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Facultad de Psicología, Educación y Relaciones Humanas

Trabajo Práctico N°4

CARRERA: Licenciatura en Psicología

MATERIA: Psicopatología

COMISIÓN: “F”

CURSO: 3er Año

PROFESOR: Leikis, Damián

ESTUDIANTES:

Cáceres Bruno, Giuliana


Eiden, Milagros
Ise, Marieta
Kovalchuk, Ana Belén
Lazarte, Fabiana Ayelén

FECHA: 13 -10 - 2022


Carrera: Lic. en Psicología Comisión: “F” Curso: 3er Año
Materia: Psicopatología Profesor: Leikis, Damián
Estudiantes: Cáceres Bruno; Eiden; Ise; Kovalchuk; Lazarte

CASO DE UNA NEUROSIS HISTÉRICA

Nuestra paciente María de 40 años de edad, acudió a análisis debido a la persistencia


de los síntomas tanto de agitación respiratoria, como arcadas que desembocan a la larga en
vómitos, pese a haber sido asistida por médicos clínicos y cardiólogos, quienes diagnosticaron
que la causalidad de los síntomas no se debía a una patología orgánica, por lo que fue
derivada a la consulta con el psicoanalista por el último médico que la atendió.

En análisis, María cuenta que ella se encontraba sola al momento del primer episodio
de agitación respiratoria, debido a que su hija había salido con quien era su primer novio;
“¡nunca está en la casa!, ¡Este chico viene, la busca y desaparece por horas!”, se quejaba la
paciente. Mientras ella sentía que "se moría'' tuvo que llamarla muy asustada para que vuelva
de su cita, así la acompañaba a emergencias. Este hecho la lleva a recordar que un tiempo
atrás los había encontrado teniendo relaciones, al entrar a la habitación de su hija. Hecho que
cuenta “al pasar”, quitándole peso.

Tiempo después, dichos síntomas se empezaron a agravar, relata María, a tal punto de
desembocar en arcadas y vómitos. Y recuerda que la primera vez que surge este síntoma, fue
también en su casa y justo su hija y el novio, que se encontraban en el patio tomando tereré,
pudieron ayudarla. 

A primera vista, los síntomas no presentan más que divagaciones sobre días
cotidianos, sin embargo, siempre hacía hincapié en su hija y en la queja constante de que
pasaba mucho tiempo afuera con su novio y no tenía tiempo para ella.

Luego de algunos meses de tratamiento, en una de las sesiones, María recuerda su


primer experiencia sexual con su primer pareja a los 15 años, el cual, según relata, fue
bastante chocante y no resultó muy satisfactorio para ella, por lo que no pudo finalizar el
encuentro sexual, ya que minutos antes de llevar a cabo la finalidad del acto, su novio le pidió
una felación para estimularlo y generar su propio placer, sin embargo, a pesar de que ella lo
había intentando, no lo consiguió y no pudo continuar, ya que inmediatamente esto le generó
arcadas, lo que le produjo el vómito al instante, y al no poder concretar el acto, el chico le

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espetó: "Mi novia anterior lo pudo hacer, ¿Por qué vos no?” Lo que le hizo sentir incapaz de
complacerlo, por lo que sintió una gran agitación y tuvo que salir corriendo de la habitación.

Se podría decir que, los síntomas evidentemente son por conversión, síntomas
histéricos, ya que ha existido una situación de efecto traumático para la paciente que se ha
resignificado y adquirido valor traumático a partir de haber encontrado a su hija y a su primer
novio en situación de coito, de modo que por un motivo actual, María le remite el recuerdo
del suceso traumático de tinte sexual de su primera experiencia con un hombre, siendo que de
lo que sufre es del retorno de aquel suceso traumático, de forma que el afecto de la
representación inconciliable para el yo de la enferma se ha traspuesto en el cuerpo, con una
conexión lógica y asociativa con dicho recuerdo, por lo que los síntomas presentados por
María tienen evidentemente un sentido que remite a la etimología de la histeria, además de
entender a los síntomas como productos del conflicto entre las fuerzas represoras que intentan
alejar la representación inconciliable de la conciencia y las fuerzas libidinosas al servicio de la
satisfacción pulsional.

Entonces, la falta de aire y las arcadas de María se presentan como síntomas a raíz de
un mecanismo psíquico de defensa inconsciente a causa de un intento de reprimir una
representación que es inconciliable y que había entrado en “penosa” oposición con su yo
(Freud, 1896). Teniendo en cuenta que la representación inconciliable es el que María en su
primer encuentro sexual no lo pudo finalizar, sintiéndose inferior a otra mujer que sí pudo
finalizar el acto y complacer al hombre.

Las arcadas hacen referencia a su incapacidad de no haber podido llevar adelante la


felación, de forma que al ver que su hija probablemente sí pudo concretarlo por haber
observado accidentalmente el coito entre ellos, lo llevó a una asociación inconsciente, de que
su hija si pudo llevar a cabo el acto el cual ella no había podido realizar a causa de sus arcadas
seguidas del vómito. Además, la situación de ver a su hija tomar tereré con su novio, y
percatarse de la buena compañía que mantenían, la remitió por asociación de forma
inconsciente también al suceso traumático de la felación, ya que la succión oral de la bombilla
equivale a la succión oral del pene, y a su vez, la complacencia del hombre ante la compañía
de ella.

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Asimismo, el sentido del síntoma de la agitación respiratoria recae en cada situación


donde su hija se encuentra junto a su novio y lejos de ella,  por lo tanto María se halla sola,
con la necesidad de solicitar la presencia de manera urgente de su hija para que pueda salir
corriendo en su ayuda, al igual que ella había salido corriendo de la habitación con su novio
por no poder concretar la felación, de esta manera el síntoma aparece cada vez que su hija se
encuentra en compañía del novio.

Todo esto, remite a pensar que, los síntomas tienen origen en la fantasía inconsciente
al servicio del cumplimiento de deseo de María, este radica en que se ve a ella misma tratando
de complacer el deseo del hombre y sostenerlo.

De esta manera, en la conversión histérica, el cuerpo es el cuerpo de las


representaciones, es un cuerpo simbolizado (una fantasía inconsciente que se localiza en el
cuerpo). No son los recortes que hacen las ramificaciones  neuronales que lo determinan, sino
los recortes que tuvieron lugar en la relación del sujeto con el Otro significante. Así el síntoma
por ser una formación del inconsciente, tiene estructura de lenguaje, lo que le supone estar
sujeto a las leyes de condensación y desplazamiento. Y para tener acceso a este
reconocimiento de la feminidad, le sería necesario realizar la asunción de su propio cuerpo a
falta de la cual permanece abierta a la fragmentación funcional que constituyen los síntomas
de conversión. 

 No siempre el sujeto podrá distanciarse de su padecimiento orgánico, ya que suelen


mostrar en los síntomas histéricos lo que se llama la “belle indiferance” como una actitud de
conformidad ante el síntoma, a lo que Freud lo relaciona con pensamientos y sensaciones
placenteras enlazadas a las conversiones, encontrando así una satisfacción pulsional en los
síntomas.

Entonces la  pregunta histérica en la mujer es: ¿Qué es ser una mujer? Se trata de una
pregunta que se le plantea a nuestra paciente, en el plano del significante, en el plano del
“tener” o “no tener” en relación a su ser. Asimismo, lo que María manifiesta en todo lo dicho, 
cobra sentido en función a la respuesta que debería formularse en relación a sus
identificaciones simbólicas de: ¿ser hombre o mujer? o ¿qué soy?  Esta pregunta (¿Qué es una
mujer?)  intentaría simbolizar el órgano femenino en cuanto tal. Sus identificaciones con el

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hombre, portador del falo, le serviría para aproximarse a esa definición que se le escapa. El
pene le sirve, literalmente, de instrumento imaginario para aprehender lo que no logra
simbolizar (Lacan, Jacques; 1956). Así se manifiesta la imagen femenina como un semblante.
La pregunta cobra forma bajo el aspecto de la histeria, le es más fácil a la mujer hacerlo por
esta vía más corta, es decir, a través de la identificación imaginaria con el padre. Este
interrogante, plantea Lacan, se hace por procuración para conseguir la respuesta a través de
un tercero, en este caso a través de la identificación viril al novio de la hija, que enmascara el
verdadero interés de la paciente, el cual es su hija, quien puede sostener el placer de otro
hombre, por lo que la pregunta de la femineidad es hacia ella, entendiéndola como una
modelo o ideal de ser una mujer.

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BIBLIOGRAFÍA:
  Lacan, Jacques. (1956). Seminario 3. “La pregunta histérica”. Clase XII. Paidós.
  Lacan, Jacques. (1956). Seminario 3. “La pregunta histérica (II): ¿Qué es una
mujer?”. Clase XIII. Paidós.
 Freud, S. (1908). Obras Completas. “Las fantasías histéricas y su relación con la
bisexualidad”. Vol. IX. Buenos Aires. Amorrortu.
 Freud, S.. (1993). Obras Completas. "Los caminos de la formación de síntomas”. Vol.
XVI. Buenos Aires. Amorrortu.
 Freud, S.. (1888-93; 1893). Obras Completas. “Algunas consideraciones con miras a
un estudio comparativo de las parálisis orgánicas e histéricas”. Vol. III.  Buenos Aires.
Amorrortu.
 Freud, S.. (1894). Las neuropsicosis de defensa. Bs.As., Argentina: Amorrortu
Editores.
 Freud, S.. (1896). Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa. Bs.As.,
Argentina: Amorrortu Editores.

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