Está en la página 1de 3

1.1.4.

Trastornos de la comunicación - N4: Patologías -


psicobiologia net
patologías, síndromes y alteraciones
1.1.4. Trastornos de la comunicación
Recomendar esta ficha a un amigo

1. Trastornos psicopatológicos >> 1.1. Trastorno de inicio en la infacia, la niñez o la adolescencia


>> 1.1.4. Trastornos de la comunicación

Concepto
El leguaje se considera como el instrumento básico de comunicación emocional y de relación en la
especie humana. Por tanto, sus déficits pueden ser causa de una gran variedad de desajustes
psicológicos. Estos pueden ser reactivos a las dificultades de relación y comunicación del niño con
los adultos de apego y con los de su entorno social en general, o bien, y dependiendo de la
gravedad del déficit, a las alteraciones neurocognitivas que merman las habilidades de análisis, y
por tanto de afrontamiento, frente a la gran variedad de situaciones a las que debe hacer frente el
niño.

En los trastornos de la comunicación, según el DSM-IV-TR, se diferencian cuatro trastornos


relacionados con el habla, referentes a la producción de sonidos. A nivel evolutivo es importante
tenerlos en cuenta ya que existe una asociación frecuente entre los trastornos de la comunicación,
incluyendo trastornos del lenguaje, con los trastornos del aprendizaje, es más existen evidencias
que sugieren que los trastornos del lenguaje pueden ser precursores evolutivos de los trastornos
del aprendizaje, más que meros trastornos comórbidos de etiología independiente.

Al igual que en los trastornos del aprendizaje la investigación actual de los trastornos de la
comunicación está variando, del énfasis en los déficits del procesamiento audioperceptivo se dirige
hacia una definición basada en las funciones simbólicas del lenguaje. Existe una estrecha conexión
entre los procesos sensoriales, perceptivos, motores y cognitivos en el desarrollo cerebral.
De forma esquemática, se incluyen como zonas cerebrales del lenguaje a una serie de estructuras
neuroanatómicas corticales del hemisferio izquierdo y que según Diaz (2002) comprenderían:

El córtex asociativo frontal o área de Broca. Comprende las partes oporcular y triangular de la
tercera circunvolución frontal.

El córtex asociativo temporal situado detrás del área auditiva primaria y una parte de la
segunda circunvolución temporal. Forman el área de Wernicke.

Dos regiones del córtex asociativo multimodal que ocupan la conjunción temporo-parieto-
occipital, el gyrus supramarginal y el angular o pliegue curvo. Se le denomina zona de Wernicke.

A las anteriores estructuras se les suele añadir la zona del córtex senso-motor que sigue a la
parte opercular de los gyrus pre y post-central izquierdos. Igualmente, se incluye como estructura
subcortical al fascículo arqueado que une la zona de Wernicke con la de Broca.

Sin embrago, los estudios neurofuncionales realizados en los Trastornos Específicos del Desarrollo
del lenguaje en la infancia han puestos en evidencia la gran complejidad funcional que implica el
desarrollo normal del lenguaje. El primer interrogante se refiere al peso de la genética frente a los
factores ecológicos en su génesis. Los estudios de agregación familiar evidencia dos tipos de
transmisión la de tipo poligénico y la autosómica dominante para algunos trastornos del lenguaje
y, finalmente, el fenotipo encontrado para el lenguaje en numerosas entidades genéticas:
síndrome X-frágil, el síndrome de Willians etc. (Narbona et cols, 1999).

Igualmente, la Resonancia Magnética Nuclear ha puesto de relieve la disminución del volumen de


las regiones perisilvianas en los dos hemisferios y de las regiones infrasilviana anterior y parietal
inferior del hemisferio izquierdo. Estos hallazgos indicarían una asimetría entre el hemisferio
izquierdo y derecho a favor de este último, cuando lo habitual es lo contrario. Se ha implicado a la
exposición anómala a la testosterona durante el embarazo.

Mediante el SPECT se ha detectado un hipometabolismo en ambos lóbulos temporales y en el


hemisferio izquierdo. A nivel neurofisiológico se han detectado anomalías inespecíficas como
actividades paroxísticas sin clínica comicial y alteraciones de los Potenciales Evocados Auditivos
(Díaz et cols, 1999).

La implicación de estructuras subcorticales en el desarrollo del lenguaje es más importante de lo


que clásicamente se ha supuesto, así Crosson (1992) propone un Modelo Neurolingüístico en el
que intervendrían las siguientes estructuras: el tálamo y los núcleos grises, la porción anterior del
área de Broca, los núcleos ventral anterior y pulvinar de tálamo que, a su vez, conectarían con el
área de Wernicke. Estas estructuras estarían implicadas en el análisis semántico. Las anteriores
estructuras talámicas estarían controladas por una acción de tipo inhibitorio del globo pálido que,
a su vez, se ve inhibido por el núcleo caudado. Estos circuitos estrían implicados en el flujo verbal
y en la organización secuencial de las frases.

En las interacciones sociales, la comunicación verbal y no verbal (mirada, gestos de la cara y las
manos; cualidades vocales) incluye la evocación de palabras (acceso y recuperación de la
información verbal), relaciones entre las palabras (semántica), formación de frases (sintaxis), dar
y recibir feedback, seguir la estructura de la conversación y hablar con soltura, respuesta al
contexto, adaptación a los significados y a los acontecimientos externos, respuesta al propio
sentido interno de los acontecimientos y control de las propias producciones comunicativas
(habilidades metalinguísticas). Todas estas habilidades se alcanzan normalmente a los cinco años.
Entre los 2 y 3 años pueden observarse notables déficits en la articulación (producción de los
sonidos del habla), en la expresión (producción y uso del lenguaje oral) y en la recepción
(comprensión).

Evidentemente, la pérdida auditiva juega un papel importante en la etiología de los trastornos de


la comunicación. La patología temprana del oído medio y la pérdida auditiva pueden causar
problemas del lenguaje, especialmente si el deterioro auditivo es crónico. Oír es crucial en el
desarrollo del habla, y los deterioros en la audición actúan etiológicamente junto a los factores
genéticos, neurológicos, ambientales y educacionales.
Una interesante línea de investigación ha llevado a proponer que el problema neuropsicológico
existente en los trastornos del lenguaje pudiera ser un déficit en el procesamiento de estímulos
procesados rápidamente. Este problema en la percepción y memoria de estímulos que aparecen
rápidamente puede implicar no sólo tareas lingüísticas sino una variedad de funciones sensoriales
y motoras así como el procesamiento integrativo. (Hales y Yudofsky, 2000).

Pero también el habla y el lenguaje dependen en un alto grado de las características lingüísticas
del ambiente, y pueden interactuar con otros factores socio-ambientales para influir en el
desarrollo y las habilidades adultas. Por ello, puede resultar útil una valoración de las
características de la familia (tamaño de la familia, orden de nacimiento, estatus socioeconómico,
habilidades verbales de los padres, patrones familiares del habla, estimulación interpersonal) así
como observar el habla espontánea entre padres y niño. La comunicación del niño puede
observarse mediante la comprensión del lenguaje (estructuras lingüísticas), expresión (estructura
y longitud de las declaraciones) y razonamiento lógico. La atención auditiva (pérdida del hilo de la
conversación, falta de habilidad para oír en medio de una muchedumbre, distractibilidad), la
discriminación (distinguir sonidos similares), y la memoria (habilidad para repetir secuencias de
palabras o dígitos) pueden valorarse a través de los tests neuropsicológicos.

El tratamiento incluye intervenciones educacionales y conductuales, así como el tratamiento de


problemas médicos (oído), lesiones neurológicas y psiquiátricas concomitantes. El tratamiento
enérgico de la otitis media está especialmente indicado en estos niños, a pesar de la incertidumbre
de su relación con el desarrollo de la comunicación. Resulta especialmente útil promover la
implicación social, la imitación y el juego imaginativo como medios de aumentar el ejercicio
verbal, comunicativo y simbólico.

También podría gustarte