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Yuca

(Manihot esculenta Crantz)

Manual de recomendaciones técnicas para su


cultivo en el departamento de Cundinamarca

Martha Marina Bolaños Benavides


Yuca
(Manihot esculenta Crantz)
Yuca
(Manihot esculenta Crantz)
Manual de recomendaciones técnicas para su
cultivo en el departamento de Cundinamarca

Martha Marina Bolaños Benavides

Elias Alexander Silva Arero

Luis Felipe Castelblanco Rivera

Luis Gabriel Bautista Montealegre

Sergio Andrés Cruz Ruíz

Adriana Carolina Peña Holguín


Yuca (Manihot esculenta Crantz): Manual de recomendaciones técnicas para su cultivo en el
departamento de Cundinamarca / Martha Marina Bolaños Benavides, Elias Alexander Silva Arero,
Luis Felipe Castelblanco Rivera, Luis Gabriel Bautista Montealegre, Sergio Andrés Cruz Ruíz y
Adriana Carolina Peña Holguín – Bogotá, D. C. : Corredor Tecnológico Agroindustrial, CTA-2, 2020.

98 páginas ; ilustraciones ; 24cm.


Incluye referencias bibliográficas.
ISBN-e: 978-958-794-370-2 ISBN obra impresa: 978-958-794-369-6

PALABRAS CLAVE: Manejo y conservación de suelos, Selección de semilla de yuca, Manejo eficiente
de la fertilización integrada en yuca, Manejo agronómico del cultivo de yuca, Cosecha y poscosecha
del cultivo de yuca, Costos de producción del cultivo de yuca

CORREDOR TECNOLÓGICO AGROINDUSTRIAL CTA-2 CITACIÓN SUGERIDA: Bolaños-Benavides, M.,


UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA, SEDE BOGOTÁ Silva-Arero, E., Casteblanco-Rivera, L., Bautista-
Calle 44 N.º 45-67 Montealegre, L., Cruz-Ruiz, S. y Peña-Holguín, A. (2020).
Unidad Camilo Torres Yuca (Manihot esculenta Crantz): Manual de
Edificio 826 Bloque A-1 recomendaciones técnicas para su cultivo en el
Oficina 101 departamento de Cundinamarca. Bogotá, D. C.: Corredor
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7
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entre Estado, sector productivo y academia, en la cual participan actores direc-
tivos del sector agropecuario y agroindustrial de Cundinamarca y Bogotá, D. C.,
con el fin de aunar esfuerzos en actividades de desarrollo y fortalecimiento de
la ciencia, la tecnología y la innovación. Sus capacidades están orientadas a la
formulación y ejecución de proyectos de carácter investigativo, que permitan
la transferencia tecnológica al sector agropecuario y agroindustrial.
El presente documento es resultado del Subproyecto “Validar estrategias tec-
nológicas disponibles en los sistemas productivos de plátano y yuca, median-
te la implementación de 9 parcelas de investigación participativa agropecuaria
(pipas) en municipios productores del departamento de Cundinamarca”, desa-
rrollado en el marco del Corredor Tecnológico Agroindustrial CTA-2, Proyecto
“Investigación, desarrollo y transferencia tecnológica en el sector agropecua-
rio y agroindustrial con el fin de mejorar todo el departamento, Cundinamar-
ca, Centro Oriente”, suscrito por la Gobernación de Cundinamarca, a través de
la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación; la Alcaldía de Bogotá, a tra-
vés de la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico; la Universidad Nacio-
nal de Colombia, y la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria
(AGROSAVIA, antes Corpoica). El Corredor Tecnológico Agroindustrial CTA-2
es financiado con recursos del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación del
Sistema General de Regalías.

9
Contenido

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

Diagnóstico del sistema productivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

Generalidades del cultivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21


Producción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Orígenes e importancia del cultivo de la yuca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
La planta de yuca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Fases fenológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Parte aérea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Parte subterránea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26

Materiales de siembra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Producción de semilla con calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Siembra de materiales in vitro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Rincón de la Fortuna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Selección de semilla para la siembra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38

11
Manejo agronómico del cultivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Conservación de suelos y establecimiento del cultivo de yuca . . . . . . 41
La labranza cero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
Trazado en curvas a nivel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
Distancia de siembra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Ahoyado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
Siembra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
Manejo eficiente de la fertilización integrada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
Historial del lote . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
Meta de rendimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Análisis químico del suelo y su interpretación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Aplicación de correctivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
Diagnóstico de la fertilidad del suelo y del estado nutricional
de la planta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Fertilidad de los suelos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Requerimientos nutricionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
Épocas de fertilización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Formas de aplicación del fertilizante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
Fertilización orgánica y biológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
Manejo integrado de enfermedades e insectos plaga . . . . . . . . . . . . . . 61
Manejo de arvenses (malezas) y coberturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
Principales arvenses que afectan el cultivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
Manejo de arvenses en el cultivo de yuca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72

Cosecha y poscosecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Labores de cosecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Labores de poscosecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
Caracterización fisicoquímica y nutricional de la yuca . . . . . . . . . . . . . 84

12
Costos de producción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Consideraciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89

Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91

13
Agradecimientos y colaboradores

Los autores expresan especial agradecimiento a: Alvaro Eduardo Santos Ruiz,


Jorge Iván Corzo Estepa, Sebastián David García Guzmán, Lina María Castillo
Tibavisco, John Eddier Del Río Martínez, Cristian Camilo Ortíz Díaz y Jorge Luis
Puenguenan Padilla.
Los autores también agradecen a los productores y asociaciones de productores
de yuca de los municipios de Paime y Yacopí; sin su valiosa ayuda no se hubiera
podido llevar a cabo el subproyecto. Al personal técnico y administrativo de
AGROSAVIA, Centro de Investigación Tibaitatá, Km 14 Vía Mosquera-Bogotá,
Cundinamarca, Colombia, que apoyó el desarrollo del subproyecto.

15
Introducción

La yuca (Manihot esculenta Crantz) es una planta perenne cultivada a lo largo


del trópico, apreciada por sus raíces con grandes contenidos de almidón y usa-
da para la alimentación humana y animal, y producción de etanol, entre otros
(Howeler, 2012).
Durante los últimos 25 años, la producción total de yuca ha aumentado sus-
tancialmente debido a un incremento en el área sembrada y en el rendimiento
promedio. Este aumento se debe en parte a los esfuerzos realizados por institu-
ciones como el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y el Interna-
tional Institute of Tropical Agriculture (IITA). Estas instituciones han desarro-
llado agendas internacionales de investigación enfocadas en este cultivo, y han
logrado liberar variedades de mejor productividad, tolerantes al estrés biótico
y abiótico.
La planta de yuca le ofrece ciertas ventajas a los productores que otras especies
no pueden brindar, ya que desde antaño ha sido seleccionada en ambientes con
limitantes hídricas y con baja oferta de nutrientes en el suelo, características
típicas de la mayoría de los suelos en el trópico. Es así como la yuca cuenta con
varios mecanismos que le permiten mantener el rendimiento en condiciones
de estrés ambiental (Howeler, 2012).
Las características anteriormente mencionadas permiten vislumbrar el poten-
cial productivo de este cultivo frente a condiciones adversas. Esto, sumado a
las problemáticas relacionadas con el cambio climático, la erosión del suelo y la

17
INTRODUCCIÓN

baja asistencia técnica en las parcelas de los pequeños productores muestra la


necesidad de promover el desarrollo de estrategias para la generación, transfe-
rencia y adopción de tecnologías en este sistema agrícola, ya que su producción
hace parte fundamental de la seguridad alimentaria de las unidades agrícolas fa-
miliares, así como de los mercados locales en diferentes regiones del país.
Por tal razón, dentro del marco del proyecto del Corredor Tecnológico Agroin-
dustrial CTA-2 y el subproyecto “Validación de estrategias tecnológicas dispo-
nibles para los cultivos de plátano y yuca, mediante la implementación de la
metodología PIPA en el departamento de Cundinamarca” (que en adelante se
denominará Subproyecto Plátano y Yuca), se realizó la instalación de Parcelas
de Investigación Participativas Agropecuarias (PIPA), con el fin de validar opcio-
nes tecnológicas que permitieran mejorar las condiciones productivas de los
cultivos, bajo un entorno de aprendizaje mutuo y actividades de transferencia
de tecnología. Esto permitió la redacción del presente documento, recomenda-
do para las condiciones productivas del departamento de Cundinamarca; sin
embargo, las recomendaciones de manejo incluidas pueden llegar a ser valida-
das y adaptadas a otras zonas agroecológicas donde se cultiva yuca.

18
Diagnóstico del sistema productivo

La yuca es un producto importante para la seguridad alimentaria. Por tanto, se


hace necesario mejorar su sistema de producción, hacer uso eficiente de los
recursos (suelo, agua, agroquímicos, etc.), maximizar los rendimientos y redu-
cir los costos de producción. Con el fin de contribuir a la mejora del sistema
productivo de la yuca en Cundinamarca, el Subproyecto Plátano y Yuca com-
probó diferentes tecnologías en tres PIPA localizadas en las veredas El Plomo
y Santa Teresa en el municipio de Paime (dos parcelas) y la vereda El Nopal en
el municipio de Yacopí (una parcela), pertenecientes a la provincia de Rionegro,
Cundinamarca.
Para incrementar el impacto del Subproyecto Plátano y Yuca en el sistema pro-
ductivo de yuca en la provincia de Rionegro se adelantó un diagnóstico partici-
pativo, el cual se basó en una caracterización de 80 productores de yuca para
identificar las limitantes técnicas del sistema productivo en los municipios de
Paime y Yacopí.
Con los resultados generales del diagnóstico participativo se pudo constatar
que el sistema productivo de yuca presenta limitantes respecto a: 1) canales
de comercialización y mercados; 2) baja asistencia técnica, ya que la mayoría
de decisiones técnicas se toman con base en el conocimiento tradicional o en
la recomendación de otro productor; 3) desconocimiento del manejo de plagas
y enfermedades; 4) desconocimiento y nula aplicación de prácticas de manejo
y conservación de suelos y fertilización, lo cual es una limitante para que las
plantas puedan expresar su potencial genético de producción; 5) limitada mano

19
DIAGNÓSTICO DEL SISTEMA PRODUCTIVO

de obra para realizar oportunamente prácticas culturales; 6) propagación de


semillas de la propia finca o de la zona sin realizar su selección y tratamiento
adecuado, y 7) falta de asociatividad, lo cual disminuye la posibilidad de que
los productores puedan acceder a mercados o participar en proyectos estatales.
No obstante, el análisis permitió identificar oportunidades y fortalezas respecto
a: 1) disposición para trabajar en proyectos participativos, 2) acceso a créditos
por parte de los productores, 3) propiedad de los predios, y 4) diversificación
de sus cultivos.
Por otro lado, uno de los principales problemas que ha limitado el crecimiento
de la cadena productiva de yuca es el deterioro fisiológico poscosecha (DFP),
reflejado en un corto período de vida útil por deterioro poscosecha en menos
de 48 horas de extraídas las yucas del suelo (Cenóz, López y Burgos, 2001). Esto
genera pérdidas económicas que van desde leves hasta moderadas, asociadas
a la vez a factores como la variedad del material vegetal, los daños mecánicos
que sufren durante la cosecha y las condiciones ambientales como temperatura
y humedad relativa.
Una vez desarrollado el diagnóstico, con el fin de validar opciones tecnológicas
que permitieran mejorar las condiciones productivas del cultivo, en el marco
del Subproyecto Plátano y Yuca se visitaron varias fincas de posibles candida-
tos que habían sido postulados por los demás agricultores para la instalación
de las tres PIPA. Luego de esto se escogieron aquellas parcelas con condicio-
nes agroclimáticas adecuadas para el desarrollo del cultivo, equidistantes con
respecto a los demás predios de productores vinculados al subproyecto, y pre-
feriblemente con vías de acceso adecuadas para la movilización del personal y
materiales. Para ello, el productor seleccionado debió manifestar completa dis-
ponibilidad para implementar las tecnologías, ser receptivo y estar dispuesto a
realizar las labores asignadas en el desarrollo de la PIPA e igualmente, permitir
la realización de eventos de transferencia de tecnología en la finca.

20
Generalidades del cultivo

Producción
A nivel global durante 2011 se produjeron 252 millones de toneladas de yu-
ca, en 19,6 millones de hectáreas. África Subsahariana fue el mayor productor
aportando un 56 % de la producción global, seguido por Asia con un 30 % y fi-
nalmente América Latina y el Caribe con un 14 %. Sin embargo, cabe resaltar
que África Subsahariana a pesar de ser el mayor productor es el que presenta
el menor rendimiento promedio, con 10,8 toneladas por hectárea seguido por
América Latina y el Caribe (12,8 t/ha) y finalmente Asia con el mayor rendimien-
to promedio (19,6 t/ha) (Howeler, Thomas y Lutaladio, 2013).
En Colombia, para el año 2016 los departamentos de mayor producción fueron:
Meta, Bolívar, Córdoba, Cauca, Sucre, La Guajira, Atlántico, Arauca y Magda-
lena que agruparon el 80 % de la producción nacional. Para el mismo año en
Cundinamarca se destacan los municipios de Paime, Viotá, San Cayetano, El Pe-
ñón, Caparrapí y Yacopí con producciones superiores a 2500 t (Departamento
Administrativo Nacional de Estadística DANE, 2015).

Orígenes e importancia del cultivo de la yuca


La yuca tiene como centro de origen la región de Mesoamérica, donde fue do-
mesticada por poblaciones aborígenes hace alrededor de 6000 años (Allem, 2002).

21
GENERALIDADES DEL CULTIVO

Para el año 2017 fue el quinto producto básico más importante después del maíz,
el trigo, el arroz y la papa (Organización de las Naciones Unidas para la Agricul-
tura y la Alimentación [FAO], 2019). Es, a la vez, un componente básico en la
dieta de más de mil millones de personas (Fondo Internacional de Desarrollo
Agrícola [FIDA] y FAO, 2000), y junto con los mencionados productos y la caña
de azúcar, constituyen las fuentes de calorías más importantes en las regiones
tropicales del mundo (Ospina y Ceballos, 2002).

La planta de yuca
La yuca es una planta arbustiva que pertenece a la familia Euphorbiaceae, la cual
es cultivada por sus raíces ricas en almidón. Generalmente es producida por
pequeños agricultores como un cultivo de subsistencia ya que es tolerante a
los suelos pobres y las condiciones climáticas adversas (FAO, 2013).
Las características morfológicas de la yuca son altamente variables, lo cual indi-
ca un alto grado de hibridación interespecífica. Existen muchos cultivares que
exhiben distintas características que pueden ser usadas para la investigación. Es
por esto que dar una descripción precisa de la morfología de la planta de yuca
es difícil, ya que además de existir un gran número de variedades también se
pueden presentar variaciones en algunos caracteres debido a la interacción del
genotipo con el ambiente.
Raíces: el sistema radical de la yuca está conformado por raíces fibrosas y tube-
rosas morfológicamente similares. Sin embargo, las tuberosas en cierta etapa
de desarrollo comienzan a acumular almidón en el parénquima creciendo ra-
dialmente; por su parte, el crecimiento longitudinal no es tan extenso como en
las fibrosas. La acumulación de almidón las convierte en un vertedero fuerte
en las etapas finales del ciclo de cultivo. Cuando la planta de yuca proviene de
semillas (reproducción sexual), ésta genera una raíz pivotante y es la primera en
convertirse en una raíz tuberosa (Domínguez, 1983). Por su parte, en la repro-
ducción asexual con la siembra de trozos de tallos llamados cangres o estacas,
se forma un sistema radical fibroso proveniente de un callo en la parte inferior
de la estaca, sin presentarse una raíz principal. La orientación de las raíces tu-
berosas está determinada en cierto grado por el ángulo de siembra de la estaca.

22
LA PLANTA DE YUCA

Cuando el cangre es sembrado verticalmente, se producen raíces alrededor de


la callosidad que se forma en el extremo inferior del cangre y algunas raíces de
las yemas axilares tienden a llenarse (Figura 1a), mientras que cuando la posi-
ción de siembra es horizontal o inclinada, se desarrollan raíces a ambos lados
del cangre lo cual tiene como consecuencia la formación de raíces tuberosas a
ambos lados (Figura 1b).

Figura 1 Distribución de las raíces según la posición de siembra: a) Vertical. b) Inclinada.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018), modificado de Domínguez (1983).

El ángulo de siembra no influye en el rendimiento del cultivo, pero sí es rele-


vante cuando no se tiene suficiente humedad en el suelo, dado que cuando se
coloca el cangre en forma vertical las raíces tienden a profundizar más en el
perfil del suelo y aprovechar más el agua que se localiza a mayor profundidad.
Sin embargo, esta condición implica consumo de mayor energía durante la co-
secha para extraer el sistema radical. Según Domínguez (1983), los tejidos que
componen una raíz tuberosa están divididos en tres categorías:

• Cáscara: agrupa dos tipos de tejido, el peridermo y la corteza, que tienen


como función proteger la pulpa y evitar la deshidratación (Figura 2).

• Pulpa: tejido de la raíz que más se consume; está compuesto principalmen-


te por tejido secundario del xilema derivado del cambium, cuyas células
contienen gránulos de almidón (Figura 2).

23
GENERALIDADES DEL CULTIVO

• Fibras centrales: corresponden a un tejido de células endurecidas del xile-


ma, las cuales tienen una dureza, longitud y espesor variable, y dependen
principalmente de la variedad (Figura 2).

Figura 2 Tejidos que componen una raíz tuberosa de yuca.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018), modificado de Domínguez (1983).

Tallo: el tallo de la planta de yuca está formado por nudos y entrenudos. Los
nudos son los puntos donde se une el peciolo de la hoja con el tallo. Además
se encuentra una yema axilar protegida por una protuberancia que puede dar
paso a una nueva rama, mientras que los entrenudos son las porciones del tallo
que se encuentran delimitadas por dos nudos sucesivos (Figura 3).
La longitud de los entrenudos puede depender, entre otros factores, de la varie-
dad, la edad de la planta, el agua disponible para esta, los ataques de insectos o
las condiciones de estrés en general. En la reproducción asexual de una estaca
se pueden desarrollar varios tallos, lo que lleva a ciertos productores a realizar
un raleo de estos (Edison, 2007).
La planta de yuca tiene generalmente un sistema de ramificación simpodial e ini-
cialmente los brotes que salen de la estaca llevan un crecimiento vertical lineal.
Sin embargo, en un punto dado dichos ápices entran en un estado de latencia
o se transforman en reproductivos, mientras que las yemas axilares cercanas

24
FASES FENOLÓGICAS

al ápice retoman el desarrollo y así sucesivamente. No obstante, existen varie-


dades con una fuerte dominancia apical y en consecuencia su arquitectura no
tiene ramificaciones, asemejándose a un sistema de ramificación monopódica.

Figura 3 Morfología del tallo de yuca.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Hojas: las hojas de la yuca son simples, formadas por lámina foliar y peciolo.
Son palmeadas y profundamente lobuladas, generalmente impares. Los lóbulos
del medio son de mayor tamaño que los laterales y pueden tener una longitud
de 4 a 20 cm (Ceballos y de la Cruz, 2002) (Figura 4). El tamaño de las hojas
varía a través del dosel de la planta, aumenta hasta la aparición de la primera
ramificación reproductiva, que se da alrededor de los cuatro meses y, a partir
de la ramificación, aumenta la producción de hojas que disminuyen su tamaño.

Figura 4 Hojas de yuca tomadas en el primer (a), segundo (b) y tercer (c) tercio del dosel.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Fases fenológicas
Las fases fenológicas de las plantas de yuca para aquellas variedades que son
cosechadas entre los 12 y los 14 meses se pueden referenciar en dos aspectos,
según el desarrollo de la parte aérea y la parte subterránea. Van desde la fase

25
GENERALIDADES DEL CULTIVO

de establecimiento a la de maduración y desde la fase de enraizamiento a la de


acumulación, respectivamente (Cadavid y López, 2015) (Figura 5).

Parte aérea
Fase de establecimiento: está influenciada por la preparación que se realice
al terreno, su contenido de humedad, y el material de siembra. Va desde la
siembra hasta los dos primeros meses después de esta.
Fase de máxima actividad fisiológica: fase que va desde el segundo hasta el
quinto mes después de la siembra. En esta fase se presenta mayor concentra-
ción de nutrientes en las hojas superiores. En este sentido, la parte aérea inicia
un proceso de elaboración de fotoasimilados o compuestos orgánicos que luego
son distribuidos a través del floema a los órganos de almacenamiento. Debido
a que es una época crítica para garantizar el llenado, se requiere hacer un ade-
cuado manejo sanitario de plagas y enfermedades.
Fase de maduración: va desde el séptimo u octavo mes hasta la cosecha. En
esta fase se logra acumulación de materia seca superior al 50 % según el tipo de
material sembrado.

Parte subterránea
Fase de enraizamiento: después de la siembra y durante el primer mes, la plan-
ta depende exclusivamente de las reservas presentes en las semillas (estaca o
cangre); se presenta desarrollo de raíces sin función de absorción.
Fase de tuberización: inicia entre los 30 y los 45 días después de la siembra y va
hasta los tres o cuatro meses. Durante este periodo la planta define la cantidad
de raíces y cuántas de estas entran a la fase de engrosamiento.
Fase de engrosamiento: fase que incluye acumulación de materia seca y de
almidón, la cual inicia entre el tercer o cuarto mes y se prolonga hasta el quinto
o sexto mes después de la siembra.
Fase de acumulación: inicia entre el quinto y el sexto mes y se prolonga hasta
la cosecha, donde se presenta la mayor ganancia de peso. Es un periodo crítico

26
PARTE SUBTERRÁNEA

donde no deben presentarse afectaciones en la parte aérea y subterránea, ta-


les como ataques severos de plagas y/o enfermedades, ya que esto afectaría el
contenido de materia seca y el rendimiento con base en peso seco.

Figura 5 Ciclo fenológico del cultivo de yuca en plantas cosechadas entre los 12 y los 14 meses.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018), modificado de Cadavid y López (2015).

27
Materiales de siembra

En la actualidad, gracias a los procesos de mejoramiento genético existe una


gran diversidad de variedades de yuca que han llevado a un favorecimiento de
características como la fotosíntesis, el transporte de azúcares y el metabolismo
del almidón, así como una disminución de la formación de compuestos ciano-
génicos y la tolerancia a condiciones de estrés. Esto a su vez ha permitido que
exista una amplia gama de cultivares con características contrastantes (Howeler,
2012; Wang et ál., 2014). El Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT)
es líder en la producción de variedades de yuca con diferentes funcionalidades
y adaptadas a gran variedad de ambientes. Esta institución trabaja en el mejora-
miento de la yuca desde 1969, en busca de aumentar el rendimiento por unidad
de área, asegurar la estabilidad del rendimiento a lo largo del tiempo y mante-
ner o mejorar la calidad del producto (Ospina y Ceballos, 2002). Cabe resaltar
que, para asegurar la estabilidad de los rendimientos, el material debe tolerar o
ser resistente a los principales factores bióticos y abióticos que limitan la pro-
ducción (Alzate, 2009). En este contexto, algunas de las variedades adaptadas a
Colombia son las reportadas por Ospina y Ceballos (2002) (Tabla 1).
En el marco del Subproyecto Plátano y Yuca se realizó la evaluación de los mate-
riales de yuca Peruana (MPER 183), Armenia (HMC1) y Verdecita (MCOL-1505)
bajo las condiciones edafoclimáticas de los municipios de Paime y Yacopí (Cun-
dinamarca), que están ubicados en la provincia de Rionegro, en altitudes entre
los 960 y los 1400 msnm. Dichos materiales son ampliamente cultivados en los
departamentos de Valle del Cauca, Cauca (norte), Quindío, Risaralda, Antioquia,

29
MATERIALES DE SIEMBRA

Tabla 1 Procedencia de algunas variedades de yuca y su año de liberación en Colombia

Lugar de procedencia Material


Costa Norte ICA Negrita (1993)
Corpoica Colombiana (2000)
Corpoica Sucreña (2000)
Corpoica Caribeña (2000)
Corpoica Rojita (2000)
Valles interandinos ICA P-11, CM 40 (1984, Manquiteña)
ICA P-12, CMC 76 (1984, Verdecita)
ICA P-13 (1986, ICA Armenia)
Llanos Orientales CMC 9 (Llanera)
ICA Catamare (1990, Raya 7)
ICA Cabucán (1990)
Reina (2000)
Juan V
Brasil MCOL 2264 (Ornamental)
Fuente: Ospina y Ceballos (2002).

Santander, Norte de Santander y Tolima. A su vez son recomendados para la


zona cafetera en el trópico medio, en altitudes entre los 800 y los 1200 msnm,
temperaturas entre los 24 y los 28 °C y precipitaciones de 1000 a 2000 mm/año.
Las variedades evaluadas son para el consumo en fresco y la diferencia princi-
pal es el momento de ramificación, es decir, cuando el tallo principal presenta
la primera bifurcación. En las variedades Verdecita y Peruana la ramificación
es más temprana que en la variedad Armenia. Por otro lado, el color del pecio-
lo de la variedad Verdecita es verde, a diferencia de las variedades Peruana y
Armenia, que presentan una coloración rojiza (Figura 6). De acuerdo con las
evaluaciones realizadas, el material Peruana presentó unas características de
desarrollo y producción superiores a las del material utilizado tradicionalmen-
te por los productores (Armenia). Su rendimiento fue de 2,4 toneladas más por
hectárea que el rendimiento de la variedad Armenia, lo cual perfila a dicho ma-
terial (Peruana) como una opción viable en las zonas productoras de yuca en el
departamento de Cundinamarca.

30
PRODUCCIÓN DE SEMILLA CON CALIDAD

Figura 6 Variedades Peruana (a), Armenia (b) y Verdecita (c).


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Producción de semilla con calidad


El método más utilizado para la propagación del cultivo de yuca es el vegetativo,
que consiste en la siembra de estacas de tallo de aproximadamente 20 cm de
longitud con tres o cuatro yemas. Debido a que las raíces son más valoradas por
parte de los productores, estos descuidan los tallos destinados para la siembra,
lo que provoca su deterioro y pérdida de la calidad y/o viabilidad de las semi-
llas. De acuerdo con esto, se requiere desarrollar estrategias que permitan la
obtención de material de siembra de excelentes condiciones para asegurar una
producción rentable y conservar la sanidad de la semilla. En este contexto, la
producción de semillas se puede realizar en campo mediante la propagación en
áreas destinadas para tal fin (con la estrategia denominada Rincón de la Fortu-
na que se detallará más adelante en este capítulo) o en laboratorio, mediante
el cultivo de tejidos in vitro.

Propagación in vitro
La propagación in vitro es una técnica para la obtención de plantas nuevas a
partir de una o más células, lo que permite a su vez producir a partir de una
planta una gran cantidad de copias de esta (Figura 7 y Figura 8). Para adelan-
tar esta propagación se requieren condiciones controladas, que van desde la
selección en campo de una planta madre con excelentes características agronó-
micas y productivas, hasta el endurecimiento en invernadero de las plántulas
obtenidas.

31
MATERIALES DE SIEMBRA

Figura 7 Proceso de propagación in vitro de plantas de yuca. a) Selección y extracción de puntos


de crecimiento de meristemos a propagar. b) Siembra de puntos de crecimiento en agar nutritivo. c)
Meristemo bajo condiciones de crecimiento in vitro.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Selección de variedades: en este aspecto se debe tener en cuenta la adaptación


de las plantas a las condiciones edafoclimáticas donde van a ser sembradas,
su tolerancia a plagas y enfermedades, su vigor y su rendimiento productivo
(Benavides, Espitia, Bracho y Benítez, 2017).

Figura 8 Inducción de raíces en explantes de yuca. a) Explante recién sembrado. b) y c) Desarrollo de


órganos.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

32
PRODUCCIÓN DE SEMILLA CON CALIDAD

Micropropagación en laboratorio: mediante técnicas especializadas de labo-


ratorio se obtiene el material inicial, siguiendo las etapas que se describen a
continuación.

• Selección y desinfección del material: selección y desinfección de tejidos


provenientes de plantas en perfecto estado sanitario (Figura 7a).

• Establecimiento del explante: retiro de los puntos meristemáticos e intro-


ducción de estos en medios de cultivo con la composición nutricional y
hormonal necesaria para su crecimiento (Figura 7b).

• Propagación: selección de brotes con buenas características de desarrollo


e incorporación de estos a un medio para inducir la formación de nuevos
brotes, los cuales se subdividen y se siembran nuevamente en el medio de
cultivo (Figura 7c).

• Enraizamiento: una vez realizada la propagación, se seleccionan los explan-


tes para inducir la formación de raíces. Este proceso se lleva a cabo colocan-
do el explante en un medio con una composición de nutrientes y hormonas
que permite la inducción de raíces (Figura 8).

Endurecimiento de plántulas: las plantas en laboratorio están bajo cuidados


especiales y no pueden ser llevadas directamente a campo. Por lo anterior, se
requiere que pasen por una fase transicional de endurecimiento en invernade-
ro, para inducir la adaptación de las plántulas a condiciones de campo (Figura 9).
En esta etapa de la propagación in vitro se deben tener en cuenta factores tales
como: a) sustrato que garantice infiltración y desarrollo de raíces; b) disponi-
bilidad de agua mediante riego constante para evitar la deshidratación de las
plántulas, y c) uso de polisombra que reduzca la radiación y temperatura para
mantener la turgencia de las plántulas. Cabe resaltar que las plántulas produci-
das (plantas élite) deben ser llevadas al invernadero envueltas en papel húmedo
para su posterior trasplante en el sustrato (Figura 9). Esta fase tiene una dura-
ción aproximada de seis semanas, tiempo en el cual las plántulas contarán con
las condiciones fisiológicas necesarias para tolerar las condiciones de un vivero
convencional.

33
MATERIALES DE SIEMBRA

Figura 9 Plantas propagadas in vitro (a) y etapa de endurecimiento de estas (b).


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Instalación de camas de desarrollo


Una vez las plántulas han alcanzado su etapa de endurecimiento pueden ser
ubicadas en camas de desarrollo, antes de la siembra en campo. Estos espacios
deben contar con condiciones adecuadas para el sostenimiento de los materia-
les de yuca. Las camas de desarrollo pueden ser construidas con materiales de
fácil adquisición y/o obtenidos en la finca, siguiendo las siguientes recomenda-
ciones (Figura 10b):

• Contar con una cubierta de polisombra para regular la radiación sobre las
plántulas.

• Asegurar un cerramiento lateral con polisombra o mallas, con el fin de evitar


el ingreso de animales.

34
SIEMBRA DE MATERIALES IN VITRO

• Construir camas de germinación o contenedoras adaptadas para la siembra,


que cuenten con el sustrato adecuado para las plantas. Es importante que
el sustrato promueva el crecimiento de las raíces de las plantas y que los
materiales para la elaboración del sustrato sean de fácil consecución en el
municipio.

• Asegurar la cercanía de una fuente de agua de buena calidad para el sumi-


nistro hídrico a las plántulas, manteniendo el sustrato con una humedad
cercana a la capacidad de campo.

Figura 10 a) Planta propagada in vitro. b) Adecuación de camas de desarrollo en el municipio de


Yacopí, Cundinamarca.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Siembra de materiales in vitro


En la siembra de plantas propagadas in vitro se debe tener especial cuidado en
no dañar las raíces, así como asegurar la extensión total de la raíz principal de
cada planta en el sustrato, con lo cual se evitan deformaciones como la llamada
“cola de marrano”. Las plantas propagadas tienen un costo relativamente eleva-
do, por lo cual su uso no está destinado a la producción de raíces comerciales
sino a la producción de semillas tipo cangre, también denominadas “categoría

35
MATERIALES DE SIEMBRA

básica”. Para tal fin, las plantas propagadas in vitro deben ser trasplantadas a
campo y, una vez allí, se les debe dar un manejo diferenciado en espacios des-
tinados a la producción de semilla, siguiendo los parámetros del Rincón de la
Fortuna planteados por el CIAT en colaboración con la Corporación Colombiana
de Investigación Agropecuaria [Corpoica] (Ceballos y Hershey, 2017) y que se
explican a continuación.

Rincón de la Fortuna
Con el fin de que el agricultor sea autosuficiente en la producción de semilla de
buena calidad, se ha planteado una estrategia denominada el “Decálogo del Rin-
cón de la Fortuna” (Ceballos y Hershey, 2017), que permite producir el material
de siembra. Dicha estrategia consiste en seguir los siguientes pasos:

1. Identificar el 10 % del área dedicada al cultivo de la yuca para la ubicación


del Rincón de la Fortuna, área que debe ser considerada como la mejor
parte del lote.

2. En el Rincón de la Fortuna se van a obtener cangres de excelente calidad


que serán la semilla para el ciclo de cultivo siguiente.

3. Usar tallos de buena calidad en la siembra, pues son la base fundamental


para asegurar el éxito del cultivo.

4. En el Rincón de la Fortuna se debe dedicar especial cuidado y atención a la


eliminación de arvenses y a la oportuna fertilización con abonos orgánicos
y químicos (Figura 11).

5. Vigilar con atención el Rincón de la Fortuna, recorrerlo periódicamente y


retirar toda planta diferente o que presente señales de enfermedad o de
haber sido atacada por insectos.

6. Cuando llegue el momento de la cosecha, realizar esta práctica en el resto


del lote menos en el Rincón de la Fortuna. La cosecha del Rincón de la
Fortuna se realiza únicamente cuando falten pocos días para el inicio de
las lluvias y para la siembra del siguiente cultivo de yuca.

36
RINCÓN DE LA FORTUNA

7. Durante la cosecha del Rincón de la Fortuna, levantar las plantas y solo


cosechar tallos de plantas con buena producción de raíces y que no tengan
síntomas de cuero de sapo o pudrición.

8. Almacenar los tallos cosechados bajo la sombra de un árbol frondoso y


cortar los cangres solo al momento de la siembra.

9. Antes de la siembra, hacer tratamiento químico (mezcla de Propineb y Clor-


pifiros en sus dosis comerciales) de los tallos o cangres para curarlos. Se
debe evitar llevar tallos enfermos o con plagas al lote, pues pueden afectar
a todo el sistema productivo.

10. Repetir los nueve pasos mencionados y prepararse para tener una planta-
ción nueva excelente.

Figura 11 Aplicación de fertilizante químico edáfico en una planta (a) y control de arvenses mediante
el plateo (b) en el Rincón de la Fortuna.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

37
MATERIALES DE SIEMBRA

Selección de semilla para la siembra


Los tallos que son usados para la obtención de semilla deben estar en buen
estado de maduración (de 10 a 15 meses de edad). Se pueden tomar tallos
secundarios cuando la ramificación está por debajo de los 1,5 m y solo tallos
primarios cuando la ramificación se da a una mayor altura (Iglesias, 1994). La
selección positiva de la semilla de yuca consiste en extraer la planta completa,
verificando el estado sanitario foliar y de raíces, prestando atención a posibles
ataques de insectos, como barrenadores de tallos o raíces (Figura 12). Además,
se debe observar la producción de raíces para tomar cangres de las plantas de
mayor rendimiento (López, 2002). Durante la selección y corte de la semilla se
deben descartar tallos muy lignificados y desinfestar la herramienta de trabajo.
En la Figura 13 se pueden observar los cangres cortados y seleccionados para la
siembra.

Figura 12 Selección positiva de una planta completa.


Fuente: Equipo CTA 2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

38
SELECCIÓN DE SEMILLA PARA LA SIEMBRA

Figura 13 Cangres cortados y seleccionados para la siembra.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

39
Manejo agronómico del cultivo

Es importante considerar que en el diagnóstico realizado al sistema productivo


de yuca en el departamento de Cundinamarca se encontró que este cultivo se
encuentra generalmente asociado a café, cacao, cítricos y plátano. Por lo tanto,
el manejo agronómico que hace el agricultor es el mismo para todos sus culti-
vos. Considerando lo anterior, a continuación se describe el manejo agronómico
específico para el cultivo de yuca.

Conservación de suelos y establecimiento del


cultivo de yuca
La siembra de yuca en suelos de ladera, como los de la región de la provincia de
Rionegro en Cundinamarca, debe ser manejada teniendo en cuenta las siguien-
tes recomendaciones con el fin de reducir las pérdidas de suelo por erosión
(Cadavid y López, 2015):

• Mejora en las condiciones del material de siembra mediante la selección y


el tratamiento de las estacas.

• Reducción del área sembrada empleando mejores técnicas de cultivo y dis-


minuyendo la siembra en pendientes fuertes.

• Reducción en la preparación del terreno implementando labranza mínima.

41
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

• Preparación del suelo y siembra con curvas a nivel.

• Aplicación de un plan eficiente de fertilización integrada.

• Siembra de franjas de barreras vivas.

• Cubrimiento del suelo con mulch (cubierta protectora).

• Siembra e incorporación de abonos verdes.

Los siguientes apartados se enfocan en el manejo y conservación de suelos


mediante la labranza cero y la siembra con curvas a nivel.

La labranza cero
La labranza cero o siembra directa es una de las estrategias implementadas para
la conservación de suelos, donde la semilla es directamente colocada en suelo
sin el uso previo de implementos de labranza agrícola como rastrillos, discos,
rotovator, cincel, etc. El uso de este método permite la acumulación de materia
orgánica en el suelo y el secuestro de carbono, que favorece una mayor agre-
gación, infiltración y aireación del suelo, reduciendo las pérdidas por erosión.
La siembra de yuca bajo el sistema convencional (con el uso de rotovator) en
comparación con la siembra directa no presenta diferencias en el rendimiento
del cultivo (Rivas et ál., 2009), por lo que la siembra directa no solo funciona
como una práctica de conservación, sino que puede reducir los costos de pro-
ducción. Sin embargo, en suelos que presenten problemas de compactación por
efecto del pisoteo de ganado, se puede considerar el uso del cincel como una
estrategia de labranza mínima.

Trazado en curvas a nivel


Los surcos para el cultivo de yuca en zonas de ladera se deben hacer imple-
mentando curvas a nivel (como práctica de trazado) y bajo técnicas de labranza
mínima. El trazado de los surcos debe ir en contra de la pendiente del terreno, lo

42
TRAZADO EN CURVAS A NIVEL

cual facilita a su vez las labores de mantenimiento del cultivo, un mayor porcen-
taje de raíces creciendo en contra de la pendiente, facilidad en los procesos de
cosecha y la disminución de remoción de suelo. Los arreglos más utilizados en
la siembra de yuca son en cuadro y rectangular (Figura 14) y su implementación
depende de la distancia de siembra que se vaya a manejar.

Figura 14 Sistema de trazado en cuadro (a) y rectangular (b) para plantas de yuca.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Para el trazo de las curvas a nivel se usan herramientas de fácil fabricación y


manejo como el caballete y el agronivel o nivel tipo A.

• Caballete: consiste en tres listones de madera: uno en la parte superior y


dos que lo sostienen (patas). La longitud del listón superior va a estar de-
terminada por la distancia entre las plantas, mientras que las dimensiones
recomendadas para las patas son de 70 cm de largo y 6 cm de ancho (Figu-
ra 15a). Sin embargo, la longitud de las patas se puede ajustar a la estatura
de la persona para facilitar el manejo de la herramienta. Finalmente, en la
parte superior se sujeta un nivel tipo burbuja el cual permitirá identificar la
variabilidad en el nivel del terreno y ajustar las curvas.

• Agronivel o nivel tipo A: consta de dos palos de 2 m y uno de 1,25 m de


largo, tres tornillos, una cuerda o pita de 2,5 m de longitud y una plomada o
elemento pesado (puede ser una piedra o una botella con arena). Se juntan
los dos palos más largos y se atornillan en uno de los extremos, buscando
que la cabeza del tornillo quede salida para amarrar la cuerda con la ploma-
da. El travesaño de 1,25 m se debe fijar de tal forma que la apertura final

43
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

del instrumento coincida con la distancia entre plantas que se desea mane-
jar. Al extremo de la cuerda se amarra la piedra o el elemento pesado que
sirve como plomada. Se puede utilizar también un nivel de burbuja fijado
al travesaño (Figura 15b).

• Trazado del terreno: En la parte superior del lote se coloca una estaca en el
punto donde se va a iniciar el trazado. Se ubica una de las patas del nivel al
pie de la estaca y la otra se gira en forma de compás (hacia arriba o abajo)
hasta que la plomada —o la gota del nivel—, quede en la mitad. En ese punto
se coloca otra estaca y se repite este procedimiento hasta llegar al final de
la primera curva. Es común que la línea de estacas presente ángulos que
dificulten la siembra, para lo cual se pueden reacomodar un poco las estacas
para que quede una línea suave sin curvas muy pronunciadas (Figura 16 y
Figura 17).

Figura 15 Caballete (a) y agronivel o nivel tipo A (b) para la elaboración de curvas a nivel.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Figura 16 Corrección de la curva obtenida.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

44
DISTANCIA DE SIEMBRA

Figura 17 Sistema de trazado con curvas a nivel para plantas de yuca.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Distancia de siembra
La distancia entre cada sitio de siembra está definida por el tipo de material
vegetal y las condiciones ambientales. Definir una distancia de siembra adecua-
da es de gran relevancia para hacer uso eficiente de los recursos, entre ellos el
suelo. Una baja densidad requiere más área para la siembra de una determina-
da población, mientras que una densidad alta necesita menos área, pero puede
traer dificultades en el manejo del cultivo y problemas fitosanitarios. En este
sentido, luego de evaluar dos distancias de siembra en el municipio de Yacopí,

45
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

se encontró que una distancia de siembra de 1,5 m por 1,5 m puede lograr ma-
yor rendimiento por planta en comparación con la distancia de 1 m por 1 m.

Ahoyado
Luego de definir la distancia de siembra que se va a implementar y tener mar-
cados los puntos donde se establecerán las plantas, se procede a realizar la
apertura y preparación de los sitios donde se sembrarán las estacas de yuca o
cangres. Los hoyos requieren una profundidad de 10 a 15 cm. Según los resul-
tados del análisis químico de suelos, el ingeniero agrónomo debe definir si se
requiere realizar la práctica de encalado. Si es necesario encalar, se debe hacer
al menos 30 días antes de la siembra.

Siembra
Se recomienda hacer la cosecha de los cangres lo más cerca posible de la siem-
bra del nuevo cultivo para evitar el deterioro en la calidad de la semilla y, en
caso de ser necesario un almacenamiento, los tallos deben quedar a la sombra,
en posición vertical y en contacto con el suelo para evitar su deshidratación
(Figura 18a). Para evitar problemas fitosanitarios, previamente a la siembra de
las estacas estas se deben desinfectar sumergiéndolas en un recipiente con una
solución de insecticida y fungicida (mezcla de Propineb y Clorpifiros en sus do-
sis comerciales) (García y Rodríguez, 1994; Lozano, Toro, Castro y Belloti, 1987)
(Figura 18b). La época de siembra debe estar regida por los periodos de lluvias,
buscando garantizar humedad durante el periodo de brotación y evitando el
exceso de lluvias que propaguen enfermedades.
La profundidad de siembra recomendada es de 10 cm, con esto se evitan posi-
bles volcamientos y la exposición de las raíces (Toro y Atlee, 1983). La posición
del cangre horizontal, vertical u oblicuo no influye en el rendimiento de la plan-
ta. Sin embargo, la siembra vertical promueve una mayor profundización de las
raíces dificultando la cosecha. Por su parte, Toro y Atlee (1983) también seña-
lan que la siembra horizontal puede estimular la brotación de muchos tallos
secundarios, por lo cual es recomendada la siembra oblicua (Figura 19).

46
SIEMBRA

Figura 18 a) Varas de yuca almacenadas. b) Desinfección de cangres.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

En este sentido, en zonas de alta pendiente como las que se encuentran en los
municipios productores de yuca del departamento de Cundinamarca, la siembra
oblicua cobra relevancia ya que las estacas sembradas de esta forma garantizan
el desarrollo de las plantas en contra de la pendiente. Por otro lado, en climas
húmedos es recomendado dejar uno o dos puntos de crecimiento expuestos
para estimular la brotación más temprana.

Figura 19 Siembra de un cangre de yuca con ahoyado oblicuo.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

47
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

De acuerdo con lo anterior, el sentido de inclinación de los nudos influye en el


desarrollo de un mayor porcentaje de raíces, lo cual presenta, a su vez, ventajas
para las prácticas de fertilización y cosecha. Esto último es debido a la disminu-
ción de remoción de suelo en contra de la pendiente durante la cosecha de las
plantas. En la Figura 19 y la Figura 20 se puede observar la posición en la que
se debe sembrar la estaca, para garantizar un mayor porcentaje de raíces.

Figura 20 Posicionamiento y direccionamiento de los cangres.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Manejo eficiente de la fertilización integrada


El manejo eficiente de la fertilización integrada involucra el diagnóstico de la
fertilidad del suelo, conocer el historial del lote, plantearse una meta de rendi-
miento, conocer la cantidad y la época en la cual la planta requiere los nutrien-
tes, implementar un plan eficiente de fertilización integrada que incluya fuentes
orgánicas, biológicas y químicas, y conocer las condiciones ambientales que pre-
dominan en el lote de siembra. Lo anterior se complementa con el seguimiento
al cultivo que permita diagnosticar posibles desbalances nutricionales y hacer
a tiempo los respectivos ajustes. El manejo adecuado de la fertilidad del suelo
es una de las formas de prevenir su erosión, dado que permite el desarrollo de
plantas más vigorosas, favoreciendo a su vez la agregación del suelo, la cual se
mejora mediante el empleo de biofertilizantes y de fertilizantes orgánicos.

Historial del lote


La fertilización en un terreno proveniente de un periodo en barbecho difiere
de la fertilización de un lote cultivado. El manejo histórico de la fertilización
y la respuesta del cultivo a los diferentes planes de fertilización son un punto

48
META DE RENDIMIENTO

de referencia para realizar ajustes a los planes de fertilización propuestos, de


acuerdo con los resultados del análisis de suelo y/o foliar. Para los lotes que se
siembran por primera vez, se debe considerar la extracción total de nutrimen-
tos por parte de la planta, mientras que en los lotes previamente sembrados
con yuca la extracción de la raíz toma mayor relevancia, debido a que la parte
aérea puede ser incorporada cuando no es usada para alimentación animal o
producción de semilla.

Meta de rendimiento
El rendimiento de yuca en Colombia entre los años 2000 y 2009 se encontró
en 10,5 t/ha. Sin embargo, para el mismo periodo otros países reportaron ren-
dimientos de hasta 29,9 t/ha (Diaz, 2012) y, aunque existan zonas de Colombia
con un mayor rendimiento, estos datos reflejan una posibilidad de mejora en
este sentido. La meta de rendimiento influye directamente en la cantidad de
fertilizante a aplicar, dado que los requerimientos nutricionales varían según la
producción que se proyecta obtener. Para fijar una meta de rendimiento, ade-
más de tener en cuenta el rendimiento potencial de cada variedad, se debe tener
en cuenta el historial de producción del lote y los rendimientos alcanzados en
otros predios de la zona.

Análisis químico del suelo y su interpretación


Previamente a la siembra del cultivo se requiere conocer el estado de fertili-
dad del suelo. Para esto se cuenta con el análisis de suelo que permite conocer
propiedades químicas y físicas de un terreno en una época específica. Esta in-
formación es de gran relevancia debido a que da a conocer la disponibilidad
de nutrientes del suelo y es la herramienta para establecer medidas correctivas
encaminadas a tener un mejor rendimiento, mediante la formulación de planes
de fertilización sostenibles y eficientes. Para el diagnóstico de la fertilidad del
suelo se requiere la toma de una muestra representativa del lote a sembrar y
su envío a un laboratorio certificado, para la posterior interpretación de los
resultados. Dichos procedimientos involucran los siguientes pasos:

49
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

Toma de la muestra y envío al laboratorio: en lotes donde se establecerá el cul-


tivo por primera vez se recomienda tomar muestras de suelo dos meses antes
de la siembra, mientras que para lotes que ya han sido sembrados, dichas mues-
tras deben ser tomadas en las calles con una frecuencia de al menos dos años.
El suelo de un lote no es completamente homogéneo y se pueden presentar
cambios fuertes de pH, textura, profundidad u otras propiedades, que hacen
necesario un manejo diferenciado de la fertilización.
En este caso, y cuando las áreas son grandes, se recomienda realizar una zo-
nificación que agrupe las áreas con las mismas características y colectar varias
muestras de suelo para realizar su análisis independiente, con lo que se logra
una mayor eficiencia en la fertilización. La muestra de suelo enviada al labora-
torio, a su vez, se compone de varias submuestras tomadas aleatoriamente en
el terreno, sobre zonas que han sido categorizadas como homogéneas. Para la
toma de las submuestras se sugiere realizar un recorrido donde los puntos de
muestreo representen la totalidad de cada lote a muestrear (Figura 21).

Figura 21 Recorrido para toma aleatoria de muestras de suelo representativas para un terreno
heterogéneo que fue divido en tres lotes (muestras) más homogéneos.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

En los lugares donde se tomen las submuestras es recomendable remover pie-


dras, raíces, lombrices e insectos, así como plantas, vegetación superficial y

50
ANÁLISIS QUÍMICO DEL SUELO Y SU INTERPRETACIÓN

desechos de cosecha en un área de 40 × 40 cm. Posteriormente, con un barreno


se toman de 100 a 200 g de suelo y se depositan en un balde limpio. La muestra
también se puede tomar con pala o palín, haciendo un hueco en forma de ‘V’
para luego transferir al balde la porción central. Para el cultivo de yuca se acon-
seja tomar una submuestra que abarque los primeros 30 cm de profundidad
(Figura 22).

Figura 22 Profundidad para el muestreo de suelos.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Las submuestras de suelo deben ser mezcladas y homogenizadas, y luego se de-


ben poner en forma de círculo sobre una superficie limpia (de plástico o papel).
El círculo se debe dividir en cuatro, desechando dos cuartiles opuestos. Una
vez se separen las porciones, con el suelo restante se hace un nuevo círculo
y se repite el proceso hasta tener una cantidad de muestra cercana a 1 kg (Fi-
gura 23). El suelo seleccionado se debe empacar en una bolsa plástica limpia,
previamente rotulada con la información sobre el tipo de cultivo a sembrar, el
nombre de la finca y su ubicación, el nombre del productor y la fecha de toma
de la muestra, entre otros datos.

51
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

Figura 23 Cuarteo para la selección de la cantidad de muestra a enviar al laboratorio. De cada círculo
se toman dos cuartiles opuestos para formar el siguiente círculo y llegar a la muestra.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Interpretación del resultado de análisis de suelo: una vez se reciban los resul-
tados del análisis de laboratorio, existen varias consideraciones para interpre-
tarlos. Las más importantes son:

• pH: indica el grado de acidez del suelo, el cual se encuentra en un rango


que va desde cero (más acido) hasta 14 (más alcalino). Hay diversos grados
de acidez y alcalinidad del suelo, según lo lejos que estén del valor 7 de pH
(neutralidad). La mayoría de las especies de plantas tienen como pH ideal
valores cercanos a la neutralidad (Garrido, 1994).

• Conductividad eléctrica (CE): esta propiedad del suelo se refiere a la can-


tidad de sales existentes en el perfil del suelo (Garrido, 1994). Cuando la
CE supera los 2 deciSiemens por metro (dS/m) se afecta negativamente el
crecimiento y desarrollo de las plantas.

• Materia orgánica (MO): el carbono orgánico (CO) del suelo está asociado
directamente a la materia orgánica proveniente de residuos orgánicos par-
cialmente descompuestos (vegetales, animales y otros organismos), y a la
actividad microbiana. Igualmente, se puede encontrar en forma de humus y
en formas muy condensadas de composición próxima al carbono elemental

52
APLICACIÓN DE CORRECTIVOS

(Gallardo, 2016). En condiciones naturales, el CO del suelo resulta del ba-


lance entre la incorporación al suelo del material orgánico fresco y la salida
de carbono del suelo en forma de CO2 a la atmósfera (Aguilera, 2000; Swift,
2001), así como la erosión y la lixiviación. La cantidad de MO determina tan-
to el contenido como la disponibilidad de algunos elementos en el suelo. La
MO contribuye con la mejora de la estructura, porosidad y agregación del
suelo, y la disminución de la erosión; también promueve la proliferación de
organismos benéficos del suelo (Garrido, 1994). Del mismo modo, aumenta
la capacidad amortiguadora del suelo y la capacidad de intercambio catió-
nico (CIC), ya que cada 1 % de MO equivale a 2 cmol+/kg en la CIC. Por lo
general, la MO dividida por 20 es igual al porcentaje de nitrógeno (N) y su
interpretación depende de la temperatura. Se considera así un contenido
bajo de MO cuando es < 5 % en clima frío, < 3 % en clima medio y 1,5 % en
clima cálido (Labrador, 1996).

• Capacidad de intercambio catiónico (CIC): es la capacidad que tiene el sue-


lo de retener nutrientes y está directamente relacionada con la textura (tipo
de arcilla) y el contenido de MO. En Colombia la CIC es muy variable y mien-
tras más alta sea se considera que mayor será la fertilidad natural del suelo
(Garrido, 1994; ICA, 1992). Los niveles de referencia de la CIC en suelos co-
lombianos se clasifican en: baja (< 10 cmol+/kg), media (10 a 20 cmol+/kg)
y alta (> 20 cmol+/kg) (ICA, 1992).

• Saturación de bases: hace referencia al porcentaje de los cationes principa-


les: calcio (Ca), magnesio (Mg), potasio (K) y sodio (Na), con respecto al valor
de la capacidad de intercambio catiónico efectiva [CICE] (Garrido, 1994).

Aplicación de correctivos
Para la corrección de la acidez del suelo se dispone de diferentes materiales
(Tabla 2), como los carbonatos, el sulfato de calcio, los óxidos e hidróxidos de
calcio o magnesio y los silicatos, los cuales neutralizan la acidez del suelo y apor-
tan bases como calcio o magnesio, las cuales ingresan al complejo de cambio y
desplazan iones de aluminio (Al) e hidrógeno (H). La CICE del suelo está com-
puesta por la sumatoria de las bases de cambio (K+, Mg2+, Ca2+, Na+) más la

53
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

acidez intercambiable (Al3+, H+) que, junto con la saturación de aluminio, son
de gran importancia para determinar las necesidades de material encalante. Mo-
lina (1998) propone una fórmula que toma en cuenta las variables anteriores uni-
das al Poder Relativo de Neutralización Total (PRNT), que considera la pureza
química y la fineza de los materiales encalantes:

1, 5 (Sat. Al − RAS) (CICE)


T/ha insumo = ×𝑓
100

Donde:

• 1,5 es un valor para neutralizar el aluminio no intercambiable y hacer co-


rrecciones de peso/volumen, con el fin de ajustar a una profundidad de in-
corporación de 15 cm (Yost, Smyth y Li, 1990).

• Sat. Al es el porcentaje de saturación de aluminio dado por el análisis de


suelo.

• RAS es el porcentaje de saturación de aluminio deseado.

• CICE es la capacidad de intercambio catiónico efectiva dada por el análisis


de suelo.

• 𝑓 es 100/PRNT

• PRNT es el poder relativo de neutralización total, que es el producto entre


el equivalente químico y la eficiencia granulométrica de la enmienda sobre
100 (Tabla 2).

El porcentaje de saturación de aluminio deseado del cultivo de yuca es 60 %,


ya que es el límite tolerado por el cultivo sin que este genere pérdidas de ren-
dimiento (Bertsch, 1995). Se recomienda el uso combinado de materiales en-
calantes, con el fin de promover el mejoramiento integral tanto de las bases
como del fósforo aprovechable. Finalmente, hay que tener en cuenta que las
cales solo reaccionan en presencia de agua, por lo que se debe garantizar que
haya humedad en el suelo para que se den las reacciones de óxido-reducción
necesarias para neutralizar la acidez.

54
DIAGNÓSTICO DE LA FERTILIDAD DEL SUELO Y DEL ESTADO NUTRICIONAL DE LA PLANTA

Tabla 2 Equivalente de CaCO3 de varios materiales de encalamiento

Nombre común Fórmula química Equivalente de CaCO3 %


Carbonato de calcio puro CaCO3 100
Caliza (cal agrícola) CaCO3 70-95
Cal viva CaO 150
Cal apagada Ca(OH)2 120
Cal dolomítica CaCO3MgCO3 110
Escorias Thomas - 60-70
Fuente: ICA (1992).

Diagnóstico de la fertilidad del suelo y del


estado nutricional de la planta
El análisis de suelo es una de las herramientas de mayor utilidad para formular
un plan de fertilización, ya que permite conocer las características físicas y quí-
micas de un determinado terreno en un tiempo específico. Una vez recibidos los
resultados del análisis por parte del laboratorio, estos deben ser interpretados
con la asesoría de un especialista en el tema, teniendo en cuenta parámetros
tales como los niveles críticos de las propiedades químicas del suelo (Tabla 3),
las condiciones de fertilidad de los suelos (Tabla 4), el estado nutricional de las
plantas (Tabla 5) y los requerimientos nutricionales del cultivo (Tabla 6).

Fertilidad de los suelos


Los niveles críticos de las propiedades químicas del suelo se enfocan en la con-
ductividad eléctrica, la concentración de los elementos nitrógeno (N), fósforo
(P), potasio (K), azufre (S), calcio (Ca), magnesio (Mg), hierro (Fe), manganeso
(Mn) y zinc (Zn), así como la saturación de aluminio (Al) y sodio (Na). En este
contexto y partiendo de las características físicas y químicas de los suelos aptos
para el cultivo de yuca reportados por Cadavid y López (2015), los suelos de los
municipios intervenidos por el Subproyecto Plátano y Yuca (Paime y Yacopí),
generalmente son deficientes en fósforo, potasio, magnesio, azufre, boro (B) y

55
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

manganeso; cuentan con niveles medios de MO, calcio, sodio, cobre (Cu) y CICE;
y alta saturación de aluminio y hierro (Tabla 4).
Tabla 3 Niveles críticos en las propiedades químicas del suelo para la producción de yuca

CE N P S Ca Mg K Sat. Al Sat. Na Fe Mn Zn
dS/m g/kg mg/kg cmol+/kg % mg/kg
0,5-0,6 < 1,5 10 8 0,25 0,12 0,15 80 < 3,0 < 2,0 5,0 1,0
Fuente: Cadavid y López (2015)

Tabla 4 Concentración de nutrientes en suelos de cada uno de los municipios donde se desarrolló la
validación de tecnologías para el cultivo de yuca en la provincia de Rionegro, Cundinamarca

Municipio Vereda MO CICE Ca Mg K Na Al P S B Cu Mn Fe Zn


Yacopí El Nopal < 0,55 0,22 0,15 < 0,10 3,19 12,4 3,91 0,15 1,6
6,28 5,08 1,41 371 < 1,00
Paime Plomo 5,17 5,85 1,21 0,52 0,3 < 0,10 3,24 18,6 7,64 0,18 2,86 12,4 837 1,97
Paime Santa Teresa 9,99 5,06 < 0,55 0,21 0,12 < 0,10 3,08 3,91 4,34 0,18 < 1,00 < 1,00 543 1,69

Nota: Metodología semáforo: rojo: nivel bajo; verde: nivel medio y amarillo: nivel alto. Los valores de
MO se dan como porcentaje (%). Los valores de CICE, Ca, Mg, K, Na y Al se dan en cmol+/kg. Los valores
de P, S, B, Cu, Mn, Fe y Zn se dan en mg/kg.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Por otro lado, complementario al análisis de suelo existe el análisis de tejido


foliar, el cual permite determinar el estado nutricional de la planta y hacer co-
rrecciones en la fertilización del actual y/o próximo ciclo de cultivo (Tabla 5).

Requerimientos nutricionales
Los requerimientos nutricionales por tonelada producida de yuca tienen varia-
ción de acuerdo con el tipo de material sembrado. Sin embargo, como referen-
cia general se pueden tomar los niveles reportados por Cadavid (2002) para este
cultivo (Tabla 6). Dichos valores son calculados a partir del rendimiento de una
tonelada de yuca fresca, por lo que para diseñar el plan de fertilización estos de-
ben ser multiplicados por el rendimiento esperado por el productor. Además, se
deben tener en cuenta las condiciones edafoclimáticas de la zona, conocer las
fuentes de fertilizantes disponibles en el mercado, la capacidad adquisitiva del
productor y la relación costo/beneficio, con el fin de promover la sostenibilidad
del sistema productivo.

56
ÉPOCAS DE FERTILIZACIÓN

Tabla 5 Concentración de nutrientes en las láminas foliares de yuca más jóvenes completamente
expandidas (3 a 4 meses)

Niveles críticos en hoja


Elemento Deficiente Bajo Suficiente Alto Tóxico
N (%) < 4,7 4,7-5,1 5,1-5,8 > 5,8 -
P (%) < 0,30 0,30-0,36 0,36-0,50 > 0,50 -
K (%) < 1,0 1,0-1,3 1,3-2,0 > 2,0 -
Ca (%) < 0,65 0,65-0,75 0,75-0,85 > 0,85 -
Mg (%) < 0,27 0,27-0,29 0,29-0,31 > 0,31 -
S (%) < 0,24 0,24-0,26 0,26-0,30 > 0,30 -
B (ppm) < 20 20-30 30-60 60-100 > 100
Cu (ppm) <5 5,0-6,0 43379 42278 > 15
Fe (ppm) < 100 100-200 120-140 140-200 > 200
Mn (ppm) < 45 45-50 50-120 120-250 > 250
Zn (ppm) < 25 25-30 30-60 60-120 > 120
Nota: ppm equivale a partes por millón.
Fuente: Cadavid y López (2015).

Tabla 6 Requerimientos nutricionales en kg de nutrientes para la producción de una tonelada de yuca

Nutriente N P K Ca Mg S
Requerimiento (kg/t) 4,42 0,67 3,58 1,36 0,82 0,42
Fuente: Cadavid (2002).

Épocas de fertilización
La aplicación de fertilizantes en el departamento de Cundinamarca generalmen-
te se realiza durante la siembra o en el desarrollo del ciclo de cultivo.
La planta de yuca durante el primer mes de siembra se abastece de las reservas
presentes en el cangre (Figura 24), por lo que una fertilización en los primeros
30 días después de la siembra se hace poco eficiente, excepto si la fuente de fer-
tilizante es de liberación lenta, para así evitar el lavado de nutrientes (Cadavid
y López, 2015).
Las prácticas de fertilización deben hacerse antes de que la planta cumpla cua-
tro meses a partir de la siembra, ya que luego de este periodo se presenta la

57
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

movilización de los nutrientes acumulados a los tallos y las raíces, disminuyen-


do así la toma de nutrientes del suelo (Ospina y Ceballos, 2002); por esto se
hace necesario fraccionar la fertilización (aplicaciones a 30 y 60 días después
de la siembra).

Figura 24 Lote 15 días después de la siembra; el cangre aun provee el alimento para el desarrollo de la
planta.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Formas de aplicación del fertilizante


Cuando los cultivos de yuca son de grandes extensiones, una de las alternativas
para realizar la fertilización del cultivo es al voleo o en hilera durante la siembra
mediante el uso de maquinaria. Sin embargo, en unidades productivas pequeñas
de monocultivo o asocio, con un alto grado de pendiente, la fertilización debe
realizarse de forma manual en banda o media luna a una distancia de 10 cm
del pie de la planta, tapando luego el producto con suelo (Torres, Moreno y
Contreras, 1999) (Figura 25).

Fertilización orgánica y biológica


La fertilización química debe ser complementada con el uso de fertilizantes or-
gánicos y biológicos que incrementen la eficiencia y potencien los beneficios

58
FERTILIZACIÓN ORGÁNICA Y BIOLÓGICA

Figura 25 Fertilización en media luna en plantas de yuca.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

en la planta (nutrición y bioestimulación). El uso de abonos orgánicos contri-


buye positivamente al mejoramiento de la porosidad del suelo, la capacidad de
retención de nutrientes, capacidad de intercambio catiónico (CIC), y la reten-
ción de humedad; también incrementa la disponibilidad de nutrientes como el
nitrógeno, fósforo, azufre y los micronutrimentos. Dichos abonos deben estar
completamente maduros para evitar problemas sanitarios. Adicionalmente, los
biofertilizantes como las micorrizas y los microorganismos solubilizadores de
fósforo o fijadores de nitrógeno ponen a disposición de la planta una mayor
cantidad de estos nutrientes, lo cual reduce la cantidad de fertilizante químico
a aplicar. En algunos casos pueden tener influencia en procesos biológicos y
mejorar la tolerancia al estrés biótico o abiótico. En este sentido, la implemen-
tación de fertilización integrada con fuentes químicas, orgánicas y biológicas en
la provincia de Rionegro influyó positivamente en el rendimiento de la planta
de yuca, en comparación con el uso exclusivo de fertilizantes químicos.

59
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

Implementación de tipos de fertilización en la provincia


de Rionegro, Cundinamarca
En las PIPA de dos municipios de la provincia de Rionegro (Yacopí y Paime), se
evaluaron tres planes de fertilización en la variedad de yuca Armenia:

a) Fertilización química: aplicación química de fertilizantes edáficos (elemen-


tos mayores y menores), según el análisis de suelo. La aplicación fue frac-
cionada al primer y tercer mes después de la siembra.

b) Fertilización integrada: consiste en la aplicación del 50 % de la fertilización


química edáfica, sumado a la inoculación con hongos formadores de micorri-
zas arbusculares y bacterias fijadoras de nitrógeno y solubilizadoras de fósfo-
ro (estas bacterias solo se aplicaron en Paime) y aportes de materia orgánica.

c) Testigo: consiste en el manejo tradicional del agricultor (sin fertilización).

Efectos de la fertilización integrada en el número de hojas


y el rendimiento de la yuca
El comportamiento en el número de hojas tiende a ser similar en los tres tra-
tamientos. Sin embargo, hacia el final del ciclo de cultivo en Paime el número
de hojas con el tratamiento de fertilización integrada fue mayor que con la fer-
tilización química y en el testigo. Por su parte, en Yacopí no se presentaron
diferencias tan marcadas entre los tratamientos como en Paime.
El rendimiento de la yuca sí presentó un comportamiento marcado, donde la
mejor respuesta se presentó con la fertilizacion integrada en ambos municipios,
seguida de la fertilización química y finalmente del testigo. La fertilización quí-
mica presentó una producción 1,8 veces mayor que la fertilización testigo, y la
fertilización integrada 2,5 veces mayor con respecto al testigo y 1,4 veces mayor
en comparación con la química. Lo anterior ratifica la importancia de hacer un
uso eficiente de la fertilizacion integrada que combine fertilizantes químicos,
biológicos y orgánicos, lo que permite obtener una mayor producción y reducir
la aplicación de fertilizantes de síntesis química.

60
MANEJO INTEGRADO DE ENFERMEDADES E INSECTOS PLAGA

Manejo integrado de enfermedades


e insectos plaga
El cultivo de yuca en otras regiones del país puede tener limitaciones por diver-
sas plagas y enfermedades; sin embargo, en el diagnóstico fitosanitario realiza-
do en campo en el marco del Subproyecto Plátano y Yuca no se encontraron
altas incidencias que afectaran el rendimiento de los cultivos. A continuación
se describen los problemas fitosanitarios identificados que pueden llegar a ser
limitantes en la zona de trabajo en el departamento de Cundinamarca.

Mancha parda y blanca


Las manchas parda y blanca son causadas por los hongos Cercospora henningsii y
Phaeoramularia manihotis, respectivamente, y sobreviven en épocas de alta tem-
peratura, sobre lesiones viejas y hojas caídas, reactivándose en las épocas de
altas precipitaciones y trasmitiéndose a hojas nuevas en el hospedero. Su dise-
minación se da a través del viento y las lluvias.

Figura 26 Síntomas de mancha parda en el haz (a) y el envés (b) de la hoja en plantas de yuca.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

61
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

C. henningsii se desarrolla a temperaturas de 39 °C en plantaciones localizadas en


áreas donde las temperaturas son altas. Aunque depende de la susceptibilidad
del cultivar, su desarrollo es mayor cuando el cultivo tiene más de cinco meses
de edad (Figura 26). Las plantas afectadas presentan manchas color marrón con
bordes definidos y oscuros, localizados tanto en el haz como en el envés de la
hoja. Adicionalmente, muestran un halo amarillo alrededor de las lesiones con
fondo gris oliváceo en el envés. Cuando el daño aumenta, las plantas desarrollan
hojas cloróticas y secas, y puede llegar a causar defoliación severa y/o total en
épocas lluviosas y cálidas (Álvarez y Llano, 2002).

Figura 27 Síntomas de mancha blanca en el haz (a) y envés (b) de la hoja en plantas de yuca.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Por su parte, P. manihotis se desarrolla a temperaturas de 33 °C y presenta le-


siones más pequeñas a las inducidas por C. henningsii. Se manifiesta con puntos
blancos con borde difuso en el envés de la hoja con bordes pardo-violeta ro-
deados por un halo marrón o amarillento y aspecto aterciopelado grisáceo en
el centro de las lesiones (Álvarez y Llano, 2002) (Figura 27). El manejo dado a
estas enfermedades es mediante la reducción del exceso de humedad en la plan-
tación y la aplicación de fungicidas a base de cobre (óxido de cobre y oxicloruro
de cobre), realizando aspersiones de acuerdo con la presión y/o incidencia de
la enfermedad y utilizando las dosis comerciales de los productos registrados
ante el ICA para su uso en el cultivo.

62
MANEJO INTEGRADO DE ENFERMEDADES E INSECTOS PLAGA

Mancha de anillos circulares


Enfermedad causada por el hongo Phoma sp., el cual se desarrolla a una tempe-
ratura promedio de 22 °C, durante la época seca en zonas cálidas. Inicialmente
las plantas afectadas presentan anillos concéntricos hacia el haz de la hoja y
manchas foliares de color marrón con márgenes indefinidos. Dichos síntomas
se observan en las puntas, bordes, vena central o venas secundarias de las hojas,
y pueden causar defoliación severa y muerte descendente en épocas de altas
precipitaciones, sobre las variedades susceptibles (Figura 28). Particularmente,
las hojas maduras son más susceptibles al ataque; sin embargo, en algunas va-
riedades de yuca se desarrolla sobre hojas jóvenes (Álvarez y Llano, 2002). Fi-
nalmente, el manejo de la enfermedad se basa en la aspersión regulada con
compuestos a base de azufre que cuenten con registro ICA para su uso en el
cultivo.

Figura 28 Síntomas de mancha de anillos circulares en el haz (a) y envés (b) de la hoja en plantas de
yuca.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Añublo bacteriano
Enfermedad causada por la bacteria Xanthomonas axonopodis pv. Manihotis, la cual
causa muerte descendente de peciolos y tallos. Al inicio de la infección se ob-
servan manchas foliares de apariencia acuosa en el envés de las hojas. Estas
manchas pueden llegar a cubrir completamente las hojas, adquieren una colora-
ción marrón (quemazón) y se acompañan de una exudación gomosa en los tallos

63
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

jóvenes (Álvarez y Llano, 2002) (Figura 29). Dada la importancia epidemiológi-


ca de la enfermedad sobre el cultivo de yuca, su manejo se realiza de manera
preventiva mediante la selección y siembra de material sano, el tratamiento de
las estacas con productos a base de cobre que cuenten con registro ICA, y la
fertilización de acuerdo con el análisis de suelo. En caso de presentarse plantas
afectadas, estas se deberán erradicar y, posteriormente, se le deberá aplicar al
material enfermo una solución de formaldehído al 5 %.

Figura 29 Síntomas de añublo bacteriano en plantas de yuca.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Virus del mosaico común de la yuca


Enfermedad viral de baja incidencia en los municipios de Paime y Yacopí (Cundi-
namarca). Las plantas afectadas presentan sintomatología que va desde mosai-
cos (ver Figura 30), clorosis (hojas amarillas) y manchas verdes claras a oscuras
delimitadas por las nervaduras, hasta la reducción del crecimiento cuando se
ven expuestas a periodos prolongados de frío (Figura 30). Para su manejo se
recomienda preventivamente la selección de material de propagación sano, así
como desinfectar las herramientas utilizadas en las labores del cultivo. En caso
de identificar plantas jóvenes enfermas, estas deben eliminarse, mientras que
para plantas próximas a cosechar la recomendación es la quema de los tallos
una vez se hayan cosechado las raíces (Calvert y Cuervo, 2002).

Cuero de sapo
Problema fitosanitario asociado a un fitoplasma (Álvarez, Mejía, Loke, Llano y
Hernández, 2003). Cuando las plantas de yuca se ven expuestas a esta enferme-
dad la raíz presenta depresiones con bordes que se unen semejando una red o

64
MANEJO INTEGRADO DE ENFERMEDADES E INSECTOS PLAGA

Figura 30 Síntomas de virus del mosaico común de la yuca.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

un panal. Adicionalmente, la cáscara se torna leñosa, gruesa, corchosa, quebra-


diza y de color opaco, lo que dificulta su desprendimiento de la pulpa (Figura 31).
En la parte aérea en ocasiones se pueden observar clorosis o moteados en las
hojas, acompañados de un encrespamiento o curvatura de los bordes foliares
(Álvarez et ál., 2015). Como medida de manejo se recomienda la selección de
semillas a partir de plantas sanas, la desinfección de herramientas con deter-
gente o hipoclorito de sodio, así como la eliminación de plantas con incidencia
superior al 10 % (Calvert y Cuervo, 2002).

Figura 31 Síntomas de cuero de sapo en las raíces de yuca.


Fotografía: Luis Fernando Calle (2010).

Gusano cachón
Larva del lepidóptero Erinnyis ello (Lepidoptera: Sphingidae), que consume el folla-
je de las plantas de yuca en grandes cantidades, por lo cual es considerado como
una de las plagas más importantes en este cultivo (Bellotti, Arias y Reyes, 2002)
(Figura 32). El manejo que se le da a esta plaga está regido por el umbral de daño

65
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

económico, de acuerdo con el estado fenológico de las plantas. Se ha establecido


que, en plantaciones entre dos y cinco meses con cinco larvas por planta, y plan-
taciones entre siete y nueve meses con 29 larvas por planta, se podría presentar
defoliación total del cultivo. Por ende, es indispensable un control preventivo
para evitar el deterioro del cultivo (Bellotti et ál., 2002). En este sentido, para su
manejo se recomienda la liberación de 50 a 100 pulgadas/ha del parasitoide Tri-
chogramma pretiosum (Hymenoptera: Trichogrammatidae), en los casos en que se
observen de cuatro a seis adultos de E. ello por hectárea. Dicha liberación está
acompañada de la implementación de trampas de luz hechas con mecheros. En
caso de observar de tres a cinco larvas por planta, se recomienda asperjar insec-
ticidas de baja toxicidad específicos para este insecto plaga, y que cuenten con
registro ICA para su uso en el cultivo. Adicionalmente, el control microbiano con
aspersiones del Bacillus thuringiensis en dosis de 2 a 3 g de producto comercial por
litro de agua provee un control efectivo, cuya eficacia aumenta cuando la larva
está en los tres primeros instares (Herrera, 1999).

Figura 32 Larva (a), pupa (b) y adulto (c) de gusano cachón (Erinny ello).
Fuente: Colección Taxonómica Nacional de Insectos Luis María Murillo, n.º cat.: 186 (AGROSAVIA, 2017).

Hormigas cortadoras
Problema fitosanitario causado por Atta cephalotes y Acromyrmex sp. (Hymenopte-
ra: Formicidae). Los insectos generan cortes de forma circular y/o en medialu-
na en los folíolos, que pueden confundirse con el daño causado por el gusano
cachón. Los segmentos que obtiene después de atacar las plantas son transpor-
tados en sus mandíbulas hasta los nidos, donde forman una pasta; sobre esta
crece el hongo Rhozites gongylophora. En casos severos de ataque los insectos

66
MANEJO INTEGRADO DE ENFERMEDADES E INSECTOS PLAGA

pueden defoliar completamente las plantas (Bellotti et ál., 2002) (Figura 33). El
manejo de esta plaga en las plantaciones se debe realizar mediante la aplica-
ción de productos a base de los hongos entomopatógenos Beauveria bassiana y
Metarhizium anisopliae, mezclados con hojuelas de avena y melaza, en los cami-
nos realizados por las hormigas. Por otra parte, cuando se identifica una alta
población de hormigas cortadoras, se recomienda realizar con una insufladora
la aplicación de un insecticida de baja toxicidad en los caminos, entradas y al
interior del hormiguero.

Figura 33 Hormigas cortadoras Atta cephalotes (a) y Acromyrmex sp. (b).


Fuente: Colección Taxonómica Nacional de Insectos Luis María Murillo, n.º cat.: 203 (AGROSAVIA, 2017).

Mosca blanca
La especie de mayor importancia económica en Colombia es Aleurotrachelus so-
cialis (Homoptera: Aleyrodidae), la cual causa daños directos al generar defor-
mación, encrespamiento y moteado verde amarillento de las hojas apicales e in-
termedias; y daños indirectos mediante fumagina, amarillamiento y secamiento
de las hojas medias y bajeras de la planta (Bellotti et ál., 2002) (Figura 34). El
manejo se da mediante la liberación de entre 20 000 y 50 000 larvas por hectá-
rea del depredador Chrysoperla sp. (Neuroptera: Chrysopidae) y la aspersión del
entomopatógeno B. bassiana, si se observan de 1 a 50 individuos por hoja. En

67
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

caso de que el umbral esté alrededor de los 200 individuos por hoja se procede
a la aplicación de un insecticida sistémico de baja toxicidad, que cuente con
registro ICA, específico para combatir este insecto plaga.

Figura 34 a) Adulto de mosca blanca (Hemiptera: Aleyrodidae). b) Adulto del depredador


Chrysoperla sp. c) Larva del depredador Chrysoperla sp.
Fuentes: a) Lindsey (2017). b) Hectonichus (2009). c) Steinert (2004).

Trips
Se han identificado varias especies que atacan las plantas de yuca en los puntos
de crecimiento. La más importante es la Frankliniella williamsi (Thysanoptera:
Thripidae), la cual genera una reducción del rendimiento y la producción de
material de siembra (Bellotti et ál., 2002) (Figura 35a). Para el caso del ataque de
trips, el manejo que se debe implementar es el mismo aplicado para el control
de mosca blanca que se describe en el apartado anterior. En este sentido, la
liberación de Chrysoperla sp., y la aspersión de B. bassiana se deben realizar al
observar de 7 a 10 individuos por brote; mientras que, si se observan más de 20
individuos por brote, se debe realizar la aplicación de un insecticida sistémico
de baja toxicidad, específico para trips. Por otro lado, otro controlador biológico
es el chinche pirata (Orius incidiosus) (Figura 35b).

Manejo de arvenses (malezas) y coberturas


La eliminación de las plantas que crecen paralelamente con los cultivos es una
práctica que se realiza desde el comienzo de la agricultura, debido a la compe-
tencia que se genera por los recursos necesarios para el óptimo crecimiento del
cultivo.

68
PRINCIPALES ARVENSES QUE AFECTAN EL CULTIVO

Figura 35 a) Frankliniella sp. b) Chinche pirata (controlador biológico para trips).


Fuentes: a) Peairs (2010). b) Dykinga (2010).

Aunque se tiene la percepción de que la planta de yuca es rústica, esta se ve


afectada por la competencia de arvenses, y se llegan a reportar pérdidas cerca-
nas al 30 % en del rendimiento, que pueden ascender al 50 % cuando las plantas
se encuentran en competencia con arvenses durante los primeros 60 días del
ciclo (Calle, 2002).
Se han creado diversos métodos para el control de las arvenses, que van desde
el uso de productos químicos hasta los métodos de control mecánico, cultu-
ral o genético. No obstante, la combinación de dichas técnicas arroja mejores
resultados que cuando se aplican por separado.

Principales arvenses que afectan el cultivo


Son limitados los reportes de flora arvense asociada al cultivo de yuca en
Colombia, aunque es común encontrar listas de arvenses basadas en otros culti-
vos. Sin embargo, trabajos como el de Doll, Pinstrup y Diaz (1977) y el de Doll y
Piedrahita (1976) reportan ciertas especies de arvenses asociadas a este cultivo.
Guayacana o pasto cogón (Imperata cylindrica L.): es una gramínea perenne, que
presenta rizomas a lo largo de los estolones y macollos arriba de cada rizoma
(Figura 36a). La planta tolera suelos con pH ácido, y se desarrolla mejor con una
alta incidencia de radiación solar. Adicionalmente, tolera el sombrío y es capaz
de invadir suelos húmedos y boscosos, formando finalmente colchones densos

69
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

en el suelo, lo cual evita el crecimiento de otras especies. Sobre esta especie se


ha reportado la capacidad de emitir en la rizosfera compuestos alelopáticos que
le confieren una ventaja en la competencia con otras plantas. Su propagación
se da mediante semillas y/o rizomas, llegando a desarrollar un sistema radical
profundo que limita su control manual, por lo que se recomienda hacer manejo
químico o hacer uso de leguminosas competitivas como Mucuna pruiriens.
Pasto yaraguá (Melinis minutiflora p. Beauv.): es una gramínea perenne semi-
rrecta con tallos basales que se extienden de las coronas. Se dispersa con el
viento y puede crecer en altitudes entre los 0 y los 2200 msnm; tolera los sue-
los ácidos y puede alcanzar una altura de hasta 150 cm (Figura 36b). No forma
estolones ni rizomas, pero sí raíces a partir de los nudos de los tallos, lo cual
le permite extenderse por encima del suelo. Sus hojas cuentan con pubescen-
cia blanca, su inflorescencia en panícula es de color rojo con semillas ligeras y
aristas alargadas.

Figura 36 a) Guayacana o pasto cogón (I. cylindrica L.). b) Pasto yaraguá (M. minutiflora P. Beauv.).
Fuente: a) Djatmiko (2007). b) Rose (2004).

Helecho de carne o helecho de marrano (Pteridium aquilinum L.): es un helecho


de la familia Dennstaedtiaceae de hábitats húmedos y secos. Puede alcanzar una
altura de un metro o más. Presenta un rizoma robusto y pubescente, y sus hojas
tienen peciolo largo de color oscuro y una lámina disectada. Dicha especie tole-
ra suelos ácidos y arcillosos (Figura 37a). Para su manejo se recomienda emplear

70
PRINCIPALES ARVENSES QUE AFECTAN EL CULTIVO

métodos químicos, mecánicos o manuales, los cuales pueden estar seguidos del
encalamiento del suelo.
Escoba dura o malva (Sida acuta Burm. f. y Sida rhombifolia L.): estas dos es-
pecies son pertenecientes a la familia Malvaceae. Generalmente presentan una
raíz profunda y pivotante. Presentan también un tallo ramificado que puede ser
erecto o postrado. La lámina foliar de S. rhombifolia presenta una hoja en formas
que van desde romboide a oblongo-lanceolada, mientras que S. acuta presenta
una hoja oblongada (Figura 37b).

Figura 37 a) Helecho de carne o helecho de marrano (P. aquilinium L.). b) Escobadura o malva (S.
rhombifolia L.).
Fuente: a) Olegiwit (s. f.). b) Daniel (2005).

Siempreviva (Commelina diffusa Burm. f.): es un arvense anual con un sistema


radical de crecimiento estolonífero. La lámina foliar es lanceolada con un ápice
puntiagudo. Tiene flores compuestas por dos pétalos azules y un pétalo central
blanco de menor tamaño; presenta numerosos estambres con anteras amarillas
y dos estilos blancos (Figura 38a). Esta especie tolera suelos secos, aunque se
desarrolla mejor en condiciones húmedas y suelos fértiles. Además de propa-
garse mediante estolones, el ovario de las flores fecundadas se convierte en una
cápsula elipsoide bicarpelar que contiene dos semillas planas.
Coquito (Cyperus esculentus L. y Cyperus rotundus L.): es una planta perenne. Pre-
senta rizomas y sus raíces pueden producir tubérculos elipsoidales. Presenta
un tallo solitario, erecto y triangular. Sus inflorescencias están antecedidas por

71
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

brácteas cafés, y cuenta con flores de color café organizadas en forma de es-
piguilla (Figura 38b). Esta arvense es tolerante a la sequía. Además, puede per-
manecer en el suelo en estado de latencia. Se ha reportado su capacidad de
producir compuestos alelopáticos, así como casos de resistencia a herbicidas,
lo cual dificulta su erradicación.

Figura 38 a) Siempreviva (C. diffusa Burm. f.). b) Coquito (C. esculentus L. y C. rotundus L.).
Fuente: a) Zell (2009). b) Rickjpelleg (2005).

Manejo de arvenses en el cultivo de yuca


Manejo mecánico y manual: control mediante guadaña entre las calles y con
machete para el plateo, cuatro o cinco veces al año, dependiendo de la presión
de las arvenses. Se dejan los residuos sobre el terreno para generar una cober-
tura que disminuya la erosión hídrica (Figura 39).
Manejo químico: aunque lo ideal es el control mecánico y manual, cuando no se
cuenta con la suficiente mano de obra o cuando sus costos son elevados, se reco-
mienda hacer uso de herbicidas preemergentes. Sin embargo, estos controlan las
arvenses hasta 40 o 50 días, tiempo en el cual las plantas de yuca aún están peque-
ñas debido a su lento crecimiento inicial, lo cual hace necesaria la aplicación de
herbicidas posemergentes (Calle, 2002; Doll et ál., 1977). Adicionalmente, antes

72
MANEJO DE ARVENSES EN EL CULTIVO DE YUCA

de implementar dicho control, se debe tener en cuenta la fertilidad y la humedad


del suelo, el costo de los herbicidas y la disponibilidad de los equipos para su apli-
cación. En la Tabla 7 se detallan los tipos de herbicidas, su época de aplicación y
las dosis recomendadas para el manejo de arvenses en el cultivo de yuca.

Tabla 7 Herbicidas y sus combinaciones para el control de arvenses (malezas) en el cultivo de yuca

Producto Características
Nombre comercial Nombre técnico Selectividad Época de Dosis producto Tipo de arvenses
aplicación comercial/ha controladas
Karmex Diurón M Pre. 2,0-3,0 kg Hoja ancha
Lazo Alaclor A Pre. 3,0-4,0 l Gramíneas
Cotorán Fluometurón M Pre. 4,0-5,0 l Hoja ancha
Goal Oxifluorfén M Pre. 2,0-4,0 l Hoja ancha/gramíneas
Sencor Metribuzín M Pre. 1,0-1,5 l Gramíneas
Afalón Linurón M Pre. 2,0-3,0 kg Hoja ancha/gramíneas
Treflán Trifluralina A Psi. 2,5-3,5 l Hoja ancha/gramíneas
Dual Metolaclor A Pre. 3,0-4,0 l Gramíneas
Roundup Glifosato No selectivo Pos. 2,0-3,0 l Hoja ancha/gramíneas
Basta Glufosinato No selectivo Pos. 1,0-3,0 l Hoja ancha/gramíneas
Fusilade Fluazifop A Pos. 1,0-3,0 l Gramíneas
Gramoxone Paraquat No selectivo Pos. 2,0-3,0 l Hoja ancha/gramíneas
Karmex + Lazo M Pre. 1,0-1,5 + 1,5-2,0 Hoja ancha/gramíneas
Cotorán + Lazo M Pre. 1,0-2,5 + 1,5-2,0 Hoja ancha/gramíneas
Goal + Lazo M Pre. 1,0-2,0 + 1,5-2,0 Hoja ancha/gramíneas
Afalón + Lazo M Pre. 1,0-1,5 + 1,5-2,0 Hoja ancha/gramíneas
Karmex + Dual M Pre. 1,0-1,5 + 1,5-2,0 Hoja ancha/gramíneas
Cotorán + Dual M Pre. 1,0-2,5 + 1,5-2,0 Hoja ancha/gramíneas
Goal + Dual M Pre. 1,0-2,0 + 1,5-2,0 Hoja ancha/gramíneas
Afalón + Dual M Pre. 1,0-1,5 + 1,5-2,0 Hoja ancha/gramíneas

Nota: Dosis menor en suelos livianos y mayor en suelos pesados. M: mediana. A: alta.
Pre.: preemergentes. Pos.: posemergentes. Psi.: presiembra incorporado.
Fuente: Ospina y Ceballos (2002).

Coberturas: el uso de coberturas muertas como el mulch es una alternativa efi-


caz para el control de arvenses en los cultivos de yuca debido a que compite con
las arvenses por luz, controla su crecimiento y protege el suelo de la erosión
(Figura 39).

73
MANEJO AGRONÓMICO DEL CULTIVO

Figura 39 Residuos del control de malezas como cobertura muerta en el municipio de Paime
(Cundinamarca).
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

74
Cosecha y poscosecha

Debido al rápido deterioro fisiológico de la raíz poco después de la cosecha


y, por consiguiente, su limitada vida útil (debido a que el almidón en la raíz
se transforma en dióxido de carbono y agua, y una parte se convierte en su
componente básico, azúcar, para continuar con el proceso de respiración de
la raíz), se hace necesaria la implementación de prácticas de poscosecha. En
países en desarrollo, la raíz de la yuca es un alimento valioso por ser fuente de
energía, razón por la cual es necesario realizar un manejo óptimo del producto
cosechado, su acondicionamiento y su almacenamiento para evitar el aumento
de pérdidas poscosecha (Amarachi, Oluwafemi y Umezuruike, 2015).

Labores de cosecha
Momento óptimo de cosecha: escoger el momento óptimo de cosecha en yuca
es una tarea difícil, pues depende de factores como la variedad, el clima y el
uso que se le vaya a dar a la cosecha. De acuerdo con esto, El-Sharkaway (2007)
reporta un rango de tiempo para la cosecha de la yuca entre los 6 y los 12 meses
después de la siembra. No obstante, existen variedades precoces que en climas
favorables pueden alcanzar un tamaño comercial de sus raíces a los 6 meses.
Sin embargo, si el clima es menos favorable, la cosecha se puede retardar hasta
los 9 o incluso los 12 meses (Brecht, 2002).
Factores a tener en cuenta para la cosecha: una vez se reconoce el momento óp-
timo para la cosecha es necesario tener ciertas precauciones durante esta labor

75
COSECHA Y POSCOSECHA

pues, de no realizarse correctamente, la vida útil en poscosecha del producto


se reduce significativamente, limitando las oportunidades de comercialización
al productor (Brecht, 2002):

• Sembrar teniendo en cuenta que la fecha de la cosecha coincida con una


época seca, ya que cosechar en días lluviosos es perjudicial para la vida en
anaquel.

• Tener un adecuado manejo de arvenses en el plato de la planta, de lo con-


trario, será más probable que durante la cosecha las raíces (yucas) se partan,
debido al amarre de estas con arvenses circundantes (Ospina y Ceballos,
2002).

• No cosechar plantas con alta incidencia de plagas y enfermedades, ya que


esto reduce la vida poscosecha.

Destronque o destoconado: consiste en cortar la parte aérea de la planta a una


altura de entre 20 y 30 cm del suelo con una antelación de una a dos semanas.
Esta práctica se realiza para endurecer las raíces debido a la pérdida de agua y
así retardar el deterioro poscosecha (Bartz y Brecht, 2003).
Cosecha o extracción de las raíces: la extracción de las raíces se puede hacer
manualmente o asistida con un cosechador (Figura 40). El primer método es
exigente en energía y tiempo, pues llega a requerir entre 22 y 62 jornales/ha
(Amponsah, Sheriff y Byju, 2014). Por su parte, la cosecha asistida puede rea-
lizarse mediante un cosechador desarrollado por el CIAT. Dicha herramienta
permite anclar con una cuchilla el tallo a una barra que hace las veces de palan-
ca para multiplicar la fuerza ejercida por la persona que cosecha (Figura 40 c),
lo que reduce el número de jornales/ha a entre tres y cuatro.
Separación o despitone de las raíces: una vez haya sido extraído el sistema de
raíces se procede a realizar el despitone, que consiste en separar cada una de
las raíces de la base del tallo o tocón con un machete previamente desinfectado
(Figura 41). Es importante que no se produzcan cortes involuntarios, pues en
tales casos se desencadena una respuesta al estrés oxidativo, manchando la
periferia de la herida (Ospina y Ceballos, 2002).

76
LABORES DE POSCOSECHA

Figura 40 a) Cosecha de yuca manual. b) Cosecha de yuca asistida mediante cosechador.


c) Funcionamiento del cosechador manual CIAT: 1. Sujetar el tallo principal con la cuchilla. 2. Afianzar la
cuchilla al tallo y girar el cosechador en sentido horario. 3. Extraer las raíces halando suavemente.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Labores de poscosecha
Acondicionamiento en campo: se recomienda que las operaciones de acondi-
cionamiento se realicen en un punto de acopio, que puede estar en una ubi-
cación estratégica dentro del lote o fuera de este. Los puntos de acopio deben

77
COSECHA Y POSCOSECHA

Figura 41 Separación o despitone de las raíces de yuca del tocón.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

ubicarse en lugares despejados, retirados de cualquier fuente de contaminación


como aguas servidas (residuales), botaderos de basura e insumos químicos y/o
biológicos. Deben estar preferiblemente aislados para evitar la entrada de lluvia,
sol, animales o plagas.
Selección: una vez las raíces de yuca son cosechadas y separadas del tocón, se
procede a realizar una selección descartando las que presentan daños microbio-
lógicos y mecánicos severos (rajado), los cuales facilitan el ataque de microor-
ganismos (Figura 42).
Limpieza y desinfección: las siguientes actividades están sujetas a un análisis
de costos y al mercado destino que valore el costo adicional que esto implica.
Se recomienda realizar una prelimpieza en el lugar en donde las raíces están
siendo recolectadas, eliminando la tierra y las impurezas adheridas a la cáscara
mediante el uso de un cepillo de cerdas suaves. También es recomendable la
limpieza de las raíces con agua y un cepillo de cerdas flexibles (Figura 43a).
Adicionalmente, con el uso de unas tijeras se pueden cortar las raíces pequeñas
que se desprendan de las raíces tuberosas (Figura 43b). Finalmente, para lograr
mayor conservación de la yuca, se puede realizar una desinfección sumergiendo

78
LABORES DE POSCOSECHA

las raíces en una solución de hipoclorito al 0,1 % durante 15 a 30 segundos y


posteriormente lavar las raíces con agua (Figura 44a y Figura 44b).
Secado: luego de la limpieza y desinfección, las raíces deben secarse por ex-
posición directa al sol teniendo cuidado de retirar las raíces una vez seca la
superficie, ya que la sobreexposición solar puede causar la deshidratación del
producto (Figura 45a).
Por otro lado, es posible secar las raíces bajo sombra colocándolas sobre una
superficie limpia donde haya una buena aireación que garantice el secado uni-
forme. Para ello se pueden implementar mallas que favorezcan la circulación
del aire y así acelerar el proceso de secado (Figura 45b).

Figura 42 Raíz de yuca con daños mecánicos (a) y microbiológicos (b).


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Figura 43 Lavado (a) y corte (b) de las raíces de yuca.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

79
COSECHA Y POSCOSECHA

Figura 44 Desinfección (a) y enjuague (b) de las raíces de yuca.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Figura 45 a) Secado de la yuca por exposición directa al sol. b) Secado de la yuca mediante el uso de
mallas.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Clasificación: una vez secas las raíces de yuca, se procede a realizar una clasifi-
cación de estas en tres categorías (A, B y C), según el tipo de raíz (comercial o
no) y la magnitud del daño físico recibido (Tabla 8). La categoría A corresponde
a las raíces de yuca comerciales que tienen poco o ningún daño físico, lo que
las hace aptas para ser tratadas y conservadas. En la categoría B se clasifican las
yucas comerciales que presentan daños severos, por lo que no son aptas para

80
LABORES DE POSCOSECHA

ser conservadas. Estas yucas se destinan principalmente para consumo humano


inmediato, alimento animal o también se pueden usar en la producción de al-
midón. Las raíces de yuca no comerciales, o de categoría C, también podrían
destinarse a alimentación animal para aprovechar así toda la cosecha (Alonso y
Gallego, 2005).

Tabla 8 Categorías en las que se clasifican las raíces de yuca para su uso

Categoría Uso de la raíz Daño físico de la raíz Frecuencia en lote (%)


A Comercial o de conservación Leve o ninguno 80-90
B Comercial Severo 5 a 10
C No comercial Presente o ausente 5 a 10
Fuente: Alonso y Gallego (2005).

Parafinado: si se busca una mayor conservación del producto, se puede realizar


el parafinado de las raíces. Este método consiste en el recubrimiento con parafi-
na, el cual es clave para la conservación de las raíces frescas de yuca (Fonseca y
Saborío, 2001). Antes del parafinado, se deben cortar los extremos y las raíces
pequeñas de la superficie de la yuca, con el fin de mejorar su apariencia y eli-
minar las puntas delgadas, que son propensas a quebrarse después e iniciar el
deterioro vascular. Generalmente el método de parafinado es manual: se realiza
sumergiendo las raíces de yuca en un recipiente con parafina a una temperatura
que fluctúa entre los 140 y los 160 °C (Figura 46a). Inicialmente, se introduce
la mitad de la raíz por dos a tres segundos, se saca y se espera que la película
de parafina se enfríe sobre ella. Después se introduce la otra mitad. Si la tempe-
ratura de la parafina es menor de 140 °C se deposita en la raíz una película de
parafina muy gruesa que aumenta el consumo de este material (Figura 46b) y
además se demerita la calidad de la yuca. Por encima de los 160 °C, la parafina
se evapora rápidamente y forma grumos.
Empaque: según los requerimientos del mercado, las raíces de yuca parafina-
das y sin parafinar se pueden empacar en canastillas plásticas, bolsas plásticas
—preferiblemente perforadas— o en cajas (Figura 47). Para el caso de las raíces
parafinadas es importante resaltar que durante el empaque no se debe quebrar
la parafina ya que se perdería su efecto protector.

81
COSECHA Y POSCOSECHA

Figura 46 a) Parafinado manual de raíces de yuca. b) Defecto en el parafinado de yuca por baja
temperatura.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Figura 47 Yuca fresca embolsada en paquetes de 20 kg para comercializar en plazas locales.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Métodos de conservación: luego de probar tres métodos de conservación de


yuca proveniente de las PIPA de Paime en el departamento de Cundinamarca
(Figura 48 y Figura 49), es recomendable el corte y la congelación del producto
en bolsas plásticas, con el fin de mantener las características fisicoquímicas de
las raíces de yuca por más tiempo (hasta 60 días después de la cosecha). No
obstante, el parafinado y el embolsado permiten la conservación por periodos
de 45 y 30 días, respectivamente.

82
LABORES DE POSCOSECHA

Figura 48 Métodos de conservación de yuca y condiciones de almacenamiento evaluadas.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

Figura 49 Tratamientos de conservación aplicados a las raíces de yuca.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

83
COSECHA Y POSCOSECHA

Caracterización fisicoquímica
y nutricional de la yuca
En el marco del Subproyecto Plátano y Yuca se determinaron las características
físicas, químicas y nutricionales de las variedades Armenia, Peruana y Verdecita
diez meses después de la siembra, para las PIPA de los municipios de Paime y
Yacopí en el departamento de Cundinamarca (Tabla 9 y Tabla 10). Por su parte,
esta misma caracterización se realizó para los materiales denominados por los
productores como Guajiba y Llanera, en las PIPA de los municipios de Yacopí y
Paime, respectivamente (Tabla 11 y Tabla 12).
Al comparar los resultados promedio obtenidos, se observa que la variedad Ar-
menia presenta el mayor contenido de carbohidratos totales y azúcares totales
y el menor contenido de proteína, grasa y cenizas. Por su parte, la variedad
Peruana muestra el mayor contenido de humedad, proteína, grasa y cenizas, y
el menor contenido de carbohidratos totales, almidón, materia seca, fibra cru-
da y azúcares totales; mientras que la variedad Verdecita mostró los mayores
contenidos de materia seca, fibra cruda y almidón, y el menor contenido de hu-
medad. En cuanto a los nutrientes presentes, se observó que el macronutriente
que se encuentra en mayor concentración es el potasio, mientras que entre los
micronutrientes es el manganeso; se presentan las mayores concentraciones en
la variedad Peruana (Tabla 9). En cuanto a las características fisicoquímicas, en
la variedad Armenia se apreció un mayor diámetro, mayor porcentaje de cás-
cara y pH, y un menor porcentaje de ácido cianhídrico y de parte comestible.
Por su parte, la variedad Peruana presentó el mayor peso, grosor de cáscara y
porcentaje de ácido cianhídrico, y el menor pH y sólidos solubles totales. La va-
riedad Verdecita mostró los mayores porcentajes de parte comestible, longitud
y sólidos solubles totales, y el menor peso y porcentaje de cáscara (Tabla 10).
En cuanto a los resultados promedio de la evaluación de los materiales regiona-
les, se observa que la variedad de yuca cultivada en el municipio de Paime (Lla-
nera) presentó el mayor contenido de humedad, carbohidratos totales, hierro,
manganeso, boro y nitrógeno; mientras que el material de yuca cultivado tradi-
cionalmente en Yacopí (Guajiba) mostró mayores contenidos de materia seca,
proteína, fibra cruda, almidón, cenizas, potasio, calcio, zinc y cobre. Respecto

84
CARACTERIZACIÓN FISICOQUÍMICA Y NUTRICIONAL DE LA YUCA

Tabla 9 Componentes nutricionales en tres variedades de yuca, 10 meses después de la siembra, en


los municipios de Paime y Yacopí (Cundinamarca)

Variedades Armenia Peruana Verdecita


Componentes Promedio Mínimo Máximo Promedio Mínimo Máximo Promedio Mínimo Máximo
Materia seca (%) 41,45 36,01 43,97 37,90 34,02 41,48 42,36 40,64 46,49
Humedad (%) 58,55 56,03 63,99 62,10 58,52 65,98 57,64 53,51 59,36
Proteína (%) 3,48 2,82 4,03 3,86 3,59 4,28 3,78 3,34 4,34
Grasa (%) 0,28 0,20 0,37 0,56 0,25 1,43 0,49 0,23 1,49
Fibra cruda (%) 1,77 1,55 2,19 1,73 0,48 3,14 2,08 1,13 3,67
Carbohidratos totales (%) 34,40 28,21 36,75 29,48 26,15 33,30 34,26 30,90 39,08
Almidón (%) 37,19 34,16 43,35 36,65 32,17 38,55 40,90 37,22 49,15
Azúcares totales (%) 1,59 0,72 5,17 0,57 0,35 0,74 0,68 0,37 0,90
Azúcares reductores (%) 0,39 0,22 0,68 0,12 0,06 0,23 0,21 0,03 0,45
Azúcares no reductores (%) 1,21 0,16 4,49 0,45 0,27 0,57 0,47 0,34 0,57
Cenizas (%) 1,53 1,38 1,65 2,28 1,75 2,91 1,75 1,18 2,25
Minerales
N (%) 0,39 0,23 0,48 0,34 0,28 0,39 0,44 0,36 0,57
P (%) 0,10 0,07 0,14 0,10 0,07 0,12 0,10 0,08 0,11
K (%) 0,91 0,71 1,10 1,04 0,81 1,24 0,92 0,66 1,38
Ca (%) 0,040 < 0,033 0,060 0,050 < 0,033 0,070 < 0,033 < 0,033 0,040
Mg (%) 0,12 0,09 0,14 0,10 0,07 0,13 0,07 0,06 0,07
Na (%) 0,1200 < 0,0033 0,4400 0,0100 < 0,0033 0,0100 < 0,0033 < 0,0033 0,0300
S (%) 0,03 0,02 0,05 0,04 0,03 0,06 0,05 0,04 0,05
Fe (ppm) < 15,00 < 15,00 < 15,00 < 15,00 < 15,00 < 15,00 19,22 15,00 29,59
Cu (ppm) < 3,00 < 3,00 < 3,00 3,50 < 3,00 4,72 < 3,00 < 3,00 < 3,00
Mn (ppm) 11,38 5,68 17,37 57,18 3,00 300,00 4,97 < 3,00 6,32
Zn (ppm) 11,94 6,67 17,6 20,24 6,07 36,22 21,58 15,24 29,61
B (ppm) < 2,00 < 2,00 < 2,00 2,06 2,00 2,28 2,12 < 2,00 2,44
Energía (kilocalorías/100 g) 154,02 132,29 163,75 138,36 124,89 150,21 156,62 143,18 172,61

Nota: ppm equivale a partes por millón.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

a las características fisicoquímicas, el material de Yacopí presentó los mayores


valores de peso, porcentaje de parte comestible, longitud, diámetro y pH; mien-
tras que la yuca de Paime mostró el mayor porcentaje de cáscara y contenido
de sólidos solubles totales. En cuanto al contenido de ácido cianhídrico, no
se observaron diferencias entre los dos materiales regionales (ver Tabla 11 y
Tabla 12).

85
COSECHA Y POSCOSECHA

Tabla 10 Características fisicoquímicas de tres variedades de yuca, 10 meses después de la siembra en


los municipios de Paime y Yacopí (Cundinamarca)

Variedades Armenia Peruana Verdecita


Componentes Promedio Mínimo Máximo Promedio Mínimo Máximo Promedio Mínimo Máximo

Peso total de la raíz (g) 457,17 169,80 782,80 730,27 481,60 1227,00 425,40 200,00 633,60
Cáscara de la raíz (%) 25,64 21,21 30,05 24,86 16,90 31,85 23,61 21,37 26,95
Pulpa (%) 74,36 69,95 78,79 75,14 68,15 83,10 76,39 73,05 78,63
Longitud de la raíz (cm) 35,18 25,30 47,80 34,93 26,30 51,20 48,05 34,70 61,00
Diámetro centro (cm) 4,56 3,15 5,72 3,75 1,81 6,26 4,19 3,32 5,53
Perímetro centro (cm) 15,80 11,60 18,80 48,29 17,80 107,02 14,23 11,70 19,00
Grosor de la cáscara (cm) 0,21 0,16 0,25 0,26 0,18 0,32 0,21 0,18 0,24
pH 6,87 6,68 7,01 6,43 5,78 6,85 6,77 6,54 6,95
Sólidos solubles totales ( Brix) 6,26 5,40 7,20 6,25 5,40 7,20 6,60 5,80 7,00
Acidez (% de ácido cianhídrico) 0,045 0,030 0,078 0,094 0,076 0,155 0,080 0,056 0,101

Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

La comparación de los datos de las variedades evaluadas (Armenia, Peruana y


Verdecita) y los materiales de yuca regionales (Llanera y Guajiba) mostró que
estos últimos presentan valores promedio bajos de materia seca, proteína, fi-
bra cruda, nitrógeno, magnesio, sodio, zinc y manganeso, y valores promedio
más altos de potasio, fósforo, azufre, calcio, hierro, cobre y zinc. En cuanto a
los carbohidratos totales, la yuca Llanera y la Guajiba presentaron contenidos
similares a los de las variedades Armenia y Verdecita. También presentaron con-
tenidos similares de almidón y grasa comparados con la variedad Verdecita. En
cuanto a las características fisicoquímicas, se observa que los materiales regio-
nales (Llanera y Guajiba) presentan en promedio un mayor porcentaje de parte
comestible y diámetro, pero menor peso, porcentaje de cáscara, longitud, pH
y sólidos solubles totales, comparados con las otras tres variedades. Por otro
lado, el contenido de ácido cianhídrico de los materiales regionales es similar
al de la variedad Verdecita.

86
CARACTERIZACIÓN FISICOQUÍMICA Y NUTRICIONAL DE LA YUCA

Tabla 11 Componentes nutricionales de materiales de yuca tradicionales producidos en Paime y Yacopí


(Cundinamarca), doce meses después de la siembra

Lugar/Variedad Paime (variedad Llanera) Yacopí (variedad Guajiba)


Componentes Promedio Mínimos Máximos Promedio Mínimos Máximos

Materia seca (%) 38,04 40,00 38,72 38,90 41,20 38,27


Humedad (%) 61,96 65,00 61,28 61,10 62,76 61,73
Proteína (%) 2,17 2,10 2,21 2,67 2,11 3,45
Grasa (%) 0,42 0,40 0,45 0,41 0,33 0,55
Fibra cruda (%) 0,53 0,40 0,72 0,76 0,59 1,05
Carbohidratos (%) 33,13 31,00 35,38 32,78 31,24 35,54
Almidón (%) 40,23 35,00 42,84 40,78 38,17 43,36
Azúcares totales (%) 0,74 0,70 0,83 0,75 0,64 0,84
Azúcares reductores (%) 0,18 0,10 0,22 0,15 0,06 0,24
Azúcares no reductores (%) 0,56 0,40 0,66 0,60 0,52 0,70
Cenizas (%) 1,78 1,40 2,31 2,28 2,17 2,41
Minerales
N (%) 0,35 0,30 0,45 0,25 0,24 0,27
P (%) 0,14 0,10 0,16 0,15 0,13 0,16
K (%) 2,02 1,90 2,14 2,05 1,93 2,20
Ca (%) 0,06 0,10 0,07 0,09 0,07 0,11
Mg (%) 0,06 0,0033 0,08 0,06 0,06 0,07
Na (%) 0,01 0,0033 0,02 0,01 0,01 0,01
S (%) 0,10 0,10 0,11 0,11 0,10 0,12
Fe (ppm) 25,84 15,00 44,50 15,00 15,00 15,00
Cu (ppm) 3,00 3,00 3,00 4,65 3,55 6,25
Mn (ppm) 5,04 3,00 9,13 3,00 3,00 3,00
Zn (ppm) 12,44 11,00 14,13 22,82 19,54 27,31
B (ppm) 3,80 3,50 4,02 3,29 2,84 3,68
Energía
kilocalorías/100 g 144,00 136,00 153,83 145,00 139,01 155,55

Nota: ppm equivale a partes por millón.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

87
COSECHA Y POSCOSECHA

Tabla 12 Características fisicoquímicas de materiales de yuca tradicionales producidos en Paime y


Yacopí (Cundinamarca), 12 meses después de siembra

Lugar/Variedad Paime (variedad Llanera) Yacopí (variedad Guajiba)


Componentes Promedio Mínimos Máximos Promedio Mínimos Máximos

Peso total de la raíz (g) 466,50 275,40 883,40 545,10 638,60 1227,40
Parte comestible de la raíz (%) 78,58 61,00 84,49 81,23 74,08 85,72
Cáscara de la raíz (%) 21,42 16,00 38,91 18,77 14,28 25,92
Longitud de la raíz (cm) 26,99 21,00 39,00 29,01 19,00 52,00
Diámetro central (cm) 5,13 4,00 6,32 5,39 4,10 7,58
Grosor de la cáscara (cm) 0,19 0,10 0,29 0,21 0,13 0,28
pH 5,98 4,70 6,62 6,61 6,30 6,74
Sólidos solubles totales ( Brix) 5,70 4,70 7,00 4,60 3,60 4,90
Acidez (% de ácido cianhídrico) 0,08 0,03 0,17 0,09 0,07 0,12
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Plátano y Yuca (2018).

88
Costos de producción

Consideraciones
La estructura de costos del cultivo de yuca difiere según el sistema de produc-
ción utilizado y la región donde se establezca. Lo ideal es que cada región o
finca calcule sus propios costos de producción. Sin embargo, los valores pre-
sentados en este documento fueron adaptados de los costos reportados para
una hectárea de yuca en Colombia por el Sistema de Información de Gestión y
Desempeño de Organizaciones de Cadenas [SIOC] (Ministerio de Agricultura y
Desarrollo Rural, 2017) (Tabla 13).
Dentro de la estructura, los costos directos representan el 81,8 %, los cuales a su
vez abarcan, en su respectivo orden de mayor a menor inversión: actividades de
cosecha (37,5 %), insumos agrícolas (19,9 %), siembra y mantenimiento (17,2 %),
y preparación del terreno (7 %).
Por otra parte, los costos indirectos representan el 18,2 % del total de dinero
a invertir en la siembra de una hectárea de yuca. Dentro de este concepto, los
rubros de arriendo y administración representan más del 50 % de la inversión y,
en caso de no requerirse dichos aportes, los costos indirectos se concentrarían
en los rubros de asesoría técnica y costo financiero, respectivamente.

89
COSTOS DE PRODUCCIÓN

Tabla 13 Costos de producción para una hectárea de yuca en Colombia

Actividad Unidad Cantidad Valor unitario Valor hectárea


Preparación de suelo USD 155,00
Arada Hectárea 1 USD 99,20 USD 99,20
Rastrillada Hectárea 1 USD 55,80 USD 55,80
Siembra y mantenimiento USD 381,90
Transporte de semilla Bulto 20,00 USD 0,46 USD 9,20
Picada y tratamiento de semilla Jornal 3 USD 12,40 USD 37,20
Siembra de yuca Jornal 3 USD 12,40 USD 37,20
Resiembra Jornal 1 USD 12,40 USD 12,40
Aplicación preemergente/aguatero Global 3 USD 12,40 USD 37,20
Aplicación de fertilizantes Jornal 2 USD 12,40 USD 24,80
Aplicación de insecticidas Jornal 4 USD 12,40 USD 49,60
Limpias o deshierbes Jornal 14 USD 12,40 USD 173,60
Insumos agrícolas USD 440,30
Semilla de yuca Cangres 12 000 USD 0,01 USD 120,00
Preemergentes Global 1 USD 37,20 USD 37,20
Fertilizantes Bultos 5 USD 34,10 USD 170,50
Insecticidas Litro 2 USD 27,90 USD 170,50
Empaques Unidad 150 USD 0,15 USD 22,50
Pita Rollo 1 USD 4,60 USD 4,60
Cosecha USD 827,90
Arranque de raíces Tonelada 30 USD 9,30 USD 279,00
Transporte Tonelada 30 USD 10,85 USD 325,50
Picado y secado Tonelada 8 USD 27,90 USD 223,20
Total costos directos Hectárea USD 42,20
Costos indirectos USD 402,20
Administración (5 % costos directos) USD 90,20
Asesoría técnica Hectárea 1 USD 55,80 USD 55,80
Arriendo Hectárea 1 USD 186,00 USD 186,00
Costo financiero (DTF + 2) Dólares USD 42,20
Comercialización Dólares 10 USD 2,70 USD 27,00
Costo total Hectárea USD 2206,90

Nota: DTF: Depósito a Término Fijo. Para el cálculo de los costos de producción de la tabla anterior se
tuvo en cuenta el promedio de la Tasa Representativa del Mercado para los meses de junio a noviembre
de 2018 (TRM USD 3225).
Fuente: Modificado de Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (2017).

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Este libro se compuso
en Bogotá, D. C., en el año 2021,
usando tipos Ancízar
y el lenguaje
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