Juan Moreira es el héroe de la violencia y de la justicia popular en la Argentina. El Juan
Moreira de la literatura apareció en 1879 con el proceso de modernización e inmigración, en el momento del fin de las guerras civiles, de la aniquilación de los indios, de la unificación política y jurídica por parte del estado liberal en el momento en que Argentina entraba en el mercado mundial. Juan Moreira es el héroe popular en medio de esa modernidad, de ese salto a la modernización del país. En 1879 nacen dos gauchos, el pacífico y el violento. Son las dos caras que muestran lo popular de ese salto modernizador. Juan Moreira aparece de la mano de la vuelta del Martin Fierro. De esta manera, el gaucho pacífico y el violento nacen al mismo tiempo, y ambos son la continuación de El gaucho Martín Fierro de 1872. Fierro, en la vuelta, plantea el olvido de la violencia popular. Recomienda la pacificación e integración a la ley y, de esta manera, la voz del gaucho es la voz del estado liberal triunfante, la voz oficial. En cambio, Juan Moreira aparece en el folletín del periódico de oposición La Patria Argentina para llevar la confrontación y la violencia hasta el fin para imponer la justicia popular. El héroe violento es como un sujeto anti estatal, la voz de la oposición nacional. Juan Moreira es el héroe de la era de la prensa y de la modernización tecnológica y cultural. Este gaucho surge con el nuevo periodismo, con sus tecnologías de la verdad: pruebas, investigación, testigos, nombres y lugares reales, fechas exactas. Moreira surge en el momento de emergencia del estado liberal y también de una oposición política extrema, nacional y populista, que amenaza al estado en el interior mismo del liberalismo. Moreira representa el pasaje de los viejos transportes rurales al ferrocarril, y encarna la violencia de ese trayecto.
Juan Moreira representa la continuación de la tradición gauchesca de la confrontación
y la violencia: sigue a la ida del Martin Fierro con la lucha hasta el fin y la radicaliza a una posición nueva, anarquista y nacionalista a la vez. El anarquismo de ese momento es el de los inmigrantes extranjeros.
Moreira encarna la violencia popular en su estado puro, dirigida directamente a la
opresión: sus víctimas son los enemigos del pueblo. Articula el delito con el derecho, la economía y el poder estatal, y hace la travesía necesaria del justiciero popular: el pasaje de la legalidad a la ilegalidad por una injusticia. Sin embargo, su muerte marca el triunfo de la legalidad estatal.
Por otro lado, Moreira no es un gaucho cantor de proverbios como Martin Fierro porque la tecnología de la prensa impone otro sujeto, otra lengua y otro género.
Moreira ejerce alternativamente la violencia legitima y la ilegitima. Y también mata de
uno y otro lado de la violencia política porque tiene patrones políticos a quienes protege de la violencia. Esos patrones legitiman la violencia de Moreira. Alsina y Marañón son líderes de los grupos políticos enemigos en ese momento, en el interior de populismo.
Blanco, el personaje del que Moreira se disfraza en un capitulo de la historia, no es una
victima sino el triunfador de las víctimas: es el que las representa porque aparece en el pueblo para hacer justicia y para mostrar que es honor y libertad y que es un hombre. Moreira como Blanco: simulación, mascara, treta y disfraz social, el juego de la violencia popular, el juego de la economía entre los hacendados, el juego de la alianza populista y también el juego de las identidades dobles de la literatura alta y oficial del mismo periodo, y uno de los rasgos característicos de la cultura de los saltos modernizadores.
Fieles. Infieles.
Moreira. Diferentes tipos de violencia: la violencia de estado, la violencia política, la