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Disrupción tributaria

CPC. Mto. César Augusto Kanashiro Castañeda

La globalización y el rápido progreso tecnológico post pandemia COVID-19, hace


vulnerable las transformaciones de las estructuras empresariales, por ejemplo, las
ventas masificadas por Internet, y la administración tributaria (SUNAT) debe estar a la
altura de estos cambios y proponer cambios en el sistema tributario. Tal se puede
esperar y ver como es el comportamiento de las empresas, antes de planificar y pensar
estrategias, en ambientes cambiantes (negocios por Internet) que cada día las
empresas realizan.

La función tributaria actual debe comprometerse a predecir y proponer soluciones


para mitigar el impacto y aprovechar las oportunidades con la finalidad de ampliar la
base tributaria y de esta manera mejorar la recaudación y combatir la evasión
tributaria.

Actualmente vemos que todas las empresas van adecuando sus estrategias ante
escenarios como la nube o inteligencia artificial, así las decisiones comerciales incluidas
las tributarias a una serie de factores internos y externos a la organización, por un
lado, todo lo relacionado con el uso del Internet en los negocios representa un desafío
para la SUNAT y por ende debe repensar sus procesos y funciones tanto de
recaudación como de fiscalización

Si bien existen variables que no se pueden controlar no hay duda que influyen en las
estrategias tributarias y en pago de los impuestos, por lo que es fundamental estar
preparados ante un escenario incierto, por ello la SUNAT en base a experiencias de
otras administraciones tributarias latinoamericanas debe adaptar sus funciones y
requerimientos del entorno y proponer acciones que faciliten adaptarse ante
improvistos fuertemente disruptivos.

La información no se usa o presenta de la misma manera cuando cambian los sistemas


tributarios por lo tanto el primer paso antes de una modificación es evaluar e
identificar cualquier déficit en los datos. Ahí nace la interrogante ¿Quién será el
responsable de producir y gestionar los nuevos datos que requerirá la Administración
Tributaria o, en general, la función fiscal? Responder a esta interrogante implica una
colaboración constante y fluida con otras áreas de la empresa, para asegurar que los
datos necesarios estén siempre disponibles y sean confiables y consistentes.

Por otro lado, las transformaciones suelen generar inquietudes que van más allá de
asuntos técnicos o profesionales. Las personas suelen tener una reticencia y miedo
comprensible al cambio, por lo que resulta crucial tener una comunicación clara,
frecuente y proactiva. No solo de arriba hacia abajo, sino una que también permita
que los empleados expongan sus dudas y preocupaciones.

La función tributaria debe tener un lugar en la mesa de decisiones cuando las


circunstancias cambian, y colaborar de manera continua con las demás funciones o
áreas clave del negocio. Todo planeamiento estratégico debe ir de la mano con el
planeamiento fiscal, incluyendo un mapeo de las zonas de riesgo para la compañía.
Asimismo, se debe tener claro quién se hará responsable de cada tarea, de manera
que, llegado el cambio, la toma de decisiones pueda partir de una política clara y un
criterio bien establecido de gobernanza.

Si bien todos los puntos antes mencionados facilitan el proceso de adaptación al


cambio, ningún plan de acción es posible sin una evaluación consciente. ¿Se tienen
todas las capacidades, recursos e información para actuar ante un evento disruptivo?
¿Es posible determinar rápidamente el impacto financiero y las nuevas
responsabilidades fiscales? Se necesita un enfoque proactivo que parta de una
evaluación honesta del lugar en el que se encuentra la organización y las áreas que
deben fortalecerse. Muchos países están revisando sus sistemas tributarios, lo cual
afectará el planeamiento comercial. Por ejemplo, India, Arabia Saudita y los Emiratos
Árabes Unidos introdujeron el IVA en 2018.

En nuestro país, desde hace algún tiempo ya, se vienen implementado nuevas
obligaciones de reporte y control de las operaciones comerciales de las empresas y del
cumplimiento de sus obligaciones tributarias como son los comprobantes de pago
electrónico, la presentación electrónica de los libros contables, la presentación de las
obligaciones tributarias mensuales y anuales, la atención por mesa de partes brutal la
fiscalización electrónica entre otros. Acciones que por ahora es un sobre costos a las
empresas que necesitan realizar inversiones en adquirir o cambiar herramientas y
sistemas para poder afrontar estas transiciones. Las funciones tributarias más ágiles se
caracterizan por tener herramientas y experiencias integrales de análisis de datos, la
habilidad para predecir futuros escenarios, estructuras de gobierno bien arraigadas y
un marco integral de riesgo fiscal.

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