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Una montaña es una figura topográfica del relieve terrestre positiva, una eminencia

natural que se caracteriza por su altitud y, más generalmente, por su altura


relativa, o incluso por su volumen, pendiente, espaciado o continuidad.2 Aparecen
como parte de un conjunto —una cadena montañosa, sea cordillera, macizo, sierra...—
o formando un relieve aislado.Nota 1Nota 2Nota 3Nota 4 No existe una definición
única de montaña, un término que apareció en Europa entre los siglos x y xii, y son
numerosos los localismos y regionalismos usados para describir este accidente
geográfico, que puede referirse tanto a una cumbre empinada como a una elevación
simple del terreno como una colina, así como al medio en su conjunto. Según sean
los procesos que conducen a su orogénesis las montañas toman formas muy diferentes:
desde escarpes de los márgenes continentales y rifts en dominios extensivos, hasta
cadenas de colisión y plegamiento, pasando por arcos insulares con volcanes de tipo
explosivo en las fases de subducción, sin olvidar el volcanismo de punto caliente
del tipo efusivo o las intrusiones expuestas por la erosión. Con la isostasia, las
montañas experimentan fenómenos de levantamiento y adelgazamiento de la corteza que
finalmente conducen a su desaparición. Las cadenas montañosas más antiguas de la
Tierra se remontan al Paleozoico, y cuanto más antiguas son, tanto más bajas y
redondedas tendrán sus siluetas.

La proporción de tierras emergidas situadas a más de 1000 m sobre el nivel del mar
es de aproximadamente una cuarta parte del total,34 y el terreno montañoso
comprende cerca del 33 % de Eurasia, del 24 % de América del Norte, del 19 % de
América del Sur y del 14 % de África.5 Un 10 % de la población mundial habita en
regiones montañosas. Todos los ríos mayores nacen en áreas montañosas y más de la
mitad de la humanidad depende del agua de las montañas, debido a que su
purificación es más económica que el agua de mar; en zonas áridas y semiáridas,
esta proporción se eleva a alrededor del 90 %.67

El clima que experimentan las zonas montañosas —con temperaturas de promedio más
bajas (5 °C/km de altitud) y precipitaciones más altas que las llanuras cercanas
debidas a la altitud—, también juega un papel importante en su configuración. Ese
clima específico —generalmente marcado por la estadificación altitudinal— y sus
pendientes difíciles de acceder hicieron casi imposible su explotación humana
intensiva, y ahora son la causa de que muchas montañas alberguen una amplia
variedad de ecosistemas y una importante biodiversidad, aunque con un frágil
equilibrio ecológico.8 Muchas especies animales encuentran en ellas menos presión y
algunos grandes mamíferos (caprinos, ciervos, llamas, lobos, osos, leopardos de las
nieves, puma, vicuñas, yaks), se han convertido en sus emblemas. Alrededor del 30 %
de las áreas protegidas del mundo están en las zonas de montaña,910 y aunque son
una fuente indispensable de agua dulce, madera y minerales, siguen considerándose
un hábitat hostil que requiere de esfuerzos de adaptación significativos por parte
de las poblaciones humanas: las desigualdades son más pronunciadas en las montañas
y los desastres naturales son más frecuentes en ellas.4

Las montañas han sido, y son, un elemento sagrado central de muchas religiones y
creencias.11 Para muchas, el aspecto más simbólico es la cumbre de la montaña
porque se identifica como lo más cercano al Cielo,12 en particular donde residen
los dioses y los espíritus —como en el monte Olimpo en la mitología griega13— o en
donde los santos y profetas encontraron a Dios y se consagraron a su obra1114 —como
Moisés en el monte Sinaí en el judaísmo,15 o especialmente Jesús en el monte Tabor
o Mahoma en Jebel El Nour—. A veces la montaña se considera el eje del mundo,12
como el monte Meru —a menudo identificado con el monte Kailash en el budismo, el
jainismo y el hinduismo—, que hace de él la residencia de Shiva.16 En algunos
casos, la montaña sagrada es puramente mítica, como el Hara Berezaiti en el
zoroastrismo. Los volcanes, como el monte Etna en Italia, también se consideraron
sagrados, bien como hogar de dioses —el Etna era el hogar de Vulcano, el dios
romano del fuego y la fragua— o bien como puertas de entrada al Inframundo.

Las montañas han inspirado durante mucho tiempo miedo a los seres humanos y
siguieron siendo en gran parte desconocidas hasta los primeros estudios científicos
serios en el siglo xv. A partir de ese momento, su representación artística se
volvió más realista. En las zonas aisladas y vírgenes, la explotación maderera y
minera supuso la apertura de pistas forestales y caminos y, a finales del siglo
xix, fueron el corazón del desarrollo de la energía hidroeléctrica. La llegada del
ferrocarril, que logró atravesar las cordilleras más difíciles y que garantizaba
las conexiones hasta en los inviernos más duros, supuso la gradual ocupación de las
zonas más propicias. Después, fueron objeto de conquistas con el advenimiento del
alpinismo y la fundación de los clubes de montaña. La moda de la estancias en
sanatorios de montaña y del hidrotermalismo, llevó a las montañas a las élites y,
ya en el siglo xx, con accesos más fáciles, a la afluencia masiva con el
establecimiento de las estaciones dedicadas principalmente a los deportes de
invierno —que a menudo alteraron los paisajes montañosos de las regiones templadas
—. Hoy día la montaña está muy ligada al ocio y a la práctica del deporte, siendo
los más comunes el montañismo, la escalada, el trail running, el barranquismo y el
esquí, aunque también son habituales los deportes de motor, como las subidas o
campeonatos de montaña y muchos recientes deportes de aventura, prácticas que
acercan al hombre a la naturaleza menos alterada. Con el auge de la práctica del
montañismo, en todo el mundo hay coleccionistas de picos (peakbaggers) que
completan ascensos a conjuntos de montañas, como las Siete Cumbres, los 14
ochomiles, los 96 Fourteener, las 100 montañas famosas de Japón, los 128
cuatromiles alpinos, los 129 tresmiles pirenaicos, los 227 Tops munros o los 1554
marilyns.

El pico más alto del mundo es el monte Everest en el Himalaya, con una altitud de
8848 m en relación con el nivel del mar, condición que se conoce desde 1856. Hay
más de 1 000 000 montañas en el mundo con nombre,17 de las que solo 14 superan los
8000 m (con nueve cumbres más secundarias), más de cien los 7000 m —todas en Asia,
en las cordilleras del Himalaya, Karakorum, Hindú Kush, Kunlun, Pamir y Tian Shan—,
y son más de 110 los seismiles andinos y 82 los cuatromiles alpinos oficiales (con
46 más no oficiales). También destacan los 1524 picos ultraprominentes —prominencia
de más de 1500 m— con los mayores desniveles y muchas de las caras más majestuosas,
objeto de conquista de escaladores.

De las grandes montañas, la más visitada a pie del mundo es el monte Fuji, que
recibe anualmente a más de 300 000 visitantes, seguida del monte Monadnock (965 m),
con 125 000; ascienden al Kilimanjaro y al monte Hood (3429 m) más de 25 000 y 20
000 montañeros respectivamente.18 Otras montañas reciben más afluencia, como el
monte Tai (1545 m) —la más sagrada de las montañas taoístas, que si se ascienden
sus más de 6600 peldaños, se vive más de 100 años, y a la que se puede llegar por
un teleférico—, con una estimación de hasta dos millones de visitantes; el monte
Tako (599 m), situado a menos de una hora de Tokio que recibe a dos millones y
medio de visitantes y que cuenta con un funicular; el mountain Table (1085 m),
atracción turística de Ciudad del Cabo con más de 800 000 visitantes —a la que se
llega por un teleférico—; el monte Snowdon (1085 m), el pico más alto de Gales, que
recibe más de 600 000 visitantes al año —al que se puede llegar en un tren de
cremallera— o el pico Pikes (4303 m) que atrae a más de medio millón de turistas19
—sede de la Pikes Peak International Hill Climb, una importante competición
automovilística, y al que se accede por carretera y por ferrocarril—. Otros muchos
picos son lugares de peregrinaciones masivas, como el pico de Adán (2243 m), en Sri
Lanka, con más de 5500 escalones, el Croagh Patrick (764 m), en Irlanda, con 100
000 visitantes,20 o el volcán Hallasan (1950 m), en Corea del Sur.

La Unesco, en 2002, declaró el 11 de diciembre como Día Internacional de las


Montañas y, en diciembre de 2019, inscribió la práctica del alpinismo como
patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad.21 Además, 73 montes, montañas y
áreas montañosas han sido declarados también patrimonio de la HumanidadNota 5 y 126
biomas de montaña están afectados por algún bien declarado patrimonio inmaterial.22
Toponimia
Etimología y lingüística

Vista del Mont Blanc, Alta Saboya (Francia)

Este artículo o sección tiene una redacción con un sesgo cultural, específicamente
centrado en Francia. Por favor, edítalo para globalizarlo. Mientras tanto, no
elimines este aviso.
La palabra «montagne» («montaña») aparece en galorromano en el siglo xii.23 Así, se
utiliza en la canción de gesta Pèlerinage de Charlemagne en 1150.24 Proviene del
francés antiguo montaigne, derivado del bajo latín montanea, sustantivo femenino
del adjetivo montaneus, alteración del latín clásico montanus, literalmente
«relativo a la montaña».23 En el cartulario de Sauxillanges, que data de 989 a 994,
en el Livradois, se encuentra montana.23 En 1678, Charles du Fresne, sieur du
Cange, en su Glossarium mediæ et infimæ latinitatis, atestigua la forma de
montania, especialmente en Cerdaña en 1035. También informa del empleo de montanea
por Pierre Tudebode en Historia de Hierosolymitano itinere y Baudri de Bourgueil en
Historia Jerosolimitana (libros 3 y 4, reunidos en la Recueil des historiens des
croisades), y por Orderic Vital en Histoire ecclésiastique (libro 9), entre finales
del siglo xi y principios del siglo xii.23 Estas formas se convierten así en
concurrentes de «mont», provenientes del latín mons, montem y preexistente a
«montagne»23 El adjetivo «montagneux» nace bajo la pluma de Jean de Meung en
1284.25 La palabra «montagnette» aparece en el siglo xv en un intento de distinguir
las formas de relieve de acuerdo con su altura.23

En el siglo xiii, en Auvernia, la montaña designa más la baja y media montaña, que
los praderas.23 En la península ibérica, también es un terreno de caza, mientras
que en Europa Central es una zona minera.23

Además de una forma de relieve, estática, la montaña también refleja una forma de
movimiento, probablemente bajo la influencia del popular verbo latino montareque ha
generado en francés antiguo el verbo «(re)monter» o la «montée» en el siglo xii,
eliminando en el pasaje la forma más noble derivada de ascendere, dejando solo el
sustantivo francés «ascension».Sac. 1 Las montañas se definen aquí como un área
geográfica de migración. La montaña es el lugar donde se sube, de forma estacional,
por ejemplo, para el pastoreo de verano de los criadores o la invernada del
leñador, u ocasionalmente en el camino de una huida o de un viaje.Sac. 1 En el
siglo xii, la montain y montagnier (montaña y montañero) califican la fauna, según
el cetrero, y los habitantes que viven en las montañas.23Sac. 1 Los verbos
enmontagner o démontagner se usaran para describir la actividad de mover montignons
o montagnards en el siglo xvi.Sac. 1

En sentido figurado, una montaña indica un amontonamiento, una montaña de objetos,


de riquezas, de dificultades. Designa, según el lugar o la relación comprometida,
el valor, el precio, el número, el valor moral, el interés, la tasa de
endeudamiento. En este sentido, las formas verbales se han conservado mejor en
francés, como el verbo «surmonter» atestiguado por Philippe de Thaon en el siglo
xii,26 en la expresión «le montant d'une somme» (la cantidad de una suma) o «monter
un budget» (presupuesto) cuando una situación es complicada.

Definiciones

Vista del K2, el segundo pico más alto del mundo, en el Karakórum, en la frontera
entre China y Pakistán.
Las tentativas de dar una definición general y universal de montaña rápidamente se
enfrentan con la imprecisión y las excepciones. Así, según Raoul Blanchard, hasta
«una definición incluso de montaña, que sea clara y comprensible, es casi imposible
de proporcionar».27 La pendiente y la altitud definen la topografía y el relieve —
conjunto de formas, volúmenes salientes o huecos—, «una familia de formas
topográficas» como describe Emmanuel de Martonne,28 pero la montaña es también un
cortejo de especificidades donde ciertos fenómenos se amplifican y donde pueden
intentar definirse los límites en los factores altitudinales. Es posible distinguir
tres sentidos en el vocablo montaña.29 En el primero, es una elevación del terreno
individual rodeada de valles, sinónimo de altura, relieve, cumbre; la palabra
«monte», aunque etimológicamente similar, apenas se usa en este sentido, designando
además una forma de relieve de plegamiento. En el segundo sentido, una montaña es
un espacio formado por relieves salientes y se opone a la colina, a la meseta, al
piedemonte y al valle. El tercer sentido abarca todo el entorno de la montaña en su
globalidad; más impreciso, dejando de lado las nociones de pendiente y altitud,
tiene en cuenta las dimensiones paisajísticas y humanas.29

En Francia se han definido criterios administrativos y legislativos. La ley montaña


(loi montagne, de 1985) insiste en los umbrales y en las pendientes:30 entre 600 y
800 m de altitud media común y una pendiente superior al 20 %, excluyendo la
Francia de Ultramar.31 En ella también se tienen en cuenta las dificultades frente
a la reducción de la temporada vegetativa: la adaptación de la producción y de la
mecanización agrícolas, el acceso a derechos a los fondos estructurales europeos,
la percepción de las condiciones locales de desarrollo que requieran de medidas
compensatorias —como la política de la «zona de montaña» (zone de montagne, 1961)—
y la indemnización especial «montaña» de la década de 1970.32

En las islas Británicas, una montaña se eleva tradicionalmente a más de 2000 pies
(610 m) sobre el nivel del mar y tiene una prominencia mínima de 100 a 500 pies.33
34 En Escocia, un munro es una montaña de más de 3000 pies (910 m), conocidas así
por sir Hugh Munro (1856-1919), quien en 1891 elaboró la primera compilación (las
Munro's Tables). En Estados Unidos, el Servicio Geológico de los Estados Unidos
distinguió durante un tiempo una montaña, relieve de más de 1000 pies (305 m) de
altura relativa, de una colina, más baja, pero esta definición ha sido oficialmente
abandonada a principios de la década de 1970.35

El Centro de Monitoreo de la Conservación del Ambiente, bajo el Programa de las


Naciones Unidas para el Ambiente (UNEP-WCMC) ha proporcionada una definición
internacional de las zonas de montaña: altitud de más de 2500 m, o altitud entre
1500 y 2500 m y pendiente de 2°, o altitud entre 1000 y 1500 m y pendiente de 5°, o
incluso, entre 300 y 1000 m continuos dentro de un radio de siete kilómetros.36

Terminología
Artículo principal: Oronimia
En onomástica, un orónimo es un topónimo de montaña, aunque a veces se utilizan
para simples alturas (escarpes, colinas).37

Los vocablos que designan una montaña se caracterizan por la importancia de las
variantes y de los sinónimos. Esa riqueza proviene de las numerosas observaciones
de los hombres que vivieron en las montañas, en la naturaleza, y de la variedad
lingüística. Y además, de las capas sucesivas de las poblaciones que a lo largo de
las edades han colonizado el dominio montañoso, cuyas huellas y raíces lingüísticas
se encuentran en los mapas antiguos y catastros, con las deformaciones sucesivas de
los nombres, particularmente en un momento en que la ortografía no fue corregida y
durante las transcripciones en un movimiento general de españolización (o
francización, en Francia). Algunos topónimos del mapa del Estado Mayor (1818-1881)
fueron recopilados por oficiales cartográficos que estaban más preocupados por las
formas y por los accidentes en el terreno que por las cuestiones lingüísticas.38

Vista de un puech en Bondons,, en el departamento francés de Lozère.


Revelan una gran variedad de regionalismos. Cabeza y berg, utilizados como sufijo,
son comunes en el este de Francia,39 junto con los ballons (del alemán Belchen).
Puy y puech son frecuentes en la toponimia para designar los lugares ubicados en
altura (del latino podium: «altura, lugar alto») en particular en el Macizo
Central.40 La palabra original en occitano serre corresponde a un grupo de montañas
llamado pezón, a una grupa, a un relieve alargado, a un punto rocoso o incluso a un
contrafuerte y proviene de un término preindoeuropeo o prelatino: montaña alargada
o cresta en espalda de burro. El uso geográfico de la palabra designa una forma de
relieve: crestas estrechas y alargadas, desnudas, herbosas o arboladas. La mitad
sur de Francia es muy rica en nombres formados sobre serre.41 Del mismo modo, el
provenzal baou, con su parte superior generalmente plana, el tuc gascón de forma
redondeada y el soubeyran, con sus variantes como barre y chaux (chau, chalp,
chaup), o más generalmente, la cime se refiere a las alturas o cumbres.39 El
término mendi, montaña en euskera, que constituye muchos topónimos, se aplica a
cualquier altura, incluso baja. Hegi corresponde a una cresta, monho a una colina,
gain a las alturas.42 Más allá de las palabras que indican la montaña con
precisión, hay un conjunto de términos relacionados con los detalles del paisaje de
montaña como solana y umbría para tomar solo ejemplos alpinos. Los vocablos que
evocan la vegetación, natural o acondicionada, son particularmente frecuentes tanto
en la montaña como en la llanura y proporcionan información sobre las cualidades
del medio ambiente o sobre su historia, como la chaume y alpe (o aulp, aup, arpe y
derivados alpette, arpettaz, alpille), que dieron el «alpage».4344

La expresión «cadena de montañas» se utiliza para referirse a un conjunto de


relieves dispuestos de forma alargada, principalmente en el caso de una colisión
continental.45 Las cadenas montañosas generalmente se dividen en macizos
montañosos,46 que a veces se subdividen en cadenas secundarias;47 sin embargo, la
terminología de Quebec conserva solo el término «chaînon» (equivalente del inglés,
range) para designar al subconjunto de una cadena (equivalente a las mountains
inglesas).48 Además, «macizo montañoso» también se utiliza en el caso de conjuntos
montañosos, a menudo viejos, que forman un bloque continuo.46 Finalmente, el uso
quiere que a veces se hable de «cadena» incluso para subconjuntos, como la cadena
de Belledonne o la cadena de Aravis, dentro de los Alpes, cuya disposición de
vértices es globalmente rectilínea. El término «montes», en plural, se usa
genéricamente para referirse a una cadena o a un macizo.49

Geografía
Topografía
La proporción de tierras emergidas situadas a más de 1000 m sobre el nivel del mar
es de aproximadamente una cuarta parte del total,34 a la que se le puede agregar
otro 10 % de tierras, con una altitud inferior, pero que presentan una fuerte
pendiente según los criterios del Centro de Monitoreo de la Conservación del
Ambiente (UN Environment World Conservation Monitoring Centre, UNEP-WCMC).3 En
detalle, el terreno montañoso comprende aproximadamente el 33 % de Eurasia, el 24 %
de América del Norte, el 19 % de América del Sur y el 14 % de África.50

Geomorfología
Véase también: Lista de tipos de montaña

Vista de las agujas de Chamonix, relieve típico de una cadena de colisión en un


entorno glaciar.
En un macizo montañoso, las cumbres están conectadas por crestas y quedan separadas
entre ellas por collados o por pasos, que son los puntos más bajos de esa
crestería, y por vallinas o valles para los más anchos, que generalmente separan
los macizos. Una cumbre puede tener una cima principal y varias cimas más
secundarias.51

La geomorfología de las montañas depende de varios factores:52 de su proceso de


formación (orogénesis), de la velocidad de deformación (movimientos verticales y
horizontales de las rocas), de la propia naturaleza de las rocas (las rocas suaves
dan relieves más suaves que las rocas duras) y del clima.
En las cadenas de colisión jóvenes, y en las cadenas ancianas considerablemente
rejuvenecidas, las cimas generalmente se llaman «picos», cuando tienen una forma
cónica, o «agujas», cuando están particularmente afiladas en una cresta, o incluso
«diente» cuando se separan del relieve.51 También se encuentran los calificativos
de «punta», de «cabeza» o incluso de «roca, roquedo, roc».Th. 1 Cuando han
experimentado una glaciación, las cimas pueden presentar una forma de pico
piramidal que domina los valles y circos glaciares.53

El relieve de plegamiento se traduce en una geomorfología específica. La cima de un


anticlinal forma un monte. En un relieve conforme, de tipo jurásico, el fondo de un
sinclinal constituye un val. Una depresión en la cima de un monte es una combe. Las
cornisas rocosas en el borde del val o de la combe se llaman crêts. Las cluses son
depresiones que atraviesan las anticlíneas transversalmente. En un relieve
invertido, de tipo prealpino, las sinclinales se encuentran en los puntos altos por
erosión diferencial y se dice que están «encaramadas». El relieve de los Apalaches
es un tipo particular de relieve de plegamiento que ya había sido muy aplanado y
que luego fue nuevamente elevado, lo que provocó la reanudación de la erosión. En
este caso, las anticlinales y las sinclinales se denominan respectivamente barras y
surcos.54

Diagrama que representa un relieve de tipo Jura y las terminologías asociadas


En un dominio extensivo, el reborde de un horst forma generalmente un largo escarpe
de falla. La erosión ayuda a crear cumbres individualizadas.Am. 1

Los relieves volcánicos son de dos grandes tipos:

los volcanes explosivos se presentan generalmente en forma de estratovolcanes, de


apariencia cónica o de domos de lava.55 Los estratovolcanes pueden soportar domos
de lava y conos de escoria secundarios,55 en cuyo caso se dice que son complejos;
los volcanes somma son parte de ellos.
los volcanes efusivos están en forma de volcanes en escudo, de grandes dimensiones
y con pendientes muy pequeñas.55 Estos también pueden soportar conos volcánicos.
Cuando los volcanes en escudo emiten lava por debajo de una casquete de hielo,
forman tuyas.56 La mayoría de los volcanes submarinos son volcanes en escudo.57
Los estratovolcanes y los volcanes en escudo suelen tener cráteres en su cima y, a
veces, cuando se vacía la cámara magmática, una gran caldera.58

Comparación de estratovolcanes y volcanes en escudo


Vista del monte Damavand en invierno, estratovolcán adormecido y punto más alto de
Irán
Vista del monte Damavand en invierno, estratovolcán adormecido y punto más alto de
Irán

Vista del monte Fuji, estratovolcán activo y punto culminante de Japón


Vista del monte Fuji, estratovolcán activo y punto culminante de Japón

Vista desde el mar del Mauna Loa, volcán en escudo de Hawaï


Vista desde el mar del Mauna Loa, volcán en escudo de Hawaï

Vista del Skjaldbreiður, volcán en escudo en Islandia


Vista del Skjaldbreiður, volcán en escudo en Islandia

Vista del Herðubreið, una tuya en Islandia


Vista del Herðubreið, una tuya en Islandia
Los acntilados del monte Roraima, un tepuy en Venezuela
En las cuencas sedimentarias, la erosión diferencial también puede alterar los
relieves. Si las capas sedimentarias son monoclinales —es decir, están inclinadas
pero no plegadas, tiene el mismo buzamiento, con una alternancia de rocas duras
arriba y blandas debajo—, la erosión forma en el borde de la cuenca una cuesta, con
un frente rígido y una espalda ligeramente inclinada; si el fragmento rocoso está
totalmente aislado, constituye un cerro testigo.Fo. 1Am. 159 Si las capas no están
inclinadas o son débiles, la erosión puede causar la aparición de un relieve
tabular llamado mesa —en algunas regiones de España «muelas» o «molas»— cuando
constituye una meseta,Fo. 1 butte si sus dimensiones son más pequeñas,Am. 260
planèze si el origen es un relieve volcánico invertido,Fo. 2 o tepuy, en un
ambiente tropical. En algunas regiones de España las mesas se llaman "muelas" o
"molas", ya que su forma recuerda un molar.

Entre las diferentes formas de inselberg —del alemán, montaña-isla, un relieve


aislado que domina una llanura o una meseta subhorizontal—se encuentran el
hardhardt y el kopje, que son respectivamente un monolito natural inclusivo y un
montón de rocas, o incluso el morne,Am. 3 en un ambiente tropical,Am. 2 el
monadnock en zona templada,Am. 355 y el neck y el dique, que son respectivamente
los residuos de una chimenea volcánica y de un filón volcánico vertical desnudados
por la erosiónFo. 2

Relieves montañosos de tipo inselberg


Butte de Merrick, en Monument Valley, Utah
Butte de Merrick, en Monument Valley, Utah

Uluru, el 2.º mayor monolito natural del mundo


Uluru, el 2.º mayor monolito natural del mundo

La Torre del Diablo, una antigua chimenea volcánica en la que el enfriamiento de la


lava ha ocasionado columnas basálticas
La Torre del Diablo, una antigua chimenea volcánica en la que el enfriamiento de la
lava ha ocasionado columnas basálticas

Spitzkoppe, el «Matterhorn namibio», formado por levantamientos y magmatismo de


principios del Cretácico
Spitzkoppe, el «Matterhorn namibio», formado por levantamientos y magmatismo de
principios del Cretácico

El Pan de Azúcar, y el Corcovado, en Río de Janeiro, parte de una familia de


afloramientos rocosos empinados conocidos como hardhardts
El Pan de Azúcar, y el Corcovado, en Río de Janeiro, parte de una familia de
afloramientos rocosos empinados conocidos como hardhardts

Principales conjuntos montañosos

Mapa de las principales cadenas montañosas que constituyen el Gran Valle del Rift.

Imagen de síntesis que destaca la Dorsal mesoatlántica, el sistema montañoso más


largo de la Tierra, que con otras dorsales forma un continuo de casi 40 000 km.
Artículo principal: Lista de montañas y cordilleras
Sobre la superficie de los continentes hay dos áreas principales de orogénesis
activas: el cinturón alpino y el cinturón circunpacífico (con una longitud de unos
48 000 km).6162

El primero proviene del cierre, desde el Cretácico, del océano Tetis,


principalmente por la colisión de las placas africana e india con la eurosiática
desde el Eoceno. Se extiende desde el Magreb hasta el sudeste asiático. Comprende
la mayoría de las montañas de la cadena del Atlas, el arco de Gibraltar, los
Pirineos, los Alpes, el macizo del Jura, los Apeninos, los Cárpatos, los Balcanes,
Anatolia, el Cáucaso, los montes Elburz, los montes Zagros, las montañas Al Hayar,
la cordillera de Kopet-Dag, el Hindú Kush, los Pamires, el Karakórum, los
Himalayas, la meseta tibetana, la cordillera del Kunlun, las montañas Hengduan, los
montes Tenasserim y la cordillera de Barisan.616263

El segundo se extiende alrededor del océano Pacífico siguiendo las fosas oceánicas.
Se configura desde el comienzo del Mesozoico y es una zona volcánica extremadamente
activa. En América, y hasta la tierra de Graham en la Antártida en el sur, se
materializa por la cordillera americana y engloba la cordillera Aleutiana, la
cordillera Brooks, la cordillera de Alaska, las montañas Mackenzie, las cordilleras
costeras del Pacífico, las montañas Interiores, las montañas Columbia, las Montañas
Rocosas, la sierra Madre Oriental, la sierra Madre del Sur, la sierra Madre de
Chiapas, la Cordillera Central, la cordillera de Talamanca, el arco insular de las
Antillas, la cordillera de los Andes —la cordillera alpina más larga, que recorre
toda América del Sur — y las Antartandes. En el margen occidental del Pacífico,
consta de la cordillera Verjoyansk, los montes Cherski, las montañas de Kamchatka
(cadena oriental y cadena central) y del Japón (incluidos los Alpes Japoneses), la
cadena Sijoté-Alín, las montañas de Taiwán, de las Filipinas y de las islas de la
Sonda (Indonesia), la cordillera Central de Nueva Guinea y los Alpes de Nueva
Zelanda.616263

En menor escala, el Gran Valle del Rift es también un sistema montañoso muy joven,
que solo apareció hacia el Oligoceno. Incluye las montañas Nur, las montañas de los
Alauitas, el monte Líbano, el Anti-Líbano, los montes de Judea, la punta meridional
del Sinaí, los montes Sarawat, el bloque Danakil, el macizo etíope, el Rwenzori,
las montañas Virunga, las montes Azules, las montañas Mitumba, el Aberdare, las
macizo del Ngorongoro, las Tierras Altas del Sur y las colinas Mafinga.62

Por el contrario, otro sistema montañoso mayor, ahora inactivo, se formó en varias
fases orogénicas durante el Paleozoico. Incluye los Apalaches, las montañas de
Irlanda, las Highlands de Escocia, el Este de Groenlandia, los Alpes escandinavos,
las Spitsbergen, el Cornwall, el Anti-Atlas, las Mauritanidas, el centro de la
península ibérica —con el sistema Central y el sistema ibérico—, el conjunto de la
cadena varisca (o localmente hercínica) —formada por el macizo armoricano, el
macizo Central, el macizo de los Vosgos, la Selva Negra, el macizo esquistoso
renano, el Harz, el macizo de Bohemia y el macizo de Turingia-Franconia—, así como
los Urales, las Tian Shan, el macizo de Altái, los montes Sayanes, las montañas
Khangai, las montañas Baikal y los montes Stanovoi.616263

Otro antiguo sistema montañoso, llamado panafricano,64 se formó gradualmente entre


el Pérmico y el Jurásico, acompañando el ensambe y después la dislocación de
Gondwana, al nivel del escudo guayanés, los macizos del este de Brasil (incluyendo
la Serra do Mar), las montañas del cinturón de Pliegues del Cabo y después el Gran
Escarpamiento africano, las montañas Ellsworth y otros macizos de la Tierra de la
Reina Maud en la Antártida, las montañas de Madagascar y los Ghats occidentales y
los Ghats orientales, ya en la India.6163

Aún más antigua es la orogénesis que dio a luz en el Pérmico a las montañas
Transantárticas, que fueron rejuvenecidas en gran medida en una fecha posterior, y
a las cordilleras Lofty y Flinders en Australia Meridional.626566 La cordillera
Australiana es una importante cadena montañosa cuya formación por acreción a partir
del Carbonífero puede considerarse como su prolongación tardía, pero las fases
sucesivas, que incluyen el vulcanismo, una elevación isostática y el rifting, la
distinguen claramente.6267

Sea como fuere, el sistema montañoso más largo de la Tierra está en el fondo de los
océanos, al nivel de la dorsal mediooceánica.61

Orogénesis panafricana (Neoproterozoico)


Orogénesis panafricana (Neoproterozoico)

Cinturón alpino (Mesozoico tardío (Eoalpina) y actual Cenozoico)


Cinturón alpino (Mesozoico tardío (Eoalpina) y actual Cenozoico)

Orogenias caledonia (Silúrico y Devónico (Paleozoico), aprox. 444-416 Ma) y varisca


(finales del Devónico y mediados del Pérmico, 380-280 Ma)
Orogenias caledonia (Silúrico y Devónico (Paleozoico), aprox. 444-416 Ma) y varisca
(finales del Devónico y mediados del Pérmico, 380-280 Ma)

Cinturón circunpacífico
Cinturón circunpacífico

Cumbres principales
Artículos principales: Anexo:Montañas más altas de la Tierra y El pico más alto del
mundo.

Vista de la cara norte del Everest (8848 m), el pico más alto en relación con el
nivel del mar.

Vista de Chimborazo (6310 m), en Ecuador, el punto más alejado del centro de la
Tierra y el punto más cercano al Sol;6869 en primer plano, una vicuña.

El nevado Huascarán en Perú, es la cumbre más alta de la zona intertropical y su


cima está confirmada como el lugar con menor atracción gravitacional de la
Tierra.70
El concepto principal para apreciar la altura de una cumbre es la altitud. Es
relativamente moderno55 y sigue siendo muy vago hasta el siglo xvii.71
Anteriormente, la distancia desde la cual se observaba un pico era decisiva y eso
favorecía a los más cercanos al mar o al fondo dse una gran llanura.71 En la
Tierra, la altitud se define en relación con el nivel del mar. Todos los picos de
más de 7000 m de altitud se encuentran en Asia, especialmente los catorce picos de
más de 8000 metros, en el Himalaya y el Karakórum: Everest (8848 m),72 K2 (8611 m),
Kangchenjunga (8586 m), Lhotse (8516 m), Makalu (8485 m), Cho Oyu (8188 m),
Dhaulagiri I (8167 m), Manaslu (8163 m), Nanga Parbat (8126 m), Annapurna I (8091
m), Gasherbrum I (8080 m), Broad Peak (8051 m), Gasherbrum II (8034 m) y
Shishapangma (8027 m).73 Hay al menos 100 montañas con alturas de más de 7200
ms.n.m., todas ellas localizadas en el centro y sur de Asia. El pico más alto fuera
de Asia es el Aconcagua (6962 m), en América del Sur. Las «Siete Cumbres» es como
se conoce al conjunto de los picos más altos de cada uno de los «siete continentes»
(seis más Norteamérica), pero con varias interpretaciones de cuales serían según la
definición continental que se use.

Diagrama que compara las altitudes de los catorce picos de más de ocho mil metros
(picos rojos o rosados) y las «Siete Cumbres» y siete segundas cumbres, los picos
más altos y los segundos más altos de cada continente.
Las bases de las islas montañosas están por debajo del nivel del mar, y con esta
consideración, el Mauna Kea (4207 m s. n. m.) sería la montaña, y el volcán, más
alto del mundo, ya que se eleva a unos 10 203 m del fondo del océano Pacífico.74 Su
vecino, el Mauna Loa, apenas más bajo (4169 m s. n. m.) pero más voluminoso, se
hunde más profundamente en el fondo oceánico y gran parte es invisible incluso bajo
el agua: su masa causa una depresión adicional de 8 km que tiene la forma de una
montaña inversa.75 Esto significa que la altura total del Mauna Loa desde el
principio de su historia eruptiva es de aproximadamente 17 170 m desde su base.7677
78

Las montañas más altas no son generalmente las más voluminosas. Nuevamente el Mauna
Loa (4169 m) sería la mayor en términos de área base (aproximadamente 5200 km²) y
de volumen (aproximadamente 75 000 km³).79 El monte Kilimanjaro es el mayor volcán,
que no sea en escudo, en términos de área base (635 km²) y de volumen (4793 km³).
El monte Logan es la montaña no volcánica más grande según el área base (311 km²).

Se pueden tener en cuenta otras referencias: al referirse a la base de la montaña,


es decir, al desnivel o caída vertical, el Nanga Parbat (unos 7000 m en comparación
con el valle del Indo, distante 25 km), el Denali (unos 5500 m)80 o el Kilimanjaro
(4800 m81 a 5200 m82) son particularmente notables.

Tampoco las más altas sobre el nivel del mar son los picos más alejados del centro
de la Tierra, porque la figura de la Tierra no es esférica. El nivel del mar más
cerca del Ecuador está varios Kilómetros más alejado del centro de la Tierra. La
cumbre del Chimborazo, la montaña más alta de Ecuador, generalmente se considera el
punto más alejado del centro de la Tierra,83 aunque la cumbre sur de la montaña más
alta de Perú, Huascarán, es otro pretendiente.84 Ambas tienen elevaciones sobre el
nivel del mar con menos de 2 km que la del Everest.

Diagrama que representa la prominencia y el aislamiento topográfico.


La noción de altura relativa o prominencia topográfica se desarrolló para tener en
cuenta la importancia del relieve.55 Esbozada en la década de 1920 por John Rooke
Corbett para las alturas de Escocia,85 se normalizó a partir de la década de
1960.86 Corresponde a la diferencia de altitud entre una cumbre dada y la
cabalgamiento o puerto más alto para alcanzar un pico aún más alto. Según esta
definición, las diez cumbres más prominentes del mundo son, en orden, el Everest,
el Aconcagua (6962 m), el Denali (6138 m), el Kilimanjaro (5885 m), el pico
Cristóbal Colón (5509 m), el monte Logan (5250 m), el pico de Orizaba (4922 m), el
macizo Vinson (4892 m), el Puncak Jaya (4884 m) y el Elbrus (4741 m).87

El aislamiento topográfico es la distancia que separa un vértice del punto más


cercano con elevación superior o igual. Así, los diez picos más aislados del mundo
son el Everest, el Aconcagua (16 520 km), el Denali (7451 km), el Kilimanjaro (5562
km), el Puncak Jaya (5264 km), el macizo Vinson (4911 km), el monte Orohena (4133
km), el Mauna Kea (3947 km), el Gunnbjörn (3254 km) y el monte Aoraki/Cook (3140
km).88

Véase también: Anexo:Picos ultraprominentes del mundo


Relieves extraterrestres
Véase también: Anexo:Montañas lunares
La montaña más alta que se conoce con precisión en el Sistema Solar es el Olympus
Mons,Nota 6 un volcán en escudo localizado en el planeta Marte con 21,2 km de
altitud y 80×60 km de caldera, y con un diámetro de 600 km.89 Los otros planetas
telúricos también presentan formaciones montañosas: en Venus, los Maxwell Montes de
origen tectónico culminan en el Skadi Mons, a 10,7 km de altitud por 6,4 km de
anchura;9091 y en Mercurio, los Caloris Montes, que se elevan a menos de 3 km de
altura92 como resultado de un impacto.93 Lo mismo ocurre en muchos satélites y
planetas menores. Así, en (4) Vesta, el pico central de Rheasilvia se eleva unos 22
km sobre el fondo de un cráter de impacto,94 una altura comparable a la del Olympus
Mons, pero con mucho la más alta del Sistema Solar en relación con el diámetro de
su astro. La cresta ecuatorial de Japeto, cuyo origen es incierto, tiene unos 20 km
de altura.95 El punto culminante de Io está en los Boösaule Montes, de origen
tectónico, que tienen unos 18 km de altura.96 En Mimas, el cráter de impacto
Herschel también tiene un pico central que alcanza los 7 km de altura.97 La cima
más alta de la Luna, el Mons Huygens, en los Montes Apenninus, tiene 5,5 km.98

Varios astros en el Sistema Solar tienen formaciones con el aspecto de montañas,


pero que están constituidas de hielo, llamadas criovolcanes, ausentes en la Tierra.
Entre los candidatos a este proceso están el Ahuna Mons, en Ceres,99 el Doom Mons
en Titán100 y posiblemente algunos relieves de Plutón.101

Montañas notables del sistema solar


Diagrama de dimensiones comparativas del Olympus Mons con las montañas más altas de
la Tierra: el Mauna Kea y el Everest
Diagrama de dimensiones comparativas del Olympus Mons con las montañas más altas de
la Tierra: el Mauna Kea y el Everest

Imagen de síntesis en vista oblicua de Rheasilvia, en (4) Vesta


Imagen de síntesis en vista oblicua de Rheasilvia, en (4) Vesta

Vista del Ahuna Mons, en Ceres


Vista del Ahuna Mons, en Ceres

Imagen generada por computadora de Ishtar Terra, con los Maxwell Montes cerca del
centro, en Venus
Imagen generada por computadora de Ishtar Terra, con los Maxwell Montes cerca del
centro, en Venus

Vista de primer plano de la cresta ecuatorial de Japeto


Vista de primer plano de la cresta ecuatorial de Japeto

Hidrografía

Vista del torrente Acısu en el macizo del Antitauro, en el sur de Turquía, en el


límite entre las zonas de producción (graveras en el fondo) y de transporte
(cuvetas en primer plano).
Las montañas son importantes recursos de agua dulce, debido a la precipitaciones
que caen sobre ellas, a los mantos de nieve e incluso a los glaciares que se pueden
formar allí y que constituyen un almacenamiento en forma sólida, lo que permite una
regulación del caudal de los ríos hacia la llanura,102 Todos los grandes ríos se
originan en las tierras altas.6 Es por eso que las montañas se consideran
«castillos de agua».67102

El agua de las montañas fluye hacia las llanuras a través de la red fluvial y de
las capas de agua subterránea.6 En las partes más altas y más empinadas, discurre a
través de los barrancos, y los torrentes arrancan los sedimentos por erosión al
nivel de la «zona de producción». El bloqueo y después la purga de los canales
provoca un flujo de escombros que dejan aparecer la roca del lecho. En la parte
intermedia se encuentra la «zona de transporte», que brota entre las rocas,
formando cuvetas y pequeñas cascadas en «escalones». Al nivel del piedemonte se
encuentra la «zona de depósito», con la pendiente más baja pero de mayor anchura,
lo que permite la sedimentación.103

Más de la mitad de la población mundial depende de esta agua; en zonas áridas y


semiáridas, esta proporción se eleva a alrededor del 90 %.67 Por ejemplo, los diez
ríos más grandes en el área del Hindú Kush–Himalaya abastecen ellos solos las
necesidades de agua dulce del 20 % de la población mundial; el monte Kenia,
solamente, también suministra agua a siete millones de personas.7

Sin embargo, el cambio climático puede estar alterando los patrones de


precipitación, incluida su distribución estacional y las capacidades de control del
ecosistema. El retroceso de los glaciares reduce la capacidad de almacenamiento en
agua dulce.7 Además, la explotación de áreas montañosas, particularmente a través
de la deforestación, debilita su ecosistema y promueve la escorrentía de la
superficie que entraña deslizamientos de tierra e inundaciones.6 A la inversa, la
irrigación y la retención de agua para la hidroelectricidad aguas arriba
contribuyen a las sequías aguas abajo.6·7

Geología
Origen de las montañas

El Aconcagua (6960,8 m s. n. m.), en los Andes, es la montaña más alta del planeta
fuera de Asia.
El origen de las montañas está en fuerzas endógenas, posteriormente modificadas por
factores exógenos, como la erosión. Las orogénesis — (ὄρος/óros, lit., 'montaña' +
γένεσις/génesis, lit., 'origen', esto es, 'origen de las montañas'104) que han
dejado más huellas en el relieve y en la configuración actual de los continentes
derivan del plegamiento herciniano, en la Era Paleozoica, y del plegamiento alpino,
en la Era Cenozoica. En el Período Cuaternario las glaciaciones han erosionado las
cadenas montañosas, dando lugar a muchos de los paisajes montañosos
característicos. Un ejemplo de formación montañosa terciaria es la cordillera de
los Andes.

En la historia de la Tierra ha habido al menos tres grandes períodos de formación


de montañas:

la orogenia caledoniana, cuyos relieves montañosos se formaron hace 400 millones de


años, como sucede en Escocia (cuyo nombre latino era el de Caledonia), cuyo pico
más elevado es el Ben Nevis.
la orogenia herciniana, con relieves que se formaron hace 270 millones de años,
como por ejemplo, los Urales (con el pico Narodnaya, de 1 873 m s. n. m.), entre
Europa y Asia, y los Apalaches (con el Monte Mitchell, de 2 025 m s. n. m.), en
Norteamérica.
la orogenia alpina, con relieves montañosos elevados formando largas cordilleras,
volcánicas o no, que se formaron hace unos 35 millones de años, como sucede en los
Alpes, en Europa, y el Himalaya, en Asia. Son los relieves más jóvenes y muchos de
ellos todavía se están levantando, resultando además que la erosión ha actuado
sobre ellos durante menos tiempo, por lo que las montañas alpinas presentan las
mayores alturas del relieve terrestre. Ejemplos representativos de este tipo de
montañas son el Mont Blanc, de 4810 m s. n. m., y el Everest, de 8848 m s. n. m..
Procesos orogénicos
Artículo principal: Orogenia

Modelado esquemático de un ciclo orogénico.


Los procesos de formación de los conjuntos montañosos implican frecuentemente
movimientos tectónicos.105 Varios tipos de orogénesis derivan de ellos.106 Las
fuerzas involucradas modifican el equilibrio gravitatorio por desplazamiento de las
masas rocosas y afectan al geoide terrestre.Po. 1

Cuando la litosfera continental se fragmenta y las dos placas comienzan a divergir,


la extensión de la corteza hace que aparezcan fallas normales en el zócalo.Gui. 1 A
nivel de la corteza continental, son lístricos y compartimentan la base del zócalo
en bloques basculados.Gui. 1107 La arista más alta del bloque, directamente debajo
del borde de la falla, constituye la cresta de la formación montañosa, generalmente
con una vertiente más pronunciada que la otra debido al ángulo de inclinación
(buzamiento). Este relieve en hemigraben se observa a nivel de los rifts
continentales, por ejemplo a lo largo del Gran Valle del Rift, y en los márgenes
continentales pasivos.Gui. 1107 Con la aparición de la litosfera oceánica, las
rocas magmáticas remontan a la superficie y forman una dorsal.Gui. 1Po. 2

Cuando dos placas convergen, la litosfera oceánica, más densa, se hunde según un
plano inclinado bajo la litosfera continental al nivel de la zona de
subducción.Gui. 2 Las rocas sedimentarias de la placa oceánica se comprimen en el
borde de la placa superpuesta en el prisma de acreción, mientras que la corteza
continental se espesa hasta formar una cordilleraGui. 2 y las rocas de la litosfera
oceánica, sumergidas en profundidad, se transforman en magma bajo los efectos de la
temperatura y de la presiónPo. 2 y después remontan por infiltración a la
superficie para dar nacimiento a un arco volcánico, como en la cordillera de los
Andes. En el caso de una convergencia entre dos placas oceánicas, se establece un
arco insular a lo largo de la fosa oceánica, como el de las islas Aleutianas.Gui. 2
El volcanismo asociado con una subducción suele ser explosivo. Se encuentra en una
gran parte del Anillo de Fuego del Pacífico.

Si el océano se cierra por completo, la convergencia provoca una colisión


continental manifestada por la creación de una cadena montañosa por plegamiento y
encabalgamiento de una placa sobre la otra.Gui. 2 El zócalo continental está
atravesado por fallas inversas.Gui. 2 Las rocas por encima del zócalo se desprenden
y son acarreadas.108 Los bloques previamente inclinados son sobreelevados.Gui. 2 El
acortamiento horizontal de la corteza terrestre provoca su engrosamiento vertical,
tanto hacia arriba como hacia abajo.Po. 1 La fusión parcial de las rocas en
profundidad produce intrusiones de granito.Po. 3 El cinturón alpino está
esencialmente relacionado con este proceso de colisión y plegamiento. A lo largo de
los márgenes deslizantes, las tierras a ambos lados de la falla transformante se
yuxtaponen, deforman y levantan por fricción entre las dos placas.109110

Representación 3D desde el sureste del macizo Kondyor (en el Krai de Jabárovsk,


Rusia), constituido por un dique
Una pluma mantélica es una elevación de rocas muy profundas llegadas desde el manto
terrestre. Serían el origen del volcanismo de punto caliente, que generalmente es
efusivo.Po. 4 Con el desplazamiento de las placas tectónicas sobre el penacho, que
permanece fijo, las rocas magmáticas forman cadenas montañosas.Po. 2 La cadena de
montes submarinos Hawái-Emperador (de 5800 km) es un buen ejemplo. En el medio
continental, este volcanismo puede provocar efusiones colosales de lava llamadas
traps, como las traps del Decán en el momento del paso del subcontinente indio
sobre el punto caliente de La Réunion.111

Cuando durante uno de estos procesos el magma queda atrapado profundamente, se


forma un plutón. Su intrusión en la corteza terrestre puede tomar la forma de un
batolito, de un lacolito, de un sill, de un dique o de un neck.112113 Luego puede
deformar las capas superiores de la corteza continental, pero el relieve se revela
principalmente por la erosión que conduce a la limpieza de las tierras
circundantes; siendo las rocas que los forman más resistentes, puede aparecer como
una formación montañosa. A veces aislada, puede presentarse como un inselberg.113
El macizo de Brandberg, por ejemplo, presenta muchas de estas características.

Otro fenómeno de levantamiento es causado por la isostasia,114 que no es


estrictamente hablando un proceso de orogénesis; se califica como epirogénesis
(literalmente 'nacimiento de tierra seca' o de 'tierra continental'.115) Es causada
por la erosión, un poderoso agente de distribución de masa o por un rebote
postglaciar.Po. 1114 En ambos casos, la corteza continental se aligera y sufre una
compensación vertical ascendente, llamada anteclisa, de la parte de la
litosfera.114 Si la relación entre la erosión de las cumbres y la erosión de los
valles es positiva, las cimas ganan en altitud.116 Los Alpes escandinavos han sido
considerablemente realzados y rejuvenecidos por este proceso.

Otros fenómenos más marginales pueden dar lugar a relieves de colinas,como las
morrenas dejadas por los glaciares después de su retiro,117 como la morrena de Oak
Ridges en América del Norte o la cordillera lacustre del Báltico en Europa. Lo
mismo ocurre con los cráteres de impacto,118 que pueden presentar un pico central y
sus bordes escarpados, como en el caso del cráter de Steinheim, asociado con el
evento del Ries, y a veces múltiples anillos como el domo de Vredefort, el cráter
más grande conocido en la Tierra (patrimonio de la Humanidad desde 2002).

Erosión y desaparición

Croquis simplificado de un paisaje de montaña glaciar.


La erosión es un factor mayor en la compensación de la orogénesis. Al reducir la
masa superficial de las montañas, participa en el levantamiento de las rocas
presentes en profundidad, causando a su vez su erosión.55119 Al nivel de las
cadenas montañosas jóvenes, es del orden de 200 m por millón de años, mientras que
es cuatro veces más baja de media en el conjunto de los continentes. En ausencia de
elevación, todos los relieves de la Tierra se nivelarían en algunas decenas de
millones de años solamente con la erosión. Por lo tanto, la compensación isostática
es un mecanismo para volver a un estado de equilibrio al eliminar el relieve y la
raíz de la cortezaPo. 1

La meteorización de las rocas involucra a varias formas de erosión. Entre las


formas mecánicas, la termoclastia contribuye a la fragmentación de las rocas por
variaciones de temperatura, y la crioclastia por la intervención además de ciclos
de congelación y descongelación.120 La hidroclastia implica una alternancia de
fases de humectación y de desecado de ciertas rocas que son capaces de absorber el
agua, lo que finalmente conduce a su desintegración.120Th. 2

La erosión fluvioglaciar, bajo la influencia del propio peso del glaciar que se
desliza y desgasta la roca, es responsable de la excavación de los circos y de los
valles glaciares en forma de «U», también de la sobreexcavación de los umbilicales,
que se llenan con lagos glaciares, y de la formación de picos piramidales o incluso
de nunataks.121 La escorrentía suelta y conduce las partículas a través de los
torrentes. La deflación es el fenómeno de la erosión eólica al desnudar el suelo y
la corrosión de las rocas.Po. 5 El producto de estas formas de erosión mecánica se
transporta por acción gravitacional y se deposita por sedimentación —por ejemplo en
forma de morrenas, bloques erráticos, taludes y conos aluviales55— y luego se
transporta nuevamente hasta los océanos. Como resultado, el Himalaya ha perdido
varias veces su volumen actual, transportado principalmente en forma de arenas y
limos hasta el golfo de Bengala, que los acumula hasta 3000 km al sur del delta del
Ganges con un espesor de hasta 10 km.Fr. 1 La principal forma de erosión
fisicoquímica, como parte de los procesos de alteración, es la disolución por el
agua, que afecta principalmente a la caliza y da lugar a paisajes cársticos.122

Formas de erosión glaciar


Vista del valle de Yosemite (California), valle glaciar «en U» surcreusée en el
Cuaternario: paredes de rocas cristalinas intrusivas cretácicas de varios cientos
de metros que dominan el fondo granítico del valle.
Vista del valle de Yosemite (California), valle glaciar «en U» surcreusée en el
Cuaternario: paredes de rocas cristalinas intrusivas cretácicas de varios cientos
de metros que dominan el fondo granítico del valle.

Vista del lago Moraine, en las Montañas Rocosas canadienses: son visibles, al pie
de las laderas detrás del lago, taludes (a la izquierda) y morrenas (en el centro).
Vista del lago Moraine, en las Montañas Rocosas canadienses: son visibles, al pie
de las laderas detrás del lago, taludes (a la izquierda) y morrenas (en el centro).

Vista del Artesonraju en Perú: un pico piramidal cubierto de nieve y de glaciares


característico de la erosión en la alta montaña
Vista del Artesonraju en Perú: un pico piramidal cubierto de nieve y de glaciares
característico de la erosión en la alta montaña

Vista del circo de Gavarnie, circo glaciar donde se precipitan varias cascadas en
los Pirineos franceses.
Vista del circo de Gavarnie, circo glaciar donde se precipitan varias cascadas en
los Pirineos franceses.

Vista del Fitz Roy, en Argentina, con cumbres aceradas que dominan un glaciar y un
lago
Vista del Fitz Roy, en Argentina, con cumbres aceradas que dominan un glaciar y un
lago

Por tanto, los modelos de erosión no explican la rapidez de la desaparición de las


cadenas montañosas a pesar de su levantamiento, ni la cantidad menor de la esperada
de sedimentos acumulados en las cuencas.123 Cuando la convergencia tectónica y la
colisión continental se ralentizan, se produce un fenómeno de relajación (la
tensión horizontal debida a las fuerzas de convergencia cae por debajo de la
tensión vertical litoestática), lo que resulta en la extensión y adelgazamiento de
la corteza.124 De hecho, con su engrosamiento previo, la corteza se hace más dúctil
por las modificaciones térmicas y físicas que ha sufrido. La subsidencia de los
relieves es aún más pronunciada ya que las fallas normales ya atraviesan el centro
de las cadenas montañosas.123125 Entre las hipótesis que explican este fenómeno de
extensión, llamado «convergencia sincronizada» o «post-orogénica», se incluyen la
fluencia con derrame lateral en profundidad, la retirada del panel litosférico
hundido, el desprendimiento por convección de la raíz litosférica y el
desprendimiento del hundido.123 Esta extensión se puede ver en los Alpes123 y en el
Himalaya,126 así como en la provincia geológica de Basin and Range en el oeste de
los Estados Unidos.127128

Una antigua clasificación, derivada del trabajo de William Morris Davis,


clasificaba las cadenas montañosas como tectónicamente «activas», las jóvenes que
presentan generalmente pendientes fuertes y formas afiladas, e «inactivas», las
viejas generalmente con formas más suaves, erosionadas.52

Además, algunas erupciones volcánicas son responsables de la destrucción de los


volcanes, especialmente las erupciones plinianas, freáticas y freatomagmáticas que
tienen los índices de explosividad volcánica más altos. Los más destructivos se
llaman «supervolcanes». En caso de vaciado de la cámara de magma, se forma una
caldera, una gran depresión de orden kilométrico en el lugar de la cumbre.129

Destrucciones eruptivas
Vista del monte Saint Helens unos meses después de la erupción de 1980 después de
haber destripado su cumbre
Vista del monte Saint Helens unos meses después de la erupción de 1980 después de
haber destripado su cumbre

Vista de la caldera del monte Paektu, ocupada por un lago de cráter, entre China y
Corea del Norte
Vista de la caldera del monte Paektu, ocupada por un lago de cráter, entre China y
Corea del Norte
Columna eruptiva del volcán Redoubt, visto desde la península de Kenai (21 de abril
de 1990)
Columna eruptiva del volcán Redoubt, visto desde la península de Kenai (21 de abril
de 1990)

El volcán Mayón, en las islas Filipinas, un estratovolcán que presenta uno de los
conos más perfectos del mundo.
El volcán Mayón, en las islas Filipinas, un estratovolcán que presenta uno de los
conos más perfectos del mundo.

Petrología

Vista anotada de una secuencia de rocas magmáticas de origen oceánico presente en


ofiolita por encima de los 2500 m en el monte Chenaillet.
Debido a la variedad de los procesos de formación, las cadenas montañosas albergan
una gran diversidad de rocas pertenecientes a las tres grandes familias: rocas
magmáticas, sedimentarias y metamórficas.

Las rocas volcánicas de tipo explosivo, félsicas o intermedias, se encuentran en


las cordilleras y en los arcos insulares asociados con las zonas de subducción: son
riolitas, dacitas, traquitas, andesitas y fonolitas.Pa. 1 Las rocas volcánicas de
tipo efusivo, máficas, se encuentran en los volcanes de puntos calientes y en las
dorsales mediooceánicas, principalmente de basalto.Pa. 1Fr. 2 Las rocas plutónicas
son el otro tipo de roca magmática, de tipo intrusivo. Cuando tienen su origen en
el manto, equivalente al basalto, forman gabros y peridotitas presentes en las
dorsales;Pa. 1 en caso de obducción, se pueden encontrar gabros y basaltos en las
ofiolitas en las cadenas de colisión.Fr. 3 Cuando derivan de la anatexia de la
corteza, las rocas plutónicas constituyen granitos, granodioritas, sienitas y
dioritas;Fr. 4 se encuentran en plutones al final de los proceso de subducción y en
las cadenas de colisión, o después de la erosión en las cuencas sedimentarias, en
forma de diques y de láminas (o sills).Pa. 1

Las rocas sedimentarias son comprimidas en los prismas de acreción en el frente de


las cordilleras,Fr. 5 así como en los relieves de pliegues y napas de acarreado de
las cadenas de colisión.Fr. 4 Las más comunes son las calizas, las dolomitas, las
areniscas, las lutitas, las margas, los flysch y las molasas.Pa. 2

Las rocas metamórficas provienen de las rocas sedimentarias o de las magmáticas que
han sufrido metamorfismo debido a las condiciones de calor y presión en la corteza
terrestre, o a su contacto con el magma.Pa. 3 Se encuentran principalmente en las
cadenas de colisión, al nivel de bloques basculados que revelan el zócalo.Fr. 6 Son
principalmente gneis (y ortogneis, salidos del granito o de la riolita, y
paragneis, salidos de las margas), anfibolitas (salidas del basalto), serpentinitas
(de la peridotita), shales (de la lutita), mármoles (de la caliza y de la dolomita)
y cuarcitas (de la arenisca).Fr. 6Pa. 4

Clima
Artículos principales: Clima de montaña y Clima alpino.

Diagrama de la aparición de una sombra pluviométrica.


Debido al gradiente térmico adiabático, la temperatura del aire disminuye de 0.5 °C
a 1 °C cada 100 metros con la altitud, bajo una presión atmosférica normal de
aproximadamente 1000 hPa al nivel del mar.130 La amplitud diaria es mayor, pero la
amplitud anual es menor que en las tierras bajas.130 A veces, principalmente cuando
hay un anticiclón, una capa de inversión puede colocarse en su lugar, invittiendo
el gradiente de temperatura y atrapando las masas de aire frío en los valles.130 La
diferencia de isolación entre la solana y la umbría crea importantes contrastes
térmicos.130

Cuando las masas de aire oceánico, cargadas de humedad, se encuentran con un


relieve, son obligadas a elevarse por encima de la vertiente al viento y, por
relajación, se enfrían, se condensan en forma de nubes espesas, y dan lugar a
fuertes lluvias, a veces en forma de nieve. Ocasionalmente, una vez que se
franquean las crestas, las masas de aire redescienden por la vertiente de sotavento
y se comprimen, creando un efecto foehn. Se recalientan y se secan. La diferencia
de precipitación en ambos lados es llamada sombra pluviométrica.130

Según la clasificación de Köppen, el clima alpino, como el clima polar, corresponde


a zonas donde ningún mes tiene una temperatura promedio superior a 10 °C.131 Su
presencia varía mucho dependiendo de la latitud: en el norte de Suecia, por
ejemplo, en el paralelo 68°N, está presente desde los 650 m de altitud, mientras
que en el Kilimanjaro, cerca del ecuador, está por encima de unos 4000 m.132

Véanse también: Clima de los Alpes y Clima de los Pirineos.


Ecosistema
Artículo principal: Altitud

Distribución de plantas en América equinoccial conforme la elevación sobre el nivel


del mar, hecha por Alexander von Humboldt.
Debido a la disminución de las temperaturas relacionadas con la altitud, todas las
montañas, excepto en las regiones polares, tienen una estadificación altitudinal
que les permite albergar ecosistemas específicos.133134 En los pisos inferiores se
encuentra una vegetación similar a la del llano circundante pero a medida que se
asciende van apareciendo especies más hidrófilas y más resistentes al frío; tras
las últimas especies arbóreas aparece la pradera alpina seguida del roquedo e
incluso la nieve perpetua. Las especies presentes en cada uno de esos pisos y la
altitud a la que están varía según los continentes y también con la latitud. Y
también es desigual según si la vertiente está orientada a la solana o a la
umbría130 y si está al viento o a sotavento.133 De los catorce biomas en los que el
WWF clasifica las ecorregiones terrestres, son tres los total o principalmente
influenciados por la altitud y el relieve:133

las praderas y matorrales de montaña y sus 48 ecorregiones,135


el bosque templado de coníferas y sus 52 ecorregiones,136
y los bosques de coníferas tropicales y subtropicales y sus 15 ecorregiones.137
Distribución de los principales biomas de montaña
Mapa de distribución de praderas y matorrales de montaña
Mapa de distribución de praderas y matorrales de montaña

Mapa de distribución de bosques templados de coníferas.


Mapa de distribución de bosques templados de coníferas.

Mapa de distribución de bosques de coníferas tropicales y subtropicales.


Mapa de distribución de bosques de coníferas tropicales y subtropicales.

Cada ecorregión montañosa presenta una cierta forma de insularización ecológica a


gran escala de especies adaptadas a las condiciones más frías que en las llanuras
y, que a veces encuentran un refugio en las tierras más escarpadas preservadas de
las actividades humanas.133 Muchas de estas especies son relictas: invadieron las
montañas templadas al final del último periodo glaciar, con la reducción de los
biotopos fríos. En las zonas intertropicales, esta diferenciación es más
antigua.133 El aislamiento de especies y su evolución133 contribuyeron al hecho de
que las montañas alberguen casi la mitad de la biodiversidad mundial.9
La calidad del suelo es un factor adicional que perturba la estadificación
altitudinal. Son generalmente poco espesos en las partes más elevadas de las
montañas debido a la erosión glaciar y fluvial (escorrentía), a la pendiente
(deslizamientos de tierra) y a la termoclastia. Las plantas no disponen del
nitrógeno necesario para su desarrollo.133 En las partes intermedias de las
montañas, donde la descomposición y la meteorización son más activas, y las partes
inferiores, donde los productos de la erosión y los nutrientes se acumulan, su
crecimiento es por el contrario favorecido. A nivel local, debido a los suelos
fríos y húmedos, se pueden establecer turberas y por la acidez del medio,
contribuir a la biodiversidad.133 Los depósitos de material eyectado han construido
especialmente a espesar y fertilizar los suelos en las zonas volcánicas.133

Vista del rango altitudinal en la vertiente norte de los Alpes lepontinos sobre
Obergesteln: piso subalpino (bosque de coníferas), piso alpino (pradera alpina) y
piso nival (roquedos y neveros).
Uno de los marcadores del rango altitudinal es la línea de árboles, que aparece en
todas las zonas montañosas con la excepción de los desiertos calientes y fríos
donde están ausentes. Por encima de este límite, en el piso alpino, las condiciones
climáticas son demasiado rigurosas y el período de vegetación demasiado corto, así
como la insolación es demasiado intensa, para permitir su desarrollo; son
reemplazados por arbustos de cremimiento lento y plantas herbáceas.133 Estos tienen
un período de crecimiento y de floración a veces limitado a los tres meses después
del invierno en las regiones templadas, mientras que en las zonas intertropicales
el crecimiento solo se ralentiza en la estación seca.133 El acolchado y la
presencia de un plumón sobre las hojas son formas adaptadas contra el frío.134 La
línea de árboles se sitúa a la altitud aproximada en la que la temperatura promedio
del mes más cálido es de 10 °C, casi independientemente de la latitud.133 En el
piso nival solo sobreviven unos pocos musgos y líquenes.134 A pesar de la
insularización ecológica, se encuentra una diversidad de especies botánicas
comparable en los pisos alpinos de todo el mundo y géneros similares a latitudes
equivalentes.133 Incluso cuando los géneros encontrados son diferentes,
especialmente en las zonas intertropicales, presentan una estrategia evolutiva
convergente, como las de las especies Espeletia y Puya en los Andes septentrionales
o las de Dendrosenecio y Lobelia en el África oriental, o en otros, incluso en las
islas de Hawái y de Java, que mantienen sus hojas muertas, lo que les permite
luchar contra el frío.133

Vista de una cabra salvaje de los Alpes en el parque nacional Hohe Tauern.
En los bosques templados del hemisferio norte, las coníferas dominan el piso
subalpino con pinos, abetos, piceas, alerces y enebros. Algunos bosques son mixtos
y presentan una porción de planifolios (abedules, alisos, sauces, hayas, etc.).133
134 Las ericáceas son características de los sotobosques, generalmente húmedos y
con estratificación vertical, así como de las landas.133 Los bosques templados del
hemisferio sur están dominados por planifolios en las montañas, como las especies
de eucalipto y de Nothofagus.133 En las zonas intertropicales, las montañas se
caracterizan por un bosque nuboso de especies de hoja perenne. El género Polylepis
se encuentra principalmente en la cordillera de los Andes, a nivel de la línea de
árboles y por encima.133

Las especies animales están menos limitadas por la altitud y las condiciones
climáticas. Su presencia en las montañas refleja más que la flora su distribución
regional.133 Si algunos grandes mamíferos (caprinos, ciervos, llamas, lobos, osos,
leopardos de las nieves, puma, vicuñas, yaks), y otras marmotas o pikas, se han
convertido en emblemáticos de la montaña, se debe principalmente a la presión
ecológica ejercida por las actividades humanas.133134 Muchas aves y pájaros tienen
un comportamiento adaptado a las praderas abiertas y a las paredes rocosas de las
montañas: cóndores,133134 águilas, halcones, buitres.134 La migración y la
hibernación son estrategias de adaptación.133134

Véanse también: Flora de los Alpes, Flora de los Pirineos, Fauna de los Alpes,
Fauna de los Pirineos y Fauna del Jura.
Población
Artículos principales: Adaptación humana a gran altitud y Efectos de la altitud en
los humanos.

Pintura titulada Les Tisserandes (2012) que muestra una escena de la vida de los
quechuas en las montañas andinas
En las zonas templadas, las montañas generalmente se consideran un ambiente rudo e
incluso hostil, y de hecho, están menos pobladas que las llanuras que gozan de un
clima más favorable.130138 La presión más baja del aire, el clima más duro, la
hidrología más irregular obligan a los organismos a adaptarse. Además, las
vertientes mal expuestas al sol y la importancia de las pendientes hacen difícil
una explotación agrícola.139 Sin embargo, en la zona intertropical, las montañas
ofrecen condiciones climáticas más favorables que las regiones áridas que
generalmente las rodean: en las montañas de los Andes, en África o en la meseta
tibetana, las personas adaptaron su forma de vida y aprovecharon el entorno de las
montañas, a veces hasta el punto de ver florecer civilizaciones desarrolladas.130

Vista de una familia sherpa en hábitats tradicionales.


Así, en el 2000, la población que vivía por encima de una altitud de 1220 m se
estimó en un 10.2 % de la población mundial,140 con una densidad de 20,7 hab./km²
(incluidas las regiones polares),3140 con tres zonas principales, en el Gran Valle
del Rift, en Yunnan y en la aglomeración de la Ciudad de México.140 Por encima de
los 2130 m, es de alrededor del 3 %, esto es, una densidad de 12,8 hab./km².140 Al
mantener un criterio de altitud de 1000 m, relativamente cerca del primero, y al
agregar un criterio de pendiente para los terrenos entre esa altitud y los 300 m,
según lo definido por el Centro de Monitoreo de la Conservación del Ambiente (UN
Environment World Conservation Monitoring Centre, UNEP-WCMC), la población de
montaña se estimó en un 15 % en todo el mundo, de ella la mitad en Asia y una
cuarta parte en África.3 A mediados del siglo xx, era del 8 %.3 Fue en Europa donde
la tasa de crecimiento fue la de más rápido crecimiento en la década de 1950,
cuando era la más lenta en América Latina.3 En todo el continente americano, esta
población de montaña es esencialmente urbana, agrupada en más del 40 % en
metrópolis con más de 100 000 habitantes.3

Las desigualdades son más pronunciadas en las montañas y los desastres naturales
son más frecuentes en ellas.4 Las principal divisorias de agua entre las grandes
cuencas hidrográficas sirven de fronteras naturales y políticas entre las
poblaciones, particularmente en los países desarrollados, lo que resulta en su
aislamiento y desarrollo de contrastes.130 Los desarrollos ideológicos y
tecnológicos son a menudo más tardíos en las montañas, mientras que las prácticas
religiosas y la ayuda mutua están más arraigadas.139

Historia: descubrimiento, estudio y conquista


Véase también: El pico más alto del mundo

Mapa de reconstrucción del mundo con sus montañas según lo descrito por Heródoto en
sus Historias (siglo v)
La ocupación de los territorios montañosos comenzó en la Prehistoria antigua con la
exploración de los territorios de caza y de recolección. Se transformóen el
Neolítico con una mayor explotación, más diversificada en los recursos y con la
movilidad de las prácticas.141

Las primeras exploraciones registradas de montañas, de los griegos Heródoto y


Anaximandro, o del italiano Petrarca, son obras de eruditos motivados por el deseo
de conocerse a sí mismos.142 Los primeros europeos en aventurarse en las
estribaciones occidentales del Himalaya fueron los soldados de Alejandro Magno,
aunque probablemente nunca pasaron de la ciudadela de Aornos.143 Los griegos, entre
ellos Eratóstenes, Estrabón, Plinio el Viejo y Amiano Marcelino, nombraron a la
cadena Hemodi (o Hemodos, Emodos, Imaos),144 que significa 'cubierta de nieve'.145
Diodoro de Sicilia la identificó con la fuente del Ganges.146

Hay también constancia de algunos ascensos históricos, como, por ejemplo, el del
monje budista En no Gyōja que en 663 ascendió el monte Fuji,55 considerado ya
entonces un monte sagrado.

Vista del monte Aiguille, el «mont Inaccessible» que fue ascendido en 1492 por
orden del rey Carlos VIII de Francia

Alexander von Humboldt et Aimé Bonpland au pied du volcan Chimborazo (1806), obra
de Friedrich Georg Weitsch (1758-1826).

Kilimanjaro (1873), boceto de Charles New. Las montañas nevadas de África Oriental
suscitaban la incredulidad de la comunidad científica que no esperaba encontrar
nieves eternas en esas latitudes.
En el siglo ix, el monje y geógrafo irlandés Dicuil, estableció en el tratado De
mensura Orbis terrae} una lista de las seis montañas más altas conocidas hasta ese
momento: el Olimpo, el Athos, el Atlas, el Pelión, los Alpes y el Solurius, la
supuesta culminación de la península ibérica.Th. 3 La geografía medieval, con
autores cristianos y árabes como el geógrafo Ibn Hawqal, concebía las montañas como
la obra de Dios que deseaba darle a la Tierra un «armazón».147 Avicena, en el siglo
xi, daba dos causas geológicas para la formación de las montañas: los terremotos,
que las elevarían del suelo y, en menor medida, la erosión que dejaría intactos los
relieves más duros.148 Sus obras fueron enmendadas en el siglo xii por Alberto
Magno.Th. 4 Restoro d'Arezzo también emitió una teoría sobre el origen de las
montañas: tendrían por causa una forma de atracción de parte de las estrellas.149
Jean Buridan, en el siglo xiv, fue uno de los primeros en estar interesado en la
propia altitud de las montañas.Th. 5 La historia de la conquista de las montañas en
Occidente conserva la historia de algunas ascensiones notables, como la del rey
Pedro III de Aragón que en 1285 coronó el pico Canigó (2784 m); la del poeta y
humanista italiano Petrarca, que describió el extraordinario panorama ofrecido
desde la cumbre del monte Ventoux, que habría ascendido el 26 de abril de 1336; la
de Bonifacio Rotario (de Asti), que el 1 de septiembre de 1358 ascendió el monte
Rocciamelone (3538 m), que en esa época se creía era la cima de los Alpes, para
depositar una representación de la Virgen en agradecimiento por sobrevivir a su
cautiverio en Tierra Santa durante las Cruzadas, y que el registro más antiguo de
una escalada de montaña; la de Antoine de Ville y sus compañeros el 26 de junio de
1492, por orden del rey Carlos VIII de Francia, que coronaron la cima del monte
Aiguille (2087 m), el considerado «mont Inaccessible»Th. 6 y que gozaba de una
mayor popularidad en su tiempo que los gigantes de los Alpes, ignorados por la
mayoría; o la de Francesco De Marchi y Francesco Di Domenico que en 1573
ascendieron el Corno Grande, la cima de los Apeninos.

Para los autores del Renacimiento, las montañas eran tanto el resultado de la
erosión (Leonardo, Agrícola, Palissy) como relieves cuya existencia se remontaba a
la creación de la Tierra.150 Ya en 1524 el suizo Aegidius Tschudi cruzó los cols de
los Alpes centrales —Septimer, San Gotardo, Furka, Grimsel y Gran San Bernardo— y
relató una historia que trascendió las fronteras.138 Tres décadas después, su
compatriota Josias Simmler reveló al público la existencia de glaciares en el que
fue el primer libro dedicado por completo a los Alpes, De Alpibus commentarius
(1574).138 La historia natural de los siglos xvii-xviii inauguró la aproximación
científica a las montañas con las «teorías de la Tierra».147 Jean-Jacques Rousseau
descubrió los Alpes por el consejo de su botánico, precedido en su andares por
Joseph Pitton de Tournefort en el monte Ararat, de Pierre Bouguer y Charles Marie
de La Condamine en los Andes ecuatorianos; Marc Antoine Louis Claret de La
Tourrette, que mantuvo una correspondencia con Rousseau, amplió este trabajo en el
Pilat, Dominique Villars en el Dauphiné y Louis Ramond de Carbonnières en los
Pirineos.138 El naturalista Jean-Louis Giraud-Soulavie describió en 1780 el clima
de montaña en la Histoire naturelle de la France méridionale147 y el escalonamiento
de la vegetación en la parte meridional del macizo Central;138 Philippe Buache
cartografió las montañas de todo el mundo en Essai de géographie physique en
1752.147 Alexander von Humboldt hizo un aporte importante: amante de la montaña,
subió a varios picos notables, especialmente el Chimborazo, considerado en ese
momento «el pico más alto del mundo». Determinó en particular unas «tablas de
alturas» para las asociaciones vegetales y superó las causalidades lineales de los
naturalistas anteriores para hacer de la montaña un ambiente en el que no buscaba
estudiar su particularidad regional, sino de acuerdo con los principios de la
geografía general.138151 Como Rousseau y Carl Ritter, Humboldt también estaba
interesado en la organización social de las poblaciones de montaña; este último
escribió: «La configuración del suelo en el sentido de altura [...] puede jugar un
papel importante en el dominio del hombre. Todo lo que hace nacer una variedad
cualquiera de formas en un punto de la superficie terrestre (cadena de montaña,
meseta...), todo accidente del suelo imprime un caché particular al estado social
del pueblo que lo habita».138152 Más adelante, Gottlieb Sigmund Gruner, Marc-
Théodore Bourrit, Jean André Deluc y su hermano Guillaume-Antoine, Pierre Bernard
Palassou y Louis Ramond de Carbonnières abordaron la alta montaña desde la
perspectiva de su geología.138

Vista de la cara este del Cervino, con la arista del Hörnli ascendida el 14 de
julio de 1865 por Edward Whymper, Charles Hudson, Francis Douglas y Douglas Hadow,
con Peter Taugwalder padre e hijo y Michel Croz (ver: Grandes caras norte de los
Alpes.
Con la misma óptica, en 1786 el ginebrino Horace-Bénédict de Saussure,138 ofreció
una prima al primero que ascendiese al Mont Blanc; el guía Jacques Balmat y el
médico chamoniard Michel Paccardl llegaron por primera vez a la cumbre el 8 de
agosto. El mismo Saussure lo consiguió al año siguiente, y con su relato,
popularizó la práctica del alpinismo en Europa.153 La edad de oro de la conquista
de los Alpes tuvo lugar entre 1854 y 1865 bajo el impulso de los británicos.
Durante esa década se realizaron una gran cantidad de primera ascensiones de
cumbres importantes, hasta concluir con la conquista del Cervino55 el último
«gigante» alpino invicto, siendo la Meije finalmente ascendida en 1877.154155

Las noticias sobre la existencia de montañas nevadas del África Oriental suscitaban
la incredulidad de la comunidad científica que no esperaba encontrar nieves eternas
en esas latitudes. El Kilimanjaro fue descubierto en 1848 por Johannes Rebmann, el
monte Kenia en 1849, por Johann Ludwig Krapf y el Ras Dejen en 1841, por Antoine
d'Abbadie d'Arrast, pero que no reveló su existencia hasta 1849.138

La exploración geográfica y el levantamiento cartográfico del Himalaya comenzaron


verdaderamente en el siglo xix con el trabajo notable del Gran Proyecto de
Topografía Trigonométrica (Great Trigonometrical Survey) dirigida primeramente por
George Everest, desde 1830 hasta 1843, pero que casi tomaría un siglo finalizar.143
Las tentativas de conquista de los altos picos se acometieron después de la Primera
Guerra Mundial pero, aunque se conquistaron varios «7000 miles» y se superó la
barrera de los «8000 m» durante la expedición al Everest de 1922, ninguna cumbre de
esa altitud se logró. Después de la Segunda Guerra Mundial, de 1950 a 1960, gracias
a la apertura política y a la ayuda de los pueblos sherpas y hunzas, trece de los
catorce picos de más de 8000 m fueron ascendidos, ya que China reservó el
Shishapangma, totalmente en su territorio, hasta 1964.154 (Ver: Anexo:Primeras
ascensiones).
La geografía vidaliana de finales del siglo xix y comienzos del xx, se centró en
las interacciones entre los hombres y el medio natural.147 A partir de la enseñanza
de Paul Vidal de La Blache, padre de la geografía regional francesa, los geógrafos
de la escuela francesa, sea en tratados o manuales de geografía física general o en
artículos (desde De Martonne, en 1909, hasta Pierre Pech y Hervé Regnauld, en 1994,
pasando por Jules Blache, en 1933, y Pierre Deffontaines, en 1947) consideraron ya
la montaña como una disposición de procesos y de factores que se convirtieron en
objetos mismos de investigación científica.147

El conocimiento de la montaña ha estado marcado durante mucho tiempo por el uso de


estereotipos: los Alpes, en particular, como paradigma de cadena o de región
montañosa; el piso alpino, como prototipo de piso ecológico; y la trashumancia como
tipo de modo de vida de montaña. Luego, las investigaciones comparadas
protagonizaron las monografías y las obras generales se hicieron más raras.
Humboldt, que había explorado los Andes al mismo tiempo que Thaddäus Haenke, es a
veces considerado como el precursor de la investigación comparada en la montaña.4
Estas, con Carl Troll definiendo las reglas,4 se convierten en un objeto de
investigación que moviliza progresivamente a la comunidad científica internacional.

El International Biological Program de los años 1970, basado en la modelización de


los procesos naturales, y el Programa sobre el Hombre y la Biosfera llamado Study
of the impact of human activities on mountain156 movilizaron a especialistas muy
diferentes en áreas geográficas para iniciar un análisis comparado de los sistemas
de montaña. En la década de 1990, a raíz de la Cumbre de Río y de la Agenda 21, la
montaña, identificada como un ecosistema frágil, se convirtió en objeto de atención
internacional de la comunidad científica, de las organizaciones no gubernamentales
y de las instituciones.147 La investigación mundial sobre las áreas montañosas está
condicionada al análisis de los problemas involucrados y a la implementación de
medidas concretas específicas en materia de protección del medio ambiente y de
conservación de las culturas locales, es decir, en el desarrollo sostenible (con
desafíos para las sociedades y economías posteriores: gestión de los recursos
hídricos, limitación del riesgos ambientales), etc. Además, algunos científicos han
llamado recientemente a fundar una «montología» y a desarrollar una reflexión sobre
los paradigmas de la montaña,157158 peculiarmente en términos de servicios
ecosistémicos.159

Actividades
Agricultura

Las terrazas de cultivo constituyendo los campos de arroz de las cordilleras de


Filipinas, patrimonio de la Humanidad desde 2005.

Vista de un paisaje de media montaña en los Alpes suizos con el Augstmatthorn (2137
m) en el fondo. El desbroce participa en la apertura de los prados alpinos.
Las prácticas tradicionales del cultivo y de la cría de ganado, así como el
reciente abandono de las zonas montañosas, han configurado los actuales paisajes
montañosos desde la zona templada hasta la zona intertropical.160 La montaña es el
lugar de muchas actividades económicas del sector primario y de otras de mera
subsistencia, como el pastoreo trashumante, que consiste en llevar a ovinos,
bovinos, caprinos, llamas, alpacas, vicuñas o yaks a los pastos durante el verano,
para la producción de queso, leche, carne y lana (como la cachemira). El pastoreo
generalmente se establece en el piso alpino, donde hay biotopos de praderas
alpinas, de puna, de páramo, etc. La cría estacional también se realiza en este
piso o en algunas de las vertientes, debido a un ambiente demasiado árido,
demasiado frío, poco soleado o demasiado empinado para la agricultura
productiva.Sac. 1161

Los cultivos de montaña también tienen una agricultura tradicional importante,


centrada en la patata, la cebada y el trigo sarraceno, que se pueden cultivar en
altitudes de 4000 a 4500 mSac. 2 en los Andes y el Himalaya. La cebada es el
cultivo más común en esas altitudes en los Himalayas antes de la introducción de la
patata, mientras que esta última lo fue antes en los Andes, anterior al cultivo de
coca. Otras plantas tienen menor adaptabilidad altitudinal como el maíz, el trigo y
la alfalfa, que aun así se pueden cultivar en los mejores sectores andinos e
himalayos a altitudes superiores a 3000 m.Sac. 3 Las especies y variedades
originarias de climas tropicales de baja y media altitud, como el arroz, el café y
el té, tienen áreas de crecimiento en altitudes medias de hasta aproximadamente
2000 m. El cultivo en terrazas permite irrigar los suelos en pendiente, evitando la
escorrentía y luchar contra su erosión.55 Está muy extendido en vastas regiones
montañosas del mundo: en Asia, especialmente en el Sudeste, en la cordillera
andina, en África y hasta en la cuenca mediterránea (restanques en Provenza).162

Al igual que la agricultura, la silvicultura da forma a los paisajes de montaña y


además proporciona caminos de acceso y mantenimiento de las áreas recreativas.
También asegura la preservación de las esencias locales.8 El desbroce, practicado
con generalidad en muchos lugares y épocas, a diferencia de la silvicultura, no
tuvo ni tiene por objetivo un uso sostenible de los bosques, sino que pretendía
abrir parcelas cultivables y pastos para los rebaños.163

Hidroelectricidad
Véase también: Historia de la producción hidroeléctrica

Vista de la presa de la Grande-Dixence, la presa de gravedad más alta del mundo, en


los Alpes de Valais, Suiza.
Las caídas y saltos de agua hicieron posible, gracias a la energía mecánica, hacer
girar las turbinas hidráulicas. Fueron utilizadas desde la década de 1830 para
satisfacer las necesidades de la industria del papel, especialmente en los Alpes,
donde había las materias primas disponibles: agua y madera. En 1882, Aristide
Bergès, quien inventó la fórmula de la hulla blanca, construyó un embalse en el
lago del Crozet en la cadena de Belledonne, instaló un conducto forzado con una
caída vertical de 500 m para conectarla a sus fábricas en Lacey y acoplarla a su
turbina, una dinamo Gramme.164165 Así, al acoplar un generador eléctrico a una
turbina, fue posible producir energía hidroeléctrica. Las presas se utilizaron para
almacenar una energía potencial de peso. La topografía de las montañas y la altura
de la caída hacen que sean lugares muy adecuados para la construcción de represas
hidroeléctricas y para la formación de lagos artificiales.

Turismo y ocio

Vista de excursionistas caminando en el parque nacional Torres del Paine en Chile

Estaciones de esquí en el mundo por país

Mapa de localización de las estaciones de esquí en el mundo


Artículo principal: Turismo de montaña
La convivencia con las prácticas tradicionales agrarias y silvícolas de nuevas
actividades económicas, como el turismo, están dando nuevos potenciales a los
territorio de montaña. Proporcionan un ambiente favorable para el deporte, el
recreo y el descanso. Sin embargo, requieren de infraestructuras de transporte y, a
veces, de alojamientos, así como de servicios no sempre compatibles con las
recientes protecciones medioambientales.8

La montaña es un espacio cada vez más transitado. Anteriormente, a grandes


altitudes, eran el dominio exclusivo de los pioneros del alpinismo, pero ahora cada
vez son más ampliamente visitadas. Sin embargo, la montaña no es un área de
recreación ordinaria y segura: los riesgos de las pendientes pronunciadas y los
terrenos inestables (placas de nieve que probablemente evolucionen en avalanchas,
derrumbes y deslizamientos de tierra, flujos de lodo, crevasses, simas, etc.); y
los fenómenos meteorológicos que evolucionan en las zonas montañosa muy rápidamente
y con frecuencia intensamente.166 Los rescates de montaña se utilizan para ayudar a
los enfermos y a las víctimas de accidentes o enfermedades, con frecuencia con la
ayuda de helicópteros.

El modelo económico de los complejos de deportes de invierno se basa esencialmente


en el servicio de remontes y mantenimiento de pistas, en el entrenamiento de
actividades en la nieve, en el alquiler de equipos, y en el alojamiento y servicios
de alimentación. Hay en el mundo 3595 estaciones de deportes de invierno en 80
países,167 y en 2016, de ellas unas 2000 disponían al menos de cinco remontes
mecánicos que se distribuían en 66 países, mayoritariamente en el hemisferio norte.
Solo Chile, Argentina, Sudáfrica, Lesoto, Australia y Nueva Zelanda tienen
estaciones en el hemisferio sur. El 47 % están en Europa occidental —el 35 % solo
en los Alpes—, el 21 % en América, el 19 % en Asia-Pacífico y el 13 % en Europa del
Este y Asia Central.168 Además de los Alpes, las cadenas montañosas con más
estaciones son los Cárpatos, los macizos del centro de Alemania, los Sudetes, los
montes Apalaches, los Alpes escandinavos, las montañas japonesas, las montañas de
la cadena costera del Pacífico y las Rocosas.169 Los países que cuentan con más
estaciones son Japón (547), Alemania (498), Estados Unidos (470), Francia (325),
Italia (349), Canadá (288) y Austria (254), Suiza (194) muy por delante de otros
países168 (España (35), Chile (19) Argentina (18) y Bolivia (1).167 Sus dominios
esquiables ofrecen oportunidades para la práctica del esquí alpino,Alpin 1 del
snowboardAlpin 2 y otras formas de esquí acrobático en pistas acondicionadas, así
como del esquí nórdico en terrenos más ondulados.Alpin 3

Las raquetas de nieve permiten desplazarse sobre la nieve tanto en la montaña como
en la llanura, en plena naturaleza o sobre senderos balizados.Alpin 4 El esquí de
montaña, ya sea como ocio, es decir, esquí de travesía,Alpin 5 o en su forma
competitiva, esquí-alpinismo,Alpin 6 que se lleva a cabo en pendientes muy
pronunciadas fuera de las estaciones utilizando en el ascenso pieles de foca
pegadas bajo los esquís para evitar el retroceso ladera abajo.

El alpinismo, del que deriva el esquí de montaña y toma prestadas técnicas de


progresión, es evolucionar en alta montaña, con la ayuda de cuerdas, arneses,
crampones y piolets.Alpin 7 Se desarrolló a partir de mediados del siglo xix.55 El
guía de montaña es un profesional formado para supervisar a los alpinistas
aficionados, especialmente en la alta montaña. Algunas décadas después, el
alpinismo dio origen a la escalada, con el objetivo no ya alcanzar las cumbres,
sino de trepar por vías graduadas según su dificultad por paredes verticales o en
rocas con las manos desnudas. En el medio natural, se practica principalmente en
verano.Alpin 8 Las vías ferratas se distinguen por el hecho de que las paredes
están permanentemente equipadas con escalas, puentes tibetanos y cables metálicos
para el aseguramiento constante.Alpin 9 La escalada en hielo, que apareció en la
década de 1970, y que consiste en ascender por pendientes heladas,Alpin 10 y el
dry-tooling, nacido a finales de la década de 1990 en paredes de roca,Alpin 11
utiliza el equipamiento del alpinismo pero con las técnicas de escalada.

En las zonas de baja y media montaña, cuando la progresión ofrece poca dificultad,
es posible practicar senderismo por senderos, generalmente antiguos caminos
tradicionales.Alpin 12 Cuando se realiza durante varios días y en regiones
particularmente salvajes, se habla de trekking.Alpin 13 Las noches que marcan las
caminatas durante varios días se pueden pasar en refugios de montaña o en vivac,
como en el alpinismo. El trail es una forma de carrera a pie de larga distancia
hecha por un sendero, a menudo en el medio de las montañas, mientras que la carrera
de montaña se practica fuera de los senderos. La bicicleta de montaña (MTB) es la
práctica del ciclismo en zonas montañosas.Alpin 14

El vuelo en ala delta, un ala triangular bajo la que el piloto está colgado sobre
el vientre, o en parapente, bajo el que está sentado,Alpin 15 requiere lanzarse
desde un relieve después de tomar un poco de velocidad y permite disfrutar de la
aerología propia de las montañas. La speed riding es un derivado del vuelo en
parapente conjugado con un par de esquís que permite al practicante descender por
una montaña tan rápido como le sea posible, rozando sus laderas, alternando el
vuelo y el deslizamiento. El paralpinismo es una disciplina de salto BASE que
consiste en saltar desde lo alto de un acantilado y luego abrir el paracaídas.Alpin
16

Los torrentes permiten practicar el barranquismo avanzando por desfiladeros y


cascadas, alternando resbalones, saltos en cuencas naturales y descensos en
rápel.Alpin 17 El piragüismo, incluyendo el rafting, es descender las corrientes en
embarcaciones propulsadas por un remo. La vocación de la espeleología es explorar
las redes subterráneas, particularmente en los macizos kársticos.Alpin 18

Actividades invernales
Uno de los grandes dominios esquiables alpinos, Val Thorens
Uno de los grandes dominios esquiables alpinos, Val Thorens

Esquiadores de travesía, ascenso al Scheiblingstein a través de Lange Gasse.


Esquiadores de travesía, ascenso al Scheiblingstein a través de Lange Gasse.

Escaladores ascendiendo al Mount Rainier, Washington. Entre la niebla, el Little


Tahoma
Escaladores ascendiendo al Mount Rainier, Washington. Entre la niebla, el Little
Tahoma

Vista de un parapentista sobre un mar de nubes después de despegar de Brévent, en


Chamonix-Mont-Blanc
Vista de un parapentista sobre un mar de nubes después de despegar de Brévent, en
Chamonix-Mont-Blanc

Protección medioambiental
Las zonas montañosas albergan una importante biodiversidad con un frágil equilibrio
ecológico.8 Representan alrededor del 30 % de las áreas terrestres protegidas.9
Fuera de la Antártida, 1710 al 18 %170 de las áreas montañosas están protegidas, un
poco más que el promedio del 12170 al 15 %171 de todas las áreas terrestres, pero
en Eurasia y en África, representan solo del 10 al 15 % del área montañosa frente
al 23 al 32 % en los otros continentes.170 De las 4000 áreas clave de biodiversidad
censadas en montaña en el mundo, solo el 20 % están total o parcialmente
protegidos.10 La protección de las montañas ha sido reconocida como un objetivo
principal para el desarrollo sostenible en la Cumbre de Río en 1992.172

Vista del glaciar de Aletsch, el glaciar más largo de los Alpes, ahora protegido
como parte del sitio del patrimonio de la Humanidad de la UNESCO «Alpes suizos de
Jungfrau-Aletsch» (2001)
En la cultura
En las artes
Véanse también: Cine de montaña y Lista de obras de montañismo.

Ocho momentos de la Chanson de Roland (iluminación).

Tempestad bajo la cima (ca. 1823), la n.º 32 de las Treinta y seis vistas del monte
Fuji de Hokusai (1760-1849)
En la mitología céltica irlandesa, la montaña era un lugar maravilloso asociado al
sidh, al Otro Mundo, donde permanecían los Tuatha Dé Danann, habitantes míticos de
la isla;Th. 7 también era un lugar de sepultura.Th. 8 Desde la antigüedad, la
poesía didáctica, por ejemplo en los escritos del geógrafo y poeta Avienus, en
Description de la terre, evocó misteriosos paisajes montañosos, pero en un estilo
muy normalizado.Th. 9 La montaña tenía una imagen colosal, tanto en la mitología
griega, con Atlas, como en el cuento de caballería de Chrétien de Troyes, Yvain, el
Caballero del León, en el siglo xii. En la canción de gesta apareció el mito de la
montaña hueca, como el volcán Etna donde residirían el rey Arturo y su corte, o el
Untersberg donde, según las versiones, Carlomagno o Barbarroja esperarían cada cien
años su resurrección.Th. 10 También se menciona la montaña en la Chanson de Roland,
en los Pirineos, en el Aspremont, la montaña homónima ubicada en el extremo sur de
los Apeninos en Calabria, o incluso en el le Moniage Guillaume que tiene lugar en
las estribaciones meridionales del Macizo Central: es a su vez épica, espantosa,
aterradora, salvaje, desolada, idílica.Th. 10 La montaña, sus grutas, sus cuevas y
sumideros, por lo general conservaron hasta el siglo xvi una imagen maldita,
«tragando» a los hombres que se aventuraban allí; y los volcanes, en particular,
eran vistos como la boca del infierno en la tradición judeocristiana.Th. 11

La evocación artística de la montaña surgió especialmente en China —donde, asociada


con el agua, simbolizaba el paisaje,Th. 12— y luego en JapónSig. 1 en el siglo
viii,Sig. 2 en particular en la poesía con Man'yōshū.Sig. 3. Era un lugar familiar,
de retiro espiritual, donde se reencontraban con espíritus, incluso al final de la
vida; se observa esta visión en la literatura japonesa de Izumi Shikibu en el siglo
x y hasta hoy, con Yasushi Inoue, Haruo Umezaki, Jirō Nitta y Kenji Nakagami.Sig. 4
El monte Fuji era un símbolo de la pintura, especialmente para Hokusai y sus
Treinta y seis y después Cien vistas del monte Fuji, y en la literatura, por
ejemplo para Kanoko Okamoto,Sig. 5 a la vez montaña sagrada y destino
turístico.Sig. 6

Después, desde el final del siglo xii, la imagen de la montaña comienza a


evolucionar en la literatura occidental, donde se convirtió en el teatro de
hazañas, de descubrimientos, de heroísmo.Th. 13 Así, para Gervase de Tilbury en su
Livre des merveilles del siglo xiii, adquiere una carácter mágico, muy parecido a
la visión celta.Th. 7 Aparece en el fondo de las pinturas en el siglo xv en
Europa,173 posiblemente transmitido a lo largo de la Ruta de la Seda bajo la
influencia de la dinastía Song.Th. 14 Alrededor de 1470, Antonio Pollaiuolo, Andrea
Mantegna, Leonardo da Vinci o Albrecht Altdorfer hacen dibujos científicos desde la
cima de las montañas, mientras se organizan las primeras ascensiones reales.173 La
representación cartográfica de las cadenas montañosas, sin embargo, siguió siendo
durante mucho tiempo una repetición de «ampollas» sin tener en cuenta la
importancia o la distancia entre los relieves.Th. 14 A continuación, la montaña se
impuso más ampliamente en el arte occidental en el siglo xviii.Th. 9Sig. 1173
Journal de voyage en Italie, escrito en 1580-1581 por Montaigne, no se publicó
hasta 1774.Sig. 7 Los Alpes son evocados principalmente en la literatura clásica a
través de los testimonios deTito Livio y de Lucano que transmiten su cruce por
Hannibal. El mito se modernizó cuando Bonaparte cruzó el paso del Gran San
Bernardo.Sig. 7 De hecho, hasta el inicio del siglo xix, la pintura de las montañas
y de paisajes en general, quedó relegada detrás de la pintura de historia, debido a
la jerarquía académica y era una creación predominante de taller, especialmente en
Francia, donde se resistió hasta al romanticismo e incluso al realismo.173 Sin
embargo, se volvió muy popular entre el público.173

Evolución de la representación de la montaña


La Vierge aux rochers (1483-1486), de Leonardo: paisaje de montaña típico
introducido por los pintores renacentistas como fondo
La Vierge aux rochers (1483-1486), de Leonardo: paisaje de montaña típico
introducido por los pintores renacentistas como fondo
El volcán cuyo cono acanalado se levanta tras la cabeza de la Virgen del retablo de
Isenheim (1512-1516) es «...la montaña más bella de la antología alpestre»[174]
El volcán cuyo cono acanalado se levanta tras la cabeza de la Virgen del retablo de
Isenheim (1512-1516) es «...la montaña más bella de la antología alpestre»174

Bonaparte franchissant le Grand-Saint-Bernard (1801), de David: la montaña aparece


como decoración según la tradición clásica.[173]
Bonaparte franchissant le Grand-Saint-Bernard (1801), de David: la montaña aparece
como decoración según la tradición clásica.173

El caminante sobre el mar de nubes (1817-1818), de Caspar David Friedrich (1774-


1840)
Si las montañas conservaron durante mucho tiempo un carácter sagradoSig. 8 —como en
la tradición judeocristiana, con el monte Sinaí y el monte Ararat Th. 15 o en la
tradición budista,Sig. 3—, metafísico y onírico173 o maquiavélico,Th. 9 su
representación pictórica se mantuvo a nivel simbólico. Para P. Budry: «Los artistas
del Cuatrocientos van a hacer un gran consumo de montañas, cada uno a su manera
personal o provincial, de modo mágico (Gozzoli, Lippi, Piero di Cosimo, Basaiti) o
patético (Masaccio, Mantegna, Buonconsiglio, Bellini) o constructivo, como Piero
dei Franceschi, o pintoresco, en fin, como Ghirlandaio o Botticelli [...]. El
volcán cuyo cono acanalado se levanta tras la cabeza de la Virgen del retablo de
Isenheim es sin contradicción la montaña más bella de la antología alpestre»,174 La
precisión de su representación pictórica aumentó gradualmente, adquiriendo maestría
en la representación alpina con el neerlandés Ruisdael» (c. 1628-1682)175 y ya
plenamente con el idealismo, primero en Suiza por Caspar Wolf, luego en Inglaterra
con William Turner y John Ruskin, y finalmente en Alemania, en particular con la
escuela de Dresde, con Caspar David Friedrich, Carl Gustav Carus, Carl Blechen y el
noruego Johan Christian Dahl.173 Esta misma evolución se refleja en la literatura,
por ejemplo, con el trabajo del historiador Jules Michelet, La Montagne, en 1868, o
con Histoire d'une montagne de Élisée Reclus en 1876, que describe tanto la
naturaleza como a los hombres.Sig. 9

Representaciones realistas de la montaña en el romanticismo


Le glacier inférieur de Grindelwald avec la Lütschine et le Mettenberg (1774-1777),
obra de Caspar Wolf
Le glacier inférieur de Grindelwald avec la Lütschine et le Mettenberg (1774-1777),
obra de Caspar Wolf

Das Eismeer bei Chamonix (1825-1827), de Carl Gustav Carus (1789-1869)


Das Eismeer bei Chamonix (1825-1827), de Carl Gustav Carus (1789-1869)

Alpine Pass in Winter with Monks (1833), de Carl Blechen (1798-1840)


Alpine Pass in Winter with Monks (1833), de Carl Blechen (1798-1840)

Near Lyshornet (1836), del noruego Johan Christian Claussen Dahl (1788-1857)
Near Lyshornet (1836), del noruego Johan Christian Claussen Dahl (1788-1857)

Al final del siglo xix la montaña era objeto de una investigación estética, símbolo
del ciclo de la vida en Giovanni Segantini, captadora de la luz para Claude Monet y
Ferdinand Hodler o incluso disminuida bajo los trazos de la montaña Sainte-Victoire
en el caso de 80 obras de Paul Cézanne.173 En la obra de Friedrich Nietzsche, Así
habló Zaratustra, la montaña vehícula incluso los valores de pureza de soledad, de
la meditación, del poder y de la libertad.Sig. 10 Esta visión es ampliada por Jack
Kerouac en En el camino.Sig. 11 En un momento en que cada vez son menos las zonas
montañosas inviolables, el imaginario no está excluido de las publicaciones
científicas de Raoul Blanchard, y varias novelas continúan haciendo una búsqueda de
sentido a las ascensiones: Premier de cordée (1941), de Roger Frison-Roche, Carnets
du vertige (1950), de Louis Lachenal, o incluso Les Conquérants de l'inutile
(1961), de Lionel Terray.Sig. 12 El Tour de Francia también ha participado en el
establecimiento de una mitología popular de la montaña, incluido el ascenso al Mont
Ventoux, y viceversa.Sig. 13

La montaña Sainte-Victoire vista desde Bellevue, obra de Paul Cézanne, ca. 1885:
representación impresionista.
En las películas El gabinete del doctor Caligari (1920), de Robert Wiene, y
Metrópolis (1927), de Fritz Lang, la presencia de la montaña se sugiere en forma
geométrica como un entorno urbano. En Nosferatu el vampiro (1922), Murnau toma
préstamos de Caspar David Friedrich en El caminante sobre el mar de nubes. Al igual
que en la pintura, las primeras apariciones cinematográficas de las montañas reales
se relegaron al rango de decoración, pero con el objetivo de probar que el séptimo
arte era capaz de reflejar la realidad del mundo. Sin embargo, esta voluntad se
enfrentará a la imposibilidad de representar en un mismo campo la inmensidad de la
montaña en su conjunto y la figura humana de los personajes, el tema mismo de la
historia. Así, los primeros westerns se abren a menudo con un campo amplio sobre un
paisaje de montaña que se estrecha gradualmente sobre convoyes, rebaños y siluetas
humanas. Este proceso hacía posible dibujar al personaje y sus supuestos valores en
su entorno. Al reducir el tamaño de la montaña a la figura humana en un mismo
cuadro, el personaje parece estar familiarizado con el paisaje.Sig. 14 A nivel
técnico, un amplio campo sobre un paisaje montañoso completo requería una cámara de
focal corta que acelerase el desplazamiento de los objetos móviles hacia las líneas
de fuga y deformaba las verticales. Para garantizar su integridad, es necesario
colocar señales visuales. Además, las primeras películas no tenían la calidad
necesaria para garantizar los contrastes, al igual que la toma de sonido no podía
adaptarse a las condiciones de filmación en exteriores. La adaptación Premier de
cordée (1945), de Louis Daquin, fue por ello un desafío.Sig. 15 Al colocar la
montaña fuera de campo, en el lugar del espectador, se sugiere su presencia y
permite ofrecer mediante los movimientos de la cámara un amplio panorama visual
sobre una llanura, como en Murieron con las botas puestas (1941) o Río Rojo
(1948).Sig. 16

Finalmente, la generalización de la fotografía aérea logró mostrar fielmente, a


veces con un enfoque documental fuera del ojo humano, la integridad de la montaña,
como en Le Premier Maître en 1965 por Andréi Konchalovski, La balada de Narayama en
1983 de Shōhei Imamura y El oso en 1988, de Jean-Jacques AnnaudSig. 17 La montaña
tiende a ser trivializada por las publicaciones técnicas de los clubs alpinos, por
la mediatización de las hazañas y por documentales como los de Gaston Rébuffat.Sig.
12

En La Montagne, en 1964, Jean Ferrat evoca sin nombrarlas a las Cévennes y realiza
una sinécdoque para hablar sobre la naturaleza en general, que opone al mundo
urbano, lamentando que el hombre se aleje de una forma de vida tradicional, dura
pero auténtica, en un contexto de éxodo rural después de la guerra.176 Para Jean-
Louis Murat, en 1993, en la canción Montagne, es a la vez mujer y amante; opone a
la chaîne des Puys a la llanura de la Limaña.

En la religión y en la mitología
Artículo principal: Montaña sagrada

Shiva, Parvati y Ganesh recibiendo el homenaje de los devas y de los rishis en las
laderas del monte Kailash, en una miniatura india del siglo xviii
Las montañas fueron, y son, un elemento sagrado central en muchas religiones y
creencias,11 y el aspecto más simbólico es su cumbre, porque se identifica como lo
más cercano al Cielo.12 La montaña representa el centro del mundo y el vehículo de
la ascensión al Cielo o de regreso al principio, además de ser el lugar de la
manifestación de lo sagrado (hierofanía) y de lo divino (teofanía). El carácter
místico atribuido a la montaña también depende del hecho de que en su cima, a
menudo cubierta de nubes, se consumaba el matrimonio sagrado (hierogamia) entre el
Cielo y la Tierra.

En las montañas residían los dioses y los espíritus —como en el monte Olimpo en la
mitología griega13—, o fue donde los santos y profetas encontraron a Dios y se
consagraron a su obra,1114 —como Moisés en el monte Sinaí en el judaísmo,15 o
especialmente Jesús en el monte Tabor o Mahoma en Jebel El Nour—. A veces la
montaña se considera el eje del mundo;12 este es el caso del monte Meru —a menudo
identificado con el monte Kailash— en el budismo, el jainismo y el hinduismo, que
hace de él la residencia de Shiva.16

Moïse sur le mont Sinaï, obra de Jean-Léon Gérôme, 1895-1900.


Las montañas a menudo han sido objeto de sustituciones en la práctica religiosa
para permitir la elevación: los zigurats entre los mesopotámicos, las pirámides
entre los precolombinos (o la pirámide escalonada de Borobudur, en Java), o las
torres del silencio entre los zoroastrianos o incluso las columnas de los
estilitas.11 Desde la antigüedad, la montaña a menudo estuvo prohibida para los
simples creyentes —el ascenso al monte Fuji estuvo prohibido a las mujeres hasta
1872— y quedaba reservada para los monjes.11

Para los antiguos griegos, las montañas habían nacido inmediatamente después de la
Tierra (Gaia) y del Cielo (Ouranos), que se separaron de la Tierra justo antes del
mar y se convirtieron en la morada de las ninfas, convirtiéndose inmediatamente en
un medio sobrenatural y divino (zatheon). También fueron el teatro de los amores de
los dioses, como las montañas Latmos y el Ida, y la residencia de las Musas que
vivían en los montes Helicón y Parnaso13 Sin embargo, la montaña (oros), opuesta a
la llanura costera (la polis), no fue más un santuario. Era fértil y fecunda,
poblada por pastores, así como un lugar para los retos; así los centauros del monte
Pelión fueron cazados por Pirítoo, mientras que Edipo, recién nacido fue encontrado
abandonado en el monte Citerón.13 En las laderas de la montaña también estaban las
puertas del reino de los muertos, símbolo del regreso al principio: el vientre de
la Gran Madre.177

Las montañas son omnipresentes en la tradición bíblica: el monte Tabor —el lugar de
la sepultura de Adán—, señala el omphalos, el centro u ombligo del mundo y en su
cima tuvo lugar la Transfiguración de Cristo; el rey David tenía su ciudad en el
monte Sion; el profeta Elías residia en el monte Carmelo; Abraham subió al monte
Moriah con su primogénito Isaac para sacrificarlo a Dios; Moisés recibió las Tablas
de la Ley en el monte Sinaí (u Horeb) y desde la cima del monte Nebo, vio la tierra
de Canaán a la que nunca llegó; el pueblo judío debía pronunciar su bendición en
elmonte Gerizim y la maldición en el monte Ebal; o incluso el monte Ararat, donde
Noé habría encontrado refugio a bordo de su Arca durante el Diluvio universal
(aunque en la Biblia no hay referencias a tal monte).178. Pero fue el Nuevo
Testamento el que instauró la montaña como un lugar de reunión para la gente,
dejando de ser una morada exclusivamente divina.11 Cristo fue crucificado en el
monte Calvario y ascendió a los cielos desde el monte de los Olivos. En la
tradición cristiana medieval, a menudo el Paraíso Terrenal se encuentra en la
montaña del Purgatorio, como en la Divina Comedia de Dante. En la era de la
Contrarreforma católica nacen los Sacri monti entre Lombardía y Piamonte, ejemplos
de una «nueva Jerusalén». En la iconografía cristiana, el Juicio universal del fin
de los tiempos se representa con frecuencia asentado sobre una montaña de nubes. En
Europa, las iglesias y capillas a menudo se construían en las cimas de las montañas
para cancelar anteriores cultos precristianos.179
El hombre ha descubierto muchas veces la santidad natural de las montañas y en
ellas ha materializado su íntima necesidad de trascendencia y de lo sagrado. El
hombre antiguo se acercaba a las montañas después de celebrar ritos de
purificación; en las montañas celebraba cultos y levantaba templos; les asignó
funciones sacras, a veces identificándolas con la divinidad misma —y a menudo, les
incorporó, con ritos propiciatorios, una sacralidad dedicatoria—. Las
peregrinaciones a las montañas sagradas simbolizaban el desprendimiento gradual de
la vida cotidiana y la ascensión espiritual.

Cada año, siguiendo una tradición que se remonta a varios siglos atrás, miles de
personas realizan una peregrinación al monte Kailāsh, conocida por el «Trono de los
Dioses», que se encuentra en una zona muy aislada del Tíbet. Los peregrinos de
varias religiones creen que circunvalar el monte a pie —que está prohibido pisar su
cima — es un ritual que genera buena fortuna. Los hindúes y los budistas creen que
la circunvalación debe hacerse en la dirección horariaj, mientras que los jainistas
y los bönpo lo hacen al revés. Ambos grupos creen firmemente que los demás ofenden
a la montaña, por lo que deben ir un tiempo al infierno, para pagar ese pecado
contra el Señor Śiva. El sendero alrededor del monte Kailāsh mide 52 km de
longitud.

Para el sintoísmo, el monte Fuji en Japón es una montaña sagrada. Ol Doinyo Lengai,
en Tanzania, es considerada la «montaña de Dios», sagrada para los masais, al igula
que el Kilimanjaro. En Indonesia, el monte Agung es una montaña sagrada para los
habitantes de Bali.

En China hay muchas montañas sagradas, en especial las cinco montañas sagradas del
taoísmo —montes Tai, Hua, Heng (Hunan), Heng (Shanxi) y Song— y las cuatro montañas
sagradas del budismo chino —Wutai, Emei, Jiuhua y Putuo.

En Sri Lanka central, el pico de Adán (2243 m) es considerado sagrado por hindúes,
budistas y musulmanes, y es también es centro de peregrinación para cristianos y
judíos. La reliquia sagrada del santuario es una roca con forma de huella, similar
a un enorme pie (de casi dos metros). La leyenda musulmana afirma que es la huella
del pie de Adán, quien fue situado en Sri Lanka (la isla de Ceilán) como el mejor
sitio después del Jardín del Edén. Otros candidatos de otras creencias son Shivá,
Buda y santo Tomás (el apóstol). Al igual que sucede en otras ascensiones
religiosas, suele hacerse de noche por algunas de las muchas rutas con miles de
escalones para contemplar la salida del sol desde la cumbre. La época de mayores
peregrinaciones es abril.

Uluru es la montaña sagrada de los aborígenes qaustralianos que viven en la región,


que creen es el origen de todo lo que conocen. Respetan fervientemente la montaña e
invitan a los visitantes a observarla desde cerca, pero a no ascenderla.

Véase también
Cerro
Cordillera
Volcán
Sierra (geografía)
Cruz de la cumbre
Anexo:Montañas más altas del mundo
Anexo:Volcanes más altos del mundo
Anexo:Picos ultraprominentes del mundo
Anexo:Montañas de la cordillera de los Andes
Anexo:Montañas de África
Anexo:Montañas de Europa
Notas
La RAE define «montaña» como:
*1. f. Gran elevación natural del terreno.
*2. f. Territorio cubierto y erizado de montes.
(y como etimología recoge: Del lat. vulg. *montanea, der. del lat. mons, montis
'monte'.)
El Oxford English Dictionary define «mountain» como:
«una elevación natural de la superficie terrestre que se eleva más o menos
abruptamente desde el nivel circundante y alcanza una altitud que, relativamente a
la elevación adyacente, es impresionante o notable». (a natural elevation of the
earth surface rising more or less abruptly from the surrounding level and attaining
an altitude which, relatively to the adjacent elevation, is impressive or notable."
La Enciclopedia Británica define «mountain» como:
«una forma de relieve que se eleva prominentemente sobre sus alrededores,
generalmente exhibiendo pendientes pronunciadas, un área de cumbre relativamente
confinada y un relieve local considerable. Generalmente se entiende que las
montañas son más grandes que las colinas, pero el término no tiene un significado
geológico estandarizado. Muy raramente las montañas ocurren individualmente. En la
mayoría de los casos, se encuentran en cordillera o cadenas alargadas. Cuando un
conjunto de tales cordilleras está unido, constituye un cinturón de montaña».
(Mountain, landform that rises prominently above its surroundings, generally
exhibiting steep slopes, a relatively confined summit area, and considerable local
relief. Mountains generally are understood to be larger than hillssean, but the
term has no standardized geological meaning. Very rarely do mountains occur
individually. In most cases, they are found in elongated ranges or chains. When an
array of such ranges is linked together, it constitutes a mountain belt.) [1]
El Larousse en línea define «montagne» como:
* Elevación del suelo, natural y muy importante.
* Región de gran altitud, y especialmente lugar de estancia en altitud, para
descanso, vacaciones o deporte.
(Élévation du sol, naturelle et très importante.
Région de forte altitude, et en particulier lieu de séjour en altitude, pour le
repos, les vacances ou le sport). Disponible en línea en: [2].
La Unesco ha declarado 66 bienes Patrimonio de la Humanidad que reconocen y
protegen montes y montañas, bien a titulo individual bien en amplios espacios
naturales que tienen a esos montes como protagonistas:
montes sagrados (11): Santuario histórico de Machu Picchu (1983), Monte Tai (1987),
Nemrut Dağ (1987), Parque nacional Uluṟu-Kata Tjuṯa (1987, 1994), Monte Athos
(1988), Paisaje panorámico del Monte Emei y el Gran Buda de Leshan (1996), Monte
Qingcheng y sistema de irrigación de Dujiangyan (2000), Lugares sagrados y caminos
de peregrinaje en los montes Kii (2004), Monte Wutai (2009), Montaña sagrada de
Sulamain-Too (2009), Fujisan, lugar sagrado y fuente de inspiración artística
(2013), Gran montaña de Burkhan Khaldun y paisaje sacro circundante (2015) y
Fanjingshan (2018);
montes de interés cultural o natural (11): Parque nacional de Lu Shan (1996),
Paisaje cultural de Hallstatt-Dachstein / Salzkammergut (1997), Conjunto de
edificios antiguos de las montañas de Wudang (1997), Monte Wuyi (1999), Monte
Saint-Michel y su bahía (1979, 2007), Paisaje cultural de Mapungubwe (2003), Monte
San Jorge (2003, 2010), Morne Brabant (2008), Wadi Rum (2011), El Paisaje Cultural
de la Serra de Tramuntana (2011), Monte Etna (2013) y Macizo de Ennedi: paisaje
natural y cultural (2016) y Paisaje cultural de Hawraman/Uramanat (2021);
cordilleras o cadenas montañosas (14): Parque de las Montañas Rocosas Canadienses
(1984), Montes Huang (1990), Pirineos-Monte Perdido (1997, 1999), Montañas Doradas
de Altái (1998), Cáucaso occidental (1999), Región de las Montañas Azules (2000),
Alpes Suizos Jungfrau-Aletsch (2001, 2007), Colinas de Matobo (2003), Los Dolomitas
(2009), Ghats occidentales (2012), Tian Shan de Xinjiang (2013), Parque nacional
tayiko (Cordillera del Pamir) (2013), Gran parque nacional de Himalaya (2014) y
Tien Shan occidental (2016);
tipos de montaña en particular (7): Parque nacional de los Volcanes de Hawái
(1987), parque nacional Canaima (tepuyes) (1994), Volcanes de Kamchatka (1996,
2001), parque nacional de Morne Trois Pitons (1997), Zona de Gestión Ambiental de
las Pitons (2004 ), Pitones, circos y escarpaduras de la isla de Reunión (2010),
Sitio tectónico de la cadena volcánica de los Puys y la falla de Limagne (2018) y
Parque Nacional del Vatnajökull – La naturaleza dinámica del fuego y el hielo
(volcanes) (2019);
parques nacionales y áreas protegidas en torno a una gran montaña (25): Parque
nacional de Simen (1978), Parque nacional Virunga (1979), Parque nacional de
Sagarmatha (1979), Kluane/Wrangell-St. Elias/Bahía de los Glaciares/Tatshenshini-
Alsek (1979, 1992, 1994), Parque nacional Durmitor (1980, 2005), Reserva natural
integral del Monte Nimba (1981), Parque nacional de Taï (1982), Parque nacional
Sangay (1983), Parque nacional de las Grandes Montañas Humeantes (1983), Parque
nacional del Pirin (1983), Reserva de la cordillera de Talamanca - La Amistad
(1983), Parque nacional Huascarán (1985), Parque nacional del Kilimanjaro (1987),
Parque nacional de Tongariro (1990), Parque nacional de la Sierra de Capivara
(1991), Parque nacional de los Montes Ruwenzori (1994), Parque Internacional de la
Paz Glacier-Waterton (1995), Parque Nacional/Bosque Natural del Monte Kenia (1997,
2013), Parque de Kinabalu (2000), Parque nacional del Monte Sanqinqshan (2008),
Parque Maloti-Drakensberg (2000, 2013), Parque Nacional del Teide (2007), Parque
nacional de Khangchendzonga (2014), Parque nacional Montes Blue y de John Crow
(2015) y Parque nacional natural Sierra de Chiribiquete (2018).
La toponimia planetaria no permite la traducción, así que el nombre correcto es
Olympus Mons, y no monte Olimpo, pese a lo muy extendido de su uso. Véase:
Nomenclatura planetaria#Normas y convenciones de la UAI.
André Siganos; Simone Vierne (2000). Montagnes imaginées, montagnes représentées.
Grenoble: ELLUG éditions. ISBN 978-2843100178..
Siganos, 2000, p. 8.
Siganos, 2000, p. 13.
Siganos, 2000, p. 45.
Siganos, 2000, p. 47-56.
Siganos, 2000, p. 56.
Siganos, 2000, p. 214.
Siganos, 2000, p. 15-16.
Siganos, 2000, p. 9.
Siganos, 2000, p. 28-29.
Siganos, 2000, p. 277.
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Referencias
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Enlaces externos
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Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Montaña.
Wikisource contiene obras originales sobre Montañas.
Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre montaña.
El Diccionario de la Real Academia Española tiene una definición para montaña.

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