Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La palabra comunión conlleva las ideas de "comunicarse con alguien, viajar juntos, transportarse
juntos". El viajar a diario y mantener una amistad constante con él- es esencial para nuestro
bienestar espiritual.
Nuestra fe crece en proporción directa al crecimiento de nuestra comunión con el Espíritu Santo. A
través de esta comunión recibimos bendiciones espirituales, y le contamos nuestros más caros
anhelos. Aunque la gracia de Jesucristo y el amor de Dios abunden sin medida en los cielos, no nos
servirán de nada si no llegan hasta nosotros. Igualmente, aunque tengamos el corazón repleto de
anhelos, si el Espíritu Santo no nos ayuda a tener comunión con Dios en la oración, no podemos orar
correctamente.
Si el Espíritu Santo no nos ayuda a tener comunión con Dios, nuestra oración será semejante a la
de los fariseos, carente de vida por completo. "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra
debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos indecibles" (Romanos 8:26)
Sabedor de esto, la primera pregunta que Pablo les hizo a un grupo de efesios que daban la
impresión de hallarse cansados y derrotados fue: "¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?"
(Hechos 19:2).
¿Cómo tener comunión con la persona del Espíritu Santo?