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EL LIBRO DE ORO

DE
MORTADELO Y FILEMÓN
(Volumen 2)
Quiero transmitir mis agradecimientos:
A todos los miembros del foro de la T.I.A. que de una u otra forma han aportado
su granito de arena y me han motivado a la hora de escribir este libro.

A todos los colaboradores que, desinteresadamente, han realizado los


capítulos que integran este segundo volumen del libro.

A mi familia, y especialmente, a mi padre.

Original de Jordi David Redó – Imagen cedida por “Miski”

EL LIBRO DE ORO DE MORTADELO Y FILEMÓN

Primera edición: Diciembre 2018

Textos y maquetación: Alfredo Sánchez


Revisión de textos: Carlos De Gregorio
Diseño de portada: Antonio Ramírez (agradecimientos a Ángel Pablo Sánchez y a MacAndrew por sus aportes).
Diseño de portadilla: Juan Manuel Muñoz.

Todas las imágenes son copyright © de sus respectivos propietarios y su reproducción se acoge al art. 32 del R. D.
Legislativo 1/1996 de 12 de abril (BOE núm. 97, de 22 de abril) con las modificaciones dadas al mismo por las Leyes 5/1998
de 6 de marzo (BOE núm. 57, de 7 de marzo) y 1/2000 de 7 de enero (BOE núm. 7, de 8 de enero), cuyo texto dice: “Es
lícita la inclusión en una obra propia de fragmentos de otras ajenas de naturaleza escrita, sonora o audiovisual, así como la de
obras aisladas de carácter plástico, fotográfico, figurativo o análogo, siempre que se trate de obras ya divulgadas y su
inclusión se realice a título de cita o para su análisis, comentario o juicio crítico. Tal utilización sólo podrá realizarse con
fines docentes o de investigación, en la medida justificada por el fin de esa incorporación e indicando la fuente y el nombre
del autor de la obra utilizada”.

Los contenidos de este libro se encuentran disponibles para su lectura en la hemeroteca de la página no oficial de Mortadelo
y Filemón: www.mortadelo-filemon.es / www.mortadelo-filemon.com
“Hay ocasiones en las que llego a odiar a los personajes
y luego me reconcilio, mantengo una relación amor-odio.
Hay momentos en los que los quemaría todos”.

Francisco Ibáñez
SUMARIO

Prólogo……………………………………………………………5
Capítulo 1 – Los protagonistas……………………………………...7
Capítulo 2 – El lenguaje en la obra de Ibáñez……………………..13
Capítulo 3 – El gag en las historietas de Mortadelo y Filemón…...23
Capítulo 4 – Testigos de una época……………………………….59
Capítulo 5 – La parodia política en Mortadelo y Filemón……….79
Capítulo 6 – Las portadas…………………………………………95
Capítulo 7 – Proceso de creación de una historieta…………….105
Capítulo 8 – Los gags marginales de “Los Ángeles 84”……….129
Capítulo 9 – El “Mortadelo de oro”…………………………….135
Capítulo 10 – Páginas corales y cameos de los personajes……...139
Capítulo 11 – La història més maca jamás contada……………..151
Capitulo 12 – Las revistas “Mortadelo” (1970-1996)…………...171
Capítulo 13 – La revista “Yo y Yo” (1986)……………………..183
Capítulo 14 – Mortadelo y Jan…………………………………187
Capítulo 15 – Secretos de Ibáñez que nunca nos contaron……..193
Capítulo 16 – La censura en Alemania………………………….203
Capítulo 17 – Mortadelo y Filemón en la red…………………..207
Capítulo 18 – Navidades en la T.I.A……………………………211
Capítulo 19 – El triángulo verde………………………………..219
Capítulo 20 – La capa oculta de “Valor y…¡al toro!”………...225
Capítulo 21 – Mortadeladas……………………………………..229
Capítulo 22 – Originales y otras rarezas………………………..233
Capítulo 23 – Historietas publicitarias………………………….243
Capítulo 24 – Lo que el viento se dejó…………………………293
Fuentes, textos, agradecimientos………………………………315
PRÓLOGO

“Nunca segundas partes fueron buenas”. propuesta: Hediondo, Hergest, Tausiet,


La popular frase ya se menciona en el Señor Ogro, Wayne Campbell, Raul1981,
cuarto capítulo de la segunda parte del Mac Latha, Miski, Mortalbaceteño,
Quijote. El bachiller Sansón Carrasco la Tonimn, Alaguair, Toni Guiral, Carlos
cita en una conversación que mantiene con Areces, Migsoto, Magín, Chespiro,
Sancho y Alonso Quijano. Su autor, JuanAntonio3686 y hasta el mismísimo
Cervantes, se hizo eco de un refrán que Mortadelón. Además, los dibujantes Juan
muy probablemente ya se venía utilizando Manuel Muñoz, Eva Richarte y Rubén
incluso antes del siglo de oro, pues existen “Mudito” nos deleitaron con un par de
ciertas referencias al mismo en El Conde ilustraciones muy divertidas creadas
Lucanor, escrito casi tres siglos antes. La expresamente para el libro.
frase sigue hoy en día tan fresca como
entonces, especialmente en el mundo del Este segundo volumen aborda numerosos
séptimo arte, y nosotros aspiramos a temas que no pudieron ser tratados en el
romper con la tradicional “maldición” en primer libro, o bien se abordaron de forma
esta segunda parte de “El libro de oro de muy superficial: estudios de las portadas,
Mortadelo y Filemón”. del lenguaje y del gag en la obra de Ibáñez,
del proceso de elaboración de una
Al escribir la primera parte del libro, historieta, análisis de los personajes como
cuyos contenidos surgieron en realidad a parodia política y como reflejo del
partir de diversas entradas de “La página pasado... Pero también se estudian otros
NO oficial de Mortadelo y Filemón”, no temas no menos interesantes: los gags
imaginé que me sería imposible incluirlas marginales, las revistas más importantes
todas en un único volumen de trescientas publicadas durante la época dorada de los
páginas, así que la idea de escribir una personajes, originales y rarezas
segunda parte fue casi una necesidad: desconocidas por el gran público, el
había que recuperar mucho material que se legendario “Mortadelo de oro”, las webs y
había quedado en el tintero y que blogs relacionados con Mortadelo y
consideraba interesante. ¿Pero de qué Filemón, “spin-offs” o cameos que los
hablar en las doscientas páginas restantes? agentes han tenido con otros personajes de
Pensé entonces en la posibilidad de Bruguera, el nacimiento de la revista “Yo y
completarlas con textos de otros Yo” tras el cierre de la editorial del gato
estudiosos de la obra de Ibáñez. ¿Por qué negro, páginas publicitarias y
no plantearles la posibilidad de explayarse promocionales que no pudimos incluir en
a lo largo de todo un capítulo sobre un el primer libro y un sinfín de curiosidades
determinado tema relacionado con los más que no cabrían en este escueto
personajes? Me sentía, además, en deuda prólogo. Confío en que esta segunda parte
con quienes me habían enseñado gran supere con creces a la primera. Rodeado de
parte de todo lo que sabía sobre la serie tanto talento no será complicado.
más famosa de Ibáñez y no deseaba limitar
todo ese conocimiento a una mera cita o
referencia a los libros, webs o blogs que
había consultado a lo largo de esta última
década. Así que fui contactando con todos Alfredo Sánchez Esteban
ellos y, por suerte, todos aceptaron mi Valencia, agosto de 2018

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CAPÍTULO 1

EL ELENCO PRINCIPAL
(Por Antoni Guiral)
Mortadelo Pi
Seamos sinceros: no creo que la serie Mortadelo y Filemón hubiera llegado a
donde ha llegado sin Mortadelo. Por supuesto, es uno de los dos protagonistas, el
primero en el título (así fue para redondear el ripio del título original de la serie,
Mortadelo y Filemón, agencia de información), pero sin los rasgos y personalidad
de los que le dotó Ibáñez, difícilmente la serie habría llegado a sus altas cotas de
popularidad.

De entrada, Mortadelo parece un personaje más, incluso algo vetusto: espigado, de


nariz prominente y gafas de larga varilla, sin un pelo ni de tonto ni de listo en su
cabeza, y vistiendo siempre de negro con su peculiar, y absolutamente desfasada,
levita. Su personalidad tampoco es nada del otro mundo: más bien ingenuo, aunque
con un punto de sagacidad a pesar de su torpeza, y dado a provocar el caos de la
forma más insólita (y con pelín de mala leche, todo hay que decirlo). Por tanto,
¿dónde está el secreto de Mortadelo? Quizá precisamente en esa facilidad que tiene
para generar la anarquía pero, sobre todo, en sus disfraces. No es su hábito
transformista el leitmotiv de las historietas de la serie, pero sin esa costumbre la
serie no sería la misma. Y ya no es solo que sea capaz de disfrazarse en décimas de
segundo (ideal para una historieta de humor, imaginaos que tardase quince minutos
en hacerlo), sino que sus disfraces guardan una relación muy estrecha o bien con su
estado de ánimo, o bien con la situación en la que se encuentra. O sea, que sus
disfraces son el McGuffin de las aventuras de Mortadelo y Filemón, pero un
McGuffin indispensable, que le aporta una buena parte de su encanto.

Aunque el “jefe” sea Filemón (así le llama Mortadelo desde la primera historieta
hasta la última), la realidad es que su relación, desde que son agentes de la T.I.A., es
de tú a tú. Una relación perfecta para un dúo cómico. Mortadelo es el que suele
burlarse del jefe con a veces acerados comentarios o bromas, y aunque se suponga
que Filemón es el “listo”, el equilibrado, la realidad es que los casos suelen
solventarse (cuando lo hacen) gracias a la sagacidad de Mortadelo.

Biografía de Mortadelo

Sabemos que la familia de Mortadelo procede de Borricón de


Arriba (“Su vida privada”), pero si nos atenemos a la historieta
“La verdadera historia de Mortadelo y Filemón”, veremos que en
realidad nace en una ciudad, no en un pueblo. Quizá sea fruto de
la emigración de sus padres. Tampoco queda muy claro dónde
podemos situar a Borricón de Arriba, aunque en una de las
historietas apócrifas de la serie (“Día fatal”, 1974), el propio
Mortadelo se autodefina como vallisoletano.

Si nos atenemos a la citada historieta de Ibáñez aparecida en el


“Almanaque para 1970” de “Gran Pulgarcito”, el nombre de
Mortadelo procede del hecho de que como era muy “larguito”
parecía una mortadela, y a uno de sus progenitores se le ocurrió
llamarlo Mortadelo. Ya de bebé llamaba la atención del
vecindario con sus aullidos nocturnos, por lo que sus padres
decidieron amordazarlo (solo le quitaban la mordaza para
comer). Cuenta esa misma historieta que su afición a los
disfraces procede de su más tierna niñez, y lo cierto es que, por
los disfraces que utilizaba, parece claro que el niño era muy
consciente de las sensaciones que despertaba (siempre
aterradoras para sus víctimas). La familia de Mortadelo se vio
obligada a emigrar a causa de su “fama” y, con el tiempo, se
convirtió en un adolescente larguirucho y delgado, y empezó a
dar muestras de una miopía galopante (lo que le costó unos
cuantos disgustos hasta que alguien tuvo la brillante idea de
ponerle unas gafas graduadas). Mortadelo, por cierto, no era
calvo. Al contrario, disfrutaba de una espectacular mata de pelo
negro. En su primer empleo como ayudante del doctor Bacterio
(en efecto, el mismo que viste y calza), este le propone darle una
fricción de un invento suyo dedicado a evitar la caída del
cabello. El resultado… no solo que se quedó calvo, sino que
nunca jamás volvió a crecerle un pelo en su cabeza.

8
Cuando se independiza vive el nº 7 de la calle del Higo Seco,
pero con el tiempo trasladará todos sus bártulos a la pensión
“El Calvario”, que comparte con Filemón (la pensión, que no
la habitación). No salió ganando con el cambio, sobre todo
teniendo en cuenta la insultante indiferencia hacia sus clientes
que muestra la patrona de la pensión, que les castiga con una
falta de limpieza infecta y unas comidas vomitivas. Además, la
pensión tiene vistas… al cementerio.

Como todo hijo de vecino, Mortadelo tiene sus aficiones. Por


ejemplo, el billar, la filatelia, la escultura, el coleccionismo de
maquetas de cohetes e incluso los ventiladores. Otro de sus
hobbies no es tan sano: le encanta empinar el codo.

A nivel sentimental, se le conocen tres novias: Conchi, la


“peloescoba”, Ermengarda, rellenita, y Eloisa, mujer barbuda
en un circo ambulante. También ha tenido ciertas veleidades,
por ejemplo con la mismísima Sigrid en el libro “¡Bajo el
bramido del Trueno!” (2006).

Carrera profesional
Como ya hemos dicho, el primer trabajo de Mortadelo fue como
ayudante del doctor Bacterio (doctor le llamaban, no profesor).
No tardó en convertirse en detective privado, o algo parecido, en
esa “Agencia de Información” gestionada por un señor gordito y
calvo, según se cuenta en la historieta “La verdadera historia de
Mortadelo y Filemón”. El tipo buscaba un jefe (ganó Filemón) y
un ayudante (perdió Mortadelo). Durante esta etapa, Mortadelo
compaginó esa labor con otras, como las de panadero,
ascensorista, carpintero o incluso como conductor de tranvías.
Por otro lado, sabemos que tuvo que ganarse la vida en la calle en
algunas ocasiones, como cuando recaudaba dinero para un grupo
de músicos callejeros o cuando junto a su amigo Goliati realizaba
“La verdadera historia de Mortadelo y Filemón” (X/1969)
exhibiciones de fuerza callejeras.
En un momento dado, la “Agencia de Información” quiebra, y Mortadelo, junto a Filemón, echan al gerente y se
quedan con ella. Pero como apenas consiguen resolver un caso (de hecho, ninguno), les echan de su oficina por
impago; inasequibles al desaliento, adquieren un nuevo local… hasta que uno de los inventos de Mortadelo, un cohete
para viajar al espacio, fracasa y cae estruendosamente contra su agencia, dejándolos de nuevo en la calle. Revisando la
sección de ofertas de trabajo de la prensa se topan con una propuesta interesante: la T.I.A. (“Técnicos en Investigación
Aeroterráquea”) convoca un concurso-oposición para cubrir cincuenta plazas de agentes secretos, con un sueldo, dice,
bastante bueno. Curioso que una agencia secreta informe así de esas necesidades. El caso es que allí se presentan;
pasan, sin éxito, los exámenes teóricos y prácticos y, sorprendentemente, son aceptados como el primero (Filemón) y
el segundo (Mortadelo) de su promoción. Conviene aclarar que, en realidad, sólo se presentaron ellos dos a esa
convocatoria. Desde entonces, ahí siguen.

“Pulgarcito” n.º 1452 (2/III/1959) “La verdadera historia de Mortadelo y Filemón” (X/1969)

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Filemón Pi

No, no son hermanos. Resulta que, por casualidad, Filemón, como Mortadelo,
también se apellida Pi. Filemón es lo que se dice un tipo corriente: tiene una
estatura corriente y, de hecho, parece un hombre corriente, a excepción de esos
dos solitarios y prolongados pelos que adornan su calvicie. Con el tiempo, fue
perdiendo fibras: me refiero a que abandonó su sombrero y su chaqueta y se
quedó en mangas de camisa y, eso sí, con su pajarita. Se supone que es un tipo
equilibrado, serio e incluso astuto, pero los hechos demuestran que no posee
ninguna de esas habilidades. En realidad, es quien suele recibir todo tipo de
porrazos y ser víctima de los accidentes más tontos, y desde luego no se
distingue por ser quien descubra la forma de solventar sus misiones.

Datos biográficos

Se cuenta que nació y creció en el barrio de K’Al Cuta, un


lugar más que modesto de localización geográfica desconocida.
Sus padres intentaron que estudiara música, por lo que le
pusieron a un instructor… pero al niño no le gustaban ni la
música ni el instructor. En el colegio evidenció que lo suyo no
era estudiar (recibía siempre grandes calabazas) pero, con el
tiempo, se sintió muy orgulloso del certificado que tenía colgado
en la pared de su casa (el de la Jefatura de Sanidad certificando
que había sido vacunado de la viruela).

Pasó con más pena que gloria por el servicio


militar (básicamente, pelando patatas) hasta
que leyó un anuncio en la prensa en el que
una “Agencia de Información” pedía un jefe y
un ayudante; ahí fue donde se dio de bruces
con Mortadelo, y ganó la plaza de jefe
(gracias a su cachiporra).

El resto, compartido también con Mortadelo,


ya lo conocen.

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Superintendente Vicente Ruinez

Aparece por vez primera en “El sulfato atómico” (1969), donde ya es el jefe directo de
Mortadelo y Filemón y, de hecho, de todos los agentes de la T.I.A. Es un hombre
iracundo al que no le gustan las bromas, y que tiene muy claro quién es el jefe. Aunque
sepa que Mortadelo y Filemón no son sus mejores agentes, no tiene más remedio que
recurrir a ellos en demasiadas ocasiones.

Acostumbrado a sufrir grandes desgracias y a reponerse de inmediato (no hay más


remedio), es un gran coleccionista de sellos de correos, de canicas malayas y de vinos
con cuerpo (de eso saben algo Mortadelo y Filemón). Suele quedar fatal con el director
general de la T.I.A., gracias sobre todo a dos de sus agentes… ¿adivináis? De hecho, en
más de una ocasión ha sido rebajado a la categoría de botones de la mismísima T.I.A.

Datos Biográficos

Es hijo de Primitivo Ruinez y de la directora de un asilo de ancianas. Está casado con Felisa y tiene un hijo y, de
hecho, es un hombre familiar: se le conocen tías como Edugivis, Enriqueta o Hermengarda, el tío Lucas, su cuñada
Getrudis, su cuñado Alfonso, un primo librero y a su abuela. Parece que, incluso, tiene varias hermanas (una de ellas,
por lo visto, internada en un manicomio). Su apellido se menciona en la historieta “De los ochenta p’arriba”.

Profesor Saturnino Bacterio


Científico y biólogo (no sabemos si doctorado o no y si hizo su correspondiente
tesis) que trabaja para la T.I.A. Calvo y barbudo (no parece haber descubierto
ninguna loción crecepelo, más bien al contrario), es algo, digamos, despistado,
bonachón e inocentón, aunque firmemente convencido de que sus inventos sirven
para algo (la realidad demuestra que sí, pero para todo lo contrario para lo que fueron
ideados).

Y es que el oficio de Bacterio en la T.I.A. es, básicamente, concebir inventos que


sean útiles para las misiones de sus agentes secretos. Y aquí está el problema. Su
cerebro es prolífico y no para de inventar de todo, pero en ocasiones le roban sus
invenciones y en otras (algo peor), han de ser probadas por alguien (siempre por
Mortadelo y Filemón) para demostrar su viabilidad. Y esa viabilidad suele ser
inviable, cuando no contradictoria con respecto al espíritu con el que fue concebida.
Alérgico a todo tipo de vegetación, en una ocasión se destapó su “lado oscuro” (“El
otro “yo” del profesor Bacterio”, 1973), convirtiéndose en un auténtico gamberro que
provoca el caos a diestro y siniestro. Como en el caso del Superintendente Vicente, su
primera aparición tuvo lugar en “El sulfato atómico” (1969). Recientemente hemos
conocido a su mujer, la “Bacteria” en la historieta “¡Miseria, la Bacteria!”.

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Ofelia Michelínez
Nacida en el libro “Los gamberros” como secretaria particular del Súper. Es, sí, una
mujer grande, oronda, de pelo rubio rizado, muy coqueta, que, lamentablemente para
ella, está enamorada de Mortadelo. Digamos que Mortadelo la rechaza siempre, en
ocasiones con comentarios muy sarcásticos; de hecho, el peso, la apariencia, de
Ofelia sirve como chiste recurrente en todas las aventuras en que aparece,
convirtiéndose así en una nueva demostración de lo políticamente incorrecto.

Curiosamente, en algunas ocasiones intenta ligar con Filemón que, sí, también la
evita, aunque de forma algo más sutil que Mortadelo. Es una profesional entregada a
su trabajo, lo que no quiere decir que sea muy efectiva, y ha participado activamente
en algunas aventuras de los agentes de la T.I.A.

Y tiene, todo hay que decirlo, muy mal carácter.

Curiosidades

- En la “Guía para la vida de un agente de la T.I.A.” aparecen imágenes de la


infancia de Ofelia, a la que volveremos a ver con un aspecto de niña en la aventura
apócrifa “El caso de los párvulos” (por culpa de otro invento fallido del Profesor
Bacterio).

- El apellido de Ofelia se revela en la historieta “La ruta del yerbajo”.

- Tuvo un papel muy destacado en la historieta “La estatua de la libertad”.

Bajo estas líneas reproducimos dos imágenes de Ofelia, el “Súper” y el profesor Bacterio extraídas de la primera
película de animación en 3D de los personajes (“Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo”).

Notas y aclaraciones:
- La primera vez que se menciona el apellido de Mortadelo (Pi) es en la historieta del “Pulgarcito” n.º 1397.
- La referencia al lugar de nacimiento de Mortadelo en “Borricón de Arriba” la encontramos en la historieta “Su vida privada”.
- Los padres de Mortadelo presentan un aspecto muy diferente en las historietas “Su vida privada” y “La verdadera historia de Mortadelo
y Filemón”. El autor nunca se preocupó de dar coherencia a estos detalles, así que hemos tomado como referencia la primera de las
historietas biográficas del personaje.
- En la corta “Pato viejo, viejo pato”, Mortadelo toma un taxi para ir a su casa y menciona la calle del Higo Seco, n.º 7. En cambio, en
“Su vida privada” se fija como lugar de residencia de ambos personajes a la pensión “El Calvario”.
- Sobre la vida amorosa de Mortadelo conocemos a varias novias: Eloísa (“Pulgarcito” n.º 1504), Conchi, de apodo la “Peloescoba” (“Su
vida privada”) y Ermengarda (Portada revista “Mortadelo”, n.º 366). Pero también aparece acompañado de muchas otras mujeres como
Sigrid (“¡Bajo el bramido del Trueno!”), Cónsola Puigrepelat (“El ordenador...¡qué horror!”), Torda (“Pekín 2008”), la sirenita (en la
historieta del mismo nombre), etc.
- En relación al apellido de Filemón hay que decir que, si bien se hace referencia al personaje como “Filemón Pi” en la historieta “La
verdadera historia de Mortadelo y Filemón”, también se le menta mucho antes como “Filemón Pérez” (“Pulgarcito” nº 1515).
- Es en “Concurso-oposición” donde se menciona que el “Súper” tiene un hijo.
- En la historieta “El saturnino” descubrimos que el nombre de pila de Bacterio es Saturnino.

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CAPÍTULO 2

EL LENGUAJE EN
LAS HISTORIETAS DE
MORTADELO Y FILEMÓN
(Por José Ángel Quintana)

“La crisis del golfo” (1991)


Mortadelo y Filemón: lenguaje en evolución
Abordar las características de una serie tan longeva como “Mortadelo y Filemón”, cuya vida activa supera a día de
hoy las seis décadas, no es tarea fácil. Por ello, analizar cualquier faceta de la misma es una labor que se podría
catalogar, como mínimo, de ardua, y los aspectos lingüísticos no son una excepción. El presente capítulo no pretende
ser, pues, un estudio exhaustivo, sino una aproximación que, de forma somera, dé una visión general de las
características lingüísticas que definen el estilo literario de Ibáñez a través de su serie más popular 1.
En líneas generales, el lenguaje de Ibáñez
puede considerarse como una amalgama de
arcaísmos, neologismos, cultismos,
expresiones populares, dobles sentidos,
pleonasmos, etc. Es frecuente hallar en la obra
de nuestro autor palabras en desuso, lo cual
constituye una paradoja si tenemos en cuenta
que Ibáñez pretende retratar el lenguaje
coloquial, de la calle. Algunas de las más
recordadas son, por ejemplo, “rabadilla”
(extremidad del espinazo), “andoba”
(individuo) o “colodrillo”. Resulta reseñable
que este último término, uno de los más
característicos de los diálogos ibañezcos,
aparezca casi siempre mal utilizado por el
autor. Así, mientras que Ibáñez suele usarlo
“El señor Todoquisque” (1992) “El ordenador… ¡qué horror!” (2001)
para referirse a la parte superior de la cabeza, el
diccionario de la RAE define “colodrillo”
como la “parte posterior” de la misma.

En ocasiones, el tono arcaizante que otorgan


estos términos es buscado deliberadamente por
el autor, implicando también a las
construcciones sintácticas, a la estructura de las
frases. Podríamos hablar aquí de una caricatura
del registro “elevado”, propio de campos
diversos. Así, las enormes parrafadas del
profesor Bacterio cuando explica alguno de sus
inventos son un ejemplo paradigmático de la
burla hacia el discurso científico. En ellas,
Ibáñez combina el uso de sustantivos “¡Pesadiiillaaaa…!” (1994)
abstractos con adjetivos compuestos que
constituyen sintagmas totalmente vacíos,
huecos, ininteligibles. Esta burla del lenguaje
científico también supone para el autor un
recurso muy práctico a la hora de construir sus
guiones: evita dar una explicación
mínimamente científica que respalde los
inventos de Bacterio, consiguiendo que el
lector asuma como válidas las rocambolescas
aclaraciones del inventor. En este sentido, los
textos de Ibáñez resultan antitéticos a los de
Hergé, quien en las aventuras de Tintín pone
en palabras del profesor Tornasol completas
explicaciones que sirven de soporte científico a
Tintín – “Objetivo: La Luna” (1950)
los adelantos técnicos que en ellas se exponen:
“Naturalmente, para el despegue y para el aterrizaje utilizaré otro motor: un simple reactor que funcione con la
mezcla de ácido azótico y anilina… ¿Por qué?... Porque si en esos momentos utilizáramos el motor nuclear, el chorro
radiactivo que se escapara de los turborreactores, al esparcirse sobre la Tierra, constituiría un peligro mortal para
los lugares que se vieran afectados. Comprendo su objeción: el exceso de calor provocado por la desintegración
nuclear hará que se funda el motor…” (Objetivo: la Luna, pág. 16, viñetas 4 y 5).

Compárense, pues, estos diálogos de Tornasol con los del profesor Bacterio: “… ¡Pero resulta que produce pesadillas
terroríficas! ¡Y las producirá mientras queden residuos hertzianopopléjicos en el cosmos! Porque las ondas se han
reliado con los efluvios miasmáticos coaxiales que viajan por la ionosfera…” (¡Pesadillaaaa…!, pág. 9, viñetas 3 y
4).
1 La obra de Ibáñez resulta tan vasta que un estudio pormenorizado del lenguaje de la misma daría pie a diversas tesis doctorales, como
las escritas por María Jesús Jarque, El lenguaje popular en Mortadelo Filemón, Universidad Complutense de Madrid, 1978, o la de
Sonia Samengo, El lenguaje coloquial en Mortadelo Filemón, Universitá di Bologna, 2004.

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No debatiremos aquí acerca del rigor científico que puedan presentar los textos de Hergé, pero sí se puede constatar
de forma evidente en la obra del autor belga un afán de verosimilitud que condiciona el uso del lenguaje escogido. Las
tramas de Ibáñez, con un marcado carácter burlesco e inverosímil muestran, sin embargo, una deformación
intencionada de ese discurso científico, que mueve a risa y nos sitúa en el campo de la parodia.

Esta caricatura no abarca únicamente al lenguaje científico, sino también al histórico y al literario. En el primer caso,
podemos poner como ejemplo el álbum El Quinto Centenario, mientras que en el segundo cabe destacar Mortadelo
de la Mancha, obra con la que Ibáñez homenajea a la obra cumbre cervantina, replicando paródicamente no solo los
episodios más conocidos de la misma, sino también el pomposo lenguaje literario (el propio Quijote de Cervantes
utiliza en la obra original un léxico y una sintaxis que ya estaban desfasados a principios del siglo XVII, a imitación
de las lecturas caballerescas del protagonista). Nuestro autor maneja con habilidad la retórica humorística en ambas
historietas, provocando la hilaridad del lector. Podemos afirmar, incluso, que el uso del lenguaje que hace Ibáñez en
estos dos álbumes ha contribuido a que ambos sean considerados de los más destacados de sus respectivas décadas y
de los preferidos de su autor 2.

Precisamente aquí radica una de las


paradojas del estilo de Ibáñez. A
menudo, el dibujante catalán ha sido
atacado por algunos sectores de la
crítica, que le reprochan determinadas
concesiones realizadas para amoldarse
al gusto popular. Siendo esto verdad, no
es menos cierto que en ocasiones como
estas, Ibáñez no duda a la hora de
realizar álbumes enteros con un lenguaje
arcaizante que, si bien tiene un sentido
burlesco, puede resultar tedioso y algo
lejano para un sector del público no
demasiado instruido e incluso para el
“El Quinto Centenario” (1991) lector infantil, (supuesto) destinatario
principal de las historietas de Mortadelo
y Filemón. Lo mismo ocurre con la
presentación de personajes que hablan
otros idiomas: Ibáñez convierte su
discurso en un “chapurreo” caótico que
mezcla extranjerismos con palabras del
castellano, lo cual en pequeñas dosis
resulta un válido recurso cómico, pero
que entorpece la lectura cuando se
mantiene durante mucho tiempo, como
ocurre en la historia conmemorativa El
sesenta aniversario.

“Mortadelo de la Mancha” (2005)

La querencia por el lenguaje escogido, rebuscado, se hace patente


en el plano léxico y se observa en la mayoría de las historietas
ordinarias del autor. Así, en la obra de Ibáñez, las tortugas son
“galápagos”; las ranas, “batracios”; los elefantes, “proboscídeos”...
Del mismo modo, Ibáñez ha conseguido dar una vuelta de tuerca a
los insultos típicos de la Escuela Bruguera (a los que tampoco
renuncia), enriqueciéndolos con otros de mayor carga expresiva.
Así, además de los característicos “percebe”, “merluzo”, “besugo”,
etc., observamos que los personajes se obsequian con “lindezas
verbales” como “hotentote”, “acémila silvestre”, “basilisco”,
“somormujo” o “catástrofe calva”. “En busca del Hotentote” (1969)

Hay, pues, un deseo por parte de Ibáñez de dotar de una cierta sofisticación a sus textos, de evitar las repeticiones y
de ser creativo no solamente en el aspecto gráfico, sino también en el literario. En la entrevista concedida a Juan
Ramón Lucas para Televisión Española, el autor catalán afirma haber cuidado siempre mucho los textos, con especial
atención a: “las palabrejas, que no sean vulgares […]. He recurrido al diccionario normal y corriente, al de los
sinónimos, al de los homónimos […] para buscar nuevas palabrejas”3.

2 Esto fue confirmado por Ibáñez al autor de estas líneas en conversación personal
3 Entrevista a Francisco Ibáñez en Noches como esta, emitido por la 1 de Televisión Española el 11/06/2009.

15
Posteriormente matizaremos acerca de
hasta qué punto son acertadas las palabras
de Ibáñez al analizar su propia obra, pero
lo que sí es cierto es que hay en el autor
una voluntad de estilo, una elaboración
lingüística concienzuda en la redacción de
sus textos. Un intento, como él mismo
afirma, de evitar la vulgaridad, buscando la
variedad, la novedad para el lector. Esto no
quita que, en otras ocasiones, se muestre
más convencional y recurra a eufemismos
tópicos como “corcho” o “leñe”, muy
utilizados por la mayoría de autores de
Bruguera.
“El Señor de los Ladrillos” (2005)
No obstante, en los últimos años se
observa un aumento paulatino de voces
más o menos soeces, que nos permiten
hablar de una cierta vulgarización del
lenguaje en las historietas del dibujante, lo
que contradice sus palabras iniciales de la
cita anterior. Quizá se trate de un intento
poco inspirado de acercar las historietas a
los lectores más jóvenes. En todo caso, se
aprecia un mayor uso de vulgarismos con
finalidad expresiva, especialmente en las
historietas fechadas en el siglo XXI.

Dichos vulgarismos se refieren a los


diferentes niveles de la lengua. Así, en el
nivel fónico, destaca el uso de la apócope,
esto es, la pérdida de los fonemas finales
en determinadas palabras. Así, hallamos
ejemplos de ello en algunas historietas
como Marrullería en la alcaldía “Prohibido Fumar” (2005)
(“cantidá”) o en La bombilla… ¡chao,
chiquilla!, donde hallamos una de las
expresiones típicas de los personajes antes
de propinar un golpe a algún enemigo:
“Servidor de usté y picapedrero”. En
¡Bajo el bramido del Trueno! se pueden
hallar también reduplicaciones (“canne”) y
confusión entre sonidos consonánticos
(“sielo”, “oxe”, etc.). En otras ocasiones se
recurre al uso del apóstrofo para indicar la
elisión de un sonido, como ocurre en El
tesorero: “Pasa que es usted tonto l´haba”.
Además de la unión incorrecta del artículo
y el sustantivo, característica del registro
vulgar, encontramos en el último ejemplo
otra incorrección de tipo sintáctico, pues se
inicia la oración con el verbo “pasar” (aquí
con carácter defectivo), evitando la
construcción correcta, que sería “lo que
pasa es que es usted…”. “Marrullería en la alcaldía” (2011)

Esta deformación del lenguaje abarca también al plano morfológico, como se puede ver en ¡Elecciones!, historia
donde uno de los personajes dice: “Esperarsus a que yo presida…”. Además del vulgarismo fónico, con el uso de “u”,
hallamos otro de tipo morfológico, pues se sustituyen construcciones correctas como “esperad” o “esperaos” por la
muy coloquial “esperarse”. Frente a la antigua costumbre de Bruguera consistente en utilizar comillas para señalar que
una determinada palabra era incorrecta, en las historietas actuales no se hace tal distinción, quizá porque la
deformación del lenguaje es tan frecuente que las comillas entorpecerían la lectura, quizá porque el didactismo
lingüístico (atento a velar por la pureza del idioma), no sea una prioridad hoy día en este tipo de publicaciones.
Ejemplo de este contraste se observa al comparar dos historietas de ambiente rural, como son Lo que el “Viento” se
dejó, de principios de los años ochenta, y Marrullería en la alcaldía, de 2010. En esta última, la acumulación de
incorrecciones que pretenden simular rasgos dialectales es tan abundante que los diálogos llegan a ser tediosos para el
lector.

16
En el apartado léxico también apreciamos la decadencia lingüística. Así, el autor utiliza con frecuencia vocablos
vulgares como “mamaditos” (por “borrachos”), “leshe” (por “golpe”, incluyendo aquí también un cambio fónico) o
“cacho ordenador” (por “pedazo de ordenador”, omitiendo también la preposición). Incluso el nuevo siglo trajo
consigo la utilización de palabras otrora consideradas malsonantes, impensables en un cómic juvenil tan solo unos
años antes. Así, encontramos términos como “gilipollez” (¡Rapto tremendo!) o diálogos tan poco sutiles como:
“¡Toma fondo! ¡Toma trasero!¡Toma culooo!”, que hallamos en historietas como ¡Bajo el bramido del Trueno!,
ejemplo claro de la combinación del uso cómicamente arcaizante del lenguaje con la deformación más chusca del
mismo.
Estas concesiones a los registros más bajos de la
lengua no son, en sí, positivas o negativas.
Evidentemente, no media criterio moral o decoroso
alguno al considerarlas inconvenientes. El problema
es, tal vez, el uso inadecuado que se hace de las
mismas. La libertad de la que goza el autor
actualmente, le permite usar un léxico que durante
décadas le estuvo vetado. Sin embargo, este recurso, en
lugar de dotar a la obra de matices más adultos,
infantiliza el producto, convirtiendo algunos de los
textos en una sucesión de “pirulas” y “cataplines”.

Aunque en las dos últimas décadas este rasgo se ha


acrecentado considerablemente, no podemos decir que
se trate de algo novedoso. Así, ya desde los años
ochenta constatamos intentos de aproximar el lenguaje
de las historietas a los lectores más jóvenes, a los niños
de la democracia: “¡Tranquilo, carroza!”, “¡Que a mí
no me comes el coco, vamos!”, “¿No te amola, el
camp?” (¡Cohete!). La serie “Chicha, Tato y
“¡Elecciones!” (2015) Clodoveo, de profesión sin empleo” es otro ejemplo
emblemático de esto. Ya en los noventa, siguiendo la
senda marcada anteriormente, encontramos nuevos
intentos de reflejar el habla juvenil, siendo
representativos en este sentido álbumes como El nuevo
“cate”, donde la pomposidad de la retórica eclesiástica
contrastaba con diálogos tales como: “¡Le ha dao el
rollo chungo!”, “¡La recoña!” o “¡Cagon la…!”.

Cabe decir que estos intentos de Ibáñez de reflejar el


habla popular, concretamente la jerga juvenil, no
pueden considerarse especialmente acertados. Y
aunque el autor ha afirmado en alguna ocasión que “ya
no sabe si los personajes hablan como la gente de la
calle o si es la gente de la calle la que habla como sus
personajes”4, lo cierto es que la representatividad
social de algunos de estos diálogos es nula 5, de forma
que el producto final queda en “tierra de nadie”, hasta
el punto de que podríamos hablar de un idiolecto, una
“Chicha, Tato y Clodoveo” (1986) forma de entender los textos de la historieta que
pertenece exclusivamente a su autor.

“El nuevo ‘Cate’”(1993)


4 “Mortadelo y Filemón no me dejan jubilarme”, El Cultural, 07/04/2015.
5 Fernández Soto, Miguel, Mortadelo y Filemón: cuatro décadas de historietas, El Boletín, Barcelona, 1999.

17
Otras expresiones, sin embargo, sí recogen en mayor o menor medida el habla popular de los españoles, aunque
muchas de ellas han podido quedar desfasadas hoy en día. Así, destacamos el valor enfático de enunciados tan
ibañezcos como “Cosa rica”, “Agárrate y no te menees”, “Váyanse a freír espárragos” o “Canela fina, oiga”. En este
último ejemplo hallamos una de las “coletillas” preferidas por el autor para rematar algunas de sus frases: “oiga”. Otra
muletilla común es el uso de “ese” al final de un sintagma nominal, rasgo lingüístico que Ibáñez toma de Vázquez y
este de los autores de La Codorniz6. Con el uso del pronombre demostrativo, su antecedente queda desmitificado,
eliminando cualquier atisbo de solemnidad: “¡El Ibáñez ese también hace cosas parecidas y cobra!”.

Como bien saben los lectores de Mortadelo y Filemón, las relaciones lingüísticas entre los personajes principales
vienen marcadas por el uso del “usted” frente al “tú”, a pesar de los numerosos años de convivencia y conocimiento
mutuo. Esta forma de tratamiento sirve para marcar la distancia entre unos personajes cuyos lazos afectivos son nulos,
y refleja a la perfección el mundo jerarquizado de jefes y empleados en el que continuamente nos sumerge el
dibujante. En consonancia con lo anterior, no extraña la utilización constante del modo imperativo, que sirve para
expresar órdenes y mandatos.

Por otra parte, existen algunas frases hechas de la vida cotidiana que han sido
aprovechadas por Ibáñez para sacar de ellas un enorme rendimiento humorístico. Un
ejemplo muy claro lo hallamos en Clínicas antibirria, donde constatamos las
terribles consecuencias que puede tener la utilización a destiempo de expresiones
como “no ver más allá de sus narices”, “irse al cuerno”, “levantar cabeza” o “ser
todo oídos”. En general, se puede decir que en las aventuras largas, Ibáñez usa los
dobles sentidos y los equívocos verbales de forma más madura que la que se
apreciaba en las primeras historias cortas de la pareja (caracterizadas por las clásicas
confusiones entre palabras polisémicas o parónimos). Otra muestra de ello la
encontramos en los primeros álbumes de 44 páginas, en los que expresiones del
profesor Bacterio como “pelillos a la mar” o “no tener un pelo de tonto” desatan la
cólera de un Mortadelo más que susceptible. “Clínicas antibirria” (1993)

A la hora de rentabilizar el lenguaje como recurso cómico, Ibáñez llega incluso a la


utilización de figuras literarias, como pueden ser la anáfora (varios enunciados que
comienzan igual, dotando al texto de ritmo): “¡Mire que sacudirle con el taburete!
¡Mire que llega a ser camello!”. También hallamos ejemplos de hipérboles o
exageraciones: “¡Que cuando usted dispara hacia La Coruña, hay muertos en
Albacete!”; símiles o comparaciones: “¡Si me siento liviano, cual una mariposilla!”;
paranomasia (utilización de palabras fonéticamente similares): “¡Hala, jefe; gracias
a mi disfraz de topo, salvó la tapa! ¡La tapa de los sesos!”, etc. Especialmente
destacable es también el uso de la ironía en los diálogos: “¡Hombreee! ¿Ya están
aquí?¡Qué madrugón se han pegado!¡Si solo son las once!”. En ocasiones, la ironía
no se limita a lo textual, sino que sirve para reforzar el gag físico, sello del autor.
Esto ocurre, por ejemplo, cuando los personajes afirman que van “a cubrirse de
gloria” justo antes de ser bañados de barro o cuando afirman que van a dar un “golpe
de efecto”, e inmediatamente después reciben un trompazo, marca de la casa. En este
caso, observamos que Ibáñez ha escogido las palabras de forma oportuna para
subrayar, a través de la ironía trágica, el gag visual, al que dota de esta forma de una “El sulfato atómico” (1969)
mayor eficacia e impacto.
Una de las figuras literarias más usadas por el autor y que mejor define su estilo es la epanadiplosis, que consiste en
repetir un mismo término al principio y al final de una frase. Por ello, encontramos con frecuencia expresiones que
otorgan a los diálogos una gran expresividad, como: “¡Rayos, mil rayos!”, “¡Duro con él! ¡Duro!”, “¡Corra, jefe,
corra!”, etc. En este sentido, no podemos olvidar construcciones típicas de los bocadillos de las portadas: “¡Quite,
jefe, quite!” o “¡Ande, hombre, ande!”. Este recurso refleja una enorme coherencia entre el apartado gráfico y el
literario en la obra del dibujante catalán. Si en el universo de Ibáñez todo es cíclico, repetitivo, el lenguaje ha de
reflejar esta característica, en una perfecta unión de forma y contenido.

“Mortadelo” nº 392 (Bruguera, III/1972)


6 Vargas Iglesias, Juan José, El canto de La Codorniz. Vázquez y la otra Generación del 27, en VV.AA., El gran Vázquez. Coge el
dinero y corre, Dolmen, Palma de Mallorca, 2011.
18
Tradicionalmente, los lectores han podido comprobar el bagaje cultural del autor que, ayudado o no de diccionarios,
ha demostrado una variedad léxica notable. En la obra de Ibáñez, como en la de otros autores de la Escuela Bruguera
(y seguramente por influencia del director, Rafael González), los sinónimos se agrupan generalmente de tres en tres:
“afrenta, mofa y escarnio”, “desesperación, rabia y pataleta”, etc. Paradójicamente, este rasgo estilístico, que en su
momento enriqueció tanto los diálogos de las historietas de nuestro autor, se ha convertido en los últimos álbumes en
una rémora. Así, en muchas de las aventuras del siglo XXI, Ibáñez parece querer imitarse a sí mismo, recreándose en
una verborrea densa que llega a sobrecargar al lector. Del uso mesurado de la sinonimia se ha pasado al abuso de esta,
como se puede ver en los siguientes ejemplos: “¡Fuera enchufados, parásitos, truhanes, chupópteros, tiralevitas…!”,
“¡Tenemos que indagar, inquirir, registrar, averiguar, destapar su pasado!”, “Pasa que al tratarse de dos viejos
vetustos, achacosos, caducos y torpes…”, etc. Esto se hace especialmente manifiesto en álbumes como El sesenta
aniversario, donde en una sola plancha podemos hallar excesivas enumeraciones, entorpeciendo así la lectura:

“La… la válvula tricúspide… la septicemia, el pericardio…”[…]


“Yo, además de tambor, tengo trompetas, arpas y violines…” […]
“Tranquilo, jefe, seré una tumba, un sepulcro, un mausoleo, un…” […]
“Ha… ha sido la flojera de la tripa, la flatulencia… ¡Cagüen la… ahora un regüeldo! ¡Rooo!”
“¡Jo! Yo, el resfriado, la caries, ¡Ou! ¡Aaah! ¡Y… y me hago pis! (El sesenta aniversario, pág. 11, viñetas 1, 3 y 5).

“El 60 aniversario” (2017)

No cabe duda de que estos bocadillos preñados de texto redundante no favorecen la agilidad de la lectura, que
avanza con dificultad. Las frases entrecortadas (con abuso de los puntos suspensivos) tampoco ayudan a la fluidez, al
igual que ocurre con el estilo nominal, carente de ese dinamizador del discurso que es el verbo. Desde este punto de
vista, se puede constatar que los diálogos de Ibáñez han perdido parcialmente uno de sus rasgos más distintivos: el
dinamismo. En las historietas clásicas del autor, las intervenciones de los personajes presentaban una concisión que
casaba perfectamente con el desarrollo narrativo de las historietas y con el ritmo frenético de las mismas. En este
sentido, podíamos hablar de una enorme coherencia entre forma y contenido en la obra de Ibáñez. Esto se constataba
también en las modalidades enunciativas escogidas. Así, encontrar oraciones de entonación neutra en sus historias
resulta tan difícil como hallar quieto a alguno de sus personajes. El incesante ritmo de caídas, trompazos y
persecuciones exige un tono predominantemente exclamativo (sin renunciar a la interrogación con valor expresivo),
que es el que predomina en la obra de nuestro autor. Las frases u oraciones exclamativas otorgan a los diálogos una
viveza que hace que las palabras “salten” del bocadillo. Al igual que los rasgos faciales de los personajes están
magistralmente trazados, sus movimientos poseen una elocuencia única y los objetos que desfilan por sus páginas no
pueden ser más “contundentes”, el lenguaje refuerza esta enorme expresividad. Así, además de las exclamaciones e
interrogaciones, hallamos también abundancia de vocativos, interjecciones, alaridos, gruñidos, carcajadas malévolas,
etc.

“¡Okupas!”(2002)

19
Esta expresividad se aprecia también en la elección de los títulos de los álbumes. En este sentido, podemos
comprobar que muchos de ellos incluyen signos de exclamación, tendencia que se ha incrementado en los últimos
años. Algunos ejemplos serían: ¡A por el niño!, ¡Deportes de espanto!, ¡Rapto tremendo!, ¡El carnet, al punto!,
¡Espías! o ¡Elecciones! En muchos de ellos observamos que predomina un estilo nominal, lo que los dota de
concisión. Quizá con el afán de evitar caer en lo simple, Ibáñez ha ido reduciendo en los últimos años los clásicos
sintagmas nominales compuestos por “determinante + sustantivo + adjetivo”, (El sulfato atómico, El transformador
metabólico, El balón catastrófico, El estropicio meteorológico, El pinchazo telefónico 7…) por títulos más
expresivos y llamativos, entre los cuales encontramos algunos originales, compuestos por una sola palabra, bien sea
un anglicismo (Impeachment!), bien una onomatopeya (¡Broommm!). En ocasiones el autor ha aprovechado la
actualidad cultural, política o incluso sanitaria no solo como excusa argumental, sino como reclamo para el título de la
obra, en el que realiza pequeños cambios que aluden (y a la vez eluden) a un referente bien conocido por el público:
Expediente J, La MIER o La gripe “U” son algunos ejemplos.

Sin embargo, el rasgo más característico de los nombres


de los álbumes en los últimos años son las rimas.
Realmente, no se puede decir que sea una característica
moderna. Muchas de las series del autor mostraron en su
momento ripios tales como: “Mortadelo y Filemón,
agencia de Información”, “La familia Trapisonda, un
grupito que es la monda”, “El botones Sacarino, del
Aullido Vespertino” o “Pepe Gotera y Otilio, chapuzas
a domicilio”, etc8. Aunque Ibáñez atribuye esta costumbre
a las directrices del ya citado Rafael González (y por ello
estas rimas se dan en otros autores de Bruguera), lo cierto
es que, ya liberado del yugo de su antigua editorial,
Ibáñez siguió mostrando su predilección por el ripio,
como se vio en su serie “Chicha, Tato y Clodoveo, de
profesión sin empleo”.

Realmente, la costumbre de incluir rimas internas en los


títulos de los álbumes no es algo novedoso, pues ya en
Bruguera encontramos algunos como Chapeau, el
“Esmirriau”, o La gente de Vicente. Incluso el título de la
segunda aventura larga, Contra el “gang” del
Chicharrón, parece diseñado para ser leído con el nombre
de la serie como antecedente. Sin embargo, ya en
Ediciones B la costumbre empezó a hacerse más
frecuente, de forma que nos encontramos con rimas que
pasan más inadvertidas (Las embajadas chaladas,
Corrupción a mogollón), otras algo más rebuscadas (El
disfraz, cosa falaz…, La maldita maquinita)… hasta
llegar a la eclosión en el nuevo siglo.

Efectivamente, a partir del nuevo milenio, los títulos


“rimados” pasan a ser más frecuentes, hasta el punto de
haberse convertido en una característica representativa del
autor. Así, encontramos una sucesión de álbumes con
rimas que se antojan especialmente forzadas. A modo de
ejemplo, hallamos El ordenador… ¡qué horror!, El
dopaje… ¡qué potaje! o Gasolina… ¡la ruina! Algunas
de ellas resultan tan artificiales y rocambolescas que solo
podemos interpretarlas de forma autoparódica. Aquí
podríamos incluir ¡Por Isis, llegó la crisis!, Chernobil… Cabeceras de diversas historietas cuyo título lleva forma de ripio
¡qué cuchitril!, La bombilla, ¡chao, chiquilla!, La
litrona… ¡vaya mona! o Sueldecitos más bien bajitos.
No hay que descartar la parodia del propio recurso por parte del autor, pues ya a principios de los años noventa
encontramos una historia corta ¡Esto ocurrió de verdad, muy cerca de Navidad! en la que, tras presentar el título, el
dibujante incluye una autocaricatura en la que ironiza sobre sus escasas capacidades para la poesía. Desde esta
perspectiva, podemos considerar que Ibáñez concibe estos títulos imposibles como un gag más, otra forma de ofrecer
un chiste al lector.

7 Se puede observar, a su vez, una predilección por los adjetivos esdrújulos como adyacentes del sustantivo.
8 Nótese el uso preferente de hemistiquios octosílabos por parte del autor, seguramente de forma instintiva. No hay que olvidar que el
verso de ocho sílabas es el más característico de la lengua castellana y al que más habituado está nuestro oído. Si no les salen las cuentas,
tengan en cuenta las sinalefas y la compensación silábica, que implica sumar una sílaba más en los versos acabados en palabra aguda.

20
La misma filosofía se aprecia en las cartelas o cartuchos de texto. A excepción de los prólogos, el autor suele
prescindir de los mismos con el objeto de agilizar la lectura, asumiendo que el contexto proporcionará al lector la
información suficiente como para que este perciba los cambios de espacio o de tiempo. Cuando los inserta en la
historia, suelen servir para introducir una narración paródica que contrasta irónicamente con lo mostrado en la viñeta.
Un ejemplo paradigmático de ello es el álbum El 35 aniversario. Sin embargo, sí tenemos que destacar el uso que ha
hecho Ibáñez de estos textos fuera de los bocadillos en determinadas ocasiones, siempre con el objetivo de conseguir
la risa del lector.
Por ejemplo, el dibujante catalán toma de la historieta francobelga
el recurso de introducir una nota al pie (a veces en un cartucho de
texto) para, con fines claramente comerciales, remitir al lector a
números anteriores de la colección. Resulta interesante señalar que
Ibáñez no utilizó este recurso hasta bien avanzada su carrera,
concretamente en la historieta Bye, bye, Hong Kong!, de mediados
de los años noventa. En ella, el príncipe Carlos de Inglaterra
parece reconocer a Mortadelo, en un insólito caso de continuidad en
la serie. El texto de la nota al pie es el siguiente:“¡Claro que le
recuerda “algo”! Ver “El pinchazo telefónico”, de esta colección.
¡Que sí, hombre, gástese cuatro perras y véalo!” (Bye, bye, Hong
Kong!, pág. 30, viñeta 6).

Como se ve, Ibáñez no se limita a la nota aséptica, de tono neutro.


Al contrario, la aprovecha para mantener ese tono burlesco y
coloquial que servirá, en última instancia, para seguir divirtiendo al
lector. A partir del álbum citado, el procedimiento se volverá más
habitual y llegará a su máxima expresión en la nostálgica ¡Venganza
“¡Bye bye, Hong Kong!” (1997) cincuentona!, donde el carácter humorístico de los textos sirve para
evitar la monotonía del recurso, a la vez que lo parodia. Igualmente,
destacan, por inusuales, los cartuchos de texto con los que cierra el
álbum ¡Rapto tremendo! Ibáñez aprovecha la aparición de
colaboradores de Ediciones B en esta historieta para parodiar los
textos explicativos con los que suelen concluir las películas de cine y
televisión “basadas en hechos reales”, aclarando qué sucedió con
cada una de las personas referenciadas durante el metraje.

Sin embargo, no debemos pensar que esta utilización de los textos


no dialogados es algo propio únicamente de los álbumes modernos.
Así, las aclaraciones de siglas diversas con fines humorísticos han
estado presentes desde siempre en las historias de la pareja. De este
modo, hemos visto desfilar por sus páginas notas al pie donde se
aclaraba el significado de organizaciones como la M.O.S.C.A.
(Mundial Organization Secreten Central Agency), la A.B.U.E.L.A.
(Agentes Bélicos Ultramarinos Especialistas en Líos Aberrantes) o la
F.E.A. (Federación Espías Asociados),en sus álbumes respectivos,
“¡Rapto tremendo!” (2004)
esto es, Los cacharros majaretas, El plano de Ali-Gusa-No y El
brujo.

En ocasiones, Ibáñez introduce cartelas con notas explicativas que


sirven para parodiar el propio procedimiento. Así ocurre en ¡A las
armas!, en la que la expresión “Good (sic) save the Queen!” es
“traducida” con indescifrables signos que imitan la escritura
oriental. En ese mismo episodio, el autor incluye un cartucho con la
leyenda “(Para variar)”, con el objeto de explicar la extraña
onomatopeya con la que ha representado una explosión en esa
ocasión. Este uso de los recursos lingüísticos por parte de Ibáñez
tiene un doble valor, pues no solo aporta diversión al lector, sino que
sirve para desmontar algunos procedimientos comunes a la hora de
realizar un cómic, para desautomatizar usos a través de la parodia,
“¡A las armas!’”(1974) provocando lo que los formalistas rusos llamarían, refiriéndose al
arte literario, el “extrañamiento” del receptor.

Visto todo lo anterior, podemos afirmar que, del mismo modo en que se habla de un “estilo Ibáñez” en el aspecto
gráfico, este también se halla en lo lingüístico. Un estilo no exento de contrastes, que combina un notable afán de
comercialidad con unos manierismos que lo alejan de algunos sectores del público; que alterna una tendencia al
lenguaje escogido con una vulgarización progresiva del mismo; que combina lo selecto (y lo arcaico) con la intención
de aproximarse al habla de la calle, de lo que resulta un extraño híbrido, una forma de escribir que constituye una
reconocible seña de identidad.

21
A pesar de que en los últimos años un exceso de palabrería haya inundado los bocadillos de los personajes (defecto
consustancial a la lógica e inevitable decadencia de la serie en otros aspectos), durante décadas Ibáñez supo crear
diálogos ágiles y chispeantes, que llevaban al lector de la primera viñeta hasta la última sin apenas parpadear. El
irrefrenable ritmo narrativo y la dinámica puesta en escena se veían reforzados por unos textos concisos, medidos, en
los que ni faltaba ni sobraba ningún elemento. Por otra parte, la expresividad gráfica del autor, uno de sus rasgos más
distintivos, casa perfectamente con la modalidad exclamativa, predominante en la mayoría de los diálogos. Además,
ya hemos visto cómo durante años, el uso de sinónimos, brillantemente escogidos, ha otorgado a los textos del
dibujante la misma viveza y variedad que puebla todo su universo gráfico.

“El platanillus” (1972)

“Maastricht… ¡Jesús!” (1994) “La desarrollicina” (1983)

Así, con todo y sus contradicciones, podemos asegurar que el lenguaje usado por Francisco Ibáñez en sus historietas
es una de las características más personales del autor: único e irrepetible, capaz de combinar lo culto con lo popular, la
tradición con la innovación, la fluidez con la repetición sistemática, la fuerza enfática y la sencillez. La rigurosa
elaboración de los textos y el uso de recursos literarios con fines expresivos y humorísticos se presentan ante los ojos
del lector envueltos en una capa de aparente espontaneidad, alejados de toda pretensión. La relevancia del
componente verbal de las historietas de Ibáñez es aún mayor si tenemos en cuenta su coherente conexión con los
aspectos gráficos y narrativos de estas. Estamos, pues, ante una perfecta unión de forma y fondo conseguida a través
de una recreación personal de los recursos gráficos y lingüísticos que ofrece el medio de la historieta y que Ibáñez
aprendió de los grandes de la profesión. En otras palabras, podemos hablar, sin duda, de la creación de un sello de
autor, de un estilo propio, lo cual es patrimonio exclusivo de los verdaderos artistas.

“La crisis del golfo” (1991) “El Capitán Trueno” (1991)

9 Incluso en un álbum en el que el “estilo Ibáñez” está tan contenido como es El sulfato atómico, el dibujante no puede evitar incluir
comentarios ligeros que quiten gravedad a la narración de los cartuchos: “Y nada detiene a las terribles máquinas de guerra. ¡Nada! ¿Lo
habíamos dicho ya?”.

22
CAPÍTULO 3

ESTUDIO DEL “GAG” EN


LAS HISTORIETAS DE
MORTADELO Y FILEMÓN
(Alfredo Sánchez / Miguel Fernández / Jordi Canyissà)
Los comienzos
Uno de los aspectos más interesantes en
la obra de Francisco Ibáñez es su
tremenda capacidad para desarrollar una
vasta cantidad de gags en cada página y
de enlazarlos de una viñeta a otra. Ibáñez
hace fácil algo que es tremendamente
difícil. Esta es precisamente su arma más
contundente y una de las claves de su
éxito a lo largo de los cerca de setenta
años que el dibujante lleva creando
historietas. Sería interesante abordar esta
faceta suya categorizando los gags más
recurrentes de Ibáñez de manera que el
lector pueda hacerse a la idea del
“arsenal” humorístico con el que cuenta el
dibujante. Más adelante, en el capítulo
siete, realizaremos otro análisis teórico
profundizando en otros aspectos como el
color, las transiciones, la relación entre
texto e imágenes, las técnicas que utiliza “¡Silencio, se rueda!” (1995)
durante la creación de una historieta...
siguiendo las directrices de un maestro en
la materia como es Scott McCloud. Y
sin más preámbulos, demos paso al
análisis del humor "made in Ibáñez"
empezando desde el principio...

En las más primitivas historietas de los


personajes, Ibáñez concentraba a menudo
el chiste en la viñeta o viñetas finales.
Hablamos de historietas cortas de solo
una página a lo largo de cuyas viñetas se
desarrollaba un argumento sencillo que
llegaba a su clímax con un potente gag
final. La mayoría de los chistes de
aquellas primeras historietas basaron su
humor en confusiones o malos
entendidos, muchas veces basados en
“Pulgarcitos” 1395 (27/I/58) y 1402 (17/III/58)
juegos de palabras. También eran
habituales las historietas en las que
Filemón encargaba a su subordinado
algún recado pero, debido a la
incompetencia de este, todo terminaba
saliendo siempre mal. Mortadelo casi
siempre metía la pata y, a menudo, la
historieta desembocaba en situaciones en
las que Filemón se llevaba todos los
golpes. Poco a poco Ibáñez fue
incorporando más gags a lo largo de las
viñetas de cada historieta, muchas veces
apoyándose en los disfraces de “Pulgarcito” nº 1483 (5/X/1959) – La casa que adquiere Mortadelo con las cien mil
Mortadelo, que daban pie a situaciones pesetas de Filemón resulta ser un completo fiasco: la marea la cubre por completo.
muy cómicas. También reforzó el humor
de muchas viñetas introduciendo
metáforas visuales, como vimos en el
primer volumen de este libro. No fueron
pocas las historietas que terminaban con
algún timo o engaño (que cualquiera de
los protagonistas sufría en primera
persona, habitualmente Mortadelo) o con
una persecución entre ambos agentes. La
primera tuvo lugar en el “Pulgarcito” nº
1411 (19/V/1958) y, desde entonces, se
convirtió en un recurso bastante habitual a “Pulgarcito” n.º 1396 (3/II/1958) – Mortadelo es engañado por un tipo que le vende
la hora de cerrar sus historietas. un perro policía que es capaz de regresar junto a su amo a las primeras de cambio.

24
En las persecuciones es Filemón quien, a
menudo, termina persiguiendo a Mortadelo con
algún arma u objeto arrojadizo o punzante
mientras este último huye disfrazado con alguna
armadura protectora o con el disfraz de algún
animal huidizo (aves, insectos, reptiles...). Será
este otro sello de distinción de las historietas del
dibujante. Uno de los primeros “running gags” o
gags recurrentes. La relación de convivencia entre
“Pulgarcito” nº 1411 (9/V/1958)
ambos personajes, que comparten vivienda, es a
menudo difícil, creándose así numerosas
situaciones violentas en su día a día. Fue este otro
elemento más que Ibáñez utilizó a la hora de crear
situaciones cómicas.

Sería imperdonable cerrar este análisis sin hacer


referencia a los inolvidables noticieros o páginas
de prensa con los que Ibáñez terminaba a menudo
aquellas historietas, casi siempre haciéndose eco
de alguna metedura de pata de los protagonistas,
habitualmente de Mortadelo. Parte de la gracia de
“Pulgarcito” nº 1493 (14/XII/1959) aquellas viñetas finales radicaba en el contraste
que se creaba entre el tono serio del texto, propio
del argot periodístico, y la viñeta cómica que
acompañaba al diario. En ella casi siempre
encontramos a cualquiera de los agentes, incluso a
ambos, huyendo, disfrazados o escondiéndose de
la policía (más adelante también huirán del
“Súper”). Con el tiempo la cabecera fue
evolucionando e Ibáñez le asignará títulos a cuál
más gracioso (“La Bola”, “La Pera”, “The
Mogollón News”...) seguidos del clásico "y bla,
bla, bla…" con el que finalizaba cada noticia.
“Pulgarcito” nº 1409 (1958)

Primera metamorfosis
Durante poco más de una década, Ibáñez solo creó historietas cortas, casi
siempre utilizando los recursos ya mencionados. Pero las historietas cortas
no tardaron en evolucionar a historietas largas, que se publicaron en forma
de capítulos. El 27 de enero de 1969 comienza a publicarse en la revista
“Gran Pulgarcito” la primera historieta larga de los agentes: “El sulfato
atómico”. El humor de Ibáñez también sufre desde de ese momento una
metamorfosis motivada en parte por la introducción de los nuevos
personajes (el "Súper" y el profesor Bacterio), que darán mucho juego, así
como por la introducción de la T.I.A., la nueva agencia para la que trabajan
los protagonistas de la serie. Este último elemento supuso para ellos el
abandono del viejo modelo detectivesco y el comienzo de una nueva etapa
como agentes secretos. A lo largo de estas primeras aventuras largas, Ibáñez
ambientó cada episodio en una localización diferente, desarrollándose
muchas veces los gags a partir de elementos propios de cada lugar. El
dibujante abrió nuevas vías humorísticas, diferentes de las habituales, que
ampliaban su espectro cómico. Surgieron así gags a partir de objetos que "El Sulfato atómico" (I/1969)
cambiaban de tamaño, “cambiazos” de objetos, entradas secretas y “Cambiazos” de objetos
contraseñas a cuál más peculiar. En esta etapa, comienzos de los
setenta, también se publicaron los dos
únicos seriales conocidos: “La caza
del caco” y “Agencia de información”
(además del corto “El Troncho 90”).
Ibáñez utiliza en ambos casos técnicas
similares a las ya comentadas, y los
argumentos de muchos de sus capítulos
tienen como hilo conductor la
persecución de algún villano o la
puesta a punto de algún invento de
Mortadelo ante la ausencia de
"El Sulfato atómico" (I/1969) – Objetos que cambian de tamaño
Bacterio en estos seriales.

25
La inclusión de Bacterio en las historietas dio pie a
la aparición de nuevos chistes, centrados en sus
fracasados inventos. Estos gags serán recurrentes a
partir de entonces, ya que se repetirán a lo largo de
todas las aventuras de la serie, no solo de manera
aislada sino incluso como eje argumental de toda
una aventura (“Los inventos del profesor
Bacterio”). El científico llegará incluso a
convertirse en el villano protagonista de toda una
"Contra el gang del Chicharrón" (VII/1969)
historieta larga (“El otro ‘yo’ del profesor
Bacterio”).

De entre estos gags relacionados con Bacterio,


quizá el más frecuente sea, en concreto, el que
aparece habitualmente en las primeras páginas de
cada historieta, cuando el Súper propone a los
agentes poner a prueba algún invento suyo. Estos,
aterrorizados ante la sola idea de servir de cobayas
humanas para sus inventos, huyen hasta los lugares
más remotos del planeta (el Polo Norte, la cúspide
de la Torre Eiffel o de la estatua de la Libertad, la
selva amazónica e incluso a otros planetas). Sucede, "La estatua de la Libertad" (1983-84)
de hecho, algo similar cada vez que a los agentes se
les propone alguna misión peligrosa, siendo traídos
hasta las dependencias de la T.I.A. por otros agentes
de la organización. Bacterio también dará lugar a la
aparición de otros gags recurrentes, como aquellos
en los que Mortadelo y Filemón se mofan de él o le
tratan de forma despectiva (ver imagen derecha).

Los chistes relacionados con las entradas secretas


se convierten en una constante en esta nueva etapa.
El acceso a dichas entradas pasa por activar algún
mecanismo o por pronunciar una contraseña que, en
la mayoría de los casos, suele ser un divertido "El caso de los señores pequeñitos" (1981)
pareado (“Los tipos que fuman puro tienen cara
de canguro”, “Me agradan los pajarillos con salsa
de pepinillos”...) y que casi siempre acarrea algún
problema para los agentes. Estos son a menudo
sorprendidos en plena faena por algún transeúnte,
que será incapaz de emular por sí mismo la
combinación que abre la misma entrada secreta.

"En la Olimpiada" (1972)

"El cascote de otro mundo" (18-XII-1972)

"Navajazo al canto" (28/VIII/1972) "Pruebas de aptitud" (9/VIII/1971)

26
Nuevos recursos humorísticos

Hipnosis, locura y cambios de personalidad

Algunas de las primeras aventuras largas de


los años setenta centraron su humor en
personajes que, por unos u otros motivos,
perdían la cordura y se creían animales,
medios de transporte e incluso personajes del
"Safari Callejero" (1969-70) – Locuras y cambios de personalidad mundo de la ficción (como el mismísimo
“Tarzán de los monos”). Encontramos
numerosos gags en esta línea en varias
historietas largas como “Safari callejero”,
“Magín el mago”, “El otro ‘yo’ del profesor
Bacterio” o “Kilociclos asesinos”. En la
primera de las aventuras, un suero del profesor
Bacterio, que había caído en manos de un
"Magín, el mago" (1971) - Hipnosis ladrón, era capaz de provocar un cambio en el
metabolismo de los animales, dando lugar a
dicho comportamiento en los humanos.

Por otro lado, en "Magin, el mago", es el


malvado villano quien, a través de sus
poderes hipnóticos, consigue sustituir la
personalidad de un individuo por la de
cualquier otra persona, objeto o animal.

"El elixir de la vida" (1973) – Juegos de palabras escritos

Juegos de palabras

Otra de las virtudes de Ibáñez es su


capacidad para realizar gags jugando
con el lenguaje. Podríamos clasificar
estos gags en al menos en dos grupos
principales: aquellos en los que la gracia
reside estrictamente en un texto escrito
(viñetas sobre estas líneas). Tienen
cabida en este apartado todo tipo de
acrónimos cómicos (A.B.U.E.L.A.,
M.O.S.C.A., S.O.B.R.I.N.A., F.E.A,
O.G.T., etc). El segundo grupo de
chistes con palabras estaría integrado
por aquellos gags en los que el texto
comparte protagonismo con otro gag
gráfico (imagen derecha).

Contrastes

Ibáñez crea con frecuencia chistes en


los que busca el contraste en cualquier
situación cotidiana. Muchas veces parte "El atasco de influencias" (1991) – Juegos de palabras visuales
de un diálogo entre dos personajes: un
cliente pide algo en una tienda, un jefe
le dice algo a un subordinado, un
individuo que conduce su deportivo
junto a su amigo... Sirvan de ejemplo las
imágenes que aparecen a la derecha de
estas líneas en las que un cliente se
acerca a una tienda de maquetas de tren
buscando una locomotora de pequeño
tamaño. En la segunda viñeta el
dibujante sorprende al lector haciendo
que un tren de alta velocidad irrumpa en "El U.V.A." (2003) - Contrastes
la tienda de forma estrepitosa.

27
Mundiales, Olimpiadas y nuevos personajes
Mundiales y Olimpiadas

A partir de 1976 Ibáñez dedicó, cada dos


años, un álbum a las Olimpiadas o a los
Mundiales de fútbol, según correspondiera.
Dichas aventuras trajeron nuevos recursos
humorísticos, entre ellos uno de las más
recurrentes: el de los tópicos culturales y/o
nacionales que el dibujante explota
especialmente durante el desfile de
inauguración del correspondiente evento.
No obstante, no será este un humor
“Mundial 78” – Tópicos cuturales y nacionales durante el desfile inaugural
exclusivo de las historietas ambientadas en
eventos deportivos. Siempre que los agentes
viajaban fuera de nuestro país, Ibáñez
aprovechaba la ocasión para introducir gags
en la misma línea (Albert Uderzo hacía
algo similar en las historietas de Astérix que
tenían lugar fuera de la aldea gala). Claros
ejemplos son historietas como “En
Alemania”, cuyas referencias culturales
reaparecen en cada nueva región visitada por
los protagonistas, o “La estatua de la
Libertad”, ambientada en Nueva York, y en “En Alemania” (1981-82) – Elementos culturales propios de Baviera
la que el autor fabrica situaciones cómicas
con elementos propios de la gran manzana
(los rascacielos, el barrio de Harlem, los
gángsters…). Pero, volviendo a las
historietas deportivas, hay que hacer
mención de todos aquellos gags
relacionados con las muy diversas
disciplinas olímpicas en las que Mortadelo
y Filemón participan habitualmente como
miembros de la selección olímpica española:
boxeo, lanzamiento de martillo, potro,
natación...

En cuanto a las historietas ambientadas en


los Mundiales de fútbol, que arrancaron con
“Mundial 78”, incorporarán a menudo un
nuevo formato de gag: aquel en el que
Ibáñez concentra numerosos chistes en una
única viñeta de mayor tamaño. El recurso
se repetirá con una cierta frecuencia a lo “Moscú '80” – Gags basados en diferentes disciplinas olímpicas (natación)
largo de toda la obra del dibujante.
Chicas nuevas en la oficina

Ese mismo año (1978) Ibáñez dibuja la


historieta “Los gamberros”. Su principal
novedad fue, como vimos, la presentación del
personaje de Ofelia. Esta da pie a nuevos
gags recurrentes en las aventuras ya que, a
menudo, intenta ponerse coqueta para ligar
con Mortadelo o con Filemón, que tratan de
evitarla siempre despreciándola con
comentarios sarcásticos relacionados con su
aspecto físico. Ofelia responderá siempre de
forma violenta ante estos ataques verbales.
Ibáñez ejecuta aquí un humor
discriminatorio inspirado en el aspecto físico
de un personaje. Este tipo de humor se
prodigará con otras muchas cualidades
diferenciadoras como el color de la piel, la
condición sexual, la altura e incluso las “Mundial '78” – Viñeta de mayor tamaño con un elevado número de gags
discapacidades de los personajes.

28
Casi una década después, en 1987, Ibáñez introdujo a
Irma (en la aventura “¡Terroristas!”, publicada por
Grijalbo durante su conflicto con Bruguera / B). Se trata
de otra secretaria para la T.I.A. por la que Mortadelo y
Filemón pierden los papeles. Intentan ligar con ella o
impresionarla, aunque siempre sin éxito. El personaje fue,
a todas luces, la antítesis de Ofelia y caricaturiza a la
hermosa “Frau Susanne”, secretaria alemana de la
editorial “Condor Verlag”. El personaje,
desafortunadamente, dejó de aparecer a partir de los años
noventa. Como comentamos, Ibáñez ha descartado la
posibilidad de retomar al personaje y confesó que no lo
consideraba oportuno tras el fallecimiento de la
“¡Terroristas!” (1987) – Mortadelo y Filemón hacen secretaria.
locuras por impresionar a Irma

Humor políticamente incorrecto


Un asunto delicado es el de los gags
que tocan temas como la
homosexualidad, la obesidad, el
racismo, la Iglesia católica... e
incluso aquellos que hacen humor a
partir de personajes con determinadas
carencias físicas: lisiados, ciegos,
ancianos, sordos o con algún defecto
estético: narices y orejas grandes,
enanismo... El dibujante no deja títere “Gatolandia '76” – Primer gag inspirado en un personaje de color
con cabeza, aunque siempre desde
una perspectiva bastante suavizada.
Veamos algunos ejemplos:

Uno de los primeros chistes


inspirados en un personaje de color
lo encontramos en “Gatolandia '76”
aunque el gag no pasa de un inocente
juego de palabras inspirado en el
color de la piel de uno de los
atletas. Años después, en 1992, Ibáñez
dedicó toda una aventura larga a este
“El racista” (1992) – La aventura está llena de gags discriminatorios
tema: “El racista”, una de las
historias más recordadas por los
aficionados, en las que el mismísimo
Hitler aparecía caricaturizado como el
nuevo vicepresidente de la T.I.A. Los
ejemplos en esta temática son
incontables con todo tipo de razas o
culturas: orientales, musulmanes,
hindúes, aborígenes australianos e
incluso indios guaraníes.

En la aventura “¡En la Luna!”


(2009) los agentes se topan con un “¡En la Luna!” (2009) – Parodia del colectivo Chino en España
mercadillo chino de tiendas de “todo
a cien”, restaurantes y supermercados
en pleno satélite terrestre. Ibáñez
también ridiculizó de alguna forma al
colectivo chino de nuestro país con
algunas de sus expresiones más
comunes.

En “Barcelona '92” Filemón lamenta


haberle hecho burla a un supuesto tipo
bajito que le ofrecía limpiarle el
parabrisas en pleno atasco en la
“Barcelona '92” - Filemón paga las consecuencias de insultar a un “enano”
ciudad condal.

29
En “La brigada bichera” los agentes
tuvieron algunos problemas por una confusión
de narices. Tres décadas después, en la
aventura larga “¡Por Isis! ¡Llegó la crisis!”
llamaba la atención un gag (a la derecha de
estas líneas) que Ibáñez crea con Canútez, un
agente de la T.I.A. lisiado tras sufrir un ataque
terrorista que le dejó sin piernas. La Iglesia
católica tampoco se libra de la hoguera. Son
muchas las aventuras en las que Ibáñez hinca
el diente al clero. En concreto, en “El nuevo
Cate” (1993) el artista da rienda suelta a su
imaginación creando todo tipo de gags en los
que ridiculiza a varios miembros del gremio
eclesiástico durante su visita a la T.I.A. “¡Por Isis!, ¡llegó la crisis!” (2009) – Humor con lisiados

“La brigada bichera” (1981) – Humor con defectos físicos

“El nuevo Cate” (1993) – Humor con el clero

Cerramos la sección con uno de los muchos ejemplos en los que Ibáñez crea humor insuflando a sus agentes aires
amanerados, más propios de ciertos homosexuales que de ellos mismos. El gag aparece en la aventura “El disfraz,
cosa falaz”.

“El disfraz, cosa falaz” (1995) – Humor con la homosexualidad

30
Humor negro y escatológico
Humor Negro

Ibáñez también recurre a este tipo de humor, aunque no con


tanta frecuencia: entierros, cementerios, coches fúnebres,
velatorios, féretros y otros temas relacionados con la muerte son
los elementos con los que el dibujante elabora el correspondiente
gag (incluso reforzándolos o complementándolos, en ocasiones,
con otros tipos de gags: juegos de palabras, metáforas
visuales...). El humor negro también puede aparecer en contextos
que susciten otras emociones como lástima, terror, piedad... y
de esos gags también encontraremos muchos ejemplos: mendigos
que piden limosna, monstruos...
“El profeta Jeremías” (1989-90)

“Su vida privada” (1998) - Humor negro “El Bacilón” (1983) – Humor con la pobreza
Humor escatológico

Se trata de un subgénero de la comedia


y la sátira que toca cuestiones
relacionadas con actos fisiológicos
corporales: defecación, flatulencia,
micción o vómito. Es un humor que,
además, está muy relacionado con el
humor sexual. Tampoco es un humor del
que Ibáñez abuse especialmente, pero
hay unos cuantos ejemplos a lo largo de
sus numerosas aventuras. “El ordenador... ¡qué horror!” (2001) – Humor escatológico
Quizá podríamos incluir en esta sección
aquellos gags relacionados con todo lo
que a la higiene personal se refiere,
como el que mostramos extraído de la
aventura “El Bacilón”.

“El Óscar del Moro” (1999) – Humor escatológico – Micción / Defecación

“El Bacilón” (1983) – Humor con la higiene “¡El Dos de Mayo!” (2008) - Exhibicionismo “¡En Alemania!” (1981)
Humor escatológico
31
Pecados capitales
Otra mina de gags en Ibáñez serán los inspirados en los
siete pecados capitales. Veamos algunos ejemplos de todos
ellos: la tacañería, por ejemplo, entendiendo por esta una
manifestación de avaricia, es un gag recurrente en varias
historietas largas de 1977, aunque también posteriormente
(“En Alemania”, 1981) y en la mayoría de los gags
relacionados con escoceses.

La gula, que identifica a la glotonería o el consumo


excesivo de alimentos, es un gag relativamente frecuente, “Los guardaespaldas” (1977) – Tacañería / Codicia
que encuentra su plenitud en la aventura larga “Esos kilitos
malditos”. En cuanto a la envidia, es decir, el deseo de algo
que otro tiene, también hace acto de presencia en algunas
aventuras. En la introducción de la misma aventura (“Esos
kilitos malditos”) aparece un divertido gag que nos servirá
de muestra.

La ira, ese sentimiento descontrolado de odio y enfado, es


otro de los gags más recurrentes en prácticamente todas las
historietas largas, especialmente cuando Mortadelo y
Filemón sacan de sus casillas a su superior. ¿Y cómo pasar
por alto la pereza? ¿En cuantas ocasiones nos hemos
encontrado a Mortadelo y Filemón durmiendo la mona en “En Alemania” (1981) – Tacañería / Codicia
las oficinas de la T.I.A. sorprendidos por el “Súper”?

La lujuria, vista como un deseo sexual incontrolable, es


un recurso escaso que se concentró especialmente en
aquellas aventuras donde la secretaria Irma trabajaba aún en
la T.I.A. Posteriormente, en “¡Rapto tremendo!” (2004)
Ibáñez retrata a la editora germana Frau Susanne. Ambas
mujeres desatarán los instintos más primarios de los agentes.
Por último, el orgullo (o soberbia): un sentimiento de
superioridad respecto al resto. No puede decirse que
aparezca de continuo, pero hay unos cuantos ejemplos en los
que advertimos ciertos aires de superioridad en cualquiera
de los agentes secretos. Hasta el propio Ibáñez se ensalza a
sí mismo en más de una ocasión, siempre en clave de humor, Los agentes son incapaces de dominar sus instintos sexuales
todo hay que decirlo. ante Irma o Frau Susanne

“Rapto Tremendo” (2004) / “Hacer un extraordinario” (1983)


- El orgullo / La arrogancia - “El Bacilón” (1983) – La pereza

“El kamikaze Regúlez” (2006) – La ira

“Mortadelo de la Mancha” (2005) “Esos kilitos malditos” (1997) – La envidia


– La gula

32
Caricaturas, autocaricaturas y crítica social
Caricaturas

En los años setenta Ibáñez comenzó a introducir caricaturas de personajes famosos en las aventuras largas.
También en las portadas. En concreto la portada del “Olé!” de Bruguera nº 144, publicado en 1977, estaba
protagonizada por el presentador Jesús Hermida, pero hay que remontarse hasta 1974 para encontrar el primer
ejemplo entre las páginas de una historieta larga, que no es otro que el actor William Conrad, más conocido por su
personaje televisivo "Cannon", que encontraremos en la historieta larga “Los invasores”.

En “Mundial '78” aparecen caricaturas de Adolf Hitler y de Adolfo Suárez durante uno de los partidos del mundial
de fútbol (un encuentro político que, dicho sea de paso, nunca pudo haberse producido históricamente). Desde
entonces el repertorio de personajes famosos se cuenta por centenares en la obra de Ibáñez. Políticos, jefes de estado
(incluidos papas), actores, deportistas, personajes de la vida social, del cine y la televisión, nacionales y
extranjeros, históricos y contemporáneos. Con el tiempo Ibáñez abusará especialmente de algunos de estos
personajes. El príncipe Carlos de Inglaterra, Aznar, Zapatero, la reina Isabel II, Bill Clinton, Jacques Chirac,
Juan Pablo II, Ronald Reagan... se convertirán en personajes recurrentes en numerosas aventuras largas, como
veremos más adelante. El reparto de parodiados, no obstante, no se limitará a personajes de carne y hueso sino
también a decenas de personajes de ficción: actores, estrellas del cómic, personajes literarios, mitológicos…

William Conrad (“Los invasores”, 1974) Adolfo Suárez y Adolf Hitler ("Mundial '78")

Autocaricaturas

Pero, por increíble que parezca, el personaje


más veces parodiado no es otro que el propio
Ibáñez. Sus apariciones superan la treintena.
El dibujante llegó a tener un papel destacado
en varias aventuras largas: “El 35
aniversario”, “¡Rapto tremendo!” y
“Mortadelo de la Mancha”. En la primera de
ellas Ibáñez hace un recorrido autobiográfico
en clave de humor para explicar cómo llegó a
hacerse dibujante.
Isabel II y Carlos de Inglaterra (Sidney 2000 / Londres 2012)
En “¡Rapto tremendo!” el dibujante es
secuestrado y la T.I.A. se encargará de
investigar con celeridad quién está detrás
partiendo de las declaraciones de un testigo de
excepción: el genial Rompetechos, que no
hace más que dar pistas erróneas a los agentes.

Finalmente, en “Mortadelo de la Mancha”,


el dibujante emula a Miguel de Cervantes
haciendo las veces de narrador de la historieta
en una suerte de castellano antiguo. En esta
aventura encontraremos además una nueva vía
humorística: la de parodiar una novela
histórica como es “El Quijote”, un género que
Ibáñez no había tocado hasta entonces más
allá de un par de historietas de una página
realizadas para la casa “Parker” de las que
hablamos en el primer volumen del libro.

“100 años de cómic” (1996)

33
Critica social y espejo histórico

La caricatura es en sí un elemento
cómico, ya que parodia a un personaje
conocido para el lector, especialmente si
se trata de un personaje de actualidad.
Pero también le servirá a Ibáñez como
una forma de introducir algo de crítica
social entre las aventuras de Mortadelo.
En sus inicios esta crítica social era un
tanto “ingenua” debido a que la censura
del régimen franquista cercenaba aquello
que se salía de la raya, pero a partir de "El 35 Aniversario" (1993) "Mortadelo de la Mancha" (2005)
los años ochenta, proliferaron aventuras
largas en las que la caterva de políticos de
turno cobraban cierto protagonismo:
“Barcelona 92”, “El Quinto
Centenario”, “Maastricht...¡Jesús!”,
“Los verdes”, “El atasco de
influencias”, “La Gomeztroika” o “El
S.O.E.” son solo algunos ejemplos. De
esta forma, casi sin quererlo, Ibáñez
convirtió la serie en un espejo histórico
de nuestra sociedad, ya que en ella
quedaron plasmados los temas más
actuales de la época en la que fue
realizada cada aventura. Raúl Tárraga
dedica el quinto capítulo de este volumen
a hablar en profundidad de los políticos
que aparecen en las historietas de “Maastricht...¡Jesús!” (1993)
Mortadelo y Filemón.
Humor ácido e irónico
Las aventuras de Mortadelo y Filemón también están cargadas de ironías. Una de las más habituales es aquella en la
que el “Súper” comunica a Mortadelo y Filemón que necesita a sus dos mejores agentes para una difícil misión pero,
en ausencia de estos, no le ha quedado más remedio que recurrir a ellos. También los finales están cargados de ironía,
cuando se descubre que todos los percances sufridos durante el episodio no han servido para nada, a menudo como
resultado de una confusión. Ante tal sino, los agentes suelen reaccionar violentamente contra el culpable de la
situación, ya se trate del “Súper”, del Bacterio o de algún conocido ocasional.

“Operación: Bomba” (1972) – El Súper nunca tiene a sus dos mejores agentes a mano y recurre a Mortadelo y Filemón

¿Y cómo olvidarnos de
esas veces en las que el
“Súper” amenaza o castiga
a sus agentes? A menudo lo
hace de forma irónica o con
mensajes cargados de
metáforas, como en aquella
ocasión (a la derecha de
estas líneas) en la que decide
regalarles un “relojito” de
basalto para que siempre
sean puntuales a la hora de
entrar en la organización. “¡Bajo el bramido del trueno!” (2007) – Humor ácido o irónico

34
Un poco de historia... ¡y de prehistoria!
Un buen porcentaje de las aventuras largas de Mortadelo y Filemón constan de una introducción preliminar que,
en muchos casos, hace referencia a diferentes episodios de la historia. Se trata de un humor quizás asimilado de su
primera etapa en Bruguera, en la que creó numerosos gags para la serie “La historia esa, vista por Hollywood” y
que Ibáñez utiliza desde hace tiempo como una herramienta para poner al lector en situación ante el tema en torno al
que va a desarrollarse la aventura, siempre desde una perspectiva cómica. Son tantas las aventuras largas (¡casi
doscientas!) y tantas las introducciones que Ibáñez ha realizado que prácticamente no hay episodio de la historia que
no haya sido parodiado por el dibujante: prehistoria, civilizaciones antiguas (Roma, Egipto, Grecia...), los vikingos,
la Edad Media, el descubrimiento de América, los grandes inventos del siglo XX (Hermanos Wright, Edison…),
Napoleón, la Segunda Guerra Mundial... tocando incluso temas mitológicos o religiosos: Neptuno, Odín, Adán y
Eva, Dios, San Pedro, el diablo y el infierno.... Basta con ver solo unos ejemplos para hacerse a la idea del dominio y
la capacidad de Ibáñez en este campo.

La expulsión de Adán y Eva del Paraíso - “Parque de atracciones” (2003)

El antiguo Egipto y las pirámides - “El U.V.A.” (2003)

Roma y sus gladiadores - “El jurado popular” (1996)

Grecia y sus Juegos Olímpicos - “Atenas 2004”

35
Ibáñez creó, de hecho, varias aventuras
largas en las que jugó con el humor
histórico. En 1999 se publicó “Siglo XX...
¡qué progreso!”, en la que realizó todo un
recorrido a lo largo de los principales
inventos del siglo XX, así como por
algunos de sus eventos más importantes: el
hundimiento del Titanic, la invención del
autogiro, el gran incendio de San
Francisco, la invención del autobús...

Siete años antes se publicó “El Quinto


Centenario”, en la que el dibujante contó
su propia versión del descubrimiento de
La invención del autobus - "Siglo XX...¡qué progreso!" (1999)
América. Está considerada por los
aficionados como una de las mejores
aventuras largas realizadas por Ibáñez.
“¡El Dos de Mayo!” (2008) es otro
ejemplo más. Y en 2009 Ibáñez
homenajeó la misión del Apolo 11 con
motivo del cincuentenario de la llegada
del hombre a la Luna. El dibujante no
pasó por alto las polémicas que giran en
torno a dicha misión, como vemos en el
gag que aparece bajo estas líneas, con el
que cerramos esta pequeña sección
El descubrimiento de América - "El Quinto Centenario" (1992) dedicada al humor histórico en la obra de
Ibáñez.

La Edad Media - "El pinchazo telefónico" (1994)

Los saqueos vikingos - "Los vikingos" (2001) La llegada del hombre a la Luna - “¡En la Luna!” (2009)

36
Humor absurdo, imprevisto y surrealista
En ocasiones Ibáñez deleita a sus lectores con gags de tintes surrealistas
totalmente inesperados que provocarán la risa precisamente por su factor
sorpresa. Miguel Fernández Soto reflexionaba así en relación a este tema:
“Y es que buena parte del éxito del humor de Ibáñez se basa en recurrir a
situaciones fuera de contexto: lo inesperado, lo imprevisto, lo absurdo. Los
ejemplos son muy numerosos y podemos encontrarlos ya desde las primeras
historietas largas (“Chapeau el esmirriau”, “Concurso Oposición”…),
convirtiéndose en un sello que el autor ha sabido convertir en
intransferible. Por ello nos resultan tan hilarantes escenas como que un
agente acuda disfrazado de pelícano, rata o tortuga para informarles de su
próxima misión, o de que las entradas secretas se encuentren en lugares tan
insospechados como un cubo de basura, un anuncio en la pared o bajo la
acera (levantando un punto concreto de esta). El nivel del absurdo llega
mucho más lejos, por la habilidad del autor para componer escenas
verdaderamente antológicas jugando con las posibilidades de este campo.
El truco es llevar las situaciones al límite, jugando con valores absolutos.
La exageración extrema como medio de conseguir la hilaridad. Con armas
como estas, con una técnica fogueada en miles de páginas, el autor llega
más lejos que nadie en su empeño por hacer reír al lector. Porque el humor
que provoca es instantáneo y tan visual que es comprensible para el lector
de cualquier parte, por muy difícil que sea traducir la riqueza de
expresiones de nuestro idioma a cualquier otro. Por ello, sus miles de
lectores le han premiado con su fidelidad durante tantos años”. "20000 leguas de viaje sibilino" (1996)

Especialmente recordado por los aficionados. es el gag del león y el


ascensor de “20000 leguas de viaje sibilino” (imagen superior derecha).
Roza lo onírico: el mundo de los sueños y las pesadillas donde nada tiene
sentido. En "¡Terroristas!" aparece un gag en el que los camellos beben
gasolina para moverse por el desierto, “La Tergiversicina” está llena de
situaciones en las que las cosas funcionan al revés, especialmente las
mecánicas. En otras ocasiones Ibáñez utiliza este humor absurdo para hacer
salir airosos a los agentes de una situación difícil. Hay numerosos ejemplos
como el que reproducimos al comienzo de la página siguiente, extraído de
“Los diamantes de la gran duquesa”. "¡Terroristas!" (1987)
Cuando los agentes visitan países lejanos Ibáñez recurre algunas veces al gag del “Metro”: suele existir una
estación que conecta el barrio de los agentes con el lejano lugar al que estos deben acudir. Un ejemplo de este tipo lo
encontramos en “¡Bye bye, Hong Kong!”. Otro gag relativamente habitual: un hombre se asoma a la ventana (para
dar de comer a las palomas o por cualquier otro motivo) y algo fuera de lo común acontece. La mayoría de las veces
la víctima termina siendo ingresada en un centro psiquiátrico. El gag aparece de forma recurrente en otras muchas
situaciones (no necesariamente desde la fachada de un edificio).

“Los diamantes de la gran duquesa” (1972)– Los agentes abren una puerta con una llave de abre-latas

“La Tergiversicina” (1991-92) – Los objetos funcionan al revés: una máquina de café escupe monedas tras introducir café en la misma

37
“Concurso Oposición” (1975) – Humor surrealista como es cavar un túnel con una cucharilla de café

“¡Bye bye, Hong Kong!” (1997) – Estaciones de metro que conectan países separados a miles de kilómetros

“La brigada bichera” (1981) – Un coche que vuela provoca la locura en un ciudadano que presencia la escena

38
El humor con violencia y tortura
Tienen cabida aquí todos aquellos gags que tienen al dolor y/o a la violencia como protagonistas. Podríamos
considerarlo hasta cierto punto como un humor “sádico”, ya que tiene como fin el de provocar la risa del lector a
partir del dolor físico o psicológico de un ser vivo. La tortura, dentro de dicha categoría, es una de las más
recurrentes. Normalmente es el “Súper” quien la utiliza como arma de persuasión para convencer “sutilmente” a sus
agentes en aquellas ocasiones en las que se resisten a afrontar una misión o a probar algún invento del profesor
Bacterio. También aparece como elemento de castigo tras el fracaso en alguna misión. La tortura, el castigo o la
violencia suceden, a menudo, como venganza, un plato que se sirve frío. En las historietas de Mortadelo y Filemón,
cualquiera de los personajes protagonistas puede salir mal parado. En muchos casos es el profesor Bacterio quien
resulta ser el "chivo expiatorio" de los agentes. En otros será el “Súper” el que termina siendo su víctima
después de que este les revele la verdadera
razón por la que les había enviado a una
misión suicida (que a menudo resulta ser una
banalidad). Este gag no es más que una
evolución de las persecuciones vengativas de
las historietas más primitivas de las que
hablamos al comienzo del capítulo.

Pero las torturas y las venganzas suelen


quedarse cortas al lado de ciertos gags en los
que se alcanza el “dolor extremo”. La
“Operación: ¡Bomba!” (1972) – Tortura “musical” mayoría podrían interpretarse sin necesidad
de leer el bocadillo que los acompaña. Los
gags en los que a Mortadelo y Filemón les
explota una bomba en las narices son
incontables. Suelen ir acompañados de una
onomatopeya gráfica con el sonido de la
explosión: "'BOOOOM", "BAUM"
"KABOOM"... que colma toda una viñeta y
que a menudo va acompañada de otra en la
que los agentes aparecen hechos
"carbonilla".
“Los diamantes de la gran duquesa” (1972) – “Dolor extremo”

“Chapeau el ‘Esmirriau’” (1970-71)

“L.S.D.” (1971)

“A la caza del cuadro” (1971) – Los “caprichitos” del


“Súper” a menudo terminan pasándole factura “El kamikaze Regúlez” (2006) – Bombas y explosiones

En la línea del dolor quizá podríamos incluir también aquellos gags de quirófano en los que Mortadelo, vestido de
cirujano, mete “tijeretazos” a diestro y siniestro, saliendo el paciente casi siempre muy perjudicado. En otras
ocasiones el quirófano servirá también como escenario para desarrollar un determinado gag. En el que aparece en
“La tergiversicina”, por ejemplo, todo funciona al revés de como se espera.

39
"El estrellato" (2002) – Dolor extremo

Y, aunque distan un poco de la


categoría del dolor propiamente
dicho, hemos querido incluir en
esta sección los gags relacionados
con el canibalismo, un tipo de gag
poco frecuente que suele aparecer
cuando los agentes se desplazan a "A la caza del cuadro" (1971) – Humor en el quirófano
la selva africana para cubrir
alguna misión y se cruzan con
alguna tribu que practica dicho
ritual. Los protagonistas tendrán
que escapar de la olla en más de
una ocasión. Más raro será
encontrar este tipo de gag en el
mundo occidental en el que se
desarrollan habitualmente las
aventuras, apareciendo más bien
como un efecto “colateral” (en
"La rehabilitación esa", por
ejemplo, en la que un mejunje del
Bacterio a base de ácido
desoxirribonucleico de camaleón "La rehabilitación esa..." (2001) - “Canibalismo”
tiene consecuencias desastrosas
para Mortadelo).

"La Tergiversicina" (1991-92) – Humor en el quirófano (además de absurdo)

40
El humor con el disfraz
No hemos hablado aún de aquellos gags relacionados con el disfraz, siendo estos los más frecuentes de todos. Y es
que, en casi todas las páginas, aparece Mortadelo haciendo uso de alguno de sus miles de disfraces (aunque la
potencia humorística de estos queda casi siempre en un segundo plano). Ibáñez los utiliza como complemento o
refuerzo humorístico en una determinada situación. Sin embargo, existen muchos casos en los que el disfraz
abandona ese papel secundario para convertirse en el pilar con el que se construye el gag principal, como el que
reproducimos bajo estas líneas, sacado de la historieta “El sulfato atómico”.

“El sulfato atómico” (1969) – El disfraz de Mortadelo es protagonista principal del gag de la viñeta

El disfraz tampoco es un elemento exclusivo de


Mortadelo. Algunos de sus más peligrosos enemigos
también han utilizado su capacidad camaleónica,
aunque siempre con fines completamente opuestos.
En “El señor Todoquisque” se nos deleita con todo
un recital de disfraces al servicio del mal. “El disfraz,
cosa falaz” tampoco se queda corto: se trata de la
aventura larga en la que más disfraces se han
utilizado. Destaca especialmente la inolvidable guerra
de disfraces que tiene lugar entre Mortadelo y el jefe
supremo de la mafia Lucrecio Calcetini. ¡Ibáñez
tuvo que emplearse a fondo!.

“El Señor Todoquisque” (1992-93) “Hay un traidor en la TIA” (1983) – El disfraz de sombra

“El disfraz, cosa falaz” (1995)

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Viajes interdimensionales y otros recursos
Los viajes en el tiempo y en el espacio, que tanto interés han suscitado siempre
en el ser humano, también inspiraron a Ibáñez a la hora de crear algunos de sus
gags más divertidos. La primera manifestación de este recurso la encontramos en
“La máquina del cambiazo”, que giraba en torno a un cacharro inventado por el
profesor Bacterio capaz de teleportar a una persona hasta unas determinadas
coordenadas espaciales reemplazando a la persona (o animal) que se encontrase
en dicho lugar. Ibáñez desempolvará el invento casi tres décadas después, en
1999, para crear una secuela de la aventura original (“La maldita maquinita”).
En cuanto a los viajes al pasado, serán parte del hilo argumental de cuatro
aventuras largas: "El Quinto Centenario" (1992), "Silencio, ¡se rueda!" (1995),
"Siglo XX... ¡qué progreso!" (1999) y "¡El Dos de Mayo!" (2008) -como vimos-
aunque aparecerán otros muchos gags relacionados con el tema en numerosas
aventuras (curiosamente todas ellas llevan a los personajes siempre hacia atrás en
el tiempo, nunca hacia el futuro), por ejemplo en “El brujo”.

“La máquina del cambiazo” (1969-71)

“El Quinto Centenario” (1992)

“¡El Dos de Mayo!” (2008)


"El brujo" (1977)
Una organización sin medios

La decadencia de la T.I.A. se pone de manifiesto en


muchos gags en los que la logística de la organización
deja mucho que desear. Los efectos de la crisis o su
mala gestión obligan a los agentes a desplazarse en
vehículos antediluvianos (que contrastarán casi siempre
con el ultramoderno "Pescadillac" del "Súper") y a
enfrentarse a sus enemigos con armas del medievo.
Sirvan de ejemplo las imágenes que aparecen junto a
estas líneas, extraídas de las aventuras “El cochecito
leré” y “¡A las armas!”.
"El cochecito leré" (1985)

"¡A las armas!" (1974)

42
Otros aspectos de la obra de Ibáñez
(por Miguel Fernández Soto)
La narrativa

Una vez superada la conquista del movimiento,


la evolución lógica es una sofisticación, tanto en
la narrativa propiamente dicha como en la
forma de escoger los planos que mejor muestren
cada acción, para potenciar el efecto del gag. De
la misma manera la gracia del gag se redondea
con unos diálogos a menudo chispeantes. Y es
en esta presente etapa donde se desarrollan estos
hallazgos con la mayor brillantez. A menudo se
escoge la sucesión de viñetas con el encuadre
más apropiado para el desarrollo de la situación
cómica, cuyo mayor impacto es visual, por ello
provoca la sorpresa y la carcajada a la vez. Este
es uno de los mayores y más meritorios logros
del autor .

Los escenarios

El campo de acción de los agentes es muy


amplio en sus aventuras; no en vano han viajado
a lo largo y ancho del planeta en el
cumplimiento de sus misiones. El creador, sin
embargo, ha vuelto una y otra vez sobre ciertos
lugares comunes. Es frecuente que el marco de
las aventuras de los personajes se desarrolle en
escenarios determinados y reconocibles por
todos: un hospital, un parque público, la
biblioteca, un barco, el aeropuerto, el muelle, “La prensa cardiovascular” (1996)
una estación de ferrocarril, un restaurante, una
recepción de la alta sociedad, la casa de una
viejecita o de un tipo fuertote, el zoo, un
edificio en construcción, el gimnasio, un hotel,
unos grandes almacenes… Escenarios
recurrentes donde el maestro Ibáñez disfruta
introduciendo a sus personajes, aquellos que
más se prestan a desarrollar gags de acción y
violencia. Pero la inventiva siempre fresca de
Ibáñez le hace idear cada vez peripecias
distintas para estos puntos de encuentro
periódicos, lugares que el lector conoce de
sobras, pero en los que, con la utilización “El transformador metabólico” (1979)
inesperada de sus elementos, el autor consigue
sorprender de continuo.

Repetición de esquemas
Junto al anterior enunciado, existe una predisposición de Ibáñez a jugar con conceptos básicos en sus historietas, una
forma de humor que, a base de repetición, consigue convertir en sello personal, inimitable. Si muchos gags son
efectivos por acumulación (consecutivos dentro de una misma historieta), este otro sistema salpica constantemente los
episodios, por lo demás ceñidos a un leve argumento que varía poco. La gracia, el “savoir faire” del autor, está en
manejar hábilmente esa colección de gags y tics repetidos, con originalidad y variando los escenarios. Ello es a la vez
la llave del estilo de Ibáñez y su mayor servidumbre, porque la repetición funciona hasta cierto límite, dejando de ser
efectiva cuando se han repetido hasta el agotamiento. Algunos de los más frecuentes son:

1) La viejecita-molesta-que-no-se-entera-de-nada

Una pesadilla para los agentes. En álbumes como “Contrabando”, “A la caza del cuadro”, “El caso del
Calcetín”.... En años subsiguientes seguirá utilizando este recurso hasta agotar la fórmula.

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2) Los perros, útiles en la investigación

En los álbumes “La máquina del cambiazo”, “Chapeau


el ‘Esmirriau’”, “Magín el Mago”, “Contrabando”, “El
antídoto”, “El circo”, “El caso del calcetín”, “Los
secuestradores”, “Misión de perros”. En cortas como “El
mensaje” y “El can Dado”, y en los seriales (páginas 3-A
/ 4-D de “A la caza del Caco”).

3) Gags acumulativos en torno a una parte del cuerpo

Ya sea el pie (en “Contrabando”; en “Los diamantes de


la gran duquesa”), la espalda (en “Misión en el Queen
Cascajo”), etc; consiste en que todos los gags de la
historieta se centran en las sucesivas calamidades que va
“La tergiversicina” (1991-92)
sufriendo la persona (por lo general Filemón) en su parte
afectada, lo que provoca la carcajada, tanto por
acumulación , como por lo exagerado de las situaciones.

4) El animal-que-muerde-cuando-le-acercan-el-dedo

Es un gag invariable, cada vez que se acercan a un


pequeño animal o este aparece por sorpresa, el mordisco
en la mano, en la nariz, en el dedo, en el pie…, ya se
trate de un lagarto, una serpiente, un perro… Es un gag
empleado en infinidad de historias.
“Contrabando” (1978)
5)El explosivo-potente-que-estalla-al-menor-golpecito

La guinda de muchas historietas.

6) Conversión en animales

Una idea muy socorrida, a través de una píldora, un


invento, un maleficio…Ibáñez disfruta convirtiendo a los
agentes o a cualquier transeúnte eventual en animales,
por completo o en alguna parte (su cabeza, sus
piernas…). Burros, cerdos y monos son los más “¡Misión peligrosa” (1972)
frecuentes y quizá los más cómicos. En cortas como
“Historia burra” y en álbumes como “Los inventos del
profesor Bacterio”, “El antídoto”, “El brujo”…

7) Los peligros del tabaco

Antes de que las cajetillas llevaran esos enormes e


infames rótulos de advertencia, Ibáñez ya nos demostró
en su momento que este hábito es perjudicial para la
salud, pues sus personajes (ya se trate de Mortadelo o de
Otilio), solo encienden los pitillos cuando hay un escape
de gas próximo.

“Historia burra” (1974)

“Armas con bicho” (1989)

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8) El zapatófono suena en el peor momento

A la hora de atrapar a un caco, cuando están en la


jaula del leon (entrada secreta)… y en un sin fin de
escenas en la que su integridad física está en peligro.

9) Elementos de actualidad

La introducción de elementos y personajes


extraídos de la actualidad en los últimos años les
“Los monstruos” (1973) faculta como testigos de nuestra época. Ha sido una
manera más de conseguir mantener el interés de los
lectores, según afirmación del propio Ibáñez. Pero en
la década de los 70 apenas si encontramos alguna
referencia (formas de vestir de personajes
ocasionales, automóviles reconocibles en marca y
modelo…). En ese momento tan crítico en la vida del
país como era la transición española, era impensable
caricaturizar personajes de la vida pública –sobre
todo política–. Aunque antes de la muerte de Franco
se puede detectar alguna caricatura ocasional,
normalmente inofensiva, después se destaparía el
tarro de las esencias, empezando por aquel clásico
“Mortadelo extra 25 aniversario TVE” donde el autor
se revela como un excelente caricaturista,
ofreciéndonos desde los años ochenta hasta ahora la
visión “mortadelófila” de dirigentes políticos, líderes
espirituales y famosos de toda índole, gesto que
satisface a un sector de sus lectores, aquellos que
disfrutan con este tipo de parodias superficiales.
“El U.V.A.” (2003)

10) Las complejas interrelaciones masculinas

Cada uno de los personajes suele tener una actitud diferente respecto de los demás; aun con ciertas ambigüedades, en
estas historias parece ponerse de manifiesto con reglas perfectamente definidas para cada uno: cada cual actúa según
un patrón establecido. Así, por ejemplo, Mortadelo muestra siempre ironía y sarcasmo, nacidos de un odio profundo
hacia el Bacterio por haberle dejado calvo, cuando no se comporta de manera claramente agresiva. Hacia el jefe siente
cada vez menos aprecio, desatando en estos años su mezquindad: es capaz de robarle en un descuido cualquier objeto,
preferiblemente de valor, de desearle lo peor al contrario, de abandonar al jefe a su suerte o de golpear al Súper en un
momento de supremo enfado. El Súper tiene una doble personalidad: por una parte, es tan amante del lujo asiático –y
del otro, también– como corresponde a la categoría de un ego que él mismo se ha encargado de construir. Como tal,
es déspota, tiránico, violento con los empleados. Un ogro que, sin embargo, tiene su fibra sensible, aunque sea para
contrastar con la maldad del otro: es capaz de emocionarse ante la acción aparentemente desinteresada de Mortadelo
ante el rapto de Filemón, que luego resulta del mayor grado de egoísmo, puesto que lo que realmente quiere es
librarse de él; Bacterio es un personaje profundamente frustrado ante sus continuos fracasos, capaz de avergonzarse
por haber errado, pero a la vez es capaz de reaccionar agrediendo a Mortadelo con alguno de sus inventos para
defenderse de los insultos o la agresión de este. Claro que a Mortadelo no le gana en cuanto a mala leche.

“Filemón contra Mortadelo” (1972) “Concurso-oposición” (1975) “El señor Todoquisque” (1992)

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En las historietas de los setenta asistimos a una fijación de la personalidad de Filemón, lejos ya la extraña
ambigüedad que lo unía a su antiguo ayudante. Filemón aún es hostil con su “empleado”, sobre todo para remarcar
su autoridad. También oponiendo su supuesta inteligencia a la aparente estupidez de Mortadelo. A veces ha tomado
él la ofensiva contra Mortadelo, simplemente por gastar una inocentada a lo bestia, o por celos profesionales acerca
de la responsabilidad que quieren atribuirle a este en el escalafón de la empresa, sin que, por otra parte la
característica inocencia-despiste del exsubordinado –otro de los rasgos básicos de Mortadelo- se dé por aludida. El
“jefe” es igualmente cruel con Mortadelo después de haber quedado maltrecho por alguna acción de este.

La violencia más explícita, más bestia, irracional e intolerante, es la que administra al final de muchos episodios,
como respuesta a cualquier comentario irónico alusivo a todas las calamidades sufridas durante el episodio, y motivo
por el cual se ve en la última viñeta en una situación de huida por busca y captura, en la que normalmente le
acompaña su inseparable Mortadelo, replicando casi siempre el consabido “no debió hacerlo”. Las relaciones básicas
se dan entre estos personajes, protagonistas de los episodios autoconclusivos. Durante los setenta también adquiere
cierta importancia Bestiájez, encargado de avisarles-traerlos a la presencia del Súper en contraste con el deseo
imperioso de los agentes de huir a toda costa.

“¡Llegó el euro!” (2001) “¡Broommm!!” (2011)

11) Arquetipos femeninos

Las féminas están normalmente encorsetadas en


la obra de Ibáñez con características negativas y
exageradas pero precisamente por ello capaces de
provocar la carcajada (los hombres, estúpidos o
violentos, no salen mucho mejor parados). Las
peores cualidades afloran en las por otra parte
escasas escenas protagonizadas por mujeres. Bien
es cierto que para cada clase de mujer existe un
arquetipo. Las de edad madura, léase viejecitas,
tienen todos los achaques de la edad tan exagerados
que causan todo tipo de confusiones elevadas a su
enésima potencia, la catastrófica; la mujer
cincuentona robusta y violenta (de aspecto
perruno, muchas veces) que se entromete en alguna
acción de los detectives, suele propinar fuertes “¡En la Luna!” (2009) “Misión Triunfo” (2002)
palizas. Son verdaderos ogros con faldas. Algunas,
las menos, son delincuentes comunes que
mantienen en vilo a los agentes durante su
enfrentamiento, como “La Padrina”. Mujeres de
todas las edades son cotillas, ruines, maliciosas
–este caso frecuente en damas de alta sociedad y
alcurnia– envidiosas o pérfidas. La mujer objeto,
tontita y blanco de galanteos lascivos y vulgares
por parte de los agentes, ha sido afortunadamente
poco utilizada (la fugaz Señorita Irma). Desde su
aparición, Ofelia es el objetivo del comportamiento
grosero y maleducado de los dos agentes. Está, en
fin, la mujer de armas tomar, de generosas curvas y
curtida personalidad, un arquetipo que se ha
desarrollado en el proceso de actualización y
renovación de los personajes (“Su vida privada”). “El coche eléctrico” (2013) “Sueldecitos más bien bajitos” (2016)

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12) Maltratar protegiendo

Lo dice el refrán: con Mortadelo y Filemón siempre es peor el remedio que la enfermedad. En los álbumes:
“Contrabando”, “Magín El Mago”, “Los invasores”, “Los gamberros”, “El transformador metabólico”, “Los
secuestradores”. Ver además el apartado de historias cortas titulado: “Servir y proteger”.

13) Animales-que-piensan

La tortuga de “Los diamantes de la gran duquesa”, el cerdo de “Operación gorrino”… Los pensamientos continúan
los diálogos de los protagonistas dirigidos a ellos, aportando una notable comicidad.

“Operación Gorrino” (1972)

14) Parodia

Los elementos paródicos están presentes en toda la


obra de Ibáñez. En la década de los setenta adquiere
especial significación por todo el despliegue de
medios y resortes empleados. En Mortadelo y
Filemón son abundantes los elementos de parodia de
los esquemas de los espías de estilo bondiano, como
en otras historietas ya comentadas (Anacleto, 7-7
cero, el agente 0077, etc.) que además son llevados
hasta el extremo. Esta abundancia de elementos
paródicos enriquece y da contenido a la historieta.

Algunos ejemplos:

- Armas: De todos los calibres y utilidades, son la “¡A las armas!” (1974) “¡En Alemania!” (1981)
antítesis de la sofisticación bondiana,
deliberadamente por supuesto. La chapuza española
aplicada a los métodos de ataque y defensa.

- Confidentes: un buen recurso para complementar


las investigaciones de nuestros agentes, por un
módico precio o una oportuna coacción.

- Contraseñas: las frases más delirantes que son


pronunciadas en el momento más inoportuno.

- Enlaces: uno de los métodos para contactar con los


“¡A las armas!” (1974)
agentes es enviarles a otro agente con un mensaje del
cuartel general. A veces tan camuflados como la
situación lo requiere (disfrazados de tortuga, rata o
pelícano).

- Las entradas secretas: imprescindibles para el


acceso al cuartel general, las hemos visto utilizadas
en las historietas de Anacleto. Pero este recurso es
más anecdótico en Vázquez, mientras que Ibáñez las
integra de tal manera en esta etapa que resultan casi
de uso obligado. Su funcionamiento suele ser
bastante similar en las distintas historietas, dando
lugar a secuencias memorables adornadas con un
toque de humor absurdo.
“¡El Dos de Mayo!” (2008)

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- Glamour: Si James Bond tiene todas las cualidades
de un auténtico caballero, con rotundo éxito entre las
mujeres, nuestros agentes exhiben los peores
defectos de los usos y costumbres nacionales:
comportamiento zafio y grosero con el otro sexo,
afición por el bebercio descontrolado o por el juego
en su variante más populachera.

- Inventos: El recurso constante a los ingenios más


catastróficos, demenciales e inservibles. La inventiva
del autor no conoce límites. En este recurso se
resume en buena parte la esencia del mejor Ibáñez, y
ha dado lugar a algunas de sus mejores historietas.
“El señor Todoquisque” (1992-93)
- Mensajes: un medio recurrente para transmitir las
órdenes y encargar las misiones del cuartel general.
A veces tan expeditivos como un cantazo a la
cabeza.

- Organizaciones enemigas: La T.I.A. no tendría


sentido sin estas organizaciones a las que
enfrentarse. A veces, se tratará únicamente de una
enemistad personal entre los superintendentes
respectivos de ambas organizaciones; en otros, la
agencia de turno pondrá en peligro los intereses que
la T.I.A. defiende. En todos los casos, nuestros
agentes deberán enfrentarse a los malos, deteniendo
o neutralizando sus actividades.
“Las vacas chaladas” (1997)
- Palomas mensajeras: indispensables en toda
organización moderna que se precie.

- Perros y otros animales: Utilizados por la policía


con éxito en sus pesquisas, en manos de Mortadelo y
Filemón sobreviene siempre la catástrofe, adornados
estos animales con las peores cualidades y defectos.

- Teléfonos secretos: tan ocultos que a menudo dan


lugar a equívocos y confusiones.
“Contra el ‘gang’ del Chicharrón” (1969)
- Los vehículos: auténticos cacharros majaretas de
uso cotidiano y nefastas consecuencias.

- Zapatófonos y otras alarmas: El zapatófono


suena invariablemente en el peor momento. A la
hora de atrapar a un caco, cuando están en la jaula
del leon (entrada secreta)…en un sinfín de escenas.

- Violencia: Se da en todos los órdenes: violencia


del impacto visual con que Ibañez nos arroja sus
imágenes, violencia literal entre todos los personajes
masculinos, que desatan su agresividad a la menor “Los monstruos” (1973)
provocación. Aquí se incluyen también los
personajes ocasionales e igualmente una cierta
tipología femenina que, en una situación extrema,
desata sin freno sus reacciones agresivas.

- Venganza: Una vez disparados los mecanismos


precisos, la venganza llega de una manera natural,
pues es resultado de todo un proceso que ha
acarreado sobre los agentes las peores torturas y
calamidades, y deja esa sensación de vacío y de
frustración capaz de desatar la violencia innata de
los personajes, que por otra parte tampoco necesitan
demasiada justificación para perder la cabeza. “La máquina de copiar gente” (1978)

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Humor en primera plana: el caso de las portadas
(por Jordi Canyissà)
Estamos tan acostumbrados a verlas que no nos damos cuenta de su rareza. Para un autor de historietas, realizar la
portada de un álbum o de una revista suele ser un honor poco frecuente. Lo normal es que sean pocos los álbumes
publicados a lo largo de una vida y que, por lo tanto, sean pocas las posibilidades de encargarse de una portada. En el
caso de las revistas, es un privilegio también escaso porque el premio de ocupar la primera plana suele repartirse entre
todos aquellos que participan en esa publicación. Para Francisco Ibáñez, la producción de portadas no es una
excepción sino todo lo contrario: es una parte importantísima en su trayectoria. Si nos centramos únicamente en la
serie Mortadelo y Filemón, el número de portadas firmadas por Ibáñez es enorme y constituyen por sí mismas un
corpus con suficiente entidad como para ser analizado de manera autónoma y en paralelo a su carrera como
historietista.

Hacer una portada es un regalo, sí, pero para un autor de historietas puede tratarse de un regalo envenenado porque
una portada no tiene nada que ver con una historieta. La historieta es un arte narrativo, basado en una sucesión de
imágenes que forman un relato. La portada, en cambio, suele ser una imagen única –no secuencial– que en el caso de
los cómics realistas suele estar más cerca de la ilustración o del cartelismo y en el caso de los cómics humorísticos se
aproxima al formato de chiste gráfico. En ambos casos, la portada es el primer elemento publicitario de una revista o
de un álbum: debe sobresalir entre muchas otras publicaciones similares y tiene que ser atractiva para incentivar la
compra. Hergé lo sabía bien gracias a sus inicios en el mundo de la publicidad y supo aprovechar ese bagaje para
crear portadas verdaderamente emblemáticas para la serie Tintín.

Primeras portadas

Para la historia quedará siempre que la primera portada de Mortadelo y Filemón llegó once semanas después del
nacimiento de los dos agentes, en el número 1405 de la revista “Pulgarcito” (1958); pero esa portada, como las que la
siguieron, en poco se diferencia de las historietas del interior de la revista. En realidad, es una historieta con una tira
menos de altura y en color. Las primeras portadas dignas de tal nombre llegan en el año 1969 y por partida doble. Por
un lado, con el primer título de la colección “Ases del Humor”, “El sulfato atómico”, un álbum en cartoné que
publica la editorial Bruguera a imagen y semejanza del mercado francobelga. Por el otro, gracias a dos especiales
publicados ese mismo año por la revista “Gran Pulgarcito” –que nunca contó con portadas de Ibáñez–: el Extra de
Verano del mes de junio y el Almanaque para 1970 de diciembre. La portada de “El sulfato atómico” sigue el
mismo diseño de las portadas de Astérix que en esos años publica Dargaud. Basta compararla con la primera edición
de “Le bouclier arverne” (1968) y de “Astérix et le chaudron” (1969) para ver que la diagramación de la portada
que establece Bruguera es la misma que la de la editorial francesa: una banda inicial de algo menos de un tercio de la
portada con el nombre de la serie en rojo y el título del álbum sobre fondo blanco; el resto, una imagen prácticamente
cuadrada, en color, y sin globos de texto. Tan fiel es el seguimiento de Ibáñez a la fórmula francobelga que esa
primera portada para “El sulfato atómico” es seguramente la única del autor que no contiene un verdadero chiste:
Mortadelo rocía un insecto y este aumenta de tamaño causando la lógica sorpresa del general que se tambalea encima
de él. Mucho se ha hablado de la influencia que esta historieta tiene del mercado francobelga (Franquin, Tillieux,
Peyo) pero no se ha resaltado suficientemente que esta influencia llega incluso a la portada (vía Uderzo en este caso).
Nótese que cuando Ibáñez elabore una nueva portada para este episodio en la colección “Magos del Humor” (1984)
introducirá el chiste ausente en esa primera edición.

“El escudo arverno” (Dargaud, 1968) y “Astérix y el caldero” (Dargaud, 1969) “El sulfato atómico”
(“Ases del Humor”, Bruguera, 1969)

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Más interesantes resultan las portadas que en ese mismo 1969
asoman en los dos números extraordinarios de “Gran Pulgarcito”.
Interesantes porque proponen un modelo distinto al del primer Sulfato
y un importante paso en la dirección que Ibáñez tomará a partir de ahí:
la presencia del chiste en la portada y el uso de un globo de texto. Al
tratarse de una portada para una revista, el referente ya no son los
lujosos álbumes francobelgas sino las populares revistas de humor de
Bruguera y así, como consecuencia, aparece en ellas el texto y el
humor de una manera natural. En el extra veraniego, los dos agentes
de la T.I.A. quedan vagando por el espacio por la ineptitud de
Mortadelo, que ha abandonado los mandos de la nave. En el
almanaque, Ibáñez da un paso más en la formación de su estilo
humorístico para las portadas y ofrece una composición que podemos
considerar canónica: Filemón está en casa leyendo el periódico
despreocupadamente (un detalle importante pues justifica que no vea
lo que está haciendo su colega) y Mortadelo sale contento hacia el
jardín de la casa donde le espera un imponente cohete. Filemón
pregunta: “Y este año... ¿piensa marcharse a celebrar las navidades
muy lejos?” El lector ata cabos rápido y capta el gag con facilidad.
Ibáñez se inspiró e incluso tomó detalles prestados de ilustraciones de
las revistas francobelgas que los redactores de Bruguera mostraban a
los dibujantes como ejemplo a seguir, siendo Franquin la principal
“Gran Pulgarcito” (Bruguera, Extra de verano 1969) influencia de la que se aprovecharía durante unos cuantos años.

Portadas que dan risa

Ibáñez se aparta pronto de la portada más ilustrativa (“El sulfato atómico”) para abrazar decididamente la portada en
formato de chiste gráfico. No es raro que así sea. Ibáñez es un maestro del humor, siempre ha considerado que el
guion –ese guion que desencadena la risa– es la explicación de su popularidad. Habría sido un contrasentido que en
las portadas no buscara también el elemento humorístico. Tanto es así que, con el tiempo, Ibáñez multiplicará las dosis
de humor en sus portadas. Es lo mismo que hizo desde el principio en sus historietas: en las aventuras de una página
de Mortadelo y Filemón el humor salpica toda la página, no lo reserva solamente para la viñeta final. Ibáñez no ha
perdido nunca la oportunidad de poner más de un chiste por página, casi un chiste por viñeta –13 Rue del Percebe es
la quintaesencia de ese deseo–. Con las portadas hay una evolución hasta la multiplicación del gag: junto al chiste
principal hay montones de detalles cómicos en un segundo plano, desde ratoncillos o caracoles que charlan
graciosamente en una de las esquinas del dibujo hasta elementos incongruentes en el fondo de la escena. La animación
de la letra ‘O’ en la revista “Mortadelo” o la presencia de la firma antropomórfica en las portadas más modernas –
aquí también siguiendo un camino iniciado por Franquin– no son más que una confirmación de ese empeño de Ibáñez
para multiplicar la presencia del humor. Así como hay dibujantes cuyo horror vacui les obliga a saturar al máximo su
dibujo, en Ibáñez hay un verdadero horror al humor vacui que le lleva a multiplicar las referencias cómicas en sus
portadas.

Un álbum tan reciente como “Urgencias del Hospital… ¡fatal!”


(2018) confirma que, tras sesenta años con la serie, no ha cesado
en su empeño de llenar las portadas con el mayor número de gags.
En ese caso, junto al chiste principal –el globo de texto de
Mortadelo– aparece una segunda escena con Rompetechos que
casi compite en importancia, un diálogo entre dos ranas, un
incongruente edificio de fondo coronado por una horca, y además,
una firma animada que pide paso tocando la bocina. Es el
resultado de una evolución en la concepción de las portadas que no
aparecía inicialmente. En esos primeros ejemplos, Ibáñez trata la
portada como un chiste en formato grande. Nada más.

En sus primeras portadas para “La Risa” (hacia 1957) el grafismo


de Ibáñez es muy similar al de los chistes que se encuentran en el
interior, salvo que en la portada se ven a mayor tamaño y en color.
En cambio, a partir de 1969 Ibáñez intuye que la portada exige un
mayor esfuerzo gráfico que no se necesita en el interior: la portada
pasa a ser entonces el lugar que acogerá el estilo de dibujo más
elaborado del autor. Entonces toma una decisión que mantendrá
para siempre: en sus portadas, Ibáñez optará por el uso del chiste
gráfico y recurrirá a un dibujo cuidado y llamativo.

“Urgencias del hospital… ¡fatal!”


(Penguin Random House, 2018)

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Cuidado y llamativo no son conceptos sinónimos sino complementarios. Por cuidado nos referimos a un dibujo más
detallista que el de las historietas marcando, por ejemplo, más pliegues en la camisa de Filemón o señalando unos
reflejos en la levita negra de Mortadelo. Cuidado quiere decir también que son dibujos pulcramente entintados;
prueba de ello es que a día de hoy las portadas siguen siendo las únicas páginas que Ibáñez, con más de ochenta años,
sigue entintando, tal como ha reconocido Juan Manuel Muñoz, entintador de sus historietas desde hace más de tres
décadas. Por llamativo, en cambio, nos referimos a que estas portadas suelen incorporar un elemento visual que atrae
la mirada del lector. Un anzuelo. Ocurre incluso en la citada primera portada de “El sulfato atómico”, donde no hay
un chiste propiamente, pero sí un elemento visual impactante: el insecto gigante.

Recursos para hacer un chiste

La presencia de un elemento de impacto en la portada es habitual en la serie


“Mortadelo y Filemón”, y avala que, además de un gran humorista, Ibáñez
es también un dibujante virtuoso. La primera colección “Olé!” (1971-1986),
que tiene el interés de presentar una larga lista de portadas dibujadas en un
extenso periodo de tiempo, ofrece varios ejemplos con presencia de un claro
reclamo visual: un gorila golpeando a Mortadelo (nº 141), Mortadelo
corriendo con una guillotina al cuello (nº 145), un avión partido por la mitad
(nº 165), una camioneta destrozada que salta por los aires (nº 193) o un
helicóptero que funciona dándole a la manivela (nº 218). La fórmula es clara:
un chiste contundente, un dibujo virtuoso y algún elemento de impacto en la
imagen.

Recurrir a un elemento visualmente llamativo es habitual en la escuela


Bruguera. Son muchas las portadas de “Tío Vivo” o de “DDT” firmadas por
Jorge, Peñarroya o Cifré que utilizan ese recurso. Lo hizo también Manuel
Vázquez, excepcional humorista de quien Ibáñez tomó muchas y muy buenas
lecciones en sus inicios. En realidad, la mayoría de recursos usados por
Vázquez en sus portadas son aplicables a las de Ibáñez, aunque luego cada
autor pone el acento en aquello en lo que se siente más cómodo (Vázquez hará
portadas conceptuales que nunca firmaría Ibáñez, mientras que este último es
“Tío Vivo” n.º 1 (Crisol, 1957)
más aficionado a la imagen violenta, con explosiones o trompazos).

Entre las estrategias para una buena portada encontramos, además del
reclamo visual, prácticas como la elipsis (se muestran las consecuencias
de un hecho que no vemos, como el abandono de la cápsula espacial en
la portada veraniega de “Gran Pulgarcito”) o la anticipación (se avanza
lo que vendrá, caso de Mortadelo a punto de marcharse de vacaciones
navideñas con su cohete en otro ejemplo citado). En ambos casos, la
imagen de portada juega con un antes y un después temporal que obliga
al lector a imaginar lo que acaba de pasar o lo que está a punto de
ocurrir. Esto último es muy habitual en Ibáñez, pues muchos chistes
suelen anticipar reacciones que seguro veríamos si la escena siguiera,
como por ejemplo la cara de espanto de Filemón ante la peligrosidad de
su próxima misión cuando Mortadelo llega con los ataúdes a cuestas
(“Olé!”, nº 257); sin embargo es como si Ibáñez cortara la escena antes,
cuando Filemón está todavía tranquilo y seguro de sí mismo. Ibáñez
domina tanto el flujo narrativo –como es propio de un buen historietista–
que incluso logra insertar la temporalidad en una imagen única y no
secuencial. Muchas veces, en una misma portada convive el juego entre
el antes y el después, entre lo que acaba de pasar pero no hemos visto y
lo que vendrá pero no veremos. Un ejemplo claro es cuando Filemón le
pregunta al Súper qué le hace suponer que Mortadelo pueda haber
estropeado la nueva avioneta de la agencia (“Olé!”, nº 183). La imagen
muestra, por un lado, a Mortadelo en paracaídas (con lo que nos
imaginamos que acaba de destruir la avioneta) y por el otro, al Súper con
“Olé!” n.º 257 (Bruguera, 1982) la cara roja de rabia (a lo que seguirá, deducimos, una reacción
encolerizada y agresiva). Pasado, presente y futuro en magnífica
armonía sobre una misma imagen. Aquí de nuevo, la composición de la escena es clave para permitir esta armónica
coexistencia de tiempos. El dibujante divide la escena en dos ambientes para hacer que un personaje no vea lo que
hace el otro; de ahí que sean tantas las portadas en donde Filemón está distraído, leyendo, de espaldas a Mortadelo o
con los ojos entornados. Es frecuente asimismo que los dos agentes se encuentren separados por un muro que les
impide tener una visión directa. En este último caso, Ibáñez destaca en el uso de soluciones imaginativas que
incorporan puertas o ventanas en la escena y tiene especial cuidado en escoger un punto de vista que permite al lector
ver aquello que permanece velado a los dos agentes. Sin este artificio, el gag no sería posible.

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Otra de las claves que permite reforzar la comicidad y que es habitual en las portadas de Ibáñez es el retardo
informativo a partir de un contraste frontal entre lo que el texto dice y lo que muestra la imagen, al que se le
suma un desenlace fatal (y violento) precisamente porque la información llega tarde. Los ejemplos de esta práctica en
Mortadelo y Filemón son legión. En el año 1978 se publicaron dos portadas de la colección “Olé!” casi consecutivas
que lo ejemplifican: en una, Mortadelo advierte de la presencia de una bomba en un sillón (“Olé!” nº 147) y en la
otra en un frasco (“Olé!” nº 152), pero en ambos casos ese aviso llega tarde y la explosión le ha dado de lleno a
Filemón. Lo mismo vale cuando el larguirucho agente informa al Súper de que las cuerdas de saldo que ha comprado
no dan el resultado esperado y deducimos que Filemón se ha pegado un gran batacazo (“Olé!” n.º 174). Lógicamente,
el uso de uno de estos recursos se puede complementar con otros (en el último ejemplo, hay una elipsis que nos oculta
la brutal caída). Como vemos, en muchos casos de retardo informativo es habitual recurrir a la figura de un tercero al
que se le explica lo que acaba de pasar. A menudo es un receptor in absentia porque queda fuera de la imagen y se
recurre a él a través de una llamada telefónica. Además del último caso citado, ocurre también cuando Mortadelo
llama al Súper para informarle del fallido test del nuevo paracaídas (“Olé!” nº 233) o cuando le comunica que
Filemón ha encontrado el alijo de explosivos que buscaban (“Olé!” nº 241).

“Olé!” n.º 183 (Bruguera, 1983) “Olé!” n.º 152 (Bruguera, 1978) “Olé!” n.º 241 (Bruguera, 1982)

Por supuesto, buena parte de estas portadas se sustentan con el


humor absurdo, columna vertebral de muchos gags, por
ejemplo, aquel en el que la cabeza de Mortadelo adopta forma
de pirámide tras haberse escondido dentro de una (“Olé!” nº
148) o aquel en el que un perro rastreador sigue la pista
avanzando incluso encima del agua: “Nunca habíamos tenido
un perro seguidor de pistas como este”, dice Mortadelo con
evidente satisfacción (“Olé!” nº 224). También recurren al
humor absurdo todas las portadas en las que los dos agentes
usan un material absolutamente desfasado para sus misiones.
Es significativo que la primera portada que protagonizan en el
n.º 5 de la colección “Olé!” ya jugara con la tecnología vetusta
y el humor absurdo al mostrar a Mortadelo caminando con
dificultades por culpa del voluminoso teléfono que le han
puesto en el zapato. Será la primera de muchas otras que
seguirán la misma línea: una microcámara con un
desmesurado flash (nº 81), un micrófono para espiar al
enemigo que se ve a leguas (nº 90), dos enormes listines de
teléfonos que acompañan a un nuevo modelo de zapatófono (nº
95) o un detector de bombas compuesto por un martillo atado a
un largo palo (nº 186). Son tantos los ejemplos que bien
podríamos considerar que las portadas sobre tecnología
desfasada de la T.I.A. son un subgénero dentro de la serie. Por
último, Ibáñez recurre no pocas veces a los juegos de palabras,
a veces utilizando expresiones que tienen un sentido literal y
otro figurado, caso de empapelar, tener la sangre fría o hacer
cantar a un gánster (“Olé!” nºs 89, 140 y 163), y otras veces
aprovechando la confusión de palabras fonéticamente
similares como bandolero y barrendero (“Olé!” nº 106). “Olé!” n.º 5 (Bruguera, 1971)

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“Olé!” n.º 163 (Bruguera, 1978) “Olé!” n.º 186 (Bruguera, 1979) “Olé!” n.º 244 (Bruguera, 1982)

Distintas colecciones, distintos estilos

Ibáñez no deja nada al azar. El formato de las principales


colecciones de álbumes y revistas de Mortadelo y Filemón varía
según las colecciones. Su autor ha concebido para cada caso un
formato concreto al que se ha mantenido esencialmente fiel a
pesar de los años y de la enorme producción. Veámoslo
analizando las series más largas y populares: “Ases del Humor”,
revistas “Mortadelo” y “Súper Mortadelo”, y colección “Olé!”.
En la colección “Ases del Humor”, de Bruguera, Ibáñez opta por
el chiste mudo y suele dibujar a un Mortadelo plenamente
identificable, con su sempiterna levita. Así ocurre en las portadas
de “El caso del bacalao”, “¡A la caza del cuadro!”, “Los
diamantes de la gran duquesa” o “El plano de Ali-Gusa-No”.
En los casos en los que viste otra indumentaria suele estar
justificada por el desarrollo de la historia y Filemón lo acompaña
también: es el caso de “Valor y... ¡al toro!” o de “Mundial 78”.
Las únicas excepciones son las portadas de “¡La caza del caco!”
y “La caja de diez cerrojos”. Resulta significativo que –
siguiendo el ejemplo fundacional de “El sulfato atómico”– estas
portadas continúen siendo mudas aunque ahora han incorporado
ya la presencia del gag. Hacer un chiste mudo no es fácil y
atreverse a plantear una colección de portadas sin globos de
texto es un desafío para quien tan bien usa el texto de los chistes.
Pero ejemplos como “Los invasores” o “Concurso-oposición”
prueban que el autor es capaz de manejar los resortes expresivos
y narrativos de la imagen con tanta eficacia que consigue
alcanzar el mismo tipo de humor y el mismo efecto cómico que “Los agentes de la T.I.A.”
(“Ases del humor” n.º 16, Bruguera 1972)
cuando se apoya con un texto.

La portada de “Los agentes de la T.I.A.” (“Ases del Humor”, nº 16, 1972) es ejemplar porque muestra la cantidad
de resortes narrativos que utiliza Ibáñez para generar un gag mudo. Aparecen los dos agentes y el Súper; este último
reconocible solo por el contexto. Es una composición triangular con Mortadelo claramente identificable, de pie y sin
disfraz. Como en todo dibujo, la escena congela un instante, sin embargo, Ibáñez ha escogido tan bien ese momento
decisivo que permite deducir una secuencia temporal más extensa: Mortadelo y Filemón han accedido al despacho de
su jefe –probablemente les ha llamado para una misión– usando una entrada secreta. Lo sabemos porque Filemón
aún está entrando, reproduciendo para el lector el gesto que su colega acaba de hacer pero que no hemos visto. Sin
embargo, Mortadelo, que ya ha entrado completamente, le indica que a su espalda tiene al “Súper” cabeza abajo
rodeado de un estropicio considerable. La gestualidad es excelente, dato fundamental para comprender este tipo de
portadas. Mortadelo no habla pero es casi imposible no imaginar lo que está diciendo: “Jefe, creo que nos hemos
equivocado de entrada”. O tal vez: “Tenía usted razón. No era esa la entrada que debíamos utilizar”. Los agentes han
metido la pata entrando por la entrada que no tocaba y eso ha provocado el trompazo del Súper. Es fácil deducir que
pronto caerá sobre ellos una buena represalia. No hacen falta palabras.

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En la revista “Mortadelo” (entre 1970 y 1983) Ibáñez
prueba todavía un nuevo formato: el de historieta de
una página con un aspecto que no es el mismo que el de
las historietas del interior de la revista. Si en el caso de
“Pulgarcito” visto más arriba la página era formalmente
igual que la del interior, en las portadas de “Mortadelo”
la página adopta una estructura que ya a simple vista la
hace formalmente distinta. En realidad, Ibáñez empieza
esta serie de portadas con historietas muy simples, casi
como si fueran una tira en forma de página. No es raro
que las primeras entregas contengan simplemente tres
viñetas (nº 2, 3, 4, 42) o cuatro (nº 0, 1, 5, 6, 7, 8). Poco
a poco la narración se vuelve más elaborada y aumenta
el número de viñetas, que a partir del año 1975 suele ser
de cinco o seis en cada portada. Pese a que el formato de
estas portadas es muy distinto a las que cuentan con una
única viñeta, algunos recursos humorísticos habituales
en Ibáñez aparecen también en la primera etapa de
“Mortadelo”. Muchos gags terminan anticipando lo que
pasará (la cesta que aplastará fatalmente a Filemón en el
nº 2), o elidiendo lo que ha pasado (la explosión por
culpa de un puro trucado en la portada nº 41). Asimismo,
es habitual el uso del reclamo visual que, pese a ser
menos llamativo a priori en portadas con varias viñetas,
se usa no pocas veces para destacar un elemento del
dibujo: un avión (nº 4), la gran esfinge de Gizeh (nº 7),
un tren (nº 27), una ballena saltando (nº 42), un
gigantesco mono (nº 66), un transatlántico (nº 68) o el
monte Rushmore (nº 425).

Las portadas de esta revista son el extremo opuesto a “Mortadelo” n.º 4 (Bruguera, 1970)
las de “Ases del Humor”. Si unas cuentan con una
única viñeta, las otras presentan múltiples imágenes; si
unas son mudas, las otras tienen texto, mucho texto.
Son portadas muy dialogadas, con un verdadero rifirrafe
dialéctico entre Mortadelo y Filemón que habitualmente
genera una confusión o un malentendido que se desvela
en la viñeta que cierra la historieta con una contundente
resolución cómica. Estos diálogos se muestran con
globos de texto encabalgándose unos con otros, globos
coloreados a veces, y solapándose con las viñetas que
tienen alrededor. No es rara una portada con once globos
de texto (la nº 377, por ejemplo) o con doce (nº 398).
Algunas viñetas, por su parte, suelen adoptar formas
variadas y poco convencionales, con esquinas
redondeadas, que dotan al conjunto de la página de un
aspecto más dinámico y fluido. En las más de 640
portadas hechas por Ibáñez con este formato hay varias
ocasiones para apreciar el influjo de la obra de André
Franquin. Aunque, llegados a este punto, conviene
diferenciar dos tipos de influencia. La primera es la del
mimetismo, que implica que Ibáñez adapta –en esencia–
un gag tomado de la serie “Gaston Lagaffe” (Mortadelo
y Gaston comparten altos grados de incompetencia
profesional). Así, la portada nº 1 replica el gag 568 del
personaje belga, mientras que la del nº 4 hace lo propio
con el 412 y la del nº 175 con el 583. La segunda
influencia es, simplemente, inspiracional: Ibáñez toma
una imagen de Franquin que dibuja tal cual y a partir de
ella elabora un chiste completamente nuevo, como si la
obra original le sugiriera ese chiste. Así ocurre con el
transatlántico que ocupa media página en “L’ombre du
Z” (1960) y que sirve para elaborar el gag de la portada
de la revista nº 68 (1972). En este caso, la imagen es el
denominador común entre las obras de los dos
“Mortadelo” n.º 377 (Bruguera, 1978)
dibujantes, pero el guion no tiene nada que ver.

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En paralelo a esta revista, en enero de 1972, se lanza la nueva
cabecera mensual “Súper Mortadelo”, en la que Ibáñez prueba un
nuevo formato, distinto al de las portadas de “Olé!”, de “Ases del
Humor” y de la revista “Mortadelo”. En este caso, el protagonista
absoluto de la portada es el disfraz. En realidad, Ibáñez fija una
disposición canónica en los tres primeros números que luego
mantiene sin alteraciones: Mortadelo disfrazado a la izquierda de la
portada ocupando toda la altura que le permite la página –hasta la
cabecera– y a la derecha Filemón y el resto de elementos, incluido
el bocadillo de texto. El principal atractivo de la portada es ver
cómo Ibáñez ha transformado a Mortadelo en cantante de rock,
vaquero, ciclista, torero o en un mago de los de lámpara
maravillosa. Son disfraces dibujados con todo lujo de detalles.
Diez años después, tras un rediseño de la revista en el número 135,
Ibáñez empieza a poner el disfraz a la derecha, invirtiendo como
en un espejo la distribución anterior. Es como si el autor quisiera
sumarse a la nueva presentación con un cambio en la estructura del
dibujo. Pero la propuesta dura pocos números y pronto Mortadelo
vuelve a situarse a la izquierda. Se trata de algo lógico y coherente
con el sentido de lectura occidental, de izquierda a derecha: el ojo
empieza por lo más llamativo de la portada –el disfraz– y luego
sigue escrutando el dibujo yendo hacia la derecha, donde descubre
el globo de texto y el resto de la imagen y capta el chiste. Colocar
el foco de atención a la izquierda es la disposición más natural.
Además, cuando en un quiosco se acumulan muchas revistas –y
estas publicaciones se vendían en quioscos– lo normal es que la
mitad izquierda sea la parte visible; por eso, colocando el disfraz en “Súper Mortadelo” n.º 33 (Bruguera, 1974)
esa zona, Ibáñez se asegura la máxima visibilidad del motivo que
sirve de gancho para la portada y el que mejor sirve para diferenciar una portada respecto de la publicada la semana
anterior. Una buena estrategia para indicar al lector que el nuevo número de la revista ha llegado ya. Esta disposición
ensayada en “Súper Mortadelo” se mantendrá en la nueva revista semanal que se publica a partir de enero de 1984 y
que, aunque por nombre y periodicidad es la continuadora de “Mortadelo”, en realidad sigue la numeración de
“Súper Mortadelo”. En esta nueva etapa el disfraz sigue siendo el protagonista indiscutible. En realidad, no se trata
solo de que Mortadelo vaya siempre disfrazado ni de que este disfraz sea el elemento más identificable de la portada,
sino que el disfraz es el verdadero motor del chiste. Es como si Ibáñez pensara primero de qué va a ir disfrazado su
personaje –no acostumbra a repetir indumentaria– y luego creara el chiste.

El disfraz resulta muy útil a efectos argumentales para que


Ibáñez pueda hacer un chiste sobre una temática ajena al
mundo detectivesco: basta vestir a Mortadelo de camarero o
de electricista para que sea posible hacer chistes que, de
otra manera, escaparían al universo de los dos agentes.
¿Cómo es posible si no una escena en la que Mortadelo sirve
una copa a Filemón en un restaurante? En esa portada (nº
172), Mortadelo no es un agente disfrazado de camarero, es
un verdadero camarero. Mortadelo no se ha disfrazado, se ha
transformado. El recurso del disfraz permite a Ibáñez usarlo
para ampliar el abanico de temas sobre los que puede hacer
un chiste, y eso es una bendición para una serie que cuenta
con un número tan elevado de portadas.

Donde Mortadelo aparece sin disfraz es en la mayoría de


portadas de la colección “Olé!”, tal como ha quedado dicho.
Solo hay algunas excepciones, como los números 11, 86,
213, 214 o 262, muy pocas si tenemos en cuenta que esta
colección cuenta con más de doscientas portadas
protagonizadas por los inefables agentes. Sin embargo,
cuando Ediciones B empezó a editar nuevos números de
esta colección, no respetó la planificación de Ibáñez y usó
para estos álbumes viejas portadas de “Súper Mortadelo”
con el personaje disfrazado. Compárese la portada de
“Súper Mortadelo” nº 72 (Bruguera, 1977) con la del
“Olé!” nº1-M200 (Ed. B, 1991) luego reconvertido en
“Olé!” nº 107 (Ed. B, 1993). Y de paso, en la tercera
versión, se borra una colilla del suelo –bienvenidos a la
época de lo políticamente correcto–.
“Mortadelo” (2ª etapa) n.º 172 (Bruguera, 1984)

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“Súper Mortadelo” n.º 72 (Bruguera, 1977), “Olé!” n.º 1-M200 (B,1ª edición, 1991) y “Olé!ª” n.º 107 (B, 3ª edición, 1993)

Esta práctica de reaprovechamiento de portadas ya la había practicado Bruguera años atrás alterando también la
unitaria tipología de portadas por colección prevista por Ibáñez. En 1985, con la editorial a punto de cerrar sus
puertas, publicó como portada para “Testigo de cargo” (nº 300) en la colección “Olé!” el dibujo hecho para “Los
bomberos” en “Ases del Humor” –un chiste mudo, recordemos–. También las portadas de “La estatua de la
libertad” (nº 290), “El cochecito leré” (309) o de la apócrifa “El loco del Fujiyama” (nº 294) fueron pensadas por
Ibáñez para álbumes de otra colección que no fuera la “Olé!” y por eso son chistes mudos, lo que ocurre es que
Bruguera les añadió un texto innecesario y mal puesto porque en dos de los tres casos no encaja con el dibujo, ya que
el personaje que debería pronunciar ese texto está dibujado con la boca cerrada. El resultado es chocante.

“Olé!” n.º 290 (Bruguera, 1984) “Olé!” n.º 294 (Bruguera, 1984)

Si antes hemos desgranado los resortes utilizados en un chiste mudo, vale la pena repetir el ejercicio sobre una
portada con texto. Tomemos la del número 142 de la colección “Olé!” (1971) en donde Filemón, refiriéndose a una
inminente amenaza extraterrestre, le pregunta a Mortadelo si “cree en esas paparruchas”. Ibáñez nos ofrece una
cuidada composición en forma de “Z”, que arranca con el globo de texto, sigue a la derecha con el emisor de esas
palabras y continúa con una diagonal que va desde este hasta el mueble donde Mortadelo guarda la ropa, pasando por
el telescopio colocado frente a la ventana. Luego, en la parte inferior derecha de la imagen, vemos a Mortadelo salir
disparado de casa con su maleta en la mano. Nada sobra ni falta en esta escena. Y todo está en su sitio. Veámoslo.

56
Filemón está de espaldas a su compañero; es la
forma que tiene Ibáñez de dividir la escena en dos, lo
cual resulta obligado porque, si Filemón viera el pánico
de su compañero, el chiste no tendría sentido. Filemón
lee el periódico, lo cual le permite informarse de esa
supuesta invasión extraterrestre y lanzar la pregunta a
Mortadelo. El mismo recurso lo hemos visto en
numerosas ocasiones a lo largo de la obra de Ibáñez
desde sus comienzos en la editorial Marco (“La Risa”,
n.º 153, I/1959) hasta la áctual colección “Top Cómic”
(n.º 65, II/2018). La expresividad es también
fundamental: se le ve sonriendo, cosa que nos permite
deducir que él no cree en los extraterrestres. Además,
su actitud relajada y confiada contrasta con el
apresuramiento y la cara de pánico de Mortadelo
multiplicando el efecto cómico de la escena. No falta
tampoco la ventana en donde asoma una parte del cielo
que hasta hace un momento Mortadelo estaba
escrutando ni falta tampoco la puerta hacia la que este
se dirige, fundamental para indicar la salida de la
escena. Pero tal vez la parte más brillante son las líneas
cinéticas de movimiento que indican los tres saltos
que Mortadelo acaba de hacer y que corresponden a
otras tres acciones: mirar por el telescopio, recoger la
ropa de una cómoda apenas insinuada, y salir
corriendo maleta en ristre. Ibáñez ha tenido incluso la
sabiduría de indicar al lector que existe una relación
entre el cajón abierto y la maleta ya cerrada, pues en
ambos hay piezas de ropa que sobresalen; es obvio
pues lo que Mortadelo ha colocado ahí. El taburete que
cae al suelo y el cajón sin cerrar, refuerzan la idea de
apresuramiento que trasmite sobre todo la exagerada
expresividad del cuerpo de Mortadelo, con la espalda
“Olé!” n.º 142 (Bruguera, 1977)
totalmente arqueada y sin que ninguna de sus piernas
toque las baldosas. Una portada memorable.

“La Risa (2ª época)” n.º 153 (Marco, 9/I/1959) “Top Cómic” n.º 65 (Ediciones B, 8/II/2018)

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La actual colección de álbumes en cartoné, publicada primero por Bruguera y continuada por Ediciones B y luego
por Penguin Random House bajo el nombre “Magos del humor”, incorpora la presencia del texto a diferencia de lo
que ocurría en “Ases del Humor”. Es lícito pensar que Ibáñez se siente más cómodo usando bocadillos de texto. Así,
las portadas actuales de los álbumes en cartoné están más cerca de la fórmula clásica que tan bien ha funcionado en la
colección “Olé!”. En cuanto a Mortadelo, y aunque sigue apareciendo a menudo con levita, durante los últimos años
es cada vez más habitual que vista algún disfraz: “El señor de los ladrillos” (nº 102), “Chernobil... ¡qué cuchitril!”
(nº 141), “¡Broommm!” (nº 157), “La litrona, vaya mona” (nº 159), “Sueldecitos más bien bajitos...” (nº 178) o la
citada “Urgencias del Hospital… ¡fatal!” (nº 194). Por su parte, las actuales portadas de Ibáñez para la colección
“Olé!” mantienen, en su mayoría, la imagen de Mortadelo con levita en la primera plana. Han transcurrido cuarenta y
siete años de la primera portada para la económica colección “Olé!” y Francisco Ibáñez sigue fiel al plan que trazó el
primer día. Lo dicho: no deja nada al azar.

“El señor de los ladrillos” (Ediciones B, 2004) “¡Broommm!” (Ediciones B, 2013)

“La litrona… ¡vaya mona!” (Ediciones B, 2013) “Sueldecitos más bien bajitos...” (Ediciones B, 2016)

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CAPÍTULO 4

TESTIGOS DE UNA ÉPOCA


(Por Raúl Suay)
La Censura
Objetos invisibles

A Ibáñez, como a todos los de su generación, le tocó convivir


con las arbitrarias consignas de la censura del régimen establecido.
Si bien es cierto que aquella máxima que reza que “la necesidad
agudiza el ingenio” también puede aplicarse en el caso del
maestro, tampoco puede negarse que en determinadas ocasiones
los elementos contra los que se tenía que capear escapaban al
control de uno. Con este panorama, no era raro toparse
esporádicamente con viñetas que al parecer no habían pasado el
filtro del censor de turno y se presentaban al lector extrañamente “Tío Vivo” nº 144 (9/XII/1963)
mutiladas para salvaguardar la inocencia y pureza de una infancia
considerada como altamente impresionable. Adivinar entonces los
criterios con los cuales estos funcionarios operaban a la hora de
borrar todo objeto considerado moral y éticamente virulento era un
misterio tan insondable como lo es para nosotros ahora conjeturar
de qué tipo de instrumentos podrían tratarse.

Los clásicos finales de las historietas ibañezcas están repletos de


persecuciones y enajenados personajes que enarbolan toda clase de
armas y objetos análogos tales como espadas, granadas, vigas,
hachas, cuchillos de sierra, escalpelos, metralletas, cañones… Por
ello, resulta extraño el vacío apreciado en sendas últimas viñetas
de las páginas publicadas respectivamente en los “Tío Vivo” n.º
144 (9/XII/1963) y n.º 151 (27/I/1964). Contrastando estos
ejemplos con otros de fondo similar llegamos a la conclusión de
que el artefacto merecedor de ser eliminado por ser capaz de dejar
como trastos inofensivos a todos los anteriores no lo fue tal vez
tanto por unas características intrínsecas de crueldad desmedida
sino más bien a tenor de ciertas connotaciones sexuales sugeridas “Tío Vivo” nº 151 (27/I/1964)
por unas más que probables dimensiones fálicas del mismo.

Restauración fortuita

Si para los tebeos del periodo franquista siempre han sido insuficientes las ocasiones en las que con el paso del
tiempo han podido recuperarse en su versión original las obras que la censura había adulterado, esto ha sido aún más
inusitado, por no decir nulo, en las historietas de estilo humorístico. Por esta razón, no deja de ser grato que, aunque
solo fuera por sendos despistes del maquetador y del censor de turno, en una página editada en el número 645 del
“Tío Vivo” (2ª época) que rescataba una aventura originalmente publicada en el número 272 del mismo semanario a
mediados de los años 60, no solo los lectores de Mortadelo y Filemón nos encontrásemos con una presentación de
dicha historieta a todo color y con nueva rotulación, sino que además tuviéramos el privilegio de ver lo que 7 años
atrás no se nos había permitido.

“Tío Vivo” nºs 272 (23/V/1966) y 645 (16/VII/1973)


La secuencia de viñetas mostrada sobre estas líneas y publicada originalmente en el “Tío Vivo” nº 272 (23/V/1966)
muestra cómo el tamiz censor estropea y dispone una situación que raya lo absurdo. La versión editada en el nº 645
de dicha revista (16/VII/1973) recupera -como ya sospechamos, por puro azar- su concepción original, lo cual
demuestra que no siempre las mutilaciones que sufrían estas historias eran actos irreparables.

60
Finales “alternativos”

Hubo otras ocasiones en que las pautas que la censura marcaba hacían insuficiente la mera eliminación de un
determinado objeto considerado pernicioso, pues no solo éste, sino el conjunto de toda una escena podía llegar a ser
tomado excesivamente nocivo para las tiernas mentes de los más pequeños. Era entonces cuando las soluciones que
tenían que adoptarse eran de cariz aún más drástico y se optaba por mandar redibujar la viñeta entera a los asalariados
de turno, multiplicando así con ello aún más, si cabía, la incoherencia narrativa de las historias. Ibáñez no fue menos
en este aspecto y también tuvo que padecer en más de una ocasión los caprichosos juicios de esta insensata práctica
que nos ha privado de disfrutar de sus obras en toda su plenitud original, como así ocurrió en el final de la historieta
publicada en el “Pulgarcito Extra de Verano de 1966”.

“Pulgarcito Extra Verano 1966” (6/VI/1966)

En el desarrollo de la historia de 4 páginas publicada en el “Pulgarcito Extra de Verano de 1966” (6/VI/1966), la


sucesión de calamidades sufridas por la pareja protagonista no hacen augurar un final nada placentero. Por ello,
resulta chocante el fuerte contraste que produce la lectura de la última tira de la aventura en comparación con lo visto
en las dos inmediatamente anteriores: un final insulsamente cándido, que no viene a cuento y que poco tiene que ver
con el característico humor ácido de su autor. Evidentemente, el ojo entrenado sabe distinguir además la autoría
apócrifa de las últimas tres viñetas, lo cual hace que nos preguntemos una vez más la razón por la que en las “altas
esferas censoras” se consideró conveniente hacer ese cambio de última hora.

¡Eso no se dice!

De todos es sabido también que la censura podía operar en distintas fases y diversos niveles. Por una parte, no solo
se trataba de una serie de burócratas que ejecutaban instrucciones tan necias en su naturaleza como volubles en su
aplicación, sino que las prohibiciones comenzaban, de hecho, en el mismo trabajador, que podía autoimponerse evitar
tratar ciertos temas o, en el caso de los historietistas, dibujar según qué cosas. Por otra parte, la censura en los tebeos
no solo se limitaba al aspecto gráfico, sino que su sombra también llegaba con la misma o mayor frecuencia al nivel
textual. Sobre este último aspecto, no deja de resultar interesante darse cuenta de que en determinadas historietas a las
cuales en un primer pase se les había dado el visto bueno, al ser reeditadas se procedía a modificarles ligeramente
algunos términos específicos, seguramente con la argumentación de que estos poseían unas connotaciones que no eran
aptas para el público infantil. Así, el atento lector es capaz de descubrir un ejemplo de ello en una historieta de
Mortadelo y Filemón si tiene la ocasión de leer la aventura original del “Tío Vivo” n.º 114 y compararla con su
reedición en el “Tío Vivo” nº 438.

61
“Tío Vivo” nº 114 (13/V/1963) y “Tío Vivo” nº 438 (28/VII/1969)

El uso de la palabra “ahorcado” en la publicación No obstante, esta lectura puede desmoronarse (o no) si
original de esta historieta (“Tío Vivo” n.º 114, tenemos en cuenta un factor cronológicamente
13/V/1963) pasa a ser sustituido por el aséptico término prioritario, y es que en realidad, la primera reedición
“profundo” en la primera reedición de la misma (“Tío documentada de este episodio la hallamos en el número
Vivo” n.º 438, 28/VII/1969). No es difícil suponer que 10 de la revista de cadencia no siempre regular “Súper
este cambio pudiese obedecer a que se considerara que el Tío Vivo”, el cual hizo su aparición en febrero de 1973.
primer término poseía una fuerte carga anticristiana o La singularidad de este caso reside en que dicha
insinuaba una exaltación del suicidio, pues, a fin de aventura, en efecto, apareció previamente unida a otra
cuentas, solo Dios daba y podía quitar la vida (pese a historieta, aunque no se trataba de ninguna de las dos
que, por aquel entonces, los poderes fácticos de la que se podrían ver pocos meses después en el “Olé!” nº
dictadura continuaran ejercitando, con no poca 86, sino otra más moderna, concretamente aparecida en
hipocresía, prácticas de muy similares características). el “Pulgarcito” n.º 1972. Lo excepcional de este
remontaje es que, por una vez, y sin que sirviera de
Sin embargo, la cosa no termina ahí, ya que, a este precedente, el remaquetador supo otorgarle a la unión de
respecto, destaca otro caso de carácter tan rocambolesco ambas historietas, en principio inconexas, una lógica
como ambiguo, donde no se sabe a ciencia cierta si operó narrativa tan exacta y creíble que el lector poco
la censura, el azar o quizá ambas cosas: nos referimos a familiarizado puede llegar a pensar –con cierta sensatez–
la historieta publicada por vez primera en el “Pulgarcito” que el autor podría haberlo ideado originariamente así,
1894, una típica historia en la cual un reincidente cuando en realidad eso no parece posible si se tiene en
maleante encarcelado tiempo atrás por Filemón se fuga cuenta el determinante detalle de que la historieta que
de la cárcel con sed de venganza y el pobre agente no aparece en primer lugar se dibujaría año y medio más
hará más que padecer una calamidad tras otra en sus tarde respecto a la segunda, que viene colocada aquí
continuos intentos por escapar de la ira del susodicho como continuación de la primera.
villano. Hasta ahí todo es de lo más normal, pero sin
embargo, cuando años después nos encontramos esta Sabiendo que Ibáñez estructura básicamente sus
historieta reeditada dentro de la colección “Olé!” de historietas como una sucesión de 'gags' hilvanados por
Bruguera nº 86 (previamente unida de forma artificial un mínimo argumento utilizado casi a modo de excusa
mediante viñetas apócrifas a otras historietas) advertimos hasta llegar a un desenlace espectacular, no es difícil
un pequeño pero significativo cambio en los textos deducir que lo que menos puede preocuparle es intentar
referidos al antagonista de dicha aventura. crear una continuidad coherente entre aventura y
aventura, y esta es la razón por la cual destaca en el
Al parecer, el alias que eligió Ibáñez para el villano de “Súper Tío Vivo” nº 10 (12/II/1973) la perfecta unión de
turno del “Pulgarcito” nº 1894 (21/VIII/1967) no la historieta originalmente editada en el “Pulgarcito” n.º
sobrevivió a su reedición en la colección “Olé!” de 1972 (17/II/1969) como episodio anterior a la aparecida
Bruguera nº 86 (1973), y es fácil pensar que así fuese en el ya mencionado “Pulgarcito” n.º 1894
porque probablemente en su día alguna cabeza pensante (21/VIII/1967), pues el avispado maquetador solo tuvo
concluyó que dicho apodo podía malinterpretarse como que ajustar el nombre del villano al que ya se había
un sobrenombre de alto contenido sexual y por ello se mencionado en el primer capítulo para hacernos creer
decidió que era preferible reemplazarlo por otro que, efectivamente, se trataba del mismo malhechor
seudónimo que, aunque fuera más inofensivo, cabe decir (pues su apariencia física es, sorprendentemente, casi
que no por ello resultaba menos jocoso. Igualmente, en idéntica) aprovechando, adicionalmente, el factor de que
todas las reediciones de esta historieta incluidas tanto en en el final de la primera historieta dicho 'gángster' era
los retapados brugueriles de los años siguientes (“Magos apresado por la policía para justificar a continuación su
del Humor” n.º XVII; “Súper Humor” n.º V, posterior huida al inicio de la segunda. Obsérvese, sin
“Selecciones de Olé!” n.º 11) como en las primeras embargo, el sutil cambio de estilo de dibujo entre la
colecciones de Ediciones B (“Olé!” n.º 86-M.14, “Súper primera aventura (de figuras más estilizadas) con la
Humor” nº 5) este último mote fue el que se mantuvo, segunda (presas aún de cierta "rechonchez" heredada de
hasta llegar a las colecciones “Olé!” y “Súper Humor” un formato apaisado que el autor había abandonado por
actuales (n.º 108 y n.º 11, respectivamente), en los cuales entonces hacía pocos meses). Siendo conocedores de
vuelve a recuperarse el término original. esta circunstancia,

62
¿podemos seguir pensando que las reediciones posteriores de la historieta del “Pulgarcito” n.º 1894 siguieron
manteniendo el apodo de Paco “el Paquidermo” por una cuestión de censura o porque simplemente se recuperaron
de esta versión diseñada para el nº 10 de “Súper Tío Vivo”? La respuesta queda en el aire.

Mortadelo entra disfrazado y nombra al villano Se ve el aspecto físico de Paco “El Paquidermo”

El villano es capturado por un gendarme y Mortadelo y Filemón fracasan en el intento de capturarle

“Pulgarcito” nº 1894 (21/VIII/1967) y “Olé!” de Bruguera nº 86 (1973)


- Obsérvese el cambio de nombre del villano --

63
Caprichos editoriales
Las “cabeceras-tira”

Al parecer, entre octubre de 1963 y


octubre de 1964, tanto en “Pulgarcito”
como en “Tío Vivo”, algún mandamás de
la editorial tomó la decisión de imponerles
a los dibujantes la adopción de una nueva
distribución de las seis tiras que
tradicionalmente configuraban las páginas
de sus historietas con la exigencia de
reducir mínimamente la altura de las
viñetas para dejar así un espacio en la
parte superior de la plancha donde en una
franja horizontal, a partir de entonces, iría
colocada la cabecera de cada personaje.
Seguramente, aquella resolución no fue
nunca algo tomado demasiado en firme,
pues durante este período cronológico
dicho tipo de encabezamiento continuó
alternándose con el clásico (esto es, el
situado a la parte izquierda de la primera
viñeta), pero lo que sí parece ser seguro es
que fue una medida adoptada sin darle
ningún tipo de aviso previo a los
historietistas, pues en el caso de Ibáñez,
resulta llamativo comprobar cómo en las
dos primeras historietas que asumen esta
hechura presentan en realidad unos
“retoques” que con rotundidad puede
decirse que han ido a cargo de manos
apócrifas. “Pulgarcito” n.º 1695, “Tío Vivo” nº 138 y “Pulgarcito” n.º 1696

Nótese cómo la imposición del nuevo tipo de cabecera a partir del “Tío Vivo” n.º 138 (28/X/1963) y del
“Pulgarcito” n.º 1696 (4/XI/1963) obliga en el primer caso a alargar artificialmente la primera viñeta para rellenar el
hueco previamente ocupado por la cabecera tradicional del primer ejemplo (“Pulgarcito” n.º 1695, 28/X/1963) y en
el segundo caso, a añadir una segunda viñeta apócrifa para trasladar la primera  a dicho espacio. Obsérvese
igualmente que las efigies de los protagonistas que adornan el título de la serie son también, únicamente en estas dos
primeras ocasiones, añadidos posteriores llevados a cabo por los entonces eventuales “negros” de la editorial. Sirva
añadir el dato para el entusiasta meticuloso de que con este formato llegaron a publicarse 25 historietas en
“Pulgarcito” y 16 en “Tío Vivo”.
Necesitamos más páginas, señor Ibáñez

Hoy nadie duda de que Mortadelo y Filemón son de


los pocos personajes del tebeo español cuyas aventuras
han sido y siguen siendo reeditadas en los formatos de
los más diversos tamaños, gustos y colores. Si bien
esto proviene en su origen de una política editorial
brugueriana que siempre se basó en el reciclaje y
sobreexplotación de material ya empleado, en el caso
de los personajes de Ibáñez, al añadirse una progresión
geométrica de su popularidad y demanda, aquella
práctica acabó llevándose, como ya hemos comentado,
a extremos desmedidos. En relación con esta materia,
para el fan curioso es divertido entretenerse en rastrear
en qué momentos exactos este dúo de sabuesos
comenzó a ser objeto de esta gestión de marcado
carácter iterativo y remendón, y con el privilegio que
supone haber podido contrastar cronológicamente
todos esos primeros años de efervescente producción, Primeros síntomas de una demanda lectora en auge: la primera historieta
ahora ya se puede aseverar que las primeras reeditada de Mortadelo y Filemón (“Tío Vivo” n.º 232, 16/VIII/1965)
reediciones, remaquetaciones e historias de autoría en la que se recupera una página que originalmente había ocupado casi
apócrifa tuvieron lugar a mediados de los años 60, año y medio antes la portada del “Pulgarcito” n.º 1713 (2/III/1964); la
concretamente, en las revistas “Tío Vivo” nº 232, primera página realizada por un autor apócrifo, editada en el “Tío Vivo”
n.º 278 (4/VII/1966).
“Pulgarcito” nº 1835 y “Tío Vivo” nº 278.

64
“Pulgarcito” n.º 1835 (4/VII/1966) - Contuvo la primera remaquetación de dos historietas antiguas
procedentes respectivamente de los “Tío Vivo” nº 150 (20/I/1964) y n.º 147 (30/XII/1963);

“La tira” de historietas

Puesto que todos los personajes de estilo


humorístico de Bruguera iban rotando su
aparición en las portadas de “Pulgarcito”
semana a semana, no es difícil deducir que
la editorial encargase cada cierto tiempo a
sus dibujantes la guionización de un
número determinado de historietas que se
ajustase a un formato de cinco tiras para
dejar que el espacio restante de la sexta
fuese ocupado por la cabecera del
semanario. Lo cierto es que dicha directriz
no debía suponer un problema ni para
estos historietistas (que, a fin de cuentas,
tan solo debían presentar un chiste un
poquito menos "hinchado" de lo habitual)
ni para los maquetadores de la publicación,
ya que en numerosas ocasiones las páginas
que en un principio se habrían entregado
Sobre estas líneas, la primera y la última historieta de Mortadelo y Filemón de
para ocupar la cubierta de la revista cinco tiras que aún no ocupaban la totalidad de la página, pertenecientes
acababan ubicándose en las páginas respectivamente al “Pulgarcito” n.º 1405 (7/IV/1958) y al “Tío Vivo” nº 222
interiores de la misma, rellenando el hueco (7/VI/1965). Para los fans curiosos amantes de las estadísticas cabe señalar que
sobrante mediante unas viñetas cómicas de Ibáñez llegó a dibujar un total de 54 historietas de estas características, de las
otro autor o con una tira de carácter cuales 31 fueron portadas de “Pulgarcito” y 3 de “Tío Vivo”, mientras que otras 12
publicitario. se editaron en las páginas interiores de la primera revista y 8 en las de la segunda.

En cualquier caso, la imposición de dibujar historias a seis tiras fue al parecer bastante inflexible al menos hasta
1969 con la aparición de “Gran Pulgarcito”, ya que, dada la vocación de esta publicación por presentarse al público
como un producto de mayor calidad, permitió que sus mejores dibujantes cambiaran al formato de cinco tiras para
asemejarse más a sus colegas europeos. Lo mismo ocurriría con la revista sucesora, “Súper Pulgarcito” a finales de
1970, mientras que los semanarios clásicos “Tío Vivo” y “Pulgarcito” no se adaptarían a este cambio de forma
definitiva hasta el verano de 1971, poco antes de que esta última publicación celebrase su quincuagésimo aniversario.
Por tanto, todos los casos que pueden documentarse sobre historietas humorísticas en general de cinco tiras a plancha
completa anteriores al final de la década de los sesenta son muy escasos y excepcionales. En el caso de Mortadelo y
Filemón se conocen únicamente los ejemplos aparecidos en los “Tío Vivos” 122 y 152, en los cuales se detectan
además unos primeros intentos del autor por imitar el estilo de la escuela franco-belga que tanto admiraba. En el
ameno capítulo “La influencia franco-belga en Ibáñez”, también recogido en el primer volumen de este libro, se
muestran las viñetas concretas que debió de tomar como modelo.

65
Ibáñez aprovechó para experimentar un estilo más europeo en las dos primeras (y aisladas) historietas de Mortadelo y Filemón de cinco
tiras a plancha completa, que vieron la luz respectivamente en el “Tío Vivo” n.º 122 (8/VII/1963) y n.º 152 (3/II/1964). El primer ejemplo
sobre todo, constituye un adelanto –aunque aún no pulido del todo– del aspecto gráfico que presentaría la pareja protagonista cinco años y
medio más tarde, cuando da comienzo la serialización de su primera aventura larga, “El sulfato atómico”. Quepa reivindicar desde estas
líneas para una mejor visualización de la evolución gráfica del autor, el desarrollo de la serie publicitaria “Pepsiman”, en la cual se puede
apreciar durante el transcurso de los años 1966 y 1967 un paulatino dominio de la técnica de la escuela franco-belga reflejada en un más
elaborado detallismo y acabado de personajes y fondos. La tercera y cuarta páginas reproducidas corresponden al “Gran Pulgarcito” n.ºs
36 y 37 (29/9/1969 y 6/X/1969) y constituyen un tercer ejemplo cronológico de historieta corta con esta nueva disposición de tiras, si bien
en esta ocasión el formato volvía para asentarse de forma definitiva.

66
Historietas que dan para más

Quedando sobradamente demostrado que Ibáñez, igual que el resto de los compañeros de profesión de su
generación, supo ajustar con ingenio sus historietas a las limitaciones coyunturales que le tocó padecer, es igualmente
meritoria su resuelta adaptación a los caprichosos imperativos comerciales que ocasionalmente le podían “llover”
desde la editorial. No solo este artesano de la historieta demostraba a su público semana a semana su increíble
capacidad para construir una perfecta consecución de ‘gags’ que encajaban brillantemente en episodios de una, dos,
cuatro, seis u ocho páginas, sino que además podía exhibir su maestría a la hora de variar y amoldar la extensión de
sus historias sin que por ello el lector fuese capaz de percibir que la trama se resintiera en momento alguno, aun en el
caso de que dichas modificaciones hubiesen sido una imposición solicitada a última hora. Ejemplos palpables de ello
son los que podemos encontrar en una lectura medianamente atenta de las aventuras “¡Súper Mortadelo!” y “El
transmutador biológico”, que aparecieron respectivamente en el nº 1 de la revista “Súper Mortadelo” y el
Almanaque para 1973 del semanario “Mortadelo”, pues en ambas es relativamente sencillo detectar un alargamiento
del argumento inicial que con bastante probabilidad pudo obedecer tanto al contexto determinado de la aparición del
ejemplar en cuestión como a la naturaleza del mismo.

Si nos fijamos en los casilleros de las páginas 5, 11 y 12 de la historieta “¡Súper Mortadelo!” (“Súper Mortadelo” nº 1, 31/I/1972) nos
damos cuenta de que en la numeración de las dos últimas se pasa del 11-B al 6-A (en lugar de al 12-A), lo cual hace que presumamos que
la extensión original de la historia fuese probablemente de seis páginas, pero que quizás, al tratarse de una nueva cabecera, se le sugirió a
Ibáñez extender la narración para, en consonancia con su argumento, conferirle un carácter de “súper-historieta”. Adviértase la habilidad
del autor para repetir una misma situación en el final de las páginas 5 y 11 (con Mortadelo impulsando a su jefe hacia arriba para alcanzar
la ventana del piso en el que se supone que vive el maleante habitual al que deben capturar) de forma que esas nuevas 5 páginas que
tuvieron que añadirse más tarde entre la 5 y la 6 iniciales no parecieran un postizo que perjudicase la coherencia narrativa del episodio.
Otra pista que nos corrobora que esta aventura fue recibida en dos entregas es que posee dos números de facturación (NF), en concreto el
5836 en la página 11 y el 5574 (es decir, una cifra menor que nos indica que fue una entrega más temprana) en la que acabó siendo
finalmente la página 12.

Con bastante seguridad, la aventura “El transmutador biológico” (“Mortadelo Almanaque para 1973”, 11/XII/1972) ocuparía inicialmente,
como el ejemplo anterior, una suma de seis páginas, y de hecho el desenlace de esta sexta página cumple con los preceptos de uno de los
típicos finales del autor (con Mortadelo y Filemón haciéndole sufrir al “Súper” en sus propias carnes las desgraciadas consecuencias que
implica tener que probar uno de los inventos del profesor Bacterio), pero parece ser que en Bruguera se le volvió a instar a Ibáñez para que
alargase de nuevo la historia dos páginas más y, de paso, incluyese algún elemento que le confiriera a esta un carácter navideño de forma
que encajase mejor con la naturaleza del extraordinario en el que se publicaba (y así cumplió este a la vista del contenido de la última
viñeta). Una vez más, la aparición de dos números de facturación (10690 en la página 6 y 10996 en la página 8) nos desvela que,
efectivamente, la versión definitiva de esta historieta fue fruto de dos entregas separadas en el tiempo.

67
Apaños y otros despistes

Haciendo doblete

A principios de los años 60, la plantilla de “Pulgarcito” estaba compuesta por unos dieciocho personajes, la
mayoría de los cuales no ocupaba página fija alguna en la revista, sino que iba alternando su ubicación en la misma de
forma totalmente aleatoria, semana a semana. No era infrecuente que tal nómina no dispusiera de espacio suficiente en
la publicación (bien porque se incluyesen en la misma páginas publicitarias o de autopromoción editorial) para que
alguno de sus miembros pudiera faltar ocasionalmente en algún número a su cita con los lectores. No obstante, lo que
sí podía constituir toda una rareza es que en un mismo ejemplar un personaje hiciera su aparición por duplicado, y
esto es precisamente lo que ocurrió en el nº 1584 del semanario, cuando, seguramente por despiste brugueril pero para
deleite de sus seguidores, dos historietas de Mortadelo y Filemón se “colaron” en dos páginas diferentes del mismo.

El nº 1584 de “Pulgarcito” (11/IX/1961) presentó de manera excepcional dos historietas de Mortadelo y Filemón de una página
cada una, respectivamente en las páginas 14 y 20 (contraportada) del mismo. Es fácil suponer que se trató de un descuido
editorial y que con bastante probabilidad, la primera historieta, dada su disposición a 5 tiras pero sin ocupar la página
completa, pudo estar ideada originariamente para ocupar una portada del semanario (obsérvese además que dicha página tuvo
probablemente que ser “rescatada” de algún fichero semiolvidado tiempo atrás, visto el aspecto gráfico más primitivo que
presentaban sus protagonistas). Cabe resaltar la singularidad de este hecho pues, durante los casi treinta años de duración de
esta etapa de la revista, apenas se han podido documentar otros casos similares de apariciones duplicadas de un mismo
personaje, con la salvedad del nº 1529 (donde aparecieron dos historietas de las hermanas Gilda) o el nº 1855 (con dos
historietas de Petra).

Los mismos perros con distintos collares

Aplicar un método de censado y clasificación por "palabras-clave" para las historietas primitivas no tituladas no
solo nos ha permitido reparar en las puntuales ocasiones en las que al reeditarse viejas aventuras con nueva
maquetación, colorido y rotulación se podía aprovechar también para introducir pequeños cambios en los textos de las
viñetas por motivos de censura como ya hemos visto, sino que dicha técnica también ha hecho que podamos reparar
en otras curiosas alteraciones realizadas por razones bien distintas, si bien la mayoría de estas respondían al consabido
objeto de reciclar y modernizar un material antiguo para que no desentonara demasiado con lo ya conocido por los
lectores de las nuevas generaciones o para adaptarlo a un contexto específico de la publicación en que se reeditaban.
Así pues, hemos podido hallar ejemplos de ello en una de las páginas aparecidas en el “Tío Vivo Extra de Verano de
1970”, donde se modifica el contenido de muchos de los bocadillos de la edición original de una historieta publicada a
finales de 1963; también en el nº 124 de la revista “Mortadelo”, en que se hace lo propio en las primeras cuatro
viñetas de una historieta dibujada años atrás en el “Pulgarcito Almanaque para 1967”; o igualmente, en el singular
caso documentado en el nº 99 de “Mortadelo”, en que, de forma sospechosa, se varía el apodo del antagonista
aparecido originariamente en el Pulgarcito nº 1712.

68
“Pulgarcito” nº 1704 (30/XII/1963) / “Tío Vivo Extra Verano 1970” (6/II/1970)

La versión de la historieta del


“Pulgarcito” n.º 1704 (30/XII/1963)
reeditada en el “Tío Vivo Extra de Verano
de 1970” (6/VII/1970) adaptaba los
bocadillos de aquella para reajustarlos a una
temática más veraniega, en consonancia con
la naturaleza estacional del ejemplar, amén
de que algunas viñetas se cambiaron de
orden y se eliminaron otras tantas para dar
cabida en la parte inferior de la hoja a un
larguísimo chiste de Vázquez que ocupaba
prácticamente las sesenta y ocho páginas de
aquel número extraordinario.

Mortadelo y Filemón ya hacía cuatro años


que habían entrado a formar parte de la
organización secreta de la T.I.A. cuando se
reeditó en el nº 124 de la revista
“Mortadelo” (9/IV/1973) una historieta que
ya había visto la luz en el “Almanaque
para 1967” del semanario “Pulgarcito”
(28/XI/1966), razón por la cual se decidió
actualizar los textos de los bocadillos
iniciales a la par que se redimensionaron
sus viñetas para así hacerla pasar por una
entrega de las de cinco tiras por página,
como las que Ibáñez ya dibujaba en aquella
época.

“Pulgarcito Almanaque para 1967” (28/XII/1966) / “Mortadelo” nº 124 (9/IV/1973)

69
“Pulgarcito” nº 1712 (24/II/1964) / “Mortadelo” nº 99 (16/X/1972)

La versión a todo color de la historieta en bitono editada en el “Pulgarcito” 1712 (24/II/1964) vista en el nº 99 de la revista
“Mortadelo” (16/X/1972) reemplaza el seudónimo del gángster por otro que, si bien goza de más prestancia para el desarrollo de la
trama, en realidad parece querer ocultar el nombre original para no inducir a error a un lector que ya por entonces conocía de sobra
a otro personaje ibañezco que igualmente en pocos años se había granjeado una gran popularidad. Por otra parte, es muy posible
que, en aquellos primeros meses de 1964, el autor considerara lo suficientemente divertido aquel sobrenombre como para, tan solo
seis semanas después, rescatarlo para bautizar a su nueva creación, Rompetechos, en el “Tío Vivo” nº 161 (6/IV/1964).

Historietas “siamesas”

Entre las más de mil historietas cortas independientes que Ibáñez dibujó sobre los agentes antes de que en 1970
empezaran a publicarse los seriales (que ya se trataban de un híbrido entre historieta corta y aventura larga), solo se ha
podido documentar un único caso en el que una publicación original se presentase a los lectores directamente de
forma remaquetada. Así ocurrió en el “Pulgarcito” nº 1756, solo mes y medio después de que Mortadelo y Filemón
hubiesen pasado a ocupar el privilegiado puesto de las páginas centrales del semanario inaugurando con ello también
un formato apaisado, y es que basta con una ligera lectura de dicha historieta para darse cuenta de que no solamente
salta a la vista que no se ajusta a dicha estructura horizontal, sino que también se trata en realidad de dos historietas
que el dibujante concibió de manera separada y no como una única aventura de dos páginas, que es como apareció en
el susodicho ejemplar únicamente para ajustarlas a dicha reciente disposición central.

Obsérvese que en la parte inferior izquierda de la primera viñeta de la aventura del “Pulgarcito” nº 1756 (28/XII/1964) puede leerse el
número “1724”, lo cual delata que esta historieta estuvo probablemente planificada para ser publicada en la contraportada de dicho
número de Pulgarcito pero, por alguna desconocida razón, finalmente no fue así (aparte de que dicho “Pulgarcito” n.º 1724 no contuvo
historieta alguna de Mortadelo y Filemón). Otras pistas que demuestran que ambas páginas fueron entregas independientes (obviando el
cambio argumental) es que, además de que la primera viñeta de la segunda página ha sido alargada artificialmente para unirse a la
anterior (lo que las convierte en las únicas historietas de una página que jamás se han publicado de forma independiente), cada una de
ellas posee su propio Número de Facturación (186 y 4617, respectivamente).

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¿Y dónde metemos esto?

La efervescencia creativa que caracterizó la década de los sesenta en la obra de Ibáñez, tanto por la multiplicación
del volumen de historietas de este par de detectives como por la aparición de nuevas series y personajes, acabaría
siendo al final tan solo el preámbulo del cénit de la genialidad del autor, la cual eclosionaría con la llegada de las
aventuras de cuarenta y cuatro páginas, elaboradas en sus inicios con un afán imitador del estilo europeo. Ciertamente,
parece ser que la idea de lanzar al mercado la nueva cabecera “Gran Pulgarcito” como un producto más cuidado y de
mayor calidad a imitación de otros legendarios semanarios como “Spirou” o “Pilote” ya rondaba por la cabeza de la
dirección de Bruguera al menos desde 1968, pues considerando que el nº 1 de dicha revista llegaría a los quioscos en
enero de 1969 es coherente deducir que, para centrarse en esta nueva labor, al dibujante se le permitiera abandonar
seis meses antes las exigidas entregas semanales para la revista “Tío Vivo” tanto de Mortadelo y Filemón como de otra
de sus series-estrella, “13 Rúe del Percebe”, respectivamente en sus números 385 y 386. Mientras que la primera
continuaría paralelamente su andadura en el semanario que la vio nacer, “Pulgarcito”, la segunda pasaría a manos
apócrifas durante año y medio más. Parece claro que durante esos seis meses Ibáñez empleó parte de su tiempo en
preparar la guionización de la que sería la carta de presentación de esta pareja a nivel internacional, y que no fue sino
la aventura larga “El sulfato atómico”. Es por esto que resulta interesante encontrarse aún con una historieta nueva de
los agentes en el semanario “Tío Vivo” nueve meses después de su despedida, en el número 419, aunque no sorprende
colegir que dicha inclusión obedeciera a una mera maniobra espontánea de reubicar un material "sobrante" al que se le
debía dar salida.

“Tío Vivo” nº 419 (17/III/1969) “Tío Vivo” publicaba por primera y única vez en un ejemplar ordinario una aventura
original de dos páginas de Mortadelo y Filemón, concretamente en su número 419 (17/III/1969). Gracias al número de
facturación (NF) que puede leerse entre las dos últimas tiras de la segunda página (27576) podemos prácticamente asegurar
que dicha aventura se entregó conjuntamente con la que esa misma semana se editaba en el “Pulgarcito” 1976, ya que el
NF de esta otra fue el 27571. El factor del mes de publicación de esta historia, así como el hecho de que el argumento de la
misma esté ambientado en el campo, nos hace especular con la no descabellada posibilidad de que dicho episodio estuviese
primigeniamente ideado para un hipotético número extraordinario de primavera que finalmente no llegase a ver la luz, pues
la editorial ya había hecho tentativas pocos años atrás (concretamente, en 1965 y 1966) editando ese tipo de extras
estacionales, aunque no llegarían a asentarse de forma definitiva hasta un año después, esto es, a partir de 1970.

No menos sorprendente es el caso del “Pulgarcito Extra de Primavera de 1972”, en la cual se publicó la que
parece que pudo ser la última historieta ideada para “Tío Vivo” pero que, por algún desconocido motivo, se traspapeló
entre los archivos de Bruguera y no se rescató hasta al menos tres años y medio después de su realización. Las razones
por las que sospechamos que dicha historieta estuvo inicialmente pensada para la mencionada revista es su extensión,
ya que ésta es de una página y así fueron todos los episodios que se editaron en los números ordinarios de esta
publicación. Del mismo modo, también es una pista el estilo de dibujo que se aprecia en dicha página, mucho más
similar al que tenía Ibáñez a mediados de 1968 que al que ya había adoptado a inicios de 1972. La disposición de seis
tiras aún fue una tónica que siguió dándose en el semanario “Pulgarcito”, si bien cabe destacar que ello terminó en el
número 2125 (del 31 de enero de 1972) y que en realidad, el autor no había vuelto a dibujar ninguna historieta corta
independiente (esto es, no incluida dentro de un serial) desde hacía más de tres años (si exceptuamos los números
extraordinarios).

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“Pulgarcito Extra Primavera 1972” (20/III/1972)

Tras investigar más de 950 tebeos pertenecientes tanto a colecciones cronológicamente paralelas a “Pulgarcito” y “Tío Vivo” como a
estas mismas revistas dentro de un período que abarca desde mediados de 1968 hasta principios de 1972, podemos afirmar que la
historieta de una página aparecida en el “Pulgarcito Extra de Primavera de 1972” (la cual iba previamente acompañada de la reedición de
otra aventura ya vista en el “Pulgarcito” n.º 1782), tuvo su edición original en este ejemplar extraordinario.

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Nostalgia en viñetas
Pocos personajes del cómic nacional pueden presumir de haber
convivido con la sociedad de un país durante más de seis décadas y, al
mismo tiempo, haber sabido evolucionar para adaptarse a los gustos del
público lector sin dejar de conservar por ello ni un ápice de los rasgos
definitorios de su personalidad. Resulta apasionante poder ir
descubriendo a través de las miles y miles de viñetas del catálogo
artístico del autor (antes de que este se sumergiera de lleno en
acontecimientos de carácter deportivo o en candentes aspectos de la vida
política y social de la nación) un buen surtido de pequeños pero certeros
detalles que han ido retratando las diferentes particularidades
sociológicas del contexto histórico-cultural en el que sus diferentes
creaciones han tenido que desenvolverse: referencias a oficios ya
desaparecidos, a canciones y series televisivas del momento, a hitos de la
historia de la humanidad, a formas de evadirse y divertirse… Y todo ello (1) “Pulgarcito” nº 1394 (20/I/1958)
visto siempre a través de la desenfadada mirada de estos dos personajes
que, por más años que pasen, siguen conservando intacta una envidiable
frescura y vitalidad. Y es que esas son las ventajas que se tienen cuando
se está hecho de papel y tinta en lugar de carne y hueso. Menudo chollo.

(1) A finales de los cincuenta el sereno era todavía una figura bien
visible en la escena nocturna de numerosas ciudades españolas, aunque
durante la siguiente década iría reduciéndose paulatinamente su número
hasta su total desaparición, si bien en los últimos años algunos
municipios han tomado ambiciosas iniciativas para reimplantar esta
nostálgica profesión con relativo éxito.

(2) Mortadelo hace referencia a una de las estrellas más populares de los
primeros westerns (Buck Jones), cuya máxima popularidad en la gran (2) “Pulgarcito” nº 1452 (2/III/1959)
pantalla se dio durante los años veinte y primeros treinta.

(3) Emil Zátopek fue un atleta


checoslovaco especialista en pruebas de
fondo que alcanzó un gran
reconocimiento por sus actuaciones en los
Juegos Olímpicos de Londres (1948) y,
especialmente, en los de Helsinki (1952),
destacando por su fuerza y resistencia así
como por la firmeza de su ritmo,
cualidades que le valieron el apelativo de
“La locomotora humana”.
(3) “Pulgarcito” nº 1461 (4/V/1959)

(4) El programa de cohetes y satélites de EE.UU. denominado


“Vanguard” consistió en una serie de lanzamientos realizados desde
Cabo cañaveral entre el 23 de octubre de 1957 y el 18 de septiembre
de 1959 cuyo objetivo era la puesta en órbita del primer satélite
artificial estadounidense, tras el éxito soviético del Sputnik 1. Sin
embargo, debido a la ineficacia del lanzador (de los doce
lanzamientos, solo tres tuvieron éxito), sería el Explorer 1 el que
terminaría convirtiéndose en ese primer satélite norteamericano,
siendo el Vanguard 1 el segundo.
“Pulgarcito” nº 1467 (15/VI/1959)

(5) Catorce años después de su invención, los inmortales discos de


vinilo seguían siendo popularmente conocidos como “microsurcos” y
también por aquel entonces el compositor mejicano de canciones y
boleros Agustín Lara gozaba de una gran popularidad en España
gracias a canciones dedicadas a diversas ciudades como Toledo,
Granada, Sevilla, Valencia y Madrid, entre otras.

(5) “Tío Vivo” nº 54 (19/III/1962)

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(6) Aún deberían pasar muchos años para que el alcoholismo dejara de tomarse como un vicio y pasase a ser
considerado como una enfermedad. Ver reflejada tal idea en los tebeos no era cosa nada extraña si tenemos en cuenta
que las normas sobre prensa infantil y juvenil de la época ya dejaban bien claro que las prohibiciones en lo referente a
lo moral implicaban, entre otras cosas, la imposibilidad de fomentar en las historietas los malos hábitos o vicios como
la pereza, el juego o el susodicho alcoholismo.

(6) “Tío Vivo” nº 65 (4/VI/1962)

(7) Las otrora conocidas como “mujeres vamp” del celuloide fueron las que luego pasarían a ser llamadas “femmes
fatales” o “mujeres fatales”. El término original, como su propio nombre ya indicaba, servía para denominar a las
mujeres vampiras, depredadoras sexuales del cine que condenaban a los hombres a la perdición.

(8) En la España franquista, llegar a los veintiún años era un sobrado motivo de orgullo por las libertades que uno
podía empezar a saborear, como por ejemplo, ejercer el derecho al voto.

(7) “Tío Vivo” nº 110 (15/IV/1963) (8) “Pulgarcito” nº 1671 (13/V/1963)

(9) Antes de que llegasen las videocámaras digitales o los i-phones de última generación la única manera de
conservar bonitos recuerdos en movimiento era agenciarse un buen tomavistas con una cinta de Súper 8 para luego
poder disfrutarlos en una entrañable tarde en familia de cine mudo sobre sábana blanca con la sonora compañía del
monótono y latoso ruido del proyector.

(9) “Tío Vivo” nº 132 (16/IX/1963)


(10) El TAF al que se refiere
Mortadelo son las siglas del Tren
Automotor FIAT y con las cuales se
designaba al conjunto de automotores
diésel que utilizó la Renfe entre las
décadas de 1950 y 1980. Los TAF
supusieron un salto cualitativo enorme
en el confort de los viajes por tren en
España, dado que contrastaban del todo
con los coches de viajeros habituales
en los años 50, en los que todavía
predominaba la carrocería de madera. (10) “Pulgarcito” nº 1729 (22/VI/1964)

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(11) "Non ho l'età" fue el título de la canción ganadora del Festival de Eurovisión de 1964 en representación de
Italia y que fue interpretada por Gigliola Cinquetti, la cual por entonces contaba con tan solo dieciséis años de edad.
En España, el tema gozó de tanto éxito que se convirtió en la canción del verano de ese mismo año y posteriormente
artistas nacionales compondrían versiones adaptadas al castellano.

(12) Los boleros y pasodobles del cantante valenciano Jorge Sepúlveda habían gozado de su mayor popularidad en
los años 40 y años 50, pero a mediados de los 60 los gustos musicales de los españoles se irían decantando hacia las
baladas italianas y la música anglosajona. El tema que canta Mortadelo, “El mar y tú”, fue uno de los grandes
números uno del artista, que consiguió además llevar sus boleros a países como Francia, Portugal, Cuba o
Argentina.

(13) Aunque hoy en día el problema al que tendría que enfrentarse Filemón sería tener que renovar el cartucho de su
impresora digital, a buen seguro que Ibáñez sería capaz de sacarle punta al asunto para guionizar una historieta
igualmente divertida a la publicada en el “Tío Vivo” 209 (8/III/1965).

(11) “Pulgarcito” n.º 1745 (12/X/1964) (12) “Pulgarcito” nº 1749 (9/XI/1964) (13) “Tío Vivo” nº 209 (8/III/1965)

(14) Sin pretenderlo, Filemón recita el estribillo del conocido pasodoble "¡Ay, mi
sombrero!", compuesto por el cantante y actor riojano José Blanco Ruiz ("Pepe
Blanco") y que en los años setenta volvería a revitalizar con su versión el inmortal
Manolo Escobar.

(15) El Seat 600 fue durante casi década y media el icono automovilístico
español por excelencia. Este modelo representó a la inmensa mayoría de la clase
media española de la época, que por aquel entonces no podía acceder a comprar
vehículos de mayores prestaciones. A la par tan entrañable como cómico, es uno
de esos símbolos que al encajar tan bien en ese universo ibañezco de lo rancio y lo
chusco no hemos dejado de verlo representado a través de sus viñetas.
(14) “Pulgarcito” nº 1783 (5/VII/1965)
(16) Radio Andorra fue una emisora radiofónica comercial que durante más de
cuarenta años emitió en onda corta desde el pequeño país pirenaico para toda la
Europa occidental. Durante el régimen franquista contó con una audiencia
numerosa en España por ofrecer una programación variada y diferente y en este
caso, la prueba de que esta emisora siempre estaba a la última nos la ofrece
Filemón, pues mientras este le cantaba al villano Mac el "Masticavigas" el
bolero mambo "Espinita" del compositor mejicano Nico Jiménez en la historieta
del “Pulgarcito” 1795 (27/IX/1965), para cuando esta aventura volvió a editarse
en el “Tío Vivo” 450 (20/X/1969) ya había pasado a tararearle la canción "La
chevecha" que, primero el cantautor argentino Palito Ortega y luego el conjunto
Los Tres Sudamericanos, habían puesto muy de moda por entonces.
(15) “Pulgarcito Extra Vacaciones 1965”
(9/VIII/1965)

(17) En la década de los sesenta había que vivir en una isla


desierta para no ser presa del fenómeno "Beatle". La estela del
cuarteto de Liverpool fue seguida en todo el mundo con el
nacimiento de numerosos grupos que bebían de esa mezcla de
elementos del rock con melodías más suaves. En España no
fuimos menos y surgieron conjuntos aún hoy muy recordados
como Los Brincos, Los Bravos o Fórmula V. Por otra parte,
la canción "Juanita Banana", interpretada originalmente por
la banda norteamericana The Peels en 1966, llegó a nuestro
país ese mismo año en su versión castellana de la mano del
singular Luis Aguilé, que muy oportunamente consiguió
convertirla en canción del verano.

(16) “Pulgarcito” 1795 (27/IX/1965) / “Tío Vivo” 450 (20/X/1969)

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(17) “Pulgarcito” nº 1848 (3/X/1966)

(17) “Pulgarcito” nº 1786 (26/VII/1965) (18) “Tío Vivo” nº 344 (9/X/1967)

(18) Otro de los oficios que ya pertenecen a otra época es el del colchonero-lanero, encargado de pasar por las casas
para fabricar o reparar los colchones para que se conservaran en óptimas condiciones. Tras separar la lana del colchón
antiguo con las manos para aflojarla, esta se dejaba así preparada para ser vareada a continuación con una vara de
avellano, sabina o senera. Era un trabajo que se realizaba normalmente cada dos años y la lana que se utilizaba para
los colchones era la misma que se sacaba y se vareaba, ya que la lana podía durar hasta cien años si se cuidaba bien,
aunque habitualmente era necesario rellenar los colchones cada vez que se hacia este trabajo de limpieza con dos kilos
de lana aproximadamente.
(19) Aunque hoy en día podríamos pensar que
Filemón pareciera estar refiriéndose al exitoso
empresario gallego Amancio Ortega, está claro
que por la publicación original de esta historieta
solo puede estar aludiendo al célebre futbolista,
también gallego, Amancio Amaro Varela
(apodado como "El Brujo"), que, junto al veterano
Paco Gento, lideró la histórica generación de
futbolistas españoles del Real Madrid de la década
de los 60, denominados los "Yé-Yé", que
dominaban el fútbol español y que lograron la
(19) “Pulgarcito” n.º 1913 (1/I/1968) sexta Copa de Europa de la historia del club.

(20) El eslogan "Contamos contigo" que


menciona Mortadelo fue el lema utilizado para
animar a los jóvenes a practicar deporte durante la
etapa en la que Juan Antonio Samaranch estuvo
ejerciendo como Delegado Nacional de Educación
Física y Deportes. Con la finalidad de despertar la
conciencia deportiva y sensibilizar a la sociedad
de finales de los 60 sobre la necesidad de realizar
actividades físicas se construyeron además varias
instalaciones deportivas, pero en la práctica, la
falta de equipamiento y recursos económicos hizo
inviable aquella magnífica campaña, que, no
obstante, tuvo una opinión muy favorable entre la (20) “Tío Vivo” nº 360 (29/I/1968)
población española.
(21) Desde principios de los cuarenta hasta finales de los ochenta los trolebuses circularon por las calles y carreteras
españolas hasta que fueron lentamente sustituidos por las actuales líneas de autobuses. No obstante, municipios como
Castellón han recuperado (y actualizado) en los últimos años este medio de transporte colectivo de carácter
eminentemente urbano. Siendo aun así percibido hoy como algo perteneciente al pasado, apostamos que las
menciones a este tipo de vehículo que se han podido seguir viendo en posteriores historietas de Ibáñez responden a su
valor de elemento chistosamente anticuado que contribuye a adornar el chocarrero mundo en el que conviven sus
personajes.

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(22) La rivalidad cultural y tecnológica que sustentaba la
llamada “carrera espacial” entre las superpotencias
norteamericana y soviética llevó en determinado momento a
dichas naciones a mandar animales al espacio con fines
investigadores, y así, el programa espacial estadounidense
llegó a enviar al menos a dos chimpancés importados de
África antes de lanzar a su primer ser humano (“Tío Vivo” nº
369 (1/IV/1968)). Esta lucha por la supremacía científica
tuvo su punto álgido con el triunfo de la potencia
norteamericana al lograr que el módulo de su nave, Apolo XI,
se posara sobre la superficie lunar el 20 de julio de 1969.
Apenas dos meses y medio después de tal hito histórico,
Ibáñez le dedicaba un guiño al mismo en la historieta
originalmente publicada en el “Pulgarcito” nº 2006
(3/X/1969). (21) “Pulgarcito”nº 1926 (1/IV/1968)

(22) “Tío Vivo” nº 369 (1/IV/1968)

(22) “Pulgarcito” n.º 2006 (3/X/1969) (23) “Tío Vivo” 376 (20/V/1968)

(23) Reconozcámoslo: las nuevas generaciones no dejarán de mirarnos con cierta sorna cuando les contemos que en
nuestra juventud había que pensarse muy mucho cómo hacernos una buena foto porque por entonces no existía la
ventaja de poder borrarlas de la tarjeta de memoria como si tal cosa.

(24) “Los Invasores” (“The Invaders”) fue una serie de televisión estadounidense de culto y ciencia ficción que en
España se estrenó con gran éxito en 1968. Su argumento de la misma giraba en torno a un arquitecto llamado David
Vincent que presenciaba el aterrizaje de un ovni del cual surgían unos seres extraterrestres que, aun con apariencia
humana, tenían como fin adueñarse del planeta Tierra. Estos seres solo eran identificables por una serie de
determinadas características, como su frecuente rigidez del dedo meñique que les impedía doblarlo, la ausencia de
latidos cardíacos (pues no poseían corazón ni cualquier otro tipo de órgano humano) y su forma de morir,
vaporizándose al instante en medio de una luz rojiza dejando solo cenizas de celulosa a menos que padeciesen cierta
enfermedad transmisible por el tacto, en cuyo caso se producía su congelación.

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(24) “Pulgarcito” n.º 1984 (12/V/1969)

(25) Hubo un tiempo en que las salas de fiestas no eran como las que hoy llamaríamos discotecas. Sin haber tanto
ruido, las entonces conocidas "boites" podían tener su propia orquesta, su espacio para mesas y sillas y los bailes
podían ser tanto de salón como de música pop o la de moda de aquella época, bien en vivo o enlatada. Su decorado
solía ser sicodélico y la gente iba frecuentemente muy bien vestida. La decoración tendía a crear ambientes de una
sensual oscuridad para dar pie a ciertos deslices (hasta el punto en que por entonces se permitían, claro).

(25) “Pulgarcito” n.º 2091 (31/V/1971)

(26) La Hoja del Lunes fue la denominación genérica para un


grupo de periódicos editados por las asociaciones de prensa
provinciales en España. Fue el único periódico autorizado a
publicarse en lunes entre 1925 y 1982 y su nacimiento fue
consecuencia del logro del derecho de los trabajadores de prensa a
su descanso dominical. Casi toda la información que llevaban las
“Hojas del Lunes” era deportiva (sobre todo fútbol) y
acostumbraban a utilizar los talleres de algún diario provincial, lo
que les permitía tiradas bastante altas y proporcionaban así
recursos económicos a las asociaciones de prensa provinciales
existentes. La aparición todos los lunes con carácter de
exclusividad facilitó su implantación con rapidez.

(26) “El transmutador biológico”


“Mortadelo Almanaque para 1973” (11/XII/1972))

(27) Mortadelo adopta la apariencia de Marco,


protagonista de la serie de animación japonesa
homónima que por aquel entonces en Televisión
Española era todo un éxito de audiencia entre el
público infantil y gracias a lo cual en los años
siguientes se comercializaría un numeroso y
variado “merchandising”. La serie estaba basada
en el relato “Marco, de los Apeninos a los
Andes” incluido en la novela italiana “Corazón”
de Edmondo de Amicis.

(27) “Bollos en directo” - “Mortadelo Especial” nº 15 (28/III/1977)

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CAPÍTULO 5

LA PARODIA POLÍTICA EN
MORTADELO Y FILEMÓN
(Por Raúl Tárraga Albaladejo)
(1978-1989)- Primeras caricaturas y temas políticos y sociales

En las dos primeras décadas de vida de Mortadelo y Filemón, Francisco Ibáñez aplicó en sus historietas un humor
blanco y despojado de cualquier referencia política. Existiendo un régimen autoritario, se estableció un férreo sistema
de examen y censura previa de todo aquel contenido para publicar que osase atacar, menoscabar, ironizar o ridiculizar
las figuras o principios del franquismo. De hecho, en más de una ocasión nuestro autor recibió un toque de atención
por aspectos aparentemente inofensivos como la versión española del Dr. Frankenstein en 13 Rúe del Percebe. El
dictador Francisco Franco no aparecería hasta muchos años más tarde, normalmente en introducciones de algunas
historietas con la excepción de “¡Bajo el bramido del trueno!” (2006), en la que aparece capturando al Capitán
Trueno, Goliath y Crispín tras viajar en el tiempo.

“El 35º aniversario” (1993) “¡Bajo el bramido del Trueno!” (2006)

Muy poco después de morir Franco y antes de iniciarse propiamente el periodo de la


Transición a la democracia, puede verse el primer cameo de un político internacional.
En la aventura “Objetivo: eliminar al rana” (1976) puede verse al político de origen
judío Henry Kissinger, considerado como uno de los más prestigiosos analistas en
política exterior del mundo. Años más tarde, puede verse al líder de la Unión Soviética
Leonid Brézhnev (1906-1982) en “Mundial 78”. Tras una humillante derrota de Rusia
contra España, castiga a todos sus jugadores llevándolos a la fría y remota Siberia.
Posteriormente, vuelve a aparecer en “Moscú 80” recibiendo una agresión involuntaria
de Mortadelo. Sin embargo, lo más llamativo es que en la citada aventura futbolística
puede verse una viñeta tan surrealista como controvertida, en el sentido de que podría
haber ofendido a los fans alemanes. Se celebra una final España-Alemania en la que
acuden al palco Adolfo Suárez y nada menos que Adolf Hitler. Posiblemente, la
anacrónica introducción del líder nazi se debiera a que Ibáñez entendería que sus Henry Kissinger (“Objetivo:
lectores no reconocerían jamás al correspondiente mandatario alemán de 1980. eliminar al rana”, 1976)

Ya en los ochenta, puede verse al presidente del gobierno Leopoldo Calvo Sotelo en “Queda inaugurado el
Mundial 82”, historieta en la que precisamente se encarga de hacer el saque de honor inaugural con tan “mala pata”
que hinca el pie en el césped. Es preciso mencionar que en una aventura anterior Ibáñez introduce una crítica mordaz
a la organización de un mundial de fútbol en España en plena crisis económica, titulándose “En marcha el Mundial
82”. La aventura “En Alemania” (1982) está dedicada a todos los fans germanos y puede verse al primer ministro del
estado de Baviera Franz Josef Strauss, que agarra un mosqueo de no te menees al descubrir que su hija se pega un
trompazo contra el suelo por culpa de Mortadelo.

Leonid Brézhnev Adolfo Suárez y Adolf Hítler Leopoldo Calvo Sotelo Franz Joseph Strauss
(“Mundial 78”) (“Moscú 80”) (“Queda inaugurado el (“¡En Alemania!”, 1981)
Mundial 1982”)

En “Cacao espacial” (1984) asistimos a uno de los prólogos más divertidos de la serie, mediante el cual se parodia
la guerra fría y puede verse a los máximos mandatarios de EE.UU y la URSS, Ronald Reagan y Konstantin
Chernenko. Ambos son retratados envejecidos y descoyuntándose cada vez que aumenta la tensión de su discurso
cruzado de acusaciones en la ONU. También puede verse al presidente de la república de Francia François
Miterrand y al ministro español de Asuntos Exteriores Fernando Morán dando un discurso soporífero que termina
por dormir a todos los representantes internacionales.

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Reagan volvería a aparecer en cuatro aventuras más: en el mismo año en “La Estatua de la Libertad” (saliendo de
un bar en plan matón con botas de pinchos) y en “Los Ángeles 84” (recibiendo un tiro de Mortadelo en su sombrero
vaquero), en 1987 en la apócrifa “La médium Paquita” (en una pesadilla de la protagonista) y en 1988 en “La
cochinadita nuclear”, en la que el gobierno de los EE.UU se aprovecha de España para deshacerse de sus residuos
atómicos.

De izquierda a derecha: Ronald Reagan, Konstantin Chernenko, François Mitterrand y Fernando Morán “Cacao Espacial” (1984)

Ronald Reagan “Los Ángeles 84” Ronald Reagan “La Estatua


de la Libertad” (1984)

Otros trabajos que tratan o se inspiran en temas y eventos de la vida política y social, aunque no contengan
caricaturas, son “El Bacilón” (1983), sobre la contaminación, “El rescate botarate” (1989), inspirado en la caída del
muro de Berlín, y “La Gomeztroika” (1989), que parodia la Perestroika de Gorbachov en Chirimoyandia.
Nuestros agentes viajan a un país gobernado por una dictadura militar en Europa del Este.

(1990-1999)- Explosión de caricaturas y políticos a tutiplén


No es hasta los años noventa cuando Ibáñez explota la aparición de los políticos e incluso les dedica expresamente
varias aventuras largas. En la primera mitad de la década, tienen un mayor peso los españoles que los extranjeros
debido tal vez al menor interés por la política internacional en aquel momento.
En 1990 se atreve a tratar por primera vez el tema de la
corrupción política con “El atasco de influencias”.
Aparecen Alfonso Guerra y su hermano Juan (Juanito
Batalla) en uno de los capítulos. Años más tarde tuvo
mayor impacto mediático la aventura “Corrupción a
mogollón” (1995), en la que se parodia la fuga del
director general de la Guardia Civil Luís Roldán que
aquí es nombrado “Rulfián”. Mortadelo y Filemón
deben dar con él y detenerlo, mientras que el presidente
González se enfurece con el Súper a medida que avanza
el tiempo y no lo capturan. Es la primera historieta en la
que de forma más evidente se concibe la TIA como
organización secreta al servicio del gobierno. Alfonso Guerra y su hermano Juan Luís Roldán (“Rulfián”)
Guerra (“Juanito Batalla”) - “El atasco “Corrupción a mogollón”
de influencias” (1990) (1995)

Al margen del argumento, lo más llamativo es su conclusión,


en la que se descubre que estaban metidos en el ajo todo el
gobierno y hasta la oposición. El presidente opta por destruir
las pruebas y recompensar con vacaciones a nuestros agentes.
Una brutal crítica de Ibáñez a la escasa investigación y cierto
encubrimiento de la corrupción, que con el paso de los años no
ha perdido su matiz de actualidad.
Felipe González en algunas de sus diversas apariciones

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“El quinto centenario” (1991) es uno de los trabajos “modernos” más queridos por los lectores y fans de Mortadelo
y Filemón. Ibáñez realizó un excelente guion y recurrió a una buena serie de famosos para encarnar personajes de la
época del descubrimiento de América. Así, por ejemplo, los Reyes Católicos son el líder republicano y comunista
Santiago Carrillo y la cantante y actriz Lola Flores, Cristóbal Colón es el presidente Felipe González, el ministro
de Hacienda Carlos Solchaga es un corregidor encargado de los presupuestos del reino, el exdiputado socialista y
líder de UGT Nicolás Redondo ejerce de representante sindical de la tripulación y un fraile llamado Fray Tomás
Requemado Sinsilla es Alfonso Guerra (clara alusión tras la dimisión de este después del escándalo de corrupción
en el que se vio envuelto junto a su hermano). También aparece Luis Yáñez, diputado del PSOE y presidente de la
comisión de la EXPO 92, caricaturizado como Cenícez Yánez Pinzón, provocando todo tipo de desgracias a su paso.
Parodia así Ibáñez la fama de gafe que ganó el político tras el hundimiento de la réplica de la nao Victoria en su
botadura en 1991, así como el incendio de uno de los pabellones de la EXPO, en presencia suya, poco antes de
inaugurarse el famoso evento. Por el PP aparece Manuel Fraga, en la introducción cuando se debate sobre la
procedencia de Cristóbal Colón, y José María Aznar en el papel de monje que engaña a Colón encargándole hacer
el viaje a las Indias. También puede verse a Mario Conde, empresario, abogado y presidente de Banesto ejerciendo el
papel del Conde del Banquetazo, un noble exigente propuesto como inversor en el proyecto del viaje a las Indias. En
esta década vuelve a aparecer en “El Jurado Popular” (1996) acompañado de Jesús Gil y ambos esposados y
detenidos para entrar en un furgón policial. Como extranjeros interviene el dictador cubano Fidel Castro asumiendo
el rol de líder de los indígenas que recibe a Colón y portando un muñeco vudú que representa al presidente George
Bush. Solo como cameo y en la introducción puede verse al canciller alemán Helmut Kohl, a François Miterrand y
al Papa Juan Pablo II.

De izda. a dcha.: François Mitterrand, Helmut Kohl, Manuel Fraga, Jordi Mario Conde y Luis Yáñez
Pujol, Juan Pablo II (“El quinto centenario”, 1991) “El quinto centenario” (1991)

En “Barcelona 92” se conmemora la celebración de los


Juegos Olímpicos en la ciudad condal con la intervención de
políticos españoles de casi todas las ideologías. Para
empezar, el presidente del Comité Olímpico Internacional y
que fuera político en tiempos de Franco, Juan Antonio
Samaranch, es el encargado de proclamar a Barcelona como
ciudad elegida para los Juegos. Lo hace con júbilo pero no
sin antes liarse con los papelitos y anunciar en un primer
momento a Matadepera. En cuanto a los políticos del
momento, vemos de nuevo al presidente Felipe González, al
vicepresidente Narcís Serra, al alcalde de Barcelona
Pasqual Maragall y al presidente de la Generalitat Jordi
Pujol peleándose por ocupar los sillones del palco. En otros
episodios, Mortadelo y Filemón deben proteger al líder de la
oposición José María Aznar y al líder del CDS Adolfo
Suárez de posibles atentados de la TETA (parodia de ETA).
También puede verse una graciosa escena en la que Carlos
Solchaga entra a un bar y todos los “ricos” se rasgan su ropa
y fingen ser mendigos. En ningún momento se menciona el
nombre aunque fuese en tono paródico de ninguna de estas
Felipe González, Pasqual Maragallm Jordi Pujol y Narcis Serra
personalidades, pero nuestro autor demuestra una gran (“Barcelona 92”, Portada “Magos del Humor” n.º 41(1991))
habilidad de caricatura en estos primeros años de los noventa.

Como políticos internacionales, existen cameos como el de Mijail Gorbachov, que recibe un atentado cocorotero de
Mortadelo y Filemón, o el de George H. W. Bush, que pregunta en inglés por los aseos y Mortadelo le contesta que
“las tres y media y cinco”. También puede verse una graciosa escena en la que el dibujante aparece charlando con
Helmut Kohl y François Miterrand. Gorbachov y Bush ya no volverán a aparecer más, Miterrand vuelve a
hacerlo en “Maastricht... ¡Jesús!” (1993) y “El pinchazo telefónico” (1994) y Kohl, aparte de en la primera de
estas últimas, se pelea con otros líderes en la final del “Mundial 98” y recibe dos atentados: uno jabalinero en sus
nalgas en “Atlanta 96” y otro a base de bomba incendiaria en “Bye bye, Hong-Kong!” (1997).

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Finalmente, en esta glamurosa aventura de “Barcelona 92” puede verse también otro cameo del Papa Juan Pablo II
en las gradas.

De izda. a dcha.: Juan Antonio Samaranch, Carlos Solchaga, Mijail Gorbachov y George H. W. Bush (“Barcelona 92”, 1991)

En “Maastricht ¡…Jesús!” (1993), aparecen nuevos políticos internacionales en el prólogo. Ante la desesperación
del mencionado Kohl, se pelean por presidir la Maastricht European Arrejuntading el primer ministro belga Jean
Luc Dehane, el italiano Giulio Andreotti y el británico John Mayor. Pero lo más gracioso es ver a Felipe González
proponiendo la peseta como la moneda única.

De izda. a dcha.: Helmut Kohl, François Mitterrand, John Major (arriba), Jean Luc Fidel Castro (“El Quinto Centenario”, 1991)
Dehane (abajo), Giulio Andreotti y Felipe González (“Maastricht ¡...Jesús!”, 1991)

La aventura parodia la aprobación del tratado de la Unión Europea e Ibáñez aprovecha para introducir nuevos
políticos y especialmente dos de los más controvertidos: Jesús Gil y José María Ruiz-Mateos. El primero recibe el
apellido de Pil Pil y el segundo de Ruiz Mosqueos. Este se convierte en todo un rival para Mortadelo gracias a su
habilidad para disfrazarse en cuestión de segundos. Sin duda, Ibáñez estableció esa sesión de gags inspirado en la
famosa anécdota de ver al auténtico personaje disfrazado de Superman y reivindicando sus derechos en el caso
Rumasa. Sin embargo, su debilidad que le enfurece es la mínima mención al exministro Miguel Boyer, que
precisamente aparece al final del episodio y cuya calva es besada por error por el propio Ruiz-Mosqueos.

Dos imágenes de Miguel Boyer (“Maastricht ¡…Jesús!” (1991)


y “El cochecito leré” (1985))

Jesús Gil y José María Ruiz-Mateos


(“Maastricht !…Jesús!” (1991))

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También aparecen Miquel Roca Junyent, portavoz de CiU en el Congreso y uno de los ponentes de la Constitución
Española, José Ramón Caso, secretario general del CDS, y Julio Anguita, secretario general del PCE y coordinador
de Izquierda Unida. El primero recibe el nombre de Basalto Róquez Pedrúsquez y visita con nuestros agentes el
pueblo de Valdepeñasco del Guijarral, recibiendo todo tipo de golpes y humillaciones. El segundo es llamado Esun
Caso y recibe una ración surtida de agresiones involuntarias de parte de nuestros agentes. Finalmente, el último de
ellos es referenciado como Manguita y es el único personaje contrario al tratado europeo, pero lo más destacable es
que es el único político de IU que se ha pasado por las viñetas de Ibáñez pese a ser en formato de cameo mudo. A
nivel internacional, también puede verse la primera aparición de la reina de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y de
la Commonwealth Isabel II. Es sorprendida en su propia bañera por Mortadelo, que estaba investigando las tuberías.

De izda. a dcha.: Julio Anguita, José Ramón Caso , Miquel Roca y la reina de Inglaterra (“Maastricht ¡…Jesús!”, 1991)

En “El pinchazo telefónico” (1994), se introducen políticos tanto nacionales como extranjeros en cada uno de sus
episodios. Las novedades son el presidente ruso Boris Yeltsin, que recibe un atentado involuntario de manos de
Mortadelo y Filemón, y el príncipe de Gales Carlos de Inglaterra. Ibáñez inicia aquí una hilarante continuidad, poco
habitual en la serie pero que se aplica de manera descacharrante. La reina Isabel II, al descubrir a Filemón desnudo en
la azotea y a Mortadelo escondido en el armario y disfrazado de botones, se enoja por el escándalo y decide retirar los
derechos dinásticos a su hijo. Desde entonces, de vez en cuando se representan reencuentros con Mortadelo en que
vuelve a reírse de sus orejas y el príncipe responde con: “¡Él! ¡Siempre él!”. Podrán verse tales escenas en “Las vacas
chaladas” (1996), “El tirano” (1998), “¡El Dos de Mayo!” (2008), “¡Por Isis, llegó la crisis!” (2010) y “Londres
2012”. Por otra parte, también existen breves cameos en “¡Bye bye, Hong-Kong!” (1997), “Mundial 98” y “Fórmula
uno” (2000).

Boris Yeltsin en “El pinchazo telefónico” (1994)


y “Bye bye, Hong-Kong!” (1997) La reina de Inglaterra y su hijo Carlos (“El pinchazo telefónico”, 1994) y
haciendo las veces de Lord Wellington en “El Dos de Mayo” (1998)
En “Bye Bye, Hong-Kong!” (1997) se
parodia la devolución a China de Hong
Kong por parte del Reino Unido. En el
tramo final se puede ver a una buena
selección de líderes internacionales,
destacando el chino Den Xiaoping. Por
culpa de Mortadelo, se desvía una bomba
incendiaria que termina achicharrando a
todos los jerifaltes internacionales.
Seguidamente se revela Fidel Castro
como responsable, dentro de una línea
bastante recurrida por Ibáñez en la que Deng Xiaoping (“Bye bye, Hong-Kong!”, 1997) y Radovan Karadzic
introduce personajes políticos como (“La prensa cardiovascular”, 1996)
antagonistas.
En “La prensa cardiovascular” (1996), el presidente serbio y acusado de genocidio y crímenes de guerra Radovan
Karadzic es otro ejemplo en esta década de los noventa.

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En comparación con sus predecesores, el presidente Bill Clinton de los EE.UU (1992-2000) interviene con más
frecuencia en las historietas de Mortadelo y Filemón y recibe innumerables golpes y ataques. Su primera aparición es
en “Mundial 94”, donde propina un golpe de estómago a la bota de Mortadelo, arruina con sus mofletes un abono
orgánico que había depositado Filemón en el césped y echa a perder 18 balas de la nueva pistola de Mortadelo. Pues
bien, eso no es nada comparado con lo que sufre a continuación en siguientes álbumes: en “El pinchazo telefónico”
(1994) es cabalgado por Mortadelo cual jaco, en “Las vacas chaladas” (1996) exige que Arnold Schwarzenegger y
Silvester Stallone capitaneen una invasión contra España tras la “bienvenida” brindada por Mortadelo y Filemón, en
“Atlanta 96” recibe constantes atentados de Ofelia debido a los superpoderes que adquiere, en “¡Bye bye, Hong-
Kong!” (1997) participa en la famosa “queimada” de políticos internacionales, en “¡Deportes de espanto!” (1998)
recibe un pepinazo nuclear en la Casa Blanca quedando él y su Hillary como “un plato de arroz con leche bajo la
pata de un camello”. En “La maldita maquinita” (1998) descubre a los agentes escondidos en el despacho oval y se
intercambia su saxofón por la mujer de la limpieza de la TIA.

Bill y Hillary Clinton (izda.) y Saddam Hussein (dcha.) en “Mundial 94” Bill Clinton en “El pinchazo telefónico” (1994)
y “La M.I.E.R” (1999)

Bill Clinton en “Atlanta 96” (1996)

Su rivalidad con Sadam Hussein, aparte de sugerirse en “Mundial 94”, se


satiriza en la final del siguiente campeonato de fútbol “Mundial 98”, de
manera que aprovecha el momento para atizar al dictador iraquí. En “Su vida
privada” (1998) es detenido por presunta conspiración contra Sadam en un
cameo mudo. La última historieta en la que aparece es en “La M.I.E.R.”
(1999), donde descubre a Mortadelo y Filemón escondidos en el despacho
oval donde creía que le esperaría Mónica Lewinsky. Y aunque no aparece en
“Impeachment!” (1999), la historieta parodia su affaire con la becaria con un
símil entre el Súper y su secretaria Ofelia.

Otro político internacional que “recibe” de manos de Mortadelo y Filemón es


Jacques Chirac, presidente de la República de Francia entre 1995 y 2007.
Su primera aparición en forma de cameo mudo es en “El jurado popular”
(1996), portando una bomba en la calle. Se trata de una referencia a la fiebre
que tuvo el político francés por las pruebas nucleares en el atolón de Mururoa.
Posteriormente, en “¡Bye bye, Hong-Kong!” (1997) es otro de los
mandatarios achicharrados. Sus intervenciones más destacadas las tiene en el
mundial de fútbol de Francia. En “Mundial 98” es víctima de un virus que lo
convierte en dromedario y además inaugura una espectacular tangana de
políticos internacionales en el palco de la final. La exprimera ministra del
Reino Unido desde 1979 a 1990 Margaret Thatcher puede verse en la
aventura conmemorativa “El 35 aniversario” (1993), en la que tomando el té
de las cinco asegura que lee “Mortadelo”. Jacques Chirac y Margaret Thatcher

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Es preciso resaltar la caricatura del ex dictador chileno Augusto Pinochet en
“El tirano” (1998) como Antofagasto Panocho. En una divertidísima aventura,
Mortadelo y Filemón deben idear la forma de eliminarlo. Pero llegará el
momento en que reciban el encargo de asegurarse de que suceda todo lo
contrario. Otro líder sudamericano es el revolucionario Pancho Villa, que
aparece en “Siglo XX, ¡qué progreso!” (1999) de joven, aunque también
apareció como anciano en la apócrifa “El Mundial México”.

José María Aznar es caricaturizado por primera vez en calidad de presidente


del Gobierno en “Las vacas chaladas” (1996). Se trata de un breve gag en el
que asiste a la TIA a dar una conferencia con Yeltsin y Clinton. Es atacado por
una vaca descontrolada y sube hasta la última planta sin necesidad de ascensor ni
nada. Desde entonces, sus intervenciones en las historietas de Mortadelo y
Filemón han sido continuas y durante muchos años. Dentro de esta década de
los noventa, pueden verse más cameos como en “El disfraz, cosa falaz” (1996)
–donde desde la sede del partido pide que disparen a Filemón al confundirlo con
Alfonso Guerra–, en la mencionada “¡Bye bye, Hong-Kong!” (1997) –donde es
también abrasado– y en “¡Deportes de espanto!” (1998), en la que recibe un
atentado involuntario de nuestros agentes. Además, en tal historieta se hace Antofagasto Panocho (Pinochet) en
mención expresa a la famosa frase “España va bien” que machacó el político “El Tirano” (1998)
real durante sus primeros años como presidente.

Algunas de las apariciones de José María Aznar en las aventuras de Mortadelo y Filemón

Su última aparición en la década de los noventa es en la aventura


“Mundial 98”, reivindicando a España como resolutoria del caos producido
por una tremenda tangana en el palco… al tiempo que es agredido. No
obstante, pese a no vérsele físicamente, en “El tirano” (1998) ordena al
Súper que le conceda paga extra a Mortadelo y Filemón por poner fuera de
combate a Antofagasto Panocho y evitar que el juez Calzón pudiera
procesarlo. En cuanto a la familia real, pueden verse cameos mudos del Rey
Juan Carlos I de Borbón en “¡Deportes de espanto!” (1997), esquiando
con el presidente Aznar, y del príncipe de Asturias Felipe de Borbón en el
parque de los príncipes en “Mundial 98”. El rey emérito, Juan Carlos,
vuelve a aparecer en “¡Elecciones!” (2015), con bocadillo propio, como
veremos. Ibáñez también hizo una caricatura suya, junto a la de Jordi Pujol, Juan Carlos I (“¡Elecciones!”, 2015)
en el libro en el que nos enseña como dibujar a Mortadelo y Filemón
(“¡Dibújalos tú solito!”, 2007).

Felipe de Borbón
“Mundial 98” Juan Carlos I en “Deportes de espanto” (1997), “¡Dibújalos tú solito! (2007) y “¡Por Isis, llegó la crisis! (2009)

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(2000-2009)- Aznar como estrella recurrente y múltiples cameos de otros
personajes internacionales
En la primera década del siglo XXI, la participación de los políticos aumenta enormemente pero en formato de
simples cameos y no como personajes secundarios. La única excepción es “El ordenador… ¡qué horror!” (2001),
aventura en la que interviene uno concreto en cada capítulo. Sin embargo, los guiones de las aventuras comienzan
cada vez más a tener relación directa con aspectos de la realidad política y social española y/o internacional. Lo más
relevante de estos años es la apabullante proliferación de intervenciones de José María Aznar, incluso una vez fuera
del cargo de presidente y con una carga crítica y satírica mucho mayor que la paródica de los años noventa. Es más,
incluso en “¡Rapto tremendo!” (2003) se insinúa su hastío con que apareciese en las historietas y no muestra
demasiado interés en que se rescate al secuestrado Ibáñez. Alguna vez se le ha preguntado al autor por esta curiosidad
y no le ha dado importancia, rechazando que se deba a ningún tipo de inquina personal. No obstante, algunos medios
aseguran que fue el único político que no respondió ni mandó nota de agradecimiento por el regalo de un ejemplar de
la aventura “Barcelona 92”.

Como presidente del gobierno, en esta década aparece en las siguientes aventuras: en “La vuelta” (2000), se corta un
dedo al inaugurar la competición ciclista, con lo que el presidente andaluz Manuel Chaves y en compañía de Jordi
Pujol aprovecha para reprocharle que lo haga todo a dedo; en “El ordenador... ¡qué horror!” (2001) es afectado por
uno de los virus informáticos enviados por Fidel Castro, de manera que cada vez que pronuncia “España va bien” la
climatología cambia de repente; en “¡Llegó el Euro!” (2001) es utilizada su imagen para crear billetes falsos y en “El
UVA” (2003) aparece acompañado del ministro de Fomento Francisco Álvarez Cascos para inaugurar las vías del
tren y son arrollados por culpa (cómo no) de Mortadelo y Filemón. En esta última aventura existe una fuerte carga
crítica contra la gestión del AVE, las chapuzas y los trapicheos de la política.

Izda: Francisco Álvarez Cascos (“El UVA”, 2003). Dcha: José María Aznar en “El carnet al punto” (2005)

Pese a dejar el cargo, su ridiculización en los cómics


resulta posteriormente mucho más acusada. Ya como
expresidente, en “El señor de los ladrillos” (2004)
aparece en la cola del paro y también es caricaturizado
como un enano de la Tierra Media en busca de guerra (en
alusión indirecta a la guerra de Irak); en “Mortadelo de la
Mancha” (2004), da un mitin en globo con los exministros
Mariano Rajoy, Ángel Acebes, Rodrigo Rato y
Eduardo Zaplana y se la pegan en el santo suelo tras
rajarlo Mortadelo, lo que pudiera entenderse como una
metáfora de la derrota electoral, y en “¡El carnet al
punto!” (2005), se asigna el cargo de “puntero mayor” y
con la ayuda de Mariano Rajoy engaña al presidente
Zapatero para instaurar el carnet por puntos.
Posteriormente termina dando clases a los pingüinos, lo Jose María Aznar (“El señor de los ladrillos”, 2004)
que recuerda a la marcha del político real a la Universidad
de Georgetown. Curiosamente, el gag del globo se vuelve
a repetir en “Eurobasket 2007”, solo que terminan
cayendo en el Polo Norte y un niño esquimal insulta al
expresidente. La intervención más descacharrante es la de
“Mundial 2006”. Se cuela en el equipo de la selección
española y él solito logra remontar a base de goles la
repesca ante Pedovaquia, para disgusto de los jugadores
que esperaban no tener que sufrir la “compañía” de
Mortadelo y Filemón. En la realidad, precisamente España
tuvo que clasificarse para la mencionada competición
deportiva en dicha fase ante Eslovaquia.
Jose María Aznar (“Eurobasket 2007”)

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Los últimos cameos de Aznar de esta década son en “¡Bajo el bramido del trueno!” (2006), donde su imagen es
utilizada en un concurso de pedradas; en “¡El Dos de Mayo!” (2008) interpretando a Napoleón Bonaparte (su
hermano José es Mariano Rajoy) y en “Nuestro antepasado, el mico” (2009), aventura en la que Mortadelo usa un
periódico que señala que el expresidente quiere volver a presentarse a elecciones como medio para poner fuera de
combate a un gorila gigante. Con todo, las visitas de este político español a las viñetas de Ibáñez aún no han cesado y
volveremos con ellas en la siguiente década.

“Mundial 2006” y “Parque de atracciones”

Este protagonismo de Aznar contrasta con las escasas apariciones del presidente del gobierno José Luís Rodríguez
Zapatero en apenas algunas viñetas. En “¡El carnet al punto!” (2005) firma engañado por Rajoy y Aznar estando
más interesado en romper distensiones con George W. Bush. Un gag más divertido y protagonizado por los mismos
tiene lugar en “¡Y van 50 tacos!” (2007), donde pasea en descapotable con el mandatario americano y observa
atónito cómo su homólogo es pringado de orín de Filemón. La anécdota es apuntada por Rajoy para pedir
explicaciones en el Congreso. En “¡Bajo el bramido del trueno!” (2006) es víctima de un atentado perruno, en
“Pekín 2008” se le ve en el palco acompañado de Rajoy y en “¡En la Luna!” (2009) acude invitado junto con otros
jefes de Estado y de Gobierno a la toma de posesión de Barack Obama en la Casa Blanca. Seguramente, Ibáñez no
encontró en el jefe de gobierno socialista un filón de gags críticos como el que sí halló en Aznar.

“¡Bajo el bramido del Trueno!” (2006)

Jose Luis Rodríguez Zapatero en sus apariciones en “Mundial 2006”, “¡En la Luna!” (2009) y “¡A reciclar se ha dicho!” (2011)

En “La rehabilitación esa” (2002) puede verse de nuevo a Mario Conde y Jesús Gil en la cárcel, pero
comunicándose por teléfono para tramar nuevos trapicheos. El segundo iba a ser también el protagonista de “El señor
de los ladrillos” (2004). Sin embargo, dado que el personaje real falleció durante el desarrollo de la historieta, Ibáñez
tuvo que modificar su cara y utilizar un nombre que no recordase al político y empresario (Ladríllez Peñón). Aun así,
la inspiración en el personaje es más que evidente, no ya por las sospechas de corrupción urbanística sino también
porque es propietario de un equipo de fútbol y en lugar de un caballo tiene a un camello llamado “Joroboso”.

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La novedad más destacable de la aventura “El ordenador... ¡qué horror!” (2001) es la primera aparición del
presidente de los EE.UU George W. Bush, que es retratado como un vaquero fanático de la pena de muerte y las
torturas en todas sus modalidades. Al final de su capítulo es humillado por Mortadelo y Filemón al arrastrarlo hacia la
prensa desde el baño y desnudo de cintura para abajo. Pese a su carácter, este presidente apenas ha aparecido en la
serie en contraste con Clinton y sus siguientes apariciones se reducen a breves cameos. En “¡El carnet al punto!”
(2005) exige a Zapatero que le bese la bota para pedirle disculpas y “luego ya veremos”, en “¡Y van 50 tacos!”
(2007) sufre una nueva afrenta al ser impregnado del orín de Filemón, que hacía sus necesidades desde un puente y
recibe un atentado junto con otros mandatarios en “Pekín 2008”. En esta aventura existe un curioso cameo de su
secretaria de estado Condoleeza Rize con el nombre de “Condolencia” y acompañada en el palco por Rodolfo
Chikilicuatre, representante de España en Eurovisión en ese año. En la aventura “¡En la Luna!” (2009) Bush
aparece por última vez y es despedido de su cargo de presidente a base de lanzamientos múltiples de zapatos, en
referencia a la anécdota real mientras daba una conferencia en Bagdad en diciembre de 2008. Al final de esta
historieta puede verse a Barack Obama tomando posesión del cargo de presidente en la Casa Blanca. Justo cuando
Mortadelo y Filemón irrumpen con un cohete espacial averiado.

De izda. a dcha: Rodolfo Chiquilicuatre y Condoleeza Rize (“Pekin 2008”), George W. Bush (“El carnet al punto”, 2005),
Barak Obama (“¡En la Luna!” y “¡Por Isis, llegó la crisis!”, 2009)
En la aventura sobre los virus del ordenador
existe también un capítulo dedicado al canciller
alemán entre 1998 y 2004 Gerard Schröder.
Es hinchado como un globo y nuestros agentes
acuden a rescatarlo, aunque lo hagan con su
peculiar estilo. Sólo volverá a aparecer en “¡El
carnet al punto!” (2005) vestido de soldado.

Las últimas apariciones del presidente francés


Jacques Chirac son en “El ordenador… ¡qué
horror!” (2001), donde es reducido al tamaño
de un pigmeo y machacado continuamente por Gerard Schröeder (“El ordenador… ¡qué horror!”, 2001), Nicolás Sarkozy
la acción “protectora” de nuestros agentes, en y Vladimir Putin (“¡En la luna!”, 2009)
“¡El carnet al punto!” (2005) vestido de
Napoleón y finalmente en “Mundial 2006”,
siendo achicharrado por segunda vez junto con
otros jerifaltes internacionales. Su sucesor
Nicolás Sarkozy aparece por primera vez en
“¡En la Luna!” (2009), asistiendo a la toma de
posesión de Obama como nuevo presidente de
los EE.UU.

El presidente ruso Vladimir Putin tiene su


primer cameo en “Mundial 2006”, siendo otro
de los políticos que luchan por aparecer en la Vladimir Putin, Benedicto XVI y Angela Merkel (“Mundial 2006”)
foto de clausura. En esa misma escena puede
verse al Papa Benedicto XVI.

La canciller alemana Angela Merkel, pese a su


larga etapa de gobierno, sólo ha aparecido dos
veces. En “Mundial 2006”, había sido
secuestrada y suplantada por extraterrestres. En
la aventura “¡En la Luna!” (2009) es otra de las
personalidades invitadas a la toma de posesión
de Obama. En la introducción de “¡Bajo el
bramido del Trueno!” (2008), puede verse
también una caricatura del primer ministro del
Reino Unido Tony Blair como miembro de las Angela Merkel (“¡En la Luna!”, 2009) , Tony Blair (“¡Bajo el bramido del
cruzadas. Trueno!, 2008) y Obama (“Mundial 2014”)

89
También aparece el empresario y político
italiano Silvio Berlusconi en tres ocasiones. Las
dos primeras son en simples cameos, como en
“¡Bajo el bramido del trueno!” (2006), donde
descubrimos que tenía un antepasado bastante
parecido en las cruzadas y en “¡En la Luna!”
(2009) asistiendo a la toma de posesión de
Obama en la Casa Blanca. Su última aparición
en “Nuestro antepasado, el mico” (2009) es
mucho más divertida, dado que un par de
primates (o cuatro, si se cuenta a nuestros Silvio Berlusconi (“¡Bajo el bramido del Trueno!”, 2008, y
agentes) vuelven majaretas tanto al magnate “¡En la Luna!”, 2009) y Evo Morales (“Mundial 2006”)
italiano como a una de sus pibitas de buen ver.
En cuanto a los políticos de Sudamérica, pueden
apreciarse pequeños cameos del presidente
boliviano Evo Morales en “Mundial 2006” y del
venezolano Hugo Chávez en “Pekín 2008”,
sufriendo atentados involuntarios de Mortadelo y
Filemón junto con otros jerifaltes. También
aparece el expresidente argentino Carlos Ménem
como Carlos Memón y en el rol de responsable
de los sabotajes en el “Mundial 2002”. Incluso el
señor Todoquisque se disfraza de él en la
historieta del mismo nombre. Antofagasto
Panocho vuelve a aparecer en “¡El estrellato!”
(2003) y, pese a haber fallecido ya el personaje
Carlos Ménem en “El Señor Todoquisque” (1992) y “Mundial 2002” real, lo hará de nuevo y por última vez en
“¡Venganza cincuentona!” (2007) como líder de
una asociación de enemigos de los agentes de
todos los tiempos y aludiendo a que el anterior
solo era un doble contratado.

Respecto a otros continentes, aparece en “Pekín


2008” el primer ministro chino Wen Jiabao
siendo el único político asiático caricaturizado. De
África puede verse a Muamar el Gadafi,
dictador libio que aparece en “¡En la Luna!”
(2009) como uno de los invitados a la Casa
Blanca. Años atrás ya fue referenciado en la
historieta “¡Terroristas!” (1987) como
Wen Jiabao y Hugo Chávez, junto a Isabel II (“Pekin 2008”) Gamberrafi.
Finalmente, se da la curiosidad de que Ibáñez introduce a políticos catalanes después de muchos años sin retratar a
ninguno. Ello no concuerda con la opinión de Ibáñez en algunas entrevistas en las que afirmaba que prefería no
introducir políticos regionales al haber el riesgo de no reconocerlos fuera de España. En “El kamikaze Regúlez”
(2005), aparecen en el zoo de Barcelona el alcalde Joan Clos, el presidente de la Generalitat Pasqual Maragall, el
líder de la oposición Artur Mas, Josep Lluís Carod-Rovira de ERC y Joan Saura de ICV. Los cinco reciben un
atentado bombero por culpa de Mortadelo y Filemón. Artur Mas vuelve en “¡El Dos de Mayo!” (2008) como líder de
las defensas del Bruc y Carod-Rovira lo hace en “Mundial 2006”, peleándose con políticos internacionales para salir
en la “foto de la paz” y reivindicando el debate del Estatut y a Cataluña como nación.

Pasqual Maragall, Josep Lluís Carod-Rovira, Joan Clos, Artur Mas y Joan Saura (“El kamikaze Regúlez”, 2005)

90
(2010-2018)- De la crisis económica a Donald Trump
En los últimos años que nos llevan al 60º aniversario de la serie cómica, se han reducido bastante los cameos de
políticos. En contraposición, se han multiplicado los guiones basados en aspectos de la vida política y social y muy
especialmente relativos a la crisis económica. Así, relativa a esta última se publica “¡Por Isis, llegó la crisis!” (2010),
“Jubilación... ¡a los noventa!” (2011) –sobre el retraso de la edad de jubilación– “¡Tijeretazo!” (2012) –sobre los
recortes en el gasto público–, “Sueldecitos más bien bajitos” (2015) –sobre los ajustes de los salarios y la vuelta al
pluriempleo– y “¡A reciclar se ha dicho!” (2011), “La bombilla… ¡chao, chiquilla!” (2012) y “El coche eléctrico”
(2013), relativos al ahorro energético. En la primera de estas historietas, descubrimos una surrealista terna de
conspiradores para controlar la TIA y con planes a muy largo plazo compuesta por unos “juveniles” Sean Connery,
en el papel de “Chein Bon”, Fidel Castro y Manuel Fraga.

Sean Connery, Fidel Castro y Manuel Fraga en “¡Por Isis, llegó la crisis!” (2010)

Al margen de la crisis, después de algunos años se vuelve


a hablar de corrupción. En primer lugar, se satiriza la
corrupción urbanística propia de los ayuntamientos en
“Marrullería en la alcaldía” (2010). Años más tarde y con
formidable impacto mediático y éxito de ventas se publica
“El tesorero” (2015), que parodia el caso Luis Bárcenas y
de hecho aparece como personaje durante toda la aventura.
En esta misión, que recuerda a la de Rulfián en
“Corrupción a mogollón” (1994), Mortadelo y Filemón
deben investigar al tesorero del “Partido Papilar” que
presuntamente se ha fugado con todos los fondos del
partido. Además, la conclusión es igualmente irónica como
lo fuera en aquella otra aventura. En la misma aventura
aparecen los ministros Cristóbal Montoro y Dolores de
Cospedal, aunque anecdóticamente a la segunda se la
menciona con dos apodos (Costipal y Coscorral). Luís Bárcenas y Dolores de Cospedal (“El tesorero”, 2015)

El presidente Zapatero, en su segunda legislatura, aparece en escenas muy reducidas. En “¡Por Isis, llegó la crisis!”
(2010) habla en televisión quitándole hierro al asuntillo de la recesión económica, en “Jubilación... ¡a los noventa!”
(2011) aparece peleándose con el líder de UGT Cándido Méndez y en “¡A reciclar se ha dicho!” (2011) es víctima
de un atentado en el Congreso a base de granada. Finalmente, en “La bombilla… ¡chao, chiquilla!” (2012), no
siendo ya presidente recomienda en televisión el reemplazo de las bombillas clásicas por otras de bajo consumo.

Zapatero en “¡Por Isis, llegó la crisis!” (2009) Zapatero y Cándido Méndez - “Jubilación… ¡a los noventa!” (2011)

91
El siguiente secretario general socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, que no llegó a ser jefe de gobierno, puede verse
por vez primera en la citada “Jubilación... ¡a los noventa!” (2011) quejándose de los destrozos ocasionados por
Mortadelo y Filemón en un parking. En esa misma aventura también aparece Juan Carlos de Borbón demandando
con un cartel que no se cierren los palacios. Otros cameos de Rubalcaba son en “Mundial 2014”, donde se pone a
discutir de fútbol con Rajoy en el Congreso de los Diputados, y la última en “El tesorero” (2015), siendo detenido
por nuestros agentes como sospechoso de corrupción.

Rubalcaba en “Jubilación...¡a los noventa!” (2011) y “Mundial 2014” Rajoy en “Pekin 2008” y “Espías!” (2012)

Mariano Rajoy interviene también en cameos de corta duración, aunque con peor suerte que Zapatero. Con
anterioridad a ocupar el cargo de presidente, en “¡Por Isis, llegó la crisis!” (2010) asusta al espectador de la televisión
con sus vaticinios sobre la crisis y en “Mundial 2010” trata de hacer entrar en razón a Manuel Fraga, que había
confundido la competición con “el Moral 2010”. Reaparece, ya como jefe de gobierno, en “El coche eléctrico”
(2013). Se encarga de cerrar el debate sobre el estado de la nación a la vez que provoca saludables efectos de
somnolencia en los telespectadores. En “Mundial 2014” discute con Rubalcaba sobre fútbol y en “¡Tijeretazo!”
(2014) sufre un atentado (un tajo en la nariz) derivado del karma, y también de la ineptitud, de los agentes de la T.I.A.
También aparece en la historieta “El tesorero” (2015), siendo detenido en pleno baño por Mortadelo y Filemón como
presunto sospechoso en el caso de la sustracción de fondos del Partido Papilar. Por otra parte, nuestros agentes le
hacen quedar mal con los presidentes americanos. En “Sueldecitos más bien bajitos” (2015) invita al presidente
Obama a dar un paseo de bienvenida y de repente aparecen Mortadelo y Filemón con un camión de basura. En
“Drones matones” (2016) invita a Donald Trump, pero no es capaz de controlar ni de evitar las sucesivas agresiones
de robots del profesor Bacterio sobre el presidente norteamericano. En este último caso, termina condenado a picar
piedra junto a los agentes y el Súper.

Rajoy en “¡Por Isis, llegó la crisis!” (2009) y “El coche eléctrico” (2013)

Los nuevos líderes políticos Pedro Sánchez,


Albert Rivera y Pablo Iglesias intervienen en
breves viñetas en la mencionada “¡Elecciones!”
(2015). En esta aventura (como no podía ser de
otra manera) son descoyuntados y puestos fuera
de servicio para los comicios debido a los
desastres que causan Mortadelo y Filemón. El
partido Podemos pasa a ser “Arrempujemos”
y su líder vuelve a aparecer en “Drones
matones” (2016), con el seudónimo de “el
Coleta” (coleta que pierde por culpa de uno de
los drones del profesor Bacterio). En la
mencionada historieta electoral regresa Aznar y
formaliza su candidatura por el PEDO Pablo Iglesias accediendo a la sede de su partido en “Drones matones” (2016)
(Podemos Erigir Derecha Omnipotente).

92
En la misma aventura, puede verse una impresionante tangana callejera de políticos. Como políticos nacionalistas
pueden verse cameos de Oriol Junqueras recibiendo un ladrillazo del rey emérito Juan Carlos de Borbón y de
Artur Mas recibiendo un puñetazo de Rajoy. También participan el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz,
aplicando a base de martillo la “Ley mordaza” y el papa Francisco “absolviendo” de sus pecados a un individuo a
base de golpe de báculo. También pueden verse a otros políticos del PP en esa historieta. En primer lugar, a Soraya
Sáenz de Santamaría en la portada de la edición en “Magos del Humor”, ejerciendo de coach de boxeo para Rajoy.
Por otra parte existe un cameo del ministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo en un cóctel y
finalmente de Rita Barberá, ex presidenta de la Generalitat Valenciana y que antes de morir popularizó la expresión
“el caloret”, que fue parodiada en dicho álbum.

Numerosos personajes de la vida política - “¡Elecciones!” (2016) Soraya Sáenz de Santamaría


“¡Elecciones!” (2016)

El cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal Antonio Rouco Varela aparece en “Mundial 2010”, enojado
por la irrupción de Mortadelo y Filemón, que pretendían escapar de la misión, y en “La litrona… ¡vaya mona!”
(2013) intentando convencer a la muchachada de que se deje el alcohol y el rock and roll. El presidente Barack
Obama, tras el morrocotudo piñazo en cohete de Mortadelo y Filemón en la Casa Blanca, recibe nuevos atentados y
afrentas de los agentes. En “¡Por Isis, llegó la crisis!” (2010) es objeto de insultos involuntarios en los pasillos del
Congreso de los diputados por parte de nuestros agentes. Con el nombre de Mojama, aparece en “La bombilla…
¡chao, chiquilla!” (2012), donde resulta afectado por un gas enloquecedor que le induce a arrojarse a un triturador de
basuras, y en “Sueldecitos más bien bajitos” (2015), donde resulta humillado por Mortadelo y Filemón, que aparecen
en su bienvenida con un camión de la basura y encima beodos. Finalmente, con el nombre de Banana, en “Mundial
2014” expresa sus diferencias con Vladmir Putin (Putotin) coincidiendo con el asuntillo de la crisis de Ucrania. Tales
discrepancias son amplificadas debido a la desastrosa mediación de nuestros agentes.

Antonio Rouco Varela (“Mundial 2010”) y “La litrona… ¡vaya mona!” (2013) “Mojama” (Barack Obama) en “La bombilla...¡chao
chiquilla!” (2012) y “Sueldecitos más bien bajitos” (2015)

El presidente ruso Putin también aparece con el nombre de Vladimirof Putinsky en “La litrona… ¡vaya mona!”
(2013) como traficante responsable de los potingues adulterados. Su última aparición por el momento es en “El 60
aniversario” (2017) en calidad de mediador del conflicto más político y personal entre Donald Trompf y el dictador
de Corea del Norte.

93
En los últimos años, parece que con Donald Trump
ha encontrado Ibáñez un nuevo personaje para sacar
partido cómico en sustitución de Aznar, muy
posiblemente debido a sus polémicas declaraciones
públicas y su particular estilo políticamente
incorrecto. Su primera aparición es como candidato y
puede verse en “¡El capo se escapa!” (2016). Es
escoltado por el Súper y comienza a dar un mitin
incendiario cuando resulta víctima de un castañazo de
Mortadelo y Filemón. Supuestamente queda majara
perdido e inhabilitado para presentarse, pero pronto lo
veremos en el cargo. Como presidente de los EE.UU, Kim Jong-Un y Donald Trump - “El 60 aniversario” (2017)
en “Drones matones” (2016) y con el nombre de Donaldo Trompf es atacado en repetidas ocasiones por robots
construidos por el profesor Bacterio. Ello ocasiona que se pille un rebote de agárrate y no te menees con Rajoy. Sin
embargo, mucho más divertida es su intervención en la aventura conmemorativa de “El 60 aniversario” (2017), en la
que su relación de rivalidad con el dictador coreano Kim Jong-Un explota por culpa de nuestros agentes. Este último
recibe el nombre de “Pxiong Pxiang” y gobierna “Kolea de Aliba”. Ambas historietas han sido enormemente
publicitadas y referenciadas en prensa y televisión, apareciendo el actual mandatario estadounidense en sendas
portadas.

Y antes de cerrar el capítulo, aprovechamos para reproducir varias viñetas relacionadas con algunos de los personajes
que hemos ido mencionando a lo largo de este capítulo pero que aún no hemos tenido la ocasión de mostrar. Incluimos
parte de la portada del “Top Cómic” n.º 46 en la que pueden verse caricaturas de Rajoy, Luis de Guindos, Soraya
Sáenz de Santamaría y Cristóbal Montoro, así como la caricatura de Arnold Schwarzenegger, que también
terminó ejerciendo como político.

De izda. a dcha. y de arriba abajo: Alfonso Guerra (como “Requemado Sinsilla”), Soraya Sáenz de Santamaría, Mariano Rajoy, Luís
de Guindos, Cristóbal Montoro (en diferentes viñetas), Arnold Schwarzenegger, Juan Pablo II, Mario Conde, Nicolás Redondo,
Karol Wojtyla (de nuevo), Ángel Acebes, Albert Ribera, Pedro Sánchez, Rita Barberá, Santiago Carrillo y Manuel Chaves

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CAPÍTULO 6

LAS PORTADAS
DE IBÁÑEZ
(Por Santi Jurado Aguilar)

Portada revista “Mortadelo” (Extra de Verano, 1975)


Las portadas de Francisco Ibáñez
Una buena portada puede vender una revista de historietas al margen de su contenido. Bruguera aplicó esta máxima
sin desviarse ni un ápice. Por poner un ejemplo, Francisco Ibáñez solo falló en dos ocasiones durante los 645
números semanales de la revista “Mortadelo”, conteniendo algunas de ellas historietas apócrifas de notable
mediocridad, sin que por ello las ventas de la revista se resintieran. Se demuestra así el mimo de la editorial del gato
negro con las portadas de sus publicaciones de quiosco, o de los centenares de tomos que de Mortadelo vieron la luz
desde principios de los años 70. De entre toda la producción de revistas que abarrotaban las estanterías, las que
contenían ilustraciones de Ibáñez destacaban por encima de otras, no diría a nivel artístico, ya que esto es una
apreciación subjetiva, pero sí a nivel comercial. Solo hay que mirar el Catálogo de Publicaciones Infantiles y
Juveniles de 1977 para descubrir el siguiente dato: “Super Mortadelo” arrasa con 147.000 ejemplares, seguido de
“Mortadelo” con 112.000. Francisco Ibáñez venía aprendido en el oficio de ilustrar portadas.

A principios de su carrera, durante los años 50,


en Editorial Marco adornó con sus monos a
toda página alguna portadas de “Hipo, Monito
y Fifí” y “La Risa” y con viñetas “Paseo
Infantil” de Ediciones generales. Para
Editorial Símbolo ilustró la cubierta de un
liliputiense cuaderno protagonizado por “Don
Eulalio”. Y en sus primeros pasos en Bruguera,
la agencia de información de Mortadelo y
Filemón también acaparó la portada de unos
cuantos números de “Pulgarcito”. ¡Hasta la
familia Trapisonda protagonizó una estupenda
portada de la revista “El Capitán Trueno”!

Fue en los extras de la revista de gran formato


“Gran Pulgarcito” donde Ibáñez demostró sus
dotes de portadista, siendo la del “Extra de
Verano de 1969” la primera en la que
Mortadelo y Filemón interactúan a página
completa (ver portadilla que abre este capítulo).
La del “Almanaque para 1970”, bajo estas
líneas, es un clásico y una portada singular, pues Portadas “Paseo Infantil” y “Liliput”
vemos a Filemón con jersey, en la casa de realizadas por Ibáñez antes de su ingreso en Bruguera
campo que comparte con Mortadelo.

Una vez cerrada esta revista por motivos comerciales (la


editorial comunicó que no era rentable ya que no vendía lo
suficiente debido a su elevado precio de portada), el sustituto
natural fue el semanario “Mortadelo” (1970-1983), cuyo
primer número, el cero, se regaló encartado en “Tío Vivo”.
En estas primeras portadas Ibáñez se aplicó al máximo,
creando gags de unas pocas viñetas, entintadas por él mismo,
con un trazo muy cuidadoso, con marcos deformados, nunca
dos iguales, e incluso usando los bordes de la revista como
límite del dibujo, jugando incluso con los rabitos de los
bocadillos de texto. Esta experimentación acentúa el
dinamismo de los personajes y situaciones, convirtiendo estas
portadas en únicas, auténticas virguerías de diseño, que más
adelante aplicó a Rompetechos en “Din Dan” y a Pepe
Gotera y Otilio en “DDT” y al botones Sacarino en “Tío
Vivo”. En contraposición, las historietas del interior,
entintadas por los ayudantes, no llegan a esa calidad. Otro
detalle que catapultó a la fama a estas cubiertas fue el uso de
la primera “O” de la palabra “Mortadelo” del título,
sustituyéndola por el propio personaje disfrazado y creando
gags divertidísimos.

Ibáñez se inspiró e incluso tomó detalles prestados de


ilustraciones de las revistas francobelgas que los redactores
de Bruguera mostraban a los dibujantes como ejemplo a
seguir, siendo Franquin la principal influencia de la que se
Portada revista “Gran Pulgarcito” (años 1969 y 1970) aprovecharía durante unos cuantos años.

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“Hipo, Monito y Fifí”, n.º 4 (Marco, 15/VI/1958) Número cero de la revista “Mortadelo” (Bruguera, 1970)

En los primeros números la mayor parte de los gags de portada estaban rematados por una última viñeta mayor que
las otras en la que Ibáñez nos obsequiaba con un elaboradísimo dibujo que ponía la guinda a la situación narrada. Las
ilustraciones compartían espacio con el índice de personajes y datos como el precio, año y número. El índice se
suprimió en el número 268 (1976) y reapareció con fotografías y anuncios de concurso desde el 428 al 481.
Finalmente, hasta la desaparición de la revista, un no tan elaborado dibujo de los personajes ocupó la mayor parte de
la cubierta (solo algún anuncio afeaba el conjunto). Los gags de estas portadas varían, y se repiten algunas situaciones
como las de Mortadelo enseñando su nuevo y desastroso empleo a Filemón, una actuación intrascendente de los
personajes que deriva en un accidente de cualquier tipo de vehículo ajeno a ellos, los agentes en un medio de
locomoción provocando el caos, etc. El Súper se incorporará a algunos gags de la última época, en cambio ni Ofelia
ni Bacterio serán habituales, apareciendo únicamente en la despedida del número 645.

“Mortadelo” n.º 645 (Bruguera, 1983)

Como se ha comentado, muchos de los gags de los primeros tiempos están calcados de otros personajes del cómic
francobelga, siendo Gastón, la genial creación de Franquin, quien se lleva la palma. En su despiste, el propio Ibáñez
repite gag de portada, como se puede ver en los números 48 y 175. Era tal la producción de Ibáñez en aquella época
que, siendo benévolos, se le puede disculpar la copia de muchos de esos chistes de portada, y en aquella época no se
acreditaban las fuentes. En cualquier caso, es un tema espinoso que cada uno debe valorar a su manera y del que ya se
habló en el capítulo cuatro del primer volumen de este libro.

97
Solo en dos de los 645 números que duró la revista los
agentes fueron plasmados en cubierta por otros dibujantes de
la casa, concretamente en los números 87 (1972) y 250
(1975), de julio y septiembre. ¿Serían vacaciones?

A Ibáñez se le acumuló el trabajo. “Super Mortadelo” y los


extras de “Mortadelo”, la colección “Olé!” de sus
personajes, “Mortadelo Gigante”, “Selecciones de Olé!”,
“Alegres Historietas”, “Ases del humor” y, tras el paso de
Sagasty y Martínez Osete y su cambio de título de “Magos
del Humor” a “Super Humor”, varias portadas de esta
colección de tomos recopilatorios de números de la
colección “Olé!”. También se le asignó “Super Pulgarcito”,
pero no pasó del número uno. En esta portada, Mortadelo
disfrazado de gato era perseguido por una furiosa jauría de
perros. Vázquez y su personaje Anacleto sustituyeron al
maestro desde el segundo número.

Inolvidables son las portadas que realizó para “Super


Mortadelo” en su etapa Bruguera (1972-1983). Un dibujo a
toda página en el que Mortadelo aparece en primer plano
haciendo uso de algunos de sus disfraces. Filemón, en el
fondo y en segundo plano, le reprueba por algún desastre
ocasionado por su ayudante. Gracias a estas portadas de
Ibáñez, con alguna excepción dibujada por Sagasty o
Sanchis en sus primeros números, los disfraces de
Mortadelo lucieron mejor que nunca y muchos de ellos han
sido usados como referencia en productos de merchandising
(Mortadelo rockero, zulú, vaquero, Aladino, bruja,
troglodita, árbitro…). Cientos de ellos que se marcan a
fuego en la memoria del lector, siendo las portadas más “Super Pulgarcito” n.º 1 (Bruguera, 14/XII/1970)
reconocibles de toda la trayectoria del personaje.

“Super Mortadelo” n.ºs 3 y 33 (Bruguera, 1972 y 1974)

98
Bruguera echó la persiana tras unos últimos años
de revistas llenas de refritos, con portadas apócrifas
tras la marcha de Ibáñez a Grijalbo, donde pareció
vivir una segunda juventud. “Yo y yo” (1987)
arrancó con una cubierta mítica trayendo de vuelta a
Mortadelo y Filemón de manos de su creador. Fue
una revista de corta duración. Ibáñez, desde que
abandonó Bruguera, no había cesado su actividad
portadil con “Guai!” y las recopilaciones de
Chicha, Tato y Clodoveo (se ha dedicado un
capítulo de este volumen expresamente a dicha
revista en el que se analiza esta etapa con mayor
profundidad). Pronto volvería al redil de Ediciones
B, nueva dueña de todo el fondo editorial de
Bruguera. Allí retomó a sus creaciones del alma
hasta la actualidad, sustituyendo al Equipo B en la
realización de portadas, que seguían la estructura del
antiguo “Super Mortadelo”, innovando en los
extras y en el nuevo “Super Mortadelo”, que al
cambiar de formato a partir del n.º 71 y tratar de
temas específicos en cada número, hizo que Ibáñez
se desmelenara haciendo portadas verdaderamente
originales. En 2002 Ediciones B estrenó la revista
“Top Cómic” (recopilación de aventuras de
Mortadelo y Filemón), y en este formato, Ibáñez
disponía de un tamaño más reducido, lo que le dio
pie a crear unas portadas muy curiosas (la de
Matrix se lleva la palma), nada que ver con lo
hecho hasta ese momento, pero llegados a un punto
“Top Comic Mortadelo” n.º 9 (Ediciones B, XI/2003) volvió al chiste clásico de siempre.

Y a día de hoy Ibáñez aún continúa elaborando portadas de Mortadelo para “Magos del Humor”, colección “Olé!” y
especiales varios y, como dice Juan Manuel Muñoz, dibujo y entintado corren de la cuenta del veterano maestro, al
que no le tiembla el pulso a la hora de rematar las ocurrentes portadas de los agentes de la T.I.A. Son miles las
portadas que se han hecho con Mortadelo y Filemón, algunas solo para Alemania, otras inéditas. Las hay para
videojuegos, revistas, recopilatorios, libros… Las han dibujado Jan, Casanyes, Sagasty, Muñoz, Jordi David… y
las de Ibáñez, maravillosas, que merecen exponerse en un museo.

Portada de “El Óscar del Moro”. La portada se publicó en Alemania pero nunca llegó a ver la luz en España. El original (izquierda),
fue rescatado por el propio Ibáñez de su propia colección personal, y Ediciones B nos lo hizo llegar para deleite de los aficionados.

99
Las portadas alemanas
¿Es posible que Francisco Ibáñez realizara portadas de Mortadelo que no viesen la luz en España? La respuesta es
un rotundo sí. Es curioso constatar que la edición de álbumes en tapa dura “Ases del humor” de Bruguera, que
arrancó con fuerza publicando en orden cronológico las aventuras largas de Mortadelo y Filemón, llegase a un punto
en que solo escogiera algunas de ellas en detrimento de muchas otras.
Aún más chocante es comprobar
que muchas de aquellas historietas
tuvieron su edición
correspondiente en Alemania con
portadas directamente relacionadas
con el contenido de cada álbum,
mientras que aún hoy en día
permanecen inéditas en nuestro
país o se han publicado pero nunca
como portada propia de una
aventura larga. Recientemente se
ha intentado subsanar este
problema desde el seno de la
nueva editorial (Random House),
que ha tratado de recuperarlas para
la colección “Magos del Humor”,
aunque finalmente se ha optado
por pedir a Ibáñez la creación de
nuevas portadas para el estreno de
estas historietas en dicha
colección, en la que nunca habían
visto la luz hasta la actualidad. Es “El caso del calcetín” “El caso del calcetín”
el caso de historietas como “La (“Clever & Smart”, n.º 32, Condor Verlag, 1978) (“Magos del Humor”, n.º 195, Random House, 2018)
gallina de los huevos de oro” o
“El caso del calcetín”. La decisión
de dibujar nuevas portadas para
estas historietas en lugar de
publicar las originales responde al
intento de la editorial española de
evitar problemas con los derechos
de esas portadas, que estarían en
manos de ConPart, la editorial
alemana.

Clever & Smart, nombres


alemanes de los agentes,
disfrutaron de la publicación de
álbumes en rústica gracias a la
editorial Condor Verlag entre los
años 1972 y 2009. Fue con la
aventura “Los secuestradores”
cuando la versión alemana empezó
a desmarcarse de la edición
española, que se dedicó a publicar
estas páginas en la colección “La gallina de los huevos de oro” “La gallina de los huevos de oro”
“Olé!”. (“Clever & Smart”, n.º 34, Condor Verlag, 1978) (“Magos del Humor”, n.º 196, Random House, 2018)

La portada que ilustraba esta historieta en 1978 no aparecería en España hasta 1983, en el sexto número de la
colección “Alegres historietas”. Algunas de estas portadas alemanas aparecieron posteriormente en la revista “Super
Mortadelo” y en su sucesora “Mortadelo”, como sucede con “El caso del calcetín”, “La gallina de los huevos de
oro”, “Tete Cohete”, “Las criaturas de cera vivientes” y un largo etcétera de historietas cuyas portadas no se
publicaron en los álbumes respectivos en España, al menos inicialmente.

El caso más sangrante corresponde al de aquellas portadas alemanas que ni Bruguera ni Ediciones B rescataron de
su olvido, como las portadas de las aventuras “El brujo” o “Billy el “Horrendo” por citar sólo algunas. Para colmo,
historietas realizadas por autores apócrifos como “El crecepelo infalible”, “El caso de los párvulos” o “Las
criaturas de cera vivientes” lucieron en Alemania su respectiva portada firmada por el mismísimo Ibáñez, que
habría tenido que leerse estas historietas para conocer su argumento antes de dibujarlas. Terminada la andadura de
Bruguera, y con Ediciones B tomando el testigo, la edición alemana siguió proporcionando nuevas portadas como
“Los superpoderes”.

100
Autores apócrifos como Juan
Manuel Muñoz también se
encargaron de adornar portadas de
historietas largas inéditas en
España (las portadas, no las
historietas), como “El rayo
transmutador”. Lurdes Martín
Gimeno ilustró la portada de una
historieta de Sacarino que tuvo a
los agentes de la T.I.A. como
personajes invitados (“En el país
de los Ronalds y de los
McDonalds”, una historieta que
solo vio la luz en Alemania). La
artista negó expresamente la autoría
de la portada alemana de “El
lavador de cerebros”, otra portada
inédita en nuestro país. Rizando el
rizo, no deberíamos olvidarnos de
dos historietas largas creadas
exclusivamente para el país
“El crecepelo infalible” “El lavador de cerebros” germano. Aparecieron en los
(“Clever & Smart”, n.º 75, 1985 - Inédita en España) (“Clever & Smart”, n.º 85, 1987 - Inédita en España)
números 79 (1986) y 84 (1987) de
la colección “Clever & Smart”. Se
trata de historietas que los
aficionados tradujeron como
“Monos con garrapatas... ¡y
huidas por patas!” y “Que no
cunda el pánico - ¡Tenemos
trabajo!” respectivamente. Ya
hablamos de ellas en el primer
volumen de este libro. Lluís
Recasens (L’Avi) nos confesó
haber dibujado ambas historietas
utilizando una calcadora partiendo
de historietas originales de Ibáñez,
un experimento que no tuvo
continuidad. En resumen, visto lo
visto, da la impresión de que la
editorial Condor Verlag mimó
mucho más a los personajes que su
propio hogar, la editorial
Bruguera, que nos privó del
disfrute de muchas de estas
“Los secuestradores” “Objetivo: eliminar al Rana” estupendas portadas.
(“Clever & Smart”, n.º 29, Condor Verlag, 1978) (“Clever & Smart”, n.º 33, Condor Verlag, 1978)

“El Brujo” - “Clever & Smart” n.º 35 “Los Gamberros” - “Clever & Smart” n.º 42 “El caso de los párvulos” - “Clever & Smart” n.º 62
(Condor Verlag, 1978 – Inédita en España) (Condor Verlag, 1979 – Inédita en España) (Condor Verlag, 1982 – Inédita en España)

101
Las mejores portadas
Aunque ya hemos reproducido muchas de estas portadas a lo largo del primer volumen del libro, nos gustaría
destacar una relación de las mejores cubiertas realizadas por Ibáñez. Han sido seleccionadas a través de una encuesta
realizada en el “Foro de la T.I.A.”, punto de encuentro de los aficionados más fieles a la serie.

“Mortadelo - Almanaque para 1973” (Bruguera) “Mortadelo” n.º 49 (Ediciones B, II/1988) “Yo y Yo” n.º 1 (Grijalbo, 1987)

“El Universo de Ibáñez” (Ed. B, 2009) “Contra el ‘Gang’ del Chicharrón” “Olé!” n.º 128 (Bruguera, 1977)
(“Ases del Humor”, n.º 2, 1969, Bruguera)

“En marcha el Mundial 82” “Mortadelo – Extra 25º aniversario TVE“


(“Alegres Historietas”, n.º 4, Bruguera, 1982) “Olé!” n.º 271 (Bruguera, 1983)
(Bruguera, 1981)

102
“U, el hijo de Urich”, n.º 8 “El Quinto Centenario” “Mortadelo de la Mancha”
(Camaleón Ediciones, I/1998) (“Magos del Humor”, n.º 42, IV/1992, Ed. B ) (“Magos del Humor”, n.º 103, II/2005, Ed. B )

“Mortadelo” n.º 129 “La Historia del Dinero” “Super Humor” n.º 46
(Ediciones B, XII/1989 ) (BankUnión, 1980) (Bruguera, 1983)

“Super Humor” n.º 1 “Super Mortadelo” n.º 62 “Mortadelo Extra” n.º 65


(Ediciones B, 1993) (Bruguera, 1977) (Ediciones B, 1996)

103
“Los invasores” “Magin, ‘El mago’” “Los Monstruos”
(“Ases del Humor”, n.º 29, IV/1974, Bruguera) (“Ases del Humor”, n.º 12, 1971, Bruguera) (“Ases del Humor”, n.º 25, 1973, Bruguera)

“Los agentes de la T.I.A.” “Chapeau el ‘Esmirriau’” “Super Mortadelo” n.º 68


(“Ases del Humor”, n.º 16, 1972, Bruguera) (“Ases del Humor”, n.º 7, 1971, Bruguera) (Bruguera, 1977)

“El plano de Ali-Gusa-No” “Mortadelo Extra Navidad” “Mortadelo Extra Navidad”


(“Ases del Humor”, n.º 32, IV/1975, Bruguera) (Bruguera, XII/1977) (XII/1981, Bruguera)

104
CAPÍTULO 7

CÓMO SE HACE UNA HISTORIETA


DE MORTADELO Y FILEMÓN
(Por Alfredo Sánchez Esteban)
Proceso de creación de una historieta
El siguiente capítulo intenta realizar un análisis teórico-crítico de las aventuras de Mortadelo y Filemón en el que
examinaremos los elementos esenciales que las definen. Comenzaremos con el proceso de creación de una historieta
(selección del tema, guion, diálogos, dibujos y rotulación) y continuaremos con otros aspectos fundamentales como el
color, la expresividad, la secuencia de lectura, los planos, las líneas cinéticas…

Al final del capítulo se ofrece al lector una valoración crítica de la obra de Ibáñez, de su forma de hacer cómics, sus
técnicas, sus recursos... valorando los aspectos en los que más destaca el dibujante y criticando otros que este podría
haber desarrollado o trabajado más. Confiamos en que resulte de interés para el lector ya que son pocos los textos que
analizan todos estos elementos en profundidad.

GUIÓN

Ibáñez siempre ha reconocido que la tarea más complicada a la hora de crear una historieta es el guion. Pensar en una
idea básica como argumento o tema principal y luego desarrollarla poco a poco creando los diálogos, la voz en off, las
onomatopeyas, los bocadillos... Son varias las fases involucradas en la elaboración del guion.

1) Elección del tema

En primer lugar se encuentra la elección del tema en torno al que va a girar la aventura. Es bastante habitual que Ibáñez
alterne aventuras basadas en temas de actualidad (prohibición del tabaco, implementación del carnet por puntos, la
burbuja inmobiliaria...) con otras en la línea de sus clásicos en las que los agentes tienen que capturar algún villano
(Magín, Chapeau, Todoquisque…), recuperar documentos secretos, proteger a algún cliente del enemigo…
(guardaespaldas), etc. Los temas de actualidad deben ser seleccionados cuidadosamente para que en el momento de su
publicación estos sigan siendo aún noticia. La muerte de Jesús Gil y de Juan Pablo II hizo que Ibáñez tuviera que
modificar a última hora historietas que ya estaban recién salidas del horno. Por otro lado, el autor suele evitar
determinados temas “tabú” como el terrorismo o el sexo, aunque en ocasiones el autor haga algunas excepciones.

2) Desarrollo del argumento

Una vez elegido el tema, el siguiente paso es desarrollarlo. Ibáñez lo hace encadenando decenas de gags a lo largo de la
historieta utilizando el argumento como hilo conductor para mantener enganchado al lector. La estructura de las
aventuras largas se dispuso desde un primer momento a modo de episodios, con la idea, como vimos, de publicar cada
episodio en la revista correspondiente hasta completar la aventura. Este modelo encorsetó un poco a Ibáñez, que debía
desarrollar cada capítulo en esas cuatro, seis u ocho páginas. Pero este formato desaparece en los años noventa y
únicamente sobrevive el formato álbum (“Magos del Humor” y “Olé!”), algo que dará más libertad al dibujante a la
hora de desarrollar los episodios de cada aventura sin esas limitaciones.
Al margen del argumento principal, existen una serie de patrones
que se repiten en casi todas las aventuras: tras la correspondiente
introducción, relacionada expresamente con el argumento de la
historieta, y casi siempre con tintes históricos, Ibáñez nos presenta a
Mortadelo y Filemón. En las últimas décadas estas primeras viñetas
en las que aparecen los agentes suelen desarrollarse en su lugar de
residencia: la pensión “El Calvario”. Sea como fuere, los personajes
acudirán a la T.I.A. a través de alguna entrada o pasaje secreto para
cuyo acceso se ha de pronunciar alguna contraseña o activar algún
mecanismo, algo que no estará exento de algún desastre o calamidad
que los agentes sufrirán en primera persona.

Una vez en presencia del “Súper” este les propone una nueva
misión, en la que casi siempre tendrán que probar alguna de las
últimas invenciones del profesor Bacterio. Sea como fuere, la sola
idea de probar alguno de los cacharros del biólogo ahuyenta casi
siempre a los agentes a los lugares más recónditos y el “Súper” tiene
que recurrir a la ayuda de algún otro agente para traerlos de nuevo
ante él, a menudo desde algún remoto lugar, castigando su
insubordinación. Todos estos son elementos de los que ya hemos
hablado en el tercer capítulo. A partir de este momento se presenta
definitivamente la misión a los agentes y el lugar en el que esta se
desarrollará. A partir de ese punto comienzan a sucederse los
episodios, casi siempre con un mismo denominador común, y
siempre terminando con un sonado gag final, que normalmente irá
in crescendo hasta el climax final, que tiene lugar en la última Ejemplos de algunos de los patrones que se repiten con
viñeta de la aventura. cierta frecuencia en las historietas de Mortadelo y Filemón

106
3) Diálogos y bocadillos

Definidos el tema y la estructura del guion,


es hora de desarrollar los diálogos de los
personajes que llenarán sus correspondientes
bocadillos para expresar aquello que estos
dicen o piensan. En la obra de Ibáñez el
bocadillo es en muchas viñetas un elemento
complementario, al utilizar el dibujante un
lenguaje muy visual. Muchas de las viñetas
podrían leerse o interpretarse sin necesidad de
leer el guion. No son pocos los aficionados
que han reconocido haber disfrutado de las
historietas de Mortadelo y Filemón incluso
cuando apenas sabían leer. Este lenguaje tan
visual agiliza mucho la lectura de la aventura.

Ibáñez selecciona cuidadosamente las


"¡Pesadiiiillaaaa!", "Los que volvieron de allá" y "Los guardaespaldas"
palabras intentando evitar repeticiones de
vocablos o de expresiones a lo largo de la
aventura. En cuanto a los bocadillos, casi
todos son ovalados a lo largo de su obra, salvo
en las primeras historietas, donde tenían
formas arracimadas. No obstante, en algunas
ocasiones el autor jugará con sus formas para
buscar diversos efectos: expresividad,
imaginación, el sonido de un altavoz, un
ruido estridente…(imagen superior derecha).

Dentro de los bocadillos Ibáñez emplea a


menudo caracteres que imitan a los de otras
culturas: orientales, árabes, egipcios... e
incluso el argot propio de una determinada
etnia (africana, gitana...). Muchas veces las
emplea para expresar insultos, pero en otras
muchas ocasiones simplemente para crear un
determinado gag adicional (imágenes a la
derecha de estas líneas). Una vez definidos los
diálogos, el dibujante los pasa a máquina, y
posteriormente los entregará al rotulista. Es a
partir de este momento cuando Ibáñez
empieza a dibujar.

Rubén Larrea, actual colorista de la serie, “La caja de diez cerrojos”, “El Sulfato atómico”,
explicaba en una entrevista para “Canino”1, “20 000 leguas de viaje sibilino” y “El árbol genealógico”
que una vez que Ibáñez ha escrito el guión a
máquina, la editorial se lo hace llegar.
Después escanea las páginas de dibujo y se las
entrega a la persona que escribe los textos
(una mujer, en la actualidad). Finalmente él
colorea la página y la completa con los textos
ya maquetados que recibe de esta persona.
Cierra todo el trabajo y genera un documento
PDF que entrega a la editorial.

Rubén Larrea, colorista de la serie en las dos última décadas, en su estudio

1 https://www.caninomag.es/entrevista-ruben-larrea-colorista-mortadelo-filemon-bruguera-habia-veces-coloreaban-bien-otras-no-tan-bien /

107
DIBUJO

1) Dibujo a lápiz: Una vez realizado el guion, se confecciona la historieta. Se parte del boceto a lápiz y se afianzan las
líneas para tener una buena base. Actualmente Ibáñez realiza el primer paso y Juan Manuel Muñoz ajusta y refina ese
abocetado inicial a lápiz. Ibáñez reserva de antemano el espacio que va a ir destinado al texto para evitar que el bocadillo
invada la zona destinada a las cabezas de los personajes. Realizando un esbozo manual de las palabras que va a llevar
cada bocadillo el autor se asegura de que el rotulista tenga espacio suficiente para colocar finalmente los textos. Esto
explica por qué algunos de los bocadillos contienen demasiado espacio en blanco (más del estrictamente necesario).
Otros dibujantes trabajan más este tema y utilizan métodos para calcular con mayor exactitud el espacio requerido para
los bocadillos.

“La litrona… ¡vaya mona!” (2013) – Boceto a lápiz realizado por Ibáñez (imagen superior) y
correcciones del lápiz realizadas por Juan Manuel Muñoz (imagen inferior)

108
2) Entintado: Se trata del proceso en el que se consigue la imagen limpia destacando detalles que en el acabado a lápiz
pasaban desapercibidos. Juan Manuel Muñoz es también el encargado hoy en día de llevar a cabo todo este proceso,
que no se limita al mero calco a partir del original, sino que implica otorgar a este una nueva carga visual dependiendo
de las técnicas aplicadas, de los grosores en los contornos, de las texturas o de los efectos de luz en las formas dibujadas
(la imagen inferior muestra media página ya entintada).

“La litrona… ¡vaya mona!” (2013) – Viñetas entintadas por Juan Manuel Muñoz

3) Coloreado: Ibáñez no ha coloreado nunca sus historietas ni tuvo capacidad de decisión sobre los colores a utilizar en
cada una de ellas. Las páginas se coloreaban antiguamente en los talleres. Se hacía a máquina (y, puntualmente, con
acuarelas). Por cada color se daban tres porcentajes a las tres tintas (amarillo, rosa y azul), siendo el negro fijo. Se
generaba una colección de películas que posteriormente se iban juntando para obtener las tres definitivas. En la
actualidad todo el proceso de coloreado realizado por ordenador, a través de programas de dibujo y pintura,
principalmente Photoshop y Wacom, como explica Rubén Larrea, colorista de la serie en los últimos veinte años.

“La litrona… ¡vaya mona!” (2013) – Viñetas coloreadas por los coloristas de la editorial (Ediciones B)

109
4) Rotulación

El último paso es el de rotular los bocadillos.


Ibáñez tampoco asumió nunca esta tarea, salvo
en determinadas viñetas, estando siempre la
labor en manos de los rotulistas. En las
primeras historietas la rotulación fue casi
siempre manual. A partir del “Pulgarcito”
nº 1510 (1960) comenzamos a ver las primeras
historietas con tipografía mecánica, más
neutra que la manual, aunque con el tiempo
volverá a implantarse de nuevo la tipografía
manual al ofrecer esta última más
posibilidades creativas y expresivas. A partir
de “El Kamikaze Regúlez” desaparecerá
definitivamente la tipografía manual y se "Misión Triunfo" (2002) – Ejemplo de viñeta rotulada por el propio Ibáñez
impondrá la digital.

Existen numerosos ejemplos en los que


Ibáñez sí ha rotulado ciertas viñetas, como
comentábamos, jugando con diferentes estilos
caligráficos, tamaños y grosores de letra para
lograr diversos efectos y casi siempre con
fuentes de mayor tamaño del habitual.
También elaboró los títulos que aparecían en
la introducción de muchas de las historietas “ “Los Monstruos” (1973) – Ejemplo de título para el inicio de una
largas acompañándolos de algún elemento historieta realizado por Ibáñez
gráfico vistoso a la par que cómico.
La narrativa

Las historietas de Mortadelo y Filemón


están organizadas en secuencias que se
suceden haciendo avanzar la narración.
Cada secuencia no es más que una serie
de viñetas que desarrollan cada una de las
fases de una misma acción. Las viñetas se
organizan en tiras rectangulares de
diversos tamaños que, con los años, irán
intercalándose con otras más
evolucionadas y de diversas formas en
función del ritmo de la narración o del
enfoque que Ibáñez quiera darle.

La secuencia de lectura es la occidental


(de izquierda a derecha y de arriba abajo),
aunque Ibáñez incorpora ocasionalmente
alteraciones en dicha secuencia
“La Vuelta” (2000)
precisamente por esa variedad en formas y
tamaños de algunas viñetas. Este será, a la
postre, uno de los puntos débiles de
Ibáñez ya que, en estos casos, la secuencia
de lectura resulta poco intuitiva y el
dibujante tiene que resolverlo a menudo
con un recurso muy poco ortodoxo:
añadiendo flechitas que marcan al lector
el orden correcto en el que han de leerse
las viñetas.

Se trata de una solución que un dibujante


debería evitar, siempre que fuera posible,
disponiendo en todo caso las viñetas en un
orden de lectura lógico. La imagen de la
derecha muestra un ejemplo ilustrativo
extraído de la aventura “Los cacharros
majaretas”. “Los cacharros majaretas” (1974)

110
Con el paso de los años Ibáñez fue
incorporando a su repertorio nuevos recursos
narrativos. En ocasiones utilizó la técnica del
raccord que consiste en conectar dos o más
viñetas consecutivas generando un efecto
parecido al de una panorámica
cinematográfica (travelling lateral) aunque el
efecto no supone ninguna modificación en la
acción de las viñetas implicadas.
“La banda de los guiris” (1998)
El paso del tiempo se expresa a menudo de
forma gráfica: telarañas y barbas blancas las
más habituales, pero muchas otras veces con
recursos a cuál más ingenioso. El flashback
se realiza muchas veces presentando al
personaje que narra su pasado en una primera
viñeta y visualizando su recuerdo en la viñeta
siguiente. En otras ocasiones también se
consigue el mismo efecto utilizando líneas
onduladas para dar forma a las viñetas que
representan una narración del pasado.
“Los cacharros majaretas” (1974)

“Los vikingos” (2000)

“Testigo de cargo” (1984)

Otro recurso narrativo que utiliza Ibáñez es la visión subjetiva con la que se presentan las viñetas desde el punto de vista
del personaje. Casi siempre lo encontraremos en situaciones en las que alguno de los protagonistas mira a través de unos
prismáticos, una mirilla, un catalejo, etc. La técnica del zoom o aproximación óptica también aparece con cierta
frecuencia. El tamaño de un personaje se amplía progresivamente, a menudo para destacar el aumento progresivo de una
determinada emoción (ira, cólera, espanto, furia, pavor...).

"Asalto a la azotea" (1974) "El kamikaze Regúlez" (2006)

111
Color, iluminación y texturas
Color

Las primeras historietas de Mortadelo y Filemón se


publicaban tal como las dibujaba Ibáñez: en blanco y negro
(monocromía), aunque estas no tardaron en incorporar un
segundo color (bicromía); inicialmente el rojo pero
posteriormente también el verde y el azul. Cuando la
historieta se presentaba en la portada o en la contraportada de
la revista “Pulgarcito” incorporaba entonces cuatro colores:
rojo, amarillo, verde y azul (cuatricomía). Era una época en
la que la calidad de impresión dejaba mucho que desear. Con
el tiempo la editorial Bruguera fue adquiriendo diversos
modelos de máquinas y rotativas que permitieron mejorar las
técnicas y la calidad de la impresión.

Volviendo a la obra de Ibáñez, ya hemos comentado que el


dibujante nunca coloreó sus historietas ni pudo decidir qué
colores se utilizarían en cada viñeta. Las páginas se
coloreaban directamente en los talleres. En la célebre
entrevista de la revista “U, el hijo de Urich” Ibáñez
comentaba que el proceso consistía habitualmente en realizar
una prueba en azul sobre la que se pintaba posteriormente el
color. En otras ocasiones se indicaba a lápiz los colores que
debía llevar cada viñeta y las máquinas se encargaban del
resto. Algunas de las historietas se llegaron a colorear con
acuarela, como sucedió en "El Quinto Centenario", con
muy buenos resultados. “Pulgarcitos” nºs 1394, 1395 y 1402 (1958)

“El Quinto Centenario” (1992)


Iluminación

La iluminación es muy importante en el cómic, ya que puede ayudar a imprimir más dinamismo a una escena o a
crear determinados efectos, sin embargo Ibáñez no ha trabajado apenas esta disciplina, limitándose a dibujar la sombra
de algún que otro personaje y haciendo uso de contadísimos efectos luminosos: contraluces, velas, apagones...

Sólo en las primeras aventuras como “Valor y...¡al toro!” Ibáñez se interesó un poco más por la iluminación en
determinadas secuencias, creando así efectos de niebla, humo, focos de luz... muchas veces inspirándose en ideas de
los cómics extranjeros de los que bebía.

"La rehabilitación esa" (2001) "Valor y… ¡al toro!" (1970)"

112
Detalles y texturas

Las primeras historietas de Ibáñez presentan un estilo de dibujo poco detallado. Con el tiempo, muchos de los elementos
que las integran se irán haciendo poco a poco más complejos (disfraces, escenarios…), alcanzando su máximo exponente
en algunas de las primeras aventuras largas: “El sulfato atómico” y “Valor. Y… ¡al toro!”. Esa etapa coincidió además
con la aparición de las primeras portadas para revistas, como “Mortadelo” o “Super Mortadelo”, en las que Ibáñez dio
rienda suelta a su talento y desarrolló todo tipo de texturas: tejidos, metales, agua, hielo, plumas, brillos, madera, plástico,
cristal...

Algunos ejemplos de diferentes texturas y materiales: metal, agua, hielo, brillos, tejidos, plumas, cabello...

Movimiento y líneas cinéticas


Ibáñez expresa el movimiento en las viñetas principalmente a
través de dos recursos: el uso continuo de líneas cinéticas y las
posturas de los personajes, que a menudo aparecen corriendo o
andando.

Las líneas cinéticas son los símbolos gráficos que aportan


dinamismo y énfasis en cada viñeta, además de indicar al lector una
trayectoria recorrida por un determinado personaje u objeto en
movimiento; dan a entender, por tanto, el tipo, la intensidad y la
dirección del movimiento. Están presentes a lo largo de todas las
aventuras de Mortadelo y Filemón desde aquel mítico “Pulgarcito”
nº 1394 de enero de 1958. Ibáñez las utiliza continuamente para
desarrollar todo tipo de movimientos: saltos, huidas, caídas,
vehículos, golpes, giros, lanzamiento de objetos...

Existen varios tipos: líneas paralelas que indican una trayectoria


curva (arcos, círculos, elipses...), como vemos en el ejemplo de "El
sulfato atómico" que aparece bajo estas líneas. Las líneas rectas
indicarían un movimiento rectilíneo o frontal. En los ejemplos de la
viñeta izquierda veríamos una caída en un precipicio o un súbito
despertar de los agentes saltando de la cama. Las nubecitas de
polvo, tan frecuentes en las historietas de Ibáñez, refuerzan aún más
la sensación de movimiento.

“El sulfato atómico” (1969)

113
A veces se repite un determinado elemento varias
veces para marcar la trayectoria y enfatizar la velocidad
del movimiento, como sucede con el puño del
boxeador de la viñeta izquierda, en la que también se
aprecian líneas cinéticas que recuerdan a las de una
explosión para lograr el efecto del impacto. La misma
línea siguen las viñetas que utilizan la multiplicación
secuencial de un determinado objeto o personaje para
representarlo por medio de una serie de posiciones
consecutivas. Este recurso también puede ir
acompañado de algún cambio en la expresión facial o
“¡A la caza del cuadro!” (1971) de alguno de los rasgos de un personaje.


Hay otros efectos que aún no se han “Gatolandia '76”
mencionado a pesar de ser bastante
habituales y que se consiguen igualmente
a través de líneas cinéticas: temblores,
zarandeos, escalofríos... En cuanto a los
olores, también pueden representarse con
líneas onduladas e incluso con moscas,
cuando el olor es especialmente
desagradable.

Las líneas cinéticas pueden ser muy


útiles a la hora de desarrollar el estado de
ánimo o la expresividad de muy diversas
formas: líneas curvas alrededor de la
cabeza (efecto de hipnosis), rayos o
líneas quebradas sobre la cabeza (cólera),
líneas paralelas verticales en el rostro “¡Elecciones!” (2015)
(ahogo)... “La Sirenita” (2003)

“Rio 2016” “El Bacilón” (1983) “Rio 2016”

“¡Elecciones!” (2015) “Los Gamberros” (1978)

114
Transiciones y relación entre imágenes y texto

Transiciones
La transición entre viñetas es la esencia de un cómic. A través
de la transición, dos imágenes separadas se convierten en una sola
idea. En su libro "Cómo se hace un cómic", Scott McCloud
plantea seis tipos de transiciones. Las cuatro primeras son bastante
frecuentes en las aventuras de Mortadelo y Filemón. Veamos
algunos ejemplos de ellas:

1.- Transiciones momento-a-momento: Requieren un arco “Chernobil... ¡Qué cuchitril!” (2011)


cerrado muy pequeño. Normalmente cuando el dibujante quiere – Transición momento a momento
prestar atención a ciertos detalles, para crear suspense o para
hacer ver que el tiempo pasa lentamente. En las viñetas de los dos
primeros ejemplos que aparecen a la derecha de este párrafo vemos
cómo Ibáñez se vale de transiciones “momento-a-momento” para
desarrollar ambos gags (y en el primer ejemplo lo hace sin
palabras, tan sólo utilizando onomatopeyas).

2.- Transiciones acción-a-acción: Un solo elemento progresa


acción a acción. El arco de tiempo es ligeramente mayor que el
anterior. El dibujante elige solo un momento por acción. Se utiliza
habitualmente para hacer avanzar el argumento y mantener el ritmo
vivo. En el ejemplo que se muestra bajo estas líneas vemos cómo “¡Elecciones!” (2016) – Transión momento a momento
Mortadelo utiliza un desatascador para desencrustar a su jefe de la
pared.
3.- Transiciones tema-a-tema:
Cuando aparecen varios personajes en
una misma escena y en cada viñeta es
uno de ellos el protagonista. Ayuda a
hacer avanzar la historia pero esta vez
haciendo un enfoque en los elementos
o personajes que más se quieren
destacar. En el ejemplo mostrado
“L.S.D.” (1971) – Acción a acción Ibáñez escoge en cada viñeta a un
personaje diferente como protagonista
principal de la secuencia.

4.- Transiciones escena-a-escena: Nos


transportan a distancias considerables
de tiempo y espacio. Suele incluir un
cambio de escenario. Sirven para llevar
al lector a un momento o lugar distinto
de una viñeta a otra. En el ejemplo de
la tira inferior Ibáñez utiliza esta
transición como recurso humorístico
para enfatizar el estornudo de la
protagonista de la escena.

Sin embargo, hay dos transiciones que


Ibáñez no toca jamás: la "aspecto-a-
“L.S.D.” (1971) – Tema a tema aspecto" y la "non-sequitur". La
primera de ellas se utiliza para crear
una atmósfera mediante diversos
cambios de plano centrándose en
diferentes aspectos del escenario. La
segunda implica introducir viñetas sin
ningún tipo de relación aparente entre
ellas y sin un orden lógico. Ibáñez no
ha experimentado nunca con estas dos
transiciones, quizá porque se alejan de
su estilo narrativo.
“La gripe ‘U’” (2010) – Escena a escena

115
Combinación entre imágenes y texto
Otro tema muy importante es el modo en que
se combinan dibujos y el texto en las viñetas.
Scott McCloud plantea varios grupos en
función de dicha relación.

1) Dibujos específicos: en ellos la imagen


aporta toda la información y el texto es
accesorio. No dice nada que no se vea ya en la
imagen. En el ejemplo de la imagen derecha,
extraído de la aventura “¡Espías!” la “¡Espías!” (X/2012) – Dibujos específicos
onomatopeya que dibuja Ibáñez podría haberse
omitido y el significado de la viñeta se
interpretaría de la misma forma. Este tipo de
viñetas es relativamente frecuente en las
aventuras de Mortadelo y Filemón ya que,
como comentamos, el dibujo de Ibáñez es muy
visual.

2) Palabras específicas: en este grupo


incluiríamos todas aquellas viñetas en las que el
texto es lo más importante. La imagen ilustra “Valor y… ¡al toro!” (1970) - Palabras específicas
pero no aporta información no se haya leído ya
en el texto. Quizá tengan aquí cabida los
periódicos que aparecen durante (o al final de)
cada historieta, en los que el texto de la noticia
lleva el peso de la viñeta. También sirven de
ejemplo todos los mensajes secretos que a
menudo la T.I.A. envía a sus agentes.

3) Viñetas duales en las que texto e imagen


dicen exactamente lo mismo. La viñeta de
ejemplo, a la derecha de estas líneas, muestra
un coche atravesando la ciudad a gran “Kilociclos asesinos” (1980) y “¡A las armas!” (1974) – Palabras específicas
velocidad (y es precisamente lo mismo que
leemos en el texto que acompaña a la viñeta).

4) Viñetas en las que el texto amplía a la


imagen o viceversa (la imagen complementa al
texto). Son bastante frecuentes. En el ejemplo
de la imagen inferior izquierda vemos que el
texto complementa a la imagen ya que se indica
al lector el destino de los protagonistas (la
plaza). Sin el texto de la viñeta solo sabríamos
que el camión se dirige a algún lugar
indeterminado. “Valor y... ¡al toro!” (1970) – Viñeta dual

5) Montaje: El texto es tratado como parte integral del dibujo, como el cartel de “Matadero Municipal” que aparece
en la viñeta de “La brigada bichera”, bajo estas líneas.

“La brigada bichera” (1981) – Montaje


“Valor y... ¡al toro!” (1970)
– Texto amplía imagen

116
6) Interdependientes: Quizá la más habitual. Dibujos e imagen van de la mano complementándose (no diciendo lo
mismo). Habría dos subcategorías: aquellas en las que las imágenes tienen más peso que los dibujos y una segunda en la
que sucede lo contrario: los dibujos tendrían más peso que las imágenes. Los buenos cómics, dice McCloud, son
aquellos en los que el peso se va alternando entre viñetas y texto. Si en un cómic uno de los dos elementos siempre tira
del otro, el resultado no será muy potable. En las aventuras de Mortadelo y Filemón se alternan ambos grupos, aunque
las viñetas en las que las imágenes lo dicen todo son uno de los sellos de identidad de Ibáñez. Veámoslo con un ejemplo:

En la primera viñeta del siguiente ejemplo (“Los guardaespaldas”) tiene más peso el guion (que da mucha más información que la imagen).
En la tercera es la imagen, muy expresiva, la que habla más que el guion. La segunda viñeta pertenece al grupo 1: “Dibujo específico”.

Existe un tipo de conexión entre texto y viñetas adicional que no hemos mencionado: se trata de las combinaciones en
paralelo. En ellas las palabras y los dibujos siguen caminos diferentes. Es, de nuevo, una combinación con la que Ibáñez
nunca ha jugado y es posible que no podamos encontrar ningún ejemplo en toda su obra, ya que dibujos y textos siempre
tienen algún tipo de conexión en las viñetas del dibujante.

Planos de encuadre
El encuadre es la distancia a la que el espectador
ve la acción. Existen varios tipos de planos de
encuadre. Ibáñez trabaja con todos ellos
(especialmente los planos medio y lejano). Su
repertorio se irá enriqueciendo a medida que su
técnica evolucione.

- Plano de detalle: Lleva la vista del espectador


muy cerca de algún elemento que se quiere
destacar. También se utiliza para dar a conocer
algún detalle que se ha pasado por alto en las
viñetas anteriores. El ejemplo nos muestra un
informe de Orzuelo el “Moro” en primer plano
con una fotografía del personaje adjunta a dicho “Contra el ‘gang’ del Chicharrón” (1969)
informe a través de un clip.
- Primer plano: Normalmente centrado en el rostro de algún personaje. Ibáñez casi siempre los utiliza para enfatizar la
expresión o la agresividad de los personajes. En el ejemplo de la imagen inferior tendríamos un primer plano del
malvado Magin. La siguiente viñeta sería ya un plano de detalle, ya que Ibáñez quiere destacar su hipnótica mirada.

- Plano medio: Muestra los personajes hasta el torso, incluye la expresión de las manos. Muy frecuentes en las aventuras
de Mortadelo y Filemón.

- Plano americano: Importado del cine del Oeste. Recorta justo por las rodillas (necesario para mostrar los revólveres de
los personajes). Menos abundantes que el plano medio, pero también se encuentran en el repertorio del autor.

- Plano general: vemos el personaje de cuerpo entero. Ya se muestra el escenario donde se encuentra el personaje. Son
los más abundantes en las aventuras de los agentes.

“Magín, el mago” (1970) “El señor Todoquisque” (1992-93) “¡A las armas!” (1974)
- Primer plano y plano de detalle - - Plano medio - - Plano americano -

117
“La estatua de la libertad” (1984) – Plano general “Valor y… ¡al toro!” (1970)” - Plano general largo

Algunos de estos planos generales tienen una anchura mayor que el resto, se trata de un “plano general largo”, como el
que vemos al final de la aventura “Valor y... ¡al toro!”. Éste, en concreto, tiene un efecto de perspectiva creando una
mayor definición en los elementos más cercanos y menor en los lejanos.

- Gran plano general: Se destaca el escenario, los personajes se ven pequeños y están rodeados por el entorno. Suelen
llevar un trazado más cuidado y elaborado que en el resto de planos.

“El jurado popular” (1996) – Gran plano general

Los encuadres irán variando en función de la incidencia angular del punto de vista. Tendremos así diferentes tipos de
planos: picados, contrapicados, frontales (o normales), cenitales, subjetivos.... Continuaremos el capítulo viendo
ejemplos de todos ellos extraídos de diversas aventuras de los personajes.

- Angulación normal (ángulo frontal): La más habitual en las viñetas de Ibáñez. Utiliza un punto de vista bajo
(también conocido como vista de rana) en el que la línea de horizonte se sitúa a ras del suelo produciendo un ligero
efecto óptico de ‘falso contrapicado’. El encuadre carece de profundidad de campo y de perspectivas, lo que simplifica
el dibujo de la viñeta a Ibáñez.

“Londres 2012” – Ángulo frontal “¡Broommm!” (2013) – Ángulo frontal

118
- Plano ligeramente picado: También
es muy frecuente en las aventuras de
Mortadelo y Filemón. El encuadre no
sitúa la vista del espectador a ras del
suelo (como en el caso anterior) sino en
un punto ligeramente superior. Los
rostros de los personajes siguen
apareciendo en posición frontal.
Permite ver los objetos que se
encuentran a nivel del suelo (o en el
suelo) con mejor perspectiva.

- Plano picado acusado: Mucho más Plano ligeramente picado - “El antídoto” (1973) y “Timazo al canto” (1995)
escasos aunque también aparecen en
algunas historietas. La perspectiva de la
escena se enfatiza, y se inclinan las
líneas verticales que convergen en un
punto de la zona inferior de la viñeta, o
situado por debajo de ella (perspectiva
del cuadro inclinado).

-Planos contrapicados: También son


escasos. El encuadre se sitúa en la parte
inferior. Las líneas verticales convergen
en un punto situado por encima de la
viñeta, aunque Ibáñez demuestra no
dominar algunos conceptos de
perspectiva como el "punto de fuga",
como demuestran algunas de las
viñetas en las que recurre a
contrapicados (especialmente al
representar edificios).

- Perspectiva óptica: En las historietas


Plano picado acusado Plano contrapicado
más primitivas se utiliza este recurso "Los invasores" (1973-74)
“La estatua de la libertad” (1984)
más propio de los tebeos de la
posguerra para conseguir un efecto de
profundidad en las viñetas haciendo
uso de siluetas a diferentes escalas. Es
una forma más rudimentaria de
conseguir una perspectiva, pero
eficiente al fin y al cabo. No hay que
olvidar que la mayoría de los
dibujantes de historietas eran
autodidactas y muchos desconocían
los principios teóricos de la
perspectiva. Con el tiempo muchos de
estos dibujantes aprendieron a base de
“Pulgarcitos” 1394 y 1395 (1958) – Perspectiva óptica
imitar recursos y técnicas de otros
dibujantes a la vez que compensaban
dichas carencias con otras soluciones
imaginativas. En concreto Ibáñez
utilizó otros recursos más
evolucionados a la hora de crear
profundidad, aunque siguió
combinándolos con otros más
tradicionales como el comentado
anteriormente.
“Los diamantes de la gran duquesa” (1972) – Perspectiva para dar profundidad
Aunque el dibujante ha tocado casi todos los palos en lo que a planos de encuadre se refiere, lo cierto es que su obra se
basa principalmente en el uso de dos o tres tipos (de cada una de las categorías mencionadas: encuadre y angulación). Se
echa de menos más variedad de planos y cambios de perspectiva que pudieran aportar algo más de riqueza a la aventura
(y al lector). Las aventuras más recientes confirman que Ibáñez ha abandonado definitivamente esa senda y seguirá fiel a
su estilo habitual en esta disciplina.

119
Composición: Equilibrio y puntos focales
La composición es la organización de los objetos en la viñeta. Permite al dibujante llevar la mirada del lector al lugar
indicado, ya que es la forma de crear la acción en un cómic. Es muy importante tener dos cosas en cuenta: en primer
lugar saber mantener el equilibrio para que la mirada del lector no se vuelva estática, y en segundo lugar saber remarcar
el punto de mayor importancia en una viñeta. Ibáñez aplica estos principios de muy diversas formas, veamos las más
importantes.

Equilibrio

- Composición por simetría: los personajes se distribuyen simétricamente en la viñeta en torno a un eje central
imaginario. Cada uno de los personajes interviene en la viñeta como si de los pesos de una balanza se tratase. Si los
elementos están equilibrados la sensación será armoniosa para el lector. Este recurso compositivo resulta muy útil para
situaciones de gran simbolismo, aunque resultarán en general menos dinámicas. Es por ello que para buscar más
movimiento los dibujantes recurren al uso de distribuciones asimétricas. Sirva de ejemplo la viñeta extraída de “Contra
Jimmy el ‘Cachondo’” que aparece bajo estas líneas.

“¡Contra Jimmy el ‘Cachondo’” (2014) - Equilibrios por simetría

- Composición por asimetría: En ella los pesos se distribuyen a diferentes distancias del eje. Un peso mayor se
colocará más cercano al eje y un peso menor más lejos. Se rompe la simetría pero se mantiene el equilibrio, además de
aumentarse el dinamismo. La regla de oro para lograr una buena composición por asimetría debe ser la siguiente:
"Cuanto más “pesado” sea un elemento, más cerca del eje debe estar". Si un objeto pesado se aleja del eje, no habrá
equilibrio porque inclinará la balanza a su favor. Se pierde el equilibrio. En el ejemplo de la página siguiente vemos que
los elementos de mayor peso se encuentran más cerca del eje de simetría, que aparece desplazado en ambos casos más a
la derecha del centro de la viñeta.

Equilibrio por asimetría - “El Quinto Centenario” (1992) – Elementos pesados más cerca del eje de simetría, los más ligeros
más lejos. El eje de simetría se desplaza a un lado o a otro del centro de la viñeta, a diferencia del equilibro por simetría
- Por disposición geométrica

Los elementos de la viñeta se


distribuyen siguiendo todo tipo de
formas: poligonales, circulares,
ovaladas, triangulares, composición
en L o en zigzag, etc. Permiten
distribuir las figuras de forma
armoniosa, aunque algunas viñetas
tendrán siempre más flexibilidad que
otras a la hora de adaptarse a estas
distribuciones.
"El ascenso" (1983) – Disposición geométrica

120
"El cochecito leré" (1985) – Disposición geométrica

Equilibrio en las portadas

Las portadas también siguen los mismos principios, aunque en este caso se evita dividir la portada en mitades o
cuartos porque generaría un equilibrio monótono. Algunas portadas distribuyen los elementos según la regla de los
tercios, un recurso muy utilizado en fotografía pero también aplicable en el mundo del cómic. Consiste básicamente en
dividir la portada en nueve partes iguales utilizando dos líneas imaginarias y equiespaciadas horizontal y verticalmente.
La regla recomienda utilizar los puntos de intersección de estas líneas para distribuir los elementos de la escena. Es
posible que Ibáñez realice este cálculo matemático de forma inconsciente o intuitiva, aunque hay algunos ejemplos
donde parece evidente que Ibáñez sabe lo que está haciendo.

“Mortadelo Extra de Carnaval” (1971) y “Olé!” n.º 134 (1977)


Centro de importancia

Es importante saber remarcar los puntos focales de una viñeta para asignar mayor importancia a unos elementos que a
otros. Se trata de hacer referencia al punto de mayor interés de la composición. Si la viñeta carece de este refuerzo,
entonces será una ilustración sin nada que destacar. Existen muchas formas de darle importancia a un determinado
elemento de la composición. Veamos algunos ejemplos.
1) Contraluz y siluetas. Consiste en aprovechar el contraste entre el blanco
y el negro para remarcar un punto focal. A veces Ibáñez dibuja las siluetas
de los personajes en negro (a contraluz) para destacarlas más.

2) Uso de la perspectiva. Si el punto focal siempre se encuentra en el


centro de la viñeta puede provocar cierta monotonía en la lectura. Una
solución para estos casos es mover el punto focal hacia un lado y hacer
uso de la perspectiva para remarcarlo. En este ejemplo Ibáñez lleva nuestra
mirada hacia el elástico puño de Mortadelo que ha desplazado hacia la
izquierda de la viñeta y le ha dado profundidad (gracias a la perspectiva)
para destacarlo más.
Perspectiva - "Los Superpoderes" (1988-89)

121
3) Señalización: Se puede señalizar el punto focal de la viñeta por
medio de objetos, figuras e incluso onomatopeyas. Por ejemplo, si un
personaje apunta con un arma a otro, Ibáñez lleva el punto de interés a
este último; si un personaje grita, el bocadillo dirigido hacia su grito lo
convierte en el punto focal. En el ejemplo de la viñeta de la derecha
Ibáñez quiere destacar claramente el pisotón que se lleva Filemón y lo
remarca con la habitual silueta del impacto acompañada de una
onomatopeya. El zapato de Filemón se convierte entonces en un imán
para la mirada del lector.

4) Tamaños: Poner el punto focal con un tamaño más grande que el


resto (o a la inversa). Ibáñez no abusa de este recurso pero encontramos
algunos ejemplos a lo largo de su obra como la siguiente viñeta de
“Londres 2012” en la que los personajes aparecen dibujados con
menor tamaño que el resto, pero en el centro de la viñeta, lo que hace Señalización - “La estatua de la libertad” (1984)
que destaquen sobre los demás.

Diferentes tamaños en los personajes - "Londres 2012"


5) Máxima complejidad: Ibáñez utiliza este recurso
cuando no pretende destacar ningún elemento en concreto
sino todos, especialmente en viñetas tan elaboradas que es
necesario que el lector se detenga en cada detalle.

6) Más detalles para el punto focal: Normalmente se


utiliza cuando se quieren destacar las figuras más
grandes de una viñeta. Consiste en trabajar de manera
detallada dicha figura principal (textura, contornos...) y
dejar con menos detalles el resto de elementos. En la
viñeta inferior Ibáñez detalla mucho más la enorme
botella con la que el Súper pretende deshacerse de
Mortadelo, para destacarla más, y deja a medio terminar
o con menor detalle otros elementos menos importantes
para el desarrollo de la escena como son los fondos y
ladrillos de las paredes de la habitación.

7) Menor detalle para el punto focal. Es el caso


"El cochecito leré" (1985) – Máxima completidad
contrario al anterior. Se utiliza cuando se pretende
destacar figuras pequeñas en un fondo grande, por
ejemplo a la hora de destacar un elemento en un fondo
panorámico.

El repertorio de recursos utilizados por Ibáñez a la hora


de componer viñetas es inmenso. El dibujante sabe dar
equilibrio a sus viñetas, aprovechar los principios de
simetría o asimetría según le convenga y llevar la
mirada del lector a los puntos más importantes de cada
viñeta jugando continuamente con los puntos focales.
Muchos de estos recursos los ha ido asimilando Ibáñez
con el tiempo, ya que en sus historietas más primitivas
apenas se advierten. El dibujante, como en otras
disciplinas, también fue creciendo hasta encontrar su
propio estilo. “La M.I.E.R.” (1999)
Más detalles para el punto focal

122
Expresividad, comunicación no verbal y proporciones
Expresividad y comunicación no verbal

Las viñetas de Ibáñez gozan de una gran expresividad que podemos percibir en numerosos rasgos de los personajes:
las narices son prominentes para buscar un efecto más cómico siguiendo la línea de otros muchos autores (Uderzo,
Peyo, Vázquez...), las extremidades gesticulan a menudo expresando algún tipo de emoción (frío, tensión,
nerviosismo...). Bocas, dientes, cejas, pestañas, pelo, sudor, mucosidades... ayudan a complementar la emoción que
Ibáñez quiera infundir a cada personaje en cada viñeta.

Ibáñez no hace dibujos realistas, por lo que las expresiones de sus personajes no podrán entrañar una gran
complejidad. Esto también tiene su mérito, ya que el dibujante consigue reproducir cualquier expresión jugando con
solo unos pocos elementos y sin caer en el detallismo. En "¡Dibújalos tú solito!" el artista nos da algunas pistas a la hora
de trabajar las expresiones de los personajes.

"La M.I.E.R.!" (1999)

"¡Dibújalos tú solito!" (2007)

“Mundial 2014” (2014)

123
La comunicación no verbal juega un papel
importantísimo en la obra del dibujante. Se trata, como
su propio nombre indica, de un proceso de
comunicación por medio de mensajes sin palabras:
signos, gestos, posturas (lenguaje corporal)... Ibáñez
ha demostrado moverse en este campo como pez en el
agua.

La información que recibe el lector a través de las


expresiones faciales es tremenda, casi subliminal, y lo
más importante: se recibe de un sólo vistazo.
Condición social (aristócratas, pueblerinos...), estado
de ánimo (irritado, abatido, agresivo, alegre...),
personalidad (vago, afeminado, crédulo, psicópata...),
son solo algunos ejemplos.

Los golpes y contusiones, tan habituales en las


historietas de Mortadelo y Filemón, se construyen de
"¡Dibújalos tú solito!" (2007)
muy diversas formas: chichones, narices hinchadas, - Estados de ánimo: nervioso, alegre, irritado, iracundo, sarcástico... -
“estrellitas” alrededor del colodrillo, muelas que caen
al suelo, mejillas inflamadas con una mano marcada,
ojos semicerrados... Las heridas suelen venir
representadas a través de unas narices negras goteando
sangre, bocas desdentadas, piernas o brazos
escayolados…, mientras que los mareos vienen
acompañados de circulitos o líneas cinéticas en forma
de aros alrededor de la cabeza.

Existen algunos paralelismos con algunos gags


propios del cine de animación: si un objeto pesado
cae sobre algún personaje, este termina aplanado, si
otro es víctima de una explosión o de un incendio,
Ibáñez lo dibuja carbonizado. "La elasticina" y "Lo que el viento se dejó" (1980)
- Marqueses a la izquierda y pregonero del pueblo a la derecha -

"La elasticina" (1980)


"¡Dibújalos tú solito!" (2007)

Los personajes que mueren ascienden al cielo convertidos en ángeles, los naúfragos se dibujan harapientos, si un
personaje cae a la calle desde una altura considerable producirá un boquete en el pavimento. Si, por el contrario, choca
con violencia contra una pared, su cuerpo atravesará el tabique recortando su silueta en los ladrillos...

"Hay un traidor en la T.I.A." (1983) "Valor y… ¡al toro!" (1970)

124
Los disfraces de Mortadelo también ayudan notablemente a identificar el estado de ánimo del personaje, a veces
incluso en sentido literal: se escabulle como una lagartija, se monda como una patata, huye asustado como una gallina
o esconde la cabeza como un avestruz.

"¡Dibújalos tú solito!" (2007) "Safari callejero" (1969-70)

La expresividad gestual o no verbal se logra no solo con el rostro (la parte más expresiva del ser humano) sino
también con las manos, los brazos, las piernas y los pies. Una vez más, en "¡Dibújalos tú solito!" Ibáñez nos regala
unas cuantas muestras de cómo transmitir mensajes no verbales a través de manos y pies.

Proporciones

En cuanto a las proporciones de los personajes,


quedan también definidas en su libro "¡Dibújalos
tú solito!" (del que reproducimos algunas de estas
ilustraciones relacionadas con las proporciones de
los personajes bajo estas líneas). Mortadelo, el más
alto de todos, tiene una proporción de seis cabezas.
Filemón, más bajito que su compañero, tiene una
proporción aproximada de cinco cabezas. Estas
proporciones son solo una referencia, ya que, a
estas alturas de la vida, el dibujante no necesita
calcularlas cada vez que aboceta a sus personajes.
"¡Dibújalos tú solito!" (2007)

"¡Dibújalos tú solito!" (2007)

125
Documentación y escenarios
Documentación

Ibáñez no realiza una labor previa de


documentación exhaustiva a la hora de
realizar un cómic. Juega con los
elementos más característicos que
definen a los lugares o a los personajes
que aparecen en sus aventuras. Si los
personajes se desplazan a una ciudad,
Ibáñez introduce algún icono de dicha
localización en los escenarios de las
viñetas (el Big Ben, Trafalgar
Square, la torre Eiffel, la Sirenita, la
esfinge de Gizeh, la Estatua de la
Libertad...) a menudo para crear la
ambientación que las viñetas
necesitan. Aventuras como "Siglo XX,
¡qué progreso!", "La Sirenita", "Siglo XX, ¡qué progreso!" (1999) y "Mundial '98"
"Silencio, ¡se rueda!" son solo
algunos ejemplos en los que estas
referencias aparecen en numerosas
ocasiones. Ibáñez ha confesado en más
de una entrevista que cuando está falto
de inspiración suele coger algún tomo
de la Enciclopedia Universal y
echarle un ojo hasta que alguna idea
brote. Es muy probable que de ese
pozo de sabiduría hayan salido
muchos modelos de edificios,
monumentos o personajes históricos
que Ibáñez ha incorporado
posteriormente en sus aventuras.
“El Quinto Centenario” (1991-92)
Cuando se trata de representar a
personajes famosos, Ibáñez recurre
entonces a la caricatura y busca el
humor con algunos de los elementos
más característicos de dichos
personajes. Ya hablamos de este tema
en el capítulo dedicado al gag en la
obra de Ibáñez.

Tampoco puede decirse que Ibáñez


domine el arte de la caricatura, pero
algunos de los personajes retratados
tienen un acabado francamente bueno.
Parte del mérito también estriba en
haber sabido adaptarlos a su propio
"Silencio, ¡se rueda!" (1995)
estilo para hacerlos protagonistas de - Leslie Howard y Clark Gable -
algunas de sus aventuras. "¡Dibújalos tú solito!" (2007)
- Juan Carlos I y Jordi Pujol -

“El señor Todoquisque” (1992)

126
Escenarios

Los escenarios en los que Ibáñez coloca a sus personajes son en general bastante
elementales. Los paisajes urbanos, los más habituales, son repetitivos: fachadas,
edificios lejanos, parques, árboles, adoquines de aceras, vallas de madera y
calzadas... todos ellos dibujados casi siempre de forma muy simplificada. Ibáñez
solo detalla un poco más aquellos elementos que se encuentran en el primer plano,
donde mira el espectador (una entrada secreta, una boca de metro...).

Cuando la escena tiene lugar en el interior de un edificio sucede lo mismo. El


escenario se limita al mobiliario habitual: archivadores, sillas, mesas, armarios,
cortinas, cuadrantes…, pero siempre destacando a los elementos del primer plano
que son los que se expresan y, en definitiva, los que hacen avanzar la secuencia.
“¡Pesadiiillaaaa!” (1995)

Con las escenas que tienen lugar fuera de la ciudad


(campo, montaña, desierto, jungla...) veremos que
Ibáñez se limita igualmente a simplificar los escenarios
con elementos propios de cada lugar de forma sean
funcionales: aportan ambiente a la viñeta y no le roban
protagonismo a los elementos principales.

Puede decirse, en resumen, que Ibáñez da a los


escenarios la importancia justa y necesaria para que
realicen su función de “atrezo”; como elementos para
crear la atmósfera que cada viñeta necesita, pero
siempre de forma que no distraigan al lector de la acción
“El óscar del moro” (1999) principal que está teniendo lugar en esta.

"¡Bye bye, Hong-Kong!" (1997) "La crisis del golfo" (1991)

Conclusiones y reflexiones
A la vista de lo ya comentado a lo largo de todo el capítulo se hace casi obligado finalizarlo con una crítica a la obra
de Ibáñez. Intentaremos abordarla poniendo en una balanza las virtudes del dibujante frente a sus principales carencias.
De entre las disciplinas con las que trabaja Ibáñez destacan por encima de todas la expresividad y el dinamismo que
este imprime a sus personajes, así como la capacidad para condensar tantos y tantos gags en cada historieta. La primera
de ellas, el dominio de la comunicación no verbal de los personajes, es indiscutible y tiene más mérito si cabe teniendo
en cuenta que el dibujante no utiliza un dibujo realista o de gran complejidad para transmitir cualquier expresión. En
cuanto al dinamismo, Ibáñez lo remarca utilizando continuamente líneas cinéticas y posturas extremas que potencian
los gags de cada viñeta. Muchos de estos gags están claramente influidos por las comedias mudas de las que el
dibujante se confiesa admirador. Se trata de un humor bastante visual y universal, sin segundas lecturas o moralejas.

Contraluz y siluetas
"¡Elecciones!" (2015)
“Concurso Oposición” (1975)

127
En un segundo plano quedan otras virtudes como su constancia en el trabajo,
que nos deja un legado de miles de historietas hasta la fecha, o su talento como
caricaturista. Dentro de sus limitaciones, el dibujante no solo ha sabido retratar a
decenas de personajes famosos en sus aventuras sino que ha conseguido
adaptarlos a ellas como nuevos personajes con personalidad propia que las
enriquecen.

¿Hay algo entonces que se le pueda reprochar a Ibáñez? Varias cosas. Quizá la
más destacable sea la de haberse conformado con encontrar una fórmula de éxito
que funcionaba sin intentar ofrecer al lector habitual algo nuevo. Sus guiones
utilizan un formato o esquema que se repite de unas aventuras a otras. Ibáñez no
experimenta ni va más allá de esa fórmula “eficiente y productiva” y esto,
después de tantos años, le hace caer en la repetición de tópicos que pierden parte
de su gracia precisamente por su reiteración. Tampoco experimenta Ibáñez con
otras disciplinas: los planos, las perspectivas, la iluminación... al sentirse
cómodo con el estilo que tanto tiempo le llevó adoptar.

Felicitación de Gallego & Rey a Ibáñez


en su 80º aniversario

Y en esa búsqueda de su propio estilo cabría destacar


que el dibujante también se tomó demasiadas licencias
copiando literalmente viñetas e ideas del dibujante
francobelga André Franquin. Muchas veces por
imposición editorial, pero otras muchas por la falta de
ideas ante la necesidad de producir historietas a un ritmo
endiablado. Respecto al color y la rotulación, no puede
achacarse al dibujante ninguna crítica (ni positiva, ni
negativa) ya que nunca tuvo ese cometido a lo largo de su
dilatada carrera.

Volviendo al éxito del dibujante con "Mortadelo y


Filemón", cabría preguntarse si parte de ese éxito tiene
que ver con la personalidad de los personajes. Los
agentes, una suerte de "antihéroes", contrastan con la
mayoría de los personajes del mundo del cómic (Tintín,
Astérix, Superman...) pero no están solos. Otros
personajes no menos conocidos como Iznogud, Gastón
Elgafe o Groo presentan el mismo denominador común:
Autorretrato de Francisco Ibáñez publicado en el libro casi todo les sale siempre mal. Este rasgo podría producir
“Los Humoristas” (Jose Manuel Vilabella Guardiola, 1975) en el lector un sentimiento de empatía, cercanía o
incluso identificación que podría explicar su éxito.

Con todo lo bueno y lo malo, Ibáñez se ha hecho un hueco en el corazón de generaciones de lectores de cómics de
nuestro país (y de otros muchos lugares del mundo) a base de hacernos reír con su inconfundible humor. Esperemos que
pueda seguir haciéndolo durante mucho tiempo y que, llegado el momento del relevo, aquellos que le sucedan puedan
saborear las mismas mieles de éxito que disfrutó Ibáñez durante casi toda su vida como dibujante.

Historieta sin título - “Gran Pulgarcito” n.º 37 (6-X-1969)

128
CAPÍTULO 8

TIRAS MARGINALES EN
“LOS ÁNGELES ‘84” Y OTROS GAGS
(Por Juan Antonio Noé)
Las tiras marginales en “Los Ángeles ‘84”
La historieta “Los Ángeles ´84” tiene diferentes niveles de lectura. Un primer nivel de lectura superficial, el de la
propia historieta, que sigue la estructura clásica de una historieta de Mortadelo y Filemón (y en este caso, la habitual
historieta olímpica), y un segundo nivel de lectura: el de crítica social. Se trata de una de las primeras historietas en las
que el autor realiza una crítica tan ácida (posteriormente vendrán “El preboste de seguridad”, “El atasco de
influencias” y otras muchas). Y lo hace desde la primera página: en la introducción a la historia, donde vemos a esos
“peces gordos” atiborrándose y montándose las “vacaciones” a Los Ángeles, enchufando además a la familia. Crítica
social que no veíamos desde “En marcha el Mundial 82”, donde un edificio para los directivos futboleros se
construía cien mil veces más rápido que un centro de investigaciones matemáticas.

Primeras viñetas de “Los Ángeles ‘84”

A este segundo nivel de lectura habría que añadir un tercer nivel adicional, que encontramos al pie de cada una de
las páginas de la historieta. La primera edición en “Olé!” de “Los Ángeles 84” venía acompañada, en sus márgenes
inferiores, de gags mudos sobre el mundo del deporte (algo parecido a los “marginals” de Sergio Aragonés para
“Mad”). Bajo estas líneas, y en las páginas siguientes, reproducimos unas muestras de todos estos gags “menores”.

130
Generalmente este lugar estaba ocupado siempre por el mismo dibujo, o por dibujos sueltos con un texto en forma de
chiste, pero en “Los Ángeles 84” no. Tras ver los tres primeros chistes, uno detenía la lectura de la historieta para
deleitarse sin pausa con esos gags. Era algo nuevo; algo que no había visto nunca en la serie y que nuestro dibujante
no ha vuelto a repetir en historieta alguna, quizá por lo cansado que resulta pensar, y dibujar, un chiste en cada página.
En las sucesivas reediciones de esta historieta se han eliminado por completo dichos gags. La parte inferior de la
última viñeta de la página 4, bajo estas líneas, que parece invadida por el ala del nadador “mariposa”, deja un vacío
que puede apreciarse en reediciones posteriores.

No obstante, algunos de estos gags se recuperarán posteriormente para ilustrar las guardas azules de álbumes
“olímpicos” de la colección “Magos del Humor” (como “Moscú 80” ó “Los Ángeles 84”). Algunos de ellos se
repitieron posiblemente porque en esa página en concreto el lugar fue ocupado por el título o cabecera de la historieta
en su publicación original en revista de forma seriada. Y alguno aparece posiblemente cambiado de sitio o de página
(como la tira 7, bajo estas líneas, que parece no encajar con lo que sea que invade la viñeta superior).

131
132
Otras ilustraciones marginales
Ibáñez realizó más gags marginales de temática deportiva muchos años antes de todos estos. En concreto, para las
páginas del primer episodio del “Gran Pulgarcito Extra de Verano de 1969” (bajo estas líneas).

También realizó una serie de dibujos de Mortadelo y Filemón que se utilizaron para mostrar los créditos de la revista
“Mortadelo” (Bruguera). Reproducimos bajo estas líneas cuatro de estas ilustraciones que aparecieron en los números
428, 460, 462 y 463 de dicha revista. En el “Olé!” n.º 271 (Bruguera, 1983), uno de los que celebraron al 25º
aniversario de los personajes, aparecieron varias ilustraciones realizadas expresamente por Ibáñez para la entrevista
que le hicieron para dicho número.

133
Y para cerrar, aprovechando que hablamos de tiras marginales, reproducimos bajo estas líneas una importante
colección de cabeceras que han aparecido en las incontables publicaciones de Bruguera con historietas de Mortadelo y
Filemón. Algunas de ellas fueron diseñadas de forma específica para algunas historietas como “Magin, el mago”, “El
caso del Bacalao” o “La historia de Mortadelo y Filemón”. Agradecemos a Raul Suay su esfuerzo recopilando todas
ellas y montándolas en la siguiente imagen:

134
CAPÍTULO 9

EL “MORTADELO DE ORO”
(Por José Luis García y Alfredo Sánchez)

“Mortadelo de oro” – Ganado por Rubén Garrido Garrido


(2º certamen de historieta – editorial Bruguera S.A., V/1984)
El “Mortadelo de oro”
Ya hablamos en el primer volumen del libro sobre el “Mortadelo de oro”, aunque no en profundidad. Con motivo
del 25º aniversario de la creación de Mortadelo y Filemón, la editorial Bruguera se propuso estimular a los jóvenes
valores a través de un gran premio que cada año galardonase a dibujantes y guionistas noveles. El primer premio
iba acompañado de 250 000 pesetas, y el segundo no llevaba compensación económica, pero los concursantes sí
recibían un “Mortadelo de plata”. El fallo del jurado, integrado por dibujantes de la talla de Sagasty, Mingote o el
propio Ibáñez, tuvo lugar el 3 de mayo de 1983, aunque hubo ediciones posteriores. En esa primera edición los
ganadores fueron José Orcajo (dibujante) y Eloy Luna (guionista) con la historieta “Los Piratones del espacio”.

La segunda edición, celebrada en mayo 1984, eliminó los premios para los guionistas, aunque incrementó la cuantía
del primer premio a 300 000 pesetas (1800 euros) y asignó una compensación de 150 000 pesetas (900 euros) para el
segundo premio. Se presentaron más de 35 000 originales, de entre los que Rubén Garrido fue elegido ganador del
“Mortadelo de oro” y Francisco Alaminos del “Mortadelo de plata”. Rubén compartió en su propia página web
diversas imágenes relacionadas con el acontecimiento y narró en primera persona cómo vivió la entrega de los
premios, que tuvo lugar en la sala de fiestas “Zacarías” (http://ruben.garrido.eresmas.net/tebeos/mortadelo.html).

Viñetas extraídas de una de las páginas ganadoras de Ruben Garrido

136
La imagen que aparece a la izquierda
de estas líneas reproduce una página
publicada en el “Super Pulgarcito”
nº 60 (Bruguera, VIII/1984). Muestra
a los ganadores del Mortadelo de oro
y de plata en el 2º certamen
organizado por Bruguera. La
fotografía recoge el momento en el
que Francisco Ibáñez hacía entrega
del premio al ganador (Rubén
Garrido). Junto a ellos, de izquierda
a derecha, aparecen también: Cesc
(miembro del jurado), Francisco
Alaminos (Mortadelo de plata), José
Luis Martín (miembro del jurado) y
Montserrat Vives (editorial
Bruguera). Los otros miembros del
jurado eran Chumy Chumez y José
Luis Sagasti (Bruguera).

Bajo la fotografía aparece un


mensaje en el que se felicita a los
ganadores y se recuerda a los lectores
que los ganadores del primer
certamen colaboran asiduamente con
la editorial Bruguera.

En 2017, más de tres décadas


después de este evento, “Panchete”
modelaba en 3D una figura similar al
“Mortadelo de oro” a partir de las
pocas imágenes que se conocían de la
estatuilla. Bajo estas líneas
reproducimos una imagen de la
misma. Algunos meses después el
autor decidió compartir sin ánimo de
lucro el fichero, de extensión .stl,
para que cualquiera pudiera hacerse
con su propia versión de la figura
(imprimible en cualquier imprenta
3D).

Tarjeta de invitación para la fiesta de la entrega de premios

Pase para el “Salón del cómic y la Ilustración de Barcelona”.


Su 4ª edición coincidió con la entrega del “Mortadelo de oro”. “Mortadelo de oro” modelado en 3D por Panchete (2017)

137
Cómo imprimí mi propio “Mortadelo de oro”
Todo comenzó a raíz de la aparición de un hilo en el foro de la T.I.A. en el que un usuario posteaba un enlace que
mostraba una reproducción de la mítica estatuilla del “Mortadelo de Oro” en tres dimensiones. Alguien comentó que
ya solo necesitábamos una impresora 3D para poder tener una figura así en casa. Entonces se me encendió una
bombilla y me dije: “¿Y por qué no?”. Y así, empecé a buscar la forma de materializar la idea. Tuve la suerte de
contactar con su creador (“Panchete”) y que este me proporcionara el archivo (de extensión .stl), necesario para poder
imprimir la figura. Y aquí empieza la aventura: el primer paso consistió en contactar con una empresa que me
ofreciera las mejores garantías de calidad y acabado. Localizada esta, la primera prueba consistió en realizar una
primera impresión con material plástico en una pieza única (imagen en blanco). Me decanté por un tamaño fiel al
original (de unos 20 cm aproximadamente). Es importante reseñar que la figura no sale así de la impresora, sino que
se imprime con unos soportes, una suerte de "andamios", que nacen desde la base. En nuestro caso se trata de las
partes que quedan en el aire (faldón, brazo de la paleta y algunas otras). Se aprecian en la primera imagen que aparece
bajo estas líneas, aunque esa fue ya la segunda impresión. Dichas partes se eliminan posteriormente para dejar la
figura diáfana (sin soportes).

El siguiente paso consistió en lijar la figura para eliminar imperfecciones. El resultado de esta primera prueba supuso
tomar una decisión importante de cara a la impresión definitiva: esta se imprimiría en varias piezas para evitar
problemas de roturas y conseguir el menor "andamiaje" posible en dicha impresión. Se imprimieron finalmente cuatro
piezas que después fueron ensambladas en un única figura: piernas, resto del cuerpo, gafas y herramientas de dibujo
(lápiz, pincel y plumilla). Ya solo quedaba añadir a la figura unas capas de epoxi, una resina endurecedora, y esperar a
que esta secase para pintar la figura de color dorado. Finalmente solicité la realización de una base (de 15 cm) y de
una placa (con su correspondiente inscripción) del mismo material plástico. En las imágenes que reproducimos bajo
estas líneas puede apreciarse el resultado final de la figura al detalle. El resto ya es historia.… mortadelera.

Resultado final tras la colocación de la figura sobre la peana, con su correspondiente placa que imita a la original

138
CAPÍTULO 10

PÁGINAS CORALES Y CAMEOS


DE MORTADELO Y FILEMÓN
EN “PULGARCITO” Y “TÍO VIVO”
(por Raúl Suay)

Anuncio “Pulgarcito Extra Verano 1963” “Tío Vivo - Almanaque para 1966”
(“El Capitán Trueno Extra”, n.º 178)
Tío Vivo – Extra de Navidad 1962

En la siguiente ilustración, aparecida en el “Tío


Vivo Extra de Navidad 1962”, Mortadelo y
Filemón comparten protagonismo con los
personajes de dicha publicación: Al fondo a la
izquierda, los personajes de “13, Rúe del Percebe”
corren hacia sus pisos; en la parte más alta del
abeto gigante aparecen el caco Bonifacio y su
compinche Pancracio (Enrich); a su lado, el
mayordomo Bautista junto a su amo don Benito y
el loro Enriquito (Sanchis); un poco más abajo a la
izquierda, los miembros de la familia Repanocha
(Tran), y a la derecha, don Pío y su esposa doña
Benita (Peñarroya); repantigado sobre un cojín, el
holgazán de Pepón junto a su cuñado Arturo
Alcorcón y su hermana (Segura); colgada boca
abajo mirando la escena aparece Rosalía (Nadal);
sobre el tronco y con un látigo de tres colas están
los hermanos Zipi y Zape (Escobar); quien
transporta alegre el tronco del abeto es Pepe K.O.
(Schmidt); a la izquierda y medio oculto en la nieve
se asoma el profesor Tenebro (Escobar); debajo de
él, corriendo despavoridos, aparece la yegua
Isabelita a lomos de su amo don Furcio
Buscabollos (Cifré); bajo estos, también huyendo,
vemos a la portera Blasa (Escobar); detrás del
forzudo personaje de Schmidt están Marcelo y su
hermanito gemelo (Conti); el que huye detrás de
ellos transportando un televisor, ahora inservible,
es don Tele (Cifré); alcanzando una valla aparecen
el sabio Megatón y su ayudante (Cifré); por
último, el pueblerino que corre abajo a la izquierda
es Agamenón, y en su huida, ha dejado medio
enterrado en la nieve a su padre Cipriano
(Estivill). “Tío Vivo – Extra Navidad 1962”

Pulgarcito Almanaque para 1960 y Extra de Verano 1960

Mortadelo y Filemón comparten gag con Hermenegilda (Vázquez) y el reporter Tribulete (Cifré) dentro de un
submarino en el extracto de la ilustración central del “Pulgarcito Almanaque para 1960” que aparece bajo estas
líneas (izquierda). A la derecha reproducimos un detalle del chiste coral que ocupó las páginas centrales del
“Pulgarcito Extra de Verano 1960”.

“Pulgarcito” - Almanaque para 1960 (1959)


“Pulgarcito” - Extra Verano 1960

140
Pulgarcito - Extra de Verano 1963

En el dibujo de presentación del


“Pulgarcito Extra de Verano de 1963”,
Mortadelo y Filemón aparecen
acompañados de un nutrido grupo de
personajes: en la parte superior, y de
izquierda a derecha, vemos a Carpanta,
Petra y los hermanos Zipi y Zape
(Escobar). Corneada y volando por los aires
está doña Urraca (serie dibujada entonces
por Torá); atravesando de un susto su tienda
de campaña aparece el reporter Tribulete
(entonces en manos de Enrich); montada
sobre uno de los toros está la terrible Fifí
(Estivill); derribado en el suelo por la
manada yace Gordito Relleno (Peñarroya);
observando la escena ocultos en la copa de
un árbol vemos al doctor Cataplasma y su
criada Panchita (Schmidt); desde su tienda
de campaña a la que le ha caído un árbol
encima, grita atrapado Rigoberto Picaporte
(Segura); detrás del Mortadelo torero
huyen Pedrito, Periquito y Conejín
(Sanchis); riendo de los que corren sin saber
que por detrás se le viene encima un
amenazante morlaco se encuentra Carioco
(Conti); saltando por encima de una tienda
está doña Benita y debajo de esta, su
marido don Pío (Peñarroya); por último,
corriendo en la parte inferior izquierda
vemos a Sófocles (Schmidt), el bedel
Petronio, el profesor Tragacanto y sus
terribles alumnos (Schmidt) y las hemanas
Gilda (Vázquez).

“Pulgarcito – Extra Verano 1963”

Pulgarcito - Almanaque para 1961 y Extra de Verano 1961


Bajo estas líneas reproducimos un chiste de Mortadelo y Filemón publicado en el “Pulgarcito Almanaque para
1961” junto a un extracto de las páginas centrales del “Pulgarcito Extra de Verano 1961” en el que asoma por la
trampilla del suelo Gordito Relleno (Peñarroya).

“Pulgarcito” - Almanaque para 1961 (1960) “Pulgarcito” - Extra Verano 1961

141
Tío Vivo – Extra de Verano 1963

El semanario “Tío Vivo” no faltó a su cita


veraniega con el extra correspondiente publicado
en 1963 y presentando en el mismo una
simpática viñeta a toda página en la que
Mortadelo y Filemón pasan sus vacaciones junto
a sus colegas de la citada revista (imagen
derecha): mientras algunos vecinos de “13, Rúe
del Percebe” suben al tobogán de una piscina, el
monstruo del científico loco provoca que se
lancen a esta, de arriba a abajo, Agamenón
(Estivill), Pepe K.O. (Schmidt), el holgazán de
Pepón y Arturo Alcorcón (Segura), don
Benito, Felipico y el loro Enriquito (Sanchis),
don Pantuflo y sus hijos Zipi y Zape (Escobar)
y don Pío (Peñarroya); horrorizados en la
piscina al ver que toda esa turba se les viene
encima, están el caco Bonifacio y su amigo
Pancracio (Enrich) y huyendo en diferentes
direcciones distinguimos a Fulanítez (George
Martin), el perro de Fortunato (Conti), el
profesor Tenebro y la portera Blasa (Escobar).
Por último, en un tobogán inferior, sufriendo uno
continuos golpes en la cabeza y el otro
observando con preocupación, se encuentran
Marcelo y su hermanito gemelo (Conti).

“Tío Vivo – Extra Verano 1963”

Tío Vivo – Extra de Verano 1964

La ilustración con que se abría el “Tío Vivo


Extra de Verano 1964”, que reproducimos a
pequeño tamaño a la izquierda de estas líneas,
ofrecía una divertida estampa de Mortadelo y
Filemón con la siguiente plantilla de personajes:
Rompetechos saludando a un cocodrilo mientras,
extrañados, asoman sus cabezas en su tienda de
campaña don Pío y doña Benita (Peñarroya);
bañándose en el río sin dejar de beber tintorro
está Agamenón (Estivill); detrás de Mortadelo
aparece don Cuplé (Joso); golpeando a un pobre
cocodrilo está Pepe K.O. (Schmidt); una
sorprendida doña Blasa (Escobar) cruza sin
saberlo el río sobre el lomo de un hipopótamo; el
holgazán de Pepón muestra alegre su pesca a su
cuñado Arturo Alcorcón y la esposa de este
(Segura); apelotonados unos encima de otros en
la misma tienda de campaña se reúnen los
inquilinos de “13, Rúe del Percebe”; huyendo de
otra tienda ante la visita de un cocodrilo aparecen
el mayordomo Bautista, su amo don Benito y el
loro de este, Enriquito (Sanchis); navegando por
el río a lomos de un cocodrilo vemos a los
traviesos Zipi y Zape (Escobar); finalmente,
intentando abrir con una ganzúa una de las
tiendas está el caco Bonifacio (Enrich), mientras,
desde su interior, lo observa un enojado Perry
Tostón (Sanchis).
“Pulgarcito” - Extra Verano 1964

142
Pulgarcito y Tío Vivo – Almanaques para 1965

La tercera página del “Pulgarcito Almanaque


para 1965” (ver página siguiente) presentaba un
magnífico dibujo de Mortadelo y Filemón en
compañía del elenco de personajes de dicho
semanario: persiguiendo a un atemorizado oso polar
está Carpanta (Escobar); disfrazado de muñeco de
nieve aparece sonriente Carioco (Conti); pelado de
frío y con los pies enterrados en la nieve padece
Rigoberto Picaporte (Segura); en el trineo
arrastrado por Mortadelo vemos de arriba a abajo a
las hermanas Gilda (Vázquez); El doctor
Cataplasma y su criada Panchita (Schmidt);
Gordito Relleno (Peñarroya); el profesor
Tragacanto (Schmidt) y don Pío y su esposa doña
Benita (Peñarroya); haciendo equilibrios sobre la
cornamenta de Mortadelo están los hermanos Zipi y
Zape (Escobar); persigue risueña a Mortadelo la
terrible Fifí (Estivill); y huye del mismo doña
Urraca (Torá); finalmente, saca una foto de esta
divertida escena el reporter Tribulete (Enrich).

A la derecha de estas líneas reproducimos la


página con la que la revista “Tío Vivo” celebró la
llegada de 1965. Una estupenda ilustración en la
presentación de su almanaque, en la que Mortadelo
y Filemón aparecen junto a un montón de divertidos
vecinos: siguiendo al fondo al camión vemos a
Arturito el marcianito (Vázquez); mientras los
inquilinos de “13, Rúe del Percebe” observan
atónitos la escena, don Hurón es asustado con un
matasuegras por el travieso Angelito (Vázquez);
lanzando pasquines están el mayordomo Bautista
junto a su amo don Benito y el loro Enriquito
(Sanchis) así como don Óptimo (Escobar);
cayéndose del camión está el pobre don Pío “Tío Vivo – Almanaque para 1965”
(Peñarroya); un enojado don Pantuflo oculto entre
los pasquines, observa que quien está serrando el
techo de la cabina del camión son sus hijos Zipi y Zape (Escobar); el cegato Rompetechos es quien conduce el
gigantesco camión mientras a su lado don Pedrito le está pidiendo coger el volante. Por último, huyendo por la calle
de tal vehículo están, aparte de Filemón, Agamenón (Estivill) y el caco Bonifacio (Enrich).

Tío Vivo - Almanaque para 1966 y Extra de Verano 1965

Reproducimos bajo estas líneas el chiste publicado en el “Tío Vivo Extra de Verano 1965”. En las navidades de ese
mismo año apareció otro gag en el “Tío Vivo Almanaque para 1966” que hemos incluido en la portada que encabeza
este capítulo.

“Tío Vivo” - Extra Verano 1965

143
“Pulgarcito – Almanaque para 1965”

144
Pulgarcito – Extra de Primavera 1965

Ibáñez nos deleitó con esta excelente ilustración


(imagen derecha) ambientada en la feria de abril
en el “Pulgarcito Extra de Primavera de 1965”
y en ella situó, junto a Mortadelo y Filemón, al
resto de los personajes componentes de dicha
revista: bebiendo una bota de vino vemos a
Timorato (Enrich); a su lado pasa, junto a dos
fatigados caballos, Gordito Relleno (Peñarroya);
mirando la escena tras un árbol se encuentra don
Facilillo (Sanchis); junto a él pasan el doctor
Cataplasma y su criada Panchita (Schmidt); y al
lado de estos, está don Pío (Peñarroya);
brindando con una mano y comiendo pescadito
con la otra vemos a Carpanta (Escobar); con una
regla en mano está el profesor Tragacanto
(Schmidt), que persigue a los revoltosos Zipi y
Zape (Escobar); junto a estos y guiñando un ojo
al lector sonríe picaruelo Rigoberto Picaporte
(Segura), a lomos de un caballo y acompañado de
Petra (Escobar); en la parte inferior izquierda,
pasean orgullosas las hermanas Gilda (Vázquez)
mientras les hace una instantánea el reporter
Tribulete (Enrich); Tocando alegre una
castañuelas nos sonríe doña Urraca (Torá), que
baila al son de la guitarra que toca Carioco
(Conti) y las maxicastañuelas que hace sonar la
terrible Fifí (Estivill).

“Pulgarcito – Extra Primavera 1965”

Tío Vivo – Extra de Primavera 1966


En este olímpico dibujo a toda página aparecido en el
“Tío Vivo Extra de Primavera de 1966”, Mortadelo
y Filemón comparten escena con un nutrido grupo de
amigos: mientras los vecinos de “13, Rúe del
Percebe” observan indignados las trampas que comete
don Pedrito en la carrera de salto de vallas, a pocos
metros de ellos practican el salto de altura con pértiga
don Óptimo y don Pésimo (Escobar); por allí cerca
huye corriendo con un florete recién robado Manuel
Churumbel (Vázquez), quedándose con una escoba en
la mano un perplejo don Pío (Peñarroya), el cual iba a
practicar la esgrima con el caballero Topito (Figueras);
a punto de realizar uno el lanzamiento de calabaza y el
otro de advertirle de su error "de peso" vemos a
Agamenón y su padre Cipriano (Estivill); totalmente
despistado, se dispone Rompetechos a ejecutar el tiro
con arco haciendo así huir, entre otros, al jefe de don
Toribio (Enrich), Facundo (Gosset) y Arturo
Alcorcón (Segura); en primera posición en la carrera
de sacos, corre saltando en su cesta Angelito
(Vázquez), al tiempo que lo observan envidiosos desde
atrás los miembros de la Alegre Pandilla Mus, Titín y
Gafitas (Segura) y los hermanos Zipi y Zape
(Escobar); en la parte inferior izquierda, un pobre don
Pantuflo árbitro (Escobar) recibe un balonazo de Pepe
el "hincha" (Peñarroya), balonazo que termina su
trayectoria en la portería que sin éxito defiende el
conserje don Toribio (Enrich); a la derecha, un
carcajeante Pepón (Segura) se divierte con la
ocurrencia de Mortadelo.
“Tío Vivo” - Extra Primavera 1966

145
Tío Vivo – Extra de Verano 1966
La estival ilustración con la que se abría el “Tío Vivo
Extra de Verano 1966” mostraba una singular escena
en la que Mortadelo y Filemón compartían espacio con
la cuantiosa cuadrilla de personajes de dicha cabecera:
naufragando en el mar en la parte superior derecha pide
auxilio Fortunato el cenizo (Cerón); desde la popa del
barco diversos inquilinos de “13, Rúe del Percebe”
observan a otros; doña Jaimita y don Pantuflo ven
haciendo trastadas a sus hijos Zipi y Zape (Escobar):
uno quitándole la gorra con una caña al conserje don
Toribio (Enrich), y el otro asustando con una rata a
doña Lío Portapartes (Raf); en la cabina del barco,
maneja el timón Rompetechos mientras lo mira,
asombrado, el caballero Topito (Figueras); sobre el
techo de la cabina, aprovecha para condimentarse una
opípara comida Agamenón (Estivill); a su lado, a
punto de dar una patada a un balón está Pepe, el
"hincha" (Peñarroya); observando remar a don
Pedrito están Arturo Alcorcón y su esposa (Segura);
mirando con sorpresa a Pepe Gotera y Otilio asoman
por detrás don Pío y su esposa doña Benita
(Peñarroya); a la izquierda del dibujo, queda atascado
en un manguerote del barco el holgazán de Pepón
(Segura); abajo, van caminando por la cubierta don
Óptimo y don Pésimo (Escobar); cargado con un
manguerote huye un pícaro Manuel Churumbel
(Vázquez), mientras observa con sorpresa la escena el
agente 0077 (Torá); cerca de Mortadelo y Filemón
anda el patriarca de los Churumbel (Vázquez);
asomando por los portillos de la planta inferior del
barco vemos a la alegre pandilla formada por Mus,
Titín y Gafitas (Segura); recibiendo un anclazo en la
cabeza está el pobre Facundo (Gosset); y a punto de “Tio Vivo – Extra Verano 1966”
ser embestido por el barco, reposa sentado en un islote
Hug el troglodita (Gosset).

Tío Vivo – Almanaque para 1967


Ibáñez celebraba la llegada de 1967 con esta gran
ilustración en el almanaque de “Tío Vivo” para dicho año
en la que Mortadelo y Filemón viajaban acompañados de
todo el equipo de personajes de dicha revista: en el último
vagón del tren viajan apiñados pero sonrientes los
inquilinos de “13, Rúe del Percebe”; en el siguiente vagón
vemos por una ventana al conserje don Toribio (Enrich),
el agente 0077 (Torá) Pepe el "hincha" (Peñarroya) y la
terrible Fifí (Estivill); por la otra ventana asoman don
Óptimo y don Pésimo (Escobar), don Pío y doña Benita
(Peñarroya); encaramado sobre el techo del vagón está
Facundo (Gosset); metidos en el vagón del carbón
gamberrean los miembros de la alegre pandilla formada
por Mus, Pepín y Titín (Segura); por la cabina de la
locomotora asoman los hermanos Zipi y Zape (Escobar) y
Arturo Alcorcón y su esposa (Segura); cotilleando por la
parte exterior de la misma está doña Lío Portapartes
(Raf); junto a un equilibrista don Pedrito, haraganea el
holgazán de Pepón (Segura); friéndose una morcilla
encaramado a la chimenea de la locomotora se encuentra
Agamenón (Estivill); a la derecha del dibujo observa la
escena Ceferino el pueblerino (Pineda Bono); un
inconsciente Rompetechos guía la locomotora sin
enterarse del desastre que están a punto de provocar Pepe
Gotera y Otilio, mientras por la izquierda huye
despavorido del lugar Hug el Troglodita (Gosset). “Tío Vivo - Almanaque para 1967”

146
Tío Vivo – Almanaque para 1968
Mortadelo y Filemón compartieron escena con otros personajes de Ibáñez como Rompetechos, don Pedrito o Pepe
Gotera y Otilio en la ilustración que abría el “Tío Vivo Almanaque para 1968”. Completando la misma, hace
también su aparición bebiendo vino el entrañable Agamenón (Estivill).

“Tío Vivo - Almanaque para 1968”

147
Tío Vivo – Almanaque para 1969
La simpática ilustración que inauguraba el “Tío Vivo Almanaque para 1969” mostraba una escena en la que el
redactor jefe de la editorial Bruguera, Julio Fernández, reprendía a los personajes de la misma obligándoles a volver
a sus respectivas páginas. Junto a Mortadelo y Filemón, van entrando a la redacción Mus, de la Alegre Pandilla
(Segura), don Pío (Peñarroya), don Óptimo y don Pésimo (Escobar), Pepe Gotera y Otilio, Angelito (Vázquez);
Agamenón (Estivill), Zipi y Zape (Escobar), doña Lío Portapartes (Raf), Pepón y los señores de Alcorcón
(Segura), Hug el Troglodita (Gosset), don Pedrito y el inefable Rompetechos.

“Tío Vivo - Almanaque para 1969”

148
Tío Vivo – Extra Verano 1969
El “Tío Vivo Extra de Verano 1969” daba la bienvenida al lector con esta viñeta a toda página en la que todos los
personajes componentes de la revista iban entrando en la redacción acatando las estrictas órdenes del redactor jefe
Julio Fernández. Tras Mortadelo y Filemón vemos a Hug el troglodita (Gosset), Agamenón (Estivill), Angelito
(Vázquez), el holgazán de Pepón (Segura), Rompetechos, doña Lío Portapartes y don Bollete (Raf), Linotipio
(Pineda Bono), Mus, de la Alegre Pandilla (Segura), don Pío y doña Benita (Peñarroya), Zipi y Zape (Escobar),
don Pedrito, Pepe el "hincha" (Peñarroya), don Óptimo y don Pésimo (Escobar) y Pepe Gotera y Otilio.

“Tío Vivo – Extra Verano 1966”

149
Tío Vivo n.º 1000
Para celebrar el número 1000 de la revista “Tío Vivo” publicado el 5 de mayo de 1980, Ibáñez deleitó a sus
lectores con un chistoso dibujo en el que, una vez más, el redactor jefe Julio Fernández apremiaba a los personajes
de la publicación, látigo en mano, para que se dirigieran a sus respectivas páginas. Junto a Mortadelo y Filemón y
otros personajes de Ibáñez, vemos corriendo de izquierda a derecha a don Pésimo y don Óptimo (Escobar), las
hermanas Gilda (Vázquez), Agamenón (Estivill) y doña Tecla Bisturín (Raf). Entrando a la redacción, al fondo, está
el mismísimo Escobar, de cuya carpeta sobresalen las cabezas de sus hijos de papel y tinta Zipi y Zape. Por último,
quien habla con el despistado Rompetechos no es sino Armando Matías Guiu (guionista y redactor jefe de la
editorial Bruguera).

“Tío Vivo” - n.º 1000

150
CAPÍTULO 11

LA HISTORIA MÉS MACA


JAMÁS CONTADA
(Por Juan A. Ros)
“La historia més maca jamás contada”

Sin duda alguna, estamos ante uno de los trabajos (publicados) menos conocidos del creador de Mortadelo y Filemón.
Como auténtico entusiasta del cómic, y de Ibáñez en particular, llevo más de veinticinco años coleccionando sus
historietas así como dedicado al estudio de su obra, atesorando originales de todas las épocas a lo largo de la última
década. Pese a creer conocerlo ya todo, cierto día, ese destino juguetón me deparó una inesperada sorpresa. Aquella era
la primera vez que me topaba de narices con esa auténtica joya del noveno arte. Jamás la había visto; jamás había oído
hablar de ella. ¿Qué era y de dónde había salido? Enseguida vino a mi mente un aluvión de preguntas a las que sentía
necesidad de dar respuesta. Y el motor de mi curiosidad se puso en marcha.

“La historia més maca jamás contada”, así se llamaba esa


desconocida historia que se había colado en la pantalla de mi
ordenador como por arte de magia. Solo me bastó una única imagen
de presentación, y saber que la mano que se escondía detrás de esta
era la de Ibáñez, para ansiar hacerme con ella. No lo dudé. No me
importó ni el precio ni lo lejos o cerca que estuviera. Lo que tenía
claro era que aquel rarísimo ejemplar tenía que terminar cayendo en
mis manos. Dinero, por aquel entonces había para poder pagarlo, y
Correos, se encargarían de hacer el resto. Por suerte los astros se
alinearon a mi favor aquella noche de viernes. Era el 3 de mayo de
2013. El antiguo reloj que reposaba sobre el primero de los estantes
de mi estudio estaba a punto de marcar la medianoche. Me hallaba
absorto frente a la pantalla de mi ordenador tratando de localizar
algunas de las faltas con las que poder ir completando mi colección
de publicaciones de Ibáñez. No hubo demasiada suerte aquella
noche, y a punto estuve de tirar la toalla hasta la búsqueda siguiente
cuando algo hizo que me estremeciera desde mi asiento. Recuerdo
que me froté los ojos con fuerza, pues debía impedir que la vista me
estuviera jugando una mala pasada. Me incliné hacia delante,
acercándome aún más a aquella luminosa pantalla. Me pellizqué con
fuerza para descartar que todo estaba siendo producto de un sueño. Y
sí, por fortuna, aquello que se había colado por mi retina era real.
“La historia més maca jamás contada”, un cuadernillo de 16 páginas
firmado por Ibáñez y del que nadie había hablado hasta ahora. ¿Tal
vez se trataba de una broma? Enseguida descubrí que no.

Me puse nervioso, y debo reconocer que no acerté a la primera al tratar de


hacer “clic” sobre la pestaña que lo incluyera dentro de mi cesta de la
compra. Estaba a punto de irme a la cama, y sabía que o compraba aquello
en ese mismo momento o si lo dejaba para el día siguiente sería ya
demasiado tarde, así que cumplí con lo establecido, asegurándome la
tenencia de aquella extraña y desconocida publicación. Una vez adquirida y
pagada, por un precio bastante justo, ya solo quedaba armarme de paciencia
y esperar la llegada del cartero a lo largo de los días siguientes. Pasaron los
días, aunque de forma más pausada de como normalmente suelen hacerlo.
Esperaba la presencia del empleado de Correos como agua de mayo. Por
suerte, no se hizo de rogar y lo recibí en las fechas esperadas. Abrí aquel
sobre con gran emoción y, por fin, “La historia més maca jamás contada”
estaba ya entre mis manos. Lo primero que hice fue revisar su estado,
bastante bueno, por cierto, teniendo en cuenta que fue editado en 1979. Solo
el envejecimiento del papel por el paso del tiempo, y alguna leve arruga sin
importancia en los márgenes de varias páginas, le apartaban de la perfección.
Admitamos que los años pasan igual para todos y este cuadernillo no iba a
ser la excepción. Seguidamente hice un ligero barrido visual a cada una de
sus páginas, quedando maravillado ante el contenido que allí se escondía
bajo la firma del maestro Ibáñez. No esperaba menos. Finalmente, tras este
breve análisis inicial, me senté tranquilamente a disfrutar de aquellas
dieciséis desconocidas páginas.

Nada más arrancar con la lectura me llevé la primera de las sorpresas: el guion mezclaba el castellano con el catalán,
algo inusual dentro de la trayectoria profesional de Ibáñez. Dentro de una misma viñeta, tanto en la narración como en
los bocadillos, ambas lenguas fluían con total soltura. Y no pude evitar preguntarme a qué podía deberse esta curiosa
mezcla de palabras. Continué leyendo hasta alcanzar la última página, momento en el que se aclara todo este asunto.

152
Algunos días después, me puse a indagar un poco. Quería saber más sobre aquel rarísimo cuadernillo que había
caído en mis manos, y del que ninguna biografía de Ibáñez hablaba. Lo primero que quise saber fue si me encontraba
frente a algo común, es decir, algo que todo el mundo tenía en la estantería de su casa, o si se trataba de una pieza casi
única. Y así me llevé la segunda sorpresa: “La historia més maca jamás contada” era algo que nadie conocía, a
excepción de contadas excepciones. Muchos investigadores de la obra de Ibáñez se quedaron boquiabiertos ante la
magnitud de este descubrimiento, lo que revalorizó de inmediato el valor del cuadernillo y provocó un aluvión de
ofertas por el ejemplar. Mi respuesta siempre fue la misma: mi intención nunca fue hacerme rico con aquello, sino
incluirlo dentro de mi extensa colección personal, a pesar de que las ofertas por el ejemplar seguían creciendo y la
cifra empezaba a ser tentadora. Mi forma de pensar no cambió en ningún momento.

El interés general suscitado en tan breve espacio de tiempo


fue la principal razón que me empujó a hacerlo público en
mi sitio web “El blog de Juan A. Ros”. De forma semanal, y
a lo largo de dieciséis entregas, mostré una a una las páginas
que componen “La historia més maca jamás contada”.
Gracias a esta iniciativa, coleccionistas, estudiosos y
seguidores de Francisco Ibáñez pudieron descubrir y
disfrutar de esta joya perdida en el tiempo que, desde
entonces, ha sido recuperada y expuesta al alcance de todos
gracias a Internet. Llegados a este punto, profundizaré más
en el tema que nos ocupa dando respuesta a una pregunta
que muchos se estarán formulando: ¿Qué es “La historia
més maca jamás contada”?

Estamos frente a una historieta de dieciséis páginas a todo


color creada en 1979 y que se presenta en formato de
cuaderno grapado carente de portada. Como siempre, la
escritura del guion y el trazado del dibujo corrieron por
cuenta de Ibáñez, aunque esta vez también el entintado de
las páginas fue obra del maestro, labor que, desde hace
bastantes años, delegó en manos de otros dibujantes debido
al enorme volumen de trabajo al que debe hacer frente de
forma semanal.
Que se sepa, solo se publicó una primera y
única edición de esta obra y era de difusión
gratuita, o al menos no figura su precio por
ninguna parte. Su género, lógicamente, es el
humor y, en su lenguaje, se entremezcla el
castellano con el catalán. “La historia més maca
jamás contada” es un cuadernillo promocional de
la clínica catalana “Quinta de Salud La Alianza”
con el que la propia institución celebró su
septuagésimo quinto cumpleaños. Como ya se ha
comentado, todo el entintado de la historieta
corrió a cargo del propio Ibáñez, y eso se nota en
su perfecto acabado final, donde podemos
encontrarnos con viñetas muy elaboradas y otras
bastante memorables obra del mejor Ibáñez.
Siempre que el maestro ha realizado algún
trabajo independientemente al efectuado en las
tradicionales aventuras de Mortadelo y Filemón
(y de otros personajes publicados en Editorial
Bruguera y Ediciones B), el entintado siempre ha
corrido por cuenta suya, salvo quizá alguna
excepción que desconozco. La colaboración de
los entintadores se centraba en su producción
habitual de historietas, quedando al margen de
páginas publicitarias, secciones extraordinarias o
encargos realizados por parte de otras empresas. Es decir, que de puertas para afuera, era el propio Ibáñez el
encargado de realizar esos encargos de principio a fin. La historieta que nos ocupa arranca, directamente, con el título
plasmado en la primera viñeta. A diferencia de todos los cuadernillos que estamos acostumbrados a ver y leer, resalta
la inexistencia de una portada, algo que, indudablemente, se echa de menos en el sobresaliente trabajo que Ibáñez
reparte en estas dieciséis páginas. El diseño de una cubierta habría sido realmente espectacular. Aquí se cuenta la
historia de la creación de la clínica “Quinta de Salud La Alianza”, fundada en 1904, pero claro, muy al estilo de
Ibáñez, como no podía ser de otro modo, así que las persecuciones, mamporros y demás desavenencias se sirven en
bandeja.

153
El narrador que nos guiará a lo largo y ancho de toda esta historia no es otro que un señor catalán embuchado en su
traje regional (para que nadie dude acerca de su ciudadanía) y al que le gusta bastante empinar el codo, remojándose el
paladar con un buen vino. El protagonista de esta historia es Quimet, un eterno aprendiz de camarero de los de echarle
de comer a parte. De corazón bondadoso, pero cargado hasta las orejas de despistes, es un personaje muy típico dentro
de la trayectoria de Ibáñez, que irá liándola allá por donde pise, desatando la ira de sus clientes y demás bichos
vivientes hasta límites insospechados. Ante tal cúmulo de desgracias desatadas, parece razonable que al patrón se le
acabe la paciencia y termine poniéndolo de patitas en la calle. A pesar de todo, esta reacción de su jefe no parece
preocupar en absoluto a Quimet, ya que, como afirma en la historieta, está afiliado a la clínica de marras y cobrará un
buen subsidio por ello.

La rueda de la vida de Quimet sigue girando pese a las inclemencias. Contrae matrimonio con Montse, tiene dos hijos
nacidos en la famosa clínica y se convierte en empresario, abriendo un bar frecuentado por moscas. Los años siguen
pasando, y Quimet va tirando como puede, aunque tampoco se pierde ninguno de los actos y festejos que se celebraban
en la Barcelona de aquella época. Sus hijos se van haciendo mayores y encuentran trabajo, precisamente, entre los
muros de la institución. Jordi, el mayor, entra como redactor, y Rosa, como auxiliar de enfermería. Se nota a 20 000
leguas de distancia que estos dos chavales son hijos de Quimet, porque no solo han heredado los despistados genes de
su padre, sino que también los infortunios y la sed por crear situaciones límite corren por sus venas. Jordi se casa y
tiene un hijo, el primer nieto de Quimet. Rosa, por su parte, también trae a un nuevo retoño al mundo, y Quimet, como
es lógico, está loco de contento. Y los años pasan y pasan para todos por igual. Los dos nietecitos dejan de ser niños y
se convierten en adolescentes, Jordi y Rosa pasan a ser curtidos cincuentones, y Quimet y Montse empiezan a peinarle
las barbas a San Pedro. Cierto día, toda la familia se viste de luto, llorando por la inesperada muerte de Quimet, quien
sigue empeñado en continuar con sus labores de patrón allá en la otra vida. Para ello, se le ocurre la brillante idea de
querer abrir un bar, pero aquel que maneja los hilos allí arriba no le pondrá las cosas nada fáciles.

Los asuntos en la “Quinta de Salud La Alianza” no parecen ir del todo mal, de ahí
que quieran construir su propio edificio, mucho más grande que el anterior, más
lujoso y con las últimas tecnologías. A pesar de contar con unas nuevas
instalaciones bastante más espaciosas, la gran afiliación y afluencia de pacientes
obliga a los que allí mandan a ampliar de nuevo, construyendo un gran edificio
justo al lado de la nueva clínica. Pero ahí no acaba todo. “La Alianza” ha seguido
expandiéndose como la espuma a lo largo de los años siguientes, abriendo un buen
puñado de nuevas clínicas a lo largo y ancho de todo el territorio catalán. En 1979
cumplió la friolera de setenta y cinco años. Para celebrarlo, a Ibáñez se le encargó la
creación de una historieta exclusiva para ellos, donde se reflejara, en clave de
humor, la trayectoria de la clínica desde sus inicios en 1904 hasta 1979 (la
actualidad en aquel entonces). La historia, narrada por aquel catalán enganchado a
un porrón de vino, llega a su fin. No solo no queda ni rastro de la ristra de butifarra
que el personaje llevaba colgada del brazo, sino que, además, en algún descanso de
la narración, se permite el lujo de degustar distintos tipos de vino, pasando de un
rosado inicial a un tinto en toda regla. El uso indistinto de castellano y catalán a lo
largo de la historieta forma parte de un juego, o mejor dicho, de un concurso, en el
que los participantes, niños y niñas menores de 13 años, deberán traducir
perfectamente todos los textos de la historia, bien al castellano o bien al catalán,
dependiendo de los gustos y niveles lingüísticos de cada uno.

Poco más que contar. Bueno, sí, que Mortadelo hace un pequeño cameo en la página nº 4, mostrando su deseo de
hacerse famoso algún día, y que la firma del maestro no se manifiesta hasta llegar a la última página. Por lo demás,
espero que hayáis disfrutado con esta peculiar historia que intuyo que pudo tener bastante repercusión en su día, pero
que hoy parece olvidada por todos los niños de entonces convertidos en los adultos de hoy.

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CAPÍTULO 12

LAS REVISTAS “MORTADELO”


(1970-1996)
(Por Carlos De Gregorio)

“Mortadelo Extra 25º Aniversario TVE” (Bruguera, 1981)


Las revistas “Mortadelo” (1970-1996)
Durante más de 25 años, desde el 23 de noviembre de 1970 hasta el 31 de enero de 1996, se
distribuyeron en los kioscos españoles 1604 números de diferentes revistas que incluían la palabra
“Mortadelo” en su cabecera. Esta gran profusión de publicaciones, leídas por miles de personas, marcó
una etapa en la historia del tebeo en nuestro país y sirvió como instrumento de difusión no solo de la
famosa serie de historietas creada por Ibáñez, sino de una gran cantidad de personajes del cómic
nacional e internacional. La casi siempre excelente selección de contenidos de estas revistas contribuyó
en gran medida al éxito de las “revistas Mortadelo”. Entre las obras nacionales de humor que dieron a
conocer sus distintas cabeceras encontramos auténticas joyas como Sir Tim O’Theo de Raf, La Panda
de Segura, Zipi y Zape de Escobar (con un prolongado ciclo de historias largas), Superlópez de Jan,
Pafman de Joaquín Cera o Alfalfo Romeo de Juan Carlos Ramis, por citar solo algunas, y entre las
de dibujo realista no podemos olvidar series excelentes como El corsario de hierro de Mora y Ambrós,
Supernova de Mora y Bielsa y Jan Europa de Edmond. Eso sin contar con las series europeas, de
tanto nivel como Astérix de Goscinny y Uderzo, El teniente Blueberry de Charlier y Giraud,
Comanche de Greg y Hermann, Ric Hochet de Tibet y Duchâteau o la delirante fotonovela británica
Exterminius (Doomlord).

Aunque la historia de las revistas “Mortadelo” daría para un libro entero, en este capítulo nos
centraremos en su serie estrella, Mortadelo y Filemón, muchas de cuyas mejores historietas vieron la luz
por primera vez en estas publicaciones.

Antes de las revistas “Mortadelo”


A finales de los años 60 se produjo una importante renovación de los tebeos de Bruguera.
Coincidiendo con la desaparición de los cuadernillos de aventuras, nuevas historietas europeas
comenzaron a abrirse paso en algunas revistas de la editorial, y en 1969 nació el que para muchos fue el
mejor tebeo jamás publicado por Bruguera: “Gran Pulgarcito”. Su vida fue breve, tan solo 84
números entre 1969 y 1970, pero en ella tuvieron cabida grandes series franco-belgas junto con lo más
selecto de la producción española de la editorial. Entre otros hitos importantes de la revista, aquí se
publicaron las cuatro primeras historias largas de Mortadelo y Filemón, así como la inolvidable primera
parte de la quinta aventura, “El caso del bacalao”.

“Gran Pulgarcito” - Extra de Verano (Bruguera, 1970) “Mortadelo” n.º 1 (Bruguera, 30/XI/1970)

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Pero “Gran pulgarcito” fracasó, quizá porque no había suficientes lectores dispuestos a pagar el
doble (10 pesetas) de lo que costaba el resto de los tebeos de Bruguera, aunque la calidad y el tamaño
de la publicación fuesen mayores. El hueco dejado por “Gran Pulgarcito” fue cubierto por dos nuevas
cabeceras que heredaron la mayoría de las series de esta revista. La primera de ellas fue “Super
Pulgarcito”, un título que ya había sido utilizado entre 1949 y 1951. Para la otra cabecera se escogió el
nombre de uno de los personajes preferidos por el público: “Mortadelo”. El número cero fue
entregado como regalo junto con el nº 507 de la revista “Tío Vivo” el 23 de noviembre de 1970
(aunque el ejemplar de “Mortadelo” llevaba impresa la fecha de la semana anterior). Esta cabecera fue
la que se llevó el gato al agua y triunfó de forma aplastante entre los lectores de aquella época.

“Mortadelo”, 1ª etapa (Bruguera, 1970-1983)

Lo primero que llamaba la atención en la revista “Mortadelo” eran las magistrales portadas de Ibáñez.
Aunque desde tiempos inmemoriales la portada de los tebeos de humor solía estar ocupada por una
historieta, Ibáñez supo escapar de la rigidez en la estructura de la página y jugar con los encuadres, los
bocadillos e incluso la cabecera de la revista. La portada de “Mortadelo” estaba llena de detalles
humorísticos, con viñetas de diversas formas y tamaños y bocadillos que literalmente llegaban a
interactuar con los personajes. Lo primero que llamaba la atención al lector era la letra “O” de la
cabecera, con la que Ibáñez realizaba un chiste diferente en cada número. De los 646 números
(contando el nº 0) de la primera etapa de Mortadelo, solo hubo dos (el 100 y el 500) que no incluyeron
la clásica historieta en la portada, por tratarse de números especiales. Por otra parte, solo hubo dos
portadas que no dibujó Ibáñez, en los números 87 y 250 (en la primera de ellas identificamos el trazo de
Sagasty).

“Mortadelo” n.º 48 (Bruguera, 25/X/1971)

El éxito de la revista se vio correspondido con los llamados


Aros de Oro y de Plata que se entregaban cada año en la Feria
del Juguete de Valencia. “Mortadelo” obtuvo el Aro de Oro en
1972, 1973, 1974 y 1975, y el Aro de Plata en 1971 y 1976.
Durante mucho tiempo, el recuerdo de estos premios ocupó un
lugar destacado en la portada. El primer director de la publicación
fue Vicente Palomares, que a partir del nº 233 (12 de mayo de
1975) fue sustituido por Jordi Bayona. Este cargo implicaba
también la dirección de las revistas derivadas de “Mortadelo”
que aparecían en la misma época. En la revista se serializaron 51
historias largas de Mortadelo y Filemón, aunque no todas
completas. De “El caso del bacalao” y “La máquina del
cambiazo” solo se publicaron los últimos episodios, puesto que Caricatura de Jordi Bayona por F. Ibáñez
los primeros habían aparecido en otras publicaciones (“El caso del (“Desbarajuste integral, propio de una editorial”,
bacalao” comenzó en “Gran Pulgarcito” antes de su cancelación “Mortadelo” n.º 500, 23/VI/1980)
y “La máquina del cambiazo” se inició en forma de historias cortas en un extra de “Gran Pulgarcito”
y dos números de “Super Pulgarcito”). Por otra parte, no llegaron a publicarse en la revista las páginas
37 a 44 de “El caso de los señores pequeñitos”, que constituyen una especie de epílogo a la historia
principal y que aparecieron unos meses después en el “Super Mortadelo” nº 122.

173
Las primeras 35 historietas serializadas en la revista, hasta enero de 1979, tenían una estructura fija
de 11 episodios de 4 páginas, aunque en algunas ocasiones, al no poder alcanzar Ibáñez el ritmo
semanal de la publicación, se dividió un episodio entre dos números de la revista. A partir de “El
transformador metabólico”, los episodios serán de 6 u 8 páginas (disminuyendo por tanto el número
de episodios de cada historia, que mantenía un número total de 44 páginas). Y desde la siguiente
historia larga, “¡A por el niño!”, se pasó de cinco a cuatro tiras por página, facilitando así al autor un
mayor ritmo de producción de páginas.

“¡A por el niño!” (1979) – Las páginas llevarán por primera vez cuatro tiras en lugar de cinco, como en muchos cómics europeos

Pero no todos los números incluyeron historietas


largas serializadas: también se publicaron refritos de
antiguas historietas de Ibáñez y nuevas historietas
realizadas para la ocasión por otros dibujantes, como
Martínez Osete, Toni Bancells, Jordi David, Tino
Santanach y Ramón Mª Casanyes (que fue quien más
se prodigó en los últimos años), con la colaboración de
guionistas como Francisco Serrano, Jaume Ribera,
Jesús de Cos, Mike Ratera y Francisco Morillo.
Ibáñez solo realizó dos historietas cortas para esta
revista, que se incluyeron en los números 500 y 501, en
1980. En los dos últimos años de esta etapa, desde que
terminó la historieta “En Alemania” en el nº 582
(enero de 1982), Ibáñez ya no volvió a dibujar para esta
revista ninguna historieta aparte de las portadas,
destinándose el grueso de su producción a “Super
Mortadelo”. Las dos siguientes historias largas del
“Mortadelo” semanal, “Las criaturas de cera
vivientes” y “El caso de los párvulos”, publicadas en
1982, son obra de Ramón Mª Casanyes. En 1983
también se publicó en la revista una historia larga del
Botones Sacarino, “La amenaza”, dibujada por Jordi
David, que se presentó como una historieta de
Mortadelo y Filemón, aunque estos solo aparecen en
unas pocas páginas.
“Las criaturas de cera vivientes”
(Casanyes, “Mortadelo” n.º 588,1/III/1982)

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El nº 645 de “Mortadelo”, publicado en diciembre de 1983, fue el último de la primera etapa de la
revista. Además, se publicaron 43 números extraordinarios entre 1971 y 1983, casi siempre en
primavera, verano y Navidad, aunque ocasionalmente también aparecieron en otras fechas. 28 de
estos números especiales incluyeron nuevas historietas cortas de Mortadelo y Filemón realizadas por el
propio Ibáñez. En el resto, salvo un par de refritos de historietas ya publicadas, las historietas de
Mortadelo y Filemón fueron realizadas íntegramente por Ramón Mª Casanyes, que demostró ser el
autor de Mortadelo preferido por los editores después del propio Ibáñez.

“Mortadelo” n.º 645 (Bruguera, 29/XII/1983) “Mortadelo” - Extra de Carnaval (Bruguera, 1971)
El primer extra de “Mortadelo”

“Súper Mortadelo”, 1ª etapa (Bruguera, 1972-1983)


A finales de enero de 1972, tras el éxito arrollador de
“Mortadelo”, llegó a los kioscos la primera revista derivada,
“Super Mortadelo”. El primer número presentaba en la portada
y en el interior una versión superheroica del protagonista, como
hiciera años antes la Editorial Valenciana con su serie estrella
Pumby, aunque el personaje de Super Mortadelo solo volvió a
aparecer en las portadas de los números 4 y 5 (y, catorce años
después, en el nº 266 de la segunda etapa de “Mortadelo”).
Destacaron también en esta revista las excelentes portadas,
aunque no todas fueron de Ibáñez: entre los primeros números
encontramos unas cuantas con el inconfundible trazo de
Sagasty.

Hasta 1976, “Super Mortadelo” incluyó un total de 23


nuevas historietas cortas de Mortadelo y Filemón dibujadas
por Ibáñez, casi todas en los 35 primeros números, aunque la
última apareció en el nº 54. En el resto de los números, hasta el
121, encontramos algún refrito de antiguas historietas de Ibáñez,
pero sobre todo historietas realizadas por el mismo elenco que
producía las historietas cortas de la revista “Mortadelo”, siendo
también Casanyes el autor más prolífico en la última “Súper Mortadelo” n.º 1 (Bruguera, 31/I/1972)
temporada.

175
Tras varios años de ausencia (aparte de las portadas) Ibáñez regresó a las páginas de esta revista en el
nº 122 (1982), para ofrecernos un epílogo de la historieta “El caso de los señores pequeñitos”, que se
había serializado en el “Mortadelo” semanal varios meses antes. Y, tras la reposición de una antigua
historieta en el nº 123, a partir del nº 124 (marzo de 1982), comenzó la serialización de “¡Queda
inaugurado el Mundial 82!”. Desde entonces, se destinaron a esta revista las nuevas historietas largas
de Mortadelo y Filemón realizadas por Ibáñez, concretamente seis historias y el inicio de una séptima,
“La estatua de la libertad”.

La periodicidad de “Super Mortadelo” fue mensual hasta enero de 1982, cuando pasó a publicarse
quincenalmente. En diciembre de 1983, después de 169 números, terminó la primera etapa de esta
revista, que a partir del mes siguiente se fusionó con el “Mortadelo” semanal para dar comienzo a una
nueva etapa, como veremos más adelante.
“Mortadelo Gigante” (Bruguera, 1974-1977)
En 1974 nació “Mortadelo Gigante”, una revista con nada menos que 148 páginas, algo excepcional
entre las publicaciones de Bruguera. Hasta 1977 se publicaron 18 números en total, con periodicidad
irregular, 13 de los cuales incluyeron nuevas historietas de Mortadelo y Filemón realizadas por Ibáñez
(que también dibujó todas las magníficas portadas de la colección). En el resto de números encontramos
refritos de antiguas historietas de Ibáñez y también una nueva dibujada por Toni Bancells.

“Mortadelo Especial” (Bruguera, 1975-1986)


En marzo de 1975, aprovechando el boom de la temática de terror, llegó a los kioscos una nueva
publicación llamada “Mortadelo Super Terror”, de la que aparecieron tres números a lo largo del año.
En 1976, a partir del cuarto número, la publicación cambió su nombre por “Mortadelo Especial”,
nombre que en cada número se acompañaba de un tema particular al que se dedicaba gran parte del
interior de la revista. Esta cabecera se mantuvo hasta el cierre de Bruguera, en junio de 1986, cuando
desapareció definitivamente después de 211 números. Inicialmente su periodicidad fue irregular, pero
en octubre de 1977 pasó a ser quincenal. En enero de 1984, coincidiendo con una reestructuración de
las revistas Bruguera, se convirtió en mensual, aunque en los últimos meses antes de su cancelación,
desde diciembre de 1985, recuperó la periodicidad quincenal.

“Mortadelo Gigante” n.º 1 (Bruguera, 1974) “Mortadelo Super Terror” n.º 1 (Bruguera, 10/III/1975)

176
La mayoría de las portadas de “Mortadelo
Especial” fueron dibujadas por el siempre
excelente Raf. Mortadelo y Filemón solo
aparecieron en la portada del nº 181 (1984),
dibujados por Ibáñez, y en seis portadas de
1986 realizadas por otras manos, puesto que
para entonces Ibáñez ya había abandonado la
editorial. Ibáñez solo dibujó para esta colección
17 historias cortas entre 1976 y 1978, la
última de ellas en el nº 30. El resto, refritos
aparte, fueron obra de otros dibujantes, entre los
que destaca, por la cantidad y calidad de su
producción, Ramón Mª Casanyes, que desde el
nº 31 (febrero de 1978) hasta el 161 (julio de
1983) realizó los guiones y dibujos de la
inmensa mayoría de las historietas de
Mortadelo y Filemón destinadas a esta
publicación, dejándonos para el recuerdo un
buen puñado de historias inolvidables.

Durante los siguientes cuatro meses de 1983


no se publicaron nuevas historietas de
Mortadelo y Filemón (en un número se incluyó
una vieja historia de Toni Bancells, y en otros
siete no hubo ni rastro de esta serie). Tras esta
pausa, a partir del nº 170 y hasta el final de la
publicación en 1986, se publicaron nuevas
historias cortas junto con reposiciones de otras
“Mortadelo Especial” n.º 4 (Bruguera, 19/I/1976) antiguas. Las aportaciones de Casanyes fueron
haciéndose más escasas hasta desaparecer, y en
su lugar se incorporaron nuevos dibujantes
como Lurdes Martín, Juan Manuel Muñoz y
Miguel Fernández (trabajando a menudo
sobre guiones de Jesús de Cos). Además, en
esta última etapa de la revista encontramos dos
historias largas serializadas: “A la caza del
Chotta” (1985), dibujada por Juan Manuel
Muñoz a partir de un guion de Jesús de Cos, y
“El profesor Probeta contraataca” (1986),
dibujada por Miguel Fernández y Daniel
Pérez a partir de un guion de Julio Fernández.

Salvo el primer número, dirigido por Vicente


Palomares, la dirección de “Mortadelo
Especial” fue desempeñada por Jordi Bayona
hasta el nº 198 (noviembre de 1985), aunque
en la revista semanal (la segunda etapa de
“Mortadelo”) le había sustituido Armando
Matías Guiu el año anterior. En el nº 199
figuran como codirectores Jordi Bayona y
Jesús de Cos, y en los tres siguientes números
el cargo oficial lo ocupa Armando Matías
Guiu, señalándose a Jesús de Cos como
subdirector de la revista. Desde el nº 203
(febrero de 1986) y hasta el final, pocos meses
después, fue este último el encargado de dirigir
la publicación.
“Mortadelo Especial” n.º 211 (Bruguera, 2/VI/1986)

177
“Mortadelo” 2ª etapa (Bruguera, 1984-1986)

En enero de 1984 nacía una nueva etapa de la revista, producto de la unión entre el “Mortadelo”
semanal, del que tomó el nombre y la periodicidad, y el “Super Mortadelo”, del que tomó la
numeración (a partir del 170), el formato (portada de papel satinado con un único dibujo en lugar de
una historieta) y el número de páginas. A partir del nº 178 (marzo de 1984) Armando Matías Guiu
sustituyó a Jordi Bayona en la dirección de la revista, cargo que mantendrá hasta su cierre dos años (y
cien números) después, dejando huella en muchas secciones con su peculiar y absurdo sentido del
humor.

“Mortadelo” 2ª etapa n.º 208 (Bruguera, 17/XII/1984) - Por una


“Mortadelo” 2ª etapa n.º 170 (Bruguera, 2/I/1984) vez, no es Mortadelo quien protagoniza la portada, sino el propio
Ibáñez, junto a Anna Mª Palé (editora), Hugo Benítez (consejero
delegado) y Armando Matías Guiu (director de la revista).

En el nuevo “Mortadelo” podía leerse la continuación de la historieta por entregas que venía
publicándose en “Super Mortadelo”, “La estatua de la libertad”, a la que sucedieron otras once
historias largas de Mortadelo y Filemón. Esta etapa de la revista vivió la salida de Ibáñez de la editorial
Bruguera, por lo que solo llegó a realizar la mitad de estas doce historias largas, y de una de ellas (“El
preboste de seguridad”) solo llegó a publicarse en la revista “Mortadelo” la primera parte (aunque el
público alemán pudo disfrutar de la historia completa en 1986, la segunda parte no vio la luz en España
hasta 1990, cuando apareció en las páginas del suplemento periodístico “El Tebeo”). Las otras seis
historias largas de Mortadelo y Filemón contaron con dibujantes como Lurdes Martín, Miguel
Fernández y Juan Manuel Muñoz, y con los guionistas Jesús de Cos, Julio Fernández y Francisco
Serrano. La última de estas historias, “El mundial de México”, quedó inconclusa en el nº 277 (junio
de 1986) debido al cierre de Bruguera, aunque llegó a publicarse completa ese mismo mes en la
colección “Olé!” Además, la revista “Mortadelo” ofreció también de forma serializada dos historias
largas del Botones Sacarino dibujadas por Lurdes Martin: en 1984 “El loco del Fuji-Yama” (escrita
por Jesús de Cos y presentada en la revista como una historia de Mortadelo y Filemón, aunque estos
solo tenían un papel secundario) y en 1985 “El escarabajo de oro”, con guion de la propia dibujante.
Para intentar suplir la ausencia de Ibáñez en la última temporada, se comenzó por reciclar antiguas
portadas e ilustraciones suyas y finalmente se encargaron nuevas portadas a otros dibujantes, obligados a
firmar su trabajo como “Bruguera Equip”.

178
“Mortadelo” 3ª etapa (Ediciones B, 1987-1991)

En enero de 1987, una vez que el grupo Zeta


asumió el control del fondo de Bruguera y puso
en marcha Ediciones B para gestionarlo,
renacieron entre otras las revistas “Mortadelo” y
“Super Mortadelo” con una nueva numeración.
En un primer momento continuaron publicándose
historietas de Mortadelo y Filemón a cargo del
mismo equipo de autores de los últimos tiempos
de Bruguera, ahora rebautizado como “Equipo B”
(aunque en muchas ocasiones aún podía leerse la
firma con el antiguo nombre de “Bruguera
Equip”).

En los primeros 21 números de la revista


“Mortadelo” semanal se ofrecieron por episodios
tres nuevas historias largas, con dibujos de Juan
Manuel Muñoz y Lurdes Martín y guiones, en
las dos primeras historias, de Jaume Ribera
(desconocemos quién escribió la última). Entre los
números 22 y 48 se sucedieron unos cuantos
refritos de antiguas historias cortas, así como otras
historias nuevas que contaron con dibujantes como
Enrique Cerdán, Toni Bancells y Lurdes
Martín, y con guionistas como Francisco Javier
Miguel.

El nº 49 (febrero de 1988) marcó el regreso “Mortadelo” 3ª etapa n.º 1 (Ediciones B, I/1987)


triunfal de Ibáñez a la revista “Mortadelo”, que
recuperó en su cabecera el tradicional chiste con
la letra “O” junto a las espectaculares portadas de
su creador, y acogió de nuevo la serialización de
las historias largas, aunque hasta 1990 gran parte
de estas historias fueron realmente dibujadas por
Juan Manuel Muñoz a partir de guiones dictados
por Ibáñez mediante una grabadora. Entre 1988
y 1991 se publicaron en esta revista otras 20
historias largas (una de ellas, “Armas con
bicho”, de forma incompleta, ya que se saltaron
las páginas 13 a 18), además de algunos refritos de
antiguas historias cortas. En el nº 198, poco antes
del final de la publicación, se incluyeron de modo
excepcional dos nuevas historias cortas de Ibáñez.

En junio de 1991, coincidiendo con el nº 200, la


revista se despidió de los lectores hasta después
del verano, pero ya no volvió nunca más. Tomaría
su relevo la revista “Mortadelo Extra”, ahora con
periodicidad mensual.

La dirección de la revista (así como de sus


publicaciones derivadas) fue encargada durante el
primer año a Mercedes Blanco, que en enero de
1988 (desde el nº 43) fue sustituida brevemente
por Josep Llastarry, para pasar por último, en el
mes de abril, a manos de Alberto Serrano (desde
el nº 55). “Mortadelo” 3ª etapa n.º 49 (Ediciones B, II/1988)

179
“Super Mortadelo” 2ª etapa (Ediciones B, 1987-1994)

Al mismo tiempo que la revista semanal, desde enero de 1987 resurgió la cabecera “Super
Mortadelo” con periodicidad quincenal. La nueva etapa comenzó con los dos últimos episodios de la
historieta “El mundial de México” (de Lurdes Martín y Jesús de Cos), ahora rebautizada como “El
superpatadón”, que se retomó desde el punto en que se había interrumpido el año anterior en el
“Mortadelo” de Bruguera. A continuación siguió una serie de refritos de antiguas historietas, junto con
algunas nuevas de autores como Lurdes Martín y Enrique Cerdán, firmando como “Equipo B”. El
nº 24, con el inicio de “El estropicio meteorológico”, supuso el regreso de las historietas firmadas por
Ibáñez, aunque aún se publicaron nuevas historietas cortas totalmente ajenas a este autor en los números
32 a 37 (junio a octubre de 1988).

“Super Mortadelo” llegó a ofrecer 14 historias


largas con firma de Ibáñez entre 1988 y 1994
(aunque, igual que sucedió con la revista semanal,
hasta 1990 fueron dibujadas en gran parte por Juan
Manuel Muñoz).

En abril de 1990, a partir del nº 71, “Super


Mortadelo” cambió de diseño y aumentó de
tamaño, de 27 x 19 cm a 28 x 21 cm. Además,
quizá inspirándose en la revista “Mortadelo
Especial” de Bruguera, comenzó a dedicarse cada
número a un tema en particular, y durante quince
números (del 71 al 85) encontramos una nueva
serie de historias cortas de Mortadelo y Filemón,
firmadas por Ibáñez, relativas al tema respectivo
de cada número. El carácter temático de la revista
se mantuvo hasta el final, pero desde el nº 86
(julio de 1991), coincidiendo con la desaparición
del “Mortadelo” semanal, volvieron a esta revista
las historias largas, ahora con dibujos de Ibáñez y
entintado de Juan Manuel Muñoz.

El 30 de marzo de 1994 se publicó el nº 144 y


último de “Super Mortadelo”, quedando ya solo
en los kioscos una publicación con el nombre de
“Súper Mortadelo” 2ª etapa n.º 1 (Ediciones B, I/1987) este personaje.

“Súper Mortadelo” 2ª etapa n.º 23 “Súper Mortadelo” 2ª etapa n.º 71 “Súper Mortadelo” 2ª etapa n.º 100
(Ediciones B, II/1988) (Ediciones B, IV/1990) (Ediciones B, 11/III/1992)

180
“Mortadelo Extra” (Ediciones B, 1987-1996)

Entre el verano de 1987 y el de 1991


aparecieron, sin periodicidad fija, 13
extraordinarios de la revista “Mortadelo”.
En los ocho primeros, hasta octubre de 1989,
se publicaron refritos de antiguas historias de
Mortadelo y Filemón, y también algunas
nuevas con dibujos de Lurdes Martín y otros
autores. En el noveno extra, publicado en las
navidades de 1989, encontramos una nueva
historieta con firma de Ibáñez, aunque fue
enteramente dibujada por Juan Manuel
Muñoz. Los tres siguientes, publicados en
1990 y 1991, sí contienen nuevas historias
cortas dibujadas por Ibáñez. En el extra
veraniego de 1991 se repuso una antigua
historieta de Ibáñez, y a partir del nº 14,
fechado en octubre de 1991, “Mortadelo
Extra” se convirtió en una publicación
mensual que venía a sustituir a la revista
semanal cancelada en el anterior mes de junio.
Esta publicación, la última de las revistas
“Mortadelo”, prolongará su vida hasta el nº
65, fechado el 31 de enero de 1996. A partir
del nº 49 (octubre de 1994) aumentó de
tamaño (como había hecho tiempo atrás
“Super Mortadelo”) y el cargo de director,
que hasta entonces había desempeñado
“Mortadelo Extra de Vacaciones” (Ediciones B, 1987)
Alberto Serrano, pasó a Víctor Navascués.
En total, “Mortadelo Extra” acogió doce
nuevas historias largas dibujadas por Ibáñez y
entintadas casi siempre por Muñoz, divididas
en episodios que a veces llegaban a las 16
páginas por número. Además, en el nº 22
(mayo de 1992) vieron la luz las dos últimas
historias cortas de Ibáñez, entintadas de forma
excepcional por su colega Raf, igual que había
sucedido con la historia larga “Las
embajadas chifladas”, publicada por
episodios en los cinco números anteriores.

En el último número de la revista comenzó


otra historia más, “¡Pesadiiiillaaa...!”, de la
que solo llegaron a publicarse las primeras 16
páginas. La revista se canceló sin explicación
ni despedida de ningún tipo dejando inacabada
esta historia, así como “El infierno” de
Superlópez, que había comenzado su
publicación en el mismo número final de
“Mortadelo Extra”. Al mes siguiente los
lectores la esperaron en vano, igual que
sucedió con su revista “hermana” “Zipi Zape
Extra”, que dejó también inconclusos dos
seriales que sufrieron peor suerte, puesto que
ni siquiera vieron la luz en forma de álbum.

“Mortadelo Extra” n.º 41 (Ediciones B, 9/II/1994)

181
La explicación del brusco final de las “revistas Mortadelo” hay que encontrarla en varios factores: sin
duda, se había producido un cambio en los hábitos de lectura de los jóvenes y en la estructura del
mercado del cómic. Pero tampoco podemos obviar la coincidencia de esta cancelación “por sorpresa”
con ciertos cambios empresariales
en Ediciones B. Julia Galán,
unida a Bruguera desde 1963 y a
Ediciones B desde el primer
momento, hablaba, en una
entrevista realizada por José Ángel
Quintana, de su salida de la
editorial (en ese mismo año 1996)
y del final de las revistas de humor:
“Antes de mi salida de Ediciones B
la dirección de la empresa era muy
complicada, de la mano de una
sobrina del Sr. Asensio [se refiere a
Blanca Rosa Roca, por entonces
directora general de Ediciones B].
Tenía unos intereses en los que no
entraban las ediciones ni los
empleados de Bruguera, a los que
fue eliminando en su totalidad. Yo
fui la primera, no quería ni oír
hablar de tebeos ni ediciones que a
su entender no daban prestigio” 1.
Aunque Blanca Rosa Roca acabó
siendo despedida en 2002, el daño
ya era irreparable. Las historias de
Mortadelo y Filemón continuaron
apareciendo en forma de álbumes,
pero sin el equipo humano que
había tras las revistas, estas ya
nunca regresaron, y con ellas
desapareció el contacto periódico y
cotidiano entre autores y lectores,
así como otras muchas series que
“Mortadelo Extra” n.º 65 (Ediciones B, 31/I/1996)
durante largo tiempo habían La última de las revistas de Mortadelo
aportado un poco de alegría a la
vida de miles de lectores.

Una de las primeras cabeceras de las “revistas Mortadelo”: “Mortadelo” n.º 3 (Bruguera, 14/XII/1970)

1 http://mortadeloyalgomas.blogspot.com/2011/09/entrevista-julia-galan.html

182
CAPÍTULO 13

LA REVISTA “YO Y YO”


(1986-87)
(Por Juan Antonio Noé)
Pongámonos en situación. En el año 1986 el panorama del tebeo en los kioscos españoles sufrió un cambio radical.
Ibáñez y otros dibujantes, entre los que se encuentran Raf, Segura y Martz Schmitz, marchan de la editorial
Bruguera y esto, junto al declive de la editorial, provoca que la calidad de sus revistas empiece a menguar. En abril
de ese año irrumpe en los kioscos la revista “Guai!”, publicada por editorial Grijalbo y contando con Ibáñez y los
dibujantes exiliados de Bruguera en sus páginas, así como algunas de las series más importantes del cómic europeo
(Astérix, Blueberry, Lucky Luke).

Página de créditos de la revista “Guai!” n.º 60 (1987)

“Guai!” era como un “Gran Pulgarcito”,


pero nuevo y flamante y, como sabemos,
Ibáñez crea para dicha revista nuevas
series: “Chicha, Tato y Clodoveo, de
profesión sin empleo” y “7, Rebolling
Street”.

Manteniendo el nivel de calidad semana a


semana, e incorporando tanto dibujantes
nuevos (Escobar, Jaume Ribera) como
series extranjeras (Percevan, Sammy,
Rita Reporter), al llegar al nº 58, en la
contraportada de la revista se anuncia algo
que supondrá un punto de inflexión en la
andadura de la revista. En la citada
contraportada, los personajes estrella de la
revista, Chicha, Tato y Clodoveo, ilustran
tan importante anuncio, algo que repetirán
la semana siguiente, en el nº 59, en cuya
contraportada confirman que a partir de la
siguiente semana se desvelará el enigma.

Y llegamos al esperado nº 60. En él, el


lector habitual se encuentra con que ha
cambiado el papel de portada a uno mejor,
más brillante y resistente, y han
aumentado las dimensiones de la revista,
un centímetro más altas. Sin embargo, el
cambio también supuso una disminución
del número de páginas (de 48 a 36) y, con
ello, del número de series publicadas.

“Guai!” - Contraportada del n.º 58 (1987)

184
Una mirada más atenta a la historieta de
“Chicha, Tato y Clodoveo” nos desvela que,
como sucediera con Mortadelo y Filemón, esta
no había salido del tablero de trabajo de Ibáñez.
En la portada, "el hombrecito que sostiene el
precio" nos informa, en letras rojas, que este
número incluye un REGALO: "Las páginas
de Segura le sirven también para envolver el
bocata". En su interior, la editorial desvela que
el regalo consiste en un póster, aunque en
realidad la revista no traía ninguno.

Nuevamente en contraportada, y reutilizando la


misma ilustración de la contraportada del nº 59,
se indica que la tan esperada sorpresa llegará la
semana siguiente. No obstante, tuvimos que
esperar una semana más, hasta el nº 61 de
“Guai!”, para que dicha sorpresa fuera por fin
desvelada, y esta no era otra que la aparición de
la nueva revista, “Yo y Yo”, con la presencia,
por fin, de Mortadelo y Filemón. En la
contraportada aparecen estos en una nueva
ilustración, continuación de las dos anteriores,
que reproducimos en la página siguiente. La
revista regalaba, esta vez sí, un póster con la
portada de la nueva revista. Dicho regalo se
anunciaba en portada por "el hombrecito que
sostiene el precio", pero taparon el diálogo
original, probablemente se trataba de algún
chiste en la línea de pagar la mitad por la
revista si esta se leía con un solo ojo. “Yo y Yo”
llegó una semana tarde a los kioscos... y
mantuvo su presencia en estos únicamente por
“Guai!” - Portada del n.º 60 (1987) seis semanas.

“Guai!” - Contraportada del n.º 59 (1987) “Guai!” - Portada del n.º 61 (1987)

185
Para celebrar el nacimiento de “Yo y Yo”, esta
se acompañaba con un doble adhesivo ilustrado
con el logo la revista. En la portada, Mortadelo
llega a la nueva cabecera ataviado con un
barroco disfraz y acompañado de Filemón,
aclamados por las multitudes mientras un
terrorista, con una “Z” en el pasamontañas,
intentaba sabotear su triunfal regreso. La “Z”
sería un guiño del dibujante al entonces grupo
homónimo, dueño de Ediciones B. Al
adentrarnos en la nueva revista nos encontramos
con una ilustración a página completa en la que
un sufrido Francisco Ibáñez rescataba a “sus”
personajes de un lugar de pesadilla (donde de
nuevo encontramos la letra “Z”, esta vez por
duplicado y en el uniforme de un oficial nazi).
La ilustración se acompañaba de un texto, toda
una declaración de intenciones, en el que el
dibujante dejaba bien claro que los auténticos
“Mortadelo y Filemón” eran de su propiedad (no
olvidemos que esta cabecera compartía kiosco
con “Mortadelo”, aún editada por Ediciones B).
Ambas ilustraciones se incluyeron en el primer
volumen de este libro.

En la nueva historieta de “Mortadelo y


Filemón”, “Terroristas”, nos encontramos con
un par de novedades: quizás la más notable sea la
aparición de un nuevo personaje, la atractiva
señorita Irma, en contraposición a la oronda
Ofelia. Y es en esas viñetas donde nos
encontramos con la segunda novedad y es que,
junto a la firma de Ibáñez, aparece el año de
realización de la historieta y el símbolo © de “Guai!” - Contraportada del n.º 61 (1987)
copyright, para que quede claro de quién son
propiedad los personajes.

Con el nacimiento de “Yo y Yo” la calidad de


“Guai!” se resiente, puesto que la nueva revista
se queda con el dibujante estrella, Francisco
Ibáñez, que pasará a dibujar las nuevas
aventuras de “Mortadelo y Filemón”, dejando
sus nuevas series “Chicha, Tato y Clodoveo” y
“7, Rebolling Street” en manos de otros
dibujantes no acreditados. También pasarán a
“Yo y Yo” algunas series licenciadas por
Grijalbo como “Lucky Luke”, “Sammy” e
“Iznogud”, así como la sensacional “Mirlowe”
de Raf, cuya historieta “Los Soplagaitas”
quedará interrumpida con la cancelación de la
revista. El mismo destino corrió “Terroristas”,
que vería finalmente la luz en formato álbum
“Olé!”. La cancelación de “Yo y yo” llegó tras la
aparición del sexto número de la revista, algo
que parecía ser el habitual parón estival en el mes
de agosto antes de regresar en septiembre. En
realidad volvería a los kioscos tres años más
tarde, en 1990, tras la cancelación de “Guai!”.
Esta segunda etapa de “Yo y Yo”, publicada por
Ediciones B bajo el sello editorial de Tebeos
S.A., ya no contó con la presencia de “Mortadelo
y Filemón” pero sí con otro personaje de factura
nacional, “Superlópez”, que acompañó a las ya
conocidas series licenciadas por Grijalbo:
“Astérix”, “Lucky Luke” y “Spirou”, en una
nueva andadura que duró 27 números. “Yo y Yo” n.º 1 (1987) – Primera aparición de Irma y cabecera de “Terroristas”

186
CAPÍTULO 14

MORTADELO Y JAN
(Por Iván García Aguado)

Portada de la novela “Coca Loca Story” - Colección “Risa Loca” (Bruguera, III/1973)
Mortadelo y Jan

La participación de Jan en el universo mortadeliano se limita a


distintos trabajos dentro, sobre todo, del mundo de la ilustración. Jan
regresa de Cuba en 1969, pero no encuentra ningún problema para
trabajar para editoriales juveniles de primera línea como Bruguera.
Aunque en dicha empresa contaba con su amigo Miguel Pellicer,
que le facilitó la entrada, en Bruguera era difícil comenzar dibujando
historietas, ya que eran muchos los que ya estaban trabajando allí con
notable éxito. Además, el estilo de Jan, muy influenciado por los años
dedicados al campo de la animación, en Cuba, junto a Juan Padrón,
no terminaba de encajar con el “estilo Bruguera”, que se había
impregnado de la influencia del cómic franco-belga, intentando
emular a publicaciones juveniles europeas de gran éxito como la
revista “Spirou”. En esta época, los personajes de Ibáñez ya
acaparaban los primeros puestos de popularidad y muchos eran los
artistas sin acreditar que se dedicaban a guionizar, dibujar o entintar
mortadelos u otros personajes para hacer frente a la gran demanda de
páginas de historieta con que llenar sus publicaciones.
“Great Big Schoolhouse” (Richard Scarry, 1969)

Pero, por otra parte, Jan ya destacaba entonces por su dominio del color y la composición, así como por el
movimiento del que dotaba a sus personajes y por el conjunto de sus recursos gráficos en general. Estas habilidades
las mostraría en multitud de cuentos infantiles, donde quizá por imposición editorial se mimetizaba con el estilo de
Richard Scarry (ilustrador muy reconocido en esa época), así como más tarde en adaptaciones de series infantiles de
éxito como Heidi y Marco. Entre todos estos trabajos, y casi por casualidad, ilustrará algunas portadas y dibujos
promocionales protagonizados por los personajes de Ibáñez, donde intentará copiar el estilo, sin llegar a conseguir
borrar su impronta por completo. Demos un repaso cronológico por sus trabajos más destacados:

Cuentos troquelados (1971)

Unos cuadernillos troquelados de ocho páginas grapadas, protagonizadas por personajes variados de la casa, que
incluían a Mortadelo y Filemón.

Cuentos para pintar (1972)

Una colección de dieciséis cuadernillos grapados, con modelos en color y copias en blanco y negro, donde Jan
también se ocupará de ilustrar los interiores.

188
Colección Risa Loca (1973)

Novelas protagonizadas por los agentes de la T.I.A., con magníficas portadas a color de Jan, y casi nada más
destacable, aunque en cinco de las ocho se encargó también de las ilustraciones interiores en blanco y negro. Fue un
producto motivado por la gran popularidad de los personajes que pasó sin pena ni gloria.

Las vacaciones de Mortadelo (1973)

Colección de cromos con Mortadelo como protagonista, donde Jan se encargará de la mayor parte de dibujos. Los
cromos, adhesivos, barren innumerables categorías: artistas de cine, deportes, escudos de países, vehículos. Se trata de
un álbum muy difícil de conseguir hoy en día con todos sus cromos. Una pieza muy codiciada por coleccionistas y
cuyas subastas han alcanzado precios astronómicos.

189
Los Supercoches de Mortadelo (1973)

Quince modelos troquelados de Mortadelo junto a diferentes automóviles de todas las épocas con que se obsequiaba a
los compradores de los cromos de la colección “Barcos y trenes”, de editorial Bruguera. En los blogs “El rincón de
Mortadelón” y “El rincón del Taradete” aparecen algunas de estas ilustraciones, que reproducimos bajo estas líneas.

190
Anverso y reverso de un sobre que contiene un “Supercoche”.
Se indica una relación con los 15 modelos de coches.

Reverso del álbum de cromos “Barcos y Trenes” en el que se


anunciaban los “Vales Obsequio” canjeables por un “Supercoche”
Portada del álbum de cromos “Barcos y Trenes” (izquierda)
y sobre de cromos de la colección (derecha).

191
Cuadernos para pintar (1985)
El trabajo de Jan como historietista y el éxito de algunas de sus series como “Súperlópez” o “Pulgarcito” motiva un
paréntesis en sus trabajos como mero ilustrador, que, en el caso de los personajes que nos ocupan, solo volverá a
dibujar esporádicamente, como en la colección “Cuadernos para pintar” (1985), en la que ya se incluían cuadernos
dedicados a sus propias creaciones, junto a Sacarino, Zipi y Zape, etc. Cada número estaba dedicado a un personaje de
la casa, siendo Mortadelo quien inauguró la colección, que continuaron Superlópez y Pulgarcito. Los libritos, de
pequeño tamaño (20 x 14 cm.), contaban con solo diez páginas.

Y cerramos el capítulo con las siguientes ilustraciones apenas conocidas por muchos. La primera de ellas apareció en
una contraportada de una revista Bruguera en 1977. La misma ilustración también apareció en uno de los puzzles de
JUEDSA de los que ya hablamos en el primer volumen del libro.

A la derecha de esta imagen hemos incorporado otra ilustración realizada por Ibáñez, en 2011, para el primer número
del fanzine “Maltravieso” (publicado en 2012). Dicho primer número homenajeaba al mítico “Superlópez” de Jan, y
hemos considerado oportuno rescatar dicha ilustración para este capítulo, que relaciona a Mortadelo con Jan.

192
CAPITULO 15

SECRETOS DE IBÁÑEZ
QUE NUNCA NOS CONTARON
(Por Antonio Marín Navarro)

“El Terrible Tarjusk” (Francisco Ibáñez)


“Hipo, Monito y Fifí” n.º 70 (Marco, VI/1956)
El Ibáñez de estilo realista

En los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado era bastate habitual que los dibujantes se encargaran de desarrollar
dibujos de estilo tanto humorístico como realista. Autores como Escobar, Alfons Figueras, Nadal o Cifré,
conocidos por su largo historial como dibujantes de humor, realizaron diversos trabajos de corte realista. Otros
dibujantes, como Iranzo, Martínez Osete o Pedro Alférez, trabajaron este estilo durante casi toda su carrera. Ibáñez,
a quien siempre se ha asociado exclusivamente con el humor, no fue una excepción. Además de la rara historieta “El
triángulo verde”, de la que hablaremos más adelante en este volumen, también encontraremos ilustraciones de
Ibáñez en esta misma línea
realista en la revista “Hipo,
Monito y Fifí”, publicada por
la editorial Marco, como
vimos. En una entrevista a
Ibáñez, publicada en el blog
“Pensión el Calvario”, el
dibujante afirmaba haber
realizado dibujo“serio”1 y
confirma que eran suyas las
ilustraciones de “El Terrible
Tarjusk”, además de la
tipografía de los títulos y sus
más habituales pasatiempos,
publicados en los números 70 y
71 de la revista “Hipo, Monito
y Fifí” (1956). “El Terrible Tarjusk” (Francisco Ibáñez) - “Hipo, Monito y Fifí” n.º 71 (Marco, VII/1956)

También son de Ibáñez las ilustraciones que acompañaron al relato “El Leñador Perezoso”, publicado en dos partes,
en los números 66 y 67 de la misma revista (una de las ilustraciones, no obstante, no lleva la firma del dibujante
catalán).

“El leñador perezoso” (Francisco Ibáñez) - “Hipo, Monito y Fifí” n.º 66 y 67 (Marco, 1955-56)

En otros números correlativos de la misma revista (68/69 y 72/73) Ibáñez ilustró más relatos: “Puk el Chismoso” y
“La Terrible experiencia de Javier”.
.

“Puk el chismoso” (Francisco Ibáñez) - “Hipo, Monito y Fifí” n.º 68 y 69 (Marco, V-VI/1956)
1 http://pensionelcalvario.blogspot.com/2013/05/entrevista-francisco-ibanez.html

194
“La terrible experiencia de Javier” (Francisco Ibáñez) - “Hipo, Monito y Fifí” n.º 72 y 73 (Marco, VII-VIII/1956)

En todos estos casos Ibáñez se encargó de diseñar igualmente preciosas tipografías. Es muy posible que esta,
aparecida como cabecera de la historia “Los dos floricultores”, también sea suya. Se publicó en el n.º 77 de la misma
revista de la editorial Marco.

“Los dos floricultores” - “Hipo, Monito y Fifí” n.º 77 (Marco, X/56)

Si Ibáñez es capaz de recordar que hizo algo de dibujo “serio”, tan habitual en aquel entonces... ¿no podrían existir
aún más trabajos de Ibáñez que aún no hayamos localizado? Maravilloso y complicado sería encontrar alguna
historieta de este estilo, pero ¿y si hubiera otras ilustraciones, publicidad o incluso carteles de cine? Es bastante
probable que existan más tesoros aún por descubrir por los amantes de la historia gráfica del dibujante. Hace tan solo
unos años era impensable que la obra que Ibáñez desarrolló antes de su etapa en Bruguera fuera tan extensa como la
conocemos hoy en día (véase el primer capítulo del primer volumen de este libro). Y la que aún nos queda por
descubrir...

Sección de pasatiempos - “Hipo, Monito y Fifí”, n.º 57 (Francisco Ibáñez, Editorial Marco, 1955)

195
“La Risa” n.º 73 (Marco, I/1957) – Francisco Ibáñez firma como “Pif”

Ibáñez también llegó a realizar chistes para la revista “Lecturas”, como ya hicieran otros dibujantes de la talla de
Raf, Escobar, Gin, Conti o García Lorente. Al menos hemos localizado uno, que reproducimos en la página
siguiente. Se publicó en el n.º 472 de dicha revista, publicada en abril de 1960. Ibáñez muy probablemente realizó
este trabajo a través de una agencia intermediaria. Años antes se habían publicado chistes e ilustraciones de otros
dibujantes como Vázquez o Peñarroya, que sí parecían realizados expresamente para “Lecturas”. También hubo
algunas tiras de otros dibujantes como Jose, Pañella, Isabel Bas, Enrich... e incluso una serie de una página de Joso.
Más recientemente llegó a aparecer incluso publicidad dibujada por Ibáñez.

196
“La Risa” n.º 74 (Marco, I/1957) – Francisco Ibáñez firma como “Pif”
(se ha excluído la tira “¡Buen consejo!”, ya publicada en el primer volumen)

“Cine-Humor” (Francisco Ibáñez - 1957) “Lecturas n.º 472” (Francisco Ibáñez - 1/IV/1960)

Cerramos este apartado dedicado a ilustraciones de un Ibáñez todavía principiante incorporando, sobre estas líneas,
un chiste de la serie “Cine-Humor” de la que Vázquez fue el pionero. Ibáñez la habría realizado en sus comienzos en
Bruguera para una pequeña sección de la revista “El DDT”. Se publicó en 1957.

197
Miembros viriles y otras rarezas
La séptima página del primer número de la revista “Can Can” contiene una viñeta sorprendente cuando menos, ya
que en ella Ibáñez parece reproducir un pene erecto en una de sus esquinas (ver blog de Lady Filstrup2). Ignoramos
si fue algo que el dibujante hizo de forma consciente o no, pero el texto de la viñeta parece confirmar la intención de
Ibáñez. No obstante, el asunto siempre quedará en entredicho. De hecho, la viñeta logró pasar el filtro de la censura en
plena dictadura, quizá por el tremendo parecido del elemento en cuestión con los pivotes o bolardos callejeros.
Reproducimos, bajo estas líneas, la viñeta en cuestión, para que el lector juzgue por sí mismo.
Otro tema que resulta curioso es el
de las viñetas que Ibáñez firma con
las siglas “Pif” y “F.Ib”. El primer
caso, según comenta el propio
Ibáñez, se corresponde con tiras
realizadas por el dibujante
colaborando con Pueyo en sus
comienzos como historietistas.
Ambos trabajaban en un banco y
entablaron una amistad que les llevó
a cooperar en aquellos años. Parece
bastante razonable que la firma esté
formada por las siglas de sus
respectivos nombres (“Pueyo i
Francisco”). Sirva como ejemplo la
tira cómica “Ali Oli, el fakirito”
publicada en la revista “La Risa”, n.º
73 (1957) y de la que ya hablamos en
“Can Can” n.º 1 (Bruguera, II/1958) el primer volumen del libro. Hemos
decidido recuperar la página
completa junto a otra aparecida en el
siguiente número (n.º 74, 15/I/1957),
publicada en dicha revista, ya que
son varias las tiras que llevan la
misma firma (“Bayón”, “Hoyito”,
“Don Pepe es Supersticioso”…).
También encontraremos ciertas
historietas o tiras que Ibáñez firmó
con un “F.Ib”. Existen diversos
ejemplos como los que encontramos
en los números 30 y 31 de la revista
“Paseo Infantil”, publicada por
Ediciones Generales (1957). A la
izquierda de estas líneas
reproducimos la tira “Por esas
calles”, de la que ya hablamos en el
primer volumen, publicada en el
n.º 40 de la misma revista. No fue
esta una tira aislada, ya que el n.º 36
de “Paseo Infantil” tuvo otra tira de
nombre similar.

“Paseo Infantil” n.º 40 (Ediciones Generales, III/1957, Francisco Ibáñez firma como F.Ib)

2 https://ladyfilstrup.blogspot.com/2006/06/el-vigor-juvenil-de-ibez.html

198
Misterios sin resolver
Las siguientes portadas aparecen firmadas en ambos casos por Cubero. Sin embargo, ambas presentan un estilo muy
cercano al de Ibáñez. Los trazos de los personajes son, sin lugar a dudas, del maestro. De hecho, se ha comentado que
el original de la portada del “Almanaque de 1959” de la revista “Hipo, Monito y Fifí” llevaba escrita en su dorso una
referencia a Ibáñez, quien habría cobrado por el dibujo o por el entintado de dicha portada. No obstante, tras ser
preguntado Ibáñez en relación a este asunto, aclaró que ambas portadas eran de Cubero, cuyo estilo era muy parecido
al suyo en aquella época.

“Super Humor n.º 67 ” (Ediciones B, II/1992)

“La Risa – Almanaque para 1959” (Marco, XII/1958) “Hipo, Monito y Fifí – Almanaque para 1959” (Marco, 1958)

Lo cierto es que las palabras que aparecen en el dorso del original podrían haber sido escritas por cualquiera, pero
también es posible que Ibáñez no sea capaz de recordar, después de tantas décadas, que fue él mismo quien diseñó la
portada. También existe la posibilidad de que fuera el propio Cubero quien entintase a Ibáñez. No sería esta la primera
vez que alguien entintase trabajos de Ibáñez (ya lo hicieron Raf, Sagasty o Esparch). El parecido en los estilos de
ambos dibujantes no es tan evidente. La viñeta inferior derecha, extraída de la serie “El tío Bastián”, de Cubero, y
realizada en la misma época en la que fueron dibujadas las dos portadas, no muestra un parecido tan claro como el que
vemos en la mencionada portada.

Detalle de la portada del “Almanaque para 1959” de la revista Viñeta extraída de una historieta dibujada por
“La Risa”. El estilo es visiblemente de Ibáñez Cubero (“El tío Bastián”) en la misma época en que
fueron realizadas las portadas anteriores.

199
Este no es el único misterio no resuelto. Existen
algunas otras portadas que siguen planteando otros
interrogantes, por ejemplo, la portada del ”Super
Humor” n.º 67, publicada por Ediciones B en
febrero de 1992. La ilustración ya había aparecido
casi un año antes, en el nº 19 de “El Tebeo”
(suplemento de “El Periódico”), publicado en
marzo de 1991. Lo mismo sucede con otras
portadas de esa última colección (las
correspondientes a los números 2, 6, 7, 10, 12, 14,
y 16). ¿Por qué se publicaron estas portadas en una
colección como esta antes que en otras revistas más
importantes? De hecho, las portadas de los
números 10 y 14 no han vuelto a aparecer en
ninguna otra publicación. Raúl Suay, colaborador
de este libro, propuso la posibilidad de que, como
“El Tebeo” pertenecía al Grupo Zeta, y teniendo
en cuenta que dichas portadas aparecieron entre
noviembre de 1990 y marzo de 1991, había un
"excedente" de portadas de Ibáñez al que había que
dar salida. El motivo de este excedente sería el
cambio de la cadencia quincenal a mensual de la
revista “Súper Mortadelo” que se produjo desde
abril de 1990. Habría excedente de portadas de
Ibáñez al que habría que dar salida y quizá la
redacción de “El Tebeo” pensó que valía la pena
publicar dichas portadas inéditas. Por aquellos
meses la revista “Súper Mortadelo” estaba centrada
en ir celebrando mes a mes en sus portadas las
olimpiadas de Barcelona, y seguramente para la
colección “Mortadelo” ya tenían suficientes
portadas.
“El tebeo nuevo ” (“El periódico”, III/1991)

Hay más curiosidades: la portada del “Magos del Humor” nº 10 no se corresponde con la de la historieta “La
máquina del cambiazo”, pero sabemos que pertenece al cartel original que promocionó la película “El armario del
tiempo” en Alemania. Por otro lado, la portada de la revista “Mortadelo Especial” nº 181 (Bruguera, 1984) fue la
única portada inédita realizada por Ibáñez para dicha colección. ¿Pudo ser realizada pensando en el álbum de “Los
Angeles 84”, de la que se descartó incluso como portadilla tanto en su primera edición como en las reediciones
posteriores?

“La máquina del cambiazo” Cartel original de la película “El armario del tiempo”
(“Magos del Humor” n.º 10, Bruguera, 1984) tal como se anunció en Alemania en 1971
200
En relación a esta historieta, Raúl Suay explica en el foro de la
T.I.A. que: "Este tebeo presenta la singularidad de ser el único de
toda esta colección que tuvo el honor de tener una portada original
de Ibáñez realizada para la ocasión. No obstante, como justo por
aquel entonces Ibáñez había acabado de ofrecer a los lectores la
aventura "Los Ángeles 84" en la revista “Mortadelo” 2ª etapa
(números 186 a 191, publicados entre mayo y julio de aquel año),
en Bruguera debieron de pensar que sería demasiado pedirle al
maestro una aventura corta sobre el mismo tema justo a
continuación para la revista “Mortadelo Especial”. ¿Qué es lo que
hicieron entonces? Pues confeccionar una historieta corta olímpica
genérica a base de corta-pegas de la anterior aventura "Olimpiada
1980". En concreto, tramaron una historia de 6 páginas cogiendo
las páginas 2, 7, 23, 24, 43 y 44 de esta historia larga y alteraron
los bocadillos de la primera y última viñetas de la mayoría de ellas
para forzar una continuidad argumental que solo se sostiene
echándole bastante imaginación al asunto. Aparte del hecho de que
esta pretendida historieta corta empezaba directamente con el
Súper vociferando este "nuevo título" y que para unir el final de la
página 2 con el principio de la página 7 añadieron un cuadro de
texto que explicaba que los tres protagonistas ya habían volado
hasta Los Ángeles, lo que explica por qué luego este le decía a
Filemón en la última viñeta de la página aquella absurda frase "Es
la hora del baño": necesitaban añadir ese bocadillo para explicar
que en la siguiente viñeta el Súper había cogido a Filemón y lo
“Mortadelo Especial” n.º 181 (Bruguera, 1984) había lanzado a una piscina vacía por haberle llamado "burro".
El problema vino después, ya que las planchas originales arrastraron estos retoques y al responsable de haberlos
alterado se le olvidó volverlos a dejar como estaban. Sirva de ejemplo el “Súper Humor” n.º XXXI (3ª edición),
donde la aventura completa de "Olimpiada 1980" mantiene sin venir a cuento los bocadillos retocados en las
diferentes páginas mencionadas. Es decir, a partir de 1984, esas viñetas retocadas se siguieron reproduciendo en las
posteriores reediciones de esta historieta hasta que por fin, en un momento dado, se pudieron recuperar los textos
originales. En ese mismo "Mortadelo Especial" nº 181, Ibáñez nos obsequió con una gran ilustración original a toda
página para celebrar la inminente inauguración de aquellos juegos olímpicos de 1984. Ese dibujo había sido la
contraportada del “Súper Humor Olimpiadas del Humor" allá por el año 1992, aunque Ibáñez lo había retocado
para poder adaptarlo a la reciente celebración de los JJ. OO. de Barcelona 92. Ibáñez aprovechó hábilmente lo ya
dibujado para lograr una perfecta representación de los cinco Juegos que contenía aquel “Súper Humor” nº 66, que
luego sería el nº 2 en la colección actual de Ediciones B/Bruguera. Cualquiera que lo viese pensaría que el dibujo
original bien podría haber sido el de la derecha y no al revés".

“Mortadelo Especial” n.º 181 (“Olimpiada del Humor”) / “Super Humor” n.º 66 (Olimpiadas del Humor - Contraportada)
201
Y ya que hablamos de portadas, quizá tengan cabida aquí estas dos protagonizadas por “Don Pedrito”, dibujadas por
Ibáñez, pero cuyos finales fueron reemplazados por sendas viñetas de autoría apócrifa. Seguramente fue una decisión
tomada por la editorial para edulcorar unos finales considerados demasiado crueles para los jóvenes de la época.

“Tío Vivo” n.º 202 (Bruguera, I/1965) – Las viñetas finales, apócrifas, modificaron la idea original de Ibáñez

“Tío Vivo” n.º 203 (Bruguera, I/1965) – Otro ejemplo más de viñetas de Ibáñez modificadas por otro dibujante

Cerramos el capítulo reproduciendo algunas portadas realizadas por Ibáñez en su etapa en la editorial Marco, que no
pudimos incluir en el primer volumen del libro.

Portadas realizadas por Ibáñez para los números 154 y 164 de “La Risa” (I- III/1959) Portada de “Hipo, Monito y Fifí” n.º 5
(Francisco Ibáñez, Marco, VII/1958)
202
CAPÍTULO 16

LA CENSURA EN ALEMANIA
(Por Alfredo Sánchez)

Una de las viñetas de la aventura “¡En Alemania!” que fue censurada en dicho país
“¡En Alemania!” es una de las historietas favoritas entre los aficionados a las aventuras de Mortadelo
y Filemón, pero lo que muchos desconocen es que, en el momento en el que se publicó la historieta en
dicho país (1982), sufrió el azote de la censura. El muro de Berlín seguía siendo tema tabú y todo lo
relacionado con él fue redibujado por manos ajenas a Ibáñez. Hemos traducido dichas páginas (5, 6 y
12), desconocidas en nuestro país, y las ofrecemos por primera vez en castellano para solaz y deleite de
los fans (agradecemos a Snert su aporte humorístico en la traducción).

204
En estas nuevas viñetas puede apreciarse alguna referencia a la actualidad alemana del momento en el
que se publica el álbum, como las manifestaciones del Partido Verde oponiéndose a la ampliación del
aeropuerto internacional de Frankfurt. Ibáñez evitó en la aventura hacer cualquier tipo de gag
relacionado con el nazismo, quizá porque era consciente de que era un tema que avergonzaba al pueblo
alemán. Es un humor que en ese momento no habría funcionado en dicho país. Años después, sin
embargo, sí parodió a Hitler en la aventura “El racista”.

205
En nuestro país, en cambio, cuesta creer que una historieta como “El sulfato atómico” (1969), con
mayor trasfondo militar y protagonizada por un tirano, pudiera ver la luz y pasar todos los filtros de la
censura. El régimen estaba llegando a su fin, sí, pero solo un año antes, en 1968, se había prohibido “El
dictador y los champiñones”, una aventura de Spirou. "El Pitufísimo", en cambio, sí pudo publicarse
en aquellas fechas, aunque tuvo que cambiar su título por el de “El señor de los Pitufos”, sin guiños al
término “generalísimo”.

206
CAPÍTULO 17
MORTADELO Y FILEMÓN EN LA RED
(Por Antonio Tausiet)

Portada realizada por Rubén Mudito (IV/2019)


Mortadelo y Filemón en la red
(por Antonio Tausiet)

Cuando se introduce la búsqueda Mortadelo en Google, aparece más de un millón de resultados, encabezados por la
página oficial, seguidos por las referencias en Wikipedia e, inmediatamente después, la web más completa acerca de
los personajes, autodenominada “NO oficial”. A partir de ahí, el buscador por antonomasia ofrece referencias a
promociones, películas y series relacionadas con Mortadelo y Filemón, en una maraña interminable de la que vamos
a extraer el grano de la paja, haciendo una breve reseña de las páginas más relevantes que tratan de nuestros detectives
botarates. El primer vehículo que hemos tomado para ello es la recopilación incluida en la mencionada Página NO
oficial, que también viene descrita más abajo.

Página Oficial de Mortadelo y Filemón


www.mortadeloyfilemon.com
Aunque no se caracteriza precisamente por su
actualización, el sitio web mantenido por Ediciones B
puede considerarse una tarjeta de presentación. Ofrece
información básica acerca del autor y de los personajes,
además de ofertar algunas de sus publicaciones. Creada en
2000, en 2015 se le efectuó un lavado de cara.

Mortadelo y Filemón en Wikipedia


es.wikipedia.org/wiki/Mortadelo_y_Filemón
Página principal de la web oficial de Mortadelo y Filemón
La enciclopedia colaborativa dedica un extenso artículo a
la serie, ampliado con sendos anexos dedicados a los
personajes y las historietas largas. Como es habitual,
incluye enlaces a las principales fuentes consultadas, lo que
puede servir como guía para profundizar en el tema.

Foro de la T.I.A.
ojodepez-fanzine.net/latiacomforo
Veterano punto de encuentro de los aficionados y expertos
en Mortadelo, que constituye el armazón de la tarea de
rastreo de todo cuanto atañe a la serie, si bien cuenta con
múltiples hilos, dedicados al cómic en general, no menos Página web del Foro de la T.I.A.
especializados. Entraña por sí solo un mundo tan vasto que
podría dar lugar a una inmersión de por vida. La
interrelación de los foreros lleva las iniciativas a niveles de
detalle y cuidados inauditos.

Página NO oficial de Mortadelo y Filemón


www.mortadelo-filemon.es
La más completa página web dedicada a Mortadelo y
Filemón. Creada en 2012 por el incansable Alfredo
Sánchez, con diseño y desarrollo de Pablo Sánchez, es un
contenedor casi infinito de todo lo relacionado con la serie.
Incluye, entre otras cosas, un buscador de aventuras y
publicaciones, un denominado Museo de Mortadelo con
innumerables referencias a la presencia en la sociedad de
los personajes, y un apartado para usuarios registrados,
Expedientes secretos, desde el que se accede a decenas de
interesantes documentos. Este último apartado es heredero
del blog Los archivos secretos de la T.I.A. creado en 2008.
(tecnicosdeinvestigacionaeroterraquea.blogspot.com).

Página NO oficial de Mortadelo y Filemón

208
El Diccionario de Mortadelo y Filemón
diccionariodemortadelo.blogspot.com
Reúne en orden alfabético los nombres de personajes y
lugares aparecidos en las historietas, con su correspondiente
ilustración. Un proyecto de Alfredo Sánchez iniciado en
2008, que constituyó uno de los orígenes de su enciclopédica
Página NO oficial. Permaneció cerrado en 2011 durante un
año, a requerimiento de los propietarios de la serie, y fue
reabierto tras llegar a un acuerdo.

Lo mejor de Mortadelo y Filemón


Lomejordemortadelo.blogspot.com
Blog “El diccionario de Mortadelo y Filemón”
Creado en 2010 por Alfredo Sánchez, es otra de sus
iniciativas recopilatorias. Recoge las viñetas con los mejores
gags de los dos centenares de aventuras largas, además de
una encuesta para votar las favoritas del visitante del blog.

Mortadelo en 13, Rue Bruguera


seronoser.free.fr/bruguera/mortadelo.htm
Apartado de la web 13, Rue Bruguera que reúne artículos y
estudios sobre Mortadelo y Filemón. Ese portal sobre los
Blog “Lo mejor de Mortadelo y Filemón”
tebeos de Bruguera fue creado en 2005 por el experto
Miguel Fernández Soto, con la ayuda y mantenimiento de
Antonio Tausiet, y la intención de aportar un contenedor de
toda la información al respecto. La recopilación de todas las
portadas de las aventuras largas, a cargo de Señor Ogro y
recuperada del Foro de la T.I.A., constituyó un referente.

Tebeosfera
tebeosfera.com
Esta “publicación electrónica sobre cultura popular gráfica”,
creada por Manuel Barrero en 2001, incluye desde 2008 el
Gran catálogo de la historieta, la base de datos por
excelencia del cómic español. De obligada consulta para los
estudiosos del tema, es un referente para localizar también la
presencia de nuestros agentes en todas las publicaciones
donde han aparecido, así como acerca de su autor, etc.

Clever & Smart


cleverundsmart-online.de
Entre 2004 y 2008, estuvo actualizándose esta página
Página web del Foro de la T.I.A. alemana, de título referente al nombre dado allí a Mortadelo
y Filemón. Se trataba de la más completa mantenida en un
país extranjero. Por desgracia, en 2016 desapareció, y solo es
posible acceder a sus contenidos a través de archive.org.
Incluye las portadas de las ediciones germanas y mucha más
Página principal de “13 Rúe Bruguera” información interesante.

El rincón de Mortadelón
mortadelon.blogspot.com
Indispensable blog creado por Mortadelón en 2006, con la
colaboración de Juan Antonio Noé, que recoge infinidad de
artículos, novedades y anécdotas centradas en la serie, pero
también con aportaciones acerca de Ibáñez y los tebeos de
Bruguera en general.
Cabecera del blog de Mortadelón

209
Pensión El Calvario
pensionelcalvario.blogspot.com
Su administrador, Hergest, aporta nutrida información
desde 2010 sobre la temática que nos ocupa y otras
relacionadas. El nombre del blog hace referencia al lugar
en el que vive la delirante pareja desde 1998.
Cabecera del blog “Pensión El Calvario”

Corra, jefe, corra


mortadeloyalgomas.blogspot.com
El experto en cómic Chespiro abrió en 2007 este blog con
el título de una de las frases más pronunciadas por
Mortadelo. Pese a que no se actualiza desde 2014, es un
sitio indispensable para profundizar en la serie. Incluye
entrevistas a los profesionales relacionados y profusos
estudios sobre muchas de las aventuras.

Tebeos y tebeos
Tebeosytebeos.blogspot.com
Toni Marín, Tonimn, administra este blog, puerta de
entrada a su página web donde recopila por orden
alfabético “todos los personajes españoles humorísticos de
Bruguera, los de los principales autores en otras editoriales Blog “TebeosyTebeos”
y más…”. También se ocupa de minuciosas investigaciones
sobre series olvidadas y la historia más remota de los
personajes. Respecto al creador de Mortadelo, ha aportado
numerosos datos inéditos.

En todo el colodrillo
entodoelcolodrillo.blogspot.com
Blog sobre cómic en general creado por Peúbe, con título
mortadelero y numerosas entradas dedicadas a los
personajes, entre las que destacan las referentes a las
historietas apócrifas.
Blog “Corra, jefe, corra”
Mortadelo wiki
es.mortadelo.wikia.com

Fundada por Ángel García, un admirador que indica en su


portada: “Información sobre todos los cómics escritos por
el genio más sublime, grande y el mejor de toda la
literatura universal”. Aun con algunas carencias, ofrece la
consulta de los personajes y las historietas largas.

Otras páginas web


Existen otras webs, como la del aficionado Ramón
Blog “En todo el colodrillo”
Martínez, mantenida entre 2002 y 2014, que aporta su
visión de los personajes (ramonmc.com/mortadelo), la de
Víctor 1988, que entre 2008 y 2010 difundió numerosos
datos (mortadelo1988.blogspot.com), el blog de Oscar+AB
que se dedicó entre 2008 y 2009 a comentar varias de las
historietas largas (elblogdemortadelo.blogspot.com), o la
más veterana de Antonio Tausiet, que ya en 1998 hizo un
pequeño repaso a sus conocimientos al respecto
(seronoser.free.fr/mortadelo/mortadelo.htm). También el
pródigo Magin incluye muchos detalles en su blog genérico
(maginoteca.blogspot.com).
Desaparecida web alemana de “Clever und Smart”

210
CAPÍTULO 18

NAVIDADES EN LA T.I.A.
(Por José Antonio Gil Naharro)

“Mortadelo Extra Navidad” n.º 9 (Ediciones B, XII/1989)


Los inicios

Ya desde sus primeros años de vida, la serie “Mortadelo y Filemón” contó con numerosas historietas de temática
navideña, que fueron publicadas en los almanaques de revistas como “Pulgarcito” o “Tío Vivo”, algunas de las
cuales nunca han sido reeditadas posteriormente en formato “Olé!” o “Super Humor”. En esa primera época,
nuestros personajes aún trabajaban en una “Agencia de Información”, en la que Filemón era el jefe y Mortadelo su
subordinado, dinámica en la que se desarrollaban sus historietas.

“Pulgarcito Almanaque para 1959” (Bruguera, 1958) “Pavo o Pollo” - “Pulgarcito Almanaque para 1963”
(Bruguera, 1962)

“El reveillón de Mortadelo y Filemón” (“Pulgarcito Almanaque para 1969”, Bruguera, XII/1968)

Ingreso en la T.I.A. - Nuevas revistas e historietas

Mortadelo y Filemón inician una nueva andadura en 1969 coincidiendo con la publicación de sus primeras
historietas largas en la revista “Gran Pulgarcito”, pasando a integrarse en la T.I.A. como agentes. En el “Almanaque
para 1970” de “Gran Pulgarcito”, en su última viñeta, Mortadelo brinda con los lectores con la presencia de los que a
partir de ahora serán personajes fijos, como el “Súper” y el profesor Bacterio.

Muy pronto se creará la revista “Mortadelo” (1970), que contará con sus correspondientes “Mortadelo Extra” y
“Almanaques”, en los que se seguirá con la tradición de publicar historietas de temática navideña de nuestros
personajes. También se publicarán en la efímera “Mortadelo Gigante” (1974). A partir de ahora cobran protagonismo
especial las portadas que Ibáñez realizó para dichas publicaciones, probablemente una muestra de su mejor época
como ilustrador.

“Gran Pulgarcito – Almanaque para 1970” (F. Ibáñez. Bruguera, 1969)

212
Un recorrido por los tópicos navideños

Toda historieta que surge por encargo de la editorial y sujeta a una


temática concreta ha de tener unas pautas comunes, que en el caso
de los tópicos navideños han sido desarrollados con maestría con
Ibáñez a lo largo de sus historietas de Mortadelo y Filemón.
Pongamos algunos ejemplos:

- El sorteo del “gordo” de Navidad, al que no son ajenos nuestros


personajes, ya que en la T.I.A. tocó la lotería en el año 1975, si bien
un hambriento ratón frustró las ilusiones de los agentes de cobrar el
preciado premio.

- El día de los inocentes, veintiocho de diciembre, uno de los más


recurrentes tópicos, protagonista de hilarantes aventuras en los que
Mortadelo y Filemón, e incluso el propio “Súper”, se “obsequian”
con las más brutales inocentadas.

- Las opíparas comidas de Navidad, en las que el principal


protagonista es el pavo, como aquel con el que se enfrenta
Mortadelo-boxeador en un ring en la portada del Almanaque para
1972 de “Mortadelo”.

- Las fiestas de fin de año (o “reveillones”) también son


protagonizadas por nuestros agentes, que demuestran su cara más
polifacética formando una improvisada orquesta en la portada del
Almanaque para 1974 de Mortadelo, o ejerciendo de “expertos en
vinos” en la portada del Extra de Navidad de 1979 de “Mortadelo”. “Mortadelo Gigante Navideño” 1975 (Bruguera)

“¡Inocente, inocente!” - “Mortadelo Gigante Navideño” 1975 (Bruguera, 10/XI/1975)

“Mortadelo” - Almanaque para 1972 “Mortadelo” - Almanaque para 1974 “Mortadelo” – Extra Navidad 1980
(Bruguera, 25/X/1971) (Bruguera, XII/1973) (Bruguera, XII/1979)

213
- La paga extra de Navidad es la protagonista de otra historieta aparecida en el “Mortadelo Extra de Navidad” de
1977, en la que nuestros agentes han de evitar que los agentes enemigos roben la remesa de dinero destinada a abonar
dicha paga.

“Mortadelo – Extra Navidad” (Bruguera, 7/XI/1977)

- Los Reyes Magos son protagonistas de más de una portada, en la que Mortadelo suele disfrazarse de alguna de
Sus Majestades, como en los Almanaques para 1973 y 1976 de “Mortadelo”. Por otro lado, Papá Noel
(generalmente Mortadelo disfrazado), es también otro gran protagonista de muchas portadas, como las de los Extras
de Navidad de 1974, 1980, 1981 y 1983 de “Mortadelo”.

Reyes Magos: “Mortadelo” - Almanaques para 1973 y 1976 “Mortadelo” - Extra de Navidad 1974
(Bruguera, XII/1972 y XII-1975) (Bruguera, 5/XI/1973)

“Mortadelo”- Extra Navidad 1981 “Mortadelo”- Extra Navidad 1982 “Mortadelo”- Extra ¡Feliz Navidad!
(Bruguera, XII/1980) (Bruguera, XII/1981) (Bruguera, XII/1983)

214
- En muchas ocasiones las historietas de los almanaques o extras navideños desarrollan una trama convencional, a
la que se añade después un final más o menos forzado pero acorde con las fechas en que se publica. Un ejemplo está
en “¡La conquista de la Tierra!”, en la que Mortadelo y Filemón se enfrentan a un peligroso invasor alienígena, pero
al final descubren que realmente lo único que quiere es pedir el aguinaldo.

“¡La conquista de la Tierra!” (“Mortadelo” - Almanaque para 1974, 5/XI/1973)

Últimos años de Bruguera – Los apócrifos

A partir de 1977 Ibáñez continúa elaborando portadas navideñas para los Extras, pero abandona las historietas de
Mortadelo y Filemón, que pasan a estar dibujadas por apócrifos, entre los que destaca Casanyes, por su guion y por
su peculiar estilo gráfico.
a

“La paga extra de Navidad”- “Mortadelo” - Extra de Navidad 1980 (Casanyes)

“Navidades en la T.I.A.” - “Mortadelo” - Extra de Navidad 1979 (Casanyes)

215
Nueva etapa en Ediciones B
Con la nueva andadura en Ediciones B, Mortadelo y Filemón quedan en manos de apócrifos (el llamado Equipo B),
que elaboran algunas portadas e historietas navideñas, hasta que Ibáñez se reincorpora de nuevo a la editorial en
1988. Ediciones B vuelve a publicar las revistas “Mortadelo Extra”, así como “Super Mortadelo”, donde se
realizan especiales con motivo de las fiestas navideñas.

“Cena Navideña” (“Mortadelo Extra Navidad”, con firma de Ibáñez y dibujos de Juan Manuel Muñoz. Ediciones B, XII/1989)

Se repiten las portadas en las que aparecen Papá Noel o los Reyes Magos. En cuanto a las historietas de esta época,
destaca la última viñeta de “Cena de Navidad”, en la que aparecen todos los personajes fijos en esos años de la serie,
incluida la señorita Irma o el Director General de la T.I.A. Sintomático resulta que la historieta fuera realizada por
Juan Manuel Muñoz. La última portada navideña realizada por Ibáñez en esta etapa fue la del “Mortadelo Extra” nº
63, dos números antes de que se cancelara la publicación.

“Super Mortdelo” n.º 118 (Ediciones B, 6/I/1993) “Mortadelo Extra” n.º 51 – Navidad (F. Ibáñez, Ed. B, 7/XII/1994)

216
No obstante, casi veinticinco años después, Ibáñez sorprendería a sus fans con una inesperada historieta larga de
ambiente navideño que llevó por título “Felices fiestaaas”, publicada en el n.º 201 de la colección “Magos del
Humor” (Bruguera, 2019). En ella, los agentes más torpes del planeta revivirán nuevas situaciones cómicas durante
las fechas más señaladas, como ya hicieran en el pasado. El dibujante, fiel a su estilo, recuperar así recursos e ideas
que le funcionaron que llevaban décadas guardadas en el cajón.

“Mortadelo Extra” n.º 63 – Navidad (F. Ibáñez, Ed. B, XII/1995) “Felices fiestaaas” (“Magos del Humor n.º 201, Bruguera, 2019)

Felicitaciones navideñas
No nos gustaría cerrar este capítulo tan especial sin incluir algunas de las felicitaciones navideñas con las que nos
han deleitado Jordi David Redó y Juan Manuel Muñoz entre los años 2013 y 2017.

Felicitación navideña (Jordi David Redó, 2016)

217
Felicitación navideña (Jordi David Redó, 2014)

Felicitación navideña (Juan Manuel Muñoz, 2013) Felicitación navideña (Juan Manuel Muñoz, 2016)

Felicitación navideña (Jordi David Redó, 2015) Felicitación navideña (Juan Manuel Muñoz, 2017)

218
CAPITULO 19

EL TRIÁNGULO VERDE
(Por Carlos Areces)

Una historieta hasta hace poco desconocida: FRANCISCO IBÁÑEZ, “El Triángulo Verde” (portada). Tinta sobre papel, c. 1952-
1954. Inédito. Colección Juan Antonio Ros.
El Triángulo Verde

El 12 de febrero de 2016 fallecía Antonio Vila López, historietista catalán multidisciplinar más conocido como
Tunet Vila, creador de, entre otros, Tumbita y Pito, el soldado pequeñito. Vila comenzó su carrera profesional a
principios de los años 50, en editoriales como Símbolo o las agencias de autores Histograf o Selecciones Ilustradas.
Al poco de su muerte, el contenido de su estudio de Barcelona, una nutrida colección de bocetos, pinturas y originales,
fue a parar para su venta a una tienda de la ciudad especializada en juguetes antiguos.

Allí, en medio de sus obras, aparecieron también originales de otros autores contemporáneos; entre ellos, los de un
jovencísimo Francisco Ibáñez que, al igual que Vila, publicó algunos de sus primeros trabajos en suplementos como
“A todo color”, confeccionado por Histograf, o tebeos como “Chicolino”, “Almanaque Picolín” y “Colección
Líliput”, de Símbolo.

Las piezas de Ibáñez que se encontraron en este lote son, al menos:

- Una página con cuatro historietas cortas publicada originalmente en “Chicolino” n.º 31 (marzo de 1953, según
Tebeosfera). Las diferentes historietas, de entre cinco y diez viñetas cada una, llevan los títulos “Oculista irascible y
señor miopísimo”, “D. Gaspar quiere economizar”, “Daquí pintamonas” –evidente parodia de Salvador Dalí– y
“¡Planchazo en la biblioteca!”, todas ellas con la firma “F. Ibáñez”. Si damos por buena la fecha establecida por
Tebeosfera, probablemente se trate del primer original suyo que se conserva, puesto que antes de marzo de 1953, que
se sepa, solo había participado en cinco publicaciones: cuatro números de “Nicolás” (nºs 95, 97, 98 y 99) y el
almanaque para 1953 de “Chicolino” –sin contar su colaboración no profesional con 11 años en “Chicos” n.º 458
(octubre 1947)–.

- Los cuadernillos completos (diez páginas más portada cada uno) de Don Eulalio en "África misteriosa" y Don
Eulalio buscador de oro (1955), publicados en “Colección Líliput” nºs 10 y 20, respectivamente. Las portadas están
coloreadas por la cara inversa y firmadas por “Pif”, seudónimo que compartían Ibáñez y Ángel Pueyo, aunque hay
pocas dudas de la autoría de Ibáñez en ambas.

En el interior del primer ejemplar no se puede encontrar firma alguna, pero el trazo de Pueyo es evidente en varias
de las páginas, bastante más que el de Ibáñez –quien podría haber dibujado solo tres de ellas, además de la portada–.
Esta suposición se refuerza por la presencia del sello “Comic´s A. Pueyo Productions”, visible en un par de viñetas.
Por el contrario, este sello no aparece en el segundo ejemplar, que sin embargo tiene todas las páginas interiores
marcadas con la reconocible firma de F. Ibáñez. Con Don Eulalio buscador de oro estamos, pues, ante el primer
monográfico del creador de Mortadelo.

Aparecieron también la aventura completa de Don Eulalio en "La mansión del terror" (“Colección Líliput” n.º
15) y la portada de Don Eulalio en "A la luna" (“Colección Líliput” n.º 14), atribuidos enteramente a Pueyo,
aunque con la firma “Pif” en la portada del primero.

Tres tebeos protagonizados por Don Eulalio: FRANCISCO IBÁÑEZ (PIF), Don Eulalio en "África misteriosa" (portada), publicado en
“Colección Liliput” nº 10, Ediciones Símbolo, 1955. ··· ÁNGEL PUEYO (PIF), Don Eulalio en "A la luna" (portada). Tinta sobre papel,
c. 1955. Publicado en “Colección Liliput” nº 14, Ediciones Símbolo, 1955.··· FRANCISCO IBÁÑEZ (PIF), Don Eulalio buscador de oro
(portada), publicado en “Colección Liliput” nº 10, Ediciones Símbolo, 1955.

220
Probablemente, su original conservado más antiguo: FRANCISCO IBÁÑEZ, “Oculista irascible y señor miopísimo” + “D. Gaspar quiere
economizar” + “Daquí pintamonas” + “¡Planchazo en la biblioteca!”. Tinta sobre papel, c. 1953. Publicado en “Chicolino” nº 31,
Ediciones Símbolo, marzo 1953. Colección Carlos Areces.

221
.

(Atribuido a) FRANCISCO IBÁÑEZ, Don Eulalio en "África FRANCISCO IBÁÑEZ (PIF), Don Eulalio buscador de oro
misteriosa" (página 9). Tinta sobre papel, c. 1955. Publicado en (página 1), publicado en Colección Liliput nº 10, Ediciones
Colección Liliput nº 10, 1955. Colección Juan Antonio Ros. Símbolo, 1955.

- Y el descubrimiento más destacado, por su rareza: “El Triángulo Verde”, un cuadernillo apaisado de temática de
western y dibujo realista. La única incursión conocida de Francisco Ibáñez en la historieta de aventuras, aunque casi
con seguridad inédita. Dos pistas apuntan en esta dirección: la primera, que no se tiene constancia alguna de su
publicación. La segunda, que las páginas encontradas, aunque con el dibujo acabado, no tienen entintados los textos
de los bocadillos, permanecen a lápiz.

FRANCISCO IBÁÑEZ, “El Triángulo Verde” (página 1). Tinta sobre papel, c. 1952-1954. Inédito. Colección Juan Antonio Ros.

222
FRANCISCO IBÁÑEZ, “El Triángulo Verde” (página 2). Tinta sobre papel, c. 1952-1954. Inédito. Colección Juan Antonio Ros.

Ibáñez, que siempre ha manifestado, quizá con falsa modestia, su escasa calidad como dibujante, ha dejado pocos
ejemplos de su estilo “realista”, apenas un escaso puñado de páginas a mediados de los 50 para la editorial Marco.
Solo unas cinco están firmadas por él, publicadas en “Hipo, Monito y Fifí” (2ª época), aunque se sospecha de algunas
más: él mismo ha confirmado que el dibujante al que se le encargaban los pasatiempos –e Ibáñez realizó bastantes–
ilustraba a veces las narraciones que completaban la parte superior de la página. Así pues, “El Triángulo Verde” se
convierte en una curiosa pieza, insólita en su recorrido profesional, inspirada en las películas del Oeste y en los
folletines e historietas de aventuras de la época. Quizá la calidad del dibujo no sea destacable, pero dice mucho de las
influencias, los gustos y la determinación por hacerse historietista de un Francisco Ibáñez adolescente. El trazo es aún
titubeante, pero los encuadres son dinámicos e inspirados. Aunque las hojas no están fechadas, el resto de originales
del lote, el precio con el que pretendía salir a la venta (1,25 pesetas) y el estilo aún por formar del joven dibujante
hacen suponer que fueron dibujadas en algún momento entre 1952 y 1954.

El álbum lo componen 10 páginas más portada, todas en blanco y negro. En la portada conocemos al
protagonista, El León de Virginia, un vaquero con barba en actitud desafiante y a punto de desenfundar sus pistolas,
enmarcado en un triángulo. A su lado, un malvado cuatrero con la cara cubierta dispara por la espalda a un esclavo
negro. Aquí, al igual que en tres de las páginas interiores, podemos encontrar la temprana firma de F. Ibáñez. La lista
de personajes, presentados en la primera página, es un tradicional compendio de clichés, pero evidencia la fascinación
del autor por el género y su dominio de la estructura del folletín: desde “la chica”, Patricia Morris, hasta el capataz,
pasando por la misteriosa Capucha Blanca, y otros varios como William Carter, George Davis o Roberto Morris,
además del protagonista. Y estos son solo los principales. El resultado es un impresionante plantel para solo nueve
páginas de aventuras.

La historia, por lo concluido a raíz del material disponible consultado –la portada, la página de personajes y la
primera, tercera y última de la aventura–, sigue las líneas clásicas de los seriales de héroes contra villanos. Estamos en
1850. El Triángulo Verde es una misteriosa hermandad negrera que extorsiona a los plantadores virginianos
exigiéndoles el pago de esclavos y tabaco bajo amenazas de muerte. El único que podría hacerles frente es el
legendario León de Virginia, pero todos le dan por muerto. En la última página se descubre que no es así: El León
entra en escena, desenmascara al traidor William Carter y promete vengarse de El Triángulo. El final queda abierto,
de lo que se deduce la intención de continuidad de la saga. Es evidente, como cabe esperar de una ficción de la época,
que no asoma entre las hojas discurso abolicionista alguno. La población negra, al igual que en “Lo que el viento se
llevó”, asume con normalidad su condición de esclava y se alinea junto a sus amos frente a los enemigos. Sin
embargo, sorprende, en un tebeo ambientado en el lejano Oeste, la presencia de Capucha Blanca, una enigmática
heroína tan valerosa como el protagonista.

223
Quizá el estudio del resto de la historieta arrojara algo más de luz sobre este curioso ejemplar de nuestro dibujante
de cómics más importante. Las páginas consultadas han sido cedidas por Juan A. Ros, quizá el mayor coleccionista
de originales de Francisco Ibáñez.

FRANCISCO IBÁÑEZ, “El Triángulo Verde” (página 4). Tinta sobre papel, c. 1952-1954. Inédito. Colección Juan Antonio Ros.

FRANCISCO IBÁÑEZ, “El Triángulo Verde” (página 10). Tinta sobre papel, c. 1952-1954. Inédito. Colección Juan Antonio Ros.

224
CAPITULO 20

LA CAPA OCULTA DE
“VALOR Y… ¡AL TORO!”
(Por Carlos Areces)

“El triángulo verde” - Historieta inédita de Francisco Ibáñez (h. 1952-54)


La capa oculta de “Valor y... ¡al toro!”

Uno de los proyectos que más lamento no haber podido llevar a cabo es un documental sobre Francisco Ibáñez.
Durante un tiempo fantaseé con grabarle dibujando en su estudio, verle abocetar sus páginas, acceder a sus fotos
personales, a sus originales, a las publicaciones que conserva en casa y, sobre todo, a sus recuerdos; conocer la
trayectoria del historietista a través de sí mismo. Cuando conseguí presentarle el proyecto en persona, durante una
comida en (creo) 2009, muy educadamente declinó la propuesta, argumentando que su vida carecía de interés y que su
mano había perdido fuerza. Aunque en total desacuerdo con él, le vi tan convencido que no supe insistir, pese a que
solo las anécdotas que compartió conmigo en aquella velada ya hubieran llenado medio documental.

Antes de conocer su negativa, me había documentado leyendo


todo lo que pude sobre su vida y su obra. La mayoría de las
entrevistas eran superficiales y repetitivas, y los libros sobre su
persona prácticamente inexistentes, al margen de fragmentos
parciales en publicaciones sobre historia o sociología del cómic. En
medio de este nebuloso panorama de investigación, la mayor
fuente de información la obtuve del exhaustivo “El Mundo de
Mortadelo y Filemón”, la minuciosa tesis de Miguel Fernández
Soto. El capítulo: “El despegue de Mortadelo” daba un dato que
llegaría a obsesionarme: “Valor y... ¡al toro!”, la primera aventura
larga que leí de Mortadelo y Filemón, mi favorita, había sido
dibujada originalmente con otros personajes. ¿Era esto posible? No
parecía algo tergiversado: la fuente era el propio autor, en una
entrevista realizada por Santiago García, Joan Navarro y David
Muñoz para “U, el hijo de Urich” n.º 8. Se trata de su entrevista
más extensa –24 páginas– y la única verdaderamente interesante de
cuantas le han hecho, alejada de los habituales lugares comunes de
los periodistas inexpertos y las preguntas promocionales. Me hice
con un ejemplar del fanzine para conocer más detalles.

A principios de la década de 1970, Ibáñez mantenía serios


desencuentros con Bruguera en lo económico y con Rafael
González, su director de publicaciones, en lo personal, lo que le
hizo plantearse un éxodo a otra editorial. Dado que no poseía los
derechos de sus creaciones, comenzó una historieta con personajes
nuevos de cara a ofrecerse a la competencia. Ocarino y Lentejo –
cuyos nombres desveló en el Saló del Còmic 2018, si bien Ibáñez
reconocía que su memoria no es fiable– fueron los sosias de
Mortadelo y Filemón que protagonizaron las primeras páginas de la “El U, el hijo de Urich”, n.º 8 (I/1998)
obra con la que pretendía dar el salto. Sin embargo, al poco de
empezar el álbum, ambas partes llegaron a un acuerdo económico y
el dibujante permaneció en Bruguera. Ibáñez recicló aquellas
páginas pegando encima dibujos de Mortadelo y Filemón. No
entrañó complicación argumental alguna, puesto que los anteriores
personajes mimetizaban el mismo esquema de jefe y subordinado,
e incluso uno de ellos recurría a los disfraces como gag recurrente.
Allí, enterrados en las primeras hojas de “Valor y... ¡al toro!”, y
antes de que nadie más allá del autor pudiera conocerles, quedaron
los cadáveres de Ocarino y Lentejo, si es que alguna vez se
llamaron así.

En 2014, los fans de Bruguera tuvimos acceso a una pieza nunca


antes exhibida: el original de la tercera página de “Valor y... ¡al
toro!”, cedida por Ediciones B para la exposición itinerante
“Francisco Ibáñez, el mago del humor”. Pudimos admirar en
vivo el fascinante frankenstein de recortes superpuestos, un collage
amarillento con restos de celo y típex, inconfundiblemente
entintado por su autor. Se veían perfectamente los diferentes trozos
de cartulina en los que habían sido dibujados Mortadelo y Filemón,
pegados sobre la hoja original. Una cosa me llamó la atención: en
su libro, Fernández Soto afirmaba que solo hubo que tapar las
cabezas de los efímeros personajes para convertirlos en los agentes
de la T.I.A. Y así ocurría con Filemón, pero no con Mortadelo, que
había sido redibujado por completo, ocultando totalmente a su
antecesor. Probablemente, la levita negra era tan reconocible que “Valor y… ¡al toro!” (“Ases del Humor”, Bruguera, 1970)

226
que ningún personaje para otra editorial hubiera podido lucirla sin enfrentarse a una
acusación de plagio. Esto no hizo sino estimular mi curiosidad por los genuinos
protagonistas allí sepultados. Aparentemente no fui el único: Raúl Suay, colaborador de
este volumen, agudizó su vista al máximo y compartió con el mundo los trazos que
creyó ver transparentar detrás de Filemón. Fue la primera aproximación a los
misteriosos personajes secretos.

En 2017 me ofrecieron participar en la película “Algo muy gordo”. La productora,


Zeta Cinema, era parte del Grupo Zeta, propietario entonces de Ediciones B. Se
trataba de un rodaje de bajo presupuesto, y acepté una rebaja en el caché a cambio de
conocer los almacenes en los que se guardaba el archivo Bruguera. Pese a ser un falso
documental, el filme recoge parte de la auténtica visita que realicé a las naves de Boceto de Raúl Suay
Ediciones B. En una especie de cámara subterránea de compuerta blindada con ojo de
buey, que más parecía un búnker que una oficina, frente a estanterías y estanterías de
publicaciones de Bruguera, dos personas escaneaban y catalogaban originales, los más de 200 000 que, según me
dijeron, albergaban en aquel descomunal sótano, al otro lado de una puerta oculta tras un enorme expositor de cartón.

Durante las seis horas que pasé allí pude acceder a páginas de personajes de los que nunca había visto originales,
como Sir Tim O´Theo, Hug el Troglodita o 13, rue del Percebe. Pero, sabiendo de mi especial debilidad por
Mortadelo y Filemón, los encargados ya me habían preparado una selección previa, compuesta por infinidad de las
primeras historietas de los dos detectives; numerosas portadas de las revistas “Mortadelo”, “Mortadelo Gigante” o
“Súper Mortadelo”; y páginas de aventuras largas tan míticas como “Chapeau el "Esmirriau"”, “Los monstruos”,
“El sulfato atómico” y... en efecto, “Valor y... ¡al toro!”, la misma página que había sido expuesta tres años antes.
Gracias a la amabilidad de los encargados del archivo y a la ayuda de un flexo, hoy puedo compartir aquí las
imágenes que mostré en primicia en el Saló del Còmic 2018: los personajes que estuvieron a punto de servir a Ibáñez
de pasaporte hacia otra editorial.

Izda: Anverso de una de las viñetas de “Valor y... ¡al toro!” en el que pueden apreciarse las siluetas de los personajes originales.
Dcha: Imagen de la misma viñeta vista desde la parte frontal. Se advierten los trozos de papel que añadió Ibáñez a posteriori.

Lo primero que sorprende es la prodigiosa vista de Raúl Suay, que realizó un boceto bastante preciso de la cabeza
del individuo tapado por Filemón. Adivinó su flequillo, el color del pelo e incluso la forma del labio y la barbilla. Pero
la verdadera revelación es la enigmática figura que ocultaba Mortadelo y con el que no comparte absolutamente
ningún rasgo. Se trata de un enano macrocéfalo de orejas despegadas, cuya nariz ancha y ojos pequeños recuerdan a
los de Sacarino, y que usa bombín negro y un jersey de cuello vuelto –muy en la línea de Gaston Lagaffe– que luego
heredaría Tato, uno de los parados creados para Grijalbo en Chicha, Tato y Clodoveo. La diferencia de tamaños es

Primera viñeta de “Valor y… ¡al toro!” vista al trasluz. Nos desvela el rostro del personaje original tal como lo concibió Ibáñez inicialmente

227
tal que, en ocasiones, como se puede apreciar en las viñetas quinta y séptima, Mortadelo debe agacharse para caber en
el mismo espacio que el pequeño cabezón.

Tres viñetas más de la misma historieta vistas al trasluz. En ella se aprecia con más claridad el aspecto de los personajes originales.

También podemos observar que en la tercera viñeta, el personaje original no ha sido tapado, sino recortado de la
hoja. Afortunadamente, se trata del único caso. Por cierto, en esta misma viñeta podemos comprobar que la memoria
de Ibáñez es más precisa de lo que él mismo piensa: en el bocadillo puede leerse “Ocarino”, de lo que cabe deducir
que el canijo responde al apropiado nombre de “Lentejo”.

Tenemos la certeza de que estos personajes estuvieron presentes en al menos las siete primeras páginas de la
aventura (la séptima se expuso en el Saló del Còmic 2008 por el 50º aniversario de Mortadelo y Filemón), pero no si
llegaron más allá. Que se sepa, al público solo han sido expuestas estas dos páginas del álbum. Ni siquiera se puede
afirmar con seguridad que se conserven todas. Pero, al menos, el mayor enigma ha quedado revelado.
Como curiosidad, en uno de los originales de “13, rue del Percebe”
también encontré un personaje de Ibáñez oculto tras el dibujo de un
apócrifo (¿Sanchis?). La torpeza del trazo superpuesto llamó mi
atención y, al mirar al trasluz, descubrí que debajo del joven al que los
niños del tercero derecha van a gastar una broma se escondía un
abuelito. ¿Más de lo que la censura pudo soportar? Este caso recuerda a
los ejemplos de las portadas de “Tío Vivo” (2ª época) #202 y 203
comentados en el anterior capítulo: es probable que bajo las viñetas
invasoras se encuentren aún los verdaderos desenlaces. Además, todos
conocemos los casos del “Dire” de
Sacarino, o la criada de “La
Familia Trapisonda” redibujada
por Conti para atenuarle erotismo,
de cara a su republicación en una
revista más infantil que la original
“Can Can”. ¿En cuántas ocasiones
que nunca conoceremos se habrán
llevado a cabo estas prácticas?

228
CAPÍTULO 21

MORTADELADAS DE CASANYES
- SORPRESAS EN UNA PÁGINA -
(Por José Aragón Pérez)
Mortadeladas de Casanyes – Sorpresas en una página
(por José Aragón Pérez)
Corría el año 1981 y nadie recordaba que hubiera habido historietas de una página de Mortadelo y Filemón. Casi
todo el mundo pensaba que solamente había historietas “largas” de Mortadelo y Filemón pero ¡qué va! Cada revista de
Bruguera, puede que salvo “Zipi y Zape”/”Super Zipi y Zape” y “Lily”, llevaban historietas cortas que tenían
dibujos raros y que eran las que se denominaron “historietas de negros” o “de apócrifos” o de “chimpas”. Todos
esos nombres los pueden encontrar por artículos, conversaciones o por Internet. Esas historietas aparecían de manera
habitual recopiladas en la Colección “Olé!” y su “retapado de lujo”, el “Super Humor”.
¡Pero resulta que había historietas de una página de Mortadelo y
Filemón! ¿Pero no era para personajes antiguos? ¿De segunda fila?
Bueno, alguien se habría encontrado con su recopilación en algún
“Colección Olé!”... No, pero es que hay unas que son nuevas. Ya, las de
las portadas de la revista “Mortadelo” hasta finales de 1983, tan
atractivas por un lado en dibujo, montaje, grafismo y espectacularidad,
pero recientemente tan criticadas por su subordinación a las historietas
de Gaston Lagaffe por Franquin en dibujo y guion. Que no, que hay
otras: de una página, nuevas (sorpresa número 1), que no son portadas y
que ¡no van firmadas! Sorpresa número 2.

Se han localizado unas 14 historietas de una página bajo el título


genérico de “Mortadeladas”, como si fueran una nueva serie: sorpresa
número 3. Su autor es “Ramón Maria Casanyes”: sorpresa número 4.
Cuando escribimos esto, en el 2018, es un hecho. Pero descubrirlo en los
años 1980 o 1990 fue un reto para mucha gente: ese dibujo que está
bastante bien hecho, de figuras plásticas, con guiones elaborados, y que
dan risa, y con diferencias con respecto a las páginas de Ibáñez como si
los personajes fueran más malévolos... coincide con aquellas historietas
que pone “guionista: R. Casanyes” o algo así. Luego descubrimos su
nombre completo en “Paco Tecla y Lafayette” cuando a Bruguera le
quedaban un par de viñetas. Nos imaginamos la explosión final y el
recorte de diario: “reducen a migajas editorial de 70 años en medio lustro
y ni la Interpol ni la TIA ni la PRIMA los busca intensivamente por el
Amazonas ni nada a los tíos”.
“Paco Tecla y Lafayette”

El título se asemeja al de Charlotadas. “2. f.


Actuación pública, colectiva, grotesca o ridícula”
según la RAE. Son un soplo de aire fresco
encontrárselas en un “Colección Olé!”, mezcladas
una aquí y otra allá, entre aventurillas de más páginas.
Por tanto, no se publican seguidas en las
recopilaciones: sorpresa número 5. En los
Colecciones “Olé!” que conozco, cada Mortadelada
precedía a otro personaje, fuera Sacarino o
Rompetechos. Para información precisa sobre sus
publicaciones, os remito a la página-no-oficial de
Mortadelo y Filemón.

¿Qué debieron pensar los lectores al encontrarlas en


la revista “Tío Vivo” y luego en “Super Tío Vivo”?
Puede que lo vieran como un relleno más.

“Mortadeladas” es una de las últimas, si no la


última (sorpresa número 6), de las series presentadas
en la longeva revista “Tío Vivo” (segunda época),
puesto que su singladura se da entre las fechas 6-III-
1961 y 23-II-1981 (datos de Tebeosfera)... 1042
revistas, y su último número contiene la titulada
“Malentendidos” (conocida también como “La
suegra del Súper”): sorpresa número 7... Esa
historieta llegó a ser publicada en la “Colección Olé!”
de Ediciones B-Grupo Zeta…, nada raro porque era
habitual que, entre 1987 y 1992, hubiera historietas
apócrifas de Bruguera (puede que no todas), apócrifas
de Ediciones B (firmadas como Equipo B) y de
“La suegra del Súper” / “Malentendidos” Ibáñez, en un batiburrillo cruel a los ojos del lector.

230
Tres de estas historietas fueron reeditadas con nuevo color
y con nueva tipografía imitación de la manual en vez de la
mecanografiada tradicional de Bruguera: ¡y eso en los
“Olé!” grandes! Sorpresa número 8: porque, para entonces,
TODAS las historietas apócrifas habían sido eliminadas de
la colección de Mortadelo y Filemón y de otros personajes
de Ibáñez, por causa de los acuerdos judiciales entre el
autor y la empresa editorial. Los derechos de autor
pudieron quedar subsanados pero no está claro que los
lectores ganaran con el cambio: hay historietas de
Casanyes excelentes que merecerían ser publicadas con un
antetítulo de “Personajes creados por Francisco Ibáñez” y
un “guion y dibujo: Casanyes”. También hay algunas
aceptables de otros dibujantes. Es combinable la garantía
de la autoría original y de los derechos de autor con la
existencia de otros dibujantes, y su visualización (sus
nombres) y la parte proporcional de los royalties, si fuera el
caso. Tema complejo que era preciso sacar a debate. Se dijo
que todas las historietas apócrifas habían sido eliminadas, y
las poquísimas que no lo fueron, pudo deberse a su
semejanza con las de Ibáñez o por su calidad. Sin embargo,
es evidente que “Mortadeladas” es apócrifa, así que
¡sorpresa número 9 que casi contradice a la 8!, es una serie
de historietas apócrifas que sobrevivió al paso de la
“Colección Olé!” pequeña a la “Olé!” grande. Y así pasa
en el “Super Humor” nº 13, cuya primera edición es de
abril de 1994, con la Mortadelada “Protegiendo al jefe”,
procedente del “Super Tío Vivo” n.º 103, de junio de
1981. Más reciente, el “Super Humor” n.º 31 de
diciembre de 1999 publica “La siesta”, del “Super Tío
Vivo”, n.º 109, de diciembre de 1981.
“La siesta” (versión “Super Humor Mortadelo” n.º 31, XII/1999)

  REFERENCIA TÍTULO DE MORTADELADAS FECHA  Nº 


 (TV=Tío Vivo+número;  REVISTA BRUGUERA
STV=Super Tío Vivo+número)

1 C-A-545-CAS-1981-01-TV1038 Mortadeladas (Hotel de montaña) 26-I-1981 25885

2 C-A-547-CAS-1981-01-TV1039 Mortadeladas (Anzuelo con un imán) = Día de pesca 2-II-1981 25887

3 C-A-549-CAS-1981-01-TV1040 Mortadeladas (Bombilla) = La bombilla 9-II-1981 25888

4 C-A-551-CAS-1981-01-TV1041 Mortadeladas (Llenan la bañera con cubos de agua) = La 16-II-1981 25886


bañera (II)

5 C-A-552-CAS-1981-01-TV1042 Mortadeladas (Suegra del Súper) = Malentendidos Olé! B 1ª 23-II-1981 26021

6 C-A-553-CAS-1981-01-STV102 Mortadeladas (Chapa de cola loca) = La chapa V-1981 25883

7 C-A-554-CAS-1981-01-STV103 Mortadeladas (Joe Criminález) = Protegiendo al jefe VI-1981 n.d.

8 C-A-555-CAS-1981-01-STV104 Mortadeladas (Hiperrealismo) VII-1981 26024

9 C-A-556-CAS-1981-01-STV105 Mortadeladas (Boby, el animal del Súper) = El Aviso VIII-1981 26025

10 C-A-557-CAS-1981-01-STV106 Mortadeladas (Planta Carnívora) = El canario IX-1981 26026

11 C-A-558-CAS-1981-01-STV107 Mortadeladas (Joe Granítez) X-1981 25884

12 C-A-559-CAS-1981-01-STV108 Mortadeladas (Cobrar mensualidad) XI-1981 26022

13 C-A-560-CAS-1981-01-STV109 Mortadeladas (Camaleón) = La siesta XII-1981 25928

14 C-A-566-CAS-1982-01-STV110 Mortadeladas (Hay café) I- 1983 25882

231
Breves comentarios a cada entrega de “Mortadeladas”:

-1 Hotel de montaña es una página que podría ser el típico chiste de portada de Mortadelo en horas bajas. El juego de
palabras entre el maletero del coche y el profesional que lleva las maletas... hum…

-2 Día de pesca: tiene apariencia espectacular aumentada por estar realizada en una única página. Así, una idea de
Mortadelo, un pez de juguete con metal, un imán y un gran barco y una viñeta final que ocupa toda la franja inferior
con parte a nivel del mar y parte submarina.

-3 La bombilla. Es otro juego de palabras basado en un equívoco. Nótese que Ediciones B elimina el numerito o
número de factura que suele situarse en la calle superior a la última viñeta. El nuevo coloreado da la sensación de ser
más limpio a la vez que parece vaciar de relleno cada viñeta: como si fueran dos historietas diferentes.

-4 La bañera 2 (añadimos un “2” porque hay otra historieta de Mortadelo y Filemón con ese título): se llena de cubos
de agua una bañera. El dibujo parece muy detallado, en parte porque hay fondos dibujados (bañera, cortina, puerta,
fondo en la calle) y por las reverencias y pensamientos de Filemón.

-5 Malentendido o La Suegra del Súper: La historieta se puede resolver de muchas maneras: que acabe bien para los
protagonistas no es habitual, y se agradece.

-6 La chapa. El dibujo es más elaborado, a la vez que más tranquilo o con menos caras desbocadas. La idea nos suena.
El dibujo de Mortadelo rico en un coche nos suena a una historieta corta. ¿Estamos ante un remake?

-7 Protegiendo al Jefe. Es una sucesión de disfraces, lo que ya vale la pena. Sería curioso saber de dónde salen porque
se nota que han sido copiados: nos suenan. En estas historietas el dibujo parece estar en un estadio anterior al que
Casanyes efectúa desde finales de los años 1970 en la revista “Mortadelo Especial”. Es posible que fuera por el uso de
la calcadora y de ayudantes (nos basamos en la página 4 del texto “Mortadelo y yo”, escrito por Casanyes, y
publicado en su web. Nos situamos hacia 1980, cuando el dibujante confiesa haber montado su propio estudio de
apócrifos, con Lurdes e Isabel, utilizando calcadoras, como ya vimos en el primer volumen).

-8 Hiperrealismo: creo que hay que leerla más de una vez para entender lo que sucede. Hay un importante elemento de
defensa que está dibujado para Filemón pero que al lector nos parece tan dibujado o tan real como el resto de
elementos. La idea la hemos visto en otros episodios de “el delincuente se viene a vengar de Filemón”. Muy pasable
gracias al disfraz de Mortadelo-pintor Velázquez.

-9 El aviso: es un chiste que hemos visto mil veces en inicios de historieta: ¿dónde está la manta? Ah, es que me han
dicho que vamos a ver al manta del Súper, al perro del Súper, al golfista del Súper… Sirve de prueba de que los gags
de Ibáñez podrían plasmarse de otra forma: en forma de tiras, en forma de páginas sueltas, etc., y no solamente en una
o dos viñetas como parte de una conversación más larga.

-10 El canario: ídem. E incluso nos suena como a historieta corta antigua.

-11 Joe Granítez: es una historieta de Mortadelo supuestamente ayudando a que un delincuente no masacre
vengativamente a Filemón.

-12 Cobrar mensualidad hace referencia cómica a Ibáñez, algo típico en las historietas apócrifas con lo que le otorgan
mayor fama entre los lectores, que no necesariamente tenían por qué haber leído su firma en otras historietas. El disfraz
y aspecto de Mortadelo boxeador nos suena como de “La Historia de Mortadelo y Filemón”.

-13 La siesta: los ojos y la cara de la viñeta 3 es casi lo único con lo que podemos identificar a Casanyes. Pero ¿estáis
preparados para más sorpresas? En la rarísima portada de la revista “Mortadelo” nº 258 del año 1986, dibujada por el
Bruguera Equip.

-14 Hay café: es la historieta más extraña y más destacable. No me suena que exista una historieta larga dedicada al
tema de la escasez mundial de café, o de un producto similar. A la vez, es una historieta muy costumbrista: en el
mundo real, los cafeteros se agobian sin esa bebida, y de ahí el éxito de máquinas de café y de bares, y de las carreras
en lugares de trabajo y de estudio. Es curioso que haya sido la historieta publicada, según nuestros datos, en último
lugar de las “Mortadeladas”. Pese a que solamente son bustos parlantes o primeros planos en sus viñetas, la sensación
es que es una historieta angustiosa, con los personajes al borde de un colapso que se traslada al lector. En 1981 aún no
existía la locura por el té y otras infusiones asimismo conocidas con uso abusivo del mismo vocablo (“té de rooibos”,
etc.)

Sorpresa final: aunque el gag es efectuado por una ocurrencia de Mortadelo, se puede contar una aparición elevada
de Filemón en cada entrega. A veces, es el evidente protagonista y puede estar en la mitad de viñetas (en 6 o 7)... en
tanto que no es raro que Mortadelo no aparezca ni en la mitad de las mismas. La proporción habitual suele ser la
opuesta: Mortadelo tiene una presencia como mínimo igual a la de Filemón pero, de manera habitual, muy superior.
Dos historietas tienen por protagonista casi único a Mortadelo: “Cobrar la mensualidad” (es un sueño suyo) y
“Protegiendo al Jefe”.
232
CAPÍTULO 22

ORIGINALES Y RAREZAS
(Por José Gálvez y Alfredo Sánchez)

Dedicatoria de Ibáñez para para un editor de la revista “Mortadelo”


(recuperada posteriormente en un folleto de la exposición
“Francisco Ibáñez - El geni de l’humor”, 15/V2001 - 20/X/2001)
LOS ORIGINALES
(José Gálvez)
Recuerdo que, de pequeño, ojeando páginas de un libro de Mortadelo y Filemón, aún sin saber leer, comencé a
preguntarme quién y cómo haría esos dibujos que tanto me gustaban. La primera cuestión fue resuelta pocos años
después una vez aprendida la lectura, ya que al final de ese libro venia una biografía con foto incluida del autor; mi
hombre era Francisco Ibáñez.

El tema de los dibujos fue más complicado; a


principios de los ochenta y aún sin internet era más
difícil acceder a la información. Aunque uno ya
andaba con la mosca tras la oreja, pues en la foto
anterior se veía un papel de grandes dimensiones
bajo la mano de Ibáñez, que contrastaba en tamaño
con lo que parecía ser una revista de “Mortadelo”
semanal. Ya en los noventa, gracias a la foto actual
que aparecía al final de los álbumes de la colección
“Magos del Humor”, la cosa quedó clara viendo la
mesa de trabajo del maestro. Esos dibujos
encerrados en viñetas y esas portadas majestuosas de
nuestro querido autor realmente eran de un tamaño
mayor al que nos llegaban. Sí, sí: los dibujos se
realizaban a gran tamaño, así se conseguía un nivel
superior de detalle y era más cómodo de dibujar.
Luego, en la imprenta, se encargaban de reducirlos
para acabar en nuestras manos como los
conocíamos. Esto me llevo a hacerme un sinfín de
preguntas: ¿cuál era el tamaño real de esos dibujos?,
¿cómo era el proceso de realización?, ¿se podían Francisco Ibáñez – Imagen de la biografía del autor
ver?, ¿quién los tenía?, ¿una vez publicados, qué se (“Ases del Humor”, Bruguera)
hacía con ellos? Y lo más importante para mí: ¿se
podían conseguir?; esta última pregunta me estuvo
retumbando en la cabeza hasta que pude conseguir
mi primer original del creador de Mortadelo y
Filemón, ardua tarea que me podría dar para escribir
un libro completo.

Francisco Ibáñez – Imagen de la biografía del F. Ibáñez en su casa, rodeado de originales de portadas (h. 1992-93)
autor (“Magos del Humor”, Ediciones B)
Cierto es que un dibujo original salido del rotulador de nuestro autor puede tenerlo cualquiera que haya decidido
aventurarse a ir a una de sus sesiones de firmas, para ya de paso intercambiar unas palabras con él y llevarse de regalo
un Mortadelo disfrazado de fantasma, gusano, margarita, foca, mariposa, incluso de cualquiera de sus otros personajes
o alguna que otra petición especial, siempre y cuando no lleve mucho tiempo dibujarla.

Pero claro, una cosa no es lo mismo que la otra, ¡oiga! Los dibujos realizados por el maestro para sus publicaciones
están hechos con un esmero, cuidado y dedicación que cualquiera que los observe de cerca caerá enamorado y rendido
ante tal magna obra de arte, si, ha leído bien, dignos todos de colgar en las paredes de cualquier museo, de hecho
alguno ya cuelga. Las portadas son las más preciadas y apreciadas, el autor es donde más espacio tiene para lucirse y
desplegar todo su ingenio, siempre ha cuidado hasta el último detalle y lo sigue haciendo a día de hoy, que a pesar de
lo que digan algunos sigue dibujándolas enteritas, lápiz y tinta.

234
Dos ejemplos de las habituales dedicatorias del
autor, realizadas en pocos segundos Dibujo a lápiz original de Ibáñez - Cartel del 34º Salón del Cómic de Barcelona

Francisco Ibáñez, tras el abocetado a lápiz utiliza


distintos tipos de rotuladores de diferentes grosores
para dar ese acabado que todos conocemos: como
decía, tener enfrente uno de esos originales es un
espectáculo visual. Y más aún si se trata de esas
portadas, guardas o portadillas realizadas en los años
60 y 70, en las que Ibáñez utilizaba pluma y tinta
china. Una delicia que todo fan de su obra debería
poder apreciar en alguna ocasión.

De la misma forma, las viñetas que constituyen la


historia o historieta en sí eran realizadas con gran
nivel de detalle hasta los años 70, aventuras como “El
sulfato atómico”, “Valor y… ¡al toro!”, o la corta
“La historia de Mortadelo y Filemón” así lo
corroboran. Estas se realizan a dos folios (el tamaño
ha ido variando con los tiempos) en horizontal, con
dos tiras de viñetas cada uno que luego se unen,
también con la intención de trabajar a mayor escala.

En los años 70, con la creciente demanda de páginas


de nuestro autor, este tuvo que sacrificar el nivel de
detalle del dibujo en pro de producir, producir y
producir, ¡hasta 20 originales semanales con todos su
dibujitos y detalles!, una hazaña que no todos son
capaces de alcanzar. Esto conllevó que además de la
simplificación del dibujo, que no necesariamente fue
acompañada de una bajada del nivel de calidad, se
tuviera que recurrir a entintadores que se encargaban
de repasar el lápiz de Ibáñez, para así este poderse
dedicar en exclusiva al lápiz y al guion, lo que le
Portada original - “Mortadelo” - Extra de verano 1975 daba tiempo a crear más páginas.

235
Página 36-B de “El Sulfato atómico” (Francisco Ibáñez – lápiz y entintado)

Página original de “Uhu y el niño Prudencio”

236
Indudablemente un original realizado a lápiz y tinta por Francisco Ibáñez está más valorado que uno realizado solo a
lápiz y entintado por otra persona, aunque el mercado puede llegar a ser muy impredecible y no sería de extrañar que
estos alcanzaran un precio más elevado, ya que muchos de los que entintaron a Ibáñez fueron autores muy conocidos
y reconocidos. Por ejemplo, un original de la aventura larga “Las embajadas chifladas”, dibujada por Ibáñez y
entintada por Raf, a nivel de coleccionista un original de esta historia puede llegar a ser muy codiciado, ya que
aglutina el estilo de dos grandes talentos, que a pesar de estar dibujada a lápiz por Ibáñez, Raf impregnó con su mano
todos los rincones, una rareza repetida en muy pocas ocasiones.

En la actualidad y desde hace ya más de 35 años las páginas de las aventuras de Mortadelo y Filemón siguen
estando dibujadas a lápiz por Ibáñez, siendo Juan Manuel Muñoz quien realiza a continuación la labor de redibujar,
corrigiendo, si es necesario, las proporciones y morfología de los personajes para en una fase posterior realizar el
pasado a tinta de las páginas, como vimos en el capítulo siete. Pero como decía antes, las portadas, guardas y
portadillas las realiza Francisco Ibáñez al cien por cien.

Dibujo original de Ibáñez, tras el ajustado del lápiz y el entintado realizado por Juan Manuel Muñoz

Nuestro autor también realizó numerosas páginas con historietas de


personajes enfocados a hacer publicidad para alguna marca
emergente de la época. Estas páginas sí que siguieron manteniendo
gran nivel de detalle en el dibujo y además el propio Ibáñez siguió
encargándose de la tinta, no sabemos el motivo, pero podemos
pensar que igual esas páginas al ser encargos aparte, mediante la
agencia de publicidad de Bruguera, podrían estar mejor pagadas.

Además, existe otro tipo de material solo al alcance de unos


cuantos privilegiados, es lo que se suele llamar “comisiones” (por
deficiente traducción del inglés “comission”, en español “encargo”,
pues se trata de encargos que se le hacen a un autor), solo que Ibáñez
no las realiza al uso, simplemente las hace de forma gratuita a quien
le apetece. Los afortunados pueden ser amigos, familiares, el
kiosquero de enfrente, el bar de la esquina, un museo y por supuesto
un fan con mucha suerte. Aquí uno se puede encontrar cualquier
cosa, desde un Mortadelo tocando la guitarra hasta una
interpretación Ibañezca de las mismísimas meninas de Velázquez,
coloreadas con acuarela por el propio maestro. Aunque la mayor
parte de las veces suelen ser dibujos de sus personajes mas famosos
en alguna situación graciosa, incluso a veces podemos ver al propio
destinatario caricaturizado en ellos.

De estas delicias, al formar parte del ámbito privado del señor


agraciado, se desconoce qué puede haber por ahí esparcido, pero lo
poco que se va viendo sorprende muy gratamente, además de que
ayuda a ver a nuestro autor en otras facetas y registros. Viñetas originales del “Pulgarcito” n.º 1535 (3/X/1960)

237
Por último, no podemos dejar de mencionar los pósters y carteles promocionales o publicitarios realizados por Ibáñez
a lo largo de su carrera: aquí podemos encontrar sobre todo carteles promocionando algún evento, exposición o marca.
Sin duda Ibáñez nos regala un gran legado artístico independiente de la historieta de humor en sí.

Ílustración realizada por Ibáñez tras la victoria de la selección española de fútbol en el Mundial 2010. En ella aparecen retratados
los futbolistas Xavi, Sergio Ramos, Fernando Torres, Iniesta, Pujol, Casillas, Xabi Alonso, Joan Capdevila y David Villa.

238
“LAS MENINAS” DE IBÁÑEZ

A continuación recuperamos para nuestros lectores la versión de “Las meninas” de Velázquez de la que hemos
hablado. Coloreada a acuarela por el propio artista, fue realizada en 1986 para su amigo Manolo Darias, que
presumió de semejante joya en uno de sus artículos publicados en el periódico tinerfeño “Diario de Avisos”.
Reproducimos bajo estas líneas un extracto del texto que redactó el autor en su artículo del 17 de abril de 2011.

“En enero de 1986, siendo yo vocal de Cultura del Colegio de Aparejadores, organicé una muestra en la Sala de
Exposiciones de la citada entidad en la que se colgaron originales de los más reputados historietistas españoles de la
época. Para darle la máxima brillantez a la inauguración del evento, invité entonces a mi viejo amigo Francisco
Ibáñez a desplazarse a Tenerife. El genial dibujante que, en aquellos momentos, protagonizaba un sonado y
mediático conflicto con Bruguera a causa de sus derechos de autor, se desplazó a Tenerife, obteniendo en todas sus
apariciones un notable éxito, tanto de público como mediático, ya que le fue imposible atender a todas las peticiones
recibidas por parte de prensa, radio y televisión. Unos días antes, para celebrar el trece aniversario del nacimiento de
esta página, el popular viñetista catalán me envió la ilustración a todo color que acompaña este artículo. Se trata de
una lámina, a la que yo siempre he llamado “Las meninas de Ibáñez”, en la que, inspirándose en la inmortal obra de
Velázquez, el dibujante nos presenta una espectacular creación en la que todo buen aficionado es capaz de identificar
a sus principales protagonistas tebeísticos. Además del propio historietista, en primer plano con tintero y plumilla en la
mano, y el que esto escribe, en el quicio de la puerta entreabierta, podemos reconocer a los siguientes personajes:
Pepe Gotera, Otilio, Mortadelo, Filemón, el Profesor Bacterio, el Súper, Ofelia, Rompetechos, el botones
Sacarino, el Dire y el Presi...”.

239
EN EL PAÍS DEL SOL NACIENTE Y OTRAS RAREZAS

La siguiente lámina (de 40 x 60 cms) muestra a un Mortadelo disfrazado de japonesa con shamisen. Dibujado,
entintado y coloreado con acuarela por el propio Ibáñez, fue el regalo que recibió Mercedes al ganar un concurso de
dibujo hace más de treinta años. Apareció en el blog de un servidor (“Pensión el Calvario”). A su derecha aparece
otra preciosa ilustración realizada por Ibáñez para el festival “La Risa”, celebrado en Bilbao en 2012. El dibujante
también dedicó un dibujo al cuerpo de la Guardia Civil. La asociación AUGC (Asociación Unificada de Guardias
Civiles) le había entregado en Barcelona una placa en homenaje a su ingente trabajo y el dibujante mostró su
agradecimiento realizando expresamente la viñeta humorística que reproducimos en la parte inferior de la página.

240
Dedicatoria de Ibáñez para el cantante Fito

Ilustración de Francisco Ibáñez para “El Boceto”, de Paco Nájera


(2002, Amaníaco editores)

Ilustración para el “Bruguelandia” n.º 3

Dedicatoria de Ibáñez al dibujante Iranzo Dedicatoria de Ibáñez para el bar “Makinavaja”

242
EL MUSEU DEL VERMUT Y OTRAS CURIOSIDADES

En los primeros meses de 2018 apareció en la web de Facebook la siguiente ilustración de Ibáñez dedicada al
“Museu del Vermut” de Reus. Bajo ella añadimos otras ilustraciones del artista catalán.

Ilustración para la contraportada del


“Super Humor Mortadelo”, n.º 3 (1993)

Ilustración de Ibáñez para “La Casa del Libro” (2018)

241
CAPÍTULO 23

HISTORIETAS Y TIRAS
PUBLICITARIAS
(Por Alfredo Sánchez)

Ilustración publicada en la revista “Mortadelo” n.º 427 (Bruguera, 29/I/1979)


¡Rescatemos chistes e historietas olvidados!
Era imperativo dedicar un capítulo a la recopilación de todas esas historietas y chistes promocionales de las que ya
hablamos en el primer volumen pero que fue imposible incluir entonces (a excepción de las dos historietas cortas de
una página que Ibáñez realizó para las campañas de plumas Parker y de la editorial Bruguera -“El placer de
obsequiar y recibir libros”-).

Comenzaremos con cierta campaña humorística


lanzada en los años sesenta por “Propaganda
Médica S.A.” de la que ya hablamos en el
primer volumen del libro. Los chistes
aparecieron en los catálogos de medicamentos
del S.O.E. (Seguro Obligatorio de
Enfermedad), que publicó la editorial Promesa
(Madrid-Barcelona). Aprovechamos este
segundo tomo de “El libro de oro de Mortadelo
y Filemón” para recopilar todas las ilustraciones
que Ibáñez realizó para dicha campaña conocidas
hasta la fecha. Diecinueve en total.

El primero de los dibujos, de 20 x 25 cm, fue


dibujado hacia 1960 para la serie “El
Farmaceútico” (imagen derecha). Los otros dos
dibujos que aparecen en esta página tienen un
tamaño diferente (23,5 x 34,5 cm) y fueron
dibujados (lápiz y tinta) hacia 1962-1963. En
aquella época Ibáñez empezaba a despuntar
como dibujante y en ella queda patente la
influencia del gran Manuel Vázquez. Se aprecia,
no obstante, una evolución en el estilo de Ibáñez
entre unas y otras ilustraciones. En el dibujo que
aparece bajo estas líneas, correspondiente a la
serie “El dolor”, se advierten ciertos rasgos de
clara influencia franco-belga como las orejas
(diferentes a las clásicas orejas “caracol” de una
época pretérita que sí hallamos en los otros
dibujos). Las manos son de un estilo claramente
diferente a las que vemos en los otros dos
chistes. Incluso los pliegues de la ropa del
enfermo muestran un antes y un después en el
estilo del dibujante.

244
En esta página reproducimos tres
ilustraciones más realizadas por Ibáñez
para la misma campaña. La primera de
ellas, a la izquierda de estas líneas (“El
oculista”), mide 12’5 cm de anchura y en
ella advertimos un estilo de Ibáñez en
plena evolución: el cegato personaje que
aparece al fondo de la imagen saludando a
un florero posee las “orejas-caracol”,
propias de un estilo más primitivo,
mientras que los dos personajes que
aparecen en primer plano (oculista y
paciente) presentan unas orejas con estilo
de clara influencia “franco-belga”. El
calzado de todos los personajes sigue
siendo aún más rudimentario que el que
encontraremos pocos años después. La
imagen fue cedida por Carlos Areces,
junto a la imagen inferior izquierda (que
lleva por título “El médico del S.O.E.”).

Completa la página otra ilustración para


la misma promoción cedida por Paco
Baena expresamente para este artículo.
Aunque no se aprecia en la imagen, el
original lleva escrito a lápiz, sin entintar, el
texto “Ambulatorio de...” sobre el póster
de la pared. En la página siguiente
reproducimos cinco ilustraciones de la
misma campaña, la mayoría cedidas por el
coleccionista Juan Manuel Bosque (las
tres últimas forman parte de una misma
lámina). En las páginas siguientes
reproducimos otros originales cedidos por
Diego Cantero y Antonio Sánchez.

- El médico del S.O.E.-

245
- El médico internista -

246
247
248
249
Las vacaciones de Mortadelo

Continuamos con una curiosa página realizada por Ibáñez y que ha sido reeditada en muy pocas ocasiones. Se
incluyó en el interior del álbum de cromos “Las vacaciones de Mortadelo”, publicado por Bruguera en 1973.

250
“Frigo-Manía”

En 1994 la marca de helados Frigo editó una revista publicitaria con 16 páginas llenas de historietas, entre ellas una
de dos páginas con Mortadelo y Filemón como protagonistas en la que se promocionaba el helado “Bomba” de Frigo
(cortesía de Giraldo). La portada de la revista fue realizada por Jan.

251
252
253
“¿Quien tiene el Chollo”

En 1985 las revistas de Bruguera incluyeron entre sus páginas el concurso “¿Quién tiene el chollo?”, que animaba
a los lectores a participar intentando descubrir qué personaje de la casa había secuestrado a la mascota del popular
concurso de televisión “Un, dos, tres”. Hablamos en el primer volumen de las ocho historietas de una página que
Ibáñez dibujó para esta promoción, pero solo pudimos reproducir media página de una de las historietas. Incluimos
ahora todas ellas en este segundo volumen junto a otras páginas relacionadas con el concurso.

“Zipi y Zape Especial” n.º 143 (Bruguera, I/1985)

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“Zipi y Zape Especial” n.º 145 (Bruguera, II/1985)

Soluciones a algunos de los concursos “¿Quien tiene el Chollo?”

263
“Historietas Tulicrem”

Además de las pegatinas que regaló Tulicrem en sus tarrinas en 1983, también se promocionaron sus cremas en
1985 en las revistas de la editorial Bruguera a través de tres historietas de Mortadelo y Filemón de autoría apócrifa y
con carácter publicitario (dos de media página y una tercera a página completa) que reproducimos a continuación.

264
265
“Carpetas Comibloc”

En el primer volumen del libro no pudimos reproducir a página completa esta página que apareció en numerosas
revistas Bruguera del año 1977 anunciando las carpetas de anillas “ComiBloc”, de la casa Plastinova. Las
ilustraciones de este anuncio fueron realizadas por Antoni Bancells, mientras que las portadas y contraportadas de las
carpetas que se comercializaron se extrajeron de diversos álbumes publicados por Bruguera (“Olé!”, extras de
verano de la revista “Mortadelo”…).

266
La Vuelta

No pudimos reproducir en el primer volumen la página publicitaria de Telefónica creada por Ibáñez en 2000 para el
álbum “La Vuelta” que se regaló en formato grapa en el diario “El Periódico de Catalunya”. También el grupo
alemán Würth y la firma suiza Expert utilizaron esta aventura como reclamo ese mismo año con el icono de la
empresa plasmado en la portada (reproducimos más adelante ambas portadas).

Aprovechamos este capítulo especial para recuperar dicho material, así como algunas viñetas de prensa que
aparecieron en el mismo periódico (cortesía de Mortadelón, Magín, Tonimn y Carlos Areces). Aunque la primera
viñeta indica que se corresponde con la primera etapa (Málaga-Málaga), en realidad dicha etapa fue la etapa prólogo,
por lo que hay un desfase entre la numeración indicada en las viñetas de Ibáñez y la etapa oficial. Así, la primera etapa,
que no la prólogo, fue en realidad la que hizo el recorrido Málaga-Córdoba, que Ibáñez dibuja en su segunda viñeta.

267
Viñetas correspondientes a las etapas 1 y 2. En realidad fueron la etapa prólogo y la primera etapa (publicadas el 26-27/VIII/2000)

Viñetas correspondientes a las etapas 3 y 4 que en realidad se corresponden con las etapas 2 y 3 (publicadas el 28-29/VIII/2000)

Viñetas correspondientes a las etapas 5 y 6 que en realidad se corresponden con las etapas 4 y 5 (publicadas el 30-31/VIII/2000)

268
Viñetas correspondientes a las etapas 7 y 8, que en realidad se corresponden con las etapas 6 y 7 (1-2/IX/2000)

Viñetas correspondientes a las etapas 9 y 10, que en realidad se corresponden con las etapas 8 y 9 (publicadas el 3 y 4/IX/2000)

Viñetas correspondientes a las etapas 11 y 12, que en realidad se corresponden con las etapas 10 y 11 (publicadas el 5 y 7/IX/2000)

269
Viñetas correspondientes a las etapas 13 y 14, que en realidad se corresponden con las etapas 12 y 13 (publicadas el 9 y 10/IX/2000)

Viñetas correspondientes a las etapas 15 y 16 , que en realidad se corresponden con las etapas 14 y 15 (11/IX/2000 y 12/IX/2000)

Viñetas correspondientes a las etapas 17 y 18, que en realidad se corresponden con las etapas 16 y 17 (publicadas el 13 y 14/IX/2000)

270
Viñetas correspondientes a las etapas 19 y 20, que en realidad se corresponden con las etapas 18 y 19 (publicadas el 15 y 16/IX/2000)

Viñeta correspondientes a la etapa 21, que en realidad se


corresponde con la etapa 20 (publicada el 17/IX/2000)

Portadilla del álbum “La Vuelta”


(“Magos del Humor” n.º 83, IV/2000)

Portadas del álbum promocional de Würth y Expert (2000) Portada del álbum en formato grapa que
regalaba “El Periódico de Catalunya” (2000)

271
Tiras publicadas en “El Periódico de Catalunya” los días 26,27,28 y 29/VIII/2000 y 1, 2, 4 y 5/IX/2000
272
Tiras publicadas en “El periódico de Cataluña” los días 8, 9, 10, 12, 13, 14,15 y 16/IX/2000
273
Aprendiendo inglés con Mortadelo y Filemón

En el año 1990 la editorial Hispano Francesa de Ediciones utilizó a Mortadelo y Filemón para enseñar inglés en las
páginas de una revista especializada (“I love english”). Se utilizaron historietas de diversos dibujantes como Martínez
Osete o Antoni Bancells traducidas al inglés. Snert nos comentó que se publicaron al menos tres, de las que citó dos:
“In search of the microfilm” (“Tras el microfilm” de Bancells) y “School of Hard Knocks” (“Llamada urgente” de
Martínez Osete). Reproducimos bajo esta líneas el comienzo de esta última, junto a la versión española. La expresión
“School of hard knocks” se utiliza para indicar que algo se ha aprendido a base de “palos”. Quizá el refrán “La
experiencia entra a palos” pudiera servir de símil.

274
“Cohete a la Luna”

A comienzos de la década de los setenta,


la compañía discográfica Columbia
comercializó el disco “Cohete a la
Luna”. El vinilo narraba una historieta de
Mortadelo y Filemón, de unos doce
minutos de duración, guionizada por
Armando Matías Guiu. Se acompañaba
de una historieta de los personajes
ilustrada por José Luis Sagasti (Sagasty),
quien también se encargó de realizar la
portada del disco, a pesar de que en los
créditos de la parte trasera del disco se
acreditaba erróneamente el dibujo de la
portada a Ibáñez. Las voces de Mortadelo
y Filemón fueron interpretadas por
Fernando Forner y por Leopoldo de la
Peña respectivamente.

Nos hemos tomado la licencia de


remontar la historieta original en una
única página (ver página siguiente), ya
que la lectura del formato original
(páginas de tamaño cuadrado) hubiera
podido inducir a confusión sin este
remontaje.

275
276
“Chicle Dunkin”

Como sabemos, en 1971 se publicaron dos historietas publicitarias de los agentes de la T.I.A. realizadas por
Martínez Osete. Aparecieron en la revista “Mortadelo” (Bruguera), en concreto en los números 53 y 55 (29/XI/1971
y 13/XII/1971 respectivamente). Ambas historietas, de una página, promocionaban los chicles Dunkin, pero no
pudimos más que referenciarlas en el primer volumen de este libro. Aprovechamos esta sección para reproducir ambas.

277
278
“Aventuras, Viajes y Dinero con Mirinda”

También hablamos de la campaña publicitaria financiada en 1974 por la compañía Pepsico en televisión a través de
los estudios Vara. En el anuncio televisivo aparecían Mortadelo y Filemón anunciando la bebida refrescante Mirinda.
Las revistas de la editorial Bruguera también se hicieron eco de la campaña ese mismo año, como vimos, pero no
pudimos reproducir la historieta de una página, que recuperamos ahora. Bajo los tapones de los refrescos podían
encontrarse las efigies de algunos destacados personajes de la editorial Bruguera. Consiguiendo los doce personajes y
remitiendo el póster completo a la fábrica de Pepsi Cola, se conseguía una suscripción a la revista “Super Mortadelo”
durante medio año. Además, se accedía a un sorteo de viajes a Londres con visita incluida al zoo de la ciudad.

279
“¡De nuevo con vosotros!”

En 1987 se incluyó la siguiente historieta publicitaria de dos páginas en muchas revistas de Ediciones B para
promocionarse a sí mismas después de que la editorial se hiciera con el fondo editorial de Bruguera. La historieta tuvo
una versión animada en forma de anuncio televisivo producido por Romagosa Internacional.

280
281
Ilustraciones de Ibáñez para diversas campañas y promociones de la revista
A comienzos de 1979 se incluyeron varias ilustraciones de Ibáñez en algunos números de la revista “Mortadelo” de la
editorial Bruguera. Anticipaban la incipiente renovación de contenidos de dicha cabecera que se produciría en las
próximas semanas. Los números 425 y 426 llevaron las siguientes ilustraciones respectivamente:

Ibáñez realizó algunas ilustraciones para promocionar en las revistas de la editorial Bruguera la colección de fichas
“Ases del Deporte Mundial”, de la que hablamos en el primer volumen. En la revista “Súper DDT” n.º 117,
publicada el 14 de febrero de 1983, apareció la primera pareja de ilustraciones (cortesía de CapitánJ):

El mes siguiente también aparecieron dos nuevas ilustraciones en el n.º 625 de la revista “Mortadelo”. Aumentaban
la intriga ante la sorpresa que la editorial le estaba preparando al lector.

282
En el siguiente número de la revista “Mortadelo” (el n.º 626), publicado el 4 de marzo de 1983, se incluyó una
ilustración de Ibáñez en la que Mortadelo aparecía arrojando un mensaje atado a un pedrusco con destino al director
de la editorial. El anuncio continuaba cocinando la inminente sorpresa editorial.

Pocas semanas después, el 21 de marzo de 1983, se publicó la revista “Mortadelo Especial” n.º 155, también de
Bruguera, e incluyó la conclusión de este primer gag. En ella vemos al director de Bruguera visiblemente cabreado y
con un chichón en la cabeza tras recibir el mensaje urgente de Mortadelo. También aparecen Zipi y Zape acercándose
a él para auxiliarle con un botiquín un tanto especial.

283
El mismo número también llevó la siguiente ilustración que hacía referencia a la misma sorpresa (la colección “Ases
del Deporte Mundial”) y volvería a reaparecer sólo una semana después, el 28 de marzo de 1983, en la revista
“Super Mortadelo” n.º 150.

Dicho tebeo (el “Super Mortadelo” n.º 150) también incluyó la siguiente ilustración con un Mortadelo botando de
alegría tras conocer que el director de Bruguera había aceptado su idea.

284
El misterio llegó por fin a desvelarse en la revista “Mortadelo Especial” n.º 156, publicada por Bruguera en marzo
de 1983. La ilustración ocupó toda la página de la revista y en ella los agentes explicaban a los lectores que las revistas
de Bruguera regalarían cada semana sobres de cromos de la colección “Ases del Deporte Mundial”.

285
A finales de ese mismo año, en diciembre de 1983, los números 644 y 645 de la revista “Mortadelo” llevaron las
siguientes ilustraciones que anunciaban la metamorfosis que experimentaría la primera etapa de la revista, cuya
numeración llegaba a su fin.

286
Los números 138 y 139 de la revista “Zipi y Zape Especial” también se hicieron eco de la noticia con dos nuevas
ilustraciones de excelente factura.

287
Los anuncios de Catalana Occidente, Agencia Tributaria y Fundación Hipotecaria

Ya hablamos en el primer volumen de este libro de los anuncios publicitarios que Francisco Ibáñez realizó en 1991
para la aseguradora Catalana Occidente. Recuperamos en esta página cuatro de estas ilustraciones (hubo al menos
una quinta que abría el capítulo 8 del primer volumen).

Anuncio Catalana Occidente


Anuncio Catalana Occidente
(Miércoles, 24/VI/1991)
(Viernes, 4/X/1991)

Anuncio Catalana Occidente (Jueves, 18/VII/1991) Anuncio Catalana Occidente (Jueves, 18/X/1991)

288
En la revista “¡Hola!” aparecieron en agosto de 1991 las mismas ilustraciones coloreadas, de las que hemos podido
rescatar tres con un mínimo de calidad.

La tercera de las ilustraciones que reproducimos en esta página se reutilizó para la portada del “Mortadelo Extra”
n.º 49 de Ediciones B (5/X/1994). En cambio, la primera y la última no fueron creadas expresamente para la campaña,
sino que fueron portadas de dos álbumes de la colección “Olé!” (el 115 y el 182 respectivamente), publicadas muchos
años antes de la campaña.

Anuncio Catalana Occidente Anuncio Catalana Occidente


(“¡Hola!”, 1/VIII/1991) (“¡Hola!”, VIII/1991)

Anuncio Catalana Occidente Anuncio Catalana Occidente


(“¡Hola!”, VIII/1991) (“¡Hola!”, 15/VIII/1991)

289
También hablamos en el octavo capítulo del primer volumen de este libro sobre la campaña que la Agencia
Tributaria del Ministerio de Hacienda realizó en 1994 en televisión (a través de B.R.B.) y en 1995 en prensa. A
Ibáñez le encargaron varias ilustraciones pero no pudimos incluirlas todas en ese primer tomo. Bajo estas líneas
reproducimos cuatro anuncios realizados por Ibáñez durante dicha campaña (en una de las imágenes se advierte la
licencia de Ediciones B y B.R.B. Internacional).

Anuncios en prensa – Campaña Agencia Tributaria

290
Como vimos, hacia el año 1990 Ibáñez realizó al menos nueve tiras para Fundación Hipotecaria de las que solo
pudimos incluir dos de ellas en el primer volumen. Reproducimos aquí todas ellas, publicadas por primera vez juntas.

291
292
CAPÍTULO 24

LO QUE EL VIENTO SE DEJÓ


(Por Alfredo Sánchez)

Portada-homenaje de Eva Richarte para “El libro de oro de Mortadelo y Filemón” (VI/2018)
¡Que no se quede nada en el tintero!
Este último capítulo pretende ser un “cajón de sastre” en el que tengan cabida todas aquellas cosas que, por unos u
otros motivos, no hemos podido incluir en el resto de capítulos de ambos tomos. Hablamos de curiosidades, rarezas,
anécdotas, bocetos, tiras y páginas promocionales, anuncios, ilustraciones, listados de historietas y resto de elementos
que no pueden quedarse fuera del “Libro de oro” debido a su elevado valor entre los aficionados a la serie. A pesar
de lo difícil que puede resultar ordenar todos estos elementos tan dispares, hemos organizado el capítulo en varias
secciones en función de las similitudes que unos y otros elementos tienen en común. Empecemos recordando algunas
anécdotas que probablemente muchos lectores desconocen.
Enterrada con Mortadelo
¿Sabías que la última voluntad de María Jesús Campos, profesora infantil,
fue ser enterrada junto a un Mortadelo? Su marido no solo cumplió con la
última voluntad de su esposa sino que contactó a través de un amigo con el
propio Ibáñez, que dedicó para ella su último álbum (“El dopaje… ¡qué
potaje!”) incluyendo junto a la dedicatoria una ilustración en la que
Mortadelo, disfrazado de ave del paraíso para la ocasión, volaba hacia el
cielo. Pura poesía. En sus últimos meses de enfermedad, María Jesús incluso
regalaba aleluyas de Mortadelo y Filemón, creadas por ella a partir de viñetas
recortadas, a los médicos y las enfermeras, como había hecho siempre con
amigos y familiares. Las aventuras de Mortadelo siempre le hacían reír y le
ayudaron a sobrellevar los inmensos dolores de su enfermedad.
Desgraciadamente el álbum dedicado por Ibáñez no llegó a tiempo por lo que
no se pudo colocar en el interior del ataúd pero su marido se lo regaló a sus
hijos para que guardasen un recuerdo de su madre que, a buen seguro, será
conservado con devoción durante toda la vida.

El Ibáñez más “sexy”

Jordi David Redó compartió con The_Eva la siguiente


ilustración (a la izquierda de estas líneas) que el genial
Ibáñez dibujó para otro compañero de profesión.
Afortunadamente Jordi hizo una fotocopia de la misma que
atesoró durante décadas. De otro modo, habría permanecido
irremisiblemente en el olvido. La imagen muestra a una
mujer cuya expresión de satisfacción contrasta con el estado
en el que aparece su pareja tras su reciente encuentro carnal.

Fichas de autores y dibujantes


María José Cano, antigua entintadora y dibujante del
estudio Sanchis que también trabajó en el estudio de
montaje del señor Duque, y de la que hablamos en el
capítulo dedicado a los autores apócrifos del primer
volumen, nos hizo llegar las siguientes fichas de Ibáñez y
de Toni Bancells, que aparecen acompañados por algunos
de sus personajes. Las fichas se entregaron en las Jornadas
de la Infancia y Juventud y, al parecer, se utilizaron para
recibir autógrafos de cada uno de los autores.

294
Pósters con disfraces de Mortadelo
Los disfraces de Mortadelo siempre han sido una constante y un referente en las incontables publicaciones que han
aparecido a lo largo de la dilatada carrera del personaje estrella de Ibáñez. Buena muestra de ello son los siguientes
pósters que aparecieron en diversas
publicaciones de Bruguera. La
mayoría lo hicieron en la revista
“Súper Mortadelo”:

-Mortadelo pueblerino (n.º 47)


-Mortadelo Aladino (n.º 33)
-Mortadelo ciclista (n.º 39)
-Mortadelo rockero (n.º 13)
-Mortadelo bruja (n.º 65)
-Mortadelo zulú (n.º 19).

El Mortadelo motorizado apareció


en el “Lily Extra Movida” (1984).
Pero hubo más pósters. En
concreto en las páginas interiores
de la revista “Mortadelo Especial”
(números 100, 101, 109 –realizado
por José Luis Sagasti– y 137
respectivamente). Ver página
siguiente.

295
296
El diorama recortable de Pritt y otras ilustraciones promocionales
En la revista “Mortadelo Extra Verano 1982” de Bruguera apareció el siguiente recortable que promocionaba el
fabricante de pegamento Pritt. Reproduce a los protagonistas de la serie con diversos elementos propios de un
escenario urbano para elaborar una ilustración al gusto del lector. En la parte superior de la página siguiente
reproducimos un anuncio que promocionaba una colección de 16 pegatinas de Mortadelo y otros personajes de la
casa que se regalaron con las revistas Bruguera a finales de 1984.

Recortable de Mortadelo y Filemón (Pegamento Pritt, “Mortadelo Extra”, Verano 1982).

297
Ilustración promocional de las pegatinas de Mortadelo y otros personajes (revistas Bruguera, octubre 1984)

Vive deportivamente con Mortadelo y su gente

En 1983 se regalaron una serie de pegatinas con los personajes más emblemáticos de Ibáñez en el interior de las
tarrinas de las cremas Tulicrem. Hablamos de ello en la página 225 del primer volumen, pero la imagen que
reprodujimos en su momento era bastante reducida. Aprovechamos para incluirla en esta sección a mayor tamaño.

298
El chiste más pequeño de Ibáñez + Póster 25º Aniversario TVE

Raúl Suay nos sorprendió con el que, muy probablemente, sea el chiste más diminuto de Ibáñez jamás visto en una
portada. Se trata de una bandada de aves que aparecen cerca de la costa en la portada de la revista “Mortadelo Extra
Verano 1981”. Entre los pájaros, dibujados con forma de “3”, aparece desentonando un número “4”. Ampliamos la
imagen a la derecha de la portada para que el lector pueda apreciar la gracia de tan reducido gag.

La imagen inferior se publicó en el “Mortadelo Extra 25º Aniversario TVE” en el año 1981. En la viñeta aparecen
personajes famosos como Miguel de la Quadra Salcedo, Julio Iglesias, Lola (y Lolita) Flores, José María Íñigo,
M.ª Cruz Soriano, Juan Manuel Gozalo, Isabel Tenaille o José Carabias, entre otros.

299
La “cuellitis” de Ibáñez

Carlos De Gregorio relataba así la crónica del problema de cervicales que apartó a
Ibáñez de su mesa de trabajo durante varias semanas: “El nº 201 de la segunda etapa de
“Mortadelo” (octubre de 1984) contenía el sexto episodio de la aventura “El cacao
espacial”, que alcanzaba la página 32. Ya no quedaba mucho para terminar la historia,
pero el final se hizo esperar. En el nº 202 (noviembre de 1984) nos encontrábamos con
una portada de un humor un tanto macabro. En el interior no encontramos la
continuación de “El cacao espacial”, sino una historieta corta apócrifa, y un texto
firmado por Armando Matías Guiu (que reproducimos bajo estas líneas).

El chiste de portada de la semana siguiente (el n.º 203), también realizado por el
propio Ibáñez, ahondaba en el tema de su enfermedad, y en la página 3 de la revista
podíamos leer las reacciones de la prensa mundial. Para el nº 204 se reaprovechó una
vieja portada del álbum “Los Invasores”, pero en el interior, además de la mencionada
historieta-homenaje apócrifa “¡Encuentren a Ibáñez!” encontramos una magnifica
página en la que el dibujante relata su enfermedad (“¡En directo, vía Télex!”). Entre los
“Mortadelo” 2ª etapa, n.º 208
números 205 y 213 se publicó la historia larga apócrifa “¡Que viene el fisco!”. Sabemos
(Bruguera, 1984)
que se reaprovechó alguna otra vieja portada (por ejemplo la de “¡Valor y... al toro!”
para el 207).
En el nº 208 aparece una estupenda ilustración protagonizada por el propio Ibáñez, en la que caricaturiza a sus jefes.
Puede verse a Ana Mª Palé y a Armando Matías Guiu junto a Hugo Benítez, consejero delegado de Bruguera. Entre
los números 214 y 216, ya en 1985, se publicó el final de la interrumpida historia “El cacao espacial”. No fue la
última realizada por Ibáñez para Bruguera, pues aún apareció la primera parte de “El preboste de seguridad”
(números 217-221) y “El cochecito Leré” (números 233-245). En octubre de 1985 finalizó esta aventura, que fue la
última historia larga de Ibáñez publicada en la editorial Bruguera”.

Página que parodia la prensa nacional y mundial haciéndose eco Artículo de Armando Matías Guiu explicando el problema
del problema de Ibáñez (“Mortadelo” Bruguera 2ª etapa, n.º 203) cervical de Ibañez (“Mortadelo” Bruguera 2ª etapa, n.º 202)

300
301
¡A reciclar se ha dicho!
En el verano de 2009, el Ayuntamiento de Lliçà d'Amunt realizó
una campaña para promover el reciclaje utilizando a Mortadelo
como reclamo. El ayuntamiento creó imanes para neveras con la
imagen de la campaña y una rueda del reciclaje que mostraba
información sobre dónde depositar los diferentes materiales de
basura (Fuente: “El rincón de Mortadelón”).

La pegatina de “La historia del dinero”


¿Sabías que en una edición de “La historia del dinero” realizada para BankUnion se colocó un adhesivo en la
última viñeta de la aventura para rellenar la viñeta en blanco que se había impreso por error?

En la viñeta en blanco que aparece a la


izquierda de estas líneas puede verse el
cajetín de texto original. Se lee: “En vista
de que no hay dinero, Mortadelo y
Filemón, hartos de no cobrar nunca,
deciden ‘ajustar’ las cuentas al ‘Súper’ a
su modo”. Bajo esta viñeta hemos añadido
una reproducción de la pegatina que se
añadió en algunas ediciones que
presentaron dicho error.

La historieta, dibujada por Jordi David


Redó, presentó además algunos cambios
entre las ediciones de Bankunión y de La
Caixa. Existen tres grupos de páginas que
fueron similares en ambas ediciones (1-22,
30-37 y 43-46 del álbum de La Caixa), sin
embargo, el resto de páginas presentaron
cambios: viñetas nuevas, otras
redistribuidas o suprimidas, cambios en
nombres de entidades... En resumen: la
historieta tuvo que ser readaptada del
modelo original, concebido para
Bankunión, a las necesidades que impuso
años después La Caixa para su nueva
edición. Juan Manuel Muñoz fue el
encargado de redibujar y entintar estas
cuatro nuevas páginas de la edición de La
Caixa debido al cambio de la entidad
patrocinadora. Las imágenes de la
izquierda muestran la diferencia entre la
edición de Bankunión y la de La Caixa.

302
Aniversario tras aniversario
A lo largo de su dilatada carrera, Ibáñez ha tenido el privilegio de celebrar numerosas efemérides: el 25º aniversario
de la creación de sus personajes más famosos, el 50º, el 60º… ¡La carrera del dibujante parece no tener fin!
Reproducimos bajo estas líneas dos de sus numerosos autorretratos en plena faena que fueron portadas de las revistas
“U, el hijo de Urich” (I/1988), “El Cultural” (El Mundo, 2008), “El Dominical” (El Periódico, 5/IV/2015) y “El
Mundo” (17/XI/2017).

303
Marcapáginas para todos los gustos

A lo largo de varias décadas Ediciones B (y ahora Penguin Random House) ha


obseguiado a sus lectores con todo tipo de marcapáginas, muchos de ellos
promocionando algún álbum de la colección “Magos del Humor”, pero también otras
publicaciones o eventos: La colección “Top Cómic”, “El gran libro de Mortadelo y
Filemón”, la fiesta de Sant Jordi, las guías para la vida… Reproducimos bajos estas
líneas una pequeña colección de marcapáginas de los personajes:

304
La revista “Nosotros”
Ya hablamos en el primer volumen de “Nosotros”, la revista interna de la editorial
Bruguera dirigida por Vicente Palomares y en la que ocasionalmente aparecieron
ilustraciones realizadas por Ibáñez. A continuación reproducimos la que fuera portada
del n.º 29, aparecido en octubre del año 1968. Ibáñez parodia en dicha portada el día a
día que se vive en la editorial, como ya hiciera otras ocasiones, en un ambiente un tanto
“tenso” ante la polémica surgida en torno a la revista “Nosotros”.

Portada revista “Nosotros” n.º 29 (Bruguera, X/1968)

305
Póster de “Fans”
Miguel Fernández Soto nos hizo llegar el siguiente póster que, a su vez, le había enviado Vicente Palomares
(antiguo redactor y técnico editorial de Bruguera). La ilustración celebra el primer aniversario de la revista “Fans”,
que empezó su andadura en junio de 1965, no obstante, no se publicó en dicha revista sino en uno de los números de
la revista “Nosotros”, de la que ya hablamos en el primer volumen. Probablemente en junio de 1966.

Póster conmemorativo revista “Fans” - Francisco Ibáñez (revista “Nosotros”, Bruguera, VI/1966)

306
Muñoz, Casanyes y Jordi David en plena forma
A pesar de que hasta 2019 no hemos visto su nombre y apellidos escritos en ninguna historieta de Mortadelo y
Filemón, Juan Manuel Muñoz Chueca lleva alrededor de cuatro décadas entintando los dibujos del maestro Ibáñez.
Sirvan como muestra de la calidad del dibujante las siguientes ilustraciones, realizadas en su mayoría a aficionados,
como ejemplo su talento.

307
308
Rescatamos, bajo estas líneas, dos preciosas ilustraciones realizadas por Casanyes en pleno 2012. La primera de
ellas es una portada de “El caso de los párvulos”, de la que el dibujante nunca antes había realizado una portada a
pesar de que la historieta fue completamente dibujada y guionizada por él.

Y para completar el trío de ases, incluimos en esta sección otra tanda de ilustraciones de Jordi David Redó.
Después de tantos años dibujando historietas de los agentes de la T.I.A., el artista catalán ha terminado por asimilar a
la perfección el estilo de Ibáñez. El autor nos ha hecho llegar varias ilustraciones que ha realizado para aficionados
alemanes, de ahí que muchas de ellas vayan acompañadas del logo de la serie tal como se publicó en tierras germanas
(“Clever & Smart”). Bajo estas líneas vemos a los agentes convertidos en esclavos de una Ofelia convertida en reina
de Egipto.

309
Bajo estas líneas contemplamos a un Mortadelo “Frankenstein” que está a punto de liquidar a su jefe de la
impresión. Bien podría servir como portada alternativa para el álbum “Los Monstruos”.

En la parte derecha tenemos otra divertida


ilustración en la que ambos agentes intentan liquidar
a un diminuto robot, inconscientes del descomunal
engendro robótico que tienen a sus espaldas
(¿pensaría Jordi en la larga “Robots bestiajos” al
dibujarla?). En la parte inferior aparece una
ilustración que Jordi realizó para nuestro apreciado
Kaximpo, en la que vemos a un Mortadelo disfrazado
de Gilito llevándose la “número uno” de su depósito.

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Cerramos la sección con cinco ilustraciones más, ambientadas todas ellas en el universo de “Star Wars”:

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Un hueco para los fans
En 2015 Raul Suay transformó una historieta de “La Familia Trapisonda”, publicada en el “DDT Extra Verano de
1963” y dibujada por Ibáñez al menos un año antes, en una historieta ficticia con la cabecera “El clan Pi y su perro
Atila”. Como el personaje de Pancracio vestía de forma muy similar a Filemón (camisa blanca, pantalones rojos, y
además llevaba chaqueta en las primeras viñetas de esta historieta), se le ocurrió eliminar el bigote y los pelos de detrás
de las orejas del personaje, añadiéndole dos pelos y logrando un tremendo parecido con Filemón.

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En enero de 2017 The_Eva y Caballero_Mortadelo nos deleitaban con una historieta de Mortadelo y Filemón al
más puro estilo “retro”: tal como las dibujaba Ibáñez en plena década de los años sesenta. La portada emulaba a las
míticas cabeceras de “Pulgarcito”, con el n.º 4931, inverso del 1394 (un guiño al número de la revista de “Pulgarcito”
en el que se publicó la primera historieta de los personajes).

315
Sueño frustrado

En 2013, David Damiani, dedicado


profesionalmente al mundo de la animación
(“Chico & Rita”, 2011), contactó con
nosotros para proponernos un proyecto
apasionante: realizar una serie de televisión
de Mortadelo y Filemón en 2D. A pesar de
que contamos con la ayuda de Juan Manuel
Muñoz y de la posibilidad de seducir a un
potente patrocinador, que habría financiado
un episodio piloto de la serie, el sueño no
pudo ver la luz. Tras ser propuesto a
Ediciones B, estos desestimaron la
iniciativa, ya que estaba ya en marcha el
desarrollo de la película de animación en 3D
de Guillermo Fesser. A pesar de todo, la
ilusión puesta en el proyecto dejó algunos
resultados muy positivos: hojas de personajes
(expresiones, posturas, manos, etc.) y
escenarios a la altura de lo que se esperaba. A
la derecha de estas líneas reproducimos una
mínima muestra de las muchas expresiones,
poses y posturas manuales que nos hizo
llegar el propio David.

Muestras de color y sombras del elenco principal de personajes de la serie

Estudio de las diferentes posturas manuales de los personajes Dos poses de Mortadelo como muestra para las
hojas de estilo de los personajes

316
Y hablando de cine, aprovechamos este espacio para mostrar una de las miles de octavillas que se repartieron entre
el público de la ciudad de Valencia que participó en el rodaje de la escena final de “La gran aventura de Mortadelo
y Filemón” (2003). Junto a ella reproducimos el particular homenaje de Miguel Díaz Vizoso, actual dibujante de Los
Pitufos en el estudio Peyo, a Mortadelo. Miguel reconoció haber llegado a llorar de la risa durante las vacaciones de
su infancia leyendo sus historietas. La imagen está tomada de su blog1.

En el libro “Los niños de la E.G.B.”, que hacía un recorrido por los juguetes, películas, libros de texto y tebeos de
aquellos que crecimos en los ochenta, se incluyó una rara ilustración de Mortadelo disfrazado de cocotero en la que
Filemón aparece visiblemente perjudicado tras recibir un inesperado coco en sus partes pudendas mientras
descansaba bajo su sombra. Juan Antonio Noé nos hizo llegar dicha imagen, que reproducimos bajo estas líneas,
junto a otra ilustración que Ibáñez dibujó para el doctor Mateo, su podólogo particular. También hemos añadido, a
pequeña escala, el póster que apareció en el “Súper Mortadelo” n.º 108 (VII/1992) y que hemos extraído del blog
“Pensión el Calvario”2, con un Mortadelo muy veraniego.

1 http://migueldiazvizoso.blogspot.com/2009/04/un-personnage-qui-berce-ma-jeunesse.html
2 http://pensionelcalvario.blogspot.com/2012/07/vacaciones.html
317
Para terminar, mostramos un par de ilustraciones realizadas por el maestro Ibáñez recientemente (en el momento en el
que escribimos estas líneas). La primera de ellas, bajo estas líneas, a la izquierda, es muy fresca y rica en detalles.
Ibáñez la realizó para el grupo editorial Penguim Random House en 2018. Se estampó en unas bolsas de tela que no
llegaron a comercializarse. En 2019 la editorial recuperó el dibujo en unas bolsas de papel promocionales para el
Salón del Cómic de Barcelona (aunque en las bolsas se indica que se realizaron con motivo de la Diada de Sant
Jordi, que coincide con el día del libro).

La segunda, a la derecha de la anterior, fue realizada en 2019 para la “Biblioteca del Nord”. Vistas una junto a la otra,
se advierten bastantes similitudes entre ambas a pesar del intercambio de posiciones de los personajes: su afición por la
lectura, animales por doquier, las posturas y el sillón…

Epílogo
Cerramos el libro con una fotografía de un Mortadelo humanizado y
envejecido publicada por Juan Antonio Serrano en su blog3.
Recuperamos del mismo unas palabras del propio autor que no dejan al
aficionado indiferente: “Una visión triste del personaje de Ibáñez, pasado
por un filtro temporal, que muestra a un Mortadelo anciano, con la
mirada perdida al frente, quizás perdido en un laberinto donde la
memoria ha desaparecido para siempre, permaneciendo en un estado
demente. La ilustración es un atrevimiento artístico y herético del
personaje, que como todos los de la ficción, nunca son filtrados por el
paso del tiempo, al menos la mayoría. Mortadelo y Filemón son
personajes que están a punto de pasar a otro nivel de la memoria
colectiva, una memoria colectiva solo de una parte de la sociedad, la
más veterana. Para otro estado social, estos personajes se convierten en
imágenes lejanas, leyendas olvidadas o incluso, sustantivos propios que
reverberan en el espacio y el tiempo, como espectros en un castillo o en
una palacio: sabemos que pululan por ahí, pero en realidad no nos lo
creemos, o en el mejor de los casos, estamos empezando a olvidarlos...”.
3 http://wwwjuanserrano.blogspot.com/2018/05/mortadelo-epilogo.html

318
COLABORACIONES Y AGRADECIMIENTOS
- Acasa (Foro de la T.I.A.) - Manuel Barrero (Tebeosfera)
- Alaguair (Foro de la T.I.A.) - Migo (Foro de la T.I.A.)
- Antoni Guiral - Miguel Fernández Soto (Foro de la T.I.A)
- Antonio Marín Navarro (Foro de la T.I.A.) - Miski (Foro de la T.I.A.)
- Antonio Tausiet (Foro de la T.I.A.) - Mortantonio (Foro de la T.I.A.)
- Bichomen (Foro de la T.I.A.) - Mortadelogc (Foro de la T.I.A.)
- Billy_el_horrendo (Foro de la T.I.A.) - Mortadelón (“El rincón de Mortadelón”)
- Caballero-Mortadelo (Foro de la T.I.A.) - Mortalbaceteño (Foro de la T.I.A.)
- Carlos Areces - Movieboxdv (Foro de la T.I.A.)
- Chespiro (“Corra jefe, corra”) - Nathan (Foro de la T.I.A.)
- Cigaretteman (Foro de la T.I.A.) - Pablo Vicente Damas (Foro de la T.I.A.)
- Damià Perich (Foro de la T.I.A.) - Raul1981 (Foro de la T.I.A.)
- Dionisio Platel (El rincón de Taula) - Sadlymistaken (Foro de la T.I.A.)
- Eu1600 (Foro de la T.I.A.) - Señor Ogro (Foro de la T.I.A.)
- Giraldo (Foro de la T.I.A.) - The_Eva (Foro de la T.I.A.)
- Goe (Foro de la T.I.A.) - Wayne Campbell (Foro de la T.I.A.)
- Hediondo (Foro de la T.I.A.) - Zorro Aullador (Foro de la T.I.A.)
- Hergest (“Pensión el Calvario”) - Resto de miembros del foro de la TIA que
- Isivangal (Foro de la T.I.A. / C.R.G.) de una u otra forma han aportado su granito
- Juanantonio3686 (Foro de la T.I.A.) de arena y a los que cito expresamente en la
- Lacosa (Foro de la T.I.A.) sección de agradecimientos de la “Página
- Magin (Foro de la T.I.A.) NO oficial de Mortadelo y Filemón”.

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
- Antoni Guiral, “Clásicos del Humor – Mortadelo y Filemón” (RBA, 2009)
- Antoni Guiral, “El Gran Libro de Mortadelo y Filemón” (Ediciones B, 2008)
- Antoni Guiral, “El Universo de Ibáñez” (Ediciones B, 2009)
- De la Cruz Pérez, Fernando Javier, “Los cómics de Francisco Ibáñez” (Ediciones de la UCLM, 2008)
- Fernández Soto, Miguel, “El Mundo de Mortadelo y Filemón” (Dolmen, Palma de Mallorca, 2005)
- McCloud, Scott, “Cómo se hace un cómic” (2003)
- Eisner, Will; "Cómic y arte secuencial"

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"Mi humor, como el de todos los historietistas actuales, es de evasión, pura y simplemente de
evasión. Se basa esencialmente en la sencillez de las cosas. Cuanto más sencilla es una historieta,
el público mejor la lee y pasa un rato distraído. No hace falta que se ría a carcajadas, solo con
que empiece una historieta y la termine y ponga buena cara nos sentimos satisfechos. Es señal de
que ha pasado un momento agradable. La historieta ha cumplido, entonces, su principal misión."

Francisco Ibáñez

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