Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1. INTRODUCCIÓN
1
hidráulicas. El tema es difícil y la respuesta tendrá que encontrarse mediante un
proceso de aproximaciones sucesivas.
Investigaciones recientes han permitido establecer la posibilidad de que los
Meganiños sean eventos relativamente frecuentes. Se calcula a partir del
procesamiento de la información disponible de los últimos cinco siglos que su
periodo de retorno podría ser del orden de 50 años en la costa norte peruana.
Como los Meganiños son eventos hidrometeorológicos estadísticamente atípicos,
es decir, diferentes a los que usualmente se presentan en la serie de máximas
precipitaciones y avenidas, ha sido necesario estudiarlos específicamente y
determinar sus características [2].
De dichas características y de lo observado en los últimos años ha surgido la
necesidad de esbozar, aunque sea preliminarmente, algunas consideraciones de
diseño para las estructuras hidráulicas sujetas al Fenómeno de El Niño. Ese es el
tema de la presente ponencia.
2. EL DISEÑO
2
desastre. Puede ser un desastre en la medida en la que nuestra ocupación del
territorio y nuestras obras sean vulnerables. En muchos casos lo que existe no es
un desastre natural, sino un desastre de improvisación y de acumulación de
errores.
La primera consideración de diseño tendría que ser la aceptación de que el
Fenómeno de El Niño es una realidad. Es una manifestación de la Naturaleza con la
que tenemos que convivir. Ante la imposibilidad de desaparecerlo o atenuarlo como
tal, debemos aumentar el grado de seguridad de nuestras obras, es decir, debemos
disminuir su vulnerabilidad. La disminución de la vulnerabilidad puede implicar
aumento de costos, lo que debe ser evaluado como se hace de ordinario en
cualquier acción de la ingeniería, pero en muchos casos la disminución de la
vulnerabilidad es sólo materia de hacer las cosas mejor con la misma inversión.
Obsérvese que desde el punto de vista del diseño lo fundamental no es el
pronóstico del FEN, al que se viene dedicando tantos esfuerzos, sino la
determinación de la probabilidad de ocurrencia de un evento de determinada
magnitud, que es el dato que se introduce en los diseños.
La observación del comportamiento de las estructuras durante el Fenómeno de El
Niño nos lleva al convencimiento de que otra importante consideración de diseño
debe ser la correcta ubicación de las estructuras, en su más amplia acepción. La
selección de la mejor ubicación no implica necesariamente un mayor costo. El uso
adecuado de la tierra y la planificación resultan fundamentales para la ubicación de
centros poblados, carreteras y todo el conjunto de obras que realiza la ingeniería en
busca de mejores condiciones de vida para la población.
3. LA INFORMACIÓN
Para el diseño se requiere información. Uno de los mayores problemas que enfrenta
el diseñador de estructuras hidráulicas es la necesidad de mediciones, datos y
observaciones. La información proveniente del agua tiene una peculiaridad: el dato
que no se tomó en su oportunidad se perdió para siempre. Las estaciones fuera de
servicio, la falta de calidad en la toma de datos, la ausencia de operadores, todo ello
crea un vacío de información imposible de recuperar y que, desgraciadamente,
corresponde a la realidad que estamos viviendo.
El diseñador enfrenta un grave problema. Tiene que diseñar en el presente, con
datos del pasado, para que la estructura funcione en el futuro. Tradicionalmente
3
sólo se ha considerado como información aquella que provenía de una medición, a
pesar de que sabíamos que podía estar bien o mal tomada. La fuerza del documento
es enorme. ¿Qué hacer para ampliar nuestra base de datos? Lo único que nos
queda es no considerar únicamente los datos llamados históricos (medidos).
Debemos incluir los referenciales. Las series históricas de que disponemos en la
mayor parte de los proyectos son cortas, incompletas y de baja confiabilidad. No
son pocas las oportunidades en las que precisamente las grandes avenidas
originadas por el Fenómeno de El Niño destruyen las estaciones y éstas quedan
fuera de servicio durante varios años.
Para considerar el efecto del Fenómeno de El Niño deberíamos abandonar la idea
de que los únicos datos que existen son los medidos. Hay muchas fuentes de
información que nos permiten conocer aunque sea aproximadamente la ocurrencia
de eventos extraordinarios en el pasado.
El Meganiño de 1982-83 creó un desconcierto desde el punto de vista del análisis de
las series existentes. Además, ciertamente, de la gran magnitud del fenómeno, el
desconcierto se debió a que no había mediciones de los Meganiños anteriores, lo
que se interpretó como falta de datos. No es lo mismo datos que mediciones.
Pero, las preocupaciones con respecto a la Información no se refieren sólo a la
escasez de datos, sino a su baja calidad. Es por eso que en general debemos
desconfiar de la información que se nos alcanza. En los ríos peruanos casi ninguna
avenida ha sido medida. De acá que un estudio hidrológico serio incluye
necesariamente la verificación de los datos. En lo que respecta a las mediciones de
sólidos la escasez es mayor. Sin embargo, en el diseño no podemos confiar en
series muy cortas, pues las posibilidades de error serían muy grandes.
4
Este periodo de retorno tiene que apreciarse conjuntamente con la longitud usual
de nuestras series de mediciones meteorológicas, hidrológicas y sedimentológicas,
las por lo general son muy cortas. En casi todos los casos no incluyen la aparición
de grandes eventos, ya sea porque no ocurrieron durante la época en la que se
tomaron los registros o porque, simplemente, no se midieron. Pero, no podemos
ignorar la realidad: todo indica que tenemos evidencia de la existencia de grandes
Niños en otras épocas. No pueden, pues, ser ignorados. Como el cálculo de los
valores máximos probables es muy sensible a la longitud del registro se debe tener
y usar la mayor cantidad posible de información.
Las mediciones cubren sólo de un modo parcial los eventos ocurridos en las
últimas décadas. La realidad hidrometeorológica es mucho más amplia. Por lo
tanto, de ninguna manera puede ignorarse o dejarse de lado la existencia de
Meganiños en el momento de elaborar las series meteorológicas, hidrológicas y
sedimentológicas. Es un dato no descartable. Del examen de la serie hidrológica
completa, incluyendo los Niños, se obtendrá la información que servirá de base
junto con las consideraciones de proyecto para establecer las condiciones de
diseño en el caso particular de cada estructura.
Naturalmente que hay un serio problema de confiabilidad. Podría argumentarse con
razón al referirse por ejemplo a las avenidas, que no hay datos de los siglos
anteriores y que sólo se tiene descripciones de lo que pudo haber ocurrido. Esto
es cierto, pero también lo es que en la actualidad, a pesar del progreso existente,
prácticamente no existen mediciones de las avenidas fluviales.
5
Cada una de estas manifestaciones, como se verá a continuación, tiene una
marcada influencia en el diseño de las estructuras hidráulicas.
6. LAS LLUVIAS
Durante los Meganiños las lluvias de la costa norte se caracterizan por su gran
cantidad, que puede ser de 2 000 o 3 000 mm anuales, larga duración, la que puede
ser de algunos meses, y por notables intensidades que pueden ser del orden de 100
mm/hora. No debe olvidarse que estos valores se presentan en una zona
considerada como árida.
Las lluvias, y su incremento notable durante los Meganiños, nos interesan desde
varios puntos de vista. La lluvia es el origen de la escorrentía. La lluvia es una de
las causas de la erosión de las cuencas y junto con la escorrentía produce el
transporte sólido. La lluvia produce inundaciones. La lluvia produce el aislamiento.
Desde el punto de vista del diseño y del comportamiento de las estructuras es
necesario tener en cuenta que durante los Meganiños las grandes lluvias ocurren
preferentemente en las parte bajas de las cuencas. La expresión “parte baja de una
cuenca” no tiene un significado preciso. Puede variar de una cuenca a otra, pero
para fines prácticos y descriptivos podría pensarse en una altitud de muy pocos
cientos de metros (300 ó 400). Esto no significa que en el resto de la cuenca no
llueva. Lo que ocurre es que al aumentar la altitud más allá de esa cota va
disminuyendo lo extraordinario, hasta llegar a una altura de 2 000 ó 3 000 metros en
la que ya no se siente la influencia del FEN [2 ]. Este hecho es particularmente
grave, porque en las partes bajas de las cuencas muchas de las estructuras se
conciben usualmente como si se tratase de una zona seca, “sin lluvias”.
Las lluvias de gran volumen, duración e intensidad afectan toda el área y dificultan
o impiden las labores de operación y mantenimiento de las diversas estructuras.
Los caminos de acceso se vuelven intransitables. El aislamiento es notable y debe
ser tomado en cuenta para efectos de construcción, diseño, operación y
mantenimiento de las estructuras.
El hecho de que las grandes lluvias ocurran con mayor intensidad en las partes
bajas de las cuencas tiene desde el punto de vista de diseño un significado
adicional. La erosión y el transporte sólido no tienen las características usuales. Es
muy intenso; grandes cantidades de sedimentos se incorporan a las corrientes. Sus
propiedades físicas pueden ser diferentes a las que caracterizaban, en las
6
mediciones hasta ese momento realizadas, al material sólido, en cuanto provenía
fundamentalmente de las partes altas de la cuenca. Las lluvias bajas dan lugar
también a la aparición de nuevos cauces, a la “activación de quebradas” y a otros
fenómenos de geodinámica externa.
En muchos lugares las grandes lluvias crean problemas de drenaje agrícola y
principalmente urbano. Es conocido que hay urbanizaciones construidas en
depresiones, en lugares sin condiciones naturales de drenaje y en las que instalar
un sistema de evacuación de aguas por bombeo sería sumamente costoso.
En la planificación de obras ubicadas en zonas generalmente secas, pero sujetas
al FEN, debe considerarse la posibilidad de su ocurrencia durante la construcción.
La aparición del FEN, con características de Meganiño, puede implicar daños a los
equipos, a la obra en ejecución e interrupción de los trabajos durante varios meses.
Las grandes lluvias causan a veces la destrucción de estaciones de observación
(meteorológicas)
En el cálculo de las máximas precipitaciones probables será inevitable usar
información del pasado anterior a las mediciones.
En la estación pluviométrica Miraflores ubicada en la parte baja de la cuenca del río
Piura, a una altitud de 30 m.s.n.m., se tiene registros de precipitación para un
periodo bastante largo. Si se obtuviese la precipitación media anual considerando
únicamente los 30 años anteriores a 1972 se obtendría un valor de 50 mm. Pero, si
se tomase únicamente una serie de 30 años a partir de 1972 se obtendría para la
precipitación media anual un valor de 202 mm. Lo que sucede es que en el periodo
1972-2000 ocurrieron dos Meganiños (1983 y 1998) y un Niño Fuerte (1972) lo que
trajo como consecuencia una elevación del valor medio [1].
7. EL HIDROGRAMA DE DISEÑO
7
descargado y la aparición de muchos picos. Es decir, que la acción que sufrirá la
estructura es muy intensa.
Por lo tanto, a la luz de lo observado en los últimos años resulta evidente que la
avenida de diseño característica de un Meganiño debe caracterizarse por un tren de
ondas, por un Hidrograma de Diseño, y no por un valor puntual. La consideración
de un Hidrograma de Diseño tiene grandes repercusiones en al deformación del
lecho fluvial lo que obliga a un estudio en modelo hidráulico.
Ahora bien, si pensamos en el cálculo habitual de máximas avenidas a partir de una
serie histórica y de un método probabilística resultará muy claro que el resultado
será sumamente sensible a la longitud de la serie disponible. Así por ejemplo, el río
Piura, bastante más estudiado que otros ríos, tenía cuando se hizo el Estudio
Definitivo para la rehabilitación y reconstrucción del sistema de defensas contra
inundaciones [1] una larga serie de datos de caudales máximos (1926-2000). Para el
periodo 1926-1976 la avenida centenaria era de 2 000 m3/s. Años después al
generarse más información se obtuvo para el periodo 1926-2001 que la avenida
centenaria era de 3 750 m3/s. La gran diferencia no está sólo en los picos, sino en
los volúmenes. La explicación es muy sencilla y bastante ilustrativa: entre 1926 y
1976 no hubo ningún Meganiño; en cambio entre 1926 y 2001 hubo dos Meganiños
y un Niño Fuerte. Si se hubiera tenido datos de 1925, año de un Meganiño, y se
hubiese considerado aunque fuese en forma aproximada, se habría tenido otros
resultados iniciales.
8. TRANSPORTE SÓLIDO
8
Sedimentológica de la Cuenca [5] y efectuar el Estudio de Riesgo Sedimentológico
para establecer finalmente la Factibilidad Sedimentológica del proyecto [4].
En el momento de concebir una estructura fluvial y de predecir el comportamiento
del cauce será inevitable tomar en cuenta el hecho de que durante un Meganiño se
presentarán caudales altos, de larga duración y de picos sucesivos. Es decir, que
la degradación provendrá ya no de un máximo valor instantáneo del caudal, para
cuyo cálculo existen numerosas fórmulas, sino de la acción de un hidrograma de
ancha base, que puede ser de semanas o meses. Durante los dos últimos
Meganiños, cuando ya había grandes estructuras en operación, se ha observado
intensos procesos de erosión de cauces fluviales, que han causado o pueden
causar en el futuro la falla de diversas estructuras. En las estructuras grandes e
importantes que se han construido en las últimas décadas las características antes
señalas del hidrograma de crecidas nos alejan cada vez más de las fórmulas
existentes para el cálculo de socavaciones y degradaciones. La investigación en
modelos hidráulicos ha resultado ser sumamente útil como valiosa herramienta de
diseño en estos casos.
Los grandes caudales, con las características señaladas, y que además tienen un
caudal sólido importante producen abrasión de las estructuras. El concreto ha
resultado ser bastante vulnerable. Esto obliga al estudio y selección de nuevos
materiales.
En otros lugares, luego del Meganiño, se presenta la agradación de cauces
fluviales. Sus consecuencias se presentan en el punto siguiente.
9. INCREMENTO DE NIVELES
Durante los grandes Niños se produce un transporte sólido intenso. Sin embargo, al
cesar las descargas se produce en las partes bajas de los cursos fluviales una
sedimentación generalizada. Los lechos quedan agradados. Esto trae como
consecuencia un hecho que debe ser tomado en cuenta en los diseños: Hay un
incremento de niveles por colmatación del cauce.
En algunos cursos de agua se produce también un incremento de niveles en los
cursos bajos como consecuencia del hecho característico de los Meganiños de
sobreelevación de la superficie del mar, que algunas veces llega a varios
decímetros.
9
A veces ambos factores coinciden con lo que el efecto de sobreelevación aumenta
notablemente. Eventualmente puede presentarse coincidentemente marea alta con
lo que el resultado puede ser desastroso. En consecuencia, todo esto debe ser
tomado en cuenta en los diseños.
10. CONCLUSIONES
11
verificarse si la ley gasto líquido-gasto sólido que pueda existir incluye
mediciones durante las grandes avenidas. Lamentablemente la información
es muy escasa.
XIII. Considerar que durante los Meganiños se incrementarán notablemente los
fenómenos de erosión y sedimentación y que para los proyectos importantes
deberá hacerse una Evaluación del Riesgo Sedimentológico.
XIV. Durante los Meganiños se suele presentar en determinados tramos una
degradación de los cauces fluviales, para cuya predicción hay que tener en
cuenta las peculiaridades del hidrograma de crecidas propio del FEN, lo que
influye en el comportamiento y estabilidad de numerosas estructuras y en la
curva altura-caudal.
XV. Como las fórmulas para el cálculo de la erosión no consideran este efecto
(hidrograma de crecidas) debe, en el caso de estructuras importantes,
recurrirse a estudios en modelo hidráulico en los que es posible reproducir
un hidrograma.
XVI. Considerar que durante los Meganiños hay en determinados tramos fluviales
una sobreelevación de los niveles de la superficie libre como consecuencia
de las bajas pendientes, la agradación del lecho, el aumento del nivel de la
superficie del mar y de la marea alta.
XVII. Considerar, desde el punto de vista de estabilidad, operación y
mantenimiento de las estructuras, que durante los Meganiños suele haber
lluvias de gran duración e intensidad y que en estas condiciones muchas
estructuras quedan inaccesibles.
12
ANEXO N° 1
RELACIÓN DE MEGANIÑOS (1578-2002)
INTERVALO
PROMEDIO 46.7 años
13
11. REFERENCIAS
14