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las da ·es dominantes que ocultan el yugo impuesto
d<. la sociedad.
Podría pensarse en este momento que nadie define el objt 10
la psicología. Nada más incorrecto. A lo largo de la historia 1
que faltar han sobrado las respuestas: "el alma", "el espíritu 1
mano", "la psique", "la actividad psíquica", "la conciencia'',
mundo interior", "la actividad nervios.a superior", "el mundo 11
del hombre", "la conducta", ''el comportamiento", "el incons
te", "la personalidad", "el hombre concreto" y hay más. Es e)
que si todos estos términos significan lo mismo no hay razón
justifique tener tantos y disputar tan ásperamente en favor d
u otro y si los significados son distintos, de ser la psicología 1
ciencia, deberán existir criterios que permitan escoger a u11<
ellos y rechazar a los demás como ideológicos. O puede p<'11
-y, de hecho, es la posición de muchos- que es ocioso di'.'lc
alrededor de las palabras pues "todo el mundo" y "má · o
nos" sabe de qué trata la psicología. ¿Ocioso? Veamos. Su
que .al definir el objeto e.le una disciplina (ésta u otra cualq111
se define _al mismo tiempo y de un solo golpe qué se hahr.
estudiar y también córno se abordará ese objeto. Si escogemo.
onciencia", por ejemplo, el método de investigación no poch.
otro que una reflexión que parta de los contenidos de nw
propia conciencia y de la ajena. Si arrane.amos desde "la
ducta" y somos consecuentes, abominaremos de toda alusión .,
ontenidos de la conciencia y nos dedicaremos a observar y e 1
rimentar con los aspectos observables del comportamiento a11ii
y humano. Importa entonces definir el objeto porque en Juw
d él se resolverá el método de trabajo y se definirán, en rn1
rn ·ncia, los resultados que se obtendrán, las aplicaciones tt'·c 111
qu · se harán posibles y los contenidos que habrá de tenc1
¿cierH ia o ideología?
D ·h mos ahora multiplicar los ejemplos para ver más detall
m ·nt qué entienden los psicólogos por psicología buscando
rnnt rar líneas comunes que nos permitan orientarnos en los Lil
1 in tos d< la psicología académica. Para ello nos proponemos ,
n 'l' ·I mundo e interrogar a los autores representativos ele
país sobre Ja materia objeto <le sus desvelos.
Si e 0111ennmos por el Este tenemos en primer término a . ·
Ruhinstein (La psicología, principios, método, desarrollo, 1\10111
d o, Pu ·blos Unidos, I 963.) Para este autor ruso "la psicolog ,1
la <i 1H ia q11 · investiga las leyes de la actividad psíquica, acti icl
qu ' t icn · ~u a-;iento en e] cerebro del hombre" (p. 37). Pcr o
"act i idad psíquica" no es definida. Podría entonces qucda1
• >llf'. ENTIENDEN LOS PSICÓLOGOS POR PSICOLOGÍA? 23
ll'linición como tautológica: "la psicología investiga ... la actividad
I' lquica" con el agregado de indicar donde está el asiento ("el
•,, cbro") pero sin aclarar qué es lo que allí asienta. Reducir la
1, 1inición de Rubinstein a una tautología sería injusto con este
1111or pues, si bien no define, desde la primera página del libro
,1;í repitiendo "los fenómenos psíquicos - la conciencia" (pp. 11,
1 ', 30, etc.) y, sin señalarlo explícitamente, trata a ambos térmi-
1111, como sinónimos entre los que no establece diferencia alguna.
1 1111 referencia al otro objeto que actualmente los psicólogos aca-
1, micos adjudican a la psicología, la conducta, Rubinstein no
, 1,·11c dudas: "La conciencia condiciona la conducta, la actividad
1, las personas que, a su vez, modifica la naturaleza y transforma
1, ,ociedad" (p. 30). En síntesis, para la psicología académica
11vit:tica lo psíquico es la conciencia, ella asienta en el cerebro y
, ,11 ,diciona al comportamiento.
1:omo autor representativo de la psicología alemana señalare-
'""' a Werner Wolff pese a que su Introducción a la psicología
\l{•xico, F.C.E., 1963) haya sido editada primeramente en los Es-
' ,dos Unidos. En el primer párrafo de su libro escribe: "La psico-
•gfa trata de la conducta del hombre, ele sus experiencias ínti-
111 1, y de las relaciones entre ambas. También se ocupa de los
,, ~:,1 nos que ejercen influencia sobre la experiencia y el compor-
11111iento y de las conexiones de éstas con el ambiente" (p. 7). A
11• autor debe agradecérsele la cautela de la frase " .. .la psico-
l11gla pretende ser una ciencia" que lo distingue del apresuramiento
11 la mayoría que no titubea en decir "La psicología es la cien-
11 de ... ". Para Wolff hay dos realidades indudables: la conducta
1.,s experiencias íntimas (o conciencia). Entre ambas existen ór-
1110s y existen relaciones que ligan los órganos con sus funcio-
11, ·,. el comportamiento y la conciencia. La conducta, la concien-
, 1 y los órganos del sistema nervioso constituyen para él el tema
1, la psicología. Si se compara a este autor alemán que edita sus
11111 ;1~ en los Estados U nidos con el autor soviético recién men-
11111ado, puede verse que, en cuanto al objeto de la psicología,
1111 postulan diferencias apreciables.
l•.11 Francia podemos citar a Paul Guillaume. Su difundido Ma-
11111l de psicología (Buenos Aires, Paidós, 1963) comienza con un
¡1.111 afo titulado "Objeto de la psicología" y se sostiene que es "el
1111111do moral" (p. 17). La lectura de las 350 páginas . siguientes
1111 permite avanzar más allá en la idea sobre el objeto de la psi-
, ,ilogía. Lamentablemente, ese "mundo moral" no es definido ni
. 1111< cptualizado en ningún momento por el autor.
l .os psicólogos franceses podrían considerarse burlados si se limi-
24 EL OBJETO DE LA PSICOLOG{A
u
;(lllf.: ENTIENDEN LOS PSICÓLOGOS I'OR PSICOLOGÍA? .11
• Bleger. J., Psicología de la conducta, Buenos Aires, Eudeba, 1963, pp. 27-8.
'º Volveremos sobre la psicología conductista en el cap. ll.
¿QUÉ ENTIENDEN LO~ PSICÓLOGOS POR PSICOLOGÍA? 43
ducen esos efectos: la conciencia y la conducta. Como lo planteaba
Bachelard: procesar una ruptura epistemológica que permita pasar
del "saber" emanado de la intuición o de los sentidos <(conoci-
miento de apariencias) al conocimiento racional y objetivo (cien-
1ífico).
Ahora bien, si la psicología se ocupa de la conciencia y la con-
ducta, no es una disciplina científica. La psicología es, epistemoló-
gicamente, una ideología. La conciencia y la conducta constituyen
l'I campo de lo apariencia! e ideológico que deberá ser trabajado,
wltivado, por el pensamiento científico. Para roturar este campo
debían producirse los conceptos que pudiesen servir como instru-
mentos teóricos, capaces de transformar a las representaciones ideo-
lógicas del movimiento aparente de la conciencia y la conducta
l'll el conocimiento del movimiento real que las ha producido. Esta
<'S la tarea que, enfrentando innumerables y complejas dificulta-
des, debe emprender la teoría psicoanalítica.
El proceso del conocimiento en este terreno puede ser esclare-
< ido si se explicita y si se ejemplifica la diferencia entre la práctica
ideológica y la practica científica. ¿Cómo se puede llegar a saber
'V a explicar en psicología'! La gente piensa y actúa; nosotros que-
remos llegar a saber sobre eso. Lo primero que surge ante nosotros
l'S un conglomerado de representaciones sobre los pensamientos y
las conductas propias y ajenas. Esas representaciones derivan de la
, calidad pero ya no son esa realidad misma; hay ya una cierta
< ategorización de esa realidad, por lo tanto, un comienzo de ela-
boración teórica. El niño toma el biberón: nosotros lo vemos con
nuestros ojos y nos hacemos una idea, una representación de su
iomportamiento. Esta representación no es el comportamiento
mismb del chico, pero tampoco es todavía el conocimiento de lo
que el chico hace. Es un reconocimiento sensorial de la actividad
,ilimenticia del niño. Se trata de la materia prima con la que
habremos de trabajar en la práctica que definimos como ideoló-
gica. Para elaborar estas representaciones tenemos necesidad de ins-
trumentos que son, a su vez, el resultado de un trabajo previo.
Entre esos instrumentos figura el método experimental, capaz de
<onducirnos a observaciones sistemáticas en función de un análisis
ele las variaciones espontáneas y artificiales provocadas en nuestro
objeto de observación. ¿Cómo toma su biberón el niño después de
dos, cuatro o seis horas de ayuno? ¿Cómo lo toma si se lo da su ma-
dre o si se lo da un desconocido? Etcétera. Así alcanzamos una
mayor cantidad y una organización de nuestras apreciaciones y re-
presentaciones y estamos en condiciones de clasificar las conductas
infantiles de succión en función de ciertas variables. Además de la
44 EL OBJETO DE LA PSICOLOGfA
Nociones y <lemás
productos <le la
práctica ideológi-
Representaciones MATERIA PRIMA
ca, transformados
en abstracciones
simples.
Observación rigu-
rosa, elaboración Sistema de con-
de hipótesis, expe- ceptos resultantes
rimentación , cuan- INSTRUMENTOS
de una previa
tificación, aplica- ruptura.
ción de la lógica,
deducción, etc.
Efecto de conoci-
Conjuntos de no- miento (da cuen-
cienes intervincu- del modo de pro-
PRODUCTOS
ladas, leyes y mo- ducción de las
delos. representaciones
iniciales) .