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HISTORIA DE LA REDACCIÓN COMERCIAL.

Del latín redactio, redacción es el proceso y el resultado de redactar


(plasmar algo por escrito). El término también se utiliza para nombrar
al espacio físico en el que se redacta y al equipo de periodistas que se
dedica a escribir para una determinada publicación. Comercial, por su
parte, es un adjetivo que se refiere a lo que está vinculado a un
comercio (el establecimiento que ofrece ciertos productos a la venta o
la actividad económica de compra y venta de bienes).
La escritura nace de la necesidad de expresar de forma gráfica las
ideas, en relación con el sonido de la lengua hablada, y de la
búsqueda de un método de dejar constancia de lo realizado. Así pues,
la comunicación fue desarrollándose poco a poco y fueron
aparecieron diversas formas de representar las palabras.

La redacción comercial es un término de amplio significado que hace


referencia a cualquier texto relacionado con la gestión de una empresa
y la obtención de ingresos. Puede tratarse de correspondencia con
otras empresas o de interacciones con clientes. Hoy en día, muchas
empresas comprenden la importancia de una redacción comercial
eficaz para dirigir una empresa próspera.
La redacción ayuda a desarrollar el pensamiento ya que ayuda, no
sólo a desarrollar y organizar ideas sino, a compartir ideas con
nuestros compañeros. Al escribir, el estudiante produce textos, por lo
tanto desarrolla su conocimiento con sus propias ideas.
Quién descubrio la redacción?
Fueron los sumerios, el antiguo pueblo que vivía en la Mesopotamia meridional, quienes
inventaron el primer sistema de escritura documentado: la escritura cuneiforme
Su nombre no da espacio a la duda o las especulaciones: es la redacción con fines comerciales,
es decir, se trata del arte de escribir al servicio de las ventas y los objetivos de negocio.

Está presente en el mundo de los negocios desde tiempos "ancestrales" para quienes crecimos
con la televisión como el gran medio masivo y luego migramos a los canales digitales. Su
primer gran auge fue en medio de la democratización de los periódicos, revistas y diarios
impresos, durante el siglo XIX.
Cada “copy” o mensaje con fines de captar usuarios, promover una marca y destacar un
producto es, por supuesto, una forma de redacción comercial.

Y esta práctica experimenta un nuevo auge en estos tiempos, tomada de la mano del Marketing
de Contenidos y el Marketing Digital.
¡Jamás es forzada!
La redacción comercial no es una novela de suspenso ni un texto científico lleno de palabras
complejas y rebuscadas.

Su desarrollo parte de la simplicidad, sin que esto signifique poca profundidad. Es decir,
podemos dar un mensaje poderoso y mostrar datos duros, pero siempre plasmando todo de
manera natural y fácil de comprender.

Tampoco se fuerzan afirmaciones, adjetivos calificativos y una cascada de elogios para el


producto o servicio que se promueve.

Cautiva y convence
Una redacción comercial siempre va orientada a cautivar y convencer.

Por ello, como verás más adelante, no solo tiene un desarrollo narrativo, sino también uno
estratégico, lo cual incluye, por ejemplo, a los CTAs.

Es empática
La redacción comercial no es un disparo al aire ni una narración fría y lejana. Esta va
directamente enfocada a un público específico, que es valorado en cada párrafo, palabra y
propuesta.

Si no es relevante para el prospecto, pierde de inmediato su atributo comercial, y pasa a ser solo
texto.

¡Es sincera!
“Los clientes no esperan que seas perfecto. Lo que sí esperan es que arregles las cosas cuando
algo sale mal”, dijo en una ocasión Donald Porter, directivo de British Airways.

¡Y es totalmente cierto! Si dices que tu producto está blindado por todos los costados, que jamás
fallará, que cambia la vida de las personas de la noche a la mañana y muchas otras
exageraciones, tu texto deja de ser comercial y, para el usuario, se convierte en una potencial
estafa.

Un texto comercial es sincero y muestra, sin preámbulos, que en caso de cualquier


inconformidad y problema, tu empresa responderá a nivel de servicio y brindará el soporte
necesario.
¿Qué cualidades debe tener un buen redactor comercial?
Tomando en cuenta todo lo dicho, podemos decir que un buen redactor comercial necesita las
siguientes competencias y características:

Ser implacable en la escritura: buena ortografía, sintaxis, gramática y fluidez debe ser el mantra
del redactor.
Conocimientos en SEO: si no posiciona en Google, un texto en Internet puede ser invisible, o al
menos no lograr todos los objetivos que debería.
Capacidad de estudio y comprensión de cada propuesta de valor: así como un agente comercial
no puede vender si antes no se “enamora” del producto, un redactor no enganchará al lector si
no entiende en toda su dimensión la propuesta de la marca.
Comprensión de la Buyer Persona: al igual que la propuesta comercial, es fundamental que el
redactor abrace el perfil de Buyer Persona durante el desarrollo del texto y la comprenda a la
perfección.
Rigor científico: hablamos de tener la capacidad de basarse en datos y tener una metodología de
trabajo que permita construir textos sólidos y no llenos de “humo”.
Creatividad: para que tu mensaje pueda ser realmente único y cautivador.

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