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EL DIVORCIO
279. NOCIÖN
En el régimen del C6digo Civil, el tftulo VII del libro 1 se dedicaba al divor-
cio, sus causas y efectos. El artfculo 153 original establecfa que "El divorcio
no disuelve el matrimonio, pero suspende la Vida en comün de los casados".
Con la aprobaci6n de la ley 14 de 1976, el divorcio del matrimonio civil
pas6 a ser vincular, pues disuelve el vfnculo. Paralelamente, se regu16 la se-
paraci6n de cuerpos, cuyo efecto estä previsto en el inciso IQ del artfculo 167
actual del C6digo, segfin el cual la separaci6n "[...] no disuelve el matrimonio,
pero suspende la Vida en comfin de los casados".
A primera vista, entonces, la separaci6n de cuerpos es 10 que era el divor-
cio. En términos generales ello es cierto, cuando menos, en la naturaleza de
las cosas.
Para que proceda el divorcio es requisito ineludible que se plantee una cau-
sal. Hoy dfa puede esta ser, inclusive, la voluntad de los casados.
Las caracterfsticas de las causales de divorcio son la taxatividad, amplitud
relativa, su concurrencia, fundamentaci6n en las normas de orden pfiblico, su
tratamiento dual en cuanto a la responsabilidad, ser generalmente perentorias
e incompensables.
En la legislaci6n colombiana vigente las causales de divorcio son:
a) Las relaciones sexuales extramatrimoniales de uno de los c6nyuges.
uno de los c6nyuges, que ponga en peligro la salud mental o ffsica del Otro
c6nyuge e imposibilite la comunidad matrimonial.
281. TAXATIVIDAD
Quiere ello decir que por fuera de las causas que trae la ley civil, no puede
intentarse el divorcio por hechos que estän excluidos de aquellas. Desde luego,
las hip6tesis que pueden comprender las causales legales son muchfsimas y
variadas y aun tener sus diferencias, segfin hay a consideraciones soci016gicas,
psic016gicas o de Otra indole, v. gr., para una persona un hecho puede ser una
ofensa, en tanto que no serlo para Otra, por razones de clase social. Esto 10 ha
admitido la Corte: refiriéndose a los ultrajes4, ha dicho que "[...] ha de tenerse
en cuenta la educaci6n, nivel cultural y posici6n social de los casados, a fin de
determinar el alcance de semejantes comportamientos, pues tales actos varfan
de acuerdo con aquellos extremos".
Acerca de esta cualidad, expres6 la Corte Suprema de Justicia5, en pro-
nunciamiento aplicable a la cuesti6n del divorcio:
"Quiere esto significar, enfre otros particulares, que la enumeraci6n con-
tenida en el artfculo 42 de la ley 14 de 1976 (C. C., art. 154) es <<taxativa; se
trata, sin duda, de una norma de derecho singular o excepcional que excluye
interpretaciones extensivas, 10 que conduce a concluir en la absoluta imposibi-
Iidad de decretar la separaci6n por causas no previstas en la ley», aun cuando
pudiera juzgarse, por fuerza de argumentos mås o menos atendibles, que tales
hechos impiden el normal desenvolvimiento de la comunidad conyugal.
"En este orden de ideas y aunque el buen sentido indica que un matrimo-
nio desavenido no cumple funci6n positiva alguna, no queda alternativa
distinta a entender que el desquiciamiento del matrimonio, por sf solo, no es
motivo de entidad suficiente para hacerlugar a •la separaci6n si; al unisono
con la prueba de una situaci6n de esta naturaleza, no queda demostrado clara
y categ6ricamente que ella obedeci6 a alguna de las causas o tuvo expresi6n
circunstancial en cualquiera de las <<hip6tesis tfpicas», que describe la dis-
posici6n legal recién citada; he aquf, entonces, la explicaci6n de por qué la
llamada incompatibilidad de caracteres, el desafecto conyugal, la inmadurez
283. CONCURRENCIA
6 MARTA G. BAHAMÖN y OLGA HELO HELO, El divorcio en Colonzbia, Bogotå, Fondo Ro-
tatorio del Ministerio de Justicia, 1977, päg. 25.
314 DERECHO DE FAMILIA
Publicada en Jurisprudencia y Doctrina, t. XIV, nüm. 166, octubre de 1985, pägs. 886
y 887.
II Hoy se puede aplicar a separaci6n de hecho y a separaci6n notarial, de aceptarse esta
filtima.
13 Pero sobre ello no siempre hay unidad de pensamiento. En sent. de 23 junio 1986 (Ju-
risprudencia civil, 1986, päg. 236), dijo la C. S. de J.: "En cuanto a las relaciones sexuales
es pertinente aclarar la imposibilidad de afirmar que ünicaxnente son constitutivos de ella y
ostentan tal naturaleza los actos acabados, la mayorfa de las veces de imposible o diffcil demos-
traci6n, sino también todo comportamiento er6tico realizado por fuera del orden matrimonial,
pues si ello no tiene la virtud de colocar en tela de juicio la legitimidad de los hijos entre otras
una de las razones [sic] de politica legislativa para la consagraci6n del deber de fidelidad sf
constituye atentado grave pudiendo generar la sanci6n que corresponde a su violaci6n". En offo
sentido se pronunci6 en fallo de 19 julio 1989, publicado en Jurisprudencia y Doctrina, t. XVIII,
nüm. 213, de septiembre de 1989, päg. 605, que "[...] se considera como tales aquellos
al decir
o ambiente, etc., los cuales, repftese, aunque no alcanzan a configurar trato sexual alguno,
por 10 menos constituyen violaciones al deber de fidelidad moral, como quiera que, por ejem-
plo, cualquier relaci6n aun simplemente sentimental con persona diferente al c6nyuge, bien
puede crear la apariencia o el aspecto exterior de una relaci6n amorosa y, por ende, herir la
18 GOMEZ PIEDRAHfTA, op. cit., päg. 52, sostiene que las relaciones con mimales no en-
cuadran en esta causal.
19 Providencia de 7 mayo 1979, publicada en Jurisprudencia civil, t. IV, 1979, päg. 1712.
EL DIVORCIO 319
Segün GUSTAVO LEON JARAMILLO 0 20, podrfa ser que estas excepciones no
porque "Un juez ponderado y prudente [...] puede perfec-
las trajese la ley,
tamente enconfrar que el c6nyuge que facilite y que consienta las relaciones
extramatrimoniales de su c6nyuge en realidad no es un c6nyuge inocente".
Actualmente no tienen lugar estas excepciones, porque el texto de la ley 14
de 1976 fue declarado inexequible por la Corte Constitucional, por medio de
la sentencia C-660 de 8 de junio de 2000, en la que se lee:
honor y eso explica por qué se incluyen como relaciones sexuales las caricias,
los besos, etc.). Con la causal segunda, se extienden més las protecciones a
y particulares: lealtad, cohabitaci6n, compren-
otras obligaciones, generales
Por Otra parte, adviértase que se cobijan tanto los
si6n, socorro, ayuda, etc.
compromisos de c6nyuges como los de padres.
Ha de ser grave e injustificado el incumplimiento. Grave es 10 que tiene
entidad. E injustificado significa que no haya motivo o excusa vålidos para la
conducta del c6nyuge.
No es menester que el incumplimiento recaioa sobre todos los deberes
(cuantitativamente).
En pronunciamientos en procesos de separaci6n de cuerpos, pero aplica-
misma causa, dijo la Corte Suprema de Justicia'i.
bles al divorcio por ser la
"Acerca de esta causa de separaci6n, debe anotarse que se refiere a la
omisi6n de uno o mås deberes que cada c6nyuge tiene para con el otro o para
con sus hijos, con la exigencia perentoria de que este incumplimiento debe ser
grave e injustificado, por 10 que, a contrario sensu, no satisface las previsio-
nes de la ley el abandono momentäneo por razones que carecen de gravedad
o la incapacidad de atender esos deberes por causas ajenas a la voluntad de
cualquiera de los casados; ademäs, debe ser injustificado el comportamiento,
porque es apenas obvio que si fue el otro c6nyuge quien oblig6 a su consorte
a incumplir con sus obligaciones por actos imputables a aquel, mal podrfa va-
lerse de tal situaci6n para demandar a quien si bien ha incumplido sus deberes,
10 ha hecho por esa raz6n y no por su propia voluntad".
Y el IQ de diciembre de 198722: "Cuando en virtud de la citada causal
I segunda se alega el hecho jurfdico que estructura el mismo incumplimiento
de los deberes de marido o padre y de esposa o madre, como ocurre con las
alegaciones de los hechos de abandono del hogar (del c6nyuge o de los hijos)
establecido en las negaciones [sic] de relaciones sexuales, socorro y ayuda o
del cuidado personal, estamos frente a una causal tomada subjetivamente en
el sentidode que resulta imputada (material y subjetivamente, esto es, con
acci6n u omisi6n dolosa o culposa en forma grave e injustificada) al c6nyuge
que se culpable, caso en el cual: la legitimaci6n activa solo corresponde
al c6nyuge inocente y la pasiva al culpable; la prueba deberå comprender el
hecho mismo del incumplimiento grave e injustificado en la que resulte culpable
el demandado (y no el demandante) para que pueda prosperar la pretensi6n
de separaci6n; y la decisi6n del tribunal no puede apartarse de estos extremos
y de los demås que sean del caso, para decretar la separaci6n de cuerpos con
las peticiones formuladas en la demanda o a las que haya lugar, teniendo en
cuenta la culpabilidad del demandado".
"Otra, que no se requiere que una cualquiera de estas conductas sean [sic]
frecuentes o reiterativas, por 10 que una sola de ellas es suficiente acome-
tiendo el estudio de este aspecto, precisa la doctrina oficial que para que exista
o se dé por comprobado el trato cruel, o el ultraje, o el maltratamiento de obra,
no se requiere que haya cronicidad o continuidad en los hechos o circunstancias
generativas de tales causales como ocurre en algunas legislaciones foräneas,
porque un solo golpe puede atentar gravemente o colocar [sic] en peligro la
Vida del c6nyuge ofendido; una sola palabra puede sensibilizar tremendamente
o menoscabar la dignidad del otro c6nyuge hasta el punto de poner en jaque la
paz y la convivencia doméstica (xxxvll•, xxxvm); y en Otra ocasi6n dijo la Corte
que «un ultraje leve, un trato cruel ocasionado, sin gravedad ni importancia
o un maltratamiento de la misma calidad no pueden alcanzar a justificar el
divorcio, pero indudablemente basta uno solo de esos desplantes, si es muy
grave, muy ofensivo o peligroso» (LXXVII).
"Ademås, ha de tenerse en cuenta la educaci6n, nivel cultural y posici6n
de determinar el alcance de semejantes comporta-
social de los casados, a fin
mientos, pues tales actos varfan de acuerdo con aquellos extremos".
Como se ve, un hecho podrfa ser suficiente para fundar el divorcio, anali-
zados su gravedad y la condici6n y el entorno de los c6nyuges. Para muchos,
basados en la exposici6n de motivos de la ley 25 de 1992, cualquier expresi6n
de irrespeto o violenciajustifica la ruptura del vfnculo. Pero no es asf, porque
serfa desvirtuar la naturaleza misma del matrimonio.
26 Publicada en Jurisprudencia y Doctrina, t. XII, nüm. 142, octubre de 1983, pig. 843.
DERECHO DE FAMILIA
198627, puntualiz6: "El ejercicio del derecho de acci6n por parte de la ahora
demandada, cuando solicit6 la separaci6n de bienes y cuando reclam6 alimen-
tos, no es sino la utilizaci6n del poder jurfdico o derecho subjetivo amparado
por el derecho objetivo, que no acarrea afrenta alguna a quien se sefiala como
demandado, exceptuado el caso del abuso, y por tanto no puede constituirse
en causal de separaci6n de cuerpos como 10 pretende el recurrente. Lo mismo
puede decirse de la situaci6n en materia penal, pues la autoridad competente
dentro del ejercicio de sus funciones puede adoptar las providencias necesa-
rias para garantizar la investigaci6n de los hechos denunciados y entre tales
medidas la privaci6n de libertad del denunciado en los casos de ley; aquf
también resulta legftimo el derecho de denunciar posibles infracciones y,
salvo el abuso, no puede constituir motivo para basar en él una demanda de
separaci6n de cuerpos".
Recuérdese que frente a la llamada infidelidad moral, se sostiene, en ge-
neral, que ella origina ultraje u ofensa al c6nyuge. Asf, la Corte Suprema, el
19 de julio de 1989, expres628: "Acerca de esta filtima situaci6n, ha dicho la
doctrinajurisprudencial que hay conductas que, sin embargo, de no ser cons-
titutivas de relaciones sexuales con personas distintas del c6nyuge, sf 10 son
de injuria grave contra la dignidad del honor conyugal, cuando ellas tengan la
suficiente connotaci6n de crear apariencias comprometedoras o lesivas para
uno cualquiera de los casados.
"En como tales aquellos comportamientos con-
este sentido, se considera
trarios al decoro, respeto mutuo, recato y, en fin, a la consideraci6n que se
deben los c6nyuges, ocasionados con palabras, con escritos, hechos y actitudes,
cuando revistan el calificativo de graves segün las circunstancias particulares
esto es, de acuerdo con la educaci6n y estado social de los casados, con sus
costumbres y tradiciones, con el entorno o ambiente, etc., los cuales, repftese,
aunque no alcanzan a configurar trato sexual alguno, por 10 menos constitu-
yen violaciones al deber de fidelidad moral, como quiera que, por ejemplo,
cualquier relaci6n aun simplemente sentimental con persona diferente al c6n-
yuge, bien puede crear la apariencia o el aspecto exterior de una relaci6n
amorosa y, por ende, herir la susceptibilidad del c6nyuge inocente".
Otros ejemplos de ultrajes o injurias29, son las ofensas al honor de uno de
los consortes o de sus parientes mås cercanos (padres), como cuando se les
atribuye delitos no cometidos; la enfermedad venérea padecida por el mavido
y la conducta desarreglada de este (jurisprudencia francesa); "la vigilancia
infundada de uno de los c6nyuges por el otro, las denuncias infundadas, el
revelar intimidades de la Vida conyugal, el trato sexual desconsiderado" (ju-
risprudencia alemana).
grave e incurable.
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Semin GÖMEZ PIEDRAHfrA, obra sobre La disoluciön..., päg. 65, en la legislaci6n mexi-
35
cana serefiere la norma a Ia enajenaci6n mental incurable y exige la previa interdicci6n del
c6nyuge enfermo.
36 Otra opini6n tiene GOMEZ PfEDRAHiTA (La que "A1
disoluciön..., pig. 67), al apuntar
referirse la mencionada disposici6n a una conducta,
debe entenderse que es una acci6n 'dirigida
conscientemente', con voluntad plena, a obtener el objetivo que sanciona la ley, como es el
de corromper o pervertir a las personas enunciadas. Es la causal mås odiosa, rnäs culpable,
que demuestra mayor depravaci6n, dice EDUARDO PALLARES".
37 VALENCIA ZEA y ORTIZ MONSALVE, op. cit., päg. 255.
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tiempo.
Hoy dfa, desde luego, se puede admitir la separaci6n notarial, con funda-
mento en el artfculo 34 de la ley 962 de 2005 (ver nfim. 311).
La separaci6n de hecho es la que se produce entre los c6nyuges sin mediar
una decisi6n judicial o administrativa, asf sea provisional —como la medida
preventiva de residencia separada—, y no se confunde con la separaci6n no-
tarial. Para la Corte Suprema de Justicia38, es un "estado jurfdico irregular de
los c6nyuges que sin causa legal (generalmente judicial) no hacen comunidad
de Vida en 10 personal (independientemente de que mantengan relaciones se-
xuales permanentes o transitorias con tercera persona, reservadas o notorias,
etc.), en el hogar conyugal o residencias separadas"
La separaci6n de hecho apareja inconvenientes especfficos:
a) Genera de un proceso de divorcio o de separaci6n de
la posibilidad
cuerpos en que demandado, como culpable, sea condenado al suministro
el
de alimentos a su c6nyuge demandante.
b) Cuando no se ha disuelto la sociedad conyugal, los bienes que se ad-
quieran, a tftulo oneroso, pertenecerån al haber social y son gananciales. Por
ello se recormenda al c6nyuge abandonado, que usualmente consigue, con
se trata deun divorcio-remedio; CANON RAMfREZ, op. cit., pig. 229. El Tribunal de Medellin
ha apuntado en muchas ocasiones a la tesis objetiva, pero ha admitido que la separaci6n de
hecho de la pareja debe ser absoluta. Otros tribunales han aplicado una tesis subjetiva. Por
ejemplo, el Tribunal de Popayän, en sent. de II marzo 1994.
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constituye la causal octava, parece factible que aquella se discuta en Otra causa.
Esta conclusi6n se desprende del anälisis que hizo la Corte Constitucional en
la sentencia de tutela T-559 de 31 de agosto de 2017, dictada a rafz del amparo
pedido por el exc6nyuge alimentante vencido en un proceso de exoneraci6n de
cuota alimentaria promovido después del divorcio decretado con fundamento
en la aludida causal. Para la Corte, incumbfa a dicho interesado probar que
no habfa Sido culpable de la separaci6n, en el mismo tråmite de la tutela (y se
podrfa afirmar que asimismo en la exoneraci6n). Dijo la Corporaci6n que "En
otras palabras, si bien es cierto quien haya dado lugar a la separaci6n puede
invocar una causal objetiva para acceder al divorcio, ello no 10 faculta para
disponer de los efectos patrimoniales de la disoluci6n ni para eximirse de sus
obligaciones, toda vez que para el consorte que en principio haya dado lugar al
rompimiento subsiste la obligaci6n alimentaria a menos que probatoriamente
demuestre su inocencia, es decir, se invierte la carga de la prueba, de manera
que el sefior [...] en sede de tutela debi6 demostrar que no era culpable".
La misma Corte Constitucional se ocup6 en la sentencia C-746 de 5 de
octubre de 2011, de esta causal, en relaci6n con la exigencia legal de que Ia
separaci6n haya durado por 10 menos dos afios, requisito que encontr6 propor-
cionado y razonable, asf como establecido por el legislador en defensa de la
unidad familiar. No ha116 con ello, como habfa sefialado el demandante que
acus6 la norma, infracci6n al libre desarrollo de la personalidad.
De acuerdo con la ley, la causal procede para todo matrimonio, sin impor-
tar su antigüedad o si hay o no hijos menores.
Con todo, mediante la ley 962 de 2005, se permiti6 que el divorcio del
matrimonio civil o la cesaci6n de los efectos civiles de los matrimonios religio-
sos, se convenga ante notario, por medio de escritura püblica (ver nüm. 300).
ci6n se reitera en el artfculo 388 del C6digo General del Proceso que, en su
artfculo 626, derog6 el referido artfculo 157 del C6digo Civil.
"El divorcio ante notario producirå los mismos efectos que el decretado
judicialmente", establece el inciso 29 del artfculo 34 de la ley 962. Por tanto,
su valor jurfdico es pleno. Mas no significa ello que no se pueda atacar. No
parece desacertado asegurar que, en este caso, el divorcio es un acto jurfdico
solenme. Por consiguiente, si en su formaci6n ocurren vicios de forma o de
fondo, a saber entre estos algün vicio del consentimiento, procederfa impugnar
por nulidad.
Acerca del momento en que se generan los efectos, hay diferencia con el
divorcio obtenido judicialmente, toda vez que en este se dan una vez ejecuto-
riada la respectiva sentencia, al paso que en la notarial, perfecta la escritura,
surgirån las consecuencias legales de la ruptura del vfnculo. La escritura, Claro
estå, hay que registrarla en el registro del estado civil.
160; ley 25 de 1992, art. 11). En todos los casos, cada exc6nyuge recobra el
estado civil que tenfa antes de casarse y el culpable, declarado tal en el proceso
contencioso de divorcio, deberå alimentos al inocente, si estå acreditada la
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capacidad econ6mica (C. C., art. 411 ord. 42). Pero ninguno tendrå vocaci6n
hereditaria en la sucesi6n ab intestato del otro ni porci6n conyugal.
Respecto de hijos comunes, no sufren cambio en su estado civil. Ambos
padres continuarån con los derechos y deberes que tenfan. En el caso del pro-
ceso contencioso, puede Ilegar a suceder que en la sentencia se suspenda o pri-
ve de la patria potestad a alguno de ellos.
4' Jurisprudencia y Doctrina, t. WII, nfim. 202, octubre de 1988, pig. 827.
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requiere del exequåtur, cuya concesi6n depende de las exigencias legales (C.
de P. C., arts. 693 y ss.)".