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Comunicación y Sociedad 9no

Actividad de lectura y comprensión

1. El siguiente texto es un fragmento del libro “Estambul. Ciudad y recuerdos”, del escritor Orhan Pamuk. Este libro es
una autobiografía en la que el autor recuerda su infancia, su familia, su casa y su ciudad natal. Lee el texto y reconoce en
qué se focaliza la descripción.

2. ¿Qué sentimientos y emociones le despierta el recuerdo de su ciudad?

3. ¿Qué elementos de la ciudad describe? Haz una lista.

4. ¿Qué tipo de imágenes sensoriales predominan en la descripción?

5. ¿Qué expresiones muestran la visión emotiva del descriptor?

6. ¿Con que información brindada en el texto “Estambul” se relaciona el siguiente fragmento?

"...nos entregaremos a sueños y fantasías hechos de las antiguas riquezas, las construcciones desaparecidas y las
leyendas de ese Estambul ahora tan lejos"

Blanco y negro

Viví el Estambul de mi infancia como las fotografías en blanco y negro, como un lugar
en dos colores, oscuro y plomizo, y es así como lo recuerdo. Eso se debe en parte a
que, a pesar de haber crecido en la penumbra triste de una casa-museo, era muy
aficionado a los espacios interiores. Las calles, las avenidas y los barrios lejanos me
parecían, como en las películas de gángsters en blanco y negro, lugares peligrosos.
Siempre me ha gustado más el invierno que el verano en Estambul. Me gustan las
noches que llegan temprano, los árboles sin hojas temblando al viento del nordeste,
contemplar a la gente volviendo a casa o toda velocidad por los callejones con sus
abrigos y chaquetas oscuras en los días que unen el otoño al invierno. Los muros de los viejos edificios de pisos y de las
mansiones de madera derruidas alcanzan, gracias a la falta de cuidados y de pintura, un color específico de Estambul y
despiertan en mí una amargura y una apetencia por la observación que me agradan mucho. El blanco y el negro de la
gente que regresa a casa las tardes de invierno después de que caiga la oscuridad prematura despierta en mí la
sensación de que pertenezco a esta ciudad, de que comparto algo con ellos. Siento como si la oscuridad de la noche
fuera a cubrir la pobreza de la vida, las calles y los objetos, y que mientras respiramos tranquilos por fin en casa, en
nuestros cuartos, en nuestras camas, nos entregaremos a sueños y fantasías hechos de las antiguas riquezas, las
construcciones desaparecidas y las leyendas de ese Estambul ahora tan lejos. También me gustan las frías noches de
invierno porque la oscuridad que desciende como un poema sobre los desiertos suburbios a pesar de las pálidas farolas,
cubre la pobreza de esa ciudad de la que tan lejos estamos y que nos gustaría ocultar de la mirada de los extranjeros, de
los occidentales.

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