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1.3 Líneas de acción de la economía circular.

Con la firma del Plan Nacional de Desarrollo 2018 – 2022, se introduce la Estrategia
Nacional de Economía Circular (ENEC), la cual busca fortalecer el modelo de
desarrollo económico, social y ambiental del país. Dicha estrategia impulsa la
productividad, la innovación tecnológica, el cierre de ciclo de materiales, la
colaboración y nuevos modelos de negocio a través de la implementación de modelos
sistémicos y holísticos, los cuales se basan principalmente en el desarrollo de
mecanismos de gestión en seis líneas de acción descritas a continuación:
Flujo de materiales industriales y productos de consumo masivo:
Esta línea de acción se enfoca en los flujos de materiales utilizados por los procesos
industriales, asegurando la responsabilidad extendida al productor para garantizar la
gestión de materiales a lo largo del ciclo de vida pasando por la fabricación, puesta en el
mercado y disposición final del producto como residuo en la etapa de posconsumo.
Actualmente el país cuenta con leyes que obligan al productor a generar gestión de sus
materiales a lo largo del ciclo de vida y estas aplican por ahora para:

Flujo de materiales de envases y empaques:


Los empaques y envases son elementos claves a tener en cuenta, pues su rol principal se
enfoca en la protección, transporte, comunicación, comercialización y seguridad de los
productos o servicios de las actividades económicas. Sin embargo, representan un grave
problema ambiental, pues su uso es muy corto y su biodegradación es muy prolongada,
llegando inclusive a tardar cientos de años.
Industrias como alimentos (38%), bebidas (18%), farmacéuticos (5%) y cosméticos
(3%) son los principales sectores que demandan este tipo de materiales. Estas industrias
consumen los siguientes recursos para sus envases y empaques:

Actualmente menos del 10% de los residuos de empaques y envases son aprovechados
de alguna forma, lo cual constituye un serio problema a nivel social y ambiental, a la
vez que presentan grandes oportunidades para la economía circular, pues a través de
diferentes herramientas se busca la reducción, optimización y aprovechamiento
sostenible. Las técnicas son:

El eco-diseño: principalmente implementado para aumentar la eficiencia en el uso


materiales.

La simbiosis industrial: busca lograr intercambio de materiales para que se mantengan a


lo largo de la cadena de valor.

La armonización normativa: busca incentivar el aprovechamiento y el cierre de ciclos.


Instrumentos económicos: implementa sistemas de depósito-reembolso o tasas por uso.

Articulación del sistema de servicio público de aseo con la responsabilidad extendida


del productor: busca fomentar el aprovechamiento de los residuos por los gestores y
productores.
Flujos de Biomasa.
La materia orgánica es considerada como uno de los residuos con mayor proyección de
aprovechamiento. Su potencial puede ser aprovechado en diferentes aplicaciones en las
industrias de papel, cosméticos y plásticos. Además de ser restaurador de suelos y
utilizado en la producción energética. La biomasa residual comprende:

Sin embargo, su deficiente gestión ocasiona actualmente más del 50% de las emisiones
de gases efecto invernadero que produce el país, de ese 50%, el 17% proviene de tala de
tierras forestales, 14% de fertilización de pastizales,(9% de emisiones de metano por
actividades ganaderas, 8% del uso agroquímicos en tierras de cultivo y un 8% de otras
actividades.
En ese sentido, la economía circular encuentra oportunidades con este tipo de residuos.
A través de su implementación se puede lograr la fabricación de orgánicos y
acondicionadores de suelos o la generación de bioenergía.
Las actividades económicas anteriormente mencionadas se traducirían en numerosos
beneficios que no solo mejoran la economía nacional y local, sino también tienen
potencial para recuperación de suelos degradados.
Fuentes y flujos de energía.
El sistema de producción de energía eléctrica colombiano está soportado principalmente
por las hidroeléctricas, que tienen la capacidad de producir más del 70% de la energía
generada en el país, seguido por el 27% de las termoeléctricas y el 3% restante por otras
fuentes de generación (MADS, 2019). Por su parte, su uso genera más del 30% de las
emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) del País, pues la quema de combustibles
fósiles aporta a la atmósfera cantidades significativas de dióxido de carbono (CO2) y
otros contaminantes atmosféricos como dióxido de nitrógeno (NO2) y dióxido de azufre
(SO2). Los sectores con mayor demanda de energía son:

En este sector productivo, la economía circular encuentra una gran oportunidad pues
busca aumentar el valor agregado por unidad de energía utilizada y disminuir las
emisiones de gases efecto invernadero, todo esto mediante cambios en los procesos
tecnológicos para aumentar su eficiencia tales como la conversión tecnológica, el
aprovechamiento de residuos como biomasa, la implementación de programas de ahorro
y uso eficiente de la energía y el uso de fuentes renovables no convencionales.
Flujos de Agua
El país cuenta con una gran oferta hídrica que ronda los 1,214,258 millones de m3/año,
haciendo que el país pueda dotar a toda su población con la cantidad suficiente para
asegurar su bienestar y supervivencia. Sin embargo, según datos del DANE en 2018,
más del 35% de la población vive en zonas de estrés hídrico moderado o alto, esto
ocasionado principalmente por disminución de la oferta natural, el crecimiento
poblacional, la variabilidad climática o la insuficiencia de infraestructura de distribución
(IDEAM, 2018). De acuerdo al último Estudio Nacional del Agua, se advierte que cerca
de 391 municipios se encuentran en riesgo de escasez. Las principales fuentes de agua
del país son:

estrategias de economía circular


Desde este punto de vista, la economía circular encuentra grandes oportunidades, pues
busca optimizar el uso eficiente del recurso, mejorar su infraestructura de distribución y
eliminar su contaminación mediante la aplicación de técnicas como:

Aprovechamiento y reuso de las aguas residuales tratadas.

Aprovechamiento de contaminantes presentes en el agua para los procesos de la


industria.

Disminución de los vertimientos puntuales.

Ahorro y uso eficiente del agua.

Protección y mantenimiento de fuentes de agua.

Implementación de incentivos legales y financieros para su protección.


Flujos de materiales de construcción.
La construcción es un sector económico que aporta significativamente al producto
Interno Bruto (PIB) Nacional, sin embargo su dinámica económica genera altas
cantidades de contaminación y consume grandes volúmenes de recursos naturales. El
sector de la construcción usa el 60% de los recursos naturales no renovables extraídos
de la tierra y el 40% de la energía del país, emite el 30% de las emisiones de CO2 y
genera más del 20% de los residuos (UPME, 2018). Sumado a lo anterior, este sector
genera más de 22 millones de residuos de construcción y demolición (RCD), de los
cuales más del 30% de ellos es dispuesto de manera ilegal en cuerpos de agua y suelos.
Actualmente solo el 2% de los residuos generados es aprovechado, lo que se convierte
en un grave problema ambiental. Las estrategias de economía circular buscan mejorar
este panorama y proponen las siguientes actividades:
La transición hacia una economía circular requiere intervenir todo el ciclo de vida de un
producto, desde la producción hasta la creación de mercados para materias primas
secundarias. Esto incluye mejorar la gestión de residuos desde la prevención, el reuso, el
reciclaje y la revalorización como prioridades para fortalecer la política pública y los
incentivos.
Por lo anterior, la Estrategia Nacional de Economía Circular (ENEC) ha priorizado en
seis líneas de acción la transformación productiva, el cierre de ciclos de materiales,
innovación tecnológica y nuevos modelos de negocio. El siguiente video describe cada
una de estas líneas.

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