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ElLibrodeOrodeMortadoyFilemon Tomo2 v4
ElLibrodeOrodeMortadoyFilemon Tomo2 v4
DE
MORTADELO Y FILEMÓN
(Volumen 2)
Quiero transmitir mis agradecimientos:
A todos los miembros del foro de la T.I.A. que de una u otra forma han aportado
su granito de arena y me han motivado a la hora de escribir este libro.
Todas las imágenes son copyright © de sus respectivos propietarios y su reproducción se acoge al art. 32 del R. D.
Legislativo 1/1996 de 12 de abril (BOE núm. 97, de 22 de abril) con las modificaciones dadas al mismo por las Leyes 5/1998
de 6 de marzo (BOE núm. 57, de 7 de marzo) y 1/2000 de 7 de enero (BOE núm. 7, de 8 de enero), cuyo texto dice: “Es
lícita la inclusión en una obra propia de fragmentos de otras ajenas de naturaleza escrita, sonora o audiovisual, así como la de
obras aisladas de carácter plástico, fotográfico, figurativo o análogo, siempre que se trate de obras ya divulgadas y su
inclusión se realice a título de cita o para su análisis, comentario o juicio crítico. Tal utilización sólo podrá realizarse con
fines docentes o de investigación, en la medida justificada por el fin de esa incorporación e indicando la fuente y el nombre
del autor de la obra utilizada”.
Los contenidos de este libro se encuentran disponibles para su lectura en la hemeroteca de la página no oficial de Mortadelo
y Filemón: www.mortadelo-filemon.es / www.mortadelo-filemon.com
“Hay ocasiones en las que llego a odiar a los personajes
y luego me reconcilio, mantengo una relación amor-odio.
Hay momentos en los que los quemaría todos”.
Francisco Ibáñez
SUMARIO
Prólogo……………………………………………………………5
Capítulo 1 – Los protagonistas……………………………………...7
Capítulo 2 – El lenguaje en la obra de Ibáñez……………………..13
Capítulo 3 – El gag en las historietas de Mortadelo y Filemón…...23
Capítulo 4 – Testigos de una época……………………………….59
Capítulo 5 – La parodia política en Mortadelo y Filemón……….79
Capítulo 6 – Las portadas…………………………………………95
Capítulo 7 – Proceso de creación de una historieta…………….105
Capítulo 8 – Los gags marginales de “Los Ángeles 84”……….129
Capítulo 9 – El “Mortadelo de oro”…………………………….135
Capítulo 10 – Páginas corales y cameos de los personajes……...139
Capítulo 11 – La història més maca jamás contada……………..151
Capitulo 12 – Las revistas “Mortadelo” (1970-1996)…………...171
Capítulo 13 – La revista “Yo y Yo” (1986)……………………..183
Capítulo 14 – Mortadelo y Jan…………………………………187
Capítulo 15 – Secretos de Ibáñez que nunca nos contaron……..193
Capítulo 16 – La censura en Alemania………………………….203
Capítulo 17 – Mortadelo y Filemón en la red…………………..207
Capítulo 18 – Navidades en la T.I.A……………………………211
Capítulo 19 – El triángulo verde………………………………..219
Capítulo 20 – La capa oculta de “Valor y…¡al toro!”………...225
Capítulo 21 – Mortadeladas……………………………………..229
Capítulo 22 – Originales y otras rarezas………………………..233
Capítulo 23 – Historietas publicitarias………………………….243
Capítulo 24 – Lo que el viento se dejó…………………………293
Fuentes, textos, agradecimientos………………………………315
PRÓLOGO
5
CAPÍTULO 1
EL ELENCO PRINCIPAL
(Por Antoni Guiral)
Mortadelo Pi
Seamos sinceros: no creo que la serie Mortadelo y Filemón hubiera llegado a
donde ha llegado sin Mortadelo. Por supuesto, es uno de los dos protagonistas, el
primero en el título (así fue para redondear el ripio del título original de la serie,
Mortadelo y Filemón, agencia de información), pero sin los rasgos y personalidad
de los que le dotó Ibáñez, difícilmente la serie habría llegado a sus altas cotas de
popularidad.
Aunque el “jefe” sea Filemón (así le llama Mortadelo desde la primera historieta
hasta la última), la realidad es que su relación, desde que son agentes de la T.I.A., es
de tú a tú. Una relación perfecta para un dúo cómico. Mortadelo es el que suele
burlarse del jefe con a veces acerados comentarios o bromas, y aunque se suponga
que Filemón es el “listo”, el equilibrado, la realidad es que los casos suelen
solventarse (cuando lo hacen) gracias a la sagacidad de Mortadelo.
Biografía de Mortadelo
8
Cuando se independiza vive el nº 7 de la calle del Higo Seco,
pero con el tiempo trasladará todos sus bártulos a la pensión
“El Calvario”, que comparte con Filemón (la pensión, que no
la habitación). No salió ganando con el cambio, sobre todo
teniendo en cuenta la insultante indiferencia hacia sus clientes
que muestra la patrona de la pensión, que les castiga con una
falta de limpieza infecta y unas comidas vomitivas. Además, la
pensión tiene vistas… al cementerio.
Carrera profesional
Como ya hemos dicho, el primer trabajo de Mortadelo fue como
ayudante del doctor Bacterio (doctor le llamaban, no profesor).
No tardó en convertirse en detective privado, o algo parecido, en
esa “Agencia de Información” gestionada por un señor gordito y
calvo, según se cuenta en la historieta “La verdadera historia de
Mortadelo y Filemón”. El tipo buscaba un jefe (ganó Filemón) y
un ayudante (perdió Mortadelo). Durante esta etapa, Mortadelo
compaginó esa labor con otras, como las de panadero,
ascensorista, carpintero o incluso como conductor de tranvías.
Por otro lado, sabemos que tuvo que ganarse la vida en la calle en
algunas ocasiones, como cuando recaudaba dinero para un grupo
de músicos callejeros o cuando junto a su amigo Goliati realizaba
“La verdadera historia de Mortadelo y Filemón” (X/1969)
exhibiciones de fuerza callejeras.
En un momento dado, la “Agencia de Información” quiebra, y Mortadelo, junto a Filemón, echan al gerente y se
quedan con ella. Pero como apenas consiguen resolver un caso (de hecho, ninguno), les echan de su oficina por
impago; inasequibles al desaliento, adquieren un nuevo local… hasta que uno de los inventos de Mortadelo, un cohete
para viajar al espacio, fracasa y cae estruendosamente contra su agencia, dejándolos de nuevo en la calle. Revisando la
sección de ofertas de trabajo de la prensa se topan con una propuesta interesante: la T.I.A. (“Técnicos en Investigación
Aeroterráquea”) convoca un concurso-oposición para cubrir cincuenta plazas de agentes secretos, con un sueldo, dice,
bastante bueno. Curioso que una agencia secreta informe así de esas necesidades. El caso es que allí se presentan;
pasan, sin éxito, los exámenes teóricos y prácticos y, sorprendentemente, son aceptados como el primero (Filemón) y
el segundo (Mortadelo) de su promoción. Conviene aclarar que, en realidad, sólo se presentaron ellos dos a esa
convocatoria. Desde entonces, ahí siguen.
“Pulgarcito” n.º 1452 (2/III/1959) “La verdadera historia de Mortadelo y Filemón” (X/1969)
9
Filemón Pi
No, no son hermanos. Resulta que, por casualidad, Filemón, como Mortadelo,
también se apellida Pi. Filemón es lo que se dice un tipo corriente: tiene una
estatura corriente y, de hecho, parece un hombre corriente, a excepción de esos
dos solitarios y prolongados pelos que adornan su calvicie. Con el tiempo, fue
perdiendo fibras: me refiero a que abandonó su sombrero y su chaqueta y se
quedó en mangas de camisa y, eso sí, con su pajarita. Se supone que es un tipo
equilibrado, serio e incluso astuto, pero los hechos demuestran que no posee
ninguna de esas habilidades. En realidad, es quien suele recibir todo tipo de
porrazos y ser víctima de los accidentes más tontos, y desde luego no se
distingue por ser quien descubra la forma de solventar sus misiones.
Datos biográficos
10
Superintendente Vicente Ruinez
Aparece por vez primera en “El sulfato atómico” (1969), donde ya es el jefe directo de
Mortadelo y Filemón y, de hecho, de todos los agentes de la T.I.A. Es un hombre
iracundo al que no le gustan las bromas, y que tiene muy claro quién es el jefe. Aunque
sepa que Mortadelo y Filemón no son sus mejores agentes, no tiene más remedio que
recurrir a ellos en demasiadas ocasiones.
Datos Biográficos
Es hijo de Primitivo Ruinez y de la directora de un asilo de ancianas. Está casado con Felisa y tiene un hijo y, de
hecho, es un hombre familiar: se le conocen tías como Edugivis, Enriqueta o Hermengarda, el tío Lucas, su cuñada
Getrudis, su cuñado Alfonso, un primo librero y a su abuela. Parece que, incluso, tiene varias hermanas (una de ellas,
por lo visto, internada en un manicomio). Su apellido se menciona en la historieta “De los ochenta p’arriba”.
11
Ofelia Michelínez
Nacida en el libro “Los gamberros” como secretaria particular del Súper. Es, sí, una
mujer grande, oronda, de pelo rubio rizado, muy coqueta, que, lamentablemente para
ella, está enamorada de Mortadelo. Digamos que Mortadelo la rechaza siempre, en
ocasiones con comentarios muy sarcásticos; de hecho, el peso, la apariencia, de
Ofelia sirve como chiste recurrente en todas las aventuras en que aparece,
convirtiéndose así en una nueva demostración de lo políticamente incorrecto.
Curiosamente, en algunas ocasiones intenta ligar con Filemón que, sí, también la
evita, aunque de forma algo más sutil que Mortadelo. Es una profesional entregada a
su trabajo, lo que no quiere decir que sea muy efectiva, y ha participado activamente
en algunas aventuras de los agentes de la T.I.A.
Curiosidades
Bajo estas líneas reproducimos dos imágenes de Ofelia, el “Súper” y el profesor Bacterio extraídas de la primera
película de animación en 3D de los personajes (“Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo”).
Notas y aclaraciones:
- La primera vez que se menciona el apellido de Mortadelo (Pi) es en la historieta del “Pulgarcito” n.º 1397.
- La referencia al lugar de nacimiento de Mortadelo en “Borricón de Arriba” la encontramos en la historieta “Su vida privada”.
- Los padres de Mortadelo presentan un aspecto muy diferente en las historietas “Su vida privada” y “La verdadera historia de Mortadelo
y Filemón”. El autor nunca se preocupó de dar coherencia a estos detalles, así que hemos tomado como referencia la primera de las
historietas biográficas del personaje.
- En la corta “Pato viejo, viejo pato”, Mortadelo toma un taxi para ir a su casa y menciona la calle del Higo Seco, n.º 7. En cambio, en
“Su vida privada” se fija como lugar de residencia de ambos personajes a la pensión “El Calvario”.
- Sobre la vida amorosa de Mortadelo conocemos a varias novias: Eloísa (“Pulgarcito” n.º 1504), Conchi, de apodo la “Peloescoba” (“Su
vida privada”) y Ermengarda (Portada revista “Mortadelo”, n.º 366). Pero también aparece acompañado de muchas otras mujeres como
Sigrid (“¡Bajo el bramido del Trueno!”), Cónsola Puigrepelat (“El ordenador...¡qué horror!”), Torda (“Pekín 2008”), la sirenita (en la
historieta del mismo nombre), etc.
- En relación al apellido de Filemón hay que decir que, si bien se hace referencia al personaje como “Filemón Pi” en la historieta “La
verdadera historia de Mortadelo y Filemón”, también se le menta mucho antes como “Filemón Pérez” (“Pulgarcito” nº 1515).
- Es en “Concurso-oposición” donde se menciona que el “Súper” tiene un hijo.
- En la historieta “El saturnino” descubrimos que el nombre de pila de Bacterio es Saturnino.
12
CAPÍTULO 2
EL LENGUAJE EN
LAS HISTORIETAS DE
MORTADELO Y FILEMÓN
(Por José Ángel Quintana)
Compárense, pues, estos diálogos de Tornasol con los del profesor Bacterio: “… ¡Pero resulta que produce pesadillas
terroríficas! ¡Y las producirá mientras queden residuos hertzianopopléjicos en el cosmos! Porque las ondas se han
reliado con los efluvios miasmáticos coaxiales que viajan por la ionosfera…” (¡Pesadillaaaa…!, pág. 9, viñetas 3 y
4).
1 La obra de Ibáñez resulta tan vasta que un estudio pormenorizado del lenguaje de la misma daría pie a diversas tesis doctorales, como
las escritas por María Jesús Jarque, El lenguaje popular en Mortadelo Filemón, Universidad Complutense de Madrid, 1978, o la de
Sonia Samengo, El lenguaje coloquial en Mortadelo Filemón, Universitá di Bologna, 2004.
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No debatiremos aquí acerca del rigor científico que puedan presentar los textos de Hergé, pero sí se puede constatar
de forma evidente en la obra del autor belga un afán de verosimilitud que condiciona el uso del lenguaje escogido. Las
tramas de Ibáñez, con un marcado carácter burlesco e inverosímil muestran, sin embargo, una deformación
intencionada de ese discurso científico, que mueve a risa y nos sitúa en el campo de la parodia.
Esta caricatura no abarca únicamente al lenguaje científico, sino también al histórico y al literario. En el primer caso,
podemos poner como ejemplo el álbum El Quinto Centenario, mientras que en el segundo cabe destacar Mortadelo
de la Mancha, obra con la que Ibáñez homenajea a la obra cumbre cervantina, replicando paródicamente no solo los
episodios más conocidos de la misma, sino también el pomposo lenguaje literario (el propio Quijote de Cervantes
utiliza en la obra original un léxico y una sintaxis que ya estaban desfasados a principios del siglo XVII, a imitación
de las lecturas caballerescas del protagonista). Nuestro autor maneja con habilidad la retórica humorística en ambas
historietas, provocando la hilaridad del lector. Podemos afirmar, incluso, que el uso del lenguaje que hace Ibáñez en
estos dos álbumes ha contribuido a que ambos sean considerados de los más destacados de sus respectivas décadas y
de los preferidos de su autor 2.
Hay, pues, un deseo por parte de Ibáñez de dotar de una cierta sofisticación a sus textos, de evitar las repeticiones y
de ser creativo no solamente en el aspecto gráfico, sino también en el literario. En la entrevista concedida a Juan
Ramón Lucas para Televisión Española, el autor catalán afirma haber cuidado siempre mucho los textos, con especial
atención a: “las palabrejas, que no sean vulgares […]. He recurrido al diccionario normal y corriente, al de los
sinónimos, al de los homónimos […] para buscar nuevas palabrejas”3.
2 Esto fue confirmado por Ibáñez al autor de estas líneas en conversación personal
3 Entrevista a Francisco Ibáñez en Noches como esta, emitido por la 1 de Televisión Española el 11/06/2009.
15
Posteriormente matizaremos acerca de
hasta qué punto son acertadas las palabras
de Ibáñez al analizar su propia obra, pero
lo que sí es cierto es que hay en el autor
una voluntad de estilo, una elaboración
lingüística concienzuda en la redacción de
sus textos. Un intento, como él mismo
afirma, de evitar la vulgaridad, buscando la
variedad, la novedad para el lector. Esto no
quita que, en otras ocasiones, se muestre
más convencional y recurra a eufemismos
tópicos como “corcho” o “leñe”, muy
utilizados por la mayoría de autores de
Bruguera.
“El Señor de los Ladrillos” (2005)
No obstante, en los últimos años se
observa un aumento paulatino de voces
más o menos soeces, que nos permiten
hablar de una cierta vulgarización del
lenguaje en las historietas del dibujante, lo
que contradice sus palabras iniciales de la
cita anterior. Quizá se trate de un intento
poco inspirado de acercar las historietas a
los lectores más jóvenes. En todo caso, se
aprecia un mayor uso de vulgarismos con
finalidad expresiva, especialmente en las
historietas fechadas en el siglo XXI.
Esta deformación del lenguaje abarca también al plano morfológico, como se puede ver en ¡Elecciones!, historia
donde uno de los personajes dice: “Esperarsus a que yo presida…”. Además del vulgarismo fónico, con el uso de “u”,
hallamos otro de tipo morfológico, pues se sustituyen construcciones correctas como “esperad” o “esperaos” por la
muy coloquial “esperarse”. Frente a la antigua costumbre de Bruguera consistente en utilizar comillas para señalar que
una determinada palabra era incorrecta, en las historietas actuales no se hace tal distinción, quizá porque la
deformación del lenguaje es tan frecuente que las comillas entorpecerían la lectura, quizá porque el didactismo
lingüístico (atento a velar por la pureza del idioma), no sea una prioridad hoy día en este tipo de publicaciones.
Ejemplo de este contraste se observa al comparar dos historietas de ambiente rural, como son Lo que el “Viento” se
dejó, de principios de los años ochenta, y Marrullería en la alcaldía, de 2010. En esta última, la acumulación de
incorrecciones que pretenden simular rasgos dialectales es tan abundante que los diálogos llegan a ser tediosos para el
lector.
16
En el apartado léxico también apreciamos la decadencia lingüística. Así, el autor utiliza con frecuencia vocablos
vulgares como “mamaditos” (por “borrachos”), “leshe” (por “golpe”, incluyendo aquí también un cambio fónico) o
“cacho ordenador” (por “pedazo de ordenador”, omitiendo también la preposición). Incluso el nuevo siglo trajo
consigo la utilización de palabras otrora consideradas malsonantes, impensables en un cómic juvenil tan solo unos
años antes. Así, encontramos términos como “gilipollez” (¡Rapto tremendo!) o diálogos tan poco sutiles como:
“¡Toma fondo! ¡Toma trasero!¡Toma culooo!”, que hallamos en historietas como ¡Bajo el bramido del Trueno!,
ejemplo claro de la combinación del uso cómicamente arcaizante del lenguaje con la deformación más chusca del
mismo.
Estas concesiones a los registros más bajos de la
lengua no son, en sí, positivas o negativas.
Evidentemente, no media criterio moral o decoroso
alguno al considerarlas inconvenientes. El problema
es, tal vez, el uso inadecuado que se hace de las
mismas. La libertad de la que goza el autor
actualmente, le permite usar un léxico que durante
décadas le estuvo vetado. Sin embargo, este recurso, en
lugar de dotar a la obra de matices más adultos,
infantiliza el producto, convirtiendo algunos de los
textos en una sucesión de “pirulas” y “cataplines”.
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Otras expresiones, sin embargo, sí recogen en mayor o menor medida el habla popular de los españoles, aunque
muchas de ellas han podido quedar desfasadas hoy en día. Así, destacamos el valor enfático de enunciados tan
ibañezcos como “Cosa rica”, “Agárrate y no te menees”, “Váyanse a freír espárragos” o “Canela fina, oiga”. En este
último ejemplo hallamos una de las “coletillas” preferidas por el autor para rematar algunas de sus frases: “oiga”. Otra
muletilla común es el uso de “ese” al final de un sintagma nominal, rasgo lingüístico que Ibáñez toma de Vázquez y
este de los autores de La Codorniz6. Con el uso del pronombre demostrativo, su antecedente queda desmitificado,
eliminando cualquier atisbo de solemnidad: “¡El Ibáñez ese también hace cosas parecidas y cobra!”.
Como bien saben los lectores de Mortadelo y Filemón, las relaciones lingüísticas entre los personajes principales
vienen marcadas por el uso del “usted” frente al “tú”, a pesar de los numerosos años de convivencia y conocimiento
mutuo. Esta forma de tratamiento sirve para marcar la distancia entre unos personajes cuyos lazos afectivos son nulos,
y refleja a la perfección el mundo jerarquizado de jefes y empleados en el que continuamente nos sumerge el
dibujante. En consonancia con lo anterior, no extraña la utilización constante del modo imperativo, que sirve para
expresar órdenes y mandatos.
Por otra parte, existen algunas frases hechas de la vida cotidiana que han sido
aprovechadas por Ibáñez para sacar de ellas un enorme rendimiento humorístico. Un
ejemplo muy claro lo hallamos en Clínicas antibirria, donde constatamos las
terribles consecuencias que puede tener la utilización a destiempo de expresiones
como “no ver más allá de sus narices”, “irse al cuerno”, “levantar cabeza” o “ser
todo oídos”. En general, se puede decir que en las aventuras largas, Ibáñez usa los
dobles sentidos y los equívocos verbales de forma más madura que la que se
apreciaba en las primeras historias cortas de la pareja (caracterizadas por las clásicas
confusiones entre palabras polisémicas o parónimos). Otra muestra de ello la
encontramos en los primeros álbumes de 44 páginas, en los que expresiones del
profesor Bacterio como “pelillos a la mar” o “no tener un pelo de tonto” desatan la
cólera de un Mortadelo más que susceptible. “Clínicas antibirria” (1993)
No cabe duda de que estos bocadillos preñados de texto redundante no favorecen la agilidad de la lectura, que
avanza con dificultad. Las frases entrecortadas (con abuso de los puntos suspensivos) tampoco ayudan a la fluidez, al
igual que ocurre con el estilo nominal, carente de ese dinamizador del discurso que es el verbo. Desde este punto de
vista, se puede constatar que los diálogos de Ibáñez han perdido parcialmente uno de sus rasgos más distintivos: el
dinamismo. En las historietas clásicas del autor, las intervenciones de los personajes presentaban una concisión que
casaba perfectamente con el desarrollo narrativo de las historietas y con el ritmo frenético de las mismas. En este
sentido, podíamos hablar de una enorme coherencia entre forma y contenido en la obra de Ibáñez. Esto se constataba
también en las modalidades enunciativas escogidas. Así, encontrar oraciones de entonación neutra en sus historias
resulta tan difícil como hallar quieto a alguno de sus personajes. El incesante ritmo de caídas, trompazos y
persecuciones exige un tono predominantemente exclamativo (sin renunciar a la interrogación con valor expresivo),
que es el que predomina en la obra de nuestro autor. Las frases u oraciones exclamativas otorgan a los diálogos una
viveza que hace que las palabras “salten” del bocadillo. Al igual que los rasgos faciales de los personajes están
magistralmente trazados, sus movimientos poseen una elocuencia única y los objetos que desfilan por sus páginas no
pueden ser más “contundentes”, el lenguaje refuerza esta enorme expresividad. Así, además de las exclamaciones e
interrogaciones, hallamos también abundancia de vocativos, interjecciones, alaridos, gruñidos, carcajadas malévolas,
etc.
“¡Okupas!”(2002)
19
Esta expresividad se aprecia también en la elección de los títulos de los álbumes. En este sentido, podemos
comprobar que muchos de ellos incluyen signos de exclamación, tendencia que se ha incrementado en los últimos
años. Algunos ejemplos serían: ¡A por el niño!, ¡Deportes de espanto!, ¡Rapto tremendo!, ¡El carnet, al punto!,
¡Espías! o ¡Elecciones! En muchos de ellos observamos que predomina un estilo nominal, lo que los dota de
concisión. Quizá con el afán de evitar caer en lo simple, Ibáñez ha ido reduciendo en los últimos años los clásicos
sintagmas nominales compuestos por “determinante + sustantivo + adjetivo”, (El sulfato atómico, El transformador
metabólico, El balón catastrófico, El estropicio meteorológico, El pinchazo telefónico 7…) por títulos más
expresivos y llamativos, entre los cuales encontramos algunos originales, compuestos por una sola palabra, bien sea
un anglicismo (Impeachment!), bien una onomatopeya (¡Broommm!). En ocasiones el autor ha aprovechado la
actualidad cultural, política o incluso sanitaria no solo como excusa argumental, sino como reclamo para el título de la
obra, en el que realiza pequeños cambios que aluden (y a la vez eluden) a un referente bien conocido por el público:
Expediente J, La MIER o La gripe “U” son algunos ejemplos.
7 Se puede observar, a su vez, una predilección por los adjetivos esdrújulos como adyacentes del sustantivo.
8 Nótese el uso preferente de hemistiquios octosílabos por parte del autor, seguramente de forma instintiva. No hay que olvidar que el
verso de ocho sílabas es el más característico de la lengua castellana y al que más habituado está nuestro oído. Si no les salen las cuentas,
tengan en cuenta las sinalefas y la compensación silábica, que implica sumar una sílaba más en los versos acabados en palabra aguda.
20
La misma filosofía se aprecia en las cartelas o cartuchos de texto. A excepción de los prólogos, el autor suele
prescindir de los mismos con el objeto de agilizar la lectura, asumiendo que el contexto proporcionará al lector la
información suficiente como para que este perciba los cambios de espacio o de tiempo. Cuando los inserta en la
historia, suelen servir para introducir una narración paródica que contrasta irónicamente con lo mostrado en la viñeta.
Un ejemplo paradigmático de ello es el álbum El 35 aniversario. Sin embargo, sí tenemos que destacar el uso que ha
hecho Ibáñez de estos textos fuera de los bocadillos en determinadas ocasiones, siempre con el objetivo de conseguir
la risa del lector.
Por ejemplo, el dibujante catalán toma de la historieta francobelga
el recurso de introducir una nota al pie (a veces en un cartucho de
texto) para, con fines claramente comerciales, remitir al lector a
números anteriores de la colección. Resulta interesante señalar que
Ibáñez no utilizó este recurso hasta bien avanzada su carrera,
concretamente en la historieta Bye, bye, Hong Kong!, de mediados
de los años noventa. En ella, el príncipe Carlos de Inglaterra
parece reconocer a Mortadelo, en un insólito caso de continuidad en
la serie. El texto de la nota al pie es el siguiente:“¡Claro que le
recuerda “algo”! Ver “El pinchazo telefónico”, de esta colección.
¡Que sí, hombre, gástese cuatro perras y véalo!” (Bye, bye, Hong
Kong!, pág. 30, viñeta 6).
Visto todo lo anterior, podemos afirmar que, del mismo modo en que se habla de un “estilo Ibáñez” en el aspecto
gráfico, este también se halla en lo lingüístico. Un estilo no exento de contrastes, que combina un notable afán de
comercialidad con unos manierismos que lo alejan de algunos sectores del público; que alterna una tendencia al
lenguaje escogido con una vulgarización progresiva del mismo; que combina lo selecto (y lo arcaico) con la intención
de aproximarse al habla de la calle, de lo que resulta un extraño híbrido, una forma de escribir que constituye una
reconocible seña de identidad.
21
A pesar de que en los últimos años un exceso de palabrería haya inundado los bocadillos de los personajes (defecto
consustancial a la lógica e inevitable decadencia de la serie en otros aspectos), durante décadas Ibáñez supo crear
diálogos ágiles y chispeantes, que llevaban al lector de la primera viñeta hasta la última sin apenas parpadear. El
irrefrenable ritmo narrativo y la dinámica puesta en escena se veían reforzados por unos textos concisos, medidos, en
los que ni faltaba ni sobraba ningún elemento. Por otra parte, la expresividad gráfica del autor, uno de sus rasgos más
distintivos, casa perfectamente con la modalidad exclamativa, predominante en la mayoría de los diálogos. Además,
ya hemos visto cómo durante años, el uso de sinónimos, brillantemente escogidos, ha otorgado a los textos del
dibujante la misma viveza y variedad que puebla todo su universo gráfico.
Así, con todo y sus contradicciones, podemos asegurar que el lenguaje usado por Francisco Ibáñez en sus historietas
es una de las características más personales del autor: único e irrepetible, capaz de combinar lo culto con lo popular, la
tradición con la innovación, la fluidez con la repetición sistemática, la fuerza enfática y la sencillez. La rigurosa
elaboración de los textos y el uso de recursos literarios con fines expresivos y humorísticos se presentan ante los ojos
del lector envueltos en una capa de aparente espontaneidad, alejados de toda pretensión. La relevancia del
componente verbal de las historietas de Ibáñez es aún mayor si tenemos en cuenta su coherente conexión con los
aspectos gráficos y narrativos de estas. Estamos, pues, ante una perfecta unión de forma y fondo conseguida a través
de una recreación personal de los recursos gráficos y lingüísticos que ofrece el medio de la historieta y que Ibáñez
aprendió de los grandes de la profesión. En otras palabras, podemos hablar, sin duda, de la creación de un sello de
autor, de un estilo propio, lo cual es patrimonio exclusivo de los verdaderos artistas.
9 Incluso en un álbum en el que el “estilo Ibáñez” está tan contenido como es El sulfato atómico, el dibujante no puede evitar incluir
comentarios ligeros que quiten gravedad a la narración de los cartuchos: “Y nada detiene a las terribles máquinas de guerra. ¡Nada! ¿Lo
habíamos dicho ya?”.
22
CAPÍTULO 3
24
En las persecuciones es Filemón quien, a
menudo, termina persiguiendo a Mortadelo con
algún arma u objeto arrojadizo o punzante
mientras este último huye disfrazado con alguna
armadura protectora o con el disfraz de algún
animal huidizo (aves, insectos, reptiles...). Será
este otro sello de distinción de las historietas del
dibujante. Uno de los primeros “running gags” o
gags recurrentes. La relación de convivencia entre
“Pulgarcito” nº 1411 (9/V/1958)
ambos personajes, que comparten vivienda, es a
menudo difícil, creándose así numerosas
situaciones violentas en su día a día. Fue este otro
elemento más que Ibáñez utilizó a la hora de crear
situaciones cómicas.
Primera metamorfosis
Durante poco más de una década, Ibáñez solo creó historietas cortas, casi
siempre utilizando los recursos ya mencionados. Pero las historietas cortas
no tardaron en evolucionar a historietas largas, que se publicaron en forma
de capítulos. El 27 de enero de 1969 comienza a publicarse en la revista
“Gran Pulgarcito” la primera historieta larga de los agentes: “El sulfato
atómico”. El humor de Ibáñez también sufre desde de ese momento una
metamorfosis motivada en parte por la introducción de los nuevos
personajes (el "Súper" y el profesor Bacterio), que darán mucho juego, así
como por la introducción de la T.I.A., la nueva agencia para la que trabajan
los protagonistas de la serie. Este último elemento supuso para ellos el
abandono del viejo modelo detectivesco y el comienzo de una nueva etapa
como agentes secretos. A lo largo de estas primeras aventuras largas, Ibáñez
ambientó cada episodio en una localización diferente, desarrollándose
muchas veces los gags a partir de elementos propios de cada lugar. El
dibujante abrió nuevas vías humorísticas, diferentes de las habituales, que
ampliaban su espectro cómico. Surgieron así gags a partir de objetos que "El Sulfato atómico" (I/1969)
cambiaban de tamaño, “cambiazos” de objetos, entradas secretas y “Cambiazos” de objetos
contraseñas a cuál más peculiar. En esta etapa, comienzos de los
setenta, también se publicaron los dos
únicos seriales conocidos: “La caza
del caco” y “Agencia de información”
(además del corto “El Troncho 90”).
Ibáñez utiliza en ambos casos técnicas
similares a las ya comentadas, y los
argumentos de muchos de sus capítulos
tienen como hilo conductor la
persecución de algún villano o la
puesta a punto de algún invento de
Mortadelo ante la ausencia de
"El Sulfato atómico" (I/1969) – Objetos que cambian de tamaño
Bacterio en estos seriales.
25
La inclusión de Bacterio en las historietas dio pie a
la aparición de nuevos chistes, centrados en sus
fracasados inventos. Estos gags serán recurrentes a
partir de entonces, ya que se repetirán a lo largo de
todas las aventuras de la serie, no solo de manera
aislada sino incluso como eje argumental de toda
una aventura (“Los inventos del profesor
Bacterio”). El científico llegará incluso a
convertirse en el villano protagonista de toda una
"Contra el gang del Chicharrón" (VII/1969)
historieta larga (“El otro ‘yo’ del profesor
Bacterio”).
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Nuevos recursos humorísticos
Juegos de palabras
Contrastes
27
Mundiales, Olimpiadas y nuevos personajes
Mundiales y Olimpiadas
28
Casi una década después, en 1987, Ibáñez introdujo a
Irma (en la aventura “¡Terroristas!”, publicada por
Grijalbo durante su conflicto con Bruguera / B). Se trata
de otra secretaria para la T.I.A. por la que Mortadelo y
Filemón pierden los papeles. Intentan ligar con ella o
impresionarla, aunque siempre sin éxito. El personaje fue,
a todas luces, la antítesis de Ofelia y caricaturiza a la
hermosa “Frau Susanne”, secretaria alemana de la
editorial “Condor Verlag”. El personaje,
desafortunadamente, dejó de aparecer a partir de los años
noventa. Como comentamos, Ibáñez ha descartado la
posibilidad de retomar al personaje y confesó que no lo
consideraba oportuno tras el fallecimiento de la
“¡Terroristas!” (1987) – Mortadelo y Filemón hacen secretaria.
locuras por impresionar a Irma
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En “La brigada bichera” los agentes
tuvieron algunos problemas por una confusión
de narices. Tres décadas después, en la
aventura larga “¡Por Isis! ¡Llegó la crisis!”
llamaba la atención un gag (a la derecha de
estas líneas) que Ibáñez crea con Canútez, un
agente de la T.I.A. lisiado tras sufrir un ataque
terrorista que le dejó sin piernas. La Iglesia
católica tampoco se libra de la hoguera. Son
muchas las aventuras en las que Ibáñez hinca
el diente al clero. En concreto, en “El nuevo
Cate” (1993) el artista da rienda suelta a su
imaginación creando todo tipo de gags en los
que ridiculiza a varios miembros del gremio
eclesiástico durante su visita a la T.I.A. “¡Por Isis!, ¡llegó la crisis!” (2009) – Humor con lisiados
Cerramos la sección con uno de los muchos ejemplos en los que Ibáñez crea humor insuflando a sus agentes aires
amanerados, más propios de ciertos homosexuales que de ellos mismos. El gag aparece en la aventura “El disfraz,
cosa falaz”.
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Humor negro y escatológico
Humor Negro
“Su vida privada” (1998) - Humor negro “El Bacilón” (1983) – Humor con la pobreza
Humor escatológico
“El Bacilón” (1983) – Humor con la higiene “¡El Dos de Mayo!” (2008) - Exhibicionismo “¡En Alemania!” (1981)
Humor escatológico
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Pecados capitales
Otra mina de gags en Ibáñez serán los inspirados en los
siete pecados capitales. Veamos algunos ejemplos de todos
ellos: la tacañería, por ejemplo, entendiendo por esta una
manifestación de avaricia, es un gag recurrente en varias
historietas largas de 1977, aunque también posteriormente
(“En Alemania”, 1981) y en la mayoría de los gags
relacionados con escoceses.
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Caricaturas, autocaricaturas y crítica social
Caricaturas
En los años setenta Ibáñez comenzó a introducir caricaturas de personajes famosos en las aventuras largas.
También en las portadas. En concreto la portada del “Olé!” de Bruguera nº 144, publicado en 1977, estaba
protagonizada por el presentador Jesús Hermida, pero hay que remontarse hasta 1974 para encontrar el primer
ejemplo entre las páginas de una historieta larga, que no es otro que el actor William Conrad, más conocido por su
personaje televisivo "Cannon", que encontraremos en la historieta larga “Los invasores”.
En “Mundial '78” aparecen caricaturas de Adolf Hitler y de Adolfo Suárez durante uno de los partidos del mundial
de fútbol (un encuentro político que, dicho sea de paso, nunca pudo haberse producido históricamente). Desde
entonces el repertorio de personajes famosos se cuenta por centenares en la obra de Ibáñez. Políticos, jefes de estado
(incluidos papas), actores, deportistas, personajes de la vida social, del cine y la televisión, nacionales y
extranjeros, históricos y contemporáneos. Con el tiempo Ibáñez abusará especialmente de algunos de estos
personajes. El príncipe Carlos de Inglaterra, Aznar, Zapatero, la reina Isabel II, Bill Clinton, Jacques Chirac,
Juan Pablo II, Ronald Reagan... se convertirán en personajes recurrentes en numerosas aventuras largas, como
veremos más adelante. El reparto de parodiados, no obstante, no se limitará a personajes de carne y hueso sino
también a decenas de personajes de ficción: actores, estrellas del cómic, personajes literarios, mitológicos…
William Conrad (“Los invasores”, 1974) Adolfo Suárez y Adolf Hitler ("Mundial '78")
Autocaricaturas
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Critica social y espejo histórico
La caricatura es en sí un elemento
cómico, ya que parodia a un personaje
conocido para el lector, especialmente si
se trata de un personaje de actualidad.
Pero también le servirá a Ibáñez como
una forma de introducir algo de crítica
social entre las aventuras de Mortadelo.
En sus inicios esta crítica social era un
tanto “ingenua” debido a que la censura
del régimen franquista cercenaba aquello
que se salía de la raya, pero a partir de "El 35 Aniversario" (1993) "Mortadelo de la Mancha" (2005)
los años ochenta, proliferaron aventuras
largas en las que la caterva de políticos de
turno cobraban cierto protagonismo:
“Barcelona 92”, “El Quinto
Centenario”, “Maastricht...¡Jesús!”,
“Los verdes”, “El atasco de
influencias”, “La Gomeztroika” o “El
S.O.E.” son solo algunos ejemplos. De
esta forma, casi sin quererlo, Ibáñez
convirtió la serie en un espejo histórico
de nuestra sociedad, ya que en ella
quedaron plasmados los temas más
actuales de la época en la que fue
realizada cada aventura. Raúl Tárraga
dedica el quinto capítulo de este volumen
a hablar en profundidad de los políticos
que aparecen en las historietas de “Maastricht...¡Jesús!” (1993)
Mortadelo y Filemón.
Humor ácido e irónico
Las aventuras de Mortadelo y Filemón también están cargadas de ironías. Una de las más habituales es aquella en la
que el “Súper” comunica a Mortadelo y Filemón que necesita a sus dos mejores agentes para una difícil misión pero,
en ausencia de estos, no le ha quedado más remedio que recurrir a ellos. También los finales están cargados de ironía,
cuando se descubre que todos los percances sufridos durante el episodio no han servido para nada, a menudo como
resultado de una confusión. Ante tal sino, los agentes suelen reaccionar violentamente contra el culpable de la
situación, ya se trate del “Súper”, del Bacterio o de algún conocido ocasional.
“Operación: Bomba” (1972) – El Súper nunca tiene a sus dos mejores agentes a mano y recurre a Mortadelo y Filemón
¿Y cómo olvidarnos de
esas veces en las que el
“Súper” amenaza o castiga
a sus agentes? A menudo lo
hace de forma irónica o con
mensajes cargados de
metáforas, como en aquella
ocasión (a la derecha de
estas líneas) en la que decide
regalarles un “relojito” de
basalto para que siempre
sean puntuales a la hora de
entrar en la organización. “¡Bajo el bramido del trueno!” (2007) – Humor ácido o irónico
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Un poco de historia... ¡y de prehistoria!
Un buen porcentaje de las aventuras largas de Mortadelo y Filemón constan de una introducción preliminar que,
en muchos casos, hace referencia a diferentes episodios de la historia. Se trata de un humor quizás asimilado de su
primera etapa en Bruguera, en la que creó numerosos gags para la serie “La historia esa, vista por Hollywood” y
que Ibáñez utiliza desde hace tiempo como una herramienta para poner al lector en situación ante el tema en torno al
que va a desarrollarse la aventura, siempre desde una perspectiva cómica. Son tantas las aventuras largas (¡casi
doscientas!) y tantas las introducciones que Ibáñez ha realizado que prácticamente no hay episodio de la historia que
no haya sido parodiado por el dibujante: prehistoria, civilizaciones antiguas (Roma, Egipto, Grecia...), los vikingos,
la Edad Media, el descubrimiento de América, los grandes inventos del siglo XX (Hermanos Wright, Edison…),
Napoleón, la Segunda Guerra Mundial... tocando incluso temas mitológicos o religiosos: Neptuno, Odín, Adán y
Eva, Dios, San Pedro, el diablo y el infierno.... Basta con ver solo unos ejemplos para hacerse a la idea del dominio y
la capacidad de Ibáñez en este campo.
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Ibáñez creó, de hecho, varias aventuras
largas en las que jugó con el humor
histórico. En 1999 se publicó “Siglo XX...
¡qué progreso!”, en la que realizó todo un
recorrido a lo largo de los principales
inventos del siglo XX, así como por
algunos de sus eventos más importantes: el
hundimiento del Titanic, la invención del
autogiro, el gran incendio de San
Francisco, la invención del autobús...
Los saqueos vikingos - "Los vikingos" (2001) La llegada del hombre a la Luna - “¡En la Luna!” (2009)
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Humor absurdo, imprevisto y surrealista
En ocasiones Ibáñez deleita a sus lectores con gags de tintes surrealistas
totalmente inesperados que provocarán la risa precisamente por su factor
sorpresa. Miguel Fernández Soto reflexionaba así en relación a este tema:
“Y es que buena parte del éxito del humor de Ibáñez se basa en recurrir a
situaciones fuera de contexto: lo inesperado, lo imprevisto, lo absurdo. Los
ejemplos son muy numerosos y podemos encontrarlos ya desde las primeras
historietas largas (“Chapeau el esmirriau”, “Concurso Oposición”…),
convirtiéndose en un sello que el autor ha sabido convertir en
intransferible. Por ello nos resultan tan hilarantes escenas como que un
agente acuda disfrazado de pelícano, rata o tortuga para informarles de su
próxima misión, o de que las entradas secretas se encuentren en lugares tan
insospechados como un cubo de basura, un anuncio en la pared o bajo la
acera (levantando un punto concreto de esta). El nivel del absurdo llega
mucho más lejos, por la habilidad del autor para componer escenas
verdaderamente antológicas jugando con las posibilidades de este campo.
El truco es llevar las situaciones al límite, jugando con valores absolutos.
La exageración extrema como medio de conseguir la hilaridad. Con armas
como estas, con una técnica fogueada en miles de páginas, el autor llega
más lejos que nadie en su empeño por hacer reír al lector. Porque el humor
que provoca es instantáneo y tan visual que es comprensible para el lector
de cualquier parte, por muy difícil que sea traducir la riqueza de
expresiones de nuestro idioma a cualquier otro. Por ello, sus miles de
lectores le han premiado con su fidelidad durante tantos años”. "20000 leguas de viaje sibilino" (1996)
“Los diamantes de la gran duquesa” (1972)– Los agentes abren una puerta con una llave de abre-latas
“La Tergiversicina” (1991-92) – Los objetos funcionan al revés: una máquina de café escupe monedas tras introducir café en la misma
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“Concurso Oposición” (1975) – Humor surrealista como es cavar un túnel con una cucharilla de café
“¡Bye bye, Hong Kong!” (1997) – Estaciones de metro que conectan países separados a miles de kilómetros
“La brigada bichera” (1981) – Un coche que vuela provoca la locura en un ciudadano que presencia la escena
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El humor con violencia y tortura
Tienen cabida aquí todos aquellos gags que tienen al dolor y/o a la violencia como protagonistas. Podríamos
considerarlo hasta cierto punto como un humor “sádico”, ya que tiene como fin el de provocar la risa del lector a
partir del dolor físico o psicológico de un ser vivo. La tortura, dentro de dicha categoría, es una de las más
recurrentes. Normalmente es el “Súper” quien la utiliza como arma de persuasión para convencer “sutilmente” a sus
agentes en aquellas ocasiones en las que se resisten a afrontar una misión o a probar algún invento del profesor
Bacterio. También aparece como elemento de castigo tras el fracaso en alguna misión. La tortura, el castigo o la
violencia suceden, a menudo, como venganza, un plato que se sirve frío. En las historietas de Mortadelo y Filemón,
cualquiera de los personajes protagonistas puede salir mal parado. En muchos casos es el profesor Bacterio quien
resulta ser el "chivo expiatorio" de los agentes. En otros será el “Súper” el que termina siendo su víctima
después de que este les revele la verdadera
razón por la que les había enviado a una
misión suicida (que a menudo resulta ser una
banalidad). Este gag no es más que una
evolución de las persecuciones vengativas de
las historietas más primitivas de las que
hablamos al comienzo del capítulo.
“L.S.D.” (1971)
En la línea del dolor quizá podríamos incluir también aquellos gags de quirófano en los que Mortadelo, vestido de
cirujano, mete “tijeretazos” a diestro y siniestro, saliendo el paciente casi siempre muy perjudicado. En otras
ocasiones el quirófano servirá también como escenario para desarrollar un determinado gag. En el que aparece en
“La tergiversicina”, por ejemplo, todo funciona al revés de como se espera.
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"El estrellato" (2002) – Dolor extremo
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El humor con el disfraz
No hemos hablado aún de aquellos gags relacionados con el disfraz, siendo estos los más frecuentes de todos. Y es
que, en casi todas las páginas, aparece Mortadelo haciendo uso de alguno de sus miles de disfraces (aunque la
potencia humorística de estos queda casi siempre en un segundo plano). Ibáñez los utiliza como complemento o
refuerzo humorístico en una determinada situación. Sin embargo, existen muchos casos en los que el disfraz
abandona ese papel secundario para convertirse en el pilar con el que se construye el gag principal, como el que
reproducimos bajo estas líneas, sacado de la historieta “El sulfato atómico”.
“El sulfato atómico” (1969) – El disfraz de Mortadelo es protagonista principal del gag de la viñeta
“El Señor Todoquisque” (1992-93) “Hay un traidor en la TIA” (1983) – El disfraz de sombra
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Viajes interdimensionales y otros recursos
Los viajes en el tiempo y en el espacio, que tanto interés han suscitado siempre
en el ser humano, también inspiraron a Ibáñez a la hora de crear algunos de sus
gags más divertidos. La primera manifestación de este recurso la encontramos en
“La máquina del cambiazo”, que giraba en torno a un cacharro inventado por el
profesor Bacterio capaz de teleportar a una persona hasta unas determinadas
coordenadas espaciales reemplazando a la persona (o animal) que se encontrase
en dicho lugar. Ibáñez desempolvará el invento casi tres décadas después, en
1999, para crear una secuela de la aventura original (“La maldita maquinita”).
En cuanto a los viajes al pasado, serán parte del hilo argumental de cuatro
aventuras largas: "El Quinto Centenario" (1992), "Silencio, ¡se rueda!" (1995),
"Siglo XX... ¡qué progreso!" (1999) y "¡El Dos de Mayo!" (2008) -como vimos-
aunque aparecerán otros muchos gags relacionados con el tema en numerosas
aventuras (curiosamente todas ellas llevan a los personajes siempre hacia atrás en
el tiempo, nunca hacia el futuro), por ejemplo en “El brujo”.
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Otros aspectos de la obra de Ibáñez
(por Miguel Fernández Soto)
La narrativa
Los escenarios
Repetición de esquemas
Junto al anterior enunciado, existe una predisposición de Ibáñez a jugar con conceptos básicos en sus historietas, una
forma de humor que, a base de repetición, consigue convertir en sello personal, inimitable. Si muchos gags son
efectivos por acumulación (consecutivos dentro de una misma historieta), este otro sistema salpica constantemente los
episodios, por lo demás ceñidos a un leve argumento que varía poco. La gracia, el “savoir faire” del autor, está en
manejar hábilmente esa colección de gags y tics repetidos, con originalidad y variando los escenarios. Ello es a la vez
la llave del estilo de Ibáñez y su mayor servidumbre, porque la repetición funciona hasta cierto límite, dejando de ser
efectiva cuando se han repetido hasta el agotamiento. Algunos de los más frecuentes son:
1) La viejecita-molesta-que-no-se-entera-de-nada
Una pesadilla para los agentes. En álbumes como “Contrabando”, “A la caza del cuadro”, “El caso del
Calcetín”.... En años subsiguientes seguirá utilizando este recurso hasta agotar la fórmula.
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2) Los perros, útiles en la investigación
4) El animal-que-muerde-cuando-le-acercan-el-dedo
6) Conversión en animales
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8) El zapatófono suena en el peor momento
9) Elementos de actualidad
Cada uno de los personajes suele tener una actitud diferente respecto de los demás; aun con ciertas ambigüedades, en
estas historias parece ponerse de manifiesto con reglas perfectamente definidas para cada uno: cada cual actúa según
un patrón establecido. Así, por ejemplo, Mortadelo muestra siempre ironía y sarcasmo, nacidos de un odio profundo
hacia el Bacterio por haberle dejado calvo, cuando no se comporta de manera claramente agresiva. Hacia el jefe siente
cada vez menos aprecio, desatando en estos años su mezquindad: es capaz de robarle en un descuido cualquier objeto,
preferiblemente de valor, de desearle lo peor al contrario, de abandonar al jefe a su suerte o de golpear al Súper en un
momento de supremo enfado. El Súper tiene una doble personalidad: por una parte, es tan amante del lujo asiático –y
del otro, también– como corresponde a la categoría de un ego que él mismo se ha encargado de construir. Como tal,
es déspota, tiránico, violento con los empleados. Un ogro que, sin embargo, tiene su fibra sensible, aunque sea para
contrastar con la maldad del otro: es capaz de emocionarse ante la acción aparentemente desinteresada de Mortadelo
ante el rapto de Filemón, que luego resulta del mayor grado de egoísmo, puesto que lo que realmente quiere es
librarse de él; Bacterio es un personaje profundamente frustrado ante sus continuos fracasos, capaz de avergonzarse
por haber errado, pero a la vez es capaz de reaccionar agrediendo a Mortadelo con alguno de sus inventos para
defenderse de los insultos o la agresión de este. Claro que a Mortadelo no le gana en cuanto a mala leche.
“Filemón contra Mortadelo” (1972) “Concurso-oposición” (1975) “El señor Todoquisque” (1992)
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En las historietas de los setenta asistimos a una fijación de la personalidad de Filemón, lejos ya la extraña
ambigüedad que lo unía a su antiguo ayudante. Filemón aún es hostil con su “empleado”, sobre todo para remarcar
su autoridad. También oponiendo su supuesta inteligencia a la aparente estupidez de Mortadelo. A veces ha tomado
él la ofensiva contra Mortadelo, simplemente por gastar una inocentada a lo bestia, o por celos profesionales acerca
de la responsabilidad que quieren atribuirle a este en el escalafón de la empresa, sin que, por otra parte la
característica inocencia-despiste del exsubordinado –otro de los rasgos básicos de Mortadelo- se dé por aludida. El
“jefe” es igualmente cruel con Mortadelo después de haber quedado maltrecho por alguna acción de este.
La violencia más explícita, más bestia, irracional e intolerante, es la que administra al final de muchos episodios,
como respuesta a cualquier comentario irónico alusivo a todas las calamidades sufridas durante el episodio, y motivo
por el cual se ve en la última viñeta en una situación de huida por busca y captura, en la que normalmente le
acompaña su inseparable Mortadelo, replicando casi siempre el consabido “no debió hacerlo”. Las relaciones básicas
se dan entre estos personajes, protagonistas de los episodios autoconclusivos. Durante los setenta también adquiere
cierta importancia Bestiájez, encargado de avisarles-traerlos a la presencia del Súper en contraste con el deseo
imperioso de los agentes de huir a toda costa.
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12) Maltratar protegiendo
Lo dice el refrán: con Mortadelo y Filemón siempre es peor el remedio que la enfermedad. En los álbumes:
“Contrabando”, “Magín El Mago”, “Los invasores”, “Los gamberros”, “El transformador metabólico”, “Los
secuestradores”. Ver además el apartado de historias cortas titulado: “Servir y proteger”.
13) Animales-que-piensan
La tortuga de “Los diamantes de la gran duquesa”, el cerdo de “Operación gorrino”… Los pensamientos continúan
los diálogos de los protagonistas dirigidos a ellos, aportando una notable comicidad.
14) Parodia
Algunos ejemplos:
- Armas: De todos los calibres y utilidades, son la “¡A las armas!” (1974) “¡En Alemania!” (1981)
antítesis de la sofisticación bondiana,
deliberadamente por supuesto. La chapuza española
aplicada a los métodos de ataque y defensa.
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- Glamour: Si James Bond tiene todas las cualidades
de un auténtico caballero, con rotundo éxito entre las
mujeres, nuestros agentes exhiben los peores
defectos de los usos y costumbres nacionales:
comportamiento zafio y grosero con el otro sexo,
afición por el bebercio descontrolado o por el juego
en su variante más populachera.
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Humor en primera plana: el caso de las portadas
(por Jordi Canyissà)
Estamos tan acostumbrados a verlas que no nos damos cuenta de su rareza. Para un autor de historietas, realizar la
portada de un álbum o de una revista suele ser un honor poco frecuente. Lo normal es que sean pocos los álbumes
publicados a lo largo de una vida y que, por lo tanto, sean pocas las posibilidades de encargarse de una portada. En el
caso de las revistas, es un privilegio también escaso porque el premio de ocupar la primera plana suele repartirse entre
todos aquellos que participan en esa publicación. Para Francisco Ibáñez, la producción de portadas no es una
excepción sino todo lo contrario: es una parte importantísima en su trayectoria. Si nos centramos únicamente en la
serie Mortadelo y Filemón, el número de portadas firmadas por Ibáñez es enorme y constituyen por sí mismas un
corpus con suficiente entidad como para ser analizado de manera autónoma y en paralelo a su carrera como
historietista.
Hacer una portada es un regalo, sí, pero para un autor de historietas puede tratarse de un regalo envenenado porque
una portada no tiene nada que ver con una historieta. La historieta es un arte narrativo, basado en una sucesión de
imágenes que forman un relato. La portada, en cambio, suele ser una imagen única –no secuencial– que en el caso de
los cómics realistas suele estar más cerca de la ilustración o del cartelismo y en el caso de los cómics humorísticos se
aproxima al formato de chiste gráfico. En ambos casos, la portada es el primer elemento publicitario de una revista o
de un álbum: debe sobresalir entre muchas otras publicaciones similares y tiene que ser atractiva para incentivar la
compra. Hergé lo sabía bien gracias a sus inicios en el mundo de la publicidad y supo aprovechar ese bagaje para
crear portadas verdaderamente emblemáticas para la serie Tintín.
Primeras portadas
Para la historia quedará siempre que la primera portada de Mortadelo y Filemón llegó once semanas después del
nacimiento de los dos agentes, en el número 1405 de la revista “Pulgarcito” (1958); pero esa portada, como las que la
siguieron, en poco se diferencia de las historietas del interior de la revista. En realidad, es una historieta con una tira
menos de altura y en color. Las primeras portadas dignas de tal nombre llegan en el año 1969 y por partida doble. Por
un lado, con el primer título de la colección “Ases del Humor”, “El sulfato atómico”, un álbum en cartoné que
publica la editorial Bruguera a imagen y semejanza del mercado francobelga. Por el otro, gracias a dos especiales
publicados ese mismo año por la revista “Gran Pulgarcito” –que nunca contó con portadas de Ibáñez–: el Extra de
Verano del mes de junio y el Almanaque para 1970 de diciembre. La portada de “El sulfato atómico” sigue el
mismo diseño de las portadas de Astérix que en esos años publica Dargaud. Basta compararla con la primera edición
de “Le bouclier arverne” (1968) y de “Astérix et le chaudron” (1969) para ver que la diagramación de la portada
que establece Bruguera es la misma que la de la editorial francesa: una banda inicial de algo menos de un tercio de la
portada con el nombre de la serie en rojo y el título del álbum sobre fondo blanco; el resto, una imagen prácticamente
cuadrada, en color, y sin globos de texto. Tan fiel es el seguimiento de Ibáñez a la fórmula francobelga que esa
primera portada para “El sulfato atómico” es seguramente la única del autor que no contiene un verdadero chiste:
Mortadelo rocía un insecto y este aumenta de tamaño causando la lógica sorpresa del general que se tambalea encima
de él. Mucho se ha hablado de la influencia que esta historieta tiene del mercado francobelga (Franquin, Tillieux,
Peyo) pero no se ha resaltado suficientemente que esta influencia llega incluso a la portada (vía Uderzo en este caso).
Nótese que cuando Ibáñez elabore una nueva portada para este episodio en la colección “Magos del Humor” (1984)
introducirá el chiste ausente en esa primera edición.
“El escudo arverno” (Dargaud, 1968) y “Astérix y el caldero” (Dargaud, 1969) “El sulfato atómico”
(“Ases del Humor”, Bruguera, 1969)
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Más interesantes resultan las portadas que en ese mismo 1969
asoman en los dos números extraordinarios de “Gran Pulgarcito”.
Interesantes porque proponen un modelo distinto al del primer Sulfato
y un importante paso en la dirección que Ibáñez tomará a partir de ahí:
la presencia del chiste en la portada y el uso de un globo de texto. Al
tratarse de una portada para una revista, el referente ya no son los
lujosos álbumes francobelgas sino las populares revistas de humor de
Bruguera y así, como consecuencia, aparece en ellas el texto y el
humor de una manera natural. En el extra veraniego, los dos agentes
de la T.I.A. quedan vagando por el espacio por la ineptitud de
Mortadelo, que ha abandonado los mandos de la nave. En el
almanaque, Ibáñez da un paso más en la formación de su estilo
humorístico para las portadas y ofrece una composición que podemos
considerar canónica: Filemón está en casa leyendo el periódico
despreocupadamente (un detalle importante pues justifica que no vea
lo que está haciendo su colega) y Mortadelo sale contento hacia el
jardín de la casa donde le espera un imponente cohete. Filemón
pregunta: “Y este año... ¿piensa marcharse a celebrar las navidades
muy lejos?” El lector ata cabos rápido y capta el gag con facilidad.
Ibáñez se inspiró e incluso tomó detalles prestados de ilustraciones de
las revistas francobelgas que los redactores de Bruguera mostraban a
los dibujantes como ejemplo a seguir, siendo Franquin la principal
“Gran Pulgarcito” (Bruguera, Extra de verano 1969) influencia de la que se aprovecharía durante unos cuantos años.
Ibáñez se aparta pronto de la portada más ilustrativa (“El sulfato atómico”) para abrazar decididamente la portada en
formato de chiste gráfico. No es raro que así sea. Ibáñez es un maestro del humor, siempre ha considerado que el
guion –ese guion que desencadena la risa– es la explicación de su popularidad. Habría sido un contrasentido que en
las portadas no buscara también el elemento humorístico. Tanto es así que, con el tiempo, Ibáñez multiplicará las dosis
de humor en sus portadas. Es lo mismo que hizo desde el principio en sus historietas: en las aventuras de una página
de Mortadelo y Filemón el humor salpica toda la página, no lo reserva solamente para la viñeta final. Ibáñez no ha
perdido nunca la oportunidad de poner más de un chiste por página, casi un chiste por viñeta –13 Rue del Percebe es
la quintaesencia de ese deseo–. Con las portadas hay una evolución hasta la multiplicación del gag: junto al chiste
principal hay montones de detalles cómicos en un segundo plano, desde ratoncillos o caracoles que charlan
graciosamente en una de las esquinas del dibujo hasta elementos incongruentes en el fondo de la escena. La animación
de la letra ‘O’ en la revista “Mortadelo” o la presencia de la firma antropomórfica en las portadas más modernas –
aquí también siguiendo un camino iniciado por Franquin– no son más que una confirmación de ese empeño de Ibáñez
para multiplicar la presencia del humor. Así como hay dibujantes cuyo horror vacui les obliga a saturar al máximo su
dibujo, en Ibáñez hay un verdadero horror al humor vacui que le lleva a multiplicar las referencias cómicas en sus
portadas.
50
Cuidado y llamativo no son conceptos sinónimos sino complementarios. Por cuidado nos referimos a un dibujo más
detallista que el de las historietas marcando, por ejemplo, más pliegues en la camisa de Filemón o señalando unos
reflejos en la levita negra de Mortadelo. Cuidado quiere decir también que son dibujos pulcramente entintados;
prueba de ello es que a día de hoy las portadas siguen siendo las únicas páginas que Ibáñez, con más de ochenta años,
sigue entintando, tal como ha reconocido Juan Manuel Muñoz, entintador de sus historietas desde hace más de tres
décadas. Por llamativo, en cambio, nos referimos a que estas portadas suelen incorporar un elemento visual que atrae
la mirada del lector. Un anzuelo. Ocurre incluso en la citada primera portada de “El sulfato atómico”, donde no hay
un chiste propiamente, pero sí un elemento visual impactante: el insecto gigante.
Entre las estrategias para una buena portada encontramos, además del
reclamo visual, prácticas como la elipsis (se muestran las consecuencias
de un hecho que no vemos, como el abandono de la cápsula espacial en
la portada veraniega de “Gran Pulgarcito”) o la anticipación (se avanza
lo que vendrá, caso de Mortadelo a punto de marcharse de vacaciones
navideñas con su cohete en otro ejemplo citado). En ambos casos, la
imagen de portada juega con un antes y un después temporal que obliga
al lector a imaginar lo que acaba de pasar o lo que está a punto de
ocurrir. Esto último es muy habitual en Ibáñez, pues muchos chistes
suelen anticipar reacciones que seguro veríamos si la escena siguiera,
como por ejemplo la cara de espanto de Filemón ante la peligrosidad de
su próxima misión cuando Mortadelo llega con los ataúdes a cuestas
(“Olé!”, nº 257); sin embargo es como si Ibáñez cortara la escena antes,
cuando Filemón está todavía tranquilo y seguro de sí mismo. Ibáñez
domina tanto el flujo narrativo –como es propio de un buen historietista–
que incluso logra insertar la temporalidad en una imagen única y no
secuencial. Muchas veces, en una misma portada convive el juego entre
el antes y el después, entre lo que acaba de pasar pero no hemos visto y
lo que vendrá pero no veremos. Un ejemplo claro es cuando Filemón le
pregunta al Súper qué le hace suponer que Mortadelo pueda haber
estropeado la nueva avioneta de la agencia (“Olé!”, nº 183). La imagen
muestra, por un lado, a Mortadelo en paracaídas (con lo que nos
imaginamos que acaba de destruir la avioneta) y por el otro, al Súper con
“Olé!” n.º 257 (Bruguera, 1982) la cara roja de rabia (a lo que seguirá, deducimos, una reacción
encolerizada y agresiva). Pasado, presente y futuro en magnífica
armonía sobre una misma imagen. Aquí de nuevo, la composición de la escena es clave para permitir esta armónica
coexistencia de tiempos. El dibujante divide la escena en dos ambientes para hacer que un personaje no vea lo que
hace el otro; de ahí que sean tantas las portadas en donde Filemón está distraído, leyendo, de espaldas a Mortadelo o
con los ojos entornados. Es frecuente asimismo que los dos agentes se encuentren separados por un muro que les
impide tener una visión directa. En este último caso, Ibáñez destaca en el uso de soluciones imaginativas que
incorporan puertas o ventanas en la escena y tiene especial cuidado en escoger un punto de vista que permite al lector
ver aquello que permanece velado a los dos agentes. Sin este artificio, el gag no sería posible.
51
Otra de las claves que permite reforzar la comicidad y que es habitual en las portadas de Ibáñez es el retardo
informativo a partir de un contraste frontal entre lo que el texto dice y lo que muestra la imagen, al que se le
suma un desenlace fatal (y violento) precisamente porque la información llega tarde. Los ejemplos de esta práctica en
Mortadelo y Filemón son legión. En el año 1978 se publicaron dos portadas de la colección “Olé!” casi consecutivas
que lo ejemplifican: en una, Mortadelo advierte de la presencia de una bomba en un sillón (“Olé!” nº 147) y en la
otra en un frasco (“Olé!” nº 152), pero en ambos casos ese aviso llega tarde y la explosión le ha dado de lleno a
Filemón. Lo mismo vale cuando el larguirucho agente informa al Súper de que las cuerdas de saldo que ha comprado
no dan el resultado esperado y deducimos que Filemón se ha pegado un gran batacazo (“Olé!” n.º 174). Lógicamente,
el uso de uno de estos recursos se puede complementar con otros (en el último ejemplo, hay una elipsis que nos oculta
la brutal caída). Como vemos, en muchos casos de retardo informativo es habitual recurrir a la figura de un tercero al
que se le explica lo que acaba de pasar. A menudo es un receptor in absentia porque queda fuera de la imagen y se
recurre a él a través de una llamada telefónica. Además del último caso citado, ocurre también cuando Mortadelo
llama al Súper para informarle del fallido test del nuevo paracaídas (“Olé!” nº 233) o cuando le comunica que
Filemón ha encontrado el alijo de explosivos que buscaban (“Olé!” nº 241).
“Olé!” n.º 183 (Bruguera, 1983) “Olé!” n.º 152 (Bruguera, 1978) “Olé!” n.º 241 (Bruguera, 1982)
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“Olé!” n.º 163 (Bruguera, 1978) “Olé!” n.º 186 (Bruguera, 1979) “Olé!” n.º 244 (Bruguera, 1982)
La portada de “Los agentes de la T.I.A.” (“Ases del Humor”, nº 16, 1972) es ejemplar porque muestra la cantidad
de resortes narrativos que utiliza Ibáñez para generar un gag mudo. Aparecen los dos agentes y el Súper; este último
reconocible solo por el contexto. Es una composición triangular con Mortadelo claramente identificable, de pie y sin
disfraz. Como en todo dibujo, la escena congela un instante, sin embargo, Ibáñez ha escogido tan bien ese momento
decisivo que permite deducir una secuencia temporal más extensa: Mortadelo y Filemón han accedido al despacho de
su jefe –probablemente les ha llamado para una misión– usando una entrada secreta. Lo sabemos porque Filemón
aún está entrando, reproduciendo para el lector el gesto que su colega acaba de hacer pero que no hemos visto. Sin
embargo, Mortadelo, que ya ha entrado completamente, le indica que a su espalda tiene al “Súper” cabeza abajo
rodeado de un estropicio considerable. La gestualidad es excelente, dato fundamental para comprender este tipo de
portadas. Mortadelo no habla pero es casi imposible no imaginar lo que está diciendo: “Jefe, creo que nos hemos
equivocado de entrada”. O tal vez: “Tenía usted razón. No era esa la entrada que debíamos utilizar”. Los agentes han
metido la pata entrando por la entrada que no tocaba y eso ha provocado el trompazo del Súper. Es fácil deducir que
pronto caerá sobre ellos una buena represalia. No hacen falta palabras.
53
En la revista “Mortadelo” (entre 1970 y 1983) Ibáñez
prueba todavía un nuevo formato: el de historieta de
una página con un aspecto que no es el mismo que el de
las historietas del interior de la revista. Si en el caso de
“Pulgarcito” visto más arriba la página era formalmente
igual que la del interior, en las portadas de “Mortadelo”
la página adopta una estructura que ya a simple vista la
hace formalmente distinta. En realidad, Ibáñez empieza
esta serie de portadas con historietas muy simples, casi
como si fueran una tira en forma de página. No es raro
que las primeras entregas contengan simplemente tres
viñetas (nº 2, 3, 4, 42) o cuatro (nº 0, 1, 5, 6, 7, 8). Poco
a poco la narración se vuelve más elaborada y aumenta
el número de viñetas, que a partir del año 1975 suele ser
de cinco o seis en cada portada. Pese a que el formato de
estas portadas es muy distinto a las que cuentan con una
única viñeta, algunos recursos humorísticos habituales
en Ibáñez aparecen también en la primera etapa de
“Mortadelo”. Muchos gags terminan anticipando lo que
pasará (la cesta que aplastará fatalmente a Filemón en el
nº 2), o elidiendo lo que ha pasado (la explosión por
culpa de un puro trucado en la portada nº 41). Asimismo,
es habitual el uso del reclamo visual que, pese a ser
menos llamativo a priori en portadas con varias viñetas,
se usa no pocas veces para destacar un elemento del
dibujo: un avión (nº 4), la gran esfinge de Gizeh (nº 7),
un tren (nº 27), una ballena saltando (nº 42), un
gigantesco mono (nº 66), un transatlántico (nº 68) o el
monte Rushmore (nº 425).
Las portadas de esta revista son el extremo opuesto a “Mortadelo” n.º 4 (Bruguera, 1970)
las de “Ases del Humor”. Si unas cuentan con una
única viñeta, las otras presentan múltiples imágenes; si
unas son mudas, las otras tienen texto, mucho texto.
Son portadas muy dialogadas, con un verdadero rifirrafe
dialéctico entre Mortadelo y Filemón que habitualmente
genera una confusión o un malentendido que se desvela
en la viñeta que cierra la historieta con una contundente
resolución cómica. Estos diálogos se muestran con
globos de texto encabalgándose unos con otros, globos
coloreados a veces, y solapándose con las viñetas que
tienen alrededor. No es rara una portada con once globos
de texto (la nº 377, por ejemplo) o con doce (nº 398).
Algunas viñetas, por su parte, suelen adoptar formas
variadas y poco convencionales, con esquinas
redondeadas, que dotan al conjunto de la página de un
aspecto más dinámico y fluido. En las más de 640
portadas hechas por Ibáñez con este formato hay varias
ocasiones para apreciar el influjo de la obra de André
Franquin. Aunque, llegados a este punto, conviene
diferenciar dos tipos de influencia. La primera es la del
mimetismo, que implica que Ibáñez adapta –en esencia–
un gag tomado de la serie “Gaston Lagaffe” (Mortadelo
y Gaston comparten altos grados de incompetencia
profesional). Así, la portada nº 1 replica el gag 568 del
personaje belga, mientras que la del nº 4 hace lo propio
con el 412 y la del nº 175 con el 583. La segunda
influencia es, simplemente, inspiracional: Ibáñez toma
una imagen de Franquin que dibuja tal cual y a partir de
ella elabora un chiste completamente nuevo, como si la
obra original le sugiriera ese chiste. Así ocurre con el
transatlántico que ocupa media página en “L’ombre du
Z” (1960) y que sirve para elaborar el gag de la portada
de la revista nº 68 (1972). En este caso, la imagen es el
denominador común entre las obras de los dos
“Mortadelo” n.º 377 (Bruguera, 1978)
dibujantes, pero el guion no tiene nada que ver.
54
En paralelo a esta revista, en enero de 1972, se lanza la nueva
cabecera mensual “Súper Mortadelo”, en la que Ibáñez prueba un
nuevo formato, distinto al de las portadas de “Olé!”, de “Ases del
Humor” y de la revista “Mortadelo”. En este caso, el protagonista
absoluto de la portada es el disfraz. En realidad, Ibáñez fija una
disposición canónica en los tres primeros números que luego
mantiene sin alteraciones: Mortadelo disfrazado a la izquierda de la
portada ocupando toda la altura que le permite la página –hasta la
cabecera– y a la derecha Filemón y el resto de elementos, incluido
el bocadillo de texto. El principal atractivo de la portada es ver
cómo Ibáñez ha transformado a Mortadelo en cantante de rock,
vaquero, ciclista, torero o en un mago de los de lámpara
maravillosa. Son disfraces dibujados con todo lujo de detalles.
Diez años después, tras un rediseño de la revista en el número 135,
Ibáñez empieza a poner el disfraz a la derecha, invirtiendo como
en un espejo la distribución anterior. Es como si el autor quisiera
sumarse a la nueva presentación con un cambio en la estructura del
dibujo. Pero la propuesta dura pocos números y pronto Mortadelo
vuelve a situarse a la izquierda. Se trata de algo lógico y coherente
con el sentido de lectura occidental, de izquierda a derecha: el ojo
empieza por lo más llamativo de la portada –el disfraz– y luego
sigue escrutando el dibujo yendo hacia la derecha, donde descubre
el globo de texto y el resto de la imagen y capta el chiste. Colocar
el foco de atención a la izquierda es la disposición más natural.
Además, cuando en un quiosco se acumulan muchas revistas –y
estas publicaciones se vendían en quioscos– lo normal es que la
mitad izquierda sea la parte visible; por eso, colocando el disfraz en “Súper Mortadelo” n.º 33 (Bruguera, 1974)
esa zona, Ibáñez se asegura la máxima visibilidad del motivo que
sirve de gancho para la portada y el que mejor sirve para diferenciar una portada respecto de la publicada la semana
anterior. Una buena estrategia para indicar al lector que el nuevo número de la revista ha llegado ya. Esta disposición
ensayada en “Súper Mortadelo” se mantendrá en la nueva revista semanal que se publica a partir de enero de 1984 y
que, aunque por nombre y periodicidad es la continuadora de “Mortadelo”, en realidad sigue la numeración de
“Súper Mortadelo”. En esta nueva etapa el disfraz sigue siendo el protagonista indiscutible. En realidad, no se trata
solo de que Mortadelo vaya siempre disfrazado ni de que este disfraz sea el elemento más identificable de la portada,
sino que el disfraz es el verdadero motor del chiste. Es como si Ibáñez pensara primero de qué va a ir disfrazado su
personaje –no acostumbra a repetir indumentaria– y luego creara el chiste.
55
“Súper Mortadelo” n.º 72 (Bruguera, 1977), “Olé!” n.º 1-M200 (B,1ª edición, 1991) y “Olé!ª” n.º 107 (B, 3ª edición, 1993)
Esta práctica de reaprovechamiento de portadas ya la había practicado Bruguera años atrás alterando también la
unitaria tipología de portadas por colección prevista por Ibáñez. En 1985, con la editorial a punto de cerrar sus
puertas, publicó como portada para “Testigo de cargo” (nº 300) en la colección “Olé!” el dibujo hecho para “Los
bomberos” en “Ases del Humor” –un chiste mudo, recordemos–. También las portadas de “La estatua de la
libertad” (nº 290), “El cochecito leré” (309) o de la apócrifa “El loco del Fujiyama” (nº 294) fueron pensadas por
Ibáñez para álbumes de otra colección que no fuera la “Olé!” y por eso son chistes mudos, lo que ocurre es que
Bruguera les añadió un texto innecesario y mal puesto porque en dos de los tres casos no encaja con el dibujo, ya que
el personaje que debería pronunciar ese texto está dibujado con la boca cerrada. El resultado es chocante.
“Olé!” n.º 290 (Bruguera, 1984) “Olé!” n.º 294 (Bruguera, 1984)
Si antes hemos desgranado los resortes utilizados en un chiste mudo, vale la pena repetir el ejercicio sobre una
portada con texto. Tomemos la del número 142 de la colección “Olé!” (1971) en donde Filemón, refiriéndose a una
inminente amenaza extraterrestre, le pregunta a Mortadelo si “cree en esas paparruchas”. Ibáñez nos ofrece una
cuidada composición en forma de “Z”, que arranca con el globo de texto, sigue a la derecha con el emisor de esas
palabras y continúa con una diagonal que va desde este hasta el mueble donde Mortadelo guarda la ropa, pasando por
el telescopio colocado frente a la ventana. Luego, en la parte inferior derecha de la imagen, vemos a Mortadelo salir
disparado de casa con su maleta en la mano. Nada sobra ni falta en esta escena. Y todo está en su sitio. Veámoslo.
56
Filemón está de espaldas a su compañero; es la
forma que tiene Ibáñez de dividir la escena en dos, lo
cual resulta obligado porque, si Filemón viera el pánico
de su compañero, el chiste no tendría sentido. Filemón
lee el periódico, lo cual le permite informarse de esa
supuesta invasión extraterrestre y lanzar la pregunta a
Mortadelo. El mismo recurso lo hemos visto en
numerosas ocasiones a lo largo de la obra de Ibáñez
desde sus comienzos en la editorial Marco (“La Risa”,
n.º 153, I/1959) hasta la áctual colección “Top Cómic”
(n.º 65, II/2018). La expresividad es también
fundamental: se le ve sonriendo, cosa que nos permite
deducir que él no cree en los extraterrestres. Además,
su actitud relajada y confiada contrasta con el
apresuramiento y la cara de pánico de Mortadelo
multiplicando el efecto cómico de la escena. No falta
tampoco la ventana en donde asoma una parte del cielo
que hasta hace un momento Mortadelo estaba
escrutando ni falta tampoco la puerta hacia la que este
se dirige, fundamental para indicar la salida de la
escena. Pero tal vez la parte más brillante son las líneas
cinéticas de movimiento que indican los tres saltos
que Mortadelo acaba de hacer y que corresponden a
otras tres acciones: mirar por el telescopio, recoger la
ropa de una cómoda apenas insinuada, y salir
corriendo maleta en ristre. Ibáñez ha tenido incluso la
sabiduría de indicar al lector que existe una relación
entre el cajón abierto y la maleta ya cerrada, pues en
ambos hay piezas de ropa que sobresalen; es obvio
pues lo que Mortadelo ha colocado ahí. El taburete que
cae al suelo y el cajón sin cerrar, refuerzan la idea de
apresuramiento que trasmite sobre todo la exagerada
expresividad del cuerpo de Mortadelo, con la espalda
“Olé!” n.º 142 (Bruguera, 1977)
totalmente arqueada y sin que ninguna de sus piernas
toque las baldosas. Una portada memorable.
“La Risa (2ª época)” n.º 153 (Marco, 9/I/1959) “Top Cómic” n.º 65 (Ediciones B, 8/II/2018)
57
La actual colección de álbumes en cartoné, publicada primero por Bruguera y continuada por Ediciones B y luego
por Penguin Random House bajo el nombre “Magos del humor”, incorpora la presencia del texto a diferencia de lo
que ocurría en “Ases del Humor”. Es lícito pensar que Ibáñez se siente más cómodo usando bocadillos de texto. Así,
las portadas actuales de los álbumes en cartoné están más cerca de la fórmula clásica que tan bien ha funcionado en la
colección “Olé!”. En cuanto a Mortadelo, y aunque sigue apareciendo a menudo con levita, durante los últimos años
es cada vez más habitual que vista algún disfraz: “El señor de los ladrillos” (nº 102), “Chernobil... ¡qué cuchitril!”
(nº 141), “¡Broommm!” (nº 157), “La litrona, vaya mona” (nº 159), “Sueldecitos más bien bajitos...” (nº 178) o la
citada “Urgencias del Hospital… ¡fatal!” (nº 194). Por su parte, las actuales portadas de Ibáñez para la colección
“Olé!” mantienen, en su mayoría, la imagen de Mortadelo con levita en la primera plana. Han transcurrido cuarenta y
siete años de la primera portada para la económica colección “Olé!” y Francisco Ibáñez sigue fiel al plan que trazó el
primer día. Lo dicho: no deja nada al azar.
“La litrona… ¡vaya mona!” (Ediciones B, 2013) “Sueldecitos más bien bajitos...” (Ediciones B, 2016)
58
CAPÍTULO 4
Restauración fortuita
Si para los tebeos del periodo franquista siempre han sido insuficientes las ocasiones en las que con el paso del
tiempo han podido recuperarse en su versión original las obras que la censura había adulterado, esto ha sido aún más
inusitado, por no decir nulo, en las historietas de estilo humorístico. Por esta razón, no deja de ser grato que, aunque
solo fuera por sendos despistes del maquetador y del censor de turno, en una página editada en el número 645 del
“Tío Vivo” (2ª época) que rescataba una aventura originalmente publicada en el número 272 del mismo semanario a
mediados de los años 60, no solo los lectores de Mortadelo y Filemón nos encontrásemos con una presentación de
dicha historieta a todo color y con nueva rotulación, sino que además tuviéramos el privilegio de ver lo que 7 años
atrás no se nos había permitido.
60
Finales “alternativos”
Hubo otras ocasiones en que las pautas que la censura marcaba hacían insuficiente la mera eliminación de un
determinado objeto considerado pernicioso, pues no solo éste, sino el conjunto de toda una escena podía llegar a ser
tomado excesivamente nocivo para las tiernas mentes de los más pequeños. Era entonces cuando las soluciones que
tenían que adoptarse eran de cariz aún más drástico y se optaba por mandar redibujar la viñeta entera a los asalariados
de turno, multiplicando así con ello aún más, si cabía, la incoherencia narrativa de las historias. Ibáñez no fue menos
en este aspecto y también tuvo que padecer en más de una ocasión los caprichosos juicios de esta insensata práctica
que nos ha privado de disfrutar de sus obras en toda su plenitud original, como así ocurrió en el final de la historieta
publicada en el “Pulgarcito Extra de Verano de 1966”.
¡Eso no se dice!
De todos es sabido también que la censura podía operar en distintas fases y diversos niveles. Por una parte, no solo
se trataba de una serie de burócratas que ejecutaban instrucciones tan necias en su naturaleza como volubles en su
aplicación, sino que las prohibiciones comenzaban, de hecho, en el mismo trabajador, que podía autoimponerse evitar
tratar ciertos temas o, en el caso de los historietistas, dibujar según qué cosas. Por otra parte, la censura en los tebeos
no solo se limitaba al aspecto gráfico, sino que su sombra también llegaba con la misma o mayor frecuencia al nivel
textual. Sobre este último aspecto, no deja de resultar interesante darse cuenta de que en determinadas historietas a las
cuales en un primer pase se les había dado el visto bueno, al ser reeditadas se procedía a modificarles ligeramente
algunos términos específicos, seguramente con la argumentación de que estos poseían unas connotaciones que no eran
aptas para el público infantil. Así, el atento lector es capaz de descubrir un ejemplo de ello en una historieta de
Mortadelo y Filemón si tiene la ocasión de leer la aventura original del “Tío Vivo” n.º 114 y compararla con su
reedición en el “Tío Vivo” nº 438.
61
“Tío Vivo” nº 114 (13/V/1963) y “Tío Vivo” nº 438 (28/VII/1969)
El uso de la palabra “ahorcado” en la publicación No obstante, esta lectura puede desmoronarse (o no) si
original de esta historieta (“Tío Vivo” n.º 114, tenemos en cuenta un factor cronológicamente
13/V/1963) pasa a ser sustituido por el aséptico término prioritario, y es que en realidad, la primera reedición
“profundo” en la primera reedición de la misma (“Tío documentada de este episodio la hallamos en el número
Vivo” n.º 438, 28/VII/1969). No es difícil suponer que 10 de la revista de cadencia no siempre regular “Súper
este cambio pudiese obedecer a que se considerara que el Tío Vivo”, el cual hizo su aparición en febrero de 1973.
primer término poseía una fuerte carga anticristiana o La singularidad de este caso reside en que dicha
insinuaba una exaltación del suicidio, pues, a fin de aventura, en efecto, apareció previamente unida a otra
cuentas, solo Dios daba y podía quitar la vida (pese a historieta, aunque no se trataba de ninguna de las dos
que, por aquel entonces, los poderes fácticos de la que se podrían ver pocos meses después en el “Olé!” nº
dictadura continuaran ejercitando, con no poca 86, sino otra más moderna, concretamente aparecida en
hipocresía, prácticas de muy similares características). el “Pulgarcito” n.º 1972. Lo excepcional de este
remontaje es que, por una vez, y sin que sirviera de
Sin embargo, la cosa no termina ahí, ya que, a este precedente, el remaquetador supo otorgarle a la unión de
respecto, destaca otro caso de carácter tan rocambolesco ambas historietas, en principio inconexas, una lógica
como ambiguo, donde no se sabe a ciencia cierta si operó narrativa tan exacta y creíble que el lector poco
la censura, el azar o quizá ambas cosas: nos referimos a familiarizado puede llegar a pensar –con cierta sensatez–
la historieta publicada por vez primera en el “Pulgarcito” que el autor podría haberlo ideado originariamente así,
1894, una típica historia en la cual un reincidente cuando en realidad eso no parece posible si se tiene en
maleante encarcelado tiempo atrás por Filemón se fuga cuenta el determinante detalle de que la historieta que
de la cárcel con sed de venganza y el pobre agente no aparece en primer lugar se dibujaría año y medio más
hará más que padecer una calamidad tras otra en sus tarde respecto a la segunda, que viene colocada aquí
continuos intentos por escapar de la ira del susodicho como continuación de la primera.
villano. Hasta ahí todo es de lo más normal, pero sin
embargo, cuando años después nos encontramos esta Sabiendo que Ibáñez estructura básicamente sus
historieta reeditada dentro de la colección “Olé!” de historietas como una sucesión de 'gags' hilvanados por
Bruguera nº 86 (previamente unida de forma artificial un mínimo argumento utilizado casi a modo de excusa
mediante viñetas apócrifas a otras historietas) advertimos hasta llegar a un desenlace espectacular, no es difícil
un pequeño pero significativo cambio en los textos deducir que lo que menos puede preocuparle es intentar
referidos al antagonista de dicha aventura. crear una continuidad coherente entre aventura y
aventura, y esta es la razón por la cual destaca en el
Al parecer, el alias que eligió Ibáñez para el villano de “Súper Tío Vivo” nº 10 (12/II/1973) la perfecta unión de
turno del “Pulgarcito” nº 1894 (21/VIII/1967) no la historieta originalmente editada en el “Pulgarcito” n.º
sobrevivió a su reedición en la colección “Olé!” de 1972 (17/II/1969) como episodio anterior a la aparecida
Bruguera nº 86 (1973), y es fácil pensar que así fuese en el ya mencionado “Pulgarcito” n.º 1894
porque probablemente en su día alguna cabeza pensante (21/VIII/1967), pues el avispado maquetador solo tuvo
concluyó que dicho apodo podía malinterpretarse como que ajustar el nombre del villano al que ya se había
un sobrenombre de alto contenido sexual y por ello se mencionado en el primer capítulo para hacernos creer
decidió que era preferible reemplazarlo por otro que, efectivamente, se trataba del mismo malhechor
seudónimo que, aunque fuera más inofensivo, cabe decir (pues su apariencia física es, sorprendentemente, casi
que no por ello resultaba menos jocoso. Igualmente, en idéntica) aprovechando, adicionalmente, el factor de que
todas las reediciones de esta historieta incluidas tanto en en el final de la primera historieta dicho 'gángster' era
los retapados brugueriles de los años siguientes (“Magos apresado por la policía para justificar a continuación su
del Humor” n.º XVII; “Súper Humor” n.º V, posterior huida al inicio de la segunda. Obsérvese, sin
“Selecciones de Olé!” n.º 11) como en las primeras embargo, el sutil cambio de estilo de dibujo entre la
colecciones de Ediciones B (“Olé!” n.º 86-M.14, “Súper primera aventura (de figuras más estilizadas) con la
Humor” nº 5) este último mote fue el que se mantuvo, segunda (presas aún de cierta "rechonchez" heredada de
hasta llegar a las colecciones “Olé!” y “Súper Humor” un formato apaisado que el autor había abandonado por
actuales (n.º 108 y n.º 11, respectivamente), en los cuales entonces hacía pocos meses). Siendo conocedores de
vuelve a recuperarse el término original. esta circunstancia,
62
¿podemos seguir pensando que las reediciones posteriores de la historieta del “Pulgarcito” n.º 1894 siguieron
manteniendo el apodo de Paco “el Paquidermo” por una cuestión de censura o porque simplemente se recuperaron
de esta versión diseñada para el nº 10 de “Súper Tío Vivo”? La respuesta queda en el aire.
Mortadelo entra disfrazado y nombra al villano Se ve el aspecto físico de Paco “El Paquidermo”
63
Caprichos editoriales
Las “cabeceras-tira”
Nótese cómo la imposición del nuevo tipo de cabecera a partir del “Tío Vivo” n.º 138 (28/X/1963) y del
“Pulgarcito” n.º 1696 (4/XI/1963) obliga en el primer caso a alargar artificialmente la primera viñeta para rellenar el
hueco previamente ocupado por la cabecera tradicional del primer ejemplo (“Pulgarcito” n.º 1695, 28/X/1963) y en
el segundo caso, a añadir una segunda viñeta apócrifa para trasladar la primera a dicho espacio. Obsérvese
igualmente que las efigies de los protagonistas que adornan el título de la serie son también, únicamente en estas dos
primeras ocasiones, añadidos posteriores llevados a cabo por los entonces eventuales “negros” de la editorial. Sirva
añadir el dato para el entusiasta meticuloso de que con este formato llegaron a publicarse 25 historietas en
“Pulgarcito” y 16 en “Tío Vivo”.
Necesitamos más páginas, señor Ibáñez
64
“Pulgarcito” n.º 1835 (4/VII/1966) - Contuvo la primera remaquetación de dos historietas antiguas
procedentes respectivamente de los “Tío Vivo” nº 150 (20/I/1964) y n.º 147 (30/XII/1963);
En cualquier caso, la imposición de dibujar historias a seis tiras fue al parecer bastante inflexible al menos hasta
1969 con la aparición de “Gran Pulgarcito”, ya que, dada la vocación de esta publicación por presentarse al público
como un producto de mayor calidad, permitió que sus mejores dibujantes cambiaran al formato de cinco tiras para
asemejarse más a sus colegas europeos. Lo mismo ocurriría con la revista sucesora, “Súper Pulgarcito” a finales de
1970, mientras que los semanarios clásicos “Tío Vivo” y “Pulgarcito” no se adaptarían a este cambio de forma
definitiva hasta el verano de 1971, poco antes de que esta última publicación celebrase su quincuagésimo aniversario.
Por tanto, todos los casos que pueden documentarse sobre historietas humorísticas en general de cinco tiras a plancha
completa anteriores al final de la década de los sesenta son muy escasos y excepcionales. En el caso de Mortadelo y
Filemón se conocen únicamente los ejemplos aparecidos en los “Tío Vivos” 122 y 152, en los cuales se detectan
además unos primeros intentos del autor por imitar el estilo de la escuela franco-belga que tanto admiraba. En el
ameno capítulo “La influencia franco-belga en Ibáñez”, también recogido en el primer volumen de este libro, se
muestran las viñetas concretas que debió de tomar como modelo.
65
Ibáñez aprovechó para experimentar un estilo más europeo en las dos primeras (y aisladas) historietas de Mortadelo y Filemón de cinco
tiras a plancha completa, que vieron la luz respectivamente en el “Tío Vivo” n.º 122 (8/VII/1963) y n.º 152 (3/II/1964). El primer ejemplo
sobre todo, constituye un adelanto –aunque aún no pulido del todo– del aspecto gráfico que presentaría la pareja protagonista cinco años y
medio más tarde, cuando da comienzo la serialización de su primera aventura larga, “El sulfato atómico”. Quepa reivindicar desde estas
líneas para una mejor visualización de la evolución gráfica del autor, el desarrollo de la serie publicitaria “Pepsiman”, en la cual se puede
apreciar durante el transcurso de los años 1966 y 1967 un paulatino dominio de la técnica de la escuela franco-belga reflejada en un más
elaborado detallismo y acabado de personajes y fondos. La tercera y cuarta páginas reproducidas corresponden al “Gran Pulgarcito” n.ºs
36 y 37 (29/9/1969 y 6/X/1969) y constituyen un tercer ejemplo cronológico de historieta corta con esta nueva disposición de tiras, si bien
en esta ocasión el formato volvía para asentarse de forma definitiva.
66
Historietas que dan para más
Quedando sobradamente demostrado que Ibáñez, igual que el resto de los compañeros de profesión de su
generación, supo ajustar con ingenio sus historietas a las limitaciones coyunturales que le tocó padecer, es igualmente
meritoria su resuelta adaptación a los caprichosos imperativos comerciales que ocasionalmente le podían “llover”
desde la editorial. No solo este artesano de la historieta demostraba a su público semana a semana su increíble
capacidad para construir una perfecta consecución de ‘gags’ que encajaban brillantemente en episodios de una, dos,
cuatro, seis u ocho páginas, sino que además podía exhibir su maestría a la hora de variar y amoldar la extensión de
sus historias sin que por ello el lector fuese capaz de percibir que la trama se resintiera en momento alguno, aun en el
caso de que dichas modificaciones hubiesen sido una imposición solicitada a última hora. Ejemplos palpables de ello
son los que podemos encontrar en una lectura medianamente atenta de las aventuras “¡Súper Mortadelo!” y “El
transmutador biológico”, que aparecieron respectivamente en el nº 1 de la revista “Súper Mortadelo” y el
Almanaque para 1973 del semanario “Mortadelo”, pues en ambas es relativamente sencillo detectar un alargamiento
del argumento inicial que con bastante probabilidad pudo obedecer tanto al contexto determinado de la aparición del
ejemplar en cuestión como a la naturaleza del mismo.
Si nos fijamos en los casilleros de las páginas 5, 11 y 12 de la historieta “¡Súper Mortadelo!” (“Súper Mortadelo” nº 1, 31/I/1972) nos
damos cuenta de que en la numeración de las dos últimas se pasa del 11-B al 6-A (en lugar de al 12-A), lo cual hace que presumamos que
la extensión original de la historia fuese probablemente de seis páginas, pero que quizás, al tratarse de una nueva cabecera, se le sugirió a
Ibáñez extender la narración para, en consonancia con su argumento, conferirle un carácter de “súper-historieta”. Adviértase la habilidad
del autor para repetir una misma situación en el final de las páginas 5 y 11 (con Mortadelo impulsando a su jefe hacia arriba para alcanzar
la ventana del piso en el que se supone que vive el maleante habitual al que deben capturar) de forma que esas nuevas 5 páginas que
tuvieron que añadirse más tarde entre la 5 y la 6 iniciales no parecieran un postizo que perjudicase la coherencia narrativa del episodio.
Otra pista que nos corrobora que esta aventura fue recibida en dos entregas es que posee dos números de facturación (NF), en concreto el
5836 en la página 11 y el 5574 (es decir, una cifra menor que nos indica que fue una entrega más temprana) en la que acabó siendo
finalmente la página 12.
Con bastante seguridad, la aventura “El transmutador biológico” (“Mortadelo Almanaque para 1973”, 11/XII/1972) ocuparía inicialmente,
como el ejemplo anterior, una suma de seis páginas, y de hecho el desenlace de esta sexta página cumple con los preceptos de uno de los
típicos finales del autor (con Mortadelo y Filemón haciéndole sufrir al “Súper” en sus propias carnes las desgraciadas consecuencias que
implica tener que probar uno de los inventos del profesor Bacterio), pero parece ser que en Bruguera se le volvió a instar a Ibáñez para que
alargase de nuevo la historia dos páginas más y, de paso, incluyese algún elemento que le confiriera a esta un carácter navideño de forma
que encajase mejor con la naturaleza del extraordinario en el que se publicaba (y así cumplió este a la vista del contenido de la última
viñeta). Una vez más, la aparición de dos números de facturación (10690 en la página 6 y 10996 en la página 8) nos desvela que,
efectivamente, la versión definitiva de esta historieta fue fruto de dos entregas separadas en el tiempo.
67
Apaños y otros despistes
Haciendo doblete
A principios de los años 60, la plantilla de “Pulgarcito” estaba compuesta por unos dieciocho personajes, la
mayoría de los cuales no ocupaba página fija alguna en la revista, sino que iba alternando su ubicación en la misma de
forma totalmente aleatoria, semana a semana. No era infrecuente que tal nómina no dispusiera de espacio suficiente en
la publicación (bien porque se incluyesen en la misma páginas publicitarias o de autopromoción editorial) para que
alguno de sus miembros pudiera faltar ocasionalmente en algún número a su cita con los lectores. No obstante, lo que
sí podía constituir toda una rareza es que en un mismo ejemplar un personaje hiciera su aparición por duplicado, y
esto es precisamente lo que ocurrió en el nº 1584 del semanario, cuando, seguramente por despiste brugueril pero para
deleite de sus seguidores, dos historietas de Mortadelo y Filemón se “colaron” en dos páginas diferentes del mismo.
El nº 1584 de “Pulgarcito” (11/IX/1961) presentó de manera excepcional dos historietas de Mortadelo y Filemón de una página
cada una, respectivamente en las páginas 14 y 20 (contraportada) del mismo. Es fácil suponer que se trató de un descuido
editorial y que con bastante probabilidad, la primera historieta, dada su disposición a 5 tiras pero sin ocupar la página
completa, pudo estar ideada originariamente para ocupar una portada del semanario (obsérvese además que dicha página tuvo
probablemente que ser “rescatada” de algún fichero semiolvidado tiempo atrás, visto el aspecto gráfico más primitivo que
presentaban sus protagonistas). Cabe resaltar la singularidad de este hecho pues, durante los casi treinta años de duración de
esta etapa de la revista, apenas se han podido documentar otros casos similares de apariciones duplicadas de un mismo
personaje, con la salvedad del nº 1529 (donde aparecieron dos historietas de las hermanas Gilda) o el nº 1855 (con dos
historietas de Petra).
Aplicar un método de censado y clasificación por "palabras-clave" para las historietas primitivas no tituladas no
solo nos ha permitido reparar en las puntuales ocasiones en las que al reeditarse viejas aventuras con nueva
maquetación, colorido y rotulación se podía aprovechar también para introducir pequeños cambios en los textos de las
viñetas por motivos de censura como ya hemos visto, sino que dicha técnica también ha hecho que podamos reparar
en otras curiosas alteraciones realizadas por razones bien distintas, si bien la mayoría de estas respondían al consabido
objeto de reciclar y modernizar un material antiguo para que no desentonara demasiado con lo ya conocido por los
lectores de las nuevas generaciones o para adaptarlo a un contexto específico de la publicación en que se reeditaban.
Así pues, hemos podido hallar ejemplos de ello en una de las páginas aparecidas en el “Tío Vivo Extra de Verano de
1970”, donde se modifica el contenido de muchos de los bocadillos de la edición original de una historieta publicada a
finales de 1963; también en el nº 124 de la revista “Mortadelo”, en que se hace lo propio en las primeras cuatro
viñetas de una historieta dibujada años atrás en el “Pulgarcito Almanaque para 1967”; o igualmente, en el singular
caso documentado en el nº 99 de “Mortadelo”, en que, de forma sospechosa, se varía el apodo del antagonista
aparecido originariamente en el Pulgarcito nº 1712.
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“Pulgarcito” nº 1704 (30/XII/1963) / “Tío Vivo Extra Verano 1970” (6/II/1970)
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“Pulgarcito” nº 1712 (24/II/1964) / “Mortadelo” nº 99 (16/X/1972)
La versión a todo color de la historieta en bitono editada en el “Pulgarcito” 1712 (24/II/1964) vista en el nº 99 de la revista
“Mortadelo” (16/X/1972) reemplaza el seudónimo del gángster por otro que, si bien goza de más prestancia para el desarrollo de la
trama, en realidad parece querer ocultar el nombre original para no inducir a error a un lector que ya por entonces conocía de sobra
a otro personaje ibañezco que igualmente en pocos años se había granjeado una gran popularidad. Por otra parte, es muy posible
que, en aquellos primeros meses de 1964, el autor considerara lo suficientemente divertido aquel sobrenombre como para, tan solo
seis semanas después, rescatarlo para bautizar a su nueva creación, Rompetechos, en el “Tío Vivo” nº 161 (6/IV/1964).
Historietas “siamesas”
Entre las más de mil historietas cortas independientes que Ibáñez dibujó sobre los agentes antes de que en 1970
empezaran a publicarse los seriales (que ya se trataban de un híbrido entre historieta corta y aventura larga), solo se ha
podido documentar un único caso en el que una publicación original se presentase a los lectores directamente de
forma remaquetada. Así ocurrió en el “Pulgarcito” nº 1756, solo mes y medio después de que Mortadelo y Filemón
hubiesen pasado a ocupar el privilegiado puesto de las páginas centrales del semanario inaugurando con ello también
un formato apaisado, y es que basta con una ligera lectura de dicha historieta para darse cuenta de que no solamente
salta a la vista que no se ajusta a dicha estructura horizontal, sino que también se trata en realidad de dos historietas
que el dibujante concibió de manera separada y no como una única aventura de dos páginas, que es como apareció en
el susodicho ejemplar únicamente para ajustarlas a dicha reciente disposición central.
Obsérvese que en la parte inferior izquierda de la primera viñeta de la aventura del “Pulgarcito” nº 1756 (28/XII/1964) puede leerse el
número “1724”, lo cual delata que esta historieta estuvo probablemente planificada para ser publicada en la contraportada de dicho
número de Pulgarcito pero, por alguna desconocida razón, finalmente no fue así (aparte de que dicho “Pulgarcito” n.º 1724 no contuvo
historieta alguna de Mortadelo y Filemón). Otras pistas que demuestran que ambas páginas fueron entregas independientes (obviando el
cambio argumental) es que, además de que la primera viñeta de la segunda página ha sido alargada artificialmente para unirse a la
anterior (lo que las convierte en las únicas historietas de una página que jamás se han publicado de forma independiente), cada una de
ellas posee su propio Número de Facturación (186 y 4617, respectivamente).
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¿Y dónde metemos esto?
La efervescencia creativa que caracterizó la década de los sesenta en la obra de Ibáñez, tanto por la multiplicación
del volumen de historietas de este par de detectives como por la aparición de nuevas series y personajes, acabaría
siendo al final tan solo el preámbulo del cénit de la genialidad del autor, la cual eclosionaría con la llegada de las
aventuras de cuarenta y cuatro páginas, elaboradas en sus inicios con un afán imitador del estilo europeo. Ciertamente,
parece ser que la idea de lanzar al mercado la nueva cabecera “Gran Pulgarcito” como un producto más cuidado y de
mayor calidad a imitación de otros legendarios semanarios como “Spirou” o “Pilote” ya rondaba por la cabeza de la
dirección de Bruguera al menos desde 1968, pues considerando que el nº 1 de dicha revista llegaría a los quioscos en
enero de 1969 es coherente deducir que, para centrarse en esta nueva labor, al dibujante se le permitiera abandonar
seis meses antes las exigidas entregas semanales para la revista “Tío Vivo” tanto de Mortadelo y Filemón como de otra
de sus series-estrella, “13 Rúe del Percebe”, respectivamente en sus números 385 y 386. Mientras que la primera
continuaría paralelamente su andadura en el semanario que la vio nacer, “Pulgarcito”, la segunda pasaría a manos
apócrifas durante año y medio más. Parece claro que durante esos seis meses Ibáñez empleó parte de su tiempo en
preparar la guionización de la que sería la carta de presentación de esta pareja a nivel internacional, y que no fue sino
la aventura larga “El sulfato atómico”. Es por esto que resulta interesante encontrarse aún con una historieta nueva de
los agentes en el semanario “Tío Vivo” nueve meses después de su despedida, en el número 419, aunque no sorprende
colegir que dicha inclusión obedeciera a una mera maniobra espontánea de reubicar un material "sobrante" al que se le
debía dar salida.
“Tío Vivo” nº 419 (17/III/1969) “Tío Vivo” publicaba por primera y única vez en un ejemplar ordinario una aventura
original de dos páginas de Mortadelo y Filemón, concretamente en su número 419 (17/III/1969). Gracias al número de
facturación (NF) que puede leerse entre las dos últimas tiras de la segunda página (27576) podemos prácticamente asegurar
que dicha aventura se entregó conjuntamente con la que esa misma semana se editaba en el “Pulgarcito” 1976, ya que el
NF de esta otra fue el 27571. El factor del mes de publicación de esta historia, así como el hecho de que el argumento de la
misma esté ambientado en el campo, nos hace especular con la no descabellada posibilidad de que dicho episodio estuviese
primigeniamente ideado para un hipotético número extraordinario de primavera que finalmente no llegase a ver la luz, pues
la editorial ya había hecho tentativas pocos años atrás (concretamente, en 1965 y 1966) editando ese tipo de extras
estacionales, aunque no llegarían a asentarse de forma definitiva hasta un año después, esto es, a partir de 1970.
No menos sorprendente es el caso del “Pulgarcito Extra de Primavera de 1972”, en la cual se publicó la que
parece que pudo ser la última historieta ideada para “Tío Vivo” pero que, por algún desconocido motivo, se traspapeló
entre los archivos de Bruguera y no se rescató hasta al menos tres años y medio después de su realización. Las razones
por las que sospechamos que dicha historieta estuvo inicialmente pensada para la mencionada revista es su extensión,
ya que ésta es de una página y así fueron todos los episodios que se editaron en los números ordinarios de esta
publicación. Del mismo modo, también es una pista el estilo de dibujo que se aprecia en dicha página, mucho más
similar al que tenía Ibáñez a mediados de 1968 que al que ya había adoptado a inicios de 1972. La disposición de seis
tiras aún fue una tónica que siguió dándose en el semanario “Pulgarcito”, si bien cabe destacar que ello terminó en el
número 2125 (del 31 de enero de 1972) y que en realidad, el autor no había vuelto a dibujar ninguna historieta corta
independiente (esto es, no incluida dentro de un serial) desde hacía más de tres años (si exceptuamos los números
extraordinarios).
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“Pulgarcito Extra Primavera 1972” (20/III/1972)
Tras investigar más de 950 tebeos pertenecientes tanto a colecciones cronológicamente paralelas a “Pulgarcito” y “Tío Vivo” como a
estas mismas revistas dentro de un período que abarca desde mediados de 1968 hasta principios de 1972, podemos afirmar que la
historieta de una página aparecida en el “Pulgarcito Extra de Primavera de 1972” (la cual iba previamente acompañada de la reedición de
otra aventura ya vista en el “Pulgarcito” n.º 1782), tuvo su edición original en este ejemplar extraordinario.
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Nostalgia en viñetas
Pocos personajes del cómic nacional pueden presumir de haber
convivido con la sociedad de un país durante más de seis décadas y, al
mismo tiempo, haber sabido evolucionar para adaptarse a los gustos del
público lector sin dejar de conservar por ello ni un ápice de los rasgos
definitorios de su personalidad. Resulta apasionante poder ir
descubriendo a través de las miles y miles de viñetas del catálogo
artístico del autor (antes de que este se sumergiera de lleno en
acontecimientos de carácter deportivo o en candentes aspectos de la vida
política y social de la nación) un buen surtido de pequeños pero certeros
detalles que han ido retratando las diferentes particularidades
sociológicas del contexto histórico-cultural en el que sus diferentes
creaciones han tenido que desenvolverse: referencias a oficios ya
desaparecidos, a canciones y series televisivas del momento, a hitos de la
historia de la humanidad, a formas de evadirse y divertirse… Y todo ello (1) “Pulgarcito” nº 1394 (20/I/1958)
visto siempre a través de la desenfadada mirada de estos dos personajes
que, por más años que pasen, siguen conservando intacta una envidiable
frescura y vitalidad. Y es que esas son las ventajas que se tienen cuando
se está hecho de papel y tinta en lugar de carne y hueso. Menudo chollo.
(1) A finales de los cincuenta el sereno era todavía una figura bien
visible en la escena nocturna de numerosas ciudades españolas, aunque
durante la siguiente década iría reduciéndose paulatinamente su número
hasta su total desaparición, si bien en los últimos años algunos
municipios han tomado ambiciosas iniciativas para reimplantar esta
nostálgica profesión con relativo éxito.
(2) Mortadelo hace referencia a una de las estrellas más populares de los
primeros westerns (Buck Jones), cuya máxima popularidad en la gran (2) “Pulgarcito” nº 1452 (2/III/1959)
pantalla se dio durante los años veinte y primeros treinta.
73
(6) Aún deberían pasar muchos años para que el alcoholismo dejara de tomarse como un vicio y pasase a ser
considerado como una enfermedad. Ver reflejada tal idea en los tebeos no era cosa nada extraña si tenemos en cuenta
que las normas sobre prensa infantil y juvenil de la época ya dejaban bien claro que las prohibiciones en lo referente a
lo moral implicaban, entre otras cosas, la imposibilidad de fomentar en las historietas los malos hábitos o vicios como
la pereza, el juego o el susodicho alcoholismo.
(7) Las otrora conocidas como “mujeres vamp” del celuloide fueron las que luego pasarían a ser llamadas “femmes
fatales” o “mujeres fatales”. El término original, como su propio nombre ya indicaba, servía para denominar a las
mujeres vampiras, depredadoras sexuales del cine que condenaban a los hombres a la perdición.
(8) En la España franquista, llegar a los veintiún años era un sobrado motivo de orgullo por las libertades que uno
podía empezar a saborear, como por ejemplo, ejercer el derecho al voto.
(9) Antes de que llegasen las videocámaras digitales o los i-phones de última generación la única manera de
conservar bonitos recuerdos en movimiento era agenciarse un buen tomavistas con una cinta de Súper 8 para luego
poder disfrutarlos en una entrañable tarde en familia de cine mudo sobre sábana blanca con la sonora compañía del
monótono y latoso ruido del proyector.
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(11) "Non ho l'età" fue el título de la canción ganadora del Festival de Eurovisión de 1964 en representación de
Italia y que fue interpretada por Gigliola Cinquetti, la cual por entonces contaba con tan solo dieciséis años de edad.
En España, el tema gozó de tanto éxito que se convirtió en la canción del verano de ese mismo año y posteriormente
artistas nacionales compondrían versiones adaptadas al castellano.
(12) Los boleros y pasodobles del cantante valenciano Jorge Sepúlveda habían gozado de su mayor popularidad en
los años 40 y años 50, pero a mediados de los 60 los gustos musicales de los españoles se irían decantando hacia las
baladas italianas y la música anglosajona. El tema que canta Mortadelo, “El mar y tú”, fue uno de los grandes
números uno del artista, que consiguió además llevar sus boleros a países como Francia, Portugal, Cuba o
Argentina.
(13) Aunque hoy en día el problema al que tendría que enfrentarse Filemón sería tener que renovar el cartucho de su
impresora digital, a buen seguro que Ibáñez sería capaz de sacarle punta al asunto para guionizar una historieta
igualmente divertida a la publicada en el “Tío Vivo” 209 (8/III/1965).
(11) “Pulgarcito” n.º 1745 (12/X/1964) (12) “Pulgarcito” nº 1749 (9/XI/1964) (13) “Tío Vivo” nº 209 (8/III/1965)
(14) Sin pretenderlo, Filemón recita el estribillo del conocido pasodoble "¡Ay, mi
sombrero!", compuesto por el cantante y actor riojano José Blanco Ruiz ("Pepe
Blanco") y que en los años setenta volvería a revitalizar con su versión el inmortal
Manolo Escobar.
(15) El Seat 600 fue durante casi década y media el icono automovilístico
español por excelencia. Este modelo representó a la inmensa mayoría de la clase
media española de la época, que por aquel entonces no podía acceder a comprar
vehículos de mayores prestaciones. A la par tan entrañable como cómico, es uno
de esos símbolos que al encajar tan bien en ese universo ibañezco de lo rancio y lo
chusco no hemos dejado de verlo representado a través de sus viñetas.
(14) “Pulgarcito” nº 1783 (5/VII/1965)
(16) Radio Andorra fue una emisora radiofónica comercial que durante más de
cuarenta años emitió en onda corta desde el pequeño país pirenaico para toda la
Europa occidental. Durante el régimen franquista contó con una audiencia
numerosa en España por ofrecer una programación variada y diferente y en este
caso, la prueba de que esta emisora siempre estaba a la última nos la ofrece
Filemón, pues mientras este le cantaba al villano Mac el "Masticavigas" el
bolero mambo "Espinita" del compositor mejicano Nico Jiménez en la historieta
del “Pulgarcito” 1795 (27/IX/1965), para cuando esta aventura volvió a editarse
en el “Tío Vivo” 450 (20/X/1969) ya había pasado a tararearle la canción "La
chevecha" que, primero el cantautor argentino Palito Ortega y luego el conjunto
Los Tres Sudamericanos, habían puesto muy de moda por entonces.
(15) “Pulgarcito Extra Vacaciones 1965”
(9/VIII/1965)
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(17) “Pulgarcito” nº 1848 (3/X/1966)
(18) Otro de los oficios que ya pertenecen a otra época es el del colchonero-lanero, encargado de pasar por las casas
para fabricar o reparar los colchones para que se conservaran en óptimas condiciones. Tras separar la lana del colchón
antiguo con las manos para aflojarla, esta se dejaba así preparada para ser vareada a continuación con una vara de
avellano, sabina o senera. Era un trabajo que se realizaba normalmente cada dos años y la lana que se utilizaba para
los colchones era la misma que se sacaba y se vareaba, ya que la lana podía durar hasta cien años si se cuidaba bien,
aunque habitualmente era necesario rellenar los colchones cada vez que se hacia este trabajo de limpieza con dos kilos
de lana aproximadamente.
(19) Aunque hoy en día podríamos pensar que
Filemón pareciera estar refiriéndose al exitoso
empresario gallego Amancio Ortega, está claro
que por la publicación original de esta historieta
solo puede estar aludiendo al célebre futbolista,
también gallego, Amancio Amaro Varela
(apodado como "El Brujo"), que, junto al veterano
Paco Gento, lideró la histórica generación de
futbolistas españoles del Real Madrid de la década
de los 60, denominados los "Yé-Yé", que
dominaban el fútbol español y que lograron la
(19) “Pulgarcito” n.º 1913 (1/I/1968) sexta Copa de Europa de la historia del club.
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(22) La rivalidad cultural y tecnológica que sustentaba la
llamada “carrera espacial” entre las superpotencias
norteamericana y soviética llevó en determinado momento a
dichas naciones a mandar animales al espacio con fines
investigadores, y así, el programa espacial estadounidense
llegó a enviar al menos a dos chimpancés importados de
África antes de lanzar a su primer ser humano (“Tío Vivo” nº
369 (1/IV/1968)). Esta lucha por la supremacía científica
tuvo su punto álgido con el triunfo de la potencia
norteamericana al lograr que el módulo de su nave, Apolo XI,
se posara sobre la superficie lunar el 20 de julio de 1969.
Apenas dos meses y medio después de tal hito histórico,
Ibáñez le dedicaba un guiño al mismo en la historieta
originalmente publicada en el “Pulgarcito” nº 2006
(3/X/1969). (21) “Pulgarcito”nº 1926 (1/IV/1968)
(22) “Pulgarcito” n.º 2006 (3/X/1969) (23) “Tío Vivo” 376 (20/V/1968)
(23) Reconozcámoslo: las nuevas generaciones no dejarán de mirarnos con cierta sorna cuando les contemos que en
nuestra juventud había que pensarse muy mucho cómo hacernos una buena foto porque por entonces no existía la
ventaja de poder borrarlas de la tarjeta de memoria como si tal cosa.
(24) “Los Invasores” (“The Invaders”) fue una serie de televisión estadounidense de culto y ciencia ficción que en
España se estrenó con gran éxito en 1968. Su argumento de la misma giraba en torno a un arquitecto llamado David
Vincent que presenciaba el aterrizaje de un ovni del cual surgían unos seres extraterrestres que, aun con apariencia
humana, tenían como fin adueñarse del planeta Tierra. Estos seres solo eran identificables por una serie de
determinadas características, como su frecuente rigidez del dedo meñique que les impedía doblarlo, la ausencia de
latidos cardíacos (pues no poseían corazón ni cualquier otro tipo de órgano humano) y su forma de morir,
vaporizándose al instante en medio de una luz rojiza dejando solo cenizas de celulosa a menos que padeciesen cierta
enfermedad transmisible por el tacto, en cuyo caso se producía su congelación.
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(24) “Pulgarcito” n.º 1984 (12/V/1969)
(25) Hubo un tiempo en que las salas de fiestas no eran como las que hoy llamaríamos discotecas. Sin haber tanto
ruido, las entonces conocidas "boites" podían tener su propia orquesta, su espacio para mesas y sillas y los bailes
podían ser tanto de salón como de música pop o la de moda de aquella época, bien en vivo o enlatada. Su decorado
solía ser sicodélico y la gente iba frecuentemente muy bien vestida. La decoración tendía a crear ambientes de una
sensual oscuridad para dar pie a ciertos deslices (hasta el punto en que por entonces se permitían, claro).
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CAPÍTULO 5
LA PARODIA POLÍTICA EN
MORTADELO Y FILEMÓN
(Por Raúl Tárraga Albaladejo)
(1978-1989)- Primeras caricaturas y temas políticos y sociales
En las dos primeras décadas de vida de Mortadelo y Filemón, Francisco Ibáñez aplicó en sus historietas un humor
blanco y despojado de cualquier referencia política. Existiendo un régimen autoritario, se estableció un férreo sistema
de examen y censura previa de todo aquel contenido para publicar que osase atacar, menoscabar, ironizar o ridiculizar
las figuras o principios del franquismo. De hecho, en más de una ocasión nuestro autor recibió un toque de atención
por aspectos aparentemente inofensivos como la versión española del Dr. Frankenstein en 13 Rúe del Percebe. El
dictador Francisco Franco no aparecería hasta muchos años más tarde, normalmente en introducciones de algunas
historietas con la excepción de “¡Bajo el bramido del trueno!” (2006), en la que aparece capturando al Capitán
Trueno, Goliath y Crispín tras viajar en el tiempo.
Ya en los ochenta, puede verse al presidente del gobierno Leopoldo Calvo Sotelo en “Queda inaugurado el
Mundial 82”, historieta en la que precisamente se encarga de hacer el saque de honor inaugural con tan “mala pata”
que hinca el pie en el césped. Es preciso mencionar que en una aventura anterior Ibáñez introduce una crítica mordaz
a la organización de un mundial de fútbol en España en plena crisis económica, titulándose “En marcha el Mundial
82”. La aventura “En Alemania” (1982) está dedicada a todos los fans germanos y puede verse al primer ministro del
estado de Baviera Franz Josef Strauss, que agarra un mosqueo de no te menees al descubrir que su hija se pega un
trompazo contra el suelo por culpa de Mortadelo.
Leonid Brézhnev Adolfo Suárez y Adolf Hítler Leopoldo Calvo Sotelo Franz Joseph Strauss
(“Mundial 78”) (“Moscú 80”) (“Queda inaugurado el (“¡En Alemania!”, 1981)
Mundial 1982”)
En “Cacao espacial” (1984) asistimos a uno de los prólogos más divertidos de la serie, mediante el cual se parodia
la guerra fría y puede verse a los máximos mandatarios de EE.UU y la URSS, Ronald Reagan y Konstantin
Chernenko. Ambos son retratados envejecidos y descoyuntándose cada vez que aumenta la tensión de su discurso
cruzado de acusaciones en la ONU. También puede verse al presidente de la república de Francia François
Miterrand y al ministro español de Asuntos Exteriores Fernando Morán dando un discurso soporífero que termina
por dormir a todos los representantes internacionales.
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Reagan volvería a aparecer en cuatro aventuras más: en el mismo año en “La Estatua de la Libertad” (saliendo de
un bar en plan matón con botas de pinchos) y en “Los Ángeles 84” (recibiendo un tiro de Mortadelo en su sombrero
vaquero), en 1987 en la apócrifa “La médium Paquita” (en una pesadilla de la protagonista) y en 1988 en “La
cochinadita nuclear”, en la que el gobierno de los EE.UU se aprovecha de España para deshacerse de sus residuos
atómicos.
De izquierda a derecha: Ronald Reagan, Konstantin Chernenko, François Mitterrand y Fernando Morán “Cacao Espacial” (1984)
Otros trabajos que tratan o se inspiran en temas y eventos de la vida política y social, aunque no contengan
caricaturas, son “El Bacilón” (1983), sobre la contaminación, “El rescate botarate” (1989), inspirado en la caída del
muro de Berlín, y “La Gomeztroika” (1989), que parodia la Perestroika de Gorbachov en Chirimoyandia.
Nuestros agentes viajan a un país gobernado por una dictadura militar en Europa del Este.
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“El quinto centenario” (1991) es uno de los trabajos “modernos” más queridos por los lectores y fans de Mortadelo
y Filemón. Ibáñez realizó un excelente guion y recurrió a una buena serie de famosos para encarnar personajes de la
época del descubrimiento de América. Así, por ejemplo, los Reyes Católicos son el líder republicano y comunista
Santiago Carrillo y la cantante y actriz Lola Flores, Cristóbal Colón es el presidente Felipe González, el ministro
de Hacienda Carlos Solchaga es un corregidor encargado de los presupuestos del reino, el exdiputado socialista y
líder de UGT Nicolás Redondo ejerce de representante sindical de la tripulación y un fraile llamado Fray Tomás
Requemado Sinsilla es Alfonso Guerra (clara alusión tras la dimisión de este después del escándalo de corrupción
en el que se vio envuelto junto a su hermano). También aparece Luis Yáñez, diputado del PSOE y presidente de la
comisión de la EXPO 92, caricaturizado como Cenícez Yánez Pinzón, provocando todo tipo de desgracias a su paso.
Parodia así Ibáñez la fama de gafe que ganó el político tras el hundimiento de la réplica de la nao Victoria en su
botadura en 1991, así como el incendio de uno de los pabellones de la EXPO, en presencia suya, poco antes de
inaugurarse el famoso evento. Por el PP aparece Manuel Fraga, en la introducción cuando se debate sobre la
procedencia de Cristóbal Colón, y José María Aznar en el papel de monje que engaña a Colón encargándole hacer
el viaje a las Indias. También puede verse a Mario Conde, empresario, abogado y presidente de Banesto ejerciendo el
papel del Conde del Banquetazo, un noble exigente propuesto como inversor en el proyecto del viaje a las Indias. En
esta década vuelve a aparecer en “El Jurado Popular” (1996) acompañado de Jesús Gil y ambos esposados y
detenidos para entrar en un furgón policial. Como extranjeros interviene el dictador cubano Fidel Castro asumiendo
el rol de líder de los indígenas que recibe a Colón y portando un muñeco vudú que representa al presidente George
Bush. Solo como cameo y en la introducción puede verse al canciller alemán Helmut Kohl, a François Miterrand y
al Papa Juan Pablo II.
De izda. a dcha.: François Mitterrand, Helmut Kohl, Manuel Fraga, Jordi Mario Conde y Luis Yáñez
Pujol, Juan Pablo II (“El quinto centenario”, 1991) “El quinto centenario” (1991)
Como políticos internacionales, existen cameos como el de Mijail Gorbachov, que recibe un atentado cocorotero de
Mortadelo y Filemón, o el de George H. W. Bush, que pregunta en inglés por los aseos y Mortadelo le contesta que
“las tres y media y cinco”. También puede verse una graciosa escena en la que el dibujante aparece charlando con
Helmut Kohl y François Miterrand. Gorbachov y Bush ya no volverán a aparecer más, Miterrand vuelve a
hacerlo en “Maastricht... ¡Jesús!” (1993) y “El pinchazo telefónico” (1994) y Kohl, aparte de en la primera de
estas últimas, se pelea con otros líderes en la final del “Mundial 98” y recibe dos atentados: uno jabalinero en sus
nalgas en “Atlanta 96” y otro a base de bomba incendiaria en “Bye bye, Hong-Kong!” (1997).
82
Finalmente, en esta glamurosa aventura de “Barcelona 92” puede verse también otro cameo del Papa Juan Pablo II
en las gradas.
De izda. a dcha.: Juan Antonio Samaranch, Carlos Solchaga, Mijail Gorbachov y George H. W. Bush (“Barcelona 92”, 1991)
En “Maastricht ¡…Jesús!” (1993), aparecen nuevos políticos internacionales en el prólogo. Ante la desesperación
del mencionado Kohl, se pelean por presidir la Maastricht European Arrejuntading el primer ministro belga Jean
Luc Dehane, el italiano Giulio Andreotti y el británico John Mayor. Pero lo más gracioso es ver a Felipe González
proponiendo la peseta como la moneda única.
De izda. a dcha.: Helmut Kohl, François Mitterrand, John Major (arriba), Jean Luc Fidel Castro (“El Quinto Centenario”, 1991)
Dehane (abajo), Giulio Andreotti y Felipe González (“Maastricht ¡...Jesús!”, 1991)
La aventura parodia la aprobación del tratado de la Unión Europea e Ibáñez aprovecha para introducir nuevos
políticos y especialmente dos de los más controvertidos: Jesús Gil y José María Ruiz-Mateos. El primero recibe el
apellido de Pil Pil y el segundo de Ruiz Mosqueos. Este se convierte en todo un rival para Mortadelo gracias a su
habilidad para disfrazarse en cuestión de segundos. Sin duda, Ibáñez estableció esa sesión de gags inspirado en la
famosa anécdota de ver al auténtico personaje disfrazado de Superman y reivindicando sus derechos en el caso
Rumasa. Sin embargo, su debilidad que le enfurece es la mínima mención al exministro Miguel Boyer, que
precisamente aparece al final del episodio y cuya calva es besada por error por el propio Ruiz-Mosqueos.
83
También aparecen Miquel Roca Junyent, portavoz de CiU en el Congreso y uno de los ponentes de la Constitución
Española, José Ramón Caso, secretario general del CDS, y Julio Anguita, secretario general del PCE y coordinador
de Izquierda Unida. El primero recibe el nombre de Basalto Róquez Pedrúsquez y visita con nuestros agentes el
pueblo de Valdepeñasco del Guijarral, recibiendo todo tipo de golpes y humillaciones. El segundo es llamado Esun
Caso y recibe una ración surtida de agresiones involuntarias de parte de nuestros agentes. Finalmente, el último de
ellos es referenciado como Manguita y es el único personaje contrario al tratado europeo, pero lo más destacable es
que es el único político de IU que se ha pasado por las viñetas de Ibáñez pese a ser en formato de cameo mudo. A
nivel internacional, también puede verse la primera aparición de la reina de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y de
la Commonwealth Isabel II. Es sorprendida en su propia bañera por Mortadelo, que estaba investigando las tuberías.
De izda. a dcha.: Julio Anguita, José Ramón Caso , Miquel Roca y la reina de Inglaterra (“Maastricht ¡…Jesús!”, 1991)
En “El pinchazo telefónico” (1994), se introducen políticos tanto nacionales como extranjeros en cada uno de sus
episodios. Las novedades son el presidente ruso Boris Yeltsin, que recibe un atentado involuntario de manos de
Mortadelo y Filemón, y el príncipe de Gales Carlos de Inglaterra. Ibáñez inicia aquí una hilarante continuidad, poco
habitual en la serie pero que se aplica de manera descacharrante. La reina Isabel II, al descubrir a Filemón desnudo en
la azotea y a Mortadelo escondido en el armario y disfrazado de botones, se enoja por el escándalo y decide retirar los
derechos dinásticos a su hijo. Desde entonces, de vez en cuando se representan reencuentros con Mortadelo en que
vuelve a reírse de sus orejas y el príncipe responde con: “¡Él! ¡Siempre él!”. Podrán verse tales escenas en “Las vacas
chaladas” (1996), “El tirano” (1998), “¡El Dos de Mayo!” (2008), “¡Por Isis, llegó la crisis!” (2010) y “Londres
2012”. Por otra parte, también existen breves cameos en “¡Bye bye, Hong-Kong!” (1997), “Mundial 98” y “Fórmula
uno” (2000).
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En comparación con sus predecesores, el presidente Bill Clinton de los EE.UU (1992-2000) interviene con más
frecuencia en las historietas de Mortadelo y Filemón y recibe innumerables golpes y ataques. Su primera aparición es
en “Mundial 94”, donde propina un golpe de estómago a la bota de Mortadelo, arruina con sus mofletes un abono
orgánico que había depositado Filemón en el césped y echa a perder 18 balas de la nueva pistola de Mortadelo. Pues
bien, eso no es nada comparado con lo que sufre a continuación en siguientes álbumes: en “El pinchazo telefónico”
(1994) es cabalgado por Mortadelo cual jaco, en “Las vacas chaladas” (1996) exige que Arnold Schwarzenegger y
Silvester Stallone capitaneen una invasión contra España tras la “bienvenida” brindada por Mortadelo y Filemón, en
“Atlanta 96” recibe constantes atentados de Ofelia debido a los superpoderes que adquiere, en “¡Bye bye, Hong-
Kong!” (1997) participa en la famosa “queimada” de políticos internacionales, en “¡Deportes de espanto!” (1998)
recibe un pepinazo nuclear en la Casa Blanca quedando él y su Hillary como “un plato de arroz con leche bajo la
pata de un camello”. En “La maldita maquinita” (1998) descubre a los agentes escondidos en el despacho oval y se
intercambia su saxofón por la mujer de la limpieza de la TIA.
Bill y Hillary Clinton (izda.) y Saddam Hussein (dcha.) en “Mundial 94” Bill Clinton en “El pinchazo telefónico” (1994)
y “La M.I.E.R” (1999)
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Es preciso resaltar la caricatura del ex dictador chileno Augusto Pinochet en
“El tirano” (1998) como Antofagasto Panocho. En una divertidísima aventura,
Mortadelo y Filemón deben idear la forma de eliminarlo. Pero llegará el
momento en que reciban el encargo de asegurarse de que suceda todo lo
contrario. Otro líder sudamericano es el revolucionario Pancho Villa, que
aparece en “Siglo XX, ¡qué progreso!” (1999) de joven, aunque también
apareció como anciano en la apócrifa “El Mundial México”.
Algunas de las apariciones de José María Aznar en las aventuras de Mortadelo y Filemón
Felipe de Borbón
“Mundial 98” Juan Carlos I en “Deportes de espanto” (1997), “¡Dibújalos tú solito! (2007) y “¡Por Isis, llegó la crisis! (2009)
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(2000-2009)- Aznar como estrella recurrente y múltiples cameos de otros
personajes internacionales
En la primera década del siglo XXI, la participación de los políticos aumenta enormemente pero en formato de
simples cameos y no como personajes secundarios. La única excepción es “El ordenador… ¡qué horror!” (2001),
aventura en la que interviene uno concreto en cada capítulo. Sin embargo, los guiones de las aventuras comienzan
cada vez más a tener relación directa con aspectos de la realidad política y social española y/o internacional. Lo más
relevante de estos años es la apabullante proliferación de intervenciones de José María Aznar, incluso una vez fuera
del cargo de presidente y con una carga crítica y satírica mucho mayor que la paródica de los años noventa. Es más,
incluso en “¡Rapto tremendo!” (2003) se insinúa su hastío con que apareciese en las historietas y no muestra
demasiado interés en que se rescate al secuestrado Ibáñez. Alguna vez se le ha preguntado al autor por esta curiosidad
y no le ha dado importancia, rechazando que se deba a ningún tipo de inquina personal. No obstante, algunos medios
aseguran que fue el único político que no respondió ni mandó nota de agradecimiento por el regalo de un ejemplar de
la aventura “Barcelona 92”.
Como presidente del gobierno, en esta década aparece en las siguientes aventuras: en “La vuelta” (2000), se corta un
dedo al inaugurar la competición ciclista, con lo que el presidente andaluz Manuel Chaves y en compañía de Jordi
Pujol aprovecha para reprocharle que lo haga todo a dedo; en “El ordenador... ¡qué horror!” (2001) es afectado por
uno de los virus informáticos enviados por Fidel Castro, de manera que cada vez que pronuncia “España va bien” la
climatología cambia de repente; en “¡Llegó el Euro!” (2001) es utilizada su imagen para crear billetes falsos y en “El
UVA” (2003) aparece acompañado del ministro de Fomento Francisco Álvarez Cascos para inaugurar las vías del
tren y son arrollados por culpa (cómo no) de Mortadelo y Filemón. En esta última aventura existe una fuerte carga
crítica contra la gestión del AVE, las chapuzas y los trapicheos de la política.
Izda: Francisco Álvarez Cascos (“El UVA”, 2003). Dcha: José María Aznar en “El carnet al punto” (2005)
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Los últimos cameos de Aznar de esta década son en “¡Bajo el bramido del trueno!” (2006), donde su imagen es
utilizada en un concurso de pedradas; en “¡El Dos de Mayo!” (2008) interpretando a Napoleón Bonaparte (su
hermano José es Mariano Rajoy) y en “Nuestro antepasado, el mico” (2009), aventura en la que Mortadelo usa un
periódico que señala que el expresidente quiere volver a presentarse a elecciones como medio para poner fuera de
combate a un gorila gigante. Con todo, las visitas de este político español a las viñetas de Ibáñez aún no han cesado y
volveremos con ellas en la siguiente década.
Este protagonismo de Aznar contrasta con las escasas apariciones del presidente del gobierno José Luís Rodríguez
Zapatero en apenas algunas viñetas. En “¡El carnet al punto!” (2005) firma engañado por Rajoy y Aznar estando
más interesado en romper distensiones con George W. Bush. Un gag más divertido y protagonizado por los mismos
tiene lugar en “¡Y van 50 tacos!” (2007), donde pasea en descapotable con el mandatario americano y observa
atónito cómo su homólogo es pringado de orín de Filemón. La anécdota es apuntada por Rajoy para pedir
explicaciones en el Congreso. En “¡Bajo el bramido del trueno!” (2006) es víctima de un atentado perruno, en
“Pekín 2008” se le ve en el palco acompañado de Rajoy y en “¡En la Luna!” (2009) acude invitado junto con otros
jefes de Estado y de Gobierno a la toma de posesión de Barack Obama en la Casa Blanca. Seguramente, Ibáñez no
encontró en el jefe de gobierno socialista un filón de gags críticos como el que sí halló en Aznar.
Jose Luis Rodríguez Zapatero en sus apariciones en “Mundial 2006”, “¡En la Luna!” (2009) y “¡A reciclar se ha dicho!” (2011)
En “La rehabilitación esa” (2002) puede verse de nuevo a Mario Conde y Jesús Gil en la cárcel, pero
comunicándose por teléfono para tramar nuevos trapicheos. El segundo iba a ser también el protagonista de “El señor
de los ladrillos” (2004). Sin embargo, dado que el personaje real falleció durante el desarrollo de la historieta, Ibáñez
tuvo que modificar su cara y utilizar un nombre que no recordase al político y empresario (Ladríllez Peñón). Aun así,
la inspiración en el personaje es más que evidente, no ya por las sospechas de corrupción urbanística sino también
porque es propietario de un equipo de fútbol y en lugar de un caballo tiene a un camello llamado “Joroboso”.
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La novedad más destacable de la aventura “El ordenador... ¡qué horror!” (2001) es la primera aparición del
presidente de los EE.UU George W. Bush, que es retratado como un vaquero fanático de la pena de muerte y las
torturas en todas sus modalidades. Al final de su capítulo es humillado por Mortadelo y Filemón al arrastrarlo hacia la
prensa desde el baño y desnudo de cintura para abajo. Pese a su carácter, este presidente apenas ha aparecido en la
serie en contraste con Clinton y sus siguientes apariciones se reducen a breves cameos. En “¡El carnet al punto!”
(2005) exige a Zapatero que le bese la bota para pedirle disculpas y “luego ya veremos”, en “¡Y van 50 tacos!”
(2007) sufre una nueva afrenta al ser impregnado del orín de Filemón, que hacía sus necesidades desde un puente y
recibe un atentado junto con otros mandatarios en “Pekín 2008”. En esta aventura existe un curioso cameo de su
secretaria de estado Condoleeza Rize con el nombre de “Condolencia” y acompañada en el palco por Rodolfo
Chikilicuatre, representante de España en Eurovisión en ese año. En la aventura “¡En la Luna!” (2009) Bush
aparece por última vez y es despedido de su cargo de presidente a base de lanzamientos múltiples de zapatos, en
referencia a la anécdota real mientras daba una conferencia en Bagdad en diciembre de 2008. Al final de esta
historieta puede verse a Barack Obama tomando posesión del cargo de presidente en la Casa Blanca. Justo cuando
Mortadelo y Filemón irrumpen con un cohete espacial averiado.
De izda. a dcha: Rodolfo Chiquilicuatre y Condoleeza Rize (“Pekin 2008”), George W. Bush (“El carnet al punto”, 2005),
Barak Obama (“¡En la Luna!” y “¡Por Isis, llegó la crisis!”, 2009)
En la aventura sobre los virus del ordenador
existe también un capítulo dedicado al canciller
alemán entre 1998 y 2004 Gerard Schröder.
Es hinchado como un globo y nuestros agentes
acuden a rescatarlo, aunque lo hagan con su
peculiar estilo. Sólo volverá a aparecer en “¡El
carnet al punto!” (2005) vestido de soldado.
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También aparece el empresario y político
italiano Silvio Berlusconi en tres ocasiones. Las
dos primeras son en simples cameos, como en
“¡Bajo el bramido del trueno!” (2006), donde
descubrimos que tenía un antepasado bastante
parecido en las cruzadas y en “¡En la Luna!”
(2009) asistiendo a la toma de posesión de
Obama en la Casa Blanca. Su última aparición
en “Nuestro antepasado, el mico” (2009) es
mucho más divertida, dado que un par de
primates (o cuatro, si se cuenta a nuestros Silvio Berlusconi (“¡Bajo el bramido del Trueno!”, 2008, y
agentes) vuelven majaretas tanto al magnate “¡En la Luna!”, 2009) y Evo Morales (“Mundial 2006”)
italiano como a una de sus pibitas de buen ver.
En cuanto a los políticos de Sudamérica, pueden
apreciarse pequeños cameos del presidente
boliviano Evo Morales en “Mundial 2006” y del
venezolano Hugo Chávez en “Pekín 2008”,
sufriendo atentados involuntarios de Mortadelo y
Filemón junto con otros jerifaltes. También
aparece el expresidente argentino Carlos Ménem
como Carlos Memón y en el rol de responsable
de los sabotajes en el “Mundial 2002”. Incluso el
señor Todoquisque se disfraza de él en la
historieta del mismo nombre. Antofagasto
Panocho vuelve a aparecer en “¡El estrellato!”
(2003) y, pese a haber fallecido ya el personaje
Carlos Ménem en “El Señor Todoquisque” (1992) y “Mundial 2002” real, lo hará de nuevo y por última vez en
“¡Venganza cincuentona!” (2007) como líder de
una asociación de enemigos de los agentes de
todos los tiempos y aludiendo a que el anterior
solo era un doble contratado.
Pasqual Maragall, Josep Lluís Carod-Rovira, Joan Clos, Artur Mas y Joan Saura (“El kamikaze Regúlez”, 2005)
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(2010-2018)- De la crisis económica a Donald Trump
En los últimos años que nos llevan al 60º aniversario de la serie cómica, se han reducido bastante los cameos de
políticos. En contraposición, se han multiplicado los guiones basados en aspectos de la vida política y social y muy
especialmente relativos a la crisis económica. Así, relativa a esta última se publica “¡Por Isis, llegó la crisis!” (2010),
“Jubilación... ¡a los noventa!” (2011) –sobre el retraso de la edad de jubilación– “¡Tijeretazo!” (2012) –sobre los
recortes en el gasto público–, “Sueldecitos más bien bajitos” (2015) –sobre los ajustes de los salarios y la vuelta al
pluriempleo– y “¡A reciclar se ha dicho!” (2011), “La bombilla… ¡chao, chiquilla!” (2012) y “El coche eléctrico”
(2013), relativos al ahorro energético. En la primera de estas historietas, descubrimos una surrealista terna de
conspiradores para controlar la TIA y con planes a muy largo plazo compuesta por unos “juveniles” Sean Connery,
en el papel de “Chein Bon”, Fidel Castro y Manuel Fraga.
Sean Connery, Fidel Castro y Manuel Fraga en “¡Por Isis, llegó la crisis!” (2010)
El presidente Zapatero, en su segunda legislatura, aparece en escenas muy reducidas. En “¡Por Isis, llegó la crisis!”
(2010) habla en televisión quitándole hierro al asuntillo de la recesión económica, en “Jubilación... ¡a los noventa!”
(2011) aparece peleándose con el líder de UGT Cándido Méndez y en “¡A reciclar se ha dicho!” (2011) es víctima
de un atentado en el Congreso a base de granada. Finalmente, en “La bombilla… ¡chao, chiquilla!” (2012), no
siendo ya presidente recomienda en televisión el reemplazo de las bombillas clásicas por otras de bajo consumo.
Zapatero en “¡Por Isis, llegó la crisis!” (2009) Zapatero y Cándido Méndez - “Jubilación… ¡a los noventa!” (2011)
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El siguiente secretario general socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, que no llegó a ser jefe de gobierno, puede verse
por vez primera en la citada “Jubilación... ¡a los noventa!” (2011) quejándose de los destrozos ocasionados por
Mortadelo y Filemón en un parking. En esa misma aventura también aparece Juan Carlos de Borbón demandando
con un cartel que no se cierren los palacios. Otros cameos de Rubalcaba son en “Mundial 2014”, donde se pone a
discutir de fútbol con Rajoy en el Congreso de los Diputados, y la última en “El tesorero” (2015), siendo detenido
por nuestros agentes como sospechoso de corrupción.
Rubalcaba en “Jubilación...¡a los noventa!” (2011) y “Mundial 2014” Rajoy en “Pekin 2008” y “Espías!” (2012)
Mariano Rajoy interviene también en cameos de corta duración, aunque con peor suerte que Zapatero. Con
anterioridad a ocupar el cargo de presidente, en “¡Por Isis, llegó la crisis!” (2010) asusta al espectador de la televisión
con sus vaticinios sobre la crisis y en “Mundial 2010” trata de hacer entrar en razón a Manuel Fraga, que había
confundido la competición con “el Moral 2010”. Reaparece, ya como jefe de gobierno, en “El coche eléctrico”
(2013). Se encarga de cerrar el debate sobre el estado de la nación a la vez que provoca saludables efectos de
somnolencia en los telespectadores. En “Mundial 2014” discute con Rubalcaba sobre fútbol y en “¡Tijeretazo!”
(2014) sufre un atentado (un tajo en la nariz) derivado del karma, y también de la ineptitud, de los agentes de la T.I.A.
También aparece en la historieta “El tesorero” (2015), siendo detenido en pleno baño por Mortadelo y Filemón como
presunto sospechoso en el caso de la sustracción de fondos del Partido Papilar. Por otra parte, nuestros agentes le
hacen quedar mal con los presidentes americanos. En “Sueldecitos más bien bajitos” (2015) invita al presidente
Obama a dar un paseo de bienvenida y de repente aparecen Mortadelo y Filemón con un camión de basura. En
“Drones matones” (2016) invita a Donald Trump, pero no es capaz de controlar ni de evitar las sucesivas agresiones
de robots del profesor Bacterio sobre el presidente norteamericano. En este último caso, termina condenado a picar
piedra junto a los agentes y el Súper.
Rajoy en “¡Por Isis, llegó la crisis!” (2009) y “El coche eléctrico” (2013)
92
En la misma aventura, puede verse una impresionante tangana callejera de políticos. Como políticos nacionalistas
pueden verse cameos de Oriol Junqueras recibiendo un ladrillazo del rey emérito Juan Carlos de Borbón y de
Artur Mas recibiendo un puñetazo de Rajoy. También participan el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz,
aplicando a base de martillo la “Ley mordaza” y el papa Francisco “absolviendo” de sus pecados a un individuo a
base de golpe de báculo. También pueden verse a otros políticos del PP en esa historieta. En primer lugar, a Soraya
Sáenz de Santamaría en la portada de la edición en “Magos del Humor”, ejerciendo de coach de boxeo para Rajoy.
Por otra parte existe un cameo del ministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo en un cóctel y
finalmente de Rita Barberá, ex presidenta de la Generalitat Valenciana y que antes de morir popularizó la expresión
“el caloret”, que fue parodiada en dicho álbum.
El cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal Antonio Rouco Varela aparece en “Mundial 2010”, enojado
por la irrupción de Mortadelo y Filemón, que pretendían escapar de la misión, y en “La litrona… ¡vaya mona!”
(2013) intentando convencer a la muchachada de que se deje el alcohol y el rock and roll. El presidente Barack
Obama, tras el morrocotudo piñazo en cohete de Mortadelo y Filemón en la Casa Blanca, recibe nuevos atentados y
afrentas de los agentes. En “¡Por Isis, llegó la crisis!” (2010) es objeto de insultos involuntarios en los pasillos del
Congreso de los diputados por parte de nuestros agentes. Con el nombre de Mojama, aparece en “La bombilla…
¡chao, chiquilla!” (2012), donde resulta afectado por un gas enloquecedor que le induce a arrojarse a un triturador de
basuras, y en “Sueldecitos más bien bajitos” (2015), donde resulta humillado por Mortadelo y Filemón, que aparecen
en su bienvenida con un camión de la basura y encima beodos. Finalmente, con el nombre de Banana, en “Mundial
2014” expresa sus diferencias con Vladmir Putin (Putotin) coincidiendo con el asuntillo de la crisis de Ucrania. Tales
discrepancias son amplificadas debido a la desastrosa mediación de nuestros agentes.
Antonio Rouco Varela (“Mundial 2010”) y “La litrona… ¡vaya mona!” (2013) “Mojama” (Barack Obama) en “La bombilla...¡chao
chiquilla!” (2012) y “Sueldecitos más bien bajitos” (2015)
El presidente ruso Putin también aparece con el nombre de Vladimirof Putinsky en “La litrona… ¡vaya mona!”
(2013) como traficante responsable de los potingues adulterados. Su última aparición por el momento es en “El 60
aniversario” (2017) en calidad de mediador del conflicto más político y personal entre Donald Trompf y el dictador
de Corea del Norte.
93
En los últimos años, parece que con Donald Trump
ha encontrado Ibáñez un nuevo personaje para sacar
partido cómico en sustitución de Aznar, muy
posiblemente debido a sus polémicas declaraciones
públicas y su particular estilo políticamente
incorrecto. Su primera aparición es como candidato y
puede verse en “¡El capo se escapa!” (2016). Es
escoltado por el Súper y comienza a dar un mitin
incendiario cuando resulta víctima de un castañazo de
Mortadelo y Filemón. Supuestamente queda majara
perdido e inhabilitado para presentarse, pero pronto lo
veremos en el cargo. Como presidente de los EE.UU, Kim Jong-Un y Donald Trump - “El 60 aniversario” (2017)
en “Drones matones” (2016) y con el nombre de Donaldo Trompf es atacado en repetidas ocasiones por robots
construidos por el profesor Bacterio. Ello ocasiona que se pille un rebote de agárrate y no te menees con Rajoy. Sin
embargo, mucho más divertida es su intervención en la aventura conmemorativa de “El 60 aniversario” (2017), en la
que su relación de rivalidad con el dictador coreano Kim Jong-Un explota por culpa de nuestros agentes. Este último
recibe el nombre de “Pxiong Pxiang” y gobierna “Kolea de Aliba”. Ambas historietas han sido enormemente
publicitadas y referenciadas en prensa y televisión, apareciendo el actual mandatario estadounidense en sendas
portadas.
Y antes de cerrar el capítulo, aprovechamos para reproducir varias viñetas relacionadas con algunos de los personajes
que hemos ido mencionando a lo largo de este capítulo pero que aún no hemos tenido la ocasión de mostrar. Incluimos
parte de la portada del “Top Cómic” n.º 46 en la que pueden verse caricaturas de Rajoy, Luis de Guindos, Soraya
Sáenz de Santamaría y Cristóbal Montoro, así como la caricatura de Arnold Schwarzenegger, que también
terminó ejerciendo como político.
De izda. a dcha. y de arriba abajo: Alfonso Guerra (como “Requemado Sinsilla”), Soraya Sáenz de Santamaría, Mariano Rajoy, Luís
de Guindos, Cristóbal Montoro (en diferentes viñetas), Arnold Schwarzenegger, Juan Pablo II, Mario Conde, Nicolás Redondo,
Karol Wojtyla (de nuevo), Ángel Acebes, Albert Ribera, Pedro Sánchez, Rita Barberá, Santiago Carrillo y Manuel Chaves
94
CAPÍTULO 6
LAS PORTADAS
DE IBÁÑEZ
(Por Santi Jurado Aguilar)
96
“Hipo, Monito y Fifí”, n.º 4 (Marco, 15/VI/1958) Número cero de la revista “Mortadelo” (Bruguera, 1970)
En los primeros números la mayor parte de los gags de portada estaban rematados por una última viñeta mayor que
las otras en la que Ibáñez nos obsequiaba con un elaboradísimo dibujo que ponía la guinda a la situación narrada. Las
ilustraciones compartían espacio con el índice de personajes y datos como el precio, año y número. El índice se
suprimió en el número 268 (1976) y reapareció con fotografías y anuncios de concurso desde el 428 al 481.
Finalmente, hasta la desaparición de la revista, un no tan elaborado dibujo de los personajes ocupó la mayor parte de
la cubierta (solo algún anuncio afeaba el conjunto). Los gags de estas portadas varían, y se repiten algunas situaciones
como las de Mortadelo enseñando su nuevo y desastroso empleo a Filemón, una actuación intrascendente de los
personajes que deriva en un accidente de cualquier tipo de vehículo ajeno a ellos, los agentes en un medio de
locomoción provocando el caos, etc. El Súper se incorporará a algunos gags de la última época, en cambio ni Ofelia
ni Bacterio serán habituales, apareciendo únicamente en la despedida del número 645.
Como se ha comentado, muchos de los gags de los primeros tiempos están calcados de otros personajes del cómic
francobelga, siendo Gastón, la genial creación de Franquin, quien se lleva la palma. En su despiste, el propio Ibáñez
repite gag de portada, como se puede ver en los números 48 y 175. Era tal la producción de Ibáñez en aquella época
que, siendo benévolos, se le puede disculpar la copia de muchos de esos chistes de portada, y en aquella época no se
acreditaban las fuentes. En cualquier caso, es un tema espinoso que cada uno debe valorar a su manera y del que ya se
habló en el capítulo cuatro del primer volumen de este libro.
97
Solo en dos de los 645 números que duró la revista los
agentes fueron plasmados en cubierta por otros dibujantes de
la casa, concretamente en los números 87 (1972) y 250
(1975), de julio y septiembre. ¿Serían vacaciones?
98
Bruguera echó la persiana tras unos últimos años
de revistas llenas de refritos, con portadas apócrifas
tras la marcha de Ibáñez a Grijalbo, donde pareció
vivir una segunda juventud. “Yo y yo” (1987)
arrancó con una cubierta mítica trayendo de vuelta a
Mortadelo y Filemón de manos de su creador. Fue
una revista de corta duración. Ibáñez, desde que
abandonó Bruguera, no había cesado su actividad
portadil con “Guai!” y las recopilaciones de
Chicha, Tato y Clodoveo (se ha dedicado un
capítulo de este volumen expresamente a dicha
revista en el que se analiza esta etapa con mayor
profundidad). Pronto volvería al redil de Ediciones
B, nueva dueña de todo el fondo editorial de
Bruguera. Allí retomó a sus creaciones del alma
hasta la actualidad, sustituyendo al Equipo B en la
realización de portadas, que seguían la estructura del
antiguo “Super Mortadelo”, innovando en los
extras y en el nuevo “Super Mortadelo”, que al
cambiar de formato a partir del n.º 71 y tratar de
temas específicos en cada número, hizo que Ibáñez
se desmelenara haciendo portadas verdaderamente
originales. En 2002 Ediciones B estrenó la revista
“Top Cómic” (recopilación de aventuras de
Mortadelo y Filemón), y en este formato, Ibáñez
disponía de un tamaño más reducido, lo que le dio
pie a crear unas portadas muy curiosas (la de
Matrix se lleva la palma), nada que ver con lo
hecho hasta ese momento, pero llegados a un punto
“Top Comic Mortadelo” n.º 9 (Ediciones B, XI/2003) volvió al chiste clásico de siempre.
Y a día de hoy Ibáñez aún continúa elaborando portadas de Mortadelo para “Magos del Humor”, colección “Olé!” y
especiales varios y, como dice Juan Manuel Muñoz, dibujo y entintado corren de la cuenta del veterano maestro, al
que no le tiembla el pulso a la hora de rematar las ocurrentes portadas de los agentes de la T.I.A. Son miles las
portadas que se han hecho con Mortadelo y Filemón, algunas solo para Alemania, otras inéditas. Las hay para
videojuegos, revistas, recopilatorios, libros… Las han dibujado Jan, Casanyes, Sagasty, Muñoz, Jordi David… y
las de Ibáñez, maravillosas, que merecen exponerse en un museo.
Portada de “El Óscar del Moro”. La portada se publicó en Alemania pero nunca llegó a ver la luz en España. El original (izquierda),
fue rescatado por el propio Ibáñez de su propia colección personal, y Ediciones B nos lo hizo llegar para deleite de los aficionados.
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Las portadas alemanas
¿Es posible que Francisco Ibáñez realizara portadas de Mortadelo que no viesen la luz en España? La respuesta es
un rotundo sí. Es curioso constatar que la edición de álbumes en tapa dura “Ases del humor” de Bruguera, que
arrancó con fuerza publicando en orden cronológico las aventuras largas de Mortadelo y Filemón, llegase a un punto
en que solo escogiera algunas de ellas en detrimento de muchas otras.
Aún más chocante es comprobar
que muchas de aquellas historietas
tuvieron su edición
correspondiente en Alemania con
portadas directamente relacionadas
con el contenido de cada álbum,
mientras que aún hoy en día
permanecen inéditas en nuestro
país o se han publicado pero nunca
como portada propia de una
aventura larga. Recientemente se
ha intentado subsanar este
problema desde el seno de la
nueva editorial (Random House),
que ha tratado de recuperarlas para
la colección “Magos del Humor”,
aunque finalmente se ha optado
por pedir a Ibáñez la creación de
nuevas portadas para el estreno de
estas historietas en dicha
colección, en la que nunca habían
visto la luz hasta la actualidad. Es “El caso del calcetín” “El caso del calcetín”
el caso de historietas como “La (“Clever & Smart”, n.º 32, Condor Verlag, 1978) (“Magos del Humor”, n.º 195, Random House, 2018)
gallina de los huevos de oro” o
“El caso del calcetín”. La decisión
de dibujar nuevas portadas para
estas historietas en lugar de
publicar las originales responde al
intento de la editorial española de
evitar problemas con los derechos
de esas portadas, que estarían en
manos de ConPart, la editorial
alemana.
La portada que ilustraba esta historieta en 1978 no aparecería en España hasta 1983, en el sexto número de la
colección “Alegres historietas”. Algunas de estas portadas alemanas aparecieron posteriormente en la revista “Super
Mortadelo” y en su sucesora “Mortadelo”, como sucede con “El caso del calcetín”, “La gallina de los huevos de
oro”, “Tete Cohete”, “Las criaturas de cera vivientes” y un largo etcétera de historietas cuyas portadas no se
publicaron en los álbumes respectivos en España, al menos inicialmente.
El caso más sangrante corresponde al de aquellas portadas alemanas que ni Bruguera ni Ediciones B rescataron de
su olvido, como las portadas de las aventuras “El brujo” o “Billy el “Horrendo” por citar sólo algunas. Para colmo,
historietas realizadas por autores apócrifos como “El crecepelo infalible”, “El caso de los párvulos” o “Las
criaturas de cera vivientes” lucieron en Alemania su respectiva portada firmada por el mismísimo Ibáñez, que
habría tenido que leerse estas historietas para conocer su argumento antes de dibujarlas. Terminada la andadura de
Bruguera, y con Ediciones B tomando el testigo, la edición alemana siguió proporcionando nuevas portadas como
“Los superpoderes”.
100
Autores apócrifos como Juan
Manuel Muñoz también se
encargaron de adornar portadas de
historietas largas inéditas en
España (las portadas, no las
historietas), como “El rayo
transmutador”. Lurdes Martín
Gimeno ilustró la portada de una
historieta de Sacarino que tuvo a
los agentes de la T.I.A. como
personajes invitados (“En el país
de los Ronalds y de los
McDonalds”, una historieta que
solo vio la luz en Alemania). La
artista negó expresamente la autoría
de la portada alemana de “El
lavador de cerebros”, otra portada
inédita en nuestro país. Rizando el
rizo, no deberíamos olvidarnos de
dos historietas largas creadas
exclusivamente para el país
“El crecepelo infalible” “El lavador de cerebros” germano. Aparecieron en los
(“Clever & Smart”, n.º 75, 1985 - Inédita en España) (“Clever & Smart”, n.º 85, 1987 - Inédita en España)
números 79 (1986) y 84 (1987) de
la colección “Clever & Smart”. Se
trata de historietas que los
aficionados tradujeron como
“Monos con garrapatas... ¡y
huidas por patas!” y “Que no
cunda el pánico - ¡Tenemos
trabajo!” respectivamente. Ya
hablamos de ellas en el primer
volumen de este libro. Lluís
Recasens (L’Avi) nos confesó
haber dibujado ambas historietas
utilizando una calcadora partiendo
de historietas originales de Ibáñez,
un experimento que no tuvo
continuidad. En resumen, visto lo
visto, da la impresión de que la
editorial Condor Verlag mimó
mucho más a los personajes que su
propio hogar, la editorial
Bruguera, que nos privó del
disfrute de muchas de estas
“Los secuestradores” “Objetivo: eliminar al Rana” estupendas portadas.
(“Clever & Smart”, n.º 29, Condor Verlag, 1978) (“Clever & Smart”, n.º 33, Condor Verlag, 1978)
“El Brujo” - “Clever & Smart” n.º 35 “Los Gamberros” - “Clever & Smart” n.º 42 “El caso de los párvulos” - “Clever & Smart” n.º 62
(Condor Verlag, 1978 – Inédita en España) (Condor Verlag, 1979 – Inédita en España) (Condor Verlag, 1982 – Inédita en España)
101
Las mejores portadas
Aunque ya hemos reproducido muchas de estas portadas a lo largo del primer volumen del libro, nos gustaría
destacar una relación de las mejores cubiertas realizadas por Ibáñez. Han sido seleccionadas a través de una encuesta
realizada en el “Foro de la T.I.A.”, punto de encuentro de los aficionados más fieles a la serie.
“Mortadelo - Almanaque para 1973” (Bruguera) “Mortadelo” n.º 49 (Ediciones B, II/1988) “Yo y Yo” n.º 1 (Grijalbo, 1987)
“El Universo de Ibáñez” (Ed. B, 2009) “Contra el ‘Gang’ del Chicharrón” “Olé!” n.º 128 (Bruguera, 1977)
(“Ases del Humor”, n.º 2, 1969, Bruguera)
102
“U, el hijo de Urich”, n.º 8 “El Quinto Centenario” “Mortadelo de la Mancha”
(Camaleón Ediciones, I/1998) (“Magos del Humor”, n.º 42, IV/1992, Ed. B ) (“Magos del Humor”, n.º 103, II/2005, Ed. B )
“Mortadelo” n.º 129 “La Historia del Dinero” “Super Humor” n.º 46
(Ediciones B, XII/1989 ) (BankUnión, 1980) (Bruguera, 1983)
103
“Los invasores” “Magin, ‘El mago’” “Los Monstruos”
(“Ases del Humor”, n.º 29, IV/1974, Bruguera) (“Ases del Humor”, n.º 12, 1971, Bruguera) (“Ases del Humor”, n.º 25, 1973, Bruguera)
104
CAPÍTULO 7
Al final del capítulo se ofrece al lector una valoración crítica de la obra de Ibáñez, de su forma de hacer cómics, sus
técnicas, sus recursos... valorando los aspectos en los que más destaca el dibujante y criticando otros que este podría
haber desarrollado o trabajado más. Confiamos en que resulte de interés para el lector ya que son pocos los textos que
analizan todos estos elementos en profundidad.
GUIÓN
Ibáñez siempre ha reconocido que la tarea más complicada a la hora de crear una historieta es el guion. Pensar en una
idea básica como argumento o tema principal y luego desarrollarla poco a poco creando los diálogos, la voz en off, las
onomatopeyas, los bocadillos... Son varias las fases involucradas en la elaboración del guion.
En primer lugar se encuentra la elección del tema en torno al que va a girar la aventura. Es bastante habitual que Ibáñez
alterne aventuras basadas en temas de actualidad (prohibición del tabaco, implementación del carnet por puntos, la
burbuja inmobiliaria...) con otras en la línea de sus clásicos en las que los agentes tienen que capturar algún villano
(Magín, Chapeau, Todoquisque…), recuperar documentos secretos, proteger a algún cliente del enemigo…
(guardaespaldas), etc. Los temas de actualidad deben ser seleccionados cuidadosamente para que en el momento de su
publicación estos sigan siendo aún noticia. La muerte de Jesús Gil y de Juan Pablo II hizo que Ibáñez tuviera que
modificar a última hora historietas que ya estaban recién salidas del horno. Por otro lado, el autor suele evitar
determinados temas “tabú” como el terrorismo o el sexo, aunque en ocasiones el autor haga algunas excepciones.
Una vez elegido el tema, el siguiente paso es desarrollarlo. Ibáñez lo hace encadenando decenas de gags a lo largo de la
historieta utilizando el argumento como hilo conductor para mantener enganchado al lector. La estructura de las
aventuras largas se dispuso desde un primer momento a modo de episodios, con la idea, como vimos, de publicar cada
episodio en la revista correspondiente hasta completar la aventura. Este modelo encorsetó un poco a Ibáñez, que debía
desarrollar cada capítulo en esas cuatro, seis u ocho páginas. Pero este formato desaparece en los años noventa y
únicamente sobrevive el formato álbum (“Magos del Humor” y “Olé!”), algo que dará más libertad al dibujante a la
hora de desarrollar los episodios de cada aventura sin esas limitaciones.
Al margen del argumento principal, existen una serie de patrones
que se repiten en casi todas las aventuras: tras la correspondiente
introducción, relacionada expresamente con el argumento de la
historieta, y casi siempre con tintes históricos, Ibáñez nos presenta a
Mortadelo y Filemón. En las últimas décadas estas primeras viñetas
en las que aparecen los agentes suelen desarrollarse en su lugar de
residencia: la pensión “El Calvario”. Sea como fuere, los personajes
acudirán a la T.I.A. a través de alguna entrada o pasaje secreto para
cuyo acceso se ha de pronunciar alguna contraseña o activar algún
mecanismo, algo que no estará exento de algún desastre o calamidad
que los agentes sufrirán en primera persona.
Una vez en presencia del “Súper” este les propone una nueva
misión, en la que casi siempre tendrán que probar alguna de las
últimas invenciones del profesor Bacterio. Sea como fuere, la sola
idea de probar alguno de los cacharros del biólogo ahuyenta casi
siempre a los agentes a los lugares más recónditos y el “Súper” tiene
que recurrir a la ayuda de algún otro agente para traerlos de nuevo
ante él, a menudo desde algún remoto lugar, castigando su
insubordinación. Todos estos son elementos de los que ya hemos
hablado en el tercer capítulo. A partir de este momento se presenta
definitivamente la misión a los agentes y el lugar en el que esta se
desarrollará. A partir de ese punto comienzan a sucederse los
episodios, casi siempre con un mismo denominador común, y
siempre terminando con un sonado gag final, que normalmente irá
in crescendo hasta el climax final, que tiene lugar en la última Ejemplos de algunos de los patrones que se repiten con
viñeta de la aventura. cierta frecuencia en las historietas de Mortadelo y Filemón
106
3) Diálogos y bocadillos
Rubén Larrea, actual colorista de la serie, “La caja de diez cerrojos”, “El Sulfato atómico”,
explicaba en una entrevista para “Canino”1, “20 000 leguas de viaje sibilino” y “El árbol genealógico”
que una vez que Ibáñez ha escrito el guión a
máquina, la editorial se lo hace llegar.
Después escanea las páginas de dibujo y se las
entrega a la persona que escribe los textos
(una mujer, en la actualidad). Finalmente él
colorea la página y la completa con los textos
ya maquetados que recibe de esta persona.
Cierra todo el trabajo y genera un documento
PDF que entrega a la editorial.
1 https://www.caninomag.es/entrevista-ruben-larrea-colorista-mortadelo-filemon-bruguera-habia-veces-coloreaban-bien-otras-no-tan-bien /
107
DIBUJO
1) Dibujo a lápiz: Una vez realizado el guion, se confecciona la historieta. Se parte del boceto a lápiz y se afianzan las
líneas para tener una buena base. Actualmente Ibáñez realiza el primer paso y Juan Manuel Muñoz ajusta y refina ese
abocetado inicial a lápiz. Ibáñez reserva de antemano el espacio que va a ir destinado al texto para evitar que el bocadillo
invada la zona destinada a las cabezas de los personajes. Realizando un esbozo manual de las palabras que va a llevar
cada bocadillo el autor se asegura de que el rotulista tenga espacio suficiente para colocar finalmente los textos. Esto
explica por qué algunos de los bocadillos contienen demasiado espacio en blanco (más del estrictamente necesario).
Otros dibujantes trabajan más este tema y utilizan métodos para calcular con mayor exactitud el espacio requerido para
los bocadillos.
“La litrona… ¡vaya mona!” (2013) – Boceto a lápiz realizado por Ibáñez (imagen superior) y
correcciones del lápiz realizadas por Juan Manuel Muñoz (imagen inferior)
108
2) Entintado: Se trata del proceso en el que se consigue la imagen limpia destacando detalles que en el acabado a lápiz
pasaban desapercibidos. Juan Manuel Muñoz es también el encargado hoy en día de llevar a cabo todo este proceso,
que no se limita al mero calco a partir del original, sino que implica otorgar a este una nueva carga visual dependiendo
de las técnicas aplicadas, de los grosores en los contornos, de las texturas o de los efectos de luz en las formas dibujadas
(la imagen inferior muestra media página ya entintada).
“La litrona… ¡vaya mona!” (2013) – Viñetas entintadas por Juan Manuel Muñoz
3) Coloreado: Ibáñez no ha coloreado nunca sus historietas ni tuvo capacidad de decisión sobre los colores a utilizar en
cada una de ellas. Las páginas se coloreaban antiguamente en los talleres. Se hacía a máquina (y, puntualmente, con
acuarelas). Por cada color se daban tres porcentajes a las tres tintas (amarillo, rosa y azul), siendo el negro fijo. Se
generaba una colección de películas que posteriormente se iban juntando para obtener las tres definitivas. En la
actualidad todo el proceso de coloreado realizado por ordenador, a través de programas de dibujo y pintura,
principalmente Photoshop y Wacom, como explica Rubén Larrea, colorista de la serie en los últimos veinte años.
“La litrona… ¡vaya mona!” (2013) – Viñetas coloreadas por los coloristas de la editorial (Ediciones B)
109
4) Rotulación
110
Con el paso de los años Ibáñez fue
incorporando a su repertorio nuevos recursos
narrativos. En ocasiones utilizó la técnica del
raccord que consiste en conectar dos o más
viñetas consecutivas generando un efecto
parecido al de una panorámica
cinematográfica (travelling lateral) aunque el
efecto no supone ninguna modificación en la
acción de las viñetas implicadas.
“La banda de los guiris” (1998)
El paso del tiempo se expresa a menudo de
forma gráfica: telarañas y barbas blancas las
más habituales, pero muchas otras veces con
recursos a cuál más ingenioso. El flashback
se realiza muchas veces presentando al
personaje que narra su pasado en una primera
viñeta y visualizando su recuerdo en la viñeta
siguiente. En otras ocasiones también se
consigue el mismo efecto utilizando líneas
onduladas para dar forma a las viñetas que
representan una narración del pasado.
“Los cacharros majaretas” (1974)
Otro recurso narrativo que utiliza Ibáñez es la visión subjetiva con la que se presentan las viñetas desde el punto de vista
del personaje. Casi siempre lo encontraremos en situaciones en las que alguno de los protagonistas mira a través de unos
prismáticos, una mirilla, un catalejo, etc. La técnica del zoom o aproximación óptica también aparece con cierta
frecuencia. El tamaño de un personaje se amplía progresivamente, a menudo para destacar el aumento progresivo de una
determinada emoción (ira, cólera, espanto, furia, pavor...).
111
Color, iluminación y texturas
Color
La iluminación es muy importante en el cómic, ya que puede ayudar a imprimir más dinamismo a una escena o a
crear determinados efectos, sin embargo Ibáñez no ha trabajado apenas esta disciplina, limitándose a dibujar la sombra
de algún que otro personaje y haciendo uso de contadísimos efectos luminosos: contraluces, velas, apagones...
Sólo en las primeras aventuras como “Valor y...¡al toro!” Ibáñez se interesó un poco más por la iluminación en
determinadas secuencias, creando así efectos de niebla, humo, focos de luz... muchas veces inspirándose en ideas de
los cómics extranjeros de los que bebía.
112
Detalles y texturas
Las primeras historietas de Ibáñez presentan un estilo de dibujo poco detallado. Con el tiempo, muchos de los elementos
que las integran se irán haciendo poco a poco más complejos (disfraces, escenarios…), alcanzando su máximo exponente
en algunas de las primeras aventuras largas: “El sulfato atómico” y “Valor. Y… ¡al toro!”. Esa etapa coincidió además
con la aparición de las primeras portadas para revistas, como “Mortadelo” o “Super Mortadelo”, en las que Ibáñez dio
rienda suelta a su talento y desarrolló todo tipo de texturas: tejidos, metales, agua, hielo, plumas, brillos, madera, plástico,
cristal...
Algunos ejemplos de diferentes texturas y materiales: metal, agua, hielo, brillos, tejidos, plumas, cabello...
113
A veces se repite un determinado elemento varias
veces para marcar la trayectoria y enfatizar la velocidad
del movimiento, como sucede con el puño del
boxeador de la viñeta izquierda, en la que también se
aprecian líneas cinéticas que recuerdan a las de una
explosión para lograr el efecto del impacto. La misma
línea siguen las viñetas que utilizan la multiplicación
secuencial de un determinado objeto o personaje para
representarlo por medio de una serie de posiciones
consecutivas. Este recurso también puede ir
acompañado de algún cambio en la expresión facial o
“¡A la caza del cuadro!” (1971) de alguno de los rasgos de un personaje.
“
Hay otros efectos que aún no se han “Gatolandia '76”
mencionado a pesar de ser bastante
habituales y que se consiguen igualmente
a través de líneas cinéticas: temblores,
zarandeos, escalofríos... En cuanto a los
olores, también pueden representarse con
líneas onduladas e incluso con moscas,
cuando el olor es especialmente
desagradable.
114
Transiciones y relación entre imágenes y texto
Transiciones
La transición entre viñetas es la esencia de un cómic. A través
de la transición, dos imágenes separadas se convierten en una sola
idea. En su libro "Cómo se hace un cómic", Scott McCloud
plantea seis tipos de transiciones. Las cuatro primeras son bastante
frecuentes en las aventuras de Mortadelo y Filemón. Veamos
algunos ejemplos de ellas:
115
Combinación entre imágenes y texto
Otro tema muy importante es el modo en que
se combinan dibujos y el texto en las viñetas.
Scott McCloud plantea varios grupos en
función de dicha relación.
5) Montaje: El texto es tratado como parte integral del dibujo, como el cartel de “Matadero Municipal” que aparece
en la viñeta de “La brigada bichera”, bajo estas líneas.
116
6) Interdependientes: Quizá la más habitual. Dibujos e imagen van de la mano complementándose (no diciendo lo
mismo). Habría dos subcategorías: aquellas en las que las imágenes tienen más peso que los dibujos y una segunda en la
que sucede lo contrario: los dibujos tendrían más peso que las imágenes. Los buenos cómics, dice McCloud, son
aquellos en los que el peso se va alternando entre viñetas y texto. Si en un cómic uno de los dos elementos siempre tira
del otro, el resultado no será muy potable. En las aventuras de Mortadelo y Filemón se alternan ambos grupos, aunque
las viñetas en las que las imágenes lo dicen todo son uno de los sellos de identidad de Ibáñez. Veámoslo con un ejemplo:
En la primera viñeta del siguiente ejemplo (“Los guardaespaldas”) tiene más peso el guion (que da mucha más información que la imagen).
En la tercera es la imagen, muy expresiva, la que habla más que el guion. La segunda viñeta pertenece al grupo 1: “Dibujo específico”.
Existe un tipo de conexión entre texto y viñetas adicional que no hemos mencionado: se trata de las combinaciones en
paralelo. En ellas las palabras y los dibujos siguen caminos diferentes. Es, de nuevo, una combinación con la que Ibáñez
nunca ha jugado y es posible que no podamos encontrar ningún ejemplo en toda su obra, ya que dibujos y textos siempre
tienen algún tipo de conexión en las viñetas del dibujante.
Planos de encuadre
El encuadre es la distancia a la que el espectador
ve la acción. Existen varios tipos de planos de
encuadre. Ibáñez trabaja con todos ellos
(especialmente los planos medio y lejano). Su
repertorio se irá enriqueciendo a medida que su
técnica evolucione.
- Plano medio: Muestra los personajes hasta el torso, incluye la expresión de las manos. Muy frecuentes en las aventuras
de Mortadelo y Filemón.
- Plano americano: Importado del cine del Oeste. Recorta justo por las rodillas (necesario para mostrar los revólveres de
los personajes). Menos abundantes que el plano medio, pero también se encuentran en el repertorio del autor.
- Plano general: vemos el personaje de cuerpo entero. Ya se muestra el escenario donde se encuentra el personaje. Son
los más abundantes en las aventuras de los agentes.
“Magín, el mago” (1970) “El señor Todoquisque” (1992-93) “¡A las armas!” (1974)
- Primer plano y plano de detalle - - Plano medio - - Plano americano -
117
“La estatua de la libertad” (1984) – Plano general “Valor y… ¡al toro!” (1970)” - Plano general largo
Algunos de estos planos generales tienen una anchura mayor que el resto, se trata de un “plano general largo”, como el
que vemos al final de la aventura “Valor y... ¡al toro!”. Éste, en concreto, tiene un efecto de perspectiva creando una
mayor definición en los elementos más cercanos y menor en los lejanos.
- Gran plano general: Se destaca el escenario, los personajes se ven pequeños y están rodeados por el entorno. Suelen
llevar un trazado más cuidado y elaborado que en el resto de planos.
Los encuadres irán variando en función de la incidencia angular del punto de vista. Tendremos así diferentes tipos de
planos: picados, contrapicados, frontales (o normales), cenitales, subjetivos.... Continuaremos el capítulo viendo
ejemplos de todos ellos extraídos de diversas aventuras de los personajes.
- Angulación normal (ángulo frontal): La más habitual en las viñetas de Ibáñez. Utiliza un punto de vista bajo
(también conocido como vista de rana) en el que la línea de horizonte se sitúa a ras del suelo produciendo un ligero
efecto óptico de ‘falso contrapicado’. El encuadre carece de profundidad de campo y de perspectivas, lo que simplifica
el dibujo de la viñeta a Ibáñez.
118
- Plano ligeramente picado: También
es muy frecuente en las aventuras de
Mortadelo y Filemón. El encuadre no
sitúa la vista del espectador a ras del
suelo (como en el caso anterior) sino en
un punto ligeramente superior. Los
rostros de los personajes siguen
apareciendo en posición frontal.
Permite ver los objetos que se
encuentran a nivel del suelo (o en el
suelo) con mejor perspectiva.
- Plano picado acusado: Mucho más Plano ligeramente picado - “El antídoto” (1973) y “Timazo al canto” (1995)
escasos aunque también aparecen en
algunas historietas. La perspectiva de la
escena se enfatiza, y se inclinan las
líneas verticales que convergen en un
punto de la zona inferior de la viñeta, o
situado por debajo de ella (perspectiva
del cuadro inclinado).
119
Composición: Equilibrio y puntos focales
La composición es la organización de los objetos en la viñeta. Permite al dibujante llevar la mirada del lector al lugar
indicado, ya que es la forma de crear la acción en un cómic. Es muy importante tener dos cosas en cuenta: en primer
lugar saber mantener el equilibrio para que la mirada del lector no se vuelva estática, y en segundo lugar saber remarcar
el punto de mayor importancia en una viñeta. Ibáñez aplica estos principios de muy diversas formas, veamos las más
importantes.
Equilibrio
- Composición por simetría: los personajes se distribuyen simétricamente en la viñeta en torno a un eje central
imaginario. Cada uno de los personajes interviene en la viñeta como si de los pesos de una balanza se tratase. Si los
elementos están equilibrados la sensación será armoniosa para el lector. Este recurso compositivo resulta muy útil para
situaciones de gran simbolismo, aunque resultarán en general menos dinámicas. Es por ello que para buscar más
movimiento los dibujantes recurren al uso de distribuciones asimétricas. Sirva de ejemplo la viñeta extraída de “Contra
Jimmy el ‘Cachondo’” que aparece bajo estas líneas.
- Composición por asimetría: En ella los pesos se distribuyen a diferentes distancias del eje. Un peso mayor se
colocará más cercano al eje y un peso menor más lejos. Se rompe la simetría pero se mantiene el equilibrio, además de
aumentarse el dinamismo. La regla de oro para lograr una buena composición por asimetría debe ser la siguiente:
"Cuanto más “pesado” sea un elemento, más cerca del eje debe estar". Si un objeto pesado se aleja del eje, no habrá
equilibrio porque inclinará la balanza a su favor. Se pierde el equilibrio. En el ejemplo de la página siguiente vemos que
los elementos de mayor peso se encuentran más cerca del eje de simetría, que aparece desplazado en ambos casos más a
la derecha del centro de la viñeta.
Equilibrio por asimetría - “El Quinto Centenario” (1992) – Elementos pesados más cerca del eje de simetría, los más ligeros
más lejos. El eje de simetría se desplaza a un lado o a otro del centro de la viñeta, a diferencia del equilibro por simetría
- Por disposición geométrica
120
"El cochecito leré" (1985) – Disposición geométrica
Las portadas también siguen los mismos principios, aunque en este caso se evita dividir la portada en mitades o
cuartos porque generaría un equilibrio monótono. Algunas portadas distribuyen los elementos según la regla de los
tercios, un recurso muy utilizado en fotografía pero también aplicable en el mundo del cómic. Consiste básicamente en
dividir la portada en nueve partes iguales utilizando dos líneas imaginarias y equiespaciadas horizontal y verticalmente.
La regla recomienda utilizar los puntos de intersección de estas líneas para distribuir los elementos de la escena. Es
posible que Ibáñez realice este cálculo matemático de forma inconsciente o intuitiva, aunque hay algunos ejemplos
donde parece evidente que Ibáñez sabe lo que está haciendo.
Es importante saber remarcar los puntos focales de una viñeta para asignar mayor importancia a unos elementos que a
otros. Se trata de hacer referencia al punto de mayor interés de la composición. Si la viñeta carece de este refuerzo,
entonces será una ilustración sin nada que destacar. Existen muchas formas de darle importancia a un determinado
elemento de la composición. Veamos algunos ejemplos.
1) Contraluz y siluetas. Consiste en aprovechar el contraste entre el blanco
y el negro para remarcar un punto focal. A veces Ibáñez dibuja las siluetas
de los personajes en negro (a contraluz) para destacarlas más.
121
3) Señalización: Se puede señalizar el punto focal de la viñeta por
medio de objetos, figuras e incluso onomatopeyas. Por ejemplo, si un
personaje apunta con un arma a otro, Ibáñez lleva el punto de interés a
este último; si un personaje grita, el bocadillo dirigido hacia su grito lo
convierte en el punto focal. En el ejemplo de la viñeta de la derecha
Ibáñez quiere destacar claramente el pisotón que se lleva Filemón y lo
remarca con la habitual silueta del impacto acompañada de una
onomatopeya. El zapato de Filemón se convierte entonces en un imán
para la mirada del lector.
122
Expresividad, comunicación no verbal y proporciones
Expresividad y comunicación no verbal
Las viñetas de Ibáñez gozan de una gran expresividad que podemos percibir en numerosos rasgos de los personajes:
las narices son prominentes para buscar un efecto más cómico siguiendo la línea de otros muchos autores (Uderzo,
Peyo, Vázquez...), las extremidades gesticulan a menudo expresando algún tipo de emoción (frío, tensión,
nerviosismo...). Bocas, dientes, cejas, pestañas, pelo, sudor, mucosidades... ayudan a complementar la emoción que
Ibáñez quiera infundir a cada personaje en cada viñeta.
Ibáñez no hace dibujos realistas, por lo que las expresiones de sus personajes no podrán entrañar una gran
complejidad. Esto también tiene su mérito, ya que el dibujante consigue reproducir cualquier expresión jugando con
solo unos pocos elementos y sin caer en el detallismo. En "¡Dibújalos tú solito!" el artista nos da algunas pistas a la hora
de trabajar las expresiones de los personajes.
123
La comunicación no verbal juega un papel
importantísimo en la obra del dibujante. Se trata, como
su propio nombre indica, de un proceso de
comunicación por medio de mensajes sin palabras:
signos, gestos, posturas (lenguaje corporal)... Ibáñez
ha demostrado moverse en este campo como pez en el
agua.
Los personajes que mueren ascienden al cielo convertidos en ángeles, los naúfragos se dibujan harapientos, si un
personaje cae a la calle desde una altura considerable producirá un boquete en el pavimento. Si, por el contrario, choca
con violencia contra una pared, su cuerpo atravesará el tabique recortando su silueta en los ladrillos...
124
Los disfraces de Mortadelo también ayudan notablemente a identificar el estado de ánimo del personaje, a veces
incluso en sentido literal: se escabulle como una lagartija, se monda como una patata, huye asustado como una gallina
o esconde la cabeza como un avestruz.
La expresividad gestual o no verbal se logra no solo con el rostro (la parte más expresiva del ser humano) sino
también con las manos, los brazos, las piernas y los pies. Una vez más, en "¡Dibújalos tú solito!" Ibáñez nos regala
unas cuantas muestras de cómo transmitir mensajes no verbales a través de manos y pies.
Proporciones
125
Documentación y escenarios
Documentación
126
Escenarios
Los escenarios en los que Ibáñez coloca a sus personajes son en general bastante
elementales. Los paisajes urbanos, los más habituales, son repetitivos: fachadas,
edificios lejanos, parques, árboles, adoquines de aceras, vallas de madera y
calzadas... todos ellos dibujados casi siempre de forma muy simplificada. Ibáñez
solo detalla un poco más aquellos elementos que se encuentran en el primer plano,
donde mira el espectador (una entrada secreta, una boca de metro...).
Conclusiones y reflexiones
A la vista de lo ya comentado a lo largo de todo el capítulo se hace casi obligado finalizarlo con una crítica a la obra
de Ibáñez. Intentaremos abordarla poniendo en una balanza las virtudes del dibujante frente a sus principales carencias.
De entre las disciplinas con las que trabaja Ibáñez destacan por encima de todas la expresividad y el dinamismo que
este imprime a sus personajes, así como la capacidad para condensar tantos y tantos gags en cada historieta. La primera
de ellas, el dominio de la comunicación no verbal de los personajes, es indiscutible y tiene más mérito si cabe teniendo
en cuenta que el dibujante no utiliza un dibujo realista o de gran complejidad para transmitir cualquier expresión. En
cuanto al dinamismo, Ibáñez lo remarca utilizando continuamente líneas cinéticas y posturas extremas que potencian
los gags de cada viñeta. Muchos de estos gags están claramente influidos por las comedias mudas de las que el
dibujante se confiesa admirador. Se trata de un humor bastante visual y universal, sin segundas lecturas o moralejas.
Contraluz y siluetas
"¡Elecciones!" (2015)
“Concurso Oposición” (1975)
127
En un segundo plano quedan otras virtudes como su constancia en el trabajo,
que nos deja un legado de miles de historietas hasta la fecha, o su talento como
caricaturista. Dentro de sus limitaciones, el dibujante no solo ha sabido retratar a
decenas de personajes famosos en sus aventuras sino que ha conseguido
adaptarlos a ellas como nuevos personajes con personalidad propia que las
enriquecen.
¿Hay algo entonces que se le pueda reprochar a Ibáñez? Varias cosas. Quizá la
más destacable sea la de haberse conformado con encontrar una fórmula de éxito
que funcionaba sin intentar ofrecer al lector habitual algo nuevo. Sus guiones
utilizan un formato o esquema que se repite de unas aventuras a otras. Ibáñez no
experimenta ni va más allá de esa fórmula “eficiente y productiva” y esto,
después de tantos años, le hace caer en la repetición de tópicos que pierden parte
de su gracia precisamente por su reiteración. Tampoco experimenta Ibáñez con
otras disciplinas: los planos, las perspectivas, la iluminación... al sentirse
cómodo con el estilo que tanto tiempo le llevó adoptar.
Con todo lo bueno y lo malo, Ibáñez se ha hecho un hueco en el corazón de generaciones de lectores de cómics de
nuestro país (y de otros muchos lugares del mundo) a base de hacernos reír con su inconfundible humor. Esperemos que
pueda seguir haciéndolo durante mucho tiempo y que, llegado el momento del relevo, aquellos que le sucedan puedan
saborear las mismas mieles de éxito que disfrutó Ibáñez durante casi toda su vida como dibujante.
128
CAPÍTULO 8
TIRAS MARGINALES EN
“LOS ÁNGELES ‘84” Y OTROS GAGS
(Por Juan Antonio Noé)
Las tiras marginales en “Los Ángeles ‘84”
La historieta “Los Ángeles ´84” tiene diferentes niveles de lectura. Un primer nivel de lectura superficial, el de la
propia historieta, que sigue la estructura clásica de una historieta de Mortadelo y Filemón (y en este caso, la habitual
historieta olímpica), y un segundo nivel de lectura: el de crítica social. Se trata de una de las primeras historietas en las
que el autor realiza una crítica tan ácida (posteriormente vendrán “El preboste de seguridad”, “El atasco de
influencias” y otras muchas). Y lo hace desde la primera página: en la introducción a la historia, donde vemos a esos
“peces gordos” atiborrándose y montándose las “vacaciones” a Los Ángeles, enchufando además a la familia. Crítica
social que no veíamos desde “En marcha el Mundial 82”, donde un edificio para los directivos futboleros se
construía cien mil veces más rápido que un centro de investigaciones matemáticas.
A este segundo nivel de lectura habría que añadir un tercer nivel adicional, que encontramos al pie de cada una de
las páginas de la historieta. La primera edición en “Olé!” de “Los Ángeles 84” venía acompañada, en sus márgenes
inferiores, de gags mudos sobre el mundo del deporte (algo parecido a los “marginals” de Sergio Aragonés para
“Mad”). Bajo estas líneas, y en las páginas siguientes, reproducimos unas muestras de todos estos gags “menores”.
130
Generalmente este lugar estaba ocupado siempre por el mismo dibujo, o por dibujos sueltos con un texto en forma de
chiste, pero en “Los Ángeles 84” no. Tras ver los tres primeros chistes, uno detenía la lectura de la historieta para
deleitarse sin pausa con esos gags. Era algo nuevo; algo que no había visto nunca en la serie y que nuestro dibujante
no ha vuelto a repetir en historieta alguna, quizá por lo cansado que resulta pensar, y dibujar, un chiste en cada página.
En las sucesivas reediciones de esta historieta se han eliminado por completo dichos gags. La parte inferior de la
última viñeta de la página 4, bajo estas líneas, que parece invadida por el ala del nadador “mariposa”, deja un vacío
que puede apreciarse en reediciones posteriores.
No obstante, algunos de estos gags se recuperarán posteriormente para ilustrar las guardas azules de álbumes
“olímpicos” de la colección “Magos del Humor” (como “Moscú 80” ó “Los Ángeles 84”). Algunos de ellos se
repitieron posiblemente porque en esa página en concreto el lugar fue ocupado por el título o cabecera de la historieta
en su publicación original en revista de forma seriada. Y alguno aparece posiblemente cambiado de sitio o de página
(como la tira 7, bajo estas líneas, que parece no encajar con lo que sea que invade la viñeta superior).
131
132
Otras ilustraciones marginales
Ibáñez realizó más gags marginales de temática deportiva muchos años antes de todos estos. En concreto, para las
páginas del primer episodio del “Gran Pulgarcito Extra de Verano de 1969” (bajo estas líneas).
También realizó una serie de dibujos de Mortadelo y Filemón que se utilizaron para mostrar los créditos de la revista
“Mortadelo” (Bruguera). Reproducimos bajo estas líneas cuatro de estas ilustraciones que aparecieron en los números
428, 460, 462 y 463 de dicha revista. En el “Olé!” n.º 271 (Bruguera, 1983), uno de los que celebraron al 25º
aniversario de los personajes, aparecieron varias ilustraciones realizadas expresamente por Ibáñez para la entrevista
que le hicieron para dicho número.
133
Y para cerrar, aprovechando que hablamos de tiras marginales, reproducimos bajo estas líneas una importante
colección de cabeceras que han aparecido en las incontables publicaciones de Bruguera con historietas de Mortadelo y
Filemón. Algunas de ellas fueron diseñadas de forma específica para algunas historietas como “Magin, el mago”, “El
caso del Bacalao” o “La historia de Mortadelo y Filemón”. Agradecemos a Raul Suay su esfuerzo recopilando todas
ellas y montándolas en la siguiente imagen:
134
CAPÍTULO 9
EL “MORTADELO DE ORO”
(Por José Luis García y Alfredo Sánchez)
La segunda edición, celebrada en mayo 1984, eliminó los premios para los guionistas, aunque incrementó la cuantía
del primer premio a 300 000 pesetas (1800 euros) y asignó una compensación de 150 000 pesetas (900 euros) para el
segundo premio. Se presentaron más de 35 000 originales, de entre los que Rubén Garrido fue elegido ganador del
“Mortadelo de oro” y Francisco Alaminos del “Mortadelo de plata”. Rubén compartió en su propia página web
diversas imágenes relacionadas con el acontecimiento y narró en primera persona cómo vivió la entrega de los
premios, que tuvo lugar en la sala de fiestas “Zacarías” (http://ruben.garrido.eresmas.net/tebeos/mortadelo.html).
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La imagen que aparece a la izquierda
de estas líneas reproduce una página
publicada en el “Super Pulgarcito”
nº 60 (Bruguera, VIII/1984). Muestra
a los ganadores del Mortadelo de oro
y de plata en el 2º certamen
organizado por Bruguera. La
fotografía recoge el momento en el
que Francisco Ibáñez hacía entrega
del premio al ganador (Rubén
Garrido). Junto a ellos, de izquierda
a derecha, aparecen también: Cesc
(miembro del jurado), Francisco
Alaminos (Mortadelo de plata), José
Luis Martín (miembro del jurado) y
Montserrat Vives (editorial
Bruguera). Los otros miembros del
jurado eran Chumy Chumez y José
Luis Sagasti (Bruguera).
137
Cómo imprimí mi propio “Mortadelo de oro”
Todo comenzó a raíz de la aparición de un hilo en el foro de la T.I.A. en el que un usuario posteaba un enlace que
mostraba una reproducción de la mítica estatuilla del “Mortadelo de Oro” en tres dimensiones. Alguien comentó que
ya solo necesitábamos una impresora 3D para poder tener una figura así en casa. Entonces se me encendió una
bombilla y me dije: “¿Y por qué no?”. Y así, empecé a buscar la forma de materializar la idea. Tuve la suerte de
contactar con su creador (“Panchete”) y que este me proporcionara el archivo (de extensión .stl), necesario para poder
imprimir la figura. Y aquí empieza la aventura: el primer paso consistió en contactar con una empresa que me
ofreciera las mejores garantías de calidad y acabado. Localizada esta, la primera prueba consistió en realizar una
primera impresión con material plástico en una pieza única (imagen en blanco). Me decanté por un tamaño fiel al
original (de unos 20 cm aproximadamente). Es importante reseñar que la figura no sale así de la impresora, sino que
se imprime con unos soportes, una suerte de "andamios", que nacen desde la base. En nuestro caso se trata de las
partes que quedan en el aire (faldón, brazo de la paleta y algunas otras). Se aprecian en la primera imagen que aparece
bajo estas líneas, aunque esa fue ya la segunda impresión. Dichas partes se eliminan posteriormente para dejar la
figura diáfana (sin soportes).
El siguiente paso consistió en lijar la figura para eliminar imperfecciones. El resultado de esta primera prueba supuso
tomar una decisión importante de cara a la impresión definitiva: esta se imprimiría en varias piezas para evitar
problemas de roturas y conseguir el menor "andamiaje" posible en dicha impresión. Se imprimieron finalmente cuatro
piezas que después fueron ensambladas en un única figura: piernas, resto del cuerpo, gafas y herramientas de dibujo
(lápiz, pincel y plumilla). Ya solo quedaba añadir a la figura unas capas de epoxi, una resina endurecedora, y esperar a
que esta secase para pintar la figura de color dorado. Finalmente solicité la realización de una base (de 15 cm) y de
una placa (con su correspondiente inscripción) del mismo material plástico. En las imágenes que reproducimos bajo
estas líneas puede apreciarse el resultado final de la figura al detalle. El resto ya es historia.… mortadelera.
Resultado final tras la colocación de la figura sobre la peana, con su correspondiente placa que imita a la original
138
CAPÍTULO 10
Anuncio “Pulgarcito Extra Verano 1963” “Tío Vivo - Almanaque para 1966”
(“El Capitán Trueno Extra”, n.º 178)
Tío Vivo – Extra de Navidad 1962
Mortadelo y Filemón comparten gag con Hermenegilda (Vázquez) y el reporter Tribulete (Cifré) dentro de un
submarino en el extracto de la ilustración central del “Pulgarcito Almanaque para 1960” que aparece bajo estas
líneas (izquierda). A la derecha reproducimos un detalle del chiste coral que ocupó las páginas centrales del
“Pulgarcito Extra de Verano 1960”.
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Pulgarcito - Extra de Verano 1963
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Tío Vivo – Extra de Verano 1963
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Pulgarcito y Tío Vivo – Almanaques para 1965
Reproducimos bajo estas líneas el chiste publicado en el “Tío Vivo Extra de Verano 1965”. En las navidades de ese
mismo año apareció otro gag en el “Tío Vivo Almanaque para 1966” que hemos incluido en la portada que encabeza
este capítulo.
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“Pulgarcito – Almanaque para 1965”
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Pulgarcito – Extra de Primavera 1965
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Tío Vivo – Extra de Verano 1966
La estival ilustración con la que se abría el “Tío Vivo
Extra de Verano 1966” mostraba una singular escena
en la que Mortadelo y Filemón compartían espacio con
la cuantiosa cuadrilla de personajes de dicha cabecera:
naufragando en el mar en la parte superior derecha pide
auxilio Fortunato el cenizo (Cerón); desde la popa del
barco diversos inquilinos de “13, Rúe del Percebe”
observan a otros; doña Jaimita y don Pantuflo ven
haciendo trastadas a sus hijos Zipi y Zape (Escobar):
uno quitándole la gorra con una caña al conserje don
Toribio (Enrich), y el otro asustando con una rata a
doña Lío Portapartes (Raf); en la cabina del barco,
maneja el timón Rompetechos mientras lo mira,
asombrado, el caballero Topito (Figueras); sobre el
techo de la cabina, aprovecha para condimentarse una
opípara comida Agamenón (Estivill); a su lado, a
punto de dar una patada a un balón está Pepe, el
"hincha" (Peñarroya); observando remar a don
Pedrito están Arturo Alcorcón y su esposa (Segura);
mirando con sorpresa a Pepe Gotera y Otilio asoman
por detrás don Pío y su esposa doña Benita
(Peñarroya); a la izquierda del dibujo, queda atascado
en un manguerote del barco el holgazán de Pepón
(Segura); abajo, van caminando por la cubierta don
Óptimo y don Pésimo (Escobar); cargado con un
manguerote huye un pícaro Manuel Churumbel
(Vázquez), mientras observa con sorpresa la escena el
agente 0077 (Torá); cerca de Mortadelo y Filemón
anda el patriarca de los Churumbel (Vázquez);
asomando por los portillos de la planta inferior del
barco vemos a la alegre pandilla formada por Mus,
Titín y Gafitas (Segura); recibiendo un anclazo en la
cabeza está el pobre Facundo (Gosset); y a punto de “Tio Vivo – Extra Verano 1966”
ser embestido por el barco, reposa sentado en un islote
Hug el troglodita (Gosset).
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Tío Vivo – Almanaque para 1968
Mortadelo y Filemón compartieron escena con otros personajes de Ibáñez como Rompetechos, don Pedrito o Pepe
Gotera y Otilio en la ilustración que abría el “Tío Vivo Almanaque para 1968”. Completando la misma, hace
también su aparición bebiendo vino el entrañable Agamenón (Estivill).
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Tío Vivo – Almanaque para 1969
La simpática ilustración que inauguraba el “Tío Vivo Almanaque para 1969” mostraba una escena en la que el
redactor jefe de la editorial Bruguera, Julio Fernández, reprendía a los personajes de la misma obligándoles a volver
a sus respectivas páginas. Junto a Mortadelo y Filemón, van entrando a la redacción Mus, de la Alegre Pandilla
(Segura), don Pío (Peñarroya), don Óptimo y don Pésimo (Escobar), Pepe Gotera y Otilio, Angelito (Vázquez);
Agamenón (Estivill), Zipi y Zape (Escobar), doña Lío Portapartes (Raf), Pepón y los señores de Alcorcón
(Segura), Hug el Troglodita (Gosset), don Pedrito y el inefable Rompetechos.
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Tío Vivo – Extra Verano 1969
El “Tío Vivo Extra de Verano 1969” daba la bienvenida al lector con esta viñeta a toda página en la que todos los
personajes componentes de la revista iban entrando en la redacción acatando las estrictas órdenes del redactor jefe
Julio Fernández. Tras Mortadelo y Filemón vemos a Hug el troglodita (Gosset), Agamenón (Estivill), Angelito
(Vázquez), el holgazán de Pepón (Segura), Rompetechos, doña Lío Portapartes y don Bollete (Raf), Linotipio
(Pineda Bono), Mus, de la Alegre Pandilla (Segura), don Pío y doña Benita (Peñarroya), Zipi y Zape (Escobar),
don Pedrito, Pepe el "hincha" (Peñarroya), don Óptimo y don Pésimo (Escobar) y Pepe Gotera y Otilio.
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Tío Vivo n.º 1000
Para celebrar el número 1000 de la revista “Tío Vivo” publicado el 5 de mayo de 1980, Ibáñez deleitó a sus
lectores con un chistoso dibujo en el que, una vez más, el redactor jefe Julio Fernández apremiaba a los personajes
de la publicación, látigo en mano, para que se dirigieran a sus respectivas páginas. Junto a Mortadelo y Filemón y
otros personajes de Ibáñez, vemos corriendo de izquierda a derecha a don Pésimo y don Óptimo (Escobar), las
hermanas Gilda (Vázquez), Agamenón (Estivill) y doña Tecla Bisturín (Raf). Entrando a la redacción, al fondo, está
el mismísimo Escobar, de cuya carpeta sobresalen las cabezas de sus hijos de papel y tinta Zipi y Zape. Por último,
quien habla con el despistado Rompetechos no es sino Armando Matías Guiu (guionista y redactor jefe de la
editorial Bruguera).
150
CAPÍTULO 11
Sin duda alguna, estamos ante uno de los trabajos (publicados) menos conocidos del creador de Mortadelo y Filemón.
Como auténtico entusiasta del cómic, y de Ibáñez en particular, llevo más de veinticinco años coleccionando sus
historietas así como dedicado al estudio de su obra, atesorando originales de todas las épocas a lo largo de la última
década. Pese a creer conocerlo ya todo, cierto día, ese destino juguetón me deparó una inesperada sorpresa. Aquella era
la primera vez que me topaba de narices con esa auténtica joya del noveno arte. Jamás la había visto; jamás había oído
hablar de ella. ¿Qué era y de dónde había salido? Enseguida vino a mi mente un aluvión de preguntas a las que sentía
necesidad de dar respuesta. Y el motor de mi curiosidad se puso en marcha.
Nada más arrancar con la lectura me llevé la primera de las sorpresas: el guion mezclaba el castellano con el catalán,
algo inusual dentro de la trayectoria profesional de Ibáñez. Dentro de una misma viñeta, tanto en la narración como en
los bocadillos, ambas lenguas fluían con total soltura. Y no pude evitar preguntarme a qué podía deberse esta curiosa
mezcla de palabras. Continué leyendo hasta alcanzar la última página, momento en el que se aclara todo este asunto.
152
Algunos días después, me puse a indagar un poco. Quería saber más sobre aquel rarísimo cuadernillo que había
caído en mis manos, y del que ninguna biografía de Ibáñez hablaba. Lo primero que quise saber fue si me encontraba
frente a algo común, es decir, algo que todo el mundo tenía en la estantería de su casa, o si se trataba de una pieza casi
única. Y así me llevé la segunda sorpresa: “La historia més maca jamás contada” era algo que nadie conocía, a
excepción de contadas excepciones. Muchos investigadores de la obra de Ibáñez se quedaron boquiabiertos ante la
magnitud de este descubrimiento, lo que revalorizó de inmediato el valor del cuadernillo y provocó un aluvión de
ofertas por el ejemplar. Mi respuesta siempre fue la misma: mi intención nunca fue hacerme rico con aquello, sino
incluirlo dentro de mi extensa colección personal, a pesar de que las ofertas por el ejemplar seguían creciendo y la
cifra empezaba a ser tentadora. Mi forma de pensar no cambió en ningún momento.
153
El narrador que nos guiará a lo largo y ancho de toda esta historia no es otro que un señor catalán embuchado en su
traje regional (para que nadie dude acerca de su ciudadanía) y al que le gusta bastante empinar el codo, remojándose el
paladar con un buen vino. El protagonista de esta historia es Quimet, un eterno aprendiz de camarero de los de echarle
de comer a parte. De corazón bondadoso, pero cargado hasta las orejas de despistes, es un personaje muy típico dentro
de la trayectoria de Ibáñez, que irá liándola allá por donde pise, desatando la ira de sus clientes y demás bichos
vivientes hasta límites insospechados. Ante tal cúmulo de desgracias desatadas, parece razonable que al patrón se le
acabe la paciencia y termine poniéndolo de patitas en la calle. A pesar de todo, esta reacción de su jefe no parece
preocupar en absoluto a Quimet, ya que, como afirma en la historieta, está afiliado a la clínica de marras y cobrará un
buen subsidio por ello.
La rueda de la vida de Quimet sigue girando pese a las inclemencias. Contrae matrimonio con Montse, tiene dos hijos
nacidos en la famosa clínica y se convierte en empresario, abriendo un bar frecuentado por moscas. Los años siguen
pasando, y Quimet va tirando como puede, aunque tampoco se pierde ninguno de los actos y festejos que se celebraban
en la Barcelona de aquella época. Sus hijos se van haciendo mayores y encuentran trabajo, precisamente, entre los
muros de la institución. Jordi, el mayor, entra como redactor, y Rosa, como auxiliar de enfermería. Se nota a 20 000
leguas de distancia que estos dos chavales son hijos de Quimet, porque no solo han heredado los despistados genes de
su padre, sino que también los infortunios y la sed por crear situaciones límite corren por sus venas. Jordi se casa y
tiene un hijo, el primer nieto de Quimet. Rosa, por su parte, también trae a un nuevo retoño al mundo, y Quimet, como
es lógico, está loco de contento. Y los años pasan y pasan para todos por igual. Los dos nietecitos dejan de ser niños y
se convierten en adolescentes, Jordi y Rosa pasan a ser curtidos cincuentones, y Quimet y Montse empiezan a peinarle
las barbas a San Pedro. Cierto día, toda la familia se viste de luto, llorando por la inesperada muerte de Quimet, quien
sigue empeñado en continuar con sus labores de patrón allá en la otra vida. Para ello, se le ocurre la brillante idea de
querer abrir un bar, pero aquel que maneja los hilos allí arriba no le pondrá las cosas nada fáciles.
Los asuntos en la “Quinta de Salud La Alianza” no parecen ir del todo mal, de ahí
que quieran construir su propio edificio, mucho más grande que el anterior, más
lujoso y con las últimas tecnologías. A pesar de contar con unas nuevas
instalaciones bastante más espaciosas, la gran afiliación y afluencia de pacientes
obliga a los que allí mandan a ampliar de nuevo, construyendo un gran edificio
justo al lado de la nueva clínica. Pero ahí no acaba todo. “La Alianza” ha seguido
expandiéndose como la espuma a lo largo de los años siguientes, abriendo un buen
puñado de nuevas clínicas a lo largo y ancho de todo el territorio catalán. En 1979
cumplió la friolera de setenta y cinco años. Para celebrarlo, a Ibáñez se le encargó la
creación de una historieta exclusiva para ellos, donde se reflejara, en clave de
humor, la trayectoria de la clínica desde sus inicios en 1904 hasta 1979 (la
actualidad en aquel entonces). La historia, narrada por aquel catalán enganchado a
un porrón de vino, llega a su fin. No solo no queda ni rastro de la ristra de butifarra
que el personaje llevaba colgada del brazo, sino que, además, en algún descanso de
la narración, se permite el lujo de degustar distintos tipos de vino, pasando de un
rosado inicial a un tinto en toda regla. El uso indistinto de castellano y catalán a lo
largo de la historieta forma parte de un juego, o mejor dicho, de un concurso, en el
que los participantes, niños y niñas menores de 13 años, deberán traducir
perfectamente todos los textos de la historia, bien al castellano o bien al catalán,
dependiendo de los gustos y niveles lingüísticos de cada uno.
Poco más que contar. Bueno, sí, que Mortadelo hace un pequeño cameo en la página nº 4, mostrando su deseo de
hacerse famoso algún día, y que la firma del maestro no se manifiesta hasta llegar a la última página. Por lo demás,
espero que hayáis disfrutado con esta peculiar historia que intuyo que pudo tener bastante repercusión en su día, pero
que hoy parece olvidada por todos los niños de entonces convertidos en los adultos de hoy.
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CAPÍTULO 12
Aunque la historia de las revistas “Mortadelo” daría para un libro entero, en este capítulo nos
centraremos en su serie estrella, Mortadelo y Filemón, muchas de cuyas mejores historietas vieron la luz
por primera vez en estas publicaciones.
“Gran Pulgarcito” - Extra de Verano (Bruguera, 1970) “Mortadelo” n.º 1 (Bruguera, 30/XI/1970)
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Pero “Gran pulgarcito” fracasó, quizá porque no había suficientes lectores dispuestos a pagar el
doble (10 pesetas) de lo que costaba el resto de los tebeos de Bruguera, aunque la calidad y el tamaño
de la publicación fuesen mayores. El hueco dejado por “Gran Pulgarcito” fue cubierto por dos nuevas
cabeceras que heredaron la mayoría de las series de esta revista. La primera de ellas fue “Super
Pulgarcito”, un título que ya había sido utilizado entre 1949 y 1951. Para la otra cabecera se escogió el
nombre de uno de los personajes preferidos por el público: “Mortadelo”. El número cero fue
entregado como regalo junto con el nº 507 de la revista “Tío Vivo” el 23 de noviembre de 1970
(aunque el ejemplar de “Mortadelo” llevaba impresa la fecha de la semana anterior). Esta cabecera fue
la que se llevó el gato al agua y triunfó de forma aplastante entre los lectores de aquella época.
Lo primero que llamaba la atención en la revista “Mortadelo” eran las magistrales portadas de Ibáñez.
Aunque desde tiempos inmemoriales la portada de los tebeos de humor solía estar ocupada por una
historieta, Ibáñez supo escapar de la rigidez en la estructura de la página y jugar con los encuadres, los
bocadillos e incluso la cabecera de la revista. La portada de “Mortadelo” estaba llena de detalles
humorísticos, con viñetas de diversas formas y tamaños y bocadillos que literalmente llegaban a
interactuar con los personajes. Lo primero que llamaba la atención al lector era la letra “O” de la
cabecera, con la que Ibáñez realizaba un chiste diferente en cada número. De los 646 números
(contando el nº 0) de la primera etapa de Mortadelo, solo hubo dos (el 100 y el 500) que no incluyeron
la clásica historieta en la portada, por tratarse de números especiales. Por otra parte, solo hubo dos
portadas que no dibujó Ibáñez, en los números 87 y 250 (en la primera de ellas identificamos el trazo de
Sagasty).
173
Las primeras 35 historietas serializadas en la revista, hasta enero de 1979, tenían una estructura fija
de 11 episodios de 4 páginas, aunque en algunas ocasiones, al no poder alcanzar Ibáñez el ritmo
semanal de la publicación, se dividió un episodio entre dos números de la revista. A partir de “El
transformador metabólico”, los episodios serán de 6 u 8 páginas (disminuyendo por tanto el número
de episodios de cada historia, que mantenía un número total de 44 páginas). Y desde la siguiente
historia larga, “¡A por el niño!”, se pasó de cinco a cuatro tiras por página, facilitando así al autor un
mayor ritmo de producción de páginas.
“¡A por el niño!” (1979) – Las páginas llevarán por primera vez cuatro tiras en lugar de cinco, como en muchos cómics europeos
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El nº 645 de “Mortadelo”, publicado en diciembre de 1983, fue el último de la primera etapa de la
revista. Además, se publicaron 43 números extraordinarios entre 1971 y 1983, casi siempre en
primavera, verano y Navidad, aunque ocasionalmente también aparecieron en otras fechas. 28 de
estos números especiales incluyeron nuevas historietas cortas de Mortadelo y Filemón realizadas por el
propio Ibáñez. En el resto, salvo un par de refritos de historietas ya publicadas, las historietas de
Mortadelo y Filemón fueron realizadas íntegramente por Ramón Mª Casanyes, que demostró ser el
autor de Mortadelo preferido por los editores después del propio Ibáñez.
“Mortadelo” n.º 645 (Bruguera, 29/XII/1983) “Mortadelo” - Extra de Carnaval (Bruguera, 1971)
El primer extra de “Mortadelo”
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Tras varios años de ausencia (aparte de las portadas) Ibáñez regresó a las páginas de esta revista en el
nº 122 (1982), para ofrecernos un epílogo de la historieta “El caso de los señores pequeñitos”, que se
había serializado en el “Mortadelo” semanal varios meses antes. Y, tras la reposición de una antigua
historieta en el nº 123, a partir del nº 124 (marzo de 1982), comenzó la serialización de “¡Queda
inaugurado el Mundial 82!”. Desde entonces, se destinaron a esta revista las nuevas historietas largas
de Mortadelo y Filemón realizadas por Ibáñez, concretamente seis historias y el inicio de una séptima,
“La estatua de la libertad”.
La periodicidad de “Super Mortadelo” fue mensual hasta enero de 1982, cuando pasó a publicarse
quincenalmente. En diciembre de 1983, después de 169 números, terminó la primera etapa de esta
revista, que a partir del mes siguiente se fusionó con el “Mortadelo” semanal para dar comienzo a una
nueva etapa, como veremos más adelante.
“Mortadelo Gigante” (Bruguera, 1974-1977)
En 1974 nació “Mortadelo Gigante”, una revista con nada menos que 148 páginas, algo excepcional
entre las publicaciones de Bruguera. Hasta 1977 se publicaron 18 números en total, con periodicidad
irregular, 13 de los cuales incluyeron nuevas historietas de Mortadelo y Filemón realizadas por Ibáñez
(que también dibujó todas las magníficas portadas de la colección). En el resto de números encontramos
refritos de antiguas historietas de Ibáñez y también una nueva dibujada por Toni Bancells.
“Mortadelo Gigante” n.º 1 (Bruguera, 1974) “Mortadelo Super Terror” n.º 1 (Bruguera, 10/III/1975)
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La mayoría de las portadas de “Mortadelo
Especial” fueron dibujadas por el siempre
excelente Raf. Mortadelo y Filemón solo
aparecieron en la portada del nº 181 (1984),
dibujados por Ibáñez, y en seis portadas de
1986 realizadas por otras manos, puesto que
para entonces Ibáñez ya había abandonado la
editorial. Ibáñez solo dibujó para esta colección
17 historias cortas entre 1976 y 1978, la
última de ellas en el nº 30. El resto, refritos
aparte, fueron obra de otros dibujantes, entre los
que destaca, por la cantidad y calidad de su
producción, Ramón Mª Casanyes, que desde el
nº 31 (febrero de 1978) hasta el 161 (julio de
1983) realizó los guiones y dibujos de la
inmensa mayoría de las historietas de
Mortadelo y Filemón destinadas a esta
publicación, dejándonos para el recuerdo un
buen puñado de historias inolvidables.
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“Mortadelo” 2ª etapa (Bruguera, 1984-1986)
En enero de 1984 nacía una nueva etapa de la revista, producto de la unión entre el “Mortadelo”
semanal, del que tomó el nombre y la periodicidad, y el “Super Mortadelo”, del que tomó la
numeración (a partir del 170), el formato (portada de papel satinado con un único dibujo en lugar de
una historieta) y el número de páginas. A partir del nº 178 (marzo de 1984) Armando Matías Guiu
sustituyó a Jordi Bayona en la dirección de la revista, cargo que mantendrá hasta su cierre dos años (y
cien números) después, dejando huella en muchas secciones con su peculiar y absurdo sentido del
humor.
En el nuevo “Mortadelo” podía leerse la continuación de la historieta por entregas que venía
publicándose en “Super Mortadelo”, “La estatua de la libertad”, a la que sucedieron otras once
historias largas de Mortadelo y Filemón. Esta etapa de la revista vivió la salida de Ibáñez de la editorial
Bruguera, por lo que solo llegó a realizar la mitad de estas doce historias largas, y de una de ellas (“El
preboste de seguridad”) solo llegó a publicarse en la revista “Mortadelo” la primera parte (aunque el
público alemán pudo disfrutar de la historia completa en 1986, la segunda parte no vio la luz en España
hasta 1990, cuando apareció en las páginas del suplemento periodístico “El Tebeo”). Las otras seis
historias largas de Mortadelo y Filemón contaron con dibujantes como Lurdes Martín, Miguel
Fernández y Juan Manuel Muñoz, y con los guionistas Jesús de Cos, Julio Fernández y Francisco
Serrano. La última de estas historias, “El mundial de México”, quedó inconclusa en el nº 277 (junio
de 1986) debido al cierre de Bruguera, aunque llegó a publicarse completa ese mismo mes en la
colección “Olé!” Además, la revista “Mortadelo” ofreció también de forma serializada dos historias
largas del Botones Sacarino dibujadas por Lurdes Martin: en 1984 “El loco del Fuji-Yama” (escrita
por Jesús de Cos y presentada en la revista como una historia de Mortadelo y Filemón, aunque estos
solo tenían un papel secundario) y en 1985 “El escarabajo de oro”, con guion de la propia dibujante.
Para intentar suplir la ausencia de Ibáñez en la última temporada, se comenzó por reciclar antiguas
portadas e ilustraciones suyas y finalmente se encargaron nuevas portadas a otros dibujantes, obligados a
firmar su trabajo como “Bruguera Equip”.
178
“Mortadelo” 3ª etapa (Ediciones B, 1987-1991)
179
“Super Mortadelo” 2ª etapa (Ediciones B, 1987-1994)
Al mismo tiempo que la revista semanal, desde enero de 1987 resurgió la cabecera “Super
Mortadelo” con periodicidad quincenal. La nueva etapa comenzó con los dos últimos episodios de la
historieta “El mundial de México” (de Lurdes Martín y Jesús de Cos), ahora rebautizada como “El
superpatadón”, que se retomó desde el punto en que se había interrumpido el año anterior en el
“Mortadelo” de Bruguera. A continuación siguió una serie de refritos de antiguas historietas, junto con
algunas nuevas de autores como Lurdes Martín y Enrique Cerdán, firmando como “Equipo B”. El
nº 24, con el inicio de “El estropicio meteorológico”, supuso el regreso de las historietas firmadas por
Ibáñez, aunque aún se publicaron nuevas historietas cortas totalmente ajenas a este autor en los números
32 a 37 (junio a octubre de 1988).
“Súper Mortadelo” 2ª etapa n.º 23 “Súper Mortadelo” 2ª etapa n.º 71 “Súper Mortadelo” 2ª etapa n.º 100
(Ediciones B, II/1988) (Ediciones B, IV/1990) (Ediciones B, 11/III/1992)
180
“Mortadelo Extra” (Ediciones B, 1987-1996)
181
La explicación del brusco final de las “revistas Mortadelo” hay que encontrarla en varios factores: sin
duda, se había producido un cambio en los hábitos de lectura de los jóvenes y en la estructura del
mercado del cómic. Pero tampoco podemos obviar la coincidencia de esta cancelación “por sorpresa”
con ciertos cambios empresariales
en Ediciones B. Julia Galán,
unida a Bruguera desde 1963 y a
Ediciones B desde el primer
momento, hablaba, en una
entrevista realizada por José Ángel
Quintana, de su salida de la
editorial (en ese mismo año 1996)
y del final de las revistas de humor:
“Antes de mi salida de Ediciones B
la dirección de la empresa era muy
complicada, de la mano de una
sobrina del Sr. Asensio [se refiere a
Blanca Rosa Roca, por entonces
directora general de Ediciones B].
Tenía unos intereses en los que no
entraban las ediciones ni los
empleados de Bruguera, a los que
fue eliminando en su totalidad. Yo
fui la primera, no quería ni oír
hablar de tebeos ni ediciones que a
su entender no daban prestigio” 1.
Aunque Blanca Rosa Roca acabó
siendo despedida en 2002, el daño
ya era irreparable. Las historias de
Mortadelo y Filemón continuaron
apareciendo en forma de álbumes,
pero sin el equipo humano que
había tras las revistas, estas ya
nunca regresaron, y con ellas
desapareció el contacto periódico y
cotidiano entre autores y lectores,
así como otras muchas series que
“Mortadelo Extra” n.º 65 (Ediciones B, 31/I/1996)
durante largo tiempo habían La última de las revistas de Mortadelo
aportado un poco de alegría a la
vida de miles de lectores.
Una de las primeras cabeceras de las “revistas Mortadelo”: “Mortadelo” n.º 3 (Bruguera, 14/XII/1970)
1 http://mortadeloyalgomas.blogspot.com/2011/09/entrevista-julia-galan.html
182
CAPÍTULO 13
184
Una mirada más atenta a la historieta de
“Chicha, Tato y Clodoveo” nos desvela que,
como sucediera con Mortadelo y Filemón, esta
no había salido del tablero de trabajo de Ibáñez.
En la portada, "el hombrecito que sostiene el
precio" nos informa, en letras rojas, que este
número incluye un REGALO: "Las páginas
de Segura le sirven también para envolver el
bocata". En su interior, la editorial desvela que
el regalo consiste en un póster, aunque en
realidad la revista no traía ninguno.
“Guai!” - Contraportada del n.º 59 (1987) “Guai!” - Portada del n.º 61 (1987)
185
Para celebrar el nacimiento de “Yo y Yo”, esta
se acompañaba con un doble adhesivo ilustrado
con el logo la revista. En la portada, Mortadelo
llega a la nueva cabecera ataviado con un
barroco disfraz y acompañado de Filemón,
aclamados por las multitudes mientras un
terrorista, con una “Z” en el pasamontañas,
intentaba sabotear su triunfal regreso. La “Z”
sería un guiño del dibujante al entonces grupo
homónimo, dueño de Ediciones B. Al
adentrarnos en la nueva revista nos encontramos
con una ilustración a página completa en la que
un sufrido Francisco Ibáñez rescataba a “sus”
personajes de un lugar de pesadilla (donde de
nuevo encontramos la letra “Z”, esta vez por
duplicado y en el uniforme de un oficial nazi).
La ilustración se acompañaba de un texto, toda
una declaración de intenciones, en el que el
dibujante dejaba bien claro que los auténticos
“Mortadelo y Filemón” eran de su propiedad (no
olvidemos que esta cabecera compartía kiosco
con “Mortadelo”, aún editada por Ediciones B).
Ambas ilustraciones se incluyeron en el primer
volumen de este libro.
186
CAPÍTULO 14
MORTADELO Y JAN
(Por Iván García Aguado)
Portada de la novela “Coca Loca Story” - Colección “Risa Loca” (Bruguera, III/1973)
Mortadelo y Jan
Pero, por otra parte, Jan ya destacaba entonces por su dominio del color y la composición, así como por el
movimiento del que dotaba a sus personajes y por el conjunto de sus recursos gráficos en general. Estas habilidades
las mostraría en multitud de cuentos infantiles, donde quizá por imposición editorial se mimetizaba con el estilo de
Richard Scarry (ilustrador muy reconocido en esa época), así como más tarde en adaptaciones de series infantiles de
éxito como Heidi y Marco. Entre todos estos trabajos, y casi por casualidad, ilustrará algunas portadas y dibujos
promocionales protagonizados por los personajes de Ibáñez, donde intentará copiar el estilo, sin llegar a conseguir
borrar su impronta por completo. Demos un repaso cronológico por sus trabajos más destacados:
Unos cuadernillos troquelados de ocho páginas grapadas, protagonizadas por personajes variados de la casa, que
incluían a Mortadelo y Filemón.
Una colección de dieciséis cuadernillos grapados, con modelos en color y copias en blanco y negro, donde Jan
también se ocupará de ilustrar los interiores.
188
Colección Risa Loca (1973)
Novelas protagonizadas por los agentes de la T.I.A., con magníficas portadas a color de Jan, y casi nada más
destacable, aunque en cinco de las ocho se encargó también de las ilustraciones interiores en blanco y negro. Fue un
producto motivado por la gran popularidad de los personajes que pasó sin pena ni gloria.
Colección de cromos con Mortadelo como protagonista, donde Jan se encargará de la mayor parte de dibujos. Los
cromos, adhesivos, barren innumerables categorías: artistas de cine, deportes, escudos de países, vehículos. Se trata de
un álbum muy difícil de conseguir hoy en día con todos sus cromos. Una pieza muy codiciada por coleccionistas y
cuyas subastas han alcanzado precios astronómicos.
189
Los Supercoches de Mortadelo (1973)
Quince modelos troquelados de Mortadelo junto a diferentes automóviles de todas las épocas con que se obsequiaba a
los compradores de los cromos de la colección “Barcos y trenes”, de editorial Bruguera. En los blogs “El rincón de
Mortadelón” y “El rincón del Taradete” aparecen algunas de estas ilustraciones, que reproducimos bajo estas líneas.
190
Anverso y reverso de un sobre que contiene un “Supercoche”.
Se indica una relación con los 15 modelos de coches.
191
Cuadernos para pintar (1985)
El trabajo de Jan como historietista y el éxito de algunas de sus series como “Súperlópez” o “Pulgarcito” motiva un
paréntesis en sus trabajos como mero ilustrador, que, en el caso de los personajes que nos ocupan, solo volverá a
dibujar esporádicamente, como en la colección “Cuadernos para pintar” (1985), en la que ya se incluían cuadernos
dedicados a sus propias creaciones, junto a Sacarino, Zipi y Zape, etc. Cada número estaba dedicado a un personaje de
la casa, siendo Mortadelo quien inauguró la colección, que continuaron Superlópez y Pulgarcito. Los libritos, de
pequeño tamaño (20 x 14 cm.), contaban con solo diez páginas.
Y cerramos el capítulo con las siguientes ilustraciones apenas conocidas por muchos. La primera de ellas apareció en
una contraportada de una revista Bruguera en 1977. La misma ilustración también apareció en uno de los puzzles de
JUEDSA de los que ya hablamos en el primer volumen del libro.
A la derecha de esta imagen hemos incorporado otra ilustración realizada por Ibáñez, en 2011, para el primer número
del fanzine “Maltravieso” (publicado en 2012). Dicho primer número homenajeaba al mítico “Superlópez” de Jan, y
hemos considerado oportuno rescatar dicha ilustración para este capítulo, que relaciona a Mortadelo con Jan.
192
CAPITULO 15
SECRETOS DE IBÁÑEZ
QUE NUNCA NOS CONTARON
(Por Antonio Marín Navarro)
En los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado era bastate habitual que los dibujantes se encargaran de desarrollar
dibujos de estilo tanto humorístico como realista. Autores como Escobar, Alfons Figueras, Nadal o Cifré,
conocidos por su largo historial como dibujantes de humor, realizaron diversos trabajos de corte realista. Otros
dibujantes, como Iranzo, Martínez Osete o Pedro Alférez, trabajaron este estilo durante casi toda su carrera. Ibáñez,
a quien siempre se ha asociado exclusivamente con el humor, no fue una excepción. Además de la rara historieta “El
triángulo verde”, de la que hablaremos más adelante en este volumen, también encontraremos ilustraciones de
Ibáñez en esta misma línea
realista en la revista “Hipo,
Monito y Fifí”, publicada por
la editorial Marco, como
vimos. En una entrevista a
Ibáñez, publicada en el blog
“Pensión el Calvario”, el
dibujante afirmaba haber
realizado dibujo“serio”1 y
confirma que eran suyas las
ilustraciones de “El Terrible
Tarjusk”, además de la
tipografía de los títulos y sus
más habituales pasatiempos,
publicados en los números 70 y
71 de la revista “Hipo, Monito
y Fifí” (1956). “El Terrible Tarjusk” (Francisco Ibáñez) - “Hipo, Monito y Fifí” n.º 71 (Marco, VII/1956)
También son de Ibáñez las ilustraciones que acompañaron al relato “El Leñador Perezoso”, publicado en dos partes,
en los números 66 y 67 de la misma revista (una de las ilustraciones, no obstante, no lleva la firma del dibujante
catalán).
“El leñador perezoso” (Francisco Ibáñez) - “Hipo, Monito y Fifí” n.º 66 y 67 (Marco, 1955-56)
En otros números correlativos de la misma revista (68/69 y 72/73) Ibáñez ilustró más relatos: “Puk el Chismoso” y
“La Terrible experiencia de Javier”.
.
“Puk el chismoso” (Francisco Ibáñez) - “Hipo, Monito y Fifí” n.º 68 y 69 (Marco, V-VI/1956)
1 http://pensionelcalvario.blogspot.com/2013/05/entrevista-francisco-ibanez.html
194
“La terrible experiencia de Javier” (Francisco Ibáñez) - “Hipo, Monito y Fifí” n.º 72 y 73 (Marco, VII-VIII/1956)
En todos estos casos Ibáñez se encargó de diseñar igualmente preciosas tipografías. Es muy posible que esta,
aparecida como cabecera de la historia “Los dos floricultores”, también sea suya. Se publicó en el n.º 77 de la misma
revista de la editorial Marco.
Si Ibáñez es capaz de recordar que hizo algo de dibujo “serio”, tan habitual en aquel entonces... ¿no podrían existir
aún más trabajos de Ibáñez que aún no hayamos localizado? Maravilloso y complicado sería encontrar alguna
historieta de este estilo, pero ¿y si hubiera otras ilustraciones, publicidad o incluso carteles de cine? Es bastante
probable que existan más tesoros aún por descubrir por los amantes de la historia gráfica del dibujante. Hace tan solo
unos años era impensable que la obra que Ibáñez desarrolló antes de su etapa en Bruguera fuera tan extensa como la
conocemos hoy en día (véase el primer capítulo del primer volumen de este libro). Y la que aún nos queda por
descubrir...
Sección de pasatiempos - “Hipo, Monito y Fifí”, n.º 57 (Francisco Ibáñez, Editorial Marco, 1955)
195
“La Risa” n.º 73 (Marco, I/1957) – Francisco Ibáñez firma como “Pif”
Ibáñez también llegó a realizar chistes para la revista “Lecturas”, como ya hicieran otros dibujantes de la talla de
Raf, Escobar, Gin, Conti o García Lorente. Al menos hemos localizado uno, que reproducimos en la página
siguiente. Se publicó en el n.º 472 de dicha revista, publicada en abril de 1960. Ibáñez muy probablemente realizó
este trabajo a través de una agencia intermediaria. Años antes se habían publicado chistes e ilustraciones de otros
dibujantes como Vázquez o Peñarroya, que sí parecían realizados expresamente para “Lecturas”. También hubo
algunas tiras de otros dibujantes como Jose, Pañella, Isabel Bas, Enrich... e incluso una serie de una página de Joso.
Más recientemente llegó a aparecer incluso publicidad dibujada por Ibáñez.
196
“La Risa” n.º 74 (Marco, I/1957) – Francisco Ibáñez firma como “Pif”
(se ha excluído la tira “¡Buen consejo!”, ya publicada en el primer volumen)
“Cine-Humor” (Francisco Ibáñez - 1957) “Lecturas n.º 472” (Francisco Ibáñez - 1/IV/1960)
Cerramos este apartado dedicado a ilustraciones de un Ibáñez todavía principiante incorporando, sobre estas líneas,
un chiste de la serie “Cine-Humor” de la que Vázquez fue el pionero. Ibáñez la habría realizado en sus comienzos en
Bruguera para una pequeña sección de la revista “El DDT”. Se publicó en 1957.
197
Miembros viriles y otras rarezas
La séptima página del primer número de la revista “Can Can” contiene una viñeta sorprendente cuando menos, ya
que en ella Ibáñez parece reproducir un pene erecto en una de sus esquinas (ver blog de Lady Filstrup2). Ignoramos
si fue algo que el dibujante hizo de forma consciente o no, pero el texto de la viñeta parece confirmar la intención de
Ibáñez. No obstante, el asunto siempre quedará en entredicho. De hecho, la viñeta logró pasar el filtro de la censura en
plena dictadura, quizá por el tremendo parecido del elemento en cuestión con los pivotes o bolardos callejeros.
Reproducimos, bajo estas líneas, la viñeta en cuestión, para que el lector juzgue por sí mismo.
Otro tema que resulta curioso es el
de las viñetas que Ibáñez firma con
las siglas “Pif” y “F.Ib”. El primer
caso, según comenta el propio
Ibáñez, se corresponde con tiras
realizadas por el dibujante
colaborando con Pueyo en sus
comienzos como historietistas.
Ambos trabajaban en un banco y
entablaron una amistad que les llevó
a cooperar en aquellos años. Parece
bastante razonable que la firma esté
formada por las siglas de sus
respectivos nombres (“Pueyo i
Francisco”). Sirva como ejemplo la
tira cómica “Ali Oli, el fakirito”
publicada en la revista “La Risa”, n.º
73 (1957) y de la que ya hablamos en
“Can Can” n.º 1 (Bruguera, II/1958) el primer volumen del libro. Hemos
decidido recuperar la página
completa junto a otra aparecida en el
siguiente número (n.º 74, 15/I/1957),
publicada en dicha revista, ya que
son varias las tiras que llevan la
misma firma (“Bayón”, “Hoyito”,
“Don Pepe es Supersticioso”…).
También encontraremos ciertas
historietas o tiras que Ibáñez firmó
con un “F.Ib”. Existen diversos
ejemplos como los que encontramos
en los números 30 y 31 de la revista
“Paseo Infantil”, publicada por
Ediciones Generales (1957). A la
izquierda de estas líneas
reproducimos la tira “Por esas
calles”, de la que ya hablamos en el
primer volumen, publicada en el
n.º 40 de la misma revista. No fue
esta una tira aislada, ya que el n.º 36
de “Paseo Infantil” tuvo otra tira de
nombre similar.
“Paseo Infantil” n.º 40 (Ediciones Generales, III/1957, Francisco Ibáñez firma como F.Ib)
2 https://ladyfilstrup.blogspot.com/2006/06/el-vigor-juvenil-de-ibez.html
198
Misterios sin resolver
Las siguientes portadas aparecen firmadas en ambos casos por Cubero. Sin embargo, ambas presentan un estilo muy
cercano al de Ibáñez. Los trazos de los personajes son, sin lugar a dudas, del maestro. De hecho, se ha comentado que
el original de la portada del “Almanaque de 1959” de la revista “Hipo, Monito y Fifí” llevaba escrita en su dorso una
referencia a Ibáñez, quien habría cobrado por el dibujo o por el entintado de dicha portada. No obstante, tras ser
preguntado Ibáñez en relación a este asunto, aclaró que ambas portadas eran de Cubero, cuyo estilo era muy parecido
al suyo en aquella época.
“La Risa – Almanaque para 1959” (Marco, XII/1958) “Hipo, Monito y Fifí – Almanaque para 1959” (Marco, 1958)
Lo cierto es que las palabras que aparecen en el dorso del original podrían haber sido escritas por cualquiera, pero
también es posible que Ibáñez no sea capaz de recordar, después de tantas décadas, que fue él mismo quien diseñó la
portada. También existe la posibilidad de que fuera el propio Cubero quien entintase a Ibáñez. No sería esta la primera
vez que alguien entintase trabajos de Ibáñez (ya lo hicieron Raf, Sagasty o Esparch). El parecido en los estilos de
ambos dibujantes no es tan evidente. La viñeta inferior derecha, extraída de la serie “El tío Bastián”, de Cubero, y
realizada en la misma época en la que fueron dibujadas las dos portadas, no muestra un parecido tan claro como el que
vemos en la mencionada portada.
Detalle de la portada del “Almanaque para 1959” de la revista Viñeta extraída de una historieta dibujada por
“La Risa”. El estilo es visiblemente de Ibáñez Cubero (“El tío Bastián”) en la misma época en que
fueron realizadas las portadas anteriores.
199
Este no es el único misterio no resuelto. Existen
algunas otras portadas que siguen planteando otros
interrogantes, por ejemplo, la portada del ”Super
Humor” n.º 67, publicada por Ediciones B en
febrero de 1992. La ilustración ya había aparecido
casi un año antes, en el nº 19 de “El Tebeo”
(suplemento de “El Periódico”), publicado en
marzo de 1991. Lo mismo sucede con otras
portadas de esa última colección (las
correspondientes a los números 2, 6, 7, 10, 12, 14,
y 16). ¿Por qué se publicaron estas portadas en una
colección como esta antes que en otras revistas más
importantes? De hecho, las portadas de los
números 10 y 14 no han vuelto a aparecer en
ninguna otra publicación. Raúl Suay, colaborador
de este libro, propuso la posibilidad de que, como
“El Tebeo” pertenecía al Grupo Zeta, y teniendo
en cuenta que dichas portadas aparecieron entre
noviembre de 1990 y marzo de 1991, había un
"excedente" de portadas de Ibáñez al que había que
dar salida. El motivo de este excedente sería el
cambio de la cadencia quincenal a mensual de la
revista “Súper Mortadelo” que se produjo desde
abril de 1990. Habría excedente de portadas de
Ibáñez al que habría que dar salida y quizá la
redacción de “El Tebeo” pensó que valía la pena
publicar dichas portadas inéditas. Por aquellos
meses la revista “Súper Mortadelo” estaba centrada
en ir celebrando mes a mes en sus portadas las
olimpiadas de Barcelona, y seguramente para la
colección “Mortadelo” ya tenían suficientes
portadas.
“El tebeo nuevo ” (“El periódico”, III/1991)
Hay más curiosidades: la portada del “Magos del Humor” nº 10 no se corresponde con la de la historieta “La
máquina del cambiazo”, pero sabemos que pertenece al cartel original que promocionó la película “El armario del
tiempo” en Alemania. Por otro lado, la portada de la revista “Mortadelo Especial” nº 181 (Bruguera, 1984) fue la
única portada inédita realizada por Ibáñez para dicha colección. ¿Pudo ser realizada pensando en el álbum de “Los
Angeles 84”, de la que se descartó incluso como portadilla tanto en su primera edición como en las reediciones
posteriores?
“La máquina del cambiazo” Cartel original de la película “El armario del tiempo”
(“Magos del Humor” n.º 10, Bruguera, 1984) tal como se anunció en Alemania en 1971
200
En relación a esta historieta, Raúl Suay explica en el foro de la
T.I.A. que: "Este tebeo presenta la singularidad de ser el único de
toda esta colección que tuvo el honor de tener una portada original
de Ibáñez realizada para la ocasión. No obstante, como justo por
aquel entonces Ibáñez había acabado de ofrecer a los lectores la
aventura "Los Ángeles 84" en la revista “Mortadelo” 2ª etapa
(números 186 a 191, publicados entre mayo y julio de aquel año),
en Bruguera debieron de pensar que sería demasiado pedirle al
maestro una aventura corta sobre el mismo tema justo a
continuación para la revista “Mortadelo Especial”. ¿Qué es lo que
hicieron entonces? Pues confeccionar una historieta corta olímpica
genérica a base de corta-pegas de la anterior aventura "Olimpiada
1980". En concreto, tramaron una historia de 6 páginas cogiendo
las páginas 2, 7, 23, 24, 43 y 44 de esta historia larga y alteraron
los bocadillos de la primera y última viñetas de la mayoría de ellas
para forzar una continuidad argumental que solo se sostiene
echándole bastante imaginación al asunto. Aparte del hecho de que
esta pretendida historieta corta empezaba directamente con el
Súper vociferando este "nuevo título" y que para unir el final de la
página 2 con el principio de la página 7 añadieron un cuadro de
texto que explicaba que los tres protagonistas ya habían volado
hasta Los Ángeles, lo que explica por qué luego este le decía a
Filemón en la última viñeta de la página aquella absurda frase "Es
la hora del baño": necesitaban añadir ese bocadillo para explicar
que en la siguiente viñeta el Súper había cogido a Filemón y lo
“Mortadelo Especial” n.º 181 (Bruguera, 1984) había lanzado a una piscina vacía por haberle llamado "burro".
El problema vino después, ya que las planchas originales arrastraron estos retoques y al responsable de haberlos
alterado se le olvidó volverlos a dejar como estaban. Sirva de ejemplo el “Súper Humor” n.º XXXI (3ª edición),
donde la aventura completa de "Olimpiada 1980" mantiene sin venir a cuento los bocadillos retocados en las
diferentes páginas mencionadas. Es decir, a partir de 1984, esas viñetas retocadas se siguieron reproduciendo en las
posteriores reediciones de esta historieta hasta que por fin, en un momento dado, se pudieron recuperar los textos
originales. En ese mismo "Mortadelo Especial" nº 181, Ibáñez nos obsequió con una gran ilustración original a toda
página para celebrar la inminente inauguración de aquellos juegos olímpicos de 1984. Ese dibujo había sido la
contraportada del “Súper Humor Olimpiadas del Humor" allá por el año 1992, aunque Ibáñez lo había retocado
para poder adaptarlo a la reciente celebración de los JJ. OO. de Barcelona 92. Ibáñez aprovechó hábilmente lo ya
dibujado para lograr una perfecta representación de los cinco Juegos que contenía aquel “Súper Humor” nº 66, que
luego sería el nº 2 en la colección actual de Ediciones B/Bruguera. Cualquiera que lo viese pensaría que el dibujo
original bien podría haber sido el de la derecha y no al revés".
“Mortadelo Especial” n.º 181 (“Olimpiada del Humor”) / “Super Humor” n.º 66 (Olimpiadas del Humor - Contraportada)
201
Y ya que hablamos de portadas, quizá tengan cabida aquí estas dos protagonizadas por “Don Pedrito”, dibujadas por
Ibáñez, pero cuyos finales fueron reemplazados por sendas viñetas de autoría apócrifa. Seguramente fue una decisión
tomada por la editorial para edulcorar unos finales considerados demasiado crueles para los jóvenes de la época.
“Tío Vivo” n.º 202 (Bruguera, I/1965) – Las viñetas finales, apócrifas, modificaron la idea original de Ibáñez
“Tío Vivo” n.º 203 (Bruguera, I/1965) – Otro ejemplo más de viñetas de Ibáñez modificadas por otro dibujante
Cerramos el capítulo reproduciendo algunas portadas realizadas por Ibáñez en su etapa en la editorial Marco, que no
pudimos incluir en el primer volumen del libro.
Portadas realizadas por Ibáñez para los números 154 y 164 de “La Risa” (I- III/1959) Portada de “Hipo, Monito y Fifí” n.º 5
(Francisco Ibáñez, Marco, VII/1958)
202
CAPÍTULO 16
LA CENSURA EN ALEMANIA
(Por Alfredo Sánchez)
Una de las viñetas de la aventura “¡En Alemania!” que fue censurada en dicho país
“¡En Alemania!” es una de las historietas favoritas entre los aficionados a las aventuras de Mortadelo
y Filemón, pero lo que muchos desconocen es que, en el momento en el que se publicó la historieta en
dicho país (1982), sufrió el azote de la censura. El muro de Berlín seguía siendo tema tabú y todo lo
relacionado con él fue redibujado por manos ajenas a Ibáñez. Hemos traducido dichas páginas (5, 6 y
12), desconocidas en nuestro país, y las ofrecemos por primera vez en castellano para solaz y deleite de
los fans (agradecemos a Snert su aporte humorístico en la traducción).
204
En estas nuevas viñetas puede apreciarse alguna referencia a la actualidad alemana del momento en el
que se publica el álbum, como las manifestaciones del Partido Verde oponiéndose a la ampliación del
aeropuerto internacional de Frankfurt. Ibáñez evitó en la aventura hacer cualquier tipo de gag
relacionado con el nazismo, quizá porque era consciente de que era un tema que avergonzaba al pueblo
alemán. Es un humor que en ese momento no habría funcionado en dicho país. Años después, sin
embargo, sí parodió a Hitler en la aventura “El racista”.
205
En nuestro país, en cambio, cuesta creer que una historieta como “El sulfato atómico” (1969), con
mayor trasfondo militar y protagonizada por un tirano, pudiera ver la luz y pasar todos los filtros de la
censura. El régimen estaba llegando a su fin, sí, pero solo un año antes, en 1968, se había prohibido “El
dictador y los champiñones”, una aventura de Spirou. "El Pitufísimo", en cambio, sí pudo publicarse
en aquellas fechas, aunque tuvo que cambiar su título por el de “El señor de los Pitufos”, sin guiños al
término “generalísimo”.
206
CAPÍTULO 17
MORTADELO Y FILEMÓN EN LA RED
(Por Antonio Tausiet)
Cuando se introduce la búsqueda Mortadelo en Google, aparece más de un millón de resultados, encabezados por la
página oficial, seguidos por las referencias en Wikipedia e, inmediatamente después, la web más completa acerca de
los personajes, autodenominada “NO oficial”. A partir de ahí, el buscador por antonomasia ofrece referencias a
promociones, películas y series relacionadas con Mortadelo y Filemón, en una maraña interminable de la que vamos
a extraer el grano de la paja, haciendo una breve reseña de las páginas más relevantes que tratan de nuestros detectives
botarates. El primer vehículo que hemos tomado para ello es la recopilación incluida en la mencionada Página NO
oficial, que también viene descrita más abajo.
Foro de la T.I.A.
ojodepez-fanzine.net/latiacomforo
Veterano punto de encuentro de los aficionados y expertos
en Mortadelo, que constituye el armazón de la tarea de
rastreo de todo cuanto atañe a la serie, si bien cuenta con
múltiples hilos, dedicados al cómic en general, no menos Página web del Foro de la T.I.A.
especializados. Entraña por sí solo un mundo tan vasto que
podría dar lugar a una inmersión de por vida. La
interrelación de los foreros lleva las iniciativas a niveles de
detalle y cuidados inauditos.
208
El Diccionario de Mortadelo y Filemón
diccionariodemortadelo.blogspot.com
Reúne en orden alfabético los nombres de personajes y
lugares aparecidos en las historietas, con su correspondiente
ilustración. Un proyecto de Alfredo Sánchez iniciado en
2008, que constituyó uno de los orígenes de su enciclopédica
Página NO oficial. Permaneció cerrado en 2011 durante un
año, a requerimiento de los propietarios de la serie, y fue
reabierto tras llegar a un acuerdo.
Tebeosfera
tebeosfera.com
Esta “publicación electrónica sobre cultura popular gráfica”,
creada por Manuel Barrero en 2001, incluye desde 2008 el
Gran catálogo de la historieta, la base de datos por
excelencia del cómic español. De obligada consulta para los
estudiosos del tema, es un referente para localizar también la
presencia de nuestros agentes en todas las publicaciones
donde han aparecido, así como acerca de su autor, etc.
El rincón de Mortadelón
mortadelon.blogspot.com
Indispensable blog creado por Mortadelón en 2006, con la
colaboración de Juan Antonio Noé, que recoge infinidad de
artículos, novedades y anécdotas centradas en la serie, pero
también con aportaciones acerca de Ibáñez y los tebeos de
Bruguera en general.
Cabecera del blog de Mortadelón
209
Pensión El Calvario
pensionelcalvario.blogspot.com
Su administrador, Hergest, aporta nutrida información
desde 2010 sobre la temática que nos ocupa y otras
relacionadas. El nombre del blog hace referencia al lugar
en el que vive la delirante pareja desde 1998.
Cabecera del blog “Pensión El Calvario”
Tebeos y tebeos
Tebeosytebeos.blogspot.com
Toni Marín, Tonimn, administra este blog, puerta de
entrada a su página web donde recopila por orden
alfabético “todos los personajes españoles humorísticos de
Bruguera, los de los principales autores en otras editoriales Blog “TebeosyTebeos”
y más…”. También se ocupa de minuciosas investigaciones
sobre series olvidadas y la historia más remota de los
personajes. Respecto al creador de Mortadelo, ha aportado
numerosos datos inéditos.
En todo el colodrillo
entodoelcolodrillo.blogspot.com
Blog sobre cómic en general creado por Peúbe, con título
mortadelero y numerosas entradas dedicadas a los
personajes, entre las que destacan las referentes a las
historietas apócrifas.
Blog “Corra, jefe, corra”
Mortadelo wiki
es.mortadelo.wikia.com
210
CAPÍTULO 18
NAVIDADES EN LA T.I.A.
(Por José Antonio Gil Naharro)
Ya desde sus primeros años de vida, la serie “Mortadelo y Filemón” contó con numerosas historietas de temática
navideña, que fueron publicadas en los almanaques de revistas como “Pulgarcito” o “Tío Vivo”, algunas de las
cuales nunca han sido reeditadas posteriormente en formato “Olé!” o “Super Humor”. En esa primera época,
nuestros personajes aún trabajaban en una “Agencia de Información”, en la que Filemón era el jefe y Mortadelo su
subordinado, dinámica en la que se desarrollaban sus historietas.
“Pulgarcito Almanaque para 1959” (Bruguera, 1958) “Pavo o Pollo” - “Pulgarcito Almanaque para 1963”
(Bruguera, 1962)
“El reveillón de Mortadelo y Filemón” (“Pulgarcito Almanaque para 1969”, Bruguera, XII/1968)
Mortadelo y Filemón inician una nueva andadura en 1969 coincidiendo con la publicación de sus primeras
historietas largas en la revista “Gran Pulgarcito”, pasando a integrarse en la T.I.A. como agentes. En el “Almanaque
para 1970” de “Gran Pulgarcito”, en su última viñeta, Mortadelo brinda con los lectores con la presencia de los que a
partir de ahora serán personajes fijos, como el “Súper” y el profesor Bacterio.
Muy pronto se creará la revista “Mortadelo” (1970), que contará con sus correspondientes “Mortadelo Extra” y
“Almanaques”, en los que se seguirá con la tradición de publicar historietas de temática navideña de nuestros
personajes. También se publicarán en la efímera “Mortadelo Gigante” (1974). A partir de ahora cobran protagonismo
especial las portadas que Ibáñez realizó para dichas publicaciones, probablemente una muestra de su mejor época
como ilustrador.
212
Un recorrido por los tópicos navideños
“Mortadelo” - Almanaque para 1972 “Mortadelo” - Almanaque para 1974 “Mortadelo” – Extra Navidad 1980
(Bruguera, 25/X/1971) (Bruguera, XII/1973) (Bruguera, XII/1979)
213
- La paga extra de Navidad es la protagonista de otra historieta aparecida en el “Mortadelo Extra de Navidad” de
1977, en la que nuestros agentes han de evitar que los agentes enemigos roben la remesa de dinero destinada a abonar
dicha paga.
- Los Reyes Magos son protagonistas de más de una portada, en la que Mortadelo suele disfrazarse de alguna de
Sus Majestades, como en los Almanaques para 1973 y 1976 de “Mortadelo”. Por otro lado, Papá Noel
(generalmente Mortadelo disfrazado), es también otro gran protagonista de muchas portadas, como las de los Extras
de Navidad de 1974, 1980, 1981 y 1983 de “Mortadelo”.
Reyes Magos: “Mortadelo” - Almanaques para 1973 y 1976 “Mortadelo” - Extra de Navidad 1974
(Bruguera, XII/1972 y XII-1975) (Bruguera, 5/XI/1973)
“Mortadelo”- Extra Navidad 1981 “Mortadelo”- Extra Navidad 1982 “Mortadelo”- Extra ¡Feliz Navidad!
(Bruguera, XII/1980) (Bruguera, XII/1981) (Bruguera, XII/1983)
214
- En muchas ocasiones las historietas de los almanaques o extras navideños desarrollan una trama convencional, a
la que se añade después un final más o menos forzado pero acorde con las fechas en que se publica. Un ejemplo está
en “¡La conquista de la Tierra!”, en la que Mortadelo y Filemón se enfrentan a un peligroso invasor alienígena, pero
al final descubren que realmente lo único que quiere es pedir el aguinaldo.
A partir de 1977 Ibáñez continúa elaborando portadas navideñas para los Extras, pero abandona las historietas de
Mortadelo y Filemón, que pasan a estar dibujadas por apócrifos, entre los que destaca Casanyes, por su guion y por
su peculiar estilo gráfico.
a
215
Nueva etapa en Ediciones B
Con la nueva andadura en Ediciones B, Mortadelo y Filemón quedan en manos de apócrifos (el llamado Equipo B),
que elaboran algunas portadas e historietas navideñas, hasta que Ibáñez se reincorpora de nuevo a la editorial en
1988. Ediciones B vuelve a publicar las revistas “Mortadelo Extra”, así como “Super Mortadelo”, donde se
realizan especiales con motivo de las fiestas navideñas.
“Cena Navideña” (“Mortadelo Extra Navidad”, con firma de Ibáñez y dibujos de Juan Manuel Muñoz. Ediciones B, XII/1989)
Se repiten las portadas en las que aparecen Papá Noel o los Reyes Magos. En cuanto a las historietas de esta época,
destaca la última viñeta de “Cena de Navidad”, en la que aparecen todos los personajes fijos en esos años de la serie,
incluida la señorita Irma o el Director General de la T.I.A. Sintomático resulta que la historieta fuera realizada por
Juan Manuel Muñoz. La última portada navideña realizada por Ibáñez en esta etapa fue la del “Mortadelo Extra” nº
63, dos números antes de que se cancelara la publicación.
“Super Mortdelo” n.º 118 (Ediciones B, 6/I/1993) “Mortadelo Extra” n.º 51 – Navidad (F. Ibáñez, Ed. B, 7/XII/1994)
216
No obstante, casi veinticinco años después, Ibáñez sorprendería a sus fans con una inesperada historieta larga de
ambiente navideño que llevó por título “Felices fiestaaas”, publicada en el n.º 201 de la colección “Magos del
Humor” (Bruguera, 2019). En ella, los agentes más torpes del planeta revivirán nuevas situaciones cómicas durante
las fechas más señaladas, como ya hicieran en el pasado. El dibujante, fiel a su estilo, recuperar así recursos e ideas
que le funcionaron que llevaban décadas guardadas en el cajón.
“Mortadelo Extra” n.º 63 – Navidad (F. Ibáñez, Ed. B, XII/1995) “Felices fiestaaas” (“Magos del Humor n.º 201, Bruguera, 2019)
Felicitaciones navideñas
No nos gustaría cerrar este capítulo tan especial sin incluir algunas de las felicitaciones navideñas con las que nos
han deleitado Jordi David Redó y Juan Manuel Muñoz entre los años 2013 y 2017.
217
Felicitación navideña (Jordi David Redó, 2014)
Felicitación navideña (Juan Manuel Muñoz, 2013) Felicitación navideña (Juan Manuel Muñoz, 2016)
Felicitación navideña (Jordi David Redó, 2015) Felicitación navideña (Juan Manuel Muñoz, 2017)
218
CAPITULO 19
EL TRIÁNGULO VERDE
(Por Carlos Areces)
Una historieta hasta hace poco desconocida: FRANCISCO IBÁÑEZ, “El Triángulo Verde” (portada). Tinta sobre papel, c. 1952-
1954. Inédito. Colección Juan Antonio Ros.
El Triángulo Verde
El 12 de febrero de 2016 fallecía Antonio Vila López, historietista catalán multidisciplinar más conocido como
Tunet Vila, creador de, entre otros, Tumbita y Pito, el soldado pequeñito. Vila comenzó su carrera profesional a
principios de los años 50, en editoriales como Símbolo o las agencias de autores Histograf o Selecciones Ilustradas.
Al poco de su muerte, el contenido de su estudio de Barcelona, una nutrida colección de bocetos, pinturas y originales,
fue a parar para su venta a una tienda de la ciudad especializada en juguetes antiguos.
Allí, en medio de sus obras, aparecieron también originales de otros autores contemporáneos; entre ellos, los de un
jovencísimo Francisco Ibáñez que, al igual que Vila, publicó algunos de sus primeros trabajos en suplementos como
“A todo color”, confeccionado por Histograf, o tebeos como “Chicolino”, “Almanaque Picolín” y “Colección
Líliput”, de Símbolo.
- Una página con cuatro historietas cortas publicada originalmente en “Chicolino” n.º 31 (marzo de 1953, según
Tebeosfera). Las diferentes historietas, de entre cinco y diez viñetas cada una, llevan los títulos “Oculista irascible y
señor miopísimo”, “D. Gaspar quiere economizar”, “Daquí pintamonas” –evidente parodia de Salvador Dalí– y
“¡Planchazo en la biblioteca!”, todas ellas con la firma “F. Ibáñez”. Si damos por buena la fecha establecida por
Tebeosfera, probablemente se trate del primer original suyo que se conserva, puesto que antes de marzo de 1953, que
se sepa, solo había participado en cinco publicaciones: cuatro números de “Nicolás” (nºs 95, 97, 98 y 99) y el
almanaque para 1953 de “Chicolino” –sin contar su colaboración no profesional con 11 años en “Chicos” n.º 458
(octubre 1947)–.
- Los cuadernillos completos (diez páginas más portada cada uno) de Don Eulalio en "África misteriosa" y Don
Eulalio buscador de oro (1955), publicados en “Colección Líliput” nºs 10 y 20, respectivamente. Las portadas están
coloreadas por la cara inversa y firmadas por “Pif”, seudónimo que compartían Ibáñez y Ángel Pueyo, aunque hay
pocas dudas de la autoría de Ibáñez en ambas.
En el interior del primer ejemplar no se puede encontrar firma alguna, pero el trazo de Pueyo es evidente en varias
de las páginas, bastante más que el de Ibáñez –quien podría haber dibujado solo tres de ellas, además de la portada–.
Esta suposición se refuerza por la presencia del sello “Comic´s A. Pueyo Productions”, visible en un par de viñetas.
Por el contrario, este sello no aparece en el segundo ejemplar, que sin embargo tiene todas las páginas interiores
marcadas con la reconocible firma de F. Ibáñez. Con Don Eulalio buscador de oro estamos, pues, ante el primer
monográfico del creador de Mortadelo.
Aparecieron también la aventura completa de Don Eulalio en "La mansión del terror" (“Colección Líliput” n.º
15) y la portada de Don Eulalio en "A la luna" (“Colección Líliput” n.º 14), atribuidos enteramente a Pueyo,
aunque con la firma “Pif” en la portada del primero.
Tres tebeos protagonizados por Don Eulalio: FRANCISCO IBÁÑEZ (PIF), Don Eulalio en "África misteriosa" (portada), publicado en
“Colección Liliput” nº 10, Ediciones Símbolo, 1955. ··· ÁNGEL PUEYO (PIF), Don Eulalio en "A la luna" (portada). Tinta sobre papel,
c. 1955. Publicado en “Colección Liliput” nº 14, Ediciones Símbolo, 1955.··· FRANCISCO IBÁÑEZ (PIF), Don Eulalio buscador de oro
(portada), publicado en “Colección Liliput” nº 10, Ediciones Símbolo, 1955.
220
Probablemente, su original conservado más antiguo: FRANCISCO IBÁÑEZ, “Oculista irascible y señor miopísimo” + “D. Gaspar quiere
economizar” + “Daquí pintamonas” + “¡Planchazo en la biblioteca!”. Tinta sobre papel, c. 1953. Publicado en “Chicolino” nº 31,
Ediciones Símbolo, marzo 1953. Colección Carlos Areces.
221
.
(Atribuido a) FRANCISCO IBÁÑEZ, Don Eulalio en "África FRANCISCO IBÁÑEZ (PIF), Don Eulalio buscador de oro
misteriosa" (página 9). Tinta sobre papel, c. 1955. Publicado en (página 1), publicado en Colección Liliput nº 10, Ediciones
Colección Liliput nº 10, 1955. Colección Juan Antonio Ros. Símbolo, 1955.
- Y el descubrimiento más destacado, por su rareza: “El Triángulo Verde”, un cuadernillo apaisado de temática de
western y dibujo realista. La única incursión conocida de Francisco Ibáñez en la historieta de aventuras, aunque casi
con seguridad inédita. Dos pistas apuntan en esta dirección: la primera, que no se tiene constancia alguna de su
publicación. La segunda, que las páginas encontradas, aunque con el dibujo acabado, no tienen entintados los textos
de los bocadillos, permanecen a lápiz.
FRANCISCO IBÁÑEZ, “El Triángulo Verde” (página 1). Tinta sobre papel, c. 1952-1954. Inédito. Colección Juan Antonio Ros.
222
FRANCISCO IBÁÑEZ, “El Triángulo Verde” (página 2). Tinta sobre papel, c. 1952-1954. Inédito. Colección Juan Antonio Ros.
Ibáñez, que siempre ha manifestado, quizá con falsa modestia, su escasa calidad como dibujante, ha dejado pocos
ejemplos de su estilo “realista”, apenas un escaso puñado de páginas a mediados de los 50 para la editorial Marco.
Solo unas cinco están firmadas por él, publicadas en “Hipo, Monito y Fifí” (2ª época), aunque se sospecha de algunas
más: él mismo ha confirmado que el dibujante al que se le encargaban los pasatiempos –e Ibáñez realizó bastantes–
ilustraba a veces las narraciones que completaban la parte superior de la página. Así pues, “El Triángulo Verde” se
convierte en una curiosa pieza, insólita en su recorrido profesional, inspirada en las películas del Oeste y en los
folletines e historietas de aventuras de la época. Quizá la calidad del dibujo no sea destacable, pero dice mucho de las
influencias, los gustos y la determinación por hacerse historietista de un Francisco Ibáñez adolescente. El trazo es aún
titubeante, pero los encuadres son dinámicos e inspirados. Aunque las hojas no están fechadas, el resto de originales
del lote, el precio con el que pretendía salir a la venta (1,25 pesetas) y el estilo aún por formar del joven dibujante
hacen suponer que fueron dibujadas en algún momento entre 1952 y 1954.
El álbum lo componen 10 páginas más portada, todas en blanco y negro. En la portada conocemos al
protagonista, El León de Virginia, un vaquero con barba en actitud desafiante y a punto de desenfundar sus pistolas,
enmarcado en un triángulo. A su lado, un malvado cuatrero con la cara cubierta dispara por la espalda a un esclavo
negro. Aquí, al igual que en tres de las páginas interiores, podemos encontrar la temprana firma de F. Ibáñez. La lista
de personajes, presentados en la primera página, es un tradicional compendio de clichés, pero evidencia la fascinación
del autor por el género y su dominio de la estructura del folletín: desde “la chica”, Patricia Morris, hasta el capataz,
pasando por la misteriosa Capucha Blanca, y otros varios como William Carter, George Davis o Roberto Morris,
además del protagonista. Y estos son solo los principales. El resultado es un impresionante plantel para solo nueve
páginas de aventuras.
La historia, por lo concluido a raíz del material disponible consultado –la portada, la página de personajes y la
primera, tercera y última de la aventura–, sigue las líneas clásicas de los seriales de héroes contra villanos. Estamos en
1850. El Triángulo Verde es una misteriosa hermandad negrera que extorsiona a los plantadores virginianos
exigiéndoles el pago de esclavos y tabaco bajo amenazas de muerte. El único que podría hacerles frente es el
legendario León de Virginia, pero todos le dan por muerto. En la última página se descubre que no es así: El León
entra en escena, desenmascara al traidor William Carter y promete vengarse de El Triángulo. El final queda abierto,
de lo que se deduce la intención de continuidad de la saga. Es evidente, como cabe esperar de una ficción de la época,
que no asoma entre las hojas discurso abolicionista alguno. La población negra, al igual que en “Lo que el viento se
llevó”, asume con normalidad su condición de esclava y se alinea junto a sus amos frente a los enemigos. Sin
embargo, sorprende, en un tebeo ambientado en el lejano Oeste, la presencia de Capucha Blanca, una enigmática
heroína tan valerosa como el protagonista.
223
Quizá el estudio del resto de la historieta arrojara algo más de luz sobre este curioso ejemplar de nuestro dibujante
de cómics más importante. Las páginas consultadas han sido cedidas por Juan A. Ros, quizá el mayor coleccionista
de originales de Francisco Ibáñez.
FRANCISCO IBÁÑEZ, “El Triángulo Verde” (página 4). Tinta sobre papel, c. 1952-1954. Inédito. Colección Juan Antonio Ros.
FRANCISCO IBÁÑEZ, “El Triángulo Verde” (página 10). Tinta sobre papel, c. 1952-1954. Inédito. Colección Juan Antonio Ros.
224
CAPITULO 20
LA CAPA OCULTA DE
“VALOR Y… ¡AL TORO!”
(Por Carlos Areces)
Uno de los proyectos que más lamento no haber podido llevar a cabo es un documental sobre Francisco Ibáñez.
Durante un tiempo fantaseé con grabarle dibujando en su estudio, verle abocetar sus páginas, acceder a sus fotos
personales, a sus originales, a las publicaciones que conserva en casa y, sobre todo, a sus recuerdos; conocer la
trayectoria del historietista a través de sí mismo. Cuando conseguí presentarle el proyecto en persona, durante una
comida en (creo) 2009, muy educadamente declinó la propuesta, argumentando que su vida carecía de interés y que su
mano había perdido fuerza. Aunque en total desacuerdo con él, le vi tan convencido que no supe insistir, pese a que
solo las anécdotas que compartió conmigo en aquella velada ya hubieran llenado medio documental.
226
que ningún personaje para otra editorial hubiera podido lucirla sin enfrentarse a una
acusación de plagio. Esto no hizo sino estimular mi curiosidad por los genuinos
protagonistas allí sepultados. Aparentemente no fui el único: Raúl Suay, colaborador de
este volumen, agudizó su vista al máximo y compartió con el mundo los trazos que
creyó ver transparentar detrás de Filemón. Fue la primera aproximación a los
misteriosos personajes secretos.
Durante las seis horas que pasé allí pude acceder a páginas de personajes de los que nunca había visto originales,
como Sir Tim O´Theo, Hug el Troglodita o 13, rue del Percebe. Pero, sabiendo de mi especial debilidad por
Mortadelo y Filemón, los encargados ya me habían preparado una selección previa, compuesta por infinidad de las
primeras historietas de los dos detectives; numerosas portadas de las revistas “Mortadelo”, “Mortadelo Gigante” o
“Súper Mortadelo”; y páginas de aventuras largas tan míticas como “Chapeau el "Esmirriau"”, “Los monstruos”,
“El sulfato atómico” y... en efecto, “Valor y... ¡al toro!”, la misma página que había sido expuesta tres años antes.
Gracias a la amabilidad de los encargados del archivo y a la ayuda de un flexo, hoy puedo compartir aquí las
imágenes que mostré en primicia en el Saló del Còmic 2018: los personajes que estuvieron a punto de servir a Ibáñez
de pasaporte hacia otra editorial.
Izda: Anverso de una de las viñetas de “Valor y... ¡al toro!” en el que pueden apreciarse las siluetas de los personajes originales.
Dcha: Imagen de la misma viñeta vista desde la parte frontal. Se advierten los trozos de papel que añadió Ibáñez a posteriori.
Lo primero que sorprende es la prodigiosa vista de Raúl Suay, que realizó un boceto bastante preciso de la cabeza
del individuo tapado por Filemón. Adivinó su flequillo, el color del pelo e incluso la forma del labio y la barbilla. Pero
la verdadera revelación es la enigmática figura que ocultaba Mortadelo y con el que no comparte absolutamente
ningún rasgo. Se trata de un enano macrocéfalo de orejas despegadas, cuya nariz ancha y ojos pequeños recuerdan a
los de Sacarino, y que usa bombín negro y un jersey de cuello vuelto –muy en la línea de Gaston Lagaffe– que luego
heredaría Tato, uno de los parados creados para Grijalbo en Chicha, Tato y Clodoveo. La diferencia de tamaños es
Primera viñeta de “Valor y… ¡al toro!” vista al trasluz. Nos desvela el rostro del personaje original tal como lo concibió Ibáñez inicialmente
227
tal que, en ocasiones, como se puede apreciar en las viñetas quinta y séptima, Mortadelo debe agacharse para caber en
el mismo espacio que el pequeño cabezón.
Tres viñetas más de la misma historieta vistas al trasluz. En ella se aprecia con más claridad el aspecto de los personajes originales.
También podemos observar que en la tercera viñeta, el personaje original no ha sido tapado, sino recortado de la
hoja. Afortunadamente, se trata del único caso. Por cierto, en esta misma viñeta podemos comprobar que la memoria
de Ibáñez es más precisa de lo que él mismo piensa: en el bocadillo puede leerse “Ocarino”, de lo que cabe deducir
que el canijo responde al apropiado nombre de “Lentejo”.
Tenemos la certeza de que estos personajes estuvieron presentes en al menos las siete primeras páginas de la
aventura (la séptima se expuso en el Saló del Còmic 2008 por el 50º aniversario de Mortadelo y Filemón), pero no si
llegaron más allá. Que se sepa, al público solo han sido expuestas estas dos páginas del álbum. Ni siquiera se puede
afirmar con seguridad que se conserven todas. Pero, al menos, el mayor enigma ha quedado revelado.
Como curiosidad, en uno de los originales de “13, rue del Percebe”
también encontré un personaje de Ibáñez oculto tras el dibujo de un
apócrifo (¿Sanchis?). La torpeza del trazo superpuesto llamó mi
atención y, al mirar al trasluz, descubrí que debajo del joven al que los
niños del tercero derecha van a gastar una broma se escondía un
abuelito. ¿Más de lo que la censura pudo soportar? Este caso recuerda a
los ejemplos de las portadas de “Tío Vivo” (2ª época) #202 y 203
comentados en el anterior capítulo: es probable que bajo las viñetas
invasoras se encuentren aún los verdaderos desenlaces. Además, todos
conocemos los casos del “Dire” de
Sacarino, o la criada de “La
Familia Trapisonda” redibujada
por Conti para atenuarle erotismo,
de cara a su republicación en una
revista más infantil que la original
“Can Can”. ¿En cuántas ocasiones
que nunca conoceremos se habrán
llevado a cabo estas prácticas?
228
CAPÍTULO 21
MORTADELADAS DE CASANYES
- SORPRESAS EN UNA PÁGINA -
(Por José Aragón Pérez)
Mortadeladas de Casanyes – Sorpresas en una página
(por José Aragón Pérez)
Corría el año 1981 y nadie recordaba que hubiera habido historietas de una página de Mortadelo y Filemón. Casi
todo el mundo pensaba que solamente había historietas “largas” de Mortadelo y Filemón pero ¡qué va! Cada revista de
Bruguera, puede que salvo “Zipi y Zape”/”Super Zipi y Zape” y “Lily”, llevaban historietas cortas que tenían
dibujos raros y que eran las que se denominaron “historietas de negros” o “de apócrifos” o de “chimpas”. Todos
esos nombres los pueden encontrar por artículos, conversaciones o por Internet. Esas historietas aparecían de manera
habitual recopiladas en la Colección “Olé!” y su “retapado de lujo”, el “Super Humor”.
¡Pero resulta que había historietas de una página de Mortadelo y
Filemón! ¿Pero no era para personajes antiguos? ¿De segunda fila?
Bueno, alguien se habría encontrado con su recopilación en algún
“Colección Olé!”... No, pero es que hay unas que son nuevas. Ya, las de
las portadas de la revista “Mortadelo” hasta finales de 1983, tan
atractivas por un lado en dibujo, montaje, grafismo y espectacularidad,
pero recientemente tan criticadas por su subordinación a las historietas
de Gaston Lagaffe por Franquin en dibujo y guion. Que no, que hay
otras: de una página, nuevas (sorpresa número 1), que no son portadas y
que ¡no van firmadas! Sorpresa número 2.
230
Tres de estas historietas fueron reeditadas con nuevo color
y con nueva tipografía imitación de la manual en vez de la
mecanografiada tradicional de Bruguera: ¡y eso en los
“Olé!” grandes! Sorpresa número 8: porque, para entonces,
TODAS las historietas apócrifas habían sido eliminadas de
la colección de Mortadelo y Filemón y de otros personajes
de Ibáñez, por causa de los acuerdos judiciales entre el
autor y la empresa editorial. Los derechos de autor
pudieron quedar subsanados pero no está claro que los
lectores ganaran con el cambio: hay historietas de
Casanyes excelentes que merecerían ser publicadas con un
antetítulo de “Personajes creados por Francisco Ibáñez” y
un “guion y dibujo: Casanyes”. También hay algunas
aceptables de otros dibujantes. Es combinable la garantía
de la autoría original y de los derechos de autor con la
existencia de otros dibujantes, y su visualización (sus
nombres) y la parte proporcional de los royalties, si fuera el
caso. Tema complejo que era preciso sacar a debate. Se dijo
que todas las historietas apócrifas habían sido eliminadas, y
las poquísimas que no lo fueron, pudo deberse a su
semejanza con las de Ibáñez o por su calidad. Sin embargo,
es evidente que “Mortadeladas” es apócrifa, así que
¡sorpresa número 9 que casi contradice a la 8!, es una serie
de historietas apócrifas que sobrevivió al paso de la
“Colección Olé!” pequeña a la “Olé!” grande. Y así pasa
en el “Super Humor” nº 13, cuya primera edición es de
abril de 1994, con la Mortadelada “Protegiendo al jefe”,
procedente del “Super Tío Vivo” n.º 103, de junio de
1981. Más reciente, el “Super Humor” n.º 31 de
diciembre de 1999 publica “La siesta”, del “Super Tío
Vivo”, n.º 109, de diciembre de 1981.
“La siesta” (versión “Super Humor Mortadelo” n.º 31, XII/1999)
231
Breves comentarios a cada entrega de “Mortadeladas”:
-1 Hotel de montaña es una página que podría ser el típico chiste de portada de Mortadelo en horas bajas. El juego de
palabras entre el maletero del coche y el profesional que lleva las maletas... hum…
-2 Día de pesca: tiene apariencia espectacular aumentada por estar realizada en una única página. Así, una idea de
Mortadelo, un pez de juguete con metal, un imán y un gran barco y una viñeta final que ocupa toda la franja inferior
con parte a nivel del mar y parte submarina.
-3 La bombilla. Es otro juego de palabras basado en un equívoco. Nótese que Ediciones B elimina el numerito o
número de factura que suele situarse en la calle superior a la última viñeta. El nuevo coloreado da la sensación de ser
más limpio a la vez que parece vaciar de relleno cada viñeta: como si fueran dos historietas diferentes.
-4 La bañera 2 (añadimos un “2” porque hay otra historieta de Mortadelo y Filemón con ese título): se llena de cubos
de agua una bañera. El dibujo parece muy detallado, en parte porque hay fondos dibujados (bañera, cortina, puerta,
fondo en la calle) y por las reverencias y pensamientos de Filemón.
-5 Malentendido o La Suegra del Súper: La historieta se puede resolver de muchas maneras: que acabe bien para los
protagonistas no es habitual, y se agradece.
-6 La chapa. El dibujo es más elaborado, a la vez que más tranquilo o con menos caras desbocadas. La idea nos suena.
El dibujo de Mortadelo rico en un coche nos suena a una historieta corta. ¿Estamos ante un remake?
-7 Protegiendo al Jefe. Es una sucesión de disfraces, lo que ya vale la pena. Sería curioso saber de dónde salen porque
se nota que han sido copiados: nos suenan. En estas historietas el dibujo parece estar en un estadio anterior al que
Casanyes efectúa desde finales de los años 1970 en la revista “Mortadelo Especial”. Es posible que fuera por el uso de
la calcadora y de ayudantes (nos basamos en la página 4 del texto “Mortadelo y yo”, escrito por Casanyes, y
publicado en su web. Nos situamos hacia 1980, cuando el dibujante confiesa haber montado su propio estudio de
apócrifos, con Lurdes e Isabel, utilizando calcadoras, como ya vimos en el primer volumen).
-8 Hiperrealismo: creo que hay que leerla más de una vez para entender lo que sucede. Hay un importante elemento de
defensa que está dibujado para Filemón pero que al lector nos parece tan dibujado o tan real como el resto de
elementos. La idea la hemos visto en otros episodios de “el delincuente se viene a vengar de Filemón”. Muy pasable
gracias al disfraz de Mortadelo-pintor Velázquez.
-9 El aviso: es un chiste que hemos visto mil veces en inicios de historieta: ¿dónde está la manta? Ah, es que me han
dicho que vamos a ver al manta del Súper, al perro del Súper, al golfista del Súper… Sirve de prueba de que los gags
de Ibáñez podrían plasmarse de otra forma: en forma de tiras, en forma de páginas sueltas, etc., y no solamente en una
o dos viñetas como parte de una conversación más larga.
-10 El canario: ídem. E incluso nos suena como a historieta corta antigua.
-11 Joe Granítez: es una historieta de Mortadelo supuestamente ayudando a que un delincuente no masacre
vengativamente a Filemón.
-12 Cobrar mensualidad hace referencia cómica a Ibáñez, algo típico en las historietas apócrifas con lo que le otorgan
mayor fama entre los lectores, que no necesariamente tenían por qué haber leído su firma en otras historietas. El disfraz
y aspecto de Mortadelo boxeador nos suena como de “La Historia de Mortadelo y Filemón”.
-13 La siesta: los ojos y la cara de la viñeta 3 es casi lo único con lo que podemos identificar a Casanyes. Pero ¿estáis
preparados para más sorpresas? En la rarísima portada de la revista “Mortadelo” nº 258 del año 1986, dibujada por el
Bruguera Equip.
-14 Hay café: es la historieta más extraña y más destacable. No me suena que exista una historieta larga dedicada al
tema de la escasez mundial de café, o de un producto similar. A la vez, es una historieta muy costumbrista: en el
mundo real, los cafeteros se agobian sin esa bebida, y de ahí el éxito de máquinas de café y de bares, y de las carreras
en lugares de trabajo y de estudio. Es curioso que haya sido la historieta publicada, según nuestros datos, en último
lugar de las “Mortadeladas”. Pese a que solamente son bustos parlantes o primeros planos en sus viñetas, la sensación
es que es una historieta angustiosa, con los personajes al borde de un colapso que se traslada al lector. En 1981 aún no
existía la locura por el té y otras infusiones asimismo conocidas con uso abusivo del mismo vocablo (“té de rooibos”,
etc.)
Sorpresa final: aunque el gag es efectuado por una ocurrencia de Mortadelo, se puede contar una aparición elevada
de Filemón en cada entrega. A veces, es el evidente protagonista y puede estar en la mitad de viñetas (en 6 o 7)... en
tanto que no es raro que Mortadelo no aparezca ni en la mitad de las mismas. La proporción habitual suele ser la
opuesta: Mortadelo tiene una presencia como mínimo igual a la de Filemón pero, de manera habitual, muy superior.
Dos historietas tienen por protagonista casi único a Mortadelo: “Cobrar la mensualidad” (es un sueño suyo) y
“Protegiendo al Jefe”.
232
CAPÍTULO 22
ORIGINALES Y RAREZAS
(Por José Gálvez y Alfredo Sánchez)
Francisco Ibáñez – Imagen de la biografía del F. Ibáñez en su casa, rodeado de originales de portadas (h. 1992-93)
autor (“Magos del Humor”, Ediciones B)
Cierto es que un dibujo original salido del rotulador de nuestro autor puede tenerlo cualquiera que haya decidido
aventurarse a ir a una de sus sesiones de firmas, para ya de paso intercambiar unas palabras con él y llevarse de regalo
un Mortadelo disfrazado de fantasma, gusano, margarita, foca, mariposa, incluso de cualquiera de sus otros personajes
o alguna que otra petición especial, siempre y cuando no lleve mucho tiempo dibujarla.
Pero claro, una cosa no es lo mismo que la otra, ¡oiga! Los dibujos realizados por el maestro para sus publicaciones
están hechos con un esmero, cuidado y dedicación que cualquiera que los observe de cerca caerá enamorado y rendido
ante tal magna obra de arte, si, ha leído bien, dignos todos de colgar en las paredes de cualquier museo, de hecho
alguno ya cuelga. Las portadas son las más preciadas y apreciadas, el autor es donde más espacio tiene para lucirse y
desplegar todo su ingenio, siempre ha cuidado hasta el último detalle y lo sigue haciendo a día de hoy, que a pesar de
lo que digan algunos sigue dibujándolas enteritas, lápiz y tinta.
234
Dos ejemplos de las habituales dedicatorias del
autor, realizadas en pocos segundos Dibujo a lápiz original de Ibáñez - Cartel del 34º Salón del Cómic de Barcelona
235
Página 36-B de “El Sulfato atómico” (Francisco Ibáñez – lápiz y entintado)
236
Indudablemente un original realizado a lápiz y tinta por Francisco Ibáñez está más valorado que uno realizado solo a
lápiz y entintado por otra persona, aunque el mercado puede llegar a ser muy impredecible y no sería de extrañar que
estos alcanzaran un precio más elevado, ya que muchos de los que entintaron a Ibáñez fueron autores muy conocidos
y reconocidos. Por ejemplo, un original de la aventura larga “Las embajadas chifladas”, dibujada por Ibáñez y
entintada por Raf, a nivel de coleccionista un original de esta historia puede llegar a ser muy codiciado, ya que
aglutina el estilo de dos grandes talentos, que a pesar de estar dibujada a lápiz por Ibáñez, Raf impregnó con su mano
todos los rincones, una rareza repetida en muy pocas ocasiones.
En la actualidad y desde hace ya más de 35 años las páginas de las aventuras de Mortadelo y Filemón siguen
estando dibujadas a lápiz por Ibáñez, siendo Juan Manuel Muñoz quien realiza a continuación la labor de redibujar,
corrigiendo, si es necesario, las proporciones y morfología de los personajes para en una fase posterior realizar el
pasado a tinta de las páginas, como vimos en el capítulo siete. Pero como decía antes, las portadas, guardas y
portadillas las realiza Francisco Ibáñez al cien por cien.
Dibujo original de Ibáñez, tras el ajustado del lápiz y el entintado realizado por Juan Manuel Muñoz
237
Por último, no podemos dejar de mencionar los pósters y carteles promocionales o publicitarios realizados por Ibáñez
a lo largo de su carrera: aquí podemos encontrar sobre todo carteles promocionando algún evento, exposición o marca.
Sin duda Ibáñez nos regala un gran legado artístico independiente de la historieta de humor en sí.
Ílustración realizada por Ibáñez tras la victoria de la selección española de fútbol en el Mundial 2010. En ella aparecen retratados
los futbolistas Xavi, Sergio Ramos, Fernando Torres, Iniesta, Pujol, Casillas, Xabi Alonso, Joan Capdevila y David Villa.
238
“LAS MENINAS” DE IBÁÑEZ
A continuación recuperamos para nuestros lectores la versión de “Las meninas” de Velázquez de la que hemos
hablado. Coloreada a acuarela por el propio artista, fue realizada en 1986 para su amigo Manolo Darias, que
presumió de semejante joya en uno de sus artículos publicados en el periódico tinerfeño “Diario de Avisos”.
Reproducimos bajo estas líneas un extracto del texto que redactó el autor en su artículo del 17 de abril de 2011.
“En enero de 1986, siendo yo vocal de Cultura del Colegio de Aparejadores, organicé una muestra en la Sala de
Exposiciones de la citada entidad en la que se colgaron originales de los más reputados historietistas españoles de la
época. Para darle la máxima brillantez a la inauguración del evento, invité entonces a mi viejo amigo Francisco
Ibáñez a desplazarse a Tenerife. El genial dibujante que, en aquellos momentos, protagonizaba un sonado y
mediático conflicto con Bruguera a causa de sus derechos de autor, se desplazó a Tenerife, obteniendo en todas sus
apariciones un notable éxito, tanto de público como mediático, ya que le fue imposible atender a todas las peticiones
recibidas por parte de prensa, radio y televisión. Unos días antes, para celebrar el trece aniversario del nacimiento de
esta página, el popular viñetista catalán me envió la ilustración a todo color que acompaña este artículo. Se trata de
una lámina, a la que yo siempre he llamado “Las meninas de Ibáñez”, en la que, inspirándose en la inmortal obra de
Velázquez, el dibujante nos presenta una espectacular creación en la que todo buen aficionado es capaz de identificar
a sus principales protagonistas tebeísticos. Además del propio historietista, en primer plano con tintero y plumilla en la
mano, y el que esto escribe, en el quicio de la puerta entreabierta, podemos reconocer a los siguientes personajes:
Pepe Gotera, Otilio, Mortadelo, Filemón, el Profesor Bacterio, el Súper, Ofelia, Rompetechos, el botones
Sacarino, el Dire y el Presi...”.
239
EN EL PAÍS DEL SOL NACIENTE Y OTRAS RAREZAS
La siguiente lámina (de 40 x 60 cms) muestra a un Mortadelo disfrazado de japonesa con shamisen. Dibujado,
entintado y coloreado con acuarela por el propio Ibáñez, fue el regalo que recibió Mercedes al ganar un concurso de
dibujo hace más de treinta años. Apareció en el blog de un servidor (“Pensión el Calvario”). A su derecha aparece
otra preciosa ilustración realizada por Ibáñez para el festival “La Risa”, celebrado en Bilbao en 2012. El dibujante
también dedicó un dibujo al cuerpo de la Guardia Civil. La asociación AUGC (Asociación Unificada de Guardias
Civiles) le había entregado en Barcelona una placa en homenaje a su ingente trabajo y el dibujante mostró su
agradecimiento realizando expresamente la viñeta humorística que reproducimos en la parte inferior de la página.
240
Dedicatoria de Ibáñez para el cantante Fito
242
EL MUSEU DEL VERMUT Y OTRAS CURIOSIDADES
En los primeros meses de 2018 apareció en la web de Facebook la siguiente ilustración de Ibáñez dedicada al
“Museu del Vermut” de Reus. Bajo ella añadimos otras ilustraciones del artista catalán.
241
CAPÍTULO 23
HISTORIETAS Y TIRAS
PUBLICITARIAS
(Por Alfredo Sánchez)
244
En esta página reproducimos tres
ilustraciones más realizadas por Ibáñez
para la misma campaña. La primera de
ellas, a la izquierda de estas líneas (“El
oculista”), mide 12’5 cm de anchura y en
ella advertimos un estilo de Ibáñez en
plena evolución: el cegato personaje que
aparece al fondo de la imagen saludando a
un florero posee las “orejas-caracol”,
propias de un estilo más primitivo,
mientras que los dos personajes que
aparecen en primer plano (oculista y
paciente) presentan unas orejas con estilo
de clara influencia “franco-belga”. El
calzado de todos los personajes sigue
siendo aún más rudimentario que el que
encontraremos pocos años después. La
imagen fue cedida por Carlos Areces,
junto a la imagen inferior izquierda (que
lleva por título “El médico del S.O.E.”).
245
- El médico internista -
246
247
248
249
Las vacaciones de Mortadelo
Continuamos con una curiosa página realizada por Ibáñez y que ha sido reeditada en muy pocas ocasiones. Se
incluyó en el interior del álbum de cromos “Las vacaciones de Mortadelo”, publicado por Bruguera en 1973.
250
“Frigo-Manía”
En 1994 la marca de helados Frigo editó una revista publicitaria con 16 páginas llenas de historietas, entre ellas una
de dos páginas con Mortadelo y Filemón como protagonistas en la que se promocionaba el helado “Bomba” de Frigo
(cortesía de Giraldo). La portada de la revista fue realizada por Jan.
251
252
253
“¿Quien tiene el Chollo”
En 1985 las revistas de Bruguera incluyeron entre sus páginas el concurso “¿Quién tiene el chollo?”, que animaba
a los lectores a participar intentando descubrir qué personaje de la casa había secuestrado a la mascota del popular
concurso de televisión “Un, dos, tres”. Hablamos en el primer volumen de las ocho historietas de una página que
Ibáñez dibujó para esta promoción, pero solo pudimos reproducir media página de una de las historietas. Incluimos
ahora todas ellas en este segundo volumen junto a otras páginas relacionadas con el concurso.
254
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“Zipi y Zape Especial” n.º 145 (Bruguera, II/1985)
263
“Historietas Tulicrem”
Además de las pegatinas que regaló Tulicrem en sus tarrinas en 1983, también se promocionaron sus cremas en
1985 en las revistas de la editorial Bruguera a través de tres historietas de Mortadelo y Filemón de autoría apócrifa y
con carácter publicitario (dos de media página y una tercera a página completa) que reproducimos a continuación.
264
265
“Carpetas Comibloc”
En el primer volumen del libro no pudimos reproducir a página completa esta página que apareció en numerosas
revistas Bruguera del año 1977 anunciando las carpetas de anillas “ComiBloc”, de la casa Plastinova. Las
ilustraciones de este anuncio fueron realizadas por Antoni Bancells, mientras que las portadas y contraportadas de las
carpetas que se comercializaron se extrajeron de diversos álbumes publicados por Bruguera (“Olé!”, extras de
verano de la revista “Mortadelo”…).
266
La Vuelta
No pudimos reproducir en el primer volumen la página publicitaria de Telefónica creada por Ibáñez en 2000 para el
álbum “La Vuelta” que se regaló en formato grapa en el diario “El Periódico de Catalunya”. También el grupo
alemán Würth y la firma suiza Expert utilizaron esta aventura como reclamo ese mismo año con el icono de la
empresa plasmado en la portada (reproducimos más adelante ambas portadas).
Aprovechamos este capítulo especial para recuperar dicho material, así como algunas viñetas de prensa que
aparecieron en el mismo periódico (cortesía de Mortadelón, Magín, Tonimn y Carlos Areces). Aunque la primera
viñeta indica que se corresponde con la primera etapa (Málaga-Málaga), en realidad dicha etapa fue la etapa prólogo,
por lo que hay un desfase entre la numeración indicada en las viñetas de Ibáñez y la etapa oficial. Así, la primera etapa,
que no la prólogo, fue en realidad la que hizo el recorrido Málaga-Córdoba, que Ibáñez dibuja en su segunda viñeta.
267
Viñetas correspondientes a las etapas 1 y 2. En realidad fueron la etapa prólogo y la primera etapa (publicadas el 26-27/VIII/2000)
Viñetas correspondientes a las etapas 3 y 4 que en realidad se corresponden con las etapas 2 y 3 (publicadas el 28-29/VIII/2000)
Viñetas correspondientes a las etapas 5 y 6 que en realidad se corresponden con las etapas 4 y 5 (publicadas el 30-31/VIII/2000)
268
Viñetas correspondientes a las etapas 7 y 8, que en realidad se corresponden con las etapas 6 y 7 (1-2/IX/2000)
Viñetas correspondientes a las etapas 9 y 10, que en realidad se corresponden con las etapas 8 y 9 (publicadas el 3 y 4/IX/2000)
Viñetas correspondientes a las etapas 11 y 12, que en realidad se corresponden con las etapas 10 y 11 (publicadas el 5 y 7/IX/2000)
269
Viñetas correspondientes a las etapas 13 y 14, que en realidad se corresponden con las etapas 12 y 13 (publicadas el 9 y 10/IX/2000)
Viñetas correspondientes a las etapas 15 y 16 , que en realidad se corresponden con las etapas 14 y 15 (11/IX/2000 y 12/IX/2000)
Viñetas correspondientes a las etapas 17 y 18, que en realidad se corresponden con las etapas 16 y 17 (publicadas el 13 y 14/IX/2000)
270
Viñetas correspondientes a las etapas 19 y 20, que en realidad se corresponden con las etapas 18 y 19 (publicadas el 15 y 16/IX/2000)
Portadas del álbum promocional de Würth y Expert (2000) Portada del álbum en formato grapa que
regalaba “El Periódico de Catalunya” (2000)
271
Tiras publicadas en “El Periódico de Catalunya” los días 26,27,28 y 29/VIII/2000 y 1, 2, 4 y 5/IX/2000
272
Tiras publicadas en “El periódico de Cataluña” los días 8, 9, 10, 12, 13, 14,15 y 16/IX/2000
273
Aprendiendo inglés con Mortadelo y Filemón
En el año 1990 la editorial Hispano Francesa de Ediciones utilizó a Mortadelo y Filemón para enseñar inglés en las
páginas de una revista especializada (“I love english”). Se utilizaron historietas de diversos dibujantes como Martínez
Osete o Antoni Bancells traducidas al inglés. Snert nos comentó que se publicaron al menos tres, de las que citó dos:
“In search of the microfilm” (“Tras el microfilm” de Bancells) y “School of Hard Knocks” (“Llamada urgente” de
Martínez Osete). Reproducimos bajo esta líneas el comienzo de esta última, junto a la versión española. La expresión
“School of hard knocks” se utiliza para indicar que algo se ha aprendido a base de “palos”. Quizá el refrán “La
experiencia entra a palos” pudiera servir de símil.
274
“Cohete a la Luna”
275
276
“Chicle Dunkin”
Como sabemos, en 1971 se publicaron dos historietas publicitarias de los agentes de la T.I.A. realizadas por
Martínez Osete. Aparecieron en la revista “Mortadelo” (Bruguera), en concreto en los números 53 y 55 (29/XI/1971
y 13/XII/1971 respectivamente). Ambas historietas, de una página, promocionaban los chicles Dunkin, pero no
pudimos más que referenciarlas en el primer volumen de este libro. Aprovechamos esta sección para reproducir ambas.
277
278
“Aventuras, Viajes y Dinero con Mirinda”
También hablamos de la campaña publicitaria financiada en 1974 por la compañía Pepsico en televisión a través de
los estudios Vara. En el anuncio televisivo aparecían Mortadelo y Filemón anunciando la bebida refrescante Mirinda.
Las revistas de la editorial Bruguera también se hicieron eco de la campaña ese mismo año, como vimos, pero no
pudimos reproducir la historieta de una página, que recuperamos ahora. Bajo los tapones de los refrescos podían
encontrarse las efigies de algunos destacados personajes de la editorial Bruguera. Consiguiendo los doce personajes y
remitiendo el póster completo a la fábrica de Pepsi Cola, se conseguía una suscripción a la revista “Super Mortadelo”
durante medio año. Además, se accedía a un sorteo de viajes a Londres con visita incluida al zoo de la ciudad.
279
“¡De nuevo con vosotros!”
En 1987 se incluyó la siguiente historieta publicitaria de dos páginas en muchas revistas de Ediciones B para
promocionarse a sí mismas después de que la editorial se hiciera con el fondo editorial de Bruguera. La historieta tuvo
una versión animada en forma de anuncio televisivo producido por Romagosa Internacional.
280
281
Ilustraciones de Ibáñez para diversas campañas y promociones de la revista
A comienzos de 1979 se incluyeron varias ilustraciones de Ibáñez en algunos números de la revista “Mortadelo” de la
editorial Bruguera. Anticipaban la incipiente renovación de contenidos de dicha cabecera que se produciría en las
próximas semanas. Los números 425 y 426 llevaron las siguientes ilustraciones respectivamente:
Ibáñez realizó algunas ilustraciones para promocionar en las revistas de la editorial Bruguera la colección de fichas
“Ases del Deporte Mundial”, de la que hablamos en el primer volumen. En la revista “Súper DDT” n.º 117,
publicada el 14 de febrero de 1983, apareció la primera pareja de ilustraciones (cortesía de CapitánJ):
El mes siguiente también aparecieron dos nuevas ilustraciones en el n.º 625 de la revista “Mortadelo”. Aumentaban
la intriga ante la sorpresa que la editorial le estaba preparando al lector.
282
En el siguiente número de la revista “Mortadelo” (el n.º 626), publicado el 4 de marzo de 1983, se incluyó una
ilustración de Ibáñez en la que Mortadelo aparecía arrojando un mensaje atado a un pedrusco con destino al director
de la editorial. El anuncio continuaba cocinando la inminente sorpresa editorial.
Pocas semanas después, el 21 de marzo de 1983, se publicó la revista “Mortadelo Especial” n.º 155, también de
Bruguera, e incluyó la conclusión de este primer gag. En ella vemos al director de Bruguera visiblemente cabreado y
con un chichón en la cabeza tras recibir el mensaje urgente de Mortadelo. También aparecen Zipi y Zape acercándose
a él para auxiliarle con un botiquín un tanto especial.
283
El mismo número también llevó la siguiente ilustración que hacía referencia a la misma sorpresa (la colección “Ases
del Deporte Mundial”) y volvería a reaparecer sólo una semana después, el 28 de marzo de 1983, en la revista
“Super Mortadelo” n.º 150.
Dicho tebeo (el “Super Mortadelo” n.º 150) también incluyó la siguiente ilustración con un Mortadelo botando de
alegría tras conocer que el director de Bruguera había aceptado su idea.
284
El misterio llegó por fin a desvelarse en la revista “Mortadelo Especial” n.º 156, publicada por Bruguera en marzo
de 1983. La ilustración ocupó toda la página de la revista y en ella los agentes explicaban a los lectores que las revistas
de Bruguera regalarían cada semana sobres de cromos de la colección “Ases del Deporte Mundial”.
285
A finales de ese mismo año, en diciembre de 1983, los números 644 y 645 de la revista “Mortadelo” llevaron las
siguientes ilustraciones que anunciaban la metamorfosis que experimentaría la primera etapa de la revista, cuya
numeración llegaba a su fin.
286
Los números 138 y 139 de la revista “Zipi y Zape Especial” también se hicieron eco de la noticia con dos nuevas
ilustraciones de excelente factura.
287
Los anuncios de Catalana Occidente, Agencia Tributaria y Fundación Hipotecaria
Ya hablamos en el primer volumen de este libro de los anuncios publicitarios que Francisco Ibáñez realizó en 1991
para la aseguradora Catalana Occidente. Recuperamos en esta página cuatro de estas ilustraciones (hubo al menos
una quinta que abría el capítulo 8 del primer volumen).
Anuncio Catalana Occidente (Jueves, 18/VII/1991) Anuncio Catalana Occidente (Jueves, 18/X/1991)
288
En la revista “¡Hola!” aparecieron en agosto de 1991 las mismas ilustraciones coloreadas, de las que hemos podido
rescatar tres con un mínimo de calidad.
La tercera de las ilustraciones que reproducimos en esta página se reutilizó para la portada del “Mortadelo Extra”
n.º 49 de Ediciones B (5/X/1994). En cambio, la primera y la última no fueron creadas expresamente para la campaña,
sino que fueron portadas de dos álbumes de la colección “Olé!” (el 115 y el 182 respectivamente), publicadas muchos
años antes de la campaña.
289
También hablamos en el octavo capítulo del primer volumen de este libro sobre la campaña que la Agencia
Tributaria del Ministerio de Hacienda realizó en 1994 en televisión (a través de B.R.B.) y en 1995 en prensa. A
Ibáñez le encargaron varias ilustraciones pero no pudimos incluirlas todas en ese primer tomo. Bajo estas líneas
reproducimos cuatro anuncios realizados por Ibáñez durante dicha campaña (en una de las imágenes se advierte la
licencia de Ediciones B y B.R.B. Internacional).
290
Como vimos, hacia el año 1990 Ibáñez realizó al menos nueve tiras para Fundación Hipotecaria de las que solo
pudimos incluir dos de ellas en el primer volumen. Reproducimos aquí todas ellas, publicadas por primera vez juntas.
291
292
CAPÍTULO 24
Portada-homenaje de Eva Richarte para “El libro de oro de Mortadelo y Filemón” (VI/2018)
¡Que no se quede nada en el tintero!
Este último capítulo pretende ser un “cajón de sastre” en el que tengan cabida todas aquellas cosas que, por unos u
otros motivos, no hemos podido incluir en el resto de capítulos de ambos tomos. Hablamos de curiosidades, rarezas,
anécdotas, bocetos, tiras y páginas promocionales, anuncios, ilustraciones, listados de historietas y resto de elementos
que no pueden quedarse fuera del “Libro de oro” debido a su elevado valor entre los aficionados a la serie. A pesar
de lo difícil que puede resultar ordenar todos estos elementos tan dispares, hemos organizado el capítulo en varias
secciones en función de las similitudes que unos y otros elementos tienen en común. Empecemos recordando algunas
anécdotas que probablemente muchos lectores desconocen.
Enterrada con Mortadelo
¿Sabías que la última voluntad de María Jesús Campos, profesora infantil,
fue ser enterrada junto a un Mortadelo? Su marido no solo cumplió con la
última voluntad de su esposa sino que contactó a través de un amigo con el
propio Ibáñez, que dedicó para ella su último álbum (“El dopaje… ¡qué
potaje!”) incluyendo junto a la dedicatoria una ilustración en la que
Mortadelo, disfrazado de ave del paraíso para la ocasión, volaba hacia el
cielo. Pura poesía. En sus últimos meses de enfermedad, María Jesús incluso
regalaba aleluyas de Mortadelo y Filemón, creadas por ella a partir de viñetas
recortadas, a los médicos y las enfermeras, como había hecho siempre con
amigos y familiares. Las aventuras de Mortadelo siempre le hacían reír y le
ayudaron a sobrellevar los inmensos dolores de su enfermedad.
Desgraciadamente el álbum dedicado por Ibáñez no llegó a tiempo por lo que
no se pudo colocar en el interior del ataúd pero su marido se lo regaló a sus
hijos para que guardasen un recuerdo de su madre que, a buen seguro, será
conservado con devoción durante toda la vida.
294
Pósters con disfraces de Mortadelo
Los disfraces de Mortadelo siempre han sido una constante y un referente en las incontables publicaciones que han
aparecido a lo largo de la dilatada carrera del personaje estrella de Ibáñez. Buena muestra de ello son los siguientes
pósters que aparecieron en diversas
publicaciones de Bruguera. La
mayoría lo hicieron en la revista
“Súper Mortadelo”:
295
296
El diorama recortable de Pritt y otras ilustraciones promocionales
En la revista “Mortadelo Extra Verano 1982” de Bruguera apareció el siguiente recortable que promocionaba el
fabricante de pegamento Pritt. Reproduce a los protagonistas de la serie con diversos elementos propios de un
escenario urbano para elaborar una ilustración al gusto del lector. En la parte superior de la página siguiente
reproducimos un anuncio que promocionaba una colección de 16 pegatinas de Mortadelo y otros personajes de la
casa que se regalaron con las revistas Bruguera a finales de 1984.
297
Ilustración promocional de las pegatinas de Mortadelo y otros personajes (revistas Bruguera, octubre 1984)
En 1983 se regalaron una serie de pegatinas con los personajes más emblemáticos de Ibáñez en el interior de las
tarrinas de las cremas Tulicrem. Hablamos de ello en la página 225 del primer volumen, pero la imagen que
reprodujimos en su momento era bastante reducida. Aprovechamos para incluirla en esta sección a mayor tamaño.
298
El chiste más pequeño de Ibáñez + Póster 25º Aniversario TVE
Raúl Suay nos sorprendió con el que, muy probablemente, sea el chiste más diminuto de Ibáñez jamás visto en una
portada. Se trata de una bandada de aves que aparecen cerca de la costa en la portada de la revista “Mortadelo Extra
Verano 1981”. Entre los pájaros, dibujados con forma de “3”, aparece desentonando un número “4”. Ampliamos la
imagen a la derecha de la portada para que el lector pueda apreciar la gracia de tan reducido gag.
La imagen inferior se publicó en el “Mortadelo Extra 25º Aniversario TVE” en el año 1981. En la viñeta aparecen
personajes famosos como Miguel de la Quadra Salcedo, Julio Iglesias, Lola (y Lolita) Flores, José María Íñigo,
M.ª Cruz Soriano, Juan Manuel Gozalo, Isabel Tenaille o José Carabias, entre otros.
299
La “cuellitis” de Ibáñez
Carlos De Gregorio relataba así la crónica del problema de cervicales que apartó a
Ibáñez de su mesa de trabajo durante varias semanas: “El nº 201 de la segunda etapa de
“Mortadelo” (octubre de 1984) contenía el sexto episodio de la aventura “El cacao
espacial”, que alcanzaba la página 32. Ya no quedaba mucho para terminar la historia,
pero el final se hizo esperar. En el nº 202 (noviembre de 1984) nos encontrábamos con
una portada de un humor un tanto macabro. En el interior no encontramos la
continuación de “El cacao espacial”, sino una historieta corta apócrifa, y un texto
firmado por Armando Matías Guiu (que reproducimos bajo estas líneas).
El chiste de portada de la semana siguiente (el n.º 203), también realizado por el
propio Ibáñez, ahondaba en el tema de su enfermedad, y en la página 3 de la revista
podíamos leer las reacciones de la prensa mundial. Para el nº 204 se reaprovechó una
vieja portada del álbum “Los Invasores”, pero en el interior, además de la mencionada
historieta-homenaje apócrifa “¡Encuentren a Ibáñez!” encontramos una magnifica
página en la que el dibujante relata su enfermedad (“¡En directo, vía Télex!”). Entre los
“Mortadelo” 2ª etapa, n.º 208
números 205 y 213 se publicó la historia larga apócrifa “¡Que viene el fisco!”. Sabemos
(Bruguera, 1984)
que se reaprovechó alguna otra vieja portada (por ejemplo la de “¡Valor y... al toro!”
para el 207).
En el nº 208 aparece una estupenda ilustración protagonizada por el propio Ibáñez, en la que caricaturiza a sus jefes.
Puede verse a Ana Mª Palé y a Armando Matías Guiu junto a Hugo Benítez, consejero delegado de Bruguera. Entre
los números 214 y 216, ya en 1985, se publicó el final de la interrumpida historia “El cacao espacial”. No fue la
última realizada por Ibáñez para Bruguera, pues aún apareció la primera parte de “El preboste de seguridad”
(números 217-221) y “El cochecito Leré” (números 233-245). En octubre de 1985 finalizó esta aventura, que fue la
última historia larga de Ibáñez publicada en la editorial Bruguera”.
Página que parodia la prensa nacional y mundial haciéndose eco Artículo de Armando Matías Guiu explicando el problema
del problema de Ibáñez (“Mortadelo” Bruguera 2ª etapa, n.º 203) cervical de Ibañez (“Mortadelo” Bruguera 2ª etapa, n.º 202)
300
301
¡A reciclar se ha dicho!
En el verano de 2009, el Ayuntamiento de Lliçà d'Amunt realizó
una campaña para promover el reciclaje utilizando a Mortadelo
como reclamo. El ayuntamiento creó imanes para neveras con la
imagen de la campaña y una rueda del reciclaje que mostraba
información sobre dónde depositar los diferentes materiales de
basura (Fuente: “El rincón de Mortadelón”).
302
Aniversario tras aniversario
A lo largo de su dilatada carrera, Ibáñez ha tenido el privilegio de celebrar numerosas efemérides: el 25º aniversario
de la creación de sus personajes más famosos, el 50º, el 60º… ¡La carrera del dibujante parece no tener fin!
Reproducimos bajo estas líneas dos de sus numerosos autorretratos en plena faena que fueron portadas de las revistas
“U, el hijo de Urich” (I/1988), “El Cultural” (El Mundo, 2008), “El Dominical” (El Periódico, 5/IV/2015) y “El
Mundo” (17/XI/2017).
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Marcapáginas para todos los gustos
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La revista “Nosotros”
Ya hablamos en el primer volumen de “Nosotros”, la revista interna de la editorial
Bruguera dirigida por Vicente Palomares y en la que ocasionalmente aparecieron
ilustraciones realizadas por Ibáñez. A continuación reproducimos la que fuera portada
del n.º 29, aparecido en octubre del año 1968. Ibáñez parodia en dicha portada el día a
día que se vive en la editorial, como ya hiciera otras ocasiones, en un ambiente un tanto
“tenso” ante la polémica surgida en torno a la revista “Nosotros”.
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Póster de “Fans”
Miguel Fernández Soto nos hizo llegar el siguiente póster que, a su vez, le había enviado Vicente Palomares
(antiguo redactor y técnico editorial de Bruguera). La ilustración celebra el primer aniversario de la revista “Fans”,
que empezó su andadura en junio de 1965, no obstante, no se publicó en dicha revista sino en uno de los números de
la revista “Nosotros”, de la que ya hablamos en el primer volumen. Probablemente en junio de 1966.
Póster conmemorativo revista “Fans” - Francisco Ibáñez (revista “Nosotros”, Bruguera, VI/1966)
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Muñoz, Casanyes y Jordi David en plena forma
A pesar de que hasta 2019 no hemos visto su nombre y apellidos escritos en ninguna historieta de Mortadelo y
Filemón, Juan Manuel Muñoz Chueca lleva alrededor de cuatro décadas entintando los dibujos del maestro Ibáñez.
Sirvan como muestra de la calidad del dibujante las siguientes ilustraciones, realizadas en su mayoría a aficionados,
como ejemplo su talento.
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Rescatamos, bajo estas líneas, dos preciosas ilustraciones realizadas por Casanyes en pleno 2012. La primera de
ellas es una portada de “El caso de los párvulos”, de la que el dibujante nunca antes había realizado una portada a
pesar de que la historieta fue completamente dibujada y guionizada por él.
Y para completar el trío de ases, incluimos en esta sección otra tanda de ilustraciones de Jordi David Redó.
Después de tantos años dibujando historietas de los agentes de la T.I.A., el artista catalán ha terminado por asimilar a
la perfección el estilo de Ibáñez. El autor nos ha hecho llegar varias ilustraciones que ha realizado para aficionados
alemanes, de ahí que muchas de ellas vayan acompañadas del logo de la serie tal como se publicó en tierras germanas
(“Clever & Smart”). Bajo estas líneas vemos a los agentes convertidos en esclavos de una Ofelia convertida en reina
de Egipto.
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Bajo estas líneas contemplamos a un Mortadelo “Frankenstein” que está a punto de liquidar a su jefe de la
impresión. Bien podría servir como portada alternativa para el álbum “Los Monstruos”.
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Cerramos la sección con cinco ilustraciones más, ambientadas todas ellas en el universo de “Star Wars”:
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Un hueco para los fans
En 2015 Raul Suay transformó una historieta de “La Familia Trapisonda”, publicada en el “DDT Extra Verano de
1963” y dibujada por Ibáñez al menos un año antes, en una historieta ficticia con la cabecera “El clan Pi y su perro
Atila”. Como el personaje de Pancracio vestía de forma muy similar a Filemón (camisa blanca, pantalones rojos, y
además llevaba chaqueta en las primeras viñetas de esta historieta), se le ocurrió eliminar el bigote y los pelos de detrás
de las orejas del personaje, añadiéndole dos pelos y logrando un tremendo parecido con Filemón.
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En enero de 2017 The_Eva y Caballero_Mortadelo nos deleitaban con una historieta de Mortadelo y Filemón al
más puro estilo “retro”: tal como las dibujaba Ibáñez en plena década de los años sesenta. La portada emulaba a las
míticas cabeceras de “Pulgarcito”, con el n.º 4931, inverso del 1394 (un guiño al número de la revista de “Pulgarcito”
en el que se publicó la primera historieta de los personajes).
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Sueño frustrado
Estudio de las diferentes posturas manuales de los personajes Dos poses de Mortadelo como muestra para las
hojas de estilo de los personajes
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Y hablando de cine, aprovechamos este espacio para mostrar una de las miles de octavillas que se repartieron entre
el público de la ciudad de Valencia que participó en el rodaje de la escena final de “La gran aventura de Mortadelo
y Filemón” (2003). Junto a ella reproducimos el particular homenaje de Miguel Díaz Vizoso, actual dibujante de Los
Pitufos en el estudio Peyo, a Mortadelo. Miguel reconoció haber llegado a llorar de la risa durante las vacaciones de
su infancia leyendo sus historietas. La imagen está tomada de su blog1.
En el libro “Los niños de la E.G.B.”, que hacía un recorrido por los juguetes, películas, libros de texto y tebeos de
aquellos que crecimos en los ochenta, se incluyó una rara ilustración de Mortadelo disfrazado de cocotero en la que
Filemón aparece visiblemente perjudicado tras recibir un inesperado coco en sus partes pudendas mientras
descansaba bajo su sombra. Juan Antonio Noé nos hizo llegar dicha imagen, que reproducimos bajo estas líneas,
junto a otra ilustración que Ibáñez dibujó para el doctor Mateo, su podólogo particular. También hemos añadido, a
pequeña escala, el póster que apareció en el “Súper Mortadelo” n.º 108 (VII/1992) y que hemos extraído del blog
“Pensión el Calvario”2, con un Mortadelo muy veraniego.
1 http://migueldiazvizoso.blogspot.com/2009/04/un-personnage-qui-berce-ma-jeunesse.html
2 http://pensionelcalvario.blogspot.com/2012/07/vacaciones.html
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Para terminar, mostramos un par de ilustraciones realizadas por el maestro Ibáñez recientemente (en el momento en el
que escribimos estas líneas). La primera de ellas, bajo estas líneas, a la izquierda, es muy fresca y rica en detalles.
Ibáñez la realizó para el grupo editorial Penguim Random House en 2018. Se estampó en unas bolsas de tela que no
llegaron a comercializarse. En 2019 la editorial recuperó el dibujo en unas bolsas de papel promocionales para el
Salón del Cómic de Barcelona (aunque en las bolsas se indica que se realizaron con motivo de la Diada de Sant
Jordi, que coincide con el día del libro).
La segunda, a la derecha de la anterior, fue realizada en 2019 para la “Biblioteca del Nord”. Vistas una junto a la otra,
se advierten bastantes similitudes entre ambas a pesar del intercambio de posiciones de los personajes: su afición por la
lectura, animales por doquier, las posturas y el sillón…
Epílogo
Cerramos el libro con una fotografía de un Mortadelo humanizado y
envejecido publicada por Juan Antonio Serrano en su blog3.
Recuperamos del mismo unas palabras del propio autor que no dejan al
aficionado indiferente: “Una visión triste del personaje de Ibáñez, pasado
por un filtro temporal, que muestra a un Mortadelo anciano, con la
mirada perdida al frente, quizás perdido en un laberinto donde la
memoria ha desaparecido para siempre, permaneciendo en un estado
demente. La ilustración es un atrevimiento artístico y herético del
personaje, que como todos los de la ficción, nunca son filtrados por el
paso del tiempo, al menos la mayoría. Mortadelo y Filemón son
personajes que están a punto de pasar a otro nivel de la memoria
colectiva, una memoria colectiva solo de una parte de la sociedad, la
más veterana. Para otro estado social, estos personajes se convierten en
imágenes lejanas, leyendas olvidadas o incluso, sustantivos propios que
reverberan en el espacio y el tiempo, como espectros en un castillo o en
una palacio: sabemos que pululan por ahí, pero en realidad no nos lo
creemos, o en el mejor de los casos, estamos empezando a olvidarlos...”.
3 http://wwwjuanserrano.blogspot.com/2018/05/mortadelo-epilogo.html
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COLABORACIONES Y AGRADECIMIENTOS
- Acasa (Foro de la T.I.A.) - Manuel Barrero (Tebeosfera)
- Alaguair (Foro de la T.I.A.) - Migo (Foro de la T.I.A.)
- Antoni Guiral - Miguel Fernández Soto (Foro de la T.I.A)
- Antonio Marín Navarro (Foro de la T.I.A.) - Miski (Foro de la T.I.A.)
- Antonio Tausiet (Foro de la T.I.A.) - Mortantonio (Foro de la T.I.A.)
- Bichomen (Foro de la T.I.A.) - Mortadelogc (Foro de la T.I.A.)
- Billy_el_horrendo (Foro de la T.I.A.) - Mortadelón (“El rincón de Mortadelón”)
- Caballero-Mortadelo (Foro de la T.I.A.) - Mortalbaceteño (Foro de la T.I.A.)
- Carlos Areces - Movieboxdv (Foro de la T.I.A.)
- Chespiro (“Corra jefe, corra”) - Nathan (Foro de la T.I.A.)
- Cigaretteman (Foro de la T.I.A.) - Pablo Vicente Damas (Foro de la T.I.A.)
- Damià Perich (Foro de la T.I.A.) - Raul1981 (Foro de la T.I.A.)
- Dionisio Platel (El rincón de Taula) - Sadlymistaken (Foro de la T.I.A.)
- Eu1600 (Foro de la T.I.A.) - Señor Ogro (Foro de la T.I.A.)
- Giraldo (Foro de la T.I.A.) - The_Eva (Foro de la T.I.A.)
- Goe (Foro de la T.I.A.) - Wayne Campbell (Foro de la T.I.A.)
- Hediondo (Foro de la T.I.A.) - Zorro Aullador (Foro de la T.I.A.)
- Hergest (“Pensión el Calvario”) - Resto de miembros del foro de la TIA que
- Isivangal (Foro de la T.I.A. / C.R.G.) de una u otra forma han aportado su granito
- Juanantonio3686 (Foro de la T.I.A.) de arena y a los que cito expresamente en la
- Lacosa (Foro de la T.I.A.) sección de agradecimientos de la “Página
- Magin (Foro de la T.I.A.) NO oficial de Mortadelo y Filemón”.
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
- Antoni Guiral, “Clásicos del Humor – Mortadelo y Filemón” (RBA, 2009)
- Antoni Guiral, “El Gran Libro de Mortadelo y Filemón” (Ediciones B, 2008)
- Antoni Guiral, “El Universo de Ibáñez” (Ediciones B, 2009)
- De la Cruz Pérez, Fernando Javier, “Los cómics de Francisco Ibáñez” (Ediciones de la UCLM, 2008)
- Fernández Soto, Miguel, “El Mundo de Mortadelo y Filemón” (Dolmen, Palma de Mallorca, 2005)
- McCloud, Scott, “Cómo se hace un cómic” (2003)
- Eisner, Will; "Cómic y arte secuencial"
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"Mi humor, como el de todos los historietistas actuales, es de evasión, pura y simplemente de
evasión. Se basa esencialmente en la sencillez de las cosas. Cuanto más sencilla es una historieta,
el público mejor la lee y pasa un rato distraído. No hace falta que se ría a carcajadas, solo con
que empiece una historieta y la termine y ponga buena cara nos sentimos satisfechos. Es señal de
que ha pasado un momento agradable. La historieta ha cumplido, entonces, su principal misión."
Francisco Ibáñez
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