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HISTORIA DEL CINE ARGENTINO Y LATINOAMERICANO

LOS INICIOS DEL CINE


EN LATINOAMÉRICA

Carreño, Antonella.
Gaggini, Belén.
ÍNDICE:

- Introducción. ……………………….……………………………………….…… 3
- Desarrollo.
- La Llegada ……………………………………………………………..… 4
- Recepción, Impacto y Desarrollo. ……………………………………….. 5
- Argentina, México y Brasil en la Pantalla Grande. ………….…………… 7
- Vestigios de la Guerra. .……………………………….………….……….. 8
- Conclusión. ……………...………………………………………………………. 10
- Bibliografía. …………………………………………..…………………………. 12

2
INTRODUCCIÓN.

Los países latinoamericanos tuvieron un desarrollo industrial, social y económico


diverso entre ellos. Cada país se fue adaptando a los cambios de diferente forma y superando
los mismos de acuerdo a lo que estaba a su alcance. Y el cine no fue excepción. Este llegó de
manera casi simultánea a toda Latinoamérica, pero tuvo una aceptación y desarrollo diferente
en cada uno de los países que la conforman. Citando a Octavio Getino1:

« Referirse a la existencia de un “cine latinoamericano” es acudir a un término convencional


que simplemente nos ayuda a informar sobre el vasto territorio del cual estamos hablando. [ … ], en el
caso de las de origen latinoamericano, las afinidades son mucho mayores, porque representan a las
originadas en culturas y lenguas muy semejantes, articuladas por una historia más o menos compartida
y por proyectos nacionales, pese a todo, no menos comunes. Aún así, considerando los desfasajes
existentes en materia de desarrollo industrial, capacidades productivas, mercados locales e
internacionales, políticas y legislaciones de fomento y contextos económicos y socioculturales, sería
más acertado referirse al concepto de “cinematografías latinoamericanas”, en tanto éste expresa con
mayor acierto la diversidad de situaciones que ha vivido habitualmente el cine en los países de la
región. »

Independiente de la desigualdad del cine en Latinoamérica, hay que destacar que el


mismo llegó a todos los países e influyó y se introdujo en ellos, claro está en diferente grado
y medida. Las producciones visuales -y audiovisuales luego- tuvieron un recorrido similar por
toda América Latina, es decir, la forma de producción es la misma en Brasil que en Chile o
Panamá. Porque todos destacan en cada una de sus producciones las culturas y raíces propias,
muestran con sumo orgullo sus nacionalidades; donde no sólo cuentan lo lindo de cada uno,
sino que también aprovechan las circunstancias para mostrar las cosas que hay que cambiar.

El escrito a continuación tratará sobre cómo es que llegó el cine a América Latina y su
desarrollo dentro del conglomerado. Nos enfocaremos en los inicios del cine, abarcando
hasta, aproximadamente, la introducción del cine sonoro. Abordando así el contexto y lo que
en el mundo estaba pasando en ese momento, como lo fue el reciente desarrollo industrial en
Latinoamérica, la Primera Guerra Mundial, y el impacto tanto del cine extranjero como el
nacional. Para ello es que nos enfocaremos en autores de origen latino quienes abordan
también temas similares.

1
Octavio Getino, “Los Desafíos de la Industria del Cine en América Latina y el Caribe”, 2007

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DESARROLLO.

“La llegada.”

La creación del cinematógrafo causó conmoción dentro de la sociedad. En aquellos


años se venían dando ferias de atracciones donde se mostraban diversos aparatos, tales como
la linterna mágica, el fonógrafo, el panorama y los autómatas y figuras de ceras; todos, podría
decirse, precursores de lo que sería el cine hoy en día, influenciando en mayor o menor
medida al mismo. De a poco, la idea de “ir al cine” fue incorporándose en el ocio popular de
la gente, pasando de presentaciones no tan cotidianas a adoptarlo como un espectáculo de
élite dentro de las sociedades de la época. Con el paso del tiempo el cine comenzó a verse
como una especie de entretenimiento por parte de la sociedad en general, es decir, no estuvo
marcado ni limitado por las clases sociales, sino que todos eran vistos como potenciales
espectadores. Pero sí hay que destacar que el cinematógrafo tuvo mucha más popularidad en
las clases medias que en las altas; especulamos que esto se debió a que los ricos tenían más
opciones de entretenimiento a las que ir que los de la media, donde el cine estaba al alcance
de su disponibilidad económica.
Gracias a la industrialización, que se estaba dando de manera mundial, pero
principalmente en los países europeos, cúspide del aparato cinematógrafo, se comenzaron a
producir cada vez más artefactos y, por ende, comenzaron a cruzar las fronteras, por todos los
continentes, llegando cada vez a más países. Con esto el cinematógrafo llega a Latinoamérica
y con ello la posibilidad de conocer más allá de lo local de ese momento. Al aparato, a
diferencia del lugar en donde se creó, que se lo miraba como algo meramente científico y
destinado a la ciencia (además que se pensaba que era algo de gitanos o incluso brujería), en
América Latina se lo aceptó e hizo sentir curiosidad por su funcionamiento y la posibilidad de
producir sus propias películas, donde no sólo podían conocer el mundo exterior, sino también
dar a conocer su propia cultura.

En América Latina, quien estaba atravezando un momento de cambios sociales y


tecnológicos, con gran parte de la región en proceso de modernización, además, la
inmigración, las relaciones internacionales y la demanda de entretenimiento popular jugaron
un papel importante en la introducción y difusión del cine en la región. La llegada del
cinematógrafo marcó un importante acontecimiento en la historia del continente y se dio casi
de manera simultánea, llegando a diversos países apenas unos meses después de su

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presentación original. El aparato se constituyó en las capitales, que en ese momento estaban
teniendo una fuerte impronta con los países del extranjero. Se tiene el dato de que en México
el cinematógrafo llegó e hizo su debut a mediados de Julio, al igual que en Argentina, donde
se tiene conocimiento que fue el día 18. La primera empresa que llegó fue la de los hermanos
Lumière, pero en conjunto se sabe que también llegaron los aparatos de la empresa Edison y
la Gaumont, teniendo mayor o menor influencia en determinados países.

“Recepción, Impacto y Desarrollo.”

El cine apareció en Latinoamérica siguiendo una especie de patrón que recuerda a la


época colonial, es decir, los aparatos llegaron de forma dominante y se establecieron con una
fuerte presencia en Latinoamérica, tal como había sucedido con el descubrimiento de las
tierras por parte de Europa siglos atrás. Los artefactos ya venían armados, listos para exhibir
sus materiales. La expansión del cinematógrafo se dio de forma paralela con la expansión de
la ruta marítima y ferroviaria; en Argentina, por ejemplo, las películas llegaban desde el
puerto de Buenos Aires y se iban expandiendo de forma radial hacia las ciudades que estaban
conectadas con el tren.

El cine tuvo un recibimiento significativo en la sociedad latinoamericana, ya que no


sólo proporcionaba entretenimiento, sino que también se convirtió en un medio de reflexión,
crítica y difusión de ideas; así mismo, tuvo un impacto económico en la región con la
apertura de salas de cine, la producción de películas y la distribución de material
cinematográfico, donde estos generaron empleo y contribuyeron al desarrollo de la industria
del entretenimiento.
Las primeras proyecciones en Latinoamérica eran provenientes de Europa, donde se
mostraban los mismos films que en esos lugares estaban teniendo éxito. Dominaba el
mercado europeo por sobre el de Estados Unidos por la gran influencia que estaban teniendo
las olas inmigratorias, donde principalmente llegaban desde Italia y España. Mostraban «
escenas de la vida cotidiana, recreaciones de episodios históricos o de obras teatrales, las
cuales estaban emparentadas estilísticamente con el realismo presente en las artes desde
siglos atrás, lo que las hacía fácilmente entendibles para un público que se enfrentaba a la

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comprensión de un nuevo lenguaje icónico. » (Narváez Torregrosa2). Estas proyecciones se
hacían dentro de las ferias de atracciones, por lo que eran en su mayoría, salones
improvisados, carpas que se podían montar y desmontar de manera fácil, porque estas ferias
iban recorriendo diversas ciudades, mostrando todos sus aparatos innovadores a los diversos
públicos, no solo de las capitales latinas sino también de las zonas no tan comerciales. Se data
que esto fue así desde sus inicios, cuando llegó el cine a Latinoamérica, hasta
aproximadamente 1898, momento en el que se lo empezó a tomar con mayor seriedad por
parte de la sociedad y de sus realizadores en sí, y donde empezó a tener más popularidad, por
lo que se empezó a considerar el hecho de que el cine debía tener un lugar propio para sus
funciones. Se buscaron entonces entre los lugares ya construidos, que logren adaptarse a lo
que el cine necesitaba, un gran espacio que pueda quedar a oscuras y que permita colocar la
proyección y tuviese gran cantidad de asientos, para posibilitar la mayor exhibición en masa.
Las mismas, en principio empezaron a ser en los teatros. En Argentina, por ejemplo, uno que
tuvo popularidad fue el Teatro Odeón (construido en 1891) en donde la primera proyección
cinematográfica fue en julio de 1896. Aproximadamente, a partir de 1911 y con una reciente
trayectoria cinematográfica es que se empiezan a crear salas exclusivas para cine, y años más
tarde, a los teatros se los empiezan a reacondicionar para que también sean aptos para las
proyecciones y otros tipos de atracciones.

Algo que también tuvo relevancia dentro de la recepción del cine a Latinoamérica
fueron los catálogos de las películas que se proyectaban, que simplemente eran iguales a las
que se mostraban en el país de origen y casi en simultáneo con los mismos. Estos catálogos
no solo eran usados por los distribuidores y los exhibidores para seleccionar y programar las
películas, sino que también eran utilizados por el propio público para programar sus visitas al
cine y ver sus opciones disponibles. Como se trataba de un período silente, estos films no
requerían de traducción alguna, su proyección se trataba directamente de contemplarlas. En
México, por ejemplo, se tiene el dato de algunos catálogos de las proyecciones que hizo la
empresa Lumière al momento de exhibir su cinematógrafo. En un principio, la selección de
películas que se mostraban, no era clasificada como lo es hoy en día. Es decir, en los primeros
cines que había no seleccionaba el material que iban a mostrar según temática, género o país
de origen, sino que mostraban todo lo que les llegaba.

2
Daniel C. Narváez Torregrosa, “Primeras Prohibiciones Audiovisuales en la Ciudad de Zacatecas: Precine y
Cinematógrafo (1898 - 1930)”. 2015

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En un principio, cuando el cine se estaba consolidando como tal, los espectadores no
tenían la misma sensación de ver películas como en la actualidad. Esto es, el público iba a ver
el espectáculo al cine, sin tener en cuenta lo que sería la película en sí, ya que aún el impacto
no era masivo ni comercial a los niveles en los que es en la actualidad. Se pagaba por ir al
cine y la gente se podía quedar el tiempo que desease en el cine, independiente de la cantidad
de películas que se vieran. Es por eso que las programaciones se organizaban en bloques de
varios films antes de pasar al siguiente. Esto no sólo se daba por la corta duración que tenían
los mismos, sino también por la diversidad en cuanto a temática a mostrar, por lo que la
distribución de las proyecciones estaba organizada según ciertos criterios. Pero todavía no se
discriminaban según director, país de origen o género en sí como sucede hoy por hoy.

“Argentina, México y Brasil en la Pantalla Grande.”

Tres fueron los países que destacaron en la industria del cine latinoamericano en sus
inicios: Argentina, Brasil y México. En ellos, el cine tuvo un avance importante e impactante
en comparación al resto de países. Esto se debió a que los mismos estaban en una cúspide de
desarrollo en cuanto a la conformación como países independientes, en el sentido de que
estaban en un proceso de despliegue para darse a conocer en el mundo. Los tres territorios, en
un aspecto geográfico, se encontraban en conexión constante, mediante las rutas marítimas,
con Europa, por lo que le llegaban insumos y recursos cinematográficos más rápido que a
otros países. Por ejemplo, Europa enviaba rollos de cinta virgen a Argentina, y a partir de este
es que se enviaban hacia los países limítrofes, como Chile, Bolivia, Paraguay, entre otros.
En los tres, el aparato cinematográfico que destacó fue el de los hermanos Lumière, el
Cinematógrafo, sin embargo no fue el único que se introdujo. Por mencionar, en México,
también llegó el Vitascopio, de Thomas Edison, y en Argentina, el Vivomatógrafo, de
William Paul; que como dato a tener en cuenta, en este país, de hecho el aparato inglés
apareció antes de que llegara el francés, pero no tuvo el éxito esperado, sino que entre la
sociedad pasó desapercibido, tomado como una atracción más de feria.

En el proceso de instalación del cinematógrafo en América Latina empezaron a


destacarse nombres de personas que tuvieron un papel importante en los primeros pasos hacia
un cine propio. Una de las personalidades a mencionar es la de Gabriel Veyre. Este es de
origen francés, llegó al continente enviado por la empresa Lumière para exhibir su aparato

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cinematográfico; de todos los países latinos, se instaló en México, donde en un principio,
tenía la tarea de mostrar las proyecciones francesas a la sociedad y con el tiempo es que
empezó a incentivar a generar producciones propias. Fue el precursor del cine mexicano.
Pero no sólo destacó en México, sino que también lo hizo en los países cercanos a
este, como Colombia, Venezuela, Cuba, entre otros. Territorios con un menor desarrollo, en
ese momento, a diferencia de los anteriores mencionados, pero donde el cine también tuvo
una gran repercusión dentro de la sociedad, llegando a generar destacables producciones y a
sentar bases sobre las cinematografías de estos países.

“Vestigios de la Guerra.”

Un punto importante que nos interesa tocar en este apartado es sobre cómo la Primera
Guerra Mundial tuvo un fuerte impacto en la producción y en la manera de ver cine en
Latinoamérica, que, a pesar de no haber participado de manera activa o directa en la guerra, si
sufrió ciertas consecuencias en cuanto a la llegada del cine norteamericano. Además, nos
interesa adentrarnos en lo que fue este desplazamiento de la cinematografía latinoamericana a
causa de la creciente industria de Hollywood.

Durante la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos logró desplazar a Europa como
el principal productor, realizador y distribuidor en la industria cinematográfica. Teniendo en
cuenta que Europa, especialmente Francia, Alemania e Italia, habían sido el centro de la
producción cinematográfica mundial. Sin embargo, la guerra provocó una especie de paro en
la producción y distribución de películas en Europa, lo que brindó una oportunidad única a la
industria cinematográfica estadounidense para prosperar y consolidarse, no solo en su propio
país, sino también en América Latina, en donde el cine estaba comenzando a prosperar. Como
menciona Ana M. Lopéz3, « los productores norteamericanos “descubrieron” el potencial
del mercado latinoamericano y se movieron agresivamente. » La neutralidad de Estados
Unidos en los primeros años de la guerra permitió que su industria cinematográfica
continuara creciendo sin verse afectada directamente por los conflictos bélicos. Esto permitió
que los estudios cinematográficos estadounidenses produjeran y distribuyeran películas en un
mercado global que estaba ansioso por consumir entretenimiento en medio de la crisis.

3
Ana M. López, “Cine Temprano y Modernidad en América Latina”. 2000

8
La Europa dañada de posguerra, dejó de ser el continente de la modernidad y la
prosperidad para los latinoamericanos. A partir de esto, la producción cinematográfica en
Estados Unidos se vio impulsada aún más por la llegada de muchos cineastas y actores
europeos que buscaban refugio en el país durante la guerra. Muchos de ellos contribuyeron a
la creación de la industria cinematográfica estadounidense, aportando su experiencia y talento
al creciente panorama cinematográfico.
Hubo además, otro factor importante al desplazamiento del cine latinoamericano
sobre el estadounidense que cabe destacar: la llegada del sonido. En este punto, se puede ver
aún más a Estados Unidos consolidado como industria sobre la latinoamericana e incluso
sobre la del resto del mundo. Algunos países de Latinoamérica pudieron adaptarse aunque no
sucedió con todos, haciendo de ellos industrias más locales de películas que son poco
conocidas, impidiendo así también crecer a lo largo del tiempo. Es aquí en donde, la era
dorada de las diversas cinematografías latinoamericanas (principalmente en Argentina con el
“Nuevo cine Argentino”, México con “La época dorada” y Brasil con el “Cinema Novo”) fue
cayendo hasta quedar completamente desplazado por la de Estados Unidos.

La infraestructura de distribución y exhibición cinematográfica estaba en gran medida


controlada por las compañías estadounidenses en Latinoamérica. Los estudios de Hollywood
tenían acuerdos comerciales con las salas de cine y los distribuidores locales, lo que les daba
un mayor acceso a las pantallas y una mayor visibilidad en comparación con las producciones
locales. Esto dificultaba la competencia de las películas latinas en su propio mercado, aunque,
también surgieron voces y cineastas latinos que buscaron romper con estos esquemas que
parecían iban a ser muy marcados y lograron desarrollar una identidad cinematográfica propia
con la cual se fueron consolidando movimientos cinematográficos en diferentes países de la
región que exploraron temáticas locales, estilos narrativos distintivos y abordajes críticos de
la realidad latinoamericana, asegurando también una marcada impronta por parte de estos
directores/realizadores quienes a pesar de todo lo que se ha padecido para mantener la
industria local han marcado en las generaciones futuras nuevas miradas y fuentes importantes
de inspiración.

9
CONCLUSIÓN.

Para la elaboración del presente trabajo se han revisado diversas fuentes, tanto de
textos proporcionados por la cátedra como de otros que estaban por fuera, revisando también
publicaciones de revistas, artículos y diversos apartados en relación al tema abordado: la
constitución del cine en sus primeros años en Latinoamérica. Es así como pudimos ir
recorriendo y construyendo una línea temporal, llegando a destacar los hitos más importantes
de dicho suceso.
En el recorrido hemos podido ver que el cine rápidamente pasó de ser una atracción
de feria a algo de entretenimiento, donde logró tener una mejor recepción y aceptación por
parte de los latinoamericanos que de la gente europea, quienes se mostraron un tanto reacios
ante el invento. Así como también no se ha perdido tiempo en el querer constituir registros
propios, de legado nacional; era una facultad necesaria que la sociedad tenía de poder ver su
propia cultura en la pantalla grande.

Latinoamérica es un gran conglomerado de países, constituido por territorios muy


diferentes entre sí pero a su vez similares en cuanto a cultura se refiere. Es justamente por
eso, que las cinematografías entre uno y otro país comparten características en su forma de
realizar. Además, hay que mencionar que todos, en sus inicios, tomaron de ejemplo a la
metodología de realización de Europa, continente de donde provenía el cinematógrafo, para
luego, una vez adquirieron más experiencia, empezar a gestionar una forma propia que mejor
se adaptara a lo que querían mostrar.
Son muchos los países que conforman lo que se conoce como “Latinoamérica” , y a
pesar de tener una hermandad cultural, como países vecinos no están acostumbrados a
compartir sus producciones entre sí, sino que se las ve como potenciales competidores. Es
más, se tiene el dato que cuando llegó el cine sonoro, los países latinos, todos de habla
hispana, se mostraron reluctantes con las producciones vecinas, no sólo en cuanto a ver el
mercado latino como posible lugar de exhibición, sino como una especie de competencia para
ver quién destacaba en los territorios de habla no hispana.

Para cerrar, podemos deducir que a pesar de las dificultades dentro del contexto del
desarrollo del cine en latinoamérica y la manera en el que este se vio afectado no solo a causa
de los propios países latinos limítrofes sino además de la industria estadounidense, es
interesante destacar cómo hoy en día gracias a las nuevas tecnologías, el auge de las

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plataformas digitales y maneras de fomento del cine nacional, podemos replantearnos estos
sucesos no solo como realizadores sino también como espectadores. Tenemos la posibilidad y
la responsabilidad de encontrar estos materiales que fueron pioneros del cine nacional que en
algún momento se los ha dejado de lado a causa del dominio de otras cinematografías
extranjeras y no dejarlos en el olvido, para las actuales generaciones de realizadores y por qué
no, para las futuras, así continuar cultivando este entusiasmo por lo propio y hacerlo parte de
la historia.

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BIBLIOGRAFÍA ANEXO:

- Ana M. López, “Cine Temprano y Modernidad en América Latina”. 2000


- Aurelio de los Reyes García-Rojas; David M. J. Wood, “Cine Mudo Latinoamericano:
inicios, nación, vanguardias y transición”. 2015
- Daniel C. Narváez Torregrosa, “Primeras Prohibiciones Audiovisuales en la Ciudad
de Zacatecas: Precine y Cinematógrafo (1898 - 1930)”. 2015
- John King, “El Carrete Mágico: una historia del cine latinoamericano”. 1994
- Nowell-Smith, Geoffrey “The Oxford History of World Cinema”. 1996
- Octavio Getino, “Los Desafíos de la Industria del Cine en América Latina y el
Caribe”, 2000
- Rafael Orozco Flores, “Apuntes para una Historia de la Exhibición del Cinematógrafo
en Morelia (México), 1890 - 1910”. 2019

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