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En el lenguaje usual la palabra castellana "ser" tiene el mismo sentido que la palabra

"ente" por lo que una exposición más elaborada de los principales hitos históricos
relativos al ente se hizo necesaria:

Platón (trad. 1966) llegó a la conclusión de que laverdadera realidad está en lo que


siempre es lo que es, o en lo que es idéntico a sí mismo. En esta concepción existe una
vinculación muy estrecha entre los conceptos de "ente" y de "uno". Sin embargo, la
identificación del ente con lo uno, trae notables paradojas. En efecto, si la condición
del ente es que sea "él mismo", la condición del no ente será que sea "lo otro", y como
toda cosa. Idéntica a símisma, es, a la vez, distinta de las otras, resultará que el ente
será al mismo tiempo no ente:

Aristóteles (Trad. 1966), por su parte, acuñó el nombre de ousía a la verdadera


realidad y toda auténtica realidad se manifestó por susoperaciones, el fondoúltimo de
la realidad propiamente dicha, siendo elacto y no unacto accidental o segundo, sino
sustancial o primero. Asimismo, afirmó que le esencia de las coses no se distingue ce
las cosas mismas, que son lo propiamente existente, más que de una manera
accidental. Esta concepción aristotélica del ser intenta ser realista, pero termina
ligándose a le esencia. Asimismo, consideró que los seres antes de existir se hallan en
el estado de posibilidad, de lo cual se derivan sus conceptos de acto y potencia.
Consecuentemente, para Aristóteles el único ser que representa la perfección es el ser
en acto.

San Agustín, postula que la razón tiene límites, límites en los que comienza la fe. Así
que, llegar a ser es llegar a conocer a Dios, yesto sólo es posible a través de la fe.

El pensamiento Aristotélico se prolongó hasta la época de Santo


Tomás (1987) y ocupa un puesto de excepción en lahistoria de las concepciones del
ente. En otras palabras, Santo Tomás retoma la corriente aristotélico en la filosofía. Si
bien es cierto que en él permanece todavía, en un primer plano, la concepción del ente
como idéntico a la esencia, subyace otra concepción más profunda que se liga al acto
de existir, lo que considera como la perfección de todas las perfecciones. A partir de él,
el ente queda definido como "aquello que tiene ser o existir. La noción tomista del ente
entraña consecuentemente, que en las criaturas haya una composición real de esencia
yexistencia. En "Initiation a la Phylosophie", G.D. Gardell (1954)

Para aclarar, para San Agustín ser era conocer a Dios a través de la razón (fe entanto
razón en su extrema), por lo que el actuar se limitaba la contemplación y de allí se
derivan las órdenes contemplativas, tales como los benedictinos, los Cistercienses y los
Trapenses. En cambio, para Santo Tomás llegar a ser era experimentar a Dios, a
través de la acción. Dios por ende, se materializaba en sus obras y de allí se originaron
los órdenes religiosas -religorum- que buscaban volver a unir al hombre con Dios, por
ejemplo, los franciscanos, los dominicos entre otros.

Los mejores discípulos de Santo Tomás: Cayetano yel Ferrariense (en Gran


Enciclopedia Rialp, 1987), recogieron y asimilaron esta noción, propugnando que el
ente no es solamente la sustancia, ni solamente la esencia, sino un cierto complejo
que tiene una referencia necesaria al acto de existir; es una esencia que existe o a la
que le compete existir en sus obras.

Con Francisco Suárez (en Cran Enciclopedia Rialp, 1987), se adentra en la distinción


clásica del ente como participio y el ente como nombre. El ente como participio
expresando la esencia actualmente existente, y el ente como nombre, la esencia real
prescindiendo de la existencia actual. Se llega, según dicho autor, a que el ente como
participio implica una cierta concreción, por lo que el ente como nombre es la
expresión del ente como tal, la esencia real. En Suárez se plasma la tendencia
esencialita que inició Platón.

Descartes (en Amurrio, 1983) no admite tampoco la distinción real de


esencia y existencia. Lo que marca es tan sólo una distinción de razón . De hecho, la
concepción cartesiana del ente sigue siendo esencialista. Sin embargo, para él, el ser
es el ser pensante -Cogitans- lainteligencia, es autónoma y parte de las ideas innatas
que el hombre descubre en sí mismo -cogitare- implica ser pensado y por ende existir.

 Kant (trad. 1969) asistimos a un intento de contrarrestar esa anulación de la


existencia en favor de le esencia. En efecto, postula que la esencia de una cosa es la
posición absoluta de la casa, por lo que en la simple posibilidad, no es la cosa misma.
Dicha posición absoluta de una cosa sitúa ésta en el contexto de la experiencia. Sin
embargo, Kant termina neutralizando su postulado con su idealismo trascendental,
sometiendo así la existencia al "yugo" de la razón. En efecto, después de haber
inicialmente afirmado la existencia, ésta termina diluida en un puro concepto. En
efecto, Kant en un principio partió del empirismo ce Hume, para carse cuenta que los
sentidos tienen un limite y que seguir a la experiencia como fuente de conocimiento
nos llevará al error. Por ello buscó la solución en el racionalismo, dándose cuenta que
la razón también presenta límites. Redacta entonces la Crífica a la Razón Pura
ylaCrifica a la Razón Práctica, creando un sistema de ideas en el cual el ser no es ni
pensamiento ni acción, sino ambas cosas, es decir, pensamiento -actuado o un actuar
pensante.

Hegel (Trad.1963) o su vez, represento la depreciación mayor en cuanto al acto de


existir. En efecto, con él, el ser es privado de la existencia Idealizándose
completamente y convirtiéndose en la más pura abstracción pare terminar en
definitivo, confundiéndose con la nada, pues, para él. el ser puro es la abstracción
pura, y por consiguiente lo negativo absoluto, expulsando así el ente, no sólo de la
existencia sino también de la realidad misma. Con Hegel se puede decir que se da una
completa volatilización de le existencia. El ser se convierte en uno pura abstracción:
"Este concepto equivale, en su ausencia de contenido, a la nada. Inversamente, como
pensamiento de este vacío, la nada es un ser, y en razón de su pureza, lo mismo que
el ser" (Pág. 133).

Después de esta breve revisión de la evaluación del concepto del ser desde Platón a
Hegel, nos preguntamos si se nos ha aclarado el misterio del ser, si finalmente
tenemos una idea más acertada de lo que se reclama para sí, cuando se blande con
audacia el reclamo de ser amado y respetado por lo que se es. En este punto de su
recorrido histórico no nos queda más que admitir que el ser se nos sigue escapando e
incluso podría decirse que se ha "esoterizado" a tal extremo que hará surgir una
reacción, un grito de alerta y es en la figura enigmática de Sóren Kierkegaard que se
nos presenta el antídoto al sistema hegeliano de la "idea absoluta".

En la primera mitad del siglo XIX Kierkegaard (trad. 1987) define el concepto


existencialismo, que entendía como un rechazo de la lógica científica, afirmando que la
filosofía "debe ser vivida" Cabe considerar al existencialismo como una reacción contra
laEdad de la Rozón, pues los racionalistas consideraban a larazón como la facultad
absoluta: el existencialismo, en cambio, acepta al hombre como un compuesto de
razón y sentimientos. Asimismo, el existencialismo es uno de los movimientos
filosóficos más representativos de la cultura contemporánea y su rasgo principal
consiste en cuestionar conceptualmente los principales problemas que se le plantean al
hombre durante su existencia concreta, perdiendo importancia todos los temas
tradicionales de la especulación.

Friedrich Nietzsche, reaccionó ante la filosofía de Hegel o sea, ante el Idealismo


alemán de la época, pues consideraba que la tradición filosófica había reñido con el
mundo real, en pos de un mundo de las ideas. Pea éste el "Topus Uranus" de Platón no
era sino una elucubración por la que nos exhortó a través de su Zaratustra a "ser fieles
a la tierra". Con su enunciado "Dios ha muerto", abrió e! camino a una nueva corriente
o tesis cuyas repercusiones siguen dándose hoy en día, puesto que destruyó la
distinción platónica entre el mundo de las ideas y el mundo material, la distinción
cristiana entre la tierra y el cielo. Se enfrentó violentamente contra la visión ascética
cristiana, por lo que el ser en Nietzsche es un ser vital, entendido como un ser en
potencia, jubiloso incluso ante la muerte, por lo que el vitalismo de Nietzsche alcanza
una Importancia metafísica. A partir de él, surge el pensamiento existencialista que
incluye al voluntarismo (Shopenhauer) y al irracionalismo (Kierkergaard). Nietszche
surge como un materialista metafísico. Puesto que promulga una adhesión al mundo
real y un modelo plasmado en el superhombre, que más tarde retomaron Camus en su
concepción del "Santo si Dios" y Jean Paul Sartre en su "Ser y la Nada" dejando al
hombre con la responsabilidad de crear su propio ser.

Para Nietzsche la esencia del ser apunta a una trasformación continua, el


conocimiento de sí mismo por la pérdida de sí mismo, es decir un eterno devenir y no
un ser rígido o asentado. El único imperativo que se encuentra en todos sus escritos es
'Transfórmate en lo que tú eres. Pero ese transformarse se realiza siempre
violentamente gracias a la vehemencia impetuosa de la voluntad. Por ende, para
Nietzsche el ser es el ser de las metamorfosis siempre impelido a destruirse para
reconstruirse por completo (Zweig, 1978).

Wundt quien ha sido considerado como el padre de la psicología experimental dio a la


apercepción un lugar central en su psicología a la vez que señaló su naturaleza
voluntarista. En efecto, para Wundt, lo que llamamos nuestro yo tiene carácter de
volición. El voluntarismo de Wundt sostiene la premisa de que controlamos nuestra
mente, lo que se manifiesta en la práctica de la apercepción y la atención. Con Wundt,
la psicología era la ciencia de la conciencia. El ser, por ende, para Wundt, es un ser
consciente que llega a conocerse o a apercibirse por medio de la introspección y la
volición. Wundt había descartado al inconsciente como un 'mito' metafísica ya que
difícilmente se puede analizar introspectivamente.

Por su parte, Sigmund Freud recopiló todas las pruebas clínicas en apoyo a su
concepción del inconsciente; empero, no fue el primero en teorizar acerca de éste.
Otros habían admitido que algunas ideas son conscientes, mientras que otras no están
en la conciencia pero estos teóricos anteriores a Freud consideraron a la inconsciencia
como un estado rápidamente superable, esto sí, desde una óptica puramente
fisiológica. En efecto, científicos como Gustav Theodor Fechner quien postuló el
concepto del umbral de conciencia en tanto sensaciones negativas (Inconscientes) que
no eran detectadas por sentido alguno. Asimismo, anterior a él, Gottofried Wiehelm
Leibniz había acuñado el término de 'petites perceptions' a las ideas que Johann
Friedrich Herbart llamaba ideas inhibidas, Todos conceptos que hacían referencia a una
cierta génesis del inconsciente.
Por el contrario, Freud resaltó al inconsciente dinámico en tanto que las
representaciones inconscientes son inaceptables a nuestra conciencia por lo que las
mantenemos inconscientes. Al conservar su intensidad dichas representaciones pugnan
incesantemente en sus intentos de penetrar en nuestra conciencia de manera que la
"represión" debe actuar permanentemente. Freud redujo así toca la conducta y la vida
mental a determinantes inconscientes. Asimismo, Freud nos exhorta a ser. a que nos
enfrentemos al inconsciente para conquistarlo; es decir, hacer consciente lo
inconsciente.

Los antecedentes de los puntos de vista de Freud pueden encontrarse en la filosofía


alemana del siglo XIX. En efecto, Arthur Schopenhauer compartió la concepción
pesimista que Freud tenía de la naturaleza esencial de los hombres. Por su parte, tanto
Nietzsche como Freud creían que caca persona tiene una naturaleza indómita,
pulsiones que se intenta mantener inconsciente en respuesta a ¡as exigencias de la
civilización, por lo que concebían la dimensión cultural de los hombres como una
transformación o "sublimación" de su naturaleza más baja.

El acto implica siempre un objeto; se refiere siempre a un contenido, pero en forma


intencional (la meta forma parte de su acto). Por intencional se enriende: dirigido a la
aprehensión del objeto por conocer. Así, se aprehende el fenómeno en sí. No se trata
de la presentación en sí, sino del acto de presentación: el acto de escuchar un sonido,
el acto de ver un color. Esto es diferente del fenómeno físico: un sonido, un color. Así,
el fenómeno mental se percibe como una unidad.

Como para Brentano, los fenómenos psíquicos deben entenderse como actos, se deriva
la noción de que un acto psíquico no se contiene a sí mismo, sino que contiene a su
objeto dentro de sí mismo en forma Intencional; esto es: se caracteriza por la
objetividad inmanente. En otras palabras, la meta forma parte de nuestro acto. La
existencia del contenido mental es menos importante que el acto mental que
aprehende el fenómeno (p.e. el hecho de que exista el color rojo no es tan importante
como el hecho de que yo lo pueda percibir). Cuando uno ve un color, éste no es por sí
mismo mental. Es el ver, el acto de ver lo que es mental. Sin embargo, ver no tiene
sentido alguno a menos que estemos viendo algo. El concepto filosófico subyacente a
esta psicología se remonta al trabajo del Obispo inglés George Berkeley. quien en el
siglo XVIII partió del principio esse est percipi, ser es ser percibido, negando así la
existencia de un mundo material fuera de la conciencia del hombre (solipsismo).
Enfatizó que lo único que existe es lo que se percibe.

Dentro del marco de la psicología norteamericana se destaca el pensamiento filosófico


de William James que consistió en llamar la atención en el funcionamiento del ser en
vez de su esencia, tarea en la cual lo acompañaría James Rowland Angelí, James
McKeen Cattel y John Dewey. Esta corriente filosófica, rápidamente influyó en la
psicología norteamericana dando sus primeros frutos en la psicología educativa. Sin
embargo, no pasaría mucho tiempo, cuando en fecha tan temprana como 1918 un
joven llamado John B. Watson, siguiendo los pasos de la escuela reflexológica rusa
gestada por Ivan Petrovich Pavlov. Vladimir Bechterev y Ivan Mijailovich Sechenov,
desterraría por mucho tiempo al "ser" de la psicología americana. Podríamos
aventurarnos a concluir que paro el conductismo, ser es hacer.

Dentro de la filosofía, la corriente subyacente a la fenomenología es el Existencialismo


alemán, del cual se considera a Martin Heidegger su principal representante. Pero
Heidegger da un paso más en su fenomenología particular. Reconoce que "ser" se ha
convertido en una palabra filosófica vacía, y por consiguiente intenta re-crear un
lenguaje muy diferente, en el cual "ser", lejos de ser una palabra estéril, es el
concepto más Importante. Este lenguaje es el lenguaje usado por los filósofos
presocráticos.

De acuerdo con Heidegger, la naturaleza y la vocación del hombre es preguntarse


"¿qué es ser?" Sin embargo, fallamos en hacernos dicha pregunta. El despertarnos en
nuestra vocación y el prevenirnos contra nuestro fracaso ha sido su único fin. Su
influencia se marca dentro del ámbito Ce la psicología sobre todo en el extenso
movimiento del psicoanálisis existencial para el cual el psiquiatra suizo Ludwig
Binswanger fue un pionero.

El Daseinanalyse de Ludwig Binswanger es una teoría que mezcla la


fenomenología, el existencialismo heideggeriano y el psicoanálisis. Binswanger es un
fenomenólogo en el sentido de que postula una disciplina sin presupuestes, en la cual
el investigador pueda aprehender el mundo del paciente tal como es vivida, y estar en
la experiencia del paciente. Para este fin, se debe limitar el análisis solamente a
aquello que está presente en la conciencia del paciente. La meta es lograr que los
fenómenos hablen por sí mismos. Considera con igual valor a todos los aspectos de la
vida del paciente y su mundo. Esto no significa que Binswanger hace a un lado la
cadena causal en sí misma (visión científica), sino que se tiene que percibir al individuo
tal cual y en todo su contexto. De esta manera, el pasado se torna en cuente en el
sentido de que se visualiza el pasado de un paciente como existente en su presente. El
individuo es, pues, su contexto. Asimismo, Ortega y Gasset dirá "Yo soy yo y mis
circunstancias".

A medida que hemos ido avanzando en nuestro análisis del significado del ser, éste ha
ido tomando una dimensión cada vez más humana, a la vez que individual, llegando a
Abraham Maslow, para quien el ser toma un aspecto puramente teleológico, que
consiste en un proceso natural por lo que inherente a su propia naturaleza, el
hombre tiende hacia a una actualización cada vez más perfecta de su "humanidad".

Paralelamente, a mediados del siglo XX en Europa, se estaba desarrollando un


movimiento encabezado por Jacques Lacan el cual postuló con energía el "retorno a
Freud" y fundó su propio centro psicoanalítico: La Escuela freudiana de París, al ser
expulsado de la Sociedad Internacional de Psicoanálisis. Lo imaginario, lo simbólico y lo
real, constituyen la trilogía lacaniana, a través de la cual se trata de explicar toda la
experiencia individual. Lacan sostiene que el inconsciente está estructurado como un
lenguaje de lo cual se desprenden dos cosas: que el individuo es un ser hablante a la
vez que un ser hablado; por ende, el discurso del ser que habla está sujeto a la acción
significante de ciertos mecanismos de los que participan el inconsciente y el lenguaje.
Esta doble función estructura al sujeto, transforma su cuerpo y necesidades y define
sus afectos. Lacan hace usa de ciertos elementos y conceptos de la lingüística, las
matemáticas, la lógica, la topología de superficies y, finalmente, de la topología nodal
para el despliegue de sus lecturas del texto freudiano. Por medio de esa topología
nodal, articula los tres registros con el nudo borromeo y, por ende, cuestiona el
espacio kantiano.

En su seminario número 7 La ética del psicoanálisis, Lacan (1959-60). señala que: "el
arroyuelo donde se sitúa el deseo no es solamente la modulación de la cadena
significante, sino lo que corre por debajo de ella, que es hablando estrictamente, lo
que somos y también lo que no somos, nuestro ser y nuestro no-ser..." (p. 382).
Sobre la base de lo anterior, podemos modificar la frase shakesperiana a saber "to be
or not to be that is the question" por "to be and not to be that is the answer".

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