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Diplomado Universitario de

Capacitación Docente en Neurociencias

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Neuromitos

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"Neuromitos"

Dr. Luis María Labath

En este apunte, comenzaremos a ver algunos de los neuromitos más comunes.

Si hay algo que está de moda en los últimos tiempos es el cerebro. Desde libros
hasta películas, hoy el cerebro es algo sobre lo que todos opinan. Esto tiene
mucho sentido ya que es el órgano más maravilloso de todos y es correcto
entonces que cada vez seamos más los que queremos saber cómo funciona.

Hoy prácticamente podemos sustituir cualquier otro órgano de nuestro


organismo, ya sea mediante un trasplante, o hasta con uno construido en un
laboratorio, pero esto no puede ocurrir con el cerebro. Por eso es sumamente
importante para las ciencias y objeto de innumerables estudios e
investigaciones en extremo complejas. Sin embargo, aún queda muchísimo por
descubrir y, por ende, también son innumerables los mitos y las falsas
conjeturas elaboradas alrededor de esta estructura.

Se desconoce hasta qué punto están extendidos los "neuromitos" en el


imaginario colectivo, aunque se sabe cómo seducen poderosamente la intuición
y cómo se extienden rápidamente.

En el top ten de falsas creencias está la idea de que "sólo se utiliza el 10%
del cerebro", que podría tener su origen, paradójicamente, en algo que
escribió William James, considerado el padre de la Psicología en Estados
Unidos. James dijo que "la mayoría de las personas solo sacan partido de una
pequeña parte de su potencial intelectual". Consecuentemente, varios autores
tergiversaron sus palabras diciendo que "solo se utiliza un 10% del cerebro".
Eso se sostuvo mucho tiempo hasta que quedó confirmado a través de
neuroimágenes que ninguna parte de la corteza cerebral permanece callada, y
que la gran "supuesta" parte silenciosa corresponde a la corteza de asociación,
la cual juega un papel esencial en la integración de las percepciones
procedentes de los sentidos, las emociones y los pensamientos. El cerebro
representa el 2% de nuestro peso y consume el 20% de la energía. Si se usara
sólo un 10% no tendría sentido que la evolución hubiera favorecido el
desarrollo de un órgano tan ineficiente.

En el puesto número dos ubicamos que "se usa un hemisferio del cerebro
más que el otro". Es ampliamente difundido que las personas “lógicas y
analíticas” utilizan más su hemisferio izquierdo y que los “creativos y artísticos”
usan más el derecho. Los estudios con imágenes de RNM muestran que se
emplean los dos hemisferios cerebrales por igual, y que ambos trabajan juntos
y coordinados. En el habla, por ejemplo, si bien las áreas del cerebro implicadas

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en este proceso se encuentran preferentemente en el hemisferio izquierdo, es
el hemisferio derecho el encargado de otros aspectos del lenguaje, como la
entonación y el énfasis, por lo tanto, la coordinación entre ambos hemisferios
es perfecta.

Un tercer "neuromito" dice que "el tamaño del cerebro determina la


inteligencia", dando a entender que tener un cerebro más grande hace más
inteligente a una persona y eso no es cierto ya que la inteligencia no depende
de la cantidad de neuronas, sino de la existencia de conexiones neuronales;
exclusivamente es la plasticidad sináptica la que guarda relación con mejoras
en la memoria y el aprendizaje. Si bien el cerebro ha ido mostrando un
progresivo aumento del volumen no han faltado especulaciones acerca de si el
tamaño importa cuando se trata de inteligencia. Según explica Javier de Felipe,
investigador de la Universidad Politécnica de Madrid, que lidera el proyecto
Cerebro Humano en España, las diferencias en inteligencia entre las personas
no están determinadas por el tamaño de su cerebro, sino por el patrón de
conexiones entre sus neuronas. Y este esquema dependería en parte de la
genética, pero también de las experiencias de cada uno.

El cuarto mito sostiene que "el cerebro está inactivo en el sueño", lo que
es falso. El cerebro incluso al dormir trabaja sin descanso sintetizando
hormonas, consolidando la memoria, debilitando conexiones neuronales y
produciendo literalmente un auténtico "lavado de cerebro", indispensable para
estar bien despiertos y funcionar a pleno al día siguiente. Al respecto, una
investigación de la Universidad de Rochester, publicada en Science, descubrió
que las células del cerebro durante el sueño se "encogen" y el cerebro
aprovecha para “limpiar” las sustancias de desecho que fueron generadas
durante el día. El líquido cefalorraquídeo realiza este “lavado” y por ello el
periodo de descanso es uno de los más necesarios del día para producir
funciones que consumen mucha energía, que no se podrían realizar con una
persona despierta.

Por su parte, el quinto "neuromito" a citar es el referido a que "las neuronas


que no se usan se mueren", relativamente cierto si solo se aplica para
cerebros en formación. Durante el desarrollo se generan muchas más neuronas
de las que efectivamente se usan y en los primeros años de vida algunas de
ellas se conectarán siguiendo un plan genético determinado influenciado por el
ambiente y las que no se conectaron entran en apoptosis, una especie de
"suicidio celular programado". En el adulto el mecanismo principal de cambio es
la plasticidad sináptica con nuevas conexiones, y se eliminan, se refuerzan o
debilitan otras. Hay evidencias que confirman que el sistema nervioso es mucho
más plástico de lo que se pensaba y admiten que las redes neuronales que lo

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componen permanecen plásticas o modificables a lo largo toda la vida; dicha
plasticidad constituye una de las adaptaciones más importantes.

"El cerebro de las personas mayores ya no aprende". Esto es falso


porque las conexiones neuronales son extremadamente plásticas durante toda
la vida. Si bien esta plasticidad disminuye con los años, no significa que en la
vejez no se aprendan cosas, sino al contrario, ya que los nuevos conocimientos
son siempre un excelente ejercicio para el cerebro.

Las neuronas no se regeneran" es un “neuromito" también falso, ya que se


pudo demostrar la neurogénesis (el nacimiento de nuevas células) en el sistema
nervioso adulto. Sigue siendo un tema de amplio estudio.

Es frecuente escuchar que "el cerebro trabaja como una computadora",


aunque es otra falsedad. A diferencia de una PC el cerebro nunca es el mismo
y, por lo tanto, tiene historia. Los procesadores hacen una sola operación a la
vez, mientras que nuestro equipo interno puede hacer muchas al mismo
tiempo, usando diferentes estructuras simultáneamente. En una computadora
la memoria tiene un lugar asignado en el disco duro, mientras que en el
cerebro está guardada en muchos sitios a la vez.

A modo de resumen: los "neuromitos" son ideas falsas que han florecido tanto
en la cultura popular y en ciertos lugares “académicos" de lenta desaparición,
por dos motivos: por un lado, están protegidos por conceptos científicos
complejos y, por el otro, por el hecho de que las pruebas se esconden en
publicaciones que tienen discutido lenguaje técnico. Finalmente, también ocurre
que no puede haber ninguna prueba directa para testear tales ideas,
simplemente, porque el mito es incontrastable.

Veremos en próximas clases con mayor profundidad, algunos de los neuromitos


más comunes en educación.

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