada.
Las fábulas también poseen frecuentemente animales personificados, a los que se les
atribuyen características humanas.
Las fábulas fueron creadas en el Oriente y se esparcieron alrededor del globo. Se cree
que su curso habrá sido de la India a China, de allí al Tíbet, y finalmente a Persia.
Sin embargo, suele decirse que las fábulas se originaron en Grecia, ya que es allí donde
alcanzaron la forma y las características que hoy conocemos.
Las primeras fábulas registradas datan del siglo VIII a. de C. El primer volumen
encontrado, Pantchatantra, fue escrito en sánscrito y después se tradujo al árabe.
Esopo fue uno de los más famosos fabulistas, a pesar de no haber inventado el género.
Por ello, hoy es recordado como su gran divulgador.
No sabemos a ciencia cierta cuántas historias llegó a crear. Se han encontrado una serie
de manuscritos a lo largo del tiempo, aun cuando sea imposible garantizar su autoría. El mayor
especialista en la producción de Esopo fue el francés Émille Chambry (1864-1938).

“AGAMENÓN” DE ESQUILO.
Agamenón (Ἀγαμέμνων) es la primera obra de la trilogía de la Orestíada, que fue
presentada en el año 458 a. C. por Esquilo.
Esquilo narra el regreso de Agamenón, rey de Micenas (aunque se le llama rey de Argos
cuando Argos se refiere al Peloponeso y no a la ciudad de Argos), de la guerra de Troya solo
para encontrar la muerte. Esperándolo en casa está su esposa, Clitemnestra, quien ha planeado
su muerte en venganza por el sacrificio de su hija, Ifigenia. Más aún, durante los diez años que
ha durado la ausencia de Agamenón, Clitemnestra ha establecido una relación adúltera con
Egisto, primo de Agamenón y descendiente de una rama desheredada de la familia, quien está
decidido a recuperar el trono que cree que legalmente le pertenece.

Resumen de la obra
Tiene lugar en Argos, delante del palacio real.

Como precedente a lo que se narra en esta obra, hay que considerar que Argos y Troya
habían rivalizado desde hacía mucho tiempo y con el que estableció un breve periodo de paz
que quedó arruinado cuando el príncipe troyano Paris raptó a Helena, la esposa de Menelao,
hermano de Agamenón. Para agregar, sería necesario recalcar que también eran intereses
políticos y económicos los que movían al espartano a luchar en contra de los troyanos.
Agamenón, al partir para la guerra no tenía vientos favorables. Para obtener vientos propicios de
los dioses (en particular de Artemisa), hizo matar a su hija, Ifigenia, de belleza excepcional.

En algunas versiones, Ifigenia es sustituida en el último momento por una corza o una
cierva y llevada a tierras lejanas de la diosa Artemisa, pero esto nadie lo sabe salvo ellas.
Soplan vientos favorables, la flota alza las velas. Clitemnestra, dominada por el odio y
el resentimiento, decide llevar a cabo la venganza con la ayuda del primo de su marido: Egisto,
que además es amante de ella.

Después de que los soldados aqueos destruyeran el reino de Príamo, encabezados por
soldados como Odiseo o Aquiles, Agamenón tardó diez años en volver a Esparta.

Prólogo (vv. 1-39): El monólogo del centinela apostado en el techo de la casa de los
atridas espera la señal de la caída de Troya y el retorno de Agamenón. Se lamenta de las fatigas
que soporta. Ha permanecido allí agachado "como un perro" (kunos diken) durante años,
"siguiendo las instrucciones de una mujer con corazón varonil". Lamenta los destinos de la casa,
pero promete mantenerse en silencio: "Un gran buey ha pisado mi lengua". Avista la señal y
sale para avisar a la reina.

Párodos (vv. 40-257): entra el coro, formado por los viejos de Argos, que confía en que
Agamenón regrese verdaderamente de Troya y evoca los antecedentes de la expedición. Se
cuenta el prodigio nefasto de las dos águilas (los Átridas Menelao y Agamenón) que matan a
una liebre preñada (Troya), interpretado correctamente por Calcas, como la guerra contra Troya
y la ira de Artemisa, que siente compasión por la liebre. Le sigue el llamado "himno a Zeus"
(vv. 160-183). Continúa la narración con la descripción de la flota aquea bloqueada en Áulide,
de la lucha interna de Agamenón que después se decide a sacrificar a su hija y del penoso
sacrificio.

Primer episodio (vv. 258-354): Clitemnestra entra en escena, el coro inicia un diálogo
con ella preguntándole si es cierto que Troya ha caído o si es solo un sueño de la reina.
Clitemnestra explica todo el curso de las señales luminosas de Troya a Argos.

Primer Estásimo (vv. 355-488): el coro entona un himno a Zeus que es alabado como
aquel que castiga al que infringe la justicia, se habla del rapto de Helena, del castigo que
golpeará a los troyanos y de los muertos de la guerra, y al final el coro pone en duda si la noticia
del regreso es verdadera.

Segundo episodio (vv. 503-680): entra en escena el heraldo que después de haber
invocado a la tierra patria y a los dioses da la noticia de que Troya ha caído y que Agamenón
está regresando. Es interrogado por el coro y habla de los desastres de la guerra que, sin
embargo, ha acabado con la victoria aquea. Hay una breve intervención de Clitemnestra, que
entra y sale rápidamente (vv. 587-614): afirma haber tenido razón sobre las señales y de querer
esperar al marido al que en este tiempo ha servido con lealtad. El coro quiere entonces noticias
de Menelao y el heraldo afirma que la flota al regreso fue dispersada por una tempestad y que
habían perdido su rastro, pero no desespera sobre su suerte.
Segundo estásimo (vv. 681-781): el coro reflexiona sobre el nombre de Helena (como
"destructora de navíos"), la compara con un león criado en una casa y que crecido causa el
desastre (la llegada de Helena a Troya) y reflexiona sobre la dike y sobre la ate.

Tercer episodio (vv. 782-975): entran en un carro Agamenón y Casandra como esclava
y concubina. Esto, por supuesto, solo sirve para enfurecer más a Clitemnestra. El coro se vuelve
hacia el rey, diciéndole que sabrá reconocer a los súbditos que le han sido leales. Agamenón
agradece a los dioses la feliz empresa. Entra Clitemnestra, que se presenta como una esposa fiel
que ha sufrido duramente la ausencia del marido. La acción principal de la obra es el agón entre
Clitemnestra y Agamenón. Ella intenta convencerle para que pise una alfombra púrpura. Este
ceremonial que ella pretende molesta a Agamenón, porque indicaría hibris por su parte. Al final,
por motivos que aún son objeto de controversia, Clitemnestra convence con palabras ambiguas
a Agamenón que cruce la alfombra púrpura para entrar al oikos.

Tercer estásimo (vv. 976-1034): el coro tiene un presentimiento de muerte.

Cuarto episodio (vv. 1035-1330): Clitemnestra entra para convencer a Casandra de que
entre, pero esta no responde y la deja. Casandra baja del carro y ve la piedra de Apolo;
comienza a lanzar oscuros gritos al dios, lamentando sus desgracias y las de su ciudad. Discute
con el coro si ella debe entrar o no en el palacio, sabiendo que ella también será asesinada.
Casandra es la hija del rey Príamo de Troya. Apolo la ha maldecido, otorgándole el don de la
clarividencia, pero a condición de que nadie que oyera sus profecías las creería. La profetisa
presagia un nuevo dolor que golpeará a la ya delictiva casa de Atreo: Agamenón será asesinado
por Clitemnestra en la bañera. El coro al principio no lo entiende, interviniendo
esporádicamente, después empieza a comprender. En su discurso, describe muchas imágenes
espantosas de la historia de la casa de Atreo, y, además de anunciar el delito que cometerá
Clitemnestra, profetiza la venganza de Orestes. Al final, Casandra elige entrar en el palacio,
sabiendo que no puede evitar su destino. El coro, en esta obra un grupo de ancianos de Argos,
oyen los gritos de muerte de Agamenón, y frenéticamente discuten el curso de la acción.

Toda la muerte de Agamenón ocurre fuera de escena. Se supone que cuando Agamenón
se está bañando en su bañera, Clitemnestra lo enreda con una ropa, tela o red, y mientras él
lucha por liberarse, ella lo apuñala repetidas veces con un pelekus. Esta muerte es muy parecida
a la de un animal sacrificado con tres golpes, acompañando el último con una oración a un dios.

Cuarto estásimo (vv. 1331-1371): el coro siente provenir de dentro de la casa los gritos
de Agamenón golpeado hasta la muerte y varios corifeos se preguntan qué hacer, cuando sale
Clitemnestra junto a los cadáveres de su marido y de Casandra.

Se mueve la plataforma y revela el espantoso espectáculo de los cuerpos muertos de


Agamenón y Casandra, junto a Clitemnestra, que intenta explicar su acción.
Éxodo (vv. 1371-1673): Clitemnestra entra triunfal declarando su homicidio y la justicia
que ella misma ha llevado a cabo, vengando la muerte de Ifigenia y el ultraje que Agamenón le
ha inferido llevando a casa a Casandra. El coro desea morir, maldice a Helena y a Clitemnestra,
se lamenta del destino que le ha correspondido al rey y si habrá un funeral. Entra Egisto con
algunos guardias que está exultante por el fin del rey y por haber así vengar los ultrajes del
padre Tiestes. El coro lo maldice y Egisto lo amenaza con la prisión y la fama, siendo él el
nuevo señor de Argos. El coro invoca el retorno de Orestes, que con toda probabilidad regresará
para vengarse. Egisto ordena a sus matones que intervengan, pero Clitemnestra los detiene, pues
no quiere más derramamiento de sangre: "Ya hay suficiente sufrimiento. Permitámonos ahora
no ser sangrientos". Clitemnestra y Egisto quedan con los cadáveres, felices de su victoria,
mientras que el coro sale de la escena. Antes de que el coro salga de escena, cuando discute con
Egisto le reprocha su cobardía al no ser él quién mata a Agamenón para vengar a Tiestes, su
padre, y haber convencido (o haber persuadido aún más) a Clitemnestra de que lo haga.

Análisis

En su análisis de esta tragedia, Francisco Rodríguez Adrados apunta a que es anti


homérica, pues el ideal heroico se manifiesta insuficiente. El coro da una visión humana de la
guerra: las urnas de ceniza que vuelven en vez de los guerreros que marchan, causando la ira del
pueblo; el castigo de estos injustos «matadores de hombres» por los dioses. «Toda victoria tiene
un doble rostro, el glorioso y el del exceso que trae la ruina: “no sea yo un destructor de
ciudades”, clama el coro en el v. 472, enfrentándose directamente con Homero».

De las obras de Esquilo, es aquella en la que la idea de Justicia es expuesta de manera


más compleja. El castigo divino proviene de la impiedad, que se usa como sinónimo de
injusticia. Esta injusticia e impiedad se realiza en la muerte de una hija (Ifigenia muerta por
Agamenón), la de un esposo (crimen de Clitemnestra), en el abuso de la hospitalidad (crimen de
París), el abandono del marido (crimen de helena), el ultraje al lecho del esposo (crimen de
Clitemnestra) o al de la esposa (crimen de Agamenón). Con ello Esquilo trata de la vulneración
de normas tradicionales (referidas a la familia y la hospitalidad), pero hay una ampliación
significativa, que es el entendimiento de la expedición contra Troya como un atentado contra la
vida que va a atraer el castigo divino; no de otro modo ha de entenderse la visión de las dos
águilas devorando una liebre preñada.

Al relatar el coro los desastres de la guerra, recuerda que no apoyó esta guerra y la
consideró injusta; a pesar de ello, Agamenón regresa envaneciéndose del saqueo de Troya. Se
trata, en suma, de una inversión del ideal heroico, pudiendo considerarse Agamenón como una
«auténtica proclama anti homérica: lo que allí era gloria aquí es injusticia castigada».

Finalmente, al crimen de Agamenón opone el de Clitemnestra, que al perpetrar ofende


no solo el lazo del matrimonio, sino también el debido respeto al rey como autoridad, aunque
sea un tirano. Clitemnestra se ha tomado la justicia por su parte y aunque al final pretende
detener la matanza, tanto Casandra primero como el coro después recuerdan la existencia de un
hijo, Orestes, que podrá continuar el derramamiento de sangre, ejerciendo una nueva venganza
privada.
La trilogía de la Orestíada comienza, pues, presentando una sociedad en la que una
matanza suscita otra matanza y una venganza familiar se prosigue aparentemente sin fin. La
ejecución de la justicia incumbe a la familia y a las Furias primitivas que la ayudan.

“PROMETEO ENCADENADO” DE ESQUILO


Prometeo encadenado es una tragedia de la antigua Grecia, tradicionalmente atribuida a
Esquilo, pero en el siglo xxi es considerada por muchos eruditos como resultado del trabajo de
otro escritor, quizás llevado a cabo durante el siglo iv a. C. Sin embargo, todavía hoy se suele
incluir esta tragedia en las ediciones de la obra de Esquilo.

La tragedia se basa en el mito de Prometeo, un Titán que desafía a los dioses y da fuego
a la humanidad, actos por los que es sometido a un castigo perpetuo. Hay pruebas de que era la
primera parte de una trilogía, pero de las otras dos partes, Prometeo liberado y Prometeo
portador del fuego, tan solo quedan fragmentos.

La obra está basada en el mito del titán Prometeo, que había engañado a los dioses
haciendo que recibieran la peor parte de cualquier animal sacrificado y los seres humanos la
mejor. Además, había robado el fuego para entregárselo a los mortales y por eso fue castigado
por el dios Zeus. Asimismo, Prometeo poseía el conocimiento profético de la persona que un día
derrocaría a Zeus, pero rechazaba divulgar esta información.

Encadenamiento
Fuerza y Violencia, junto con Hefesto, llevan preso a Prometeo para que este sea
encadenado en una roca, en la región de Escitia.

Fuerza apremia a Hefesto para que cumpla la orden de Zeus y encadene al titán. Hefesto
tiene sus dudas, porque Prometeo es pariente suyo, pero sabe que no puede desobedecer a Zeus,
así que cumple la orden. Una vez encadenado, Prometeo se lamenta por su destino:

“Por haber proporcionado un privilegio de los mortales me veo unido al yugo de esta
necesidad, desdichado”

Prometeo explica el origen de sus males

Un coro de Oceánidas ha acudido a tratar de consolarle. Prometeo dice que preferiría


haber sido arrojado al Tártaro para que nadie pudiera ver su desgracia. También señala que Zeus
acudirá a suplicarle para que, por sus conocimientos proféticos, le revele el plan por el que se le
pretende despojar de su calidad de rey de los dioses. Prometeo insiste en que no piensa revelarlo
hasta que no sea liberado de sus cadenas.
Luego explica que estuvo de parte de Zeus en la lucha que mantuvo contra los titanes.
Sin embargo, se opuso a que la raza de los mortales fuera aniquilada por Zeus, concediendo a
éstos el fuego así como ciegas esperanzas.

Después llega Océano. En primer lugar aconseja a Prometeo que deje de injuriar a Zeus
puesto que podría sufrir por ello peores castigos y además le ofrece su ayuda, diciéndole que
intentará conseguir su liberación. Prometeo, sin embargo, insiste en que se mantenga alejado del
asunto para evitar sufrir castigos como ya sufrieron Atlas o Tifón. Océano se va y Prometeo
sigue explicando cómo benefició a los mortales: les enseñó a predecir el movimiento de las
estrellas, los números, la escritura, el uso de los animales para trabajos agrícolas, las medicinas,
el arte de la adivinación, el modo de interpretar los sueños, el modo de hacer señales con el
fuego y los minerales bajo tierra.

La transformación de Ío
Llega después Ío, que había sido transformada en ternera.

Ío explica a las Oceánides la causa de su transformación: constantes sueños la habían


advertido de que Zeus deseaba unirse a ella y tras consultar y obedecer los oráculos, Ínaco, su
padre, la había expulsado y desde entonces se había transformado en ternera y había sido
vigilada por Argos por orden de Hera hasta que este murió, pero desde entonces seguía siendo
constantemente picada por un tábano y caminaba errante por el mundo.

Profecía sobre el destino de Ío


Ío había pedido a Prometeo que profetizase cuál será su futuro y este le dice que, tras
atravesar la tierra de los escitas, llegará a la de los cálibes. A continuación debe atravesar el
Cáucaso hasta llegar a tierra de las Amazonas, que le indicarán la ruta a seguir, que será
atravesando el estrecho del Bósforo hasta llegar a Asia. A continuación debe llegar a una llanura
llamada Cístene, donde viven las Greas y cerca de ellas sus hermanas, las Gorgonas. Debe
prevenirse contra los grifos y contra los arimaspos. Luego debe proseguir hasta la primera
catarata del río Nilo y la corriente de este río la guiará hasta un territorio donde ella y sus
descendientes fundarán una colonia (Náucratis). Allí, en el delta del Nilo, Ío será devuelta a su
forma de mujer y Zeus engendrará en ella descendencia. Cinco generaciones más tarde,
cincuenta doncellas (las danaides) regresarán a Argos y matarán a sus esposos excepto a uno de
ellos. Entre la descendencia de la doncella que no mató a su esposo se encontrará un varón
famoso por su arco (Heracles) que será el que libere por fin a Prometeo.

Profecía sobre el destronamiento de Zeus

Óleo en lienzo de Rubens: El Prometeo capturado (De gevonden Prometheus, 1611 -


1612). Museo de Arte de Filadelfia.
Prometeo predice también que Zeus será destronado mediante un emparejamiento del
que no puede dar más datos pero que producirá un hijo más fuerte que su padre. Solo podría
librarse de este destino si un descendiente de Zeus lo libera de sus cadenas.

En ese momento aparece Hermes, a quien Zeus ha enviado para instar a Prometeo a que
revele con claridad la profecía. Prometeo se niega e indica a Hermes que prefiere ser
desgraciado a ser un siervo de Zeus como es él. Pero Hermes le amenaza con que si se niega a
hablar primero Zeus provocará una tempestad que hará que la cumbre de la montaña bajo la que
está caiga encima de él y más tarde un buitre acudirá todos los días a devorar su hígado.
Prometeo dice que no piensa ceder y que todo eso que le anuncia ya lo sabía.

La tempestad anunciada por Zeus ya estaba dando inicios

Prometheia

Varios textos afirman que la primera parte de esta obra formó en realidad parte de una
trilogía atribuida a Esquilo: La Prometheia, compuesta por dos otras obras cuya línea
argumental sucedería tras los acontecimientos ocurridos en Prometeo Encadenado. Estas dos
obras reciben el nombre de Prometeo Liberado y Prometeo Portador del Fuego. solo una serie
de fragmentos se han podido conservar de ambas obras, y en cierto modo, nos revelan lo
sucedido en los dos componentes de esta supuesta trilogía. Sin embargo, a día de hoy la
existencia de esta serie sigue siendo objeto de debate y es por tanto, incierta, ya que no hay
pruebas suficientes para demostrar que realmente existió. Sin embargo, muchos expertos
argumentan que, al igual que la trilogía de la Oresteia, Prometeo Encadenado formaría la
primera parte de tres obras dedicadas por Esquilo al Titán.

Prometeo Liberado
Aunque solo once fragmentos han sobrevivido de este posible texto teatral, se atribuye a
una continuación de la única obra conservada y es posible deducir la trama: Traducida al Latín
por el orador Cicerón, la obra comenzaría con una reunión entre Prometeo y un coro de Titanes,
supuestamente liberados por Zeus del Tártaro, tras haber pedido clemencia el Titán de Fuego.
En la obra, Prometeo se lamenta de sus penas al resto de los Titanes y cuenta cómo Heracles lo
liberó del Cáucaso tras haberlo ayudado, dándole indicaciones de cómo llegar al Jardín de las
Hespérides en uno de sus Doce Trabajos, según Estrabón.

Prometeo Portador del Fuego


Curiosamente, solo se conserva un mero fragmento de esta obra en las Noctes Atticae
del escritor romano Aulo Gelio. La frase en cuestión sería: En silencio, donde hay necesidad; Y
hablando al punto En la obra, Prometeo afirma que lleva encadenado durante más de treinta mil
años. También es posible que en la obra se hiciera referencia al secreto que Prometeo conocía y
Zeus temía: El hecho de que si Tetis mantenía relaciones con Zeus, el fruto de dicha
consumación sería un varón que destronaría al Cronida. Por ello, Tetis se casa al final con el
mortal Peleo, teniendo al héroe Aquiles.
“ANTÍGONA” DE SÓFOCLES.
Antígona es una tragedia de Sófocles basada en el mito homónimo de la Antigua
Grecia.
La trama gira en torno a Antígona, quien desafía la ley para rendir la muerte de su
hermano Polinices, considerado traidor de la patria.
El tema principal de esta tragedia es la contraposición entre el orden cívico y el divino.
Sin embargo, plantea otros dilemas que actualmente conservan vigencia y están sujetos a
debate: la libertad, los derechos del individuo frente a la obediencia de las leyes del Estado,
también dibuja el papel de la mujer en la sociedad.
La obra ocupa un lugar muy importante en la dramaturgia universal. Esta tragedia se
escribió hace más de 2000 años en Grecia, la cuna de la democracia, y su primera
representación data del año 441 a. C. A día de hoy, se sigue considerando como una de las obras
más relevantes de su autor.
Veamos, a continuación, cómo se manifiestan a través de un resumen y análisis de la
obra.
Resumen
Antígona se lamenta junto a su hermana Ismene por las pérdidas de sus hermanos
Polinices y Eteocles, los cuales murieron en una batalla entre ambos por el trono de Tebas.
Creonte, el nuevo rey de Tebas y tío de Antígona, ha ordenado que no se le dé sepultura
a Polinices. De esta forma, su espíritu vagará por la tierra.
Ante esta situación, la protagonista pretende salvaguardar el deber familiar frente al
deber de Estado y, a pesar de las recomendaciones de Ismene, decide rendirle culto a su
hermano y darle sepultura.
Pronto, lo sucedido llega a los oídos del rey. Este decide mandar a capturar al culpable
del hecho, quien pagará por desafiar las leyes del Estado.
Más adelante, la protagonista es capturada cuando intenta enterrar de nuevo el cuerpo
de su hermano. Ante el rey, Antígona confiesa el “delito” y trata de salvar a Ismene, acusada de
cómplice.
Hemón, hijo de Creonte y prometido de Antígona, intenta por todos los medios el
perdón de su padre. Sin embargo, el rey resuelve enterrar a Antígona viva con suficiente agua y
comida para no ser culpable de su muerte.
Tiresias advierte al rey que el cadáver de Polinices ha de ser enterrado, ya que los perros
lo están devorando y esto simboliza el malestar de los dioses. También le dice que debe liberar a
Antígona. Creonte lo acusa de engaño y el vidente se enfada y le advierte de la futura pérdida de
su hijo.
Un mensajero entra en palacio para informar de la muerte de Antígona, cuyo cuerpo
colgaba del velo de su boda. También notifica la muerte de Hegón a su madre, el cual perdió la
vida al intentar apuñalar a su padre tras la muerte de su amada.
Finalmente, el rey regresa al palacio cargando con el cuerpo de su hijo. Allí descubre
que su esposa también se ha quitado la vida y se lamenta y se culpa a sí mismo por los hechos.
Análisis
Conflicto entre leyes humanas y divinas
Una de las grandes dicotomías de esta obra de Sófocles se da por el enfrentamiento
entre moralidad y divinidad. Cada uno de estos aspectos está representado por dos personajes
esenciales en la obra:
Antígona, como símbolo y defensora de las leyes divinas, cuyos actos se mueven por el
respeto a los dioses y el amor a la familia.
Creonte, como hombre de Estado que siente la obligación política y el orden de la
ciudad están por encima de todo.
Pero, ¿qué pesa más: el respeto a la ley creada por los hombres o a las normas dictadas
por los dioses?
Una de las grandes dicotomías de esta obra de Sófocles se da por el enfrentamiento
entre moralidad y divinidad. Cada uno de estos aspectos está representado por dos personajes
esenciales en la obra:
Antígona, como símbolo y defensora de las leyes divinas, cuyos actos se mueven por el
respeto a los dioses y el amor a la familia.
Creonte, como hombre de Estado que siente la obligación política y el orden de la
ciudad están por encima de todo.
Pero, ¿qué pesa más: el respeto a la ley creada por los hombres o a las normas dictadas
por los dioses?
El conflicto entre Antígona y Creonte es el más importante de la obra. Antígona
defiende estas leyes que, aunque no están escritas, se mantienen vigentes desde tiempos
remotos. Para ella, honrar a los dioses debe estar por encima de todo, el camino del amor es el
que las deidades desean. Sin embargo, elegir la ley del Estado es seguir los deseos de la
humanidad.
Antígona prefiere morir habiendo sepultado a su hermano porque, a sus ojos, este es el
camino del amor, el que desean los dioses de “abajo”. Pero, ¿qué suponía no enterrar a los
muertos en el contexto en que se enmarca la obra? ¿Por qué este hecho es tan importante para la
protagonista?
Los griegos creían que si un cuerpo sin vida no recibía sepultura junto a otros ritos
funerarios, su alma vagaba por la tierra sin rumbo y no conseguía llegar al reino de Hades, en el
inframundo. Para Antígona es más doloroso que el cadáver de su hermano quede insepulto que
su propia muerte. Cree que, en el mundo de los difuntos, su acción finalmente será elogiada.
Para Creonte, en cambio, el derecho es primordial. Polinices ha traicionado a su pueblo
y no merece sepultura. Antígona se ha saltado la prohibición.
De alguna manera, quiere asegurar el cumplimiento de la ley para conseguir la paz de
Tebas después de un periodo de guerra. Para este personaje, la justicia y la patria están por
encima del amor, en este caso fraternal, también el de su propia familia. Si él no cumple con lo
que dictan las leyes por defender a su familia, posiblemente no obtenga el “respeto” de su
pueblo.
La dimensión política en Antígona: autocracia y democracia
Es evidente que Antígona también supone una oportunidad para reflexionar acerca del
poder político.
En el contexto en que se escribe la obra, la democracia se está consolidando en Grecia.
En ciudades como Atenas los dirigentes eran elegidos por hombres libres, lo que excluía a
mujeres y esclavos, y participan en las decisiones que toman sus gobernantes.
Es posible que la actitud de Creonte en Antígona tenga la misión de advertir sobre el
abuso de poder en la democracia. Con ello, cabe preguntarse: ¿está hablando ya Sófocles en esta
obra de tiranía en pleno “auge” democrático en Grecia? ¿Está advirtiendo de alguna forma de
los límites entre autocracia y democracia?
En Antígona no existe una democracia, el poder es heredado de padres a hijos y el
pueblo no tiene derecho a entrometerse en los asuntos que se suponen de Estado. Vemos que el
personaje de Creonte, especialmente en la escena que debate con su hijo sobre darle o no muerte
a la amada de este, es una persona soberbia que poco o nada le importa el pueblo al que
representa. Queda claro en algunos diálogos:
Pero, ¿es que me van a decir los ciudadanos lo que he de mandar?
¿He de gobernar esta tierra según otros o según mi parecer?
La ciudad, pues, ¿no ha de ser de quien la manda?
Antígona como mujer y heroína griega
Esta obra no solo hace evidente el conflicto entre la ley de los dioses y la ley civil.
También se constata el estatus de la mujer en la sociedad griega de la época. La mujer estaba
totalmente al margen de los asuntos políticos, pues no eran consideradas como ciudadanas.
Podemos diferenciar en la obra dos “tipos” de mujer. Uno representado por Ismene y el
otro por Antígona.
Ismene es el prototipo de mujer de la época. Ella afirma, ante la propuesta de su
hermana de honrar el cuerpo de su hermano, que “son dos mujeres, incapaces de luchar contra
hombres” y que “deben obedecer órdenes” y no “transgredir el poder de los que mandan”, con
ello demuestra que no quiere desafiar a las leyes.
La segunda, Antígona, se arma de valentía para defender los valores humanos y las
leyes de los dioses, aunque para ello tenga que enfrentarse a su propia muerte. Así, la
protagonista no solo es una mujer valiente al vulnerar su “rol social” sino que es la única
“ciudadana” capaz de enfrentarse al poder y poner en evidencia la tiranía de Creonte.
Con una visión más actual de la obra, vemos como Sófocles elige a una figura femenina
como heroína, este hecho pudo ser insólito en la época en que los hombres son los grandes
héroes trágicos.
Es, en este caso, Antígona la figura que desobedece y es capaz de contraponer el deber
divino y el de la ley.
Desenlace: la fuerza del destino
Como toda tragedia, esta obra de Sófocles conduce a sus personajes a un destino
desdichado. La preocupación por el destino y quién controla la voluntad del mismo están
presentes en Antígona.
El destino no está en manos del libre albedrío, es ineludible. No hay nada que el hombre
pueda controlar, la última decisión con respecto al mismo está en manos de los dioses. Esto
queda evidenciado con la sentencia de Corifeo en el desenlace: “Ahora no hagas plegarias. No
hay hombre que pueda eludir lo que el destino le ha fijado”.
En esta obra cada quien tiene su final y atiende a las consecuencias de infringir leyes
humanas o leyes divinas, las cuales no tienen por qué estar en sintonía.
Creonte desafía el deber religioso con su acción hacia Polinices y también castigando a
Antígona. Finalmente, los dioses le conducen a la pérdida de su hijo y su esposa. A pesar de
intentar cambiar sus malas acciones con el fin de no enfurecer a los dioses.
Antígona reta las leyes impuestas por los hombres y sufre las consecuencias de la
“justicia”. Tampoco puede evitar el destino trágico que acompaña a su familia, como ya se
anuncia en obras como Edipo Rey.
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Edipo Rey de Sófocles
¿Cuál es el significado de Antígona?
A día de hoy esta obra sofoclea sigue siendo estudiada y analizada, está sujeta a
diferentes lecturas. Pero, ¿qué interpretación puede darse a Antígona?
La realidad es que existen diversas formas de hallar una explicación para esta tragedia.
Cabe destacar interpretaciones desde el punto de vista religioso, político o familiar.
Religioso
¿Qué quiso manifestar Sófocles con la postura de Antígona en defensa de las leyes
divinas frente a las leyes de los hombres? Está poniendo de manifiesto, con la llegada de la
democracia, un debate entre las creencias tradicionales del pueblo y el poder?
En la Antigüedad tenían más peso las leyes divinas que las humanas a la hora de tomar
decisiones. Puede que, con la llegada de la democracia, estas dos posturas entraran en conflicto
y Sófocles esté planteando con Antígona si es posible que ambas leyes, divinas y humanas,
convivan en armonía.
Político
Antígona, en realidad, esconde un dilema sobre el ejercicio de poder de Creonte. En
teoría, este personaje intenta gobernar para alcanzar la paz que hace falta en Tebas tras un
periodo bélico. Sin embargo, su decisión de aplicar las leyes a toda costa plantea una gran
controversia en relación con cómo ejerce su mandato.
En este caso, el rey no respeta los derechos ni las libertades individuales de los cuidanos
y, con sus decisiones, no solo abre el debate político sobre si el Estado tiene o no derecho a
traspasar dichas libertades para al alcanzar el “bien común” sino que también desencadena la
tragedia de Antígona y la suya propia.
Familiar
¿Representa Antígona la lealtad a la familia? ¿Es una historia sobre la familia contra las
leyes del Estado? Para este personaje, la familia está por encima de todo. Para ella existe una ley
que está por encima del poder político, la ley que dictan los dioses, por ello se aventura a
sacrificar su propia vida para salvaguardar la integridad de su familia.
Personajes
Antígona: es la hija de Edipo. Hermana de Polinices, Eteocles e Ismene. Enfrenta a la
autoridad de su tío, Creonte, para darle sepulcro a su hermano.
Ismene: es la hija de Edipo. Es una muchacha obediente ante la ley, aunque esta pase
por encima de su deber familiar.
Creonte: hermano de Yocasta y rey de Tebas desde la muerte de sus sobrinos.
Eurídice: esposa de Creonte y madre de Hemón.
Hemón: es el hijo de Creonte y Eurídice. Está comprometido con Antígona y se quita la
vida al enterarse de que esta se ha suicidado.
Corifeo: es el representante del coro de ancianos nobles de Tebas.
Tiresias: es un anciano adivino y ciego que aconseja a Creonte y le advierte de sus
errores y de las posibles represalias.
Guardián: es el hombre que lleva a Antígona a declarar ante el rey.
Mensajero: es el encargado de anunciar la muerte de Antígona.
Mito de Antígona
La obra de Sófocles está basada en un mito perteneciente a la cultura de la Antigua
Grecia. Este mito se fundamenta en la tradición que tenían en la antigüedad de rendirle culto a
un cadáver para que pasara al mundo de los muertos, situado en el inframundo:
Antígona es hija de Edipo y Yocasta. De actitud piadosa, la joven se encarga de cuidar a
su padre cuando este queda ciego hasta el día de su muerte.
Después de la muerte de Edipo, Eteocles y Polinice tienen que turnarse el trono de
Tebas. Cuando uno de ellos incumple el pacto se baten a un duelo y ambos mueren. Creonte
obtiene el trono y ordena que el cuerpo de Polinices no reciba sepultura. Antígona se opone a su
tío e intenta enterrar a su hermano. Como castigo por infringir la ley, Creonte la condena a ser
enterrada viva.
La importancia al rito de los cuerpos difuntos era muy común en la literatura griega,
este acto es evidente también por ejemplo en la Ilíada con el cadáver de Héctor. Pero, ¿por qué
Sófocles adapta esta historia? ¿Por qué lo hace en su contexto?
Sófocles también estuvo implicado en la política ateniense, ¿acaso adaptó este mito
popular para instrumentalizar el manejo del poder? Posiblemente, el autor esté juzgando el
ejercicio de poder con personajes como Creonte, quien podría estar representando el poder
político.

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