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El documento argumenta que se necesita una psicología feminista porque los psicólogos tradicionales a menudo no comprenden los dolores y horrores causados por el patriarcado y estructuras que violentan a las mujeres, y tres relatos muestran cómo las pacientes se sintieron juzgadas e invalidadas por sus psicólogos masculinos. Una psicología feminista validaría el malestar de las mujeres lejos del diagnóstico misógino, reconociendo que proviene de un sistema injusto.
El documento argumenta que se necesita una psicología feminista porque los psicólogos tradicionales a menudo no comprenden los dolores y horrores causados por el patriarcado y estructuras que violentan a las mujeres, y tres relatos muestran cómo las pacientes se sintieron juzgadas e invalidadas por sus psicólogos masculinos. Una psicología feminista validaría el malestar de las mujeres lejos del diagnóstico misógino, reconociendo que proviene de un sistema injusto.
El documento argumenta que se necesita una psicología feminista porque los psicólogos tradicionales a menudo no comprenden los dolores y horrores causados por el patriarcado y estructuras que violentan a las mujeres, y tres relatos muestran cómo las pacientes se sintieron juzgadas e invalidadas por sus psicólogos masculinos. Una psicología feminista validaría el malestar de las mujeres lejos del diagnóstico misógino, reconociendo que proviene de un sistema injusto.
**Relatos para graficas (Propongo hacerlo un slide)
1. “Asistí a mi primer psicólogo a los 19 por autolesiones. Recuerdo estar desarmando en la silla llorando mientras el, me miraba intacto desde su silla mientras anotaba, sin decirme nada. Nunca me sentí tan rara y poco contenida” 2. “Cuando le dije al psicólogo que me habían abusado me dijo que era normal, parte del instinto de los hombres” 3. “Cuanto le conté porque había terminado con mi ex me cuestiono diciéndome si mi decisión no era de una mujer “despechada”.
Para bajada de foto: ¿Por qué una psicología feminista?
Porque necesitamos que se comprendan los dolores y horrores que el patriarcado y las estructuras que se sustentan de violentar a las personas y en particular a las mujeres para subsistir, se consideren el marco comprensivo de las factores que nos afectan y deterioran nuestra salud mental. Muchos de nuestros malestares como mujeres se sustentan en una sutil pero firme estructura patriarcal que genera malestar y dolor en nosotras desde que somos niñas, y es fundamental poder acompañar a las consultantes en un espacio que dé cuenta de ello y trabajar desde ahí, lejos de un análisis revictimizante, violento o incluso misógino como estos relatos. Por eso se hace necesario mirar, analizar y acompañar desde el cuidado, lejos del juicio, el castigo y el maltrato que tanto normalizamos, y que cada vez logramos con mayor precisión sobre nosotras, encontrándonos incluso muchas veces habiendo vivido las mismas historias. Necesitamos una psicología feminista que sepa escuchar y validar nuestro malestar lejos del estigmatizador y misógino diagnostico masculino al cual mucho tiempo nos destinaron. Sabiendo que esa compañera “histérica” o “loca” sobrevivía en un sistema profundamente injusto con nosotras. Hoy en Paskay, proponemos una psicología feminista desde el saber, pero también desde el sentir.