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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES


DERECHO PROCESAL CIVIL I

MODULO 10: LA COSA JUZGADA

Sergio Andre Torres Gonzalez

Carné:202011482 Clave: 69

VIERNES 19 DE MAYO 2023

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INTRODUCCIÓN
La Cosa Juzgada es un principio fundamental del sistema judicial que establece
que una sentencia definitiva y firme sobre una controversia legal no puede ser
nuevamente cuestionada ni modificada en un nuevo proceso. Este principio
garantiza la estabilidad y la seguridad jurídica al brindar certeza y finalidad a las
decisiones judiciales. A lo largo de la historia del derecho, la Cosa Juzgada ha sido
reconocida como un mecanismo crucial para evitar la reiteración de litigios y
proteger los derechos de las partes involucradas. En este sentido, es importante
comprender los alcances y límites de la Cosa Juzgada para asegurar una justicia
equitativa y eficiente. En el siguiente trabajo analizaremos que es la Cosa
Juzgada, sus requisitos, antecedentes naturaleza juridica y demas aspectos
importantes de esta figura juridica.
COSA JUZGADA
El objetivo final de cualquier disputa judicial es definir las pretensiones planteadas
por las partes en el juicio, y el acto judicial que lo determina se conoce como
sentencia. Una sentencia se considera firme o ejecutoriada cuando no se puede
presentar ningún recurso en su contra. Esto puede ser debido a que la parte
interesada ha agotado todos los medios de impugnación establecidos por la ley, o
bien, porque ha vencido el plazo otorgado para ejercer dichos medios de
impugnación sin que la parte interesada los haya utilizado. Por esta razón,
también se le describe como el poder que el sistema legal otorga a los resultados
de un proceso. Comúnmente se utiliza como una defensa contra una nueva
demanda que se presenta sobre el mismo asunto que ya ha sido juzgado y que
impide que prospere.

Castro define la Cosa Juzgada como un efecto de la sentencia que impide que lo
que ya ha sido objeto de discusión y resolución judicial entre las mismas partes y
por la misma causa pueda volver a ser discutido nuevamente. Según Chiovenda,
la Cosa Juzgada no es más que el bien reconocido o desconocido por el juez.

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La cosa juzgada tiene sus antecedentes en el derecho romano, donde se introdujo
la figura de la excepción de cosa juzgada (exceptio rei iudicatae), también
conocida como "res in iudicio adiudicata".

Esta figura tenía como objetivo proteger a las partes de un nuevo juicio y una
nueva sentencia sobre el mismo asunto que ya había sido decidido anteriormente.
Con ello se buscaba satisfacer la necesidad de certeza y seguridad jurídica. Este
principio se resume en el latinismo "Non bis in ídem", que significa "no dos veces
sobre lo mismo".

La existencia de la "res judicata" impide que un mismo asunto sea juzgado dos
veces. Por lo tanto, cuando surge un segundo litigio sobre el mismo asunto,
podemos invocar la "excepción de cosa juzgada" (res judicata) para evitar ser
juzgados por segunda vez y excluir esa posibilidad.

FUNDAMENTO DE LA COSA JUZGADA


El fundamento de la cosa juzgada se sustenta en la necesidad práctica de evitar
que las partes involucradas en un proceso judicial continúen impugnando una
sentencia que ha resuelto la controversia. Si se permitiera que una sentencia no
tuviera carácter definitivo, existe una alta probabilidad de que las partes utilicen
todos los recursos disponibles para impugnarla o buscar reparación por los
posibles daños ocasionados. Esta tentación de continuar debatiendo lo que ya ha
sido resuelto en busca de una nueva resolución judicial que modifique la situación
existente generaría una actividad jurisdiccional interminable, obstaculizando el
propósito del proceso y la función del sistema judicial.

Wilhelm Kisch, en su libro "Elementos de derecho procesal civil", destaca que


permitir que las partes reabran controversias ya resueltas con el fin de obtener una
decisión "justa" tendría consecuencias perjudiciales. Ninguna sentencia sería el fin
de las disputas y la incertidumbre sería una amenaza constante. Los jueces serían
constantemente acosados con asuntos que ya han sido resueltos hace mucho

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tiempo. Además, aquellos que resulten victoriosos en un proceso no podrían estar
seguros de no ser arrastrados a nuevos procedimientos por el mismo asunto a
capricho de la otra parte. Sin embargo, lo más peligroso sería la posibilidad de que
haya fallos contradictorios sobre el mismo asunto, lo cual representaría un gran
riesgo tanto para los intereses de las partes como para la reputación de los
tribunales.

Por tanto, se argumenta que el riesgo de proteger una resolución considerada


"injusta" mediante el principio de cosa juzgada es un mal menor en comparación
con la "inseguridad jurídica" que sería insoportable. Esta falta de seguridad y los
perjuicios concretos que provoca nos llevan a una conclusión inevitable: las
sentencias finales deben tener el atributo de la "cosa juzgada".

La cosa juzgada es tan crucial que constituye un elemento fundamental sin el cual
no se puede hablar de la función jurisdiccional ni del proceso legal. En este
sentido, si el propósito del proceso es lograr la satisfacción de las pretensiones a
través de la emisión de una sentencia, no se puede afirmar que se haya cumplido
dicho objetivo si se permite renovar indefinidamente la discusión sobre las
pretensiones. Esto haría que el proceso y la función jurisdiccional carecieran de
sentido en comparación con otras formas de resolución de conflictos, como la
autotutela, que podrían resultar más efectivas.

Por consiguiente, el fundamento de la cosa juzgada es la seguridad jurídica y no la


justicia de la decisión judicial, que puede o no estar presente en una sentencia. Es
la inalterabilidad de la sentencia lo que impide que la discusión sobre una misma
pretensión procesal se prolongue indefinidamente o que se reinicie incluso
después de haber sido satisfecha. Del mismo modo, evita la emisión de
sentencias contradictorias.

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Entre los autores, hay grandes diferencias de opinión respecto al fundamento o
justificación de la Cosa Juzgada, lo cual ha dado lugar al desarrollo de varias
teorías al respecto.
A continuación, mencionaré las principales teorías que se han elaborado sobre
este tema:
a. Se afirma con frecuencia que la Cosa Juzgada es una institución derivada
del Derecho Natural, que es impuesta por la esencia misma del Derecho.
Según esta perspectiva, sin la Cosa Juzgada, las relaciones jurídicas
estarían sumidas en la incertidumbre y se produciría el caos. Para Couture:
"La Cosa Juzgada hace lo blanco negro, origina y crea las cosas,
transforma lo cuadrado en redondo; altera los lazos de sangre y cambia lo
falso en verdadero". Sin embargo, aunque es cierto que el Derecho
requiere imperativamente de certeza, también es necesario considerar la
verdad. La justificación basada únicamente en la certeza no puede ser
absoluta en ningún caso. La preocupacion por la verdad debe ser más
fuerte que la necesidad de certeza, y en presencia de nuevas pruebas o
hechos desconocidos en el proceso anterior, debería ser posible revisar el
caso hasta alcanzar la verdad.
b. La Teoría de la Ficción de la Verdad, desarrollada por Savigny, sostiene que
la institución de la Cosa Juzgada no tiene nada de absoluto ni necesario. La
justificación de la Cosa Juzgada se basa en razones prácticas y de utilidad
que requieren poner fin a la investigación judicial y considerar la resolución
del juez como una ley irrevocable para el caso específico.

Según esta teoría, la Cosa Juzgada es la fuerza legal de la sentencia


basada en una ficción de la verdad, gracias a la cual la sentencia adquiere
autoridad y queda protegida contra cualquier impugnación futura. De
acuerdo con esta teoría, incluso una sentencia injusta adquiriría valor como
generadora de derechos.
No se puede argumentar que, cuando la verdad no se alcanza en el
proceso, se debe crear una verdad artificial con el único propósito de

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satisfacer al Derecho. No existe, como creía Savigny, una verdad "Quod
iuris effecfum".
c. La Teoría de la Presunción Absoluta de Verdad, respaldada por Pothier y
también incorporada en el Código de Napoleón, establece que el
fundamento de la institución de la Cosa Juzgada radica en la suposición de
que la sentencia contiene la expresión de la verdad, lo que impide cualquier
nueva discusión sobre este punto. De ahí surgieron las máximas "res
iudicato pro veritate habetur" y "res iudicati pro veritate accipitur". Una
sentencia irreprochable crea una presunción de verdad jurídica absoluta.
Pothier aceptó esta característica de verdad absoluta de la Cosa Juzgada, y
se incorporó en el Código Civil Francés en el siguiente artículo: "La
autoridad de la Cosa Juzgada solo tiene lugar con respecto a lo que ha sido
objeto del fallo. Es necesario que la cosa demandada sea la misma, que la
demanda se base en la misma causa, que involucre a las mismas partes y
que hayan actuado en la misma calidad".
Esta teoría difiere de la mencionada anteriormente, ya que mientras la
primera admite la posibilidad de que la sentencia pueda estar equivocada y
en ese caso se justifica mediante una ficción, la segunda parte de la
hipótesis de que la sentencia no puede estar equivocada, no puede ser
errónea y transforma esta hipótesis en una presunción absoluta de verdad.

El Estado cumple su función jurisdiccional al determinar el derecho en cada


caso particular, procurando hacerlo de la mejor manera posible y brindando
un máximo de garantías. Sin embargo, siempre se reconoce la posibilidad
de cometer errores, ya que la infalibilidad no es una cualidad de los seres
humanos. Después de agotar todas estas garantías, no se admite la
hipótesis de error desde el punto de vista jurídico. No obstante, esto no
implica que la Verdad Subjetiva, que es relativa, se convierta en Verdad
Objetiva, que es absoluta. La presunción de que la sentencia contiene la
Verdad Absoluta solo podría sostenerse en la suposición de que la Justicia
sea infalible, lo cual, evidentemente, no es el caso.

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d. Pagenstecher propuso la Teoría que equipara los efectos jurídicos de la
sentencia con los del contrato de declaración. Según esta teoría, al igual
que la sentencia tiene validez incluso en caso de error, las partes en un
contrato de declaración también deben cumplir lo establecido en él, aunque
haya mediado un error. Tanto la sentencia como el contrato de declaración
brindan certeza jurídica entre dos partes en relación a un derecho subjetivo.
Sin embargo, como señala Rocco, no es suficiente afirmar que a través de
un acto distinto a la sentencia se puede obtener la declaración de
relaciones jurídicas en disputa para equiparar ese acto con la sentencia.
Además, es necesario considerar que la certeza jurídica derivada del
contrato de declaración es relativa y impugnable, mientras que la certeza
derivada de la sentencia dictada por el órgano jurisdiccional es absoluta e
incontestable.
e. La mayoría de los autores consideran que el fundamento que justifica la
autoridad de la Cosa Juzgada es de naturaleza práctica y pública más que
jurídica. Esta opinión es compartida por Couture, Podetti y Romero. Según
esta doctrina, la Cosa Juzgada es necesaria para mantener el orden y la
estabilidad en las relaciones jurídicas, y es fundamental que las sentencias
emitidas por el órgano competente del Estado sean definitivas.
Esta teoría sostiene que es necesario tener en cuenta que el Poder Judicial
ha sido creado precisamente para preservar la paz de la comunidad. Por lo
tanto, sus decisiones deben tener carácter obligatorio al resolver
controversias. El orden social requiere que una vez que un asunto ha sido
resuelto por el Poder Judicial con las garantías establecidas por la ley
(como el examen en múltiples instancias y el cumplimiento de requisitos
formales), dicho asunto no pueda ser discutido nuevamente. De lo
contrario, los litigios serían interminables y perturbarían el orden,
dificultando la convivencia social.
Podetti considera que la institución de la Cosa Juzgada responde a un
interés tanto público como privado. Satisface el interés privado de las partes
litigantes, ya que les conviene que la resolución emitida en el juicio en el

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que han participado sea inmutable. También responde a un interés público
que se relaciona con el principio de economía jurisdiccional, evitando que
se debata el mismo asunto en repetidas ocasiones, y con el principio de paz
social. En la doctrina moderna, se enfatiza más la importancia del fin
público, debido a la orientación publicista del proceso que prevalece en el
derecho procesal contemporáneo.
f. Ugo Rocco ha desarrollado una teoría propia sobre el fundamento o
justificación de la Cosa Juzgada, definiéndola como la forma de extinguir el
Derecho de Acción. Según Rocco, la forma habitual o natural de poner fin a
las obligaciones es cumplir con la prestación que constituye el objeto de la
obligación.
NATURALEZA DE LA COSA JUZGADA
Determinar la naturaleza de la Cosa Juzgada, según Couture, implica establecer si
se trata del mismo derecho sustantivo que existía antes del proceso, transformado
en algo indiscutible y ejecutable coactivamente, o si es un nuevo derecho
independiente, surgido como consecuencia del proceso y la sentencia.

Cuando se busca determinar la esencia o naturaleza de la Cosa Juzgada, surgen


dos soluciones opuestas:
a. Algunos sostienen que la sentencia y la Cosa Juzgada son simplemente la
determinación del derecho material o sustantivo que existía previamente al
proceso. Se trata del mismo derecho material que existía antes, el cual se
vuelve indiscutible en la sentencia, evitando que se pueda reiniciar la
disputa sobre ese tema en un nuevo proceso, sin alterar el derecho
preexistente en ningún aspecto.
b. Por otro lado, otros consideran que la Cosa Juzgada tiene un poder distinto
al de una mera declaración del derecho existente antes del proceso. La
eficacia de la Cosa Juzgada no se basa en el derecho material previo a la
sentencia, sino en la sentencia misma una vez que se vuelve indiscutible.
La vinculación de la Cosa Juzgada no se deriva del derecho sustantivo
anterior a la sentencia, sino de la propia sentencia.

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LIMITES DE LA COZA JUZGADA
Los límites objetivos de la cosa juzgada se refieren a todo aquello que puede estar
sujeto a la misma en un proceso. Es decir, se trata de determinar específicamente
qué aspectos o contenidos de una sentencia pueden gozar de esta cualidad.
Establecer estos límites nos permite establecer una regla general y sus
excepciones.

Según Eduardo Couture en su libro "Estudios de derecho procesal civil", la cosa


juzgada se describe como "El precepto clásico en este sentido era el de que la
cosa juzgada cubre todo cuanto se ha disputado". En este contexto, el objeto del
litigio y de la decisión se refiere a las pretensiones planteadas en la demanda o
reconvención, las cuales son debatidas entre las partes y vinculan al juez para
emitir una sentencia sobre esas pretensiones, respetando el principio de
congruencia. Por lo tanto, el alcance o límite objetivo de la cosa juzgada estará
determinado por las pretensiones que hayan sido objeto de pronunciamiento en la
sentencia, ya sea presentadas por la parte demandante, la parte reconviniente o
incluso terceros involucrados, si corresponde.

En ese sentido tenemos que tener en cuenta lo perceptueado por Jaime Guasp el
cual sostiene que: "La cosa juzgada no opera cuando el segundo proceso tiene un
objeto distinto del primero. El objeto procesal auténtico lo constituye la pretensión
de parte, sobre la que recaen las actividades de los diversos sujetos del litigio.
Identidad objetiva entre dos o más procesos la hay, pues, cuando es la misma la
pretensión procesal que en cada una figura"

Para Leo Rosenberg, la pretensión procesal se refiere al acto o declaración de


voluntad mediante el cual se solicita al órgano jurisdiccional que emita una
declaración y tome acciones de acuerdo a los hechos expuestos en la demanda.
Es importante destacar que, desde esta postura, tanto la solicitud específica como
los hechos o fundamentos que la respaldan son elementos fundamentales, los
cuales se identifican como el objeto y la causa de la pretensión.

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Como precursor Rosenberg definia a la pretencion como “la petición dirigida a la
declaración de una consecuencia jurídica con autoridad de cosa juzgada que se
señala por la solicitud presentada y, en cuanto sea necesario por las
circunstancias de hecho propuestas para su fundamento”

Por tanto, se puede afirmar que la pretension procesal se refiere a una solicitud
dirigida al órgano jurisdiccional con el fin de obtener su protección jurídica, ya sea
en forma de una declaración, un acto constitutivo, una condena o una ejecución,
frente a uno o varios sujetos. Esta pretensión debe estar en consonancia con la
consecuencia jurídica solicitada y basarse en los hechos previstos en la norma
jurídica de la cual se deriva dicha consecuencia. En otras palabras, la pretensión
procesal implica solicitar una consecuencia jurídica establecida en una norma,
respaldada por hechos que se correspondan con el supuesto de hecho de la
norma de la cual se deriva la consecuencia jurídica solicitada.

CLASIFICACION DE LA COSA JUZGADA

La Cosa juzgada Formal: Para comprender cómo la Cosa Juzgada obliga a las
partes y a terceros, y hasta qué punto ejerce su poder vinculatorio, es necesario
distinguir entre la Cosa Juzgada Formal y la Cosa Juzgada Material o Sustancial.
Por lo tanto, la institución de la Cosa Juzgada puede considerarse desde dos
perspectivas: una relacionada con el desarrollo del proceso (Cosa Juzgada
Formal) y otra que es un efecto externo al proceso resuelto (Cosa Juzgada
Material o Sustancial).

Couture sostiene que la Cosa Juzgada Formal se refiere a la imposibilidad de


impugnar la decisión o sentencia debido a que se han agotado las instancias de
revisión permitidas por la ley, o porque el interesado no ha hecho uso de ellas en
el momento oportuno. La Cosa Juzgada Formal surge de la preclusión, que hace
que la sentencia sea inimpugnable una vez cumplidas ciertas formalidades
establecidas por la ley. Sin embargo, la Cosa Juzgada Formal no impide que en

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un procedimiento posterior se discuta y modifique la sentencia, ya que en ese
caso solo existe inimpugnabilidad pero no inmutabilidad de la decisión. La eficacia
de la Cosa Juzgada Formal se limita al juicio concreto en el que se emitió la
sentencia o al estado de las cosas considerado al dictar la decisión.

La Cosa Juzgada Formal es el resultado de la preclusión del derecho a impugnar


o cambiar la decisión, lo que significa que ningún juez puede considerar la
situación jurídica de manera diferente a como fue contemplada en la sentencia con
autoridad de Cosa Juzgada. De ahí la expresión "res iudicata pro veritate habetur"
(la cosa juzgada se tiene por verdad).

La Cosa Juzgada Material: La Cosa Juzgada Material o Sustancial se produce


cuando se combina la condición de inimpugnabilidad, que constituye la Cosa
Juzgada en sentido Formal, con la condición de inmutabilidad. De esta manera, la
Cosa Juzgada Material o Sustancial implica tanto la inimpugnabilidad de lo
resuelto como su indiscutibilidad. La Cosa Juzgada Formal actúa como un
requisito previo de la Cosa Juzgada Material, ya que es su antecedente. Como
hemos visto, la Cosa Juzgada Formal se produce debido a la preclusión: la
sentencia se vuelve inimpugnable porque no se han utilizado los medios de
impugnación establecidos por la ley, o porque se han agotado dichos medios. Esta
inimpugnabilidad es una condición o antecedente de la indiscutibilidad de la
decisión, es decir, de la Cosa Juzgada en sentido Material o Sustancial. La Cosa
Juzgada Material o Sustancial es lo que los romanos llamaban propiamente la "res
iudicata" o la "res in iudicium deducta" (cosa juzgada llevada al juicio). Es la Cosa
Juzgada en sentido Sustancial la que fundamenta la excepción de cosa juzgada.

Tambien se puede clasificar de la siguiente manera:

La Cosa juzgada aparente: La cosa juzgada aparente se refiere a una situación


en la cual se presume que existe un efecto vinculante y definitivo a partir de un
proceso, pero en realidad dicho proceso adolece de uno o más requisitos de
existencia o validez. En otras palabras, se trata de una apariencia de cosa juzgada
que no tiene sustento legal sólido.
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En estos casos, a pesar de que se haya dictado una sentencia y pueda parecer
que existe una cosa juzgada, en realidad no se cumplen los requisitos esenciales
para que se establezca una decisión firme e inatacable. Puede haber deficiencias
en la competencia del tribunal, irregularidades en el procedimiento, falta de
notificación adecuada a las partes o cualquier otro vicio que afecte la validez del
proceso.

Como consecuencia, la cosa juzgada aparente carece de eficacia y puede ser


impugnada posteriormente mediante los mecanismos legales correspondientes.
Se busca corregir las irregularidades del proceso y permitir que las partes
involucradas puedan obtener una decisión justa y equitativa.

La Cosa juzgada real: La cosa juzgada real se refiere a la situación en la cual se


establece un efecto vinculante y definitivo a partir de un proceso válido, es decir,
un proceso que ha cumplido con las normas del "debido proceso". En este caso, la
decisión judicial resultante se considera inmutable y no puede ser cuestionada ni
modificada posteriormente. Es importante destacar que la validez del proceso es
fundamental para que la cosa juzgada real pueda ser aplicada, ya que implica que
se han respetado los principios y garantías procesales necesarios para asegurar
una resolución justa y legítima.

La Cosa Juzgada General: Cosa juzgada general se refiere a aquella que tiene
efectos vinculantes para todas las personas, incluso aquellas que no participaron
en el proceso judicial. En otras palabras, la decisión judicial alcanza a todos, sin
importar si fueron parte en el juicio o no.

La Cosa Juzgada Relativa: Por otro lado, la cosa juzgada relativa se refiere a
aquella que solo tiene efectos entre las partes involucradas en el juicio y sus
sucesores legales. Esto significa que la decisión judicial solo tiene repercusiones y
obligaciones para aquellos que participaron directamente en el proceso, y no
afecta a personas ajenas a dicho juicio.

Requisitos para la procedencia de la excepción de Cosa Juzgada

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Para que la excepción de Cosa Juzgada sea válida, deben cumplirse ciertos
requisitos. Este medio procesal que permite hacer valer la eficacia de la Cosa
Juzgada se conoce como "exceptio rei iudicata" o excepción de Cosa Juzgada.
Ugo Rocco la define como la facultad que tienen aquellos que han sido partes en
un juicio anterior de alegar y probar la existencia de la cosa juzgada, es decir, la
facultad de demostrar y alegar la existencia de esa causa especial de extinción del
derecho de acción y del derecho de jurisdicción que es la cosa juzgada.

La finalidad de esta excepción no es excluir una decisión contraria a la ya dictada,


sino excluir simplemente una nueva decisión, obligando al juez a reconocer la
existencia y validez de la decisión previamente pronunciada.

La excepción de Cosa Juzgada, como facultad que corresponde a las partes,


específicamente al demandado en el nuevo juicio, es la facultad de solicitar a los
órganos jurisdiccionales que declaren la existencia de esa causa extintiva del
derecho de acción y del derecho de jurisdicción del Estado.

Los requisitos para que se configure la Cosa Juzgada son los siguientes:

 La sentencia debe ser dictada por la autoridad legalmente encargada de


administrar justicia.
 La sentencia debe cumplir con todos los requisitos establecidos por la ley.
 La sentencia debe referirse a una cosa cierta y determinada en su parte
dispositiva.
 La sentencia debe ser inimpugnable, ya sea porque no proceden más
recursos contra ella, o porque la parte interesada no ha utilizado los
recursos que la ley le otorga en el momento oportuno.

CONCLUSIONES

En resumen, la Cosa Juzgada es un principio esencial del sistema judicial que


establece la inmutabilidad de una sentencia definitiva y firme en una disputa legal,
impidiendo su reconsideración o modificación en futuros procesos. Este principio

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garantiza la estabilidad y la seguridad jurídica al evitar la repetición de litigios y
proteger los derechos de las partes involucradas. La Cosa Juzgada abarca las
pretensiones expresamente planteadas en el proceso, cerrando definitivamente la
controversia, pero también puede extenderse a aspectos implícitos o relacionados
que fueron discutidos y analizados por el juez. No obstante, es necesario tener en
cuenta los límites de la Cosa Juzgada para proteger el derecho de defensa y
preservar la naturaleza confidencial del asunto litigioso. En definitiva, la Cosa
Juzgada desempeña un papel crucial en la estabilidad del sistema judicial al
brindar certeza y finalidad a las decisiones judiciales.

BIBLIOGRAFIA

1. Castro, Máximo.- Curso de Procedimientos Civiles, dictado an la Facultad


de Derecho de la Universidad Nacional de Buenos Aires, T. ll., pág. 174.
2. Wilhelm Kisch, “Elementos de derecho procesal civil”, Traducción de
Leonardo Prieto-Castro de la 4° ed. alemana, (Madrid: Revista de Derecho
Privado, 1940); 258-259.
3. Rocco, Ugo.- Derecho Procesal Civil, pág. 314.
4. (5) Couture, Eduardo.- Fundamentos, pág. 247.
5. (6) Pod&tti. Ramiro.- Teoría y Técnica del Proceso Civil, págs. 178 y
siguientes.
6. {7) Romero, Jorge Guillermo.- Estudios de Legislación Procesal, T. 11 ..
pág. 124.
7. Leo Rosenberg, Tratado de derecho procesal civil, Tomo II, Traducción de
Ángela Romero Vera, (Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América,
1955); 449.
8. Eduardo Couture, Estudios de derecho procesal civil, Tomo III, (Buenos
Aires: Ediar Soc. Anon, 1985); 426

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