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#SinFechaDeVencimiento
Desenmascarando el amor que duele
Directora:
Verónica Lucía Mesa Urdaneta
Eduardo Galeano
A mí misma, porque esto logró moverme la vida.
A mi mamá por siempre creer en mí, aunque muchas veces ni yo sepa lo que estoy
haciendo. A ella que fue mi mayor inspiración para escribir este documento y que ha
estado de cerca en mi proceso inacabable de desintoxicación del amor romántico.
A lxs amigxs por su fuerza, por el ánimo, por escucharme, por las conversaciones, por
el café, por el amor, por la lucha y por estar.
A Coral Herrera por darme pistas y a Puenteras por enseñarme a comprender que soy
mi propio hogar y que el amor sincero está más cerca de lo que creo.
A Eduardo, a quien quiero decirle que definitivamente una no pasa impune por los
estudios culturales, pues no soy la misma Angélica que empezó la maestría.
A mis exparejas sexoafectivas de quienes aprendí mucho y quienes fueron parte vital
en este proceso de deconstrucción del amor romántico.
A todxs los machistas, racistas y clasistas que siguen montadxs en sus privilegios y
que le hacen daño a la sociedad.
A las mujeres que han asesinado en “nombre del amor” para que no haya NI UNA
MÁS.
A quienes hablan del amor de Dios, pero no tienen la capacidad de amarse a ellxs
mismxs, ni amar a lxs demás.
4. Las listas de reproducción: Aquí no hacemos arroz con leche & Círculo de
apoyo afectivo y resiliencia colectiva, ha sido una construcción colectiva
musical que nos acompañó en las sesiones del laboratorio y que nos
acompaña en nuestros espacios de desintoxicación.
Recuerdo cuando era pequeña esa vida color de rosa que se me pintaba en
los cuentos, las películas, las novelas que veía todo el tiempo en la televisión; sin
embargo, siempre pensaba que eso que escuchaba y "aprendía" a leer no lo veía
en la realidad, en donde lo único que veía era peleas en mi casa, muchas
manifestaciones de violencias, dos separaciones de mi papá y mi mamá; el miedo
que me producía ver a mi papá y las lágrimas de mi mamá mientras escuchaba la
llamada música popular de la época hasta rayar los cassettes. De hecho, intento no
escucharla para no revivir esos recuerdos tan dolorosos.
“¿No han leído —replicó Jesús— que en el principio el Creador “los hizo
hombre y mujer”, y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre,
y se unirá a su esposa, ¿y los dos llegarán a ser un solo cuerpo”? Así que ya
no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe
el hombre” (Mateo 19:4-6)
Pero se cansó y sintió que para ella no era el amor, que la idea de ese amor
duradero, maravilloso y con final feliz, era para su mamá y para su hermana, y que
ella había sido la desdichada, que la vida no solo se había encargado de ponerle
duras pruebas, sino que esa era la más dura y que estaría incompleta y sola por el
resto de su vida, porque ella solo se había casado una vez, por la iglesia y para toda
la vida.
Eso que ella cree que no logró- dar continuidad a su matrimonio para toda la
vida-. En lo que ella cree que fracasó porque además las personas se lo decían y
se lo dicen, era producto de la mala suerte que tenía y por eso no se había separado
una, sino dos veces de la misma persona, lo que para quienes no conocían
1
realmente qué pasaba en su vida, consideraban que era la causa perfecta para verla
seria y de mal genio. No solo bastaba con juzgarla, sino que le tenían la solución al
alcance de sus manos: regresar por tercera vez con aquel lobo que vivía en casa,
porque el amor implica sacrificios y la familia está conformada únicamente por una
mujer, un hombre y los hijos. En este caso fue solo una hija, yo; una decisión que
para muchas personas parecía errónea porque siempre hace falta la parejita, para
que no se queda sola la niña; sin embargo, ella tomó la decisión de no tener más
hijxs como respuesta a las violencias que vivió desde el embarazo, por parte de mi
papá.
Tal vez ella pensó que ese fracaso en su vida, no se podía repetir en su hija,
sino que yo podría encontrar a ese gran y único amor, con el que ella tal vez podría
sentirse más tranquila. Sin embargo, lo que ella no sabía era que todo lo que había
pasado en la niñez, me había llevado a odiar pensar en el amor, y que cuando le
preguntaban ¿ya le dicen suegra?, o me preguntaban ¿ya tiene novio?,
naturalizando que me gustaran solo los niños, varones; mi respuesta siempre era la
misma: no quiero pensar en novios, estoy pensando en otras cosas, no quiero
pensar en hijos ni en casarme, porque allí se sufre mucho; las personas la miraban
y me miraban con cara de sorpresa, se reían y muchas veces me decían: es porque
aún es muy pequeña, pero ya verás cómo va ir a cambiando tu forma de pensar con
los años, porque el amor y encontrar una pareja es lo más lindo.
Con los años, me fui aferrando a realizar actividades que me gustaban, una
de ellas, la que era más importante para mí, porque era un refugio a todo, era
estudiar; entonces me inscribía a cuanta cosa se podía y mi mamá podía pagar.
Cuando no se podía, me metía a todos los grupos del colegio con tal de pasar el
mayor tiempo posible en un lugar que no fuera necesariamente mi casa, porque
para mí no era un espacio seguro; aunque el apartamento de mi abuelito y mi
abuelita, en donde vivían ellxs1 y mis tixs, era un espacio amoroso, en el que ellxs
intentaban darme todo el cariño que de ellxs dependiera.
Con los años, las hormonas pero también los mandatos sociales comenzaron
a hacer su trabajo, me comenzaron a gustar algunas personas y caí en la trampa
1
Para la RAE es innecesario el uso de las letras “e”, “x” y “@”, con fines inclusivos, sin embargo, para mí la
escritura es un lugar de enunciación y reconocimiento y el lenguaje inclusivo es un proceso transformativo e
imparable que seguirá durante las próximas generaciones. Por ello, escribiré las palabras usando la “x” como
forma de evitar el sexismo, como alternativa a la norma dominante binarista y para incluir otras identidades
de género. Uso la x, para incluir a todos, todas y todes.
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de eso que dije muchas veces que no haría. En este proceso, comencé a replicar
las conductas que tenía mi mamá con mi papá; sacrifiqué mi vida por encima de la
de esas personas a las que yo creía amar, porque lo valían todo, porque con cada
una de ellas sentía que el amor sería para toda la vida, que eran las indicadas y que
lo mejor que podía hacer era abandonarme a mí misma, mis gustos, mi forma de
vestir, mis amigxs, hasta mi familia, porque el mundo giraba alrededor de estas
personas. Aquí encontré mentiras y empecé a replicar sin darme cuenta lasprácticas
amorosas de mi papá, que estaban cargadas de celos, de posesión, con lo que
recibí aún más violencia, hasta el punto de sentirme subvalorada, amenazada,
secuestrada, golpeada, ultrajada y profundamente afectada psicológicamente,
porque sentía que todo era mi culpa, que de alguna manera esoera lo que merecía
y que la violencia que estas personas ejercían contra sí mismasera la más inmediata
consecuencia de mis acciones.
Las relaciones toxicas sexo-afectivas unas más largas, otras más cortas, se
fueron acabando con el tiempo, por razones que mi mamá y mis amigxs no conocen
en su totalidad, porque solo he podido contar algunas cosas cuando me he sentido
preparada. Sin embargo, ellxs han intuido que han estado cargadas de muchas
violencias, pero que yo no las contaba porque siempre me hacía la dura, la fuerte y
creía que llorar me hacía débil, eso era lo que me habían dicho que tenía que hacer,
solo obedecía a unas expectativas sociales, que me decían que tenía que sanar
sola, sin ayuda de nadie.
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Fueron estos espacios, las personas que se encontraban allí, lo que a través
de una expresión artística que me encanta, como es el teatro, me di cuenta que en
algunas ocasiones, cuando así lo quieres y lo deseas, solas estamos mejor, que la
compañía no se encuentra con una pareja en el espacio privado, sino que la
compañía está en la colectividad, en esos espacios que construimos juntas, que nos
animan, que nos dan fuerza, con quienes reímos pero también lloramos. Que como
diría Coral Herrera "el amor tiene que ser algo bonito y placentero, un motor que
nos lleve a querernos y tratarnos bien y hacer un mundo mejor" (Asuar, 2018, pág.
1)
Seguimos siendo objeto de críticas por parte de muchas personas que creen
que nosotras somos sujetas sin corazón porque no quisimos volver a vivir con mi
papá, pero también nos han entusiasmado mucho esos mensajes de aliento que
nos han dado otras tantas personas sobre lo guerreras que hemos sido, muchas de
las cuales creyeron que no podríamos vivir sin mi papá, sin la figura de un hombre
y que la vida se nos vendría encima. No ha sido fácil, pero creo que lo hemos venido
logrando y yo he logrado construir una relación sexoafectiva sana, recíproca,
cuidadosa, libre, sin ataduras, del día a día, sin pensar en un felices para siempre,
lo cual no quiere decir que ya lo hayamos logrado todo, porque es un proceso, una
lucha constante de nunca acabar, porque por mucho que nos trabajemos seguimos
cayendo en las trampas de ese supuesto amor de pareja que se enseña en la
iglesia, en las telenovelas, en los cuentos y se replica en la cotidianidad, aquel al
que las feministas se refieren como amor romántico.
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“El amor ha sido el opio de las mujeres,
como la religión el de las masas.
Mientras nosotras amábamos,
los hombres gobernaban” (Millet, 1984)
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Ospina, V. (2022) Exponiendo la piel [Ilustración] En @vivi.anawildflower. Antioquia,
Colombia.
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Paso a paso: mi proceso para llegar a la campaña
#SinFechaDeVencimiento y al círculo de apoyo afectivo y resiliencia
colectiva.
Desde que inició esta campaña a inicios del año 2021, he entendido lo
importante que es hacer genealogía del amor romántico entendida esta como “una
forma de indagación de las prácticas y el pensamiento que se hace técnico a través
de saberes científicos y legos, que buscan incidir en la educación de la sensibilidad
y el cuerpo de las mujeres y los hombres para producir sujetos sentimentales
acordes con las expectativas sociales de la época” (López & Flores, 2017,pág. 199),
en este sentido, la importancia de hacer una genealogía desde nuestras emociones,
desde nuestra cotidianidad, como una forma de indagar las prácticas que, a través
de saberes científicos, incide en la producción de lxs sujetxs sentimentales (López
& Flores, 2017).
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nuestra vida respecto al amor y abrazar a las que somos ahora, a las que queremos
seguir siendo. En pocas palabras es un proyecto político que pretende construir
colectivamente un sentido político de la intimidad.
“sí queremos que el amor romántico deje de ser patriarcal, hay que empezar
por nosotras mismas y tener claro que no solo en las calles hay que luchar:
la batalla es el día a día, en nuestras relaciones y en nuestra cotidianidad”
(Herrera,2020, pág. 20)
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feminismo con mi fe, no entran, pero es mi derecho y que el feminismo lo ha
entendido, que justamente el feminismo tiene que darnos la libertad de poder
ser. Le ha hecho daño al feminismo es que esos radicalismos en donde si tu
no eres pro aborto no puedes ser no sé qué, eso me lo han dicho a mí,
entonces como yo no soy pro aborto, entonces me dicen que no soy
feminista. De hecho me dijeron que como católica no puedo ser feminista,
pero entonces quién se le va a parar a un sacerdote o a un obispo como le
he parado yo, yo era pastoral social de caritas y en una reunión de caritas
habian como ocho obispos, no me querían dejar hablar, me dejaron hablar
menos de cinco minutos pero me dejaron hablar. Entonces si no nos
quedamos en los espacios en los que estamos, no vamos a poder cambiar
las cosas ” (Yannia, 16 de octubre de 2021)
Desenmascarar este amor es romper las formas a las cuales nos aferramos,
es reconocer que el amor romántico de una u otra manera, nos ha hecho mucho
daño. Comprender que no podemos sacrificarnos ni perder nuestra libertad ni
nuestras redes afectivas y que es fundamental entender cómo vivimos y cómo se
expresa en nuestra vida el amor romántico, es parte del proceso de desenmascarar.
De esta manera, nuestra principal arma es la palabra como herramienta para
compartir con otras personas, para vivir los afectos, para expresar puntos de vista
y sentimientos a través de formas menos limitantes.
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(Fisher, 2004, pág. 69)
Coincido con Coral Herrera, en que el amor es una droga legal a la que la
mayoría de las mujeres nos hemos vuelto adictas, hasta el punto en el que nos
hemos arrastrado, hemos mendigado amor, hemos exigido amor romántico, es una
droga tan peligrosa que puede llegar a matarnos. Cuando nos enamoramos, el
cuerpo “experimenta una especie de tormenta química y segrega unas sustancias
anfetamínicas como la dopamina, la norepinefrina, la testosterona, la adrenalina, la
oxitocina y la vasopresina, entre otras; todas sustancias placenteras que genera
nuestro cuerpo y que se encuentran en las drogas (naturales y sintéticas)”(Herrera,
2011, pág. 1). La adicción y el amor romántico, “comparten la pérdida de la razón,
la falta de autocontrol y una necesidad obsesiva de buscar cierta satisfacción” (Coria
& Paredes, 2010, pág. 2)
“Es importante buscar nuestras propias pasiones, que nuestra única pasión
no sea el amor romántico, que seas capaz de encontrar placer en muchas
otras cosas, que puedas construir tu propia red de afectos. Hay que cultivar
autonomía económica y emocional, que podamos disfrutar de nuestra
soledad, de nuestra relación con nosotras mismas” (Herrera, 2020,18:08 s)
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espacio colectivo para relatar y desahogarse como una forma de sanación. Allí se
les invitaba a todas las mujeres mayores de 50 años, a participar en el
#ElDesahogadero, un espacio de cuidado y autocuidado en el que las invitamos a
escribirnos a una línea confidencial de WhatsApp para contarnos sus historias y sus
sentires, a través de audios, mensajes de texto o imágenes de los escritos y/o
diarios digitales o escritos a mano.
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“emancipar algo que es sujeto, sujetado y dispuesto para un lado, privando
todas las otras significaciones que ese fenómeno puede tener. Se nos ha
hecho creer que el amor es de un modo y que no puede ser de otro. Estamos
inmersos en ese paradigma del amor, que es el que de algún modo está
bueno hacer estallar. Deconstruir es desnaturalizar, pelearse con que hay
una forma del amor que por naturaleza no puede ser de otro modo.
Deconstruir es desidentificar, sacarnos de la idea de que hay una identidad
sexual imaginaria y heteronormativa en la que se juega el amor. Deconstruir
es politizar. Y politizar es hacernos conscientes de que en el amor es donde
más se juegan las relaciones de poder. Entonces, al deconstruir el amor, lo
colocás en todas esas dimensiones propias de una realidad social que es
clave a la hora de entender lo humano. Al deconstruir visualizás cómo se
ejercen las relaciones de poder y podés avanzar hacia una primera
emancipación en que el amor se juegue de un modo mucho más
democrático” (Sztajnszajber & Peker, 2020)
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Allí vimos con mis tres compañeras: Diana, Susana y Natalia, quienes
trabajaron conmigo en la creación y despliegue de la campaña que definitivamente
esto no podía terminar con el segundo encuentro, sino que se debía dar continuidad
al proyecto, porque las mujeres que atendieron nuestro llamado a los encuentros lo
pedían y nosotras sentíamos que había mucho más por contar y construir, que esto
solo era un abrebocas. Dejar la campaña hasta aquí, implicaba desde mi
perspectiva una acción con daño, en la medida en la que se generaban acciones
únicamente para cumplir con un compromiso académico y una vez logrado, se deja
a medio camino la posibilidad de un proyecto que podría generar acciones
transformadoras. Lo que como consecuencia trae desconfianza y sospechas de
personas que creen en el trabajo que he venido realizando de la mano con ellxs,
por años.
Mientras que los estudios culturales, “no se limitan a interpretar de una forma
particular el mundo, sino que buscan su transformación […]La voluntad política de
los estudios culturales se materializa, entonces, en que no sólo buscan interpretar
el mundo sino intervenir en él” (Restrepo, 2020, pág. 5). Es decir, en los estudios
culturales la intervención política busca incomodar y disputar el sentido común,
estas naturalizaciones que vivimos y pensamos sin cuestionar, que nos resultan
absolutamente obvias, que han sido indiscutiblemente aceptadas. Para Gramsci, el
sentido común es una “concepción determinista y mecánica de la historia […]está
vinculada a la pasividad de las grandes masas populares” (Gramsci, 1981, pág.
190). En palabras de Hall,
Esta apuesta tiene los lentes de estudios culturales, en tanto busca hacer una
intervención que cuestione los sentidos construidos en torno al amor romántico y
pretende desnaturalizar y exponer este modelo de amor en sus articulaciones
culturales, cuestionando y desnudando las relaciones de poder que hay tras los
mitos, las prácticas y los discursos de significación de esta visión. En este sentido,
quiero interpelar la subjetividad de las experiencias personales para interrumpir las
naturalizaciones que en razón al amor se han construido, y encontrar coincidencias
o diferencias en la forma en que concebimos y vivimos los vínculos emocionales y
amorosos desde una perspectiva de género. De allí la importancia de romper o por
lo menos contribuir con la ruptura de ese sentido común del amor romántico, en
tanto,
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“sobre este terreno de concepciones y categorías se forma la conciencia
práctica de las masas del pueblo. Es el terreno ya formado y que se toma
‘como algo dado’ en el que ideologías y filosofías más coherentes deben
luchar por el dominio; el terreno que deben tomar en cuenta, disputar y
transformar nuevas concepciones sobre el mundo si han de dar forma a las
concepciones de las masas y de esa manera ser efectivas históricamente”
(Hall, 2010, pág. 309)
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lo que es la raza y el género” (Universidad Nacional de Colombia, 2021), aunque
feministas como Andrea Neira, contradicen esta posición argumentando que es una
lectura aplanada de la interseccionalidad, en tanto ella la entiende “no solamente
como un elemento teórico, sino también como un paradigma de investigación [...]
no como la suma de opresiones sino como interconexiones difícilmente separables,
marcas que se co-constituyen” (Neira, 2012, págs. 28-29)
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En este sentido, se reconoce en las telenovelas un movilizador de la
emocionalidad que en muchos casos aporta a la enseñanza de qué es el amor y
cómo se debe amar, lo cual me lleva a preguntar por el lugar del poder y lo político
en las emociones y en este caso, específicamente, en la construcción social que
se ha hecho del amor. Esto teniendo en cuenta que el público por excelencia de las
telenovelas son las mujeres, en tanto, desde la cultura se nos ha “delegado la
subjetividad, el sentimiento, el amor romántico, la entrega total y la existencia en
función del otro y de los demás” (Ballen, 2003, pág. 3), es en este medio a través
del cual se representan los roles de género. Es decir, la distinción en la forma de
actuar y en las actividades que realizan los hombres y las mujeres y que las
telenovelas nos enseñan, refuerzan y reproducen, diciéndonos cómo debe ser el
hombre perfecto y la mujer perfecta, cómo podemos encontrar el príncipe azul
siempre y cuando esperemos con paciencia. De hecho, después de la espera, se
nos dice que tendremos un final feliz, que sigue estando asociado al matrimonio y
a la maternidad.
“Yo siento que uno con los años se toma el amor con más calmita. Pero no
solo a las que no tienen pareja les preguntan esas cosas, sino que también
cuando uno tiene pareja esperan que uno haga unas cosas, por ejemplo, yo
decidí cuando nació mi hijo, por mi sueño, por dormir bien, decidimos con mi
pareja que dormíamos aparte porque el niño no lo dejaba dormir bien a él y
era incómodo para los tres. Entonces a mí me decían que él -mi pareja-
necesitaba cariñito y yo pensaba: bueno, sí, pero yo también lo necesito y es
algo que yo decidí porque hay otra prioridad ahora y es que yo duerma bien
y si no duermo por lo menos seis horas me voy a poner de mal genio.
Además, pienso que el imaginario de la gente es que ser esposa o ser mamá,
borra completamente que tu eres mujer y que tú sientes y que tú también
quieres ir y gatearle al otro (risas), pero pues estás con tu bebé. Incluso que
uno también sienta: ay me gustó otra persona y eso también pasa en los
hombres. Yo hablo mucho con mi pareja y le digo: uno no está exento de que
de pronto le pase que sienta atracción por otra persona mientras está en
pareja, lo importante es hablarlo y ser responsable y asumir y mirar qué se
hace. Pero nos han dicho que cuando una es pareja y es mamá, entonces
se borró la mujer, como si yo hubiera nacido siendo mamá y siendo esposa”
(Ximena, 23 de octubre de 2021)
“Recordé una frase que me dijo una persona en mi familia: ¡ay yo pensé que
tú ibas a ser alguien en la vida! (risas) y yo le dije: bueno, soy alguien,
tócame, existo. Es eso, cuando no sigues los parámetros de éxito en el amor
o en la familia que digamos es la base de ese sistema, la familia tradicional,
entonces eres una fracasada y a veces tienes la familia tradicional, pero a
veces no puedes mostrar ningún defecto, ni nada malo, porque eres el
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modelo a seguir, entonces te tienes que quedar calladita” (Angélica
Rodríguez, 23 de octubre de 2021)
“Yo veo el amor de madre, de algunas abuelas que fueron muy auténticas y
fue un amor muy sincero y ese amor ha sido muy sincero. El amor de ahora
no es tan sincero, sino que va cambiando. El amor lo cambiaron por otra
cosa, no se ve el respeto. Para mí el amor más sincero que hay es el de
madre” (Luz Milena, 23 de octubre de 2021)
“Me pareció muy divertido, porque algunas las he visto. Yo ví esa escena de
Betty, la fea. Pero sí siento que estamos representadas, porque las mujeres
tenemos miedo a amar a cierta edad, tenemos miedo a quedarnos solas,
tenemos miedo a amar también a hombres menores que nosotras. Eso me
pasó a mí hace algunos años, cuando tenía como 38-40, ahora tengo 51,
había hombres enamorados de mí, eran siete años mejores que yo, yo ya
estaba asustada, yo decía: esta vaina que fue. Yo recuerdo que en esa época
estaba yendo a la psicóloga y se lo conté a la psicóloga y ella me dijo: no,
no, no se preocupe, eso es normal, no se sienta mal. Socialmente sí es
señalado cuando una mujer es mayor y el hombre es menor, aunque a veces
me pongo a pensar y miro a mi alrededor y veo a bastantes mujeres con
hombres menores. Los hombres andan con peladitas, mujeres más jóvenes
y nadie dice nada o por lo menos se ríen pero no es tan fuerte la crítica.
Pienso que la telenovela recrea bastante bien esos miedos del amor de
nosotras, que nosotras como mujeres vivimos” (Yannia,23 de octubre de
2021)
“Yo tengo 20 años apenas, y tengo un tío que es como mi amigo y él me dice:
ay usted cuándo va a tener novio, usted se va a quedar a vestir santos.Yo le
digo: es que yo ya tuve novio, otra cosa es que no me haya casado conél, pero
de eso no se trata. Si uno en este momento no piensa en eso es porque no,
porque tiene otras prioridades, pero la gente se encarga de juzgary de opinar
algo que no es importante. Pero todo el tiempo estoy escuchandoeso. Cuando
una prima le dijo a ese mismo tío que le gustaban las mujeres,lo que él le
dijo fue: ash es que usted apenas es una niña, usted qué sabe
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de eso, usted qué se va a poner a hablar. Ahí yo me pregunto ¿por qué a mí
me dice eso y a ella no la apoya?” (Valentina, 23 de octubre de 2021)
“Cuando le dicen a una niña que ¿por qué no tiene novio? o ¿por qué no se
ha casado?, para mí yo creo que esos son patrones establecidos por la
sociedad. Creo que cada uno los mira y los vive de modo diferente de
acuerdo a como decía Yannia, no se puede uno dejar guiar por lo que te
decían las personas, los amigos, las amigas, porque yo creo que esos son
patrones que se han establecido. Para mí lo más importante actualmente y
se lo digo a mis sobrinos y a mis sobrinas -yo no tengo hijos, pero estoy
casada- que es muy importante y yo creo que para todo hay un momento y
lo más importante es que hay que tener una cierta madurez para cada
situación, cada uno debe tomar sus decisiones de acuerdo a la experiencia,
de acuerdo a su manera de pensar. Yo creo que hay que transmitirle a las
nuevas generaciones que para todo hay un momento y que lo mejor es tener
una cierta madurez para llegar a cada cosa que se deba hacer. Y también se
cree que el ideal de un hombre o de una mujer es estudiar y tener una
carrera, casarse, tener casa y tener carro y NO, habrá personas que no
quieren tener eso y que no se sienten bien con eso, hay que llegar a ver si
eso lo hace sentir a uno bien y buscar lo que lo hace sentir bien” (Luz
Rodríguez, 23 de octubre de 2021)
De lo único que estoy segura es que busca ser una apuesta colectiva sin
garantías, la cual de acuerdo con Stuart Hall, es “una forma de analizar la realidad
social fuera de las estabilizaciones derivadas por los determinismos establecidos y
sin las violencias epistémicas hechas en nombre de idealizaciones morales o
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políticas”(Hall, 2010, pág. 10), ya que pese a todos los esfuerzos que haga por
desenmascarar e interrumpir los discursos que se han creado e impuesto alrededor
de las ideas que sujetan el amor romántico, a través de la creación de un espacio
colectivo intergeneracional para mujeres, nada me garantiza que vaya a lograr una
transformación en mí y en todas las mujeres a las que va dirigida nuestra campaña.
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Será un espacio intergeneracional, con mujeres heterosexuales, solteras,
casadas, viudas y separadas, de clase media con origen popular, con creencias y
prácticas religiosas; características que comparto en su mayoría y que describen el
contexto en el que he vivido a lo largo de los años. Me decanto por este grupo de
mujeres que han creído por años en la magia del amor romántico, el cual se sustenta
en el mito de la complementariedad y la naturalización de que las relaciones afectivo
sexuales solo pueden ser heterosexuales; al fin y al cabo, eso es lo que nos
muestran las telenovelas colombianas, en donde sus protagonistas son mujeres,
por supuesto, heterosexuales, que pasan por distintas dificultades y que en diversas
ocasiones dejan de lado sus pasiones para lograr que el protagonista, su amor ideal,
se fije en ellas, lleguen a ser deseables para él y que logren que este hombre sea
feliz a costa de su propia felicidad. Esta concepción del amor supone una
dependencia vital y la normalización de ciertas formas de relacionarse sin
cuestionar las dinámicas desde las que se presentan estas relaciones desiguales,
en donde,
“A las mujeres se nos dice que somos nosotras las que tenemos que cuidar
de las emociones y del amor; nos vemos obligadas a estar pendientes de los
demás. Que nosotras tenemos que dar todo ese amor, pero no podemos
pedir nada a cambio; es decir, se rompe la reciprocidad en perjuicio de la
mujer. Al fin y al cabo, si no se te permite pedir nada, tampoco estás a un
mismo nivel de poder. Otra forma de dependencia consiste en convencer a
las mujeres de que tienen que hacer lo que deben a cambio de amor, y no a
cambio de dinero; por tanto, lo que hace una mujer no es un trabajo, no tiene
valor. Existen muchas maneras de arrebatarnos la capacidad para exigir lo
que nos corresponde, lo cual nos relega a una posición de dependencia del
poder” (Esteban M. L., 2012, pág. 1)
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imponen la idea de maternidad como instinto y proyecto de vida. Como
consecuencia, en muchos casos empezamos a mentir, a esconder lo que realmente
sentimos y queremos en nuestras vidas. Al respecto, Margarita Pisano, afirma que
“nuestra capacidad de sentir, de razonar, de construir relaciones como un acto de
libertad de lo humano está atrapada por esta obligatoriedad, la obligatoriedad de
sentir amor” (Pisano, 1996, pág. 17).
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subyugado. A las mujeres se nos enseña a esperar y a amar a un hombre
con la misma devoción que amamos a Dios o esperamos a Jesucristo.
A las mujeres nos han enseñado a amar la libertad del hombre, no la nuestra
propia. Las grandes figuras de la política, la economía, la ciencia o el arte
han sido siempre hombres. Admiramos a los hombres y les amamos en la
medida en que son poderosos; las mujeres privadas de recursos económicos
y propiedades necesitan hombres para poder sobrevivir” (Herrera, 2012, pág.
1).
Es por ello por lo que, este proyecto político resalta la necesidad de articular lo
íntimo y lo corporal a la crítica de las relaciones de poder basadas en la dominancia
y las desigualdades. En tanto se identifica y reconoce esas creencias dañinas que
conciben el amor como una promesa, una regla para medir felicidad, una condición
para el merecimiento y una herramienta para controlar, principalmente, a las
mujeres. Lo anterior no como mandato verticalizado, sino como un discurso que se
experimenta de manera distinta de acuerdo con los matices que nos componen y
en los cuales nos situamos. Precisamente, a partir de este enfoque, con la intención
de desenmascarar las relaciones de poder que componen el amor romántico y sin
perder de vista la contextualidad que me constituye es que considero sumamente
relevante esta apuesta en el proyecto de los estudios culturales.
Actos del habla; propuestas y apuestas narrativas que nombran los dolores
que se cargan en el alma y las luchas que se suceden año tras año, década
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tras década, en el territorio del cuerpo y en los escenarios colectivos en los
que logramos encontrarnos y reconocernos como protagonistas de una
historia común… La historia de una utopía, donde el anhelo por alcanzar la
paz en medio de la guerra, nos ha obligado a entender que, para trazar la
ruta de una sociedad más justa y más humana, donde quepamos todos y
todas, hay que aprender a hilar fino para tejer procesos sociales sólidos; hay
que tejer el sentido de la vida todos los días, puntada a puntada; pero también
hay que aprender a destejer, deshilando las palabras, los gestos y los actos
que engendran el odio, la competencia y la desconfianza ... Hay que
reinventar la paz a pequeña escala para conjurar la guerra en los diferentes
ámbitos de la vida cotidiana… “
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nuestras pasiones, porque nos debemos al cuidado de lxs demás. La sociedad, ha
sido, por excelencia, el entorno para procesar estas ideas y deconstruirlas, pero
también para mantenerlas y reforzarlas.
Centrarnos en los relatos de las mujeres significa no sólo dar cuenta de cómo
vivimos y se vive el amor romántico, sino además de reconocer en nosotras un sentir
que cobra otros matices a medida que envejecemos. De hecho, a través del proceso
de la socialización es que “las personas, desde la infancia, vamos adquiriendo
conocimientos e interiorizando actitudes, maneras de pensar, sentir y actuar.
Hombres y mujeres aprendemos un sistema de valores y comportamientos
diferenciados según el sexo” (Nogueiras, Arechederra, & Bonino, 2012, pág. 19).
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“Desde la publicidad y los medios de comunicación, siempre se nos
amenaza, se nos dice que si no cuidamos nuestra belleza nos vamos a
quedar solas y nadie nos va a querer. Hay una especie de castigo para
mujeres “raras”, mujeres que no cumplen con su rol de cuidadora y de mujer
complaciente, mujeres que no cuidan su belleza” (Herrera, 2020, 6:12 s)
Esta premisa ha ocasionado que a medida que las mujeres vamos
envejeciendo se nos niegue el derecho a la pasión, pero no solo a nosotras, a los
hombres con el paso de los años, se les cuestiona, se les burla si se salen de un
esquema en donde “su capacidad de conquistar a mujeres, su virilidad son un
elemento imprescindible en la ejecución de su masculinidad” (Pizarro, 2006, pág.
71), en este sentido,
“se espera que el hombre tenga una vida sexual muy activa, reducida por lo
general a lograr erecciones y penetraciones sin mediar ningún tipo de
manifestación emocional (amor, sensualidad, ternura, etc.). De esta forma,
los hombres aprenden que pueden y deben separar sus emociones del
placer sexual, y a vivir su sexualidad bajo la idea falsa de que entre más
relaciones sexuales tengan con un gran número de personas, más hombres
son. Esta creencia lleva a muchos hombres jóvenes y adultos a situaciones
de angustia más que de placer, ya que se sienten obligados a demostrar
constantemente que son una potencia sexual. Esta forma de vivir la
sexualidad trae consigo ignorancia de las emociones, sentimientos y
necesidades afectivas y de placer, tanto propias como de la pareja, y en
consecuencia una incapacidad para relacionarse en el plano afectivo y
sexual” (Pizarro, 2006, pág. 35)
33
¿Cuántas veces hemos apartado la mirada de una escena que involucre alguna
situación sensual o sexual entre personas mayores, o cuánto nos ha costado
normalizar esta representación? y ¿cómo nos hemos enfrentado a esas disputas en
pro de deconstruir unos mandatos que a su vez dan cuenta del proceso social que
se necesita para estigmatizar ciertas situaciones?
34
Para este fin, se escogió la estética de algunas de las telenovelas colombianas
de los años noventa-dosmiles, correspondientes a momentos que presentan
personajes del público objetivo en las novelas seleccionadas. Estas capturas, las
cuales están representadas en algunos clips de la escena y collages de estas, son
usadas como material de archivo para hacer referencia a aspectos del amor
romántico, conceptos y representaciones, es decir, algunas de las telenovelas
seleccionadas se convierten en la excusa que permite articular ciertas
conversaciones que nos permiten ver cómo se materializan estos discursos en la
práctica. Me interesa con estas imágenes, fragmentos de escenas, mensajes de
difusión y retos, retomar algunos personajes icónicos y situaciones particulares y
establecer un vínculo con la estética novelera en Colombia. Las novelas que tomaré
como referente son: Yo soy Betty la fea, El último matrimonio feliz, Hasta que la
plata nos separe, Pasión de gavilanes y Victoria, telenovelas quehan sido repetidas
en múltiples ocasiones, - porque tienen rating, aceptación, lo que habla de las
representaciones culturales en las cuales se enmarcan- por los dos canales
privados de televisión nacional: RCN y Caracol, empresas que han conseguido el
monopolio del entretenimiento, dando prioridad a lo económico.
“las novelas y películas de historias de amor con final feliz, las canciones
románticas, las series románticas en internet, los cuentos infantiles de
princesas, las revistas del corazón…Es una industria muy poderosa que
fabrica sueños románticos y gana millones de euros cada año vendiendo un
35
paraíso romántico que no existe, pero que sirve para entretener y controlar a
las mujeres necesitadas de amor” (Herrera, 2020, pág.17)
36
Ospina, V. (2020) Corazón [Ilustración] En Calendario Renacer 2021 @vivi.anawildflower.
Antioquia, Colombia.
37
las lógicas del sistema de sexo-género2, es decir, afecta igual tanto a mujeres como
a hombres? y, en este sentido, ¿cómo las personas no binarias y de género fluido
han construido relaciones sexuales-afectivas desde el amor romántico?
Es importante rescatar que así como nosotras, las mujeres, como sujetas
históricas hemos venido trabajando por muchos años para vivir libres, seguras,
tranquilas y sin miedo, el feminismo está en construcción permanente y los hombres
están comenzando a cuestionarse, a hacerse preguntas, a trabajar para liberarse
de los patriarcados que los habitan; en efecto, “cada vez hay más colectivos de
hombres que trabajan en el ámbito de las masculinidades: hombres igualitarios,
feministas o aliados del feminismo que también están trabajando en lo personal y
2
Definido por la activista y antropóloga cultural Gayle Rubin como “el conjunto de disposiciones por el que
una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana, y en el cual se
satisfacen esas necesidades humanas transformadas” (Rubin, 1986, pág. 97)
38
en lo político” (Herrera, 2019, pág. 146). Al respecto Javier Omar Ruiz, cofundador
del Colectivo Hombres y Masculinidades, quien se reconoce como pro feminista,
afirma que “un hombre no puede ser «feminista» o «pro feminista» parado en un
sistema machista o en las lógicas de dominación masculinas. Esa apuesta nos exige
unos procesos de transformación (Compilación Ediciones La Social, 2017, pág. 48).
Los hombres, tienen mucho por trabajarse y deconstruirse, de hecho, cuando le
pregunté a un amigo que hace parte de este Colectivo, si conoce escritos o proceso
de investigación juiciosos sobre el amor romántico hecho por hombres , me dijo: no
he identificado textos escritos por hombres desde este enfoque. Tengo el de Coral
para hombres que ya no hacen sufrir por amor
39
Las clases altas se salen más de los aspectos típicos asociados a lo
romántico y a asociarse a regalos o eventos de buen gusto, las clases populares
utilizan más los obsequios como recurso para expresar los sentimientos, “presentan
una mayor inclinación hacia la espiritualización de esos bienes, que aparecen como
elementos portadores del efecto romántico” (Illouz, 2009, pág. 346). Las exigencias
culturales, implican la valoración de la comunicación y la demanda de intensidad
para que no se pierda el amor, la magia. Sin embargo, estas demandas surgen en
contextos ajenos, en los cuales no se tienen medios económicos, en muchos casos,
para llegar a cumplirlas.
“Para que el que vende su fuerza de trabajo pudiera llegar al lugar en donde
ocurre la producción (y los sitios de distribución, publicidad y otras
actividades que permiten e incentivan la realización de lo producido), hubo
un trabajo que posibilitó un lugar en donde durmió la noche previa con
comodidades mínimas que permitieran el sueño, había vegetales,
legumbres, carnes u otros alimentos cuya transformación ocurrió
necesariamente para que fueran comestibles, hubo hasta ropa dispuesta. Es
decir, una persona creó las condiciones necesarias que permitieron que
asistiera al lugar de producción. A esa persona se le asignó un trabajo que
no se ubica en los espacios de producción y que sin embargo es
indispensable para esa producción. Dicha persona muy probablemente era
una mujer, pues en el capitalismo se asigna la responsabilidad del
trabajodel hogar en forma distinta, según los cuerpos sexuados” (Vergara,
2015, pág. 1)
42
1980, pág. 29), mientras podamos percibirnos como deseadas, como consumibles
“mientras puedan ser satisfechas las necesidades sexuales y emocionales del
varón” (Rich, 1980, pág. 31), porque cuando esto deja de ser así, pasamos a ser
mujeres desechadas.
Por otro lado, Monique Wittg, filósofa francesa, feminista materialista, “como
para todas las materialistas, los hombres y las mujeres se definen por una relación
social que es de clase, concretamente, son clases de sexo, relación que está ligada
el sistema de producción, la división social del trabajo y la apropiación individual y
colectiva” (Curiel, 2012, pág. 9) define la heterosexualidad “no como una institución
sino como un régimen político, que se basa en la sumisión y la apropiación de las
mujeres” (Wittig, 2006, pág. 15), que se hace por ejemplo desde el lenguaje, que
ha sido apropiado por los hombres y es por esto que su propuesta es “liberar a las
mujeres por medio del habla. Plantea la emancipación al intentar establecer la
subjetividad a través del habla. Este es el reto lingüístico que liberará a las mujeres
de la alineación del lenguaje” (Sánchez, 2013, pág. 180), en este sentido, empieza
a ver el lenguaje como un campo político.
“el amor romántico para los hombres está desde el control desde la posesión
y por esa razón es que muchos feminicidios son ejecutados por ex parejas,
porque ellos sienten que: ¡tú no me puedes dejar!,¡tú eres mía!, es decir, esa
posesión. Para las mujeres es la sumisión. Si es ese amor romántico, los dos
viven ese amor romántico, pero ellos desde el control y desde el poder,desde
la posesión” (Yannia, 23 de octubre de 2021)
Así, para Wittig, las mujeres debemos romper ese contrato social
heterosexual, creando uno nuevo, saliendo de nuestra clase- mujeres-, desde las
cuales los hombres se han apropiado históricamente, lo cual implica abandonar
este contrato, una por una, -de hecho, ya lo estamos haciendo- “las lesbianas
somos desertoras, esclavas fugitivas; las esposas desertoras están en la misma
situación” (Wittig, 2006, pág. 71). Crear un nuevo contrato, puede parecer una
utopía, sin embargo, “se nos niega un nuevo orden social, si se nos dice que éste
sólo existirá en palabras, entonces tendré que encontrarlo en mí misma” (Wittig,
2006, pág. 71). Esta es una apuesta fundamental que tiene
SinFechaDeVencimiento y que se conecta con los estudios culturales, en tanto
puede verse de manera utópica, irreal, pero que al entender que soy mi propio
hogar y que puedo encontrar en mí misma de la mano con muchas otras mujeres,
cuestionamientos para que estos códigos queden cada vez más endebles, formas
diversas de romper con ese contrato social. En este sentido, la tarea no se vuelve
tan utópica, si la transformación parte de mí misma, de nosotras mismas como
colectiva y como protagonistas e hilanderas de nuestras propias experiencias,
desde nuestra cotidianidad, desde el reconocimiento, el acompañamiento y el
establecimiento de relaciones con otras. Al respecto, autoras como Veena Das,
argumentan que,
Frases provocadoras…
“una relación social específica con un hombre, relación que otrora hemos
llamado servidumbre, relación que implica obligaciones personales y físicas,
tanto como obligaciones económicas (“asignación a residencia”, tediosas
tareas domésticas, deber conyugal, producción ilimitada de hijos e hijas,
etc.), relación de la cual escapan las lesbianas, al negarse a ser
heterosexuales” (Wittig, 2006, pág. 55)
Para la autora, “el género es una división de los sexos socialmente impuesta.
Es un producto de las relaciones sociales de sexualidad. Los sistemas de
parentesco se basan en el matrimonio; por lo tanto, transforman a machos y
hembras en ‘hombres’ y ‘mujeres’” (Rubin, 1986, pág. 114). En este sentido, el
sistema sexo/género se constituye como un ordenamiento a través del cual un
cuerpo sexuado macho o hembra, se transforma a través de la cultura en hombre
o mujer y lo que esto significa en términos de los roles que se nos asignan de
manera natural. Así, el género, implica la identificación con un deseo sexual hacia
ese otro, opuesto, lo que está estrechamente ligado con la heterosexualidad
obligatoria, a la que hace referencia Adrienne Rich.
3
“incremento, o al excedente por encima del valor originario” (Marx, 1998, pág. 184)
47
De manera que se necesitan hombres y mujeres de ciertas características
para que produzcan lo que tienen que producir y hagan lo que tienen que hacer,
según ese sistema social complejo de producción, en donde se debe garantizar que
las fuerzas de reproducción hagan su trabajo y por supuesto, los hombres tienen
que aportar en la cadena productiva, y deben inseminar a estar reproductoras. Por
ello, se suprime y oprime la homosexualidad como parte del sistema de reglas y
relaciones.
Lo anterior sustentado en Olivia López & Edith Flores (2017), para quienes
el estudio de las emociones ha pertenecido históricamente a las disciplinas psi, en
tanto las emociones “fueron producidas como artefactos científicos por la psiquiatría
y la psicofísica en el siglo XIX, cuyos discursos las definieron como entidades
orgánicas de la mente” (pág. 191), de hecho, tanto psiquiatras como psicólogxs, han
tratado de explicar aquellos comportamientos caracterizados como indeseables a
través de términos que se han difundido entre las personas y que han llegado a
establecer diferencias binarias -dignx-indignx, admiradx-despreciadx, valiente-
cobarde- entre las mismas, estableciendo jerarquías para juzgar a otrxs (Gergen,
2018)
Sin embargo, algunas organizaciones fundadas y coordinadas por psicólogxs
como la Asociación Psicológica Raíces Violentas en México, Puenteras y Narrativoz
en Colombia, por solo nombrar algunos ejemplos que he conocido, le han venido
apostando a la construcción psicosocial de forma crítica, a la prevención y
erradicación de la violencia de género en personas de extrema pobreza y al
autoconocimiento de las mujeres. Estas organizaciones tienen algo en común y es
que tienen una postura crítica frente al modelo del amor romántico y a través de
talleres, cursos y publicaciones digitales han construido espacios de construcción
que nos invitan a cuestionar, a reflexionar y a fortalecer el amor propio. Así desde
su quehacer y apuesta política, rompen con ciertos discursos modernos, impuestos
desde el discurso “psi”.
Por otro lado, la doctrina cristiana nos ha permitido darle cabida al
sufrimiento, de hecho, de esta doctrina, ampliamente influyente en la cultura
colombiana, viene el gusto por el derramamiento de lágrimas, por la nostalgia, el
dolor y la angustia, exhibidos sin pudor precisamente porque las relaciones violentas
se basan en la creencia de que el amor “verdadero”lo perdona y lo aguanta todo, “el
amor todo lo puede”. Estas frases fácilmente se emulan con el sacrificio, con el dar
sin esperar, con aceptar lo que no cambia, peroa la vez esperando siempre ese
cambio como esperanza que la ataja de la separación, más aún en tiempos de
50
pandemia, en donde son preocupantes las relaciones que implican convivencia entre
mujeres y sus agresores, en cuanto estánconstituidas por amenazas, dependencia
económica y emocional, encierro, un espacio que se convierte en un infierno para
quienes viven ahí, en la medida en queno solo terminamos las mujeres viviendo con
nuestro enemigo, sino que nuestrxs hijxs se convierten en “presas del miedo por las
reacciones inesperadas de furia, viven con miedo de que un golpe pueda matar a
su madre o de creer que no hay salida para esa situación ni en contexto de
cuarentena, ni fuera de ella” (Virrueta, 2020)
También, nos han dicho que ese sufrimiento y aguante, traerá una recompensa,
lo cual se ha convertido en una carga de culpa que se ha construido y difundido en
las tradiciones religiosas, a través de apartados bíblicos como las
bienaventuranzas, la exhortación apostólica postsinodal AMORIS LAETITIA del
papa Francisco, y otros versículos de la biblia que dan las pistas sobre cómo se
compone el amor, cómo crece y cómo se mantiene intacto. De hecho, una de las
mujeres que hace parte del laboratorio, nos comentó en la tercera sesión que una
de las formas más importantes que ha encontrado para sanar sus heridas ha sido a
través del catolicismo. Algo que particularmente me generó muchos
cuestionamientos fue una conversación que tuve con una mujer víctima de violencia
sexual en el marco del conflicto armado, quien me comentó que “ella sentía que
Dios hace las cosas por algo y que tal vez tuvo que sufrir todo eso porque algo mejor
le esperaba”. Inmediatamente, pensé en una de las respuestas que una de las
mujeres del círculo de apoyo afectivo compartió cuando les pregunté si
consideraban que hay una relación entre el amor romántico y la religión cristiana,
para ella había una relación directa porque “la religión nos enseña amor, respeto y
mucho más. Pues el amor viene de Dios y él mismo es amor”. Respecto a esta
misma pregunta en la socialización una de las compañeras comentó que,
La pregunta generó algunas dudas, ya que es una pregunta que puede llegar a
cuestionar lo que Yannia, una de las compañeras del laboratorio considera son:
“cosas importantes en tu vida”. Respecto a esta pregunta, Ximena una joven de
Fusagasugá, Cundinamarca, comentó:
52
"Esposas, sométanse a sus esposos, como conviene en
el Señor. Esposos, amen a sus esposas y no sean duros
con ellas". (Colosenses 3:18-19)
53
El sometimiento también se ha asociado con el llamado paraíso, ese lugar
desconocido pero que se nos ha pintado como maravilloso y donde seguramente
encontraremos la felicidad y la paz perpetua. En nuestras conversaciones, una de
las compañeras del laboratorio comentaba que: “el matrimonio ante los ojos de Dios
es para toda la vida, así que debo soportar lo bueno y lo malo. Cuando me caso
ante la iglesia sé que Dios me da la bendición y todo saldrá bien ante los ojos de
Dios” (Alma, 09 de octubre de 2021). Estas afirmaciones las he encontrado más de
lo que quisiera en uno de mis círculos familiares y no tiene que ver con un nivel
educativo o un estrato social en específico, sino con unas supuestas verdades que
se han constituido como universales y que están aprobadas por Dios.
“Mi papá tenía su otra familia y a mi mamá le dio muy duro y nos alejó, las
llamaba las bastardas y tengo tres hermanos y no nos dejaba hablar con “los
bastardos de mi papá” es muy fuerte pensarlo y para mí fue muy fuerte
pensar que mi mamá tan católica, aún para ella ese proceso es muy muy
54
fuerte y no las puede ver, pero para mí encontrarlas a ellas como hermanas,
realmente somos muy parecidas estudiamos en el mismo colegio, tenemos
sufrimientos muy parecidos, entonces ha sido increíble pero sí, espero poder
superar ese término arcaico que me marcó desde niña” (Ana, 16 de octubre
de 2021)
Según Coral Herrera (2007) “la pasión tiene ese trasfondo teatral que toma su
máxima exponencia en las telenovelas latinoamericanas” (pág.23)
Libros como amar o depender de Walter Riso; las mujeres que aman demasiado
de Robin Norwood; los hombres son de marte y las mujeres son de venus de John
Gray, solo por nombrar algunos libros, pretenden dar pautas para que las parejas
logren amarse profundamente, que las mujeres que están amando demasiado,
cambien su forma de amar; y que como los hombres y las mujeres son de planetas
diferentes en tanto se comunican, sienten, reaccionan, aman y necesitan diferente,
en cuanto reconozcan esas diferencias, nos dice Gray, podemos ser más
afectuosxs.
Si nos damos cuenta los manuales, guías, mapas de autoayuda que acabo de
mencionar- que son considerados clásicos- son escritos por hombres, lo que me
hace pensar en esto que dice Coral Herrera de que “la mayor parte de los gurús de
la felicidad son hombres, y muchos de ellos, de derechas” (Herrera, 2021), con
55
derechas se refiere a una ideología basada en la creencia de que somos lo que
somos porque queremos, porque no hemos querido salir de ese estado, por ejemplo
de la pobreza y que en el momento en el que deseemos algo con mucha fuerza,
triunfaremos. En este sentido, al hacernos creer que tenemos que invertir todo
nuestro tiempo en trabajar en nosotrxs mismxs, “aumenta la venta de libros de
autoayuda que insisten en el trabajo personal, “la búsqueda interior”, el desarrollo
de capacidades para crear escenarios laborales y emocionales estables” (Bard,
2018, pág. 68)
56
La soledad: del estigma al disfrute
“Las yonkis no nacemos, nos hacemos.
Desde niñas nos cuentan muchas historias,
novelas, historias del amor, pensando en el amor
como la máxima aspiración:
encontrar a su príncipe azul,
a su media naranja. Y
nos dicen que siempre
estamos incompletas”
(Herrera, 2020,29 s)
57
Nos hemos contagiado en algún momento del virus del amor romántico,
nuestras vidas se han configurado alrededor de la dependencia emocional, de la
espera incesante y de la rivalidad entre nosotras que hace que constantemente nos
comparemos, que nos sintamos feas, viejas, gordas e incluso que no construyamos
redes de apoyo entre nosotras y es precisamente ahí, en la construcción de redes
sociales y afectivas en las que podemos tratarnos, hablarnos, querernos bien, y
cuidarnos mucho entre nosotrxs, en este orden de ideas como afirma Coral Herrera,
El fragmento previamente citado, hace parte del cuento, “La joven tejedora”
de Marina Colasanti, periodista, escritora e ilustradora ítalo-brasileña, que en el
texto relata la historia de una joven que conseguía todo lo que quería tejiéndolo, en
un momento sintió que necesitaba una compañía, así que tejió a quien sería su
58
esposo y pensaba en que en el futuro tendrían hijxs, pero se dio cuenta que este
hombre aprovechándose de su don, quería tenerlo todo y la sometía como una
esclava, entonces ella decide destejerlo, y destejer todo aquello que él le había
pedido tejer; allí se dio cuenta que quería volver a estar sola y que estaría
nuevamente feliz. Leer este texto en la segunda sesión del círculo de apoyo afectivo
y resiliencia colectiva, generó que una de las mujeres que asiste al espacio dijera
“cuando pensamos en mujeres víctimas, pensamos en que la mujer tal vez es una
mujer sin sueños, entonces llega el hombre y te comienza a exigir. En el cuento la
joven tejedora toma la decisión y lo desteje, para mí esto significa que está en
nuestras manos cambiar” (Yannia, segundo encuentro, 2 de octubre de 2021)
Esta es una historia que quise traer en este apartado, porque me lleva a
recordar el costurero de la memoria: kilómetros de vida y de memoria, el cual más
allá de un espacio, es un proyecto que posibilita la inclusión de memorias colectivas
que narran el padecimiento y las formas de resistencia de las víctimas del conflicto
armado, permitiendo que se generen reflexiones a partir del reconocimiento del otro,
para que desde el ser y el hacer de cada persona, se promuevan transformaciones
sociales (Girón, 2014). Su directora, Claudia -quien estuvo en los dos encuentros
de la campaña #SinFechaDeVencimiento, desenmascarando el amor que duele-,
nos compartió este cuento como una invitación para que todas lo leamos pero
además como parte de un ejercicio de autoreflexión en el que ella nos dijo: “en la
medida que uno vaya creciendo y madurando, uno es más exigente [...]llega un
momento en el que uno dice, yo no me mamaria un tipo que en estas épocas de mi
vida venga a mí a decirme qué tengo que hacer, a qué horas, que me controle.
Porque si la gente confunde eso con el amor, perdimos”
59
El cuento me gustó porque ella tomó una decisión y se destejió, eso para mi
fue fabuloso porque yo siempre le digo a las mujeres que está en sus manos
cambiar y sus decisiones son las decisiones que ellas tomen para mejorar
esa vida de maltrato que tienen. No solamente la decisión legal, cuando ellas
vienen a mí vienen por una cuestión legal, pero yo como abogada pongo la
parte legal detrás de la emocional. Hasta que ellas no tengan fuerza para
tomar decisiones, no lo van a poder hacer. Entonces me sentí identificada”
“la soledad puede ser vivida como metodología, como proceso de vida. Tener
momentos temporales de soledad en la vida cotidiana, momentos de
aislamiento en relación con otras personas es fundamental. y se requiere
disciplina para aislarse sistemáticamente en un proceso de búsqueda del
estado de soledad” (Lagarde, 2012, pág. 3)
Ospina, V. (2020) Las manos de engendra. Nuestras heridas las sanamos juntas y con
ayuda de la madre naturaleza [Ilustración] En @vivi.anawildflower. Antioquia, Colombia.
61
Este espacio representa la materialización de un sueño que teníamos un
grupo de amigas desde hace varios años, de esos sueños que salen de las
conversaciones en medio de los encuentros y las celebraciones de la vida. De esos
sueños y propósitos que muchas veces pareciera que quedaran en el aire, que
nunca se volvieran a hacer realidad, pero que nunca se olvidan, y definitivamente,
nunca lo olvidamos. Por ello, decidimos agendar una conversación juntas, para ir
tejiendo ideas y creando el círculo de apoyo afectivo y resiliencia colectiva, un
espacio de todas, por todas y para todas.
Lo primero que hicimos fue realizar un sondeo difundido por medio de redes
sociales del 16-27 de agosto en donde además de preguntar por temas generales
de caracterización como: nombre, edad, identidad de género, profesión/ocupación,
ciudad y correo electrónico, se les preguntó: ¿qué es lo que te(nos) duele?, ¿qué
temáticas te gustaría que abordaramos para incentivar el amor propio? y ¿estarías
interesadx en participar en un círculo de apoyo afectivo en el que construyamos
herramientas colectivas para incentivar el amor propio?
62
También nos dijeron que les gustaría trabajar en: las emociones negativas
de mi adolescencia; el empoderamiento; el cuidado personal; mi autoestima, creer
más en mí y sanar mis relaciones con los hombres; la relación con mi cuerpo;
aprender a ser una mujer más fuerte sin perder la sensibilidad por las emociones
de los demás; la seguridad personal; mis derechos como mujer; los secretos íntimos
que las mujeres no podemos decir o contar, los silencios que nos hacen daño; la
resiliencia y el sentido de la vida; la creencia que el amor real, verdadero,es aquel
que se asemeja al amor romántico, al que duele, el que te mantiene con una
sensación de adrenalina, el que te hace llorar y te hace sufrir en pago de unos
minutos de éxtasis; deconstruir el amor romántico y el patriarcado cotidiano que es
doloroso y creo que trabajando juntas es más fácil luchar; quiero trabajar en mi
miedo a pertenecer a un grupo, quiero aprender a sentirme contenida y vivir la
sororidad; quiero trabajar mi sororidad, mi empatía y la confianza en mí misma.
63
Teniendo en cuenta estos resultados, el día 26 de agosto, nos reunimos
Angélica Rodríguez, Ana María Barragan y Angélica Gutiérrez, como
representantes de Fundación Al Derecho, Ana Barragan Design y el proyecto
SinFechaDeVencimiento, para revisar los resultados del sondeo, construir las
temáticas y coordinar algunos aspectos relacionados con la primera comunicación
oficial, en donde damos respuesta a algunas preguntas que encontramos en el
formulario respecto a los horarios, fecha de inicio y forma de pago de quienes están
dispuestas a realizar un aporte voluntario, por las ocho sesiones.
64
herramientas que compartamos, los cuales se convertirán en insumos
fundamentales para las acciones de réplica en sus vidas, sus entornos y
comunidades, lo que constituye una de las apuestas de este círculo de apoyo
afectivo y resiliencia colectiva. De esta manera, todas seremos las constructoras de
un espacio colectivo, sanador, que incentive y fortalezca redes de afecto y de amor
propio.
2. Acuerdos
3. Creación de
máscaras
4. Escritura y lectura del
relato
5. Lectura: la felicidad
es política
6. Manifiesto político
amoroso # 1 y
afirmaciones.
65
4. Actividad del
La niña interior y mis vínculos cangrejo: ir al pasado
primarios. 5. Escritura de la carta a
la niña interior
6. Lectura: La joven
tejedora. Se retoma el
texto de la felicidad es
política
7. Manifiesto político
amoroso # 2 y
afirmaciones
66
“soy la protagonista
de mi propia historia”
4. Lectura semanal: lo
tuyo no es un
problema personal, es
político. Coral Herrera
67
6 de noviembre No seremos libres hasta que 1. ¿Cuáles son mis
todas lo seamos. fortalezas y
capacidades como
tutora de resiliencia?
2. Construcción de la
receta emocional-
ingredientes
¿Cómo es mi relación
conmigo?
¿Cómo es mi relación
con las personas
cercanas?
¿Cómo es mi relación
con lxs otrxs?
Socializar un
momento en el que
nos dimos la
oportunidad de
cambiar
2. Presentación de
propuestas de
sanación colectiva en
sus propios entornos.
3. Premiación mujeres
amantes de sí
mismas
68
cuidadosa conmigo misma. Debía aprender a amarme y empezar a escribir mi
propia historia.
Contarles que durante muchos años había pensado que podía hacer todo
sola pero que con los años he ido aprendiendo que esto es un trabajo colectivo, que
implica construir una red de afecto, de apoyo, cada vez más sólida, más fuerte y
más amorosa. En este proceso me he podido encontrar con personas maravillosas,
en las que he encontrado palabras de aliento, que han impulsado mis locuras, me
han hecho recomendaciones, pero que también han entendido mis espacios de
soledad.
Quería que saliéramos de las ocho sesiones siendo diferentes a las personas
que entramos. Mi interés era construir un espacio poderoso, amoroso, en el que se
creen sólidas redes de apoyo y afecto, que nos permita no sentirnos solas,
abandonadas, sino que podamos establecer redes de confianza entre nosotras. Mi
propósito es que fuera un espacio de diversión, en el que nos sintiéramos acogidas
y en el que disfrutáramos la experiencia.
70
Las sesiones estaban divididas en momentos. En un primer momento,
cuando las compañeras participantes de este espacio nos contaban cuál había sido
su interés en hacer parte del mismo y querer construir colectivamente, nos decían
una mujer de Panamá y otra de Ecuador, que trabajan con mujeres víctimas de
violencias, que veían aquí “un espacio que buscaban hace muchísimo tiempo,
porque es desgastante representar a mujeres. Cuando vi la convocatoria, pensé:
me están mandando lo que necesito, lo que quiero. Necesito este espacio y todas
las mujeres lo necesitamos” (Yannia, 25 de septiembre de 2021), porque respecto
a la pandemia “no ha habido forma de cómo comunicarnos y cómo contar lo que
nos pasa y sentimos en la virtualidad. A veces cargas muchas cosas y no tienes
cómo soltarlo” (Lourdes, 25 de septiembre de 2021)
71
Máscara elaborada por Cristina Puente de Ecuador
72
Manifiesto político amoroso #1
Queremos que este espacio sea un lugar seguro, sin críticas, sin juzgamientos.
Manifestamos que este es un espacio que necesitamos, que buscamos.
Queremos que sea un espacio sanador, un espacio para comunicarnos entre
mujeres.
Queremos que sea un espacio que nos permita entrelazar brazos con mujeres de
todo el mundo.
Queremos fortalecer redes sólidas de afecto, de apoyo con otras mujeres,
queremos construir espacios de confianza y sobre todo de amor propio.
Queremos construir herramientas colectivas y colaborativas que nos sirvan para
apoyar a otras mujeres, para abrazarlas, entenderlas y apoyar su proceso de
transformación.
Pero más allá de abrazar a otras mujeres, queremos abrazarnos, desmitificar y
desnaturalizar esas cargas culturales que se nos han impuesto, queremos
replantear el amor.
Queremos aprender, queremos fortalecer nuestras habilidades como creadoras y
como artistas. Sabemos que con nuestras manos podemos hacer muchas cosas,
podemos limpiar el alma, con las manualidades nos liberamos de las cargas del
día a día, nos desestresamos y nos llenamos de mucha paz.
Queremos darnos el tiempo de sanar esos dolores, esos miedos, esas
desconfianzas que hemos sentido y que aún sentimos.
Queremos reconocer esos días serenos, felices, pero también los angustiantes y
dolorosos.
Queremos encontrar otras formas, nuestras propias formas de amarnos y
valorarnos.
Queremos encontrar en la máscara una herramienta de comunicación que nos
ayuda a la transformación, una herramienta que nos permita reconocer nuestras
emociones.
Tenemos la esperanza de que todo va a ir mejorando y vamos a ir dando nuestros
propios pasos en nuestros tiempos, a nuestro ritmo.
Decretamos este espacio como un círculo en donde los sentimientos florecen, en
donde despediremos lo que tengamos que despedir y acogeremos lo que
sintamos necesario.
Sabemos que no estamos aquí por casualidad y que, en nosotras mismas, iremos
encontrando nuestro propio hogar.
Laboratorio: círculo de apoyo afectivo y resiliencia colectiva.
73
De esta sesión pudimos concluir que no nos encontramos y nos
reencontramos en este espacio por casualidad. Que queremos transformar, creer
en nosotras, abrazarnos en la contradicción, que consideramos este espacio como
un lugar donde afloran los sentimientos y que en medio de las muertes cercanas
que hemos tenido, estamos explorando la posibilidad de despedirnos, de continuar
a nuestros ritmos porque consideramos que la vida es un milagro y que la felicidad
es política.
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Algunas frases que salieron de esta sesión y que nos acompañaron durante
esa semana, son las siguientes:
Lo que nos han dicho que es “ser mujer en los diferentes ciclos de la vida”,
nos llevó a evocar nuestras infancias y con ellas las rondas infantiles y sus letras
machistas que desde pequeñxs hemos ido asimilando, naturalizando y hasta
romantizando, sin cuestionar los roles y cualidades que se nos otorgan sobre todo
a las mujeres desde que somos unas niñas. A su vez, pensar en nuestra niñez, en
la niña interior, nos llevó a hablar sobre los objetos simbólicos que teníamos y aún
conservamos o en los que tal vez nunca tuvimos o no recordamos haber tenido.
También nos hizo pensar en las personas, en los lugares, en los colores, en los
sabores, en los apegos y en momentos específicos de nuestras vidas.
“Me transporté a un momento feliz que era cuando practicaba ballet y bailes
típicos panameños. Verme vestida bailando, me gustó. Ví a mis papás, a mi
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papá y a mi mamá y me gustó mucho ver a mi mamá, ella ya murió y cuando
la veo en fotos y la sueño, es algo mucho. El ejercicio me relajó mucho”
Yannia
“Compartir un espacio de mujeres donde hay cosas que no son bien vistas
en la sociedad y son invisibilizadas por la familia, por todo el mundo y más
cuando uno coloca límites como mujer y empieza a priorizarse como una
persona que derechos y que tiene el poder de decidir qué quiere para su vida
y qué no le suma. Obviamente eso deja muchos rezagos y muchas huellas
negativas.
Quiero autoevaluarme y dejar de culpar al resto del mundo. Quiero ver en
dónde estoy, qué fue lo que pasó y hacer una auditoria y ver qué procesos
voy a tomar para mejorar los resultados, si no estoy conforme dónde estoy”
(Diana, segundo encuentro, 2 de octubre de 2021)
Con el ejercicio de escribir una carta a nuestra niña interior reconocimos, más
allá de querer romantizar, como lo comentó Johana “tenemos cada una, una
percepción diferente de la niña”, ella no la leyó, solo nos comentó que para ella su
carta,
“Fue fuerte, no hubo palabras de cariño y amor, creo que tengo que quererme
un poco más desde ahí. Creo que he sido muy fuerte conmigo y hay mucho
dolor desde la infancia. Y sigo pensando: tienes que escribirte a ti misma
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que te quieres, tienes que también valorar las cosas bellas que no hiciste
notar en ese escrito”
¡Queremos soltar esos apegos que nos hacen devolver al pasado, queremos ser
libres!
Si volvemos al pasado será solo para construir, proyectar y dejar llegar lo nuevo.
Somos conscientes de que hay dolores que no han sanado, que se han quedado
congelados, pero que seguramente con el paso del tiempo iremos moviendo todo
aquello que hemos dejado guardado, todo aquello que nos han dicho que nos
sirve para ser “funcionales” en la vida.
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Recordar nuestra niña interior pasa por un proceso de conexión, pero también de
desconexión con nuestros primeros vínculos de apoyo, esos vínculos que se han
fortalecido pero que también se han fracturado con el paso de los años, como
consecuencia de los dolores de la infancia, a veces tan fuertes que no tenemos
palabras de cariño y amor para esa niña que nos pide querernos un poco más y
ser menos fuertes con nosotras mismas.
Nunca es tarde para sanar, para abrazar a nuestra niña interior, para tomar la
decisión de destejer aquello que no queremos en nuestras vidas, está en nuestras
manos cambiar y ayudar a que otras mujeres puedan tener vidas más felices,
porque como nos lo recuerda Coral Herrera, la felicidad es política. Para poder ser
felices, necesitamos infancias felices, aprender a tratarnos bien y cuidar nuestra
salud mental.
Hoy más que nunca decimos: “Yo amo a mi niña interior, yo abrazo a mi niña
interior, yo sano a mi niña interior”, “mi niña interior se desteje, se teje y se
renueva cada día”
Algunas frases que salieron de esta sesión y que nos acompañaron durante
esa semana, son las siguientes:
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En esta sesión fue fundamental empezar a ver el cambio en el discurso de
Ximena, por ejemplo, a quien conocí en Moneda Luna, un proyecto que materializa
el buen vivir; es un espacio donde se tejen redes y se intercambia comida, cositas
y cuidados, no dinero, a través de lunas. Una luna equivale a 1.000 pesos
colombianos. Cuando invité a las mujeres de Moneda Luna Fusagasugá al
laboratorio, Ximena dijo que le encantaría asistir por material, porque ella ya había
sanado todo. Sin embargo, en el momento de cierre de la segunda sesión, ella nos
comentó,
“yo dije que vengo por material, pero siempre hay algo que sanar, estoy en
mi proceso de sanación. Me estoy haciendo más fuerte. Es fuerte saber que
yo sí puedo hablar, que yo si puedo hacer porque a veces siento que soymuy
pasiva y muchas cosas que me dan rabia me las callo, pero estoy bien
guerrera. Estoy soltando a esa mujer que no decía nada, que ni siquiera
cuando los zapatos le apretaban, hablaba” (Ximena,2 de octubre de 2021)
Por su parte a los hombres se les encarga de trabajos que implican fuerza y
competitividad; proveen económicamente a la familia; se les asocia como
generadores de un patrimonio estable, se les considera fuertes y valientes y, pueden
relajarse después del trabajo, porque sus tareas en general son mínimas respecto
al triple rol que tenemos la mayoría de las mujeres.
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así que ellas son quienes generalmente les han pegado más que sus padres,
algunas porque no han convivido con sus padres y otras porque sienten que ellos
han sido ajenos a sus procesos y que “no se meten en nada”
Aunque Yannia escribió esta carta en singular, ella le escribe esta carta a sus
hermanas, porque,
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sanarlo, pero no se puede, es difícil, lo único que yo hago es no meterme en
la vida de nadie, antes sí trataba, ya entendí que no, ya ahora no. Mis 51
años me han enseñado que no y que pues yo soy católica y lo único que
hago es rezar por ellas, ese es mi consuelo.
A veces es duro, porque a veces en las reuniones familiares se escapa la
violencia, se escapan las malas caras y ¡ay Dios mío! y el maltrato y es duro”
Las violencias basadas en género nos han doblegado para que nos rijamos bajo
ciertos comportamientos que la sociedad espera de nosotras. Estas violencias nos
han ocasionado daño o sufrimiento físico, sexual, económico, patrimonial,
psicológico, tanto en el ámbito público como en el privado. Han sido un ejercicio
de poder, fundamentado en estereotipos sobre el deber ser, sobre esas relaciones
desiguales que se han impuesto entre hombres y mujeres.
Con el paso de los años frente a diversas situaciones de violencias por las que
hemos pasado, nos hemos sentido miserables, vulneradas, débiles, indignadas,
con profundos miedos. Ha sido difícil reconocer estas heridas, pero en
este proceso, también hemos ido reconociendo las heridas que tenemos como
mujeres, esas heridas que no solo pasan por mí, sino que es un asunto
profundamente colectivo y sistemático.
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Nos han dicho que trabajar juntas es peligroso, es nocivo, que seguramente se
convertirá en un problema y que definitivamente no podemos construir redes de
apoyo entre nosotras. Nos ha sido difícil salir de estos esquemas, de estas
prácticas, contar lo que hemos pasado, pero con el paso del tiempo hemos ido
reconociendo que la Juntanza de mujeres es un espacio de deconstrucción de
estas prácticas machistas que hemos normalizado y naturalizado.
“racionalmente cuando una lleva muchos años en este trabajo, es decir que
no, pero la verdad es que sí, desde el amor se justifican las violencias porque
muchas de estas violencias, que están ahí, que también he vivido en carne
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propia en su momento, sí justifiqué esas violencias, pensando que eso era
amor. No lo hago con la racionalidad que tengo ahora, sino lo hago con lo
que he vivido y siento que sí, he creído que el amor sí justifica la violencia,
que yo no esté de acuerdo con eso, es otra cosa. De hecho, yo también soy
católica-cristiana y siempre es bueno, poner la otra mejilla, el amor es
tolerante, el amor lo soporta todo, el amor lo aguanta todo y esos son
argumentos que están mal interpretados porque el amor realmente no tiene
nada que ver con eso, pero que socialmente y culturalmente, justifican esas
violencias” (Angélica M, 16 de octubre de 2021)
Respecto a las conductas que han tenido sus parejas sexo-afectivas con
ellas, de las siete mujeres, cinco seleccionaron que sus parejas cuando mantienen
relaciones sexuales, no toman precauciones para evitar infecciones de transmisión
sexual o controlar los embarazos, seguido por cuatro mujeres que han tenido
parejas celosas; parejas que no tienen en cuenta sus sugerencias y quieren tener
la última palabra y; parejas que las han presionado o presionan para tener
relaciones sexuales aunque ellas no quieran.
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Algunas reacciones que se generaron tras diligenciar y socializar los
resultados de la encuesta fueron las siguientes:
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“Me sentí indignada, porque con otras parejas he vivido todas estas
violencias. Ahora hago la autocrítica y veo que muchas de estas cosas las
permitía” Ximena
“Eso me pasó con el papá de mi hija, ya no está, pero sí viví esas violencias
y fueron muy fuertes” Luz Milena
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Así como hacemos un escáner por nuestras vidas, por diversos momentos
que atravesamos y hemos atravesado, tenemos que hacer una autocrítica amorosa,
esto no significa que tenemos que ser duras con nosotras y que vamos a afectar
nuestra autoestima, sino que como lo menciona Coral Herrera,
Así mismo, vimos una escena de la telenovela, Yo soy Betty la fea, en la que
Armando, el protagonista, y Mario, su mejor amigo, hablan de enviar a Betty a un
lugar lejano y horrible para que no dañe sus planes de matrimonio, lo que ellos no
saben es que Betty los estaba escuchando y que ya había descubierto que Armando
estaba jugando con ella. Las reacciones a estas tres escenas, no se hicieron
esperar, los comentarios estuvieron relacionados con la identificación de la
escalada de las violencias, con el gusto por verlas sin tener una mirada crítica
llegando a normalizar e interiorizar muchas de las acciones que se muestran en
estas escenas.
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En el segundo momento de la sesión, después de revisar el ciclo de las
violencias y su ejemplificación a través de algunas telenovelas colombianas, se
personificó el cuento de la princesa vestida con bolsa de papel, cuando les
preguntamos si lo habían escuchado, Johana dijo: “no, no lo había escuchado. Qué
historia tan linda. Creo que estas nuevas generaciones vienen dándole la vuelta a
las historias, a las canciones y enfocándose en otras cosas. Me sorprendió “ y lo
que Angélica, de Fundación Al Derecho le contestó: “claro porque los roles
tradicionales tal como los hemos estado analizando pensando en el sistema
patriarcal nos dicen otras cosas, pero hoy no estamos con el sistema, hoy nos
pusimos nuestros lentes violeta y con los lentes violetas empezamos a construir
nuevas narrativas”
Nos han dicho que más allá de ser mujer, lo importante es ser madre, de
hecho, nos han dicho frases relacionadas con el hecho de ser madres. Abordamos
la conversación por medio de la siguiente pregunta ¿ser madre es la “misión” de la
existencia de las mujeres?, lo que nos llevó a recordar las veces en las que nos han
dicho que tenemos que “ser” y “actuar” de ciertas formas para ser consideradas
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“buenas madres” y “buenas esposas”. Trajimos a la conversación las veces que
hemos querido ser madres y las decisiones que hemos tenido que tomar alrededor
de esta decisión, pero también recordamos las ocasiones en las que hemos tomado
la decisión de no ser madres y las críticas que hemos recibido a causa de ello.
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consideramos feministas, nos ha costado años aceptarlo, ha sido todo un proceso,
porque sabemos que se dice fácil, pero en realidad no es nada fácil
Algunas otras no nos llamamos feministas porque no queremos encasillarnos,
pero creemos vivirlos y explorarlos.
Estamos reescribiendo la historia y consideramos necesario que desde las
escuelas se hable de feminismos, porque, así como hay que estudiarlos, hay que
llevarlos a la práctica, a nuestra cotidianidad.
Nos hemos venido dando cuenta que lo personal es político, que no estamos
solas, que lo que nos ha pasado y nos sigue pasando, no es culpa nuestra ni
mucho menos obedecen a casos aislados. Por ello, como dice Coral, debemos
tejer redes de apoyo mutuo y solidaridad para cuidarnos entre todos y todas.
Hoy decimos:
¡Si nos dejan, no moveremos nuestro mundo por ustedes, sino por nosotras!
Queremos ponerles a nuestras historias unos finales diferentes, salidos de las
telenovelas, queremos ser las libretistas de una historia con lentes feministas.
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Una vez socializamos las respuestas, nos encontramos con que el amor
romántico es definido por este grupo de compañeras como:
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En la socialización de estas respuestas, encontramos que hay dos visiones
distintas respecto a lo que entendemos por amor romántico, una de las mujeres
es de Panamá y otra mujer es de Colombia, pero vive hace muchos años en Italia.
Desde su experiencia, nos contaron qué es para ellas el amor romántico y cuál
fue su percepción respecto a esta pregunta.
“Yo recuerdo que la primera vez que escuché amor romántico eso me chocó,
cómo que los mitos del amor romántico, eso me pareció descabellado yo soy
una romántica decía yo (risas), la cosa es que cuando empecé a leerlo
entendí y dije: wao esto es cierto. Con las preguntas me sentí cómoda porque
más o menos siento de que se trata y lamentablemente cuestionan cosas
importantes en tu vida, porque están dentro de nuestro ser, que la ratifican
las novelas, las canciones, todavía hay canciones que te dicen que quien
bien te quiere te hará llorar ¡ay Dios mío! Cuando tú comienzas a hacer esas
preguntas por primera vez sí chocan” (Yannia, 23 de octubre de 2021)
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Cuando establecimos algunas diferencias entre el amor romántico y el amor
saludable o amor compañero, fue fundamental que frente a la frase “quien bien te
quiere te hará llorar” , generó diversas reacciones en las compañeras que asistieron
al espacio, quienes recordaron expresiones relacionadas con esta frase.
“ustedes se aman como los cholos, se dice en Panamá, lo que quiere decir
es que si te pega es porque te quiere” (Yannia, 23 de octubre de 2021)
“Esto de que te quiero te aporreo, siento que ya no es así, esta es una etapa
superada por las mujeres, de pronto eso sucedía muchos años atrás. No sé
ustedes qué piensan, pero yo no creo que las mujeres de hoy en día digan
que si este me quiere, me pega. Posiblemente eso existió porque nuestras
mamás o nuestras abuelas, se dejaban pegar porque pensaban que eso era
amor, pero yo creo que en ese tiempo la mujer estaba sometida totalmente
al hombre y casi ella no tenía ni voz ni voto en la casa, y tenía que hacer lo
que decía el hombre, hasta en el plano sexual. Yo creo que es una etapa ya
superada, sin olvidarnos que hoy la mujer es golpeada, maltratada, yo no
vivo en Colombia, pero creo que en todo el mundo se da eso. Aquí donde
vivo (Italia) hay muchos casos y se ve todas las semanas que hay mujeres
que son golpeadas por el novio, por el compañero y por el esposo y a muchas
las llevan a la muerte. El problema de violencia a la mujer es muy real, pero
no sé si sea porque la mujer quiere liberarse, nunca me he logrado explicar
por qué hay tanta violencia de los hombres hacia las mujeres” (Luz Marina,
23 de octubre de 2021)
“Quiero decirle a Luz que yo no pienso que el asunto de que quien te quiere
te aporrea, haya sido superado, un caso puntual y en Bogotá que uno dice,
de pronto no se ve tanto como en lo rural, una amiga que es abogada atendió
a una chica que era su vecina y amiga y esta chica muy sorprendida siempre
le preguntaba a ella: ¿de verdad su pareja, no le pega nunca? y era muy
sorprendida; ella no podía creer que una pareja de una mujer no la
maltratara. Ella creía que todas las personas hacían eso y es una chica joven.
Entonces no es que se haya superado, está escondido” (Ximena, 23 de
octubre de 2021)
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“Yo me quedé un poco pensativa con el comentario de la compañera cuando
dijo que en pleno siglo XXI, no siente que pasen estas cosas. Particularmente
aquí en mi pueblo, a pesar de que no somos una comunidad que esté en el
centro de Panamá, estamos al interior. Aguadulce es un lugar donde más del
60% son profesionales y lo que yo atiendo, he atendido en 14 años, son
puras mujeres profesionales. Entonces tu no entiendes cómo tú como
profesional permites que te maltraten, que te peguen, que te digan tantas
cosas. Hace como un mes atendí a una contadora pública y vino llorando
porque perdió a su bebé hace como dos años cuando su niña tenía cuatro
años y desde entonces su ex marido, que en ese entonces era el papá de la
niña, su ex marido, desde ese tiempo hasta esa fecha la maltrata diciéndole
que ella tiene la culpa de que la niña muriera y es un maltrato psicológico. Y
yo le decía: tú no tienes la culpa, tú no tienes la responsabilidad de nada. Y
ella vive atormentada por las cosas que él le dice y eso que ya se dejaron.
Entonces eso es real. Parece una locura y no es porque hablo desde
Aguadulce, Panamá, pero cuando tu comienzas a leer, nada más sólo
puedes ir a leer España, las atrocidades que pasan en España y en todos los
países europeos, que tu dices ay no, esos países están bien, NO, Estados
Unidos, también. Esto pasa en todas partes, porque entonces caemos en el
principio feminista, lo personal es político y no ha dejado de ser así. El solo
hecho de que tantas mujeres mueran de feminicidio, la mayoría de estas
mujeres fueron víctimas de violencia emocional, psicológica, sino también
física y otras más. Lamentablemente es así, lo decimos desde la experiencia.
Invito a la compañera a que revise, si ahora la información está aquí a la
vuelta de la esquina y vas a darte cuenta que está bien documentado, cómo
el mito del amor romántico nos hace daño” (Yannia, 23 de octubre de 2021)
Frente a estos comentarios, para Luz Marina no es tan claro “¿cómo mujeres
profesionales, se siguen dejando pegar?, eso no lo entiendo”, alrededor de esta
pregunta, Ximena, Yannia y Angélica le contestaron:
“Esto está relacionado con lo que hemos venido charlando en las sesiones,
este es un sistema patriarcal, que controla y domina todas las áreas de la
vida: el sistema educativo como lo planteaba Yannia, el sistema familiar
102
como lo planteaba Ximena. Hombres y mujeres crecimos en el patriarcado y
el machismo hace una simbiosis en cada escenario. A veces te dicen como:
¡oye, ya las mujeres trabajan!, entonces ya aquí no hay ningún problema
porque ya las mujeres tienen derechos, pero si analizamos con lupa todos
estos escenarios, siguen existiendo unas relaciones de poder, de control y
de dominación sobre el pensamiento, sobre el cuerpo. No hay una respuesta
sencilla, sino más compleja. El sistema como sistema tiene nodos, tiene
aristas, tiene interconexiones y todo está controlado, el sistema de Gobierno,
el sistema de pensamiento religioso, porque una cosa es la espiritualidad y
la fe y otra cosa es la normatividad de cada religión que te da unas conductas
de vida y esas conductas de vida, están pensadas en clave patriarcal, nos
guste o no. Y nosotras hacemos parte de ese sistema, por ende no podemos
salir de ese sistema (Angélica Rodríguez, 23 de octubre de 2021)
103
Yo pienso que los celos y la posesión son algo natural. Siento que los
podemos sentir no solo en el amor, en diferentes aspectos de nuestra vida,
creo que es una emoción válida y natural en todos los seres humanos. Lo
que no es natural es llegar a extremos y dejarnos llevar por esta emoción.
Yo creo que todos hemos sentido celos y hemos sentido posesión, sin
embargo, la mayoría de nosotros hemos aprendido a controlarlas y
manejarlas. Entender qué es lo que está pasando, sentirlo y a partir de ese
entendimiento, actuar, y no actuar impulsivamente como animales” (Johana,
23 de octubre de 2021)
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procesos socioculturales son muy largos y no se deconstruyen de la noche a la
mañana.
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reproduciendo un ciclo de violencias sin fin, seremos felices. Para nosotras, es
frustrante que esa idealización del amor no se cumpla, lo cual trae como
consecuencia la escalada de las violencias, que además se pasan por alto y se
normalizan por pequeñas muestras de romance. También, nos han dicho que
necesitamos otro que nos valide como mujeres, mientras generamos apego y
necesidad bajo relaciones que consideramos que no nos suman, sino que, por el
contrario, nos restan.
Nos han dicho que el amor todo lo perdona, que el amor todo lo puede, que quien
bien te quiere te hará sufrir, que quien te quiere te aporrea y otras tantos refranes
que han reproducido de generación en generación violencias que hemos
naturalizado. También nos han hecho pensar que necesitamos a otro que nos
valide como mujeres, generando en nosotras apego, necesidad y capacidad de
aguantar situaciones extremas donde nuestros derechos y deseos se ven
vulnerados.
¡No queremos seguir parámetros, sobre todo aquellos que nos dicen que somos
unas fracasadas! ¡No queremos que nos vean solo en el rol de esposas y mamás,
esos roles que han sido histórica y arbitrariamente delegado a las mujeres!
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mujeres desde que dimos inicio al círculo de apoyo afectivo y resiliencia colectiva.
Aquí tuvimos un par de intervenciones que dieron paso a la revisión de las noticias
relacionadas con las violencias basadas en género en diversos países de América
Latina.
Con la revisión por parejas de cada una de las noticias puntuales en un país
de América Latina, en la que se quería que indagaran por el contexto de la historia y
que desarrollaran una propuesta respecto a las acciones que llevarían a cabo desde
los roles asignados como activistas y abogadas defensoras de Derechos Humanos,
madres y hermanas de la víctima, amigas de la familia, de la familia de la víctima y
secretarias de la Casa de la Mujer.
“No puedo entender cómo la Fiscalía no hace justicia. Quiero buscar asesoría
legal, queremos ver qué podemos hacer, buscar otra casa. Él buscóformas de
cómo matarla porque él sabía dónde estaba ella. Quiero ir a medios de
comunicación, quiero enviar audios y videos en redes sociales. Me llama la
atención es que es una Fiscalía especializada y la fiscal que llevóeste caso, si
supuestamente es especializada, debe tener una experiencia yno comprendo
cómo toma estas decisiones. Ella tenía las pruebas. Nadie loentiende hasta
que no lo vivamos” (Yannia, 30 de octubre de 2021)
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Respecto a uno de los casos, denominado: Mujeres, derechos laborales y
pandemia, de la Corporación Sisma Mujer, en donde se evidencia cómo los
sectores económicos feminizados fueron afectados por la pandemia del COVID 19.
Valentina una joven fusagasugeña de 20 años, estudiante de derecho nos comentó
que,
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“violencia psicológica, violencia física, y violencia (diría más que negligencia)
por parte del Estado o de la gobernanza de la ciudad, es aún más lamentable
porque era algo que de hecho la mujer y su pareja pretendían evitar
activamente y siguiendo los conductos de su ciudad, es decir, interponiendo
las denuncias de manera oportuna e insistente. Para completar existe una
revictimización, ya que los mozos investigan una posible relación sentimental
entre la víctima y el agresor, porque lo conoció a través de otra persona y
había hablado con él anteriormente. Nos preguntamos, en un hecho como
este y además ¿es eso acaso una excusa para rebajar una pena o para
justificar la agresión?
También observamos que las rutas de prevención son muy pocas, pues la
gran cantidad de denuncias indica que no existe ninguna capacitación para
el cuerpo policial en esta ciudad hacia el tratamiento de estas denuncias. De
hecho, aunque no se hubiera presentado el ataque, la mujer ve afectada su
calidad de vida por el miedo, ya que el hombre la perseguía incluso en la
noche y además de esto comenzaba un escalamiento de la violencia al haber
tirado piedras a las ventanas de su casa en presencia de su familia. Según
el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), un magistrado también
habría desestimado una orden de protección porque no se daban las
exigencias para adoptarla con la información que disponía: es decir que la
protección inmediata de una víctima de acoso depende de “papeleos” o de
“exigencias” (Ximena, 30 de octubre de 2021)
“Los ataques con ácido, se han masificado a nivel mundial. El cuerpo de las
mujeres está pensado en que si no lo tengo, lo destruyo. El ataque con ácido
pretende torturar y dejar una huella para siempre” (Angélica Rodríguez, 30
de octubre de 2021)
“Podemos transitarlos con el amor, tener amor alrededor, tener apoyo, tener
un círculo de apoyo es muy importante. Para ser felices es necesario tener
un propósito y tener un sentido. Siempre es importante darle ese sentido a
tu vida” (Johana, 30 de octubre de 2021)
110
Uno de los regalos que nos ha dejado nuestro proceso en este espacio se
puede resumir en la capacidad de conocer, encontrarnos y reencontrarnos con
quienes no compartíamos hace mucho tiempo para recordar que no estamos solas
y para poder contar aquello que nos ha sido difícil tramitar solas. También, quisimos
enviar algunos mensajes de fuerza y resistencia como mujeres que compartimos
una casa común, América Latina.
Frente a los eventos traumáticos que hemos vivido, hemos tenido la capacidad de
reflexionar y aprender, de levantarnos después del trauma, de explorar nuestros
propios recursos y activarlos cuando lo hemos considerado necesario. En algunas
ocasiones hemos querido transformar los dolores que nos invaden, hemos querido
hablar, tomarnos un café, abrazar un árbol, tener un espacio a solas o
111
acompañadas. Sabemos que este proceso de transformación, como todo proceso
sociocultural es lento, tiene ritmos diferentes y estamos convencidas que
definitivamente la Juntanza con otras mujeres nos ha ayudado a transformar ese
ciclo de violencias, que no nos es ajeno, porque lo que es con una, es con todas.
¡Cómo nos duele lo que nos ha pasado y les pasa a otras mujeres, nos parte el
corazón hablar de estos temas!, ¡no somos más emocionales que racionales,
somos un todo, tanto emocionales como racionales!,
Estamos seguras de que somos más que las circunstancias que hemos
atravesado.
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Este proceso va de la mano con un ejercicio constante de escucha activa
que a su vez nos permitirá hacer una revaluación positiva, un plan de acción que
se puede replantear cuantas veces sea necesario siempre y cuando me priorice y
sea consciente que las cosas toman tiempo, que debemos ser pacientes, vivir el
presente, vivir los procesos a nuestros ritmos y que los descansos son
fundamentales para renovar energías.
113
Desnaturalizar, desmitificar las creencias interiorizadas alrededor del amor
romántico puede sonar sencillo pero es mucho más difícil de lo que parece, por eso
pensamos que más allá de ser un círculo en el que acompañábamos, realmente
nos vinculábamos profundamente con cada una de las sesiones y por ello
decidimos construir un espacio de autocuidado y reflexión íntimo en el que Ana,
Angélica y yo nos encontramos cada sábado y entre semana para contar cómo nos
sentíamos, qué nos había movido en cada sesión y qué tanto lo que pasaba al
interior de este espacio nos había quedado resonando durante la semana.
114
Ospina, V. (2021) Apañes para fortalecer el amor libre [Ilustración] En
Conversacionesíntimas sobre el amor @vivi.anawildflower.
Antioquia, Colombia.
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Ospina, V. (2021) Desintoxicación del amor romántico [Ilustración] En Conversaciones
íntimas sobre el amor @vivi.anawildflower. Antioquia, Colombia.
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En las reacciones y comentarios se evidencia cómo este modelo hegemónico
heteropatriarcal de relaciones sexoafectivas, denominado amor romántico, está
relacionado con las formas de opresión que en su gran mayoría vivimos las mujeres,
las cuales están fomentadas en la creencia de la posesión y la propiedad privada lo
que en múltiples oportunidades nos ha llevado a enfrentarnos con casos de agresión
no solamente doméstica, situaciones que nos han puesto en peligro, e incluso hechos
en los que hemos perdido a amigas y familiares, a causa del feminicidio. No ha sido
fácil reconocer que hemos sido violentadas, en algunos casos hemos preferido callar,
algunas con el paso de los años hemos podido verbalizarlo, sin embargo, algunas
mujeres tal vez aún no lo han podido hacer y siguen viviendo con sus maltratadores.
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#SinFechaDeVencimiento, preguntarles a las compañeras que hicieron parte del
círculo de apoyo y resiliencia colectiva ¿cómo se han movido en estos tiempos?,
¿cómo han estado una vez se terminaron las primeras sesiones del círculo?, me
permitió constatar la importancia de darle prevalencia a las pasiones, de decidir qué
queremos, cómo lo queremos y qué estamos haciendo para llegar a estar donde
queremos. Al respecto algunas de ellas comentaron:
“Estoy feliz, me retiré de mi trabajo y en pocos días pondré un negocio para
vender trago, comida. Voy a vivir en Sibaté en una vereda que está en pleno
crecimiento. El círculo me ayudó mucho y quiero dar gracias a todas porque
gracias a ustedes pude superar esa depresión tan fuerte por la que estaba
pasando en ese momento” (Ester, 27 de marzo de 2022)
“El espacio me ayudó mucho porque a veces no encuentro espacios para ser
yo sin ser juzgada y eso me gustó. Más allá de los temas legales, me he
dedicado a mi emprendimiento, ahora mismo ando organizando mi taller de
artesanías” (Yannia, 28 de marzo de 2022)
“El círculo me ayudó bastante, previo a este espacio ya venía en un proceso
y continúo en eso, atravesando procesos” (Johana, 31 de marzo de 2022)
“Han sido tiempos difíciles, decidí separarme de mi compañero y tomar otros
caminos” (Johana, 15 de abril de 2022)
121
Manifiesto político amoroso final
Las mujeres históricamente hemos hecho cosas más valientes que
luchar por amor, aún cuando nos han dicho que lo que mejor hacemos es
amar, amar hacia afuera, no hacia adentro.
Cuánta falta nos hace aprender a amarnos, aprender a poner límites,
aprender a salir de la fiesta del amor cuando no nos sentimos amadas,
pero también cuando no nos están amando y
aprender a llenarnos de muchos cuidados cuando
salimos de allí.
122
Bibliografía
Asuar, B. (14 de enero de 2018). Público. Obtenido de Coral Herrera: "se ha
disfrazado de amor lo que es es control y dominación":
https://www.publico.es/sociedad/amor-romantico-coral-herrera-disfrazado-
amor-control-dominacion.html
Bourdieu, P. (1994). ¿Qué es lo que hace una clase social? Acerca de la existencia
teórica y práctica de los grupos. Revista Paraguaya de Sociología, 7-21.
Coria, G., & Paredes, P. (2010). Del amor y otras adicciones. Revista de divulgación
científica y tecnológica de la universidad veracruzana, 2-5.
123
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identidad a la imbricación de opresiones. Un análisis decolonial. Obtenido de
https://www.youtube.com/watch?v=lE_3ygwasHI
Curiel, Ochy (2021) “Teorías y análisis del racismo desde el feminismo decolonial”.
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