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Testimonio segunda guerra mundial

Vi la bandera flamear en Iwo Jima


Hershel “Woody” Williams era un infante de marina de Estados Unidos de 21 años que se
entrenaba en Guam para invadir Japón cuando supo que la guerra finalmente había
terminado. Dice que solo hay una palabra para describir lo que sintió: euforia. “Casi todos
salimos corriendo de las carpas y empezamos a disparar al aire, dando vueltas como un
montón de idiotas”.
Para Williams, fue como ser liberado de una condena de muerte en la que había vivido
desde principios de año, cuando vivió los horrores de la batalla en Iwo Jima.
“No es posible describir el infierno de Iwo Jima”, señala Williams, de 96 años, la última
persona con vida que recibió la Medalla de Honor del Teatro de Operaciones del Pacífico.
“A menos que lo hayas vivido en persona, no hay modo de entenderlo verdaderamente”.
El 23 de febrero de 1945, el cabo Williams destruyó varias posiciones japonesas con un
lanzallamas arriesgando su vida repetidamente mientras los jóvenes fusileros a su
alrededor morían en una de las batallas más sangrientas de la guerra. El mismo día, desde
lejos, vio flamear la bandera de Estados Unidos en la cima de Mount Suribachi.
Williams dice que sobrevivió gracias a su increíble entrenamiento y la firme convicción de
que llegaría con vida hasta el final. “Nunca me permití pensar que no iba a sobrevivir.
Escuchaba que los infantes de marina decían ‘no voy a llegar’, y no llegaban”.
En Iwo Jima murieron casi 7,000 estadounidenses, y otros 20,000 resultaron heridos.
En octubre de 1945, Williams recibió la Medalla de Honor de manos del presidente Harry
S. Truman en la Casa Blanca. Durante muchos años padeció el trastorno por estrés
postraumático. Comenzó a recuperarse cuando renovó su compromiso con el
cristianismo, y luego durante 35 años se desempeñó como capellán de la Congressional
Medal of Honor Society.
Casi todos los días siente que la guerra está muy lejos: “He intentado borrar de la
memoria las cosas malas que sucedieron”. Pero el recuerdo que no puede borrar son los
rostros de dos jóvenes infantes de marina que murieron luchando a su lado. “Se
sacrificaron por mí”, dice. “Me he preguntado miles de veces, ¿por qué yo? ¿Por qué fui
elegido para recibir la Medalla de Honor y todos los elogios cuando ellos dieron todo lo
que tenían, dieron su vida?”.
"No es posible describir el infierno de Iwo Jima. Es como tratar de explicar cómo se siente
una madre cuando está dando a luz. A menos que hayas pasado por eso, no hay manera
de que puedas entenderlo adecuadamente".
— Hershel "Woody" Williams

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