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Zanahoria (Daucus carota L.

Manual de recomendaciones técnicas para su


cultivo en el departamento de Cundinamarca

Julio Ricardo Galindo Pacheco


Zanahoria
(Daucus carota L.)
Zanahoria
(Daucus carota L.)
Manual de recomendaciones técnicas para su
cultivo en el departamento de Cundinamarca

Julio Ricardo Galindo Pacheco

Jhon Freddy Saboyá Acosta


Zanahoria (Daucus carota L.): Manual de recomendaciones técnicas para su cultivo en el
departamento de Cundinamarca / Julio Ricardo Galindo Pacheco y Jhon Freddy Saboyá Acosta
– Bogotá, D. C. : Corredor Tecnológico Agroindustrial, CTA-2, 2020.

88 páginas ; ilustraciones ; 24cm.


Incluye referencias bibliográficas.
ISBN-e: 978-958-794-389-4 ISBN obra impresa: 978-958-794-388-7

PALABRAS CLAVE: Zanahoria, Producción de zanahoria, Manejo eficiente de la producción de


zanahoria

CORREDOR TECNOLÓGICO AGROINDUSTRIAL CTA-2 CITACIÓN SUGERIDA: Galindo-Pacheco, J. y Saboyá-


UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA, SEDE BOGOTÁ Acosta, J. (2020). Zanahoria (Daucus carota L.): Manual de
Calle 44 N.º 45-67 recomendaciones técnicas para su cultivo en el
Unidad Camilo Torres departamento de Cundinamarca. Bogotá, D. C.: Corredor
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El Corredor Tecnológico Agroindustrial (CTA) es una estrategia de cooperación
entre Estado, sector productivo y academia, en la cual participan actores direc-
tivos del sector agropecuario y agroindustrial de Cundinamarca y Bogotá, D. C.,
con el fin de aunar esfuerzos en actividades de desarrollo y fortalecimiento de
la ciencia, la tecnología y la innovación. Sus capacidades están orientadas a la
formulación y ejecución de proyectos de carácter investigativo, que permitan
la transferencia tecnológica al sector agropecuario y agroindustrial.
El presente documento es resultado del Subproyecto “Tecnologías en los siste-
mas de producción de hortalizas (cebolla cabezona, cebolla larga, arveja verde
y zanahoria) en la zona rural de Bogotá y Cundinamarca”, desarrollado en el
marco del Corredor Tecnológico Agroindustrial CTA-2, Proyecto “Investigación,
desarrollo y transferencia tecnológica en el sector agropecuario y agroindustrial
con el fin de mejorar todo el departamento, Cundinamarca, Centro Oriente”, sus-
crito por la Gobernación de Cundinamarca, a través de la Secretaría de Ciencia,
Tecnología e Innovación; la Alcaldía de Bogotá, a través de la Secretaría Distrital
de Desarrollo Económico; la Universidad Nacional de Colombia, y la Corpora-
ción Colombiana de Investigación Agropecuaria (AGROSAVIA, antes Corpoica).
El Corredor Tecnológico Agroindustrial CTA-2 es financiado con recursos del
Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación del Sistema General de Regalías.

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Contenido

Diagnóstico del sistema productivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19


Zonas de influencia del Subproyecto Hortalizas . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Caracterización del sistema productivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Formalización de la PIPA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Las Buenas Prácticas Agrícolas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

Generalidades del cultivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33


Producción y mercados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Descripción de la planta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
Materiales de siembra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
Estados fenológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Edafoclimatología del cultivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

Manejo agronómico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Instalación del cultivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Preparación del terreno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
Siembra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44

11
Raleo de plántulas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Aporque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
Manejo Integrado de la fertilización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Riego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
Manejo integrado de plagas y enfermedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
Manejo integrado de arvenses . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64

Cosecha y poscosecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Madurez fisiológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Punto de cosecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
Cosecha y poscosecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
Vida en poscosecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71

Costos de producción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73

Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77

Anexos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85

12
Agradecimientos

A Catalina Castellanos Millán.


Al Doctor Carlos Alberto Herrera Heredia.

13
Introducción

La zanahoria es un alimento que aporta una significativa cantidad de vitamina A,


indispensable para el buen funcionamiento de los ojos, entre otras funciones.
Según la Tabla Nutricional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF,
2015), la zanahoria cruda aporta 700 ER/100 g (ER: Equivalentes de retinol, una
forma activa de la vitamina A), mientras que la cocida aporta 2455 ER/100 g. Se-
gún la Fundación Española de la Nutrición (FEN, 2018), con el consumo diario
de una zanahoria de tamaño medio se cubre la totalidad de los requerimientos
de esta vitamina para las mujeres entre 20 y 39 años, y el 90 % de los requeri-
mientos para los hombres en el mismo rango de edad.
En el año 2017, se registró en el país una producción de 224 533 t de zanahoria,
que provino de 8162 ha cosechadas, con un promedio de 18 t/ha. El departa-
mento de mayor producción fue Cundinamarca, con una participación nacional
del 36 %, seguido de Boyacá, con una participación del 30 %, y Nariño, que par-
ticipó con el 25 % (Agronet, 2019). Sin embargo, esta producción es insuficiente
si se quiere aumentar el consumo de hortalizas en Colombia, que en promedio
es de 38 kg/persona/año, muy inferior al consumo mínimo recomendado por la
OMS (146 kg/persona/año) (Vallejo, 2007).
La producción de hortalizas en Colombia está dominada por pequeños produc-
tores de una larga tradición productiva, pero con un bajo nivel de tecnificación
(Asohofrucol, 2006; Delegatura de la Protección de la Competencia, 2011). Los
bajos rendimientos observados en los cultivos colombianos permiten concluir
que el aumento en la producción puede lograrse en primera instancia a través

15
de la aplicación de una mejor tecnología de manejo agronómico (Galindo, Espa-
ñol, Vargas, Espitia, Flórez y Herrera, 2011).
La tecnología y la agricultura son claves en los Objetivos de Desarrollo Soste-
nible (ODS) declarados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en
el 2015 (Corporación Colombia Digital, 2017). En los ODS la tecnología es un
eje y una herramienta para lograr el desarrollo de los países (Molano, 2015). La
tecnología en la producción agrícola incluye los bienes capitales y las habilida-
des que determinan el uso eficiente de los recursos; estas habilidades son: las
técnicas de cultivo o las labores culturales utilizadas, tales como la densidad
de siembra, el material vegetal utilizado, los sistemas de riego y las coberturas
naturales, entre otras (Oliva, 2009).
Sin tecnología apropiada en el manejo de los cultivos, la rentabilidad de la ac-
tividad agrícola va decreciendo, en la medida en que surgen nuevos problemas
de manejo agronómico que no se resuelven, o cuya solución resulta cada vez
más costosa o ineficiente. Para el caso de Cundinamarca, y según datos del De-
partamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE, 2017b), el sector
agropecuario ha venido contrayéndose, pasando de una participación en el PIB
departamental del 18 % en 2002 al 13 % en 2016. Para contrarrestar estos efectos,
los avances tecnológicos en la agricultura son de gran importancia: contribuirán
con la seguridad alimentaria y serán cruciales para el desarrollo sostenible a lar-
go plazo (Lozano y Restrepo, 2016).
En este contexto, en el marco del proyecto del Corredor Tecnológico Agroin-
dustrial CTA-2 y el Subproyecto “Tecnologías en los sistemas de producción de
hortalizas (cebolla cabezona, cebolla larga, arveja verde y zanahoria) en la zona
rural de Bogotá y Cundinamarca” (que en adelante se denominará Subproyecto
Hortalizas), se realizó la instalación de Parcelas de Investigación Participativas
Agropecuarias (PIPA) en dos municipios de Cundinamarca y una localidad de
Bogotá, seleccionados con el fin de introducir y ajustar tecnologías y realizar
transferencia de las mismas a grupos de agricultores productores de zanaho-
ria. El resultado es una propuesta tecnológica para el sistema productivo que
responde a la problemática local, y que está guiada por los principios de las Bue-
nas Prácticas Agrícolas (BPA) para garantizar inocuidad, conservación del medio
ambiente y seguridad del trabajador.

16
El Subproyecto Hortalizas estuvo orientado a fortalecer la agricultura familiar,
que constituye el contexto dominante para la producción agrícola a nivel na-
cional. Además, se resaltó la importancia del bienestar del trabajador del cam-
po, considerando la gran cantidad de empleo que demanda el sector productor
agropecuario: más del 20 % del empleo nacional y aproximadamente el 50 % del
empleo en las áreas rurales (Zuluaga, 2016).
Finalmente, el desarrollo del Subproyecto Hortalizas permitió la elaboración
del presente documento, que contiene recomendaciones aplicables a las condi-
ciones productivas del departamento de Cundinamarca; sin embargo, muchas
de las recomendaciones incluidas pueden llegar a ser validadas y adaptadas a
otras zonas agroecológicas donde se cultiva zanahoria.

17
Diagnóstico del sistema productivo

Zonas de influencia del Subproyecto Hortalizas


En el Subproyecto Hortalizas se seleccionaron dos municipios productores de
zanahoria en Cundinamarca: Villapinzón y La Calera. Además se incluyó la locali-
dad Ciudad Bolívar, de Bogotá. En cada uno de estos tres lugares se cumplió con
el requisito de reunir el número de 25 agricultores para desarrollar las PIPA. Aun-
que en otros municipios de Cundinamarca se registraba una mayor producción
de zanahoria, en ellos no se pudo concretar un grupo suficientemente nume-
roso de agricultores para conformar una PIPA. Esto se explica porque una gran
producción municipal puede ser el resultado de la actividad de unos pocos agri-
cultores que siembran esporádicamente grandes terrenos con dicha hortaliza.
Dado que el Subproyecto Hortalizas estuvo orientado a atender la economía
campesina de pequeños productores, más que a la agricultura comercial inten-
siva de medianos y grandes productores, estos municipios de alta producción
no aplicaron.
Es importante conocer algunos antecedentes de las tres zonas seleccionadas.
En Villapinzón por muchos años ha existido una asociación denominada Socie-
dad Agraria de Transformación de Productores y Comercializadores del Puente
de Boyacá (SAT PROYCA Puente de Boyacá) que reúne la mayor parte de la
producción municipal de zanahoria y la comercializa. Esta empresa vincula a 22
familias campesinas que cultivan esta hortaliza y provee del producto a algunos

19
DIAGNÓSTICO DEL SISTEMA PRODUCTIVO

almacenes de cadena de Bogotá desde octubre de 2005 hasta la fecha (elEcono-


mista, 2019). La alta calidad y frescura de la zanahoria producida le permitió a la
empresa en el 2006 cubrir con más del 95 % de las demandas de los almacenes
de Bogotá (Portafolio, 2007).
Por otro lado, la producción de zanahoria en el municipio de La Calera se ca-
racteriza por provenir en su mayoría de cultivos orgánicos o limpios, es decir,
sistemas productivos que aplican un mínimo de agroquímicos, donde, según
los agricultores, la sanidad del cultivo se maneja con principios alelopáticos. La
comercialización de sus productos se efectúa en almacenes de cadena y mer-
cados especializados de productos orgánicos; esta línea de comercialización es
un espacio ganado por los agricultores del municipio, lo que puede facilitar la
introducción de los materiales de zanahoria Nantesa, que fue la propuesta del
Subproyecto Hortalizas.
Finalmente, en Ciudad Bolívar se trabajó con agricultores que sembraban dife-
rentes hortalizas en pequeños huertos. La introducción de la zanahoria Nantesa
buscó fortalecer la comercialización de productos tipo gourmet.

Caracterización del sistema productivo


Con los beneficiarios vinculados al subproyecto hortalizas se realizó un diagnós-
tico del estado actual del sistema de producción de zanahoria en los municipios
de La Calera y Villapinzón, así como en la localidad de Ciudad Bolívar de Bogotá.
De este modo se identificó y evaluó la principal problemática tecnológica del
sistema productivo, como línea base para proponer soluciones participativas a
los agricultores.
Según los resultados obtenidos en el diagnóstico, se constató que los agricul-
tores en su mayoría son propietarios de sus fincas, y que en general siembran
zanahoria a libre exposición, en terrenos con pendientes de 0 a 10 ° de inclina-
ción, lo que permite el uso de maquinaria para realizar labores agrícolas como,
por ejemplo, la preparación del terreno para la siembra.
Además, se concluyó que los agricultores no manejaban los fertilizantes y el
agua de riego con base en criterios técnicos. Para el Subproyecto Hortalizas fue

20
CARACTERIZACIÓN DEL SISTEMA PRODUCTIVO

importante promover la aplicación del análisis de fertilidad química del suelo,


y capacitar a los agricultores en la interpretación de los resultados de este para
que sirvieran de guía en la elaboración del plan de manejo de la fertilización del
cultivo. También se hicieron talleres para el manejo técnico del riego.
Por otro lado, en las tres zonas productoras analizadas se realizaba, según la
encuesta, el monitoreo de plagas y enfermedades, una práctica beneficiosa para
el manejo racional y eficiente de la sanidad del cultivo. Respecto al manejo
fitosanitario, en el caso del municipio de La Calera, no se realizaba con la ayuda
de agroquímicos, sino con los métodos provistos por la agricultura tipo orgánica.
En contraste, en el caso del municipio de Villapinzón, la agricultura se manejaba
de forma convencional con el uso agroquímicos. Por último, en Ciudad Bolívar
se observó un enfoque equilibrado en las prácticas de manejo fitosanitario, con
el uso moderado de agroquímicos.
En los municipios de La Calera y Villapinzón, los agricultores disponían de luga-
res de almacenamiento de la cosecha, en instalaciones independientes y aisla-
das; sin embargo, no existía un centro de acopio bien dotado con mesas, meso-
nes u otro tipo de infraestructura que permitiera la selección de la cosecha por
criterios de calidad, y no se contaba con empaques adecuados para proteger
debidamente al producto en el transporte para su comercialización.
En el municipio de La Calera, un 40 % de los productores encuestados utilizaban
como herramienta las tijeras para realizar la cosecha; de otro lado, en Villapin-
zón, el 70 % de los productores utilizaba el azadón, y en Ciudad Bolívar el 48 %
de los productores cosechaban a mano. Con lo anterior se observa la variabili-
dad en las técnicas, cada una de las cuales requiere diferentes destrezas y tiene
sus ventajas y desventajas, de modo que cualquiera de ellas puede aplicarse
exitosamente si se maneja adecuadamente. En general, una herramienta apro-
piada para la cosecha debe facilitar el trabajo, reducir los riesgos para la salud
del trabajador, y contribuir al máximo cuidado de los productos a cosechar.
Los elementos de protección personal que utilizaban los agricultores se limita-
ban a las botas, los guantes y el overol, pero lo ideal es que utilicen también
las gafas y el tapabocas para realizar aplicaciones de agroquímicos, con el fin
de asegurar la salud y bienestar de los trabajadores. Algo para resaltar es que

21
DIAGNÓSTICO DEL SISTEMA PRODUCTIVO

en Ciudad Bolívar un 37,8 % de los encuestados aseguraron utilizar tapabocas,


mientras que en los dos municipios (La Calera y Villapinzón) no lo utilizaban.
Según la encuesta, no existía el hábito de llevar registros de las eventualidades
presentadas durante la realización de las labores agrícolas en estas zonas, lo
cual es importante implementar para dar una adecuada trazabilidad a los pro-
ductos agrícolas, y establecer las bases de un manejo adecuado a los riesgos de
la producción.
Actualmente, el internet brinda facilidades a los agricultores para mejorar sus
conocimientos en el manejo de los cultivos y ganar información útil acerca de
las formas de comercialización de sus productos, entre otras ventajas. Sin em-
bargo, el manejo del internet como herramienta informativa en el municipio de
La Calera y Ciudad Bolívar no se consideraba importante para los agricultores
encuestados. Por otra parte, en el municipio de Villapinzón se evidenció que
esta herramienta era utilizada por todos los encuestados para consultar nuevos
métodos de manejo agronómico del cultivo de la zanahoria.

Formalización de la PIPA
Una vez terminado el diagnóstico y determinada la problemática del sistema
productivo de la zanahoria en las zonas, se revisaron y propusieron soluciones
tecnológicas para evaluarlas en un ensayo demostrativo por PIPA. Las fincas
donde se instalarían las PIPA fueron seleccionadas mediante un proceso parti-
cipativo para garantizar el buen desarrollo del Subproyecto Hortalizas.
Previamente se fijaron las condiciones de inclusión para la postulación de los
candidatos interesados en el desarrollo de las PIPA, refiriéndose especialmente
a sus fincas, como fueron: el clima y suelo favorables para el desarrollo del cul-
tivo, la cercanía o fácil acceso para los demás agricultores asociadas a la PIPA,
la presencia de infraestructura adecuada para la producción agrícola, las facili-
dades para recibir y atender visitas de grupos de agricultores, entre otras. Cada
candidato recibió un puntaje con base en la suma de los puntos asignados por
el cumplimiento de las condiciones prescritas; el ganador fue el que obtuvo ma-
yor puntaje y contó con la aprobación final de la mayoría de los agricultores

22
LAS BUENAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS

asociados a la PIPA. El ganador y la Corporación Colombiana de Investigación


Agropecuaria (AGROSAVIA, antes Corpoica) establecieron formalmente un con-
venio en el cual se definieron las responsabilidades de cada parte. Entre los
compromisos del agricultor estuvieron el de acoger las recomendaciones técni-
cas derivadas del Subproyecto Hortalizas para la mejora del cultivo, permitir la
visita de los agricultores al lote demostrativo y facilitar la realización de even-
tos de transferencia de tecnología en su finca. Los sitios seleccionados para las
PIPA fueron las veredas Fogua y La Toma de los municipios de Villapinzón y
La Calera, respectivamente, y la vereda Santa Bárbara de la localidad de Ciudad
Bolívar en Bogotá D. C.
El conjunto de las prácticas agronómicas evaluadas en las PIPA constituye el
paquete tecnológico que trata este manual. Por razones de financiación, las re-
comendaciones se centran en la problemática encontrada en Cundinamarca y
Bogotá, pero con una adecuada validación se pueden aplicar a otras zonas pro-
ductoras del país.

Las Buenas Prácticas Agrícolas


Uno de los énfasis del subproyecto Hortalizas fue el de promover las Buenas
Prácticas Agrícolas (BPA). Las normas de BPA se diseñaron para garantizar la pro-
ducción de alimentos inocuos, sin que por ello se descuide la seguridad del tra-
bajador y la conservación del medio ambiente. Incluyen una serie de principios,
recomendaciones y prácticas de manejo agronómico que encaminadas a evitar
que el alimento se contamine y produzca enfermedades en los consumidores.
La aplicación de las BPA tiene como primer beneficiario al mismo productor, en
cuanto que está comprometida su propia seguridad y bienestar. Además, me-
diante el principio básico de conservación del medio ambiente productivo se
busca garantizar la sostenibilidad del sistema.
Actualmente, la aplicación de las BPA rige para los productores interesados en
exportar y, desafortunadamente, para el destino a nivel nacional es voluntaria,
ya que hasta ahora el reconocimiento en precio es muy limitado. Obviamente,
un agricultor que ahorra costos ignorando algunas normas de las BPA, como
la seguridad del trabajador, el manejo de registros, la elaboración de planes de

23
DIAGNÓSTICO DEL SISTEMA PRODUCTIVO

manejo del cultivo, por ejemplo, puede ofrecer un producto más económico
que uno que sí sigue tales medidas. Si a eso se le suma que el consumidor
muchas veces no puede distinguir a simple vista si un producto es inocuo o no,
es natural que opte por el producto más económico. Lamentablemente, varias
de las normas de BPA pueden requerir importantes inversiones, como es el
tratamiento del agua en condiciones de la sabana de Bogotá, o la construcción y
uso de instalaciones de seguridad y bienestar, que únicamente podrían financiar
los propietarios de tierras, quienes muchas veces se limitan a arrendarlas para
su cultivo.
El ámbito de las BPA llega hasta el producto cosechado. De ahí en adelante
aplican las buenas prácticas de higiene y las buenas prácticas de manufactura,
tan importantes como las BPA, ya que el esfuerzo hecho para lograr un producto
inocuo en la cosecha puede perderse en cualquier momento del proceso de
comercialización por un mal manejo. Incluso el mismo consumidor debe tener
algunas prevenciones para evitar las enfermedades transmitidas por alimentos
(ETA).
Muchas de las recomendaciones de las BPA, como se dijo anteriormente, son
de beneficio para el mismo agricultor y ayudan a la sostenibilidad del sistema.
Por lo tanto, su aplicación está plenamente justificada y es independiente del
mercadeo del producto final. En el proyecto se revisaron algunos aspectos de
las BPA que podían ser mejorados, como un avance a su completa implementa-
ción. A continuación, se mencionan los aspectos revisados con los agricultores
productores de zanahoria.

Análisis de suelo
Antes de iniciar cualquier proyecto productivo, y en especial cuando se trata de
cultivos agrícolas, es importante conocer el medio ambiente, incluido el suelo
y el clima del lugar donde se va a establecer el proyecto, para definir si las
especies vegetales a cultivar se pueden adaptar a las condiciones ambientales
para alcanzar los rendimientos esperados, o en caso contrario, si es posible
mediante algunas acciones la corrección necesaria.

24
LAS BUENAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS

En este sentido, el análisis de las propiedades del suelo, físicas, químicas y bio-
lógicas, juega un papel muy importante. Estos análisis deben realizarse en un
laboratorio acreditado que demuestre su competencia en procedimientos y per-
sonal. Respecto al análisis de caracterización de la fertilidad química del suelo,
debe actualizarse con una periodicidad no mayor de dos años y los resultados
deben estar disponibles dentro de los registros de BPA de la unidad producti-
va (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
[FAO], 2013); todo esto con el fin de establecer un sistema de información que
sirva de base para tomar decisiones de manejo de la fertilidad y/o la aplicación
de correctivos; hay que tener en cuenta que la corrección de propiedades del
suelo implica procesos lentos que requieren bastante tiempo antes de utilizar
el terreno para cultivar.
Así mismo, se recomienda realizar mínimo dos veces al año los análisis fisico-
químicos y microbiológicos del agua para verificar su calidad, según las condi-
ciones del clima (época seca y lluviosa), con el fin de establecer un sistema de
información que sirva de base para tomar decisiones de manejo del riego y/o la
aplicación de correctivos de pH o dureza al agua de riego (Instituto Colombiano
Agropecuario [ICA], 2009). Esta información es igualmente útil para el agua que
se utiliza en las aplicaciones de agroquímicos, ya que un agua que no tiene la
calidad requerida puede reducir o anular la efectividad de las aplicaciones.

Seguimiento a las condiciones climáticas


El clima es determinante en la aptitud de una zona para un cultivo. Pero ade-
más es conveniente realizar un seguimiento al clima, de la manera más precisa
posible, para que tenga aplicación práctica. Por esta razón, en el Subproyecto
Hortalizas se propuso la instalación de un pluviómetro artesanal en las fincas
que permitiera medir la cantidad de lluvia caída durante el desarrollo de los
cultivos. Idealmente, también se mide la temperatura local, que puede hacerse
con un termómetro de máximas y mínimas. Idealmente, el registro de datos
debe hacerse diariamente y de manera permanente para entender mejor las
tendencias climáticas presentes en la zona.

25
DIAGNÓSTICO DEL SISTEMA PRODUCTIVO

Figura 1 Pluviómetro artesanal para registrar precipitaciones.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

26
LAS BUENAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS

El pluviómetro propuesto consiste básicamente en un embudo de diámetro co-


nocido, que se instala de modo que el agua precipitada se pueda recolectar en
un tubo graduado donde se pueden medir los mililitros. Para conocer la canti-
dad de lluvia que se ha precipitado en un lote, se puede elaborar una tabla de
conversión de unidades que facilite la lectura, interpretación y registro de los
datos (Figura 1). Por ejemplo, si el volumen de lluvia recolectado es de 15 ml
y el embudo tiene un diámetro de boca de captación de 12,5 cm, entonces la
precipitación equivalente es de 1,04 mm (Anexo 1). De acuerdo con esto, cada
milímetro de lluvia en el terreno equivale a aplicar 1 litro de agua por metro
cuadrado o 10 metros cúbicos por hectárea. La información colectada es útil
para ajustar los volúmenes de agua de riego, así como para ajustar el manejo de
algunas plagas y enfermedades.

Instalaciones de seguridad
En las BPA es importante que existan instalaciones adecuadas para los insumos
agrícolas, los equipos y las herramientas, de modo que se pueda manejar su
inventario, asegurar su vigencia o mantenimiento, y prever medidas de seguri-
dad para diferentes eventualidades, como el caso de derrames de agroquímicos.
Según Ciro y Villegas (2009), las herramientas deben permanecer desinfectadas
porque con su uso pueden transmitir enfermedades de una planta a otra y con-
taminar las frutas u hortalizas que entren en contacto con ellas (Figura 2 a).

Seguridad para el trabajador


La ocurrencia de accidentes en las labores agrícolas debe ser prevista adecuada-
mente, sobre todo cuando en el campo hay limitaciones para acceder a centros
de atención médica. Debe hacerse un plan de contingencia para manejar dife-
rentes tipos de accidentes según su gravedad. También debe contarse con un
botiquín de primeros auxilios y un extintor. El botiquín debe incluir elementos
básicos para el manejo de emergencias por lesiones, intoxicaciones o accidentes
en general (Figura 2 b).

27
DIAGNÓSTICO DEL SISTEMA PRODUCTIVO

Figura 2 a) Orden de herramientas en bodega de insumos. b) Botiquín para los primeros auxilios.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

La señalización es otro aspecto importante en la seguridad de los trabajadores.


Los avisos sirven para señalar las zonas adecuadas de cada actividad, preve-
nir el ingreso de personal a zonas restringidas (por ejemplo, cuando se aplica
un plaguicida a un cultivo), evitar accidentes y facilitar el control del personal
(Figura 3a).

Higiene
Obviamente, la higiene en el campo juega un papel importante para la inocuidad
de la producción. Un cultivo sin baño es un cultivo contaminado. Los baños son
necesarios para el bienestar de los trabajadores, y para evitar la contaminación
del cultivo y de sus productos (Figura 3).
Refiriéndose al trabajador de campo, un aspecto importante de la higiene es el
manejo de posturas y prácticas que ayuden a prevenir lesiones musculares y
esqueléticas. En este sentido, se hizo una capacitación con ayuda de una fisio-
terapeuta (Buriticá, 2017) para que los agricultores realicen un adecuado calen-
tamiento antes de iniciar labores agrícolas, y un estiramiento físico al finalizar
las actividades, además de algunas recomendaciones para el manejo de cargas
de acuerdo con la normatividad vigente, lo cual quedó plasmado en un afiche
(Figura 4).

28
LAS BUENAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS

Figura 3 Señalización de zonas (a) y baño para los trabajadores (b).


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

Manejo de residuos
El manejo de basuras, empaques vacíos y residuos de cosecha es un tema muy
importante para la inocuidad. Los empaques de agroquímicos deben ser reco-
lectados por empresas responsables de acuerdo con la normatividad vigente,
por lo cual el agricultor es el encargado de acopiarlos en su finca.
Los residuos de cosecha deben ser manejados adecuadamente para evitar la
proliferación de plagas y enfermedades en los cultivos procedentes. Una alter-
nativa es el compostaje, que permite el ciclado de nutrientes para su uso en el
mejoramiento del suelo. En tal sentido, en la finca debe haber por lo menos una
zona destinada al compostaje (Figura 5 a).

Manejo de la cosecha
El producto recolectado del cultivo debe acopiarse para su transporte y comer-
cialización. En ocasiones, el producto debe adecuarse en la finca para su emba-
laje. Para el caso de la zanahoria, el lavado es indispensable, ya que se trata de
una raíz que lleva consigo una buena cantidad de tierra adherida. Por ello, en
la finca debe existir un centro de acopio donde se hace el lavado y empacado
del producto. Para facilitar el manejo, debe contarse con mesas y lavaderos con
agua potable. Todo el lugar debe estar recubierto de un material que permita su

29
DIAGNÓSTICO DEL SISTEMA PRODUCTIVO

Figura 4 fiche con las recomendaciones de higiene postural que se entregó a los agricultores
beneficiarios del Subproyecto Hortalizas.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

30
LAS BUENAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS

lavado y desinfección. Estas medidas contribuyen a evitar que se contaminen


las frutas y hortalizas que se producen en la finca. Además, es importante que
el sitio se encuentre alejado del almacén de insumos (Figura 5 b).

Figura 5 Zona de compostaje (a) y centro de acopio de la cosecha (b).


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

Trazabilidad
Las normas de BPA recomiendan llevar una serie de documentación y registros
con el fin de conocer el histórico (ubicación, trayectoria, etc.) de un producto
o lote de productos a lo largo de la cadena de suministros (ICA, 2009). Esto se
traduce en el seguimiento continuo de las actividades realizadas en el cultivo,
que incluya la fecha, la persona responsable y los productos, herramientas o
equipos utilizados. De esta manera se busca facilitar que los incidentes que re-
quieran una acción correctiva se puedan rastrear hasta llegar a la fuente que los
produce. Si, por ejemplo, se presentó la contaminación de un producto, debe
poderse saber qué se aplicó, quién lo hizo y qué productos utilizó. Para tal fin de-
ben elaborarse formatos que recojan la información relevante, y almacenarlos
ordenadamente para su fácil consulta.
Estas son algunas aplicaciones de las BPA, pero adicionalmente, con el avance
de este manual, se continuará con nuevas recomendaciones en las labores de
campo específicas asociadas al manejo del cultivo de zanahoria.

31
Generalidades del cultivo

Producción y mercados
Según datos de Agronet (2019), en 2017 la producción de zanahoria en el país fue
de 149 735 t, de las cuales el 47 % provino del departamento de Cundinamarca,
donde también se alcanzó el máximo rendimiento de 27 t/ha.
Las exportaciones de zanahoria desde Colombia, según la Corporación Colombia
Internacional (CCI) y la FAO (Asohofrucol, 2006), fueron de 3289 t en el 2005;
para ese mismo año, Colombia importó 3209 t de zanahoria. Desde hace más
de cinco años hasta el presente no se tienen reportes de exportaciones o im-
portaciones de zanahoria en Colombia (FAO, 2019), por lo que su producción
se destina únicamente al consumo nacional. Para el caso de las zonas producto-
ras contempladas por el Subproyecto Hortalizas, aplica únicamente el mercado
nacional.
Las zanahorias medianas tipo Nantes o Cartean, con rugosidades y colores vivos,
se han situado como las preferidas en el mercado gourmet. Los municipios del
altiplano cundiboyacense son referentes en la producción de estos materiales
(Agronegocios, 2018; González y Peñuela, 2015). En los últimos años, la produc-
ción orgánica de zanahoria tipo gourmet se ha incrementado para proveer al
mercado especializado de algunos establecimientos de Bogotá. En este sentido,
los clientes potenciales de zanahoria gourmet se encuentran en las localidades

33
GENERALIDADES DEL CULTIVO

de Usaquén, Teusaquillo, Suba y Chapinero; la clientela está constituida prin-


cipalmente por mujeres de estratos 4, 5 y 6, con edades entre 25 y 65 años,
interesadas por su salud y por el medio ambiente (González y Peñuela, 2015).

Descripción de la planta
La zanahoria (Daucus carota) pertenece a la familia Apiaceae. Es originaria de Asia
Central, se extendió a los climas templados de Europa, y luego a los climas tro-
picales (Spooner, 2019). Es una planta herbácea, que requiere de dos años para
completar su ciclo de vida (bienal). En el primer año crece vegetativamente y
desarrolla y engrosa su raíz en forma de nabo (napiforme). En el segundo año
utiliza las reservas de la raíz para florecer y producir la semilla. Comercialmente
se cultiva únicamente por su etapa de crecimiento vegetativo, ya que para que
inicie la segunda etapa se requiere un periodo de frío (vernalización) que se da
normalmente en el invierno de las zonas subtropicales (Alessandro, 2012).
Durante la fase vegetativa, desde la corona de la planta (el área donde se unen
el tallo y la raíz) surge la roseta de hojas. Las hojas son compuestas (se dividen y
subdividen en pequeños foliolos). La hoja tiene un peciolo largo de cuyo extre-
mo se desprende el limbo (parte plana de la hoja), el cual es doble o triplemente
pinnado-partido (según el número de veces que la hoja se divide formando fo-
liolos).
En la fase reproductiva, que ocurre en el segundo año de crecimiento, se forma
el tallo floral, en cuyo extremo aparecen las umbelas compuestas, con pequeñas
flores blancas, amarillentas o azuladas. El fruto es un diaquenio (seco, con dos
semillas), que se utiliza para la siembra de los cultivos. Estas semillas pueden
mantener su capacidad germinativa durante un promedio de tres años.
Actualmente se encuentran zanahorias bienales y anuales. Estas últimas son las
que tienen mayor vigor y un ciclo de vida más corto (Alessandro, 2012).

Materiales de siembra
En Colombia existe una serie de variedades comerciales e híbridos importados
de zanahoria, y el agricultor debe seleccionar el material a cultivar según su

34
MATERIALES DE SIEMBRA

orientación al mercado y los requerimientos ambientales del cultivo (Moncayo


e Ibarra, 2001). La zanahoria puede destinarse al consumo en fresco o someterse
a procesamiento por la industria, y cada mercado tiene sus propias exigencias
en cuanto a calidad (tamaño, color, sanidad, etc.). En la Tabla 1 se describen
algunos de los materiales de zanahoria más importantes.

Tabla 1a Variedades e híbridos más importantes cultivados en Colombia.

Variedad Descripción
Chantenay Raíz de corona ancha con diámetro de entre 5 y 6 cm, de tipo
cónico corto (Ávila, 2015). Por lo general, tiene una relación
xilema/floema alta, lo que las hace un tanto duras y de baja
calidad para el consumo, pero por eso mismo soporta los
malos tratos que se les da durante el lavado y el transporte al
mercado (Bolaños, 2001).

columniedad Chantenay.
Fuente: Equipo CTA-2,
Subproyecto Hortalizas (2018).
Monalisa Su raíz tiene de 14 a 15 cm de largo y de 5 a 5,5 cm de
diámetro mayor. El ciclo del cultivo hasta la cosecha tarda
entre 125 y 140 días. Posee un follaje erecto de color verde
oscuro, vigoroso y de porte medio. Su adaptabilidad está
entre 1900 a 2900 msnm. Los beneficios principales del
producto son la adecuada tolerancia al rajado y pateo, y la
vida prolongada en poscosecha. Es un cultivo precoz y
rendidor, que produce un buen porcentaje de tamaño de
primera, o gruesa. Además, tiene resistencia al ataque de la Híbrido Monalisa.
Alternaria sp., la Cercospora sp. y los nematodos (Semillas Fuente: Semillas Arroyave (s. f.).
Arroyave, s. f.)

Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

35
GENERALIDADES DEL CULTIVO

Tabla 1b Variedades e híbridos más importantes cultivados en Colombia.

Variedad Descripción
Emperador Las raíces de este grupo son semejantes a las de la Nantesa,
pero son más largas y puntiagudas; se consideran de muy
buena calidad. Requieren de suelos profundos (Bolaños,
2001). En promedio el ciclo de cultivo es de 75 días hasta la
cosecha (Ávila, 2015).

Híbrido Emperador.
Fuente: Ávila (2015).
Oxheart Las hojas son rectas, y las raíces pueden ser redondas a
cilíndricas, con colores entre blanca y morada (Ávila, 2015).

Variedad Oxheart.
Fuente: Ávila (2015).
Bangor Es una zanahoria de tipo Berlicum, de 4 a 4,5 cm de diámetro
y 18 a 30 cm de largo, de forma cilíndrica gruesa, y con alto
contenido de carotenos. La planta tiene un follaje vigoroso,
con alta tolerancia a enfermedades, y su ciclo de cultivo tarda
entre 110 y 125 días. (Ávila, 2015).

Híbrido Bangor.
Fuente: Ávila (2015).

Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

Para la producción de zanahoria tipo gourmet en Antioquia se utilizan prefe-


rencialmente materiales de la empresa Agrifol E. U. Semillas Bejo, la cual se ha
dedicado a la producción de zanahorias híbridas de colores, por su buena acep-
tación. La especialización de la producción por un tipo de material depende
de las preferencias de los consumidores y las líneas de comercialización que

36
ESTADOS FENOLÓGICOS

permitan un fácil suministro. A causa del incremento de la demanda de horta-


lizas gourmet, el Subproyecto Hortalizas seleccionó los materiales Sirkana F1
y Gema F1 (Tabla 2) para introducirlos en Cundinamarca, con productores de
hortalizas pequeños y medianos interesados en adoptar las BPA para garantizar
una buena calidad.
Tabla 2 Materiales gourmet cultivadas comercialmente en Colombia.

Grupo Descripción
Nantesa Las raíces de este grupo son cilíndricas, con la punta obtusa, de
epidermis delgada, lisa y de color anaranjado, que en la madurez
alcanza a medir entre 13 y 18 cm de longitud; los cultivares de
este grupo son de muy buena calidad para consumo fresco y tiene
buen sabor y aroma (Bolaños, 2001). En promedio el ciclo
fenológico es de 70 días hasta la cosecha (Ávila, 2017).

Híbrido Sirkana F1.


Fuente: Equipo CTA-2,
Subproyecto Hortalizas (2018).
Gema F1 Las raíces de este grupo son más largas y delgadas que las
Chantenay y la relación de peso entre el xilema y el floema es
menor. Se consideran de calidad intermedia (Bolaños, 2001). La
raíz mide entre 15 y 17 cm de largo y de 5 a 6 cm de diámetro; es
tolerante al calor, de follaje grande y fuerte, y su ciclo de vida es
de 120 a 150 días después de siembra (Ávila, 2017).

Híbrido Gema F1.


Fuente: Equipo CTA-2,
Subproyecto Hortalizas (2018).
Fuente: Modificado de Ávila (2015) por Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

Estados fenológicos
Desde el punto de vista comercial, interesa únicamente la etapa vegetativa de
la zanahoria, que es cuando se desarrolla la raíz napiforme. A continuación, se
describe cada una de las fases fenológicas correspondientes a esta etapa.

37
GENERALIDADES DEL CULTIVO

Germinación y/o emergencia: en promedio la emergencia puede tardar entre


22 y 32 días después de siembra (dds) (Figura 6 a).
Es importante resaltar que la duración de las etapas fenológicas es variable y
se afecta por las condiciones agroambientales de cada zona y el material gené-
tico. Por ejemplo, la emergencia de las plantas en el municipio de La Calera se
dio a los 26 dds, mientras que en el municipio de Villapinzón la emergencia se
dio a los 20 dds, en promedio. Además, en el municipio de La Calera, el ma-
terial Sirkana F1 alcanzó la madurez comercial a los 130 dds, mientras que en
Villapinzón el mismo material tardó 109 días, en promedio.
Etapa I de crecimiento: aproximadamente desde los 39 hasta los 60 dds se ge-
nera el crecimiento longitudinal de la raíz, más que de grosor, hasta alcanzar
un 80 % de la longitud total del producto final (Ávila, 2015). La parte aérea, con-
formada por las hojas, se desarrolla lentamente en esta etapa (Vega, Méndez y
Rodríguez, 2011) (Figura 6 b).

Figura 6 Emergencia de plantas (a) y desarrollo de hojas verdaderas de zanahoria (b).


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

38
EDAFOCLIMATOLOGÍA DEL CULTIVO

Etapa II de crecimiento: esta fase abarca, en promedio, desde los 61 hasta los
97 días después de la siembra, tiempo en el cual se engrosa la raíz por la acumu-
lación de carbohidratos. El engrosamiento avanza desde la parte alta del cáliz
y termina en la punta de la raíz (Ávila, 2015) y se mantiene mientras las hojas
permanezcan verdes. Se presenta un aumento constante en el diámetro de la
raíz y en el número de hojas (Vega et ál., 2011) (Figura 7 a).

Figura 7 Desarrollo de partes vegetativas cosechables (a) y llenado de la raíz tuberosa de zanahoria (b).
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

Etapa III de crecimiento: esta fase va desde los 98 hasta los 123 dds en prome-
dio. La zanahoria es inducida a la floración cuando ocurre la acumulación de un
número de horas de frío por debajo de los 10 °C. Sin embargo, en los materiales
híbridos no ocurre la inducción a floración. El crecimiento se desacelera (Vega
et ál., 2011) y se termina el engrosado de la raíz (Figura 7 b).
Etapa IV de crecimiento: etapa previa a la cosecha en donde se estabiliza el ta-
maño de las raíces y el follaje a los 124 días aproximadamente (Vega et ál., 2011).

Edafoclimatología del cultivo

Temperatura y altitud
La temperatura ambiente adecuada para el desarrollo del cultivo de la zanahoria
tipo Nantesa está entre los 16 y los 21 °C, y para la tipo Chantenay entre los

39
GENERALIDADES DEL CULTIVO

Figura 8 Cosecha de zanahoria Gema F1 (a) y Sirkana F1 (b).


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

12 y los 17 °C (Moncayo e Ibarra, 2001), rangos que corresponden a zonas con


una altitud de 1900 a 2800 msnm y de 2400 a 3000 msnm, respectivamente.

Suelos y precipitación
La zanahoria se desarrolla mejor en los suelos que tienen una textura arcillo-
arenosa o franca, con buen drenaje, profundos, sueltos, con una concentración
de materia orgánica mayor al 3,5 %, y con un pH entre los 5,8 y 7 (Mejía y Lobo,
1983). El cultivo puede prosperar sin riego en zonas con una precipitación entre
los 400 y 800 mm por ciclo. La humedad relativa favorable está entre el 70 % y
el 80 % (Ávila, 2015).

40
Manejo agronómico

Instalación del cultivo


Antes de la instalación del cultivo de zanahoria, y con base en los resultados del
análisis de fertilidad química del suelo de la finca, se debe decidir si es conve-
niente la aplicación de correctivos o enmiendas. De ser necesaria la aplicación
de algún correctivo como la cal para elevar la condición del pH o una enmienda
para mejorar el contenido de materia orgánica en el suelo, esta se debe reali-
zar como mínimo dos o tres meses antes de la siembra, tiempo en el cual los
productos aplicados pueden actuar frente a las características químicas y físicas
del suelo.
Los suelos demasiado arcillosos desarrollan en épocas secas unas costras su-
perficiales que, cuando llegan las lluvias, dificultan la entrada del agua al suelo
y favorecen la escorrentía que puede provocar erosión. La adición de materia
orgánica en este tipo de suelos promueve el desarrollo de una estructura gra-
nular de mayor estabilidad que favorece la aireación y la infiltración de agua,
lo cual, a su vez, facilitará la labranza y mejorará la emergencia de las plantas
(Munévar, 1982). De otro lado, la incorporación de materia orgánica en suelos
arenosos aumenta su capacidad de retención de humedad y reduce la pérdida
de nutrimentos por lavado.

41
MANEJO AGRONÓMICO

Preparación del terreno


Según Gabriel (2012), el suelo se debe laborar para permitir el crecimiento lon-
gitudinal de la raíz, acorde con la variedad utilizada. Según esto, la profundidad
de la arada debe ser de unos 25 cm de profundidad con el fin de romper los
obstáculos en el desarrollo de la raíz (terrones duros y restos orgánicos). De
otro modo, tales obstáculos obligarán a la raíz a torcerse o bifurcarse, con la
consecuente pérdida de calidad en el producto.
Por otro lado, se recomienda evitar la preparación excesiva del suelo, por cuan-
to se deteriora la estructura del suelo y se aumentan los costos de producción.
Además, las prácticas de conservación del suelo son muy importantes en terre-
nos de ladera y deben ser tenidas en cuenta al momento de seleccionar el tipo
de implemento de labranza, que en el mejor de los casos es el arado de cince-
les, especialmente si el suelo presenta estructura granular (Kolmans y Vásquez,
1999).

Figura 9 Mecanización con arado de discos.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

Para la preparación del lecho de siembra, se debe realizar una segunda labranza
que busca reducir el tamaño de los terrones y nivelar la superficie del suelo.

42
PREPARACIÓN DEL TERRENO

Además, se debe crear una capa superficial de tierra fina que sea la cama donde
la semilla pueda germinar (Gabriel, 2012).
Sin embargo, la práctica común en el campo consiste en preparar el terreno con
un arado de discos (Figura 9) para voltear el suelo, romper los terrones grandes
y facilitar la nivelación de las camas para la siembra (Morales, 1995). Además,
se acostumbra a mullir el suelo superficialmente con la aplicación de dos pases
de rotovo, una labor que además permite incorporar los residuos de la cosecha
anterior.

Figura 10 Mecanización con rotovo.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

Para no afectar la estructura del suelo con los pases del rotovo, se recomienda
realizar la operación a baja velocidad de rotación y con una adecuada humedad
del suelo. En general, la humedad ideal del suelo para el laboreo corresponde
al estado friable, el cual se distingue porque cuando se toma una muestra de
suelo con las manos y se amasa para formar una bola, una vez formada no debe
escurrir agua ni tampoco deshacerse sola (Figura 10).
Finalmente, el paso de la maquinaria para la labranza puede dejar el suelo con
grandes espacios de aire que no son favorables al cultivo. En estos casos, se re-
comienda el paso de un rodillo, con el fin de asentar el suelo. Esto evitará que
el suelo se seque demasiado rápido, y evitará que la planta al desarrollarse pier-
da la cobertura y se manifieste el problema de hombros verdes de la zanahoria
(Van Haeff, 1976).

43
MANEJO AGRONÓMICO

Cuando se termina el laboreo del suelo, se construyen las camas y los canales
de drenaje. Una cama es el espacio de terreno entre dos surcos donde se siem-
bra la semilla. Las camas permiten aprovechar mejor el espacio del terreno que
la siembra por surcos, pero se utilizan especialmente para el cultivo de plan-
tas de porte pequeño como muchas hortalizas. En zanahoria es común utilizar
las camas con altas densidades de siembra, lo cual es posible porque la planta
no desarrolla mucha altura y se facilita el manejo. En La Calera se utilizaba la
yunta y el caballo para definir las camas y construir canales de drenaje, pero
el levantamiento de las camas se realizaba manualmente con ayuda del azadón
(Figura 11).

Figura 11 Levantamiento de camas con yunta (a) y de forma manual (b).


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

Por otro lado, es aconsejable al momento de la preparación del terreno o del


trasplante de las plantas, la aplicación de bioinsumos tales como micorrizas y el
hongo Trichoderma spp., los cuales favorecen los procesos de toma de nutrientes
y actúan como biocontroladores de patógenos del suelo, respectivamente. A la
vez, se debe decidir si es necesaria la aplicación de herbicidas pre emergentes
o pos emergentes para el control de arvenses

Siembra
La zanahoria se consume durante todo el año en el país, lo cual obliga a realizar
siembras escalonadas, aun cuando la calidad pueda verse afectada en ciertas épo-
cas, especialmente si son lluviosas. El método de siembra a emplear depende de

44
RALEO DE PLÁNTULAS

la disponibilidad de recursos y la experiencia del productor. Los métodos más


comunes son:
Siembra al voleo: consiste en esparcir la semilla sobre el terreno, lo cual se
puede hacer a mano o con sembradoras manuales, como la máquina esparci-
dora (Figura 12 a). Es el método de siembra más utilizado y produce buenos
resultados si se ejecuta cuidadosamente, en especial en lo que se refiere a la
cantidad de semilla a esparcir. La semilla debe tener mínimo un 70 % de poder
de germinación, y se aplican entre 4 y 5 kg de semilla/ha (Moncayo e Ibarra,
2001).
Siembra en surcos a chorrillo: este tipo de siembra se puede realizar en zo-
nas de ladera, en surcos contra la pendiente espaciados a 40 cm; o también en
hileras transversales distanciadas a 20 cm dentro de las camas. La semilla se
deposita en el fondo del surco de forma espaciada, y se cubre con el dorso del
rastrillo para asegurar una profundidad de siembra no mayor a 1,5 cm. Con este
método se utiliza la semilla estrictamente necesaria y no se requiere la práctica
del raleo que se describe más adelante (Moncayo e Ibarra, 2001) (Figura 12 b).
Siembra en surcos: para este tipo de siembra se utiliza una sembradora mecá-
nica que deposita la semilla en chorros distanciados a 10 cm, los cubre de suelo
y los apisona con el pase de un rodillo. Este método disminuye notablemente
la cantidad de semilla requerida para la siembra, que puede llegar a un mínimo
de 2 kg/ha (Moncayo e Ibarra, 2001).

Raleo de plántulas
Especialmente cuando se siembra al voleo, es posible que algunas plantas de
zanahoria queden apiñadas en el terreno, lo cual no es conveniente para lograr
una buena calidad del producto. Por lo tanto, se deben eliminar algunas de las
plantas sembradas con el fin de lograr una densidad adecuada que le permita
a cada planta desarrollarse libremente. La práctica de eliminación con ese fin
se denomina raleo, y se efectúa cuando las plantas tienen cuatro o cinco hojas
verdaderas, es decir, cuando han transcurrido entre 30 y 45 días después de la
siembra. Normalmente se deja una sola planta cada cinco u ocho centímetros a

45
MANEJO AGRONÓMICO

Figura 12 a) Siembra de zanahoria al voleo con máquina esparcidora. b) Tapado de semillas con
rastrillos.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

su alrededor. El raleo se hace a mano, cuando el suelo tiene suficiente humedad,


una condición que ayuda a disminuir al máximo lesiones en las raíces de las
plántulas que quedan y facilita el quiebre de las que se arrancan (Moncayo e
Ibarra, 2001).

Aporque
Consiste en arrimar suelo hacia el cuello de la planta con el uso de un azadón
para cubrir mejor la raíz; puede realizarse a los 30 días después de la siembra.
Por medio de esta labor se evita la aparición de “hombros verdes” (color verde
en la cabeza o parte superior de la zanahoria, que se genera por recibir la luz
directa del sol) y el desecamiento por exposición de la raíz al viento, lo cual
puede causar también la detención del crecimiento (Figura 13) (Gaviola, 2013).

46
MANEJO INTEGRADO DE LA FERTILIZACIÓN

Figura 13 Hombros verdes en zanahoria.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

Manejo Integrado de la fertilización


La fertilidad del suelo depende de las propiedades físicas, químicas y biológicas,
y por ende, el manejo integrado debe considerar todos los aspectos relaciona-
dos. Respecto a las condiciones físicas, la raíz, que es el órgano de la planta
encargado de interactuar con el suelo, requiere para su crecimiento y funciona-
lidad, unas condiciones adecuadas de disponibilidad de aire, agua y nutrientes,
además de un medio de soporte que no impida su expansión por razón de su
crecimiento.
Respecto a las condiciones biológicas, el suelo es un medio donde se desarro-
lla una diversidad de organismos vivos, que en su conjunto se conoce como
el edafón. Las bacterias por sí solas constituyen dos tercios del carbono del
suelo, y son fundamentales para el ciclaje de nutrientes, que permite la des-
composición de residuos orgánicos en elementos asimilables para las raíces de
las plantas. Además, existen algunos productos comerciales a base de hongos
y bacterias que contribuyen a mejorar la disponibilidad de nutrientes para las
plantas, que se conocen como biofertilizantes. Por ejemplo, los hongos conoci-
dos como micorrizas se asocian a las raíces de las plantas y mejoran el acceso al
fósforo del suelo, además de otras ventajas. Las bacterias fijadoras de nitrógeno
permiten reducir los requerimientos de fertilización nitrogenada por lo menos

47
MANEJO AGRONÓMICO

a la mitad. Finalmente, las bacterias solubilizadoras de fósforo y potasio permi-


ten recuperar los elementos que se fijan en el suelo para volverlos asimilables
por la planta.
Respecto a las condiciones químicas del suelo, se refieren especialmente a las
propiedades como el pH, los contenidos de nutrientes y sus interrelaciones.
Para el desarrollo de un cultivo es importante la disponibilidad de los nutrien-
tes, ya que por condiciones inadecuadas del suelo, aunque un nutriente esté
allí presente, puede no estar accesible a las raíces o no ser asimilable (no pue-
de ingresar a los tejidos de la planta). En este sentido, la interacción entre las
condiciones físicas, biológicas y químicas, es lo que determina que un plan de
fertilización sea exitoso, en cuanto que los nutrientes que requiere la planta
están disponibles para su asimilación en el momento oportuno. El manejo de
la interacción mencionada es lo que se conoce como fertilización integrada de
un cultivo.
Requerimientos nutricionales: para elaborar el plan de manejo de la fertiliza-
ción de un cultivo de zanahoria es necesario conocer, en primer lugar, la can-
tidad de nutrientes que la especie vegetal absorbe en un ciclo de cultivo. Con
esta información se deduce la cantidad mínima de cada nutriente que debe estar
accesible al cultivo para alcanzar un determinado rendimiento (Instituto para
la Innovación Tecnológica en Agricultura [Intagri], 2001-2017). De acuerdo con
esto, en el Subproyecto Hortalizas se obtuvo una aproximación a la absorción
total de nutrientes del cultivo de zanahoria para una variedad y dos híbridos (Ta-
bla 3), la cual puede ser tenida en cuenta al momento de calcular las cantidades
y dosis de fertilizantes para el cultivo.
Sin embargo, la planta consume los nutrientes de modo diferencial según su
desarrollo. Por ello también se utilizan las curvas de absorción de nutrientes.
Tales curvas reflejan la dinámica de absorción de cada nutriente durante el ciclo
productivo y su relación con las diferentes etapas fenológicas (Bertsch, 2005).
Fertilización edáfica: es importante realizar el análisis de fertilidad química del
suelo para conocer la cantidad de nutrientes presentes para el cultivo, además
de otras propiedades del suelo que determinan su disponibilidad para la planta.
Si el plan de fertilización tiene en cuenta los resultados del análisis de fertili-
dad, se favorecerá la sostenibilidad del sistema productivo, en cuanto que se

48
MANEJO INTEGRADO DE LA FERTILIZACIÓN

Tabla 3 Absorción de nutrientes (kg/ha) por tonelada producida en una variedad y dos híbridos de zanahoria en el
municipio de Villapinzón (Cundinamarca).

Variedad Nitrógeno Fósforo Potasio Calcio Magnesio Hierro Manganeso Zinc Boro
o híbrido (N) (P) (K) (Ca) (Mg) (Fe) (Mn) (Zn) (B)
Gema F1 6,01 0,34 8,99 2,20 0,91 0,03 0,054 0,010 0,007
Sirkana F1 2,80 0,16 3,96 0,70 0,38 0,02 0,022 0,004 0,003
Chantenay Royal 4,48 0,31 7,00 3,31 0,982 0,05 0,053 0,013 0,00
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

contribuirá a evitar tanto los excesos de fertilización como el subsecuente des-


balance de nutrientes, condiciones que, de no controlarse, causarán a la postre
un detrimento en la fertilidad del suelo (Galindo et ál., 2011, Bertsch, 2010).
Para tal fin, la Tabla 4 muestra una guía para la interpretación de los contenidos
de nutrientes que arroja el análisis de fertilidad del suelo mediante la metodolo-
gía del “semáforo”, la cual consiste en asignar un color al elemento o propiedad
de acuerdo con la conveniencia de tomar alguna acción correctiva.

Tabla 4 Criterios de interpretación del análisis de fertilidad química del suelo con la metodología del
semáforo.

Semáforo pH Interpretación
Rojo 0-5,5 Acidez, aplicar enmiendas.
Amarillo 5,6-6,0 Enmienda baja.
Verde 6,1-7,3 Ideal para la disponibilidad de los elementos.
Rojo 7,4-14 Salinidad, aplicar enmiendas y labores culturales.
Semáforo Interpretación
Rojo El elemento se encuentra en déficit, se debe aportar al suelo según requerimiento del cultivo.

Amarillo El elemento se encuentra moderadamente, se debe aportar al suelo en dosis de mantenimiento.

Verde El elemento se encuentra en alto nivel, NO se debe aportar al suelo.

Materia
Semáforo Orgánica Fósforo Calcio Magnesio Potasio Hierro Manganeso Zinc Boro

Rojo < 2,9 < 15 <3 < 1,5 < 0,2 < 20 < 10 < 2 < 0,3
Amarillo 3-5,7 15-25 3-5 1,5-2,5 0,2-0,3 20-50 10-15 2-3 0,3-0,4
Verde 5,8-7 25-40 5-10 2,5-3 0,3-0,4 50-100 15-20 3-4 0,4-0,6
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018). Rangos de interpretación tomados de Microfertisa
(s. f.).

49
MANEJO AGRONÓMICO

Fertilización foliar: la técnica de nutrición foliar o aplicación de una solución


nutritiva a las hojas ha adquirido connotaciones importantes en el manejo agro-
nómico de los cultivos. En este sentido, la fertilización foliar es considerada
como una técnica para suplementar y mantener el equilibrio nutricional de las
plantas, especialmente durante períodos de máxima demanda (Alltech, 2014).
Sin embargo, la respuesta de la planta a una aplicación foliar dependerá de la
cantidad de follaje desarrollado. Por esta razón, las aplicaciones foliares son más
efectivas en cuanto más avanzado esté el cultivo, sin que sean muy próximas a
la cosecha (Romheld y El-Fouly, 1999).
En algunos casos, las condiciones del suelo no son favorables para la disponibili-
dad de un nutriente, lo cual se puede sobrellevar mediante la fertilización foliar,
especialmente para los micronutrientes, que se requieren en bajas cantidades
(Lipinski, 2012). En el caso de macronutrientes (que la planta requiere en ma-
yor cantidad), la fertilización foliar constituye un suplemento a la fertilización
edáfica, muy adecuado por su rápido efecto. En el cultivo de zanahoria se reco-
mienda la aplicación foliar de nitrógeno y boro cuando las plantas tengan de 6 a
8 hojas formadas, y repetir la aplicación de estos elementos antes de la cosecha.
La aplicación de manganeso se recomienda cuando las plantas tengan entre 8 y
12 hojas. Finalmente, para evitar malformaciones se recomienda la aplicación
de elementos menores como el boro (B) y el zinc (Zn) (Gómez, 2005).

Riego
Para la implementación del riego en las parcelas sembradas con zanahoria, ini-
cialmente se debe tener en cuenta la calidad del agua disponible en la finca.
Para ello se recomienda realizar un análisis del agua antes de la siembra. Dado
que la calidad del agua puede variar significativamente a lo largo del año, es
aconsejable tomar más de una muestra, en distintas épocas del año. Un análisis
de aguas puede suplir información de diferentes propiedades, como son:

• Químicas del agua de riego: especialmente referidas al contenido de sales


en el agua. Las propiedades son: conductividad eléctrica (CE), sólidos disuel-
tos totales (TDS), relación de absorción de sodio (RAS), alcalinidad y dureza.

50
RIEGO

• Físicas: como los colores específicos que dan una idea de la causa que los
provoca. Otras propiedades como la turbidez y olor son indicadoras de cali-
dad del agua.

• Biológicos: estos parámetros son indicativos de la contaminación orgánica


y biológica; para efectos de inocuidad, el contenido de coliformes fecales
y totales es un indicador importante (Sarabia, Cisneros, Aceves, Durán y
Castro, 2011).

Según Lipinski (2012), el cultivo de zanahoria requiere de 800 a 900 mm de agua


durante su ciclo completo, en las zonas áridas del oeste argentino. En las con-
diciones colombianas, hay que considerar que la zanahoria se cultiva en zonas
frías, a alturas superiores a los 2500 msnm, donde la evapotranspiración poten-
cial (cantidad máxima de agua que se evapora y transpira en un suelo cubierto
de vegetación) está entre los 800 y los 1000 mm (Instituto de Hidrología, Me-
teorología y Estudios Ambientales [IDEAM], 2019). Para un ciclo de cultivo de
5 meses, el consumo máximo de agua para el cultivo está alrededor de los 420
mm. A este valor se le puede descontar el agua ganada por precipitación.
Es muy importante que el agua se suministre de la manera más homogénea posi-
ble durante el ciclo del cultivo. Sin embargo, al momento de la siembra las plantas
son muy pequeñas y más susceptibles a la desecación, por lo cual se requiere ma-
yor atención. En Ventaquemada, con la variedad Chantenay, el consumo de agua
sube con el desarrollo foliar del cultivo hasta alcanzar un máximo alrededor de
los 110 a 120 días después de la emergencia. A partir de ahí comienza a declinar
rápidamente (Forero-Ulloa, Cely-Reyes, Neira-Rodríguez, 2015).
Por lo tanto, la aplicación de riego debe hacerse con una frecuencia no mayor
a los 5 días si se quiere alcanzar un alto rendimiento (Lipinski, 2012). Un as-
pecto importante es definir el caudal de riego (cantidad de agua por unidad de
tiempo), el cual depende de la velocidad que tiene el suelo para absorber el
agua aplicada. Si el caudal es excesivo, el agua se encharca sobre el terreno, lo
cual es especialmente perjudicial cuando hay pendientes que obligan al agua a
escurrirse, con el riesgo de perderse y generar erosión. Si el terreno es plano,
dicho encharcamiento puede generar costras en el suelo, que dificultaran el pa-
so del agua en los riegos subsecuentes. Por otro lado, si el caudal es muy bajo,

51
MANEJO AGRONÓMICO

el tiempo de riego se hace mayor y la práctica se hace ineficiente. Para ajustar


el caudal se debe hacer una determinación en el laboratorio de la velocidad de
infiltración de agua en el suelo. En suelos arenosos, la velocidad es mayor que
en los suelos arcillosos.
Otro aspecto importante es la cantidad de agua a aplicar, lo cual depende de
la capacidad del suelo para retener agua sin saturarse, lo que se conoce como
“capacidad de campo”. El agua disponible corresponde a la diferencia entre el
contenido de agua a capacidad de campo y el correspondiente en el punto de
marchitez permanente (PMP). El PMP corresponde al contenido de agua en el
suelo que está tan fuertemente retenida que no puede ser tomada por las plan-
tas. Estos valores se pueden determinar en un laboratorio, para ajustar la canti-
dad de agua de riego por aplicación.
La importancia de realizar un riego ajustado a las necesidades del cultivo y
las capacidades del suelo no sólo radica en el ahorro de recursos, sino en la
sanidad y calidad de la producción. Los excesos de humedad en el suelo y en
el follaje resultan favorables para el desarrollo de enfermedades y plagas. La
planta también sufre de estrés por falta de oxígeno en las raíces.

Manejo integrado de plagas y enfermedades


El manejo integrado de plagas y enfermedades (MIPE) busca reunir las venta-
jas de cada una de las clases de control (natural, cultural, etológico, biológico
y químico), teniendo en cuenta el tipo de cultivo, la especie y las condiciones
específicas de cada caso. El MIPE trata de mantener la población de insectos
por debajo de un máximo de densidad, y mantener las enfermedades por deba-
jo de un nivel máximo de incidencia para que no ocurran daños de importancia
económica en el cultivo; para lograrlo, se recurre a la aplicación de medidas
preventivas y correctivas, que se acompañan de prácticas oportunas de mante-
nimiento del cultivo (Pujota, 2013). Para la elección de uno o varios métodos
de control se debe tener pleno conocimiento de la siguiente información:

• El estado de desarrollo del cultivo.

• Niveles de resistencia y tolerancia del cultivo.

52
MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS Y ENFERMEDADES

• Ciclo de vida de la plaga o enfermedad, los daños que causa, sus hábitos o
preferencias y su nivel de vulnerabilidad.

• Los insectos benéficos que puedan convertirse en enemigos naturales de la


plaga y ser usados como controladores biológicos.

• Las condiciones ambientales que pueden favorecer o limitar el avance de la


plaga o enfermedad.

• El seguimiento continuo a las condiciones del cultivo, con los registros respec-
tivos, que permitan analizar la información y tomar decisiones adecuadas.

Para realizar una evaluación del estado fitosanitario del cultivo, se debe realizar
un muestreo de los principales problemas. Para ello es necesario identificarlos
adecuadamente, ya sea por su aspecto físico, los daños que produce o los rastros
que deja.
En segundo lugar, hay que tener un plan de muestreo, el cual incluye el área
del terreno a evaluar, el número de puntos a visitar, y la forma como se va a
cuantificar la presencia del problema. Por ello es importante contar en primer
lugar con un mapa del terreno, sobre el cual se pueda trazar un recorrido al azar
donde se ubicarán los puntos de muestreo. Es importante calcular el tiempo
requerido para el muestreo, porque de otra forma, es posible que no se cubra
el terreno adecuadamente en el tiempo disponible. El personal encargado debe
ser conocedor de los problemas y confiable.
Cuando se cuenta con información muestral, es posible aplicar los umbrales de
manejo. Un umbral es un valor de referencia, que se compara con el valor calcu-
lado con base en la muestra tomada, para la toma decisiones de manejo. El valor
calculado puede ser la incidencia del problema, expresado como porcentaje, o
el nivel de daño o severidad de los síntomas, también expresado como porcen-
taje. Por lo cual, es importante construir una escala que evite ambigüedades en
la evaluación y permita la máxima objetividad.
Los umbrales de manejo son un concepto importante en el manejo racional
de los problemas fitosanitarios. Es conveniente que se cuente con ellos, y de
ser necesario, hay que crearlos con la experiencia de campo. Con el tiempo se
pueden ir afinando con base en los resultados obtenidos.

53
MANEJO AGRONÓMICO

Umbrales de manejo de enfermedades


Con base en la experiencia de manejo del cultivo en el Subproyecto Hortalizas,
se establecieron umbrales de daño nominales para algunos de los problemas
fitosanitarios, con el fin de contar con un criterio en la toma de decisiones sobre
la forma de manejo, considerando en especial el control biológico y químico
(Tabla 5).

Tabla 5 Umbrales y niveles de decisión de manejo de enfermedades.

Enfermedad Control requerido según nivel de incidencia


Alternaria spp. Hasta 8 %–19 % de incidencia promedio por planta: aplicación de control biológico.
> 20 %: aplicación de control químico.
Nematodos Nivel de daño entre 2 % y 3 %: aplicación de control biológico.
(Meloidogyne hapla) Nivel de daño entre 3 % y 5 %: aplicación de control químico.
Nivel de daño estimado con base al protocolo de monitoreo de plagas y
enfermedades para el Subproyecto Hortalizas.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

Umbrales de manejo de plagas


Al igual que con las enfermedades presentes en los cultivos de zanahoria tra-
bajados por el Subproyecto Hortalizas, a través del monitoreo se establecieron
umbrales nominales de daño, bajo los cuales se tomaron las decisiones de apli-
cación de control químico o biológico, según el caso, para las principales plagas
(Tabla 6).
Tabla 6 Umbrales nominales y niveles de decisión de manejo de plagas.

Plaga Control requerido según nivel de incidencia


Myzus persicae De 3 a 5 individuos por planta: aplicación de control biológico.
> 6 individuos por planta: aplicación de control químico.
Thrips sp. 8,1 % a 15 % promedio de daño: aplicación de producto biológico.
> 15 %: aplicación de producto químico.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

54
MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS Y ENFERMEDADES

Manejo integrado de enfermedades


Para el manejo de enfermedades en el cultivo de zanahoria, en primer lugar se
recomienda realizar un seguimiento al cultivo semanalmente, mediante el regis-
tro de los problemas fitosanitarios presentes de acuerdo con la sintomatología
presentada por las plantas y, según el nivel de incidencia, aplicar las medidas
correspondientes, considerando los criterios de BPA. A continuación se descri-
ben las principales enfermedades que afectan el cultivo de zanahoria, así como
las recomendaciones de manejo para cada una de ellas.

Damping off o Mal del talluelo (complejo de hongos: Pythium sp.,


Fusarium oxysporum, Rhizoctonia solani, Sclerotium sp. Tode)

Descripción y síntomas: los hongos asociados con esta enfermedad usualmen-


te se encuentran en el suelo actuando como saprófitos (alimentándose de la
materia orgánica). Pueden atacar la semilla o las raicillas recién formadas antes
de que emerja la plántula. Cuando ataca la plántula, la infección usualmente ocu-
rre en el talluelo, a nivel del suelo, doblándolo. Como las plántulas rápidamente
se amarillan y no sobreviven, el resultado es una reducción en la densidad de
plantas cultivadas (Davis y Nuñez, 2007).
Recomendaciones de manejo: como se trata de hongos habitantes del suelo, la
rotación de cultivos ayuda poco. Se recomienda evitar los excesos de humedad
en el suelo y la aplicación de microorganismos benéficos como: Trichoderma sp.,
Bacillus subtillis, Streptomyces sp. y Burkholderia sp., lo que puede ayudar a reducir
la incidencia (Ávila, 2015).

Tizón de la hoja (Alternaria spp. y Cercospora carotae)

Descripción y síntomas: la enfermedad se caracteriza por manchas de color ca-


fé oscuro que se presentan en las hojas. Si la lesión se presenta en el peciolo,
toda la hoja se muestra afectada y puede morir. Hay dos hongos asociados a
la enfermedad, pero se pueden diferenciar: Alternaria dauci, produce las lesio-
nes más irregulares y oscuras en hojas maduras, mientras que las lesiones que

55
MANEJO AGRONÓMICO

causa Cercospora carotae son más regulares, claras y se presentan en hojas más jó-
venes. En ambos casos, las esporas o unidades reproductivas se dispersan con
el viento, el agua y las semillas (Ávila, 2015). También pueden formar estructu-
ras de sobrevivencia sobre los restos del follaje infectado que cae al suelo. Las
condiciones que predisponen a la planta para la infección son una temperatu-
ra ambiente de entre 22 y 26 °C, y más de 36 horas de humedad sobre la hoja
(Piccolo, 2012) (Figura 14).
Recomendaciones de manejo: como medidas preventivas de control se aconse-
ja el empleo de semilla certificada libre del patógeno; realizar aradas profundas;
evitar el encharcamiento del suelo con el buen manejo del agua de riego —sobre
todo en los primeros días después de la siembra—; proveer una buena nutrición
a la planta sin abusar del nitrógeno y evitar el exceso de maleza. También se
debe hacer rotación de cultivos de 2 a 3 años (Lardizábal y Theodoracopoulos,
2007). Para su tratamiento se realiza control químico con fungicidas registrados
(Piccolo, 2012).

Figura 14 Síntomas causados en hojas de zanahoria por Alternaria dauci (a) y Cercospora carotae (b).
Fuente: Piccolo (2012).

Mildeo velloso (Peronospora spp. Corda)

Descripción y síntomas: inicialmente se presentan puntos amarillos sobre el


haz de las hojas, mientras en el envés están las estructuras del hongo, un mi-
celio (tejido en forma de pelusa) de color gris azuloso. Con el avance de la en-
fermedad, los puntos crecen y algunos se unen formando manchas irregulares,

56
MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS Y ENFERMEDADES

que pueden tomar una tonalidad parda por la muerte de los tejidos de la hoja.
Del micelio se forman estructuras de diseminación del hongo, denominadas es-
poras, que pueden sobrevivir hasta 48 horas y que son arrastradas por el viento.
Una vez encuentran una planta donde producir una nueva infección, la apari-
ción de síntomas se tarda entre 9 y 16 días (periodo de incubación). Algunas
estructuras del hongo pueden sobrevivir en el suelo por más de 2 años. No hay
transmisión por semilla (ICA, 2012).
Recomendaciones de manejo: Utilizar semilla certificada; sembrar a densida-
des o distancias de siembra adecuadas, para permitir la circulación de aire en
el lote; mantener un buen drenaje dentro del cultivo; realizar un monitoreo
permanente del cultivo para detectar la enfermedad en las fases iniciales. Hay
productos químicos que se deben utilizar con asesoría técnica (ICA, 2012).

Muerte de la raíz (Phytium spp.)


Descripción y síntomas: esta enfermedad se produce en la raíz de la planta, por
hongos del género Pythium (existen varias especies del género involucradas). El
hongo penetra por la punta de las raíces y ataca la zona de crecimiento. La raíz se
bifurca en un esfuerzo por evadir el ataque. Sin embargo, la raíz así desarrollada
no tiene valor comercial (Figura 15).

Figura 15 Síntomas causados por hongos del género Pythium


en raíces de zanahoria.
Fuente: Piccolo (2012).

57
MANEJO AGRONÓMICO

Recomendaciones de manejo: manejar un buen drenaje del suelo, sobre todo


en los primeros días después de la siembra. Fertilización balanceada, sin exce-
sos de nitrógeno o de abonos orgánicos. Rotación de cultivos por tres años. La
aplicación de hongos benéficos, como Trichoderma spp. a una dosis de 240 g/ha,
actúa como control biológico (Piccolo, 2012).

Nematodos (Meloidogyne hapla)


Los nematodos son organismos con forma de gusano cilíndrico que habitan en
diversos ambientes, incluyendo el suelo. Los nemátodos fitófagos se alimentan
a través de un estilete con el que chupan el contenido de los tejidos de la planta.
Normalmente son polífagos, es decir, consumen diferentes especies vegetales,
sin presentar mayor especificidad. Los nematodos del género Meloidogyne spp.
constituyen la plaga más perjudicial de la raíz de la zanahoria, en todas las zonas
donde se cultiva esta hortaliza. Dentro de este género, son importantes las es-
pecies M. incognita, M. javanica, M. arenaria y M. hapla. En menor proporción, en
Colombia también se han encontrado nematodos de la especie Helicotylenchus
spp. en la rizósfera (zona de interacción entre la raíz y la vida en el suelo) de la
zanahoria (Mosquera-Espinosa, 2016). Meloidogyne presenta dimorfismo sexual
(Figura 16 a y b), es decir, diferencias en la forma del cuerpo entre machos y
hembras. Las hembras adultas son piriformes o globosas; miden 1,4 a 1,5 mm
de largo; los machos son filiformes y tienen una longitud de 1,2 mm. La hembra
tiene la capacidad de producir descendencia sin la presencia del macho; coloca
entre 200 y 500 huevos protegidos por una masa gelatinosa. De ellos, nacerán las
formas juveniles, encargadas de infestar las raíces (Del Toro y Martinotti, 2012).
Descripción y síntomas: el nematodo ataca las raicillas de la planta, causando
heridas por donde pueden entrar hongos patógenos. Las raíces atacadas son
más cortas y poseen menos pelos radicales que las sanas. Además, para alimen-
tarse, del mismo estilete segrega algunas sustancias que ayudan a disolver los
jugos de la planta, para después chuparlos. La planta reacciona formando nódu-
los (tumores) o agallas (Ávila, 2015). Los nódulos producidos por M. hapla son
pequeños y presentan pelos radicales. Otras veces se producen raíces bifurca-
das conocidas como “patudas”; esto sucede cuando la planta es atacada en el
estado de plántula (Del Toro y Martinotti, 2012). En la parte aérea de la planta

58
MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS Y ENFERMEDADES

se produce una disminución del crecimiento, marchitamiento, amarillamiento,


achaparramiento y otros síntomas similares asociados a la deficiencia de agua y
de nutrientes ocasionados por la pérdida de raíces (Figura 16). El rendimiento
se reduce proporcionalmente. La incidencia es mayor en suelos arenosos con
bajo contenido de materia orgánica. Es importante realizar un diagnóstico es-
pecífico de nematodos, ya que hay daños similares por Pythium (Lardizábal y
Theodoracopoulos, 2007).

Figura 16 a y b) Dimorfismo sexual reflejado como machos filiformes y hembras globosas de


Meloidogyne spp. c) Daño causado por Meloidogyne spp. en raíces de zanahoria.
Fuente: a y b) Picca (2014). c) Lardizábal y Theodoracopoulos (2007).

Recomendaciones de manejo: se recomienda solarizar el suelo, la materia orgá-


nica y el sustrato que se va a utilizar en la plantación. Si la población es alta se
debe realizar una aplicación de extracto de ruda o un tratamiento que reduzca
la población en un porcentaje importante, seguido de la inoculación de Paece-
lomyces lilacinus. Existen plantas como la caléndula que presentan repelencia de
nematodos y se pueden usar sus extractos (Gaviola, 2013).

Manejo integrado de plagas


Para el manejo de las poblaciones de insectos perjudiciales al cultivo, debe ha-
cerse un seguimiento que incluya visitas periódicas al lote cultivado, en las
cuales se evalúen los riesgos posibles y se tomen decisiones sobre medidas de
control o manejo. De esta forma se pueden evitar aplicaciones “calendario,” que
se realizan periódicamente sin fundamento en una evaluación cuidadosa de la
situación del cultivo, por lo cual no se garantiza la eficacia ni la eficiencia de

59
MANEJO AGRONÓMICO

las aplicaciones (Larral y Ripa, 2008). Si bien el control químico resulta una po-
derosa herramienta para mantener a las plagas por debajo del nivel de daño,
el uso inadecuado de plaguicidas ha introducido cantidades excesivas de sus-
tancias químicas al ecosistema, alterando su equilibrio, generando resistencia
al agente blanco y reduciendo el número de enemigos naturales, lo que, a la
larga, permitirá el surgimiento de nuevas plagas (Cid, 2014). A continuación se
describen las principales plagas que tienen un efecto negativo sobre el cultivo
de zanahoria, así como las recomendaciones para su manejo.

Áfidos (Myzus persicae)


Características del insecto y daño: Aunque hay varias especies de áfidos que
pueden atacar la zanahoria, Myzus persicae frecuentemente se asocia a este cul-
tivo, aunque también se alimenta de otras especies frutales y herbáceas. Los
áfidos son insectos de forma globosa, menores de 3 mm de largo, que se ali-
mentan chupando la savia de las plantas con su pico. En condiciones tropicales,
la hembra se reproduce por sí sola [partenogénesis] (Moya, 2012). Después de
varias generaciones desarrolladas a partir de hembras vírgenes, la forma adulta
de las hembras puede desarrollar unas alas traslúcidas, que le permiten coloni-
zar nuevas plantas fácilmente. Las hembras aladas tienen la cabeza y el tórax
negro, abdomen verde amarillento y una gran mancha dorsal, pero las hembras
ápteras tienen un color uniforme en su cuerpo, que puede ser de amarillo páli-
do a verde, o incluso rosado (Duguetti y Lanati, 2012) (Figura 17). Normalmente
se alimentan de los brotes tiernos de la planta, de modo que las hojas afecta-
das en crecimiento se deforman y tienden a enrollarse (Ávila, 2015). Las altas
poblaciones de áfidos debilitan la planta, no sólo por el consumo de savia, sino
por la formación de fumagina, un hongo que crece a expensas de las deyeccio-
nes del pulgón sobre las hojas, y le impide a la planta recibir plenamente la
luz, aunque en la zanahoria este tipo de daño es poco frecuente. También se
le atribuye ser transmisor de diferentes virus que causan enfermedades en las
plantas (Dughetti y Lanati, 2012).
Recomendaciones de manejo: es importante realizar un seguimiento continuo
para tomar decisiones acertadas. Los áfidos tienen muchos enemigos naturales,
los cuales se deben preservar evitando el uso de plaguicidas al máximo. Existen

60
MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS Y ENFERMEDADES

hongos benéficos que se pueden aplicar para control, como son Beauveria bassia-
na y Paecelomyces fumosuroseus. En última instancia, se recomienda la aplicación
de insecticidas químicos en las partes jóvenes de la planta o con el agua de riego
[se debe consultar con un ingeniero agrónomo] (Ávila, 2015).

Figura 17 Áfido Myzus persicae.


Fuente: iNaturalist.org (2019b).

Thrips spp.
Características del insecto y daño: en la zanahoria, Dughetti y Lanati (2012)
mencionan la presencia de tres especies: Thrips tabaci, Frankliniella occidentalis
Pergande y F. schultzei Trybom. Por su parte, Silva, Teiseira, Diniz, Plata-Rueda,
Lima y Fernandes (2019) encontraron T. tabaci, F. schultzei y Caliothrips phaseoli en
cultivos de zanahoria en Minas Gerais, Brasil. La diferencia entre las especies no
es fácilmente apreciable a simple vista. Los trips se ubican en las partes tiernas
de la planta, especialmente los cogollos o las flores. En su ciclo de vida para
llegar a adulto, que tarda aproximadamente 15 días, pasan por los estados de
huevo, larva y pupa. En general, los adultos son insectos pequeños de menos de
1,3 mm de largo (Figura 18), que se caracterizan por poseer la cabeza rectangular
y las alas en forma de sable con flecos largos. El color del cuerpo de T. tabaci es
amarillo pero también presentan tonalidades grises y marrones, mientras que

61
MANEJO AGRONÓMICO

el cuerpo de F. occidentalis es uniformemente amarillo. El estado adulto puede


sobrevivir alrededor de un mes (Capinera, 2001). Las hembras se reproducen
sin la intervención del macho (partenocarpia).
Los estados de larva y adulto poseen un cono bucal con el que rae los tejidos y
los pica para succionar la savia. Como consecuencia de su alimentación, se origi-
nan lesiones de coloración blanquecino-plateada característica. Los tejidos en
crecimiento cuando son atacados se decoloran, marchitan y deforman (Capi-
nera, 2001). El desarrollo de las poblaciones de este insecto se ve favorecido
por el tiempo cálido y seco, cuando la planta le cuesta más sobrellevar el ata-
que (Dughetti y Lanati, 2012). También se considera que es transmisor del virus
TSWV (Tomato Spotted Wilt Virus) o “virus del bronceado del tomate,” que puede
atacar a la zanahoria (Simon, Iorizzo, Grzebelus y Baranski, 2019).
Recomendaciones de manejo: es conveniente hacer un seguimiento a su apari-
ción, al igual que al clima imperante. Para el muestreo, se pueden utilizar tram-
pas pegajosas de un color atrayente (especialmente el azul o el blanco). Las lluvias
fuertes ayudan a disminuir las poblaciones del insecto, aunque no se demostrado
que un efecto similar se logre con el riego (Capinera, 2001). Es importante mante-
ner la presencia de los enemigos naturales de los trips. Algunos ejemplos son las
chinches, como la llamada chinche pirata (Orius insidiosus), y las vaquitas o mari-
quitas (Harmonia axyridis), entre otros. También hay entomopatógenos (distintas
especies de hongos, como Verticillium sp. y Beauveria sp.) que producen enfermeda-
des en los trips (Dughetti y Lanati, 2012). El control químico no es efectivo para
controlar los trips en los estados huevo o pupa (Capinera, 2001).

Babosas (Milax gagates y Deroceras reticulatum)

Características y daño: las babosas son moluscos gasterópodos, de cuerpo blan-


do (invertebrado) y sin concha externa, color gris a negro, de hasta 5 cm de largo,
que se arrastran sobre su vientre dejando una huella plateada. Poseen dos pares
de antenas, un par más grande aloja en sus extremos los ojos y puede retraer-
se en la cabeza. El otro par le sirve como órgano táctil y olfativo. Poseen una
mandíbula con dientes y una lengua también dentada denominada rádula. Las
babosas se desarrollan en el suelo, y prefieren las condiciones húmedas. Tienen

62
MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS Y ENFERMEDADES

Figura 18 Thrips tabaci.


Fuente: The International Barcode of Life Consortium (2016).

hábitos nocturnos, y en el día se esconden debajo de residuos de material ve-


getal, piedras o terrones. Se consideran omnívoras (consumen algunos insectos
y vegetales). Atacan el follaje tierno de las plántulas en los semilleros y de las
recién trasplantadas. Deja en las hojas atacadas agujeros o bordes irregulares.
La hembra siempre oviposita en lugares húmedos, bajo residuos de cosecha y
llega a poner entre 20 y 100 huevos (Figura 19). La longevidad de los adultos
está alrededor del año.
Recomendaciones de manejo: evitar el exceso de humedad, realizar un buen
manejo de arvenses y de residuos de cosecha. Tiene varios controladores na-
turales, como son las aves, reptiles e incluso algunos nematodos. El hongo Ver-
ticillium chlamydosporium Goddard ataca los huevos de la babosa (Moreno et ál.,
2008). Se pueden colocar trampas-cebo en las zonas donde se observe mayor
humedad en el terreno (utilizando como atrayente cerveza o calabaza, entre
otras).

63
MANEJO AGRONÓMICO

Figura 19 Milax gagates.


Fuente: iNaturalist.org (2019a).

Manejo integrado de arvenses


Con la realización de un cultivo, se está privilegiando el crecimiento de una o
unas pocas especies vegetales. Sin embargo, es natural que se encuentre una
gran variedad de plantas que buscan colonizar los espacios libres creados por
el laboreo del suelo. En la medida en que se tomen medidas de control por parte
del agricultor, indirectamente se están seleccionando aquellas plantas de rápido
crecimiento y adaptación al ambiente que les permite sobrevivir a condiciones
muy adversas. A estas plantas que crecen y se reproducen rápidamente se las
considera malezas, en cuanto resultan indeseables para el desarrollo y mante-
nimiento del cultivo. Se argumenta que las malezas compiten por luz, agua y
nutrientes con las plantas de cultivo, hospedan plagas y enfermedades, y difi-
cultan las labores de mantenimiento y cosecha del cultivo (Ávila, 2015).
Sin embargo, con un manejo adecuado, las arvenses pueden ser favorables al
cultivo: hospedar poblaciones de organismos benéficos al cultivo, contribuir
a la recuperación de nutrientes en el suelo, mantener un nivel adecuado de
humedad, y ayudar a la conservación del suelo, entre otras (Pérez, 2004).

64
MANEJO INTEGRADO DE ARVENSES

Plantas alelopáticas
Existe una gran variedad de mecanismos de acción a través de los cuales se
generan las relaciones alelopáticas entre las plantas y los organismos de su en-
torno (Tabla 7). En este sentido, el uso de plantas acompañantes constituye una
herramienta biológica económicamente sostenible para el manejo integrado de
plagas y enfermedades, a la vez que pueden generar sinergias que potencializan
el desarrollo del cultivo.
Tabla 7 Plantas acompañantes del cultivo de zanahoria y beneficios.

Planta Beneficio
Lechuga Estimula el crecimiento y desarrollo de la zanahoria.
Salvia Esta planta favorece el desarrollo del crecimiento de la zanahoria. Así mismo, protege a las
plántulas de zanahoria de la acción de las larvas de las mariposas.
Cebollín Estimulan el crecimiento y desarrollo de la zanahoria y repele áfidos.
Caléndula Repele gusanos tierreros y nematodos de la zanahoria.
Puerro Estimula el crecimiento y desarrollo de la zanahoria y repele áfidos.
Romero Repele caracoles y babosas en el cultivo de zanahoria.
Cebolla Repele dípteros como la mosca de la zanahoria.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

El periodo crítico de competencia entre las arvenses y el cultivo corresponde


al primer mes de establecimiento (Lardizábal, 2013). De no realizarse un ade-
cuado manejo, las plantas cultivadas presentarán un crecimiento lento, y el ren-
dimiento y la calidad de la cosecha disminuirá drásticamente. En el cultivo de
zanahoria se dificulta el control de arvenses por el alto costo que acarrea su
eliminación.
Como primera alternativa se debe realizar una eliminación manual de las plantas
arvenses. También se pueden utilizar algunas herramientas agrícolas, como las
tijeras podadoras, las cuales facilitan la actividad. En el caso de los municipios
abordados en el Subproyecto Hortalizas, se recomienda la desyerba mecánica y
manual de las arvenses (Figura 20), en especial de las llamadas “corazón herido”
(Polygonum nepalense), “picadera” (Cirsium spp.) y “guerrillera” (Senecio vulgaris).

65
MANEJO AGRONÓMICO

Figura 20 a) Desyerba mecánica, corte con tijeras. b) y c) Desyerba manual.


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

Problemas fisiogénicos
Algunas veces las plantas tienen problemas para adaptarse a las condiciones fí-
sicas de su entorno y se generan problemas fisiogénicos, es decir, alteraciones
en su crecimiento y desarrollo por condiciones ambientales desfavorables. Es
el caso, por ejemplo, de las deformaciones de la raíz por la condición de un
suelo pesado o arcilloso. Frente a una fuerte resistencia del suelo, la raíz detie-
ne su crecimiento vertical y desarrolla bifurcaciones, lo que comúnmente se
denomina como “muñequeo” (formas irregulares, ver Figura 21). Estos proble-
mas se deben prever con la selección adecuada del terreno de siembra y una
preparación del suelo suficientemente profunda.

Figura 21 Deformación de zanahoria (a) y


bifurcaciones o “muñequeo” de zanahoria (b).
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas
(2018).

66
Cosecha y poscosecha

Los métodos de cosecha están determinados por las posibilidades tecnológicas,


alternativas comerciales, disponibilidad y costo de la mano de obra y condicio-
nes topográficas de la zona. Entre estos, se destaca en la mayoría de las regiones
del país la cosecha manual, por encontrase los cultivos en la zona andina con
topografías de difícil acceso para la maquinaria y abundancia de mano de obra
relativamente barata; en contraste, existe el método mecánico establecido en
zonas planas de la mesa cundiboyacense donde se encuentran explotaciones a
escala comercial (Moncayo e Ibarra, 2001).

Madurez fisiológica
Se entiende que el producto a cosechar ha alcanzado su madurez fisiológica
cuando ha terminado sus procesos de crecimiento y desarrollo y está apto para
ser consumido.
La etapa de maduración se inicia a partir de los 100 a 120 días después de la
siembra, dependiendo de la altitud; tiempo en que el producto tiene su forma
prácticamente definida pero aún conserva en el ápice la dominancia de la raíz
principal. A partir de los 140 días aproximadamente después de la siembra, se
presenta la diferenciación entre la zona de reserva y la raíz principal.
Se considera que la raíz de la zanahoria ha alcanzado su madurez cuando su piel
está firme y no se deja pelar fácilmente con los dedos (Moncayo e Ibarra, 2001).

67
COSECHA Y POSCOSECHA

Además, las hojas de la planta se abren en abanico y comienzan a doblarse hacia


el suelo (Yugsi, 2011).
Otros parámetros de decisión son el diámetro de la raíz y la formación de es-
tructuras florales, comúnmente denominadas “machos” (Figura 22).

Figura 22 Diámetro de la raíz (a) y estructuras florales de zanahoria (b) como criterios para la cosecha.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

Punto de cosecha
Una vez alcanzada la madurez fisiológica, la cosecha se puede realizar poste-
riormente, lo cual da un margen de manejo para facilitar la comercialización
y lograr mejores precios (Moncayo e Ibarra 2001). La cosecha de zanahoria se
puede realizar entre los 120 y los 192 días después de la siembra (Muñoz y Hur-
tado, citado en Moncayo e Ibarra, 2001); sin embargo, en el caso de la variedad
Chantenay dicho tiempo depende de la altitud donde se encuentra sembrado el
cultivo, la disponibilidad de agua durante el proceso de desarrollo y de la fertili-
dad del suelo. En este sentido, la variedad de zanahoria Chantenay es cultivada
por tradición en el municipio de Villapinzón y los productores, de acuerdo con
su experiencia, la cosechan 160 días después de la siembra teniendo en cuenta
la disponibilidad de mano de obra y los precios del mercado.

68
COSECHA Y POSCOSECHA

Para el caso de los materiales tipo Nantesa implementados en el Subproyecto


Hortalizas, se consideran híbridos precoces de buen rendimiento y mejor diges-
tibilidad para el consumo humano. Las recomendaciones en cuanto a punto de
cosecha, según las experiencias del Subproyecto Hortalizas, se basan en:

• Suministro adecuado de fertilizantes de acuerdo con los requerimientos nu-


tricionales de la planta.

• Adecuada irrigación y disponibilidad de agua para la planta en las etapas


de germinación, emergencia y a partir de los 106 días en adelante, lo cual
induce el óptimo desarrollo del material y aumenta la intensidad del color
de la raíz de la zanahoria.

• La duración de los ciclos de los materiales sembrados. En este sentido, los


híbridos alcanzan su madurez comercial entre los 110 y 125 días después
de la siembra (Impulsemillas, 2020).

• Precios de venta en el mercado, para lo cual es importante saber cuánto


tiempo puede permanecer el producto en el suelo sin deteriorarse.

Cosecha y poscosecha
El terreno del cultivo a cosechar debe encontrarse preferiblemente desnudo
o libre de vegetación. No debe regarse para la cosecha si el tiempo ha estado
seco, porque esto favorecerá el rajamiento de las raíces y habrá detrimento de
la calidad. Si el terreno se encuentra con exceso de humedad, o si ha llovido
recientemente, no se debe proceder a la cosecha, porque el producto queda
suculento y propenso a deteriorarse rápidamente en poscosecha por ataque de
bacterias; además, se dificultan las labores mecanizadas y manuales. Las activi-
dades de recolección se deben realizar preferiblemente en horas de la mañana,
debido a que cuando se incrementa la temperatura en las siguientes horas del
día el producto pierde gran cantidad de agua por evaporación y por lo tanto
turgencia y frescura (Figura 23).
Después de la cosecha, las zanahorias se empacan en fibras o canastillas para
ser trasportadas a la zona de acopio; una vez allí, se procede a la selección

69
COSECHA Y POSCOSECHA

y clasificación en categorías; posteriormente el producto se lava y es puesto


en empaques, de acuerdo al tipo de mercado en el cual se quiera incursionar
(Figura 23).

Figura 23 Proceso de cosecha y poscosecha de zanahoria en los municipios de La Calera y Villapinzón


en el departamento de Cundinamarca.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

70
VIDA EN POSCOSECHA

Vida en poscosecha
Preenfriamiento: diversos autores destacan la importancia del preenfriamien-
to para extender la vida en poscosecha de la zanahoria; esta labor se aplica
antes del almacenamiento, para iniciar la cadena de frío que debe conservar-
se en adelante en el proceso de comercialización. El lavado con agua fría, o
hidroenfriamiento, ayuda a reducir la tempera interna del producto y, en con-
secuencia, a mantener su frescura y consistencia crocante (Moncayo e Ibarra,
2001). Opcionalmente, se puede utilizar hielo en suspensión para disminuir más
rápidamente el calor del producto, mezclando 60 % de hielo, 40 % de agua y 1 %
de cloruro de sodio para bajar el punto de fusión (Moncayo e Ibarra, 2001).
Agroindustria: en cuanto al procesamiento de zanahoria, cabe destacar los pro-
cesos para la obtención de zumo de zanahoria, el cual ha tomado gran relevancia
alrededor del mundo. En este sentido, las características deseables de la zanaho-
ria para el procesamiento se concentran en el color, productividad e intensidad
del sabor; estas características pueden ser referenciadas en los materiales tipo
Nantesa. Tanto las zanahorias procesadas como el zumo de zanahoria son pro-
ductos delicados que requieren un tratamiento cuidadoso para que el producto
final conserve un color y un sabor frescos y atractivos (Nunhems, 2017).

71
Costos de producción

Los costos de producción se calcularon con base al sistema productivo de za-


nahoria implementado en el Subproyecto Hortalizas; se tomó como referencia
el híbrido Sirkana F1, cuyo ciclo tarda cerca de 130 días. Cabe resaltar que los
costos correspondieron al manejo realizado en el subproyecto y no se descarta
la posibilidad de que estos varíen, según las condiciones ambientales y socio-
productivas tales como el costo de insumos, prácticas recomendadas, mano de
obra, entre otras.
En este contexto, el DANE (2017a) menciona que los costos de producción son
diferentes para cada productor de zanahoria y puede haber variaciones entre
ellos, pues esto depende de distintos factores de cada sistema productivo, sus
condiciones edafoclimáticas, su nivel de tecnificación, la experiencia de cada
productor, la cercanía a los almacenes de insumos y al mercado donde se comer-
cializa el producto cosechado, así como de los aspectos políticos, financieros y
sociales que alteran dichos costos.
Es pertinente mencionar que para la elaboración de la estructura de costos se
emplearon los precios que reportó el componente de Insumos y Factores Aso-
ciados a la Producción Agropecuaria del SIPSA-DANE, en el mes de junio de
2017 (DANE, 2017b).
Teniendo en cuenta las anteriores consideraciones, la producción estimada en
el municipio de Villapinzón fue de 70,1 t/ha, cuyo valor se ajustó a las condi-
ciones de venta de Corabastos y el SAT PROYCA Puente de Boyacá, teniendo

73
COSTOS DE PRODUCCIÓN

en cuenta los boletines estacionales de precios correspondientes al año 2017


(Tabla 8a y Tabla 8b). No obstante, lo ideal es comercializar la producción en
mercados especializados como restaurantes tipo gourmet y almacenes de cade-
na, para obtener mejores condiciones y precios de venta.
Tabla 8a Costos de producción t/ha de zanahoria Sirkana F1 en el municipio de Villapinzón, Cundinamarca.

Actividades Unidad Cantidad Costo unitario Total


A. Preparación del terreno
Encalada Jornal 1 $ 40 000 $ 40 000
Aplicación de herbicidas Jornal 1 $ 40 000 $ 40 000
Arada (discos) Hora/maquinaria 5,5 $ 45 000 $ 247 500
Fertilización Jornal 1 $ 32 000 $ 32 000
Rotoveteada Hora/maquinaria 14 $ 45 000 $ 630 000
Formación de surcos con caballo (yunta) Jornal 1 $ 40 000 $ 40 000
Subtotal A $ 1 029 500
B. Siembra
Siembra (mecanizada) y tapada Jornal 12 $ 40 000 $ 480 000
Subtotal B $ 480 000
C. Labores culturales
Control de malezas (manual) Jornal 2 $ 40 000 $ 80 000
Aplicación de biocidas (insecticidas/fungicidas) Jornal 4 $ 40 000 $ 160 000
Aplicación de herbicidas Jornal 2 $ 40 000 $ 80 000
Fertilización edáfica Jornal 3 $ 40 000 $ 120 000
Fertilización foliar Jornal 2 $ 40 000 $ 80 000
Subtotal C $ 520 000
D. Cosecha
Arrancada/recolección y empacada Contrato/bulto 3240 $ 7000 $ 22 680 000
Transporte/lavado Jornal/Carga 3240 $ 500 $1 620 000
Subtotal D $ 24 300 000
Total Costos A+B+C+D $ 26 329 500
E. Insumos
Semillas Libra 7 $ 156 000 $ 1 092 000
Cal dolomita Bulto 10 $ 13 000 $ 130 000
Abimgra® (materia orgánica) Bulto 11 $ 18 167 $ 199 837
Fertilizante (15-15-15) Bulto 2 $ 66 500 $ 133 000
Fertilizante (KCL®) Bulto 2 $ 63 833 $ 127 666
Fertilizante (Agrimins®) Bulto 1 $ 75 667 $ 75 667
Fertilizante (Paz del Río®) Bulto (25 kg) 0,5 $ 35 000 $ 17 500
Fertilizante (Nutrimon® 13-26-6) Bulto (46 kg) 1 $ 71 333 $ 71 333

Nota: Los valores monetarios están dados en pesos colombianos (COP).


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

74
Tabla 8b Costos de producción t/ha de zanahoria Sirkana F1 en el municipio de Villapinzón, Cundinamarca.

Actividades Unidad Cantidad Costo unitario Total


Foliar (Wuxal® tapa negra) Litro 1 $ 36 000 $ 36 000
Foliar (Novaplant® Ca-B-Zn) Litro 9 $ 30 100 $ 270 900
Foliar (Klip-Boro®) Libra 1 $ 5 000 $ 5 000
Herbicida (Afalon®) Kilogramo 1 $ 68 500 $ 68 500
Insecticida (Engeo® SC) Litro 1 $ 168 000 $ 168 000
Biológico (Rutinal®) Litro 8 $ 39 900 $ 319 200
Biológico (Alisin® repelente) Litro 2 $ 43 500 $ 87 000
Molusquicída (Agrisence®) Libra 22 $ 4 600 $ 101 200
Empaque del producto sin lavar Costal 1400 $ 500 $ 700 000
Empaque del producto lavado Costal 1400 $ 500 $ 700 000
Subtotal E $ 4 302 803
F. Costos indirectos
Arriendo Mes/ha 6 $ 166 700 $ 1 000 200
Combustible para las aplicaciones con estacionaria Galón 8 $ 8750 $70 000
Subtotal F $ 1 070 200
Total costos E+F $ 5 373 003
Total costos $ 31 702 503
Producción (t) 70,1
Precio kg zanahoria Corabastos (mes de noviembre) $ 1116
Precio de venta $ 78 120 000
Rentabilidad $ 46 417 497

Nota: Los valores monetarios están dados en pesos colombianos (COP).


Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018).

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de la República.

83
Anexos

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ANEXOS

Anexo 1
Tabla de interpretación de los resultados de la lectura de precipitación, pluvió-
metro casero.
Recolectado en Precipitación Recolectado en Precipitación Recolectado en Precipitación
probeta (ml) (mm) probeta (ml) (mm) probeta (ml) (mm)
2 0,1397245 35 2,44517882 68 4,75063314
3 0,20958676 36 2,51504108 69 4,8204954
4 0,27944901 37 2,58490333 70 4,89035765
5 0,34931126 38 2,65476558 71 4,9602199
6 0,41917351 39 2,72462783 72 5,03008215
7 0,48903576 40 2,79449008 73 5,0999444
8 0,55889802 41 2,86435234 74 5,16980666
9 0,62876027 42 2,93421459 75 5,23966891
10 0,69862252 43 3,00407684 76 5,30953116
11 0,76848477 44 3,07393909 77 5,37939341
12 0,83834703 45 3,14380135 78 5,44925566
13 0,90820928 46 3,2136636 79 5,51911792
14 0,97807153 47 3,28352585 80 5,58898017
15 1,04793378 48 3,3533881 81 5,65884242
16 1,11779603 49 3,42325035 82 5,72870467
17 1,18765829 50 3,49311261 83 5,79856693
18 1,25752054 51 3,56297486 84 5,86842918
19 1,32738279 52 3,63283711 85 5,93829143
20 1,39724504 53 3,70269936 86 6,00815368
21 1,46710729 54 3,77256161 87 6,07801593
22 1,53696955 55 3,84242387 88 6,14787819
23 1,6068318 56 3,91228612 89 6,21774044
24 1,67669405 57 3,98214837 90 6,28760269
25 1,7465563 58 4,05201062 91 6,35746494
26 1,81641855 59 4,12187287 92 6,42732719
27 1,88628081 60 4,19173513 93 6,49718945
28 1,95614306 61 4,26159738 94 6,5670517
29 2,02600531 62 4,33145963 95 6,63691395
30 2,09586756 63 4,40132188 96 6,7067762
31 2,16572982 64 4,47118414 97 6,77663845
32 2,23559207 65 4,54104639 98 6,84650071
33 2,30545432 66 4,61090864 99 6,91636296
34 2,37531657 67 4,68077089 100 6,98622521

Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Hortalizas (2018). Basado en Castellanos y Castro (2017).

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Este libro se compuso
en Bogotá, D. C., en el año 2021,
usando tipos Ancízar
y el lenguaje
ConTEXt

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