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CONSIDERACIONES DE DISEÑO DE ESTRUCTURAS

HIDRÁULICAS SUJETAS AL FENÓMENO DE EL NIÑO


(Palabras clave: Estructuras hidráulicas, Diseño, Daños, Hidrología, El Niño)

Dr.- Ing. Arturo Rocha Felices


Consultor. Profesor Emérito de la
Universidad Nacional de Ingeniería

1. INTRODUCCIÓN

Cuando en el año hidrológico 1982-83 se presentó con gran fuerza el Fenómeno de


El Niño (FEN) se pensó en los círculos especializados que se trataba de un evento
absolutamente extraordinario, cuya probabilidad de repetición era muy baja. En
algunas publicaciones técnicas de la época se habló de un periodo de retorno
“entre 400 a 500 años”. Sin embargo, quince años después en 1997-1998 se
presentó nuevamente el FEN, también con características de Meganiño. En ambas
oportunidades los daños fueron cuantiosos y numerosas estructuras sufrieron
daños importantes. A esto debe añadirse que en los últimos cinco siglos han
ocurrido diez Meganiños que han causado pérdida de vidas humanas, destrucción
de ciudades, de carreteras, de puentes y de las más diversas estructuras,
incluyendo por cierto, las hidráulicas [3, 6].
Hace años los mayores daños ocasionados por el FEN correspondían a la vida y la
salud de las personas. El Meganiño de 1891 causó 2 000 muertes. A medida que el
tiempo pasa, que el progreso se manifiesta y que se construyen más y mayores
infraestructuras, éstas vienen sufriendo importantes daños al presentarse un
Meganiño; en consecuencia, surge la necesidad de conocer más acerca de las
manifestaciones meteorológicas e hidrológicas del Fenómeno y del
comportamiento de las estructuras, lo que incluye analizar sus fallas y obtener así
información útil para los futuros diseños.
Lo expuesto en el párrafo precedente sería motivo más que suficiente para añadir al
estudio científico del Fenómeno la necesidad de hacerlo desde el punto de vista de
la ingeniería y con aplicación específica a los diseños. En varios trabajos de los
últimos años hemos desarrollado diversos aspectos concernientes al estudio
Fenómeno desde esta perspectiva [2, 3, 4, 5, 6]. Sin embargo, no existe un estudio
sistemático acerca del efecto del Fenómeno de El Niño en las estructuras

1
hidráulicas. El tema es difícil y la respuesta tendrá que encontrarse mediante un
proceso de aproximaciones sucesivas.
Investigaciones recientes han permitido establecer la posibilidad de que los
Meganiños sean eventos relativamente frecuentes. Se calcula a partir del
procesamiento de la información disponible de los últimos cinco siglos que su
periodo de retorno podría ser del orden de 50 años en la costa norte peruana.
Como los Meganiños son eventos hidrometeorológicos estadísticamente atípicos,
es decir, diferentes a los que usualmente se presentan en la serie de máximas
precipitaciones y avenidas, ha sido necesario estudiarlos específicamente y
determinar sus características [2].
De dichas características y de lo observado en los últimos años ha surgido la
necesidad de esbozar, aunque sea preliminarmente, algunas consideraciones de
diseño para las estructuras hidráulicas sujetas al Fenómeno de El Niño. Ese es el
tema de la presente ponencia.

2. EL DISEÑO

El diseño de una estructura no es su simple dimensionamiento. El diseño es la


concepción de la estructura, el análisis de sus objetivos, de su funcionamiento, de
sus problemas, de sus costos y de sus alternativas. El diseño no es la aplicación de
un conjunto de fórmulas, ni mucho menos de un programa o de una norma. El
diseño es el acto creativo por excelencia del ingeniero.
En el diseño normalmente se piensa en las funciones y objetivos de la estructura,
en su capacidad, en su estabilidad, en su costo, en la forma que va a ser
construida, operada y mantenida. Las herramientas de que dispone el ingeniero
proyectista son cada vez mayores y más poderosas. A lo largo del siglo XX se ha
introducido el uso de la computadora, los programas, sistemas y métodos
numéricos. Sin embargo, en el caso particular de las estructuras hidráulicas uno de
los aspectos más importantes del diseño es la determinación de la interacción entre
la estructura y la naturaleza; entre la obra hecha por el hombre y el agua. A este
último punto se refiere esta ponencia.
El Fenómeno de El Niño, especialmente cuando es de gran magnitud y recibe el
nombre de Meganiño, representa un cambio fundamental de las condiciones
naturales existentes. Hay un cambio radical, aunque temporal, del clima dominante.
El Fenómeno de El Niño es un fenómeno natural. No es necesariamente un

2
desastre. Puede ser un desastre en la medida en la que nuestra ocupación del
territorio y nuestras obras sean vulnerables. En muchos casos lo que existe no es
un desastre natural, sino un desastre de improvisación y de acumulación de
errores.
La primera consideración de diseño tendría que ser la aceptación de que el
Fenómeno de El Niño es una realidad. Es una manifestación de la Naturaleza con la
que tenemos que convivir. Ante la imposibilidad de desaparecerlo o atenuarlo como
tal, debemos aumentar el grado de seguridad de nuestras obras, es decir, debemos
disminuir su vulnerabilidad. La disminución de la vulnerabilidad puede implicar
aumento de costos, lo que debe ser evaluado como se hace de ordinario en
cualquier acción de la ingeniería, pero en muchos casos la disminución de la
vulnerabilidad es sólo materia de hacer las cosas mejor con la misma inversión.
Obsérvese que desde el punto de vista del diseño lo fundamental no es el
pronóstico del FEN, al que se viene dedicando tantos esfuerzos, sino la
determinación de la probabilidad de ocurrencia de un evento de determinada
magnitud, que es el dato que se introduce en los diseños.
La observación del comportamiento de las estructuras durante el Fenómeno de El
Niño nos lleva al convencimiento de que otra importante consideración de diseño
debe ser la correcta ubicación de las estructuras, en su más amplia acepción. La
selección de la mejor ubicación no implica necesariamente un mayor costo. El uso
adecuado de la tierra y la planificación resultan fundamentales para la ubicación de
centros poblados, carreteras y todo el conjunto de obras que realiza la ingeniería en
busca de mejores condiciones de vida para la población.

3. LA INFORMACIÓN

Para el diseño se requiere información. Uno de los mayores problemas que enfrenta
el diseñador de estructuras hidráulicas es la necesidad de mediciones, datos y
observaciones. La información proveniente del agua tiene una peculiaridad: el dato
que no se tomó en su oportunidad se perdió para siempre. Las estaciones fuera de
servicio, la falta de calidad en la toma de datos, la ausencia de operadores, todo ello
crea un vacío de información imposible de recuperar y que, desgraciadamente,
corresponde a la realidad que estamos viviendo.
El diseñador enfrenta un grave problema. Tiene que diseñar en el presente, con
datos del pasado, para que la estructura funcione en el futuro. Tradicionalmente

3
sólo se ha considerado como información aquella que provenía de una medición, a
pesar de que sabíamos que podía estar bien o mal tomada. La fuerza del documento
es enorme. ¿Qué hacer para ampliar nuestra base de datos? Lo único que nos
queda es no considerar únicamente los datos llamados históricos (medidos).
Debemos incluir los referenciales. Las series históricas de que disponemos en la
mayor parte de los proyectos son cortas, incompletas y de baja confiabilidad. No
son pocas las oportunidades en las que precisamente las grandes avenidas
originadas por el Fenómeno de El Niño destruyen las estaciones y éstas quedan
fuera de servicio durante varios años.
Para considerar el efecto del Fenómeno de El Niño deberíamos abandonar la idea
de que los únicos datos que existen son los medidos. Hay muchas fuentes de
información que nos permiten conocer aunque sea aproximadamente la ocurrencia
de eventos extraordinarios en el pasado.
El Meganiño de 1982-83 creó un desconcierto desde el punto de vista del análisis de
las series existentes. Además, ciertamente, de la gran magnitud del fenómeno, el
desconcierto se debió a que no había mediciones de los Meganiños anteriores, lo
que se interpretó como falta de datos. No es lo mismo datos que mediciones.
Pero, las preocupaciones con respecto a la Información no se refieren sólo a la
escasez de datos, sino a su baja calidad. Es por eso que en general debemos
desconfiar de la información que se nos alcanza. En los ríos peruanos casi ninguna
avenida ha sido medida. De acá que un estudio hidrológico serio incluye
necesariamente la verificación de los datos. En lo que respecta a las mediciones de
sólidos la escasez es mayor. Sin embargo, en el diseño no podemos confiar en
series muy cortas, pues las posibilidades de error serían muy grandes.

4. RECURRENCIA DE LOS MEGANIÑOS

Lo más característico de los Meganiños que para fines de diseño podemos


establecer en la actualidad es el hecho de que se trata de un evento cuya
probabilidad de repetición en la costa norte es relativamente alta. La reconstrucción
de lo ocurrido en los últimos cinco siglos ha permitido establecer para la costa
norte peruana la aparición de diez Meganiños con un intervalo medio de 47 años
[3]. Se observa que si sólo considerásemos los últimos cuatro Meganiños, acerca

de los cuales existe amplia información, su intervalo sería solamente de 37 años. En


el Anexo N° 1 se aprecia la Relación de Meganiños 1578-2003 [3].

4
Este periodo de retorno tiene que apreciarse conjuntamente con la longitud usual
de nuestras series de mediciones meteorológicas, hidrológicas y sedimentológicas,
las por lo general son muy cortas. En casi todos los casos no incluyen la aparición
de grandes eventos, ya sea porque no ocurrieron durante la época en la que se
tomaron los registros o porque, simplemente, no se midieron. Pero, no podemos
ignorar la realidad: todo indica que tenemos evidencia de la existencia de grandes
Niños en otras épocas. No pueden, pues, ser ignorados. Como el cálculo de los
valores máximos probables es muy sensible a la longitud del registro se debe tener
y usar la mayor cantidad posible de información.
Las mediciones cubren sólo de un modo parcial los eventos ocurridos en las
últimas décadas. La realidad hidrometeorológica es mucho más amplia. Por lo
tanto, de ninguna manera puede ignorarse o dejarse de lado la existencia de
Meganiños en el momento de elaborar las series meteorológicas, hidrológicas y
sedimentológicas. Es un dato no descartable. Del examen de la serie hidrológica
completa, incluyendo los Niños, se obtendrá la información que servirá de base
junto con las consideraciones de proyecto para establecer las condiciones de
diseño en el caso particular de cada estructura.
Naturalmente que hay un serio problema de confiabilidad. Podría argumentarse con
razón al referirse por ejemplo a las avenidas, que no hay datos de los siglos
anteriores y que sólo se tiene descripciones de lo que pudo haber ocurrido. Esto
es cierto, pero también lo es que en la actualidad, a pesar del progreso existente,
prácticamente no existen mediciones de las avenidas fluviales.

5. EL CLIMA DURANTE EL FEN

Las consideraciones de diseño para estructuras hidráulicas sujetas al FEN tienen


que partir de lo observado con respecto a la nueva realidad meteorológica e
hidrológica que se presenta durante los Meganiños. Este tema ha sido
desarrollado en otro trabajo [2], de modo que sólo se menciona acá, a modo de
resumen, lo más saltante del cambio de clima que se presenta durante los
Meganiños: a)Aumento generalizado de la temperatura, b) Fuertes e inusuales
lluvias, c) Gran duración de las lluvias, d) Grandes intensidades de precipitación, e)
Fuerte incremento de las descargas de los ríos y quebradas y, f) Incremento de
niveles de los ríos.

5
Cada una de estas manifestaciones, como se verá a continuación, tiene una
marcada influencia en el diseño de las estructuras hidráulicas.

6. LAS LLUVIAS

Durante los Meganiños las lluvias de la costa norte se caracterizan por su gran
cantidad, que puede ser de 2 000 o 3 000 mm anuales, larga duración, la que puede
ser de algunos meses, y por notables intensidades que pueden ser del orden de 100
mm/hora. No debe olvidarse que estos valores se presentan en una zona
considerada como árida.
Las lluvias, y su incremento notable durante los Meganiños, nos interesan desde
varios puntos de vista. La lluvia es el origen de la escorrentía. La lluvia es una de
las causas de la erosión de las cuencas y junto con la escorrentía produce el
transporte sólido. La lluvia produce inundaciones. La lluvia produce el aislamiento.
Desde el punto de vista del diseño y del comportamiento de las estructuras es
necesario tener en cuenta que durante los Meganiños las grandes lluvias ocurren
preferentemente en las parte bajas de las cuencas. La expresión “parte baja de una
cuenca” no tiene un significado preciso. Puede variar de una cuenca a otra, pero
para fines prácticos y descriptivos podría pensarse en una altitud de muy pocos
cientos de metros (300 ó 400). Esto no significa que en el resto de la cuenca no
llueva. Lo que ocurre es que al aumentar la altitud más allá de esa cota va
disminuyendo lo extraordinario, hasta llegar a una altura de 2 000 ó 3 000 metros en
la que ya no se siente la influencia del FEN [2 ]. Este hecho es particularmente
grave, porque en las partes bajas de las cuencas muchas de las estructuras se
conciben usualmente como si se tratase de una zona seca, “sin lluvias”.
Las lluvias de gran volumen, duración e intensidad afectan toda el área y dificultan
o impiden las labores de operación y mantenimiento de las diversas estructuras.
Los caminos de acceso se vuelven intransitables. El aislamiento es notable y debe
ser tomado en cuenta para efectos de construcción, diseño, operación y
mantenimiento de las estructuras.
El hecho de que las grandes lluvias ocurran con mayor intensidad en las partes
bajas de las cuencas tiene desde el punto de vista de diseño un significado
adicional. La erosión y el transporte sólido no tienen las características usuales. Es
muy intenso; grandes cantidades de sedimentos se incorporan a las corrientes. Sus
propiedades físicas pueden ser diferentes a las que caracterizaban, en las

6
mediciones hasta ese momento realizadas, al material sólido, en cuanto provenía
fundamentalmente de las partes altas de la cuenca. Las lluvias bajas dan lugar
también a la aparición de nuevos cauces, a la “activación de quebradas” y a otros
fenómenos de geodinámica externa.
En muchos lugares las grandes lluvias crean problemas de drenaje agrícola y
principalmente urbano. Es conocido que hay urbanizaciones construidas en
depresiones, en lugares sin condiciones naturales de drenaje y en las que instalar
un sistema de evacuación de aguas por bombeo sería sumamente costoso.
En la planificación de obras ubicadas en zonas generalmente secas, pero sujetas
al FEN, debe considerarse la posibilidad de su ocurrencia durante la construcción.
La aparición del FEN, con características de Meganiño, puede implicar daños a los
equipos, a la obra en ejecución e interrupción de los trabajos durante varios meses.
Las grandes lluvias causan a veces la destrucción de estaciones de observación
(meteorológicas)
En el cálculo de las máximas precipitaciones probables será inevitable usar
información del pasado anterior a las mediciones.
En la estación pluviométrica Miraflores ubicada en la parte baja de la cuenca del río
Piura, a una altitud de 30 m.s.n.m., se tiene registros de precipitación para un
periodo bastante largo. Si se obtuviese la precipitación media anual considerando
únicamente los 30 años anteriores a 1972 se obtendría un valor de 50 mm. Pero, si
se tomase únicamente una serie de 30 años a partir de 1972 se obtendría para la
precipitación media anual un valor de 202 mm. Lo que sucede es que en el periodo
1972-2000 ocurrieron dos Meganiños (1983 y 1998) y un Niño Fuerte (1972) lo que
trajo como consecuencia una elevación del valor medio [1].

7. EL HIDROGRAMA DE DISEÑO

Uno de los problemas más importantes en un diseño hidráulico es la selección del


caudal característico del río para la consideración de la interacción estructura-
naturaleza y que conocemos con el nombre de Avenida de Diseño. Usualmente se
ha venido considerando en los diseños un valor puntual (el pico de la avenida, el
máximo valor instantáneo). Sin embargo, la diferencia más notable entre una
avenida ordinaria y una avenida asociada a un Meganiño no está esencialmente en
la magnitud del pico, sino en el hecho de que la avenida característica del FEN, a
diferencia de la ordinaria, se caracteriza por su larga duración, el gran volumen

7
descargado y la aparición de muchos picos. Es decir, que la acción que sufrirá la
estructura es muy intensa.
Por lo tanto, a la luz de lo observado en los últimos años resulta evidente que la
avenida de diseño característica de un Meganiño debe caracterizarse por un tren de
ondas, por un Hidrograma de Diseño, y no por un valor puntual. La consideración
de un Hidrograma de Diseño tiene grandes repercusiones en al deformación del
lecho fluvial lo que obliga a un estudio en modelo hidráulico.
Ahora bien, si pensamos en el cálculo habitual de máximas avenidas a partir de una
serie histórica y de un método probabilística resultará muy claro que el resultado
será sumamente sensible a la longitud de la serie disponible. Así por ejemplo, el río
Piura, bastante más estudiado que otros ríos, tenía cuando se hizo el Estudio
Definitivo para la rehabilitación y reconstrucción del sistema de defensas contra
inundaciones [1] una larga serie de datos de caudales máximos (1926-2000). Para el
periodo 1926-1976 la avenida centenaria era de 2 000 m3/s. Años después al
generarse más información se obtuvo para el periodo 1926-2001 que la avenida
centenaria era de 3 750 m3/s. La gran diferencia no está sólo en los picos, sino en
los volúmenes. La explicación es muy sencilla y bastante ilustrativa: entre 1926 y
1976 no hubo ningún Meganiño; en cambio entre 1926 y 2001 hubo dos Meganiños
y un Niño Fuerte. Si se hubiera tenido datos de 1925, año de un Meganiño, y se
hubiese considerado aunque fuese en forma aproximada, se habría tenido otros
resultados iniciales.

8. TRANSPORTE SÓLIDO

Lo expuesto en el punto anterior sobre la Avenida de Diseño y, en especial, sobre la


necesidad de considerar un Hidrograma de Diseño, tiene enormes repercusiones en
el transporte sólido. Durante los Meganiños se intensifican notablemente la erosión
de la cuenca, el gasto sólido, la degradación y, en otros casos, la agradación en los
cauces fluviales. Si como se señaló anteriormente las mediciones de las avenidas
son escasas, lo son más todavía las correspondientes mediciones de sólidos.
Tampoco existen mediciones de los fenómenos asociados, como por ejemplo los
niveles y perfiles longitudinales de los ríos o las variaciones de la sección
transversal durante las grandes avenidas.
El incremento notable del transporte sólido tiene un gran impacto en los embalses,
pues se acelera notablemente la pérdida de su volumen de almacenamiento. Al
respecto se recuerda la necesidad de manejar el concepto de Unidad Hidrológica y

8
Sedimentológica de la Cuenca [5] y efectuar el Estudio de Riesgo Sedimentológico
para establecer finalmente la Factibilidad Sedimentológica del proyecto [4].
En el momento de concebir una estructura fluvial y de predecir el comportamiento
del cauce será inevitable tomar en cuenta el hecho de que durante un Meganiño se
presentarán caudales altos, de larga duración y de picos sucesivos. Es decir, que
la degradación provendrá ya no de un máximo valor instantáneo del caudal, para
cuyo cálculo existen numerosas fórmulas, sino de la acción de un hidrograma de
ancha base, que puede ser de semanas o meses. Durante los dos últimos
Meganiños, cuando ya había grandes estructuras en operación, se ha observado
intensos procesos de erosión de cauces fluviales, que han causado o pueden
causar en el futuro la falla de diversas estructuras. En las estructuras grandes e
importantes que se han construido en las últimas décadas las características antes
señalas del hidrograma de crecidas nos alejan cada vez más de las fórmulas
existentes para el cálculo de socavaciones y degradaciones. La investigación en
modelos hidráulicos ha resultado ser sumamente útil como valiosa herramienta de
diseño en estos casos.
Los grandes caudales, con las características señaladas, y que además tienen un
caudal sólido importante producen abrasión de las estructuras. El concreto ha
resultado ser bastante vulnerable. Esto obliga al estudio y selección de nuevos
materiales.
En otros lugares, luego del Meganiño, se presenta la agradación de cauces
fluviales. Sus consecuencias se presentan en el punto siguiente.

9. INCREMENTO DE NIVELES

Durante los grandes Niños se produce un transporte sólido intenso. Sin embargo, al
cesar las descargas se produce en las partes bajas de los cursos fluviales una
sedimentación generalizada. Los lechos quedan agradados. Esto trae como
consecuencia un hecho que debe ser tomado en cuenta en los diseños: Hay un
incremento de niveles por colmatación del cauce.
En algunos cursos de agua se produce también un incremento de niveles en los
cursos bajos como consecuencia del hecho característico de los Meganiños de
sobreelevación de la superficie del mar, que algunas veces llega a varios
decímetros.

9
A veces ambos factores coinciden con lo que el efecto de sobreelevación aumenta
notablemente. Eventualmente puede presentarse coincidentemente marea alta con
lo que el resultado puede ser desastroso. En consecuencia, todo esto debe ser
tomado en cuenta en los diseños.

10. CONCLUSIONES

Al llegar al final y antes de plantear las conclusiones podríamos preguntarnos: ¿Es


que todas las estructuras deben ser diseñadas para condiciones de Meganiño?
Evidentemente que no. Sólo se deben tener en cuenta para estructuras importantes,
que por su costo o importancia lo merezcan. Pero, también es cierto que muchas
veces sin tener mayores sobrecostos podría tomarse algunas medidas en muchas
estructuras que aseguren su funcionamiento, aun en esas condiciones. Es decir,
toda la ocupación del territorio debe hacerse pensando y aceptando que la
sequedad ambiental observada no es permanente y que en algún momento y,
eventualmente, por varios meses, se producirá la tropicalización de la zona y su
transformación a un área híper húmeda. Las conclusiones son:

I. Debemos aceptar que el Fenómeno de El Niño es un fenómeno natural, con el


que tenemos que convivir. Nada podemos hacer para atenuar la fuerza del
Fenómeno (es decir, su magnitud), pero si mucho para disminuir sus efectos
negativos (es decir, su intensidad). Por lo tanto, debemos aspirar a disminuir
la vulnerabilidad de nuestras infraestructuras.
II. Los Meganiños no son fenómenos extraordinariamente raros y, por lo tanto,
deben tomarse en cuenta para el diseño de una estructura de mediana o gran
importancia. Su periodo de retorno en la costa norte podría ser del orden de
50 años.
III. La planificación de la ocupación del suelo es fundamental. La correcta
ubicación de una ciudad, un camino, un puente, una bocatoma, o cualquier
estructura, es decisiva para disminuir su vulnerabilidad.
IV. Desde el punto de vista de diseño nos interesa conocer la probabilidad de
ocurrencia de un evento de determinada magnitud. Es en tal sentido que
debemos encaminar nuestros esfuerzos. El pronóstico, en cambio, interesa
para otros aspectos
V. En las cuencas en las que haya infraestructuras importantes debería
disponerse de un sistema de alerta, el que a partir de un adecuado modelo
10
precipitación-escorrentía permita el anuncio oportuno de las grandes
descargas fluviales.
VI. En general, debemos aceptar que el cálculo de eventos extremos es de baja
confiabilidad, puesto que, además de las limitaciones teóricas, la información
proveniente de “mediciones” es escasa y de baja calidad. En consecuencia,
la regla debe ser la de desconfiar de la información que se nos alcanza,
verificar su consistencia y tomar con mucha prudencia los resultados
obtenidos.
VII. Casi ninguna de las avenidas que aparecen en los registros de los ríos
peruanos ha sido medida con un razonable grado de confiabilidad. Muchas
veces no se ha hecho medición alguna. La mayor parte de los datos sobre
ellas son sólo estimaciones, susceptibles de grandes errores.
VIII. Las series muy cortas pueden inducirnos a graves errores. Para apreciar la
longitud de una serie hay que recordar que para que ésta sea representativa
debe incluir la ocurrencia de eventos extremos. Como el periodo medio de
retorno de los Meganiños es de 50 años y, alguna vez, como es de suponer el
espaciamiento es mayor, se requeriría series lo suficientemente largas como
para cubrir estos eventos.
IX. En el momento de elaborar las series meteorológicas, hidrológicas y
sedimentológicas que nos servirán de base para el cálculo probabilístico de
eventos extremos, no debemos considerar únicamente los datos medidos,
pues las series de que disponemos en la mayor parte de los casos son
cortas, incompletas y poco confiables. Existen muchas fuentes de
información que nos permiten conocer, aunque sea aproximadamente, la
ocurrencia de eventos extraordinarios en el pasado.
X. Las avenidas no deberían caracterizarse sólo por su valor máximo (pico),
como es tradicional, sino por medio de un hidrograma. Se debe considerar
que durante el FEN las avenidas tienen gran duración y aparecen picos
sucesivos, por lo que es más propio hablar de una “onda de avenidas” y de
un Hidrograma de Diseño.
XI. Para los diversos efectos vinculados al diseño debemos considerar que
durante los Meganiños una parte importante de la escorrentía se genera en la
parte media y baja de la cuenca, habitualmente seca.
XII. Para efectos de diseño es imprescindible considerar que durante los
Meganiños se incrementará notablemente el transporte sólido fluvial. Debe

11
verificarse si la ley gasto líquido-gasto sólido que pueda existir incluye
mediciones durante las grandes avenidas. Lamentablemente la información
es muy escasa.
XIII. Considerar que durante los Meganiños se incrementarán notablemente los
fenómenos de erosión y sedimentación y que para los proyectos importantes
deberá hacerse una Evaluación del Riesgo Sedimentológico.
XIV. Durante los Meganiños se suele presentar en determinados tramos una
degradación de los cauces fluviales, para cuya predicción hay que tener en
cuenta las peculiaridades del hidrograma de crecidas propio del FEN, lo que
influye en el comportamiento y estabilidad de numerosas estructuras y en la
curva altura-caudal.
XV. Como las fórmulas para el cálculo de la erosión no consideran este efecto
(hidrograma de crecidas) debe, en el caso de estructuras importantes,
recurrirse a estudios en modelo hidráulico en los que es posible reproducir
un hidrograma.
XVI. Considerar que durante los Meganiños hay en determinados tramos fluviales
una sobreelevación de los niveles de la superficie libre como consecuencia
de las bajas pendientes, la agradación del lecho, el aumento del nivel de la
superficie del mar y de la marea alta.
XVII. Considerar, desde el punto de vista de estabilidad, operación y
mantenimiento de las estructuras, que durante los Meganiños suele haber
lluvias de gran duración e intensidad y que en estas condiciones muchas
estructuras quedan inaccesibles.

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ANEXO N° 1
RELACIÓN DE MEGANIÑOS (1578-2002)

AÑO INTERVALO DAÑOS


1578 Fuertes lluvias en Lambayeque durante 40 días.
Desborde de ríos. Copiosas lluvias en Ferreñafe,
142
Túcume, Íllimo, Pacora, Jayanca, Cinto, Chiclayo,
Chicama, Chocope, Trujillo y Zaña. Destrucción de
canales. Epidemias. Gran daño a la agricultura. Plaga de
langostas.
1720 Destrucción de Zaña. Copiosas lluvias en Trujillo, Piura
8 y Paita. Desborde de ríos. Enormes daños económicos
a la agricultura, especialmente en Lambayeque.
1728 Lluvias en Piura (hubo relámpagos y turnos), Paita, Zaña
(12 días), Chocope, Trujillo (40 días, corrieron ríos de
agua por las calles). Desborde de ríos. Reubicación de
63
Sechura. Ruina económica de la agricultura,
especialmente en Lambayeque.

1791 Fuertes lluvias en Piura, Paita y en otros lugares de la


37 costa norte. Daños a la agricultura en Lambayeque.

1828 Importantes lluvias entre Trujillo y Piura (14 días).


Tempestades. Desbordes de ríos. Formación de un río en
50
Sechura.

1878 Fuertes lluvias en la costa norte. Grandes daños en el


13 departamento de Lambayeque.

1891 2 000 muertos, 50 000 damnificados. Torrenciales


lluvias en toda la costa norte. En Piura, Trujillo y
34 Chiclayo llovió 2 meses. Chimbote, Casma y Supe
quedaron en ruinas. Desbordes del río Rímac.

1925 Fortísimas lluvias en todo el norte. Desborde de ríos.


Aumento de la temperatura del mar y del ambiente.
58
Lluvias hasta Pisco. Grandes daños económicos.

1983 Fuertes y largas precipitaciones en toda la costa norte.


Llovió durante 6 meses en Piura y Tumbes. (2 500 mm
15 en Piura) Interrupción de carreteras. Fuertes pérdidas en
la pesquería.

1998 Grandes lluvias en todo el norte. Fuertes descargas de los


ríos. Cuantiosas pérdidas. Cayeron 58 puentes. Plaga de
?
langostas. Grandes pérdidas económicas.

INTERVALO
PROMEDIO 46.7 años

Arturo Rocha (julio 2003)

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11. REFERENCIAS

1. CONSORCIO CLASS-SALZGITTER… Estudio definitivo para la reconstrucción y


rehabilitación del sistema de defensas contra inundaciones en el Bajo Piura.
Enero 2001
2. ROCHA FELICES ARTURO.... Caracterización hidrometeorológica de los
Meganiños de la costa norte peruana XIV Congreso Nacional de Ingeniería Civil.
Iquitos. Octubre 2003
3. ROCHA FELICES, Arturo... La ingeniería frente al Fenómeno de El Niño.
Segundo Curso Internacional sobre “Mitigación de los efectos del Fenómeno de
El Niño”. Conferencia inaugural. CISMID. UNI. (2002). Reproducido en la revista
Técnica de la Facultad de Ingeniería Civil- UNI. Año 01, N° 1, 2003.
4. ROCHA FELICES, Arturo Evaluación del Riesgo Sedimentológico de los
proyectos de embalse XIV Congreso Nacional de Ingeniería Civil. Iquitos.
Octubre 2003
5. ROCHA FELICES, Arturo Aspectos sedimentológicos del Manejo de Cuencas
en zonas áridas sujetas al Fenómeno de El Niño XIV Congreso Nacional de
Ingeniería Civil. Iquitos. Octubre 2003
6. ROCHA FELICES, Arturo El impacto del Fenómeno en las obras de ingeniería
Colegio de Ingenieros del Perú. Consejo Departamental Ancash-Chimbote
Agosto 2003. ■

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