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LAS MUJERES Y SUS P ROPUES TAS EDUCATIVAS


1870-1930

Las principales propuestas pedagógicas de educadoras,


feministas y escritoras de fines del siglo XIX y principios
del XX se reúnen en el presente volumen. En sus distintos
textos, ellas volcaron de manera pública sus opiniones,
sobre todo críticas, acerca de la forma en que por entonces
se organizaba el Perú y se distribuía el poder. Asimismo, el
estudio presenta los antecedentes históricos de la educación
de las mujeres en el Perú, las distintas tendencias en su
regulación e información sobre el sistema educativo en sí.

Entre otros temas, en el libro aparecen los debates de la


época, tales como la conveniencia de la educación laica
frente a la religiosa, la educación infantil y la autonomía de
las mujeres; así como la valoración del trabajo como fuente
de dignidad, en contraposición a los arreglos conyugales.

l Colección
Pensamiento
Educativo Peruano

1 11
ISBN: 978-612-4201-18-9
Colección
Pensamiento Educativo Peruano

Volumen 9

LAS MUJERES Y SUS


PROPUESTAS EDUCATIVAS

1870-1930

Maria Emma Mannarelli

111 derrama magisterial


Colección Pensamiento Educativo Peruano
Volumen 9: Las mujeres y sus propuestas educativas, 1870-1930

© Maria Emma Mannarelli © De la presente edición:


Fondo Editorial de la Derrama Magisterial
Av. Gregorio Escobedo 591,Jesús María

I.S.B.N. Colección: 978-612-4201-09-7 (Tapa rústica)


I.S.B.N. T ítulo: 978-612-4201-18-9 (Tapa rústica)
º
Proyecto editorial: N 31501131300579
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú: Nº 2013-09943
Primera edición: Lima, 2013 T iraje: 5,000 ejemplares

Cuidado de edición: T itanium Editores


Corrección de estilo: Percy Uriarte (Coordinador),Javier Ágreda, Fernando González,
Antonio Albitres, Alberto Ñiquen, Carlos Chávarry, Mayra Miranda

Diseño de carátula: Mario Vargas


Diagramación: Mario Vargas, Carlos Meza, Carlos Berna!
Imagen de carátula: Ilustración basada en detalle de la fotografía de portada del quincenario
El Hogary la Escuela. Lima, 1 de mayo de 1909

Comité editor:
Manuel Burga (Coordinador), Jorge Capella, Augusto Castro,
Jorge Jaime, Maria Emma Mannarelli

DERRAMA MAGISTERIAL
Directorio: Pablo Helí Ocaña Alejo (Presidente), Gilberto Raymundo Meza Aguirre (Vicepresidente),
José Zelada Silva (Secretario), Fernando V. Tambra Contreras, Luis Armando Díaz Castillo,
José Luis Velásquez Savatti (Vocales)

Consejo de Vigilancia:Julio Roberto Cárdenas Guzmán (Presidente),Mercedes Merci Isidoro Oré (Secretaria)
Ursula Desilú León Chempén (Vocal)

Gerente General: César Reyes Valle

Gerente Admirústrativo: Fernando Pazos Cherres

Impreso por: Qyad Graphics Perú S. A. Av. Los Frutales 344, Lima 3, Perú

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CONTENIDO

Presentación XI
Introducción a la Colección Pensamiento Educativo Peruano XIII

Estudio introductorio 1
l. Antecedentes 5
II. El primer civilismo, las mujeres y la cultura escrita 13
III. La posguerra y las propuestas de las mujeres 25
IV. Vanguardistas y educación en el Perú del Novecientos 29
V. Teresa González en Educaciónfemenina 33
VI. Lastenia Larriva de Llona: La apuesta clerical 39
VII. Las preceptoras y las pretensiones profesionales.
La Facultad de Letras 43
VIII. Elvira García y García: La domesticación de las mujeres
o las esferas separadas 47
IX. La República Aristocrática y la "Patria Nueva''
desde la experiencia de las mujeres 55
X. Reflexiones finales 63

Bibliografía 67

Antología de textos 73

Mercedes Cabello de Carbonera 77


1. Influencia de la mujer en la civilización (1874) 79
2. Necesidad de una industria para la mujer (1875) 98
3. La lectura (1876) 105
4. Importancia de la literatura (1877) 109
5. Una cuestión sociológica (1897) 115
6. Los exámenes (1898) 120

Teresa González de Fanning 125


7. Educaciónfemenina (1898) 127

Clorinda Matto de Turner 169


8. Luz entre sombras. Estudio :filosófico-moral
para las madres de familia (1889) 171
9. Necesidad de la educación física en los colegios (1890) 179
10. Comparación de la labor materna con la del educador (1890) 181
11. La necesidad del trabajo para la mujer (1890) 183
12. Defensa de la educación de la mujer (1890) 185
13. Educación de niños y adolescentes (1891) 188
14. La educación de la mujer en Estados Unidos (1891) 190

Esther Festini 193


15. El rol que le corresponde a la mujer en la sociedad
es el que determina su educación (1901) 195

Elvira García y García 207


16. Memoria de la directora del Liceo Fanning (1897) 209
17. Educación moderna: colección de artículos (1906) 218
18. Tendencias de la educación femenina (1908) 225
19. El Hogar y la Escuela. Revista pedagógica literaria.
Publicación quincenal (1909) 244
20. Escuela para golfas (1915) 290
Sobre la escuela para golfas (1915), de María Jesús Alvarado 297

María Jesús Alvarado 301


21. El feminismo (1911) 303
22. Evolución femenina (1915) 335
23. Necesidad de la reforma de la educación primaria (1917) 339
Lastenia Larriva de Llona 349
24. Virtudes y vicios femeninos (1917-1918) 351
25. Los grandes y los pequeños problemas.
Conferencias con Rosa (1917) 368
26. Consejos prácticos para los maestros (1918) 372
27. La actividad femenina (1918) 376

Miguelina Acosta Cárdenas 381


28. Escuelas rurales ambulantes para
la educación de los niños indígenas (1925) 383

Bibliografía 389
COLECCIÓN
PENSAMIENTO EDUCATIVO PERUANO
Presentación

a Colección Pensamiento Educativo Peruano es el feliz resultado


de casi cuatro años de ardua y persistente labor, de conjunción de
propósitos y esfuerzos liderados por la Derrama Magisterial, que
convocó la participación del Comité editor de la presente obra y
de distinguidos maestros y maestras en el ámbito de la educación
y las ciencias sociales del Perú. Todos ellos han aportado desde sus respectivas
especialidades, en las que son reconocidos por su amplia trayectoria e inmensa
valía, a la concreción del mayor esfuerzo académico y editorial para promover el
conocimiento de la historia de la educación peruana.

La Derrama Magisterial, a través de su Fondo Editorial, entrega esta colección


al magisterio nacional y a sus instituciones profesionales y gremiales, a
las autoridades gubernamentales, instituciones educativas, especialistas e
investigadores especializados del país así como a la comunidad académica
internacional. Este esfuerzo institucional sin precedentes es realmente
monumental. Me. honra expresarlo, no solo por su dimensión editorial, en
quince magníficos volúmenes, sino sobre todo por su extraordinario contenido
temático, que lo convertirá, sin duda alguna, en material de imperativa consulta
y en fuente de saber e inspiración para quienes deseen adentrarse en el cada
vez más vasto universo de lo que el gran Paulo Freire definió como "reflexión y
praxis del hombre sobre el mundo para transformarlo".

La exitosa culminación de este proyecto editorial, que a su vez es un trascendente


esfuerzo académico y de investigación, nos plantea nuevos y mayores retos
que con toda seguridad asumiremos y daremos cima, porque ya tenemos, en
tanto que columna vertebral de esta colección, a la principal fuerza motriz de
futuras obras: la fraterna y valiosa cooperación entre la Derrama Magisterial y
especialistas e investigadores peruanos y extranjeros de la educación, la ciencia,
el arte y la cultura.

XI
COLECCIÓN PENSAMIENTO EDUCATIVO PERUANO

Una obra de tal magnitud ha sido posible gracias a la dedicada labor del Comité
editor conformado por Manuel Burga (coordinador), Jorge Capella, Augusto
Castro, Jorge Jaime y Maria Emma Mannarelli. Asimismo, debo mencionar
a César Reyes y Fernando Pazos, quienes en representación de la Derrama
Magisterial se encargaron de la coordinación y dirección general.

Anhelamos que la Colección Pensamiento Educativo Peruano suscite en


nosotros repensar la ensefí.anza, convocatoria del más grande maestro peruano
de nuestro tiempo, José Antonio Encinas, que, por cierto, motiva nuestra
adhesión: "Cuando la sociedad actual se sacuda de su egoísmo y de los prejuicios
que anquilosan sus más vitales funciones; y cuando el maestro, de su parte,
deje la rutina y se transforme en un líder social, entonces el magisterio habrá
sobrepasado en importancia a cualquier otra actividad humana".

¡Cuán grande sería nuestro Perú si la educación y la cultura se convirtieran en la


principal preocupación del Estado, de los gobiernos y de la sociedad entera! Esa
es también la noble misión de la Derrama Magisterial; ofrecemos a nuestro país
esta obra colectiva comprometida con la construcción de una patria de todas las
sangres, visión de nuestro amauta José María Arguedas.

Pablo Helí Ocaña Alejo

Presidente del Directorio de la Derrama Magisterial

Lima, mayo de 2013

XII
Introducción

sta colección es el mayor esfuerzo editorial realizado por la


Derrama Magisterial desde su creación. Se trata de un proyecto
editorial y al mismo tiempo de un programa académico y
de investigación, que busca contribuir al conocimiento de la
evolución del pensamiento educativo peruano a partir del siglo
XV hasta la actualidad: desde originales formas educativas en el período incaico
hasta el presente, época del Proyecto Educativo Nacional (PEN), en el que
parece culminar -por el momento- un largo proceso de ensayos y reformas
educativas. Con el PEN se busca construir un sistema educativo que concilie
la diversidad cultural originaria de nuestro país con la que proviene de fuera
-especialmente de Occidente, aunque también de otras culturas del mundo-,
dentro de una formación que construya la unidad a partir de esa diversidad. Es
un esfuerzo que al mismo tiempo busca poner una herramienta de estudio e
investigación al servicio de la formación de maestras y maestros y de su desarrollo
profesional. Es un proyecto inédito en el Perú, que pretende mostrar la larga y
original historia del pensamiento educativo en nuestro país.

Esta propuesta editorial fue formulada y aprobada por el Directorio de la


Derrama Magisterial en septiembre de 2009 planteando preliminarmente la
idea de una aproximación histórica al tema, su proceso, cambio y continuidad. A
fines de ese año se formó un primer Comité editor en el que participaron, entre
otros integrantes, Manuel Burga y Jorge Capella, encargados de desarrollar esta
propuesta hasta convertirla en el proyecto denominado Colección Pensamiento
Educativo Peruano. Luego se incorporaron Augusto Castro,Jorge Jaime y Maria
Emma Mannarelli. De esta forma se constituyó un grupo de trabajo en el que
coincidieron especialistas en historia, pedagogía, filosofía, prácticas educativas
y estudios de género, todos ellos interesados en la historia como horizonte
de análisis. El Comité comenzó a reunirse desde inicios de 2010 en sesiones
quincenales de trabajo y debate sobre los contenidos y períodos de cada uno de
los volúmenes.

XIII
COLECCIÓN PENSAMIENTO EDUCATIVO PERUANO

Objetivos e importancia

La colección se propone alcanzar los siguientes objetivos: 1) reunir obras de


educadores, normas administrativas, legales y propuestas, todas ellas relacionadas
con la educación, no muy conocidas, que ofrecen dificultades para su estudio
y análisis por estar dispersas en ediciones antiguas, agotadas o de difícil
acceso; 2) mostrar que cada una de las épocas de nuestra historia ha tenido
sus propios ideales y consecuentemente su propio pensamiento educativo; 3)
identificar la incidencia de lo ideológico, filosófico, político, ético y estético en la
educación; 4) analizar críticamente los escenarios en los que se ha enunciado un
pensamiento educativo peruano que ayude a identificar las razones de nuestro
peculiar proceso educativo; 5) indagar de qué manera las nociones de progreso,
innovación, liberación, democracia, igualdad, reforma o revolución han incidido
en la historia de la educación peruana; 6) estudiar el papel histórico que le ha
correspondido siempre al magisterio; finalmente, 7) aportar a la construcción de
marcos teóricos que ayuden a pensar la educación peruana del futuro.

Entendemos que toda actividad humana se presenta condicionada por el contexto


histórico y la circunstancia colectiva; consecuentemente, el ser humano, como ser
social, es un producto auténtico y propio de su tiempo. Es por lo tanto razonable
que para comprender el presente y proyectarnos mejor hacia el futuro, resulte
indispensable comprender el pasado. El estudio de la historia indudablemente no
revela la raíz de la mayoría de los problemas que nos afectan en la actualidad, ya sea
en el mundo o en nuestro país. Sin embargo, la historia nos permite comprender
mejor cómo funcionan las sociedades y percibir con mayor conciencia los enormes
zócalos invisibles sobre los cuales se desenvuelven los estados, las colectividades
y los individuos. El tiempo de la historia nos puede proporcionar la dimensión
estratégica que necesitamos para pensar la educación del futuro.

Ello parece confirmarse ampliamente en un libro de Émile Durkheim (1858-


1917), La evolución pedagógica en Francia -que contiene sus clases dictadas en
La Sorbona de París en el año universitario 1904-1905, y que fue publicado de
manera póstuma en 1938-, cuando propone que la educación y el pensamiento
educativo transmiten los ideales de cada una de las épocas a través de los sistemas
de enseñanza. Los ideales medioevales, centrados en el hombre, su conciencia y
su salvación, como la pobreza, santidad y abnegación, al ser incorporados en una

XIV
INTRODUCCIÓN

enseñanza escolástica crearon un tipo particular de individuo. Estos ideales fueron


dejados de lado cuando el Renacimiento trajo consigo el gusto por los placeres de
la vida, los viajes transatlánticos, la sed por el conocimiento y la buena conciencia
para acumular riqueza. Estos cambios se encuentran en la base del humanismo
de la época, el que incidió sin lugar a dudas en el pensamiento educativo que
encontramos, como indica Durkheim, magistralmente expresado en las obras de
Frarn;ois Rabelais, Erasmo de Rotterdam y Michele de Montaigne, que elogian la
sociedad civil, la libertad del individuo y la necesidad de conocer el mundo.

La historia resulta importante para cualquier país, estado, región, localidad, barrio,
familia o persona, porque su conocimiento nos puede unir, dar una identidad
colectiva y un sentido al proceso histórico que nos toca vivir. Ahora bien, es un
hecho indudable que la educación, como realidad y pensamiento educativo, se
ha dado a lo largo de toda nuestra historia, de manera original en los pueblos
prehispánicos o como pensamiento, ideología, políticas y sistemas institucionales,
más o menos orgánicos y sistemáticos, desde el siglo XVI hasta la actualidad.
Es falso que los hechos hablen por sí mismos, estos solo se expresan cuando el
historiador sabe interrogar1os, analizarlos e interpretarlos.

Pensar la educación

A medida que nos aproximamos a la complejidad del sistema que opera cuando
se piensa la educación, nos acercamos también a la comprensión de la totalidad de
lo educativo. Esa totalidad rebasa ampliamente cualquier visión disciplinaria; no
podemos, por tanto, quedarnos en los análisis parciales de la psicología, pedagogía,
antropología, sociología, economía, lingüística o las demás ciencias sociales sino
que tenemos que procurar los estudios interdisciplinarios. Así, podemos acercarnos
mejor a la comprensión y evaluación de la educación y explicar lo esencial de las
relaciones en juego entre las mencionadas disciplinas, al igual que el tipo y nivel de
conocimientos que conforman lo que proponemos llamar "pensamiento educativo".

La educación, como bien dice Guédez (1980), nace en la sociedad, y se dinamiza


y administra a través de instituciones propias que garantizan su supervivencia y
futuro. La educación es parte de la realidad social y como tal se relaciona con todos

XV
COLECCIÓN PENSAMIENTO EDUCATIVO PERUANO

los elementos que la conforman, recibe sus influencias y actúa constructivamente


sobre esa realidad. Si la educación, tal como señala este mismo autor, es un
fenómeno personal, social, histórico e ideológico, no resulta posible separarla
de sus contextos. Dicho en otros términos, no podemos concebir un proyecto
pedagógico al margen de un proyecto histórico global ni tampoco entender
la consolidación (o imposición) de un proyecto histórico sin el apoyo de un
proyecto educativo que lo impulse y oriente.

El pensamiento educativo tiene un particular vínculo con las tradiciones del


pensamiento humano. Muchas veces es difícil comprender sus características
solo desde una perspectiva histórica, social o política. El pensamiento educativo
ha estado inserto y ha sido expresión de varias tradiciones de carácter conceptual
y filosófico. La primera de ellas, que abarca la Colonia e incluso se proyecta en
la República, está vinculada con la escolástica, corriente filosófica que domina
el pensamiento colonial. Las propuestas educativas en esa época siguieron los
dictados de la cultura barroca que se implementó. La filosofía estaba subordinada
a la teología y con ello se entiende que el orden temporal se subordina al
sobrenatural y el Estado a la Iglesia. La instrucción de los criollos con el fin de
hacerlos buenos cristianos y la evangelización de los indios para incorporarlos a
la fe cristiana eran las consignas principales. No interesan las distinciones de las
escuelas escolásticas: tanto la realista, más dogmática y encabezada por el poder
real, como la postura adversa, el probabilismo -apuntalado muchas veces por los
jesuitas-, no modificaron sustancialmente el curso de un pensamiento filosófico
que le asigna a la educación el claro rol de formadora de nuevos cristianos.

La Colonia da paso a la República y de la escolástica dogmática y realista venida


a menos nos ubicamos en un nuevo pensar, que se sitúa en un probabilismo que
precede al pensamiento moderno y liberal de las primeras décadas independientes.
Políticamente es un liberalismo católico, que defiende su tradición religiosa y resulta
bastante conservador. Los primeros años de la República son expresión de este
liberalismo que consideramos tiene claros resabios de la escolástica probabilista.
No obstante ello, este pensar liberal se modifica a mediados del siglo XIX al
recoger las tesis positivistas de la época, influenciadas por las tradiciones francesa
y anglosajona. El positivismo ha sido muy importante para la comprensión de los
temas educativos. El positivismo de fines del siglo XIX abrió la discusión a partir de
lo concreto, de los hechos y de lo "positivo". En el caso de la educación, planteó sin

XVI
INTRODUCCIÓN

disimulo alguno la educación popular del indio. Diferenció la educación religiosa


de la laica y fundamentó la necesidad de que el Estado asumiera su responsabilidad
en la cuestión educativa. A partir de entonces, la educación será entendida, con
avances y retrocesos, como formación de ciudadanos.

En las primeras décadas del siglo XX el inicial positivismo radical -y en algunos


casos racista y discriminador- se modera aun más y da pie a posturas más
comprensivas, llamadas inicialmente "espiritualistas" porque colocan el acento en el
espíritu; vale decir, no tanto en lo objetivo y material sino en lo subjetivo, en las
personas. Este enfoque en lo subjetivo está a tono con una cultura más abierta a
la comprensión de los problemas humanos. Las corrientes fenomenológicas han
estado detrás de las posturas educativas, principalmente en las orientaciones hacia
una educación liberadora. Esta ha sido el paradigma que ha impulsado todo el
esfuerzo para comprender que la educación es el camino para la realización humana,
pues la dota de sólidos conocimientos científicos, de principios éticos y estéticos, y de
valores. Esta perspectiva, en términos educativos, ha recogido -muchas veces contra
viento y marea- la formidable búsqueda de millones de peruanas y peruanos que
pugnan por educarse y formarse humanamente. Esta formación exige un vínculo
claro con la realidad nacional, que incluya la multiplicidad cultural que posee el Perú.
En buena cuenta, entendemos la educación como una propuesta que, además de
formar ciudadanos, forma personas en el sentido más pleno de la palabra.

Instruir y educar

Nos interesa también distinguir entre pensamiento educativo y educación,


entre teorías y prácticas educativas. Esa ha sido una de las más importantes
recomendaciones a los responsables de los volúmenes. Sabemos muy bien que
el término "educación'' es un neologismo relativamente moderno, que aparece
en la lengua castellana a inicios del siglo XVII, se generaliza en Europa a
fines del siglo XVIII y se instala en las sociedades con el advenimiento de la
modernidad. En nuestro país, como lo acabamos de indicar, y se desprende
de los estudios de esta colección, se utilizó la palabra "instrucción" hasta las
primeras dos décadas del siglo XX, cuando se desarrolló un intere sante debate
académico y político sobre la diferencia entre "instrucción''y "educación''; hasta

XVII
COLECCIÓN PENSAMIENTO EDUCATIVO PERUANO

que :finalmente, en 1935, el gobierno de Óscar R. Benavides decidió -como


en muchas otras partes de América Latina- diferenciar el Ministerio de
Justicia, Instrucción y Culto del nuevo Ministerio de Educación. Este no fue
un simple cambio burocrático sino una manera de asumir esta denominación
y sus implicancias conceptuales.

La educación es también un proceso de emancipación, mediante el cual los


sujetos y los pueblos buscan convertirse en agentes de su propio destino,
asumiendo su capacidad transformadora. En consecuencia, educar es liberar.
El mundo es el lugar donde los seres humanos se hacen personas por su
acción liberadora. Como sostiene Nikolai Berdiaev, la libertad espiritual es
fundamental, ya que no significa un paso a lo abstracto sino a lo concreto. El
ser social libre no debe sentirse en la periferia del mundo objetivo sino en el
centro de la vida social. Como bien apunta Paulo Freire, la educación es praxis,
reflexión del hombre sobre el mundo para transformarlo.

De esta manera podemos encontrar que en nuestra historia primero se


"instruyó" a los individuos para convertirlos en buenos cristianos y súbditos
leales; luego, nítidamente acompañando a la modernidad, se decide "educarlos"
para convertirlos en ciudadanos útiles a la nación moderna. La educación
debe permitirnos la formación de un individuo auténtico, crítico, autónomo,
constructor e innovador de su sociedad y de su época.

Vivir la historia

Esta colección reúne a una gran variedad de autores y compiladores, con


experiencia en temas educativos o conocedores de cada uno de los períodos
de nuestra historia. A ellos se les pidió evaluar, de acuerdo con las propuestas
que el Comité editor había diseñado, el pensamiento educativo peruano. Este
fue el desafío que los especialistas invitados aceptaron enfrentar. Les pedimos
analizar las instituciones, sistemas educativos, ontología, epistemología e
historia en los diferentes períodos. La razón de ser de la educación compone
una realidad inherente al ser humano; este es el aspecto ontológico. El conocer
científicamente lo constitutivo de esa realidad educativa, desde la experiencia

XVIII
INTRODUCCIÓN

de cada época, compone el aspecto epistemológico; y la historicidad de los


fenómenos educativos -teorías, pensamiento o hechos concretos, propios de
cada una de las etapas- da forma al decisivo aspecto histórico.

La evolución, el cambio y la continuidad del pensamiento educativo peruano


son presentados en un orden cronológico, pero no necesariamente de fechas y
fronteras precisas sino más bien a través de ejes temáticos para cada etapa; como
los grandes cambios institucionales, reformas educativas o las propuestas de
pedagogos, sus obras y sus teorías. Se analizan las ideas y prácticas educativas de
los distintos períodos. Igualmente se trata de rescatar a los autores, obras, vidas
de educadores y sus particulares tiempos históricos. También se analiza la forma
en que sus propuestas se sitúan en los diferentes escenarios, para comprender
por qué fueron acogidas o rechazadas, por qué fracasaron o se concretaron
exitosamente, qué interpretación se les dio cuando fueron censuradas y qué
repercusión tienen en nuestros días.

La conquista y la evangelización han sido ampliamente estudiadas e interpretadas.


Por el contrario, la educación, su evolución e historia todavía esperan una
aproximación sistemática y profunda. Contamos con algunos estudios sobre la
historia de la educación y de los sistemas e instituciones educativas, como las
diversas historias de la Universidad de San Marcos, de los colegios jesuitas, del
Convictorio de San Carlos o del Colegio de Medicina de San Fernando. Pero
esta colección pretende explorar otros territorios de esas mismas realidades y
mostrar al mismo tiempo cómo el pensamiento educativo, en épocas coloniales o
republicanas, se convirtió en prácticas, sistemas, leyes e instituciones educativas
propias de cada tiempo. El largo recorrido de la historia se ha distribuido en
quince volúmenes. La pretensión es estudiar las diversas formas y manifestaciones
del pensamiento educativo desde el siglo XV hasta la actualidad.

En los primeros cuatro volúmenes se aborda el período colonial, dominado por una
educación desarrollada en las escuelas y colegios de las congregaciones religiosas.
La Universidad de San Marcos es probablemente la única institución educativa
laica controlada por el gobierno virreinal, aunque también por el arzobispado,
ya que era una universidad real y pontificia. En un escenario colonial como el
virreinato del Perú, el propósito principal del pensamiento educativo era formar
súbditos confiables, tanto para el monarca como para la Iglesia romana. Se dedican

XIX
IVO PERUANO
COLECCIÓN PENSAMIENTO EDUCAT

XIX' desde la Independencia, en 1821, hasta


tres vo1,umenes a estud.iar el siglo .
n , ue termina en 189.5 c�n la �eg ada al
el período de la rccoostrucción nacio � �:
on. T�d a esta �tap� es�a domm ada por
g0bierno de Nicolás de Piérola y 1� Coalia _
las mstltuaones educativas,
el liberalismo, que trató de secularizar la educaaón y
y promovió la universalización de la educación primaria, las nuevas profesiones,
las escuelas de ingenieros y el conocimiento de la ciencia. El ideal educativo de
esta época fue la construcción de una patria criolla, muy circunscrita a los ámbitos
urbanos; un modelo de nación que entró en crisis cuando la derrota en la guerra
con Chile mostró que aquella era una ficción que expresaba más bien los afectos y
expectativas de los criollos y de los mestizos, no de las mayorías.

Los últimos ocho volúmenes abordan lapsos más cortos, y a veces superpuestos,
del siglo XX, cuando se descubre que la "Patria Vieja"liberal del siglo XIX termina
estrepitosamente en 1919 con el ascenso de Augusto B. Leguía. Culmina así la
esencia republicana de un primer liberalismo convertido en proyecto oligárquico,
como una negación de sus orígenes.Jorge Basadre sostenía que el acontecimiento
más importante del siglo XX fue el nuevo descubrimiento del indio, aquel que
había sido elogiado en el siglo XVII por el Inca Garcilaso, convertido en un agente
político por Túpac Amaru II en el siglo XVIII y románticamente defendido
por Juan Bustamante en el siglo XIX. En el siglo XX, las miradas y discursos
de políticos e intelectuales se vuelven hacia las regiones andinas para postular
la diversidad y la originalidad como esencias de una propuesta de nación. Este
siglo reconoce una larga historia, una diversidad cultural y un legado humano que
es necesario integrar dentro de la denominada nación peruana. El pensamiento
educativo peruano de este siglo está dominado por estos nuevos ideales orientados
a la construcción de una comunidad unida, diversa y nacional.

La colección

Esta colección pretende dar cuenta de cómo se ha pensado y vivido la educación, y


qué caminos se han seguido en este proceso. Los quince volúmenes estudian tres
grandes períodos de nuestra historia. En el primero predomina una instrucción
para formar súbditos, en la época colonial; en el segundo, una educación para
formar ciudadanos criollos en el siglo XIX, en una patria muy chica y condenada

XX
INTRODUCCIÓN

al fracaso. Por último, en el tercero, en pleno siglo XX, prospera una educación
en la que se busca integrar la diversidad -de género, étnica y cultural- dentro
de una sola colectividad con lugar para todos: culturas y personas diferentes
que habitan el territorio peruano. A continuación, presentamos una breve
descripción de los contenidos.

En el volumen uno, Aprender e instruir en los Andes, siglos XV-XVI, Enrique


González Carré estudia las formas y procedimientos de los pueblos prehispánicos
del Perú para tomar conocimiento de su ambiente natural y sus recursos, y cómo
crearon una cultura material e inmaterial. Hace énfasis en el modelo educativo
del Imperio incaico y en las formas de transmisión del conocimiento, la ciencia,
la técnica y el arte a las nuevas generaciones. Fermín del Pino- Díaz analiza la
llegada de los jesuitas al Perú en 1569, tras sus experiencias en las Antillas y
Brasil. Joseph de Acosta, miembro de la Compañía de Jesús, arribó pocos años
después e inauguró una propuesta pedagógica jesuita propia (colegios San Pablo,
San Martín y Juli, amparando el sacerdocio de mestizos). Del Pino-Díaz analiza
su biografia, propuestas y estudio comparativo (México y las Indias orientales),
y las huellas de su influencia temprana (Blas Valera, Garcilaso de la Vega, entre
otros). Todo ello a través de una selección de sus textos (Historia natural y moral
de las Indias, De procuranda Indorum Salute y algún epistolario).

El volumen dos, a cargo de Luis Miguel Glave, Entre la sumisión y la libertad,


siglos XVII-XVIII, estudia el pensamiento educativo durante el período colonial
central, desde el siglo XVII hasta mediados del siglo XVIII, con particular énfasis
en los indígenas, desde el punto de vista de las pretensiones del Estado colonial y
desde la lucha por la memoria y los derechos culturales de los naturales andinos.
Incluye los colegios de caciques, las doctrinas de indios y la catequización. Una
particular importancia tienen las órdenes religiosas que orientaron los colegios;
pero también las otras órdenes, como la de los franciscanos y las misiones.
Se analizan los vaivenes de la política lingüística, la cátedra de quechua y su
escritura, la educación superior y la relación que tenían con los seminarios.

En el volumen tres, Escuela de obediencia y memoria del I nea, 1743-1818,


Manuel Burga y Pablo Macera hacen una nueva lectura de sus textos de los
años sesenta y setenta, a la luz de recientes investigaciones y de las exigencias
de la colección. Las escuelas de obediencia son las escuelas de instrucción

XXI
COLECCIÓN PENSAMIENTO EDUCATIVO PERUANO

elemental, de primeras letras y de doctrina cristiana. En los colegios jesuitas


se enseñaba el trivium y el quadrivium, en competencia con la Universidad de
San Marcos. Destacan el famoso colegio San Pablo y los numerosos colegios
en todo el país encargados de formar religiosos, así como a la elite criolla y
mestiza de la época. Los talleres de enseñanza que relacionaban a maestros
con aprendices aparecen como escuelas de libertad y de aprendizaje. Además,
los autores analizan la importancia de las bibliotecas laicas y jesuitas de 176 7,
convertidas en ese entonces en grandes herramientas educativas.

En el volumen cuatro, La transición: de súbditos a ciudadanos, 1781-1826,


Alejandro Rey de Castro estudia el período que da título al volumen, el cual
culmina cuando Simón Bolívar se retira del Perú. A partir de 1781 el pensamiento
educativo acoge las nuevas ideas que se desarrollaban en Europa y se procede
a fomentar el conocimiento del Perú, así como a promover un sentimiento
patriótico entre los peruanos. Se estudia la influencia de la Ilustración, del
Mercurio Peruano y las ideas educativas de José Baquíjano y Carrillo, Juan
Pablo Viscardo y Guzmán, Hipólito Unanue yToribio Rodríguez de Mendoza.
Con la República, el pensamiento educativo se orientó a promover el ideal
independentista y el republicanismo; así, se analizan las políticas educativas
de los gobiernos de José de San Martín, Bolívar y, en particular, el intento por
implementar el sistema lancasteriano en el Perú.

En el volumen cinco, Educación del ciudadano y disciplina social, 1827-1860,


Magdalena Chocano y Maria Emma Mannarelli examinan las propuestas
educativas y el debate sobre la educación que surgió tras la crisis de la
Independencia, así como las señales de una inicial estabilidad a mediados del siglo
XIX. Se detienen en las obras de Francisco de Paula González Vigil y en lo escrito
por Bartolomé Herrera, que encarnan los conflictos por la secularización de la
educación. Se presentan también las ideas de Francisco Laso y de Juan Espinosa,
que nos permiten complementar las ideas sobre el sentido de la educación y
sus matices. Las autoras analizan el modo en que las ideas sobre cómo educar
estuvieron ligadas a una percepción del orden social, y cómo las tensiones a
propósito de ello influyeron también en el pensamiento educativo de la época. Se
hace una descripción tanto de los aspectos estructurales del Estado y la sociedad
como de su evolución histórica. Se incluyen breves semblanzas biográficas de los
autores cuyos textos han sido seleccionados y comentados en detalle.

XXII
INTRODUCCIÓN

En el volumen seis, La reforma educativa liberal, 1860-1879, Cristóbal Aljovín


de Losada y Marcel Velázqµez analizan los esfuerzos de la elite política, las
asociaciones civiles y los gobiernos por plasmar en leyes e instituciones los
ideales liberales de esa época: libertad de enseñanza, educación pública primaria
para todos, educación superior para las elites, secularización de la educación,
y difusión de teorías y métodos científicos en la educación superior. Bajo los
ideales de la civilización y el progreso, en los albores del positivismo, el gobierno
de Manuel Pardo y Lavalle promulga el reglamento de 1876 y difunde la revista
El Educador Popular, que promueve una educación más laica y de carácter técnico,
orientada a la industria de acuerdo con el modelo norteamericano.

En el volumen siete, Reconstruir y educar: tareas de la nación, 1885-1905,


Augusto Castro presenta la llamada Reconstrucción Nacional después de la
trágica guerra con Chile, que exigió una elevación del espíritu nacional. Esto
colocó en un nuevo horizonte el tema de la educación y, en particular, el de la
educación cívica. Presentaremos en este libro las posiciones que al respecto
tuvieron personajes como José María Qyímper, Manuel González Prada,Javier
Prado, Clemente Palma y Joaquín Capelo. No son ciertamente los únicos
pensadores de la época, pero gracias a sus ideas podremos conocer mejor el
debate de entonces en materia educativa. Conviene decir que la influencia de la
filosofía de aquel tiempo, el llamado positivismo, marcó significativamente los
aspectos claves de la discusión.

En el volumen ocho, Una educación para re-crear la nación, 1905-1930, el mismo


Augusto Castro estudia el debate sobre la educación que se lleva a cabo en las
primeras décadas del siglo XX. Este transita desde la perspectiva de un positivismo
radical a una perspectiva de corte espiritualista, en la que el peso de lo educativo
se centra en la educación del espíritu y en la formación humana de la persona.
El modelo espiritualista exige una nueva sensibilidad moral, estética y política.
Frente a ello surge la postura de una educación más pragmática, menos clásica
y más orientada al progreso y a la industria. La figura de Alejandro Deustua, en
el primer caso, quien insiste en una educación estética como forma de colocar
el acento en la educación moral, y de Manuel Vicente Villarán en el segundo
caso, y su gran preocupación por la educación nacional y su legislación, marcaron
significativamente el debate de la época. Francisco García Calderón y Víctor
Andrés Belaunde desarrollaron posturas propias en este debate.

XXIII
COLECCIÓN PENSAMIENTO EDUCATIVO PERUANO

El volumen nueve, Las mujeres y sus propuestas educativas, 1870-1930, a cargo


de Maria Emma Mannarelli, presenta las ideas centrales de las mujeres sobre la
educación en el lapso comprendido entre la guerra del Pacífico y los años treinta
del siglo XX. Se trata de un período creativo en el que las mujeres aportaron
de modo sustancial y crítico al debate educativo. Se discuten los aportes de
autoras como Clorinda Matto de Turner, Mercedes Cabello, Teresa González
de Fanning, Elvira García y García, María Jesús Alvarado, Lastenia Larriva
de Llona y Esther Festini, para quienes educar a las mujeres era cambiar sus
vidas y transformar el Perú. Se presta atención a las controversias en torno a la
pertinencia de la educación laica frente a la religiosa, la educación infantil, la
autonomía de las mujeres, la valoración del trabajo como fuente de dignidad y la
crítica de los arreglos conyugales, entre otras.

En el volumen diez, escrito por Osmar Gonzales, Nueva escuela para una nueva
nación, 1919-1932, se presenta el pensamiento educativo del maestro puneño
José Antonio Encinas, quien propuso la innovadora Escuela Nueva. Para
Encinas era necesario vincular a la escuela con el alumno, la familia y el contexto
social, para formar no solamente estudiantes instruidos sino también ciudadanos
plenos. Asimismo, apoyó la reforma universitaria de Córdoba, pues entendía
que la educación superior no significaba una ruptura con la educación escolar
sino su continuidad y ampliación. Coincidentemente, José Carlos Mariátegui
analizaría el problema de la educación nacional al interior del proceso cultural
y económico, considerándola como el medio fundamental para la constitución
de una nueva sociedad y la generación de un "alma matinal" que enterrase al ser
decadente que encarnaba el "alma crepuscular:".

El volumen once, a cargo de Antonio Zapata,Militarismosy maestros indigenistas,


1933-1956, analiza la discusión sobre educación desde la Constituyente de
1933 y recrea el escenario en el Ministerio de Educación creado por Óscar
R. Benavides en 1935, que lo separó del Ministerio de Justicia y Culto. En
1942 se promulgó una nueva Ley de Educación, bajo el gobierno de Manuel
Prado Ugarteche. Otra contribución importante fue la de Julio Chiriboga. En
el gobierno de José Luis Bustamante y Rivero, el Ministerio de Educación fue
asumido por Luis E. Valcárcel, quien organizó las redes educativas rurales. En
esta época, José María Arguedas trabajó como maestro y como funcionario
encargado del folclore. A continuación, con el golpe de Manuel Odría en

XXIV
INTRODUCCIÓN

1948, fue nombrado ministro el coronel Juan Mendoza Rodríguez, quien en


1950 diseñó un ambicioso plan de educación que puso en marcha las famosas
unidades escolares.

En el volumen doce, Inventarios educativos y prolegómenos de reforma, 1956-1968,


José Rivero estudia los gobiernos de Manuel Prado y Fernando Belaunde, con el
intermedio de la junta militar de los generales Ricardo Pérez Godoy y Nicolás
Lindley (1962-1963). Se destaca la influencia de Jorge Basadre y de Carlos
Cueto Fernandini, ambos ministros de Educación, el primero trazando las bases
de una reforma pedagógica con el inventario de la realidad educativa y el segundo
con importantes aportes y reflexiones sobre calidad, educación permanente y la
importancia de la etapa preescolar. Se analizan también textos influyentes de
Augusto Salazar Bondy, Walter Peñaloza, Emilio Barrantes, Carlos Salazar
Romero, Francisco Miró Qyesada C. y Luis Alberto Sánchez. Se resalta el
liderazgo de la Universidad de San Marcos en el sector educativo.

En el volumen trece, Educar en tiempos de cambio, 1968-1975, Patricia Oliart


realiza una interesante reflexión sobre la originalidad del proyecto de reforma
educativa del gobierno militar del general Juan Velasco Alvarado. Enfatiza
aspectos que podrían ser considerados relevantes para el futuro del sistema
educativo peruano. Así, dedica particular atención a los planteamientos de
Augusto Salazar Bondy y Walter Peñaloza Ramella, que animaron las reformas
introducidas en el ámbito educativo durante aquel período. Lo innovador es el
énfasis en las ideas que sustentan la reforma, las cuales proponen que no hay
desarrollo sin liberación, y resaltan el rol político fundamental que debe tener el
sistema educativo en la consecución de las transformaciones sociales.

En el volumen catorce, Dilemas educativos ante la diversidad, siglos XX-XXI,


Lucy Trapnell y Virginia Zavala analizan la pluralidad de pueblos, lenguas
y prácticas culturales como un rasgo sustancial del país. Sin embargo, esta
pluralidad se ha asociado más a la fragmentación y desarticulación social
que a la integración. Tratan de presentar la manera en la que se ha abordado
nuestra diversidad cultural y lingüística en el pensamiento y las propuestas de
educación que se han implementado a lo largo de nuestra historia, sobre todo
desde principios del siglo XX hasta la actualidad. Postulan que la educación
intercultural bilingüe (EIB) es un derecho de los pueblos originarios que no ha

XXV
COLECCIÓN PENSAMIENTO EDUCATIVO PERUANO

sido suficientemente atendido ni entendido por el Estado. Se señala la urgencia


de una educación que se sustente en el reconocimiento de la diversidad.

Para finalizar, en el volumen quince, Cambio, continuidad y búsqueda de consenso,


1980-2011, Ricardo Cuenca estudia el período entre el regreso a la democracia,
en 1980, y la emergencia d� los consensos básicos sobre la importancia de
la educación, a inicios del siglo XXI. Se trata de una época marcada por el
surgimiento de múltiples propuestas educativas promovidas por diversos
actores, las que buscaron influir en las políticas públicas del Estado. AJ. mismo
tiempo, es una etapa atravesada por el autoritarismo y la violencia, enormes
barreras que dificultaron el cambio educativo. El retorno a la democracia en
2001 generó las condiciones para que algunas propuestas que emergieron en
estas décadas confluyeran en el Proyecto Educativo Nacional (PEN) al año
2021. Actualmente, tanto el Estado como la sociedad civil, a través de sus
actores directos, se encuentran ante el desafío de implementar ese proyecto.

Mirando al futuro

Este proyecto aspira a que toda la colección, del primer al último volumen,
sirva a maestros y maestras y pueda ser usada para promover reflexiones y
debates sobre el pasado, presente y futuro de la educación en nuestro país.
Por eso se ha organizado con cierto criterio pedagógico. Cada volumen
tiene un estudio introductorio que analiza el contexto histórico, las ideas de
la época y los autores más importantes, así como sus propuestas educativas,
sociales y q1lturales. Adem4s, cuenta con una antología de textos que incluye
documentos, obras o fragmentos de estas que traducen el pensamiento
educativo de la época �studiada. Por último, se recomendó que en la parte
final se analizara la perdurabilidad de las propuestas, su legado actual y se
presentase una bibliografía fundamental.

Existen temas transversales que atraviesan los quince volúmenes, tratados de


maneras diversas y con profundidad. Entre ellos podemos mencionar los ideales de
las diferentes épocas, la educación como privilegio de una elite frente a la expectativa
de los indígenas, la imposición de una cultura occidental frente al reconocimiento

XXVI
INTROI>UCCIÓN

de la diversidad cultural, el menosprecio de la educación de las mujeres frente al


énfasis en la educación masculina y, por último, el ocultamiento de la diversidad
frente a su reconocimiento como parte esencial de un proyecto de nación.

Esperamos que la Colección Pensamiento Educativo Peruano se constituya


en un foro de análisis y debate sobre la educación y el pensamiento educativo
en el Perú. No queremos construir solamente una memoria, una historia
tradicional de la educación, sino también ofrecer una colección que presente
algunas lecciones del pasado e invite a aprender de nuestros propios pasos como
nación. �eremos, asimismo, que permita valorar con más objetividad un largo
proceso en que se han sucedido -y también superpuesto- sistemas diversos
q.e ideas y de enseñanza. Qyeremos, a su vez, que nos ayude a entender mejor la
realidad educativa presente y a plantear propuestas y discutirlas para impulsar la
transformación educativa que necesita el Perú.

Somos conscientes de que la colección analiza aspectos concr�tos y limitados del


gran tema de estudio que se propone abordar. Sin embargo, esperamos que el
mayor aporte se alcance cuando esta colección esté en las manos de las maestras
y los maestros del país y la conviertan en una herramienta de trabajo y desarrollo
personal. Qye la colección nos ayude a descubrir la historia de la educación
y nos estimule a desarrollar investigaciones que exploren temas, problemas y
territorios no suficientemente estudiados en estas páginas.

Comité editor

XXVII
LAS MUJERES Y SUS
PROPUESTAS EDUCATIVAS
1870-1930
Maria Emma Mannarelli
ESTUDIO INTRODUCTORIO

l presente volumen reúne los principales textos escritos por mujeres


acerca de la educación en el Perú, en los tres últimos lustros del siglo
XIX y los treinta primeros años del siguiente. Este fue un período
inédito de producción escrita femenina, cuya configuración cultural
estuvo signada por las propuestas de escritoras, educadoras y feministas que
opinaron pública y críticamente sobre la forma en que se organizaba el Perú y se
distribuía el poder en dicha época.

El texto a continuación presenta algunos antecedentes acerca de la educación de


las mujeres en el Perú y las tendencias de su regulación, así como información
pertinente al sistema educativo en sí. Se detiene en autoras como Clorinda
Matto de Turner, Mercedes Cabello de Carbonera, Teresa González de Fanning,
Lastenia Larriva de Llona, Elvira García y García, Esther Festini, Miguelina
Acosta y María Jesús Alvarado. Asimismo presta atención, entre otros aspectos,
a los debates en los cuales se gestaron los respectivos planteamientos, tales como
la pertinencia de la educación laica frente a la religiosa, la educación infantil, la
autonomía de las mujeres, la valoración del trabajo como fuente de dignidad y la
crítica a los arreglos conyugales.

3
ESTUDIO INTRODUCTORIO

I
ANTECEDENTES

En el Virreinato del Perú se esperaba que las niñas fuesen como sus
madres, o como las mujeres adultas de su grupo social. Así, el aprendizaje que
imitaba el modelo materno constituía una parte significativa de la formación
de la población femenina de la época. Esta situación llevó a que la educación
extradoméstica en dicho período fuera una experiencia conocida solo por un
grupo pequeño de mujeres, como ha ocurrido en sociedades jerárquicas. Los
conventos, beaterios y recogimientos eran los lugares donde ellas tenían acceso a
la instrucción formal. Los colegios de niñas de la época, tales como el colegio de
la Caridad y el de expósitas de Santa Cruz de Atocha que funcionaron en Lima
a lo largo de esta etapa, también les ofrecieron la posibilidad de entrenarse en
otras lides que no fueran las domésticas, pero siempre con una fuerte inspiración
religiosa. Sin embargo, no se trataba de una formación escolar propiamente.
Eran instituciones creadas para velar por el honor de las mujeres pertenecientes
a los grupos dominantes de la ciudad; así, a través de la reclusión, se buscaba
protegerlas de los "peligros del siglo". En otras palabras, se instruían -y de
manera limitada- porque estaban ahí, no fueron ahí para instruirse.

Durante el período colonial, el leer y escribir estuvo asociado al aprendizaje del


catecismo católico. La lectura en dichas instituciones tendió a ser grupal y en
voz alta; es decir, alejada de la experiencia de soledad y libertad que supone el
proceso de individuación. Pese a que se desarrolló sobre todo en el marco de
la vida religiosa, la escritura de las mujeres buscó también los caminos de la
autonomía, aunque ello no significara que la autoría quedara asegurada. Escritura
y lectura se consideraron actividades peligrosas, y la supervisión masculina
eclesiástica acompañó la aventura letrada de las mujeres. Pero muchas niñas y

5
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

jóvenes en las ciudades fueron iniciadas en el universo del alfabeto por mujeres
anónimas -especie de maestras autodidactas- encargadas de su crianza. Las
mujeres indígenas, sobre todo las niñas de las comunidades nativas, estuvieron
casi siempre ajenas a esta posibilidad.

La Ilustración, la crisis del antiguo reg1men y la creación de las nac10nes


confluyeron para que se planteara la necesidad de escolarizar la formación de
las mujeres. Algunas de estas nuevas ideas aparecieron en el Virreinato peruano
de inspiración borbónica, sobre todo en publicaciones como Mercurio Peruano
(1790-1795),La Gaceta de Lima, (1793-1798?), Semanario Crítico (1791) y Diario
de Lima (1790-1793). A través de la prensa se transmitían contenidos educativos
que pretendían informar a las mujeres sobre sus nuevas funciones en medio
del colapso del antiguo régimen y de la inauguración de estados modernos, ya
que serían ellas las encargadas de cuidar a las nuevas generaciones que estas
entidades necesitaban para su óptimo funcionamiento. La historia se transforma
cuando las jóvenes deben aprender a ser madres para el Estado-nación; una
configuración social diferente demanda vínculos determinados para los cuales
los sujetos deben ser criados. La grandeza de las naciones se identificó con la
supervivencia de sus infantes, y el entrenamiento doméstico exigió en adelante
conocimientos específicos para proteger la vida de aquellos, nuevas actitudes de
las mujeres y una regulación distinta de los sentimientos y del cuerpo. Si bien
hubo un cambio notorio frente al período anterior -pueblo y mujeres debían
ser educados-, lo que tuvo continuidad fue la virtual ausencia de las opiniones
de las mujeres sobre las formas de hacerlo.

1.1. La nueva República y la vida de las mujeres

El primer Código Civil republicano, aprobado en 1852, guardaba fuertes


reminiscencias del vínculo vasallático instaurado en la tradición del Occidente
cristiano. Allí se definían las relaciones entre los cónyuges a través del lazo de
servidumbre: la mujer, inferior, debía servir y obedecer al marido, superior que
la protegía. Aquel código ratificó que el matrimonio religioso era causante
de efectos civiles y estableció que tal unión perpetua servía para hacer vida
común y para la conservación de la especie humana. La mujer debía obtener
el permiso de su cónyuge para comprometerse en diversos contratos, y la
aprobación oficial de este para ejercer algún oficio o negocio. Se atenía a lo

6
ESTUDIO INTRODUCTORIO

prescrito por el derecho canónico sobre el matrimonio; los nacidos fuera del
matrimonio eran ilegítimos. El adulterio masculino no era causal de divorcio,
mientras que el femenino no solo lo era, sino que le daba la facultad al cónyuge
de salvar su honor quitándole la vida a su esposa, al amante o a ambos. La
patria potestad era monopolio masculino. Esta definición de la mujer como
"incapaz relativa", sin duda la distanció de un sistema educativo pensado para
"ciudadanos". Tal código rigió hasta 1934, pese a los muy anteriores reclamos
de hombres y mujeres para modificarlo.

Si bien el proyecto republicano se inspiró en ideas liberales -que incluían un


conjunto de propuestas para la educación y la vida familiar- los conflictos
postindependencia inhibieron las posibilidades de plasmarlas en instituciones
que orientaran la vida de los individuos. Todo parece señalar que en el campo
se estuvo frente a un fortalecimiento de los poderes locales y de los hacendados,
lo mismo que de la autoridad eclesiástica que coordinó armoniosamente con
este patrón; la capacidad del Estado de regular las relaciones entre las personas
fue, así, poco significativa. Las aspiraciones caudillescas, los bajos estándares en
la regulación de la violencia y el peso de los clanes familiares, como referencia
vivencia! y política, inhibieron el despliegue de las mujeres en el espacio público,
por lo menos hasta la década de 1870.

1.2. Sociedad, sistema educativo y la preservación del estatus en las


primeras décadas republicanas

Ni la elite ni el precario Estado se oponían al confinamiento de las niñas y


jóvenes mujeres. Es probable que el permanente tumulto social hiciera que
el orden familiar no fuera el recurso más idóneo para cuidarlas. Además, la
crianza y el entrenamiento de las mujeres distaban de ser parte de la cultura
doméstica. El internado colegial era la mejor garantía para el cuidado de la
honra femenina. También es probable que la muerte de muchas mujeres a
causa del parto dejara sin cuidado a muchas niñas, las que necesitaban ser
atendidas por instituciones como estas.

La experiencia educativa decimonónica estuvo marcada por fuertes distinciones


sociales. Un indicador de ello se encuentra en el informe de una inspección
estatal realizada en 1850 a diferentes colegios de mujeres en la ciudad. Si bien

7
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

los inspectores aprobaron el ambiente de recato, recomendaron modificaciones


en cuanto a los patrones de visita y señalaron la necesidad de que las niñas
salieran por lo menos los domingos para estar con sus familiares: "Con esta
medida se evitará también la mortificación que sufren las madres de pocas
proporciones, en los días festivos que les es permitido ver a sus hijas en el colegio,
no pudiendo presentarse con el lujo que fomenta la competencia en cada uno
de esos días, que es de gran concurrencia" (Mac Lean, 1944). Pese a que todo
indica que a estos colegios asistían las niñas y jóvenes de las clases altas de la
sociedad limeña, en ellos tenía lugar la mezcla de mujeres de diversas categorías,
sobre todo económicas. Sin embargo, el afuera invadía el recinto escolar, así se
mantenían las jerarquías. El material literario proporciona relatos reveladores
sobre el caso. Blanca Sol, el personaje principal de la novela del mismo nombre
de Mercedes Cabello (1889), había sido educada como la mayor parte de las
niñas de la aristocracia de la ciudad en un colegio de monjas donde las diferencias
eran notables. Las religiosas trataban con marcada consideración a las niñas
ricas, y con menosprecio a las pobres. En los colegios de esta clase, el estatus
diferenciaba a los grupos y definía el reconocimiento que las niñas recibían.
La bonanza guanera, que enriqueció de modo acentuado a ciertos grupos, no
parece haber atenuado tal tendencia. Por otro lado, a mediados del siglo XIX
la educación de las colegialas dejaba mucho que desear: los textos y materiales
de enseñanza que utilizaban no eran todos iguales ni tampoco los óptimos; los
maestros no eran los mejores, no estaban funcionando sus centros de formación.

Las corrientes modernizadoras nutridas por la bonanza guanera enmarcaron hábitos


que empezaban a ser parte de la vida de la ciudad, y la retórica de los burócratas lo
revela: "Los directores no tienen con las niñas el cuidado de sus madres para asearles
el cuerpo como debieran hacerlo. No lo hacen, [ ...] y las niñas son víctimas del
desaseo. Es pues de necesidad, que salgan los domingos" (Mac Lean, 1944). Los
preceptos higienistas que recorrieron con fuerza el mundo occidental a lo largo del
siglo XIX se replanteaban en la escena local de la época: "El aseo de las niñas en
los colegios se debe considerar como una parte importante de su educación'' (Ibíd).
El enunciado higienista proviene del mundo público que, a su vez, aspira a regular
las costumbres y relaciones propias de un mundo cerrado, donde se pretendía
embridar la conducta femenina. El Estado quiso, aunque no de modo sostenido,
delegar el poder a la familia, con lo que buscaba romper el monopolio corporativo
de este tipo de instituciones, de las que dependía la orientación de las vidas de

8
ESTUDIO INTRODUCTORIO

las mujeres de los sectores dominantes de la ciudad. En dicho contexto se ubican


percepciones como las de Francisco de Paula González Vigil, quien a mediados del
siglo XIX objetó la potestad de la Iglesia para formar a las mujeres, y llamó a que
padres y madres asumieran sus funciones educativas.

1.3. Legislación y sistema escolar

Apenas promulgada la primera Constitución, en 1823, quedó establecido que


la educación escolar era parte de la vida republicana; esta carta reconocía la
enseñanza como un derecho para todos los individuos y en 1828 la escuela
fue declarada gratuita para los ciudadanos en pleno. No obstante, las mujeres
no gozaban de ese estatus; así, el Estado pretendió concentrar su interés en
la educación femenina en los diferentes colegios de educandas. En el Cusco y
en lea se crearon colegios de educandas en 1827 y 1828, respectivamente. El
colegio de niñas expósitas de Santa Cruz de Atocha, fundado en el siglo XVII,
pasó a manos de la Beneficencia. En 1830el presidente Agustín Gamarra fundó
el colegio del Espíritu Santo y el Estado se comprometió con doce becas para
hijas de "los buenos servidores de la nación''. Este centro estuvo destinado a las
niñas de clase alta (Tauzin-Castellanos, 1988: 98).

Hacia 1834 existían en Lima nueve colegios de mujeres que pagaban la


patente a la municipalidad (Ibíd: 99). En 1850 funcionaban por lo menos los
siguientes: el del Espíritu Santo, el de la Encarnación, el colegio Peruanq,
el de la Caridad y el de la calle de San Antonio, además de la escuela que
funcionaba en la Casa de Ejercicios de Santa Rosa (Mac Lean, 1944:
193-196). Con la llegada de la orden de los Sagrados Corazones, bajo el auspicio
del clérigo conservador Bartolomé Herrera, se fundó un colegio de carácter
privado y destinado a la clase alta, suceso que consolidó la identificación de la
educación femenina con la orientación religiosa como señal de prestigio.

Según el Reglamento de 1850-primero en su género-, las escuelas de primer


y segundo grados, tanto de hombres como de mujeres, debían ser gratuitas. En
el primer grado se enseñaba lectura, escritura, cálculo de números enteros, de las
fracciones comunes y números complejos, catecismo de la religión y elementos
de gramática castellana y, donde fuera posible, teneduría de libros y elementos
de economía política. En el segundo grado de enseñanza escolar se dictaba

9
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

lectura y escritura, aritmética en toda su extensión, gramática castellana y religión,


"exponiendo completamente la parte que mira a las costumbres", reglas de moral
práctica, incluso los deberes sociales, urbanidad y reglas generales para la celebración
de contratos y penas por los delitos más comunes (Gamarra, 1920: 26). En este
nivel educativo no hubo diferencia entre hombres y mujeres. En la instrucción
media sí se hicieron explícitas ciertas distinciones. Tenían en común Higiene
privada, Francés, Inglés, Aritmética, Geografía e Historia. El aseo uniformaba
experiencias femeninas y masculinas, pero las diferenciaba la Obstetricia y lo
referente a la Constitución, respectivamente. Se señalaba así la asociación de lo
femenino con el mundo privado, y de lo masculino con el público.

A mediados del siglo XIX, Ramón Castilla creó y solventó los colegios de
educandas en ciudades como Trujillo (1845), Huánuco (1846), Arequipa,
Cajamarca, Cusca, Puno y Tacna (1848); Lima, Huancavelica, Moquegua
(1861); y Piura (1862). El éxito o el fracaso de estas alternativas dependió en
buena parte de la respuesta local, de la sensibilidad de las elites y de los esfuerzos
de las mujeres de la localidad. Casi todos los colegios enfrentaron serias
dificultades para instalarse en locales propios; además, sufrieron los avatares de
la inestabilidad política y más tarde los estragos de la Guerra del Pacífico. En
algunos casos se trató de una experiencia básicamente laica, como la del Cusca;
en otros, la carencia de un impulso local y la desidia de los grupos dominantes
del lugar demandaron la intervención de congregaciones religiosas que tomaron
en sus manos la educación de las mujeres.

En 1874, en la administración de Manuel Pardo, se encuentra otro hito


importante cuando los concejos distritales fueron obligados a establecer, en
el territorio de su jurisdicción, al menos una escuela de primer grado para
hombres y otra para mujeres. Los provinciales estaban obligados a planificar
en el distrito que fuese capital de provincia al menos dos escuelas mixtas de
primer y segundo grados, y en las capitales de departamentos, una para varones
y otra para mujeres 1• En esos años se discutía el reglamento de educación que
el gobierno civilista aprobaría en 1876. En este se instauraba la obligatoriedad
de la educación primaria para niños y niñas hasta los doce años. El gobierno
también dio incentivos para desarrollar un sector educativo secundario privado

1 Reglamento de Instrucción Primaria de 1874, II, art. 5.

10
-
ESTUDIO INTRODUCTORIO

para las muchachas de las clases media y alta. Estos rasgos del período dieron pie
a una proliferación de escuelas durante esa década, varias regentadas con éxito
por maestras laicas (Denegrí, 1996: 127). El Reglamento de 1876 modificó las
normas poco después, y ordenó la creación de un colegio de mujeres en todas
las capitales de provincia donde no existiese uno. Además, en la educación
primaria niños y niñas estudiarían las mismas materias durante cinco años.

En los años previos a la Guerra del Pacífico se hizo explícito y diferenciado el


interés por educar a mujeres de las clases populares. La congregación de Nuestra
Señora de la Caridad del Buen Pastor se estableció en el Perú en 1871 y estuvo
ligada a este proceso. Tenía entre sus prioridades la rehabilitación, instrucción y
educación de las adolescentes de las clases media y próletaria, consideradas las
más expuestas al abandono moral y material (Mac Lean, 1944: 416). En el otro
extremo del abanico social se ubicaban instituciones como el colegio de Santa
Eufrasia, creado en 1873, que funcionaba en el monasterio del Buen Pastor
como un pequeño pensionado para niñas de familias "distinguidas". El éxito de
este colegio hizo que el alcalde de Lima, general César Canevaro, les cediera uno
de los mejores locales de la municipalidad; además, estableció como condición
que las religiosas del Buen Pastor se encargaran de crear una escuela industrial
para niñas pobres, mencionadas líneas arriba, que empezó a funcionar solo en
1899. Se aprecia cómo la instancia pública cedía sus recursos a la instrucción de
niñas de las clases dominantes, abdicando de su función de formar a las mujeres
de los sectores populares; era incapaz de ser garante de la honra femenina. En
1899 la Beneficencia de Lima fundó el Instituto Sevilla (Ibíd: 416). Pese a ser
una iniciativa pública, también estuvo en manos de la congregación del Buen
Pastor y su fin fue formar obreras y domésticas.

Así, a lo largo del siglo se construyó una diferencia entre la educación que
debían recibir los varones y la que se dedicaba a las niñas y jóvenes en general.
Además, hubo un contraste entre los esfuerzos desplegados por el Estado para
desarrollar la educación pública masculina y aquellos destinados a la educación
de las mujeres. Esta conducta pública discriminatoria encontraba un eco en la
cultura de la época. El horizonte vivencia! de las mujeres -la vida cotidiana
del campo y la ciudad- hizo que las expectativas educativas para aquellas se
circunscribieran a una educación doméstica bastante discreta. Eso no quiere
decir que las mujeres, sobre todo las que pertenecían a los sectores dominantes y

11
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

medios, en algunos casos de las pequeñas ciudades, no accedieran a una cultura


sofisticada. Pero esas experiencias no se forjaron en espacios diferenciados de la
dinámica hogareña. La vida de salón, una mezcla de mundo privado y público,
fue el escenario de estas actuaciones culturales femeninas. Por otro lado, dada la
precariedad del aparato administrativo para organizar el universo educativo, el
Estado estuvo dispuesto a cederle a la Iglesia católica gran parte de esta tarea.

12
ESTUDIO INTRODUCTORIO

II
EL PRIMER CIVILISMO, LAS MUJERES
Y LA CULTURA ESCRI TA

Al amparo de las exportaciones del guano y del florecimiento de los


sectores azucarero y algodonero del país, se formó una especie de burguesía
comercial. Las propuestas del civilismo auroral pretendieron ampliar los
atributos del Estado y recortar las aspiraciones locales de poder, lo que amplió
en algo los horizontes vitales de las mujeres. En las veladas literarias, auspiciadas
por mujeres como la argentina Juana Manuela Gorriti, se manifestaban las
aspiraciones de autonomía en la cultura pública, acompañadas por los primeros
manifiestos de las mujeres sobre la cuestión educativa.

Un importante número de mujeres se embarcó en tareas periodísticas y


literarias; se trató de una profusión de publicaciones en la que ellas tuvieron
un protagonismo insólito, aunque algunas se protegieron mediante el uso del
seudónimo. Se fundan y circulan revistas como La Bella Limeña, auspiciada
por Enrique Meiggs. Gorriti publica en la Revista de Lima, junto a Carolina
Freyre de Jaimes, Juana R. de Amézaga y Rosa Riglos de Orbegozo. En
El Correo del Perú publican sobre la instrucción y el trabajo de las mujeres
Teresa González de Fanning, Clorinda Matto de Turner y Juana María Laso.
Las mujeres colaboraron entre 1874 y 1875 en La Alborada, semanario de
las familias, literatura, artes, educación, teatro y moda. Por esos mismos años
apareció El Álbum. Revista semanal para el bello sexo, fundada por Gorriti y
Freyre de Jaimes; parte importante de sus colaboradores fueron mujeres. La
palabra escrita fue el medio por excelencia que ellas usaron para reflexionar
sobre instituciones y leyes que les restaban dignidad.

13
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

"Escribid, escribid, para que adquiráis la práctica de hacerlo", publicó González


de Fanning en El Correo del Perú en 1876 mientras observaba que cada vez las
mujeres escribían más, señal para ella de que el Perú se civilizaba ("Las literatas",
1.10.1876). La reacción fue afirmar que a las mujeres se las veía ridículas
escribiendo; que iba en desmedro de las tareas domésticas; y, finalmente, que
como eran frívolas y de poca ilustración lo harían mal. Escribir era cosa de
hombres (Denegrí, 1996: 44). Tales declaraciones decían más de los hombres
y de su actitud defensiva que de las mujeres cuyas ideas sin duda incomodaban
al orden patriarcal. En esa atmósfera, las mujeres empezaron a vislumbrar la
importancia de la autonomía, del trabajo y de la educación en sus vidas. Sus
posturas relativas a la educación se construyeron a la par que la palabra escrita
organizaba sus mentes y sus vínculos.

2.1. Teresa González de Fanning (Nepeña, 1836 - Lima, 1918)


Como muchas mujeres de su época, se educó en casa; casada joven, antes de
cumplir los diecisiete, había visto morir a sus hijos. En 1875 publica en La
Alborada su artículo "Trabajo para la mujer", en el que planteó la necesidad de
expandir las expectativas laborales de las mujeres e ir más allá del convento y
del matrimonio. Le preocupaban las niñas entregadas a hombres mayores en
matrimonios arreglados; además, sostenía que no casarse tendría que dejar de ser
un estigma. Señalaba que el entrenamiento laboral femenino impactaría en la
moral pública, alejando a las mujeres de la prostitución legal -el matrimonio­
y de la otra. La independencia económica, según ella, permitiría a las mujeres
abolir su subordinación. Cuestionaba también las voceadas políticas migratorias
de Pardo cuando advirtió una cantidad considerable de mujeres inactivas, en
espera de ser capacitadas para trabajar fuera del hogar.

Teresa González de Fanning y sus hermanas Elena y Enriqueta fundaron


en plena guerra, y en la misma ciudad tomada por el ejército chileno en
1881, el Liceo Fanning para señoritas, hecho que coincide con el abandono
del seudónimo y con la muerte de su esposo en la batalla de Miraflores. Ser
viuda en esas condiciones la invistió de autoridad para enfrentarse a la elite
de la época y a los grupos clericales que dominaban -negativamente, según
ella- las vidas de las mujeres. En una autodefinición se refirió a su larga
experiencia laboral como maestra, y a su compromiso con la educación de las

14
---
ESTUDIO INTRODUCTORIO

mujeres: "Diez y seis años de profesorado y en constante trabajo en pro del


mejoramiento de la educación de la mujer" (González, 1905: 5). Su trabajo
como maestra y el expresarse públicamente a través de la prensa le dieron la
posibilidad de autorizarse y enunciar su pertenencia a un "nosotras" (González,
1905: 56). A partir de 1881 publicó textos de historia del Perú, historia santa,
geografía y economía doméstica para el uso de sus alumnas. En 1892 se retiró
de la actividad docente y el Liceo Fanning pasó a manos de Elvira García y
García. En 1898 regresó a la escena pública, como se verá más adelante.

2.2. Clorinda Matto de Turner (Cusco 1852 - Buenos Aires, 1909).


La obrera del pensamiento

Su infancia transcurre entre Cusco y la hacienda familiar en Calca. Estudia en el


Colegio de Educandas de esa ciudad. En 1871, tras casarse con el comerciante
inglés Joseph Turner, se traslada a T inta donde escribe para El Heraldo, El
Ferrocarril, El Rodadero, El Eco de los Andes y El Mercurio. En 1876, en Cusco,
funda la revista El Recreo. Visita Lima en 1877 y participa en las veladas literarias
organizadas por Gorriti. Durante la guerra con Chile, Matto de Turner vivió
en T inta y enviudó. A fines de 1883, ya en Arequipa, asumió la jefatura de
redacción de La Bolsa, lo que la convirtió en la primera mujer que dirigió un
diario en el continente. En abril de 1886 se estableció en Lima y fue parte del
Círculo Literario y de El Ateneo de Lima. En octubre de 1889 Matto asumió la
dirección del semanario El Perú Ilustrado, la más importante publicación literaria
del país. El relato "Magdala", del escritor brasileño Henrique Coelho Netto,
que apareció en esa publicación, fue considerado sacrílego por el arzobispo de
Lima, Manuel Bandini, que prohibió bajo pena de pecado mortal la lectura y
difusión del semanario. La Iglesia inició una campaña en su contra que ocultaba
el motivo de fondo: la publicación un año antes de la novela Aves sin nido, que
denunciaba lo corrupto del clero. Tras ser excomulgada, en julio de 1891, Matto
dejó la dirección del semanario (Portugal, 1999; Berg, 2000).

En 1892 Matto fundó La Equitativa, imprenta que empleó a mujeres y


publicó el bisemanario Los Andes, desde donde apoyó al general Andrés
Avelino Cáceres. El 17 de marzo de 1895, grupos al mando de Nicolás de
Piérola tomaron Lima y derrocaron al presidente Cáceres; además, saquearon
la casa de Matto y destrozaron su imprenta. Clorinda Matto se embarcó hacia

15
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Valparaíso y luego se estableció en Buenos Aires. En febrero de 1896 fundó


la revista Búcaro Americano. Fue profesora en la escuela normal de la Capital
Federal, en la escuela normal norteamericana y en la escuela comercial de
mujeres; asimismo, colaboró con varias revistas del continente. En 1908 viajó
a diferentes países de Europa; en España dictó conferencias en El Ateneo de
Madrid y en la Unión Ibero-Americana. A fines de año Clorinda Matto volvió
a Buenos Aires, donde murió en 1909.

La preocupación por la educación de las mujeres atravesó la obra de Matto de


principio a fin. Cuando dirigió en Arequipa el periódico La Bolsa, en 1883,
inauguró una columna, "Los lunes", que registró noticias y reflexiones sobre la
educación en general y la de las mujeres en particular, dio "preferente atención
a la educación de la mujer, base fundamental del progreso de las sociedades y
de la felicidad de las familias" (La Bolsa, 2449, 3.8.1883). En El Perú Ilustrado
escribió de modo sostenido sobre estos temas. En todas estas publicaciones
animó a escritoras y escritores a elaborar sus opiniones sobre la educación. El
optimismo de Clorinda Matto respondía al reconocimiento de la capacidad
moral e intelectual de las mujeres, actitud poco usual durante el siglo XIX en
que la mayoría, incluidas las vanguardias, cuestionaban la validez del juicio
moral femenino. Este entusiasmo no le impedía ver a Matto la desidia de las
mujeres, que necesitaban emanciparse, pero que mantenía a sus congéneres
ajenas a los sueños del progreso.

Tanto en el período posterior a la guerra con Chile como en los años siguientes,
la preocupación por la nación estuvo ligada a la noción de progreso, lo que
suponía identificar las rémoras que lo impedían. La mayor parte de las mujeres
escritoras, periodistas y maestras fueron optimistas, aunque no complacientes.
Más bien vieron cosas que otros preferían soslayar, como el acceso de las mujeres
a una educación diferente. Ello no solo las llevó a redefinir el recinto doméstico
y a investir al "ángel del hogar" de un significado innovador, sino que también, en
algunos casos, a catapultar a las mujeres al mundo público y al cuestionamiento
de las formas de ejercicio de la autoridad. Matto concibió la casa como un
microcosmos donde había que ingresar para crear la patria. Los deberes privados
y los sociales estaban articulados de modo estrecho. Los buenos padres eran
buenos ciudadanos, las buenas madres también. No obstante, los hombres hacían
las leyes; las mujeres, las costumbres (La Bolsa, 2887, 28.5.1885).

16
ESTUDIO INTRODUCTORIO

Pero Matto no comparte del todo la dicotomía burguesa que identificó lo


racional, el conocimiento y la ciencia con lo masculino, y lo femenino con las
emociones y la naturaleza. Ella reconoce una naturaleza femenina, pero no
la circunscribe de modo tradicional al hogar. La casa podía ser el recinto de
las mujeres, sin embargo Matto advertía: ''Acordémonos de aquellas infelices
mujeres, hostigadas en los misterios del hogar por los celos infundados; gastadas
por la glotonería de los maridos; reducidas a tomar aire débil y tomar aliento
escaso, y al punto tendremos a la vista la infeliz mujer displicente, pálida,
ojerosa, en cuya mente cruzan pensamientos siempre tristes, y cuya voluntad
de acción duerme el letárgico sueño del desmayo" (Matto, [1889] 1994: 90). Si
bien Matto afirmó que la función de las mujeres era la maternidad, fue una dura
crítica de la forma en que estas se sometían a ese mandato de la naturaleza que
reconocía como tal; los espíritus inferiores y egoístas quieren "circunscribir la
esfera de acción de la mujer al estrechísimo recinto del elemento puramente
reproductor, de simple placer o de utilidad servil. Seres ennoblecidos por la
idea de la igualdad y del derecho, han juzgado y juzgan con verdadero criterio
en lo justo a la mujer inteligente" (Matto, 1902: 123).

En sus novelas -tanto en Aves sin nido (1889), como en Índole (1891) y en
Herencia (1895)- los personajes femeninos están en parte definidos en función
de sus vínculos con la educación y la palabra escrita; es decir, la instrucción es
para ellas un referente sustantivo en su configuración. La vulnerabilidad de las
mujeres indígenas se explica por estar alejadas de las aulas y de la palabra escrita;
mientras que las criollas instruidas se portan como madres juiciosas y atinadas
consejeras. La educación configura las identidades que encarnan el progreso y la
felicidad, y está ausente en aquellos que representan la barbarie, la decadencia,
el sufrimiento. Según la autora, el corazón se educa y la inteligencia se instruye
(Matto, 1994: 79). La falta de educación en las mujeres incitaba el dominio
masculino: "Y esta índole prevalece con mayor fuerza en la mujer, descuidada en
su educación por el egoísmo masculino, y entregada a sus propias fuerzas, en esta
tramoya de la vida cuyos cuadros dispone el varón'' (Matto, 1974: 189).

Clorinda Matto interviene en la controversia sobre el matrimonio por


conveniencia y lo define como "unión monstruosa cuando no existe el amor".
Rechaza el arreglo conyugal no solo porque inhibe la opción amorosa, sino
porque el mandato eclesiástico de reproducir la especie atenta contra la

17
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

salud de las mujeres y sus posibilidades vitales. La educación de las mujeres


cuestionaría sendos pilares del poder doméstico y clerical. En el pensamiento
de la autora encontrarnos una relación original entre la educación femenina
y el control de la natalidad; aquella se convierte, a su vez, en un referente
para el control del instinto sexual masculino. Dicho planteamiento atravesaría
también, años más tarde, la obra de María Jesús Alvarado.

La educación para Matto no se desliga de la grandeza de la patria y de su dignidad.


Al igual que González de Fanning, vio en la difusión de la escuela un medio para
que los heterogéneos ingredientes que formaban el Perú pudiesen convivir en
arrrionía. Si bien las vanguardistas no estuvieron del todo familiarizadas con la
idea de la igualdad, sí con la utopía de justicia, uno de cuyos ejes fue la educación.
En 1890, a raíz de un comentario sobre los Estados Unidos, aparece en El Perú
Ilustrado'2, el término igualdad porque Matto vio que ese país era el que más
oportunidades ofrecía a las mujeres de librarse del tutelaje de la ignorancia (EPI,
editorial, N° 218, 11.7.1891, p. 2418).

El espectro que abarca el interés de Matto por la educación femenina comprende


desde la formación escolar hasta las aspiraciones políticas. En relación con lo
primero, escribió Elementos de literatura según el Reglamento de Instrucción Pública
para el uso del bello sexo, en 1884. Tenía en mente la idea de lo que podía ser una
ciudadana capaz y confiaba en el poder de la escritura para transformar a las
personas. Por eso incluyó en los Elementos... modelos femeninos como Teresa
de Ávila, Madame de Stael y Cecilia Bohl, todas vinculadas a la autonomía
intelectual, espiritual y material que pueden implicar la pluma, la tinta y el papel.

Si bien Matto no desconoció la importancia de la escolaridad en la formación de


las mujeres, sus opiniones se orientaron sobre todo hacia su significado, tanto para
la nación como para las mujeres mismas. Se ubicó así entre las que pensaron en la
educación no solo como un medio para organizar la nación, sino como un fin en
sí mismo que las mujeres tenían derecho a perseguir para su propio provecho. No
obstante, a lo largo de su obra las referencias a la escuela también son explícitas; por
ejemplo, en Aves sin nido: "Donde la carencia de escuelas, la falta de buena fe en los
párrocos y la depravación manifiesta de los pocos que comercian con la ignorancia
y la consiguiente sumisión de las masas, alejan, cada día más, aquellos pueblos de la
2 En adelante EPI.

18
ESTUDIO INTRODUCTORIO

verdadera civilización, que cimentada agregaría al país secciones importantes con


elementos tendientes a su mayor engrandecimiento" (Matto, 1994: 26).

Por otro lado, Matto distingue la instrucción de la educación. En el artículo


"Escuelas" (La Bolsa, 5.7.1884) subrayaba la importancia de la virtud frente
a la sabiduría. En "Razonamos" afirmó que la educación moral e intelectual
bien cimentada "tiende a la unidad de la organizacióµ de los pueblos [ ...].Sin
instrucción seguirán las masas siendo juguete de la ambición y el instrumento
de egoístas aspiraciones [ ...] organicemos patria cuanto antes, y establezcamos
instrucción primero, trabajo después" (La Bolsa, 2881, 20.5.1885).

Las reflexiones de Matto sobre la educación de las mujeres no se desligaron de los


atributos que le confirió a la palabra escrita en general y a la que estuvo en manos
de las mujeres en particular, que produjo muchas e intensas tensiones. Hombres
y mujeres percibieron sus efectos en el cuestionamiento del orden social. Mujeres
como María Mendiburu de Palacios expresaron el recelo que producía tal recurso:
"Las escritoras y artistas pueden hacer mucho bien y encantar a la sociedad, pero
esas son notabilidades a quienes el genio arrastra y saca de su centro; y si llegan a
ser madres de familia por fuerza tendrán que limitarse a eso" (El Correo del Perú1,
vol. 2, N° extraordinario, 31.12.1873: XII, subrayado mío). Ante tal nerviosismo,
la mirada de Matto se fijaba en otra cosa: "[H]agamos escritores nacionales [ ... ]
siendo el periódico el laboratorio donde se levante la columna de fósforo elaborado
en el cerebro para alumbrar el mundo y desterrar las tinieblas de la ignorancia.
Es deber nuestro utilizar las horas bonancibles de la paz. Hagamos de las hojas
impresas, perfumadas hojas otoñales que volando como aristas al hogar y al taller,
lleven no solo luz y aroma, sino el bienestar consiguiente al trabajo remunerado"
(EPI, N° 126, editorial, 5.10.1889: 722-723). Esta incursión sin duda despertó
gran controversia. No es poco decir que dos mujeres-Matto misma y Alvarado-­
resultaran, durante este proceso, exiliadas y con sus imprentas destrozadas.

Merece atención una idea de Matto acerca de cómo la educación llevaba a renunciar
a los intereses particulares.Según la autora, la educación estaba ligada a la cultura
pública y a su exigencia de posponer aspiraciones reñidas con el bien común (EPI,
editorial, N° 216, 27.6.1891). La educación era un complemento del periodismo
que higienizaba la moral pública (Matto, 1954: 2, 202-203). Matto era consciente
3 En adelante ECP.

19
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

de que promover la educación de las mujeres ayudaba a ensanchar el espacio


público con nuevas voces, y que estas incomodarían a los patriarcas acostumbrados
a monopolizarlo y a excluir a las mujeres de las decisiones. Lo publicado por Matto
en 1890 sobre Ana Mac Sorley revela su opinión y lo que ocurría en la época:
''Aplaudimos la constancia de la señorita viuda de Mac Sorley, felicitándola por
haber coronado con brillo su carrera, pero también, le damos la voz de cuidado.
Entre nosotros, la mujer que sobresale, es como la oropéndula de vistoso plumaje:
todos los moscones van a picarla, todas las miradas devoran su belleza, y muy
pocos perdonan el grave delito de 'no ser nada'" (EPI, N° 176, 20.9.1890: 758);
"a la mujer ilustrada, los tontos le tienen miedo" (Küppers, 1989: 197).

Así, la educación de las mujeres era lo opuesto a la censura y a la intolerancia, y


Matto lo sabía bien a raíz de la publicación de Aves sin nido: "Si no atendemos
a la ilustración de la mujer, cuanto hagamos en pro de los adelantos modernos
será sin éxito y los que creíamos sólidos edificios, serán débiles castillos de
naipes.[ . . .] instruyamos a la mujer y más tarde no se quemarán nuestros libros,
ni nuestros sacerdotes nos anatemizarán, pues irán guiados por la ciencia y la
caridad" (EPI, N ° 182, 1.11.1890: 998). La tolerancia pública, la secularización
y la educación femenina eran una sola cosa para Matto, que si bien consideró
importante la instrucción religiosa, estuvo inspirada en el Evangelio, "el gran
libro de la humanidad" que contenía el código moral más puro, predicado por
Jesús el Nazareno (LB, 20.10.1885, N° 2991).

Es en Viaje de recreo (1909) donde Matto hace una defensa clara del feminismo
como tal. Fue cuando conoció a las mujeres sufragistas reclamando el derecho al
voto, la igualdad económica y el ingreso a la universidad (Küppers, 1989: 204).
En Búcaro Americano Matto mostró en repetidas ocasiones su deleite con las
"grandes emociones de la mujer moderna'' (Búcaro Americano, N° 49, 15.9.1906:
726-727); allí clasificaba a la mujer en la que produce, la autónoma, la educada,
y la compañera del hombre cuando es su voluntad.

2.3. Mercedes Cabello de Carbonera (Moquegua, 1842 - Lima 1909)


Durante su infancia en Moquegua, su padre y su tío -que habían estado en
Francia y disponían de una buena biblioteca-, influyeron en su formación.
Mercedes recibió lecciones privadas de francés, por lo que estuvo al día con las

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ESTUDIO INTRODUCTORIO

corrientes literarias y las vanguardias científicas de la época. A los 22 años se


estableció en Lima; al poco tiempo se casó con el médico Urbano Carbonera,
de quien luego se separaría. De joven, Mercedes Cabello asistió a las tertulias de
Juana Manuela Gorriti. Sus novelas y sus posiciones políticas irritaron a hombres
y mujeres de la elite. A partir de 1900 estuvo, a consecuencia de la sífilis, recluida
en el Hospicio de Insanos de Lima, hasta que falleció en 19094 •

Mercedes Cabello desarrolló, desde 1874, sus concepciones sobre la educación


de las mujeres mientras reflexionaba acerca del conocimiento, el progreso y su
escepticismo frente a este. Si bien se fascinaba con lo que ofrecía la civilización,
intuía que la barbarie podía volver a reinar en la historia de la humanidad. Es frente
a tal desafío que consideró de crucial importancia la instrucción femenina. Partiendo
de principios del pensamiento ilustrado, sostuvo que el grado de civilización de los
pueblos se medía por los conocimientos que las mujeres conseguían: "La historia
de la esclavitud y el envilecimiento de la mujer es la historia de la barbarie y el
embrutecimiento de los pueblos" ("Necesidad de una industria para la mujer",
La Alborada', 13.3.1875, II). Entonces, la vitalidad de las naciones dependía de
la actitud de las mujeres y de la educación que recibían. Estableció una relación
estrecha entre instrucción y moralidad, lo que a su vez la llevó a insistir en la función
civilizadora de las mujeres educadas. Escribió también acerca de cómo la instrucción
de las mujeres las alejaba de posturas pedantes y vanidosas, pues los conocimientos
más bien las llevaban a una sobriedad propia de la casa domesticada y no del salón
voluptuoso y frívolo. Criticó la educación destinada a que las mujeres fuesen piezas
de salón y de los mecanismos de poder de la sociedad cortesana.

La otra cara de la moneda era el encierro al que la reducía una esclavitud humillante,
resultado de la carencia educativa. Estas ideas aparecerían encarnadas en su
personaje Blanca Sol algunos años después. No quiere alejar a las mujeres del hogar
doméstico; al contrario, la mujer educada convertiría la casa en una contribución
cultural. "Despertad en la mujer el gusto por el estudio, mostrándole esos tesoros de
luz que guardan las ciencias y tened la convicción [de) que de esa fecha ha de datar
la regeneración moral de los pueblos y el nacimiento intelectual de la mujer" (El
Álbum6, 31.10.1874). Cabello hablaba de una educación para sí misma, y no para los
4 Ismael Pinto (2003) recoge evidencias que permiten deducir que contrajo la enfermedad por su esposo.
5 En adelante LA.
6 En adelante EA.

21
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

ojos de los demás: ni instrumento ni objeto indispensable para la diversión de otros.


Así, cincelaba la cuestión de la individuación femenina. Era en el recinto doméstico
donde las mujeres se constituían en los motores del progreso; podía ser un universo
rico en sentimientos, era ver la casa como una posibilidad de exploración interior.

En la década del setenta reclamó una instrucción sólida y científica para las mujeres,
para "cimentar la moral y las virtudes". Ellas necesitaban ser educadas e instruidas
en la tarea de la crianza. Para Cabello, la familia es la base del Estado, y es el ámbito
de influencia de las mujeres. No hay naciones virtuosas sin mujeres diligentes e
instruidas en su organización. El conocimiento masculino es de otro orden y no
puede orientar la vida de la domesticidad: los destinos de la familia los dirige la mujer.
En este contexto, la mujer ignorante y débil no puede civilizar al hombre y acercarlo
a la verdad. La limitadísima instrucción que la mujer recibía abría un abismo en la
casa, era "el germen de amargos sinsabores, de eternas contradicciones y de males
infinitos" (EA., 2.9.1874). Cabello asoció la ignorancia femenina al matrimonio
corrupto: marido y mujer son dos cuerpos que se identifican por sus hábitos fisicos;
pero dos almas que viven en la más completa oposición (EA., 2.9.1874).

La autora de Blanca Sol estuvo deslumbrada con el siglo XIX, engalanado de


progresos sociales y de felicidad individual, de prodigiosos inventos modernos que
ofrecían el dominio de la naturaleza y con ello la comunicación de una nación con
otra. Sin embargo, señala, la contradicción es inherente al devenir: el escepticismo
religioso era parte de esa :fiebre por lo material (EA., 2.9.1874). Para Cabello, la
secularización producía un vértigo inevitable que demandaba la educación de las
mujeres. Esta tendría que mitigar los efectos que el :fin del fanatismo religioso podía
traer, era un medio para trascender la encrucijada. El fanatismo de las mujeres y
el ateísmo de los hombres eran las dos caras de una moneda. El hombre educado
por una madre ignorante, que transmite una imagen imperfecta y falsa de Dios, se
burlará de sus creencias de niño (EA.A, 1878). En ElAutógrafa Americano escribió
sobre el modo en que la sociedad burguesa occidental vivía la secularización y
propuso que el desarrollo intelectual de las mujeres implicaría la regeneración
moral del hombre. Mantener a las mujeres en la ignorancia era anclarse en el
oscurantismo y la barbarie. La educación tenía un valor que equilibraría la tensión
desigual entre los sexos y aparecía así como un recurso de poder. El papel civilizador
de las mujeres fue un tópico que atravesó el discurso burgués decimonónico y que
en el Perú continuó alimentado por las mujeres en el período de la posguerra.

22
-- -

ESTUDIO INTRODUCTORIO

Antes de la guerra de 1879, Cabello tomó distancia frente a las posturas que
reivindicaban los derechos políticos de las mujeres en diferentes partes del mundo.
Reconocía la justicia del reclamo, pero no lo consideraba prioritario ni, mucho
menos, acorde con la naturaleza femenina. Sostuvo que cuando las cuestiones
políticas se decidieran no por la fuerza bruta de las armas de que cada uno dispone,
sino por la fuerza moral y las leyes de la justicia y de la humanidad, los derechos de
las mujeres serían inherentes a tales logros (Cabello, "Influencia IV", 1874). En esa
primera etapa de su reflexión, los reclamos de derechos políticos y civiles para las
mujeres no encontraban sentido (Cabello, "Influencia U", 1874), pues la naturaleza
las dotaba de virtudes espirituales que las comprometían con otras tareas igual de
importantes: la gran cuestión de la estabilidad y ventura de la familia.

Lo que a primera vista parece una postura conservadora es una original


concepción del proceso histórico. Para Cabello, el mundo del poder y de la
política estaba marcado por la agresividad; la fuerza física aún tenía un peso
excesivo en los conflictos de la escena mundial. Ese no era el mundo donde una
idea de justicia podía prosperar para el bien de las mujeres. No era esa la forma de
resolver los problemas para que las mujeres tuviesen algo que aportar y por qué
luchar. El "derecho de la guerra" no se prestaba para los requerimientos propios
de la justicia de las mujeres. Así, los movimientos políticos de las naciones no
eran propicios para el activismo femenino. El derecho de la mujer era el de los
pueblos: estar protegidos contra la violencia. La guerra de la civilización es solo
la de las ideas, la única fuerza es la de la moral (EA., 26.9.1874). Cabello rechazó
la violencia y el ejercicio del poder a través de la fuerza física en general.

La mujer esposa y madre sofisticada, de moral sólida formada en la ciencia, que


reclama la escritora, no es exactamente el ángel del hogar. La educación de las
mujeres sería, según la autora, la coronación -la "estrella más brillante" del siglo
XIX- de vital importancia para la sociedad.Marginar a las mujeres de la educación
era renunciar a la plenitud de la civilización y a la moral de las costumbres. Su
reflexión sobre los efectos de la educación en las mujeres la llevó a cuestionar la
existencia de una "naturaleza femenina''. Según Cabello la especie era la misma en
todo el orbe, y "la educación solo realiza en ella esa ley de perfectibilidad, con la
que la naturaleza la ha privilegiado" (EA., 31.9.1874). La educación podía regular
las malas pasiones, dulcificar al hombre, desarrollar la razón para llegar al juicio
moral. Aquí la autora asocia la educación a los procesos de autorregulación de

23
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

los impulsos y a la emergencia del individuo. Sus reflexiones van más allá de las
mujeres, abarcan la organización social y a los hombres.

En esta primera etapa de su reflexión, Mercedes Cabello abordaría el tema de la


educación industrial para las mujeres, que consideró indispensable para la moral
pública, para la prosperidad de la economía y el bienestar de las familias. Se refería
a ese grupo numeroso de mujeres peruanas, que carente de bienes familiares y de
parientes, se resistía a trabajar por no caer en la infamia (LA, 13.3.1875). Como
González de Fanning y luego María J. Alvarado, Cabello pensaba que las mujeres
debían contar con recursos materiales y espirituales que las alejaran de situaciones
abyectas como la prostitución y el matrimonio por interés. Entrenar a las mujeres
en tareas laborales dignas era una responsabilidad pública, de las municipalidades,
de la Beneficencia. Se trataba tanto de la moral personal como del florecimiento
de la nación. La escritora describía la parálisis por la que atravesaban las familias
y especialmente las mujeres cuando quien sustentaba la casa no podía hacerlo
más, y alertaba "que no sea la corrupción de su alma y el comercio de su cuerpo"
lo que compensara ello. Mercedes Cabello, en 1874, en La Alborada, pide que el
gobierno promueva el ingreso de mujeres a los nacientes sectores laborales: correos,
telégrafos y teléfonos; litógrafas, fotógrafas, tipógrafas. Las reformas para ampliar
la capacidad laboral de las mujeres no solo tendrían efectos positivos en la vida de
estas, sino que harían las veces de un contrapeso en la balanza de las desigualdades
entre las clases sociales. La educación para el trabajo era un recurso que atacaría
el origen de "gran parte de nuestros males sociales" (LA, 13.3.1875). Juzgaba que
las desigualdades sociales alimentadas por las carencias educativas eran una base
endeble y perversa para levantar una nación, para construir una moral pública.

El aprecio de Mercedes Cabello por la educación estuvo sin duda asociado a


la importancia que le otorgaba a la palabra escrita en general y a la lectura en
particular. Esta actividad podía transformar la vida de las personas y, en ese
sentido, la autora se inscribe en plena modernidad. Además, para ella la literatura
se emparienta con la moral, la política y la religión. El apoyo a las letras es el
apoyo a la civilización. La lectura se constituía en el antídoto del fanatismo
religioso, "ese monstruo que tantos y tan grandes males ha causado; ese pérfido
tirano que, donde quiera que su dominio ha dejado sentir señoreándose, ya sea
sobre los poderes o sobre las masas de un pueblo, no ha hecho sino envilecer a
los unos y embrutecer a los otros" (Pinto, 2003: 328).

24
ESTUDIO INTRODUCTORIO

III
LA POSGUERRA Y LAS PROPUESTAS DE LAS MUJERES

Las aspiraciones modernizantes de la incipiente institucionalidad


política expresada en la creación del Partido Civil se esfumaron patéticamente
a raíz de la Guerra del Pacífico (1879-1883). Se sabe de los efectos dramáticos
de esta catástrofe nacional en cuanto al aumento de niños nacidos fuera del
matrimonio, el incremento de la prostitución y la caída de la tasa matrimonial.
Ante este panorama, adquieren relevancia cuestiones como la infancia y la
maternidad, ineludibles en la reconstrucción del país de una manera nueva.
Por otro lado, en estos años un rasgo será distintivo en el Perú: la aparición
de un discurso público laico acerca del ejercicio de la sexualidad y de la
organización de la sociedad en general. Aunque de manera intermitente -y
planteada ya con anterioridad-, la controversia sobre las fronteras entre la
Iglesia católica y el Estado fue un rasgo del período. Participaron médicos,
educadoras, abogados, escritoras y feministas.

Las vanguardistas criticaron algunos elementos típicos de la sociedad


tradicional y jerárquica, como la especial admiración por la oratori¡¡, el
despliegue y la ostentación de la memoria y el "mimoseo"; es decir, aquellos
talentos que podían brillar en una sociedad cuya organización y sistema de
clasificación social se basaba más en una demostración hacia afuera, más
permisiva, más sensible a los gestos de tipo cortesano. Además, a pesar
del compromiso del civilismo con su proyecto educativo, que se expresó
de manera clara en sus asignaciones presupuestarias a este ramo, las cifras
de analfabetismo femenino, especialmente en el campo, y la baja calidad
académica, muestran que la inversión pública en la educación de las mujeres
no fue la requerida.

25
LAS MU]ERF;S Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Buena parte del discurso dominante se impregnó del positivismo -leyes


universales, conocimientos objetivos, explicaciones causa-efecto, acumulación
empírica-, cuya racionalidad trataría de explicar el país y proveería
soluciones, no siempre exitosas, a los problemas que este atravesaba. Nuevas
aspiraciones de la elite, así como de los grupos subalternos, irían modificando
la organización de la sociedad y la manera de vivir. La propuesta higienista
consagró a las mujeres como organizadoras del mundo de los afectos. Por muy
esenciales que se presentaran las habilidades femeninas con que la naturaleza
las había dotado, y que se manifestaban en su configuración biológica, las
mujeres debían ser educadas para ello.

A principios de siglo XX reapareció la idea de que la escuela debía formar


para la vida, pues la habilidad técnica y mecánica demandaba conocimientos
específicos. Tales planteamientos suponían una renovación cultural en la medida
en que se trataba de revalorar el trabajo manual, normalmente asociado a la
actividad servil y que colocaba a los individuos que lo realizaban en condición
de inferioridad. Si bien los movimientos campesinos y el indigenismo eran
expresiones de los procesos que pugnaban por modificar la sociedad peruana,
incluso en el centro de las transformaciones, en la ciudad de Lima, vivían
actitudes arraigadas en la moral de la servidumbre que encontraban un lugar en
los espacios intrínsecamente familiares. Las niñeras usualmente se encargaban
del cuidado de los niños; no era símbolo de prestigio criar a los niños y posponer
las actividades sociales. La maternidad encontraba en la moral de la servidumbre
serias resistencias que le impedían convertirse en una función que encumbrara
a las mujeres. La crianza no infundía valor social; al contrario, significaba que la
familia no tenía recursos para contratar sirvientes.

3.1. Tendencias, medidas públicas y procesos educativos a raíz del cambio


de siglo. Algunas cifras

Tras la Guerra del Pacífico los colegios se redujeron considerablemente, hecho


que afectó sobre todo a los colegios femeninos. Incluso a fines del siglo XIX,
el 50% de los niños de la ciudad no recibía educación alguna (Capelo, 1902:
89). Según Capelo, para 20,000 niños que existían en Lima en condiciones de
educarse, había solo 187 maestros, cuando se necesitaban 800 (Ibíd: 97). La
enseñanza era elemental y no era interés de la escuela incidir en otras esferas de la

26
ESTUDIO INTRODUCTORIO

formación individual; buenas maneras, hábitos higiénicos y ejercicios físicos no


preocupaban a muchos al inidarse la centuria (Ibíd: 90).

En 1892, Manuel González Prada afirmaba -en Pájinas Libres- que el clero,
especialmente extranjero, monopolizaba la educación de las mujeres en el Perú
(Basadre, 1983: XI, 27). De esta manera, es posible notar un descenso en la
población escolar femenina y, simultáneamente, un incremento en la incidencia
de la educación religiosa. Por otro lado, a principios de siglo XX, a diferencia
del anterior, no se hacían distinciones de materias para mujeres y varones. Sin
embargo, mientras estos tenían derecho a la educación gratuita hasta los 16
años, las mujeres cuando cumplían 12 -edad posiblemente ligada a la edad
promedio de la menarquia- eran privadas de ella. Los gobernantes no tenían
mayor escrúpulo para hacer este tipo de discriminación. La instrucción elemental
comprendía lectura y escritura, las cuatro operaciones de aritmética y el sistema
decimal, nociones generales de geografía universal y del Perú, catecismo político,
doctrina cristiana y ejercicios físicos (Basadre, 1983: XI, 16).

En la ciudad de Lima, en 1908 y conforme avanza el siglo, va apareciendo


una brecha entre los alfabetos hombres y mujeres. En 1920, entre la población
masculina había 9,7% de analfabetos, mientras que entre la femenina el
porcentaje era de 13,1%. En 1931, el analfabetismo había disminuido en
general, pero la diferencia entre hombres y mujeres persistía: 7,9% para los
primeros y 11,3% para las segundas (Miller, 1987: 34).

Entre 1905 y 1920, el número de escuelas primarias se duplicó a escala nacional,


pues pasó de 1,425 a 3,107. La cantidad de maestros en ellas casi se triplicó, y
la matrícula de alumnos aumentó de 85,000 a 196,000. Se obtuvo, además, un
logro remarcable en la tasa de asistencia, que de ubicarse por debajo del 50% al
comienzo del período, llegó a situarse en 64% en 1919 (Contreras, 1996: 18).
Había 23 colegios nacionales de varones y tres de mujeres, estos últimos ubicados
en Ayacucho, Cusco yTrujillo, En 1929 funcionaban 36 colegios nacionales, 29
de los cuales eran de varones y 7 de mujeres.

27
r1
ESTUDIO INTRODUCTORIO

IV
VANGUARDISTAS Y EDUCACIÓN EN EL PERÚ
DEL NOVECIENTOS

La guerra con Chile, sin duda, desbarató las ilusiones civilizadoras de las
mujeres, incubadas en las iniciativas educativas civilistas. Varios de los proyectos
se quebraron y algunos requirieron de años para volver a encaminarse. Pero
aparecieron otros nuevos, incluso en medio del más completo desasosiego. Fue
el caso de Teresa González y su Liceo Fanning destinado a la educación de las
mujeres de la ciudad. La fundación de esta institución en 1881 fue expresión de
un impulso alimentado por el boom literario femenino previo a la guerra, y a la
vez una poderosa señal de lo que sería la actuación de las mujeres en la cultura
pública de la posguerra. Un rasgo constitutivo de esta fue la presencia de las
mujeres a través de la palabra escrita y la fundación de escuelas.

4.1. Mercedes Cabello y la emancipación de las mujeres


Mercedes Cabello estuvo en Lima durante la guerra con Chile y curó enfermos
cuando el ataque a la capital (Pinto, 2003: 420). En un país vencido y mutilado
escribe "Emancipación de la Mujer" (1884), donde afirma que en el hogar
doméstico "germinaba toda la antigua esclavitud". Parece ser otra la postura de la
autora luego de la guerra y quizá frente a la inminente separación conyugal. Pese
a las virtudes propias de la civilización y el progreso, la vida de las mujeres no
presentó cambios, por lo que su mirada recae sobre la familia. S i lo que empieza
es la historia de la libertad, entonces se necesita una transformación radical
en la educación y en la condición social de la mujer (El Progreso 7, 19.4.1884;

7 En adelante EP.

29
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Pinto, 2003: 440). Su pensamiento se ha modificado, ahora sí la libertad de


las mujeres pasa por sacudirse de la tutela patriarcal. Necesita de derechos
que antes no reclamaba: "La mujer ha llegado a la madurez de sus facultades
intelectuales y a la plenitud de su vida moral. Es injusto impedirle el que pueda
llegar a la plenitud de sus derechos". Desde esta nueva perspectiva le parecía
denigrante que la mujer pidiera "el pan que muchas veces no puede obtener
sino empapado en hiel y a trueque de lo más caro, de lo más precioso que hay
en la vida; la virtud y la conciencia"(EP, 19.4.1884).

En 1897 escribe "Una cuestión sociológica", que según la autora es la cuestión


femenina, que le compete al estadista, al filósofo y al sociólogo. La mujer, una
vez más, aparece como el cimiento d¡c: todo el edificio social. Piensa que es una
discusión añeja y porfiada, pero igual dialoga con Ernest Renan y sus memorias, a
propósito de lo cual rechaza esa manera de objetivar a las mujeres, esa inclinación
masculina a rebajar a las mujeres a la condición de objeto de placer de los
hombres, sin capacidad de razonamiento y sin ideas propias; es decir, "la mujer
cosa". La deprime la crueldad con que se somete a la mujer al papel de hembra
del macho, en vez de compañera intelectual y moral del hombre. Los hombres
se acercan a la ciencia, al conocimiento, mientras las mujeres siguen en la Edad
Media "en tanto que el otro sexo se aleja moralmente de ella por esa colosal
barrera que la ciencia ha levantado entre ella y los viejos dogmas del catolicismo"
(Cabello, 1897). Las mujeres se hallan sumidas en ese misticismo estacionario,
mientras los hombres leen a Büchner y a Schopenhauer. Mercedes Cabello
abogaba por el fomento de la moral pública contra la prostitución que significaba
el matrimonio arreglado y equipara la modernidad con la emancipación de la
mujer; eran todas exigencias sujetas al acceso de las mujeres a la educación.

4.2. La controversia pública sobre la educación de las mujeres


A principios de 1898 se registró en las páginas de El Comercio un debate
que ilustra lo que se jugaba en el conflicto ideológico que vivía la sociedad
de la época, así como el protagonismo que mujeres como Teresa González
de Fanning y sus contemporáneas tuvieron en la definición del carácter
de la educación. El 15 de enero de ese año, Mercedes Cabello publicó en
El Comercio un artículo basado en el discurso que había dado en el Liceo
Fanning, en el que cuestionaba el énfasis que el programa oficial hacía en el

30
ESTUDIO INTRODUCTORIO

aspecto religioso de la educación. Abogaba por una educación secularizada y


ponía como ejemplo los exámenes en el liceo que Elvira García y García dirigía.
En el discurso mencionado, Cabello opinó desfavorablemente sobre los colegios
administrados por congregaciones religiosas -luego de aludir a la Edad Media,
las Cruzadas y la Inquisición-. El mundo moderno, sostuvo, requería una
madre maestra, activa, conectada con su prole para enseñarle los caminos de
la vida, sus posibilidades y sus peligros. El conocimiento del cuerpo se hacía
mandatorio, ¿cómo las monjas podían tener ello a su cargo? No había manera.
La escuela religiosa no hacía más que fabricar obstáculos para el progreso
cuando consideraba que la mujer era "vacía, vanidosa, rezadora inconsciente que
lleva la más horrorosa anarquía al hogar paterno [ ... ] dominada por la palabra
del confesor, más bien que por el consejo cariñoso de su padre. La religión no
debe enseñarse en los colegios [ ...].De esos colegios de monjas salen mujeres
ociosas, egoístas que aman los salones más que al propio hogar" (El Comercio8,
15.1.1898). Cabello pasó a atacar a José Macchi, delegado apostólico que había
mediado en el enfrentamiento entre Cáceres y Piérola.

Su artículo recibió la respuesta de Lastenia Larriva de Llona, para quien una


educación religiosa era fundamental, hasta el punto de considerar la fisiología
y "otras ciencias por el estilo" como inútiles, y augurar la desgracia en el
hogar donde la mujer no rezaba. En los días siguientes se publicaron avisos
en los que los padres del colegio aludido afirmaban que sus "hijas r�ciben y
han recibido siempre la educación moral más pura y completa". La polémica
continuó y fue entonces cuando Teresa González de Fanning publicó (el
29 de enero de 1898) un artículo en el que abogó por la conveniencia de la
educación laica, y se sumó a la postura de Cabello. La publicación del primer
artículo de la autora en El Comercio generó una avalancha de ataques que
aparecieron en la prensa. Estamos ante el origen de Educaciónfemenina. Al
mismo tiempo, se fundaba la capilla del Liceo Fanning, en ese momento
bajo la dirección de Elvira García y García, para que las prácticas religiosas
fueran más frecuentes, y evitar así que las niñas salieran a la calle. El 16 de
julio de 1898, la capilla fue bendecida. Sus padrinos fueron Pablo Emilio
Llona y Lastenia Larriva. El espíritu laico era desterrado del emblemático
Liceo Fanning y se inauguraba otro tipo de alianzas.

8 En adelante EC.

31
ESTUDIO INTRODUCTORIO

V
T ERESA GONZÁLEZ EN EDUCACIÓN FEMENINA

El conjunto de artículos y ensayos que conforma Educación femenina


constituye la síntesis del pensamiento moderno acerca de la educación de las
mujeres y, al mismo tiempo, es una fuente elocuente de las tensiones de la
época en torno al tema.

5.1. La mujer educada, la madre maestra


La familia nuclear pretendía ser el ámbito del aprendizaje moral, que luego
sería remodelado por la escuela. La madre, en consecuencia, debía ser la primera
educadora. La cercanía física y afectiva de la madre hacía que fuera percibida
como la indicada para compartir esta labor con el maestro, y era en este en quien
la madre debía apoyarse. Al definir la maternidad como la función inequívoca de
las mujeres, se configuraba el mundo interior femenino (Mannarelli, 1998). La
crianza, al convertirse de manera discursiva y explícita en un hecho emocional,
confería a las mujeres una identidad psíquica, y el cetro de la domesticidad.
La educación femenina, centrada en la difusión de las virtudes domésticas,
perfeccionaba las facultades de las mujeres y le otorgaba a estas el estatus moral
e intelectual requerido para la digna dirección de la casa. Sin duda, Teresa
González era tributaria de la Ilustración y del higienismo.

El pensamiento decimonónico en el Perú subrayó la influencia educativa de las


madres en los hijos varones. En contraste, para González la asociación madre-hija
adquiere una importancia fundamental, que puede estar vinculada a la relevancia
de la cuestión psíquica y a nuevas formas de control de los impulsos de las
mujeres. El ingreso de estas al mundo de la escuela hacía de las madres piezas más
importantes en el cuadro sentimental. Podría pensarse que la crítica anticlerical

33
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

tuvo un significado que las defensoras de las congregaciones no percibieron:


mientras las niñas y jóvenes estuvieran en manos de aquellas, no urgía pensar
en la relación madre-hija, pues los internados religiosos la reemplazaban en la
labor formativa y esquivaban la relación entre las mujeres y su prole femenina.
En contraste, González de Fanning indicaba que la vigilancia maternal -que
reemplazaría al encierro-pasaba por mirar de cerca las opciones de sus hijas y
recomendar las maestras, el confesor y las amigas; señalaba que era la madre la
que entrenaría a la hija en el amor casto y en los "deberes anexos al matrimonio
y a la maternidad" (González, 1905: 22). Pero la mujer no solo era madre,
según González de Fanning. La especialización de la educación infantil tenía
como correlato cierta liberación de las mujeres a propósito de su rol maternal
(Ibíd: 23). Los jardines de la infancia debían ser una alternativa razonable
frente a la crianza que debían impartir en la casa. A González de Fanning le
incomodaba, por lo menos en parte, la servidumbre doméstica.

5.2. El matrimonio como opción y el derecho a la soltería


A principios del siglo XX muchos asumían que las mujeres que estudiaban
y se convertían en profesionales o desarrollaban un oficio independiente, no
conseguían un marido. González de Fanning advertía el error de las clases
altas al pensar que sus mujeres estaban destinadas a la vida matrimonial; solo al
matrimonio parecían dirigirse las aspiraciones de las mujeres y las de sus padres.
Además, la crítica a la subordinación de las mujeres fue acompañada por un
radical rechazo frente a la imagen de las jóvenes sacrificadas, casándose con
hombres mayores. El matrimonio tendría que ser una opción, por lo que la autora
defendió la decisión de las mujeres de no casarse, y convirtió sus planteamientos
en una defensa de la soltería, con lo que quiso dejar sin sustento el estigma de la
"solterona". Así, la instrucción femenina sólida equivalía a un seguro de vida para
la mujer, y la ponía "a salvo del hastío" (Ibíd: 31). Ricas y pobres encontrarían
las conveniencias de instruirse. Proponer, por lo menos en principio, que todas
las mujeres atravesaran por la misma experiencia, ponía en cuestión las grandes
desigualdades sobre las que se fundaba la vida social peruana.

González de Fanning sostenía la necesidad de combatir la difundida idea de


que las mujeres que trabajaban descendían de su grupo social originario; ella
afirmaba: "falta que todas se persuadan de que el trabajo da honra, independencia

34
ESTUDIO INTRODUCTORIO

y holgura; que la mujer que gana honradamente su sustento es más feliz y


estimable, que la que está a cargo del hermano, del tío o del cuñado, comiendo
el pan de la misericordia" (Ibíd: 32). Postulados como este erosionaban uno de
los pilares en los que se basaba el orden social. El acceso a los recursos de poder
estaba ligado a los vínculos que las personas podían establecer, y la autora de
Educación femenina estaba proponiendo algo bien diferente cuando el siglo XIX
llegaba a su fin. Entre otras ideas, promovía la autonomía femenina y rechazaba
el espíritu gregario e indiferenciado.

5.3. La cuestión anticlerical y la apuesta por la secularización


Educaciónfemenina fue una respuesta vigorosa al ataque conservador que sufrieran
quienes, como ella, apostaban por la educación femenina laica. La autora criticó a las
madres de familia que abdicaban de sus derechos y entregaban incondicionalmente
sus hijas a los confesores, no pocas veces corruptos (Ibíd: 53). Para ello, la moral
era la base de la educación, no solo de la femenina, sino de los seres humanos en
general. Pero la moral por sí sola, sin el desarrollo de la inteligencia y del cuerpo,
no era suficiente educación.

Hasta cierta edad los padres estaban tranquilos y las niñas cómodas en la
escuelita donde aprendían a leer; esta tenía un estatus menor del cual parecían
avergonzarse las niñas al entrar donde las monjas. "[E]stán grandes para pasar
la calle" (Ibíd: 15), era una expresión de la época para referirse a una edad en
la que las jóvenes debían estar protegidas y de ahí la importancia y el sentido
de los internados religiosos, donde solían permanecer hasta cumplir los 18
años. Por un lado, la crianza no era fuente de virtud ni daba prestigio, entonces
las mujeres de las elites no encontraban mayor sentido en tener a su lado a su
descendencia femenina. Por otro lado, la vida social de los grupos dominantes
requería de las funciones del salón, y el mundo infantil no era una pieza de
la vida cortesana. Por último, y no por ello menos importante, las mujeres en
manos de las monjas de las congregaciones encontraban su estatus protegido.
Una niña podía entrar al mercado matrimonial más segura que otras que no
habían estado vigiladas por aquellas. Y no menos crucial era que las monjas
sabían cómo mantener las distancias entre las desiguales en el recinto bajo
su jurisdicción. Sin embargo, según González de Fanning, los internados
eran focos de contagio, lugares contaminantes donde se contraían "graves

35
LAS MUJERES Y SUS PROPT!IESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

enfermedades morales"(Ibíd: 19),lo que sin duda la enfrentó a los "panegiristas


de la educación monjil". Por estos motivos la propuesta de Teresa González
de Fanning despertó tanta desconfianza por un lado, y fue tan subversiva por
otro; ella señaló la fobia de las elites y la de sus émulos al contacto con los
considerados inferiores y a la interacción con otros diferentes.

La autora de Educaciónfemenina trató de definir la moral como un asunto laico:


consistía en el acatamiento de la autoridad paterna, el respeto a las leyes y a los
derechos de los demás. Las acciones de las personas empezaban a ser concebidas
como producto de una conciencia formada por la moral. En contraste, la
influencia de la religión en la vida de las mujeres atentaba contra el compromiso
femenino con el mundo familiar. Lejos de exigir el cumplimiento de los deberes
domésticos, los curas propiciaban su abandono (Ibíd: 55). Según González de
Fanning la presencia clerical en el seno familiar corrompía la domesticidad al
distraer la atención de las mujeres en actividades parroquiales y desplazaba a la
autoridad paterna en el ejercicio de sus funciones.

Por otro lado, según la educadora,los colegios religiosos estaban subordinados


al culto de la Iglesia y de la congregación de la que formaban parte,de ahí que
tenían intereses patrimoniales que entorpecían su relación con el Perú y, por
lo tanto, con la formación de mujeres útiles a la patria. Las congregaciones,
agregaba, no eran más que sucursales de las existentes en Europa -a las que
finalmente remitían sus fondos-, carentes de autonomía y de identificación
con los problemas que debían resolverse en el Perú. Por eso la educación
confesional no solo perjudicaba la integración de las mujeres a la nación sino
que explicaba en parte, según la autora, el abismal contraste entre lo que se
vivía en Lima y el "inconcebible estado de ignorancia y embrutecimiento
de la mayoría de los habitantes de nuestras serranías" (lbíd: 11). Asoció el
atraso y el abandono de los pueblos indígenas y serranos a la indiferencia de
los clérigos y de la Iglesia frente a aquellos. No obstante, necesitó comprobar
que los colegios laicos cumplían con el plan de estudios: Catecismo, Religión,
Historia Santa, Vida de Jesús e Historia Eclesiástica; iban a misa los días
de guardar y no descuidaban el rezo del rosario. Pero categóricamente no
reconocía "superioridad en los institutos monacales sobre los laicos". Para
las educadoras de vanguardia de la época, como ella, la educación de las
mujeres se convertía en la base sobre la que se levantaba el "edificio social";

36
ESTUDIO INTRODUCTORIO

la educación estaba estrictamente asociada a la moral, y esta se encontraba


más allá de lo católico (Ibíd: 55).

Una educación moral y republicana, patriótica y altruista fue el reclamo de


mujeres como Teresa González de Fartning. La educación moral, a su modo
de ver, era una de las maneras de enfrentar la disgregación de los grupos
sociales, la heterogeneidad racial y la indiferencia por la cosa pública. A través
de µna educación inspirada en aquellos criterios se llegaría a la integración o
"cohesión" social, y el interés de cada uno sería el interés de todos (Ibíd: 51).
La educación femenina tendría que apuntar a formar ciudadanos útiles para
sí mismos y para la colectividad, a desarrollar la cultura de la inteligencia, más
laica, más peruana, más adaptada a nuestras costumbres, más completa, más
pronta y económica.

5 .4. La educación práctica y el trabajo


Según Teresa González de Fanning, ni el pueblo ni las clases elevadas
recibían una educación práctica (Ibíd: 23). Las ideas del trabajo y del bien
común tenían en realidad poca relevancia en contraste con los conocimientos
exorbitantes. En las escuelas municipales, las niñas debían aprender lavado,
cocina y encuadernación, además de conocer sus deberes morales. Así pues, las
jóvenes sin recursos tendrían como única opción el trabajo doméstico, postura
que la acerca a la crítica de la servidumbre. Además, señala que hay oficios
que las pueden ubicar fuera de la domesticidad, sobre todo en la medida
en que vislumbraba la "creación de nuevas industrias para ambos sexos que
afortunadamente principia a iniciarse" (Ibíd: 33-34).

A diferencia de lo que vendría en los años posteriores, la movilidad social no


era muy notoria a fines del siglo XIX, cuando González de Fanning sostenía
que la educación debía estar en consonancia con las aptitudes y las necesidades
de las niñas y jóvenes, pero sobre todo de acuerdo con el "medio social en que
ha[n] de vivir" (Ibíd: 30). Todavía era común pensar que a una persona le tocaba
desenvolver su vida en un lugar prefijado, y la educación debía encargarse de que
esto se cumpliera de la mejor manera: "Si manifiesta afición a las ciencias, hágasela
conocer sus secretos. Si es rica, que aprenda el modo de manejar su fortuna; si es
pobre, que se le enseñe los medios de adquirir la subsistencia y de conquistar una

37
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

posición independiente" (lbíd: 30). Tal como lo revela esta aseveración, la rigidez
propia de una sociedad estamental, que adjudicaba posiciones sociales según el
lugar social de nacimiento, empieza a matizarse con inclinaciones personales,
y la idea de la independencia comienza a formar parte del imaginario social y
a erosionar los pilares de la sociedad jerárquica. González de Fanning es una
bisagra entre dos mundos que convivieron durante mucho tiempo.

5 .5. La educación del cuerpo y el sentido de individuación


González de Fanning señaló la exclusión de las mujeres de las "recreaciones
higiénicas" en el Perú, y ridiculizó a la opinión pública de la época que sostenía
que aquellas adquirían modales masculinos y se veían "marimachas" cuando
practicaban la gimnasia (Ibíd: 39). Al contrario, en Educación femenina
comentó sobre los cursos que habían resultado más motivadores para las niñas
en los colegios. La Zoología (sic), había sido uno de ellos, y atribuía ese éxito a
su carácter "práctico y concreto", que instruía a las mujeres en "nuestro propio
cuerpo, sus órganos, sus funciones". Su complemento, la Psicología, aportaba
lo relativo al alma y sus facultades: "Hoy, la generalidad de las mujeres no sabe
respecto de la parte inmaterial de sí mismas, sino lo que enseña el Catecismo
doctrinal, [ ... ] ¿No es verdad que valía la pena de conocer un poco mejor
su YO? [sic]" (Ibíd: 46). Por otro lado, la autora se ubicaba más bien en la
corriente positivista contemporánea y sustentaba la ley fatal de la herencia: de
madres débiles y neuróticas nacen hijos enclenques. Afirma que el hombre y
la mujer son dos líneas paralelas que marchan juntas "sin confundirse" (lbíd:
52). Esta observación indica la difusión de la visión burguesa de la sociedad,
aquella que establecía la existencia de dos esferas separadas -la femenina y
la masculina-, visión dicotómica amparada en la filosofía positivista y en el
discurso de la biología y de la medicina.

38
ESTUDIO INTRODUCTORIO

VI
LAST ENIA LARRIVA DE LLONA:
LA APUESTA CLERICAL

Nació en una familia acomodada, aunque no de las más ricas de la ciudad.


Estudió en el colegio Belén de las religiosas del Sagrado Corazón. Entre su
casa y la escuela cultivó la lectura y la escritura. En 1872 se casó con Adolfo
de la Jara, y tuvo cinco hijos. En 1877 murió su pequeña Adriana, y en 1881 su
esposo en la batalla de Miraflores. Se casó luego con Numa Pompilio Llona,
poeta guayaquileño y exdiplomático del Perú. V iajaron a Guayaquil y luego a
Bogotá, y en 1886 estuvieron de regreso en Lima, donde asistió al club literario
El Ateneo de Lima. Nuevamente viuda, se trasladó a Arequipa y, entre 1910 y
1915, editó el quincenario Arequipa Ilustrada.

6.1. El ángulo clerical de la controversia pública


A propósito de la presentación de Mercedes Cabello en el Liceo Fanning en
1898, Larriva de Llona publicó un artículo que revela su concepción de la
enseñanza y el sentido que le adjudicaba. Buscó deslegitimar la educación laica
y enaltecer la labor de las religiosas y la idoneidad de estas para dedicarse al
cuidado de las niñas. Según Larriva, la directora de un colegio particular lo era
no solo por vocación, sino también y sobre todo por razones crematísticas. Así,
antes que la atención de los niños estaban sus propias necesidades. Sus propios
afectos, agregaba, ocupaban un lugar preferente frente a aquellos de las criaturas
confiadas a su cuidado. La maestra, al no haber hecho votos, se inclinaba a
intereses mundanos y se mantenía ligada a la sociedad. Si era soltera, "puede
tener un amor correspondido -pues con ello en puridad de verdad no comete
ningún pecado- pero de todas estas circunstancias ha de resentirse, como es

39
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

natural, el cumplimiento de sus deberes para con sus alumnas" (El Comercio,
18.1.1898). Ocurría, según la autora, que las maestras no se daban abasto para
atender 150 o 200 niñas, de diversas edades, caracteres, costumbres, con toda la
asiduidad que ello requería. En cambio, agregaba, una congregación de monjas
dedicada a la enseñanza consta de treinta, cuarenta o sesenta religiosas: "Todas
consagradas exclusivamente al servicio de Dios y a la educación de esos pequeños
seres, de los que no se separan un instante ni de día ni de noche, y cuyo sueño
velan, reemplazándose por turnos" (EC, 18.1.1898). Las niñas educadas por las
monjas, concluía, son las hijas más respetuosas y las esposas más sumisas.

6.2. La virtud femenina y la casa


Lastenia Larriva muestra nostalgia por el pasado; piensa que la familia se ha
destruido, que el hogar colapsa y que las calles y las plazas son -se lamenta- el
hogar de los jóvenes. Imagina a los habitantes de la tierra como una gran familia,
y el hogar es el espacio que le corresponde a las mujeres. Reclama también un
mayor control de las mujeres; en su voluntad y en la represión de las pasiones
-siempre negativas- la mujer encuentra en su propia conciencia al juez severo,
leal e incorruptible, "voz resonante que atormenta sin cesar nuestros oídos". Las
mujeres eran las encargadas de desarrollar los controles en la búsqueda de la
dignidad; así podía ejercerse el poder privado.

La educación de las mujeres estaría orientada a la contención de sus impulsos


pero básicamente en función del ejercicio doméstico del poder, y eso significaba
retener al hombre en la casa. La mujer instruida tenía más posibilidades de
preservar un marido a su lado; la que no tenía el control de sí misma, menos.
Educar a las mujeres significaba, a largo plazo, la desaparición de la doble moral
masculina. Los impulsos femeninos -la ira llamó la atención de esta educadora
de manera especial- son parte de su naturaleza, pero la desgracia ronda a las
mujeres que no se adaptan a los imperativos culturales. A una esposa y madre
ilustrada le correspondía un esposo fiel, solícito y padre proveedor. La educación
de las mujeres tenía como corolario, según la autora, orientar la masculinidad
hacia un compromiso con la casa y la paternidad. La mujer educada regularía
el comportamiento masculino, es decir, haría lo que nadie ha hecho en el Perú.
La escuela debía promover la moral del ahorro y condenar los gastos superfluos,
lo que iba de la mano con costumbres sexuales moderadas. Esta imagen se

40
....
ESTUDIO INTRODUCTORIO

contraponía a la mujer perezosa e hipocondriaca, que hacía de la casa un lugar


desordenado y sucio, escenario de una prole descuidada y enfermiza.

Esta prolífica educadora mantuvo posturas conservadoras y destinó su prédica


a las mujeres de las elites y de las clases medias. No propuso algo mucho más
sofisticado que la educación doméstica, apoyándose férreamente en la doctrina
cristiana y en la institucionalidad católica. Pese a que escribió a favor del trabajo
como actividad benéfica -antídoto contra los vicios-, estuvo lejos de promover
una democratización de la sociedad. Según ella, las jerarquías debían mantenerse:
las ricas lo eran y las que no, debían aprender a ser pobres; nada de ostentaciones,
cada una en su lugar. Las razones para que las mujeres de las clases altas y medias
aprendieran las tareas domésticas giraban en torno a que no siempre estarían
disponibles las sirvientas, pues podían enfermarse.

6.3. Católicas, educadas y sumisas o la apología de la servidumbre

Las posturas de Larriva sobre la educación de las mujeres la ubicaron en el


extremo conservador de los discursos sobre la formación de las jóvenes. Así, se
acercó al civilismo y se sintió cómoda ahí. Entre 1916 y 1920 fue directora y
redactora de La Mujer Peruana (en adelante LMP), notable apuesta del gobierno
de la plutocracia para educar a las mujeres del país. Esta revista la distribuyó
el Estado y fue gratuita en las escuelas "fiscales de Niñas y Mixtas" del Perú;
además, sus suscriptoras estaban en todo el país. Sus editoriales presentaron las
"virtudes y los vicios femeninos". La defensa cerrada de la educación doméstica
contrastó con su rechazo a que las mujeres fuesen "médicas, abogadas, militaras
ni juezas (el feminismo va a traer una revolución hasta en la Academia de la
Lengua)" (Editorial, LMP, 28.2.1917: 114). La educación de las mujeres debía
tener en cuenta que existían trabajos activos y pasivos (sic), y estos últimos
eran los que por lo general atañían a las mujeres, salvo algunas extraordinarias
excepciones. Las mujeres debían educarse y el límite era el que no les permitiera
ser buenas esposas y madres.

En una columna titulada "Los grandes y los pequeños problemas", que firma
como "La Abuela" y se subtitula "Conferencias con Rosa", Larriva hace una
apología de la servidumbre. Sostiene que el buen amo hace al buen criado,
ambos tienen deberes mutuos. Al parecer, las relaciones entre los sirvientes y

41
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

sus amos eran tensas en la ciudad, pero según la educadora debían mantenerse
forzosamente: con la caridad de los de arriba y la humildad y el respeto de
los de abajo se remediaba el impasse. Intentaba persuadir a las lectoras de
que no era verdad que toda la gente del servicio fuese llevada por el mal.
La vida de las sirvientas era horrible; empezaba a las siete de la mañana y
no terminaba hasta las once de la noche. Luego iba a su cuartucho donde el
marido borracho la maltrataba y tenía que atender al hijo enfermo. Sugería
que el domingo la hija de la familia se encargara de prepararle a su padre algo
especial y le diera asueto a la sirvienta. Describe un conjunto de situaciones
en las que interactúan amas y sirvientas. Y da consejos para que cada una
desempeñe de la mejor manera las actividades que le corresponden, siempre
ocupando atinadamente su lugar: "En este mundo todos necesitamos unos
de otros. La sociedad forma una cadena en la que cada uno de sus miembros
es un eslabón. Todos concurren a hacerla sólida e infrangible. Unas argollas
pueden ser de oro y hasta estar adornadas de piedras preciosas; las otras
serán solamente de plata, de cobre, de plomo o de simple latón. No importa.
Todas llenan la misma importante misión: mantener el círculo completo"
(LMP, 28.2.1917: 119). Esta visión de la sociedad y de su funcionamiento
fue parte de la concepción de la educación de Larriva.

El pensamiento educativo de Lastenia Larriva estuvo impregnado de una


orientación clerical y trató de formar a las mujeres en la moral del cuidado
y de la servidumbre de manera casi exclusiva. Creía en la sumisión de
las mujeres y públicamente sostuvo que ellas, por ley divina, debían estar
sometidas al padre o al marido. Sin embargo, "la misma ley le prohíbe
obedecer al padre o al marido antes que a Dios" (Pinto, 2003: 755). Cada
quien en su lugar; y el de las mujeres era la casa, tanto de la patrona como
de la que servía. Pero, eso sí, todas obedientes.

42
ESTUDIO INTRODUCTORIO

VII
LAS PRECEPTORAS Y LAS PRET ENSIONES PROFESIONALES.
LA FACULTAD DE LETRAS

La referencia inicial sobre la presencia femenina en la universidad es el caso


de Trinidad María Enríquez (Cusco, 1846-1891), y su aspiración de graduarse
como abogada en la Universidad de San Antonio Abad en 1875. Las autoridades
de esa institución se resistieron a aceptar su pedido, pero ella escribió una solicitud
personal al presidente Manuel Pardo, quien la aceptó. La licencia presidencial
desafortunadamente llegó cuando Enríquez había fallecido. Hasta antes de
1908,-cuando por ley las mujeres pudieron estudiar en la universidad-, si bien
podían asistir a las diversas facultades, no estaba regulada la obtención de grados
universitarios para ellas. Además, gravitaban cuestiones de fondo relacionadas
con la condición tutelada y de subordinación de las mujeres. Por ejemplo, en el
caso de Jurisprudencia, la condición de abogado implicaba el ejercicio de cargos
públicos a los que las mujeres no podían acceder porque no tenían el estatus de
ciudadanas; legalmente eran definidas como ''incapaces relativas".

Así, en 1898 estudia la primera mujer en la Facultad de Letras, Esther Festiní.


Ella fue alumna libre de los cursos de pedagogía; después pudo matricularse
legalmente como regular y llegó a doctorarse. Asimismo, obtuvo la autorización
para fundar el Liceo Grau, colegio de "segunda enseñanza". Desde 1901,
María Luisa Molinares dirige el Instituto Molinares, fundado en 1891. Ella
se matriculó como alumna regular en 1903 junto a María Elvira Rodríguez
Lorente. En estos años se hizo evidente un interés por estudiar los problemas de
la educación nacional; los estudiantes, como parte de los ejercidos académicos,
prepararon conferencias y presentaron tesis de grado al respecto. Parte de
esta tendencia se encarnó en las propuestas de mujeres como Esther Festini,

43
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Evangelina Antay, Margarita Ortecho y María Elvira Rodríguez Lorente.


Además, si bien hubo tesis que no se vinculaban con la educación, las mujeres
que se graduaron expresaron ideas y sentimientos que permiten pensar que la
experiencia educativa se convirtió en algo entrañable para ellas. Es el caso de
Margarita Práxedes Muñoz, quien extraordinariamente sustentó en 1889 la
tesis "La unidad de la materia o identidad de origen de los reinos inorgánico y
orgánico" para ser bachiller en Ciencias. Dedicó su tesis a Mercedes Cabello y
consideró el ingreso de las mujeres al mundo del conocimiento como una labor
de regeneración para el progreso. Asimismo señaló que a través de la enseñanza
de la verdad se las emancipaba de la servidumbre de la ignorancia.

7.1. Esther Festini y el Liceo Grau


Cuando Esther Festini fundó en 1896 el Liceo Grau tenía como uno de sus
objetivos ejercitar la iniciativa personal a través del cuidado de la inteligencia. Las
educadoras y sus obras -producción escrita y fundación de escuelas- buscaban
que las mujeres se convirtieran en individuos. El desarrollo de su formación
intelectual era una de las rutas hacia esa meta. Ello significaba -por lo menos
en ciernes- la posibilidad de construir un- proyecto personal, con lo que se
erosionaban los sustentos de una organización social rígida y de escasa movilidad
social. En las aulas del Liceo Grau, la educación peruana vivió una época de
avanzada bajo la dirección de Esther Festini de Ramos Ocampo, quien introdujo
más tarde en el país el método Montessori, la escuela activa. Este es un método
de enseñanza que da espacio a la iniciativa y creatividad de las estudiantes, que
se acercó a la enseñanza de las ciencias por medio del arte. Así, se destacaba la
belleza, la paz y el amor a la naturaleza. El liceo era un centro de educación de
avanzada, que incidía mucho en la guía vocacional y la formación del carácter. En
lugar de una educación autoritaria, propuso una educación activa y plenamente
racional, con amor al deber. La mujer, según Festini, requería de un cristianismo
tolerante, razonable, no de una piedad mística.

El primer colegio privado laico de mujeres que dispuso de un local propio y


de una concepción arquitectónica inspirada en los preceptos higienistas, fue el
Liceo Grau. Las iniciativas femeninas y sus esfuerzos no solo se encontraron
con la indiferencia de los padres de familia, sino que tuvieron que enfrentar su
oposición. Una circunstancia como esa no resultó en el retroceso de la directora

44
ESTUDIO INTRODUCTORIO

Esther Festini, quien más bien insistió en su empeño, aunque cuidándose de que
los ejercicios se adecuaran a la calidad femenina de las estudiantes.

En 1901 Esther Festini había sustentado la tesis "El rol que corresponde a la mujer
en la sociedad es el que determina su educación'', para ser bachiller en Letras,
en la que admitía la posibilidad de que las mujeres accedieran a los derechos
civiles, pero señalaba que no debía ocurrir así con los derechos políticos, pues la
mujer debía esforzarse, no por la ciudadanía sino por formar ciudadanos.Según
sostuvo, la evolución ha diferenciado cada vez más la división del trabajo según
el sexo, mientras que ante la ley estas diferencias desaparecen. T ienen misiones
distintas, pero ninguna es superior. También critica la competencia entre los
sexos y considera que la mujer debe educarse de acuerdo con su naturaleza.

En 1904 escribió la tesis "Cuestiones relativas a la educación femenina'' para


obtener el doctorado en la misma facultad. En este texto Festini postula que la
mujer debía ser educada para el beneficio de la sociedad, pero sobre todo para
su propia autonomía, autocontrol y racionalidad, pues en una época de grandes
cambios como los que se vivían, la educación racional y la disciplina moral -ya
no la fe- eran las únicas garantías de su virtud. La psicología de la mujer, si bien
era propia de su naturaleza, le adjudicaba una función en la sociedad que le daba
el mismo derecho que el hombre a la educación. Sin embargo, las diferencias
entre ambos hacían que la educación también fuera necesariamente distinta.

Para ella, el destino social de la mujer no era competir en el terreno de la


"actividad viril", sino perfeccionar la vida privada e indirectamente la pública,
a través de una educación escolarizada, y ya no solo en la casa desde la función
de madre. Pese a su postura un tanto conservadora respecto a los derechos
de las mujeres, hacia 1915 Esther Festini llegó a ingresar como socia en la
institución Evolución Femenina, posiblemente debido a la voluntad de María
Jesús AJ.varado de sumar esfuerzos con la intelectualidad femenina a favor de
los derechos de las mujeres.

45
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El Hogar y la Escuela, revista fundada por Elvira García y García en 1909.

Fuente: Biblioteca Central Pedro Zulen, Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

46

ESTUDIO INTRODUCTORIO

VIII
ELVIRA GARCÍA Y GARCÍA: LA DOMESTICACIÓN DE LAS
MUJERES O LAS ESFERAS SEPARADAS

Elvira García y García (Lambayeque, 1862 - Lima, 1951) estudió en el


Colegio de Educandas de Trujillo. En 1875 su familia se mudó al Callao donde,
en 1883, fundó el Liceo Peruano para Señoritas. En 1884 se graduó de maestra
de instrucción primaria y fue designada para dirigir la Escuela Municipal N° 10
del Callao. En 1890 la Comisión de Instrucción Primaria le entregó el diploma
de preceptora. Cuando supo, en 1892, que Teresa González de Fanning daba
por terminada su función de dirección en el Liceo Fanning, convinieron en
que este quedara en sus manos. En 1902 creó el primer kindergarten de Lima.
Posteriormente, solicitó al rector de la Universidad de San Marcos, Manuel
Vicente Villarán, rendir exámenes en la Facultad de Letras para graduarse.
Fue en 1905 cuando Elvira García obtuvo el diploma de profesora de segunda
enseñanza. En 1909 fundó la revista El Hogar y la Escuela (1909-1910). La
cercanía de García y García al civilismo se reveló cuando asumió la dirección
del Colegio de Educandas en el Cusco, que dirigió entre 1916 y 1919 por
encargo del presidente José Pardo (Bejarano, 2011). Su dirección cambió no
solo la organización pedagógica sino su infraestructura, desde los huertos hasta
los dormitorios, aunque hay evidencias de cierta resistencia local ante su gestión.

Hacia 1922 había viajado por diversos países sudamericanos, experiencia sobre
la que escribió varias crónicas, y de regreso en Lima enseñó gramática, historia
y literatura castellana en Lima High School, fundado en 1906 por Elsie Wood,
hija del misionero metodista norteamericano Thomas Wood, quien llegó al Perú
en 1891. En 1925, García y García fue maestra en la hacienda Chiclín (Trujillo).
Entre los materiales educativos que llevó consigo figuraron varios números de

47
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

La Mujer Peruana y el programa de instrucción primaria de su autoría. En 1928


empezó a funcionar el Colegio Nacional de Mujeres, hoy Rosa de Santa María, y
fue nombrada profesora de castellano. En 1930 asumió su dirección.

8.1. La educación de las mujeres


Para Elvira García y García, la enseñanza secundaria de mujeres en el Perú
usaba métodos anticuados basados más en la memoria que en la inteligencia.
Atribuyó este problema a los padres de familia, quienes creían que mientras
más conocimientos adquiriesen sus hijas, mejores estudiantes serían. Por eso las
diversas disciplinas y sus sentidos para la formación de las mujeres concitaron su
reflexión. Consideró la pedagogía como la ciencia más importante para la mujer:
la preparaba como maestra y como madre, a la vez que le permitía conocer los
sentimientos e inclinaciones de los niños y dirigir ese proceso fisiológico. Así, la
escuela ingresaba a través de la maestra a la familia (García y García, 1908: 38).
La higiene y la medicina formaban a las mujeres en la conservación de la salud
familiar, y en la ética encontrarían el sentido moral y las "leyes de la voluntad".
Sostuvo que la literatura era importante por la educación moral que le era inherente.
Sin embargo, compartió la abominación de la novela tan propia del moralismo
decimonónico. La historia era necesaria para comprender las sociedades y como
una fuente de moral; así, García y García buscó que la enseñanza de esta disciplina
ayudase a establecer una norma de conducta que las mujeres no solo aplicarían
para sí mismas sino también para los miembros de su familia y su medio social.
Además, escribió la primera historia de las mujeres en el Perú. En La mujer
peruana a través de los siglos (1924-1925) aparecieron desde Mama Ocllo hasta las
jóvenes que incursionaban en las casas comerciales y otros establecimientos que se
inauguraron en el país hacia la segunda década del siglo XX; es decir, democratizó
la reconstrucción del pasado.

Los esfuerzos que García y García desplegaba en torno a la educación


científica y moderna de las mujeres se encontraban con un muro difícil de
derribar. Ella identificó los prejuicios existentes como la principal razón del
atraso en la educación que se impartía a las mujeres en las primeras décadas
del siglo XX: "No es posible todavía desterrar de entre nosotros, el prejuicio
de que la mujer no debe instruirse, en la misma medida que el hombre"
(García y García, 1924-25: 28). Esta autora pensaba que el Estado debía

48
ESTUDIO INTRODUCTORIO

apoyar y financiar los liceos de Lima y de las principales ciudades del Perú.
La suya era una apuesta por la educación secundaria pública de las mujeres.
Sin embargo, respecto a la inteligencia femenina, consideró que no era
creativa ni fecunda como la del hombre, sino que servía para ordenar, dirigir
y decidir (García y García, 1908: 26). La educación de las niñas, según la
autora, debía ser la misma que recibían los jóvenes, pero sus conocimientos
debían ser generales y útiles para la vida diaria.

Si bien su énfasis está puesto en la educación femenina en función de la mujer­


madre y la maestra, encontramos en varias partes de su prolífica obra afirmaciones
que nos remiten a ciertas :fisuras por donde asoman propuestas un poco menos
unívocas. Por ejemplo, a fines de la década de 1920 publicó el libro Actividad
femenina, donde sostuvo que la mujer moderna nutría su inteligencia con el
estudio, perfeccionaba su sensibilidad y fortalecía su voluntad; pero también
afirmó que la educación superior debería hacerla capaz de valerse por sí misma
(García y García, 1929: 8). La autora también propugnó la incorporación de las
mujeres al trabajo, para que no se humillaran viviendo a costa de sus familiares.
Por esa razón, buscaba que ellas ejercieran aquellas profesiones que empezaban
a estar a su alcance.

Elvira García y García inició la educación física en el Perú, cuando en 1898 la


metodista norteamericana Elsie Wood se hizo cargo de los ejercicios de calistenia
en el Liceo Fanning. Fue controversia! para la época, porque muchos padres
creían que la gimnasia podía ser nociva para la salud de sus hijas. Mientras, la
secularización de la cultura, apoyada en el discurso de la biología, auspiciaba un
tipo de actitud diferente hacia el cuerpo: este debía ser alimentado de acuerdo
con otros criterios; no era cuestión de hacerlo robusto por principio. La salud y
la fortaleza reemplazaban los valores tradicionales. Esta visión iba de la mano
con una revaloración del trabajo físico y del intelectual.

8.2. La construcción de la madre


Según la prédica femenina, las actitudes paternales predominantes eran un serio
impedimento para la formación del carácter y expresaban un desconocimiento
de los intereses del niño. Las madres educadas no serían proclives -al parecer
lo eran a menudo- a ceder ante los caprichos infantiles. Y algo más importante

49
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

aun, esa actitud femenina hacia la descendencia -que las mujeres educadoras
encontraban tan inapropiada- llevaba consigo la inclinación a instigar en
los hijos una aspiración a la superioridad (García y García, 1908). El acento
crítico en este punto manifiesta cierta propensión igualitaria en el discurso
femenino a inicios del siglo XX en el Perú. Si la familia no estaba impregnada
del espíritu cívico, enervaba y debilitaba la infancia. El hogar sin tal espíritu
era un espacio vicioso. El sacrificio no debía ser tenido como la expresión de
un amor sabio y el amor de la madre debía ser educado, pero por algo externo.
Los deberes de los padres de familia y de la escuela confluirían en la f¿rmación
de ciudadanos, en el caso de los niños, y de buenas esposas y madres en el de
las niñas. Educadoras como estas sabían que la familia no era una productora
de valores por sí misma; podrían haber puesto en cuestión, paradójicamente,
que la familia fuera la "célula básica de la sociedad".

Según García y García, la función básica de las mujeres era la educación


de los hijos, es decir, la maternidad. Ser una buena madre exigía educar los
sentimientos; la autocensura de las mujeres fue prescrita como uno de los
medios para organizar la casa y orquestar los ímpetus emocionales de infantes
y esposos. Aquí estaba incluido el ser esposa y organizar el mundo doméstico
en toda su complejidad emocional.

La autora se ubicó dentro de aquellas corrientes educativas y psicológicas que


postulaban que el ser humano traía consigo una herencia que gravitaba sobre
el desarrollo de su carácter y que, al mismo tiempo, el ambiente en que crecía
influía en la naturaleza de su personalidad. La madre educada era aquella
que desde el nacimiento del infante podía identificar las señales de esa carga
hereditaria y entender cómo interactuaba con las tendencias sociales en las
que el sujeto infantil se desenvolvía. De ahí el poder maternal de enderezar
proclividades "defectuosas" y estimular el despliegue de virtudes innatas. En
conclusión, la madre era irremplazable en la primera etapa de la vida infantil.

Esta convicción explica por qué, pese a que García y García se inclinó
cada vez más por la educación infantil, no dejó de intervenir a favor de la
educación de las mujeres; intuía que una mujer subordinada y sin derechos
no era una buena educadora ni una buena madre. Sin embargo, quiso
distanciarse de las propuestas feministas y las rechazó explícitamente. Estas

50
ESTUDIO INTRODUCTORIO

le parecían estridentes y consideraba que con sus actitudes -lucha abierta


y sin sentido contra los varones- no se alcanzaría el refinamiento cultural
ni la erradicación del egoísmo del corazón del hombre. Confiaba en que las
mujeres alcanzarían sus derechos sin llegar al enfrentamiento.

Educar a las mujeres en los términos de García y García significó dejar al


padre fuera de la casa. Su prédica educativa reforzó la idea que partió de la
Ilustración y se proyectó hasta el siglo XX, aquella que ubicaba a los hombres
en la esfera de los asuntos públicos y a las mujeres en el universo privado,
por lo que el padre quedaba sin competencias en el terreno de los afectos. El
padre no existía como educador en la casa.

8.3. Los niños: sujetos con identidad propia


Antes de Elvira García, niños y niñas menores de seis años pasaban su tiempo
en manos de maestras improvisadas, en habitaciones inapropiadas, oscuras
e insalubres. Aprendían el alfabeto y rudimentos de deletreo sometidos a
actividades poco formativas, donde el cultivo del juego y la interacción creativa
estaban fuera de la visión de las encargadas de su cuidado. Esa era la cuna del tan
criticado aprendizaje memorístico. García y García innovó la labor educativa en
1902 cuando fundó el primer jardín infantil. Dio por sentada la existencia de un
psiquismo infantil, que debía entrenarse antes del ingreso a la escuela primaria.
Los niños tenían una identidad propia, constituida por sus emociones y sus
afectos, lo que exigía una actitud cuidadosa y sobre todo empática. A cierta edad
necesitaban la intervención de la maestra, formada para desplegar su sabiduría
en el jardín de la infancia.

Su enfoque se apoyó en el pensamiento del pedagogo y :filósofo alemán Friedrich


Froebel (1782-1852), que en su original acercamiento al mundo infantil creó
un sistema de aprendizaje previo a la escuela. El juego y el adiestramiento del
cuerpo y sus actividades motoras eran su base. Los niños combinaban el juego
y el trabajo mediante los dones9 de Froebel. Como se señala a lo largo de este
estudio, el trabajo era considerado indigno en la sociedad de la época, propio de
inferiores; adoptar este método -que implicaba a s-u vez la crítica a la enseñanza
9 Recursos sistemáticos para que los niños se expresen: bloques de construcción, papel, cartón, barro,
aserrín, madera. (N. del E.)

51
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

memorística (García y García, 1929: 128)- perturbó los esquemas de la época,


por lo que costó gran esfuerzo legitimarlo.

Ocupado en el juego, el niño se acostumbraría a ser metódico y a controlar


sus impulsos destructivos (García y García, 1908: 71). Los dones de Froebel
y la actividad lúdica estaban dirigidos, según la pedagoga infantil, a hacerlo
independiente y encargarse de sí mismo. Pero no eran esos valores los más
apreciados en la sociedad de entonces. La autonomía no causaba admiración
ni daba prestigio. Además de los juegos, García y García propuso que en los
jardines de la infancia se formaran códigos de conducta ciudadana inspirados
en el cumplimiento de los deberes. No se trataba de reglas ni definiciones,
sino de consejos y ejemplos (García y García, 1929: 57). Así, pensó que la
religión debía permanecer unida a la enseñanza moral, pues le daría convicción
y conciencia. Otro medio fueron los cuentos infantiles en los que al final se
incluía una enseñanza acorde con los valores a los que se aspiraba. Los libros
fueron uno de los pilares de esta pedagogía; incluso para los que no supieran
leer era clave tener material visual apropiado, que los familiarizara con la
lectura y con su país. Desde esa perspectiva, la defensa de la enseñanza musical,
por ejemplo, adquiría un carácter moralizador, lo que generó la pretensión
de extenderla a todas las clases sociales y dejar de entenderla como un mero
adorno propio de las clases privilegiadas.

La relevancia asignada por la pedagoga a la tarea educativa que madres y


maestras tenían en sus manos fue proporcional a las demandas civilizadoras
de una individualidad compleja. En las sociedades tradicionales, las presiones
sobre el yo infantil tendían a ser insignificantes; en contraste, el siglo XX en
Occidente exigía educar las actitudes y ello afectaba las variadas esferas de la
vida del individuo. Y el infante se había convertido en uno. En este proceso,
la salud se constituyó en una fuente de reconocimiento y valor social, y esto
significaba entrar en la privacidad de la casa; por ejemplo, el infante debía desde
temprano dormir en cama propia; las razones provenían de la higiene, pero sin
duda el pudor vinculado a la sexualidad estaba en ese requerimiento (García y
García, 1943: 47). Organizar la psique era desterrar malos hábitos y domesticar
sentimientos como el egoísmo, la cólera, la envidia, los celos; los niños tenían
instintos básicos de imitación, curiosidad y credulidad, por lo que una buena
madre debía ser el modelo a seguir.

52
ESTUDIO INTRODUCTORIO

Otro rasgo distintivo de su propuesta pedagógica fue la defensa de la coeducación


de niños y niñas. Se esperaba que la interacción de infantes de ambos sexos
dulcificara a los niños y fortaleciera a las niñas; "es conveniente que el niño no se
acostumbre a ver en el otro sexo un ser muy distinto, el que más tarde puede llegar
a constituir un objeto peligroso" (García y García, 1939: 35-36). La educación
de la infancia, tal como fue sostenida por esta educadora, no solo cambiaba
la relación entre niños y adultos, sino que provocaba una transformación de
los vínculos entre hombres y mujeres y una redefi.nición de sus identidades.
Esta propuesta era insólita en la República, en la cual los espacios públicos se
habían caracterizado por su segregación sexual-especialmente entre los grupos
dominantes-, regulaciones corporativas y profunda jerarquización interna,
además de ser regulados por la moral eclesiástica.

Las formas del trato personal estarían así orientadas por el afecto y el respeto,
y ello "cualquiera que sea su condición de clase", "justa y amable con todos;
imparcial para juzgarlos" (García y García, 1939: 27). La propuesta exigía
una conducta personal en función no de la jerarquía sino de la existencia de
un otro con derechos. Los castigos, por supuesto, quedarían erradicados
(García y García, 1939). Este nuevo conjunto regulador y prescriptivo estaba
reñido con la ideología patriarcal de la República Aristocrática y con la sombra
que esta proyectó sobre el Oncenio. La ideología patriarcal se apoyó de manera
a veces explícita en el ejercicio de la violencia física, la que era naturalizada bajo
el supuesto jerárquico que normalmente inspiraba la moral de la servidumbre.

53
Ir
ESTUDIO INTRODUCTORIO

IX
LA REPÚBLICA ARISTOCRÁTICA Y LA "PATRIA NUEVA''
DESDE LA EXPERIENCIA DE LAS MUJERES

El ingreso de las mujeres a terrenos públicos, como la educación y el


trabajo, que caracterizó a la llamada "República Aristocrática" (1895-1919),
exigía la modificación de ciertas normas de comportamiento, tanto de
hombres como de mujeres. Para las educadoras, este ingreso en lo público
significaba una redefinición de las relaciones de poder y las formas de control.
Los controles familiares, paternos, no funcionaban más como presencia física
y ojo escrutador. Ese momento de transición en el ejercicio del poder público
y privado encerraba situaciones de riesgo específicas para las mujeres. Las
mujeres comprometidas en la tarea de forjar la educación femenina lo sabían,
percibían el peligro y se refirieron a ello de manera explícita; y continuaron en
ese empeño en la supuesta "Patria Nueva", auspicioso término con que se inició
el Oncenio de Leguía. Ellas sentían que dotar a las mujeres de instrucción era
una forma de disminuir los riesgos propios de los espacios públicos, del centro
laboral o de las calles en general.

Si se observa la composición del grupo Feminismo Peruano, creado en 1925 por


Zoila Aurora Cáceres, se nota que la mayoría de sus integrantes son estudiantes
universitarias y maestras. Este hecho hace pensar que la forma de encarar el problema
educativo femenino llevaba a que estas mujeres se colocaran en una actitud crítica
frente a las relaciones entre ambos sexos, así como ante las desigualdades que
afectaban a la vida femenina en la ciudad. Las congregadas alrededor de dicha
organización se interesaron en modificar aspectos de la legislación que atentaban
contra la igualdad y el derecho al voto. Sin embargo, la cuestión moralista está
omnipresente en la prédica de las mujeres de la época: apartar a las mujeres de los

55
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

senderos del mal, de la miseria y las malas compañías, de los "halagos perversos";
de todo aquello a lo que las precipita la ignorancia. La educación era un antídoto
contra la perdición moral.

La aparición de espacios públicos, como los que exigía la instrucción escolar y el


mundo laboral extradoméstico, suponía cambios en la jerarquía de los géneros,
en las identidades masculinas y femeninas, al igual que en las formas de control
del cuerpo y de la sexualidad. El acoso -el sexual en particular- es ejercido
a través de un determinado tipo de vínculo, especialmente jerárquico entre
hombres y mujeres.Así se entienden las actitudes de rechazo de los padres frente
a la educación de sus hijas, que encontraban su sustento en la desconfianza que
inspiraban los espacios públicos en la ciudad.

9.1. Miguelina Acosta Cárdenas (Moyobamba, 1898 - Lima, 1933).


La crítica al orden tutelar y la educación indígena
Ingresó, precozmente, a la Facultad de Jurisprudencia en 1915. Mientras cursaba
la carrera, dirigió junto a Dora Mayer el semanario La Crítica, publicación
dedicada a una gran variedad de temas, desde la denuncia de la explotación de
campesinos hasta la difusión de la importancia del divorcio. En 1920 consiguió
el bachillerato con la tesis "El matrimonio tal como lo instituye nuestro código
civil rebaja la condición jurídica y social de la mujer". En el mismo año presentó
"Las reformas necesarias tendentes a hacer efectiva la igualdad civil y jurídica del
hombre y de la mujer", tesis con la que se graduó de doctora en Jurisprudencia.
Sus planteamientos tenían relación con el estatus que para entonces seguían
manteniendo las mujeres en el país: no eran ciudadanas. El matrimonio traía
consigo la pérdida de la capacidad de decisión de las mujeres y las colocaba como
seres inferiores, pues rebajaba su condición jurídica y social. Miguelina Acosta
cuestionó, además, el concepto de patria potestad y planteó la reforma legal de
esta institución y del Código Civil. En su opinión, este era anticuado y no podía
seguir vigente en una época de renovación de tendencias; la libertad de la mujer
no podía seguir encadenada, la sumisión al cónyuge no podía estar en la base de
la unidad matrimonial, más bien tendría que estar inspirada en el apoyo mutuo.

Miguelina Acosta fue presidenta de la Federación Femenina Universitaria


hacia 1924, la cual congregó a estudiantes universitarias y profesionales; entre

56
ESTUDIO INTRODUCTORIO

sus propuestas estaban generalizar la educación secundaria para las mujeres e


incrementar las organizaciones obreras femeninas. La Federación Femenina
integraba a socias (egresadas) y delegadas de las facultades (estudiantes). Fue la
primera abogada en el Perú que abrió su estudio al público y ejerció su profesión
defendiendo causas obreras y de mujeres. En 1925, en la Segunda Conferencia
Panamericana de Mujeres, presentó su trabajo "Creación de maestros rurales
ambulantes para la educación de los niños indígenas como medio de una verdadera
reivindicación del indígena peruano y de los otros países latinoamericanos que
tengan igual problema" (El Comercio, 3.1.1925), que será publicado en 1928 en la
revista Amauta. Se trata de una descripción de la vida de las poblaciones indígenas
peruanas y un llamado a la acción para solucionar, a través de la educación, el atraso
y la marginación de hombres y mujeres indígenas. Los "maestros ambulantes"
que Acosta propuso vivirían en las comunidades y caseríos, compartirían la vida
con las familias lugareñas, y estarían instalados en cada pueblo indígena. Estas
condiciones exigían personas de espíritu abnegado, preparadas para el sacrificio.
Acosta sostuvo que no eran conocimientos en el sentido tradicional del término
lo que se necesitaba transmitir, sino enseñanzas útiles a la población indígena. Los
maestros ambulantes hombres debían conocer la aplicación de las materias primas
de cada región, la construcción de viviendas higiénicas y de muebles sencillos, así
como de utensilios domésticos. Las maestras ambulantes tendrían que ser expertas
en el uso de artículos alimenticios locales para enseñar la preparación sencilla de
alimentos sanos y nutritivos, así como en el uso de las plantas medicinales y de la
farmacopea alópata y homeópata, para enseñar a curar las enfermedades propias de
cada lugar; deberían tener, asimismo, nociones de puericultura e higiene infantil.
Sin duda su propuesta se enmarcó en ciertas corrientes de la época que no se
liberaron de la idea de "civilizar" a los indígenas, pero atendió de manera inédita las
condiciones culturales de estos. La unidad doméstica campesina, además, suponía
una división sexual del trabajo cuya relevancia Acosta comprendió y respetó.

Los maestros rurales debían trabajar en parejas de esposos, así se evitarían


los conflictos provenientes del celibato. Las circunscripciones de acción de
estas parejas serían regiones que pudieran ser recorridas a lo largo de un
año escolar, con estaciones en cada poblado por el lapso indispensable para
poner en práctica los medios propicios para la transformación de la "psiquis
indígena". Acosta propuso una forma de llevar adelante su idea: debían figurar
en orden de preferencia los inspectores viajeros que observaran la labor de

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LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

los maestros rurales ambulantes. Era muy importante el criterio con que
estas personas fueran escogidas. Debían ser de honradez reconocida o "pro
indígenas que han demostrado en todas ocasiones su desinteresada labor por
la rehabilitación de las razas indígenas", lo que podría ser una garantía de la
veracidad informativa de la labor realizada por la pareja docente. Señalaba la
importancia de controlar los recursos fiscales y que estos no fueran recibidos
por gente inescrupulosa; de ser así representaría una traición a los intereses de
la patria y de la humanidad. Puso en cuestión de manera explícita la capacidad
de los normalistas y de los religiosos para la docencia en el mundo rural. Los
conocimientos que estos y aquellos impartían eran inútiles en el campo, pues
no respondían a las necesidades de la población campesina. Se desmarca así
del tutelaje clerical y de las actitudes paternalistas. Falleció prematuramente
en 1933, a los 35 años.

9.2. María Jestis Alvarado (Chincha 1878 - Lima 1971), el feminismo


yla escuela

Su familia abandonó Chincha y su hacienda luego de que la Guerra del


Pacífico los arruinara. Instalada en Lima, María J. Alvarado asistió a los cursos
elementales del Colegio Rodó, y más tarde incluso acudió de modo eventual a
las aulas sanmarquinas, pero se consideró una autodidacta. Su madre la había
iniciado en el placer de la lectura -la suscribió a la revista cultural Ilustración
Artística (Barcelona), entre otras cosas- y con ello la inclinación por conocer
había quedado sembrada. Además, no se sentía cómoda con el trato marcado
por las jerarquías sociales que notaba en los centros de instrucción; pertenecía
a una clase media educada. Publicó en las revistas de la ciudad, por ejemplo,
en El Hogar y la Escuela, dirigida por García y García, artículos sobre la
educación de las mujeres a principios de siglo. Fue maestra en la escuela de
primera enseñanza, experiencia en la que se nutrieron sus primeras ideas
sobre el tema y que instaló entre sus intereses la relación entre la familia y
la escuela. Actitudes paternalistas y mezquinas del gobierno, frustraron su
formación en los Estados Unidos. Como otras mujeres, médicos, políticos y
profesionales liberales, Alvarado señaló la obsolescencia del Código Civil de
1852 y compartió la crítica de la época al sistema educativo y a los métodos
pedagógicos imperantes: arcaicos, mecánicos y memorísticos.

58
ESTUDIO INTRODUCTORIO

En 1910 María Alvarado escribió "Educación y derechos de la mujer", ponencia


que fue presentada en el Primer Congreso Femenino Internacional en Buenos
Aires. Estaban ahí algunas de las ideas centrales que luego desarrollaría
en la conferencia de la Sociedad Geográfica de Lima, el 28 de octubre de
1911, que tuvo por título "El feminismo. Educación femenina, estudio de las
cuestiones propuestas por la comisión encargada de elaborar un proyecto de
Ley de lnstrucción''. La autora reclamaba una educación para las mujeres que
las preparara para el trabajo, "para emprender honrada y ventajosamente la
lucha por la existencia" (Alvarado, 1912). Asistieron hombres vinculados a la
educación, como Scipión Llona, Enrique Guzmán Valle y Federico Villarreal.
Señalaba, asimismo, la importancia de la educación de las mujeres para que
puedan acceder a profesiones que no les eran permitidas hasta ese momento.
Era una crítica temprana y obstinada a la discriminación profesional por
género. Confiarse en la fortuna o en la posibilidad de encontrar un marido
proveedor era un albur que la enorme mayoría de las mujeres no estaba en
condiciones de correr, aunque fuese el ideal para mujeres de las más distintas
clases sociales de la ciudad. "Una inmensa mayoría hay de solteras, viudas y
aún de casadas con hombres ineptos y disolutos que carecen absolutamente
de recursos, no teniendo en general más medios que proporcionárselos que la
costura exiguamente remunerada" (Alvarado, 1912: 22-23).

En ideas como estas se apoyó su soltería voluntaria. Su postura frente a la


educación de las mujeres se orientaba hacia una prédica feminista explícita.
Como primer punto de las reformas, sostenía: "Dar mayor amplitud y
facilidades a la educación de la mujer, desarrollando su intelecto y aptitudes
de igual manera que en el hombre" (Alvarado, 1912: 7). Precedidas por este
enunciado venían a continuación cuestiones como la importancia del acceso de
las mujeres a los empleos públicos y las profesiones liberales, la reivindicación
de los derechos civiles y la igualdad ante la ley, junto con la necesidad de ejercer
derechos políticos "para intervenir directamente en los destinos nacionales"
(Alvarado, 1912: 7). Alvarado aprovecha la conclusión para denunciar el
estado lamentable de las instituciones gubernamentales peruanas, generado
por el caudillismo que prevalecía en la política (Rojas, 2007: 217).

Alvarado sistematiza las reformas sociales que postulaba en su ensayo sobre el


feminismo, cuando en 1914 crea Evolución Femenina. Esta organización desplegó

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LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

en los siguientes años una serie de campañas destinadas no solo a reivindicar los
derechos ciudadanos de las mujeres, sino a civilizar el comportamiento público
y a transformar el orden doméstico. Gracias a su militancia y a la confluencia de
otras mujeres solidarias, y pese a la oposición conservadora, luego de dos años,
la persistencia y el trabajo de la escritora lograron que el 31 de agosto de 1915
se aprobara en la Cámara de Diputados la ley que permitió que las mujeres
participaran en la Beneficencia Pública.

El 18 de julio de 1915 Alvarado crea en Lima la escuela Moral y Trabajo, con


formato de escuela dominical. En un primer momento funcionó en el local
de una escuela pública, luego se instaló en un local independiente y terminó
funcionando en su casa. Dedicó esta institución a huérfanas del pueblo,
prostitutas o jóvenes con escasos recursos, por lo que se constituyó en un ensayo
pedagógico de importancia, que permitió a estas jóvenes desarrollar habilidades
intelectuales y destrezas manuales que las orientaron al trabajo remunerado
(Rojas, 2007: 220). En palabras de la fundadora, la escuela acogería a "Huérfanas
en temprana edad o [a aquellas] madres sin moral, sin previsión y sin ternura
[que] son lanzadas al arroyo por la explotación más vil, las imperiosas necesidades
de la lucha por la existencia o por ambas causas a la vez" (Alvarado, 1915). A la
"sociedad" le competía la responsabilidad de la conducta moral de las jóvenes
que se despeñaban por los abismos del vicio, ante el desprecio de las mujeres y la
lascivia de los hombres. Una educación apropiada, es decir un deber público, era
la manera de "proteger y moralizar a las golfas desvalidas y arrancarlas del vicio
convirtiéndolas en seres útiles y dignos" (Alvarado, 1915).

María Jesús Alvarado pensaba que instituciones como Moral y Trabajo,


además de tener un efecto sobre las jóvenes que protegía, podían impactar
en el comportamiento masculino: "Se salvará a centenares de jóvenes y se
corregirán las relajadas costumbres de ciertos hombres, al saber a la mujer
protegida por institución seria" (Alvarado, 1915). La propuesta de la escuela
tenía una notable incidencia en la forma de trato: en las reuniones semanales
se procuraría conquistar la confianza y el cariño de las niñas con un trato
benévolo y afectuoso. Además, Alvarado descartó los métodos memorísticos,
la abstracción y la severidad; apostó por un ambiente de afecto y de libertad
a la personalidad psicofísica de las educandas (Alvarado, 1915). El afecto
se convertía en un mecanismo civilizatorio. Dado el insignificante apoyo

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ESTUDIO INTRODUCTORIO

recibido, transformó el proyecto en una escuela para chicas de pocos recursos.


Asimismo, se interesó por la discriminación legal de los hijos nacidos fuera
del matrimonio y el estigma que recaía sobre ellos en la sociedad limeña
de la época. Por ejemplo, en 1923 a raíz de la presunta reforma del Código
Civil de 1852, María Jesús Alvarado defendió los derechos a la pensión de
alimentos y a la educación de los ilegítimos (Alvarado, 1923).

La acentuación de las tendencias modernizantes, combinada con una


diversificación de funciones sociales y de nuevas perspectivas vitales, hizo que
las críticas y las propuestas de las mujeres se expresaran de un modo distinto.
María Jesús Alvarado, por ejemplo, trasciende los marcos educativos y organiza
la presión pública, convocando especialmente a los colectivos femeninos que
existían en la ciudad para conseguir la participación de las mujeres en la Sociedad
de Beneficencia, la lucha por el derecho al voto, la legalización del divorcio, del
matrimonio civil y de los derechos civiles. Pero esta militancia sigue inspirada
en la educación de las mujeres, porque solo esta les podría proporcionar un
instrumento de trabajo, una forma de vida digna. Sin embargo, María Jesús
Alvarado dio un paso adelante. En su obra se vislumbra la aparición de una
identidad femenina que no se encuentra orientada hacia la maternidad, sino
hacia una vocación. Las mujeres podían organizar su vida de acuerdo con un
proyecto personal que no pasaba necesariamente por la reproducción.

Según Alvarado, la liberación femenina era lo que podía poner en jaque al


matrimonio por conveniencia. A diferencia de lo que la mayoría de la opinión
pública pensaba, la liberación de las mujeres no traería la disolución de la
familia; se trataba de convertirla en el espacio del amor. La escuela y el trabajo
eran requisitos básicos para cambiar a las mujeres y a la sociedad; una idea
originalmente inserta en la madre ilustrada de la propuesta higienista.

Como la mayoría de las mujeres interesadas en la difusión de la educación


femenina, sus posturas se enmarcaban en una reflexión más amplia sobre la
condición de las mujeres. Hacia el final de la segunda década del siglo, y en el
inicio de la dictadura de Augusto B. Leguía, inaugurada con el nombre de la
"Patria Nueva'', María Jesús Alvarado estuvo comprometida en varios asuntos:
la Sociedad de Temperancia, la Liga Antialcohólica, la Asociación Pro Indígena,
la reforma del Código Civil, la creación del Consejo Nacional de Mujeres, la

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LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

legalización del matrimonio civil y del divorcio, la reforma de la educación


pública, la oposición al sistema de enganche y a la ley de conscripción vial, entre
los más importantes. En su propia tipografía, Evolución Femenina -en la que
se daba empleo a las j6venes que estudiaban en Moral y Trabajo-, imprimió
escritos sobre varios de estos temas. A fines de 1924, un grupo de obreros le pidió
que imprimiera un documento en el que denunciaban el maltrato y la injusticia
de los patrones de la empresa donde trabajaban, pedido al que Alvarado accedió.
El 21 de diciembre de ese año la imprenta fue intervenida -y luego destruida­
por el Jefe de Investigaciones del Estado; mientras que Alvarado fue interrogada
y apresada durante tres meses, antes de partir al exilio.

62
ESTUDIO INTRODUCTORIO

X
REFLEXIONES FINALES

Las propuestas educativas de las mujeres expresaron las tensiones


entre la sociedad jerárquica y las aspiraciones más individuales, entre la
homogeneización y las desigualdades. Muestran cómo los postulados de las
vanguardistas ponen en cuestión el orden cortesano y el sometimiento de las
mujeres a la voluntad masculina. Además no faltaron, aunque solitarias, las
voces que señalaron la inadecuación de la servidumbre doméstica al proyecto
educativo y sanitario que enarbolaban. La crítica a la humillación de las
mujeres que viven a costa de sus familiares -y sometidas a ellos- fue un
común denominador en el pensamiento educativo femenino. Esta situación
que rebajaba la dignidad de las mujeres llevó a las vanguardistas, de una u otra
forma, a ver en la educación la vía para su autonomía.

Otro punto de importancia para entender las potencialidades de la época es la


aparición de una racionalidad laica, que pretendió dar sentido al comportamiento
de las personas, a la estructura social y al ejercicio de la sexualidad. Son
momentos de una crítica más o menos considerable al clericalismo y a los
sectores conservadores que se identificaban con él. El pensamiento educativo de
la mayoría de las vanguardistas estuvo inspirado en una moral laica, más ligada
a una lógica entre patriótica y ciudadana. Las reivindicaciones de las mujeres
en el terreno educativo cuestionaron la inspiración clerical de la educación y
contribuyeron a la secularización de la cultura. Esta marcada tendencia lleva
a considerar las relaciones entre Estado e Iglesia, las tensiones originadas por
las presiones de la secularización y el significado que tuvo la presencia de la
Iglesia católica en cuanto a la inhibición de la función pública educativa. Al
mismo tiempo, la educación de las mujeres se enfrentó a la fuerza de los poderes

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LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

privados encarnados, según la mayoría de las educadoras, en el matrimonio por


interés -y todas sus rémoras-, en la dependencia de las mujeres del grupo
familiar, en la prostitución y en la aversión al trabajo.

Este tipo de iniciativas dio lugar a un fenómeno de características relativamente


inéditas, como fue el discutir las formas en que la gente se trataba. La educación
infantil se asoció a un trato definido por el amor, el respeto y la confianza. Ello
implicaba la posibilidad de ponerse en el lugar del otro e interpretar sus deseos,
lo que significaba un grado de identificación, es decir, un reconocimiento de
relativa igualdad. Suponía, de la misma forma, colocar al individuo en el centro
del discurso, mientras que la definición de aquel en cuanto a la pertenencia
a un grupo perdía el centro. La observación de la conducta de los demás fue
también un rasgo propio de la mirada femenina de la época. Esta observación
llevaba a reconocer la singularidad de los individuos.

Una parte significativa de la gestación de la ciudadanía femenina en el Perú


del siglo XX se enmarca en la expansión del sistema educativo. Por otro lado,
las demandas y las aspiraciones que estas han expresado, como individuos o
colectivamente, con relación al acceso a la educación, han configurado actitudes
cuestionadoras. Simultáneamente la exclusión de la población femenina de los
recursos educativos marcó, en gran medida, las distintas formas de subordinación
en el Perú. Tal exclusión revela el rumbo tomado por los procesos de constitución
de lo público, es decir, de la normatividad en la sociedad peruana.

Las expectativas femeninas ante la educación, sin duda compartidas por


otros grupos subalternos, han generado cambios importantes a lo largo de la
historia republicana. Por un lado, el acceso a la educación ha erosionado las
relaciones jerárquicas en el universo familiar. Sin embargo, la privación del
acceso de las mujeres a ciertos niveles educativos no solo refuerza su condición
de subordinación, sino que alimenta la cultura de poder y sumisión en términos
más extensivos. Tal privación ha tendido a perpetuar los vínculos de servidumbre
en el país; y ello ocurre a propósito tanto de relaciones entre hombres y mujeres,
entre pares y cónyuges, como entre padres e hijos. Es decir, el acceso de las
mujeres a la educación formal es parte de la historia de los vínculos familiares, y
en consecuencia de las relaciones de poder.

64
ESTUDIO INTRODUCTORIO

Una historia de la educación femenina es una forma de reflexionar sobre la


naturaleza de las instituciones en el Perú. Sin embargo, tal reflexión conlleva en
diferentes momentos una exploración de la vida privada. Es preciso considerar que
las propuestas educativas de las mujeres de la época supusieron una determinada
visión del funcionamiento de la sociedad en general y del modo en que la gente
se relacionaba. El vínculo entre el hogar y la escuela, por ejemplo, fue un tema
muy presente entre las educadoras de este período. Simultáneamente, la cuestión
de los afectos también orientó de manera importante la prédica y las acciones
de estas mujeres. Este es quizá uno de los distintivos del pensamiento educativo
y del accionar femenino de esta época. Así, la historia de la educación también
comparte los intereses de una especie de historia de la cultura emocional, en
cuanto contempla la modificación del comportamiento, al igual que las nuevas
formas de control y autocontrol.

65
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LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

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1981 Apogeo y crisis de la República Aristocrática. Lima: Rikchay.

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Instituto de Estudios Peruanos (Documento de Trabajo, 80.
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DENEGRI, Francesca
1996 El abanico y la cigarrera. La primera generación de mujeres
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Wilfredo Kapsoli (ed.). Peruanistas contemporáneos l. Lima:
CONCYTEC, pp. 97-109.

71
ANTOLOGÍA DE TEXTOS
ADVERTENCIA NECESARIA

Hemos trabajado con el mayor cuidado posible todos los documentos que
incluimos en esta antología, con la intención de facilitar la lectura a los que se
acerquen a ellos, sobre todo a las maestras y los maestros del magisterio nacional.
Por eso hemos modernizado la ortografía, ligeramente la puntuación, evitado las
abreviaturas, e incluido las referencias necesarias (cuando encontramos arcaísmos
y personajes citados) para que los textos sean más comprensibles y agradables
de leer. No hemos alterado el léxico, ni la sintaxis, en casi ningún caso, para
conservar la autenticidad de los textos. Asimismo, debemos precisar que todas
aquellas imágenes en las que no se menciona la fuente en forma explícita han
sido extraídas de Internet (Comité editor).
..........---�

MERCEDES CABELLO DE CARBONERA


(Moquegua, 1842 - Lima, 1909)

Fuente: Del olvido a la memoria. Mujeres peruanas 1860-1930.


Historia gráfica. Lima: Movimiento Manuela Ramos, 2003.

77

ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 1
Influencia de la mujer en la civilización, 18741

La instrucción y la moralidad de las mujeres ha sido en todo tiempo el termómetro


que ha marcado los progresos, y el grado de civilización y virilidad de las naciones.

Rosseau que ha comprendido la influencia poderosa que moral e intelectualmente


ejerce la mujer sobre el hotnbre, ha dicho: "Los hombres serán siempre lo que
quieran las mujeres; el que desee a aquellas grandes y virtuosas, eduque a estas
en la grandeza y la virtud".

El desconocimiento de esta verdad ha conducido siempre a las naciones al


envilecimiento, al retroceso y a la muerte. En c�mbio donde quiera que ella ha
fecundado el espíritu humano, los filósofos y moralistas de todas las épocas han
dedicado sus manos a grandiosos trabajos a la educación de la mujer.

En vano el hombre intentará eludir esta influencia: ella será cada día más y
más poderosa a medida que la humanidad avance en la senda del progreso y la
civilización. Esta influencia bienhechora, que está llamada a sustentar, y conservar
siempre puras sus virtudes del hombre sobre la tierra: ha sido puesta por la mano
previsora de la Naturaleza. Así, pues el hombre al nacer viene al mundo bajo esta
mera influencia; y ya sea que la mujer vele a la cabecera de su cuna, al impulso
del amor maternal: o ya adolescente, lo dirija en 1a senda de la vida, despertando
en su corazón con este arte magnífico que solo una madre posee, el sentimiento
moral, e iniciando en su alma sencilla las primetas nociones del bien y del mal; o
ya joven e impetuoso y apasionado, lo subyugue y domine, encadenando su alma
al irresistible poder de la belleza y el amor, siempre en el camino del hombre
hallaréis una madre, una amante o una esposa... siempre una mujer.

1 Cabello de Carbonera, Mercedes. "Influencia de la mujer en la civilización''. Serie de artículos


publicados en E/Álbum: I, 8-8-1874; 11, 22-8-1874; III, 2-9-1874; IV, 26-9-1874; V, 31-10-1874.

79
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Esta influencia es el puerto luminoso que en la historia de las naciones ha marcado


las grandes evoluciones del espíritu humano en su marcha ininterrumpida, hacia
la perfectibilidad de la especie humana.

Oye los sabios, los moralistas, los filósofos escriban libros, que los legisladores
dicten leyes que castiguen el vicio y la inmoralidad, que los unos impongan la
virtud como un deber, y castiguen el vicio como un crimen, muy poco alcanzarán
si la mujer, relegada al olvido, y extraña a las ciencias que enseñan a conocer
las leyes que rigen el movimiento social, no ha podido nombrar (sembrar) el
germen de la virtud en el corazón del hombre, enseñándole a amar desde su
infancia el honor, el saber y la patria.

Los progresos de la inteligencia humana y el pobre desarrollo del pensamiento


tendrán siempre un fatal contrapeso, mientras la mujer permanezca estacionaria
y no preste su poderosa influencia en bien del progreso social.

¿Cuál es el hombre que en su juventud, en esa edad bella y florida de la vida, en que
las pasiones aún no han gastado su corazón, no lo siente latir entusiasmado a la
sola idea de una acción noble y generosa, en que la inteligencia en toda la plenitud
de su desarrollo, da vuelo a su imaginación, y busca en el mundo su ideal, ese ángel
soñado al que decide su canto, su pacto, y en el que bebe su inspiración el artista
que intenta divinizar el bronce transfigurándolo en una mujer?

Ella, he ahí el móvil de todas sus inspiraciones. Ella es la esperanza de un paraíso


que columbra sus sueños fantásticos de ventura. Ella es el impulso piloto que
guiará la nave de su destino en medio de las tormentas y borrascas de la vida, al
anhelado puerto de la paz y ventura terrenales.

Feliz, sí, mil veces feliz el hombre que halle en su camino un corazón puro,
que en medio del árido positivismo que hoy cunde y corroe nuestras sociedades
pueda brindarles las grandes inspiraciones de la virtud, una alma que en las
horas de amargura y decepción de que está colmada la copa de la vida, pueda
consolar y fortificar su espíritu.

Así, pues cuando el hombre comprendiendo cuál es su verdadero destino al lado


de la mujer, eleve su espíritu ilustrando su inteligencia, hallará en ella no el objeto
de frívolos y pasajeros goces que pronto lo conducirán al fastidio y la decepción,

80
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

sino un manantial inagotable de grande y sublime inspiración, porque el de la


mujer es el jardín que cultivado produce las más ricas y perfumadas clases, esas
flores del alma que se llaman virtudes.

No falta quien equivocadamente diga que a la mujer no se le puede instruir


porque cae siempre en el ridículo de la pedantería. Los que tal aserción aventuran,
incurren en un grave error: la pedantería es siempre consecuencia de una falsa
y mal digerida instrucción. La verdadera instrucción, aquella que elevando el
alma la hace insensible al aguijón de la vanidad, aquella que es el manantial
puro donde el hombre bebe la verdad que alimenta su espíritu, y donde toma el
impulso de los siglos y las generaciones van transmitiendo los unos a los otros,
para seguir la marcha progresiva que el espíritu humano lleva hacia la verdad y
esa ilustración siempre.

Ella, sedienta de la ciencia y la verdad que a medida que avanza vislumbra con
más claridad cuán inmenso e infinito es el mundo que oculto estaba a su vista;
esa ilustración de que es muy capaz la mujer, jamás puede traer la pedantería.
Educad a la mujer, ilustrad su inteligencia, y tendréis en ella un motor poderoso
y universal, para el progreso y civilización del mundo; y una columna fuerte e
inamovible en que cimentar la moral y virtudes de las generaciones venideras.

Lima, 7 de agosto de 1874

Enriqueta PradeP

II

Cuando escribimos nuestro artículo anterior con el mismo título con que
encabezamos este, en el que pedíamos instrucción sólida y científica para la
mujer no dudábamos que la generalidad de los lectores consideraría nuestro
deseo como un imposible irrealizable, como una teoría de aquellas que deben
quedar escritas sin que jamás puedan aplicarse a la práctica.

Nosotras, las que aspiramos con toda la vehemencia de nuestra alma a ver realizada
una reforma en la educación de la mujer, nos hallamos también heridas por el

2
Artículo firmado bajo seudónimo. (N. del E.)

81
LA,S MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

mismo mal que deploram9s y nos sentimos débiles e impqtentes para acometer
una empresa que sabemos que por su magnitud, es de aquellas que necesitan la
acción del tiempo, y sobre todo, de ese fruto amargo que solo se cosecha después
de muchos trastornos y vicisitudes en la vida social, que se llama: experiencia.

Sin embargo, creemos, y lo creemqs con una profunda convicción como que
tenemos fe en el porvenir, que del progreso de la civilización nos vendrá el imperio
de las leyes sociales que hoy se desconocen; ellas nos traerán el riego fecundante
de la cultura del espíritu de la mujer que siempre dio grandes y magníficos frutos.

Sí, esperamos que llegará el día en que la educación de la mujer será tal vez
objeto de más grandes y serios cuidados que la del hombre.

¿No es ella la sola llamada a labrar la felicidad y porvenir de la familia, y también


de una generación entera?

Nunca he podido explicarme el anhelo que tienen algunos padres de familia de


hacer de sus hijas una profesora de piano, o una cantatriz de primera orden. De un
adorno superfluo en la educación, han hecho la base y el objeto principal de ella.

¡Triste destino el que le depara a la mujer nuestras sociedades! ¡Convertirla en un


instrumento, en un objeto indispensable para la diversión, y la alegría de los demás!

Así, esa mujer que pasa su juventud cosechando triunfos y alabanzas, y se ha


acostumbrado a mirar la vida, como una diversión perpetua, jamás podrá ser buena
madre de familia, pues no será capaz ni aun de comprender esa ardua y severa misión.

¡Educación bárbara! Con la que se ha creado el carácter frívolo y ligero que


caracteriza a la mujer, y le pervierte el gusto para todo estudio serio, alejándola
cada día más y más del noble fin para el que fue creada.

Sin embargo, no se crea que intentamos suprimir la música de la lista muy reducida
con que enumeran nuestros padres de familia, el aprendizaje que han hecho sus hijas
para formar su educación; ese no es nuestro intento. La mujer tiene el sentimiento
de lo bello tan profundamente grabado en su alma, que intentar extinguirle el
gusto, y la pasión vehemente que ella siente, hacia la música, la pintura y las flores,

82
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

sería arrancar la página más bella de la historia sencilla de sus placeres, sería tender
un velo negro en el cuadro risueño de su fugaz juventud.

Pero sí quisiéramos que la música, lo mismo que la pintura y el baile, no fueran


más que un adorno, al que el bello sexo no le dedicara más que las horas necesarias
para solazar el espíritu, y amenizar las ocupaciones domésticas.

No olvidemos nunca lo que dijo un gran hombre: "El espíritu es una luz que
se apaga si no se cultiva". Y, ¡ay! Desgraciadamente esta máxima es de fatales
consecuencias en la mujer.

Y si no, deteneos a observar y decidnos. ¿No es a consecuencia clara de la mala


educación y falta de instrucción en la mujer, esos niños pálidos y macilentos que
todos los días vemos vestidos de seda y en�ajes; que, lejos de fomentar el desarrollo
físico ejercitando la actividad que la naturaleza imprime eµ la infancia, y que es
de tanta importap.cia en la vida, condenan a un niño a una quietud enervante, lo
sujetan y lo reprimen para impedir que descomponga y manche sus vestidos?

Sin más guía que sµ vanidad, ni más luces que las mezquinas emulaciones
sociales, para lucir el lujo, y ostentar una riqueza, tal vez fomentada a costa de
sacrificios, y de mil privaciones perjudiciales a la salud del niño.

Nunca hemos podido ver a un niño así, víctima de la vanidad y de la ignorancia


de sus padres, sin sumergirnos en un mundo atroz de reflexiones a cual más
tristes y desconsoladoras.

Y esa criatura, nos decimos, llegará pronto a ser hombre, y tal vez hombre
pobre... ¡Es decir, que llegará un día en que impulsado por su dignidad y sus
propias necesidades, se lanzará al mundo en pos del trabajo a que todo hombre
está condenado; sin más caudal que el de su inteligencia, ni más tesoro que sus
propias fuerzas físicas, que por no haber en su infancia adquirido el desarrollo
y fortaleza necesarios, ese hombre no podrá resistir el peso abrumador con que
está recargado el hombre en su vida social. Entonces se creerá con derecho a
renegar de su educación, y desconocer los beneficios de esa madre, de ese ser
abnegado. Qye por carecer de luces y conocimientos útiles, hizo estériles todos
sus sacrificios, sin que llegue a cosechar en cambio de tantas lágrimas y zozobras,
más que la horrible realidad del desengaño!

83
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

¿Por qué siempre se ha exigido tanta instrucción y moralidad en el jefe de una


nación, como que es el llamado a conducir los pueblos por la senda del progreso
y de la felicidad? ¿Y por qué imprevisión inexplicable se descuida y se echa al
olvido la instrucción y la moralidad de la mujer siendo la llamada a dirigir la
familia base fundamental del Estado?

Se me dirá tal vez que la mujer va guiada siempre en la familia por el conocimiento
y la experiencia del hombre.

Para demostrar lo contrario no necesitaremos recorrer la historia de las familias


de todos los tiempos, sino echar una rápida mirada sobre lo que pasa en nuestras
familias y nuestras sociedades. Hoy más que nunca, por haber la civilización
multiplicado nuestras necesidades materiales, el hombre se encuentra recargado
de trabajos y atenciones que lo alejan necesariamente del hogar doméstico.
¿Cuántas veces sus ocupaciones no le permiten ni aún el placer de sentarse a la
mesa con sus hijos y su esposa?

Así la mujer es la sola llamada a dirigir los destinos de la familia. Sublime


ministerio que la ennoblece y eleva, muy por encima de la esfera en que han
pretendido colocarla, los que han pedido para ella derechos políticos y civiles.
Misión grandiosa para la cual la naturaleza la ha dotado, con esa inteligencia
clara, con esa comprensión rápida, con esa previsión adivinadora, con ese
corazón, piélago inagotable de ternura y abnegación, con esa fe cuya luz
no se apaga ni al ímpetu abrasador del huracán de las pasiones, ni al soplo
helado de la vejez.

Cuando la mujer sea estudiada, comprendida y educada como debe serlo, se


resolverá la gran cuestión de la estabilidad y ventura de la familia. De allí,
esperamos que vendrá la redención moral, que redima la sola culpa por la que
la mujer se vio sumida en la ignorancia: su debilidad. De allí, nos vendrá el
bautismo que lavará la mancha que aún queda, del oscurantismo y la barbarie,
en que en otro tiempo se vio sumida la mujer y con ella la familia.

Por nuestra parte esta idea nos consuela y la alimenta con fe inquebrantable.

Mercedes Cabello de Carbonera

84

ANTOLOGÍA DE TEXTOS

IIP
El gran siglo, el siglo XIX, se nos presenta triunfante, enriquecido y engalanado
con todos los progresos que las ciencias y las artes le han traído en herencia de
los siglos pasados.

Este siglo que las generaciones venideras llamarán el siglo privilegiado, porque
en su primera mitad ya el genio del hombre le había arrancado a la naturaleza
sus más íntimos secretos, para ponerlos al servicio de sus progresos sociales y
de su felicidad individual, bajo la forma de prodigiosos inventos modernos.

En él, los obreros de la industria han visto coronados sus esfuerzos por los más
grandes y fecundos resultados.

El océano inmenso con sus imponentes tempestades, las montañas elevadísimas


que parecen esconder su frente en las nubes, los polos mismos con sus eternas
nieves, no son más que débiles barreras para el grande ingenio y poderosa pujanza
que el hombre del siglo despliega para dominar la naturaleza.

Al verlo horadando montañas inmensas para poner en comunicación, por


en medio de sus entrañas, una nación con otra nación, con una velocidad
asombrosa, y destruyendo terrenos vastísimos para unir un océano con otro
océano, parece que se ha propuesto borrar la palabra "imposible", y jamás
pudiera encontrar el límite a su deseo.

En las ciencias, el hombre encuentra hoy un campo vastísimo donde la luz brota
fácilmente bajo el poderoso análisis de la razón, y donde se puede ensanchar el
vuelo grandioso de su inteligencia.

Con su mirada atrevida, penetra en el espacio inconmensurable, maravilloso e infinito


del cielo, para pesar y medir los astros, o desciende a las entrañas profundísimas de
la tierra, donde va a recoger y estudiar los sedimentos de las generaciones y de las
razas que fueron. Y de ese trabajo inmenso, incesante, infatigable, de esas doctrinas,
de esas ideas, de esas luchas, de esos choques, sale siempre una chispa, que va a
reunirse a ese foco; a esa antorcha que da la luz a donde todos nos dirigimos, a donde

3
Artículo reproducido sin variaciones en el suplemento especial de El Correo del Perú, diciembre
de 1874. Y en Perlas y Flores, de 1885.

85
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

todos vamos, siempre entusiastas, siempre infatigables, creyendo acercarnos a ella y


comprendiendo siempre que nos falta mucho de esa luz que es: la verdad.

Sin embargo, no nos alucinemos. La humanidad marcha a su completo y total


desarrollo y perfeccionamiento, pero es siempre agobiada de enfermedades
que, si no atacan su vida, son como las de la infancia que retardan su desarrollo
y alteran su salud.

A curar enfermedades y dolencias debe dedicar sus estudios el hombre pensador


y bien intencionado, y el legislador que mirando por el verdadero progreso de
los pueblos, por el progreso moral, quiera hacer bien a la humanidad.

Para el observador atento, que separándose por un momento de esa corriente


vertiginosa que nos arrastra, mire detenidamente y con el interés del que
quiere descubrir la causa de nuestros grandes males y largas dolencias;
verá al fin en medio de tantos progresos de la ciencia, en medio de tanto
movimiento de la industria, una enfermedad, un cáncer mortal que corroe
nuestras sociedades.

El escepticismo religioso, ese virus moral que ataca las sociedades siempre que
se sienten acometidas por esa fiebre, por ese delirio insensato, que las mueve,
que las impulsa incesantemente sin más fin que alcanzar bienes materiales; que
sienten esa sed insaciable que las arrastra y parece absolverlas y anonadarlas, sin
dejarles ni un momento de descanso, porque esa sed de oro, es el monstruo que
devora nuestro espíritu, ofusca la luz de la conciencia, y tortura nuestro corazón,
porque mientras más le damos más nos pide.

Con su aliento se corrompen las virtudes cívicas del hombre y se marchitan


las bellas flores de la felicidad doméstica, cuyo perfume no se exhala sino a la
sombra del amor y de la felicidad.

Así vemos a nuestra sociedad convertida en una gran bolsa mercantil. El hombre
marcha taciturno, agitado, llevando un libro debajo del brazo, al que le pide
nombre, gloria y felicidad, del que depende estrechamente su tranquilidad y
su vida; al que consagra todas sus fatigas, todos sus pensamientos, todos sus
desvelos; y las acciones más importantes de su vida no las ejecuta sin consultarse

86
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

en él. El amor mismo no es más que un pasatiempo, si en él no ocupa una página


importante. ¿Qyé contiene ese libro? En ese libro no hay más que estas dos
palabras: "Debe" y "Haber". ¡Triste espectáculo!

El hombre del siglo XIX parece que quiere evaluarlo todo, reduciéndolo todo
a guarismos repre�entativos de bienes materiales, hasta aquellos que en todo
tiempo se consideraban fuera del poder de los números.

¿Habremos de renegar de la civilización? ¿Creeremos que no hemos dado un


paso adelante del estado en que se encontraban nuestros antepasados?

¡Ellos al menos se prosternaban a la salida del sol!

¿Creeremos que habiendo perdido la pureza y sencillez de costumbres del


hombre salvaje, no hemos alcanzado en cambio nada que eleve nuestro espíritu
y ennoblezca nuestros sentimientos?

Para un mal tan grande que amenaza invadirnos, ahogarnos, matarnos, ¿qué
remedio le oponemos? ¿Qyién se preocupa de él?

¡Nadie, desgraciadamente. Nadie piensa ni en el mal ni en el remedio!

Ensayaremos analizar este mal.

El escepticismo no es más que una reacción fatal del fanatismo,

Donde quiera que las masas se fanatizan, los hombres pensadores se vuelven
escépticos, y las consecuencias del fanatismo no serían tan fatales, si después
de embrutecer al pueblo no fueran a hacer su reacción subiendo a los primeros
escalones de la sociedad, para degradar al hombre hasta ponerlo al nivel de los
animales, hundiéndolo en el oscuro abismo del escepticismo.

Para combatir estos males inmensos que nos invaden y que van matando nuestra
tranquilidad, no hay más que un remedio que a nuestros débiles alcances nos
parece ser el único posible

¡Ilustrar a la mujer!

87
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

¡Cuántos males de gran trascendencia se evitarían, si se curara el que hemos


señalado! La instrucción de la mujer es el enemigo más poderoso contra el
escepticismo de unos y el fanatismo de otros.

Para que la mujer al unirse al hombre pueda combatir por la persuasión sus errores, y
elevar su alma al verdadero conocimiento de Dios, es preciso que él no vea en ella un
ser débil sumido en la ignorancia y privado de la luz de las ciencias. Para que ella pueda
ejercer esa influencia bienhechora con la que puede ser siempre la rehabilitadora de
los errores del hombre, es preciso darle una instrucción sólida y vasta.

La instrucción limitadísima que hoy se le da no hace más que abrir un abismo


inmenso que lleva al hogar doméstico el germen de amargos sinsabores, de
eternas contradicciones y de males infinitos.

Ella ve en su esposo una alma sumida en el error y privada de la gracia del


cielo; él, por su parte, mira con compasivo desdén aquellos temores como
propios solamente de una alma sencilla y una inteligencia privada de la luz de
la ciencia. De este modo la unión de esos dos seres, lejos de ser como dice la
Sangrada Escritura "dos cuerpos con una sola alma", son dos cuerpos que llegan
a identificarse por sus costumbres y por sus hábitos físicos pero dos almas que
verdaderamente viven en la más completa y espantosa oposición.

Acercad a la mujer al santuario de la Ciencia, para que ella, a su vez, pueda


acercar al hombre al altar de Dios.

Ella será el foco donde vendrán a conciliarse dos ideas que hoy están en
completo y abierto antagonismo; dos gigantes que luchan encarnizadamente
por destruirse mutuamente; dos antorchas que alumbran a la humanidad en
su paso por este mundo: la religión y la ciencia. Y de esta conciliación, de
esta unión felicísima para la humanidad, nacerá el Verbo de nuestra eterna
felicidad y tranquilidad.

La inteligencia de la mujer no es hoy más que la crisálida de la brillante mariposa,


que libará el néctar delicioso de las magníficas flores de la virtud, fecundadas por
la ciencia y producidas a la sombra de la paz y la felicidad de la familia.

Mercedes Cabello de Carbonera

88

ANTOLOGÍA DE TEXTOS

IV
Hace tiempo que en los principales centros de la civilización la mujer trabaja con
empeño para obtener derechos políticos. En Londres, Nueva York, en Zúrich
ha habido reuniones públicas y se han establecido periódicos redactados por
señoras con solo este objeto.

Nosotras creemos que aunque esto es justo, lo dicta un sentimiento de


igualdad y fraternidad que nos dice: que formando el bello sexo la mitad de la
humanidad, debe participar de todos los derechos de que goza la otra mitad:
sin embargo no creemos que la cuestión es de gran importancia para la mujer,
ni que el día que alcance estos derechos se habrá elevado un grado más en el
alto puesto en que la Naturaleza la ha colocado.

Cuando las cuestiones políticas se decidan no por batallas sangrientas y la fuerza


bruta del poder de las armas de que cada uno dispone; sino por la fuerza moral y
las leyes de la justicia y de la humanidad, y estas sean las que asignen a las naciones
su respectiva preponderancia política; entonces y solo entonces, no tendrá la mujer
la vastísima necesidad de conquistar esos derechos, sino serán considerados, como
inseparables e íntimamente anexos al derecho, con que la ha asignado el Creador
tanto al hombre como a la mujer como un precioso donativo.

Por otra parte, mientras el derecho de la guerra, esa herencia que las naciones
del siglo XIX conservan como una mancha ignominiosa que han impreso
sobre su frente, la barbarie y la degradación de los primitivos tiempos,
autorice a dos naciones florecientes y llenas de vida, para armarse y empeñar
una lucha atroz y destructora que siembra la muerte y la desolación por
todas partes, para que la mayor cantidad de sangre que la una derrame, sea
la que inclina de un lado la balanza de la justicia, elevándola a la cabeza de
las naciones civilizadas, e imponga su voluntad y sus decisiones a las otras
naciones civilizadas, no por la boca de sus hombres más ilustres y sabios sino
por la boca de sus formidables cañones.

Mientras los pueblos libres eleven al primer puesto y entreguen sus destinos, no
al que más lo merece, sino al que más lo aspira; mientras todo esto suceda, será
absurdo, será irrisorio, será imposible que la mujer tome parte en el movimiento

89
LAS MUJERES Y su� PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

político de las naciones; y el hombre debe envolverse tranquilo en ese manto


de púrpura qu� con el nombre de derechos políticos y civiles lleva sobre sus
hombros. Creemos que, por hoy, a él solo le pert\:!necen. Los ha conquistado en
numerosos campos de batalla, derramando torrentes de sangre, encadenando
el mundo a su voluntad, con esa cadena que se puede decir que cada eslabón lo
forma una sangrienta batalla, usando armas maravillosamente ingeniosas para
sembrar la mu�rte y la desolación con la misma velocidad que el rayo ... así ha
conquistado "su" derecho, el derecho de la fuerza.

La mujer también ha conquistado su derecho. Para alcanzarlo no ha tenido


más campo que el del hogar doméstico, no ha derramado más que sus lágrimas,
no ha encadenado m�s que sus pasipnes, ni h� usado de más armas que su
resignación y su virtud, y se ha conquistado su derecho... el de su "debilidad".
¡Pueden· por ventura los débiles tener derecho! Sí, nosotras lo creemos, y si la
debilidad no es un derecho es por lo menos una prerrogativa para hacer valer el
más inquebrantable de todos los derechos, cual es el de la justicia. Este derecho
será cada día más y más respetado a medida que la civilización y la cultura de los
pueblos vaya desprestigiando el derecho de la fuerza.

Cuando solo reinaba el derecho de la fuerza, la mujer se vio esclavizada, envilecida,


violándose de este modo las leyes sagradas de la Naturaleza. Hubo una ley que·..
decía que: "El que matare o hiriese a una mujer no pague más que la mitad de :�a ·' ·
multa que debiera haber pagado si hubiera herido o matado a un hombre".

La familia, ese templo santo donde la mujer a semejanza de la sacerdotisa romana


de los templos de Vesta, debe mantener siempre encendido el fuego sagrado de
la virtud,, la familia, decim,os, estaba sumida en la tiranía y en la esclavitud más
espantosa. "El padre magistrado, dictador y emperador de su familia, conservaba
hasta el último derecho de vida o muerte sobre sus hijos y mujer"4• Ella no tenía
ni el derecho de quejarse, y sus lágrimas corrían estériles y solitarias sin hallar
una mano que las enjugara.

La mujer no era la compañera del hombre, sino la esclava envilecida, oprimida


hasta en sus más nobles y generosos sentimientos. El hombre para unirse a ella
la compraba como una vil mercancía, y en sus entrañas doblemente envilecidas,
4
Véase: Historia de la sociedad doméstica, por el presbítero J. Gaume.

90
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

había de recibir la vida ese ser que era a la vez tirano y verdugo de su existencia.
Si enviudaba volvía a ser propiedad de los que la vendieron, o se: le quemaba viva
en la hoguera donde ardía el Cll.dáver del que fue su señor.

La mujer no podía heredar ni t�star, ni poseer bienes de ninguna clase. Lágrimas


de indignación saltan a los ojos al comprender cuánta degradación, cuánta
humillación, cuánta desesperación, apuró el sexo débil oprimido por el fuerte.

El derecho de la justicia que es el de los débiles, es la conquista más grandiosa


que la civilización moderna puede presentar como un título para merecer nuestro
homenaje, como bienhechora de la humanidad.

Cuando el derecho de la mujer llegue a ser también el de los pueblos, es decir


cuando los pueblos tengan el derecho inviolable de su debilidad y la civilización
haga pesar sobre las naciones poderosas el deber de proteger a las débiles,
entonces veremos realizado el ideal de nuestra paz perpetua, y el hombre se
elevará al rango que Dios le ha asignado.

La naturaleza al dotar a todos los animales de armas ofensivas, por las que parece
están condenados a matarse mutuamente, y a vivir siempre en luchas y guerras
perpetuas, no le ha dado al hombre más arma que la de su inteligencia, como
para hacerle comprender que solo dejará de ser animal irracional, y se elevará
al rango de hombre, cuando no haya más gµerra que la de las ideas. Ni más
luchas que las de la fuerza moral. De este modo el derecho que la mujer se h,.a
conquistado, cual es del aspirar a la justicia por su debilidad, es la barrera más
infranqueable que separa al hombre de los animales.

¿Qyé viene a ser la guerra?, ha dicho el capitán del siglo. "Un oficio de bárbaros
en que todo el arte consiste en ser el más fuerte en un punto dado". Hace ya más
de medio siglo que dijo esto el gran Napoleón, y sin embargo la guerra subsiste,
sin haber hecho más que progresar en el arte de n;iatar. La bandera blanca de la
paz se levanta siempre enrojecida con la sangre de las batallas.

Ante este espectáculo horroroso la mujer se si\!nte aterrorizada y anonadada. Su


naturaleza débil y delicada y su alma sensible y generosa no se avienen más con
los trastornos políticos de esta época.

91
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Al darla derechos políticos no se haría más que agriarle el carácter y aumentar


la efervescencia de las pasiones políticas, llevando al hogar doméstico un nuevo
germen de desavenencias y disgustos.

La política en sí es árida y no tiene un solo punto de contacto con la índole y


el carácter femenil.

¿Qyé alcanzaría la mujer el día que tuviera derechos políticos? Nada. No habría
ningún consuelo para sus penas, ni una luz para su inteligencia, ni un sostén
para su virtud. No haría más que ir a envolverse en ese drama de pasiones
políticas, donde la astucia y la falsía desempeñan los principales papeles, y
donde hasta el alma templada del hombre, siente las mordeduras del áspid
de la traición que se esconde bajo la máscara falaz del patriotismo, para herir
siempre en el corazón.

No vayamos a buscar el acíbar corrosivo de las pasiones políticas para mezclarlo


con la copa purísima que contiene la ambrosía de los placeres domésticos. Ni
envenenemos nuestro corazón con los tósigos de los desengaños políticos,
que queman el alma y decepcionan la vida, descorriendo el velo que cubre las
repugnantes llagas del corazón humano.

Busquemos alivio para nuestras penas, solaz para nuestro espíritu, y luz
para nuestra inteligencia, en el estudio, que es la única copa de donde
podemos beber la felicidad, sin encontrar al fondo las heces emponzoñadas
del desengaño, porque es el camino más recto para llegar al verdadero
conocimiento de Dios.

Y mientras que la guerra no presente sino el espectáculo sobrecogedor,


horrible y repugnante de una carnicería, y la política un tejido de traiciones,
en el que cada hombre hace a la vez el doble papel de víctima y de victimario,
contentémonos con la noble pasión de derramar el bálsamo del consuelo en
las heridas de su alma, como de hecho derramamos el bálsamo medicinal en
las heridas de un cuerpo.

Mercedes Cabello de Carbonera

92

ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Si llega a realizarse la gran reforma que esperamos, en la educación del bello


sexo, será la estrella más brillante que llevará el siglo XIX en espléndida corona
de sus progresos sociales.

Lo que hace poco tiempo, era solamente una idea patrocinada por algunas
inteligencias privilegiadas, se ha convertido hoy, en una necesidad imperiosa, y
de vital importancia para la sociedad.

En un periódico americano que tenemos a la vista leemos lo siguiente: "La


educación del bello sexo ha llegado a hacerse de cierto tiempo acá uno de los
temas favoritos de la prensa pública de este país". En otro lugar dice: "Mientras
las mujeres de este lado del océano trabajan por procurar el completo desarrollo
de sus facultades, las de Inglaterra consiguen que sus derechos sean por lo menos
examinados, y hasta las de Rusia, se congratulan con la esperanza de un feliz
éxito en sus esfuerzos de regeneración".

Las que anhelamos como un supremo bien, y como la regeneración social de


más importancia la reforma de la educación en la mujer, vemos en esta tendencia
regeneradora, la aurora del sol esplendente, que iluminando verdades eternas,
nos hace conocer nuestros errores pasados.

Hoy comprenden hasta los hombres medianamente ilustrados, lo que no


comprendieron los hombres más sabios y los pueblos más civilizados de la
antigüedad; que educar a la mujer ilustrándola y desarrollando su inteligencia en
el estudio de las ciencias; es impulsar el progreso de la civilización, cimentando
la moral de las costumbres.

La propagación de la instrucción no adquirirá jamás uri campo vasto y seguro,


en que difundirse, si las mujeres no toman parte en esta obra. Ellas, después
de sembrar en el corazón tierno de sus hijos, la semilla de las buenas ideas,
llevan con las sanas costumbres, las flores del corazón de las sociedades, donde el
hombre va a aspirar su perfume y a beber sus inspiraciones.

No dudamos que la idea de educar a la mujer dándole una instrucción científica


cuenta aún con muchos enemigos.

93
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Las grandes reformas por benéficas que ellas sean, no se pueden introducir ni
fácil ni violentamente; ellas tienen que luchar con ese gigante poderoso que con
el nombre de preocupaciones sociales se apodera de nuestra voluntad, y también
de nuestra razón, defendiendo encarnizadamente el terreno que pisa, del que no
podemos arrancarle ni un solo palmo, sino después de largas y penosas luchas,
en las que dejamos muchas veces nuestra felicidad y nuestra vida.

¡Lucha grandiosa! En la que se ve que la fuerza de una idea destruye las que se
han arraigado por siglos enteros.

¿Por qué se le niega a la mujer la capacidad para los estudios aun los más serios
y profundos? ¿No cuenta la ciencia en el número de sus obreros más esforzados
con mujeres que rompiendo los estrechos límites de su instrucción y salvando
la barrera de las preocupaciones sociales, han sabido colocarse a la altura de los
hombres más eminentes?

Hace solamente un año ha muerto en Italia una mujer, de quien M. Figuier


en su Necrología Cientrfica dice: "Mme. Sommerville que ha dado un elocuente
y noble mentís a los que niegan a las mujeres las aptitudes científicas; Mme.
Sommerville, con la cual se honraba Inglaterra, y a quien este país debe muchas
obras notables, sobre la Física, la Astronomía y las Matemáticas, ha muerto en
Nápoles, el mes de Enero de 1873, a la edad de noventa y tres años. El año 1811
recibió una medalla por sus conocimientos matemáticos, y publicó en 1814
la Molecular and Microscopical Science. Toda la vida de esta inminente mujer
trascurrió dedicada a estudiar las matemáticas, y a los cuidados domésticos.
Casada dos veces fue el orgullo y la felicidad de los dos hombres que le dieron
sucesivamente su nombre.

En sus Observaciones sobre la Escuela Matemática de Inglaterra, Laplace dijo:


"Qµe en este país, dos mujeres solamente podían comprender su Mecánica
Celeste: Mistress Greig y mistress Sommerville; Laplace se engañaba; mistress
Greig y mistress Sommerville eran la misma persona"5• Hoy mismo la Francia
se enorgullece con las obras de Mille. Clemencia Roger a quien M. Darnuin
[sic; Darwin] a propósito de la traducción que esta sabia mujer hizo de la obra

5
Fiquier.Año cientifico de 1873, p. 586.

94

ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Origen de las especies dijo: "O!ie ella era entre todos sus críticos y traductores, la
que mejor había comprendido el sentido de lo que era su obra"6•

El mismo invierno que M. Darniun [Darwin] publicaba su obra en Londres,


ella publicaba en Paris sus Cursos de Filosofía de la Naturaleza y de la Historia, en
que se emitía doctrinas análogas a las del gran naturalista inglés. Entre sus obras
científicas se cuentan: Origen de los hombres y de las sociedades: Introducción a la
Filosofía: Lo que debe ser una Iglesia Nacional en una República: Fundación de una
Escuela Internacional Racionalista, y otras que no citamos.

En la Literatura han sobresalido muchas mujeres que entre nosotros son


bastantes conocidas. Citaremos a propósito un hecho que si no nos equivocamos
tuvo lugar los años de 60 o 65.

La Academia Francesa designó un premio para un literato que, a su juicio se


distinguiera de los demás de la Francia. La Academia toda estuvo de acuerdo en
que si tan solo se atendía, al profundo conocimiento del idioma, a la amenidad,
pureza, elegancia y corrección de estilo, y a la completa posesión del dificilísimo
arte de escribir, sería una mujer Madame George Sand, la favorecida. Pero la
Academia atendiendo al espíritu de algunas de las obras de la ilustre escritora,
temió el sentimiento moral y religioso de la nación y (si mal no recordamos) el
premio le fue asignado a M. Guizot.

Los que juzgando a las mlljeres, por su carácter pueril y ligero, y su falta de gusto
para los estudios serios; afirman que no se puede dar otra clase de instrucción
que una muy superficial; juzgan muy ligeramente; pues no consideran que la
inteligencia, el carácter, el gusto, todo en nuestra naturaleza es susceptible de
educación y perfeq:ionamiento; y así como el hombre, cuando se le educa bajo los
principios y la influencia de la educación de la mujer, se afemina, y llega a perder
su carácter varonil; del mismo modo, si a la mujer se le educa, iniciándola desde
la infancia, en el estudio de las ciencias, que al mismo tiempo que desarrollan su
inteligencia van formándole su carácter, se verá al fin, que sus gustos pueriles, su
carácter ligero y todo aquello que se creía inherente a su naturaleza, no es más
que el resultado de su educación.

6 Véase Darmuin [Darwin]. Origen de las especies, primer prólogo a la segunda edición francesa, p. v.

95
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Aristóteles, el hombre más sabio, el padre de las ciencias; aquel de cuyo genio
se ha dicho, que marca el punto más culminante a donde puede llegar la
inteligencia humana ha dicho "el hábito es una segunda naturaleza".

La especie humana es la misma en el orbe entero. La educación solo realiza en


ella, esa ley de perfectibilidad, con que la naturaleza la ha privilegiado.

La educación regla las malas pasiones, dulcifica la ruda naturaleza del hombre y
desarrolla la razón, que nos da el sentimiento moral, que despierta la conciencia,
juez inexorable de todas nuestras acciones.

La educación es en el hombre, el impulso que da dirección a esa rueda


misteriosa que se llama vida. Si él ha sido recibido por una mano certera y
previsora; él sigue una ruta feliz y llega a su término que es la muerte, tranquilo
y sereno, como navegante que aborda el puerto feliz donde va a recoger el
premio de todas sus fatigas.

No se culpe pues a la mujer, de todos aquellos defectos que no son más que el
resultado de su educación.

Lo que se da hoy tiene dos tendencias igualmente perjudiciales, para el desarrollo


de su inteligencia, y para su ilustración. Por una parte, se le educa como un
objeto de lujo para brillar y lucir en los salones; haciéndole comprender que no
tiene que saber más que todo aquello que contribuye a dar brillo, a ese barniz
superficial que se procura darle con la educación.

Por otra parte, se la encierra reduciéndola a una esclavitud humillante, y


privándola de toda clase de conocimientos útiles e instructivos. De este
modo creyendo que se custodia su inocencia, no se hace más que conservarla
en su ignorancia.

La reforma que quisiéramos ver realizada en la educación de la mujer, no la aleja


de hogar doméstico, sino por el contrario, le agrega un atractivo más, rodeándola
del encanto del saber, que la hace inaccesible al hastío; esa enfermedad, esa
nostalgia del alma que esteriliza la vida, marchita las flores de la esperanza, y
envenena los placeres del alma.

96
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

El estudio es el compañero más elocuente de la soledad, y el más útil de los


entretenimientos.

Despertad en la mujer el gusto por el estudio, mostrándole esos tesoros de luz


que guardan las ciencias y tened la convicción que de esa fecha ha de datar la
regeneración moral de los pueblos y el nacimiento intelectual de la mujer.

Mercedes Cabello de Carbonera

97
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Texto 2

Necesidad de una industria para la mujer, 1875 7

¿La mujer debe o no recibir una educación industrial? Cuestión es esta que
siempre hemos mirado como de vital importancia para la moral pública, para la
prosperidad de la industria, y para el bienestar y la felicidad de las familias.

No será demás hacer aquí una pequeña aclaración, puesto que en nuestros escritos
anteriores, hemos hablado extensamente de la necesidad de la educación científica,
la que miramos como precursora de esta otra.

Respecto a su educación industrial, nos referimos principalmente, a aquella clase


tan numerosa en nuestra sociedad, que sin gozar de los bienes de la fortuna,
tiene que conservar una posición social, que le impide ejercer todas aquellas
faenas de la clase trabajadora del pueblo.

Allí es donde la verdadera miseria se presenta con todos sus horrores; allí es
donde los sacrificios de todo género torturan el corazón y agobian la naturaleza;
allí es donde las necesidades y la escasez, dificultan de tal modo los matrimonios,
que llega el día en que la mujer se halla sola, sin apoyo, y sin recursos de ninguna
clase, sin más perspectiva que un porvenir que se le presenta rodeado de todos
los azares y las penalidades de la miseria.

Hacia allí es donde quisiéramos hacer fijar la mirada de las sociedades de


beneficencia y de las municipalidades, para salvar esa porción desgraciada, tan
digna de amparo y que muchas veces se halla arrastrada a la prostitución, como
único recurso para salvar su situación angustiosa. Nada hay más triste que la
impotencia a la que se ve reducida una mujer, cuando llega a comprender la

7 Cabello de Carbonera, Mercedes. "Necesidad de una industria para la mujer", en La Alborada, 6 de


marzo de 1875; y La Alborada, 13 de marzo de 1875.

98
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

dura necesidad de trabajar para vivir. Muchas se ven en la horrible situación


de entregar su corazón a un hombre por quien no tienen ninguna afección,
solamente porque no les es posible subvenir por sí solas a las necesidades de la
vida; llevando así al hogar doméstico, ese vacío espantoso que deja una unión
que solo ha formado el interés,vacío que se torna en un abismo en el que van a
sepultarse todos los goces de la familia, y que solo puede llenar el amor, bálsamo
prodigioso para todos los pesares de la vida conyugal.

Trabajar porque se desarrollen las industrias en las que puedan tomar parte las
mujeres, es abrir un vasto campo a la prosperidad y riqueza pública, y poner
un dique poderoso a la corrupción de las costumbres, cumpliéndose al mismo
tiempo un deber sagrado de justicia y de humanidad.

El trabajo de la mujer, aunque no es tan productivo como el del hombre, es más


seguro, por cuanto ella no está sujeta a los vicios que con frecuencia corrompen
a la clase trabajadora. Y que es de tan funestos resultados.

La necesidad del trabajo de la mujer se hace sentir más en estos p�ses


sudamericanos, en que la falta de brazos para toda clase de empresas, dificulta la
industria, y paraliza en gran parte el comercio.

No necesitamos enumerar aquí; todas las clases de industrias en las que pueden
trabajar las mujer�s. Demasiado fácil es conocerlas, y todas ellas las creemos
mucho más accesibles de implantarlas en nuestro país que las que requieren la
fuerza e inteligencia del hombre.

Muchas labores industriales como la litografía, la fotografía, la tipografía,&.,


&., &., pudieran ser perfectamente desempeñadas por mujeres. Se nos objetará
tal vez, que esta clase de trabajos no les están prohibidos; pero es sabido que
todas las innovaciones que tienden a desarrollar el progreso de un país, el pueblo
permanece casi siempre pasivo, y necesita para tomar esa dirección, del primer
impulso que debe venir siempre de arriba; sea bajo la forma de una ley, o bajo la
protección de las sociedades de beneficencia.

Para implantar en el día, una industria que proporcione trabajo seguro y


adecuado a la mujer, no sería preciso sin la protección del gobierno y qe las
municipalidades, para cuyo objeto deberían trabajar simultáneamente.

99
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

La cuestión la creemos de más importancia de lo que parece a primera vista,


principalmente en la actual situación de escasez y angustiosa miseria.

Cuántas veces se nos presenta el cuadro desgarrador de una familia, cuyo


padre ha muerto dejando en la más espantosa miseria, un crecido número de
jóvenes que no han recibido otra educación, que aquella que se da a las niñas
de primera clase; es decir, que tienen todas las necesidades y delicadeza de las
clases acomodadas. Este espectáculo es por desgracia harto frecuente en nuestra
sociedad, y a su vista preguntamos con el corazón destrozado de dolor: ¿Cuál
será el porvenir de esas infelices criaturas? Fácil es comprenderlo. Si no están
grabados en su corazón, con caracteres indelebles, los principios inquebrantables
de la moral y de la virtud, se entregarán a un trabajo ímprobo e insuficiente
para llenar sus necesidades, cuyas fatigas marchitan su juventud y destruyen su
naturaleza. Sabido es que el trabajo de la aguja es el único recurso que tiene
la mujer en nuestro país: que además de poco productivo, es perjudicial a la
salud; por cuanto que daña uno de los órganos más esenciales de la vida, a lo
que contribuye poderosamente nuestro clima débil; resultando de aquí, que casi
todas las que se entregan a esa clase de trabajo son víctimas de la tisis pulmonar.

Si, por el contrario, solo han recibido ese barniz superficial, que deja el corazón
y el alma vacíos, de todos los principios religiosos y morales en los que debe
fundarse la educación sólida, para servir de escudo contra los vaivenes de la
fortuna, veremos bien pronto esas almas juveniles, que nacidas para el bien, y que
poco ha llevaban sobre su frente la aureola de la pureza, arrastrarse envilecidas, y
manchadas por el fango de la corrupción.

Esta es, desgraciadamente, la historia de casi todas aquellas desventuradas, que


se han lanzado en la senda del vicio, a donde jamás hubieran llegado, si les
hubiera sido posible ejercer una industria honrosa y lucrativa.

La mujer tiene naturalmente grabado en su alma, un fondo de moralidad tan


incorruptible, que es necesario para extraviarla, que contribuyan causas tan
poderosas, como la miseria y el abandono.

Ante esta horrible verdad que todos reconocemos, ¿será posible que se mire con
tanta indiferencia, un asunto que puede ser la llave que nos abra las puertas de
nuestra futura grandeza y felicidad?

100
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

No nos cansaremos de repetirlo. Proporciónese trabajo a la muj�r, porque


al hacerlo, se abre una fuente de moralidad y riqueza pública. Protegedla,
proporcionándola un trabajo fácil y adecuado a sus fuerzas, para que al verse sola
y abandonada en el mundo ese ser débil y desgraciado, encuentre otra áncora
de salvación, que no sea la corrupción de su alma y el comercio de su cuerpo.
Protegedla, satisfaciendo a la justicia, satisfaciendo al deber, satisfaciendo a la
conveniencia social. Protegedla, porque al hacerlo salváis en cada una de ellas,
una víctima de la corrupción y el infortunio, y eleváis a la sociedad una mujer
que puede ser para la industria, un obrero moral y trabajador, y para la familia
una madre piadosa y una esposa feliz.

Mercedes Cabello de Carbonera

II

Al continuar el mismo asunto de que tratamos en nuestro artículo anterior, nos


impulsa solamente el deseo de examinar bajo todas sus fases, esta importante
cuestión, que la miramos como un motor poderoso de progreso, y más aún
como una base de moralidad y de la conveniencia social.

Para manifestar la posibilidad y las ventajas de proporcionar trabajo a la mujer,


echaremos una ligera ojeada sobre los resultados obtenidos en los países en los
que esta saludable reforma ha dejado sentir sus benéficos resultados.

Dirijamos nuestras miradas hacia los Estados Unidos, hacia esa tierra clásica
de la libertad y del progreso, en la que un espíritu práctico por excelencia,
ha salvado la barrera infranqueable para nosotros, los americanos del Sur;
barrera sostenida por las añejas preocupaciones, y los errores arraigados en
nuestros antepasados, que tanto han contribuido a embarazar la marcha
progresiva de nuestra civilización. Allí no solamente se procura Hustrar a
la mujer iniciándola en el conocimiento de la ciencia que puede formar en
ella una buena madre de familia, sino que también se la protege, abriendo
las puertas de la industria y del trabajo, para que le sirvan de refugio contra
la adversidades de la fortuna, y contra los contrastes de la vida; allí vemos
el trabajo de la mujer como un elemento de riqueza y de prosperidad,
rivalizando con el del hombre.

101
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EpUCATIVAS, 1870-1930

El profesorado de las escuelas primarias está en los Estados Unidos


desempeñando en sus cuatro quintas partes por mujeres. M. Rice,
Superintendente de Nueva York, hablando de la pericia y vocación de la mujer
para el profesorado, dice: "La elevación de sus sentimientos se comunica
naturalmente a los alumnos que están en trato diario con ellas. Graciosas,
dulces y puras, le comunican pureza, dulzura y gracia. La mujer, mucho µiás
perspicaz que el hombre, penetra mejor el corazón humano, sobre todo el
corazón de los niños. Los mantienen sujetos al deber por medio del afecto sin
necesidad de los reglamentos y de los sistemas de represión que emplean los
profesores. En fin, podemos asegurar que los niños educados por profesoras
idóneas salen de sus manos imbuidos de sentimientos incompatibles con una
vida licenciosa; que su corazón tiene que ser sensible, sus gustos delicados y
su inteligencia viva y sutil. No me cabe duda de que con el tiempo se les ha
de consagrar un recuerdo de gratitud por el inestimable provecho que de sus
servicios han de reportar a nuestras escuelas".

En las oficinas de correos, en las de telégrafos y en la mayor parte de las imprentas,


se da la preferencia al trabajo de la mujer sobre el del hombre.

Las ventajas que resultarían en nuestro país, al implantar todas aquellas industrias
que pudieran proporcionar trabajo a la mujer, no se limitarían a hacer más o
menos lucrativa, o más o menos accesible tal o cual empresa: sino que también
sería un gran peso colocado en la balanza social, para igualar el desequilibrio
que hay en ciertas clases sociales de nuestra sociedad, en que las necesidades
más esenciales de la vida, y las numerosas e ineludibles que la civilización nos
impone, están en completo desnivel con los escasos y limitados recursos con que
pueden contar, resultando de aquí gran parte de nuestros males sociales.

Toda sociedad organizada bajo este sistema, carecerá siempre de una base sólida
en qué cimentar todos los principios que deben servir de base, para regir la moral
pública, y en vano se trabajará para extirpar los vicios sociales, causa de nuestras
largas y continuas desgracias, si no se logra cortar de raíz el germen que los produce.

Las necesidades, que son el resultado de nuestra vida social, son tan imperiosas
como las que nos impone la naturaleza, puesto que no nos es posible evadir las
necesidades creadas por la civilización, como no nos es posible vivir fuera del

102
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

orden natural. Por consiguiente, toda sociedad que no guarda armonía, entre
sus necesidades y sus recursos, no puede menos que vivir en el desorden más
lamentable y desmoralizador.

De tal modo están enlazados entre sí los intereses que ligan a una sociedad,
que no es posible que una clase formada por una gran porción, sea desgraciada
luchando con la miseria, en medio de las más apremiantes necesidades de la vida,
sin que su angustiosa y difícil situación, no produzca una reacción que trastorne
fa armonía y el bienestar social.

Las sociedades se civilizan y marchan por la senda del progreso, no solamente


al impulso de una fuerza determinada, resultante de los adelantos hechos por la
ciencia, y por cierto número de órdenes de saber; si no más aún, por la unidad
del impulso dado por todas las clases de la sociedad.

Los que han combatido la necesidad de que la mujer tenga en su trabajo un


recurso para poder subsistir, sea ejerciendo un profesión o una industria; han
partido casi siempre de un principio falso que nos atrevemos a refutar aquí.

Un literato español contemporáneo ha dicho: "La cuestión que por de pronto


se origina ofrece una notable desigualdad, porque si las mujeres tienden a
transformarse en hombres, el día que lo consigan, los hombres se habrán quedado
sin mujeres, y como no se trat::i, de que el hombre varíe de condición, resultará
que las mujeres tendrán hombres y los hombres no tendrán mujeres".

Bella teoría, que como todas las que no se inspiran en la elocuencia desgarradora
de los hechos que se verifican diariamente en la sociedad, son como esos
pequeños globos de jabón que a la vista nos alucinan con sus variados y
brillantes colores, pero que se desvanecen al contacto de nuestra mano. Del
mismo modo desaparecen esas teorías ante esta triste e incontrastable verdad: la
mujer vive en el mundo lo mismo que el hombre, sujeta a todas las necesidades
y contrastes de la vida; y toda vez que en la sociedad haya mujeres que no son
hijas, ni esposas, ni madres, es decir, que se hallen solas en el mundo, sin más
recurso que sus propias fuerzas, no podrán negarnos el derecho de decir muy
alto: que toda regla que se funde en estos principios, no será más que una
utopía sin aplicación posible en la práctica.

103
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Pedir que la mujer tenga un recurso en su trabajo, no es eximir al hombre de


la obligación que sobre él pesa de proteger y alimentar a la mujer. Tampoco
creemos que ella debe estar como el hombre sujeta a la dura ley de trabajar para
vivir. Si es esposa y madre, tiene en el hogar doméstico deberes muy sagrados
que llenar, los que le imponen largos desvelos y penosas fatigas.

No concluiremos sin agregar dos palabras. La historia de la esclavitud y el


envilecimiento de la mujer es la historia de la barbarie y el embrutecimiento
de los pueblos; así como la de su emancipación y completo desarrollo de sus
facultades, será la historia de la civilización, y del desarrollo del progreso.

Por consiguiente, todas las instituciones que tiendan a elevar a la mujer en el


desempeño de su misión como madre de familia, lo mismo que las que tiendan
a salvarla de la prostitución y el abandono, serán siempre un gran paso dado en
la senda del progreso.

Mercedes Cabello de Carbonera

104
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 3
La lectura, 1876 8

Anexo IV

La lectura ejerce una influencia poderosísima en nuestro espíritu. Ella es el


lenitivo para muchos males de la vida, y el opio con que adormecemos por un
momento los dolores del alma.

Para el hombre pensador, la lectura es el alimento necesario para nutrir su


espíritu, y también el rico vergel donde se ensancha su inteligencia, en un mundo
de ideas que, asimilándose a su ser, se identifican a ese todo que forma su alma.

Un hombre que no lee, es como esas plantas cuyas ramas superfluas, no se ha


cuidado de segregar la mano previsora del agricultor, para dar así lugar a que los
nuevos retoños tengan más vigor y lozanía. Del mismo modo, la inteligencia
necesita por medio del estudio, desarraigar las preocupaciones añejas y erróneas,
para que se robustezcan y fructifiquen las ideas nuevas y benéficas.

Hay libros que dejan en nuestra alma una impresión indeleble.

Jorge Sand ha dicho: "Yo soy de aquellas personas para quienes el conocimiento
de un libro, puede llegar a ser un acontecimiento moral".

Hay una edad en la vida en que se puede decir que los libros son el molde en que
se vacía nuestro espíritu, para dar forma a nuestras ideas.

Es por eso que en cierta edad sentimos una avidez insaciable de lectura. Esta
edad importante no es fácil definirla, pues ella depende de la mayor o menor
precocidad intelectual de cada individuo.

8 Cabello de Carbonera, Mercedes. "La lectura", en El Correo del Perú. Lima, 2 de enero de 1876.

105
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

No negaremos sin embargo, que hay espíritus tan ligeros y superficiales, en


los que no deja ninguna huella la lectura de un libro, por grandioso y sublime
que sea el asunto que en él se trate; pero no es a ellos a quienes nos referimos,
como no nos referiríamos a los ciegos de nacimiento, para probar los efectos
de la óptica en el órgano de la vista.

Un libro puede llegar a producir una conmoc10n tan profunda en ciertas


naturalezas delicadas e impresionables, que puede decidir de su porvenir,
realizando una revolución completa en todas sus ideas.

¿Cuántos hombres, de aquellos cuyos principios y doctrinas han contribuido


poderosamente a conmover las sociedades, hasta el extremo de hacer cambiar
la faz del mundo, cuántos de ellos, decimos, no han recibido su primer impulso
sino de una idea nacida de la lectura de un libro?

¡Y cuántas veces ese libro lo ha puesto en sus manos la casualidad!

Muchos ejemplos podríamos citar, para comprobar la verdad de estas aseveraciones,


si los estrechos límites de un artículo de periódico no nos detuvieran.

Baste a nuestro propósito citar dos hechos de notoria e incontestable evidencia.

La Fontaine, uno de los genios más fecundos de la Francia, no conoció su


numen poético, hasta un día que un oficial de la guarnición del castillo de
Thierry le leyó la oda de Malherbe a la muerte de Enrique IV. Al escuchar
esta nueva música para él, dice M. Tissot, La Fontaine, semejante a esos
mudos que un nuevo descubrimiento ha venido a dar movimiento a su
lengua, sintió entonces los más desconocidos transportes, quedando desde
ese momento declarada su vocación.

Citaremos otro hecho aún más importante, y cuyas trascendentales e inmensas


consecuencias, las sentimos hoy todavía, después de más de cuatro siglos, que se
verificó este notable proceso.

Sabido es, que San Ignacio de Loyola fue militar, carrera que abrazó por estar
muy en armonía con su carácter belicoso, y con sus ideas caballerescas y con la
fogosidad de su exaltada imaginación.

106
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Peleando valerosamente en el sitio de Pamplona, recibió una herida, que le


fracturó el hueso de la pierna derecha, de cuyas resultas quedó cojo toda su vida.

La curación de esta herida fue larga, penosa y llena de contratiempos, pues tuvo
que pasar por la dolorosísima operación, de que, después de soldado el hueso, se
lo volvieran a fracturar por no haber soldado bien.

Para poder sobrellevar estas penalidades, y queriendo olvidar un tanto sus


padecimientos, pidió que se le trajeran libros para leer: deseaba con vehemencia
que le dieran romances caballerescos, por los que tenía una decidida predilección.
Pero su madre, mujer piadosa y muy entregada a las prácticas religiosas, no tenía
ni uno solo de estos libros: así que hubo de resignarse a leer los que le trajeron que
eran todos místicos; uno de ellos fue Lasflores de los santos. Esta clase de lectura
exaltó su imaginación ardiente y conmovió tan profundamente su espíritu, que
en sus ideas se verificó una resolución completa.

Y el militar valiente y atrevido, que poco ha tenía el alma llena de proyectos


y esperanzas en la carrera de las armas; no pensó ya sino en consagrar su
vida al servicio de Dios; cambiando la espada del guerrero por la cruz y la
disciplina de los mártires. Ese gran talento, unido a una imaginación exaltada
y a un carácter vehemente, no podía hacer nada a medias, y así como hubiera
llegado a ser un héroe, si en lugar de Lasflores de los santos le hubieran dado
a leer la historia de los héroes griegos y romanos de Plutarco; del tnismo
modo llegó a ser un santo, debido solamente a la influencia poderosa que
ejercieron en su alma las lecturas místicas en que se empapó su espíritu en
todo el transcurso de su enfermedad.

¡Admirable suceso que debiera fijar la observación de los hombres pensadores!


Él nos da a comprender que el estudio del corazón humano, es el estudio más
asombroso y más fecundo en grandes y beneficiosos resultados. O como ha
dicho Malebranche: "De todas las ciencias humanas, la ciencia del hombre
es las más digna del hombre".

Y verdaderamente, que cuando la observación diaria y el estudio de la historia,


esa manera práctica del hombre, nos dejan comprender cuánta influencia
ejercen en la vida ciertos hechos, que juzgados aisladamente, parecen no tener

107
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

ninguna significación, y que son, sin embargo, los que deciden del porvenir, no
solamente de un hombre y de un pueblo, sino también de muchos hombres y
de muchos pueblos; cuando esa observación y ese estudio nos hagan definir más
clara y precisamente aquella palabra que tan vaga y misteriosamente llamamos
"destino": entonces no dudamos, que se le dará a la lectura toda la importancia
que debiera tener y que aún no se le ha dado.

Nosotros no creemos que el hombre sea un autómata, impelido por la mano


inexorable de un ciego destino; pero sí creemos, que hay acontecimientos en
la vida ordinaria, que hoy por no haber sido observados y estudiados, obran
desapercibidos, sin que se les haya dado todo el valor que debieran tener; pero
que el día que estos acontecimientos sean estudiados y comprendidos, perderá
toda su magia sobrenatural, esa hada misteriosa e indefinible que llamamos
"destino" y por la que nos creemos tan ciegamente guiados.

Por medio de la lectura podemos llegar a atesorar un caudal de ideas, que cosechado
con buena elección en las fuentes que otras inteligencias han enriquecido,
pueden llegar a formar un conjunto, al que llegará un día que llamemos nuestras
opiniones y nuestros principios. Y es innegable, que las opiniones y principios de
un individuo son los que deciden de su porvenir.

Después de sentado este principio, no trepidamos en afirmar, que la lectura,


es uno de los acontecimientos que más poderosamente influyen en el porvenir
de un hombre.

Mercedes Cabello de Carbonera.

108
---
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 4
Importancia de la literatura, 18779

Cediendo a las bondades y :r:epetidas instancias de la amiga querida10, y deseando


por otra parte, contribuir con mis débiles esfuerzos al noble propósito con que
la eminente escritora ha llevado a cabo estas veladas literarias, he preparado este
pequeño y desaliñado trabajo que tengo el honor de leeros. En él, me propongo
manifestar, aunque sea ligera e imperfectamente, de cuánta importancia y
utilidad es para un país el cultivo de las letras y el progreso de su literatura.

No dejo de comprender que al tratar de la importancia y utilidad de la literatura,


debiera mirarla por las diferentes fases que ella presenta, esto es considerándola
en relación con la moral, cqn la política y con la religión; pero esta tarea a más
de considerarla lejos del alc�nce de mis débiles fuerzas, sería demasiado extensa
para poderla tratar en una sola noche, sin fatigar la atención de los que tienen la
bondad de escucharme.

Entro en materia.

En los pueblos jóvenes y nuevos como el nuestro, en los que las letras están
todavía en su infancia, donde quiera que ellas reciban un pequeño apoyo, allí la
antorcha de la civilización recibe un rayo de luz que la vivifica y fortalece.

La Literatura, cuando es cultivada por inteligencias claras y corazones bien


intencionados, es la luz más pura y bienhechora, que puede llegar hasta la
conciencia de un pueblo; es el mejor bruñidor de las malas costumbres y de los
hábitos viciosos de una sociedad; el lenitivo más eficaz, para todos los dolores
del alma, y la más valiosa herencia que una generación puede legar a la que va
a sucederle; porque como ha dicho Madame Sta.el: "La Literatura no toma sus
perfecciones durables, sino en la más delicada moral".
9
Estudio leído por la autora la señora Mercedes Cabello de Carbonera. En: Gorriti,Juana Manuela,
Veladas literarias de Lima 1876 -1877. Buenos Aires: Imprenta Europea, 1892, tomo l.
10
Se refiere a Juana Manuela Gorriti.

109
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Las letras desempeñan el rol más importante en la civilización de un pueblo,


combatiendo las preocupaciones absurdas que vician y adulteran la sana moral
y despertando el alma del adormecimiento o anonadamiento, la levantan de
la postración, si así puede decirse, en que yacía absorbida por el espíritu del
mercantilismo y por las miras puramente utilitarias que han invadido todos los
corazones, aun los más nobles y generosos, haciéndoles olvidar que más allá de
las cuestiones de contabilidad, de cálculo y de política, hay en la vida algo más
grande, algo más bello y algo más noble, cual es el despertar el espíritu a las
dulces y sublimes fruiciones del alma.

Las letras están llamadas a mantener y vivificar el sentimiento de lo bello, que


eleva e ilustra al hombre, y el sentimiento de lo infinito que lo engrandece y
sublima: estas tres antorchas que lo guían a su perfeccionamiento; esas tres
fuerzas impulsivas que lo conducen al más alto grado a que puede llegar un ser
criado en la naturaleza, cual es el verdadero conocimiento de Dios.

Las letras son también una arma poderosa y afilada, con que se puede
corregir los errores religiosos, que excitan al fanatismo, ese monstruo que
tantos y tan grandes males ha causado; ese pérfido tirano que, donde quiera
que su dominio se ha dejado sentir señoreándose, ya sea sobre los unos y
embrutecer a los otros, ahogando en un mar de sangre los más nobles y
generosos instintos del hombre.

Las letras son las que inmortalizan a los hombres y a los pueblos, transmitiendo
por medio del agitado mar de las generaciones, cual un intrépido bajel, el rico y
valioso tesoro de sus conocimientos, de su civilización.

Las letras como lo ha dicho un gran literato americano: "lo son todo". Las letras
viajan, son la luz que inunda en un instante el espacio y lo colora, la que lleva
el grano de la idea y que es arrebatada por el viento de las edades, para llevar a
todas partes germen, árbol, flor y frutos.

Ninguna herencia, ningún bien nos hubieran legado las civilizaciones y los
pueblos que pasaron, si allá, en esos remotos tiempos, la literatura hubiera
enmudecido olvidada por aquellos que estaban llamados a cultivarla. Para
recoger esa magnífica y preciosa herencia, no la buscaremos en las conquistas
hechas por la espada y el fuego, ni se la pediremos a los Aníbales ni a los

110
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Alejandros: todo lo que no hayan conquistado el pensamiento y las letras habrá


desaparecido del curso de la civilización; así como desaparecen las monedas
falsas de la circulación mercantil, cuando pierden el primitivo brillo que las
hizo pasar por verdaderas.

Para valorizar esta idea, remontemos nuestro pensamiento y en alas de la


imaginación veamos pasar, desde la alturas de la Historia, los hombres y los
pueblos: desde allí miremos con el corazón estremecido de horror, el ojo enjuto
de espanto y el alma vacía de toda enseñanza moralizadora, caer hombres bajo la
espada de los guerreros, como caen las plantas bajo la cuchilla del segador; desde
allí veremos esas grandes naciones que sucesivamente se disputaron el imperio
del mundo, después de haber visto convertidas en vil y mísero polvo, arrastrados
por los vientos devastadores del tiempo, sus magníficos y suntuosos palacios,
sus soberbios y majestuosos templos, sus grandes y brillantes circos; después de
haber contemplado todo lo que constituía la pompa, la grandeza, el esplendor
de esas naciones, nos preguntamos al fin: ¿si eso hubieran sido las civilizaciones
antiguas, qué nos quedaría hoy de ellas?

Nada.

Y ciertamente que nos quedarían sino nombres que nada diría,n y las relaciones
de esas bárbaras y sangrientas batallas, que más bien, matanzas debieran llamarse.

Mas no, felizmente no es así, y si queréis saber lo que fueron esos pueblos y
esas civilizaciones, preguntádselo a las letras, preguntádselo a las ciencias,
preguntádselo a las artes.

Las letras os dirán que hoy, después de un número asombroso de años, se


conservan, llegando hasta nosotros en la forma de proverbios, los grandes
pensamientos de los sabios de la India, de ese pueblo admirable por su sabiduría,
que vio las primeras alboradas de la civilización, y cuyas máximas parecen escritas
para todos los hombres, para todos los pueblos y para todos los tiempos, porque
llevan el sello indestructible de la verdad.

Las letras os dirán que, donde quiera que exista un hombre que lleve un sentimiento
poético en el corazón y un canto armonioso en la mente, allí se repetirán, como un
modelo de eterna y sublime armonía, los cantos de un pobre ciego, de un mendigo,

111
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

cuya inmortal cabeza no tuvo más dosel que la verde fronda de los platanales de
Smirna, ni su plata holló otro tapiz que el húmedo césped que corre a las orillas de
los arroyuelos. Y este pobre ciego, ese mendigo sin hogar y sin familia que desde
Smirna hasta Crimea atraviesa a pie el llano de Sarabat, con el corazón desgarrado
por el infortunio y la frente cubierta de polvo y sudor era el sublime e inmortal
Homero, que iba a Crimea, la patria de su madre y de sus abuelos, a ofrecer sus
cantos a cambio de un pedazo de pan ... era el padre de la poesía y el hombre de
quien se ha llegado a dudar, si un solo corazón y un solo cerebro serían capaces
de producir tantas armonías, tan grandes y sublimes cantos; como si no fuera
más posible que un solo hombre se elevara en alas de su genio, hasta tocar con
su frente el empíreo mismo, que el que muchos hombres unificándose, pudieran
elevarse hasta allí; o como ha dicho uno de sus biógrafos, el gran Lamartine: ¿cien
Horneros nos serían más maravillosos que uno solo?

Las letras os dirán que ese ciego, que ese mendigo que recitaba los versos
novecientos siete años antes de la era que contamos, y que no llevó en su mano
no la espada conquistadora de los griegos, ni el cetro poderoso de los reyes, nos ha
dejado la más rica y preciosa herencia y un modelo eterno de belleza y armonía.
Las conquistas hechas por su pensamiento fueron grandes e inmortales, como
el alma que las alcanzó.

Las letras os dirán que cuando el hombre después de haber estudiado la naturaleza
física, desde el león, majestuoso rey de los animales que sacude su imponente
melena en medio de los desiertos del África, hasta el animalito imperceptible que
vive escondido entre las grietas de una roca, y desde la palmera que levanta erguida
su tallo colosal, hasta la diminuta planta que crece como un polvillo dentro de
nuestras habitaciones; y después de haber aplicado el escalpelo sobre todos los
cuerpos y el microscopio, sobre todas las plantas, siente aún la necesidad de saber
algo más allá, algo a lo que no puede aplicar ni el anatómico su escalpelo, ni el
naturalista su microscopio, algo que le haga conocerse a sí mismo; y entonces
interroga a las letras y les pide los principios de la filosofía, de esa ciencia del alma,
que tuvo por padres a dos hombres extraordinarios cuyo genio creador dio origen
a casi todas las ciencias. El uno mereció de sus contemporáneos que le llamaran
Divino, y el otro, se ha dicho de él, que su inteligencia es el punto culminante
a que puede llegar el entendimiento humano. El nombre del uno se ha hecho
simbólico para manifestar los sentimientos más puros y espirituales del corazón,

112
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

con el nombre de "platonismo", y el otro ha dado nombre también a una escuela


que es, hasta hoy, respetada por todos los sabios con el nombre de "aristotélica".

¡Qyé grande! Qyé maravilloso es ver el pensamiento, la idea, como queráis


llamarle, de esos grandes hombres, atravesando más de veintitrés siglos y
un sinnúmero de generaciones; y después de haber producido sus frutos
aclimatándose a todas las zonas y adaptándose a todas las épocas; llegar hasta
nosotros vigoroso y lozano, como una flor fragante que acaba de desprenderse de
su tallo, con todo su perfume y sus vívidos colores.

Sería nunca acabar, sería pasar con mucho límite que me he propuesto que tenga
este trabajo, si fuera a dar pábulo a mi entusiasmo y al aliciente que para mí
tiene este tema, a seguir el pensamiento en todas sus grandes y maravillosas
conquistas, y a las letras en su brillante y prodigiosa carrera.

No concluiré sin decir a mis oyentes, cultivad las letras si queréis elevar a nuestra
cara patria al rango que en medio de las naciones civilizadas debe ocupar, tanto
por la riqueza material de su suelo, como por la intelectual de sus hijos; porque
así como la falta de movimiento industrial y de conocimientos mineralógicos
deja ocultos entre los pliegues de sus montañosos terrenos los ricos tesoros
con que ha sido dotada, del mismo modo la falta de movimiento literario y de
instrucción, deja ocultas, entre la sombra de la ignorancia, las inteligencias que
pueden darle lustre e impulsarla en sus progresos.

Cultivad las letras como un precioso tesoro que enriquecerá nuestro país y
que legaremos a las futuras generaciones; ellas tienen el derecho de pedirnos
el contingente que todos estamos obligados a llevar, al gran edificio de la
civilización y ya que nuestros padres nos dieron una patria fundándola en sabias
leyes políticas y administrativas, nosotros estamos en el deber de enriquecerla,
cultivando con anhelo y abnegación las ciencias y las bellas artes.

Dios no le ha dado al hombre de talento esa chispa divina, para que languidezca
y se apague en medio de la inercia y de la indiferencia, sino para que la cultive
en bien de sus semejantes, y para constituirlo como ha dicho un gran escritor,
en colaborador suyo; pero esto no podrá suceder, no sucederá jamás, mientras
las letras permanezcan en esa triste y desconsoladora inacción, en que las

113
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

vemos sumidas hoy; mientras los escritores, esos obreros del progreso, miren
impasibles e indiferentes, absorbidos por un egoísmo temerario e injustificable,
el desequilibrio que resulta en toda la sociedad, cuando el interés general no es
el móvil de todos los que la componen.

Cultivad las letras, en bien de todos los que buscamos en el mundo algo más que
las definiciones del cálculo y las combinaciones bursátiles y mercantiles.

¡Cultivadlas, en fin, si queréis alcanzar la aprobación y los aplausos del mundo


civilizado, y merecer el bien de la humanidad!

Mercedes Cabello de Carbonera

114
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 5

Una cuestión sociológica, 189711

A mi amigo el doctor Christian Dam

Antójaseme hoy discurrir y reflexionar acerca de la cuestión femenina, o "La


ilustración de la mujer", tema asaz controvertido y ya harto empalagoso y vulgar,
dando ese zarandeo de plumas desautorizadas y cursis que le dieron desde largos
años acá.

No importa. Los problemas sociales encierran y encarnan su eterna voluntad


para los que consideran en ellos, no la superficie pasajera, sino el fondo que
actúa y permanece, dando sus funestos resultados.

Y la cuestión femenina hoy es la pertinaz e impertérrita postulante que se


presenta y se impone, pidiendo su solución al estadista, al filósofo y al sociólogo.

Ella sería como la gota de agua cayendo siempre en el mismo punto hasta que
llegue a horadar el mismo [ ... ] fortísimo, levantado por las preocupaciones y
la ignorancia.

Sugiéreme volver a esta controversia añeja y porfiada un libro que, por ser del
ilustre y sabio filósofo francés, Ernesto Renán, precisa, comenta y dilucida
aquello que a la cuestión femenina le atañe.

Memorias íntimas, se titula el libro de M. Renán y de allí copio los párrafos siguientes:

"Se engaña el que cree que tenemos deseos de traer a las mujeres a nuestras
opiniones filosóficas; al contrario, nos gusta que no nos escuchen, amamos su
propósito de no oír lo que debilitaría su resolución heroica. Basta que podamos
suponer que, por una pequeña disimulación, están de acuerdo con nosotros".

11 Cabello de Carbonera, Mercedes. "Una cuestión sociológica'', en El Libre Pensamiento. Lima, 17 de


junio de 1897.

115
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Y en otro lugar dice: "La debilidad, los falsos razonamientos, las ideas estrechas,
la ignorancia, la superstición, nos chocan en el hombre y nos hacen sonreír en la
mujer. Amamos la señal de la cruz hecha con gracioso gesto femenino. No nos
desagrada ver injuriadas y desconocidas por mujeres, las obras viriles nuestras,
porque vemos el sentimiento deslizado de donde procede su desprecio, y esto
nos turba un poco, puesto que por la ciencia estamos seguros de tener razón.

Amamos lo absurdo femenino al mismo tiempo que no queremos que gobierne


el mundo y le imponga demasiado su ley...".

Y no continúo copiando, porque para mi propósito basta lo que dejo trascrito.

En estos párrafos exuberantes de aticismo y donairoso decir, Renán ha sintetizado


admirable y exactamente la engañosa paz por la cual se juzga y considera a esa
mitad del género humano.

Ahí, bien a las claras se vé, la sensualidad que, cual mirada más interpuesta entre
ambos sexos, no le permite al hombre ver sino al objeto de adoración y placer, la
"cosa" deliciosa que no debe llegar al derecho de pensar, de discernir, ¡ni mucho
menos a la posesión de la verdad!...

Sí, allí está sintetizada la mujer "cosa", el objeto de una pasión, el instrumento de
un placer; la mujer bella, pudorosa y amante que el hombre necesita para saciar sus
hambres concupiscentes, y luego arrojarle lejos de sí, como flor marchita e inodora.

Estas son, preciso es decirlo, las deducciones que de tales conceptos se desprenden;
ellas son crueles y deprimentes para el sexo inteligente y amante que, con perfecto
derecho aspira ser no la "hembra" de un "macho", sino la compañera intelectual
y moral del "hombre".

Una mano perfilada y linda que con graciosos ademanes hace la señal de la cruz, y
unos labios sonrosados y voluptuosos, que inconscientemente repiten una oración,
decís vosotros hombres que os parecen cosas seductoras y bellas, ¡sin que os importe
ni os preocupe ese cerebro repleto de errores y entenebrecido de sombras! ... "Con
tal que ella no gobierne el mundo ni le imponga demasiado su ley".

Pero se equivocan lastimosamente los que así piensan.

116
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

La vida tiene una faz tan real y positiva, y en ella la mujer -es decir la esposa
y la madre-, desempeña tan alta e importante misión que, mal que le pese al
hombre, es la mujer la que nos pone la base, el cimiento de todo el edificio social.

Precisa, pues, interrogar e impugnar a los que siguiendo o imitando al autor de


las Memorias íntimas, creen que el error y la ignorancia en consorcio con esa fe
fanática e intransigente, pueden ser bellas y atrayentes "ya que no se les permite
imponer demasiado la ley".

¡Cómo!... ¿la mujer formando los sentimientos del hijo, e imbuyéndole sus ideas,
y la esposa o la amada, predominando en el corazón del hombre e imponiéndole
su voluntad, y desquiciando sus convicciones? ¿no son fuerzas potentes que
gobiernan el mundo e imprimen el rumbo al movimiento sociológico?...

¿Hay acaso en la vida humana, fuerza moral tan incontrastable, como aquella
que se deriva de los sentimientos y las ideas que, junto con el beso maternal se
han inculcado y germinan en nuestra sangre?... No, no las hay.

Y he aquí el punto de donde surgen en la vida social e íntima las luchas, las
desavenencias y desequilibrios. El hogar resulta, pues, como barco gobernado
por dos pilotos que miran hacia puntos opuestos en el horizonte; el hombre ha
estudiado en las ciencias positivas, y ha aprendido en las Universidades, muchas
cosas que son antagónicas de las creencias de su esposa, de esa mujer que, como
la generalidad, continúa adscrita a la tradición, al dogma de creencias nacidas en
los primeros albores de nuestra civilización.

Preciso es decirlo, la mujer hoy, en estas sociedades, vive en plena Edad Media,
en tanto que el otro sexo se aleja moralmente de ella por esa colosal barrera que
la Ciencia ha levantado entre ella y los viejos dogmas del catolicismo.

Un mundo interpuesto entre dos seres destinados a identificarse, a unirse


gloriosamente para formar la base fundamental de la Familia, la Patria
y la Humanidad...

¿Cómo será factible la unión íntima de dos existencias, de dos corazones, con el
divorcio completo de los espíritus, separados por convicciones antagónicas y de
todo en todo contrapuestas las unas a los otros?

117
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

La mujer no ha cambiado sino aparentemente en sus creencias religiosas; las


guarda en el ánfora cerrada de su fe; allí germinan sus errores, sus supersticiones
y fantasías de las épocas medievales de fanatismo e ignorancia. Y en tanto que la
mayoría del bello sexo, se halla sumido en ese misticismo estacionario y paciente;
la generalidad del sexo fuerte se haya contagiado del escepticismo del siglo y no
pocos están engolfados y ahítos de las doctrinas de Büchner, de Schopenhauer,
y por ende son materialistas y ateos.

He aquí, pues, el secreto de la falta de influencia moralizadora de la mujer


en su misión de esposa y madre; sus palabras resultan desautorizadas,
desprestigiadas, no como la noción de la moral positiva, sino como el eco de
una mitología que ha perdido su eficacia y sus misterios, arrebatados por la
Ciencia moderna.

En nuestras sociedades los hombres poco o mucho son algo instruidos, saben
de Astronomía, de Geología, de Antropología, aunque no sea más que, lo que
han llegado a beber en las hojas periodísticas, en el folleto, en el libro leído de
prestado; pues, bien, esa misma versación científica, tanto como las más amplias
que en las Universidades adquieren, es suficiente para revelarles que los libros
"revelados" por Dios mismo, no son más que creaciones fabulosas e imaginativas,
propias de la infancia de los pueblos.

Y no se crea que estas deducciones son antojadizas y escasas de lógica y verdad,


que en tal caso tendríamos derecho a preguntar: ¿Cuál es la causa de que la
moral religiosa de la mujer, no se traduzca jamás en hechos prácticos de la vida
pública del hombre, es decir, del esposo, del amante o del hijo?

¿En nombre de qué moral, de qué doctrina puede ella invocar y pedir, si su fe
infantil e inconsciente, es mirada con desprecio, o compasión, por carecer de
la fuerza avasalladora que es inherente a toda verdad? ... Y la mujer a su vez
considera con horror e indignación las ideas librepensadoras del otro sexo.

Y así vemos que, al mayor misticismo de la esposa, responde la mayor relajación del
sentimiento moral del esposo, manchado por culpas gravísimas en la vida pública.

Sí, cierto, porque este mutuo desprecio, esa disparidad, se realiza en el seno mismo
del hogar, entre los cónyuges que en apariencia viven marital y amorosamente;

118
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

pero en verdad hállanse moralmente divorciados, y tan alejados de su conjunción


espiritual, como si una infranqueable muralla los separara.

Este desequilibrio y desemejanza en la fe y las creencias de ambos sexos,


parécenos a primera vista, uno de aquellos inmensos males de la vida social, cuya
índole los hace irremediables e indestructibles.

Sí, puesto que, para salvarlos sería necesario que las sociedades pudieran poseer
la virtud de ser regresivas, si así puede decirse, para volver a las épocas de la fe
ciega, sencilla e inexperimentada; de tal suerte, que los dos sexos no discrepen un
punto en sus creencias y lucubraciones.

Y puesto que todas las ciencias modernas, todas las teorías nov1S1mas, son
antagónicas y contradictorias de las dos más fundamentales, de todas las
doctrinas nacidas en Oriente, y que llevan en sus orígenes las creencias en lo
sobrenatural y sobre-humano; precisa que la mujer vea la opuesta faz, la luz que
irradia la ciencia moderna.

Necesario es decirlo, mientras uno de los dos sexos sea el único poseedor
del caudal científico y filosófico y beba solo él de las fuentes regenerativas y
restauradoras del "saber" y "conocer';; en tanto que la mujer permanezca cual si
fuese una bella estatua, lujosa, alegre, voluptuosa, con la mirada vuelta siempre en
el pasado, hacia lo oscuro y misterioso, para recibir de allí sus inspiraciones y sus
convicciones; mientras tal situación permanezca, la mujer no ejercerá influencia
moralizadora en el hombre, ni éste la mirará sino como objeto de placer y lujo.

¿Qyé remedio para este mal?, .. Uno solo: ilustrar a la mujer.

Mientras las mujeres sean ignorantes y fanáticas, los hombres serán escépticos
e inmorales.

Mercedes Cabello de Carbonera

119
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Texto 6

Los exámenes
En el Colegio de la Señorita Elvira García y García,189812

Ayer tuvimos la íntima satisfacción de asistir a los exámenes del "Liceo Fanning"
que la ilustrada y eximia maestra García dirige.

Yo escuché los exámenes con asombro y satisfacción.

Principió la clase de francés: enseñanza y práctica en la que las niñas lucían sus
habilidades para escribir correctamente el idioma de Víctor Hugo, y muchas
hasta lucían esa pronunciación gutural, propia de los hijos de aquel hermoso
país. Con un ameno trabajo, la señorita García convirtió a sus niñas criollas en
Madeimoselles muy comme ilfaut.

Terminadas las clases felicité a las señoritas Luzmila Santa María y Natalia
Saco, lo mismo que a la otra, Villanueva, y muy especialmente merecieron
mis aplausos entusiastas las señoritas Juana Mariátegui, Enriqueta Erquiaga y
María Mola Mora. Estas distinguiéronse muy mucho en Historia Antigua y
en Filosofía. A todas las besé y abracé con efusiva expansión de mi sentimiento.
Premio bien pequeño ciertamente, dado que yo hubiera querido darles una
medalla de oro cuando menos.

Siguió luego la clase de Historia Antigua [y] de la Edad Media, y las niñas
con la soltura y la convicción de un hombre que sabe lo que dice, hablaban
refiriéndose a la época del feudalismo y de la corrupción del clero, de ese clero
sensual, ignorante, corrompido del que todavía nos quedan abundantes muestras
que, como los lepidópteros carcomen nuestro edificio social, y con expresión
simpática, que contrastaba con los horrorosos temas que trataban y con los
estragos causados por el fanatismo religioso, que regó de sangre humana y arrasó
las poblaciones de Oriente, dejando en la historia la huella más horrible y odiosa
de la maldad humana; y luego hablaron de la Inquisición, de esa mancha de sangre
12 "Los exámenes. En el colegio de la Señorita Elvira García y García'', en El Comercio, 15 de enero, 1898.

120
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

humana, que la sucesión infinita de los siglos no podrá borrar jamás; y mientras
las bellas y simpáticas niñas hablaban así, yo pensaba y reflexionaba, ¿cómo se
expedirían los hijos de Loyola, y las madrecitas de gorra "alona", para hablar a las
niñas de esas fechorías que sus fundadores y muy amados padres cometieron ... ?
Ya me lo supongo. El papel aguanta todo; y como dice el sabio Sairent, lo que no
pueden ocultar lo suprimen, y lo que es fuerza decir lo desfiguran.

Pero sigamos adelante, que aun falta la parte más bella, más importante del
examen: la clase de Fisiología.
Yo diría que la Fisiología es la ciencia por excelencia de la mujer.

Ella le enseña a la madre, cuando apenas siente los primeros latidos del hijo
que lleva en las entrañas, la influencia que las impresiones de la madre ejerce
sobre el hijo; ella le enseña, cómo el músculo débil del niño puede cambiarse
por medio del ejercicio, en músculo fornido, cual si fuera de acero fundido;
ella, a la madre previsora, le señala la época de la pubertad del niño; época
peligrosísima en que la ignorancia y el descuido de las madres conducen a los
hijos a la idiotez o a la insanidad.

Y todo esto, dígale Ud. a una monja qué debe enseñar a una niña, como última
palabra de su educación.
¡Una monja enseñando Fisiología...! ¡Qyé ilusión... ! ¡Qyé sarcasmo para la
moral social ... !

Pues yo con mi carácter siempre independiente a los tradicionalismos y a las


mojigaterías de los timoratos, habléles a las niñas de la siguiente manera:
-Señoritas, fíjense U. U. mucho en esta ciencia, llegará un día en que ustedes se
casarán, serán madres y necesitarán saber cómo se forma un hombre.

No hay que decir que este leguaje causó grande hilaridad en mi público
infantil; pero luego volvieron en sí, con ojos asombrados y llenos de ansiedad
escucharon mis palabras:

-Sí -les dije- ustedes son como las obreras de la humanidad. Las
sociedades humanas se parecen mucho a las colmenas de las abejas: las
hembras son las obreras más importantes.

121
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

De la ociosidad e ignorancia del hombre, resultan males pasajeros y remediables en


la vida social; de la ociosidad e ignorancia de la mujer, resultan males trascendentales
que se trasmiten por las leyes de la herencia de una a otra generación.

Ojalá que mi palabra tuviera gran autoridad sobre los padres de familia, ojalá
que los conventos de monjas se quedaran en acefalía. De allí sale la mujer que
en nuestras sociedades es como la valla invencible que se opone a todos los
progresos de la civilización.

De allí sale la mujer vacÍá, vanidosa y rezadora inconsciente que lleva la más
horrorosa anarquía al hogar paterno; pues sucede que un hombre librepensador
se encuentra al lado de una hija fanatizada y dominada por el cerebro del
confesor, más bien que por el consejo cariñoso de su padre.

La religión no debe enseñarse en los colegios; dado que el hijo debe ser obediente
y sumiso a los mandatos paternales.

De esos colegios de monjas salen las mujeres ociosas, egoístas, que aman los
salones más que el propio hogar.

De allí salen las que regalan a Monseñor Macchi -sin duda por lo buen
mozo y galante que es- una cruz de brillantes que ha costado más de cinco
mil soles, cuando Lima está poblada de niños anémicos que por causa de
su mala alimentación, nacen raquíticos y se convierten en seres inútiles e
improductivos en la vida social.

Después de esta peroración mía, he sabido por la misma señorita García que
las niñas decían: ¡Qyé cosas tan buenas nos ha dicho la señora Cabello! ¿Y
cómo nadie nos ha dicho todo eso? ¡Qié buena es, cómo quisiera yo que ella
siempre viniera por aquí!

Sí, amadas niñas mías; yo estaré siempre con vosotras, ¡es decir mi espíritu!
Porque desde Europa o América, yo vigilaré, y os traeré los mejores métodos.
¡Y aunque termine mi misión oficial, yo me consagraré siempre con todas mis
fuerzas intelectuales a la educación de la mujer. Supremo ideal de mi vida que
espero realizar antes de caer a la tumba convertida en polvo! ...

122
.....---

ANTOLOGÍA DE TEXTOS

¡Qyé hermosa, caritativa y humanitaria es la religión de las señoras de la


celebérrima Unión Católica, que yo había de llamarlas "Unión de la Ignorancia,
del Fanatismo y de la Perversión"!

Ser religiosa con un Delegado como Macchi... confieso que merece la pena de
entusiasmarse y hacerse muy beata y muy adicta a la iglesia romana.

Hasta los que no tenemos fe en la eficacia de sus bendiciones, seríamos capaces


de besarle la esposa que lleva en su linda mano. Mano delicada, blanquísima, que
está revolando, que jamás tocó ningún instrumento de trabajo, ni aún la pluma.

Eso, allá para los que pertenecemos a la burguesía, nos quedamos los unos pensando
y meditando en la manera de servir mejor y más eficazmente a nuestros semejantes.

Y volviendo a las madres de los colegios de Lima, he de apuntar una observación


que otras señoras también hicieron.

Las madres de los colegios manifiestan, sin embargo, su acentuada predilección


por los padres de familia ricos, y por qué ellas llevan la alta y baja fortuna pública.

Un comerciante de alta categoría puede ser que se equivoque en eso de calcular


la fortuna de un amigo; una madre no se equivoca jamás. ¡Vaya! Si se ha de
equivocar en lo que constituye su propia hacienda...

Las señoras ricas obtienen de las madres toda suerte de atenciones y deferencias,
por el contario, las madres de familia pobres, así sean más virtuosas que Santa Rita,
son allí miradas como el perro sarnoso del cual huimos temiendo el contagio.

¡Hermoso ejemplo de caridad cristiana... !

En la honrosísima misión que el ilustre Gobierno del progresista Presidente


señor de Piérola me ha encomendado, yo me propongo destruir la educación
dada por frailes y monjas.

Qye sigan ambos en aquel torneo celebérrimo, que mi querido amigo El Tunante,
¡tunante había de ser! ha descubierto que tiene a todo Lima, con suma gracia,
tocando el violín.

123
TERESA GONZÁLEZ DE FANNING
(Nepeña, 1836 - Miraflores, 1918)

Fuente: Del olvido a la memoria. Mujeres peruanas 1860-1930.


Historia gráfica. Lima: Movimiento Manuela Ramos, 2003.

125
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 7

Educaciónfemenina, 189813

Suponiendo terminado el período candente y apasionado de este asunto que


tanto ha exaltado los ánimos, vamos a emitir algunas ideas al respecto; con el
derecho que nos dan diez y seis años de profesorado y un constante trabajo en
pro del mejoramiento de la educación de la mujer.

Desligadas de toda injerencia directa ó indirecta en los actuales colegios,


protestamos por ser recta nuestra intención y bien ajena á todo mezquino
interés personal.

A juicio nuestro la cuestión en debate puede plantearse en estos términos:

¿Conviene más á la mujer la educación que se le dá en los colegios de monjas ó


la que recibe en los colegios laicos?

Un escritor nacional ocupándose de la instrucción dada por religiosos, dice:

"Siendo estos servicios -los de las monjas-verdaderamente útiles á la sociedad


en lo que se refiere á la mujer, tanto bajo el aspecto de la parte moral y doméstica,
cuanto en materia de instrucción; asunto en que casi debemos estar satisfechos,
teniendo muy poco que desear".

Y luego continúa:

"En los colegios de hombres no podríamos decir otro tanto en materia


de instrucción; pero sí en el ramo de 'educación del carácter'; punto que los
sacerdotes vienen estudiando desde hace veinte siglos, siendo en este sentido muy
fuertes y sin competencia. Sus prevenciones contra la ciencia, sus distingos en

13 Esta serie de artículos fue escrita con motivo de uno publicado por la Sra. Cabello de Carbonera
y combatido por la Sra. Larriva de Llona y otros escritores nacionales. Publicada después como
Educación femenina. Colección de artículos pedagógicos, morales y sociológicos. Lima: El Lucero, 1905.

127
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Filosofía y sus propósitos conservadores, los hacen desgraciadamente opuestos á


la índole de las modernas sociedades, esencialmente democráticas, progresistas y
adoradoras de la ciencia y del libre examen''.

Justas y acertadas encontramos las apreciaciones del doctor Capelo, autor de las
citadas líneas, en todo lo que se refiere á la educación é instrucción del hombre;
pero diferimos de su opinión en lo que á la educación de la mujer atañe; y más
en lo relativo á la instrucción. Si esta, es decir, la instrucción que los religiosos
dan al hombre, es deficiente por las fundadas razones que expone, lógico es
suponer que de los mismos defectos adolece la que en institutos semejantes
recibe la mujer. La verdad es una: y la mujer, como ser inteligente, tiene derecho
á ella al igual que el hombre. Apenas si podría tolerarse -pero no es tal nuestra
opinión- variante en la cantidad, mas nunca en la calidad. En los albores del
siglo XX no es admisible: que haya ciencia "esotérica" y "exotérica": ni que la
mitad del género humano quede estacionaria mientras la otra mitad avanza.
Viajeros que se dirigen al mismo punto y que juntos tienen que hacer igual
camino, no es sensato pretender que el uno vaya provisto de mullidas ropas de
abrigo que le sirvan de escudo contra la intemperie; en tanto que su compañera
las lleve tan livianas que quede expuesta á todas las inclemencias del clima.

Tenemos por cierto -y nadie pretenderá desmentirnos-, que la educación,


para que sea buena ha de estar basada en los principios de una sólida moral que
inculque en el educado constante decisión por el cumplimiento del deber; y que
la instrucción tenga por objetivo no solo la posesión de la verdad y la adquisición
de útiles conocimientos, sino que estos sean asimilables al medio social en que
está destinado á vivir; proveyéndolo de los recursos conducentes á resolver los
problemas que en la vida práctica han de presentársele.

La mujer, destinada por la naturaleza para formar parte de la sociedad y de la


familia, de hija pasa unas veces a ser esposa y madre; otras, que acaso son las más,
emprende sola la lucha por la existencia llevando a cuestas el sambenito de la
soltería. En el primer supuesto: ¿cómo las monjas que abjuran de la familia, del
matrimonio y de la sociedad, podrán educar hijas sumisas y cariñosas, esposas
ejemplares y buenas madres de familia? Eso equivale á pretender que un ciego
enseñe la pintura ó un sordo el canto. Si lo segundo, ¿cómo inculcarán en sus
educandas el temple de espíritu, la expedición y el acierto para gobernarse en los

128
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

casos difíciles, y aún en los ordinarios, las que huyendo de las tempestades de la
existencia se han refugiado á orar tranquilamente en el santuario?

Absurdo es esperarlo.

Y es en los colegios de monjas donde se educan las hijas de nuestras más


distinguidas matronas; y, por imitación, muchas que pertenecen á la clase media y
aun al pueblo; creyendo erradamente las madres que tal hacen, que así introducen
á sus hijas en la buena sociedad, y procurándoles en efectivo abundante cosecha de
desdenes y decepciones en el presente y mayor, si cabe, para el porvenir.

Todas convienen, por lo menos, en que la instrucción que se da en los colegios


de monjas es larga, tardía; pero ante tal observación no ha faltado persona de
elevada posición social que nos dijera: "Ya es una costumbre establecida que
las niñas estén en el colegio hasta los dieciocho años ó más; ¿qué haríamos con
ellas en la casa, en una edad en que todavía no deben presentarse en sociedad?
Ellas mismas se fastidiarían; en tanto que en el colegio, se entretienen con sus
condiscípulas y se acostumbran al orden, al método; que no es posible tengan
en la casa". ¡Una hija fastidiarse en su propio hogar, al lado de sus padres
y de sus hermanos!. .. ¡Una madre que se declara incompetente para dar la
educación doméstica á su hija!. ..

Otra señora -y conste que estos son hechos auténticos- se lamentaba de que sus
hijas, después de varios años de estar en el mejor colegio de monjas, no hubieran
aprendido sino á rezar; cosa, decía que también ella podía enseñarles. Siquiera se
reconocía competente para esto: ya es algo. Sin embargo, á la vez que reconocía
el atraso de sus hijas y que solicitaba que recibieran lecciones, que las adelantaran
durante las vacaciones, se proponía, después de ellas, volverlas al mismo colegio
fundándose en que "allí no tienen que pasar la calle".Tal es la necia frase sacramental.
Como si destinaran á sus hijas á vivir encerradas en el claustro. Por lo demás, las
niñas pasean bien libremente cuando no es cuestión de ir al colegio.

Pero la razón de más fuerza en que fundan su predilección los panegiristas de la


educación monjil es, "que allí se les enseña muy bien la religión''. Y hoy ninguna
niña de buena familia hace su primera comunión, sin pasar antes varios días
preparándose en algún colegio de monjas...

129
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Ocurre hacer dos preguntas: l.º Antes de que hubiera congregaciones docentes
en el Perú, ¿quién se encargaba de la instrucción religiosa de las niñas? 2.º En los
colegios laicos, ¿no se da, ó acaso se da incompleta la enseñanza religiosa?

A la primera contestaremos que antes de que se fundara el colegio de Belén


que fue el primero de su género que hubo en Lima, nuestras madres, desde
que sus hijos empezaban á balbucir algunas palabras, les enseñaban á recitar
las oraciones y les inculcaban con la palabra y con la acción, la idea de Dios
y el sentimiento religioso; teniendo después por colaboradora a la maestra; y
no creemos aventurado asegurar que, si bien no existían tantas hermandades
y congregaciones, si todavía las viejas advocaciones de la Virgen de Mercedes,
del Carmen y del Rosario, no habían sido sustituidas por las modernas de
Lourdes, del Perpetuo Socorro, del Buen Suceso, del Rosario de Pamplona,
etc.; cuando San Agustín y los Santos Apóstoles no les habían cedido el
puesto á Santo Tomás de Villanueva, á San Onofre y á San Expedito, entonces,
decimos -tal vez será senil manía que siempre pretende que fueron mejores
los tiempos que pasaron- pero nos parece que había entonces piedad más
sólida; más acendrada virtud. Sin descuidar los deberes religiosos, se atendía
mucho á los domésticos, por aquello de que "primero es la obligación que la
devoción"; principio de buen gobierno doméstico que se ha sustituido por
el de que "cuando Dios nos llama, es permitido desobedecer y abandonar á
los padres": máxima que, excepto raros y fenomenales casos en que apenas
cabría aplicarla, en los más es un mal encubierto pretexto para quebrantar el
cuarto precepto del Decálogo; y principio disolvente que mina por su base la
paz y la unión de la familia.

En cuanto a la instrucción religiosa que se da en los colegios laicos, bastará


decir que aparte del acendrado fervor que distingue por lo general á la
mujer peruana, las Directoras de colegio están obligadas á seguir el P lan de
Estudios que prescribe la enseñanza de los cursos de Catecismo, Religión,
Historia Santa, Vida de Jesús é Historia Eclesiástica. Además, las internas
son llevadas á misa en los días de precepto; y raro será el colegio en que no se
las acostumbre á rezar el rosario y á alguna otra devoción. De suerte que en la
parte moral y religiosa, en la que pudiéramos llamar la parte psicológica de la
educación, no recocemos que haya superioridad en los institutos monacales
sobre los laicos.

130
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

En cuanto al desarrollo y cultura de la inteligencia, la experiencia de muchos


años y la asistencia á exámenes en varios colegios laicos, nos han dado el
convencimiento de que la enseñanza que en ellos se da es por lo general más
completa y más pronta; siendo por consiguiente más económica y, lo que es más
importante, más adaptada á nuestras costumbres y necesidades: es más peruana.

Últimamente preguntamos á una niña que se educa en colegio de monjas, acerca


del sistema decimal; y, recitándonos su texto francés, nos dijo que la unidad
monetaria es el franco.

De un folleto publicado en 1886 por don Ricardo Palma, refutando un texto de


Historia del Perú escrito por el padre Cappa, tomamos las siguientes líneas que
dan una idea del espíritu y tendencias de la obra que, al menos entonces, servía
de texto de enseñanza para niños peruanos.

"¡Valiente historia la que el padrecito pretende enseñar á nuestros hijos! Los Incas,
bárbaros opresores dignos de ser condenados; el coloniaje, todo bienandanza
y todo tratarnos con excesivo mimo (pág. 16) la República, una vergüenza;
los próceres de la independencia, ambiciosos sin antecedentes, y verdaderos
monstruos; la Inquisición una delicia cuyo restablecimiento convendría; la
libertad de imprenta una iniquidad; Bolívar, San Martín y Monteagudo; tres
peines entre los que distribuye los calificativos obsceho, cínico, pérfido, alave,
inmoral, malvado, y sigue el autor despachándose á su regalado gusto; el padre
Cisneros, un impío; el canónigo Arce, un blasfemo; Mariátegui, un libérrimo;
Luna Pizarro y Rodríguez de Mendoza, sembradores de mala semilla; nuestro
clero, tratado con menosprecio; nuestra sociedad de Beneficencia, satirizada; en
una palabra, toda nuestra vida independiente no significa para el padre Cappa
sino retroceso, corrupción y quizás barbarie".

Hace pocos días se publicó en los periódicos un discurso del Director del colegio
de los padres del Espíritu Santo en que hacía valer el sentimiento de "amor a la
Francia'' que inculca á sus discípulos. El amor á la patria brota vigoroso en los
corazones, y es natural que el maestro francés enseñe á sus discípulos á amar á la
Francia, como el peruano lo enseñará á amar al Perú.

Como estos, podríamos citar otros tantos ejemplos; pero á nuestro propósito
basta con lo dicho.

131
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

No se crea que deprimimos y hacemos sistemática oposición á los maestros


europeos en general; nada menos que eso: reconocemos la ilustración y el
mérito individual de muchos: los creemos factores útiles para la gran obra de la
educación de la infancia, siempre que no actúen en grupos aislados y relativamente
independientes; porque en tal caso el maestro francés, inglés ó alemán, enseñará de
preferencia la historia y la geografía de Francia, Inglaterra ó Alemania y el amor al
suelo donde nació: si es sacerdote ó monja, todo lo pospondrá al acrecentamiento
del culto, de la Iglesia y de la congregación de que forme parte. Para esta serán los
provechos que de la enseñanza obtenga; y lo que no sea estrictamente necesario
para impulsar el negocio se irá en buenos giros para Europa.

Tal vez la palabra "negocio" parezca mal sonante cuando se trata de comunidades
religiosas; pero á la vista están las valiosas fincas que las congregaciones docentes
poseen en Lima; y nadie ignora que cada una de estas congregaciones es
sucursal de otra europea á la que le es obligatorio remitir fondos. Y, ¿cómo no
lo será cuando hasta instituciones de muy distinto género, como es la de "Las
Conferencias de San Vicente de Paúl" tiene que enviar á Bolonia una parte de
los fondos que colecta para aliviar la miseria de las familias indigentes?

Frecuentemente nos llegan desconsoladoras noticias acerca del inconcebible


estado de ignorancia y embrutecimiento de la mayoría de los habitantes de
nuestras serranías, y en tales ocasiones no podemos eximirnos de hacer penosas
reflexiones acerca de las innúmeras asociaciones religiosas de ambos sexos que
se acumulan en Lima y que tanto bien podrían hacer si se propusieran redimir
á tantas víctimas de la ignorancia y de las supersticiones más groseras; á tantos
seres que de cristianos apenas tienen el nombre; pues sus creencias y sus prácticas
se acercan más al grosero y sensual paganismo que á las espirituales creencias
evangélicas; á seres que embrutecidos por el alcoholismo y por el ocio, tienen
de humanos apenas la figu ra. Pero de esta misión redentora y verdaderamente
evangélica y civilizadora, solo los RR. PP. Descalzos se han encargado:
únicamente ellos, armados con la cruz y la azada, abren caminos en nuestras
selvas; atraviesan ríos caudalosos; y, exponiendo sus vidas, llevan regueros de
luz á esos recónditos lugares y ganan para la República, para la civilización y
para el Cristo, á los que poco antes se confundían con las fieras de los bosques.
Desgraciadamente esos abnegados obreros del bien son muy pocos para llevar á
cabo la inmensa labor que queda por hacer...

132
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Volvamos á los colegios de Lima; á la educación de la juventud.

Aunque al empezar estas páginas solo nos propusimos ocuparnos de la


educación de la mujer, ocasionalmente y como un medio de reforzar nuestros
argumentos en favor de la enseñanza nacional, haremos notar el escaso fruto
que, salvo raras excepciones, diera la educación de niños peruanos en Europa.
Cualquiera puede, registrando sus recuerdos, constatar la exactitud de esta
aserción. Ciertamente no es de los que pasaron la niñez y la primera juventud
en Europa, de donde han salido los hombres que por su patriotismo, por su
ilustración y su talento, han ensalzado el nombre peruano: no es de entre esos
que han salido los Grau, los Bolognesi, los Ureta, los García Calderón, los
V illareal, etc., etc. Esos, por lo general, al volver después de algunos años de
ausencia, se encuentran con que han perdido á sus amigos de la infancia; con
que los lazos de la familia se han debilitado; con que en fin sus costumbres
y sus aspiraciones son tan distintas, que casi resultan ser extranjeros en su
propia patria á la que tal vez desdeñan encontrándola atrasada y mezquina al
compararla con las naciones del viejo mundo.

La educación europea es como las plantas exóticas que es menester adaptar al


clima y al suelo donde se trasplantan: entonces puede dar óptimos frutos: como
lo prueba entre otros casos «El Instituto de Lima» en sus dos etapas: servido por
maestros alemanes y peruanos y vigilado por un grupo de ilustrados padres de
familia que velan por el adelantamiento de sus hijos.

Un caso de actualidad viene á confirmar nuestras apreciaciones: un caballero


tan juicioso como ilustrado, y que pertenece á nuestros más elevados círculos
sociales, después de varios años de residencia en Europa, resolvió regresar con su
familia al Perú; fundándose, se nos dice, en que en Europa no hay porvenir para
los jóvenes americanos; y que sus hijos debían habitar en su propio país. Como
alguien le observara que, ¿dónde los educaría? contestó juiciosamente:

- "S e educaran ' "


, donde me eduque yo .

Seguro es que si esos jóvenes después de haber adquirido sólida instrucción y


de haber aprendido á amar á su patria peruana, vuelven á Europa, estarán más
aptos para apreciar y asimilarse los progresos de la ciencia; y sí en la comparación
encuentran pequeño y atrasado al Perú, no por eso lo desdeñarán; antes bien

133
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

trabajarán porque sobre él irradien los rayos del foco luminoso de la civilización
que hoy tiene su asiento en las naciones europeas.

Por desgracia, no abundan los padres como el de que nos venimos ocupando.
Todo el que puede, manda sus hijos á educarse en Europa; aun cuando después de
una dolorosa separación é ingentes gastos regresen á la patria casi tan ignorantes
como lo eran al partir...

A las mujeres rara vez se las manda á educar en Europa: á esas se las encierra
en los colegios de monjas donde solo les es dado ver á los suyos una vez en el
mes ó recibir en el salón la visita de algún deudo en los días y horas en que
lo permite el reglamento del colegio. Al principio, sufren las niñas al verse
aisladas entre gente extraña en un medio ambiente para ellas desconocido;
poco á poco el hábito amortigua esa especie de nostalgia del hogar, y cuando
después de cuatro, seis, ó más años, regresan definitivamente á él, es á costa
de un nuevo desgarramiento: las condiscípulas y las madres forman ya su
verdadera familia: á ellas las ligan estrechos vínculos diestramente sostenidos
por medio de visitas y fiestas devotas que ocupan la mejor parte de su tiempo;
hay que preparar flores, bordados y costosos adornos para el altar, para la
imagen predilecta; es preciso, y en ello se interesa la juvenil vanidad, es preciso
salir airosa en la lucha de destreza y de generosidad que se establece entre los
diversos grupos devotos ...

Y, mientras esto pasa con las niñas y probablemente también con los niños
educados por religiosos, ¿cuál es la suerte que les toca á los maestros peruanos?
La Rosa Toro, después de emplear sus mejores años en derramar luz en
cerebros infantiles y formar ciudadanos, muere sin legar á los suyos bienes
de fortuna. Goitizolo, otro mártir de la enseñanza, se libra de la miseria
mediante una pensión que le acuerda la Beneficencia; la muy estimable
señora María Rivas, arrastra una vejez llena de privaciones hasta que la
muerte pone término á su martirio; ¡y como estos hay tantos que han corrido
ó corren idéntica suerte! Tantos que, llenos de ciencia y de buena voluntad,
como Robles y como Cabrera, sostienen dura lucha para llevar el pan á sus
hijos! ¡Largo; muy largo es el martirologio de la enseñanza! Jornaleros de la
inteligencia, apenas si ganan el sustento del día sin que les sea dado guardar
reservas para la vejez.

134
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Cada año expide el Concejo Provincial de Lima, de ciento á doscientos diplomas


de profesoras: esos diplomas representan el asiduo trabajo de algunos años y
con frecuencia las economías de la familia que de esa suerte cree asegurado el
porvenir de sus hijas y el descanso de su propia vejez; pero, excepción hecha de las
pocas que logran un puesto de directora ó de auxiliar en las escuelas municipales,
las restantes, ó bien alquilan sus servicios á vil precio, ó encarpetando su inútil
diploma apelan al matador recurso de la costura. Si alguna, porque dispone
de medios para ello, se decide á fundar colegio, también tiene que sufrir un
verdadero vía crucis. Vanos serán sus esfuerzos para hacer progresar á sus más
distinguidas discípulas: pronto llegará el día en que se vea despojada de las que
constituían su justo orgullo. Con el banal y manoseado pretexto de que "están
grandes para pasar la calle", serán trasladadas á colegios de monjas donde otras
cosecharán los frutos de sus desvelos.

Amargada y llena de decepciones, la maestra peruana no obtiene m aun


la compensación de la gratitud; porque esas niñas de cuya inteligencia
descorriera ella los primeros y más tupidos velos, al pasar al colegio de monjas
se avergüenzan de su antigua intitutriz y de su primer colegio: es, dicen, la
escuelita donde aprendieron á leer ...

La maestra peruana consume sus modestos ahorros en preparar lúcidos exámenes


que pongan de manifiesto ante los padres de familia y ante el público, los progresos
que, mediánte sus esfuerzos han hecho sus discípulas durante el año; esfuerzos que
suelen ser premiados con el vacío durante las actuaciones, y un lleno completo el
día de la fiesta de la distribución de premios. Las monjas no se dan esa pena: ellas
mismas á puerta cerrada, examinan á las niñas y les adjudican los premios. A la
distribución de estos, sí, suelen ser invitados los padres de familia que miden los
progresos de sus hijas en razón de los premios obtenidos.

Todas las cargas y desventajas son, pues, para la maestra peruana; porque la
moda, más ciega que el mitológico Dios del amor, quiere que la mujer sea
educada por monjas. Si de este capricho solo resultaran perjudicadas unas
cuantas centenas de mujeres que empeñosas buscan el modo de abrirse camino
en el áspero brezal de la vida, siempre sería de lamentarse; ¡pero cuánto más lo
es ante la consideración de que la educación de la mujer es la base sobre que se
alza el edificio social! De ella depende la suerte de la familia, ese laboratorio de

135
LAS MUJERES y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

hombres, de donde han de salir los ciudadanos que den lustre á la patria ó que
la hundan en el abismo del retroceso.

II

Vamos á continuar el trabajo que hemos comenzado, relativo á la educación de


la mujer, alentadas por la favorable acogida que ha merecido nuestro primer
artículo entre la mayoría de las personas juiciosas y bien intencionadas; y sin
tener en cuenta cierta nota discordante con que, munidos con el antifaz del
anónimo, los que se creen perjudicados en sus intereses han desahogado su bilis
en insultos que no alcanzan á herirnos y que nada prueban en contra de nuestros
asertos, sino que más bien los confirman. El insultar y torcer con argumentos
capciosos las ideas vertidas con recta intención, es usar armas de mala ley, que
dan la medida justa del valer moral de quien las emplea. El guante así arrojado
no se recoge; se pisa. El propio respeto nos veda que les dispensemos el honor de
prestarles atención á esos desleales contrincantes, de quienes ya nos guardaremos
de volver a hacer mención ...

Antes lo indicamos y hoy insistiremos sobre el mismo punto: la base más sólida
de la educación de la mujer, y mejor diríamos del ser humano, es la moral. La
moral que es una y la misma en todas las naciones que gozan de los beneficios
de la civilización cristiana: ya sean católicas ó ya pertenezcan á cualquiera de las
sectas comprendidas bajo la denominación de protestantes. ¿Qyién pondrá en
duda la moralidad de la anglicana Inglaterra ni en la luterana Alemania?

La moral cristiana en cierto modo está compendiada en el doble precepto del


Decálogo: ''Ama á Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como á ti mismo". Si
cumplimos estrictamente nuestros deberes para con Dios y para con nuestros
semejantes, raro será que no llenemos los que á nuestra individualidad se refieren.
Tanto es así que se ha erigido como la más segura regla de conducta, la máxima
de: "Haz á otro lo que quieras qué te hagan á ti". Cuán bien marcharía la sociedad,
si las madres, esas cultivadoras de hombres, arrancaran de los tiernos corazones,
de sus hijos cuanto á esas máximas se opone; como el solícito labrador arranca de
su campo las yerbas parásitas que consumen los ricos jugos de la tierra.

Tenemos observado que para muchos padres y aun para algunos seudo­
moralistas; el punto culminante, el interés capital cuando se trata de la educación

136
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

de la mujer, es preservarla por medio del aislamiento, más que de la vigilancia,


de todo lo que pueda sacarla de la feliz inocencia de la infancia. Aplaudimos ese
celo mas no la manera de ejercerlo; pues no parece sino que para esos padres
y educacionistas, el Decálogo solo constara de un precepto: el sexto; y que
solamente hubiera un pecado capital digno de tal nombre. Con tal de que sus
hijas se conserven castas, y á su juicio inocentes, hacen caso omiso de que sean
soberbias, egoístas, vanas, envidiosas; que tengan en fin, todos los otros defectos
que endurecen el corazón y vician el carácter.

El indiscreto y exagerado celo que de ordinario se despliega para conservar


la inocencia femenil, y que suele dar resultados contraproducentes, parece
ser una reminiscencia, una especie de atavismo de las costumbres orientales
injertadas en nuestras venas con la mezcla de sangre árabe de la raza española.
Por un original contraste se les despierta a los niños la malicia y se pretende
luego alejarlos de sus consecuencias. Aun no han mudado los primeros
dientes y ya se les habla de novios: "Fulanito es tu novio; con él te vas á
casar". Estas y otras frases análogas que alejando á la niñez de los sencillos
juegos de la infancia despiertan en ella una precocidad malsana, son de uso
corriente en las mismas familias que después encierran á sus hijas en colegios
de Monjas "para que no pasen la calle". Se quiere retener la pelota después de
lanzarla. De esa suerte las niñas, de suyo curiosas é indagadoras, impulsadas
por el atractivo de lo prohibido, ponen en juego todos sus recursos para
conocer y escudriñar lo que tan afanosamente se les oculta; y adquieren por
lo menos la ciencia teórica del mal en el trato con las condiscípulas "más
ilustradas", cuando no por medio de las mercenarias mujeres del servicio
doméstico; resultando, en efectivo, algo semejante á hermosos duraznos que
tienen el corazón agusanado.·

La vigilancia maternal debiera ser constante; pero ejercida con tal prudencia,
que sea para la infancia como una atmósfera moral que la envuelva sin dejarla
sentir la presión que sobre ella ejerce. Lo mismo que en relación con la edad
se le gradúa el alimento para favorecer sin peligro el desarrollo físico, debe
también graduársele el conocimiento de la ciencia de la vida enseñándole
el modo de conocer y evitar los escollos que han de obstruir su camino;
conquistando á fuerza de solicitud y ternura el papel de amiga y confidente
que tan inconsideradamente suele abandonar.

137
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Sumo tacto debe presidir á la elección de maestra, de confesor y de amigas


para las niñas. La experiencia ha demostrado que no siempre en las aulas y en
el confesonario se enseña la buena doctrina; y harto conocidos son los males
que acarrea una amistad inconveniente.

La madre puede compartir la dirección de la enseñanza moral de sus hijas, mas


nunca abdicar de ella; y á nadie debe ceder el primer puesto en tan delicado cargo.

El internado de las niñas en esos grandes colegios donde se reúnen 150 ó


200 alumnas, afectadas no pocas de ellas de graves enfermedades morales
adquiridas por el ejemplo, por la herencia ó por el medio ambiente en que les
tocara vivir; equivale á exponerlas á inevitable contagio por mucha que sea
la vigilancia de las profesoras. Los padres, que tan celosos se muestran por
conservar la inocencia virginal de sus hijas, obrarían prudentemente si hicieran
de suerte que al formar un nuevo hogar no conocieran ellas otro que el de sus
padres. La maestra debe ser la colaboradora, nunca la suplantadora de la madre
cuyos deberes y derechos son intransferibles.

Más delicada, si cabe, que la elección de colegio, es la de confesor. No todos los


que visten hábito talar reúnen las múltiples condiciones que se requieren para
dirigir la conciencia de una adolescente. Disertando sobre esta materia con una
de nuestras antigu as discípulas, nos decía refiriéndose á una de sus amigas:

"Me decía que la última vez que se confesó, le dijo el padre algo que la hizo
tomar la resolución de no volver a confesarse; y no quiso repetirme la frase ó
frases que tanto le habían chocado".

Otra persona nos refirió igualmente que, cuando apenas contaba quince años,
llena de fervor fue á confesarse, como un medio de atraer las bendiciones del
cielo sobre la cabeza de su padre, cuya vida estaba en peligro; y que el sacerdote
le hizo una pregunta tal, que, escandalizada ella, le dijo: "Padre, soy una señorita
soltera"; y se alejó del confesonario.

Cuando ejercíamos la dirección del Colegio Fanning nos ocurrió lo


siguiente: presentósenos un sacerdote alegando que tenía costumbre de
visitar mensualmente los colegios de ambos sexos, y que, si lo consentíamos,
haría lo mismo con el nuestro. Accedimos á su pretensión prometiéndonos,

138
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

como se lo dijimos, que examinaría á las alumnas en sus clases de religión;


estimulándolas así para el estudio. Procedimos á hacer reunir á las niñas en el
gran salón del Colegio y presenciamos la sesión que nada ofreció de particular.
En las siguientes se contrajo dé preferencia á aconsejarles prácticas devotas
y referirles chascarrillos que las hacían reír. Solo una vez logramos que les
dirigiera algunas preguntas sobre Historia Santa y Catecismo. En una de sus
visitas le obsequió á una de las alumnas una estampita; premio que, les dijo,
daba por cada tres confesiones que con él hacían. En otra ocasión les habló de
cierta santa -creemos fue Santa Margarita de Alacoque- que entró de monja
á pesar de la tenaz oposición de su familia y de sus padres: "Porque agregó,
contra la voluntad de Dios nada puede la oposición de los padres". Siempre
avanzando terreno, aunque cohibido por nuestra presencia á estas sesiones
parlantes, llegó á decirles que con motivo de la fiesta de la Virgen, ganarían
muchas indulgencias todas las que comulgaran ese día: "Desde la víspera",
añadió, "habrá en la iglesia varios confesores, y de ellos ustedes pueden elegir
el que quieran; porque sus padres no pueden imponerles confesor". La próxima
vez que se presentó el "visitador", y que también fue una de las últimas, medió
entre nosotros el siguiente diálogo:

-Señor -le dijimos-, la última vez que estuvo usted aquí, autorizó á las niñas
para que desobedecieran á sus padres en la elección de confesor.

-Señora -nos contestó-; tal es la doctrina de la Iglesia; ella deja en plena


libertad al penitente para elegir confesor.

-Eso está bien, le replicamos, siempre que el penitente tenga el juicio y


discernimiento necesarios para hacer una acertada elección; pero en la infancia
no cabe usar de esa libertad; y en el caso de estas niñas nadie, de seguro, es más
competente ni más interesado en su bien que sus mismos padres. Por último,
agregamos, nuestro empeño es inculcarles que su deber es amar á Dios y obedecer
sus preceptos; y después de Dios á sus padres que son sus representantes en la
tierra; y á la verdad sentiríamos que usted contrariara tal enseñanza ...

Tal vez nos hemos extendido demasiado acerca de este punto; pero lo creemos
tan trascendental, que no hemos resistido al deseo de presentar ejemplos
prácticos -que tienen mayor eficacia que las teorías en abstracto-, de los
graves peligros que ofrece la elección de confesor; que bien puede ser el faro

139
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

que ilumine á la adolescente, ó el perturbador de la paz doméstica y el rival


preferido de la autoridad paterna.

No faltará quien nos acuse de odio á la Religión y á sus ministros: ni lo uno


ni lo otro; respetamos las creencias que nos legaron nuestros padres; pero no
desconocemos que los sacerdotes, como hombres, están sujetos á los errores
y pasiones inherentes á la humanidad. Los buenos sacerdotes, que son por
desgracia los menos, nos merecen profunda veneración y respeto; contra
los lobos disfrazados de pastores, contra los que llevan la anarquía al hogar
doméstico, es contra los que queremos prevenir á los padres de familia por su
propio bien y el de sus hijos.

Otro punto esencial para la educación moral de la mujer es la elección de


amigas. Nadie ignora los males que una mala amistad puede ocasionar á una
niña inocente. Sin embargo, no siempre las madres le dan á este asunto la
atención que él merece, teniendo luego que lamentar las consecuencias: pocas
tienen sobre este particular el ocio y discreción de la señora D... matrona de
nuestra sociedad, en quien parece cumplirse la sentencia de que "los buenos,
hijos son la corona de sus padres". Ella pone especial empeño en que cada una
de sus jóvenes hijas tenga una amiga, en cuya elección las ayuda, teniendo en
consideración las circunstancias de carácter, educación, principios, etc; logrando
así que á la vez que dan expansión á esa tendencia natural del corazón humano
á expandirse en otro, conserven siempre para sí las primicias del cariño y de la
confianza de sus hijas que enlazan su vida con cadenas de flores.

La madre es la que debe dirigir esos primeros latidos, esos vagos ensueños, esa
tendencia que irresistible se despierta en el corazón de la adolescente y la impulsará
a buscar otro afecto fuera de su hogar. Es ella la que sin insulsa gazmoñería debe
iniciar á su hija en los misterios del amor casto; la que la dirija en la elección del
compañero de su vida, y la que la haga conocer los deberes anexos al matrimonio
y á la maternidad. Una señora de muy buen juicio solía decir:

¡Válgame Dios! Para ser médico, abogado ó ingeniero, se siguen cursos


especiales; y para ser madre de familia, que es acaso la más difícil de las
profesiones, nadie nos prepara; nada se nos enseña; nos casamos ignorando
nuestros deberes y nuestros derechos.

140
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

En efecto: por toda enseñanza suele repetírsele hasta la saciedad á la joven


prometida: "Piénsalo bien; mira que el matrimonio es para toda la vida''; frase que á
lo sumo suele despertar vagos terrores, cierta lucha entre el peligro que amenaza, y la
atracción hacia lo desconocido; hacia la deseada y casi siempre mal comprendidida
independencia. Resultado: ¡que el acaso, fortuitas circunstancias, se encargan casi
siempre de impulsar la nave del matrimonio, algunas veces hacia el puerto de la
felicidad, yendo á chocar muchas otras contra el escollo de la desgracia!...

Esto en caso de que del hogar paterno pase al tálamo nupcial; pero, si como
de tres veces dos sucede, mira marchitarse sus ilusiones, y, como el vulgo dice
"¡se quedará para vestir santos!" Esta nueva faz de la vida de la mujer nos dará
materia para otro capítulo.

III

Si bien.la educación moral de la mujer nos merece una atención preferente, es


indudable que solo unida con la intelectual y con la física, hoy tan desatendida,
puede hacerla alcanzar el grado de perfectibilidad de que es susceptible.

La educación escolar en el Perú adolece de un grave defecto: la falta de aplicación


práctica; tanto la que se da al pueblo, cuanto la que reciben las clases elevadas.

En los Estados Unidos, esa nación gigante cuyos progresos de todo género
causan admiración y patriótica envidia, la enseñanza es esencialmente positiva:
allí se apartan las ramas inútiles que consumen la sabia de la planta, y solo se
atiende al fruto, al provecho que de ella puede reportar el individuo: no se afanan
por formar sabios, sino por tener ciudadanos útiles para sí y para la colectividad.
Si mediante la posesión de principios generales hay algún Franklin ó algún
Edisson que descuelle, para esos hay campo extenso en donde ejercitar sus
geniales facultades; como también hay grandiosas universidades para los que
poseyendo especiales aptitudes ó medios de fortuna, pueden aspirar á ser del
corto número de los que escalan las cumbres del saber.

Y no se nos arguya que los Estados Unidos deben ese colosal desarrollo á su
inmensa población; porque sabido es que si hoy cuentan con más de 70,000,000
de habitantes, cuando en 1783 las trece provincias unidas conquistaron su
independencia, la población no alcanzaba á 5,000,000. Su crecimiento y

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LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

prosperidad son, pues, debidos al propio esfuerzo; al buen sentido práctico que
allí domina; á que todos trabajan de consuno en pro del bien común.

En aquella gran nación, el sacerdote como el militar, el hombre de estado como


el científico y el industrial, todos tienen por objetivo el engrandecimiento de
la patria; y apreciando como el medio más seguro de obtenerlo la difusión de
la instrucción, todos se esfuerzan en fomentarla. Allí, sin contar al filántropo
Mr. Peabody que donó cuatro millones á los establecimientos de instrucción,
cuéntanse muchísimos que, como la señora Packer y el cervecero Vassar, han
fundado colegios que honrarán su memoria á perpetuidad.

Y en ese movimiento vertiginoso hacia el progreso, no es la mujer un factor


inútil; las dos terceras partes del cuerpo de profesores es de mujeres. Allí
la mujer tiene, al igual que el hombre, una órbita que recorrer, una misión
que llenar, y aunque no se case, su vida activa no termina con la juventud;
le es dado aspirar á tener personalidad propia, porque así lo consienten las
costumbres y la educación que recibe.

De bien y muy distinto modo pasan las cosas en nuestra patria: ni los ricos
-excepción hecha de los nombres Candamo, Sevilla y Qyímper y del de la
muy distinguida señora Concha-, fundan establecimientos de instrucción, ni
la que recibe la mujer, puesto que á ella únicamente nos referimos hoy, llena
los fines de utilidad y conveniencia individual y social que debe reunir; ya
pertenezca al pueblo ó á la clase superior.

En efecto: sale una alumna de la escuela municipal; y después, de rendir lucidos


exámenes de Historia, Geografía, Gramática, Aritmética, etc., se encuentra con
que sabiendo analizar correctamente un período en el pizarrón, no acierta á
redactar una carta; sabe al dedillo la teoría de las reglas aritméticas, pero si se
dedica á la costura ó al lavado, no sabe cómo arreglar, una cuenta referente á su
oficio. Poseedora de una aglomeración de conocimientos teóricos, saca de ellos
tan escaso fruto como reportaría el que se afanara en ingerir una cantidad de
alimento tal, que su estómago fuera impotente para digerir. Sus deberes sociales
y domésticos también suele conocerlos en teoría.

Entretanto, la hija del pueblo que ha seguido los cursos de segundo ó de tercer
grado y que en el examen se oyó llamar "señorita", aunque su tez sea del color del

142
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

alquitrán, sale inflada de vanidad y con aspiráciones tan superiores á su clase, que
seguirá los caminos más e:xtraviados antes que resignarse á prestar los humildes
servicios domésticos; servicios que, sea dicho de paso, en pocos años más será
bien difícil encontrar en Lima quien quiera desempeñarlos.

Si lo que se les restringiera de estudios teóricos se les compensara con la


adquisición de conocimientos prácticos y manuales, si se les enseñara algún
trabajo útil que las proveyera de medios de subsistencia, habría ganancia positiva
para la clase popular y para la sociedad, que es á manera de máquina complicada
en que cada pieza contribuye con una labor especial á la armonía del conjunto.

"La educación, dice Spencer, es la preparación para una vida completa. Adquirir la
aptitud necesaria para la obra de la vida, es un deber; primariamente hacia nosotros,
y secundariamente hacia los demás.,. No adquirir el poder de mantenerse y de
mantener á los suyos, es convertirse en una carga para la sociedad".

En la República Argentina que en gran parte debe su progreso al interés con que
es atendida la instrucción popular, durante las vacaciones hay cursos de trabajo
manual pará profesores; los que, una vez adiestrados, trasmiten á sus discípulos
los conocimientos que adquirieron, logrando así generalizar el uso de las artes
mecánicas tan útiles en el curso de la vida.

¿Por qué en nuestras escuelas municipales, en vez de extensos estudios de tan dudosa
utilidad para las escolares, no se les enseñaría el lavado y la cocina, la encuadernación,
la hojalatería y la tintorería, ocupaciones todas que la mujer puede desempeñar con
provecho? En lugar de esa instrucción teórica, a la manera de vistosas luces de Bengala
que tan pronto brillan como se apagan dejando solo quiméricas aspiraciones, ¿por
qué no se les daría ciertos conocimientos generales y la enseñanza práctica de algún
oficio? Únase á esto el conocimiento de sus deberes morales, y fácilmente llegarán á
penetrarse de la exactitud que encierra esta máxima de un pensador inglés: "Nadie
es demasiado bueno para el puesto en que Dios lo ha colocado".

Mucho pudiéramos agregar á lo que antecede y acaso más tarde volveremos


á ocuparnos de este interesado asunto: ahora pasemos á lo que se refiere á las
clases superiores.

Al dejar las aulas, las niñas van armadas: unas de un diploma profesora!
de cuya exigua utilidad ya nos hemos ocupado; todas ingresan á la vida

143
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

social como meritorias al matrimonio; y hacia ese fin único convergen


sus aspiraciones y las de sus padres. Por desgracia, de cada diez de estas
aspirantes á boda, no creemos exagerado calcular que, por lo menos seis, ven
aparecer la primera cana sin lograr su anhelo; viendo en la mayor parte de
los casos, que sus sueños de ventura se han trocado en decepciones. Su vida
queda truncada y falta de objetivo; la melancolía y el desaliento las invaden;
y hasta las más bondadosas suelen tornarse irascibles. Principia para ellas la
etapa dolorosa de la existencia.

Pero como mientras late, el corazón humano necesita de algo que lo


ocupe, llénase este vacío, ó bien con algún afecto maternal de prestado, ó
bien entregándose á un exaltado misticismo: sincero y elevado en algunas;
consistente en rutinarias prácticas devotas en muchas. Estas apasionadas del
culto externo, se afilian á diversas asociaciones de ese género, gastando toda
su actividad y energía en el adorno y visita de los templos, pudiéndoseles
aplicar las palabras del Salvador: "Este pueblo me adora con los labios, pero
su corazón está muy distante de mí". Si toman parte en algunas de esas
meritorias sociedades que se encargan de distribuir auxilios entre las familias
indigentes; más que de fomentar entre sus favorecidas hábitos de orden,
de laboriosidad y economía, más que de proveerlas de medios de trabajo
que las moralice y las ayude á mejorar su precaria situación, lo que más
cuidan y vigilan, el interés culminante es, que "frecuenten sacramentos";
aun cuando para hacerlo hubieran de descuidar sus deberes domésticos. La
Iglesia preceptúa la comunión pascual; las beatas rutinarias, más papistas que
el Papa, exigen que sea semanal ó por lo menos mensual.

Pero, si esas forman la mayoría del gremio que han hecho casi denigrante el
calificativo de beata, hay otras que con piedad ilustrada y sincera, buscan en
el amor divino la ventajosa compensación de los humanos desengaños y con
laudable altruismo se consagran á cuidar enfermos, enjugar lágrimas y remediar
necesidades, consolando la orfandad de sus almas con la práctica de la sublime
caridad; siendo muy más meritorias que aquellas que tal vez por inconsciente
egoísmo y á titulo de "vocación'', desgarrando los corazones de padres y
hermanos, se sepultan en el claustro. De estas puede decirse que lejos de seguir
el consejo de Cristo: "El que me quiera tome su cruz y sígame", arrojan la cruz
que el destino les impusiera al encomendarles el cuidado de padres ancianos

144
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

ó enfermos, de pequeños hermanos ó de deudos desvalidos que reclaman su


amparo y protección, para vestir el sayal: yendo, dicen, en pos de "su tranquilidad"
y con el fin de asegurar "su salvación''.

Si pudiera penetrarse los móviles que inducen á enclaustrarse á esas obcecadas


criaturas, se encontraría que unas van movidas por la novedad ó el despecho;
otras impulsadas por la sugestión; y otras muchas por el anhelo de cambiar de
medio ambiente y de ensanchar su horizonte, llenando de algún modo el vacío
de su inútil vida.

Con manifiesta injusticia la sociedad es pródiga de desdén y de burla para


la solterona: si le fuera dado apreciar cuántas esperanzas burladas; cuánto
sufrimiento y hastío de la vida se oculta en el alma de las que ven destruido
su ideal, especialmente en esos primeros tiempos que pudiéramos llamar el
período álgido de la soltería, tal vez fuera más misericordiosa con esas víctimas
de una mal dirigida educación doméstica.

Se acepta los matrimonios desiguales ó de pura conveniencia, que alguien,


no sin razón, apellidó "la prostitución legalizada"; y se es intransigente con
las que no teniendo, como en efecto no tienen la iniciativa en el amor, se
abstienen de dar su mano cuando no pueden á la vez donar su corazón;
siendo bastante altivas para preferir su independencia, á realizar uno de esos
matrimonios á todo evento.

La historia de esas sarcásticamente llamadas "solteronas", muchas veces encierra


conmovedores poemas de amor, de constancia, de abnegación 6 de sacrificio.
Tuvimos una amiga, cuya querida memoria la muerte no ha podido borrar de
nuestro corazón; interesado hondamente el suyo por un afecto correspondido y
que los años no pudieron debilitar, hizo el sacrificio de su amor y de su felicidad
á sus ancianos padres, á cuyo cuidado se consagró con abnegación ejemplar.
¿Tuvo alguna recompensa su sacrificio? En este mundo, ninguna, más que la
aprobación de su conciencia. Esas víctimas voluntarias aparecen ante el mundo
serenas y sonrientes como las viudas del Malabar, cuando se arrojan á la hoguera
en que arden los restos mortales de sus esposos ...

El solterón merece la vejez miserable que su egoísmo ó sus malos hábitos le


preparan: la solterona no es responsable de que su vida se halle truncada y de que

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LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

por imprevisión se la condene á ser cantidad negativa en la suma de la existencia,


cuando, aunque se la apellide vieja, ella se siente llena de vigor y en la plenitud
de su desarrollo físico.

¿Qyé debe hacerse para mejorar la situación de la mujer soltera y de la que


enviuda prematuramente?

Esta cuestión de alta importancia moral y sociológica, será materia de otra


disertación. No abrigamos la pretensión de encontrar el antídoto para el mal:
solo indicaremos lo que á nuestro juicio puede paliarlo, llamando hacia él la
atención de las personas pensadoras.

IV

Uno de los convencionalismos de nuestra época es el de halagar á las mujeres y


al pueblo para hacerlos más manejables: como á los convalecientes y á los niños,
se les entretiene para que sean dóciles.

Al pueblo, los mercaderes políticos, poniéndolo de espaldas á sus deberes, le


presentan en deslumbrador miraje el atrayente cuadro de sus derechos soberanos
para tenerlo grato y servirse de él como de escalón para ascender á los elevados
puestos que ambicionan. A las mujeres, es de rigor hablarles en estilo almibarado
é hiperbólico de su rara belleza, exquisita sensibilidad y sublimes virtudes; podría
creerse que mediante un pequeño esfuerzo, les sería dado desplegar sus angélicas
alas y elevarse á las regiones etéreas. ¿Cómo estas adorables criaturas podrían
ocuparse de corregir defectos que no tienen, ni trabajar en adquirir méritos en que
se les dice que tanto abundan? Se las envuelve en una atmósfera de enervantes
lisonjas, impidiéndoles gustar el sabor un tanto acre de la verdad y del deber. Les
queda para entretenerse: los nervios; la jaqueca, las modas y... la religión diríamos
si no temiéramos profanar este augusto nombre; que no consideramos religión
ese cúmulo de actos exteriores que tantas practican por imitación, por hábito, ú
obedeciendo á ajeno y no desinteresado impulso; y que suelen dar por amargo
fruto el abandono de los deberes domésticos, la discordia en las familias, y ridículas
manifestaciones públicas en que, con errado criterio, inconscientemente se exhiben
como ignorantes del asunto que patrocinan y en abierta oposición con sus padres y
con sus esposos, que son sus más seguros é imparciales consultores.

146
ANTO[.,OQÍ.4 J)E TEXTOS

Así, falseados los principios morales y, salvo muy honrosas excepciones, falta de
una instrucción sólida que le sirva de escudo defensivo, la mujer se convierte en
dócil instrumento de menguados intereses, en vez del ser consciente que sepa
discernir sus deberes para cumplirlos: sus derechos para defenderlos.

Para corregir este mal que día á día va tomando creces y aprovechar tantas
energías, tanta fuerza moral que se pierde, lo primero que á juicio nuestro debería
intentarse es verificar una reforma en la instrucción.

No urge tanto enseñar mucho, cuanto enseñar lo utilizable. No es lo juicioso


el sembrar mucho grano, sino el propender á que el que á la tierra se confíe,
germine y fructifique. La instrucción debe estar en relación con las aptitudes y
necesidades de la educanda y con el medio social en que ha de vivir. Si tiene gusto
especial y disposición para alguna de las bellas artes, hágase que la cultive, pero
á fondo, aunque se las deje ignorar las otras; no se la dé esa tintura superficial
que se exhibe y termina en los salones del colegio teniendo solo la frágil vida
de las flores. Si manifiesta afición á las ciencias, hágasela conocer sus secretos.
Si es rica, que aprenda el modo de manejar y conservar su fortuna; si pobre, que
se la enseñe los medios de adquirir la subsistencia y de conquistar una posición
independiente; y en todo caso que tenga una personalidad propia: que nunca
los conocimientos que adquiera le servirán de obstáculo para el matrimonio.
En apoyo de esta aserción podemos presentar el caso de una de las señoritas
Balbuena quien, después de recibir sus títulos de dentista, se nos asegura que ha
contraído un ventajoso enlace en el Callao.

Una instrucción sólida ensancha y da vuelta a la inteligencia de la mujer;


aparte de que es el mejor seguro de vida que pueda otorgársela, da provechosa
inversión á su tiempo, poniéndola á salvo del hastío y el aburrimiento; esa
mortal enfermedad del espíritu.

Así preparada, si es pobre no se verá forzada á mendigar como un favor


la limosna del mal retribuido trabajo de aguja, recurso matador, fecundo
germen de la tuberculosis y que la hace apurar humillaciones y ultrajes
del peor género. Si tiene fortuna, á más de librarse de esas largas horas de
desocupación que la inducen á hacerse frívola, egoísta ó devota de ocasión,
se verá á cubierto de muchas emergencias.

147
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Registrando sus recuerdos, todos encontrarán más de un caso de famiHas que


tuvieron fortuna y hoy se ven reducidas á la pobreza y hasta á la mendicidad.
¿Cuál fué la causa? Qye faltaron los padres ó murió el esposo, y, los bienes, no
pudiendo ser administrados por ignorantes mujeres, desaparecieron mediante la
incuria, el abuso ó la rapacidad de algún protector que con el título de hermano,
pariente, confesor o amigo, se encargó de la dirección de los negocios.

Si los padres y los esposos en previsión de tal peligro hicieran algo semejante
á lo hecho por el doctor X, quien, se dice, ha encomendado á cada una de sus
hijas la administración de la parte de los bienes que á su muerte heredará,
darían mayor estabilidad á su fortuna y asegurarían el porvenir de sus familias:
especialmente los esposos debieran persuadirse de que no pueden encontrar un
socio más decidido y seguro que los auxilie en la gerencia de sus intereses, que
su propia consorte; ¡pero es tan difícil romper con añejas preocupaciones!. .. "La
mujer debe ignorar los negocios de su marido", decían nuestros abuelos, como
un medio de conservar incólume é indivisible la autoridad del jefe de la familia;
y hoy que esa autoridad, en la mayoría de los casos, se ve deprimida por la del
"director espiritual", sigue siempre en vigor la expresada regla de conducta.

A pesar de la indefinida dependencia á que las costumbres la condenan, la mujer


pugna por abrirse trocha en la selva de la vida y, arrollando preocupaciones y
venciendo obstáculos, se abre paso hacia los destinos y las profesiones: tenemos
ya señoras dentistas, estudiantes de medicina, empleadas en telégrafos, teléfonos y
correos. Tenemos el caso de una señora cuya meritoria acción vamos á publicar á
riesgo de ofender su modestia, con la mira de que sirva de ejemplo á otras y para fijar
sobre ella la atención de los encargados de adjudicar el premio otorgado á la virtud
en el concurso de las fiestas patrias ó en el del legado de la señora Concha.

Doña María Bisval contaría poco más de veinte años y más que mediana
belleza cuando enviudó; quedándole por todo bien, tres niños que alimentar,
vestir y educar. No queriendo buscar por medio de un segundo matrimonio un
protector, por lo menos dudoso para sus hijos, ni convertirse en censo irredimible
para su familia; dedicóse á completar sus estudios; y habiendo obtenido el
correspondiente diploma, pretendió la regencia de una escuela en Huaraz, su
ciudad natal. No habiéndola obtenido, regresó á Lima é ingresó como alumna en
la escuela de Obstetricia, con el fin de tener una profesión que le permita ganar

148
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

su sustento y el de sus hijos. ¡Solamente Dios y ella saben cuántos esfuerzos,


cuántas lágrimas y decepciones le cuesta esta verdadera lucha por la existencia!
Ahora mismo, á ser exactos nuestros informes, tropieza con las dificultades que
le ofrece un examen final; pero tenemos fe en que ella logrará su noble fin.

Mas este, y algunos otros que pudiéramos citar, son casos aislados: aún queda
mucho por hacer; falta destruir la errónea preocupación de que la señora o
señorita que trabaja, desciende de la clase social á que pertenece; falta que todas
se persuadan de que el trabajo da honra, independencia y holgura; que la mujer
que gana honradamente su sustento es más feliz y estimable que la que está á
cargo del hermano, del tío ó del cuñado, comiendo el pan de la misericordia.
Falta igualmente que inspirándose en el ejemplo de la ilustre señora Concha de
Concha, nuestras damas ricas fomenten y contribuyan á la creación de centros
de trabajo y de nuevas industrias que, dando ocupación á tantas señoras y
señoritas que reúnen aptitudes y buena voluntad, contribuyan á la regeneración
y moralidad de nuestra sociedad.

Si no por el esfuerzo aislado de una, por la iniciativa y colaboración de muchas


podrían fundarse por acciones, sociedades industriales que dieran trabajo á
muchas familias y honra y provecho á sus iniciadoras. Esta forma de caridad, la
caridad del trabajo, sería más levantada y daría más proficuos resultados que la
limosna que humilla al que la recibe y fomenta la imprevisión y la holgazanería.

Actualmente se ofrece en traspaso un establecimiento fotográfico bastante acreditado;


y este es un trabajo que, como el de la relojería y otros, es adaptable á la delicadeza
femenil y de no dificil aprendizaje. En los Estados Unidos la Fotografia forma parte
de la educación de las señoritas, quienes utilizan esta habilidad en sus excursiones
campestres que así tienen un nuevo atractivo. Bien pudiera hacerse, pues, un ensayo
de este género no ya como habilidad de recreo, sino como un medio de proporcionar
trabajo honroso á algunas señoritas pobres. Podría formarse por acciones, salvo que
tomara la iniciativa la naciente Sociedad de Beneficencia de Señoras, si es que está
autorizada para extender de ese modo el radio de acción de sus filantrópicas labores.

Sabemos que una acaudalada señora, residente en el extranjero, ha concebido la


patriótica idea de fundar un instituto con el glorioso nombre de uno de los Héroes
del Morro; y destinado á dar á las muchachas del pueblo, enseñanza práctica

149
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

de ciertos oficios domésticos: creemos que esa filantrópica institución sería más
benéfica si se tratara de fundar una fábrica de encajes, de guantes ó alguna otra
en que encontraran trabajo bien retribuido las señoritas pobres que vanamente
pugnan por encontrar un campo de acción en qué ejercitar su actividad.

La creación de nuevas industrias para ambos sexos que afortunadamente


principia á iniciarse, quedando aún mucho por hacer, haría desaparecer á
la larga la singular anomalía de que en el Perú, cuyas ricas producciones son
proverbiales, centenares de sus habitantes ansiosos de trabajar, estén meses y
aun años buscando colocación; y caigan como halcones sobre la presa luego que
vaca algún empleo. ¡Allí es de ver todos los resortes que se tocan, los empeños é
influencias que se ponen en juego para obtener la preferencia!...

Volviendo al asunto que nos ocupa, los que educan á sus hijas exclusivamente
para el matrimonio, dejándolas en el error de creer, que tal es su único destino
posible sobre la tierra, hacen como el jugador que arriesga su fortuna á una
sola carta, poniéndose en la disyuntiva de hacer una buena ganancia ó quedar
sumido en la desesperación.

"Se acusa á las mujeres, dice Julio Simón, de ser frívolas, y la frivolidad no está
en su espíritu, que es una mezcla feliz de entusiasmo y buen sentido, sino en la
educación que se les da".

"El fin que debe proponerse el educador, dice el mismo autor, es formar un
hombre y una mujer, es decir: una criatura racional, sumisa al deber, amante de
la verdad, que se sirva de sus facultades para su propio perfeccionamiento y para
hacer el bien de los otros".

En las repúblicas la educación debe ser republicana: debe inculcarse á la juventud


amor á la patria, moralidad y sencillez en las costumbres. En cuanto a instrucción,
debe propenderse á que adquieran una profesión y que todos, hombres y mujeres,
tengan un oficio que les permita ganarse el sustento si les fuere necesario. En
la gran República del Norte, hombres como Lincoln y como Johnson se han
elevado desde el banquillo del sastre y del zapatero hasta el solio presidencial;
siendo muchos los que cambiaron el hacha del leñador por los entorchados del
general ó por la toga del magistrado. Allí la mujer que no se casa, puede dedicarse

150
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

á la medicina, á la abogacía, al periodismo, ó á otros empleos y ocupaciones más


humildes pero que la ponen á salvo de la miseria y de la prostitución.

Siendo digno de notar que esa nación acusada de mercantilismo y de indiferencia


religiosa, tiene señalado un día en el año para elevar sus preces al Eterno y ofrecerle
la expresión de su gratitud por los beneficios acordados al pueblo americano.

¿No es verdaderamente grandiosa y solemne esta plegaria mancomunada de


setenta millones de almas?

En el estudio que á grandes rasgos venimos haciendo acerca de la educación de


la mujer, nada hemos dicho con referencia á la educación física de la misma, si
no es que está completamente desatendida.

Ella tiene por base la Higiene, que las familias suelen conocer de oídas ó por
las teóricas enseñanzas del colegio; pero cuya práctica es bien frecuentemente
echada en olvido.

En las construcciones modernas en las que el deseo del lucro ha hecho casi
desaparecer las ventanas teatinas y los grandes patios que antaño se usaron en
las casas, las viejas cañerías subterráneas convertidas en filtros permanentes,
agregan a la humedad atmosférica, la del suelo, con sus fétidas emanaciones
palúdicas. Estas, en natural ascención, si dañan á la salubridad de los altos, hacen
casi inhabitables los pisos bajos. Pero si á estas condiciones antihigiénicas de
nuestras casas, se agrega, como hacen no pocas personas, la falta de la posible
ventilación; si al aire exterior se le niega el paso como á temible enemigo de
cuyos dañosos efectos hubiera que precaverse, crece el mal con la respiración
de un aire cálido y miasmático que hace verdaderamente dañoso el más leve
soplo de aire fresco; cuando en puridad de verdad, el aire y la luz son las
divinidades tutelares de la salud.

No debieran olvidar las madres de familia que el aire contribuye á la nutrición


tanto como el alimento; y que, como este, debe reunir ciertas condiciones
esenciales para que no sea nocivo: que, según cálculo médico, cada individuo
consume unos seis metros cúbicos de aire por hora, y que de consiguiente,

151
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

cuando en un dormitorio cerrado, estrecho y atorado de muebles, se aglomeran


dos, tres ó más personas, se les condena á la inanición de aire, lo cual equivale á
privarlas de la necesaria cantidad de alimento.

Reconocido por la ciencia que todas ó casi todas las enfermedades que afligen á la
humana especie se propagan por medio de los microbios, fuerza es que se combata
á estos invisibles enemigos por todos los medios posibles; y ninguno es tan fácil y
eficaz como una esmerada limpieza. Pero, ¿quién necesita que le recomienden el
aseo? Nadie soportará, sin indignado rechazo, que se le tache de falta de pulcritud
en su individuo ó en su habitación. Y sin embargo, es bien frecuente oír frases
como esta: «Al mudarme á esta casa tuve que hacer sacar la basura en carretas»; lo
cual es una tácita acusación de desaseo contra la familia desocupante; sin que eso
pruebe que el salón de recibo no estuviera lujosamente amoblado.

En verdad que la casa que al desocuparla queda con los empapelados en jirones
ó grasientos, con colgaduras de telarañas, vidrios rotos y puertas betunadas,
denota que la trinidad doméstica, es decir: el agua, el jabón y la escoba, se
emplearon con parsimoniosa mezquindad; y revela falta de vigilancia y cultura
en el ama de casa.

Posible es que al leer las líneas que anteceden se nos acuse de ocuparnos de
asuntos triviales; pero de un lado no estimamos de poca monta lo que á la salud
se refiere; y casa desaseada es casa malsana; de otro, estos conceptos no van
dirigidos á los hombres de ciencia sino exclusivamente á las familias; y, por
lo mismo, es el estilo familiar el que debe emplearse. Es á las familias á las
que queremos no enrostrarles faltas, sino únicamente indicarles omisiones que
á poca costa, con solo un poco de buena voluntad, pueden evitarse. Las que
encuentren que no les viene el manto, que de seguro serán muchas, que lo hagan
á un lado y... adelante ...

En la fatídica época de la guerra con Chile, nos sublevaba la rechifla que de


la juventud peruana hacían los periodistas del Mapocho, motejándola de
ser enclenque y afeminada y de consagrar su escasa virilidad al goce de los
placeres sensuales. Estos denuestos eran dirigidos más especialmente á Lima,
á quien apellidaban "la moderna Capua". Con tal motivo dimos en fijarnos
en los jóvenes que conocíamos y en aquellos que transitaban por las calles; y
tanto nos complacía ver á ciertos mocetones fuertes musculosos, de anchos

152
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

hombros y cabeza erguida, viviente desmentido á la procacidad chilena, como


nos descorazonaba causándonos irritación y pena cuando nos cruzábamos
con alguno de esos señoritos de alfeñique, de atiplada voz y atildado traje ...
¡Oh! Hubiéramos querido tener el poder mágico de transformarlos en gruesos
palurdos con hirviente sangre en las venas, buenos puños y bastante coraje para
esgrimirlos contra nuestros inicuos enemigos; que, si bien llena de poder el alma,
ó como muy bien los calificó un poeta americano (cuyo nombre sentimos no
recordar en este instante), siendo "de alma encorvada en apostura tiesa", al solo
nombre de Chile se convertían, no en leones, que el león es de índole noble y
generosa, sino en chacales y hienas que se alimentan de cadáveres.

Los pueblos de la antigüedad, entre los que descuella Esparta, dieron grandísima
importancia al desarrollo físico de la infancia, conceptuándolo como la mejor
garantía del poderío y estabilidad de su nación. Sabido es que en Esparta se
acostumbraba á los niños de ambos sexos á soportar el calor, el hambre y el
sueño, y á luchar desnudos en el Circo. De esa juventud así preparada, salieron
las madres y las esposas que despidiendo á sus deudos con la histórica frase:
"Con el escudo ó sobre el escudo", dieron el ser á los héroes que con Leónidas
defendieron el paso de las Termópilas y á los que aniquilaron á los numerosos
ejércitos de Darío y de Jerjes, poniendo á salvo la integridad de su patria.

Las naciones modernas, y en particular las de raza latina, dando la preferencia


á la cultura intelectual, descuidaron el desarrollo del cuerpo; hasta que,
apercibidas del desmejoramiento gradual de la raza, se afanan hoy por
restablecer el perdido equilibrio mediante bien dirigidos ejercicios físicos:
como el remo, la natación, la equitación y los diversos juegos de agilidad y de
fuerza. Y establecieron clubs de regatas, de lawn-tennis, etc. Se persuadieron,
en fin, de que era forzoso vigorizar la raza como un medio de mejoramiento
individual y colectivo; y hasta para hacer más potente la intelectualidad dando
mayor vigor a las células cerebrales.

En este marcado interés en favor del desarrollo físico, marchan en primera


línea los ingleses, siguiéndolos otros pueblos europeos y americanos. También
en el Perú se ha despertado en los últimos años, aunque no se ha generalizado
cual debiera, la afición á los ejercicios corporales. También se han fundado
clubs de tiro al blanco, de regatas, de carreras y aun de juegos atléticos para

153
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

los estudiantes; pero las mujeres, si no es como espectadoras, están excluidas


de esas higiénicas recreaciones. Solo las jóvenes de familias extranjeras,
especialmente inglesas, tienen acceso al lawn-tennis y á otros pasatiempos de
ese género. Para las familias peruanas, esas se consideran como diversiones
de hombres en que las mujeres no deben tomar parte, si no es que tienen el
prurito de masculinizarse.

Para las familias que se tienen por juiciosas y ordenadas, el bello ideal en
cuanto á educación doméstica es que las niñas sean muy tranquilas, tanto en sus
ocupaciones cuanto en sus goces; la costura, el bordado, las flores artificiales, la
música y algunas veces la pintura; nada de recreaciones ni de juegos bulliciosos
que las harían apellidar marimachos.

En algunas de esas familias parece que ng1era todavía el antiguo adagio


español: "La mujer honrada, la pierna quebrada y en casa"; para ellas es un
mérito, una ejecutoria de buenas madres y jóvenes recatadas y hacendosas, el
enmohecerse en el recinto de su casa; y niñas hay que desde que las llevaron á
recibir el bautismo en la parroquia, no vuelven á respirar aire libre hasta que
salen por sus pies á la calle.

Esta inobservancia de las prescripciones higiénicas que se extiende también á las


horas del sueño y de las comidas, y á la que se agregan, como sumandos nocivos
el abuso del corsé y un clima débil y enervante, dan por fruto, especialmente en
Lima, esa juventud pálida, delgaducha, de hombros estrechos, de seno deprimido,
de cintura al romperse por su delgadez; jóvenes de fisonomía á lo "Violeta", con
grandes ojos de inteligente y fulgurante mirada, cual si estuvieran animados por
consumidora fiebre interna. A esa constitución enclenque y anémica corresponde
lógicamente un carácter apocado, asustadizo y desigu al; que inflamándose como
el fósforo que luce y se apaga instantáneamente, se eleva á las regiones del ideal
para luego caer desfalleciente; capaz de energías rápidas seguidas de profundo
desaliento; que malgasta en futilezas ó deja atrofiar en la inercia las bellas
cualidades con que el próvido Hacedor dotara á la mujer peruana.

Y como según la ley fatal de la herencia, de madres débiles y neuróticas tienen que
nacer hijos enclenques, de cerebros que, como los fuegos fatuos que iluminan en
corto trayecto el firmamento para apagarse luego, resultan adocenadas medianías

154
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

donde se iniciaban brillantes astros del firmamento científico ó literario: jóvenes


que en el colegio descollaban y prometían tanto, y que luego se pierden en el
vasto osario de las nulidades.

A ese fatal resultado contribuye, y mucho, el necio empeño de precipitar la


instrucción de los niños, haciendo de ellos esos prodigios que á los cinco ó seis
años saben tanto y discurren con tanta lucidez que maravillan á quienes los
escuchan y hacen la delicia de sus embobados padres: mas esa savia ascendente,
ese precoz desarrollo, luego se paraliza; porque el continente, el cuerpo, no
puede abarcar el contenido: el espíritu; que se atrofia y languidece por causa de
la incurable impotencia de su obligado compañero de peregrinación.

Una lucha semejante hacía decir con desaliento al célebre Leopardi cuando
apenas contaba veinte años: "Yo me he arruinado con siete años de trabajo
loco exageradísimo en aquel primer tiempo en que me estaba formando y
en que debía consolidarse mi complexión... Me he arruinado, agregaba,
infelizmente y sin remedio por toda la vida, y reducido á un aspecto miserable
y despreciabilísimo toda aquella gran parte del hombre, que es la única á la cual
miran los más". Así este hombre portentoso á quien su compatriota Giordani
llamó "un milagro de nuestro siglo", compró su prematura y vasta erudición
con la infelicidad de toda su vida.

Prolijas indagaciones estadísticas han permitido constatar que en las escuelas de


Suecia, donde los niños de las clases superiores trabajan de 10 á 12 horas diarias,
el 36 por ciento de las niñas están cloróticas; y cerca del 10 por ciento sufren
desviaciones en la columna vertebral, miopía y otras enfermedades crónicas.

Según Ballantyne, profesor de enfermedades de niños en la Universidad de


Edimburgo, el ideal de la escuela debiera ser dar á los niños períodos iguales de
trabajo y de juego, de educación del cuerpo y del espíritu; para evitar los recargos
cerebrales y las enfermedades de que adolecen los estudiantes en Inglaterra.

Así, pues, cuando las madres mandan á sus hijos pequeñitos de apenas tres años
á la escuela, "para que las dejen descansar", como con encantadora ingenuidad
suelen decir, privándolos del ejercicio necesario para dar elasticidad á sus
miembros y desarrollo á su sistema muscular, contribuyen inconscientemente

155
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

á hacerlos débiles, tímidos y apocados. Con cuánto más acierto procederían


rentando á una persona de su confianza ó llevándolos por sí mismas á aquellos
lugares donde pudieran jugar, correr y desarrollarse al aire libre; produciéndose
esa saludable fatiga que hace que el niño busque el lecho en las primeras horas
de la noche y lo deje con los albores de la mañana como lo aconseja una bien
entendida higiene. Así tendrían hijos lozanos y robustos, capaces de soportar una
suma mayor de trabajo mental. El cerebro debe trabajar siempre en relación con
la edad y la fuerza del individuo, evitando la fatiga y la depresión de los centros
nerviosos; solo en cuerpo sano puede cultivarse un espíritu robusto capaz de
abarcar las profundidades de la ciencia y de dominar las tormentas de la existencia.

Qye las madres conozcan sus deberes y los cumplan, y el Estado tendrá
buenos ciudadanos. En la perfecta solidaridad que existe en el ser humano, las
cualidades físicas é intelectuales de la madre se reproducen por la herencia y
por el ejemplo en el hijo.

De una obra de un fisiólogo italiano, el doctor Mosso, tomamos los siguientes


conceptos que vienen á reforzar los nuestros: "Hay un elemento fatal en la
educación que debe prepararse de antemano, como el terreno para la recolección
de la semilla: es necesario que los padres den á los hijos la herencia de una
constitución robusta... La conciencia de ser fuertes nos hace ser mucho más
fuertes ... Hay una cultura que se trasmite con la herencia en el cerebro de los
hijos; la supremacía de las generaciones actuales depende de la mayor actitud de
pensar y de la mayor actitud de obrar. El porvenir y la potencia de un pueblo
no está en su comercio, en la ciencia, en el ejército; sino principalmente en las
vísceras de sus ciudadanos, en el seno de las madres".

VI
Con venia de los ilustrados señores que componen el Consejo Superior de
Instrucción, vamos á indicar ciertas reformas que, á juicio nuestro, convendría
introducir en el plan de estudios de instrucción primaria y en la enseñanza
aplicativa de los cursos que la componen. Toca al docto cuerpo de profesores
acoger y ampliar lo que de útil encuentren en nuestras apreciaciones á vuela pluma.

En el estudio de la Aritmética, juzgamos que debería suprimirse multitud


de reglas y definiciones de rara aplicación y escaso provecho; haciéndola

156
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

verdaderamente práctica y hasta donde fuera posible adaptable á la edad y


condición social del educado. ¿Qyé niña, de las que solo cursan el segundo
ó el tercer grado de instrucción primaria, ha obtenido algún provecho de
saber hallar el máximo común divisor y el mínimo múltiplo común, y la
extracción de raíces y de saber alternar, invertir, componer, permutar, etc.,
una proporción? Esos pueden considerarse como juegos de efecto, para
deslumbrar en los exámenes: conocimientos que, al salir del colegio, se hacen
á un lado como los trastos inútiles. Si en vez de esas fantasmagorías se les
pusiera expeditas en arreglar una cuenta de compras ó ventas, en ajustar el
salario de jornaleros, sirvientes, etc., aquello sería menos deslumbrador, pero
de más provecho.

En la Gramática, ojalá que los voluminosos libros que hoy sirven de texto, se
redujeran á las reglas esenciales para el conocimiento del idioma, dejando á
los filólogos el cuidado de hacer un estudio más profundo; y aprovechando el
tiempo que se ahorrara de llenarse la memoria con teorías, en adquirir una buena
ortografía y fácil redacción, en saber por medio de bien dirigidos ejercicios, darle
forma al pensamiento, hablado ó escrito; de suerte que al ingresar á la vida social,
á la educanda no le sirviera de tormento el tener que dirigirse á los demás para
asuntos de interés, ó para llenar las fórmulas y deberes sociales.

Para la Geografía los textos más usados principian con los estudios cosmográficos
demasiado abstractos para la incipiente inteligencia infantil; luego la Geografía
Física independiente de la Política que casi forma un tratado aparte.

La profesora experta suple estas deficiencias procurando dar homogeneidad


y cohesión á estos esparcidos elementos; la novel ó inexperta, no hace sino
almacenar en la cabeza de sus discípulas ideas heterogéneas que fatigan sin
fruto su memoria. Preferible creemos el método belga según el cual, primero se
hace conocer al niño la localidad que habita; luego los contornos, haciéndole
fijar la atención en el aspecto de la comarca, las llanuras, colinas, montañas,
ríos, etc., para hablarle luego, si vive en la ciudad, de los edificios y monumentos
públicos; de las vías de comunicación: como ferrocarriles, tranvías, telégrafos,
etc.; si habita en el campo, de las principales producciones del suelo, de su
explotación y empleo; se entiende que todo muy someramente y solo lo preciso
para interesar la curiosidad del niño y ponerlo en camino de ensanchar más

157
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

tarde el círculo de sus ideas. Después del lugar de su residencia, se le hace


conocer la división política, administrativa y religiosa de la patria; las artes
y las ciencias que en ella se cultivan; los adelantos industriales y los hechos
históricos que á cada provincia se refieren.

Del conocimiento de su patria pasa al del continente de que esta forma parte,
estudio ya más sintético, para pasar al de las otras partes del mundo; prefiriendo
ocuparse de aquellos países ó de aquellas materias que más directamente se
relacionan con su patria y cuyas leyes é intereses generales, aun cuando solo sea
en globo, debe conocer. Por último se le da una idea de lo que es la Tierra como
astro y en relación con los demás cuerpos celestes. Siempre llevándolo de lo más
sencillo á lo difícil; de lo individual y próximo á lo general; haciendo en cuanto
es posible práctica y tangible la enseñanza. Así, por ejemplo, la mejor definición
de río y de puerto, no le enseñará tanto á uno de nuestros niños como el fijar
su atención sobre el Rímac que atraviesa la ciudad y el Callao donde anclan los
buques portadores de inmigrantes y de mercancías.

La instrucción religiosa es uno de los ramos que exige seria reforma. El estudio
de la Vida de Jesús que, tanto por ser la del fundador del Cristianismo, cuanto por
la elevada enseñanza moral que encierra, debía ser, junto con el Catecismo de la
Doctrina, la primera y más sólida enseñanza religiosa, está comprendido en los
estudios de tercer grado; de suerte que las niñas que solo cursan el primero y el
segundo, se quedan ignorantes de ella. Pero se les enseña sí, y con sobra de detalles,
la Historia Santa. Se les fatiga la memoria con prolijas relaciones tan infructuosas
como la de los reyes de Israel y de Judá; y con hechos tan poco edificantes como las
historias conyugales de Abraham, de Samsón, de David y Salomón; hechos que,
si son excusables, atendidas los costumbres de la época en que ocurrieron, están en
abierta oposición con las de nuestro siglo y con los principios morales que se debe
inculcar á la infancia. Este estudio debería condensarse en unas cuantas páginas; lo
suficiente para dar una idea explicatoria de la relación que existe entre la religión
Cristiana y el Judaísmo que le dio origen.

Utilísimo siempre que sea gradual y progresivo en relación con la edad y el


desarrollo intelectual de las niñas, es el estudio de las Ciencias Naturales; sirviendo
de primer peldaño las lecciones intuitivas sobre objetos, con designación del
reino de la naturaleza á que pertenecen. En este, como en todos los ramos de

158
-
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

enseñanza, debe darse, la preferencia á lo práctico y concreto, á lo que mejor


puede asimilarse el educando; así por ejemplo, en Botánica, deben ante todo
estudiar las plantas que nuestro suelo produce, la manera de aprovecharlas y
hasta algunas nociones acerca de floricultura y horticultura.

En Qyímica, algo de tintorería y otras aplicaciones industriales y domésticas.

Como el estudio de la Física y de la Qyímica, para que salga de la esfera de


meras abstracciones, exige el conocimiento y empleo de máquinas y aparatos
costosos q los improductivos colegios laicos están casi imposibilitados
de adquirii sería de desear que en el Ateneo ó en algún local apropiado,
se diera conferencias públicas, mediante la colaboración de los directores y
profesores de los colegios de instrucción media. Conferencias á las cuales
pudieran asistir las escolares y cuantas anhelan acrecentar la suma de sus
conocimientos ó dedicarse á la telegrafía, á la fotografía, etc. Así harían obra
patriótica y humanitaria, pues contribuirían á que se aprovecharan las ricas
dotes intelectuales de la mujer, que hoy se esfuman en fruslerías de sociedad ó
en actos de devoción ocasional, únicos recursos de que muchas disponen para
combatir el tedio de una vida que carece de un digno objetivo.

La Zoología [sic] es uno de los estudios que mejor acogida han tenido en
los colegios de niñas, debido sin duda á lo que tiene de práctico y concreto;
por cuanto enseña á conocer algo que nos interesa tan de cerca, como nuestro
propio cuerpo, sus órganos y sus funciones. Complemento del estudio de la
antropología, debería ser el de la psicología, que diera alguna luz acerca de lo
que constituye la parte más elevada y perfecta del ser humano: acerca del alma
y sus facultades. Hoy, la generalidad de las mujeres no sabe respecto de la parte
inmaterial de sí mismas, sino lo que enseña el Catecismo doctrinal, á saber: que
el alma humana tiene tres potencias: memoria, entendimiento y voluntad; y que
es la parte espiritual que en el hombre piensa, siente y quiere. ¿No es verdad que
valía la pena de conocer un poco mejor su yo?

VII

A propósito de nuestros escritos sobre educación, algunas señoras nos han hecho
observaciones de este tenor:

159
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

-¿Censura usted, nos han dicho, que las niñas sean educadas por monjas; pero,
en qué colegio encontraríamos las garantías de moralidad y de orden que aquellas
ofrecen? En los colegios particulares se recibe indistintamente á toda clase de
niñas, aunque por sus antecedentes de clase y de familia, no debieran alternar
íntimamente con las de familias decentes y honorables.

Y cómo harán, decimos nosotras, las directoras de colegios si las niñas de las
clases superiores son para ellas á lo sumo, aves de paso que van á recibir las
primeras y acaso las más difíciles nociones del saber, para luego ser llevadas á
colegios de Madres? O clausuran sus establecimientos, ó acogen á las que las
solicitan; fundándose en el derecho que tienen de buscar la subsistencia, y en
que, en una república, si realmente lo es, no debe hacerse distinción de clases,
sino únicamente exigir honradez y hábitos morales.

Hay, sin embargo, un medio de salvar el inconveniente -que realmente


es- de esa admisión á todo evento, por la diversidad de costumbres,
educación doméstica y hábitos sociales que domina en los diferentes círculos;
inconveniente del que tampoco pueden estar exentos los colegios de monjas en
que se reúnen ciento ó doscientas educandas.

Este medio sería que un grupo de familias, formara por acciones y bajo la
vigilancia y dirección superior de los mismos padres, uno ó más colegios para
niñas como se ha hecho y se hace para la educación masculina. ¿O es que la
educación de la mujer no merece que se hagan en su favor iguales esfuerzos que
para la del hombre? Podríamos aglomerar citas de los más profundos pensadores
que opinan que la educación del hombre, la felicidad del hogar, y hasta el
progreso de las naciones, dependen de la mujer; pero basta un mediano criterio
para reconocer esas verdades de sentido común. Casi siempre, tras de un hombre
ilustre, se encuentra una mujer de corazón y de carácter, sea madre ó esposa, que
ha ejercido benéfica influencia sobre él...

Hay otro medio más fácil y hasta económico que está al alcance de muchas
familias que tienen numerosa prole y gozan de mediana fortuna; es el tener en su
propia casa una pieza exclusivamente destinada para colegio de sus hijas. Allí, una
de las muchas profesoras que para ello tienen aptitudes y que anhelan encontrar
trabajo medianamente retribuido, se consagrarían á dar lecciones diarias durante

160
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

algunas horas, no solo á las niñas sino también á los niños menores, quienes
podrían quedar expeditos por lo menos en el primer grado de instrucción.

Los gastos de sueldo de la profesora y de útiles de enseñanza quedarían


ampliamente compensados con el ahorro de las pensiones del colegio, de calzado
y de ropa de calle. Sabemos de tres familias que han adoptado este sistema y que
están satisfechas del procedimiento. Lo mismo podrían hacer las que viven en
sus haciendas ó en las provincias; con ello evitarían la dolorosa separación de sus
hijos y los gastos y riesgos inherentes á ese alejamiento del hogar.

Algunas madres oponen á este medio de educación objeciones como estas:


"que las esclaviza; y que no es posible que los niños estudien seriamente en la
casa donde tienen mil ocasiones de distraerse". Si los niños tienen hábitos de
obediencia; si se le acuerda á la preceptora autoridad bastante y se hace respetar
y cumplir sus órdenes sin réplica, reservándose la madre las observaciones
que alguna vez le ocurran para hacérselas en privado, de suerte que no sufra
su prestigio ante sus discípulas, todos esos inconvenientes quedarán salvados;
teniendo la madre la libre disposición de su tiempo durante las horas de estudio.

Otro aliciente que impulsa á muchas señoras á preferir los colegios de monjas,
es la enseñanza de los idiomas; sin embargo, bien apurada se vería la persona
que se propusiera señalar media docena de niñas de las educadas en esos
institutos que posea medianamente el francés ó el inglés; de ordinario, al dejar
el colegio tienen que recibir lecciones de ese como de otros ramos, si es que
quieren completar su instrucción.

La madre que sin estar impedida, hace lactar á sus hijos por amas mercenarias,
y que más tarde, no interviene en su educación si no es para pagar las pensiones
del colegio, abdica sus derechos más sagrados y se priva de darles la mejor parte
de su sangre y de su alma: solo es madre á medias; solo toma la parte menos
noble de la maternidad. Esta es la causa de que entre seres que debieran estar
tan íntimamente ligados como la piel á la carne, se vaya abriendo un surco de
separación que suele llegar á ser insalvable abismo.

¡Cuán distinta sería la suerte de las familias si las madres se penetraran de


la altura de sus deberes y se propusieran llenarlos cumplidamente! Cuántas

161
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

lágrimas, cuántos punzantes dolores se ahorrarían ellas mismas! No se vería ese


chocante divorcio de los hijos descreídos hasta el suicidio, y de las hijas fanáticas
hasta encerrarse en el claustro que es otra forma de suicidio: el suicidio moral...

En la serie de artículos que llevamos escritos sobre educación apenas si hemos


desflorado los puntos más culminantes de la materia; antes de darles término,
insistiremos una vez más sobre lo que conceptuamos ser el mejor camino de la
perfectibilidad humana: la MORAL.

La moral que es á la instrucción, lo que el alma al cuerpo; lo que al astro la luz.

¿°-1iién no conoce alguna ó algunas personas que descollando por su ilustración


y talento son, sin embargo, por su carencia de moralidad, elementos nocivos y
disociadores? La instrucción si no está acompañada de la moral, es como arma de
fuego en manos de niño inexperto que se hace daño con ella ó lo infiere a los demás.

Pero, ¿dónde y por quién debe ser enseñada la moral? En el hogar primero; y
después en la escuela.

No es curso que se enseñe por texto: se enseña con la palabra y con el ejemplo.
Cuando la madre -y decimos la madre sin excluir la acción menos directa pero
más enérgica del padre-, cuando la madre y el maestro llenen respectivamente
su parte de labor educadora, se logrará formar hombres. Hombres que no digan
con pesimista desaliento: "¡Para qué es vivir!", sino con fé y voluntad enérgica:
"¿Cómo se debe vivir?". Qye no digan cobarde y desdeñosamente: "¡Este país
está perdido!", sino que al dejar la vida puedan repetir con Nelson: "Gracias á
Dios; yo también he cumplido con mi deber".

La naturaleza proporciona la materia prima; el ser viviente; la educación por


medio de la evolución moral, debe formar al ser racional y pensante que tenga
por estrella polar de su existencia la lealtad, la rectitud, el deber; hombres que,
como dice Horado Mann: "Tengan vergüenza de morir sin haber ganado antes
alguna victoria en favor de la humanidad". Hombres y mujeres de temple, de
carácter, que busquen infatigables la verdad y luchen por ella con entereza aun
con perjuicio de sus intereses materiales. Qye opongan al menguado egoísmo
que esteriliza y aísla, un elevado altruismo que los haga gozar con el bien ajeno;

162
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

persuadiéndose de que como dice el ya citado Horado Mann: "Las clases


inferiores son aquellas que nada hacen en beneficio de los demás".

Con pena lo anotamos; pero hoy, por regla general, para la enseñanza moral
de sus hijos, las madres descansan en los maestros; y éstos, aun cuando se
afanen y llenen á conciencia la tarea de cultivarles la inteligencia, no hacen
gran hincapié en la enseñanza moral, que suele quedar reducida á áridas reglas
de conducta que llenan la memoria sin dejar rastro de su paso en el corazón.
Acaso no hay enseñanza más difícil y abstrusa. "No es sino por una especie
de inspiración, ha dicho M. Necker de Saussure, que se encuentra el lenguaje
propio para conmover á la infancia"; y es necesario conmover, emocionar,
interesar vivamente al niño, para que las lecciones morales se graven de un
modo indeleble en su ánimo. Feliz el maestro que encuentra esa inspiración y
que siente, para hacer sentir; pasando, por una especie de transubtanciación,
una parte de su propio ser espiritual al de sus discípulos.

La madre tiene mayores facilidades para efectuar esta obra magna, como que es
la que da el primer impulso; el alma del niño en los primeros años es libro en
blanco en donde ella escribe las primeras páginas que casi siempre deciden de su
futuro destino. De gran auxilio puede serles la lectura explicada de libros como
el Frascuelo de Bruno y Corazón de Edmundo de Amicis.

Suele confundirse la Moral con la Religión siendo diferentes, por mucho que en
rigor debieran andar siempre unidas.

La Religión nos enseña las verdades eternas; los sentimientos y relaciones que nos
ligan con el Creador. La Moral, como dice M. Guizot, nos enseña: "La santidad
del deber, la sumisión á la autoridad paterna, el respeto á las leyes, al mandatario,
á los derechos de los demás". Ella forma la conciencia del hombre y lo hace fuerte
para obtener el triunfo en las batallas que se libran entre esa dualidad que parece
llevar cada uno dentro de sí: entre el yo, que conociendo el bien anhela practicarlo,
y el otro yo, que nos inclina al mal, á la satisfacción de aviesas pasiones.

La moralidad individual, y por consecuencia de ella la de la familia y la sociedad,


es la obra más grande, más humana, más trascendental, que están llamados á
ejecutar todos y más especialmente la madre y el maestro.

163
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

La Religión hace al cristiano: la Moral forma al ciudadano: al ser humano, al


hombre ó mujer, que no marcha á ciegas ni procede al acaso ó cediendo á ajeno
impulso, sino que tiene conciencia de sus deberes y el propósito de cumplirlos.
Ella retempla su carácter alejándolo por igual de la debilidad enfermiza y de la
caprichosa terquedad. Ella lo hace el centro de círculos concéntricos formados
en primer término por la familia; luego por la patria; y por último por la
humanidad, hacia los cuales irradia amor y tolerancia, justicia y benevolencia.

En el Perú, donde la heterogeneidad de razas tanto contribuye á que estén


·• disgregados los elementos sociales, se hace sentir más la necesidad de una
educación moral y republicana, patriótica y altruista que les imprima la
necesaria cohesión haciendo cesar el indiferentismo por la cosa pública, para
que el interés de cada uno sea el interés de todos; y que no sean palabras
vanas, sino generadoras de elevados y fecundos sentimientos, ¡las de Dios,
Patria y Humanidad!

Para obtener la consecución de esta obra magna apelamos al corazón de las


madres peruanas: solo ellas, penetradas de que dar á luz al niño, alimentarlo
y vestirlo es apenas la parte más mínima de la labor que la naturaleza les
confiara; que hay otra verdaderamente excelsa: que es la de modelar su
alma, formar su carácter, dirigir sus aspiraciones hacia lo bueno, lo noble, lo
verdaderamente humano. Solo las madres pueden operar la evolución moral
que el mejoramiento de la familia y el engrandecimiento de la patria exigen. Si
ellas, desoyendo nuestra bien intencionada palabra y los dictados de su propia
conciencia, dejan al acaso ó entregan á manos mercenarias la noble empresa de
dar el impulso moral al espíritu de la nueva generacíón, no cabe sino exclamar
con el poeta: "Lasciati ogni speranza".

VIII

Vamos á decir nuestra última palabra sobre un tema de tanta resonancia


sociológica y moral, cual es el de la educación de la mujer.

"La mujer", dice Mantegazza, "no es ni inferior ni superior al hombre; ella


marcha á su lado. El hombre y la mujer son dos líneas paralelas que avanzan
juntas sin confundirse".

164
ANTOLOGÍA PE TEXTOS

Uno á otro se completan para formar el ser humano; y la analogía de su destino


sobre la tierra establece entre ellos relaciones de identidad é intereses que bien
comprendidos y armonizados, pueden llevarlos al pináculo de la perfección; pero
que desvirtuados, los hacen recorrer el camino de la vida cual forzados unidos
por la misma pesada cadena. Al hablar, pues, de la educación de la mujer, hay que
tocar al hombre y á la familia; por eso no juzgamos ajeno á nuestro propósito
sino un complemento de él, lo que nos resta decir.

Hay ciertas llagas sociales que requieren á más de mucho tacto para intentar
curarlas, buena dosis de valor moral para atreverse á levantar el apósito que las
cubre y aplicarles el necesario cauterio. De este número es la parodia religiosa
que, como devastadora corriente, ha ido invadiendo nuestra sociedad en el
último cuarto del siglo que expira; siendo ella á la verdadera religión, lo que el
dublé al oro de buena ley.

Entre los nobles sentimientos que dominan el espíritu, descuella en primera


línea el sentimiento religioso: bien dirigido y aunado con la moral lo eleva y
ennoblece; pero ¡ay del pueblo en que falseado, se materializa y se emplea para
lograr humanos medros y sojuzgar á la sociedad convertida en dócil rebaño!

De la influencia avasalladora que la clase sacerdotal ha ejercido desde los más


remotos tiempos y en los cultos más diversos, nos presentan irrefutable testimonio:
los sacerdotes de Isis en Egipto; los de Brahama en la India; los oráculos, augures
y pitonisas en Grecia y en la Roma pagana; y el mismo sacerdocio católico en la
Edad Media cuando los pontífices desde León III coronando á Cado Magno y
Gregorio VII destituyendo á Enrique IV de Alemania, daban y quitaban tronos,
consagrando á los reyes de derecho divino, ó absolviendo á sus súbditos del
juramento de fidelidad que les prestaran. Si en muchos casos sirvieron á la causa
de la civilización, á la vez trataban de consolidar su propia hegemonía.

La humanidad, eterna reproducción de la bíblica estatua de Nabucodonosor,


ostentando cabeza de oro, suele llevar los pies de frágil arcilla. Cuando el sacerdote
católico, fiel á la misión que el Cristo le encomendara, predica con la palabra y
con el ejemplo, paz, unión y mejoramiento en las costumbres, es verdaderamente
la sal que evita la corrupción del social océano; y espiritualizándolo, lo civiliza
y encumbra; pero cuando en vez de remontarse cual águila á las altas cumbres

165
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUC4TIVAS, 1870-1930

de lo eterno, abate su vuelo hasta consagrar sus afanes al logro de menguados


intereses terrenales, arriesga que la pedrez_uela desprendida de la montafia de
la verdad, pulverice la base de arcilla de la estatua de las mundanas ambiciones
disfrazada con el áureo manto de la religión de Cristo.

Personas habrá que al leer lo que antecede, clamen: "¡Abominación! ¡Escándalo!


¡Eso es tocar el arca santa de las creencias!"No;justamente defendemos su pureza
contra los mercaderes del templo que hacen necesario que Jesús los fustigue con
su divina palabra, diciéndoles como á sus antecesores: "¡Salid! ¡La casa de mi
padre es casa de oración y vosotros la hacéis casa de tráfico!"

Como la ley del oro se prueba con el Agua Regia, la piedra de toque, la marca
ó sello de los verdaderos apóstoles del Evangelio, es el género de influencia que
ejercen en la familia y por ende en la sociedad.

El sacerdote católico que llena cumplidamente su misión, purifica el ambiente


moral y deja tras sí regueros de luz y de enseñanza entre los pósteros. ¿Qyién no
bendecirá la memoria de sacerdotes como el insigne don Mateo Aguilar, como
el angelical señor Heros, y como el humilde P. Abregú? ¿Qyién no recuerda con
respetuosa simpatía al Dr. Salcedo, último cura rector de la parroquia de San
Marcelo? Ese venerable sacerdote unía á la ilustración del hombre de letras,
la sencillez de alma del niño. Amante de la infancia, estuvo siempre dispuesto
á colaborar en cuanto contribuyera á su instrucción y mejoramiento; ya fuera
explicando á los niños el Catecismo en su iglesia, donde los atraía con su afabilidad,
ya trabajando en pro de la instrucción, cuyos progresos alentaba con su presencia
en los exámenes donde era solicitado. Atento á remediar las necesidades de sus
feligreses, siempre tuvo un buen consejo para quien á él acudiera; de costumbres
sencillas, nunca se le vio sentado á la opípara mesa del rico ni dejó de acudir á la
llamada del enfermo ó del necesitado. Verdadero discípulo del que nació en un
pesebre, vivió entre los humildes y murió sin tener en qué reclinar la cabeza, el
Dr. Salcedo, siendo cura de una de las más ricas parroquias de esta ciudad, nada
pudo legarle á su anciana madre que, según se nos ha informado, vive hoy de una
corta renta que le tiene asignada el Ilustrísimo señor Bandini.

El espíritu se refresca y la pluma corre fácil cuando en vez de censura le es dado


discernir merecidos elogios.

166
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Olie hubo y hay buenos sacerdotes, honra y prez de nuestro clero y de la


Iglesia, justo es decirlo; pero abundan y mucho, los que olvidando que el
Divino Maestro dijo: "Mi reino no es de este mundo", se afanan por atesorar
riquezas y conquistar influencias.

Esos falsos apóstoles son los que en vez de procurar la paz y la unión en la
familia, la dislocan, la anarquizan é introducen en ella la discordia so pretexto
de religión; son esos los que, lejos de exigir el cumplimiento de los deberes
domésticos, autorizan su abandono; sucediendo que, mientras la madre está
devotamente arrodillada en el templo ó sentada colectando fondos para la fiesta
tal, ó la congregación cual, la casa está como nave sin timón, girando á merced
del capricho de los sirvientes; y los niños desgreñados y desatendidos, salen tarde
de la cama, alborotan y se atoran de golosinas; esto es si no hacen cosas peores.
Siempre queda el recurso de mandarlos á la escuela: mientras son chicos para
descansar de ellos, que de más grandes, las mujeres serán encerradas en colegios
de monjas, hasta los dieciocho ó veinte años, y los hombres irán donde los Padres
"para que les enseñen la religión".

¿Y las relaciones conyugales? Mejor será no tocar este asunto demasiado espinoso
y que acaso nos llevaría lejos de aquel que puso la pluma en nuestras manos. N adíe
ignora lo que pasa en esos hogares donde el esposo se encuentra desatendido
en sus necesidades físicas; sin apoyo en sus contrariedades y desfallecimientos;
donde su autoridad queda anulada ante la del confesor... Principian por relajarse
vínculos que debieran ser eternos; y si ostensiblemente no siempre aparecen
rotos, lo están en efectivo en la intimidad familiar.

Tal es la obra proditoria de los malos sacerdotes; de los que aspiran á la dominación
social por medio del dominio de las conciencias: y que, conociendo cuánta
exactitud encierra esta sentencia de Leibniz: "El dueño de la educación es dueño
del mundo", con paso lento, pero seguro, van posesionándose del niño por medio
de la instrucción, lo mismo que se adueñaron de la mujer por el confesionario.

Aprovechando del descuido de padres y de esposos que, si bien suelen ser hasta
ultraliberales de palabra, carecen de energía en la obra, ellos van adhiriéndose
por innumerables lazos al cuerpo social: lo estrechan, lo envuelven, y llegará el
día en que sea imposible defenderse de los anillos de esta boa constrictor.

167
PUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930
LAS MUJERES Y SUS PRO

y no es por cierto de esos hogares fanatizados, ni de esa juventud educada


monacalmente de la que hay que esperar que salgan las mujeres religiosas sin ser
fanáticas; ilustradas sin pedantería; y abnegadas sin debilidad; ni los hombres de
iniciativa y de corazón que tengan por divisa Dios y la Patria.

No pretendemos ser las primeras en conocer en toda su extensión esta dolencia


social que nos aqueja: el dominio casi incondicional y perturbador que hoy
ejerce el sacerdote en las familias; muchos hay que ven claramente el mal,
sus progresos y probables consecuencias; pero faltos unos de energía moral;
partidarios otros de "barrer para adentro" -como diría el padre Coloma-,
todos callan, y los que levantan la voz, lo hacen en tono intemperante;
arrojando insultos más bien que razones á la faz del adversario; con lo que
lejos de obstruirle el camino se lo allanan y facilitan.

Sin desconocer las consecuencias, que tamaña osadía pudiera acarrearnos,


nosotros, que nos acercamos al ocaso de la existencia; que no tenemos,
descendientes directos cuyo porvenir nos preocupe; pero en quien el hielo de los
años no ha logrado apagar el fuego sacro del amor patrio, nos atrevemos á dar
la voz de alerta; y descorriendo el velo que cubre al nuevo Lázaro, pedimos sean
curadas sus úlceras por quienes tienen el poder y la obligación de hacerlo; por
eso abogamos enérgicamente por la enseñanza moral y la educación laica de la
juventud peruana.

Teresa González de Fanning

Lima, Abril 8 de 1898.

168
CLORINDA MATTO DE TURNER
(Cusca, 1852 - Buenos Aires, 1909)

Fuente: Del olvido a la memoria. Mujeres peruanas 1860-1930.


Historia gráfica. Lima: Movimiento Manuela Ramos, 2003.

169
..
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 8

Luz entre sombras, 1889


Estudio filosófico-moral para las madres de familia14

1
No simpatizo con la mujer que, despojándose de los encantos propios de su
sexo, quiere hacerse varón; y siento tristeza por la beata, así como por la mujer
incrédula, que es un libro en blanco, una nota destemplada en el concierto
universal; pues, unas y otras, eluden el cumplimiento de sus deberes sociales.

Soy, también, enemiga de negar los atributos de la naturaleza.

El fuego siempre será quemante y la nieve fría.

La mujer ha nacido para madre y debe ser toda ternura y sentimiento, porque el
código que la rige es el corazón.

Por esto, pido para el varón el bullicio de la política, donde todos se engañan
unos á otros, en medio de las serias genuflexiones de la diplomacia; y para la
mujer el altar de la familia, donde ella atiza el fuego sagrado, á cuya lumbre
fructifican el Amor y la Verdad.

Esto no quiere decir que yo desconozca que, la esfera de acción de la mujer tiene
que ensanchar á medida de las condiciones de cada una y según las costumbres
locales; pues también me pregunto: ¿qué ha de ser la que, por desdicha, no es
madre ni esposa? Pero estas son excepciones, y la regla general tiene que ir basadl\.
en la misión que Dios le ha señalado, eligiéndola para la maternidad.

Contemplar a la mujer con kepí, cartuchera al cirtto y rifle al brazo, causa risa
y pena; mientras que la madre, arrullando en sus brazos al hijo de su alma o
implorado á Dios por los seres que ama, comunica paz, alegría y veneración.
14 Matto de Turner, Clorinda. Trabajo leído al incorporarse en E/Ateneo. Lima, 6 de enero de 1889.

171
LAS MUJERES y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

¿Para qué, pues, hemos de cambiar nuestras riquísimas joyas de brillantes y rubí,
por el oro falso que importan aquellas doctrinas ilusorias que, en la práctica, nos
alejan de la felicidad doméstica, tomando la excepción como regla general?

Lo que importa, es el cumplimiento de nuestros deberes, ajustados a la Lógica,


deberes que nos imponen señalar el peligro, cuando lo vislumbramos, y evitar
la catástrofe que se inicia al caer de un edificio, amenazando sepultar bajo sus
ruinas a nuestros esposos, nuestros hijos y nuestros hermanos.

Entendiendo que en todo orden, para asentar un principio social hay que
estudiar las utilidades de la mayoría; y, acatando esta regla, me dirijo á la mujer
en general, á quien le concedo los mejores atributos de una alma nutrida en la
fe, dirigiendo las pulsaciones de un corazón exquisito en sensibilidad, tierno
y generoso, corazón de mujer peruana; con imaginación perspicaz adivina los
peligros y presiente la dicha; cuya mirada clara y chispeante ve a través de los
nubarrones que rodean á los seres queridos, y cuya palabra cariñosa de consejo,
casi siempre ha sido la providencia de los suyos, palabra que, en momento
oportuno, ha de escucharse con la reverencia exigida por la sacerdotisa del hogar.

Hoy que los cerebros se agitan ante principios contradictorios; hoy que nos invade
una teoría roedora que lo destruye todo, semejando á la polilla, y no crea nada;
hoy que vemos demoler los mejores edificios sociales, no para levantar otros con
las exigencias del gusto moderno, sino para dejar campo avanzado y seco; hoy
que nuestros hijos van parodiando al capitán Renard con sus globos aerostáticos,
inflándose de un humo con olor á vanidad y alquitrán; hoy, en fin, que la indiferencia
de los unos, la turbulencia de los otros y el egoísmo de los más amenazan la completa
destrucción de nuestro mutilado Perú, las responsabilidades de las madres de familia
se multiplican, porque las calamidades de la Patria son la consecuencia inmediata de
la desorganización moral del hogar, pues nadie desconoce que el grupo primordial
de la Patria es la familia, ni puede negarse que -como dijo Maximo Muller-, la
ventura de las sociedades está en relación de la ventura doméstica.

¿Podrá la mujer conservarse indiferente ante el cuadro sombrío que amenaza


envolver su hogar y su patria en el cataclismo destructor? ¡No!

No es posible que calle.

172
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Seamos las primeras en dar la señal de cariñosa prevención.

Ellos, que en la cuna y en nuestros brazos aprendieron á amar la voz maternal,


acaso escuchen con afecto la palabra de la mujer que se les diga: ¡Dejad el
lánguido sopor de la materia! ¡Despertad! La Patria desfallece por falta de
principios morales y religiosos.

II

Voy á buscar fundamentos.

Muchas son las causas de decadencia del país, entre las cuales señalaría la desunión
de ideas que traen la debilidad de las fuerzas morales; pero juzgo que la principal es
la que he apuntado, con profunda y leal convicción, al terminar el párrafo anterior.

Según el afortunando pensamiento de un ilustre escritor argentino15, el


escepticismo cruza en estos tiempos, frío y corrosivo, por en medio de nuestras
sociedades. Y ese terribl� veneno, aniquilando en la sociedad sus gérmenes
de vida, su aliento y fuerza, va robándole con el egoísmo que engendra todo
incentivo, todo estímulo, todo calor noble y abnegado en los sentimientos,
destruyendo, juntos con nuestros principios morales y religiosos hasta los lazos
de familia tan dulces y estrechos para el corazón que cree y ama.

Preguntaré, imitando a uri reputado pensador16 : ¿qué se han hecho en el Perú


los corazones que palpitaban por el amor de la verdad? ¿Qyé, nuestros hogares
donde los hombres estaban prontos á sacrificar su existencia por una idea,
sosteniendo en la República un principio, el de integridad por ejemplo, y no el
interés personal, fruto del egoísmo?

Han desaparecido al helado soplo del indiferentismo en moral y religión,


llevándose la fe, y con ella, la vida del espíritu, dejándonos, en cambio, la materia,
el cadáver; esa NADA aterrorizadora que los químicos de la incredulidad
proclaman manifestando que en sus manipulaciones nunca chocó una retorta la
presencia de Dios, ¡del mismo modo que el escalpelo del anatómico no encuentra
las coyunturas el perfume de una flor!
15 José María Zuviría.
16 Flammarión.

173
LAS MU/ERES y sus PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

El egoísmo se manifiesta en el hombre, aun en la aplicación de las teorías que


sostiene, sin cortar las utilidades que para sí calcula. Difunde con punible malicia,
un liberalismo mal entendido; aboga por el libre pensamiento, la libertad de
acción, la abolición de sistemas religiosos de creencias, para la mujer y la hija
ajena; pero, cuando se trata de la suya, ¡es otra cosa!

Esta otra cosa significa que allí no está la verdad y, por consiguiente, tampoco el
Bien, hijos de la hermosa libertad republicana.

Ríe, si la mujer dice la verdad; y la condena porque engaña.

Su afán es deducir á la incauta; pero se escandaliza si otro la seduce.

Juzgo que las ideas del hombre, en doctrina de familia, vagan inciertas mientras
él no es padre. Por tanto, la mujer, al desposarse, debe comprender que inicia
la nueva era del individuo en la familia que funda; que ha de ser eternamente
austera en sus costumbres, porque la santidad del hogar infunde respeto al más
descreído; debe ella invocar de su esposo la práctica de las buenas costumbres,
por amor a sus hijos, á fin de que los pequeñuelos sean el reflejo de la virtud de
su padre, segura de que la escuela del buen ejemplo es la que da mejor enseñanza
que todos los libros juntos.

Hoy nuestros hijos, arrojados en el mar de las teorías de LA NADA, están dando
manotadas en todas direcciones, levantando tubos de escándalo y desolación. Es
preciso que llegue ya la hora de asirse de algo que les salve de la muerte segura y
cruel, conduciéndolos a la deseada orilla; y ese algo tiene que ir de manos de la
madre, pues ella no ha de expectar impasible la zozobra del hijo.

Algunas mujeres creen que las sumas de sus virtudes deben consistir en
frecuentar el templo y consultar para todo al confesor. ¡Error! Lamentable
error, que la ilustración de la madre cristiana está llamada a rectificar,
mostrándole que, si bien es un deber el ir a la casa de la oración a rendir
el culto externo a Dios, las horas deben ser determinadas, porque a todo
momento ha de tener presente que el altar del sacrificio diario está en su casa,
donde ella ha de ser como el sol: brillar siempre para dar luz, calor y vida a
todo lo que le rodea: ha de saber distinguir que existen consultas que solo
debe hacerlas a su esposo o a su padre.

174
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Otras piensan que vigilar al hijo es cerrarle las puertas de calle con siete llaves,
precaución contraproducente, cuando no se ha acumulado para los hijos la
riqueza moral que formará no solo su felicidad sino la del Estado; dándole
principios morales y religiosos tan sólidos, que le suministren, durante su vida,
elementos anteriores bastantes para dominar las pasiones de su alma y la fácil
influencia de las ajenas pasiones, sin transigir con eso que graciosamente se
llama el instinto del deber.

Fácil es conocer la decadencia de un pueblo como de una sociedad cualquiera


-ha dicho el ilustre autor de Religión Religiones- y hacer de ella el más
seguro diagnóstico, observando con exactitud solo tres hechos, que son fatales
síntomas: la mayor o menor intensidad de la idea religiosa; la mayor o menor
fuerza del sentimiento nacional en el pueblo; la mayor o menor profundidad
del egoísmo en cada individuo.

Ruego á los que me dispensan la honra de escucharme, que, poniendo la mano


sobre su corazón extiendan la mirada hacia nuestro país y juzguen de su estado
actual y de su porvenir, en presencia o ausencia de esos síntomas.

¿No es verdad, señores, que al presente nuestra patria languidece como el


cuerpo anémico, pobre de sangre y de fuerzas porque le falta la fe; esto es
el principio de vida social basado en una creencia que sea la fuente de toda
esperanza y de futura recompensa?

La dolencia viene de la familia, como si dijésemos del cerebro y del corazón.

Señalaré algunos cuadros.

Llegamos en el momento solemne en que se piensa pedir en matrimonio la mano


de una señorita, y... descubriremos esta gradación dolorosa que marca la época y
el egoísmo del holgazán o del avaro. Nuestros abuelos preguntaban antes de los
esponsales: ¿es virtuosa? Nuestros padres: ¿es bella? Y nuestros hijos: ¿tiene dote?

De este modo la mujer háse convertido en letra de cambio. La que lleva firma
abonada es de colocación inmediata, y la angelical criatura que solo ofrece un
tesoro de virtudes guardado, por dos negros ojos, queda despreciada como el
billete fiscal, para vestir santos ó ser el zángano en la colmena de la familia.

175
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

¿Y quién tiene la culpa de esto?

Nosotras mismas, sí, digámoslo bien alto. La mujer es responsable de no conservar


su dignidad personal, no ilustrándose lo suficiente y no señalando al varón, desde
su infancia, que el corazón no es mercancía sino el arca donde se deposita el caudal
de las virtudes y el amor al trabajo; la mujer que no obliga al varón al cumplimiento
de sus deberes cualquiera que será la jerarquía de este en la sociedad. ¡Magistrado,
Sacerdote! Por ventura, ¿no es también el hijo de nuestro ceno?

... ¡A cuántas lo pierden todo por falta de método!

¡Cuántas hacen odioso el sentimiento religioso con sus mojigaterías diarias!

¡Cuántas llevan el ridículo a su hogar por no inculcar sentimientos de moralidad


en sus hijos!

Recuerdo haber oído no hace mucho al pasar por las puertas de uno de los
"Salones" o casinos a la moda, el siguiente diálogo entre jóvenes imberbes, de los
que se recogen en la madrugada.

-Y, ¿cómo te fue, chico?

-Así, así, hijo. Mi madre cacareó de lo lindo: el viejo ¡trinando!

¿Habrase visto falta de respeto filial semejante?

Aún no es todo.

Los que observamos con la mirada serena, sin tomar parte en la comedia vemos
niños de diez y ocho primaveras que deberían ser el modelo del estudiante,
¡convertidos, en un brinco, en lo que generalmente llaman un hombre! Pero un
hombre con todos los vicios de una juventud borrascosa, sin ninguna de las virtudes
de la edad de la razón, en que ya se distinguen las huellas de la experiencia: y el día
en que se dicen con aplomo "yo no creo en nada" se juzgan una entidad tal, que
desprecian todo principio de Moral y Religión como antiguallas para las viejas.

Y de esta escuela tendremos: los trágicos que acaban por el suicidio; los malos
amigos que no respetan el hogar ajeno; los empleados que no retroceden ante

176
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

una plumada de infidencia; los militares que huyen ante el enemigo; los beodos
que liquidan la dote de su mujer; la juventud falaz que sacrifica la patria ante un
cuatro de espadas: en suma, la desorganización total de la familia, la decadencia
de la patria, como la consecuencia inmediata y palpable de la falta de los
principios que llevo señalados.

III

Os he fatigado señoras y caballeros pero voy a terminar pidiendo escusas.

Diagnosticando el mal, es preciso buscar el remedio, porque no quiero pertenecer


al número de los que se complacen en lanzar crítica ni de los nihilistas que
destruyen por destruir.

Juzgo que el remedio para la decadencia actual de la patria se ha desprendido


del curso de nuestras investigaciones en el seno de la familia, y que no puede ser
otro que la propaganda de principios de Moral y Religión llevados á la práctica.

Acaso alguno me pregunte con un notable publicista contemporáneo, ¿cuál de


las lucubraciones sociales, de las doctrinas, de los sistemas, de las hipótesis en fin
que se disputan hoy el dominio de las inteligencias en materia de religión, tiene
el menor derecho a nuestro convencimiento?

Verdad es que los tiempos de las disputas religiosas han visto su fin confundiéndose
al presente, el eco de la voz de San Agustín que dijo: "Dios existe porque existo
yo" y la de Voltaire reclamando: "Si Dios no existiera sería preciso inventarlo"
resultando en claro la verdad analizada que de que existe Dios.

Corremos los tiempos positivos; es necesario elegir una religión y practicarla.

Confesemos que, si en el orden político todo entorpecimiento nace de tener


leyes y no cumplirlas, puesto que según Montesquieu toda ley es buena si se
cumple, en el orden social la desorganización también está en no tener religión
y no practicar sus mandatos.

El cristianismo que ha ganado bajo su estandarte fraternal el predominio


que las naciones más adelantadas del viejo y nuevo mundo, asegurando la

177
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

paz de los gobiernos y la felicidad de las familias, brinda la salud social y los
progresos de perfeccionamiento á nuestra patria decadente, que necesita más
colegios gratuitos, establecimientos industriales, fábricas, trabajo, honradez en
sus hombres, vida práctica en fin y no teorías disidentes ni pasatiempos de
elocuencia, que cruzan como el relámpago iluminando fuertemente nuestra
retina para ofuscarla luego.

Recordemos que de los desastres que lamentamos, una gran parte sino el todo es
consecuencia de la facilidad con que se habla y grita lo que debe callarse.

¡Madres de familia! No sea nuestra palabra como la ola que se levanta, lamen la
arena y vuelve a confundirse en la mar salada.

Sea, como el buril del lapidario que pulimenta y aquilata el diamante.

Hagamos á nuestra juventud seria y reflexiva y habremos reconquistado el


bienestar de la Patria en lo absoluto. Y en lo relativo é individual, vendrán:
robustez, lozanía y larga vida, tres enemigos implacables del raquitismo, esa fatal
consecuencia de las costumbres licenciosas.

Qyiero ver á nuestros hijos armados con la fe en el corazón, y la fuerza en el


brazo; marchar, erguida la frente, á la cumbre de la prosperidad nacional.

El astro rey de las creencias cristianas aún no ha desaparecido en los horizontes


peruanos. Eclipsado por las sombrías nubes del momento, tornará á alumbrar,
con luz benéfica, el Perú adorado.

Mas, la labor de disipar aquellas sombras que oscurecen nuestro sol y nuestro
día, es de la mujer, de la madre peruana.

Si ella trabaja, solícita y constante, asomará la aurora deseada, y la blanca paloma


de la libertad, con las alas teñidas en la sangre de los que murieron en San
Juan, Miraflores y Huamachuco, ¡volverá á levantar el vuelo y el pabellón bicolor
ondeará galano sobre la nación grande y fuerte!

178
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 9

Necesidad de la educación física en los colegios, 1890 17

Sonó la hora, y la campana del claustro escolar llama de nuevo á sus educandos,
y la enardecida frente del maestro vuelve á inclinarse sobre el libro de enseñanza,
para proseguir la tarea durante otro año.

Los días de pasajero descanso para los alumnos, ¿acaso lo han sido para el
profesor?

No; que su labor es sin tregua porque su existencia está consagrada á beber la
ciencia con la insaciable sed del que la necesita para nutrir corazones tiernos é
inteligencias infantiles, midiendo para cada cual este alimento para entregar á la
sociedad un miembro suficientemente ilustrado y útil, un ciudadano á la patria:
al hogar una esposa preparada para la augusta maternidad.

¿Habrá misión más grande y más santa que la del maestro?

Recibir la piedra bruta, que no pocas veces se le manda para sacar un estorbo
de casa y devolver diariamente pulimentado con la diaria faena, labrado hora
tras hora á costa de la savia de la propia vida; es sin duda algo que pide el
respeto del mundo, la gratitud de los padres de familia y la consideración
inmediata de las autoridades.

Las puertas de los templos de la enseñanza vuelven á abrirse en todas direcciones:


institutos, colegios y escuelas anuncian sus matrículas: y son precisamente
estos, los momentos en que, tanto el Consejo Superior de Instrucción como la
Honorable Municipalidad deben redoblar su atención para que la enseñanza
siga esa ley impulsiva del progreso, que manda ir adelante, siempre adelante.

En el comienzo del año escolar son fáciles las modificaciones que pide la
observación hecha durante el año de estudios; y particularizando la regla, creemos
17 Matto de Turner, Clorinda. En El Perú Ilustrado, Nº 148. Lima, 8 de marzo de 1890.

179
LAS MUJERES y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

que la importante exhibición de textos y útiles de enseñanza tan acertadamente


promovida y llevada á cabo por el ''Ateneo de Lima", haya proporcionado á los
institutores y á los encargados de velar por la instrucción, motivo para estudiar
diferentes puntos de mejora en el plan y método de aprendizaje.

Nosotros abogamos por la implantación de gimnasios en todos los colegios y


escuelas, de ambos sexos, porque, estamos persuadidos, como lo están á su vez
los componentes pedagogos, de que la educación corporal es tan importante
como la instrucción de la inteligencia.

En un clima como el nuestro, es preciso procurar á la infancia elementos


fortificantes que den por suprimidos los accidentes dolorosos de la época en que
el hombre se despoja de sus alas de niño para entrar á la pubertad.

Los ejercicios corporales son pues, indispensables al desarrollo físico y aún intelectual,
puesto que la esencia actúa en el hombre según la solidez del vaso que la contiene.

Entendemos que varios colegios de señoritas han establecido gimnasios,


prometiéndonos con esto una generación vigorosa; pero estos hechos particulares
no satisfacen la exigencia, porque la regla debe ser general para todos los
institutos educacionistas, por modesta que sea su escala, y por ello insistimos
en nuestra demanda ante el Consejo Superior de Instrucción y la Honorable
Municipalidad á fin de que dirijan su mirada progresista á este punto de vital
importancia para la perfecta educación de los niños.

180
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 10

Comparación de la labor materna con la del educador, 1890 18

Por pequeñas que sean las fiestas que la Patria celebra en su día clásico, dejan
huella de luz cuando están presididas por la oliva de la paz, que, en nuestro siglo,
debería adoptarse como el emblema del progreso.

No hemos tenido en nuestras fiestas de julio el atronador bullicio de otros años,


pero en cambio se han realizado acontecimientos provechosos para el futuro.
Nos referimos á la colocación de la primera piedra para el monumento al egregio
San Martín, y á la solemne repartición de premios á los alumnos de las Escuelas,
realizada en el salón de máquinas de la Exposición.

Nada en verdad simboliza tan perfectamente el provechoso estímulo ofrecido á


la niñez, como el premio que se le otorga en públicos certámenes.

Hoy, sobre todo, que nuestro país da muestras de cordura, trabajando por el
afianzamiento de la paz y de la unión interna, es preciso reportar todo el fruto
posible, de la actitud que ha asumido el Perú aleccionado en los dolorosos días
de la guerra, que, por dicha pertenecen al pasado, estimulando al niño y al
maestro igualmente.

No es predicando con el atrayente susurro de la Retórica en la plazas ó en la


tribuna del periodismo, como se forman los hombres útiles al país, ni se levantan
los pueblos postrados por la avalancha de la guerra; no. Es educando el corazón
en la sobriedad y con la práctica de las virtudes; alimentando la inteligencia por
el sazonado fruto del libro, vigorizando el brazo con los saludables ejercicios de
una vida apartada de la molicie.

¡Desdichados los pueblos donde sus varones hablan demasiado, y sus mujeres
callan lo suficiente!

18 Matto de Turner, Clorinda. En El Perú Ilustrado, Nº 169. Lima, 2 de agosto de 1890.

181
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

¡Desgraciadas las sociedades que en lo íntimo del hogar han trocado los papeles
señalados por la naturaleza!

Roma cayó del pedestal de su gloria por el asqueroso afeminamiento de sus


hombres; Atenas sostuvo el brillo de su cohorte por la sobriedad de su juventud,
que hasta los treinta años de edad se abstenía de las faenas públicas, á las que se
preparaba con la doble cota de la experiencia y el estudio.

Peruanos antes que pequeñísimos escritores, querríamos que nuestros


educacionistas imitasen á la leona. Ella amamanta á su cachorro en lo escondido
del bosque con el licor de sus entrañas, hasta que lo ve convertido en león; y,
cuando éste puede responder de su presa, cuando puede luchar garra á garra,
entonces lo saca al camino y mirando los dilatados horizontes del desierto le
dice: tú eres ya un león, ese es tu campo.

La escuela y el ejemplo del hogar, sí, digámoslo bien alto, son los escondidos
vallados á donde han de alimentarse y crecer, y ser hombres nuestros hijos.

Si fomentamos en ellos la molicie, la vanidad prematura, la palabrería


envalentonada; si les ofrecemos por todo solaz la lubricidad de los cafés cantantes
que han invadido el templo del arte teatral; si les predicamos odio sin haberles
dado antes fortaleza, si saciamos sus exigencias pasionales antes de vigorizarles
el cuerpo; si en fin, llevamos el cachorro al camino del león, ¿qué resultado
podremos esperar los que estamos alejándonos de la vida...?

Con la mirada fija en ese pabellón blanco y rojo, y el pensamiento dilatado por los
inconmensurables desiertos del territorio donde aquel debe flamear, pregonando
unión y progreso alcanzado por la instrucción; dejamos, pues, oír nuestra débil
voz, pidiendo á nuestros mandatarios que su preocupación moral y su labor
práctica, se encaminen al mejoramiento y la multiplicación de la Escuela y con
ella, del alma que la alienta y vigoriza: el maestro.

¿Nos leerán los que deben hacerlo? ¡Qyién sabe! ¡Qyién sabe!

182
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 11
La necesidad del trabajo para la mujer, 189019

Dad trabajo, dad profesión á la mujer y habréis alcanzado cimentar las virtudes
sociales y habréis dado un paso agigahtado en la senda del progreso universal
donde la humanidad camina instante á instante. Esto escribimos ha poco
tiempo, con motivo del ingreso de una distinguida señorita á la Escuela de
Medicina de Santiago.

Hoy nos toca repetir nuestras mismas palabras, para ocuparlos de una respetable
matrona que hallándose viuda y sin medios de subsistencia honrada, supo
inspirarse en las sublimes irradiaciones de una índole educada en la ley evangélica,
que tiene por mandato el sacrificio propio por el bien ajeno.

Por mucho que huyamos de los nombres propios, es forzoso que consignemos
en esta página el de la señora Ana S. viuda de Mac Sorley, la primera en el Perú
que después de estudios concienzudos, y notables pruebas ha optado el diploma
de Cirujana-Dentista.

En otras naciones adelantadas el hablar de esto, en un artículo de fondo, sería


anacronismo como el de poner viñetas de avisos; pero en nuestro país se ha
estancado un tanto la corriente civilizadora y lo que allá es caso general sin los
visos de la notoriedad, entre nosotros significa el primer paso dado en el sendero
de la prosperidad de la mujer.

Ya se ve; todavía somos tan desgraciados que presenciamos la quemazón de una


infeliz india en Andamarca y las quemazones de periódicos civilizadores como
El Educador Popular y otros.

Por esto mismo, las que recibiendo de la naturaleza el sexo débil fueron
dotadas por Dios con mayor caudal de fósforo en cerebro y más luz en las

19 Matto de Turner, Clorinda. En El Perú Ilustrado, Nº 176. Lima, 20 de setiembre de 1890.

183
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

pupilas, están llamadas á cobijarse contra los embates de la suerte, detrás de


los muros de una profesión.

La mujer educa al hombre, es verdad; en su regazo, aprende á balbucear los


benditos nombres de Dios y Patria; y arrodillado el niño ante la madre, aprende
_á pedir el pan nuestro de cada día. Por esto mismo, repetimos que si no educamos
á la mujer, en vano se conmoverán las naves de los parlamentos ante la voz del
legislador que pide reformas de leyes, en vano crujirá la bóveda de los templos
con la voz del orador proscribiendo los vicios.

Si se conserva con refinado egoísmo, la ignorancia de la mujer, el progreso,


indudablemente, tiene que ser estacionario.

Más nos vamos alejando de nuestro propósito primitivo.

La profesión de la mujer lejos de encerrar un inconveniente para el matrimonio,


significa una facilidad más para la ventura de los esposos, y ella deja de ser
puramente una parte consumidora del capital, convirtiéndose en socio productor
para labrar el bienestar de los hijos.

En los casos en que el esposo no necesite aprovechar del contingente, de los


conocimientos y del trabajo de la esposa, siempre será un capital en reserva para
los casos de enfermedad, ausencia ó viudedad, y los hijos en vez de una, tendrán
dos columnas de sostén para su crianza y educación esmerada.

Las naciones del viejo mundo, prácticas en los beneficios que la profesión de
ambos cónyuges, ofrece á la estabilidad de la sociedad matrimonial, prefieren en
todo caso á una mujer con profesión sobre seis que no la tienen.

Aplaudimos la constancia de la señora viuda de Mac Sorley, felicitándola por


haber coronado con brillo su carrera, pero también, le damos la voz de cuidado.
Entre nosotros, la mujer que sobresale, es como la oropéndola de vistoso plumaje:
todos los moscones van a picarla, todas las miradas devoran su belleza y pocos
muy pocos perdonan el grave delito de "no ser nada".

184
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 12
Defensa de la educación de la mujer, 18902º

Si no atendemos á la ilustración de la mujer, cuanto hagamos en pro de los


adelantos modernos será sin éxito, y los que creíamos sólidos edificios, serán
débiles castillos de naipes.

La mujer, como dijo el autor de La montaña, en su libro consagrado al hogar, donde


pide que la mujer debe ser toda exclusivamente del esposo por el pensamiento
y la voluntad, la mujer es el verdadero punto vulnerable de la tenebrosa etapa de
los siglos refractarios de la luz.

En el mundo pululan todavía algunos pobres entes que sostienen la doctrina


pagana de que la mujer debe ser cosa y no persona, maleando así la sublime
enseñanza del Dios-Hombre que fue, durante el tiempo de la predicación
de su doctrina, el defensor de la mujer y del niño, seres débiles para los que
imploraba ya el perdón, ya la caridad.

En efecto, si Cristo redimió al varón, salvó doblemente á la mujer á quien entregó


el hogar, santificado por la castidad y fortalecido por el heroísmo.Jesús selló con su
divina palabra la personalidad de la mujer dando al varón compañera y no sierva.

Y, desde el advenimiento de la sublime enseñanza evangélica, cuánto ha ganado


la humanidad con los adelantos de la mujer, soberana del corazón sin otra arma
que la ternura, sin más código que el amor mismo, que ya desde los tiempos
prehistóricos le concedió triunfos parciales.

Hércules el invencible, se humilla á los pies de Omfala é hila con su rueca para
ahorrar trabajo á los dedos sonrosados de la que adora; el otro Hércules de la gran
etapa, Danton, el gigante de la voluntad y de la palabra que había herido en el
corazón á la Iglesia, se prosterna á los pies del sacerdote porque es la condición

20 Matto de Turner, Clorinda. En El Perú Ilustrado, Nº 182. Lima, 1 de noviembre de 1890.

185
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

impuesta por la mujer, por la bella Luisa, para otorgarle su cariño; la sanción de los
derechos del hombre y del ciudadano se decide por el índice de una mujer.

Los hombres más decididos, los grandes oradores del Parlamento y los más
valientes en las barricadas huyen temblorosos. La Francia está aterrada. Solo hay
un ser que no tiembla, es una mujer: Carlota Corday.

Todas estas pinceladas las trazamos al acaso, sin estudio deliberado, para acercarlos
en lo pequeño á lo que en estos momentos pasa en el Perú con mengua de la
civilización de América. Por todas direcciones se esgrime el arma favorita del
siglo XIII para cortar el torrente de las libertades de la prensa, del pensamiento
y de la idea: todos, aun los que en no lejana época fueron esforzados adalides de
la gran lucha de la verdad contra la invasión del error, se encogen de hombros; y
queda en pié para soportar todas las iras, ¡una mujer!

Empero, para los que tenemos fe en los destinos de la patria, nacida al empuje
de la espada de Bolívar, al aliento vital de los Sucre y San Martín, este no es mal
síntoma; en vez de señalar la decadencia, marcará el verdadero progreso en el
momento en que los hombres comiencen á avergonzarse de su actitud pasiva,
como no puede dejar de suceder en vista de la actitud levantada y enérgica que
ha tomado la prensa en las repúblicas americanas.

Estamos en horas de transición semejantes á las que determinaron la gran


reacción moral de la Francia, cuando Michelet publicó su libro El Sacerdote, la
mujer y lafamilia. La sociedad sufrió una conmoción que no podemos calificar
sino de saludable, puesto que la verdad brilló con mayores fulgores después de
fenecida la tempestad.

La segunda edición del libro citado trae en su prólogo los siguientes párrafos.
"Este libro ha causado en nuestros adversarios un efecto que no habíamos
previsto. Les ha hecho perder toda mesura, el respeto de sí mismos y hasta el de
la religión que ellos debían enseñarnos".

En medio de la Iglesia, en el púlpito se predica contra un hombre vivo aún,


se le llama por su nombre y se expone el libro y el autor al odio de los que
no saben leer, de los que no sabrán nunca leerlo. Para lanzar contra los otros
estos furiosos predicadores, preciso es que los hombres de autoridad dentro del

186
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

clero se hayan sentido profundamente vulnerados. Según se ve hemos puesto


el dedo en la llaga".

Parece este acápite trazado al frente de la tercera edición de Aves sin nido,
libro escrito sin otra mira que la de reformar las costumbres viciosas, de salvar
una porción desheredada de nuestros hermanos, y propender á que la religión
predicada por Jesús Nazareno brille con todos los resplandores de su Divino
Fundador en la pureza de sus ministros; tocándose fundamentalmente un
punto que, en la iglesia católica, es puramente de disciplina y no de dogma: el
matrimonio de los curas.

La autora está con todos los anatemas que han podido lanzarle los que, tal
vez, se han sentido vulnerados en sus costumbres; porque para honra del clero
peruano, también el libro tiene brillantes juicios á favor emitidos por sacerdotes
tan virtuosos como ilustrados, verdaderos sacerdotes de la religión del Cristo.

No rehuimos responsabilidades, pero á la vez pedimos, que sí no debe confundirse


dos asuntos al parecer completamente diferentes; la publicación del artículo del
señor Netto, Magdala, que hemos lamentado como un desgraciado incidente,
sobre el que llevamos nuestra sincera explicación ante el Jefe de la Iglesia,
explicación rechazada y la actitud de los prelados contra el libro Aves sin nido,
debemos reconocer que Magdala ha sido el pretexto, tal vez preparado por mano
intencionada, y la novela el objetivo de toda persecución.

Y, así en globo, debetnos referirnos al escándalo de las hogueras encendidas,


de los pueblos ignorantes amotinados y de las excomuniones lanzadas por
aquellas manos que debían levantarse solo para dar bendiciones de paz y
absolver pecados confesados.

Instruyamos á la mujer y más tarde no se quemarán nuestros libros, ni nuestros


sacerdotes nos anatematizarán pues irán guiados por la ciencia y la caridad.

187
ROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930
LAS MUJERES y SUS P

Texto 13

Educación de niños y adolescentes, 189121

Midiendo la vía que es necesario recorrer en los horizontes nacionales para


que la juventud que ha de reemplazarnos en la tarea de la vida realice todas
las teorías sentadas para el progreso de la patria, nos hemos preguntado,
más de una vez, ¿es la educación del corazón ó simplemente la instrucción
de la inteligencia lo que reclama el hombre para encontrarse en la actitud
concienzuda del ciudadano útil á la patria, de cuyo esfuerzo pende el porvenir
más ó menos glorioso del Perú?

No hemos trepidado, á la verdad, en la respuesta, dada por el corazón mismo,


inclinándose ésta á favor de la educación, con preferencia a la instrucción.

Un corazón noblemente educado, es capaz de sacrificios caballerescos y heroicos


como los de un Bolognesi; mientras que una inteligencia ilustrada con los
conocimientos científicos más sorprendentes del siglo, sin el concurso de la
educación tal como la entendemos, engendra á menudo caracteres escépticos,
egoístas, calculadores y fríos.

Como bien observó un pensador contemporáneo, cuyo nombre no viene al


caso, la educación efectúa la transformación del hombre salvaje, con todos sus
instintos brutales, con sus pasiones sin dominar, en el hombre social, con sus
miramientos refinados, con su corazón abierto, con su talento cultivado. Ella
hace desarrollar en el hombre los sentimientos hacia la familia y hacia la patria,
separándolo de todo sentimiento egoísta y empobrecedor.

Preparar el desarrollo físico, fomentar la fuerza y formar la constitución vigorosa


del niño: llevar la luz á su inteligencia, para que pueda caminar fácilmente en el
sendero de la vida y, sobre todo, formarle el corazón y fortalecerle para las luchas,
vicisitudes y penalidades de su existencia, he ahí el gran problema.

21 Matto de Turner, Clorinda. En El Perú Ilustrado, Nº 216. Lima, 27 de junio de 1891.

188
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

El hombre es un conjunto, un producto de las mil circunstancias buenas ó


adversas que le rodean; pero también es esencialmente perceptible; puede ir
desde el estado de ignorancia hasta el de hombre ilustrado; su espíritu puede
remontarse hasta la esfera de las ideas luminosas y trascendentales; puede pasar
desde la brusquedad hasta la finura, desde el indiferentismo hasta la heroicidad
y desde la nulificación hasta el genio esplendoroso.

Inculcar en el niño las verdades científicas, llevar la bondad á su corazón,


formarle un carácter, es y será la base primordial para la formación del hombre;
el método que no lleve esta mira será absurdo é insostenible, porque á la verdad
interesa más enseñarle á pensar que llenar su memoria de ideas que no puede
comprender y de conocimientos que no podrá analizar.

Indudable es que el hombre trae desde su cuna ya formado el germen de


su naturaleza íntima, como la herencia de los padres; también es cierto que
mucho puede deberlo á la raza, al clima, á la soledad en que vive; pero es
cierto, también, que lo que verdaderamente constituye su modo de ser, su
fondo moral, se lo debe á la educación.

De ahí que el punto más delicado en el problema de la educación, es el de la


formación del fondo moral en el hombre, es decir, de educarle el corazón y
hacerle odiar el mal y amar todo lo bueno.

La patria necesita, pues, de corazones vaciados en el molde de una educación


cuya base sea el honor, con preferencia á las inteligencias nutridas de ciencia.

Formar espíritus superiores que ante el bien pospongan toda ambición personal;
aumentar el número de los que se mantengan halagados por la atmósfera de la
virtud; preferir la educación á la instrucción; será trabajar con éxito seguro en
pro de nuestra rehabilitación interna.

189
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Texto 14
La educación de la mujer en Estados Unidos, 189122

Ningún país del mundo ofrece en la actualidad á la mujer el vasto campo que el
territorio agrupado en Estados Unidos, bajo la bandera progresista, por el brazo
. .. del inmortal Jorge Washington.

La América del Norte ha sido la elegida por la Providencia para realizar la


igualdad enseñada por el Cristo, y la mujer, salvada del odioso tutelazgo que
ejerce la ignorancia sobre la razón, encuentra el emporio de su personalidad,
llamada a brillar con todos los resplandores de la ciencia allá donde no se oprime
la voluntad ni se esteriliza la fuerza creadora del cerebro.

Hacemos una salvedad en obsequio de nuestras convicciones.

La madre y la esposa se identifican por medio de la educación con el hogar,


unciendo su libertad á los afectos sublimes del corazón. La madre y la esposa son
y tienen que ser del circuito doméstico, y tan poderosamente adheridas como la
flor al tallo que la vivifica.

¿Y esa otra porción de mujeres que no son madres ni esposas y que necesitan del
sustento de la vida como todo ser humano?

Esas encuentran abiertos los templos del trabajo honorable, y, en labor


provechosa, dignifican á su sexo, ya que por las aberraciones del obscurantismo y
de la mezquindad, existen otras tantas infelices que lo deshonran.

Los viajeros que visiten á Chicago, con motivo de la Exposición tendrán


motivo para apreciar en su verdaderb punto, cómo la mujer ha venido á ser en
aquel país un poderoso factor de la civilización, admitida eh todos los torneos
intelectuales y manufactureros, apartada de la vida verdaderamente ociosa que
hace en otros países.

22 Matto de Turner, Clorinda. En El Perú Ilustrado, Nº 218. Lima, 11 de julio de 1891.

190
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Por el momento, y como preliminar á la parte que tomará la mujer americana


en el exposición se ha organizado en Chicago una asociación de señoras, con
el título de "Asociación de la Reina Isabel", que tiene el doble propósito de
levantar un edificio que sirva de lugar de reunión para las señoras de todos
los países, y esté á su servicio, durante la Exposición Universal, y de erigir
una estatua á la gran Reina, en memoria del auxilio con que contribuyó al
descubrimiento de América.

Este edificio se llamará "El Pabellón de Isabel", y contendrá todas las


comodidades imaginables. Habrá un gran salón dónde podrá tener sus sesiones
cualquiera reunión de señoras y toda profesión, arte ú oficio, representado en
la Asociación de la Reina Isabel, tendrá derecho á que se le ceda por un día el
referido local, para celebrar una convención. Este edificio será el cuartel general
de los negocios, así como el centro social de los miembros de la Asociación,
durante la Exposición. Una novedad característica que allí se encontrará, es la de
que puedan dejarse en el Pabellón, á cargo de competentes ayas y de profesoras
de medicina, los niños de tierna edad, cuyos padres visiten la Exposición,
recibiendo una contraseña al dejarlos depositados, y volviendo á recogerlos al
terminar el día. Habrá además un restaurant, y todas las dependencias que la
necesidad y la comodidad requieran.

El dibujo del edifico ha sido preparado por la señorita Parker, joven de mucho
talento de Chicago, dedicada á la arquitectura, que después de haber sido
escogida para esta obra mandó pedir á España algunos dibujos de la Alhambra,
incorporando en su dibujo alguna de las ideas que aquellos le sugirieron.

El modelo de la estatua que se propone levantar, está haciéndose en Roma por


la señorita Harriet Hosmer, distinguida escultora americana. Todavía no está
decidido si la estatua será de mármol ó de bronce, ó si se colocará en el interior
del Pabellón o fuera de su recinto, en algún punto de la ciudad de Chicago,
donde se quede permanentemente.

Diversas asociaciones de señoras, dedicadas á las profesiones de leyes y medicina,


á las artes y á otras ocupaciones y oficios, establecidas en todo el ámbito del país,
han tomado interés en este movimiento, y en cada uno de los distritos electorales
para el Congreso de Los Estados Unidos se han constituido sucursales de la

191
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

asociación, de modo que puede calcularse en cientos de miles el número de las


personas que la forma.

La señora Julia Holmes Smith que tiene el grado de doctora en medicina


es la Presidenta de la Asociación, y su tesorera es la señora Catherine Van
Valkenburg Waite, esposa del señor C. B. Waite, que fue juez en Chicago, a
cuya señora se debe la idea.

Todos los demás empleados de la Asociación son señoras de posición, residentes


en Chicago.

La oficina principal se encuentra en la casa número 70, State Street, en cuya


puerta se ha colocado esta inscripción:

Oficina de la Asociación de la Reina Isabel: 1492-1892

TERMINADOS mis compromisos con El Perú Ilustrado en octubre del 90


debí retirarme; pero atravesando el semanario una situación azarosa, razones
de delicadeza me ordenaban permanecer al frente de su dirección. Solucionado
el conflicto en forma que el propietario del periódico encuentra satisfactoria,
cúmpleme retirarme de la redacción. Al separarme de la dirección de El Perú
Ilustrado, quieran mis amigos y colaboradores aceptar la expresión de mi más
cordial reconocimiento.

Clorinda Matto de Turner

192
-

ESTHER FESTINI
(Lima, 1875 - Lima, 1956)

193
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 15

El rol que le corresponde a la mujer en la sociedad


es el que determina su educación, 190123

Señor Decano:

Señores Catedráticos:

Señores:

Importancia excepcional tiene para mí la presente actuación, en la que me atrevo


a demandar de vosotros el honroso grado de Bachiller en Letras, si es que juzgáis
el trabajo a que voy a dar lectura digno de vuestra ilustración y de las lecciones
que he redbido en esta honorable facultad.

Nada de nuevo podré decir respecto del tema que me propongo desarrollar
y acerca del que hay distintas teorías; porque convencida estoy de lo arduo
del problema y de la deficiencia de mis conocimientos; pero toda vez que el
reglamento me impone el deber de presentar una tesis sobre cualquiera de las
materias que comprende la enseñanza de esta facultad, voy a sostener el principio
de que "el rol que corresponde a la mujer en la sociedad, es el que determina su
educación". Pero, señores, antes de dar principio a la tarea que me he propuesto,
confío en que escucharéis, con la benevolencia que os caracteriza, mi humilde
trabajo, y que, disimulando los defectos de que es natural que adolezca, veáis en
él, únicamente, el fruto del esfuerzo intelectual de una discípula, que no tiene
sino votos de gratitud para cada uno de vosotros.

Para determinar la educación que corresponde a la mujer tendría que hacer el


análisis psicológico de todas sus facultades; pero como tienen que ser limitadas
las dimensiones de este trabajo, solo me concreto a examinar las i;:ausas

23 Tesis leída y sustentada por Esther Festini en la Facultad de Letras de la Universidad Mayor de San
Marcos. Lima, noviembre de 1901. Solar, Nº 4, año 4, Lima 2008; pp. 217-227.

195
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

fundamentales de su psicología, y los rasgos psíquicos generales que caracterizan


a la mujer, de donde deduciré la educación que se le debe dar según la influencia
que ella tiene en la sociedad.

Lo que la mujer es psicológicamente, lo que ella es, sea en general o en término


medio, en un país o en un momento dado, depende de dos causas fundamentales:
primero, de su condición social, tal cual lo ha hecho la historia, porque su carácter
y sus disposiciones provienen en gran parte de los hábitos que resultan de su
educación tradicional y de su modo de vivir en el medio; y en segundo lugar, y
más profundamente, de su naturaleza física.

Sobre el primer punto, el factor social, conocida es por la Historia la condición


de la mujer en el pasado, y de qué modo esa condición se ha modificado por
el transcurso de los siglos, y con ella el carácter de la mujer. Él ha pasado por
una doble evolución, por dos series paralelas de transformaciones, a saber:
transformación de la condición social de la mujer, llegando al estado actual,
sin que éste parezca inmutable, y transformación de la naturaleza femenina o
formación gradual del carácter, tal como predomina hoy en ella, sin que pueda
decir que está ya fijado ni que sea inalterable.

En esta doble evolución, se puede ver que a medida que los dos sexos se diferencian
más y más por los progresos de la civilización, se acentúa entre ellos la división del
trabajo; división que alguna vez ha sido nula, y lo que es aún, en las sociedades
salvajes, en las que la mujer comparte todos los trabajos del hombre, cazadora
como él, o guerrera, está consagrada a las mismas fatigas y a las mismas penas; por
consiguiente, si en el curso de los años, la mujer ha llegado a ser más diferente que
el hombre, al mismo tiempo se ha hecho su igual, particularmente ante el Derecho.

Pero para que la diferencia social sea un progreso, es necesario que haya igualdad
en la diversidad, que de los dos sexos , no sea sojuzgado el uno por el otro, sino
que concursen de acuerdo, cada uno a su manera, a la obra común, la prosperidad
social, pues siendo el organismo social un compuesto de elementos separados, de
individuos relativamente independientes, la unión social, la unidad no podrá ser
perfecta, real, ni propiamente moral, sino es obra de voluntades libres, de seres
con plena conciencia de su deber y su responsabilidad.

196
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

No se puede poner en duda que la manera como ha sido tratada la mujer durante
los siglos es la que ha debido influir prodigiosamente sobre sus disposiciones
intelectuales y morales; así pues, independiente de lo que ella era por efecto de
su naturaleza primitiva, se podrá comprender lo que ha llegado a ser en el tiempo
y hereditariamente, porque si la herencia no es la sola causa, pues la hija no
hereda solamente de su madre, por ella tiene fijados, sin embargo, los caracteres
adquiridos. La selección y la educación han hecho el resto; la educación como
se ha querido que ella sea, desarrollando las cualidades consideradas como
esenciales a su sexo, con exclusión de las disposiciones inversas, la selección
haciendo sobresalir siempre, a los ojos de los hombres, las cualidades miradas
por ellos como más apreciables, sobre todo en la mujer elegida para casarse.

¿Cuáles serán, después de lo que precede, estas cualidades? Cualidades o


defectos según el grado. En lo físico, primero, una cierta debilidad muscular
y menor desarrollo del cuerpo, resultante de una vida más sedentaria; en lo
moral, el gusto de la vida interior y las ocupaciones del hogar, la timidez o
menor valor que el hombre, una voluntad más paciente que osada, la afición
por los detalles y cosas pequeñas, el deseo de agradar al hombre, puesto que
todo depende de él, la obediencia y la docilidad acerca del que tiene la fuerza,
lo que no la excluye de la inflexibilidad en el mando, si ella puede indemnizarse
sobre los inferiores, una gran penetración para adivinar el pensamiento y la
voluntad del que dispone de ella, aunque sea solo para adelantársele, una gran
habilidad para dulcificarle si él es de carácter duro, encubrir sus sentimientos,
si en ello tiene gran interés.

He allí, algunos de los rasgos que no sorprenderá encontrar en el carácter de la


mujer, que si ellos han sido, por decirlo así, sus armas en la lucha por la vida, a la
vez han asegurado su defensa social.

Intelectualmente, ¿cómo se esperará encontrar en la mujer, encerrada en el


gimnasio, en el castillo feudal, el mismo desarrollo mental, las mismas facultades
tan fuertes como en el hombre, ocupado constantemente en los negocios privados
o públicos? Siempre ella, presa entre el desdén y la adulación, siendo estos malos
consejeros tanto el uno como el otro, ha desarrollado los dones brillantes y
superficiales de su espíritu, las facultades de asimilación y adaptación (como la
memoria) mucho más que las de razonamiento y combinación.

197
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

II

La condición en que la mujer se ha encontrado en el pasado no ha sido un hecho


sin causa; desde su origen y después, ha dependido de su naturaleza misma, de su
constitución física, de su función esencial, de su destino necesario.

De una manera general, es el sexo mismo, con todo lo que de él se deriva, lo que
subordina a la mujer, por la situación desventajosa y dependiente en que él la coloca.

Respecto de los detalles de diferencias anatómicas secundarias entre el


hombre y la mujer y de la importancia de estas diferencias, los antropologistas
no están acordes. La mayoría de las inferioridades que son innegables, no
tienen significación real; sin embargo, todos declaran unánimemente que
la mujer es menos bien organizada, menos vigorosa que el hombre, lo que
se traduce, dice el doctor Varigny, en todos sus aparatos, en sus tejidos y
en sus funciones, pero todo esto no impide que la mujer pueda realizar el
ideal humano, en su esfera, lo mismo que el hombre en la suya, puesto que
la misión de ambos es sustancialmente diferente en la propagación de la
especie, y en su diferencia de fines hay necesariamente que reconocer las
diferencias de organismo, que no implican superioridad de uno a otro, sino
relativa igualdad en la formación intelectual y moral de la descendencia, por
lo que sería absurdo concluir diciendo que la mujer no es sino un hombre
detenido en su desenvolvimiento.

Si es ridículo ver en la mujer un niño, no es hacerle una injusticia convenir


en que ordinariamente ella queda más tierna de espíritu que el hombre,
más viva de corazón, más ardiente de sentimientos, más impulsiva. He allí,
quizás, la explicación de la extrema sensibilidad de sus impresiones, que le
es tan característica.

La conservación de la especie, que es el fin de la naturaleza física y la razón


fundamental de las diferencias orgánicas, no requiere solamente órganos
y funciones, sino también instintos y facultades apropiadas. El hombre es
naturalmente protector, lo es también la mujer con respecto al niño, pues su
misma debilidad la liga a él con lazos de una fuerza indecible; y a esta disposición
afectiva de la sensibilidad se unen las disposiciones mentales correspondientes: la
intuición, la adivinación de las necesidades del niño, el sentido de lo inexpresado,

198
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

sentido que no se limita a un objeto sino que se extiende a la maternidad


en general. Aquí está, natural y sencillamente explicada, la unión de los dos
elementos que constituyen el factor fisiológico de la mujer; poder psíquico que
la impulsa haciéndola fuerte y protectriz con relación al niño, y débil, respecto
del hombre, cuyo apoyo le es indispensable.

III

La subordinación social de la mujer como consecuencia de su naturaleza física


no es chocante sino a título de hecho brutal, no corregida por la división del
trabajo, ni suavizada por la justicia, agravada al contrario por esa competencia
monstruosa entre los sexos que son hechos para colaborar en la unión y no para
combatirse. Ella nada tiene que pueda humillarla, pues es precisa la diferencia en
la unidad, la subordinación de partes, igualmente necesaria en un todo orgánico,
la familia, núcleo, célula elemental de la sociedad.

Por consiguiente, la educación que se debe concebir para ella, es la que la


naturaleza ha hecho, evitando agraviar las diferencias y esforzándose más
bien en aminorarlas en todo lo que lo permita; educación que a la vez que la
levante y la eleve, asegure todo el desenvolvimiento que necesitan sus facultades
intelectuales, descuidadas por tanto tiempo, y que sin embargo no la haría perder
en nada lo que constituye su gracia y su principal encanto. La educación debe
aproximarla al hombre en razón y dignidad, hacerla merecedora de su respeto,
sin que sea por esto mismo digna de su amor. Es a lo que debe tender el progreso
social, no tomando en cuenta las debilidades de la mujer para reprochárselas ni
aprovecharse de ellas, sino para remediarlas cultivando todas sus facultades, lo
que la privaría de lo que la naturaleza la hubiera dotado.

No debe el hombre temer fortificarla: al hacerlo, es para la sociedad, para la


familia, para sí mismo, en fin, para que él trabaje; y sería muy pusilánime si
temiera empequeñecerse al elevar a su compañera.

Ella, a su vez, estaría muy mal inspirada, si olvidara el veredicto de la naturaleza,


al respecto de sí: la naturaleza ha hecho su parte, tan bella, a los mismos como
la del hombre a condición que no sea la misma, perdería la mujer la igualdad
posible, aspirando a la otra, y sería la primera víctima, si por reclamar la justicia
destruyera el amor.

199
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Es claro que la educación de las niñas deberá desde luego fortalecer en ellas
todo lo que pueda contrapesar su debilidad nerviosa, su emocionabilidad tan
viva para cometer, su sensibilidad al control de la razón. La mente y el corazón
no se oponen necesariamente.

Cada sexo se inclinará siempre más de un lado; pero la educación puede y debe
procurar el amor en la mujer, la razón y la justicia por regla, y adherir a la fría
razón del hombre las alas del amor.

IV

En cuanto al sentimiento religioso, todo el mundo está de acuerdo al reconocer


que en la mujer tiene una vitalidad y profundidad singulares. Muy concreto, es
verdad, toma frecuentemente las formas más candorosas, las menos racionales,
las más pueriles, diría, si todo lo que es sincero y que hace bien al corazón
humano, no fuese digno del respeto profundo. La mujer pone en efecto todo su
corazón en este sentimiento supremo, su debilidad y sus temores vagos, como
todas las ternuras de su alma.

Así, la parte de la educación sin ser nula, está muy lejos de ser preponderante en
este punto. La fuente de él está en lo más profundo del alma, en la necesidad de
amor y de adoración, en la necesidad de apoyo, en el sentimiento de la debilidad
humana perdida, por decirlo así, en medio del misterio de las cosas y buscando
un sostén que le falta en cualquier parte.

La forma decretada de la fe religiosa, credos, ritos, ella los acepta y no los


discute, ella se adhiere con su ardiente instinto de conservación, su fe gana
en vivacidad, todo lo que hacen perder al hombre la necesidad de crítica, la
ciencia, la filosofía y la disputa. "Las mujeres -dice Renán- se resistirán
siempre en materia religiosa a los razonamientos y a la crítica. Podemos decir
lo que queramos, ellas no nos creerán y tendremos entonces que cambiar
de dictamen. Lo que es con nosotros, sin nosotros y a pesar de nosotros, lo
inconsciente en una palabra, es la revelación por excelencia".

Allí hay un rasgo de la naturaleza femenina de una importancia incalculable;


una fuerza que reglamentar, que disciplinar y poner en armonía con la razón,
la verdad científica y la justicia, porque no es, diga lo que quiera Renán,

200
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

una superioridad para la fe, está desprovista de razón y de crítica, sino una
fuerza respetable por dos razones: la primera porque ella es indestructible y
que se lo tendría en contra, si no se le sabe conciliar porque "la mujer querrá
siempre religiosamente, lo que ella quiera y odiará de muerte lo que turbe su
fe y su amor".

La educación de la mujer no debe, pues, ni puede ser irreligiosa, porque ella


no dejaría una religión sino por otra aunque fuera radicalmente contraria;
ella sería religiosa, es pasionista, mística y creyente, hasta en la irreligión,
siendo incapaz de ese estado de serenidad crítica que no es quizás sino otra
faz de la indiferencia, sobre el misterio de la vida y del destino. La mujer
no será indiferente sobre esto. La segunda razón es que la fe, al menos toda
fe razonable, es como el amor, que hace en el fondo un gran bien, es una
dulzura para el corazón, alguna cosa que ennoblece y levanta la vida, dándole
un fin más allá de sí misma, un horizonte que la sobrepase. Todo lo que
debe conducir a aconsejar que en la educación femenina jamás debe hacerse
vacilar la fe, porque sin ella el corazón se marchita, la razón se extravía y por
consiguiente se pierde.

El hombre y la mujer son los seres que moran y forman la humanidad y esto, o
nada significa, o significa tanto que la mujer como el hombre son una persona,
y tiene toda la dignidad como él, con el derecho del deber y a la verdad, al
desenvolvimiento de su razón y de su plena humanidad.

En la división del trabajo, bien se podría ver un criterio de progreso, pero más
seguro criterio de este mismo progreso es el grado de respeto obtenido por
la mujer, la dignidad que se le reconoce, la igualdad moral que le aseguran la
opinión, las costumbres y las leyes.

De la naturaleza física y psicológica de la mujer, se deduce necesariamente la


manera como debe ser en todo caso educada. La educación debe prepararla para
la vida moral completa, es decir, para el deber y la responsabilidad, no enseñándole
a agradar y obedecer simplemente, sino inculcarle un espíritu de subordinación
voluntaria y de sacrificio, sin doblegarla a la sumisión por violencia. Su misma

201
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

debilidad, si es que ella existe, no es una razón para privarle de la verdad y cultura
racional, por reducirle a hábitos cómodos al otro sexo. "Cuanto más débiles son,
de más importancia es fortalecerlas", dice Fenelón.

Ahora bien, lo que verdaderamente fortifica la vida moral son los principios, la
cultura del juicio, la iniciación de un ideal que la razón abarque libremente y que
la voluntad persiga con sus riesgos y peligros.

El espíritu de la mujer no está en seguridad mientras permanezca cerrado a las


ideas generales. Qye llegue un tiempo en que la preocupación y el uso, únicos
lazos que la contienen hayan vacilado. ¿Qyé principio de conducta y de fe le
quedaría entonces? En este sentido se expresa muy bien Madame Remunat y
estas palabras se aplican de una manera sorprendente a nuestros tiempos, en que
tantas han sido movidas en las costumbres y en la conciencia. Las mujeres, en
efecto, aunque se diga lo contrario, aprovechan bien la emancipación universal.
Ellas leen los periódicos, van a los espectáculos, oyen todo, hablan de todo
libremente, respiran el espíritu del ambiente, es decir, el espíritu crítico. Qye se
juzgue o no excesiva esta libertad, ya ella no puede retroceder, no queda, sino
pues, prepararlas por la educación. Estoy acorde, sin vacilar, con Stuart Mill,
en que moralmente, al menos, el principio de subordinación de un sexo al otro
debe ser reemplazado por un principio de perfecta igualdad, no admitiendo
privilegio de un lado, ni incapacidad del otro. Por tanto, las mujeres deben ser
educadas tan bien como los hombres, aunque no de la misma manera, pero sí
con un cuidado igual.

Es un funesto error mirar la civilización como la obra exclusiva de los hombres.


Parece que es una ley capital de la sociología que cuanto más lejos se lleve la
división del trabajo en una sociedad, la solidaridad es más estrecha. Así, cuando
las mujeres son más dependientes y el hombre cree que las puede gobernar
mejor, es entonces, cuando ellas tienen una influencia más profunda. Sheridan
está muy cerca de la verdad cuando dice: "Las mujeres nos gobiernan, tratemos
de hacerlas perfectas; cuanto más luz tengan ellas, iluminados seremos; de su
cultura depende nuestra sabiduría".

Este gran pensamiento de Sheridan se sintetiza en la leyenda que el Gobierno


Francés ha hecho grabar en la medalla conmemorativa de la fundación de la

202
---
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

"Enseñanza Secundaria de las Niñas" - "La República educa a la vírgenes, futuras


madres de los varones". El mismo pensamiento ocupaba a M. Stael, cuando dijo
a Napoleón que "para formar ciudadanos, se necesitaban madres".

¿Por qué motivo los hombres han olvidado en el transcurso del tiempo, o
concebido mal su propio interés hasta el extremo de descuidar la educación
de aquellas que llevan su nombre y disponen de su honor? En la vida privada,
¿quién no sabe que es imposible al hombre separar su causa de la de su esposa?
¿Cómo guardará él su dignidad, si ella falta a su honra? ¿Podrá ser desinteresado,
si ella es lo contrario? ¿Cumplirá él todo su deber si ella no le ayuda?

¡Qyé de esposas han cometido faltas graves solo por halagar la vanidad o subvenir
al lujo de mujeres ligeras o frívolas! Y si esto es verdad, también lo es que otras,
por el contrario, dan a sus esposos todo su valor, lo sostienen moralmente,
hasta el punto que ellos hubieran retrocedido ante el sacrificio si espontánea y
generosamente ellos no hubieran reclamado su parte.

Esto no es menos verdadero en la vida pública. "Los hombres mismos, dice


Fenelón, que tienen toda la autoridad en público, no pueden establecer
por sus deliberaciones, ningún bien efectivo, si no los ayudan las mujeres a
ejecutarlos". Es que según la fórmula de Condorcet, "los hombres hacen las
leyes; las mujeres, las costumbres".

He allí cómo la mujer concurre con el hombre a formar las sociedades. Dice Edy
Duinet: "Ellas llevan en su travesía no solamente sus hijos, sino los pueblos".

Por tal consideración hoy en el Perú, menos que en ningún otro país, puede
contestarse con la educación superficial y puramente decorativa que se da a las
mujeres de las clases elevadas de la sociedad. El país tiene demasiada necesidad de
ellas, y si ellas no son muy rectas en el cumplimiento de sus deberes, sus hermanos,
sus esposos, sus hijos no lo serán, si ellas no están a la altura de su misión, tampoco
ellos desempeñarán bien la suya. Lo esencial es que las mujeres sean lo que deben
ser en el hogar doméstico, que hagan reinar la paz, el orden y la dicha; todo lo que
mantiene a la familia unida, próspera y honrada; allí está sobre todo su rol social.

Mas para cumplirle mejor, la mujer necesita educarse, es decir desarrollar


todas sus facultades morales, intelectuales y físiqs, pues la verdadera

203
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

educación, es la que tiene por objeto: "Dar al alma y al cuerpo toda la belleza
y la perfección de que son susceptibles", es más bien dicho, el completo
desarrollo físico, subordinado a un fin moral más elevado que el simple
ejercicio de sus facultades. La mujer, que por su misma exquisita sensibilidad
que hace predominar en ella, sobre todas sus facultades, la del corazón que
siente y la voluntad que quiere, está más predispuesta y mejor dotada que el
hombre bajo el punto de vista moral.

El sentimiento religioso y el amor, en todas sus manifestaciones, especialmente


el amor maternal, es lo que predomina más en ella. Como ya lo he demostrado
anteriormente, el sentimiento religioso se halla arraigado en lo más profundo
del alma de la mujer, ella necesita creer y esperar, ella busca apoyo y consuelo
por su misma debilidad más allá de lo que sus facultades físicas le permiten
ver; y en verdad no es posible imaginarse a la mujer, férvida y creyente, pues la
mujer atea parecería. un fenómeno odioso. El amor maternal, el más santo, el
más abnegado de los amores, nace y crece junto con la niña, hasta llegar a ser
mujer; ¿dónde podrá encontrarse, algo más grande, más sublime, más digno
de admiración que una madre? ¡Ella se olvida de sí, ante los más pequeños
sufrimientos del débil ser nacido de sus entrañas; ella es capaz de los más
heroicos sacrificios por evitar una lágrima, por no ver un signo de dolor en
el rostro amado. Cuántos ejemplos no nos presenta la Historia de la sublime
abnegación de las madres; sin embargo, estoy persuadida de que el verdadero
centro de la mujer es el hogar; creo que no perderá nada de su fina sensibilidad,
que hace su encanto, el día que abiertos para ella todos los caminos, nutrido
su corazón con sabias enseñanzas que la hagan fuerte y la sostengan en medio
de las rudas luchas por la vida, desarrollada su inteligencia por una vasta
ilustración, pueda ser ella no solo la madre y esposa sino un ser útil para la
sociedad, compartiendo con el hombre todos los trabajos, realizando lo que
dice Madame Remusat, que el verdadero destino de la mujer está comprendido
en estos dos términos: "ser esposa y madre de ciudadanos".

Si la educación de nuestros tiempos ha tornado un gran desarrollo, se debe en


gran parte, debo hacerlo notar a que han mostrado en todo tiempo lo que valen
y lo que pueden como institutoras y pedagogas. No es demás hacer mención
de lo que dice Madame Necker de Sassure sobre la educación que debe darse
al sexo femenino; ella ha tenido el doble mérito de asignarle al destino de las

204
-
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

mujeres un ideal elevado y determinar con precisión los medios de alcanzarlo;


ella pide que no se case a las niñas sino más tarde, cuando hayan tenido tiempo
de convertirse en espíritus ilustrados, criaturas inteligentes, y que no solamente
hayan adquirido un conjunto de pequeños conocimientos, sino una instrucción
sólida que las prepare a cumplir los deberes de la sociedad y maternidad que haga
de ellas las primeras institutrices de sus hijos, que en fin, las encamine hacia una
perfección personal a la que no acabarán de llegar, sino por los esfuerzos que es
considerado como uno de los más ardientes apóstoles de la educación de la mujer,
que quiere y pide la comunidad y la igualdad de la educación. Él está, desde luego,
en un error, cuando sueña con la identidad perfecta de los sexos, pues olvida el
destino particular de la mujer y el carácter especial de su educación; sin embargo,
da las siguientes razones muy poderosas para apoyar su teoría sobre la igualdad
de la educación: primero, las mujeres deben ser instruidas para educar a sus
hijos, de los cuales son sus institutoras naturales; segundo, para que sean dignas
compañeras de sus esposos, a fin de que interesen en sus negocios, tomen parte en
sus preocupaciones, vivan en fin de su vida, he allí la verdadera felicidad conyugal;
tercero, es necesario que se instruya para que no apague por su ignorancia esa
llama del corazón y del espíritu, que estudios anteriores han desarrollado en sus
esposos, y que puedan entretenerlos por la comunidad de conversaciones y de
lecturas; opina, por último Condorcet, que es preciso, porque es justo, que los
dos sexos, tengan derecho a la instrucción: "Por' otro lado, hay escritores célebres,
que ni�gan el derecho de las mujeres, a esa igualdad en la instrucción. Tayllerand
llega hasta discutir los derechos políticos de la mujer, a los cuales es opuesto, pues,
dice que la felicidad de ellas, su verdadero destino, su misma naturaleza fisica, les
impide entrar en la arena política. Mirabeau a su vez "quiere que la mujer, sea sólo
mujer; su rol -dice el gran orador- es el de velar con solicitud en las épocas
peligrosas de la primera edad y encadenar a sus pies, todas las fuerzas del hombre,
por el poder irresistible de sus debilidades".

¿Qyé sería de una sociedad donde las mujeres poco razonables no fueran
sostenidas en el orden sino por la resistencia autoritaria de los hombres?

No es solamente por la mujer, sino por el progreso social, que hay que educar
a todas, ya sean hijas del pueblo, o de la clase elevada, en el amor a la Patria,
en el espíritu nacional, con el sentimiento de su responsabilidad en el país,
de lo que ellas puedan y deban ser, según el rango donde estén colocadas.

205
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Para terminar este ligero estudio, diré de acuerdo con la opinión de Tayllerand,
que en cuanto a los derechos políticos, no voy hasta el punto de encontrar a
la mujer apta para ellos, por no estar suficientemente preparada; como sí la
creo muy capaz por sus facultades intelectuales, de adquirir una instrucción
completa al igual del hombre, desempeñar las profesiones liberales y entrar
en el ejercicio de los derechos civiles, respecto de lo cual juzgo aplicable al
Perú la queja de Glastone en Inglaterra: "En eso hay algo menos que justicia;
pues efectivamente, conocedora la mujer de sus derechos civiles, no es justo
privarles de su ejercicio, poniendo todavía a la casada en condición inferior a la
.... soltera mayor o viuda, a pesar de la superioridad de su misión social".

Es innegable que en el estado actual de nuestras sociedades, el ejercicio de los


derechos civiles pugnaría con el orden regular de la familia, de las instituciones
y del Estado; porque no podría conciliarse la subordinación natural de la mujer
en la formación de hogar con la independencia, condición esencial del Derecho
político; y si cualquiera de esos elementos se hubiera de subordinar al otro, de
la lucha resultaría la disociación, que comenzando en la familia terminaría en
el Estado. Si se excluyera de la ciudadanía a la mujer casada, por evitar ese
peligro, surgiría otra colisión más formidable en la transición de las jóvenes
en la vida pública, pues ellas tendrían que escoger entre la misión social de
madre y el rol de ciudadana. El desarrollo del feminismo tal vez avanzará hasta
deslindar esos inconvenientes; pero yo reduzco mi doctrina a que la Mujer
Peruana debe esforzarse, no por ser ciudadana, sino por formar ciudadanos.

He dicho.

Lima, 20 de Noviembre de 1901

V. B. ESTHER FESTINI

Informen los distinguidos doctores Rodríguez, Fuentes y Labarthe sobre si la


tesis de la Srta. Festini merece insertarse en los anales universitarios.

Lima, a 30 de noviembre de 1901

SALAZAR

VILLARÁN

206
ELVIRA GARCÍA Y GARCÍA
(Lambayeque, 1862 - Lima, 1951)

Fuente: Del olvido a la memoria. Mujeres peruanas 1860-1930.


Historia gráfica. Lima: Movimiento Manuela Ramos, 2003.

207
---------- ----·
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 16
Memoria de la directora del Liceo Fanning, 1897

Señoras:

Señoritas:

Señores:

Siguiendo una costumbre, generalmente establecida, me presento a daros


cuenta, en este solemne instante, de la marcha del Liceo que dirijo, durante
el año escolar que termina hoy. Poco tendré que agregar, sobre lo que en años
anteriores dejé expuesto; no porque el resultado obtenido, haya compensado los
múltiples esfuerzos, puestos en práctica por mí, cuanto por los innumerables
obstáculos, casi siempre insuperables, encontrados en el curso de mi carrera.

Abierto el año escolar el 1. º de Marzo, se dio comienzo a la inscripción de las


alumnas, la que se ha efectuado lentamente, con perjuicio para las educandas
y recargo de trabajo para las profesoras. En la enseñanza, el trabajo debe ser
lento y gradual; es el secreto para que sea provechoso. No es lo mismo trabajar,
cuatro ó seis meses con precipitación, que todo el año suave y paulatinamente.
Tal vez, sí en apariencia el resultado es el mismo, puesto que algunas alumnas
llegan á vencer en poco tiempo las materias que corresponden á determinado
año de estudios; pero, esto se consigue, con recargo de labor intelectual que
puede comprometer la salud de las niñas, impidiendo que el aprendizaje sea
sólido y duradero.

Combatir esta preocupación es labor más ardua que enseñar convenientemente


a la generación que se levanta.

Mi empeño por conseguir el progreso del Liceo es incesante, y no omito


esfuerzo de ningún género a fin de que se traduzca por hechos prácticos, como
son, el aprendizaje fácil é inmediato de las alumnas en todas las materias que

209
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

cursan. Para salvar esta dificultad y al mismo tiempo unificar los métodos de
enseñanza, he tratado que el Liceo cuente con textos propios, lo mismo que las
diversas especies de cuadernos para los trabajos de las alumnas.

Persuadida como estoy, que la base de una instrucción sólida y sistemada, debe
ser una salud completa y el desarrollo armónico de todas y cada una de las
fuerzas físicas, no he descuidado jamás su educación, poniendo de mi parte
todos los medios posibles para que mis alumnas crezcan sanas y se vean libres de
tantas enfermedades de que son víctimas nuestras niñas.

Debo á este respecto una aclaración a las madres de mis alumnas. Ofrecí que
se enseñaría Gimnasia en este año, y mi ofrecimiento fue sincero, porque aún
tenía comprometida la profesora que debía hacerse cargo de esa enseñanza.
Posteriormente surgió una dificultad de parte de la señorita profesora a
quien yo había hablado, siéndole imposible cumplir el compromiso contraído
conmigo de antemano. Mis gestiones para encontrar otra profesora fueron
inútiles y tuve que renunciar, por este año, a mi propósito, pudiendo hoy
asegurar, que para el nuevo año escolar habrán desaparecido los obstáculos que
me impidieron cumplir mi propósito.

No faltan a este respecto sus preocupaciones y aun fui notificada por algu nas
madres, a fin de que sus hijas no tomaran parte en los ejercicios gimnásticos,
aunque juzgándolos tal vez, iguales a los que se practican en los colegios de niños.
La diferencia es muy grande, porque el fin que se persigue es muy distinto también.
Sucede pues, con estos temores, que la mujer como en todo caso y en todas las
cosas, lleva la peor parte en la educación física, que tiene para ella una deficiencia
peligrosa. Todas las objeciones y observaciones tienden a un fin exclusivo: impedir
que la niña manifieste libremente sus impresiones, y acompasar, contener sus
movimientos convirtiendo así a la niña en señorita y á esta en anciana, como si el
fingimiento y el automatismo constituyeran el ideal de la educación.

En esa desobediencia diaria a las principales prescripciones higiénicas, en esa


rebelión manifiesta a las más rudimentarias exigencias de una bien entendida
educación física, puesta en práctica desde los primeros años, está el origen de
tantas dolencias que sufren nuestras niñas, arrastrando una existencia triste y
llena de enfermedades.

210
-
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Es necesario que se permita a las niñas, aun más, que se las estimule, a que jueguen
tanto o más que los niños y que no se afee ante ellas, y mucho menos se considere
inapropiados para su sexo, los juegos o pequeños ejercicios en que los movimientos
sean vivos y espontáneos. Las niñas más sanas, y más alegres también, son las que
más juegan porque éstas no contrarían las leyes de la naturaleza, guardando una
quietud y compostura que no le corresponde. Bajo este principio es, que hago
alternar en mi Liceo las horas de trabajo con juegos al aire libre en los que las niñas
recuperan parte de las fuerzas que pierden en las horas de clase ó estudio.

Como complemento de la educación fisica, doy preferencia al trabajo manual


educativo, proporcionado á la edad y condiciones de cada niña, que la pone en
relación inmediata con el género de belleza que guarda muy estrechas relaciones
con lo útil, rechazando por completo cuanto no lleve consigo un fin de utilidad real.

Procuro, por esta razón, fomentar en todas las niñas que educo, una cultura
estética, que dé la práctica necesaria para distinguir lo bueno de lo malo, lo bello
de lo feo; y que esa cultura se extienda hasta la producción real por medio del
trabajo, puesto que, la ejercitación orgánica es el medio más seguro y poderoso
de despertar é inculcar la idea en el espíritu. En una palabra, es necesario llevar
a la práctica la idea, la concepción de la belleza; no hay verdadero desarrollo del
sentimiento artístico sin la producción.

El sentimiento estético no es sino una especie de instinto desarrollado en una


larga serie de generaciones, y que tiende a asegurar la existencia de la especie y á
perfeccionarla. Los espíritus no educados suficientemente, pero que se ven en la
dura necesidad de amoldarse á las exigencias del medio en que viven, caen con
frecuencia en los extravíos, exageraciones y perversiones del gusto. La ligereza
de la costumbre y la educación superflua, arrastran como resultado inmediato
una gran indiferencia por las cosas realmente serias. Son resultado de esta
indiferencia y superfluidad, que tanto me empeño en combatir en las niñas que
dirijo, las modas exageradas y el lujo, que ostenta su dominio no solo en lo útil
sino también en lo que es bello y racional.

La sociedad no se forma directamente de la reunión de individuos sino de la


reunión de familias y necesita, por lo tanto, que no se descuide un solo punto en
la buena marcha de su elemento primordial, que es la familia. Ahora pregunto:

211
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

¿quién atenderá la dirección, el orden y el progreso de la familia? La única llamada


a cumplir esta misión es la mujer y, por eso debe educársela con especial esmero.

Debemos reconocer tres grupos en la mujer, en atención a las diferentes


circunstancias que influyen en su educación: uno de ellos, el más numeroso,
comprende a aquellas niñas, que por la escasez de recursos, se verán muy pronto,
obligadas a ganar la subsistencia con su propio trabajo; ó que por lo menos,
pertenecerán a un hogar pobre, en el cual los oficios domésticos reclamarán
toda su atención. Otro grupo, un poco más reducido, comprende aquellas niñas
pertenecientes a familias acomodadas que puedan atender convenientemente
á su educación; y, por último, hay un grupo comprendido en el anterior y
compuesto de muy pocas mujeres, en quienes las aptitudes intelectuales y el
deseo de cultivarlas son muy notables. El grado de instrucción variará según
estos casos, pero siempre se encaminará a levantarla, perfeccionarla y en general
salvarla de los peligros que puedan rodearla.

La mujer no debe presentarse en el escenario de la vida ajena á todo desarrollo


intelectual, ni desconociendo los atributos que forman la inteligencia del hombre;
tampoco deben quedarle vedadas las sendas de la labor, donde se alza el espíritu
y se vigorizan las facultades.

¿Por qué se le estrecha el círculo de su pensamiento, dejándole esa órbita


pequeña y reducida, donde parece que estuviera condenada á gravitar toda
su fuerza de acción: la superfluidad? Los puntos cardinales de la mujer
ignorante, de aquella que no ha ejercitado su inteligencia son la moda, el
lujo, la vanidad y la ignorancia, y como resultado inmediato el fastidio, el
invencible aburrimiento.

¿Debemos dejarla que se precipite en esos abismos? No; es necesario salvarla,


y solo puede conseguirse esto instruyéndola, ensanchando su horizonte,
buscándole la acción sin límites del estudio, redimiéndola de las futilidades
del presente y haciéndola que adquiera la conciencia de esa autonomía de que
en apariencia carece.

La instrucción amplia y completa bastaría para salvar á la mujer: el hombre lo


sabe, lo ha pensado, pero lo teme: por eso echa llave á su biblioteca y deja á la
mujer solo el devocionario.

212
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

La misión de la mujer es grande, sublime y en todos conceptos complicadísima.


El resultado de la obra de la mujer en el porvenir de las naciones, es el pedestal en
que se apoya la grandeza moral y la entereza de carácter de los ciudadanos. Si ha
sido bien preparada para cumplir todos sus deberes en las distintas alternativas
de la existencia; si ha crecido acariciada por las influencias de una educación
doméstica práctica, hará la felicidad y el encanto de cuantos la rodean.

El esfuerzo de aquellos que anhelan la verdadera organización de la


familia, debe circunscribirse á obtener que todos reúnan una sola identidad
de condiciones; es decir, que sea el hogar, en donde las niñas á la vez que
conocen el teclado del piano, conozcan también las distintas labores realizadas
en ese laboratorio químico donde se confeccionan las viandas; que no sean
desconocidos los remiendos y zurcidos que la economía doméstica aconseja se
hagan en la ropa y los vestidos, sabiendo hacer, por consiguiente, el arreglo, la
limpieza, é infinidad de otros quehaceres, que á diario se ejecutan en una casa
bien ordenada y dirigida con acierto.

Sin educación moral, vano empeño sería perseguir la instrucción para la mujer.
En la infancia, la época en la cual el espíritu humano se halla dispuesto á
recibir las impresiones que quiera dársele, y no es desconocido esto por las
personas que saben, es la educación moral, la más sólida de las tres educaciones
que recibimos en la infancia.

La educación puede ser esencialmente moral y racionalmente inteligente. La


primera corresponde á la mujer; la segunda, al hombre, dependiendo esta casi
siempre de aquella. Si la primera permanece inalterable, en general, la segunda
suele transformarse, y de allí surge la importancia de la educación de las mujeres
sobre la educación de los hombres, por el muy noble ministerio que ellas tienen
que desempeñar, sobre éstos. Por más que hasta hoy, haya parecido más secundaria
la misión de la mujer que la del hombre, nada es más erróneo, como hijo del
egoísmo masculino. La misión de la mujer en la vida, y muy particularmente
su misión moral, como sacerdotisa de la familia, es muy superior y muchísimo
más importante que la del hombre. Así como el hombre no puede estudiarse ni
comprenderse fuera de la familia humana, así tampoco la mujer puede estudiarse
ni comprenderse fuera de la familia, es decir fuera del hogar doméstico. Por lo
tanto, en educación, sobre todo, la educación moral es más importante, de mayor

213
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

estudio, de más solícitos cuidados, que la del hombre, en razón y por virtud que
ellas imprimen en el corazón de este el sentimiento del bien y del mal.

En el cultivo y desarrollo de las facultades del alma, he procurado siempre,


observar primero y dirigir después las inclinaciones, sin imponerles nada de
antemano. Con este medio he conseguido adquirir el conocimiento completo
que tengo sobre todas y cada una de mis alumnas, y la facilidad inmediata
para manejarlas sin exigirles esa obediencia pasiva que haciéndoles perder la
propia personalidad las transforma en autómatas, perdiendo toda iniciativa: son
•... mujeres inteligentes y con libertad de acción, las que me empeño en formar y no
muñecas que solo obedecen á sus resortes.

La obediencia es una costumbre, y como tal, debe adquirirse, es decir, mediante


la práctica más bien que por teoría. Hay asuntos acerca de los cuales se puede
hablar a la inteligencia y sentimientos de una niña, haciéndola comprender
claramente la razón de lo que se le exigen; pero acerca de la obediencia, salvando
especiales y muy raras excepciones, no se debe discutir ni explicar nada. La
obediencia tiene que aprenderse, antes que sea posible aprender ninguna otra
cosa: es lo que el alimento y el aire con respecto a la vida del cuerpo, no una cosa
que debe buscarse por lo que es en sí misma, sino una cosa esencial y anterior á
todo lo demás. El germen nace en el hogar; y son las madres las que inician esa
labor que la educación continúa.

Formar y cultivar la voluntad para que fortifique el espíritu de nuestra raza que
degenera un poco, eso es y debe ser la principal y más grande de las preocupaciones
en materia de educación. En la cultura de esta facultad es necesario desenvolver
como medios prescritos por la naturaleza: la inteligencia que ilumina la voluntad;
la sensibilidad que la solicita y el hábito que la entraña; deben aprovecharse los
dos primeros para asegurar lo último. Su empleo alternativo ó simultáneo no
puede quedar al azar; es la consecuencia de los conocimientos del niño, y debe
seguirse el desarrollo de la voluntad, recurriendo á la sensibilidad, aprovechando
poco á poco y por grados de la inteligencia, para terminar por la razón y el
corazón unidos. Su intervención común es necesaria para asignar una voluntad
recta y generosa, la razón sola nos da caracteres firmes, rectos tal vez, pero no
comprensores de los nobles sentimientos. Por otra parte, si las grandes acciones
parten del corazón, son buenas, siempre que la razón las apruebe.

214
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Es de gran poder moral confiar en la voluntad de las alumnas, pero suponerla


fuerte y dirigida hacia el bien. ¿Cuál es la mejor manera de conseguirlo? No
proceder opuestamente. Si se le conceptúa débil, se la debilitará aun más; no
se inspira el deseo de llegar á un algo, cuando se le hace ver á la niña, que se la
cree capaz de llegar á ello. En cambio, si se le inspira ansia por hacer el bien lo
hará creyéndose siempre muy hábil para su ejecución.

La individualidad debe ser respetada como cantidad de esfuerzo, pedido al


espíritu y como dirección de este esfuerzo. En la cantidad de esfuerzo impuesto
á la inteligencia, es necesario medir el trabajo pedido al poder de producir.

Dos son los medios que empleo para favorecer la personalidad de la niña:
el trabajo personal y los ejercicios de invención. Los resultados obtenidos
siempre fueron satisfactorios. En el trabajo personal, la niña excitada por la
emulación y el sentimiento de la responsabilidad da todo lo que puede; las
facultades más favorecidas, naturalmente, son también las que más intervienen
y por consiguiente más se desarrollan. Esto queda probado, con el cuidado que
cada niña presta á los trabajos que hace sola, y al éxito que alcanza si tiene
disposiciones particulares por las materias científicas y literarias.

Los ejercicios de invención tienen efectos análogos y alcanzan el mismo


resultado. Sea cual fuese la naturaleza de los ejercicios pedidos, la tendencia
del espíritu de la niña queda fotografiada ahí, las facultades predominantes
reciben una feliz impresión.

No es, solamente, porque los ejercicios escritos sean los mejores, para dar
certeza del conocimiento razonado y completo, de las oraciones que es
indispensable adquirir; es, sobre todo, porque ellos desenvuelven mejor á la
niña y desarrollan más su personabilidad.

No basta que la niña estudie para que aprenda. El estudio colectivo le produce
un provecho que difícilmente alcanzará con el estudio individual. La influencia
del ejemplo, que resulta del medio en que vive, y de las personas que nos
rodean, es incontestable y es más grande en lo que se relaciona con los estudios
y con el trabajo intelectual.

Un trabajo personal, no excluye la emulación ni el ejemplo. Uno y otro constituyen


poderosos excitantes cerebrales que dan mayor interés á los estudios, y en parte dan

215
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

también valor y energía, y algunas veces hacen que desaparezca la fatiga. En suma,
esos excitantes favorables para el resultado que uno se propone y que es la adquisición
de conocimientos: ya para presentarse á examen, ya solo por satisfacción personal.

Para que el estudio sea provechoso es preciso convencer a la niña de que lo


considere no como una penitencia ó como una dura necesidad, sino más bien
buscando un lado agradable para llegar á ese resultado.

Las alumnas externas que después de las horas de clase, tienen que cumplir con
sus deberes y aprender lecciones en familia tienen en suma, que ejecutar la tarea
que se les ha impuesto, en condiciones mucho más penosas que las internas,
medio pupilas ó externas que trabajan juntas y vigiladas en la misma sala de
clase. El trabajo de familia exige más fuerza de carácter y causa más molestias á
la niña mientras menos años tenga.

Interesada siempre en formar el corazón de mis alumnas y descubrir los bellos


sentimientos que ocultan, procuro que sea la Religión la base de la educación
que reciben. La mujer debe ser religiosa sin ser beata, ser virtuosa sin caer en
las exageraciones del fanatismo. Ninguna de las prácticas y ceremonias que la
religión que profesamos prescribe, se ha descuidado en mi Liceo, sin descender á
los extremos que vulgarizan lo que hay de más santo y sublime, haciendo perder
todo respeto y convirtiendo en un simple automatismo lo que debería ser virtud
pura y sincera, como emanada del corazón.

Hay una virtud que me empeño en fomentar y despertar en todas mis alumnas:
aquella que me enseñó el Divino Maestro como fundamento de su doctrina: la
caridad. Pero la caridad silenciosa, discreta, que consuela al afligido y enjuga las
lágrimas del desgraciado sin hacer ostentación de su poder. Puedo aseguraros,
que no ha ocurrido un solo caso en que la caridad haya llamado al corazón de mis
alumnas, que inmediatamente no encuentre eco simpático, traduciéndose por hechos
prácticos. Se trató hace poco de auxiliar á familias pobres, y tuve la satisfacción de
ver que se disputaban á porfia el contribuir cada una con su modesto óbolo. ¡Bendita
virtud que dulcifica las penas! Sí, niñas mías, tened la seguridad que hay desgraciados
que os bendicen, porque hay hogares a los que habéis llevado consuelo.

No podía continuar sin hacer público mi reconocimiento y gratitud, hacia los


padres de las niñas que educo, por las marcadas pruebas de cariño y confianza

216
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

que me han dispensado, con motivo de los acontecimientos ingratos, realizados


en los últimos días, y que son conocidos por el público que me escucha. Todo
cuadro tiene su luz y su sombra, y el contraste me ha llenado aquí de legítimo
orgullo y llevado a mi corazón el más grande consuelo. Os ofrezco solemnemente,
que no tendréis que arrepentiros jamás de la confianza que depositáis en mí al
entregarme a vuestras hijas para que dirija su educación: es labor que cumplo
llena de gusto y estad convencidos que no omitiré sacrificio alguno para hacerme
digna de la prueba de estimación y cariño que en esta ocasión tengo recibida.

Se pensó que el colegio vacilaría sobre su propia base; se le vió reducido a la


ruina más completa; esta noticia circuló de un extremo a otro con la celeridad
del contagio: no sucedió así por fortuna, triunfó la justicia. Vosotros lo habéis
salvado teniendo confianza en mí: Gracias.

Vosotras, mis queridas hijas, que poseéis todo mi canno, ¡qué más puedo
ofreceros! Ahora os veo, más unidas a mí, no me habéis abandonado un
momento, en esta situación angustiosa, prestándome toda :fidelidad en horas
de amarga tribulación. Gracias. Nunca os faltará mi cariño y protección, si de
ella necesitáis. Si algún día el infortunio os visita, volved á mis brazos, que
hallaréis, el consuelo que ofrece un amor sincero. Felices ó desgraciadas, donde
vos estéis os acompañaré.

Todas las personas que han honrado esta fiesta con su presencia, estad seguros
que habéis despertado noble estímulo en el corazón de las niñas impulsándolas
con entusiasmo al cumplimiento de sus deberes. En nombre de mis alumnas y
en el mío propio, recibid los más sinceros agradecimientos.

He dicho.

217
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Texto 17

Educación moderna: colección de artículos, 190624


Kindergarten
I
.... ..
El Kindergarten no tiene por objeto, como algunas escuelas de párvulos, guardar
únicamente á los niños, para que no molesten en su casa. No es tampoco, esa
especie de pequeña clase elemental, establecida en algunos colegios, y confiada
por lo común, a las alumnas más adelantadas, quienes no se hallan, ni pueden
hallarse, en condiciones felices para saber dirigir la educación de un pequeñuelo.
El Kindergarten constituye una institución, realmente pedagógica: en el centro
de ella, con el auxilio de juegos y conversaciones maternales, y por medio de
ocupaciones en relación con las fuerzas y aptitudes de la primera edad, y fundadas
en las necesidades y manifestaciones de la naturaleza infantil, se prepara al niño
para la práctica de la vida entera y para la cultura que ulteriormente ha de recibir.

¿Cuál ha sido, y cuál es hoy mismo la historia del niño que debe pisar los dinteles
de la escuela? ¿Qyién no recuerda las lágrimas derramadas para aprender el
A, B, C, confiado por lo general á una maestra iracunda é impaciente? Ahí,
el látigo, la palmeta, los pellizcos y otros martirios análogos, se disputaban á
porfía, el placer de contribuir á que el niño fuera infeliz. Hoy mismo, si bien
no en todos los casos, el niño no es tratado con toda la benevolencia que su
naturaleza exige. Llega el día, en que el niño penetra á lo que, entre nosotros se
llama escuelita, y comienza entonces la historia de sus desventuras: deja de ser,
desde ese momento, el niño feliz que corretea y sonríe á las caricias juguetonas
de su tierna madre, para convertirse, en un "ente", que no debe moverse del sitio
donde toma asiento, porque la casa es muy pequeña y apenas queda sitio para
que todos los niños simulen estatuas: no deben gritar, ni hacer bulla, porque á
la "maestra de escuelita" le exaspera el laberinto, ó como sucede con frecuencia,
hay en la casa un enfermo grave que necesita silencio. Así hemos crecido, casi

24 García y García, Elvira. En Educación moderna: colección de artículos. Lima: Tipografía El Lucero,
1906, pp. 3-13.

218
--
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

todos, en nuestro país, y así crecen todavía los niños de hoy, quienes apenas se
inician en la vida, y ya descubren, con mucha razón, que no merece la pena el
vivir. En tan deplorables condiciones la inteligencia no recibe ningún estímulo,
la voluntad queda sin acción, vencida por un rigor que deprime toda tendencia
o iniciativa feliz y la imaginación que no tiene campo en qué recrearse, solo se
entretiene en inventar los medios de salvar de esa tiranía, poniéndose entonces
en acción toda la inventiva del niño, para mortificar á quien tan infeliz le hace.
De ahí arranca la falsa preocupación, de que los niños son todos malos, cuando
en realidad sólo son mal dirigidos.

El niño debe ser guiado, desde sus primeros pasos, con amor infinito, con
esquisita dulzura y gran paciencia; en una palabra, presupone lo que se llama,
la educación por el afecto, que tanto la recomienda, para dirigir la infancia, el
sabio Dupanloup y la experimentada educacionista M. Pape Carpentier. En ese
mismo principio funda Froebel, todo su método de educación, al que por esa
razón da el nombre de método material. Conducido el niño, por ese camino,
llega á desear, aquello que se quiera que haga, siempre que no se emplee con él,
la violencia, que es signo de debilidad ó de pereza, cuando no de ambas cosas á
la vez, pues como asegura La Fontaine "más hace dulzura que violencia", y San
Francisco de Sales dice, "todo por amor, nada por fuerza".

Debe dirigirse al niño, en conformidad con las exigencias de su naturaleza,


dando á su desenvolvimiento, como le damos á la planta para su desarrollo, el
espacio y el tiempo que reclama, dejando que ejercite sus poderes, para que al
desenvolver sus facultades, manifieste su individualidad y vocación, sin esfuerzo
extraño que le contrarie ó ejerza sobre él presión.

La baronesa de Marenholtz, célebre educadora, y que tanto ha secundado la


obra de Froebel dice: "Del mismo modo, que la hoja de una planta picada al
nacer en la primavera, por la aguja más fina, conserva la herida hasta que en los
últimos días del otoño, le llega la hora de su muerte; de la propia manera, las
imperceptibles heridas, que desde la más tierna edad recibe el alma del niño,
duran siempre y originan vicios y defectos de importancia".

De aquí se desprende la utilidad y la trascendencia de la educación, durante el


período de la infancia, en el que, el cuerpo y el espíritu del niño están expuestos
á multitud de influencias, así buenas como malas, por la absorción física y moral,

219
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

que alcanza su máximun de poder en ese período; y de aquí también, la razón


con que Froebel ha dicho, que la salud ó la perdición del niño se hallan en manos
de los padres, desde que comienza su existencia.

La instrucción froebeliana alcanza hoy a tener en Berlín, Dresden, Fráncfort,


Leipzig, Munich y Jotha 95 Jardines; en Viena hay 55 y otros tantos en Ginebra,
habiéndolos en bastante número en muchos otros cantones de Suiza; en Italia
hay 422 y en Roma existe una escuela normal, consagrada á formar maestras,
para que regenten las escuelas froebelianas á semejanza de la de Dresden;
en Bélgica la Municipalidad de Lieja, trasformó sus escuelas de párvulos en
Jardines de niños, ha formado maestras y adoptado otras disposiciones, que
llevan al gobierno á sostener el principio, que hoy proclama en aquel país, toda
la opinión ilustrada; de que el espíritu del sistema Froebel debe servir de base
á la educación popular. Los portugueses han establecido Jardines en Oporto y
Lisboa. En Francia además de las de París, las hay en Tours, Orleáns, Moullorno
y Montpellier; en Inglaterra se han propagado en todas las ciudades; los Estados
Unidos de Norte América tienen escuelas froebelianas en todos sus estados; la
República Argentina cuenta con un buen número de ellas, dirigidas unas por
maestras alemanas, especialmente traídas para organizarlas, y otras por maestras
formadas en las escuelas normales de Buenos Aires, Corrientes y Tucumán.

En el Perú, estas escuelas no se han establecido, porque se han creído tal vez, sin
importancia alguna; pero ya hoy se nota, un movimiento marcado á favor de ellas.
Desgraciadamente el elemento particular, no basta para dar á una institución de
ese género todo el impulso que merece y necesita, porque exige un fuerte capital
para su implantación y es corriente, entre nosotros, que quien dispone de medios
de fortuna, no piensa en instituir escuelas.

Para iniciarme en esta nueva labor, no me han arredrado, por cierto, todas las
dificultades con que he tropezado y con las que tendré que chocar aún; y llena de
amor á la infancia, y confiada en que los padres de familia sabrán secundar mis
esfuerzos, pongo este establecimiento bajo sus auspicios y protección. Lejos de
mí la pretensión de establecer un Kindergarten modelo, no creo hacer, por ahora,
otra cosa que poner la primera piedra.

El material de los juegos manuales y los ejercicios que se realizan, corresponden


enteramente al procedimiento cronológico ó espontáneo que sigue en su

220
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

desenvolvimiento la inteligencia. Empiézase, mediante dicho material, por


interesar al niño haciendo que fije "su atención'', que es el gran medio empleado por
la Pedagogía para dar base sólida á la "percepción'', la cual requiere se desenvuelva
el espíritu de "observación'', debido á los ejercicios de análisis y comparación,
que con dicho material se realizan. Con el uso de los "dones" que mantienen la
atención se fortifica la "reflexión'' y se despierta el "espíritu de investigación'' hasta
llegar á formar "concepto". Todo se reduce á suministrar al niño muchas y variadas
impresiones, comenzando por el desenvolvimiento de los sentidos.

La "curiosidad" que conduce al niño al "análisis", dice la baronesa de


Marenholtz, se cambia en necesidad de romper, desde que el niño se reconoce
incapaz de construir y de transformar. Por eso los "dones" que se le entregan,
para los juegos manuales, están preparados de modo que, sin destruirlos, ni
desnaturalizar el análisis, puede dar con sus propias manos, forma y cuerpo
á sus conceptos; que construya y organice, según su idea, por cuyo medio no
sólo se ejercita el niño en la construcción, casi á la vez que en el análisis,
sino que se alimenta y fortifica su aptitud creadora, y se atiende también al
desenvolvimiento de todas sus facultades.

El movimiento, el juego y el trabajo, como primeras y naturales manifestaciones


de la actividad del niño, son los elementos de que es menester valerse para
estimular, disciplinar y secundar esta misma actividad. Tal es lo que hace
Froebel, y tal el carácter y el sentido de su método; esto es, que la educación
se realice en gran parte, mediante los esfuerzos del educando mismo; es decir,
como resultado de su propia actividad.

Esta es su gran obra, su verdadero golpe de genio; el haber comprendido, como


dice Michelet, esa necesidad del niño, sobre todo en la primera infancia. Sus
ingeniosos procedimientos, añade M. Buissón, se hallan concebidos en este
procedimiento profundamente :fisiológico de ocupar al niño, darle alguna cosa
que hacer y después que deshacer; construcciones que inventar, que combinar,
que transformar, objetos sólidos y geométricos que basta yuxtaponer, otros
delicados y frágiles que es preciso manejar con habilidad; encerados ó pizarras
suaves en las que, el cuadriculado regular, gu íe la vista y la mano, sin encadenar
la imaginación. Todo es activo, todo es libre en esta escuela infantil, todo pone en
movimiento los órganos, los músculos, las facultades nacientes sin causar fatiga;

221
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

es la movilidad continua del pequeñuelo dulcemente trocada en una actividad,


que le encanta tanto como le instruye.

Jugando el niño, con ardor y confianza, se desenvuelve en el juego, por lo que


esta es la manifestación más bella de la vida. Por lo tanto no debe mirarse el
juego como cosa frívola, sino como una de las ocupaciones más serias de la
infancia, según dice Montaigne. Los juegos elegidos espontáneamente por el
niño, que se entrega á ellos con ardor, deben revelar á los educadores atentos
é inteligentes, la condición y las inclinaciones del educando; y también lo
que será en lo porvenir, puesto que el juego es una de las más significativas
manifestaciones que tiene el niño.

Expuestas estas breves consideraciones, debo declarar que queda establecido


el Kindergarten, anexo al Liceo que dirijo, el que pongo á disposición de los
padres de familia, con cuya confianza me siento honrada desde hace algunos
años. Estad seguros que no omitiré ningún esfuerzo, para levantarlo al nivel de
todos los de su género.

24 de Febrero de 1902.

II
El principio y fin de Kindergarten es esencialmente educativo. La labor principal
se reduce á desarrollar los sentidos del niño y á despertar sus facultades, á fin de
que, por este procedimiento quede el niño apto para comenzar su instrucción.
¿(2,!ié puede hacer un niño, se dice, cuando sólo cuenta dos ó tres años de vida? A
esta edad no se puede hacer otra cosa que jugar: esa es la creencia general. Verdad,
que el juego es la tendencia innata de la infancia; por consiguiente, es necesario
dirigir esos juegos, metodizarlos, hacerlos útiles, en una palabra, que sean
educativos é instructivos. Con este procedimiento el niño, sin saberlo, sin darse
cuenta de la labor que emprende, comienza por adquirir la idea de obligación,
puesto que concurre todos los días á una casa donde, en cambio de los cuidados y
cariños que recibe, debe hacer algo en horas determinadas, asociando siempre su
labor á la de otros niñitos. Comienza así á conocer el "orden''y el "método", desde
el momento que, para entregarse á sus juegos, cantos y ejercicios, debe seguir lo
que hacen sus profesoras y demás compañeros; y, lo que es más importante aún,
va cultivándose y formándose, aunque lentamente la "atención".

222
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Sabido es que para guiar la instrucción de un niño, el escollo donde se estrellan


las mejores aptitudes del institutor es la falta de atención del niño, llegando á
convertirse esto en un hábito que, fuertemente arraigado, impide el aprendizaje,
aun cuando exista bastante capacidad intelectual. ¿O.!lé se hace entonces para
conseguir que el niño atienda? El único medio de obtener este resultado es
educarlo, desde los primeros años, con ejercicios que, yendo dirigidos á los
sentidos, despierten el interés y conmuevan entonces su incipiente imaginación.

Llegar á este resultado, es el fin que persigue el Kindergarten; y los ejercicios ideados
por Froebel, con sus variados Dones, satisfacen esta necesidad, sentida por el maestro
desde muchos años atrás. Comienza el niño, por medio de estas prácticas, á conocer
los colores, á distinguir las formas con sus diferencias y semejanzas, á apreciar los
tamaños, á medir las distancias, á distinguir el nombre de los cuerpos y el origen, el
uso y la aplicación de todas las cosas. El Kindergarten dispone para ello, de muchos
objetos que interesan todos sus sentidos, avivándolos hasta despertar la "curiosidad";
excitan sus facultades intelectuales, ponen en acción todos sus órganos y le enseñan
á trabajar, mientras que él cree que sólo juega. La mano se vuelve delicada, ligera y
útil, á fuerza de trabajo, y llega á convertirse así, en el instrumento más importante
de que podrá disponer mañana, que llegue á la edad en que comience su instrucción.
La vista, así educada percibe con precisión matemática las distancias, el tamaño y la
forma de los cuerpos, los colores y todas las propiedades perceptibles por los sentidos.

Aparte de la educación de los sentidos, que la considero como la más importante,


puesto que tiene que servir de base á todo género de instrucción, hay que
considerar la educación física, llevada á cabo con especial interés, por medio de
cantos infantiles, bailes, calistenia y juegos apropiados á la tierna edad de los
educandos. Los niños crecen así sanos, contentos y felices, puesto que, solo ven á
su alrededor, personas dedicadas á cuidarlos y á protegerlos con especial cariño.
Hoy sólo existen para el niño caricias y contemplaciones allí mismo, donde ayer
gravitaba imperdonable severidad.

Todo esto puedo confirmarlo ahora, por propia experiencia, mediante el hermoso
resultado obtenido en los dos meses escasos que cuenta el Kindergarten, que he
fundado en esta localidad, al que concurren más de cuarenta niñitos y niñitas de
dos hasta siete años de edad; estas criaturas han alcanzado un regular aprendizaje,
sin esforzar sus facultades ni abusar de su docilidad al trabajo.

223
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Vería pues, con verdadero placer, si algunas familias concurrieran, aunque sea un
momento, en cualquiera de las horas de la tarde, para que apreciaran el contento
de estas criaturas, guiadas con una ternura esencialmente maternal, y pudieran
apreciar el género de labor á que se les dedica, que en nada puede comprometer
la salud física é intelectual.

29 de Abril de 1902.

224
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 18

Tendencias de la educación femenina, 190825

IV

Término medio que debe buscarse entre estos dos tipos de mujeres. Modo
de conseguir la mejor educación de la mujer. Esfuerzos comunes para llegar
á este resultado.

Analizando fríamente estos dos tipos de mujeres, es decir, las latinas y las
sajonas, desde el punto de vista de su educación y de sus costumbres generales,
no es difícil afirmar, que ninguna de estas dos formas de educación, tomada
exclusivamente, conviene á la mujer sudamericana; aunque esta recibe todas sus
inspiraciones de las primeras, entre las que la francesa constituye el verdadero
tipo de imitación.

El problema de la educación de la mujer entraña una importancia mucho más


grande de lo que generalmente se cree, y debe constituir la preocupación de
todos los momentos en las clases dirigentes, puesto que, de su engrandecimiento
deriva la prosperidad nacional. Esta educación debe ser superior en alto grado,
delicada y llena de refinamientos, mucho más delicada que la que recibe el
hombre, por más que su instrucción puede ser menos extensiva, especialmente
cuando es específica ó profesional.

La naturaleza ha señalado á este respecto, las esferas de acción que corresponden


al hombre y á la mujer, cada uno de los cuales tiene una misión importante
que cumplir. La labor de cada uno aislada se esterilizaría, mientras que por la
asociación se duplica su importancia, distendiéndose con una energía poderosa.
A pesar de quedar perfectamente marcados los linderos de estos dominios, el
25
García y García, Elvira. Tendencias de la educación.femenina de 1908: correspondiente a la misión social
que debe llenar la mujer en América. Trabajo presentado al IV Congreso cient(fico (1. ºpanamericano) que
se reunirá en Santiago de Chile el 25 de diciembre. Lima: Imprenta Nacional de Federico Barrionuevo,
1908 (selección de varios artículos).

225
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

orgullo masculino, en posición de la fuerza, concedió á estos un valor antojadizo;


surgió entonces el prejuicio que hace creer á la mujer, que se pretende postergarla
al hombre, y como consecuencia natural brotó esa chispa, que la hizo aspirar á la
conquista de su emancipación.

Todavía se observa más, en el camino de las injusticias sociales: lejos de


quedar colocada la mujer en un terreno, donde pueda medir la extensión de
sus dominios, y de prepararla así á que fuera capaz de cumplir con dignidad
los destinos que le respectan, se la abandona en medio de una esfera de acción
extraña á sus gustos y aspiraciones, en medio de la cual se marchita su gracia
y languidece su vida.

Un falso sentimiento de igualdad, hace adquirir hábitos de mujeres á los hombres,


é impulsa como por represalia á que las mujeres llenen oficios de hombres. No
son pocos los varones, que desafían torpemente el desprecio de mujeres sanas
y vigorosas, afeminando muellemente su vida; en cambio, buen número de
mujeres, rebajan todos sus encantos femeninos, descendiendo á llenar funciones
sociales propias del hombre. Los resultados de semejantes doctrinas, que así
invierten la misión del hombre y de la mujer, no pueden ser más deplorables, y
el recto sentir de las multitudes los envuelve en su reprobación.

La mujer debe instruirse de manera especial para poder cumplir su destino, el


que no sabrá llenar permaneciendo ignorante y atontada, al lado del compañero
de su vida, á quien no podrá comprender en su pensar, ni menos aún, adivinarlo
en su sentir. Edúquesela principalmente en su sentimiento, á fin de disponerla á
buscar y encontrar, en las puras emociones del arte, el refrigerio moral, que tanto
ha de alentarla en el camino de su vida.

La obra más grande que le corresponde desempeñar á la mujer, es el


perfeccionamiento de su propia alma; con esos tesoros que alcance arrancarle y
conservar con la avidez del avaro, formará á su vez el espíritu del hijo amado, y
fecundará y guiará las fuerzas criadoras del compañero que la suerte le depare.

La influencia de una mujer inteligente es necesaria: las obras inmortales, que


son orgullo de la humanidad, no se hubieran producido, ni alcanzado tan grande
incremento, si ella de cierto modo no hubiera contribuido á engrandecerlas,
inspirando al artista las más bellas concepciones. El hombre como representante

226
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

de la fuerza y del poder, esculpe en la obra la gracia femenina; el hombre es


contemplador de la belleza, y la mujer encarna la fuente misma de la belleza.

El gobierno de la mujer será suave, imperando en él, como factor de primera


fuerza, una justicia exquisita. La mujer ha de ser perseverante en cuanto
emprenda, para saturarlo todo de su delicada personalidad; juiciosa en sus
determinaciones, para así inspirar la confianza, que necesita repartir entre los
que de ella dependan; sabia no para alcanzar la superioridad del saber, sino para
conquistarse ese renunciamiento de sus méritos, que cuando ella no los hace
·, resaltar, se vuelven tan agradables; constante para mantener, en todo momento
ese calor que abriga el hogar y que á ella corresponde mantener; leal con todos,
y de manera especial con su compañero, á quien se pertenece por completo;
nutrida de conocimientos, de los que hará uso, en beneficio de los suyos, no con
la estrechez de un orgullo insolente y seco, sino con la dulzura apasionada de
una modesta solicitud, variable hasta lo infinito, por sus múltiples aplicaciones.

En medio de todos estos requisitos, que hacen tan grande su vida moral debe
ser buena en demasía, y en cantidad tan inconmensurable, que no sea necesario
desearle más; buena, inmensamente buena. Esa sea la verdadera variabilidad
de la mujer; variable como la luz que se quiebra en múltiples rayos, delicados y
serenos y que toma el color de las cosas que ilumina y realza.

El deber más trascendental de la mujer es asegurarse una educación perfecta en


sumo grado, como que es de :fines tan trascendentales. Esta educación durará
toda su vida en sus tres etapas, perfectamente marcadas: la educación que
recibe en el hogar, la que se le da en el colegio, y, por último, la más importante
de todas, que abarca su vida entera, que es la autoeducación, en la que ella es
educadora y educanda, es la marcha que sigue á través de lo que ella es y debe ser,
corrigiéndose y perfeccionándose en todos los momentos de su vida.

A través de estas distintas fases de la educación, desempeñará un puesto


muy importante la cultura física, que al mismo tiempo que fortifica la salud
incrementa la belleza. El perfeccionar la belleza y acrecentar su poder, 110 será
nunca labor excesiva, ni proyectará á distancia insalvable los rayos de su luz
purísima. Pero debe tenerse presente, que la libertad del cuerpo no producirá
belleza si no va acompañada de la libertad del corazón. La mujer no será nunca
bastante hermosa, si no se conquista antes una tranqqila felicidad, porque el

227
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

freno que se le imponga; la oposición que se haga á sus instintos de esfuerzo, ó


sus contrariedades en el amor; todas estas causas serán todo lo poderosas que es
posible imaginar, para dejar impresas en sus facciones, con caracteres indelebles,
una dureza dolorosa, que apagará el brillo de sus ojos y el encanto de su frente,
donde debe resplandecer siempre una virtud apacible.

La educación de la niña debe dirigirse de manera tal, que sea en cuanto al curso y
á las materias que comprende, la misma que reciben los jóvenes, pero dirigida de
otro modo y tratada hacia un fin distinto. A poco que se observen las costumbres
sociales, descubriremos la necesidad de que la mujer, siquiera sea por conveniencia
propia, debe saber todo lo que sabe el hombre, que va á ser su compañero, aunque
esos conocimientos obedezcan á ideales distintos; los conocimientos que adquiera
el hombre serán fundamentales y progresivos, mientras que los de la mujer han
de ser generales y acomodados á los usos diarios de la vida; el hombre conocerá el
lenguaje de la ciencia que estudia, y la mujer sólo aprenderá de esta ciencia ó de
este lenguaje, lo suficiente para simpatizar con las satisfacciones espontáneas de
su esposo y con las de sus mejores amigos. Así preparada la mujer, se constituirá
en la inteligencia coadyuvadora de la obra del hombre, y pondrá á su disposición
el contingente de su saber por limitado que sea. La mujer ignorante ocupa un
rol muy secundario, al lado de un hombre de espíritu superior por su cultura y su
experiencia, y esa insignificancia á que queda reducida, por la indolencia de una
obra, que se llena de manera tan incompleta, labra insensiblemente su inferioridad.

Antes de analizar, cuál es el género de educación que mejor convendría seguir


para colocar á la mujer, en la verdadera esfera de los deberes que le corresponden,
se necesita precisar cuál es su principal y más grande deber. Desde luego, se nota
profunda agitación, en la época que atravesamos, para adquirir el conocimiento
pleno de los principales factores, que dan vida á esta cuestión de importancia
capital para la felicidad social. Las relaciones de la pareja humana; su diferencia
de poder intelectual en cierto orden; las virtudes distintas que abrazan; todo
esto, parece que no ha sido apreciado antes de ahora, con tanta uniformidad,
que marchen acordes las distintas apreciaciones. Se habla en todos los tonos y se
discute en buen número de pueblos, sobre los derechos de la mujer, como si alguna
vez fuese posible, separarlos de la misión y de los derechos que corresponden al
hombre; se procede, tal y como si ella y su señor fuesen criaturas de especies
independientes y de prerrogativas irreconciliables.

228
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Todo esto, es obra de la preocupación secular arraigada tras largos años de


dominación absoluta; como lo es también el que la mujer no sea sino la sombra y
el reflejo de su señor, á quien debe ciega y servil obediencia, y en quien su debilidad
encuentra apoyo, por la superioridad de la fuerza. La propaganda que se hace de
estas razones absurdas, provoca un distanciamiento cada día más grande, entre
el hombre y la mujer, constituyendo por sí solo el más necio de los errores que se
propalan, cual es el sostener que la mujer fue creada para ser sierva del hombre;
no es muy plausible la explicación que se daría para justificar, cómo el hombre se
. ... sentía feliz al estar acompañado de un ser insignificante una especie de sombra
que le siguiera; tampoco se explica cómo le significaría ni elevaría esa esclavitud
que impone. El amor del esclavo, no despertará nunca esas fruiciones esquisitas y
elevadas, que produce ese sentimiento cuando emana con entera espontaneidad.

El poder de la mujer se hizo para el gobierno y no para el combate, y si el distintivo


principal de su inteligencia no es el de ser inventiva ni creadora, en cambio está
bien dispuesta para la dirección, el ordenamiento y la decisión; además sabe
entender mejor que nadie, las cualidades de las cosas, sus clasificaciones y el
rango que les corresponde ocupar. El hombre defiende á la mujer de todo peligro,
y dentro de esa casa en que habitan los dos, y que es regida y custodiada por ella,
en la que sabe desplegar su mayor talento, no penetrarán sin su autorización, los
peligros que alteran la paz, de la que ella es la principal sacerdotisa.

Esta es la verdadera naturaleza del hogar, asilo de paz, hogar de refugio de todas
las miserias que el mundo ofrece, en medio de sus mirajes engañosos y llenos de
peligros. Ruskin dice: "No siendo así no es hogar si las ansias de la vida exterior
penetran en su recinto; si las personas desconocidas, mal intencionadas ó no
amadas, traspasan sus umbrales, con anuencia del esposo ó la esposa; ya no es
hogar, sino una porción del mundo exterior, puesta bajo techo, donde habéis
encendido lumbre. Pero si es un lugar sagrado, templo de Vesta, que custodian
los dioses lares, ante el cual quien llegue, no puede dejar de ser acogido con
amor; si esto y ese techo y esa lumbre, son sólo emblemas de una sombra y de
una claridad más noble; sombra de la roca en tierra árida y claridad del faro en
mar tempestuoso; entonces merece el título de hogar y justicia su renombre".

En materia de educación es preciso tomar siempre una dirección inicial


perfectamente definida y que no marque rumbos equívocos ó antojadizos.

229
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Cuando las formas seguidas en la marcha de la educación, son contradictorias,


no se obtienen ventajas de ninguna especie, y como resultado final, no se llegará
á formar sino espíritus sin equilibrio, que juzgarán sin discernimiento. Hablar de
todas las cosas sin tener de ellas un saber positivo y fundamental, es permanecer
en las sombras de la ignorancia; perder el hábito de la docilidad, sin haber
adquirido la posesión de sí mismo, es quedar desorientado; por último, perderse
en esa confusión de principios, quedarse sin saber ceder, más que á la opinión ó
á sus impresiones, es renunciar á la vida social armónica.

Casi siempre se da á la mujer una educación que comprime las almas, y queda
en profundo desacuerdo con las necesidades de la vida moderna en general
y con el matrimonio en particular. Estudiada la causa principal, que crea las
dificultades en que se encuentra una joven para pasar á la vida conyugal, se
observará que esa prevención está menos en las razones de economía social,
que en esa educación falsa, que vuelve á la mujer impropia para llenar los
deberes domésticos que le incumben.

Interesado el hombre, al formar una familia, en asociar á su vida una mujer


joven, que le aporte el concurso de salud, fuerzas, alegría y la belleza; encontrará
defraudado ese interés, con la educación llena de prejuicios que se da á la
mujer, en buen número de casos. Sucede que la mujer en el mayor número de
circunstancias, juzga el matrimonio como una formalidad indispensable de
llenar, para conseguir la independencia ambicionada, ó escapar á la ley del trabajo.
Ese falso juicio se descubre una vez que comienza la vida íntima, y resaltan los
efectos de una cultura ilusoria, hecha de frases aprendidas y preparadas con un
talento de oropel, que desvanece en el acto toda ilusión, haciendo imposible la
armonía para el porvenir.

¿Por qué el saber serio, bien orientado y mejor utilizado tarda en ocupar su
puesto en la educación de nuestras niñas? ¿Por qué se nota esa tendencia á
la reacción y á la ilusión, igualmente odiosas y perjudiciales, para la felicidad
que se busca? La reacción se alimenta por los abusos cometidos, que cada día
destruyen más el éxito de la obra. La ilusión deriva de ese error innato, relativo á
la verdadera naturaleza femenina, y que es frecuente aun en espíritus superiores.
Por eso la instrucción de la mujer dista mucho de ser un problema resuelto ó
una causa definitivamente ganada. En efecto, si la enseñanza pseudo-erudita

230
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

de la mujer, desprovista de altas conclusiones :filosóficas y de intensas creencias


religiosas, prevaleciera, entre nosotros, la reacción se acentuaría generalizándose;
entonces desengañados todos, muy pronto, por una experiencia nefasta, se
retrocedería en masa, y con la celeridad que imprime un choque, á la ignorancia
hoy medianamente combatida.

Los detestables sistemas educativos de nuestros colegios, en los que se


reemplaza la educación con la instrucción, como único medio de formar al niño,
producirían un resultado fatal, á menos que los educadores no respondieran de la
instrucción anti:filosófica, antirreligiosa, y consecuentemente antieducativa, por
una situación que responda ampliamente de un triunfo completo. Esto debe
hacerse y ponerse en práctica, porque es lo que conviene hacer ante todo, á fin de
restaurar el culto por los altos estudios literarios, :filosóficos y científicos, que son
fuerzas educadoras de primer orden.

La instrucción es fuente de piedad sincera, profunda é inquebrantable; el corazón


es, á no dudarlo, el agente principal de la piedad, pero no es el único; privado
del contrapeso intelectual, el sentimiento queda vagando, como careciendo
de una fuerza que lo arraigue y mantenga firme. La alianza del corazón y del
espíritu es necesaria al equilibrio moral, á la religión y á la piedad. El lazo de esa
unión, no puede buscarse sino en una sólida y perfecta instrucción, que siendo
eminentemente educativa, dé á todas las energías del alma, el desarrollo que
necesita en relación con el fin á que está llamada cada una.

Conocimientos que debe poseer la mujer. Grado de su instrucción,


según el rol social que le corresponde llevar. Conocimientos que le son
indispensables.

¿De qué desenvolvimiento intelectual puede ser capaz una mujer? ¿Hasta dónde
pueden extenderse sus fuerzas, para ponerlas al servicio de los estudios, que
es indispensable domine, con exactitud, todo ser pensante? La falta de una
dirección acertada en los estudios, que emprende la mujer, y la suspensión de
estos, precisamente en la época en que debía comenzar á estudiar algo serio,
impide que esos frutos maduren, desde que, tan temprano, se han arrancado á

231
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

la savia que los nutría. Resulta pues en la mujer, una cosa muy distinta, y hasta
opuesta, en lo relativo á los estudios, si se compara ese proceso intelectual con el
que ordinariamente sigue en el hombre.

En efecto, mientras que el hombre á la edad de 14 ó 15 años comienza sus


estudios serios, que le llevarán al término de una carrera gloriosa; la mujer, sobre
todo, la sudamericana, se independiza del período escolar, para pasar al hogar
paterno, donde llevará una vida doméstica árida, sin ideales que realizar, siempre
que no sea el matrimonio. Pero, ¿ hay derecho á esperar, que una niña tan tierna,
haya alcanzado un desarrollo perfecto en las facultades de su alma, y que dé por
terminada su instrucción? ¡Imposible! En esta temprana edad, la inteligencia
está acabando de esbozarse, y será en esta época, cuando aumentando su mayor
riqueza, adquiera la fuerza necesaria, para recibir y producir ideas.

Existe gran diferencia de concepto, sobre la apreciación de todas las cosas, según
la edad que se cuente, y es por lo tanto imposible, que una niña de pocos años,
tenga bastante y buen juicio, para hacerse cargo de la verdad de los hechos y de
las cosas. Nuestras niñas, por regla general, estudian muy poco, y sobre todo,
emplean para ese estudio un espacio de tiempo muy reducido. Hacen, así, sus
estudios muy ligeros, pasando como por la superficie de todo, y se quedan por
eso también, ligeras, casi superficiales, muy próximas á la frivolidad, lo que las
incapacita para el desempeño de toda misión seria.

Ante estas amargas consideraciones, poco se puede esperar del porvenir, si


la obra de los grandes espíritus y todo aquello, que en la conciencia humana
puede brotar de nuevo y elevado, es separado en lo más precioso de la vida; y
esto, á veces, en medio de cierto desprendimiento indolente, que suele rayar en
hostilidad. Debe combatirse en la niña, el prejuicio, de que á los 16 ó 18 años su
educación ha terminado, y que la provisión de ideas útiles adquiridas, no le serán
de aplicación en la práctica de la vida. La educación que se da á la niña, consiste
en el mayor número de veces, en sostener esa docilidad pasiva, que hace asociarse
las ideas ó acumularse en la memoria, sin penetrar al fondo, adquiriendo así
opiniones ajenas con todos sus errores y desvíos.

En lugar de encaminar á la niña por tan tortuosos senderos, debe hacérselo


saltar, para que esta adquiera [... ]

232
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

[ ... ]
... soportar todo el peso del esfuerzo personal en la investigación de la verdad;
estimulándola á buscar en sus propias aptitudes, lo mismo que en el medio
que la rodea la asociación íntima de la observación de las cosas y de los seres.
Debe además prevenírsela contra las asociaciones de ideas lógicas, y contra los
prejuicios que estas arrastran, persuadiéndolas de que, el aceptarlas sin control,
es volverse cómplice del error y por consiguiente del mal.

Formar inteligencias para la verdad es volverlas al bien, y si se quiere hacer á la


mujer buena debe comenzarse por volverla inteligente, por medio del estudio
serio y de la meditación y consagración á todas las especulaciones del espíritu.
De esta manera quedará la mujer en guardia contra el orgullo, que pretende
invadirlo todo y contra la falsa modestia, que es una forma de la indolencia, que
pretende admitir todo sin previo examen. A medida que la inteligencia de la niña
crezca, se acostumbrará á pensar por ella misma y á suspender sus juicios, cuando
no están fundados sino en simples presunciones ó impresiones del momento.

Dispuesta la mujer por naturaleza y por educación, á confundir la obligación con


la opinión, y á desconocer el deber cuando no reviste alguna forma sensible, propia
para afectar el corazón ó herir la imaginación, la mujer necesita tal vez más que
el hombre, que se le presente la ley en toda su grandeza teórica y abstracta. Es
necesario pues, hacerla comprender muy á fondo, toda la grandeza de la ley moral,
alma de nuestra alma y del mundo entero, que nos atrae al principio mismo del
universo y nos hace colaboradores inteligentes de sus fines. Igualmente puede
hacérsela sentir, llamando á su conciencia y su experiencia personal y que formule
en seguida su juicio imperioso y libre, sobre el deber que somete á esa deliberación.
Por último, se le debe hacer comprender las condiciones esencialmente justas, en
las que esa ley es eficaz; y que en el orden moral, más todavía que en el intelectual,
es preciso reconcentrarse, para observar todo el esplendor con que brilla la verdad,
norma inicial de las acciones humanas. Hacia este punto deben converger todas
las aspiraciones, asociadas y perfectamente fundidas, como si partieran á su vez de
un solo punto, que les diera vida y movimiento.

Otro principio indispensable de sostener y descubrir en la mujer, y sin el cual


todo proyecto de progreso sería negativo, porque se retrocedería sin sentirlo

233
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

á los tiempos de la servidumbre, y la mujer volvería á convertirse en la esclava


de los tiempos pasados, es el de formarle una voluntad fuerte, enérgica y
llena de razón; y, sobre todo, acostumbrarla á que sea dueña de su persona,
en todo momento; que se gobierne á sí misma; que pueda orientarse sobre
cuanto le corresponde hacer; y que pueda mantenerse firme aun en aquellos
momentos, en que quede vacilando ante la fuerza de los acontecimientos,
perdiendo todo apoyo de fuera.

Este desarrollo que se pretende dar á la mujer, dista mucho del peligro que se
.. teme, de convertirla en un ser egoísta y vanidoso, demasiado confiado en sí
mismo, tal vez si hasta la temeridad. Cualquier individuo, desde el momento
que ha conseguido vivir en armonía con el deber, purifica de tal manera su
sentimiento, que una vez que adquiere la conciencia de haber procedido mal,
siquiera con el pensamiento, siente la más dolorosa humillación, que le abruma
sin dejarle sentir contento ni tranquilidad. Precisamente, por ese supremo
esfuerzo de voluntad enérgica para llegar al bien, es que se trata de combatir la
debilidad de carácter, que abandonándose á ella, no se comprenderá jamás en
qué consiste el gobierno de sí misma.

Pero más aún; la mujer no sólo debe tener confianza en sí misma, sino también
en el ideal que persigue, el que debe vislumbrarlo á través de todo, y servirle de
margen y apoyo para enriquecer su voluntad. Esa será su individualidad sana é
independiente; la que, lejos de aislarla en una orgullosa presunción, la ligará más
estrechamente á todos los seres de la humanidad, y al sometimiento á la ley de
contribuir á la educación del género humano. Esta actividad en que trascurra su
vida futura, la librará de una existencia de parásito, volviendo el alma hacia sus
principios y pulsando las fuerzas directas desde su origen. Por esta consideración,
la educación moderna estima esta virtud necesaria en la mujer, tanto o más que en
el hombre, puesto que tiene que trasmitirla á sus descendientes.

Pero, ¿cómo adquirirá la mujer esa fuerza de voluntad indispensable para su


gobierno? Instruyéndola con los procedimientos más racionales y las formas
precisas de la cultura moderna; aplicando siempre estos procedimientos y estas
formas á los conocimientos, que le son de capital importancia; y que de esta
manera sepa y comprenda que sólo así se convertirá en la madre de familia
esperada, para ponerlo todo en orden y llevar la felicidad á cuantos la rodean.

234
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

La mujer debe extender su acción benévola muy lejos, tan allá como sea posible
imaginarlo, porque la existencia común no es solamente la del marido y la mujer,
la del padre y de la hija, del hermano y la hermana; no, ella debe trasmitir esa
acción á todos los seres sociales en la vasta acepción reconocida hoy, bajo la
palabra de "solidaridad". Por todas partes se habla de buscar paliativos para
calmar el mal social que nos amenaza y para este mal, no hay sino un remedio
profundo é inaplazable, que encierra todos los demás. El mal nace del empleo
desordenado, ó de la dilapidación de la mitad más importante de las fuerzas
comunes: la actividad de la mujer no se aprovecha como debiera, y se le dispersa
en las calles ó en el taller, en lugar de reconcentrarla en el único lugar donde está
su verdadero rol, esto es, en el hogar.

La mujer puede disputar al hombre todos los puestos públicos; pero al pretender
escalar esas alturas, debe cuidarse mucho de no perder ese encanto femenino,
que la hace ser objeto de cariño y de contemplación. Sin darse cuenta muchas
veces, la mujer desciende de su pedestal, y disminuye sus méritos propios
personales, reclamando con ardor, su parte en esa vorágine de la actividad
mundana. Esta parte que una insuficiente noción de la verdad ha considerado,
no pocas veces que, tanto en el hombre como en la mujer, es el único medio y
fin de la actividad humana.

La mujer alcanza la felicidad de ser dispensada del servicio exterior á favor de la


lucha por la vida; se le exonera de la rudeza de las batallas y de la mezcla odiosa
de los intereses; de esa manera puede vivir en el dominio de la idea y de la
acción libre; intervenir, con la fuerza del desinterés, en el choque de los partidos,
calmando la cólera y tranquilizando las ambiciones sobrexcitadas. Desde allí,
colocada en ese alto puesto, preservada por las armas masculinas, puede aportar
los beneficios del trabajo, franqueada por otras atenciones, y ser siempre buena
compañera y excelente consejera.

Cuando la mujer ha alcanzado una cultura superior, puede crearse recursos


personales, en alto grado, iniciándose en servicios nuevos casi inexplorados por
la actividad femenina. En proporción á sus facultades especiales alcanzará la
mujer, sin gran esfuerzo, alguno de los tres órdenes de nociones señalados de
antemano, y en relación á las que puede convertirse en educadora, en economista
ó en artista. Una mujer ilustrada, si es madre suplente, sabrá manejar y dirigir

235
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

á los niños privados de su madre verdadera. No pertenecerá á ese grupo de


institutrices de casualidad, ó formadas por la fuerza de la necesidad, y que es tal
vez la peor educación que puede recibir el niño.

Esa mujer dedicada á ser madre, siquiera sea por un momento, debe penetrarse de
lo que el niño es, amarlo sin reservas y con esa elevación de miras que corresponde
á la cultura de una madre inteligente, que no conoce, ni siente nunca la fatiga ni la
impaciencia. Todo debe ser ratificado, sin violencia ni esfuerzo alguno; preparado
únicamente por un acto de razón, que no sabe en el momento que nace, ni teme
esperar el día siguiente, para alcanzar un resultado superior ó efectista. Ese régimen
de calma, de dulzura, de bondad, deja expandirse en toda su amplitud la alegría
radiante de los pequeños, alegría que es tan necesaria á su existencia.

Siendo la mujer bien instruida, y estando perfectamente cultivadas sus


facultades, su actividad se emplearía mejor, en la organización futura de
toda producción, quedando esta bajo el dominio del trabajo masculino. Ya
hemos expuesto, que la mujer puede ejercitarse en tres órdenes de ocupaciones
conexas entre sí: la maternidad, la economía y la estética. Los conocimientos
externos y precisos, que la mujer adquiera en vista de esta acción determinada,
los podrá aplicar tanto al medio familiar que la envuelve, como al medio social
en que gravita. Pero este último, no tendría más que una parte relativamente
restringida de su tiempo y de sus fuerzas, y esta parte no bastaría á obtener
de todos lados, la buena organización particular y general de los recursos
comunes. Sólo así se explica la intervención de la mujer, aislada de todo otro
medio, y que una razón ú otra, la obliga á crearse recursos para hacer frente á
las necesidades más premiosas de su existencia.

Verdad es que estas mujeres están colocadas en una situación anormal, pero que
es muy frecuente observar en nuestra sociedad: casi siempre están solicitadas
por circunstancias desgraciadas, y agobiadas por el sufrimiento; pero esa
infelicidad hace necesariamente, que la inteligencia y la actividad crezcan, desde
que se vislumbra la probabilidad de encontrar en esas facultades, ejercitadas
con perseverancia, el desempeño de una importante tarea. No son pocas las
mujeres, que ante la necesidad de arbitrarse recursos, se mantienen fuera de
sus obligaciones sagradas de la familia, y esto por su propia voluntad, lo que
constituye su más perfecto derecho.

236
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Cabe la convicción de ver á la mujer, desplegando su actividad en medio de


una organización más razonable, más decidida y más respetada por los espíritus
independientes, quienes les dan el nombre sugestivo de individuos del "tercer
sexo", aunque esta apreciación se debilite ante la corriente civilizadora moderna.
No es menos cierto, que la mujer siendo una individualidad libre, debe tener
poder bastante, para rehusar á la unión familiar, sin incurrir en inferioridad
teórica: le basta y sobra, la inferioridad de hecho á que está sometida.

En todos los grados de riqueza y en los medios de adquirirla, se hace sentir, con
·... fuerza imperiosa, la intervención organizadora de la mujer. Es allí, donde es
preciso buscarle vida activa, porque sus facultades superiores, su genio mismo
se revelarían con una eficacia real. El terreno está aún inexplorado; todo hace
creerlo, por lo menos, ante la simple iniciativa personal y privada, sin que todavía
ninguna reglamentación, ninguna legislación, fuera de la legislación general,
pueda absorber ó entrabar la obra de la inteligencia de la mujer.

La mujer, al extender la vista ante el dilatado camino de su vida, vislumbra la


tarea, soberbia en verdad, que le corresponde llenar: debe, en efecto, hacer sentir
al ciudadano su verdadera potencia, mostrándole, al mismo tiempo, que su
docilidad pasiva á las leyes externas, esa fuerza considerable de la libre iniciativa
y de la espontánea actividad.

Esta noción ha desaparecido ante el autoritarismo tradicional. El hombre bien


sea funcionario, administrador responsable ó productor, cualquiera que sea la
ocupación á que se entregue, ó aunque viva absorto en la labor diaria, siempre está
sometido á la ley del trabajo. Así podrá impedir que la mujer ofrezca, en mejor
forma, y en beneficio de una causa, toda la riqueza y la energía de que su espíritu
está dotado. Puesta la mujer al abrigo de las necesidades inmediatas, y no teniendo
que convertirse ella misma en fuerza productora, la mujer podrá emplear sus
energías en vivificar el organismo social: ese es su rol social, análogo al rol familiar.

Este rol no puede llenarlo la mujer siendo ignorante. Para ello, tiene necesidad de
saber y de comprender, lo más que alcance á abarcar, y lo mejor que le sea posible
seleccionar. Posee entre sus facultades los recursos intelectuales necesarios, para
instruirse en beneficio propio y de los demás. Éstas se revelan á cada paso,
probando la extensión y el poder que llegan á alcanzar.

237
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Se discute de manera gratuita, que entre las facultades poseídas por la mujer, no
llevan ventaja la lógica ni el razonamiento. Sin embargo, se la ha habituado á
contar demasiado con su extraordinaria intuición y á contentarse con la claridad
que presentan las cosas, sin profundizarse en el secreto que encierran mediante
un detenido análisis. Así se le educa y así tiene que proceder; no se la crea
incapaz, porque no lo es, sino que obedece á la dirección, que se le imprime.
Encaminándola por senderos superiores, su ascensión rápida y fructuosa,
sorprendería á sus mismos detractores.

No es digno, ni humanitario, ni decoroso, el impedir á la mujer que pueda


ganar honrada y noblemente su subsistencia en el ejercicio de una profesión,
colocación ó carrera, que tenga una base intelectual, puesto que siendo tan grande
y sensible la influencia de la mujer en el hogar doméstico, es indispensable que el
ascendiente resulte desligado, sano y ejemplar. Ante la necesidad de la educación
y de la instrucción, no puede ni debe haber diferencia de sexos. La ciencia, como
el bien, es para todos. Negársela á la mujer es perpetuar su inferioridad ó su
esclavitud. Si la mujer es capaz de comprenderla, y hacer de ella la más correcta
aplicación, ¿por qué negarle el que se introduzca en sus recatos?

El hombre se educa, gana su subsistencia para sí y para su familia, y con eso cumple
sus deberes. La mujer no limita su misión á las circunscripciones del hombre.
En todo orden social se le exige más y se le proporciona menos; además de la
condición requerida de una perfecta cultura, debe saber proporcionarse recursos,
cuando no tiene quién se los proporcione, y esto sin que la hayan preparado para
esta labor, además le queda el gobierno de la casa y la educación de los niños.
Combinando todos estos problemas, á cual de ellos más complejo, queda para la
mujer una tarea tan difícil de cumplir y tan laboriosa para satisfacerla de manera
plausible, que su realización resultará meritoria en alto grado.

Una mujer, por perfectamente instruida y bien educada que sea, y aunque sepa
subvenir á los gastos de su subsistencia, no se le considera como una mujer
perfecta si no sabe dirigir y educar bien á sus hijos. Por el contrario, el mayor
número de mujeres, que resultan buenas administradoras de su casa y celosas
en el cuidado de sus hijos, alcanzan una alta reputación como mujeres perfectas
y buenas amas de casa, aunque la instrucción que hayan alcanzado sea muy
limitada y no estén sólidamente educadas. Estas mujeres son juzgadas por la

238
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

mayoría de los hombres, por aquellos que sólo aprecian el mérito de la mujer,
por su intervención mecánica y material en el hogar, como las mejor preparadas
para la formación de la familia.

En ambos casos, la deficiencia de preparación es igualmente perjudicial, y con


el fin de conciliar la situación, obteniendo un remedio eficaz, que extirpe esa
corruptela social, debe aunarse á una bien atinada y escogida ilustración, la más
esmerada educación; todo debe asociarse: el conocimiento práctico del gobierno
de la casa y el saber atinado y metódico. Si la mujer es de posición social mediana
ó modesta, pondrá en noción su habilidad; y si es favorecida por la fortuna sabrá
ordenar y dirigir todo, sin incurrir en errores ni omisiones.

La mujer debe y puede seguir todas las carreras liberales, eligiendo la que esté
más en armonía con sus aspiraciones, con su vocación y con sus recursos. Las
puertas de la Universidad le están hoy del todo franqueadas y pueden consagrarse
con libertad á estudiar Literatura, Ciencias Físicas y Naturales, Matemáticas,
Derecho, Medicina, Farmacia, Industrias, Comercio, Bellas Artes, Pedagogía,
Filosofía, etc., etc. Hoy las puertas de estos templos, consagrados al saber, se abren
para toda la juventud sin distinción de hombres y mujeres. Déjesele á cada cual,
hombre ó mujer, la responsabilidad de seguir la carrera que más le convenga, ó
la que responda mejor á sus aspiraciones. No se combata la coeducación, puesto
que está probado, que no hay enseñanza de moral, ni de trato y respeto sociales,
en que más se desgasten las asperezas del carácter brusco de los hombres, que la
que encierra la compañía atenta, digna y considerada de la mujer.

Mientras no se eleve el nivel intelectual y social de la familia, por la educación


de la madre y señora de la casa, nuestro pueblo marchará poco menos que
arrastrándose. Esa labor, cuya realización es de importancia nacional, es al hombre
á quien corresponde fomentarla haciéndola realizable. La mujer no puede, á
la vez, plantear el problema, proponer el remedio y realizar el milagro. Esta
tarea corresponde al hombre. El camino más viable es multiplicar los centros de
instrucción y de educación integral para la mujer. Pero la eficacia del remedio
está principalmente, en que esos centros se abran en medio de la corriente del
mundo y no lejos de él, a fin de que la mujer se forme conociendo todos los
peligros que este mundo, en medio del cual debe vivir, encierra; y aprenda de esa
manera á desafiarlos, imponiéndose á ellos, como un ser superior.

239
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

[ ... ]

XXI

Ninguno de los géneros de educación, que llevamos estudiados, pueden


formar aisladamente á la mujer ideal. Ésta será la buena educadora de sus
hijos y la compañera leal y consejera del hombre.

Ya hoy no se discute, porque está suficientemente comprobado y demostrado


hasta la saciedad, la conveniencia de dar á la mujer una cultura superior. Además se
justifica con hechos irrefutables, y se acepta legalmente por todos los pueblos, que
sin esa ilustración, que eleva á la mujer sobre el nivel común, no se formará nunca
de ella, ese factor de primera puerta, llamado á dar impulso al progreso social, sin
el cual quedaría reducido al nulo valor de los cantidades negativas. A pesar de
esta justificación, el movimiento actual encuentra resistencias bastante tenaces,
precisamente allá arriba, en las altas clases sociales, que es donde por razón natural
debiera encontrar el más decidido apoyo y la más grande protección.

No es tan reducido el número de familias, tácita y ardientemente hostiles,


contra un nivel intelectual superior, y en general, los refractarios oponen á ese
movimiento una inercia retrógrada, que mantiene la escasez de conocimientos
entre las niñas, que pertenecen á las clases superiores. Puede asegurarse, que
en materia de educación, la instrucción es un factor necesario, inevitable, sin
cuyo concurso sería imposible conseguir éxito alguno. Admitida la necesidad
de una educación superior para la mujer, queda legitimada la instrucción,
puesto que los buenos resultados de una dependen de la dirección inicial que
se dé á la otra. La cultura intelectual femenina, saca de allí su justificación
intrínseca y es por lo tanto, justo y razonable el añadir, que mientras más se
refina la educación, más debe extenderse y perfeccionarse la instrucción. Por
consiguiente, la piedra fundamental del nuevo edificio, es decir, la buena y
perfecta educación de las niñas, en las clases elevadas, sólo es realizable, por
medio de una instrucción bien dirigida y perfectamente desarrollada, tendiente
siempre al fiel desempeño, que corresponde á la misión de la mujer, según su
raza, familia y condición social.

Interesa, ante todo, asegurarse de lo que corresponde hacer y no confundir


los términos: la erudición estéril, sin base que la sustente, es de todo punto

240
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

inútil, produciendo más daños que bienes, y prestando oportunidades, para que
se desarrolle la pedantería, mal que cuando se apodera de la inteligencia de la
mujer, la convierte en verdaderamente insufrible. Los resultados de la ilustración
se vuelven importantes, desde el momento en que, fiel á su verdadero fin, es
eminentemente educadora.

La instrucción asegura á la mujer el vigor físico, que le es necesario, así como


también la fuerza moral que debe contrastar con aquél. Puede, pues, partirse
del principio fijo y seguro, de que en la cultura intelectual, existe un fondo de
garantía, contra las preeminencias de los sentidos, los cuales están siempre
dispuestos á atacar, con más ó menos precocidad, la energía moral de la mujer,
alterar la base de su carácter y maltratar su salud.

La mujer desprovista de la cultura moral, que tiene que ser siempre la base
sobre que se levante su personalidad toda entera, no podrá realizar la plenitud
de su alto destino en medio de la libertad en que debe desenlazarse su vida; no
puede pasarse sin la instrucción en las distintas relaciones que la incumben:
primero, en su relaciones con Dios á quien ama con un amor insuficiente y
frágil, cuando su religión exclusivamente sentimental, no reposa sobre la sólida
y fuerte base de una creencia científica, estudiada con método y analizada
en todas sus partes; segundo, en el matrimonio, en cuyo estado no sabrá
nunca cumplir las obligaciones que le corresponden, ni podrá dirigirlo hacia
su fin supremo, si no procede auxiliada con el concurso de una inteligencia,
embellecida con el saber y ejercitada en el pensar; tercero en la maternidad,
que ella traicionará á cada paso, cuando la educación ha descuidado el
elemento racional, es decir, el científico, que motiva las lecciones, tan temidas
por algunos espíritus preocupados. No se llegará á formar la mujer perfecta,
que tenemos ideada para hacer la felicidad de nuestras sociedades modernas,
tomando como exclusivos, algunos de los géneros de educación que llevamos
estudiados, ni tomando los extremos de la educación latina y sajona, porque
á la mujer no debe educársele, con independencia del hombre, puesto que
su misión principal se la reduce á formar con él, esa gran sociedad de la que
indudablemente hay derecho para esperar tanto.

La asociación moral del hombre y de la mujer es muy rara en el matrimonio,


á causa de lo deficiente, que es la educación de la juventud, pues será preciso

241
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

declarar, que principalmente en los pueblos latinos, tanto al hombre como á


la mujer se les educa muy imperfectamente. Partiendo de un principio falso, la
educación provoca de ordinario, en la mujer, el desenvolvimiento exclusivo del
corazón, y en el hombre el desarrollo preponderante de la inteligencia. Así la
mujer se vuelve sentimental y el hombre intelectual.

Aunque las fuerzas de la inteligencia se presten más en el hombre, que en la


mujer, á los grandes trabajos, que ponen en tensión todo el espíritu, no se sigue
de allí que la mujer deba ceder muellemente á su debilidad natural, declarándose
... .. incapaz, para muchas cosas á las cuales aún no han sometido su experiencia. La
jerarquía general de las fuerzas, aunque dosifica el trabajo particular de cada uno,
no lo suprime para nadie; ni el declarar, que hay más posibilidad de éxito, en el
hombre, significa un renunciamiento en la mujer.

Desgraciadamente los educadores, de casi todos los países, no lo han comprendido


así, y de allí resulta que no solo no siguen las mismas direcciones, sino que
muchas veces las llevan opuestas. Estudiando la manera, como se ha educado
hasta hoy, á la mujer en los diferentes pueblos parece que la intensidad de las
fuerzas morales, en lugar de invitarla al completo dilatamiento de su actividad
particular la restringiera, reglamentando el límite de la acción en la medida de
las conveniencias sociales. Con este modo de proceder, que no es el que más
conviene, se alcanza preponderancia en algunas de ellas, que tal vez si no son
las que más ventajas ofrecen, con grave riesgo de que se atrofien las demás,
subordinándolas á las primeras.

La antigua teoría que sostenía el princ1p10 falso, de que á la mujer debe


mantenérsele en la ignorancia, apoyando este aserto en la supuesta inferioridad
de sus facultades intelectuales, comparadas con las del hombre, queda desvirtuada
totalmente, ante el ejemplo presentado por las mujeres sajonas; y entre estas, de
manera especial, por las americanas del Norte. De todos modos, debe llegarse
al convencimiento de que, si el hombre posee la superioridad en el orden del
pensamiento, la mujer surge imperturbable por el sentimiento.

Mientras quede establecida esa diferencia en la instrucción del varón y de la


mujer, quedando rezagadas las niñas de la vida intelectual superior, el abandono
de la cultura moral correrá parejas con el de la inteligencia. El hombre y la

242
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

mujer deben ser el producto arrancado al desenvolvimiento armónico de todas


las fuerzas de su ser, tanto las físicas como las psíquicas.

Para que la mujer pueda ser lo que le corresponde en relación con su rol social,
debe alejársela, de la influencia de esa educación exclusivamente francesa, y de
manera especial de la monacal, que detiene el florecimiento de todas las facultades
superiores de su espíritu, haciendo de ella siempre una eterna niña, que necesita
tutela; que la independice de esa frivolidad ingénita, que la acompaña casi
siempre hasta las postrimerías de su vejez. También debe huirse, ó mejor apartar
á la mujer á tiempo, de esa influencia utilitaria, que por la excesiva actividad que
pide, la masculiniza demasiado, quitándole todo su encanto natural, que tan
digna de ser amada la hace.

Naturalmente entre estos extremos, que marcan por decirlo así, los polos del eje,
alrededor del cual gravitan las fuerzas físicas y psíquicas de la mujer, es necesario
tomar un término medio, que alejándola de esos dos peligros, la mantenga en su
justo centro, influyendo directamente sobre los destinos generales de la familia y
de la sociedad; ese debe ser su verdadero gobierno y es allí donde debe destacarse
su personalidad, haciendo sentir todo el brillo de sus virtudes y las luces de su
entendimiento, ensanchado con las verdades de la ciencia.

243
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Texto 19
El Hogar y la Escuela, 190926

Prospecto

El Hogar y la Escuela es la nueva Revista que ofrecemos al público, creyendo


hacer una obra de interés general. Fiel á su título tenderá á estrechar, tanto como
sea posible, los lazos que deben unir á padres y maestros, con el fin de hacer
fructífera la educación del niño.

El distanciamiento á que se mantienen, hasta hoy, nuestros hogares y nuestras


escuelas, hace que las personas que directamente influyen en la dirección del
niño, marchen por caminos no solo distintos, sino aun opuestos, con daño
inmediato para el niño, y con perjuicio para la sociedad en general.

La labor de nuestra Revista será enteramente solidaria; es decir, tratará de


aproximar á todas las personas, que puedan colaborar; ofreciéndoles á su vez, las
mayores facilidades á los profesores, á las madres de familia y á las alumnas y á
los alumnos adelantados, cualquiera que sea el colegio á que pertenezcan.

Esta Revista será el entusiasta heraldo de la enseñanza, al mismo tiempo, que


el asiduo y útil colaborador del maestro, en la noble y elevada misión, que está
llamado á desempeñar.

El personal de la Revista estará formado por la que suscribe, secundada por las
antiguas alumnas y las actuales más adelantadas del Liceo Fanning. Cada una
de las secciones, en que, para claridad de la exposición de los trabajos, se tendrá
que dividir esta publicación, quedará á cargo de una de las indicadas señoritas,
rigiendo la vigilancia inmediata y toda la responsabilidad de lo que se publique,
de parte de la Dirección.

26 García y García, Elvira. Selección de artículos publicados en El Hogary la Escuela. Revista Pedagógica
Literaria. Lima, 1909.

244
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Por el momento no extenderemos nuestras promesas: el tiempo se encargará de


probar cuánto valen la constancia y la buena voluntad. La Revista no se ocupará por
ahora, sino de los puntos, que directa é indirectamente se refieren á la educación
del niño. Estos puntos serán tratados y distribuidos en las secciones siguientes:

1.º Sección: Un artículo de fondo, que correrá á cargo de la Dirección.

2.º Sección: Galería de mujeres célebres. Aquí se incluirá el retrato, con los
principales rasgos biográficos, de alguna mujer peruana ó extranjera, que se
haya hecho acreedora á la admiración general, sirviendo así de estímulo á la
nueva generación.

3.º Sección: Colaboración general. En esta parte se colocarán todos los trabajos,
que sus autores ó autoras tengan a bien mandar á la Dirección, siempre que
vengan firmados.

4. º Sección: Parte pedagógica. Esta sección sostendrá direcciones escolares


y lecciones modelo, sobre Lengua Nacional, Moral, Geografía, Historia,
Matemáticas, Lecciones de cosas, Trabajo Manual, Ciencias Físicas y
Naturales, Industrias, Economía, Higiene, Filosofía, etc., etc.

5.º Sección: Sección escolar. Aquí tendrán cabida los trabajos presentados por
alumnas y alumnos de Segunda Enseñanza, siempre que versen sobre asuntos
relativos á los ramos que estudian y acrediten su autenticidad.

6. º Sección: Para enriquecer la memoria del niño. Esta comprenderá una


serie de poesías fáciles y esencialmente educadoras, para que lleguen á ser
familiares en los niños.

7.º Sección: Cultivo de las lenguas vivas. En esta parte se insertarán poesías
populares y frases fáciles de gran valor moral, que se publicarán indistintamente
en inglés, francés, italiano, etc., para que sean traducidas por las personas que
deseen por este medio, familiarizarse en la traducción de determinada lengua
moderna. La traducción firmada saldrá en el número siguiente.

8.º Sección: Bibliografía. Esta consistirá en una reseña metódica de los


libros más importantes, que se hayan publicado, últimamente, indicando la
importancia, que cada uno encierra, y cuáles son los que más conviene leer.

245
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

También se hará una revista de todos los periódicos, de la misma índole, que
El Hogar y la Escuela, que se envíen como canjes, reproduciendo además los
artículos, que merezcan interés especial.

9.º Sección: Estímulo. Esta sección está destinada á los estudiantes de ambos
sexos. Constará de problemas y algunas combinaciones ingeniosas sobre
Geografía, Historia ó algunos de los otros ramos de estudio. Para esta sección
habrá un premio mensual, que se sorteará entre las personas que manden sus
respuestas perfectas.

10.º Sección: Agenda de la madre defamilia. Esta contendrá una serie de recetas
útiles, sobre todo lo que se relacione con la salud y los asuntos domésticos.

11.º Sección: Ecos. Contendrá ciertas informaciones y noticias de interés


mundial.

12.º Sección: Parte Literaria. En esta parte habrá poesías ecogidas, cuentos,
tradiciones, novelas, poemas, etc., de autores nacionales ó extranjeros.

13.º Sección: Consultas. La Dirección atenderá con el mayor placer las


indicaciones, que tengan á bien dirigirle las madres de familia y las profesoras,
y en responder á todas las preguntas que tengan carácter profesional.

14.º Sección: Modas. Terminará esta Revista presentando el último figurín,


acompañado de una reseña sobre la moda reinante.

Si con todo lo que ofrecemos y esforzaremos siempre en cumplir, satisfacemos


los gustos de las personas que tengan la bondad de formar parte de nuestros
suscriptores, quedarán colmadas las aspiraciones de

La Dirección

El Niño

¿Obié es un niño? A esta pregunta solo puede satisfacerse cuando se posee un corazón
capaz de sentir con exquisitez, todas aquellas delicadas fruiciones, que la sola presencia
de un niño evoca en el alma. Un niño es todo un poema de amor de ternura y en el
que encierra cuanto de hermoso y bueno quiso legarnos el autor de la Creación.

246
r
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Un niño encierra, en su ingenuidad encantadora todo un mundo de promesas,


en el que se entreven, con vivos y fúlgidos destellos, las más gratas esperanzas,
acariciadas con íntima satisfacción, con entusiasmo incomparable, para
realizarlas en día no lejano,

Un niño es en suma, todo un compendio del hombre, en quien puede ya por


lógica deducción, saberse lo que será el ciudadano ó la matrona de mañana.

Si un niño encierra tanto, debemos pensar que de él depende, en buena parte el


engrandecimiento de los pueblos.

Observemos lo que pasa en nosotros á la sola presencia de un niño y veremos,


que nos sentimos atraídos á ellos con pasión invencible, de la misma manera que
nos atrae cuanto constituye un ideal de bondad y de perfección.

Amamos al niño no solo por la belleza que encierra, sino principalmente


porque es un ser débil, que demanda incondicionalmente nuestra más
decidida protección.

Amar al niño es amar al hombre, es amar a la patria, es amar la obra de Dios.

Eduquemos á los niños

¿Basta _el querer á nuestros niños, para que seamos capaces de educarlos, en
armonía con los dictados de la ciencia moderna? La educación no es más que la
conservación y el mejoramiento del orden y del progreso, en el ejercicio de las
facultades intelectuales, morales y de la vida de relación. Este concepto abraza
no solo cuanto al hombre se refiere, sino también á los animales, á los cuales
obligará á tomar parte en la vida de las sociedades.

En este conjunto dice Ch. Robín, "el ejercicio de las facultades intelectuales
y morales ocupa el medio entre los dos extremos. Estos extremos están
representados, desde luego, por cuanto se refiere á la educación de los órganos
de los sentidos y de las facultades de relación exteriores, tanto voluntarias como
locomotrices; viene por fin, cuanto se relaciona con el cumplimiento de las
funciones vegetativas, respiratorias, digestivas,&'.

247
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

La separac1on que se hace de las distintas facultades, en todo lo relativo


á la educación, prueba que debemos emplear distintas formas y variados
procedimientos, según la aptitud del niño á que quiera dedicarse especial
preferencia, sea por que ha de ser la que más intervenga en las prácticas de
su vida, ó bien porque tenga necesidad de más estímulo, para hacer que su
funcionamiento sea del todo armónico.

Conviene establecer la separación que existe entre la educación y la domesticación


de los animales y de las plantas, y el estudio de las modificaciones que recibe.
._.. Lallemand consideraba tal vez, sin razón, esa educación y sus modificaciones,
como ramas derivadas de la educación física. La educación, teniendo por sujeto á
los seres vivos, debe apoyarse en una de las ramas de la Biología, ciencia que debe
ser perfectamente conocida, tanto por las madres, cuanto por las educadoras.

Además Lallemand ha demostrado, con una gran potencia de lógica y de


saber, que ninguna persona es apta, para dar una educación completa, si ignora
previamente la naturaleza de las facultades, que debe dirigir y perfeccionar con
el ejercicio. ¿Qµé podrá hacer quien tiene á su cargo la dirección de un niño, y
no sabe cuáles son las principales manifestaciones de esa naturaleza desbordante
de actividad y como debe contener ó impulsarla?

Es á la madre, ó a la educadora á quien más directamente corresponde ese


profundo conocimiento de cuanto pasa ó debe pasar en el alma del niño, y poder
en proporción á estos recursos, dirigirle en la forma más acertada.

Las funciones de la vida animal ó de relación, como también las vegetativas;


mejor dicho, todos los fenómenos humanos que se juzgan como de forma
inmaterial, dependen de un aparato esencialmente material, muy complicado y
compuesto de partes distintas, encargadas de funciones especiales. Ese órgano
es el encéfalo, y sus distintas partes son susceptibles de desenvolverse, mediante
el ejercicio, de deprimirse ó atrofiarse por la inacción, y de modificarse en su
estructura, de la misma manera, que todos los tejidos de la economía animal;
siempre en relación, con las influencias á las cuales quedan sometidos.

Es de suponer, que quien ignora la manera como está constituido este maravilloso
órgano, no puede apreciar cuán grande es su importancia, desde el punto de vista

248
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

del desarrollo intelectual y moral del niño, ni cuáles son los factores que más
directamente pueden dañarle ó malograr en su totalidad su feliz funcionamiento.

El educador debe tener presente que interesa mucho la perfecta conservación de


las partes del cuerpo, puesto que la educación no crea órganos ni las facultades
correspondientes; sin embargo, tal es la influencia, que es posible ejercer sobre
cada uno de ellos, que puede favorecerse ó reducirse su desenvolvimiento,
siguiendo la naturaleza de los ejercicios a los cuales se someten las partes, que
han ido evolucionando en el crecimiento del individuo.

Todos los casos no son iguales ni á todos los niños se les puede tratar de
la misma manera, puesto que hay entre ellos desigualdades muy grandes,
entre sus facultades intelectuales y morales, de la misma manera, que las hay
entre los rasgos de su fisonomía y el color. Se correría el riesgo de malograr
las aptitudes de un niño susceptible y nervioso, á quien se quisiera tratar de
la misma manera que á un valeroso ó descarado; sería imposible, mediante
ese procedimiento, llegar á alcanzar el éxito que se propone la educación. Es
indudable que, solo por el conocimiento, de estas cosas, se llega al resultado
de trasmitir una moral buena y sana, accesible á todas las inteligencias y que
constituye en resumen el :final de la educación.

La educación debe encaminar al niño á que olvide sus prácticas egoístas,


adquiridas por herencias y por el medio; y á que viva para ser útil á los demás,
haciendo que prevalezca en su espíritu, la sociabilidad sobre la personalidad.
Es verdad, que este punto es el más difícil de dirigir en la educación del niño
puesto que ese es el lado más enérgico de las tendencias naturales del hombre.
Es necesario procurar que el niño experimente las satisfacciones tan grandes que
produce el hacer bien á los demás, para que resurja el deseo de corregirse.

La educación de los cinco órganos de los sentidos es de primordial importancia,


pues por medio de ellos se establece una relación constante entre el mundo y el
individuo; además esa educación correlativa con las facultades de expresión oral,
mímica, y escrita, así como de los diversos medios de locomoción, que establecen
la relación perfecta entre el individuo y los seres que le rodean. La importancia
general, que encierra el perfeccionamiento de estas funciones y la de los signos y
los movimientos que suscita su actividad, es manifiesta, si se analiza el puesto que

249
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

tienen en la inteligencia; durante esa primera edad, el ejercicio de los sentidos


reemplaza en buena parte á las funciones intelectuales.

Del uso de las facultades, en relación con la edad del niño, resulta que la
educación puede ser espontánea o sistemática, la primera es ante todo moral
y accesoriamente intelectual y estética. Es la educación privada, cuya ejecución
corresponde á la mujer y de manera especial á la madre de familia. El padre
entregado á la vida activa de los negocios, que le retienen buena parte del tiempo,
... ... fuera de la casa, no puede desempeñar ese cargo para el que, por otra parte, le
falta cierta capacidad moral y espíritu de adaptación.

Esa educación espontánea, que debe ser objeto de prolijas observaciones,


comienza con el nacimiento del niño y debe extenderse hasta alrededor de los
catorce años. Durante todo ese período de vida, es principalmente sobre los
sentimientos, que deben inspirarse los actos, que más llaman la atención del
educador, á fin de que, pueda dirigirlos en la forma que más convenga á la salud
moral del niño. En ese sentido nada de lo que se haga es indiferente y por lo
tanto nada se debe descuidar, pues en este período es cuando el individuo debe
aprender á proceder por afección, desafiando los distintos y hasta la necesidad.

La educación sistemática, no se separa de la precedente, ó mejor no comienza en


realidad sino hacia los catorce años, su base es la educación científica, que enseña
á pensar, para llegar al perfecto conocimiento de las cosas.

La educación privada ó de la familia se divide naturalmente en dos épocas, la una


que termina á los siete años y la otra hacia los catorce. Después de este período,
casi siempre el niño, es encerrado en un pensionado, donde queda directamente
bajo la influencia de sus maestros.

Los cuidados y las contemplaciones que el niño necesita, en ese primer período
son incalculables y apenas pueden valorar las madres cómo de allí deriva todo
el porvenir intelectual, moral y hasta físico del niño. "Es una barbarie", asegura
Ch. Robín, "el querer enseñar á leer á los niños, antes de los seis ó siete años; es
preciso que antes conozcan la existencia y la morfología de las cosas y oralmente
su nombre, antes de estudiar la figura de los términos y de los signos que fijan la
noción de esa existencia. Vale más, no conocer por la lectura la descripción del

250
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

mar, antes de haberlo conocido, ó haber visto una extensión que se le parezca.
Proceder de otro modo, impide al niño, el aprender á observar y á pensar; así se le
conduce, por toda la vida, á tomar entidades y palabras por realidades. Es pues, la
observación repetida, la contemplación concreta, lo que debe predominar en este
período de la educación, que conduce á adquirir una noción de orden natural".

La opinión de este gran educador, debe servir de norma para no precipitar al niño
eh su ilustración obligándolo á aprender, á leer en tan temprana edad, y lo que
todavía es más cruel aún, el exigirle la ímproba labor de las lecciones memoristas.

Desde el punto de vista moral, el amor hacia la madre, es para el niño la mejor
escuela á fin de llevarlo de allí al amor a la humanidad. El padre es amado, casi por
consideraciones especiales á la madre, puesto que fisica y sobre todo moralmente,
el niño pertenece á la madre, más que al padre, pues á ella es á quien trata en la más
íntima sociedad. Con el transcurso de los años, el niño tiende á separarse de uno
y otro ó por lo menos se debilita esa intimidad, á medida que adquiere conciencia
de su individualidad, con el desarrollo psíquico y físico de su ser.

Ya entrado el niño á los siete años, debe írsele habituando, á un trabajo regular,
que responda á un fin inmediato. Debe desenvolvérsele, por ese medio, el instinto
de construir y que se acostumbre á hacer, poniendo en actividad sus manos y su
inteligencia, hasta conseguir terminar la obra en que se ha empeñado, con lo que
se le llevará al convencimiento, de que en la vida es necesaria la perseverancia en
el proceder si se quiere llegar al término. La negligencia, el peor compañero que
puede tener el niño, debe combatirse desde tan temprano como se pueda, porque
esa regularidad en los ejercicios, que en su primera edad ejetuta, le servirá de
hermoso cuadro para hacerse cargo de lo que es la vida práctica, en la que el éxito
depende muchas veces, de la constancia en el proceder.

"Es después de los siete años", dice Ch. Robin, "que el niño debe comenzar á leer
y á escribir: debe hacerlo principalmente, leyendo y escribiendo directamente, y
dejar de lado los pretendidos principios generales y absolutos. En esto se debe,
como en todo, copiar la naturaleza: el niño aprendió a hablar á los 2 ó 3 años, sin
sujetarse á reglas ni procedimientos especiales". Es preciso hacer por el niño lo
que se hizo por la especie, la cual ha constituido las lenguas habladas ó escritas,
espontáneamente, sin Gramática, ni principios trazados de antemano".

251
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Con la lectura puede asegurarse que comienza el período de la educación estética


más simpática, pues el niño comienza á familiarizarse y á sacar todo el provecho
posible de las fábulas, los cuentos, los versos, & que puede ir leyendo. Los
sentimientos que allí se expresan pueden ser comprendidos después de esa edad,
por lo cual es inútil abordar la lectura antes de los siete años. Ya entonces el niño
siente la poesía y hasta experimenta la tendencia hacia las creaciones poéticas y
la expresión aumenta entonces la intensidad de los sentimientos, volviéndolos
más delicados y espontáneos. Cuando el niño ha aprendido lo que es útil, no le
'-,
es difícil ya, aprender lo que es bello, razón por la cual se recomienda el asociar
la enseñanza del dibujo á la de la escritura.

Este trabajo mental es á la vez relativo á la inteligencia ó facultades intelectuales


y al corazón ó facultades afectivas: allí está el comienzo de esa espontaneidad, que
tiene principalmente por objeto la madre; providencia real, hacia la cual convergen
todos los sentimientos altruistas. Por eso repetimos lo que dijimos al principio,
para conseguir niños bien educados, en el verdadero sentido de la palabra, es
necesario que antes lo sean las madres: son ellas las que forman el alma del niño.

Elvira García y García.

La escuela y la familia

La colaboración de la familia, en la educación general del niño, ha sido estudiada


en Francia con gran interés, y tratada y discutida por medio de una enquete
que inició un comité de profesores notables de la universidad de Toulouse.
Los importantes documentos, que con este motivo se cruzaron, se encuentran
insertos en el Bulletin d l'Enseignement secondaire de l'Académie de Toulouse.

Mucho se encuentra allí de bueno, que merece imitarse: con ese estudio, se puede
llegar al convencimiento de que no solo aquí existe el divorcio y la indiferencia
entre la familia y la escuela. Allá como acá y en muchas partes, existe siempre un
obstáculo insuperable entre el educador y el alumno, el que no es otro, aunque
parezca exagerado asegurarlo, que la falta de cooperación de la familia en la
difícil tarea de educar al niño.

Esta influencia es provocada por distintos factores, insuperables unos, posible


de remediarse otros. Atenta á esto l'Asociation des anciens éleves de l'École

252
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Nationale Anteuil, puso al voto la ferviente moc10n que fué aprobada por
unanimidad. "Todos los años á la apertura de las clases, el director de la escuela
reunirá á los padres de sus alumnos y les hablará de sus principales deberes, en
las relaciones con la escuela".

Con este procedimiento, que no es dificil introducir en nuestras costumbres


escolares, el padre conocería el colegio donde deja á su hijo: habría entonces una
explicación sumaria sobre el reglamento interno y la necesidad de cumplirlo:
el sistema disciplinario, los documentos escolares que se emplean (papeletas),
boletines, premios, etc., la importancia que acarrea el concurso de la familia;
los prejuicios reinantes y que interesa combatir; el respeto que merecen los
educadores, considerados como segundos padres: lo oportuna que sería la
concurrencia frecuente de la familia á la escuela, etc. En suma, se trataría de
todos los puntos principales que interesa conciliar, para que reine una armonía
completa que beneficie directamente al niño. Con el objeto de dar más amplitud
á la obra, se entregará a cada familia un cuestionario, que debe devolverlo lleno en
su oportunidad, con los datos más importantes sobre las condiciones generales y
particulares del niño: salud, grado de inteligencia, carácter, tendencias especiales,
etc. Todo esto debe ser tratado con juicio y veracidad. Cada maestro en posesión
de estos documentos, podrá hacerse cargo anticipado de las características del
niño, lo que constituirá una ventaja incalculable, porque tendría entonces los
medios necesarios para el manejo del niño: y al mismo tiempo se verá libre de las
exigencias del padre, quien no puede pretender nada más allá, de lo que su hijo
es capaz de prometer y producir.

Este esfuerzo de cooperación lo ha realizado con éxito feliz l'École Jaujot, y el


resultado fue no solo que se disiparan muchas desconfianzas, sino principalmente,
que se aseguró á los niños una educación superior, como que se afianza sobre
esfuerzos comunes, compartidos y soportados libremente.

Qyien no conoce que tiene deberes es imposible que pueda cumplirlos; y no


puede exigirse por ahora, dado nuestro medio de educación, que las relaciones
sean muy cordiales. Primero hablemos del deber, y después ejercitémonos en
cumplirlo y así, insensiblemente alcanzaremos cierta relativa perfección, que
haciéndonos tolerantes nos lleve á la realización de todo lo que es bueno y noble.
Lo principal es pensar que la escuela y la familia son dos fuerzas educadoras de

253
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

gran poder cuando se asocian, y casi nulas cuando marchan en sentido opuesto.
La familia es la primera fuente de educación, donde el niño bebe sus principales
inspiraciones, y tiene sobre la escuela la gran ventaja de la prioridad, la que se
refuerza con la continuidad de acción y otras causas morales, como la acción del
ejemplo, la influencia de la autoridad y sobre todo la herencia.

La educación de la escuela no puede ser nunca tan perfecta como la de la familia,


la que beneficia á cada niño con la formación especialmente apropiada á sus
facultades, puesto que allí está solo y es observado y dirigido en todo momento.
La escuela tiende de manera general á la formación del alma porque allí están
reunidos muchos niños diferentes, desde un punto de vista muy variado.

Sería imposible conseguir que el desarrollo psíquico que el niño adquiere en el


seno de sus padres y parientes, sea igual al que tiene que adquirir en medio de
sus educádores. Los ideales son distintos y la aplicación de los medios puestos
en práctica para realizarlos conducen á distinto fin. La familia, arrastrada por
prejuicios y preocupaciones seculares, arraigados con fuerza atávica, impone á los
hijos sus opiniones, sus creencias y costumbres, y es raro que los dejen deliberar
y prepararse solos al ejercicio de todos sus derechos. Siempre cree el niño que
lo que hicieron y pensaron sus ascendientes es lo mejor, y no soporta la más
ligera modificación en lo que dejaron cimentado sus progenitores, cuyo respeto
incondicional impide el examen en cuanto proyecta hacer y hasta pensar. De
esa manera sirve los intereses de los antepasados y tiene el más augusto de los
deberes, subordinándolo todo á sostener vivo el tipo distintivo y característica.

La escuela, al contrario, sin descuidar los intereses personales de sus alumnos


subordina al niño á la sociedad en que vive, y somete sus intereses particulares á
los intereses del mayor número. La primera tiende á formar al ser egoísta mientras
que esta hace al individuo eminentemente altruista. ''Al paso de una escuela
republicana", dice Crouzet, "quiere ser una escuela de igualdad y de fraternidad;
la familia es, con frecuencia, una escuela de sujeción, de privilegio y de egoísmo".

Esos ideales distintos, acariciados [...] sin igual empeño, provocan los problemas
que surgen frecuentemente entre la escuela y la familia. Por eso es que la lucha
es inevitable y que el choque de intereses se realiza á cada paso. Surge entonces,
inminente, inaplazable, la cooperación de la escuela y la familia, que no están

254
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

llamadas á oponerse, sino á completarse, vislumbrando la vida bajo sus dos


aspectos distintos: la vida práctica y la vida social.

En el seno de la familia debe recibir la primera y la más esencial educación;


Joseph de Maestre decía que "á los diez ó doce años el niño que no está formado
desde el punto de vista moral, y si no lo ha sido en las rodillas de su madre, será
siempre para él una gran desgracia". En estos principios se funda el movimiento
pedagógico actual, que tiende á dar á la madre participación preferente, y más
exclusiva en la primera educación del niño.

Roosevelt, hablando en un colegio de madres, repetía: "Ninguna familia puede


llegar á ser lo que le corresponde, si el padre no tiene parte en la educación de
los niños, y si la madre no descuida los intereses exteriores y cuanto pasa en el
mundo, á fin de ser siempre un estímulo intelectual para los niños".

Los institutores saben y sufren en consecuencia: si los progresos alcanzados por


el niño son tan limitados se debe exclusivamente á la falta de disciplina que
resiste á toda iniciativa feliz.

El niño no quiere cumplir y no cumple con el trabajo de reglamento; y los medios


puestos en acción, por la buena voluntad del maestro, se estrellan siempre ante la
docilidad con que la familia acoge al niño, cuando no es una furibunda oposición
á lo que el profesor exige.

No son pocos los casos en que piden los padres más, mucho, más de lo que
pueden hacer, en relación con su edad y aptitudes. No conocen por regla general,
las leyes á que se subordina el desarrollo de la inteligencia, y quieren convertir
á un niño de pocos años en un sabio prematuro, sin meditar siquiera los riesgos
á que se le expone. Qyieren la mayor parte de las madres que á los cuatro años
el niño sepa leer: que estudie y haga números, y agregan muchas veces que la
escuela no es para jugar, ni centro de diversión. ¡Pobres criaturas, tratadas así,
apenas se inician en la vida, por quien más empeño debe poner en hacerlas
felices y alargarles lo más posible la prosa de la escuela!

Hay escuelas elementales que por razones de orden económico, ceden á esas
exigencias, desconociendo todo principio pedagógico, y comienza ese surmenage
infantil; que tanto reprochan los pedagogistas y que es tolerado por la familia

255
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

que, al fin, es la única responsable. Es necesario contentar á las madres y esto


sobre toda consideración; y, para conseguirlo, es menester, no sólo agitar al niño
en las clases, sino lo que es más grave, darle deberes que practique en la casa,para
que allí vean que trabaja. Todo este cortejo de esfuerzos matadores para la salud
del niño, se corona con un examen público.

Parece cruel que se exija á un niño pequeño que soporte la tensión nerviosa que
produce el examen; pero es necesario halagar la vanidad de las madres, y lo demás
no se consulta. Hay kindergartens aquí que presentan examen de Catecismo,
Geografía, Historia, Gramática,Aritmética y otras ciencias más ó menos difíciles.
Desde luego no pretendo demostrar aquí todo lo antipedagógico que este acto
resulta. Pero averigüemos, por vía de estudio, ¿qué provecho le reporta al niño lo
que aprendió de pura memoria, sin comprender nada de lo que dice y sin tener
á qué aplicar lo que repite como un lorito? En mi concepto, no le queda ningún
beneficio de toda esa garrulería con que suele alucinar á sus buenas mamás.

Por lo que respecta á la educación moral,la escuela y la familia no tienen tampoco


los mismos ejemplos; no son impulsados por idénticas tendencias, ni menos se
emplean los mismos métodos y procedimientos. Para el educador, la formación
de la parte moral del educando es una obra de autoridad razonada, que tiende
á formar un carácter. Pero, ¿puede asegurarse que guíe siempre la razón en lo
que llamaremos la educación doméstica? ¿No predomina, en muchos casos, el
sentimiento á lo que constituye los verdaderos intereses del niño?

"El espíritu de familia", dice F. Ranli, "enerva y debilita las almas, si no están
penetradas de espíritu cívico, y no se teme hacerlas perder toda acción. Es un
peligro para el sentimiento el vivir únicamente de su propio fondo. El amor,
reducido á sí mismo, se apaga si aquellos que se aman no han asociado sus
recuerdos, sueños, pensamientos, y sobre todo, deberes comunes. Es preciso
amar algo más grande que á sí mismo, á fin de que las taras inseparables de toda
pasión humana, desaparezcan imperceptibles á la luz del ideal que se contempla.
La atmósfera física se vicia cuando los hombres reunidos quedan mucho tiempo
en un cuarto cerrado. Lo mismo pasa con la atmósfera moral".

El último libro de Paul y Víctor Margueritte, titulado Le prisma, ha sido escrito


para combatir el amor ciego de las madres de familia, y la tendencia obstinada
de la burguesía francesa, de proceder deliberadamente en los asuntos referentes

256
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

á la educación de sus hijos. En su protesta no dice, amadles menos, sino amadles


mejor. "Una educación racional", agrega, "es mejor manifestación de amor
que todas las demostraciones sentimentales. Las madres, que tan bien saben
sacrificarse por sus hijos, no saben amarlos".

Conviene afirmar que no escasean los ejemplares de madres de familia


modelos, que se penetran á conciencia de su misión, y colaboran eficazmente
en la obra de la educación pública. Los niños que tienen la suerte de poseer
tan excelentes madres, alcanzan una superioridad moral é intelectual notable,
que les coloca muy por encima de aquellos niños que viven descuidados en su
hogar [ ... ] todo de estímulo. Este es el justo premio conquistado por los padres
cumplidores de sus deberes.

A los ojos del padre apasionado todo adquiere un colorido alarmante, y es muy
difícil con tentarle y convencerle, porque su celo y prevención contra los educadores
de sus hijos es lo que más se destaca entre sus sentimientos. Creyéndose aún
maestros del niño, proceden guiados de un amor viejo y gobiernan con una
autoridad vieja también, siguen en este orden dos métodos en abierta oposición
con la educación escolar. "La ternura", dice Crouzet, "es tan despótica como
la tiranía". La obra de la escuela queda en buena parte aniquilada, y el niño
adquiere una educación afeminada.

Elvira García y García.

Instruyamos á nuestros niños

Si al formar la individualidad del niño, vemos que no es posible separar la


instrucción de la educación, porque aquella forma uno de los factores de más
importancia, para educar, veamos en qué consiste la instrucción y cómo debemos
considerarla, desde el punto de vista, de lo que más conviene al niño.

La instrucción consiste en la adquisición de nociones nuevas, que den una idea


perfecta de lo que es el hombre, los objetos que le rodean y los fenómenos que se
realizan a su alrededor. Nada de lo que el individuo es, ni de lo que ha de servirle,
le debe ser desconocido; y no puede penetrarse de la verdadera esencia de las
cosas, quien sea ignorante.

257
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Para adquirir esa suma de conocimientos, indispensable para conocer todos


los secretos de la vida deben ponerse en ejercicio inmediato y progresivo las
facultades intelectuales, de cuyo desenvolvimiento depende el grado de saber
que alcance el individuo, porque mediante ellas, se establecerá una relación
íntima, entre el ser interno (que llamamos espíritu) y cuanto pasa fuera de él.

Las relaciones entre cada individuo, y cada uno de los órdenes de cosas, no
pueden fijarse de manera eficaz, sino con el auxilio de una observación prolija
y constante, sobre la manera como aparecen y se desenvuelven las facultades
.,. ... de observación y de meditación. Esta labor no puede ni debe ser aislada, si se
quiere que sea fructífera; pues debe atenderse á la lenta evolución que ofrecen
las otras facultades, cuya base reside en las primeras, pero que, por sus múltiples
aplicaciones, ofrecen una importancia más grande aún. Tal pasa con la "inducción,
la generalización y la coordinación''.

La instrucción del niño no debe encaminarse sino en el sentido que marque la


observación hecha sobre el despertar de estas facultades. En los primeros años
debe prescindirse, de cuanto constituya las ideas meramente abstractas, para
dar la preferencia á aquellas, en las que el testimonio de los sentidos, al mismo
tiempo que no da lugar á dudas de ningún género, permite adquirir nociones
fundadas en la observación y la experiencia.

Por regla general, la instrucción que se dé, debe estar dirigida de tal modo,
que aquello que se trata de enseñar, esté en perfecta armonía con la capacidad
intelectual del niño, á fin de que, pueda asimilar lenta y provechosamente todas
aquellas ideas que formarán su contingente de saber. Esas ideas trasvasadas así,
con gran facilidad á la inteligencia infantil, se quedarán allí, convirtiéndose luego
en sustancia propia la que sólo así será nutritiva.

Las ideas eminentemente abstractas, que son del todo incomprensibles para la
débil capacidad del niño, no le será posible retenerlas, porque no le penetran, y á
duras penas, á costa de grandes esfuerzos, sólo alcanzará á recordar las palabras,
no pudiendo pasar de allí, porque está marcado el límite de lo posible, en su
fuerza de retención y de comprensión.

La instrucción, que el niño reciba ha de estar en correlación con su edad


primero, y en seguida con sus aptitudes especiales, y con el medio en que gravite.

258
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Cualquiera que sea la organización á que se sujete, siempre debe ser ante todo,
objeto y motivo preferente de educación, en tanto que se dirija á cada uno en sus
relaciones con el individuo, con la familia y con los maestros.

Lallemand se resuelve por asunto tan delicado de esta manera: "La república,
en su interés mismo, debe dar gratuitamente á todos los niños que la necesiten,
una perfecta educación, la que esté más en armonía con su organización y sus
aptitudes. Después de la escuela siguen los hospicios, las salas de asilo, hasta
las escuelas especiales, para aquellos que lo hayan merecido en atención á su
comportamiento especial. Según los n:sultados obtenidos, se atenderá á cada
uno de manera preferente, procurándole un porvenir feliz, como justo premio
por sus obras meritorias".

Con mucha razón afirma el autor citado, la extensión general que debe
alcanzar la instrucción; pero debe tenerse en cuenta, que en todo se ha de
proceder de la práctica á la teoría, de los sentidos al pensamiento, de los
hechos particulares á las leyes generales, para volver en seguida á las leyes
de la aplicación. Puede pues, asegurarse que los conocimientos que recibe la
inteligencia del niño, cuando no siguen este proceso, quedan vagando muy
por la superficie, para escaparse en seguida.

Entre los primeros conocimientos que se trasmitan al niño, han de escogerse


aquellos que sean de interés general, en todo tiempo, y en cualquiera situación
que se atraviese. La marcha que se siga en su adquisición ha de ser tal, que
cuanto se adquiera sirva para el resto de la vida, cualquiera que sea el punto en
que se detengan los estudios. Han de extenderse además á todas las ramas de
utilidad práctica, tanto para el individuo como para la sociedad en general, sin
perder nunca de vista las aplicaciones morales y políticas de que son susceptibles.

Renouard, juzgando este importante problema, desde otro punto de vista, dice:
"La ignorancia, es ante todo, la incapacidad de discernir el bien y el mal, lo
verdadero y lo falso, lo útil y lo nocivo".

"La ciencia por excelencia es la de la vida; muchos la poseen, bien que vueltos
extraños á los medios ordinarios de cultura intelectual; éstos la han adquirido de
la experiencia y merecen en verdad el nombre de ignorantes menos que algunos
sabios, de espíritu falso ó de algunos literatos, sin convicción ni creencias".

259
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

El esfuerzo general debe ser combatir la ignorancia y esta lucha solo puede
emprenderse instruyendo al niño. El ignorante es una especie de ser neutro,
cuyos actos, obra de un instinto sin regla y sin guía, carecen de responsabilidad.
Hay que perdonarle muchas cosas porque en buen número de veces, no sabe lo
que hace; pero no es extraño, que se convierta en una amenaza social permanente,
quien puede atacar con sus actos mal inspirados y peor dirigidos. Esto habla muy
alto á favor del deber imperioso que todos tienen, de trabajar para introducir
rayos de luz, en ese caos ininteligente, hasta transformarlo en una fuente de
producción, que beneficie al mayor número.
.....
El deber de destruir los prejuicios que sostienen la ignorancia, se extiende
á todos sin excepción, porque los frutos cosechados, aprovecharán á todo
el elemento social. No hay excusa, que pueda aceptarse para restringir los
medios de propagar la instrucción, puesto que el resultado inmediato sería la
desorganización y la decadencia social.

La ignorancia aísla de la sociedad á aquellos que vuelve incapaces de comprender


el rol que deben desempeñar. La indiferencia es peor aun que la ignorancia
misma; esta aísla la razón y seca el alma. Sabe dónde está el mal y no procura
remediarlo; conoce la regla que debe aplicarse y la trata sin embargo, como si
no existiera. No establece comparación entre la manera de juzgar las cosas y el
. cómo estas se presentan. Todo le es igual, que se practique lo bueno ó lo malo,
lo justo ó lo injusto.

La íntima solidaridad que asocia la educación á la instrucción, vuelve á esta


indispensable para la adquisición de la primera. Sin embargo, una buena educación
es la consecuencia necesaria é inevitable de una completa y bien dirigida instrucción.

Obra interminable sería el entrar en los detalles del programa, que sería necesario
confeccionar, para reducir las distintas fases de lo que progresivamente se llama
educación primaria, secundaria y superior.

La enseñanza primaria debe iniciarse á los siete años, con ligeras nociones de
lectura, escritura, dibujo y música. La edad en que corresponde comenzar, es en
efecto, la que se relaciona con el desenvolvimiento más enérgico de la facultades
mímicas, orales y escritas.

260
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Enseñar á leer al niño, antes de alcanzar esta edad, es una labor del todo
ímproba, por más que su aspecto efectista, halague la vanidad de madres y
maestras inexpertas.

El niño para aprender á leer y sobre todo, para comprender lo que lee, hace
un esfuerzo muy grande, cualquiera que sea el método que se emplee en su
aplicación. Estando pues probado, que ese trabajo, exige una buena suma de
esfuerzos, no debe iniciarse en la primera infancia, que como es sabido apenas
termina á los siete años, manifestándose con la caída de los primeros dientes y la
aparición de los segundos; en este período de transición, que tan delicado suele
ser en algunos niños, es increíble el gasto de energías que derrocha el niño, en
cambio de otras nuevas que adquiere.

Sólo después de esa edad, en que ya el niño está más fuerte y por tanto, mejor
esbozadas sus facultades, hay el derecho para quien quiere y contempla al niño y
se preocupa por asegurarle un porvenir feliz, de introducirlo en esa labor seria y
trascendental, como es la de enseñarle á leer.

Si consideramos, casi como un delito de "lesa infancia", el ejercitar á un niño


de pocos años en la paciente labor de aprender a leer, ¿cómo juzgaremos la de
obligar al niño que aprendió á traducir esos signos en temprana edad, á que se
ejercite en el aprendizaje de lecciones de memoria? Vemos multitud de niños de
seis á siete años, que llenan un cartapacio de libros de volumen respetable, de los
que tienen que aprenderse las sacramentales definiciones, reglas y divisiones, que
en seguida han de repetir con entera fidelidad en los exámenes ó en el seno de
la familia, donde le escuchan la madre envanecida y la abuelita extasiada de esa
precocidad infantil, sin pensar en que van insensiblemente labrando un mal, por
no saber amar ni comprender bien al niño.

Cualquiera persona que haya vivido frecuentemente entre nmos, habrá


observado, con cuánta facilidad recuerda el niño, los nombres, el uso y la
aplicación de todas las cosas, que le sirven en la práctica de la vida; así mismo,
puede hacer comparaciones con los esfuerzos de recuerdo, que se ve obligado
á hacer para repetir más tarde los términos, desde el momento que no se vale
de las aplicaciones prácticas de los objetos únicamente, sino de los estudios
superiores de las Ciencias Naturales.

261
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

El estudio de estas Ciencias, con el preludio que tienen hoy en las Lecciones
de Cosas, aplicadas á la práctica, contribuye mucho á despertar la inteligencia
del niño, llevándole su verdadero caudal de conocimientos útiles á los que
podrá dar aplicación inmediata.

La facilidad que tiene el niño, para que las impresiones nuevas le dejen rasgos
duraderos, y que al mismo tiempo sus facultades de expresión reproduzcan
inmediatamente y transformen en signos, favorece mejor que en ninguna otra

.. .. edad, el estudio de la Geografia. Los mapas empleados en la enseñanza y los que


se ejercitará luego en reproducir, le fijan la posición exacta y hasta la imagen de
los ríos, las montañas, los lagos & & no olvidando fácilmente esta enseñanza, que
llegará á constituirse en un verdadero esparcimiento cuando esté bien dirigida.
Este estudio, convenientemente llevado, conduce al de historia, por la indicación
de las épocas del descubrimiento de cada porción terrestre y la descripción de
cada localidad con los habitantes que allí se encuentran.

Por el estudio del lenguaje, la instrucción elemental conduce en primer lugar al


estudio de la Gramática, en relación con la lengua de cada uno.

En suma,la indicación del mayor número de objetos y de los fenómenos que pueden
ser presentados al niño, debe estar acompañada de la manera de observarlos. La
observación, en efecto, no debe limitarse á la simple contemplación del objeto
ó del fenómeno; es preciso además, dirigir la atención sobre la necesidad de
comparar los unos con los otros, sea los caracteres principales de un mismo
objeto, sea estos objetos ú otros, & &.

Para dirigir la instrucción del niño debemos tener presente lo siguiente: en la


primera infancia el niño observa de una manera absoluta los seres y los objetos,
señalándolos con sus nombres respectivos, sacudiéndose de las concepciones
fe tichistas y de las fábulas según las que explicaba los fenómenos que harían sus
sentidos. Ya en la segunda infancia, esos fenómenos le hieren, y su inteligencia
puede distinguir cómo sus manifestaciones están ligadas á la existencia de
los objetos ó á tal sustancia, y cómo su falta de preparación constituye esas
individualidades sin intervención de potencias exteriores.

Elvira García y García

262
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Escuelas maternales

Durante el lapso de tiempo que transcurre desde que el niño es separado del
regazo materno, hasta el día en que por vez primera, pisa los umbrales de
una escuela, ¿qué hace?, ¿de qué se ocupa?, ¿quién le educa?, ¿quién observa
el despertar de esa alma, á la luz de la vida, con mirada inteligente y buena
dosis de ternura, para investigar y hasta adivinar, todo ese misterioso tejido de
pensamientos y sentimientos, capaces de germinar en ese diminuto ser, que
nos asombra, a la par que nos encanta?; ¿quién guía la marcha de ese nuevo
individuo, en su evolución fisiológica y psíquica, para convertirlo mañana, en
un factor útil á la sociedad, y de quien haya legítimo derecho de esperar, todo
lo que hay de bueno en el pensar y en el sentir?

Parece que no hemos meditado profundamente ni hemos estimulado nuestra


conciencia, en el sentido de hacernos cargo, de la responsabilidad que entraña
la primera educación del niño, y cómo ella puede grabar huellas indelebles, que
decidirán todo un porvenir, que haga al niño tan malo ó tan bueno como no era
posible preverlo, ni será después fácil evitarlo.

Esas primeras impresiones, gratas ó desagradables, no se borran jamás de


nuestra alma, persisten á través de largos años de impresiones ulteriores. Esto lo
podemos corroborar, con la experiencia propia, si remontamos nuestro recuerdo
allá lejos, á la época de nuestros primeros años; allí vislumbramos el reflejo, de
una serie de acontecimientos grabados con fuerza tal, que la acción del tiempo,
y de las emociones vagas ó menos vivas que han agitado nuestra existencia, no
tiene poder bastante para esfumar lo que entonces pasó. No es indiferente, como
con frecuencia se cree, el cuidado y la dirección de las primeras impresiones del
niño; lejos de eso, exige tacto delicado, las más esquisitas investigaciones y la
más profunda observación, á fin de no malograr en su albores, una obra, cuyo
desenlace ha de interesar, no sólo como elemento particular, sino por el giro
general que está llamado á satisfacer.

No siempre basta el amor maternal, para el cumplimiento de esta misión, porque


ese sentimiento es infinitamente variado, según el estado de civilización, la
raza y el pueblo. Su desenvolvimiento es susceptible de todos los grados, toma
diversas formas y admite variaciones asombrosas; apenas admiten comparación

263
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

las solicitudes cariñosas y la abnegación decidida de que son capaces muchas


madres con la opinión calculadora y egoísta, con que otras cifran en sus hijos, un
futuro lleno de tranquilidad económica.

El niño necesita para su desenvolvimiento armónico, una vigilancia incesante,


que espíe las más insignificantes de sus manifestaciones, para conocer á fondo
lo que es y de cuánto será capaz. Las madres de familia, pertenecientes á las
clases acomodadas, vencidas por una educación exclusivamente mundana,
que las hace entregarse de lleno á la vida social, salvo honrosas excepciones,
.. ...
no disfrutan de tiempo que consagrar á la educación de sus hijos. Se ven
obligadas entonces á entregar sus hijos á nodrizas mercenarias, quienes no
solo carecen de todo sentimiento tierno, que ofrecer á esos niños, medio
abandonados, por las convenciones sociales, sino lo que es más grave,
desconocen todo principio de moralidad; crecen así, bebiendo en el jugo
que les da vida física, todos los malos instintos que es posible transmitir, y
contaminándose además con los más depravados ejemplos. Así se deslizan
los cuatro ó cinco primeros años en la vida de nuestros niños, con muy poco
que fortifique su espíritu y acopiarle luz en su cerebro.

Las madres pobres de la baja clase social, se ven con frecuencia obligadas por las
necesidades de su trabajo diario, á encerrar á sus hijos, confiando el cuidado de
los más pequeños, á los más grandecitos, sucediendo que tanto estos como los
primeros necesitan la maternal vigilancia. Con estos fervientes cuadros de niños,
confinados á todo cuidado y solicitud, no deberán sorprendernos las desgracias
frecuentes, de que son víctimas estas infelices criaturas apenas nacidas á la vida,
y que ya saborean las amarguras de la existencia. Eso no obsta, sin embargo, el
que lamentemos lo que ocurre, y pensemos seriamente en evitar riesgos, que
contribuyen poderosamente á la decadencia de un país y á su despoblación
inmediata, tanto ó más, que las guerras y las distintas formas de lucha que
sostiene el hombre por su existencia.

En los países más adelantados, se establecieron hace más de sesenta años,


por sociedades humanitarias, las Salas de Asilo para cuidar y educar niños de
dos á cinco años. Esta circunstancia, unida al sugestivo título que se les dio,
influyó para que se les considerara siempre, como establecimiento de caridad,
al que las familias acomodadas, no querían mandar á sus hijos, porque sentían

264
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

rebajada su dignidad personal. Por otra parte anormaliza al niño, la conciencia


adquirida de que todos los beneficios recibidos, en su primera infancia, son
debidos sólo á la caridad pública.

Fue entonces cuando se les rebautizó con el simpático nombre que hoy llevan
de Escuelas Maternales, análogas en su organización y el fin que llenan, á los
Jardines de la Infancia ó Kindergarten ideados por Froebel. Las hay de dos
especies: unas dedicadas á las clases menesterosas, donde todo lo que reciben los
niños les es ofrecido gratuitamente, y son sostenidas por sociedades filantrópicas
ó por las instituciones públicas.

Otras escuelas, son puestas á disposición sólo de un escogido cuerpo de niños,


cuyas familias pueden pagar con generosidad, los cuidados que se les prodigan.

Cualquiera que sea el problema económico de la Escuela Maternal, debe recibir


al niño para defenderlo y salvarlo, ponerlo al abrigo de los accidentes de los malos
ejemplos y de todas las miserias, rodearlo de una atmósfera moral y edificante;
que sólo vea á su alrededor cosas hermosas que lo hagan gozar, que no oiga sino
palabras de cariño y de protección, que le inciten á sentir y á conmoverse por
todo lo que es bueno, que adquiera buenos hábitos; que se desarrolle en cuerpo
y que se desenvuelva y florezca en inteligencia y en corazón.

La Escuela Maternal tiene un fin eminentemente educativo; es decir se


instruye al niño educándolo y no debe educársele instruyéndolo. Se llega á ese
resultado, siempre que la Escuela disponga de amplias salas, frescas y llenas de
luz; cuando cuenta con un mobiliario completo, confortable y en el que no se
descuiden las reglas de la estética; que haya material de juegos apropiados y en
relación con las ideas que el niño puede y debe adquirir; y sobre todo, que no
falte un jardín, en el que no haya dónde se cause daño, y muchos campos para
correr, gritar y jugar libremente.

Nada de esto se cree necesario mientras no se estudie profundamente lo que es el


niño, y cómo ha de manejársele según sea su temperamento y el medio en que vive.
Estudiar al niño y comprenderlo es una necesidad social, para dirigir su educación,
y convertirlo en un factor útil para la familia y la sociedad en general. Vemos, sin
sorpresa, que el jardinero cuida sus plantas con interés y solicitud [...] á cada una,
da los medios favorables á su crecimiento y desarrollo; la frescura de la lluvia y la

265
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

nevada; la defiende los rayos de Sol; y no la priva nunca, de los alimentos que la
sustentan; de aire y de luz en toda la proporción, que su experiencia le enseña que
debe emplear. Cuidados análogos necesita el niño, que es también una hermosa
planta, de cuyos frutos aprovechará la sociedad entera. Esos jardineros privilegiados
tienen que ser las madres y las educadoras que se convierten así en segundas madres.

La Escuela Maternal no debe confundirse con la generalidad de los


establecimientos llamados Escuelas de párvulos o escuelitas. No; debe ser más
que escuela, una familia muy grande en la que la directora trocará su rol de
maestra, por el de una madre tierna y abnegada. Allí los niños desarrollarán
física, intelectual y moralmente, sin esfuerzo alguno sensible y sin que se haga
sentir la intervención de ninguna persona; el progreso será espontáneo, vigilando
sigilosamente el despertar del niño, para desviar sin emplear resistencias, las
inclinaciones que manifiesten apartarse de la buena senda.

"Toda la pedagogía consiste en respetar la naturaleza", dice Kant, es decir


consiste en seguir la dirección de la naturaleza, para aprovechar todas las fuerzas
del hombre y del mundo en beneficio del perfeccionamiento humano.

El niño, todos lo sabemos, necesita libertad y movimiento, y, si esto es indispensable


para su vida física, y no encuentra los medios en su hogar, debe ofrecérselos, con
generosidad desbordante la Escuela Maternal, considerada hoy como un medio
seguro de salvación para la infancia. La actividad innata en el niño, le induce á ocuparse
siempre de algo, no importa de lo que sea; aprovechando de esta tendencia se le
rodeará de todos los medios que le favorezcan el aprendizaje de una cosa nueva, que
le obligue á pensar y hablar; á moverse y cambiar ideas; en suma, llegará á hacer una
adquisición de cosas nuevas é interesantes, las que tan luego como está posesionado
de saberlo, bullen en él también, un vivo deseo de exteriorizarlas dándolas á conocer.
El niño trabaja y se mueve, mientras tiene fuerzas y está alegre, tan luego como
se siente fatigado, sin darse cuenta de que busca el descanso, se queda tranquilo,
languidece, se entornan sus ojitos picarescos, y á poco duerme tranquilo, confiando
en una buena madre que vela el sueño de un inocente.

¡Cuánto nos enseña el niño con todo lo que hace, y cómo debemos aprovecharlo,
para hacerle feliz! ¿No es lo lógico y hasta lo más sencillo, seguir el camino que
él mismo nos traza, y que nuestra experiencia debe aprovechar, en la medida que
las fuerzas y los medios de que disponemos nos lo permitan?

266
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

El niño que se complace en la quietud, que huye del bullicio y de la compañía de


otros menores, que goza en la ociosidad y que está siempre inerte, seguro es niño
enfermo ó desequilibrado. Ese mal no se corrige en el hogar porque la ternura
de las madres agrava este mal, en lugar de combatirlo.

Es la Escuela Maternal la que corrige al niño anormal, estimulándolo con el


cariño, el trabajo metódico y la compañía de los demás niños que le incitan
á llevar á cabo cuanto ellos hacen. Esta Escuela donde el niño puede estar
acompañado de su juguete predilecto, ó en cambio puede encontrar otro que
le sea más agradable, donde le es dable moverse con libertad, cantar, jugar y
gritar; no verá, pues, ya el niño de hoy la legendaria escuela con que siempre
se amenazó, como el merecido castigo á algunas de sus infinitas, pero siempre
inocentes travesuras. ¡Pobrecito! ¡La escuela y una maestra que "echa látigo", se
deslizan amenazadoras ante su incipiente imaginación!

Es muy difícil que el niño que crece solo en su casa, aunque tenga hermanitos,
aprenda todo lo que sin sentirlo, se les enseña a los niños en esos centros, con
el estímulo y el ejemplo.

El convencimiento que se necesita llevar á todas las madres de familia, es que


estas escuelas son de educación, y forman por lo tanto, una obra grandiosa é
importante, que necesita el concurso de todas las personas de buena voluntad.
No es labor exclusiva sino solidaria. La disciplina material no se emplea para
contener el tumulto y el bullicio, y se respeta ante todo, la individualidad del
niño; la disciplina mecánica material, que impide las manifestaciones de la vida,
es un crimen de lesa infancia; la disciplina mecánica intelectual, no es menos
culpable. Sólo una disciplina muy amplia, apenas servible, permitirá estudiar
las aptitudes y dirigirlas hasta formar gradualmente el carácter del niño. La
obediencia, el sentimiento de la libertad, el amor al trabajo, tienen relaciones
más intimas con la disciplina que las otras cualidades morales. A esto se inclina
el niño primero por hábito, y después por razonamiento.

Yo no creo que el niño nace fatalmente inclinado al mal, ni que esa tendencia
avasalladora sea ihvencible. El niño es como un terreno en el que todo se puede
sembrar, y, por lo tanto, todo nace y fructifica. Durante el primer período, cuando
la conciencia aún n.o se manifiesta, y en el que cada uno se olvida de sí mismo en
beneficio de los demás, se torna generoso sin sentirlo.

267
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Muy difícil será aún el arrancarnos de las preocupaciones que aún imperan sobre
lo que la Escuela Maternal es en todos los países progresistas: "Un centro donde
el niño concurre para desarrollar en salud física y en salud moral, en fuerzas, en
gracia, en inteligencia, el espíritu de conducta. Las directoras son educadoras y
no profesoras, la escuela es hecha para el niño y no éste para la escuela". Todavía
creemos, sin embargo, que el niño que entra á la escuela, ha de ser forzosamente
para que aprenda á leer, á recitar y á repetir sin sentido, las mil lecciones que se
estila enseñarles de memoria.

._... Contra esta corriente se levanta una corriente de personas de experiencia y


saber, que aman verdaderamente á los niños, y protestan contra el tratamiento
memorista. Por desgracia, este grupo aún en minoría, no es bastante oído, ni
se cree sincera su labor. El trabajo á que se somete la inteligencia del niño
fuerza es declararlo, es desproporcionado y todo lo que contribuye á recargarlo,
textos, programas, & Se llena el recipiente de la memoria con una labor difícil é
ímproba, que hace pensar en el famoso tonel de las Danaidas.

En esa lucha empeñada contra la naturaleza, un gran número de niños sucumbe.


Las madres que son las llamadas á defenderlos, de todos los peligros asociados
á una mala educación, son las que precisamente, las que más contribuyen á
protegerla, fundando sus esperanzas de felicidad y progreso de sus hijos, en
que estos alcancen una instrucción prematura, sin reflexionar, tal vez, que de
ese saber, adquirido automáticamente, no aprovechará nada el niño, cuando
comience esos estudios serios.

En mi concepto, un grupo de buenas madres de familia, debían asociarse, y,


cambiando ideas con una educadora, fundar una Escuela Maternal modelo,
Jardín de la Infancia ó Kindergarten, como quiera llamársele. Sólo se recibirían
determinado número de niños, y la educación se haría en conformidad con los
que esos otros prescriben. La edad en los niños :fluctuaría entre los dos á cinco
años y cuya asociación interesaría á madres y educadoras. Se evitaría con esta
medida, el que los niños pasaran sus primeros años en escuelas inapropiadas,
y de donde salen, leyendo mal, y con el alma tan desierta de toda noción útil,
como el día que ingresaron. Los niños pequeños no pueden ni deben educarse
asociados á los de mayor edad, porque los medios de educación empleados
son también muy distintos.

268
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Para los niños pobres se debían fundar Escuelas maternales públicas, de la


misma manera que existe para la primera y segunda enseñanza, y podían ser
sostenidas por el Estado, la municipalidad por las sociedades benefactoras.
Toman como modelo la fundada por la digna Matrona señora Juana Alarco de
Dammert, presidenta de la Sociedad Auxiliadora de la infancia, y cuya actual
directora señorita Luisa Dammert, ha dado a la Escuela todo el impulso que
la pedagogía moderna aconseja. Esta escuela presta incalculables servicios á los
niños pobres y siguiendo ese modelo, debían abrirse muchas en Lima, en los
barrios más alejados, á fin de que pudieran beneficiar ventajosamente á todos
los niños de la clase menesterosa.

Las Escuelas Maternales deben propagarse, no sólo como medio de educar bien
al niño, sino principalmente á las madres, quienes aprenderían mucho, en la
contemplación de ese conjunto de criaturas, guiadas por las personas á quienes
la experiencia haría enseñar la serie de prácticas á que se sujeta la educación de la
primera infancia. Todos recordamos, que nuestros primeros años, no fueron bien
guiados, no obstante los cuidados amorosos que recibimos de nuestras madres.
Pero la ciencia de educar no se adquiere espontáneamente, y atendiendo á esto,
en muchos países adelantados, hay escuelas especiales, en las que las madres
jóvenes, se adiestran end cumplimiento de sus deberes, como educadoras de sus
hijas. Tal vez sería mucho exigir, el fundar aquí una de esas escuelas; pero podría
obtenerse el mismo resultado, interesando á la familia en la Escuela Maternal;
observaría así de cerca al niño, le seguiría en su evolución; le convencería á
fondo; le comprendería en toda su extensión; y entonces le querría mejor y
sería más madre. Hablaría una poesía encantadora en el lleno de su misión,
que antes no le decía nada, compararía día á día, los cambios de ese espíritu; y
adivinando mejor sus gustos é inclinaciones, se independizaría de ese sistema
de condescendencias interminables, con el que causan á sus hijos más daño del
que imaginan, obteniendo solo resultados negativos, de esa suma de esfuerzos
puestos en práctica, con la mejor buena fe que es posible imaginar.

Muchos casos pueden citarse de buenas madres, después de haber sido


educadoras, cumplidas y abnegadas. Involuntariamente me asalta el recuerdo
de mi querida discípula Blanca, después excelente compañera en mis labores
escolares y hoy madre modelo que pone en práctica, todo lo que la ciencia y la
experiencia le enseñó en la tarea de educar niños. Sus tiernos retoños, reciben

269
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

de ella una dirección tan atinada, que los libra de todos aquellos riesgos á que
se ve expuesta la infancia, cuando, en la madre no hay suficiente base de saber
para convencerse que la salud física y moral de un hijo, exigen una suma de
esfuerzos acumulados con fuerza suficiente para vencer todo obstáculo; además
de abnegación suficiente, para que no lastime nada de lo hecho en beneficio del
ser querido, aunque de allí no sobrevengan sino dolores y privaciones.

La mejor madre será, siempre la mujer educadora de sus hijos.

Elvira García y García

Instrucción para la mujer

En La Reforma de l'Enseignement publique en France dice N .H. Fonilleit: "La


necesidad de proporcionar una instrucción superior, destinada á las niñas, hijas
de las clases dirigentes, no se ha sentido jamás, con la viva fuerza que hoy. Basta
solamente echar una mirada observadora, hacia la instrucción que generalmente
reciben las niñas de nuestro alrededor, para quedar convencidos de su debilidad
é influencia. Estas niñas quedan confiadas casi siempre á institutrices ó á
profesoras, que les enseñan muy por encima, los rudimentos de Historia, de
Geografía, de Cálculo; que las hacen trabajar composiciones de Estilo más o
menos pretencioso, sin iniciarlas previamente en la Historia de nuestra literatura
ó en las reglas de la Crítica".

No debe sorprendernos el receso intelectual en que se encuentra buena parte de


nuestras mujeres, si en la progresista Francia se señalan los mismos tópicos, que
atrofian aquí la capacidad intelectual, generando un mal cuyas consecuencias
es muy difícil poder limitar. La mujer peruana, y de manera especial la limeña,
no ha tenido nunca la oportunidad de sentir el estímulo que lleva á aspirar una
ilustración avanzada: jamás tuvo ocasión de pensar con seriedad, que enriquecer
el espíritu y nutrirlo con los principios más nobles de la ciencia moderna, es una
necesidad como la de tomar alimentos que renueven el tejido de nuestros órganos.

¿Es culpable acaso de mantenerse á respetable distancia de los dinteles del saber?
Dado el fin á que se la consagra, ¿puede reaccionar sola, cambiando radicalmente
el cuadro de nuestras costumbres? No.

270
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Todos sabemos que eso no entra, por ahora, en el camino de lo razonable,


por más que se vislumbre allá en el horizonte, una aurora que anuncie un
mañana feliz. Unánimemente se levantan himnos, elogiando la belleza de
la mujer, como si fuera lo único adorable que ella posee; como si su alma
no tuviera solicitaciones, que pueden hermoseada con perfiles que no
esfumarán el tiempo ni los acontecimientos. Ante este derroche espontáneo
de la opinión entusiasta, se persuade la mujer, sin que en esto medie engaño,
que lo único que debe cultivar con singular empeño, es su hermosura física,
que la hará resaltable, y le abrirá sin limitación, las puertas de todo centro
social de importancia.

No sabe, porque no la han hecho meditar en ello, ni la inclinan, ni la dejan


tiempo de descubrirlo, que tiene una inteligencia rica y más hermosa aun que sus
hechiceros ojos, y que si llega á nutrirla profusamente con todo lo que constituye
el saber profundo, ha de experimentar fruiciones más puras y desinteresadas,
que las que brindarle puede el medio social en que gravita, siempre monótono,
moviéndose en él idénticas figuras y deslizándose las mismas cintas de este
eterno cinematógrafo social.

Los frutos de la inteligencia perduran; las ciencias disciplinan y desarrollan


la capacidad mental y las bellas artes hermosean, evocando la aparición del
sentimiento estético; y así contribuyen en amable consorcio á formar la
individualidad perfecta, modelando la parte pensante del ser, que siendo tan
superior á la envoltura corpórea, nos eleva sobre todos los seres de la creación.

La diferencia de educación entre el hombre y la mujer provoca cierto


dislocamiento en las ideas, que llega á traducirse por la dificultad con que
puede sostenerse una conversación que revista entusiasmo é interés. El hombre
declara la inferioridad intelectual de la mujer cuando dice: "Con las mujeres
no se puede conversar sino de modas y de acontecimientos sociales; las cosas
serias no las entienden; lejos de eso, se aburren y hasta lo encuentran de cierto
modo, ajeno á la galantería que merece el bello sexo". Incapaces de sostener
una conversación sobre un asunto cualquiera, histórico, literario ó de puro arte,
los hombres inteligentes que notan esta nulidad hacen el vacío á su derredor, y
este aislamiento intelectual de los dos sexos, contribuye mucho á la relajación
de los lazos de familia y de sociedad.

271
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Es cuestión de progreso nacional, de interés propio para la mujer el guiar sus


aptitudes psíquicas por otros campos más vastos, por sendas inexploradas aún, y que
por no conocerlas se acobardan de recorrerlas, temiendo estancarse á los comienzos
de la jornada. La consagración á las ciencias favorece mucho la salud intelectual
de las mujeres, por más que en apariencia no lleven fin utilitario alguno: ellas
robustecen el juicio en la disciplina á que subordinan todos los actos del intelecto,
haciéndolos serios, moderados y encaminándolos siempre á la consecución de
principios trascendentales. Las bellas artes deben ocupar lugar preferente en ese
programa de reformas porque es principalmente por el sentido estético, que es fácil
... .. despertar en la mujer, tódo aquello que puede llegar á desarrollar en ella el hábito
de las ideas elevadas, de los sentimientos desinteresados y que se pueda familiarizar
también poco á poco con los sabios principios de la Filosofía: "Un juicio sano y
recto en materia de arte entraña naturalmente la rectitud y la imparcialidad en la
apreciación de las cosas de la conciencia".

Una instrucción superior alcanzada con esfuerzo y principio de justicia, de parte


de la mujer, no quiere decir que se la lleve al punto extremo de sustraerla á
sus funciones naturales, reclamando para ella prerrogativas extrañas á su sexo.
No se trata de formar aquellos séres extravagantes que llamaremos asexuales y
que no simpatizan con el hombre ni con la mujer. La ilustración no desvirtúa
la excelencia del ser, y la mujer debe conservar siempre su sello femenino,
esfumando sus defectos y realzando sus virtudes. "Su lugar está en al hogar
doméstico y no en la plaza pública, pero desde el hogar doméstico puede ejercer
influencia considerable, sobre las deliberaciones de las plazas públicas".

"Pero el aspecto intelectual", dice M. Foulleit, "no es aún aquel en que la


educación de las niñas deja más que desear. En materia de instrucción moral,
no reciben casi más que lecciones del sacerdote ó de sus libros de piedad".
Ahora bien, sin querer determinar el valor de su género de instrucción es
frecuente encontrar á la mujer deficiente respeto al convencimiento de un gran
número de deberes de los que corresponden á las mujeres, sea en el seno de la
familia ó en la sociedad. El estudio profundo y detallado de las ciencias morales
modela el alma femenina, llenándola de bondad y entereza, y preparándola
para la práctica de las más austeras virtudes: de ahí deriva como consecuencia
natural, el conocimiento pleno de los deberes, con sus diferentes categorías y la
formación del carácter y la voluntad para cumplirlo; el valor para el sacrificio,

272
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

en los gustos y afecciones, siempre que no empañen ó debiliten determinados


deberes; la resignación firme, serena, que tortura y consume, pero no se revela
al exterior por signos que demuestra mezquindad de sentimientos, falta de
energía ó de dominio sobre sí. Todo este conjunto constituirá la personalidad
moral. Serenidad y modestia, he allí el más hermoso ornato de la mujer ideal.

La mentira y la falsedad, signos y causas de debilidad, de degradación y de


la muerte espiritual, la asaltan porque á eso, la lanza el medio; la obligan las
costumbres y el disimulo, que la hacen presentarse y ofrecerse, no como es en el
fondo de su espíritu superior, sino como la cooperación de una mujer superior
y sólo á su precio constituye la familia, el progreso de un pueblo. Este no se
cifra en las mejores materias que alcanzar pueda: inmigración, puentes, caminos,
ferrocarriles, buques, ejército, etc. todo eso acarrea, es cierto, fortuna; pero no
perfecciona la individualidad moral del individuo. Sólo la suma de energías
necesarias para vencerse, elevarse por encima de las miserias humanas y superar
á todo lo que nos agrade en obsequio de lo que el deber manda, constituye el
engrandecimiento moral de una nación.

La influencia de la mujer es decisiva y hay que prepararla para que esa


influencia no se entronice en forma violenta, y corran peligro los hombres
y las cosas; debemos meditar en que aquella que indirectamente dirigirá
todos los asuntos públicos, debe quedar con su inteligencia suficientemente
nutrida con los principios del saber, y su espíritu fortalecido con las más
acrisoladas virtudes, no entendiéndose por virtud sólo la serie de prácticas
piadosas, sino la posesión plena de excelencias en el espíritu, que la hacen
superior, inquebrantable al bien é incapaz de lanzarse por los vericuetos que
conducen al deshonor y á todo lo que es indigno.

Elvira García y García.

El trabajo de la mujer

Es hoy cuestión indiscutible que la mujer posee, en buen número de casos,


facultades superiores, que la permiten consagrarse con éxito, á las profesiones
liberales; y no son raros los ejemplares de mujeres dotadas de vigor físico
exuberante, que las coloca en el medio de un trabajo activo, sin esfuerzo ni
sacrificio. La experiencia ha comprobado que el hábil desempeño de la labor

273
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

femenina, asombra aun á aquellos que le niegan toda iniciativa feliz para el trabajo,
sin reconocerle talento y ni siquiera la virtud de la perseverancia. Esa vivacidad
esa tendencia entusiasta hacia el progreso, que siente ya la mujer moderna,
fluctúa entre nosotros, azotada por dos corrientes opuestas y poderosas: de un
lado, la vida nueva y floreciente, que vislumbra como el más hermoso ideal de un
trabajo próspero, que conduce á la conquista del bienestar y de la independencia:
de otra parte, las preocupaciones sociales, trasmitidas y conservadas con fuerzas
atávicas y aferradas á prácticas seculares repetidas en el mismo tono por muchas
.. ... generaciones. ¿Por cuál de las dos sendas es preciso encaminarse?

La raza latina, cuyos ideales divergen en su totalidad, de los que persiguen razas
superiores, no admite en toda su extensión, el trabajo en la mujer, considerándolo
como rasgo distintivo de una preparación especial y de una cultura distinguida:
lejos de eso, lo considera como patrimonio obligado de las mujeres, que
pertenecen á las clases desheredadas de la fortuna. En sociedades jóvenes y
pequeñas como la nuestra, esa preocupación tiende á volverse invencible. Aquí
se educa á la mujer desde sus primeros años, haciéndola mirar con desprecio
á la mujer que trabaja, cualquiera que sea el medio en que esta desenvuelva
su actividad; y para distanciarse de ese modelo, no inclina sus facultades, por
ningún sendero útil, aun cuando ese sea, el medio seguro de llegar al bien. El
ejemplo y la herencia son los dos factores, cuya influencia decisiva, matan en
germen tantas bellas inclinaciones, que no tienen energía bastante para dejarse
arrebatar por la corriente moderna de una educación integral superior.

Tal como está constituida nuestra sociedad, reconocemos en ella tres clases sociales,
cuyos matices no bien acentuados, y con perfiles falsamente esfumados, no dejan
entrever con marcada claridad, dónde termina y dónde comienza cada una: la
aristocracia, rezago de la dominación española, empapada en las preocupaciones
de antaño, títulos de abolengos que certifican la superioridad del linaje de sus
ascendientes; hay otra aristocracia, la del dinero, que se impone á la primera
disputándole su supremacía; en esta clase no cabe selección y no escasean los
títulos de nobleza, adquiridos por sumas caprichosas de dinero, ya que no son
honores heredados; cabe aun en esta clase una tercera agrupación, ó lo que puede
llamarse la aristocracia del talento, donde militan todos los hombres que ocupan
posición respetable en política, en el foro, en la magistratura, en la administración
pública, etc. En esta alta clase social, no se explica el trabajo en la mujer, y tomando

274
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

como modelo lo que ocurre á este respecto en los países latinos, marca el sello de
distancia la inercia completa de la mujer. Debe trabajar solo el hombre, y consumir
la mujer cuanto aquél adquiera, aunque sea sacrificándole su existencia.

La clase media, que es la segunda clase social, es más numerosa que la primera,
y aunque aspira á igualarse con la aristocracia, forma como la gradiente, para
caer á lo que llamamos pueblo. Todavía tenemos que distinguir en esa clase dos
agrupaciones: la clase media rica, que hace manifestación de fortuna adquirida en

.. el industrialismo y la clase media pobre que constituye la porción más desgraciada


de la masa social. La mujer de la clase rica no debe trabajar ni trabajará nunca y
es la que más acentúa el desprecio por la obra de la mujer haciendo ostentación
refinada de gastos dispendiosos y de un exhibicionismo social permanente; la
mujer de la clase media pobre, trabaja, pero oculta su labor, cual si se tratara de
un crimen, por el afán de hacerse superior en su nivel social; convertida entonces,
en verdadera mártir por sostener esas rancias preocupaciones, roba al sueño
sus mejores horas para preparar su labor á hurtadillas, ó se esconde allá en las
interioridades del hogar, hasta dejar salir de sus hábiles manos obras primorosas,
sacadas con sigilo y vendidas á vil precio, sin que se sospeche siquiera cuáles
fueron las manos delicadas que las confeccionaron.

El pueblo ó clase baja es la porción que crece más, y ajena á los prejuicios de las
otras clases sociales, vive feliz si tiene en qué trabajar; gasta todo lo que gana
y deja como única herencia hábitos de trabajo, aunque no de economía. En
esta clase trabajan indistintamente el hombre y la mujer, mucho más ésta, como
puede observarse en la sierra y en muchos pueblos de la costa. Tal vez si de este
ejemplo, nace la prevención para toda mujer que trabaja, á quien se teme que se
la quiere hacer bajar hasta la última escala social.

Nuestro mal, nuestra decadencia social proviene del modelo que imitamos; si el
tipo que definiera nuestras aspiraciones fuera la mujer norteamericana, la situación
revolucionaría, quedando en aptitud de subir. En los Estados Unidos de Norte
América trabaja toda mujer, tanto la hija del archimillonario como la perteneciente
á familia modesta, quien debe contribuir á acrecentar la renta y no ser consumidora
estéril. En las grandes ciudades son frecuentes los casos de señoritas que, ocupando
posición brillante en sociedad y disfrutando de fabulosa fortuna, combinan la regia
y suntuosa toilette con que asistieron á fiestas sociales, con el sencillo traje con que

275
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

se presentan, á su debido tiempo, á dictar clases en una escuela pública de la


que son profesoras rentadas. Este trabajo remunerado les permite gozar de esa
independencia tan apetecida. Así no es extraño observar que, durante los meses
del verano, en los que cesan las labores escolares, se asocian varias amigas, para
emprender un viaje de recreo por seis ú ocho semanas, al viejo continente en busca
de más luces y de nuevas ideas; y de esa manera, al mismo tiempo que enriquecen
su inteligencia con los nuevos secretos arrancados á la ciencia y á las artes, reposan
su espíritu fatigado con la labor de la enseñanza. Todo esto se lleva á cabo sin
haber gravado con los gastos de viaje á la familia, aun cuando esta sea millonaria.

La mujer de esta floreciente república siente la viva necesidad de llenar un fin útil,
de transmitir los frutos de su inteligencia, y goza inmensamente si sus ideas vertidas
con entusiasmo admirable, son asimiladas con provecho, y á su vez germinan para
dar otros frutos. La mujer americana, por herencia, por ejemplo y por cultura, posee
todas las condiciones requeridas de la educación perfecta, y llega a constituir un
verdadero tipo ideal, merced á la educación superior que recibe desde sus primeros
años, comenzando en los Jardines de la infancia para terminar en la Universidad.

Entre nosotros son muy escasos aún los modelos de mujeres de espíritu superior,
que mirando con merecido desdén, las preocupaciones de antaño, van de frente
luchando valerosamente, hasta conquistarse una posición independiente.
Hermoso ejemplo tenemos en nuestra única médica la señorita Doctora Laura
Rodríguez Dulanto, verdadero consuelo de la mujer y del niño enfermos y cuya
inteligencia y pericia son generalmente reconocidas.

¡Cuánto ha tenido que luchar y cómo ha sufrido para llegar al término de su


gloriosa carrera! No ha encontrado en su camino esas facilidades derivadas de
consecuencias nacidas al calor de la amistad ó de la galantería; todo ha sido fiel
expresión de justicia, y sus profesores la recomiendan con legítimo orgullo, al
mismo tiempo que sus compañeros de profesión, reconocen su mérito. ¡Lástima
que no haya tenido imitadores, siendo la misma profesión que tanto se adapta
al carácter y á las aptitudes de la mujer, pues esta lleva al paciente, junto con las
drogas que[ ...], el consuelo cariñoso que brota de su alma enternecida!

Pero hay una faz más grave aun de lo que pasa entre nosotros: el odio, la aversión
que la mujer siente al trabajo, la lleva hasta el punto de limitar su instrucción al
mínimo [... ], deduciendo que el perfeccionamiento en las principales ciencias y

276
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

artes corresponde sólo á las mujeres de la burguesía; ¡triste error que contribuye
á labrar su desgracia! El hombre huye en muchos casos, de la mujer que no le
comprende; la mira con lástima, porque la cree incapaz de sentir; lamenta que
un ser tan delicado, una alma creada para ser su compañera no sepa explicar todo
lo que es capaz de sentir y pensar, ni puede penetrarse de cuanto él le dice, con
más ó menos claridad, en lenguaje científico ó literario. Si la mujer fuera ilustrada
siempre con amplios conocimientos generales; si llegase á dominar alguna ciencia
y perfeccionar algún arte, escucharía con placer al hombre que no siempre ha de
hablar de amor; y perfeccionándose .entonces en esas conversaciones superiores le
deleitaría mucho más, que esos amigos y defensores de la ignorancia de la esposa.

Nada tan común, como la idea de que la educación de la mujer debe responder
más á los oficios manuales de la casa, que á su instrucción científica. Este falso
concepto la mantiene en la oscuridad. Se adorna su cuerpo, se hace de ella una
máquina perfeccionada y se abandona su espíritu entre las tinieblas y el mutismo:
no se le franquea el camino para la adquisición de ideas, ni se le ilumina con la
instrucción. En este medio lleno de desventajas, gravita la mujer, rodeada de
peligros y asediada por mil estimulantes, que conmueven su espíritu frívolo, y sin
tener en sus propias fuerzas, la energía que le haga salir triunfante en esa lucha
en medio de tan encontrados elementos.

¿�é sucederá en el mayor número de casos? ¿Se salva ó es salvada?

(continuará)

Elvira García y García.

El trabajo de la mujer

(Conclusión)

De poco tiempo á ésta parte, comienza á concederse relativa importancia al


magisterio nacional, despareciendo muchas de las preocupaciones erróneas que
lo detenían como estancado; por desgracia, subsisten otras, fuertemente aferradas
al pasado, invencibles aún, no obstante la lucha empeñada para extinguirlas en
su totalidad. La mujer peruana como educacionista tiene derecho á esperar un
porvenir que le brinde tranquilidad y un medio seguro de dar á su espíritu todo

277
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

el desarrollo y la perfección que es susceptible de alcanzar. Considerando el


magisterio como un sacerdocio y no como una industria, las personas que á
él se consagran, especialmente la mujer, deben prepararse á arrostrar una vida
sembrada de sacrificios, que le exigen a cada paso la más decidida abnegación,
sin alcanzar muchas veces otra recompensa que la muy grande que ofrece el
cumplimiento del deber.

Los prejuicios que aún imperan contra la institutriz peruana, nacen precisamente
de no estimársele tanto como debiera, de no estimularla en forma entusiasta; y de
no alentarla, depositando en ella entera confianza, para que sea oída y consultada
en cuanto se refiere á la educación de niñas. La educadora debe salir de la parte
selecta de la sociedad, porque es ella la llamada á modelar el alma del niño y á
servirle al mismo tiempo del más hermoso espejo, que refleje todas las virtudes
y cualidades que ese espíritu ennoblecido por el estudio y la educación está en
el deber de atesorar. De ahí deriva la necesidad de alcanzar una instrucción
apropiada desde los primeros años, adquiriendo al mismo tiempo la práctica
necesaria para no entrar á ciegas en el desempeño de una misión tan delicada y
de la que aún no sabemos medir sus consecuencias. Si el abogado, el médico, el
ingeniero, etc., necesitan hacer estudios especiales y asociarlos á una práctica bien
reglada para llegar á la posible perfección, ¿cómo suponer que la educacionista
llegue á ser superior entre nosotros, con estudios deficientes, sin práctica bien
dirigida, sin modelos que la conmuevan, y sin esperanza siquiera de alcanzar
sanción social? La misma prodigalidad para otorgar títulos de profesora, sin
distinción de raza, ni condición social y sin siquiera exigir competencia, hace
mucho daño moralmente, impidiendo esto una selección de educadoras, que
inspire confianza y se imponga por su superioridad.

Se tacha á muchas de nuestras maestras de falta de circunspección y de carácter,


de no conocer a fondo los métodos de enseñanza moderna; de enseñar hoy en
la misma forma rutinaria, que se empleaba cuando ellas eran niñas y hasta de
que prefieren la vida social, á la muy austera que les exige el cumplimiento de
sus deberes. La fuente que genera todo este mundo de factores que reprochamos,
está en la educación adquirida fuera de un medio apropiado y sin modelos que
copiar, agregándose á esto las dificultades económicas que paralizan toda iniciativa
feliz. No todas las mujeres son heroínas del deber y por lo tanto, no abundan
las que voluntariamente sacrifican el producto de su trabajo para perfeccionar su

278
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

instrucción, comprando libros y útiles, pagando maestros y sacrificado las horas de


descanso, hasta alcanzar una cultura superior y ofrecer entonces á sus educandas
esas primicias de su talento. Esta es sin embargo la situación de la educadora
nacional, sin protección de ningun género y marchando siempre sobre base
insegura, confiada al acaso, como la hoja seca, llevada por vientos contrarios.

Confiada la instrucción primaria, siquiera la elemental solo á maestras, los


resultados no serían dudosos y constituiría un porvenir halagüeño para la mujer.
Los E.E.U.U. ocupan tantas profesoras que de un total de 90,744 solo 6,969 son
maestras al servicio de las escuelas públicas; el resto, es decir 83,775 son maestras,
habiendo un aumento último de 2,843 profesoras y sólo de 340 hombres. Además
hay encargados de vigilar las escuelas 2,402 inspectores y 2,533 inspectoras,
subiendo el año último sobre la cifra existente 2,843 mujeres mientras que el
número de hombres sólo subió en 340. Los colegios públicos de instrucción media
cuentan con 10,958 profesores y 11,457 profesoras; y las privadas tienen 7,370
hombres y 6,106 mujeres. Las escuelas de comercio solo tienen 1,996 profesores y
1,062 profesoras, en estas instituciones se [... ] menor número de mujeres porque
la índole propia de la práctica comercial se generaliza mucho más en el hombre.
El curso clásico con latín y griego, preparatorio para la Universidad, tiene 14,298
profesores y 16,499 profesoras, y el curso científico 15,406 profesores y 11,488
profesoras. Como en este curso se hacen los estudios preparatorios para ingeniería
electricista, de minas, agrícola, etc., es mayor el número de hombres. Maravilla
ante la evidencia de estos datos, la extensión incalculable de la labor intelectual,
que emprende la mujer americana, y aunque sería exigencia temeraria el pretender
igualarse á ella, creo que es posible hacer algo á favor de la mujer peruana, que no
parece de buena voluntad y de dotes para consagrarse á estudios superiores. La
República Argentina confía también buen número de escuelas de varones á la
dirección de mujeres; las escuelas inglesas de instrucción primaria y media forman
un total de 350 alumnos, de estos el siete por ciento son hombres desde cinco años
hasta 17 de edad. La enseñanza está confiada á cuatro maestros y veinte maestras,
pudiendo éstas educar y trasmitir sus conocimientos á los niños hasta los de más
edad, sin que haya un precedente de indisciplina ni dificultad de ningún género
que comprometa el buen nombre de los colegios. Al contrario, el niño que crece
educado por una mujer aprende á tratarla, siendo siempre con ella contemplativo
serio y afectuoso. La respeta y la ama y de ese género moderno de educación, se
desprenden muchas consecuencias para un futuro feliz.

279
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

En lo relativo á la enseñanza el hombre debe dedicarse de preferencia á la


secundaria y facultativa y aunque la mujer puede con éxito consagrarse también
á la enseñanza superior, debe dejársele el dominio absoluto de la instrucción
elemental y de la primaria.

Es lógico que así sea, la primera educación debe tener un carácter esencialmente
maternal, y solo amando la infancia, descendiendo hasta igualarse al niño para
compenetrarse con él, es posible dirigirlo en forma capaz de llegar á convertirlo
en un ser feliz. Más aún, los primeros conocimientos exigen una labor tan
paciente, que no es, ni puede ser el hombre, el llamado á desempeñarla. Ese
derroche de ternura, que lleva á amar al niño, educándole é instruyéndole en
medio de trasportes cariñosos, es muy propio en la mujer, preparada por la
naturaleza á ser madre fisiológica ó psicológica: pero aparta completamente al
hombre, llamado al desempeño de labores de otro orden, de las que se aparta la
mujer. Se objetará que el creador de métodos de los jardines de la infancia fue
un hombre y que vivió entre los niños, observándolos con interés tan grande,
que[...] se volvió niño, para conocerlos tan á fondo, que pensaba y sentía como
ellos, adivinando todo lo que podía interesarles y hacerles grato el aprendizaje.
Pero no hay ejemplares de maestros que puedan igualar á Froebel; y si este
genio, encariñado con su obra, no omitía detalle para darle forma concreta
y poner en práctica lo que imaginaba que podía hacerse para educar al niño;
no hay caso conocido, de muchos educadores que hayan emprendido la labor
tan importante, que él llevó á cabo con feliz éxito después de vencer tantas
oposiciones que amargaron su vida.

El comercio es algo á que también comienzan hoy á consagrarse algunas mujeres


peruanas, sin éxito todavía, por falta de preparación especial. No hay centro donde
pueda adquirir la ilustración necesaria para entrar de lleno en el desempeño
de las dificiles y delicadas labores de una oficina pública. Por fortuna la nueva
sociedad femenil, el Centro Social, se propone fundar una escuela de Comercio,
que correrá á cargo de profesoras competentes, europeas o norteamericanas. Esta
oferta constituye la parte más hermosa del programa, que la sociedad ofrece al
público, porque es lo que producirá mejores y más rápidos resultados. Toda niña
que posea á perfección instrucción primaria, que cuente la edad requerida, y lleve
buenas referencias, puede inscribirse en la sección comercial; la enseñanza perfecta
de Aritmética Comercial y Teneduría de libros, Mecanografía, Taquigrafia, Inglés

280
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

ó Francés, Redacción Comercial y Cultura General, será todo el bagaje que


encuentre allí la mujer, para tomar nuevos rumbos que la lleven á puerto salvador.
¿Porqué se ha de suponer expuesta, ni rodeada de peligros, á la mujer que en edad
conveniente entre á ser empleada en una casa de comercio? ¿Hasta cuando no
sabrá toda señorita defenderse sola en el medio en que se halle?

Todo es fruto de la educación que reciba, desde la primera edad; instrúyasele


convenientemente; que adquiera la conciencia de lo que es, y de lo que vale; que
aprenda el arte de ser seria, tanto en su porte como en su expresión y hasta en su
indumentaria; y no haya temor entonces de que se presenten peligros imaginarios.

No es defensa lo que la mujer necesita, sino previsión del peligro; no es vigilancia


lo que le falta para no encallar, sino una educación armónica y bien cimentada.

Son ilusorios los peligros que corre una mujer que se consagra á cualquier labor
honrada; enséñesele á evitar las ocasiones de caer, y que no se deje engañar
voluntariamente, para en seguida aparecer como víctima inconsciente. La buena
educación y el convencimiento de [... ] desarrolla una fortaleza admirable, capaz
de vencer los obstáculos que dificulten la senda trazada para llegar al bien.La
mujer no queda siempre en condiciones de cortar el mal, por lo deficiente que
es la instrucción que recibe. Si se la educa y se la instruye en forma perfecta,
aprenderá, y á su vez podrá trasmitir lo que sepa.

Por supuesto, esa enseñanza no debe apartarse del camino que conduce á la
verdad, la bondad y la justicia, únicos medios que pueden llevarla al bien y este
á la felicidad. Tampoco debe protegerse el que la mujer oculte sus sentimientos,
con la hipócrita careta de una modestia intraducible y que no tiene aplicación
fija en la práctica de la vida.

Los conocimientos que se inculquen deben ser fácilmente asimilables en su


cerebro; para que formen la esencia de su propio ser y pueda guiarse sola en
todas las diferentes circunstancias de la vida en que se vea colocada. También
conviene tomar precauciones para no exacerbar su orgullo, con elogios
exagerados sobre sus méritos y virtudes; no atizar la vanidad que tanto la daña,
dejando abandonadas todas sus más bellas cualidades; ni maltratar su pudor
tampoco exponiéndola á colocarse en situaciones donde graviten peligros
superiores á los que pueda soportar y pueda vencer sin un sacrificio excesivo.

281
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Todos aquellos defectos de que se culpa á la mujer no son inherentes á ella, sino
el fruto exclusivo de todo cuando se vitupera; y por una misteriosa é ineludible
reciprocidad, y es el hombre el primero que experimenta los efectos de tan
perniciosa doctrina. La base que sustenta la sociedad es la mujer, pero no la
mujer vulgar incapaz de sentir, pensar, ni querer; sino la mujer regenerada por
una educación moderna superior.

Elvira García y García

�� La enseñanza secundaria en la mujer

La enseñanza secundaria para la mujer, ha atravesado, en todos los países


adelantados, el período difícil de organización y al mismo paso que la enseñanza
primaria hoy conquista rápidamente su puesto de gran importancia en las
instituciones escolares. Pocos serán los países en los que, como en el nuestro, se
discuta y hasta se combata el que la mujer traspase los límites de una enseñanza
superior. En el mayor número de casos, se conforman aquí con lo poco que
nuestras niñas pueden aprender, en la forma que aún se les enseña: confiando
los conocimientos á la memoria, descuidando del todo el desenvolvimiento
de la inteligencia, y lo que es más sensible aun: olvidando en su totalidad, que
en el alma de esa niña yace una sensibilidad y una voluntad que desenvolver y
ejercitar en sus principales funciones. Todavía existe entre nosotros el prejuicio
de que la mujer no debe instruirse y mientras sostenemos esta doctrina, nos
admiramos al ver que el Japón multiplique, en sus principales ciudades, Liceos
para señoritas: y no conforme con este progreso, envíe niñas á Europa para que
se ilustren, en los conocimientos modernos, y sirvan al regreso á su país, de
estímulo y de modelo á sus compañeras.

El espíritu y el fin de la escuela primaria no es el mismo que el de la enseñanza


secundaria: la primera, proporciona una instrucción eminentemente útil,
mientras que la segunda da una cultura desinteresada. La escuela primaria
toma al niño y se apresura á instruirlo, teniendo en cuenta la profesión á que
quiera consagrarse: los liceos suponen alumnos más educados y se dedican á
otra parte de la población.

La instrucción que las niñas reciban en los liceos, lejos de alterar sus cualidades
naturales) como tanto se teme, avivará en ellas la modestia, la tolerancia y el

282
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

sentimiento del deber, predisponiéndolas para todo lo que hay de grande y de


bueno en el cumplimiento de la misión que se les confíe. Al mismo tiempo que se
fortifica su razón con un estudio meditado y bien dirigido, se las puede preparar
para la economía doméstica, la higiene, y los trabajos manuales, convirtiendo
así á la niña á su vez, en esposa ilustrada, buena madre de familia y de manera
general, en persona útil á la sociedad, por los beneficios que siempre produce la
elevación del valor intelectual.

Los pocos Liceos para señoritas que hay entre nosotros, realizan verdaderos milagros
á costa de grandes sacrificios para ofrecer á las niñas una enseñanza superior. El
elemento particular, no tiene el poder de darles todas las proporciones que esos
establecimientos necesitan. No busca el esfuerzo privado, para la educación de
los niños, y sería bueno que el Ministro de Instrucción meditara en que, si por el
momento es imposible el fundar Liceos públicos para señoritas, por lo costoso que
sería su organización, y más aun su sostenimiento, podría tomarse un término medio,
subvencionando los Liceos existentes, donde se educarían por cuenta del Fisco
determinado número de alumnas. Así se presentarían facilidades á aquellas niñas
que no pueden continuar sus estudios superiores, porque las dificultades económicas
se interponen en forma invencible: y, al mismo tiempo se prestarían facilidades á los
Liceos siquiera para rentar bien á sus profesores. Es preciso trabajar hasta conseguir
que las hermanas de esos centenares de niños que se educan hoy en los colegios,
sigan también sus cursos en los liceos, y formar así, no sabias, sino mujeres con una
instrucción sólida, y restablecer por ese medio, la unidad en el hogar doméstico.

En Francia hasta 1880 que se promulgó la ley llamada Camille Sée, no se hizo
pública la enseñanza secundaria de la mujer. El modo de aplicación de la ley la
concilia cada día más, con las simpatías, del público, hasta el punto que su porvenir
está asegurado y la enseñanza secundaria de las niñas está definitivamente fundada
en Francia. Camille Sée, tuvo el pensamiento de hacer obligatoria la enseñanza
secundaria de la mujer, y dio un programa que sustituía la ideas retrógradas, enemigas
del libre razonamiento, por los principios de la sociedad civil y democrática y por una
enseñanza superior que prepare á la mujer para la lucha por la vida, asegurándole un
valioso capital intelectual, indispensable para hacer valer todo otro género de capital.

Camille Sée, defendiendo su ley sobre instrucción de la mujer, decía: "Hoy


todas las niñas pueden aprender lo que se enseña en los liceos. No se deben

283
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

detener en un nivel inferior. Mientras los niños entran al colegio, las niñas
vuelven al seno de la familia y no tendrán en lo sucesivo más educación
intelectual, que la que puedan adquirir por suerte de un padre atento de sus
deberes y de una madre inteligente é ilustrada.

Talleyrand-Perigna propuso en una información á la Asamblea Constituyente,


el organizar para las niñas, instituciones conforme al rol reservado á la mujer
en la familia y en la sociedad. De su lado Condorcet, en su primera memoria
sobre Instrucción Pública, insiste en la necesidad de dar á la mujer la misma
instrucción que al hombre, para que, vuelta esposa y madre, pueda un día vigilar
la educación de sus hijos, y, en esto se funda el que ella tiene los mismos derechos
que el hombre, para la instrucción pública.

M. Jules Simón decía en una circular á los rectores: "Por una injusticia
inexplicable, desde el punto de vista de la instrucción pública y del derecho, los
premios pecuniarios se ofrecen exclusivamente á los jóvenes, quedando excluidas
las mujeres. El sacrificio que exigimos del tesoro público para la formación de
algunas gracias, será el punto de partida para una era nueva de la enseñanza
pública. Será difícil, sin embargo, rehusar á las niñas la igualdad que se reclama
para ellas, en nombre del buen sentido de la justicia y del interés público".

Solo aquí no tiene defensores la causa de la educación de la mujer, y los


legisladores, hacen bien poco en favor de ella. ¿Porqué será? ¿De dónde nace
ese desentendimiento? ¿Se cree acaso que la mujer no debe ni puede influir
en los asuntos de interés general? Jules Simón dice: "Cada vez que se instruye
una mujer, se funda una escuela". Lo que este gran pensador asegura, podíamos
ponerlo en práctica, y llevaríamos mucho avanzado á favor del progreso nacional.
De un cuarto de siglo acá, las ideas han avanzado y evolucionado tanto en este
orden, que ya no se explica la desigual educación en el hombre y la mujer; más
aun, los cambios económicos y sociales han persuadido á muchas familias, que
en otro tiempo no hubieran pensado en hacer trabajar á sus hijas, suponiendo
degradante el trabajo, que permitiéndolo aseguran su independencia económica.
Un Estado Democrático, cuidadoso del porvenir de todos y de todo, tiene el
deber de ofrecer facilidades tanto á las niñas como á los jóvenes liberales. Con
esto no se reclama favor para la mujer, como dirán los antifeministas; solo se
habla en nombre de la igualdad, de la justicia y del derecho común.

284
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

La educación superior vuelve á la m'l.l-jer capaz de valerse por sí misma y la


prepara á soportar todo lo imprevisto, que á su paso halle en las batallas de la
vida; desenvolviendo en ella al mismo tiempo que su delicadeza y sensibilidad
naturales, el juicio y la sana razón. Hay algo más todavía que esperar en su
beneficio: bien educada se le arranca á las tentaciones de la ignorancia y de la
debilidad y al peligro de ciertas influencias que la arrastran con fuerza invencible.
Ya es tiempo de pensar que no conviene dejar á nuestras niñas con esa especie
de decorado que adquieren sobre los conocimientos serios, y que se queda en
la superficie, sin penetrar al fondo; nada es más peligroso que la adquisición
.... incompleta y desordenada del saber, que alimenta en el espíritu la ligereza y
la presunción y forma mujeres frívolas y de carácter inestable. El Obispo de
Orleáns M. Dupanlaup dice: "Las mujeres no son frívolas sino por el género de
educación que se les da". ¿Debemos exigir que nuestras mujeres sean serias, si
no se les educa en la escuela de deber y si no se fomenta por todos los medios
posibles la formación del carácter?

La influencia que la mujer ejerce á su alrededor, es decisiva por los sentimientos


con que impregna la atmósfera de la familia; por las ideas que deposita en la
inteligencia de sus hijos, durante la edad en que se graban las impresiones
imborrables; y por los frutos de su inteligencia que transmite como educadora
en general. El porvenir dependerá de aquellos que pueden arrancar de cada uno
de sus ideales lo que tenga de mujer, y puedan elevarse á la comprensión más
grande y más natural de la vida.

Elvira García y García

La higiene y la escuela

Misión importante, y la de más trascendencia de las que debe llenar la escuela, es


tomar al niño en los albores de la vida, para educarlo armónicamente, desarrollar
todas sus facultades y encaminarlo con sabiduría y prudencia, desde sus primeros
pasos, a que se torne en factor útil para la sociedad á que pertenece. El desarrollo
armónico del organismo, es ley predominante en el concierto orgánico y á él
debe subordinarse toda fuente educativa: cualquiera acción practicada sobre el
organismo humano, en su dualidad psíquica y física, si se pretende darle una
faz del todo racional y llegar por medio de ella á un fin benéfico y determinado,

285
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

ha de aceptar indefectiblemente por base, el conocimiento perfecto de las leyes


fisiológicas; porque son ellas las que rigen y presiden el desenvolvimiento y las
diversas formas de actividad, que estrechan la relación entre el alma y el cuerpo.

Según este concepto, la educación actúa imperiosamente sobre la inteligencia


infantil, esbozándola poco á poco; dándole forma, vida, color y movimiento;
haciéndole pasar del estado primitivo de crisálida, en que yacía, al de linda
mariposa, que cautiva con los reflejos multiformes que la engalanan, reduciendo
con sus graciosas y ligeras manifestaciones de vida consciente y perfecta. El rumbo
... .. que toman las condiciones morales y el carácter del niño, obedece fatalmente á la
influencia educadora, suavizándose las asperezas de una alma virgen, y rompiendo
las aristas punzantes que la pasión inculta, despierta y alimenta. No podrá nunca
la educación ejercer su acción eficaz y precisa, si no se colabora con la adquisición
de datos, que permiten penetrar al fondo del ser que se va á educar.

Nunca se llegará á conseguir este feliz desenlace, con la amplitud que lo delicado
de la labor exige, sin contribuir primero, con todos los recuerdos imaginables, á
que la educación y la higiene se hermanen, á fin de satisfacer lo que impone la
fórmula tan útil y sabia, aunque tan divulgada: mens sana incorpore sano. Velar
por la salud del niño, como quien cuida un precioso tesoro, es el primero de los
deberes que se impone el institutor.

Para conseguirlo interesa estudiar los tópicos siguientes: edificio escolar,


mobiliario, profilaxis de las enfermedades escolares, horario, textos programas,
conferencias del cuerpo docente, ejercicios físicos, etc.

La edificación escolar, es por el momento, uno de los problemas más difíciles de


resolverse entre nosotros. Sin locales construidos ad hoc y sin la posibilidad de
obtenerlos en un plazo breve, hay que arrastrar todo un cortejo de dificultades
invencibles, no obstante el exceso de buena voluntad, ni aun haciendo ese cúmulo
de sacrificios económicos, que abruman sin compasión al maestro peruano.

Tal vez si no se ha meditado con bastante calma este punto tan importante, por
los propietarios ó por las empresas constructoras. Sabido es que aquí, llegado
el momento de solicitar una casa para establecer en ella un colegio, impone
el dueño sin rodeos, un aumento sobre el estipendio mensual, exigiendo por
supuesto, garantía para el exacto cumplimiento del haber. Si en medio de estas

286
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

condiciones, que revisten á veces exigencias onerosas, llega el colegio á cubrir


una suma fuerte, careciendo siempre de los requisitos de comodidad é higiene,
¿cuánto no se podría abonar por una casa construida, sobre un plano especial
donde á la extensión se aunara la abundancia de aire y luz? Este sacrificio de
la higiene no puede salvarlo el profesor, porque el defecto es general á todos
los colegios de la localidad, oficiales y particulares, comprendiéndose entre
ellos los buenos, los medianos y los malos. Las personas mejor intencionadas,
no omiten esfuerzo para adaptar las casas grandes de familias á las exigencias
escolares; verdad es que se obtienen escasos resultados ventajosos, en cambio
de dispendios incalculables. ¿Para que tratar, pues, aquí, de lo que el local
escolar debe ser, si aún no lo hay?

El mobiliario escolar debe brindar al niño todo confort, aunque creen algunos
educadores, que si el niño goza de mucha comodidad terminará por volverse
indolente y perezoso. Esta apreciación depende del punto de vista de donde se
observe la cuestión; pero en general el niño está más contento, trabaja mejor y
cede á la disciplina que le sujeta, cuando está rodeado de comodidad y bienestar.
Las mesas de trabajo y las sillas deben tener suficiente altura, á fin de que estando
el niño sentado se mantenga derecho y á plomo. Esto es de gran importancia,
puesto que en la primera edad las malas actitudes prolongadas durante el
trabajo, tiene una influencia importante sobre las alteraciones de la vista y las
deformaciones del cuerpo. En vista de estas observaciones, interesa que no sólo
en la escuela, sino también en la casa tengan los niños á su disposición mesas
especiales, que puedan adaptarse á las necesidades del trabajo. La escuela alemana
prefiere la silla á la banca, porque permite al niño adoptar una posición correcta,
que observará siempre en sociedad, corrigiéndose lo que se llama actitud escolar,
que carece de gracia y desenvolvimiento.

La profilaxia de las enfermedades, ya se trate de las llamadas escolares ó de las


contagiosas, es punto de conciencia para el maestro y su observancia exige la
más rigurosa escrupulosidad. La transmisión puede ser directa ó indirecta por
el intermediario de un objeto cualquiera; una carta, una tarjeta, un libro, un
vestido, la proximidad del lecho, etc. Las precauciones deben ser ilimitadas. En
los casos de epidemia el mejor preservativo es un aseo personal y una ventilación
constante en las habitaciones. Si las afectaciones son ingénitas, un facultativo
prudente, fijará la norma de procedimientos que deben observarse.

287
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

El horario, los textos y los programas deben responder en conjunto, á todo lo


que prescribe y aconseja la ciencia pedagógica. El horario discontinuo es el más
razonable, siempre que deje entre una y otra clase un intermedio de 10 ó 15
minutos libres: esta práctica permite, tanto al niño como al profesor, reponerse
de la fatiga cerebral, provocada por la atención sostenida en el tiempo dedicado
á los ejercicios. Además, facilita la renovación del aire en las aulas, y que el niño
respire también un aire nuevo, fresco y puro.

Los textos no deben prodigarse inconsultamente; al contrario, se limitará


su uso en todo lo posible. Solo debe ponerse en manos del niño, los libros
que pueda comprender, sacando de ellos verdadera utilidad considerándolos
como meros consultores y de ninguna manera como material excedente, que
almacenar en la memoria.

El niño debe aprender á manejar los libros que le confían sus padres ó
maestros; y verán así en cada libro, que siempre le enseñará algo bueno, un
amigo sabio dispuesto á ofrecerle todo lo que encierra, sin exigir recompensa
alguna. Debe además, vigilarse la calidad y el color del papel y la clase de los
tipos empleados, evitando con ese examen, el comprometer la visión de los
niños, librándose de la miopía, la presbicia y el estrabismo, afecciones que
tanto abundan hoy en los escolares.

Los programas deben hacerse consultando la fuerza intelectual de los estudiantes y


no pretendiendo imprudentemente que todos los niños arrostren el mismo esfuerzo.
La prudencia debe guiar en este caso, pues lo que un niño vence en un año de
estudios, otro no puede hacerlo sino en dos y otro en tres. Los conocimientos no
pueden asimilarse violentando el cerebro, de la misma manera que la cantidad de
alimentos que se digiere no es incondicional. Esta precipitación que lleva á proceder
en el sentido, que los niños llenen indistintamente los requisitos de un programa,
confeccionado sin cálculo pedagógico, origina el surmenage, que tantas víctimas
hace. Verdad es que en este proceder violento tienen mucha más culpabilidad los
padres que los profesores: pero es necesario, que estos convenzan á aquellos de que al
proceder con método consulten la salud física é intelectual del educando.

Las conferencias de maestros permiten el libre cambio de ideas y que cada


uno ofrezca los recursos que encierra su corazón y su cerebro, para labrar la

288
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

felicidad del niño mientras está bajo su dependencia, y asegurar le al mismo


tiempo su vida de mañana.

En estas asociaciones se consultarán los mejores métodos, sistemas y


procedimientos que deben observarse: contribuirán además, eficazmente á
desarrollar y sostener la unión y la armonía que debe ligar al cuerpo docente,
y que tanta falta hace para el progreso general: todos se convertirían así
en amigos y compañeros, sacrificando mezquinos intereses en busca de un
[ilegible] hermoso.

Los ejercicios físicos bien arreglados y sabiamente organizados deben sujetarse


á las siguientes bases:

"Cada movimiento gimnástico, cada posición, aun la más íntima, debe responder
á una razón fisiológica y deben tender á un fin fisiológico; cosas que no pueden
resultar del impurismo y de la apariencia superficial, sino solamente del estudio
serio y profundo del fenómeno del organismo humano".

"Cada serie de ejercicios no debe ser más que el resultado de una coordinación
metódica, previsora y exacta de los movimientos y de los modos de funcionar
de la máquina animal, relegando completa y absolutamente al más profundo
olvido el efecto escénico".

"Cada disposición, cada lugar, cada modo de actuar, todo, en una palabra, no
puede ser aceptado hoy, en una clase de ejercitación física, sin haber pasado antes
por el riguroso centro de fisiología y de higiene general ó individual".

No cumpliendo todo lo que la ciencia fisiológica aconseja, durante el período


de la educación del niño, se corre el peligro de malograr la obra formando unos
seres desequilibrados, neurasténicos por herencia, y por el medio en que viven,
y para quienes la vida tiene un sabor amargo, como para todas las personas
que no gozan del beneficio inestimable de la salud. Formemos pues niños
vigorosos y sanos, si queremos tener mañana hombres de ciencias, de letras y
ciudadanos útiles en general.

Elvira García y García

289
----------- -- -------===========---------iiiiiiiiill

LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Texto 20

Escuela para golfas, 1915 27

Muy brillante y oportuna ha sido la idea lanzada al público por la inteligente


señorita María Jesús Alvarado Rivera, distinguida Presidenta de la Sociedad
.. ... Evolución Femenina, sobre la fundación de una escuela para Golfas; es decir,
muchachas vagas, que recorren las calles sin ocupación conocida y son las
constantes plañideras de todos los transeúntes, á quienes no dejan tranquilos,
mientras no consiguen ser atendidas.

La medida de justeza, que tal idea encierra está revelada en la aceptación general
que ha merecido en todas las clases sociales y el interés con que se espera el
momento en que pueda dársele forma práctica á tan feliz idea.

La señora Ledgard, dando pruebas de poseer sentimientos filantrópicos muy


avanzados, ha ofrecido hacer toda clase de gestiones para aportar los fondos que
la fundación de esta Escuela impone; y la señorita Revenga Basadre, dominada
por la misma clase de sentimientos, ofrece cooperar en la medida de sus fuerzas
con esta obra de carácter eminentemente altruista, y que debe ser la obra de
todos los peruanos y también de todos aquellos que sienten bullir muy alto en el
fondo de su alma, el santo amor á la humanidad en general.

La idea está lanzada, que es á veces lo más difícil entre nosotros, que necesitamos
se nos presenten las cosas así, con el aspecto de cosa resuelta y con caracteres de
verosimilitud, para que nos haga esa acción, salir de esta especie de pesimismo
que nos hace creernos tan infelices y más ineptos de lo que en realidad somos.

Dado este primer paso, no creemos que, sea tan difícil el darle forma
determinada y sobre todo hacerla viable, si en lugar de amontonar dificultades
é inconvenientes, que es otra de nuestras debilidades, cada uno trabajamos en el
sentido de eliminar el mayor número de obstáculos, aunque tengan en apariencia
el carácter de invencibles.
27 "Escuela para golfas", en La Prensa. Lima, 18 de mayo de 1915.

290
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Se necesita, desde luego, esto es innegable, mucha meditación y un estudio


profundo del medio, para el cual esta escuela debe ser destinada, á fin de que,
resulte hacedera y sobre todo, revista el carácter eminentemente práctico, que es
el que le corresponde.

Naturalmente, es fácil suponer, que al fundar esta escuela, no es el móvil


otro que asociar allí una agrupación de niñas del bajo pueblo; de esa clase
desgraciada y pobre á quienes, su ignorancia completa de todo principio de
moralidad, hace más infeliz su vida, llevándolas por senderos extraviados y tan
tortuosos, que no son para describirlos.

Los diarios de esta capital han publicado ya un programa, donde se establecen


los principios que han de regir esta institución. Encontramos que el programa es
demasiado bueno para el medio en que ha de actuar, puesto que, la escuela ha de
ser una Escuela Taller modesta, donde sus educandas se preparen para ser buenas
madres de familia y buenas obreras y servidoras; y de ninguna manera, eruditas,
que se enamoren de la ciencia que estudian, olvidando enseguida el medio á que
pertenecen, para llenarse de aspiraciones que fas hagan más infelices, llevándolas
casi sin que se den cuenta al mayor de los precipicios.

En nuestro concepto, apenas si en esta escuela cabe otra cosa que no sean los
elementos qué corresponden al primer grado de la primera enseñanza ó sea lo
que se enseña en las llamadas escuelas elementales; esto es lectura, escritura,
dibujo (todo esto enseñado simultáneamente); nociones de ángulo, de lengua
castellana, geografía, historia patria y el conocimiento del cómo y el porqué
de todas las cosas más esenciales, adquirido por medio de lecciones objetivas,
tomadas en el terreno de la práctica.

La enseñanza moral ha de hacerse por medio de lecturas apropiadas, de consejos


y sobre todo del más impecable ejemplo.

La enseñanza religiosa correrá á cargo de persona especial, sea eclesiástica ó seglar.

Nada de digresiones ni de profundizarse mucho en la ciencia. Con tres horas


diarias, de lo que podríamos llamar cultura intelectual, tendrían suficiente, para
el desarrollo de su inteligencia y para que se hagan cargo de todo aquel lo que no
hay derecho á ignorar, por humilde que sea la condición de la criatura.

291
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Todo el resto del tiempo debe dedicarse á la enseñanza de la vida práctica: la


cocina, la repostería, el lavado, el planchado, el zurcido y compostura de ropa,
la jardinería, la cría de aves, el aseo y arreglo de la casa, etc., etc. Todo, en suma,
aquello que forma lo que en sentido familiar se llama una mujer de su casa.

Como toda esta enseñanza se llevaría á efecto con orden y método, habría
perfección en el trabajo y estas niñas quedarían en condiciones de poder prestar
sus servicios en forma ventajosa, cuando así se solicitara, después de algunos
años que la escuela funcionara y cuando ya se conocieran los buenos frutos que
..... de ella tenían que cosecharse.

Lo principal que debe buscarse y lo que debe formar la principal base en toda
esta enseñanza, ha de ser y debe ser, la observancia escrupulosa de los principios
de la higiene, considerando esta como la principal base de moralidad.

En el bajo pueblo no hay absolutamente la menor idea de higiene y lo que


más interesa es formarlo. Esto explica su raquitismo, las enfermedades de que
con tanta frecuencia adolecen, los vicios que los dominan y hasta la especie de
aberración en que se forman y viven.

Un cuerpo que está perfectamente limpio predispone siempre á todo lo bueno;


pero esa especie de pátina, que acaricia íntimamente la epidermis es causa de
que se desvíen los placeres honestos, para dejar libre el paso á determinadas
aberraciones, que marchitan la pureza de los primeros años, dejando empañada
para siempre la inocencia que así huye precipitadamente.

El principal trabajo en esta escuela consistiría en hacer adquirir antes que


todo, hábitos de limpieza, antes de enseñarles á leer y á coser; que fueran
tan aseadas todas esas niñas tanto en su cuerpo como en sus vestidos y el
medio en que viven: que no pudieran ya explicarse la vida sin el baño ó las
frecuentes abluciones. Trabajar inexorablemente hasta conseguir este fin,
sería el principio fundamental de la base de esta educación, y todo lo demás
vendría entrando muy fácilmente, tanto que casi no se darían cuenta de cómo
aprenderían las futuras educandas.

Naturalmente, que para llevar á cabo la ejecución de esta obra y que fuera
fecunda en los resultados que se persiguen, no sería conveniente comenzar

292
�-

ANTOLOGÍA DE TEXTOS

como se pretende hacerlo con la fundación de escu elas dominicales, qu e


funcionarían en determinadas escu elas fiscales, cuyos locales serían cedidos
con este fin todos los días feriados.

Esas escuelas dominicales, que se pretende fundar, existen desde hace tiempo, lo
mismo que algunas escuelas nocturnas, las que son auxiliadas por las sociedades
de catecismo que funcionan en todas las parroquias. En efecto, cada domingo se
congregan buen número de niñas en sus locales correspondientes y allí reciben
enseñanza religiosa llevada en la forma más sencilla, que resulta también la más
comprensible. Esta enseñanza se asocia á diversas prácticas, que las preparan para
el cumplimiento de todos sus deberes religiosos en la forma prescrita por la iglesia
y estimulando el cumplimiento de este deber con recompensas muy meritorias.

Es indudable qu e todas aquellas señoritas, que actualmente se dedican á esta


acción meritísima, sin interés de ninguna clase, y al contrario, restando buen
número de horas á sus distracciones sociales, tienen un valor inestimable, digno
de todo encomio y que las hace acreedoras á la gratitud nacional.

Estas escuelas funcionan desde hace mucho tiempo, lo mismo que las secciones
correspondientes al catecismo y, sin embargo, no se ha podido alcanzar el fin
deseado, no porque lo que se ha hecho no ha sido bueno, sino porque la influencia
no ha podido ser suficientemente avasalladora.

La principal razón que trastorna é inutiliza el fin perseguido es que esas niñas
reciben la palabra cariñosa, que les lleva alimento saludable á sus espíritus y
queda desvirtuado todo su ejemplo, en seguida, tan luego como son sometidos
otra vez a la influencia de la familia, cuyo ejemplo es altamente desmoralizador,
lo mismo que el de las casas que frecuentan, y sobre todo, con las mil tentaciones
que estas infelices niñas encuentran en la calle, donde son perseguidas sin piedad,
por grandes prejuicios, escuchando palabras, que corrompen muy temprano su
corazón, presentándoles con seductores mirajes, los primeros peldaños del vicio.

Además las hijas del pueblo, es sabido, que eStán acoStumhradas en su casa, á vivir
en una promiscuidad, que las hace penetrarse de�de muy temprano, en todos los
secretos y misterios de la vida, creándoles así, estím�es que no pueden tener las
suficientes energías para vencerlos. Resulta de esta de s.igualdad de situaciones, q
ue

293
L/JS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

las enseñanzas que reciben y los consejos que se les trasmiten, durante las pocas
horas que viven en la Escuela, quedan olvidados tan luego como abandonan ese
medio vivificador, en el que por desgracia no pueden durar mucho tiempo.

Se necesita, pues, una acción más directa y sobre todo inmediata, que tome á cada
una de esas niñas y la domine por una serie de hábitos de trabajo, de higiene, de
moralidad, de orden, etc., etc. Sin estos requisitos, toda labor sería de tan pocos
resultados positivos, que solo en ocasiones excepcionales podría tenerse la suerte
de alcanzar frutos de bendición.

Si la escuela que se pretende fundar para las Golfas, no es de internas, entendido,


que no es necesario una reclusión, con aspecto de cárcel ó de escuela correccional,
no aprovechará en la extensión que se proponen sus iniciadoras. Su tipo debe
ser el de una familia numerosa, con la misma constitución, para que ese sea el
ejemplo que tengan que imitar todas esas niñas, cuando después de algunos años
tengan que alejarse del centro, que las recibió de niñas, y tengan ellas á su vez que
formar su familia y dirigir su modesto hogar.

Además en esa escuela se educarán convenientemente buenas domésticas,


que sabrán cumplir con sus deberes y serán solicitadas de preferencia, para las
familias, más distinguidas, adonde quedarán beneficiadas con el goce de un
sueldo regular que les permitirá aportar esa suma de recursos á su familia, ó
también cuando esto no fuera necesario, la podrían depositar en la Caja de
Ahorros, previo el gasto para satisfacer las necesidades ordinarias de vestido,
calzado, etc. También las familias que las tomen á su servicio, quedarán
beneficiadas haciéndose atender por criadas inteligentes y bien educadas en su
oficio, cosa de la que por ahora se carece en lo absoluto.

No creemos que sea tan difícil, como á primera vista parece, al proporcionarse los
recursos necesarios, para su fundación, si como asegura la Sra. Ledgard se pueden
solicitar auxilios de las principales clases sociales. Estos pueden obtenerse por
medio de funciones públicas, de erogaciones parciales, periódicas ó donativos.

Es necesario pensar, para no desanimarse, que la Auxiliadora de la Infancia, se


formó en condiciones semejantes y que se ha sostenido por un buen número de
años sin necesitar del auxilio del Estado, el que apenas si la ha auxiliado desde
que fundó la Cuna Maternal, que tiene un fin completamente distinto.

294
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Tal vez sino sería difícil el conseguir que el gobierno directamente, ó la


municipalidad, ó la junta departamental, ó la beneficencia ó algún acaudalado,
cedieran un local, que podría adaptarse, para el caso. Ya que con esta base se
podría empezar y tener con ello bastante alcanzado.

Naturalmente que el buen juicio aconseja comenzar con un número limitado,


que sirva de experiencia, para convencerse de lo que podría conseguirse por este
orden. Unas veinte por ejemplo, bastarían al principio. Este pequeño número
apenas si necesitaría un mobiliario limitado, que no sería imposible de adquirir,
con algunos donativos que se podrían conseguir del comercio, procurando que
algunos comerciantes erogaran, en especies, no en dinero. Cada uno daría lo que
en su almacén no le hiciera mucha falta.

En esta escuela se procuraría tener la mayor suma de economías, no gastando sino


en el pago de las empleadas que formarán su personal dirigente y docente, como
sería por ejemplo una directora y unas dos inspectoras, que ayudarían al mismq
tiempo que en la enseñanza intelectual, en la dirección de los trabajos manuales.

La cocina correría por turno determinado á cargo de las mismas niñas y de igual
manera el lavado y compostura de la ropa y todo el aseo y decorado de la casa.

Levantándose á las seis de la mañana ó á las cinco y media en el verano, podrían


dedicar las dos primeras horas al aseo de la casa, aseo personal y preparación
del desayuno. Las tres horas siguientes podrían bastar para la labor intelectual,
distribuyéndolas en este orden, y dejando siempre entre una hora y la siguiente
unos 10 ó 15 minutos, según los casos, para un ligero descanso: de ocho á nueve
se rezarán las oraciones de la mañana, enseguida lectura, prefiriendo las de índole
netamente moral y ejercicios de redacción sobre el mismo tema leído.

De nueve á diez de la mañana ejercicios de cálculo, alternados con lengua castellana.


De diez á once geografía, alternada con historia patria, historia santa, vida de Jesús.

A las once prepararían el almuerzo, que tomarían á las doce, de algo que
ya se hubiera dejado en preparación, y que no costaría mucho trabajo el
confeccionar. Bastaría un solo plato, siempre que fuera un alimento suculento
y que lo bien sazonado lo haría más agradable, además se les serviría pan y
alguna fruta barata de estación.

295
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Después del almuerzo seguiría una hora de descanso, que se podría dedicar á
la jardinería, cuidando las plantas, regándolas cuando el tiempo lo permitiera y
estudiando cada una de ellas, para conocer el tratamiento especial que necesitan
así como también cuáles serían las que podrían prestar servicios más útiles.

Una sección especial de jardinería podría constituir una fuente de recursos


para la escuela, lo mismo que una pequeña chacra donde cultivaran hortalizas,
y demás verduras comúnmente usadas y algunas frutas, todo lo que se podría
vender entre las familias protectoras de la escuela.
'· .
La sección de lavandería tendría sus máquinas correspondientes, para hacer el
trabajo más fácil y más rápido.

Allí se haría el lavado de todas las alumnas y las empleadas y si fuera posible,
recibirían ropa de la calle, la que no sólo se lavaría con toda la garantía
correspondiente, sino que también se repasaría escrupulosamente, todo por un
precio módico, á fin de conseguir la protección de buen número de familias.

También habría una repostería adonde aprenderían la preparación de toda clase


de pastas, dulces, confituras, compotas, jaleas, etc., etc., las que se venderían en
un lugar apropiado.

Lo importante sería la fundación de un gran obrador, adonde se les enseñaría el


corte y la confección de la ropa blanca, bordados y tejidos de toda clase de trabajo
manual. Esto ayudaría á formar un fondo de reserva, tanto para la escuela, que
sacaría el costo del material empleado en la preparación de las obras, y al mismo
tiempo se guardaría w1a parte para que fuera distribuida equitativamente entre
las más aplicadas y laboriosas.

Naturalmente que lo juicioso sería dedicar á cada una á aquello por lo que
demostrara más actitudes, que sería la manera de hacerlas alcanzar cierto
grado de perfección.

Con este sistema empleado sin dilaciones ni repugnancias, no tendrían tiempo


de pensar en lo malo y poco a poco irían olvidando los malos instintos, con que
vinieron al mundo, adquiridos tanto por la herencia como por el medio en que
han desdoblado sus facultades psíquicas y biológicas.

296
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

La tarde la destinarían en parte para el descanso y la preparación de las viandas


que formarían su segunda comida y que tomarían temprano para descansar un
rato entregándose á un recreo honesto y poderse consagrar en la noche á las
prácticas religiosas, y á la lectura, la que debe repetirse todo cuanto sea posible,
hasta llevarla á la perfección.

La obra es de necesidad social tan grande que será muy difícil el que no encuentre
apoyo. Es verdad que los tiempos que atravesamos son muy malos y que todas las
familias se hallan en el caso de poner en práctica la mayor suma de ahorros. Pero
pensemos al mismo tiempo, que si las personas que están colocadas un poquito
más arriba han sufrido y sufren las consecuencias de la crisis actual por la que
atravesamos, es preciso considerar, cómo sufrirá aquella gente infeliz, sin recursos
propios y que no encuentra más camino que el vicio, donde engañosamente
buscan encontrar el término de sus desdichas y cuyo verdadero desenlace no es
otro que la triste y desamparada cama de un hospital.

Emprender esta obra con entusiamo es un deber, no sólo de humanidad sino


también de patriotismo, porque se restan mujeres al vicio y se forma de ellas
buenas madres de familla, las que en su modesta esfera de acción han de
propender al bienestar nacional.

Lima, 18 de mayo de 1915

Elvira García y García

Sobre la escuela para golfas28

Lima, 23 de mayo de 1915

Señorita Elvira García y García

Distinguida amiga:

He tenido el agrado de leer su interesante artículo "Una escuela para Golfas",


publicado en La Prensa del sábado pasado, y veo que estamos de acuerdo en los
28 Alvarado Rivera, María Jesús. En respuesta al artículo "Escuela para golfas", de Elvira García García.
y
En El Comercio. Lima, mayo de 1915.

297
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

puntos principales de la obra de educación y protección á los niños desvalidos,


que ha resuelto fundar "Evolución Femenina", y de la cual la escuela dominical
no es sino la iniciación, como lo consignan las publicaciones hechas al respecto,
debiendo procurarse eficazmente instalarla en local propio, que sea un asilo
permanente, diurno y nocturno, donde los niños desvalidos ó de padres inmorales
encuentren un Hogar, hasta que firmes en la virtud y aptos para el trabajo, puedan
emprender honrada y ventajosamente la lucha por la existencia29 •

No se nos oculta que si la acción diaria de la escuela pública no basta, en


..
• muchos casos, á contrarrestar la perniciosa influencia del hogar y del medio,
es lógico que una escuela solamente dominical, más aún si es del tipo
antiguo, tenga menos eficacia: pero nuestra influencia sobre los educandos
no va a reducirse á las cuatro horas de permanencia en el local, sino que la
extenderemos en forma de protección efectiva hasta los lugares de trabajo en
que se les instale, y solicitaremos de la autoridad respectiva la prohibición de
la venta ambulante, y de que las menores ejerzan una industria si no están
matriculadas en las escuelas dominicales, y no son garantizadas por personas ó
sociedad responsable de su vigilancia y control.

Respecto á la enseñanza técnica, nuestra escuela se aparta por completo del tipo
de las existentes: comulgo en los modernos ideales pedagógicos, y es ya antigua
la campaña que vengo haciendo a la enseñanza exclusivamente intelectualista,
que tan perniciosas consecuencias produce en las niñas proletarias, y también
en las de las clases superiores, al no desarrollar en la mujer las aptitudes para
las funciones domésticas.

"La alumna que al terminar el quinto año ingresa á la lucha por la vida, carece de
aptitudes útiles y de fortaleza moral para conseguir recursos económicos y practicar
1as funciones domésticas, consolidando el bienestar modesto de la familia obrera''.

"Sabe de seguida los caracteres de divisibilidad de los números: está expedita en


la elevación á potencias y extracción de raíces; construye ángulos curvilíneos,
rectos, agudos, obtusos, complementarios, etc.; es erudita en geografía de
Asia y África; conoce las palabras regentes y regidas; sabe transformar una
oración de activa en pasiva y viceversa; define las :figuras de dicción desde la

29 "Salvemos á las Golfas". En El Comercio, 19 de ahril de 1915, edición de la mañana.

298
ANTOLOGÍA DÉ TEXTOS

sinalefa hasta la paradoja: sus aptitudes para la composición sobresalen en


el género epistola r amoroso, redactando cartas incendiarias, verdaderas joyas
de la literatura erótica; pero es completamente inepta para confeccionarse un
vestido, para mantener su modesta casa aseada y en orden, para preparar con
economía, gusto y limpieza una comida sana y nutri tiva, pa ra criar á los niños
segú n los preceptos higiénicos, evitándoles deformidades, do lencias y la muer te,
que tantas vidas siega en la inf ancia, alcanzando un pavoroso porcentaje que
impide el crecimiento de nuestra exigua población: es potente para detener a
las jóvenes de su medio en la pendiente del vicio, atrayéndola, cautivándolas
en los lazos del amor, cautivándolas con las ventajas y comodidades de un
hogar estable y bien regido, haciéndoles comprender la superioridad de la vida
apacible y metódica de familia, sobre la inquieta y licenciosa de la del hombre
sin hogar legítimo".

"Y su impotencia en la constitución de la familia se refleja en el medio social, no


ejerciendo en él ninguna influencia moralizadora, como es la misión de la mujer.
Por el contrario, infatuada en su vano saber teórico, iniciada en las vanidades de
la sociedad escolar, reniega de su medio, menosprecia al pariente, al amigo de la
infancia y prefiere las relaciones ilícitas de hombres de mejor condición social, en
cambio del ocio y del regalo, á la honrada unión con un humilde obrero. Invierte
pues, su misión social, desmoral iza en lugar de moralizar.

Suprímase lo excesivo, lo inútil, lo superfluo; implántese la enseñanza de la


economía doméstica, y en lugar de formar de las hijas del proletario pseudos
señoritas, presuntuosas, ineptas en la práctica de la vida, melindrosas y
descontentas de su medio, ó bien profesoras incompetentes, un concepto de la
nobilísima, trascendental misión del maestro, formemos un hermoso tipo de la
mujer del pueblo; modesta, honrada, trabajadora, apta, limpia, buena esposa y
buena madre, y habremos cimentado así sobre sólidas ó inconmovibles bases el
hoy desquiciado hogar del obrero peruano"30•

Siendo estos los ideales de la suscrita y los que orientan la obra de "Evolución
Femenina'', no caeremos, pues, en el intelectualismo que con tanta razón
condena usted. Y de esto es garantía nuestro programa; eh el que predominan las
labores domésticas' de mano é industriales, la higiene, Y, en suma, la preparación
1912, edición de lá tarde.
30"El .t'
,;¡an de ms · · ". En El Comercio 12 deJ'unio de
.,_ pnmana
· trucc10n

299
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, J870-1930

adecuada de la mujer modesta, para que sepa ganar honradamente su vída y ser
buena madre de familia.

Vamos á iniciar nuestra labor sólo con la escuela dominical y con la reglamentación
y protección al trabajo de las menores, porque es el medio más inmediato y
factible que se nos presenta, al no contar con los grandes recursos que demanda la
instalación de un asilo permanente, finalidad que nos esforzaremos por alcanzar
al mismo tiempo que trabajamos en la obra, sin que sea en la forma indicada.

El axioma político: "No se hace lo que se quiere, sino lo que se puede dentro del
momento en que se vive"; es aplicable á toda obra social.

Lo importante entre nosotros es hacer, somos fecundos y dinámicos en ideas;


pero inertes en la acción, y queremos reaccionar contra este gran defecto, que
nos reprochan connacionales y extranjeros, yendo á la obra con la colaboración
de las personas abnegadas, que enseñan gratuitamente en la escuela, ó den un
óbolo por los gastos de material para los trabajos manuales, lunch y obsequios
útiles que se haga a las niñas.

Usted conoce ya, estimada amiga, mi robusto optimismo y obsesión en el ideal,


que me dan la fe ardiente de que llegaremos en breve tiempo á la finalidad
anhelada, con la cooperación eficaz de la sociedad, que responde ya á nuestro
llamamiento cumpliendo un deber, "no sólo de humanidad, como dice usted en
su artículo, sino también de patriotismo, porque se restan mujeres al vicio y se
forma de ellas buenas madres de familia, las que en su modesta esfera de acción
han de propender el bienestar nacional".

De usted, afectuosamente, atenta amiga y segura servidora.

María Jesús Alvarado Rivera

300
MARÍA JESÚS ALVARADO
(Chincha, 1878 - Lima, 1971)

Fuente: Del olvido a la memoria. Mujeres peruanas 1860-1930.


Historia gráfica. Lima: Movimiento Manuela Ramos, 2003.

301
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 21

El feminismo, 191131

Conferencia leída en la "Sociedad Geográfica"


por la señorita María Jesús Alvarado Rivera

Señores, señoras:

Debo ante todo, rendir público homenaje de agradecimiento a los distinguidos


miembros del directorio de la "Sociedad Geográfica", que bondadosamente
han patrocinado nuestra actuación, permitiéndome así el alto honor de
dirigiros la palabra desde esta tribuna, ocupada siempre por los más eminentes
intelectuales del país.

Mas hoy, no oiréis arrobados el verbo elocuente de esos pensadores, sino solo la
dicción modesta de una persona, que no tiene más mérito que interesarse vivamente
por la cultura nacional, y de manera muy especial, por la educación femenina.

Interés intenso y dominante, que me lleva hasta tomarme la libertad de ofreceros


este estudio sobre "El feminismo", porque él incluye el interesantísimo problema
de la educación vasta y perfectiva para la mujer, ideal férvido de mi vida, y
orientación de mi humilde labor intelectual.

Restringido el espacio de una conferencia, para estudiar profundamente una de


las más importantes cuestiones sociológicas de nuestros días, me concreto a una
ligera ojeada histórica, y a exponer en síntesis los conceptos que he elaborado
a la luz de las brillantes controversias, que eximios talentos han sostenido al
respecto, y de las detenidas observaciones personales del medio psicológico y
económico de la mujer peruana.

Pero no abrigo la pretensión de ofreceros nada nuevo, ni cómo podría hacerlo


tampoco, cuando se trata de la condición de la mujer, de los hechos reales del

31 Alvarado Rivera, Mar ía Jesús. C nferencia leída en la "Sociedad Geográfica", el 28 de octub


o re de 1911.

303
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

feminismo de los principios que lo fundamentan, de las características de nuestro


medio social, que no escapan a la más somera observación, de la necesidad de
reformar la educación femenina, que toda persona culta reconoce.

En resumen, el objetivo único de mi conferencia es plantear, en la intelectualidad


nacional, el trascendental problema del feminismo, para que personas más
competentes y autorizadas que la que habla, lo estudien con la amplitud que
merece, prestigiando así e impulsando triunfalmente, la noble y justa causa de la
mujer, que es la causa del progreso de la humanidad.

Confiando en la benevolencia del ilustrado auditorio, paso entonces a dar


lectura a mi trabajo.

El feminismo

En todo el mundo civilizado, lo mismo en la secular Europa que en la joven


América, y que en el regenerado Japón, el movimiento feminista se desarrolla
con fuerza incontrastable; mas no con la fuerza horrísona, destructora,
inconsciente del terremoto que derrumba en espantoso cataclismo los
pueblos, sino con la fuerza silenciosa de las radiaciones solares, que atraviesan
prepotentes los espacios siderales, para inundar y fecundar la Tierra: dándole
la luz, el calor, la vida misma.

Hasta la civilización china, que ha permanecido por tantos siglos estacionada,


petrificada, por decirlo así, ha sido conmovida por las corrientes universales del
feminismo, yva modificando la triste condición en que desde tiempos remotísimos
gemía la infeliz mujer.

Pero antes de estudiar detenidamente el feminismo en sus principios y en su


avance real, dirijamos una rápida mirada retrospectiva a la condición de la
mujer a través de las edades, para ver cómo su evolución se viene preparando
lentamente, como resultante natural del incesante progreso de la humanidad.

En las edades primitivas cuando aún la civilización no había creado un orden


artificial de cosas, la mujer y el hombre eran iguales; así refiere Herodoto,
Diodoro de Sicilia y Strabon, que la mujer gozaba de completa independencia,
de libertad de acción; con las mismas fuerzas físicas que el varón, concurría

304
4NTOLOGÍA DE TEXTOS

con él a la caza y a la guerra, conducía las piraguas, tenía sitio y voz en los
consejos que acordaban lo conveniente a la tribu: tal sucedía entre los Galos
y los Germanos, y aún en nuestros días se mantiene el mismo régimen en las
islas Tongo, de las Marianas; de Adaman, en las tribus de los Seris del golfo de
California; los Navaho, algunos Esquimales, y otros más.

Pero desde que se inició la civilización instituyendo la familia, vemos que la muj�r
queda subyugada al hombre, relegada a segundo o tercero y hasta último lugar;
y aún más, convertida en cosa, en artículo de venta, en servil esclava, sin ningún
derecho, sin intervención en la administración pública, con la exclusiva misión de
reproducir la especie, y obedecer siempre, sin protestar jamás, a su "amo y señor".

En Egipto y en la India, sólo las jóvenes consagradas al templo reciben una


educación relativa a este servicio, permaneciendo el resto sumido en la más
completa ignorancia, abandonado a la vida vegetativa del irracional.

En Judea, sufre la tiranía del patriarcado y el bárbaro régimen de la poligamia:


de la esclavitud del padre pasa a la del esposo, se mantiene su inteligencia en la
obscuridad, y solo se le ejercita en los quehaceres domésticos.

La progresista Atenas la confina al gineceo; la excluye de la brillante cultura


alcanzada; no le da más enseñanza que la del canto y la danza; no desenvuelve
en ella más que virtudes negativas.

No puede menos de llamar la atención que mientras que a la mujer legítima se le


quita la libertad, se le encarcela, se le condena a eterna inercia mental, a las het�ras
se les dejaba en plena independencia, exoneradas de todo deber doméstico, con
libertad para instruirse; esta clase especial de mujeres adquiría una elevada cultura
literaria, las sutilezas del espíritu y el arte de la retórica que tanto gustaba a los
atenienses, equiparándose al hombre intelectualmente, y ofreciéndole en el trato
social las voluptuosidades de la inteligencia, relata Demóstenes.

Esparta, nación esencialmente militar, desdeñando el cultivo de la inteligencia


como adorno superfluo, aún en el hombre mismo, no se preocupaba más que
de desarrollar las fuerzas físicas y el valor de la mujer, para formar a la madre
robusta y valerosa, que generase soldados fuertes e intrépidos 1 Y para conseguir
este ideal, el Estado la sometió a la misma educación física que al hombre,

305
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

ejercitándqla en el salto, en la lucha, en la carrera, en lanzar el disco y el venablo,


mientras qµe en el hogar recibía la educación espontánea, que le enseñaba la
sumisión al esposo y el servicio doméstico.

Roma fue el único pueblo de occidente que en la antigüedad dignificó a la mujer,


llenándola de consideración en el hogar, aunque siempre bajo la más rigurosa
subordinación. El nombre de "matrona" era muy respetable, y ha llegado hasta
nuestros días como sinónimo de virtud y honor.
..

En América, en Méjico y e11- Tahuantinsuyo, también la mujer fue oprimida con
el doble yugo de la servidumbre y la ignorancia.

Parece que tácitamente los hombres de todos los pueblos hubiesen acordado
en Sl! soberbio egoísmo oprimir cruelmente a la mujer, negándole los bienes
sublimes de la libertad y de la ciencia.

En la edad medioeval, aunque el advenimiento de las nuevas doctrinas levantó, en


teoría, a la mujer de la condición de esclava a la de compañera del hombre, no se
modificaron las leyes, ni las costumbres, ni el concepto de inferioridad en que se
la tenía, y la infeliz mujer siguió el calvario de su secular cautiverio, más depresivo
¡i.ún, porque se le señalaba como el origen del mal, como el instrumentum diaboli,
o como instrum(!ntum calamitatis, y como fuente de impureza, habiéndose llegado
¡1 deprimida hasta el extremo de dudar que tuviera alma y que perteneciese en

verdad al género humano, según se expuso y se discutió en el concilio de Macon,


como refiere Gregorio de Tours.

lmponíasele para contrarrestar sus malas tendencias un severo ascetismo y


constante maceración, a la vez que continuó sometida a la autoridad del jefe de
la familia, que reglaba su vida, y determinaba su matrimonio, sin consultar sus
deseos, gustos, ni sentimientos.

Por lo anotado y conociendo que la característica de los primeros siglos de


la edad medioeval, fue el desprecio del cuerpo y de todas las cosas terrestres,
inclusive la educación intelectual, para hacerse acreedores a la felicidad eterna,
se comprende que el pensamiento de la mujer quedó sumergido en la negra
noche de la ignorancia, que en aquel ciclo de espantosa retrogradación envolvió
el mundo occidental.

306
ANTOLOGÍA ])E TEXTO�

M,as nq qpstante los prejuicips que la escolástifa acumwa contra la mujer, el


espíritu rorp.ántico y caballeresco del guerrero feudal, la �leva a un¡i altura sin
precedente en la antigua civilización, rindiéndole un férvido culto amoroso que
lo arrastró a deponer su soberbio orgullo, su valor indomable, y su inflexible
lealtad, ante su p¡qna, tomaµ�o por divisa el color favorito de esta, y lµciéndolo
en los tqrneqs, cual prodigioso amuleto, que le darfa el triunfo. También el
derecho feudal le concedió la herencia de los títulos señoriales, de las posesiones
y del dominio de ellas. Y :finalmente, la misma teología que al principio dudó
que tuviese alma, la encumbró a la santidad y enalteció al sexo todo, asociándola
a la obra de la Redención: una mujer, la Madre del mártir Nazareno.

A pesar, pues, de las prevenciones, de los prejuicios, del mal ambiente, se


inició una evolución favorable a la mujer: la "�astellana" alcanzó gran dignidad,
prestigio e influencia en la vida de familia y en todo el feudo; y cuando su
esposo rp.archaba a la guerra, ella ejercía acertadamente el dominio y dirigía la
defensa del castillo, si algún enemigo excitado por esos odios de raza, que han
ensangrentado las páginas de la historia de esa época, lo atacaba aprovechando
la ausencia del señor feµdal.

Entonces, por su influencia cada vez más preponderante, por i¡u m1s1qn
de madre, se pensó al :fip. en cultivar su inteligencia, y se establecieron
congregaciones religiosas para dar a las jóvenes una educación sistemática.
Las Ursulinas fundadas en 1537; la asociación de Angélicas; la orden de
Santa Isabel, fueron l¡is principales.

El programa se reducía a la enseñanza del catecismo, de las virtudes cristianas,


de la lectura y la escritura. Y para tan deficiente instrucción se le sometía a la más
severa disciplin,a. Fenelón, el Arzobispo de Cambrai, habla c9n suma tristeza
de "la caverna de las profundas tinieblas en que se tenía encerrada y como
sepultada la juventud de las mujeres", donde se les obligaba a que guardas�n
silencio o hablaseµ en voz muy baja; a que caminas�µ sieJ11pr� entre cios
religiosas, "para impedir que retardando el paso con cualquier prete�o, puedan
tener comunicación entre ellas"; a que trabajen de modo que nunca estén dos
o tres juntas; a que se ocupen de preferencia en lo que les disguste, pues así
agradarán más a Dios¡ a que se combatan las inclinaciones naturales, los más
santos sentimientos del corazón, como es el de la amistad; a que se contrariase,

307
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

en fin, en todo a la naturaleza, se le sometiese a mortificaciones, y se despreciase


el cuerpo, hasta el extremo de descuidar el aseo.

No obstante tan inacabables siglos de esclavitud, de forzada ignorancia, de


completa inercia mental, no se ha extinguido la fulgente llama de la ingénita
inteligencia de la mujer, ni enervado su enérgica voluntad: ambas dignificantes
cualidades han permanecido latentes en su hierático espíritu1 haciéndose visibles
innúmeras veces, cual magníficos meteoros esplendentes en las tenebrosidades
de la horrorosa noche de su cruel cautiverio; como un enérgico µientís a sus
detractores; como un grito de protesta contra sus opresores; como la prueba
más evidente de que por el corazón que siente, por el carácter que actúa, y por la
inteligencia que dirige, está al mismo nivel elevado que el hombre, y que no hay
razón lógica para que éste ejerza sobre ella preeminencia alguna.

Así Judit libró a su patria de caer bajo el yugo asirio; Semíramis tomó
valerosamente la ciudad de Bactres, cuando ya el rey Mino con su J11Hlón de
guerreros �esesperaba rendirla, embellece con obras portentosas a Babilonia,
y engrandece el Imperio asirio; Safo arranca a la poesía sus más sublimes
estrofas, conquistando la inmortalidad; Leena toma parte en la conspiración
de Harmodio, y llevada al tormento se corta la lengua con los dientes, para
que el dolor no vaya a arrancarle confesión alguna; Aspasia contribuye al
florecimiento de las artes griegas; las espartanas personifican el más heroico
patriotismo, e inspirando a sus hijos y a sus esposos, y por la patria inmolan
hasta el sublime sentimiento de la maternidad; así las vemos consentir sin
protesta, en que sean arrojados al ;ibismo los hijos débiles y deformes que
no habían de servir a la patria; vemos a las madres de los muertos en la
batalla de Leuctres, perdida por Esparta, acudir con semblante alegre a dar
gracias a los dioses, mientras que las de los sobrevivientes demostraban el
mayor pesar; una madre, viendo a su hijo huir de un combate, le mata con
su propia mano, diciéndole: "El Eurotas no corre para los ciervos"; a otra
madre le anuncian que han p�recido en el combate sus cinco hijos. "No es
eso lo que pregunto -contesta ella- sino: si es de Esparta la victoria. ¿Sí?
Pues entonces rindamos gracias a los dioses". Pa'Qsanias traiciona a su patria,
se refugia en el templo de Palas huyendo de la muerte a que es sentenci�do,
y su propia madre carga la primera piedra, para que sea tapiada la puerta, y
muera de hambre el traidor.

308
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Mandricila, llena de valerosa altivez, dice a Pirro, el enemigo que combatía a


Esparta: "Si eres un dios no debemos temerte, porque no te hemos ofendido; si
eres un hombre, aquí hallarás quienes lo son más que tú".

Y, finalmente, habiendo ordenado a las mujeres que se retirasen durante un


asedio que sufría la ciudad, todas se niegan; y Arquilamia, en representación
de sus compañeras, dice a los Eforos: "Romped ese decreto injusto; nos
deshonráis creyéndonos asaz cobardes para sobrevivir a la patria; queremos
vencer o morir con vosotros" .
. . En Roma, Lucrecia se da la muerte porque en su altiva dignidad no puede
sobrevivir al vil ultraje recibido; Cornelia forma de los Gracos, sus hijos,
verdaderos ciudadanos patriotas y amantes del pueblo; Porcia intenta suicidarse
al ver que su esposo no la cree digna de poseer el secreto que le preocupaba, y
lo secunda después con grande entereza, en el atrevido proyecto de dar muerte
a César para libertar la república de la tiranía; en Alejandría, Nipatía domina
las ciencias y obtiene una cátedra en la Universidad, no obstante los prejuicios
existentes contra su sexo. Estos hechos eminentes que nos trasmite la historia
de la remota antigüedad, y otros que silencio porque no caben en los estrechos
límites de una conferencia, prueban de manera incontrovertible la capacidad de
la mujer para las múltiples funciones de la actividad humana.

En el negro ignorantismo de la edad medioeval, y en la época de la moderna,


también surgieron por sus eximias dotes y propios esfuerzos, Roswitha, doña
Beatriz de Galindo, Santa Teresa de Jesús, doña Juliana Morell, doctora en
derecho civil y canónico a los catorce años de edad, y eminente políglota que
escribía correctamente en catorce idiomas; madama de Sevigné; Místress
Barbauld; la doctora de Alcalá, graduada por gracia especial en Filosofía y
Letras a los diecisiete años; Laura Bassi; María Cayetana Agnesi, que ocupó
una cátedra de Matemáticas en Bolonia por autorización de Benito XIV;
Madama N ecker; Carolina Herschel, y ya en nuestros días Madama Cuvier;
y muchas otras que forman una fúlgida pléyade de culminantes talentos
femeninos, que abrieron a la mujer el encantador vergel de la literatura, y el
maravilloso arcano de las ciencias.

También la historia nos muestra eminencias femeniles en el difícil ejercicio de


la administración pública: doña María de Molina la Grande, defendiendo la

309
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

corona de su hijo y nieto sucesivamente, de las temibles ambiciones e insidias


de sus poderosos parientes, y actuando en la regencia del reino en dos largos
períodos con talento y prudencia; Isabel La Católica, dirigiendo personalmente
a sus ejércitos para consumar la reconquista de España, y protegiendo a Colón,
no obstante la oposición de su esposo, y la premiosidad del tesoro, en la grandiosa
empresa que le llevó a un Nuevo Mundo; Catalina I y Catalina II de Rusia,
continuando eficientemente la obra de civilización y engrandecimiento nacional
comenzada por Pedro el Grande, son fehacientes ejemplos de la aptitud de la
mujer para las funciones públicas.

Según la costumbre y la opinión general, nada más impropio para la mujer


que la estrategia militar, y sin embargo, en los anales históricos encontramos
mil casos de mujeres que han tomado valerosamente parte en los combates, en
la defensa de las ciudades, y en la dirección del plan de campaña, superando
las aptitudes varoniles: así vemos a Juana de Arco inflamada de patriotismo
atacar, al frente del ejército francés, al enemigo1 y derrotarlo, libertando a su
patria de la humillante y desastrosa invasión inglesa, que no pudieron rechazar
veteranos capitanes; a María Pita, que en el sitio de la Coruña, estando ya
la victoria por el enemigo y la guarnición dispuesta a capitular, arrancó la
espada a un soldado, y exclamando: "El que tenga honor que me siga" acometió
con tan pujante valor, que los demás sugestionados la imitaron, cambiándose
al poco rato la derrota en triunfo. Felipe II premió tan sublime heroísmo,
dándole el grado y sueldo de alférez y Felipe III perpetuó en sus descendientes
renta y título; también vemos a las mujeres holandesas tomar parte activa en
la defensa de la ciudad de Harlem, sitiada por los españoles y obligar a éstos
a retirarse cuando pretendieron introducirse por una brecha que abrieron
con su artillería; en el asalto de los mismos a la ciudad Allkmaar, igualmente
pelearon al lado de los hombres e influyeron en el triunfo alcanzado; durante
la expedición de los españoles a Oriente, la plaza de Gallipoli quedó solo
guarnecida por las mujeres de los almogávares.

Entre nosotros no ha faltado tampoco el tipo de la mujer valerosa: célebres


son las arequipeñas por su carácter resuelto; y doña Francisca de Gamarra,
que vestida de coronel a la cabeza del ejército sofocó una sedición popular
promovida contra el gobierno de su esposo, es una interesante heroína, digna
de ser inmortalizada en la literatura histórica.

310
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

En lá guerra separatista de los Estados Unidos, Miss Anna Ella Carroll fue
la verdadera directora de la campaña, pues mandando memórias y planos al
Ministerio de la Guerra, consiguió que se desechase el erróneo plan concertado
por los más competentes generales que iba a conducir al desastre, y que se
siguiese el suyo, que dio magníficos resultados.

Y en la América del Sur, ¡cuántas heroínas no hemos tenido en la Guerra de la


Independencia, que trabajaron eficazmente por la libertad, y hasta rindieron la
vida por la patria, como nuestra compatriota María Andrea Bellido!

Mas la brillante actuación de estas personalidades ha sido excepcional, hechos


aislados que excitaron un momento la admiración de la humanidad, pero que no
mejoraron la condición de la mujer, que permaneció siempre sumida en atónica
ignorancia y degradante esclavitud.

Pero en homenaje a la verdad histórica, y en honor del sexo masculino, debo


dejar constancia de que en todas la épocas la mujer ha tenido entusiastas
defensores; espíritus superiores que han reconocido y proclamado sus
méritos y derechos: Platón la declara igual al hombre, digna y capaz de
ejercer todas las funciones humanas; Plutarco preconiza que se le instruya en
las ciencias más elevadas, para que desempeñe eficientemente su misión de
madre educadora; y Séneca sostiene que de la educación de la mujer depende
la salvación o la pérdida del Estado.

En el Renacimiento los sabios humanistas Vives y Erasmo combatieron los


prejuicios con respecto a la educación de la mujer, reivindicando sus derechos
a la vida intelectual; en el siglo XVII el arzobispo Fenelón, y en el siglo XVIII
el abate de Saint Pierre, encarecen la necesidad de la elevada cultura femenina,
pidiendo el último que se establezcan colegios nacionales de primera enseñanza,
y cursos públicos. Más tarde Condorcet y Stuart Mill condenan la preeminencia
del varón, y abogan por la igualdad de los sexos, y Víctor Hugo exclama con
profundo talento clarividente: "El siglo XVIII ha proclamado el derecho del
hombre, el siglo XIX proclamará el derecho de la mujer".

Estos nobilísimos ideales, aislados y ocultos tanto tiempo como estrellas


solitarias tras tenebroso cielo, han consegu ido por fin irradiar su luz pura en
las negruras del egoísmo y la ignorancia, iluminando la mentalidad de una

311
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

buena parte de la sociedad moderna, y la mujer misma, al fin, consciente de su


capacidad, alentada por sus legítimos derechos, susceptible al progreso universal,
herida en su dignidad, recobrando la noble altivez y energía del ser humano,
ha roto las puertas de su lóbrega prisión, ha transpuesto los mezquinos límites
de la vida vegetativa, ha protestado de la inferioridad y de la inercia mental a
que la condena el ansia de predominio del varón, emprendiendo una intrépida
campaña por la conquista de sus conculcados derechos.

..

Y he aquí planteada ya una de las más importantes cuestiones sociológicas de
nuestros días: Elfeminismo, que paso a analizar siquiera sea sinópticamente.

El principio fundamental del Feminismo es la igualdad de la potencialidad


mental y de la habilidad para el trabajo del hombre y la mujer, igualdad como ya
lo hemos visto, probada irrefutablemente por la historia, y hasta por la somera
observación de la vida diaria, por cuya identidad de personalidades, es de
absoluta justicia que sean iguales ante la ley, libertándose la mujer de la forzosa
y muchas veces tiránica y cruel tutela del hombre, que ningún derecho tiene a
ejercer supremacía en la pareja humana.

Las reformas que fundado en este principio exige el feminismo son en síntesis
las siguientes: 1 ª, dar mayor amplitud y facilidades a la educación de la mujer,
desarrollando su intelecto y aptitudes de igual manera que en el hombre; 2ª,
darle acceso a los empleos públicos y profesionales liberales, para que pueda
subsistir por sus propios esfuerzos, mejorando su condición económica y social;
3", que se le conceda los mismos derechos civiles que al varón, libertando a la
mujer casada de la dependencia del esposo, a que la ley la somete, privándola
de los derechos de que goza de soltera; y 4ª, que se le otorguen los derechos
políticos para poder intervenir directamente en los destinos nacionales, como
miembro inteligente y apto que es del Estado.

Sistemática y rudamente combaten los antagonistas del Feminismo estas reformas.

La fisiología prueba, dice el profesor Bischo:ff, la inferioridad intelectual de la


mujer, porque su cerebro es menos voluminoso que el del hombre. Perdone el
profesor de Munich y todos los que esgrimen esta arma: no es exacto que la
inteligencia dependa de la mayoría de células cerebrales, sino de las asociaciones
que se establezca entre ellas; así los cerebros del gran tribuno Gambetta y del

312
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

inmortal Byron, debieron su potencia psíquica, no a la abundancia de células,


pues fueron pequeños, sino a un sistema complicadísimo de asociaciones
protoplasmático nerviosas; habiendo en cambio muchos cerebros voluminosos
de completa imbecilidad, porque son imperfectas sus conexiones celulares.

Se cita respecto a este asunto un caso muy curioso. Un sabio ruso pretendía
probar la inferioridad mental de la mujer por la pequeñez de su cerebro; murió
el sabio, y al hacerle la autopsia, se descubrió que tenía un cerebro más pequeño
que el de la generalidad de las mujeres (Novicow).

Fundada en esta teoría de las asociaciones, que hoy impera en el mundo


científico, es que la educación moderna establece como finalidad de la obra
educativa, crear el mayor número de asociaciones posibles en el sistema nervioso
y en los centros corticales.

Además la herencia fisiológica y psicológica de los progenitores es una verdad


inconcusa; el hombre lo mismo que la mujer, descienden del hombre y de la mujer,
y ¿por qué distinguida prerrogativa, las disposiciones mentales para las funciones de
la inteligencia, las había el padre de transmitir sólo al hijo varón y no a la hija mujer?

Sería una obsesión absurda sostener tal privilegio.

También se aduce: una prueba de la inferioridad mental de la mujer es que por


más que se haya distinguido no ha llegado a las cumbres del genio produciendo
un Aristóteles, un Descartes, un Newton, un Leibnitz; es verdad que la mujer
no se ha equiparado a estos sabios; mas no olvidemos que el medio social es
uno de los más enérgicos agentes de la evolución, y que mientras el hombre
ha sido libre, colmado de honores, favorecido ampliamente, y hasta excitado
al desenvolvimiento psíquico, la mujer ha sido esclavizada, oprimida, se le ha
mantenido en la ignorancia; en justicia, pues, lejos de emplear contra ella el
argumento de que no ha producido genios, debe admirarse, tanto más que a éstos,
a los talentos femeniles, que han brotado espontáneos, surgiendo con impulso
incontrastable en un medio adverso, porque han necesitado más esfuerzos, más
perseverancia para lograr el triunfo de su mérito.

"Todos los descubridores de verdades, todos los que han inventado algo útil,
dice Tarde, han sido en la antigüedad hombres libres, los esclavos no inventaban

313
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

nada". Ahora bien, como los esclavos eran exactamente de la misma raza de
sus amos, reducidos a su dominio sólo por la fuerza bruta, lógica deducción es
que la facultad inventiva de los ciudadanos libres, provenía de las ventajas de su
situación, no de la superioridad de la especie, pues pertenecían a idéntica especie.
El divino Platón sufrió el infortunio de caer esclavo (Novicow).

En idénticas circunstancias se ha encontrado la mujer: siendo de la misma especie


que el hombre, su potencialidad mental es también igual; pero no ha podido

..

manifestarse por las desventajas de su situación, así como no se habría desarrollado
y exteriorizado la virtualidad mental de los Aristóteles, los Descartes, los Newton,
los Leibnitz, si desde niños se les hubiese recluido en el hogar, negándoles
toda instrucción, sometiéndolos al más absoluto despotismo, prohibiéndoles
toda iniciativa personal, cerrándoles el camino con la infranqueable valla de los
prejuicios sociales, la rutina, las costumbres y las leyes.

Vencidos en el terreno psicofísico, sin base científica para su argumentación, los


antifeministas se aferran a este otro argumento: "Suponiendo que la mujer sea
en cuanto a la capacidad intelectual igual al hombre, la función de la maternidad
que le asigna la naturaleza, la imposibilita para las absorbentes profesiones
liberales, para el ejercicio de los derechos políticos, para el desempeño de los
cargos públicos. Su puesto, por ley natural, está en el hogar".

En primer lugar en el alto grado de evolución a que ha llegado la sociedad,


no es moral enseñar a la mujer a la indolencia, a que tenga por único objetivo
de la vida encontrar un esposo que la sostenga. La lucha por la existencia, o,
en otros términos, el trabajo, es la ley universal, y lo moral es que la mujer se
someta a él lo mismo que el hombre, que aporte a la colectividad el contingente
de sus energías, ejerciendo eficazmente sus aptitudes, según sus particulares
inclinaciones y posición social.

Bajo otro punto de vista: admitiendo que la principal misión de la mujer sea la de
maternidad, estará bien la que encuentre un esposo amante, honrado y apto, que
sepa administrar los bienes matrimoniales, si los hay, o ejercer un trabajo para
proporcionar la subsistencia a la familia; pero la que se casa con un libertino que
malversa la fortuna, con un inepto incapaz de aportar, el más mínimo recurso,
como pasa en muchos casos, ¿qué hará no teniendo ella tampoco aptitud, ni
facilidades, para dedicarse a un trabajo fructuoso?

314
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Solo dos caminos tiene la mujer en tan premiosas circunstancias: los ímprobos
trabajos manuales que no libran de la miseria con su pavoroso cortejo de martirios
y humillaciones, o el deshonor a cambio de un aleatorio bienestar.

Y el inmenso número de solteras que por propia voluntad, o por mil causas
que no precisa analizar, no encuentran el amparo del matrimonio (cuando sea
amparo y no desastre), ¿qué porvenir encuentran?

Si tienen fortuna, quedan expuestas por su incapacidad e ignorancia, a perderla


en manos de desleales apoderados, reduciéndose a la más completa y espantosa
indigencia, como ha sucedido a muchas desgraciadas de ilustre alcurnia que
conocemos personalmente; mientras que la desheredada de la fortuna no tiene
más recurso que el mezquino y depresivo amparo de los parientes que le imponen
eterna tutela, y la ya mencionada labor de mano mal remunerada, que no alcanza
a satisfacer las más premiosas necesidades de la vida.

Es indiscutible que la mujer tiene derecho a la vida, a obtener en ella las


mayores ventajas posibles, luego, pues, es deber sagrado del Estado ponerla en
condiciones de obtener estas ventajas, en la medida de sus aptitudes, y como el
orden económico se relaciona íntimamente con el civil y político, la mujer tiene
opción a gozar de la plenitud de los derechos, con que las leyes garantizan el
bienestar de la persona humana en el mundo civilizado.

Y contemplando el asunto exclusivamente por el aspecto de la maternidad, de


la sagrada misión de la madre de formar el corazón y el carácter del hijo, fluye
la necesidad de que la mujer sea vastamente instruida, apta y de que goce sin
limitación de los derechos y cumpla los deberes que éstos implican, para que
con la fuerza prepotente del ejemplo forme la personalidad del ciudadano, en la
integridad de las complejas funciones humanas.

Obstinados en su oposición los antifeministas argumentan aún: en toda asociación


por pequeña que sea, como el matrimonio, es necesario una autoridad para que
haya orden; si se dispensa a la mujer de la subordinación al marido, vendrá la
anarquía, el caos, la disolución de la familia. No será así, pues la naturaleza con
sus sabias leyes evitará esta catástrofe estableciendo la subordinación natural;
el cerebro de mayor potencia psíquica, sea intelectual o afectiva dominará al
más débil esté en la cabeza del hombre o en la de la mujer; así si esta posee la

315
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

superioridad, será la que rija la sociedad matrimonial como pasa en el día, y desde
época remota no obstante el mandato de la ley, y -dice con noble hidalguía
Novicow-, ¿por qué esa hipocresía ridícula, ese vano orgullo y ese terror pueril
de la realidad, por qué no reconocer de derecho lo que de hecho existe?

Además, todos conocemos innúmeras familias en que no hay hombre que


domine, ni autoridad alguna imperativa; en que sólo el amor, la solidaridad y
los acuerdos racionales, mantienen inalterable el orden y la felicidad domésticas.

También argumentan que el trabajo intelectual de las funciones políticas,


esterilizan a la mujer y le impiden el cumplimiento de los deberes de familia:
María Teresa de Austria, esa inteligente y enérgica soberana que luchó contra la
coalición de poderosos estados, salvando a su patria de la desmembración, por lo
cual mereció que su adversario Federico II dijese de ella: "que era una mujer que
hacía honor a su sexo y a su trono, y que llevó a cabo designios dignos de un gran
hombre", no obstante su intensísima labor intelectual, excedió en fecundidad
a la mujer obscura, sin ocupación liberal, dando a luz dieciséis hijos; la reina
Victoria que no sólo supo sostener en un larguísimo reinado la preponderancia
de su patria, sino que incrementó aún más su poder, fue amantísima madre; doña
Concepción Arenal, ese gran talento filosófico jurídico de que se enorgullece
España, que tan extensa labor hizo, desempeñando también importantes puestos
en la magistratura, fue igualmente tierna y solícita esposa y madre; lo mismo que
la condesa de Pardo Bazán, cuya superioridad en literatura es ya indiscutible.

Y si de lo particular pasamos a lo general, vemos que en los Estados Unidos,


donde tan alto desarrollo ha alcanzado la cultura femenina, donde la mujer
ejerce ampliamente las profesiones liberales, y conquista a pasos agigantados
la independencia personal y los derechos políticos, la población ha aumentado
veinte veces en un siglo mientras que en la China, reinando desde época
inmemorial, el ideal antifeminista de que la mujer sea, exclusivamente de la casa,
la población sólo se ha hecho mayor diez veces en diez siglos, lo que disipa por
completo el temor de que la vida intelectual femenina sea causa de despoblación.

Otra faz del problema: todos los hombres aun los más recalcitrantes antagonistas
de la emancipación de la mujer, le conceden superioridad en el sentimiento;
pues bien, el patriotismo es sentimiento y desde luego, la mujer debe sentirlo
con mayor intensidad que el hombre, y así es en efecto: lo prueba la historia

316
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

de la antigüedad, las heroicidades femeniles de Esparta) de Numancia y de


Cartago; lo prueban los hechos de la edad rnedioeval; los de la época moderna
y contemporánea; cuando los gobiernos, los hombres, impotentes y abatidos
tras estéril lucha, renuncian a los legítimos derechos nacionales, consienten
la desmembración del territorio y abandonan parte de los compatriotas al
despotismo del orgulloso vencedor, la mujer es la única que llena de energía,
altiva con las gloriosas tradiciones, desafía temeraria las furias del opresor,
alentando en optimismo obsesionante generación tras generación, el fuego
sagrado del patriotismo, y elevando el ideal de la reincorporación en un
porvenir venturoso: tal sucede en Polonia, en Alsacia y Lorena; en nuestras
cautivas Tarapacá, Tacna y Arica.

Y, ¡cómo no citar aquí ese hecho grandioso sin parangón en la historia, de las
mujeres de Suli que relata Willemain en sus "Estudios de Historia Moderna", y
que ha servido de asunto a un magnífico cuadro de Ary Scheffer! Derrotados los
suliotas por Aly, verdugo de Grecia, después de heroica resistencia, tuvieron que
aceptar nuevamente combate en las alturas de Solongos, donde se habían refugiado:
desde la cumbre de una escarpada roca sesenta mujeres con sus hijos en los brazos,
presencian la lucha desigual, y al ver todo perdido, no quieren criar esclavos para el
tirano, no quieren sobrevivir a la libertad de la patria: arrojan sus hijos al abismo,
se cogen enseguida de las manos haciendo un círculo, y bailan fúnebremente; a
cada vuelta se rompe la cadena y rueda una mujer al precipicio, en el que al fin
desaparecen todas víctimas voluntarias de su excelso y altivo patriotismo.

Y no obstante el indiscutible patriotismo de la mujer, se le niegan los derechos


políticos, se le prohíbe la intervención directa en los asuntos nacionales, en las
decisiones que causan la grandeza o la ruina de la patria; se le concede el voto al
más ignorante, venal y pervertido patán, y se le niega a la mujer ilustrada, proba y
honrada, como dice Stuart Mili. ¿No es esto una tremenda aberración? Se niega
a la mujer el voto, pero se la admite como reina, ¿no es esto una contradicción?

No es cierto tampoco que elfeminismo traerá la destrucción de las creencias


religiosas de la mujer, puesto que no ataca ninguno de los dogmas católicos,
lo que queda plenamente probado por el decidido apoyo que le prestan los
miembros más eminentes del clero, entre los cuales citaré al monseñor Sueur,
arzobispo de Avignón que escribió una carta sumamente laudatoria a una

317
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LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

feminista, animándola a proseguir en sus labores; carta que ella insertó al


principio de un interesante libro.

Por la sucinta réplica que he hecho a las principales impugnaciones con que se
combate elfeminismo, se prueba de manera concluyente, con la irrefutable evidencia
de los hechos, que la pretendida inferioridad de la mujer, y las leyes que como a tal
la consideran no se fundan en ningún principio científico, en ninguna verdad real,
sino simplemente en inveterados hábitos, en injustos prejuicios sociales.

•. • Y por último, ¿qué más prueba de la justicia del feminismo, y de que no es sino
una evolución natural del progreso filogenético, que los espléndidos triunfos
que alcanza, arrollando cuantos obstáculos se le oponen, allí donde la altivez, la
inteligencia, la energía y la constancia de la mujer luchan por la liberación del sexo?

Apenas hará medio siglo que comenzó abiertamente la campaña, y ya las


vemos actuar en gran número en el comercio, dominar las ciencias, brillar en la
literatura, superar en las bellas artes, trabajar eficientemente en todos los campos
de la actividad humana, alcanzando bienestar e independencia económica, y
eminente posición social.

Y en el orden civil y político también han obtenido positivas ventajas: en


Inglaterra y en Suecia se les ha otorgado el derecho de sufragio municipal y
de ser elegidas concejales y alcaldes; en Dinamarca, en Australia y en la Gran
República del Norte poseen igualmente el voto municipal; en Noruega y en
Finlandia, no sólo son electoras sino que también han conseguido el derecho
a ocupar cargos municipales y hasta el de la representación nacional, habiendo
sido elegidas en este último país en 1907 diecinueve diputadas; en Nueva
Zelanda e Islandia, ejercen cargos públicos; en Francia los comerciantes eligen
jueces para los tribunales de comercio; y en Rusia las pro�ietarias votan en las
elecciones de miembros de la Duma.

Y es preciso tener en cuenta que estos resultados representan una labor ardua,
enérgica y audaz en sumo grado, en la que se mezclan muchas ingeniosas
estratagemas como las empleadas por las señoras inglesas, a cuya cabeza figura
una dama de la más distinguida alcurnia; ellas despreciando las vanidades,
afrontando el ridículo, caminan por las calles entre dos grandes carteles que

318
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

anuncian sus reuniones; asaltan los coches de los ministros; ponen sitio a las
oficinas de los funcionarios que se niegan a recibirlas, y hubo una miss que
deseando hacerse oír en el parlamento de Londres, y sabiendo que en cuanto
comenzase a hablar sería arrojada afuera, se compró una fuerte cadena, se ató con
ella a la balaustrada del palco, y arrojó la llave entre la multitud, dando entonces
principio a su discurso que tuvo que ser oído hasta el fin, porque, ¿cómo sacar la
afuera si estaba encadenada, y era difícil encontrar la llave del candado?

Escritores respetables informan que las señoras casadas ejercen los cargos
públicos, simultáneamente con los más solícitos deberes domést icos, siendo
amantes madres, esposas dignísimas, inconmovibles sostenes del hogar; que la
mujer ciudadano es recta y proba no dejándose seducir por mezquinos intereses
particulares, sino que otorga su voto a aquel que por sus honrosos precedentes,
de más garantías de trabajar por el bien público; y finalmente, que las que
desempeñan el cargo de alcalde hacen especial labor de saneamiento social,
adoptando enérgicas y eficaces providencias para atenuar el vicio envilecedor.

Esto en el extranjero; pero entre nosotros, ¿cuál es la evolución femenina?

Sabido es que en nuestra Patria, como en casi todos los países de raza latina, con
ligeras variantes, imperan aun con respecto a la cultura y condición de la mujer,
muchos de los erróneos conceptos y prejuicios medioevales; así nos domina innata
repugnancia por las profesiones liberales y empleos públicos, creyendo en nuestro
vano orgullo, y desconfianza de la virtud, que degradan a la mujer y la exponen al
peligro; imperan las conveniencias que coactan la libertad de que vaya sola donde
desee y necesite, considerándola depresivamente como un ser débil en lo físico y lo
moral, que necesita vigilancia y protección perpetuas; se le inculca perniciosamente
la idea de la fragilidad y se le impone el vulnerante sistema de que delegue en
segunda persona la dirección de su conciencia; se extravía el concepto del deber,
dando la preeminencia a meras fórmulas sobre las verdaderas virtudes que generan
la felicidad de las familias; impera el concepto de que la mujer ha nacido para
esposa O monja, de que su misión está exclusivamente en el hogar, y de que es el
hombre padre, esposo, hermano ó hijo, el que debe subvenir a la subsistencia de
la familia; y como corolario lógico de tales principios, prevalece el criterio de que
no es necesario dar a la mujer una educación sólida y ampl ia, que la provea de
aptitudes útiles para bastarse a sí misma. La mujer queda, pues, inerme en la lucha

319
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

por la vida; sin más méritos que sus atractivos físicos e ingénitas virtudes, sin más
ideal, sin más "carrera" -como dice el distinguido catedrático de Oviedo, doctor
Posada- que el matrimonio, si es rica, para que el esposo administre los bienes,
y tenga con quien concurrir a las diversiones sociales; si es pobre para librarse de
las terríficas angustias de la miseria, y de la tutela de los parientes; el matrimonio,
pues, no se le presenta como la resultante de un amor profundo y desinteresado,
sino como una necesidad económica y social.

.. En un país esencialmente burocrático, donde la fortuna particular es mezquina,


donde los hombres sostienen el esplendor de la casa sólo con el alto empleo con
que los favorece el partido político imperante, y con una que otra insignificante
especulación, las consecuencias de la deficiente educación femenina, son
desastrosas, pues perdido el puesto, o muerto el padre, el esposo, queda por
única herencia el vano orgullo de la pasada posición y la miseria pavorosa que
se disimula hasta donde es posible, aliviándola con un pequeño trabajo que se
oculta cual denigrante estigma, y prometiéndose dejarlo en cuanto se encuentre
el ambicionado esposo, cuyo tipo es preferentemente, el eminente político, que
restituya la perdida opulencia, o, en último caso, el rico comerciante.

El matrimonio sobre tal base no puede ofrecer garantía de felicidad perenne;


"no será el puerto para guarecerse de la tempestad de la vida -como dijo un
escritor-, sino la tempestad espantosa en pleno puerto".

Y a propósito de esta observación, debo consignar también la grande oposición


que existe entre el criterio general y la educación femenina: no obstante ofrecérsele
a la joven el matrimonio como único destino, no se le da una cultura eficaz, para
que desempeñe cumplidamente su augusta misión de esposa y madre.

Se vive conforme con que la mujer reciba sólo la instrucción primaria, deficiente,
rutinaria y estéril, aferrada como está aún entre nosotros, salvo raras excepciones,
a los arcaicos métodos mnemónicos.

"Ignorante la mujer de las leyes de la vida y de los fenómenos del alma -dice
el eminente :filósofo Spencer-, sin saber cosa alguna sobre la naturaleza de las
emociones morales, ni sobre las causas de los desórdenes físicos, su intervención
sobre la educación del niño, es con frecuencia más desastrosa, de lo que podría
serlo su inacción absoluta".

320
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Admitiendo, pues, que el único destino de la mujer sea el matrimonio, que


su único campo de acción sea el hogar, resulta que tiene a su cargo la más
importantísima y trascendental misión humana: dar vida al niño; formar física,
intelectual y moralmente al hombre, y acompañarlo perennemente como madre,
como esposa, como hija, a través del abrupto camino de la vida. Misión que no
puede desempeñar con eficiencia, si no posee una inteligencia esclarecida por la
instrucción, y un carácter disciplinado por la moral austera.

La mujer ilustrada y buena es el más firme sostén de la felicidad doméstica,


enciende en la inteligencia del niño, la chispa inicial del saber; le estimula y
ayuda en sus estudios posteriores; disciplina su voluntad en el honor y la virtud;
al mismo elevado nivel mental de su esposo, le comprende, comparte sus labores,
participa de sus emociones estéticas, le da, en suma, la luz de su inteligencia, y el
néctar de su ternura, que colman las aspiraciones todas del hombre, alimentando
su amor y estimulando su fidelidad, al contrario de lo que pasa con la mujer
ignorante y estólida, que por mucho que sea su encanto superficial, lleva pronto
a la desilusión, produce el vacío, y extingue el amor más ardiente.

Y un hogar donde no reinan las virtudes domésticas, ni la paz bendita; las


sublimes abnegaciones maternales, ni la estimación recíproca tolerante de los
cónyuges, ejerce con el poder de la sugestión, perniciosa influencia en el carácter
de los niños, de la sociedad, de la nación entera.

Pero volviendo alfeminismo peruano, observamos que no obstante las influencias


del medio social, se ha iniciado ya, moderado y lento, pero continuo y resuelto;
no reclama aún reformas civiles, ni derechos políticos; no se presenta todavía
sino en el campo intelectual y económico. Privilegiados talentos espontáneos,
ávidos del saber, han adquirido por sus propios esfuerzos una elevada cultura
literaria, conquistando un puesto distinguido en las letras nacionales, y llegando
la fama justiciera a llevar el nombre de algunas más allá de las fronteras patrias,
como Flora Tristán que no solo alcanzó celebridad en Burdeos, sino hasta el
eminente honor de que los socialistas le eleven un monumento público, al cual
van en peregrinación todos los años a rendirle homenaje de gratitud, por la
intensa labor que hizo en pro de sus ideales; Carolina Freire de Jaime, Mercedes
Cabello de Carbonera, Clorinda Matto de Turner, autora de la novela Aves sin
nido, que mereció ser traducida al inglés y al francés; Amalia Puga de Lazada;

321
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Lastenia Larriva de Llona, la señora Villarán de Plasencia; las educacionistas


Teresa González de Fanning, y Elvira García y García, que preconizan la
reforma de la educación femenina; Dora Mayer, que aborda con talento sensato
y esclarecido criterio los más difíciles problemas sociológicos y nacionales, entre
otros la resurrección del aborigen; Zoila Aurora Cáceres, que tan honrosas
distinciones ha conquistado en la intelectualidad europea; y otras más que
sería prolijo enumerar, son los avanzados campeones del movimiento feminista
intelectual en el Perú, que batiendo las alas del talento, emprendieron audaz
vuelo, probando que pueden llegar más alto que las potentes águilas altivas.

Impulsadas por tan sugestivos ejemplos desde el último cuarto del siglo pasado,
se nota alguna tendencia a la instrucción superior de la mujer, y muchas cursan la
enseñanza secundaria y la universitaria. Hoy contamos ya con algunas doctoras
en Letras, una médica, varias farmacéuticas y algunas dentistas.

También se ha ensanchado algo el limitado campo de acción de la mujer,dándole


acceso a puestos en el telégrafo, en el correo, en las casas comerciales. Para la
carrera comercial reciben las niñas preparación técnica en el «Centro Social»,
fundado por la señora ZoilaAurora Cáceres,la doctora Esther Festini y la señorita
Antonia Basagoitia, que lo preside en la actualidad con proficuos resultados,
cuidando al terminar las niñas sus estudios de colocarlas ventajosamente en el
alto comercio, del cual son solicitadas.

A estos estrechos límites queda reducido el avance de la mujer peruana; pero


es preciso no estacionarse aquí, es necesidad ineludible, imperiosa, impulsar la
evolución femenina, combatiendo los prejuicios sociales, neutralizando la fuerza
del atavismo, arrancando su espíritu de la inercia y de la esclavitud intelectual y
moral, independizando su conciencia, e inculcándole una moral pura, inflexible,
sin lenidad, sin concesiones laxativas, que tenga por principio la dignidad
personal, el cumplimiento del deber, el trabajo proficuo y dignificante, y el
altruismo en su sublime plenitud, para que no viva encastillada en el egoísmo
estéril, y tengamos filántropas que, como la señora Adelina Concha de Concha,
que dedicó parte de su fortuna a impulsar la cultura nacional; que como la señora
Juana Alarco de Dammert, que con superior esfuerzo inagotable, ha instituido
la «Cuna Maternal», irradien su benéfica influencia a todas las esferas sociales,
atenuando los males de la humanidad desgraciada.

322
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Y en cuanto a la vida económica, es preciso colocarla en aptitud de ejercer las


profesiones liberales,para que soltera pueda emprender honrada y ventajosamente
la lucha por la existencia, substrayéndose al exagerado sentimentalismo, y a las
pasiones irreflexivas que acompañan a la inercia y la molicie, y no siendo ya su
única carrera el matrimonio, ni su única fuente de bienestar, no lo contemplará
a través del prisma del interés, yendo a él a ser la indolente consumidora
del producto de los esfuerzos del esposo, sin darle en cambio su ternura, sin
comprender su mentalidad, sin ayudarle, en la penosa labor, sino que formándose
un concepto elevado del amor, engrandeciéndolo y purificándolo, lo fundará
sólo en la apreciación de las cualidades morales, y aceptará el matrimonio como
la fusión de dos almas pensantes, para actuar activa y armónicamente en los
complejos y múltiples procesos de la vida común.

Y luego, si por desgracia el esposo falta, el vendaval de la miseria no azotará este


hogar, haciendo víctimas de sus furias a los tiernos niños, a la pobre viuda, ni el
deshonor, aceptado en cambio de aleatorio bienestar, lo señalará con su negro
estigma; pues la viuda, mujer Ilustrada, apta, y de carácter digno, sabrá continuar
sola la lucha por la vida, hallando los recursos necesarios para sostener la familia
con inmaculado honor.

La liberación intelectual, moral y econom1ca de la mujer, traerá como


consecuencia lógica y precisa, el reconocimiento de sus derechos civiles y
políticos, su dignificación y emancipación completa, como lo exige la justicia
que inspira las leyes modernas.

Y para llegar a la realización de este hermoso ideal, no hay más medio que la
educación; una educación perfectiva según el programa que a grandes rasgos,
bosqueja en su interesante estudio «Tendencias de la educación femenina»,
la distinguida educacionista Elvira García y García, esa infatigable y altruista
adalid de la elevada cultura de la mujer en el Perú.

En todos los países adelantados como Estados Unidos,Inglaterra, Suecia,Méjico


y la Argentina, los gobiernos dedican especial atención al importante problema
de la educación superior de la mujer, desenvolviendo su compleja personalidad
de esposa y madre, de benéfico factor social, de persona inteligente y apta, capaz
de conquistar por sus propios esfuerzos, el bienestar de la familia.

323
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Lamentablemente entre nosotros, aún no ha habido un pedagogo, un pensador,


un hombre público, que impulse la evolución femenina. Solamente en unos
pocos liceos particulares, ilustradas señoritas, de espíritu elevado, anhelante de
redimir a su sexo de la cultura depresiva y fatídica, han establecido la enseñanza
secundaria; pero desgraciadamente ni puede ser accesible a las niñas de escasos
recursos, ni su organización alcanzar la perfección debida, por las pequeñas
proporciones en que tienen que sostenerse, a consecuencia del reducido número
de alumnas, que le da una sociedad refractaria a la vasta cultura de la mujer.

•. � La que cuenta con facilidades económicas no desea instruirse y la de precaria


situación lo anhela, pero no puede pagar la alta pensión que las directoras, no
obstante sus buenos deseos de propagar la instrucción, se ven obligadas a fijar,
y así se esterilizan muchas inteligencias privilegiadas, que la educación habría
hecho fecundas y benéficas, potentes, propulsoras del adelanto femenil.

Siendo, pues, precisa la necesidad de la cultura superior de la mujer, y no bastando


a impulsarla los nobles esfuerzos aislados de algunas educacionistas, es urgente
ya que la sociedad y el gobierno le concedan eficaz protección.

Y esta protección no debe limitarse únicamente a procurar educación a las


jóvenes, sino que es necesario se extienda al campo de la industria, del comercio,
de la administración pública, facilitando el acceso de la mujer a los puestos que
pueda ejercer, para mejorar su hoy apremiante situación económica.

Recientemente la comisión encargada de elaborar un proyecto de ley orgánica


de instrucción, que preside el distinguido intelectual doctor Manuel Vicente
Villarán, expone en el cuestionario que ha publicado, la necesidad de fomentar la
instrucción media para la mujer, y somete a la discusión de todos los pensadores
del país, varios puntos referentes a la manera como el Estado debe propender a
la realización de dicha urgente necesidad.

Tan importante iniciativa debe ser acogida con vivo interés, con aplausos y
con ardiente anhelo de que se realice, en particular por el elemento femenino,
y en general, por la sociedad toda, y el legislador, y el ministro, el escritor y
el conferenciante, los educacionistas y los padres de familia, cada uno en el
radio de acción que le corresponda, debemos hacer converger nuestras energías
hacia la efectividad de la elevada cultura de la mujer, y de su mejoramiento en

324
ANTOLOG/4 DE TEXTOS

todas las fases de su vida, Y con ello harc,mos labor altamente patriótica, pues
ya conocemos su determinante influencia en la educación, que es la base de la
prosperidad de los pueblos.

«Los hombres serán siempre lo que quieran las mujeres; el que desee a
aquellos grandes y virtuosos, eduque a éstas en la grandeza y en la virtud», dijo
Rousseau; Mirabeau y Say sostuvieron que «por la educación de las mujeres
debe comenzar la de los hombres»; Leibnitz sanciona este elevado concepto,
diciendo: «Siempre he creído que el género humano se miraría transformando,
si se reformase la educación de la mujer».

En apoyo de estos principios tenemos los hechos de la vida diari::i. y la biografía


de los hombres célebres: el gran Napoleón atribuye a su madre la forrnación de
su carácter, y sólo ella ejerció dominio sobre él; Cronwell heredó de su madre
la energía; Walter Scott debió a la suya �u afición a las letras; Cuvier sintió
desarrollarse su pasión por lo desconocido bajo la influencia maternal; la madre
de Herbert le ayudó en sus estudios, llegando ha�ta a aprender griego para trabajar
con él; de l¡¡, madre de Goethe podemos juzgar su ir:p.portante colaboración en
la cultura del gran poeta, por este juicio, expresado por un admirador del hijo
después de haber conversado con la madre, «Ahoi:a comprendo porqµe Goethe
ha llegado a sei: tal como es»; Carolina Herschel se asocia a las investigaciones
científicas de su padre, y madama Curier a las de su esposo, nimbando sus
femeniles frentes de impoluta gloria.

�levemos, pues, muy alto el ideal de la edqcación vasta, fecunda y ennoblecedora


de la mujer, para que desenvueltas las potencialidades que vibran en su cerebro,
sean substituidas la inacción, la incapacidad, la ignorancia y la estolidez
preponderant!!s, por actividad fructuosa, por sólida ilustración, por buen juicio,
por rectitud, y tengamps nobles madres que formen con la irresistible suge�tión
del ejemplo, el carácter de sus hijos, dando a la patria un valioso contingente de
ciudadanos, rectos, probos, inflexibles en el cumplimiento del deber; laboriosos,
aptos, independientes y altivos con la conciencia del personal valor, que no
consuman sus energías en mezquinas intrigas políticas; que no cifren su suprema
aspiración en obtener un sedentario destino en las oficinas del Gobierno,
incrementando la burocracia aniquiladora; que no se dejen arrastrar inconscientes
a la sedición nefanda, inmolando inicuamente la existencia de los hermanos y
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

los vitales i11tereses patrios, a las privativas conveniencias del ambicioso caudillo,
que les ofrece un cubierto en el ba11quete de la administración pqblica; sino
qtie exuberantes de útiles aptitudes, emprendedores y audaces, ejerciten sus
actividades en el vasto y libre campo de las artes, de las industrias, del comercio,
cuyo desarrollo dará la riqueza necesaria para incrementar las fuerzas militares,
y que nuestra noble y gloriosa patria pueda reivindicar sus conculcados derechos,
reconquistar la hegemonía en el Pacífico, y llegar tranquilamente, por el trabajo,
la energía y la justicia, a la cima de la grandeza.
..

Lima, 28 de octubre de 1911

Educación femenina

Coeducación

Al tomar parte en el importante debate que sobre la educación femenina, ha


abierto la comisión encargada de elaborar un proyecto de ley de instrucción,
no pretendo dar a mi labor la amplitud ni la profundidad científica que podía
abarcar, dada la trascendental importancia de la cuestión. Premioso mi tiempo
para estudiar extensamente uno de los problemas sociológicos de mayor entidad,
¡:ni propósito es solo exponer sinópticamente los conceptos y la opinión, que
al respecto han surgido en mi mente, del detenido examen de las múltiples
y elevadas ideas de los más eminentes filósofos, de las reflexiones personales
sugeridas por la observación qe las peculiares condiciones psicológicas, y de las
necesidades económicas de la mujer peruana '.

Primera Enseñanza. Si la educación es, como dice el sabio Spencer, "preparación


para la vida completa''; si la escuela tiene a cargo esta importantísima misión; si las
primeras impresiones del niño son las que form<!.n la personalidad del adulto; si la
moralidad consiste en la pureza y rectitud de los hábitos, los que sólo se adquieren
practicándolos; si el hombre y la mujer indefectiblemente tienen que vivir juntos en
el hogar y en la sociedad, ¿qué más lógico que desde la escuela, qt_ie es la sociedad de
la infancia, que desde esa primera edad inocente, en que no existe peligro alguno,
se unan los niños de ambos sexos para que aprendan a apreciarse y respetarse,
y destruido el encanto de las dificultades de la aproximación, encontrando �sta
accesible y natural, sean más tarde sus relaciones algo más serio y elevado que la
frívola y perniciosa táctica amorosa de la actual vida social?

326
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

El sistema de coeducaciót1 se presenta, pues, como corolario lógico del ideal de


la educación: "la preparación para la vida completa".

Y la prueba inconcusa de que la coeducación está fundada en princ1p10s


racionales de perfecta moralidad, es el excelente resultado que da en todos los
países en que se ha establecido, que por su crecido número vienen a ser casi
todo el mundo civilizado.

Opino con el señor Leopoldo Lugones, distinguido pedagogo argentino, con los
eminentes Harris y Dr. Adolfo Pozada y con otros profundos pensadores, que el
sentimentalismo, los excesos pasionales, provienen de la sistemática separación
en que se pretende mantener a los sexos, inculcándoles la idea del peligro en
sus relaciones; por solo el hecho de que el trato les es vedado, por conseguir
una aproximación prohibida, se exalta la imaginación y al impulso de efímeras
ilusiones, surgen pasiqnes que no siendo inspiradas por las buenas c4alidades,
únicas capaces de ejercer perdurable dominio, ocasionan irreparables desgracias
que se habrían evitado si en lugar de la exageración del peligro y del distancia­
miento, se les inspirase una austera moral, profundo amor a la dignidad personal
y al alto sentimiento del deber, permitiéndoles amistosas relaciones sociales.

La sociedad moderna tiende a reaccionar contra este secular sistema pernicioso, y ha


adoptado la coeducación como el medio más eficaz de combatir el sentimentalismo
y conseguir el predominio de la razón en las relaciones del hombre y la mujer.

Y este sistema que tan buen éxito ha obtenido donde quiera que se haya establecido,
no hay razón plausible para que entre nosotros no sea igualmente proficuo.

Concluyo, pues, con que la coeducación en teoría conviene al Perú y en la práctica sería
sumamente factible, porque las dificultades a su adaptación no son incontrastables,
sino por el contrario, fáciles de vencer por medio de un reglamento adecuado y
dando a la escuela el mayor prestigio posible, dotándola de un personal selecto.

Concretándome a la instrucción primaria, no veo obstáculo alguno para que, en


el día se implante la coeducación en sus dos grados.

Las clases populares que son las que, casi en la totalidad, pueblan las aulas, aceptarían
de buen grado el cambio por las ventajas que a las madres reportaría el que sus hijas

327
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EI)UCATIVAS, 1870-1930

fuesen en compañía de sus hijos varones, los que al lado de sus hermanas se harían
más serios en la calle, yendo directamente de la casa a la escuela, y de ésta a aquella,
evitando que se quedasen entretenidos en perniciosos juegos y malas compañías. Y
por ese interés ingénito que hay en todo ser de que su familia sea respetada, pondrían
en práctica, como saben hacerlo en otros asuntos, la sabia máxima: "No hagas a otro
lo que no quieras que te hagan a ti", mostrándose respetuosos con las hermanas de
sus compañeros, habituándose así por la ley de la reciprocidad, al respeto a la mujer,
hermosa cualidad ineludible en un pueblo que aspira a la cultura.

Estas ligeras reflexiones evidencian que la coeducación genera importantísimos


y trascendentales beneficios en el orden educativo.

La clase media que en muy reducido número manda a sus hijas a la escuela
fiscal, ante la fuerza de los hechos, en vista del progreso de la cultura popular,
iría olvidando los perjuicios, los rezagos de la tradición, los ensueños y vano
orgullo que hoy la mantiene en la inercia prefiriendo la ignorancia y la miseria, a
aprovechar de la enseñanza gratuita del Estado, y evolucionando rápidamepte, en
un inmediato porvenir con espíritu amplio y democrático, se lanzará noblemente
estimulada a la lucha por la existencia, génesis del progreso de la humanidad.

Al pensar en la reforma de los centros escolares, haciéndolos mixtos, hay que


tener en cuenta un punto importante. Los hijos del pueblo por deficiencia de
educación, por el mal ejemplo de los padres, y por el mal ejemplo general, tienen
marcada tendencia a la rebeldía, a la insolencia, a la falta de respeto a la mujer, y
si los centros e�colares fuesen dirigidos por mujeres como a ellos concurren niños
de más de doce años, más indómitos y malignos por razón de la mayor edad,
habría el peligro de que la disciplina se relajase con actos de insubordinación;
mas este peligro se puede evitar fácilmente, reglamentando que los centros
escolares sean regentados por preceptores que compartan sus funciones escolares
con una subdirectora, como pasa en algunas escuelas normales de la Argentina.

Como lo prevé la ilustrada comisión, la concurrencia de los niños y niñas a


una misma escuela, hará que los padres concentren su interés en un solo
establecimiento, lo que derivaría grandes ventajas, pues ostensible es que la
escuela nada pµede en materia educativa sin la cooperación del hogar, por lo que
es de ineludible necesidad establecer relaciones con la familia, para estimularla a

328
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

que secunde al maestro, y la educación pueda dar los óptimos frutos que produce
cuando las influencias opuestas de los padres no neutralizan su benéfica acción.
Y por este mismo motivo es conveniente que el vecindario todo se interese en la
obra de la educación común; el vecindario es el medio del educando, y el medio
es otro de los factores determinantes de la educación.

"¿Sería conveniente que la responsabilidad de decidir la cuestión de las


escuelas mixtas o separadas correspondiese a las autoridades locales, como las
de provincia o distrito?"

Este es otro de los puntos puestos en debate por la comisión y respecto al cual
opino que una vez que sea discutida y sancionada la coeducación en la instrucción
primaria, sería conveniente imponerla con fuerza de ley en toda la República por
las razones siguientes:

V Porque haciendo imperativa la coeducación se manifiesta que se tiene


convicción en la excelencia del sistema, dándole por consiguiente un prestigio
que contribuirá eficazmente a que sea aceptado con buena voluntad por el
personal docente inspirándole en su bondad esa fe tan necesaria para llevar
a cabo con éxito toda empresa, lo que no sucedería si se dejase la elección
de las escuelas mixtas al criterio de numerosas autoridades subalternas, pues
aparte de la diversidad de opiniones que daría lugar a graves disidencias,
ya esa concesión por sí sola revelaría cierta duda en el sistema, lo que lo
desprestigiaría infundiendo perniciosa desconfianza; y

2.a Porque en los pueblos sería aún más factible y ventajosa la coeducación,
porque se vive casi en comunidad, y porque se podrían refundir unas escuelas
en otras, dejando una donde hay dos, dos donde existen cuatro, lo que
concretando la atención de la dirección de enseñanza y de las autoridades
locales a menor número de escuelas, haría más fácil el mejoramiento del
edificio, del material de enseñanza del profesorado: ventajas indiscutibles
que podrían perderse si las autoridades del pueblo optaban por las escuelas
unisexuales.

Instrucción mediay superior para la mujer. Al plantearse el trascendental problema


de la instrucción media y superior de la mujer, hay que tener en cuenta la triple
faz doméstica, sociológica y económica que presenta.

329
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Es un axioma que la primera y más importante m1s10n de la mujer es la


de la maternidad, bien sea fisiológica y psicológicamente, bien sea solo
psicológicamente para con los hermanos, sobrinos, allegados, sirvientes, que casi
indefectiblemente tiene la mujer bajo su dirección, dándoles por ley ineludible
de la naturaleza la primera educación: la educación doméstica.

Tampoco necesita demostrárse, pues si no lo hubieran hecho ya, con toda


evidencia, los más ilustres filósofos y pedagogos, nos lo probaría una somera
observación de los hechos reales, que la vida del hogar influye de manera
.. • incontrastable en el carácter del individuo: "dime quiénes son tus padres, te diré
quién será el niño", dice el moralista Smiles.

De esta fatal verdad emerge la perentoria necesidad de perfeccionar por medio de


una sabia educación las facultades de la mujer, capacitándola para que pueda dirigir
digna y acertadamente el hogar, ser la perfecta compañera del hombre equiparándole
a él moral e intelectualmente, y cooperando en sus labores si preciso fuera; para que
pueda encender en el intelecto del niño la chispa inicial del saber, sembrar en su
tierno corazón el germen fecundo de los más excelsos sentimientos, y ejercer, en fin,
en cuantos la rodean, noble y benéfica influencia, generando la felicidad de la familia.

De esta premisa de verdad incontrovertible se saca, pues, la conclusión de que


en la educación de la mujer se debe dar la preeminencia al desarrollo de las
virtudes domésticas.

Contemplando la educación femenina bajo el punto de vista sociológico, se


pueden alegar las mismas fundadas razones precitadas en el orden doméstico:
puesto que la sociedad no es sino la reunión de los individuos de ambos sexos,
modelados en el hogar por la mujer, es evidente que la sociedad será moral o
depravada según que la educación moral del hogar sea pura y austera o relajada,
de donde se deduce que la cultura superior de la mujer, es una imperiosa
necesidad social, y que dicha cultura debe ser esencialmente moral.

Pasemos al orden económico. No todas las mujeres tienen bienes de fortuna para
vivir en la molicie, o encuentran un esposo que provea a las más apremiantes
necesidades de su vida; una inmensa mayoría hay de solteras, viudas y aun de
casadas, con hombres ineptos o disolutos, que carecen absolutamente de recursos,
no teniendo en general más medio para proporcionárselos que la costura

330
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

exiguamertte remunerada, porque la deficiertciá de su educatiórt y seculares


prejuicios sociales la imposibilitan para dedicarse á más fructuosas labores. Estas
circunstancias premiosas, en que muchas veces naufraga el honor de las familias,
es la que ha arrahéado a la mujer de su forzada inercia y depresiva ignorancia,
emprendiendo esa intrépida campaña de reivindicación que se llama feminismo
y que tan grandes triunfos cuenta ya en el mundo civilizado, como que se funda
en la más absoluta justicia, y la humanidad en su incesante evolución hacia la
perfección tiene que ir rectificando los errores en que ha incurrido.

• Así vemos que los estados más cultos del orbe, entre otros Inglaterra, Francia,
Norte América y las progresistas repúblicas de Méjico y la Argentina, en vista
de que la aguda crisis económica en que la vida moderna coloca a la mujer
hace preciso dotarla de una elevada instrucción que le sirva para emprender
honrada y ventajosamente la lucha por la existencia, que hoy la sociedad le
exige lo mismo que al hombre, le han concedido amplia y eficaz protección,
dándole para los estudios grandes facilidades y haciéndoles accesibles muchas
profesiones que les estaban vedadas y que compatibles con su naturaleza,
las ejercert inteligente y cumplidamente, encontrando en ellas los recursos
necesarios para la vida salvando innúmeros hogares de las angustias y hasta de
la degradación que a menudo origina la miseria.

Vemos, pues, que el estudio de las tres fases del problema de la educación dé la
mujer nos da invariablemente la misma conclusión: la necesidad de una cultura
superior eficiente para formar su compleja personalidad de esposa y madre,
de altruista y benéfico factor social, de persona inteligente y apta, que pueda
conquistar por sus propios esfuerzos el bienestar personal y hasta el de la familia.

Expuestas, siquiera sea sintéticamente, las importantísimas fases de la educación


femenina, e inferida la orientación que se le debe dar paso a absolver las preguntas
del cuestionario que al respecto formula la comisión. Helas aquí:

"1- ¿01ié debe hacerse, desde luego, para dar más amplia educación a la
mujer?"

"2- ¿Podría actualmente dictarse disposiciones que asegurasen


gradualmente en el curso de algunos años una instrucción para la mujer
no inferior a la de los hombres?"

331
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

"3- Suponiendo que los colegios para mujeres sean distintos de los colegios
para hombres, ¿cuál sería la naturaleza de los colegios para las primeras?"

"4- ¿En qué aspecto se diferenciarían de los colegios exclusivamente para


varones?"

"5- ¿Qyé rasgos comunes deben tener los colegios para varones y para
mujeres?"

..

"6- ¿Qyé medidas pueden tomarse para lograr economías en lo que se
refiere a esos rasgos comunes?"

"7- ¿Cuáles son los más difíciles problemas que se presentan para
introducir una educación completa de la mujer en el Perú?"

"8- ¿Cuáles son las soluciones más practicables de estos problemas?"

No constituyendo por ahora el número de niñas estudiantes una suma crecida


como para establecer institutos nuevos especiales, ni permitiendo tampoco
las premiosas condiciones del erario los fuertes gastos que su instalación
demandaría, pienso que lo más factible y económico sería crear en el colegio de
Guadalupe y en todos los demás colegios nacionales de la República, becas para
mujeres en número suficiente para satisfacer las necesidades actuales y que en
los otros establecimientos profesionales se les concediese las mismas facilidades
que a los varones. Esto implicaría el establecimiento de la coeducación en la
instrucción media; pero no veo que haya en ello invencibles obstáculos. Me he
mostrado partidaria de la coeducación en la enseñanza primaria, y también me
declaro adepta a la coeducación en la segunda enseñanza fundada en las ventajas
y excelente éxito que da en todos los países donde se ha puesto en práctica.

El ya citado señor Lugones, que es antifeminista de manera que no se puede


sospechar en su juicio parcialidad en favor de la mujer, informa que el mérito
pedagógico del sistema está ampliamente constatado, y que "en cuanto a la
moralidad que, según se pretende resulta afectada por la concurrencia de ambos
sexos, los contrarios al sistema nunca han aducido hechos concluyentes para
demostrarlo; falta de prueba que es ya una prueba en favor". La señorita Dugard
escribe que habiendo visitado en Estados Unidos más de 12 escuelas mixtas con el

332
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

espíritu prevenido en contra, tuvo que reconocer en ellas una disciplina superior,
y que consultando con los profesores le declararon que no había fundamento
para la oposición a la enseñanza mixta. Y Mr. Harris dice: "Mis observaciones
me han llevado a ratificar el principio de J. Richert: para asegurar la modesta
aconsejaría educar a los jóvenes de uno y otro sexo, juntos... He notado que la
atmósfera de la escuela mixta está, por decirlo así, "desexualizada", mientras que
la escuela separada parece tener una tendencia a desenvolver la sexual tensión ... ".

Si la experiencia prueba con hechos fehacientes que las escuelas co-educacionales,


desde el punto de vista moral, no perjudican las buenas costumbres, sino por el
contrario, hacen a la mujer más seria, animosa y modesta y al hombre más fino
y respetuoso, arraigando en ambos el concepto de la responsabilidad personal,
dándoles la gran virtud del dominio sobre si, librándoles de los peligros del
romanticismo y abriendo su corazón solo al honrado amor cimentado en la
mutua apreciación de las cualidades psicológicas; si también el sistema que nos
ocupa reúne indubitables ventajas intelectuales y económicas, si, hablando en
síntesis, es excelente en todas sus fases, implantémosle, pues, intrépidamente
entre nosotros, y, si deficiencias privativas morbosas del ambiente social lo hacen
peligroso, digamos resueltamente emulando a Horado Mann: "Si nuestras
costumbres se oponen a un régimen tan bienhechor y tan natural, apresurémonos
a corregir la impureza de nuestras costumbres".

Además, la coeducación en la enseñanza universitaria es ya un hecho sancionado


en nuestra sociedad que no presenta inconveniente alguno, y es lógico suponer
que los padres que han consentido y los que sigan consintiendo, que sus hijas
se junten con los jóvenes en la universidad, no se opondrán a que se les reúnan
desde el colegio de segunda enseñanza.

Y si a pesar de los racionales incontrovertibles fundamentos de la coeducación, los


imperantes prejuicios sociales la obstaculizarán hasta hacerla imposible por ahora,
como la educación completa de la mujer es una imperiosa necesidad social que urge
satisfacer, se puede apelar a esta otra solución: subvencionar algunos de los liceos
particulares que existen para señoritas --aquellos más prestigiosos- para que se
eduque a determinado número de alumnas. Sencillísima solución es ésta que no
exige ninguna innovación, que solo demandaría al fisco un pequeño egreso que pueda
soportar la actual situación financiera, y que iría a beneficiar, en particular, a muchas

333
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

familias meritísimas, y en general a la sociedad levantando el nivel intelectual y moral


de la mujer y aportándole el valioso contingente de sus energías, que representan un
apreciable capital en la economía de las modernas sociedades.

En cuanto al programa de la enseñanza secundaria femenina, creo que solo debe


diferenciarse de la masculina en la economía doméstica en la pedagogía y en la
Puericultura, que conviene enseñar ampliamente a la mujer, preparándola para
la función de la maternidad, y en la educación física.

.. • En las demás ramas de la instrucción deben desarrollársele idénticas facultades que


al hombre, realizando el equilibrio intelectual y moral de los sexos para que puedan
colaborar juntos en el proceso de la vida, comprenderse, estimarse y armonizar
perfectamente en el hogar haciendo la felicidad doméstica, y al mismo tiempo,
dándole la preparación necesaria para que en caso preciso pueda bastarse a sí misma.

Esta es la solución que, según mi modesto criterio, puede darse lógicamente


a los problemas relativos a la educación femenina, que presenta la comisión y
que si me he atrevido a estudiar, ha sido confiando en la benevolencia, con que
sus distinguidos miembros ofrecen acoger toda colaboración por modesta que
sea; y porque juzgo que es un deber inherente al de la misión de la enseñanza,
contribuir, aunque sólo sea en una infinitésima parte, a la evolución de su obra.

No concluiré sin manifestar antes con intensa complacencia, que habiendo


sido hasta hoy preferida por el Estado la enseñanza secundaria de la mujer, al
incluirla la comisión en los primordiales problemas de la educación nacional,
reconociendo su vital importancia, da un gran paso en la senda del progreso,
haciéndose acreedora al entusiasta aplauso de la sociedad, especialmente al del
elemento femenino, con el cual hago votos porque tan importante iniciativa se
realice, liberando la intelectualidad de la mujer peruana del ignorantismo que
hoy atrofia las energías que vibran latentes en su cerebro, esperando el surge et
ambula de la cultura para lanzarse potentes a la conquista del bienestar de la
familia, del perfeccionamiento social y de la prosperidad de la patria.

Lima, febrero de 1911

María Jesús Alvarado Rivera

334
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 22

Evolución femenina, 1915 32

Principios y finalidad fundamentales de la cultura femenina

.. • Nuevas modalidades de la vida. Necesidad imperiosa de la educación integral. Concepto


de la educación. El trabajo como ley universal. Prejuicios absurdos sobre el trabajo. Es
el origen del engrandecimiento y la dignificación. La mujer de Estados Unidos siente
la necesidad imperiosa del trabajo. La educación moderna, el amor y la maternidad. El
tipo de mujer que procuramosformar para la misión social que le corresponde.

Las leyes de la evolución son indefectibles, y ellas se verifican en las sociedades, no


obstante la oposición formidable de las costumbres, de los conceptos heredados,
y de los individuos conservadores.

La vida moderna es activa, compleja, múltiple, de grandes e imperiosas necesidades


económicas; la mujer no puede seguir recluida en el hogar como en los pasados
siglos, las privilegiadas por la fortuna son pocas; de la mayoría, a unas falta en
absoluto los medios de subsistencia, para otras la protección de los varones de
la familia es mezquina y efímera; las labores de mano son improductivas, y tiene
la mujer que lanzarse a la lucha por el pan diario a los talleres, a las fábricas, al
comercio, a las profesiones liberales, y a los diversos puestos que puede desempeñar
su aptitud, y en los que el hombre quiera admitirla, unas veces por espíritu de
justicia, y las más por lucro, pues el trabajo femenino, siendo igual, y en muchos
casos superior al del varón, obtiene siempre cotización más baja.

En esta nueva vida de trabajo y actividades múltiples, se ha hecho más imperiosa la


necesidad de difundir la educación integral en la mujer en todos los rangos sociales.

Pero por educación no debemos entender primera instrucción, el conocimiento


de algunos principios científicos, el trato social ameno, el lenguaje correcto, y la
repetición inconsciente de reglas morales.
32 Discurso en la inauguración de la Escuela "Moral y Trabajo", 18 de julio de 1915.

335
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

No; yo me refiero a la cultura que desarrolla la personalidad psicofísica; que


capacita la inteligencia para dirigir los negocios y educa la mano para el trabajo
provechoso; que sugiere ideales y convicciones, que ennoblecen y orientan
la vida; que destruye prejuicios y convencionalismos absurdos e hipócritas,
que independiza el pensamiento y permite vivir dignamente la libertad sin
subordinaciones deprimentes; que, en síntesis, da aptitudes para ganar la propia
subsistencia en una vida dignificada y feliz.

.. Elevar el trabajo en la educación a virtud cardinal; hacer que contribuya en la


vida individual un hábito imperioso, una función fisiológica precisa, si se me
permite la frase, debe ser la finalidad primordial de la escuela.

En la naturaleza no solo el hombre trabaja: la célula impalpable en su eterno


movimiento acude afanosamente a constituir los cuerpos, y cual si estuviera
dotada de ardiente espíritu de generosidad y de anhelos insaciables de trabajo,
tan pronto da vida a un ser, se desprende de él y une a otro contribuyendo
a su vitalidad y energía; la abeja elabora admirablemente su panal, el castor
construye su pueblo sobre estacas dentro del agua; la hormiga edifica almacenes
espléndidos provistos abundantemente para la subsistencia; el hombre ha
adquirido la civilización a costa de incesante y esforzado trabajo a través de
los siglos; la mujer ha cumplido siempre la ley del trabajo: en los tiempos
primitivos concurría con el hombre a la caza y a la guerra, y fue la creadora de
las industrias y de las artes.

Mas en las etapas sucesivas de la civilización, la mujer fue apartada por el egoísmo
y la autoridad despótica del varón de los trabajos y puestos, quedando relegada a
los últimos e inferiores, y también condenada al ocio estéril y embrutecedor, que
la somete al dominio absoluto del hombre.

De esta modalidad de vida hemos heredado el absurdo prejuicio de que el trabajo


deprime a la mujer de familias decentes; no, ningún trabajo degrada la dignidad
femenina, por el contrario, el trabajo es redención, es virtud, es fortuna y es grandeza.

La mujer que trabaja se dignifica, retempla su carácter en el esfuerzo, labora su


independencia económica, indispensable para la independencia moral y social,
eleva la mentalidad y aporta apreciable contingente a la economía nacional.

336
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

En Estados Unidos, la mujer considera el trabajo como necesidad ineludible, no


esperando verse apremiada por la miseria para practicarlo, sino que se dedica a
él como ocupación útil y noble de la vida, aún cuando posea fortuna.

La mujer verdaderamente culta, y que se basta a sí misma, no se enfrenta al


hombre en antagonismo y emulaciones perniciosas; apartándose del amor y de
la maternidad, como propalan algunos detractores de la cultura femenina.

.. .
No, esto es un error.

La verdadera educación femenina moderna, lejos de procurar únicamente el


egoísta bienestar personal de la mujer, de provocar el alejamiento de los sexos,
trata de consolidar el hogar y fortalecer los vínculos de la familia, haciendo la
unión matrimonial más noble, más armónica, por medio de la cultura integral
y perfectiva que corrige los vicios atávicos, la inepcia y frivolidad femeninas
elevando la mentalidad de la mujer, y dándole el verdadero concepto de su
misión de esposa y madre, y la capacidad para cumplirla eficazmente en sus
elevadas proyecciones morales y sociológicas.

Insistimos en que al dar a nuestras alumnas esta preparación para que puedan
resolver asuntos económicos y ganarse la vida, no es nuestro espíritu enfrentarlas
en lucha con el hombre y apartarlas de las funciones del hogar, por el contrario,
hemos implantado los cursos de puericultura y ciencias domésticas, que se
enseñan por primera vez en el país, llenando la deficiencia que respecto a este
ramo tiene la educación femenina, y que completan la cultura integral de la
mujer capacitándola para dirigir acertadamente el hogar y para criar a los niños
sanos y robustos, evitándoles dolencias, deformidades y la muerte prematura.

Elevamos así en nuestra escuela la maternidad al concepto de función social,


que es el que deben tener los seres cultos, y según el cual, la buena salud, el
robustecimiento de la raza y el desarrollo completo de la personalidad psicofísica
de la nueva generación, debe ser el objetivo preferente de los padres de familia.

En síntesis, es nuestro ideal formar un hermoso tipo de la mujer moderna, apta para
bastarse a sí misma; esposa digna, compañera inteligente y cariñosa del hombre,
que le comprenda y colabore en sus tareas; madre que a la ternura ingénita una los
conocimientos científicos para la criatura eficaz de sus hijos; elemento social de

337
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

moralización, que procure con su altruismo disminuir los dolores del desgraciado;
factor de progreso en la vida nacional, tal es como deseamos egresen de nuestra
escuela nuestras alumnas para que cumplan eficientemente la nobilísima y
trascendental misión que tiene la mujer en la sociedad moderna.

Finalidad de la educación femenina

Consecuente con estos elevados principios nos esforzamos en nuestra escuela por
• .. reformar la enseñanza, sustituyendo el intelectualismo estéril por la educación
práctica, eficiente, de preparación para la vida real en sus múltiples fases, y creemos
alcanzar esta finalidad dando a la enseñanza las siguientes orientaciones principales:

a) Desarrollo integral de la personalidad psicofísica de la mujer;

b) La dignidad humana como norma de la vida;

c) Gobierno de sí misma;

d) Capacidad para sostener o constituir una posición económica independiente;

e) Conciencia de la misión de esposa y madre; deberes domésticos;

f) Deberes sociales en la aceptación de la solidaridad y el altruísmo.

Programa de estudios

El programa comprende: instrucción primaria, labores manuales, ciencias


domésticas, puericultura, contabilidad, legislación y redacción comerciales,
taquigrafía, mecanografía, inglés, tipografía, encuadernación y piano.

Becas

La escuela concede becas a externas en la sección Primaria o Comercial, para las


niñas cuya familia carezca verdaderamente de recursos para sufragar los gastos de su
educación.

Local

Funciona en un local amplio e higiénico en el jirón Cuzco (Zamudio) 658.

338
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 23

Necesidad de la reforma para la educación primaria, 191733

Trabajo presentado, al "Primer Congreso Americano del Niño" -celebrado en


Buenos Aires en julio del presente año-por la señorita María J. Alvarado Rivera,
presidenta del Comité Peruano.

El más ligero análisis que hagamos de nuestras escuelas primarias, nos demostrará
que su principal orientación, es combatir el analfabetismo, enseñando á leer,
escribir, contar y otros conocimientos más ó menos extensos y científicos de vana
erudición y ornato. Imperan en el sistema vigente el verbalismo, las abstracciones
incomprendidas, el acopio de datos, que apenas si consiguen hacer en la memoria
un confuso almacenamiento de fragmentarias nociones completamente inútiles
en la vida práctica.

Los defectos más perniciosos de esta enseñanza intelectualista son los siguientes:

1.- Atrofia las principales aptitudes de la inteligencia, como son la observación,


la investigación y el raciocino;

2. - Habitúa al ocio, inspirando repugnancia y desprecio por los trabajos manuales;

3.- Desarrolla una necia vanidad fundada en el saber intelectual adquirido.

Esta errónea educación que es perjudicial en todas las clases sociales, causa
desastrosos efectos á la popular, en que sin medios de fortuna para estudiar largos
años á fin de consagrarse á profesiones liberales y ante las urgentes necesidades
de la vida, los jóvenes prefieren el trabajo material inmediato para atender á
la propia subsistencia. Pero con las características que imprime nuestra escuela
primaria, el hijo del proletariado que ha cursado el quinto año, no quiere ser
carpintero, ni zapatero ni consagrarse al oficio del padre; continuar estudiando
para ser médico ó abogado, ó conseguir un descansado empleo en las oficinas del
33 Alvarado Rivera, María Jesús. En La Prensa. Lima, 1 de enero de 1917.

339
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

gobierno, es su suprema aspiración. Es así incapaz de bastarse á sí mismo y de


ayudar á la familia; se convierte en un parásito que la sacrifica indolentemente
para que sostenga el señorío que conquistó en la escuela.

Las proyecciones sociales de este factor individual son funestas: ambiciones


impetuosas, envidias ruines, intrigas infames, venalidades nefandas, imperan
cínicamente poniendo los puestos públicos en manos de la inepcia que levanta
una valla indestructible al progreso, arrestando al país á la ruina, aniquilando,
..

como agosta el manganillo las plantas que nacen á su alrededor, cuantas nobles
y eficientes energías podían contribuir á la evolución nacional.

En las jóvenes se graban con la misma intensidad las perniciosas características


de esta errónea educación.

Con diploma de segundo grado la joven proletaria ingresa á la lucha por la


existencia, sin aptitudes prácticas para adquirir recursos económicos, sin fortaleza
moral para cultivar las virtudes domésticas y sociales.

Sabe de seguida los caracteres de divisibilidad de los números; está expedita en


la elevación á potencias y extracción de raíces; construye ángulos curvilíneos,
rectos, agudos, obtusos, complementarios, suplementarios, opuestos, internos,
externos, correspondientes, alternos internos y alternos externos; es erudita en
geografía de Asia y África; conoce toda la maravillosa historia del pueblo hebreo;
sabe que hay palabras regentes y regidas, que se puede transformar una oración
activa en pasiva y viceversa; recita las definiciones de las figuras de dicción; la
sinalefa, la aféresis, síncopa, apócope, prótesis, epéntesis, motátesis, y paragoge; y
en cuanto a la utilidad práctica de la gramática, no ha conseguido todavía abolir
de su conversación los barbarismos, ni redactar correctamente una carta. Sabe
también peinarse y vestirse á la moda; lleva moñas enormes; usa más aceitillo y
polvos que agua y jabón; apremia á la madre para que le mande hacer blusitas
que remudar; y parodia frases y ademanes señoriles.

Volvemos la medalla por el reverso para ver lo que no sabe ni teórica ni


prácticamente: es completamente inepta para confeccionar un vestido, para
coserle un simple traje á los hermanitos, para componer la ropa usada, para
mantener su modesta casa aseada, y en orden, para criar á los niños según los

340
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

preceptos higiénicos, evitándoles deformidades, dolencias y la muerte prematura


que tan pavoroso porcentaje de mortalidad infantil marca en nuestras estadísticas.

He de decir dos palabras sobre la compostura de la ropa, inclusive a zurcido.


Esta enseñanza es primordial en la escuela, y su supresión de consecuencias más
graves de lo que se cree.

Acostumbrándose la alumna sólo al trabajo intelectual, ó iniciada apenas en


costuras :finas, camisas de batista, bordados, cojines, labores principalmente de
lujo, desdeña dedicarse en el hogar al rendimiento de la ropa, considerando tal
ocupación demasiado humilde y prosaica, la digna de una señorita estudiante,
y no encuentra más remedio para una prenda rota que reemplazarla por otra
nueva, y mientras esto no se pueda, usarla y que la use el padre, los hermanos, los
hijos más tarde hecha girones.

Además de su ineptitud para los quehaceres del hogar, la joven producto


de la actual educación, ensoberbecida con su vano saber teórico, iniciada en
las vanidades en la sociedad escolar, se siente descontenta ya en su humilde
condición, aguijoneada por ambiciones de molicie y lujo, menosprecia al
pariente, al amigo de la infancia, rechaza al pretendiente modesto, prefiriendo
el bienestar aleatorio que le brinda un hombre de mejor condición social, á la
unión legítima con un honrado obrero.

Invierte, pues, su misión social, desmoraliza en lugar de moralizar. En lugar


de permanecer en su medio como reformadora de costumbres, como agente
de saneamiento, como creadora del hogar obrero, apartando á los jóvenes
de la pendiente del vicio, atrayéndolos, cautivándoles con los lazos del amor
honrado, reteniéndolos con las ventajas del hogar estable y bien regido,
haciéndolos comprender la excelencia de la vida de familia apacible y metódica,
sobre la inquieta y desordenada de la del hombre sin hogar legítimo, los deja
abandonados al vórtice de las pasiones, cuando no los precipita ella misma en
él, perpetuando el desquiciamiento y desmoralización del hogar.

El mal, como vemos, es gravísimo, y por este mismo motivo, por su gravedad,
los que lo conocemos, tenemos el sagrado deber de descubrirlo para que sea
atacado eficazmente.

341
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Debo también exponer, siquiera sea someramente, algunas reflexiones sobre


la facultad que conceden los estudios primarios para ejercer el profesorado,
previos los exámenes correspondientes. Desde luego se deduce que si la escuela
primaria es ineficaz para formar el hombre y á la mujer para la vida individual
y doméstica, más ineficaz será aún para preparar maestros, puesto que es ya un
axioma que el maestro necesita saber no solo lo que va á enseñar, sino tener un
vasto conocimiento de las materias, y saber enseñar, aptitud que solo se adquiere
por el conocimiento de la psicología, pedagogía filosófica, de la metodología y
de otras ciencias auxiliares.

Es necesidad imperiosa la preparación del maestro en escuelas normales en


número suficiente para toda la República. La escuela fiscal debe dedicarse
única y exclusivamente á las masas populares procurando su perfeccionamiento
moral y su bienestar económico por medio del trabajo esforzado, sin inculcarles
desapoderadas ambiciones, y estólida vanidad que substraen brazos al trabajo y
producen el desequilibrio social.

Para evitar este peligro y que no se esterilicen tampoco, las buenas disposiciones,
que para determinados ramos del saber humano, poseen algunas personas,
sin distinción de clase social, los maestros pueden hacer una racional y justa
selección que facilite á los aptos al ingreso á las escuelas superiores profesionales
para el cultivo de sus facultades sobresalientes, reveladas en la escuela fiscal que
puedan aportar valioso contingente al progreso.

Mientras no tengamos maestros competentes, dignos, conscientes de elevada


misión, no conseguiremos el perfeccionamiento de la educación nacional.

Analicemos también, aunque sólo sea en sus principales efectos la educación en


la clase media y en la aristocrática que entre nosotros se confunden, no existiendo
grande y verdadera distinción entre una y otra, ni por la fortuna, ni por la estirpe.

La clase media puebla en muy reducido número la escuela fiscal, pues dominada
aún por coloniales orgullos, prefiere la ignorancia para sus hijos á que se eduquen
con los del pueblo. La mayoría manda á los niños á las escuelas particulares,
en las que salvo raras excepciones, la pedagogía está más atrasada que en la
escuela pública. En estos establecimientos y en los religiosos, de más ó menos

342
ANTOLÓGÍA DE TEXTOS

tono, reciben los alumnos de ambos sexos educación superficial y deficiente,


informada en todos los prejuicios sociales. Allí aprenden á conocer el acatamiento
que merece la fortuna, el nombre ilustre heredado, la posición social, en fin; allí
es donde se experimenta los primeros goces de la vanidad al recibir halagos
ó las primeras amarguras de la humillación al ser menospreciado; primeras
impresiones indelebles que modelan el carácter en la soberbia, el egoísmo y las
ambiciones de triunfos frívolos ó en la desilusión y la tristeza, el rencor y la
protesta de la modestia deprimida.

No se estimula el esfuerzo personal ni se educa la voluntad, que queda á merced


de influencias extrañas y de las pasiones. Se inculca aún el concepto de la
debilidad y fragilidad humanas y se espera para corregir los defectos y alcanzar
éxito en las empresas el milagro divino. El niño desaplicado y revoltoso sabe que
su madre sólo espera su reforma del auzjlio celestial, por interacción de un santo
á quien ofrece velas; lo que le convence de que él no es responsable de sus actos,
ni tiene poder para gobernarse: depende de una voluntad superior que lo dirigirá
á su frágil y viciosa naturaleza.

En cuanto á la enseñanza de la economía doméstica en la educación femenina,


no existe, pues, marcas, tejidos, bordados y costuras de lujo para la exhibición
escolar no constituyen la educación doméstica. Nuestras niñas reciben nociones
siquiera sea elementales y teóricas de muchas ciencias, pero se les deja ignorar
por completo la Puericultura, accesible hasta ahora sólo al médico.

Preguntamos con Spencer; "¿No es monstruoso que el destino de las nuevas


generaciones se abandone al azar de la rutina y del capricho, á las inspiraciones de
nodrizas ignorantes y á las preocupaciones de los abuelos? La mejor instrucción
aun entre los privilegiados de la fortuna, no es en el estado actual, más que una
instrucción de celibatarios".

El hombre -dice un profesor cubano- no es sino el producto legítimo de su


medio y de la educación que recibe. No debemos culpar, pues, á la actual juventud
de inercia, frivolidad y egoísmo; no debemos culpar á la mujer si no está preparada
para su elevada función de esposa y madre; no debemos acusar al hombre de falta
de carácter, de aptitudes para el trabajo esforzado, ni de que prefiera la molicie del
burócrata á la vida activa y laboriosa en el campo de las industrias.

343
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Los culpables son la deficiencia de la educación, los prejuicios é indiferencia


y lenidad del hogar, y las perniciosas sugestiones del medio, los tres factores
determinantes de la obra educativa. Para que ésta realice su acción de
perfeccionamiento y preparación para la vida es necesaria la reforma de
la escuela, la cooperación eficaz del hogar y el saneamiento del medio.
Comencemos por la reforma de la escuela primaria orientándola en el sentido
de que eduque á la juventud, satisfaciendo las necesidades individuales y
sociales de la vida moderna.

El objetivo de la primera enseñanza, es educar, en el más breve tiempo


posible, á los hijos del proletariado, desenvolviendo armónicamente las útiles y
ennoblecedoras disposiciones innatas de su personalidad psicofísica, aniquilando
las malas y dotándola de aptitudes nuevas, para que al abandonar demasiado
pronto el estudio, apremiados por las urgentes necesidades de la vida, se
encuentren capacitados para ampliar por sí mismos sus conocimientos, como lo
recomendaba Rousseau, para ganar honradamente la vida y ser hombres de bien
y buenos ciudadanos, cumplidores de sus deberes cívicos.

Y cuanto á la mujer, la educación debe tener como finalidad de la cultura integral,


desarrollar los sentimientos, habilidad y aptitudes de la buena madre de familia
-pues toda mujer lo es, si no fisiológica, psicológicamente- para que sea el
verdadero sostén del hogar obrero, agenciándose comodidad, belleza y dicha en
su modestia, que venzan la voluntad del hombre, reteniéndole con las dulzuras y
ventajas mil de la honrada familia estable.

Debe capacitársele, teórica y prácticamente, para la crianza de los niños por


el conocimiento de la puericultura, que le enseñará á conservarles la salud y
á favorecer su desarrollo, librándoles de la muerte prematura que tantas vidas
siega en la infancia, restando á las sociedades y al país preciosas existencias,
que de seguir su evolución natural, constituirían indudablemente factores de
mejoramiento y de progreso.

Para que la escuela realice este objetivo, es necesario hacer la instrucción elemental,
práctica y eminentemente intuitiva, con procedimientos que no persigan la
acumulación, sino el desenvolvimiento de las aptitudes mentales y dar al trabajo
manual la verdadera importancia que tiene, no como clase necesaria, sino como

344
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

materia primordial de la enseñanza. Parece que muchos maestros tienen el


criterio de que el trabajo manual es sólo para que el niño confeccione cosas
bonitas que exhibir en las exposiciones escolares. Pero este es un gravísimo error;
el trabajo manual debe hacerse con fines instructivos educativos y aplicaciones
industriales que reporten utilidad al alumno y á la escuela.

Es preciso que el niño acate la ley universal del trabajo y que sepa prácticamente
que en él encontrará una fuente de recursos económicos, para lo cual nada más
eficaz que hacer que cultive desde la escuela primaria el trabajo remunerativo.
No es esta una utopía, ni siquiera un sistema difícil de organizar: la
manufactura de objetos de cartulina y papel para envase, cajas y carpetas de
cartón, encuadernación, cestos de paja, costuras, tejidos, bordados, la zapatería,
grabados, la fotografía, la agricultura, la floricultura y otras muchas labores,
pueden construir industrias escolares fáciles de implantar para educar á los
niños en el trabajo que ennoblece y proporciona la subsistencia.

En la naturaleza no solo el hombre trabaja: el átomo impalpable en su eterno


movimiento, acude afanoso á construir los cuerpos, y cual si estuviese dotado
de ardiente espíritu de generosidad y de anhelo insaciable de trabajo, tan
pronto da vida á un ser, como se desprende de él y se une á otro contribuyendo
á su vitalidad y energía.

La abeja elabora admirablemente su panal; el castor construye su pueblo sobre


estacas dentro del agua defendido por dique; la hormiga edifica almacenes
espléndidos, provistos para su subsistencia; el hombre ha adquirido la civilización
á costa de incesante y enérgica labor á través de los siglos; la mujer ha cumplido
siempre la ley de trabajo; en los tiempos primitivos concurría con el hombre á la
caza y á la guerra y fue la creadora de las industrias y de las artes. Pero el egoísmo
y la autoridad despótica del varón, fueron apartando á la mujer de los trabajos y
puestos, relegándola á los últimos é inferiores y condenándola también al ocio
estéril y degradante, para tenerla á merced de sus caprichos y pasiones.

Mas la vida moderna intensa y compleja, impone á la mujer nuevamente el


trabajo, y es preciso capacitarla para él desde la escuela, á fin de que esté armada
para emprender honrada y ventajosamente la lucha por la existencia, salvando
incólume de las acechanzas que le tiende el vicio.

345
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Si el trabajo es indispensable en todas las clases sociales, especialmente en la


proletaria, nada más racional y justo que educarla en la labor remunerada; pero
hacerla pasar la niñez y parte de la juventud, con el ocio, recibiendo una mera
instrucción, pretendiendo sólo por consejos que más tarde sea laboriosa, es algo
absurdo y que acusa imprevisión é indolencia indisculpable.

Elevar el trabajo con la educación á virtud cardinal; hacer que constituya en la


vida individual un hábito imperioso, una función fisiológica precisa, si se me
permite la frase debe ser finalidad primordial de la escuela.

Cuanto á la cultura femenina, insiste en que debe reformarse sobre la base de la


enseñanza de la economía doméstica y la puericultura y comprendiendo en su
orientación estos puntos principales:

a) Desarrollo integral de la personalidad psicofísica de la mujer.

b) La dignidad humana como norma de la vida.

c) Gobierno de sí misma.

d) Capacidad para sostener ó construir una posición económica independiente.

e) Conciencia de la misión de esposa y madre; deberes domésticos.

f ) Deberes sociales en la acepción de la solidaridad y el altruismo.

g) Deberes cívicos.

La reforma de la educación femenina derivará las siguientes ventajas:

1.- Formar un hermoso tipo de la mujer del pueblo; modesta, honrada,


trabajadora, apta, limpia, buena esposa y buena madre, que cimente sobre
sólidas bases el hoy desquiciado hogar del obrero peruano, apartando á este
de la taberna y del vicio, y haciendo de sus hijos dignos ciudadanos de una
democracia, ilustrada, que se oponga al despotismo y abusos del poder é
incremente con su esfuerzo la riqueza pública.

2.- Disminuir en las clases [ ...] el egoísmo, que hoy hacen llevar á la mujer una
existencia inactiva y estéril: con clara conciencia de su dignidad, de su valor, y de su

346
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

misión social, sabrá vivir noblemente la libertad y hacer buen uso de los derechos
que en hora no lejana le concederán las reformas legislativas plantadas ya; con
perfecta comprensión del matrimonio, será la compañera leal ó inteligente del
hombre, que colaborará en su trabajo, que contrasta el infortunio, que lo sostiene
en sus desfallecimientos, que estimula sus energías, que siente al urúsóno sus
emociones de felicidad y desventura, que hace del hogar el oasis del desierto de
la vida; como madre formará á sus hijos sanos de cuerpo y fuertes de espíritu,
emprendedores en el trabajo ó inflexibles en la moral cívica; en cumplimiento
de altos deberes altruistas, procurará la educación de las masas ignorantes, el
alivio de los seres desgraciados, la regeneración de las multitudes envilecidas, la
reforma de las injusticias sociales y cuanto tender pueda al perfeccionamiento
y felicidad de la humanidad; como patriota será la vestal que conserve el fuego
sacro del sentimiento cívico, el culto de los héroes y las tradiciones de poesía,
sublimidad y gloria.

En la educación del hombre la reforma insinuada desarrollará la gran virtud de


trabajo que es la base más sólida de la moral y el factor del bienestar individual y
de la riqueza pública, porque arranca á las selvas seculares y á los senos vírgenes
de la tierra, sus cultos tesoros explotándolos en mil industrias generadores de la
fortuna privada y de la grandeza nacional.

CONCLUSIONES

I.- La actual orientación de la enseñanza propende solo á la vana ilustración de la


mente por acopio de datos.

II.- No desarrolla las facultades intelectuales ni capacita para la lucha por la


existencia.

III.- Estimula la inercia, la vanidad y la empleomanía.

IV. - Atrofia la voluntad y el esfuerzo personal, inculcando el depresivo y funesto


concepto de la debilidad humana.

V.- No prepara á la mujer para bastarse á sí misma ni para el eficaz desempeño de


su misión doméstica y social.

347
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870�1930

VI.- Para evitar estos males, deficiente cultura proyecta á la sociedad y á la nación,
son gravísimas, porque con los hábitos de ocio y molicie que crea, incrementa
la miseria, la burocracia, el proletariado, restando brazos á las industrias que
son las verdaderas fuentes del engrandecimiento de los pueblos.

VII.-Para evitar estos males, se impone la reforma de la primera enseñanza,


dándole por principal orientación el trabajo con aplicaciones industriales,
según los productos y necesidades locales, y de manera que el alumno
pueda obtener remuneración.

VIII.-En la educación femenina, además del trabajo utilitario debe implantarse


la economía doméstica y la puericultura para obtener el bienestar y
consolidación de la familia.

IX. - Otro de los principales objetivos de la cultura de la mujer, debe ser combatir
la inercia y la frivolidad, creándole hábitos de laboriosidad, é inculcándole
grandes ideales patrióticos y altruistas que la impulsen á contribuir en alguna
forma al bien social y á la evolución progresiva del país.

X.- La suprema finalidad de la escuela primaria debe ser la dignificación


moral de las masas populares, su mejoramiento económico por sus
propios esfuerzos, y la intensificación del amor patrio para el eficaz
cumplimiento de los deberes cívicos.

348
LASTENIA LARRIVA DE LLONA
..• (Lima, 1848 - Lima, 1924)

Fuente: Revista Alb1w1 Snló11, 1902.

349
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Texto 24

Virtudes y vicios femeninos, 1917-1918 34

V
La pereza

Una de las tendencias que con mayor severidad deben las madres combatir en
sus hijas desde la edad más tierna es la propensión a la pereza, que origina la
ociosidad. La imaginación desocupada, vagando libremente por los campos
ilimitados de lo real y de lo ficticio, sin el freno de una razón bien dirigida y
convenientemente desarrollada, puede producir funestos resultados, sobre todo en
la bella y misteriosa edad de la adolescencia. En esa edad de las rosadas ilusiones,
de las hermosas fantasías, de los encantados sueños; en esa edad en que se ama,
sin saber aún lo que es amor; se llora con todos los poetas; se simpatiza con todas
las desgracias históricas o novelescas; en esa edad dichosa en que el entusiasmo
desborda del ser; en que la vida solo se ve a través de un prisma fascinador y
maravilloso, en esa edad en que no se cree en el mal ni se adivina el engaño; ni las
malas pasiones han hecho presa en el alma todavía, ni aún el dolor...

[ ...]
... edad de candor y de pureza; pero también de sueños exaltados y de deseos
incipientes pero imperiosos, y en la que el corazón y la cabeza se complacen en
forjar mundos desconocidos y portentosos, es más peligrosa que en ninguna
otra la ociosidad.

No sé en qué periódico extranjero he leído no hace mucho, que está de moda


-¡benéfica moda!- en los Estados Unidos de Norte América, enseñar algún
oficio a todos los niños, y el cronista que da la noticia, agrega que probablemente
se seguirá en Europa tan útil reforma en la educación masculina. Igual voto
34 Larriva de Llona, Lastenia. Selección de artículos en La Mujer Peniana, Lima 1917 - 1918.

351
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

hago yo con respecto a nuestras repúblicas, y más aún, soy de opinión que a
las niñas, sea cual fuere su condición social y los bienes de fortuna con que
cuenten sus padres, debe también enseñárseles, teórica y prácticamente, todos
aquellos oficios domésticos que habrán de dirigir cuando sean madres de familia
si quieren que su casa marche con el debido orden y economía.

Además, nadie puede adivinar la suerte que le tocará. Hay ocasiones en que las
conjeturas mejor fundadas fracasan ante los secretos designios de la...

·- .. [... ]

...prendas morales y físicas, el caudal de su familia, el prestigio de un nombre


ilustre y, en fin, todas las condiciones personales más brillantes hacían augurar
que el camino por donde había de deslizarse su existencia sería un camino de
flores, ¡solo ha encontrado espinas desde los umbrales de la juventud!. ..

Muchos y muy desgarradores ejemplos de la inestabilidad de los bienes mundanos


me ha tocado ver durante mi ya larga existencia. En algunos casos, la pérdida de
la fortuna ha sido la pérdida de todo; con ella han naufragado la posición social,
la felicidad, la delicadeza, el honor, todo, todo; pero en otros casos, solo se ha
perdido el dinero y aun a las veces, la pérdida de los caudales ha servido para
afianzar la posesión de otros bienes más valiosos.

Una amiga mía de infancia joven y bella, criada primero en casa de sus amantes
padres con todo aquel cariño y engreimiento que suele extremarse en Sud
América, en ciertas clases sociales -y casada después con un hombre rico,
que la idolatraba y hacía consistir su dicha en adivinar y satisfacer sus menores
caprichos-, se vio reducida de un momento a otro a la más grande miseria.
Su padre fue muerto en una de las guerras civiles que ensangrientan a menudo
nuestras repúblicas, y su marido, cuyos bienes fueron confiscados, a consecuencia
de la misma revolución, tenía que vivir oculto para escapar de las persecuciones
de que era objeto por parte de sus enemigos políticos. Ella, ella sola, que no
tenía aún veintiséis años cumplidos: ella tan débil, tan delicada, tan tímida en su
estado normal, tuvo entonces que arbitrarse los recursos necesarios para sostener
a su esposo, a sus hijos y a su madre anciana y enferma; y que multiplicarse para
atender a los quehaceres de la calle y de la casa. Para todo se bastaba. ¡Pobre
Delfina! Pena mezclada de gozo me daba el verla preparar con sus pequeñas

352
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

y delicadas manos, no acostumbradas a tales faenas, la comida para todos esos


seres amados de su corazón, de quienes era la Providencia; peinar y arreglar en
seguida a los tres mayorcitos de sus cuatro ángeles, llevarlos ella mis...

[ ... ]
... por amistad y volver apresurada a su casa, para amamantar al pequeñuelo
y ocuparse en las tareas, más penosas aún, de coser toscas piezas de ropa,
mezquinamente pagadas por alguno de esos tenderos sin conciencia que se
.. • enriquecen a costa de los pulmones de las mujeres menesterosas y vergonzantes!

Y sin embargo, nunca se quejó ella: la dulzura de su carácter no se desmintió


ni un instante con tan duras pruebas; y más de una vez al ir a su casa, oí
desde la puerta de la calle su pura y argentina voz -esa voz que había sido
el encanto de sus admiradores-, entonando alguna cavatina de sus óperas
favoritas, mientras trabajaba, o cantando para hacer dormir a su niño alguna
de esas tiernas coplas que todas las madres saben y que todos los niños
entienden desde la cuna.

Por fortuna el marido de Delfina era un joven de mérito real y supo comprender
y estimar debidamente los sacrificios de su noble compañera. ¡Qyé inmenso
amor, cuánta ternura, y qué santo orgullo se leía en sus ojos velados por dulces
lágrimas al mirar a su joven y linda esposa, ir y venir, agitarse, regañar a este de
sus niños, acallar a aquel, desvestir al uno, hacer rezar al otro; y que entre las
idas y venidas, y los besos y las amonestaciones, volvía a cada instante hacia él,
el bello rostro sonriente como para decirle que en medio de sus fatigas y de su
pobreza era feliz con tenerle a su lado y trabajar para él y para sus hijos!

¡Dichosa, mil veces dichosa, la mujer capaz de tan noble abnegación y tan
meritorios sacrificios, pues ella alcanzará tarde o temprano el merecido galardón;
pero más dichoso aún el hombre que supo elegirla para que compartiera con él
los días de ventura y los días de miseria!

Si aún no me conformo yo con que las mujeres sean médicas, abogadas, militaras
ni juezas, (el feminismo va a traer una revolución hasta en la Academia de la
Lengua), en cambio me parece muy bien que después de haber obtenido el
diploma de eximias costureras, cocineras, reposteras y aun de la ...

353
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

[ ... ]
que deben afanarse en alcanzar hasta las más ricas, por las razones anteriormente
expuestas, procuren ejercitar sus facultades en cualquiera de las Bellas Artes, con
la seguridad de que si saben elegir según las dotes y aficiones de cada cual, no
serán jamás perdidos el tiempo y el dinero que en el aprendizaje se empleen.

El trabajo, ya sea intelectual o material es el mejor antídoto contra los vicios.


Una mujer activa, laboriosa, que sin descuidar sus labores domésticas halla
·- • tiempo que dedicar a las elucubraciones del espíritu, es una mujer sana de
cuerpo y alma; es decir que retiene en su ser las dos supremas bellezas: porque
hay que advertir que, de acuerdo con la eminente socióloga y criminalista
española Concepción Arenal, no quiero yo que por ser mujer de su casa, se
crean las personas de mi sexo, casadas o solteras, dispensadas de todo deber
para con la sociedad en que viven, para con sus semejantes y para con la
Humanidad entera. No, yo sé que todos los que vivimos sobre el haz de la
Tierra formamos una sola y gran familia. Cada uno de los miembros de esta
familia, debe propender al bien de los demás en la esfera de sus esfuerzos, y
según el rol que la Providencia le ha asignado. Es una colmena en la que no
debe haber zánganos.

Pero hay trabajos activos y trabajos pasivos, si se me permite esta antitética frase,
y los últimos son los que por lo general atañen a las mujeres. Y digo por lo
general, por que también acepto que hay excepciones en nuestro sexo, cuyas
dotes extraordinarias exigen también extraordinarios medios de acción.

¡Instrucción, ilustración para el sexo femenino!, se pide ahora en todos los tonos.
Sí, instrucción, ilustración para las mujeres, también pido yo, con todas las fuerzas
de mi alma; instrucción e ilustración sanas y profundas, para que adquieran la
clara conciencia de sus deberes y de sus derechos; instrucción e ilustración para
que no sean únicamente unos maniquís de modista, sin más oficio que exhibir
vestidos y sombreros: instrucción e ilustración ...

[...]
... sino en lo que a lo moral y a lo intelectual se refiere; instrucción e ilustración,
pero no de aquellas superficiales que no hacen más que aumentar el número de

354
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

las pedantes insoportables, de aquéllas románticas de mrua ley, más insoportables


aún, que por haberse llenado la cabeza de novelas tontas e inmorales, o que ambas
condiciones reúnen, se creen seres superiores e incomprendidos para quienes la
virtud suele ser sinónimo de vulgaridad, y que por lo tanto se imaginan rebajadas
al ocuparse de los quehaceres de su casa. De alguna de estas muñecas he oído
referir, que se sulfuraba grandemente cuando su marido le anunciaba que había
invitado a comer a algunos amigos, y le suplicaba con los mejores modos que
inspeccionara a los criados a fin de que todo estuviera bien dispuesto. Por cierto
que jamás se qignó ella atender esa recomendación y el infeliz marido sufrió
más de un bochorno, por la indisculpable negligencia de su mujer, y a la postre,
como era lógico suponerlo, fracasó ruidosamente ese matrimonio; porque hay
que tener en cuenta que el hombre suele ser eminentemente egoísta, y sucede
por esto que las cualidades que más aprecia en la esposa, en la compañera, son
aquellas que a él le proporcionan bienestar y goces. De aquí que no es raro que
prefiera a una mujer vulgar y torpe, tal vez liviana, pero que tiene el arte de hacer
agradable su hogar, a otra, adornada de sólidas virtudes pero en quien domina la
pereza, de tal suerte que son para el marido momentos de supremo fastidio los
que tiene que pasar en su casa, donde. todo es desorden y suciedad y entre sus
hijos, a los que jamás logra ver medianamente arreglados, gastando tres veces
más de lo que sería menester, si tuviera una esposa hacendosa. Y tal cual vez
me ha sucedido que, al reprobar a algún sujeto su alejamiento y desapego de
su mujer -joven, bella y virtuosa-, mientras frecuentaba asiduamente a otra
menos joven, menos hermosa y menos buena, me contestaba melancólicamente:
¿Qyé quiere usted? Yo también me lo reprocho...

[ ... ]

...la actividad de una madre y la inercia de la otra! Nosotros los hombres


necesitamos, señora, encontrar en nuestros hogares, no solo la santidad y el
cariño, sino también la pulcritud y la gracia...

Y digo yo, que la mujer que una a su virtud y a su belleza, el cultivo del arte
en alguna de sus diversas manifestaciones y el sabio manejo de su casa, puede
asegurarse que tiene una fuerte égida contra la infidelidad de su marido y
contra su propio descarrío, pues no se avienen bien juntos en el cerebro ni en
el corazón humano las severas virtudes hogareñas, ni el culto del ideal, con las

355
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

mezquinas y vulgares pasiones: estas anulan siempre en los corazones vacíos, en


las imaginaciones desocupadas, como animales dañosos, que se adueñan de las
casas que sus legítimos poseedores abandonan.

XI

La prudencia

"Señora, le recomiendo a Ud. encarecidamente que no olvide a la Prudencia


-me dijo un ilustrado sacerdote amigo mío, no bien se enteró de la tarea que
trataba yo de llevar a cabo en estos artículos- sí, escriba Ud. sobre la Prudencia,
que con ser una de las virtudes esenciales de la mujer, la poseen muy pocas,
desgraciadamente. ¡Y cuántos matrimonios conozco yo, infelices nada más, que
por falta de esa cualidad, en la esposa!"

Gran autoridad prestaba a estas palabras el carácter sacerdotal de la persona que


las pronunciaba, pues, ¿quién más acertadamente que un director de conciencias,
que un padre espiritual, que un médico del alma, podrá conocer las deficiencias
y las dolencias morales de la criatura que, no solo por cumplir un deber religioso,
sino para complemento de su dicha, si es feliz, o para consuelo de su dolor, si es
desgraciada, se arroja a sus pies y le abre por completo su corazón?

Mucha verdad es, pues, que aunque la citada virtud debería adornar
preferentemente al sexo femenino, escasea bastante en él. Tal vez la desdeña,
porque no reflexiona bien las ventajas que ofrece a quien la practica, o porque no
la vislumbra con los seductores atractivos de sus hermanas.

Si se me permitiera emplear una frase redundante, diría que ella es una "virtud
modesta". Es que, por más que la persona que practica la Caridad, por ejemplo,
procura conformarse con aquel precepto evangélico que ordena que la mano
izquierda ignore los beneficios que hace la derecha, rara vez puede lograr que
sus liberalidades queden perfectamente ocultas. La Piedad, la Fé religiosa,
aunque tiene su asiento en el alma, no puede prescindir de ciertas exterioridades
inherentes al culto católico, y, como esta, muchas otras virtudes trascienden
precisamente al público: son perfumes que se escapan del vaso que los encierra,
por más que su dueño procure mantenerlo herméticamente cerrado. Pero esta
misma difusión del precioso aroma, es ya una especie de galardón para la persona

356
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

caritativa, para la persona piadosa. Puede decirse que dichas virtudes dibujan
como una aureola sobre su frente, que las acompaña por doquiera, y que por
doquiera atrae sobre ellas la atención. El amor propio, la vanidad, que encuentra
los medios de deslizarse hasta en las más nobles almas, hace su oficio con sus
seductores halagos.

No sucede lo propio con la Prudencia, que es para la mujer, una virtud doméstica,
sobre todo; pues es en el hogar donde está, principalmente, su campo de acción;
y es allí donde más necesario le es ejercitar tal don a aquella a quien se lo ha
concedido el Espíritu Santo.

Se comprende que me refiero en especial a las esposas, pues aunque de las


vírgenes prudentes se habla desde los Libros Sagrados, en el estado actual de
la sociedad, y con ser tan necesaria la cordura, la circunspección y el recato a las
jóvenes en la casa paterna, son aún más precisas dichas cualidades a la mujer bajo
el techo de su marido.

Algunas mujeres son prudentes por amor; otras lo son por reflexión. Las primeras
no necesitan hacer esfuerzo alguno para subordinar su voluntad a la del hombre
amado, complaciéndolo hasta en sus más absurdos caprichos, y son felices con
el papel pasivo que les ha tocado en suerte. Las segundas tienen que sostener
grandes luchas consigo mismas. Su carácter, su razón, su yo, se subleva a las
veces, pero la Prudencia eleva sobre esos murmullos de rebelión su voz mesurada
pero fuerte, y al fin logra acallarlos, y la paz conyugal, seriamente amenazada,
reina de nuevo en el hogar.

Al hombre le agrada ser el amo, y aunque en realidad no lo sea, hay que dejarle
creer que lo es. Este es el secreto de la felicidad de muchas esposas.

Pero tampoco escasean los tiranos de verdad entre los maridos, y es en estos
casos cuando ha menester la mujer de la Prudencia como de la mayor virtud.
En algunas llega hasta el heroísmo; pero estas son heroicidades incógnitas, que
se cumplen en estrecho recinto, circuido por cuatro paredes, y que la Fama no
pregona. Se realizan en las cotidianas batallas de la existencia y no hay medallas
ni cruces de honor para premiar a esas pobres mártires del deber, que cumplen
sin quejarse y hasta sonriendo, su difícil misión sobre la Tierra.

357
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1{170-1930

El matrimonio es una cru-i, se dice, y debería agregarse: sobretodo para la mujer.


Verdad es que el Amor la reviste de flores y que el interés o la conveniencia la
recaman de oro y de pedrería, o la adornan con blasones haciéndola más pesada,
aunque deslumbrante; pero es siempre cruz.

La nave en que dos seres de diferente sexo, unidos por mutuos afectos o por
sórdidas pasiones se embarcan para hacer inseparablemente el viaje de la V ida,
tiene que afrontar tempestades, y-continuando el anterior súnil-, si las flores de
ese cariño se marchitan y se deshojan a veces al primer soplo del huracán, dejando
solo las espinas en la cruz que aquellas cubrieron, la pesada cruz de oro y brillantes
puede poner a la embarcación en inminente peligro de zozobrar. Pero si el hombre
es el Capitán de esta nave; la mujer debe ser el Piloto. Ella es la que ha de evitar el
naufragio en este último caso; que en el primero, cuando el Amor se ha embarcado
junto con la pareja, para servirles de guía en el penoso viaje, él le enseñará la manera
de curar las heridas que aquellas espinas le infieren a ella y al querido compañero. ..

Sin embargo, no debe de confundirse la Prudencia con la debilidad; pues si la


primera es altamente meritoria, la segunda puede llegar hasta a ser culpable.
En nuestra imperfecta naturaleza humana, aún la exageración de un buen
sentimiento, puede conducir a lamentables extravíos. No es prudente sino débil,
con la más punible de las debilidades, la mujer que por no contrariar a su marido,
le ve impasible sumerjirse en el abismo de los vicios. Debilidad, lenidad semejante,
puede acarrear los más desastrosos males para la familia, y si la culpa activa es
gravísima en aquel que es cabeza de ella, también es culpable aunque solo lo sea
"pasivamente", la que sin enérgica protesta de su parte, mira esa conculcación de
los más sagrados deberes en el que es su esposo y el padre de sus hijos.

Si virtud y grande es la Prudencia, no lo son menos la Fortaleza y la Justicia.

XII
La caridad

No hay, no puede haber virtud más agradable a los ojos de Dios que la Caridad.
Era ella desconocida antes de la venida del Redentor del mundo. Fue Él quien
la instituyó con estas hermosas y sencillas palabras: ''Amaos los unos a los otros".

358
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Y no dijo que deberíamos amar solo a los que poseen belleza o virtud, o ambas
dotes a la vez. No, debemos amar a los que no nos seducen por los atractivos del
alma y del cuerpo, y amar también, y amar más aún, a los que están desposeídos
de esos encantos. Es fácil amar lo que es bueno, lo que es bello; pero es meritorio
amar lo que es feo, moral y físicamente.

El ladrón, el asesino, el malvado, la mujer impura, son nuestros hermanos, y a


nuestros hermanos no dejamos de amarlos por sus faltas, por sus vicios, por sus
crímenes. Tal vez si a causa de ellos los queremos más, porque comprendemos que
son desgraciados con la mayor de las desgracias que pueden afligir a un ser humano.

La Caridad es amor, la piedad es amor, la compasión es amor. El alma


caritativa no conoce el odio. Por caridad, por piedad, por compasión, dio
su sangre por nosotros el Divino Salvador. Caridad, amor, nos trajo con su
excelso ejemplo. Caridad y amor nos predicó con su divina palabra. En la
facultad de todos está practicar la Caridad. Los ricos y los pobr�s, todos
pueden hacerla. Una dádiva es Caridad, pero hay dádivas morales y dádivas
materiales. Una palabra, una sonrisa, una oración son a veces limosnas más
eficaces para curar las enfermedades del alma, que las limosnas del dinero
lo son para curar las dolencias del cuerpo.

El que tiene la virtud de la Fé, obtiene con ella la dicha para sí mismo; el que
tiene la virtud de la Esperanza, goza con ella una felicidad que desconocen los
pesimistas; pero el que ejerce la Caridad, proporciona la dicha, a los demás; es
decir: se asemeja a Dios.

La mujer es por naturaleza caritativa, como que por naturaleza es abnegada.


Solo en la mujer pudo encontrar San Vicente de Paúl sus dignas colaboradoras.
Curar a los enfermos en los hospitales, por asquerosos que sean los males de
que adolecen; restañar las heridas de los que caen en los campos de batalla,
ay udar a bien morir a los unos y a los otros; volver hacia Dios a los pecadores
empedernidos que de Dios se olvidaron o que jamás le conocieron; he aquí
la misión de esos ángeles terrestres, contra los cuales no blasfeman ni aún
los que de lo más santo blasfeman. Pero sin necesidad de hacer como estas
ejemplares mujeres, profesión de Caridad, la ejercen muchas de ellas, sin
dejar de cumplir sus deberes de madres y de esposas. ¡Hay tantas desgracias

359
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

que remediar, hay tantos dolores que consolar! ¡Y qué gozo tan grande y tan
puro siente el alma cuando recibe el "Dios se lo pague" de un desdichado
cuyas penas pudo aliviar! ¡Y qué lástima nos inspiran los ricos que jamás han
escuchado esa hermosa frase!

Los bienes de la tierra, en la tierra se quedan. Esta, que es una verdad de


Pero Grullo, parece que no la comprenden los ricos avarientos; porque si la
comprendieran, no permanecerían ciegos ante las miserias de sus prójimos,
ni sordos ante sus ruegos. Pasan indiferentes cerca de las necesidades de un
pobre que implora su piedad; y le niegan su ayuda, cuando tal vez morirán
esa misma noche, dejando abandonadas todas sus riquezas con las que no
podrán comprar ni una hora más de vida; y no llevarán, para presentarlas ante
el Tribunal Supremo, las bendiciones de ese desgraciado, que les habrían sido
más beneficiosas que los montones de oro, que se vieron forzados a abandonar
junto con sus vestiduras carnales ...

Luego, la Caridad es, sin duda alguna, la virtud más simpática. Y hay sus
razones para ello. Solo indirectamente reportamos un beneficio de las demás
virtudes que vemos practicar en el mundo; pero la Caridad nos beneficia de un
modo directo. Mejor dicho: aquel que no nos humilla con su soberbia, que no
nos defrauda nuestros salarios por avaricia, que no envidia nuestros bienes de
fortuna, que no codicia nuestra felicidad conyugal, etc., etc., deja de hacernos
un mal, nada más; pero el caritativo, nos hace un bien. Por tanto no hay quien
no ame esta virtud, quien no la ensalce sobre todas las demás. Existen seres
monstruosamente ingratos, que no solo desconocen los favores que reciben,
sino que por el mero hecho de ser favorecidos conciben aborrecimiento hacia
las personas de quienes recibieron las mercedes, y así lo he dicho en otro de
estos artículos; pero aún estos, se limitan a odiar al favorecedor, y prosiguen,
aunque parezca absurdo, amando la virtud que aquel practica. ¡Misterios del
insondable y tenebroso corazón humano!

Condensadas encuentro todas mis ideas sobre la Caridad, en unos versos que
escribí hace algunos años y por lo tanto, creo oportuno copiar para terminar
este artículo, algunas de sus estrofas, aunque resulte algo pedantesco y no poco
cursi, el citarse a sí mismo:

360
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Caridad es amor; y amor tan solo,


de un Polo al otro Polo,
para ser venturoso, necesita,
con la ventura que es del Bien hermana,
la infeliz prole humana,
culpada, errante y del Edén proscrita.

Caridad es amor, amor ardiente


que el noble pecho siente
por todo aquel que lucha, sufre y llora:
por el ser que el delito no ha manchado,
como por el malvado
que del castigo ve llegar la hora;

Caridad es amor, amor que abraza,


sin distinción de raza,
a todos los mortales sus hermanos;
de quien reciben los profusos dones,
con tiernas bendiciones,
niños, mujeres, jóvenes y ancianos.

Caridad es amor, amor sublime


que al pecador redime;
¡amor de que nos dio divinas muestras
el Augusto Señor de tierra y cielo
cuando bajó a este suelo
a morir por borrar las culpas nuestras!

Caridad es perdón de los agravios,


con el alma y los labios;
es hacer de sí propio el sacrificio,
y, de Jesús las máximas siguiendo,
ir siempre devolviendo,
por cada inicua ofensa un beneficio;

Y amparar a los niños indigentes,


víctimas inocentes
del vicio, el crimen o la suerte dura;
darles el pan del cuerpo, y el que calma
la agitación del alma
y sus dolencias más atroces cura;

361
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Es sacar del abismo negro y hondo,


en cuyo oscuro fondo,
por culpa ajena o propia, sumergidas
yacen, aquellas pobres extraviadas
que, para el Bien creadas,
vuelven al Bien, del Mal arrepentidas:

Es velar junto al lecho de agonía


del que con saña impía
hizo a los dogmas santos cruda guerra;
luchar, vencer a esa alma empedernida,
y darle eterna vida
cuando se apresta a abandonar la tierra;

Es elevar a Dios constantemente


una plegaria ardiente
por el hombre de bien inmaculado;
y con inmenso amor fe sublime
rogar por el que gime
bajo el yugo oprobioso del pecado...

Todo eso es Caridad. Caridad santa,


amor que al ser levantada
hasta Aquel que es de amor la voz
y cuyo Corazón de amor sediento es fuente,
-¡adorable portento!-
arde, sin consumirse, eternamente...

XIV

La castidad

Afirma la ciencia moderna que no hay criminales sino enfermos. Admitiendo tal
aforismo, las cárceles deberían transformarse en hospitales, y a los reos de robo,
homicidio y de otros hechos aún más horribles que estos, debería compadecérseles
y curárseles antes que aborrecerlos y castigarlos.

Verdad es que, desde muy antiguo se acostumbraba grabar en el frontispicio de


las casas de corrección la siguiente leyenda, profunda y piadosa, que con una

362
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

mezcla de temor y de pena, deletreaban los niños al pasar por delante de los
mencionados edificios: «Odia el delito, y compadece al delincuente».

No podré decir yo, en verdad, si es grandemente consoladora, o por el contrario,


profundamente triste aquella afirmación de los sabios criminalistas de nuestros
días. Solo sé que, consciente o inconsciente, y, yá obedezca a los perversos
instintos de su alma, o a la anormal configuración de su cerebro, y por más
esfuerzos que hagamos para tenerle conmiseración, conformándonos con aquel
evangélico mandato, el malvado será siempre un ser repulsivo. Inconsciente
•... es el tigre y nos inspiran horror sus feroces instintos. Ni es culpable la vibora
por haber nacido víbora, ni tiene mérito la paloma por ser paloma; pero todos
miramos con horror a la primera, aun cuando abriguemos la seguridad de que
no puede hacernos daño, y sentimos impulsos de acariciar a la segunda. ¿Y quién
no preferiría ser paloma más bien que víbora? Enferma es también, más que
criminal según estas teorías, la niujer impura y descarriada: y por ende, más
digna de piedad que de reproche. Yá antes de que la defendiera con toda su
fuerza y su poder la orgullosa ciencia, había empleado con el mismo fin el Arte
divino todas sus deslumbradoras galas. Manon Lescaut, Marión Délorme,
Margarita Gautier, tres extraviadas, dieron a tres grandes talentos, la gloria de
poetizar lo impoetizable. El genio tiene sus aberraciones, y logra a veces con su
magia imponerlas a sus contemporáneos. Pero lo erróneo, lo absurdo, lo inmoral,
si logra imponerse por algún tiempo, no puede prevalecer. El tiempo ha ajado
los ropajes brillantes con que el abate Prévost, Víctor Hugo y Dumas vistieron
a sus heroínas, y a través de ellos, se ven yá las deformidades que ocultaban.
Pero pese a quien pesare, una mujer impura será siempre objeto de asco o de
desprecio para toda persona de rectos y delicados sentimientos, aunque a ese
asco y a ese desprecio vaya muchas veces unido un sentimiento de profunda y
sincera lástima, ¡Lástima sincera y profunda inspiran los leprosos; pero también
se siente hacia ellos una repugnancia infinita!

Y es que la Castidad es la virtud por excelencia de la mujer. Todos los otros


vicios pueden perdonárseles, y se les perdonan, en efecto, en gracia de ese don.
Los hombres -cosa digna de observación-, aunque no es ciertamente la
continencia la virtud por que más se distinguen, es la que más estiman en el sexo
contrario. Todos ellos sin excepción, preferirían confesar que su padre es jugador,
ebrio consuetudinario, asesino o bígamo, antes que convenir en que su madre

363
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

pertenece al gremio de aquellas desgraciadas que profesan un oficio que no me


atrevo siquiera a nombrar.

Y, ¿cómo puede haber una madre a quien no detenga, en el momento de


caer al abismo del pecado, el recuerdo de sus inocentes hijos cuyas puras
frentes va a manchar con el estigma oprobioso e indeleble de su culpa, cuya
existencia vá a amargar para siempre exponiéndola al desprecio y al ludibrio
de la sociedad, que se encarga de cumplir aquella sentencia de que los hijos
pagarán las culpas de sus padres?

Si la pureza es el adorno más preciado de una virgen, es prenda esencialísima,


cualidad imprescindible en la mujer casada. Las ligerezas, las coqueterías que
en aquella pueden pasar como faltas veniales, como pecadillos sin mayores
consecuencias, revisten en esta gravedad indiscutible. Ser casta es el primer deber
de la esposa: ha jurado al pie de los altares guardar su fé inviolable al compañero
que libremente eligió, y de guardarla no solo por respeto a esos juramentos, sino
también, y muy principalmente, por respeto a sí misma, por estima de su propia
persona. ¡Si comprendieran bien todas las mujeres que el mismo hombre que
pone asedio a su virtud será el primero en despreciarla inmediatamente después
de su caída, serían muy pocas las que sucumbieran a la tentación!

Infelices esposas hay que se creen autorizadas a faltar a sus deberes conyugales
cuando tienen un marido infiel. ¡Qié aberración! ¡Qié sofisma moral tan
lamentable! ¡Por decreto divino, al que no puede sustraerse: por todas las leyes
naturales y civiles, es horrible delito en la mujer lo que solo es falta leve en el
hombre. Es que, aunque tal vez sea moralmente, tan vituperable esa trasgresión
del precepto de fidelidad en el uno como en el otro cónyuge, las consecuencias
son incomparables en ambos casos.

La mujer que cuenta, por lo general, muchas dichas grandes y pequeñas, menos
que el hombre, es poseedora de una felicidad tan inmensa, que basta por sí sola
a compensar todas las que le faltan: la felicidad de no poder dudar jamás de
que el hijo que es el orgullo de su hogar y la alegría de su corazón, haya salido
de sus entrañas. Nunca podrá, por engaño de su marido, penetrar un extraño
en su familia, sentarse a la mesa con sus propios hijos, llamándolos hermanos,
participar con ellos, del nombre y de la fortuna que no le corresponden: y lo

364
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

que es más horrible aún, profanar el santo y dulce título de madre, llamando
así a la que no le ha dado el ser.

No, esta desgracia, con que por culpa de su mujer se ven abrumados algunos
hombres, y que como atroz complemento trae consigo el escarnio de la
sociedad, no puede caer sobre ella. La infidelidad de su marido hará sufrir su
corazón y su amor propio; pero no atraerá sobre ella el ridículo, ni sobre sus
hijos el deshonor y la vergüenza.

Más aún: en vez de la ignominiosa corona que con escarnio coloca el vulgo sobre
la cabeza del marido engañado, ceñirá su frente la corona del martirio. El marido
de una mujer mala es objeto de irrisión: la mujer de un marido infiel lo es de
compasión y de respeto.

Innumerables páginas podrían llenarse con las consideraciones que sugiere el


tema de la pureza en la mujer; pero con lo dicho basta a nuestro propósito, que
es hacer amar a nuestro sexo esta virtud, con preferencia a todas las demás.

Hablando de ella, el divino Kempis, dice: "Con dos alas se eleva el hombre sobre
las cosas terrenas; a saber, con la sencillez y con la pureza".

XV

La abnegación

Q!iien dice mujer, dice abnegación. Este sentimiento tan elevado, tan noble,
tan sublime, que ha menester de tan gran fuerza moral y aún material para
sus actos, es sin embargo, el atributo más saliente del ser más débil, apocado
y temeroso de entre los dos que forman la raza humana. Pero la Naturaleza es
lógica hasta en sus contrastes. La mujer está destinada a ser madre, y esta es
tal vez la razón porque nace dotada de instinto tan excelso: no se concibe una
madre sin abnegación. Esa prescindencia absoluta de la propia personalidad, esa
abstracción completa de un ser en otro ser, son inherentes al más puro, al más
grande, al más desinteresado, al más completo de los amores; al afecto humano
que más se asemeja al que tiene el Creador por sus criaturas: al amor maternal.

365
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

La vida toda de la mujer no es más que un tejido de sacrificios grandes y pequeños,


sobre todo desde el instante divino en que se siente madre; pero sacrificios que
se cumplen por íntima satisfacción, con alegría que se desborda del alma, como
si esta quisiera pagar de tal modo el supremo bien que el cielo le ha otorgado.

La maternidad fue, sin duda, la hermosa compensación que la Misericordia de


Dios concedió a Eva cuando su Justicia le quitó el Paraíso Terrenal,

Qye al inclinarse trémula hacia su hijo, / de ese niño, en la límpida mirada/


··.. creyó ver, con inmenso regocijo,/ su perdida inocencia reflejada...

El amor maternal es el primero, el más fuerte de los instintos en casi todos


los seres animados del sexo femenino; pero en la mujer, es además orgullo
y es alegría, y es gloria. Por esto no se concibe, no puede concebirse ser
más monstruoso que una mala madre, y por esto, nos dejan siempre fríos
y dudosos las súbitas conversiones a la virtud por el amor a un hombre, de
aquellas pecadoras citadas en uno de mis anteriores artículos; pero aceptamos
todos sin vacilación alguna la idea del arrepentimiento sincero y la completa
regeneración de una de esas desgraciadas, al santo influjo del cariño maternal.

Refiere la eminente escritora doña Emilia Pardo Bazán, en uno de sus


preciosos cuentos, la historia de una madre joven aún y hermosa, que se
desfigura voluntariamente el rostro por medio del fuego, exponiéndose a la
más horrible de las muertes, con el solo fin de disipar los infundados, absurdos
celos que había concebido una hija suya menos bien dotada que ella, por la
Naturaleza, de gracias físicas. Y en la novela y en el drama -que para ser
buenos han de copiar las realidades de la vida- se han inspirado los autores
no pocas veces en análogos sacrificios, descubriéndonos, algunos de ellos, el
de la madre que, enamorada correspondida del mismo hombre a quien ama su
hija, lucha con ese amor hasta vencerlo y renuncia así una legítima felicidad
suya por ofrecerla a su hija; sacrificando no ya la belleza del rostro, sino los
sentimientos del corazón. ¡Mutilación moral, mil veces más cruel y dolorosa
que la mutilación física y que hace más meritoria aún, la circunstancia de que
habiendo perdido yá aquella pobre mujer su primera juventud, era ese cariño
la última, y por lo tanto, la más cara ilusión que le ofrecía la existencia, el
postrero rayo que iba a alumbrarla y a prestarle su dulce calor!

366
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Pero no es solamente como madre que es abnegada la mujer. Lo es igualmente


como esposa, como hija, como hermana; lo es hasta con las personas indiferentes.
Para ella, para su sexo exclusivamente, fundó San Vicente de Paul, esa asociación
de ángeles más que de mujeres, y que en su hermoso nombre no admite masculino:
la Asociación de las Hermanas de la Caridad.

Sin duda por esta sed de sacrificios, por este instinto que viene al mundo
con ella y que la impulsa irresistiblemente a cambiar sus alegrías por los
dolores ajenos, a dar su vida por la vida de sus semejantes, fue la mujer la que
mejor supo comprender y amar al Redentor del Género Humano, cuando
andaba por la tierra, acompañándole y consolándole mientras la impía
muchedumbre le befaba y le escarnecía, y uno de sus predilectos discípulos
le negaba, y otro -¡el infame!- le traicionaba y le vendía. Por esto es ella
hasta hoy, la más firme columna de la Religión nacida en el Calvario y la
más ardiente propagadora de sus excelsas enseñanzas. Sí, ella se siente, a
imitación del Salvador del mundo, capaz de ofrecerse en holocausto por los
desgraciados, sean justos o pecadores y con mejor voluntad aún quizas, por
los pecadores que por los justos.

La abnegación, así como es más propia de la mujer que del hombre, lo


es también de la juventud más que de las otras edades. La infancia y la
ancianidad, suelen ser egoístas. La primera lo es inconscientemente, porque
la abnegación es una virtud que puede existir en germen en el corazón
humano, pero que para brotar necesita el calor de la existencia en conjunto:
de la familia, de la sociedad, del amor que va desarrollándose hacia nuestros
semejantes; y crece y llega a su plenitud cuando alcanzamos a comprender
la fuerza de los lazos que ligan entre sí a las criaturas humanas, sujetas todas
igualmente y a nativitati, a las mismas leyes fatales e ineludibles. La vejez es
egoísta porque a medida que ve más próximos a perder los bienes terrenales
se aferra a ellos con más fuerza.. ,

Por muchos defectos que tenga, la mujer que sabe ser abnegada posee en esta
virtud la simiente de muchas otras, que más tarde o más temprano retoñarán
alrededor de la primera, dentro de ese corazón que las regará con su sangre
generosa y vivificante.

367
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Texto 25

Los grandes y los pequeños problemas


Conferencias con Rosa, 191735

.... Hay un refrán que seguramente conoces, Rosa querida, y que dice: "El buen
amo, hace el buen criado". Te lo recuerdo, porque quiero que nuestra conferencia
de hoy verse sobre los deberes mutuos de amos y criados.

Cosa tan corriente es quejarse los primeros de los últimos, y viceversa, que ya debe
de considerarse como una verdadera calamidad las relaciones que forzosamente
han de sostener en�re sí unos y otros.

Yo opino que este mal tiene remedio, y que solo hace falta un poco de caridad en
los de arriba, y otro poco de humildad y de respeto en los de abajo.

No es verdad, no, que toda la gente de servicio sea llevada por mal, como lo
afirman frecuentemente las amas de casa. Mi larga experiencia de la vida me ha
enseñado lo contrario y me complace el afirmarlo así para honra de la humanidad.

Más aprecia el criado el trato cariñoso, que el...

[...]
...vidores, que con una ama se mostraron constantemente huraños y mal
humorados, realizando sus faenas mal hechas y a más no poder, experimentar
una transformación radical, al cambiar esa patraña desconsiderada y tiránica por
otra afable y cariñosa.

Si los patrones, y las patronas especialmente, se detuvieran a considerar, por un


instante cuán despiadada suele ser la suerte con las personas que tienen a su
servicio, segura estoy de que las tratarían con mayores consideraciones. ¿Has

35"Los grandes y los pequeños problemas. Conferencias con Rosa", en La Mujer Peruana, pp. 117-119.
Año 1, N° 8. Lima, 28 de febrero de 1917.

368
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

pensado, tú, alguna vez, Rosa mía, en lo infeliz que es tu cocinera? Tus padres
tienen solo una modestísima renta, y han de conformarse con una sola mujer
para todo servicio. Le pagan un corto sueldo, como es natural, y ella ha de estar
en la casa desde las siete de la mañana para comenzar sus tareas cotidianas
preparando el desayuno. Luego va al mercado, guisa el almuerzo y acabado este,
y el fregado de ollas y platos, se emplea en lavar cuanta...

...
[ ]
.... ...la lavandera, hasta las seis de la tarde, hora en que vuelve al fogón. No se
desocupa, hoy que se acostumbra comer tan tarde, hasta las nueve y media o diez
de la noche, en que se va a su miserable cuartucho, a dormir mal, pues turban su
sueño, el marido borracho o el hijo enfermo, maltratándola aquél brutalmente
de hecho, y ocasionándole el otro sufrimientos morales y físicos.

Horrible es esta vida, ¿no es verdad?, y sin embargo tú exiges que esa infeliz
mujer esté siempre de buen humor y desempeñe sus pesadas tareas con rostro
sonriente. No piensas que esos pobres seres tienen también necesidad, tal cual
vez, de descanso para su cuerpo y de solaz para su espíritu. ¿No has sentido por
ventura, en algún momento, el deseo de aliviarla ayudándola en sus faenas, que
quedarían mucho mejor realizadas de esta manera? ¿No se te ha ocurrido, que
un día, un domingo, por ejemplo, podrías dar a tu padre la grata sorpresa de
prepararle con tus propias manos sus manjares predilectos, dando asueto por
algunas horas a la criada? Realizarías así una obra de piedad para con ella y de
cariño para con aquel que te dio el ser.

Y tú, Rosa, que vives en suntuoso palacio, y a quien la fortuna de tus progenitores
permite gastar ingentes sumas en sueldos de criados, que por lo numerosos tienen
muy poco que hacer verdaderamente, ¿te has detenido, acaso, a considerar la
pena con que tu doncella comparará su suerte con la tuya al peinarte, al vestirte,
al adornarte con las lujosas galas que realzan tu hermosura? Ella, tan joven como
tú, y quizás más bonita, ha de prescindir por completo de sus gracias corporales,
pues únicamente el que las reconozca se le cuenta casi como un delito. Hay
patronas -no eres tú de esas por fortuna- que creen ingenuamente está vedado
a toda sirvienta el más inocente deseo de parecer bien; Y he llegado a ver el hecho
monstruoso de que a una muchacha que poseía una linda cabellera, se la hiciera

369
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

cortar al rape su patrona, alegando que perdía mucho tiempo en peinarse y que
constituía un motivo de presunción para la pobre chica, su cabello.

[ ... ]

...merecer un afecto leal y sincero de tus criados, trátalos con equidad y


consideración y disimula sus faltas en atención a que son desgraciados.

. .. Existen señoritas -¡pena da decirlo!- que en público parecen perfectamente


educadas pero que en su trato con los sirvientes dan pruebas de la mayor incultura
y aun demuestran falta absoluta de sentimientos delicados. Procediendo así se
ponen en realidad, no al nivel de aquellos sino en mucho más baja esfera.

El mejor medio de apreciar en lo que ellos valen, los servicios de los criados, es
efectuar esos servicios por algunos días. El primero, en el que falta la cocinera
se hace su tarea sin gran fatiga, hasta con agrado; ya el segundo se la encuentra
algo pesada; el tercero, se piensa que es cosa grave y después de este se ve que es
sencillamente insoportable.

!Y aquélla ha de estar amarrada a su oficio todo el año, alegre o triste, sana o


enferma! Para ella no ha de haber diversiones de ninguna clase, ni obligaciones
de familia, ni aún deberes religiosos que cumplir. Debe quedar reducida a ser
simple máquina de trabajo...

-Como yo, me interrumpes tú, pobre Rosa, a quien el destino condena a la


servidumbre, y que no por pertenecer a tan humilde clase social deja de merecer
todas mis simpatías.

Pero a ti también he de darte mis consejos porque si el buen amo hace al buen
criado también el buen criado hace el buen amo y es casi imposible que un leal y
abnegado servidor no llegue a conquistarse el cariño de sus amos.

No existe oficio, por humilde que sea, en que no pueda conservarse la dignidad
personal porque esta no está en el cargo que se desempeña sino en el mismo
individuo, y la superioridad del carácter puede ponerse de manifiesto en todas las
circunstancias de la vida, tal vez más en aquellas que exigen mayores sacrificios.

370
ANTOLOGÍA J)E TEXTOS

No te avergüences nunca de lo humilde de tu oficio, ¿acaso en los más


suntuosos palacios hay sol;J.mente salones y jardines?, ¿qué sería de sus
dueños si no los proveyeran con igual cuidado de los demás departamentos,
rrtenos vistosos pero más necesarios como el comedor o la cocina?

La manera más segura de que no se vea una persona rebajada ni humillada es


colocarse siempre y por sí misma en su debido lugar: ocupando el puesto que te
corresponde, nadie podrá desalojarte de él.

Debes servir a tus amos con exactitud y con actividad pero no con adulación.
Cumple bien tus obligaciones pero no te humilles ante ellos ni tampoco los
envidies, que tal vez son más dignos de compasión que tú, aunque no lo parezca.
Piensa que en este mundo todos necesitamos unos de otros. La sociedad forma
una cadena de la que cada uno de sus miembros es un eslabón. Todos concurren
a hacerla sólida e infrangible. Unas argollas pueden ser de oro y hasta estar
adornadas de piedras preciosas; las otras serán solamente de plata, de cobre, de
plomo o de simple latón. No importa. Todas llenan la misma importante misión:
mantener el círculo completo. Procura que por tu parte no se rompa. Cumple a
conciencia tu cometido. Si eres el eslabón más frágil de la cadena, mayor será tu
mérito al realizar tu tarea con tanta resistencia como el anillo de oro y diamantes.

¿No sabes que de granos de arena se forman los más sólidos y grandiosos
edificios?

Así lo ha visto siempre,

La abuela.

371
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Texto 26

Consejos prácticos para los maestros, 191836

No lleguéis tarde a la escuela. Si no sois exactos, no podréis exigir que vuestros


alumnos lo sean.

Llegad siempre correctamente vestidos y aseados. Un maestro mal forjado


o sucio, inspira desprecio a sus mismos discípulos. No os presentéis con el
semblante alterado por la cólera o mal humorado. Eso de amanecer uno de mal
humor, es bastante incivil, vulgar e incómodo para los demás.

No os sentéis antes de ver que vuestros alumnos ocupen ya sus puestos,ni permanezcáis
sentados todo el tiempo que dure la clase. Es muy útil que el maestro se ponga de pie
delante de sus alumnos para enseñarles, y que no deje de pasearse de vez en cuando,
de un punto a otro. Así se cansará menos, vigilará la clase y mantendrá más...

[ ... ]
No enseñéis sin haberos preparado. Aunque tuviereis mucha práctica, no podréis
pensar ni desarrollar un plan al mismo tiempo que estáis vigilando la clase. Si
enseñáis bien, vigilaréis mal, y viceversa.

No habléis muy de prisa porque no os entenderán, ni muy despacio, que entonces


daréis sueño. Tened presente que el niño es un ser muy delicado, exigente y variable.

No gritéis nunca como si hablarais a sordos. No se enseña al niño aturdiéndole.


El que habla con voz demasiado alta demuestra poca cultura.

No hagáis nunca explicaciones largas. La atención del niño es débil y no


podrá seguiros.

No os metáis a dar muchas definiciones. Si pueden aprender muchas los niños,


serán pocas las que comprendan.
36 "Consejos prácticos para los maestros". Año II, N° 19, pp. 105-107. Lima, 28 de enero de 1918.

372
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

No perdáis el tiempo haciendo que los niños repitan cosas triviales. Hasta ellos...

[ ... ]

No hagáis que los niños repitan muchas veces en coro un ejercicio. Una o dos
veces lo harán conscientemente; después lo harán como el papagayo.

No uséis términos extraños o poco comunes, que no os comprenderán. Cuando


sea indispensable hacerlo, acompañad siempre breve y clara explicación.

No uséis la vista en un solo punto de la clase, que en los demás estarán los niños
distrayéndose. El maestro debe ser todo ojos para mantener al discípulo alerta.

No deis la espalda a vuestros alumnos. Ninguna persona vista por detrás


inspira respeto.

No vaciléis en vuestras explicaciones de modo que el niño sospeche que no


sabéis bien lo que enseñáis.

No borréis la pizarra con las manos desnudas. Esto es desaseado. No llaméis a


los niños diciéndoles tú, vos, este, aquel. Aprended sus nombres y habladles de
usted. Así les iréis acostumbrando al trato respetuoso de la gente educada.

No os habituéis a ciertos estribillos en vuestras explicaciones o ejercicios, como


1os, "¿ de verdad;:," · , me d"ice.1", etc.,
. , "¡eh1.", "bueno" , a "ver", "vamos", "¡qmen · que
por descuido usan hasta los mejores maestros.

No golpeéis la mesa ni los pupitres. Mal sistema de enseñar es el de asustar al niño.

No pongáis a un alumno de celador de los demás. Le tornaríais en objeto de


odio, y por evitar una falta pequeña haríais germinar una mala pasión.

No deis muestras de cólera o de impaciencia porque un niño no os comprenda.


Al contrario, revestíos de paciencia, explicad de nuevo, buscad otros términos
para ser más claros, luchad tenazmente hasta vencer. La satisfacción del triunfo
os recompensará de las fatigas para alcanzarlo.

No elogiéis a un niño en su presencia, ni delante de los otros. En aquel excitaríais


la vanidad y en estos la envidia.

373
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

No seáis pródigo en regaños. El regaño continuo fastidia al niño y puede haceros


no pocas veces objeto de sus burlas.

No contéis cuentos para hacer reír a los niños. Bueno es hacerles agradable la
escuela; pero no olvidéis que el niño que se ríe libremente delante de su maestro
está muy cerca de faltarle el respeto.

No increpéis con dureza excesiva, ni mucho menos hagáis uso de palabras fuertes.

Esto es propio solo de gente mal educada.

No os burléis nunca de los niños. Yá sabéis que la burla es la ofensa más difícil
de perdonar; no entabléis plática con los niños; esa familiaridad no ganará su
cariño, pero sí puede disminuir el respeto que os tiene.

No os metáis a inquirir de los niños cosas de su hogar, que no tienen relación con
la escuela. Vuestras preguntas, aunque inocentes, pueden, mal comprendidas,
ocasionar disgustos.

No ocupéis a los alumnos en cosas ajenas a la escuela. Acordaos de que no son


vuestros hijos, ni vuestros sirvientes.

No manifestéis delante de un niño el deseo de poseer una cosa que pueda él daros.
Ansioso de complaceros será capaz hasta de una mala acción para conseguirlo.

No miréis con desprecio los obsequios del niño por insignificantes que sean.
Recibidlos con muestras de agradecimiento. Son símbolo de cariño puro y
sincero, que debe enternecer a un corazón sensible.

No pongáis apodos, no habléis mal de nadie, no hagáis muecas, ni ejercitéis en


la escuela ningún acto reprobado por la Moral o la Urbanidad. Acordaos que
ante todo sois maestros de virtud y de decoro y que la doctrina está muerta si el
ejemplo no la vivifica.

No os olvidéis nunca de incluir en vuestras enseñanzas el amor y reverencia a


Dios y a los padres, y la caridad para vuestros semejantes. Esta es la moral en
resumen. Haced que la comprendan y practiquen vuestros discípulos.

374
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

No golpeéis, no pellizquéis, no tiréis de las orejas a los niños. Esa es práctica torpe
y rutinaria de disciplina condenada severamente por la moderna Pedagogía.

No impongáis castigos al niño que le degraden o lo conviertan en objeto de


irrisión. Esos castigos son contrarios al sentimiento de la dignidad que debe
estimularse en el niño para que sepa ser hombre y buen ciudadano.

No amenacéis con penas que no impondréis, ni revoquéis las impuestas. Todo


esto desvirtúa al maestro. En el primer caso el niño le juzgaría mentiroso, y
,. • débil en el segundo.

No impongáis castigos sin estar convencidos de la culpabilidad del acusado, para que
después no sintáis la vergüenza de haber cometido una injusticia. Debéis hacer que
el niño, observando que siempre sois justiciero, llegue a creer en vuestra instabilidad.

No os olvidéis de ninguno de los movimientos de la táctica Escolar; son un


auxiliar poderoso para mantener el orden y la disciplina y ahuyentar la pereza.

No recibáis visitas personales en la escuela. Presentad sin pena vuestra excusa a quien
se haya olvidado del deber tan trivial de no turbaros en vuestras importantes tareas.

No mostréis desagrado por la visita del Inspector. Al contrario, recibidle con


respeto y complacencia. Oid atentos sus indicaciones y consejos, dadle los
informes que os pida y haced, en su presencia, los ejercicios que desee ver
practicar. No le contradigáis ante los alumnos para no desvirtuarlo y exponeros
a que os informe mal. Si tenéis alguna queja, petición u objeción que presentar,
hacedlo fuera de la escuela o por escrito.

No rehuséis la visita de las personas que deseen conocer la escuela y sus ...

[... ]
Si ellas lo desearen, haced ejercicios en su presencia; pero nunca anticipéis buena
opinión con respecto al aprovechamiento de alguno de vuestros discípulos.
Podríais llevaros un chasco, pues ya sabéis el proverbio de que ni canto de pájaro,
ni gracia de niño hay que ofrecer.

Anónimo

375
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Texto 27

La actividad femenina, 1918 37

Toutes les proféssions qui asmrent a uneftmme l'honneur et le pain qúotidien,


doicent etre considerées comme n'etant pas indignes de nous.

"Todas las profesiones que aseguran a una mujer el honor y el pan


cotidiano, deben ser consideradas como no indignas de nosotras".

Al hablaros de Economía doméstica en una de mis pasadas charlas, os dije que


un punto en extremo interesante y al cual tenía que prestar especial atención una
madre de familia, era el relativo a los sirvientes.

Y es así efectivamente; juegan ellos tan importante papel en nuestra vida


doméstica, que casi, casi, podría afirmarse que depende de su buena disciplina,
la tranquilidad de un hogar.

Antiguamente los criados eran considerados como miembros de la familia a


quien servían y se conservaban de padres a hijos, íntimamente ligados a los amos.
Verdaderos modelos de abnegación, se iban haciendo cargo sucesivamente, y
siempre por propia voluntad, del cuidado de los más pequeños de la casa, tomando
parte en sus alegrías y en sus sufrimientos con solicitud admirable, y considerándose
dichosos con verlos crecer y con envejecer ellos a su lado.

He conocido un ejemplar de estos criados, mujer de tan noble corazón y tan


raro desprendimiento, que habiendo venido a menos la familia a cuyo servicio
estaba, por la muerte del jefe de ella, echó sobre sus hombros todas las labores de
la casa, sin aceptar más pequeño salario, y terminadas esas labores, trabajaba sin
descanso en la calle para aumentar con el producto de ese trabajo la disminuida
renta de "sus niñas". Hoy, encontrarnos una sirviente así, sería tocarnos la más
desconcertante de las loterías.

37 "La actividad femenina", en La Mujer Peruana. Año II, pp.115-117. Lima,28 de febrero de 1918.

376
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Pero, como para no desconsolarnos tenemos un adagio que dice: "el buen amo,
hace el buen criado", quiero deciros hoy, qué necesita saber una madre de familia
para ser "buena ama'' y "hacer el buen criado".

En primer lugar debe aprender a mandar, a saber disponer los diversos quehaceres
de su casa; para esto es menester que tenga las nociones suficientes sobre el trabajo
que va a ordenar, para que este pueda llevarse a cabo con la debida precisión.
Es indispensable para ser bien servida, enseñar al criado con el ejemplo, como
-.,. queremos que ejecute sus tareas. Una orden bien dada, es difícil que sea mal
ejecutada. No debemos tampoco dar juntas dos o más órdenes distintas, ni fijar
plazos muy cortos para su cumplimiento, si sabemos, por propia experiencia, que
se necesita de más tiempo para ello.

Una ama de casa que se desespera porque las camas no están bien tendidas, o
porque los platos están mal lavados, no conseguirá con regaños, ni con gritos,
que sus sirvientes aprendan a hacer estas cosas tal como ella lo desea, si no
procede a enseñárselas prácticamente.

Y no os imaginéis, por Dios, como se imaginan muchas señoras que yo me


sé, que ocuparse de los quehaceres domésticos, es dejar de ser señoras; pues
semejante idea sí que es por el contrario, la más grande de las "huachaferías"
pensad que realizáis una bella obra, puesto que contribuís con vuestro esfuerzo
al bienestar de vuestra familia. Y luego, como el barrer, sacudir el polvo de los
muebles, lavar la ropa, etc., etc., es el mejor de los ejercicios de gimnasia, hasta
sacaréis de él positiva ventaja física.

Recuerdo ahora, una escena muy graciosa, en la que yo tomé parte y que voy
a contaros, pues viene al caso, como mandada a hacer. Fui de visita a casa
de una amiga, y encontrando abierta la puerta de su departamento, me colé
por ella, sin hacerme anunciar. La intimidad que nos unía me autorizaba
a ello. Avancé sin llamar, como os digo, por las habitaciones y sorprendí a
mi amiga, escoba en mano. Hubiérais visto su espanto, porque espanto fue
el que le produjo que yo la encontrara barriendo; no atinó ni a saludarme,
cambió de color, balbuceó no sé qué razones de sirvienta desp edida, y por
último, casi se me echa a llorar. ¡Vaya, que no parecía sino que yo la hubiera
pillado cometiendo una mala acción! Me di cuenta exacta de su disgusto

377
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

y compadeciéndola en lo más íntimo de mi alma, por su mal entendida,


absurda vergüenza, traté el incidente como lo que era, como la cosa más
natural del mundo, y recogiendo la escoba que ella había pretendido ocultar
a mis miradas, le dije, gozocísima: "¡A buen tiempo llego para ayudarte! Trae,
trae, que nadie me gana a barredora; casualmente, antes de venir a verte, he
dejado mi cocina como nueva". Qyise probarle así, que yo me enorgullecía
de lo que a ella la humillaba ... Y terminado el cuento, que no es cuento, sino
«sucedido», vuelvo a mis consejos .
. . Hay amas de casa que se creen excelentes fisonomistas y que juzgan a un
sirviente y lo aceptan o lo rechazan, guiadas solo por su aspecto. Este sistema
carece de prudencia. Nada puede reemplazar a los informes tomados en buena
fuente. Lo mejor es exigir al criado que se va a tomar, un certificado del último
amo a quien ha servido; y mejor aún si la nueva dueña de casa es amiga de
la anterior ama, porque lo más conveniente es inquirir personalmente esos
informes, pues hay certificados tan ambiguos que dan que pensar, y otros
tan "honrosos" que ponen en duda su autenticidad. Y diré más: creo que los
certificados suelen ser nulos, pues lo que a un amo le parece bien, quizás no lo
encuentre correcto el otro; pueden mediar muchas circunstancias que autoricen
esta diversidad de opiniones.

Nada se gana con tomar criados jóvenes e inexpertos a los que se les paga poco
salario; lo que echan a perder y lo que rompen, importa muchas veces más que
los buenos sueldos de criados hábiles y honrados.

Al tomar un sirviente debe indicársele detalladamente sus obligaciones, para


que más tarde no haya lugar a discusiones ni irregularidades en el servicio; pues
claro está que si tomáis un cocinero, es para que cocine, y no tenéis el derecho
de exigirle que se ocupe de faenas incompatibles con su oficio, si no se lo habéis
advertido a tiempo; pero si al contratarlo precisáis condiciones, el criado es
dueño de aceptarlas o no.

Es muy conveniente hacerles sufrir un pequeño interrogatorio sobre el género


de servicio que desempeñaban antes; las causas por las cuales abandonaron
su anterior empleo, etc., casi siempre sacamos de estas ligeras informaciones
importantes datos sobre su moralidad, honradez, etc.

378
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Muchas amas de casa recurren a las Agencias cuando tienen necesidad de un


criado. Soy enemiga de este sistema, pues en dichas agencias, por lo general,
declinan toda responsabilidad respecto a la probidad, carácter, etc., de los
criados que ofrecen; y es a los amos a los que toca -demasiado tarde, siempre­
descubrir esas malas propiedades.

Cuando se tienen varios sirvientes, es de todo punto indispensable que el ama de


casa les precise a cada uno su obligación; y no debe tolerarse que uno se disculpe
con el otro de la falta de cumplimiento de las que le estaban señaladas.

Ya os he recomendado en otras ocasiones, que no olvidéis el tomarles la cuenta


a la cocinera o a cualquier otro criado a quien encomendáis una compra.
Pagadles su salario religiosamente, de preferencia a cualquiera otro gasto; y no
admitáis jamás de ellos préstamos de dinero. Es muy delicada toda cuestión de
intereses con los sirvientes.

Cuando tengáis que despedir a un criado por insubordinado o cualquiera otra falta
grave, de la cual han tenido conocimiento los demás criados, despedidlos a todos;
es medida disciplinaria que os recomiendo. El que quede, ya estará probablemente
maleado por el ejemplo del que sale, y maleará a su vez al que viene.

Reprimid el abuso en el consumo del combustible; en el uso desordenado de


los víveres, etc., etc. Ninguna de estas pequeñas atenciones es superflua, y todas
contribuyen al mismo fin, el orden y el bien�star general de la familia. No temáis
pecar de exageradas, ni os detengáis ante el temor de despertar los comentarios
de vuestros criados, que de seguro os llamarán tacañas, puesto que a ellos les
conviene que seáis pródigas.

Vigilad constantemente a vuestros sirvientes; tenéis responsabilidad ante Dios,


respecto a ellos; cuidad del tiempo que emplean en sus salidas a la calle; observad
las visitas que reciben; los domingos y días de :fiesta, no recarguéis sus labores,
hasta el extremo de que les sea imposible asistir a la misa; cuidad también de su
alimento y de su as¡::o y comodidad personal. Son nuestros semejantes, penetraos
bien de esto, y no los tratéis como a seres irracionales.

No les toleréis la más pequeña familiaridad, pero no uséis, tampoco, de dureza


con ellos. Nada conseguiréis con el rigor. Si tenéis que reprenderlos por alguna

379
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

falta, hacedlo en privado; no los avergoncéis nunca delante de personas extrañas;


no es conveniente y es impropio de una señora, pues denota poca educación.
No es cierto que sean llevados por el mal. En el día de Pascua, el día de vuestro
cumpleaños, o en cualquiera otra fecha así de familia y que se celebre en la
casa, dedicadles unas frases de cariño y ofrecedles un pequeño regalo, que por
insignificante que sea les probará que estáis contentas de sus servicios y de su
adhesión, y que se lo agradecéis repartiéndoles un poco de la alegría íntima de
vuestro corazón; y estad seguras de que a ellos les complacerá más, mucho más,
.. esa demostración de afecto que el salario que les pagáis, por fuerte que este sea,
pues sentirán en esos momentos que son para vosotras algo más que siervos.

Y hasta la próxima, siempre vuestra amiga,

Lastenia.

380
MIGUELINA ACOSTA CÁRDENAS
(Yurimaguas, 1887 - Lima, 1933)

381
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4
ANTOLOGÜ DE TEXTOS

Texto 28

Escuelas rurales ambulantes


para la educación de los niños indígenas, 192538

- .. Entre los problemas de mayor importancia para un certamen de mujeres


pan-americanas, debe figurar la reivindicación del indígena entre los cuales
debe tener preferencia el Indígena Peruano, el paria de las serranías del Perú,
que después de un siglo de Independencia celebrado con todo el fausto de
nación civilizada y culta, se conserva en el mismo estado de esclavitud material
y cívica y rebajamiento moral a que lo redujeron los rudos y despóticos
soldados de la conquista y los hombres sin visión civilizadora y humanista del
coloniaje; a cuyas veras consumaron la labor de abyección moral los eternos
explotadores de la miseria, de la ignorancia y de la debilidad y que se llamaron
y se llaman, corregidores, gamonales, latifundistas, enganchadores, patrones,
administradores, las autoridades y malos curas, y que seguirán llamándose para
los que esperan la redención del indio: explotadores del hambre, de la miseria,
de la debilidad e ignorancia del indígena, que con el nombre de encomiendas,
mitayos, partidarios, peones, enganchadores, varayos, feligreses, etc., han sido
considerados como buena materia de explotación de cuyo producto debían
vivir en el fausto y la opulencia.

Las que nunca salimos de los centros cultos, de las ciudades civilizadas y de
los pueblos en donde el medio, influyendo sobre las aptitudes del indígena, le
transforma en un elemento útil en los quehaceres domésticos de preferencia, en el
muchacho de almacén, en el ama de niños, en el frutero receloso, en el mayordomo
de casa grande, ceremonioso, o lo encontramos en todos los menesteres de la
actividad comercial e industrial, comedido y cortesano; creemos que el indígena
está en la escala cultural que merece y que todos los civilizados poseen, salvo la
ignorancia casi general en la clase menesterosa, y no completamente destruida
en las demás clases. Pero si nos alejamos de los centros citados y nos internamos
38 Acosta Cárdenas, Mi elina. En Amauta, año 2, Nº 12, 1928, pp. 38-39. Presentado en la
gu
2'. Conferencia Panamericana de Mujeres, 1925.

383
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

en los diversos distritos y comunidades de la sierra, la triste realidad nos hiere


anonadándonos. Nuestra experiencia se refiere al Perú. En todas partes mujeres
desgreñadas y sucias, envueltas en una falda raída y con mil remiendos cubren
la parte inferior del frío, con una vieja manta manufacturada por ellas mismas;
niños desnudos, o envueltos con andrajos de lana de color indefinible por efecto
del tiempo, las lluvias y el fuerte oxigenamiento del ambiente, golpean nuestra
atención estupefacta llenando el alma de compasión infinita.

Los hombres, melenudos y andrajosos, se dedican al pastoreo y cultivo con


sus pequeñuelos, que trabajan desde que pueden tenerse seguramente sobre
sus pies; por las mañanas y por las tardes en todo el rigor del frío salen
criaturas de ambos sexos, desde seis años de edad, a poner los ganados en
los campos lejanos que ofrecen sustento, los recogen en los apriscos y cuidan
los puercos en los pastos durante todo el día alimentándose solo con unas
cuantas raquíticas papas sancochadas.

Vive esta gente en chozas de piedras arrumadas, y techadas con paja seca, por
cuyas hendiduras el agua de las lluvias se escurre en las noches tempestuosas
frecuentes. En estas viviendas rudimentarias, sin luz y ventilación, viven
grupos numerosos de personas que constituyen las prolíficas familias de la
raza indígena que con su prolificidad está manifestando su estado primitivo
y estacionario de civilización, cualidad establecida por la Ciencia Sociológica
como principio de primitividad.

Ningún elemento el más rudimentario de higiene, norma la vida de estos


desgraciados habitantes de las serranías peruanas que viven como los animales
de las punas, bañándose ligeramente cuando una lluvia les sorprende en lugar
inhospitalario. Estos infelices dejan caer de su cuerpo lleno de parásitos de ropa
apestosa e inmunda que se pusieron en día de buena suerte que les hizo encontrar
un vestido arrojado por algún viajero o que su diligencia ha manufacturado en
los días de quietud, abundantes en la sierra, dentro de las oscuras chozas, en los
días de lluvias y tempestades, y en pleno campo las otras.

Cuando se atraviesa la Cordillera viniendo de puerto Ocopa (Río Tambo) para


llegar a Matahuasi, estación ferrocarrilera en el Departamento de Junín; se
encuentran campesinas fornidas que hacen el trayecto a pie al mismo tiempo

384
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

que van hilando lana de carnero, de llama u otros animales que tienen, en la
rueca manejada con destreza por sus manos callosas curtidas con el arado,
creeríase que esa manufactura constituye la riqueza de los habitantes serranos,
pero no; las abuelas, las madres, las hijas y las nietas hilan para una frazada, o
una pieza de vestido que servirá para luengos años, como luengos años se han
empleado en transformar al material en hilos. Sus riquezas están formadas
por unas cuantas gallinas flacas y cerdos hambrientos; unas cuantas cabezas de
ganado lanar y vacuno; un burro o dos. Un caballo o una mula los poseen los
privilegiados. La propiedad territorial consiste en media, una o dos yuntadas
de terrenos (yuntada: lo que se ara con una yunta de bueyes en día normal)
que apenas produce al año una cosecha capaz de mantener mal, la numerosa
familia de cada indígena, dando un pequeño margen para vender a fin de
adquirir algunos centavos para las más imperiosas necesidades.

Esta perenne miseria de los indígenas peruanos hace que estén siempre
dispuestos a recibir dinero a cuenta de trabajos personales o en calidad de
préstamos a intereses que favorecen la labor explotadora de los gamonales, que
los cogen con los contratos de enganches o les quitan sus míseras propiedades
para ensanchar sus latifundios; cuando con su trabajo no pueden pagar los
intereses usurarios de enganchadores y latifundistas, ambos encarnados en el
gamonal, reducen al indígena a la esclavitud física y a la esclavitud moral.

Las mujeres pan e hispano-americanas, las mujeres del mundo entero que
tienen corazón y saben pensar, tienen el deber de poner todas sus fuerzas en
la liberación del paria de la humanidad. No es nuestra mente señalar ahora
minuciosamente todo lo que contribuye a dar cada día más relieve a esta mísera
y aflictiva situación del indígena peruano semejante sin duda a la de todos
los indígenas del continente americano, situación que adquiere mayor relieve
a medida que la civilización avanza poniendo en transparencia la abyección
en que está sumida la raza de hombres que tuvieron su época de esplendor,
sitio entre las naciones más avanzadas y progresistas, no; mucho se ha escrito
y son demasiado sabidas por las personas ilustradas las causas de la actual
situación del indígena americano, de los habitantes andinos del Perú antiguo y
de México, república en que por fortuna se ha alcanzado ya algo más que aquí
en beneficio del poblador autóctono.

385
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

Hay muchas personas de conciencia humanitaria que se interesan por este


trascendental problema que no es solo del Perú; muchas han ideado medios de
concluir con el estado de cosas que constituye una vergüenza de la civilización
panamericana; gobiernos y representantes han hecho del problema indígena
su plataforma. Pero no debemos las mujeres dejar solo a los humanistas, a los
políticos y a los gobiernos; es necesario que juremos ante nuestra conciencia de
seres racionales y sensibles hacer un apostolado digno como lo es, por ejemplo
la destrucción de las guerras, como lo es toda labor humanitaria encaminada a

, . destruir la ignorancia, de poner luz en los cerebros oscurecidos, nobles aspiraciones


en las dormidas inteligencias; todos los anhelos femeninos deben concretarse
en el penoso afán de salvar los espíritus débiles de las garras de las desalmadas
sanguijuelas humanas que viven absorbiendo la sangre de sus congéneres.

De allí la imperiosa necesidad de procurar la rehabilitación del indígena


transformándole en ciudadano consciente y responsable, capaz de derechos y
obligaciones, de anhelos culturales y progresistas; hombre en sentido moral e
higiénico, con aspiraciones a la vida civilizada, para ser factor útil a las naciones
americanas y elemento creador del bienestar económico general y no dejarlo como
ahora bestia de trabajo explotada, ser miserable y vergonzante; miembro social
pasivo del progreso y rémora de la civilización continental de la América Hispana.

Pero esa labor de la mujer aunada a la de los hombres, de iguales anhelos, no


debe ser tutelaje simplemente ni protección individualizada; los regímenes de
tutelaje simplemente o de protección individualizada favorecen la ineptitud y no
desarrollan la propia capacidad para defenderse y bastarse a sí solos, lo que debe
procurarse para hacer efectiva la reivindicación moral del indígena.

Como uno de los medios de esta penosa labor correspondiente a las mujeres,
debe ponerse en primera fila la creación de un sistema de maestros rurales
ambulantes de ambos sexos.

¿Esta institución de maestros debe salir del grupo de personas preparadas en las
escuelas normales, o deben ser personas especialmente preparadas?

Las misiones religiosas que se preocupan exclusivamente de inculcar ideas


y sentimientos religiosos de determinada especie con exclusión de otras

· 386
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

enseñanzas y los maestros normalistas que se dedican literalmente a instruir; es


decir, a enseñar los conocimientos de las ciencias sin dar especial importancia a
la enseñanza práctica de los elementos de civilización con aplicación concreta
a las necesidades primordiales de los menesteres del vivir civilizado; son pruebas de
que no son ni religiosos ni normalistas los más apropiados para maestros rurales
ambulantes de indígenas.

Los maestros ambulantes de indígenas deben ser personas de espíritu


abnegado, preparadas al sacrificio, para ser capaces de vivir con cada familia de
cada caserío de cada comunidad, de cada pueblo indígena, el tiempo necesario
para inculcarles la necesidad de otro género de vida más racional y humana;
deben tener más que conocimientos que transmitir, hechos que enseñar,
enseñanzas útiles a la civilización del indígena que repetir, los hombres deben
conocer la aplicación de las materias primas de cada región, en la construcción
de viviendas higiénicas, de muebles sencillos y de utensilios domésticos; las
mujeres tienen que ser expertas en el uso de los artículos alimenticios locales,
para enseñar la preparación sencilla de alimentos sanos y nutritivos; en el de
las plantas medicinales, de la farmacopea alópata y homeopática, para enseñar
a combatir las enfermedades reinantes en cada localidad; tener nociones de
puericultura e higiene infantil.

Además, la designación de maestros rurales ambulantes para ser eficaz, debe ser
por parejas casadas. Así se evitarán los inconvenientes que pudieran surgir del
estado celibatario de los maestros de ambos sexos.

Estas parejas de maestros rurales ambulantes podrían tener como circunscripción


regiones que podrían ser recorridas durante el año escolar, con estaciones eh cada
grupo de individuos por el lapso de tiempo indispensable para poner en práctica
los medios propicios para conseguir la transformación de la psiquis indígena.

En el cuerpo de organización de maestros rurales ambulantes, deben figurar en


sitio de preferencia los inspectores viajeros que controlen de vista la labór de los
maestros rurales ambulantes.

Los cargos de inspectores viajeros, conferidos a personas de honradez reconocida


o a pro-indígenas que han demostrado en todas ocasiones su desinteresada labor

387
LAS MUJERES Y SUS PROPUESTAS EDUCATIVAS, 1870-1930

por la rehabilitación de las razas indígenas, podrían ser una garantía segura de la
veracidad informativa de la labor realizada por cada pareja de maestros rurales.

Labores de trascendencia para la vida nacional se tornan inútiles cuando los


dineros del fisco se echan en manos de comisionados inescrupulosos que
traicionando la confianza en ellos depositada, traicionan los intereses de la
patria y la humanidad, por eso las comisiones de inspectores viajeros deben
ser objeto de una escrupulosa selección. Solo así podrá obtenerse el objetivo
J
.. de la institución de maestros rurales ambulantes, haciendo realidad lo que el
actual Jefe de Estado Don Augusto B. Leguía en momentos de expectativas
por el porvenir de la Patria Peruana, ha ofrecido con las palabras textuales que
siguen: "Yo prometo solemnemente rehabilitar al indio a la vida del derecho y de
la cultura, porque ya es tiempo de acabar con su esclavitud que es una afrenta
para la República y un crimen intolerable para la justicia".

Si los gobiernos de las patrias hispano-americanas que tienen dentro [de] sus
problemas vitales el de la rehabilitación de los indígenas a la vista de cultura y a la
vida humana, hicieran semejante promesa y luego la llevaran a la práctica, sería
más fácil para las mujeres pan e hispano-americanas contribuir al mejor éxito de
la institución de maestros rurales ambulantes, con su apoyo moral y pecuniario,
con su concurso personal y abnegado.

Toca a las mujeres reunidas en la 2 ª. Conferencia Pan-americana, dar la


importancia que entraña para la cultura americana y humana en general, el
problema indígena, y si entre los medios de resolverlo tiene cabida la institución
de maestros rurales ambulantes, que a mi criterio, sería eficaz manera de poner
dentro del alma de las razas indígenas, los anhelos que a la larga pondrían
dentro de ellos mismos la necesidad de su propia regeneración física, y de
su propia rehabilitación moral y social, me quedaría la satisfacción de haber
puesto mi insignificante grano de arena en la reconstrucción del alma de las
razas indígenas en la América Española y el débil golpe de mi brazo en la
demolición de la última afrenta a la cultura humana.

Miguelina Acosta Cárdenas

388
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1890 "Necesidad de la educación física en el colegio". En: El Perú
Ilustrado, N° 148. Lima, 8 de marzo de 1890.
1890b "Comparación de la labor materna con la del educador".
En: El Perú Ilustrado, N° 169. Lima, 2 de agosto de 1890.
1890c "La necesidad del trabajo para la mujer". En: El Perú Ilustrado,
N° 176. Lima, 20 de septiembre de 1890.
1890d "Defensa de la educación de la mujer". En: El Perú Ilustrado,
N° 182. Lima, 1 de noviembre de 1890.
1891 "Educación de niños y adolescentes". En: El Perú Ilustrado,
N° 216. Lima, 27 de junio 1891.
1891b "La educación de la mujer en Estados Unidos". En: El Perú
Ilustrado, N° 218. Lima, 11 de julio de 1891.

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