ARTICULO DE REFLEXION

LAS ALTERNATIVAS FARMACÉUTICAS

(Medicamentos innovadores, de patente, genéricos, similares y otros)

Alberto Lifshitz Guinzberg*

*Director de la Unidad de Educación e Investigación y Políticas en Salud. Instituto Mexicano

del Seguro Social. México, D.F.

RESUMEN.
Desde tiempos remotos, la humanidad ha intentado aliviar el sufrimiento y curar
enfermedades utilizando una amplia gama de productos de origen animal, vegetal y mineral.

Estos métodos han perdurado como la única forma de tratar ciertas dolencias y la
farmacopea de todas las culturas es ahora objeto de estudios históricos. La farmacopea se
refiere a libros que recopilan recetas de productos con propiedades medicinales reales o
supuestas, incluyendo información sobre su composición y preparación, que han sido
editados desde el Renacimiento. Es fascinante saber que los orígenes de la farmacopea se
remontan a tratados como el Papiro Ebers egipcio o el De re medica del griego Dioscórides. 

En el siglo XIX se comenzaron a aislar componentes químicos y el primer fármaco

sintético fue la acetofinidina, comercializada en 1885 como analgésico por la empresa Bayer
de Leverkusen (Alemania) bajo la marca Phenacetin, del que derivó el paracetamol.

El segundo fármaco importante comercializado en 1899 fue el ácido acetisalicílico

obtenido por el doctor Félix Hoffman, también en los laboratorios Bayer y conocido
mundialmente como aspirina.

En el siglo pasado surgieron decenas de empresas farmacéuticas y en ellas se hace la

mayor parte de la investigación farmacológica; la industria farmacéutica es una de las más
boyantes en el mundo y sus ganancias son altísimas.

El aumento en los precios de los medicamentos no solo supera significativamente el

índice de precios al consumidor, sino también el de otros insumos para la salud. En otras
palabras, el ritmo de crecimiento de los precios de los medicamentos es mayor que el de
cualquier otro producto o servicio. Actualmente, una gran parte de la población no tiene
acceso a ciertos medicamentos esenciales para mantenerse con vida, a pesar de los sistemas
de seguridad social, incluyendo el seguro popular, ya que desafortunadamente aún no cubre
todas las opciones.