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MÓDULO 4:

NUEVAS FORMAS

DE RELACIONARSE

DESDE EL SECTOR

PÚBLICO. EL

TRABAJO EN RED Y

ECOSISTÉMICO
CAPÍTULO 2
Coordinador
Fernando Andrés García
CAPÍTULO 2. NUEVAS FORMAS DE
RELACIONARSE DESDE EL SECTOR
PÚBLICO
La situación actual en las sociedades demanda nuevas formas
de relacionarse desde lo público. La ciudadanía y el resto de los
agentes de la sociedad, de cualquiera de los sectores, están
solicitando pasar de la participación política puntual (mediante
procesos de consulta puntuales, o instancias temporales de
participación), a la coproducción política.

Bajo este paradigma, desde el sector público se puede hacer


posible que el resto de los sectores de la sociedad tomen un rol
activo en todo el proceso de elaboración de políticas públicas.
Pasando de un papel de mero receptor de los servicios
públicos a una colaboración permanente. Poniendo a las
personas usuarias en el centro mediante la creación de
espacios donde “hacer” de forma conjunta, implicándola en el
diseño, implementación y evaluación de las acciones de la
administración pública.

Estas nuevas formas de relacionarse desde el sector público


pasan por desarrollar un trabajo en red, multidisciplinar y
ecosistémico, compartiendo objetivos y procesos. En
contraposición del concepto clásico de trabajo en silos, donde
los actores colaboran de forma puntual, cuando lo hacen, sin
mecanismos efectivos. La búsqueda de nuevas formas de
trabajar y relacionarse con su ecosistema pasa por ser una
necesidad para las instituciones públicas, no una opción.
A la hora de aplicar estos modelos de colaboración, a nivel
externo, destaca la generación de redes distribuidas, donde
todos los nodos (o agentes) tienen autonomía e inteligencia
para actuar. Es la contraposición de otros tipos de redes y
formas de relacionarse, como son las verticales, más
jerárquicas, en las que la autonomía para operar no se
encuentra distribuida en todos los agentes que la forman.

La articulación multiactor en redes distribuidas permite la


incidencia de forma prolongada en los problemas, al habitar los
procesos de cambio por distintos agentes que colaboran. De
esta forma, se consiguen múltiples impactos de forma
sostenida en el tiempo a través de las acciones, tanto
individuales como colectivas, de los distintos agentes que
forman parte de la red.

Herramientas y metodologías para


fomentar el trabajo en red dentro de las
organizaciones
A nivel interno, en las instituciones y equipos que tienen mayor
capacidad de innovación suele predominar una mayor
horizontalidad, y sobre todo una transparencia y difusión en
abierto de toda la información. Estos son factores clave para
potenciar y estimular la innovación.

Aunque haya una jerarquía en los procesos de toma de


decisión, compartir toda la información y las razones que guían
las decisiones tomadas permite incentivar la apropiación de las
acciones por parte de todas las partes involucradas y su
participación en las mismas.

Documentar y compartir la información permite, asimismo,


potenciar la capacidad de las instituciones para enfrentarse a
retos complejos y volátiles. Si una parte de la red desconoce la
información, no puede aportar ni coordinar sus acciones para
contribuir al objetivo general. Tener silos de información
perjudica la capacidad de la organización para alcanzar todo su
potencial.

Algunas orientaciones para la gestión de las relaciones en red


entre instituciones y actores del ecosistema se pueden obtener
de los principios para la gestión del procomún, compartida por
Elinor Ostrom.
Puntos clave para transitar hacia formas de trabajo más
colaborativo y en red dentro de las instituciones:

Hay que partir de un proceso de mapeo para identificar a


los agentes involucrados, para poder escucharlos e
incorporarlos a los flujos de trabajo e información. Es
importante también reconocer quiénes son tus aliados.
Actores con los que compartas objetivos, intereses y que
estén sensibilizados con el problema que se quiere abordar.
A partir de este mapeo se puede proceder a la construcción
de primero una audiencia y posteriormente un ecosistema,
que nos permita construir las redes y acerque a los agentes
que comparten intereses en la temática. Para finalmente
generar una comunidad de agentes comprometida, que
trabajen de forma colaborativa cada uno desde su posición,
pero de forma coordinada y motivada.

El proceso de formación de liderazgos es clave, no solo en


los niveles jerárquicos superiores, sino en todos los niveles
para permitir la adaptación a los entornos cambiantes que
enfrentan las organizaciones.

La predisposición de las personas a trabajar en red, y su


disposición para trabajar en el proceso de construcción de
la red es importante que todos los potenciales miembros de
esa red estén alineados para posibilitar esta forma de
trabajar.
El uso de canales de comunicación conocidos por todas las
partes. Existen multitud de programas y softwares para
facilitar la comunicación en red y articulación de actores
(como Slack, Microsoft Teams, Telegram o Discord).

Que los individuos de las instituciones y los equipos


conozcan y comprendan las formas e implicaciones que
tiene el trabajo en red, tanto a nivel práctico como teórico.
Esto garantiza la eficiencia de las colaboraciones ya que
este tipo de conexiones suele ser más eficiente que otros
modelos jerárquicos.

Generar una pertenencia a los procesos que se dan en el


trabajo en red para que sea habitada por los agentes que la
forman. Esto se facilita cuando se da la construcción
colectiva de la red de trabajo.

Al incluir las personas usuarias en los procesos de diseño,


como por ejemplo de políticas públicas, se reduce la
incertidumbre pues se incorporarán perspectivas y
conocimientos de quienes van a ser impactados por las
intervenciones.

El trabajo en grupos multidisciplinares y multinivel, que


comprendan a todos los actores involucrados. Grupos que
incluyan tanto las personas expertas en la temática, como
las usuarias, amateurs, las personas gestoras de los
procesos, etc. Es necesario que se aúnen todas las miradas
en los equipos operativos para la coproducción de las
en los equipos operativos para la coproducción de las
acciones con un impacto real, teniendo en cuenta, de esta
manera, los escenarios multidimensionales y cambiantes
en los que se implementan.

Los laboratorios ciudadanos pueden ser un dispositivo


avanzado de este trabajo en red, teniendo un conjunto de
metodologías que permiten conectar a estos agentes en
procesos temporales o permanentes, articulándolos para
generar un impacto e incidir sobre los retos que están en
marcha en las sociedades actuales.

La creación de nuevas formas de


relacionarse desde el sector público. De
la participación a la coproducción
política
Por ello es interesante concebir las instituciones como
laboratorios. Porque implica comprender que buscamos
generar un impacto sobre procesos que ya están en marcha, y
que al obtener resultados con nuestras intervenciones estos no
son resultados finales. Puede finalizar nuestra intervención, pero
los procesos sobre los que hemos incidido continúan,
descubriéndose nuevas problemáticas y situaciones sobre las
que impactar con otras actuaciones.

Otras metodologías interesantes para buscar formas


alternativas de relacionarse desde el sector público es trabajar
con convocatorias abiertas. Este tipo de convocatorias,
además de lograr un mayor alcance, trabajan con cualquier
persona que quiere implicarse en la iniciativa y que está
predispuesta a ello. A la vez, incorporamos conocimiento
externo, ampliamos nuestro ecosistema de trabajo y
alimentamos las redes en las que trabajamos incorporando
nuevos agentes. Más información sobre esta forma de trabajar
se puede encontrar en el apartado de Metodologías y
herramientas de innovación pública abierta.

Recomendaciones para generar nuevas relaciones


entre los actores en los contextos actuales

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