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Violencia Obstétrica

Cinthya Dorina Saldivar Valles

Facultad de Psicología. Universidad Humanitas

Desarrollo Humano

Profra. Andrea Lucero Canaan

27 de Julio 2021.
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INTRODUCCIÓN
“Me hicieron cesárea, pero yo creo que hubiera nacido normal. Las enfermeras me

gritaban mucho, me decían que iban a aprovechar para operarme porque ya tenía

muchos hijos. En medio de los dolores me hicieron firmar un papel que no entendí. Toda

la noche me metieron la mano. Sufrí mucho el parto. (La Jornada, 2012)”.

Es lamentable que este escenario tan doloroso sea la constante en el momento de

dar a luz en cualquier país Latinoamericano, haciendo del que se supone que debe ser un

día de mucha felicidad para las mujeres que están ansiosas por tener a sus hijos por fin

en sus brazos, a un día que puede terminar en una tragedia para sus familias.

La Violencia Obstétrica es una práctica tan común que las mismas mujeres no

saben que están siendo víctima de ella, me reconozco como una, en mi caso estuve a

punto de morir desangrada, por un mal diagnóstico. Pero como pensamos que ya

sabemos cómo son en el IMSS pues dejamos pasar esas violaciones a nuestros

derechos, con tal de terminar con ese “mal episodio” y seguir adelante con nuestras vidas.

La poca empatía por parte del personal médico al momento de atender a las

mujeres que están a punto de dar a luz, es lo que nos ha llevado a este punto donde

todos los días vemos casos como los que menciono, en los titulares de los medios de

comunicación. Es aberrante que una mujer que está pasando por un proceso tan fuerte

como es dar a luz, tenga que pasar por estos atropellos y humillaciones. Y además que

tengan que lidiar con las secuelas psicológicas, físicas y morales que la VO deja en ellas

y sin ninguna responsabilidad por parte de quien la ejerce.

Definitivamente hay mucho trabajo por hacer, endurecer las penas para quienes

practiquen la Violencia Obstétrica, será de gran ayuda para que quienes la ejerzan lo

piensen dos veces antes de violar los derechos y garantías individuales de las madres y

sus hijos.
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“En México se registran en promedio 2 millones 500 mil nacimientos anuales, lo

que significa que 6 mil 850 mexicanas diariamente se exponen a la violencia obstétrica”

(Ponce, 2016, párr. 1).

La Violencia Obstétrica se entiende como todo aquel tipo de violencia ejercida

contra la mujer, principalmente en estado de gestación, ésta es primordialmente ejercida

por los profesionales de la salud en el periodo de parto y el puerperio. Es otra forma de

violación a los derechos humanos de la mujer y su sexualidad, un sector de la población

muy vulnerable y golpeado por la violencia de genero.

La definición y percepción de la Violencia Obstétrica varía en América Latina de

acuerdo a sus distintos sistemas jurídicos. Cabe mencionar que este término es muy poco

conocido en México y lo más alarmante que no solo es desconocido por la población en

general sino también por sus legisladores, juristas y funcionarios del Poder Ejecutivo.

Hasta hace muy poco se le ha empezado a dar importancia en el medio jurídico, pero hay

mucho trabajo por hacer en esta materia.

Hasta el día de hoy son solo tres países en América Latina que han aprobado

leyes directamente con la violencia obstétrica y son Venezuela, Argentina y México.

Siendo Venezuela el primer país en el mundo que reconoce la Violencia Obstétrica, la

cual incorporó a su Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en 2007.

En el caso de México, no se trata de legislaciones de nivel federal, sino a nivel de

sus unidades federadas. En el año 2008 el Estado de Veracruz la incorpora en su Ley de

Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. En 2009 en la Ley de Acceso a una

Vida Libre de Violencia para las Mujeres en el Estado de Chiapas y desde 2010 en el

Código Penal del Estado de Veracruz. En Argentina se cuenta con la Ley de Derechos de
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los Padres y de la Persona Recién Nacida desde el año de 2004. Veamos a que se

refieren cada una de ellas:

En Venezuela se refiere en sus ordenamientos legales como: Apropiación del

cuerpo y procesos reproductivos de las mujeres por personal de salud, que se expresa en

un trato deshumanizador, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos

naturales, trayendo consigo pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente

sobre sus cuerpos y sexualidad, impactando negativamente en la calidad de vida de las

mujeres. (Medina, 2009, p. 3)

En Argentina su legislación la define como: Aquella que ejerce el personal de

salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato

deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales,

de conformidad con la Ley 25.929. (Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de

Argentina, s.f.)

En el caso de México el fundamento legal que habla de los derechos reproductivos

se encuentra en el Artículo 4. ° de la Constitución y en él se establece lo siguiente: “Toda

persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el

número y el espaciamiento de sus hijos”.

Los tipos de violencia obstétrica más comunes en México, según Graciela Medina

(2009) son:

 Vulneración del Derecho a la Intimidad por la intromisión no consentida en su

privacidad mediante la exhibición y/o re- visión masiva del cuerpo y los órganos

genitales.

 Violación del Derecho a la Información y a la Toma de Decisiones.

 Tratos crueles, inhumanos y degradantes.


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Pero por otro lado según Villegas (2009) las manifestaciones de Violencia Obstétrica

son las siguientes:

 No atender oportuna y eficazmente las emergencias obstétricas.

 Obligar a la mujer a parir en posición supina y con las piernas levantadas, cuando

están presentes los medios necesarios para la realización del parto vertical.

 Obstaculizar el apego precoz del niño con su madre, sin causa médica justificada,

negándole la posibilidad de cargarlo y amamantarlo inmediatamente al nacer.

 Alterar el proceso natural del parto de bajo riesgo, mediante el uso de técnicas de

aceleración, sin obtener el consentimiento voluntario, expreso e informado de la

mujer.

 Practicar el parto por vía de cesárea, cuando haya condiciones para el parto

natural, sin obtener el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer.

(p. 134)

Lamentablemente este tipo de prácticas inhumanas son más comunes de las que

quisiéramos imaginar. Pero ¿Quiénes ejercen la Violencia Obstétrica? Pues aquí se ven

involucrados personal médico y obstétrico, y ha sido naturalizada por estos últimos, así

como la sociedad en su conjunto e incluso las mismas mujeres que la padecen. La

mayoría de las mujeres que han sufrido este tipo de violencia prefieren ignorarla y seguir

su vida como si ese evento hubiese sido uno de tantos desafortunados e incluso a veces

considerados como “designios divinos”, esto para no generarse complicaciones

emocionales ni de ninguna otra índole.

Es debido a ello que las denuncias por Violencia Obstétrica son muy escasas,

pero también es cierto que hay avances y que debido a la conciencia social sobre los

derechos de las mujeres y a la difusión de las recomendaciones de la Organización

Mundial de la Salud (OMS) en este sentido. (Género y Salud [GYS], 2010).


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Aunque ya hay avances en cuanto a visibilizar la Violencia Obstétrica, sabemos

que hay todavía mucho por hacer y que ésta se sigue practicando en casi todo el mundo,

a diario seguimos escuchando en las noticias casos de madres que han sufrido en carne

por lo menos algún tipo de Violencia Obstétrica.

El caso de Eulogia Guzmán, una agricultora de 26 años quechuahablante, del poblado de

Layme, que el día 10 de agosto de 2003, viajo al Centro de Salud de Yanaoca para recibir

atención médica, espero en el pasillo con fuertes dolores de parto, pero nadie salió a

ayudarla, hasta que su esposo fue en busca de alguien del personal médico, pero no llego

a tiempo. Cuando Eulogia sintió que las contracciones eran más seguidas, se acomodó su

falda, se puso en cuclillas y empezó a pujar como era su costumbre al momento de dar a

luz, pero apareció al poco tiempo la enfermera de nombre Gladys Limachi y la ordena a

subir a una camilla, Eulogia le explica en quechua que no la moviera porque su hijo

estaba a punto de nacer, la enfermera hizo caso omiso de lo que Eulogia le decía y en

ese momento la tomo fuertemente por las muñecas y levantarla pero en el forcejeo, él

bebe salió expulsado cayendo de cabeza al suelo.

Ese fue solo el inicio de una serie de abusos que se cometieron en contra de

Eulogia y su hijo Sergio, que como consecuencia de un estado de asfixia neonatal tuvo

lesiones cerebrales irreversibles, por lo tanto, nunca pudo caminar, ni ver y sufrió de

convulsiones frecuentemente. En diciembre de 2015 Sergio enfermó gravemente de

Neumonía y lo llevan de nuevo al Centro de Salud de Yanaoca donde rechazaron el

internamiento y Eulogia se dedicó a cuidarlo durante sus últimas horas. “Me sentí

nuevamente humillada, invisible, impotente”, recuerda. (Salud con Lupa [SCL], 2021)

Otro de los casos documentados sobre violencia obstétrica por la Comisión

Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en donde en el año 2021 se emite la

recomendación 14/2021 al Director General del Instituto de Seguridad y Servicios


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Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Luis Antonio Ramírez Pineda, por la

violencia obstétrica ejercida contra una mujer y los daños causados a la salud de su hijo

en el Hospital General de ese Instituto ubicado en el estado de Querétaro. (CNDH, 2021).

La victima (quien laboraba en ese hospital) acudió el día 18 de mayo de 2018 a

recibir atención médica a sus 38 semanas de embarazo y presentando contracciones, fue

ingresada y aunque ya tenía cesárea programada, el ginecólogo utilizo técnicas para

acelerar el parto y le administro medicamentos. Al ingresarla al quirófano intento el

ginecólogo hacer la extracción utilizando los fórceps, sin éxito. Esto provocó que el recién

nacido fuera trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) con un

diagnóstico de asfixia y la mujer fue reingresada a quirófano por presentar hemorragia

obstétrica, parto patológico, ruptura uterina y choque hipovolémico, extirpándole el útero y

un ovario para salvar su vida. Al momento la mujer sigue presentando problemas de

salud, así como secuelas psicológicas por los malos tratos y mala praxis; por otro lado, el

menor de edad debe acudir durante 8 años a revisiones con especialistas en neurocirugía

pediátrica y seguir un tratamiento con anticonvulsivos para prevenir cualquier afectación

en su desarrollo.

Cabe destacar que la VO vulnera todos los derechos y garantías individuales de la

mujer y el infante poniendo en juego su seguridad personal, la vida y la integridad de

ambos, dejando secuelas psicológicas muy profundas, así como físicas y morales. Lo más

aterrador es que este tipo de violencia se ha normalizado dentro de los ámbitos que

suponen son quien podría hacer un cambio para erradicarla y cuando el tema es puesto a

discusión la ignorancia, las burlas y el menosprecio son las reacciones que prevalecen

(Marcocchio,2019), dejando ver un panorama hostil respecto a este tema.

Afortunadamente hay quienes siguen luchando en pro de los derechos de las mujeres y
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se siguen dando pasos para poder visibilizar la Violencia Obstétrica con la esperanza de

que sea erradicada en un futuro no muy lejano.

CONCLUSIÓN

Finalmente podemos concluir que en todo Latinoamérica la Violencia Obstétrica es

una práctica muy común y tan normalizada que a estas alturas solo tres países han

legislado al respecto creando leyes que castiguen a quienes la practican. Deja al

descubierto un sistema de salud muy poco eficaz y el trato indolente e inhumano hacia las

madres. En México como en muchos de los países del tercer mundo el sistema de salud

pública se ve rebasado por el alto número de pacientes que deben ser atendidos, con un

déficit de personal y un presupuesto para operar muy reducido, claramente no es una

justificante para ejercer este tipo de violencia, pero ciertamente contribuye.

También se puede resaltar que si bien son muchos los casos por Violencia

Obstétrica en México y Latinoamérica se sigue trabajando para hacerla visible, pero es un

largo camino el que todavía falta por recorrer para poder erradicar esta mala práctica,

porque ninguna mujer debería ser víctima de ella, ninguna mujer debería ser tratada de

esa manera en el momento que supone debe ser inolvidable pero por ser el mejor de sus

vidas, no por el calvario a las que son sometidas desde el mismo momento que pisan el

hospital para iniciar el proceso de alumbramiento.

Falta mucha educación al respecto para que las mujeres reconozcan que son

víctimas de VO y que alcen la voz, que dejen de pensar y decir que esos abusos a los que

son sometidas son parte de su proceso para ser madres.


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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

López Marcocchio, M. (2019). El día más difícil: una visión contra la violencia obstétrica en

México. León, Guanajuato, México, Universidad Iberoamericana León. Recuperado de

https://elibro.net/es/ereader/humanitas/129884?page=9.

Secretaría de Salud. (2010). Género y Salud en

Cifras. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/29347/ViolenciaObstetrica.pdf

Salud con Lupa. (2021). Las Heridas Perpetuas del Parto de Una Mujer Indígena.

https://saludconlupa.com/series/el-parto-robado/heridas-imborrables-parto-mujer-indigena/

Comisión Nacional de los Derechos Humanos. (2021). CNDH dirige Recomendación al

ISSSTE por inadecuada atención médica y violencia obstétrica en hospital de Querétaro.

https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/documentos/2021-04/COM_2021_094.pdf

https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/209278/

Ley_General_de_Acceso_de_las_Mujeres_a_una_Vida_Libre_de_Violencia.pdf

da-Silva-Carvalho, Isaiane, & Santana-Brito, Rosineide. (2017). Formas de violencia

obstétrica experimentada por madres que tuvieron un parto normal. Enfermería Global,

16(47), 71-97. Epub 01 de julio de 2017.https://dx.doi.org/10.6018/eglobal.16.3.250481

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