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EXPEDIENTE NRO.

SP21-P-0000-0000000

CASO FISCAL NRO. MP-0000000000-0000

CIUDADANA:

JUEZ DE PRIMERA INSTANCIA EN FUNCION DE CONTROL DEL CIRCUITO


JUDICIAL PENAL DEL ESTADO TACHIRA.

Su despacho. -

Yo, XXXXXXXXXXXXXXXX, venezolano, mayor de edad, abogado en ejercicio, con


domicilio procesal en la carrera X Nro. XXXX, Sector XXXXXXX, XXXXXXX, Estado
Táchira, TITULAR DE LA CEDULA DE IDENTIDAD Nro. V-XXXXXX, inscrito en el
inpreabogado bajo el nro. XXXXXX, Habilitado para ejercer en el Tribunal Supremo de
Justicia bajo el Nro. XXXX, actuando en este acto en mi condición de DEFENSOR
PRIVADO del imputado XXXXXXXXXXXXXXX, ante usted con el debido respeto y
acatamiento, ocurro para solicitar como en efecto y formalmente lo hago EL CONTROL
CONSTITUCIONAL SOBRE LA INVESTIGACION EXPEDIENTE NRO. SP21-P-2016-
00000000, CASO FISCAL NRO. MP-00000000-16, QUE CURSABA POR ANTE LA
FISCALIA DEL MINSITERIO PUBLICO CON SEDE EN XXXXXXXXXX DEL ESTADO
TACHIRA, LA CUAL FUE DISTRIBUIDA A LA FISCALIA XXX DEL MINISTERIO
PUBLICO DE LA MISMA LOCALIDAD, todo de conformidad con los artículos 2, 26, 49,
257 y 285,  numeral 3 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 264 y
11 ambos del Código Orgánico Procesal Penal, en los siguientes términos:

El caso es ciudadana Juez, que en fecha 21 de diciembre de 2016, mi defendido fue


imputado por ante este Tribunal en ocasión de celebrarse la audiencia preliminar por los
delitos de HOMICIDIO AGRAVADO, previsto y sancionado en el artículo XX, numeral 1
DEL Código Penal y HOMICIDIO AGRAVADO EN GRADO DE FRUSTRACCION,
previsto en el en el artículo XX, Numeral 1, en concordancia con el artículo XX, ejusdem.,
en correspondencia con el articulo 80 ultimo aparte del Código Penal Vigente.

Dada la calificación jurídica imputada a mi defendido le fue solicitada por la


representación Fiscal y Decretada por este Tribunal la Privación Judicial Preventiva a la
Libertad dándose inicio de esta manera al desarrollo de la  investigación por parte del
Ministerio Publico tal y como lo tiene previsto en el artículo 285 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y fue por lo que esta defensa técnica en fecha 03 de
Febrero del año 2017 y 11 de Enero de 207, se traslada hasta la sede de la Fiscalía xx del
Ministerio Publico con sede en el Estado Táchira y procediendo de conformidad con el
artículo 287 del Código Orgánico Procesal Penal solicitando la Diligencias para el
esclarecimiento de los hechos, toda vez que esta defensa observa de las actas
procesales contradicciones entre las versiones de los  testigos presenciales de los
hechos, no estando claro para esta defensa quien o que personas portaban el arma para
el momento de la ocurrencia de los lamentables hechos, no se sabe con certeza quien fue
la persona que causa materialmente la herida al ciudadano xxxxxxxxxxxxxxxxxx, siendo
trasladado al Centro Médico donde según informe médico fallece casi tres horas después
por falta de asistencia médica porque a decir del médico “…no se presentó la ambulancia
para su traslado a un centro asistencia para ser atendida en su herida dada la naturaleza
de la misma…”, ya que al centro donde permaneció hasta su muerte no contaba con los
recursos necesarios para su intervención quirúrgica., no se sabe quién la persona que
causa la herida al ciudadano xxxxxxxxxxxxxxx, que tipo de arma? y que arma  fue la
utilizada  para causarla?, debido a las contradicciones existentes entre los testigos
presenciales es necesaria la práctica de diligencias de investigación entre ellas:

1.-La declaración anticipada y controlada de la víctima xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

2.- También se requiere como prueba anticipada la declaración de la ciudadana


xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

3.- Es importante resaltar a este Juzgador que esta defensa técnica en el ejercicio de su
trabajo investigativo tuvo conocimiento de la existencia de dos (02) equipos celulares, que
se requiere sean incautados para que sean experticiados.

Todas estas pruebas son más que licitas, necesarias y pertinentes para la búsqueda de la
verdad. Pido que este Juzgador declare HA LUGAR EL CONTROL JUDICIAL Y
ORDENE LA PRACTICA DE LAS MENCIONADAS DILIGENCIAS DE INVESTIGACION.

Ahora bien el caso es que faltan solo dos (02) días para que culmine el lapso de la
investigación y la representación Fiscal no ha dado respuesta a la solicitud de
práctica de diligencias solicitadas ni de manera negativa, ni mucho menos de
manera positiva ordenando su práctica, en reiteradas oportunidades he acudido a la
sede del Ministerio Publico y no se me da respuestas a tan importantes actos de
investigación y tampoco se me permite tener acceso al expediente.

Considera esta defensa técnica y así lo viene sosteniendo y es criterio de la Sala


Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia que la Fiscalía del Ministerio tiene la
facultad y obligación de dirigir la INVESTIGACION, todo de conformidad con los
postulados del ordinal 3 del artículo 285 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y el artculo11 del Código Orgánico Procesal Penal y debe ser celosos y
escrudiñar en la búsqueda de la verdad y recabar todos aquellos elementos y pruebas
para la inculpar o exculpar el imputado, situación que no ha ocurrido en el presente caso,
pues la Fiscalía 28 del Ministerio Público no realizo ningún acto de investigación para la
búsqueda de tal verdad., siendo que nos encontramos ante un caso delicado y complejo
que requiere de todo el empeño y dedicación para resolver y buscar la verdad verdadera.

El artículo 285 del Texto Constitucional dispone:


 

“Artículo 285. Son atribuciones del Ministerio Público:

1. Garantizar en los procesos judiciales el respeto a los derechos y garantías


constitucionales, así como a los tratados, convenios y acuerdos internacionales
suscritos por la República.

2. Garantizar la celeridad y buena marcha de la administración de justicia, el juicio


previo y el debido proceso.

3. Ordenar y dirigir la investigación penal de la perpetración de los hechos


punibles para hacer constar su comisión con todas las circunstancias que
puedan influir en la calificación y responsabilidad de los autores o las
autoras y demás participantes, así como el aseguramiento de los objetos
activos y pasivos relacionados con la perpetración.

4. Ejercer en nombre del Estado la acción penal en los casos en que para intentarla o
proseguirla no fuere necesaria instancia de parte, salvo las excepciones
establecidas en la ley.

5. Intentar las acciones a que hubiere lugar para hacer efectiva la responsabilidad
civil, laboral, militar, penal, administrativa o disciplinaria en que hubieren incurrido
los funcionarios o funcionarias del sector público, con motivo del ejercicio de sus
funciones.

6. Las demás que establezcan esta Constitución y la ley (Resaltado del presente
fallo).

En atención a lo referido es necesario traer a colación lo que prevén los artículos 11, 24 y
108 del Código Orgánico Procesal Penal vigente:

“Artículo 11. Titularidad de la acción penal. La acción penal corresponde al Estado a


través del Ministerio Público, que está obligado a ejercerla, salvo las excepciones
constitucionales y legales”.

“Artículo 24. Ejercicio. La acción penal deberá ser ejercida de oficio por el Ministerio
Público, salvo las excepciones establecidas en la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela y en la ley.
“Artículo 108. Atribuciones del Ministerio Público. Corresponde al Ministerio Público en el
proceso penal:
1. Dirigir la investigación de los hechos punibles para establecer la identidad plena de sus
autores o autoras y partícipes.

2. Ordenar y supervisar las actuaciones de los órganos de policía de investigaciones


en lo que se refiere a la adquisición y conservación de los elementos de
convicción.

3. Requerir de organismos públicos o privados, altamente calificados, la práctica de


peritajes o experticias pertinentes para el esclarecimiento de los hechos objeto de
investigación, sin perjuicio de la actividad que desempeñen los órganos de policía
de investigaciones penales.

4. Formular la acusación y ampliarla, cuando haya lugar, y solicitar la aplicación de la


penalidad correspondiente.

5. Ordenar el archivo de los recaudos, mediante resolución fundada, cuando no


existan elementos suficientes para proseguir la investigación;

6. Solicitar autorización al Juez o Jueza de Control, para prescindir o suspender el


ejercicio de la acción penal.

7. Solicitar cuando corresponda el sobreseimiento de la causa o la absolución del


imputado o imputada.
8. Imputar al autor o autora, o participe del hecho punible.

9. Proponer la recusación contra los funcionarios o funcionarias judiciales.


10. Ejercer la acción civil derivada del delito, cuando así lo dispongan este Código
y demás leyes de la República;

11. Requerir del tribunal competente las medidas cautelares y de coerción personal
que resulten pertinentes;
12. Ordenar el aseguramiento de los objetos activos y pasivos relacionados
directamente con la perpetración del delito;

 
13. Actuar en todos aquellos actos del proceso que, según la ley, requieran su
presencia;

14. .Ejercer los recursos contra las decisiones que recaigan en los juicios en que
intervenga;

15. Velar por los intereses de la víctima en el proceso y ejercer su representación


cuando se le delegue o en caso de inasistencia de ésta al juicio.

16. Opinar en los procesos de extradición;

17. Solicitar y ejecutar exhortos o cartas rogatorias y solicitudes de asistencia mutua


en materia penal, en coordinación con el Ministerio con competencia en materia de
relaciones exteriores.
18. Solicitar al tribunal competente declare la ausencia del evadido o prófugo
sobre el que recaiga orden de aprehensión y que proceda a dictar medidas
definitivas de disposición sobre los bienes relacionados con el hecho punible,
propiedad del mismo o de sus interpuestas personas.
19. Las demás que le atribuyan este Código y otras leyes”.

De lo antes transcrito, puede observarse que el proceso acusatorio está dominado por el
principio enunciado en los términos nemo judex sine actore y la acción penal es la que
promueve la decisión del órgano jurisdiccional, por lo que el ejercicio de esta acción se le
ha atribuido al Ministerio Público y por ello se llama acción penal pública y oficial, pues, es
el encargado en representar el interés de la comunidad, por lo que en el proceso
acusatorio el titular de la acción penal es el Ministerio Público y es el que tiene que
realizar las labores de determinar el delito cometido: cómo?; dónde? y cuándo? se
cometió, quien fue su autor?, en que circunstancias? y si el autor tiene capacidad de
culpabilidad?. De lo antes expuesto, la doctrina moderna asume que el derecho de la
acción penal es un derecho fundamental que corresponde a toda persona. Esta
consideración del derecho a la acción penal como un auténtico derecho fundamental
genera un conjunto de consecuencias, especialmente en el orden procesal.

Tal aseveración, se encuentra insoslayablemente conectadas a los derechos y garantías


otorgados a las partes intervinientes en un asunto penal -tanto el imputado o imputada
como las víctimas-, entre ellos, la igualdad de todas las personas ante la ley, consagrado
en el artículo 21 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y de
manera relevante la posibilidad de las mismas de solicitarle al Ministerio Público la
práctica de diligencias y actuaciones durante la investigación, para el esclarecimiento de
los hechos; por lo que es conviene en dejar sentado el contenido de los artículos 287 y
127.5 del Código Orgánico Procesal Penal vigente, que a su tener señalan:
 

“Artículo 287. Proposición de diligencias. El imputado o imputada, las personas a quienes


se les haya dado intervención en el proceso y sus representantes, podrán solicitar a el o
la Fiscal la práctica de diligencias para el esclarecimiento de los hechos. El Ministerio
Público las llevará a cabo si las considera pertinentes y útiles, debiendo dejar constancia
de su opinión contraria, a los efectos que ulteriormente correspondan”.

“Artículo 127. Derechos. El imputado tendrá los siguientes derechos:


… Omisis.

5. Pedir al Ministerio Público la práctica de diligencias de investigación destinadas a


desvirtuar las imputaciones que se le formulen…”

De las normas referidas, vislumbra esta Alzada que, el Ministerio Público no está obligado
a la practica de todas y cada una de las diligencias que soliciten el imputado o imputada o
las víctimas, sino sólo aquellas que considere “pertinentes y útiles”, pero en opinión
contraria o negativa de la practica de alguna de ellas, está obligado a “dejar constancia
expresa”, debiendo entonces, enunciar las razones y motivos por los cuales rechaza la
practica de tales diligencias, indicando el por qué considera impertinente, innecesaria o
inútil dicha actuación o diligencia investigativa.
De manera que, no puede el Ministerio Público, negarse a realizar la diligencia solicitada,
no dar la debida respuesta a la petición del imputado o imputada y de la víctima, omitir la
recabación de las diligencias que se ordenaron practicar, y en su defecto practicarlas de
manera tardía, ya que, en ese caso, no se estaría cumpliendo cabalmente con la referida
disposición legal, y se estaría ante un silencio u omisión de pronunciamiento, o ante una
negativa tácita e inmotivada, que no es lo que establece dicha norma, lo cual
adicionalmente transgrede las atribuciones a éste conferidas en el artículo 285 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, a través del cual debe realizar la
investigación de los hechos catalogados por la ley penal como delito y el ejercicio de la
acción penal.

En otro orden de ideas, señala el Ministerio Público que actuó con notable diligencia al
proveer de inmediato lo solicitado por el imputado, siendo que en este caso en especifico,
el mismo tiene la carga de facilitar parte de los resultados de sus pedimentos, como son
las entrevistas de su progenitora y su hermana, quienes en principio no tienen el deber de
prestar declaración, según lo previsto en el artículo 210.1 del vigente Código Orgánico
Procesal Penal, resultando inapropiado que el Estado utilice cualquiera de los
mecanismos legales establecidos para obtener su comparecencia, siendo la voluntad de
los testigos con esta exención, la que determina su inclusión en el proceso penal; lo cual
se deriva del espíritu garantista de los derechos humanos, que nutre a nuestra legislación.
 

Con respecto a ello, se debe acotar como lo refiere el Código Adjetivo Penal, que todo
habitante del país o persona que se halle en él tendrá el deber de ocurrir a la citación
practicada por un tribunal con el fin de que preste declaración testimonial, de declarar la
verdad de cuanto sepa y le sea preguntado sobre el objeto de la investigación, y de no
ocultar hechos, circunstancias o elementos sobre el contenido de su declaración.

Ahora bien, se desprende de las actuaciones que rielan a la Causa, que la Defensa
Técnica ofreció como medios de prueba para el esclarecimiento de los hechos las
declaraciones de los ciudadanos (SE OMITE NOMBRE) Y OTRAS DILIGENCIAS DE
GRAN IMPORTANCIA PARA LA BUSQUEDA DE LA VERDAD. Mas la representación
Fiscal no dio respuesta a las solicitudes presentada por este DEFENSOR TECNICO ni se
le dio acceso al físico del expedientes, allí que no  fueron recabadas. Es  necesario
resaltar que es deber del mismo como director de la acción penal, recabar los elementos
que incriminen al imputado de autos, así como aquellos elementos que lo exculpen,
máxime cuando es la defensa quien lo solicita, debiendo el Ministerio Público en atención
a la facultad que le confiere el Código Orgánico Procesal Penal, litigar de buena fe y
garantizar que se establezca la verdad de los hechos por las vías jurídicas y por es ello
que debe utilizar cualquiera de los mecanismos legales establecidos para obtener su
comparecencia.

Es evidente entonces que hubo menoscabo al derecho al debido proceso, defensa y


tutela judicial efectiva a mi defendido, haciendo ineluctable referirnos y acudir al Control
Judicial expresamente establecido en el artículo 264 del Código Orgánico Procesal Penal
vigente, que prevé:
“Artículo 264.- A los jueces o juezas de esta fase les corresponde controlar el
cumplimiento de los principios y garantías establecidos en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, tratados, convenios o acuerdos internacionales suscritos y
ratificados por la República, y en este Código; y practicar pruebas anticipadas, resolver
excepciones, peticiones de las partes y otorgar autorizaciones”.

Asimismo, acerca de la Función Jurisdiccional, en el artículo 506 del Código Orgánico


Procesal Penal vigente, se establece que:

“Artículo. 506.-. Los jueces o juezas en el ejercicio de las funciones de control, de juicio y
de ejecución de sentencia, según sea el caso, actuarán conforme a las reglas indicadas
en este código…”.
Así pues, es oportuno mencionar que si bien es cierto, la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, ha dejado sentado:

“… que el Ministerio Público goza plenamente de autonomía funcional, por lo cual éste no
puede ser obligado a que acuse o bien concluya la investigación de un modo particular…”,
no es menos cierto que, el Juez o la Jueza de Control, Audiencias y Medidas debe en
ejercicio de las facultades establecidas en el texto procesal penal, garantizar los derechos
de las partes intervinientes en el proceso, lo cual no trastoca el ejercicio de la acción
penal.

El derecho de probar es de configuración legal, y con la preclusión se busca que no haya


sorpresa para las partes, para que puedan tener tiempo suficiente para ejercer la
Defensa, no es menos cierto que, deben prevalecer los valores y derechos de orden
superior, como lo es la justicia, la presunción de inocencia, el derecho a la defensa e
igualdad entre las partes, situaciones éstas que debe analizar el Juez o la Jueza de
Control, Audiencias y Medidas, en caso que las diligencias de investigación solicitadas por
las partes no se efectúen a tiempo para el ejercicio de sus derechos, o en caso de ser
irrelevante para la causa, sea debidamente justificada por el Ministerio Público.
Por lo que, taxativamente es deber de los Jueces o Juezas de la República el control
jurisdiccional del proceso, máxime cuando deben ser garantistas del cumplimiento de los
principios y garantías de rango constitucional y legal, se quebrantó el Derecho a la
Defensa, de Acción, y por ende la garantía del Debido Proceso, de acuerdo a los artículos
26 y 49.1 Constitucional, que consagran:

“Artículo 26. Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de
justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos, a la
tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente.

 El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente,
autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin
formalismos o reposiciones inútiles”. 

“Artículo 49. El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y


administrativas; en consecuencia:

1. La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo estado y grado de


la investigación y del proceso. Toda persona tiene derecho a ser notificada de los cargos
por los cuales se le investiga, de acceder a las pruebas y de disponer del tiempo y de los
medios adecuados para ejercer su defensa. Serán nulas las pruebas obtenidas mediante
violación del debido proceso. Toda persona declarada culpable tiene derecho a recurrir
del fallo, con las excepciones establecidas en esta Constitución y la ley…..”

 
El Debido Proceso constituye derechos y garantías inherentes a los actores o actoras en
el proceso y que le son aplicables en cualquier estado y grado del mismo, pues comporta
el trámite que permite oír a las partes, de la manera prevista en la Ley, y que ajustado a
derecho otorga a las partes el tiempo y los medios adecuados para imponer sus alegatos
de defensa y sean evaluadas sus pruebas.

JURISRUDENCIA DE LA SALA CONSTITUCIONAL DEL TRIBUNAL SUPREMO DE


JUSTICIA. 

Como sustento de ello, es necesario traer a colación Sentencia Nº 569 de fecha 18 de


Diciembre de 2006, emanada de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
refiere lo siguiente:

“Serán consideradas nulidades absolutas aquellas concernientes a la intervención,


asistencia y representación del imputado, en los casos y formas que este Código
establezca, o las que impliquen inobservancia o violaciones de los derechos y garantías
fundamentales previstos en el C.O.P,P. y la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, las Leyes y los Tratados, Convenios y Acuerdos Internacionales suscritos por
la República…”(Negrilla y Subrayado de la Sala).

 Es necesario acotar, que el actual Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia
que caracteriza a esta República, propugna como valores superiores de su ordenamiento
jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, entre
otros, y en general, la preeminencia de los derechos humanos, siendo un fin esencial del
estado, la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad humana,
además de la garantía en el cumplimiento de los principios, derechos y deberes
reconocidos y consagrados en el texto fundamental, conforme se infiere de los artículos 2
y 3 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. De manera que, existen
valores axiológicos de diversos contenidos que constituyen los axiomas o principios de
carácter general sobre los que gravita el Estado en sentido latu sensu, lo cual abarca
tanto su estructura, órganos y régimen de actuación.

Consecuente con esta idea, y a nivel estrictamente jurisdiccional, el proceso se plantea


como el único instrumento fundamental para la realización de la justicia, donde siempre
debe imperar el respeto a las garantías constitucionales. 

De allí que, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, mediante
Sentencia Nº 3, de fecha 11 de Enero de 2002, sostuvo:

“El proceso se presenta en consecuencia, como una garantía para todos los sujetos
procesales y no tan sólo para el imputado, sino también para todos aquellos que
intervienen en el conflicto penal planteado como consecuencia del hecho punible, en el
cual pueden intervenir el imputado, la víctima, la sociedad y el mismo estado
representado a través de cualquiera de sus órganos procesales…”.

En plena armonía con ello, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en
decisión Nº 1654, de fecha 25 de julio de 2005, señaló en relación al Debido Proceso,
que:
“…la garantía del debido proceso debe ser entendida en el sentido de que en todo
proceso, sea judicial o administrativo, deben cumplirse las garantías indispensables para
que se escuchen a las partes, se les permita el tiempo necesario para presentar pruebas
y ejercer plenamente la defensa de sus derechos e intereses, siempre de la manera
prevista en la ley; de forma tal, que la controversia sea resuelta conforme a derecho, en
aras de una tutela judicial efectiva…”

De manera que, las garantías procesales contempladas en la norma y jurisprudencia


antes transcritas, deben ser debidamente atendidas por el Juez o Jueza competente, lo
que vislumbra el carácter vinculante de la Ley Especial, la búsqueda del fin último de la
misma, y con ello el resguardó de los Derechos de las partes.

Congruente con lo anterior, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en


decisión Nº 1817, de fecha 30 de noviembre de 2011, que ratifica el criterio sostenido por
la misma Sala en fecha 24 de enero de 2001, señaló con ocasión a esta garantía
constitucional, que:

“…Al respecto, esta Sala ha señalado reiteradamente que el derecho a la defensa y el


debido proceso constituyen garantías inherentes a la persona humana y, en
consecuencia, aplicables a cualquier clase de procedimientos. El derecho al debido
proceso ha sido entendido como el trámite que permite oír a las partes, de la manera
prevista en la Ley, y que ajustado a derecho otorga a las partes el tiempo y los medios
adecuados para imponer sus defensas.

Así, el derecho a la defensa debe entenderse como la oportunidad para el encausado o


presunto agraviado de que se oigan y analicen oportunamente sus alegatos y pruebas. En
consecuencia, existe violación del derecho a la defensa cuando el interesado no conoce
el procedimiento que pueda afectarlo, se le impide su participación o el ejercicio de sus
derechos, o se le prohíbe realizar actividades probatorias (Sentencia nro. 5/2001, del 24
de enero). (Negrilla y Subrayado de la Sala).

Se desprende de lo ut supra transcrito, que el Debido Proceso en el ordenamiento jurídico


venezolano, constituye un derecho fundamental que comprende un conjunto de garantías
sustanciales y procesales, especialmente diseñadas para asegurar la regularidad y
eficacia de la actividad jurisdiccional y administrativa, cuando sea necesario definir
situaciones controvertidas, declarar o aplicar el derecho en un caso concreto, o investigar
y juzgar los hechos punibles.
Y esta consideración tiene como asidero, el principio de seguridad jurídica que debe
reinar dentro de un proceso, pero no cualquier proceso, sino aquél que respeta las
normas establecidas y el Derecho a la Defensa e Igualdad entre las Partes, en beneficio
no sólo de las partes sino del Debido Proceso. En cuanto a la Seguridad Jurídica, la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia con ponencia del Magistrado Jesús E.
Cabrera, Sentencia Nº 345 de fecha 31 de Marzo de 2005, deja sentada la siguiente
doctrina:

 “(…) Seguridad Jurídica se refiere a la cualidad del ordenamiento jurídico, que implica
certeza de sus normas y consiguientemente la posibilidad de su aplicación. (…)

 Este no es sino un aspecto de la seguridad jurídica, ya que el principio lo que persigue es


la existencia de confianza por parte de la población del país en el ordenamiento jurídico y
en su aplicación, por lo que el principio abarca el que los derechos adquiridos por las
personas no se vulneren arbitrariamente cuando se cambian o modifican las leyes; y
porque la interpretación de la ley se hace en forma estable y reiterativa, creando en las
personas confianza legítima de cuál es la interpretación de las normas jurídicas a la cual
se acogerán.

 Estos otros dos contenidos generales de la seguridad jurídica (a los cuales como
contenido particular se añade el de la cosa juzgada), se encuentran garantizados
constitucionalmente así: el primero, por la irretroactividad de la ley sustantiva, lo que
incluye aspectos de las leyes procesales que generan derechos a las partes dentro del
proceso (artículo 24 constitucional); y el segundo, en la garantía de que la justicia se
administrará en forma imparcial, idónea, transparente y responsable (artículo 26
constitucional), lo que conduce a que la interpretación jurídica que hagan los Tribunales,
en especial el Tribunal Supremo de Justicia, sea considerada idónea y responsable y no
caprichosa, sujeta a los vaivenes de las diversas causas, lo que de ocurrir conduciría a un
caos interpretativo, que afecta la transparencia y la imparcialidad.

En consecuencia, una vez constatado, que desde el inicio de la Investigación, se causó


violación a la Tutela Judicial Efectiva en razón de la inseguridad jurídica ya que el
Ministerio Público como titular de la acción penal incumplió con el deber de realizar y
recabar las diligencias solicitadas por la Defensa Privada previo a la presentación del acto
conclusivo, por lo que me veo precisado en nombre de los derechos del IMPUTADO a
solicitar  se realicen todas las diligencias solicitadas por este defensor en fechas 03 de
Enero de 2017 y 11 de Enero de 2017,  la experticia de vaciado de contenido de los
teléfonos celulares 0414-8180256 y 0424-6139097, pruebas anticipadas, declaración de
testigos, todo conforme a los artículos 26 y 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.

Por tal razón ciudadana Juez, acudo a su noble y digna autoridad para solicitar declare
CON LUGAR EL CONTROL JUDICIAL y ordene a la Fiscalía del Ministerio Publico para
que practique todas las diligencias de investigación solicitadas, a tal efecto se le conceda
un lapso perentorio para la práctica de las mismas.

Es Justicia en XXXXXXXX, hoy a la fecha de su presentación.

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